MEMORIAL EJERCITO DE CHILE - cesim.cl memorial/1930-1939/1936/Septiembre_Octubre... · EJERCITO DE...

Septiembre - Octubre de 1936.

MEMORIALDEL

EJERCITO DE CHILEPublicación bimestral

Se publica bajo la Dirección del Estado Mayor del Ejército

Oficinas: Moneda 1356— Teléf. Auto 85193

Año XXIX. 2. ° Semestre.

SUMARIO:

SECCION EDITORIALPág.

1. —50. ° Aniversario de la Academia de Guerra. —La Dirección 663

SECCION GENERAL

2. —Consideraciones Generales sobre Movilización. —Por el Tte. Crnl. Sr.Guillermo Barrios. —(Conclusión) 665

3. —Nociones Generales de Derecho (Continuación). —Por el Capitán Sr.Luis Serey Pizarro 675

4. —La Escuela de Ingenieros Militares. —Por el Mayor Sr. Julio Andra-de B . 685

5. —Relación resumida de la Conferencia dada en el Círculo Militar deLima acerca de "Los Servicios del Ejército de Bolivia en la Gue-rra del Chaco" por el Tte. Coronel Sr. Enrique Vidaurre, Agre-gado Militar de Bolivia en el Perú 695

(a la vuelta)

SUMARIO:(de la vuelta) Pág.

SECCION LITERATURA MILITAR EXTRANJERA

6. —El poder militar soviético. —Por el Coronel A. Grasset. —Traducidode L'Ilustration .. 705

7. —La nueva edición del Reglamento de Infantería alemán. —Por el Ma-yor Sr. Félix von Frantzius. —Tomado de la Revista Ejército, Ma-rina y Aviación . . . 717

8. —Por una "Infantería de Montaña". —De una información dada en elMemorial de Infantería de España . 727

9. —Materiales de Artillería y Ametralladoras pesadas de la post-gue-rra. —Información aparecida en el Memorial de Infantería de Es-paña y tomada de un estudio publicado por el Comandante Colsoulleen el "Bulletin Belgue de Sciences Militaires" 731

10. —Las tropas céleres y la montaña 74511. —Reglamento para el empleo táctico de la División 75312. —La movilidad en el Campo de Batalla. —Por el Coronel de Caballería

Sr. Joseph A. Baer. —Traducido de The Cavalry Journal (EE. UU. ) 759

SECCION HISTORIA

13. —El Alcázar de Toledo. —Por Olaguer 767

SECCION SANIDAD

14. —Creación del Hospital Dental en el Servicio Sanitario del Ejército.Su importancia en la paz y en la guerra. —Por el Mayor de SanidadDental Sr. Alberto González G 773

15. —La ficha dental colectiva e individual como medio de identificacióny fiscalización del Servicio. —Por el Sr. Enrique del Campo T., Den-tista de Guarnición 779

SECCION INFORMATIVA

16. —La Croisiere Jaune. —Película francesa exhibida ante la Guarniciónde Santiago 783

17. —La neo-técnica de aprovisionamiento. —Por el Capitán de IntendenciaSr. Llópiz. —Tomada de la Revista de Instrucción Militar Española 787

18. —Maniobras de Caballería en el Ejército Belga. —Por V. L. V 80119. —Los perros al Servicio del Ejército 80520. —De Dessie a Addis Abeba 811

Interior (por un año) $ 24. 00Interior (por un semestre) 12. 00Para los Alféreces y Suboficiales de Ejército:Por un año 12. 00Número suelto del año 4. 00Número atrasado 5. 00Extranjero 50. 00

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MEMORIAL DEL EJERCITOAVISO

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El valor puede enviarse en sellos de correo chilenos de $ 0. 20o menores o por giro postal, letra o giro internacional, etc., a laDIRECCION DEL MEMORIAL DEL EJERCITO en el EstadoMayor del Ejército.

El Memorial publicará semestralmente una obra para la bi-blioteca del oficial a la cual tendrán derecho gratuitamente lossuscriptores del Ejército.

No se hace responsable de las ideas emitidas por los autoresbajo su firma.

Se ruega a los colaboradores que envíen sus trabajos antes del20 de cada mes. La publicación se hará, por regla general, según elorden de precedencia en que aquellos lleguen.

No se devuelven originales.Rogamos se nos avise todo cambio de dirección y pedimos muy

encarecidamente que se nos indique cualquiera falta en la recepcióndel MEMORIAL, para remediarla en el acto.

Se hace presente la conveniencia que habría en remitir con ladebida oportunidad, las suscripciones a la Revista (enero y juniode cada año), de acuerdo con la Orden Comando en Jefe Sec. I.N. ° 8, de 3. I. 934., (B|O. 2, pág. 62). Se formula esta petición,para saber con qué número de suscriptores se cuenta, y según ello,hacer el tiraje correspondiente

El aniversario de la Academia de Guerra

El 2 de setiembre la Academia de Guerra celebró el Cincuen-tenario de su creación.

Instituto de alta preparación militar, se incorporó a la vidadel Ejército en una época gloriosa, en momentos en que los resul-tados de una campaña victoriosa exigían el aprovechamiento y lamaterialización de las experiencias obtenidas en los campos debatalla, para dar a los estudios militares una orientación basadaen las crudas realidades de situaciones vividas en los múltiples ycambiantes aspectos de la guerra.

Organizada así, bajo el signo promisor de un porvenir bri-llante, la Academia de Guerra ha constituido durante cincuentaaños el centro vital de los anhelos de perfeccionamiento del Ejér-cito. En sus aulas, treinta y tres promociones buscaron la saviarenovadora de sus capacidades, y, al empapar con ella todos losambientes de la vida intelectual de la Oficialidad y el panoramade trabajo de los diversos organismos directivos de la Institución,cumplieron con la finalidad perseguida por los creadores del Es-tablecimiento.

Prestigiada por una actividad fecunda y dilatada, por la am-plitud de criterio que ha presidido la concepción de sus progra-mas, por la presencia de Directores y Profesores que con su alien-to creador dieron vuelo trascendental a sus enseñanzas y a susmétodos, la Academia de Guerra representa actualmente la aspi-ración máxima de los oficiales que desean capacitarse para en-frentar más tarde, con eficiencia y preparación, los altos proble-mas que presenta la conducción militar en los amplios dominiosde la acción operativa y táctica.

Al recordar esta fecha aniversaria, que es un señalado acon-tecimiento en la vida del Ejército, el Memorial del Ejército hon-ra sus páginas iniciales con su saludo respetuoso y el testimoniode su fervorosa admiración.

La Dirección.

Consideraciones generales sobre la movilizaciónPor el Tte. Coronel Sr. Guillermo Barrios T.

(Conclusión)

D. —El plan de movilización.

El objeto del Plan de Movilización es el de prever todas lasmedidas para estar listo lo más rápidamente posible, aún antesque el enemigo. Esta última exigencia es más difícil de realizaractualmente porque todos los países han adoptado procedimien-tos análogos para reducir al mínimo la duración de su moviliza-ción.

El plan de Movilización, evidentemente, debe ser secreto. Sinembargo, este principio no puede aplicarse servilmente, porquedesde el tiempo de paz todas las autoridades deben conocer, en loque les respecta, lo que deberán hacer en la movilización para queno sufran retardos, intranquilidades, etc., en el momento exigido.Las instruciones no pueden ser, pues, confidenciales todas, y ellono presenta grave inconveniente, puesto que todos los ejércitosemplean los mismos procedimientos.

"Las medidas de preparación para la guerra—dice von Bern-hardi—no podrán mantenerse secretas en su conjunto, puesto queson adoptadas a la vista y conocimiento de todos. Cada uno puededarse cuenta de las fuerzas que deben cooperar en la acción y elsecreto guardado sobre ciertos puntos particulares no puede cam-biar nada de la idea que puede formarse del conjunto".

Como la movilización llama a un gran número de ciudadanos,es actualmente necesario dar a conocer sus funciones generalescon mayor lógica que antes. Debe haber interés en mantenerla se-creta cuando la movilización se refiere al privilegio de un ejérci-

666 MEMORIAL DEL EJERCITO

to, como pasaba con el prusiano, que había sabido profundizareste problema desde Federico II. Pero hoy en día, esta operaciónforma parte también del dominio público, puesto que todos losejércitos modernos se movilizan según los mismos principios, y esnecesario, en consecuencia, tratarla bajo una forma didáctica yaccesible a todas las inteligencias, para enseñar al país sobre losdeberes que deberá cumplir cada uno de sus hijos en el momentodado. Lo que debe tenerse en el mayor secreto serán los resultadosde la movilización, los efectivos (dotaciones de guerra) y espe-cialmente la composición y afectación de las unidades moviliza-das. Además, es indispensable el secreto de la duración de la mo-vilización y del plan de concentración.

El plan de movilización debe dar indicaciones bastante nu-merosas y precisas para que ella se efectúe dentro de todas lasunidades, hasta en sus menores detalles, sin necesidad que éstasdeban esperar nuevas órdenes o hacer preguntas a las autorida-des, con la consiguiente pérdida de tiempo y de trabajo.

En 1870, por la parte de Francia, los generales hacían pre-guntas tras preguntas; les faltaba todo y no sabían que hacer delo que tenían a su disposición. Se conocen algunos telegramas alrespecto, llegados al Ministerio de la Guerra francés, de parte desubalternos que habían perdido la cabeza:

"Tengo aquí 9. 000 hombres de reserva—decía el comandantede la División territorial de Marsella—no sé que hacer con ellos.Para zafarme de ellos los voy a enviar a Algeria, en el transporteque hay en el puerto".

"¿Dónde está vuestra formación? ¿Dónde vuestras divisio-nes? El Emperador os ordena conducir rápidamente vuestra for-mación para reuniros con Mac-Mahon a la brevedad" escribía elMayor-General del Ejército, que acaba de dejar el Ministerio, auno de los comandantes de Cuerpo de Ejército".

"Enviadme dinero para que yo pueda alimentar a mis tro-pas: no existe éste en las cajas públicas ni en la del Cuerpo deEjército, decía un general".

"En Metz no hay café, ni azúcar, ni arroz, ni aguardiente,ni sal; algo de carne y de pan; envíeme un millón de raciones aThionville", decía un telegrama enviado a París por el Intenden-te General.

En el momento en que las tropas de su cuerpo de ejército de-bían iniciar su marcha de concentración, el Intendente del III.Cuerpo de Ejército escribía: "No tengo enfermeros, carros am-bulancias, ni oficiales de administración, ni hornos de campaña,ni trenes".

El plan de movilización debe indicar la naturaleza de cadatrabajo, el día de su iniciación, la duración y procedimientos ge-nerales. Si son necesarios, deben agregarse cuadros explicativos,

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE. . . 667

que fijen los detalles. Necesariamente, el plan necesita ser revi-sado cada vez que se aporten modificaciones en la organizaciónmilitar o cuando se quiere tomar en consideración los resultadosde experiencias importantes o de trabajos civiles notables (nue-vas vías de comunicación, establecimientos industriales u otros)ejecutados en el país.

La Prusia tiene el mérito de haber sido la primera que reco-noció la necesidad de reglamentar todas las medidas concernien-tes a la movilización y de utilizar eventualmente todos los recur-sos para poner en pie de guerra a su ejército. Napoleón no lo hizojamás en razón de los ejércitos que organizaba, y después de élninguna otra nación tampoco lo hizo. Durante largo tiempo sóloPrusia empleaba tal procedimiento, que mantenía confidencial-mente, lo que era lógico.

Es a este perfeccionamiento continuo del plan de moviliza-cin que tendían los esfuerzos incesantes del Ministro de Guerray su Jefe de E. M. G. bajo la dirección superior del Jefe del Es-tado. Después de cada oportunidad en que los prusianos debie-ron movilizarse para la guerra: 1848, 1859, 1866, 1870, los co-mandantes de unidades y de servicios debieron establecer infor-mes detallados de las observaciones deducidas por la experien-cia de la campaña, agregando las reformas y mejoras que podíanproponerse, y en vista de todo ello se iba perfeccionando la mo-vilización nacional.

De esta experiencia se llegó al principio general que la mo-vilización debía basarse en la descentralización, en forma quecada cuerpo de ejército debía efectuarla por completo en su pro-pia región.

Este sistema fué para Alemania la iniciación de su triunfo en1870.

El reclutamiento y movilización regional ofrece grandes venta-jas: descentralización de personal, almacenes y depósitos de todaclase, simplificación para concurrir rápidamente a sus unidades, ma-yor grado de alistamiento, etc. En otros términos, cada una de lasgrandes unidades debe ser considerada como el ejército de un pe-queño país.

Las modificaciones introducidas en el plan de movilización,previa revisión, deben hacerse en época determinada del año yno alterarlas en ninguna forma hasta la misma fecha del año si-guiente (año de movilización).

En vista del plan de movilización y documentos complemen-tarios, (instrucciones generales), los distintos comandos de gran-des unidades y reparticiones militares dictan, a su vez, las "instruc-ciones especiales" correspondientes. Los comandos subalternos, has-ta el de compañía, escuadrón, etc., proceden, a su turno, a elaborar"los trabajos preparatorios de movilización" para su respectiva


unidad, señalando día por día, hora por hora, ("calendario demovilización") las operaciones que deben ejecutarse, desde el mo-mento preciso en que se tiene conocimiento de la orden que dispo-ne el paso del ejército al pie de guerra. Se toma como "primerdía de movilización" aquel a partir del cual se suceden regular-mente las diversas operaciones previstas por el plan.

Con el fin de alejar hasta la más remota posibilidad de vaci-laciones y pérdidas de tiempo, hay que establecer oportunamentehasta el orden de urgencia con que debe transmitirse a las diver-sas unidades subalternas el decreto de movilización, aún el nú-mero de ejemplares hay que tenerlo listo desde la paz, para en-viarlos a quien corresponda y por la vía más rápida.

E. —La movilización alemana para la guerra de 1914.

Es interesante agregar algunas palabras sobre la forma ex-pedita y rápida de esta movilización, durante la última guerra.

En 1914 no podía hablarse ya de una ventaja de Alenamia enla movilización, como resultante del perfeccionamiento siemprecreciente de la movilización moderna. Las condiciones habían cam-biado fundamentalmente y los vecinos supieron aprovechar tam-bién las experiencias adquiridas por Alemania y que habían sidofatales al no practicarlas en guerras anteriores (Francia, 1870).Así sucedió que frente al ejército alemán, cuando se concentró enlas fronteras, se hallaban enemigos de igual apresto para la guerra.

Ninguna unidad alemana estaba inmediatamente de decre-tarse la movilización en condiciones de partir, lista para la gue-rra, desde su guarnición. Esto rige también para las unidadesque parten pocas horas después de decretada la movilización, paraprotección de las fronteras o para llevar a efecto una empresaespecial. Ellas partieron con efectivos incompletos y concluyeronel pasaje al pie de guerra frente al enemigo. Como es sabido, lafortaleza de Lieja fué tomada al principio de la gran guerra pordichas unidades. Después de realizar esa operación, algunas uni-dades regresaron a sus guarniciones a fin de terminar allí su mo-vilización.

En 1914 precedió a la movilización general la declaración depeligro de guerra inminente, el que duró dos días y fué una me-dida puramente técnica a fin de poder realizar algunos trabajospreliminares, destinados a facilitar la propia movilización.

La declaración de ésta fué la señal que arrancó más de unmillón de hombres hábiles de sus ocupaciones civiles para acudira las filas. Todo reservista y guardia nacional, ya en la paz, teníaen su poder su destino de movilización. El sabía precisamente a quédía y a qué hora tenía que presentarse, qué tren tenía que tomar y enqué punto de su trayecto recibiría alimentación. Se inició enton-


ces un movimiento intenso en los ferrocarriles, que había sidopreparado del modo más exacto por el Departamento de Trans-portes del E. M. G., en combinación con funcionarios de los fe-rrocarriles, reuniendo a los convocados en transportes y alistan-do los trenes necesarios. Simultáneamente corrieron otros trenesurgentes. Además del transporte de unidades de tropas enviadasrápidamente a la frontera, y de los transportes de material deguerra, de caballos y subsistencias, había que transportar antetodo carbón y trenes de vagones vacíos y locomotoras. El hora-rio de paz fué reemplado durante la movilización y la concen-tración por el horario militar. Este consideraba, en primer tér-mino, las necesidades militares y no conocía sino que trenes pe-sados, de velocidad uniforme y que seguían a intervalos regula-res. El tráfico de la población civil y los trenes que servían alaprovisionamiento de las ciudades se redujeron en lo posible.

A fin de poder aplicar el horario militar, fué necesario unanueva distribución del material vacío en la red ferroviaria. Yano fueron las ciudades industriales y comerciales los puntos prin-cipales de concentración para éste, sino aquellas guarniciones ycampamento donde se formó la importante masa de tropas queconstituía el ejército de campaña.

El paso al pie de guerra de las unidades existentes se reali-zó en la forma más fácil. De éstas, fueron los regimientos de in-fantería donde existieron las condiciones más sencillas, mientraslas dificultades fueron notablemente mayores para las tropas mon-tadas y de vehículos ya por el mucho ganado necesario, especial-mente para las tropas de tren, que tenían que formar un grannúmero de columnas. Los comandos ya existentes y los nuevospor formarse, como también las nuevas unidades, fueron distri-buidos entre las unidades del ejército permanente. Cada una deestas últimas tenía que movilizar un cierto número de otras se-mejantes, conforme al calendario de movilización, que se cumplióal pie de la letra dentro de sus menores detalles. En los depósitosse hallaban el vestuario, equipo y armamento ya preparado y yano hubo más que repartirlo, mientras que los vehículos de guerray los atalajes se sacaban listos de los galpones, donde se habíanreunido.

Así se movilizaron entonces, en los cuarteles y en los campa-mentos de instrucción, los comandos y las unidades ya existentesy las unidades de reserva, de guardia nacional y territorial, loscomandos de ejército, las inspecciones de etapas, las gobernacio-nes generales, etc., con sus estados mayores correspondientes ycompuestos de diferentes servicios; luego, las intendencias, losórganos de subsistencias y de correos, las panaderías de campa-ña, los órganos para las cuestiones de tesorería, para el servicio dejusticia, de sanidad y de culto, todo en pie de guerra.


Se instalaron numerosos depósitos y almacenes; se adqui-rieron y acumularon provisiones de todas clases; caballos, auto-móviles y motocicletas fueron requisadas en gran número y re-partidas entre los comandos y unidades. Era preciso cargar y ata-lajar las columnas y adiestrar los animales de tiro. Para las co-lumnas de acarreo era necesario adquirir los vehículos tambiénpor comprar.

El aprovisionamiento de los automóviles, aviones y globoscon combustible exigía medidas especiales. Era necesario ponerlas fortalezas amenazadas en estado de defensa; había que pro-veerlas de guarniciones de guerra, con autoridades y comandosde todas clases, con víveres y animales en pie.

Los asuntos necesitaban ser terminados o pasados a los co-mandos de reemplazo; los archivos y registros exigían una cus-todia segura durante el tiempo de guerra.

Todos estos trabajos y muchos otros debían terminarse en elbreve plazo de 5 a 7 días a fin de poder realizar lo más prontoposible el transporte de las tropas movilizadas hacia las fronteras.

En el año 1870, la movilización fué decretada en la noche del16 de julio, y el 4 de agosto se pasó la frontera y se ganó la pri-mera victoria. En 1914 todo se desarrolló con rapidez aún mayor,a pesar de las circunstancias enormemente más difíciles, origi-nadas por el aumento considerable de los efectivos y la comple-jidad de todo el organismo. Las primeras medidas preparatoriasempezaron el 31 de julio a las 13 horas; el 2 de agosto fué elprimer día de movilización, y el 18 empezó el avance general con-tra el enemigo en el frente occidental.

Como en ocasiones anteriores, en 1914 también la moviliza-ción alemana se efectuó sin dificultades. En ninguna parte huborozamientos de importancia, ni consultas al Ministro de Guerrani al Estado Mayor General del Ejército.

Sin embargo, se hacen algunos reparos a la movilización ale-mana que pueden servirnos de advertencia. Hubiera sido mejorque el conocimiento de los trabajos relacionados con la movili-zación recibiese una mayor divulgación en aquel país. Mientrasel modo de preparar la moviliazción, hasta el más mínimo detalle,fuera una ventaja exclusiva del ejército alemán, la conservacióndel secreto tenía razón de ser; pero desde que desapareció esaventaja, ya no hubo mucho que ocultar. Folletos fáciles de enten-der por la generalidad de la población, que instruían sobre lamovilización, habían sido editados por las autoridades oficiales ydifundidos en Francia.

La omisión de tal medida en Alemania sólo hizo que muchaspersonas que debían cooperar con responsabilidad en el pasaje delejército al pie de guerra, quedasen a obscuras en lo que respectaa sus deberes, sin que eso fuese una ventaja para el conjunto. La ig-


norancia general tuvo después como consecuencia el que una especiede excitación histérica se apoderara de la masa de la población, quecreía y propagaba los más insensatos rumores; que se reclamasenviolentamente las más necias medidas; que se extendiera un mie-do ridículo al espionaje, que hasta condujo al homicidio de ino-cente ciudadanos y cosas semejantes.

Es evidente que esta divulgación debe conservar en secretoel resultado final de la movilización o sea el efectivo, la compo-sición, la distribución y el empleo de las fuerzas combatientesresultantes de ella, debiendo conservar ese secreto de la maneramás rigurosa.

Pero ambos puntos de vista se pueden armonizar sin difi-cultades.

F. —La movilización francesa en 1914.

En los preparativos que en tiempo de paz se hicieron enFrancia, se calculaba que el estallido de una guerra sería prece-dido de un período de tirantez de relaciones políticas, durante elcual podrían tomarse medidas para aumentar el grado de apres-to para la guerra, especialmente en la región fronteriza y paraacelerar la movilización propiamente dicha. La Ley Orgánica Mi-litar concedía a los Ministros de Guerra y de Marina ampliasfacultades para ordenar y ejecutar tales medidas, y la más im-portante, para el primero, consistía en que antes de decretarsela movilización general, podía movilizar las tropas para la pro-tección de fronteras (5 cuerpos de ejército y las 10 divisionesde caballería) y aprestarlas en esas posiciones.

El Ministro de Guerra francés hizo uso de estas facultadesen los últimos días de julio de 1914. Estando ausente en Rusiael Presidente Poincaré, aquél ordenó el 25 de este mes, juntocon conocerse la ruptura de relaciones entre Austria-Hungría yServia, el inmediato regreso a sus guarniciones de todos los ge-nerales ausentes de las mismas.

Ya al día siguiente, 26 de julio, a causa de noticias inquie-tantes proporcionadas por el servicio de informaciones francés,siguieron la prohibición de ejecutar los movimientos preparato-rios de maniobras que iban a iniciarse, la suspensión de todaslas licencias y el llamado de todos los oficiales con permiso, elregreso de las unidades fuera de sus guarniciones, el servicio limi-tado de seguridad en los ferrocarriles por empleados civiles y lacensura de prensa en lo referente a medidas militares. Igualmentese intensificó el servicio de vigilancia de fronteras por órganos delservicio de seguridad pública.

El día siguiente, 27 de julio, la seguridad de las vías férreasse transformó en servicio de protección militar. Se dispuso el lla-


mado de todos los individuos de tropa con licencias, en primer lu-gar de los pertenecientes a las unidades de protección de fronteras.

Otra medida de importancia en estos días fué el traslado in-mediato a Francia de las tropas africanas y, aunque el plan demovilización disponía traer de Marruecos sólo unos cuantos bata-llones y baterías seleccionadas, de los 85. 000 hombres allá existen-tes, se ordenó el día 27 que se trasladaran todas las unidades deArgelia y Marruecos que tuvieran algún valor combativo.

El 29 de julio, al desembarcar el Presidente, de regreso deRusia, fué informado de que "se habían tomado todas las medidaspara el caso de que un día fuera necesaria la movilización". No setomó todavía, por consideraciones políticas, una resolución sobrela puesta en vigor del servicio de protección de fronteras, pedidaya urgentemente por el Jefe de E. M. G., pero al día siguiente seacordó ésta en Consejo de Ministros, con la limitación provisoriade que sólo debían marchar a sus puestos de protección de fron-tera, las tropas que pudiesen hacerlo por tierra para evitar trans-portes por ferrocarril e incorporación de reservistas. Estas unida-des semi-movilizadas debían permanecer a 10 kilómetros de la fron-tera; pero algunas pasaron por sobre esta disposición en vista de quelas ventajas tácticas que ofrecía el terreno más próximo a las fron-teras, en ciertos sectores.

En la noche del 31 de julio, el General Joffre pidió la movi-lización general, basándose en que Alemania efectuaba, en formasecreta, la suya. A las 16. 30 horas del 1. ° de agosto, se dió la ordende movilización, fijándose como primer día de ella el siguiente, 2.

El 2 de agosto, a las 17 horas, recibió el General Joffre, quesegún el Plan de Movilización pasaba a ocupar el puesto de Co-mandante en Jefe del Ejército francés, plena libertad de acciónmilitar, quien ordenó, como primera medida, rechazar todo actohostil de los alemanes por las tropas de protección de fronteras,pero sin penetrar en territorio enemigo.

En las vías férreas, ya el 31 de julio, se iniciaron los transpor-tes de tropas de protección de fronteras. El de reservistas comen-zó el día 3 de agosto y terminó el 5.

A continuación vino el movimiento de concentración, efectuán-dose estos transportes por 10 líneas férreas y terminándose el día18 de agosto sin perturbaciones dignas de mención.

El ejército francés constaba en tiempo de paz de 915. 000 hom-bres, incluso las tropas de guarnición en Marruecos, Argelia yTúnez. Por la movilización se incorporaron, por de pronto, 3. 781. 000,de un total de 5 millones de hombres instruidos, de los cuales2. 689. 000 hombres integraron el Ejército de primera línea y guar-niciones de fortalezas y 1. 092. 000 quedaron a la inmediata disposi-ción del Ministro de Guerra, para el ejército de ocupación delinterior y en el Africa.


El ejército de campaña constaba de 21 cuerpos de ejército, 5divisiones independientes, 26 divisiones de reserva (6 de fortaleza)10 divisiones de caballería y 13 divisiones territoriales móviles.

En total, 74 divisiones de ejército y 10 divisiones de caba-llería.

Nociones Generales de DerechoPor el Capitán Sr. Luis Serey P.

(Continuación).

"La familia".

El concepto de familia, su etimología y definiciones. —Origen de la familia. —Tipos históricos: El matriarcado, la patriarcal, instable y troncal. —La con-sanguinidad. —La familia en los pueblos primitivos. —La familia en el dere-cho romano, en el cristiano, en el bárbaro, en el irlandés antiguo. —Evo-lución. —Conclusiones.

Tratamos ahora, siguiendo el plan trazado, esta nueva ins-titución que es la fundamental en la formación de todo Estado.

La organización de la familia es indispensable para la es-tabilidad del Estado, ya que a ella corresponde dar los ele-mentos que lo constituyen y dentro del organismo estatal, es lafamilia un elemento social del cual no se puede prescindir.

En este breve y somero estudio trataremos de enfocar estainstitución en sus aspectos más generales, desde su concepto, suscaracteres, su fundamento en el orden natural, su origen, sudesarrollo a través de los tiempos, generada en una triple po-testad: la natural, la religiosa y la civil, hasta lo que la familiaha sido en el antiguo derecho, para arribar a las concepcionesactuales.

El fundamento jurídico, base para el estudio de esta ins-titución en estas nociones generales, lo radicamos en el dere-cho natural y en el derecho positivo, entendiendo por tal al po-sitivo divino y al positivo humano, por así decirlo. Porquesomos de aquellos que creemos que el hombre, la familia, lasociedad, no son meras creaciones humanas o que se hallen alarbitrio humano. El hombre no ha podido ser criado por unser inferior, no obstante las modernas concepciones biológicas.Esto, lo hemos tratado en el preámbulo de estas nociones quenos han venido preocupando. Menos puede estimarse que el


hombre pueda existir sin familia, ni que el Estado pueda sub-sistir sin que su base sea la familia.

Es sabido que el hombre, que tiene una razón para co-nocer y una libre voluntad para obrar, quiere lo que le con-viene a su racional naturaleza y no acepta lo que le está enpugna con su conveniencia. La relación existente entre el actoy lo que es el hombre, en otras palabras lo que entendemos porrazón, no. es más que una manifestación de la ley natural. Deaquí que no puede negarse su existencia. Este derecho naturales el que puede conocer las leyes naturales, entendiéndose por talderecho el que cada cual cree o juzga descubrir en su concien-cia individual, estimado como sentido falso dentro de estaconcepción por cuanto no siempre la inteligencia de cada hom-bre es capaz de juzgar y raciocinar rectamente en cuestionesde justicia; o, por aquél conjunto de derechos que el hombretrae consigo al nacer y que le competen por la sola razón desu ser. Es por todo esto que pensamos que siendo la sociedad unmero medio y no un fin para el hombre, no podremos desenten-dernos de su naturaleza racional, aunque el derecho positivoconcreta o expresa la ley natural, determinándola, este derechono puede oponerse a la simple ley natural, ya que esta opo-sición se traduciría en una negación a la razón humana.

Teóricamente hablando, la negación del derecho naturaltiene su origen en la concepción parcial y exclusiva del dere-cho, concepción que no acepta sino las leyes impuestas por lasociedad, por el Estado, sin sujeción a ninguna otra cosa. Más,este entendimiento, no pasa más allá que una mera teoría alconsiderar que si bien es cierto que un simple razonamiento noalcanza a crear el derecho, no es menos cierto que nos encon-tramos en presencia de normas que regulan la vida humana encomún, cuya fuerza de obligar se evidencia a pesar que su con-tenido no se halle expresamente reglado por el dereccho posi-tivo. Tratadistas de importancia como Ferdinand, Walter, KonstGutberlet, Otto Schilling, todos alemanes, para no citar más,sostienen fundadamente que el derecho natural existe y no esuna fantasía. Otros, como Planeol, en su tratado «Droit Ci-vil», afirma al respecto que: «Cuando se ha dicho que el legis-lador debe asegurar la vida y la libertad de los hombres, pro-teger su trabajo y sus bienes, reprimir los extravíos peligro-sos para el orden social y moral, reconocer a los esposos y alos padres los derechos y los deberes recíprocos, se está toda-vía léjos de haber fundado una legislación: se está muy cer-ca de haber exprimido los preceptos de la ley natural. El de-recho natural existe, felizmente, para la humanidad». LuegoA. Bonde, también tratadista francés, en su «Traité Eleméntaire

NOCIONES GENERALES DE DERECHO 677

de Droit International Public», al relacionar el derecho na-tural en sus vinculaciones internacionales, nos dice: «Este de-recho natural, muy frecuentemente no reconocido por puebloscultos, entre ellos y con respecto a razas de una civilizacióndiferente se impone a todos los Estados. El es la consecuenciade la existencia de las agrupaciones humanas, de su indepen-dencia, de las leyes fundamentales que les aseguran la conser-vación y el perfeccionamiento».

Intencionalmente hemos hecho esta cita con el fin de pro-bar cuanto aseveramos, al no desprecciar, ni menos negar,la existencia de este derecho natural, que para muchos es unaaberración algo inexistente, un error fundamental.

Pero, concretémonos a la materia, y continuando, veamosla etimología, la definición que el concepto de familia tieneen sí.

«Famel», voz usada entre los «oscos» ha sido según algu-nos el vocablo origen de la palabra «familia»; vozque se deriva de la latina «fame», que significa «hambre». Yesto tiene razón de ser. Si observamos que es «la cabezade familia», generalmente «el padre», a quien le correspondaproporcionar a su familia los alimentos, la obligación de velarpor ella y proveerla de todas sus necesidades, dentro de lascuales la mayor es el hambre, la significación que la voz usadatiene y encierra en sí, se hallaría ampliamente justificada.

Es necesario, antes de proseguir, que hallemos una defi-nición real y adecuada de lo que debemos entender por fami-lia. Para hacerlo es menester considerar su fin y los elementosesenciales que la forman. Observados estos dos factores, noshallaríamos en condiciones de decir que: «familia es la so-ciedad perfecta y natural que tiene por objeto la conveniente pro-pagación de la especie humana, mediante la estable unión delvarón con la mujer».

Al hojear nuestro Código Civil, nos topamos con una de-finición muy parecida, cuando este cuerpo de leyes, en su art.102, nos define lo que es matrimonio y nos dice «el matrimo-nio es un contrato solemne por el cual un hombre y una mu|-jer se unen actual e indisolublemente, y por toda la vida, conel fin de vivir juntos, de procrear y de auxiliarse mútuamente».

Existe una estrecha relación entre lo uno y lo otro. Es poresto que nos veremos obligados, con el único fin de no dejarvacíos en la relación de estas nociones, tratar en forma expresasobre el matrimonio, base constitutiva de la familia. Lo hare-mos posteriormente, una vez que tratemos y demos término aeste artículo destinado a estudiar esta insttiución.


Tenemos, entonces, que familia es sociedad. Y es socie-dad, porque es una reunión de dos o más personas que, segúnHamilton, conspiran a la consecución o posesión de un bien co-mún. En su origen esta sociedad la constituyen el varón y lamujer, son las personas; luego, el objeto está en la convenientepropagación de la especie humana. Sociedad que es a su vezperfecta y natural, ya que se refiere a la personalidad enterade los socios y exige la cooperación amplia y total de todas susfacultades, todo lo cual le dá el aspecto y el carácter de perfec-ta; y, tomando en consideración que la naturaleza humana exi-ge indispensablemente la sociedad doméstica para su convenien-te desarrollo, hallamos así su carácter natural, porque ademáses algo propio a la naturaleza humana y no está supeditado ya alarbitrio o ya a la simple conveniencia del hombre.

Algunos autores definen a la famlia como el conjunto depersonas unidas por los vínculos del parentesco. Los hay quie-nes, definiéndola, dicen que es la unión de personas que atadaspor lazos que tienen su origen inmediato en la ley natural, con-viven bajo techo común y bajo la misma autoridad superior.

Cuando tratemos del matrimonio, expresamente, a espe-cie de paréntesis antes de tratar sobre el Estado, nos detendre-mos a considerar las diversas sociedades que comprende la fa-milia, ya que la sociedad familiar es una sociedad compuesta.Veremos en esa oportunidad lo que es la sociedad conyugal,aquélla otra que la forman los padres con los hijos, esto es, lasociedad paterna y aún, nos remitiremos hasta la sociedad heril,que ha dado origen a teorías sumamente interesantes.

La sociología por una parte, y la etnología por otra, nospermitirán establecer algunos puntos de vista para dar algunas ex-plicaciones acerca del origen de la familia.

En artículos anteriores afirmábamos que al hombre jamásse le concibió aislado, ni aún en la edad primaria. Pero, ¿desdeque el hombre existió, habrá existido con él la familia? Vea-mos lo que nuestras investigaciones hechas en trabajos de se-minarios en la Universidad, nos han revelado al respecto.

En una obra de Horacio, encontramos que en ese primerperíodo de la existencia humana los hombres no tienen mayordiferencia con los animales salvajes, luchaban con sus uñas,cuerpo a cuerpo disputándose el alimento y la mujer; despuésusaban garrotes de los que se proveían en la selva; enseguida,son ellos los que fabrican sus armas; alcanzando un mayorgrado de civilización, inventan el lenguaje, rechazan este estadoperpetuo de guerra, fabrican casas y ciudades, defienden lasinstituciones que ya tienen: la propiedad y el matrimonio.

Spencer, en su tratado de Sociología, nos asegura: «Los


grupos de hombres primitivos, desprovistos de toda organiza-ción civil, carecían también de todo lo que puede merecer elnombre de organización doméstica. Las relaciones sexuales ylas relaciones entre padres e hijos, se diferenciaban apenas delas que existen entre los brutos».

El autor alemán Kohler, en su libro «Staatsrecht», al es-tudiar el matrimonio primitivo, sostiene que: «El matrimoniooriginariamente consistía en el rapto, el que llegó a ser mástarde la compra de la mujer».

En la obra «Origine de la Famille», de Gemelli, vertidaal francés por R. Jolivet, hallamos la siguiente escala que nosda una idea del origen de esta institución. Veamos:

1. —En la primera edad existió la promiscuidad ilimitada;2. —Luego, la familia de parientes: el matrimonio no está

prohibido sino entre padres e hijos; enseguida,3. —Familia del tipo Punalia: prohibición del matrimonio

entre hermanos, y en general entre parientes; relaciones libresentre los hombres de un grupo y las mujeres de otro grupo yvice-versa; en otras palabras, el matrimonio por grupos;

4. —La familia Matriarcal, cohabitación de un número máso menos grande de familias; incertidumbre acerca del padre;

5. —Familia Patriarcal: poligamia, cohabitación de variasfamilias bajo la autoridad del jefe de la familia más antigua.Ejemplo genuino de esta clase de familia es la de Abraham;

6. —La familia monógama, verdaderos matrimonios indi-viduales, que es la incorporada en nuestros días en todos lospaíses civilizados.

Nos ocuparemos en especial, con mayor detenimiento, decada uno de estos tipos de familia, al tratar del matrimonio.

Si analizamos las voces por las cuales en los pueblos pri-mitivos se designaban al padre, la madre y a los hijos, vamosa arribar a lo que es en su todo la teoría de la consanguinidad.En los «andanemos», el padre llama a su hijo por la voz «dar-edire» (genitus meus), la madre lo llama por «dab-etire»(natus-meus); por su parte el hijo reconoce a sus padres porla voz de «dar-odinga» (genitor meus) y a su madre por lade «dab et inga» (genitrix mea). Wundt, estudiando el origende las raíces que designan los niños a sus familiares, cuandocomienzan a balbucear, llega a la conclusión que es la conse-cuencia de un reflejo de motivo y que esas voces, digamos sí -labas, no se usan por grupos de personas, que sería la normalpara estar en concordancia con el evolucionismo, sino que seemplean dentro de un reducido número. Así es que el «peque-ño», aplica los primeros sonidos a las personas que más a su

M. del E. 2.


alcance se hallen. Luego, éstas expresiones van a otras. Estaextensión se debería a que algunas tribus se dedicaron al cul-tivo de la tierra y permanecieron estables en un territorio,manteniendo relaciones con sus vecinos, las que significaríanconsanguinidad a otras personas. Las voces con que se exte-rioriza el cariño y el respeto hacia los padres, se ampliaron aotros ancianos acredores de estos afectos. Lo dicho se confir-maría en la ausencia de este fenómeno en los pueblos nóma-des y pastores, quiénes por su condición de tales, no teníanestas relaciones con las tribus vecinas.

Pero, en la famosa teoría de la consanguinidad que Morganexpone en su «Ancient Society», nos encontramos con que lafalta de palabras especiales para nombrar al padre, que el autorcitado no halla en el nombre primitivo, le bastan para declararque el hombre de la primmera edad no conocía la familia y notenía otra regla en las relaciones sexuales que su instinto y sudeseo. Una objeción, «sine qua non», hizo Darwin a aquel, alprobar que con la expresión de «nama» se designaba a la ma-dre, a igual que a la tía materna y a la mujer del tío paterno,lo que valdría decir que la madre no era conocida, cuestióndudosa y difícil de aceptar lógicamente.

El desarrollo histórico de la familia lo hallamos en lospueblos antiguos en forma muy peculiar en el pueblo judío.

La familia primitiva monógama y estable ya era una ins-titución propia en los pueblos primitvos; pero, debido a la li-bertad y a la licencia de los hombres, la familia en su máspura concepción natural fué transformándose hasta hallarse enel estado en que la encontramos en los pueblos salvajes; y,no sólo en estos pueblos su constitución se degeneró, sino tam-bién en los pueblos cultos de la antigüedad. Pero a través detodas las vicisitudes hay algo que tiene una característica es-pecial en cuanto se refiere al matrimonio, que es el origen dela sociedad generadora de la familia.

Ese algo, es el carácter religioso que persiste a través dela evolución. La familia formada mediante el matrimonio co-mo una institución esencialmente civil, no la hallamos ni en lospueblos más inferiores, ni menos en los más civilizados. Elpueblo hebreo se organizó teniendo como base la familia, lafamilia del tipo patriarcal.

El tipo de familia patriarcal se caracteriza ante todo porla estabilidad, prolongando el padre su autoridad en el hogarcomún sobre sus hijos casados y sobre sus nietos. Esta cla-se de familia predominó en los pueblos pastores y aún la ha-,llamos hasta en nuestros días en algunas regiones asiáticas.El padre es la cabeza de la familia, su derecho es tradicional


y eminentemente consuetudinario, existiendo una cohesión ad-mirable. Es el tipo histórico de la familia antigua.

La familia instable carece del vínculo cohesional de lapatriarcal y su característica está en la división de la familia.Es así que vemos en este tipo de familia que los hijos en cuan-to son capaces de sustentarse por si mismos, abandonan la casapaterna para formar una nueva familia, con nuevas carcterís-ticas, nuevas costumbres, perdiéndose hasta la tradición. Es elespíritu individualista que nos ha dado esta nueva forma defamilia. Este tipo de familia ya lo hallamos en los pueblos nóma-des, los galos también la formaron y vuelve a reaparecer ennuestros días.

La familia troncal es la familia intermedia entre los tipospatrialcal e instable. La institución de un heredero, que es elencargado de la continuidad del hogar paterno, es la caracterís-tica de esta familia. Los hijos que quieren casarse y formar suhogar lo hacen a entera libertad, en tanto que los solteros si-guen atados al hogar paterno. Nació este tipo de familia en laEdad Media. La familia vasca es un ejemplo de esta clase defamilia. También la hallamos en Irlanda, Inglaterra, Dina-marca, Suiza, Cataluña, Escandinavia, etc. El gran economistaFederico Le Play, sostiene que Inglaterra debe su organizaciónsocial exclusivamente a los beneficios que le ha reportado alEstado la familia troncal.

La «gens», que no era otra cosa que la reunión de las gen-tes o asociaciones primitivas familiares, en otra palabra elpaso de la organización patriarcal a la del Estado, fué la basejurídica del imperio romano. El antiguo Derecho Romano se ge-nera en sus instituciónes a base de sus «gens», que son susfamilias.

Las colonias romanas se constituyeron por agrupacionesde familias enviadas a los territorios conquistados y te-nían el libre goce de todos los derechos privados acordadosal ciudadano romano. Los derechos políticos radican en la fa-milia y no existe derecho político individual de manera alguna.

La «agnación» fué en el Derecho antiguo Romano el fun-damento de la familia, en otras palabras, el vínculo jurídico en-tre las personas sometidas a una patria potestad; que más tra-se reemplaza por la «cognación», cuando prevalece el paren-tezco de la sangre. La cohesión familiar es tan manifiesta quesignificaba para el romano una disminución de su capacidad ju-rídica («capitis deminutio») el hecho de romper el vínculo fa-miliar. La «patria potestad» y la «manus» eran derechos inhe-rentes dentro de la familia, de suma importancia para la vidacivil, en cuanto a las herencias y a las tutelas.


La patria potestad es el conjunto de derechos que perte-necen al padre de familia sobre la persona y bienes de sus hi-jos legítimos. Por una parte los padres tienen la obligación dealimentar y educar a sus hijos, proporcionándoles todo cuantosea necesario para su desarrollo físico y moral; imponiendoal hijo el deber de respetar, obedecer y estar sujeto a sus pa-dres. Nace así la autoridad con que están provistos los padressobre sus hijos. Esta autoridad es la patria potestad, que es underecho propio del estado de familia. Pero en Roma esta «pa-tria potestas» sólo estaba establecida en interés del padre, quees como el cuasi dominio del padre sobre su mujer y los hijos.Esta patria potestad romana era perpétua y bajo ella estabasometido el hijo cualquiera que fuera su edad, al menos, queel padre no lo emancipara.

La familia, dentro de la concepción de los principios cris-tianos, se forma por un convenio entre un hombre y una mujerque se entregan mútuamente el dominio de sus cuerpos en ordena la generación de nuevos seres, formando una comunidad in-separable en vida.

Es un contrato natural que Dios ha establecido. A este res-pecto es oportuno hacer presente que, no obstante esta concep-ción cristiana, mediante la cual en todos los pueblos predominóla idea de que sus leyes eran de orden religioso, se permitióque los hombres fijaran la suya y sobre el particular dice elDerecho Cristiano, lo siguiente: «Que el matrimonio no fuéinstituido ni restaurado por obra de los hombres, sino por obradivina; que no fué protegido, confirmado ni elevado con leyeshumanas, sino con leyes del mismo Dios, autor de la naturaleza,y de su restaurador, Cristo Señor Nuestro, y que, por lo tan-to, sus leyes no pueden estar sujetas al arbitrio de ningún hom-bre, ni ¡siquiera al acuerdo contrario de los mismos cónyuges».

Tanto el derecho Romano como el Cristiano, han sido lasque formaron las legislaciones posteriores en cuanto a la cons-titución de la familia. Los germanos, pueblo, del cual en otraoportunidad hemos tratado, es uno de los pueblos bárbaros quehan tenido gran influencia en la formación de la familia. Lasaldeas o «sippes» estaban organizadas por familias relacionadaspor el parentesco, «sippes» que eran algo así como la «gens»de los romanos. La «sippes» era la encargada de hacerse justi-cia, sus miembros se encontraban estrechamente unidos y ha-cían causa común contra los individuos de las otras «sippes»,lesionadores de sus derechos. Organizaciones familiares aná-logas existieron entre los celtas y los iberos hasta crearuna esepcie de fraternidad militar. Dentro de los dere-chos de familia, los pueblos bárbaros tenían principios

La Escuela de Ingenieros Militares

Por el Mayor Sr. Julio Andrade B.

Un principio elemental aconseja en las diversas actividadeshumanas dedicarse al estudio y práctica de una materia, aundentro de una profesión. Esta es la razón porque en nuestro Ejér-cito los oficiales que egresan de la Escuela Militar se clasificanpor armas, a fin de que profundizando especialmente lo concer-niente a su especialidad, lleguen a ser buenos Oficiales de Infan-tería, caballería, etc.

Sin. embargo, no ocurre entre los oficiales de Ingenieros lo queen las otras armas, puesto que deben especializarse en diversasmaterias y pasar por unidades de distinta actividad técnica.

Como la proporción en que se encuentran los ingenieros conrespecto a las demás armas es de un 10%, más o menos, no puedeen un Ejército tan pequeño como el nuestro, separarse los oficia-les de acuerdo con las principalas ramas del arma, a saber: co-municaciones, ferrocarrileros y zapadores. Es necesario, entonces,ir a un procedimiento razonado y científico que permita fomentarla especialidad dentro de las diversas ramas de la ingeniería mili-tar; pero, sin llegar tampoco a la disgregación en unidades tanpequeñas que los oficiales de ingenieros, al alcanzar el grado deMayor, queden sin espectativas de ascensos o fuera del arma deorigen.

Separar en ramas o servicios aparte a los oficiales de comuni-caciones, zapadores y ferrocarrileros sería perjudicial por la cir-cunstancia de que existe actualmente sólo un grupo de comunica-ciones, dos batallones de ferrocarrileros, tres grupos de ingenie-ros, un batallón de puentes pesados y uno de pontoneros. Siendo elArma de Ingenieros tan reducida, procurar la separación de lasramas técnicas importa casi su disolución.

Como los oficiales de Ingenieros tendrán que conocer las tresramas técnicas ya mencionadas, necesitan, lógicamente, la escuelacomún, sin que esto signifique que esta Escuela no tenga un con-tacto estrecho con las demás armas del Ejército.


Hoy en día las tropas deben actuar en el combate tan estre-chamente unidas que debe haber una perfecta armonía en la ac-ción de los esfuerzos de todas ellas por alcanzar los objetivos deltriunfo. Esta armonía perfecta sólo se consigue por la unidad dedoctrina en la aplicación de todos los principios de la técnica parala conducción y para el combate de las armas combinadas.

De acuerdo con estas ideas básicas, es común a casi todos losejércitos modernos el anhelo de llegar a la creación de la Escuelade Aplicación del Ejército para todas las armas con el fin de desa-rrollar cursos en los cuales los oficiales se especialicen preferen-temente en un arma, sin desconocer la acción de conjunto de to-das ellas en el campo de batalla. Por otra parte, esto reporta, ade-más, grandes ventajas económicas por el uso de locales, campos deejercicios, gabinetes, talleres y profesorado común.

Las escuelas de aplicación reunidas perfeccionan económica-mente su profesorado y sus elementos para que los cursos seanprovechosos, más homogéneas las doctrinas que se estudian y másreales los ejercicios de aplicación.

Sin embargo, este anhelo tan apetecido es muy difícil llevarloa la práctica porque casi todos los ejércitos tienen creadas inde-pendientemente sus escuelas de aplicación y no es posible unir-las en una sola por los gastos ya realizados.

La Escuela de Ingenieros Militares, creada el año 1924, esla única del Ejército que no posee unidades de aplicación, en to-das las ramas que abarca, a saber: comunicaciones, ferrocarrilerosy zapadores, no satisfaciendo por esta circunstancia la finalidadque debe reunir toda escuela de arma.

Este defecto de la Escuela de Ingenieros Militares, resultamás notable si se considera que la Ingeniería militar ha pasadoa ser común a todas las armas del Ejército. Así por ejemplo, to-das ellas necesitan tender sus redes de comunicaciones propias ytodas necesitan conocer la fortificación y la utilización y construc-ción de puentes rápidos. En consecuencia, esta Escuela que debeser común a todo el Ejército, bajo la denominación de Escuela deIngenieros del Ejército, está llamada, a mi juicio, a desarrollarlos siguientes cursos:

1. —Curso de Tenientes del Arma de Ingenieros; duración doso tres años.

2. —Curso de Alféreces del Arma de Ingenieros; duración, unaño.

3. —Curso de Suboficiales del Arma de Ingenieros; duraciónun año.

4. —Curso de Comunicaciones para Tenientes de todas las ar-mas; duración, 9 meses.

5. —Curso de Zapadores para Tenientes de todas las armas;duración, 6 a 9 meses.

LA ESCUELA DE INGENIEROS MILITARES 687

6. —Curso de informaciones para Capitanes de Ingenieros, du-ración, un año.

7. —Curso de informaciones de comunicaciones, para jefes;duración, dos a tres meses.

8. —Curso de informaciones de zapadores, para jefes; dura-ción, dos a tres meses.

De acuerdo con las ideas expuestas, el actual Batallón de Co-municaciones de Ejército podría fusionarse con la Escuela de In-genieros Militares. En esta forma, esta Escuela con sus unidadesde aplicación de comunicaciones y zapadores estaría en condicio-nes de llenar la amplia finalidad de preparar intelectual y prácti-camente a los oficiales del arma de Ingenieros y a los oficiales delas otras armas.

Naturalmente que el ideal sería unir a lo anterior, la creaciónde una compañía telegráfica de ejército para subordinarla a estebatallón de comunicaciones de ejército y una columna ligera dezapadores y P. M. de batallón, a fin de completar la actual com-pañía de zapadores de la Escuela.

Complementada esta fusión en la forma ideada, habría ampliocampo para fomentar la especialización en las unidades de apli-cación dependientes de la Dirección de la Escuela y que serían:

1 batallón de comunicaciones y1 batallón de zapadores.

El trabajo, absolutamente separado en estas unidades por notener correlación el uno con el otro, no es, a juicio del suscrito,un impedimento para que puedan vivir en un mismo cuartel contodas las ventajas de orden administrativo que ello significa paraunidades tan pequeñas como las nuestras, que por sí solas casi noalcanzan a tener vida propia, o bien en forma por demás precaria.

Pensar en esta separación, empezando por la Escuela, es irsencillamente a fomentar la creación de dos escuelas: una de za-padores y otra de comunicaciones, precisamente en el arma másreducida del Ejército.

En ejércitos modelos como el francés o el alemán, un bata-llón de comunicaciones o de zapadores se puede desenvolver ad-mirablemente en lo referente a la parte administrativa y servi-cios de cuartel por cuanto cuentan con una oficialidad numerosay la organización es completa en toda clase de medios y elemen-tos, así por ejemplo, 1 batallón de zapadores cuenta generalmentecon:

2 o 3 compañías de zapadores1 columna ligera de zapadores1 tren de puentes400 o 600 conscriptos llamados anualmente para una uni-

dad de esta clase.


Como esto no es posible hacerlo por ahora en Chile, tendre-mos que buscar la solución por otro camino y éste puede serla de fusionar la Escuela con la Unidad que precisamente le fal-ta y no esperar la creación de un batallón de comunicaciones es-pecial para esta Escuela, por cuanto el presupuesto de guerra nopermite siquiera tener en gran alistamiento las unidades que irána cubrir nuestras fronteras en el momento de la movilización.

La actual Escuela de Ingenieros no satisface todas las ne-cesidades del Arma ni del Ejército, puesto que, por carencia deoficiales, falta de elementos y de unidades de aplicación, no pue-de desarrollar todos los cursos ya señalados.

Si esta Escuela se fusiona con el Batallón de Comunicacio-nes de Ejército, sin hacer gasto alguno consigue su amplia finali-dad de establecer una doctrina uniforme en el empleo de los me-dios de comunicaciones; de preparar a los Jefes en el empleo acer-tado y oportuno de las unidades de comunicaciones de que dis-pondrán, en ejercicios, maniobras, o en la guerra; de fomentardesde la paz, por medio de ejercicios prácticos, el empleo de losmedios de comunicaciones que constituyen los medios de que sevale el jefe para dirigir la batalla; de uniformar los materialesde comunicaciones, de enseñar la forma de usar, cuidar y conser-var el material de comunicaciones que es bastante caro y de di-fícil adquisición para un país como Chile que no lo fabrica.

La Escuela de Ingenieros del Ejército, para que cumpla suvasta misión de divulgar todas las ramas de la ingeniería militaren todas las unidades del Ejército, necesita además, como he di-cho anteriormente, un batallón de aplicación de zapadores com-pleto. Disponiendo de esta unidad completa la Escuela estaría encondiciones de hacer cursos de zapadores para oficiales subalter-nos y para jefes de todas las armas. En esta forma se consegui-ría como en la rama de comunicaciones, un conocimiento perfectopor parte de todos los oficiales del ejército de las actividades aque están destinadas las unidades de zapadores, en la paz y enla guerra; se tendría un cabal conocimiento de lo que es el pasoy defensa de un río, no cometiéndose errores como ocurre con fre-cuencia; se conocería el empleo del material que usan los zapado-res y no se vería la construcción teórica de un puente de ponto-nes en el río Maipo como he visto en el desarrollo de algunosjuegos de guerra; la infantería conocería el empleo de puentesrápidos en los obstáculos de pequeña consideración; todas las ra-mas conocerían en lo que les concierne el empleo oportuno de lafortificación y algunas obras de castrametación de capital im-portancia; por último, los jefes conocerían ampliamente el empleode las unidades de zapadores sin tener que dividirlos sistemáti-camente para deshacerse de ellos cuando se les presenta el caso.


Con respecto a la especialidad de ferrocarrileros, los oficia-les de los cursos de Tenientes y de Alféreces, reciben clases de ca-rácter teórico en la Escuela y realizan al final de año trabajosespeciales. Generalmente el profesor los lleva a la unidad de Fe-rrocarrileros de Explotación que monta guarnición en Puente Al-to; igual cosa podrá hacerse cuando se encuentre instalado enMelipilla el Batallón de Construcción recién creado. En todo casoesta es una especialidad propia del arma de ingenieros y no detodas las armas como ocurre con comunicaciones y zapadores. Sinembargo, el Coronel Russel del ejército inglés, cuando estuvo enChile, manifestó en varias ocasiones que la Escuela de Ingenie-ros de Inglaterra, disponía también de 1 batallón de ferrocarrile-ros de construcción para la enseñanza práctica de oficiales y sub-oficiales, personal que con esta enseñanza, va después a las colo-nias de Inglaterra a construir líneas férreas.

Volviendo a la fusión de la Escuela con el Batallón de Co-municaciones de Ejército, esta se puede realizar casi sin gastopara el Fisco, ahora que los cursos y gabinetes se instalarán enla calle Carmen; se trataría únicamente del traslado de la com-pañía de Instrucción al cuartel de comunicaciones en Antonio Va-ras, donde existe un pabellón que ofrece más comodidades quelas que puede darle el actual edificio, donde se encuentra insta-lada hoy día.

Para las variadas materias que se desarrollan en los cursos,la Escuela no dispone del material necesario y adecuado, así porejemplo para el ramo de comunicaciones, falta material radio-te-legráfico; los 7 carros telefónicos disponen solamente de 1 pare-ja de tiro y como no hay unidad de aplicación de comunicaciones,este material cuesta mucho conservarlo en debida forma. Todoesto, dificulta naturalmente el buen desarrollo de la enseñanza.

Para la instrucción de puentes, fortificación y destrucciones,la Escuela no cuenta con un polígono de trabajo, de modo quela única mañana de instrucción práctica para el curso de Alfére-ces y día completo para el curso de suboficiales, no puede aprove-charse en forma esencialmente práctica, como desea la Superio-ridad.

El material de puentes es escasísimo; la compañía de instruc-ción dispone solamente de: 1 escalón con 16 cargas reglamenta-rias; 4 tramos de puentes ligeros de columna; 20 metros de pa-sarelas y un número reducido de herramientas de fortificación ydestrucciones. A pesar de lo reducido que es este material, la Es-cuela no dispone del ganado, atalajes y carros necesarios paratransladarlo a campaña, lo que acentúa todavía más su pobrezafranciscana y su absoluta necesidad de fusionarse con el Grupode Comunicaciones que, entre otras, procuraría las siguientes ven-tajas:


1) Habría la posibilidad de poder desarrollar los cursos se-ñalados en la página 2) de este artículo.

2) El polígono de trabajo para la instrucción de puentes, for-tificación y destrucciones, se podría ubicar a orillas del Mapocho,quedando a 8 kilómetros más cerca que en la actualidad, lo quesignifica 4 horas de ganancia de tiempo en un viaje de ida y vuelta.

3) La venta del actual edificio que ocupa la Escuela en laAvenida Beauchef, podría dar el dinero necesario para la adqui-sición de un predio a orillas del Mapocho que serviría como polí-gono de trabajo para las instrucciones de zapadores.

4) Parte de los fondos señalados anteriormente podrían des-tinarse a la adquisición de material de zapadores, cuya carenciaqueda de manifiesto con lo indicado anteriormente.

5) La fusión de casi todas las comisiones administrativaspermitiría algún desahogo en este sentido; en abril del presenteaño, un oficial tenía 10 comisiones administrativas y otro 14. Estasituación perjudica naturalmente la buena labor que estos ofi-ciales desempeñan en la instrucción; pues, la labor administrati-va les quita demasiado tiempo.

6) La creación de la Compañía de Comunicaciones para laEscuela de Ingenieros, se pospuso por la creación del Batallón deFerrocarrileros de Construcción en Melipilla. La exigüedad denuestro presupuesto de guerra y la carencia casi absoluta de buenarmamento en que se encuentra actualmente el arma de infante-ría, no permitirán que esta unidad se cree a breve plazo aunqueeste presupuesto en años venideros sea aumentado.

7) Aún fusionada con el Batallón de Comunicaciones de Ejér-cito, la Escuela necesitaría complementarse con las siguientes uni-dades:

1 P. M. de batallón de zapadores.1|2 columna ligera de zapadores.1 tren de puentes, con material reglamentario de circuns-

tancia y para puente colgante.1 compañía telegráfica de ejército.1 sección radio-escucha.

Si aún fusionada con el Batallón de Comunicaciones de Ejér-cito, la Escuela tendría que esperar varios años para su organi-zación ideal, sin esta fusión, ni en varias decenas de años, estaEscuela que se debe a todo el Ejército, alcanzaría la organizaciónadecuada para que al Ejército prestara los servicios que se esperade ella.

8) El Batallón de Comunicaciones y el Batallón de Zapado-res de la Escuela de Ingenieros, en caso de movilización o de gue-rra, pasarían a ser tropas técnicas de Ejército y su empleo esta-ría previsto en los planes de operaciones.


9) La Escuela de Ingenieros con las unidades de aplicaciónya señaladas, prepararía a los oficiales y suboficiales de inge-nieros, como igualmente a los de otras armas, en forma muy prác-tica, en beneficio de su eficiencia, ya que podrían ver y participaren el desarrollo de ejercicios de zapadores y comunicaciones.

Los oficiales y suboficiales alumnos, al final de los respecti-vos cursos serían los participantes en el mando de la tropa y pre-paración de los trabajos.

10) La Escuela con sus dos unidades de aplicación facilitaríala especialización, sin lesionar la carrera del oficial de ingenie-ros. Para esto, aún con dos años de estudios en el curso de Te-nientes, tendría que hacerse una modificación que será motivo deun nuevo artículo.

1) Por último, la fusión de esta Escuela con el Batallónde Comunicaciones de Ejército, concluiría con la idea de crearuna Escuela de Comunicaciones separada como existió en el año1929, quedando esta Escuela en situación de preparar a los ofi-ciales y suboficiales en la especialidad de zapadores únicamen-te. En esta forma se puede llegar a corto plazo a la disolucióndel arma de ingenieros dentro del Ejército, ya que los actualesgrupos, compuestos de una compañía de comunicaciones y otrade zapadores, al separarse por su especialidad diferente, tendríanque afectarse a una unidad más grande, por el peligro que en-traña para la disciplina y la administración, la organización decompañías independientes en guarniciones generalmente pequeñas.

Otra manera de solucionar este grave problema, sería empe-zar por crearle a esta compañía de zapadores de la Escuela, untren de puentes con material adecuado a la región donde opera.

La única unidad de zapadores que cuenta con un Tren detes es el Batallón de Pontoneros de guarnición en Osorno, a pesarde que cada unidad de zapadores debería contar con esta organi-zación, pues una unidad de zapadores sin tren de puentes es algoasí como una batería o un escuadrón sin caballos o una compañíade fusileros sin fusiles. Las unidades de zapadores que no disponende este complemento (tren de puentes), tienen que falsear todos susejercicios.

Generalmente llevan primero su material al lado de un río,con ganado y carros prestados, a continuación se dedican a cons-truir puentes en un mismo punto de paso, después de haber arre-glado los caminos y terrenos de acceso al punto donde se construi-rá el puente, durante varios días hasta la presentación de la re-vista. En esta forma la tarea táctica tiene que subordinarse a lasnecesidades de paz; por lo tanto tiene que ser forzada y el apren-dizaje en un mismo punto con un material que ya se sabe de an-temano que se ocupará; los conscriptos conocen con anterioridad


donde irá a quedar colocado el eje de puente, el muerto y hasta ellargo de los caballetes. Todo esto está muy lejos de servir de basepara preparar verdaderos zapadores para la guerra.

A fines de 1926, el ex-Batallón de Zapadores N. ° 3, en SanFernando, fracasó lamentablemente en un ejercicio de construc-ción de puentes frente al río Cachapoal. Desde luego, el materialcon que contaba dicha unidad era inapropiado para la construc-ción de puentes sobre ríos como los de la zona central del país;dichos ríos con todos los canales en su cauce como ocurrirá en laguerra, constituyen, especialmente en primavera, verdaderos torren-tes donde fracasa el puente reglamentario y el de simples caballe-tes; será necesario construir puentes de pilotes de caballetes re-forzados o puentes colgantes de columnas.

Es por estas circunstancias que el problema de esta compañíade la Escuela de Ingenieros, no es su ubicación; se considera queal instalarla en el Cuartel del Regimiento Buin, en Recoleta, todose arreglará y precisamente, esta probable instalación no es nin-guna solución. La verdadera solución es crearle un Tren de Puen-tes con material de apoyos fijos (pilotes o caballetes reforzados),adecuados a la región donde se opera, con un polígono de traba-jo a orillas del Mapocho, más al oriente de Vitacura o Lo Arca-ya. Naturalmente, el ideal sería que el nuevo cuartel de esta Es-cuela quedara cerca de este polígono como ya lo ha propuesto laDirección del Establecimiento.

Si el Gobierno no dispone actualmente de los fondos necesa-rios para sufragar estos gastos, mejor sería dejar la Escuela comoantes, con sus cursos de Tenientes y gabinetes funcionando en lacalle Carmen; la compañía de instrucción podría servir de basepara organizar en Quillota el Tren de Puentes de Ejército conmaterial para puentes pesados de columna.

En este último caso, la Dirección de Establecimientos de Ins-trucción Militar debería contar, de todas maneras, con sus unida-des de aplicación, que no serían otras que las de Ejército:

El Batallón de Puentes Pesados de Quillota yEl Batallón de Comunicaciones de Ejército, de guarnición en

Santiago.

En estas unidades funcionarían anualmente los cursos de za-padores y comunicaciones para Tenientes y Suboficiales de todaslas armas, respectivamente, como igualmente los cursos de infor-maciones para Jefes, en la forma ya expuesta al comienzo de esteartículo.

Bajo la subordinación de la Dirección de Establecimientos deInstrucción Militar, estas unidades tendrían la misión, por mediode estos cursos, de uniformar la instrucción de zapadores y comu-


nicaciones de Arica a Magallanes en todas las unidades del Ejér-cito.

Solamente cabe preguntar ¿dónde harían la instrucción prác-tica los oficiales del arma?

La respuesta es muy sencilla:

a) Los alféreces saldrían destinados al egresar de la EscuelaMilitar al Batallón de Puentes Pesados en Quillota; des-pués de un año en dicha Unidad, serían destinados al Gru-po de Comunicaciones a fin de que al final de este segun-do año, tuvieran una noción más o menos clara del tra-bajo de zapadores como de Comunicaciones.

b) Los Tenientes, después de terminar su curso técnico de 2años en la Escuela de Ingenieros, ingresarían indistintamen-te a una unidad de comunicaciones o zapadores, de acuerdocon su inclinación, deducida de los resultados obtenidosen los diferentes ramos.

Con el objeto de obtener una mayor eficiencia en este curso,lo lógico sería aumentarlo a tres años, con el fin de que los ofi-ciales durante los dos primeros años obtuvieran un dominio com-pleto sobre los ramos científicos (matemáticas, física, química, etc)y que el tercer año fuera exclusivamente para los ramos de apli-cación, como radiotelegrafía, explotación de líneas telegráficas y te-lefónicas, puentes, etc.

Aún más, se podría fomentar la especialidad en zapadores, fe-rrocarrileros y comunicaciones, dejando el último año con este ob-jeto, a fin de obtener un mayor rendimiento dentro de los fu-turos comandantes de compañía del arma, ya sea zapadores, fe-rrocarrileros o comunicadores.

Cualquiera de estas dos proposiciones encara definitivamentela solución del problema que tiene que resolver la Escuela de In-genieros Militares.

La segunda solución es más sencilla y trae como consecuenciauna menor cantidad de unidades de ingenieros en la II Divisiónde Ejército. Todos sabemos que una División necesita solamente1 batallón de comunicaciones y otro de zapadores. Sin embargo, laII División de Ejército cuenta actualmente con 6 unidades de in-genieros, con lo cual se le complica enormemente la labor al Co-mando Divisionario, en la parte relativa a la instrucción, especial-mente revistas, a la labor administrativa y judicial.

La Dirección de Establecimientos de Instrucción Militar conlas dos unidades ya nombradas, estaría en condiciones de unificarla instrucción de zapadores y comunicaciones en todo el Ejércitoy al Comando de la II División se le restaría una labor que no esde su incumbencia.


Hablar claro es a menudo tarea desagradable, pero cuando sehace con la sana intención de mejorar una Escuela que tiene unainfluencia en todas las Unidades del Ejército, no hacerlo es faltaral deber profesional de coadyuvar al perfeccionamiento de la Ins-titución.

(Continuará)

Relación resumida de la conferencia dada en elCírculo Militar de Lima acerca de "Los ser-vicios del Ejército de Bolivia en la guerra delChaco".

Por el Tte. Crnl. Sr. Enrique Vidaurre,Agregado Militar de Bolivia en el Perú.

I. —PRELIMINAR.

Se ha hecho mucho caudal en el exterior de la desigualdad delos países en lucha, basándose en la mayor extensión territorial deBolivia con respecto al Paraguay, sin fijarse que, casualmente, estefactor es posiblemente el que haya influido en forma más negativapara la lucha que la República Boliviana sostuvo en el Chaco. Enefecto, las enormes distancias que existían entre los centros de recur-sos bolivianos y el teatro de operaciones contrastaban con las dellado paraguayo, cuyas bases se encontraban muy próximas a la zonade operaciones, especialmente en el primer período de la guerra.

En el mes de Julio de 1932, Bolivia mantenía en la fronteradel Chaco una exigua división de 1, 000 hombres en un frente muyextenso.

La línea boliviana del Chaco se encontraba a 1, 800 Kms. de loscentros vitales del país, de los cuales 800 eran de FF. CC. y el restodebía salvarse por caminos defectuosos, a través de sierras y vallesdiversos, hasta internarse en la selva chaqueña.

Producidos los primeros choques en el Chaco, el ejército para-guayo se encontró en grandes masas, presentándose la situación mi-litar con todos los caracteres de la guerra. Mientras tanto, a Boli-via le faltaba lo indispensable: los medios técnicos organizados, en-cargados de poner en marcha la movilización.

No se había considerado la capacidad de los FF. CC. y los ca-minos para el caso de una movilización; faltaban cuerpos de auto-movilismo militar, lo cual era indispensable para la campaña que seiniciaba.

Esta imprevisión de parte de Bolivia puede ser justificada de-bido a la política pacifista que siempre desarrolló.

M. del E. 3.


Iniciado el conflicto, Bolivia tuvo un cúmulo de dificultades: laconcentración de los efectivos movilizados, debido a diferentes cau-sas de orden técnico.

Se ordenó el traslado de dos regimientos desde La Paz paraque sirvieran de cobertura en las posiciones bolivianas del Chaco,las que, antes de llegar a su destino han tenido que pasar por unaverdadera odisea por falta de elementos de transportes, llegando enfracciones aisladas al campo de acción.

El Gobierno, desconociendo la magnitud de los esfuerzos que lacampaña exigía, movilizaba el Ejército, parcialmente, por contin-gentes, sin orden técnico, efectuando dichos contingentes sus mar-chas por grupos, tal como lo permitían las circunstancias y los de-fectuosos medios de transporte que se organizaban.

Así, estas primeras unidades, destinadas a reforzar a la IVDivisión, de guarnición en el Chaco, llegaron tardíamente y gotaa gota.

La requisición inmediata de camiones, en algunos centros delinterior, pronto demostró no ser un medio conducente para facilitarel transporte de tropas y material. Las distintas marcas demandanla adquisición de los repuestos correspondientes, al mismo tiempoque el estado diferente de uso de cada camión no permite la organi-zación de columnas motorizadas cuyos elementos pueden estar some-tidos a una acción uniforme. El tercer carro de la columna, por ejem-plo, sufría un desperfecto, éste necesita repuestos de su marca quelos había escasos o no los había, era un camión detenido; los hombresque viajaban en él se distribuían proporcionalmente en los otros ca-rros; más allá un "Chevrolet", interrumpe su marcha debido aotra causa, y luego un "Ford", con lo que el jefe del convoy seveía en la situación de ordenar que sigan su marcha los que podían,quedando muchos soldados en espera de la llegada de los carros deauxilio correspondientes.

Lo que más se hizo sentir fué la necesidad de transporte de mu-niciones, de víveres, de efectos diversos, que las tropas adelantadasnecesitaban para vivir y combatir.

En estas condiciones la labor para el Comando Boliviano fuédifícil e ingrata. Las tropas movilizadas marcharon sobre las líneasde comunicaciones, a pie y en camiones hasta la Zona de operaciones,carentes de agua, donde encontraron un enemigo superior.

Para dar una idea de la extensión de la Zona de Operaciones,con un frente que abarca 500 Kms., trasladaríamos la ubicación dealgunos comandos bolivianos—como decía un compatriota mío—so-bre el mapa de Europa y tendríamos que el comando de la 3. a Divi-sión de Infantería se encontraría en Münich (Alemania), el Coman-do del Cuerpo de Caballería en Venecia (Italia). El puesto de man-do del II Cuerpo de Ejército en Viena (Austria) y cerca de Polo-nia el Comando del III Cuerpo de Ejército.

697

Y para atender a los abastecimientos de las tropas diseminadasen frente tan extenso, es fácil imaginar el gigantezco esfuerzo quecorrespondió desarrollar al Comando boliviano para que las tropasno carecieran de víveres y municiones.

La campaña del Chaco ha evidenciado el hecho que los Ejérci-tos combatientes exigieran un consumo enorme de municiones, es-pecialmente las armas automáticas, que en tiempo de paz no es da-ble prever y la necesidad de acopiar los recursos indispensables pa-el sostenimiento de una campaña cuya duración no se puede deter-minar.

Y así como el problema de las municiones y los transportes, laprevisión militar debe abarcar, además de la movilización industrial,la agricultura, el comercio, las vías férreas, etc., militarizando enuna palabra un Estado.

La realización de este ideal había sido descuidada en Bolivia,encontrando a ésta en el conflicto del Chaco, como ya lo expuse, sinla indispensable y eficiente preparación de los medios que debíanasegurar el mantenimiento de su Ejército destinado a resguardar susoberanía.

II. —LOS SERVICIOS.

División militar del territorio.

1) Zona de operaciones.2) Zona de etapas.3) Zona de retaguardia o del Interior,En la zona de operaciones se desarrollaban los servicios de pri-

mera línea que abarcaban los de Cuerpo de Ejército, divisiones, yregimientos, dependientes del Comando Superior.

En la zona de etapas, funcionaron servicios a cargo de la Direc-ción General de Etapas, atendiendo a las necesidades del Ejércitoen abastecimiento y evacuaciones.

En la zona de retaguardia, quedaban los servicios bajo la de-pendencia del Estado Mayor auxiliar.

La Dirección General de Etapas atendía a las siguientes acti-vidades:

1) Criptografía, censura y estadística.2) Control de altas y bajas del personal y organización de nue-

vas unidades.3) Facilitaba el tránsito de Jefes y Oficiales que salían del tea-

tro de operaciones por enfermedad, licencia o comisión. Además,el servicio de contra-espionaje.

4) Encargada de la organización de los transportes en gene-ral, instalación de Maestranzas Militares para la reparación de ca-rros y camiones, mantenimiento de talleres y repuestos.

RELACION RESUMIDA DE L A . . . .


5) Encargada de organizar la distribución de víveres a lastropas y adquirirlos en el Interior o en el Exterior, ordenando sualmacenamiento.

6) Abastecía a las tropas de vestuario, equipo, herramientasde trabajo, alumbrado, material de campaña, etc.

7) Tenía a su cargo la distribución de gasolina y aceite paralos vehículos motorizados.

8) Dirigía la apertura de caminos, contando para ello con uni-dades de zapadores o cuadrillas de trabajadores Anexa a una desus secciones funcionaba el Cuerpo de Ingenieros y obreros encar-gados de construir edificios, captar aguas y perforación de pozos.

La Dirección General de Etapas tenía puestos distribuidos enla zona de etapas y operaciones.

El servicio de etapas.

A lo largo de la línea de comunicaciones se establecieron en lazona de retaguardia: los Almacenes de víveres, la Intendencia, losArsenales y Hospitales Militares.

En la Zona de Etapas existían: los orígenes de tapa, las Co-mandancias de tapa, las estaciones reguladoras y las Cabezas deEtapa.

Los orígenes de etapa, eran aquellos puntos donde las colum-nas motorizadas recibían a las tropas y abastecimientos en generalllegados por ferrocarril, para continuar la marcha, pasando por lascomandancias de etapa instaladas sobre la línea de etapas en pun-tos que por lo general mediaban entre ellos una jornada para ca-miones, (por término medio 150 kms. ), teniendo en cuenta la na-turaleza del terreno.

Una Comandancia de Etapas se hallaba a cargo de un Jefe uOficial del Ejército, que disponiendo de los elementos y del perso-nal necesario se encargaba de atender el tránsito de tropas y mate-rial; por lo general, funcionaba en cada uno de estos puntos unhospital de campaña, una maestranza mecánica adyacente a la pos-ta de camiones, los almacenes para víveres, un subarsenal y la Po-licía Militar.

Las estaciones reguladoras, estaban constituidas por los sitiosen donde se acumulaban todos los pertrechos de guerra y desde don-de se proveían de éstos, en la medida que las necesidades de losdiversos sectores demandaban. Una de dichas estaciones, fué pormucho tiempo el asiento de la Dirección General de Etapas (Villa-montes), lugar donde se concentraban muchas de las actividades dela línea de etapas, que, partiendo de Villazón por Tarija y EntreRíos, atavesaba este punto para internarse en el Chaco.

Finalmente señalaremos las cabezas de etapa, que servían deestaciones de contacto de la línea de etapas con los servicios pro-pios de cada Cuerpo de Ejército.

RELACION RESUMIDA DE L A . . . . 699

Los transportes.

Los transportes ferroviarios funcionaron en muy buenas con-diciones por el hecho de que estaban organizados por personal pro-pio y competente. Las necesidades militares se satisfacían haciendocircular determinado número de trenes cada semana o trenes mi-litares especiales cuando se trataba del transporte extraordinariode tropas o material.

En las líneas de etapas funcionaron casi exclusivamente for-maciones motorizadas y, sólo excepcionalmente, columnas hipomó-viles. La vía aérea y la fluvial prestaron también valiosos servicios,esta última, en sectores del río Pilcomayo.

El personal de las formaciones motorizadas fué reclutado entreaquellos reservistas que poseían conocimientos como choferes. Mástarde se establecieron escuelas especiales de choferes.

El transporte motorizado en la Zona de Etapa comprendía laorganización de convoyes, constando cada convoy de un número de-terminado de columnas de a diez camiones. Cada convoy y cada co-lumna al mando de su respectivo jefe. Dentro de los convoyes secontaban algunos carros de auxilio provistos de los repuestos necesa-rios. La reparación y el alistamiento de los vehículos tenía lugar asu llegada a la maestranza militar que funcionaba en cada Coman-dancia de Etapas.

Las Unidades de explotación en la Zona de operaciones, hallá-banse organizadas en batallones de tren constituidos por compañías,siendo a su vez estas formadas por columnas de diez a quince ca-miones.

Para los fines del transporte mismo habían sido reglamentadasuna serie de disposiciones minuciosas que, observadas estrictamente,contribuían a la buena conservación del material y al tráfico or-denado.

Se emplearon algunos modelos o marcas de camiones, de acuerdocon la naturaleza del terreno en que debían efectuar su circulación,correspondiendo, como es lógico, los tipos pesados a los sectores deterreno firme y bien asentado y los de modelo liviano al terreno suel-to y arenoso. Algunos tractores Caterpillar dieron buen resultado yfueron de señalada utilidad.

Sólo quien haya seguido el desarrollo y progreso de la organiza-ción de los transportes motorizados en la Campaña del Chaco desdesu iniciación, podrá apreciar el esfuerzo empleado en este servicioque se tornó más tarde en un factor decisivo para el afianzamientode las armas bolivianas. En estos transportes, al igual que el soldadoque luchaba en las trincheras, se destacaba el chofer como no menosvaleroso que aquel y más sacrificado tal vez, ya que en medio delcumplimiento del deber no conocía el descanso, venciendo junto asu volante las dificultades presentadas por la naturaleza hostil.


Por la variedad de caminos de distinta estructura topográficaque atravesaban las columnas de transporte, se observaba sectoresen los que se debía tomar precauciones especiales para el paso de és-tas, por razón de constituir unas veces, dichos sectores, desfiladerosrocosos que a manera de balcón o corniza sólo permitían el paso deun solo convoy. Aquí con un servicio telefónico convenientementeinstalado a la entrada y salida del desfiladero se permitía la mar-cha de una sola columna.

El movimiento de las columnas de transporte obedecía a unplan elaborado periódicamente por la Dirección General de Etapas yesos cuadros de marcha del plan eran llevados con prolijidad en lasoficinas correspondientes del tráfico militar.

La Dirección propiamente de los transportes en la Zona de Eta-pas había sido encomendada a activos jóvenes oficiales de reserva,los que tenían a su cargo la preparación y el alistamiento del mate-rial rodante, la ejecución del embarque y desembarque, el controlde los itinerarios de marcha y la estadística en general.

El transporte aéreo tuvo un rendimiento insospechado. Segúnla estadística de la Dirección General de Sanidad se transportaronpor este medio alrededor de 20, 000 hombres entre heridos y enfer-mos. También se transportaron pertrechos bélicos con ahorro consi-derable de tiempo, a largas distancias, como asimismo desplazamien-tos laterales de fracciones de tropas y fuerzas de artillería.

En las estaciones reguladoras de la línea de etapas se estable-cieron amplias maestranzas militares, pudiendo señalarse como unmodelo de organización la de Villa Montes, que posteriormente fuétrasladada a Cañadas. Esta maestranza militar estaba destinada a lareparación y recuperación del material de transporte que se efec-tuaba en gran escala, para lo que contaba con instalaciones de mecá-nica y fundición, electricidad, carpintería, aserradero, etc. El tra-bajo se desarrollaba aquí, de día y de noche, por turnos que efec-tuaban los obreros. La fabricación de repuestos y accesorios de re-cambio para camiones proporcionaba un 50 por ciento del total deestos, por término medio, pudiendo abarcar esta producción hastael 80 por ciento de las diferentes piezas que componen un camión.

El nuevo servicio de recuperación de materiales, que sólo fuépuesto en práctica durante la guerra europea, tuvo cabida tambiénen la guerra del Chaco, en escala, por cierto, reducida, con lo que seconstribuyó al ahorro de algunas sumas que el Estado habría tenidoque erogar por concepto de reposición de material rodante, mediantecompras en el exterior.

Abastecimiento de víveres.

El abastecimiento de víveres estaba separado del servicio deIntendencia y a cargo de un Director General de Abastecimiento con


facultades para establecer el servicio de subsistencias en la mejorforma, corriendo bajo su dirección la estadística y precios de víverespara el Ejército, de acuerdo con el Estado Mayor auxiliar y Direc-ción General de Etapas.

El Director General de Abastecimientos, a su vez, nombraba de-legados en aquellos centros de especial importancia que atendían lasórdenes de remesas del Comando Superior. Para este fin debía tener-se siempre en almacenes existencias de víveres de 15 a 30 días porhombre. La adquisición se hacía exclusivamente por compras o do-naciones.

Una previsión de importancia, en orden al suministro de víve-res fué la de clasificar algunos artículos alimenticios de acuerdoa las costumbres regionales de los contingentes; era, pues, indispen-sable proporcionar a los combatientes de las regiones bajas, la ali-mentación a la que estaban acostumbrados, algo diferente de la delos hombres del altiplano.

El abastecimiento del agua en la Zona de operaciones adquirióimportancia excepcional, tornándose éste en un problema, por loque fué indispensable la organización de columnas especiales de ca-miones aguateros que debían realizar tal aprovisionamiento diario.

La escasez de agua hizo que en muchas estaciones hubiese queaprovisionar de este elemento a las tropas combatientes a través dedistancias de 120 hasta 160 kms. En largos períodos, debido a estefactor, cada soldado solo pudo recibir un litro de agua, bajo unatemperatura de 40 grados a la sombra y debiendo realizar marchaspesadas, por caminos arenosos, desiertos, a través de una selva ra-quítica, formada por árboles secos, espinosos, de pocas hojas que nodeparan sombras o por interminables campos de pasto.

La vialidad.

El servicio de vialidad y construcciones, a cargo de la SecciónVII de la Dirección General de Etapas, tenía por misión: la cons-trucción de las obras que eran necesarias en la Zona de Etapas pa-ra alojamiento de tropas y otros usos militares.

Para estos fines el servicio contaba con tropas de zapadores ycuadrillas de obreros camineros y constructores con organizaciónespecial.

El servicio de vialidad, que alcanzó gran importancia durantelas operaciones militares del Chaco, solucionó el problema de lasenormes distancias, mediante la construcción de caminos a lo largo dela sierra rocosa, a fuerza de energía y trabajo, roturando con elbrazo del hombre el bosque, a través del cálido llano infinito, con elfin de que puedan ser desplazadas a grandes distancias, las tropasy elementos bélicos.


Las simples y defectuosas vías de penetración a nuestros pues-tos adelantados del Chaco, recibieron la mejora y el impulso impri-midos por este servicio, siendo vencidos serios obstáculos, desde uncomienzo, por la labor paciente y admirable de nuestras tropas dezapadores y cuadrillas de camineros.

Los Arsenales.

El servicio de arsenales o de artillería tenía como función elabastecimiento de armas y municiones, así como el material com-plementario para el tiro de artillería, artificios de guerra y explo-sivos en general, teniendo también a su cargo el reemplazo, la re-paración y recuperación del material bélico.

Es digno de mencionar el servicio de recuperación, por el cualel material de guerra inutilizado que se evacuaba del frente, eraalistado mediante la fabricación y reposición de las piezas des-gastadas, fracturadas o perdidas, devolviendo a las tropas combatien-tes por este medio gran cantidad de armas y efectos que en lasguerras del pasado se consideraban como los despojos de una cam-paña.

La sanidad militar.

El servicio comprendía a grandes rasgos, el de la Zona de ope-raciones a cargo de los Cirujanos de Cuerpo de Ejército, Divisio-narios y Regimentales, el que prolongándose hasta la Zona de Eta-pas dependía de un Director General de Sanidad Militar en Cam-paña, quién, auxiliado por una Secretaría, mantenía enlace con losdiferentes centros sanitarios, hospitales de cuerpo, de evacuación,de la Zona de Etapas, hospitales de Estación, farmacias, laborato-rios y almacenes de drogas y materiales sanitarios.

Las hospitales del interior del país se hallaban a cargo tam-bién de un Director General de Sanidad Militar.

En el servicio de vanguardia se desarrollaban, en primer tér-mino, las funciones sanitarias desde la recogida de heridos, los tra-tamientos de urgencia, la atención de los heridos graves y de losenfermos que aún no podían ser transportados, la higiene de lastropas y campamentos y luego las evacuaciones sucesivas a la Zonade Etapas y a la Retaguardia.

Por lo general, los principales órganos del Servicio de Sani-dad por los que pasaba un herido o enfermo durante su evacuacióneran: primeramente, un puesto de socorro de batallón o regimiento;luego, una ambulancia de medicina o cirujía para los que estabanen condiciones de ser trasladados más a retaguardia, o los que porla levedad de la herida o enfermedad debían volver de esta ambu-lancia a su unidad; seguía el hospital divisionario y después unhospital de evacuación primaria instalado ya con sus departamentos


de medicina, cirugía, pabellón para oficiales, salas de operaciones,estadísticas, laboratorios de investigaciones biológicas, farmacia, etc.,constituyendo en suma un lugar donde se complementaba la laborde los puestos adelantados de. sanidad mediante una acción de com-pleta hospitalización.

Para la atención de los enfermos o heridos que debían aún con-tinuar su evacuación y que por la distancia o las dificultades delviaje, no estuviesen en condiciones de hacer grandes recorridos, ha-bían sido instaladas estaciones sanitarias de simple tránsito. Final-mente, la evacuación se efectuaba a grandes centros de hospitaliza-ción en aviones con capacidad para 4, 6, 18 y 24 hombres, confor-me se ha hecho referencia en el servicio de transportes.

La evacuación por vía férrea completaba el traslado hasta losestablecimientos sanitarios del Interior, donde ingresaban hasta sucompleta curación.

Las columnas motorizadas que conducían al personal evacua-do, tomaban, pues, contacto en los orígenes de etapas con las líneasférreas, donde se hallaban listos unos vagones sanitarios acopladosa los trenes militares. Dichos vagones se hallaban a cargo de un per-sonal sanitario especial, que entregaban el personal evacuado a loshospitales ya destinadas por la Dirección de Sanidad Militar delInterior, hospitales que por cierto contaban con centros de espe-cialización siendo digno de citarse el Hospital del Banco Centralde Bolivia, instalado con departamentos de ortopedia moderna.

La policía militar.

El servicio de Policía Militar, funcionó en las tres zonas en quehabía sido dividido el territorio nacional, teniendo misiones que sediferenciaban algo entre sí.

En las Zonas de Operaciones y de Etapas, se les había asig-nado como misiones:

El cumplimiento del tráfico militar;La identificación del personal en tránsito;La vigilancia de los caminos;La conducción y custodia de los prisioneros y, en general, el

mantenimiento del orden.A estas misiones daba cumplimiento la Policía Militar, distri-

buida por destacamentos de contingente variable, en fortines, cen-tros de tráfico y circunscripciones de terreno, a cargo de su respec-tivo jefe. La Policía Militar en la zona de Operaciones dependía delos Comandos de Cuerpo de Ejército. En la Zona de Etapas, de laDirección General de Etapas.

En el interior del país, este servicio colaboraba además a la sec-ción del reclutamiento y a la movilización de las reservas, cumplien-do órdenes del Estado Mayor Auxiliar.


III. —PALABRAS FINALES.

Termina el conferenciante haciendo un resumen de la situacióndel Ejército al supenderse las hostilidades: el año 1935 el aprovi-sionamiento del Ejército marchaba en condiciones inmejorables. Sehabía pasado del período de las improvisaciones al aprovechamientode un organismo técnico, cuando se presentó la orden de suspenderel fuego de acuerdo con las Conferencias de Buenos Aires.

Bolivia encaraba el problema de la guerra como habría de ha-berlo hecho desde un comienzo, con su movilización general, congrandes elementos de combate, ya que la victoria es siempre el re-sultado de la unión de todas las fuerzas.

El servicio de transportes desarrollaba su gran misión tácticay estratégicamente, trasladando tropas de un frente a otro.

En las proximidades del armisticio, el Comando boliviano dis-ponía de un contingente de 11, 000 hombres en un flanco del adver-sario con el fin de llevar a cabo un movimiento de grandes proyec-ciones.

Mucho habría deseado relatar algunos aspectos de las operacio-nes militares, pero ante el temor de parecer ella con los contornosde una propaganda estudiada, solamente me limitaré a analizar, unaacción cualquiera. Así, por ejemplo, en la batalla de Toledo, dondesolamente tomaron parte 3, 500 bolivianos en lugar de 12, 000, segúninformaciones de otro origen.

Y hasta hace poco habría sido aventurado decir que los pri-sioneros bolivianos en poder del Paraguay eran solo 16, 000 en lugarde 32. 000, como lo afirmó la representación paraguaya en la Con-ferencia de Buenos Aires.

Por estar razones, he preferido explicaros, cómo se desarrollóla afanosa actividad de las tropas de retaguardia, donde al igual,en el ambiente caldeado de las trincheras y en el pueblo todo de Bo-livia, se espectaba la actitud de las naciones hermanas y especial-mente la del Perú que tuvo para sí el honor de haber propendidodecidida y resueltamente a mantener latente un espíritu de concor-dia continental, destacándose su lealtad en el cumplimiento de lostratados internacionales, por lo que mi país guarda reconocimientoal noble pueblo peruano que supo mantener su tradición, dentrodel ideario internacional de América.

Y aquí, en esta casa de la perfecta cortesía militar, en el senomismo de la culta oficialidad del Ejército del Perú, rindiendo unhomenaje de gratitud al evocar la lealtad de esta Patria de Grau yBolognesi, hago votos porque esa virtud afirme más la estrecha uniónque nuestros pueblos y particularmente nuestros ejércitos mantienenvinculados por los lazos de la sangre, de 'la naturaleza y de la his-toria.

El poder militar soviéticoPor el Coronel Sr. A. Grasset.

(Traducido de L'Illustration, de 29. II. 936. ).

Desde la frontera de Polonia o de Rumania hasta el mar delJapón, desde el Oeste al Este, hay alrededor de 7. 500 kilóme-tros; 4. 000 kms. de Norte a Sur, desde la frontera de Finlandiahasta la del Iran o Afganistán. Y sobre esta superficie de cercade 20 millones de kilómetros cuadrados, o sea alrededor de 36veces la superficie de Francia metropolitana, y 1/6. de la su-perficie total de los continentes que emergen, la U. R. S. S. en-globa 165 millones de hombres que hablan una centena de idio-mas diferentes y cuyas mentalidades y costumbres son bien di-versas, sea que ellos habiten las estepas siberianas, los des-filaderos del Turquestán o las heladas tierras árticas, cuya tem-peratura es muchas veces inferior a 45 grados, en las regionesdemasiado calientes del Cáucaso donde el calor se mantiene auna temperatura mayor de cuarenta grados.

Reclutamiento.

La Rusia soviética dispone anualmente para el recluta-miento de su Ejército de un cuadro que fluctúa alrededor de1. 200. 000 reclutas. La falta de recursos presupuestarios le im-pide la utilización íntegra de esta masa.

Por esta causa, todos los años se rechaza de las filas a300. 000 reclutas, sea alegando su inutilidad física o por consi-derárseles sospechosos. Estos excluídos no quedan libres detoda obligación. Deben pagar un impuesto militar, y se les con-voca para efectuar durante dos o tres años trabajos pesados,


En caso de guerra están obligados y se les destina a los servi-cios de atrás, donde efectúan servicios fatigosos en beneficiode las tropas cobatientes.

Los 900. 000 reclutas que quedan en las filas deben sersometidos durante dos años, desde los dieciocho hasta los vein-te, a una preparación preliminar que los obliga, en cada unode estos dos años, a una permanencia de un mes en un cam-po determinado.

Después de esta obligación y preparación, a los veinteaños, los conscriptos quedan durante cinco años a disposicióndel Ejército y son objeto de una selección y estudio especial.Se escogen alrededor de 250. 000 que, por considerárseles depura cepa comunista, son enviados a las unidades activas o a loscuadros permanentes de las unidades territoriales.

En estas uidades se les incorpora por dos años si debenservir en infantería; por tres o cuatro años si deben servir enlas armas montadas o especiales (técnicas), o en la marina.Terminados sus dos, tres o cuatro años de servicios activos,regresan a sus hogares, pero quedan a disposición del Ejércitohasta que expire el quinto año de obligación militar.

250. 000 conscriptos, comunistas de menor temperamen-to que los anteriores, constituyen el efectivo móvil de las uni-dades territoriales. Estos deben cumplir de ocho a once mesesde servicios, según el arma a que se les destine y dentro de loscinco años que dura su obligación militar. Quedan permanente-mente a disposición de la autoridad militar y son destinados,por períodos de dos o tres meses, durante la primavera, el ve-rano o el otoño, a las unidades territoriales.

Por esta razón, las unidades territoriales quedan con suscuadros completos durante estos tres meses mientras que enel invierno, en que se les despoja de sus efectivos, quedan re-ducidas únicamente a sus cuadros activos.

Por último, 400. 000 reclutas, elemento sobre el cual losSoviets estiman que pueden contar sólo de una manera muycondicional son destinados al «excedente de clases». Estos, enel curso de sus cinco años de servicios y por períodos de trein-ta y cinco días, efectúan un total de seis meses de servicios encampos especiales. Constituyen una reserva de reclutamiento,utilizable en caso de crisis, destinada a llenar, poco a poco, losvacíos que se producen en las unidades combatientes.

A estas tres categorías de conscriptos no se les trata deigual manera. Los de la primera categoría constituyen el ejér-cito activo y sirven de dos a cuatro años. Son los funcionariósdel partido comunista y los obreros «de lucha». Son los «ni-ños mimados» del régimen, abundantemente nutridos. Cada uno

EL PODER MILITAR SOVIETICO 707

de estos Regimientos dispone de 250 hectáreas de terrenos cul-tivados como también de piños de bueyes y de cerdos.

Bien vestidos, gozan de privilegios especiales, particular-mente en los viajes y trasportes en común y en los teatros,donde se sienten orgullosos de mostrar los uniformes que los dis-tinguen.

Los milicianos de las Unidades territoriales y los reclutas«excedentes de clases», están muy lejos de gozar de los mis-mos favores de que gozan los soldados «de lucha» (de choque).Convocados únicamente por medio de la prensa se les invita apresentarse a la autoridad militar, después de habérseles dado unbaño y cortado el pelo.

Deben llevar consigo ropa interior, calzado, utensilios parasus comidas y dos días de víveres, una funda de colchón y lascubiertas necesarias, si lo desean, para la noche. Los que per-tenecen a la caballería deben presentarse con su cabalgadura ysilla correspondiente, el herraje nuevo y dos días de forraje.

Este personal (milicianos de las unidades, reclutas «ex-cedentes de clases» y los que pertenecen a la caballería), alpresentarse, deben pagar a la Intendencia, los gastos que de-mandará su alimentación durante todo el período que duraráel servicio.

El efectivo total del presupuesto del Ejército soviético, com-prendidos también los cuadros de reservas, es de cerca de700. 000 hombres, a los que hay que agregar 150. 000 de losRegimientos de la Policía Roja que sirven durante cuatro años,y alrededor de 100. 000 guardias fronterizos y tropas de es-colta cuyos servicios son de dos y medio años. A estos 950. 000hombres del Ejército activo, cuya presencia es permanente bajolas armas, hay que agregar más de un millón de milicianos quese presentan a los cuarteles y donde permanecen durante laprimavera, el verano y el otoño a la entera disposición de laautoridad militar.

Es un total general de dos millones de soldados dispo-nibles.

Organización.

Esta masa se reparte entre los 23 Cuerpos de Ejército oagrupaciones de Divisiones que suman, en total, 84 Divisionesde infantería, (30 Divisiones activas y 54 territoriales), 4 Cuer-pos de Caballería que comprenden 18 Divisiones de caballeríade las cuales, tres son territoriales y seis Brigadas de caballe-ría independientes.


En la actualidad, en el conjunto del territorio de Europa yde Asia de la U. R. S. S. existen 11 okrougs (circunscripcionesde Ejército), cuyas cabezas de guarnición son: 1) Leningrado;2) Smolensk; 3) Kiev; 4) Moscou; 5) Rostov; 6) Tiflis; 7)Samara; 8) Akmolinsk; 9) Tachkent; 10) Nevosibirsk; 11)Khabarovsk.

Cada uno de estos okrougs está compuesto por un númerodiverso de Cuerpos de Ejército y, por consiguiente, de Divisio-nes cuyo número está sujeto a variaciones. Por lo general las Di-visiones de los okrougs del interior son poco numerosas; encambio, las de las regiones fronterizas cuentan con un númeromucho mayor.

La organización de los Cuerpos de Ejército y de las Divi-siones soviéticas es muy parecida a la organización del Ejércitofrancés.

Tanto la organización como el armamento dado a los Re-gimientos, Batallones y Compañías, han sido concebidos en talforma, que permita a estas unidades el combate en frentes ex-tensos como también dentro de las unidades aisladas.

De acuerdo con este principio, la Compañía de infanteríadispone de una sección de ametralladoras: el Batallón de doscañones de 37 mm. o de 45 mm..

En lo que respecta al Regimiento, con sus trompetas mon-tados que le sirven de caballería, se le asigna un grupo de dosbaterías de 76 mm. para el combate, normalmente está apo-yado por tres cañones y una batería de obuses que les sondados por la División.

Esta organización le permite poder actuar aislado duranteun tiempo apreciable y librar combate poniendo en juego suspropios medios.

La aviación, organizada en escuadras y en escuadrillas in-dependientes, cuenta con un millar de aparatos afectos a losaviones de caza, 700 aparatos pesados con los medios que sedestinan al bombardeo y 1. 500 máquinas para la aviación decooperación (reconocimiento, observación y reglaje).

Por último, los medios de transmisión están bastante de-sarrollados.

Material.

En el presente, el Ejército soviético parece disponer detodo el material bélico que le es necesario; cuenta, además,con la posibilidad de renovarlo cuando le sea necesario. Los ya-cimientos de hierro del Ural son inagotables, lo mismo debeconsiderarse a las minas de carbón del Baikal. Seis mil qui-


n ien tos millones de rublos (6. 500. 000. 000), o sea el 10% delpresupuesto total de la U. R. S. S., en 1936, serán destinados a ladefensa nacional, y los planes quinquenales practicados desdeOctubre de 1928, dan al Gobierno toda la mano de obra que é1estime necesario movilizar en beneficio de las industrias deguerra.

En el conjunto de estas fabricaciones, la aviación ha sidoobjeto de los cuidados más atentos y será elevada a la cifra decinco mil máquinas.

Además, para los trasportes, el Ejército soviético disponedel A. N. T-9, enteramente metálico, y que puede llevar vein-te pasajeros. Actualmente tiene en construcción 16 gigantes deltipo Máximo Gorki, cuyo radio de acción será de 2. 000 kiló-metros.

En total, el material está en vías de perfeccionamiento ypara cuyas mejoras las autoridades soviéticas no vacilan enrecurrir a la industria extranjera.

En cuanto a los pilotos, son valientes y muy entrenados,particularmente para los descensos en paracaidas.

La Rusia soviética dispone de más de tres mil carros li-vianos, medios o pesados:

Carros de exploración B. A. -27 y B. A. -32, de 4 toneladas,uno armado con una y el otro con dos ametralladoras. Carrosexploradores de 6 toneladas con dos ametralladoras. CarrosM. S. -I de seis toneladas; Carros T. -26, T. -27 y B. T. Porúltimo, carros pesados de 33 toneladas, equipados con un pues-to de telegrafía sin hilos y armados con un cañón de 76 mm.de dos cañones de 37 mm. y de tres ametralladoras.

El doceavo plan quinquenal ha tomado a su cargo el ro-bustecimiento en proporciones considerables del desenvolvimien-to de los medios de transportes mecánicos y de los medios decombate motorizados.

Se ha organizado un gran concurso militar sobre un reco-rrido de cinco mil kilómetros para la adopción de los nuevostrineos motorizados y de los auto-camiones a oruga. Experien-cia particularmente interesante y cuyo éxito atenúa en ciertaforma los inconvenientes que se derivan de la escasez de laslíneas ferroviarias y de los caminos de la Rusia soviética.

En resumen: en la actualidad, 3 Divisiones activas y 7 Di-visiones territoriales que forman parte de los «okrougs» fron-terizos, están motorizadas y los esfuerzos se dirigen a la moto-rización integral de todas las Divisiones de cobertura.


Carácter del ejército soviético.

El Ejército soviético no es, como los otros Ejércitos, unEjército nacional; es un Ejército de «clase». «El Ejército rojode los obreros y de los campesinos (Rabotché KrestanskaiaKrassnia Armia, o, simplemente, R. K. K. A. ). Según se leeen el Servicio en Campaña, es el Ejército del Estado proleta-rio, del primer hogar de los trabajadores y de su único hogaren el mundo.

Hemos manifestado con qué cuidado son excluídos los ele-mentos que no son comunistas. El Ejército activo y la Policíason rigurosamente comunistas; son los «obreros del choque».Las Divisiones territoriales, bien que un poco más mezcladas acausa del llamado que se debe hacer al elemento campesino,ofrecen también serias garantías al régimen.

Los «excedentes de clases» son más dudosos; por estacausa sólo son armados en forma intermitente y para manio-bras determinadas.

El 68% de los Oficiales de tropa, 72% de los Comandan-tes de Regimiento, 90% de los Comandantes de División y100% de los Comandantes de Cuerpos de Ejército, son comu-nistas.

Nada se olvida para mantener en el Ejército el más puroespíritu comunista.

La instrucción política se impulsa al mismo tiempo y conigual vigor que la instrucción militar.

Junto al Comandante, Jefe de un Ejército o de una Compa-ñía, existe siempre un Comisario político, asimilado, cuya únicamisión es la de controlarlo. Unicamente aquellos Jefes que handado al régimen pruebas evidentes de su espíritu comunista,quedan libres de esta vigilancia. Este Comisario dirige, tam-bién, la instrucción política de su Unidad; el número de horasque se dedica a esta instrucción es igual al tiempo que se em-plea en la instrucción del tiro.

Por lo demás, cada Unidad tiene su Club, su «rincón deLenín», donde los soldados van a pasar sus horas de descansoescuchando a los oradores caracterizados o leyendo prensa co-munista.

Resulta de todo esto que el Ejército soviético encuadra suacción y la dirige hacia el único punto de vista que tiene por ba-se la lucha de clases: en el interior, lucha posible contra elelemento no comunista que pueda sublevarse; en el exterior,un esfuerzo militar contra los Ejércitos capitalistas organiza-dos, como también una propaganda vigorosamente llevada ha-cia los países del adversario para provocar en ellos la guerracivil o una revolución.


De lo que resulta, y por consideraciones que de tales pro-cedimientos se desprenden, el estado actual del Ejército sovié-tico se presenta sólo como provisorio y destinado a asegurar elmantenimiento del régimen.

Hasta hoy, la palabra «Patria», ha sido considerada comouna blasmemia dentro de este ambiente, y nadie ha osado pro-nunciarla. Sin embargo, en Junio de 1934, el diario oficial delEjército rojo «La Estrella Roja», en su editorial daba una de-finición muy honorable y muy clara de la Patria, presentandoesta divisa burguesa: «Za Rodinou», (por la Patria).

Si se relaciona este hecho con lo que manifestó Stalin alMinistro de Relaciones Exteriores de Francia, sobre la legi-timidad de las medidas tomadas por un Estado para asegurarsu defensa nacional, es permitido pensar que Moscú está envías de una evolución.

¿No lo indica también, el hecho de que en el Ejércitose hayan restablecido los antiguos grados y que, el 30 de No-viembre último se le haya dado nombramiento a cinco Maris-cales ?

Valor del ejército soviético.

Bien seleccionado en el curso de los dos años de prepara-ción militar a que ha sido sometido antes de su incorporación,el soldado soviético queda, sin lugar a dudas, admirablementeentrenado.

Los ejercicios diarios son largos y duros, consultando mar-chas de 70 a 80 kilómetros en las veinticuatro horas. Los jue-gos constantes al aire libre desarrollan físicamente al conscrip-to y le convierten en un verdadero atleta. Una unidad soviéticabajo las armas, da la impresión de una fuerza disciplinada ex-traordinariamente desarrollada y desenvuelta.

Entre las milicias de las Divisiones territoriales y, espe-cialmente entre los «excedentes de clases», donde el elementocampesino mucho menos ardiente por el comunismo es el quedomina, y donde el tiempo que se consagra a la instrucción esde menor duración, el valor del soldado es, indudablemente,menor.

Los cuadros subalternos: Jefes de sección, Comandantesde compañía, de escuadrón o de batería, conocen y dominansu oficio y son excelentes mirados desde este punto de vista;pero carecen de cultura general y los problemas tácticos otécnicos que presentan alguna dificultad, escapan a su compe-tencia.

M. del E. 4.


Ello proviene de que, para ingresar a una Escuela Militarespecial, análoga a la Escuela francesa de Saint-Cyr, las úni-cas condiciones que se les exige son:

1. —Ser obrero o campesino.2. —Haber seguido cuatro ramos, entre los ocho y once

años, en una Escuela y, de preferencia, siete ramos hasta laedad de catorce años.

Verdaderamente que es poco y la gravedad de este pro-blema no ha escapado a los dirigentes soviéticos por lo quese hace probable que esta situación sea pronto remediada.

Entre los grandes Jefes, algunos han demostrado su valery todos han dado pruebas evidentes de tener una energía defierro.

En el total, un 10% de los cuadros proviene del EjércitoZarista y muy juiciosamente se les emplea en los EstadosMayores y en las Escuelas.

Comandos.

El Comisario del pueblo para la Defensa, el Mariscal Vero-chilev, ejerce el Comando Supremo de la fuerzas terrestres, na-vales y aéreas.

En su tarea es secundado por un Estado Mayor del Ejér-cito, una Dirección administrativa de las fuerzas navales, unaInspección de la Aeronáutica, una Dirección del armamento.Esta última dispone de 5. 000 ingenieros especializados en laquímica de guerra, en la técnica de la artillería, de la motoriza-ción y de las armas portátiles. En fin, una Dirección políticade la que dependen los Comisarios comunistas que actúanjunto a los comandantes de las diferentes unidades.

El Comando Supremo está asesorado por un órgano con-sultativo: el Consejo de Guerra, que él preside y que consta de80 miembros; también por un Consejo del trabajo y de ladefensa, de 8 miembros encargados de coordinar la acción detodos los cuerpos de Estado en todos los dominios de la defensanacional y, en particular, de la preparación económica de laguerra.

Métodos de guerra.

Sólo recorriendo la revista «Guerra y Revolución (Voinay Revolioutzia), se llega a formar una idea de la doctrina deguerra que espera adoptar el Ejército soviético. Esta doctrinaes perfectamente adaptable a su Ejército de «clase», a sus con-siderables medios en hombres y material y a la inmensidad delos teatros de operaciones rusos.


Antes que nada, y considerándose el hogar de los trabaja-dores proletarios de todas nacionalidades, la U. R. S. S., cuen-ta, en caso de guerra contra un Estado capitalista, tener el apo-yo de las masas proletarias de este Estado.

Stalin, citado por Amigorev en su estudio «Carácter de laGuerra Futura», publicado en «Veina y Revolioutzia» de Setiem-bre-Octubre de 1934, declara: «No hay lugar a dudas queesta Guerra será de las más peligrosas para la burguesía, nosolamente porque los pueblos de la U. R. S. S. lucharán a muer-te por las conquistas de la revolución, sino porque ella se desa-rrollará a la vez, sobre el frente y las espaldas del enemigo».«Los innumerables amigos de la clase obrera de la U. R. S. S.en Europa y en Asia, se esforzarán en atacar por la espalda alos opresores que hayan cometido el crimen de entablar unaguerra contra la patria de los trabajadores de todos los paísesdel mundo. La destrucción de los gobiernos burgueses, quereinan todavía por la gracia de Dios, será la consecuencia ine-vitable de una guerra que ellos hagan contra la U. R. S. S. ».

Más claro no se puede hablar; y los reglamentos militaresse inspiran absolutamente en estas directivas. Los problemasde la propaganda política capaces de contribuir al buen resul-tado de estas operaciones, ocupan todo el Capítulo VII delReglamento de Servicio en Campaña.

El Ejército soviético, aprovechando de su inmensa supe-rioridad numérica sobre cualquiera de los Ejércitos de sus po-sibles adversarios se extenderá sobre un frente muy vasto,aunque queden vacíos en esta línea, y aunque haya unidadesque deban permanecer aisladas durante un tiempo más o menoslargo. La organización y el armamento dado a las pequeñasunidades han considerado estas eventualidades.

En esta forma se confía poder sobrepasar las alas de laslíneas adversarias. Unidades motorizadas ultra-rápidas, dota-das con cañones y armas automáticas, atacarán los flancos yse echarán sobre las retaguardias, mientras otras unidades mo-torizadas y blindadas atacarán el frente.

También intervendrá la poderosa aviación soviética, tras-portando por sobre los combatientes y a retaguardia del adver-sario, destacamentos de mayor o menor importancia, dotadoscon armas automáticas y con la misión de atacar los flancosde la línea o de crear detrás del frente de combate otro fren-te que vendría a reforzar los proletarios del país enemigo yque será «el frente interior de la guerra civil».


Militarización de la U. R. S. S.

La militarización más o menos completa de la U. R. S. S.se obtiene por la acción de una asociación oficial, la «Osoavia-khim», que nada cuesta al Estado y prepara, completa y pro-longa la instrucción militar dada a todo el contingente movi-lizable en los cuarteles o en los campos.

En la actualidad, esta asociación cuenta con trece (13)millones de adherentes.

Fuera de los períodos legales previstos, de un mes poraño, durante los dos años que preceden a la incorporación delos reclutas aptos para el servicio militar, la «Osoaviakhim»organiza centros de preparación militar.

En las Facultades y en las Escuelas técnicas, es ella laque dirige y supervigila la preparación militar de los alumnos deambos sexos. Para los reservistas, prolonga y mantiene la ins-trucción que se les ha dado en los cuarteles por medio de con-cursos de tiro, donde forma tiradores escogidos, por medio deejercicios en terrenos variados donde estas formaciones soncompletas con los cuadros permanentes del Ejército y dondemaniobran con unidades en servicio activo.

Para los cuadros de reservas, organiza y dirige las Escue-las de perfeccionamiento por medio de cursos nocturnos porcorrespondencia. Además, a ella le incumbe la tarea de la defen-sa pasiva contra aviones.

Sus fuentes financieras las forma con las entradas (cotiza-ciones) que le procuran sus trece millones de miembros; conlas «donaciones voluntarias» que hacen los obreros; con lascontribuciones provenientes de los licores; de los espectáculosy de los billetes de trasportes en conjunto.

Posibilidades de la acción de la U. R. S. S. fuera de sus fronteras.

En resumen, es de toda evidencia que la organización mi-litar de la U. R. S. S. y su poder en una guerra que llevará aefecto dentro de su propio territorio, revisten un carácter deformidables. Ninguna Nación del mundo se presenta con el po-der y la fuerza suficientes, capaces de atacar a la Rusia sovié-tica dentro de sus fronteras.

En revancha de esta aseveración, la acción de este for-midable Ejército llevada fuera de las fronteras que lo guar-dan, se presenta aleatoria y confusa por múltiples motivos.

El primero y más grave de éstos se refiere a sus penosasvías de comunicación.


Tratándose de una acción sobre el Extremo Oriente, sólocuenta con una vía férrea, el Transiberiano, que adolece de con-tar, en la actualidad, con una sola vía y que se vuelve a unira Leningrado, desde Moscú a Vladivostok.

Los Soviets tienen una guarnición permanente en el Ex-tremo Oriente, Ejército poderoso al mando de Blücher, uno desus mejores Mariscales.

¿Puede este Ejército, aislado en aquella zona, esperar me-jor suerte que las tropas de Kuropatkine, dado el caso que es-tallara una guerra en aquellas apartadas regiones?

Las vías férreas que van a las fronteras occidentales, tam-poco son muy numerosas. Dos líneas que parten de Leningra-do; una conduce a Reval, la otra a Varsovia.

Tres líneas arrancan de Moscú: una hacia Riga; otra ha-cia Varsovia; otra hacia Kiev.

De Moscú, salen dos líneas férreas: una va al Mar Negro yla otra al Caspio.

Una transversal une Leningrado, Kiev, Kharkov y el Cas-pio, avanzándose más allá del mar hasta la frontera de China.Trabajos colosales que han necesitado un prodigioso desplieguede energías y cuyos resultados están lejos de ser satisfactorios,ante la brutalidad de la lucha sostenida contra la intemperie.

En cuanto a los caminos, debe considerarse que no exis-ten; el terreno desmenuzable e inconsistente, absorve prác-ticamente la piedra con que se le cubre para hacerlo más re-sistente.

Con una red férrea y una red de caminos tan pobres, esevidente que el Gobierno soviético se encontrará muy amarradopara llevar adelante, con buen éxito y en un tiempo acepta-ble, la movilización y los transportes para la concentración desus tropas, aún para aquellas cuya movilización está casi ter-minada desde el tiempo de paz.

En 1914, la movilización rusa exigió una veintena de días,a pesar de que el gobierno del Zar disponía de las vías férreasy de los caminos que hoy pertenecen a Polonia. Sin lugar a du-das, no sería aventurado aceptar que, para la movilización delas tropas y su concentración sobre las fronteras de la U. R. S.S. habría que contar con semanas de tiempo.

Y esto no es todo; los vecinos inmediatos de la U. R. S.S., la Estonia, la Letonia, la Lituania, la Polonia, la Rumaniacon las cuales generalmente está ligada por pactos de no agre-sión, le significan una cintura de protección, pero al mismotiempo la bloquerían por lo menos un tiempo más o menos largo.

Las recientes conferencias que se han llevado a efecto enParís, particularmente con la Rumania ¿han tenido en vista el


problema del pase de las tropas soviéticas a través del territoriorumano para el caso de un conflicto en la Europa Central?

Nada se sabe, pero, aún si este paso ha sido acordado, esevidente que una intervención de las tropas soviéticas en EuropaCentral no podría producirse sino con un retardo extremada-mente largo. Sólo la aviación podría tener una acción inmediatay formidable.

Conclusión.

En resumen, por su masa, por su entrenamiento, por sumaterial moderno y abundante y a pesar de la inexperiencia téc-nica momentánea de sus cuadros, el Ejército soviético repre-senta una fuerza inmensa. Pero esta fuerza, que tendría todosu poder empleada en una guerra que se desarrollará en el te-rritorio ruso, no puede, por carecer de medios de comunicación,concentrarse sino muy lentamente sobre las fronteras de laU. R. S. S.

Además, su carácter mismo de Ejército de «clase» ¿per-mitiría al Ejército soviético hacer frente a una gran guerraofensiva? Punto es éste muy discutible.

No hay que olvidar que el elemento comunista apenas re-presenta el 10% de la población de la gran Rusia; es decir,algunos 6 ó 7 millones de individuos.

La masa de la población rusa, campesinos o antiguos bur-gueses, funcionarios, comerciantes; masa de 160 millones dealmas que soportan con más o menos resignación el régimen deMoscú, ¿estaría dispuesta a sacrificarse por los ideales delSoviet ?

Y cuando el Ejército «de choque», aquel de los más puroscomunistas, únicos combatientes del comienzo, haya sido diez-mado sobre los campos de batalla y sea necesario llenar losvacíos con no comunistas, poco a poco más numerosos... ¿Quépasará entonces? Ya se ha visto, en circunstancias trágicas, losefectos del «Nitchevo».

Los dirigentes soviéticos lo saben perfectamente bien y espor esto que el Ejército rojo de los obreros y de los campesinoscomienza a darse cuenta de lo que es la Patria.

La nueva edición del Reglamento de Infanteríaalemán

Por el Mayor Sr. Félix von Frantzius.

(Tomado de la Revista Ejército, Marina y Aviación).

Está por aparecer en Alemania una nueva edición de laAusbildungsvorschrift für die Infanterie («Reglamento de Ins-trucción para la Infantería»). Hace algunos meses se publicó laprimera parte del folleto 2, titulado Einzelausbildung und Gruppe(«Instrucción individual y grupo»). Hacemos el siguiente extrac-to de su contenido.

I. —Sumario de las novedades más importantes.

(Quedan fuera de nuestro extracto las modificiaciones in-significantes, como las de ciertas voces de mando, prescripcio-nes sobre movimientos de los brazos, etc. ).

A. —INSTRUCCION INDIVIDUAL.

1. Nueva agrupación de la materia de instrucción en 5acápites, de los cuales los cuatro primeros tratan de los ejer-cicios y de la instrucción técnica de armas (fusil, fusil ametra-tralladora, pistola, granada de mano); el quinto trata sobre lainstrucción de combate y el servicio de campaña.

2. Ejercicios e instrucción técnica de armamento.a) Se ha reducido la instrucción sin armas; el fusil ya

aparece en el párrafo 3 (anteriormente en el párrafo 16). E1postulado del Reglamento originario, «que pocos días despuésde la incorporación de los reclutas se pondrá el fusil en susmanos», pasa a ser una realidad;

b) Se ha eliminado el «arrodillarse! como ejercicio;c) Se ha incluido en el nuevo Regl. el saludo;d) La instrucción técnica del F. A. está tratada más deta-

lladamente (en 72 páginas de las 136 páginas de la instruc-ción individual), y explicada objetivamente por medio de nu-


merosas ilustraciones (51 ilustraciones); de tal modo se acen-túa, la importancia del F. A., en el marco de la Cía. de fusileros;

e) El F. A. se levanta y se descansa simultáneamente concolocar al porta-fusil y descansar esta arma («generalmente,se alarga el porta-fusil una vez soltado el F. A. » N. ° 59); porlo demás, por una orden especial y no como antes, a la voz pre-ventiva para la marcha;

f) Una novedad representa la inclusión, como acápite 4,de la instrucción del manejo de la granada de mano en la ins-trucción individual.

3. Instrucción del fusilero en el combate y en el serviciode campaña.

Se ha organizado completamente su base, que contem-plaremos en particular en el acápite II.

B. —EL GRUPO.

El reemplazo definitivo de los grupos de fusileros y deF. A. por un sólo grupo, llamado hasta ahora «grupo combina-do», hizo indispensable la reorganización completa de la partecorrespondiente del Reglamento. Para completar el sumario si-guen primeramente las novedades principales de esta materia:

1) Composición del grupo: 1 cdte. (jefe) del grupo. 1cdte. de escuadra, una escuadra de F. A. (4 fusileros), una es-cuadra de fusileros (7 fusileros).

2) Orden cerrado: Formacioes principales: la línea enuna fila, a hilera (simple), el orden de marcha (de a tres).(Formaciones auxiliares y ocasionales: la línea en dos filas,la hilera doble).

3. Movimientos:a) La marcha regular sólo en el orden de marcha;b) El tenderse se prohibe en el orden de marcha;c) Antes de ejecutar giros, el cdte. (jefe) tiene que or-

denar la colocación del F. A. al brazo o al hombro, en casosnecesarios antes de ponerse en marcha (véase arriba, A. 2e);

d) En la carrera se debe «mantener la forma de llevar lasarmas y el material» (N. ° 235).

4. Orden abierto:a) 2 formaciones fundamentales: la hilera de tiradores, la

bandada de tiradores;b) Formaciones para el combate de fuego: esc. de F. A.

según la misión de cada fusilero; esc. de fus.: cadena de fuego;c) Distancias e intervalos normales (es decir cuando no

se les ordene especialmente): 5 pasos. El ancho total de labandada de tiradores, por lo general, máximo 15 pasos;

LA NUEVA EDICION DEL REGLAMENTO. . . . 719

d) Se permite hablar solamente cuando «sea necesario paracomunicarse mútuamente observaciones sobre el enemigo, el ve-cino, etc. » (N. ° 235). Por lo demás, el guardar silencio carac-teriza la disciplina de la tropa.

5. La manera de combatir se tratará en el acápite III.

II. —El fusilero en el combate y en el servicio de campaña.

«La instrucción de combate y la instrucción del servicio decampaña representan las ramas más importantes de toda lainstrucción». (N. ° 128). Esta determinación del acápite da a lainstrucción individual moderna un centro de gravedad bien efec-tivo y necesario. Eso significa un progreso esencial en compa-ración con el antiguo Reglamento que sólo mencionaba «lasgrandes exigencias que se imponen a la instrucción del comba-tiente aislado ».

En forma breve y clara, se ha establecido, al principio delacápite el objetivo de la instrucción individual de combate: «elprocedimiento hábil en el campo de batalla, además, el empleoconveniente y seguro de las armas en el combate» (N. ° 128).

La división de la materia de instrucción muestra los cam-bios más considerables. Mientras que el Reglamento antiguoacompañaba, en cierto modo, al fusilero aislado en las diver-sas fases del ataque y de la defensa, el nuevo Reglamento dividetoda la materia en 10 acápites, después de una corta introduc-ción que contiene generalidades. He aquí los títulos de los 10acápites:

a) Descripción, apreciación y aprovechamiento del terreno;b) El avance;c) La toma de posición;d) El empleo de las herramientas y mimetismo;e) Ejercicios para la vista y ejercicios para la descripción

de objetivos;f) Protección contra los gases;g) Procedimiento en la obscuridad y neblina;h) Servicio de observación y mensajes;i) Servicio de exploración y protección;j) Procedimientos como herido, disperso, prisionero, por-

tador de alimentación, etc..El volumen de la materia de instrucción se ha aumentado y

enriquecido considerablemente por haberse agregado al acápitey el servicio de los observadores antiaéreos y de los centinelas«de campaña» (anteriormente «dobles») y por el tratamientomucho más detallado de varios temas, como el del empleo de lasherramientas y el mimetismo, la protección anti-gas, el ser-


vicio do mensajeros, la orientación en el terreno y por último,el servicio de las patrullas. En cambio, es de lamentar que nose entre en los detalles de la sorpresa cuyo valor solamente semenciona raras veces. Las dificultades que justamente la sor-presa prepara, a causa de los progresos de la técnica de la ob-servación de hoy día, exigen, según mi juicio, que, ya desdetemprano, se avive y perfeccione la voluntad del individuo asorprender al enemigo. La instrucción práctica tendrá que in-tervenir aquí, especialmente, en la enseñanza del avance y dela toma de posición, acetuando y aprovechando ampliamentelos pocos índices del Reglamento que se refieren a la sorpresa.

La descripción de la materia de instrucción manifiesta eldeseo del nuevo Reglamento de prestar ayuda práctica al ins-tructor. Por lo general, en los distintos acápites se aclaran enprimer lugar las reglas básicas y en seguida se explican losprocedimientos técnicos. Efectivamente, en comparación con elReglamento antiguo, así se ha ganado más claridad y un mejorconcepto de la materia, sobre todo porque muchos detalles seexplican con más profundidad: por ej. «el arrastrarse» («avan-zar por medio de las rodillas y de las manos», N. ° 137), «elglizar» («por medio de los codos y de las puntillas de los piescon el cuerpo extendido» N. ° 138), «posición de fuego ocul-tas» (N. ° 142), la enumeración de las diferentes clases de«blancos fijos o en movimiento, en abrigos naturales o conmimetismo artificial, variados por el fondo y el suelo, en eldía, en el sol y en la sombra, al oscurecer y en la noche» N. °148), el contenido de los partes (¿Cuándo se hizo la observa-ción? ¿Quién está ubicado? ¿Cómo se presentó el enemigo?¿Dónde se le ha visto? N. ° 177), o, en fin, las diferentes ma-neras para establecer la dirección N. (por medio del sol, delreloj, de las estrellas, del mapa, de la brújula, etc., N. ° 191-196)

Respecto al contenido, la materia de instrucción natural-mente ha cambiado, pero no las reglas de las experiencias de laguerra y por primera vez fijadas en el Reglamento antiguo,que pasaron al nuevo Reglamento aunque, con frecuencia, se havariado el texto. Resaltan solamente dos novedades: La pri-mera se refiere a los «aseguradores», anteriormente llamados«exploradores». Su misión de encargarse de la protección cer-cana de la sección en movimiento ha quedado la misma; peroel nuevo Reglamento prescribe expresamente que se les dé«una delantera de unos cuantos cientos de metros» (N. ° 206).En esta forma, la fuerza del centinela se aumenta: «el codte.puede completar la observación hacia los puntos de impor-tancia» aún desde otros lugares; pues puede «moverse con li-bertad en los alrededores cercanos del puesto» N. ° 214, 4);


así, aún puede reconocer estos alrededores y en abrigos o enotros puestos que permiten la observación, cambiar con laspatrullas que pasan las informaciones sobre la situación; que-da al corriente sobre las observaciones hechas; procurará elarreglo y la conservación del puesto y la continuación durantetales trabajos necesarios y reemplaza al individuo enviado ha-cia atrás con un parte. En una palabra, hoy día, el comandan-te es el verdadero jefe del centinela, no sólo de su relevo, comoantes, y es responsable por el procedimiento total del centinela.Simultáneamente, los puestos, por su parte, son descargados ypueden dedicarse totalmente a su misión primordial: la obser-vación.

Resumen: la nueva edición del acápite: «el fusilero en elcombate y en el servicio de campaña» merece toda la atenciónpor su redacción clara y comprensible, por su rico contenido ypor el gran número de los impulsos que da. Facilitará a los ins-tructores su tarea no siempre fácil, influirá e impresionará ven-tajosamente la instrucción individual de combate, que forma labase de todo el saber militar.

III. —La manera de combatir del grupo.

Tampoco en este acápite la gran división de la materia deinstrucción sigue el esquema del ataque, defensa, etc., sinodistingue las siguientes partes: el combato de fuego; el avance;la irrupción; toma de posición y mantención de ella, el des-prendimiento; la defensa antiaérea.

1) El combate de fuego.

La substancia de las reglas tácticas fundamentales ha que-dado sin modificaciones. El nuevo Reglamento ha aceptado,ante todo, los principios del empleo de las armas «el F. A. esel arma de fuego principal del grupo», N. ° 264»), de las cla-ses de fuego (sorpresas de fuego en lugar de combates de fue-go de larga extensión, N. ° 266), de la ruptura del fuego (lossirvientes del F. A. y los fusileros deben «sorprender al enemi-go por su aparición y el efecto de su fuego (N. ° 266, 2) y de laelección del blanco («el blanco más amenazante y más peligro-so, que sea obstáculo de importancia para el cumplimiento dela misión de combate» N. ° 267). No obstante, se pudo acen-tuar con más precisión, a causa de la nueva organización de losgrupos, que el centro de gravedad en el combate de fuego co-rrresponde al F. A.: «su gran efecto de fuego que puede serconcentrado temporal y localmente y la exactitud de sus impac-


tos permiten a la escuadra de fusileros economizar su fuerza pa-ra su misión principal que es, romper la última resistencia delenemigo en la lucha cuerpo a cuerpo» (N. ° 264).

Este principio de que el combate de fuego de la infanteríase efectúa en primer lugar por medio de los F. A. (vale decir,también por medio de las ametralladoras pesadas) ha influídoaún en la reorganización de las formaciones de combate: la an-ticuada cadena de tiradores desapareció para los movimientos;para éstos, hoy día, se conoce solamente formaciones de pocoancho; la hilera de tiradores y la bandada de tiradores que,normalmente no debe sobrepasar un ancho de 15 pasos. Estearreglo ha aumentado convenientemente, los claros nece-sarios para el campo de tiro de las ametralladoras. Sinduda, en los ejercicios de paz, este cambio de aumento de laacción de fuego a los F. A., puede conducir a una limitación dela acción de los fusileros (algunos movimientos ocasionales)hasta una cierta inacción temporal (especialmente ahora en quelos trabajos con la pala se prohiben, por lo general). Esta des-ventaja se debe tomar en cuenta. Fusileros que se quiere pre-parar para la guerra, deben aprender a confiar en la protecciónque les ofrezcan los F. A. y deben saber que su misión prin-cipal es el combate cercano y, sólo de vez en cuando, el com-bate de fuego. Bajo este punto de vista, se puede constatar consatisfacción que el nuevo Reglamento acentúa más fuertementela táctica mencionada que se deriva de las experiencias de laguerra y que la nueva organización de los grupos favorece aúntal procedimiento. Esperamos que el progreso ganado no seasuprimido por medio de la llamada «táctica de inspección quedesea ver, a todo costo, movimiento y actividad.

Respecto al arreglo técnico del combate de fuego se anota,ante todo, la reforma práctica de la ruptura del fuego y de lasces de mando correspondientes. Así, por e j . : en la prepara-ción de una sorpresa de fuego, el N. ° 2, frecuentemente apo-yado por el N. ° 3, ya prepara el F. A. para la ruptura del fue-go en un abrigo, coloca el alza y carga el arma, mientras que semuestra el blanco al N. ° 1 que, en el nuevo grupo, es el apun-tador del F. A. en el combate (N. ° 276). Cuando el blanco sereconoce difícilmente, el codte. de la escuadra de F. A. puedeordenar simplemente: «¡En posición! (Carrera-Mar!) ¡Dis-paro Yo mismo!» (N. ° 277). Aún las voces de mando ylas órdenes para la ruptura del fuego de la escuadra de fusilerosse dirigen según la protección propia y la visibilidad del blan-co; así, blancos difíciles por reconocer pueden mostrarse antesde tomar posición («Rápidamente observar y protección com-pleta! La voz de mando para la ruptura misma del fuego es:


«Fuego a discreción», tanto para el F. A. como para los fusile-ros, cuando no se quiere abrir el fuego con pito o a una señalconvenida (N. ° 280). Se ha suprimido, en la escuadra de fusi-leros, la distinción anterior un poco teórica entre fuego indivi-dual» y «fuego de tiradores». «Considerando el ancho y la pro-fundidad de la escuadra de fusileros desplegada y bajo el efectodel fuego enemigo, la dirección del fuego por el cdte. de esc. noserá posible sino en casos excepcionales» N. ° 279). Se podrállamar el fuego, como lo prescribe el nuevo Reglamento, «elfuego individual y vigilado»: «El fusilero tiene que ejecutar elcombate de fuego, en el marco de su escuadra, con independen-cia» y «el cdte. de la esc. de fus. vigila el fuego de sus tira-dores». (N. ° 279).

2) El avance.

Como nuevo procedimiento táctico el Regl. menciona «elavance en cooperación con carros de combate blindados» N. °286). Este acápite está especialmente bien redactado, dandoun concepto claro sobre las diferentes clases de avance: conapoyo de fuego; de un abrigo al otro y aprovechando las he-rramientas; con carros de combate pasando las zonas delterreno batidas por el fuego de la artillería enemiga;en el grupo, en la escuadra o individualmente; por sal-tos; arrastrándose o glizando. Cuatro pequeños ejemplos consoluciones agregadas explican la elección táctica del modo deavanzar en las diferentes situaciones. En uno de estos «se tra-ta de pasar por una altura que el enemigo puede observary que domina con sus ametralladoras. La solución recomiendaun sólo salto sorpresivo hasta llegar al próximo abrigo». (N. °288).

Como novedad de procedimiento táctico del avance se debeanotar la forma de efectuar el salto. La voz preventiva es:«¡Cambio de posición! (Antes: «¡salto!) cuándo el F. A. o laesc. de fus. se encuentran en el combate de fuego o cuando elF. A. esté listo para romper el fuego; en los demás casos,se anuncia el salto proyectado indicando el término del salto (p.ej.: «¡próximo salto: la zanja!»). Entonces, los sirvientesdel F. A. y los fusileros «se ocultarán siempre que el terrenolo permita, para efectuar en protección completa todos los pre-parativos para el salto» (N. ° 280). Muy conveniente es ladisposición que «las voces de mando para el salto serán reem-plazadas, con frecuencia, por señales u órdenes (por ej.: « ¡quesigan! ») y especialmente conforme a la práctica de la guerraparece la idea aceptada de que «los fusileros imitarán muchas


veces, por propia iniciativa, el ejemplo de sus cdtes., queavanzan apresuradamente sin dar órdenes o voces de mando»(N. ° 291).

3) La irrupción.

En este acápite se hace notar especialmente la nueva com-posición del grupo. Como principio táctico fundamental se exi-ge que el cdte. de grupo debe procurar la cooperación de lasfuerzas de fuego y de choque desde diferentes direcciones parapresionar al enemigo que se salta, en forma de tenazas» (N. °294). Así la esc. de F. A. debe participar en la irrupción enuna forma activa por medio de su fuego (también se preve elfuego en el movimiento) «para seguir inmediatamente y sinesperar órdenes, hacia la posición ganada, a los fusileros quehan logrado interrumpir» (N. ° 295). La conexión entre losportadores de fusil y los sirvientes del F. A., garantizada en elnuevo grupo, influirá ventajosamente en la cooperación estre-cha y necesaria de esta forma de luchar.

A la parte técnica de la irrupción se ha agregado, como no-vedad, la explicación detallada de la lucha cuerpo a cuerpo.«Enemigos que siguen defendiéndose, se les aniquilará por me-dio de tiros, golpes con la bayoneta, con la culata o con la pala»(N. ° 297).

4) La toma de posición y la mantención de ella.

En este acápite, el nuevo Reglamento se limita a dos pun-tos principales: la organización del fuego de resistencia y laconducta frente a los carros de combate blindados del enemigo.Para el fuego de resistencia se han mantenido las exigenciasanteriores: buen campo de tiro, posiciones cubiertas y el fun-cionamiento de las fuerzas. Este úlimo conducirá normalmente«a la separación de las escuadras de F. A. y de fusileros, hastala división de las escuadras de fusileros puede ser recomendable»(N. ° 303).

La conducta frente a los carros blindados del enemigo seexplica con amplitud satisfactoria. Se recomienda a los fusile-ros de F. A. y de fusil «ocultarse y quedar inmóviles» (N. °308); en cambio se previene de no intentar sustraerse a ellos,por medio de movimientos, dentro del alcance de sus fuegoseficaces. Sólo los fusileros contra los cuales un carro de com-bate enemigo se dirija directamente, pueden apartarse por sal-tos cortos hacia el lado» N. ° 308. 3). Se abrirá el fuego contralos tanques a las distancias cortas e inmediatas, solamente «cuan-


do el fuego contra las aberturas para la vista y contra las tro-neras tenga posibilidades de éxito, por el efecto de las astillasde plomo, o cuando el empleo de la munición reforzada hagaprobable su eficacia» N. ° 308, 2). En cambio, «en todo caso,se combatirá el adversario no blindado que ataca en coopera-ción con los carros blindados (N. ° 309).

La descripción del contra-asalto está reservada, al pare-cer, a los tomos posteriores, una sola vez en este acápite semenciona el contra-asalto de las reservas. Se puede lamentaresto porque, según las experiencias de la guerra, el contra-asal-to más eficaz es aquel que, organizado lo más rápidamente po-sible, se desprende de la tropa atacada misma, aún cuando sólolo ejecuten unos pocos individuos valientes, pues cae en el ene-migo en el momento de su máxima debilidad. El nuevo grupoparece especialmente apropiado para tales contra-asaltos (reu-nión de fuerzas de fuego y de choque); la regla básica delcombate de fuego, antes mencionada, «economía de la fuerzade la esc. de fus. para su misión principal, la lucha cuerpo acuerpo», comprobaría su valor y, al fin, el regular empleo se-parado de las escuadras de F. A. y de fusileros en la defensa,facilitaría un procedimiento parecido a la irrupción y, a la vez,la cooperación deseada de las dos partes del grupo en forma detenazas.

5) El desprendimiento.

Con mucha razón se ha cambiado la denominación de «re-tirarse» en «desprenderse». En el combate moderno, las uni-dades pequeñas frecuentemente tendrán que desprenderse tem-poralmente sin iniciar con esto ya una retirada. Se debe acos-tumbrar a la tropa de hoy día a tal combate clásico.

Muy acertadamente se han formulado, en la nueva edicióndel Regl. las antiguas prescripciones: ante todo, se acentúa ladiferencia entre «el desprenderse combatiendo y el desprenderseevitando el combate por medio de un salto largo» (N. ° 302);la protección mútua de fuego con los grupos vecinos y entrelas escuadras de un grupo que se replegan por escalones de unaposición a otra» (N. ° 316); la importancia de ocultar al ene-migo la intención de desprenderse, lo que se puede alcanzar por«la elección correspondiente de las posiciones de fuego» N. °315). De una nueva manera está arreglada la iniciación deldesprendimiento: el momento oportuno se elegirá por el grupomismo cuando combate aislado; en los demás casos se ordenao se fija por el procedimiento de «indicar al codte. de grupouna línea en el terreno cuyo traspaso por enemigo superiorseñale el momento para iniciar el retroceso» (N. ° 313).


6) La defensa anti-aérea.

De valor especial es la novedad que el Regl. constata ex-presamente, que el empleo de un grupo o de una escuadra ais-lada no tiene las probabilidades de batir eficazmente los avio-nes enemigos y que, por eso, «tal procedimiento debe consi-derarse solamente como medida auxiliar». (N. ° 318, 2).

Como defensa pasiva contra la exploración enemiga desdeel aire, el nuevo Regl. recomienda «inmovilidad absoluta y mi-metismo, siempre cuando el terreno y la misión lo permitan»(N. ° 319).

Como resumen de nuestras consideraciones de la manerade combatir del grupo se debe constatar que, aún en. este acá-pite, el valor predominante de la nueva edición del Regl. con-siste en la forma clara y concisa de la disposición y explica-ción. Además se ha aprovechado hábilmente de los cambiosnecesarios y recomendables que la nueva organización del gru-po, para profundizar las experiencias de la guerra, para influiren la instrucción en este sentido y simplificarla en lo posible.Así, es de esperar que, a causa de la nueva reglamentación, lainstrucción definitiva del «nuevo grupo» signifique un pro-greso para la instrucción y contribuya a la creación de unainfantería prácticamente organizada y bien instruida para elcombate moderno.

Por una "Infantería de montaña"(De una información dada en el Memorial de Infantería de España).

El teniente coronel Chatrian, jefe alpino italiano, se ocupa enla "Rivista di Fanteria" de la organización y de las prescripcionesque deben ponerse en vigor para disponer de una infantería nume-rosa y eficiente a la que pueda confiarse la lucha en el largo desa-rrollo de zona fronteriza montañosa que posee Italia. La base de suartículo la funda el autor en las siguientes consideraciones:

La naturaleza, extensión y profundidad de la zona fronterizamontañosa será causa de que en ella tenga que combatir el Ejércitoitaliano durante los primeros momentos de una campaña, que, porfuerza, han de ser decisivos. Es, por lo tanto, que en general, todoel Ejército esté preparado para combatir en montaña y que enparticular, se disponga desde tiempo de paz de tropas especializa-das para la lucha en montaña, que resulta difícil entre las difíciles.

En Francia y en Alemania se encuentra resuelto, desde hacetiempo, el problema cualitativo de las tropas de montaña; ambasnaciones disponen de "tropas de alta montaña" destinadas a combatiren las zonas más ásperas, y de tropas de montaña que se destinan acombatir en concurrencia con las primeras y a su retaguardia.

En Italia, las primeras operaciones activas en la frontera mon-tañosa constituyen el cometido principal: 1. ° de las tropas alpinas;2. ° de las tropas de las Divisiones de Infantería de frontera. Las pri-meras de estas tropas, si bien cuentan con una excelente instrucción,resultan escasas para el desarrollo de unos 1, 700 kilómetros defrontera.

Las segundas constituyen una Infantería magnífica y puedenconsiderarse como una verdadera "Infantería de montaña" desdecualquier punto de vista que se las examine. Sin embargo, para quela transformación pueda efectuarse de una manera completa, pro-pone el teniente coronel Chatrian los preceptos que sintéticamentese reproducen.

El reclutamiento de "La Infantería de montaña" debe hacerseen todas las regiones montañosas de la nación, excluidas las de losAlpes, que se reserva a los alpinos. Si el reclutamiento no fuera

M. del E. 5.


suficiente, ' 'la Infantería de montaña'' completaría su reclutamienoten las zonas no alejadas de la frontera, reservándose el resto del te-rritorio nacional para la restante Infantería.

La organización de "la Infantería de montaña" se modificaráen forma que de una parte se aumenten sus medios (en particularlos de transporte, transmisiones y equipo) y se constituyan, de otra,en forma que el Regimiento pueda dividirse, normalmente en tresbatallones con capacidad de vida y de acción autónoma.

La instrucción de esta Infantería ha de ser tal que le facilitela solución de los problemas tácticos y logísticos que la montañaimpone. Alpinos e Infantería de montaña deben reunirse con fre-cuencia para trabajar, tanto sobre el terreno como sobre el plano.Los cuadros de esta última deben seguir los cursos especiales de laEscuela central de alpinismo.

La asignación a la Infantería de montaña de cuadros y de me-dios adecuados contribuiría seguramente a elevar su moral.

El uniforme de la Infantería de montaña es asunto de fácilsolución; en analogía con lo que actualmente ocurre en los gruposa lomo de las Divisiones de Infantería, la brigada de Infanteríade montaña debe de recibir el cubrecabezas alpino y conservar eldistintivo general del Arma.

No se pretende con la transformación expuesta crear una espe-cialidad más en detrimento de la masa de Infantería, toda vez queel reclutamiento propuesto no se efectuaría de una manera especial, nitendrían ventajas de ninguna clase de sus componentes. Es cierto quese oye decir que toda la Infantería debe encontrarse dispuesta parahacer la guerra de montaña, pero no lo es menos que no será posibleconseguir estos resultados por falta de medios, de reclutamiento yde adiestramiento técnico.

Las dificultades financieras que podrían oponerse a las propo-siciones expuestas carecen de valor, ya que la mayor parte de ellasexigen cantidades insignificantes a las que podría atenderse con fa-cilidad. Por último, no se pretende con lo dicho copiar organizacio-nes existentes en el extranjero sino prepararse para hacer frente aataques a nuestras fronteras y no encontrarse en condiciones de in-ferioridad en ninguna de ellas, ya que todos nuestros vecinos debenconsiderarse como posibles enemigos del mañana.

La necesidad sentida en todas las naciones de disponer de unEjército que lleve a cabo la cobertura mientras se moviliza y con-centra la masa del Ejército y tiene lugar la movilización civil, quedaría igualmente satisfecha, a juicio del autor, mediante la trans-formación de una parte de la Infantería en Infantería de montaña.

POR UNA "INFANTERIA DE MONTAÑA" 729

ALIGERAMIENTO DE LA INFANTERIA.

Después de un detenido estudio, el Ministro de la Guerra ho-landés ha aprobado la repartición que ha de hacerse del material,del equipo y del armamento de la Infantería, con el fin de disminuirel peso que el infante ha de transportar sobre sí.

Todos los efectos se clasifican en tres grupos:El primero, que comprende el material de marcha, está cons-

tituido por lo que debe llevar el soldado sobre sí antes del combate.En el segundo grupo están incluídos: los útiles de zapador, los

sacos terreros, las granadas de mano, el material de trasmisionescon sus accesorios y municiones para fusil. Este grupo, denominadode combate, se transporta en los trenes de combate, del que se des-carga al comenzar la marcha de aproximación o cuando sea necesariopreparar la defensa.

El material restante que se transporta en los trenes constituyenel tercer grupo y en él se encuentra incluido el morral o el capote,pues el soldado ha de llevar sobre sí uno u otro, según el objeto dela marcha o el estado atmosférico.

Con esta disposición, el peso que el infante transporta sobre síha disminuído de 31 kg. a 23, 50 kg., o sea de 22 kilogramos, segúnlleve mochila o capote.

Para hacer posible esta transformación se ha previsto la mo-torización de los carros del tren regimental. Esta unidad dispondráde 38 vehículos automóviles y 64 hipomóviles, con 136 semovientes,en lugar de los 93 carruajes hipomóviles y 194 caballos de que dis-ponía anteriormente.

Materiales de artillería y ametralladoraspesadas de la post-guerra

(Información aparecida en el Memorial de Infantería de España y tomada de unestudio publicado por el Comandante Sr. Colsoulle en el "Bulletín Belguede Sciences Militaires").

El interesante y voluminoso estudio en que está basada estainformación abarca los nueve grupos siguientes:

Ametralladoras pesadas y cañones ametralladoras.Cañones de Infantería y anti-carro de 30 a 50 mm. de calibre.Cañones y morteros de acompañamiento de 46 a 76 mm.Cañones-obuses de Infantería, de tubos intercambiables.Piezas de montaña.Cañones y obuses ligeros de campaña.Cañones y obuses de calibre superior a 155 mm.Y Cañones de defensa contra aviones.

Siguiendo el mismo método que el Comandante Colsoulle, peroreduciendo el contenido a lo que consideramos más interesante pa-ra nuestros lectores, nos limitaremos a consignar, respecto a cadauno de dichos grupos: características generales; tipos o modeloscomponentes de que tengamos noticias; particularidades de aquel ode aquellos que nos parezcan más interesantes, y, en fin, compa-ración de dichos modelos con algunos de los empleados en la GranGuerra, señalando los progresos conseguidos de entonces a acá enlas características más importantes (alcances, velocidades de tiro,pesos, etc. ).

Primer grupo. —Ametralladoras pesadas y cañones-ametralladoras.

Las ametralladoras pesadas tienen, en general, las caracterís-ticas siguientes: velocidades iniciales de 760 a 1. 000 m. por segun-do: íd. verticales de 2. 000 a 5. 000 m.; velocidades prácticas detiro superiores a 200 disparos por minuto (la Browning alcanza lade 600); pesos, de 100 a 300 kg.; municiones (balas blindadas,trazadoras e incendiarias) en cartuchos de 40 a 60 gr. de peso, yéstos en cargadores, depósitos o cananas. Las hay de los modelos


F. N. Browning, Hotckiss, Hotckiss-Le Prieur, Scotti, Vickers-Armstrong, Fíat y otras. La Fiat pesada (12 mm. de calibre), ensus dos tipos —uno de refrigeración por aire y el otro por agua—va montada sobre un soporte de ruedas que permite elevar la bocadel arma para el tiro contra aviones o bajarla para el tiro contracarros. La Hotckiss pesada (13, 2 mm. ) va montada en su soportesobre un polígono articulado de palancas, calculado de modo que elocular del anteojo de puntería y, por tanto, el ojo del tirador, nose mueven sino una cantidad mínima, cualquiera que sea la am-plitud de la corrección en altura que haya que hacer. La Scottipesada (13, 2 mm. ) se cierra tangencialmente y no axialmente co-mo la generalidad de las armas automáticas. Tanto el avance co-mo el retroceso del cerrojo no pasan de algunos milímetros, por loque la cantidad de gases necesaria para su funcionamiento es in-significante. La Vickers pesada (12, 7 mm. ) va montada sobre untrípode que permite, sin modificación alguna, el tiro contra carrosy contra aviones, para el cual está dotada de un corrector. Com-paradas estas armas con una análoga empleada en la guerra 1914-1918 (la ametralladora pesada Mauser T. u. F., de 13 mm. ), seadvierte: que el calibre se ha mantenido igual o ligeramente in-ferior en la mayoría de aquéllas y solamente en una, la Breda,ha ascendido a 14 mm.; que en todas, excepto en la Fiat de 12, 5mm., a la aplicación anti-carro se ha añadido la aplicación anti-avión; que la velocidad inicial ha subido de 735 m. por segundoa 1000, en la Breda, y a cantidades variables de 800 a 940, en lasrestantes; que el peso del arma en batería, que era de 99 kg. enel citado modelo de la guerra, ha tenido un aumento ligero, en ge-neral, y sólo considerable en la Fiat, en que ha pasado a 220, de-bido, principalmente, al soporte; y que el peso medio del proyectil,que era de 51 gramos, ha aumentado (hasta 60 como máximo) enunos modelos y disminuido en otros (hasta 40 como mínimo).

Los cañones-ametralladoras tienen como características genera-les: velocidad inicial (de 830 a 1000 m. por segundo) ligeramentesuperior a la de las ametralladoras pesadas; alcances horizontalesde 5. 000 a 8. 500 m.; ídem verticales de 2. 700 a 5. 800 m.; la punte-ría en dirección abarca la vuelta de horizonte completa; y en la al-tura sólo permite en ángulo máximo, de 65 a 85°. El afuste, engeneral, consiste en un trípode al que se añade un tren de ruedaspara la marcha, sobre el cual pueden tirar en caso de urgencia ypermite, sin modificación, el tiro contra carros y contra aviones;algunos de ellos se descomponen en cargas para el transporte y nin-guno está provisto de escudo. Las granadas (de cuatro clases: deruptura, explosivas, trazadoras y explosivas-trazadoras) van en car-tuchos (de 200 a 350 gramos de peso para las armas de 20 mm. decalibre y de 600 a 900 para las de 25 mm. ) y éstos en depósitos otambores. La velocidad de tiro varía de 120 a 300 disparos por minu-

MATERIALES DE ARTILLERIA Y . . . . 733

to. Los hay de los modelos Oerlikon, Breda, Scotti, Soleure, Madsen(todos ellos de 20 mm. ), Siderius (21, 6 mm. ) y Hotckiss, Vickers-

Armstrong y Bofors (todos éstos de 25 mm. ). El Madsen es de largoretroceso (unos 100 mm. ) y se cierra rectilíneamente. La vainaexpulsada no acompaña al cierre en su retroceso, lo cual eliminael inconveniente de un retroceso incompleto. El arma puede fun-cionar aunque no esté engrasada; la existencia de arena en elmecanismo, así como la sumersión en agua y hasta en un ácidono le perjudican. Se puede refrigerar con un agua cualquiera.Es fácil de montar, lo que puede hacerse a mano. Destinado eltiro anti-carro y anti-aéreo, va montado sobre un afuste univer-sal, dotado de todas las características del moderno afuste deArtillería (afuste deformable, cuna, frenos hidráulicos de recu-peración y de retroceso). Tiene avantren y armón, y puede serarrastrado a todas las velocidades por dos caballos o por un ve-hículo automóvil. El tiro se hace generalmente sin ruedas; peroen caso de urgencia se puede hacer desde sobre ellas. Dos caño-nes acoplados sobre un montaje pueden ser empleados en la de-fensa fija, instalados sobre cadenas. También puede ser montadoeste cañón a bordo de los aviones. La puntería se efectúa, ya conanteojo, ya con corrector de puntería "Madsen", ambos aparatosdestinados al tiro contra aviones; el corrector está basado enla altura del avión y no en su distancia. Puede ser dotado tam-bién del aparato calculador Flakvisier Nedinscos-Zeiss. Sus pro-yectiles son balas de ruptura ordinarias contra carros y balas explo-sivas incendiarias contra aviones. La granada explosiva está provistade una espoleta de percusión extrasensible que asegura la explosiónen un tiempo mínimo al simple contacto de una tela de avión. Susefectos sobre un ala cubierta de tela bastan para poner al avión fuerade combate. Un ingenioso mecanismo autodestructor asegura la ex-plosión, en caso de que el proyectil no toque el blanco, en la ramadescendente de la trayectoria y antes de caer al suelo. El cañón-ame-tralladora Madsen ha sido adoptado por el Reich, que ha compradoa la Compañía Madsen las licencias de fabricación, así como en losEjércitos de Dinamarca, Noruega, Finlandia, Estonia, Bulgaria, Hun-gría y numerosos países de América. Comparados, en conjunto, losmodelos citados con el Becker, de 20 mm., empleado en la guerrade 1914-1918, se advierte: que mientras éste es sólo anti-carro, to-dos los demás, excepto el Siderius, son también anti-avión; que lamáxima velocidad inicial ha subido de 520 metros por segundo a1. 000 en el Hotckiss, a 900 en el Madsen y a más de 800 en to-dos los demás (excepto en el Siderius, que no pasa de 600); yque el peso medio de los proyectiles, de 145 gramos en el Becker,ha descendido en la mitad, aproximadamente, de los modelos (has-ta 128 como mínimo) y subido (hasta 308 como máximo) en la otramitad.


Segundo grupo. —Cañones de infantería y anti-carros de 30 a 50mm. de calibre.

El mayor calibre de estas armas las hace más aptas que lasdel grupo anterior para el tiro anti-carro, que es su principal em-pleo, habiéndose prescindido en ellas, salvo raras excepciones, decombinar con él el anti-aéreo, que, en cambio, habiendo aumen-tado mucho los efectos de los proyectiles explosivos, se las consi-dera perfectamente aptas para el papel de cañón de infantería. Nose trata ya de cañones ametralladoras, sino de verdaderos cañones.Los calibres abarcan desde 30 a 50 mm. (siendo los más en bogael 37, el 40 y el 47 mm. ), y siendo excesiva la gama de ellos paraestudiarlos en conjunto, lo haremos separadamente de los de 31a 40, por una parte, y de los de 47, por otra.

Los de 31 a 40 mm. tienen como características generales: ve-locidades iniciales, de 460 a 915 m. por segundo; alcances, de3. 300 a 7. 200 m.; velocidades de tiro variables de 15 a 100, 120y hasta 200 disparos por minuto; soportes, de los tipos más va-riados, habiéndolos hasta de cadena, auto-propulsados; la mayoríade estas armas son descomponibles en cargas para el transporte porhombres o por acémilas; los pesos, de 137 a 275 kgs., semejantesa los de los cañones ametralladoras de 20 mm.; las municiones, encartuchos, abarcan granadas perforantes, explosivas, trazadoras ycombinaciones de ellas. Hay modelos Boxman (31 mm. ), Bofors,de 50 calibres de longitud, Grusen y M. 25 E. (todos ellos de 37mm. ), y Bofors de 60 calibres y Vickers Armstrong (éstos, de 40mm. ). El M. 25 E., adoptado en 1925 por el Ejército de los Es-tados Unidos, tiene freno recuperador y equilibradores; el cierrees basculante y la carga semi-automática; va montado sobre unsoporte de ruedas, las cuales se le quitan para el tiro. El de 40mm. Vickers-Armstrong es del tipo cañón ametralladora, lo cualse explica porque, además de estar destinado al tiro anti-aéreo,lo está también al anti-carro, que exige grandes velocidades detiro; funciona automáticamente por retroceso; refrigeración, poragua; alimentación, por cananas, pudiendo empalmarse una de és-tas a la que está en el arma, para no retardar el tiro; incorpora-do al mecanismo de alimentación hay un corrector para espole-ta a tiempos, haciéndose la corrección automáticamente al entrar elproyectil en la pieza.

El de 47 mm., Vickers, de 20 calibres de longitud, tiene eltubo de acero especial con manguito; cierre vertical, semi-au-tomático; alza graduada en metros para el tiro horizontal y engrados para el vertical; eje del soporte, acodado, que permite dosposiciones —alta y baja— de tiro. Comparados los cañones deeste grupo con el francés de 37 mm., empleado en la guerra, seobservan las principales modificaciones siguientes: Introducción


de su empleo en el tiro anti-carro, además, o en sustitución de lamisión de acompañamiento, y en los de algunas casas construc-toras (Bofors, Vickers-Armstrong y acaso Skoda) empleo tambiénen el tiro anti-aéreo; aumento, en general, de las velocidades ini-ciales (desde 400 metros por segundo a 915, como máximo, en elM. 25 E. de los Estados Unidos); íd. íd. de los alcances horizon-tales máximos (desde 2. 400 m. a 8. 500 como máximo, en el Bo-fors de 40 mm. ); íd. del sector de puntería horizontal (desde 20°hasta los 360 —o sea toda la vuelta de horizonte—, que puedeabarcar el Bofors de 37 mm. ); íd. íd. de las velocidades de tiro(desde los 20 disparos por minuto del francés hasta los 200 delVickers-Armstrong de 40 mm. ); íd. íd. del peso en batería (des-de 161 kgs. hasta 1. 730 como máximo, en el Bofors de 40 mm. );íd. íd. del peso medio de los proyectiles (desde los 510 gramosdel francés hasta los 2. 400 a que puede llegar, como máximo, elVickers-Armstrong de 47 mm. Q. F. S. A. ).

Tercer grupo. —Cañones y morteros de acompañamientode 46 a 76 mm.

En este grupo, prescindiendo del tiro anti-carro y anti-aéreo,sólo incluímos verdaderos cañones y morteros de acompañamiento.Los calibres más comunmente adoptados varían de 70 a 76 mm.;las velocidades iniciales máximas, de 190 a 350 m. por segundo,teniendo cada arma una gama de ellas que permite incluso eltiro vertical; los alcances varían de 2. 000 a 6. 000 m., exceptuán-dose el polaco de 46 mm. y el español Valero Ecia, de 50, que,como armas extraligeras destinadas a acompañar a la infanteríao a la caballería, sólo alcanzan a 700 m.

Figuran, además, en este grupo, los morteros M1, de 75 mm.,norteamericano, y F. R. C., de 76 mm., y los cañones Schneider"S", de 70 mm.; H. B., de 70 milímetros; M. 26; Skoda de 70mm.; Schneider de 75 mm; " S " E. L. y Vickers-Armstrong, de94 mm., M. 28. El mortero polaco de 46 mm., M. 30, en uso por lainfantería polaca, es un arma lisa que dispara, con el ánguloconstante de 45°, un proyectil de aletas y otro indicador del ob-jetivo a la artillería, que desprende en el punto de caída un hu-mo característico; la carga de proyección. única, va alojada enla cola del proyectil; el arma es de avancarga; la variación dealcance se obtiene graduando la evacuación de los gases median-te un orificio posterior regulable a voluntad. El Valero Ecia, de50 mm., M. 32, dispara una bomba provista de una espoleta ul-tra sensible, con uno de los tres ángulos de 45, 70 y 80°. Previstopara acompañar a la Caballería, sólo pesa 7 kgs. El tirador que,como los otros cuatro sirvientes, va a cbaallo, lleva el arma y cua-tro proyectiles, llevando igual número de éstos cada uno de los


demás. El mortero de 75 mm. "M. I" , adoptado por el Ejércitonorteamericano, es de retrocarga, y su afuste igual que el delcañón de 37 mm. M. 25 E., ya mencionado anteriormente. Elcañón de 75 mm. "S" E. L. Schneider es una arma de gran po-tencia que puede alcanzar a 6. 000 metros (más que el de cam-paña reglamentario en Francia en 1914), sólo pesa 350 kgs., esdescomponible en diez cargas de a 35 y su altura de rodillera sereduce a 0. 60 m., por todo lo cual resulta muy adecuado para lamisión de acompañamiento a que está destinado.

Comparadas, en conjunto, estas armas, con uno de los mo-delos empleados en la guerra de 1914-1918 (el mortero alemán de76 mm. A. ), se observa: que los alcances horizontales máximoshan aumentado (con las ya dichas excepciones de los morterospolaco y Valero Ecia, de 50 mm. ) desde 1. 300 hasta 6. 000 comomáximo (Schneider, de 75 mm. " S " E. L. ); que la amplitud delsector vertical de puntería, que era de 76° en el citado modeloalemán, ha subido a 80° en el Valero Ecia, en el MI de 75 mm.norteamericano, y en el F. R. C. de 76 mm., habiendo disminuidoen los demás modelos; que el peso de la pieza en batería ha su-bido de 285 kgs. a 298 en el Schneider de 70 mm. y a 350 en elSchneider de 75, habiendo descendido hasta el mínimo de 164,que pesa el MI norteamericano de 75 mm. ) en los demás de estegrupo; y que el peso medio del proyectil, que era de 4. 600 gra-mos, ha descendido en todos ellos (hasta el mínimo de 700 en elpolaco de 46 mm. ), excepto en el Schneider de 75 mm., que pesalo mismo, y en el MI norteamericano, en que ha subido a 4. 750.

Cuarto grupo. —Cañones-obuses de infantería de tubosintercambiables.

Estas armas, última palabra de la artillería moderna de pe-queño calibre, tienden a proporcionar a la infantería un armade acompañamiento y anti-carro a la vez, por medio de sus tu-bos intercambiables, resolviendo así la dificultad que hallabanlos de cañón único para conciliar las grandes velocidades inicialesque exige la segunda misión con las pequeñas que requiere eltiro curvo, necesario en la primera. El afuste de estas piezas esúnico para ambos tubos, así como el cierre. Figuran en este gru-po los modelos: Bofors (de 25|75,. de 37|81, de 47|75 y de 47|81mm. ), Vickers-Armstrong (de 25, 4|70 y de 44|60 mm. ), Sidérius(de 37|65, de 47|70 y de 47|75 mm. ), Skoda B. A. (de 37|70 mm. )y Sociedad Española (de 40|60 mm. ).

En las características de estas piezas hallamos las de loscañones anti-carro, de una parte, y las de los cañones de acom-pañamiento, de otra. La puntería en dirección, de pequeña ampli-tud en el obús (6 a 12°), puede alcanzar en algunas piezas hasta

MATERIALES DE ARTILLERIA Y... . 737

50° mediante el empleo de un afuste de dos patas y hasta de360° con una plataforma circular de tiro. La puntería en alturaestá limitada en dos de los cañones a 15 y 25°, mientras que en elobús varía de 15 a 85°. Los afustes, de todas clases de tipos, ytodos ellos descomponibles en carga para el transporte, pesan entre150 y 400 kgs. Las municiones, poco variadas, comprendenla granada perforante para el cañón y la explosiva para el obús.

Particularidades del Sidérius de 47|75: Los tubos, separa-bles, se unen a la pieza de cierre única por un engarce de bayo-neta; el aparato de cierre, de cuña horizontal, es automático. Elescudo está compuesto de dos piezas. Las municiones, aunque encartuchos, son de cargas variables, gracias a un engarce de bayo-neta entre la granada y la vaina; son transportadas en cajas de30 Kgs., a una por hombre o cuatro por animal, conteniendo cadauna siete disparos de 75 o nueve de 47; un armón ligero de 118Kgs. de peso (estando vacío) transporta cuatro de dichas cajas.

Particularidades del Vickers-Armstrongs de 25, 4|70 milímetros:Al revés que los otros materiales, el obús de 25, 4 que está monta-do con freno de retroceso y recuperador, no es separable; cuandose quiere hacer uso del cañón de 25, 4, se introduce el tubo de estecalibre en el tubo de 70, quedando centrado en éste por medio deabrazaderas de cobre, de que está provisto el cañón; el mecanis-mo de cierre está constituido por una cuña vertical; el cierre lle-va dos extractores: uno, para el 70, y otro para el 25, 4 accionadoeste último por el primero y susceptible de ocultarse en un aloja-miento ad hoc cuando no se le utiliza; el afuste, de ruedas, mono-flecha, puede ser utilizado, como todos los de su género, estandoprovisto de una zapata de mástil, si se quiere poder seguir un ob-jetivo en rápido movimiento, como, por ejemplo, un carro, se co-loca bajo las ruedas una plataforma de tiro como la del cañónVickers de 47 mm. y 42 calibres; la flecha puede descomponerseen dos partes para el transporte; en el retroceso, la pieza es acom-pañada por el cilindro de freno, quedando inmóviles los vástagosdel émbolo y del compresor; el alza está provista de un telesco-pio de pocos aumentos, con un ocular inclinado 10° a cada ladodel cero, y de un nivel de corrección del desnivel de las ruedas;el mecanismo de tiro, de percusin, se monta al abrirse el cierre ypuede volver a montarse sin necesidad de abrir éste; los resulta-dos de las pruebas de tiro parecen demostrar que se ha llegado ala solución deseada; es decir, a una pieza cuya precisión a lasgrandes distancias sea aproximadamente igual que a las peque-ñas, a 1. 800 m., con la carga menor, el 70 da desvíos medios enalcance de 21, 6 m., mientras que el 25, 4 da esos mismos desvíoscon la máxima velocidad inicial y para un alcance de 3. 700 m.

Como estos materiales no fueron empleados durante la gue-rra de 1914-1918, no hay lugar a comparación con los análogosde aquel tiempo.


Quinto grupo. —Cañones y obuses de montaña.

Características generales: velocidades iniciales, de irnos 400m. por segundo; alcances máximos, de 8. 000 a 9. 600 metros; peso,de 6. 800 Kgs.; amplitud de la puntería en dirección, 8. ° por tér-mino medio; calibre, en general, el 75 mm.

Figuran en este grupo tipos y modelos Ansaldo, Bofors, "Es-tados Unidos", Schneider, Skoda, Vickers, Armstrongs y sueco.El obús de montaña de 75 mm. Ansaldo, presenta estas particula-ridades: la boca de fuego propiamente dicha se compone de dostubos de 55 Kgs. cada uno, embutidos uno en otro y atornilladosen el anillo porta-culata; para que las cargas queden equilibra-das en los bastes, cada una se divide en dos partes de igual peso,excepto la cureña. El cañón de montaña Bofors, de 75 mm., se des-compone en tubo de ánima y manguito; el cierre es semi-automá-tico; el cuerpo de cureña es divisible en tres partes para el trans-porte y el escudo en dos; el cañón tira granadas explosivas yshrapnell a tres velocidades iniciales distintas: 250, 330 y 405 me-tros por segundo; está en servicio en el Ejército suizo. Compara-das estas armas, en conjunto, con el cañón ligero Schneider de 75mm., se advierte: que los alcances máximos se han duplicado(subiendo de 4. 200 a 10. 000 m., que tiene el cañón-obús sueco);que el aumento proporcional del peso ha sido mucho menor, puessólo ha subido de 500 Kgs. a 680; y que la amplitud de la punte-ría en dirección, aunque ha aumentado de 4, 5 a 8°, ha quedadotodavía bastante reducida, por no hacer la pieza demasiado pe-sada.

Sexto grupo. —Cañones, cañones-obuses y obuses ligeros decampaña.

Los calibres más corrientes son el de 75 mm. para los cañonesy el de 105 para los obuses (excepto uno de 75, de los EstadosUnidos).

Características generales de los cañones: velocidades inicia-les, de 600 a 750 m. por segundo; alcances máximos, hasta 14. 500;sector de tiro horizontal, de 40 a 60° (hay dos modelos que abar-can toda la vuelta de horizonte): afuste, biflecha; peso en batalla,de 1. 850 a 2. 400 kilos; tracción, hipomóvil en unos y automóvil enotros; con tendencia a usar indiferentemente la una o la otra. Figu-ran entre ellos los modelos Krupp belga, de 75; A. C. M. A., de 75;Bofors, de 75; Cockeril. de gran potencia, de 75; Schneider, de 75" S " Cv; id., de 75 " S " B. ' id. de 75 " S " B. P.; Siderius, de 7;Vickers Armstrongs, de 75 M. 32; Watertown, de 75. Particulari-dades del Schneider de 75: longitud en calibres, 31; la boca de fue-go está hecha de un tubo de acero sunchado; el cierre es de torni-


llo, excéntrico; la percusión, a martillo; el chasis, sobre el que sedesliza el trineo en el retroceso, está muy prolongado hacia atrás,impidiendo el contacto del cierre con el suelo; las patas son an-cladas al poner la pieza en batería por medio de un mazo; paraapuntar, el sirviente de la izquierda mueve transversalmente elaparato de puntería, indica el ángulo de situación y apunta endirección, y el de la derecha apunta en altura, poniendo en coinci-dencia el alza ordenada con un índice fácilmente visible que haya este costado; la articulación del sillín sobre el mástil, permiteemplazar la pieza en todo terreno, cualesquiera que sean sus de-sigualdades.

Caracterísicas generales de los cañones-obuses: su tendenciageneral consiste en resolver el problema de la pieza única para laArtillería divisionaria; las soluciones halladas varían según lostipos o modelos. Entre éstos figuran el Skoda, de 83 mm.; elSchneider, de 85; el Bofors, de 90, y el de 95 de los Estados Uni-dos. Particularidades del Bofors de 90 mm.: puede servir a volun-tad de cañón o de obús y aún realizar misiones de hostigamientoy de interdicción merced a la gama de sus cargas, y, por tanto, desus velocidades iniciales, que varían de 625 a 230 m. por segundo;la boca de fuego posee una camisa separable; la cuna es una espe-cie de manguito en el que la pieza va guiada por rodillos; el fre-no hidráulico y el recuperador de aire están situados el uno enci-ma y el otro debajo de la boca de fuego y aislados de ella; el re-cuperador de aire comprende dos cilindros: uno, exterior, que sir-ve de depósito, y otro, interior, excéntrico, que es el de compre-sión; el retroceso, variable enre 35 y 0. 80 m., se corrige automáti-camente; las partes posteriores de las patas, que son muy largas,se repliegan sobre las anteriores para la marcha por camino; tie-ne equilibradores que neutralizan la preponderancia; debido aljuego de los muñones, el freno de marcha puede ser accionadopor tractor o desde el avantrén; el escudo está dividido en trespartes, de las que las, superiores e inferiores son rebatibles parala marcha por camino, mientras que las superiores y medianas sonsolidarias de la pieza en la puntería en dirección.

Características generales de los obuses: velocidades iniciales,de 400 a 600 m. por segundo; alcances máximos, de 9. 000 a 13. 700m.; amplitud de la puntería en dirección, variable desde 45 a 360°;id. en altura, hasta 65° como máximo; peso en batería, de 1. 360 a2. 200 kilógramos, según los tipos. Figuran entre ellos el belga degran potencia, el Bofors, el Bofors C. M., el Schneider " S " Cv,el Schneider " S " B. C, el Siderius, el Vickers Armstrongs y elWatertown (todos ellos de 105 mm. ), y el Kongsberg (de 120mm. ). Particularidades del Bofors de 105. mm. y 22 calibres; esmodificación de otro Bofors monoflecha, que sólo tenía 8° y me-dio de amplitud de puntería en dirección y que ahora abarca 360°


gracias al empleo de una plataforma de tiro circular; cuando se usaésta, se quita la zapata del mástil y se le reemplaza por una placapara dar a éste mayor superficie de apoyo, de suerte que su pre-sión sobre el suelo llega a 60 Kgs.

Comparadas las piezas de este grupo con las análogas emplea-das en la guerra de 1914-1918, se observan los principales progre-sos siguientes: aumento de los alcances máximos, que han llegadoa 13. 000 metros por término medio en los cañones y, a 11. 000 enlos obuses, con el extremo límite de 14. 000 para unos y otros; yel aumento de amplitud de la puntería lateral, que ha subido has-ta 50° por término medio (excepto en el cañón Schneider de 75mm. destinado a la Caballería y en el obús de 105 de la misma ca-sa, así como en el cañón y obús Siderius, de iguales calibres, delos que el cañón es una reforma del Krupp de 75, que data de hacemás de siete años).

Septimo grupo. —Cañones y obuses pesados de campaña.

En este grupo se estudian los cañones de 105, de 150 y de 155mm., así como los obuses de 150 y de 155.

Características generales de los cañones de 105 milímetros:velocidades iniciales, 750 m. por segundo; longitud en calibres,40; alcances, de 17 a 19 Kms.; peso en batería, 3. 400 Kgs. (todasestas características ha de entenderse que son por término medio;sin embargo, el 105 Schneider de 48 calibres pesa 5. 000 Kgs. y suproyectil alcanza 20 Kms., con una velocidad inicial de 850 m. porsegundo); afustes, biflecha. Figuran entre ellos los tipos Schnei-der (de 38 y 48 calibres, y dos modelos de 31), Bofors y japonésM. 30 (éstos del últimos de 40 calibres). Particularidades del Schnei-der de 48 calibres: camisas separables; cierre de tornillo del ti-po Schneider ordinario; cuna, muy alargada hacia atrás; patasque se anclan en el suelo con mazo; freno de boca; avantrén or-ganizado para la atracción automóvil; para los movimientos en todaclase de terrenos pueden emplearse ruedas gemelas; a últimos de1935 estaba en ensayo en el Ejército danés.

Características generales de los cañones de 150 y de 155 mm.:longitud en calibres, de 31 a 50; velocidades iniciales, de 655 a910 m. por segundo; alcances, de 18 a 26 Kms.; sector horizontalde tiro, de 45 a 360°; afustes, monoflecha, biflecha y de plataformade tiro: peso de los proyectiles, hasta 50 Kgs. como máximo. Figu-ran aquí los modelos belga, Bofors, Vickers Armstrongs, yugoeslavo(todos ellos de 150 mm. ), norteamericano M. 20, Schneider " S " B. L,.Schneider " S " L. P. y Vickers Armstrongs B. L. (éstos, de 155mm. ). Particularidades del cañón Vickers Armstrongs de 155 mi-límetros: Longitud en calibres, 45; débil retroceso; recuperador

Octavo grupo. —Cañones y obuses pesados de más de 155 mm.

Aunque se conocen pocos datos de estos poderosos materiales,se les incluye para completar la gama de todos los de artillería.Figuran en este grupo los Schneider de 220 mm. (obús) y de 240mm. L. P. (cañón) los Bofors de 210 (obús), de 220 (cañón) y de240 (cañón) y los norteamericanos de 175 (cañón), de 210 (obús)y de 355 (cañón). De ellos, este último presenta la particularidadde que la carga de la pieza, así como la puntería en alcance y endirección, se hacen por medio de la electricidad; y el Schneider de240, la de batir el "record", tanto por su alcance (52 kilómetros)como por su velocidad inicial (1. 065 m. por segundo, con un pro-yectil de 165 kgs. de peso), la mayor que conocemos en la artille-ría terrestre. Comparados con sus análogos de la guerra (obús in-glés de 233 mm., y cañones Schneider de 240 y 340) se observan,en general, progresos parecidos a los del grupo anterior.


pneumático de alta presión; la corrección de deriva es dada au-tomáticamente con el alza; la carga se hace con la ayuda de unacarretilla de mano; las patas están articuladas de modo que per-miten el emplazamiento en terreno desigual; el anclaje es obteni-do, como en los materiales Schneider, por rejas deslizantes que seclavan a golpes de mazo; las ruedas del carruaje-afuste son ge-

melas.Obuses pesados de 150 a 155 mm.: el corto número de ellos

(Schneider de 149, 1 mm., Schneider de igual calibre " S " B., id.,id. " S " B. C, cañón corto Schneider de 155 mm., Bofors de 149, 1mm. y "Estados Unidos" T. I. de 155 mm. ) no requiere un resu-men de sus características generales. Como particularidades dealgunos de ellos, mencionaremos que el último de los citados tie-ne un retroceso constante de 1, 22 m., por lo que quiere la aperturade un pequeño foso para el tiro por grandes ángulos; que el Bo-fors tiene su parato de puntería en dirección montado sobre "ro-damiento" de bolas y que el Schneider de 149, 1 tiene, a partir delos 3. 000 m., un ángulo de caída mínimo de 20° para una veloci-dad inicial de 234 m, por segundo, y que ha sido, adoptado por laArtillería danesa. Comparados los materiales de este grupo con loscañones de 105 y 155 mm., y con el obús de 155 mm., todos de lacasa Schneider y empleados durante la guerra, se observa, comotendencia general, el aumento de las longitudes de los tubos encalibres, de las velocidades iniciales, de los alcances horizontales,de la amplitud de los sectores de puntería horizontal y vertical,del peso de los materiales en batería y en batalla, y, en fin, delpeso de los proyectiles.


Noveno grupo. —Materiales de defensa contra aviones.

Este grupo puede considerarse dividido en dos subgrupos: eldestinado a luchar contra aviones que vuelen a alturas pequeñas ymedias (en el que, además de las ametralladoras pesadas y extra-pesadas, de las que anteriormente nos hemos ocupado, hay caño-nes de 37, 40 y 47 mm., de los que también hemos examinado ya al-gunos tipos), y el destinado a luchar contra los que vuelen a gran-des alturas, en el que predominan el calibre 75, aunque tambiénhay algunos de 80, de 90, y hasta de 119 mm.

Características generales de los cañones de 37 a 47 mm: velo-cidades iniciales muy grandes (de 720 a 1. 000 m. por segundo),excepto el Skoda; íd. de tiro (de 100 a 200 disparos por minuto),extraordinarias en piezas de estos calibres; afustes de tres o decuatro patas, que permiten la puntería lateral en toda la vueltade horizonte y la vertical desde 5 o 10 hasta 85°; algunos de estosafustes, como el Bofors, destinados a la defensa permanente, aco-plan las piezas, y la casa Scoti, avanzando más aún por el mis-mo camino, proyecta agrupar en un mismo afuste hasta ocho pie-zas de 40 y aún de 50 mm. Figuran en este subgrupo: el Brow-ning automático, modelo 25 E.; el Schneider " S " A. A., y elScoti, todos ellos de 37 mm.; el Bofors, el Scoti y el Vickers-Arm-strong, de 40, y el Skoda de 47. El Browning dispara dos clasesde granada: trazadora, cuya duración de combustible es de 10 mi-nutos, y explosiva, dotada de una espoleta ultrasensible; fué adop-tado por el Ejército norteamericano en 1927, y existen de él dostipos que dan velocidades iniciales, respectivamente, de 600 y900 m. por segundo. Los Scoti de 37 y 40 mm. tienen aparato decierre automático y se cierran tangencialmente, como el de 20mm. de la misma casa; su velocidad de tiro puede variarse va-riando la toma de gases; la alimentación se hace por una cadenasin fin articuladas por charnelas, situadas a la izquierda y debajodel cañón, y en la cual se colocan los cartuchos sujetos por grapas,siendo llevados a la recámara por un elevador; después de cadadisparo, la vaina es extraída y vuelta a colocar en la cadena sinfin, la cual se traslada un paso, presentando un nuevo proyectilal elevador, y así sucesivamente; las vainas vacía siguen el mo-vimiento con la cadena y caen al llegar a un abertura de des-carga situada bajo el eje de la boca de fuego; la cadena es ali-mentada por una tolva, a la que los proyectiles son llevados decuatro en cuatro por el proveedor. El Bofors de 40 mm (ya men-cionado entre los anti-carro de este calibre) se monta sobre unafuste de campaña que permite los dos usos de la pieza o sobreotro especial para una o para dos armas para el tiro contra avio-nes; su depósito, para ocho disparos, es alimentado por dos carga-dores de a cuatro; mientras éstos cumplan esa función (lo que


siempre es posible, gracias a tener alojamientos distintos), eltiro no se interrumpe; al principio se coloca en el depósito uno odos cargadores y se arma la palanca de carga; para comenzar eltiro automático, basta oprimir el pedal de toma de fuego, con loque se produce la introducción del primer cartucho en la recá-mara, el primer disparo, etc., deteniéndose el tiro automáticocuando sólo quedan dos cartuchos en el depósito; el tubo puedeser cambiado rápidamente sin tocar el cierre ni el porta-cierre;tanto la puntería en altura como la dirección se efectúan sobrerodamientos de bolas; la munición prevista para el tiro contraaviones es una granada explosiva trazadora, dotada de unaespoleta ultrasensible e instantánea, cuya estela es visible en ple-no día; para esta clase de tiro está provisto el cañón de un co-rrector especial. Características generales de los cañones anti-aé-reos de 75 mm.; aunque se han consagrado a fabricarlo nada me-nos que ocho constructores distintos, los resultados conseguidosson bastante dispares; hay piezas de 40 a 60 calibres de longitud,con velocidades de tiro variables entre 600 y 900 m. por segundo,todas ellas dotadas de afuste que permite la vuelta entera de ho-rizonte y una puntería en altura entre 80 y 90°; las velocidadesde tiro son de 20 a 30 disparos por minuto; los pesos, en batalla,de 3. 000 a 8. 000 kgs.; las velocidades de marcha, con tracciónautomóvil, que es casi la única que se utiliza, varían entre 15 y40 kms. por hora; los afustes, muy numerosos, se dividen en dosgrandes clases: las de los giratorios de tres o de cuatro patasy la de los afustes plataforma remolcados o autopropulsados. Eneste subgrupo, muy numeroso, figuran entre otros: dos Ansaldo(ambos de 75 mm. ), varios Bofors (de 75, de 76, 2, de 80 y de105 mm. ), un Kongsberg (de 75), dos Siderius (de 75 y de 80),dos Vickers-Armstrong (ambos de 75), un Watertown (de 75),cuatro Schneider (tres de 75 y uno de 90), dos japoneses (de75 y de 105), dos checoeslovacos (de 76, 5 y de 83, 5) y tres nor-teamericanos (de 75, de 105 y de 119). Los Ansaldo tienen: tubosunchado con camisa separable; cierre de cuña; cilindros de fre-no, que retroceden con el cañón; equilibradores de muelles; cu-na cilindrica, en la que se desliza la pieza; en posición de marcha,el afuste y, sobre él, la pieza, son rebatidos sobre el mástil me-diante una charnela situada en la base del eje del afuste. Elnorteamericano de 75 dispone de tres afustes: el T. 1, el T. 2 yotro nuevo, en experiencias, capaz, en buenos caminos, de marchara 80 kms. por hora; el cierre es semi-automático; la granada demetralla está dotada de una espoleta mecánica; los aparatos detiro comprenden: el aparato de dirección del tiro, un altímetro,un telémetro, el instrumento de observación del comandante de

M. del E. 6.


batería, un indicador contínuo y un "buscador" acústico. ElKongsberg tiene: cierre de cuña, freno de boca, ruedas gemelascon neumáticos; está en servicio en el Ejército noruego. Los Vi-ckers-Armstrong son de cierre automático o a mano; las patasse anclan en el suelo para el tiro; la carga se hace a mano; seemplea un aparato de dirección de tiro llamado "Predicto"; unode estos cañones ha sido adoptado por Portugal y ensayado enBélgica. El Schneider de 75 tiene: una estabilidad perfecta, gra-cias a la pequeña altura de su eje de muñones; gran facilidadde carga por la fácil maniobra del cierre en todos los ángulos detiro; cómoda adaptación al terreno y gran facilidad para la en-trada en batería y en batalla, por haberse reducido a tres el nú-mero de sus patas; la boca de fuego es autosunchada, con camisaseparable y freno de boca.; el cierre y el mecanismo de disparoson automáticos; el afuste, de eje pivote central, comprende unchasis con freno hidráulico y un recuperador de aire comprimido,un eje de muñones, un zócalo provisto de tres patas; los elemen-tos de movimiento para la puntería vertical y lateral, un disposi-tivo de recepción de los datos del corrector, un dispositivo parti-cular de puntería por anteojo y un regulador. Los modelos de80 y 90 mm. tienen casi iguales características que los de 75,salvo la mayor potencia del proyectil, que pesa de ocho a diezkgs.; los de 105 son todavía más potentes y sus alcances verti-cales no han sido iguales por ningún otro material, excepto porel checoeslovaco de 83, 5, que parece ser hasta hoy el que llevala palma; en cuanto al norteamericano de 119 mm., es bastanteantiguo e ignoramos si han seguido las experiencias iniciadascon él. Comparando en conjunto las armas de este grupo con lasanálogas empleadas en la guerra 1914-1918, puede decirse quelos más importantes progresos realizados se refieren a los alcan-ces verticales, que han pasado de un máximo de 5, 5 kms. (co-rrespondiente al cañón Schneider de 75), al de 13. 100, a que lle-ga el checoeslovaco de 83, 5 que acabamos de mencionar. Refi-riéndonos separadamente a cada una de las clases de piezas anti-aéreas, los máximos alcances verticales corresponden: entre lasametralladoras pesadas, a la Vickers de 12, 7 mm. (5. 000 m. );entre los cañones de 37 a 47, al Schneider de 37 (5. 500); entrelos de 75, al Ansaldo de 50 calibres de longitud (10. 600); entrelos de 80, al Bofors (9. 700); y entre los de 105, al norteamerica-no M. 26 (12. 800).

Las tropas céleres y la montaña(Extracto de un artículo que, con la firma del Tte. Crnl. Sr. Gildo Verna, ha

publicado la "Rivista di Fantería" italiana).

La palabra "célere" tiene todo el aspecto de ser antagónicacon la de "montaña'', puesto que la característica peculiar de lastropas de la primera denominación —la rapidez— se amolda malcon la actuación lenta y fatigosa a que obligan las asperezas de losterrenos montuosos. De otra parte, siendo principio fundamentale1 de que los medios deben emplearse con arreglo a sus caracterís-ticas, es lógico que las unidades céleres tengan su campo de acciónmás adecuado en aquelos lugares que mejor se presten al aprove-chamiento íntegro de sus características de empleo.

Por lo tanto, si al hablar de "montaña" se pretende designarlas zonas de terreno de difícil recorrido, es preciso concluir, de loque se ha dicho, que los céleres no se han hecho para la montaña,en la que su empleo ha de resultar antieconómico.

Cierto es que en montaña existen zonas adecuadas para el mo-vimiento, bien en los valles, bien en las altiplanicies; pero debiendoser norma constante que los céleres actúen esencialmente aprove-chando los efectos de sorpresa, para lo cual es necesario que manio-bren con rapidez, ha de resultar muy difícil este género de manio-bra en los limitados espacios de que ordinariamente se dispondráen montaña.

Esbozadas las anteriores condiciones y ante la observaciónde que las zonas fronterizas italianas que han de constituir elterreno de acción de las unidades céleres están formadas porzonas montañosas, difíciles en todas partes y cubiertas de bos-ques en muchas de ellas, surge la duda referente a la utilidad detales unidades. Sin embargo, la consideración de que las opera-ciones iniciadas en las zonas fronterizas no han de desarrollar-se y tener su término precisamente en ellas, puesto que hoydía la guerra de movimiento tiende a procurarse el terreno ne-cesario en el territorio enemigo, unida a la que existen variasfases—antes, durante y después de la batalla—en las que sedispondrá de medio mejor que las unidades céleres para desem-peñar los cometidos que en aquellos momentos constituyen elobjetivo esencial de la acción, justifican por sí solas la utilidad


de las unidades de que se trata en las naciones cuyas zonasfronterizas son altas, ásperas y difíciles.

Justificada la utilización de las unidades céleres en mon-taña, es necesario conocer cuales son sus posibilidades y sus lí-mites de acción en la doctrina italiana:

En la fase inicial: adelantarse al enemigo en la ocupaciónde posiciones de notable importancia para el desarrollo de laacción; efectuar rápidas y atrevidas incursiones en toda la pro-fundidad del dispositivo enemigo; cerrar rápidamente una bre-cha que se produzca en el propio dispositivo.

Una vez comenzada la batalla, continuarla obstinadamente.Lanzar, además, acciones de amplio radio contra la reta-

guardia y los flancos del adversario y proteger las maniobrasde despliegue.

Para adelantarse al enemigo en la ocupación de posicionesse requiere, ante todo, rapidez de movimientos, por lo que seránlos más adecuados aquellos medios que, teniendo en cuenta lanaturaleza del terreno, permitan la mayor rapidez de movi-mientos.

En montaña, las posiciones sobre las que conviene ade-lantarse al enemigo pueden reducirse a dos categorías: las do-minantes y aquellas otras que faciliten el lanzamiento de laofensiva.

Para la ocupación de las primeras posiciones es preferible laCaballería, acompañada de carros o de auto-ametralladorás,siempre que el terreno lo permita. Si las posiciones no son ac-cesibles a las tropas a caballo, se recurrirá a las tropas alpinas,a Infantería o a Camisas Negras, cuya celeridad en tales te-terrenos no es nunca inferior a la de los ciclistas, que se encon-trarán en ellos embarazados con las bicicletas. Para la ocupaciónde las segundas, los más indicados son los ciclistas, precedidosy acompañados de carros veloces. Además, tanto en uno comoen otro caso siempre que el terreno lo consienta se emplearánfracciones a caballo.

Las incursiones en el despliegue adversario exigen sorpre-sa, rapidez y decisión. Lanzadas estas acciones por el fondode los valles, producirán un rendimiento muy limitado. Las tro-pas más adecuadas para su ejecución son los ciclistas, pero enla mayoría de las ocasiones habrá que limitarse a un empleo enmasa de carros veloces, escalonados en profundidad y sobreobjetivos limitados.

El empleo de la Caballería por las partes altas de las ver-tientes de los valles, exige que las fracciones de esta Arma que-den cubiertas de las vistas del adversario y que puedan desfilarcon relativa seguridad hasta el momento en que puedan reu-

LAS TROPAS CELERES Y LA MONTAÑA 747

nirse en terreno apropiado para actuar sobre los flancos y sobrela retaguardia do las columnas del fondo de los valles. Si talescondiciones favorables no se presentan, será preferible no utili-zar la Caballería, pues si es sorprendida en su movimiento porel fuego de las ametralladoras o de las piezas de artillería deladversario y no puede desplegar rápidamente, se encontrará en.plena crisis y ofrecerá un blanco excelente.

En las fases iniciales de las operaciones, cuando la cober-tura enemiga no tenga aún una gran consistencia, las grandesunidades céleres pueden desempeñar cometidos importantísi-mos en este orden de ideas. Lanzadas rápidamente en sectorescuidadosamente elegidos, pueden rodear las barreras de fron-tera y dirigirse decididamente sobre los objetivos que se consi-deren más adecuados para entorpecer los movimientos de con-centración del contrario, desorganizar el despliegue que se estérealizando y facilitar en definitiva la entrada en acción de lamasa destinada a la maniobra ofensiva.

Cierto es que la montaña, imponiendo límites a estas ope-raciones, disminuye las posibilidades de actuación y la importan-cia de los resultados que se obtengan. Las zonas de acción se-rán en efecto, limitadas y en pequeño número, y, por lo tanto,fáciles de organizar con sólidas barreras de frontera, que difi-cltaránu grandemente la sorpresa, y acción, de otra parte, no re-

percutirá seriamente en los sectores contiguos, que constituiráncompartimientos estancos.

Si las tentativas realizadas no consiguen abrir brecha, lasunidades céleres no deben persistir en sus intentos. Su fácil des-gaste y la dificultad que pueden ser reemplazadas, aconsejan no

emplearlas en acciones que exijan gran potencia. Retiradas, sital contigencia se presenta a retaguardia, permanecerán dis-puestas para ser lanzadas en una nueva dirección o bien paracompletar el éxito que otras unidades puedan alcanzar.

Para cerrar rápidamente una brecha que pueda haberseproducido en un frente defensivo, cuando se combate en un te-rreno de configuración normal, son particularmente aptas lasunidades motorizadas que, debido a sus posibilidades de mo-vimiento, pueden, en breve tiempo, crear una. barrera de fuegodelante del sector amenazado. A falta de estas unidades, si biencon un menor rendimiento, pueden utilizarse las unidades cé-leres.

En la montaña la situación no será muy diferente de la quese ha indicado. La naturaleza del terreno y las comunicacionesque en él se encuentren serán las que aconsejen la preferencia;que haya de darse a las unidades motorizadas, céleres o al-pinas, para ser empleadas en operaciones de esta clase.


Si la brecha se produce en un despliegue ofensivo, las uni-dades más indicadas para intervenir son las céleres, pues a la«movilidad» logística que poseen se une la facilidad con quepueden maniobrar en el campo de la acción táctica.

La persecución sin descanso, una vez logrado el triunfo, escometido particular de las unidades céleres, también en monta-ña. Aquí lo mismo que en el terreno llano, la persecución sedirige sobre las líneas de retirada del adversario, sobre los nu-dos de comunicaciones, más importantes y sobre los puntos másdelicados de las comunicaciones para aceptar y desorganizar losgruesos. En montaña, todos estos lugares serán pocos, y situadosprecisamente, en las zonas que más facilitan el avance de loscéleres. A pesar de todo esto, las dificultades con que tropezarála persecución serán mucho mayores que en terreno lla-no. Convendrá, de una parte, evitar que las retaguar-dias puedan intercalarse entre las columnas, adelantándose aellas para ocupar los puntos más sensibles, embotellándolas yobligándolas a rendirse o a que se abran paso a viva fuerza.El tránsito por las partes elevadas del terreno no es siempreaconsejable, pues, de ordinario, se alargan los recorridos; sibien, en ocasiones, las condiciones topográficas pueden hacerlos recorridos mucho más cortos, lo corriente será que cuandotal ocurra, se confíe la persecución a la Caballería o a ciclis-tas y eventualmente a alpinos, no perdiéndose en ningún casode vista que conviene alcanzar los puntos sensibles de la líneade retirada del adversario «antes» que éste, aunque sea conpoca fuerza, siempre decidida y dispuesta a todo. En el fon-do de los valles, los carros rápidos constituyen el medio más efi-caz para romper la resistencia del adversario y perseguirle sindescanso.

Las acciones envolventes de gran radio de acción requierenamplios espacios en los que sea fácil la maniobra, y como laszonas extensas de que ordinariamente se dispone en montaña noserán adecuadas para el movimiento, las unidades céleres sonlas menos indicadas para estas operaciones. Sin embargo, cuan-do el enemigo disponga de fuerza limitada, puede intentarse al-canzar comunicaciones alejadas en el llano para adelantarse enellas al adversario; en estos casos, tropas céleres abundante-mente provistas de medios mecanizados son las más indicadaspara desempeñar estos cometidos.

Para proteger la maniobra de repliegue las tropas céleresson las más indicadas, debido a las facilidades que tienen pararomper el contacto con el adversario. Como tropas para coad-yuvar contra la acción de los carros rápidos de combate, estánindicados los ciclistas, los que ayudados por el mayor número


posible de baterías desempeñarán su cometido en mejores con-diciones que la Caballería. Esta última estará encargada decerrar el paso al enemigo por las partes altas del terreno y decaer sobre los flancos o la retaguardia de sus líneas de retirada.

La doctrina oficial italiana no prevé el empleo de las uni-dades céleres formando parte de las grandes unidades de primeralínea. En opinión del autor, está justificada esta determinaciónen la esencia misma de tales unidades, que si bien son ágilesy maniobreras no están constituidas para un esfuerzo potentey continuo. Con su acción ha de pretenderse más bien sorpren-der al adversario que destruirle, pues su potencia de fuego yde choque son indudablemente bastante inferiores a las de unaDivisión de Infantería, especialmente cuando a ésta se le hayanentregado la parte correspondiente de carros de combate y deArtillería de Cuerpo de Ejército. En montaña, en particular,esta circunstancia tiene aún mayor importancia, puesto que lamaniobra ha de desarrollarse en una zona de obstáculos, do-minio del infante en general y del alpino en particular, y pocoadecuado para aprovechar la característica de movilidad de lastropas céleres.

Solamente en un caso está justificada la intervención delas grandes unidades céleres en los escalones avanzados; cuan-do haya que cerrar un hueco o tapar una brecha entre grandesunidades contiguas.

Parece, de otra parte, que no debe existir ningún interésen buscar nuevos cometidos para las grandes unidades céleres,desde el momento que en el cuadro general de la batalla tienenel importantísimo y verdaderamente decisivo de la persecuciónininterrumpida, que ha de considerarse como característico delas mismas. Este cometido en que descansa la esencia mismade la guerra de movimiento, es de tal importancia que impone almando la obligación de conservar a su disposición hasta elúltimo momento, y con plena eficiencia, este poderoso instru-mento de lucha.

El autor, por esta causa, opina que debe evitarse en ab-soluto—con el valor que a lo absoluto que ha de conceder enla guerra—empeñar las grandes unidades céleres en plena ba-talla intercalándolas entre las grandes unidades de primera línea,antes de que comience a delinearse el triunfo. El proceder dedistinto modo conduciría, inevitablemente, a desgastar antesde tiempo un arma que rendirá infinitamente mucho más lan-zándola a través de la primera brecha que se abre. A la in-fantería al cometido de romper, a los céleres el de penetrar afondo; he ahí, cuáles deben ser las misiones que las dos Armasdeben de desempeñar en la batalla..


En montaña, más que en ninguna otra parte, hay que eco-nomizar los céleres para el momento decisivo de la lucha, sindejarse dominar por la impaciencia. Es necesario, pues, salvosituaciones particulares, orientarlos «decididamente» a uno delos dos cometidos esenciales: rompimiento inicial de la co-bertura adversaria para penetrar lo más profundamente posibleen el despliegue de las fuerzas contrarias que se encuentra envías de ejecución; reserva estratégica (de Ejército) para lanzar-la en el lugar en que se inicie el éxito, y dar a éste un valordecisivo. Tanto en el uno como en el otro de los dos ca-sos, los medios mecanizados desempeñarán un cometidode importancia capital; por lo tanto, será conveniente aumen-tar la proporción de dichos medios en las Grandes Unidadescéleres.

La última parte del artículo está dedicada por el autor aestablecer un paralelo entre las tropas céleres y las tropas al-pinas por algunos denominadas «céleres de montaña». Estadenominación, justificada por la consideración de que el apela-tivo «célere» aplicado a los alpinos está en relación con las di-ficultades del terreno en que se mueven, y que ninguna otraunidad puede superarlas con la misma celeridad y seguridadde maniobra, puede conducir a establecer entre ambas tropasuna analogía do características que, aunque aplicadas a terre-ros, y ambientes de naturaleza esencialmente puestas, puedeconducir a combinar la acción de alpinos y céleres para la con-secución de un objetivo común.

Cuando estas circunstancias se presentan, es necesario ac-tuar con circunspección. Es, desde luego, indiscutible que la ra-pidez con que los céleres se mueven por los terrenos que lesson favorables no puede estar en relación con la que alcanzanlos alpinos por las asperezas del terreno de montaña. Si aambos, por ejemplo, se les señalase como objetivo común elnacimiento de un valle, debiendo marchar los céleres por el fon-do y los alpinos por el alto, habría de pensarse en las dos si-tuaciones a que puede conducir esta misión; si los céleres pue-den, desarrollando sus aptitudes características, vencer las re-sistencias de la barrera del valle, la acción de los alpinos que-dará retrasada, y resultará inútil por completo; si, por el con-trario, la resistencia encontrada en el valle es superior a laprevista, será perjudicial continuar en una lucha que sólo con-duciría a desgastar las unidades céleres y renunciar al empleode sus características en el momento decisivo de la lucha. Eneste último caso, lo más conveniente será emplear la Infante-ría, manteniendo los céleres a retaguardia y a la mano en dis-posición de comenzar la persecución tan pronto como hayan


cedido los obstáculos del fondo del valle para conseguir la de-cisión de la victoria.

Aún en el caso de que los céleres tengan posibilidad deavanzar por el fondo del valle, será necesario subordinar todaprogresión por los bajos en la posesión segura de apoyos late-rales por los altos; esta progresión lenta conduce a un empleotambién irracional de estas tropas, a las que se obligaría amarcar el paso, exponiéndola a dejar escapar las ocasiones fa-vorables de intervención, y sin que su situación pueda llegara ser la de una buena Infantería. Tanto si los altos dominanefectivamente a los bajos, como si no los dominan, parece queno está justificada la combinación de los céleres con los alpi-nos para la conquista de un objetivo común; es decir, que noes conveniente se encuentren ambas tropas a las órdenes de unsólo mando táctico.

La conclusión a que llega el autor del artículo es la deque, creándose los medios con una finalidad determinada, todoempleo que de ellos se haga que no responda a su razón de ser,ha de resultar, teóricamente, antieconómico. En la práctica, sinembargo, no se puede ser tan absoluto; en el choque entre lasexigencias opuestas que se presentarán, será necesario contentar-se con la relatividad y elegir entre los diversos males el menor.Pero una elección raciona1 será sólo posible si, al hacerla, sir-ven de guía al conocimiento profundo de los medios de acciónde que se disponga y de sus características, y se posee una ideaclara de las posibilidades relativas de dichos medios, en funciónde los objetivos que han de alcanzarse y de la situación.

Reglamento para el empleo tácticode la división

El Ejército italiano dispone desde hace poco tiempo de unnuevo Reglamento para el empleo táctico de la División. Suextensión es muy reducida, ya que se trata de un folleto, untamaño corriente, de sólo 140 páginas. Sobre este Reglamen-to, un autor, que firma con las iniciales F. C., ha publicado,en la «Rivista di Fanteria», un breve comentario, en el que selimita a señalar las líneas esenciales del mismo y a poner enevidencia los principios fundamentales que parecen constituir suespíritu y su sustancia.

Los conceptos más destacados del Reglamento son los si-guientes:

1. El combate se desarrolla con acciones de movilidad yde fuego estrechamente relacionadas entre sí; el fuego es in-dispensable para el movimiento; sin fuego no se avanza.

Esta afirmación clara y terminante ha de tenerse en cuen-ta, en particular, en los ejercicios y maniobras, ya que enellos hay costumbre de moverse y de maniobrar de un modoque no sería posible hacerlo en la guerra. La organización delfuego adquiere hoy día una importancia excepcional aún para lamisma Infantería, que debe de asegurarse, mediante un hábilempleo de los medios con que cuenta en la actualidad, la po-sibilidad de progresar a distancias muy próximas del adver-sario, en donde no podrá recibir ninguna ayuda de la Artillería.

Este problema, que es uno de los más interesantes de latáctica actual, se ha tratado de resolver asignando a la Infan-tería nuevas armas de acompañamiento, en particular de tirocurvo. Estos nuevos medios imponen en esta Arma procedi-mientos más complicados, una organización más precisa deltiro y un empleo más acertado del terreno. Por lo tanto, suadopción abre un nuevo ciclo a la Instrucción y a la actuaciónde las pequeñas unidades de Infantería.

2. La Infantería, además de los nuevos medios de fuego,puede ser reforzada y sostenida por unidades de carros que deben deactuar en íntimo enlace con ella.


La cooperación entre carros e Infantería adquirirá cadavez mayor importancia, como consecuencia de los progresos in-troducidos en los órganos de los carros que les permitiránactuar en toda clase de terrenos.

No ha de creerse, sin embargo, que la atribución del nue-vo armamento a la Infantería y a la cooperación de esta Armacon los carros de combate, disminuyen la importancia ni lanecesidad del apoyo de la Artillería, que debe de conservarsecomo indispensable para la maniobra de la Infantería.

El Reglamento insiste de un modo claro y explícito en quela Artillería avance todo cuando le sea posible sus órganos demando y de observación, único medio de encontrarse en con-diciones de seguir de cerca la acción de la Infantería, de sentirsus necesidades y de encontrarse en condiciones de presentarleun apoyo oportuno y eficaz. El principio fundamental de con-centración de la Artillería debe de conservarse si bien con lalimitación de una pronta intervención, que ha de ser la ley su-prema de la Artillería en ua guerra de movimiento.

Insiste también el nuevo Reglamento en la necesidad, másque de la coordinación, de la fusión entre las actuaciones de laInfantería y de la Artillería, que constituye el elemento pri-mordial del éxito.

Esta concepción del combate, es decir, la de que la acciónde la Infantería y de la Artillería constituyen una trama única,encuentra su aplicación en el principio de que el empleo de laDivisión debe de hacerse con criterio rigurosamente unitario ycon la íntima convergencia y combinación de los esfuerzos in-dividuales, que deben de tender a una resultante única en ladirección más favorable.

Con esta finalidad resulta indispensable:Dar al ataque centro de gravedad, dirección y objetivos

bien definidos.Lanzar ataques demostrativos sólo cuando puedan actuar

o ayudar al ataque principal.Dar a la columna de ataque la fuerza necesaria, aunque

para ello deba de reducirse la fuerza de la reserva.El Reglamento, después de referirse ligeramente a las ope-

raciones de cobertura, se ocupa, sucesivamente, de la marchade la División de Infantería hacia el enemigo, del ataque y dela defensa de su situación en segunda línea en el ataque y enla defensa de ríos y del combate en los grandes bosques.

La marcha hacia el enemigo, considerada desde un puntode vista real, está tratada con amplia visión de los variados as-pectos que esta fase puede presentar, en particular a causa de


Hay una forma particular de defensa, que es la que tienelugar cuando la actitud defensiva se toma con la única finali-dad de ganar tiempo. Consiste esta forma de defensa en oponeruna resistencia limitada en posiciones sucesivas, maniobrandocon escalones que se suceden en la resistencia y en el repliegue.Esta defensa ha de estar basada esencialmente en él fuego, nodejándose pegar al terreno por el enemigo.

Hoy día adquieren una importancia y un relieve particularlas divisiones de segunda línea, puesto que siendo necesario quela acción sea continua para hacer decisiva la batalla, el empleode estas Divisiones ha de constituir un acto normal y que ha deser para todos completamente familiar. Es nesesario, pues, co-nocer con toda claridad y precisión las modalidades de empleoque de acuerdo con la situación y el cometido hayan de tenerlas divisiones de segunda línea, tanto en la defensa como en laofensiva.

Los problemas clásicos de la defensa de los cursos de aguase encuentran tratados con el mismo criterio que se hacía an-teriormente, si bien comienzan ya a esbozarse elementos nuevosque se derivan de las características y de los procedimientos deacción de los nuevos medios motorizados.

El caso de que toda una División se vea obligada a com-batir en el interior de un bosque obliga a estudiar este pro-blema especial.

Las características del combate en estos grandes bosquesson: falta de visibilidad; dificultad de movimiento y de orien-tación; facilidades amplias para la sorpresa. El combate en sudesarrollo ofensivo, ha de considerarse como una serie de al-ternativas violentas de fuego y de asalto conducidas por lainiciativa de los comandantes de las secciones, o como máximode las compañías, apoyadas por el fuego de la Artillería des-centralizada cuanto se pueda y empleada a la mínima distan-cia. La defensa se organizará en centros numerosos de fuego quepuedan actuar de enfilada para compensar la poca profundidadde los campos de tiro, dándose gran profundidad a la posicióny estableciendo en ella compartimientos estancos.

Estos son, en síntesis, los conceptos que rigen el combatede la División de Infantería en la forma en que aparece el nue-vo Reglamento para el empleo táctico de esta Gran Unidad. Esnecesario, sin embargo, poner de relieve que la División deInfanteria se diferencia de la División del pasado. Concebidahoy día como un todo orgánico y vital que posee individualidadpropia, ha visto sus posibilidades acrecidas y ampliadas, nosólo con los nuevos medios de que se encuentra dotada, sino

REGLAMENTO PARA EL E M P L E O . . . . 757

muy especialmente con los medios rápidos modernos, aéreosy motorizados, que operan en íntima cooperación con ella.

A este respecto el nuevo Reglamento afirma que la coo-peración de unidades céleres motorizadas y aéreas, operando eníntima cooperación y dirigidas por un jefe audaz, pueden alcan-zar resultados decisivos; y también, que tanto en la defensa co-mo en el ataque es necesario tener en cuenta las posibilidadesde los medios rápidos modernos, aptos particularmente para ladefensa.

El nuevo Reglamento no considera el combate de la Di-visión aislada, y esto es natural que así sea, ya que esta GranUnidad no dispone de medios para asegurar la continuidad de laacción. La División actúa dentro del cuadro del Cuerpo de Ejér-cito, que es quien la encuadra y la alimenta con su organiza-

ción táctico-logística. De aquí la afirmación de que la batallase combate y se vence a golpes de Divisiones.

El Reglamento dedica la segunda parte al empleo de lasDivisiones de reciente organización: alpina célere y motorizada.

Estas tres Divisiones pueden considerarse como céleres:célere de la montaña, del llano y de la carretera. La Divisiónalpina es una División de Infantería especializada para operaren la alta montaña, donde la guerra es, sobre todo, maniobra,y en la que por todos los medios ha de procurarse conseguirefectos de la sorpresa.

La División célere—cuya organización variará, con arregloa los cometidos que se confíen—es apta para movimientos rá-pidos y acciones prontas y decisivas. Su potencia está en la mo-to, su fuerza en la maniobra y su éxito en la sorpresa. Los co-metidos más importantes que puedan confiarse a las Divisionescéleres, todos ellos interesantes, tanto en el campo logísticocomo en el táctico, son: en el primero, la exploración cuandolos medios aéreos se vean en la imposibilidad de operar; enel campo táctico desempeñará este cometido cuando sea nece-sario reforzar la exploración táctica. Sin embargo, el cometidomás característico de la División célere sigue siendo el de apro-vechar el éxito y perseguir al enemigo batido.

La División motorizada, de reciente creación, es apta paratrasladar rápidamente y a gran distancia un refuerzo potente.Responde, en particular, a una necesidad que puede presentar-se con frecuencia, cual es la de poder disponer de un elementode fuerza para lanzarlo en un punto cualquiera del campo de ba-talla, bien para sacar provecho de una situación favorable opara hacer frente a una situación crítica que se presente inopi-nadamente.


El Reglamento que se comenta da también una ligera noticiade la guerra química, y, por último, exalta la figura del jefe, alque, en el combate moderno, le compete la responsabilidad desus decisiones y que con su arrojo, su genio y su fuerza de vo-luntad contribuye tan destacadamente a la consecución de lavictoria.

La movilidad en el campo de batalla

Por el Coronel de Caballería Sr. Joseph A. Baer.

(Traducido de "The Cavalry Journal" E. E. U. U. ).

En las controversias que se promueven sobre cuestionestácticas, contínuamente se citan axiomas y preceptos militaresreferentes a:

—La movilidad;—A la perfección en los reconocimientos;—Al hábil empleo del terreno;—Al rápido y oportuno desarrollo de la potencia máxima

del fuego;—Al fuego y a los movimientos;—Al avance rápido para evitar pérdidas; y a la toma de re-

soluciones para el asalto.Y, con demasiada frecuencia, apenas rendimos el debido

acatamiento a estos principios que son básicos; los damospor aceptados, pero dejamos de aplicarlos inteligentemente. Losprogresos modernos a que ha alcanzado el material exigen eldesarrollo de una nueva técnica y la readaptación de nuestratécnica en el sentido de satisfacer las exigencias del presente yde utilizar en toda su plenitud el mejoramiento alcanzado pornuestras propias armas.

La base de la eficiencia de la Caballería es su movilidad;pero, cuando hablamos de esta característica ¿consideramosla diferencia existente entre movilidad estratégica y movilidadtáctica? En condiciones favorables de tiempo y de terreno, 1amovilidad estratégica de la Fuerza Aérea o de la Infantería encamiones, sobrepasa a la de la Caballería; pero en la movi-lidad táctica de las tropas de tierra—esto es, movilidad enlas proximidades del campo de batalla o dentro de él (movili-dad en el campo), la caballería ocupa todavía un papel pre-ponderante. La movilidad en el campo principia allí donde se

M. del E. 7.


vacia la carga de los camiones, y se extiende a toda la zona in-mediata de combate. Implica rapidez en la entrada en acción, ra-pidez en el desarrollo del fuego, rapidez en el avance montado odesmontado, y rapidez en el asalto; y asegura la elección deltiempo y del lugar del ataque. Con la dirección inteligente, quedebe serle inherente, la movilidad orgánica de la Caballería enlos diversos tipos de terreno le permite no sólo asumir la ofensi-va sino también escapar de la ofensiva del enemigo y obligarloa combatir de acuerdo con la propia voluntad y no la de él.

Esto rige, ya sea en un «ataque cuidadosamente prepa-rado» o en nua acción iniciada simplemente por una decisiónde «atacar ahora».

El reconocimiento perfecto se impone si es que quere-mos formular un plan adecuado; pero cada vez que los Co-mandantes han practicado un reconocimiento lento aunque com-pleto—aún el reconocimiento en fuerza, como ocurrió en laGuerra Civil—la suma de la información obtenida viene a con-vertirse en definitiva, en una paliza que nos propina el adver-sario.

Un enemigo hábil alterará rápidamente nuestras disposi-siciones y precipitará el ataque en forma de obligar al adver-sario minucioso; pero lento, a luchar en sus conocimientosdel modo que él ha proyectado, echando por tierra las dispo-siciones tomadas contra él, media hora antes de la acción. Ade-más de esto, el factor casualidad raras veces puede ser eli-minado. El Jefe que tenga el valor para empeñar su unidaddespués de obtener informaciones que le hagan sospechar laposibilidad de infringir un quebrantamiento análogo al que élmismo puede experimentar, es el que se halla más cerca de lavictoria.

Si el enemigo no puede adoptar una resolución por carecerde una completa información, el tiempo corresponderá al queanticipe el ataque. Si el enemigo ha puesto en operación supropio plan ofensivo, no habrá tiempo para un reconocimien-to acabado y, en tal caso, o deberá lanzarse un ataque rá-pidamente preparado o se perderá toda oportunidad de des-baratar la iniciativa del adversario.

¿ Cómo podemos, en resguardo de nuestra propia seguridad,reducir el tiempo del reconocimiento? Por medio de una posi-ción adelantada del Comandante en jefe.

La acción ofensiva de la Caballería exige el avance porsaltos, de abrigo en abrigo. Cuando el combate es inminente,el grueso, en formación de combate, debe hallarse precedido poruna «fuerza que lo cubra», dirigido personalmente por el Co-mandante. Desde la posición ganada, éste debe aprovecharse de

LA MOVILIDAD EN EL CAMPO DE BATALLA 761

todos los puntos—llaves del terreno para asegurar las líneasmás ocultas de aproximación—y escoger el terreno más ade-cuado para su ataque.

La observación temprana y de primera mano le permiteesquivar las zonas abiertas y barridas por el fuego, al aproximar-a la línea de partida, sin pérdidas de tiempo y sin extremar lafatiga que rendiría a sus tropas desmontadas. El sólo es res-ponsable de todas las decisiones y, desde su posición de avanza-da, él puede tomarlas como un resultado de lo que ven sus pro-pios ojos y no los ojos de sus subordinados. Procediendo enesta forma, ahorra un tiempo preciso al poner por sí mismo enacción todos los preliminares que van a preceder al lanzamien-to del ataque. Diez minutos de ventaja pueden alterar la ba-lanza del lado de la victoria o la derrota.

El grueso de las tropas en la marcha de aproximación,debe hallarse completamente listo para la batalla y la formacióndebe ser tal que permita la aplicación de la potencia máximadel fuego donde el comienzo de la acción, con el objeto de man-tener al enemigo clavado en su propio terreno, mientras no-sotros maniobramos. Por otra parte, la formación adoptadadebe suministrar el número máximo de hombres en el momentodel asalto, un rápido avance y toda la velocidad posible. Estefué el precepto de Fórrest.

Las ametralladoras dejadas en el escalón de maniobra comoparte integral de las pequeñas unidades, no podrán entrar enacción en los avances rápidos, porque si abren sus fuegos re-tardarán el avance. Sólo pueden disparar los cañones de lalínea delantera: los de las líneas sucesivas rara vez estarán ensituación de prestar oportuno apoyo. Una ametralladora a lo-mo o en su proceso de avance después de ser descargada, estáperdida si se halla al alcance del fuego enemigo. Esto se apli-ca tanto a las ametralladoras livianas como a las que llevanrefrigeradores de agua.

Un fusilero en el escalón de fuego disparando a distanciassuperiores a 300 yardas es un elemento perdido, porque sólopuede herir los blancos que distingue, y, bajo un ligero abrigo,un enemigo desmontado es invisible más allá de las 300 yardas.Ese fusilero sería de mayor valor para el asalto en el escalón demaniobras, porque la victoria se asegura afianzando la seperio-ridad en el punto inmediato del ataque.

El terreno y las circunstancias pueden requerir de la Ca-ballería un ataque sin que se disponga de espacio para manio-brar, mientras sus ametralladoras son llevadas hacia adelantecon los fusileros desmontados. Pero semejante ataque no es ca-racterístico de esta arma o podría librarse más ventajosamen-


te por tropas equipadas con rifles automáticos, en vez de em-plear ametralladoras con equipos vulnerables de 3 a 5 hom-bres para su servicio.

Las ametralladoras, especialmente las ligeras, pueden ads-cribirse al escalón para establecer espigones secundarios de fue-gos avanzados, extendiendo así el principal escalón de fuego, opara abrir fuego de persecusión, o para una rápida consolida-ción de la posición tomada. Pero este empleo de las ametra-lladoras debe ser considerado y manejado como un escalón des-tacado de fuego de apoyo.

La solución para la Caballería es un escalón de fuego—compuesto de todas las ametralladoras disponibles y capacesde verter sin demora el máximum de masas de fuego—y un es-calón de maniobra compuesto de todos los fusileros aprovecha-bles e instruídos para avanzar al asalto con el máximo de ve-locidad.

Cuando la situación lo permita, el asalto debe llevarse acabo montado y con pistola (pistola de ataque); en tal caso y ba-jo condiciones favorables, las pérdidas serán menos severas queen avance a pie, lento y cuidadoso, porque mientras más corto seael tiempo que una unidad permanezca bajo el fuego, más redu-cidas serán sus bajas. Cuando la situación impida el ataque acaballo, la aproximación del escalón de maniobra a la línea departida debe hacerse a caballo y rápidamente y seguida de unveloz avance de los rifleros a la posición de asalto el cual debeculminar con una acción inmediata y resuelta. Siempre, y entodas las situaciones, el escalón de maniobra debe, desde el co-mienzo de la acción hasta el choque final, estar apoyado por elmáximo de fuego que el escalón respectivo sea capaz de rendir.

Desde los comienzos del año de instrucción 1934-35, sepuso en evidencia en la I División de Caballería que esta armadebe ser enseñada a pensar con rapidez y a obrar con rapidezy, teniendo en vista este principio, la acción precipitada fuépracticada como un ejercicio disciplinario en la instrucción da-ria y asumió la forma de ataques no preparados con antelación,para confrontar sorpresivos ataques enemigos o para desarro-llar la iniciativa cuando se presentaba una momentánea opor-tunidad. Con el curso de la instrucción se vió que era necesariosimplificar la maquinaria del comando con el objeto de facili-tar el reconocimiento, organizar el escalón de fuego oportuna-mente, y libertar sin retardo el escalón de movimiento o de ma-niobra.

En los ejercicios de secciones, escuadrones y regimentales,todas las ametralladoras pertenecientes a la unidad que servíade base a los ejercicios, fueron formadas en un escalón de fuego


y todos los fusileros transferidos al escalón de movimiento. Laorganización de las ametralladoras fué improvisada. Resultódifícil reunirlas bajo la severidad que imponen los trabajos demaniobras y conservar al mismo tiempo el requisito de la ra-pidez. Para resolver este inconveniente, las secciones de fusi-leros fueron organizados en tres escuadrones: dos de fusileros yuno de ametralladoras ligeras formado de los dos pelotonesde las mismas ametralladoras. Cuando el Regimiento formó pa-ra los ejercicios de compañía, todas las ametralladoras, pesa-das y livianas, se agruparon en un escuadrón de tres seccio-nes—uno pesado y dos ligeras—comandados por el oficial regi-mental de ametralladoras. Esta organización, aunque imperfecta,obvió la necesidad de reunir los cañones después del prin -cipio de una acción. Por otra parte, cuando un escuadrón de fu-sileros separados necesitaba de las ametralladoras, era cues-tión fácil adscribirle un pelotón escuadra disgregados del es-cuadrón de ametralladoras.

Dentro del Regimiento se adaptaron algunas formacionessencillas que respondían adecuadamente a la exigencia deestar siempre listo para empeñar combate.

Cuando las informaciones de las patrullas, carros de ex-ploración o aeroplanos indican la aproximación de una fuerzahistil, el Regimiento transforma su columna de marcha pre-cedida por su vanguardia, en una formación de aproximaciónpara el combate, precedida por un destacamento que lo cubre yabriga de la vista del enemigo.

Damos en el diagrama uno de los tipos de estas forma-ciones.

¡ Aquí el diagrama!El Regimiento asume ordinariamente este dispositivo me-

diante los despliegues: en el primero, pasa de la columna demarcha a una formación de aproximación (columnas de sec-ciones en línea de columnas de medio escuadrón); en seguidase forma la columna de escuadrones. (Líneas de columnas deescuadras, en línea de medios escuadrones con 20 a 30 yardasde distancia, según sea la naturaleza del fuego enemigo que seespera recibir).

Es generalmente de una sección la fuerza protectora devanguardia que se emplea para un Regimiento. Una patrulla demedia escuadra a cada uno de los flancos y el resto del pelotónse conserva en un grupo central—en la línea de columnas demedias escuadras a las órdenes del jefe del pelotón. Las patru-llas de los flancos se alejan el espacio suficiente—a lo menoshasta unas 800 yardas—para cubrir el terreno cuyo reconoci-miento no pueda realizarse fácilmente por el grupo central. El


Comandante del Regimiento acompaña a la fuerza de protección,dirigiéndola de salto en salto a lo largo de la dirección deseada.

El oficial ejecutivo (que comanda directamente el Regi-miento) y el oficial de ametralladoras del mismo, con sus tro-pas, a la cabeza del Regimiento siguen la fuerza de proteccióna una distancia de 400 a 1000 yardas. Una sección de ame-tralladoras livianas marcha ordinariamente a la cabeza de lacolumna de los escuadrones y está formada por el pelotón ordi-nariamente adscrito a la vanguardia y otro que normalmentepuede estar a la cabeza de la columna de marcha. Con los ca-ñones anti-tanques cubriendo la aproximación de los carrosblindados y con las patrullas de flanco distanciadas en la formaprescrita, el Regimiento se halla en una formación flexible fácil-mente controlada, listo para entrar en acción rápida en cualquie-ra dirección y suficientemente disperso como para ofrecer sóloblancos ineficaces al ataque de las ametralladoras, aeroplanoso carros blindados enemigos.

Desde su posición de avanzada acompañando a la fuerzade protección, el Comandante del Regimiento dirige personal-mente su unidad en estas formaciones de batalla y señala la po-sición o área hacia la cual el jefe de la cortina de protección,debe saltar. Dicha fuerza avanza al galope al punto o sector in-dicado, y a la vez que emprende su reconocimiento, espera alComandante regimental; este sigue tan pronto como observa queel destacamento no ha atraído sobre sí el fuego hostil durante elsalto y vuelve a reunirse a las tropas de avanzada, obteniendoasí, de primera mano, todas sus informaciones. En cada saltoordena practicar todos aquellos reconocimientos rápidos quejuzga necesario, dirige las tropas a su próximo salto y escogeal mismo tiempo el terreno favorable al avance de su Regimien-to, cuyo grueso conducido por el oficial ejecutivo, sigue a mar-cha regular o a saltos, según sea la carencia o existencia deabrigos en el camino por recorrer.

Cuando, como consecuencia de su reconocimiento personal,el Comandante regimental decide lanzar su ataque, da las ins-trucciones pertinentes para el reconocimiento final al jefe de lafuerza de protección y vuelve al galope hasta su Regimiento se-ñalando el flanco hacia el cual intenta llevar su escalón de ma-niobra. El ejecutivo forma los dos escuadrones de fusileroshacia el flanco indicado, y el oficial de ametralladoras regi-mental avanza a caballo en demanda de instrucciones, envian-do generalmente aviso a la sección de ametralladoras para quese mueva en forma de despejar la columna. De esta manera,el Regimiento se ve rápidamente fraccionado en un escalón defuego y un escalón de movimiento.


El Comandante regimental pone entonces al oficial de ame-tralladoras al corriente de la situación enemiga, le hace conocersus propios planes y le indica: el área desde la cual él va anecesitar el fuego de apoyo y la ruta de avance del escalón demaniobra.

El mencionado oficial es desde ese momento responsabledel apoyo del fuego. Una escuadra de ametralladoras livianaspuede acompañar al escalón de maniobras cuando pueda es-tablecerse ventajosamente un escalón de fuego secundario.

La acción del Comandante regimental depende ahora de lasituación, la cual puede presentarse bastante clara para aconse-jar un ataque premeditado. En tal caso, el Comandante desig-na una nueva reserva y un jefe del escalón de movimiento, se-ñala la línea de partida y lleva a cabo el ataque. Desde su po-sición con el escalón de fuego él se encarga de asegurar el má-ximo de apoyo para el asalto, mediante el fuego y la acciónde la reserva.

En ningún caso el escalón de movimiento debe ser puestoal alcance de un posible fuego hostil antes que nuestro esca-lón de fuego haya organizado y puesto en actividad nuestrofuego de apoyo.

El enemigo puede haber sido descubierto con sus unida-des dispersas o un punto—llave del terreno puede ser tomadoantes que la situación a retaguardia pueda ser aclarada. Enotras palabras, la situación exige una rápida acción con apoyodel fuego. En tal caso, el Comandante regimental conducepor saltos al escalón de movimiento hasta la línea de partida,en forma casi enteramente análoga a la empleada en la conduc-ción del Regimiento. La fuerza protectora es aquí poco nume-rosa. Al alcanzar la línea de partida, el escuadrón de asaltose lanza al ataque; el segundo escuadrón, llevado por el Co-mandante regimental, lo sigue hasta que decide empeñarlo: oen apoyo del escuadrón asaltante o para hacer frente a algunanueva amenaza. Como norma general, la acción contra la Ca-ballería será de la naturaleza descrita.

El Comandante regimental retendrá en sus manos la di-rección de sus tropas hasta el último movimiento posible conel objeto de iniciar las acciones que crea aconsejable para ha-cer frente a los cambios imprevistos que puedan operarse enla situación enemiga.

Si se encuentra al adversario en forma de pequeñas uni-dades esparcidas en una extensa área, que nos acosan con susataques repetidos, puede ser mejor no atacarlo por una ac-ción combinada. En tal caso, el escuadrón de ametralladorasforma una tercera línea detrás de la línea de los escuadrones


de fusileros; y los sirvientes de las piezas, seguidas estrecha-mente por los cañones y las piezas a lomo, atacan con sus pis-tolas. El Regimiento a caballo se lanza hacia adelante y aplas-ta la posición enemiga. Esta formación puede emplearse cuandoel Regimiento está rodeado y debe romper violentamente elcerco para abrirse un camino de salida.

Las formaciones referidas pueden adaptarse sencilla y rá-pidamente; son además, muy flexibles y reducen la extensión,de la columna a un cuarto de su longitud en la marcha. ElRegimiento se conserva en la mano, pronto para ejecutar cual-quier cosa en cualquiera dirección; y las dificultades de sucomando por el jefe regimental se vean reducidas al mínimum.Todas ellas están, naturalmente, sujetas a variaciones, a direc-ción del jefe; pero todas ellas constan de una fuerza de abrigo yprotección, tras de la cual el Comandante efectúa personalmentelos reconocimientos, y de una formación de la batalla, flexible,la cual a una señal dada se agrupa en dos escalones: un es-calón de fuego y un escalón de movimiento. Esto rige tantopara el escuadrón que obra aisladamente como para la sec-ción y como para el Regimiento.

Se observó que el oficial de ametralladoras regimental ne-cesitaba un personal adiestrado en el control del movimiento ydel fuego de estas armas y que un personal improvisado nodaba un rendimiento eficaz.

Teniendo esto en vista, en el año de instrucción 1935-36,todas las unidades de ametralladoras del Regimiento fueronorganizadas en un escuadrón provisional para toda la ense-ñanza técnica y ejercicios tácticos. El Regimiento trabaja conuna formación de dos escalones: un escalón de fuego y un es-calón de movimiento, propiamente organizados y provistos deun personal adecuado y enteramente adiestrado.

En la instrucción de la escuadra, del escuadrón o regimien-to figuran tres principios que deben ser cuidadosamente desa-rrollados: dirección, por el Comandante; máxima potencia defuego y buena voluntad para el asalto.

No debemos simplemente soñar en ello sino que debe-mos adiestrarnos en la movilidad y en las concepciones velo-ces y disciplinarnos en la ejecución igualmente rápida de laacción. El combate es el rol primordial de la Caballería y lamovilidad en el campo de batalla.

Por Olaguer.El Alcázar de Toledo


1) La ciudad Imperial.

La historia de Toledo se pierde en la noche de los tiempos.Desde muchos años antes de la Era Cristiana, España fué

el camino obligado de las invasiones que, desde el Africa, vi-nieron contra el poderío de Roma, o de aquellas en que las hor-das germánicas buscaron la posesión del Africa Romana.

Vándalos, alanos y suevos, fenicios, cartagineses y romanos,árabes, berberiscos y godos, se disputaron sucesivamente, y hastael siglo XV. el dominio de la codiciada península.

Desde tiempos inmemoriales, colonias asiáticas y africanashabían establecido su comercio en puntos privilegiados del terri-torio español: griegos en Cádiz, Sagunto y Numancia; cartagine-ses en Barcelona y Cartagena; israelitas en Tharsis, en Toledo yen Navarra.

Judíos llegados mucho antes de la Era de Augusto, estable-cieron importante comercio en la zona del Tajo y, se dice, funda-ron la aldea de Toledoth, que en lengua hebraica significa "gene-raciones".

Amenazadas siempre por las belicosas tribus celtíberas, lascolonias semitas se agruparon cerca de la fuerte curva militardel Tajo, siendo talvez éste el origen primitivo del antiquísimoAlcázar de Toledo.

No sería posible precisar el verdadero origen de la ciudad;a la leyenda de los judíos podrían oponerse otras como la de Hér-cules o la de los iberos; pero la verdad es que, a la llegada de losromanos, ya la aldea era antigua y que su más fuerte defensaresidía en la zona donde hoy se encuentra el Alcázar.

Asediadas las colonias por el creciente poderío de Cartago,llamaron en su auxilio a los romanos y, en el año 192 A. de J. C.el Cónsul Marco Fulvio, después de rechazar a tribus peninsula-res que habían puesto sitio a Toledo, entró en la ciudad, convir-tiéndola en aliada y vasalla de la República Romana.

A la caída del Imperio de Occidente, Toledo vino a poderde los alanos y, en el siglo V, les fué arrebatada por la invasiónde los visigodos.

Pacificado el país por Leovigildo, éste fijó en Toledo la ca-pital del reino de los godos y se le dió tal importancia y magni-ficencia que, hasta comienzos del siglo VIII, fué la ciudad másimportante de España y de las Galias.

El último siglo de la dominación visigoda fué marcado porcorrupción y decadencia; sucediéronse riñas entre aquellos prín-cipes corrompidos y semi-bárbaros, hasta que subió al trono elRey don Rodrigo, después de asesinar a Witiza y de derrotar aotros pretendientes.

EL ALCAZAR DE TOLEDO 769

Rodrigo, en otros tiempos emprendedor y ambicioso, vivíaahora encerrado en la fortaleza de Tajo, desconfiando de sus pa-rientes los príncipes germánicos y entregado a la molicie y a lasliviandades.

Talvez su mejor amigo era el príncipe don Julián, pero, aundesconfiando de él, lo mantenía alejado de la Gobernación deCeuta, asegurando como rehén a Florinda, la hermosa y jovenVizcondesa de Tingitania.

Los baños de la Cava fueron testigos de la brutal violaciónde la rehén por el insensato rey.

Irritado el Conde de Ceuta, llama en su auxilio a Muza, elCalifa de los moros; pasa el estrecho acompañando a Tarik-ben-Siyad y, marchando en demanda de Toledo, aplasta al Ejércitovisigodo en las márgenes del río Guadalete, entre el 19 y el 26de julio del 711.

Los moros fueron dueños de Toledo desde 712 a 1085. Du-rante su dominación, los reyes agarenos dieron un impulso no-table a las ciencias, las artes, el comercio y la industria.

Las contiendas civiles entre los príncipes musulmanes pu-sieron muchas veces a prueba la ya histórica fortaleza militardel Tajo.

En 1085, el rey de Castilla, don Alfonso VI, aprovechándosede las luchas intestinas de los moros, se apoderó de la ciudad.

El rey castellano fijó su residencia en el Alcázar, convir-tió la ciudad en capital del reino y, desde entonces, Toledo fuéla base de operaciones desde donde partió la cruzada por la re-conquista de España.

El primer Alcaide cristiano del Alcázar fué Ruy Díaz deVivar, colocado allí con sus caballeros por el rey don AlfonsoVI de Castilla.

Desde esta época, el Alcázar adquiere su mayor importan-cia; es ampliado y fortificado y sus gruesos muros son testigosde la inmortal epopeya del Cid.

Durante la reconquista, el Alcázar resiste, casi siempre vic-torioso, los asedios de los moros y es el punto donde se estrellanlas revueltas intestinas de los príncipes cristianos. Tras sus bas-tiones se defienden porfiadamente las mesnadas de doña MaríaPacheco. Allí se desarrollaron los sueños de gloria de don CarlosV; en sus torres incendiadas por el Mariscal Víctor, empieza apalidecer la estrella fugurante del gran Napoleón.

Más de un siglo de paz parecía presagiar que la bendiciónde una tranquilidad indefinida había llegado, al fin, a aquelloscampos toledanos que, por más de dos mil años, habían sido tea-tro de luchas encarnizadas, tanto por invasiones venidas desde elNorte o desde el Sur, como de rudos choques intestinos entre cau-dillos iberos, godos, árabes o cristianos.


Pero, un destino trágico ha querido que en nuestros mis-mos días, un puñado de cadetes asombre al universo con un he-roísmo digno de sus fieros antepasados.

2) El baluarte de Europa.

Hay razas predestinadas para servir en todos los tiempos depuntales a la civilización y de baluarte a la humanidad.

Ninguna ha demostrado esta aserción en más ocasiones y conmayor energía que la raza hispánica.

Amenazada la incipiente cultura romana por el bárbaro im-perialismo comercial de Cartago, es en la trágica Península dondese libran las primeras batallas de la Segunda Guerra Púnica, yes allí donde los habitantes de Sagunto, después de largo asedio,prefieren arrojarse a las llamas antes que caer vivos en manosde las feroces tropas de Aníbal Barca.

Aplastado el Imperio de Roma, los bárbaros germanos caencomo un aluvión sobre la adelantada civilización de España; laPenínsula resiste a los invasores, los que jamás logran penetraren las provincias vascongadas.

Civilizados los visigodos, llega sobre su imperio la fanáticainvasión de la Media Luna; España sirve de trinchera a la Eu-ropa, y los bravos peninsulares, desde Pelayo a Fernando el Ca-tólico, luchan durante ocho siglos hasta librar a la Europa y asu patria del dominio de una raza inferior.

Sin descuidar su propia independencia, España se lanza aldescubrimiento y conquista de un nuevo mundo y, casi al mismotiempo, su gloriosa armada libra a la civilización occidental deldominio de los turcos en la jornada memorable de Lepanto.

Las ideas nacidas bajo el milenario despotismo asiático ycultivadas en la apenas civilizada Rusia, tratan de imponerse enEuropa, empezando por España. Celosa de su independencia, en-castillada en su gloriosa tradición, la hispanidad se levanta yprueba al mundo estupefacto que la España de Pelayo y de Her-nán Cortés no ha muerto y que, por siempre, se mantendrán la-tentes las energías inmortales de la raza.

3) El alma del Cid.

Apegada a sus milenarias tradiciones, España quiso siempreque sus soldados se formaran desde niños en el lugar más sig-nificativo de su gloria, sobre el suelo empapado por mucha san-gre derramada por su libertad y su grandeza, bajo los artesona-dos que ilustraron sus artistas y sus poetas, sus estadistas, sussantos y sus guerreros.

EL ALCAZAR DE TOLEDO 771

Es por eso que el inmortal Alcázar, como un gigantesco nidode águilas, servía como cuartel a la Academia de Infantería Es-pañola.

Encerrados en el recinto estrecho de una fortaleza medioeval,sin otros alimentos que unos pocos caballos y sacos de trigo, casisin elementos sanitarios ni otros medios de vida civilizada, loscadetes de Toledo afrontan el asedio sin otra esperanza que laimposible de vencer, o la ilusoria de que lleguen del Africalejana los auxilios esperados.

Jamás una fortaleza ha sido atacada con mayor encarniza-miento y rencor, pero nunca tampoco una posición ha sido de-fendida con mayor resolución y energía.

El atacante, cien veces superior en número, hace derroche deaviones, artillería de todos calibres, gases, explosivos, y todos loselementos de guerra de la época moderna; el que se defiende nopuede oponer otra cosa que fusiles, unas pocas ametralladoras yla voluntad inquebrantable de no ceder.

Esto prueba que la ciencia de la destrucción aún no ha des-cubierto un arma más poderosa que la voluntad de no ser domi-nado; que los valores humanos son más fuertes que las armas yque no pueden morir los pueblos que han tomado la resoluciónde defender hasta el último extremo el sagrado derecho de vivir.

Los sitiados, escasos de alimentos y de armas, mantienen unadefensa que ya parece una locura; son inútiles los hechos, los rue-gos y las amenazas ante la obbstinación porfiada de aquelloshéroes.

En las noches interminables de Toledo, alumbradas por elincendio de las torres, estremecidas por el estallido de la dina-mita, el tronar de las granadas y los gritos de combate, parece

El 18 de julio de 1936, la Península entera se siente sacudidapor un estallido revolucionario. La revuelta lucha por el ordeny la tradición, por la religión y el nacionalismo.

El Gobierno defiende su autoridad, las leyes vigentes y lasnuevas conquistas sociales.

Amamantada en las glorias tradicionales de la raza, imbuídaen los principios de orden y disciplina militar y social, la Aca-demia de Infantería se cobija bajo las banderas de la revolución.

Rodeados por tropas, guardias civiles y pueblo armado, losdoscientos cincuenta cadetes, guardias, falangistas y sus muje-res y niños, se encierran dentro de las gruesas murallas del Al-cázar para sepultarse bajo sus escombros o resistir hasta la lle-gada de auxilios.

Setenta días de fiera resistencia presentan una lección deheroísmo no registrada hasta ahora en los anales de la huma-nidad.


que vagaran enfurecidas, tras las murallas del Alcázar, las som-bras heroicas de Pelayo y Guzmán el Bueno, de Pizarro, de Pedrode Valdivia, de Juan Padilla y del Cid Campeador.

Entre las llamas y la metralla se destaca la figura sobrehu-mana del Coronel Moscardo.

¿Quién es esta personalidad de bronce que fulgura con luzpropia en medio de la revolución, cuando los valores desapareceny ruedan por el polvo los ídolos humanos consagrados en la paz?

El temple acerado de su voluntad ¿ es acaso resucitado por unmilagro, de algún sarcófago godo o de una tumba morisca?

Su alma, quizás por qué insondables misterios, reencarna elvalor desesperado de Pelayo, la cruenta obstinación de Palaloxy la audacia frenética del Cid.

Es la tradición heroica de la raza; es el alma caballeresca dela España.

Sus cadetes no desmerecen del caudillo; las mujeres son ému-las de las hembras bravias de Numancia.

Y aquella legión de héroes se mantiene en su mística porfía,hasta sentir los pasos de los libertadores, los que, en vez de en-contrar un puñado de agonizantes, reciben el abrazo del triunfoen la culminación embriagante del contraataque.

El heroísmo se ha impuesto sobre el odio; la entereza y lavoluntad han sido más fuertes que las armas; una vez más elalma del Cid ha llevado sus caballeros a la victoria.

Creación del Hospital Dental en el Servicio Sa-nitario del Ejército. —Su importancia en lapaz y en la guerra.

Por el Mayor de Sanidad Dental Sr. Alberto González G.

I. —Introducción.

La misión del Servicio Dental en la paz no es solamentevelar por la salud de todo el personal militar, en lo que se re-fiere a enfermedades, accidentes, anormalidades o deficienciasdento-orales, sino que también su función es preparar profesio-nales para el Servicio Dental en Campaña.

La necesidad que exista este servicio en campaña está sos-tenida por tantas razones y tan ampliamente probado y estable-cida, que es inoficioso argumentar sobre ello. No se trata sólo dela prevención de numerosas enfermedades que tienen su origenen la mala condición de la dentadura, sino del papel mucho másimportante que tiene el dentista en el ejército en campaña, enel cual debe conservar en estado eficiente de servicio a muchosindividuos qu de otro modo tendrían que quedar rezagados porsus afecciones dentarias dolorosas; y, por otra parte, es el den-tista, durante la guerra, el especialista que va a tratar en debidaforma las heridas de la cara y de los maxilares, a fin de prevenirlas deformaciones y mutilaciones tan frecuentes, corrigiéndolasen los casos desgraciados en que lleguen a producirse.

La modalidad de las guerras contemporáneas que ha dotadoa las formaciones combatientes de armas automáticas de tiro ra-sante y casco protector de la cabeza, hizo que en la conflagra-ción europea aumentase inmensamente el porcentaje de heridosde los maxilares y de la cara, llegando casi a un 50% de la to-talidad de los heridos.


Se comprende que, abandonados a sí mismos estos heridos,sus lesiones tiendan a agravarse a medida que los procesos de ci-catrización y regeneración ósea se acentúan, llegando a produ-cirse una serie de complicaciones graves, que comprometen se-riamente el futuro del individuo, tales como pseudo-artrosis, an-quilosis temporo-maxilar, contricción de la cavidad bucal, etc.Desde este momento el individuo es un ser inútil, un achacosono sólo como combatiente, sino también como ciudadano. Lasdesviaciones de los huesos de la mandíbula, las bridas cicatri-ciales, las cicatrizaciones viciosas, producen en el individuo de-formaciones faciales que transforman su fisonomía hasta hacerlamonstruosa y repulsiva. Tratadas a tiempo estas lesiones, ya seaque estén localizadas en los huesos o en los tejidos blandos de lacara, regresan más o menos rápidamente, devolviendo al indivi-duo al servicio activo.

La Gran Guerra europea, con su cortejo de calamidades, tam-bién dejó tras de sí un gran batallón de individuos cuyas ca-ras, completamente deformadas por falta de nariz o de orejas,agravadas por las cicatrizaciones viciosas, lucen su desgracia ocul-tándose tras máscaras de cauchout, gelatina o celuloide.

Nació entonces para la dentística una nueva especialidad,llamada "Cirugía Protesis Cráneo Maxilo Facial", especialidadque no permite la improvisación rápida de profesionales, puesesta nueva rama de la dentística, como cualquiera otra rama dela medicina general, necesita dedicación y preparación especialde sus miembros si no se quiere sufrir las graves consecuenciasde la falta de especialistas en la materia.

La Cirugía y Protesis Cráneo Maxilo Facial, como su nombrelo indica, engloba en sí todos los problemas relacionados con laCirugía y la protesis restauradora de los maxilares, cráneo yde las partes blandas de la cara.

Es indudable que el servicio dental, con la organización queactualmente tiene, desempeña un papel importante, pero su ac-ción queda subordinada a abordar el problema de los procesosinflamatorios y restauraciones de las piezas dentarias.

En tiempo de guerra esta actuación es totalmente insuficien-te para un servicio dental. La guerra no es ni debe ser una es-cuela de improvisación; debemos estar preparados para ella y lopodemos estar.

No dejaremos de ver que esta organización debe hacerse so-bre la base de un servicio establecido en tiempo de paz, sobreun cuadro que debe servir para desarrollar sobre él todo el ser-vicio completo que se proyecta.

Los dentistas de estos servicios deben tener gran experien-cia profesional y estar capacitados para cooperar con médicoscirujanos y otros especialistas en el restablecimiento del paciente;

CREACION DEL HOSPITAL DENTAL 775

y en tiempo de guerra trabajarán en los Hospitales de Guerrainstalados en el III Escalafón.

De lo dicho anteriormente se desprende que, para tener unservicio dental organizado y eficiente en campaña, es necesariotenerlo organizado en debida forma en tiempo de paz, para locual podría servir de base la organización que voy a exponer agrandes rasgos, para ir así formando la conciencia de lo que de-be ser este servicio.

II. —Proyecto de Creación.

Créase en el Servicio Sanitario del Ejército, el Hospital Den-tal, Anexo al Hospital Militar.

La capacidad del nuevo hospital será de diez camas parahombres y cinco camas para mujeres; y constará de los siguien-tes servicios básicos, sin perjuicio de lo que, de acuerdo con lasnecesidades del futuro, se crea conveniente anexarle:

1) Servicio de Cirugía y Protesis Cráneo Máxilo Facial.2) Servicio de Odontología y Ortodoncia, y3) Protesis para edentados.Contará, además, con los siguientes Laboratorios: uno de

Rayos X, uno de mecánica dental, uno de Fotografía y Moulagey una Sección de Estadística y Control.

En el Hospital Dental será atendido el personal militar, comoasímismo, los padres, esposas e hijos de éstos que sufran de en-fermedades, accidentes, anormalidades o deficiencias dento-ovalesy que no hayan podido ser tratados por el profesional de la Uni-dad a que pertenecen, por falta de elementos u otros motivos.

Quedarán hospitalizados solamente aquellos que, por la gra-vedad de su lesión u otra causa, se vean obligados a guardar cama.

El Hospital Dental funcionará con su personal propio de den-tistas, médicos, ayudantes, enfermeras y estadísticos, etc., y losservicios serán independientes, unos de los otros, tanto por lo querespecta a su personal, como en lo referente a local e instrumental.

III. —Servicio de Cirugía y Prótesis Craneo maxilo-facial.

Este Servicio constará de una clínica o gabinete dental, anexoa la sala hospitalaria, donde permanecerán los enfermos o los ope-rados que sean hospitalizados inmediatamente después de ser aten-didos, si el caso lo requiere.

La labor de este Servicio es múltiple, tanto en tiempo de pazcomo en tiempo de guerra, a saber:

1. —En tiempo de paz su labor es doble:M. del E. 8.


a) Atención inmediata de todos los heridos que presentan le-siones traumáticas de los maxilares como asímismo corregir lostrastornos que estas lesiones determinan en la función mastica-toria, haciendo los aparatos de prótesis indicado en estos casos.Tratamiento de los procesos inflamatorios y tumores localizados,tanto en las partes blandas o duras de los maxilares. Interven-ciones quirúrgicas en la cavidad oval, en los siguientes casos:dientes incluídos, pyorrea avanzada, apicectomías, extraccionesdifíciles, regularización de rebordes alveolares para colocación deprótesis.

b) Preparación técnica del personal de sanidad dental delEjército en esta especialidad, por medio de clases, conferencias odemostraciones prácticas, aprovechando la facilidad que ofrecela hospitalización de pacientes en el mismo establecimiento.

2. —En tiempo de guerra: Aquí, su labor y la importancia dela misma son indiscutibles, como ha quedado demostrado en laúltima gran Guerra Europea del año 1914 en la cual los dentistasque actuaron en los Hospitales de Guerra confeccionaron apara-tos metálicos y de cauchout destinados a la contención de fractu-ras de los maxilares y a impedir la formación de cicatrices vicio-sas que irían a dificultar más tarde la colocación, en los CentrosProtésicos de la Patria, de los aparatos restauradores de las muti-laciones sufridas por el personal; asímimo trataron a individuosevacuados de la zona de operaciones, a consecuencia de compli-caciones graves de afecciones que no pudieron ser tratadas en lasinstalaciones móviles y ligeras que existían allí.

Por otra parte, los heridos de la cara y maxilares que requi-rieron tratamiento prolongado y dificultoso y a los cuales fué im-posible tratar con los medios que se tenían en los Ejércitos ope-rantes fueron evacuados y transportados a los Centros Protésicosde los Hospitales de la Patria que, poseyendo las instalaciones ylos especialistas necesarios, tanto de médicos cirujanos como den-tistas, pudieron hacer los injertos esqueléticos o de las partes quefueron necesarios y construyeron los aparatos protésicos conve-nientes y las restauraciones no sólo de los maxilares sino tambiénde las partes blandas de la cara.

IV. —Servicio de Odontología y Ortodoncia.

Este Servicio tendrá una clínica o gabinete dental, y tendráa su cargo la atención y mantención en buen estado de la denta-dura del personal militar y empleados civiles que prestan sus ser-vicios en el Hospital Militar y de los enfermos hospitalizados queprevio pago quieran ocupar sus servicios y en forma muy espe-cial se preocupará de la divulgación de la higiene dental entre el

CREACION DEL HOSPITAL DENTAL 777

personal de tropa y enfermeras por medio de charlas o conferen-cias.

En consecuencia, las siguientes medidas tienden al objeto queeste servicio persigue:

a) Inspección y clasificación de todo el personal militar civily enfermeras, para lo cual se llevarán fichas colectivas e indivi-duales.

b) Instrucciones orales y conferencias sobre higiene, yc) Tratamiento de las caries y enfermedades de la cavidad

bucal.Además de esta labor esta Sección deberá empliar su radio

de acción hacia la especialidad de Ortodoncia para lo cual se ase-sorará de personal especialista en la confección de esta clase deaparatos y divulgará la importancia del tratamiento de las ano-malías como prevención de futuros trastornos del sistema denta-rio y de la estética de la fisonomía.

V—Servicio de Prótesis para Edentados.

Como los anteriores servicios, constará de una clínica o ga-binete dental. Este gabinete estará anexo a un laboratorio demecánica dental y será dirigido por personal especialmente hábilen la prótesis restauradora dentaria (coronas, puentes, placas).

Se considera edentados a aquellos individuos que carecen degran número de dientes y que, por consiguiente, tienen una dis-minución de su poder masticatorio y que los imposibilita para nu-trirse en forma de resistir las durezas y fatigas del servicio militaractivo. En la guerra, estos individuos edentados son rechazados delservicio y van quedando rezagados sin que puedan prestar sus ser-vicios, si no son tratados por los dentistas de estos centros proté-sicos.

Los tres servicios hospitalarios mencionados en los rubrosprecedentes, para llenar en buena forma su cometido serán ase-sorados por los siguientes laboratorios:

Laboratorio de Rayos X con instalaciones especiales para to-mar radiografías intra y extra-bucales, y cámara obscura para eldesarrollo de las películas.

Laboratorio de mecánica atendido por un mecánico dental quecontará con las instalaciones e instrumental necesario para hacerlos trabajos de coronillas, puentes y placas, y prestará ayuda a losservicios de Cirugía máxilo facial y al de ortodoncia en lo que res-pecta a la confección de aparatos.

Laboratorio Fotográfico y Moulage en cera, provisto de losaparatos y material necesario para fotografías, impresiones, etc.

La misión de esta Sección será llevar la estadística de los en-fermos y el control de ellos en sus respectivas fichas, como así-


VI. —Estadística y control.

mismo, cobrar los honorarios que se fijen por la distintas atencio-nes que se presten a los pacientes tanto de la capital como de pro-vincias que acudan a solicitar los servicios del Hospital Dental Mi-litar.

Las fichas serán de un formato standard, pero de tres diferen-tes colores, debiendo corresponder un color a cada uno de los tresservicios de que constará el Hospital y en ellas se anotará el nom-bre del paciente, su edad, grado, regimiento o unidad, si es quepertenece al Ejército.

También llevará un Libro General con anotaciones de todoslos pacientes, y con indicación de los tratamientos que se ejecutan.

La Administración de Caja del Hospital Militar se hará car-go de la administración de los fondos del Hospital Dental.

Contará con una sala de espera central, con fácil acceso acada uno de los servicios y con un guarda ropa.

Los servicios de cocina, lavandería y portería serán los mis-mos del Hospital Militar General.

La ficha dental colectiva e individual como me-dio de identificación y fiscalización del ser-vicio.

Por el Dentista de Guarnición Sr. Enrique del Campo T.

Las fichas dentales son formularios impresos en los que seha dibujado una doble arcada humana, mostrando sus caras an-terior, posterior y triturante.

Para las necesidades mismas del servicio, para el control delprofesional y del que desee constatar los trabajos efectuados alpersonal, estas fichas son importantísimas. En la parte izquierdael profesional anota absolutamente todos los detalles que se en-cuentran en la cavidad bucal del recien ingresado. Tiene casille-ros para:

Fecha del examen.Compañía, Batería o Escuadrón.Grado.Edad.Nombre.Estado general de la boca.Tratamiento que necesita y Observaciones.En el casillero "Tratamiento que necesita", se indicará cada

operación que sea necesario efectuar sobre el diente respectivocon los signos siguientes:

X. Diente por extraer; C. Obturación cemento; D. Diente enplancha; O. Caries existente; A. Obturación Amalgama; T. Tra-tamiento de canal; S. Obturación sintético; D. Diente en puente;= Tratamiento piorrea; O. Obturación oro; V. Coronas; 1 Trata-miento abcesos.

En los casilleros de la derecha, que también presentan dibu-jos de arcadas, similares a los de la izquierda, se anotarán por losmismos signos las operaciones ya efectuadas en la boca y todoaquellos trabajos posteriores que vayan efectuándose.

En el casillero "Observaciones" se anotarán síntomas que másadelante trataré en especial.

En estas circunstancias, como medio de fiscalizar el servicio,las fichas dentales hablan por sí solas. Basta con observar la colum-


na de la izquierda, en la que están los trabajos por hacer, y compa-rarlas con la derecha donde se comprobará el trabajo efectuado.

Capítulo mucho más interesante es el servicio que como identi-ficación pueda prestar la dentadura y como consecuencia la fichadental colectiva e individual.

Es sabido que después de grandes incendios, explosiones de ma-teriales bélicos, descomposiciones completas de los tejidos delcuerpo, solamente queda, con frecuencia, como resto que puedainformar sobre la persona parecida, una anomalía dental, un ca-ries, una tapadura de metal, conocida en la víctima, permite suidentificación entre muchas otras.

Hace ya un siglo era empleado el examen de la forma de losdientes para identificar a su propietario. La exploración no sedebe limitar al diente, sino que se ha de extender a la disposiciónde las muelas, estado de las raíces y a toda la dentadura de am-bos maxilares. Las enfermedades dentales son a menudo menosimportantes que los fenómenos de desgaste. Por eso decía que con-sideraba muy importante el casillero "Observaciones", pues enél van todas aquellas manifestaciones de la cavidad bucal que"jamás regresan" y que permanecerán eternamente visibles enel individuo.

Fuera de las identificaciones individuales por las tapadurasefectuados o por el estado general de la boca, que son perfecta-mente bien conocidos por el Dentista por medio de sus fichasdentales, tenemos aquellos otros preciosos medios que se incluyenen el casillero "Observaciones" y que demostraré, tratando a lavez de dar una pequeña idea de ellos.

1. —Presencia de fístulas en el instante del examen. Poste-riormente, con el tratamiento o la extracción de la pieza dentariaafectada, desaparecerá el mal, el foco séptico, pero el trayectofistuloso, el camino seguido por el pus a través del hueso y lostejidos blandos, dejará forzosamente una huella cicatrizada en su-perficie ósea o la cara, según haya sido interna o facial.

2. —Usura de los dientes. —Los dientes humanos, fatalmentecon el avance de la edad, sufren un cierto desgaste o usura mecá-nica, debido al frotamiento repetido que se produce entre ellos alcontacto de los alimentos. Esta usura es extremadamente varia-ble. Sin embargo, hay casos típicos de desgastes avanzadísimosque es necesario anotarlos.

3. —Mortificación pulpar sin caries. —Se caracteriza porque eldiente toma un color obscuro.

4. —Erosiones químicas o lagunas cuneiformes. —Con este nom-bre se designa un proceso por el cual los tejidos duros del dientese desgastan o destruyen principalmente sobre la superficie la-bial y muy cerca del borde cervical.

5. —Anomalías dentarias. —Estas son de 4 clases:

LA FICHA DENTAL C O L E C T I V A . . . . 781

a) De forma. —Ellas comprenden el enanismo o gigantismo delas coronas o las raíces o a la vez coronarias o radicurales. Losincisivos centrales y los caninos pueden, sobre todo en las razasinferiores, adquirir un volumen considerable. Entre las anomalíascoronarias, se suele encontrar en un diente normal una cúspidesupernumeraria, por ej.: Que en el Primer molar Permanente Su-perior existan cinco tubérculos en vez de cuatro que normalmentetiene. En cuanto a la disminución del volumen de los dientes, losmás a menudo interesados son los incisivos laterales superiores ylos molares del juicio; lo primeros pierden su forma de espátulapara acercarse a la forma de cono, llamados "granos de arroz",y los molares del juicio pierden toda forma de molar. Existe tam-bién una forma de anomalía muy rara; el que habla sólo ha teni-do ocasión de verlo una vez, y consiste en una fusión de dientesvecinos en su totalidad o en partes.

b) De número. —Pueden ser por ausencia, disminución o au-mento numérico de dientes en la arcada.

c) De sitio. —Se encuentran como transposiciones o desplaza-mientos.

Los primeros son dientes que hacen irrupción en sitios quecorresponden a otro diente y vice-versa. Los desplazamientos sonaquellas anomalías en que el diente sale en un sitio completa-mente alejado de la arcada, por ej.: en el paladar.

d) De dirección. —Son aquellas en que los dientes tienen unadirección fuera de lo normal.

6. —Distrofias dentarias por toxi-infección. Son manifestacio-nes superficiales, visibles inmediatamente a la simple vista. Pre-sentan aspectos muy variados. En los diente anteriores se ven unaserie de cavidades pequeñas y el borde cortante del diente es muyirregular.

Los molares se presentan en forma de una bolsa con gareta,afecciones que pueden ser causadas por enfermedades agudas dela madre en la época del embarazo; traumatismos sufridos por lamadre, en particular las tentativas de aborto; influencias mórbi-das del padre, especialmente la sífilis, transmitida a la madre ypor ende al feto.

7. —El Diente de Hutchinson. —Es una alteración de los inci-sivos centrales superiores que toman la forma de media luna. Estees signo de sífilis hereditaria.

8. —Labio leporino. —Afección que se caracteriza por la divi-sión anormal congénita del labio superior.

Todas éstas son afecciones bucales de un muy interesante va-lor clínico para identificaciones.

Casos de indentificaciones por medio de la dentadura. —Sonen realidad numerosos, sólo consignaré algunos.

Caso Prof. Anabalón. Se extrae del fondo del mar el cadáver


del supuesto profesor, del que han desaparecido todas huellas deidentificación, las manos han sido comidas por los peces, sus ropasdestruidas, etc.; sólo el examen de la dentadura hecho por el Den-tista que había atendido profesionalmente a Anabalón, identifi-ca que en realidad el cadáver pertenece al infortunado profesor.

Caso Becker. —Becker roba los dineros de la Legación X.,mata al portero y lo viste con todas sus ropas, prende fuego aledificio y huye. Encontrado el cadáver completamente calcina-do, se descubre el engaño por el examen bucal ejecutado por eldentista Denis Lay, quien identifica en el muerto, no a Becker,sino a su portero.

Otro caso interesante es el de un explorador que se habíaperdido en Africa. Tiempo después, su hermano era huésped deun cacique negro. Durante una fiesta, una de las mujeres del ca-cique apareció adornada con un sombrero de mujer europea, en elque el hermano reconoció el de su cuñada. Al continuar sus pes-quisas encontró varios cráneos, al parecer de blancos asesinados.En uno de esos cráneos reconoció él, y después también un dentis-ta, un diente tapado en oro y otro postizo, del explorador desa-parecido.

La Croisiere Jaune(Película francesa exihibida ante la guarnición de Santiago).

Por el Mayor Sr. Carlos Meirelles G.

La exhibición de la película "la Croisiere Jaune", ofrecidagalantemente a la Guarnición de Santiago por el ComandanteSr. de Boyve, Agregado Militar y del Aire a la Legación deFrancia, permitió a los Oficiales y Tropa de nuestro Ejércitoconocer los aspectos admirables de una expedición con finescientíficos y económicos, realizada por el esfuerzo francés a tra-vés del próximo y del lejano Oriente.

Afrontando dificultades linderas de lo imposible; cruzandodesiertos sobre los cuales escribieron la leyenda de panoramasfabulosos las rutas de las caravanas en un transcurso milena-rio; venciendo la triple y formidable barrera del Himalaya, delKarakoram y del Pamir, cuyos flancos fueron escalados domi-nando la visión aterradora de los abismos, para cruzar des-pués cimas nevadas que, perdidas en las nubes, parecen el es-cenario más adecuado para oficiar ese culto a los ideales supe-riores propios de razas que como la francesa alcanzan los lími-tes máximos de su gloria cuando luchan contra fuerzas que po-nen a prueba su temple maravilloso; soportando temperaturasfluctuantes entre — 60° y — 40°; reaprovisionándose de aguay carburantes allí donde todo le era hostil, hasta el lenguajeincomprensible de pueblos que viven al margen de todo contacto con la civilizacón y exponiéndose a todas las inclemen-cias, un grupo de franceses logró establecer la unión entreBeyrouth y Pekín, empleando para este objeto carruajes auto-móviles de 4 a 6 toneladas, cuyo material, obra maravillosade la industria francesa, permitió acometer con el mayor coefi-ciente de seguridad esta prueba de esfuerzo sin parangón en lahistoria de las expediciones.


Una organización propia del genio francés permitió reali-zar con regularidad casi matemática todas las previsiones con-sultadas y durante 65 días la misión recorrió zonas en dondequedará el recuerdo de su paso como la visión de algo fan-tástico.

Partida de Beyrouth, la ruta de las caravanas la hizo des-filar frente a las ruinas de Palmira, para cruzar después laCiudad de los Califas, Bagdad, en donde Harún-al-Raschid hi-zo florecer las mayores magnificencias del esplendor asiático.La Persia y el Afghanistan se ofrecieron como campos admira-bles a los afanes de investigación de los expedicionarios.

Más tarde, el Himalaya ofreció su mole abrupta a la te-nacidad de estos titanes del esfuerzo. La gran muralla, el de-sierto del Gobi, panorama de desolación único y desalentador, los altospicos nevados, la calma de los lagos irisados donde flotan albosislotes de hielo, ofrecían un espectáculo en el cuál los ánimos sefortificaban, confiando en la esperanza de volver a encontrar enel descenso aspectos que hacen grata la vida, en medio de loscuales los pechos se hincharían de placer.

El film es de una naturaleza cautivadora. Sus escenas,captadas en la realidad de panoramas soberbios, hacen vivirinstantes de la más pura emoción. En su desarrollo se suceden,ofreciendo toda la gama de las visiones más impresionantes,las alternativas de un viaje cuyas peripecias parecen superio-res a la voluntad y la resistencia de los hombres, en medio deun cuadro cambiante, siempre lleno de una extraña atracciónhacia lo desconocido, cuyo velo va descorriéndose a medidaque la expedición avanza y se acerca al final glorioso de laúltima jornada.

Terminado el espectáculo, los asistentes expresan su ad-miración para esos hombres, para esa raza que sabe concebir yrealizar en todos los planos de la acción científica e industrial;para esa raza cuyos destinos se han visto vinculados a las con-quistas más preciadas de la humanidad; para Francia, país-cuna de las realidades que han ennoblecido la vida de los hom-bres, señalándoles los derroteros que conducen hacia la perfec-ción espiritual, único bien capaz de asegurar a cada uno suparte de felicidad.

El señor Comandante de Boyve, que ha sido también unexpedicionario admirable en Africa y en Asia, gran colonial comoalgunas de las figuras más destacadas del Ejército francés, fuéobjeto de la más cálida manifestación de simpatía en el mo-mento en que ofreció la exhibición a la Guarnición de Santia-go. Aplausos muy merecidos, por cierto, ya que goza en nuestroscírculos militares y sociales del más sólido prestigio, de la

LA CROISIERE JAUNE 785

más alta estimación, por las bellas cualidades que le adornany por sus antecedentes militares que le acreditan como un gransoldado y un gran francés.

La neo-técnica en los aprovisionamientosPor el Capitán de Intendencia Sr. Llopiz.

(Tomada de la Revista de Instrucción Militar Española).

Cada hora tiene su afán y cada nueva guerra trae consigo unamodalidad en sentido de progreso científico. Hénos al presenteante el problema que crea para el futuro la aplicación en grandeescala de la Aeronáutica, en la supina gestión de la Intenden-cia en los compromisos del frente de combate. La cuestión porsí sola, y mucho más si la aunamos al Servicio de Recuperación,establece un cambio decisivo en la acción de nuestro círculo ju-risdiccional y representa, más que una indeclinable superviven-cia, todo un renacimiento en el porvenir marcial.

Cuantos folletos, crónicas y noticiarios llegan a nuestras ma-nos, coinciden en la afirmación de que la labor de la Intendenciade los Ejércitos italianos ha brillado en todo momento, con luzpropia y de primera magnitud, en la campaña del Africa delEste. Y aunque concedamos un tanto por ciento. considerable boa-to patriótico, y restemos otra parte importante a la potencialidaddel méodo irregular abisinio, la resultante, desde el prisma deimparcialidad es, sin embargo, tan destacada que obliga a pres-tarle un especial atención.

Hay, además, un número muy crecido de tratadistas milita-res que, con autoridad y circunspección, nos refieren el dinamis-mo de los servicios administrativos de los invasores de Etiopía,el cual llega, perfecto, hasta las columnas más avanzadas, pormucho fraccionamiento y movilidad con que actúen. Precisamen-te por esto último, ha aparecido este novísimo medio de distribu-ción por aviones.

Y pasemos a enjuiciar aquellas aún vagas referencias de quetenemos conocimiento, a través de la censura militar que se ejer-ce en Italia.

788 MEMORIAL DEL E J E R C I T O

La falta casi absoluta de caminos practicables al materialrodado, los innumerablbes accidentes en un terreno salvaje, in-franqueable aún para los convoyes hipomóviles o para los tracto-res más ligeros, hizo indispensable el estudio del medio aéreo, co-mo complemento unas veces, como suplementario otras, al servi-cio de vituallas en las circunstancias sin opción en que se vieronenvueltas las funciones de la Intendencia italiana en el pasadomes de noviembre.

Decidido por el Alto Mando, fueron laboriosamente debati-das las cuatro características principales que concurren en lostransportes aéreos, viniéndose a las conclusiones siguientes:

Carga. —Dada la potencia actual de los motores, el númerode kilogramos útiles para transportarse representa un coefi-ciente bastante elevado.

Distancias. —Tanto en el tablero etíope como en el somalí, pa-ra los elementos terrestres, por la falta de caminos, todas lasdistancias a recorrer resultan enormemente dilatadas. Los avio-nes de cualquier clase, con el albedrío del espacio, pueden sal-var las más penosas sin el menor contratiempo.

Velocidad. —De una superioridad, las del elemento volante,que puede expresarse en cifras astronómicas, y a mayor veloci-dad un rendimiento superior.

Relatividad del coste del transporte. —Relacionado con su ren-dimiento diario, si bien no puede competir con el más caro delos otros, por hoy, en una empresa de guerra de gran enverga-dura, no es precisamente la económica la base del rendimientode los medios de diaria asistencia de las tropas combatientesy por ende empeñadas en una acción comprometida.

Confiada en definitiva —decimos nosotros ahora— al ele-mento aéreo la misión de salvar los obstáculos ocasionales, el te-ma no revestiría mayor interés que el de un nuevo medio de trans-porte si sólo se atendiese a adelantar la carga, por el procedimien-to más rápido, desde la retaguardia a un punto cualquiera deacumulación o de entrega, con vasto campo de aterrizaje.

Pero es en otro aspecto de mucha mayor trascendencia don-de la novedad presta su concurso, que consiste en una profusadistribución sobre la marcha, desde el aire, arrojando la cargasin detrimento de ésta y en condiciones a propósito para ser re-cogida y reunida por aquellos a quienes vaya destinada.

Y el agente intermediario se ha encontrado en un paracaídasde reducidas dimensiones, que hace abandonar cuantos otros me-dios se venían estudiando. Sus resultados se consignan a diarioen las declaraciones del Mariscal Badoglio y a las que más ade-lante se hace somera referencia.

El arrojado es, por imperiosa necesidad, el brutal vehículopara desprender la carga o el lastre, en general, de un avión,

LA NEO-TECNICA EN L O S . . . . 789

y por ello los primeros intentos estaban encaminados a defenderla carga contra el golpe final. Así se practicó por los inglesesen Kut-el-Amara, plaza de la Mesopotamia, sitiada por los tur-cos en 1916. Nosotros mismos hemos sido testigos de intento se-mejante, con más voluntad que buen éxito, con motivo del ais-lamiento del Monte Arruit, en 1921, y en la memorabble líneaDar Drius-Afrau, en 1924.

Posteriormente, todas las aeronáuticas del mundo, sobre to-do las militares, se dedicaron a perfeccionar estos nuevos méto-dos, que tuvieron aplicación real durante inundaciones, grandesnevadas y otra suerte de incomunicaciones que ponían en peligrola vida de los habitantes de determinadas comarcas.

Representaría una enumeración prolija el descender a des-cribir siquiera los principales dispositivos que han sido motivode ensayo para preservar la carga contra el choque al llegar alsuelo; pero entre ellos pareció sobresalir la directriz del para-caídas troncocónico como más probable a la resolución de esteimportante tema. El uso general que se venía haciendo de esteaparato, como anulador del accidente de la caída, llevó a los mása la conclusión de aplicarlo a otros medios aéreos de más ampli-tud. Hoy ya no cabe duda alguna, y el paracaídas es, por ahora,el insuperable elemento de seguridad para arrojado, que trae co-mo consecuencia una verdadera revolución en el difícil arte delos abastecimientos cuando se trata de las líneas más avanzadas,plazas o fortalezas sitiadas, comunicaciones recién quebrantadasetc., etc.

A título de curiosidad, vamos a repasar los antecedentesdel paracaídas que fué preocupación de los antiguos comtempla-dores de la atmósfera.

Aparte de las dudosas fábulas atenienses, romanas y egip-cias, con visos de verosimilitud, a principio de la Edad Moderna,nos interpone Leonardo de Vinci, a su mérito artístico, sus apti-tudes admirables de hombre científico, y previos unos estudiossobre la resistencia que el aire ofrece a la caída de los cuerpos,ayudado de su lápiz, dibuja un paracaídas, resumiendo sus ex-perimentos en el dictado siguiente: "Se un homo ha un padi-glione di pannolino instato, che cia 12 braccia per faccia e alto 12,podrá gittarse da ogni grande altezza senza danno di se".

El precursor de sus actuales compatriotas es observado,dos siglos después, por el aeronauta galo, Garnerin, y en 1797,aplicando su propio cuerpo como lastre, descendió de un globoen el parque Monceau, llegando suavemente al suelo. Con estaprueba personal, estaba ya demostrada la posibilidad de undescenso de un cuerpo de cualquier clase, sin riesgo de chocarbruscamente al tomar tierra, que llega hoy a una completa rea-lidad. A fines del pasado siglo se hicieron las primeras pruebas


para hacer descender cuerpos inanimados desde grandes altu-ras; y así tenemos al Ingeniero francés Duclós, en los estableci-mientos Chalais-Meudon, arrojando desde su globo un paracaí-das con sacos de arena por lastre. Este aparato, con un desa-rrollo de 60 metros cuadrados, respondió plenamente a las es-peranzas de su inventor, siendo la hazaña repetida varias vecesy reiterada la prueba ante misión receptora.

Pero, a poco que se examine este dispositivo, se compren-derá el enorme inconveniente de que adolecía, para ser tomadoen consideración: desmesurada superficie. Y, sin embargo, fuédespués de que las frecuentes desgracias en la navegación aéreahicieron preciso un agente de salvamento, el modelo de los pos-teriores paracaídas por el tipo de concavidad tan pronunciadaque su autor había dado al casquete abierto.

Se adoptó, pues, el casquete esférico en la construcción delparacaídas, de variable profundidad, pero dentro de un pronun-ciamiento notable. Aunque el progreso de estos aparatos, comose ve en la guerra presente, ha sido formidable, el procedimientoempleado por los italianos obedece a la idea fundamental, quesigue perenne: Frenar la velocidad de caída por medio de una gransuperficie que, tendida o en pleno desarrollo, ofrece tal resistencia quereduce el descenso a menos de cuatro metros por segundo, límitemáximo admitido para garantizar la toma de tierra sin daño.

En la construcción se emplea la tela resistente, provisto deun entrelazado de cinta que, partiendo del borde, converge en elcentro, y cuyo objeto es reforzar el tejido. Del mismo borde par-ten las caídas de cuerda fina, pero resistente, que van a pararal escudo del montacarga, recipiente o estrobo de enganche(fig. 1. a).

Llevan estos paracaídas lanzacargas, como sus similares sal-vavidas.

Una pequeña adición que ayuda a inflar el casquete esféricotan pronto como se desprende de la palanca, es arrojado, a ma-nera de lo que ocurre con el paracaídas piloto, pero de propor-ciones más pequeñas. En cuanto a la forma de la superficie enlos de distribución, los italianos han introducido la innovaciónde ser un segmento circular, en vez del casquete esférico de lospilotos y salvavidas.

El conjunto de aparato y carga obedece a la consigna deocupar el menor espacio posible en la cámara de carga, con elfin de facilitar las operaciones del aparatista, así como distri-buir adecuadamente el lastre en el avión.

Los trimotores italianos portean una carga de 1. 000 a2. 000 kilos, o sea de 30 a 60 paquetes arrojadizos. Estos debenser fácilmente manejables para el lanzamiento, y, además, la te-la al estrobo y éste a la carga, con un enlace o empalme elemen-


tal, por si tuvieran que efectuar en vuelo estas maniobras.Para ello (fig. 1. a), el tronco de cono en que se encuentra ple-gada la tela, termina en su base por una silla elástica, que su-jeta el collar de madera, de suerte que al ser arrojado el apa-rato, el peso de la carga tira del collar y desprende la anilla quelo retiene y después el mismo aire de la hélice acelera el des-pliegue.

Fig. 1. a.

Por medio de un dispositivo de pedal, el aparatista encar-gado de la distribución de los envases hace inclinar una palan-ca, de la que se desprende desde el fondo de la cámara de cargael paquete, precipitándose al espacio. En su caída va el para-caídas plegado; la misma velocidad del avión ayuda al desplie-gue, acelerada, como queda dicho, por la tremolina de la hé-lice.

La carga, en principio, como va impulsada a la misma ve-locidad del aeroplano, no cae verticalmente. A los 15 o 20 me-tros de caída comienza el desarrollo de la tela, y, aunque siguecayendo, la velocidad se ve entonces bruscamente aminorada; y

M. del E. 9.


esta misma sacudida da origen a un movimiento oscilatorio di-fícil de corregir, y que pudiera dar lugar a que el objeto llegasecon alguna violencia. Para aminorar este balanceo, así como elque origina la compresión del aire en la pared cóncava del cas-quete, éste lleva en su cabeza un orificio llamado por los ita-lianos "Comino" (chimenea), y técnicamente, orificio de Lalan-de, por el que el volumen del aire sobrante, al comprimirse,tiene salida. En la figura 2. a se explican, esquemáticamente, lasdiversas fases de descenso y despliegue. Por la interposición dela tela, a los 50 metros, desplegada ya ésta, la resistencia del airereduce la velocidad de caída a 2, 50 m. por segundo y, por lo tan-to, siendo este coeficiente menor de cuatro, que es el tope parallegar a tierra con suavidad, no puede ofrecer peligro la cargaarrojada desde el avión, si bien en estos paracaídas las oscila-ciones son siempre más acusadas que en la de los salvavidas.

Fig. 2a


Es decir, algo menos de un metro cuadrado por kilógramoarrojado, tomándose, generalmente, el metro cuadrado por kiló-gramo de carga útil. El diámetro, por lo tanto, del casquete es-

Este problema ofrece un notable avance si se le comparacon el de salvamento o arrojado de personas, pues los segundosno reaccionan sino después de 350 metros de recorrido (desdelanzarse del avión hasta sentirse a menos de 2, 50 m. por segun-do). Los paracaídas de carga, en cambio, inflan el casquete es-férico casi instantáneamente, y antes de los 75 metros ya hanconseguido equilibrar el descenso y ponerse en condiciones deprestar el servicio a que se les destine. Esta ventaja trae con-sigo la consiguiente para el aparatista, de poder ser más certeroen la distribución, porque a mayor proximidad de la tierra, másvisibilidad para elegir el lugar de acceso a los elementos te-rrestres o personal encargado de recoger los suministros por elmedio aéreo; aparte de que la operación, cuanto más cerca delsuelo se efectúe, menos visibilidad ofrece al alcance del ene-migo.

Es sabido que por el inevitable arrastre que ofrece la direc-ción del viento, o de las capas atmosféricas próximas al suelo,el paracaídas, con su carga, no cae verticalmente, y por esto loslugares de arrojado se eligen preferentemente donde existe lamenor cantidad de arbolado, construcciones o accidentes brus-cos.

La resistencia del aire es proporcional a la superficie delcuerpo, al cuadrado de la velocidad y a un coeficiente que varíasegún la forma del cuerpo arrojado. Por una porción de cálculosexperimentales, para el casquete esférico, por el lado de su con-cavidad, el coeficiente es de 0'07 a 0'08.

Por lo tanto, la resistencia que el aire ofrece al descenso delparacaídas será:

Fijada esta velocidad, como ya se dijo, en cuatro metros porsegundo, la resistencia total debe ser igual al peso arrojado.

De los experimentos llevados a cabo, resulta que el paquetelanzado desde el aeroplano (tela, estrobos y carga útil) es de 36kilógramos como máximo.

Podemos reducir la superficie necesaria para estos paracaídas:


férico, es de unos seis metros. Por estas ligeras dimensiones havenido a denominárseles, por cierto impropiamente, "diminutos"a estos aparatos auxiliares del Servicio de Intendencia.

No se crea, sin embargo, que los cálculos reales se simplifi-can en las fórmulas antedichas, que son para problemas corrien-tes. Los verdaderos están sujetos a variaciones muy complejas, es-pecialmente por la influencia de la densidad del aire (que esun gas y, por lo tanto, compresible); pero en cambio, si se tieneen cuenta que los lastres arrojados no necesitan las precaucionesde los de seguridad para personas, se comprende que los posiblesfallos podrán aminorar en parte los resultados prácticos locali-zándose, sin llegar nunca a producir trastornos graves en la caí-da, ni detrimentos considerables en la carga, cuando ésta pose.

Para complemento de esta descripción, resta dar una reseñabreve sobre el funcionamiento del servicio de distribución, parael desarrollo del mismo: los aeródromos base, vienen a convertir-se en verdaderas estaciones reguladoras o grandes almacenes desuministro, donde se cargan los aparatos con las demandas de latropa de vanguardia o con aquellos artículos que el ojo avizordel E. M. estime más caracterizados en cada fase de la lucha.

Tales demandas han de ser racionadas ultra-rápidos, a los quelos italianos llaman alimento para el combate, a saber: leche con-densada, en recipiente metálico, bidones de vino corriente, espe-cial y Brandy; jamón empaquetado; carne en conserva; higos,ciruelas, azúcar y café envasado; limones, cigarrillos y tabaco enpequeños paquetes; mantequilla en lata, y recipientes metálicoscon aceite. Además, y como elemento principal, se distribuyensaquetes de harina de 25 a 30 kilógramos, la que, reunida poste-riormente en lugares preelegidos, constituyen en seguida el ren-dimiento del servicio de panificación, cuyo tren llevan las avan-zadas de las columnas sobre tractores Pavessi, adaptables a todoslos terrenos.

Una vez arrojados todos los artículos que traen los aviones,aquéllos se transportan por los Oficiales de aprovisionamientohacia la proximidad de los destinatarios en elementos hipomóvi-les, camellos o en tractores (según sea la zona montañosa del Nor-te, en Eritrea, o las zonas esteparias de la Somalia, en el frenteSur).

En la figura 3. a, se describe gráficamente la operación queacaba de explicarse.

Brindo estas enseñanzas, que estimo de trascendencia para elporvenir inmediato de nuestra acción en las guerras, al honora-ble Coronel don José Sarmiento Lassuén, que, con competencia


Fig. 3. a

Así lo proclamaba a los cuatro vientos el General Badogliocon motivo del fulminante movimiento de envoltura en el Tem-bien, en especial por lo que atañe al tercer Cuerpo de Ejército(Maravigna) y a la columna indígena (Biroli), que tuvieron quehacer un recorrido de 80 kilómetros en cuatro días por terrenosque no habían pisado nunca tropas europeas, sin vías naturalesy sin la menor huella de las sendas. La distancia entre los pasosde Abaro y Enderta, rodeando hasta Fenaroa, hubo de salvarseademás en lucha salvaje, sin tregua, porque así convenía para evi-tar la fuga de los guereros de los Rases Kassa y Seyúm.

admirable y con la profundidad que le caracteriza, trató de estacuestión mucho antes de conocerse los resultados presentes, ha-ciendo inclusive en el aeródromo de Gamonal, experimentos yprácticas para el suministro de pan desde aviones, que preconi-zaban por sus alentadores resultados el éxito que ahora otra na-ción ha tenido la dicha de recoger en momentos en que fué pues-ta en duda su capacidad de resistencia.

LA NEO-TECNICA EN LOS.... 799

En los anteriores avances, tras las fuerzas de vanguardia, quemarchaban con más lentitud, iban equipos de obreros especiali-zados en la construcción de carreteras, que abrían pistas simul-táneamente a cada tirón de la ofensiva. Así resultaba relativamen-te fácil el aprovisionar a todos por vías habilitadas a toda clasede tráfico. Pero, después, adentrados en la zona montañosa, comoqueda descrito, los soldados hubieron de avanzar solos, sin impe-dimenta regimental y con lo indispensable a un par de días paravíveres y municiones, conducidos en mochilas y cartucheras. En-tonces el único medio de suplir el obligado e indispensable enlaceadministrativo fué el empleo del avión como elemento de trans-porte, completando la distribución con el singular agente inter-medio de descarga.

No había tiempo que perder; los trimotores despegaban cons-tantemente, durante los días de la gran ofensiva, abarrotados decomestibles, al conjuro del E. M. y el Alto Mando administrativopara hacerlos llegar a las columnas, que no cejaron, al verse asíasistidas, en su avance rapidísimo, y ni siquiera en su penosa rutase vieron privados del agua, solucionando así uno de los más gra-ves problemas de esta particular campaña de Etiopía.

Cuando doy fin a estas referencias, vienen nuevos partes deGuerra que vuelven a repetir la labor del medio aéreo como apro-visionador de las tropas de los tercer y cuarto Cuerpos de Ejér-citos en las respectivas marchas hacia el corazón del país abisinio,por terreno inhóspito y bajo una temperatura tórrida. De nuevose ha puesto de manifiesto el beneficio que reporta el agente des-crito, y como nota más interesante se añade que los suministrosdesde aviones son recogidos por los mismos soldados que han deconsumirlos, transportándolos sobre sus espaldas, y en porcionesde 10 a 15 kilógramos, al ritmo de su acelerada ofensiva. Así se dael caso de que las columnas que atravesaron la cuenca de Takazzé,fuertes de 4. 000 hombres, han llevado consigo constantemente se-senta toneladas de comestibles, lo cual representa una provisiónpara siete días, sin necesidad de vivir a expensas de los elementosadministrativos terrestres, y con ello la mayor movilidad y de-sembarazo que representa verse desentendido de enlaces, escoltas,retrasos y oscilaciones características de toda impedimenta.

De manera análoga, las tropas salidas de Assab (Mar Rojo)han podido en muy poco tiempo, sobre elementos motorizados parapersonal, recorrer 350 kilómetros de desierto (Danakail-Aussa), ver-dadero infierno terrenal, al que llaman los naturales el reino de lased. Llegadas a Sardó, residencia de Mohamed Jahio de Aussa, pormedio de aviones se vieron colmadas de cuanto pueden precisarfuerzas indudablemente agotadas, con la largueza que lo vienehaciendo el Gobierno de Roma.

Maniobras de caballería en el ejército belgaPor V. L. V.

Como es públicamente sabido, el Estado Mayor Belga haconsiderado una posible irrupción de tropas motorizadas en lafrontera Este de su territorio. Tal eventualidad ha preocupado,no solamente a los militares, sino también al público en ge-neral, abriéndose un gran debate sobre el asunto en la prensa.Bélgica no quiere sufrir una nueva ocupación de su territorioy está resuelta a defenderlo en caso de un nuevo conflicto eu-ropeo.

Para hacer frente a esa posibilidad, el ejército belga haconstituido una fuerza de cobertura, destinada a evitar la sor-presa y a retardar el avance del adversario, conjuntamente conreorganizar el Cuerpo de Caballería, al cual se le han trans-formado algunas unidades, dándoles la movilidad y potencia defuego de las tropas motorizadas.

El Cuerpo de Caballería ha quedado constituido por dosdivisiones, con la siguiente composición:

—un regimiento de caballería, con dos grupos a tres es-cuadrones, de los cuales uno de ametralladoras;

—dos regimientos mixtos, cada uno con: un grupo decaballería a tres escuadrones, de los cuales uno de ametralla-doras, y un grupo motorizado que comprende: un escuadrón demotocicletas, un escuadrón de cañones de 47 mm. contra tanques,y un escuadrón de autos blindados.

—un regimiento de carabineros ciclistas a dos batallo-nes, con tres compañías cada uno, de los cuales uno de ame-tralladoras;

—un regimiento de artillería de Cuerpo, compuesto de lassiguientes unidades: un grupo a tres baterías de 75, un gru-po de artillería automóvil a dos baterías de 75, y un grupode artillería a dos baterías automóviles de obuses de 105.

El fin perseguido en las maniobras realizadas este año era veren una tarea común, el rendimiento aproximado de las nue-vas unidades y, especialmente, estudiar la coordinación de losdiferentes medios de locomoción con que ellas cuentan.


El tema de la maniobra circunscribía la acción del Cuer-po de caballería en una zona de 40 Kilómetros de frente porotros tantos de profundidad.

Como en todos los ejercicios modernos de combate, en estasmaniobras no se vió nada en el terreno fuera de la marcha dealgunos elementos por caminos alejados del contacto del ene-migo. Solamente en los Puestos de Comando se pudo conoceralgunas indicaciones sobre las operaciones. El vacio del campoes casi absoluto.

Los ejercicios realizados permitieron señalar algunas expe-riencias que vale la pena considerar. Primeramente, llamó laatención en estas maniobras de caballería, la ausencia absolutade caballos; pues vimos un solo jinete, muy lejos de la linea defuego. Además, se pudo establecer en el desarrollo de los ejer-cicios que, aún en un pais con excelentes rutas y cortas distan-cias, la irrupción de un enemigo que pueda concentrar en la fronte-ra fuerzas motorizadas de importancia, no podrá ser detenidapor tropas de cobertura débiles, apoyadas con unidades quepuedan transladarse con rapidez al frente amagado; sino quees necesario organizar, desde la paz, una barrera potente defuerzas, conjuntamente con la preparación de grandes destruc-ciones que permitan canalizar el avance del adversario haciapuntos que puedan ser dominados por la defensa. Por otraparte, se pudo observar que, si en realidad las tropas motori-zadas pueden ocupar frentes mayores, debido a la movilidadde sus medios de acción, la amplitud que toma el servicio detransmisiones, en estos casos, es tan grande y tan difícil derealizar, que se exponen a perder la conexión entre ellas.

Es conveniente acentuar la importancia que toman cadadía los medios automóviles para el transporte de tropas y elempleo creciente de elementos de fuego a tracción mecánica.Todas las naciones europeas están aplicando la motorización alejército: Inglaterra ha relevado al caballo de su puesto dehonor por el motor; Francia posee numerosas divisiones dedragones motorizadas; Alemania, junto con elevar su ejércitoa las proporciones actuales, creó seis divisiones motorizadasy dió un impulso a su industria automóvil, de tal manera queen 1935 podía disponer de más de 200. 000 camiones, 12. 500autobuses. 32. 000 tractores, 1. 000. 000 de motocicletas y elServicio de Correos cuenta con un parque de más de 15. 000camiones construidos especialmente para fines militares. Ade-más, las amplias carreteras que ha construido últimamente Ale-mania permiten el tránsito de 72. 000 hombres por hora, encamiones para 30 individuos, marchando en columnas de a doscarruajes, con 15 metros de distancia y a 60 kilómetros por

MANIOBRAS DE CABALLERIA EN E L . . . . 803

hora. En cuanto a Italia, y esto vale especialmente para los quecreen que la motorización es asunto que sólo puede conside-rarse en los países en donde existe una red de caminos de pri-mera clase, los triunfos que obtuvo en Etiopía se debieron, es-pecialmente, al auxilio de las columnas motorizadas y a sus for-maciones de camineros; como que entre Febrero y Noviembrede 1935 se transportaron al teatro de operaciones más de10. 000 vehículos motorizados y 60. 000 obreros para la. cons-trucción de rutas.

No sería acertado que nosotros nos dejáramos influenciar por laorganización que van tomando los ejércitos de países cuyascaracterísticas difieren sustancialmente de las del nuestro; peroes cosa indiscutible que el motor es un auxiliar poderoso enlos ejércitos modernos, tanto en la pampa, como en la montañay en el bosque: todo depende de la forma en que se hagasu aplicación. Las columnas motorizadas, en combinación conlas formaciones de camineros, constituyen uno de los aportesmás importante que la época moderna ha creado como incre-mento potencial de un ejército. Y ante esta verdad, sufi-cientemente demostrada, se impone un impulso a todo aquelloque conduzca, directa o indirectamente, hacia un mejoramien-to en este aspecto de la preparación para la defensa del país.

En lo que respecta a organización y táctica de las tropasmotorizadas, serán los medios de nuestras posibilidades y lascaracterísticas de nuestros teatros de operaciones los que po-drán indicárnoslas; pues la organización de las tropas europeassólo puede servirnos para nuestros estudios y experiencias comopunto de partida.

Los perros al servicio del ejército

a) Perros mensajeros.

En la Guerra Mundial se comprobó que los perros actuaroncomo excelentes auxiliares de los soldados. Y si en alguna uni-dad los perros no dieron resultados satisfactorios la culpa fué,en general, de los hombres que no supieron tratarlos ni em-plearlos.

En el presente artículo se dan algunos datos importantessobre el trabajo y la instrucción de los perros. "Según las ta-reas que desempeña, el animal puede clasificarse en: perrosmensajeros, perros para las guardias y perros sanitarios.

El empleo de perros bien instruidos puede influirenormemente en el desarrollo del combate. Cuando fallan to-dos los medios de comunicación y el fuego enemigo detiene todomovimiento de hombres, los perros saben, instintivamente, pa-sar por las zonas batidas (explosiones e impactos), y a travésdel humo y la neblina, ofreciendo al adversario sólo un blancopequeño y dificultándole la observación debido a sus movi-mientos rápidos y flexibles.

Mientras que al comienzo de la guerra se empleaban pe-rros mensajeros únicamente para el envío de partes y órdenes(de lo cual se deriva su nombre), poco a poco se efectuó pormedio de ellos aún hasta el transporte de munición, víveres ypalomas mensajeras.

El perro mensajero trabaja al servicio de dos guías: eluno envía el perro al otro con los partes y aquél a éste suce-sivamente. Pero este ir y venir de un guía al otro, debe efec-tuarse lo más rápidamente posible a causa, ante todo, del fue-go enemigo. Cuando la situación y el tiempo disponible lopermiten, se dará a conocer al perro, de antemano, el caminopor recorrer, lo que se llama: «orientar al perro». Para talprocedimiento, uno de los guías queda en su lugar, y el otro

LOS PERROS AL SERVICIO DEL EJERCITO 807

c) Perros sanitarios.

También la instrucción de los perros sanitarios tiene sumétodo especial. Ellos deben buscar los heridos: pero comono pueden ayudarles con su propia fuerza, deben anunciar a suguía cuando los han encontrado. Con tal fin, cada perro sanitariotiene sujeto al collar un colgante de cuero de más o menos 40

M. del E. 10.

marcha de allí coa el perro hasta su puesto; así el perro co-noce la ubicación de sus guías. De otra manera se puede mar-car el camino que debe recorrer el perro, con un líquido olien-te con que el guía salpica el terreno.

Los perros mensajeros deben aprender a recorrer su ca-mino pasando obstáculos de toda clase, tanto naturales comoartificiales, cumpliendo su misión sin distraerse por los ruidosdel combate (disparos, explosiones, gritos, etc. ). Muchas ve-ces, la tropa misma dificulta y perjudica el empleo y la instruc-ción de los perros, llamándolos y dándoles de comer. Los co-mandantes de tropa tienen que impedir con toda severidad talfalta de disciplina, que no debe cometer una tropa bien ins-truída.

Finalmente, se debe instruír a los perros mensajeros paraque puedan hallar de nuevo el camino cuando los rastros sehan perdido por cualquier razón, por ejemplo: por explosionesgranadas, trabajos con la pala, etc., o cuando el guía ha hechoun pequeño cambio de posición.

b) Perros para los guardias.

Estos perros trabajan bajo el mando de un sólo guía y sutarea principal consiste en ayudarle en la vigilancia, anuncián-dole, especialmente en la obscuridad, la aproximación dehombres, que, con frecuencia, el guía reconoce difícil-mente por su propia vista y oído. Además, deben proteger asu guía en casos necesarios. Para este fin, el perro debe apren-der a observar una disciplina absoluta, porque no debe anun-ciar el peligro ladrando, lo cual descubriría prematuramente lapresencia del centinela. Así que se le enseñará que avise a suguía el peligro tocándole con el hocico. Tampoco debe atacara los individuos que se acercan, sin previa órden del guía. Sólocuando este último le dá una señal especial pasará al ataque.


cm, (un "Bringsel") que lleva en el extremo un relleno paramorder; cuando lo tiene tomado en el hocico es la señal con-venida para anunciar que ha encontrado un herido. En se-guida el perro conducirá al guía al sitio donde está el herido.

Por lo expuesto se puede afirmar que cada una de las cla-ses de perros, de que se sirve un ejército, necesita instrucciónespecial. Es imposible e improcedente instruir un perro paramás de una tarea o especialidad. Además, hay que observarque para el cumplimiento de cada misión es menester el tipode raza correspondiente.

En Alemania, existen escuelas especiales de instrucción yentrenamiento para los perros militares. Se empieza con la elec-ción del animal: temperamento o instinto. Ya a los tres mesesde edad los perros deben. rendir su primer examen. Esta pruebatiene por objeto constatar en qué forma se orienta el perro en elterreno y cómo salva obstáculos inesperados; para este fin sele hace pasar una trinchera, subir y bajar corriendo una escalera,nadar en un zanjón y correr a través de un campo de cráteres.En seguida debe trabajar en la obscuridad y pasar por un obs-táculo de telas multicolores. Del resultado de estas pruebaspuede comprobar el experto si el perro es apto para el trabajoque está llamado a desempeñar.

En el segundo examen, que se efectúa dos meses más tar-de, se prueba la perseverancia y su adhesión al hombre. Debesalvar a la carrera una distancia determinada en un tiempo da-do; en otra prueba debe demostrar cómo reacciona al encuen-tro con hombres y perros durante la carrera; en una tercera,que no se desanime al agitarse paños a su paso, y tampoco porel fuego de ametralladoras (con munición a fogueo); asimis-mo tiene que encontrar rápidamente a su dueño—que se en-cuentra oculto—después del segundo llamado. Finalmente debeencontrar la. salida de una alambrada, y soportar valerosamen-te la explosión de un cohete que estalla durante su carrera deprueba.

Tan importante es la elección cuidadosa de los perros comola selección de los guías. Con este fin se dictan cursos espe-ciales para estos últimos, en los cuales no sólo se perfeccionanlos individuos elegidos, sino que se pone a prueba su facultad deguiar e instruir los perros.

De Dessie a Addis AbebaPor el Mayor Sr. Carlos Meirelles G.

Gracias a la gentileza de la Embajada de Italia, el EstadoMayor del Ejército pudo exhibir al personal de Jefes y Oficialesde Ejército y de la Fuerza Aérea de la Guarnición, un interesan-te documento gráfico de la Campaña de Etiopía, la película titu-lada de Dessie a Addis Abeba.

Es ella una demostración palpable del gigantesco esfuerzorealizado por Italia en la guerra africana.

La organización de un ejército que estuviera en condicionesde afrontar con resultado invariablemente victorioso y sin tro-piezos las condiciones del más difícil teatro de guerra, puso aprueba el genio peninsular, siempre tan fecundo en recursos crea-dores.

La película permite apreciar la obra maravillosa de la pene-tración italiana en el que fuera Imperio etíope.

La marcha de las tropas por caminos fragosos, a través demontañas, torrentes y desiertos, significó un esfuerzo sólo compa-rable al realizado por las legiones imperiales en épocas en que eláguila romana posó sus alas en todas las regiones del mundo co-nocido.

Dignos herederos, dignos émulos de aquellos que inscribieronsus hechos portentosos en las páginas más hermosas de la Histo-ria, de aquellos que con sus hazañas épicas, su cultura y su pro-greso dieran el nombre a un período de la vida de la Humanidad,los italianos del presente han asombrado al mundo con esta demos-tración tan evidente de su pujanza y su grandeza.

La campaña de Etiopía no sólo ha sido señalada por la suce-sión de combates en los cuales el Ejército italiano escribió unabella página de heroísmo y de empuje avasallador. Ha sido tam-bién una sucesión ininterrumpida de actividades constructivasque, junto con servir a las finalidades militares, representan unpaso inicial, sólidamente asentado, en el sentido de preparar esaotra invasión redentora que hará que un día Etiopía sea el ver-gel de la Italia colonial, la fuente de poderosos recursos para laMetrópoli, la prolongación del Lacio inmortal.


Fueron los caminos, cuya construcción seguía el paso de losconquistadores, los que actualmente evidencian, con la contunden-cia de una realidad pasmosa, el magnífico esfuerzo del obrero pe-ninsular y del peón nativo, guiados por la alta preparación técni-ca y el talento organizador de los ingenieros romanos.

Ver el prodigio de surgir un camino para vehículos automó-viles allí donde sólo existe la huella apenas visible de las cara-vanas, cuyo serpenteo a través de la topografía atormentada exi-ge procesos inauditos de cálculo y de previsión, es enfrentarse auna realidad que hace poco parecía ilusoria.

Romper el cerro fantástico con que la naturaleza fortificó aEtiopía, mediante el empleo de elementos motorizados que dieronuna aceleración meteórica a las operaciones, es otra de las haza-ñas que hoy admiran los más pesimistas estudiosos de la Campaña.

Abastecer con abundancia a un Ejército a través de regionesdesoladas, en donde todo debía ser ofrecido desde la Patria a lolargo de una línea de comunicaciones casi interminable, es otrode los hechos que han producido admiración.

Y, por último, hacer suyo un territorio inmenso, poblado porrazas guerreras cuya fama ha hecho época en la Historia, es laobra de un genio poderoso, cuya visión, dilatándose en la con-templación del futuro de la Roma Imperial, permitirá a su razamaravillosa perpetuar la tradición que hoy renace entre las rui-nas de una Roma Augusta y el esfuerzo ejemplar de un puebloque ha sabido conservar a un Duce para honra y gloria de su Pa-tria.


morales muy severos, detestando la prostitución, que se letenía como delito público y se penaba con la muerte; otro tan-to, sucedía con el adulterio. Los germanos eran monógamos,aunque a los príncipes se les permitía tener varias mujeres porexcepción. Aquí la patria potestad la encontramos entre lospueblos bárbaros constituida por el «mundium» bajo el cuallos hijos y la mujer podían adquirir bienes, tutela que cesabacuando los hijos llegaban a cierta edad o por el hecho de con-traer matrimonio, o por así permitirlo un consejo de familia.Vemos pues que la organización de la familia en los pueblosbárbaros, tuvo una base digna de ser la precursora de la fa-milia contemporánea.

No es menos interesante decir algunas palabras con res-pecto a esta institución en el Derecho Irlandés Antiguo. Irlan-da fué el único país que se escapó a las invasiones de los bár-baros. Su «derecho político» ha sido admirable y basta paraconfirmar lo dicho citar el hecho que mil años antes de nuestraEra tenía Irlanda un régimen parlamentario y de Irlanda se ge-neró la idea de civilizar a los «escotos», «anglo-sajones» y«galenses». Sobresalió este pueblo por la protección que dió alas ciencias y a las artes en todos los tiempos.

También la familia, conocida por la «finé», fué el funda-mento elemental del Estado. La «finé» era una vasta familiadonde existían veintiseis grados entre sus miembros, siendo laconsanguinidad el vínculo familiar por excelencia. La familiaera monógama y según el Código de Brehon, la más antiquísi-ma ley irlandesa, estaban regladas las relaciones y derechos re-cíprocos de las familias y la distribución de la propiedad fa-miliar.

Hemos visto a grandes rasgos lo que esta institución ha si-do desde sus primeras manifestaciones; y, en todas las épocas,la familia es la constitutiva del Estado, el cual no puede exis-tir si no hubiera existido la familia.

Creemos de necesidad antes de tratar en estas nociones ge-nerales del derecho sobre el Estado, hacer un breve paréntesispara detenernos en el matrimonio, que será la materia de nues-tro próximo artículo.

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