El Principe - Maquiavelo

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El príncipe Niccolò Machiavelli Los que quieren lograr la gracia de un príncipe tienen la costumbre de presentarle las cosas que se reputan como que le son más agradables, o en cuya posesión se sabe que él se complace más. Le ofrecen en su consecuencia: los unos, caballos; los otros, armas; cuáles, telas de oro; varios, piedras preciosas u otros objetos igualmente dignos de su grandeza. Queriendo presentar yo mismo a Vuestra Magnificencia alguna ofrenda que pudiera probarle todo mi rendimiento para con ella, no he hallado, entre las cosas que poseo, ninguna que me sea más querida, y de que haga yo más caso, que mi conocimiento de la conducta de los mayores estadistas que han existido. No he podido adquirir este conocimiento más que con una dilatada experiencia de las horrendas vicisitudes políticas de nuestra edad, y por medio de una continuada lectura de las antiguas historias. Después de haber examinado por mucho tiempo las acciones de aquellos hombres, y meditándolas con la más seria atención, he encerrado el resultado de esta penosa y profunda tarea en un reducido volumen; y el cual remito a Vuestra Magnificencia. Aunque esta obra me parece indigna de Vuestra Grandeza, tengo, sin embargo, la confianza de que vuestra bondad le proporcionará la honra de una favorable acogida, si os dignáis considerar que no me era posible haceros un presente más precioso que el de un libro, con el que podréis comprender en pocas horas lo que yo no he conocido ni comprendido más que en muchos años, con suma fatiga y grandísimos peligros. 1

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El arte de gobernar

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El prncipeNiccol MachiavelliLos que quieren lograr la gracia de un prncipe tienen la costumbre de presentarlelas cosas que se reputan como que le son ms agradables, o en cuya posesin se sabeque l se complace ms. Le orecen en su consecuencia! los unos, caballos" los otros,armas" cules, telas de oro" varios, piedras preciosas u otros ob#etos igualmente dignosde su grande$a. %ueriendo presentar yo mismo a &uestra Magniicencia alguna orenda que pudieraprobarle todo mi rendimiento para con ella, no he hallado, entre las cosas que poseo,ninguna que me sea ms querida, y de que haga yo ms caso, que mi conocimiento de laconducta de los mayores estadistas que hane'istido. Nohe podidoadquirir esteconocimiento ms que con una dilatada e'periencia de las horrendas vicisitudespolticas de nuestra edad, ypor mediode unacontinuada lectura de las antiguashistorias. (espusdehaber e'aminadopor muchotiempolasacciones deaquelloshombres, y meditndolas con la ms seria atencin, he encerrado el resultado de estapenosa y prounda tarea en un reducido volumen" y el cual remito a &uestraMagniicencia. )unque esta obra me parece indigna de &uestra *rande$a, tengo, sin embargo, laconian$a de que vuestra bondad le proporcionar la honra de una avorable acogida, sios dignis considerar que no me era posible haceros un presente ms precioso que el deun libro, con el que podris comprender en pocas horas lo que yo no he conocido nicomprendido ms que en muchos a+os, con suma atiga y grandsimos peligros.No he llenado esta obra de aquellas proli#as glosas con que se hace ostentacin deciencia, ni adornndola con rases pomposas, hinchadas e'presiones y todos los demsatractivos a#enos de la materia, con que muchos autores tienen la costumbre deengalanar lo que tienen que decir,. -e querido que mi libro no tenga otro adorno nigracia ms que la verdad de las cosas y la importancia de la materia. (eseara yo, sin embargo, que no se mirara como una reprensible presuncin en unhombre de condicin inerior, y aun ba#a si se quiere, el atrevimiento que l tiene dediscurrir sobre los gobiernos de los prncipes, y de aspirar a darles reglas. Los pintoresencargadosdedibu#arunpaisa#e, debenestar,alaverdad, enlasmonta+as, cuandotienennecesidaddequelos valles sedescubranbienasus miradas" perotambin.nicamentedesdeel ondodelosvalles puedenver bienentodasue'tensinlasmonta+as y elevados sitios/. 0ucede lo propio en la poltica! si para conocer lanaturale$a de los pueblos es preciso ser prncipe, para conocer la de los principados,conviene estar entre el pueblo. 1eciba &uestra Magniicencia este escaso presente con lamisma intencinqueyotengoal orecrselo. 2uandoos dignis leer estaobra y,meditarla con cuidado, reconoceris en ella el e'tremo deseo que tengo de veros llegar aaquella elevacin que vuestra suerte y eminentes prendas os permiten. 3 si os dignisdespus, desdeloaltodevuestrama#estad, ba#aravecesvuestrasmiradashacialahumillacin en que me hallo, comprenderis toda la in#usticia de los e'tremados rigoresque la malignidad de la ortuna me hace e'perimentar sin interrupcin. Captulo I2untas clases de principados hay, y de qu modo ellos se adquieren2untos 4stados, cuntas dominaciones e#ercieron y e#ercen todava una autoridadsoberana sobre los hombres,ueron y son 1ep.blicas o principados.Los principadosson, o hereditarios cuando la amilia del que los sostiene los posey por mucho tiempo,o son nuevos. Los nuevos son, o nuevos en un todo5, como lo ue el de Miln para 6rancisco0or$a" ocomo miembros a+adidos al 4stadoya hereditario del prncipe que losadquiere. 3 tal es el reino de Npoles con respecto al 1ey de 4spa+a. 7 los 4stados nuevos, adquiridos de estos dos modos, estn habituados a vivir ba#oun prncipe, o estn habituados a ser libres. 7 el prncipe que los adquiri, lo hi$o con las armas a#enas, o los adquiri con lassuyas propias. 7 la ortuna se los proporcion, o es deudor de ellos a su valor. Captulo II(e los prncipes hereditarios8asar aqu en silencio las rep.blicas, a causa de que he discurrido ya largamentesobreellas enotraobra" ynodirigir mis miradas ms quehaciael principado9.&olviendoenmisdiscursosalasdistincionesqueacabodeestablecer,e'aminarelmodo con que es posible gobernar y conservar los principados. /(igo, pues, que en los 4stados hereditarios que estn acostumbrados a ver reinar laamilia de su prncipe, hay menos diicultad para conservarlos, que cuando ellos sonnuevos:. 4l prncipeentoncesnotienenecesidadmsquedenotraspasar el ordenseguido por sus mayores, y de contempori$ar con los acaecimientos, despus de lo cualle basta una ordinaria industria para conservarse siempre, a no ser que haya una uer$ae'traordinaria, y llevada al e'ceso, que venga a privarle de su 4stado. 0i l le pierde, lerecuperar, si loquiere, por ms poderosoyhbil queseael usurpador quesehaapoderado de l;. 9" ni los del 8apa ?ulio, en el de ,:,@,por el .nico motivo de que su amilia se hallaba establecida de padres en hi#os, muchotiempo haca, en aquella soberana.

. )unque hay, entre ellas, alguna dierencia de lengua#e,las costumbres, sin embargo, se aseme#an all, y estas dierentes provincias pueden vivir,no obstante, en buena armona. 4n cuanto al que hace seme#antes adquisiciones, si l quiere conservarlas, le sonnecesariasdoscosas! launa, quesee'tingael lina#edel prncipequeposeaestos4stados,E" laotra, queel prncipequeesnuevonoalteresusleyes, ni aumentelosimpuestos/@. 2on ello, en brevsimo tiempo, estos nuevos 4stados pasarn a ormar unsolo cuerpo con el antiguo suyo/,.8erocuandoseadquierenalgunos4stadosenunpasquesedierenciaenlaslenguas, costumbres y constitucin, se hallan entonces las diicultades//" y es menestertener bienpropicialaortuna, yunasumaindustria, paraconservarlos. Hnodelosme#ores y ms eicaces medios a este eecto, sera que el que la adquiere uera a residiren ellos" los poseera entonces del modo ms seguro y durable, como lo hi$o el . Les acomod ms el conse#o desu valor y prudencia, el tiempo que echa aba#o cuanto subsiste, puede acarrear consigotanto el bien como el mal, pero igualmente tanto el mal como el bien9E. &olvamos a la 6rancia, ye'aminaremos si ella hi$oninguna de estas cosas.-ablar, node2arlos&===, sinodeLuisF==, comodeaquel cuyasoperacionesse;conocieron me#or, visto que l conserv por ms tiempo sus posesiones en =talia" y sever que hi$o lo contrario para retener un 4stado de dierentes costumbres y lenguas:@. 4l rey Luis ue atrado a =talia por la ambicin de los venecianos, que queran, pormedio de su llegada, ganar la mitad del 4stado de Lombarda. No intento aear este pasodel rey, ni su resolucin sobre este particular" porque queriendo empe$ar a poner el pieen =talia, no teniendo en ella amigos, y aun viendo cerradas todas las puertas a causa delos estragos que all haba hecho el rey 2arlos &===, se vea or$ado a respetar los .nicosaliados que pudiera haber all:," y su plan hubiera tenido un completo acierto si l nohubiera cometido alta ninguna en las dems operaciones. Luego que hubo conquistado,pues, la Lombarda, volvi a ganar repentinamente en =talia la consideracin que 2arloshabahechoperderenellaalasarmasrancesas. *novacedi" sehicieronamigossuyos los lorentinos" el Marqus de Mantua, el (uque de 6errara, Gentivoglio Cprncipede GoloniaD, el se+or de 6orli, los de 8saro, 1mini, 2amerino, 8iombino, los luqueses,pisanos, sieneses, todos, en una palabra, salieron a recibirle para solicitar su amistad:/.Los venecianos debieron reconocer entonces la imprudencia de la resolucin que elloshabantomado, .nicamenteparaadquirirdosterritoriosdelaprovincialombarda" ehicieron al rey due+o de los dos tercios de la =talia:5. %ue cada uno ahora comprenda con cun poca diicultad poda Luis F==, si hubieraseguido las reglas de que acabamos de hablar, conservar su reputacin en =talia, y tenerseguros y bien deendidos a cuantos amigos se haba hecho l all. 0iendo numerososstos, dbiles, por otra parte, y temiendo el uno al 8apa y el otro a los venecianos, sevean siempre en la precisin de permanecer con l" y por medio de ellos le era posiblecontener cilmente lo que haba de ms poderoso en toda la pennsula:9. 8ero apenas lleg el rey a Miln, cuando obr de un modo contrario, supuesto queayud al papa )le#andro &= a apoderarse de la 1oma+a. No ech de ver que con estadeterminacin se haca dbil, por una parte, desviando de s a sus amigos y a los quehaban ido a ponerse ba#o su proteccin" y que, por otra, e'tenda el poder de 1oma::,agregando una tan vasta dominacin temporal a la potestad espiritual que le daba yatanta autoridad:;. 4sta primera alta le puso en la precisin de cometer otras" de modo que para ponerun trmino a la ambicin de )le#andro, e impedirle hacerse due+o de la Captulo IV8or qu ocupado el reino de (aro por )le#andro, no se rebel contra los sucesores deste despus de su muerteB,2onsiderando las diicultades que se e'perimentan en conservar un 4stadoadquiridorecientemente, podrapreguntarseconasombro, cmosucediquehechodue+o )le#andro Magnodel )siaen uncorton.merodea+os, yhabiendomuerto apoco tiempo de haberla conquistado, sus sucesores, en una circunstancia en que parecanatural que todo este 4stado se pusiese en rebelin, le conservaron, sin embargoB/, y nohallaronparaelloms diicultadquelaquesuambicinindividual ocasionentreellosB5. -e aqu mi respuesta! los principados conocidos son gobernados de uno u otrodeestosdosmodos! el primeroconsisteenserloporunprncipe, asistidodeotrosindividuos que, permaneciendo siempre s.bditos bien humildes al ladosuyo, sonadmitidosporgraciaoconcesinenclasedeservidoressolamente, paraayudarleagobernar. 4l segundo modo con que se gobierna, se compone de un prncipe, asistido debarones, quetienensupuestoenel 4stado, nodelagraciadel prncipe, sinodelaantigAedad de su amilia. 4stos barones mismos tienen 4stados y gobernados que losreconocen por se+ores suyos, y les dedican su aecto naturalmenteB9. 4l prncipe, enlos primeros deestos4stados enquegobiernal conalgunosministros esclavos, tiene ms autoridad,porqueensuprovincianohay ninguno querecono$ca a otro ms que a l por superior! y si se obedece a otro no es por un particularaecto a su persona, sino solamente porque l es Ministro y empleado del prncipeB:.Los e#emplos de estas dos especies de gobiernos son, en nuestros das, el del B. 8or esto hubo, tanto en 4spa+a como en 6rancia, recuentesrebeliones, seme#antes a las que los romanos e'perimentaron en la *recia, a causa delos numerosos principados que se hallaban all. Mientras que la memoria suya subsistien aquel pas, no tuvieron los romanos ms que una posesin incierta" pero luego que nose hubo pensado ya en ello, se hicieron seguros poseedores por medio de la dominaciny estabilidad de su imperio>>. 2uando los romanos pelearon all unos contra otros, cada uno de ambos partidospudoatraerseunaposesindeaquellas provincias seg.nlaautoridadquel habatomadoall! porquehabindosee'tinguidolaamiliadesusantiguos dominadores,aquellas provincias reconocan ya por .nicos a los romanos. -aciendo atencin a todasestas particularidades,nocausarnyae'tra+e$alaacilidad que )le#androtuvo paraconservar el 4stado de )sia, y las diicultades que sus sucesores e'perimentaron paramantenerse en la posesin de lo que haban adquirido, como 8irro y otros muchos. Noprovinieron ellas del muchsimo o poqusimo talento por parte del vencedor, sino de ladiversidad de los 4stados que ellos haban conquistado.,@Captulo V(e qu modo deben gobernarse las ciudades o principados que, antes de ocuparse porun nuevo prncipe, se gobernaban con sus leyes particulares2uando uno quiere conservar aquellos 4stados que estaban acostumbrados a vivircon sus leyes y en 1ep.blica, es preciso abra$ar una de estas tres resoluciones! debes oarruinarlos>E, oir avivir enellos, o, inalmente, de#ar aestos pueblossusleyesE@,obligndolos a pagarte una contribucin anual, y creando en su pas un tribunal de uncorto n.mero que cuide de conservrtelos ieles. 2rendose este 2onse#o por elprncipe,ysabiendoquelno puede subsistirsin su amistad ydominacin, tiene elmayor inters en conservarle en su autoridad. Hna ciudad habituada a vivir libre, y queunoquiereconservar, secontiene muchoms cilmente por mediodel inmediatoinlu#odesus propios ciudadanos quedecualquier otromodoE,. Los espartanos yromanos nos lo probaron con sus e#emplos. 0in embargo, los espartanos, que haban tenido )tenas y .(ebe hacer como los ballesteros bien advertidos que, viendo su blanco muy distantepara la uer$a de su arco, apuntan mucho ms alto que el ob#eto que tienen en mira, nopara que su vigor y lechas alcancen a un punto de mira en esta altura, sino a in depoder, asestando as, llegar en lnea parablica a su verdadero blancoEE. (igo, pues, que en los principados que son nuevos en un todo, y cuyo prncipe, porconsiguiente, es nuevo, hay ms o menos diicultad en conservarlos, seg.n que el quelos adquiri es ms o menos valeroso. 2omo el suceso por el que un hombre se haceprncipe, de particular que l era, supone alg.n valor o dicha,@@, parece que la una o laotra de estas dos cosas allanan en parte muchas diicultades" sin embargo, se vio que elque nohaba sidoau'iliado de la ortuna, se mantuvo por ms tiempo. Loqueproporciona tambin algunas acilidades, es que no teniendo un seme#ante prncipe otros4stados, va a residir en aquel de que se ha hecho soberano.8ero volviendo a los hombres que, con su propio valor y no con la ortuna, llegarona ser prncipes,@,, digo que los ms dignos de imitarse son! Moiss, 2iro, 1mulo, . . 4sto le ue posible a causa de que l se hallaba enaquella coyuntura,9E en que, movidos de ra$ones particulares, los venecianos se habanresuelto a hacer que los ranceses volvieran otra ve$ a =talia. No solamente no se opusoaello,sino que aunacilit esta maniobra, mostrndoseavorablea Luis F== con lasentencia de la disolucin de su matrimonio con ?uana de 6rancia,:@. 4ste monarca vino,pues, a =talia con la ayuda de los venecianos,:,y el consentimiento de )le#andro. Nobien hubo estado en Miln, cuando el 8apa obtuvo algunas tropas para la empresa quehaba meditado sobre la 1oma+a" y le ue cedida sta a causa de la reputacin del rey.-abiendo adquirido inalmente el duque con ello aquella provincia, y aun derrotadotambin a los 2olonnas, quera conservarla e ir ms adelante" pero le embara$aban dosobstculos. 4l uno se hallaba en el e#rcito de los Hrsinos de que l se haba servido,pero de cuya idelidad se desconiaba, y el otro consista en la oposicin que la 6ranciapoda hacer a ello. imagin cuatro medios,BE. 6ueron! primero,e'tinguir las amilias de los se+ores a quienes l haba despo#ado, a in de quitar al 8apalossocorros queellos hubieran podido suministrarle,>@"segundo,ganarsea todos loshidalgos de 1oma, a in de poder poner con ellos, como lo he dicho, un reno al 8apahasta en 1oma" tercero, conciliarse, lo ms que le era posible, el sacro colegio de loscardenales" ycuarto, adquirir, antes de la muerte de )le#andro,>,, una tangrandedominacin que l se hallar en estado de resistir por s mismo al primer asalto cuandono e'istiera ya su padre. (e estos cuatro e'pedientes,los tres primeros por el duquehaban conseguido ya su in al morir el papa )le#andro, y el cuarto estaba e#ecutndose.-i$operecer acuantoshabapodidocogerdeaquellosse+oresaquienestenadespo#ados, yseleescaparonpocos,>/. -abaganadoaloshidalgosde1oma,>5, yadquiri un grandsimo inlu#o en el sacro colegio. 4n cuanto a sus nuevas conquistas,habiendo proyectado hacerse se+or de la 9, se echaba sobre 8isa" locual bastaba para que Luca y0iena le abriesen sus puertas,seapor celos contraloslorentinos,sea por temor de la vengan$a suya"y los lorentinos carecan de mediospara oponerse a ellos. 0i esta empresa le hubiera salido acertada, y se hubiese puesto ene#ecucin el a+o en que muri )le#andro, hubiera adquirido el duque tan grandes uer$asy tanta consideracin que, por s mismo, se hubiera sostenido, sin depender de la ortunay poder a#eno,>:. ;.8ero )le#andro muri cinco a+os despus que el duque haba comen$ado adesenvainar la espada. Knicamente el 4stado de la 1oma+a estaba consolidado"permanecan vacilantes todos los otros, hallndose, adems, entre dos e#rcitos,Benemigos poderossimos" y se vea .ltimamente asaltado de una enermedad mortal elduque mismo,>B. 0in embargo, era de tanto valor y posea tan superiores talentos" sabatambincmopuedenganarseoperderseloshombres" ylosundamentosquelsehabaormadoentanescasotiempoerantanslidosquesi nohubieratenidoporcontrarios aquellos e#rcitos, y lo hubiera pasado bien, hubiera triunado de todos losdemsimpedimentos. Lapruebadequesusundamentoseranbuenosesperentoria,supuesto que la 1oma+a le aguard sosegadamente ms de un mes,>>, y que enteramentemoribundo como l estaba, no tena que temer nada en 1oma,>E. )unque los &aglionis,&itelis y Hrsinos haban venido all, no emprendieron nada contra l. 0i no pudo hacer8apa al que l quera, a lo menos impidi que lo uera aquel a quien no quera,E@. 8ero sial morir )le#andro hubiera go$ado de robusta salud, hubiera hallado acilidad para todo.Me di#o, aquel da en que ?ulio == ue creado 8apa, que l haba pensado en cuanto podaacaecer muerto supadre"yquehabahalladoremedio paratodo" peroquenohabapensado en que pudiera morir l mismo entonces,E,.(espus de haber recogido as y cote#ado todas las acciones del duque, no puedocondenarle" aunmeparecequepuedo, comolohehecho, proponerlepormodeloacuantos la ortuna o a#enas armas elevaron a la soberana,E/. 2on las relevantes prendasy proundas miras que l tena, no poda conducirse de dierente modo,E5. No tuvieronsus designios ms obstculos reales que la breve vida de )le#andro y supropiaenermedad,E9. 4l quetenga, pues, pornecesario, ensunuevoprincipado,E:, asegurarsedesusenemigos, ganarsenuevosamigos, triunarpormediodelauer$aoraude, hacerseamar ytemer delospueblos, seguiryrespetardelossoldados, mudarlosantiguosestatutos enotros recientes, desembara$arse de los hombres que pueden ydebenper#udicarle, serseveroyagradable, magnnimoyliberal, suprimirlatropainiel, yormar otra nueva, conservar la amistad de los reyes y prncipes,de modo que ellostengan que servirle con buena gracia, o no oenderle ms que con miramiento, aqul,repito, no puede hallar e#emplo ninguno ms resco que las acciones de este duque, a lomenos hasta la muerte de su padre,E;. 0u poltica cay despus gravemente en alta cuando, a la nominacin del sucesorde )le#andro, de# hacer el duque una eleccin adversa para sus intereses en la personade ?ulio ==,EB. No le era posible la creacin de un 8apa de su gusto,E>" pero teniendo laacultaddeimpedir questeoaquel ueranpapas, nodebapermitir #ams queseconiriera el pontiicado a ninguno de los cardenales a quienes l haba oendido, o deaquellosque, hechospontices, tuvieranmotivosdetemerle,EE, porqueloshombresoenden por miedo o por odio. Los cardenales a quienes l haba oendido eran, entreotros, el de0an8edroesliens, loscardenales 2olonna, de0an?orgey4scagne/@@.4levadosunave$todoslosdems al pontiicado, estabanenel casodetemerle/@,,e'cepto el cardenal de 1un, a causa de su uer$a, supuesto que tena por s el reino de6rancia, yloscardenalesespa+oles,conlosqueestabaconederadoyquele debanavores/@/. )s el duque deba, ante todas cosas, hacer elegir por 8apa a un espa+ol" y si nopoda hacerlo, deba consentir en que uera elegido el cardenal de 1un, y no el de 0an8edroesliens. 2ualquiera quecree quelos nuevos beneicios hacenolvidar aloseminentes persona#es las antiguas in#urias/@5 camina errado. )l tiempo de esta eleccin,cometi el duque, pues, una grave alta, y tan grave que ella ocasion su ruina. ,>Captulo VIII(e los que llegaron al principado por medio de maldades8erocomouno, desimpleparticular, llegaasertambinprncipedeotrosdosmodos, sin deberlo todo a la ortuna o valor, no conviene que omita yo aqu el tratar deuno y otro de estos dos modos, aunque puedo reservarme el discurrir con ms e'tensinsobre el segundo, al tratar de las rep.blicas/@9. 4l primero es cuando un particular seeleva por una va malvada y detestable al principado/@:, y el segundo cuando un hombrellega a ser prncipe de su patria con el avor de sus conciudadanos/@;. 4ncuantoal primer modo, presentalahistoriadedose#emplos suyos! el unoantiguo, yel otromoderno. Mece+iracitarlos sinproundi$ar deotromodolacuestin, porque soy de parecer que ellos dicen bastante para cualquiera que estuvieraen el caso de imitarlos/@B. 4l primer e#emplo es del siciliano )gatocles, quien, habiendonacido enunacondicin no solamente ordinaria, sino tambin ba#a y vil, lleg a empu+ar, sinembargo, el cetro de 0iracusa/@>. -i#o de un alarero, haba tenido en todas lascircunstancias una conducta reprensible/@E" pero sus perversas acciones ibanacompa+adas de tanto vigor corporal y ortale$a de nimo/,@que habindose dado a laproesin militar ascendi, por los diversos grados de la milicia, hasta el de pretor de0iracusa/,,. Luego que se hubo visto elevado a este puesto, resolvi hacerse prncipe, yretener con violencia, sin ser deudor de ello a ninguno, la dignidad que l haba recibidodel libre consentimiento de sus conciudadanos/,/. (espus de haberse entendido a esteeecto con el general cartagins )mlcar, que estaba en 0icilia con su e#rcito/,5, #untuna ma+ana al pueblo y 0enado de 0iracusa, como si tuviera que deliberar con ellossobre cosas importantes para la 1ep.blica" y dando en aquella )samblea a sus soldadosla se+al acordada, les mand matar a todos los senadores y a los ms ricos ciudadanosque all se hallaban. Librado de ellos, ocup y conserv el principado de 0iracusa sinque se maniestara guerra ninguna civil contra l/,9. )unque se vio, despus, dos vecesderrotado y aun sitiado por los cartagineses, no solamente pudo deender su ciudad, sinoque tambin, habiendo de#ado una parte de sus tropas para custodiarla, ue con otra aatacar laLrica" demodoqueenpocotiempolibr0iracusasitiadaypusoaloscartagineses en tanto apuro que se vieron or$ados a tratar con l, se contentaron con laposesin del Lrica y le abandonaron enteramente la 0icilia/,:.0i consideramossusaccionesyvalor,noveremosnadaocasi nadaquepuedaatribuirse a la ortuna. No con el avor de ninguno, como lo he dicho ms arriba, sinopormediodelosgradosmilitaresadquiridosacostademuchasatigasypeligros,,Econsiguilasoberana/,;" ysi semantuvoenellapor mediodeunaininidaddeacciones tan peligrosas como estaban llenas de valor/,B, no puede aprobarse ciertamentelo que l hi$o para conseguirla. La matan$a de sus conciudadanos, la traicin de susamigos, su absoluta alta de e, de humanidad y religin, son ciertamente medios con losque uno puede adquirir el imperio" pero no adquiere nunca con ellos ninguna gloria/,>. Noobstanteesto, si consideramos el valor de)gatocles enel modoconquearrostraconlospeligrosysaledeellos, ylasublimidaddesunimoensoportaryvencer los sucesos que le son adversos/,E, no vemos por qu le tendramos por inerior almayor campen de cualquiera especie//@. 8ero su ero$ crueldad y despiadadainhumanidad, sus innumerables maldades, no permiten alabarle, como si l merecieraocupar un lugar entre los hombres insignes ms eminentes//," y vuelvo a concluir que nopuede atribuirse a su ortuna ni valor lo que l adquiri sin uno ni otro///. 4l segundoe#emplo ms inmediato a nuestros tiempos es el de 7liverot de6ermo//5. (espus de haber estado, durante su ni+e$, en poder de su to materno, ?uan6ogliani, ue colocado por ste en la tropa del capitn 8aulo &iteli//9, a in de llegar allba#ounseme#antemaestroaalg.ngradoelevadoenlas armas. -abiendomuertodespus 8aulo, y sucedindole su hermano &iteloro en el mando, pele ba#o sus rdenes7liverot" y como l tena talento, siendo por otra parte robusto de cuerpo y sumamentevaleroso, lleg a ser en breve tiempo el primer hombre de su tropa. ?u$gando entoncesqueeraunacosaservil el permanecer conundidoentreel vulgodelos capitanes,concibi el proyecto de apoderarse de 6ermo, con la ayuda de &iteloro, y de algunosciudadanos de aquella ciudad que tenan ms amor a la esclavitud que a la libertad de supatria//:. 4n su consecuencia escribi, desde luego, a su to ?uan 6ogliani, que era cosanatural que, despus de una tan dilatada ausencia, quisiera volver l para abra$arle, versu patria, reconocer en alg.n modo su patrimonio, y que iba a volver a 6ermo" ms quepara adquirir alg.n honor, y queriendo mostrar a sus conciudadanos que l no habamalogrado el tiempo ba#o este aspecto,crea deber presentarse de un modo honroso,acompa+ado de cien soldados de a caballo, amigos suyos, y de algunos servidores//;. Lerog, ensuconsecuencia, quehicierademodoquelerecibieranlosciudadanosde6ermocondistincin, que nohabindose atigadodurante tanlarga ausencia Menatencin a que, le deca, un seme#ante recibimiento no solamente le honrara a l mismo,sino que tambin redundara en gloria de su to, supuesto que l era su discpuloN. ?uanno de# de hacerle los avores que l solicitaba, y a los que le pareca ser acreedor susobrino. -i$o que le recibieran los habitantes de 6ermo con honor, y le hosped en supalacio. 7liverot, despus dehaberlodispuestotodoparalamaldadquel estabapremeditando, dio en l una esplndida comida a la que convid a ?uan 6ogliani y todaslas personas ms visibles de 6ermo//B. )l in de la comida, y cuando, seg.n el estilo, nose haca ms que conversar sobre cosas de que se habla com.nmente en la mesa, hi$orecaer 7liverot diestramente la conversacin sobre la grande$a de )le#andro &= y de suhi#o 2sar, como tambin sobre sus empresas. Mientras que l responda a los discursosde los otros, y que los otros replicaban a los suyos, se levant de repente diciendo queera una materia de que no poda hablarse ms que en el ms oculto lugar" y se retir aun cuarto particular, al que 6ogliani y todos los dems ciudadanos visibles le siguieron.)penas se hubieronsentadoall, cuando, por salidas ignoradas de ellos, entrarondiversos soldados que los degollaron a todos, sin perdonar a 6ogliani. (espus de estamatan$a, 7liverot mont a caballo, recorri la ciudad, ue a sitiar en su propio palacio alprincipal magistrado, tanbienqueposedosdeltemortodosloshabitantessevieronobligados a obedecerle y ormar un nuevo gobierno cuyo soberano se hi$o l//>./@Librado 7liverot por este medio de todos aquellos hombres cuyo descontento podaserle temible//E, ortiic su autoridad con nuevos estatutos civiles/5@y militares/5,, demodo que en el espacio de un a+o que l posey la soberana/5/no solamente estuvoseguro en la ciudad de 6ermo, sino que tambin se hi$o ormidable a todos sus vecinos"y hubiera sido tan ine'pugnable como )gatocles si no se hubiera de#ado enga+ar de2sar Gorgia cuando, en 0inigaglia, sorprendi ste, como lo llevo dicho, a los Hrsinosy &itelios. -abiendo sido cogido 7liverot mismo en esta ocasin, un a+o despus de suparricidio/55, ledierongarrotecon&itello$o, quehabasidosumaestrodevalor ymaldad/59. 8odra preguntarse por qu )gatocles y alg.n otro de la misma especie pudieron,despus de tantas traiciones e innumerables crueldades, vivir por mucho tiempo segurosen supatriaydeendersedelosenemigose'terioressine#ercer actoscrueles"comotambin por qu los conciudadanos de ste no se con#uraron nunca contra l, mientrasque haciendo otros muchos uso de la crueldad, no pudieron conservarse #ams en sus4stados, tanto en tiempo de pa$ como en el de guerra. 2reo que esto dimana del buen o del mal uso que se hace de la crueldad. 8odemosllamar buen uso los actos de crueldad Osi, sin embargo, es lcito hablar bien del malO quese e#ercen de una ve$/5:, .nicamente por la necesidad de proveer a su propiaseguridad/5;, sin continuarlos despus/5B, y que al mismo tiempo trata uno de dirigirlos,cuanto es posible, hacia la mayor utilidad de los gobernados/5>. Los actos de severidad mal usados son aquellos que, no siendo ms que en corton.mero a los principios, van siempre aumentndose, y se multiplican de da en da, enve$ de disminuirse y de mirar a su in/5E. Losque abra$an elprimermtodo pueden, con los au'ilios divinos y humanos,remediar, como )gatocles, la incertidumbre de su situacin. 4n cuanto a los dems, noes posible que ellos se mantengan/9@. 4s menester, pues, que el que toma un 4stado haga atencin, en los actos de rigorque le es preciso hacer, a e#ercerlos todos de una sola ve$ e inmediatamente/9,, a in deno estar obligado a volver a ellos todos los das, y poder, no renovndolos, tranquili$ar asus gobernados, a los que ganar despus cilmente hacindoles bien. 4l que obra de otro modo por timide$, o siguiendo malos conse#os/9/, est precisadosiempre a tener la cuchilla en la mano/95" y no puede contar nunca con sus gobernados,porque ellos mismos, conel motivo de que est obligado a continuar yrenovarincesantemente seme#antes actos de crueldad, no pueden estar seguros con l.8or la misma ra$n que los actos de severidad deben hacerse todos #untos, y quede#ando menos tiempo para rele'ionar en ellos oenden menos/99" los beneicios debenhacerse poco a poco, a in de que se tenga lugar para saborearlos me#or/9:. Hn prncipe debe, ante todas cosas, conducirse con sus gobernados de modo queninguna casualidad, buena o mala, le haga variar/9;, porque si acaecen tiempos penosos,nolequedaya lugar pararemediar el mal/9B" yel bienquehaceentonces, noseconvierte en provecho suyo/9>. Le miran como or$oso, y no te lo agradecen. /,Captulo IX(el principado civil&engamos al segundomodoconqueunparticular puedehacerseprncipesinvalersedecrmenes ni violencias intolerables/9E. 4s cuando, conel au'iliodesusconciudadanos, llega a reinar en su patria. 8ues bien, llamo civil este principado. 8araadquirirle, no hay necesidad ninguna de cuanto el valor o ortuna pueden hacer, sinoms bien de cuanto una acertada astucia puede combinar/:@. 8ero digo que no se elevauno a esta soberana con el avor del pueblo o el de los grandes/:,. 4n cualquiera ciudad hay dos inclinaciones diversas, una de las cuales proviene deque el pueblo desea no ser dominado ni oprimido por los grandes" y la otra de que losgrandes deseandominar yoprimir al pueblo. (el choquedeambas inclinaciones,dimana una de estas tres cosas! o el establecimiento del principado, o el de la rep.blica,o la licencia y anarqua. 4n cuanto al principado, se promueve su establecimiento por elpueblo o por los grandes, seg.n que el uno u otro de estos dos partidos tienen ocasinpara ello. 2uando los magnates ven que ellos no pueden resistir al pueblo/:/, comien$anormando una gran reputacin a uno de ellos/:5, y dirigiendo todas las miradas hacia lhacerlo despus prncipe/:9, a in de poder dar, a la sombra de su soberana, rienda sueltaa sus inclinaciones. 4l pueblo procede del mismo modo con respecto a uno solo, cuandove que no puede resistir a los grandes, a in de que le prote#a su autoridad/::.4l que consigue la soberana con el au'ilio de los grandes se mantiene con msdiicultad que el que la consigue con el del pueblo/:;" porque siendo prncipe, se hallacercado de muchas gentes que se tienen por iguales con l/:B, y no puede mandarlas nimane#arlas a su discrecin. 8eroel que llega a la soberana conel avor popular/:>se halla sloensue'altacin" yentrecuantoslerodean, nohayninguno, oms quepoqusimosalomenos, que no estn prontos a obedecerle/:E. 8or otra parte,no se puede con decoro, y sin agraviar a los otros, contentar losdeseos de los grandes/;@. 8ero contenta uno cilmente los del pueblo, porque los deseosde ste tienen un in ms honrado que el de los grandes, en atencin a que los .ltimosquieren oprimir, y que el pueblo limita su deseo a no serlo.)+daseaestoque, siel prncipetieneporenemigoal pueblo, nopuedeestar#ams en seguridad" porque el pueblo se orma de un grandsimo n.mero de hombres.0iendo poco numerosos los magnates, es posible asegurarse de ellos ms cilmente. Lopeor que el prncipe tiene que temer de un pueblo que no le ama es el ser abandonadopor l" pero si le son contrarios los grandes, debe temer no solamente verse abandonado,sino tambin atacado y destruido por ellos" porque teniendo estos hombres msprevisin y astucia, emplean bien el tiempo para salir de aprieto, y solicitan dignidadesal lado de aquel al que esperan ver reinar en su lugar/;,. //)dems, el prncipe est en la necesidad de vivir siempre con este mismo pueblo"pero puede obrar ciertamente sin los mismos magnates, supuesto que puede hacer otrosnuevos ydeshacerlostodos losdas"como tambin darles crdito, o quitarleselquetienen, cuando esto le acomoda/;/. 8ara aclarar ms lo relativo a ellos, digo que los grandes deben considerarse ba#odos aspectos principales o se conducen de modo que se unan en un todo con la ortuna uobrandemodoquesepasensinella. Losqueseenla$anconlaortuna, sinosonrapaces/;5, deben ser honrados y amados. Los otros que no se unen a ti personalmente,pueden considerarse ba#o dos. aspectos! o se conducen as por pusilanimidad o una altadenimo, yentonces debes servirtedeellos comodelos primeros, especialmentecuando te dan buenos conse#os, porque te honran en tu prosperidad, y no tienes quetemer nada de ellos en la adversidad/;9. 8ero los que no se empe+an ms que por clculoo por causa de ambicin/;:, maniiestan que piensan ms en s que en ti. 4l prncipedebe estar sobre s contra ellos y mirarlos como a enemigos declarados, porque en suadversidad ayudarn a hacerle caer/;;. Hn ciudadano hecho prncipe con el avor del pueblo debe tirar a conservarse suaecto" lo cual le es cil porque el pueblo le pide .nicamente el no ser oprimido. 8ero elque lleg a ser prncipe con la ayuda de los magnates y contra el voto del pueblo, debe,antetodascosas, tratar deconcilirsele" loqueleescil cuandoletomaba#osuproteccin/;B. 2uando los hombres reciben bien de aquel de quien no esperaban ms quemal, se apegan ms y ms a l/;>. )s, pues, el pueblo sometido por un nuevo prncipeque se hace bienhechor suyo, le coge ms aecto que si l mismo, por benevolencia, lehubiera elevado a la soberana. Luego el prncipe puede conciliarse el pueblo de muchosmodos" pero stos son tan numerosos y dependen de tantas circunstancias variables, queno puedo dar una regla i#a y cierta sobre este particular. Me limito a concluir que esnecesario que el prncipe tenga el aecto del pueblo/;E, sin lo cual carecer de recurso enla adversidad/B@. Nabis, prncipe nuevo entre los espartanos, sostuvo el sitio de toda la *recia y deun e#rcito romano e#ercitado en las victorias" deendi cilmente contra uno y otro supatria y 4stado, porque le bastaba, a la llegada del peligro, el asegurarse de un corton.mero deenemigos interiores. 8eronohubiera logrado lestostriunos,sihubieratenido al pueblo por enemigo. P)hQ, no se crea impugnar la opinin que estoy sentado aqu, con ob#etarme aqueltan repetido proverbio Mque el que se a en el pueblo, ediica en la arenaN/B,. 4sto esverdad, cenisolo, para un ciudadano privado, que, contento en seme#ante undamento,creyera quele librara el pueblo, si l seviera oprimidopor sus enemigos olosmagistrados. 4n cuyo caso, podra enga+arse a menudo en sus esperan$as, como estosucedi en 1oma a los *racos y en 6lorencia a mosn ?orge 0cali. 8ero si el que seundasobreel puebloesprncipesuyo" si puedemandarleyquel seahombredecora$n, noseatemori$arenlaadversidad" sinode#adehacer,porotraparte, lasconducentes disposiciones, y que mantenga con sus estatutos y valor el de lageneralidad de los ciudadanos, no ser enga+ado #ams por el pueblo, y reconocer quelos undamentos que l se ha ormado con ste, son buenos/B/. 4stassoberanastienenlacostumbredepeligrar,cuandounolashacesubirdelorden civil al de una monarqua absoluta, porque el prncipe manda entonces o por s/5mismo o por el intermedio de sus magistrados. 4n este postrer caso, su situacin es msdbilypeligrosa, porquedependeenteramentede lavoluntaddelosque e#ercen lasmagistraturas, y que pueden quitarle con una grande acilidad el 4stado, yasublevndose contra l, ya no obedecindole/B5. 4n los peligros, seme#ante prncipe noest ya a tiempo de recuperar la autoridad absoluta, porque los ciudadanos y gobernadosque tienen la costumbre de recibir las rdenes de los magistrados, no estn dispuestos,enestas circunstancias crticas, aobedecer a las suyas/B9" yqueenestos tiemposdudosos carece l siempre de gentes en quienes pueda iarse/B:. 0eme#ante prncipe no puede undarse sobre lo que l ve en los momentospacicos, cuando los ciudadanos necesitan del 4stado" porque entonces cada uno vuela,promete y quiere morir por l, en atencin a que est remota la muerte/B;. 8ero en lostiemposcrticos, cuando el4stadonecesitade los ciudadanos, nosehallanms quepoqusimos de ellos. 4sta e'periencia es tanto ms peligrosa cuanto uno no puede hacerla ms que unave$/BB" ensuconsecuencia, unprudenteprncipedebeimaginar unmodo, porcuyomediosusgobernadostengansiempre, entodoeventoycircunstanciasdecualquierespecie, una grandsima necesidad de su principado/B>. 4s el e'pediente ms seguro parahacrselos ieles para siempre.Captulo X2mo deben medirse las uer$as de todos los principados7el principadoes bastante grande paraqueenl halle el prncipe, encasonecesario, con qu sostenerse por s mismo/BE, o es tal que, en seme#ante caso, se veprecisado a implorar el au'ilio de los otros/>@. 8ueden sostenerse los prncipes por s mismos, cuando tienen suicientes hombres ydineroparaormarel correspondientee#rcito, conel queestnhabilitadosparadarbatalla a cualquiera que llegara a atacarlos/>,. Necesitande los otros, los que nopudiendo salir a campa+a contra los enemigos, se ven obligados a encerrarse dentro desus muros y ce+irse a guardarlos/>/. 0ehahabladodelprimercaso" ylementaremostodava, cuandosepresentelaocasin de ello. 4nel segundocaso, nopodemos menos de alentar a seme#antes prncipes amantener y ortiicar la ciudad de su residencia sin inquietarse por lo restante del pas/>5.2ualquiera que haya ortiicado bien el lugar de su mansin, y se haya portado bien consus gobernados, como lo hemos dicho ms arriba y lo diremos adelante, no ser atacadonunca ms queconmucha circunspeccin, porque los hombres mirancontibie$asiempre las empresas que les presentan diicultades" y que no puede esperarse un triunocil, atacando a un prncipe que tiene bien ortiicada su ciudad y no est aborrecido desu pueblo/>9. /9Las ciudades de )lemania son muy libres" tienen, en sus alrededores, pocoterritorio que les pertene$ca" obedecen al emperador cuando lo quieren" y no le temen al ni a ning.n otro potentado inmediato, a causa de que estn ortiicadas, y cada uno deellos ve que le sera diicultoso y adverso el atacarlas/>:. ;. )s, pues, un prncipe que tiene una ciudad uerte y no se hace aborrecer en ella, nopuedeseratacado" ysilouera, sevolveraconoprobioel queleatacara. 0ontanvariables las cosas terrenas, que es casi imposible que el que ataca, siendo llamado en supas por alguna vicisitud inevitable de sus 4stados, permane$ca rodando un a+o con sue#rcito ba#o unos muros que no le es posible atacar/>B. 0i alguno ob#etara que en el caso de que teniendo un pueblo sus posesiones aueraylasvieraquemarperderapaciencia, yqueundilatadositioysuinterslehacanolvidar el desuprncipe, responderqueunprncipepoderosoyvalientesuperarsiempreestasdiicultades" ya haciendo esperarasus gobernados queel malno serlargo, ya hacindoles temer diversas crueldades por parte del enemigo, o ya,.ltimamente, asegurndose con arte de aquellos s.bditos que le pare$can muy osados ensus que#as/>>. 6uera de esto, habiendo debido naturalmente el enemigo, desde su llegada, quemary asolar el pas, cuando estaban los sitiados en el primer ardor de la deensa, el prncipedebe tener tanto menos desconian$a despus, cuanto a continuacin de haberse pasadoalgunos das se han enriado los nimos, los da+os estn ya hechos, los males suridos ysin que les quede remedio ninguno. Los ciudadanos entonces llegan tanto me#or a unirsea l, cuanto les parece que ha contrado una nueva obligacin con ellos, con motivo dehabersearruinadosus posesiones ycasas endeensasuya/>E. Lanaturale$a deloshombres es de obligarse unos a otros, as tanto con los beneicios que ellos acuerdancomo con los que reciben. (e ello es preciso concluir que, considerndolo todo bien, nole es dicil a un prncipe, que es prudente, el tener al principio y en lo sucesivo durantetodo el tiempo de un sitio, inclinados a su persona los nimos de sus conciudadanos,cuando no les alta con qu vivir ni con qu deenderse/E@. Captulo XI(e los principados eclesisticosNo nos resta hablar ahora ms que de los principados eclesisticos, sobre los queno hay diicultad ninguna ms que para adquirir la posesin suya" porque hay necesidad,/:a este eecto, de valor o de una buena ortuna. No hay necesidad de uno ni otro paraconservarlos" se sostiene uno en ellos por medio de instituciones, que undadasantiguamente, sontanpoderosasytienentales propiedades, queellas conservanalprncipe en su 4stado de cualquier modo que l proceda y se condu$ca/E,. Knicamenteestosprncipes tienen4stados sinestar obligadosadeenderlos, ys.bditos sin e'perimentar la molestia de gobernarlos. 4stos 4stados, aunque indeensos,no les son quitados" y estos s.bditos, aunque sin gobierno como ellos estn, no tienen$o$obra ninguna de esto" no piensan en mudar de prncipe, y ni aun pueden hacerlo.0on, pues, estos 4stados los .nicos que prosperan y estn seguros. 8erocomo songobernados por causas superiores a que la ra$nhumana noalcan$a, los pasar en silencio"sera menesterser bien presuntuosoy temerario paradiscurrir sobre unas soberanas erigidas y conservadas por (ios mismo/E/. )lguno, sinembargo, mepreguntardequprovienequela=glesia1omanaseelev a una tan superior grande$a en las cosas temporales, de tal modo que ladominacin pontiicia de la que, antes del 8apa )le#andro &= los potentados italianos, yno solamente los que se llaman potentados, sino tambin cada barn, cada se+or, porms peque+os que uesen, hacan corto aprecio en las cosas temporales, hace temblarahoraaun1eyde6rancia, aunpudoecharlede=talia, yarruinaralosvenecianos.)unque estos hechos son conocidos, no tengo por cosa en balde el representarlos enparte/E5. )ntesqueel1eyde 6rancia, 2arlos &===,vinieraa =talia, esta provincia estabadistribuidaba#oelimperiodel8apa, &enecianos, reydeNpoles, duquedeMilny6lorentinos. 4stos potentados deban tener dos cuidados principales! el uno que ning.ne'tran#ero tra#era e#rcitos a =talia, y el otro que no se engrandeciera ninguno de ellos.)quellos contra quienes ms les importaba tomar estas precauciones, eran el 8apa y losvenecianos. 8ara contener a los venecianos era necesaria la unin de todos los otros,como se haba visto en la deensa de 6errara" y para contener al 8apa se valan estospotentados de los barones de 1oma, que, hallndose divididos en dos acciones, las delos Hrbinos y2olonias, tenansiempre, conmotivode sus continuas discusiones,desenvainada la espada unos contra otros, a la vista misma del 8ontice, al queinquietaban incesantemente. (e ello resultaba que la potestad temporal del pontiicadopermaneca siempre dbil y vacilante/E9. )unque a veces sobrevena un 8apa de vigoroso genio como 0i'to =&, la ortuna osu ciencia no podan desembara$arle de este obstculo, a causa de la brevedad de supontiicado. 4n el espacio de die$ a+os, que, uno con otro, reinaba cada 8apa, no les eraposible, por ms molestias que se tomaran, el abatir una de estas acciones. 0i uno deellos, por e#emplo, consegua e'tinguir casi la de los 2olonnas, otro 8apa, que se hallabaenemigo de los Hrsinos, haca resucitar a los 2olonnas. No le quedaba ya suicientetiempo para aniquilarlos despus" y con ello acaeca que hacan poco caso de las uer$astemporales del 8apa en =talia/E:.8ero se present )le#andro &=, quien,me#or que todos sus predecesores, mostrcunto puede triunar un 8apa, con su dinero y uer$as, de todos los dems prncipes/E;.;.0iendomiinescribirunacosa .tilparaquien la comprende, he tenido por ms conducente seguir la verdad real de la materia5>Bque los desvaros de la imaginacin en lo relativo a ella5>>" porque muchos imaginaronrep.blicasyprincipadosquenosevieron nie'istieronnunca5>E.-ay tanta distanciaentre saber cmo viven los hombres y saber cmo deberan vivir ellos, que el que, paragobernarlos, abandonael estudiodeloquesehace, paraestudiar loqueseramsconvenientehacerseaprendems bienloquedebeobrarsuruinaqueloquedebepreservarle de ella" supuesto que un prncipe que en todo quiere hacer proesin de serbueno, cuando en el hecho est rodeado de gentes que no lo son5E@, no puede menos decaminar haciasuruina. 4s, pues, necesarioqueunprncipequedeseamantenerse,aprenda a poder no ser bueno, y a servirse o no servirse de esta acultad, seg.n que lascircunstancias lo e'i#an5E,.(e#ando, pues, a un lado las cosas imaginarias de las que son verdaderas, digo quecuantos hombres hacen hablar de s, y especialmente los prncipes, porque estncolocados en mayor altura que los dems, se distinguen con alguna de aquellas prendaspatentes, de las que ms atraen la censura y otras la alaban$a. 4l uno es mirado comoliberal, el otro como miserable en lo que me sirve de una e'presin toscana en ve$ deemplear la palabra avaro" porque en nuestra lengua un avaro es tambin el que tira aenriquecerse con rapi+as, y llamamos miserable a aquel .nicamente que se abstiene dehacer uso de lo que l posee. 3 para continuar mi enumeracin a+ado! ste pasa por darcon gusto, aquel por ser rapa$" el uno se reputa como cruel, el otro tiene la ama de sercompasivo" ste pasa por carecer de e, aqul por ser iel en sus promesas" el uno poraeminado y pusilnime, el otro por valeroso y ero$" tal por humano, cul por soberbio"5:uno por lascivo, otro por casto" ste por ranco, aqul por artiicioso" el uno por duro, elotro por dulce y le'ible" ste por grave, aqul por ligero" uno por religioso, otro porincrdulo, etc.5E/. No habra cosa ms loable que un prncipe que estuviera dotado de cuantas buenasprendas5E5 he entreme$clado con las malas que les son opuestas" cada uno convendr enello, lo s. 8ero como uno no puede tenerlas todas, y ni aun ponerlas perectamente enprctica, porque la condicin humana no lo permite, es necesario que el prncipe seabastante prudente para evitar la inamia de los vicios que le haran perder su principado"y aun para preservarse, si lo puede, de los que no se lo haran perder5E9. 0i, no obstanteesto, no se abstuviera de los .ltimos, estara obligado a menos reserva abandonndose aellos5E:. 8ero no tema incurrir en la inamia a#ena a ciertos vicios si no puede cilmentesinellosconservarsu4stado" porquesisepesabientodo, hayunaciertacosaqueparecer ser una virtud, por e#emplo, la bondad, clemencia, y que si la observas, ormartu ruina, mientrasque otracierta cosa queparecerunvicioormartuseguridad ybienestar si la practicas.Captulo XVI(e la liberalidad y miseria CavariciaD2omen$ando por la primera de estas prendas, dir cun .til sera el ser liberal" sinembargo, laliberalidadqueteimpidieraquetetemieran, teseraper#udicial. 0i lae#erces prudentemente como ella debe serlo, de modo que no lo sepan5E;, no incurrirspor esto en la inamia del vicio contrario. 8ero como el que quiere conservarse entre loshombres la reputacin de ser liberal no puede abstenerse de parecer suntuoso, sucedersiempre que un prncipe que quiere tener la gloria de ello consumir todas sus rique$asen prodigalidades" y al cabo, si quiere continuar pasando por liberal, estar obligado agravar e'traordinariamente a sus gobernados, aser e'tremadamente iscal yhacercuanto es imaginable para tener dinero. 8ues bien, esta conducta comen$ar a hacerleodioso a sus gobernados5EB" y empobrecindose as ms y ms, perder la estimacin decada uno de ellos, de tal modo, que despus de haber per#udicado a muchas personaspara e#ercer esta prodigalidad que no ha avorecido ms que a un cortsimo n.mero destas sentir vivamente la primera necesidad5E>, ypeligrar al menor riesgo5EE. 0ireconociendo entonces su alta, quiere mudar de conducta, se atraer repentinamente lainamia a#ena a la avaricia9@@.No pudiendo, pues, un prncipe, sin que de ello le resulte per#uicio, e#ercer la virtudde la liberalidad de un modo notorio, debe, si es prudente, no inquietarse de ser notadode avaricia, porque con el tiempo le tendrn ms y ms por liberal, cuando vean que pormediodesuparsimonialebastansus rentas paradeendersedecualquieraqueledeclarlaguerrayparahacerempresassingravarasuspueblos9@," porestemedioe#ercelaliberalidadcontodosaquellosaquienesnotomanada, ycuyon.meroesininito mientras que no es avaro ms que con aquellos hombres a quienes no da, y cuyon.mero es poco crecido9@/. 5;RNohemos vistoenestos tiempos quesolamentelos quepasabanpor avaroshicieron grandes cosas y que los prdigos quedaron vencidosS 4l 8apa ?ulio ==, despusde haberse servido de la reputacin de hombre liberal para llegar al pontiicado9@5, nopensyadespus enconservar esterenombrecuandoquisohabilitarseparapelearcontra el rey de 6rancia. 0ostuvo muchas guerras sin imponer un tributo e'traordinario,y su larga parsimonia le suministr cuanto era necesario para los gastos superluos9@9. 4lactual rey de 4spa+a C6ernando, rey de 2astilla y )ragnD, si hubiera sido liberal, nohubiera hecho tan amosas empresas, ni vencido en tantas ocasiones9@:. )s, pues, un prncipe que no quiere verse obligado a despo#ar a sus gobernados yquiere tener siempre con qu deenderse, no ser pobre y miserable, ni verse precisado aser rapa$, debe temer poco el incurrir en la ama de avaro, supuesto que la avaricia esunodeaquellosviciosqueaseguransureinado9@;. 0ialgunomeob#etaraque2sarconsiguiel imperioconsuliberalidad9@B, yque otros muchos llegaronapuestoselevadsimos porque pasabanpor liberales, respondera yo! oests encamino deadquirir unprincipado,otelohas adquiridoya" en elprimercaso,es menesterquepases por liberal9@>, y en el segundo, te ser perniciosa la liberalidad. 2sar era uno delos que queran conseguir el principado de 1oma" pero si hubiera vivido l alg.n tiempodespus de haberlo logrado, ynomoderado sus dispendios, hubiera destruido suimperio. RMe replicarn que hubo muchos prncipes que, con sus e#rcitos, hicieron grandescosas y, sin embargo, tenan la ama de ser muy liberalesS9@E. 1esponder! o el prncipeen sus largue$as e'pende sus propios bienes y los de sus s.bditos o e'pende el biena#eno. 4n el primer caso debe ser econmico" y en el segundo, no debe omitir ningunaespeciedeliberalidad9,@. 4l prncipe queconsus e#rcitos vaallenarse debotn,saqueos,carniceras, ydisponerdeloscaudalesdelosvencidos, estobligadoaserprdigo con sus soldados,porque, sin esto, no le seguiran ellos9,,. 8uedes mostrarteentonces ampliamente generoso, supuesto que das lo que no es tuyo ni de tus soldados,como lo hicieron 2iro, 2sar, )le#andro9,/" y este dispendio que en seme#ante ocasinhaces con el bien de los otros, tan le#os de per#udicar a tu reputacin, le a+ade una mssobresaliente9,5. La .nica cosa que pueda per#udicarte, es gastar el tuyo.No hay nada que se agote tanto de s mismo como la liberalidad" mientras que lae#erces,pierdes la acultad de e#ercerla, y te vuelves pobrey despreciable9,9"o bien,cuandoquieresevitarvolvrtelo, tehacesrapa$yodioso9,:.)horabien, unodelosinconvenientes dequeunprncipedebepreservarse, es el deser menospreciadoyaborrecido. 2onduciendoaunoyotrolaliberalidad, concluyodeelloquehaymssabidura en no temer la reputacin de avaro que no produce ms que una inamia sinodio, que verse, por la gana de tener ama de liberal, en la necesidad de incurrir en lanota de rapa$, cuya inamia va acompa+ada siempre del odio p.blico9,;.Captulo XVII(e la severidad y clemencia, y si vale ms ser amado que temido5B(escendiendo despus a las otras prendas de que he hecho mencin, digo que todoprncipe debe desear ser tenido por clemente y no por cruel. 0in embargo, debo advertirque l debe temer el hacer mal uso de su clemencia9,B. 2sar Gorgia pasaba por cruel, ysucrueldad, sinembargo, habareparadolos males dela1oma+a, e'tinguidosusdivisiones, restablecidoenellalapa$, yhechselaiel9,>. 0i proundi$amosbiensuconducta, veremosquel uemuchomsclementequeloueel pueblolorentino,cuando para evitar la reputacin de crueldad de# destruir 8istoya. Hn prncipe no debe temer, pues, la inamia a#ena a la crueldad, cuando necesita deellaparatenerunidosasusgobernados, eimpedirlesaltaralaequeledeben9,E"porqueconpoqusimos e#emplos deseveridadsers muchoms clemente quelosprncipes que, con demasiada clemencia, de#an engendrarse desrdenes acompa+ados deasesinatos y rapi+as, visto que estos asesinatos y rapi+as tienen la costumbre de oenderla universalidad de los ciudadanos, mientras que los castigos que dimanan del prncipeno oenden ms que a un particular9/@. 8or lo dems, le es imposible a un prncipe nuevo el evitar la reputacin de cruel9/,a causa de que los 4stados nuevos estn llenos de peligros. &irgilio disculpa lainhumanidaddel reinadode(idoconel motivodequesu4stadopertenecaaestaespecie9//" porque hace decir por esta 1eina! 1es dura et regni novitus me talia coguntMoliri, et late ines custode tueri.Hn seme#ante prncipe no debe, sin embargo, creer ligeramente el mal de que se leadvierte" y no obrar, en su consecuencia, ms que con gravedad, sin atemori$arse nuncal mismo9/5. 0uobligacines proceder moderadamente, conprudencia yaunconhumanidad, sin que mucha conian$a le haga imprvido, y que mucha desconian$a leconvierta en un hombre insurible9/9. 0epresentaaqu lacuestindesabersi valemssertemidoqueamado9/:. 0eresponde que sera menester ser uno y otro #untamente" pero como es dicil serlo a unmismo tiempo, el partido ms seguro es ser temido primero que amado, cuando se esten la necesidad de carecer de uno u otro de ambos beneicios9/;. 8uededecirse, hablandogeneralmente, queloshombres soningratos, volubles,disimulados, que huyen de los peligros y son ansiosos de ganancias9/B. Mientras que leshaces bien y que no necesitas de ellos, como lo he dicho, te son adictos, te orecen sucaudal, vida e hi#os9/>, pero se rebelan cuando llega esta necesidad. 4l prncipe que se haundado enteramente sobre lapalabrade ellos9/Esehalladestituido,entonces, de losdems apoyos preparatorios, y decae" porque las amistades que se adquieren, no con lanoble$a ygrande$a dealma95@, sinoconel dinero, nopuedenservir deprovechoninguno en los tiempos peligrosos, por ms bien merecidas que ellas estn" los hombrestemen menos el oender al que se hace amar que al que se hace temer95,, porque el amorno se retiene por el solo vnculo de la gratitud, que en atencin a la perversidad humana,5>toda ocasin de inters personal llega a romper" en ve$ de que el temor del prncipe semantiene siempre con el del castigo, que no abandona nunca a los hombres95/.0in embargo, el prncipe que se hace temer debe obrar de modo que si no se haceamar al mismo tiempo, evite el ser aborrecido955" porque uno puede muy bien ser temidosin ser odioso" y l lo e'perimentar siempre, si se abstiene de tomar la hacienda de susgobernados y soldados, como tambin de robar sus mu#eres o abusar de ellas959. 2uando le sea indispensable derramar la sangre de alguno, no deber hacerlo nuncasin que para ello haya una conducente #ustiicaciny unpatentedelito95:.8ero debeentonces, antetodascosas, noapoderarsedelosbienesdelavctima95;" porqueloshombres olvidan ms pronto la muerte de un padre que la prdida de su patrimonio95B. 0iuera inclinado a robar el bien a#eno, no le altaran #ams ocasiones para ello! el quecomien$a viviendo de rapi+as, halla siempre prete'tos para apoderarse de laspropiedades a#enas95>, enve$ de que las ocasiones de derramar la sangre de susgobernados son ms raras y le altan con la mayor recuencia95E. 2uando elprncipeest consuse#rcitos y tienequegobernar unaininidaddesoldados, debedetodanecesidadnoinquietarsedepasarporcruel, porquesinestareputacin no puede tener un e#rcito unido, ni dispuesto a emprender cosa [email protected] las acciones admirables de )nbal secuenta queteniendounnumerossimoe#rcito compuesto de hombres de pases ininitamente diversos, y yendo a pelear enuna tierra e'tra+a99,, su conducta ue tal que en el seno de este e#rcito, tanto en la malacomo en la buena ortuna, no hubo nunca ni siquiera una sola disensin entre ellos, nininguna sublevacin contra su #ee99/. 4sto no pudo provenir ms que de su desapiadadainhumanidad, que unida a las dems ininitas prendas suyas, le hi$osiempre tanrespetablecomoterriblealoso#osdesussoldados. 0incuyacrueldadnohubieranbastadolasotrasprendassuyas paraobtener esteeecto995. 0onpocorele'ivoslosescritores que se admiran, por una parte, de sus proe$as" y que vituperan, por otra, lacausaprincipal deellas999. 8araconvencersedeestaverdad, quelasdemsvirtudessuyas no le hubieran bastado, no hay necesidad ms que del e#emplo de 0cipin, hombremuye'traordinario, no solamente en su tiempo, sino tambin en cuantas pocas nosrecuerda sobresalientes memorias de la -istoria99:. 0us e#rcitos se rebelaron contra len 4spa+a, .nicamente por un eecto de su mucha clemencia, que de#aba a sus soldadosms licencia que la disciplina militar poda permitirlo99;. Le reconvino de estae'tremada clemencia, en0enadopleno, 6abio, quien, por estomismo, letratdecorruptor de la milicia romana. (estruidos los Locrios por un teniente de 0cipin, nohaba sido vengado, y ni aun l haba castigado la insolencia de este lugarteniente. . -ay un prncipe en nuestra era que no predica nunca ms que pa$, ni habla ms quede la buena e, y que, al observar l una y otra, se hubiera visto quitar ms de una ve$sus dominios y estimacin. 8ero creo que no conviene nombrarle. Captulo XIX9,4l prncipe debe evitar ser despreciado y aborrecido-abiendohechomencin, desdeluego, decuantasprendasdebenadornaraunprncipe, quiero,despus de haber hablado de las ms importantes, discurrir tambinsobre las otras, a lo menos brevemente y de un modo general, diciendo que el prncipedebe evitar lo que puede hacerle odioso y despreciable9BE. 2ada ve$ que l lo evite habrcumplido con su obligacin, y no hallar peligro ninguno en cualquiera otra censura enque pueda incurrir9>@. Lo que ms que ninguna cosa le hara odioso sera, como lo he dicho, ser rapa$,usurparlaspropiedadesdesusgobernados, robarsusmu#eres" ydebeabstenersedeello9>,. 0iempre que no se quitan a la generalidad de los hombres su propiedad ni honorviven ellos como si estuvieran contentos" y no hay que preservarse ya ms que de laambicindeuncorton.merodesu#etos. R8erolosreprimeunoconacilidadydemuchos modosS9>/ Hn prncipe cae en el menosprecio cuando pasa por variable,ligero,aeminado,pusilnime, irresoluto. 8onga, pues, sumocuidadoenpreservarsedeunaseme#antereputacincomode unescollo, e ingniese para queensus acciones se adviertagrande$a, valor, gravedad y ortale$a9>5. 2uando l pronuncie sobre las tramas de susgobernados debe querer que su sentencia sea irrevocable9>9. Kltimamente, es menesterque l los mantenga en una tal opinin de su genio, que ninguno de ellos tenga ni aun elpensamientodeenga+arle, ni entramparle9>:. 4l prncipenohaceormar seme#anteconcepto de si es muy estimado, y se conspira dicilmente contra el que go$a de unagrande estimacin9>;. Los e'tran#eros, por otra parte, no le atacan con gusto, con tal, sinembargo, que l sea un e'celente prncipe y que le veneren sus gobernados.Hnprncipetienedoscosasquetemer, esasaber! enlointeriordesu4stado,alguna rebelin por parte de sus s.bditos" y segundo, por auera, un ataque por parte dealguna potencia vecina. 0e precaver contra este segundo temor con buenas armas y,sobre todo, con buenas alian$as, que l conseguir siempre si l tiene buenas armas9>B.8ues bien, cuando las cosas e'teriores estn aseguradas, lo estn tambin las interiores,a no ser que las haya turbado ya una con#uracin9>>. 8ero aun cuando se maniestara enloe'terior algunatempestadcontrael prncipequetienebienarregladas las cosasinteriores, si havividocomolohedicho, contal quenoleabandonenlossuyos9>Esostendr toda especie de ataque de auera,como ha mostrado que lo hi$o Nabis de4sparta. 0in embargo, con respecto a sus gobernados, aun en el caso de no maquinarse nadapor auera contra l, podra temer que, en lo interior, se conspirase ocultamente. 8eropuede estar seguro de que no acaecer esto si evita ser despreciado y aborrecido, y sihace al pueblo contento con su gobierno" venta#a esencial que hay que lograr, como lohe dicho muy por e'tenso antes9E@. Hnodelosmspoderosospreservativosqueel prncipepuedatenercontralascon#uraciones es, pues, el de no ser aborrecido ni menospreciado por la universidad desus gobernados" porqueel conspirador nosealientams queconlaesperan$adecontentar al pueblo haciendo perecer al prncipe9E,. 8ero cuando l tiene motivos para9/creer que oendera con ello al pueblo, la amplitud necesaria de valor para consumar suatentado le alta, visto que son ininitas las diicultades que se presentan a loscon#urados9E/. La e'periencia nos ense+a que hubo muchas con#uraciones, y que pocastuvieron buen 'ito" porque no pudiendo ser solo el que conspira, no puede asociarsems que a los que cree descontentos9E5. 8ero, por esto mismo que l ha descubierto sudesignio a uno de ellos9E9, le ha dado materia para contentarse por s mismo, supuestoquerevelandoal prncipelatramaqueselehaconiado, puedeesperar stetodasespecies de venta#as. &iendo, por una parte, segura la ganancia9E:, ypor otra nohallndola ms que dudosa y llena de peligros9E;, sera menester que l uera, para el quelehainiciadoenlaconspiracin, unamigocomosevenpocos, obienunenemigoenteramente irreconciliable del prncipe, si tuviera la palabra que dio. 8ara reducir la cuestin a pocos trminos, digo que del lado del conspirador no hayms que miedo, celos y sospecha de una pena que le atemori$a" mientras que del ladodel prncipe hay, para protegerle, la ma#estad de su soberana, las leyes, la deensa de losamigos ydel 4stado9EB" de modo que si a todos estos preservativos se a+ade labenevolencia del pueblo, es imposible que ninguno sea bastante temerario paraconspirar9E>. 0i todoconspirador, antes de la e#ecucinde sutrama, est posedocom.nmente del temor de salir mal, lo est mucho ms en este caso! porque debe temertambin, auncuandol triunara, el tener por enemigoal pueblo9EE, porquenolequedara reugio ninguno entonces. 8odramos citar sobre este particular una ininidad de e#emplos:@@" pero me ci+o auno solo, cuya memoria nos transmitieron nuestros padres. 0iendo prncipe de Goloniamosn )nbal Gentivoglio, abuelodedon )nbal dehoyda, ueasesinadoporlos2annuchis (e), a continuacin de una con#uracin" y estando todava en mantillas su hi#o.nico, mosn ?uan, no poda vengarle" pero el pueblo se sublev inmediatamente contralos asesinos y los mat atro$mente. 6ue un eecto natural de la benevolencia popularque la amilia de Gentivoglio se haba ganado por aquellos tiempos en Golonia. 4stabenevolencia ue tan grande que, no teniendo ya la ciudad a persona ninguna de estacasa que, a la muerte de )nbal, pudiera regir el 4stado, yhabiendo sabidolosciudadanos que e'ista en 6lorencia un descendiente de la misma amilia que no eramirado all ms que como un hi#ode un traba#ador, ueronen busca suya y leconirieron el gobierno de su ciudad,que l gobern eectivamente hasta que mosn?uan hubo estado en edad de gobernar por s mismo:@,. 2oncluyo de todo ello que un prncipe debe inquietarse poco de las conspiracionescuandoletienebuenavoluntadel pueblo:@/" perocuandostelees contrarioyleaborrece, tiene motivos de temer en cualquiera ocasin y por parte de cada individuo:@5. Los 4stados bien ordenados y los prncipes sabios cuidaron siempre de nodescontentar alosgrandeshastael gradodereducirlosaladesesperacin:@9, comotambindetenercontentoal pueblo:@:. 4sunadelascosasmsimportantesqueelprncipedebetener ensumira. Hnodelosreinosbienordenadosygobernadosdenuestros tiempos, es el de 6rancia. 0e halla all una ininidad de buenos estatutos, a losque van unidas la libertad del pueblo y la seguridad del rey. 4l primero es el 8arlamentoy la amplitud de su autoridad:@;. 2onociendo el undador del actual orden de este reino,la ambicin e insolencia de los grandes, y #u$gando que era preciso ponerles un renoque pudiera contenerlos" sabiendo, por otra parte, cunto los aborreca el pueblo a causadel miedo que les tena, y deseando, sin embargo, sosegarlos, no quiso que este doble95cuidado quedase acargoparticulardelrey. ) inde quitarle esta carga que l podarepartir con los grandes, y de avorecer al mismo tiempo a los grandes y pueblo, seestableci por #ue$ un tercero que, sin que el monarca suriese, vino a reprimir a losgrandes y avorecer al pueblo:@B. No poda imaginarse disposicin ninguna msprudente, ni un me#or medio de seguridad para el rey y reino. (educiremos de ello estanotable consecuencia! que los prncipes deben de#ar a otros la disposicin de las cosasodiosas, reservndose a s mismos las de gracia:@>" y concluyo de nuevo que un prncipedebe estimar a los grandes, pero no hacerse aborrecer del pueblo.2reernmuchos, qui$, considerandolavidaymuertedediversosemperadoresromanos, quehaye#emplos contrarios aestaopinin, supuestoquehubounciertoemperador que perdi el imperio o ue asesinado por los suyos con#urados contra l,aunque se haba conducido perectamente, y mostrado magnanimidad. 8roponindomeresponder a seme#antes ob#eciones, e'aminar las prendas de estos emperadores,mostrando que la causa de su ruina no se dierencia de aquella misma contra la que hequerido preservara mi prncipe"y hartomarenconsideracin ciertas cosas que nodeben omitirse por los que leen las historias de aquellos tiempos:@E.Me bastar tomar a los emperadores que se sucedieron en el =mperio desde Marcoel 6ilsoo hasta Ma'imino, es decir, Marco )urelio, 2modo su hi#o, 8ertina', ?uliano0ptimo 0evero, 2aracalla su hi#o, Macrino, -eliogbalo, )le#andro 0evero yMa'imino.Ntese primeramente que en principados de otra especie que la de ellos, no hay queluchar apenas ms que contra la ambicin de los grandes e insolencia de los pueblos"pero que los emperadores romanos tenan, adems, un tercer obstculo que superar" es, asaber, la crueldad y avaricia de los soldados. Lo cual era tan diicultoso:,@ que muchosse desgraciaron en ello. No es cil, eectivamente, el contentar al mismo tiempo a lossoldados y pueblo, porque los pueblos son enemigos del descanso, y lo son por estomismo los prncipes cuya ambicin es moderada:,,, mientras que los soldados quierenun prncipe que tenga el espritu marcial, y que sea insolente, cruel y rapa$. La voluntaddelos del =mperioeraqueel suyoe#ercieraestas unestas disposiciones sobrelospueblos, para tener una paga doble, y dar rienda suelta a su codicia y avaricia:,/" de locual resultaba que los emperadores que no eran reputados como capaces de imponerrespetoa los soldados ypueblo:,5quedabanvencidos siempre. Los ms deellos,especialmente los que haban subido a la soberana como prncipes nuevos, conocieronladiicultaddeconciliar estasdoscosas, yabra$abanel partidodecontentar alossoldados:,9, sin temer mucho el oender al pueblo" y casi no les era posible obrar de otromodo:,:. No pudiendo los prncipes evitar el ser aborrecidos de algunos:,;, deben, esverdad, esor$arseantetodas cosas anoserlodel n.meromayor" perocuandonopueden conseguir este in, deben ingeniarse para evitar, con toda especie de e'pedientes,el odio de su clase que es ms poderosa:,B.)s, pues, aquellos emperadores que con el motivo de ser prncipes nuevosnecesitaban de e'traordinarios avores se apegaron con mucho ms gusto a los soldadosque al pueblo" y esto se converta en beneicio o da+o del prncipe, seg.n que l sabamantenerse con una grande reputacin en el concepto de los soldados:,>. @. 8ero se vio que esta estratagema no se convirti en beneiciosuyo, cuandohubieron sidoderrotadosen &aila,porqueunapartedeestas accionestom aliento entonces y les quit sus dominios de tierra irme. 0eme#antes medios dan a conocer que el prncipe tiene alguna debilidad:>," porquenunca en un principado vigoroso se tomar uno la libertad de mantener tales divisiones.0on provechosas en tiempo de pa$ .nicamente, porque se puede dirigir entonces, por sumedio, ms cilmente a los s.bditos:>/" pero si la guerra sobreviene, este e'pedientemismo muestra su debilidad y peligros. 4s incontestable que los prncipes son grandes cuando superan a las diicultades yresistencias que se les oponen:>5. 8ues bien, la ortuna, cuando ella quiere elevar a unprncipe nuevo, que tiene mucha ms necesidad que un prncipe hereditario de adquirir9Eama,le suscita enemigos y le inclina a varias empresas contra ellos a in de que ltenga ocasin de triunar, y con la escala que se le trae en cierto modo por ellos:>9 subams arriba. 8or esto piensan muchas gentes que un prncipe sabio debe, siempre que lees posible, proporcionarse con arte alg.n enemigo a in de que atacndole yreprimindole resulte un aumento de grande$a para el mismo:>:. Los prncipes, y especialmente los que son nuevos, hallaron despus en aquelloshombres que, enel principiodesureinadoles eransospechosos, ms idelidadyprovecho que en aquellos en quienes al empe$ar ponan toda su conian$a:>;. 8andolo8etrucci, prncipe de 0iena, se serva en el gobierno de su 4stado mucho ms de los quele haban sido sospechosos que de los que no lo haban sido nunca. 8ero no puede darse sobre este particular una regla general, porque los casos no sonsiempre unos mismos:>B. Me limitar, pues, a decir que si aquellos hombres que, en elprincipio de un principado eran enemigos del prncipe, no son capaces de mantenerse ensu oposicin sin necesitar de apoyos, podr ganarlos el prncipe cilmente:>>. 4starndespustantomsprecisadosaservirleconidelidadcuantoconocerncun necesario les es borrar con sus acciones la siniestra opinin que tena ormada deellos el prncipe:>E. )s, pues, sacarsiempre ms utilidaddeestas gentes quedeaquellossu#etosque,sirvindole conmucha tranquilidad desmismos:E@,nopuedenmenos de descuidar los intereses del prncipe. 0upuestoqueloe'igelamateria, noquieroomitir el recordar al prncipequeadquirinuevamente unestadoconel avor de algunos ciudadanos, que l debeconsiderar muy bien el motivo que los inclin a avorecerle. 0i ellos lo hicieron, no porun aecto natural a su persona, sino .nicamente a causa de que no estaban contentos conel gobierno que tenan, no podr conservarlos por amigos seme#ante prncipe ms quecon sumo traba#o y diicultades, porque es imposible que pueda contentarlos:E,.(iscurriendo sobre esto con arreglo a los e#emplos antiguos y modernos, se ver que esms cil ganar la amistad de los hombres que se contentaban con el anterior gobierno,aunque no gustaban de l:E/, que de aquellos hombres que no estando contentos:E5sevolvieron, por este .nico motivo, amigos del nuevo prncipe, y ayudaron a apoderarsedel 4stado:E9. Los prncipes que queran conservar ms seguramente el suyo, tuvieron lacostumbredeconstruir ortale$as quesirviesenderiendayrenoacualquieraqueconcibiera designios contra ellos:E: y de seguro reugio a s mismos en el primer asaltode una rebelin:E;. )labo esta precaucin supuesto que la practicaron nuestros mayores.0in embargo, en nuestro tiempo, se vio a mosn Nicols &iteli demoler dos ortale$as enla ciudad de 2astela para conservarla. -abiendo vuelto *uy Hbaldo, duque de Hrbino, asu 4stado, del que le haba echado 2sar Gorgia, arruin hasta los cimientos todas lasortale$as de esta provincia, que sin ellas conservara ms cilmente aquel 4stado, yque haba ms diicultad para quitrsele otra ve$:EB. -abiendo vuelto a entrar en Golonialos Gentivoglio, procedieron del mismo modo. Las ortale$as son .tiles o in.tiles, seg.n los tiempos, y si ellas te proporcionanalg.n beneicio ba#o un aspecto te per#udican ba#o otro. 8uede reducirse la cuestin aestos trminos! el prncipe que tiene ms miedo de sus pueblos que de los e'tran#erosdebe hacerse ortale$as:E>" pero el que teme ms a los e'tran#eros que a sus pueblos debe:@pasarsesinestadeensa. 4lcastilloque6rancisco0or$asehi$oenMiln, atra#oyatraer ms guerras a la amilia de los 0or$a que cualquiera otro desorden posible eneste 4stado. La me#or ortale$a que puede tenerse es no ser aborrecido de sus pueblos:EE.)un cuando tuvieras ortale$a, si el pueblo te aborrece no podrs salvarte en ellas;@@"porquesi l toma las armas contra ti nole altarne'tran#eros quevenganasusocorro;@,.No vemos que, en nuestro tiempo, las ortale$as se hayan convertido en provechode ning.n prncipe, sino es de la condesa de 6orli despus de la muerte de su esposo, elconde *ernimo. Le sirvi su ciudadela para evitar acertadamente el primer choque delpueblo, para esperar con seguridad algunos socorros de Miln y recuperar su 4stado;@/.4ntoncesnopermitanlascircunstanciasquelose'tran#erosvinieranal socorrodelpueblo;@5. 8ero en lo sucesivo, cuando 2sar Gorgia ue a atacar a esta condesa y que supueblo, al que ella tena por enemigo, se reuni con el e'tran#ero contra s misma, leueron casi in.tiles sus ortale$as;@9. 4ntonces, y anteriormente, le hubiera valido ms ala condesa el no estar aborrecida del pueblo, que el tenerlas;@:. Gien consideradas todasestas cosas, alabar tanto al que haga ortale$as como al que no las haga, pero censuraral que indose mucho en ellas tenga por causa de poca monta el odio de sus pueblos;@;. Captulo XXI2mo debe conducirse un prncipe para adquirir alguna consideracinNinguna cosa le gran#ea ms estimacin a un prncipe que las grandes empresas ylas acciones raras ymaravillosas;@B. (eellonos presentanuestraeraunadmirablee#emplo en 6ernando &, rey de )ragn, y actualmente monarca de 4spa+a. 8odemosmirarle casi como a un prncipe nuevo;@>, porque de rey dbil que l era lleg a ser, porsuamaygloria, el primer reydelacristiandad;@E. 8uesbien, si consideramossusacciones las hallaremos todas sumamente grandes, y aun algunas nos parecerne'traordinarias;,@. )l comen$ar a reinar asalt el reino de *ranada;,,, y esta empresasirvi de undamento a su grande$a.La haba comen$ado,desde luego, sin pelear nimiedo de hallar estorbo en ello, en cuanto su primer cuidado haba sido tener ocupadoen esta guerra el nimo de los nobles de 2astilla. -acindoles pensar incesantemente enella, los distraa de discurrir en maquinar innovaciones durante este tiempo" y de estemodo adquira sobre ellos, sin que lo echasen de ver, mucho dominio y seproporcionaba una suma estimacin;,/. 8udo, en seguida, con el dinero de la =glesia y delos pueblos, mantener e#rcitos y ormarse, por medio de esta larga guerra, una buenatropa, que acab atrayndole mucha gloria;,5. )dems, alegando siempre el prete'to dela religin para poder e#ecutar mayores empresas, recurri al e'pediente de una crueldaddevota" y ech a los moros de su reino, que con ello qued libre de su presencia;,9. Nopuede decirse cosa ninguna ms cruel, y #untamente ms e'traordinaria, que lo que le#ecut en esta ocasin. Ga#o esta misma capa de religin se dirigi despus de estocontra el Lrica, emprendi su conquista de =talia y acaba de atacar recientemente a la6rancia. 2oncert siempre grandes cosas que llenaron de admiracin a sus pueblos ytuvieron preocupados sus nimos con las resultas que ellas podan tener;,:. )un hi$oengendrarse sus empresas en tanto grado ms por otras;,;, que ellas no dieron #ams asus gobernados lugar para respirar ni poder urdir ninguna trama contra l;,B.:,4stambinun. e'pedientemuyprovechosoparaunprncipeel imaginar cosassingulares en el gobierno interior de su 4stado;,>, como las que se cuentan de mosnGarnab &isconti de Miln. 2uando sucede que una persona hi$o, en el orden civil, unaaccin nada com.n, tanto en bien como en mal, es menester hallar, para premiarla;,E ocastigarla;/@, unmodonotablequeal p.blicodampliamateriadehablar. 4nunapalabra;/,! el prncipedebe, antetodas cosas, ingeniarseparaquecadaunadesusoperaciones se diri#a a proporcionarle la ama de grande hombre, y de prncipe de unsuperior ingenio.0e da a estimar, tambin, cun es resueltamente amigo o enemigo de los prncipes"es decir, cuandosintimide$ se declaran enavor del unocontra el otro;//. 4staresolucin es siempre ms .til que la de quedar neutral;/5, porque cuando dos potenciasde tu vecindad se declaran entre s la guerra, o son tales que si la una llega a vencer,tengas undamento para temerla despus o bien ninguna de ellas es propia parainundirte seme#ante temor;/9. 8ues bien, en uno y otro caso, te ser siempre ms .til eldeclararle y hacer t. mismo una guerra ranca;/:. 4n el primero, si no te declaras serssiempre el despo#odel que haya triunado;/;, yel vencidoe'perimentar gustoycontento con ello;/B. No tendrs, entonces, a ninguno que se compade$ca de ti, ni quevenga a socorrerte, yni aunque te dunasilo. 4l que ha vencidonoquiere asospechosos amigos quenoleau'ilienenlaadversidad. Noteacogerel queesvencido, supuesto que no quisiste tomar las armas para correr las contingencias de suortuna;/>.-abiendo pasado )ntoco a *recia, en donde le llamaban los etolios para echar deall alos romanos, enviunemba#ador alosacayos parainducirlos apermanecerneutrales, mientras que les rogaba a los romanos que se armasen en avor suyo. 4sto uemateria de una deliberacin en los conse#os de los acayos. 4n l insista el enviado de)ntoco en que se resolviesen a la neutralidad" pero el diputado de los romanos, que sehallaba presente, le reut por el tenor siguiente! M0e dice que el partido ms sabio paravosotros y ms .til para vuestro 4stado es que no tomis parte ninguna en la guerra quehacemos" os enga+an;/E. No podis tomar resolucin ninguna ms opuesta a vuestrosintereses" porquesi notomis parteningunaennuestraguerra, privados vosotros,entonces, de toda consideracin e indignos de toda gracia, serviris de premioinaliblemente al vencedorN.Nota bien que el que te pide la neutralidad no es #ams amigo tuyo, y que, por elcontrario, loesel quesolicitaquetedeclaresenavorsuyoytomeslasarmasendeensa desucausa. Los prncipes irresolutos que quierenevitar los peligros delmomento, atrasan con la mayor recuencia la va de la neutralidad" pero tambin con lamayor recuencia caminan hacia su ruina;5@. 2uando se declara el prncipegenerosamente en avor de una de las potencias contendientes, si aquella a la que se unetriuna, y aun cuando l quedara a su discrecin, y que ella tuviera una gran uer$a, notendr que temerla, porque le es deudora de algunos avores y le habr cogido amor. Loshombres no son nunca bastante desvergon$ados para dar e#emplo de la enormeingratitud que habra en oprimirte en seme#ante caso;5,. 8or otra parte, las victorias noson #ams tan prsperas que dispensen al vencedor de tener alg.n miramiento contigo, yparticularmentealg.n respetoa la#usticia;5/.0i,por elcontrario,aquelcon quienteunes es vencido, sers bien visto de l. 0iempre que tenga la posibilidad de ello ir a tusocorro, y ser el compa+ero de tu ortuna que puede me#orarse en alg.n da;55. :/4n el segundo caso, es decir, cuando las potencias que luchan una contra otra, sontales que no tengas que temer nada de la que triune, cualquiera que sea, hay tanta msprudencia en unirte a una de ellas, cuanto por este medio concurres a la ruina de la otra,conlaayudadeaquellamisma, que, si ellaueraprudente, deberasalvarla;59. 4simposible que con tu socorro ella no triune, y su victoria entonces no puede menos deponerla a tu discrecin;5:. 4s necesario notar aqu que un prncipe, cuando quiere atacar a otros, debe cuidarsiempre de no asociarse con un prncipe ms poderoso que l, a no ser que la necesidadle obligue a ello, como lo he dicho ms arriba;5;" porque si ste triuna, queda esclavo enalg.n modo;5B. )hora bien, los prncipes deben evitar, cuanto les sea posible, el quedar ala disposicin de los otros;5>. Los venecianos se ligaron con los ranceses para lucharcontra el duque de Miln, y esta conederacin de la que ellos podan e'cusarse, caussu ruina;5E.8erosiunonopuede e'cusarsedeseme#antes ligas, como sucedia loslorentinos, cuando el 8apa y la 4spa+a ueron, con sus e#rcitos reunidos, a atacar laLombarda, entonces, por las ra$ones que llevo dichas, debe unirse el prncipe con losotros. %uening.n4stado, porlodems, creapodernuncaenseme#antecircunstanciatomar una resolucin segura;9@" que piense, por el contrario, en que no puede tomarlams que dudosa, porque es conorme al ordinario curso de las cosas que no trate uno deevitar nunca uninconveniente sincaer enotro;9,. La prudencia consiste ensaberconocer su respectiva calidad y tomar por bueno el partido menos malo. Hn prncipe debe maniestarse tambin amigo generoso de los talentos y honrar atodos aquellos gobernados suyos que sobresalen en cualquier arte;9/. 4n suconsecuencia, debe estimular a los ciudadanos a e#ercer pacicamente su proesin, seaen el comercio, sea en la agricultura, sea en cualquier otro oicio" y hacer de modo que,por el temor de verse quitar el ruto de sus tareas, no se abstengan de enriquecer con ellosu 4stado, y que por el de los tributos, no sean disuadidos de abrir un nuevocomercio;95.Kltimamente, debeprepararalgunospremiosparacualquieraquequierehacerestablecimientos.tiles, yparael quepiensa, seadel modoquesequiera, enmultiplicar los recursos de su ciudad y 4stado;99.Laobligacines, adems, ocuparconiestasyespectculosasuspueblos;9:enaquel tiempo del a+o en que conviene que los haya. 2omo toda ciudad est dividida, oengremiosdeoicios, oentribus;9;, debetener miramientosconestoscuerpos;9B,reunirse a veces con ellos y dar all e#emplos de humanidad y muniicencia,conservando, sinembargo, deunmodoinalterable, lama#estaddesuclase" cuidadotanto ms necesario, cuanto estos actos de popularidad;9> no se hacen nunca sin que sehumille de alg.n modo su dignidad;9E. Captulo XXII(e los secretarios Co ministrosD de los prncipes:5No es de poca importancia para un prncipe la buena eleccin de sus ministros, loscuales son buenos o malos seg.n la prudencia de que l us en ella;:@. 4l primer #uicioque hacemos, desdeluego, sobre unprncipe ysobre suespritu, noes ms quecon#etura;:," pero lleva siempre por undamento legtimo la reputacin de los hombresdequeserodeaesteprncipe. 2uandoellos sondeunasuicientecapacidad, ysemaniiestanieles;:/, podemos tenerle por prudente a l mismo, porque ha sabidoconocerlos bastante bien y sabe mantenerlos ieles a su persona;:5.8ero cuando son de otro modo, debemos ormar sobre l un #uicio poco avorable"porquehacomen$adoconunaaltagravetomndolosas;:9. Nohabaningunoque,viendo a mosn )ntonio de &enao hecho ministro de 8andolo 8etrucci, prncipe de0iena, no #u$gara que 8andolo era un hombre prudentsimo, por el solo hecho de habertomado por ministro a )ntonio;::. 8ero es necesario saber que hay entre los prncipes, como entre los dems hombres,tresespecies decerebros. Losunosimaginanpor s mismos;:;" lossegundos, pocoacomodados para inventar, cogen con sagacidad lo que se les muestra por los otros;:B, ylos terceros no conciben nada por s mismos, ni por los discursos a#enos;:>. Los primerosson ingenios superiores" los segundos, e'celentes talentos" los terceros son como si ellosno e'istieran;:E. 0i 8andolo no era de la primera especie, era menester, pues,necesariamente que l perteneciera a la segunda. 8or esto, slo que un prncipe, aun sinposeer el ingenio inventivo, est dotado de suiciente #uicio para discernir lo bueno ymalo que otro hace y dice;;@, conoce las buenas y malas operaciones de su ministro,sabeechar dever las primeras, corregir las segundas, ynopudiendosuministroconcebir esperan$as de enga+arle, se mantiene ntegro, prudente y iel. 8ero Rcmo conoce un prncipe si su ministro es bueno o maloS -e aqu un medioque no induce #ams a error. 2uando ves a tu ministro pensar ms en s que en ti, y queen todas sus acciones inquiere su provecho personal, puedes estar persuadido de queeste hombre no te servir nunca bien;;,. No podrs estar #ams seguro de l, porque altaa la primera de las m'imas morales de su condicin. 4sta m'ima es que el que mane#alos negocios de un 4stado no debe nunca pensar en s mismo, sino en el prncipe;;/, nirecordarle #ams cosa ninguna;;5 que no se reiera a los intereses de su principado.8ero tambin, por otra parte, el prncipe, a in de conservar a un buen ministro ysus buenas y generosas disposiciones, debe pensar en l, rodearle de honores,enriquecerle y atrarsele por el reconocimiento con las dignidades y cargos que l leconiera.Los grados honoricos yrique$as quel leacuerdacolmanlos deseos desuambicin;;9, y los importantes cargos de que ste se halla provisto, le hacen temer que elprncipe sea mudado de su lugar, porque conoce bien que no puede mantenerse ms quecon l;;:. )s, pues, cuando el prncipe y el ministro estn ormados y se conducen deeste modo, pueden iarse el uno en el otro;;;" pero si no lo estn, acaban siempre maluno u otro;;B. Captulo XXIII:92undo debe huirse de los aduladoresNo quiero pasar en silencio un punto importante, que consiste en una alta de la quese preservan los prncipes dicilmente cuando no son muy prudentes o carecen de untacto ino y #uicioso. 4sta alta es ms bien la de los aduladores, de que estn llenas lascortes;;>" pero se complacen tanto los prncipes en lo que ellos mismos hacen, y en elloseenga+anconunatannatural propensin, que.nicamentecondiicultadpuedenpreservarsecontrael contagiodelaadulacin.)un, conrecuencia, cuandoquierenlibrarse de ella, corren peligro de caer en el menosprecio;;E. Nohayotromedioparapreservartedel peligrodelaadulacinmsquehacercomprender alossu#etosqueterodeanqueellosnoteoendencuandotedicenlaverdad;B@. 8ero si cada uno puede decrtela;B,, no te altarn al respeto. 8ara evitar estepeligro, un prncipe dotado de prudencia debe seguir un curso medio, escogiendo en su4stadoaalgunossu#etossabios, aloscuales sloacuerdelalibertaddedecirlelaverdad, .nicamentesobrelacosaconcuyomotivol lospregunte, ysobreningunaotra;B/" pero debe hacerles preguntas sobre todas;B5, or sus opiniones, deliberar despuspor s mismo y obrar, .ltimamente, como lo tenga por conducente;B9. 4s necesario quesu conducta con sus conse#eros reunidos, y con cada uno de ellos en particular, sea talque cada uno cono$ca que, cuanto ms libremente se le hable, tanto ms se le agradar.8ero, e'cepto stos, debe negarse a or los conse#os de cualquiera otro, hacer en seguidalo que ha resuelto en s mismo, y maniestarse tena$ en sus determinaciones;B:. 0i elprncipe obra de dierente modo, la diversidad de pareceres obligar a variarrecuentemente;B;, delocual resultar queharnmuycortoapreciodel. %uieropresentar, sobreesteparticular, une#emplomoderno. 4l curaLuc, dependiente deMa'imiliano, actual emperador, di#o, hablando de l, Mque 0. M. no tomaba conse#o deninguno, y que, sin embargo, no haca nunca nada a su gustoN;BB. 4sto proviene de queMa'imiliano sigue un rumbo contrario al que he indicado. 4l emperador es un hombremisterioso que no comunica sus designios a ninguno, ni toma #ams parecer de nadie"perocuandoseponeae#ecutarlos, yseempie$aavislumbrarlosydescubrirlos, lossu#etos que le rodean se ponen a contradecirlos;B>y desiste cilmente de ellos;BE. (eesto dimana que las cosas que l hace un da, las deshace el siguiente" que no se prevnuncaloquequierehacer, ni loqueproyecta, yquenoesposiblecontar consusdeterminaciones;>@. 0i unprncipe debe hacerse dar conse#os sobre todos los negocios, nodeberecibirlos ms que cuandoste les agrada a sus conse#eros;>,. )undebe quitar acualquiera la gana de aconse#arle sobre cosa ninguna, a no ser que l solicite serlo;>/.8ero debe recuentemente, y sobre todos los negocios, pedir conse#o, or en seguida conpaciencia la verdad sobre las preguntas que ha hecho, aun querer que ning.n motivo derespeto sirva de estorbo para decrsela, y no desa$onarse nunca cuando le oye;>5.Los que piensan que un prncipe que se hace estimar por su prudencia no la debe as mismo, sinoalasabiduradelos conse#erosquelecircundan, seenga+anmuyciertamente;>9.8ara #u$garde esto hayunareglageneralque no nosinduce#amsaerror! es que un prncipe que no es prudente de s mismo no puede aconse#arse bien, ano ser que, por casualidad, se reiera a un su#eto .nico que le gobernara en todo y uera::habilsimo;>:. 4n cuyo caso podra gobernarse bien el prncipe" pero esto no durara pormucho tiempo, porque este conductor mismo le quitara en breve tiempo su 4stado.4n cuanto al prncipe que se consulta con muchos y no tiene una grande prudenciaen s mismo;>;, como no recibir #ams pareceres que concuerden, no sabr conciliarlospor s mismo. 2ada uno de sus conse#eros pensar en sus propios intereses, y el prncipenosabrcorregirlosdeello, yniaunecharlodever;>B. Noesposibleapenashallardispuestos de otro modo los ministros! porque los hombres son siempre malos, a no serque los precisen a ser buenos;>>.2oncluyamos, pues, que conviene que los buenos conse#os, de cualquiera parte quevengan, dimanendelaprudenciadel prncipe, yquestanodimanedelosbuenosconse#os que l recibe;>E. Captulo XXIVR8or qu muchos prncipes de =talia perdieron sus estadosS;E@4l prncipe nuevo que siga con prudencia las reglas que acabo de e'poner tendr laconsistencia de uno antiguo, y estar inmediatamente ms seguro en su 4stado que si loposeyerahaceunsiglo;E,. 0iendounprncipenuevomuchoms observadoensusaccionesque otro hereditario,cuandolas#u$gamosgrandesymagnnimas,legananellas mucho me#or el aecto de sus gobernados, y se los apegan mucho ms que podrahacerlounasangreesclarecidamuchotiempohace;E/" porquesegananloshombresmucho menos con las cosas pasadas que con las presentes;E5. 2uando hallan su provechoen stas, se i#an en ellas sin buscar en otra parte. Mucho ms abra$an de cualquieramanera la causa de este nuevo prncipe;E9, con tal que, en lo restante de su conducta, nose alte a s mismo;E:. )s tendr una doble gloria! la de haber dado origen a una nuevasoberana, yladehaberlaadornadoycorroboradoconbuenasleyes, buenasarmas,buenos amigos y buenos e#emplos;E;" as como tendr una doble arenta el que, habiendonacido prncipe, haya perdido su 4stado por su poca prudencia;EB. 0i se consideran aquellos prncipes de =talia, que en nuestros tiempos perdieron sus4stados, como el rey de Npoles, el duque de Miln y algunos otros, se reconocer,desde luego, que todos ellos cometieron la misma alta en lo concerniente a las armas,seg.n lo que hemos e'plicado e'tensamente. 0e notar despus que uno de ellos tuvopor enemigos a sus pueblos;E>, o que el que tena por amigo al pueblo no tuvo el arte deasegurarse de los grandes;EE. 0in estas altas, no se pierden los 4stados que presentanbastantes recursos para que uno pueda tener e#rcitos en campa+aB@@. 6elipe deMacedonia, no el que ue padre de )le#andro, sino el que ue vencido por .Captulo XXV2unto dominio tiene la ortuna en las cosas humanas, y de qu modo podemosresistirle cuando es contrariaNosemeocultaquemuchos creyeronycreenquelaortuna, esdecir, (ios,gobierna de tal modo las cosas de este mundo que los hombres con su prudencia nopueden corregir lo que ellas tienen de adverso, y aun que no hay remedio ninguno queopon