Luces de Bohemia

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3. EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A 1936 3.1. El teatro de Valle-Inclán 1.- EL TEATRO DEL SIGLO XX. a) Los géneros literarios. El teatro como género en crisis. b) Condicionamientos comerciales. c) Cine y televisión. d) Inmediatez, oralidad, representación. 2.- EL TEATRO ESPAÑOL DEL SIGLO XX. a) Comedia burguesa. Benavente. Nobel 1922. Los intereses creados (1907). b) Drama rural. Benavente. La malquerida (1913) c) Teatro en verso (romanticismo, modernismo). Villaespesa, Marquina, los Machado. d) teatro cómico d1) Comedia costumbrista. Los Quintero. d2) Sainete. Tragedia grotesca. Arniches e) Tentativas renovadoras. Unamuno. Azorín. Gómez de la Serna. f) Valle-Inclán. Lorca. Los dos grandes autores. Renovación y clasicismo. 3.- EL TEATRO DE VALLE-INCLÁN. 3a) CARACTERÍSTICAS. - Diversidad de la obra de Valle-Inclán. Todos los géneros. - Diversidad teatral de Valle. Del drama rural gallego al esperpento pasando por la farsa, el guiñol, la tragedia. - La estética. Del modernismo al esperpentismo. 3b) OBRAS. Águila de blasón (1907) Comedias bárbaras Romance de lobos (1908) Cara de plata (1922) La cabeza del dragón Cuento de abril Farsas. Dramas Voces de gesta (1909-1920) La marquesa Rosalinda El embrujado Farsa italiana de la enamorada del rey (1920) Farsa y licencia de la reina castiza Divinas palabras Luces de bohemia Los cuernos de don Friolera (1921)

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3. EL TEATRO ESPAÑOL ANTERIOR A 1936

3.1. El teatro de Valle-Inclán

1.- EL TEATRO DEL SIGLO XX.a) Los géneros literarios. El teatro como género en crisis.b) Condicionamientos comerciales.c) Cine y televisión.d) Inmediatez, oralidad, representación.

2.- EL TEATRO ESPAÑOL DEL SIGLO XX.a) Comedia burguesa. Benavente. Nobel 1922. Los intereses creados (1907).b) Drama rural. Benavente. La malquerida (1913)c) Teatro en verso (romanticismo, modernismo). Villaespesa, Marquina, los

Machado.d) teatro cómico

d1) Comedia costumbrista. Los Quintero.d2) Sainete. Tragedia grotesca. Arniches

e) Tentativas renovadoras. Unamuno. Azorín. Gómez de la Serna.f) Valle-Inclán. Lorca. Los dos grandes autores. Renovación y clasicismo.

3.- EL TEATRO DE VALLE-INCLÁN.

3a) CARACTERÍSTICAS.- Diversidad de la obra de Valle-Inclán. Todos los géneros.- Diversidad teatral de Valle. Del drama rural gallego al esperpento pasando

por la farsa, el guiñol, la tragedia.- La estética. Del modernismo al esperpentismo.

3b) OBRAS.Águila de blasón (1907)

Comedias bárbaras Romance de lobos (1908)Cara de plata (1922)

La cabeza del dragónCuento de abril

Farsas. Dramas Voces de gesta (1909-1920) La marquesa Rosalinda

El embrujado

Farsa italiana de la enamorada del rey (1920) Farsa y licencia de la reina castizaDivinas palabrasLuces de bohemia

Los cuernos de don Friolera (1921)Martes de carnaval Las galas del difunto (1926)

La hija del capitán (1927)

C) TRASCENDENCIA DE LA OBRA DE VALLE-INCLÁN.- Imposibilidad de entender el teatro español del s. XX sin Valle y sin Lorca.- Libertad absoluta sin limitaciones escénicas ni convencionales.- Acotaciones.- Teatro de vanguardia.- Variabilidad. De lo mítico gallego al esperpento.- No doblegarse a prejuicios estéticos o sociales de público o empresarios.- Valle, un clásico.- Análisis global de la obra teatral. Distinto sería si habláramos de una obra en

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concreto Luces de bohemia, o de una parcela teatral el esperpento valleinclanesco.

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3.3. El esperpento valleinclanesco

1.- SIGNIFICACIÓN. - Persona o cosa notable por su fealdad. Extravagante, desatinado, absurdo.- Mezcla de lo trágico y lo burlesco.- Visión ácida y violentamente disconforme con la realidad.- Acentuación de lo deforme y lo absurdo.- Esperpento y expresionismo europeo.- Antecedentes: Quevedo, Goya, literatura de arrabal (sainete).- Escena XII de Luces de bohemia. Ed. Espasa-Calpe. Pags. 167, 168-170.- Escena XIV de Luces de bohemia. Ed. Espasa-Calpe. Pag. 194.- Entrevista de 1928.

"Creo que hay tres modos de ver el mundo artística o estéticamente: de rodillas, de pie, o levantado en el aire. Cuando se mira de rodillas -y esta es la posición más antigua en literatura- se da a los personajes, a los héroes, una condición superior a la condición humana, cuando menos superior a la condición del narrador o del poeta. Así, Homero atribuye a sus héroes condiciones que en modo alguno tienen los hombres. Hay una segunda manera, que es mirar a los protagonistas como si fuera el personaje de un desdoblamiento de nuestro yo, con nuestras mismas virtudes y nuestros mismos defectos. Esto es Shakespeare... Y hay otra tercera manera que es mirar el mundo desde un plano superior y considerar a los personajes como seres inferiores al autor. Los dioses se convierten en personajes de sainete. Esta es una manera muy española, manera de demiurgo, que no se cree en modo alguno hecho del mismo barro que sus muñecos. Quevedo tiene esa manera. Cervantes también. Y Goya. Por eso escribo esperpentos.

2.- LA LENGUA DEL ESPERPENTO- Riqueza y variedad de registros.- Lengua al servicio de la parodia, de la ironía.- Mezcla de lo cursi, con lo culto, con lo clásico, con lo administrativo, con lo

vulgar, con el habla madrileña castiza, con americanismos.- Arte del diálogo. Sorpresa, rapidez, agilidad.- Acotaciones. Pictoricismo. Frase nominal.- Deformación paródica y distorsión de la realidad por medio del lenguaje.- Degradación de los personajes -animalización, cosificación, muñequización-.- Contrastes. Contraste entre lo doloroso y lo grotesco.- Mordacidad, risa agria

3.- ESPERPENTOS VALLEINCLANESCOS.- TeatroLuces de bohemia (1920)

Los cuernos de don Friolera (1921)MARTES DE CARNAVAL Las galas del difunto (1926)

La hija del capitán (1927)

- Novela (Esperpentos acrecidos y trabajados con elementos que no podían darse en la forma dramática.

Tirano Banderas (1926)La corte de los milagros (1927)

EL RUEDO IBÉRICO Viva mi dueño (1928)Baza de espadas (1932)

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4) TRASCENDENCIA DE LA OBRA DE VALLE-INCLÁN.- Imposibilidad de entender el teatro español del s. XX sin Valle y sin Lorca.- Libertad absoluta sin limitaciones escénicas ni convencionales.- Teatro de vanguardia.- Variabilidad. De lo mítico gallego al esperpento.- No doblegarse a prejuicios estéticos o sociales de público o empresarios.- Valle, un clásico.

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LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Negros fusiles, matadme también con vuestros plomos!

MAX.- Esa voz me traspasa.LA MADRE DEL NIÑO.- ¡Qué tan fría, boca de nardo!MAX.- ¡Jamás oí voz con esa cólera trágica!DON LATINO.- Hay mucho de teatro.MAX.- ¡Imbécil!

El farol, el chuzo, la caperuza del sereno, bajan con un trote de madreñas por la acera.

EL EMPEÑISTA.- ¿Qué ha sido, sereno?EL SERENO.- Un preso que ha intentado fugarse.MAX.- Latino, ya no puedo gritar... ¡Me muero de rabia! Estoy mascando

ortigas. Ese muerto sabía su fin... No le asustaba, pero temía el tormento... La Leyenda Negra, en estos días menguados, es la Historia de España. Nuestra vida es un círculo dantesco. Rabia y vergüenza. Me muero de hambre, satisfecho de no haber llevado una triste velilla en la trágica mojiganga. ¿Has oído los comentarios de esa gente, viejo canalla? Tú eres como ellos, peor que ellos, porque no tienes una peseta y propagas la mala literatura, por entregas. Latino, vil corredor de aventuras insulsas, llévame al Viaducto. Te invito a regenerarte con un vuelo.

DON LATINO.- ¡Max, no te pongas estupendo!

Ramón María del Valle Inclán. Luces de bohemia. ESCENA UNDÉCIMA.

1. INTRODUCCIÓN.- Estamos ante una de las escenas fundamentales de Luces de bohemia por su valor no tanto esperpéntico como dramático y porque anuncia ya la salida de Max Estrella que morirá, después de haber formulado la teoría del Callejón del Gato, en la escena siguiente.

2. TEMA.- El dolor trágico de la madre con el niño muerto en los brazos provoca dos reacciones, por un lado la absurda de don Latino que ante una situación como esa sostiene que hay mucho de teatro, y por otro la de Max, que relaciona el momento con la otra escena dramática de Luces de bohemia, la muerte del preso catalán. La única salida del asqueado Max será el alcohol y la muerte.

3. ESTRUCTURA.- Dos partes muy diferentes conectadas entre ellas por una breve acotación de personajes cosificados. Por un lado la madre con el niño muerto en los brazos y sus comentarios, de puro dolor, poéticos con las reacciones de don Latino y Max. Por otro lado el monólogo cargado de impotencia y de rabia de Max Estrella que lo va a llevar directamente hacia la muerte.

4. SITUACIÓN.- Después de haber salido de la cárcel, visitado al ministro que le da dinero y le promete salir de la miseria, conversado con Rubén Darío y con La Vieja Pintada y La Lunares, Max, borracho, se dirige a su casa acompañado de su perro don Latino; pero se encuentra en la calle con esta mujer, con los altercados callejeros, y cambiará su destino. En la escena siguiente, la duodécima, morirá Max poco después de haber formulado la teoría del esperpento; y aunque la obra no acabe ahí --faltan todavía tres escenas--, veremos cómo se cumple el destino entre irónico y trágico del protagonista y su familia.

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5. COMENTARIO LITERARIO.- Son muchas cosas las que habría que comentar en este espléndido fragmento pero nos gustaría detenernos en las palabras de la madre del niño y en la desolación de Max.

El dolor de la madre distorsiona la lengua. La madre en una lengua que más parece poética que salida del dolor se dirige a unos fusiles personificados en los que el negro tiene todas las connotaciones negativas y les ordena que sus plomos --otra metonimia-- acaben con ella. Y cuando Max se siente traspasado por la cólera trágica de la voz de aquella mujer desafiante y loca de dolor, oye como dice, dirigiéndose a su niño muerto: ¡Qué tan fría, boca de nardo! Al gritar estas palabras rompe con la coherencia sintáctica --¡qué boca de nardo más fría tienes!-- y logra efectos que sólo el dolor, o la poesía más moderna, es capaz de transmitir.

Cuando Max oye un tableteo de ametralladoras, el empeñista le pregunta al sereno qué ha sido y éste le responde que un preso que ha intentado fugarse, Max asqueado, rodeado de muerte, con el eco desgarrador de la voz de una madre con un hijo muerto en los brazos, sólo es capaz de pensar en el preso catalán que le había anunciado que lo fusilarían y dirían que intentó fugarse e inicia un parlamento repleto de frases yuxtapuestas, aparentemente inconexas, como las que ha producido la muerte de un hijo en una madre: ¡Me muero de rabia! Estoy mascando ortigas. Ese muerto sabía su fin... La Leyenda Negra... es la Historia de España. Nuestra vida es un círculo dantesco. Rabia y vergüenza. Me muero de hambre... Al final la única salida es ir hacia el Viaducto y, otra vez confusamente, le propone al vil Don Latino regenerarse con un vuelo aunque no se sepa si ese vuelo es una invitación al suicidio --al Viaducto van a suicidarse los atraídos por el abismo-- o la continuación de la borrachera que les permitirá huir de la triste realidad.

6. CONCLUSIÓN.- Esta escena es, junto con la de la despedida del preso catalán en la escena sexta la más dramática, la más trágica, de Luces de bohemia. El esperpento, la deformación grotesca de la realidad no existe. Valle-Inclán, tan genial como siempre, dibuja el dolor, la rabia, la impotencia, en estado puro. Y eso es lo que hace que el contraste, la distorsión, sea mayor porque las consecuencias serán trágicas. Además la dimensión trágica de personajes como el preso catalán, como esta madre, como el mismo Max convierten a todos los demás más peleles, más fantoches, más papahuevos de lo que ya eran.

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EL MINISTRO.- Tome usted nota, Dieguito. ¿Dónde vives, Max?MAX.- Dispóngase usted a escribir largo, joven maestro: -Bastardillos,

veintitrés, duplicado, Escalera interior, Guardilla B- Nota. Si en este laberinto hiciese falta un hilo para guiarse, no se lo pida a la portera, porque muerde.

EL MINISTRO.- ¡Cómo te envidio el humor!MAX.- El mundo es mío, todo me sonríe, soy un hombre sin penas. EL MINISTRO.- ¡Te envidio! MAX.- ¡Paco, no seas majadero! EL MINISTRO.- Max, todos los meses te llevarán el haber a tu casa. ¡Ahora

adiós! ¡Dame un abrazo!MAX.- Toma un dedo y no te enternezcas. EL MINISTRO.- ¡Adiós, Genio y Desorden! MAX.- Conste que he venido a pedir un desagravio para mi dignidad y un

castigo para unos canallas. Conste que no alcanzo ninguna de las dos cosas, y que me das dinero y que lo acepto porque soy un canalla. No me estaba permitido irme del mundo sin haber tocado alguna vez el fondo de los Reptiles. ¡Me he ganado los brazos de su Excelencia!

Ramón del Valle-Inclán. Luces de Bohemia. Escena octava.

1.- COMENTE, DESDE UN PUNTO DE VISTA LITERARIO Y LINGÜÍSTICO LAS FRASES SUBRAYADAS.

a) Si en este laberinto hiciese falta un hilo para guiarse, no se lo pida a la portera, porque muerde . - Toda nota, además de un carácter normalmente escrito, sirve para aclarar, para dar una explicación a lo señalado. El tono irónico y burlesco del esperpento se manifiesta claramente en estas frases. Partiendo de una referencia clásica (laberinto, hilo, Ariadna) trastoca el tema en clave esperpéntica. Este laberinto no es producto del lujo, o de la ocultación, o de la imaginación, y su arquitecto no ha sido un Dédalo cualquiera, sino la miseria. La portera no es Ariadna, que se entrega por amor, tiene las características negativas del perro. A través de la mofa, de la burla, del sarcasmo nos muestra Valle una de las claves de la escritura esperpéntica: la deformación grotesca de la realidad: al mito clásico le ha aplicado el espejo cóncavo del callejón del gato y aquí está el resultado.

b) El mundo es mío, todo me sonríe, soy un hombre sin penas . - Una vez más el lenguaje está inundado de acidez, de amargura. Aunque el Ministro sea incapaz de verla. Un personaje herido, ultrajado, vilipendiado, hundido, responde diciendo lo contrario de lo que piensa, de lo que le sucede. Las claves del lenguaje esperpéntico, anunciadas en la frase anterior vuelven a repetirse.

c) Toma un dedo y no te enternezcas .- Ante el sentimentalismo barato y absurdo, ante su incomprensión, o hipocresía, Max vuelve a responder con desprecio y burla, sabiendo que no será entendido. Dar la mano implicaría franqueza, apertura. De ahí que con el dedo ofrezca desdén y parodia, frente al sentimentalismo barato de un falso amigo.

El tono dominante de estas tres frases, su clave está en la ironía despiadada. El sentido que tienen todas las palabras es contrario a lo que en puro lenguaje denotativo tendrían, su significación se va cargando de matices despectivos, burlescos, que solamente el contexto y una comprensión de las claves y del lenguaje esperpéntico podrían aclarar.

d) No me estaba permitido irme del mundo sin haber tocado alguna vez el fondo de los Reptiles. ¡Me he ganado los brazos de su Excelencia!.- Este párrafo adquiere un sentido completamente distinto, la burla se transforma en dolor, en lucidez, en drama, en tragedia. Ahora Max ya no se burla, habla en serio. Y ese es su drama, y eso explica todo el sarcasmo de las frases anteriores. Contrariado porque no había conseguido lo que se proponía, molesto por haber aceptado una sucia limosna, seguro de que va a morir pronto, siente que se traiciona por primera y única vez en su vida, que ha tocado el fondo de los Reptiles -de los que se arrastran, de los confidentes, de los delatores- y que deja de ser

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pobre y miserable, y genio, pero honrado, para seguir siendo pobre y miserable, pero sin honra, pero canalla. Por eso frente al dedo burlesco que antes ofrecía, es consciente ahora de que no debe darle la mano, sino los brazos.

En estos cuatro fragmentos se ven perfectamente reflejadas las claves lingüísticas del esperpento.

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Yo sentí toda la noche a mi lado aquel pobre cuerpo donde la fiebre ardía, como una luz sepulcral en vaso de porcelana tenue y blanco. La cabeza descansaba sobre la almohada, envuelta en una ola de cabellos negros que aumentaba la mate lividez del rostro, y su boca sin color, sus mejillas dolientes, sus sienes maceradas, sus párpados de cera velando los ojos en las cuencas descarnadas y violáceas, le daban la apariencia espiritual de una santa muy bella consumida por la penitencia y el ayuno. El cuello florecía de los hombros como un lirio enfermo, los senos eran dos rosas blancas aromando un altar, y los brazos, de una esbeltez delicada y frágil, parecían las asas del ánfora rodeando su cabeza. Apoyado en las almohadas, la miraba dormir rendida y sudorosa. Ya había cantado el gallo dos veces, y la claridad blanquecina del alba penetraba por los balcones cerrados. En el techo las sombras seguían el parpadeo de las bujías, que habiendo ardido toda la noche se apagaban consumidas en los candelabros de plata. Cerca de la cama, sobre un sillón, estaba mi capote de cazador, húmedo por la lluvia, y esparcidas encima aquellas yerbas de virtud oculta, solamente conocida por la pobre loca del molino. Me levanté en silencio y fui por ellas. Con un extraño sentimiento, mezcla de superstición y de ironía, escondí el místico manojo entre las almohadas de Concha, sin despertarla. Me acosté, puse los labios sobre su olorosa cabellera e insensiblemente me quedé dormido. Durante mucho tiempo flotó en mis sueños la visión nebulosa de aquel día, con un vago sabor de lágrimas y de sonrisas.

Ramón del Valle-Inclán. Sonata de OtoñoEd. Espasa-Calpe. Pag. 49

1. INTRODUCCIÓN.- La capacidad de Valle-Inclán para evocar, para pintar, para sugerir un ambiente, es asombrosa. Este fragmento de la Sonata de Otoño lo muestra claramente.

2. TEMA.- Descripción de Concha mientras duerme y momento que Xavier aprovecha para, incrédulo, poner bajo su almohada las yerbas que le diera la loca del molino.

3. ESTRUCTURA.- Este fragmento está estructurado en torno a dos núcleos temáticos fundamentales. El primero va desde "Yo sentí..." hasta "...parecían las asas del ánfora rodeando su cabeza; el segundo desde "Apoyado en las almohadas..." hasta "...un vago sabor de lágrimas y de sonrisas".

En el primero, el narrador, El Marqués de Bradomín, describe el cuerpo dormido, enfermo, aunque todavía no muerto, de Concha en torno a dos imágenes: un ánfora, un vaso, y la imagen de una santa yacente y consumida.

En el segundo, ante esta visión, al alba, después de que el gallo hubiera cantado dos veces, Xavier se levanta para poner bajo la almohada de Concha las yerbas de la molinera, a pesar de sus dudas sobre el efecto que podrían tener. Después de mucho tiempo el Marqués recuerda la visión de aquel día en la que se conjugan placer y dolor.

4. SITUACIÓN.- Una vez que ha llegado al Palacio y ha visto a Concha, cuando se dirige a su habitación Concha la acompaña por el laberinto del Palacio. El Marqués no la deja ir y Concha se queda a dormir en su habitación.

5. COMENTARIO.-A) Hay una visión estática, casi escultural, de Concha. ¿Cómo la

expresa Valle-Inclán?.- Al contemplar el cuerpo dormido de Concha son tres las imágenes dominantes que nos llaman la atención: a) Luz sepulcral en vaso de porcelana tenue y blanco. b) Santa consumida por la penitencia y el ayuno. c) Asas del ánfora rodeando su cabeza.

Concha se ha cosificado y es vista por Xavier como un vaso de flores, un ánfora, la que representa la parte visible del cuerpo, el busto y la cabeza con unos brazos que hacen de asa. Esta imagen sólo es contrastada por la evocación religiosa, también estática, escultural, de la santa consumida por la penitencia y el ayuno. El fondo irónico de esta visión es patente: Concha dormida, enferma, yacente, casi muerta, es vista como un florero, como una naturaleza muerta.

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B) ¿Explique la función de los adjetivos en la descripción del cuerpo de Concha?.- La visión cosificada y casi pictural de Concha está dominada por una coloración tenue, difuminada, desleída. Cada elemento del cuerpo está precisado con adjetivos que le dan una tonalidad difusa y vaga. Y todos esos colores velados, apagados, contrastan con el negro de los cabellos.

Veamos cómo adjetiva, cómo matiza, el cuerpo de Concha:

cuerpo - luz sepulcral en vaso de porcelana tenue y blanco cabellos - negrosrostro - mate lividez boca sin color (descolorida)mejillas - dolientes sienes - maceradaspárpados - de cera ojos - cuencas descarnadas y violáceascuello - lirio enfermo senos - dos rosas blancasbrazos - esbeltez delicada y frágil

La conclusión de toda la visión de los elementos del cuerpo no cubiertos por las sábanas es para Xavier muy fácil, muy elemental, Concha tiene la apariencia, aunque no lo sea, de "una santa muy bella consumida por la penitencia y el ayuno".

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6. CONCLUSIÓN: ¿QUÉ PUEDE MÁS EN SONATA DE OTOÑO: LA ÉTICA, LA ESTÉTICA, O LA IRONÍA?.- Si partimos del principio de que la ética, la coherencia, de un escritor, antes que nada, se basa en escribir bien, porque es eso y no la historia, la actualidad de lo narrado, lo importante -de la misma manera que la ética del pintor consiste en pintar bien y no necesariamente santos; y la del carpintero en hacer buenas puertas y buenas ventanas-, hemos de creer que Sonatas de Otoño es un libro profundamente ético, como toda la obra de Valle-Inclán.

Si, desde una ética tradicional, partimos de los valores morales o sociales expresados en el libro, hemos de creer que se trata de un libro amoral, si no inmoral. No hay ética que valga en la seducción y, es más, la seducción es más bella cuanto más rompe con los valores tradicionales -religiosos o sociales-: no hay seducción sin pecado, no hay seducción sin burla.

Si partimos un principio estético -aunque es tan difícil ponerse de acuerdo sobre qué es bello o no- hemos de decir que éste es el móvil principal de este libro y de casi toda la prosa valle-inclanesca: crear un modelo de prosa y de belleza, artístico, antirrealista, antiburgués, en contraste con los valores dominantes. Eso es lo que explica su "tradicionalismo y carlismo de juventud", expresado en las Sonatas y su "progresismo" de madurez expresado en los esperpentos, la serie de El ruedo ibérico y Tirano Banderas.

Si partimos del principio natural, instintivo casi, de que lo bello es la salud, y lo feo la enfermedad, de que lo agradable es lo dulce, y no lo amargo, de que lo placentero es la luz, y no la oscuridad, debemos acabar creyendo que en Sonata de Otoño, antes que la ética, e incluso que la estética, está la ironía. Las posiciones de Xavier son tan absurdas, tan descabelladas, que se convierten en inviables, que posibilitan que el lector no pueda tomarse en serio esta actitud y la vea como una profunda burla. Buena prueba de todo ello es esta visión de Concha como un vaso, como una maceta, como una porcelana, como una santa.

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-No me entristezcas haciendo que recuerde los años.-Pues confiesa que yo era muy inocente.-¡Todo lo inocente que puede ser una mujer casada!-Más, mucho más. ¡Ay! Tú fuiste mi maestro en todo.Exhaló las últimas palabras como si fuesen suspiros, y apoyó una de sus manos

sobre los ojos. Yo la contemplé, sintiendo cómo se despertaba la voluptuosa memoria de los sentidos. Concha tenía para mí todos los encantos de otro tiempo, purificados por una divina palidez de enferma. Era verdad que yo había sido su maestro en todo. Aquella niña, casada con un viejo, tenía la cándida torpeza de las vírgenes. Hay tálamos fríos como los sepulcros, y maridos que duermen como las estatuas yacentes de granito. ¡Pobre Concha! Sobre sus labios perfumados por los rezos, mis labios cantaron los primeros el triunfo del amor y su gloriosa exaltación. Yo tuve que enseñarle toda la lira: Verso por verso, todo el rosario de sonetos de Pietro Aretino. Aquel capullo blanco de niña desposada, apenas sabía murmurar el primero. Hay maridos y hay amantes que ni siquiera pueden servirnos de precursores, y bien sabe Dios que la perversidad, esa rosa sangrienta, es una flor que nunca se abrió en mis amores. Yo he preferido siempre ser el Marqués de Bradomín, a ser ese divino Marqués de Sade. Tal vez esa haya sido la única razón de pasar por soberbio entre algunas mujeres. Pero la pobre Concha nunca fue de éstas.

Ramón del Valle-Inclán. Sonata de OtoñoEd. Espasa-Calpe. Pag. 59

1. INTRODUCCIÓN.- Valle-Inclán es el creador de un nuevo don Juan, el marqués de Bradomín, feo, católico y sentimental, que se aleja bastante de los donjuanes habituales porque no es mentiroso como los de Tirso o Zorrilla, ni sádico ni perverso como los dojunajes modernos. El marqués es sólo un seductor, un iniciador en el juego amoroso. Este fragmento viene a confirmarlo.

2. TEMA.- Consideraciones sobre quién es el iniciador amoroso de Concha y naturaleza de esta y otras iniciaciones. Inocencia y aprendizaje amoroso. Bradominismo y sadismo.

3.- ESTRUCTURA.- Tres partes.a) Diálogo. El marqués maestro desde el punto de vista de Concha. Negación

hipócrita por parte de Xavier.b) Contradicción con lo expuesto anteriormente. Sentimiento del marqués como

maestro. Definición de la iniciación amorosa más allá de las convenciones sociales -matrimonio- e incluso antisociales -amante-. El caso de Concha. El bradominismo.

c) Comparación entre bradominismo -ausencia de perversión, perversión moral, soberbia- y sadismo -perversión, perversión física-.

4.- SITUACIÓN.- Después de la primera noche de amor, Xavier, inducido por Concha, reflexiona sobre su relación amorosa con ella y con otras mujeres.

5.- COMENTARIO LITERARIO

A) ¿Cómo se percibe Concha en este fragmento?.- Dado el carácter neutro de la pregunta hay tres respuestas posibles:

a) Concha, vista por sí misma, se percibe como una mujer inocente, que ha sido iniciada en el juego del amor por un don Juan inigualable. Y, sin arrepentirse, gozosa casi, encantada, reconoce la maestría del marqués.

b) El marqués, superando la negación hipócrita, o amable, de su maestría en el diálogo inicial, ve en Concha a una alumna aventajada. En esa reflexión posterior hay un reconocimiento de que esa mujer inocente, purificada "por una divina palidez de enferma" ha sabido ver en él lo que muchas otras de sus discípulas no vieron. Debe añadirse que en esa iniciación amorosa, más importante que la relación física, e incluso que la transgresión social, es la palabra, el verso erótico representado por los sonetos de Pietro Aretino. El triunfo del marqués es más moral que físico, y el amor es más poderoso que la religión, o que la muerte "sobres sus labios perfumados por los rezos, mis labios cantaron los primeros triunfos del amor y su gloriosa exaltación". Ahí es donde estriba la

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verdadera diferencia entre sadismo y bradominismo. El marqués no busca tanto la perversión, el sometimiento, como encontrar un placer más fuerte que el pecado, más fuerte que la norma social: el amor. Aunque él mismo, por su condición de hombre, de don Juan, sea insensible a sus encantos.

c) Puede deducirse una tercera visión, si partiendo del texto, entramos en el contexto general de la novela. Concha parece una pazguata que no sabía ni entendía de amores hasta que cayó en las redes de un experto no tanto en amor como en seducción. La prueba irrefutable es que el triunfo está más en saber literatura, en aprenderse de memoria, en ser capaz de enseñar "verso por verso, todo el rosario de sonetos de Pietro Aretino". En el continuo juego del amor -cosa de dos- siempre parece que se juega al ratón y al gato, al lobo y al cordero. Aquí parece que Concha es el ratón y el cordero; y el marqués, el gato y el lobo. Pero podríamos decir que es el cordero el que se le aparece al lobo, y no éste quien lo busca. Y el ratón el que invita al gato, por el puro placer de ser cazado, a que entre en la madriguera. No se sabe pues si es el maestro el que busca discípulos, o los discípulos los que van buscando desaforadamente maestro. Volviendo a los orígenes del romance: ... si dicen quién de los dos / la mayor culpa ha tenido, / digan los hombres: "¡La Cava!", / y las mujeres: "¡Rodrigo!

B) ¿Explique la función de los adjetivos en este texto?.- Si analizamos semánticamente todos los adjetivos que aparecen en el texto calificando a sustantivos (mujer casada, últimas palabras, voluptuosa memoria, encantos purificados, divina palidez, cándida torpeza, tálamos fríos, estatuas yacentes, labios perfumados, gloriosa exaltación, capullo blanco, niña desposada, rosa sangrienta, divino Marqués de Sade) podemos llegar a las siguientes conclusiones: a) Los adjetivos referentes al amor o a Concha, ya sean antepuestos o pospuestos, tienen connotaciones positivas (voluptuosa, divina, cándida, purificados, perfumados, gloriosa, blanco). b) Los adjetivos referentes a los hombres -maridos, o amantes perversos- tienen connotaciones negativas (fríos, yacentes, sangrienta). c) Los demás adjetivos son precisos y apenas añaden connotación al texto (casada, últimas, desposada). d) Sólo un adjetivo, el que califica a un rival del Marqués, el divino Marqués de Sade, maestro de perversión, está cargado en sentido positivo.

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6. CONCLUSIÓN.- ¿CUÁLES SON LOS RASGOS QUE MEJOR DEFINEN EL DONJUANISMO DEL MARQUÉS DE BRADOMÍN?.- Ya hemos intentado esbozar, a través de este comentario, las características de este don Juan feo, católico y sentimental. Y hemos visto, tal como dice el mismo marqués que él no es perverso, y que puede parecer soberbio, aunque no lo sea. Si comparamos este donjuán con otros donjuanes -cercano, aunque anterior al examen está el vizconde de Valmont de Les liaisons dangereuses- podríamos comprobar que en este valleinclanesco don Juan, si perversión hay, esta es más moral que física, que Xavier va buscando mucho más que lo quieran que querer, y que por eso es capaz de acudir a un lecho de muerte, encontrar bella la enfermedad, aparentar un amor que no tiene. Por supuesto que, conocedor de la fuerza del amor, capaz de romper barreras sociales y religiosas, nuestro marqués va buscando cómo hacer que otros, otras, transgredan la norma, busquen en el placer, y en el pecado, lo que no tienen sin él -aburrimiento, temor a la muerte-. Es muy significativo el hecho de que la seducción sea más moral, más mental, que física, que en la seducción tengan más valor las palabras, que los hechos, si no se entendería el valor que en el texto, y en toda la obra, tienen los versos eróticos de Pietro Aretino. Ya hemos dicho que nuestro marqués de Bradomín sabe que el amor es más poderoso que la religión, o que la muerte, y a ello se aplica en una persona religiosa como Concha. Ya hemos dicho que nuestro marqués de Bradomín sabe que el amor es más poderoso que todas las normas sociales -y el matrimonio es una de las más fuertes- y a ello se aplica haciendo que Concha, un capullo blanco de niña desposada, salte esa norma por amor, por placer. La duda que queda es por qué un hedonista como Xavier goza más en ver cómo gozan los demás que en gozar él mismo, por qué buscando sobre todo que lo admiren, que lo quieran, no se entrega él mismo al placer.

Frente a la tendencia general he intentado mostrar un don Juan caritativo, que va buscando más hacer el bien que otra cosa, que se consuela ayudando a lo demás con algo que él, por no se sabe qué razones, no puede tener: fe en el amor, incapacidad para amar.

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena primera

MAX.- ¡Collet, mal vamos a vernos sin esas cuatro crónicas! ¿Dónde gano yo veinte duros, Collet?

MADAMA COLLET.- Otra puerta se abrirá.MAX.- La de la muerte. Podemos suicidarnos colectivamente.MADAMA COLLET.- A mi la muerte no me asusta. ¡Pero tenemos una hija,

Max!MAX.- ¿Y si Claudinita estuviese conforme con mi proyecto de suicidio

colectivo?MADAMA COLLET.- ¡Es muy joven!MAX.- También se matan los jóvenes, Collet.MADAMA COLLET.- No por cansancio de la vida. Los jóvenes se matan por

romanticismo.MAX.- Entonces se matan por amar demasiado la vida. Es una lástima la

obcecación de Claudinita. Con cuatro perras de carbón, podíamos hacer el viaje eterno.

MADAMA COLLET.- No desesperes. Otra puerta se abrirá.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena primera

DON LATINO.- ¿Cómo están los ánimos del genio?CLAUDINITA.- Esperando los cuartos de unos libros que se ha llevado un

vivales para vender.DON LATINO.- ¿Niña, no conoces otro vocabulario más escogido para referirte

al compañero fraternal de tu padre, de ese hombre grande que me llama hermano? ¡Qué lenguaje, Claudinita!

MADAMA COLLET.- ¿Trae usted el dinero, don Latino?DON LATINO.- Madama Collet, la desconozco, porque siempre ha sido usted

una inteligencia razonadora. Max había dispuesto noblemente de ese dinero.MADAMA COLLET.- ¿Es verdad, Max? ¿Es posible?DON LATINO.- ¡No le saque usted de los brazos de Morfeo!CLAUDINITA.- Papá, ¿tú que dices?MAX.- ¡Idos todos al diablo!

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena segunda

La cueva de Zaratustra en el Pretil de los Consejos. Rimeros de libros hacen escombro y cubren las paredes. Empapelan los cuatro vidrios de una puerta cuatro cromos espeluznantes de un novelón por entregas. En la cueva hacen tertulia, el gato, el loro, el can y el librero. Zaratustra, abichado y giboso -la cara de tocino rancio y la bufanda de verde serpiente-, promueve, con su caracterización de fantoche, una aguda y dolorosa disonancia, muy emotiva y muy moderna. Encogido en el roto pelote de una silla enana, con los pies entrapados y cepones en la tarima del brasero, guarda la tienda. Un ratón saca el hocico intrigante por un agujero.

ZARATUSTRA.- ¡No pienses que no te veo, ladrón!EL GATO.- ¡Fu! ¡Fu! ¡Fu!EL CAN.- ¡Guau!EL LORO.- ¡Viva España!

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena segunda

Zaratustra entra y sale de la trastienda, con una vela encendida. La palmatoria pringosa tiembla en la mano del fantoche. Camina sin ruido, con andar entrapado. La mano, calzada con mitón negro, pasea la luz por los estantes de libros. Media cara en reflejo y media en sombra. Parece que la nariz se le dobla sobre una oreja. El loro ha puesto el pico bajo el ala. Un retén de polizontes pasea con un hombre maniatado. Sale alborotando el barrio un chico pelón montado en una caña, con una bandera.

EL PELÓN.- ¡Vi-va-Es-pa-ña!EL CAN.- ¡Guau! ¡Guau!ZARATUSTRA.- ¡Está buena España!Ante el mostrador, los tres visitantes, reunidos como tres pájaros en una rama,

ilusionados y tristes, divierten sus penas en un coloquio de motivos literarios. Divagan ajenos al tropel de polizontes, al viva del pelón, al gañido del perro y al comentario apesadumbrado del fantoche que los explota. Eran intelectuales sin dos pesetas.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena segunda

DON GAY.- He caminado por todos los caminos del mundo, y he aprendido que los pueblos más grandes no se constituyen sin una Iglesia Nacional. La creación política es ineficaz si falta una conciencia religiosa con su ética superior a las leyes que escriben los hombres.

MAX.- Ilustre don Gay, de acuerdo. La miseria del pueblo español, la gran miseria moral, está en su chabacana sensibilidad ante los enigmas de la vida y de la muerte. La Vida es un magro puchero; la Muerte, una carantoña ensabanada que enseña los dientes; el Infierno un calderón de aceite albando donde los pecadores se achicharran como boquerones; el Cielo, una kermés sin

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obscenidades, a donde, con permiso del párroco, pueden asistir las Hijas de María. Este pueblo miserable transforma los grandes conceptos en un cuento de beatas costureras. Su religión es una chochez de viejas que disecan el gato cuando se les muere.

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena cuarta

DORIO DE GADEX.- ¡Padre y Maestro Mágico, salud! MAX.- ¡Salud, Don Dorio! DORIO DE GADEX.- ¡Maestro, usted no ha temido el rebuzno literario del

honrado pueblo!MAX.- ¡El épico rugido del mar! ¡Yo me siento pueblo! DORIO DE GADEX.- ¡Yo, no!MAX.- ¡Porque eres un botarate! DORIO DE GADEX.- ¡Maestro, pongámonos el traje de luces de la cortesía!

¡Maestro, usted tampoco se siente pueblo! Usted es un poeta, y los poetas somos aristocracia. Como dice Ibsen, las multitudes y las montañas se unen siempre por la base.

MAX.- ¡No me aburras con Ibsen! PÉREZ.- ¿Se ha hecho usted crítico de teatros, Don Max?DORIO DE GADEX.- ¡Calla, Pérez!DON LATINO.- Aquí sólo hablan los genios.MAX.- Yo me siento pueblo. Yo había nacido para ser tribuno de la plebe, y me

acanallé perpetrando traducciones y haciendo versos. ¡Eso sí, mejores que los hacéis los modernistas!

DORIO DE GADEX.- Maestro, preséntese usted a un sillón de la Academia.MAX.- No lo digas en burla, idiota. ¡Me sobran méritos! Pero esa prensa

miserable me boicotea. Odian mi rebeldía y odian mi talento. Para medrar hay que ser agradador de todos los Segismundos. ¡El Buey Apis me despide como a un criado! ¡La Academia me ignora! ¡Y soy el primer poeta de España! ¡El primero! ¡Y ayuno! ¡Y no me humillo pidiendo limosna! ¡Y no me parte un rayo! ¡Yo soy el verdadero inmortal y no esos cabrones del cotarro académico! ¡Muera Maura!

LOS MODERNISTAS.- ¡Muera! ¡Muera! ¡Muera!

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena quinta

MAX.- ¡Traigo detenida a una pareja de guindillas! Estaban emborrachándose en una tasca y los hice salir a darme escolta.

SERAFÍN EL BONITO.- Corrección, señor mío.MAX.- No falto a ella, señor Delegado.SERAFÍN EL BONITO.- Inspector.MAX.- Todo y uno es lo mismo.SERAFÍN EL BONITO.- ¿Cómo se llama usted?MAX.- Mi nombre es Máximo Estrella. Mi seudónimo, Mala Estrella. Tengo el

honor de no ser Académico.SERAFÍN EL BONITO.- Está usted propasándose. Guardias, ¿por qué viene

detenido?UN GUARDIA.- Por escándalo en la vía pública y gritos internacionales ¡Está

algo briago!SERAFÍN EL BONITO.- ¿Su profesión?MAX.- Cesante.SERAFÍN EL BONITO.- ¿En que oficina ha servido usted?MAX.- En ninguna. SERAFÍN EL BONITO.- ¿No ha dicho usted que cesante?MAX.- Cesante de hombre libre y pájaro cantor. ¿No me veo interrogado,

vilipendiado, encarcelado, cacheado e interrogado?SERAFÍN EL BONITO.- ¿Dónde vive usted? MAX.- Bastardillos. Esquina a San Cosme. Palacio.UN GUINDILLA.- Diga usted casa de vecinos. Mi señora, cuando aún no lo era,

habitó un sotabanco de esa susodicha finca.MAX.- Donde yo vivo, siempre es un palacio.EL GUINDILLA.- No lo sabía. MAX.- Porque tú, gusano burocrático, no sabes nada. ¡Ni soñar!

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁN

Escena sexta

MAX.- ¿Quién eres, compañero?EL PRESO.- Un pariaMAX.- ¿Catalán?EL PRESO.- De todas partes.MAX.- ¡Paria!... Solamente los obreros catalanes aguijan su rebeldía con ese

denigrante epíteto. Paria, en bocas como la tuya, es una espuela. Pronto llegará vuestra hora.

EL PRESO.- Tiene usted luces que no todos tienen. Barcelona alimenta una hoguera de odio, soy obrero barcelonés, y a orgullo lo tengo.

MAX.- ¿Eres anarquista?EL PRESO.- Soy lo que me han hecho las leyes.MAX.- Pertenecemos a la misma iglesia.EL PRESO.- Usted lleva chalina.MAX.- ¡El dogal de la más horrible servidumbre! Me lo arrancaré para que

hablemos.EL PRESO.- Usted no es proletario.MAX.- Yo soy el dolor de un mal sueño.EL PRESO.- Parece usted hombre de luces. Su hablar es como de otros

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tiempos.MAX.- Yo soy un poeta ciego.EL PRESO.- ¡No es pequeña desgracia...! En España el trabajo y la inteligencia

siempre se han visto menospreciados. Aquí todo lo manda el dinero.

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁN

Escena sexta

MAX.- Hay que establecer la guillotina eléctrica en la Puerta del Sol.EL PRESO.- No basta. El ideal revolucionario tiene que ser la destrucción de la

riqueza, como en Rusia. No es suficiente la degollación de todos los ricos. Siempre aparecerá un heredero, y aun cuando se suprima la herencia, no podrá evitarse que los despojados conspiren para recobrarla. Hay que hacer imposible el orden anterior, y eso sólo se consigue destruyendo la riqueza. Barcelona industrial tiene que hundirse para renacer de sus escombros con otro concepto de la propiedad y del trabajo. En Europa, el patrono de más negra entraña es el catalán, y no digo del mundo porque existen las Colonias Españolas de América. ¡Barcelona solamente se salva pereciendo!

MAX.- ¡Barcelona es cara a mi corazón!EL PRESO.- ¡Yo también la recuerdo!MAX.- Yo le debo los únicos goces en la lobreguez de mi ceguera. Todos los

días, un patrono muerto, algunas veces, dos... Eso consuela.EL PRESO.- No cuenta usted los obreros que caen...MAX.- Los obreros se reproducen populosamente, de un modo comparable a

las moscas. En cambio, los patronos, como los elefantes, como todas las bestias poderosas y prehistóricas procrean lentamente. Saulo, hay que difundir por el mundo la religión nueva.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena octava

EL MINISTRO.- ¡No has cambiado...! Max, yo no quiero herir tu delicadeza, pero en tanto dure aquí, puedo darte un sueldo.

MAX.- ¡Gracias!EL MINISTRO.- ¿Aceptas?MAX.- ¡Qué remedio!EL MINISTRO.- Tome usted nota, Dieguito. ¿Dónde vives, Max?MAX.- Dispóngase usted a escribir largo, joven maestro: -Bastardillos,

veintitrés, duplicado, Escalera interior, Guardilla B- Nota. Si en este laberinto hiciese falta un hilo para guiarse, no se lo pida a la portera, porque muerde.

EL MINISTRO.- ¡Cómo te envidio el humor!MAX.- El mundo es mío, todo me sonríe, soy un hombre sin penas.EL MINISTRO.- ¡Te envidio! MAX.- ¡Paco, no seas majadero! EL MINISTRO.- Max, todos los meses te llevarán el haber a tu casa. ¡Ahora

adiós! ¡Dame un abrazo!MAX.- Toma un dedo y no te enternezcas. EL MINISTRO.- ¡Adiós, Genio y Desorden! MAX.- Conste que he venido a pedir un desagravio para mi dignidad y un

castigo para unos canallas. Conste que no alcanzo ninguna de las dos cosas, y que me das dinero y que lo acepto porque soy un canalla. No me estaba permitido irme del mundo sin haber tocado alguna vez el fondo de los Reptiles. ¡Me he ganado los brazos de su Excelencia!

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena octava

MAX.- Conste que he venido a pedir un desagravio para mi dignidad y un castigo para unos canallas. Conste que no alcanzo ninguna de las dos cosas, y que me das dinero y que lo acepto porque soy un canalla. No me estaba permitido irme del mundo sin haber tocado alguna vez el fondo de los Reptiles. ¡Me he ganado los brazos de su Excelencia!

MÁXIMO ESTRELLA, con los brazos abiertos en cruz, la cabeza erguida, los ojos parados, trágicos en su ciega quietud, avanza como un fantasma. Su Excelencia, tripudo, repintado, mantecoso, responde con un arranque de cómico viejo, en el buen melodrama francés. Se abrazan los dos. Su Excelencia, al separarse, tiene una lágrima detenida en los párpados. Estrecha la mano del bohemio, y deja en ella algunos billetes.

EL MINISTRO.- ¡Adiós! ¡Adiós! Créeme que no olvidaré este momento.MAX.- ¡Adiós, Paco! ¡Gracias en nombre de dos pobres mujeres!Su Excelencia toca un timbre. EL UJIER acude soñoliento. MÁXIMO

ESTRELLA, tanteando con el palo, va derecho hacia el fondo de la estancia, donde hay un balcón.

EL MINISTRO.- Fernández, acompañe usted a ese caballero y déjele en un coche.

MAX.- Seguramente que me espera en la puerta mi perro.EL UJIER.- Quien le espera a usted es un sujeto de edad en la antesala.MAX.- Don Latino de Hispalis: Mi perro.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena novena

Por entre sillas y mármoles llegan al rincón donde está sentado y silencioso RUBÉN DARÍO. Ante aquella aparición el poeta siente la amargura de la vida, y con gesto egoísta de niño enfadado, cierra los ojos y bebe un sorbo de su copa de ajenjo. Finalmente, su máscara de ídolo se anima con una sonrisa de cargada humedad. El ciego se detiene ante la mesa y levanta su brazo, con magno ademán de estatua cesárea.

MAX.- ¡Salud, hermano, si menor en años, mayor en prez!RUBÉN.- ¡Admirable! ¡Cuánto tiempo sin vernos, Max! ¿Qué haces?MAX.- ¡Nada!RUBÉN.- ¡Admirable! ¿Nunca vienes por aquí?MAX.- El café es un lujo muy caro, y me dedico a la taberna mientras llega la

muerte.RUBÉN.- Max, amemos la vida, y mientras podamos, olvidemos a la Dama de

Luto.MAX.- ¿Por qué?RUBÉN.- ¡No hablemos de Ella!MAX.- ¡Tú la temes, y yo la cortejo! ¡Rubén, te llevaré el mensaje que te plazca

darme para la otra ribera de la Estigia! Vengo aquí para estrecharte por última vez la mano, guiado por el ilustre camello don Latino de Hispalis. ¡Un hombre que desprecia tu poesía como si fuese académico!

DON LATINO.- ¡Querido Max, no te pongas estupendo!

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena novena

MAX.- ¿Tú eres creyente, Rubén?RUBÉN.- ¡Yo creo!MAX.- ¿En Dios?RUBÉN.- ¡Y en el Cristo! MAX.- ¿Y en las llamas del infierno? RUBÉN.- ¡Y más todavía en las músicas del Cielo!MAX.- ¡Eres un farsante, Rubén! RUBÉN.- ¡Seré un ingenuo!MAX.- ¿No estás posando? RUBÉN.- ¡No! MAX.- Para mí no hay nada tras la última mueca. Si hay algo vendré a

decírtelo.RUBÉN.- ¡Calla, Max, no quebrantemos los humanos sellos!MAX.- Rubén, acuérdate de esta cena. Y ahora mezclemos el vino con las rosas

de tus versos. Te escuchamos.RUBÉN se recoge estremecido, el gesto de ídolo evocador de terrores y

misterios. MAX ESTRELLA, un poco enfático, le alarga la mano. Llena los vasos DON LATINO. RUBÉN sale de su meditación con la tristeza vasta y enorme esculpida en los ídolos aztecas.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena décima

LA LUNARES.- Tú no sabes con cuántos trabajos. Yo miro mucho lo que hago. La Cotillona me habló para llevarme a una casa. ¡Una casa de mucho postín! No quise ir... Acostarme no me acuesto... Yo guardo el pan de higos para el gachó que me sepa camelar. ¿Por qué no lo pretendes?

MAX.- Me falta tiempo.LA LUNARES.- Inténtalo para ver lo que sacas. Te advierto que me está

gustando.MAX.- Te advierto que soy un poeta sin dineroLA LUNARES.- ¿Serías tú, por un casual, el que sacó las coplas de Joselito?MAX.- ¡Ese soy!LA LUNARES.- ¿De verdad? MAX.- De verdad LA LUNARES.- Dilas. MAX.- No las recuerdo.LA LUNARES.- Porque no las sacaste de tu sombrerera. Sin mentira, ¿cuáles

son las tuyas?MAX.- Las del Espartero. LA LUNARES.- ¿Y las recuerdas? MAX.- Y las canto como un flamenco. LA LUNARES.- ¡Que no eres capaz! MAX.- ¡Tuviera yo una guitarra! LA LUNARES.- ¿La entiendes? MAX.- Para algo soy ciego.LA LUNARES.- ¡Me estás gustando!MAX.- No tengo dineroLA LUNARES.- Con pagar la cama concluyes. Si quedas contento y quieres

convidarme a un café con churros, tampoco me niego.

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MÁXIMO ESTRELLA, con tacto de ciego, le pasa la mano por el óvalo del rostro, la garganta y los hombros. La pindonga ríe con dejo sensual de cosquillas. Quítase del moño un peinecillo gitano, y con él peinando los tufos, redobla la risa y se desmadeja.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁN

Escena duodécima

MAX.- ¡Don Latino de Hispalis, grotesco personaje, te inmortalizaré en una novela!

DON LATINO.- Una tragedia, Max. MAX.- La tragedia nuestra no es tragedia.DON LATINO.- ¡Pues algo será!MAX.- El Esperpento.DON LATINO.- No tuerzas la boca, Max.MAX.- ¡Me estoy helando!DON LATINO.- Levántate. Vamos a caminar. MAX.- No puedo. DON LATINO.- Deja esa farsa. Vamos a caminar.MAX.- Échame el aliento. ¿Adónde te has ido, Latino?DON LATINO.- Estoy a tu lado. MAX.- Como te has convertido en buey, no podía reconocerte. Échame el

aliento, ilustre buey del pesebre belenita. ¡Muge, Latino! Tú eres el cabestro, y si muges vendrá el Buey Apis. Le torearemos.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁN

Escena duodécima

MAX.- Los ultraístas son unos farsantes. El esperpentismo lo ha inventado Goya. Los héroes clásicos han ido a pasearse al callejón del Gato.

DON LATINO.- ¡Estás completamente curda! MAX.- Los héroes clásicos reflejados en los espejos cóncavos dan el

Esperpento. El sentido trágico de la vida española sólo puede darse con una estética sistemáticamente deformada.

DON LATINO.- ¡Miau! ¡Te estás contagiando!MAX.- España es una deformación grotesca de la civilización europea.DON LATINO.- ¡Pudiera! Yo me inhibo.MAX.- Las imágenes más bellas en un espejo cóncavo son absurdas.DON LATINO.- Conforme. Pero a mí me divierte mirarme en los espejos de la

calle del Gato.MAX.- Y a mí. La deformación deja de serlo cuando está sujeta a una

matemática perfecta. Mi estética actual es transformar con matemática de espejo cóncavo las normas clásicas.

DON LATINO.- ¿Y dónde está el espejo?MAX.- En el fondo del vaso. DON LATINO.- ¡Eres genial! ¡Me quito el cráneo!MAX.- Latino, deformemos la expresión en el mismo espejo que nos deforma

las caras y toda la miserable vida de España. DON LATINO.- Nos mudaremos al callejón del Gato.MAX.- Vamos a ver qué palacio está desalquilado. Arrímame a la pared.

¡Sacúdeme!

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DON LATINO.- No tuerzas la boca.MAX.- Es nervioso. ¡Ni me entero! DON LATINO.- ¡Te traes una guasa!MAX.- Préstame tu carrik. DON LATINO.- ¡Mira cómo me he quedado de un aire! MAX.- No me siento las manos y me duelen las uñas. ¡Estoy muy malo! DON LATINO.- Quieres conmoverme, para luego tomarme la coleta.MAX.- Idiota, llévame a la puerta de mi casa y déjame morir en paz.

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁN

Escena décimacuarta

RUBÉN.- Marqués, la muerte muchas veces sería amable si no existiese el terror de lo incierto. ¡Yo hubiera sido feliz hace tres mil años en Atenas!

EL MARQUÉS.- Yo no cambio mi bautismo cristiano por la sonrisa de un cínico griego. Yo espero ser eterno por mis pecados.

RUBÉN.- ¡Admirable! EL MARQUÉS.- En Grecia quizá la vida fuese más serena que la vida nuestra...RUBÉN.- ¡Solamente aquellos hombres han sabido divinizarla!EL MARQUÉS.- Nosotros divinizamos la muerte. No es más que un instante la

vida, la única verdad es la muerte... Y de las muertes, yo prefiero la muerte cristiana.

RUBÉN.- ¡Admirable filosofía de hidalgo español! ¡Admirable! ¡Marqués, no hablemos más de ella!

Callan y caminan en silencio. LOS SEPULTUREROS, acabada de apisonar la tierra, uno tras otro, beben a chorro de un mismo botijo. Sobre el muro de lápidas blancas, las dos figuras acentúan su contorno negro. RUBÉN DARÍO y EL MARQUÉS DE BRADOMÍN se detienen ante la mancha oscura de la tierra removida.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁN

Escena décimacuarta

Las sombras negras de LOS SEPULTUREROS -al hombro las azadas lucientes- se acercan por la calle de tumbas. Se acercan

EL MARQUÉS.- ¿Serán filósofos, como los de Ofelia? RUBÉN.- ¿Ha conocido usted alguna Ofelia, Marqués?EL MARQUÉS.- En la edad del pavo todas las niñas son Ofelias. Era muy pava

aquella criatura, querido Rubén. ¡Y el Príncipe, como todos los príncipes, un babieca!

RUBÉN.- ¿No ama usted al divino William? EL MARQUÉS.- En el tiempo de mis veleidades literarias, lo elegí por maestro.

¡Es admirable! Con un filósofo tímido y una niña boba en fuerza de inocencia ha realizado el prodigio de crear la más bella tragedia. Querido Rubén, Hamlet y Ofelia, en nuestra dramática española, serían dos tipos regocijados. ¡Un tímido y una niña boba! ¡Lo que hubieran hecho los gloriosos hermanos Quintero!

RUBÉN.- Todos tenemos algo de Hamletos. EL MARQUÉS.- Usted, que aún galantea. Yo, con mi carga de años, estoy más

próximo a ser la calavera de Yorik.UN SEPULTURERO.- Caballeros, si ustedes buscan salida, vengan con

nosotros, se va a cerrar.EL MARQUÉS.- Rubén, ¿qué le parece a usted quedarnos dentro?RUBÉN.- ¡Horrible!EL MARQUÉS.- Pues entonces sigamos a estos dos.

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Luces de BohemiaVALLE-INCLÁN

Escena décimacuarta

OTRO SEPULTURERO.- ¡Y habrá usted visto muchos entierros!EL MARQUÉS.- Si no sois muy antiguos en el oficio, probablemente más que

vosotros. ¿Y se muere mucha gente esta temporada?UN SEPULTURERO.- No falta faena. Niños y viejos.OTRO SEPULTURERO.- La caída de la hoja siempre trae lo suyo.EL MARQUÉS.- ¿A vosotros os pagan por entierro?UN SEPULTURERO.- Nos pagan un jornal de tres pesetas, caiga lo que caiga.

Hoy, a como está la vida, ni para mal comer. Alguna otra cosa se saca. Total, miseria.

OTRO SEPULTURERO.- En todo va la suerte. Eso lo primero.UN SEPULTURERO.- Hay familias que al perder un miembro, por cuidarle la

sepultura, pagan uno o dos o medio. Hay quien ofrece y no paga. Las más de las familias pagan los primeros meses. Y lo que es el año, de ciento, una. ¡Dura poco la pena!

EL MARQUÉS.- ¿No habéis conocido ninguna viuda inconsolable?UN SEPULTURERO.- ¡Ninguna! Pero pudiera haberla.EL MARQUÉS.- ¿Ni siquiera habéis oído hablar de Artemisa y Mausoleo?UN SEPULTURERO.- Por mi parte, ni la menor cosa.OTRO SEPULTURERO.- Vienen a ser tantas las parentelas que concurren a

estos lugares, que no es fácil conocerlas a todas.Caminan muy despacio. RUBÉN, meditabundo, escribe alguna palabra en el

sobre de una carta. Llegan a la puerta. Rechina la verja negra. EL MARQUÉS, benevolente, saca de la capa su mano de marfil y reparte entre los enterradores algún dinero.

EL MARQUÉS.- No sabéis de mitología, pero sois dos filósofos estoicos. Que sigáis viendo muchos entierros.

Luces de BohemiaVALLE-INCLÁNEscena última

LA PERIODISTA.- ¡Heraldo de Madrid! ¡Corres! ¡Heraldo! ¡Muerte misteriosa de dos señoras en la calle de Bastardillos! ¡Corres! ¡Heraldo!

DON LATINO rompe el grupo y se acerca al mostrador huraño y enigmático. En el círculo luminoso de la lámpara, con el periódico abierto a dos manos, tartamudea la lectura de los títulos con que adereza el reportero el suceso de la calle Bastardillos. Y le miran los otros con extrañeza burlona, como a un viejo chiflado.

LECTURA DE DON LATINO.- El tufo de un brasero. Dos señoras asfixiadas. Lo que dice una vecina. Doña Vicenta no sabe nada. ¿Crimen o suicidio? ¡Misterio!

EL CHICO DE LA TABERNA.- Mire usted si el papel trae los nombres de las gachís, Don Latí.

DON LATINO.- Voy a verlo.EL POLLO.- ¡No se cargue usted la cabezota, tío lila!LA PISA-BIEN.- Don Latí, vámonos.EL CHICO DE LA TABERNA.- ¡Aventuro que esas dos sujetas son la esposa y la

hija de don Máximo!DON LATINO.- ¡Absurdo! ¿Por qué habían de matarse?PICA LAGARTOS.- ¡Pasaban muchas fatigas!DON LATINO.- Estaban acostumbradas. Solamente tendría una explicación. ¡El

dolor por la pérdida de aquel astro!

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PICA LAGARTOS.- Ahora usted hubiera podido socorrerlas.DON LATINO.- ¡Naturalmente! ¡Y con el corazón que yo tengo, Venancio!PICA LAGARTOS.- ¡El mundo es una controversia!DON LATINO.- ¡Un esperpento!BORRACHO.- ¡Cráneo previlegiado!