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La socialización oral del discurso de la sensibilidad leoparda. XIII Silvio Villegas'- "El año de 1938 será decisivo en nuestra historia". Las primeras giras de 1938. Desde el 5 de enero de 1938, el comando ospinista de Cali organizó los preparativos para el recibimiento de Silvio Villegas, quien arribó a está ciudad el 8 de enero. El ambiente de celebración en las juventudes ospinistas era evidente. En una cena ofrecida por los amigos de Villegas residentes en las ciudades del suroccidente del país, Abraham Fernández de Soto, en nombre de la juventud derechista, reconoció a Silvio Villegas como el "caudillo auténtico de la renovación conservadora" y adhirió a los postulados expuestos por el insigne homenajeado en conferencias y editoriales: "La juventud os sigue, doctor Villegas, porque interpretáis su pensamiento. Esperaba su inspirador y lo ha encontrado." 1 . Sin embargo, en el Valle, las cosas no pintaban bien para los propósitos de la sensibilidad leoparda. Primitivo Crespo, el esquivo, pero siempre aliado suyo, no estaba muy seguro de las bondades de la candidatura de Ospina Pérez. Su voz, en ese momento escuchada y acatada, se alzó para obstaculizar su difusión en el suroccidente, tierra sagrada para el conservatismo nacionalista. Silvio Villegas aceptó el reto y se dirigió a Cali desafiando el poder del directorio departamental. En la mañana del domingo 9 de enero de 1938, el reconocido leopardo intervino en la ciudad desde el Circo Granada. Su discurso fue transmitido por las emisoras La Voz del Valle, de Cali, Nueva Granada, de Bogotá, Voces de la Ciudad, de Manizales, y Claridad, de Medellín. La prensa reportó que en algunos municipios los conservadores se habían reunido en las plazas principales, en los cafés, en los atrios de las iglesias y en 7 La Patria, enero 12 de 1938. p. 3.

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La socialización oral del discurso de la sensibilidad leoparda. XIII

Silvio Villegas'- "El año de 1938 será decisivo en nuestra historia". Las primeras giras de 1938.

Desde el 5 de enero de 1938, el comando ospinista de Cali organizó los preparativos para el recibimiento de Silvio Villegas, quien arribó a está ciudad el 8 de enero. El ambiente de celebración en las juventudes ospinistas era evidente. En una cena ofrecida por los amigos de Villegas residentes en las ciudades del suroccidente del país, Abraham Fernández de Soto, en nombre de la juventud derechista, reconoció a Silvio Villegas como el "caudillo auténtico de la renovación conservadora" y adhirió a los postulados expuestos por el insigne homenajeado en conferencias y editoriales: "La juventud os sigue, doctor Villegas, porque interpretáis su pensamiento. Esperaba su inspirador y lo ha encontrado."1.

Sin embargo, en el Valle, las cosas no pintaban bien para los propósitos de la sensibilidad leoparda. Primitivo Crespo, el esquivo, pero siempre aliado suyo, no estaba muy seguro de las bondades de la candidatura de Ospina Pérez. Su voz, en ese momento escuchada y acatada, se alzó para obstaculizar su difusión en el suroccidente, tierra sagrada para el conservatismo nacionalista. Silvio Villegas aceptó el reto y se dirigió a Cali desafiando el poder del directorio departamental. En la mañana del domingo 9 de enero de 1938, el reconocido leopardo intervino en la ciudad desde el Circo Granada. Su discurso fue transmitido por las emisoras La Voz del Valle, de Cali, Nueva Granada, de Bogotá, Voces de la Ciudad, de Manizales, y Claridad, de Medellín. La prensa reportó que en algunos municipios los conservadores se habían reunido en las plazas principales, en los cafés, en los atrios de las iglesias y en

7 La Patria, enero 12 de 1938. p. 3.

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familia a escuchar el discurso. Villegas empezó rindiendo culto a la memoria de Ignacio Rengifo, destacó su ascendencia en el viejo partido nacional, heredero, según señaló, de los ideales bolivarianos, "sus palabras eran actos y sus actos eran parlantes", dijo.2 En su homenaje a Rengifo había una crítica a la que era la dirección nacional del partido por esos días: "Cuando veo la pasividad, la cobardía, la resignación de nuestras masas degradadas por la abstención, pienso que Ignacio Rengifo sentiría hoy vergüenza de nosotros. Los muertos ilustres hablan, y las palabras de ultratumba son amargas".3

Pero también hubo crítica a Primitivo Crespo, el aliado de ayer: "Al que se crea dueño de la ciudad de Cali, señor de vidas y conciencias, lo invito a que me haga descender de esta tribuna, para que sienta la reacción de una ciudad orgullosa a la cual no se le ofende considerándola como una vereda silvestre, donde no puede escucharse sino la voz del amo".4 Denominó una "conspiración de la hipocresía" el comportamiento de Crespo hacia él. "La desdicha de todos los neófitos y conversos es que se resienten y se tornan fanáticos perseguidores de su antigua fe",5 anotaba. Villegas realmente estaba en sus territorios. Era ampliamente conocido en todo el departamento por las masas conservadoras que le reconocían su trabajo de opositor al régimen liberal. De hecho, la población del norte de la región era de su misma raza, y la vida económica, política, social y cultural entre Caldas y el Valle era dinámica y estrecha. Todo podía permitir Villegas menos que le impidieran el acceso a su propio predio: "jefecillos hipotéticos han querido negarme hasta el derecho a hacer uso de la palabra ante multitudes que me han visto sufrir y padecer al lado suyo. Ni siquiera a conductores auténticos he querido reconocerles título alguno para calificar mis servicios; menos podía tolerárselo a media docena de improvisados sargentos".6

Y era apenas el comienzo. Enseguida Villegas ratificó y afirmó sus posturas políticas e ideológicas, y, como Álzate, las endosó a la candidatura de Ospina. Las conferencias emitidas por radio y el método que encontraron los jóvenes ideólogos nacionalistas para promover dicha candidatura servían para expresar oralmente lo que los miembros de la sensibilidad leoparda habían ya manifestado por escrito. En ese momento sus palabras llegaban a un auditorio mucho mayor, con el peso de la emoción y el énfasis que suele a veces perderse en el texto escrito. Así, de discurso en discurso, Villegas apuntalaba y perfeccionaba la coherencia de su pensamiento. Se repetía, hacía uso de los textos de sus editoriales de La Patria, producidos a lo largo de la década. Ponía en sus labios lo que ya era texto escrito. Él mismo se encargaba de divulgarlos oralmente, consciente de la importancia y trascendencia del medio radial a su disposición. Quienes no lo hubieran leído tenían entonces la oportunidad de oírlo. La novedad era su prosodia, la emoción que le colocaba a su disertación: "El despertar de las provincias será el amanecer de Colombia", dijo al plantear en alta voz el problema de la descentralización que venía pregonando de tiempo atrás:

Bogotá es la negación de nuestra cultura aldeana. Nuestra república no está en los grandes centros poblados: su entraña vital es preciso buscarla en las l lanuras, en los valles, en las cordilleras, en los cafetales, en las minas de oro y de hulla, en las aldeas y veredas. Todo entre nosotros es rural [...] En los últimos años nos hemos convertido en simples colonias de la metrópoli, porque hemos perdido la viril arrogancia de los abuelos. Los directorios seccionales de ambos partidos, cuando no se nombran desde la capital, parecen simples marionetas manejadas desde las redacciones de los periódicos bogotanos. Pero ya se ha dado el grito del Libertador, De ahora en adelante Cali, Bucaramanga, Barranquilla, Medellín o Cartagena, tendrán tanto derecho como Bogotá para señalarle inéditas odiseas a la República.7

1938, p. 1. 2 Ibid.. Ibid.

4 Ibid. ' Ibid. " Ib id . 7 Ibid.

enero

p. 7.

10 d.

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Todos los contenidos del discurso configurado a lo largo de los años de la oposición desfilan ante los oídos de los oyentes: el partido procesional, la acción en la calle, el contacto con la multitud, la antiabstención, el predominio del campo sobre la ciudad, el regreso a la tierra, etc. Villegas resaltó la necesidad de darle al país una orientación esencialmente agrícola y sostuvo que era indispensable evitar las concentraciones industriales. Aseguró que la granja era el prototipo de la vida normal en todo el universo y lamentó que en Colombia estuviera ocurriendo una creciente despoblación de los campos.

Los Leopardos eran intelectuales que rendían por escrito y oralmente. Eran buenos para ambas cosas, pero en esta coyuntura preferían desarrollar su vocación de oradores porque consideraban era la parte más importante de un sistema de propa­ganda con óptimos resultados. Consciente de esto, Villegas se valió de uno de sus émulos: "La palabra gobierna al mundo, hay que hablar sin descanso, con fervor y denuedo para romper esta atmósfera de mudez que circuye todos nuestros problemas [...] De silencio está hecha la atmósfera de los sepulcros".8 Empero, no los emulaba tan sólo, como lo he dicho atrás, el inspirador positivo de sus ideales, sino también el adversario: "La fuerza que dio al marxismo su asombroso poder sobre las muchedumbres no consiste en la obra constitutiva escrita y preparada por sus intelectuales, sino el formidable diluvio de propaganda oral que esta en teoría descargó sobre la multitud en el curso de los años",9 decía.

La sensibilidad leoparda se diferenciaba de la tradicional conservadora colombiana en el reconocimiento al papel de la multitud en la historia, en la necesaria comprensión del rol de las masas. Su propuesta y su concepción de la política son antiaristocráticas, están dirigidas hacia un contacto directo con lo popular. Y en esa dirección ve con buenos ojos, y además así lo estaba haciendo, el despliegue de banderas, escarapelas e himnos en los mítines por su valor sentimental para el pueblo. La época lo embrujaba. Villegas, que poco citaba textualmente, esa vez acudió a un contemporáneo suyo, quien en su formación había leído, lo mismo que él, al intelectual francés Fierre Drieu La Rochelle (1893-1945), conocido como "el dandi fascista", para decir lo que le interesaba a través de sus palabras: "El fascismo no ha salido de la dictadura, es la dictadura la que ha brotado del fascismo. Lo que ha hecho la grandeza de la Italia moderna, es el esfuerzo de una generación que ha buscado y encontrado el fascismo primero, y que luego o al mismo tiempo buscó y encontró a Mussolini. Es preciso que muchos hombres obren, reflexionen, se agiten, para que el mejor de entre ellos, lanzado por ellos, los impulse a su turno".10 He ahí el elegido candidato Ospina Pérez, el escogido por las generaciones de los Leopardos y la del año 30, es decir la de Álzate, y Villegas aprovecha la ocasión para destacar los lazos estrechos que las une gracias a unos mismos propósitos y a una misma lucha:

Sin tener la responsabilidad oficial del partido, los leopardos con la generación del año 30, nos pusimos a la cabeza de las multitudes, desafiando en las plazas públicas a los asesinos uniformados. En fulgurantes mítines recorrimos el país desde Tunja hasta Popayán. Fue así como el partido ganó las elecciones de 1932, en la época más sangrienta de la lucha política contra la nueva iniquidad [...] Cuan magnánima fue esa generación del año 30 que hoy escarnecen y excomulgan aquellos mismos que permanecieron en la retaguardia durante las rudas jornadas de la oposición, observando desde lejos ese vasto dolor y esa pujanza indómita, mientras el régimen que masacraba

Ibid Ibid.

" Ibid.

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a sus copartidarios les daba suculentas sinecuras en el extranjero y repuestos cargos ministeriales. Los cadetes de la universidad, sin compromisos ni complejidades con el pasado, dejaron entonces sus preocupaciones académicas para ponerse bajo las banderas de un partido vencido, sufrir al pie de las masas y dar cara al enemigo con los sobrevivientes de la catástrofe. Esos muchachos abnegados, valientes y fieles hicieron el milagro convirtiendo una retirada en victoria. El éxito sorprendió al consejo de ancianos que todavía deliberaba entre luchar o someterse, más dispuestos a la capitulación que al combate. Los conductores parlamentarios votaban los proyectos del gobierno temerosamente y l lamaban al orden a quienes enarbolábamos en el hemiciclo un pendón de guerra [...] La última generación, la de 1930, la que está hoy matriculada en las derechas, no llegó a nuestro campo el Domingo de Ramos bajo el abanico de las palmas, entre delirantes aclamaciones de esperanza. Se presentó el viernes de dolores, cuando soplaba el viento trágico de la derrota y el aire se poblaba de sentencias de muerte. No vino a recibir gajes y honores, sino a compartir la persecución y el martirio [...] A esa juventud ilustre por la mente y por el carácter, que le dio todo sin pedir nada, tratan ahora de vejarla antiguos iscariotes, sin darse cuenta de cuánto destino frustrado, de cuántas vidas rotas hay en una generación sacrificada. Mi fidelidad a ella no podrá extinguirse nunca.11

De esta manera, fluían en los discursos de la sensibilidad leoparda argumentos contra la Dirección Nacional del conservatismo, en particular contra Laureano Gómez. Su empecinada ojeriza hacia la juventud nacionalista hizo que esta se volcara a plantear el conflicto interno en el partido como un problema generacional. Laureano, como contradestinatario de su mensaje, estaba implícito y explícito: "cierto organizador de derrotas".

Se le entregaron fortalezas, trincheras, convoyes, armas, bagajes, cuadros movilizados. Tuvo todas las facultades. Cada uno de nosotros recogió un poco su es ta tu ra política para que resal tase entre todos. Nosotros le creamos deliberadamente un prestigio místico, un aura legendaria como necesidad táctica, a fin de que nunca lo abandonase el fervor de las masas y no se resistieran a seguirlo algunos núcleos doctrinarios y veteranos, que no olvidaban los agravios de las euménides al presidente paria. Con él se tuvieron las tres virtudes teologales: fe, esperanza y caridad. El capítulo de historia política que viene desde 1933 hasta hoy bajo un comando desorientado, puede definirse con aquel título célebre: "Cómo se evapora un ejército". Que se me señale un solo éxito, una sola ventaja, una escaramuza victoriosa durante este periodo declinante. Nada ni nadie. Ha sido un itinerario de fuga.12

Que la supuesta extrema derecha del partido pidiera democracia interna y autocrítica nos resulta paradójico, pero era la realidad. Los jóvenes nacionalistas luchaban por eso, es decir, por un Partido Conservador democrático, con voz y voto para su mibtancia. Así lo sostiene Villegas en voz alta, para que toda la militancia lo escuche: "El partido necesita autocrítica. Las enfermedades no se destruyen con analgésicos",13 eran reclamos al tratamiento que Laureano les había dado en la pasada crisis de junio.

Parodiando la famosa triada de Hegel, Villegas esquematizó así su pensamiento: tesis : capitalismo; antítesis: socialismo y síntesis: corporativismo. Recuérdese que un poco antes Haya de la Torre había recurrido a la misma triada cuando se trató de presentar y justificar el aprismo como síntesis para América Latina.14 Villegas consideraba, entonces, el corporativismo como el modelo que evitaría en Colombia la lucha de clases: "Sólo dentro de una concepción espiritualista del mundo ensancha el hombre su pobre y estrecho horizonte hasta el océano silencioso de Dios".10 Y esa "concepción espiritualista" era una realidad con Hitler, Mussolini, Franco y Oliveira Salazar, plasmadores del corporativismo, el prospecto social de la derecha, equivalente,

7 Ibid. " Ibid. 77 Ibid. 14 Véase Haya de la Torre o la política como obra civilízatoria (introd. y selec, Jorge Nieto Montesinos). México. Fondo de Cultura

Económica. 2000. 777 La Patria, enero 10 de 1938. p. 7,

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según decía, al de las izquierdas. Es decir, a lo último se oponía el corporativismo, especie eufemística del fascismo. Era este paradigma en la interpretación de Villegas el causante de haber quebrantado al capitalismo "sometiéndolo a un programa de unificación nacional".16 Y esto lo maravillaba: "El problema fundamental del país es infundirle a los conductores y a las masas una conciencia nacionalista. A principios del siglo XIX, Alemania no era siquiera una expresión geográfica. Dividida en varios estados era, si mucho, un campo de combate para las grandes potencias europeas".17

Y enseguida el leopardo citó a Fitche:

El pueblo alemán es el pueblo de la tierra; el alemán, el idioma; el espíritu alemán, el espíritu de los pensadores; el sentimiento alemán, el sentimiento de los poetas; la ciencia alemana, la ciencia; el verdadero a lemán, el verdadero hombre de carácter ; el cr is t iano a lemán, el cristiano. En una palabra: en el alma del pueblo alemán vive el alma de la humanidad: su cultura es la cultura.

Y un siglo después decía Villegas: "Alemania era la primera potencia mundial".18

Era este el modelo a seguir, esta era la propuesta nacionalista: "Colombia necesita hoy un credo semejante. Con voluntad invicta podemos colocarnos a la cabeza del continente. Hay que proclamar la supremacía de nuestras industrias, de nuestra raza, de nuestra cultura, la excelsitud del genio nacional colombiano. Tenemos una misión divina para cumplir en América".19 Peroraba Villegas que, como nacionalistas, no permitirían que industrias extranjeras llegaran al país a competir con las propias! que cerrarían las aduanas para todos los artículos que estuvieran en capacidad de producir los colombianos! que prohibirían la inmigración de trabajadores que aspiraran a disputarle el salario a los colombianos! que expulsarían a los extranjeros que se hubieran apoderado del Ministerio de Educación Nacional! y que dotarían al país del mejor ejército de tierra, agua y aire de todo el continente. De mesianismo en mesianismo se movía el leopardo, quien prometía la salvación a través del nombre de Ospina Pérez, y la de todos estaba encomendada al destino de España: "En la actual guerra civil de la península nuestras masas no están con Largo Caballero, Indalecio Prieto o Manuel Azaña, sino con los caudillos de la reconquista, con Franco y sus heroicos legionarios. Hoy pasa sobre España un hálito de primavera. Evoquemos a Francisco Franco como un signo de redención y de castigo".20 Villegas consideraba que los contenidos del libro Economía industrial y administración, escrito por Ospina Pérez en 1936, eran dignos de la pluma de Oliveira Salazar.21 Le encantaban al leopardo los planteamientos de Ospina respecto a la conciliación entre trabajo y capital, la armonía entre trabajador y empresario. Esa vez, Villegas se manifestó en pro del intervencionismo —"el Estado tiene que ser el regulador supremo de la sociedad, en defensa de industriales, agricultores y trabajadores"—,22 pero lo diferenció del de los liberales colombianos. Sostuvo que el suyo provenía de los profetas hebreos, del sermón de la montaña, de las prácticas evangélicas de la Edad Media y de los trabajos teóricos de los ideólogos católicos. El intervencionismo de Estado de Villegas era el de un Estado corporativista, cuyo objetivo principal era hacer desaparecer la lucha de clases "por medio de una acción enérgica del Estado. Como el gran fenómeno nacional es la producción, hay que eliminar todo lo que tienda a disminuirla o perturbarla. Por esto mismo, aseguradas todas las leyes que amparan a obreros y campesinos, garantizándoles un salario familiar, el derecho de huelga debe ser suprimido".23 En

" Ibid. 77 Ibid. " Ibid. 177 Ibid. '"" Ibid. 21 Véase, Ospina Pérez, Mariano. Economía industrial y administración. Bogotá, Editorial Minerva, 1936. 22 La Patria, enero 10 de 1938, p. 7. 777 Ibid.

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la lucha contra el comunismo, Villegas tenía en cuenta la realización de un amplio programa de justicia, y para ello llamaba a abandonar egoísmos de clase y de secta.21

Finalmente, Villegas propuso un Frente Nacional que se opusiera a la Revolución en Marcha. Deslegitimó la candidatura de Eduardo Santos porque, según él, se trataba simplemente de un nombre que le despejaría el camino al comunismo. Comparó a Santos con Kerensky, sin el cual, señalaba, no hubiera sido posible Lenin. Reclamó el apoyo de un sector del electorado liberal: "invitamos a las derechas liberales a evitarle al país el tormentoso calvario de la revolución española" y predijo que el año 38 "será decisivo en nuestra historia".25.

Luego de su visita a Cali, Villegas prosiguió su camino hacia Popayán. El 10 de enero, el leopardo era esperado en la estación ferroviaria por la dirigencia del nacionalismo caucano y más de doscientos s impat izantes del movimiento provenientes de municipios circunvecinos. Ya en el hotel Lindberg, fue saludado e fus ivamente por Gui l le rmo Valencia en r ep resen tac ión del Directorio Depar tamenta l Conservador. Esta actitud resultó contraria a la tomada por la dirigencia conservadora vallecaucana, que criticó la visita de Villegas a Cali, como ya hemos anotado. El Directorio Conservador de Cauca publicó el siguiente cartel de bienvenida: "El Directorio Conservador abre complacido de par en par las puer tas de honor al máximo periodista y al orador insigne. Donde se alce una t r ibuna vendrá la honra y la gloria si la ocupa Silvio Villegas. Admiración, grat i tud y amistad cubren ahora, como siempre, su derecha"26. Instalado ya en el hotel, los líderes derechistas caucanos Elias Salazar García y César Garrido saludaron al leopardo. Asimismo, Villegas devolvió atenciones en un corto discurso en el que elogió a Popayán y al maestro Valencia.

Las actividades de Villegas continuaron en la "ciudad blanca". El 11 de enero, el leopardo junto a la dirigencia derechista caucana -Víctor Quintero, César Garrido, César Ayerbe y Marco Álzate Avendaño— fue a Belalcázar, a la hacienda de Guillermo Valencia, a conversar sobre la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez. El 12, el Directorio Conservador de Cauca y las masas conservadoras colmaron el Teatro Municipal para escuchar las conferencias de Hernán Jaramillo Ocampo y Silvio Villegas. Empezó hablando el primero, quien tocó los temas de la cuestión agraria, la candidatura presidencial de Ospina Pérez y el movimiento nacionalista. Posteriormente tomo la palabra Villegas, quien resaltó la unidad táctica a la cual debía llegar el Partido Conservador y la juventud derechista, para lograr el triunfo en las elecciones presidenciales: "El poder no se conquista con plegarias sino con afanes. Si nos declaramos incapaces de conquistar las garantías y de formar un frente cristiano nuestros hijos serán apenas extranjeros indeseables. Si el conservatismo se divorcia de las derechas, se suicida"27. En su alocución, el leopardo criticó las realizaciones de la Revolución en Marcha, especialmente la resolución de los problemas sociales y el proyecto de divorcio debatido en el Congreso. Para Villegas, el Partido Conservador era la colectividad sobre la cual se "sostenía la grandeza de la República"28. Sostuvo que las soluciones de la cuestión social no provenían de Moscú, sino de Cristo y sus enseñanzas bíblicas. En este orden de ideas, "la grandeza de la República" debía ser salvaguardada por un hombre "austero y noble" que la

24 Es interesante anotar que La Razón reprodujo íntegramente un documento de la Internacional Comunista en que se les daba instrucciones secretas a los miembros de esta organización para seguir utilizando el régimen liberal para los propósitos de la revolución proletaria. El estilo en que estaba redactado el documento muestra la dimensión y el carácter de la intromisión y la influencia de la Komintern en el comunismo criollo. Véase La Razón, enero 2 de 1938, pp. 1, 3 y 11.

27 Ibid, p. 8. 26 La Patria, enero 12 de 1938, p. 1. 2" Ibid., enero 1 3 de 1 938. p .4 . 2- Ibid.

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representara. Este era Mariano Ospina Pérez, cuya candidatura enfrentaría a la de Eduardo Santos. Expuestos estos puntos, la multitud estalló en júbilo. Según la fuente consultada, Guillermo Valencia le dijo al leopardo: "¡Gigantesco, bien merece usted como pedestal al Ruiz!"29. Acto seguido, los oradores y los miembros del Directorio Conservador salieron hacia el hotel, donde fueron agasajados con una cena. El 13 de enero, Villegas y Jaramillo Ocampo retornaron a Manizales, deteniéndose en Buga a presidir una manifestación ospinista.

La correría por las principales ciudades del suroccidente del país le permitió a Villegas apreciar la aceptación de la candidatura presidencial de Ospina Pérez entre las masas conservadoras. En sus notas de viaje, Villegas agradeció a los líderes de los comités ospinistas de Cali y Popayán sus atenciones y señaló satisfactoriamente: "En el occidente colombiano las masas conservadoras pueden dividirse en diversos grados de fervor por la candidatura de Mariano Ospina Pérez. Lo que no hay es enemigos suyos. A pesar del hosco silencio de las directivas el pueblo conservador se asocia instintivamente a este movimiento, con indomable voluntad de vencer"30.

Más aun, las conferencias le servían como recordatorio al silencioso Directorio Nacional Conservador para que diera solución a esta cuestión política. Para el 10 de enero se hablaba del retorno a actividades de la dirigencia conservadora nacional. La prensa liberal capitalina seguía con particular interés el desenvolvimiento de la candidatura presidencial de Ospina Pérez y anunció la realización de una convención nacional conservadora en febrero31. En El Colombiano, José Mejía estuvo de acuerdo con la convocatoria de la convención nacional de su partido, la cual debería legitimar el clamor de las masas conservadoras de lanzar la candidatura presidencial de Ospina Pérez. Para su éxito, esta reunión debía contar con la asistencia de delegados departamentales elegidos democráticamente por los seguidores locales del partido. Era la única manera de sortear la animadversión surgida en los directorios departamentales ante la propuesta presidencial de Ospina Pérez, puesto que la dirigencias conservadoras de doce departamentos —con excepción de los directorios departamentales de Antioquia y Caldas— se hallaban influenciadas por el Directorio Nacional presidido por Laureano Gómez32. "Convención Democrática y No Plebiscito de Directorios", escribió airadamente el periodista antioqueño33. Así, la sensibilidad leoparda recurría a los métodos democráticos y a la opinión pública representada en las masas conservadoras para protocolizar la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez.

Mientras tanto, el ex secretario del conservatismo, Luis Ignacio Andrade, gerente de El Siglo, señalaba en la mismísima Manizales que el Partido Conservador no iría a las elecciones con candidato propio y que el único candidatizable, que era Laureano Gómez, sería lanzado el día en que se tuviera la certeza de su triunfo. El controvertido agente del laureanismo descalificó las actividades del leopardismo, lo que causó revuelo en la capital caldense.34 Esta misma posición era compartida por Juan Uribe Cualla, quien calificó de "programa carnavalesco" al "prospecto, la banderas, las escarapelas, las flores, los himnos". Según él, estas no daban garantías para que el conservatismo participara en los comicios de mayo. Por el contrario, Uribe Cualla exaltó la labor adelantada por el Directorio Nacional Conservador en cabeza de Laureano Gómez, quien predicaba, paradójicamente, una política de "disciplina y unión" dentro del

2" Ibid. " Ibid. enero IB de 1938. p, 3. 77 Véase las ediciones de El Espectador. El Tiempo y La Razón posteriores al 9 de enero de 1938, 22 Véase El Colombiano, enero 9 de 1938, p, 5. Estos argumentos fueron profundizados por José Mejía Mejía en las posteriores "Rúbricas"

publicadas el 11 y 12 de enero de 1938, 73 El Colombiano, enero 9 de 1938. p. 5. "Véase ibid., enero 13 de 1938, p. 6.

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partido35. Corrían los días del nuevo año y los miembros del Directorio Nacional Conservador se reunían de manera secreta a discutir el tema de la candidatura conservadora. Eso sí, los altos mandos de la colectividad proseguían con su táctica de silencio sepulcral que se prestaba a todo tipo de interpretaciones. El 19 de enero, El Tiempo señalaba las maniobras oscuras encabezadas por el DNC para desarticular la candidatura presidencial de Ospina Pérez, aduciendo la conocida falta de garantías36. El 23 y 27, este mismo diario manifestó que el Directorio Nacional había procedido a regañadientes a apoyar la candidatura presidencial del político antioqueño37. Sin embargo, todo esto eran sólo rumores y no había una confirmación exacta de la política conservadora ante este tema.

La promoción de la candidatura de Ospina ponía en evidencia la proyección de Silvio Villegas como personaje de la política nacional. Después de Cali y Popayán, Villegas estaba programado para cubrir a Ibagué y las ciudades de la Costa Atlántica. Aunque Álzate Avendaño hizo parte de la primera comitiva, el protagonismo de Villegas terminó por opacarlo! cuestiones de táctica leoparda.

En el departamento del Tolima, caracterizadamente liberal, las derechas estaban organizándose. El 30 de enero había tenido lugar una sonada asamblea de la juventud derechista en las oficinas del semanario El Derecho. La asamblea fue moderada por el coronel Eugenio Varón Pérez, fundador del Centro Derechista Marco Fidel Suárez y organizador de las derechas en el departamento. Los asistentes aprobaron proposiciones de saludo a La Patria, a las directivas de la Acción Nacionalista Popular, a los leopardos Silvio Villegas y Augusto Ramírez Moreno y al general Amadeo Rodríguez, y, por supuesto, las derechas tolimenses adhirieron a la candidatura presidencial de Mariano Ospina Pérez! acordaron impulsar un frente anticomunista que salvara a la Nación, y criticaron al gobierno de Alfonso López Pumarejo, en especial las reformas que atentaban contra la familia. Así, el 6 de febrero se dieron cita en Ibagué Eliseo Arango, Ernesto Martínez Capella, Hernando y Anacreonte González. De Manizales arribó la plana mayor de los nacionalistas: Joaquín Estrada Monsalve, Silvio Villegas y Gilberto Álzate Avendaño. Los conferenciantes trazaron las pautas propagandísticas para la conquista de la región, que incluían periódicos, radio, carteles murales, avisos en el cinematógrafo, conferencias y manifestaciones populares. La atención sobre el Tolima hacía parte de la estrategia de fortalecerse en la región para competirle al DNC, que obviaba la convocatoria de una convención nacional para escoger el candidato del partido: "Nadie entiende en el Tolima la forma como pretenden resolver en Bogotá el problema de la candidatura presidencial, convocando una reunión de servidores y amigos íntimos del doctor Laureano Gómez, en vez de citar una convención democrática, donde esté ampliamente representada la orientación de las provincias".38 Sustentaba Villegas que en la historia de Colom­bia era tradicional que la opinión fuera de la periferia al centro, pero se lamentaba que el centralismo hubiera progresado en tal forma que ya no era posible resistir, sino en los departamentos con cierta orientación autónoma por motivos raciales y geográficos. Y reiteró lo que ya era uno de los ejes de su discurso:

Nosot ros a sp i r amos a una polí t ica p rov inc iana , que no se maneje desde Bogotá por correspondencia sino que tenga como principal objetivo la movilización constante de las multitudes, dentro de un ambiente cordial de comunicación entre el pueblo y los jefes. Nadie

77 El Espectador, enero 11 de 19.38. p. 6. 7B El Tiempo, enero 19 de 1938, p. 3. 17 Ibid.. enero 23 de 19,38. p. 7; y enero 27 de 1938. p. 3. 74 La Patria, febrero 8 de 1938. p. 3.

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sabe todo el poder del contagio que tiene una inmensa muchedumbre reunida, con banderas, insignias y escarapelas. De esta concentración multitudinaria brota una mística y una extraña voluntad de poderío.39

De ahí que se dedicara a destacar la cohesión política y doctr inar ia del conservatismo tolimense:

En ninguna parte puede realizarse tan fácilmente un movimiento de coordinación entre todas las fuerzas contrarrevolucionarias, porque todos comulgan en una misma doctrina [...] en torno del grupo de El Derecho se mueven dos organizaciones e jemplares : la Fa lange Nacionalista y el Centro Marco Fidel Suárez, cuyos esfuerzos es preciso unificar. La Falange está animada por el idioma, la doctrina y la táctica de las derechas. Allí están los hijos de los nuevos y de los antiguos jefes, el despertar del Tolima en la primacía de sus flores. La Falange entiende la vida como un sentido de misión. Fundamental para estas agrupaciones juveniles es completar sus equipos con obreros y campesinos. Esta es la tarea que puede y debe cumplir el Centro Marco Fidel Suárez, creación de la mente apostólica de Eugenio Varón Pérez, quien se encuentra hoy empeñado en realizar un censo completo de las fuerzas restauradoras en el departamento.4 0

La Razón, que pescaba en río revuelto, que opinaba sobre la política conservadora de acuerdo con sus intereses, es decir, que halagaba a nacionabstas o a laureanistas según le conviniera, terció y vaticinó esta vez a favor del espíritu de las políticas de Gómez:

Los viejos políticos conservadores son de parecer que ese partido debe ofrecer su apoyo irrestricto al señor Santos para la lucha contra el desorden social. Parece que su tesis triunfará, pues el mismo grupo histórico que tiene muy efectivamente en sus manos la jefatura del conservatismo, comprende que no sería posible combatir racionalmente a un jefe de Estado que se presenta con el amplio programa conciliador del señor Santos. A este respecto la actitud del diario El Siglo es muy tranquilizadora.41

La conquista de la Costa Atlántica.

He venido a la costa de Atlántico, como antes

lo hice a la del Pacífico, con el propósito de

predicar un evangelio nacionalista, cada día

más necesario ante el avance de las fuerzas

i n t e rnac iona le s que a m e n a z a n d e s t r u i r

nuestra cultura como Nación y la fisonomía

republicana. No quiero hablar exclusivamente

para los conservadores, sino principalmente

para los liberales, colocándolos ante el dilema

de nuestro tiempo- izquierdas y derechas. Mi

aspi rac ión es que a lgún día l l eguemos a

entendernos en un gran movimiento nacional

que rebase la disciplina y la doctrina de los

partidos políticos en defensa de la nacionalidad

colombiana.42

74 Ibid " Ibid. ' La Razón, febrero 6 de 1938. p. 5. 2 La Patria, febrero 19 de 1938, p. 15.

El porvenir del pasado 379

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Una agitada agenda tendría Silvio Villegas en su gira por la Costa Atlántica a partir del 18 de febrero: hablaría en el Teatro Heredia de Cartagena, en la Quinta de San Pedro Alejandrino de Santa Marta, en el Teatro Cisneros de Barranquilla. Sus discursos serían transmitidos por Emisora Cartagena y Emisora Atlántico con retransmisión por la Colombia Broadcasting y Radio Manizales.

La gira de Silvio Villegas por Barranquilla, Cartagena y Santa Marta hacía parte de la estrategia de organizar conferencias y difundirlas por los medios radiales, además de publicarlas en su totalidad en la prensa escrita de la sensibilidad leoparda. Las tesis expuestas en las ciudades de la Costa ya estaban difundidas en el interior del país. Se trataba, por un lado, de convencer a la opinión política de esa región de las bondades de la candidatura de Ospina Pérez. Por otro lado, se pretendía coadyuvar a la organización de las derechas regionales y jalonar al conservatismo costeño hacia el nacionalismo. De ahí el comentario de Benigno Acosta Polo, jefe redacción de La Patria•'

No es una fiesta de palabras la que lleva el director de este diario. Es un itinerario de futuras y riesgosas actividades nacionalistas. Va a proponerlo, de manera especial, a los hombres nuevos de todos los partidos. A quienes tienen un futuro por delante, de anchura nacional, sin un pasado estrecho, ensombrecido por el sectarismo. Va a sacudir corazones, a inquietar inteligencias, a estremecer el árbol canceroso de los prejuicios políticos, para pedir a las últimas promociones humanas de Colombia que lo desarraiguen con mano firme [...] En las nuevas promociones colombianas aspiramos a construir nuestro credo colombianista. Este credo tiene como finalidad una Colombia bolivariana, cristiana, nacional y corporativa. Los ideales del siglo pasado cumplieron ya su ciclo histórico. Están realizados y sepultos. Para una empresa de temerarios empeños, carecen de contenido y de sentido. La ceniza es abono nada aconsejable para una cosecha de heroísmos y de fervores místicos.43

Villegas viajaría a la Costa Atlántica con la cabeza grande. El comienzo de año había estado saturado de trascendentales acontecimientos, el más importante de los cuales había sido la celebración del Tercer Congreso del Trabajo, reunido en Cali entre el 20 y el 25 de enero de 1938. Este evento constituyó un éxito para el movimiento comunista internacional, lo mismo que, por efecto de sus resultados, para el Hberabsmo colombiano, que prácticamente se quedaba con la dirección de la Confederación Sindical de Colom­bia. Al mismo tiempo, la Iglesia organizó en Medellín la Segunda Semana Social de Colombia, cuyo propósito era paliar la influencia del Congreso Obrero de Cali. A la famosa frase del Manifiesto comunista- "Proletarios de todos los países unios", los organizadores de la Semana Social propusieron: "Acudid trabajadores de todas las lati­tudes, unios en un solo corazón y en una sola alma a la sombra bendita de la Cruz de Jesucristo"." El evento contó con la participación del sacerdote Félix Restrepo, quien disertó sobre la influencia del comunismo en el país.45 Reconocía Restrepo que numéricamente el comunismo valía poco, pero señalaba que "como infección en los centros obreros es tan grave que en cualquier momento puede llegar a paralizar la República y a poner en peligro la vida ordenada y la pacífica convivencia de los ciudadanos".lfi Para sus considerandos anticomunistas, se vaha de la metáfora biológica, tan usada en el campo de la argumentación científica de la época:

De nada valdría mejorar la situación del obrero, si se deja circular libremente la infección por medio de la propaganda comunista. Por sano que sea un organismo puede infectarse de un momento a otro. Así como la higiene obliga a los individuos y a los gobiernos a no permitir la

'• Ibid.. febrero 18 de 1938, p. 3. 47 La Defensa, enero 18 de 1938, p. 8. 47 Revista Javeriana. febrero de 19,38. pp. 3-24. 417 Ibid.. p. 17. Véase también La Patria, febrero 4 de 1938, p. 3.

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propagación de las enfermedades contagiosas, así la higiene social impone a todos los ciudadanos y también al gobierno el deber de impedir las propagandas disolventes y corruptoras. Dejar envenenar impunemente el organismo nacional es delito de lesa patria.47

Sostenía Restrepo que la lucha contra el comunismo debía abarcar dos frentes: usar una acción enérgica contra su propaganda, y velar por el mejoramiento del nivel de vida de las clases trabajadoras. Le preocupaba al sacerdote jesuíta que la Iglesia perdiera su influencia sobre los obreros y sobre sus fieles en general. Llamaba la atención sobre su trabajo en los campos de Cundinamarca y Antioquia a través de sindicatos agrícolas, sociedades de mutuo auxilio y cooperativas. Por medio de la creación de una Liga de Justicia Social, una asociación de patronos católicos resuelta a poner en práctica los postulados de la justicia social, proponía romper el monopolio que ejercía el Gobierno sobre los obreros de los centros urbanos. Los empresarios que estuvieran de acuerdo con la iniciativa debían comprometerse a elevar lo suficiente el nivel de vida de sus obreros, no sólo para cubrir sus necesidades básicas, sino también para que pudieran formar sus propios capitales que les permitieran atender la educación de sus hijos y la superación de los imprevistos propios de la vida. Esa vez, la voz autorizada de Restrepo daba salida real y en la práctica a la Doctrina Social de la Iglesia: "dar a los obreros participación en las utilidades de las empresas, no una participación miserable sino digna. Un 20 o un 10 por ciento siquiera de las utilidades de cada balance anual, repartido entre los obreros, resolvería de un golpe la multitud de problemas sociales".48 Villegas le siguió la cuerda al padre Restrepo en editorial que saludaba y desarrollaba los contenidos de su conferencia de la Javeriana :

"Estas ideas hay que proclamarlas oportunamente e inoportunamente en la prensa, en el pulpito, en plazas, teatros, calles y circos, si aspiramos a contener los avances del comunismo",49 escribió! y en el mismo estilo de Restrepo, el de la metáfora biológica, anotó: "Cuando la sociedad tiene suficientes antitoxinas no hay peligro de infección. Un organismo sano se defiende por sí mismo".50 Bajo la influencia de Restrepo, Villegas se comprometió con una campaña por la elevación de los salarios campesinos! por habitación barata, pan, educación, higiene! por un régimen de justicia y armonía que se opusiera al sindicalismo revolucionario.

De otro lado, los ideólogos de la ANP difundían las bondades de la Falange española como oposición también al sindicalismo comunista-liberal. Se distinguía entre estos ideólogos Carlos Ariel Gutiérrez, quien se esmeraba en difundir el programa social de la Falange que ocultaban sus críticos. Para ello reproducía los veintiséis puntos originarios del movimiento y destacaba su anticapitalismo y su vocación social: "El Estado nacional-sindicalista no se inhibirá cruelmente de las luchas económicas entre los hombres ni asistirá impasible a la dominación de la clase débil por la más fuerte. Nuestro régimen hará radicalmente imposible la lucha de clases, por cuanto todos los que cooperan a la producción constituyen en él una totalidad orgánica".61

Le tocaba a Villegas mediar entre algunos excesos de la derecha nacionalista. Para el cumplimiento de su estrategia y como líder de la candidatura de Ospina no le convenía reproducir a pie juntillas las posturas de los dirigentes derechistas. Le salió al paso a un artículo de Armando Solano, en el que se consideraba el discurso de Villegas en Cali como el acta de nacimiento del fascismo en Colombia.52 Villegas demostró estar al tanto de las discusiones en el seno de la Internacional Comunista

17 Revista Javeriana, p. 24. 44 Ibid.. p. 23. Véase también La Patria, febrero 4 de 1938, p, 3. 477 Ibid. '" Ibid. 77 Ibid., febrero 3 de 1938, p. 5. 72 Véase el editorial de Armando Solano "El fascismo colombiano", en Diario Nacional, febrero 14 de 1938, p. 3,

El porvenir del pasado 381

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y de las posturas de Dimitrov en su interior. Por eso declaró, una vez más: "No somos fascistas, sino nacionalistas. Nuestro movimiento no se inserta en formaciones internacionales. Cada país tiene un destino que cumplir y su forma de gobierno depende de ciertas premisas históricas"/'3 No negaba, sin embargo, la influencia de los gobiernos autoritarios de Europa occidental. Señalaba que el perfil romano de Mussolini suscitaba la devoción de su comunidad política por los héroes, a la vez que confirmaba el concepto que tenían sobre "la influencia determinante de la personalidad en la historia".54 Pero, sobre todo, enfatizaba: "Acaso el movimiento que nos sea más afín es el de la falange española o el integralismo portugués".56 Era la ratificación de toda una prédica de más de una década, que los años habían afilado. No era, tampoco, la primera vez que Villegas confirmaba su credo, pero no desaprovechaba la oportunidad para repetir con mayor claridad: "En España se enfrentan no dos grupos políticos, sino dos concepciones de vida. Nosotros estamos con los nacionalistas, que defienden los valores espirituales de occidente".56 Para el leopardo, la situación en Colombia se le parecía a la española, creía estar viviendo la misma guerra civil, sólo que por otros medios: "A nuestro juicio, la situación del país va haciéndose análoga a la de la península durante la vigencia del frente popular".57 No significaba todo lo anterior que el nacionalismo de la sensibilidad leoparda fuera copia del falangismo o del fascismo en general. Como aquí se ha visto, hubo y se hacían esfuerzos por darle al nacionalismo criollo una textura local, y se vivía ese proceso desde los distintos matices nacionalistas. Por eso, Villegas afirmó:

Nuestro movimiento tiene una raíz bolivariana y católica, no es una importación de tesis foráneas. En el pensamiento desmesurado de Bolívar cupo la América, con sus problemas y sus soluciones. La concepción bolivariana del Gobierno es la que más se acerca a las necesidades nacionales. La doctrina social-católica nos suministra la clave de un orden nuevo, justiciero y cristiano.58

En realidad, el integralismo luso y brasileño apenas se colaba con la presencia de nombres como el de Antonio Ferro. Pero esta vez la polémica con Solano le permitió a Villegas sacar al baile a un autor desconocido o no mencionado: Joáo Ámeal, de quien el leopardo cita:

El nacionalismo integral es la doctrina y la mística procesadas por quienes poniendo la Nación —realidad e idea— por encima de artificiales engranajes políticos, la consideran como un organismo vivo, permanente, con características propias, con una tradición qué continuar, un interés constante a qué atender, un futuro solidario qué reconstruir. Implica, por lo tanto, una concepción orgánica del pueblo, no como un agregado fortuito de individuos, sino como una unidad religiosa, moral, histórica, geográfica y étnica.59

Para cerrar la polémica, Villegas sentenció: "Nacionalista es el mensaje que transmitimos a los hombres nuevos de las derechas, destinados a ser la generación del rescate".60 Se trataba del último editorial escrito por Villegas en La Patria antes de viajar a la Costa Atlántica.

Así, el 18 de febrero de 1938, Silvio Villegas partió del aeródromo de Cartago rumbo a la Costa. Alas cuatro de la tarde aterrizó en Soledad, donde fue recibido como héroe por los miembros del Directorio Conservador del Atlántico, integrado por los

77 La Patria, febrero 16 de 1938. p. 3. 77 Ibid. 77 Ibid. 77 Ibid. 77 Ibid. - Ibid. '" Ibid. "' Ibid.

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laureanistas Nicolás Roca Niz, Abel Carbonell y Evaristo Sourdis. Al recibimiento también asistieron Carlos Martínez Aparicio, director del diario La Prensa de Barranquilla, Alfredo Carbonell, Alberto Roncallo, Arturo de Castro, Benjamín Sarta, Anacreonte González, Aníbal Campo y Otto Flohr. La comitiva se dirigió al hotel El Prado, donde hospedaron al leopardo, quien recibió allí la visita de viejos conocidos, como Víctor Dugand. Villegas fue objeto de un homenaje especial en el Club Barranquilla.

La conferencia de Silvio Villegas en Cartagena.

Mi mayor anhe lo es que se der r iben las

murallas del odio que hoy separan a nuestros

partidos políticos y que oscurecen el futuro.

Po l í t i camente aspi ro a un rég imen de

concordia: económicamente a un régimen de

armonía: social y moralmente a la justicia y el

equilibrio.01

[...] l as derechas gobiernan: las izquierdas

discuten. Las derechas trabajan en los telares

de ¡a realidad: ¡as izquierdas en el laboratorio

de la quimera. Las derechas construyen: las

izquierdas hacen ruido.6'2

El domingo 20 de febrero, Silvio Villegas se desplazó a Cartagena. El ambiente favorable a la visita del líder nacionalista se venía preparando de tiempo atrás. Un día antes, Patria Nueva, órgano de la Falange local al servicio de la ANP, dedicó su edición al ilustre visitante:

Llega, grávido de pensamientos, para verter desde esta cumbre, gólgota de heroísmo otrora, ideas de renovación que vienen canalizando un nuevo cauce que roturará el suelo de la patria desde el Caribe hasta el Amazonas. Ideas, pensamientos, palabras forjadas al rojo-blanco más puro del nacionalismo que se objetivizan en el enunciado equilátero de autoridad, orden, libertad y justicia social.63

El semanario de la Falange cartagenera reprodujo apartes de la conferencia de Villegas en Cali, y promovió la que dictaría en Cartagena: "Gran Conferencia. Mañana a las 5 p. m. en el Teatro Heredia, dictará una magistral conferencia sobre actualidad política nacional el doctor Silvio Villegas. Se invita al público sin distingos de partidos para que concurra a dicho acto cultural. Nota : No habrá invitaciones especiales".64

En horas de la mañana, la comitiva de líderes conservadores cartageneros, uniformada con camisas azules, se dirigió hacia el aeródromo de la ciudad en completa algarabía a recibir a Silvio Villegas. El leopardo fue acogido con el ritual de la simbología fascista: calle de honor y saludo con el brazo en alto. El ilustre visitante fue llevado al hotel América, donde mantuvo reuniones con destacados dirigentes conservadores

77 Apartes de la conferencia de Silvio Villegas en Cartagena. Véase ibid.. febrero 21 de 1938, p. 8. 72 Ibid. 7777 Patria Nueva aparece con un eslogan en la parte superior, que dice "Semanario anticomunista"' y un subtítulo después del nombre7

'"Órgano de la Falange". En el extremo superior derecho se lee7 "Repudiamos el sistema capitalista que se desentiende de las necesidades populares y aglomera a los trabajadores en masas informes propicias a la miseria y a la desesperación. José Antonio". Véase Patria Nueva, febrero 19 de 1938. p. 1. El semanario había comenzado a circular el 10 de diciembre de 1937. Estaba dirigido por Marco García B. y administrado por Alfonso Amado y Claros. Una de sus secciones, "La Página de La Falange", reproducía textos de los ideólogos del falangismo español.

64 Ibid. El semanario traía en sus ediciones un aviso clasificado que rezaba7 "¡Falangistas! Ya están a la venta los botones-insignias de la Falange colombiana (Acción Nacionalista Popular), especiales para la solapa. Para la adquisición entenderse con el administrador de este semanario. Calle de la Moneda, N° 57. Tel. 27-58".

El porvenir del pasado 383

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bolivarenses. Hacia el medio día se le ofreció un almuerzo en el Club La Popa, que contó con la asistencia de miembros de la alta sociedad. En la tarde se encontró con la muchedumbre que le esperaba en el Teatro Heredia. Hizo gala de su vocación literaria para referirse a la ciudad: "Vengo por segunda vez a Cartagena como si viniera a una cita de amor, y sé que abandonaré nuevamente sus murallas como las olas que se alejan gimiendo".65 Rodeado de laureanistas, en esa ocasión Villegas fue cauto. El discurso se desarrolló en el mismo diseño de los anteriores. Agregaba cada vez nuevas metáforas y metonimias, uno que otro elemento nuevo al análisis, que hacía que su pensamiento fluyera más diáfano:

La única consecuencia que ha tenido la abstención conservadora en Colombia ha sido permitir la consolidación rápida del régimen liberal. La renuncia a intervenir en la política no nos libra nunca de los resultados. La Constitución y las leyes firmadas por el Parlamento homogéneo tenemos que cumplirlas, como si se hubieran elaborado con nuestro concurso. Cuando no se tiene valor para ser martillo hay que resignarse a ser yunque. Las fuerzas conservadoras en el país están padeciendo la historia porque les ha faltado fe para crearla.66

Amplio espacio dedicó Villegas al comunismo. Lo presentó de tal manera que puso al auditorio en el dilema de alinearse entre la izquierda y la derecha a costa de sacrificar las antiguas militancias liberal y conservadora. La candidatura de Ospina sintetizaba ese proceso:

En torno a esta candidatura se ha organizado un movimiento nacionalista llamado a rebasar la disciplina de los partidos tradicionales y a preparar, de manera efectiva, la contrarrevolución del orden. En nuestro tiempo la lucha por el poder se desplaza del plano político al plano social. No es posible plantear y resolver los problemas de hoy, con los prejuicios de ayer. La guardarropía política del siglo XIX ha pasado a los museos. En el tremendo drama que se desarrolla en todos los continentes no actúan en el escenario sino comunistas y nacionalistas, izquierdas y derechas. Todo el que ocupa una posición intermedia es un agente de caos. Es un delito contra el porvenir de Colombia seguir sosteniendo la querella artificial de los partidos, desguarneciendo las fronteras de la nacionalidad, para que avancen sin obstáculo las patrullas de asalto de Moscú.67

Eran posturas extraídas de las columnas que en su propio periódico escribían los líderes de la derecha y que el leopardo compartía e intertextuaba. Vivía por entonces el país una abierta confrontación entre izquierda y derecha. En Cali se había realizado un congreso sindical que asustó a los nacionalistas que se volcaron a escribir sobre las bondades de la Falange española:

En Cali —apuntaba Rafael Lema Echeverri— las chusmas comunistas irrumpieron en el Estadio de San Fernando a gritos de 'abajo el fachismo' y aprobaron una moción de solidaridad con los verdugos de Barcelona y Valencia. Pero esta gente ignora qué es el fascismo y no el capitalismo voraz y soviético o las alucinaciones judías del frente popular francés, en donde el proletariado ha encontrado un estilo más audaz y directo de la justicia social.68

Se trataba de la realización del Tercer Congreso del Trabajo, que había sido importante tanto en sus formas como en sus contenidos. Había contado con una amplia participación internacional, tuvo un carácter antifranquista y antifascista y, gracias a la influencia del Partido Comunista en él, los liberales se alzaron con los principales cargos directivos. La suerte del comunismo colombiano se ató al liberalismo.69 Esta

66 La Patria, febrero 21 de 1938. p. 1 7777 Ibid.. p. 2. 777 Ibid. 7777 Ibid., febrero 5 de 1938. p, 5. 677 Véase ampliamente Medina. Medófilo, Historia del Partido Comunista.... p. 326 y ss.

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polémica estrategia comunista fue aprovechada por el nacionalismo conservador para caerle al liberalismo. 'Rubayata', como en el caso de la manifestación del primero de mayo de 1936, encontró tema para continuar su ironía:

Poetastros, intelectualoides, generales, veteranos de los Mil Días, escribidores y toda la plana mayor, la élite de aquel ex partido político han sido vencidos por unos cuantos t ruhanes encabezados por la vivacidad intelectual de Gerardo Molina, Diego Luis Córdoba, Gilberto Vieira, Armando Solano y Ángel María Carrascal. Toda la truhanería organizada por el presidente López el primero de mayo de 1936 —emboladores, alhamíes, zapateros remendones, maritornes, barrenderos y demás mesnadas de inconscientes elementos de los explotadores comunistas— se adentró en el Congreso Sindical de Cali para proclamar la urgencia de la dictadura del proletariado que en forma disimulada, se ha venido imponiendo.70

Ironía de tinte excluyente y aristocrático que se mezclaba con posturas como la siguiente, que aparentaba ser verdadera: "Tenemos dos estados: el liberal, que es de acto, y el comunista, que está en potencia y que para su verdadero florecimiento no espera sino el golpe alevoso de Alfonso López, despedazando leyes y la constitución para instaurar la dictadura del proletariado".71

La memoria del espectáculo del Tercer Congreso estaba presente en el discurso de Villegas. Por eso desvirtuó el mito de la de Santos como una candidatura de centroderecha:

[...] el liberalismo sigue, sin quererlo, un candidato presidencial que tiene el alma candorosa de Francisco de Asís cuando se propuso domesticar al lobo de Gubia. Al doctor Eduardo Santos lo llevarán al Palacio de la Carrera únicamente para que le guarde el puesto a su sucesor. La Presidencia de la República será un ejemplo vacante en el próximo cuatrienio [...] En torno suyo no existe ningún fervor de muchedumbres. Puede garantizarse que no alcanzará en las elecciones de mayo más de trescientos mil votos. El doctor Santos es el Miguel Abadía Méndez del Partido Liberal.72

De esta manera, Villegas llamó a participar en las elecciones como la única medida para oponerse a la República Liberal. Su convocatoria abarcaba esta vez a los liberales, a quienes consideraba traicionados por el lopismo: "El régimen está importando mercancía soviética con etiqueta liberal. Yo denuncio este contrabando en grande escala, para que se vigilen de ahora en adelante las aduanas",73 dijo. Reiteró y profundizó en los paradigmas nacionalistas de la época, de los cuales tomaba sus modelos. Puso como ejemplo lo que Mussobni y Hitler habían hecho en pro del progreso de sus naciones después de siglos de atraso. Refiriéndose al primero, dijo:

Su obra realiza el milagro de acelerar el proceso histórico, recuperando en quince años lo que Italia había perdido en veinte siglos [...] A la voz imperial de Mussolini tiemblan las potencias desdeñosas que la humillaron, desde la Francia senecente hasta la orgullosa Inglaterra. Su figura se hombrea con la del propio Julio César, sobrepuja a Napoleón, se destaca con la majestad cimera de un monolito en la soledad de su siglo.'4

De Hitler anotó, entre otras cosas:

Su obra verdaderamente monumental fue evitar que Alemania cayera en poder del comunismo. Ninguna nación más amenazada que esta. Sin la energía dominadora de Hitler, Europa estaría

7,1 La Patria, febrero 8 de 1938, p. 3. 77 Ibid. 77 Ibid., febrero 21 de 1938. p, 2. 77 Ibid. 77 Ibid.. p. 5.

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hoy gobernada desde Moscú por el puño sangriento de Stalin. Su voz tiene la potencia de los antiguos mitos : es el héroe, el animal nacido para dominar, el superhombre que después de volver trizas la hermosa corona de mil flores de la libertad dobla en torno de su cabeza el rígido laurel.75

Pero más que esta influencia, Villegas acude a la del proceso español, que considera incalculable por razones de tradición y de cultura:

Todo nos une a la península: la lengua, la raza, la religión, la historia, el culto perenne del ideal. La ruta restauradora del general Franco prolonga el viaje de Colón y la travesía de los misioneros [...] La ciclópea lucha iniciada desde un peñón colérico de Marruecos, compromete todos los valores humanos que fundan el orden y mant ienen una disciplina intelectual y moral: e l respeto religioso de la familia, de la tradición, de la propiedad, condiciones elementales de prosperidad cívica en el espacio y en el tiempo.76

Villegas habló con detalle de los exabruptos, de los excesos del frente popular español que, según afirmaba, habían superado los de las revoluciones Francesa y Rusa. Se apoyó en declaraciones de Goebbels para señalar los estragos de la peste comunista en la familia y el matrimonio: "vilipendio de la esposa, socialización de la mujer, martirio del niño, son los principios que rigen sus actos".77 Aportó cifras y fue patético: "Se le hiela a uno la sangre al tener que recorrer ese infierno de martirio y de dolor. Ya no son hombres quienes conciben y realizan esto. Quizás sean demonios desencadenados en el mundo por un destino inexplicable y misterioso."78 Y les advertía a los cartageneros y a los colombianos en general: "Este es el aciago provenir que le está reservado a nuestra amada Colombia si no frenamos oportunamente la revolución, si bberales y conservadores no forman un frente nacional contra la barbarie cosmopolita".79 Villegas recurrió a las cruzadas, explicó sus contenidos, dijo que por primera vez en la historia del mundo se había luchado no por odios de frontera, sino por la fe y por las ideas. Que se había tratado de un frente unido de Europa contra Asia:

En España luchan hoy franceses, alemanes, españoles, rusos, americanos, sin distinción de fronteras, por el triunfo de determinados principios políticos: la cultura contra la barbarie, la propiedad privada contra el colectivismo, la familia cristiana contra el amor libre de los milicianos, el orden contra el colectivismo, la familia contra la anarquía. Cristo contra Lenin. Los pueblos que tienen gobiernos de derechas se sienten hoy unificados, así tengan intereses nacionales en pugna [...] La humanidad vuelve de tiempo en tiempo a sus fuentes espirituales. Del triunfo de las derechas españolas depende en gran parte el porvenir de la humanidad. En los antiguos dominios de los Reyes Católicos, desde Cartagena hasta el golfo de Magallanes, se advierte un anhelo de integración nacionalista. Al rememorar la gesta de los nuevos cruzados parece que pasara sobre las multitudes un hálito de primavera.80

Silvio Villegas en Santa Marta. La culminación del proceso de búsqueda del héroe.

Es preciso realizar un esfuerzo colectivo para

suscitar nuevamente el culto de los héroes,

luchando por el predominio de los ideales

extraterrestres que animaron a los adalides

de la guerra emancipadora [...] El héroe no es

'•'• Ibid. 76 Ibid. 77 Ibid. 777 Ibid. 78 7bid, '" Ibid., pp. o y 8.

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la imagen de bronce que decora las plazas

públicas, ni ¡a biografía que se lee en las

escuelas o en las universidades. Los héroes

son más que todo ¡os antepasados imposibles

de superar, que nos animan constantemente a

realizar grandes obras. El deseo de imitarlos y

de igualarlos, de cumplir hazañas semejantes

a las suyas, la permanente exaltación de la

gloria, es la verdadera herencia que dejan sus

ilustres hechos. Quien marcha sobre la pista

de Bolívar es su propio Libertador.111

El 23 de febrero de 1938, Silvio Villegas fue recibido en Santa Marta por dirigentes conservadores y derechistas, que lo acompañaron hasta la Quinta de San Pedro Alejandrino. Allí estaba programada su intervención. El evento se hallaba colmado de hondos significados. El leopardo hablaría del personaje más importante para los sueños de su propia sensibilidad política e ideológica. Lo hacía en la casa que fuera la última morada de Bolívar, el héroe, el modelo que le permitía a la derecha la legitimación de todo su pensamiento, el mismo en cuyas ideas se escudaban los idearios criollos y extranjeros del nuevo nacionalismo.

La ceremonia constituía el punto máximo del proceso a través del cual los nacionalistas habían buscado una identidad heroica nacional más allá de los héroes con los cuales se identificaban los dos partidos tradicionales. Aunque peleaban por la herencia bolivariana desde los conservadores hasta los comunistas, los nacionalistas insistirán en hacer parecer el ideario bolivariano al suyo. Lo importante era que el personaje estaba aferrado positivamente a la conciencia de todos los colombianos. Hablar de Bolívar significaba llegar a un destinatario total. Pero había algo más : desde el amplio ideario de Bolívar era posible verter la ideología nacionalista acusada de extranjera y poco original.

Villegas llamó a elaborar una mitología heroica para proponérsela a los colombianos en tiempos de la República Liberal, cuando supuestamente estaba en decadencia el culto a los héroes de la independencia. Para el leopardo era necesario rescatar el amor al pasado. Para él, una mitología heroica, glorias y alegrías comunes constituían el capital sobre el cual se fundaba una nación. Se apoyaba en Renán, pero, ante todo, acudió a su admirado Gustave Le Bon: "Un pueblo donde se debilita la idea mística de patria desaparecerá de la historia sin tener tiempo siquiera para recorrer las etapas de su decadencia".82 Villegas estuvo solemne: 'Vengo a este gigantesco estuario de la gloria a pedir inspiración y consejo",83 dijo. No escatimó superlativos: jefe, dominador, superhombre, Dios de los Andes, genio libertador de América, semidiós extraviado en un mundo de pigmeos. Justificando sus posturas desde los idearios de Bolívar, le adjudicó al Libertador una voluntad cesárea y un temperamento imperial. Entonces Villegas se mostraba partidario del cesarismo. Convencido de que la historia era producto de algunos hombres providenciales, no citaba a Laureano Vallenilla, sino a Eduardo Laboulaye, el jurisconsulto, político y escritor francés, cuya obra estaba ampliamente difundida en América Latina:

777 De la conferencia de Silvio Villegas en Santa Marta, Ibid.. febrero 24 de 1938. p. 8. 47 Ibid. 4 Ibid.. p. 1.

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El César es siempre el representante y el regulador de la soberanía popular. Él es la democracia personificada, la Nación hecha hombre. En él se sintetizan estos dos conceptos al parecer contradictorios: democracia y autocracia. Hitler y Mussolini representan una congregada voluntad de poderío. Los parlamentos políticos, enfermos de indecisión, son simples academias de gastrónomos ociosos.84

Resaltaba igualmente el hecho de no haber querido Bolívar ejercer el mando desde una constitución o estatuto jurídico alguno, sino a partir de plebiscitos en torno a su propio nombre. Así, Bolívar era un autócrata que ambicionaba un poder absoluto, y tenía la convicción profunda de que los pueblos de América no podían ser gobernados sino con el puño de acero. Villegas destacó, también, la personalidad autoritaria de Bolívar, y subrayó, además: "tenía la moral egregia de los felinos y no la ética pusilánime del rebaño. Era del linaje épico de Alejandro, de César, de Napoleón, de Federico de Prusia".85 Y en esa propuesta, Villegas llamó la atención sobre el panteón que lo iluminaba: "A Bolívar, Mosquera, Núñez, Reyes, Ospina, temperamentos cesáreos, les debe Colombia su firme arquitectura histórica: los demás han sido simples decoradores del grandioso edificio que ellos levantaron".86

Y era a partir de esa personalidad fuerte y autócrata que se configura el Bolívar republicano que Villegas anhela rescatar. Un Bolívar que sin perder las matrices de su pensamiento otorgaba considerables derechos sociales al pueblo sin acercarse ni a la anarquía ni a la tiranía. Afirmaba Villegas:

Bolívar sabía que en verdad, el gobierno representativo no podía establecerse aquí, que la democracia en cualquier forma concebida era utópica, que la mentira constitucional traería nuevos elementos de descomposición como todas las teorías inaplicables, y precipitaría a nuestros pueblos en la guerra civil tras banderas de ilusión o bajo la dictadura sin freno de los caudillos.87

Curiosamente, Villegas no rescató al Bolívar guerrero como habría de esperarse, sino al Bolívar estadista, legislador, académico, sociólogo. El proyecto político de Bolívar como cantera de inspiración para el momento que vivía Colombia era lo que interesaba al leopardo. Su objetivo consistía en mostrar cuan distante del ideario bolivariano se encontraba la República Liberal. Por eso, se detuvo explicando cada uno de los componentes de la concepción que del poder tenía el Libertador. Le enco­mia su devoción por la libertad civil en desmedro de la libertad política y su esfuerzo por mantener la independencia del poder judicial. De ahí que anotara:

Hoy sí que tenemos que volver a este ideal bolivariano. La única reforma que no han querido hacer nuestros legisladores es la que establece la independencia y la inmovilidad de los jueces. En todas partes se adivina una administración venal y corruptora, los jefes políticos nombran los jueces por conducto de sus diputados, y al propio tiempo litigan ante ellos. Hoy se venden sentencias como artículos viles en la feria.88

Para entonces ya existían lecturas de la obra de Bolívar desde el liberalismo y desde la izquierda, a lo que el leopardo respondió airado:

La parcialidad política y una historia escrita conforme a ciertas ilusiones jacobinas, ha querido presentarnos al Libertador como un girondino de la democracia, un paladín del liberalismo anárquico [...] Cabezas estériles y menudas han querido convertir a los parricidas de la noche

747 Ibid. p. 3. 43 Ibid. <* Ibid. •' Ibid. " Ibid.

388 El porvenir del pasado

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de septiembre en precursores de la democracia colombiana, tan sólo porque no comprendieron bien cuan importante es que la naturaleza del más fuerte, la más rica, la más noble disponga de la plenitud del poder.89

Villegas llamaba democracia orgánica al sistema político que propuso Bolívar, e inorgánica a los sistemas que planteaban el liberalismo y las izquierdas. Es decir, lo orgánico estaba constituido por una mezcla de democracia y autocracia que conservara lo original, lo históricamente constituido. Por eso, enfatizó en la importancia de la tradición de los pueblos, que comprendía la religión, el idioma, la familia, la sociedad, y en la elaboración de las leyes y las constituciones políticas. Para él, la importación de constituciones, que databa de comienzos de la vida republicana, afectaba el desarrollo histórico de la Nación. La reforma constitucional de 1936 era muestra palpable de esta amenaza. Por ello, Villegas dijo de Bolívar que los textos legales que había redactado se adaptaban al medio geográfico, a la tradición jurídica, a la entraña racial, al momento histórico concreto. Y agregaba:

Un país tiene sus leyes históricas inexorables: descifrarlas es la empresa del verdadero hombre de Estado. Cuando a un pueblo se le impone una constitución fuera de ellas, viene fatalmente una serie de perturbaciones y de guerras civiles que producen el caos [...] La constitución de un país no está en los textos escritos por los legisladores. Ninguna nación puede darse jurídicamente instituciones que no existen como realidades sociales [...] La verdadera constitución de un pueblo sería la organización social y económica que perdurarán el día en que fueran destruidas por incendio todas las leyes escritas. En Colombia, ejército, propiedad privada, burguesía, organización bancaria, armonía entre la Iglesia y los ciudadanos, departamentos, municipios. El legislador tiene que escribir lo que es, antes de lo que debe ser. El matrimonio civil puede publicarse en nuestras leyes, pero la sociedad no aceptara sino el matrimonio eclesiástico: si el Estado decreta la enseñanza laica continuará en los hogares la educación religiosa.90

Así, lo inorgánico lo constituía la copia, la herencia de las revoluciones burguesas europeas aplicada a la realidad colombiana, el sistema parlamentario que daba el poder absoluto al número, a las masas, y no a las minorías selectas y a los líderes preparados para las tareas políticas.

Villegas, a su manera, interpretó la concepción que de la federación continental tenía Bolívar. Al Libertador le adjudicó la paternidad de su nacionalismo, que es presentado, esta vez, con las características de un nacionalismo continental en el que Colombia debería tener la dirección espiritual "porque desde los orígenes de la independencia hasta hoy nuestros diplomáticos, nuestros guerreros, nuestros pensadores les dieron unanimidad moral a estas patrias dispersas".91 Su propuesta se parecía a la bolivariana en el hecho de excluir a los Estados Unidos: "Del norte no podrá venirnos sino la invasión conquistadora, la aciaga influencia de ideas hostiles a nuestro medio histórico. El sur nos dará la plena soberanía espiritual y económica".9-Y volvía sobre la prédica de Rodó: "Nuestra cultura potencial, amenazada por el imperialismo sajón, necesita un pensamiento unificado para defenderse".93 Para la realización de este presupuesto, o hazaña, como la denominaba Villegas, proponía la presencia de políticos idealistas con dimensión de futuro en la dirección del Estado. Siguiendo la línea del pensamiento bobvariano, el leopardo estimaba que al continente había que infundirle un concepto de superioridad racial "El nuevo mundo que combina todos los climas, todas las razas y todas las culturas es el crisol donde ha de fundirse

"4 Ibid. 741 Ibid.. p. 8. 777 Ibid.. p. 3. "2 Ibid. " Ibid.

El porvenir del pasado 389

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la humanidad del porvenir. Aquí se ha cumplido el primer ensayo de mestizaje acelerado y completo. En la Amazonia de Humboldt y de Constantin se ha ido formando la raza planetaria, ajena a los egoísmos raciales, con un sentido inédito de la vida".94

Adosé Vasconcelos, contradictor de la sensibilidad leoparda en la década anterior, acude esta vez Villegas para argumentar a favor de su postura:

Dentro de la Amazonia hay todos los recursos que la t ierra y el agua y el sol pueden procrear. La últ ima era del progreso humano podría desde hoy denominarse periodo amazónico. Se caracterizará por el concierto de la mayor suma de elementos naturales con el desarrollo de las máximas capacidades de la mente y de la técnica. Una vez consumada esta proeza mágica, que ya nues t ra ciencia vis lumbra como perfectamente factible, el dominio del resto del planeta será cosa resuelta.95

Finalmente, en trance patético, Villegas convirtió su peroración en una oración dedicada al héroe redimido. Oración-juramento que rezaba:

Postrados al pie de tu santuario venimos, tus fieles discípulos, ¡oh Padre y Señor Nuestro! a pediros fe en nuestras empresas: desinterés en nuestras obras; fortaleza en las derrotas; fiera y heroica voluntad de dominio. Al ofrecer nuestra vida en oblación a tu gloria, te pedimos paz, honor, justicia para todos los colombianos. No permitas nunca que las fronteras de la patria sean holladas; castiga a los herejes que reniegan de tu doctrina; protege y ampara a esta Nación sin ventura. Con la anarquía no pactaremos sino debajo del escudo. Así lo juran y lo imploran tus hijos por la cruz de tu espada.96

Posteriormente, el leopardo retornó a Barranquilla. Sus conferencias tuvieron una perlocución considerable. Esta vez sus posturas no fueron de buen recibo en la prensa liberal por su carácter, definitivamente contrario a sus intereses. El Tiempo escribió:

El director de La Patria, violando el ofrecimiento que había hecho a la junta organizadora de su gira por la Costa Atlántica, explotó el sentimiento patriótico del pueblo samario. Atacó al Gobierno, a la democracia e hizo elogios de los gobiernos militares absolutos, militares fascistas. Manifestó que "venía predicando un nuevo evangelio para la creación de un partido nacional". La concurrencia liberal que por curiosidad lo estaba escuchando observó un gran silencio ante las frases injustas que pronunció el doctor Villegas contra el Par t ido Liberal y luego la proclamación de los gobiernos fuertes, similares al de Alemania, como la única manera de gobernar a los pueblos.97

En el mismo sentido opinó La Razón-' "Sin dejar de reconocer el valor de la pieza leída por el señor Villegas, en ella se puede notar su gran inclinación hacia las teorías políticas que vienen sosteniendo en Europa los mandatarios de Alemania e Italia, ya que según él los 'pueblos de esta índole necesitan de gobiernos fuertes según la misma expresión del libertador Bolívar' ".98

La conferencia de Silvio Villegas en Barranquilla: "el gran programa social para todas las clases".

Lo único que puede hace r inev i t ab le en

Colombia una dictadura es el comunismo. La

cirugía es un crimen si trabaja en organismos

sanos! cuando se p resen ta la gangrena no

<" Ibid. "•' Ibid. "' Ibid.. p. 8. "7 El Tiempo, febrero 25 de 1938, p. 6, " La Razón, febrero 24 de 1938. p. 6,

390 El porvenir del pasado

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existe ya otra solución posible. La República

de Colombia no será nunca una colonia rusa.

Liberales, conservadores, derechistas, estarán

unidos en el momento decisivo para luchar

hasta la muerte contra la barbarie asiática. El

escudo que nos legaron los proceres no será

borrado nunca de la bandera nacional para

reemplazarlo por la hoz y el martillo, símbolos

de una nueva esclavitud."

El viernes 25 de febrero de 1938, en el Casino Barranquilla, Silvio Villegas pronunció la última de las conferencias programadas para su gira por la Costa. El leopardo había permanecido en la hacienda de Anacreonte González, en la localidad de Ciénaga, donde intervino en la Casa Conservadora. En Barranquilla, la Emisora Atlántico cubrió el evento, que abordó con intensidad la amenaza comunista, "el problema de nuestro tiempo [...] la epopeya del odio, concebida por un judío sin patria para destruir la civilización de Occidente",100 según el leopardo.

La conferencia de Santa Marta había sido un paréntesis. La de Barranquilla retomaba los problemas planteados en Cartagena. Por ende, después de cantarle a Barranquilla, la ciudad "engendrada en los delirios del mar bajo una palmera pensativa",101 empezó reiterando y ahondando sobre la crisis de los partidos políticos. Trajo a colación una frase de Caro en el sentido de que en Colombia no existían partidos políticos, sino odios heredados, y agregó:

Hoy el programa de nuestras colectividades históricas está ya realizado o superado. Los grandes temas que nos dividieron en el pasado: centralismo y federalismo, república plebiscitaria o parlamentaria, libertad y autoridad, relaciones entre la Iglesia y el Estado, encontraron ya una solución nacional o están para recibirla. Liberales y conservadores adelantaron una lucha a muerte por mitos fenecidos, mientras el comunismo y las izquierdas avanzan tumultuosamente en la sombra, sin obstáculo [...] Hay que tener el valor de contemplar el problema de nuestro tiempo frente a frente. Lo cierto es que toda nues t ra cul tura —propiedad, personalidad, jerarquía, arte, religión, patria, refinamiento, amor a lo bello, a lo verdadero y a lo bueno— está amenazada por una nueva forma de barbarie, más oscura, más oprobiosa, más abominable, que la antigua [...] La lucha está ya claramente planteada entre izquierdas y derechas, entre nacionalistas y comunistas, entre el materialismo dialéctico y la concepción espiritualista de la historia y de la vida. Toda actitud intermedia favorece la anarquía y estimula la revolución. La amplitud de los peligros que nos amenazan exige en nuestro tiempo la plena definición de los espíritus. La crisis es tan trágica y tan decisiva que los propios muertos se alzan de sus tumbas para combatir: ahora mismo estamos viendo los fantasmas de Carlos Marx y del Cid Campeador levantando ejércitos en la península española con un furor comparable al de la l lama. Desgraciados los que no se decidan en esta hora de prueba.102

Para Villegas, la conformación de un movimiento nacional por encima de los partidos políticos sería la solución frente al comunismo. Era ese el sentido de la candidatura de Mariano Ospina Pérez, que justificó con palabras suyas y las de sus camaradas que compartían igual concepción. Villegas señaló la necesidad de instaurar una política de contrarrevolución del orden que combatiera a los marxistas dentro de la Nación. Reasumía el impacto del Congreso Obrero de Cali y usaba los textos de quienes se

7777 De la conferencia de Silvio Villegas en Barranquilla. La Patria, febrero 26 de 1938, p. 8. 71,77 Ibid., p. 8. 7147 Ibid., p.l 7774 Ibid.. p. 7.

El porvenir del pasado 391

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habían expresado al respecto. Retomó el sentido de las intervenciones del padre José Félix Restrepo:

El comunismo no vale nada entre nosotros si vamos a medirlo por la cantidad de sus adherentes. Pero, en cambio, sus ideas y sus jefes se han apoderado de las masas obreras. La lucha de clases esta p lanteada y los milicianos se preparan en la sombra. Ante muchedumbres obreras, poderosamente organizadas, con una conciencia de clase cada día más definida, sólo existe un Estado impotente y una jerarquía industrial, dispersa y caótica, sin un programa unificado y sin un sentimiento colectivo de defensa. Yo he propuesto la contrarrevolución del orden. Pero industriales, propietarios, comerciantes, campesinos, permanecen indiferentes, mientras la intrépida minoría comunista despeja los caminos para una sombría dictadura, convirtiendo a Colombia en una abominable factoría rusa. Esta sociedad abyecta no reacciona. Está leprosa. Dios la ha castigado con una absoluta insensibilidad ante el peligro.103

Villegas postuló de nuevo el corporativismo como salida a la crisis de los partidos y al modelo de la República Liberal que cedía ante la presión del comunismo. Habló también de oponer la armonía de clases a la lucha de clases. A los partidos internacionales enfrentó una firme noción de patria histórica. Estimó que el sindicalismo político tendía a sojuzgar, esclavizar y reemplazar al Estado, al punto de poner la situación frente al siguiente dilema: "o el poder público se resuelve a dominar, por medio de una estricta disciplina jurídica, o el sindicalismo revolucionario llegará a destruir al Estado".104

La intervención anticomunista de Villegas recogía el espectro general del anticomunismo que se difundía en Colombia. Lo que más le atraía de los regímenes totalitarios de derecha y de sus líderes era, más allá del todavía no suficientemente explicado corporativismo, su lucha y su éxito contra el avance del comunismo en Europa:

Sin la intervención quirúrgica de Mussolini, Italia no estaría gobernando hoy desde el Palacio de Venecia en Roma sino desde las cúpulas del Kremlin. El gran mérito del Führer es haber levantado ante el asalto del bolcheviquismo a las fronteras orientales alemanas, un firme baluarte, convirtiéndose con esto, en un verdadero caudillo moral de la Europa consciente en sus luchas decisivas contra las fuerzas subversivas de la destrucción y de la anarquía. Como un caballero andante del ideal, como el caballero sin miedo y sin tacha ha enarbolado con potente diestra la bandera de la cultura. La humanidad y la civilización, y, con digna apostura, la enfrenta con el amenazador ataque de la revolución mundial.100

Era esta la razón que evocaba Villegas para que el país, sobre todo el liberal, mirara con otros ojos el liderazgo del fascismo italiano y del nazismo alemán. Y no sólo al liderazgo: "En los movimientos de derechas de Europa hay fermentos de vida que pueden y deben ser aprovechados en todos los continentes para adelantar la lucha mundial contra el comunismo. A España no la salvó la elocuencia desbordante de Gil Robles sino la espada de Francisco Franco, fulgurante como la del Arcángel".106

La sociedad corporativa, el Estado nacional o el nacionalismo propiamente dicho, que imaginaba Villegas, se presentaban como alternativa también al capitalismo contra el cual creía estar luchando y contra el cual creía también que luchaban los fascismos europeos. Ambos, comunismo y capitalismo, eran presentados como materialistas y paganos. Por capitalista entendía un régimen plutocrático y obgárquico que esclavizaba al trabajador al convertirlo en simple rodaje de la producción

717:7 Ibid. '"' Ibid. "•: Ibid. '"' Ibid.. p. 8.

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económica, con lo que provocaba la lucha de clases. Un régimen que se replegaba y cedía ante la acción comunista. En cambio, su propuesta, la corporativa, era la sustitución del modelo liberal a través del cual se expresaba el capitalismo. En aquel habría más higiene, más bienestar, más educación para las clases desvalidas. Un componente central en el corporativismo de Villegas lo constituía la religión católica: "En el evangelio está el germen fecundo de todas las reivindicaciones proletarias. El Sinaí, el Calvario, el Vaticano han marcado siempre rutas de salud en la tormentosa odisea de la humanidad. Liberalismo, izquierdismo, socialismo, son nombres diversos de un error transitorio. Su apogeo se extingue con la momentánea locura que les ha dado origen".107 Pero ocupaba un lugar destacado en ese corporativismo criollo la propuesta que hacía Villegas de establecer en Colombia una república autoritaria que adecuara a ese modelo la experiencia gubernativa de Bolívar, Mosquera, Núñez, Reyes y Pedro Nel Ospina, que se combinaría con contenidos de reivindicación social para labriegos, obreros, empleados públicos, propietarios e industriales; que, dicho sea de paso, constituían una propuesta de democracia autoritaria más cercana al ideario populista que al denominado corporativismo que Villegas presentaba. No era nuevo el planteamiento, pues su colega Ramírez Moreno ya lo había hecho en su libro sobre la crisis del Partido Conservador publicado el año anterior. No obstante, el mérito de Villegas consistía en su promoción nacional por la vía de las conferencias radiales que se difundían por todo el país : "Constituyó gran sensación en esta ciudad la conferencia del doctor Silvio Villegas en Barranquilla. Fue escuchada por toda la ciudadanía desde los radios. Los obreros suscriben un mensaje de agradecimiento al doctor Villegas por el programa social que esbozó en su conferencia",108 reportó el periódico La Patria, después de la intervención a la que nos estamos refiriendo. Apelar a los sectores sociales arriba mencionados y proponer soluciones a sus problemas era lo que se entendía como programa social. En él confluyeron los documentos nacionalistas de 1924 y 1930, los contenidos del corporativismo y de los nacionalismos y fascismos europeos, la prédica de los matices reunidos en la ANP y los postulados de la Doctrina Social de la Iglesia. He aquí el texto del manifiesto-convocatoria leído por Villegas en su conferencia:

A los labriegos podemos decirles: somos la pequeña propiedad, la higiene rural , el crédito agrario, la enseñanza técnica a la población campesina, las cooperativas agrícolas, la justicia social para los asalariados del campo. Nosotros consideramos a las estirpes aldeanas como el depósito de las energías de la raza. Queremos para ellas lo que hasta hoy no han tenido, sujetas secularmente a la servidumbre del agro. El régimen de izquierdas únicamente se ha preocupado por halagar al proletariado urbano, colmándolo de prerrogativas demagógicas. Los campesinos laboriosos que en la inclemencia de la zona tórrida sudan y sufren para sostener el ocio de las ciudades, han quedado en el olvido y desamparo. En favor suyo no se aplican las leyes del trabajo. Nosotros ofrecemos a esas mayorías rústicas restablecer el equilibrio en la intervención del Estado, para dotarlas de bienestar económico, garantías laborales, defensas higiénicas frente al trópico, cultura y dignificación humana. A los obreros: Nosotros no los consideramos como ins t rumentos serviles de la producción, como tuercas de una maquinar ia sórdida y anticrist iana. Nuestro designio es reemplazar paula t inamente los rigores del régimen del salariado, por un vínculo mixto de contrato de sociedad y arrendamiento de servicios que les haga partícipe de los beneficios industriales, elevando su nivel de vida y estimulando la economía nacional. A nuestro juicio el problema social no se cancela con mejor jornal y menos horas de trabajo. Los seguros, las vacaciones, el descanso son necesarios y benéficos, pero no bastan para extirpar el origen de los conflictos entre patronos y obreros. Nosotros preconizamos el

7777 Ibid.. p. 8. 777" Ibid.. febrero 26 de 1938. p. 5,

El porvenir del pasado 393

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encuadramiento profesional orgánico, un sistema corporativo que establezca una colaboración de clases, al servicio del interés nacional. Entonces el obrero no estará a merced del mercado libre de trabajo. Se verá protegido contra la cesantía porque la producción organizada absorbe todos los brazos útiles. No será víctima del abuso del empresario, porque puede apelar a los comi tés p a r i t a r i o s o a la m a g i s t r a t u r a l abora l . El s ind ica to no c recerá en tonces revolucionariamente al margen del Estado, como un arrecife demagógico, sino que se insertará funcionalmente en su órbita. A trueque de semejantes ventajas, el derecho de huelga ha de ser cancelado, por ser funesto para el obrero, para el patrono y para el país. A los empleados públicos: somos la carrera administrativa, la permanencia en el empleo, una escala de ascensos sin tener en cuenta la filiación política sino la aptitud profesional y los deberes domésticos. A los servidores del Estado extenderemos las ventajas legales de que disfrutan los empleados part iculares. Ellos tendrán auxilio de cesantía, seguros de vida, vacaciones remuneradas , jubilaciones. A los propietarios: Somos el derecho de propiedad bien guarnecido, el crédito hipotecario encomendado al Estado y no a la usura privada, la defensa de los productos nacionales, las bonificaciones, los transportes baratos, la colaboración técnica del Gobierno mediante los títulos de experimentación agrícola, la red de caminos que cruce todas las regiones y valorice los inmuebles. A los industr iales: Somos la protección aduanera, el orden en la fábrica, el rechazo de las huelgas endémicas, la cancelación de la demagogia socialera [sic], el reajuste equitativo de los salarios conforme a las posibilidades de la empresa. Así como los patrones exacerban la lucha de clases, obstruyen la pacífica convivencia social y cometen una inmoralidad notoria cuando explotan a la muchedumbre proletaria, haciéndola sudar plusvalía en su exclusivo provecho, los trabajadores atontan contra la economía nacional y se perjudican indirectamente a sí mismos al exigir, por los modos coactivos del paro y del sabotaje, concesiones excesivas que arruinan nuestras industrias incipientes.109

Iban quedando las cosas claras y el concepto de nacionalismo tomaba forma. Por este último, Villegas entendía el predominio del interés común sobre los intereses, las pasiones y los designios de los partidos, de tal manera que se necesitaba un estadista capaz de nacionalizar el Estado. Villegas reconocía los esfuerzos en esta dirección de la generación del centenario, pero le reprochaba la carencia que había tenido de una "concepción fuerte y varonil del Estado" al buscar en la fusión de doctrinas irreconciliables el ideal cesáreo. Tenía razón Villegas al considerar que el problema radicaba en que en Colombia el poder se ejercía desde una parcialidad política, aunque su convocatoria carecía de peso moral al tener su vocero un compromiso tan aferrado histórica y culturalmente al Partido Conservador, y, además, por la contradicción de llamar a la unidad de la Nación excluyendo sectores políticos e ideológicos influyentes: "La patria de nuestros amores y de nuestros sacrificios, la que aprendimos a amar en las páginas tempestuosas de la epopeya emancipadora, el himno místico que despertó nuestra primera esperanza, es hoy un inmenso estadio, donde se prepara la doble carnicería de la lucha política y de la lucha de clases".110

Así llegaba a su final la conferencia, y con ello cerraba Villegas su gira por la Costa Caribe, llamando a la juventud a consagrar sus energías al servicio de una Colombia unificada. Había llegado la hora de sacudirse del yugo de los partidos. Pero era necesario, por último, hacer un juramento: "Juremos sobre las cunas y sobre los sepulcros, que Colombia nunca caerá bajo el puño de los forajidos internacionales que pretenden esclavizarla".111

La Patr ia , sobrecogida, al día siguiente de la conferencia de su director en Barranquilla, abrió así su edición: "Gran programa social para todas las clases sociales

70s Ibid., p. 8. Los resaltados en negrita son del autor de la investigación. 7777 Ibid. 7,7 Ibid , p. 1.

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esbozó ayer". Y en su interior leemos: "Silvio Villegas lanzó un programa en donde se resume el prospecto que pondría en práctica el nacionalismo que ha salido a predicar a fin de establecer la justicia y la armonía social entre el capital y el trabajo".112

Pregón^ órgano autónomo de la ANP en el interior de La Patria.

Existe en política una ley de gravitación, la

misma lógica de un sistema hidrográñco. Las

corrientes de una sola comarca acaban por

desembocar en un cauce común. Nuestro delta

es una concepción bolivariana del gobierno,

un anhe lo de jus t ic ia social y un sent ido

misionero de la política.113

Nosotros tenemos fe en las derechas. Todos

los días su nebulosa mental va adquiriendo

contorno y forma. El caos se trasforma en

sistema. Los presentimientos se consolidan en

conceptos. Una constelación política aparece

sobre la línea extrema del horizonte. Y en

verdad decimos que es posible ¡a

contrarrevolución del orden en Colombia, ella

t endrá por p ro top lasma a este equipo de

vanguardia. Quien lo hostilice conspira contra

el porvenir.11*

El 12 de febrero de 1938, La Patria anunció la aparición de una sección especial y autónoma de la ANP que llevaría por nombre Pregón. Esta página derechista estaba en correspondencia con las directrices del Alto Comando de la Acción Nacionabsta Popular en el sentido de crear órganos de prensa propios. Era un instrumento más de la juventud nacionalista que se sumaba a Tradición115 y Derechas Femeninas, de Medellín, a Falange, de Barranquilla, y a Patria Nueva, de Cartagena, entre otros.116

Pregón, que aparecería todos los lunes en la segunda página de La Patria, prometía dar a conocer el pensamiento de los intelectuales del movimiento derechista en el país. Sus inspiradores convocaron con nombre propio a los principales intelectuales de la derecha, departamento por departamento, para que enviaran sus colaboraciones al nuevo órgano. Así justificaron los editores la convocatoria: "Los ensayistas de las derechas podrán exponer, en este pregón del amanecer, la motivación histórica, económica y social de la nueva política. En su alinderada parcela del periódico deben sembrar en los gérmenes, la próspera semilla de su ideario para una próxima recolección. Pregón ha de ser una cátedra de adoctrinamiento popular".117

La convocatoria, que llegaba lo mismo a una u otra corriente de la derecha perseguía, sin lugar a dudas, reunificar y reconcibar a la ANP. Se esperaban así las colaboraciones

2 Ibid. 7 Ibid., febrero 12 de 1938. p. 6. 4 Ibid. ' En este momento Abel Naranjo Villegas compartía la dirección de la revista ideológica con Félix Ángel Vallejo. 7> Es importante anotar que La Patria, a esta altura de los acontecimientos, se había convertido en un diario nacional. Circulaba con

facilidad por todo el occidente colombiano y llegaba por avión diariamente a Medellín, Barranquilla y Bogotá. ' La Patria, febrero 15 de 1938. p. 5.

El porvenir del pasado 395

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de Rodrigo Jiménez Mejía y Vesga Duarte, lo mismo que las de Eliseo Arango y José Mejía Mejía. Con Pregón se ponía de presente que las derechas estaban viviendo una especie de segunda época, un segundo periodo "más reflexivo, hondo y potente", que la generación de 1930 había madurado y empezaba a recoger frutos, y que su vocabulario era el mismo con el que se estaba haciendo la política conservadora en el país. "Si es posible la contrarrevolución del orden en Colombia, ella tendrá por protoplasma a este equipo de vanguardia. Quien lo hostilice conspira contra el porvenir",118 declaraba el convocante, nada menos que Gilberto Álzate Avendaño.

El 22 de febrero de 1938, la edición de La Patr ia incluyó en su segunda página a Pregón. En su primer editorial, Carlos Ariel Gutiérrez señaló los alcances de la empresa intelectual:

En su dirección tendremos completa autonomía y en ella podrán aparecer tesis opuestas a la política general de este diario. La Acción Nacionalista Popular es un movimiento nuevo, autónomo, con jerarquías propias, independiente de las fuerzas mil i tantes hoy en día en Colombia [...] Seremos nacionalistas en el sentido militante, riguroso y salvador que indica esta pa labra . Pero no será el nuest ro sólo un nacionalismo sent imental , de himno y bandera, añorante y desgarrado, enternecido únicamente por grandezas pretéritas. Nuestro nacionalismo tiene el descontento de la protesta, del amor amargo por la patria. Es el producto de una implacable tarea crítica, sin ramajes y festones, de falsa patriotería que ha llegado precisamente en un instante crucial de Colombia y una incertidumbre sobre su destino.119

Igualmente, Gutiérrez enfatizó en su lucha contra el capitalismo y el comunismo internacional reafirmando el sentido nacionalista de la ANP:

No somos pasadistas ni seremos una reminiscencia más de ideologías extranjeras. Nuestro meridiano no pasa por Berlín, ni por Moscú, ni por Roma. Detestamos y despreciamos los partidos por correspondencia. Colombia está siendo víctima de los experimentos políticos de otros pueblos. Tenemos un liberalismo capitalista anclado en Manchester, un sindicalismo que sigue las indicaciones del Komintern, una constitución que es, en muchas partes, una copia de la España Republicana del 31 y un liberalismo izquierdista orientado por México. Por otro lado un clan reaccionario, ant inacional —porque es antisocial— con una ideología rezagada, empobrecida y exangüe, hostil a toda justa insurgencia de las clases trabajadoras. Para nosotros, la corrupción es el estancamiento o el delirio.1™

La sensibilidad nacionalista en su conjunto le daba importancia a la acción, aunque más preciso sería hablar de reacción, puesto que todo lo construían como respuesta a la acción de otros. Se constituían los nacionalistas en dependencia de los otros, eran otros quienes ayudaban a la construcción de su identidad. Las confrontaciones y las oposiciones hacían parte de la estrategia de autoconfigurarse. Ala triada igualdad, fraternidad y libertad opusieron jerarquía, orden, disciplina. Pero la acción era para ellos, gente de vanguardia, más conveniente, estaba a tono con su pasión por la actividad, por la calle. Les llamaba la atención ser incisivos, reiterar su pensamiento en todo momento cuando las circunstancias lo permitieran: "Para que una idea prospere es necesario repetirla sin descanso", decía uno de los ideólogos de Pregón,121

"primero la acción y después el pensamiento", declaraba un editorialista de El Colombiano122. Querían cambiar el vocabulario todo de la política, poner a hablar a la juventud un nuevo idioma, el de ellos, distinto al "lenguaje crepuscular y caduco" de los partidos: proponían el uso de un idioma de alborada, justiciero y nacionalista.

74 Ibid.. febrero 12 de 1938, p. 5, 774 Ibid.. febrero 22 de 1938. p. 2. 2" Ibid. -• Ibid. 22 El Colombiano, marzo 10 de 1938. p. 3.

396 El porvenir del pasado

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Como se había anunciado, Pregón recibió la colaboración de la plana mayor de la ANP. La edición del 28 de febrero, influida por las sonadas conferencias de Silvio Villegas, salió con textos de Rodrigo Jiménez Mejía, Eduardo Carranza y Carlos Vesga Duarte. Mientras Jiménez Mejía escribió sobre "Nacional-sindicalismo contra sindicalismo marxista", a cargo de Vesga estuvo el artículo central de la página que desarrolló puntos planteados por Villegas en Barranquilla: "La Nación pide ahora que se le restaure en sus fueros, contra los de los partidos que la han negado durante un siglo, desde que en Ocaña los europeizantes colombianos resolvieron ser más bbertarios que el Libertador".12:i Pero la página ampliaba no sólo los aspectos ideológicos de la ANP, que empezaban a confundirse con los de la sensibilidad leoparda, sino que profundizaba también la democracia desde la derecha. La Unión Nacionalista del Trabajo publicó en Pregón su plataforma, que comprendía un programa máximo y uno mínimo. El primero estaba compuesto por catorce puntos, algunos de los cuales rezaban:

[...] luchamos por la permanente defensa de nuestros campesinos, haciéndolos propietarios y pidiendo una clara y eficiente legislación que los ampare de algunos patronos inescrupulosos y de los agitadores sin conciencia: queremos que a todo colombiano se le eduque para la producción, intelectual y moralmente, creando escuelas de artes y oficios, porque consideramos que el trabajo es un deber social y sólo por medio de la preparación técnica e individual podrá cumplirse esta función social; abogamos por un acercamiento permanente y estrechas relaciones entre los países bolivarianos, cooperación constante entre todos los países de América, y creación de una cultura hispanoamericana.121

Y el segundo lo comprendían quince puntos, de los cuales destacamos:

Por el pago equitativo de los accidentes de trabajo, descanso dominical y seguro colectivo por todas las empresas, no dejando recaer esta carga sobre unas pocas entidades industriales únicamente; por un salario correlativo al mínimo de los obreros de las industrias, para los soldados, el servicio militar general, y obligatorio; por un mínimum de instrucción obligatoria a base de moral, higiene, nacionalismo y agricultura, incorporando la mujer a la vida cívica y cultural; por la creación de la Cruz Roja Obrera, luchando por conseguir servicios higiénicos y sanitarios por cuenta del Estado, salas cunas, salas de maternidad para las familias de los trabajadores; por el amparo de la niñez obrera y campesina y abaratamiento de la educación, la cual, hoy por hoy, debido al elevadísimo precio de las pensiones, textos y matrículas es artículo de lujo para los hijos de la clase media y el obrerismo.125

Pregón ahondó, también, en el nacionalismo continental que había planteado Villegas. En el vocabulario de Haya de la Torre, Rafael Lema Echeverri habló de la necesidad de pensar en una Indoamérica unificada para oponerla a los Estados Unidos y rechazó el antiimperialismo comunista que terminaría atando el destino de América a la URSS.126

A esta altura de los acontecimientos, el discurso de Silvio Villegas había amalgamado los distintos matices de la derecha nacionalista. Así lo empezaron a reconocer los miembros de la ANP. Griceldino Reyes, un militante de Cerrito, Valle, al tiempo que lo catalogó como un "augurio redentor" para el conservatismo, llamó la atención: "La juventud derechista debe considerar como una victoria máxima el hecho de que Silvio simpatice con su pensamiento".127

7777 La Patria, febrero 28 de 1938. p. 2. 71 Ibid.

157 Ibid. '"' Ibid. 777 Ibid.. marzo 9 de 1938, p .4

El porvenir del pasado 397

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