Revista Izquierda, No 39

download Revista Izquierda, No 39

of 62

Transcript of Revista Izquierda, No 39

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    1/62

    Solucin poltica El difcil camino de la consolidacin del proceso

    de dilogos y negociacin Rgimen poltico y discurso El Uribato

    Izquierda en debate Bienvenidos a tiempos interesantes! La

    izquierda hacia el despeadero? Luchas populares Miradas y

    propuestas populares frente a los cultivos de uso ilcito Por qu

    la agricultura campesina y la agroecologa? Historia y memoria

    Masacre de Segovia: Pasamos toda la noche levantando cadveresNuestra Amrica Elecciones parlamentarias en Argentina

    Capitalismo en crisis Esclavitud laboral y migraciones en la

    globalizacin neoliberal EditorialZarpazos de la ultraderecha

    N 39 NOVIEMBRE / 2013 BOGOT, COLOMBIA ISSN- 2215-8332

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    2/62

    Jairo Estrada lvarez DirectorJess Gualdrn Sandova lJefe de redaccin

    lvaro Vsquez del Real, Daniel Libreros Caicedo, Csar Giraldo Giraldo,Frank Molano Camargo, Jorge Gantiva Silva, Mara Teresa Cifuentes Traslavia,Nelson Fajardo Marulanda, Patricia Ariza, Ricardo Snchez ngel,Sergio De Zubira Samper, Vctor Manuel Moncayo Cruz Consejo editorial

    Beatriz Stolowicz (Mxico), Julio Gambina (Argentina), Ricardo Antunes (Brasil),Antonio Elas (Uruguay) Consejo asesor internacional

    Las opiniones emitidas por los autores no comprometen

    al Consejo Editorial de la Revista.

    Tatianna Castillo Reyes Diseo y diagramacin

    Espacio Crtico EdicionesPublicacin auspiciada por Espacio Crtico Centro de Estudios

    www.espaciocrit ico.com

    ISSN-2215-8332N 39, Noviembre de 2013.Bogot, Colombia

    Todo el contenido deesta publicacin puede

    reproducirse libremente,conservando sus crditos.

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    3/62

    Solucin Poltica

    4

    El difcil camino de la consolidacin del

    proceso de dilogos y negociacin

    Jairo Estrada lvarez

    Rgimen poltico y discurso

    10El UribatoRicardo Snchez ngel

    Izquierda en Debate

    14

    Bienvenidos a tiempos interesantes! La

    izquierda hacia el despeadero?Jorge Gantiva Silva

    Luchas populares

    20

    Miradas y propuestas populares frente a los

    cultivos de uso ilcitoCarolina Jimnez M.

    28

    Por qu la agricultura campesina y la

    agroecologa?Jairo Armando Jurado Estrada

    Historia y memoria

    34

    Masacre de Segovia: Pasamos toda

    la noche levantando cadveres

    Un relato de la ex alcaldesa de laUP, Rita Ivonne Tobn

    Nuestra Amrica

    40

    Elecciones parlamentarias en Argentina

    Algunos resultados y sus consecuencias

    mediatas

    Julio C. Gambina

    Capitalismo en crisis

    50

    Esclavitud laboral y migraciones en la

    globalizacin neoliberal

    Daniel Libreros Caicedo

    Editorial

    58Zarpazos de la ultraderecha

    Jess Gualdrn

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    4/62

    Solucinpoltica

    El difcil camino de la

    consolidacin del proceso dedilogos y negociacin

    Jairo Estrada lvarez

    Profesor del Departamento de Ciencia PolticaUniversidad Nacional de Colombia

    La posibilidad de una solucin poltica del conflicto social yarmado ha adquirido un nuevo aliento con la firma de unsegundo acuerdo parcial entre la guerrilla de las FARC-EP y el Gobiernonacional. En efecto, al anunciado acuerdo sobre el primer punto de la

    Agenda sobre Poltica de desarrollo agrario integral, se le suma ahorael de Participacin poltica, correspondiente al segundo punto.

    Para el pueblo colombiano, que por dcadas ha tenido las legtimasaspiraciones de paz con justicia social, se trata de una buena noticia,pues se ha puesto en evidencia que fuerzas antagnicas, las representadaspor la insurgencia armada, por una parte, y las del Estado, en cabeza delgobierno de Santos, por la otra, avanzan en la construccin de un acuer-do poltico que de prosperar y llegar a un feliz trmino contribuir sinduda a generar nuevas condiciones para una transicin poltica hacia lamayor democratizacin econmica, poltica y social del pas.

    El acuerdo anunciado posee mayor valor si se considera que se lograen medio de la continuidad de la confrontacin armada y de la ms ferozcontienda poltica. En efecto, no ha sido posible que se abra paso un cesebilateral de fuegos, debido a la continua negativa gubernamental con elargumento de no conceder supuestas ventajas militares a la guerrilla ypese a las reiteradas propuestas en ese sentido de diversos sectores pol-ticos y sociales y de las propias FARC-EP. Sin duda, un cese de fuegoscontribuira a un mejor clima para las posibilidades de la paz al reduciral mnimo las noticias de la guerra y los impactos que ella produce sobre

    _4 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    5/62

    Solucin poltica

    la economa y la sociedad en su conjunto y, por esava, a generar una mayor confianza entre las partes y,sobre todo, en la opinin pblica, tantas veces ma-

    nipulada por los medios masivos de comunicacin.La continuidad de las acciones de guerra se ha

    comprendido por el Gobierno como una carta denegociacin por fuera de la Mesa que puede produ-cir soluciones frente a lo que no se logre acordar enella. La idea de que un debilitamiento del enemigoinsurgente lo puede llevar a la derrota y al someti-miento contina haciendo parte de la estrategiagubernamental; representa al mismo tiempo una

    concesin a los halcones de la guerra. No obstante,hasta ahora no hay nada que indique que se est enpresencia de un debilitamiento estructural o de unadesarticulacin de la cohesin interna y del mandodel ejrcito guerrillero, tal y como se lo propuso elPlan Espada de honor, el cual necesit entre tantode un relanzamiento.

    Por el contrario, los ltimos meses nos indican unaintensificacin del accionar insurgente con fundamen-

    to en la guerra de guerrillas, su mbito natural. As esque en este campo, una vez ms como se ha mostra-do a lo largo de la historia del conflicto no debe es-perarse que prospere la anhelada solucin militar, pesea la mayor disposicin de recursos de presupuesto, a lacreciente disposicin tecnolgica y a la intensificacinde las actividades de inteligencia. En ese contexto, elcese bilateral de fuegos adquiere da a da la condicinde una necesidad y demanda una mayor presin ymovilizacin social para hacerlo realidad.

    La contienda poltica a favor de una solucinnegociada no ha sido ni es una tarea fcil. Aqu setrata de producir una compleja correlacin socialde fuerzas que, por una parte, logre derrotar a lossectores militaristas y de ultraderecha, empecinadosen una fascista solucin final de derrota e inclusode extermino del enemigo guerrillero, reivindicadahoy por la fuerza poltica denominada Uribe CentroDemocrtico. Y por la otra, en el campo de quienes

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    6/62

    afirman acompaar el proceso de paz, generar un en-tendimiento y una aprehensin no reduccionista de lasolucin poltica, limitada al orden vigente del derecho

    (constitucional y legal) y de subordinacin a ste; locual supone que el proceso de dilogos y negociacinno es un simple alistamiento de condiciones para la(re)insercin del movimiento guerrillero en la vidacivil, diseado sin su concurso, como se pretende, porejemplo, con el llamado Marco jurdico para la paz oel referendo constitucional en trmite para la refrenda-cin de un eventual Acuerdo final.

    Fortalecer el campo de fuerzas a favor de la solu-

    cin poltica implica reconocer que se est negociandocon un poder subversivo alterno al poder del Estado,lo cual conlleva transaccin y concesiones, inclusorespecto del orden constitucional y legal imperante.Ms all de la situacin especfica de la guerrilla y desus combatientes, lo que se juega en la hora actual enColombia es la posibilidad de la democratizacin deun rgimen cerrado y excluyente.

    El segundo acuerdo parcial representa un paso ade-

    lante en el necesario aislamiento de los enemigos abier-tos del proceso, ms no su derrota. No se puede olvidarque se trata de fuerzas poseedoras de un significativopoder econmico y territorial, con indiscutibles rasgoscriminales y mafiosos, entronizados estructuralmenteen el Estado y consolidados a travs del ejercicio de laviolencia. A ellas se une la prosa guerrerista e impos-tada del Ministerio Pblico. Debe esperarse que talesfuerzas desaten en los meses venideros todos sus brospara desprestigiar el proceso e intentar reencauzar elpas por el nico camino de la guerra. Sin duda, losataques contra el proceso de paz sern la principal ban-dera electoral de la ultraderecha militarista. En ese co-metido pueden ser tiles las (aparentes) ambivalenciasdel gobierno de Santos que persiste en un (programa-do) doble discurso: El de los estridentes tambores dela guerra (en cabeza del locuaz Ministro de Defensa) yaquel de su compromiso con la paz.

    El acuerdoanunciado posee

    mayor valor si seconsidera que se

    logra en medio dela continuidad dela confrontacin

    armada y de la msferoz contienda

    poltica. En efecto,

    no ha sido posibleque se abra paso

    un cese bilateral defuegos, debido a la

    continua negativagubernamental conel argumento de noconceder supuestasventajas militares ala guerrilla y pese

    a las reiteradaspropuestas en ese

    sentido de diversossectores polticos

    y sociales y de las

    propias FARC-EP.

    _6 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    7/62

    Solucin poltica

    No obstante, el balance puede inclinarsea que Santos asuma con mayor fuerza el dis-curso de la paz, pues ste adems de produ-

    cirle mayores rendimientos en su aspiracinreeleccionista, puede concitar un mayorapoyo de sectores de la poblacin deseososan con impasibilidad de la consoli-dacin de la perspectiva de la paz, cuentacon el apoyo de sectores modernizantes delempresariado capitalista y con una buenarecepcin en la comunidad internacional,incluidas instituciones como la ONU y, en

    especial, en los pases de Nuestra Amricaque comprenden que una solucin polticacontribuye a cerrarle la puerta al interven-cionismo militar imperialista en la Regin.En la alocucin presidencial de anlisis delsegunda acuerdo parcial se le vio ms deci-dido a favor de los dilogos y la negociacin.

    En el campo de quienes afirman acom-paar el proceso de paz, el espectro poltico

    e ideolgico es variopinto. En los partidosque conforman la coalicin de derechas enel gobierno se encuentran tanto expresionespropias del oportunismo (la retrica de lapaz puede producir rendimiento polticosen tiempos electorales), como tambinotras ms comprometidas con la idea deuna solucin poltica. En organizacionesopositoras dentro del rgimen de demo-cracia gobernable como la Alianza Verdey el Polo Democrtico Alternativo se ob-servan apoyos ms decididos al procesode dilogo y negociacin, pero sometidasal clculo poltico electoral. En todo esteespectro de posiciones persiste la idea deuna salida poltica circunscrita a los diseosinstitucionales existentes. En el campopopular, movimientos polticos y socialescomo la Marcha Patritica, el Congreso

    de los Pueblos, procesos regionales, o de

    comunidades campesinas, indgenas y afro-descendientes, o movimientos sectoriales dejvenes y de mujeres, aunque se muestranmucho ms definidos en su respaldo al pro-ceso de paz, en el que adems consideranse debe incorporar al ELN, no han logradoconsolidar un movimiento de masas quele d mayor consistencia y estabilidad a lasnegociaciones, en parte por las dificultadespara construir una agenda poltica comn.

    En suma, el consenso implcito por unasolucin poltica, que se ha venido cons-truyendo con dificultad, no posee an laestabilidad y solidez necesarias para conce-derle a la perspectiva de la solucin polticaun carcter de irreversibilidad. Aunque losavances que se registren por los acuerdosentre la guerrilla y el gobierno son impor-tantes, ellos se tornan insuficientes. La

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    8/62

    irreversibilidad ser posible cuando el procesosea objeto de una efectiva apropiacin socialy logre sustentarse en un amplio movimiento

    de masas a su favor, independientemente dela valoracin y los alcances que las fuerzaspolticas y sociales le impriman.

    En este punto es claro que para los sec-tores polticos representativos del rgimenpoltico imperante, incluida la oposicindentro del sistema, la salida poltica se com-prende en lo esencial en trminos de unareinsercin de la fuerza guerrillera en la vida

    civil en forma similar a los procesos de finesde los ochenta y primeros aos de la dcadade 1990. De ah su distancia frente a lasposibilidades de transformaciones estruc-turales que se pudieran desatar como frutode un eventual Acuerdo final. Ello se haexpresado, entre otros, en el debate sobre laAsamblea Nacional Constituyente (ANC).

    En el campo popular, la solucin pol-

    tica se asocia con las posibilidades que ellapueda generar para una transicin polticahacia la real democratizacin econmica,poltica y social del pas, con la perspectivade nuevos diseos institucionales (consti-tucionales y legales), incluida la necesidadde una ANC, no slo para la refrendacinde eventuales acuerdos, sino para superarlos evidentes lmites de la Constitucin de1991 y la crisis institucional del Estado ysus poderes pblicos. Debe reconocerse,no obstante, que an no hay la suficientearticulacin entre lo que se debate en LaHabana y las demandas de los movimientossociales y populares, pese a que, en sentidoestricto, existen indiscutibles identidades.

    En cualquier circunstancia, un eventualAcuerdo final transformar el mapa polticodel pas y producir un reacomodamiento

    Dice mucho del valor dela Mesa de dilogos que

    sea gracias a ella que sele encuentre una salida atemas que no han contadocon la misma fortuna ensu trmite a travs de lainstitucionalidad vigente ydel rgimen parlamentario,luego de ms de dosdcadas del ordenamientoconstitucional de 1991.

    de las fuerzas polticas y sociales y una rede-finicin de la contienda poltica. Ya existenvarios efectos demostrativos de esta afirma-cin. Primero fue el anuncio del Acuerdo

    para el inicio de los dilogos, as como ladefinicin de la Agenda que, ms all de susaparentes generalidades, contiene aspectosfundamentales de la formacin econmica ysocial, si se lee y comprende integralmente.

    Seguidamente, fue el acuerdo parcial so-bre el tema del desarrollo agrario integralque estuvo precedido por un magnficoforo nacional y un intenso debate pblicoen el que se exhibieron todas las posiciones(desde las sostenidas por el latifundismoimproductivo, pasando por las del empre-sariado de los agronegocios hasta las delos trabajadores del campo y de las comu-nidades campesinas, indgenas y afrodes-cendientes) sobre un asunto desplazado deldebate pblico y acadmico. En ese aspecto,los dilogos y la negociacin han desatadouna mayor politizacin social.

    _8 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    9/62

    Solucin poltica

    Y ahora, con el segundo acuerdo parcial sobre Participacin poltica, precedido tam-bin por un foro nacional, se ha iniciado un debate que habr de expandirse acerca delcarcter restringido del rgimen poltico colombiano y de su necesaria apertura hacia lademocracia real. Dice mucho del valor de la Mesa de dilogos que sea gracias a ella que se

    le encuentre una salida a temas que no han contado con la misma fortuna en su trmitea travs de la institucionalidad vigente y del rgimen parlamentario, luego de ms de dosdcadas del ordenamiento constitucional de 1991.

    An se encuentran pendientes cuatro puntos de la Agenda: el de la solucin del pro-blema de las drogas de uso ilcito, el de vctimas, el relativo al fin del conflicto y el de laimplementacin, verificacin y refrendacin, todos ellos de gran complejidad. Los acuerdosparciales logrados hasta ahora indican que es posible (y necesario) continuar transitando elcamino de la solucin poltica.

    Desde el campo popular, en un contexto de crisis capitalista mundial, de un evidenteresquebrajamiento de las polticas neoliberales y de una movilizacin y protesta social enascenso, la consolidacin del proceso de dilogos y negociacin adems de constituirse ennecesidad representa la posibilidad de desatar las fuerzas para un cambio poltico demo-crtico, que produzca la correlacin requerida para emprender el camino de una AsambleaNacional Constituyente.

    http://en.wikipedia.org/wiki/Keizer_(artist)

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    10/62

    Rgimenpolticoy

    discurso

    El UribatoRicardo Snchez ngel

    Doctor en HistoriaProfesorUniversidad Nacional de Colombia

    Los das 25 y 26 de octubre se realiz la Convencin Nacionalde Uribe Centro Democrtico, donde se escogi a su candida-to presidencial: el doctor Oscar Ivn Zuluaga. Una criatura ungida pararepresentar en cuerpo ajeno al ex presidente lvaro Uribe Vlez: el del

    largo gobierno, el de los ocho aos (2002-2010).Los precandidatos Francisco Santos y Carlos Holmes fueron someti-

    dos a la molienda en el trapiche de los designios, de los caprichos, de losclculos, de los humores del Gran Burundn Burund, quien anunciaque est vivo y vuelve reencarnado en la persona de Oscar Ivn Zuluaga.

    Fue una convencin amaada, con un propsito: el de suplantar laconsulta a la ciudadana previamente acordada por los precandidatos ybendecida por lvaro Uribe. Una convencin en que todos, los Muchos,eran UNO. Una ceremonia de adoratrices de la figura mesinica quela televisin y la radio se han encargado de recrear. La poltica comoreligin. Ninguna novedad, los mismos con las mismas.

    Se trata del Uribato, un fulanismo, un personalismo, un caudillismopara representar los intereses creados, de los latifundistas, ganaderos, delagro negocio, de los financieros. Con vnculos reconocidos y sealadospor la justicia con el crimen organizado y el paramilitarismo. Se trata dela derecha econmica, religiosa, cultural y poltica, a escala domstica einternacional. El Uribato expresa al mismo tiempo el atraso, lo oligr-quico y lo transnacional de los negocios y la poltica.

    _10 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    11/62

    Rgimen poltico y discurso

    Una diferencia del Uribato cuando comenz conel gobierno de su jefe y hoy es que entonces el doctorlvaro Uribe era un hombre acaudalado y hoy es

    sper acaudalado. Su crculo de colaboradores estcuestionado y varios de sus integrantes procesadosjudicialmente: ex ministros, ex congresistas, ex jefesdel DAS, ex generales, ex

    En las distintas perspectivas del Uribato est lade evitar que la opinin pblica democrtica y lajusticia republicana tan distinta a la justicia de encajerealicen la gran tarea de salud pblica de concluir losprocesos de manera debida.

    Qu irona la del ex presidente al decir en la pro-clamacin de su candidato: En sus pulcras manosle entrego esta batalla. Por la va de una frase que esun maquillaje, un mensaje cosmetolgico, se quieretransformar el imaginario del Uribato en el de unacofrada de virtuosos y honestos.

    Por supuesto que se requiere un traje program-tico que es simple propaganda. Frases simplistas quedicen todo y no dicen nada, pero que se trata de

    ms de lo mismo: capitalismo salvaje, desigualdad,violencia y entrega de la soberana. Los puntos queresumen el pasado, el presente y el futuro del Uribatoson: seguridad democrtica, confianza inversionista,cohesin social, Estado austero y dilogo ciudadano.

    En lo poltico, el Uribato enfatiza en volver a la se-guridad democrtica, aplicada a rajatabla durante elgobierno del Burundn Burund y que, a su juicio, elgobierno del Arlequn, abandon. La verdad monday lironda es que el ministro de defensa de entonces,Juan Manuel Santos, fue leal a la seguridad democr-tica y que ahora como presidente contina e insiste enella. Lo que ocurre es que la seguridad democrticafracas desde la presidencia de lvaro Uribe y en elactual hace agua. Elemental mi querido Watson!!!

    El modelo de guerra para la confianza inversionis-ta vale decir, para perpetuar el capitalismo realmen-te existente encuentra resistencias de todo orden en

    El Uribato cabalgasobre la zozobra

    de los colombianos,sobre la crisisdel gobierno delArlequn, perotambin sobrela crisis de lasizquierdas en elorden programtico

    de direccin yorganizacin. Lacrisis nacional entodos los rdeneses lo que quierecanalizar el Uribatopara perpetuar losintereses creados.

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    12/62

    lo nacional e internacional. Tal pretensin de Uribey de Santos, cada cual con sus lites, camarillas,favoritos y preciosas ridculas, y en el entramado

    del espectculo de la manipulacin meditica, tieneel nico propsito de consolidar la sociedad para losricos de aqu y de all.

    Los de abajo, los trabajadores, los pobres delcampo, los indgenas, negros y las mujeres, que sonmultitud, estn sometidos a la sobreexplotacin, aldesprecio, a las violencias y al olvido. S, es el viejopleito que tendr que resolverse a favor de los humi-llados y ofendidos, cambiando al capitalismo por la

    sociedad de los comuneros libres e iguales.El presidente Santos ha reconocido este fracaso

    de la seguridad democrtica. Por ello cambi deenfoque al afirmar que s existe conflicto armado yguerrillas, y adelanta dilogos con las FARC en LaHabana en torno al asunto central de la vida de los

    colombianos: la paz poltica.Pero insiste en la guerra desechando la tregua bilateral, el cese al

    fuego de doble va. Un gobierno que reconoce que existen guerrilleros,

    al tiempo que los seala de terroristas. Pero no desmonta el paramilita-rismo y no cesa de militarizar la protesta social, en los ms ortodoxosparmetros de la seguridad democrtica.

    El Uribato cabalga sobre la zozobra de los colombianos, sobre la crisisdel gobierno del Arlequn, pero tambin sobre la crisis de las izquierdasen el orden programtico de direccin y organizacin. La crisis nacionalen todos los rdenes es lo que quiere canalizar el Uribato para perpetuarlos intereses creados.

    El Uribato propugna por una poltica internacional de enfrentamien-tos con el vecindario, adems de antagonizar con Nicaragua. Quierereeditar el modelo del gobierno anterior para capitalizar el patriotismocanalla.

    En la estrategia del doctor lvaro Uribe, est no slo el que OscarIvn Zuluaga sea su cuerpo ajeno para la presidencia, sino que buscaren un eventual triunfo de ste, cambiar las reglas de juego para buscar lareeleccin. Es una derecha econmica y poltica con anclaje internacio-nal, que naci para mantenerse y lo est logrando.

    El Uribato propugnapor una polticainternacional deenfrentamientos

    con el vecindario,adems de

    antagonizarcon Nicaragua.Quiere reeditar

    el modelo del

    gobierno anteriorpara capitalizar elpatriotismo canalla.

    _12 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    13/62

    Rgimen poltico y discurso

    http://en.wikipedia.org/wiki/Keizer_(artist)

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    14/62

    Izq

    uierdaendebate

    Bienvenidos a tiempos interesantes!

    La izquierda haciael despeadero?

    Jorge Gantiva Silva

    Filosofo. Universidad Nacional de ColombiaProfesor Titular. Universidad del Tolima

    El perverso silogismo de la resignacin

    La ausencia de pensamiento estratgico tiene sumida a la iz-quierda en un alto grado de confusin, cinismo y pragmatis-mo. Aferrada al viejo sistema posibilista, resigna su lucha por la cons-truccin de un nuevo orden ante los supuestos imponderables de larealidad: parodias de elecciones y caudillos, juegos de poder, maniobrasen el tablero del Establecimiento y del parlamentarismo. El simulacro esmayor: proclamas de unidad, propuestas de alianzas e ilusiones deterceras. En dcadas es el mismo cuento, porque el cuento es moversecomo moscas atrapas en la botella (Bobbio), sin vislumbrar un hori-zonte creador de alternativa. Zizek (Viviendo en el final de los tiempos,Akal) habla de tiempos interesantes en sentido irnico, dialctico, paradilucidar y revelar lo escondido, lo no dicho, la parte sin parte, lo

    Estad alerta, velad, porque no sabiscundo ser el tiempo

    Mc., 13, 32

    _14 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    15/62

    Izquierda en debate

    no evidente. Zizek recuerda con frecuencia el afo-rismo de Mao: Hay caos bajo los cielos; la situacines excelente, para sealar el carcter irreductible de

    la lucha, del antagonismo y del conflicto. Ms quedespertar la conciencia y abrir los ojos, la situacines excelente convoca los cuerpos y los lenguajes paraproducir un giro estratgico en la disposicin de losdiscursos y las miradas. Contrario a la creencia co-mn, los tiempos interesantes preludian tormentas,intranquilidad, luchas intensas. Lo interesante esque el tiempo histrico abre una posibilidad para lacreacin, para la inventiva popular y la ruptura ra-

    dical. Sin embargo, en Colombia parece cumplirsela sentencia de Perry Anderson de que las ideas de laderecha y el Establecimiento ganaron la partida; elcentro se ha adaptado cada vez ms a ellas; y la iz-quierda sigue, mundialmente hablando, en retirada(Spectrum,p.10).

    La violencia y la fatalidad aplicaron el somn-fero de la desesperanza, el no futuro, la banalidaddel mal. La democracia o el demo-fascismo como

    prefieren llamar algunos se apoderaron del Imagina-rio, y lo Simblico qued atrapado entre las ruinasde rituales y simulaciones. Tras la fascinacin dela diosa de la Violencia, la izquierda sacraliz laselecciones como icono paralizante de la poltica. Ensus actuaciones opera el ms perverso silogismo: a)El capitalismo ha derrotado la alternativa revolu-cionaria; b) la izquierda colombiana se adapt a lalgica del capital; luego, c) no hay alternativa revo-lucionaria al capitalismo. Con este imperativo, nohay nada que hacer, salvo acomodarse y adaptarsea lgica del sistema y del capital. La democracia hadevenido el nuevo Leviatnque domina el espacioy las subjetividades: en vez de abrir y potenciar elsujeto plural, cercena e impide el despliegue de Locomn. Al despojar la democracia la potencia crea-dora del ser, la poltica naufraga en la racionalidadinstrumental, elMarketing, la ensoacin narcisista

    http://blublu.org/

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    16/62

    de caudillos y la ilusin de la representacin. Las elecciones son fijaciones que dominan lacabeza de la poltica pragmtica. Su cosificacin histrica ha desdibujado su proyecto deemancipacin.

    Caos bajo los cielosEl panorama (in)cierto de la izquierda es tragi-cmico. En los Verdes-Progresistas

    su estrategia apuntala el Establecimiento imperante, mantiene el doble juego de seguirapoyando el gobierno neoliberal de Santos y pretende erigirse como campo de atraccinante el desvencijado Polo y la soledad de grupos errantes. Como izquierda consentida laAlianza Verde es una fuerza del capital, fortalecida a partir del desastre de la izquierda delPolo; un proyecto que consolida la idea de capitalismo democrtico, un ariete en la con-temporizacin del poder. Su programa y su direccin revelan el giro del centro-izquierda

    hacia la defensa del ordenamiento burgus y la conciliacin de clases. Ni siquiera lograpotenciar lo verde como lucha social-ambiental, ni alcanza a desplegarse como iniciativasocialdemcrata. El progresismo es la defensa a ultranza de la Constitucin del 91, cuyomarco histrico-poltico ciment el modelo neoliberal y abri las compuertas del capital

    transnacional. El PDA, fuerza que haba logrado potenciar el acumulado histrico de laizquierda, fue despedazado por la accin envolvente de la derecha, el oportunismo liberal-socialdemcrata y el efecto destructor de la conciliacin y la corrupcin. Su lucha quedareducida a conservar su personera jurdica y mantener su capacidad de control polticomediante la accin de sus dos o tres parlamentarios estrellas. La historia tambin pasasu cuenta de cobro. Salvo un acontecimiento el PDA seguir alejado de las posibilidades

    http://neorrabioso.blogspot.com/

    _16 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    17/62

    Izquierda en debate

    de reconocimiento y apoyo popular que otrora con-t, y que los Verdes-Progresistas contribuyeron adesmontar sistemticamente. Quiz es tarde para el

    hombre, como dice William Ospina. Esta historiatruculenta no es triste; es simplemente la lgica des-garradora ante la carencia de un pensamiento estra-tgico, la ausencia de organizacin social y popular yla inconsecuencia tica y poltica. El Moir, columnavertebral del Polo, estructura una poltica hegem-nica basada en la consolidacin de una alianza conuna supuesta burguesa nacional. Las recientesdeclaraciones del senador Robledo confirman la te-

    sis de que el reformismo como la socialdemocraciason fogoneros del capitalismo. En palabras de estepreclaro parlamentario, si a Colombia lo que le hacefalta es ms capitalismo, no queda otro camino quemantener elstatu quoy acentuar la dominacin bur-guesa. Precisamente, ms capitalismo es lo que vieneagenciando el gobierno de Juan Manuel Santos atravs de las locomotoras del capital transnacional.

    De protocolizarse un acuerdo entre el partido

    comunista y los Verdes se revelar el grado de in-fortunio y desolacin en el cual se encuentra estaformacin poltica. Quiz no sea el canto de cisnepara el glorioso partido del proletariado, sino eltorbellino arrollador de los demonios de Korosawa.Entre la espada y la pared, tratar de salvar su ho-nor; sin embargo, procedimientos como stos, envez de fortalecerlo, lo podran llevar a un pantano.Sorprende que en un momento de negociacin po-ltica del conflicto interno, el partido defensor dela causa de la paz, termine sometido a la lgica dequienes siempre lo deslegitimaron y condenaron. Eneste sentido, la postura de Marcha Patritica en laactual coyuntura es ms comprensible, en la medidaen que los acuerdos de La Habana son an inciertosy el panorama poltico no est despejado y predo-mina un alto grado de confrontacin en el seno delBloque de poder. En su planteamiento se trata deNo participar como movimiento poltico y social en

    Para reconstituirel movimiento de

    la izquierda espreciso confgurar

    Lo comn, situar elespacio de creacin

    de las mltiplessubjetividades

    como horizontede articulacin y

    emancipacin. Justoen el momento ms

    crtico, de mayordesesperanza y

    cooptacin, laizquierda tieneque volver por

    sus fueros, no delmismo modo como

    ha operado. Ni conel mismo esquema,

    ni el mismo mtodo.Las resistenciasya tuvieron su

    lugar y sentido.

    De lo que se trataes de repensarla posibilidad de

    superar este lmitey concentrarse enla ruptura radicalde los dispositivos

    dominantes

    de poder.

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    18/62

    la contienda electoral; sin embargo, en sultima Resolucin deja abierta una ventanapara que algunas fuerzas integrantes de MP

    puedan contribuir al fortalecimiento de lademocratizacin que hoy demanda el pas,lo que podra dar lugar a una ambigedad,histricamente conflictiva y contraprodu-cente.

    El movimiento social es amplio y plu-ral, tiene muchas expresiones y ha logradoimportantes logros en la defensa de losDerechos Humanos, las resistencias en

    salvaguardia de los territorios, las luchascontra el poder de las transnacionales y lalocomotora minero-energtica. En particu-lar, el movimiento indgena representa unafuerza poderosa de amplio reconocimientonacional e internacional por el tipo de proyecto, la forma de organizacin y movilizacin.Sin embargo, en su campo se libran muchas batallas; en particular, en su seno se asientanpropuestas polticas en curso, dispares, que no logran cimentar un gran movimiento deproyeccin nacional que articule lo urbano, lo social en un sentido plural. A la hora de

    operar polticamente en el concierto nacional, su propuesta aparece dispersa. Los recientesesfuerzos de unidad estn an en proceso de maduracin.

    Lo interesante: desatar el AcontecimientoEn medio de la fragmentacin y la confusin, pese a todo, la situacin es excelen-

    te. El punto clave es saber si nos acomodamos o producimos un giro de disrupcin yemprendemos un proceso de reinvencin de la alternativa antisistema. En este punto deinflexin radica el encanto de la poltica emancipadora. La izquierda, en su conjunto, harenunciado a la dialctica, al pensamiento crtico y al espritu revolucionario. Se ha vueltoconservadora, ha acentuado su ancestral apetito burocrtico, se ha ido convirtiendo enuna lite de mandarines y caudillos. El propio Petro ayud a elegir su propio verdugo, elprocurador Ordez; la propia izquierda destruy los ms importantes referentes orga-nizativos como el Polo y la Alianza Democrtica-M19. Lo polticamente correcto es lalnea de continuidad de la resignacin y la adaptacin al sistema imperante. Su emblema:no hay revolucin en curso, ni tiempo, ni forma para cambiar el mundo. En palabras dealgunos de sus voceros, ya estamos muy viejos para esas locuras, estamos mamadosde ser oposicin, el asunto es cmo vamos ah en el poder, todo es lo mismo, larevolucin es intil, tenemos ya la Constitucin del 91, etc., etc. En este espectro, se hamantenido una suerte de Club de elegidos de la izquierda consentida que juega con los

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    _18 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    19/62

    Izquierda en debate

    imaginarios cuando le conviene, y ataca con ferocidad burguesa cuando su programa,su ideario y sus intereses se ven confrontados por fuerzas y movimientos alternativos:recurdese la huelga de Los corteros, las luchas de los pobladores del Huila contra El

    Quimbo, las expresiones espontneas y rebelda de la ciudadana y de los jvenes en laciudad de Bogot, en respaldo del Paro Agrario, etc., procesos que fueron incomprendidospor la izquierda socialdemcrata y reformista, y no pocos condenaron y despreciaron. Pa-reciera que el espectro del capital hubiese posedo el alma de lo alternativo y paralizarasu espritu. De algn modo, sucede con las negociaciones de la paz en La Habana, el passigue impvido, expectante y silencioso. El odio de las derechas contra la paz no tienenombre; podra decirse que su obsesin no son las Farc, sino los riesgos estratgicos de suambicin totalitaria, la proteccin de su rgimen hacendatario y seorial y los interesesmacroeconmicos de la corrupcin y la parapoltica. La presuncin de que la izquierda

    a travs del proceso de paz se ha tomado el poder, como lo manifiesta Pablo Victoria, esuna forma para matar dos pjaros con un mismo tiro.

    Para decirlo con Zizek (El ao que soamos peligrosamente, Akal), tras el colapso delsocialismo burocrtico y autoritario, todosparticipamos de la misma catstrofe ontol-gica. Para reconstituir el movimiento de laizquierda es preciso configurar Lo comn,situar el espacio de creacin de las mltiplessubjetividades como horizonte de articula-

    cin y emancipacin. Justo en el momentoms crtico, de mayor desesperanza y coop-tacin, la izquierda tiene que volver porsus fueros, no del mismo modo como haoperado. Ni con el mismo esquema, ni elmismo mtodo. Las resistencias ya tuvieronsu lugar y sentido. De lo que se trata esde repensar la posibilidad de superar estelmite y concentrarse en la ruptura radicalde los dispositivos dominantes de poder.

    Aunque parezca paradjico y a la luz de lasexperiencias revolucionarias en Egipto, Grecia, Tnez, Zizek plantea que el nico modode detener el sistema es dejar de resistirse a l, esto es, se trata de actuar de acuerdo conlos signos de los tiempos, comprender las seales del futuro, valorar la nueva espacialidadde la explosin social, los boquetes liberacionistas de la subjetividad, potenciar los saberescreadores y la memoria. Estos tiempo interesantes no son de congoja y desesperacin,sino de creacin. La potencia del ser radica en Caminar hasta encontrar nuestra espaldacomo dicen los zapatistas.

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    20/62

    Luc

    haspopulares

    Miradas y propuestas

    populares frente a loscultivos de uso ilcito

    Carolina Jimnez M.

    Docente Universidad Nacional de Colombia

    El pasado 3 de octubre finalizaron los foros nacional y regionalsobre la Solucin al problema de las drogas ilcitas convo-cados por la Mesa de Conversaciones en La Habana y coordinadosmetodolgicamente por la Universidad Nacional de Colombia y la

    Organizacin de las Naciones Unidas. Estos foros, al igual que los dosanteriores, contaron con una nutrida participacin de organizaciones so-ciales populares de todo el pas y representantes de los partidos polticosy acadmicos, entre otros actores sociales y polticos.

    La centralidad que cobran los cultivos de uso ilcito y el fenmenodel narcotrfico para poner fin al conflicto armado, as como para avan-zar en la construccin de una paz estable y duradera con justicia social,fue puesta de manifiesto por la diversidad de procesos sociales popularesprovenientes de diversos territorios del pas, en especial, por aquellosms golpeados por este flagelo. A continuacin recogemos de manerageneral las caracterizaciones y propuestas realizadas por estos sectorespopulares para encontrar salidas a dichos problemas.

    El modelo de desarrollo rural y los cultivos de uso ilcitoUna de las tesis centrales planteadas por las organizaciones campe-

    sinas seala que el carcter elitista, violento, excluyente y latifundistade la estructura agraria del pas se constituye en una de las principa-les limitantes para resolver el fenmeno de los cultivos de usos ilcitosen Colombia. En efecto, al decir de varios campesinos y campesinas

    _20 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    21/62

    Luchas populares

    cultivadoras, la ausencia de una reforma agrariademocrtica en el pas, as como la negativa de lainstitucionalidad estatal a impulsar un modelo de

    desarrollo rural soportado en la economa agrcolafamiliar, son factores que deben ser valorados a lahora de plantear salidas al problema de las drogas.

    En este sentido, fueron ampliamente problemati-zadas las dificultades que tiene el campesinado tantopara un acceso legal democrtico a la tierra, comopara la formalizacin de sus ttulos de propiedad enzonas de apertura de la frontera agrcola, en especial,en aquellos territorios donde las fincas de los colonos

    se superponen con figuras de proteccin legal comoson las zonas de reserva forestal.

    La ausencia de ttulos de propiedad les impide alos campesinos acceder a los crditos de la banca co-mercial, as como a los escasos subsidios y programasde apoyo tcnico brindados por el Estado, situacinque limita y, en el peor de los casos, imposibilita alas familias campesinas a impulsar desarrollos pro-ductivos autnomos en sus parcelas. Aunada a esta

    problemtica, se destacan las dificultades de acceso amercados para la comercializacin de la produccincampesina, bien sea porque la infraestructua detransporte es bastante precaria o porque el Estado nogarantiza precios de competitividad para sus produc-tos. Esta situacin es bastante ilustrativa en las zonasde colonizacin, territorios donde ms se ha asentadoel fenmeno del narcotrfico.

    La precariedad y marginalidad que acompaa a lapoblacin rural en vastas regiones del pas ha estadosoportada en una actitud ambivalente del Estado co-lombiano, pues, por una parte, se niega a hacer pre-sencia por la va de una institucionalidad social quecontribuya con equipamientos, polticas y programasque garanticen unas condiciones de vida digna a suspobladores, y, por la otra, ha impulsado una presen-cia estatal a travs de planes de militarizacin territo-rial, como los planes Colombia, Patriota y Espada de

    http://es.globalvoicesonline.org/2012/08/19/

    graffitis-que-agitan-conciencias-en-tiempos-de-crisis

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    22/62

    Honor, con los impactos humanitarios que

    de estos se han desprendido.As las cosas, en estas regiones se han des-

    plegado unas configuraciones territorialesque expresan el carcter clasista y violentodel rgimen poltico colombiano, las cualesal encontrarse con una serie de dinmicas yactores que impulsan y soportan proyectoseconmicos ilegales, como son los de la pro-duccin y comercializacin de narcticos,terminan impulsando e involucrando de di-versas maneras a los pobladores campesinosen los circuitos del negocio del narcotrfico.

    En efecto, al decir de varios cultivadores,el circuito de la produccin y la comerciali-zacin de los narcticos se ha configuradoen muchos de estos territorios en la nicaalternativa econmica para el grueso de suspobladores, pues no estamos hablando sim-plemente del que cultiva, sino del recolector

    de la hoja y del que transporta los insumos

    para el procesamiento, entre otros. As lascosas, ms que una actitud criminal o unaapuesta por el dinero fcil, que segn lacaracterizacin de los anlisis ms conser-vadores del fenmeno acompaara a loshabitantes de las zonas de cultivo de coca,lo que encontramos son limitadas posibili-dades de supervivencia de los campesinos ycampesinas en estos territorios.

    Tenemos, entonces, al decir de los sec-tores sociales populares que participaronde los foros, que en tanto no se resuelva elproblema agrario en los territorios dondeest asentado el negocio del narcotrfico,es muy dificil avanzar en soluciones reales adicho fenmeno. Y por el contrario, se va aterminar profundizando un modelo rural decarcter especulativo y mafioso con controlterritorial por parte de actores armados.

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/ http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    _22 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    23/62

    Luchas populares

    El fracaso de la poltica de combate al narcotrficoEn el entendimiento amplio de la situacin anteriormente descrita

    se configura claramente una de las explicaciones que permite entender

    el fracaso de la poltica de combate al narcotrfico que se viene desple-gando en Colombia desde hace varias dcadas, pero en especial desde elcomienzo de la implementacin del denominado Plan Colombia.

    Entre las tesis planteadas por los sectores sociales populares se des-tacan aquellas vinculadas con el carcter autoritario y violento de lapoltica y de criminalizacin del campesinado cultivador o raspachn; laincapacidad de resolver el control territorial que tienen algunos actoresarmados ilegales en zonas de cultivo y produccin de la pasta base; laarticulacin entre poder poltico y poder mafioso; combatir el fenmeno

    desde los circuitos de produccin y comercializacin sin lograr atacarlas mltiples formas como el narcotrfico permea otras esferas de ladimensin econmica, poltica y social; el desconocimiento del carctercultural del cultivo de hoja de coca en algunas comunidades, as comosu posibilidad de soportar proyectos productivo alternativos.

    Para buena parte de los sectores sociales, la poltica antinarcticosno ha podido materializar y hacer efectivas las metas propuestas, de-bido a que no ha logrado impulsar programas de desarrollo realmentealternativos y concertados en las zonas de cultivos de uso ilcito. Por el

    contrario, la lucha contra las drogas ha asumido una estrategia puniti-va y de criminalizacin contra el cultivador y recolector, asumindolocomo narcotraficante, sin establecer una frontera clara entre stos y losverdaderos dueos del negocio. De ah la exigencia de los campesinos,indgenas y afrodescendientes para que se reconozca su condicin comosujetos de derechos y se les diferencie de los mafiosos. Esta situacinllevara necesariamente a una descriminalizacin por parte del Estadodel campesino, el indio o el negro que siembra coca, porque no tieneotras opciones de supervivencia en sus territorios.

    El carcter punitivo y autoritario que acompaa la poltica antinar-cticos tambin se expresa en la negativa de las autoridades a impulsarprogramas de sustitucin de cultivos de uso ilcito de manera gradualy concertada con las comunidades. La poltica se ha soportado en unaagresiva estrategia de fumigaciones con glisfosato o de erradicacinforzada, que, por una parte, han afectado los cultivos de pancoger y lasoberana alimentaria de las comunidades, as como sus condiciones devida y salud, al contaminar las fuentes hdricas, y, por la otra, no hanpresentado alternativas reales para la sustitucin. Aqu son bastante pro-blemticos los programas de siembra de monocultivos que se presentaron

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    24/62

    como alternativos a las comunida-des: el caso de un tipo de cauchode corte industrial impulsado por

    la USAID en el departamento delCaquet es ilustrativo de la cues-tin.

    Aunadas a estas caractersticasque ms que impulsar una dis-minucin del rea sembrada, loque ha estimulado es un despla-zamiento de cultivos hacia otrasregiones del pas, los campesinoas

    y campesinas vinculados con loscultivos de uso ilcito sealan quela poltica no ha logrado atacar demanera real las estructuras crimi-nales, especialmente las parami-litares que controlan el negocio,y que, por el contrario, muchasde ellas estn afianzadas y son laautoridad en sus territorios. Esta

    misma situacin se presenta frentea la incapacidad de resolver la simbiosis entre poder poltico y poder mafioso en el pas.

    De igual manera y siguiendo a Vargas podemos sealar que

    Esta estrategia ha contribuido finalmente a incrementar el traumtico desplaza-

    miento forzoso, creando condiciones favorables para la expansin de los modelos

    productivos basados en la concentracin de la tierra, afianzando los proyectos

    agroindustriales que crecen en la medida en que se debilitan los territorios

    colectivos y las zonas donde an existe la pequea y mediana propiedad1.

    As las cosas, son mltiples y diversos los desafos a los que se enfrenta el Estado colom-biano para disear una nueva poltica antidrogas realmente integral y capaz de involucrar alas comunidades afectadas en el diseo y construccin de la misma. Las ponencias presen-tadas por los asistentes al Foro denotan que en tanto el Estado no avance en la resolucindel problema agrario en el pas y que ste no se abra a construcciones participativas con loshombres y mujeres que habitan estos territorios, esta poltica est destinada a reproducir lascondiciones de su fracaso.

    1 Ricardo Vargas, Las drogas como economa de guerra y el proceso de paz en Colombia: dilemas y desafos.Informe sobre polticas de drogasNo. 41, septiembre de 2013

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    _24 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    25/62

    Luchas populares

    Las propuestas sociales popularesAnte la complejidad de la situacin descrita y en

    el marco de las apuestas territoriales que tienen las

    comunidades campesinas, indgenas y afrodesce-dientes, surgieron una serie de propuestas que,grossomodo, intentaremos recoger a continuacin:

    Resolver el problema del banco de tierras yavanzar en una ley de tierras que permita sudemocratizacin. El acceso formal a la tierrapor parte del pequeo campesino, as como delas comunidades indgenas y afrodescendien-

    tes, se constituye en un requisito fundamentala la hora de avanzar en el desmonte de lasestructuras del narcotrfico en las zonas de co-lonizacin. El acceso y la formalizacin debenestar acompaados de planes de estmulo fi-nanciero por parte del Estado y de programasde desarrollo tcnico.

    Precios justos y sustentables e infraestructura

    para la comercializacin.La sustitucin de loscultivos de uso ilcito pasa por el estmulo ycondiciones de competitividad de la produc-cin agrcola campesina. Por tal razn, lasorganizaciones sociales populares hicieronexplcito que en tanto no tuvieran acceso aunos mercados de comercializacin justos nose poda avanzar de manera decidida en laresolucin del problema.

    Reformulacin integral de la poltica anti-drogas. Ante todos los fracasos descritos urgeuna transformacin de la poltica de combatecontra los cultivos de uso ilcito. Entre loselementos a tener en cuenta en este ejercicio,se desatac la necesidad de un nuevo diseoinstitucional que haga posible la ejecucin deprogramas y planes de trabajo realmente alter-nativos y concertados con las comunidades.

    Una de lastesis centrales

    planteadas por lasorganizacionescampesinas sealaque el carcterelitista, violento,excluyente ylatifundista dela estructura

    agraria del pas seconstituye en unade las principaleslimitantes pararesolver elfenmeno de loscultivos de usosilcitos en Colombia.

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    26/62

    Reparacin a las comunidades vctimas de una poltica antinar-cticos violenta.Para las organizaciones sociales las afectacionesde la que han sido objeto en el marco de la implementacin de la

    estrategia antinarcticos deben ser reparadas moral y econmica-mente. Entre las principales afectaciones se destacan: desplaza-miento forzado, dao de las cosechas de productos agrcolas porel glisfosato usado en las asperciones, enfermedades respiratoriasy cutneas de las poblaciones en zonas de fumigaciones, deteriorode los componentes nutritivos de las tierras objetos de aspersin yerradicacin forzada.

    Economas propias como alternativas a las ilcitas.Es necesario

    que el Estado reconozca y genere espacios de posibilidad para quelas comunidades ordenen sus territorios de acuerdo con sus hori-zontes de sentido. Por tal razn, se debe abandonar la imposicinde proyectos productivos ajustados a la estrategia agroindustrial.Tambin se destaca la necesidad de recomponer los usos tradicio-nales de la coca.

    Constitucin de Zonas de Reserva Campesina. La figura de lasZRC reconocida por la ley 160 de 1994 es quiz uno de las pro-

    puestas que ms ha convocado a los procesos organizativos. Lazona se reconoce como una posibilidad de impulsar desarrollosterritoriales alternativos que respondan al sentir y los proyectossociales que tienen las comunidades en sus territorios.

    As las cosas, tenemos que el problema es bastante complejo y exige serabordado de cara al pas y, en especial, involucrando a los actores popu-lares presentes en los territorios. Todas las alternativas propuestas por lasorganizaciones sociales para abordar el problema ponen de presente queno es una cuestin simplemente de sustitucin y proyectos aternativos,sino que implica una discusin sobre la manera como se planea ordenarproductivamente los territorios.

    * * *Urge un llamado a la sensatez a las directivas de la Universidad Na-

    cional que estn dejando caer a pedazos nuestra alma mater. Los recientessucesos acaecidos en la Facultad de Derechos y Ciencias Polticas son tansolo una de las dramticas expresiones de la grave crisis que vive la educa-cin superior en Colombia.

    _26 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    27/62

    Luchas populares

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    28/62

    Luc

    haspopulares

    Por qu la agriculturacampesina y la agroecologa?

    Jairo Armando Jurado Estrada

    Centro de Estudios de Desarrollo RegionalUniversidad de Nario

    La agricultura capitalista prioriza la productividad y el creci-miento econmico en detrimento de la biodiversidad, imponeel monocultivo y los agrocombustibles en desmedro de una gran va-riedad de especies nativas, ha desarrollado un sistema de explotacin

    intensiva de cultivos utilizando 176 millones de toneladas de nutrientesen fertilizantes sintticos, ha acelerado los acaparamientos de tierras, hafavorecido los tratados de libre comercio y, como resultado, ha provoca-do la erosin de los recursos genticos existentes en los diferentes eco-sistemas, ha destruido los hbitats naturales y ha intervenido a muchasculturas y economas locales llevndolas al hambre y la miseria.

    A contrapelo de quienes la catalogan como atrasada, la agriculturacampesina es ms productiva y eficiente, produce una mayor cantidadde alimentos a nivel mundial que la agricultura de tipo capitalista,mientras que sus productores, los pequeos agricultores campesinos,contribuyen a la conservacin de la biodiversidad en el marco la actualcrisis ambiental y civilizatoria.

    Los campesinos proveen ms del 70% de los alimentos que se consu-men en el mundo, utilizando slo el 20 o 30% de la tierra arable, menosdel 20% de los combustibles fsiles y el 30% del agua destinados parausos agrcolas, utilizan los recursos naturales de manera potencialmente

    _28 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    29/62

    Luchas populares

    sostenible y son responsables de cultivar la mayor par-te de los alimentos que se consumen nacionalmente1.

    En el otro extremo, la agricultura empresarial o

    agroindustria provee anualmente tan slo el 30%de los alimentos y utiliza el 70% u 80% de la tierraarable del planeta, ocasiona entre el 44% y 57% delas emisiones de gases de efecto invernadero, defo-resta 13 millones de hectreas y destruye 75.000millones de toneladas de cubierta vegetal, controlacasi la totalidad de alimentos que salen al comerciointernacional, que representan el 15% de la comidaproducida globalmente, y aunque domina los ms

    de 7 billones de dlares que vale el mercado mundialde comestibles deja a 3.400 millones de personasdesnutridas, hambrientas u obesas2.

    La produccin agrcolaLa agricultura es un proceso productivo pri-

    mordial para el sustento de la vida humana. Con elcultivo de plantas y el cuidado de animales los sereshumanos aseguraron la transferencia de energa de

    manera directa o indirecta hacia su cuerpo. La agri-cultura es la manipulacin de la energa presenteen los ecosistemas, por eso, sta actividad generanotables impactos en los ecosistemas mediante sutransformacin y adaptacin.

    El modo de produccin agrcola est determinadopor las fuerzas histricas que disean el contextoeconmico, poltico y cultural en que se desarrolla laagricultura, ellas determinan qu tipo de alimentosdeben producirse, en qu momento, en qu cantidad,a qu ritmo y para qu clase de consumidores. Estasdecisiones se han tomado histricamente de acuerdoa las disposiciones de Estados poderosos, de corpo-raciones o transnacionales, que desde la Revolucin

    1 TEC Group (2013). Con el caos climtico, quin nos alimen-tar: la cadena industrial de produccin de alimentos o la

    red campesina? En: www.etcgroup.org2 Ibd.

    http://es.globalvoicesonline.org/2012/08/19/

    graffitis-que-agitan-conciencias-en-tiempos-de-crisis

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    30/62

    Verde han fomentado una produccin agr-cola bajo la perspectiva neoliberal.

    Este modo de produccin agrcola pre-

    dominante a nivel mundial refleja muchosprejuicios hacia la herencia de la agriculturacampesina. Sussana Heecht identifica tresprocesos histricos que han contribuido aoscurecer y restar importancia al conoci-miento agronmico desarrollado por gru-pos tnicos locales y sociedades no occiden-tales: 1) La destruccin de los medios decodificacin, regulacin y trasmisin de las

    prcticas agrcolas; 2) La dramtica trans-formacin de muchas sociedades indgenasno occidentales y los sistemas de produc-cin en que se basaban como resultado deun colapso demogrfico, de la esclavitud ydel colonialismo y de procesos de mercado;y 3) El surgimiento de la ciencia positivista.Como resultado, han existido pocas opor-tunidades para que las instituciones desa-

    rrolladas en una agricultura ms holsticase infiltraran en la comunidad cientficaformal3.

    En Amrica Latina, los intentos por mo-dernizar la produccin agrcola empezaron luego de la Segunda Guerra Mundial mediantela Revolucin Verde, la cual fue introducida bajo un proceso que abarc cuatro mecanis-mos: mediante prcticas agronmicas promovidas por tcnicos agropecuarios; a travs dela mecanizacin de la produccin agrcola; con la diseminacin de semillas mejoradas,especialmente las hibridas, y mediante la utilizacin de pesticidas y fertilizantes4.

    Desde esta visin, algunos pases vienen organizado sus economas alrededor de uncompetitivo sector agrcola orientado a la exportacin y basado en el monocultivo. Noobstante, si bien las exportaciones de soja en Brasil y Argentina permiten que sus eco-nomas obtengan importantes ingresos, este tipo de modelo agroexportador adems decrear dependencia tambin genera diversos problemas econmicos, ambientales y sociales,

    3 Sussana Hecht, (1999). La evolucin del pensamiento agroecolgico. En: Miguel Altieri. Agroecologa:bases cientficas para una agricultura sustentable. Montevideo. Ed. Nordan. pp. 10-11.

    4 Miguel Altieri (1992). Citado por Sandra Garcs Jaramillo (2011). Bienestar y sustentabilidad en el medio rural.Elementos para una agricultura sustentable. FLACSO. p. 36.

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    _30 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    31/62

    Luchas populares

    afecta la integridad de los ecosistemas, la calidad de los alimentos y provoca trastornos enel medio rural tradicional al acelerar el endeudamiento de los campesinos.

    La creciente presin a favor de la agricultura industrial, con especial inters en las ex-

    portaciones, los cultivos transgnicos y los agrocombustibles, afecta de forma radical a laagricultura campesina e impide el suministro de alimentos en todo el mundo. Por eso, laprincipal crtica que se puede hacer al neoliberalismo en la agricultura es la ingenuidad desuponer que el mercado resuelve por s solo las fallas que se presentan en la asignacin derecursos en un sector caracterizado por desequilibrios estructurales y en el que el manejo derecursos, en especial de la tierra, est en manos de especuladores y rentistas que no la tienencomo bien productivo sino como bien de acumulacin y valoracin de rentas5.

    La agroecologa: una perspectiva

    ecolgica de la agriculturaEl uso del trmino agroecologadata de

    los aos 70, pero su prctica es tan antiguacomo los orgenes de la agricultura. Laagroecologa se viene edificando como unaciencia y un nuevo paradigma transdiscipli-nario que estudia las relaciones entre ecosis-temas y culturas, a la vez que proporcionaun marco terico-metodolgico de anlisis

    y aplicacin de principios ecolgicos al dise-o y manejo de agroecosistemas sostenibles.La agroecologa propende por el equilibrioecosistmico basado en sistemas agrcolasbiodiversos y surge como alternativa al en-foque imperante que supone que el mediorural debe transformarse en trminos deproductividad y crecimiento econmico.

    Si bien la agroecologa se centra en losmbitos rurales locales, los comprendedesde una visin global, tanto desde elpunto de vista biolgico y energtico, comodesde la perspectiva de la ecologa poltica.Uno de los rasgos que ha caracterizado ala agroecologa en su bsqueda de nuevostipos de produccin agrcola y de manejode recursos es que el conocimiento de los

    5 Absaln Machado (2003). La cuestin agraria frente al neoliberalismo. En: La Falacia Neoliberal: crticas yalternativas. Universidad Nacional de Colombia. Bogot. p. 279.

    http://www.flickr.com/photos/juegasiempre/

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    32/62

    agricultores locales sobre el ambiente, las plantas, lossuelos y los procesos ecolgicos recupera una impor-tancia sin precedentes dentro de este nuevo paradig-

    ma. La propuesta agroecolgica consiste en enrique-cer los sistemas de produccin agrcola campesinosexistentes con elementos apropiados de la etnocienciay de la ciencia agrcola moderna, mediante procesossociales y educativos altamente participativos.

    La principal diferencia entre agroecologa y agricul-tura industrial o capitalista, consiste en que la segundaes un conjunto de recetas derivadas de la RevolucinVerde que se entregan en paquete al agricultor. Por el

    contrario, la agroecologa es una filosofa que no se basaen recetarios porque se desarrolla a travs del tiempoen una adaptacin del ser humano al ecosistema. Apesar de la desvalorizacin de la agroecologa por partede los partidarios de las tecnologas convencionales ylas transnacionales de alimentos, sta constituye unaalternativa de bienvivir para las comunidades ruralesms que de progreso o desarrollo rural en el senti-do tradicional de estos trminos.

    En los pases del Sur mundial, las parcelas fami-liares son fundamentales para el mantenimiento dela comunidad y la sostenibilidad de la produccinagrcola. Este tipo de parcelas constituye la base de laestabilidad econmica de los hogares rurales debidoa sus patrones de consumo, a la fuerza de trabajofamiliar que emplean, as como al conocimientoagroecolgico que utilizan.

    A diferencia de la agricultura capitalista, la pro-duccin campesina de alimentos y la agroecologaejercen mltiples funciones benficas sobre la econo-ma rural, las culturas y los ecosistemas del mundo,entre ellas:

    a. Los sistemas de cultivo integrado, como laagricultura campesina, producen ms porunidad de rea que la agricultura de agronego-cio. Esto es posible apreciarlo si se desecha elrendimiento como instrumento de medicin.

    La principal crticaque se puede hacer

    al neoliberalismoen la agriculturaes la ingenuidad

    de suponer que elmercado resuelve

    por s solo las fallasque se presentanen la asignacin

    de recursosen un sector

    caracterizadopor desequilibriosestructurales y enel que el manejo

    de recursos,

    en especial dela tierra, esten manos de

    especuladores yrentistas que nola tienen como

    bien productivosino como bien

    de acumulaciny valoracin

    de rentas.

    _32 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    33/62

    Luchas populares

    Mientras el monocultivo permite un rendimiento alto para un solo cultivo, ste noreporta ningn otro para el agricultor. El monocultivo requiere mayor inversin defuerza de trabajo y de herbicidas para el control de plagas. Por lo tanto, si vamos

    a comparar la agricultura campesina con la de tipo capitalista debemos usar comomedida la produccin total en lugar del rendimiento.

    b. La agricultura campesina mejora la produccin de alimentos bsicos a nivel delpredio agrcola para aumentar el consumo nutricional familiar, incluyendo la valo-racin de productos alimentarios tradicionales y la conservacin del germoplasma decultivos nativos.

    c. La agroecologa rescata el conocimiento y las tecnologas de los campesinos, promue-

    ve la utilizacin eficiente de los recursos locales e incrementa la diversidad y variedadde animales y cultivos para minimizar los riesgos que afectan la biodiversidad.

    d. La agroecologa disminuye el uso de insumos externos para reducir la dependencia,pero manteniendo rendimientos agrcolas aceptables con tecnologas apropiadas,incluyendo tcnicas de agricultura orgnica y otras tcnicas de bajos insumos.

    En consecuencia, la agricultura campesina y los saberes campesinos enraizados enuna pluralidad de ecosistemas que los principios de la agroecologa revalorizan otorgan

    densidad y coherencia terica al modo de produccin campesino, el cual es central en elconcepto desoberana alimentaria. Aunque por cientos de aos los agricultores familiareshayan sido instrumentalizados por el capital, su consigna emblemtica de Tierra y Libertades en esencia subversiva y antisistmica. De esta manera, la agricultura campesina y laagroecologa son primordiales en la lucha anticapitalista.

    http://muralespoliticos.blogspot.com/2010_08_01_archive.html

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    34/62

    His

    toriaymemoria

    Masacre de Segovia:Pasamos toda la nochelevantando cadveres

    Un relato de la ex alcaldesa de la UP

    Kien&Ke revive el horror de la masacre a travs de la voz de

    Rita Tobn*

    * Tomado de: ht tp://prensarural.org/spip/spip.php?article9604

    El prximo 11 de noviembre se conmemoran25 aos de la masacre de Segovia (Antioquia),

    en la que fueron asesinados de maneraindiscriminada 43 vctimas: nias y nios,

    mujeres y hombres, habitantes de esamartirizada poblacin. La entonces alcaldesa

    desde hace 22 aos en el exilio impuestopor el militarismo relata los pavorosos

    hechos y seala a los culpables. De ellos,de los autores intelectuales y beneficiariosdel mltiple crimen, slo uno ha sido

    condenado ms de 20 aos despus por lajusticia colombiana: Csar Prez Garca.

    _34 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    35/62

    Historia y memoria

    La primera eleccin donde particip la Unin Patritica fue en marzode 1986. Los partidos tradicionales sintieron temor, porque en las zonassuburbanas y rurales muchos campesinos votaron por los candidatos

    de la Unin Patritica. Este riesgo para esos partidos se consolida en laprimera eleccin de alcaldes en marzo de 1988 []. Durante la campaahubo atentados contra mi vida. Justo despus de las elecciones donde fuielecta, las amenazas se vuelven atroces. Me dan 72 horas para abandonarel pas, si no me asesinan. Me dan 48 horas y el temor y la zozobra eranconstantes []. Desde el primer da viv hostigamientos del Ejrcito, laPolica, el MRN (Muerte a Revolucionarios del Nordeste), que se hacanllamar realistas, que decan que deban recuperar a sangre y fuego elnordeste de Antioquia. Sigifredo Zapata deca en plena plaza que el jefe

    tiene que volver ac y el jefe lo jur y el jefe cumple. l llamaba el jefe aCsar Prez Garca, y l lo deca abiertamente.

    Cuando me posesion invit a los comandantes para presentarme yponernos de acuerdo en nuestras funciones para el bienestar de Segovia.Nunca tuve respuesta. Luego empez el acoso y hostigamiento. Lo ha-can Farouk Yanine Daz (general del Ejrcito) y Gil Colorado. Faroukiba en helicptero desde Bucaramanga a Segovia para insultarme, humi-llarme y amenazarme y a tratarme de guerrillera. Al principio lo hacaprivadamente y despus pblicamente delante del todo el pueblo. Hey,

    Rita Tobn, todava ests viva? Me extraa, as me deca.

    El ex congresista: determinador de la masacre de SegoviaLe dije a Gil Colorado que controlara a sus subordinados porque

    llegaban al Palacio Municipal a destruir las cosas. Eran actos de abusode poder y hostigamiento. Denunci esto ante la Procuradura. No re-cuerdo cuntas denuncias puse. Nunca se me llam a una ampliacin.

    El Partido Liberal nos hizo sentir su miedo con la creacin del MRN,que comenz a amenazar a la poblacin civil en el parque. Amanecie-ron panfletos que decan que haban creado eso para recuperar la zona.Trataban al pueblo de guerrilleros comunistas. Nosotros denunciamospenalmente las amenazas. Eran con nombre propio: Rita Tobn, JaelCano, Aurelio Viana y en otros eran colectivos. Pudimos constatar queel papel con esas amenazas tena bajo relieve con las siglas de la empresaFrontino Gold Mines. Luego supimos que fue all donde se imprimierony que haban sido los militares.

    Para todo el mundo era claro y era una certeza que toda esta orien-tacin vena de Csar Prez. Remedios, Segovia, Zaragoza y El Batesiempre fueron gobernados por el Partido Liberal de Antioquia. Csar

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    36/62

    Prez es nacido en el nordeste. l estableci su poder all y el mayornmero de votacin sala del nordeste antioqueo. Para esa poca l erael que deca qu gobernador o alcalde pona en el pueblo de Segovia,

    Remedios, Zaragoza o el Bagre, y muy reciente tambin en Vegach.Las amenazas del MRN ya haban comenzado. Comenzamos a estar

    ms atentos a la visita de gente de la regin y nos dimos cuenta que habacamperos que llegaban a la base militar y gente que no eran de la regin[]. Yo haba llegado a la conclusin de que para Segovia se estaba pre-parando una masacre. Solicitamos proteccin a Csar Gaviria, que eraministro de gobierno, al Procurador General, al gobernador de Antio-quia, al comandante de la Polica de Antioquia, a todas las autoridades.

    No he podido compartir esto durantetodos estos aos de exilio

    El da de la masacre me encontraba en la alcalda. Ese da necesitabair a unas instalaciones del municipio que se encontraban media cuadrams abajo y quera hacerlo personalmente. Eran las 8:00 a.m. del 11 denoviembre de 1988. Me extra que no hubiera presencia de los mi-litares. Pregunt que si haba militares y nadie los vio. Me sobrecog.Era parte del modus operandide cada masacre de la gente de la UninPatritica. Pas por un lado del comando de Polica y qued petrificada:

    estaban sentados los policas en pantaln, despeinados, desarreglados,con botellas de aguardiente a esa hora. Eso lo vio toda la gente.

    Tambin me extra que los escoltas que me asign la polica no sehubieran hecho presentes. El da que a alguien le retiraban la escoltaera el da que lo asesinaban. Regres al Palacio Municipal y envi untelegrama al comandante de Polica de Antioquia dicindole el estado enel que estaban los policas y que el comandante de la estacin se negabaa hablar conmigo. A eso de las 10:30 a.m. llega un joven del pueblo quequera hablar conmigo. Me dice que estaba en el aeropuerto esperando aun amigo y me dijo que vio gente que se baj de una avioneta y no paspor el retn militar. Que de la avioneta se baj un hombre que no hizofila y la gente lo vio. Se dirigi a un portillo que estaba guardado por dosmilitares. Tena un portafolio, lo abre, muestra algo y lo hacen pasar y lollevan a un campero que no era de la regin.

    Una vez terminada la jornada laboral me dirijo despus de muchosmeses a mi casa, porque tena algo pendiente y necesitaba ir. Con todoel miedo por lo que estaba pasando les dije a mis escoltas [privados] quesalieran primero y mucha gente se fue a poner en las esquinas a ponercuidado y a informarnos por radios de la alcalda si haba gente extraa.

    _36 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    37/62

    Historia y memoria

    Esa noche la calle herva de gente. Me fui con el jefe de mis escoltas endireccin a mi casa. No habamos alcanzado a llegar a la calle real cuandoinmediatamente yo vi tres camperos que avanzaban lentamente en sentido

    contrario al establecido por el trnsito en Segovia. Me llam la atencin.Les hice seas a todos los que estaban en las esquinas para que miraran a losque estaban adentro de los camperos. Cada uno de los camperos tena ochoo diez personas. Haba uno que tena carpa.

    Cuando vi esos camperos le dije a mi escolta Luis Carlos que nos iban amatar. Me quit los tacones, saqu mi pistola de dotacin oficial y le dije alos de los radios corran y escndanse que yo me voy con Luis Carlos. Estagente de los camperos nos va a matar. Sal corriendo. Vi que esa gente es-taba tan armada que nosotros con tres pistolitas eran juguetes. Logramos

    escondernos y empezamos a escuchar la balacera en el parque principal.Pudimos ver cmo dos carros dieron la vuelta. Uno de los camperos fue a lacalle La Reina y los otros dieron la vuelta al parque.

    Comienza la balacera. Podamos distinguir qu tipo de arma disparabanporque tenamos ese conocimiento. Escuchamos granadas que explotaronen el parque principal. Cuando no hubo ms disparos, vimos cmo lostres camperos suban por la calle Real y salieron por la calle Bolvar, queda a la salida del pueblo. En medio de la balacera, llam al comando de lapolica y le pregunt al comandante qu estaba pasando. l me preguntaba

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    38/62

    que dnde me encontraba. A m me dio miedo. Sent ese sentido desobrevivencia y, a pesar del terror, le dije que estaba en la Alcalda. lme dijo que no poda hablar ms y cort. Lo vuelvo a llamar y le dije

    qu pasaba. Me dijo que nos estaban atacando y los estaba repeliendo.Cuando las balas y las granadas cesaron, una vez que los carros pasaron,le dije a Luis Carlos, mi escolta, que bajramos. Yo estaba descalza. En-tr al Palacio Municipal. Me puse un pantaln y unos botines y salimosa enfrenarnos con la realidad. No tengo palabras para lo que vimos yvivimos. Haba ciudadanos asesinados en el kiosco del pueblo. Habaasesinados sentados. Nios y nias, mujeres en unos de los andenes delPalacio Municipal. En el bar Johnny Key haban levantado a granadasy destrozado a la gente. Haba otros que quedaron vivos, pero se haban

    quedado en las rejas. Haba muertos con disparos en la frente, y lostechos. Haba un declive entre Johnny Key y el Palacio Municipal, y lasangre corra a mares [llanto].

    A pesar de tantos aos, el dolor sigueintacto, porque justicia no se ha hecho

    La nica manera de tornar la pgina es que se sancione a los culpa-bles tanto intelectuales como a los materiales. Lo que yo viv a pesarde veinte aos no tengo palabras porque yo trat por todos los medios de

    que no pasara, pero a nadie le import. Todos participaron, lo unos poraccin, los otros porque dieron la orden y los otros por omisin. Tuvetiempo de subir a la Alcalda y llamar a Medelln y el servicio del telfo-no estaba cortado. No haba nadie en las calles, adems de los muertos ymis escoltas. Yo tom fotografas. Tuve sangre fra porque deca que esamasacre no poda quedar impune.

    Cuando los militares aparecieron en el parque principal no habams de diez. Estaban el mayor Bez, Valencia, Vivas y otros que no seidentificaron. Ellos miraron todo y no preguntaron nada. Me dijeronAy, alcaldesa!, duro ah?, con esa risita burlona.

    A partir de ah las amenazas fueron ms graves, a tal punto que apartir de ese momento no pude volver a salir ni a la puerta del PalacioMunicipal. A m se me redujo a vivir en una prisin donde nadie meconden. Donde me obligaron a vivir para salvaguardar mi vida.

    En 1989, cuando tuvimos que abandonar Colombia, mi hijo habaperdido hasta el habla. Usted no se imagina cuntos aos necesitamospara recuperarnos. Usted no sabe cmo qued mi hijo. [] Pasbamostoda la noche contando y levantando cadveres.

    _38 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    39/62

    Historia y memoria

    Jess Baquero, alias Vladimir, me mand una carta donde me decaque lo haban manipulado, aparte de contar que la idea inicial de la masacreera de Csar Prez y da cuenta de cmo se prepar el mecanismo. All me

    haban contratado para hacer otros trabajos y esta vez Henry Prez y loscomandantes del Ejrcito me haban contratado para asesinar la cpula dela Unin Patritica [cont Vladimir].

    Me qued un ao y veinte das despus de la masacre. No se me permiticumplir con el periodo. A m se me oblig a abandonar mi pas. Comen-zaron a asesinar a amigos mos. A mi hermano Alberto Tobn Areiza, enagosto del 89. Luego amenazaron con asesinar a mis nios. La ltima ame-naza es a finales de noviembre del 89. Lleg una persona a mi oficina y medijo que era del DAS de Bogot. Hace 24 horas ofrecieron veinte millones

    por usted y si usted no se va del pas hay gente que est dispuesta a tomarseel Palacio Municipal.

    [] La intimidacin era muy fuerte y tenamos miedo de lo que CsarPrez pudiera hacernos despus. Para ese entonces jugaba el rol del granseor y mucha gente se neg a creer que l tuviera algo que ver. Una cara erala que tena cuando llegaba al nordeste y otra cuando estaba en la AsambleaDepartamental y en las esferas polticas []. En diciembre de 1998 tuveque abandonar el pas por las amenazas de los liberales y paramilitares.

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    40/62

    Nu

    estraAmrica

    Elecciones parlamentarias

    en ArgentinaAlgunos resultados y sus consecuencias mediatas

    Julio C. Gambina

    Presidente de la

    Fundacin de Investigaciones Sociales y PolticasFISYP

    Con las elecciones parlamentarias en Argentina, celebradasel 27 de octubre de 2013, se cumplen 30 aos de gobiernosconstitucionales, entre 1983 y 2013. Ahora se abre una nueva dcada

    con la expectativa de un nuevo turno presidencial en 2015.Estas elecciones corresponden al medio turno del segundo mandato

    de Cristina Fernndez de Kirchner (CFK), entre 2011 y 2015. Vale re-cordar que en 2011 fue electa con ms del 54% de los votos. Segn laConstitucin Nacional no puede volver a ser electa, pues cumplira susdos mandatos posibles, entre 2007 y 2011 y entre 2011 y 2015. Podraser nuevamente candidata a presidir la Argentina pasado un periodoluego del fin de su actual gestin.

    Estas elecciones legislativas corresponden a la mitad del mandatopresidencial y CFK, la principal referente del gobierno, no fue candida-ta. En esta ocasin se renovaron la mitad de los cargos del ParlamentoNacional (Diputados y Senadores) y de los respectivos poderes legis-lativos provinciales y municipales de la Argentina. Ms all de todoanlisis en la coyuntura, con este resultado se inici el proceso polticode agrupamientos y referencias para discutir la gestin del capitalismoen el pas para el periodo 2015 a 2019.

    _40 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    41/62

    Nuestra Amrica

    Los datosSobre 30.635.465 electores en todo el pas, se consignan en la votacin a Diputados, segn

    datos oficiales, 22.590.227 votos afirmativos (95, 55%); 723.498 votos en blanco (3,06%);

    309.093 votos nulos (1,31%); 18.298 votos recurridos e impugnados (0,08%). La abstencinalcanza, segn esta informacin a casi 7 millones de personas, un 23%. Es uno de los nivelesms bajos de abstencin en elecciones parlamentarias, obligatorias en la Argentina.

    En funcin de esos registros, la composicin de la Cmara de Diputados resulta comosigue:

    La situacin en el Senado de la Nacin, no es diferente y por lo tanto, el cuadro polticoque surge de la reciente eleccin legislativa, para Diputados y Senadores, puede resumirsedel siguiente modo:

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    42/62

    Senado de la NacinConfiguracin surgida de la reciente eleccin para Diputados y Senadores

    Origen partidistaPosicin poltica y

    situacin en el SenadoApoyos de otrasorganizaciones

    Liderazgos y pre-sidenciables

    OficialismoPartido de gobierno

    Mantiene mayora propia.Puede obtener mayorasimple (129 votos)Lo mismo ocurreen el Senado

    MPNde la Provin-cia de Neuqun

    Daniel Scioli: actual Go-bernador de la Provinciade Buenos Aires.Jorge Capitanich:Gobernador de la Pro-vincia de Chaco.Sergio Urribarri:Gobernador de la Pro-vincia de Entre Ros.Pueden construirseotras opciones en losprximos dos aos

    Oposicin sistmicade origen peronista

    Es un espacio a la dere-cha del gobierno, concrticas a las alianzasexternas con los pasesdel ALBA y que promueve

    mayor acercamiento alas posiciones de EE.UU.

    FRENTE RENOVA-DOR Y ALIADOSliderado por SergioMassa (con votosen la Provincia deBuenos Aires) UNIN PORCRDOBA convotacin en la Pro-vincia de Crdoba Sectores minorita-rios de UNEN, unaalianza organizadaen la ciudad deBuenos Aires.

    Sergio Massa, ex Jefede Gabinete en el pri-mer gobierno de CFK,y Mauricio Macri, dosveces Jefe de Gobiernode la Ciudad de BuenosAires entre 2007/2011 yactualmente (2011-2015).

    Ambos pueden organizara futuro una alianza,aunque en el presentemanifiestan voluntad depresentarse por separado.

    Oposicin sistmica,producto de la alianzaradical y socialistas

    Son sectores referen-ciados como liberalesdemocrticos e inclusosocialdemcratas.

    Alianza radical y

    socialistas (UCR,PARTIDO SOCIA-LISTA Y ALIADOS)puede agruparsecon la parte mayo-ritaria de UNEN yotros agrupamien-tos provincialesy municipales.

    Julio Cobos, de la Provinciade Mendoza, referentede la UCR (partido quepresidi el gobierno

    argentino con Alfonsnentre 1983/1989 y luegocon De la Ra entre 1999y 2001). Fue el Vice deCFK en 2007/2011.Hermes Binner, ldersocialista y gobernadorde la Provincia de SantaFe entre 2007/2011, quefuera segundo en laspresidenciales del 2011

    a 40 puntos de CFK.

    _42 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    43/62

    Nuestra Amrica

    Senado de la NacinConfiguracin surgida de la reciente eleccin para Diputados y Senadores

    Origen partidistaPosicin poltica y

    situacin en el SenadoApoyos de otrasorganizaciones

    Liderazgos y pre-sidenciables

    Oposicin anti-sist-mica, con especial vi-sibilidad en la izquier-da trotskista (Frentede Izquierda y losTrabajadores y aliados)

    Alianza de distintospartidos que lograronexpresar una referenciaanticapitalista y porel socialismo. En estembito puede incluirsela nueva izquierda, quepresent candidaturasen algunas provincias,con resultados diversos,sin incorporar nuevoslegisladores nacionales,con presencia en elmovimiento sindical,territorial, estudiantil yjuvenil, en alianza conlos actuales DiputadosVctor De Gennaro yClaudio Lozano, his-tricos militantes yorganizadores de la

    Central de Trabaja-dores de la Argentinadesde los comienzosde los aos noventa.

    Pueden articular unidadde accin legislativa enel prximo periodo enincluso intentar alianzaselectorales hacia el 2015.

    Entre los principales lderesaparecen Jorge Altamiradel Partido Obrero y VctorDe Gennaro, histricofundador de la CTA.Un gran interroganteser el electo Senadorpor la Ciudad de Buenos,Fernando Pino Solanas(UNEN), de vnculoshistricos con la CTA.

    Otros

    Diputados que puedenhacer alianzas concada uno de los otrosagrupamientos, o sea,con el Gobierno, conla oposicin sistmicae, incluso, con la opo-

    sicin antisistmica.

    Los prximos aos de la Presidencia de CFKRestan dos aos de la presidencia de Cristina Fernndez de Kirchner (CFK) y muchas

    incgnitas, especialmente en materia de poltica econmica.En rigor, el presente turno gubernamental de CFK es el tercero de un ciclo iniciado por

    Nstor Kirchner (NK) entre 2003 y 2007 y los dos turnos de CFK desde 2007. Los datosestadsticos difundidos por el gobierno aluden a una dcada ganada entre 2003 y 2013,como si se tratara de un solo gobierno, en el cual se inserta el periodo de NK y los dos de CFK.

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    44/62

    En el balance de la dcada merece recordarse el objetivo que se propuso Nstor Kirch-ner en su discurso de asuncin de hace 10 aos, el 25/5/2003, al pronunciarse por recons-truir el capitalismo nacional. Puede discutirse el carcter nacional, especialmente por la

    ausencia de una burguesa nacional, es decir, antiimperialista, pero no debe negarse queel capitalismo local super los problemas econmicos (valorizacin de los capitales) de larecesin 1998-2002 con aos de crecimiento a un promedio del 8% entre 2003 y 2011,salvo el 2009, pero desde el 2010 el curso de la evolucin econmica se presenta errtica ycon tensiones sociales que intentan ser con-tenidas con poltica social masiva favorecidapor recursos fiscales provenientes de la pri-marizacin exportadora del pas, una cues-tin estructural que comparte con toda la

    regin latinoamericana. Son casi 4 millonesde subsidios a menores bajo la AsignacinUniversal Para Hijos (AUH) que es masiva,aun cuando no alcanza el objetivo univer-sal. Pero tambin involucra a 2 millones denuevos jubilados y pensionados sin aportesprevisionales, aunque el 73% de los jubiladosnacionales, que totalizan unos 6 millones depersonas, slo perciben el menor ingreso de

    seguridad social que apenas alcanza al 50%de la canasta necesaria de bienes y serviciospara satisfacer necesidades bsicas.

    Ahora, en esa recuperacin de la dcada,los que ms ganaron son las transnaciona-les, no solo las vinculadas a la produccin desoja o a la mega minera, sino las terminalesautomotrices, los bancos, especialmente lostransnacionales, a la cabeza del rankingde rentabilidad en los ltimos tres aos(2010/2012). Estos sectores hegemnicosen la economa de la Argentina disputan larenta socialmente generada por la va del aumento de precios. La inflacin es un asuntocrecientemente preocupante desde 2007, con tasas que ascienden aproximadamente al 25%por ao. Es un tema generador de insatisfaccin social y que explica, segn opinan diversasfuentes, la cada de la elevada votacin en 2011, del orden del 54% al reciente 32% de 2013.

    Entre 2003 y 2007, la poltica econmica satisfizo la demanda de ganancias empre-sarias, junto a la difusin del empleo y la mejora relativa del ingreso de los trabajadores.La estadstica seala que el desempleo se redujo del 21,5% a mediados de 2002 (luego de

    http://neorrabioso.blogspot.com/

    _44 Volver a contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    45/62

    Nuestra Amrica

    la gran crisis de 2001) al 7% en la actualidad; y un nivel establecido de lnea de pobreza(segn ingresos) de 57% en 2002 a un tercio en la actualidad. Se recuper la negociacinsalarial para los trabajadores regularizados (inscriptos y con servicios sociales), aun cuando

    el trabajo informal solo se redujo desde el 48% en 2002 al 34% en el presente, un datoestructural no conocido en la experiencia laboral de la Argentina. El consenso electoral delkirchnerismo se construy sobre la evolucin econmica percibida por gran parte de la pobla-cin empresaria y trabajadores, algo que parece deteriorarse en la coyuntura actual.

    No solo se trata de la caresta de la vida,sino de serios problemas econmicos, entrelos que destaca la crisis energtica. El gobier-no de CFK impuls la expropiacin parcialde REPSOL durante 2012 para instalar la

    gestin estatal de YPF, la principal petrolerade la Argentina, que gestiona el 35% de lamatriz petrolera en el pas. Se pretende desdeYPF suplir el dficit de combustibles queinsume importaciones de 13.000 millonesde dlares anuales. Para ello se encar unanegociacin para asegurar la produccin delos hidrocarburos no convencionales con latransnacional CHEVRON, una de las gran-

    des operadoras monoplicas del mercadomundial. Es un camino complejo no solo porla CHEVRON, demandada por poblacio-nes de pueblos originarios del Ecuador por19.000 millones de dlares, con tratamientoen la justicia argentina, sino tambin por lasresistencias diversas que se procesan ante laproduccin de hidrocarburos con tecnologadepredadora como la fractura hidrulica ofracking, a la que ya se han opuesto cerca de20 municipios.

    Sea por la inflacin o la crisis energtica,lo que se discute es el modelo productivo y de desarrollo. Es que los cambios operados ala salida de la crisis de 2001 parecen haber llegado a su lmite y lo que se discute es ahoraquin debe gestionar el capitalismo en la Argentina. La mayora de la votacin, sea por loscandidatos del oficialismo o los de la oposicin sistmica, no discute la tendencia quese afirma en la Argentina desde los aos noventa por el cultivo de soja transgnica, quesignifica el 50% de los ingresos por exportaciones primarias y agroindustriales, ni por lacreciente recepcin de inversiones externas para la promocin de la megaminera a cielo

    N 39, Noviembre de 2013 Bogot, Colombia Contenido

  • 8/14/2019 Revista Izquierda, No 39

    46/62

    abierto, altamente depredadorade los bienes comunes, ni la din-mica industrial sustentada entre

    otros por el sector automotriz,altamente concentrado en capi-tales externos y fuertemente im-portador de autopartes, lo queimplica serios problemas a la horade identificar fuentes que generandficit de divisas en la Argentina.Ese modelo productivo es susten-tado por oficialistas y opositores

    que solo discuten quin gobiernael capitalismo en Argentina.

    La cuestin del precio del d-lar es clave para entender parte deldescontento social. La realidad re-conoce un tipo de cambio oficialcercano a 6 pesos por dlar y unprecio paralelo (ilegal) de 10 pesospor dlar, como resultado de una

    disputa por las divisas, requeridaspor e