L´OSSERVATORE ROMANO. 22 Abril 2012

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    Nmero suelto 1,00. Nmero atrasado

    LO S S E RVATOR E ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLA

    Non praevalebunt

    Ao XLIV, nmero 17 (2.260) Ciudad del Vaticano 22 de abril d

    En su cumpleaos y aniversario de pontificado Benedicto XVI pide oracin para perseverar en su servicio a Cristo y a la Iglesi

    Fiesta en familia

    El Papa Benedictono est solo

    En la imagen superior, los nios b varos, con sus trajes tpicos, felicitan a Benedicto XVIencuentro de la sala Clementina. En la inferior, el Santo Padre en medio de los fieles al ll

    a la audiencia general del mircoles 19 de abril, sptimo aniversario de su pontificado. En pinteriores ofrecemos amplia informacin, as como las palabras pronunciadas por el Pap

    GI O VA N N I MARIA VIAN

    Comienza el octavo ao de pontifi-cado de Benedicto XVI, elegido el 19de abril de 2005, a los setenta yocho aos, en menos de un da enel cnclave ms numeroso de losque se han reunido en la historia.Una fecha celebrada con alegra yprecedida de aquella, tradicional-mente privada, del 85 cumpleaos,que sin embargo no se celebraba enla serie de los Papas desde 1895 yque, por tanto, se ha festejado conms calor del acostumbrado.

    Con ocasin de estas fiestas deabril se multiplican, por consiguien-te, las alegras y las felicitaciones,llegadas de todo el mundo para ex-presar un afecto y una estima gene-rales, no previsibles en esta medidaen el momento de la eleccin. Enefecto, no conviene olvidar el c-mulo de prejuicios, e incluso deoposiciones, con que la rapidsimaeleccin de los cardenales fue acogi-da en distintos ambientes, incluso

    catlicos. Prejuicios y oposicionesque respecto del cardenal Ratzingerse remontaban al menos a mediadosde los aos ochenta, pero que deningn modo correspondan a suverdadera personalidad.

    El sucesor de Juan Pablo II queasimismo haba sido su colaboradorms autorizado, casi inmediatamen-te llamado a Roma por el Papa po-laco, tambin l objeto de hostili-dad fue contrapuesto a l, segnestereotipos manidos. Un pontifica-do que se inici, por tanto, de subi-da y que el Pontfice ha sabidoafrontar da tras da con lcida y

    paciente serenidad, demostrada yael 24 de abril cuando pidi a losfieles oraciones para no huir, pormiedo, ante los lobos.

    Aquella homila fue la primera deuna serie ya larga, que por limpidez

    y profundidad no desmerecer al la-do de las predicaciones de san LenMagno, las primeras que se conser-van de un obispo de Roma, caracte-rizadas por un equilibrio ejemplarentre herencia clsica y novedadcristiana, anlogamente a la inten-cin del Papa Benedicto de moverseen armona entre razn y fe. Paradirigirse y hablar a todos, como su-giri en el encuentro de Ass la invi-tacin hecha por primera vez, uncuarto de siglo despus de la quehizo Juan Pablo II a los creyentestambin a los no creyentes, paraanunciar el Evangelio al mundo deh o y.

    As sucedi tambin con la homi-la en la misa del da de su cum-pleaos que coincide con la de suBautismo, el Sbado Santo de1927 cuando Benedicto XVI hablde los santos recordados en el ca-lendario litrgico, Bernardita Soubi-rous y Benito Jos Labre, de Mara,la madre de Dios, y del agua purade la verdad, de la que el mundotiene tanta sed, a menudo sin saber-lo. Amigos invisibles, pero no porello menos reales, cuya cercanasiente el Papa en la comunin delos santos. Del mismo modo quesiente la amistad de tantos que re-zan cada da por l, o que al menoslo miran con simpata, escuchandocon atencin sus palabras.

    Fiesta de cumpleaos bvara paraBenedicto XVI, a quien el lunes 16 deabril felicit por su 85 cumpleaosuna delegacin de autoridades civilesy religiosas, y fieles procedentes desu tierra de origen. Fiesta en familia,por tanto, para una jornada que elPapa quiso iniciar con la misa en laCapilla Paulina, concelebrada por al-gunos de sus ms ntimos colabora-dores entre ellos los cardenales Ber-tone, secretario de Estado, y Sodano,decano del Colegio cardenalicio, elcual le asegur, en nombre de todoslos purpurados, la cercana y la grati-tud por su servicio de amor ypor una representacin de cardenales,

    obispos y prelados alemanes, ellos su hermano Georg. En ldiencia general del mircoles abril, el Santo Padre dio las gratodos los que lo han felicitado sptimo aniversario de su eleccla ctedra de Pedro y aadi: Odo que me sostengis siemprevuestras oraciones, a fin de quela ayuda del Espritu Santo,perseverar en mi servicio a Crisla Iglesia. El domingo preceen su saludo en lengua francespus del Regina caeli, haba ptambin el apoyo de la oracinque el Seor le d la fuerzacumplir la misin que le ha con

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    LOSSERVATORE ROMANOEDICIN SEMANAL

    Unicuique suum

    EN LENGUA ESPAOLANon praevalebunt

    00120 Ciudad del Vaticanoe d .es p a n o l a @ o s s rom .v a

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    GI O VA N N I MARIA VIANdirector

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    pgina 2 LOSSERVATORE ROMANO domingo 22 de abril de 2012, nm

    Mensaje de Benedicto XVI con ocasin del V centenario de la ostensin de la Tnica sagrada en Trveris

    Dignidad e integridadpara una Iglesia fiel a los orgenes

    La Tnica sagrada es la imagen siempre viva de una Iglesia unida que, fiel asus orgenes, en la humildad y en la dignidad, sigue atrayendo a los creyentes. Loescribe el Papa en el mensaje enviado a monseor Stephan Ackermann, obispo de

    Trveris (Repblica federal de Alemania), con ocasin de las celebraciones deapertura de la peregrinacin a la Tnica sagrada, en el V centenario de suostensin pblica. El cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregacin para losobispos, enviado especial de Benedicto XVI a las celebraciones, ley el mensaje

    papal el viernes 13 de abril en la catedral de Trveris.

    La homila del cardenal Ouellet

    Unidad ms all de las divisiones

    A mi venerado hermano

    STEPHAN ACKERMANNObispo de Trveris

    En estos das, en la gran catedral deTrveris, tiene lugar la ostensin dela Tnica sagrada, exactamente qui-nientos aos despus de su primeraexposicin pblica por obra del ar-zobispo Richard von Greiffenklau,de acuerdo con el deseo del empera-dor Maximiliano I, abriendo el altarmayor. En esta ocasin especial,tambin yo me hago peregrino, conel pensamiento, en la antigua y ve-nerable ciudad episcopal de Trveris,para sumarme, en cierto sentido, algrupo de fieles que, en las prximassemanas, participarn en la peregri-nacin a la Tnica sagrada. A usted,excelencia, a los hermanos en el mi-nisterio episcopal all presentes, a lossacerdotes y a los diconos, a los re-

    ligiosos y a las religiosas, y a todoslos que se encuentran reunidos en lacatedral de Trveris para la aperturade la peregrinacin, deseo asegurar-les la cercana fraterna del Sucesorde Pedro.

    Desde la primera ostensin, en elao 1512, la Tnica sagrada atrae ha-cia s a los fieles, porque esta reli -quia hace presente uno de los mo-mentos ms dramticos de la vidaterrena de Jess, su muerte en cruz.En ese contexto, la divisin de losvestidos del Crucificado entre lossoldados podra parecer solamenteun episodio marginal, a l que losEvangelios sinpticos aluden slo depaso. El evangelista san Juan, sinembargo, desarrolla este aconteci-miento con cierta solemnidad. Es elnico que llama la atencin sobre la

    tnica, que era sin costura, tejidatoda de una pieza de arriba abajo(19, 23) . As nos hace explcito elacontecimiento y, gracias a la reli-quia, nos ayuda a contemplar con feel misterio de la salvacin.

    La tnica, nos dice san Juan, esta-ba tejida toda de una pieza. Los sol-dados, segn la costumbre romana,se dividen como un botn las pobrescosas del crucificado, pero no quie-ren desgarrar la tnica. La echan asuerte y de este modo permaneceentera. Los Padres de la Iglesia venen este pasaje la unidad de la Igle-sia; est unida como nica e indivisacomunidad por el amor de Cristo.La Tnica sagrada quiere hacernosvisible todo esto. El amor del Salva-dor vuelve a unir lo que est dividi-do. La Iglesia es una en muchos.

    Cristo no disuelve la pluralidad delos hombres, sino que los une en suser los unos para los otros y con losotros tpico de los cristianos, hasta elpunto de que ellos mismos puedenllegar a ser, de varias maneras, me-

    diadores los unos para los otros res-pecto de Dios.

    La tnica de Cristo est tejida

    toda de una pieza de arriba abajo(Jn 19, 23). Tambin esta es unaimagen de la Iglesia, que no vivepor s misma, sino por Dios. Comocomunidad nica e indivisa, es obrade Dios, no producto de los hom-bres y de sus capacidades. Al mismotiempo, la Tnica sagrada quiere ser,por decirlo as, una advertencia a laIglesia para que permanezca fiel asus orgenes, para que tome concien-cia de que, en el fondo, su unidad,su consenso, su eficacia, su testimo-nio slo pueden ser creados porDios, slo pueden ser dados porDios. nicamente cuando Pedroconfes: T eres el Cristo (cf. Mt16, 16), recibi el poder de atar y de-satar, por lo tanto, el servicio en fa-vor de la unidad de la Iglesia.

    Y, por ltimo, la Tnica sagrada

    no es una toga, un vestido elegante,que expresa un papel social. Es unvestido modesto, que sirve para cu-brir y proteger a quien lo lleva, con-servando su intimidad. Este vestidoes el don indiviso del Crucificado ala Iglesia, que l ha santificado consu Sangre. Por esto, la Tnica sagra-da recuerda la dignidad propia de laIglesia. Sin embargo, cuntas vecesvemos en qu frgiles vasijas (cf. 2Co 4, 7) llevamos nosotros el tesoroque el Seor nos ha confiado en suIglesia, y cmo, a causa de nuestro

    egosmo, de nuestras debilidaerrores, queda herida la integdel Cuerpo de Cristo! Hace

    una disposicin constante a laversin y a la humildad paraal Seor con amor y con verdamismo tiempo, la particulardad e integridad de la Iglespuede quedar expuesta y entral ruido de un juicio sumariparte de la opinin pblica.

    La peregrinacin jubilar tienmo lema, que es tambin unacacin al Seor, Vuelve a uque est dividido. No quepermanecer inmviles en el miento. Queremos pedir al que nos gue en el camino deque reviva en nosotros sus codos. As los cristianos, al crecetos en la fe, en la oracin y en timonio, tambin podremos recer, en medio de las pruebnuestro tiempo, la magnificenc

    bondad del Seor. Por esto, a y a todos los que en estas sede fiesta se dirijan en peregrina la Tnica sagrada en Trverimparto de corazn la benap ostlica.

    Vaticano, Viernes Santo,abril de 2012

    La peregrinacin que empieza hoy tiene lugar en un tiempo en el qfe se pone en discusin y la Iglesia, no slo en Alemania, es desestada por crisis profundas. Fueron palabras del cardenal Marc Ouellrante la celebracin del vienes 13 de abril en la catedral de Trveris. chas personas buscan una orientacin para la propia vida constatperegrinacin a la Tnica sagrada quiere ser una profesin de Cristo

    verdadera peregrinacin hacia Cristo: desea mostrar qsucristo y la comunin con l son un tesoro para todhombres. Precisamente hoy es sensato e importante. Dcho tambin el lema elegido para las jornadas expresacesidad de contemplar al Seor e invita a buscar suna salvfica, a escuchar su mensaje de redencin y, en lcesidades de los tiempos, a dirigirse a l con todas lascupaciones personales: Seor, reconduce a la unidad lest dividido.

    Con tales palabras lo que est dividido Cristoel dedo en la llaga de una situacin deplorable de ltenemos que responder. Para dividir los hombres somtnticos maestros!. Todo esto, como subray el purpuvale para la divisin de los cristianos en confesiones sdas, que se hallan en tan evidente contradiccin con

    luntad y con la pesarosa plegaria de Jess; vale paproblemas globales: hambre y pobreza, que obliganvez ms a las personas a separarse de la familia y de tria; vale para la corrupcin de los grandes, quienes,afn de dinero y poder, piensan slo en su proprio beny no en la responsabilidad que tienen hacia los dems

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    nmero 17, domingo 22 de abril de 2012 LOSSERVATORE ROMANO p

    El peridico del Papa en cien editoriales

    Cuando la fe genera cultura

    Pablo VI con Jean Guitton en Castelgandolfo en 196

    Un peridico cuya propuesta cultural, entendcomo expresin de lo humanum, estimulaconstantemente al lector al encuentroy a la reflexin

    Inauguracin en el Senado de Italia de la exposicin, el pasado7 de marzo, con ocasin del 150 aniversario del Estadounitario y de LOsservatore Romano. De izquierda a derecha,el presidente del Senado, Renato Schifani; el cardenal secretariode Estado, Tarcisio Bertone; el presidente de la Repblica,Giorgio Napolitano; y el director de nuestro peridico.

    gran perspectiva y actualidad, cuya lectura reco-miendo vivamente.

    Con todo, quiero hacer referencia a otro textomontiniano que, desde un punto de vista diferen-te, sugiere a mi entender una perspectiva adecua-da para comprender la singularidad de la aporta-

    cin que LOsservatore Romano ofrece msque nunca a la actual sociedad plural.Es un breve escrito, publicado en 1946, al final

    de la segunda guerra mundial, como introduccina una voluminosa obra de presentacin del Esta-do de la Ciudad del Vaticano (cf. Vaticano, a car-go de Giovanni Fallani y Mario Escobar, G. C.Sansoni, Florencia 1946, VII-XIII. Publicado enInstituto Pablo VI. N o t i c i e ro n. 17, 11-16). Aunquelos responsables del noticiero del Instituto PabloVI quisieron presentarlo en el mismo cuaderno einmediatamente antes del artculo citado, en eltexto no aparece una referencia explicita a LO s-servatore Romano; al describir las peculiaridadesdel Vaticano, nos ayuda sin embargo a captar laaportacin especfica del diario, tal como se pue-de deducir tambin de la lectura de los editorialespublicados.

    En una prosa elegante y refinada, Montini co-mienza dirigindose expresamente al lector quevisita el Estado pontificio, y trata de situarlo in-mediatamente ante la singularidad de lo que tieneante sus ojos: Seas quien seas (), al acercarte ala inmensa baslica de San Pedro, obra de Miguelngel, y a los solemnes edificios que la rodean,no podrs menos de plantearte una imperiosapregunta: qu inters tiene hoy para nosotros elVaticano? (ib., 11), deduciendo que frente al Va-ticano no es posible permanecer indiferentes, yconcluyendo: Observar y definir: aqu est quizla diferencia psicolgica de la visita a la Ciudaddel Vaticano con la visita a cualquier otro granmonumento de la antigedad, el Foro romano, lasPirmides, el Partenn, los restos de Nnive, o dela civilizacin de los Incas. Para estos basta obser-var; aqu tambin es necesario definir. Aqu hayalgo que ha sobrevivido, algo presente, que mere-ce un juicio, que exige un encuentro, que imponeuna reflexin, un esfuerzo interior, una sntesis es-piritual (ib.).

    Acaso LOsservatore Romano no estimulaal lector a este mismo definirse, a esta necesi-dad de juzgar, a este encuentro, a esta re-

    flexin, a lo que, con lenguaje propio de sutiempo, Montini llama esfuerzo interior y sn-tesis espiritual? A m me parece que la propuestacultural entendida en el sentido propio del tr-

    La ciudad italiana de Miln acogi el viernes 13 deabril por la tarde la presentacin organizada por laFundacin Corriere della Sera del libro Unosguardo cattolico. Centro editoriali dellO s s e r v a t o reRomano (Vita e Pensiero, Miln, 2011). P re s e n t a rLOsservatore Romano y su mirada catlica: con es-

    tas palabras escritas en la introduccin del volumen,nuestro director explica el sentido del libro y la selec-cin de los cien editoriales que lo componen. Publica-do con ocasin del 150 aniversario del peridico delPapa, el volumen se present en Roma, en la emba-jada de Italia ante la Santa Sede, el pasado 19 dediciembre en presencia del arzobispo DominiqueMamberti, secretario para las relaciones con los Esta-dos. Por su parte, en la presentacin en Miln parti-cip su cardenal arzobispo Angelo Scola, cuya inter-vencin publicamos.

    ANGELO SCOLA

    C onsiderando la publicacin que se presentahoy, y antes an el volumen Singolarissi-mo giornale. I 150 anni dellO sservatoreRomano, que constituye un marco valioso paracomprender mejor la riqueza de esta seleccin decien editoriales de la cabecera vaticana publica-dos en los ltimos cuatro aos, es decir, desde

    que, con el nmero del 28 de octubre de 2007, seinici la actual renovacin del diario (p. XIV), undato histrico ha suscitado de modo especial micuriosidad. Se trata del singular vnculo que unia Giovanni Battista Montini antes, y Pablo VIdespus, a LOsservatore Romano. Y no podaser de otra manera, teniendo en cuenta la finasensibilidad cultural y de mirada verdaderamentecatlica que, desde el inicio de su itinerario sacer-dotal, caracterizaron al joven monseor bresciano.

    Valdra la pena volver a tomar en la mano eltexto citado por el actual director, Giovanni Ma-ria Vian, en su introduccin al volumen. Me refie-ro al artculo Las dificultades de LOsservatore Ro-mano, publicado el 1 de julio de 1961 en el nme-ro especial que sali con ocasin del centenariode su fundacin, por el entonces arzobispo deMiln. Es un artculo conocido, muy agudo, de

    narrarse y dejarse narrar que inevitablemerequiere en una sociedad plural para tenmximo reconocimiento recproco.

    En el artculo de Montini antes citado, ero arzobispo de Miln y Pontfice hablabaotras cosas, de derechos de Dios y de la concia humana (Va t i c a n o, p. 13). La frmula lrechos de Dios y de la conciencia humanama los dos lemas presentes en la cabeceLOsservatore: uno religioso (non praevaly el otro laico (unicuique suum), como papresar la unidad entre Dios y el hombrepropuesta de la verdad y del bien de la codad humana. La expresin montiniana, quere describir la tara pastoral del Sucesor de anticipa con los hechos de modo proftico seanza de la declaracin conciliar Dignitatmanae, con la que el Vaticano II ense qderechos de Dios y los de la conciencia hude ninguna manera estn en contradiccin.

    Releer los cien editoriales del volumensguardo cattolico constituye una confirmaciesta verdad.

    zndola, como acontece de modo dolorosaclamoroso en los fundamentalismos integ

    con frecuencia violentos.Entre fe y cultura se crea una especie de chermenutico: ininterrumpidamente de la fcultura/s y de la cultura/s a la fe. Este crcintegra en uno ms amplio, pero caractepor el mismo doble movimiento centrfugo-cpeto, propio del binomio evangelizacin/inracin puesto de relieve a partir de la Evnuntiandi (cf. n. 20).

    A m me parece que el valor de los editoy ms en general de la nueva fase de LO store Romano, consiste en situarlos adecmente dentro de este gran desafo planteadel crculo fe-cultura/s para ayudar a los leque, no lo olvidemos, estn diseminados pdo el mundo a vivir una autntica expereclesial. La internacionalidad, el ecumenismdilogo interreligioso, los grandes temas biotica y de la ciencia, de la economa, as el recurso a colaboradores cur-iosos del mexponentes de otras confesiones y religionescos, dando un peso especial a las mujeres,

    briendo los rasgos que, sin quitar su aspLOsservatore Romano, por lo dems bienmitado por la oficialidad y la autoridad, lovierten en un instrumento precioso del nec

    mino, es decir, como expresin de lo hu-manum ofrecida a diario por LO sser-vatore, estimula a todos a un compromi-so de este gnero.

    Con palabras del entonces cardenalRatzinger podramos decir que LO sser-vatore, y obviamente sus editoriales demodo emblemtico, son expresin de loque significa que la fe genera cultura. Dehecho, deca el entonces prefecto de la Congrega-cin para la doctrina de la fe en una clebre lectioa las Conferencias episcopales asiticas, no existela fe desnuda o la religin pura. En trminos con-cretos, cuando la fe dice al hombre quin es l ycmo debe comenzar a ser hombre, la fe crea cul-tura. La fe es en s misma cultura (Cristo, la fedee la sfida delle culture , en Nuova Umanit 16

    [1994] n. 6, 95-118, aqu 103).Conviene, al respecto, aadir una importanteconsideracin sobre el nexo entre fe y cultura/s. Apartir del momento en que la fe se convierte encultura, se expone inevitablemente a otro singularproceso, caracterizado en cierto sentido por unmovimiento opuesto al primero. Aunque el movi-miento fe-cultura es centrfugo, suscita un movi-miento centrpeto a partir de cmo las culturas dehecho interpretan la fe que se explaya en toda sudimensin pblica. Las culturas, porque de cultu-ras se debe hablar en una sociedad plural como lanuestra, in te r pret a n la fe mostrando as su rele-vancia histrica. Lo hacen de varias maneras, nosiempre respetando su verdadera naturaleza, muya menudo reducindola, o incluso instrumentali-

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    En la perspectiva de la continuidad con la tradicin de la Iglesia

    De Benedicto XVI el virajeen los estudios sobre el Concilio

    Por un futuro ecumnico del VaticanoII. Tal es el tema sobre el que se cele-br, el 29 de marzo, una jornada de

    estudio en el Instituto de estudios ecu-mnicos San Bernardino, de Venecia.Publicamos amplios pasajes de una delas intervenciones.

    RICCARD O BURIGANA

    La constitucin dogmtica Dei Ver-bum, de cuya elaboracin fui testigoparticipando personalmente comojoven telogo en los intensos deba-tes que la acompaaron, empiezacon una frase de profundo significa-do: Dei Verbum religiose audiens et

    fidenter proclamans, Sacrosancta Syno-dus... (LOsservatore Romano, edi-cin en lengua espaola, 23 de sep-tiembre de 2005, p. 3). Me agrada ini-ciar mi intervencin retomando las pa-labras pronunciadas por Benedicto XVI,el 16 de septiembre de 2005, con oca-

    sin de la audiencia concedida a losparticipantes en el congreso internacio-nal organizado por la Federacin b-blica catlica y el Consejo pontificio pa-ra la promocin de la unidad de loscristianos en el 40 aniversario de la

    promulgacin de la constitucin DeiVe r b u m , uno de los documentos msimportantes del concilio Vaticano II.

    En ese discurso, Benedicto XVIpondera el valor del Vaticano II. Enefecto, tambin por el impulso quedio la constitucin dogmtica DeiVe r b u m se ha llevado a cabo unarenovacin en la vida de la Iglesia,sobre todo en la predicacin, en lacatequesis, en la teologa, en la espi-ritualidad e incluso en el caminoecumnico (ib.), lo cual remite alltimo captulo de la Dei Verbum. Almismo tiempo, el Papa invita a refle-

    xionar sobre la importancia de la lec-tio divina, destacando la profundacontinuidad entre la constitucin delConcilio sobre la divina revelacin yla tradicin bimilenaria de la Iglesia.

    Estas palabras tan relevantes so-bre el significado del Vaticano II pa-ra el pasado y para el presente de laIglesia forman parte de las nume-rosas intervenciones que el Papa hadedicado al Concilio en estos aos,hasta nuestros das, si tenemos encuenta los discursos durante su viajea Mxico y a Cuba. Entre las inter-venciones de Benedicto XVI convienerecordar su discurso a la Curia, conocasin de la presentacin de las fe-licitaciones navideas (22 de diciem-bre de 2005), en el que se planteabaen trminos sumamente claros lacuestin hermenutica del Concilio:Se han confrontado dos hermenu-ticas contrarias y se ha entabladouna lucha entre ellas. Una ha causa-do confusin; la otra, de forma si-lenciosa pero cada vez ms visible,ha dado y da frutos. Por una parteexiste una interpretacin que podrallamar hermenutica de la disconti-nuidad y de la ruptura; a menudoha contado con la simpata de losmedios de comunicacin y tambinde una parte de la teologa moder-na. Por otra parte, est la herme-nutica de la reforma, de la renova-cin dentro de la continuidad delnico sujeto-Iglesia (LO s s e r v a t o re

    Romano, edicin en lengua espaola,30 de diciembre de 2005, p. 10).

    Precisamente por eso, el pontifica-do de Benedicto XVI marca un virajeen los estudios sobre el Vaticano II:las intervenciones del Papa, que hancontribuido tanto a la recepcin delConcilio desde su conclusin, sonlas de un protagonista del VaticanoII que se esfuerza por favorecer unconocimiento cada vez ms profun-do, a partir de los documentos pro-mulgados, en la perspectiva de lacontinuidad del Concilio con la tra-dicin de la Iglesia. La reconstruc-cin del Vaticano II puede contarcon muchas fuentes, que sin embar-go an son pocas respecto a las queconviene recuperar: un patrimoniode diarios, cartas y discursos quehan ido enriqueciendo las fuentesoficiales publicadas a lo largo de losaos en las Acta et documenta y enlas Acta Synodalia del Concilio, des-pus de que Pablo VI declarara ofi-cialmente que haba tomado la deci-sin de poner a disposicin de losestudiosos las fuentes conciliares pa-ra promover el conocimiento del Va-ticano II, una decisin corroborada ysostenida por Juan Pablo II, quientambin provey a una nueva colo-cacin del archivo histrico del Con-cilio.

    Muchas son las fuentes ya puestasa disposicin tambin recientemen-te, como algunos documentos indi-tos del Secretariado para la Unidadde los cristianos en la fase prepara-toria, a cargo de Mauro Velati paracomprender dinmicas y riquezas delVaticano II: pero las fuentes an sonpocas, si pensamos en el nmero dequienes participaron directamente enel Concilio. Por esta razn, revisteinters particular el proyecto, pro-movido por el Comit pontificio deciencias histricas, con vistas a la ce-lebracin del quincuagsimo aniver-sario de la apertura del Vaticano II,de elaborar un mapa de las fuen-tes de los padres conciliares, de tal

    modo que se pueda partir precisa-mente de las fuentes para una re-construccin y una interpretacindel Concilio.

    Por lo que respecta a los estudiossobre el Vaticano II, se nos informaregularmente ya desde hace algunosaos. Despus de algunos tmidosintentos, primero Gilles Routhier yluego Massimo Faggioli han publi-cado amplias y detalladas reseas bi-bliogrficas que permiten estar sufi-cientemente informados sobre lo quese escribe: suficientemente, porque aveces se notan algunas lagunas quetraen a la memoria prejuicios pro-pios de una cierta historiografa so-bre el Concilio.

    Basta pensar en el silencio, en laltima resea bibliogrfica sobre elVaticano II publicada en 2011, sobreel diario de monseor Carlo Ferrari.Esta edicin, completamente ignora-da, muestra claramente que merece-ra un estudio analtico sobre la par-ticipacin del Episcopado italiano, yno slo de algunos exponentes, enlos trabajos del Vaticano II y en suprimera recepcin durante la mismacelebracin del Concilio. Servira pa-ra liberarse del prejuicio que tiendea subestimar, o incluso a despreciarcomo totalmente secundario, el pa-pel del Episcopado italiano, con ex-cepcin de algunas figuras amplia-mente estudiadas, como es el casodel cardenal Giacomo Lercaro (1891-1976), a quien Matteo Donati ha de-dicado recientemente un inteligentey profundo estudio, dando una ulte-rior contribucin al conocimiento desu participacin en el Vaticano II.

    Precisamente a partir de la vasta yvariada produccin cientfica sobreel Concilio, gracias a una atenta lec-tura de estas reseas bibliogrficas,con alguna integracin necesaria,emerge cun oportuno es volver alos documentos conciliares, teniendoen cuenta lo que ya se ha hecho, so-bre todo para la reconstruccin de lahistoria redaccional de los textos.

    Ciertamente, afrontar losmentos conciliares significa,todo, confrontarse con los ag

    negros que an frenan un plennocimiento del Concilio. Cmrecordar la ausencia de una rtruccin global de la historia cional de la Lumen gentium, dede tantos estudios sobre aspecla constitucin, estudios que nudo han quedado sofocadopolmicas anticuadas que tiendemostrar ms que a reconstrumismo se podra decir de la ctucin Sacrosanctum Conciliumdecreto Ad gentes y de la decla

    Nostra aetate, a la que se han ddo congresos y publicaciones, tras que son inconsistentes lasnas dedicadas a las vicisitudesredaccin del decreto Unitatis t e g ra t i o , sobre todo en relaciel proyecto ecumnico, queridel cardenal Agostino Bea

    1968), que despus naufrag Concilio.Cmo leer hoy los docum

    del Vaticano II? Los comentariotricos, redactados inmediatadespus de la conclusin del Vno II, a menudo con la participdirecta de quienes haban sido gonistas de la redaccin de los mentos, han constituido una valiosa para delinear las vicisde la redaccin cuando acabacomenzar la publicacin de lastes oficiales del concilio Vaticay muchos archivos eran descdos y estaban cerrados. En plar, me complace recordar aqumuchos motivos, los estudiofranciscano Umberto Betti2009) sobre la transmisin de velacin en la Dei Verbum y

    doctrina sobre el episcopado Lumen gentium.En estos ltimos aos se ha

    cedido varios intentos de ofreclectura global de los documentVaticano II. La obra de cometeolgico a los documentos envolmenes, a cargo, entre otroPeter Hnermann, constituypunto de referencia fundamaunque est escrita en alemnalemanes y para alemanes. Pque respecta al mundo angloel proyecto de la Paulist Press hmostrado cun til puede ser los documentos conciliares acndolos con alguna reflexinsu recepcin, sobre todo si losres de los volmenes fueron pronistas de la recepcin del VaII. De diferente valor ha sido lracin editorial promovida por vista italiana Jesus con viuna lectura de varias personalde los documentos conciliares,dos en un contexto de amplio do, acompaados de datos biocos de los protagonistas del VaII, con un formato gil y sinprecisamente para favorecer el cimiento de la letra del CoMs reciente es el proyecto braRivisitar o concilio, que prlos documentos, a veces reco

    SIGUE ENLA P

    Joseph Ratzinger y Karl Rahner durante el Concilio

  • 8/2/2019 LOSSERVATORE ROMANO. 22 Abril 2012

    5/12

    nmero 17, domingo 22 de abril de 2012 LOSSERVATORE ROMANO p

    En el Regina caeli el Papa pide que acompaemos con la oracin su misin

    El fuego de la divina misericordiaEl domingo de la Divina Misericordia,15 de abril, antes del rezo del Reginacaeli, el Santo Padre dirigi a los

    peregrinos reunidos en la plaza de SanPedro la siguiente alocucin.

    Queridos hermanos y hermanas:

    Cada ao, al celebrar la Pascua,revivimos la experiencia de los pri-meros discpulos de Jess, la expe-riencia del encuentro con l resucita-do: el Evangelio de san Juan diceque lo vieron aparecer en medio deellos, en el cenculo, la tarde delmismo da de la Resurreccin, elprimero de la semana, y luegoocho das despus (cf. Jn 20,19.26). Ese da, llamado despusdomingo, da del Seor, es elda de la asamblea, de la comunidadcristiana que se rene para su cultopropio, es decir la Eucarista, cultonuevo y distinto desde el principiodel judo del sbado. De hecho, lacelebracin del da del Seor es unaprueba muy fuerte de la Resurrec-

    cin de Cristo, porque slo un acon-tecimiento extraordinario y trascen-dente poda inducir a los primeroscristianos a iniciar un culto diferenteal sbado judo.

    Entonces, como ahora, el cultocristiano no es slo una conmemora-cin de acontecimientos pasados, ymucho menos una experiencia msti-ca particular, interior, sino funda-mentalmente un encuentro con elSeor resucitado, que vive en la di-mensin de Dios, ms all del tiem-po y del espacio, y sin embargo estrealmente presente en medio de lacomunidad, nos habla en las Sagra-das Escrituras, y parte para nosotrosel Pan de vida eterna. A travs deestos signos vivimos lo que experi-mentaron los discpulos, es decir, elhecho de ver a Jess y al mismo

    tiempo no reconocerlo; de tocar su

    cuerpo, un cuerpo verdadero, perolibre de ataduras terrenales.

    Es muy importante lo que refiereel Evangelio, o sea, que Jess, en lasdos apariciones a los Apstoles reu-

    nidos en el cenculo, repiti variasveces el saludo: Paz a vosotros(Jn 20, 19.21.26). El saludo tradicio-nal, con el que se desea elshalom, lapaz, se convierte aqu en algo nuevo:se convierte en el don de aquellapaz que slo Jess puede dar, por-que es el fruto de su victoria radicalsobre el mal. La paz que Jessofrece a sus amigos es el fruto delamor de Dios que lo llev a moriren la cruz, a derramar toda su san-gre, como Cordero manso y humil-de, lleno de gracia y de verdad(Jn 1, 14). Por eso el beato Juan Pa-blo II quiso dedicar este domingo

    despus de Pascua a la Divina Mise-ricordia, con una imagen bien preci-sa: la del costado traspasado deCristo, del que salen sangre y agua,segn el testimonio ocular del aps-

    tol san Juan (cf. Jn 19, 34-37). PeroCristo ya ha resucitado, y de l vivobrotan los sacramentos pascuales delBautismo y la Eucarista: los que seacercan a ellos con fe reciben el donde la vida eterna.

    Queridos hermanos y hermanas,acojamos el don de la paz que nosofrece Jess resucitado; dejmonosllenar el corazn de su misericordia.De esta manera, con la fuerza delEspritu Santo, el Espritu que resu-cit a Cristo de entre los muertos,tambin nosotros podemos llevar alos dems estos dones pascuales.

    Que nos lo obtenga Mara sma, Madre de Misericordia.

    Despus de la plegaria mariana, Santo Padre dijo en italiano:

    Queridos hermanos y hermdeseo ante todo saludar a losgrinos que han participado santa misa presidida por el cavicario Agostino Vallini en la idel Espritu Santo en Sassia,privilegiado de culto de la DMisericordia, donde se venermodo especial tambin a santatina Kowalska y al beato Juan II. A todos deseo que seis tedel amor misericordioso de CGracias por vuestra presencia.

    Seguidamente, el Pontfice saludperegrinos en varios idiomas. En

    francs dijo:

    El jueves prximo, con odel sptimo aniversario de mi

    cin a la Sede de Pedro, os pidoris por m, para que el Sed la fuerza para cumplir la mque me ha confiado. Que la VMara, Madre de los creyenteayude a vivir en la alegra decua.

    En lengua espaola:

    En el Evangelio de este domse nos narra cmo el Seor Rtado se presenta a los discpulocindoles: Paz a vosotros. Les el don maravilloso de la PGracias a ella la comunidad selece con un vnculo nuevo qune entre s y con Cristo, prepdola para la misin. As, colmde su Espritu, podemos testimal mundo la victoria de nuestro

    y Seor. Feliz domingo!

    temticamente, con una presentacinsinttica.

    Me parece que estos intentos,aunque sean meritorios, se encuen-tran con la dificultad, que no logransuperar, de promover una lectura delos documentos conciliares capaz deponer a disposicin las riquezas queestn dentro, fuera, antes y despusde los textos del Vaticano II. Porello, recurriendo tambin a la fanta-

    sa, es preciso encontrar una formaque permita al lector introducirse enel universo en el que los documen-tos del Vaticano II estn insertados,dejando la libertad de detenerse enel nivel de profundizacin requeridoen ese momento por el telogo, porel estudiante, por el catequista, porel catecmeno y por cualquier otroque quiera leer un documento delVaticano II, sin permanecer encerra-do en una opcin unvoca, que sedemuestre buena slo para una cir-cunstancia determinada, tanto lapreparacin de un examen como laprofundizacin personal. Se trata de

    pensar en un hipertexto, construidosobre slidas bases histrico-teolgi-cas que introduzca al lector en elConcilio y en la historia de la Igle-sia, dejando abiertas puertas y venta-nas, en particular sobre el panoramade la recepcin siempre viva de losdocumentos del Vaticano II. En estadireccin, partiendo del decreto Uni-tatis redintegratio, quiere moverse elCentro de estudios para el ecumenis-mo en Italia poniendo a disposicinde todos, en su propia pgina web,

    este modelo de lectura de los docu-mentos conciliares, para recibir ob-servaciones y comentarios.

    Y adems de los documentos?Est claro que el conocimiento delos documentos del Vaticano II cons-tituye el corazn y los pulmones delConcilio, pero al mismo tiempo losdocumentos fueron redactados, de-batidos, enmendados y votados porhombres y mujeres (pocas, en ver-dad), con sus esperanzas, sus preo-cupaciones, sus alegras y sus dolo-res. Precisamente a quienes tomaronparte en el Vaticano II se han dedi-cado muchos estudios, pero an

    queda mucho por hacer, sobre todopara reconstruir la participacin delos organismos, como las Conferen-cias episcopales nacionales o, en elcaso de Italia, tambin las regiona-les, en los cuales se realiz un conci-lio dentro del Concilio. En este hori-zonte, a mi entender, se debe situaruna investigacin sobre la participa-cin de los religiosos en cuanto talesen el Vaticano II: qu dijeron y quehicieron los franciscanos en el Con-cilio? Actuaron juntos? Se reunie-

    ron para afrontar como franciscanosel Vaticano II? Cmo pensaron reci-bir las instancias conciliares en la vi-da diaria de la Orden? La referenciaa los franciscanos aunque lo mismose podra decir de los dems religio-sos, como los salesianos o los jesui-tas, y de los monjes ciertamente noes casual, porque en las prximas se-manas tendr lugar un seminario,organizado por la facultad de teolo-ga de la Pontificia Universidad An-tonianum, sobre la participacin delos franciscanos, en sentido amplio,en el Vaticano II. Ser una ocasinpara comenzar a reflexionar sobre

    esta participacin, con la perspconcreta de investigar nuevas tes. Estas investigaciones sobrdenes religiosas a 360 gradomi opinin, constituyen un fundamental en la comprensislo de la complejidad del VaII sino tambin de las dinmicla recepcin del Concilio a trala experiencia de quienes vivieevento conciliar.

    A cincuenta aos de la apdel Vaticano II un conocimien

    da vez mejor del Concilio muy necesario para proseguir camino de una renovacinIglesia en la lnea de la tradicila que el Vaticano II es una vbrjula: las riquezas del Vaticapermanecen sepultadas, en grate, por el polvo de temores ydos, que no tienen nada que vla alegra de anunciar el Evacon el cual alimentar el camilos cristianos hacia la unidad vde la Iglesia y de los hombres jeres de buena voluntad paconstruccin de un mundo funen la acogida y en el dilogo.

    VIENEDE LAPGINA 4

    De Benedicto XVI el viraje en los estudios sobre el Concilio

  • 8/2/2019 LOSSERVATORE ROMANO. 22 Abril 2012

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    nmero 17, domingo 22 de abril de 2012

    En la homila de la misa celebrada con ocasin de su 85 cumpleaos el Papa recuerda su Bautismo

    El agua pura de la verdadUna delegacin de Baviera compuesta por obispos, sacerdotes, religiosos y laicos acu-di a Roma para participar en la misa de accin de gracias con motivo del 85 cum-

    pleaos de Benedicto XVI, que el Pontfice presidi en la maana del lunes 16 de abril,en la Capilla Paulina del palacio apostlico. Algunos miembros de la delegacin, con

    trajes tradicionales, ofrecieron al Papa dones tpicos de la regin. Representaban a lasautoridades civiles el ministro presidente de Baviera Horst Seehofer y el embajador dela Repblica federal de Alemania ante la Santa Sede. Con el Papa concelebraron loscardenales Bertone, secretario de Estado; Sodano, decano del Colegio cardenalicio; Meis-ner y Marx; los arzobispos Becciu, sustituto de la Secretara de Estado; Mamberti, se-cretario para las Relaciones con los Estados; Harvey, prefecto de la Casa pontificia; Zo-llitsch, y Schick; los obispos Zdarsa, Hofmann, Schraml, Mller, Wiesemann y Hanke.Tambin concelebraron los monseores Georg Gnswein, secretario del Papa, y Alfred

    Xuereb, de la Secretara particular, y el hermano del Pontfice, Georg Ratzinger. Publi-camos el texto de la homila que pronunci el Papa.

    Palabras de saludo del cardenal decano

    Un gran don para la Iglesia univer

    Seores cardenales, queridos hermanos

    en el episcopado y en el sacerdocio,queridos hermanos y hermanas:

    En el da de mi cumpleaos y de miBautismo, el 16 de abril, la liturgia dela Iglesia ha puesto tres seales que meindican a dnde lleva el camino y queme ayudan a encontrarlo. En primer lu-gar, la memoria de santa BernarditaSoubirous, la vidente de Lourdes; lue-go, uno de los santos ms peculiares dela historia de la Iglesia, Benito Jos La-bre; y despus, sobre todo, el hecho deque este da se encuentra todava in-merso en el Misterio pascual, en elMisterio de la Cruz y de la Resurrec-cin, y en el ao de mi nacimiento semanifest de un modo particular: era elSbado Santo, el da del silencio deDios, de su aparente ausencia, de lamuerte de Dios, pero tambin el da enel que se anunciaba la Resurreccin.

    A Bernardita Soubirous, la muchachasencilla del sur, de los Pirineos, todosla conocemos y la amamos. Bernarditacreci en la Francia ilustrada del sigloXIX, en una pobreza difcilmente imagi-nable. La crcel, que haba sido aban-donada por ser demasiado insalubre, seconvirti al final despus de algunasdudas en la morada de la familia, enla que transcurri su infancia. No tuvola posibilidad de recibir formacin es-colar; slo un poco de catecismo paraprepararse a la Primera Comunin. Pe-ro precisamente esta muchacha sencilla,que en su corazn haba permanecidopura y limpia, tena el corazn que ve,

    era capaz de ver a la Madre del Seor

    y en ella el reflejo de la belleza y de labondad de Dios. A esta joven Marapoda manifestarse y a travs de ellahablar al siglo e incluso ms all del si-

    glo. Bernardita saba ver, con el cora-zn puro y genuino. Y Mara le indicala fuente: ella puede descubrir la fuentede agua viva, pura e incontaminada;

    agua que es vida, agua que da pureza ysalud. Y, a travs de los siglos, estaagua ya es un signo de parte de Mara,un signo que indica dnde se hallan lasfuentes de la vida, dnde podemos pu-rificarnos, dnde encontramos lo queest incontaminado. En nuestro tiem-po, en el que vemos el mundo tan agi-tado, y en el que existe la necesidad delagua, del agua pura, este signo es mu-cho ms grande. De Mara, de la Ma-dre del Seor, del corazn puro vienetambin el agua pura, genuina, que dala vida, el agua que en este siglo y enlos siglos futuros nos purifica y noscura.

    Creo que podemos considerar estaagua como una imagen de la verdadque sale a nuestro encuentro en la fe: laverdad no simulada, sino incontamina-da. De hecho, para poder vivir, para

    poder llegar a ser puros, necesitamostener en nosotros la nostalgia de la vidapura, de la verdad no tergiversada, delo que no est contaminado por la co-rrupcin, del ser hombres sin mancha.Pues bien, este da, esta pequea santasiempre ha sido para m un signo queme ha indicado de dnde proviene elagua viva que necesitamos el aguaque nos purifica y que da la vida, yun signo de cmo deberamos ser: contodo el saber y todas las capacidades,que tambin son necesarios, no debe-mos perder el corazn sencillo, la mira-da sencilla del corazn, capaz de ver loesencial; y siempre debemos pedir alSeor que nos ayude a conservar ennosotros la humidad que permite al co-razn ser clarividente ver lo que essencillo y esencial, la belleza y la bon-dad de Dios y encontrar as la fuente

    de la que brota el agua que da la viday purifica.Luego est Benito Jos Labre, el pia-

    doso peregrino mendicante del siglo

    XVIII que, despus deintiles, encontr finalmcin de peregrinar cosin nada, sin ningn

    darse para s con nadaba, salvo lo absolutameperegrinar a travs detodos los santuarios deEspaa hasta Polonia y hasta Sicilia: un santoeuropeo! Podemos decsanto un poco peculiardo, vagabundea de un sy no quiere hacer msdar testimonio de lo quevida: Dios. Ciertamenteun ejemplo para emulaseal, es un dedo que esencial. Nos muestra basta; que ms all de tode haber en este mundnuestras necesidades yque cuenta, lo esenciaDios. Slo Dios bastaDios l nos lo indica dmtico. Y, al mismo tierealmente europea que, santuario, abraza todo eropeo hace evidente quabre a Dios no se aleja dlos hombres, sino que ennos, porque por parte dfronteras; slo Dios puefronteras porque graciamos hermanos, formaunos de los otros; hace unicidad de Dios signtiempo, la fraternidadcin de los hombres, elfronteras que nosune y nos cura. AsBenito Jos Labrees un santo de lapaz precisamenteporque es un santosin ninguna exigen-

    cia, que muere po-bre de todo perobendecido con to-do.

    Santo Padre:

    El canto del Aleluya nos acompaa en este tiempo dePascua, para alabar al Seor que ha hecho grandes maravi-llas en medio de nosotros. Hoy este canto quiere ser tam-bin una accin de gracias a Dios por los dones que haconcedido a Su Santidad a lo largo de su vida.

    El Colegio de los cardenales, as como toda la Familia

    pontificia, deseosa de constituir con el Sucesor de Pedroun solo corazn y una sola alma (Hch 4, 32), estn hoyespiritualmente unidos en torno a usted.

    Venerados hermanos en el episcopado que habis venidodesde la tierra natal del Santo Padre para esta fiesta de fa-milia, os saludo a todos de corazn y, con vosotros, saludotambin a la numerosa delegacin que os acompaa, expre-sando a todos profunda gratitud por este gesto de cercanaal Sucesor de Pedro. l constituye un gran don que la Igle-sia en Alemania ha ofrecido a la Iglesia universal, al iniciode este tercer milenio cristiano.

    Todos juntos hoy elevaremos el canto del Te Deumpor los dones que Dios nos ha concedido con la vida y lasobras del Papa Benedicto XVI. Ms an, la Iglesia enteraquiere cantar hoy ante el Seor: Te per orbem terrarum

    sancta confitetur Ecclesia, Hoy te alaba la toda la tierra.

    Padre Santo, hace siete aos el Seor legesto de amor dicindole, como un da a amas, apacienta mis ovejas (Jn 21, 15-17). Cdad de siempre usted dijo su s y de este ministerio petrino.

    Nosotros, hoy, con ocasin de su cumpledarle gracias por la solicitud con que desemcio de amor. No por nada su primera enccliun himno al Amor que es Dios, como a adebe animar a todo Pastor, llamado a llevluz de Dios y as tambin el calor de su amo

    Padre Santo, que el Seor siga estando cumpliendo la promesa anunciada por Diosto en el Salmo 90: Longitudine dierum repledam illi salutare meum (v. 16), Lo saciar le har ver mi salvacin.

    Venerado y amado Sucesor de Pedro, enportante de su vida estos son los deseos qudesde lo ms profundo del corazn: Ad mmultos felicissimos annos!.

  • 8/2/2019 LOSSERVATORE ROMANO. 22 Abril 2012

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    ROMANO pg

    Encuentro del Papa con la delegacin de Bavieraque lo acompa en el da de su cumpleaos

    Un viaje entre losrecuerdos del corazn

    Y, por ltimo, est el Misterio pas-

    al. En el mismo da en que nac, gra-as a la diligencia de mis padres, tam-n renac por el agua y por el Espri-, como acabamos de escuchar en elvangelio. En primer lugar, est el don la vida, que mis padres me hicierontiempos muy difciles, y por el cual

    s debo dar las gracias. Pero no se de-e dar por descontado que la vida delombre es un don en s misma. Pueder verdaderamente un hermoso don?abemos qu amenazas se ciernen so-e el hombre en los tiempos oscuros

    ue se encontrar, e incluso en los ms

    debemos dejarnos sumergir siempre de

    nuevo en su promesa, para renacer ver-daderamente en la grande y nueva fa-milia de Dios, que es ms fuerte quetodas las debilidades y que todas laspotencias negativas que nos amenazan.Por eso, este es un da de gran accinde gracias.

    El da en que fui bautizado, como hedicho, era Sbado Santo. Entonces seacostumbraba todava anticipar la Vigi-l ia pascual en la maana, a la que se-guira an la oscuridad del SbadoSanto, sin el Aleluya. Me parece queesta singular paradoja, esta singular an-ticipacin de la luz en un da oscuro,puede ser en cierto sentido una imagende la historia de nuestros das. Por unlado, an est el silencio de Dios y suausencia, pero en la Resurreccin deCristo ya est la anticipacin del sde Dios; y por esta anticipacin noso-

    tros vivimos y, a travs del silencio deDios, escuchamos su palabra; y a travsde la oscuridad de su ausencia vislum-bramos su luz. La anticipacin de laResurreccin en medio de una historiaque se desarrolla es la fuerza que nosindica el camino y que nos ayuda a se-guir adelante.

    Damos gracias a Dios porque nos hadado esta luz y le pedimos que esa luzpermanezca siempre. Y en este da ten-go motivo para darle las gracias a l y atodos los que siempre me han hechopercibir la presencia del Seor, que mehan acompaado para que no perdierala luz.

    Me encuentro ante el ltimo tramodel camino de mi vida y no s lo queme espera. Pero s que la luz de Diosexiste, que l ha resucitado, que su luzes ms fuerte que cualquier oscuridad;

    que la bondad de Dios es ms fuerteque todo mal de este mundo. Y estome ayuda a avanzar con seguridad. Es-to nos ayuda a n o s o t ro s a seguir adelan-te, y en esta hora doy las gracias de co-razn a todos los que continuamenteme hacen percibir el s de Dios a tra-vs de su fe.

    Al final, cardenal decano, le agradez-co sus palabras de amistad fraterna, ysu colaboracin en todos estos aos. Yexpreso mi profundo agradecimiento atodos los colaboradores de los treintaaos que he vivido en Roma, que mehan ayudado a llevar el peso de mi res-ponsabilidad. Gracias. Amn.

    Que Dios os recompense por habercolmado mi corazn de recuerdos de

    mi vida, una parte en la que he vivido,he luchado, y que ha contribuido a quellegara a ser como soy y como ahora meencuentro frente a vosotros, y como unda deber presentarme al Seor. Conestas palabras el Papa dio las gracias ala delegacin de Baviera, a la querecibi en la sala Clementina, el lunes16 de abril por la maana, da de su85 cumpleaos. Ofrecemos seguidamenteel texto del discurso improvisado por

    Benedicto XVI.

    Querido seor ministro presidente,eminencia, queridos hermanos delepiscopado, queridos amigos:

    Dispensadme de recordar todos losnombres y ttulos uno por uno; serademasiado largo... Pero os aseguroque he ledo dos veces la lista de losinvitados, de los que han venido, y la

    he ledo con el corazn. Al hacerlo oshe saludado, para mis adentros, a ca-da uno personalmente: ninguno estpresente de forma annima. En mi in-

    grafa exterior, que no obsttambin siempre interior, y qude Marktl am Inn, pasa porning y Aschau, despus porchlag, Traunstein y PentlingRatisb ona En todas estasque aqu estn presentes, hayun trozo de mi vida, una partque he vivido, he luchado, y contribuido a que llegara a sesoy y como ahora me encuentra vosotros, y como un da debsentarme al Seor. Despus, tombitos de la vida de Baviera: sia viva de nuestro pas est pse lo agradezco a los obispos bTambin est, gracias a Diosmensin ecumnica, con el obla Iglesia evanglica de Municto me recuerda la gran amistme haba unido al obispo mann, que es uno de los tesomis recuerdos y que me testicmo se va adelante. Del mism

    do, recuerdo la comunidad juel doctor Lamm y el doctor Swski: tambin con ellos habanamistades cordiales, que me

    terior os he visto a todos y me sientofeliz de poder saludaros aqu. He te-nido una conversacin con cada unode vosotros. Os doy la bienvenida ato dos.

    Qu decir en esta ocasin? Misentimiento va ms all de las pala-bras y, por tanto, debo proponer, amodo de agradecimiento, aquello queno puedo expresar plenamente. Peroquiero darle las gracias de todo cora-zn a usted, seor ministro presiden-te, por sus palabras: usted ha hechohablar al corazn de Baviera, un cora-zn cristiano, catlico, y al hacerlo me

    ha conmovido y al mismo tiempo meha hecho recordar todo aquello queha sido importante en mi vida. Asi-mismo, quiero agradecerle a usted, se-or cardenal, las afectuosas palabrasque me ha dirigido como pastor de ladicesis de la que provengo y a la quepertenezco como sacerdote, en la quecrec y a la que interiormente siemprepertenezco, recordando al mismotiempo el aspecto cristiano, nuestra feen su belleza y grandeza.

    Querido seor ministro presidente,usted ha recogido aqu una especie deimagen especular de la geografa inte-rior y exterior de mi vida; de la geo-

    acercado interiormente a la pda de nuestro pueblo y al pudo como tal, y que estn presem en virtud del recuerdo. Lutn los medios de comunicacillevan al mundo lo que hacemque decimos A veces debemcisarlo un poco, pero qu ssin su servicio? Y despus, upresentado la Baviera viva, seor ministro presidente, enos, en los cuales reconocemBaviera sigue siendo fiel a s mque precisamente porque csiendo fiel a s misma permanven y progresa. Y a esto se amsica que he podido escuchme recuerda a mi padre cuandba con la ctara Gott gre As han vuelto los sonidos defancia, pero que son tambin del presente y del futuro. GotD ich

    El corazn colmado requermerosas palabras, pero al mismpo me limita porque sera demgrande lo que tendra que deembargo, al final todo se resumnica palabra con la cual quiecluir: Vergelts Gott!, Que recompense por ello.

    mo aniversario de mi eleccins pido que oris por m,d la fuerza para cumplironfiado.

    Madre de los creyentes,a alegra de Pascuabril)

    minosos que podrn venir? Pode-os prever a qu afanes, a qu terriblesontecimientos podr quedar expues-? Es justo dar la vida as, sencilla-ente? Es responsable o es demasiadocierto? Es un don problemtico, si sensidera slo en s mismo. La vidaolgica de por s es un don, pero estdeada de una gran pregunta. Slo seansforma en un verdadero don si,nto con ella, se puede dar una pro-esa que es ms fuerte que cualquiersventura que nos pueda amenazar, sila sumerge en una fuerza que garan-a que ser hombre es un bien, que pa-esta persona es un bien cualquier co-

    que pueda traer el futuro. As, al na-miento se une el renacimiento, la cer-za de que, en verdad, es un bien exis-, porque la promesa es ms fuerte

    ue las amenazas. Este es el sentido delnacimiento por el agua y por el Esp-u: ser inmersos en la promesa que s-Dios puede hacer: es un bien que tistas, y puedes estar seguro de ello,ceda lo que suceda. Por esta certeza

    e podido vivir, renacido por el agua yor el Espritu. Nicodemo pregunta alor: Acaso un viejo puede rena-r?. Ahora bien, el renacimiento se

    os da en el Bautismo, pero nosotrosbemos crecer continuamente en l,

  • 8/2/2019 LOSSERVATORE ROMANO. 22 Abril 2012

    8/12

    pgina 8 LOSSERVATORE ROMANO domingo 22 de abril de 2012, nm

    Testimonios recogidos en un libro a cargo de monseor Georg Gnswein

    Veinte personalidadessobre el Papa Benedicto

    Benedikt XVI. Prominente ber den Papst (Benedicto XVI: personajes fa-mosos sobre el Papa) es el ttulo del volumen presentado al Pontfice el lunes del

    ngel, 9 de abril, en Castelgandolfo, al final de la plegaria mariana Regina

    caeli, por Edmund Stoiber, ministro presidente de Baviera de 1993 a 2007.Veinte personalidades del mundo de lengua alemana han querido dedicar su testi-monio personal a Benedicto XVI con ocasin de su octogsimo quinto cumpleaos.

    Entre ellas, los cardenales Kurt Koch, presidente del Consejo pontificio para lapromocin de la unidad de los cristianos; Freinsg Reinhard Marx, arzobispo deMnich y Freising; y Joachim Meisner, arzobispo de Colonia; el obispo de Lim-burg, Franz-Peter Tebartz-van Elst; monseor Georg Gnswein, secretario p e rs o -nal del Pontfice; Wolfgang Schuble, ministro alemn de finanzas; EdmundStoiber, ex presidente de Baviera; y el famoso futbolista Franz Beckenbauer. Publi-camos en esta pgina una traduccin del prefacio de monseor Georg Gnswein,

    secretario particular de Benedicto XVI, autor de uno de los testimonios y organiza-dor del volumen editado por Media Maria Verlag, y el testimonio de Franz Bec-k e n b a u e r.

    El 19 de abril de 2005, tres das des-pus de su 78 cumpleaos, los car-denales reunidos en cnclave en laCapilla Sixtina eligieron al prefectode la Congregacin para la doctrinade la fe, cardenal Joseph Ratzinger,

    cabeza de la Iglesia catlica. Tomel nombre de Benedicto. El 16 deabril de 2012 el Papa Benedicto XVIcumple 85 aos y desempea ya des-de hace siete aos el ministerio deSucesor de Pedro. Este libro, titula-do Benedikt XVI. P ro m i n e n t eber den Papst, que tal vez algnlector podr considerar un pocoefectista, no pretende en absolutoparecer sensacional; slo quiere serun modesto regalo de cumpleaospara el Santo Padre.

    Son veinte en total los personajesde la Iglesia, de la poltica, de lacultura, de la economa y del depor-te que se han mostrado dispuestos a

    escribir una breve aportacin, en laque expresan su visin particular dela persona y de la obra del Pontfice.Las biografas y las actividades delos autores y autoras son tan diver-sas como las experiencias y las pers-

    pectivas a partir de las cuales se es-boza un retrato del Pastor supremode la Iglesia. Oportunamente, nohan querido expresarse slo los cat-licos, sino tambin los cristianosevanglicos; no esconden su fe reli-giosa y no temen tampoco indicar, apart ir de su modo personal de verlas cosas, algunos d e s i d e ra t a. Cadaaportacin es como la tesela de unmosaico, que al final contribuye apresentar una imagen colorida, en laque se pueden descubrir los rasgosesenciales del pontificado del PapaBenedicto XVI. Los ttulos de las di-versas aportaciones son como un hi-lo rojo y ofrecen una visin y un pa-

    norama del contenido. Quieren queel lector no slo llegue a conocer ellibro, sino adems que lo tome en lamano y se sumerja en su contenido.

    No puedo menos de invitaros de co-razn a hacerlo: vale la pena leerlo!Podra ser superfluo, pero por

    motivos de honradez, resulta oportu-no subrayar expresamente que estaobra no es un trabajo complaciente,encargado desde lo alto. Los au-tores no han recibido ninguna indi-cacin; todos han tenido plena liber-tad de decir lo que piensan. No haytrazas de censura. Todos han escritolo que llevan en su corazn y en sumente, y por eso cada uno asume supropia responsabilidad. Una cosaque todos han manifestado ha sidosu deseo sincero de hacer justicia, loms posible, al Papa Benedicto, pero

    escribiendo sin condicionamIncluso no se ha promovido llticamente correcto. Dicho dnera positiva: lo que los autor

    tenido ante los ojos y que lesvido como orientacin ha sidoticin de esa benevolenciasin la cual no hay comprensible, por decirlo con las pdel Santo Padre (cf. Joseph Rger-Benedicto XVI, Jess de Nvolumen I., p. 9). Todos se hatido obligados, por conviccininclinacin, a acoger esa petici

    Las autoras y los autores deSanto Padre, por su 85 cumplsalud de cuerpo y de almaabundante bendicin de Diosdo lo que hace: Beatissime Pamultos annos, ad multos et felicannos!

    Santidad, en cuanto a la seleccin no estoy de acuerdFRANZ BE C K E N B AU E R

    Era el ao anterior al campeonato mundial deftbol en Alemania. Como presidente del comitorganizador estaba visitando a los treinta y unpases cuyas selecciones nacionales se haban cla-sificado para el mundial. Al final de octubre de2005 llegamos a Roma desde Lisboa. Como cadamircoles, decenas de miles de personas se reunie-ron en la plaza de San Pedro para la audienciageneral del Papa. Y entre ellas aquella vez se en-contraba tambin nuestra pequea delegacin.

    A veces la vida sigue caminos misteriosos. Unmes y medio antes cumpl sesenta aos y alguienme pregunt qu deseaba para aquel da. Respon-d: Me gustara conocer al Papa en persona.En esa poca Joseph Ratzinger era Papa desde

    haca poco tiempo, cerca de seis meses. An re-cuerdo haberme alegrado cuando lo eligieron. UnPapa alemn, y por aadidura bvaro, un paisa-no. Vindolo en televisin daba una impresinsimptica, casi paternal.

    Al final de la audiencia general, despus depronunciar las ltimas palabras, el Papa Benedic-to XVI vino hasta nosotros. A su lado GeorgGnswein, su secretario personal, que amablemen-te haba organizado para nosotros aquella peque-a audiencia privada. De repente me encontrfrente a ambos, y el Papa me tendi la mano. Esdifcil describir ese momento. El carisma queemana de este hombre, su serenidad interior y sudignidad, su cordialidad: todo ello me impresionprofundamente. He conocido muchos personajes

    importantes, pero este encuentro fue algo espe-cial, ciertamente uno de los momentos ms con-movedores de mi vida, que nunca olvidar.

    Naturalmente, antes haba reflexionado sobrequ le dira al Santo Padre. Desde luego no me

    esperaba que se interesara y entendiera de Tambin en esto me sorprendi. Comenz mo a hablar sobre ftbol. Quiso saber, porplo, cmo marchaban los preparativos pmundial, si los trabajos en los estadios se cran a tiempo y cmo estaba nuestra seleccicional. Crea que en aquel momento la seera bastante buena. Entonces yo no estabado de acuerdo. Por eso le respond que menos iba por el camino adecuado para llser un buen equipo. A lo cual l sonri convolencia.

    En el curso de la breve conversacin enal Papa Benedicto XVI el gallardete oficimundial Fifa 2006. Nos dio las gracias y ncit a nosotros y a la seleccin por el mundgado en Alemania, que es tambin su pa

    despus dijo: Ver muchos partidos ensin.

    Del momento de la entrega del gallardeteuna foto en la que nos vemos los dos, el Panedicto XVI y yo. Hoy, cuando viajo, llevopre esta foto conmigo. Y la llevo sobre el relas cosas en la maleta.

    El encuentro con Benedicto XVI cambi ami vida. Desde entonces voy de nuevo msnudo a la iglesia. Cuando, poco despumundial, el Papa vino a Alemania, le toddiscursos que pronunci durante su visiellos sega repitiendo: Id a la iglesia y dadmonio. Son palabras que me he tomadocho.

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    nmero 17, domingo 22 de abril de 2012 LOSSERVATORE ROMANO pg

    Entrevista al cardenal Sandri, prefecto de la Congregacin para las Iglesias orientales

    Juntos por senderos de paz en Tierra SantaNICOLA GORI

    La calidad de la paz es una exi-gencia irrenunciable para los cristia-nos que viven en Tierra Santa. Poresto, la comunidad internacional de-

    bera esforzarse por asegurarla ymantenerla, vigilando continuamen-te. Es una preocupacin y, a la vez,una esperanza que el cardenal Leo-nardo Sandri, prefecto de la Congre-gacin para las Iglesias orientales,manifiesta en la entrevista concedidaa nuestro peridico en la vspera dela Pascua. La convivencia pacfica enOriente Medio sostiene el purpura-do es una cuestin de justicia, delibertad, de dignidad de las perso-nas, de respeto de la religin profe-sada. Demasiadas veces los cristianosson objeto de ataques que, bajo lamscara de conflictos interreligiosos,ocultan en cambio razones profun-das de otra clase. Cmo salir de es-ta espiral? La respuesta del cardenales clara y sin medios trminos: conuna mayor solidaridad y fraternidadentre los descendientes de Abrahamque viven hoy en Tierra Santa ycreen en el nico Dios.

    La Pascua vuelve a dirigir el pensa-miento a los santos lugares que fuerontestigos de la resurreccin de Cristo. Yhablando de Tierra Santa, viene espon-tneo considerar la situacin de loscristianos que viven all y que estnobligados a menudo a afrontar hostili-dades y dificultades. Qu puede hacerla comunidad internacional para ayu-d a rl o s ?

    Los cristianos encuentran dificul-

    interno y externo para los habitantesde esa tierra? Muchos factores ha-cen, por desgracia, inevitable la sali-da de los jvenes en detrimento dela esperanza. Por esto invocamos alSeor el don de la valenta de la paz

    para todos los dirigentes polticos ysociales de Tierra Santa y de Orien-te Medio. Por lo dems, si de TierraSanta nos desplazamos a los territo-rios de los alrededores pienso en latierra de Abraham, nuestro padre enla fe vemos que los cristianos, nu-mricamente en desventaja y a vecesconsiderados extranjeros, se convier-ten en las vctimas recurrentes de in-tereses del todo extraos a la reli-gin. La comunidad internacionalest llamada, por ello, a sembrar ge-nerosamente la verdad, el respeto, lasolidaridad, como tambin la justi-cia; a hacerlo no con discontinuidado slo con afirmaciones de principio,sino con una participacin real yconcreta de cada uno tanto en losbienes econmicos, como en los reli-giosos, culturales, y sociales, queconstituyen la herencia comn de lapoblacin de Oriente Medio.

    Los cristianos en Tierra Santa se com-prometen por la justicia y la paz conlos medios de la no violencia evangli-ca. Cules son los principales obstcu-los en este proceso?

    Quizs estn tentados a perder lavirtud de la paciencia. Las certezasde la fe, en realidad, estn sometidasa una dura prueba desde los tiemposdel cumplimiento de las promesasdivinas. Despus est la tentacin deolvidar cuanto el Seor claramente

    ha dicho: Mis caminos no sonvuestros caminos. Los hermanos yhermanas de Tierra Santa esperanser confortados en sus pruebas porla mano paterna de Dios, y tal vez laespera puede parecer infructuosa. El

    Viernes Santo es su da, porque enl la paciencia de Cristo llega a suculmen y se funde con el amor infi-nito que lava las culpas y recoge to-das las lgrimas inocentes en el res-cate de la cruz. Quizs tienen difi-cultad para creer que la victoria seobtiene por el camino de Dios, el dela suave firmeza, que jams se arrogael derecho de derramar la sangre, nisiquiera la del enemigo. La cruz queadoramos el Viernes Santo nos ase-gura que el Evangelio es el caminoms fecundo para la vida y la justi-cia. Por lo dems, incluso bajo elperfil humano debemos reconocerque slo rompiendo la espiral de laviolencia se inaugura finalmente lapaz segura.

    Qu dificultades encuentran y qu ex-pectativas tienen las comunidades cris-tianas en los pases donde est en cursola as llamada primavera rabe?

    La carta para la colecta de ViernesSanto enviada a todos los obisposdel mundo ha recordado este ele-mento crucial. Todos estamos preo-cupados, junto con el Santo Padre,el cual no cesa de hacer llamamien-tos a las partes implicadas para quecese la violencia contra todo hom-bre, indistintamente; para que ceseel odio ante los pequeos, converti-dos en vctimas increblemente nu-merosas de una poca llena de ex-

    pectativas y por ahora no slocepcionante sino ms bien dmuy preocupante. Las justas asciones y los derechos de los induos y de los pueblos, y de sus ponentes histricos, se deben d

    der y salvaguardar con todos locrificios y con medios aceptablejo el perfil de la conciencia humMi pensamiento va a Egigto, quconocido acontecimientos muy tes, pero todava ms a Siria. Hcordado a los hermanos obispoexhortaciones de Benedicto XVIsolidaridad, especialmente conpecto a esta ltima nacin, quetambin cuna de la Iglesia y geextraordinarias tradiciones cristy de convivencia interreligiosa.cisamente en estos das, el Papaha dado un ejemplo de una cerconcreta con el envo de una asignificativa a las poblacionestan afligidas. De hecho, se temela vida eclesial hasta ahora poaun entre dificultades de todo g

    ro, sufra consecuencias muy nevas. Estamos llamados a sostenlas comunidades eclesiales paramuestren hoy aquel amor indisdo que han siempre reservado ae inseparablemente a la propiatria, compartiendo a fondo su hria, su cultura y su idioma. Mi dpascual es que los cristianos, lodos y los musulmanes por la el Dios nico y bueno reencueen todas partes y recorran juntocaminos de la reconciliacin yfraternidad.

    tades en distintaspartes del mundo eincluso experimen-tan la persecucin.Tambin los creyen-tes de otras religio-

    nes comparten a ve-ces la misma suerte.Pero estn a la vistade todos las amena-zas y las hostilida-des tambin gravesrespecto de los cristianos orientales.Y, por desgracia, parece que se estregistrando un incremento de talessituaciones. La comunidad interna-cional debera ayudar a garantizaruna libertad efectiva para todos, co-mo base de la dignidad humana, de-nunciando injusticias y violencias atravs de la obra de sus institucionesy organizaciones. Y no hay libertadsi su dimensin ms ntima, la reli-giosa, no est protegida. La comuni-dad internacional debera controlaren todas partes la gestin y la distri-bucin de los recursos culturales, so-

    ciales, polticos y econmicos paraque sean cada vez ms solidarios. Enuna palabra, debera promover lacalidad de la paz. No faltan dasde paz en Tierra Santa. Sin embar-go, la paz es frgil, pues est obliga-da a convivir con el temor de la vio-lencia siempre amenazadora, que noraramente conoce expresiones cla-morosas y muy dolorosas. Es posi-ble, de hecho, realizar las peregrina-ciones a los santuarios de la salva-cin en serenidad. Ms an, se reco-miendan cordialmente con vistas alAo de la fe. Pero se puede olvidarla dificultad extrema de movimiento

    El llamamiento del patriarca de Jerusaln de los Latinos, Fouad Twal

    Libres del odioLos cristianos de Tierra Santa tienen hambre y sed

    de justicia y de paz. Lo afirm el patriarca de Jerusalnde los latinos, Fouad Twal, en la homila de la misain cena Domini celebrada en la baslica del SantoSepulcro. Para nosotros, que vivimos en esta TierraSanta, Cristo sigue sufriendo en los miembros de suCuerpo mstico por falta de libertad y de paz, por ve-jaciones de todo tipo, un sufrimiento que a veces in-

    cluso llega al martirio. Este llamamiento reson enmedio de la Semana santa, cuando la atencin de laopinin pblica mundial espontneamente dirige lamirada a esta martirizada regin, que conserva la me-moria del paso terreno de Jess. No por casualidad, elViernes Santo en todas las dicesis del mundo se reali-za la colecta en favor de los cristianos de Tierra Santa.

    Para el patriarca Twal, estas condiciones de vidanos hieren profundamente. En efecto, tenemos unagran hambre y sed de justicia y de paz; soamos llevaruna vida normal. Somos prisioneros del odio, de ladesconfianza y del miedo los unos respecto de losotros. Sin embargo, tambin hoy el Seor nos pideque no sigamos la vanagloria, sino que imitemos suhumillacin; que, en vez del orgullo, vivamos su hu-mildad; que en lugar de nuestro rencor, acojamos su

    perdn y entremos en un amor ms grande porpor nuestros hermanos.

    El amor recproco que nos ense Jess es la de toda la Semana Santa y la clave de la nuevacua. Porque es un amor purificado en el leo cruz, por las pruebas y las tribulaciones que nostan. Este es el amor de quienes han muerto a smos. Este es el amor incondicional de Aquel queam primero. Lo que Jess nos pide es que viveste amor para ser verdaderamente libres.

    Por eso, el patriarca Twal elev al Seor su orapara que sostenga la presencia de los cristianos enrra Santa, a fin de que no huyamos de la cruz,que la acojamos. As, pedimos a Mara que nocance la valenta de dar este generoso paso de amiento y de muerte con Cristo para amar como ha amado. De este modo, su gloria brillar en ntros rostros, nuestro va crucis ser ms breve y nuresurreccin y la de nuestro pueblo no tardar; arusaln mostrar su rostro de paz y de justicia: el rode la ciudad santa, de la Iglesia madre que acogedos los creyentes como hermanos. Entonces serverdaderamente hijos del Padre.

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    pgina 10 LOSSERVATORE ROMANO domingo 22 de abril de 2012, nm

    Colegio episcopal

    Lutos en el episcopado

    Curia romana

    R e p re s e n t a c i o np ontificias

    El Santo Padre ha nomconsultores de la Congreg

    para las causas de los santossiguientes personas: monLuis Manuel Cua Ramos;btero Filippo Urso; padrejciech Giertych, O.P.; don AnEscudero Cabello, S.D.B.; MRostkowsi, O.M.I.; padre AAmarante, C.S S.R.; hermana rosa Ines Bassani, S.V.D.I.; hna Grazia Loparco, F.M.A.

    AZ E R B A I Y N

    El Santo Padre ha nomnuncio apostlico en Azerba monseor MAREK SOLCZYarzobispo titular de CesarMauritania y nuncio aposen Georgia y Armenia.

    Marek Solczyski naci ewiszyn, dicesis de Kalisznia), el 7 de abril de 1961. Rla ordenacin sacerdotal el mayo de 1987. Entr en el sediplomtico de la Santa Se2011. Benedicto XVI lo nombzobispo titular de CesareMauritania y nuncio aposen Georgia el 26 de noviemb2011; recibi la ordenacin epal el 6 de enero de 2012. Emo Papa lo nombr nunciotlico en Armenia el 15 de dbre de 2011.

    El Papa ha nombrado enviapecial suyo a Dubln (Irlapara las celebraciones del cuagsimo Congreso euca

    internacional, que tendr luglos das 10-17 de junio de 20cardenal MARC OUELLET,prefecto de la Congregacinlos obispos.

    Enviado espec

    RENUNCIAS:

    El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la dicesis deRockford (Estados Unidos) quemonseor THOMAS G. D ORAN le ha-ba presentado en conformidad conel canon 401 1 del Cdigo de dere-cho cannico.

    Thomas G. Doran naci en Rock-ford el 20 de febrero de 1936. Reci-bi la ordenacin sacerdotal el 20 dediciembre de 1961. Juan Pablo II lonombr obispo de Rockford el 19 deabril de 1994; recibi la ordenacinepiscopal el 24 de junio del mismoao.

    El Papa ha aceptado la renuncia algobierno pastoral de la dicesis deRo Gallegos (Argentina) que mon-seor JUA N CARLOS ROMANN,S.D.B., le haba presentado en con-formidad con el canon 401 2 delCdigo de derecho cannico.

    Juan Carlos Romann, S.D.B., na-ci en Sarandi, dicesis de Avellane-da-Lans, el 4 de noviembre de1954. Recibi la ordenacin sacerdo-

    tal el 24 de octubre de 1981. Bene-dicto XVI lo nombr obispo de ladicesis de Ro Gallegos el 25 de oc-tubre de 2005; recibi la ordenacinepiscopal el 17 de diciembre del mis-mo ao.

    EL PA PA HA NOMBRAD O:

    Obispo de Rockford (Estados Uni-dos) a monseor DAV I D J. MALLOY.

    David J. Malloy naci en Milwau-kee el 3 de febrero de 1956. Recibila ordenacin sacerdotal el 1 de julio

    de 1983. Se licenci en teologa dog-mtica y se doctor en derecho ca-nnico en la Pontificia UniversidadGregoriana de Roma. Inici su mi-nisterio como vicario parroquial.Luego, tras ingresar en la Academiaeclesistica pontificia, prest servicioen las nunciaturas en Pakistn y Si-ria, ante la Organizacin de las Na-

    ciones Unidas y como oficial de laPrefectura de la Casa pontificia. Deregreso a su pas, ha sido vicesecre-tario general y, luego, secretario ge-neral de la Conferencia episcopal deEstados Unidos; y prroco.

    Arzobispo de Brisbane (Australia)a monseor MARK BENEDICT COLE-RID GE, hasta ahora arzobispo deCanberra y Goulburn.

    Mark Benedict Coleridge naci enMelbourne el 25 de septiembre de1948. Recibi la ordenacin sacerdo-tal el 18 de mayo de 1974. Juan Pa-blo II lo nombr obispo titular deTeveste y auxiliar de la archidicesisde Melbourne el 3 de mayo de 2002;recibi la ordenacin episcopal el 19de junio del mismo ao. El SantoPadre lo promovi a arzobispo de

    Canberra y Goulburn el 19 de juniode 2006.

    Obispo de So Flix (Brasil) amonseor ADRIANO CIO CCA VA S I N O,hasta ahora obispo de Floresta.

    Adriano Ciocca Vasino naci enBorgosesia, dicesis de Novara (Ita-lia), el 8 de julio de 1949. Recibi laordenacin sacerdotal el 8 de sep-tiembre de 1974. Juan Pablo II lonombr obispo residencial de Flo-resta el 3 de marzo de 1999; recibila ordenacin episcopal el 2 de ma-yo del mismo ao.

    Obispo de Oppido Mamertina-Palmi (Italia) a monseor FRANCES-CO MI L I T O.

    Francesco Milito naci en Rossa-no el 7 de julio de 1948. Recibi laordenacin sacerdotal el 12 de agos-to de 1972. Se diplom en archivsti-ca en la Escuela del Archivo SecretoVaticano y en teologa pastoral en elPontificio Instituto Redemptor Homi-nis de la Pontificia Universidad La-teranense. Inici su ministerio pasto-ral en Rossano como animador en elseminario arzobispal. A continuacinfue responsable del archivo histricodiocesano; asistente espiritual; rectordel seminario arzobispal y del Ponti-ficio Seminario Regional de Catan-zaro; director del Estudio teolgicocalabrs; oficial de la Secretara deEstado; prroco; vicario general; ydirector del Archivo histrico dioce-sano de Rossano-Cariati.

    Obispo titular de Beatia y auxiliarde Pelplin (Polonia) a monseorWIESAW MIGIEL.

    Wiesaw migiel naci en winad Wis, dicesis de Pelplin, el 3

    de enero de 1969. Recibi la ordena-cin sacerdotal el 29 de mayo de1994. Obtuvo el doctorado en teolo-ga pastoral en la Universidad catli-ca de Lublin. En su ministerio pas-toral ha desempeado los siguientescargos: vicario parroquial; secretariodel obispo de Pelplin; profesor deteologa pastoral en el seminario ma-yor; y consultor de la Comisin dela Conferencia episcopal polaca parala pastoral.

    Obispo titular de Canapio y auxi-liar de Fortaleza (Brasil) a monseorJOS LUIZ GOMES DE VA S C O N C E L O S.

    Jos Luiz Gomes de Vasconaci en Garanhuns el 12 de de 1963. Recibi la ordenacindotal el 9 de diciembre de 198licenci en teologa patrsticaPontificia Universidad Gregode Roma. En su ministerio paha desempeado, entre otros,

    guientes cargos: vicario parroprroco; coordinador diocesala pastoral; miembro del equiformacin del seminario intersano; miembro del Consejo preral de la dicesis de Garanhuntor del seminario mayor intersano de Caruaru; y responsableOrganizacin de los seminariolos institutos filosfico-teolgicBrasil en la regin Noreste 2 Conferencia episcopal brasilea

    Monseor JOHN GEORGE CHEDID,del clero de San Marn de Brooklynde los maronitas (Estados Unidos),obispo emrito de Nuestra Seoradel Lbano de Los ngeles de losmaronitas, falleci el 22 de marzo.Haba nacido en Edd, eparqua deBatrun de los maronitas (Lbano), el4 de julio de 1923. Era sacerdotedesde el 21 de diciembre de 1951.Juan Pablo II lo nombr obispo titu-lar de Callinico de los maronitas yauxiliar de la eparqua de San Ma-rn de Brooklyn de los maronitas el13 de octubre de 1980; recibi la or-denacin episcopal el 25 de enerodel ao sucesivo. El Santo Padre lonombr obispo residencial de Nues-tra Seora del Lbano de Los nge-les de los maronitas el 19 de febrero

    de 1994; y acept su renuncia al go-bierno pastoral de dicha eparqua el20 de noviembre de 2000.

    Monseor PAU L I N O REALE, obispoemrito de Venado Tuerto (Argenti-na), falleci el 29 de marzo. Habanacido en Canicattini Bagni, archi-dicesis de Siracusa (Italia), el 25 deenero de 1924. Era sacerdote desdeel 5 de diciembre de 1948. Juan Pa-blo II lo nombr obispo de VenadoTuerto el 19 de junio de 1989; recibila ordenacin episcopal el 8 de sep-tiembre de dicho ao. El Santo Pa-dre acept su renuncia al gobierno

    pastoral de dicha dicesis el 16 dediciembre de 2000.

    Monseor EFRAIM BASLIO KRE-VEY, O.S.B.M., eparca emrito de SoJoo Batista en Curitiba de los ucra-nianos (Brasil), falleci el 3 de abril.Haba nacido en Iva, dicesis dePonta Grossa, el 12 de diciembre de1928. Era sacerdote desde el 12 denoviembre de 1951. Pablo VI lo nom-br obispo titular de Caffa y coadju-tor de So Joo Batista en Curitibade los ucranianos el 29 de noviem-bre de 1971; recibi la ordenacinepiscopal el 13 de febrero de 1972.Pas a ser obispo residencial de di-cha sede el 10 de marzo de 1978. ElSanto Padre acept su renuncia algobierno pastoral de So Joo Batis-

    ta en Curitiba de los ucranianos el13 de diciembre de 2006.

    Monseor FELIPE FERNNDEZGARCA, obispo emrito de SanCristbal de la Laguna (Espaa), fa-lleci el 7 de abril. Haba nacido enSan Pedro de Trones, dicesis de As-torga, el 30 de agosto de 1935. Erasacerdote desde el 28 de julio de1957. Pablo VI lo nombr obispo devila el 22 de octubre de 1976; reci-bi la ordenacin episcopal el 28 denoviembre sucesivo. Fue nombradoobispo residencial de San Cristbal

    de la Laguna el 12 de junio de 1991.El Santo Padre acept su renuncia algobierno pastoral de dicha dicesisel 29 de junio de 2005.

    Monseor MARIO RIZZI, arzobispotitular de Bagnoregio y nuncio apos-tlico, falleci el 13 de abril. Habanacido en San Giovanni in Persice-to, archidicesis de Bolonia, el 3 demarzo de 1926. Era sacerdote desdeel 3 de octubre de 1948. Juan PabloII lo nombr arzobispo titular deBagnoregio y nuncio apostlico enBulgaria el 28 de febrero de 1991; re-cibi la ordenacin episcopal el 20de abril de dicho ao. Termin suservicio como nuncio apostlico enBulgaria el 1 de junio de 1996.

    Monseor JOS

    CERVIO

    CERVI

    - O, obispo emrito de TuiVi g o(Espaa), falleci el 18 de abril. Ha-ba nacido en Aldn, archidicesisde Santiago de Compostela, el 21 deagosto de 1920. Era sacerdote desdeel 6 de abril de 1946. Pablo VI lonombr obispo titular de Benepotay auxiliar de Santiago de Composte-la el 4 de junio de 1968; recibi laordenacin episcopal el 28 de juliosucesivo. Fue nombrado obispo deTu i Vigo el 8 de noviembre de 1976.El Santo Padre acept su renuncia algobierno pastoral de dicha dicesisel 7 de junio de 1996.

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    nmero 17, domingo 22 de abril de 2012 LOSSERVATORE ROMANO pg

    En la audiencia general el Pontfice habla del pequeo Pentecosts narrado por san Lucas en los Hechos de los Apstole

    Una Iglesia que oraCon una reflexin sobre el pequeoPentecosts narrada por san Lucas enlos Hechos de los Apstoles, el Papareanud el mircoles 18 de abril,durante la audiencia general celebrada

    en la plaza de San Pedro, el ciclo decatequesis sobre la oracin.

    Queridos hermanos y hermanas:

    Despus de las grandes fiestas,volvemos ahora a las catequesis so-bre la oracin. En la audiencia antesde la Semana Santa reflexionamossobre la figura de la santsima Vir-gen Mara, presente en medio de losApstoles en oracin mientras espe-raban la venida del Espritu Santo.Un clima de oracin acompaa losprimeros pasos de la Iglesia. Pente-costs no es un episodio aislado,porque la presencia y la accin delEspritu Santo guan y animan cons-tantemente el camino de la comuni-dad cristiana. En los Hechos de los

    Ap s t o l e s , san Lucas, adems de na-rrar la gran efusin acontecida en el

    Cenculo cincuenta das despus dela Pascua (cf. Hch 2, 1-13), refiereotras irrupciones extraordinarias delEspritu Santo, que se repiten en lahistoria de la Iglesia. Hoy deseo re-flexionar sobre lo que se ha definidoel pequeo Pentecosts, que tuvolugar en el culmen de una fase dif-cil en la vida de la Iglesia naciente.

    Los Hechos de los Apstoles narranque, despus de la curacin de unparaltico a las puertas del templode Jerusaln (cf. Hch 3, 1-10), Pedroy Juan fueron arrestados (cf. Hch 4,1) porque anunciaban la resurreccin

    de Jess a todo el pueblo (cf.Hch 3,11-26). Tras un proceso sumario, fue-ron puestos en libertad, se reunieroncon sus hermanos y les narraron loque haban tenido que sufrir por ha-

    ber dado testimonio de Jess resuci-tado. En aquel momento, dice sanLucas, todos invocaron a una aDios en voz alta (Hch 4, 24). Aqusan Lucas refiere la oracin ms am-plia de la Iglesia que encontramosen el Nuevo Testamento, al final dela cual, como hemos escuchado,tembl el lugar donde estaban reu-nidos; los llen a todos el EsprituSanto, y predicaban con valenta lapalabra de Dios (At4, 31).

    Antes de considerar esta hermosaoracin, notemos una importante ac-titud de fondo: frente al peligro, a ladificultad, a la amenaza, la primeracomunidad cristiana no trata de ha-

    cer un anlisis sobre cmo reaccio-nar, encontrar estrategias, cmo de-fenderse, qu medidas adoptar, sinoque ante la prueba se dedica a orar,se pone en contacto con Dios.

    Y qu caracterstica tiene estaoracin? Se trata de una oracinunnime y concorde de toda la co-munidad, que afronta una situacinde persecucin a causa de Jess. Enel original griego san Lucas usa elvocablo homothumadon to dos

    juntos, concordes un tque aparece en otras partes d

    Hechos de los Apstoles para subesta oracin perseverante y con(cf. Hch 1, 14; 2, 46). Esta con

    es el elemento fundamental primera comunidad y debersiempre fundamental para la IgEntonces no es slo la oraciPedro y de Juan, que se enconen peligro, sino de toda la codad, porque lo que viven loApstoles no slo les atae a sino tambin a toda la Iglesia.te a las persecuciones sufridas sa de Jess, la comunidad nono se atemoriza y no se divideque se mantiene profundamentda en la oracin, como una solsona, para invocar al Seor. Esra, es el primer prodigio que sliza cuando los creyentes sontos a prueba a causa de su fe: ldad se consolida, en vez de rose, porque est sostenida pooracin inquebrantable. La Ino debe temer las persecucioneen su historia se ve obligada asino confiar siempre, como JesGetseman, en la presencia,ayuda y en la fuerza de Dios,cado en la oracin.

    Demos un paso ms: qu pDios la comunidad cristiana emomento de prueba? No pide columidad de la vida frente a lsecucin, ni que el Seor castiquienes encarcelaron a PedroJuan; pide slo que se le copredicar con valenta la P

    SIGUEEN LAP

    Benedicto XVI habla a los muchachos en un libro

    Los milagros de JessLas bodas de Can, la curacin del ciego de nacimiento, la resurreccin de Lza-ro, la multiplicacin de los panes y de los peces: son slo algunos de los aconteci-mientos contenidos en el libro para muchachos, recin publicado, que recoge frag-mentos de comentarios de Benedicto XVI a episodios del Evangelio (Los milagrosde Jess, San Giuliano Milanese, Piccola casa editrice, 2012, 48 pginas). Pa-ra el Santo Padre, de estos eventos milagrosos emerge cmo, en realidad, el donms grande que Dios puede darnos es su amistad, su presencia, su amor. l es eltesoro valioso que es preciso pedir y custodiar siempre. Del volumen, adornadocon las ilustraciones de Franco Vignazia, publicamos la introduccin, firmada porel superior general de la Fraternidad sacerdotal de los Misioneros de san Carl o s

    B o r ro m e o .

    MASSIMO CAMISASCA

    Basta abrir el Evangelio, uno cual-quiera de los cuatro Evangelios. Nosencontramos inmersos en los mila-

    gros que marcan continuamente lavida de Jess. Qu son los mila-gros? Son acciones que Dios realizadirectamente o a travs de los hom-bres, para iluminar nuestra vida, co-rregirla y atraernos hacia s. De mu-chos ni siquiera nos damos cuenta.Algunos en cambio nos sorprenden,nos hacen reflexionar. Se vuelvenante nuestros ojos y nuestra mentesignos que nos plantean un interro-gante: Quin ha actuado? Porqu?

    Veamos algunos ejemplos, extra-dos precisamente de los Evangelios.Las curaciones: a travs de Jess

    Dios devuelve la vista a algunos cie-gos, cura a l is iados y paralticos, aleprosos. Son slo algunos casos. Enrealidad, los Evangelios nos mues-tran que fueron muchos los curados.

    Jess impone a menudo el silenciosobre su accin. No quiere que loconsideren como uno de tantos cu-randeros. Desea que el asombro porla salud recuperada se transforme enun interrogante para la persona:Quin es este que tengo delante?Por qu me ama as? Qu hay de-trs de la autoridad de sus palabrasy de la luz de su mirada, de la belle-za de sus gestos?

    El milagro se convierte en una se-al que abre a la fe. Si no se encien-de en el hombre esta nueva capaci-dad de ver, el evento milagroso que-da como un hecho extrao, maravi-

    lloso ciertamente, pero que no pro-duce un cambio duradero y signifi-cativo. Un lugar particular en losEvangelios lo ocupan las curacionesde los leprosos. En la antigedad lalepra era vista no slo como una en-fermedad fsica, sino tambin espiri-tual, una enfermedad en el lmite en-tre lo humano y lo diablico. A losleprosos se les alejaba de las aldeas,marginados de la vida social. Al cu-rarlos Jess nos muestra que el suyoes un amor que abraza a todo elhombre, que l vino para salvar tan-to el cuerpo como el espritu.

    Otras veces los gestos milagrososde Jess son manifestaciones de sugloria, como cuando se produce una

    pesca milagrosa por la hora inslitao por la cantidad de peces, o en lasmultiplicaciones de los panes. Ycuando aplaca los vientos y el maren tempestad. Son el signo de la vi-da nueva que se manifiesta. Otrosmilagros: las resurrecciones de losmuertos. Jess restituye a la viudade Nam el hijo nico de quien secelebraba el funeral, regala a Martay a Mara la alegra de tener todavacon ellos a su hermano Lzaro. Enestos acontecimientos aparece toda-va con mayor claridad la naturalezadel milagro: slo Dios puede hacervolver de la muerte. Lo que recono-

    cemos como milagroso es verdmente obra suya. Y al mismo tes fruto de su misericordia, qinclina sobre nuestra humanidarida, lacerada por el mal.

    Por ltimo, los Evangeliocuentan que Jess arroja a los dnios y perdona los pecados:poco yo te condeno. Anda,adelante no peques ms (cf.11), dice a la adltera. La expde Satans que vuelve a dar latad y la paz a personas poseatormentadas es el milagro mro: Jess vino por esto, para linos de los lazos del pecado. Porealiza los milagros, para que

    los observa o goza de sus fruabra a la gran noticia: en Jessse hizo hombre para cargar sonuestros pecados, derrotar a Sy liberarnos del mal. La humade Jess, su amor por nosotrocada uno de nosotros, es el verro milagro al que nos conducdas sus acciones milagrosas. Lolagros ocurren tambin hoy, intodava ms numerosos que tiempo de Jess. Meditando lciones