Maldiciones Generacionales

2
Primera iglesia Bautista “Visión del reino” Ministerio VI.A, Marzo del 2009 “Maldiciones generacionales” Por: Eric Dinamarca “Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus tribus; y fue tomada la tribu de Judá. Y haciendo acercar a la tribu de Judá, fue tomada la familia de los de Zera; y haciendo luego acercar a la familia de los de Zera por los varones, fue tomado Zabdi. Hizo acercar su casa por los varones, y fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá. Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras. Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho. Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello. Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello. Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová. Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor. Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos. Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy. Y Jehová se volvió del ardor de su ira. Y por esto aquel lugar se llama el Valle de Acor, hasta hoy.” JOSUÉ 7:16-26 Un mundo Invisible Existe un mundo más allá de nuestros sentidos. Este mundo trasciende a nuestros sentidos, no lo vemos; no lo olemos, no lo escuchamos, al menos no con nuestros sentidos tradicionales. Hay un mundo diferente al mundo físico en el cual nos desenvolvemos: es el mundo ESPIRITUAL. La palabra de Dios nos menciona este mundo; Vemos que no existen 2 cielos, sino tres: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el TERCER CIELO”. 2 Corintios 12:2 La Biblia nos enseña que nuestra lucha principal no es física. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra POTESTADES, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Efesios 6:12 Dios nos dice claramente que Él creó lo visible, pero también lo INVISIBLE. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean POTESTADES; todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16 ¿Nos afecta este mundo “invisible” en lo visible? La respuesta es SI. Las bendiciones de Dios para nuestras vidas son pronunciadas en el mundo espiritual, pero nos afectan en el mundo físico. También lo inverso es válido: Aceptar a Cristo en nuestros corazones y confesarlo con nuestra boca como nuestro Señor y Salvador en el mundo físico, nos hace salvos en el mundo espiritual. Para muchos cristianos les resulta evidente y claro el entender las bendiciones de Dios y la manera positiva como nos afectan, pero no resulta evidente que las maldiciones también nos puedan afectar. Así como Dios utiliza “vehículos” para transportar la bendición por medio de la fe y la obediencia (el aceite para ungir Levítico 8:10-12, el pan y el vino, que simbolizan la el cuerpo y la sangre de Cristo, y cuya acción, produce la comunión con Dios, 1 Corintios 10:16. La observación de 1 Corintios 11:29 indica que no es la acción propiamente tal la que genera la bendición, sino como se dijo anteriormente, es la fe y la obediencia), las maldiciones también utilizan vehículos para transportar sus consecuencias en la vida de las personas. El pasaje leído en Josué nos muestra una situación clara, el pecado de Acán no sólo trajo condenación para él, sino también trajo consecuencias para toda su familia. En el mundo espiritual ocurre exactamente lo mismo: En muchos casos, nosotros vivimos o estamos viviendo consecuencias que no se han producido por nuestros propios actos, sino por una especie de “herencia”, tal y como existe la herencia genética, también existe la herencia espiritual.

Transcript of Maldiciones Generacionales

Page 1: Maldiciones Generacionales

Primera iglesia Bautista “Visión del reino” Ministerio VI.A, Marzo del 2009

“Maldiciones generacionales” Por: Eric Dinamarca

“Josué, pues, levantándose de mañana, hizo acercar a Israel por sus tribus; y fue tomada la tribu de Judá. Y haciendo acercar a la tribu de Judá, fue tomada la familia de los de Zera; y haciendo luego acercar a la familia de los de Zera por los varones, fue tomado Zabdi. Hizo acercar su casa por los varones, y fue tomado Acán hijo de Carmi, hijo de Zabdi, hijo de Zera, de la tribu de Judá. Entonces Josué dijo a Acán: Hijo mío, da gloria a Jehová el Dios de Israel, y dale alabanza, y declárame ahora lo que has hecho; no me lo encubras. Y Acán respondió a Josué diciendo: Verdaderamente yo he pecado contra Jehová el Dios de Israel, y así y así he hecho. Pues vi entre los despojos un manto babilónico muy bueno, y doscientos siclos de plata, y un lingote de oro de peso de cincuenta siclos, lo cual codicié y tomé; y he aquí que está escondido bajo tierra en medio de mi tienda, y el dinero debajo de ello. Josué entonces envió mensajeros, los cuales fueron corriendo a la tienda; y he aquí estaba escondido en su tienda, y el dinero debajo de ello. Y tomándolo de en medio de la tienda, lo trajeron a Josué y a todos los hijos de Israel, y lo pusieron delante de Jehová. Entonces Josué, y todo Israel con él, tomaron a Acán hijo de Zera, el dinero, el manto, el lingote de oro, sus hijos, sus hijas, sus bueyes, sus asnos, sus ovejas, su tienda y todo cuanto tenía, y lo llevaron todo al valle de Acor. Y le dijo Josué: ¿Por qué nos has turbado? Túrbete Jehová en este día. Y todos los israelitas los apedrearon, y los quemaron después de apedrearlos. Y levantaron sobre él un gran montón de piedras, que permanece hasta hoy. Y Jehová se volvió del ardor de su ira. Y por esto aquel lugar se llama el Valle de Acor, hasta hoy.” JOSUÉ 7:16-26

Un mundo Invisible Existe un mundo más allá de nuestros sentidos. Este mundo trasciende a nuestros sentidos, no lo vemos; no lo olemos, no lo escuchamos, al menos no con nuestros sentidos tradicionales. Hay un mundo diferente al mundo físico en el cual nos desenvolvemos: es el mundo ESPIRITUAL. La palabra de Dios nos menciona este mundo; Vemos que no existen 2 cielos, sino tres: “Conozco a un hombre en Cristo, que hace catorce años (si en el cuerpo, no lo sé; si fuera del cuerpo, no lo sé; Dios lo sabe) fue arrebatado hasta el TERCER CIELO”. 2 Corintios 12:2 La Biblia nos enseña que nuestra lucha principal no es física. “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra POTESTADES, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes”. Efesios 6:12 Dios nos dice claramente que Él creó lo visible, pero también lo INVISIBLE. “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean POTESTADES; todo fue creado por medio de él y para él. Colosenses 1:16

¿Nos afecta este mundo “invisible” en lo visible? La respuesta es SI. Las bendiciones de Dios para nuestras vidas son pronunciadas en el mundo espiritual, pero nos afectan en el mundo físico. También lo inverso es válido: Aceptar a Cristo en nuestros corazones y confesarlo con nuestra boca como nuestro Señor y Salvador en el mundo físico, nos hace salvos en el mundo espiritual. Para muchos cristianos les resulta evidente y claro el entender las bendiciones de Dios y la manera positiva como nos afectan, pero no resulta evidente que las maldiciones también nos puedan afectar. Así como Dios utiliza “vehículos” para transportar la bendición por medio de la fe y la obediencia (el aceite para ungir Levítico 8:10-12, el pan y el vino, que simbolizan la el cuerpo y la sangre de Cristo, y cuya acción, produce la comunión con Dios, 1 Corintios 10:16. La observación de 1 Corintios 11:29 indica que no es la acción propiamente tal la que genera la bendición, sino como se dijo anteriormente, es la fe y la obediencia), las maldiciones también utilizan vehículos para transportar sus consecuencias en la vida de las personas. El pasaje leído en Josué nos muestra una situación clara, el pecado de Acán no sólo trajo condenación para él, sino también trajo consecuencias para toda su familia. En el mundo espiritual ocurre exactamente lo mismo: En muchos casos, nosotros vivimos o estamos viviendo consecuencias que no se han producido por nuestros propios actos, sino por una especie de “herencia”, tal y como existe la herencia genética, también existe la herencia espiritual.

Page 2: Maldiciones Generacionales

Primera iglesia Bautista “Visión del reino” Ministerio VI.A, Marzo del 2009

Así es, si tus ascendientes realizaron acciones que trajeron sobre sus vidas maldiciones, es altamente probable que te hayan transmitido esa maldición a ti, lo que hará que en tu vida es generar ataduras que probablemente NO SEPAS QUE EXISTEN, pero la ignorancia no anula consecuencia, es decir, si tú tomas la micro 611 y crees sinceramente que ésta te llevará a Reñaca, tu sinceridad no hará que el recorrido sea cambiado. De igual manera, si en tu vida existe alguna maldición o atadura que tú desconozcas, eso no hará que sus efectos sean eliminados.

¿Cómo saber si existen ataduras hereditarias en nosotros? La primera forma de saberlo es realizar una rápida revisión características obvias en el comportamiento de tu familia. Si sabes, por ejemplo, que tu abuelo fue infiel, si ves que tu papá y sus hermanos han sido infieles a sus parejas, entonces hay claramente un patrón de infidelidad, es decir, existe una herencia que de no ser cortada, te hará también ser una persona infiel a tu pareja, o tendrás una lucha constante en esa área específica. La Biblia nos dice con respecto a las maldiciones: “Como el gorrión en su vagar, y como la golondrina en su vuelo, así la maldición nunca vendrá sin causa.” Proverbios 26:2 Si notas también algún aspecto en tu vida que de continuo, y sin razón aparente te lleva de continuo al fracaso, aun cuando seas una persona responsable, aun cuando te esfuerces diariamente, este versículo nos muestra claramente que las maldiciones que producen efectos en la vida de las personas, proceden de una fuente, no son engendradas en el aire, es decir, talvez estés atado, y esta atadura esté afectando algún área de tu vida. Otro aspecto delicado es la idolatría: si algún miembro de tu familia, fue un idolatra, encontramos en la palabra de Dios que existe claramente una maldición hereditaria en esto, hasta la tercera y cuarta generación. Éxodo 20:3-5 Para el caso de las personas que sientan algo extraño en sus vidas, por ejemplo, algún patrón, como alguna enfermedad continua que no tenga explicación médica, algún problema de rebeldía contra las autoridades establecidas y que no provenga de una rebeldía generada, por ejemplo, por un papá autoritario, existe la posibilidad de encontrarnos ante una maldición hereditaria. ¿Cómo podemos confirmarlo? Una vez más, y como ha sido nuestro discurso en el último tiempo, los dones que Dios nos está entregando, se convierten en una ventana por medio de la cual podemos observar lo que acontece en el mundo espiritual, desde el mundo físico. Así, por ejemplo, los que tenemos el don de ciencia, recibimos de parte de Dios, información específica sobre las personas, que luego se ser confirmadas por la misma persona, nos permite por medio del don de sabiduría, el poder actuar de la manera correcta para la situación determinada. Otro don que actúa fuerte en esta área es el discernimiento de espíritu, pues por medio de éste, los que poseen este don pueden percibir el estado espiritual de las personas, o si existe alguna entidad espiritual que esté actuando. Talvez haya surgido en ti la siguiente pregunta: ¿Cómo es posible que nosotros siendo cristianos podamos estar sujetos a alguna maldición? Para contestar esta pregunta es necesario leer el siguiente pasaje: “Jesús, profundamente conmovido otra vez, vino al sepulcro. Era una cueva, y tenía una piedra puesta encima. Dijo Jesús: Quitad la piedra. Marta, la hermana del que había muerto, le dijo: Señor, hiede ya, porque es de cuatro días. Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios? Entonces quitaron la piedra de donde había sido puesto el muerto. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir” Juan 11:38-44 Este pasaje nos muestra una analogía de nuestro personal llamado de la muerte a la vida, la piedra que nos separa de la luz era el pecado, Jesús con su sacrificio la removió, luego nos llama y nosotros salimos, de la muerte a la vida, pero ¿Cómo salió Lázaro? Él salió atado, de pies y de manos, a pesar de ser llamado, y a pesar que Jesús tenía todo el poder para soltar sus vendajes no lo hizo. Así también salimos nosotros, y además Jesús nos deja otra enseñanza: Él le dice a los que estaban a su lado que lo desaten, es decir, Lázaro no podía desatarse sólo, él necesitó de ayuda para liberarse, igual que tú, que necesitas de ayuda para desatarte, no podrás hacerlo sólo. Si quieres liberarte de tus vendajes, pide ayuda, Dios te está mirando y quiere darte la libertad.

“Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente LIBRES”. Juan 8:36