Historia del Perú independiente

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Historia del Perú Independiente: Primero período, 1819-1822 Mariano Felipe Paz Soldán

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  1. 1. HistoriadelPerIndependiente:Primeroperodo,1819-1822 MarianoFelipePazSoldn
  2. 2. r
  3. 3. DEL PER INDEPENDIENTE POR MARIANO FELIPE PAZ SOLDAN La historia es la mas til de la* ciencia:: tu estudiu nos ofrece la experiencia de lo posado y nos suministra datos para presagiar lo venidero: es el libro universal *n que ca da uno, haciendo uso de su discernimiento, puede con se guridad encontrar la leccin que le concierne; ella frustrani militar y al comerciante aplicado; prepara al hombre de Es tado y manlfesta al filsofo los progresos interesantes y va riados del espritu humano; en una palabra, vigoriza el jui cio yameniza el trato de todos los individuos dela sociedad. Apuntamientos indito* del General Gamarra. PRIMER PERIODO 1819 - 1822 o LIMA MDCCCLXVIII
  4. 4. J HARVARD UNIVERSITY LIBRARY Nov :j W1
  5. 5. PROLOGO Dificil y peligrosa es la empresa que acometo : escribir la historia, cualquiera que sea su naturaleza, requiere dotes muy elevados. El his toriador es el. severo juez de lo pasado y el maestro consejero del porvenir : su erudicion debe ser general y profunda; su juicio muy escudnflador'y certero y para complemento su narracion debe ser sencilla, clara, y correcta. Cuantas veces al leer al sentencioso Tcito, al Huido Salustio, al elocuente Gibbon y al incomparable Thiers be dejado por meses enteros mi tarea, resuelto ocuparme en otros estudios; pero mi espiritu se ha realzado viendo que en mi patria, hasta hoy nadie acomete la empresa; que su historia no existe, que los hechos mas importantes estan olvidados desfigurados y que si pasa mas tiempo todo quedar reducido la nada ! Ademas, los numerosos documentos inditos, la rica coleccion de peridicos, folletos y otras publicaciones que con incan sable afan he rennido y extractado por mas de 20 aos, pueden desaparecer, quedando perdidos para siempre los comprobantes nicos de la historia ; era preciso salvarlos, y asi como un inexperto nadador se arroja un torrente para librar una victima, riesgo de perder su vida, asi me arrojo yo al campo de la Historia para salvar preciosos documentos que por primera vez vern la luz pblica, riesgo de comprometer mi reputa cion literaria. Mi trabajo ser pobre en su estilo, falto de aquel elevado juicio y critica que han inmortalizado tantos escritores pero tendr el incomparable mrito de la sencillez y la verdad : no citar un hecho.no formar una opinion, sin apoyarlos en un documento. Si mis ideas son equivocadas, el lector puede rectilicarlas, desde que pongo su alcance la fuente de donde bebi. Si la Histria es la fiel narracion de los hechos pasados para que sir van de leccion en lo futuro, claro es que se separan mucho de su objeto aquellos que la convierten en lecciones de filosofia, dejando un lado la narracion y dndola como sabida. Una histria deberia constar de dos partes del todo distintas ; narracion y filosofia, la una independiente de la otra, pero de tal modo que la segunda no puede existir sin prvio
  6. 6. ii PRLOGO, conocimiento de la primera; porque es fcil que cada uno forme su juicio filosofia especial despues de conocer los hechos ; por esto muchos libros histricos no dejan bastante impreso en nuestro entendimiento el espiritu de la poca que se refieren. Presntese cada hecho con toda claridad y en su verdadera luz y entonces su filosofia se presentar por si sola. Esta idea ha dominado mi espiritu; yo no ine propongo escribir la Filosofia de la Historia del Per Independiente; pretiero mas bien en este casQ que mi trabajo se considere como simples Anles Crnicas. Muchas veces he tenido presente el consejo de Tcito de lo muy peligroso que es escribir la historia del siglo que corre y del que ha poco pas, por estar aun vivos los descendientes de las personas de quienes se trata (*) mas he reflexionado que yo no me propongo injuriar unos ni ser el panegirista de otros; procedo con mi espiritu libre de las preocupaciones de amor odio; nada espero niada temo; porque mi nimo lo conducen la buena f y el patriotismo ; y porque creo como Thiers que "el momento en que los actorc%van desaparecer, es el mas apropsito para escribir la histria ; porque puede apelarse su testimo nio, sin participar de sus pasiones." (f) Yo ruego piies los que aun viven y figuran en esta histria, los hijos de los que ya no existen, que si encuentran en mi narracion algo que mancill su honra, que los Xalte en su gloria, no lo atribuyan al deseo de ofensa de clojio ni a odio : la gloria que obtengan unos por sus virtudes civiles servir de estimulo para que sus hijos conciudadanos imiten su ejemplo; asi como la censura se vera, pero justa que recaiga sobre otros, por sus vicios, ignorancia, debilidad, ser el espejo en donde se mrenlos que por desgracia inten ten imitarlos. En mi trabajo no he olvidado un solo instante que el historiador es un juez severo que no debe tener mas patria, ni mas fami lia, ni mas amigos que la inflexible verdad. "Yo no busco masque la verdad y me avergonzaria de que la histria. sirviese para calumniar los muertos." (J) Si por ignorancia de algunos hechos, por haberlos concebido mal, mi opinion les fuere contraria, estoy pronto retractarme y rectificarla en los siguientes volmenes que contrendrn un Apndice de rectificaciones, en el cual publicar los nuevos documentos que me remitan los interesados, las razones que aduzcan, si son dignas y sufi cientes; pero de todos modos referir en resumen las observaciones que se hagan, por infundadas que sean. "Renniendo los recuerdos nacio nales, debemos pensar mas en la salud y provecho de los vivos que en la reputacion de los muertos. Nuestra tarea es buscar solamente lo que en realidad ha existido, y saber por qu ha existido; rennir asi y presentar la vista los resultados de todos los experimentos que se han intentado por nuestros antepasados y por nosotros mismos." (f) (*) Libros IV. Anles: Aforismo 193. (f) Historia de la Revolucion Francesa I. Introduccion. (+) Lamartine: Historia do los Girondinos. (^[) Sismondi: Historia d los Franceses : Introduccion.
  7. 7. PRLOGO. ni "Quiz nazcan agravios y violentas recriminaciones para nosotros por los hechos graves y desconocidos que sacamos luz ; pero protesta mos solemnemente que de estos solo hacemos valer aquellos que son un corolario esencial dela histria y no una personalidad suprdua y ociosa. Escribimos la verdad de la tradicion, no los chismes de la maledicen cia. De stos podriamos hacer un libro de tristes pginas, comprobadas con tan tristes documentos, pero queremos qu toda honra se salve, cuan do la justicia y el esclarecimiento de los hechos pblicos no exija aquella inmolacion de pasadas nombradlas que hoy duermen en la tumba del ol vido solo en el corazon de sus nietos. " "Tenemos, empero, todo el valor civil que esa responsabilidad re quiere y por cierto que no la esquivamos, si se llega desafiarnos con armas permitidas. Dulenos el alma de ello; pero los que escriben para la posteridad ejercen una especie de sacerdocio cuyo templo es la propia conciencia en la que ni el odio ni el amor hallan albergue y si solo la justicia." "Repetimos que en cuanto sea posible, evitaremos las alusiones perso nales y aun los documentos que las condenan solo figurarn, en lo que de nosotros dependa, cuando los que de hoy vivimos seamos como aquellos acusados, polvo y compasion de otras generaciones, que nos juzguen la par con nuestros abuelos al pedirnos cuenta de la herencia que de ellos recibimos. Con tal fin esas piezas sern religiosamente guardadas y ba jo alguna garantia pblica, hasta que aquella poca llegue y se lea el testamento, no de una revolucion de ayer, sino de la mision de todo un siglo." "Y entretanto, los que apesar de estas declaraciones explicitas se sientan ofendidos, les decimos humildemente que nos perdonen y los que por ofendidos nos ofendan , les anticiparemos tambien que ya estn perdonados,, pues nos deben mas gratitud por lo que dejamos en silencio que no enojo por aquello que sacamos luz." (*) Al escribir esta obra mi principal objeto ha sido extractar lo publica do en millares de folletos, peridicos, hojas sueltas y cartas privadas y aglomerar de este modo en un solo cuerpo y rden cronolgico cuantos he chos anteriores existen acerca de nuestra historia contempornea : por es to referir sucesos, quiz de poca importancia al parecer, pero que con el tiempo pueden servir para explicar y dar luz algunos hechos aislados y obscuros. Mi trabajo es el primero que se publica en su naturaleza: hasta hoy no han salido, sino Folletos ya en pr en contra de determina das personas negocios; Memorias mas mnos inexactas y quiz cua dernos denominados Historia, escritos con pasion, con rapidez elctrica y llenos de falsedades. Para cada hecho hago citas de vrios documentos, no por ostentar instruccion superllua; sin por ensear la fuente al lec tor, para que si no se conforma con mi juicio, encuentra obscura mi narra cion, pueda instruirse mejor. Con este mismo objeto doy luz multitud O Vicua Mackena : Ostracismo de O'Higgins.
  8. 8. iv PRLOGO, de cartas de los personajes que mas han figurado en nuestra historia ; asi ser fcil que se escriba la biografia de cada uno de ellos. Para dar mejor idea de algunos hechos importantes y que se co nozcan las pasiones mrito con que entonces se procedia, procuro re ferirlos, copiando las mas veces, textualmente la narracion que los princi pales actores testigos hacian en sus cartas privadas en documentos coetneos: creo que esta es la verdadera Historia, en su parte narrativa ; asi parece que se oye referir el hecho en el momento que acaba de te ner lugar y no perjudica en lo menor la verdad histrica, desde que "por las observaciones notas que pongo, aclaro rectifico lo que es inexacto. No me propongo escribir la Historia Militar de las Campaas del * Per Independiente; por esto no entro en describir las maniobras del ejrcito, los campos de batalla, evoluciones militares ni aquellos permeno- res que interesan al guerrero: basta mi propsito dar idea clara de cada combate, de los preparativos y plan de la campaa, terreno que sirvi de teatro de la guerra; y si es posible, copiai textualmente, los par tes narraciones de los que intervinieron en ellas. Doy el mrito al que lo tiene sin pensar en su nacionalidad: "algunos historiadores han creido que el patriotismo los obligaba antes que todo ' ser los abogados de su Nacion y de sus jefes, [principes] disimular sus crueldades, disculpar sus debilidades, dar explicaciones satisfactorias de sus injusticias y demostrar que apesar del testimonio de historiadores extrangeros de los acontecimientos posteriores, todos sus Gobernantes, han sido siempre buenos grandes hombres; que sus ejrcitos han sido siempre victorio sos y que sus pueblos, excepto cuando sacudian el yugo de la autoridad legitima, han sido siempre prudentes y felices ; pero esta vanidad supone que el historiador no tiene conciencia ni estimacion propia: que el his toriador disimule los vicios del gobernante es imprudente v hasta crimi- nal." () Recordando aquellos hechos crueles de los Espaoles, de que no faltan, por desgracia, muchos ejemplos, no imitar al Espaol Torren te, quien se expresa en una obra que titul Historia de la Revolucion Hispano-Americana, no con la imparcialidad y sangre fria de un historia dor, sino con toda la pasion de un frentico partidario : este escritor ja ms encuentra mrito ni virtud en los que sostenian la causa de la liber tad: para l todos son insurgentes, criminales, ingratos, habladores}' revol tosos : los hroes de nuestra independencia son nte sus ojos y crite rio, ladrones, canalla, aventureros y otros calificativos semejantes: ne imito pues este ejemplo, al recordar el incendio de Cangallo y el de gello de sus indefensos habitantes: compadezco Carratal, sin des conocer su mrito como guerrero. Al narrar que estos actos de barbrie merecian la aprobacion del Virey Laserna, no por esto dejo de confesar que fu humano, generoso y liberal, casi siempre, en su gobernio y duran te la campaa. O Sismondi: Introduccion.
  9. 9. PRLOGO. v El mas grande y peligroso escollo que encontrar mi obra, es la falsa y.errnea noticia que se tiene de muchos de nuestro principa les hechos. El corazon humano se inclina naturalmente todo lo que es mas conforme con sus ideas, creencias deseos; de aqui resulta que el primero que narra un hecho, si halaga nuestro amor, odio vanidad, sin analizarlo, se acepta como cierto y se repite de boca en boca hasta conver tirse casi en verdad historica y desgraciado del que quiera combatirla! Yo he temido mucho incurrir en este vicio: he desconfiado de la tradi cion ; he dudado del juicio de algunos contemporneos, sobre los sucesos de que fueron actores testigos; sin dejar por ello de consultarlos, oirlos y meditar. ['] Comparando muchas de las tradiciones y la nar racion escrita de algunos de los principales sucesos, con los documen tos fehacientes que poseo, tales como cartas privadas otros dignos de f y crdito, encuentro notoriamente falsas las relaciones tradicio nes de tales hechos y necesito sobreponerme ellas para que resplan dezca la verdad; de pronto ser dificil; pero con el criterio, ella triun far y yo habr tenido la satisfaccion de verla resplandecer. "Yo, co nozco que el orgullo se irrita contra el que quiere destruir una opinion ar raigada y cmoda y que los interesados juzgan parcial quienes con ellos choca ; pero apelar los ingenues y desapasionados y aun har que aquel que de mi opinion disienta, conliese que busqu la verdad de bue na f. Por lo demas he aducido las pruebas de mis acertos y en caso de haber sido inexacto, el contraste entre ellos y los documentos harn pal pable mi inexactitud." [f] Tambien s que "es empresa muy varonil del historiador resistir las preocupaciones propias, adquiridas desde la infan cia ; la de los lectores y en fin las ilusiones que los mismos contemporneos han consagrado. Necesita cierta fuerza para marchar firme al traves de todo esto, separando sombras vanas, refundiendo rechazando muchas verdades pequeas que embarazaban el trnsito: pero si asi procede el historiador, tiene por recompensa ver surgir de un ocano confuso, el en cadenamiento de las grandes causas vivas." [J] Por pobre que sea el mrito literario de mi obra, ella servir de manantial abundante y seguro para que gnios distinguidos y mas felices que yo, saquen de l un fruto que quiz no he podido conseguir; solo ruego esos escritores que al aprovecharse de mi trabajo, recuerden que con mi incansable laboriosidad les he facilitado los materiales confun didos repartidos en un verdadero laberinto : en todo me avantajarn, mnos en laboriosidad y buena f. Los documentos en que apoyo mi narracion, los debo la generosi dad de algunos, mis constantes indagaciones, la casualidad y tambien ['] "El vulgo necio y liviano, siempre se deja iraprimiren el nimo las primerasquere- llas que oye, y cuando las tiene impresas, no admite escusa ni defensa contra ellas, en el principio hasta que con el tiempo se desvanecen." Tac. Ann. II. afor. 401 . [t] Cant Hist. Univ. Discurs Preliminar pag. L. [+] Michelet Luis XIV. Prefacio.
  10. 10. vi PRLOGO, los destinos que he desempeado. Carlas autgrafas de importan cia han llegado mi poder de un modo milagroso. Para ser mas explicito y tributar un phlico agradecimiento los que me han colmado de gra titud con su ilimitada confianza debo decir : que el Gran Mariscal Don Antonio Gutierrez de ta Fuente me entreg mas de veinte cajones gran des, llenos de cartas y documentos originales inditos, los mas reserva dos y sin la menor desconfianza: durante ocho meses trabaj mas de cuatro horas diarias para ponerlas en rden y con su consentimiento y ple na voluntad saqu cpia de todas las que me convenian ; tom los dupli cados y aclar algunas dudas que resultaban de esos documentos, oyendo al mismo Mariscal, cuya reminicencia tuve motivo de admirar. Jams olvidar la hidalguia con que me trat este viejo procr de nues tra libertad: "Lea U. todas mis cartas, hasta las de mi esposa; solole pido que antes de formar alguna opinion definitiva acerca de mi conducta pblica privada, me pida U. explicacion y con lo que U. me oiga juz gueme con severidad : yo he sido el blanco de las injurias y calumnias ; jams he querido hablar porque conozco que tiempo llegar en que se me haga justicia; yo he procedido siempre con honradez y patriotismo y sin embargo se ha dudado de mi r sea U. seor Paz Soldan mi severo cen sor." Yo pues, acepto este encargo y ojala pueda desempearlo satisfac toriamente. Tambien ha llegado A mi poder un paquete de cartas y documen tos que poseia el sabio ilustre Arzobispo Luna Pizarro; ese hombre que figur tanto en toda nuestra revolucion. Este Prelado conservaba esos papeles muy doblados y cerrados con un sobre que decia : estos papeles se rn muy tiles para el que escriba la historia del Per. Una de las per sonas allegadas al Ilustrisimo Luna Pizarro, me lo entreg sabiendo que me ocupaba en escribir la historia. El General Don Luis Jos Orbegoso, me honr con su amistad en los ltimos aos de su vida. Le oi referir los principales sucesos de su tormentosa vida y lo hacia con tanta fluidez, naturalidad y franqueza que no parecia que el narrador era el hroe principal, al no saberlo pol los mismos sucesos que se referia. Su hijo el Coronel Don Pedro Or begoso no dud en entregarme el precioso archivo de su seor padre, del cual he copiado preciosisimos y singulares documentos: toda la cor respondencia con Santa Cruz y otros sujetos. Es muy importante lo que l mismo escribi en los dias de su mayor inquietud pblica en 1838 y que doy luz ahora bajo el nombre de Memorias del General Orbegoso: es una desgracia que esos apuntamientos no lleguen hasta la poca mas importante de la vida de este hombre que ha desempeado un papel tan notable en nuestra Revolucion. El seor Coronel Don Andrs Gamarra, hijo lejitimo del Gran Ma riscal Gamarra, me ha dado multitud de cartas de su seor padre, desde los primeros aos de nuestra independencia hasta pocos dias ntes de la batalla de Ingavi, en que pereci llenndose de gloria. Esta coleccion
  11. 11. PROLOGO. mi contiene cartas de Bolivar, Sucre, La-Mar, Orbegoso, Salaverry, Bulnes, Prieto y muchisimos otros personajes que figuraron en esos aos, ya como actores principales ya como consejeros. Debo mi intimo amigo el Dr. D. M. Alvarez todo el archivo integro de su seor padre el Dr. D. Mariano Alejo Alvarez : este fogoso y puro republicano, este incorruptible juez, desempe papeles muy importan tes desde que San Martin pis las playas del Per; con quien tuvo inti ma amistad y en su adversidad no lo olvid; por esto San Martin le es cribia casi hasta los ltimos aos de su vida, llamndole su fiel amigo. El Coronel Don Diego Solazar, hijo del General Don Juan Sala- zar, me entreg multitud de cartas y papeles, todos referentes los pri meros aos de la poca que yo abrazo, 1819 1822, mediante estos singu lares documentos he decifrado muchisimas cartas que tenia en claves in inteligibles y estoy al corriente de muchos secretos de aquellos tiempos. Por circunstancias tan raras como excepcionales y que no es del caso referir, poseo cartas de Monteagudo con San Martin, de Bolivar con Sucre, de Riva-Agiiero con sus innumerables corresponsales: de Gamarra con Salaverry y multitud de personas que seria tan fastidioso y largo como intil el detallar, pero que vern la luz pblica en su respecti vo lugar y tiempo. Todos los archivos de los Ministerios han estado mi completa disposicion y he podido sacar copias de cuanto he necesitado sin restriccion ninguna, debido esto la circunstancia de haber sido yo Ministro de Relaciones Exteriores y la mplia facultad que me dieron para ello el Gran Mariscal Don Ramon Castilla y sus Ministros, Gene ral Don Juan Antonio Pezet, Dr. Don Juan Manuel del Mar y Dr. Don Ma nuel Morales. Asi mismo han estado mi disposicion el archivo del Con greso y de las otras olicinas del Estado. Los documentos que debo la generosidad de las personas que me han honrado con su confianza, jams vern la luz pblica para apoyar con ellos algo que mancille su honra : losconsidero como si no tuviera noti cia de ellos y supongo que los cargos que se les hagan son vagos rnmores, sino tengo otros documentos con que acreditarlo. El historiador debe ser moral, no traidor, y traicionaria si yo comprobara el hecho con las armas que generosamente se me entregan. Se me dir que ignoro un hecho, quiz importante, que no lo documento; solo en este caso acepto el car go de falto de pruebas. Con todos estos elementos he podido rennir treinta y seis volmenes en folio de documentos inditos que suman algunos millares de pginas. Respecto los documentos impresos, hace mas de veinte aos que me ocupo sin cesar en acopiarlos y he podido rennir hasta hoy mas de 500 volmenes sin contar las obras impresas en el extrangcio relativas al Per. No he perdonado arbitrio ni dinero para aumentar mi coleccion y presumo que sea la mas completa que existe. Compaginados tan dispersos como heterogneos materiales, procedi su respectiva clasificacion por aos, despues de numerarlos y para cono-
  12. 12. viii PRLOGO cer en general la marcha de los sucesos, los he ledo metdicamente formando indice de unos o extractando el espiritu de otros: estos indices y extractos tambien los pblico en gran parte, para que sirvan tambien al que se dedique al estudio de nuestra historia. Quiero que lo mucho que he trabajado, lo aprovechen todos. Entro en todos estos pormenores, no para enzalsar mi mrito, sind para que se tenga confianza en mi trabajo y en lo futuro se puedan citar los documentos que me refiero como una fuente pura y autntica, hasta en sus detalles. El ao de 1854, escribi una obra que titul: Apuntamientos para la Historia del Per Independiente, dedicada mi hijo, queentnces se edu caba en Norte Amrica ^Ballimore): me propuse hacerle conocer gran des rasgos la historia de los diez primeros aos de nuestra emancipacion, desde la venida de San Martin ; porque no quise que mi hijo estuviera muy al corriente de la historia de los Medos, de los Asirios y otras naciones que ya no existen y que ignorara la historia de su patria, como sucede muchos peruanos que se educan en el extrangero. Ese trabajo, indito, me ha servido de guia indice del que hoy principio publicar. En cuanto al plan distribucion de la obra me ha parecido mas conforme dividirlo en periodos. Llamo periodo el tiempo trascurrido de un Congreso Constituyente a otro, supuesto que cada Constitucion indica un nuevo rden de cosas y casi nuevas personas ideas : estos periodos se subdividen naturalmente por los grandes acontecimientos que durante ellos han tenido lugar. Asi es que toda la obra comprender cinco periodos saber : Primer periodo : desde que se prepar la expedicion libertadora de San Martin hasta que se instal el Congreso Constituyente en 20 de Sep tiembre de 1822. Secundo periodo: desde la instalacion de ste Congreso hasta el se gundo Congreso Constituyente instalado el 4 de Juniode 1827. Tercer periodo : desde el 4 de Junio del 827 hasta el 1 2 de Septiem bre de 1833 en que se instal la Convencion Nacional. Cuarto periodo: desde el 12 de Septiembre de 1833 hasta el Con greso de Huancayo instalado el 15 de Agosto de 1839. Quinto periodo: desde la instalacion del Gongreso de Huancayo hasta el de 1855 en que se instal la Convencion Nacional. Como complemento de mi trabajo har conocer la marcha y progreso del Per Independiente, en las ciencias, artes y literatura: la rpida variacion de costumbres pblicas y privadas, en un sentido favorable al progreso moral, pblico y social; pondr al lector al corriente de cuan to se ha publicado contra el Per por apasionados escritores y la simple comparacion de lo que ellos dicen y de lo que existe en realidad, har conocer que fueron ignorantes perversos. Este trabajo demanda tiempo, muy maduro exmen y gran caudal de conocimientos; yo procu rar estudiar continuamente y como lo principal de mi trabajo demanda
  13. 13. ix PRLOGO, por si solo algunos aos, aun parala material impresion, cuando llegue el tiempo de publicar dicho complemento, mis errores sern menores y con la critica que sufra mi obra principal y que leer con el deseo de corregirme, creo que merecer mejor aceptacion pblica. El Per ha sido victima cruenta de la maledicencia de los Gobiernos extrangeros, como de la codicia de algunos especuladores que por conse guir dinero no se han parado en los medios. Para hacer conocer el ori- gen y progresos de este mal, que se ha hecho estensivo las demas Re pblicas Sud-Americanas, destino un capitulo al finalizar cada periodo, que titulo Conflictos Internacionales: en l se har una fiel narracion de los sucesos y de su desenlace y al fin de toda la obra, quiz haciendo el resumen de estos capitulos publique una cuyo titulo ser : El Per y los Extrangeros: entnces veran aquellos Gobiernos que tanto nos han ca lumniado, que los Extrangeros en el Per han sido mejor tratados que en su propia patria y que muchos que hoy ostentan en Europa sus rique zas y que quiz contribuyen al descrdito del Per y de la Amrica, vi nieron de pobres artesanos fueron marineros desertores quiz reos prfugos. Creo vencida mas dela mitad de mi existencia; pero lo que aun me reste para llegar su trmino, lo dedicar exclusivamente en dar conocer mi adorada patria y para que por mis obras se diga por aqui pas un hombre. Feliz si consigo mi objeto !! LIMA, 1865.
  14. 14. CAPITULO PKELIMINAR. Rpida ojeada sobre la organizacion civil, poltica y econmica del Vireinato del Per. Divisin politicaDivision eclesiasticaAdministracion do justiciaAtribuciones del Virey Supremo Consejo de IndiasInstruccion publicaComercioAgriculturaProhibicion pa ra viajarFalsas ideasCausas que precipitaron la emancipacion de las ColoniasIgno rancia o malafe de algunos escritores. El Vireinato del Peb fu una de las mas importantes posesiones de la corona de Castilla en la Amrica y entre las del Sur la primera de todas ya por sus ricos, abundantes y fciles productos, ya por lo extenso de su territorio, poblacion y cultura de sus habitantes. Su extencion era mayor que la' que tiene achialmente, que se halla disminuida por la usurpacion de parte de la Provincia de Maynas y regiones al Este. El Virey del Per ejercia un poder superior al de los de Santa F y Buenos Ayres: por esto en recompensa de sus buenos servicios, esos Vireyes eran trasladados al Peni, como lo fueron Abascal y otros. El Territorio estaba dividido, en lo politico, en ocho Intendencias; saber: Trujillo, Lima, Tarma, Huancavelica, Huamanga, Cuzco, Puno y Arequipa, y posteriormente se le agregaron los Gobiernos de Guayaquil y Chilo. Las Intendencias se dividian en Partidos, que llegaban cin cuenta y siete y estos en Gobernaciones, Corregimientos Alcaldias. El primer mandatario do la Intendencia se llamaba Intendente y sus facultades eran muy amplias; pues cgercia el poder civil, politico y militar y la hacienda tesoro estaba bajo de su inmediata vi jilancia. Su nombra miento y destitucion dependia directamente del Rey, lo cual le daba mu cha independencia en el ejercicio de sus funciones y todo el poder moral que resultado no estar tan al arbitrio de otro; de tal suerte que hasta cierto punto nentralizaba el gran poder del Virey. Al mismo tiempo ejercia atribuciones en lo judicial, con asesoria do un letrado. Un la
  15. 15. 2 ADMINISTRACION DE JUSTICIA. tendente rennia en su persona lo9 dos poderes, ejecutivo y judicial, y su autoridad no podia dejar de ser dspotica; aunque en lo politico de pendiera del Virey y en lo judicial de la Audiencia. Los Partidos, hoy provincial, los mandaba un funcionario con el nombre de Sub-Delegado: en su Partido tenia casi las mismas atribucio nes en lo politico y judicial que los Intendentes y estaba sugeto inme diatamente ellos. Del ejercicio del poder judicial de los Intendentes y SubDelegados resultaban complicaciones, tanto respecto su jurisdiccion, como para ape lar do ellas; originndose diarias competencias que los litigantes de mala f sabian aprovechar, haciendo interminables los pleitos. En lo Eclesistico estaba dividido el Per en un Arzobispado y cuatro Obispados; gubdivididos en Vicarias y stas en Curatos. La influencia que los Obispos ejercian en el pueblo era muy grande; pero.su poderlo mode raban llos, respetando mas que hoy, las regalias del derecho de patronato y otras propias del Gobernante. Entonces ningun Obispo se hubiera atre vido ;i publicar una Bula Enciclica sin el correspondiente pase del Rey: ni se le habrian puesto dificultades para visitar los Seminarios y ejercer muchos otros actos determinados por leyes disposiciones Reales. En lo judicial, ya hemos dicho que, los Intendentes y Sub-Delegados ejercian jurisdiccion civil y criminal , con asesoria de un letrado, en Ia Instancia. Para las apelaciones, habia dos Audiencias, una en Lima y otra en el Cuzco. "La Audiencia de Lima, mas que las otras establecidas en la Amrica Espaola, nos trac la mente muchas reflexiones de diferente mturalcza:yavemosen ella el centinela avanzado que los Reyes de Espa a tenian en estas rejiones para defender su Patronato y sus regalias: ya el severo censor y el vigilante de los Vireyes para contenerlos en sus abu sos y usurpaciones; ya el protecior de la miserable raza indigena, contra el despotismo de los dominadores; ya el celoso guarda de los intereses del Fisco; y en fin el depositario de los sellos reales y el Rejente falta de los Vireyes." [Cat. nm. % palabra Audiencia.] Confiada la administracion de justicia en Ia Instancia Sub-Delega dos Intendentes legos, fcil es comprender cuantos abusos y escndalos no se cometerian, ypor ignorancia, y por venalidad del Intendente, del Sub-Delegado, del Asesor. En las Audiencias no habia mayor garantia en lo relativo pureza; hubo tiempo en que la justicia no se administraba, se daba al que la pagaba mas caro; contribuian muchj este lamen table desrden, la confusion delas leyes, la falta de reglas enlasustan- ciacion de los juicios y que las sentencias do eran motivadas en el hecho ni en las leyes. Ademas, los gastos de un pleito eran fuertes en Ia Instancia; enor mes en segunda y casi fabulosos para ocurrir al Supremo Consejo de In dias, en los pocos casos sealados por ley: los derechos del Asesor y Es cribano, el pago de una compulsa copia del proceso, porte de Correos, Curiales en las Audiencias, exijian mayores sumas que lo que
  16. 16. VIREY CONSEJO DE INDIAS. 3 importaba por lo comn el objeto litigado; sucediendo con frecuencia que despus de un triunfo completo, actor y reo quedaban en la miseria, cuan do al iniciarse el juicio quiz ambos poseian algunos bienes. Hablando con propiedad se podia decir que no haba en el Per administracin de Justicia. El Virey del Per, despus del de Mjico, era el empleado de mas alta categora que Espaa enviaba fuera de su territorio. Nombrado por el mismo Rey, su duracin estaba limitada tres aos, segn las leyes de ludias; pero en la prctica duraba de cinco seis aos; y al terminarlos quedaba sujeto residencia; mas no por esto dejaron muchos de abusar hasta el escndalo, de un puesto que les daba poder para enriquecerse y ejercer venganzas desplegar todo el despotismo mal carcter de un mandatario. De los cuarenta y cinco Vireyes que gobernaron el Per, la mayor parte fueron verdugos de la humanidad: los unos sedientos de sangre, los otros de oro: sin embargo existieron algunos, cuyas virtudes y civismo los hacen acreedores un grato recuerdo. El Virey era representante del Rey: ejerca el gobierno poltico y militar, era Capitn General del Vireinato; Presidente de la Audiencia, conferia destinos, daba indultos, administraba la Real Hacienda, como Superintendente de ella, ejerca el Patronato Real, del cual era celoso defensor. Estaba sujeto al Rey y al Supremo Consejo de Indias; pero esta dependencia era un freno para los honrados y virtuosos y de nada sirvi para los venales, crueles corrompidos. La grande autoridad que ejerca y la inmensa distancia del Superior hacan de cada Virey un verda dero Rey, casi absoluto. A los abusos de estos mandatarios debi la Espa a la prdida de sus Colonias y que el nombre Espaol fuese visto con horror y desconfianza. Los Vireyes podan hacer mucho mal; pero segn las restricciones con que deban proceder en ciertos asuntos, no les era fcil emprender reformas para obrar con alguna independencia: de aqui resultaba que el mal ibaen progreso; pero el bien no se hacia, todo con perjuicio del pasi y de la Metrpoli. Las mismas Audiencias le servan veces de obstculo sin poder vencerlo. El Supremo Consejo de Indias, que era la autoridad inmediatamente superior al Virey y las Audiencias, tenia su residencia en Madrid. "El Supremo Consejo de Indias, creado en el ao de 1542 y reformado y arreglado en los posteriores, se componia de un Presidente, Gran Can ciller, ocho mas Consejeros letrados, segn la necesidad y las circunstan cias, un Fiscal y dos Secretarios, un Teniente de gran canciller, tres Rela tores y un Escribano de cmara de justicia, cuatro Contadores, un Teso rero jeneral, dos Solicitadores fiscales, un Cronista mayor y Cosmgrafo, uu Catedrtico de matemticas, un Tasador de los procesos, un Abogado Procurador, un Capelln, cuatro Porteros y un Alguacil." "El Consejo de Indias no era solamente un cuerpo gubernativo; ejer ca tambin funciones legislativas yjudiciales; pues los Reyes le concedie
  17. 17. 4 INSTRUCCION PBLICA, ron la suprema jurisdiccion do las Indias y con ella la facultad de hacer, con acuerdo real, las leyes, pragmticas, ordenanzas y provisiones generales yparticulares que conviniese; de ver y examinar las Ordenanzas, Consti tuciones y otros estatutos que hiciesen los Prelados, Capitulos, Cabildos y Conventos de las religiones, los Vireyes, Audiencias, Consejos y otras co munidades, para que despues fuesen aprobados por el Rey. Debia tambien el Consejo establecer la demarcacion territorial en lo eclesistico y politi co, cuidar de la conversion de los indigenas y de su buen tratamiento; ha cer propuestas al Rey para todos los cargos seculares y eclesisticos: cui dar de que la Casa de contratacion enviase sus flotas con la regularidad pre cisa; entender en la dispensacion y otorgamiento do gracias y de mercedes: formarjuntas de guerra para la resolucion de los negocios del ramo; exa minar, aprobar y cancelar por medio de los contadores, las cuentas que debian remitir los tribunales establecidos en Amrica para su juzgamiento; formar la historia do las Indias por medio del Cronista y las tablas de cosmografia y demas datos de esta especie, por medio del Cosm grafo. "Adems de estas facultades que abrazaban en rigor la plenitud del poder, el Consejo era tambien un Tribunal que entendia en negocios judi ciales. Si bien no podia avocarse las causas confiadas las Audiencias, co nocia de los espedientes de vista juicios de residencia, de los pleitos de segunda suplicacion, do todos aquellos en que se podia apelar l, de los comisos, de las arribadas, y de algunas causas criminales por via de ape lacion." [Cat. nm. 96 palabra Consejo de Indias.] La Instruccion era el ramo mas descuidado, mejor dicho, aquel cuyo desarrollo y progreso trataba de evitarse mas; pero las luces del siglo estaban tan difundidas que apesar de las severas prohibiciones para inter nar libros y para la enseanza de las ciencias politicas y sociales; ellas pe netraron y alumbraron el entendimiento de muchos Americanos, que despues fueron otros tantos apstoles de la independencia de su patria. En el Per habia tres Universidades, la de San Mrcos de Lima, la de San Antonio Abad en el Cuzco y la de San Cristval en Huamanga, hoy Aya- cucho, pero estas Universidades existian en el nombre y solo para con ferir grados; propiamente hablando, no habia enseanza. Segun sus Esta tutos no se permitia ensear aquellas ciencias que hacen conocer los derechos del hombre, los deberes del Gobernante, ni la dignidad del que es libre independiente. "No bastaba privar los Americanos de la libertad de accion , sino se les privaba tambien de la del pensamiento. Persuadidos los domina dores do la parte mas hermosa y mas considerable del nuevo mundo, de que nada era tan peligroso para ellos como dejar desenvolver la mente, pretendieron mantenerla encadenada, desvindonos de la verdadera sen da que guia la ciencia, menospreciando y aun persiguiendo los que la cultivaban. "Por esto la educacion, fundamento el mas slido do la pblica felici
  18. 18. INSTRUCCION PBLICA. 5 dad, estaba en la situacion mas lamentable. En nuestros campos, apnas habia quien conociese el alfabeto: en los pueblos y hasta en las ciudades principales, las pocas escuelas que se contaban do primeras letras ni te- nian reglas formales, ni estaban bajola inspeccion de las autoridades: ha llbanse entregadas la ignorancia misma. A personas de lamas baja es fera, de ninguna instruccion y que las mas veces abrazaban esta profesion (la mas importante de todas) para procurarse una subsistencia escasa, esta ban confiados los hijos del habitante de Amrica en aquella tierna edad, en que es susceptible el hombre do toda clase de impresiones que tanto cuesta borrar modificar despues. Do alli pasaban los estudios, conven tos y demas establecimientos de enseanza, los colejios y universida des, en las pocas ciudades donde los habia. "Eran empero semejantes establecimientos un monumento do imbeci lidad: en todos ellos so nos ponian en la mano libros psimos, llenos do er rores y patraas; en todos se vendian palabras por conocimientos y falsas doctrinas por dogmas. Los colejios no eran en rigor otra cosa que semina- rios eclesisticos, donde los jvenes educandos perdian su tiempo para todo lo til y estaban sujetos demasiadas prcticas religiosas. Como por esta poca las ciencias sagradas eran las tnicas que se hallaban en honor, porque el estado eclesistico era la profesion que daba mas crdito y utilidad, nacia de aqui que el principal instituto de los colejios, por no de cir el unico, era proveer los pueblos de buenos ministros: asi una distan cia inmensa separaba sus constituciones de lo que debian ser para contri buir la grande obra de la perfeccion del hombre intelectual y moral. Las universidades, que, segun el profundo CondiUac, tanto han retardado los progresos de la ciencia, solo servian en Amrica para ensear qui meras despreciables. Confiada la educacion, los jesuitas primero, des pues otros eclesisticos, en su mayor parte orgullosos y fanticos, cuyo saber se componia de las pueriles nociones adquiridas en la escuela y cu. ya moral antisocial estaba vestida con las formas mas extravagantes, no resonaba en las ulas mas que una ciencia presuntuesa intil, formada de ideas abstractas y de vauas sutilezas, explicadas en estilo brbaro y grosero. Alli, bajo la frula de un preceptor adusto, solo apto para hacer del discipulo un hipcrita y un embustero y bajo castigos corporales, bastantes para quitar la juventud toda idea de sonrojo y de dignidad junto con la sensibilidad del dolor fsico, consumia ella la mas preciosa parte de su tiempo fugaz en aprender una multitud do cosas intiles cuestiones frivolas. "Formaba la lengua latina la base de nuestros estudios, por la nece sidad que de ella habia para e' estado eclesistico, para la jurisprudencia civ'.ly cannica y para la prctica de la medicina; nicas puertas que esta ban abiertas al Americano, para obtener una mediana subsistencia me recer en la sociedad alguna consideracion. De aqui resultaba que se lle naban nuestras cabezas de frases y versos escritos en una lengua muerta y rara vez suficientemente entendida para apreciar su mrito, 3on men
  19. 19. 6 INBTBUCCION PUBLICA. gua del cultivo y posesion de nuestro propio idioma: de esta lengua tan rica, elegante y magestuesa; que se cuenta en el nmero de las pocas co sas buenas que debemos los Espaoles. Tal era una de las causas principales de nuestro atraso en la literatura y ciencias, como lo ha sido siempre en toda edad y pais donde estas no se han enseado en idioma vulgar "Aprendiamos tambien bajo el nombre do ljica, porfiar mas bien que raciocinar, jugar con la razon mas bien que fortificarla. Cual quiera hombro sensato que hubiese entrado en nuestros claustros, sin es tar advertido ntes, habria juzgado, por los gritos descompasados, el fu ror y el empeo que se tomaba por el ergotismo ridiculo, que se hallaba en medio de una multitud de locos energmenos. Habindose introdu cido el espiritu de faccion en la filosofia, como en lateolojia, se desatendia el provecho; solo se buscaba la gloria estril de un triunfo vano, inven tando, para conseguirlo, sutilezas y distinciones con que eludir la dificul tad. El resultado era que se recargaban nuestros cerebros de entes de razon, de cualidades ocultas y otras mil ridiculezes, solo propias para en- jendrar confusion y arrancar toda semilla de aficion al estudio. En vez do aquella metafisica sublime, que hace el analisis del espiritu humano y calcula su marcha, en cuyos abismos penetr el profundo Loche con la an torcha de la verdad en la mano, aprendiamos una metafsica tenebrosa, en cuyos espacios se edificaban sistemas quimricos y se aturdia la razon; ljos de emplearse en ensearnos conocer al hombre, calcular sus facul tades y mviles, se propagaba el absurdo sistema de ideas innatas. La fsi ca, llena de formalidades, accidentes y cualidades ocultas, explicaba por er,- tos medios, los fenmenos mas misteriosos de la naturaleza. La moral no se nos enseaba con los atractivos que ella tiene: no se estudiaba la natura leza del ser intelijente para establecer como base y mvil de todas sus acciones el amor de si: ntes bien la calumniaban, haciendo consistir la ciencia de las costumbres en la abnegacion de si propio, en una es pecie de ascetismo. Abusbase hasta del nombre de la santa filosofia y bajo el titulo de esta ciencia, (pie tiene por objeto el sublime de dis tinguir los errores investi . ar la verdad, nos vendian una miserable jer ga escolstica. La filosofia comenzaba romper en Europa los grillos de la terminoljia, cuando entre nosotros consistia en un modo de raciocinar sutil, alambicado y abstracto; Aristteles, desterrado de ella por el univer sal Bacon, se habia refujiado en Amrica: la duda reinaba en la patria de Galileo, Descartes, Newlori y Leibnilz, mintrasque del otroladodel Atln tico estaba entronizada la mas ciega credulidad, La leolojia escolstica, tan intil y tan fatal para el jnero humano, algo de las matemticas y una jurisprudencia capciosa, embrollada, ajena de nuestros cortumbres, cerra, ban la carrera de nuestros estudios. "No entraban en nuestro sistema de educacion la esgrima, la danza, la equitacion, la msica, natacion dibujo. Un velo impenetrable non en cubria les idiomas extranjeros, la quimica, la historia de la naturaleza y
  20. 20. INSTRUCCION PUBLICA. 7 la de las asociaciones civiles: una sombra obscura nos. separaba del cono cimiento de nuestro propio pais, de nuestro planeta y de la mecnica jo- neral del universo; no tenamos la menor idea de las relaciones que ligan al hombre en sociedad y las sociedades entre s. En suma no se ensea - ba nada de cuanto el hombre necesita saber; pudiendo decirse con verdad que los jvenes se volvan 11149 ignorantes y necios en las aulas, porque en ellas no veian, ni oiaD, las cosas que mas relacin tienen con la vida social. "Pero qu debia esperarse en Amrica en este jnero cuando en Espaa misma era tan* defectuosa la educacin y tan escasas las luces? Si consultamos al erudito Feijoo veremos quo aun mediados del siglo XVIII, los filsofos Espaoles hallaron el arte do tener razn contra lo que dicta el buen juicio y de dar no s qu color especioso lo que mas dista de lo razonable. No era en el examen de las cosas mismas adonde apuraban el discurso, sino en los conceptos y los trminos. Las ma terias fsicas se trataban metafsicamente y solo metafsicamente. Dis putbase mucho del compuesto natural de la materia, de la forma, de la unin, del movimiento; pero no se trataban idealmente estos objetos, ni sensiblemente; se examinaba solo la superficie, no el fon do; en nada se corra el velo la naturaleza, no se hacia sino palparle la ropa. Ignorbase en Espaa, por lo comn, el estado actual de la fsica en las dems naciones. La enseanza de la medicina estaba redu cida en lo general cuestiones de mera especulacin, vanas teoras, disputas. Las argumentaciones escolsticas eran muy violentas veces. En cuanto las ciencias naturales, se padeca notable atraso, por el corto alcance de algunos profesores; por la preocupacin que reinaba en el pas contra toda novedad; por el errado concepto en que se estaba de que cuanto presentaban los nuevos filsofos se reduca curiosidades intiles; por el zelo indiscreto y mal fundado, que hacia temer que las doctrinas nuevas, en materia de filosofa, trajesen algn perjuicio larelijion. Que debia esperarse en Amrica, volvemos preguntar, cuando en la metr poli era tal el estado de la instruccin pblica, que eseitadas en tiempo de Carlos III reformar sus estudios, contestaron las clebres universi dades de Alcal y Salamanca que no podan apartarse del sistema del pe- ripato; que los de Newton y Galileono estaban de acuerdo con las verda des reveladas y quo el estudio de la jurisprudencia romana debia ser el primer objeto de los que se dedicaban al derecho; cuando casi todo era ignorancia en Espaa, aun en una poca en que en otros pases haba brillado ya Galileo y Maquiavelo, Bocn y Newton, Montaigne y Descartes, Montesquieu y Adam Smithl "Al mtodo de enseanza, que acabamos de trazar, monumento el mas vergonzoso de la ignorancia y tirania Espaola, corresponda la educacin del bello sexo en Amrica. El cultivo de esta porcin la mas amable do la especie humana, que siempre es el objeto de la mas sria atencin de todo pueblo ilustrado, lo descuidaban enteramente nuestros opresores. Co
  21. 21. 8 COMERCIO. mo no estaba en sus intereses el ilustrar la fuento de dondo la sociedad recibe sus mejores impresiones, ni preparar goces puros intelectuales aquel sexo tierno, cuyos encantos pudieran contribuir tanto la virtud y la dicha, no se trataba sino de hacerle conservar durante todo el trn sito do la cuna al sepulcro la frivolidad, la inconstancia, los caprichos y poco juicio do la primer edad. Ensearle manejar la aguja, inspirarle el gusto del adorno, h aqui lo que estaba reducida la educacion de nuestras mujeres: muy rara vez se los enseaba msica, dibujo baile: algunas no se les permitia aprender escribir, por temor de que corres pondiesen con sus amantes. Apocado con insulseces y bagatelas el nimo de aquel bello sexo Amricano, tan despierto, tan insinuante, tan dulce, tan sensible, era consecuencia precisa que fuese casi nulo su influjo so bre la felicidad pblica y domstica; y el iiimenso vacio que dejaba la educacion en sus almas, tenia que llanarlo el sexo delicado con los entre tenimientos de la frivolidad del galanteo. No pudiendo tenerla estima cion otra base que las buenas cualidades del entendimiento y del cora zon; siendo stas las nicas que proporcionan al himeneo una serenidad constante, se relajaban considerablemente los dulces vinculos que de bian ligar los esposos.y la educacion fsica y moral de los hijos, co mo tambien las obligaciones domsticas, eran frecuentemente desaten didas para dar rienda pasiones criminales. "Viciada asi la fuente, que debiera dar ciudadanos tiles la Patria, no se encontraba por todas partes en Amrica mas que disipacion y falta d& costumbres . inaccion perezosa, galanterias; y el extrangero instruido y sensible, al mismo tiempo que hacia justicia al talento natural y al carcter ameno, franco y hospitalario del hombre' Americano, se aflijia al ver su misera condicion social; efecto todo de los principios de politica, que des de el siglo XVI han gobernado aquellas rejiones." (Cat. nm. 293 /. pg. 231 por Garcia del Rio,) El Comercio de Ultramar se puede decir que estaba prohibido, si se atiende la multitud de trabas, los fuertes derechos y las severas penas con que se amenazaba los que se destinban este ramo. Al principio, se prohibi en lo absoluto el comercio directo de Espaa; y las celebradas fe rias de Panam y Cartagena con los Galeones, no podian satisfacer las ne cesidades pblicas, en ningun sentido. "La Espaa, en la ilusion de su pros peridad y en el quimrico designio de apropiarse exclusivamente las rique zas y producciones del nuevo mundo, que acababa de adquirir, no solo pro hibi toda negociacion con el extrangero; sin qu, aun embarazaba el giro que podian formar entre si los mismos Naturales; pues aunque por la real Cdula de Carlos I de 15 de Enero de 1529 debia distribuirse el Comercio de las Indias entre varios puertos del Ocano y Mediterrneo, para que al canzase su provecho todas las provincias de la Corona de Castilla; pero obligndose con prdida de bienes y aun do la vida, que los retornos fue sen precisamente la casa do la contratacion de Sevilla, llegando por esa restriccion imposibilitarse los efectos del permiso, general apropindose
  22. 22. COMERCIO. 9 muy presto aquel comercio, la exclusiva de que solo do su rio se navega se Amrica. "El sistema do los Galeones fuelegido como el mas seguro paraabas- tecer estas provincias, dando.por el arreglo de los precios que graduaban los Diputados del comercio de Espaa, y el Peni, un justo valor las mer cancas y efectos. La prdida de la Jamaica mediados del pasado siglo, aumentando considerablemente el contrabando; el saqueo de Panam en 1670 por el pirata ingles Juan Morgan, obligando desde entonces no ade lantar los caudales y retardar su remisin hasta tener noticia de la lle gada de los Navios Cartagena; y el privilegio concedido la compaa inglesa en 26 de Marzo de 1713 conforme los preliminares del tratado de Utrech, de proveer de negros al Per por treinta aos, oprimieron do tal modo por su concurrencia esas famosas frias, que despus de la de 1737 fu imposible continuarlas por mas tiempo. "En su lugar fu sostituido el comercio por el Cabo dellornos, en na vios sueltos y separados sin ninguna fijeza en el nmero, ni en el tiempo de su expedicin, siendo el permiso una especial gracia concedida al fa vor y sujeta la infinidad de lentitudes, fondeos y otras molestosas for malidades establecidas con el protesto de evitar el fraude y que unidas al excesivo derecho de toneladas, impedan la prosperidad de toda empresa. "Lleg por ltimo el nuevo reglamento de libre comercio, el que pu blicado en 12 de Octubre de 1778 no pudo tener general uso hasta el de 1783 en que se efectu la paz; y como en el primer fervor de la novedad se multiplicronlas espediciones con el notable excoso que se ha insinua do, la imposibilidad del retorno y venta ha causado el atraso y prdida de muchos negociantes. "Pero no es ese dao, preciso efecto de la libertad. Esta no estriba en hacer todo lo que se puede, porque ya seria desorden y desarreglo, sin en practicar todo lo que se debe, es decir combinar con mtodo y reflexin las empresas y sus resultas: la profesin del comerciante depen diente del capricho do loa hombres y de la inmensa variedad de mil inci dentes complicados, exige para el acierto un superior espritu de atencin y cuidado. Falto de ese nivel, el nmero crecido de importadores en los in mediatos aos de 1785 y 1786. recargaron en 24 millones un reyno que en cada ao consumir cuatro, formando ese exedente una estagnacin, que ha interrumpido el curso de los negocios." "Pretender reglarlo por leyes particulares, y nmero fijo de toneladas es remediar un mal pasagero con una destruccin constante: dse todos los vasallos la esperanza de adquirir y gozar el fruto do su trabajo y los reve ses los harn mas circunspectos en los medios que elijan para conseguirlo. El exclarecido Ministro, cuyo nombre recordamos con el elogio debido (el Excmo. Seor Morfino,) penetrado de estas inviolables mximas decia: La crianza, la agricultura, el comercio y todas las artes se adelantan sobre dos principios: saber, Interes y Libertad. La direccin de estos principios pertenece al gobierno; pero puesto el Ciudadano en el camino que gue la
  23. 23. 10 COMERCIO. felicidad comun, se le debe dejar eorrer en pos de sus garantas, aprehendo- nes. e 'El envio delos Galeones y Naves que le seguian,era regulado en el pa sado siglo para el consumo del Per y Tierra firme, en quince mil toneladas y en 1740 so hallaba reducido dos mil, extinguiendo el Comercio ilicito trece mil toneladas. La facilidad de estancar el comerciante poderoso solo un ramo, lo hacia rbitro del precio, aumentndolo un exceso que solo se reglaba por la necesidad, cxgindose por el quintal de hierro cienpesos, por el de acero ciento cincuenta pesos y con esta monstruesa desproporcion por los demas efectos: los retornos la Metrpoli eran iguales la poca influencia interes que tenia en ese Comercio. En los veinte y seis aos cor ridos desde 1714, hasta el de 1739, solo se habian registrado 34millones. En todo este tiempo no pudieron verificarse sino cuatro Armadas y esta ba ordenado desde 1595, que en cada un ao, en la mayor dilacion los diez y ocho meses se expidiesen dos Galeones. Ese retardo, siendo un nuevo estimulo renovar el fraudulento jiro y el capitulo 43, del tratado concediendo la compaia Inglesa la remision de un navio de 500 tonela das en cada ao, para comerciar en las Indias, en concurrencia de las ferias, extendido despues por el segundo de la explicacion firmado en 26 de Ma yo de 1716, no esperar sino cuatro meses, en los puertos de Cartagena y Portobelo, sindole permitido el vender pasado que fuese ese trmino, agravaban los males del Reyno y casi imposiblitaban el remedio. "Los primeros navios de registro que fondearon en el Callao en 1705, conducen los mutues riesgo al interes de 70 10 y el de los seguros, en C diz 20 en el siguiente ao bajan los premios 50 y los seguros 15 y sucesivamente en los restantes hasta llegar 12 los mutues y 5 los se guros, siendo estos 2, en las embarcaciones que llegaron en el prxima pasado ao y aquellos al 4." (Cat. nm. 306 Disertacion Histrica y politico, sobre el comercio del Per por Baquijano I. nm. 23 y siguientes.) La Metrpoli conoci y confes que este sistema de comercio era absurdo cuando en 1778 (28 de Octubre) dict con mucha pompa y apariencias de desmedida generosidad lo que se llamaba Reglamento de Comercio Li bre. "Considerando YO, dice el Rey, que solo un comercio libre y protejido cutre Espaoles-Europeos y Americanos puede restablecer en mis dominios la Agricultura, la Industria y la Poblacion su an tigue vigor, determin por Decreto Instruccion de 16 de Octubre de 1765, franqiiear varios puertos de esta Peninsula para la navega cion las Islas do Barlovento, que luego se fu estendiendo otros para jes de Amrica con la experiencia de sus ventajosos efectos; hasta que por Real Decreto de 2 de Febrero de este ao, me servi ampliar aquella primera concesion las provincias de Buenos Ayres y losReynosde Chi- ley elPer, cuya contratacion hace ya rpidos progresos." {Cat. nm. 119) Este Libre Comercio que llam tanto la atencion de las Amricas no debia denominarse libre desde que solo podian ejercerlo los Espaoles con la Amricay en ciertos y determinados puertos. Las Naves debian de ser
  24. 24. COMERCIO. 11 espaolas: los capitanes y oficiales de mar espaoles, la tripulacion, cuando mnos dos terceras partes de espaoles. Los puertos habilitados en el Pe r eran el Callao, Arica y Guayaquil. Para hacer la carga do un buque con destino los puertos habilitados, se necesitaba, despues de sealar el buque y su destino, manifestar todos los gneros y frutos que se embarcaban; pa gar en el puerto del embarque los derechos; dar fianzas do presentar torna- guias que acreditaren que los efectos llegaron su^lestiue. Los dueos de las mercaderias no podian ir con ellas, ni mandar sobrecargos agentes, si su valor no llegaba la cantidad de 2,647 $; pero en ningun caso el carga dor sobrecargo podia ser extrangeru; la coudicion do ciudadano espaol era indispensable y aun en este caso necesitaban afianzar con 500 ducados de vellon, restituirse Espaa; ademas stos debian ser mayores de edad, si eran solteros; si casados presentar el permiso de sus mugeresy si menores de edad, el de sus tutores. Tal es en compendio el famoso Regla mento del Comercio Libre, que algunos creyeron que iba causar la ruina del Comercio de Espaa, la pobreza de la Amrica y la destruccion de mu chas fortunas. Antes (decian) no iban d la Amrica del Sur mas de cuatro Galeones y con lo que llevaban bastaba para satisfacer las necesidades de estos paises nuevos; si hoy salen muchos buques en derechura, sus carga dores van una ruina cierta y la Amrica no podr consumir tanto. Los defensores del comercio libre les contestaban con hechos, que en un ao el aumente era palpable: en solo el puerto del Callao habian fondeado en un ao (de 1785 1786) | diez y seis embarcaciones ! ! asombroso movimien to nunca visto en la Amrica. (Cat.. nm. oO) Un ilustre defensor de esta sombra de libertad explicaba el fenmeno dediez y seisW buques llegados al Callao con cargamentos cuyo -valor sumaba 24 millones, haciendo ver que en los aos anteriores, el comercio estaba estancado con motivo de la guerra con Inglaterra y que si los consumos no pasaban de cuatro millones al ao, pronto se nivelarian con las importaciones. Los derechos que bajo el nombro de Alcabala, Almojarifazgo y otros so cobraban las embarcaciones y electos que traian, las mas veces eran tan desproporcionados, que su valor excedia al precio del misino articulo. El Vi- rey Abascal se escandaliz al ver por si mismo los males de tan vicioso sis tema: baste saber que sobre los derechos que pagaban en Cadiz; "los efec tos extrangeros que venian de Panam pagaban un 45 por los de licito comercio sobre el arancl de 1778, los 35 pava el Rey y los 10 para el Con sulado; y por los ilicitos un 40 sobre avalo le plaza. . . .pero ya estos efectos como que venian de Jamaica habian pagado un 29 en el mismo Panam. Los aguardientes nacionales de Pisco pagaban un 29 por todo derecho, mas un peso por cada botija de contribucion, para el sosten de buques, 1 ^ de derechos de salida y un real de almacenaje." ( Cat. Ms. nm. 698J El comercio terrestre, de provincia provincia, estaba muy restringi do con la obligacion de sacar grutas una razon del nmero y calidad de efectos y su destino: para sacar guias se necesitaba afianzar la tornaguia
  25. 25. 12 AGRICULTURA. 6 sea una constancia do que los dichos efectos llegaron en destino: en ca da pueblo se imponian ciertos derechos municipales determinadas merca- dorias, resultando que el consumidor pagaba un 400 sobre el verdadero valor. Las pequeas embarcaciones destinadas al cabotaje pagaban en ca da viaje redondo, sea de ida y vuelta, un 38 1 y como el nmero de via jes anuales excedia de tres, claro es que cada ao satisfacian un derecho que ascendia mas del valor total de lo que importaban los cargamentos. (Cat. nm. 479 pcj. 16.) Noeramnos prolija y engorrosa la ritualidad que tenian que suje tarse los buques con la visita, reconocimiento y otras precauciones que qui taban el tiempo y aumentaban los gastos de un modo considerable. "La historia del comercio exclusivo, que la Espaa ha egercido en la Amrica, formar un capitulo muy curioso en la historia de las locuras hu manas, cuando so haya establecido generalmente, como propende hacer lo el rden natural, el nico que conviene al comercio y que confirma la razon, se mirar este cuadro como una fbula como una calumnia, contra el tiempo que pudo sustentarlo." (Cat. nm. 530 Jtx/^r. 32.) La Agricultura estaba reducida sembrar aquellos articulos de gran consumo y primera necesidad, como maiz, papas y otras raices. No se esti mulaba el sembrio do rboles ni otras plantaciones: se descuidaba, mejor dicho, se desconocia el cultivo del caf, algodon y otras plan tas semejantes. Estaba prohibido el cultivo de la Oliva y via do taimo- do, que esta prohibicion se comprendia entro las instrucciones especia les que se daban los Vireyes del Per. So les decia "que tuviesen mu cho cuidado de no consentir que se labrasen paos, ni pusiesen vias, por muchas causas de gran consideracion y principalmente porque habiendo en Espaa provision bastante do estas cosas, no se enflaqueciese el trato y comercio con estos Reinos y Jos correspondientes derechos quede ellos se causan." "Igual prohibicion existia para el cultivo del olivo, pero como la naturaleza y la necesidad son mas poderosas que la voluntad de los Re yes; las pocas vias y olivos que so sembraron furtivamente se propaga ron de tal modo, que no fu fcil el destruirlas, apesar del deseo instruc ciones que para ello tenian los Vireyesi Ocurrieron entonces su destruc cion por medios indirectos, prohibiendo que los indios se destinran en esta clase de cultivo "Y como quiera que en diferentes ocasiones se ha ordena do los Vireyes vuestros antecesores, que no permitan ni den lugar que se planten vias, ni olivares en esas Provincias, y despues que no se acre cienten las plantas, he entendido, que son muchas las plantadas: y para el beneficio y labor de ellas, es mi voluntad y mando, que tampoco se den Indios de repartimiento y que en el tomar Indios de su voluntad para ello, en la ventado las vias y olivares, y en todo lo dems, que esto toca, se tenga la mismarden que en lo do las Chacras, so las mismas penas, que las hagais ejecutar con grandisimo rigor." [Leyes 6 y 8 tit. 13. lib. C i?e- cop. de Indias.'] "Y esto, que no se den Indios para vias y olivares, lo volvi re-
  26. 26. PROHIBICION PARA VIAJAR. 13 petir y mandar la otra Cdula del ao de 1609, que trata del mismo per- vicio personal de ellos en el Capitulo 24 por estas palabras "Que para la cosecha, sementeras y demas beneiicios de la Coca, cultura do las vias y olivares, no repartan ningunos Indios por los inconvenientes grandes qne hasta, aqui se han experimentado en los repartimientos de esa calidad. "Y en el ao siguiente de 1610 14 de Agosto se despach otra Cdula al Marqus de Montesclaros, Virey del Per, que haciendo men cion de las referidas, nota el descuido que por lo pasado ha habido en su cumplimiento, y manda que en lo de adelante se tenga a mano en esto y que no se den licencias, para que se planten vias, ni que se reparen las que se fueran acabando, sin consultarlo primero y luego aade "y pues teneis entendido, cuanto importa esto para la dependencia, que conviene tengan esos reinos do estos y para la contratacion y comercio: os encargo y mando, que tengais cuidado de hacer ejecutar, lo que acer cado lo susodicho est proveido asi en la dicha vuestra Instruccion, como por el despacho de los servicios personales de esos Indios y por otras C dulas mias, de lo que en todo hubiere y se hiciere, me avisareis. 'Y no se contentado la atencion de nuestros Reyes y leyes en pro hibir los repartimientos de Indios para estas cosas, hall que tambien en el 4. de dicha Cdula de 1601, los prohiben para los caaverales ingnios de azcar, que se iban plantando y beneficiando en las Indias, poniendo gravisisimas penas los transgresores y los jueces que fueren remisos en ejecutarlas y que no se admita por excusa, decir, que los in dios estn alli de su voluntad, que tienen parte en los mismo ing nios." [Cat. nm. 86. Lib. 2. cap. 9. 19 22.] Por ltimo arbitrio para des truir el cultivo de estas plantas, se impuso censos las tierras y fuertes derechos esos productos por el dao que recibia el Fisco en la fulla de los comercios y trfico de los comercios de Espaa y menoscabo de sus d( ,c chos. Ningn Espaol ni extrangeru podia pasar la Amrica sin prvia li cencia y para concederla, se hacian prolijas y secretas averiguaciones. Los contraventores perdian todos sus bienes y eran devueltos la Metrpoli: en la misma pena de confiscacion de bienes incurrian los Generales, Capi tanes, Oficiales y Ministros de armadas y los que llevaban pasajeros sin la dicha licencia. Los que las obtenian eran examinados, en diferentes ofi cinas, para acreditar la identidad de su persona: las diligencias eran mas prolijas que las que se observan en una plaza Inerte, cuando un enemigo la asedia. (*) La severidad do estns prohibiciones se suaviz muy poco con el trascurso de los aos; porque los mismos comisionados por la Corte que venian estudiar la Amrica, eran prolijamente vigilados. La despoblacion era inevitable y asi sucedi en efecto, que disminuian los habitantes en los lugares del interior y las grandes ciudades permane cian estacionarias. ( Cat. nm. 483 pg. 4 nm.. 484 pekj. 15.) (*) Iye* del libro 9 titulo 26 Recopilacion do Indias.
  27. 27. 14 FALSAS IDEAS. Diestramente se cuid de infundir en el corazon-de los jvenes la idea de gratitud que se debia Espaa, que llamaban la madre patria; el eterno reconocimiento porque nos dieron religion y nos ilustraron. Los que proclamaban principios de libertad independencia, eran con siderados como hijos desnaturalizados, ingratos y dignos de un severo castigo, que se revelaban contra sus padres, que renegaban de su origen. Este error se infundi de tal modo, que hoy mismo creen muchos que ha blar contra Espaa, es hablar contra nuestra madre, patria y un acto de desnaturalizacion. Pero estas obligaciones no eran reciprocas, si Espaa queria ser considerada como madre patria y los Espaoles como verda deros padres, debieron tratar los Americanos como hijos, no como enemigos; debieron darles ilustracion para que eternamente se recono ciera el deseo que tenian de que progres;! ramos en lo material intelec tual; mas nada de esto querian: leyes restrict ivas en todo sentido; la horca para el que proclamaba principios de independencia; la hoguera para el que queria ilustrarse con los principios de la filosofa; las proscripciones, el incndio de pueblos y degello de sus pobladores; he aqui las ternuras de la madre patria. (Cat. nm. 561 pdg. 19.) Esta viciosa organizacion debia precisamente producir un malestar gene ral; y asi nada extrao era que el descontento aumentara proporcion que los colonos, mejor instruidos del verdadero sistema de un buen gobierno, se convencian da la imperiosa necesidad de sacudir un yugo que no deja ba libertad para el desarrollo material, ni intelectual de sus vasallos. La Espaa no vari de sistema politico respecto sus Colonias en Amri ca desde el dia de la conquista. Leyes restrictivas de la industria, comercio y agricultura; limitacion en la enseanza de las ciencias y artes; exclusiva para que los Americanos ejercieran ciertos derechos y garantias: repulsi va para conceder representacion politica; y muchos otros vicios, precipita ron la poca de la emancipacion; y era tal la ceguedad de los que rodea ban al Rey, que apesar de que algunos Espaoles, ya en las Cortes, ya en brillantes discursos manifestaron todos esos males, como altamente peli grosos, no quisieron poner el remedio. Examinando con imparcialidad las leyes de Indias, las diferentes rea les cdulas, reglamentos y demas dispocisiones relativas la Amrica, no se concibe cmo pudo formarse un plan tan absurdo, para conservar en la obediencia y bajo de su dominio todas las Colonias. Cada una de aque llas leyes eran otros tantos obstculos, para que pudieran progresar las ciencias y las artes; y el embrutecimiento del pueblo y la diminucion de sus habitantes eran sus consecuencias inevitables. La emancipacion do la Amrica debia tener lugar en un periodo mas menos remoto; porque est fundada en principios y razones de la misma naturaleza humana: el hombre como el bruto permanecen sugetos al dominio de otro hasta que pueden manejarse por si solos: esta ley natural no es posible contrariarla. Con leyes bien calculadas, con una sana politi ca, con vijilancia y medidas precautorias podr prolongarse, pero no per
  28. 28. CAUSAS DE LA EMANCIPACION. 15 peinarse la dominacion de un pueblo sobre otro. La Espaa no que ria conocer estas verdades y cuando vi que sus ricas colonias princi piaban sacudir el yugo, pudo haber imitado lo que el Portugal hizo, bien trasplantando un tronco de su dinastia, para establecer gobiernos de quienes pudiera obtener ventajas comerciales, tratar dirctamente con los nuevos gobiernos. Hoy ejercerla gran influencia y hubiera obtenido ventajas positivas sobre las demas naciones; pero la Espaa subyug sus colonias con la ignorancia y superticion; las contuvo con despotismo y severidad y pretendi conservarlas derramando sangre: asi es qu pronto vi su amargo desengao. Ella ser pues la nacion que mnos domine en el afecto y estimacion de los Americanos y con su nueva politica, ha alejado para siempre el amor de las que fueron sus colonias. A las causas ya indicadas se aadian otras, no de menor importan cia: entre ellas, como la primera, debe contarse el desprecio con que tra taban los Americanos. Los indigenas eran en su concepto poco mnos que bestias. La poblacion estaba dividida y subdividida en castas; y en tre ellas procuraban sembrar el odio y el menosprecio. Los hijos de Es paoles nacidos en la Amrica, eran denominados con el nombre de crio llos y sus mismos padres, espaoles, los despreciaban. Hasta la casualidad de haber visto la primera luz en Cdiz en Lima, era aun para los mismos padres, un titulo do honor menosprecio. El criollo no tenia para ellos las mismas facultades intelectuales, ni los mismos derechos: las leyes hacian la distincion y tan notable la diferencia, que, cuando los hijos en su mayor edad podian tener al gunas ideas, conocian que ellos se les trataba como seres inferio res sus mismos padres: asi sembraron la semilla do la desunion: los hijos de esos criollos, no podian dejar de tener idnticas creencias las de sus padres, y la separacion del afecto para sus abuelos era mayor. No exsistian pues los vinculos del amor porque los abuelos, nacidos en Espaa, los destruian con su propia conducta al trasladarse las Amricas. La co munidad de idiomas en vez de servir de vinculo, era una causa de mayor desunion: el menosprecio las costumbres que tiene cada pais y los mismos habitantes, se hace sentir mas pronto, expresndolo en un idioma conocido: si esas injurias se nos dirigen en idioma extrao, no se entien den, y mientras se busca quien las explique hay Jugar la reflexion. Esa desigualdad que se queria conservar mas y mas entre el Espaol y el Americano crecia proporcion que las luces so generalizaban en la Amrica, no por el esfuerzo de la Metrpoli, que cuidaba de apagarlas, sino por el empeo y profunda meditacion con que estudiaban lo poco que era permitido; por las nuevas ideas que desentraaban con avidez de los esca sisimos libros, de los inmortales Montesquien, Dideroty otros filsofos y publicistas, que sus manos llegaban, atravezaudo los peligros de las aduanas y de la infernal Inquisicion. La guerra que sin cesar agit la Europa desde 1796 hasta 1814, en que cay Napoleon, dej aislada la Amrica, y esta apenas dependia en
  29. 29. 16 CAUSAS I>E LA EMANCIPACION. la apariencia de la Espaa que, por su pai te, fu el juguete del arbitro de Europa. Este aislamiento ense i las Colonias bastarse si mismas y las alej de tal modo do la Metrpoli, que cuando se restableci la quietud en Europa, las Colonias Espaolas eran desconocidas para sus dominadores. Los sucesos que tuvieron lugar en Espaa en 1808, con motivo de la guerra con la Francia, facilitaron la Amrica su emancipacion politica: los movimientos que antes so presentaban aislados, en el ao de 1809 fueron casi unisonos en Colombia, Per, Buenos Ayres y Chile. Las Juntas Gu bernativas que se formaron en Buenos Ayres, Chile, La Paz y Caracas, eran una verdadera revolucion por su independencia, apesar de que algu nas se disfrazaban bajo el pretesto de incomunicacion con Espaa y se cubrian con el velo de sumision al Rey. El prudente Abascal con su firmeza pudo sufocar unas, moderar otras y aplazar no pocas. La li beral Constitucion Espaola de 1812, que daba la Amrica el de recho de ser representada en las Cortes, por sus Diputados fu un verdadero paliativo, pero siempre mezquinoy desconfiado. La Regencia de Espaa confes el mal sistema adoptado hasta entonces "Desde este mo mento, Esjxioles Americanos os veis elevados la dignidad de hombres libres; no sois ya los mismos que antes encorvados bajo un yugo mucho mas duro mientras vas distantes estabais del poder: mirados con indiferencia, vejados por la codicia, y destruidos por la ignorancia. " Los Diputados del Por y otras Colonias hicieron oir su voz, para reclamar derechos en favor de su patria, manifestando el peligro si no se atendian debidamente sus cla mores. Entonces conocieron los Americanos residentes en Espaa, lo poco que valia la Metrpoli; la falta de poder para subyugar sus remotas colonias; la escasez de hombres, en fin, vieron que podian ser libres. "Cuando la Espaa pues llamaba su seno Diputados de todos los puntos de Amrica, llamaba calificadores de su impotencia para continuar dominndola; y por consiguiente multiplicaba las tentaciones de aumentarla. Las miradas de los Diputados no podian mnos do penetrar el fondo de la situacion de Es paa y la pintura que debian hacera la Amrica, no podia dejar de pro ducir, mas bien de aumentar la desazon de mantenerse unida. Es ee- trao que se lo escapase una cosa tan obvia la Espaa, tan suspicaz por lo comun en todo lo concerniente su Amrica. "Tambien se lo pas la Espaa, 1. que el rgimen constitucional que establecia cu su seno podia parecer la Amrica tan bueno para si misma como lo era para Espaa; y 2. que haciendo una completa revo lucion contra su antigue rgimen, presentaba la Amrica el modelo jun to con la disculpa. Y asi la conducta de la Espaa recuerda la de aquellas personas que creen que les es permitido todo lo que es prohibido los de- mas y que tratan con ciegos con esclavos; y padecen aquella inconsecuen cia tan comun de no querer admitir los efectos de las causas qiie uno mismo ha producido. No hay cosa mas comun en el curso de los negocios.'' (Cat. nm, 530 ptj. 8.) Por esto todos los principales caudillos de la Independen
  30. 30. IGNORANCIA DE ALGUNOS ESCRITORES. 17 cia fueron los que se haban educado en Espaa, los que concurrieron las Crtes, porque estaban convencidos de la impotencia de sus dominado res, presenciaban sus vicios, palpaban su nulidad; en fin la ilusin habia de saparecido y perdidoso el influjo moral, nico que puede hacer duradero el falso poder. Lo que obtuvieron los Diputados de Amrica durante el cautiverio del Rey Fernando VII lo perdieron del todo, cuando este mal hijo y psimo Rey fu restituido al trono que deshonraba con sus prostituciones y lo ha cia odioso por su tirana ingratitud sus vasallos, que le haban no solo conservado, sino tambin salvado un trono del que era indigno. Los pri meros pasos del Rey Fernando fueron perseguir los liberales, abolir la Constitucin, restablecer el sanguinario Tribunal de la Inquisicin, restrin gir los derechos de la Amrica, remitiendo auxilios de fuerza para afian zar su dominio, en pases que ya haban palpado una sombra le libertad. El derecho de representacin en las Cortes se limit los Americanos de tal modo que era infructuosa su concurrencia: en vano un ilustre Ameri- . cano habia clamado para ser odo: "cesarn todas las disensiones en Am rica el momento que se vean efectivamente iguales en representacin y goces; si Vuestra Magestad lo difiere; dgolo con dolor, no habr ya mas Amricas. " [Cat. nm. 517.] La cuestin que se suscit en las Crtes sobre el nmero de Diputados que la Amrica tenia derecho de mandar las Crtes, era de vida muer te. El mezquino gabinete de Madrid temi que . aumentado ese nmero, la voz de la Amrica se hara oir y su voto triunfara; por esto se puso gran empeo en limitarlo solo treinta, que era mnos de la quinta parte de los que le correspondan. Los Diputados de Amrica residentes en Madrid solicitaron con energa ese derecho, reduciendo su peticin tres puntosj (Abril de 1820.) 1, que los Espaoles de Ultramar tienen derecho in contestable influir en las deliberaciones del Congreso. 2. Que siendo la base de la representacin en la proporcin sealada do un Diputado por cada 70,000 almas, debe drseles el nmero correspondiente la po blacin de aquellos paises. 3. Que en la imposibilidad de quo lleguen los Diputados tiempo de tener parte en las sesiones de ese ao, era preci so recurrir nombrar suplentes; pero que el nmero de estos debia ser igual al que compete en clase de propietarios las provincias de Ultramar, llamando desde luego, con arreglo al artculo 109 de la Constitucin, los Diputados quo se hallaban en Europa, de los quo asistieron las ltimas Crtes, fueron posteriormente nombrados para las que deban suceder. El derecho de la Amrica para elegir un Diputado por cada setenta mil habitantes, lo apoyaban los artculos 28 y 31 de la Constitucin que determinaban ese nmero para mbos hemisferios; pero todo fu ilusorio, se neg este derecho las Amricas y ellas lo obtuvieron en su plenitud eclarando su absoluta independencia. (Cat. nm. 515 y 518) Muchos Americanos pensaban de buena f que el bienestar de su pas estribaba en la dependencia de Espaa, pero igualndose sus dere
  31. 31. 18 IGNORANCIA DE ALGUNOS ESCRITORES. chos; haciendo desaparecer la odiosa preferencia de los nacidos en Espa a y concediendo algnna libertad civil y politica. La Corte de Madrid no queria escuchar razones; la contestacion era aumentar las expediciones sobre la Amrica, reforzar su ejrcito, generalizar las persecuciones y cadalzos. La Espaa agotaba sus tesoros, mataba su crdito y diezmaba su poblacion pretendiendo subyugar el general levantamiento de todas sus Colonias. Desde fin de 1815, hasta principios de 1820 habia enviado mas de 42,177 soldados de todas armas; y en solo preparar la ltima expe dicion de 20,000 hombres en 1820, que no tuvo lugar, porque se sub lev al tiempo de embarcarse, habia gastado 400.000,000 de reales (Oat. nm. 561.) La Espaa quiso conservar sus dominios en Amrica y los perdi, jun to con sus tesoros. Despues ha pretendido igualarse en poder otras Na ciones, ejecutando actos de verdadera pirateria y se enagen para siem pre el afecto y aprecio de los Sud-Americanos; sembrando el odio eterno que aumentar mientras mas se medite en su felonia. "La prdida de la Amrica y de la Grecia para sus antigues seores tiene pues una causa uniforme, idntica y que proviniendo del mismo principio, ha debido atraer el mismo resultado. Este principio ea el atraso de los dos paises en la marcha general del mundo y en el rden de la civilizacion; y la de la Espaa no est mucho mas adelantada que la de la Turquia. Si no fue se profanar el n ombre del culto que profesamos, me atreveria decir que la Espaa es la Turqua cristiana." (Cat. nm. 49 pg. 101.) Aqui terminaria esta rapidisima Resea de lo que fu el Per hasta fin de 1819, si muchos escritores Espaoles y entre ellos Torrente, no hubie ran caido en el vergonzoso error de querer probar que la Amrica se ha perjudicado con la independencia, dela cual no ha sacado, segun ellos, mas que trastera os y empobrecimiento. Una simple comparacion de los resultados del comercio, de la industria, de las artes, ciencias y varios otros ramo bastar para convencerse de la teoria absurda de esos escrito, res que proceden por refinada macia, por supina ignorancia.
  32. 32. DATOS ESTADISTICOS. PER COLONIA. 2018 2217 1054 217 Total de gente improductora, que ocupaba 115 conventos. . . 5496 Esclavos 40336 Comercio iMPORTACION-en el quinquenio de 1785 1789 ... $ 26.679,961 Idem id. de 1790 1794. .. ,,19.341,935 Total do importaciones en 10 aos. ... $ 46.021,896 Estos valores eran en Cdiz: al llegar Lima debian de pagar, ademas de lo ya pagado en Cdiz, 22 ^ de derechos de internacin; mas un 29 $ en que se calculaban los fletes, intereses del dinero y conduccin hasta los almacenes de Lima. Exportacin Cdiz en el quinquenio de 1785 1789 Oro y plata en pasta y moneda $ 27.861,700 En efectos y frutos del pais ; 3.624,650 Total valor en Lima $ 81.486,150 Dichos valores se aumentaban con los fletes, dere chos reales y dems gastos hasta Cdiz 4.492,984 Poblacin. Segn el censo de 1796 1.076,123 habitantes. En esta reducida poblacin habia Clrigos Frailes Beatas .
  33. 33. 20 DATOS ESTADISTICOS. En el quinquenio de 1790 1794 Oro y plata en pasta y moneda $ 23.780,977 En efectos y frutos del pais 4.127,350 Total valor en Lima $ 27.908,227 Por fletes y demas gastos hasta Cdiz $ 3.981,273 De suerte que el valor total del comercio entre Per y Espaa, en diez aos sum: Por Importaciones, valor en Lima 46.021.896 Exportaciones, valor en Lima , 59.394,377 Advirtase que tanto en las importaciones, como en las exportacio nes, se comprenden los consumos y productos de Guayaquil, mineral de Potosi y provincia de la Paz. Navegacion. Movimiento maritimo entre el puerto de Cdiz y los del Per. Entraron Salieron Cdiz. 1790 7 3 1791 3 7 1792 7 11 1793 7 6 1794 3 3 1795 4 4 31 34 Rentas pblicas. Las entradas de la Real hacienda en el quinquenio de 1790 1794 llegaron $ 23.228,000. En estas entradas figuran las siguientes: Por Diezmos $ 2.368,000 Tributos de Indios 4.500,000 Bulas de la Cruzada 288,000 Azogues de Huancavelica 829,000 Azogues de Espaa 1.134,000 Producto de la Casa de Moneda 2.268,000 Donativos de Guerra 245,000 Tabacos, Naipes y otros ramos Estancados 4.000,000 Total en el quinquenio, $ 15.632,000
  34. 34. PATOS ESTADISTICOS. 21 Por consiguiente la entrada anual era de $4.645,600: mas debe obser varse que el ramo de azogues que figura como una entrada do $ 1.863,000 al quinquenio, tenian un gasto de $ 1.329,000 por compras, gastos de la boreo y fletes, quedando por consiguiente esas entradas reducidas 4.379,800 pesos al ao. Gastos. En el quinquenio de 1790 a 1794 se gastaron. . . $ 19.450,000 Entre los gastos figuran: Remitidos Espaa para el real Erario 1.702,000 Sueldos y gastos de la Casa de Moneda , 755,000 Instruccin pblica. En todo el Per solo habia nueve colegios, inclusive seis seminarios. No se conocian colegios privados, ni establecimientos de enseanza. Tampoco habia escuelas pagadas por el Rey Cajas Reales; y solo existan, en ciertos conventos, algunas de primeras letras para hombres. En los aos que el Per Colonia gozaba de mas libertad de impren ta solo se publicaba en Lima un peridico, bisemanal, en octavo.
  35. 35. 0 PERU INDEPENDIENTE. Poblacin. Segn el censo de 1860 2.355,000 habitantes. La esclavitud qued abolida completamente: El nmero de Clrigos, Frailes y Monjas, no llega la tercera parte de los que existan en 1796. Comercio, Exportaciones, en el ao de 1859: valor en el Per $ 16.715,637 Entre los artculos exportados figuran: el salitre, algodn, lanas, cue ros, caf, zarzaparrilla y diversos productos de la montaa: vinos, aguar dientes y huano. Todos estos productos son de las nuevas industrias del Per y que en la poca del Coloniaje jams se exportaron. Importaciones, valor en las aduanas del Per, $ 15.319,222. En estos clculos no se comprende el comercio terrestre; porque no hay aduanas interiores. Navegacin. Los buques mercantes con bandera peruana en 1860, llegaban 110 con un total de 24,234 toneladas de registro. Movimiento martimo en todo el alio. BUQUES. TONELADAS. Paita 787San Jos 236 > se ignora. Huanchacho 328) Callao 1,334 742,628 Pisco y Chincha 352 97,207 Islay 62 20,068 Arica 259 63,547 Iquique 234 94,104 Total 3,592 1.017,554
  36. 36. DATOS ESTADISTICOS 23 Rentas pblicas. La9 entradas del Per en el ao de 1859 llegaron $ 20.954,800 En esta cantidad, se comprende el producto del huano. . 15.875,000 Las aduanas produjeron 3.400,000 Debe advertirse que en el Per ya no hay contribuciones de indge nas, ni otras pensiones, exceptuando las reducidas de predios rsticos y urbanos. Tambin estn abolidos los diezmos y todo derecho de expor tacin sobre la plata y artculos nacionales. Se desconoce el pago de bulas, estanco de tabacos, donativos de guerra y productos de la Casa de Moneda. Deduciendo pues de las entradas estos artculos y no comprendien do el extraordinario por el Huano, tenemos que las entradas en Per Colonia, eran al ao $ 1.519,200 Per Independiente 5.079,800 Gastos. En 1859 subieron $ 20.387,000 En esta suma se comprende los siguientes gastos: En obras pblicas $ 718,000 Intereses de la deuda pblica 2.191,000 Pagos por daos y otros gastos durante la guerra de la Independencia, cuyas deudas se consolidaron en 1853 '. 1.576,000 Amortizacin de parte de la deuda Inglesa y de los Estados Unidos 3.218,000 Gastos extraordinarios en guerra y marina 2.208,000 Gastos, total extraordinario $ 9.911,000 Quedando por consiguiente como gasto natural . . 10.476,000 Instruccin pblica. En 1862 habia en toda la Repblica para hombres .... 883 , 46,070alumnos < para mugeres 206 9,040 Total 1,089 55,118 ' . para hombres .... 50 , j 5,366Colegios < r alumnos { para mugeres. .. . 27 J 2,321 Seminarios 6 Total 83 7,717 La Nacin gasta al ao en estos Colegios y Escuelas $ 583,895.
  37. 37. 24 DATOS ESTADISTICOS. En 1860 habia, en casi todos los Departamentos un peridico diario, sin contar las publicaciones semanales, quincenales, revistas y peridicos oficiales, todos estos no bajaban de 60 peridicos. Un nmero de "El Comercio" de Lima contione mas que lo que se publicaba en todo el Per Colonia en un trimestre. CUADKO COMPARATIVO DEI. PER COLONIA Y PERU INDEPENDIENTE. Poblacion Comercio (importacion, exportacin. [Movimiento maritimo: buques (entradas. . . . gastos; .... ( Escuelas... Instruccion pblica., Colegios Publicaciones peridicas Peru Coloni 1.076,123. . . $ 4.602,189. 5.939,437 . 11. $ 4.379,800. 3.890,000. 9. 1. 2.355,000 15.319,222 16.715,673 3,592 20.954,800 20.387,000 1,089 83 60 En vista de estos datos, de cuya autenticidad respondemos , porque son extractados de las Memorias de los Vireyes, Mercurio Peruano, Guias de Forasteros de aquella poca y otros igualmente seguros; nos dir Torrente y otros difamadores del Per Independiente, si hemos ga nado perdido sacudiendo el yugo que nos oprimia y si pesar del embrutecimiento en que la Espaa mantuvo las Colonias; de las absur das ideas econmicas que reinaban, haciendo creer y entendiendo y cre yendo all mismo que la plata era el nico valor y las cosas productos de la industria y del trabajo nada valian; que admitir el libre comercio con todas las nciones del Mundo era peligroso y causa de nuestra ruina; nos dir repetimos, si progresamos no aun en medio de nuestros sacudimien tos interiores. Cuando en Europa se estudie con detencion y buena f la marcha de las Repblicas Sud-Americanas, se avergonzarn de su igno rancia respecto lo que hemos sido, somos y tenemos que ser.
  38. 38. HISTORIA DEL PERU INDEPENDIENTE. PRIMER PERIODO. Se 1819 a 1822. CAPITULO L 8e propagan laa ideasliberalesLibertad dla prensa y de la enseanzaDeseos y esfuerza del Peru por su independencia-Se incita a San Martin para una expedicionSan Mrtir concibe el plan de atacar a los Espaoles en el PernShs viajes a Buenos AvreaExpe dicion de AbisbalDefeccion del trasporte Espaol "Trinidad" y sus consecuenciasLlega a Chile Lord Tomas Cochraney se le dael mando de la EscuadraSu primera expedicion al Peru-Ataque al CallaoPeligro en que se encuentra el VireyNuevo ataque al Callao Se dirige a los puertos del NorteRegresa a ValparaisoObjeto de la primera expedicion. El deseo que tenia la Amrica entera de adquirir su libertad, se hizo mas pronunciado desde que los Estados Unidos de Norte Amrica proclamaron su independencia en 4 de Julio de 1776; y Espaa, por odio a Inglaterra vi con gusto esa insurreccion. La Francia con su inmor tal revolucion hizo conocer al mundo entero los derechos del hombre, su igualdad ante la ley y que la libertad independencia do las naciones son imprescriptibles. Los principios de derecho Constitucional y de Gentes, como apoyados en la naturaleza y en la verdadera filosofa so genera lizaron con rapidez asombrosa. La Espaa, que gemia bajo el cetro de un Borbon inepto, dominado por su favorito, era una de las nacio nes quemas de corazon amaba los principios liberales de la Francia. Mu chos de aquellos hombros moderados ilustres, que aunque adictos su Rey, deseaban el progreso y la mejora de los derechos del hombre, mere cieron ser colocados en las Audiencias, Vireinatos, Obispados, Intenden
  39. 39. 26 IDEAS LIBERALES. cias y en diferentes destinos: en estos puestos, sin intencion de daar su patria, pero con la mejor buena f, propagaban, aunque lentamente, sus ideas y principios conformes con las luces del siglo. Algunos Americanos que visitaban la vieja Europa, que all se educa ron, veian las mejoras y progresos debidos la libertad de los principios proclamados por la Francia, regresaban provistos no solo de luces, sin tam bien de aquellos libros que ensean los derechos del hombre y de las nacio nes, haciendo conocer que ellos constituyen su dignidad y progreso. Sin pensarlo y por el rden natural delas cosas, cada libro, cada hombre de aquellos, era un Apstol que propagaba su sistema; y encontraba en cada Americano un nuevo propagandista. En la Iglesia, en el Foro, en las Magis traturas y entre los mismos mandatarios se encontraban hombres que abri gaban las mismas ideas y sistema. Hubo tiempo feliz en que pudieron extenderse estas luces por medio de la imprenta y en los colegios, pero la Corte de Madrid, cuid luego de sufocar este grmen de dicha y ventura para la Nacion; aunque mortal para ella. (*) De esta libertad de la prensa y de la enseanza, solo se goz en Lima; y su existencia fu tan precaria como la Constitucion Espaola de 1812 en que se apoyaba. Abascal restringi la libertad de imprenta, per siguiendo los editores; pero las ideas liberales sembradas en los col