Produccion y desarrollo11_01_2016

4
PRODUCCIÓN y DESARROLLO Nueva era - Año 5 - N ro 65 Cont. en pág. 2 El campo argentino en números Un estudio de FADA (Fundación Agro- pecuaria para el Desarrollo de Argentina) tradujo en cifras lo que el campo aporta en el desarrollo del país. Según esta investiga- ción, las cadenas agroalimentarias generan: 1 taza de leche diaria para 120 millones de niños, 4 millones de camiones son los necesarios para cargar toda la producción de granos del país al mismo tiempo. Si los ponemos en fila podrían dar 2 vueltas al mundo, 110 kg. de carne por persona, alcanzando para alimentar a 4 millones más, 1 de cada 6 puestos de trabajo, 9 millones de veces se puede recorrer la Ruta 40 con los biocombustibles producidos en el país, 1 copa de vino diaria por adulto, 1 de cada 8 pesos del Producto Interno Bruto, 1 de cada 8 pesos de la recaudación tributaria nacional de AFIP, 1,2 de cada 2 dólares, de las exportaciones totales del país, Para medir el aporte de las cadenas agroalimentarias al país y determinar su relevancia, se establecen cinco indicado- res: la producción, que es la base de la pirámide y genera un efecto multiplicador para los demás indicadores; la generación de empleo, tanto directo como indirecto; la participación sobre el Producto Bruto Interno (PBI), medido por el Valor Agre- gado Bruto (VAB) de las cadenas; el apor- te tributario y la generación de divisas por exportaciones. Producción Las cadenas agroalimentarias produje- ron un total de 110 millones de toneladas de granos, entre los que se destaca la pro- ducción de soja con 53 millones de tone- ladas, maíz con 33 millones y trigo con 9 millones de toneladas producidas. Esta producción equivale a 4 millones de camiones cargados. Si los estacionamos a todos al mismo tiempo, uno detrás de otro, podrían dar la vuelta al mundo dos veces. A estos cultivos, bases para la produc- ción de alimento, se le suma la producción de carnes que alcanzaron los 5 millones de toneladas, entre la carne vacuna (2,6 mi- llones de tn.), aviar (2 millones de tn.) y porcina (400 mil tn.). Las 5 millones de toneladas, equivale a que cada argentino pueda consumir sus 110 Kg. per-cápita, y quede disponible para alimentar a 4 millones de personas más. Entre otras producciones importantes de las cadenas agroalimentarias, podemos destacar la producción de leche, la cual al- canza un total de 11.000 millones de litros, y la producción de una economía regional como es la de vinos, con un total de 1.500 millones de litros producidos. La producción de leche equivale a que 120 millones de niños ingieran una taza diaria de leche todos los días del año, aun- que cabe aclarar que parte importante de esta producción se utiliza para producir una variada gama de productos lácteos. Por su lado, la producción de vino equi- vale a que la mitad del país pueda tomar una copa del mismo, todos los días del año. Por otro lado, la producción de biocom- bustibles alcanzó un total de 3.900 millo- nes de litros, distribuidos en un 34% de bioetanol (caña de azúcar y maíz) y 66% biodiesel (soja). Estos, son equivalentes al combustible necesario para poder recorrer 9 millones de veces la Ruta 40.

description

Produccion y desarrollo11_01_2016

Transcript of Produccion y desarrollo11_01_2016

18 de enero de 2016 PRODUCCIÓN y DESARROLLO

PRODUCCIÓN y DESARROLLONueva era - Año 5 - Nro 65

Cont. en pág. 2

El campo argentino en númerosUn estudio de FADA (Fundación Agro-

pecuaria para el Desarrollo de Argentina) tradujo en cifras lo que el campo aporta en el desarrollo del país. Según esta investiga-ción, las cadenas agroalimentarias generan:

1 taza de leche diaria para 120 millones de niños,

4 millones de camiones son los necesarios para cargar toda la producción de granos del país al mismo tiempo. Si los ponemos en fila podrían dar 2 vueltas al mundo,

110 kg. de carne por persona, alcanzando para alimentar a 4 millones más,

1 de cada 6 puestos de trabajo,

9 millones de veces se puede recorrer la Ruta 40 con los biocombustibles

producidos en el país,

1 copa de vino diaria por adulto,

1 de cada 8 pesos del Producto Interno Bruto,

1 de cada 8 pesos de la recaudación tributaria nacional de AFIP,

1,2 de cada 2 dólares, de las exportaciones totales del país,

Para medir el aporte de las cadenas agroalimentarias al país y determinar su relevancia, se establecen cinco indicado-res: la producción, que es la base de la pirámide y genera un efecto multiplicador para los demás indicadores; la generación de empleo, tanto directo como indirecto; la participación sobre el Producto Bruto Interno (PBI), medido por el Valor Agre-gado Bruto (VAB) de las cadenas; el apor-

te tributario y la generación de divisas por exportaciones.

Producción

Las cadenas agroalimentarias produje-ron un total de 110 millones de toneladas de granos, entre los que se destaca la pro-ducción de soja con 53 millones de tone-ladas, maíz con 33 millones y trigo con 9 millones de toneladas producidas.

Esta producción equivale a 4 millones de camiones cargados. Si los estacionamos a todos al mismo tiempo, uno detrás de otro, podrían dar la vuelta al mundo dos veces.

A estos cultivos, bases para la produc-ción de alimento, se le suma la producción de carnes que alcanzaron los 5 millones de toneladas, entre la carne vacuna (2,6 mi-

llones de tn.), aviar (2 millones de tn.) y porcina (400 mil tn.).

Las 5 millones de toneladas, equivale a que cada argentino pueda consumir sus 110 Kg. per-cápita, y quede disponible para alimentar a 4 millones de personas más.

Entre otras producciones importantes de las cadenas agroalimentarias, podemos destacar la producción de leche, la cual al-canza un total de 11.000 millones de litros, y la producción de una economía regional como es la de vinos, con un total de 1.500 millones de litros producidos.

La producción de leche equivale a que 120 millones de niños ingieran una taza diaria de leche todos los días del año, aun-que cabe aclarar que parte importante de esta producción se utiliza para producir una variada gama de productos lácteos.

Por su lado, la producción de vino equi-vale a que la mitad del país pueda tomar una copa del mismo, todos los días del año.

Por otro lado, la producción de biocom-bustibles alcanzó un total de 3.900 millo-nes de litros, distribuidos en un 34% de bioetanol (caña de azúcar y maíz) y 66% biodiesel (soja).

Estos, son equivalentes al combustible necesario para poder recorrer 9 millones de veces la Ruta 40.

2 PRODUCCIÓN y DESARROLLO 8 de enero de 2016

Viene de tapa

El campo argentino en númerosValor Agregado

Medido a precios constantes de 2004, las cadenas agroalimentarias aportaron para 2014, el 12,6% del total del PIB. Esto se divide casi equitativamente entre el sector agropecuario y el de la industria alimenticia, siendo 6,5% el aporte del primero y 6,1% el del segun-do.

Esta participación que alcanza el 12,6%, refleja que 1 de cada 8 pesos del Producto Bruto Inter-no es generado por las cadenas agroalimentarias

Empleo

Para 2014, las cadenas gene-raron 2,7 millones de puestos de trabajo tanto directos como in-directos, lo que refleja que 1 de cada 6 puestos de trabajo se gene-ra en las cadenas agroalimentarias. Del total de puestos generados, el 36% proviene de economías re-gionales, seguidas por las cadenas cárnicas y lácteas (32%), las cade-

nas granarias (30%) y la maquina-ria agrícola (1,7%).

Tomando desde el año 2010 a 2014, las cadenas agroalimentarias han perdido participación sobre el total de empleo nacional, pasan-do de una participación del 19% (2010) a 16,8% (2014). Esto se explica no solo por el aumento del empleo total del país en el pe-ríodo sino también por la pérdida del empleo en las cadenas agroa-limentarias, equivalente a 190 mil puestos de trabajo, en cuatro años.

Según FADA (2015), con las políticas correctas, las cadenas agroalimentarias podrían generar medio millón de nuevos puestos

de trabajo.

Aporte tributario

Para el año 2014, las cade-nas agroalimentarias aportaron $152.198 millones, de los cuales $86.068 millones fueron aporta-dos por la industria alimentaria y $66.130 millones por el sector agropecuario primario. El mayor aporte es realizado en concep-to de Derechos de Exportación

(43%), Impuesto a las Ganancias (20%), IVA (17%), Contribucio-nes a la Seguridad Social (16%)

y Créditos y Débitos Bancarios y Ganancia Mínima Presunta (4%).

Esto que implica una presión tributaria del32,3% sobre el valor agregado, para el promedio de la economía la presión tributaria es de 26,98%en función de los im-

puestos seleccionados. Este apor-te tributario representa el 12,8% del total de la recaudación tribu-

taria nacional (AFIP), 1 de cada 8 pesos recaudados provienen de las cadenas agroalimentarias.

Exportaciones

Las exportaciones agroindus-triales aportan 1,20 de cada 2 dó-lares en concepto de ingreso de divisas por exportación, lo que re-fleja la importancia que tienen las cadenas agroalimentarias en la ge-neración de divisas. Los dos com-plejos exportadores que le siguen en importancia, el automotor y el petroquímico, son deficitarios en términos de exportaciones netas.

Para el año 2014, las cadenas exportaron USD 43.130 millones, el 60% del total de divisas, de los cuáles USD 14.977 millones co-rresponden a productos prima-rios, mientras que USD 28.153 millones fueron Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA).

Los principales destinos de las exportaciones para 2014, fueron para los bienes primarios, Chi-na (23,3%), la Unión Europea (15,9%), seguidos por MAGREB y Egipto (11,6%). Para el caso de

las MOA, los principales destinos fueron: Unión Europea (21,5%) y ASEAN(15,3%).

Cadenas agroalimentarias

Se entiende por cadenas agroa-limentarias a las cadenas de granos y oleaginosas, la cadena de pro-ducción de maquinaria agrícola, las cadenas cárnicas, la cadena láctea, el bioetanol y el biodiesel, por for-mar parte de las cadenas del maíz, la caña y la soja, y las economías regionales, donde las diversas pro-ducciones locales son muy signifi-cativas en el proceso de creación de empleo directo e indirecto, a lo largo de todas las provincias del país. En este caso, se han medido las cadenas de las frutas, legum-bres, hortalizas y otras, y la cadena vitivinícola.

Las cadenas agroalimentarias son una parte importante del de-sarrollo del país, tanto por su fun-ción social de generación de em-pleo como su función económica de generación de valor agregado, recaudación y divisas.

Fuentes: MECON - AFIP - INDEC - BCR - FAO - SIPA – MINAGRI

38 de enero de 2016 PRODUCCIÓN y DESARROLLO

Tecnología y salud

Analizador nacional para equipos de electrocirugía

El INTI asistió al Grupo de Empresas de Bioingeniería de Entre Ríos (GEBER) para desarrollar el primer prototipo de un analizador de equipos de electrocirugía, destinado a calibrar la potencia y la corriente de los electrobisturíes. Será el primero nacional en su tipo y costará entre un 40 y un 50% menos que los importados.

La producción local del anali-zador permitirá realizar las cali-braciones de los electrobisturíes de manera periódica y garantizar la seguridad en sus mediciones

Los equipos de electrociru-gía que se utilizan para realizar corte y cauterización de tejidos en pacientes sometidos a inter-venciones quirúrgicas en hospi-tales y clínicas argentinas, deben ser calibrados anualmente para garantizar su correcto funciona-miento. En la actualidad las ta-reas de calibración se efectúan con equipamiento importado, lo que genera gastos extra de re-paración y mantenimiento, y en ocasiones dificulta la posibilidad de realizar las calibraciones en tiempo y forma.

Es por ello que el INTI asistió a GEBER para desarrollar el pri-mer prototipo de un analizador de electrobisturíes de industria nacional.

Desde el Programa Traza-bilidad en las Mediciones de Equipamientos Electromédicos del Centro INTI-Tecnologías para la Salud y la Discapacidad se promueve el mantenimiento preventivo de estos equipos, para lo cual resulta indispensa-ble realizar ensayos periódicos de calibración y verificación en más de 300 mil unidades en hos-pitales públicos y otras 500 mil en centros de salud del ámbito privado.

Estos ensayos se realizan me-diante analizadores que contro-lan los parámetros medidos y/o de salida, según el tipo de equi-po electromédico. Para cada dispositivo, sea un electrobistu-rí, un desfibrilador, un respira-dor pulmonar, una incubadora o un oxímetro de pulso, existe un analizador específico.

“En la actualidad, existen 600 analizadores en el país y todos son importados, por lo que su calibración hasta hoy debía reali-zarse en Estados Unidos. A partir de esta iniciativa las calibraciones se realizarán en el INTI”, señala Cristian Khourian a cargo del Programa del Instituto que des-de 2007 trabaja en el desarrollo de procedimientos para calibrar

todo tipo de analizadores.

“Esta tarea realizada junto a los centros de Física y de Electró-nica e Informática del INTI per-mite que hoy en día la industria nacional tenga la posibilidad de fabricar este equipamiento ya que contamos con los procedimientos para calibrarlos”, agrega.

“Apuntamos a la fabricación de un equipo confiable a un bajo costo que pueda ser utilizado por todos los talleres de electromedi-cina, laboratorios y departamen-tos de ingeniería de hospitales y clínicas”, expresa Silvio Laugero, socio de Pulsar Ingeniería Mé-dica, una de las cinco empresas que integra el grupo GEBER.

“El Centro INTI-Tecnologías para la Salud y la Discapacidad nos contactó al conocer que te-níamos un proyecto en la Univer-sidad Nacional de Entre Ríos para desarrollar el analizador. Luego, el Centro INTI-Electrónica e Infor-mática nos asistió para hacer el corazón de la medición del equi-po”, comenta.

Lauguero explica que un elec-trobisturí funciona al aplicar una señal de radio frecuencia a través de electrodos colocados en el cuerpo del paciente para realizar corte o coagulación. “En tal sentido, resulta importante conocer las variables que emite el equipo para ver si son acordes a los requerimientos del seteo del

mismo. Es decir, que cuando un médico coloca un valor determi-nado para realizar una aplicación quirúrgica, tenga la certeza de que el valor sea realmente el que indica el equipo”.

El desarrollo del prototipo involucró a ocho pymes provee-doras de la empresa entrerria-na para el diseño del gabinete, la placa principal, los insumos electrónicos, las resistencias de carga y bobina de sensado de corriente y los teclados.

Por su parte, el Centro de Electrónica e Informática del INTI asistió en el desarrollo y el diseño de la adquisición de la se-ñal eléctrica del prototipo.

“Propusimos una ampliación en

frecuencia y una variación en la forma de adquirirla. Pasamos de un conversor de forma implícita a uno de forma explícita que permi-tió ampliar el ancho de banda, la exactitud y el rango dinámico de la forma de medir la señal, lo que posibilita una más amplia aplica-ción”, precisa Germán Gómez a cargo del Laboratorio de Ca-

libraciones y Mediciones Elec-trónicas de INTI-Electrónica e Informática.

El prototipo está en proce-so de ensamblado y luego se le realizarán pruebas y ensayos de seguridad eléctrica y de com-patibilidad electromagnética en los laboratorios del INTI. Su desarrollo contó con el apoyo de la Secretaría de la Pequeña y Mediana Empresa (SEPyME) del Ministerio de Industria, la Uni-versidad Nacional de Entre Ríos, el gobierno provincial y la Secre-taría de Producción Municipal.

“Contar con componentes de producción nacional para el desa-rrollo del corazón de la medición, como son dos bobinas especiales que utiliza cada analizador y que en Estados Unidos tienen un cos-to de 700 dólares cada una, y la fabricación local de los elementos de carga no inductivos, implica una sustitución de importacio-nes que nos permitió ahorrar en-tre un 40 y un 50% en el costo final del dispositivo”, explica el bioingeniero de GEBER, quien prevé que a mediados de 2016 comenzará la transferencia a la industria del equipo para su comercialización. Esto permi-tirá que tanto la fabricación del analizador como sus eventuales reparaciones puedan ser reali-zadas localmente, y de esta ma-nera garantizar la seguridad en las mediciones que realizan los electrobisturíes mediante cali-braciones periódicas.

Fuente: INTI Noticiero Tecnológico Semanal Nº 475

La producción local del analizador permitirá realizar las calibraciones de los electrobisturíes de manera periódica y garantizar la seguridad en sus mediciones

4 PRODUCCIÓN y DESARROLLO 8 de enero de 2016

Tarda entre treinta minutos y una hora; nació en Argentina, en la Universidad de San Martín; su desarrollo comenzó en el año 2006.

Solarmate, un termo que calienta agua con energía solar

Cuando estamos al sol en la playa, todos podemos sentir su calor, y nuestro cuerpo recurre a mecanismos para enfriarse. Pero, cuando necesitamos agua para el mate, solemos calentarla en un caldera con combustibles fósiles. Un grupo de empren-dedores argentinos decidió de-jarlos de lado y calentar el agua para sus infusiones aprovechan-do directamente la energía so-lar.

Christian Navntoft, un inge-niero doctorado por la Univer-sidad Nacional de San Martín (UNSAM), donde también es docente, es uno de los creado-res de un termo que calienta el agua con la luz del sol. Su pro-yecto fue finalista de diversos concursos, lleva nueve años y necesitó de la ayuda de diver-sos organismos del Estado ar-gentino, de empresas y de la UNSAM, a través de su Funda-ción Innovación y Tecnología (FUNINTEC).

Actualmente, la UNSAM forma parte de un consorcio público-privado que recibió fi-nanciamiento del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innova-ción Productiva de la Nación

(MINCYT) para el desarrollo y fabricación del producto, bauti-zado Solarmate. El 15 de sep-tiembre pasado lanzaron a la venta las primeras 1000 unida-des, para conocer la opinión de los usuarios antes de comenzar la producción masiva.

¿Cómo llegaron desde un prototipo a una primera tanda de producción?

La verdad es que no esperá-bamos tener tanta repercusión. Subimos el sitio web porque nos presentamos al concurso Innovar 2015 y, para no andar mandando información a todos los que nos la pedían, decidi-mos subirla a una página web. Eso fue un jueves y para el lunes teníamos 550 correos electróni-cos que consultaban sobre dón-de se podía comprar. Llegaron mensajes desde Chile, Uruguay, Estados Unidos, Israel, Suiza, Bulgaria, Inglaterra y Francia. El que más nos llamó la atención fue el de Bulgaria, porque pa-rece que está creciendo mucho el consumo de mate allá. Ahora solo vamos a hacer 1000 uni-dades porque la idea es que la gente lo pruebe y nos pueda dar su opinión, para ver si hay que hacer modificaciones.

¿Por qué eligieron hacer un termo de medio litro?

En 2010 hicimos un estudio de mercado con la Universidad de Palermo (UP), a través de FUNDES. Ellos diseñaron todo

el estudio de mercado, ya que nosotros no teníamos idea so-bre cómo hacerlo, y encontra-mos que a la gente le resultaba demasiado grande el modelo de un litro. Por eso lo achicamos.

¿La producción es local o

importan componentes?

La única pieza importada es el tubo de vacío. Pero nuestra idea, si esto escala su nivel en el mercado, es presentar un proyecto en el MINCYT para desarrollarlo acá. El tubo es una ampolla de doble vidrio de bo-rosilicato, el que se usa para la vajilla resistente a golpes y a ca-lor, no es de un vidrio común. Eso impide que se rompa con la diferencia de temperatura. Una alternativa que pensamos

es hacer una ampolla con vidrio común en la parte de afuera y metal en la parte de adentro, pero eso requiere adquirir más tecnología y necesitaríamos un financiamiento más importante. Pero lo bueno es que, una vez que se desarrolla la tecnolo-

gía, se la puede usar para hacer toda una línea de productos re-lacionados con la energía solar,

como colectores solares, po-tabilizadores de agua y cocinas solares. El resto de las piezas las hacemos todas acá, como las que se abren en forma de alas, que son de plástico, y la super-ficie reflectante, que está hecha con un aluminizado especial. Se llama aluminizado por alto vacío y consiste en vaporizar una capa de aluminio sobre la pieza de plástico. Eso permite hacer todo en una sola pieza, y después se aplica una laca que lo protege. De otra manera, hubiéramos te-nido que pegar una lámina con un pegamento y no quedaría bien, además de que en la Ar-gentina no se produce aluminio de alta refractancia, por lo que deberíamos depender de otro insumo importado.

¿Cuál es el próximo paso del proyecto?

Necesitamos aumentar la es-cala, porque 1000 unidades no es nada. Para eso vamos a nece-sitar personal y financiamiento, que es cuando entran los juga-dores grandes que están más vinculados con las variables eco-

nómicas. Hasta acá, junto con FUNINTEC y la UNSAM hici-mos el esfuerzo de transformar

un conocimiento académico en un producto. De aquí en ade-lante, para nosotros es un terri-torio desconocido. En cuanto al producto, estamos pensando en algunas mejoras. Una de ellas es ponerle un sensor de tempera-tura y en conectarlo al celular para poder ver la temperatura en el teléfono, porque la gracia es que al termo se lo ponga al sol y uno se desentienda. Tam-bién tenemos ganas de sacarle la manija, pero eso dependerá de lo que digan los usuarios, y deberíamos disminuir el espe-sor de los materiales, porque está sobredimensionado, y así podríamos bajar los costos del material. Además, pensamos en acoplarle algunos dispositivos, como un tapón que, mientras se esté calentando el agua, permita usar esa energía para cargar un celular con un pequeño motor Stirling que genere corriente eléctrica. Y, para más adelante, estamos pensando en hacer una base para calentar el agua por inducción los días sin sol.

Fuente: http://www.elpais.com.uy