Transcript of Historia del Perú independiente
- 1. HistoriadelPerIndependiente:Primeroperodo,1819-1822
MarianoFelipePazSoldn
- 2. r
- 3. DEL PER INDEPENDIENTE POR MARIANO FELIPE PAZ SOLDAN La
historia es la mas til de la* ciencia:: tu estudiu nos ofrece la
experiencia de lo posado y nos suministra datos para presagiar lo
venidero: es el libro universal *n que ca da uno, haciendo uso de
su discernimiento, puede con se guridad encontrar la leccin que le
concierne; ella frustrani militar y al comerciante aplicado;
prepara al hombre de Es tado y manlfesta al filsofo los progresos
interesantes y va riados del espritu humano; en una palabra,
vigoriza el jui cio yameniza el trato de todos los individuos dela
sociedad. Apuntamientos indito* del General Gamarra. PRIMER PERIODO
1819 - 1822 o LIMA MDCCCLXVIII
- 4. J HARVARD UNIVERSITY LIBRARY Nov :j W1
- 5. PROLOGO Dificil y peligrosa es la empresa que acometo :
escribir la historia, cualquiera que sea su naturaleza, requiere
dotes muy elevados. El his toriador es el. severo juez de lo pasado
y el maestro consejero del porvenir : su erudicion debe ser general
y profunda; su juicio muy escudnflador'y certero y para complemento
su narracion debe ser sencilla, clara, y correcta. Cuantas veces al
leer al sentencioso Tcito, al Huido Salustio, al elocuente Gibbon y
al incomparable Thiers be dejado por meses enteros mi tarea,
resuelto ocuparme en otros estudios; pero mi espiritu se ha
realzado viendo que en mi patria, hasta hoy nadie acomete la
empresa; que su historia no existe, que los hechos mas importantes
estan olvidados desfigurados y que si pasa mas tiempo todo quedar
reducido la nada ! Ademas, los numerosos documentos inditos, la
rica coleccion de peridicos, folletos y otras publicaciones que con
incan sable afan he rennido y extractado por mas de 20 aos, pueden
desaparecer, quedando perdidos para siempre los comprobantes nicos
de la historia ; era preciso salvarlos, y asi como un inexperto
nadador se arroja un torrente para librar una victima, riesgo de
perder su vida, asi me arrojo yo al campo de la Historia para
salvar preciosos documentos que por primera vez vern la luz pblica,
riesgo de comprometer mi reputa cion literaria. Mi trabajo ser
pobre en su estilo, falto de aquel elevado juicio y critica que han
inmortalizado tantos escritores pero tendr el incomparable mrito de
la sencillez y la verdad : no citar un hecho.no formar una opinion,
sin apoyarlos en un documento. Si mis ideas son equivocadas, el
lector puede rectilicarlas, desde que pongo su alcance la fuente de
donde bebi. Si la Histria es la fiel narracion de los hechos
pasados para que sir van de leccion en lo futuro, claro es que se
separan mucho de su objeto aquellos que la convierten en lecciones
de filosofia, dejando un lado la narracion y dndola como sabida.
Una histria deberia constar de dos partes del todo distintas ;
narracion y filosofia, la una independiente de la otra, pero de tal
modo que la segunda no puede existir sin prvio
- 6. ii PRLOGO, conocimiento de la primera; porque es fcil que
cada uno forme su juicio filosofia especial despues de conocer los
hechos ; por esto muchos libros histricos no dejan bastante impreso
en nuestro entendimiento el espiritu de la poca que se refieren.
Presntese cada hecho con toda claridad y en su verdadera luz y
entonces su filosofia se presentar por si sola. Esta idea ha
dominado mi espiritu; yo no ine propongo escribir la Filosofia de
la Historia del Per Independiente; pretiero mas bien en este casQ
que mi trabajo se considere como simples Anles Crnicas. Muchas
veces he tenido presente el consejo de Tcito de lo muy peligroso
que es escribir la historia del siglo que corre y del que ha poco
pas, por estar aun vivos los descendientes de las personas de
quienes se trata (*) mas he reflexionado que yo no me propongo
injuriar unos ni ser el panegirista de otros; procedo con mi
espiritu libre de las preocupaciones de amor odio; nada espero
niada temo; porque mi nimo lo conducen la buena f y el patriotismo
; y porque creo como Thiers que "el momento en que los actorc%van
desaparecer, es el mas apropsito para escribir la histria ; porque
puede apelarse su testimo nio, sin participar de sus pasiones." (f)
Yo ruego piies los que aun viven y figuran en esta histria, los
hijos de los que ya no existen, que si encuentran en mi narracion
algo que mancill su honra, que los Xalte en su gloria, no lo
atribuyan al deseo de ofensa de clojio ni a odio : la gloria que
obtengan unos por sus virtudes civiles servir de estimulo para que
sus hijos conciudadanos imiten su ejemplo; asi como la censura se
vera, pero justa que recaiga sobre otros, por sus vicios,
ignorancia, debilidad, ser el espejo en donde se mrenlos que por
desgracia inten ten imitarlos. En mi trabajo no he olvidado un solo
instante que el historiador es un juez severo que no debe tener mas
patria, ni mas fami lia, ni mas amigos que la inflexible verdad.
"Yo no busco masque la verdad y me avergonzaria de que la histria.
sirviese para calumniar los muertos." (J) Si por ignorancia de
algunos hechos, por haberlos concebido mal, mi opinion les fuere
contraria, estoy pronto retractarme y rectificarla en los
siguientes volmenes que contrendrn un Apndice de rectificaciones,
en el cual publicar los nuevos documentos que me remitan los
interesados, las razones que aduzcan, si son dignas y sufi cientes;
pero de todos modos referir en resumen las observaciones que se
hagan, por infundadas que sean. "Renniendo los recuerdos nacio
nales, debemos pensar mas en la salud y provecho de los vivos que
en la reputacion de los muertos. Nuestra tarea es buscar solamente
lo que en realidad ha existido, y saber por qu ha existido; rennir
asi y presentar la vista los resultados de todos los experimentos
que se han intentado por nuestros antepasados y por nosotros
mismos." (f) (*) Libros IV. Anles: Aforismo 193. (f) Historia de la
Revolucion Francesa I. Introduccion. (+) Lamartine: Historia do los
Girondinos. (^[) Sismondi: Historia d los Franceses :
Introduccion.
- 7. PRLOGO. ni "Quiz nazcan agravios y violentas recriminaciones
para nosotros por los hechos graves y desconocidos que sacamos luz
; pero protesta mos solemnemente que de estos solo hacemos valer
aquellos que son un corolario esencial dela histria y no una
personalidad suprdua y ociosa. Escribimos la verdad de la
tradicion, no los chismes de la maledicen cia. De stos podriamos
hacer un libro de tristes pginas, comprobadas con tan tristes
documentos, pero queremos qu toda honra se salve, cuan do la
justicia y el esclarecimiento de los hechos pblicos no exija
aquella inmolacion de pasadas nombradlas que hoy duermen en la
tumba del ol vido solo en el corazon de sus nietos. " "Tenemos,
empero, todo el valor civil que esa responsabilidad re quiere y por
cierto que no la esquivamos, si se llega desafiarnos con armas
permitidas. Dulenos el alma de ello; pero los que escriben para la
posteridad ejercen una especie de sacerdocio cuyo templo es la
propia conciencia en la que ni el odio ni el amor hallan albergue y
si solo la justicia." "Repetimos que en cuanto sea posible,
evitaremos las alusiones perso nales y aun los documentos que las
condenan solo figurarn, en lo que de nosotros dependa, cuando los
que de hoy vivimos seamos como aquellos acusados, polvo y compasion
de otras generaciones, que nos juzguen la par con nuestros abuelos
al pedirnos cuenta de la herencia que de ellos recibimos. Con tal
fin esas piezas sern religiosamente guardadas y ba jo alguna
garantia pblica, hasta que aquella poca llegue y se lea el
testamento, no de una revolucion de ayer, sino de la mision de todo
un siglo." "Y entretanto, los que apesar de estas declaraciones
explicitas se sientan ofendidos, les decimos humildemente que nos
perdonen y los que por ofendidos nos ofendan , les anticiparemos
tambien que ya estn perdonados,, pues nos deben mas gratitud por lo
que dejamos en silencio que no enojo por aquello que sacamos luz."
(*) Al escribir esta obra mi principal objeto ha sido extractar lo
publica do en millares de folletos, peridicos, hojas sueltas y
cartas privadas y aglomerar de este modo en un solo cuerpo y rden
cronolgico cuantos he chos anteriores existen acerca de nuestra
historia contempornea : por es to referir sucesos, quiz de poca
importancia al parecer, pero que con el tiempo pueden servir para
explicar y dar luz algunos hechos aislados y obscuros. Mi trabajo
es el primero que se publica en su naturaleza: hasta hoy no han
salido, sino Folletos ya en pr en contra de determina das personas
negocios; Memorias mas mnos inexactas y quiz cua dernos denominados
Historia, escritos con pasion, con rapidez elctrica y llenos de
falsedades. Para cada hecho hago citas de vrios documentos, no por
ostentar instruccion superllua; sin por ensear la fuente al lec
tor, para que si no se conforma con mi juicio, encuentra obscura mi
narra cion, pueda instruirse mejor. Con este mismo objeto doy luz
multitud O Vicua Mackena : Ostracismo de O'Higgins.
- 8. iv PRLOGO, de cartas de los personajes que mas han figurado
en nuestra historia ; asi ser fcil que se escriba la biografia de
cada uno de ellos. Para dar mejor idea de algunos hechos
importantes y que se co nozcan las pasiones mrito con que entonces
se procedia, procuro re ferirlos, copiando las mas veces,
textualmente la narracion que los princi pales actores testigos
hacian en sus cartas privadas en documentos coetneos: creo que esta
es la verdadera Historia, en su parte narrativa ; asi parece que se
oye referir el hecho en el momento que acaba de te ner lugar y no
perjudica en lo menor la verdad histrica, desde que "por las
observaciones notas que pongo, aclaro rectifico lo que es inexacto.
No me propongo escribir la Historia Militar de las Campaas del *
Per Independiente; por esto no entro en describir las maniobras del
ejrcito, los campos de batalla, evoluciones militares ni aquellos
permeno- res que interesan al guerrero: basta mi propsito dar idea
clara de cada combate, de los preparativos y plan de la campaa,
terreno que sirvi de teatro de la guerra; y si es posible, copiai
textualmente, los par tes narraciones de los que intervinieron en
ellas. Doy el mrito al que lo tiene sin pensar en su nacionalidad:
"algunos historiadores han creido que el patriotismo los obligaba
antes que todo ' ser los abogados de su Nacion y de sus jefes,
[principes] disimular sus crueldades, disculpar sus debilidades,
dar explicaciones satisfactorias de sus injusticias y demostrar que
apesar del testimonio de historiadores extrangeros de los
acontecimientos posteriores, todos sus Gobernantes, han sido
siempre buenos grandes hombres; que sus ejrcitos han sido siempre
victorio sos y que sus pueblos, excepto cuando sacudian el yugo de
la autoridad legitima, han sido siempre prudentes y felices ; pero
esta vanidad supone que el historiador no tiene conciencia ni
estimacion propia: que el his toriador disimule los vicios del
gobernante es imprudente v hasta crimi- nal." () Recordando
aquellos hechos crueles de los Espaoles, de que no faltan, por
desgracia, muchos ejemplos, no imitar al Espaol Torren te, quien se
expresa en una obra que titul Historia de la Revolucion
Hispano-Americana, no con la imparcialidad y sangre fria de un
historia dor, sino con toda la pasion de un frentico partidario :
este escritor ja ms encuentra mrito ni virtud en los que sostenian
la causa de la liber tad: para l todos son insurgentes, criminales,
ingratos, habladores}' revol tosos : los hroes de nuestra
independencia son nte sus ojos y crite rio, ladrones, canalla,
aventureros y otros calificativos semejantes: ne imito pues este
ejemplo, al recordar el incendio de Cangallo y el de gello de sus
indefensos habitantes: compadezco Carratal, sin des conocer su
mrito como guerrero. Al narrar que estos actos de barbrie merecian
la aprobacion del Virey Laserna, no por esto dejo de confesar que
fu humano, generoso y liberal, casi siempre, en su gobernio y duran
te la campaa. O Sismondi: Introduccion.
- 9. PRLOGO. v El mas grande y peligroso escollo que encontrar mi
obra, es la falsa y.errnea noticia que se tiene de muchos de
nuestro principa les hechos. El corazon humano se inclina
naturalmente todo lo que es mas conforme con sus ideas, creencias
deseos; de aqui resulta que el primero que narra un hecho, si
halaga nuestro amor, odio vanidad, sin analizarlo, se acepta como
cierto y se repite de boca en boca hasta conver tirse casi en
verdad historica y desgraciado del que quiera combatirla! Yo he
temido mucho incurrir en este vicio: he desconfiado de la tradi
cion ; he dudado del juicio de algunos contemporneos, sobre los
sucesos de que fueron actores testigos; sin dejar por ello de
consultarlos, oirlos y meditar. ['] Comparando muchas de las
tradiciones y la nar racion escrita de algunos de los principales
sucesos, con los documen tos fehacientes que poseo, tales como
cartas privadas otros dignos de f y crdito, encuentro notoriamente
falsas las relaciones tradicio nes de tales hechos y necesito
sobreponerme ellas para que resplan dezca la verdad; de pronto ser
dificil; pero con el criterio, ella triun far y yo habr tenido la
satisfaccion de verla resplandecer. "Yo, co nozco que el orgullo se
irrita contra el que quiere destruir una opinion ar raigada y cmoda
y que los interesados juzgan parcial quienes con ellos choca ; pero
apelar los ingenues y desapasionados y aun har que aquel que de mi
opinion disienta, conliese que busqu la verdad de bue na f. Por lo
demas he aducido las pruebas de mis acertos y en caso de haber sido
inexacto, el contraste entre ellos y los documentos harn pal pable
mi inexactitud." [f] Tambien s que "es empresa muy varonil del
historiador resistir las preocupaciones propias, adquiridas desde
la infan cia ; la de los lectores y en fin las ilusiones que los
mismos contemporneos han consagrado. Necesita cierta fuerza para
marchar firme al traves de todo esto, separando sombras vanas,
refundiendo rechazando muchas verdades pequeas que embarazaban el
trnsito: pero si asi procede el historiador, tiene por recompensa
ver surgir de un ocano confuso, el en cadenamiento de las grandes
causas vivas." [J] Por pobre que sea el mrito literario de mi obra,
ella servir de manantial abundante y seguro para que gnios
distinguidos y mas felices que yo, saquen de l un fruto que quiz no
he podido conseguir; solo ruego esos escritores que al aprovecharse
de mi trabajo, recuerden que con mi incansable laboriosidad les he
facilitado los materiales confun didos repartidos en un verdadero
laberinto : en todo me avantajarn, mnos en laboriosidad y buena f.
Los documentos en que apoyo mi narracion, los debo la generosi dad
de algunos, mis constantes indagaciones, la casualidad y tambien
['] "El vulgo necio y liviano, siempre se deja iraprimiren el nimo
las primerasquere- llas que oye, y cuando las tiene impresas, no
admite escusa ni defensa contra ellas, en el principio hasta que
con el tiempo se desvanecen." Tac. Ann. II. afor. 401 . [t] Cant
Hist. Univ. Discurs Preliminar pag. L. [+] Michelet Luis XIV.
Prefacio.
- 10. vi PRLOGO, los destinos que he desempeado. Carlas autgrafas
de importan cia han llegado mi poder de un modo milagroso. Para ser
mas explicito y tributar un phlico agradecimiento los que me han
colmado de gra titud con su ilimitada confianza debo decir : que el
Gran Mariscal Don Antonio Gutierrez de ta Fuente me entreg mas de
veinte cajones gran des, llenos de cartas y documentos originales
inditos, los mas reserva dos y sin la menor desconfianza: durante
ocho meses trabaj mas de cuatro horas diarias para ponerlas en rden
y con su consentimiento y ple na voluntad saqu cpia de todas las
que me convenian ; tom los dupli cados y aclar algunas dudas que
resultaban de esos documentos, oyendo al mismo Mariscal, cuya
reminicencia tuve motivo de admirar. Jams olvidar la hidalguia con
que me trat este viejo procr de nues tra libertad: "Lea U. todas
mis cartas, hasta las de mi esposa; solole pido que antes de formar
alguna opinion definitiva acerca de mi conducta pblica privada, me
pida U. explicacion y con lo que U. me oiga juz gueme con severidad
: yo he sido el blanco de las injurias y calumnias ; jams he
querido hablar porque conozco que tiempo llegar en que se me haga
justicia; yo he procedido siempre con honradez y patriotismo y sin
embargo se ha dudado de mi r sea U. seor Paz Soldan mi severo cen
sor." Yo pues, acepto este encargo y ojala pueda desempearlo
satisfac toriamente. Tambien ha llegado A mi poder un paquete de
cartas y documen tos que poseia el sabio ilustre Arzobispo Luna
Pizarro; ese hombre que figur tanto en toda nuestra revolucion.
Este Prelado conservaba esos papeles muy doblados y cerrados con un
sobre que decia : estos papeles se rn muy tiles para el que escriba
la historia del Per. Una de las per sonas allegadas al Ilustrisimo
Luna Pizarro, me lo entreg sabiendo que me ocupaba en escribir la
historia. El General Don Luis Jos Orbegoso, me honr con su amistad
en los ltimos aos de su vida. Le oi referir los principales sucesos
de su tormentosa vida y lo hacia con tanta fluidez, naturalidad y
franqueza que no parecia que el narrador era el hroe principal, al
no saberlo pol los mismos sucesos que se referia. Su hijo el
Coronel Don Pedro Or begoso no dud en entregarme el precioso
archivo de su seor padre, del cual he copiado preciosisimos y
singulares documentos: toda la cor respondencia con Santa Cruz y
otros sujetos. Es muy importante lo que l mismo escribi en los dias
de su mayor inquietud pblica en 1838 y que doy luz ahora bajo el
nombre de Memorias del General Orbegoso: es una desgracia que esos
apuntamientos no lleguen hasta la poca mas importante de la vida de
este hombre que ha desempeado un papel tan notable en nuestra
Revolucion. El seor Coronel Don Andrs Gamarra, hijo lejitimo del
Gran Ma riscal Gamarra, me ha dado multitud de cartas de su seor
padre, desde los primeros aos de nuestra independencia hasta pocos
dias ntes de la batalla de Ingavi, en que pereci llenndose de
gloria. Esta coleccion
- 11. PROLOGO. mi contiene cartas de Bolivar, Sucre, La-Mar,
Orbegoso, Salaverry, Bulnes, Prieto y muchisimos otros personajes
que figuraron en esos aos, ya como actores principales ya como
consejeros. Debo mi intimo amigo el Dr. D. M. Alvarez todo el
archivo integro de su seor padre el Dr. D. Mariano Alejo Alvarez :
este fogoso y puro republicano, este incorruptible juez, desempe
papeles muy importan tes desde que San Martin pis las playas del
Per; con quien tuvo inti ma amistad y en su adversidad no lo olvid;
por esto San Martin le es cribia casi hasta los ltimos aos de su
vida, llamndole su fiel amigo. El Coronel Don Diego Solazar, hijo
del General Don Juan Sala- zar, me entreg multitud de cartas y
papeles, todos referentes los pri meros aos de la poca que yo
abrazo, 1819 1822, mediante estos singu lares documentos he
decifrado muchisimas cartas que tenia en claves in inteligibles y
estoy al corriente de muchos secretos de aquellos tiempos. Por
circunstancias tan raras como excepcionales y que no es del caso
referir, poseo cartas de Monteagudo con San Martin, de Bolivar con
Sucre, de Riva-Agiiero con sus innumerables corresponsales: de
Gamarra con Salaverry y multitud de personas que seria tan
fastidioso y largo como intil el detallar, pero que vern la luz
pblica en su respecti vo lugar y tiempo. Todos los archivos de los
Ministerios han estado mi completa disposicion y he podido sacar
copias de cuanto he necesitado sin restriccion ninguna, debido esto
la circunstancia de haber sido yo Ministro de Relaciones Exteriores
y la mplia facultad que me dieron para ello el Gran Mariscal Don
Ramon Castilla y sus Ministros, Gene ral Don Juan Antonio Pezet,
Dr. Don Juan Manuel del Mar y Dr. Don Ma nuel Morales. Asi mismo
han estado mi disposicion el archivo del Con greso y de las otras
olicinas del Estado. Los documentos que debo la generosidad de las
personas que me han honrado con su confianza, jams vern la luz
pblica para apoyar con ellos algo que mancille su honra :
losconsidero como si no tuviera noti cia de ellos y supongo que los
cargos que se les hagan son vagos rnmores, sino tengo otros
documentos con que acreditarlo. El historiador debe ser moral, no
traidor, y traicionaria si yo comprobara el hecho con las armas que
generosamente se me entregan. Se me dir que ignoro un hecho, quiz
importante, que no lo documento; solo en este caso acepto el car go
de falto de pruebas. Con todos estos elementos he podido rennir
treinta y seis volmenes en folio de documentos inditos que suman
algunos millares de pginas. Respecto los documentos impresos, hace
mas de veinte aos que me ocupo sin cesar en acopiarlos y he podido
rennir hasta hoy mas de 500 volmenes sin contar las obras impresas
en el extrangcio relativas al Per. No he perdonado arbitrio ni
dinero para aumentar mi coleccion y presumo que sea la mas completa
que existe. Compaginados tan dispersos como heterogneos materiales,
procedi su respectiva clasificacion por aos, despues de numerarlos
y para cono-
- 12. viii PRLOGO cer en general la marcha de los sucesos, los he
ledo metdicamente formando indice de unos o extractando el espiritu
de otros: estos indices y extractos tambien los pblico en gran
parte, para que sirvan tambien al que se dedique al estudio de
nuestra historia. Quiero que lo mucho que he trabajado, lo
aprovechen todos. Entro en todos estos pormenores, no para enzalsar
mi mrito, sind para que se tenga confianza en mi trabajo y en lo
futuro se puedan citar los documentos que me refiero como una
fuente pura y autntica, hasta en sus detalles. El ao de 1854,
escribi una obra que titul: Apuntamientos para la Historia del Per
Independiente, dedicada mi hijo, queentnces se edu caba en Norte
Amrica ^Ballimore): me propuse hacerle conocer gran des rasgos la
historia de los diez primeros aos de nuestra emancipacion, desde la
venida de San Martin ; porque no quise que mi hijo estuviera muy al
corriente de la historia de los Medos, de los Asirios y otras
naciones que ya no existen y que ignorara la historia de su patria,
como sucede muchos peruanos que se educan en el extrangero. Ese
trabajo, indito, me ha servido de guia indice del que hoy principio
publicar. En cuanto al plan distribucion de la obra me ha parecido
mas conforme dividirlo en periodos. Llamo periodo el tiempo
trascurrido de un Congreso Constituyente a otro, supuesto que cada
Constitucion indica un nuevo rden de cosas y casi nuevas personas
ideas : estos periodos se subdividen naturalmente por los grandes
acontecimientos que durante ellos han tenido lugar. Asi es que toda
la obra comprender cinco periodos saber : Primer periodo : desde
que se prepar la expedicion libertadora de San Martin hasta que se
instal el Congreso Constituyente en 20 de Sep tiembre de 1822.
Secundo periodo: desde la instalacion de ste Congreso hasta el se
gundo Congreso Constituyente instalado el 4 de Juniode 1827. Tercer
periodo : desde el 4 de Junio del 827 hasta el 1 2 de Septiem bre
de 1833 en que se instal la Convencion Nacional. Cuarto periodo:
desde el 12 de Septiembre de 1833 hasta el Con greso de Huancayo
instalado el 15 de Agosto de 1839. Quinto periodo: desde la
instalacion del Gongreso de Huancayo hasta el de 1855 en que se
instal la Convencion Nacional. Como complemento de mi trabajo har
conocer la marcha y progreso del Per Independiente, en las
ciencias, artes y literatura: la rpida variacion de costumbres
pblicas y privadas, en un sentido favorable al progreso moral,
pblico y social; pondr al lector al corriente de cuan to se ha
publicado contra el Per por apasionados escritores y la simple
comparacion de lo que ellos dicen y de lo que existe en realidad,
har conocer que fueron ignorantes perversos. Este trabajo demanda
tiempo, muy maduro exmen y gran caudal de conocimientos; yo procu
rar estudiar continuamente y como lo principal de mi trabajo
demanda
- 13. ix PRLOGO, por si solo algunos aos, aun parala material
impresion, cuando llegue el tiempo de publicar dicho complemento,
mis errores sern menores y con la critica que sufra mi obra
principal y que leer con el deseo de corregirme, creo que merecer
mejor aceptacion pblica. El Per ha sido victima cruenta de la
maledicencia de los Gobiernos extrangeros, como de la codicia de
algunos especuladores que por conse guir dinero no se han parado en
los medios. Para hacer conocer el ori- gen y progresos de este mal,
que se ha hecho estensivo las demas Re pblicas Sud-Americanas,
destino un capitulo al finalizar cada periodo, que titulo
Conflictos Internacionales: en l se har una fiel narracion de los
sucesos y de su desenlace y al fin de toda la obra, quiz haciendo
el resumen de estos capitulos publique una cuyo titulo ser : El Per
y los Extrangeros: entnces veran aquellos Gobiernos que tanto nos
han ca lumniado, que los Extrangeros en el Per han sido mejor
tratados que en su propia patria y que muchos que hoy ostentan en
Europa sus rique zas y que quiz contribuyen al descrdito del Per y
de la Amrica, vi nieron de pobres artesanos fueron marineros
desertores quiz reos prfugos. Creo vencida mas dela mitad de mi
existencia; pero lo que aun me reste para llegar su trmino, lo
dedicar exclusivamente en dar conocer mi adorada patria y para que
por mis obras se diga por aqui pas un hombre. Feliz si consigo mi
objeto !! LIMA, 1865.
- 14. CAPITULO PKELIMINAR. Rpida ojeada sobre la organizacion
civil, poltica y econmica del Vireinato del Per. Divisin
politicaDivision eclesiasticaAdministracion do justiciaAtribuciones
del Virey Supremo Consejo de IndiasInstruccion
publicaComercioAgriculturaProhibicion pa ra viajarFalsas
ideasCausas que precipitaron la emancipacion de las ColoniasIgno
rancia o malafe de algunos escritores. El Vireinato del Peb fu una
de las mas importantes posesiones de la corona de Castilla en la
Amrica y entre las del Sur la primera de todas ya por sus ricos,
abundantes y fciles productos, ya por lo extenso de su territorio,
poblacion y cultura de sus habitantes. Su extencion era mayor que
la' que tiene achialmente, que se halla disminuida por la
usurpacion de parte de la Provincia de Maynas y regiones al Este.
El Virey del Per ejercia un poder superior al de los de Santa F y
Buenos Ayres: por esto en recompensa de sus buenos servicios, esos
Vireyes eran trasladados al Peni, como lo fueron Abascal y otros.
El Territorio estaba dividido, en lo politico, en ocho
Intendencias; saber: Trujillo, Lima, Tarma, Huancavelica, Huamanga,
Cuzco, Puno y Arequipa, y posteriormente se le agregaron los
Gobiernos de Guayaquil y Chilo. Las Intendencias se dividian en
Partidos, que llegaban cin cuenta y siete y estos en Gobernaciones,
Corregimientos Alcaldias. El primer mandatario do la Intendencia se
llamaba Intendente y sus facultades eran muy amplias; pues cgercia
el poder civil, politico y militar y la hacienda tesoro estaba bajo
de su inmediata vi jilancia. Su nombra miento y destitucion
dependia directamente del Rey, lo cual le daba mu cha independencia
en el ejercicio de sus funciones y todo el poder moral que
resultado no estar tan al arbitrio de otro; de tal suerte que hasta
cierto punto nentralizaba el gran poder del Virey. Al mismo tiempo
ejercia atribuciones en lo judicial, con asesoria do un letrado. Un
la
- 15. 2 ADMINISTRACION DE JUSTICIA. tendente rennia en su persona
lo9 dos poderes, ejecutivo y judicial, y su autoridad no podia
dejar de ser dspotica; aunque en lo politico de pendiera del Virey
y en lo judicial de la Audiencia. Los Partidos, hoy provincial, los
mandaba un funcionario con el nombre de Sub-Delegado: en su Partido
tenia casi las mismas atribucio nes en lo politico y judicial que
los Intendentes y estaba sugeto inme diatamente ellos. Del
ejercicio del poder judicial de los Intendentes y SubDelegados
resultaban complicaciones, tanto respecto su jurisdiccion, como
para ape lar do ellas; originndose diarias competencias que los
litigantes de mala f sabian aprovechar, haciendo interminables los
pleitos. En lo Eclesistico estaba dividido el Per en un Arzobispado
y cuatro Obispados; gubdivididos en Vicarias y stas en Curatos. La
influencia que los Obispos ejercian en el pueblo era muy grande;
pero.su poderlo mode raban llos, respetando mas que hoy, las
regalias del derecho de patronato y otras propias del Gobernante.
Entonces ningun Obispo se hubiera atre vido ;i publicar una Bula
Enciclica sin el correspondiente pase del Rey: ni se le habrian
puesto dificultades para visitar los Seminarios y ejercer muchos
otros actos determinados por leyes disposiciones Reales. En lo
judicial, ya hemos dicho que, los Intendentes y Sub-Delegados
ejercian jurisdiccion civil y criminal , con asesoria de un
letrado, en Ia Instancia. Para las apelaciones, habia dos
Audiencias, una en Lima y otra en el Cuzco. "La Audiencia de Lima,
mas que las otras establecidas en la Amrica Espaola, nos trac la
mente muchas reflexiones de diferente mturalcza:yavemosen ella el
centinela avanzado que los Reyes de Espa a tenian en estas rejiones
para defender su Patronato y sus regalias: ya el severo censor y el
vigilante de los Vireyes para contenerlos en sus abu sos y
usurpaciones; ya el protecior de la miserable raza indigena, contra
el despotismo de los dominadores; ya el celoso guarda de los
intereses del Fisco; y en fin el depositario de los sellos reales y
el Rejente falta de los Vireyes." [Cat. nm. % palabra Audiencia.]
Confiada la administracion de justicia en Ia Instancia Sub-Delega
dos Intendentes legos, fcil es comprender cuantos abusos y
escndalos no se cometerian, ypor ignorancia, y por venalidad del
Intendente, del Sub-Delegado, del Asesor. En las Audiencias no
habia mayor garantia en lo relativo pureza; hubo tiempo en que la
justicia no se administraba, se daba al que la pagaba mas caro;
contribuian muchj este lamen table desrden, la confusion delas
leyes, la falta de reglas enlasustan- ciacion de los juicios y que
las sentencias do eran motivadas en el hecho ni en las leyes.
Ademas, los gastos de un pleito eran fuertes en Ia Instancia; enor
mes en segunda y casi fabulosos para ocurrir al Supremo Consejo de
In dias, en los pocos casos sealados por ley: los derechos del
Asesor y Es cribano, el pago de una compulsa copia del proceso,
porte de Correos, Curiales en las Audiencias, exijian mayores sumas
que lo que
- 16. VIREY CONSEJO DE INDIAS. 3 importaba por lo comn el objeto
litigado; sucediendo con frecuencia que despus de un triunfo
completo, actor y reo quedaban en la miseria, cuan do al iniciarse
el juicio quiz ambos poseian algunos bienes. Hablando con propiedad
se podia decir que no haba en el Per administracin de Justicia. El
Virey del Per, despus del de Mjico, era el empleado de mas alta
categora que Espaa enviaba fuera de su territorio. Nombrado por el
mismo Rey, su duracin estaba limitada tres aos, segn las leyes de
ludias; pero en la prctica duraba de cinco seis aos; y al
terminarlos quedaba sujeto residencia; mas no por esto dejaron
muchos de abusar hasta el escndalo, de un puesto que les daba poder
para enriquecerse y ejercer venganzas desplegar todo el despotismo
mal carcter de un mandatario. De los cuarenta y cinco Vireyes que
gobernaron el Per, la mayor parte fueron verdugos de la humanidad:
los unos sedientos de sangre, los otros de oro: sin embargo
existieron algunos, cuyas virtudes y civismo los hacen acreedores
un grato recuerdo. El Virey era representante del Rey: ejerca el
gobierno poltico y militar, era Capitn General del Vireinato;
Presidente de la Audiencia, conferia destinos, daba indultos,
administraba la Real Hacienda, como Superintendente de ella, ejerca
el Patronato Real, del cual era celoso defensor. Estaba sujeto al
Rey y al Supremo Consejo de Indias; pero esta dependencia era un
freno para los honrados y virtuosos y de nada sirvi para los
venales, crueles corrompidos. La grande autoridad que ejerca y la
inmensa distancia del Superior hacan de cada Virey un verda dero
Rey, casi absoluto. A los abusos de estos mandatarios debi la Espa
a la prdida de sus Colonias y que el nombre Espaol fuese visto con
horror y desconfianza. Los Vireyes podan hacer mucho mal; pero segn
las restricciones con que deban proceder en ciertos asuntos, no les
era fcil emprender reformas para obrar con alguna independencia: de
aqui resultaba que el mal ibaen progreso; pero el bien no se hacia,
todo con perjuicio del pasi y de la Metrpoli. Las mismas Audiencias
le servan veces de obstculo sin poder vencerlo. El Supremo Consejo
de Indias, que era la autoridad inmediatamente superior al Virey y
las Audiencias, tenia su residencia en Madrid. "El Supremo Consejo
de Indias, creado en el ao de 1542 y reformado y arreglado en los
posteriores, se componia de un Presidente, Gran Can ciller, ocho
mas Consejeros letrados, segn la necesidad y las circunstan cias,
un Fiscal y dos Secretarios, un Teniente de gran canciller, tres
Rela tores y un Escribano de cmara de justicia, cuatro Contadores,
un Teso rero jeneral, dos Solicitadores fiscales, un Cronista mayor
y Cosmgrafo, uu Catedrtico de matemticas, un Tasador de los
procesos, un Abogado Procurador, un Capelln, cuatro Porteros y un
Alguacil." "El Consejo de Indias no era solamente un cuerpo
gubernativo; ejer ca tambin funciones legislativas yjudiciales;
pues los Reyes le concedie
- 17. 4 INSTRUCCION PBLICA, ron la suprema jurisdiccion do las
Indias y con ella la facultad de hacer, con acuerdo real, las
leyes, pragmticas, ordenanzas y provisiones generales yparticulares
que conviniese; de ver y examinar las Ordenanzas, Consti tuciones y
otros estatutos que hiciesen los Prelados, Capitulos, Cabildos y
Conventos de las religiones, los Vireyes, Audiencias, Consejos y
otras co munidades, para que despues fuesen aprobados por el Rey.
Debia tambien el Consejo establecer la demarcacion territorial en
lo eclesistico y politi co, cuidar de la conversion de los
indigenas y de su buen tratamiento; ha cer propuestas al Rey para
todos los cargos seculares y eclesisticos: cui dar de que la Casa
de contratacion enviase sus flotas con la regularidad pre cisa;
entender en la dispensacion y otorgamiento do gracias y de
mercedes: formarjuntas de guerra para la resolucion de los negocios
del ramo; exa minar, aprobar y cancelar por medio de los
contadores, las cuentas que debian remitir los tribunales
establecidos en Amrica para su juzgamiento; formar la historia do
las Indias por medio del Cronista y las tablas de cosmografia y
demas datos de esta especie, por medio del Cosm grafo. "Adems de
estas facultades que abrazaban en rigor la plenitud del poder, el
Consejo era tambien un Tribunal que entendia en negocios judi
ciales. Si bien no podia avocarse las causas confiadas las
Audiencias, co nocia de los espedientes de vista juicios de
residencia, de los pleitos de segunda suplicacion, do todos
aquellos en que se podia apelar l, de los comisos, de las
arribadas, y de algunas causas criminales por via de ape lacion."
[Cat. nm. 96 palabra Consejo de Indias.] La Instruccion era el ramo
mas descuidado, mejor dicho, aquel cuyo desarrollo y progreso
trataba de evitarse mas; pero las luces del siglo estaban tan
difundidas que apesar de las severas prohibiciones para inter nar
libros y para la enseanza de las ciencias politicas y sociales;
ellas pe netraron y alumbraron el entendimiento de muchos
Americanos, que despues fueron otros tantos apstoles de la
independencia de su patria. En el Per habia tres Universidades, la
de San Mrcos de Lima, la de San Antonio Abad en el Cuzco y la de
San Cristval en Huamanga, hoy Aya- cucho, pero estas Universidades
existian en el nombre y solo para con ferir grados; propiamente
hablando, no habia enseanza. Segun sus Esta tutos no se permitia
ensear aquellas ciencias que hacen conocer los derechos del hombre,
los deberes del Gobernante, ni la dignidad del que es libre
independiente. "No bastaba privar los Americanos de la libertad de
accion , sino se les privaba tambien de la del pensamiento.
Persuadidos los domina dores do la parte mas hermosa y mas
considerable del nuevo mundo, de que nada era tan peligroso para
ellos como dejar desenvolver la mente, pretendieron mantenerla
encadenada, desvindonos de la verdadera sen da que guia la ciencia,
menospreciando y aun persiguiendo los que la cultivaban. "Por esto
la educacion, fundamento el mas slido do la pblica felici
- 18. INSTRUCCION PBLICA. 5 dad, estaba en la situacion mas
lamentable. En nuestros campos, apnas habia quien conociese el
alfabeto: en los pueblos y hasta en las ciudades principales, las
pocas escuelas que se contaban do primeras letras ni te- nian
reglas formales, ni estaban bajola inspeccion de las autoridades:
ha llbanse entregadas la ignorancia misma. A personas de lamas baja
es fera, de ninguna instruccion y que las mas veces abrazaban esta
profesion (la mas importante de todas) para procurarse una
subsistencia escasa, esta ban confiados los hijos del habitante de
Amrica en aquella tierna edad, en que es susceptible el hombre do
toda clase de impresiones que tanto cuesta borrar modificar
despues. Do alli pasaban los estudios, conven tos y demas
establecimientos de enseanza, los colejios y universida des, en las
pocas ciudades donde los habia. "Eran empero semejantes
establecimientos un monumento do imbeci lidad: en todos ellos so
nos ponian en la mano libros psimos, llenos do er rores y patraas;
en todos se vendian palabras por conocimientos y falsas doctrinas
por dogmas. Los colejios no eran en rigor otra cosa que semina-
rios eclesisticos, donde los jvenes educandos perdian su tiempo
para todo lo til y estaban sujetos demasiadas prcticas religiosas.
Como por esta poca las ciencias sagradas eran las tnicas que se
hallaban en honor, porque el estado eclesistico era la profesion
que daba mas crdito y utilidad, nacia de aqui que el principal
instituto de los colejios, por no de cir el unico, era proveer los
pueblos de buenos ministros: asi una distan cia inmensa separaba
sus constituciones de lo que debian ser para contri buir la grande
obra de la perfeccion del hombre intelectual y moral. Las
universidades, que, segun el profundo CondiUac, tanto han retardado
los progresos de la ciencia, solo servian en Amrica para ensear qui
meras despreciables. Confiada la educacion, los jesuitas primero,
des pues otros eclesisticos, en su mayor parte orgullosos y
fanticos, cuyo saber se componia de las pueriles nociones
adquiridas en la escuela y cu. ya moral antisocial estaba vestida
con las formas mas extravagantes, no resonaba en las ulas mas que
una ciencia presuntuesa intil, formada de ideas abstractas y de
vauas sutilezas, explicadas en estilo brbaro y grosero. Alli, bajo
la frula de un preceptor adusto, solo apto para hacer del discipulo
un hipcrita y un embustero y bajo castigos corporales, bastantes
para quitar la juventud toda idea de sonrojo y de dignidad junto
con la sensibilidad del dolor fsico, consumia ella la mas preciosa
parte de su tiempo fugaz en aprender una multitud do cosas intiles
cuestiones frivolas. "Formaba la lengua latina la base de nuestros
estudios, por la nece sidad que de ella habia para e' estado
eclesistico, para la jurisprudencia civ'.ly cannica y para la
prctica de la medicina; nicas puertas que esta ban abiertas al
Americano, para obtener una mediana subsistencia me recer en la
sociedad alguna consideracion. De aqui resultaba que se lle naban
nuestras cabezas de frases y versos escritos en una lengua muerta y
rara vez suficientemente entendida para apreciar su mrito, 3on
men
- 19. 6 INBTBUCCION PUBLICA. gua del cultivo y posesion de
nuestro propio idioma: de esta lengua tan rica, elegante y
magestuesa; que se cuenta en el nmero de las pocas co sas buenas
que debemos los Espaoles. Tal era una de las causas principales de
nuestro atraso en la literatura y ciencias, como lo ha sido siempre
en toda edad y pais donde estas no se han enseado en idioma vulgar
"Aprendiamos tambien bajo el nombre do ljica, porfiar mas bien que
raciocinar, jugar con la razon mas bien que fortificarla. Cual
quiera hombro sensato que hubiese entrado en nuestros claustros,
sin es tar advertido ntes, habria juzgado, por los gritos
descompasados, el fu ror y el empeo que se tomaba por el ergotismo
ridiculo, que se hallaba en medio de una multitud de locos
energmenos. Habindose introdu cido el espiritu de faccion en la
filosofia, como en lateolojia, se desatendia el provecho; solo se
buscaba la gloria estril de un triunfo vano, inven tando, para
conseguirlo, sutilezas y distinciones con que eludir la dificul
tad. El resultado era que se recargaban nuestros cerebros de entes
de razon, de cualidades ocultas y otras mil ridiculezes, solo
propias para en- jendrar confusion y arrancar toda semilla de
aficion al estudio. En vez do aquella metafisica sublime, que hace
el analisis del espiritu humano y calcula su marcha, en cuyos
abismos penetr el profundo Loche con la an torcha de la verdad en
la mano, aprendiamos una metafsica tenebrosa, en cuyos espacios se
edificaban sistemas quimricos y se aturdia la razon; ljos de
emplearse en ensearnos conocer al hombre, calcular sus facul tades
y mviles, se propagaba el absurdo sistema de ideas innatas. La fsi
ca, llena de formalidades, accidentes y cualidades ocultas,
explicaba por er,- tos medios, los fenmenos mas misteriosos de la
naturaleza. La moral no se nos enseaba con los atractivos que ella
tiene: no se estudiaba la natura leza del ser intelijente para
establecer como base y mvil de todas sus acciones el amor de si:
ntes bien la calumniaban, haciendo consistir la ciencia de las
costumbres en la abnegacion de si propio, en una es pecie de
ascetismo. Abusbase hasta del nombre de la santa filosofia y bajo
el titulo de esta ciencia, (pie tiene por objeto el sublime de dis
tinguir los errores investi . ar la verdad, nos vendian una
miserable jer ga escolstica. La filosofia comenzaba romper en
Europa los grillos de la terminoljia, cuando entre nosotros
consistia en un modo de raciocinar sutil, alambicado y abstracto;
Aristteles, desterrado de ella por el univer sal Bacon, se habia
refujiado en Amrica: la duda reinaba en la patria de Galileo,
Descartes, Newlori y Leibnilz, mintrasque del otroladodel Atln tico
estaba entronizada la mas ciega credulidad, La leolojia escolstica,
tan intil y tan fatal para el jnero humano, algo de las matemticas
y una jurisprudencia capciosa, embrollada, ajena de nuestros
cortumbres, cerra, ban la carrera de nuestros estudios. "No
entraban en nuestro sistema de educacion la esgrima, la danza, la
equitacion, la msica, natacion dibujo. Un velo impenetrable non en
cubria les idiomas extranjeros, la quimica, la historia de la
naturaleza y
- 20. INSTRUCCION PUBLICA. 7 la de las asociaciones civiles: una
sombra obscura nos. separaba del cono cimiento de nuestro propio
pais, de nuestro planeta y de la mecnica jo- neral del universo; no
tenamos la menor idea de las relaciones que ligan al hombre en
sociedad y las sociedades entre s. En suma no se ensea - ba nada de
cuanto el hombre necesita saber; pudiendo decirse con verdad que
los jvenes se volvan 11149 ignorantes y necios en las aulas, porque
en ellas no veian, ni oiaD, las cosas que mas relacin tienen con la
vida social. "Pero qu debia esperarse en Amrica en este jnero
cuando en Espaa misma era tan* defectuosa la educacin y tan escasas
las luces? Si consultamos al erudito Feijoo veremos quo aun
mediados del siglo XVIII, los filsofos Espaoles hallaron el arte do
tener razn contra lo que dicta el buen juicio y de dar no s qu
color especioso lo que mas dista de lo razonable. No era en el
examen de las cosas mismas adonde apuraban el discurso, sino en los
conceptos y los trminos. Las ma terias fsicas se trataban
metafsicamente y solo metafsicamente. Dis putbase mucho del
compuesto natural de la materia, de la forma, de la unin, del
movimiento; pero no se trataban idealmente estos objetos, ni
sensiblemente; se examinaba solo la superficie, no el fon do; en
nada se corra el velo la naturaleza, no se hacia sino palparle la
ropa. Ignorbase en Espaa, por lo comn, el estado actual de la fsica
en las dems naciones. La enseanza de la medicina estaba redu cida
en lo general cuestiones de mera especulacin, vanas teoras,
disputas. Las argumentaciones escolsticas eran muy violentas veces.
En cuanto las ciencias naturales, se padeca notable atraso, por el
corto alcance de algunos profesores; por la preocupacin que reinaba
en el pas contra toda novedad; por el errado concepto en que se
estaba de que cuanto presentaban los nuevos filsofos se reduca
curiosidades intiles; por el zelo indiscreto y mal fundado, que
hacia temer que las doctrinas nuevas, en materia de filosofa,
trajesen algn perjuicio larelijion. Que debia esperarse en Amrica,
volvemos preguntar, cuando en la metr poli era tal el estado de la
instruccin pblica, que eseitadas en tiempo de Carlos III reformar
sus estudios, contestaron las clebres universi dades de Alcal y
Salamanca que no podan apartarse del sistema del pe- ripato; que
los de Newton y Galileono estaban de acuerdo con las verda des
reveladas y quo el estudio de la jurisprudencia romana debia ser el
primer objeto de los que se dedicaban al derecho; cuando casi todo
era ignorancia en Espaa, aun en una poca en que en otros pases haba
brillado ya Galileo y Maquiavelo, Bocn y Newton, Montaigne y
Descartes, Montesquieu y Adam Smithl "Al mtodo de enseanza, que
acabamos de trazar, monumento el mas vergonzoso de la ignorancia y
tirania Espaola, corresponda la educacin del bello sexo en Amrica.
El cultivo de esta porcin la mas amable do la especie humana, que
siempre es el objeto de la mas sria atencin de todo pueblo
ilustrado, lo descuidaban enteramente nuestros opresores. Co
- 21. 8 COMERCIO. mo no estaba en sus intereses el ilustrar la
fuento de dondo la sociedad recibe sus mejores impresiones, ni
preparar goces puros intelectuales aquel sexo tierno, cuyos
encantos pudieran contribuir tanto la virtud y la dicha, no se
trataba sino de hacerle conservar durante todo el trn sito do la
cuna al sepulcro la frivolidad, la inconstancia, los caprichos y
poco juicio do la primer edad. Ensearle manejar la aguja,
inspirarle el gusto del adorno, h aqui lo que estaba reducida la
educacion de nuestras mujeres: muy rara vez se los enseaba msica,
dibujo baile: algunas no se les permitia aprender escribir, por
temor de que corres pondiesen con sus amantes. Apocado con
insulseces y bagatelas el nimo de aquel bello sexo Amricano, tan
despierto, tan insinuante, tan dulce, tan sensible, era
consecuencia precisa que fuese casi nulo su influjo so bre la
felicidad pblica y domstica; y el iiimenso vacio que dejaba la
educacion en sus almas, tenia que llanarlo el sexo delicado con los
entre tenimientos de la frivolidad del galanteo. No pudiendo
tenerla estima cion otra base que las buenas cualidades del
entendimiento y del cora zon; siendo stas las nicas que
proporcionan al himeneo una serenidad constante, se relajaban
considerablemente los dulces vinculos que de bian ligar los
esposos.y la educacion fsica y moral de los hijos, co mo tambien
las obligaciones domsticas, eran frecuentemente desaten didas para
dar rienda pasiones criminales. "Viciada asi la fuente, que debiera
dar ciudadanos tiles la Patria, no se encontraba por todas partes
en Amrica mas que disipacion y falta d& costumbres . inaccion
perezosa, galanterias; y el extrangero instruido y sensible, al
mismo tiempo que hacia justicia al talento natural y al carcter
ameno, franco y hospitalario del hombre' Americano, se aflijia al
ver su misera condicion social; efecto todo de los principios de
politica, que des de el siglo XVI han gobernado aquellas rejiones."
(Cat. nm. 293 /. pg. 231 por Garcia del Rio,) El Comercio de
Ultramar se puede decir que estaba prohibido, si se atiende la
multitud de trabas, los fuertes derechos y las severas penas con
que se amenazaba los que se destinban este ramo. Al principio, se
prohibi en lo absoluto el comercio directo de Espaa; y las
celebradas fe rias de Panam y Cartagena con los Galeones, no podian
satisfacer las ne cesidades pblicas, en ningun sentido. "La Espaa,
en la ilusion de su pros peridad y en el quimrico designio de
apropiarse exclusivamente las rique zas y producciones del nuevo
mundo, que acababa de adquirir, no solo pro hibi toda negociacion
con el extrangero; sin qu, aun embarazaba el giro que podian formar
entre si los mismos Naturales; pues aunque por la real Cdula de
Carlos I de 15 de Enero de 1529 debia distribuirse el Comercio de
las Indias entre varios puertos del Ocano y Mediterrneo, para que
al canzase su provecho todas las provincias de la Corona de
Castilla; pero obligndose con prdida de bienes y aun do la vida,
que los retornos fue sen precisamente la casa do la contratacion de
Sevilla, llegando por esa restriccion imposibilitarse los efectos
del permiso, general apropindose
- 22. COMERCIO. 9 muy presto aquel comercio, la exclusiva de que
solo do su rio se navega se Amrica. "El sistema do los Galeones
fuelegido como el mas seguro paraabas- tecer estas provincias,
dando.por el arreglo de los precios que graduaban los Diputados del
comercio de Espaa, y el Peni, un justo valor las mer cancas y
efectos. La prdida de la Jamaica mediados del pasado siglo,
aumentando considerablemente el contrabando; el saqueo de Panam en
1670 por el pirata ingles Juan Morgan, obligando desde entonces no
ade lantar los caudales y retardar su remisin hasta tener noticia
de la lle gada de los Navios Cartagena; y el privilegio concedido
la compaa inglesa en 26 de Marzo de 1713 conforme los preliminares
del tratado de Utrech, de proveer de negros al Per por treinta aos,
oprimieron do tal modo por su concurrencia esas famosas frias, que
despus de la de 1737 fu imposible continuarlas por mas tiempo. "En
su lugar fu sostituido el comercio por el Cabo dellornos, en na
vios sueltos y separados sin ninguna fijeza en el nmero, ni en el
tiempo de su expedicin, siendo el permiso una especial gracia
concedida al fa vor y sujeta la infinidad de lentitudes, fondeos y
otras molestosas for malidades establecidas con el protesto de
evitar el fraude y que unidas al excesivo derecho de toneladas,
impedan la prosperidad de toda empresa. "Lleg por ltimo el nuevo
reglamento de libre comercio, el que pu blicado en 12 de Octubre de
1778 no pudo tener general uso hasta el de 1783 en que se efectu la
paz; y como en el primer fervor de la novedad se multiplicronlas
espediciones con el notable excoso que se ha insinua do, la
imposibilidad del retorno y venta ha causado el atraso y prdida de
muchos negociantes. "Pero no es ese dao, preciso efecto de la
libertad. Esta no estriba en hacer todo lo que se puede, porque ya
seria desorden y desarreglo, sin en practicar todo lo que se debe,
es decir combinar con mtodo y reflexin las empresas y sus resultas:
la profesin del comerciante depen diente del capricho do loa
hombres y de la inmensa variedad de mil inci dentes complicados,
exige para el acierto un superior espritu de atencin y cuidado.
Falto de ese nivel, el nmero crecido de importadores en los in
mediatos aos de 1785 y 1786. recargaron en 24 millones un reyno que
en cada ao consumir cuatro, formando ese exedente una estagnacin,
que ha interrumpido el curso de los negocios." "Pretender reglarlo
por leyes particulares, y nmero fijo de toneladas es remediar un
mal pasagero con una destruccin constante: dse todos los vasallos
la esperanza de adquirir y gozar el fruto do su trabajo y los reve
ses los harn mas circunspectos en los medios que elijan para
conseguirlo. El exclarecido Ministro, cuyo nombre recordamos con el
elogio debido (el Excmo. Seor Morfino,) penetrado de estas
inviolables mximas decia: La crianza, la agricultura, el comercio y
todas las artes se adelantan sobre dos principios: saber, Interes y
Libertad. La direccin de estos principios pertenece al gobierno;
pero puesto el Ciudadano en el camino que gue la
- 23. 10 COMERCIO. felicidad comun, se le debe dejar eorrer en
pos de sus garantas, aprehendo- nes. e 'El envio delos Galeones y
Naves que le seguian,era regulado en el pa sado siglo para el
consumo del Per y Tierra firme, en quince mil toneladas y en 1740
so hallaba reducido dos mil, extinguiendo el Comercio ilicito trece
mil toneladas. La facilidad de estancar el comerciante poderoso
solo un ramo, lo hacia rbitro del precio, aumentndolo un exceso que
solo se reglaba por la necesidad, cxgindose por el quintal de
hierro cienpesos, por el de acero ciento cincuenta pesos y con esta
monstruesa desproporcion por los demas efectos: los retornos la
Metrpoli eran iguales la poca influencia interes que tenia en ese
Comercio. En los veinte y seis aos cor ridos desde 1714, hasta el
de 1739, solo se habian registrado 34millones. En todo este tiempo
no pudieron verificarse sino cuatro Armadas y esta ba ordenado
desde 1595, que en cada un ao, en la mayor dilacion los diez y ocho
meses se expidiesen dos Galeones. Ese retardo, siendo un nuevo
estimulo renovar el fraudulento jiro y el capitulo 43, del tratado
concediendo la compaia Inglesa la remision de un navio de 500
tonela das en cada ao, para comerciar en las Indias, en
concurrencia de las ferias, extendido despues por el segundo de la
explicacion firmado en 26 de Ma yo de 1716, no esperar sino cuatro
meses, en los puertos de Cartagena y Portobelo, sindole permitido
el vender pasado que fuese ese trmino, agravaban los males del
Reyno y casi imposiblitaban el remedio. "Los primeros navios de
registro que fondearon en el Callao en 1705, conducen los mutues
riesgo al interes de 70 10 y el de los seguros, en C diz 20 en el
siguiente ao bajan los premios 50 y los seguros 15 y sucesivamente
en los restantes hasta llegar 12 los mutues y 5 los se guros,
siendo estos 2, en las embarcaciones que llegaron en el prxima
pasado ao y aquellos al 4." (Cat. nm. 306 Disertacion Histrica y
politico, sobre el comercio del Per por Baquijano I. nm. 23 y
siguientes.) La Metrpoli conoci y confes que este sistema de
comercio era absurdo cuando en 1778 (28 de Octubre) dict con mucha
pompa y apariencias de desmedida generosidad lo que se llamaba
Reglamento de Comercio Li bre. "Considerando YO, dice el Rey, que
solo un comercio libre y protejido cutre Espaoles-Europeos y
Americanos puede restablecer en mis dominios la Agricultura, la
Industria y la Poblacion su an tigue vigor, determin por Decreto
Instruccion de 16 de Octubre de 1765, franqiiear varios puertos de
esta Peninsula para la navega cion las Islas do Barlovento, que
luego se fu estendiendo otros para jes de Amrica con la experiencia
de sus ventajosos efectos; hasta que por Real Decreto de 2 de
Febrero de este ao, me servi ampliar aquella primera concesion las
provincias de Buenos Ayres y losReynosde Chi- ley elPer, cuya
contratacion hace ya rpidos progresos." {Cat. nm. 119) Este Libre
Comercio que llam tanto la atencion de las Amricas no debia
denominarse libre desde que solo podian ejercerlo los Espaoles con
la Amricay en ciertos y determinados puertos. Las Naves debian de
ser
- 24. COMERCIO. 11 espaolas: los capitanes y oficiales de mar
espaoles, la tripulacion, cuando mnos dos terceras partes de
espaoles. Los puertos habilitados en el Pe r eran el Callao, Arica
y Guayaquil. Para hacer la carga do un buque con destino los
puertos habilitados, se necesitaba, despues de sealar el buque y su
destino, manifestar todos los gneros y frutos que se embarcaban; pa
gar en el puerto del embarque los derechos; dar fianzas do
presentar torna- guias que acreditaren que los efectos llegaron
su^lestiue. Los dueos de las mercaderias no podian ir con ellas, ni
mandar sobrecargos agentes, si su valor no llegaba la cantidad de
2,647 $; pero en ningun caso el carga dor sobrecargo podia ser
extrangeru; la coudicion do ciudadano espaol era indispensable y
aun en este caso necesitaban afianzar con 500 ducados de vellon,
restituirse Espaa; ademas stos debian ser mayores de edad, si eran
solteros; si casados presentar el permiso de sus mugeresy si
menores de edad, el de sus tutores. Tal es en compendio el famoso
Regla mento del Comercio Libre, que algunos creyeron que iba causar
la ruina del Comercio de Espaa, la pobreza de la Amrica y la
destruccion de mu chas fortunas. Antes (decian) no iban d la Amrica
del Sur mas de cuatro Galeones y con lo que llevaban bastaba para
satisfacer las necesidades de estos paises nuevos; si hoy salen
muchos buques en derechura, sus carga dores van una ruina cierta y
la Amrica no podr consumir tanto. Los defensores del comercio libre
les contestaban con hechos, que en un ao el aumente era palpable:
en solo el puerto del Callao habian fondeado en un ao (de 1785
1786) | diez y seis embarcaciones ! ! asombroso movimien to nunca
visto en la Amrica. (Cat.. nm. oO) Un ilustre defensor de esta
sombra de libertad explicaba el fenmeno dediez y seisW buques
llegados al Callao con cargamentos cuyo -valor sumaba 24 millones,
haciendo ver que en los aos anteriores, el comercio estaba
estancado con motivo de la guerra con Inglaterra y que si los
consumos no pasaban de cuatro millones al ao, pronto se nivelarian
con las importaciones. Los derechos que bajo el nombro de Alcabala,
Almojarifazgo y otros so cobraban las embarcaciones y electos que
traian, las mas veces eran tan desproporcionados, que su valor
excedia al precio del misino articulo. El Vi- rey Abascal se
escandaliz al ver por si mismo los males de tan vicioso sis tema:
baste saber que sobre los derechos que pagaban en Cadiz; "los efec
tos extrangeros que venian de Panam pagaban un 45 por los de licito
comercio sobre el arancl de 1778, los 35 pava el Rey y los 10 para
el Con sulado; y por los ilicitos un 40 sobre avalo le plaza. . .
.pero ya estos efectos como que venian de Jamaica habian pagado un
29 en el mismo Panam. Los aguardientes nacionales de Pisco pagaban
un 29 por todo derecho, mas un peso por cada botija de
contribucion, para el sosten de buques, 1 ^ de derechos de salida y
un real de almacenaje." ( Cat. Ms. nm. 698J El comercio terrestre,
de provincia provincia, estaba muy restringi do con la obligacion
de sacar grutas una razon del nmero y calidad de efectos y su
destino: para sacar guias se necesitaba afianzar la tornaguia
- 25. 12 AGRICULTURA. 6 sea una constancia do que los dichos
efectos llegaron en destino: en ca da pueblo se imponian ciertos
derechos municipales determinadas merca- dorias, resultando que el
consumidor pagaba un 400 sobre el verdadero valor. Las pequeas
embarcaciones destinadas al cabotaje pagaban en ca da viaje
redondo, sea de ida y vuelta, un 38 1 y como el nmero de via jes
anuales excedia de tres, claro es que cada ao satisfacian un
derecho que ascendia mas del valor total de lo que importaban los
cargamentos. (Cat. nm. 479 pcj. 16.) Noeramnos prolija y engorrosa
la ritualidad que tenian que suje tarse los buques con la visita,
reconocimiento y otras precauciones que qui taban el tiempo y
aumentaban los gastos de un modo considerable. "La historia del
comercio exclusivo, que la Espaa ha egercido en la Amrica, formar
un capitulo muy curioso en la historia de las locuras hu manas,
cuando so haya establecido generalmente, como propende hacer lo el
rden natural, el nico que conviene al comercio y que confirma la
razon, se mirar este cuadro como una fbula como una calumnia,
contra el tiempo que pudo sustentarlo." (Cat. nm. 530 Jtx/^r. 32.)
La Agricultura estaba reducida sembrar aquellos articulos de gran
consumo y primera necesidad, como maiz, papas y otras raices. No se
esti mulaba el sembrio do rboles ni otras plantaciones: se
descuidaba, mejor dicho, se desconocia el cultivo del caf, algodon
y otras plan tas semejantes. Estaba prohibido el cultivo de la
Oliva y via do taimo- do, que esta prohibicion se comprendia entro
las instrucciones especia les que se daban los Vireyes del Per. So
les decia "que tuviesen mu cho cuidado de no consentir que se
labrasen paos, ni pusiesen vias, por muchas causas de gran
consideracion y principalmente porque habiendo en Espaa provision
bastante do estas cosas, no se enflaqueciese el trato y comercio
con estos Reinos y Jos correspondientes derechos quede ellos se
causan." "Igual prohibicion existia para el cultivo del olivo, pero
como la naturaleza y la necesidad son mas poderosas que la voluntad
de los Re yes; las pocas vias y olivos que so sembraron
furtivamente se propaga ron de tal modo, que no fu fcil el
destruirlas, apesar del deseo instruc ciones que para ello tenian
los Vireyesi Ocurrieron entonces su destruc cion por medios
indirectos, prohibiendo que los indios se destinran en esta clase
de cultivo "Y como quiera que en diferentes ocasiones se ha ordena
do los Vireyes vuestros antecesores, que no permitan ni den lugar
que se planten vias, ni olivares en esas Provincias, y despues que
no se acre cienten las plantas, he entendido, que son muchas las
plantadas: y para el beneficio y labor de ellas, es mi voluntad y
mando, que tampoco se den Indios de repartimiento y que en el tomar
Indios de su voluntad para ello, en la ventado las vias y olivares,
y en todo lo dems, que esto toca, se tenga la mismarden que en lo
do las Chacras, so las mismas penas, que las hagais ejecutar con
grandisimo rigor." [Leyes 6 y 8 tit. 13. lib. C i?e- cop. de
Indias.'] "Y esto, que no se den Indios para vias y olivares, lo
volvi re-
- 26. PROHIBICION PARA VIAJAR. 13 petir y mandar la otra Cdula
del ao de 1609, que trata del mismo per- vicio personal de ellos en
el Capitulo 24 por estas palabras "Que para la cosecha, sementeras
y demas beneiicios de la Coca, cultura do las vias y olivares, no
repartan ningunos Indios por los inconvenientes grandes qne hasta,
aqui se han experimentado en los repartimientos de esa calidad. "Y
en el ao siguiente de 1610 14 de Agosto se despach otra Cdula al
Marqus de Montesclaros, Virey del Per, que haciendo men cion de las
referidas, nota el descuido que por lo pasado ha habido en su
cumplimiento, y manda que en lo de adelante se tenga a mano en esto
y que no se den licencias, para que se planten vias, ni que se
reparen las que se fueran acabando, sin consultarlo primero y luego
aade "y pues teneis entendido, cuanto importa esto para la
dependencia, que conviene tengan esos reinos do estos y para la
contratacion y comercio: os encargo y mando, que tengais cuidado de
hacer ejecutar, lo que acer cado lo susodicho est proveido asi en
la dicha vuestra Instruccion, como por el despacho de los servicios
personales de esos Indios y por otras C dulas mias, de lo que en
todo hubiere y se hiciere, me avisareis. 'Y no se contentado la
atencion de nuestros Reyes y leyes en pro hibir los repartimientos
de Indios para estas cosas, hall que tambien en el 4. de dicha
Cdula de 1601, los prohiben para los caaverales ingnios de azcar,
que se iban plantando y beneficiando en las Indias, poniendo
gravisisimas penas los transgresores y los jueces que fueren
remisos en ejecutarlas y que no se admita por excusa, decir, que
los in dios estn alli de su voluntad, que tienen parte en los mismo
ing nios." [Cat. nm. 86. Lib. 2. cap. 9. 19 22.] Por ltimo arbitrio
para des truir el cultivo de estas plantas, se impuso censos las
tierras y fuertes derechos esos productos por el dao que recibia el
Fisco en la fulla de los comercios y trfico de los comercios de
Espaa y menoscabo de sus d( ,c chos. Ningn Espaol ni extrangeru
podia pasar la Amrica sin prvia li cencia y para concederla, se
hacian prolijas y secretas averiguaciones. Los contraventores
perdian todos sus bienes y eran devueltos la Metrpoli: en la misma
pena de confiscacion de bienes incurrian los Generales, Capi tanes,
Oficiales y Ministros de armadas y los que llevaban pasajeros sin
la dicha licencia. Los que las obtenian eran examinados, en
diferentes ofi cinas, para acreditar la identidad de su persona:
las diligencias eran mas prolijas que las que se observan en una
plaza Inerte, cuando un enemigo la asedia. (*) La severidad do
estns prohibiciones se suaviz muy poco con el trascurso de los aos;
porque los mismos comisionados por la Corte que venian estudiar la
Amrica, eran prolijamente vigilados. La despoblacion era inevitable
y asi sucedi en efecto, que disminuian los habitantes en los
lugares del interior y las grandes ciudades permane cian
estacionarias. ( Cat. nm. 483 pg. 4 nm.. 484 pekj. 15.) (*) Iye*
del libro 9 titulo 26 Recopilacion do Indias.
- 27. 14 FALSAS IDEAS. Diestramente se cuid de infundir en el
corazon-de los jvenes la idea de gratitud que se debia Espaa, que
llamaban la madre patria; el eterno reconocimiento porque nos
dieron religion y nos ilustraron. Los que proclamaban principios de
libertad independencia, eran con siderados como hijos
desnaturalizados, ingratos y dignos de un severo castigo, que se
revelaban contra sus padres, que renegaban de su origen. Este error
se infundi de tal modo, que hoy mismo creen muchos que ha blar
contra Espaa, es hablar contra nuestra madre, patria y un acto de
desnaturalizacion. Pero estas obligaciones no eran reciprocas, si
Espaa queria ser considerada como madre patria y los Espaoles como
verda deros padres, debieron tratar los Americanos como hijos, no
como enemigos; debieron darles ilustracion para que eternamente se
recono ciera el deseo que tenian de que progres;! ramos en lo
material intelec tual; mas nada de esto querian: leyes restrict
ivas en todo sentido; la horca para el que proclamaba principios de
independencia; la hoguera para el que queria ilustrarse con los
principios de la filosofa; las proscripciones, el incndio de
pueblos y degello de sus pobladores; he aqui las ternuras de la
madre patria. (Cat. nm. 561 pdg. 19.) Esta viciosa organizacion
debia precisamente producir un malestar gene ral; y asi nada extrao
era que el descontento aumentara proporcion que los colonos, mejor
instruidos del verdadero sistema de un buen gobierno, se convencian
da la imperiosa necesidad de sacudir un yugo que no deja ba
libertad para el desarrollo material, ni intelectual de sus
vasallos. La Espaa no vari de sistema politico respecto sus
Colonias en Amri ca desde el dia de la conquista. Leyes
restrictivas de la industria, comercio y agricultura; limitacion en
la enseanza de las ciencias y artes; exclusiva para que los
Americanos ejercieran ciertos derechos y garantias: repulsi va para
conceder representacion politica; y muchos otros vicios, precipita
ron la poca de la emancipacion; y era tal la ceguedad de los que
rodea ban al Rey, que apesar de que algunos Espaoles, ya en las
Cortes, ya en brillantes discursos manifestaron todos esos males,
como altamente peli grosos, no quisieron poner el remedio.
Examinando con imparcialidad las leyes de Indias, las diferentes
rea les cdulas, reglamentos y demas dispocisiones relativas la
Amrica, no se concibe cmo pudo formarse un plan tan absurdo, para
conservar en la obediencia y bajo de su dominio todas las Colonias.
Cada una de aque llas leyes eran otros tantos obstculos, para que
pudieran progresar las ciencias y las artes; y el embrutecimiento
del pueblo y la diminucion de sus habitantes eran sus consecuencias
inevitables. La emancipacion do la Amrica debia tener lugar en un
periodo mas menos remoto; porque est fundada en principios y
razones de la misma naturaleza humana: el hombre como el bruto
permanecen sugetos al dominio de otro hasta que pueden manejarse
por si solos: esta ley natural no es posible contrariarla. Con
leyes bien calculadas, con una sana politi ca, con vijilancia y
medidas precautorias podr prolongarse, pero no per
- 28. CAUSAS DE LA EMANCIPACION. 15 peinarse la dominacion de un
pueblo sobre otro. La Espaa no que ria conocer estas verdades y
cuando vi que sus ricas colonias princi piaban sacudir el yugo,
pudo haber imitado lo que el Portugal hizo, bien trasplantando un
tronco de su dinastia, para establecer gobiernos de quienes pudiera
obtener ventajas comerciales, tratar dirctamente con los nuevos
gobiernos. Hoy ejercerla gran influencia y hubiera obtenido
ventajas positivas sobre las demas naciones; pero la Espaa subyug
sus colonias con la ignorancia y superticion; las contuvo con
despotismo y severidad y pretendi conservarlas derramando sangre:
asi es qu pronto vi su amargo desengao. Ella ser pues la nacion que
mnos domine en el afecto y estimacion de los Americanos y con su
nueva politica, ha alejado para siempre el amor de las que fueron
sus colonias. A las causas ya indicadas se aadian otras, no de
menor importan cia: entre ellas, como la primera, debe contarse el
desprecio con que tra taban los Americanos. Los indigenas eran en
su concepto poco mnos que bestias. La poblacion estaba dividida y
subdividida en castas; y en tre ellas procuraban sembrar el odio y
el menosprecio. Los hijos de Es paoles nacidos en la Amrica, eran
denominados con el nombre de crio llos y sus mismos padres,
espaoles, los despreciaban. Hasta la casualidad de haber visto la
primera luz en Cdiz en Lima, era aun para los mismos padres, un
titulo do honor menosprecio. El criollo no tenia para ellos las
mismas facultades intelectuales, ni los mismos derechos: las leyes
hacian la distincion y tan notable la diferencia, que, cuando los
hijos en su mayor edad podian tener al gunas ideas, conocian que
ellos se les trataba como seres inferio res sus mismos padres: asi
sembraron la semilla do la desunion: los hijos de esos criollos, no
podian dejar de tener idnticas creencias las de sus padres, y la
separacion del afecto para sus abuelos era mayor. No exsistian pues
los vinculos del amor porque los abuelos, nacidos en Espaa, los
destruian con su propia conducta al trasladarse las Amricas. La co
munidad de idiomas en vez de servir de vinculo, era una causa de
mayor desunion: el menosprecio las costumbres que tiene cada pais y
los mismos habitantes, se hace sentir mas pronto, expresndolo en un
idioma conocido: si esas injurias se nos dirigen en idioma extrao,
no se entien den, y mientras se busca quien las explique hay Jugar
la reflexion. Esa desigualdad que se queria conservar mas y mas
entre el Espaol y el Americano crecia proporcion que las luces so
generalizaban en la Amrica, no por el esfuerzo de la Metrpoli, que
cuidaba de apagarlas, sino por el empeo y profunda meditacion con
que estudiaban lo poco que era permitido; por las nuevas ideas que
desentraaban con avidez de los esca sisimos libros, de los
inmortales Montesquien, Dideroty otros filsofos y publicistas, que
sus manos llegaban, atravezaudo los peligros de las aduanas y de la
infernal Inquisicion. La guerra que sin cesar agit la Europa desde
1796 hasta 1814, en que cay Napoleon, dej aislada la Amrica, y esta
apenas dependia en
- 29. 16 CAUSAS I>E LA EMANCIPACION. la apariencia de la Espaa
que, por su pai te, fu el juguete del arbitro de Europa. Este
aislamiento ense i las Colonias bastarse si mismas y las alej de
tal modo do la Metrpoli, que cuando se restableci la quietud en
Europa, las Colonias Espaolas eran desconocidas para sus
dominadores. Los sucesos que tuvieron lugar en Espaa en 1808, con
motivo de la guerra con la Francia, facilitaron la Amrica su
emancipacion politica: los movimientos que antes so presentaban
aislados, en el ao de 1809 fueron casi unisonos en Colombia, Per,
Buenos Ayres y Chile. Las Juntas Gu bernativas que se formaron en
Buenos Ayres, Chile, La Paz y Caracas, eran una verdadera
revolucion por su independencia, apesar de que algu nas se
disfrazaban bajo el pretesto de incomunicacion con Espaa y se
cubrian con el velo de sumision al Rey. El prudente Abascal con su
firmeza pudo sufocar unas, moderar otras y aplazar no pocas. La li
beral Constitucion Espaola de 1812, que daba la Amrica el de recho
de ser representada en las Cortes, por sus Diputados fu un
verdadero paliativo, pero siempre mezquinoy desconfiado. La
Regencia de Espaa confes el mal sistema adoptado hasta entonces
"Desde este mo mento, Esjxioles Americanos os veis elevados la
dignidad de hombres libres; no sois ya los mismos que antes
encorvados bajo un yugo mucho mas duro mientras vas distantes
estabais del poder: mirados con indiferencia, vejados por la
codicia, y destruidos por la ignorancia. " Los Diputados del Por y
otras Colonias hicieron oir su voz, para reclamar derechos en favor
de su patria, manifestando el peligro si no se atendian debidamente
sus cla mores. Entonces conocieron los Americanos residentes en
Espaa, lo poco que valia la Metrpoli; la falta de poder para
subyugar sus remotas colonias; la escasez de hombres, en fin,
vieron que podian ser libres. "Cuando la Espaa pues llamaba su seno
Diputados de todos los puntos de Amrica, llamaba calificadores de
su impotencia para continuar dominndola; y por consiguiente
multiplicaba las tentaciones de aumentarla. Las miradas de los
Diputados no podian mnos do penetrar el fondo de la situacion de Es
paa y la pintura que debian hacera la Amrica, no podia dejar de pro
ducir, mas bien de aumentar la desazon de mantenerse unida. Es ee-
trao que se lo escapase una cosa tan obvia la Espaa, tan suspicaz
por lo comun en todo lo concerniente su Amrica. "Tambien se lo pas
la Espaa, 1. que el rgimen constitucional que establecia cu su seno
podia parecer la Amrica tan bueno para si misma como lo era para
Espaa; y 2. que haciendo una completa revo lucion contra su antigue
rgimen, presentaba la Amrica el modelo jun to con la disculpa. Y
asi la conducta de la Espaa recuerda la de aquellas personas que
creen que les es permitido todo lo que es prohibido los de- mas y
que tratan con ciegos con esclavos; y padecen aquella inconsecuen
cia tan comun de no querer admitir los efectos de las causas qiie
uno mismo ha producido. No hay cosa mas comun en el curso de los
negocios.'' (Cat. nm, 530 ptj. 8.) Por esto todos los principales
caudillos de la Independen
- 30. IGNORANCIA DE ALGUNOS ESCRITORES. 17 cia fueron los que se
haban educado en Espaa, los que concurrieron las Crtes, porque
estaban convencidos de la impotencia de sus dominado res,
presenciaban sus vicios, palpaban su nulidad; en fin la ilusin
habia de saparecido y perdidoso el influjo moral, nico que puede
hacer duradero el falso poder. Lo que obtuvieron los Diputados de
Amrica durante el cautiverio del Rey Fernando VII lo perdieron del
todo, cuando este mal hijo y psimo Rey fu restituido al trono que
deshonraba con sus prostituciones y lo ha cia odioso por su tirana
ingratitud sus vasallos, que le haban no solo conservado, sino
tambin salvado un trono del que era indigno. Los pri meros pasos
del Rey Fernando fueron perseguir los liberales, abolir la
Constitucin, restablecer el sanguinario Tribunal de la Inquisicin,
restrin gir los derechos de la Amrica, remitiendo auxilios de
fuerza para afian zar su dominio, en pases que ya haban palpado una
sombra le libertad. El derecho de representacin en las Cortes se
limit los Americanos de tal modo que era infructuosa su
concurrencia: en vano un ilustre Ameri- . cano habia clamado para
ser odo: "cesarn todas las disensiones en Am rica el momento que se
vean efectivamente iguales en representacin y goces; si Vuestra
Magestad lo difiere; dgolo con dolor, no habr ya mas Amricas. "
[Cat. nm. 517.] La cuestin que se suscit en las Crtes sobre el
nmero de Diputados que la Amrica tenia derecho de mandar las Crtes,
era de vida muer te. El mezquino gabinete de Madrid temi que .
aumentado ese nmero, la voz de la Amrica se hara oir y su voto
triunfara; por esto se puso gran empeo en limitarlo solo treinta,
que era mnos de la quinta parte de los que le correspondan. Los
Diputados de Amrica residentes en Madrid solicitaron con energa ese
derecho, reduciendo su peticin tres puntosj (Abril de 1820.) 1, que
los Espaoles de Ultramar tienen derecho in contestable influir en
las deliberaciones del Congreso. 2. Que siendo la base de la
representacin en la proporcin sealada do un Diputado por cada
70,000 almas, debe drseles el nmero correspondiente la po blacin de
aquellos paises. 3. Que en la imposibilidad de quo lleguen los
Diputados tiempo de tener parte en las sesiones de ese ao, era
preci so recurrir nombrar suplentes; pero que el nmero de estos
debia ser igual al que compete en clase de propietarios las
provincias de Ultramar, llamando desde luego, con arreglo al
artculo 109 de la Constitucin, los Diputados quo se hallaban en
Europa, de los quo asistieron las ltimas Crtes, fueron
posteriormente nombrados para las que deban suceder. El derecho de
la Amrica para elegir un Diputado por cada setenta mil habitantes,
lo apoyaban los artculos 28 y 31 de la Constitucin que determinaban
ese nmero para mbos hemisferios; pero todo fu ilusorio, se neg este
derecho las Amricas y ellas lo obtuvieron en su plenitud eclarando
su absoluta independencia. (Cat. nm. 515 y 518) Muchos Americanos
pensaban de buena f que el bienestar de su pas estribaba en la
dependencia de Espaa, pero igualndose sus dere
- 31. 18 IGNORANCIA DE ALGUNOS ESCRITORES. chos; haciendo
desaparecer la odiosa preferencia de los nacidos en Espa a y
concediendo algnna libertad civil y politica. La Corte de Madrid no
queria escuchar razones; la contestacion era aumentar las
expediciones sobre la Amrica, reforzar su ejrcito, generalizar las
persecuciones y cadalzos. La Espaa agotaba sus tesoros, mataba su
crdito y diezmaba su poblacion pretendiendo subyugar el general
levantamiento de todas sus Colonias. Desde fin de 1815, hasta
principios de 1820 habia enviado mas de 42,177 soldados de todas
armas; y en solo preparar la ltima expe dicion de 20,000 hombres en
1820, que no tuvo lugar, porque se sub lev al tiempo de embarcarse,
habia gastado 400.000,000 de reales (Oat. nm. 561.) La Espaa quiso
conservar sus dominios en Amrica y los perdi, jun to con sus
tesoros. Despues ha pretendido igualarse en poder otras Na ciones,
ejecutando actos de verdadera pirateria y se enagen para siem pre
el afecto y aprecio de los Sud-Americanos; sembrando el odio eterno
que aumentar mientras mas se medite en su felonia. "La prdida de la
Amrica y de la Grecia para sus antigues seores tiene pues una causa
uniforme, idntica y que proviniendo del mismo principio, ha debido
atraer el mismo resultado. Este principio ea el atraso de los dos
paises en la marcha general del mundo y en el rden de la
civilizacion; y la de la Espaa no est mucho mas adelantada que la
de la Turquia. Si no fue se profanar el n ombre del culto que
profesamos, me atreveria decir que la Espaa es la Turqua
cristiana." (Cat. nm. 49 pg. 101.) Aqui terminaria esta rapidisima
Resea de lo que fu el Per hasta fin de 1819, si muchos escritores
Espaoles y entre ellos Torrente, no hubie ran caido en el
vergonzoso error de querer probar que la Amrica se ha perjudicado
con la independencia, dela cual no ha sacado, segun ellos, mas que
trastera os y empobrecimiento. Una simple comparacion de los
resultados del comercio, de la industria, de las artes, ciencias y
varios otros ramo bastar para convencerse de la teoria absurda de
esos escrito, res que proceden por refinada macia, por supina
ignorancia.
- 32. DATOS ESTADISTICOS. PER COLONIA. 2018 2217 1054 217 Total
de gente improductora, que ocupaba 115 conventos. . . 5496 Esclavos
40336 Comercio iMPORTACION-en el quinquenio de 1785 1789 ... $
26.679,961 Idem id. de 1790 1794. .. ,,19.341,935 Total do
importaciones en 10 aos. ... $ 46.021,896 Estos valores eran en
Cdiz: al llegar Lima debian de pagar, ademas de lo ya pagado en
Cdiz, 22 ^ de derechos de internacin; mas un 29 $ en que se
calculaban los fletes, intereses del dinero y conduccin hasta los
almacenes de Lima. Exportacin Cdiz en el quinquenio de 1785 1789
Oro y plata en pasta y moneda $ 27.861,700 En efectos y frutos del
pais ; 3.624,650 Total valor en Lima $ 81.486,150 Dichos valores se
aumentaban con los fletes, dere chos reales y dems gastos hasta
Cdiz 4.492,984 Poblacin. Segn el censo de 1796 1.076,123
habitantes. En esta reducida poblacin habia Clrigos Frailes Beatas
.
- 33. 20 DATOS ESTADISTICOS. En el quinquenio de 1790 1794 Oro y
plata en pasta y moneda $ 23.780,977 En efectos y frutos del pais
4.127,350 Total valor en Lima $ 27.908,227 Por fletes y demas
gastos hasta Cdiz $ 3.981,273 De suerte que el valor total del
comercio entre Per y Espaa, en diez aos sum: Por Importaciones,
valor en Lima 46.021.896 Exportaciones, valor en Lima , 59.394,377
Advirtase que tanto en las importaciones, como en las exportacio
nes, se comprenden los consumos y productos de Guayaquil, mineral
de Potosi y provincia de la Paz. Navegacion. Movimiento maritimo
entre el puerto de Cdiz y los del Per. Entraron Salieron Cdiz. 1790
7 3 1791 3 7 1792 7 11 1793 7 6 1794 3 3 1795 4 4 31 34 Rentas
pblicas. Las entradas de la Real hacienda en el quinquenio de 1790
1794 llegaron $ 23.228,000. En estas entradas figuran las
siguientes: Por Diezmos $ 2.368,000 Tributos de Indios 4.500,000
Bulas de la Cruzada 288,000 Azogues de Huancavelica 829,000 Azogues
de Espaa 1.134,000 Producto de la Casa de Moneda 2.268,000
Donativos de Guerra 245,000 Tabacos, Naipes y otros ramos
Estancados 4.000,000 Total en el quinquenio, $ 15.632,000
- 34. PATOS ESTADISTICOS. 21 Por consiguiente la entrada anual
era de $4.645,600: mas debe obser varse que el ramo de azogues que
figura como una entrada do $ 1.863,000 al quinquenio, tenian un
gasto de $ 1.329,000 por compras, gastos de la boreo y fletes,
quedando por consiguiente esas entradas reducidas 4.379,800 pesos
al ao. Gastos. En el quinquenio de 1790 a 1794 se gastaron. . . $
19.450,000 Entre los gastos figuran: Remitidos Espaa para el real
Erario 1.702,000 Sueldos y gastos de la Casa de Moneda , 755,000
Instruccin pblica. En todo el Per solo habia nueve colegios,
inclusive seis seminarios. No se conocian colegios privados, ni
establecimientos de enseanza. Tampoco habia escuelas pagadas por el
Rey Cajas Reales; y solo existan, en ciertos conventos, algunas de
primeras letras para hombres. En los aos que el Per Colonia gozaba
de mas libertad de impren ta solo se publicaba en Lima un peridico,
bisemanal, en octavo.
- 35. 0 PERU INDEPENDIENTE. Poblacin. Segn el censo de 1860
2.355,000 habitantes. La esclavitud qued abolida completamente: El
nmero de Clrigos, Frailes y Monjas, no llega la tercera parte de
los que existan en 1796. Comercio, Exportaciones, en el ao de 1859:
valor en el Per $ 16.715,637 Entre los artculos exportados figuran:
el salitre, algodn, lanas, cue ros, caf, zarzaparrilla y diversos
productos de la montaa: vinos, aguar dientes y huano. Todos estos
productos son de las nuevas industrias del Per y que en la poca del
Coloniaje jams se exportaron. Importaciones, valor en las aduanas
del Per, $ 15.319,222. En estos clculos no se comprende el comercio
terrestre; porque no hay aduanas interiores. Navegacin. Los buques
mercantes con bandera peruana en 1860, llegaban 110 con un total de
24,234 toneladas de registro. Movimiento martimo en todo el alio.
BUQUES. TONELADAS. Paita 787San Jos 236 > se ignora. Huanchacho
328) Callao 1,334 742,628 Pisco y Chincha 352 97,207 Islay 62
20,068 Arica 259 63,547 Iquique 234 94,104 Total 3,592
1.017,554
- 36. DATOS ESTADISTICOS 23 Rentas pblicas. La9 entradas del Per
en el ao de 1859 llegaron $ 20.954,800 En esta cantidad, se
comprende el producto del huano. . 15.875,000 Las aduanas
produjeron 3.400,000 Debe advertirse que en el Per ya no hay
contribuciones de indge nas, ni otras pensiones, exceptuando las
reducidas de predios rsticos y urbanos. Tambin estn abolidos los
diezmos y todo derecho de expor tacin sobre la plata y artculos
nacionales. Se desconoce el pago de bulas, estanco de tabacos,
donativos de guerra y productos de la Casa de Moneda. Deduciendo
pues de las entradas estos artculos y no comprendien do el
extraordinario por el Huano, tenemos que las entradas en Per
Colonia, eran al ao $ 1.519,200 Per Independiente 5.079,800 Gastos.
En 1859 subieron $ 20.387,000 En esta suma se comprende los
siguientes gastos: En obras pblicas $ 718,000 Intereses de la deuda
pblica 2.191,000 Pagos por daos y otros gastos durante la guerra de
la Independencia, cuyas deudas se consolidaron en 1853 '. 1.576,000
Amortizacin de parte de la deuda Inglesa y de los Estados Unidos
3.218,000 Gastos extraordinarios en guerra y marina 2.208,000
Gastos, total extraordinario $ 9.911,000 Quedando por consiguiente
como gasto natural . . 10.476,000 Instruccin pblica. En 1862 habia
en toda la Repblica para hombres .... 883 , 46,070alumnos < para
mugeres 206 9,040 Total 1,089 55,118 ' . para hombres .... 50 , j
5,366Colegios < r alumnos { para mugeres. .. . 27 J 2,321
Seminarios 6 Total 83 7,717 La Nacin gasta al ao en estos Colegios
y Escuelas $ 583,895.
- 37. 24 DATOS ESTADISTICOS. En 1860 habia, en casi todos los
Departamentos un peridico diario, sin contar las publicaciones
semanales, quincenales, revistas y peridicos oficiales, todos estos
no bajaban de 60 peridicos. Un nmero de "El Comercio" de Lima
contione mas que lo que se publicaba en todo el Per Colonia en un
trimestre. CUADKO COMPARATIVO DEI. PER COLONIA Y PERU
INDEPENDIENTE. Poblacion Comercio (importacion, exportacin.
[Movimiento maritimo: buques (entradas. . . . gastos; .... (
Escuelas... Instruccion pblica., Colegios Publicaciones peridicas
Peru Coloni 1.076,123. . . $ 4.602,189. 5.939,437 . 11. $
4.379,800. 3.890,000. 9. 1. 2.355,000 15.319,222 16.715,673 3,592
20.954,800 20.387,000 1,089 83 60 En vista de estos datos, de cuya
autenticidad respondemos , porque son extractados de las Memorias
de los Vireyes, Mercurio Peruano, Guias de Forasteros de aquella
poca y otros igualmente seguros; nos dir Torrente y otros
difamadores del Per Independiente, si hemos ga nado perdido
sacudiendo el yugo que nos oprimia y si pesar del embrutecimiento
en que la Espaa mantuvo las Colonias; de las absur das ideas
econmicas que reinaban, haciendo creer y entendiendo y cre yendo
all mismo que la plata era el nico valor y las cosas productos de
la industria y del trabajo nada valian; que admitir el libre
comercio con todas las nciones del Mundo era peligroso y causa de
nuestra ruina; nos dir repetimos, si progresamos no aun en medio de
nuestros sacudimien tos interiores. Cuando en Europa se estudie con
detencion y buena f la marcha de las Repblicas Sud-Americanas, se
avergonzarn de su igno rancia respecto lo que hemos sido, somos y
tenemos que ser.
- 38. HISTORIA DEL PERU INDEPENDIENTE. PRIMER PERIODO. Se 1819 a
1822. CAPITULO L 8e propagan laa ideasliberalesLibertad dla prensa
y de la enseanzaDeseos y esfuerza del Peru por su independencia-Se
incita a San Martin para una expedicionSan Mrtir concibe el plan de
atacar a los Espaoles en el PernShs viajes a Buenos AvreaExpe
dicion de AbisbalDefeccion del trasporte Espaol "Trinidad" y sus
consecuenciasLlega a Chile Lord Tomas Cochraney se le dael mando de
la EscuadraSu primera expedicion al Peru-Ataque al CallaoPeligro en
que se encuentra el VireyNuevo ataque al Callao Se dirige a los
puertos del NorteRegresa a ValparaisoObjeto de la primera
expedicion. El deseo que tenia la Amrica entera de adquirir su
libertad, se hizo mas pronunciado desde que los Estados Unidos de
Norte Amrica proclamaron su independencia en 4 de Julio de 1776; y
Espaa, por odio a Inglaterra vi con gusto esa insurreccion. La
Francia con su inmor tal revolucion hizo conocer al mundo entero
los derechos del hombre, su igualdad ante la ley y que la libertad
independencia do las naciones son imprescriptibles. Los principios
de derecho Constitucional y de Gentes, como apoyados en la
naturaleza y en la verdadera filosofa so genera lizaron con rapidez
asombrosa. La Espaa, que gemia bajo el cetro de un Borbon inepto,
dominado por su favorito, era una de las nacio nes quemas de
corazon amaba los principios liberales de la Francia. Mu chos de
aquellos hombros moderados ilustres, que aunque adictos su Rey,
deseaban el progreso y la mejora de los derechos del hombre, mere
cieron ser colocados en las Audiencias, Vireinatos, Obispados,
Intenden
- 39. 26 IDEAS LIBERALES. cias y en diferentes destinos: en estos
puestos, sin intencion de daar su patria, pero con la mejor buena
f, propagaban, aunque lentamente, sus ideas y principios conformes
con las luces del siglo. Algunos Americanos que visitaban la vieja
Europa, que all se educa ron, veian las mejoras y progresos debidos
la libertad de los principios proclamados por la Francia,
regresaban provistos no solo de luces, sin tam bien de aquellos
libros que ensean los derechos del hombre y de las nacio nes,
haciendo conocer que ellos constituyen su dignidad y progreso. Sin
pensarlo y por el rden natural delas cosas, cada libro, cada hombre
de aquellos, era un Apstol que propagaba su sistema; y encontraba
en cada Americano un nuevo propagandista. En la Iglesia, en el
Foro, en las Magis traturas y entre los mismos mandatarios se
encontraban hombres que abri gaban las mismas ideas y sistema. Hubo
tiempo feliz en que pudieron extenderse estas luces por medio de la
imprenta y en los colegios, pero la Corte de Madrid, cuid luego de
sufocar este grmen de dicha y ventura para la Nacion; aunque mortal
para ella. (*) De esta libertad de la prensa y de la enseanza, solo
se goz en Lima; y su existencia fu tan precaria como la
Constitucion Espaola de 1812 en que se apoyaba. Abascal restringi
la libertad de imprenta, per siguiendo los editores; pero las ideas
liberales sembradas en los col