Compendio Evaluación del Aprendizaje

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Trabajo elaborado durante el modulo Evaluación del Aprendizaje,

impartido por el Dr. Félix Hernández Álvarez, en la Maestría en

Ciencias de la Educación con formación en Docencia e

Investigación.

Compiladores:

Cornelio Heredia, Carolina

García Ross, Roberto

Gómez González, Olivia

Hernández de la Cruz, Roberto

Hernández Hernández, María de Guadalupe

Jiménez Pérez, Beatriz Adriana

López Pastor, Carlos Alberto

Morales Camacho, Rosario Concepción

Reyes Osorio, Gricelda del Carmen

Reyes Ramos, Ruth Gabriela

Torres Acosta, Lydice Jannette

Zapata Candelero, Margarita

Pichucalco, Chiapas. Abril / 2011

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Í n d i c e

Introducción 5

I. Modelos contemporáneos de evaluación 7

1.1 Síntesis histórica de la evaluación. 7

1.2 Enfoque de análisis de sistema. 11

1.3 Evaluación por objetivos de comportamiento. 13

1.4 Modelo de evaluación como información para la toma de

decisiones. 16

1.5 Modelo de evaluación sin referencia a objetivos. 19

1.6 Modelo de evaluación basado en la crítica artística. 20

1.7 Modelo de evaluación basado en la negociación. 21

1.7.1 Evaluación iluminativa. 23

1.7.2 Evaluación de estudio de casos. 24

1.7.3 Evaluación respondiente. 25

1.7.4 Evaluación democrática. 26

II. La evaluación en la enseñanza 29

2.1 La práctica de la evaluación. 29

2.2 Qué se entiende por evaluar. 32

2.3 La función del evaluador. 33

2.4 Las funciones de la evaluación. 34

2.5 La evaluación vinculada al proceso enseñanza-aprendizaje. 37

2.6 Una investigación holística e integradora. 44

2.7 Evaluación informal y continua. 48

III. Cómo evaluar, qué evaluar y para qué evaluar 50

3.1 ¿Qué significa evaluar? 50

3.2 ¿Cómo evaluar? 52

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3.3 ¿Qué evaluar? 53

3.4 Necesidades de evaluación. 55

3.5 Procedimiento de evaluación. 62

3.5.1 Procedimientos e instrumentos de evaluación. 66

3.5.2 ¿Cómo utilizar los instrumentos de evaluación? 69

3.5.3 Algunos instrumentos. 71

3.6 Empleo de los resultados de evaluación. 74

3.7 Valor social de la evaluación. 77

IV. La evaluación del control de la educación 79

4.1 Evaluación e investigación. 79

4.1.1 La evaluación. 79

4.1.2 La investigación. 81

4.2 El contexto contemporáneo de los estudios de evaluación. 84

4.2.1 Panorama actual de la evaluación. 85

4.3 Clasificación política de los estudios de evaluación. 86

4.3.1 La evaluación burocrática. 86

4.3.2 La evaluación autocrática. 87

4.3.3 La evaluación democrática. 87

Conclusión 91

Referencias bibliográficas 93

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Introducción

Tradicionalmente, la evaluación era catalogada como una medición del

conocimiento del alumno. Hoy, la enseñanza está al servicio de la educación,

y por lo tanto, existe una necesidad de un cuidado mayor del proceso

formativo. Bajo la perspectiva educativa, la evaluación debe adquirir una

nueva dimensión, con la necesidad de personalizar y diferenciar la labor

docente.

Actualmente, evaluar es el emitir un juicio de valor; cuando hablamos

de evaluación no únicamente nos enfocamos en el alumno. Pueden ser

evaluados tanto alumnos, docentes, instituciones, currículum y al mismo

sistema. Los procesos de enseñanza–aprendizaje y el rendimiento

académico que se deriva de ellos son tradicionalmente los objetos de la

evaluación, pero también lo son los programas, los centros, los profesores,

las administraciones educativas y hasta el sistema educativo. Cada alumno

es un ser único, así como cada alumno tiene una forma diferente de

aprender al igual que sus necesidades; también es una realidad que cada

educando tiene una forma diferente de ser evaluado. Un modelo educativo

moderno contemporiza la atención al individuo, junto con los objetivos y las

exigencias sociales.

La evaluación es hoy quizá uno de los temas con mayor protagonismo

del ámbito educativo, y no porque se trate de un tema nuevo en absoluto,

sino porque administradores, educadores, padres, alumnos y toda la

sociedad en su conjunto, son más conscientes que nunca de la importancia y

las repercusiones del hecho de evaluar o de ser evaluado.

Ante tales circunstancias esta compilación expondrá a lo largo de cuatro

capítulos; en el primero de ellos se plasmarán los diversos modelos

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contemporáneos de evaluación iniciando con una síntesis histórica pasando

por los variados modelos o enfoques que han influido en la evaluación del

aprendizaje.

En el capítulo dos se abarcará la evaluación de la enseñanza y su

práctica; así como lo que es evaluar, las funciones del evaluador y de la

evaluación.

En el siguiente capítulo se plantearan el cómo, qué y para qué evaluar;

las necesidades de la evaluación, el procedimiento del mismo y como

emplear los resultados de estas evaluaciones.

El último capítulo se centrará en la evaluación del control de la

investigación, el contexto contemporáneo de los estudios de evaluación y la

clasificación política de los estudios de evaluación.

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I. Modelos contemporáneos de evaluación

Las formas de concebir y practicar la evaluación tienen que ver con: la

evolución de las funciones que cumple la institución educativa en la sociedad

y en el mercado de trabajo. La evaluación no solo es parte de la agenda del

estado y de las propias universidades, sino que se ha convertido en un

campo central de la actual disputa política en torno a la reforma de la

educación superior, y de los propósitos manifiestos para mejorar la

capacidad de gestión de las universidades. La evaluación nace de la

desconfianza en las instituciones universitarias y sus actores estamentales, y

conlleva a una crítica sorda a su modelo de gobierno y al ethos cultural. La

evaluación se toma más bien en un instrumento de las políticas económicas

y sociales neoliberales orientadas a restringir el gasto público en este sector

y empujar a las universidades a responder a las expectativas de

productividad, eficiencia y rentabilidad y pertenencia.

1.1 Síntesis histórica de la evaluación

En lo que parece ser su primera

manifestación histórica, se configura

como un instrumento de selección

extraescolar, y no es casual que hasta

hoy sea ésa una de sus funciones

dominantes. Se cita la remota práctica

china en el siglo II (a. de C.) para

seleccionar funcionarios de entre sus

ciudadanos que pretendían alcanzar la función pública. Sócrates y diferentes

filósofos griegos en el siglo V a. C. empleaban cuestionarios evaluativos en

sus prácticas.

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En la sociedad feudal europea

occidental, con su doble educación,

una formal que produce a los letrados

controlada y evaluada por la iglesia

católica, y la otra que produce al

caballero controlada y evaluada por

la Orden de Caballería. Desde el

Renacimiento, la naciente burguesía

comienza a imponer sus criterios educacionales, acordes a sus necesidades

e intereses, creando escuelas y universidades a las cuales evalúan sus

financieros aunque en una cruenta lucha con la Iglesia Católica sostenedora

ideológica del decadente feudalismo. De todo lo anterior se infiere que la

valoración o evaluación, tiene carácter Histórico Concreto, debido a lo cual

los criterios evaluativos son el reflejo de las necesidades de la clase o grupo

social que la realice y de la época histórica en la cual se desenvuelve.

En el sector universitario, desde las legendarias Universidades

Islámicas, las Universidades de Bolonia y Paris, así como sus seguidoras,

siempre se evaluó, aunque centrado su accionar, en los resultados de los

estudiantes. La evaluación universitaria nace con la propia universidad, pero

enfocada, sobre todo, en los resultados del proceso de enseñanza

aprendizaje, es a la que hoy en día se le llama Evaluación Educativa. Para

finales del siglo XIX, la evaluación, con sus nuevas acepciones, se extiende

por la Gran Bretaña, la cual posee uno de los más antiguos sistemas de

enseñanza universitaria, y alcanza a las universidades privadas de Estados

Unidos de América,

En el siglo XIX se fundan las bases para el establecimiento de un

modelo de evaluación en la escuela tradicional. La primera prueba de

inteligencia fundamentada en patrones analogías y habilidades razonadas

será establecida por el francés Binet en 1905. El concepto de consiente

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intelectual entendido como la correspondencia entre la edad mental y la edad

cronológica será determinada por el Alemán Stern hacia 1912.

Después de la Segunda Guerra Mundial, la Evaluación cobra fuerza en

el ámbito empresarial, dada por la necesidad de lograr el aumento de la

calidad en los productos y servicios, así como en los procesos de

producción, y que estos sean reconocidos por todos, o sea la acreditación de

los mismos, es el llamado proceso de normalización, lo que redunda en el

desarrollo de la evaluación en el campo educacional. A partir de las década

de los 60 y sobre todo de las de los 70 y 80 del Siglo XX, se incrementa la

necesidad de una evaluación institucional que acredite la calidad del proceso

y/o los resultados según el modelo evaluativo que se siga.

El sentido moderno sobre evaluación se basa en el florecimiento del

positivismo, el empirismo y los métodos estadísticos utilizados en el estudio

de diversidades humanas. A la pedagogía también constituye el surgimiento

divulgación y empleo de los test psicológico. La evaluación como tal tiene

sus inicios en los procedimientos y conceptos de la evaluación del

aprendizaje de principios del siglo XX, y a partir de los últimos 30 años se ha

desarrollado como una disciplina social.

El término especializado, disciplinario que denota una actividad y

procedimiento metodológico específico lo acuñó Ralph Tyler al referirse a la

“evaluación educativa” para denominar el proceso de determinación del

grado de cumplimiento de los objetivos educativos que previamente se

especifican y se aplican. Para Tyler la evaluación es el proceso de medición

del grado de aprendizaje de los estudiantes en relación con un programa

educativo planeado.

En América latina las propuestas de evaluación universitaria se dirigen

hacia dos puntos muy distintos, aunque no necesariamente excluyentes. En

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un caso, como instrumentos correctivos que identifica fallas, carencias y

desvíos. En otro como instrumento selectivo, que identifica factores de

eficiencia y potencial productiva. La evaluación es una práctica muy

extendida en el sistema escolar en todo nivel de enseñanza y en cualquiera

de sus modalidades o especialidades. Es decir actividad que se desarrolla

siguiendo unos usos, que cumple múltiples funciones, que se apoya en una

serie de ideas y formas de realizarla y que es la respuesta a unos

determinados condicionamientos de la enseñanza institucionalizada. Los

modelos de evaluación son considerados a partir de la existencia de dos

grandes paradigmas: Experimentales o cuantitativos y los cualitativos.

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1.2 Enfoque de análisis de sistemas

Cuando la terminología sistémica se habla de enfoque y análisis de

sistemas, se está haciendo referencia a una filosofía punto de vista o forma

de pensamiento y una metodología de trabajo especialmente concebido para

el estudio de sistemas, que nos permitan analizarlos en función de su

desempeño, como punto de referencia para detectar posibles problemas y

generar alternativas de solución para estas.

Como punto de vista, el enfoque y análisis de sistemas representan un

avance muy significativo en el campo científico, en comparación con el

método reduccionista o análisis tradicional. El método reduccionista, los

todos eran divididos primero en partes y posteriormente se procedía a

estudiar cada una de ellas por separado y después las relaciones existentes

entre las mismas. Históricamente, este método permitió el desarrollo de las

ciencias clásicas (filosofía, física, matemáticas, biología, entre otras) con una

identidad y con un lenguaje propio esotérico, que en mucho ha dificultado la

comunicación entre los grupos científicos y el público consumidor de estos

conocimientos.

Como una filosofía, el enfoque sistémico viene a ser el resultado de una

serie de aporte teórico que , a lo largo de la historia de la humanidad, se han

venido acumulando y mejorando, frutos de muchos pensadores, entre los

cuales pueden mencionarse filósofos, psicólogos, matemáticos, biólogos,

quienes con sus ideas buscan moldear en nosotros ciertas actitudes y formas

de percepción de las cosas, tendientes a despertar y desarrollar una

sensibilidad especial hacia la naturaleza sistémica de la realidad.

Como una forma de pensamiento, el enfoque sistémico es un conjunto

unificador de conceptos, técnicas y procedimientos en función de la

identificación y análisis de problemas educativos y la generación de

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alternativas de solución para los mismos. Es una forma de pensar en

problemas. En este sentido, el enfoque sistémico se caracteriza por ser de

naturaleza interdisciplinaria.

Como una metodología de trabajo, el enfoque de sistemas representa

un conjunto de técnicas y procedimientos para abordar problemas educativos

en sus diversas fases de tratamiento. En este sentido, es una metodología

científica aplicable a sistemas o problemas complejo, en donde se cubren

pasos como los siguientes:

1) Definición de problemas.

2) Análisis de los problemas para generar alternativas.

3) Selección alternativa y síntesis o diseños de las mismas.

4) Puesta en práctica, de manera controlada de la mejor alternativa

viable.

5) Evaluación y revisión de los resultados, a fin de efectuar los ajustes

necesarios, en función de los criterios de eficiencia previamente.

El concepto de análisis de sistemas surgió de la ingeniería y se han

sugerido diferentes formulas o modelos para su aplicación en las diversas

actividades del saber humano. Enfoque de análisis de sistemas según G.

Sacristán (2000) “El de sistemas es un modelo de evaluación que descansa

en la concepción de la enseñanza como tecnologías, como una forma de

acción instrumental cuyo valor reside únicamente en la optimación eficaz de

preestablecimiento resultados de aprendizaje”.

Las cuestiones y problemas fundamentales que toda evaluación debe

resolver pueden reducirse a los siguientes:

a) ¿La intervención educativa alcanza a la población prevista?

b) ¿Se ha desarrollado la intervención de acuerdo con la forma

específica con anterioridad?

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c) ¿Es eficaz?

d) ¿Cuáles son sus costes?

e) ¿Qué relación existe entre coste y eficacia?

Es un enfoque funcionalista que prescinde de consideraciones de valor.

La determinación de objetivos se produce en instancias superiores y

externas a las prácticas educativas concretas y por lo mismo se encuentra al

margen de las responsabilidades del evaluador. Asume las finalidades y

objetivos que se proponen en el programa oficial y su única tarea es

comprobar el grado de eficacia del programa desarrollado para alcanzar

aquellas metas propuestas.

1.3 Evaluación por objetivos de comportamiento

Es un método parecido al análisis de sistemas. Concibe la enseñanza

como una tecnología, un conjunto de técnicas que conducen a un fin

preestablecido y en consecuencia la evaluación consiste en comprobar el

grado en que el comportamiento actual del alumno exhibe los patrones

definidos con anterioridad por los objetivos del programa.

Sobre la base de la supuesta correlación entre el desempeño en la

escuela y el desempeño en las actividades laborales, diversos autores en

Estados Unidos en la década de los 20‟s se abocaron a encontrar el mejor

modo de distinguir entre alumnos de rendimiento escolar alto, medio y bajo.

Esta misma creencia llevó a la preocupación por los fines de la educación:

¿hacia dónde debería orientarse la actividad de las escuelas, qué debería

considerarse prioritario teniendo en cuenta las actuaciones (en el trabajo y en

la sociedad) que se esperan de un adulto formado? Para responder a esta

pregunta, autores como F. Bobbit se interesaron por especificar aquellas

actividades humanas “traducibles” en objetivos educacionales. Estableciendo

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en forma detallada la gama de actividades propias de un adulto en sociedad,

Bobbit intentó introducir un criterio para encuadrar la tarea de los docentes y

las escuelas, y dotar a las prácticas escolares de una finalidad práctica más

allá de las especulaciones propias de la academia cerrada sobre sí misma.

Ralph W. Tyler es tradicionalmente considerado

como el padre de la evaluación educativa por ser el

primero en dar una visión metódica de la misma,

superando desde el conductismo la mera evaluación

psicológica. Tyler plantea la necesidad de una eval

uación científica que sirva para perfeccionar.

A comienzos de la década del „50 Ralph Tyler retomó y profundizó la

cuestión de las “actividades específicas de la vida humana” enunciada por

Bobbit, con arreglo a las cuales propuso un sistema de evaluación escolar

basado en la comparación del rendimiento de cada alumno con objetivos de

rendimiento previamente establecidos por los planificadores del currículum.

En esta perspectiva, los objetivos educacionales constituyen los resultados

esperados de la enseñanza. Proporcionan un criterio para establecer qué

esperar de los alumnos, qué deben medir las pruebas, cuáles respuestas de

los estudiantes pueden o no ser consideradas correctas. Evaluar consiste, en

el Modelo de la evaluación por objetivos, en la comparación entre resultados

esperados (objetivos educacionales) y resultados obtenidos.

Para Tyler, la referencia central en la evaluación son los objetivos

preestablecidos, que deben ser cuidadosamente definidos en términos de

conducta, teniendo en cuenta que deben marcar el desarrollo individual del

alumno/a, pero dentro de un proceso socializador. Ralph W. Tyler define la

evaluación como el proceso destinado a determinar en qué medida el

currículo y la enseñanza satisfacen realmente los objetivos de la educación.

También la definió, en otra oportunidad, como la determinación de cómo se

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han alcanzado los objetivos propuestos por el programa. La finalidad de la

evaluación reside en el análisis de la congruencia entre los objetivos y los

logros.

Los instrumentos que utiliza son los tests de rendimiento, siendo la

clave del modelo la determinación de los objetivos en términos de resultados

de aprendizaje observables.

La evaluación por objetivos se apoya en un diseño de investigación

donde pueden distinguirse las siguientes fases:

a) Traducir los fines generales en específicos y medibles objetivos de

comportamiento

b) Elaborar baterías de tests para examinar la actuación del alumno

(antes y después del programa).

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c) Aplicar los tests a una extensa muestra de escuela que apliquen el

programa de innovación.

d) Proporcionar información útil al equipo que diseña el nuevo programa

(evaluación formativa) o aquellos que se interesen en su aplicación

(evaluación sumativa).

El valor de los objetivos se percibe con nitidez dentro de un paradigma

de racionalidad instrumental. Los objetivos son a la escuela lo que las

normas ISO son a la producción: especifican y estandarizan la

transformación de un “alumno-materia prima” en un “alumno-producto

terminado”.

Este modelo ha recibido diversas críticas:

Los cambios en el comportamiento no pueden medirse de forma

suficientemente precisa como para permitir juicios válidos.

Este tipo de estudio permite poca modificación de los programas de

enseñanza.

El estudio de un comportamiento condicionado por un contexto.

Algunos comportamientos observables son frecuentemente simbólicos

1.4 Modelo de evaluación como información para la toma de decisiones

Stufflebeam introdujo una conceptualización de la

evaluación que se basa en la idea de que ésta debería

ayudar a los responsables a tomar y justificar decisiones

que pudieran satisfacer mejor las necesidades de los

clientes.

Desde este enfoque el modelo de adopción de

decisiones se concibe como prescriptivo del tipo de

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necesidades de información que la evaluación debe servir y en virtud de

quien decide sobre procesos y actuaciones curriculares así la evaluación

puede convertirse en un instrumento para clasificar o reforzar la imposición.

Existen estudios de orientación de la decisión, donde la evaluación

debe ser utilizada tanto para el perfeccionamiento de un programa, como

para valorarla. Las decisiones a tomar proporcionan organizadores previos

para los estudios de orientación de la decisión. El origen de los problemas

planteados en este tipo de estudios incluye a todos aquellos que toman

decisiones: administradores, estudiantes, médicos, ciudadanos, y cualquiera

que decida cómo planificar, dirigir y utilizar servicios.

La planificación evaluativa se desarrolla en dos niveles: una

planificación general que reparta prioridades y responsabilidades entre los

miembros del equipo, y una detallada planificación interna del equipo, que

debe dar como resultado planes basados en la experiencia y las

interacciones de los que constituyen el equipo. Así, la planificación y los

estudios evaluativos se convierten en algo más reflexivo, ocupándose de los

procesos, y no solamente de los objetivos.

El modelo Stufflebeam es conocido como CIPP (Contexto, Input,

Proceso y Producto) se

caracteriza por estar orientado

a la toma de decisiones. Así,

la evaluación se estructura en

función de las decisiones que

se deben tomar. Este modelo

organiza el proceso de la

implementación según cuatro

dimensiones y sus

correlaciones:

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1) Contexto: Esta dimensión se nutre de los datos globales

socioeconómicos y sociolaborales nacionales y locales, con énfasis

especial en las políticas de empleo para jóvenes.

2) Input: Identifica y valora los recursos disponibles (humanos, materiales

y financieros) antes del programa; los objetivos y las estrategias

planteadas según los recursos disponibles; las estrategias

implementadas; los recursos asignados y utilizados, el soporte

normativo y las intervenciones realizadas.

3) Proceso: Incluye la interrelación dinámica entre las estructuras del

programa y los diversos actores, generando un sistema vincular:

medio ambiente del programa. Se evalúa especialmente por técnicas

cualitativas.

4) Producto: Los productos (indicadores) se pueden caracterizar según:

a) Eficacia: medida de los logros en un tiempo determinado.

b) Eficiencia: medida de los logros en un tiempo determinado, según

los recursos utilizados.

c) Cobertura: proporción entre los jóvenes que accedieron al

programa y el total de jóvenes en situación de desempleo.

d) Pertinencia: grado de satisfacción de las necesidades específicas

de los jóvenes beneficiarios.

e) Adecuación: correlación entre los objetivos y los recursos

disponibles.

f) Coherencia: grado de correspondencia entre los objetivos y los

dispositivos.

g) Imputabilidad: medida de causalidad o de fuerte asociación entre

los dispositivos y los resultados

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1.5 Modelo de evaluación sin referencia a objetivos

Michael Scriven dice que es preciso hacer tres

distinciones conceptuales:

a. Entre funciones y objetivos de la evaluación: Los

objetivos suponen la estimación del valor de un

producto, un proceso o una actividad, mientras que

las funciones de la evaluación se refieren al uso

que se hace de la información. ¿Para qué? ¿Para

quienes?

b. Entre evaluación formativa y sumativa: Evaluación formativa es la que

contribuye al perfeccionamiento del programa, mientras que la

evaluación sumativa es la que se orienta a comprobar la eficacia de los

resultados.

c. Entre la evaluación v la estimación de la consecución de los objetivos.

El problema, dice él, no puede radicar en el análisis del grado de

consecución de los objetivos, sino en el análisis de la bondad del

programa, puesto que si los objetivos no merecen la pena, nada importa

que no se consigan.

Dos preocupaciones están presentes en la tesis de Scriven: En primer

lugar, el convencimiento de que los efectos secundarios de un programa

pueden ser más importantes que los previstos y, por tanto, deben ser objeto

de evaluación. En segundo lugar, la necesidad de evitar el sesgo del

evaluador al enfocar su búsqueda sólo en función de los objetivos. El

evaluador ha de desconocer los objetivos porque no evalúa intenciones sino

consecuencias. La audiencia de la evaluación, según este autor, han de ser

los consumidores -profesores y alumnos- más que el estamento burocrático.

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1.6 Modelo de evaluación basado en la crítica artística.

Para Elliot Eisner, el modelo de crítica artística

aplicada a la evaluación educativa se asienta en una

concepción de enseñanza como arte y del profesor como

un artista. El evaluador es una especie de experto en

educación que interpreta lo que observa tal y como ocurre

en un medio cultural saturado de significados. Tal

interpretación depende de la comprensión del contexto,

de los símbolos, reglas y tradiciones de los que participa cualquier persona,

objeto, fenómeno o acontecimiento.

La crítica educativa toma la forma de un documento escrito cuya

finalidad es ayudar a ver, comprender la cualidad de la práctica educativa y

sus consecuencias. En este documento se tiene tres aspectos constitutivos;

en primer lugar el aspecto es de carácter descriptivo. Una descripción viva y

detallada de la situación que contiene un enfoque fáctico y otro artístico. El

enfoque fáctico puede emplear numerosas citas directas del discurso del

profesor y alumnos. El aspecto artístico es literario y metafórico e incluso

poético; el segundo aspecto es de carácter interpretativo. El crítico educativo

da cuenta de las interacciones que percibe en las situaciones escolares; en

el tercer aspecto se refiere a la tarea de realizar juicios de valor acerca de los

meritos educativos de lo que ha sido descrito e interpretado.

La critica educativa es esencialmente cualitativa y procesual. Debe ser

sensible a las cualidades que emergen en la vida del aula. Trata de capturar

la esencia de lo singular, lo relevante, las relaciones que definen el

comportamiento de las personas y el desarrollo del proceso. La crítica

educativa cuestiona los supuestos del modelo experimental a la hora de

definir de una forma única y excluyente los conceptos de fiabilidad y validez

de instrumentos y procedimientos de investigación.

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El objetivo principal de la evaluación basada en la critica educativa es

reducir la capacidad de percepción, comprensión y valoración de aquellos

que participan en los programas o experiencias educativas, ofreciéndoles un

retrato vivo y profundo de las situaciones y procesos que definen el

desarrollo de los programas y los intercambios intencionales y significativos

entre los participantes. Ello exige el enfoque prioritario de los procesos,

actuaciones y cualidades emergentes sobre las consideraciones de los

productos, la búsqueda de significados sobre la constatación de la eficacia.

En definitiva conceptualizar la enseñanza mas como proceso artístico que

tecnológico.

1.7 Modelo de evaluación basado en la negociación

Este modelo es una perspectiva que surge

como elemento clave para comprender la

relación que se da entre el evaluador y el

evaluado al momento de interactuar en una

acción didáctica.

Elliot Eisner y la escuela de orientación

cualitativa formada en torno suyo en la

Universidad de Stanford son los proponentes principales de este modelo de

evaluación que rompen radicalmente con los modelos experimentales

convencionales. Este teórico afirma que el modelo de negociación concibe la

enseñanza como un proceso dinámico cuyos significados y cualidades están

cambiando continuamente, son raramente predecibles y a menudo no

pretendidas e idiosincrásicas. Surgen a partir de numerosas y complejas

negociaciones entre los participantes y sus audiencias significativas en

espacios institucionales únicos y solamente pueden analizarse por medio del

estudio de casos, utilizando una estrategia de enfoque progresivo basado en

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la observación participativa y entrevista informal.

El modelo de negociación, agrupa varios submodelos, que aunque han

sido desarrollados independientemente, manifiestan claras conexiones y se

apoyan en supuestos cercanos. Entre los que se mencionan: evaluación

iluminativa, respondiente, estudio de casos y democrática.

Según Alfaro (2000) se promueve una práctica evaluativa y educativa

multidireccional, interactiva, consensual, para esto es necesario:

a. Una autentica comunicación entre los participantes.

b. Respeto y aceptación de uno mismo y de los demás.

c. Un clima de libertad y confianza.

d. Una confrontación de ideas y una búsqueda de acuerdos e intereses

comunes.

Haberman (1989) plantea que debemos tratar así al prójimo no como a

un oponente, sino como un sujeto que tiene igual que nosotros, dignidad y

autonomía y por tanto capacidad para responder de sus actos. Solo así se

puede entrar con una interacción plana con el, en el plano de la

íntersubjetividad, si suponemos que el preguntarle podría dar razón de sus

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actos y explicar por qué en una situación dada ha actuado así y no de otra

manera.

1.7.1 Evaluación iluminativa

Esta perspectiva fue propuesta por Parlett y Hamilton en Inglaterra en el

año 1976, esta concepción coincide con los principios y supuestos básicos

del modelo de negociación. Esta evaluación surge en oposición a la

evaluación tradicional y se opone al “paradigma agrícola botánico” el cual

dominaba el escenario educativo a través del modelo experimental y la

construcción y aplicación de los tests. Sus postulados centrales son: el

sistema instruccional y el medio de aprendizaje, el primero corresponde a los

planes de estudio, las técnicas y los equipos, los cuales se someterán a

modificación que les imponga el medio, los alumnos y los docentes, por otra

parte el medio de aprendizaje está constituido por todas las variables,

culturales, sociales institucionales y psicológica que influyen de manera

directa los procesos de aprendizajes. Las características más significativas

de este enfoque podrían expresarse en los siguientes puntos:

1) Los estudios sobre evaluación deben comprender una tendencia

holística y tener en cuenta el amplio contexto en el que funciona la

innovación educativa.

2) Se preocupa más de la descripción e interpretación que de la medida y

la predicción.

3) Se orienta al análisis de los procesos más que al análisis de los

productos.

4) La evaluación se desarrolla bajo condiciones naturales o de campo y no

bajo condiciones experimentales de tipo de laboratorio.

5) Los métodos principales de recogida de datos son la observación y la

entrevista.

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La evaluación iluminativa no supone solo un simple cambio desde los

métodos cuantitativos los métodos cualitativos; implica también nuevos

supuestos, conceptos y terminología. Dos conceptos son esencialmente

significativos para entender la evaluación iluminativa: el sistema de

instrucción y el medio de aprendizaje, para Parlett y Hamilton un sistema de

instrucciones es un conjunto de supuestos pedagógicos, un plan de estudios

o programas de contenidos y un cuerpo detallado de técnicas y equipo.

Un sistema de instrucciones es un producto teórico, un modelo

abstracto que al aplicarse sufre importantes modificaciones en virtud del

medio, los alumnos y el profesor. El medio de aprendizajes es el contexto

material psicológico y social dentro del cual el profesor y los alumnos

trabajan. Estos dos conceptos pueden estudiarse agrupándolos en cuatros

vertientes:

1) Definición de los problemas a estudiar.

2) Metodología.

3) Estructura conceptual subyacente.

4) Valores implicados en la evaluación iluminativa.

1.7.2 Estudios de casos

En el mes de diciembre de 1975 se realizo la segunda conferencia de

Cambridge sobre el tema “reconsideración del estudio de casos”. En ella se

estructura y se profundiza en las características filosóficas, epistemológicas,

éticas y metodológicas del modelo de investigación y evaluación denominado

estudio de casos. El estudio de casos se desarrolla en el contexto de la

transición histórica interpretativa y se hace a través de una instancia en

acción real en las que los individuos estudian tienen responsabilidades y

obligaciones con las que el estudio puede interferir.

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Jenkins y Kemmis llega a las siguientes conclusiones definitorios del modelo

de investigación denominados estudios de casos:

Los datos del estudio de casos son paradójicamente, cercanos a la

realidad pero difíciles de organizar.

El estudio de casos permite la generalización ya sea sobre una

instancia o una clase.

En las situaciones sociales el estudio de caso se debe representar las

discrepancias o conflictos que aparecen entre los puntos de vista que

adoptan los participantes.

Es una plataforma para la acción.

El estudio de casos presenta los datos de la investigación o

evaluación en forma más accesible y pública que otros tipos de

informe de investigación.

1.7.3 Evaluación respondiente

R. Stake basa sus estudios en articular una concepción de la

evaluación que refleja la complejidad y particularidad de los programas de

forma radial hacia planteamientos claramente cualitativos. La contribución

principal a la teoría de la evaluación la podemos encontrar quizás sea su

artículo “El rostro de la evaluación educativa” publicado en 1967. El modelo

que propone contempla dos matrices de datos que permitan la descripción y

el juicio respectivamente. Cada matriz de se divide en dos columnas:

intenciones y observaciones para la matriz de descripción, y estándar y

juicios para la matriz en cada matriz se recoge tres tipos de datos: datos

sobre antecedentes, datos sobre procesos y datos sobre resultados. El

propósito prioritario de Stak es responder a los problemas y cuestiones

reales que se plantean los alumnos y profesores cuando desarrollan un

programa educativo. El submodelo de Stake contiene las siguientes

características:

Page 26: Compendio Evaluación del Aprendizaje

26

a) Se orienta a describir las actividades más que a definir las

instituciones del programa.

b) Concede más importancia a los problemas que las teorías.

c) Ha de responder a las necesidades de información y al nivel de

conocimiento de quienes se encuentran interesados en el programa.

d) Enfatiza la necesidad de proporcionar a los interesados la experiencia

vicaria del programa e implica en sus análisis y valoración, su

propósito fundamental es describir y ofrecer un retrato completo y

holístico del programa educativo.

1.7.4 Evaluación democrática

Stenhouse, McDonald y J. Elliot se consideran como los máximos

proponentes de un modelo de evaluación que pretende desarrollar al

máximo las posibilidades de los nuevos enfoques cualitativos. La hipótesis es

que la evaluación democrática es el enfoque más efectivo para la evolución y

el mejoramiento de los programas de cooperación para el desarrollo este

proceso orientado a la acción y el aprendizaje consta de los siguientes

pasos:

a) Determinación de la evaluabilidad lo ideal seria que todo programa

incluyera un proceso de evaluación para poder mantener el

desempeño en un nivel aceptable en cuanto a excelencia y poder

aprender constantemente de la experiencia.

b) Análisis del proceso de institucional de toma de decisiones y de los

usuarios de la evaluación. Es muy importante efectuar un análisis del

proceso institucional de toma de decisiones para determinar quienes

son los actores clave que requieren información para resolver

problemas y quienes probablemente utilizan los resultados de la

evaluación.

c) Creación de la capacidad para diseñar e implementar la evaluación.

Page 27: Compendio Evaluación del Aprendizaje

27

Antes que los participantes puedan llegar a un consenso y estar de

acuerdo con respecto al diseño de la evaluación, el evaluador tiene

que actuar como capacitador para crear capacidad técnica en los

participantes y como asesor para facilitar el conocimiento y

comprensión de cómo funciona su programa y crear confianza en que

ellos hagan funcionara.

d) Planificación de la evaluación e identificación del proceso de un

empoderamiento. Las personas estratégicamente ubicadas que fueron

identificadas par efectuar la evaluación obviamente deben estar

involucradas activamente en todo el proceso de evaluación, es decir

desde el mismo inicio.

e) Recopilación y procesamiento de datos. La implementación del plan

de evaluación. Es la etapa más difícil. El evaluador debe asesorar,

abogar y capacitar a los participantes con respecto a metodologías y

técnicas para la recopilación y el procesamiento de datos, dando

orientación y apoyo experto cuando se requieran.

f) Análisis de la información e informes. La interpretación es una etapa

clave en el proceso de evaluaron: los indicadores pueden tener un

significado positivo o negativo según el marco contextual

interpretativo y los contextos ambientales institucionales y externos

con los cuales se relacionan.

g) Divulgación y utilización de los resultados y recomendaciones de la

evaluación. La divulgación y la utilización son dos etapas diferentes:

los resultados y recomendaciones de la evaluación pueden ser

ampliamente divulgadas pero no utilizadas, o pueden ser divulgado

únicamente a un público específico y utilizado de manera efectiva par

mejorar el proyecto evaluado.

h) Institucionalización del proceso y de la práctica de la evaluación. Uno

de los principales resultados del proceso de evaluación democrática

es la institucionalización de dicho proceso en la institución.

Page 28: Compendio Evaluación del Aprendizaje

28

Según la teoría de Silvana Guirtz la evaluación democrática es aquella

donde no solo importa la calificación del trabajo hecho por el alumno, sino

además la evaluación del docente sobre ese mismo trabajo. Toma en cuenta

el niño, el mejoramiento de su auto estima y el trabajar con los interese de

los niños y sobre todo la construcción del conocimiento, toma el aula como

una red de conceptos que se construye en una negociación entre alumno y

docente. Las principales características de la evaluación democrática son las

siguientes:

a) La importancia del intercambio de información.

b) La participación de alumno en el proceso de evaluación.

c) El desarrollo de estrategias para la negociación y cogestión del

currículum.

d) La existencia de una relación de comunicación.

e) Diálogos y respetos entre profesorado y alumnado.

f) Analizar hacia procesos de autocalificación, entendida como

comportamiento y dialogo.

g) Llevar a cabo una meta evaluación.

Page 29: Compendio Evaluación del Aprendizaje

29

II. La evaluación en la enseñanza

2.1 La práctica de la evaluación

Sin eludir la importancia de este componente del proceso evaluador,

debemos considerar que los resultados están supeditados a muchos factores

que constituyen por sí mismos objeto de evaluación. Importa también el

cómo se llega a los resultados, con qué ritmo, a qué precio, con qué medios,

para qué fines, etc. Una evaluación que analiza sólo resultados va

acompañada de imprecisión, parcialidad y malversaciones.

Se evalúan sólo los conocimientos. No se puede rechazar el

aprendizaje de conocimientos porque son necesarios para articular el

pensamiento, para adaptarse a la realidad y poder manejarla. Sin embargo

existe otra serie de pretendidos logros que no se contemplan en el proceso

evaluador: actitudes, destrezas y valores, que constituyen aspectos

educativos relevantes.

Sólo se evalúan los resultados directos pretendidos. La evaluación de la

enseñanza debe tener en cuenta tanto los resultados que se buscan como

los que se van dando a lo largo del desarrollo curricular, así se deben

considerar los efectos laterales, secundarios e imprevistos, siendo éstos en

ocasiones mucho más importantes que los resultados buscados

directamente en el proyecto.

.

Sólo se evalúa a las personas. Es un error someter a los alumnos,

profesores o coordinadores a una evaluación que tenga carácter conclusivo,

sin tener en cuenta las condiciones, los medios, los tiempos, los contextos,

pues no sólo los individuos son los responsables de un proceso o un

Page 30: Compendio Evaluación del Aprendizaje

30

resultado. Hay que contemplar cuáles son los medios con los que cuentan,

las condiciones en las que trabajan y los contextos en los que se mueven.

Se evalúa cuantitativamente. La pretensión de atribuir números a

realidades complejas es un fenómeno cargado de trampas en el área de la

educación. El peligro de la evaluación cuantitativa no es solamente la

imprecisión, sino la apariencia de rigor. No permite contemplar cuestiones

que tienen que ver con el cómo aprende el alumno, cómo relaciona lo

aprendido, para qué le sirve, cómo integra los nuevos conocimientos a los ya

asimilados, cómo es su actitud hacia el aprendizaje, etc.

Se utilizan instrumentos inadecuados. Los instrumentos en curso para

realizar evaluaciones son casi en su totalidad estáticos, cuantificadores y

descontextualizados. Este modo de evaluar hace difícil la comprensión de la

realidad, su interpretación y por tanto la posibilidad de hacer mejoras. Un

instrumento de valoración con la pretensión de ser objetivo generalmente

está cargado de subjetividad y arbitrariedad. No nos preguntamos acerca de

cuestiones como las siguientes:

¿Lo que aparece en el currículum como contenido mínimo es lo

realmente importante y valioso?

¿Lo que ha seleccionado el profesor para la prueba es significativo de

lo que tenía que aprender?

¿Lo que pregunta el profesor es exactamente lo que quiere saber

sobre lo que ha aprendido el alumno?

¿Lo que el alumno lee es lo que el profesor ha querido preguntar?

¿Lo que responde es exactamente aquello que sabe sobre la

cuestión?

¿Lo que interpreta el profesor es lo que el alumno realmente ha

expresado?

¿La valoración corresponde a lo que el profesor entiende que ha

expresado el alumno?

Page 31: Compendio Evaluación del Aprendizaje

31

Por otra parte la aplicación de este tipo de pruebas objetivas bajo el

pretexto de ser más justas, miden a todos por igual. Querer medir de la

misma forma a personas que son diferentes supone en sí una arbitrariedad

que conlleva un componente sesgado de valoración, independientemente del

tipo de contenidos que plantee y de su forma de presentarlos.

No se evalúa éticamente. La evaluación puede convertirse en un

instrumento de opresión. En este caso, el proceso de enseñanza-aprendizaje

se articula más en función de los resultados que en función de la riqueza y

profundidad del saber, y se corre el riesgo de la manipulación y el

sometimiento del alumno. La hora de la verdad es la hora de la evaluación,

no la del aprendizaje.

Se evalúa para controlar. La evaluación en la educación no es

educativa, no mejora el proceso, se cierra sobre sí misma y constituye el

punto final. No se aprovecha la riqueza potencial que lleva en su interior. En

general los alumnos y los profesores cometen los mismos errores año tras

año.

No se hace autoevaluación. La autoevaluación es un proceso de

autocrítica que genera unos hábitos enriquecedores de reflexión sobre la

propia realidad. En la práctica educativa no se realiza, ni se instruye al

alumno sobre la forma de realizarla, ni se le invita a ponerla en práctica. Las

razones de esta omisión son muy variadas, pero la más común entre los

docentes universitarios es que los alumnos carecen de la experiencia

necesaria para autoevaluarse y entre los docentes de niveles más bajos, que

los alumnos no tienen capacidad suficiente.

No se practica la evaluación continua. La evaluación continua no

significa el examen continuo, ni el examen de recuperación. La evaluación

continua significa recoger información continuamente con instrumentos

Page 32: Compendio Evaluación del Aprendizaje

32

variados y versátiles sobre el aprendizaje de los escolares con el fin de ir

adecuando el proceso a las necesidades educativas.

2.2 Qué se entiende por evaluar

En el lenguaje cotidiano se otorga al verbo evaluar el significado de

estimar, calcular, justipreciar, valorar, apreciar o señalar el valor, atribuir valor

a algo. La operación de evaluar algo o a alguien consiste en estimar su valor

no material. En la práctica cotidiana dominante, el significado de evaluar es

menos polisémico: consiste en poner calificaciones a los alumnos y aplicar

las pruebas para obtener la información a partir de la que se asignarán esas

calificaciones.

Curiosamente, la acepción pedagógica y metodológica más exigente y

conveniente tiene un significado amplio, parecido al que posee en el lenguaje

no especializado. Partiremos de una primera idea o definición: Evaluar hace

referencia a cualquier proceso por medio del que alguna o varias

características de un alumno, de un grupo de estudiantes, de un ambiente

educativo, de objetivos educativos, de materiales, profesores, programas,

etc.

Decir qué es evaluar no es algo simple, existe una gran amplitud de

significados posibles. Una definición que recoge las ideas que estamos

trabajando es la siguiente:

Evaluar hace referencia a cualquier proceso por medio del que alguna

o varias características de un alumno, de un grupo de estudiantes, de un

ambiente educativo, de objetivos educativos, de materiales, profesores,

programas, etc., reciben la atención del que evalúa, se analizan y se valoran

Page 33: Compendio Evaluación del Aprendizaje

33

sus características y condiciones en función de unos criterios o puntos de

referencia, para emitir un juicio que sea relevante para la educación.

Si aplicamos este enfoque a los alumnos podríamos decir que la

evaluación es: el proceso por medio del cual los profesores realizan, buscan

y usan información procedente de numerosas fuentes para llegar a un juicio

de valor sobre el alumno.

Evaluar el aprendizaje de un alumno es ante todo emitir un juicio de

valor sobre el mismo, lo cual conlleva una grave responsabilidad. Un juicio de

valor no puede reducirse a un número, ni a un sólo elemento. Ha de abarcar

todos los aspectos que directa o indirectamente inciden en el aprendizaje:

características del alumno, condiciones del centro, elementos del programa y

características psicopedagógicas del docente.

Para Zabalza (1991) "evaluar es comparar”. Cuando evaluamos

estamos realizando tanto una medición como una valoración. Una y otra

cumplen funciones diferentes en el proceso evaluador. A través de la

medición constatamos el estado actual del objeto o situación que queremos

evaluar. A través de la valoración realizamos una comparación entre los

datos obtenidos en la medición y unos determinados parámetros de

referencia.

2.3 La función del evaluador

Actividades fundamentales:

Manejar y conocer el reglamento de evaluación.

Mantener estadísticas de calificaciones por niveles y asignaturas.

Page 34: Compendio Evaluación del Aprendizaje

34

Asesorar a los docentes en las etapas de organización, programación

y desarrollo de las actividades de evaluación del proceso de

enseñanza aprendizaje.

Programar y ejecutar sesiones de trabajo, talleres seminarios, foros,

paneles, etc., para estudiar y analizar las variadas técnicas de

evaluación.

Establecer y sugerir diseños y/o modelos evaluativos que permitan

obtener información de necesidades, proceso y producto de las

acciones curriculares que se estén realizando.

Supervisar que se realicen las evaluaciones diagnósticas, formativas y

sumativas, cumpliendo con el número de notas que señala el

reglamento de evaluación.

Actividades importantes de realizar:

Dirigir los consejos técnicos que le correspondan.

Informar periódicamente al Jefe de su unidad sobre las actividades de

evaluación desarrolladas.

2.4 Las funciones de la evaluación

La evaluación desempeña diversas funciones, es decir sirve a múltiples

objetivos, no sólo para el sujeto evaluado, sino de cara al profesor, a la

institución educativa, a la familia y al sistema social. Aquí nos vamos a

detener a analizar dos de las funciones básicas que el profesor debe tener

presentes en la práctica evaluadora: la función social y la pedagógica.

a. Función social

La función social que cumple la evaluación es la base de su existencia

como práctica escolar. Certificar o no el saber ha hecho que las instituciones

Page 35: Compendio Evaluación del Aprendizaje

35

escolares y los profesores desencadenen toda una dinámica interna de ritos

de evaluación reiterados que acaban desembocando en una calificación final.

Deale (1975) considera que la forma técnica de llevar a cabo la

selección y graduación se justifica científicamente comparando los

rendimientos de los individuos con una norma estadística relativa a un grupo

o apelando al domino de un criterio de excelencia y de competencia en

ciertos conocimientos y destrezas.

Esta función selectiva y jerarquizadora en todos los niveles escolares es

más evidente cuanto más elevado es el nivel escolar.

Este tipo de evaluación se ha convertido en un recurso para lograr el

control sobre el alumno y en un instrumento de poder. Estamos ante una

función de la evaluación, generalmente encubierta, que contamina el clima

social del aula.

Las normas y valores por las que funciona el grupo escolar tienen

mucho que ver con el clima de la evaluación e incide muy directamente en el

desarrollo de cualquier proyecto pedagógico. La confusión llega a un punto

en el que los profesores no sabemos si evaluamos porque queremos

comprobar lo enseñado o enseñamos porque tenemos que evaluar. Para los

alumnos la situación es evidente, tienen claro que la evaluación no es el

diagnóstico de lo aprendido sino la razón para estudiar.

b. Función pedagógica

La función pedagógica de la evaluación, aunque constituye la

legitimización más explícita para su realización, no es la razón más

determinante de su existencia. Una evaluación justifica su utilidad

pedagógica cuando se utiliza como recurso para conocer el progreso de los

Page 36: Compendio Evaluación del Aprendizaje

36

alumnos y el funcionamiento de los procesos de aprendizaje con el fin de

intervenir en su mejora.

Este conocimiento que se deriva de la evaluación lo puede usar el

profesor:

Con el fin de conocer al estudiante para detectar su punto de partida y

establecer necesidades de aprendizaje. Estamos ante una evaluación

inicial y se suele hacer al comienzo de un curso o de una unidad de

enseñanza.

Con el fin de tomar conciencia sobre el curso que va tomando el

proceso de aprendizaje. Se trata de proporcionar información para

detectar errores, incomprensiones, carencias, etc., y poder corregirlos

y superarlos, evitando el fracaso antes de que se produzca. Esta es la

evaluación formativa y tiene lugar a lo largo del desarrollo del proceso

educativo. La evaluación con fines formativos se inserta en el ciclo

reflexivo de la investigación-acción. Pretende responder a la pregunta

de cómo están aprendiendo y progresando nuestros alumnos. Sólo así

se podrán introducir correcciones, añadir acciones alternativas y

reforzar determinados aspectos. El carácter formativo de la evaluación

está más en la intención con la que se realiza y en el uso de la

información que se obtiene que en las técnicas concretas, No toda

evaluación en el proceso es evaluación formativa, sino solamente

aquella que incide en el proceso, como indica el siguiente esquema:

Con el fin de determinar el estado final de un alumno. Es la evaluación

sumativa y tiene lugar después de un periodo de aprendizaje, del

desarrollo de una parte significativa de la materia o de una unidad

didáctica. Su óptica es retrospectiva, sanciona lo que ha ocurrido

mirando desde el final de un proceso, pretende determinar niveles de

rendimiento y su finalidad fundamental es servir a la selección y

jerarquización de alumnos según los resultados alcanzados. Aunque

Page 37: Compendio Evaluación del Aprendizaje

37

la institución reclama la evaluación sumativa, la formativa es la útil al

profesor.

2.5 La evaluación vinculada al proceso enseñanza-aprendizaje

La evaluación se relaciona con los procedimientos de enseñanza-

aprendizaje y su selección, dado que solo la comparación del rendimiento

obtenido mediante distintos procedimientos pueden indicarnos objetivamente

la preferibilidad de algo o algunos sobre los demás sin evaluar jamás se

sabrá si estamos empleando los procedimientos más adecuados para el

logro de los objetivos en las circunstancias reales de operación, o si

debemos sustituirlos o modificarlos para aumentar los márgenes de

aprendizaje. La selección de procedimientos de enseñanza, a demás de

cumplirse los requisitos de la técnica correspondiente, debe ser motivo de

cierta experimentación en la que, a grupos con rendimiento general

semejante, se le someta a experiencias de aprendizaje de distinta índole

para la consecución de los mismos objetivos.

Concluida la etapa, se evalúa el aprendizaje y se comparan los

resultados globales de cada grupo en los contenidos del caso, lo cual nos

permitirá en lo sucesivo adoptar aquellos procedimientos que incluyan las

experiencias de aprendizaje con las que el rendimiento haya sido mayor.

Cuando hablamos de evaluación educativa, nos referimos a todos aquellos

procesos de evaluación que se pueden llevar a cabo dentro del ámbito

educativo. Sin embargo, dicho ámbito es vasto e incluye muchos aspectos y

niveles.

La evaluación de la educación secundaria obligatoria será continua e

integradora. El funcionamiento de la institución escolar reclama al profesor

juicios de carácter sumativo sobre sus alumnos, del tipo de si pasan o no los

Page 38: Compendio Evaluación del Aprendizaje

38

mínimos establecidos, sobre si superan ciclos educativos, cursos y

asignaturas o áreas. Mientras que a todos los profesores se les requiere una

evaluación con esta función, el realizarla con fines formativos es una

exigencia profesional no imprescindible para el funcionamiento del sistema

escolar.

En torno al concepto de evaluación integrada en el proceso de

enseñanza-aprendizaje queremos comentar problemas sobre cómo realizar

una evaluación con fines formativos que sea factible dentro de las

condiciones de trabajo de los docentes. Reclamar la evaluación integrada en

el proceso de enseñanza-aprendizaje es una exigencia pedagógica que no

es fácil de satisfacer, pues se precisan unas condiciones de partida: a) Que

sea factible de realizar por los profesores, adecuada a sus posibilidades y

disponibilidad de tiempo, b) Que se haga con la finalidad básica de obtener

información; es decir, para el mejor conocimiento de los alumnos, del

proceso y contexto de aprendizaje, con el fin de mejorar esos aspectos, c)

Que no distorsione, corte o entorpezca el desarrollo de la enseñanza y del

aprendizaje, creando ansiedad en los alumnos, restando tiempo a los

profesores que podrían dedicarlo a otras funciones, d) Que no genere un

clima autoritario y de control en las relaciones humanas.

Desde este planteamiento se puede establecer una separación

dicotómica entre evaluación ligada al aprendizaje y a la enseñanza y aquella

otra separada o desconectada, que suele realizarse al final de un período

más o menos prolongado de enseñanza, o al término de la realización de

alguna unidad temática, con un acto formal y explícito de comprobación,

como es el poner una prueba o realizar un examen.

La evaluación separada del proceso de enseñanza-aprendizaje debe su

preponderancia a las funciones de clasificación y de selección a las que

sirve, estando apoyada en toda la tradición psicométrica de medición de

Page 39: Compendio Evaluación del Aprendizaje

39

rasgos de personalidad, inteligencia, etc.. (Stodolsky. 1975; Goldstein. 1989).

Esta tradición parte del supuesto de que existen capacidades que se pueden

comprobar en los sujetos, independientemente del contexto en el que se

ejercen y observan. Otro de sus supuestos es que las pruebas aplicadas

tienen que proporcionar la ubicación de cada sujeto dentro de una escala, o

respecto de promedios referidos a ciertos grupos, independientes también

del contexto del individuo, presuponiendo que los ambientes son

equivalentes o que no tienen efectos sobre los resultados. La comprobación

de la capacidad se pretende lograr al margen del ejercicio real de una

competencia o manifestación de la cualidad de que se trate. Así, en la

enseñanza se quiere comprobar el saber, independientemente del modo de

trabajar cotidiano de los alumnos, de cómo adquieren y utilizan el

conocimiento una vez que han acabado un proceso de aprendizaje.

Las funciones sociales y el poder de control que tiene la evaluación

restan importancia al conocimiento que podemos obtener de los alumnos

mientras trabajan y se dialoga con ellos. Esta condición laboral hace que los

profesores admitan como "normal" el separar los momentos de enseñanza

de los de comprobación.

Existen tareas y tiempos para enseñar y. al lado, separados en el

tiempo y en cuanto a procedimientos empleados, otros momentos para

comprobar. La evaluación se desintegra del aprendizaje perdiendo su valor

formativo en el diálogo crítico entre profesores y alumnos. Un modelo crítico

de evaluación, como lo ha llamado Elliott (1990b) parte de la condición de

que: "... la evaluación de la comprensión (se refiere a un tipo de aprendizaje

de calidad) y la enseñanza para la misma no son actividades separadas. El

profesor fomenta el aprendizaje comprehensivo dando acceso a los alumnos

al diálogo crítico sobre los problemas que encuentran al llevar a cabo sus

tareas. Este tipo de evaluación forma parte del proceso de aprendizaje y no

Page 40: Compendio Evaluación del Aprendizaje

40

es sólo una actividad final, centrada en los resultados de aprendizaje" (pág.

224).

La separación entre tareas de enseñar y evaluar en los profesores tiene

una distinción simétrica en los alumnos: la separación entre la adquisición de

información o aprendizaje y las estrategias para responder mejor a la

evaluación. Elliott (1990b, pág. 213), refiriéndose a la enseñanza secundaria,

llama la atención sobre el fenómeno de la posposición del aprendizaje. Se

refiere con ello a cómo los alumnos posponen la labor de aprender a los

momentos cercanos a la evaluación, desplazamiento que implica aprender

según cómo vayan a ser evaluados y para responder a lo que se les exige.

Es un mecanismo que no sólo afecta a la enseñanza secundaria.

El procedimiento de hacer posible la evaluación integrada es plantearla

de manera interactiva (Cardinet, 1986b). Es decir durante el proceso de

enseñanza-aprendizaje. Es preciso entenderla como un proceso natural de

información sobre lo que ocurre, que utiliza múltiples recursos, sin plantear

necesariamente procedimientos formales de evaluar. Se trata de conocer al

alumno. Digamos que precisa de una atención consciente y reflexiva por

parte de los profesores, como una preocupación más de éstos cuando

enseñan. Más que pensarla como algo que se sirve de procedimientos

especiales, es una actividad que descansa en las capacidades del profesor

(naturales y adquiridas por formación) para comprender situaciones,

reacciones de los alumnos, rasgos significativos de cómo ejecutan las tareas,

nivel de sus realizaciones, de las dificultades que van encontrando, del

esfuerzo que ponen. etc.

Señala Cardinet (1986b) que: "La evaluación formativa, para que sea

aplicable por los profesores, no tiene que exigirles el uso de un extenso

conjunto de instrumentos apropiados. Porque es en el mismo curso del

aprendizaje donde la forma de operar y donde las realizaciones de los

Page 41: Compendio Evaluación del Aprendizaje

41

alumnos tienen que ser observadas y utilizadas inmediatamente para

rectificar su forma de proceder. Del análisis de los ejercicios que

corrientemente se realizan en clase se pueden extraer todo tipo de

informaciones".

Desde esta óptica. Harlen (1978) la define también, como: "El proceso

de obtener información sobre aspectos relevantes de la experiencia y de las

cualidades de los alumnos para adoptar decisiones sobre el ambiente de

aprendizaje que estimule el progreso de los alumnos e incremente la eficacia

del profesor".

La formalización metodológica de estos procedimientos de

conocimiento integrados en la actividad de enseñanza se plantea cuando las

informaciones sobre el alumno es preciso acumularlas durante un tiempo,

darlas a otros profesores, utilizarlas para promocionar o no al alumno, para

recomendar recuperaciones o informar a los padres.

Esta evaluación no separada del proceso de aprendizaje, manejable por

los profesores como recurso de conocimiento y guía de la actividad normal

de enseñar, tiene su defensa en el sentido común y en paradigmas de

investigación que tengan como primera preocupación el mejorar las prácticas

reales de educación. La evaluación con fines selectivos y de clasificación

apoyada por la tradición de medición ha contado con más aparato

metodológico justificador, arropada por la aureola de la objetividad en la

apreciación de resultados educativos. Ha tenido que reconocerse que sean

legítimas otras metodologías en ciencias sociales y demostrarse la

inviabilidad de muchos procedimientos pretendidamente objetivos, para que

al conocimiento obtenido por vía de observación de los profesores, por

ejemplo, se le adjudicara un importante papel en la dirección y mejora de la

práctica. El sentido común siempre había reconocido el valor del

conocimiento personal de los profesores.

Page 42: Compendio Evaluación del Aprendizaje

42

Apelar a la importancia de los métodos de conocimiento del profesor

para adquirir información, mientras participa en situaciones naturales de

enseñanza, supone conceder un peso importante a sus capacidades para

percibir los procesos educativos y a sus esquemas de interpretación. Si de

las evaluaciones elaboradas por esta vía quieren obtenerse datos objetivos

del rendimiento escolar de los alumnos con fines de clasificación, selección o

acreditación, evidentemente esta evaluación integrada en el proceso tiene

poca defensa metodológica. Pero no hay que olvidar que tampoco están

exentas de distorsiones las evaluaciones separadas del proceso.

Si el conocimiento sobre los alumnos y sobre los procesos de

aprendizaje que ofrece la evaluación ha de servir de ayuda para el desarrollo

consciente de la práctica en el aula, entonces sólo las informaciones

adquiridas como significativas por los profesores, en contextos concretos, les

servirán, independientemente de la validez metodológica que tengan. Esa

evaluación integrada, puede tener, no obstante, mucho más valor informativo

para los docentes que los resultados de la evaluación separada del proceso.

¿Qué dice de un alumno el 4 sobre una escala de 10, como resultado de una

prueba de comprobación de rendimiento, olvidándonos del tipo de

conocimiento en el que se acertó o erró? Sabemos que está en un lugar más

bien bajo de esa escala a efectos de clasificación si damos por supuesto que

la puntuación 5 es el promedio. Que el profesor aprecie que un alumno es

"lento" -otro tipo de apreciación o valoración relativa- en la realización de

tareas, pero que al final las suele concluir adecuadamente, proporciona

también poca información. Pero, ¿acaso es menos útil al profesor que decir

que obtiene un 4 en una escala de 10, para conocer al alumno, valorar su

rendimiento y adaptar la estrategia de enseñanza a ritmos de aprendizaje

diferentes, aunque se trate de una apreciación personal obtenida mientras

sigue el trabajo del alumno, sin pretensiones de objetividad metodológica?

Page 43: Compendio Evaluación del Aprendizaje

43

Lo que queremos resaltar con todo esto es que más que asegurar

evaluaciones indiscutibles en cuanto a su objetividad, desde el punto de vista

pedagógico y para una educación no selectiva, lo fundamental para la mejora

de los procesos pedagógicos es perfeccionar la competencia de los

profesores para realizar apreciaciones acertadas sobre sus alumnos, a partir

de las capacidades y esquemas de percepción, atribución e interpretación

que poseen en las condiciones naturales de trabajo. Lógicamente, las

posibilidades de obtener diferentes tipos de información sobre el alumno -los

indicios en los que se apoya la percepción-, además de estar ligadas a las

capacidades de apreciación de los profesores, dependen de las actividades

en las que se trabaja. Sólo se puede observar la originalidad del alumno

cuando el método y las tareas concretas de aprendizaje permitan su

expresión. Dicho de otro modo: la información que se puede obtener

depende de que la actividad pedagógica permita que se manifiesten unos

rasgos u otros del alumno en el trabajo académico, en las relaciones

personales, etc. ¿Cómo evaluar, su capacidad de expresión oral si no se

deja que la practiquen? Las posibilidades de la evaluación integrada de

forma natural en el proceso de enseñar y de aprender dependen de las

tareas académicas que se practican y de la capacitación del profesorado.

La utilidad pedagógica de la evaluación tiene que ver con la

metodología que se utiliza para realizarla y expresarla. Si la evaluación

queda integrada en el proceso de enseñanza-aprendizaje los datos más

ricos, en cuanto a la información que le puedan aportar al profesor, no son

los de carácter cuantitativo o las calificaciones numéricas. En realidad todo

proceso de evaluación tiene un carácter cualitativo porque se trata de

valorar, enjuiciar o asignar valor (Álvarez, 1985); lo que ocurre que el

resultado de ese proceso puede plasmarse en un número o en un juicio de

otro orden, como adjetivos o expresiones diversas.

Page 44: Compendio Evaluación del Aprendizaje

44

En los estudios sobre métodos y prácticas de evaluación la dicotomía

entre evaluación cualitativa y cuantitativa ha adquirido una relevancia que

tiene su justificación en dos tipos de preocupaciones. Por un lado, existe un

problema metodológico sobre cuáles son las formas más relevantes de

captar y reflejar la realidad de los procesos y resultados de la educación

(Cook y Reichardt, 1986); de otra parte, y esto es lo más relevante para el

profesor, está el problema de qué capacidad de información tienen una y otra

forma de expresar la evaluación para profesores, estudiantes, padres, etc.

Un número se interpreta dentro de una escala y nada más. Sirve para

jerarquizar y para señalar niveles, pero no informa de su significado, salvo

que se explícito el proceso por el que pasamos desde la lectura y apreciación

de un trabajo hasta la calificación. Un juicio cualitativo sí permite comunicar

lo que significa el trabajo del alumno.

2.6 Una evaluación holística e integradora

Características de la evaluación.

El tipo de evaluación que estamos presentando se caracteriza por los

siguientes aspectos básicos:

a. Integrada al proceso de enseñanza-aprendizaje

b. Holística y globalizadora

c. Continua

a. Una evaluación integrada. Reclamar la evaluación como integrada en el

proceso de enseñanza-aprendizaje, es una exigencia pedagógica que no es

fácil de satisfacer. Este planteamiento nos lleva a contrastar dos tipos de

evaluaciones: la evaluación ligada al proceso de enseñanza y aprendizaje y

aquella otra separada o desconectada del proceso que se suele realizar al

final de un periodo más o menos prolongado de enseñanza.

Page 45: Compendio Evaluación del Aprendizaje

45

La evaluación separada del proceso de enseñanza-aprendizaje debe su

preponderancia a las funciones de clasificación y de selección a las que

sirve. Trata de comprobar el saber independientemente del modo de trabajar

cotidiano de los alumnos y de cómo adquieren y utilizan el conocimiento una

vez que han acabado un proceso de aprendizaje. Esta evaluación resta

importancia al conocimiento que podemos obtener de los alumnos mientras

trabajan y se dialoga con ellos y hace que los profesores separen los

momentos de enseñanza de los de comprobación, dando como resultado

una evaluación desintegrada del aprendizaje y perdiendo así el valor

formativo de la misma.

La evaluación de la comprensión de un aprendizaje de calidad y la

enseñanza para la misma no son actividades separadas. El profesor fomenta

el aprendizaje comprehensivo dando acceso a los alumnos al diálogo crítico

sobre los problemas que encuentran al llevar a cabo sus tareas. Este tipo de

evaluación forma parte del proceso de aprendizaje y no es sólo una actividad

final, centrada en los resultados.

El procedimiento para hacer posible la evaluación integrada consiste en

plantearla de manera interactiva, es decir durante el proceso de enseñanza-

aprendizaje. Se trata de conocer al alumno y esto precisa una atención

consciente y reflexiva por parte de los profesores, como una preocupación de

estos cuando enseñan.

Esta evaluación no separada del proceso de enseñanza-aprendizaje

tiene su defensa en los paradigmas de investigación que tienen como

primera preocupación mejorar las prácticas reales de educación. La

evaluación integrada posee mucho más valor informativo para los docentes

que los resultados de la evaluación separada del proceso.

Page 46: Compendio Evaluación del Aprendizaje

46

La posibilidad de obtener diferentes tipos de información sobre el

alumno depende, no sólo de las capacidades de apreciación de los

profesores, sino también de las actividades que se trabajan. Por ejemplo,

sólo se puede apreciar la originalidad de un alumno cuando el método y las

tareas concretas de aprendizaje permitan su expresión.

Por otra parte, su utilidad pedagógica tiene que ver con la metodología

que se utiliza para realizarla y expresarla. Esto nos lleva a considerar la

dialéctica entre una evaluación cualitativa y una evaluación cuantitativa o, lo

que es lo mismo, entre las exigencias de vigor frente a las exigencias de

rigor. El control científico implica altas cuotas de rigidez y artificialidad y aquí

la cuestión es la siguiente: ¿qué nos interesa más a nosotros, como

profesores, que la evaluación sea exacta o que sea rica?

El problema surgió con los nuevos planteamientos de la función de la

escuela. Lo que importa ahora evaluar no es sólo los productos cognitivos de

los alumnos sino otras muchas variables: adaptación de los sujetos, dinámica

de la clase, ámbitos de la afectividad y expresión personal. Desde esta

perspectiva la evaluación es entendida como: Un proceso de recogida y

provisión de evidencias sobre el funcionamiento y evolución de la vida en el

aula, en base a las cuales se toman decisiones sobre la posibilidad,

efectividad y valor educativo del currículum.

No se puede recoger información sobre todo el conjunto de aspectos

relacionados con lo educativo desde las técnicas convencionales y clásicas,

son necesarios nuevos enfoques y modelos menos rigurosos en cuanto a su

elaboración interna, pero más capaces de responder a la

multidimensionalidad, dinamismo e impredectibilidad del acto didáctico. Así,

se consideran importantes medios para obtener información: el diario del

profesor, la observación de las clases, los coloquios abiertos, etc. las

técnicas cualitativas y cuantitativas han de complementarse para permitirnos

Page 47: Compendio Evaluación del Aprendizaje

47

captar en toda su globalidad y riqueza de matices lo que sucede en la

enseñanza.

b. Una evaluación holística o globalizada. La evaluación integrada de manera

natural en el proceso didáctico tiene que abarcar al alumno como ser que

está aprendiendo (Gimeno Sacristán, 1992 pág. 387). Una evaluación que

tenga un carácter globalizador y holístico, debe alcanzar a toda la

personalidad del alumno. Esta pretensión holística de la evaluación se apoya

en los siguientes aspectos:

La implantación de una forma más humana de entender a los

alumnos, que se centra no sólo en los aspectos intelectuales de la

persona, sino también en otras dimensiones de tipo afectivo, social y

ético.

La adopción de modelos ecológicos de explicación del desarrollo y del

aprendizaje.

La repercusión de modelos de evaluación que plantean la necesidad

de explicar realidades complejas.

Una pedagogía total que atienda a la integridad del desarrollo del

estudiante entiende al alumno que aprende como una unidad, explicando su

progreso como consecuencia del comportamiento de toda su personalidad

en relación con las circunstancias que le rodean. Esta es una aspiración

inherente al entendimiento de la enseñanza como comunicación personal y

estímulo del desarrollo de las posibilidades personales y de ayuda a la

superación de limitaciones.

Llevar a la práctica este tipo de evaluación en el momento actual tiene

serios obstáculos. Uno de ellos es una formación profesional limitada de los

docentes para procesar información, recogerla, interpretarla y registrarla.

Otra limitación procede de la organización de la docencia en los niveles

superiores, donde un profesor imparte clases de acuerdo a la especialidad

Page 48: Compendio Evaluación del Aprendizaje

48

de una asignatura, teniendo que atender muchos alumnos en varios grupos.

Esta situación restringe la posibilidad de conocimiento global de los alumnos,

exigiéndose en este caso la formación de equipos docentes de trabajo con el

fin de integrar, en una visión coherente y cooperativa, los criterios de

valoración de los alumnos.

Considerar una evaluación con estas características implica que los

profesores tengan una actitud investigadora, atenta a la complejidad del

aprendizaje. Esta actitud es la que conduce al progreso en educación. El

proceso educativo es una espiral creciente, constituida de múltiples unidades

elementales y compuestas por tres elementos: reflexión-acción-reflexión.

Resumiendo, se puede afirmar que la acción educativa reclama un

permanente estado de alerta, poniendo atención a todo lo que ocurre,

alternando sucesivamente la acción reflexiva con la ejecutiva, sin dar en

ningún momento tregua a la improvisación. El puente que se tiende entre

cada una de las diferentes acciones educativas es lo que da coherencia y

solidez a la acción educativa global.

2.7 Evaluación informal y evaluación continua

La evaluación informal se caracteriza por ser superficial, improvisada,

con validez y confiabilidad no verificada. Este tipo de evaluación es la que se

realiza para tomar decisiones en la vida cotidiana. Por ejemplo, observar las

condiciones del tiempo para determinar cómo salir vestido.

Estas evaluaciones son emergentes, no se planif ican, se basan en

datos escasos y bastantes subjetivos. Normalmente anteceden a

decis iones que tienen escasa trascendencia para las personas o

instituciones involucradas y que no les afectan de un modo permanente.

Page 49: Compendio Evaluación del Aprendizaje

49

En general, la evaluación informal surge con frecuencia en la vida

cotidiano de los personas y también ocurre en el contexto escolar. Una

forma de evaluación informal es la que realizan los profesores al enfrentar

una situación que aparece de improviso en el aula, como la partic ipación

de un estudiante, las dif icultades manifestadas por los estudiantes ante la

realización de una tarea. Las evaluaciones informales están presentes en los

diálogos entre personas que, de alguna u otra manera, forman parte del

proceso ed uc at i vo o de la institución. Por ejemplo padres y profesores,

estudiantes y sus docentes, docentes y directivos.

Una evaluación continua es inherente a los planteamientos de una

evaluación integrada en el proceso de enseñanza con intención formativa y

desarrollada más bien por procedimientos informales. Este concepto surge

como alternativa a los exámenes que abarcan gran cantidad de contenidos,

tras largos periodos de aprendizaje. En la práctica, el intento de sustituir el

sistema tradicional de evaluaciones finales por un sistema de información

más continuo, ha pasado a convertirse en exámenes frecuentes, o en la

mera sustitución de un examen final por varios parciales cuyas calificaciones

dan por acumulación la calificación definitiva. Gimeno Sacristán (1992 pág.

393) considera que una evaluación continua tiene coherencia pedagógica:

sólo si la entendemos con fines formativos, realizada por los profesores

dentro de las prácticas habituales de trabajo y de seguimiento de tareas, en

un clima de fluida comunicación, donde es posible conocer directamente al

alumno sin tener que aplicarle exámenes desligados del trabajo normal para

comprobar sus adquisiciones, carencias, posibilidades, etc.

Page 50: Compendio Evaluación del Aprendizaje

50

III. Cómo evaluar, qué evaluar y para qué evaluar

3.1 ¿Qué significa evaluar?

La evaluación es un proceso que procura determinar de la manera más

sistemática y objetiva posible, la pertinencia, eficacia, eficiencia e impacto de

las actividades formativas a la luz de los objetivos específicos. Constituye

una herramienta administrativa de aprendizaje y un proceso organizativo

orientado a la acción para mejorar tanto las actividades en marcha, como la

planificación, programación y toma de decisiones futuras.

Lo que no debe hacer la evaluación es categorizar. La categorización

del conocimiento impide reconocer de manera efectiva el avance en el

proceso de enseñanza-aprendizaje, al enmarcar por episodios la capacidad

intelectual del aprendiz. Tampoco debe generalizar. Así como todo

conocimiento es diferente, todo proceso que conlleva a él es diferente de

persona a persona, es decir, todos aprendemos de manera diferente, no

debemos generalizar, aunque si establecer criterios. Tampoco es calificar;

asignar a un número no significa conocimiento, entonces, evaluar no es

calificar. La evaluación nos ayuda a medir los conocimientos adquiridos y nos

proporciona información de los avances de los mismos con la finalidad de

conocer si se están cumpliendo o no los objetivos propuestos. La evaluación

educativa es un proceso sistemático y dirigido, en el cual intervienen una

serie de elementos. Estos elementos nos permiten determinar si un sujeto ha

alcanzado todos los objetivos planteados, propiciando con ello un cambio en

su actitud de manera significativa.

En términos generales, supone una instancia de valoración. En los

términos particulares de la evaluación educativa es posible distinguir varios

objetos de evaluación cuyas relaciones implícitas son evidentes. Entre otros,

Page 51: Compendio Evaluación del Aprendizaje

51

es posible valorar el sistema educativo, las instituciones, el profesorado, los

materiales de la enseñanza, los proyectos educativos y los aprendizajes. En

el caso particular de la evaluación de los aprendizajes de los alumnos,

evaluar supone que y para que evaluar, por lo cual es requisito esencial

recoger información, formular un juicio de valor y tomar decisiones con vista

al futuro.

Como señala Imbernon, fue Tyler en los años cuarenta quien al plantear

la educación como un proceso definió a la evaluación como una instancia en

que debía establecer en qué medida se había alcanzado los objetivos

establecidos inicialmente. Dos décadas después aparecerían nuevas

preocupaciones éticas y sociales respecto a la problemática evaluativa

desarrollarían en la década de los setenta, otros enfoques como las

alternativas cualitativas. Y así podemos llegar a concebir a la evaluación

educativa ya no como una finalidad de la enseñanza sino como un medio de

perfeccionamiento y mejora constante. En virtud de este proceso histórico es

posible reconocer diferentes concepciones de evaluación. Desde el

paradigma cuantitativo esta puede ser entendida como objetiva, neutral y

predictiva, de manera tal que centra en la eficacia y la eficiencia. Lo que se

evalúa es pues los productos observables.

Pero desde una perspectiva cualitativa, por el contrario, la evaluación

se centra en reconocer lo que está sucediendo y comprender que significado

esta tiene para las diferentes personas, en este caso no solo se evalúa el

producto sino también el proceso. Para un tercer paradigma, el crítico, la

evaluación no solo se centra en recoger información sino que también

implica dialogo y auto reflexión. Otra dimensión de análisis respecto a las

evaluaciones es considerar que estas pueden ser sumativas o formativas.

Mientras que las primeras se centran en el producto final, las segundas se

orientan más hacia los procesos.

Page 52: Compendio Evaluación del Aprendizaje

52

3.2 ¿Cómo evaluar?

Esta referido a la importancia de la obtención de la información. En las

instituciones educativas en general esta circula en forma oral y espontanea.

Tomar decisiones en cuanto a cómo evaluar requerirá de consideraciones y

criterios, el problema metodológico es mucho más amplio y profundo que la

serie de instrumentos a evaluar. La clara determinación de los aspectos a

evaluar, de los específicos o variables y de los posibles indicadores, es

fundamental para pasar más tarde a construcciones estratégicas y de

instrumentos de recogidas de datos. Una serie de interrogantes nos permiten

discriminar, orientar el proceso de selección de indicadores que permitan

recoger esos datos que den cuenta de la existencia o no de aspectos a

indagar, eso si cualquiera sea el modelo por el que se opte el proceso, las

técnicas o instrumentos deben respetar la validez y fiabilidad como

condiciones fundamentales.

La evaluación como hemos mencionado, puede ser utilizada como un

instrumento de control social que fija parámetros y legitima niveles de

acreditación. Sin embargo una mirada reflexiva sobre las prácticas

pedagógicas, implica concebirlos como herramientas que permiten identificar

el modo en que el alumno construye su conocimiento. Esto implica:

Comprender el significado de las respuestas elaboradas por los

alumnos

Considerar el tipo de información relevada por el docente en relación al

proceso de aprendizaje y al proceso de producción.

Page 53: Compendio Evaluación del Aprendizaje

53

3.3 ¿Qué evaluar?

El alumno no es el único implicado en el acto de avaluar, por ello la

respuesta a esta pregunta depende de la función que le atribuimos a la

evaluación.

a) Evaluación del alumno

Todos los objetivos educativos, pueden, con más o menos facilidad, con

más o menos éxito, ser evaluados.

El ámbito cognitivo, la adquisición de conocimientos, de habilidades y

las aptitudes intelectuales: el saber y el saber hacer

El ámbito afectivo, el desarrollo de aptitudes en relación al contenido

pedagógico, con relación al grupo: el saber ser, ver, sentir y

reaccionar.

El ámbito psicomotriz, en el enriquecimiento de las conductas

motoras: las habilidades motoras.

El ámbito social, en el relacionamiento permanente en todos los

niveles: cooperar y competir.

“Esta clasificación analítica, aunque artificial, nos permite ver los efectos

del proceso educativo. Por ello el objetivo de la evaluación es hacer aparecer

esos efectos, volverlos transparentes, en forma indirecta, por medio de una

metodología adecuada” (B. Maccario)

b) Evaluación del docente

“En el papel mediador de la acción pedagógica, el docente no es

neutro, ya que se compromete por entero en la situación pedagógica, con lo

que cree, con lo que dice, con lo que hace, con lo que es. Según el tono que

adopta, la mirada que emite, el gesto que realiza, su mensaje adquiere un

valor especifico, para el conjunto de los alumnos y una resonancia especial

para alguno de ellos…” (M. Postic)

Page 54: Compendio Evaluación del Aprendizaje

54

El docente debe efectuar su evaluación en las siguientes áreas:

1) Estudio de sus características personales (aptitudes, motivaciones,

hábitos, conocimientos)

2) Observación de sus comportamientos (rasgos de conducta y

relacionamiento social)

3) Estudio de los efectos del proceso educativo seleccionado sobre los

alumnos. (B. Maccario)

El docente debe evaluar su “estrategia pedagógica”, entendida “como la

ciencia y/o arte de combinar y coordinar acciones para alcanzar un objetivo.

Corresponde a una planificación para llegar a un resultado proponiendo

objetivos que se quieren lograr y los medios que se disponen para lograrlos.

(G. Mialaret)

La noción de estrategia, más que la de método, destaca la

interdependencia entre la elección de los medios y las fases previas de

formulación de los objetivos, de identificación de las características de los

alumnos, del análisis de los recursos y de las dificultades. (P. Brunswing-G.

Berger)

Page 55: Compendio Evaluación del Aprendizaje

55

Para ello es necesario cuestionarnos acerca de:

La coherencia entre los objetivos y el resultado

La adaptación de los objetivos a las posibilidades de cada alumno

Si las exigencias están adaptadas a los intereses del alumno

Si las situaciones de aprendizaje y su presentación tienen relación con

las actividades a desarrollar

Si la relación entre los recursos y las dificultades es explotada al máximo

Si el comportamiento del docente (nosotros) fue el adecuado.

“Actuar conscientemente es saber a dónde se quiere ir, es tener

preparada su acción, es saber si se han alcanzado los objetivos, es, aun

mas, cuestionar y reajustar su acción teniendo en cuenta la distancia entre

los resultados esperados y los resultados posibles”(L.D. D`Hainaut)

3.4 Necesidades de evaluación

“La evaluación de necesidades constituye el punto de partida para

identificar situaciones deficitarias o insatisfactorias que reclaman de

prioridades o asignación de recursos en el ámbito de la formación. El análisis

de necesidades ha de evidenciar los déficits del sistema, de las personas o

de los grupos y los puntos de confluencia y divergencia, siendo la

determinación política lo que ha de definir las necesidades que se satisfacen

y las prioridades que al respecto se establecen” (Medina y Villar, 1995).

Tanto en la discusión como en la práctica de evaluación de

necesidades, se emplean una gran variedad de conceptos del término

“necesidad”. Sin embargo, la mayoría de estudios se han basado sobre una

de las tres variaciones de la definición del término necesidad: necesidad

entendida como discrepancia, necesidad entendida como deseo o

preferencia; y necesidad entendida como déficit.

Page 56: Compendio Evaluación del Aprendizaje

56

Montero (1987) define el constructo necesidad formativa como: “El

conjunto de problemas, carencias, deficiencias y deseos percibidos por los

profesores en el desarrollo de la enseñanza”.

La evaluación de necesidades, según Gairin (1995) es: “… una

dimensión de la evaluación dirigida a emitir juicios de valor sobre los déficits

que se dan en una determinada situación”.

Para Suarez (1990) (citado en Walberg and Haertel, 1990) “La

evaluación de necesidades consiste en un proceso de recogida de

información y análisis, que da como resultado la determinación de las

necesidades de los individuos, grupos, instituciones, comunidades o

sociedades”.

En concreto, el objetivo básico de las evaluaciones de las

necesidades es delimitar las áreas en las cuales existe un déficit o donde no

se hayan alcanzado las metas deseadas. Los resultados de las evaluaciones

de necesidades son utilizados después para acciones tales como

planificación o búsqueda de soluciones para obtener una mejora de la

situación.

Los educadores deben anticipar y entender las necesidades de aquellos

para los que están diseñados los programas. Hay diferentes maneras de

evaluar las necesidades y aquellos que planean un programa educativo van

a querer considerar esto sobre la base de:

Tiempo disponible

Complejidad de los programas y de su distribución geográfica

Si el programa se está llevando a cabo por primera vez o si ya tiene

conocimiento del electorado a quien va dirigido; y

Recursos financieros disponibles.

Page 57: Compendio Evaluación del Aprendizaje

57

Básicamente, los educadores quieren asegurar la asistencia

profesional. Esta sección proporciona una visión global en donde los

educadores pueden determinar qué tipo de asistencia profesional es

necesaria y la forma en que debe ser manejada. Encuestas describe las

actividades más comunes y complejas de las que se tendrá que encargar el

equipo educativo. Pero es posible utilizar información disponible y usar el

equipo de educación en sí mismo para obtener información a través de los

interlocutores e intermediarios. La evaluación de necesidades

frecuentemente empieza con un análisis riguroso de los procesos existentes.

Este proceso permitirá identificar carencias y potenciales áreas de mejora.

Habiendo identificado las necesidades de mejora, un análisis de la tecnología

disponible, incluyendo una investigación de los métodos empleados por otras

autoridades, puede indicar que existen una o varias soluciones.

La diversidad de procesos, prácticas y objetos de evaluación es un

elemento que marca las políticas educativas de fin de siglo. El intento de

mejorar el sistema Educativo tiene como uno de sus ejes centrales la

realización de actividades de evaluación. No se trata de un movimiento

aislado en una escuela, en un proyecto pedagógico o en un país; sino, por el

contrario, de un proyecto claramente internacional, que forma parte de los

nuevos esquemas de globalización que circundan nuestro mundo.

La globalización no sólo ha puesto en el centro de interés los procesos

de integración regional y las multirelaciones e interdependencias

económicas, también conlleva una uniformización de la cultura y de los

valores, lo cual permitiría hablar también de una globalización de los

procesos educativos. La política educativa se mueve entre dos tipos de

tensiones: por un lado las que emanan tanto de las exigencias de desarrollo

nacional como de atención a las particularidades regionales, culturales y

personales de los actores de la educación; por otro lado, las que resultan de

Page 58: Compendio Evaluación del Aprendizaje

58

la implantación de propuestas de organismos internacionales, ya sea de

carácter financiero (Banco Mundial, CEPAL), o bien cultural (UNESCO,

UNICEF). Podemos afirmar que la evaluación educativa forma parte de las

estrategias desarrolladas por tales organismos y que el ámbito de ésta, es

decir, las prácticas de evaluación y su desarrollo teórico-técnico, se

encuentra estructurado, de hecho, por dos orientaciones básicas, que juegan

el papel de paradigmas. Uno de estos paradigmas podría caracterizarse

como la perspectiva académico-técnica, la cual deriva sus planteamientos

conceptuales -validez, confiabilidad, poder de discriminación- de la teoría de

la ciencia; su debate se centra en la consistencia de sus instrumentos, a los

cuales confiere una objetividad fuera de toda duda.

El otro paradigma corresponde, a la perspectiva político-institucional, la

cual reconoce que la evaluación Forma parte de las estructuras de poder

(internacional y nacional) que afectan los procesos institucionales. Esta

perspectiva establece que los procesos de evaluación cuidan la forma, pero

desatienden el fondo del problema, debido tanto a su intento de objetividad

académica como a los problemas sociales que yacen bajo los procesos

educativos y que se desvirtúan en el debate de la objetividad. (Entre ellos,

por ejemplo, el tema del acceso a la educación y la intención de lograr un

desarrollo social que se finquen una concepción de desarrollo humano.) Esta

visión desconfía del nuevo lenguaje pedagógico, verbigracia: calidad,

equidad y eficiencia, que en los hechos ha desplazado a conceptos como

justicia social, democracia e igualdad de oportunidades.

Estas orientaciones en el campo de la evaluación no son novedosas.

Quizás los últimos 20 años de formulaciones conceptuales al respecto se

han caracterizado por fundamentar la tradicional perspectiva tecnicista, que

restringe, al dotarlas de neutralidad valorativa, las acciones de evaluación a

una visión científico-técnica. Sin embargo, frente a esta vertiente se ubica la

de autores y propuestas que parten de reconocer el impacto de la dimensión

Page 59: Compendio Evaluación del Aprendizaje

59

político-social, la que consideran como determinante de las políticas y

prácticas de evaluación. La evaluación, en esta última visión, no es sólo una

actividad académica, sino que es claramente una práctica social.

Diversos autores han mostrado que la articulación entre evaluación y

poder no es sino una nueva forma de dominación racional, cuyos resultados

impactan a la sociedad en su conjunto, en particular a quienes tienen algún

contacto con el sistema y la institución educativos. La evaluación es

empleada, en este fin de siglo, no sólo con el fin de mejorar el

funcionamiento del sistema educativo, sino también para justificar la

exclusión --o negación de oportunidades- de quienes se considera que no

merecen estar en el sistema educativo o recibir determinado tipo de

educación.

El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISA

por sus siglas en inglés) es un estudio periódico y comparativo, promovido y

organizado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo

Económicos (OCDE), en el cual participan los países miembros y no

miembros de la organización (asociados). Su propósito principal es

determinar la medida en que los estudiantes de 15 años, a punto de concluir

o al terminar su educación obligatoria, adquirieron conocimientos y

habilidades relevantes para participar activa y plenamente en la sociedad

moderna. PISA se centra en medir la competencia, es decir, la capacidad de

extrapolar lo aprendido a lo largo de la vida y aplicarlo en situaciones del

mundo real, así como la capacidad de analizar, razonar y comunicar con

eficacia al plantear, interpretar y resolver problemas en una amplia variedad

de situaciones. Esto diferencia a PISA de otras pruebas dirigidas a conocer

el nivel de dominio de un plan de estudios o currículo escolar. La

información derivada de esta prueba ayuda a identificar fortalezas y

debilidades del Sistema Educativo Nacional y permite detectar qué factores

se asocian con el éxito educativo.

Page 60: Compendio Evaluación del Aprendizaje

60

En conclusión, la evaluación está motivada por una preocupación por la

formación ciudadana y la consolidación de una sociedad democrática; en

otros por la productividad de la fuerza de trabajo y la competitividad de la

economía nacional, por las oportunidades para el desarrollo integral de la

persona y sus posibilidades de participación en la sociedad del conocimiento,

o por la equidad y la visión de la educación como uno de los caminos para

superar la pobreza. Muchos sistemas de evaluación parten de una

combinación de los intereses anteriores. En casi todos los casos se asume

que la evaluación puede servir:

Como bases para adoptar políticas educativas mejores

fundamentadas

Para mejorar la gestión de los sistemas educativos

Como instrumento para la colaboración y el aprendizaje continuo al

interior de los mismos.

Definiciones de necesidades:

Discrepancia existente entre el estado actual y el fin deseado

Stufflebeam y cols (1984): Perspectivas

Discrepancia: diferencia existente entre resultados deseados y

logrados

Moroney (1977): Tipo de necesidades

Normativa: definida por los responsables del cambio

Percibida: reflejada en las opiniones de los usuarios

Expresada: reflejada en las demandas de los usuarios

Relativa: en relación con grupos similares.

Evaluación de necesidades:

“proceso sistemático que se desarrolla con el fin de obtener

prioridades sobre las necesidades identificadas, tomar decisiones sobre

actuaciones futuras y localizar recursos” (Witkin y Altschuld, 1966)

Page 61: Compendio Evaluación del Aprendizaje

61

Características (cabrera, 2000)

Proceso que implica tomar decisiones sobre prioridades

Selecciona datos para convertirlos en decisiones

Punto de partida para identificar situaciones que requieren soluciones

Condiciones

Probabilidad de que los resultados del proceso de evaluación de

necesidades influirá en la toma de decisiones

Recursos necesarios para realizar el programa

Cuando no realizar una evaluación de necesidades:

Cuando se sospecha que los datos que se manejan tienen poca

relevancia para el problema

Cuando la metodología es floja y no hay garantía de que los

resultados permitan tomar decisiones

Cuando no se pueden obtener datos en el tiempo apropiado

Cuando hay fuertes diferencias de opinión entre los implicados en el

proceso

Requisitos para la evaluación de necesidades:

Necesidad y oportunidad de análisis

Explicitación de razones y objetivos del estudio

Explicitación de quien accederá a los datos y uso que tendrán

Implicar en el estudio a los implicados

Estructurar las cuestiones en relación a un modelo adecuado

Dar a conocer los pasos en la realización del estudio

Evaluación del propio estudio

Page 62: Compendio Evaluación del Aprendizaje

62

3.5 Procedimiento de evaluación

Hay formas de evaluar donde al estudiante se le da la libertad para

escoger incluso la estructura de su trabajo, convirtiendo la evaluación en un

acto creativo que no puede limitarse a pautas de contenido. Para este tipo de

evaluación el docente solo ofrece pautas generales, categorías estructurales

de conocimiento, con cierto grado de flexibilidad para considerar la situación.

Si bien las pruebas constituyen el procedimiento más común para evaluar el

rendimiento académico en los métodos tradicionales, los métodos

cualitativos no solo incorporan nuevos procedimientos de la información

necesaria, sino que cambian la jerarquía de uso. De hecho los principales

procedimientos son la observación y la entrevista los cuales requieren

instrumentos en donde se recojan las evidencias para valorar.

a) La observación

Es un procedimiento que permite evaluar utilizando los sentidos del

observador (evaluador) por lo que debe ayudarse con ciertos instrumentos

para registrar y valorar los comportamientos observados con mayor

objetividad (registros anecdóticos, escalas de estimación, etc.). Al analizar la

información, que a través de los órganos sensoriales recibe el docente, no se

puede aislar del contexto donde se halla la misma; así como la del sujeto que

la recibe. Martínez (1989) afirma, que lo que se impone, desde un principio, a

la percepción es un conjunto estructurado, una estructura total que posee un

significado personal. Este significado dependerá de la formación previa, de

las expectativas teoréticas actuales, de las actitudes, creencias,

necesidades, intereses, miedos e ideas de la teoría (asimilada) del

instrumento que se está usando.

Page 63: Compendio Evaluación del Aprendizaje

63

Este tipo de procedimiento aporta una gran cantidad de información

cualitativa, por lo que exige la mayor naturalidad de las condiciones de la

experiencia que se está evaluando. De esta manera se podrá mejorar la

precisión en cuanto a lo que se quiere evaluar, la sistematización que

permita seguir una secuencia lógica definida por el tipo de aprendizaje que

se demuestra y la exactitud en lo que se aprecia. La observación puede ser

libre o espontanea para apreciar el proceso, o dirigida cuando se quiere

valorar el aprendizaje adquirido. También puede ser individual o colectiva

cuando se trata de apreciar actitudes de grupo.

b) La entrevista

Consiste en una conversación entre el evaluado y el evaluador para

determinar su progreso o logro de aprendizaje. Requiere una preparación

previa para definir el objetivo, estructurar las preguntas que guían la

entrevista y preparar el ambiente de trabajo en función del propósito y del

tipo de aprendizaje que se quiere valorar (cognitivo o afectivo) los datos

producidos se registran en algún instrumento que permitan dejar constancia

de los detalles. Se señala que para apreciar la riqueza de contenido de la

entrevista se requiere varias leídas del material. La entrevista con propósito

evaluativo puede ser estructurada en mayor o menor grado, pero debe

permitir la flexibilidad en la respuesta del evaluado e incluso admitir la

presencia de elementos no contemplados por el evaluador. El docente a

través de la evaluación puede explorar como se va gestando el aprendizaje

en los estudiantes, para lo cual se deben obtener evidencias de los logros

alcanzados, las fallas y limitaciones. Los instrumentos de evaluación

permiten recolectar esta información necesaria, cada uno de estos cumple

diversas funciones, es decir, unos sirven para ciertos objetivos y otros no. Lo

importante es conocer el uso adecuado de estos, y aplicarlos a la situación

indicada.

Page 64: Compendio Evaluación del Aprendizaje

64

En concreto, en un proyecto pedagógico se orquestan distintos

contenidos de diferentes áreas. El docente tiene que comprender como se

evalúa de acuerdo a la naturaleza del área y del contenido. Diríamos que

existe una orientación general de cómo se evalúan los conceptos, los

procesos y las actitudes de acuerdo a su naturaleza, y otras orientaciones

de cómo se evalúan las áreas, la matemática, la lengua, las ciencias

sociales, las ciencias naturales, etc. En otras palabras, en un mismo acto de

evaluación se puede estar combinando múltiples tipos de contenido de áreas

distintas, por cuanto los mismos no deben presentarse aislados. La

evaluación del aprendizaje en la educación básica implica desentrañar la red

de relaciones que se establecen entre los distintos tipos de contenido de

cada área de conocimiento: conceptual, procedimental y actitudinal.

1) Contenidos conceptuales. Los conceptos buscan valorar la

comprensión que el alumno tiene del concepto. Los conceptos para ser

adquiridos, necesitan de un procedimiento, que permita facilitar el

aprendizaje y favorecer el desarrollo de actitudes, las actitudes a su vez

facilitan la selección de los procedimientos adecuados (Mestres, 1994), para

ello se debe involucrar técnicas como:

a) La definición del significado

b) El reconocimiento de la definición

c) La exposición temática

d) La identificación y clasificación e ejemplo

e) La aplicación de la solución de problemas

f) La relación del concepto con otros conceptos del área o de otras

áreas

La mejor herramienta que permite al estudiante comprender los

conceptos es que entiendan las dificultades que ellos tienen para hacerlo

significativamente, es recomendable utilizar los siguientes instrumentos:

mapas y conceptos, portafolio y pruebas: escritas, orales.

Page 65: Compendio Evaluación del Aprendizaje

65

2) Contenidos procedimentales. Es la construcción del aprendizaje

mediante el proceso de ejecutar las acciones en la adquisición del

conocimiento a través de sus estructuras cognitivas, respondiendo a las

secuencias y ordenación de las habilidades intelectuales y actividades

observables que van desde las habilidades motrices, gasta las estrategias

pedagógicas. Los contenidos procedimentales no pueden evaluarse como

actividades memorísticas, porque lo que pretende este contenido es observar

la capacidad de saber utilizar los diferentes procedimiento de la acción

programada, de igual forma se utilizan varios contenidos conceptuales que

actuad como esencia para poder ejecutarlo. Sin embargo, lo prioritario en la

observación es la ejecución del procedimiento antes que la comprensión de

los contenidos conceptúales.

Los instrumentos más apropiados para esta técnica de observación de

los contenidos procedimentales pudiesen ser: cuaderno de clase, registro

anecdótico, escala de estimación, lista de cotejo, registro descriptivo. La

evolución de los contenidos procedimentales debe apoyarse en las

actividades de la construcción del aprendizaje de los alumnos y alumnas.

3) Contenidos actitudinales. Se buscan al desarrollar las acciones

constituidas por los valores, creencias y normas, actitudes dirigidas al

equilibrio personal y a la convivencia social. Estos contenidos actitudinales:

deben extraer los componentes efectivo, cognitivos que existen en el fondo

de cada actitud. Para evaluar este contenido se emplea la observación de las

acciones ejecutadas por el alumno y alumna, lo esencial en estos contenidos

es que la evaluación debe tener presente que lo que se valora son las

circunstancias en las que se pone de manifiesto la actitud con relación al

contexto general donde se da la acción educativa.

Page 66: Compendio Evaluación del Aprendizaje

66

3.5.1 Procedimientos e instrumentos de evaluación

Las corrientes positivistas han tenido como norte resaltar la importancia

de las técnicas, como hemos señalado, por eso consideramos necesario

cambiar la visión en cuanto al diseño y uso de los procedimientos e

instrumentos de evaluación. De acuerdo a nuestro enfoque estas técnicas

deberían estar subordinadas a la concepción de la enseñanza y aprendizaje.

El verdadero cambio se verá reflejado cuando nuestros docentes

comprendan la esencia de lo que significa evaluar cualitativamente para

transformar la realidad social. Estamos convencidos que si se logra este

compromiso las demás actividades derivadas del quehacer educativo serán

más fáciles de desarrollar.

Hasta aquí hemos venido reflexionando críticamente acerca de la

evaluación como elemento transformador de la realidad social. Toda

actividad pedagógica que realicen docentes y alumnos tiene una finalidad

educativa, y por ello, el docente deberá evaluar, de modo que con las

actividades y técnicas utilizadas contribuya realmente a la construcción del

aprendizaje de los alumnos y alumnas.

En realidad, lo correcto es una posición en la que si bien se considera

fundamental para evaluar la valoración que hace el docente junto con el

equipo interdisciplinario, también se establece que la evaluación debe

basarse en la observación y en los datos obtenidos por medio de

instrumentos y técnicas que permitan recoger evidencias de la realidad que

se debe evaluar. Si bien dentro de esta nueva visión lo menos importante es

el instrumento de evaluación, a la hora en que haya que diseñarlo y utilizarlo

se debe comprender la naturaleza de los mismos y la calidad que demandan,

por cuanto sabe la influencia que tienen en la reconstrucción de la realidad a

evaluar.

Page 67: Compendio Evaluación del Aprendizaje

67

La evaluación del aprendizaje implica una búsqueda sistemática acerca

de los procesos de aprendizaje y de sus resultados, generados en el

estudiante. Los mecanismos empleados para buscar la información requerida

se denominan técnicamente como procedimientos. Estos procedimientos

están constituidos por el conjunto de acciones que se emplean para indagar

y recolectar datos. Los procedimientos de evaluación indican cómo se

obtendrá la información o a través de que mecanismo. Entre los más

importantes se destacan: la prueba, la observación, la entrevista y el análisis

documental.

Los instrumentos por su parte, son recursos que se emplean para

recolectar y registrar la información y deben poseer ciertas condiciones para

que se garantice la validez, la confiabilidad, la practicidad y otros elementos

típicos de una evaluación de calidad. La calidad de los instrumentos no está

en ellos mismos, de allí que Celman (1998) plantea que: “no existen formas

de evaluación que sean absolutamente mejores que otras. Su calidad

depende del grado de pertinencia al objeto evaluado, a los sujetos

involucrado y a la situación en la que se ubique”.

Cuando se van a diseñar los procedimientos e instrumentos de

evaluación, el docente cuenta con la programación que lleva implícita su

concepción de aprendizaje; en otras palabras, sabe qué se debe enseñar,

cómo aprende el alumno, cuál es la naturaleza de los conocimientos que los

alumnos van a adquirir y qué función va a cumplir el programa para valorar el

logro del aprendizaje esperado. Los instrumentos se pueden diferenciar de

acuerdo a su naturaleza en orgánicos, cuando la estimación se hace por los

órganos de los sentidos, mecánicos o electrónicos (grabadores de audio y

video, cámaras fotográficas, reloj, etc.) y los denominados de papel y lápiz.

Entre los instrumentos más utilizados se destacan la prueba, la hoja de

registro y el cuestionario.

Page 68: Compendio Evaluación del Aprendizaje

68

La prueba escrita se puede considerar un procedimiento y un

instrumento a la vez, por cuanto se extrae la información y se registra en el

mismo recurso. Los demás procedimientos requieren de un instrumento

especial para cada efecto. Un proceso más complejo implican los

procedimientos de asignación, tareas y todos aquellos en los que mide un

informe, por cuanto deberían ser sometidos a un segundo procedimiento

como es el análisis documental para posteriormente registrarlos en un

instrumento adecuado. Un segundo caso complejo es el de las

autoevaluaciones o coevaluaciones que demanden más de un procedimiento

(análisis documental y entrevista) con sus instrumentos respectivos.

La definición de las competencias en las I y II Etapas de Educación

Básica, ha permitido centrar la acción pedagógica en el niño, en sus

potencialidades, en sus logros y en sus dificultades. Dentro de esta misma

perspectiva, la evaluación integrada a la práctica cotidiana de la clase

aparece como un instrumento privilegiado para apreciar el tiempo y los

niveles de aprendizaje y para favorecer la diversidad en la elaboración de las

prácticas pedagógicas.

Las operaciones de evaluación llevadas a cabo en estos últimos años,

han permitido centrarse sobre las adquisiciones del alumno en las etapas

determinantes de su escolaridad. Estas operaciones han revelado la

necesidad de proceder a una observación más continua de las acciones

pedagógicas.

Por esta razón, se ha decidido proponer, a la libre disposición de los

docentes, un conjunto de instrumentos de evaluación, presentando como

ejemplo una serie de ejercicios en función del trabajo hecho en clase y de los

proyectos establecidos por el docente. Estos ejercicios pueden permitir

enfatizar en las adquisiciones de aprendizaje de los alumnos en el transcurso

de las etapas, de una manera favorable, permitiendo:

Page 69: Compendio Evaluación del Aprendizaje

69

Apreciar el nivel de elaboración o de dominio de una competencia

específica.

Descubrir una dificultad de situación de aprendizaje.

Observar el seguimiento detallado del proceso de aprendizaje de

los alumnos.

3.5.2 ¿Cómo utilizar los instrumentos de evaluación?

Entendiendo la evaluación cualitativa como el paradigma que marca

elementos claves dentro del proceso de enseñanza y aprendizaje, tenemos

pues, que la elaboración y aplicación de los instrumentos no va a ser

problema central de la acción educativa; lo realmente importante en este

proceso es la coherencia existente entre el alumno construye con relación a

las competencias que debe adquirir en cada etapa correspondiente, de

acuerdo con los programas oficiales del Ministerio de Educación, y la manera

cómo el docente obtuvo, a través de la observación, la forma de la valoración

del progreso del estudiante.

La concepción de los instrumentos de evaluación responde a dos principios

esenciales:

A. La libre utilización por parte de los docentes.

B. tomar en consideración las diversidades de las prácticas pedagógicas.

A. La libre utilización por parte de los docentes.

La utilización de estos instrumentos no es obligatoria. Estos

representan sólo un nuevo instrumento, entre todos los que ya disponen los

docentes, para evaluar los resultados de sus alumnos: trabajos realizados en

clases, observaciones continuas de los alumnos, ejercicios realizados por el

equipo pedagógico o el equipo interdisciplinario. Estos ejercicios pueden ser

propuestos en diferentes momentos del proceso educativo.

Page 70: Compendio Evaluación del Aprendizaje

70

Así, ciertos ejercicios que conllevan a la observación del proceso, al

igual que los ejercicios concebidos para los primeros niveles de aprendizaje,

requieren un tratamiento individual o por pequeños grupos. En conclusión,

los ejercicios que tiene como finalidad evaluar las adquisiciones de

conocimientos y aquellas que son propuestas por los diferentes niveles,

pueden con frecuencia dar lugar a un trabajo colectivo.

B. Diversidades de las prácticas pedagógicas

La participación de los diferentes ejercicios, no corresponde a ninguna

línea pedagógica en particular. Los maestros pueden utilizarlos en función de

la programación que ellos han establecido en su PPA. Un mismo ejercicio,

propuesto una sola vez, no tendría una significación duradera. En conclusión,

un conjunto de ejercicios centrados en un mismo campo de competencia,

permite percibir las evoluciones y hacer énfasis en la construcción de los

aprendizajes de los transcursos de cada etapa. Estos instrumentos no tienen

un carácter normativo y no privilegia a ningún método pedagógico debido a

que a cada maestro y alumno le pertenece determinar su propia estrategia

de enseñanza y aprendizaje.

La escogencia de las acciones a tomar para responder a las dificultades

constatadas es dejada también a libre iniciativa de los maestros. Es

necesario hacer notar que un error no revela siempre un fracaso, no se

puede definir un error como una acción pedagógica en retroceso, en el

transcurso del aprendizaje, para valorizar la evolución del mismo.

Si la evaluación se realiza en el proceso mismo de construcción del

aprendizaje, los procedimientos e instrumentos deben garantizar una

información para mejorar el proceso; de allí que pueda establecer los niveles

intermedios dentro de la secuencia pedagógica y conformación de las

Page 71: Compendio Evaluación del Aprendizaje

71

estructuras cognitivas que se estén generando, para poder orientar al

estudiante o al grupo completo. Y si es necesario, modificar la estrategia

pedagógica. Independientemente del procedimiento e instrumento empleado,

el mismo debe procurar la información necesaria para detectar los problemas

y superar las dificultades. La evaluación en Educación Básica se puede

organizar con dos modalidades diferentes:

Cuando se propicia una auto-reflexión para que el propio estudiante

detecte sus problemas y decida de manera personal cómo

superarlos. En este caso se incluyen auto-evaluaciones (con pruebas

o informes) donde sea implícito el propósito formativo.

Cuando se requiere una interacción con el docente, luego de que éste

obtenga los resultados de la evaluación. En este caso el docente

deberá hacer explícito el propósito formativo.

3.5.3 Algunos instrumentos

El docente, a través de la evaluación, puede explorar como se va

gestando el aprendizaje en los estudiantes, para lo cual e deben obtener

evidencias de los logros alcanzados, las fallas y limitaciones. Los

instrumentos de evaluación permiten recolectar esta información necesaria,

cada uno de estos cumple diversas funciones, es decir, unos sirven para

ciertos objetivos y otros no. Lo importante es conocer el uso adecuado de

estos, y aplicarlos a la situación indicada.

Page 72: Compendio Evaluación del Aprendizaje

72

1. Hojas de registro. Son tarjetas u hojas que contienen los aspectos

referidos a las evidencias de aprendizaje que se están explorando, con

espacios destinados a registrar lo que sucede. Las hojas de registro pueden

clasificarse, según el nivel de estructuración que posean, encerradas

abiertas y mixtas. Las hojas de registro cerradas poseen un gran nivel de

estructuración, por cuanto presentan espacios donde se debe marcar o

señalar la información. Los aspectos que conforman este instrumento deben

ser minuciosamente seleccionados para que este contengan las posibles

manifestaciones de aprendizaje que los estudiantes deberán evidenciar en el

área trabajada. En cuanto a las hojas de registro abierta, se pueden afirmar

que son instrumentos no estructurados, en los cuales el registro de la

información se hace de manera amplia y detallada, que el docente estructura

a la hora de hacer el registro. Entre estas hojas de registro se destacan los

registros descriptivos y los registros anecdóticos.

a) Registros descriptivos: son instrumentos en los que se describe

claramente los detalles y circunstancias de los hechos tal y como

acontecen (frases, gestos, expresiones, etc.).

b) Registro anecdóticos: es muy similar al registro descriptivo en cuanto

a detalles, pero se emplea cuando acontece un incidente o anécdota

interesante, lo cual permite tener en cuenta esas manifestaciones

espontáneas del estudiante.

Las hojas de registros mixtas permiten incluir dentro de una hoja

estructurada comentarios y detalles no contemplados dentro de esa

estructuración, pero que pueden presentarse durante la observación y ser de

gran utilidad.

Diferencial semántico: es un cuestionario conformado por preguntas

que contienen una escala estimativa con pares de adjetivos o frases

bipolares (bueno-malo, importante-trivial, fácil-difícil), vinculados a un

determinado planteamiento.

Page 73: Compendio Evaluación del Aprendizaje

73

Las hoja de registro permiten recoger información para la evaluación de

prueba prácticas, orales, de análisis documental (asignaciones, portafolios,

auto y coevaluación) y observaciones sistemáticas, es por ello que se

constituyen en el instrumento más usado, después de las pruebas escritas.

2. El portafolio. Se refiere a la recolección de trabajos escritos,

ordenándolos, con la finalidad que el estudiante observe su progreso

durante todo el proceso de la acción pedagógica, esta actividad

conlleva a realizar la autoevaluación, la coevaluación y la evaluación

externa que serian la opiniones de los representantes y otro actor del

proceso de enseñanza y aprendizaje. Esta estrategia es importante

porque ayuda a darle valoración a los trabajos de: guiones de teatro,

producción del periódico escolar, proyectos pedagógicos de aula,

consultas bibliográficas, etc.

3. Las pruebas. Las pruebas (escritas, orales y prácticas) han sido los

procedimientos mayormente utilizados en la concepción tradicional de la

evaluación. En particular las pruebas escritas por la facilidad que significan

que ella mismas es el instrumento en donde se recogen “las evidencias del

aprendizaje logrado”. La búsqueda permanente para darle un carácter

científica a la evaluación, significó un gran esfuerzo por lograr la “objetividad

a las pruebas” a través de técnicas o procedimientos que garantizarán la

validez y la confiabilidad.

Lo que hemos planteado a lo largo del libro, no sólo niega la existencia

de esa objetividad, sino que el empleo de la prueba es limitado e insuficiente

para valorar el aprendizaje. Entrar en un nuevo paradigma implica romper

con los instrumentos tradicionales que impiden el cambio. No negamos el

uso de las pruebas sino la concepción que ha privado en ellas y su utilidad.

En tal sentido a continuación vamos a realizar una crítica al tipo de pruebas

Page 74: Compendio Evaluación del Aprendizaje

74

tradicionales para luego plantear una alternativa coherente con la propuesta

de evaluación presentada.

Todos los procedimientos señalados anteriormente requieren del

registro de la información que se obtienen, en el caso de la prueba escrita, el

mismo alumno registra los resultados, pero en los otros casos es el docente

quien tiene la tarea de registrar ese cumulo de información. Para ello es

necesario contar con recursos que sirvan para que la información no se

pierda.

Es importante señalar que dentro del procedimiento de evaluación

encontraremos diferentes alternativas para su seguimiento es decir, que es

un medio muy eficaz para la preparación de futuros profesionales implicados

en la búsqueda y adquisición de conocimientos en lugar de tener que impartir

solo en la sala de clase para ellos de una forma directa y tradicionalista es

importante el libre intercambio entre los miembros del grupo a través de

discusiones y presentaciones que no solo aprovecha el tiempo y esfuerzo

sino también mejora las habilidades de enseñanza y las comunicaciones

entre los alumnos. La aptitud es desarrollada para el estudio y el uso de los

recursos alternativos así como el enriquecimiento del conocimiento al

aterrizar ideas que permitan en el estudiante tener un mayor campo de visión

en los temas tratados mediante el uso de la polémica y la discusión.

3.6 Empleo de los resultados de evaluación

El uso que se le da a los resultados de una evaluación implica,

tradicionalmente, que se toman decisiones y que se aplican medidas

partiendo directamente de los resultados de la evaluación. Ahora bien, el uso

de los resultados de una evaluación puede incluir también la adquisición de

conocimientos, habilidades y actitudes nuevas que influirán indirectamente

Page 75: Compendio Evaluación del Aprendizaje

75

en lo que se decida y en lo que se ejecute. Estos usos son más importantes

cuando se evalúa el desarrollo de capacidades, con el fortalecimiento de las

capacidades y, en último término, con un mejor desempeño de la

organización.

a) Uso directo

Se supone, generalmente, que se da uso a los resultados de una

evaluación cuando un encargado de tomar decisiones toma una decisión y

actúa partiendo de las conclusiones y las recomendaciones contenidas en un

informe de evaluación. Se supone que este uso directo ocurre muchas

veces, cuando un administrador o su asistente leen un informe de evaluación

y usan la información contenida en él para trazar una nueva política o tomar

una decisión.

b) Uso indirecto

La investigación reciente y nuestra propia experiencia indican que el

uso directo de los resultados de una evaluación no es frecuente. Lo más

común es que los asesores de la administración examinen a la ligera un

informe de evaluación, junto con muchas otras fuentes de información, y se

preparen con todas ellas para adoptar una posición sobre un asunto que

tiene importancia en el momento. Los asesores pueden conversar también

con los evaluadores y demás personas que se consideran conocedoras y

confiables. En este proceso, las ideas o conclusiones ofrecidas por un

informe de evaluación pueden incorporarse selectivamente a una visión más

amplia del tema.

Page 76: Compendio Evaluación del Aprendizaje

76

Page 77: Compendio Evaluación del Aprendizaje

77

3.7 Valor social de la evaluación

Siempre nos hacemos los mismos cuestionamientos y nos planteamos

las mismas preguntas, que socialmente la evaluación funciona para

satisfacer ciertos objetivos educativos que estén al servicio de los

ciudadanos, ya que para aquellos que han triunfado o fracasado, el sistema

de evaluación solo forma parte del recuerdo, una anécdota vivida de cómo

eran medidos sus conocimientos que pudo haber marcado su existencia. La

evaluación educativa es un constructo social, un invento, una convención

susceptible de cambio y una ilusión de de consenso.

La evaluación está condicionada por los valores, comportamientos, y

formas de hacer las cosas. Un análisis de lenguaje nos revela que la

evaluación es una forma de cómo el docente comunica sus resultados del

avance o retroceso en el aprendizaje de sus alumnos. La evaluación cumple

una función ideológica de Estado a través de la estratificación, selección,

clasificación y distribución social, económica y laboral. La evaluación es el

capitulo que permanece inalterable entre los discursos de reforma. El

discurso político transforma una cuestión moral en el rompecabezas técnico.

La evaluación si bien es cierto, es el termómetro del avance del

alumno, también es cierto que en ocasiones es un requisito meramente

administrativo, ya que los resultados siempre hay presiones y exigencias del

sistema que en ocasiones obliga al docente a caer en falacias porque para

el sistema educativo solo existen números y estadísticas y los padres de

familia por lo consiguiente les interesa más ver una nota de excelencia en la

boleta de calificación de sus hijos que el avance académico que puedan

tener el cual lamentablemente se deja en segundo plano. El sistema de

evaluación mantiene más que un objetivo de carácter formativo, procesos

políticos y sociales que alejan a la escuela de sus objetivos haciéndolo un

mecanismo de exclusión y eliminación.

Page 78: Compendio Evaluación del Aprendizaje

78

Si se aplicara la evaluación en su dimensión formativa, los resultados

serian reales y buscarían verdaderamente los mecanismos para transformar

la educación y se llevaría a cabo una transformación estructural de la

sociedad, pero también minaría los intereses de los padres de familia y de

los alumnos que tienen puestas sus esperanzas en sus notas aprobatorias,

ya que los padres de familia y alumnos lamentablemente por las mismas

exigencias de la sociedad y de las oportunidades de empleo que preferimos

un diez de falacia que una nota baja pero real.

Existen suficientes argumentos para entender de que el instrumento

del que hacen uso frecuentemente los profesores para evaluar a sus

alumnos no satisface los requisitos para que una evaluación garantice los

derechos fundamentales de los alumnos y que informe adecuadamente el

rendimiento de los mismos y del proceso educativo.

Es evidente que el mantenimiento del examen educativo viene bien

para la mayoría de personas conformes con los resultados que produce.

Además el examen actúa como medio de control disciplinar y de autoridad

frente a los demás (entre profesor y alumno). Se han desarrollado “técnicas

eficaces” ocultando con razonamientos pragmáticos, la ideología

conservadora en la que se asientan las practicas de evaluación.

Page 79: Compendio Evaluación del Aprendizaje

79

IV. La evaluación del control de la educación

4.1 Evaluación e investigación

Desde la década de 1940, empiezan a surgir los primeros esfuerzos por

definir esta perspectiva de acercamiento a las realidades, que pretendía

emitir juicios acerca de determinados objetos y situaciones. Incluso la

investigación, atendiendo al fortalecimiento de este campo acuño el término

investigación-evaluativa, poniendo el acento en estudios que buscaban emitir

juicios o calificar determinados objetos. Poco a poco los estudios evaluativos

fueron construyendo sus propios marcos conceptuales y metodológicos La

investigación, es un campo consolidado a nivel mundial para explicar,

comprender, transformar e intervenir sobre las realidades; se considera una

vía válida para construir conocimientos.

4.1.1 Evaluación

La evaluación supone una forma específica de conocer y relacionarse

con la realidad, en este caso educativa, para tratar de favorecer cambios

optimizadores en ella. Se trata sobre todo, de una praxis transformadora, que

para incidir en profundidad, precisa activar los resortes culturales, sociales y

políticos más relevantes del contexto en el que actúa.

Desde una perspectiva funcional, la evaluación educativa es un proceso

de reflexión sistemática, orientado sobre todo a la mejora de la calidad de las

acciones de los sujetos, de las intervenciones de los profesionales, del

funcionamiento institucional o de las aplicaciones a la realidad de los

sistemas ligados a la actividad educativa. Supone un proceso complejo que,

a su vez incluye otros como:

Page 80: Compendio Evaluación del Aprendizaje

80

1. Recogida de información respecto de indicadores que reflejen, lo más

fielmente posible, la situación inicial, los procesos o los productos

referidos a los agentes arriba mencionados.

2. Determinación del grado de congruencia entre necesidades,

realizaciones y objetivos.

3. Elaboración de juicios de merito o valor a partir de unos criterios

establecidos o consensuados durante el propio curso de la evaluación.

4. Toma de decisiones que conduzca a la elección y a la aplicación de la

alternativa de intervención evaluada o que se halla en proceso de

evaluación.

5. Seguimiento y control de la alternativa elegida y nueva evaluación de

la consecuencia derivada de la aplicación.

La evaluación así entendida se presenta como un mecanismo

regulador, posiblemente el más importante de que se dispone para describir,

valorar y reorientar la acción de los agentes que operan en el marco de una

realidad educativa especifica.

Desde un punto de vista menos funcional y más ontológico, evaluar es

participar en la construcción del conocimiento axiológico. Evaluar es ejercer

una acción crítica, analizar lo alternativo, ofrecer visiones no simplificadas de

las realidades evaluadas; interpretar la información para establecer un

dialogo con la sociedad en general, y con el marco educativo en particular,

facilitando la creación de una cultura evaluativa.

Por otro lado la evaluación del sistema educativo puede incidir en la

optimización de la actividad educativa, por lo menos en cuatro aspectos: en

el conocimiento y diagnostico del sistema educativo, en la conducción de los

procesos de cambio, en la valoración de los resultados de la educación y del

funcionamiento de los centros educativos.

Page 81: Compendio Evaluación del Aprendizaje

81

Asimismo puede diseñarse con la finalidad de identificar las dificultades

o problemas que presenta un programa cuando se está ejecutando, para

preverlas y solventarlas antes de su implantación en otros contextos.

También puede utilizarse para identificar algunos efectos diferenciales en

distintas poblaciones de estudiantes cuando son constatable diferencias de

principio por distintas formas razones. O bien puede emplearse como una

forma de revisar la relevancia, significación y validez de los principios en los

que se basa el programa.

Los dos grandes propósitos que justifican la evaluación son la mejora

de la calidad de la enseñanza y el desarrollo profesional del docente. Se

entiende que los dos propósitos van íntimamente unidos, y su consecución

en la práctica se consigue a partir de la activación conjunta de una

plataforma asentada en un triangulo cuyos vértices son: la evaluación, la

formación y el desarrollo profesional.

4.1.2 Investigación

Esta se entiende por investigación a la actividad gracias a la cual el

científico dialoga con la realidad, para lo cual precisa pautarla de forma que

el orden y el sistema preestablecido facilite los análisis que conducen al

descubrimiento o a la ampliación del conocimiento, en definitiva, a la

construcción u ordenación de los saberes, transformándolos poco a poco en

disciplinas.

En lo que respecta a la investigación educativa esta constituye una

tarea sumamente extensa y claramente interdisciplinaria, puesto que la

educación no es una disciplina o una ciencia particular, sino un objeto de

estudio que puede ser abordado desde puntos de vista muy diversos,

incluyendo tanto los de disciplinas filosóficas, jurídicas y normativas, como

Page 82: Compendio Evaluación del Aprendizaje

82

disciplinas más estrictamente, científicas o nomóteticas, como la psicología,

la sociología, la economía y también la fisiología, la química, etc.

Toda investigación se inicia con la identificación de una cuestión a

resolver, la cual debe reunir dos condiciones básicas: poseer cierta

relevancia científico-social y ser susceptible de análisis. Una vez identificado

el problema en cuestión, se diseña las estrategias orientadas a tratar de

solucionarlo o, al menos, a redefinirlo de tal manera que permita avanzar en

la búsqueda de caminos para su superación.

Uno de los momentos clave del proceso de investigación es el de la

captación de la información que permita delimitar el tema y ayude a avanzar

en el análisis de la realidad problemática. La construcción de reactivos para

la recogida de información, los procesos de escalamiento y la comprobación

de las características métricas de dichos instrumentos, que se usan para

realizar la investigación.

La investigación educativa, entendida como disciplina, es un ámbito de

conocimiento reciente. Aproximadamente, tiene un siglo de historia, pues

sus orígenes se sitúan a fines el siglo XIX, cuando la pedagogía, a

semejanza de lo que anteriormente habían realizado otras disciplinas

humanísticas (como la sociología y la psicología, entre otras), adoptó la

metodología científica como instrumento fundamental para constituirse en

una ciencia.

Esta conversión científica no fue un mero producto del azar, sino el

resultado de un largo proceso que arranca de fines de la Edad Media y de

principios de la Moderna. Del trabajo de diversos autores pero especialmente

de las aportaciones de Galileo, surgió un nuevo modelo de aproximación al

conocimiento de la realidad: nació el método científico y con él el

convencimiento de que solo puede haber ciencia a partir de un planteamiento

Page 83: Compendio Evaluación del Aprendizaje

83

empírico. Pero cabe hacer mención que la expresión investigación educativa

es bastante reciente, ya que tradicionalmente se denominaba pedagogía

experimental. El cambio terminológico y conceptual se debe

fundamentalmente a razones de tipo sociocultural y al privilegio de las

aportaciones del mundo anglosajón en el ámbito educativo.

El nacimiento de la pedagogía experimental se relaciona con la

preocupación por asentar la educación sobre bases empíricas, la

introducción del método experimental en el campo de las ciencias humanas y

la vinculación inicial con la psicología científica. Ésta aporta un modo de

trabajar, el laboratorio; un área de interés, los estudios psicopedagógicos,

unos instrumentos de medida, las pruebas objetivas, y un foco de interés, el

niño (tradición paidológica). Esto es por así mencionarlo el inicio de la

investigación educativa.

Se puede decir que en general, hasta mediados del siglo XX la

investigación educativa como ámbito conocimiento se caracterizo, desde la

perspectiva técnica, por el diseño y desarrollo de procedimientos e

instrumentos básicos para el estudio científico de la educación y desde la

perspectiva político-social, por el intento de demostrar información básica

para la toma de decisiones en educación

El nacimiento de la pedagogía experimental suele como tal atribuirse a

la celebración en Estados Unidos del primer seminario pedagógico que, bajo

la dirección de J. C. Stanley, tuvo lugar en 1822, con el objetivo de crear una

pedagogía científica que propiciara el despliegue de investigación con una

orientación practica. En aquel seminario se abordaron temas como la

evaluación y la medición del rendimiento escolar, y la experimentación de

sistemas organizativos y de orientación.

Suele citarse a J. M: Rice como el padre de la pedagogía experimental,

Page 84: Compendio Evaluación del Aprendizaje

84

por sus aportaciones, a fines del siglo XIX, sobre ejercicios sistemáticos en el

dominio de la ortografía. Sin embargo el término fue acuñado en Alemania

por J.M.Lay y E. Meumann, quienes en 1905, publicaron conjuntamente una

obra compuesta por trabajos anteriores pero revisados para la ocasión, que

se titulaba Pedagogía Experimental.

También cabe destacar como una de las figuras pioneras al suizo E.

Claparade quien, el 1904, fundó en Ginebra un laboratorio de psicología

escolar, y, en 1905, publico un libro sobre psicología del niño y pedagogía

experimental.

Al laboratorio de E. Claparade siguió el Instituto J.J. Rousseau,

institución de gran importancia, sobre todo a partir de los trabajos de J.

Piaget. En Francia la figura básica fue A. Binet, quien en 1905, fundó un

laboratorio escolar; en ese mismo año, en colaboración con H.A. Simon,

publico su conocida escala de inteligencia. Por su parte H.A. Simon publicó

posteriormente, en 1924, su influyente obra sobre la pedagogía experimental.

4.2 El contexto contemporáneo de los estudios de evaluación

La evaluación estuvo ligada en un principio a la valoración del

aprendizaje de los alumnos, en consonancia con el hecho de que su

desarrollo inicial se produjo en el marco de los avances experimentales

asociados a la psicometría y la pedagogía experimental.

Posteriormente se centro en los programas educativos y se convirtió en

un instrumento clave del desarrollo curricular. Alumnos, programas y

docentes constituían los vértices de atención básica de la evaluación. Sin

embargo las corrientes integradoras holísticas iniciadas a mediado de la

década de 1970, asentadas definitivamente en la de 1980, promovieron la

Page 85: Compendio Evaluación del Aprendizaje

85

idea de que se debían analizar estos tres ámbitos, no solo desde una

perspectiva individual, sino intra e interrelacionados, y precisamente en el

marco globalizador de la institución escolar.

El sistema educativo ha sido el último en incorporarse a la atención

evaluativa, con el que se cierra el círculo de elementos que conforman un

ámbito global de significación y relevancia. En la actualidad, la evaluación se

halla inmersa en un momento de cambio, propiciado básicamente por tres

ejes de activación. Por un lado, se asiste a la maduración de los resultados

del debate epistemológico de los últimos años, por otro lado, al avance

vertiginoso de los nuevos sistemas de acceso e intercambio de la

información; y, finalmente, al impacto que la digitalización está provocando

en los programas multimedia y, consecuentemente, en los modos de

recopilación y tratamiento de la información.

En lo que se refiere al debate epistemológico, se ha clarificado el

alcance relativo de los enfoques cualitativos y cuantitativos, en la actualidad

se asiste a la superación de ambos paradigmas, integrándolos para

favorecer el uso selectivo y cualificado de las diferentes metodologías. Esta

situación no es específica del ámbito educativo, sino general en el campo de

las ciencias sociales.

4.2.1 Panorama actual de la evaluación

Se desarrolla en un clima intelectual de creación y de potenciación de

alternativas.

Continua el proceso de racionalización y tecnificación del sistema

escolar, lo que se traduce e n una gran proliferación de tesis y

pruebas objetivas.

Se constata la necesidad de apoyo por pate de las administraciones

Page 86: Compendio Evaluación del Aprendizaje

86

para propulsar y coordinar la investigación educativa.

Se produce un gran desarrollo de las técnicas de análisis de datos, a

la vez que se generaliza el uso de las computadoras.

4.3 Clasificación política de los estudios de evaluación

La íntima relación de la evaluación con la política lleva a MacDonald a

hacer una clasificación política de los estudios de evaluación. Los tipos de

evaluación que se señalan son: el burocrático, el autocrático y el

democrático.

4.3.1 La evaluación burocrática

La evaluación burocrática, constituye un servicio incondicional a

aquellas agencias gubernamentales que mayor control poseen sobre la

distribución de los recursos educativos. El evaluador acepta los valores de

las autoridades y ofrece la información que les ayudara a llevar a cabo los

objetivos de su política. Actual como un consejero de administración y su

criterio de éxito es la satisfacción de su cliente. Sus técnicas de estudios

deben ser creíbles a los políticos y no deben ofrecerse a la crít ica pública. No

posee independencia, ni control alguno sobre la utilización de su información

y no dispone de un tribunal de apelación. El informe es propiedad de la

burocracia son “servicio”, “utilidad” y “eficacia”. Su concepto justificador clave

es “la realidad del poder”.

Page 87: Compendio Evaluación del Aprendizaje

87

4.3.2 La evaluación autocrática

La evaluación autocrática, es un servicio condicional a aquellas

agencias gubernamentales que poseen el control principal sobre la

distribución de los recursos educativos. Ofrece una validación externa de su

política a cambio de la aceptación de sus recomendaciones. Sus valores, se

derivan de la percepción del evaluador respecto a la obligación constitucional

y moral y de la burocracia. El evaluador se concentra en los temas que

manifiestan valor educativo., y actúa como un consejero experto. Sus

técnicas de estudio deben producir pruebas científicas, porque la base de su

poder es la comunidad académica de investigación. Sus convenios

contractuales garantizan la no intervención del cliente, y el evaluador

mantiene la propiedad del estudio. Su informe se aloja en los archivos de la

burocracia, pero también se publica en las revistas académicas. Si sus

recomendaciones son rechazadas, la política no es válida. Su tribunal de

apelación es la comunidad de investigación y las altas instancias de la

burocracia. Los conceptos claves de un evaluador autocrático son “la

objetividad”. Su concepto clave de justificación es la “responsabilidad”

profesional.

4.3.3 La evaluación democrática

La evaluación democrática, es un servicio de información a la

comunidad entera sobre las características del programa educativo. El

patrocinio del estudio de evaluación en sí, no concede un derecho especial

sobre este servicio. El evaluador democrático reconoce el pluralismo de

valores y busca la representación de intereses diferentes en su formulación

del tema. El valor básico es una colectividad de ciudadanos informados y el

evaluador actúa como un corredor que intercambia información entre grupos

que desean conocimientos recíprocos. Sus técnicas de recolección y

Page 88: Compendio Evaluación del Aprendizaje

88

presentación de datos, tienen que ser accesibles para personas no-

especialistas. Su actividad principal es la recolección de definiciones del

programa y reacciones frente a el. Garantiza el secreto a los informantes y

les ofrece el control sobre la utilización que ellos le proporcionan. El informe

no proporciona recomendaciones y el evaluador reconoce la necesidad de

prudencia en el uso de la información. Establece una negociación periódica

de sus relaciones con patrocinadores y participantes del programa.

En virtud de la semejanza existente entre los dos primeros, MacDonald

limita esta clasificación a dos grandes tipos de evaluación: 1) "la evaluación

como control" y 2) "la evaluación como servicio público" (evaluación

democrática). La primera actúa "como un mecanismo de control por parte del

poder..."; y la segunda se encarga de "ayudar a los profesionales a elevar

sus juicios, equilibrando el poder de los gestores..." (MacDonald,). La

principal pregunta que determina esta clasificación es: ¿quién controla el

empleo del nuevo conocimiento y quién tiene acceso a él? (MacDonald y

Walker).

El principal rasgo de la evaluación como control es la distribución que

del poder se hace. Esta distribución del poder, es decir, de la información, no

se hace entre las audiencias partícipes. Sólo el cliente que contrata la

evaluación o quienes toman las decisiones tienen acceso a la información

(MacDonald,). Este acceso es dificultoso, porque el tipo de información que

se produce es de carácter técnico y no refleja la manera de ver e interpretar

de las audiencias implicadas. La evaluación, en consecuencia, no está al

servicio de lo público. Ella responde a intereses privados o institucionales.

El evaluador autocrático comparte los valores y los intereses de quienes

contratan la evaluación, comprometiendo su independencia y libertad de

acción. El papel del evaluador, por ende, es el de consejero experto: una

suerte de secretario privado al servicio del poder. Su objetivo es proporcionar

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un mayor control a las autoridades sobre el programa en desarrollo y ser útil

a los objetivos políticos del cliente (MacDonald). La relación del evaluador

con las audiencias implicadas es, igualmente, autocrática: él se considera

depositario de la autoridad política y científica para promocionar sus propios

juicios de valor, con independencia de otras voces e intereses. Por ello, la

función legitimadora de la evaluación no depende del consenso y

consentimiento de las audiencias implicadas sino de la objetividad científica

de los resultados a los cuales se llega. MacDonald, se muestra muy severo

con aquellos estudios de evaluación (evaluación autocrática), que en nombre

de la ciencia se permiten la licencia de intervenir directamente en el proceso

de toma de decisiones, fortaleciendo la autoridad política de las comunidades

científicas en perjuicio de otros grupos de interés.

Como contrapartida, la evaluación democrática es concebida como

servicio público. El evaluador, aunque busca satisfacer las demandas del

cliente facilitándole información útil que ayude a la toma de decisiones (esta

característica la comparte con los modelos autocráticos), se preocupa por

distribuir la información entre las audiencias participantes en la innovación

curricular, y de reflejar en la investigación sus opiniones, necesidades e

intereses sin comprometer su independencia con respecto a cualquiera de

ellas. La evaluación, por consiguiente, tiene como objetivo distribuir de forma

plural y democrática el poder.

El papel del evaluador es el de actuar como intermediario entre distintos

grupos de interés, él proporciona información para documentar y valorar el

programa (informa y forma el juicio), a la vez que refleja las opiniones e

intereses de los grupos implicados para que puedan ser considerados por

quienes toman las decisiones. La propuesta evaluativa de MacDonald aboga

por una metodología de investigación anclada en preceptos democráticos.

Este modelo se fundamenta en una clara intencionalidad política y sus

límites, condicionantes y metodología vienen dados por la postura ideológica

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90

que se asume: la liberal-democrática (Simons). Su actividad es política

porque se desarrolla en un ámbito de intereses que la condiciona. Su talante

democrático proviene del compromiso de reflejar todos los intereses en juego

sin menoscabo o predilección de ninguno.

MacDonald y Norris, afirman que el trabajo de campo necesita más de

la justificación política que de la metodológica, ya que los evaluadores han

despreciado las circunstancias especiales en que las ciencias sociales y la

evaluación, en consecuencia, están envueltas. La metodología de la

evaluación democrática, aunque participe de los supuestos del paradigma

naturalista en investigación (preferencia por el estudio de caso; concepción

múltiple de la realidad; investigación participativa; conocimiento inductivo;

diseño de investigación abierto, que se desarrolla según evolucione la

investigación; contextualización del objeto de estudio, etc.), no depende de

un ideario científico, esto es, de un paradigma, sino que ella es fruto de una

concepción o perspectiva política: la democrática.

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C o n c l u s i ó n

No podemos hablar de la evaluación del proceso de enseñanza-

aprendizaje si no se ha definido previamente con claridad los objetivos que

se pretenden alcanzar mediante este proceso. Es necesario hacer una

planeación del proceso que se seguirá para conseguir esos objetivos y

llevarlo a la práctica.

A partir de todas las descripciones expuestas de los diferentes

enfoques o concepciones que ha caracterizado la evaluación a lo largo de la

historia del sistema educativo puede concluirse que a pesar de la

incorporación de nuevas formas de evaluación producto de enfoques

alternativos tiende a los enfoques convencionales, aún persiste la tendencia

tradicionalista en el manejo de la evaluación apreciándose el uso de la

evaluación como medición y como logro de objetivos, a pesar de que los

nuevos enfoques estén sustentados los actuales diseños curriculares de la

educación básica, media, diversificada y de adulto, es menester entonces,

avanzar en la comprensión de las nuevas tendencias evaluativas y la

transformación de las posturas que acompañan a los docentes mexicano en

cuanto a la concepción y manejo de la evaluación de los aprendizajes.

La evaluación tiene como propósito detectar si los objetivos planeados

desde el inicio se están consiguiendo o no, y en qué medida. Por tanto,

cuando se hable de la evaluación del proceso de enseñanza aprendizaje,

será necesario empezar por la clara definición de sus objetivos y de esta

manera lograr la formación integral del alumno.

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La evaluación debe permitir la adaptación de los programas educativos

a las características individuales del alumno, detectar sus puntos débiles

para poder corregirlos y tener un conocimiento cabal de cada uno. No puede

ser reducida a una simple cuestión metodológica, a una simple técnica

educativa, ya que su incidencia excediendo lo pedagógico para incidir sobre

lo social.

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93

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