Globalidad y Cosmopolitismo

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Globalidad y Cosmopolitismo / Ciencias Políticas

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TEMA VII

TEMA VII. GLOBALIDAD Y COSMOPOLITISMO. PERSPECTIVAS DE LA SOCIEDAD MUNDIAL

La formacin de una visin cosmopolita. Las dimensiones de la sociedad mundial. El Estado transnacionalLA SOCIEDAD CIVIL TRANSNACIONAL:

CMO SE FORMA UNA VISIN COSMOPOLITA

1. Balance provisional: el nacionalismo metodolgico y su contradiccin.

Cmo y por qu exige la globalizacin una diferenciacin entra la primera y la segunda modernidad?

La visin de la sociedad de la primera modernidad la ha descrito atinadamente A.D.Smith como nacionalismo metodolgico. La sociedad y el Estado son pensados, organizados y vividos de manera coincidente. Ello presupone la fijacin estatal-poltica y el dominio del espacio. El Estado territorial se convierte en contenedor de la sociedad; la pretensin estatal de control y poder funda y crea la sociedad.

Las sociedades nacionales estatales producen y conservan tambin de este modo identidades cuasi esencialistas de la vida cotidiana cuya autointeligibilidad parece descansar en formulaciones tautolgicas: los alemanes viven en Alemania, los japoneses en Japn... el que haya judos negros, etc., es algo que se considera como caso fronterizo y excepcional, al tiempo que como amenaza.

Esta arquitectura del pensamiento, de la actividad y de la vida en los espacios e identidades estatales-sociales se viene abajo en virtud las globalizaciones econmica, poltica, ecolgica, cultural y biogrfica.

Sociedad mundial significa que surgen oportunidades de poder, espacios de lo social en el quehacer, la vida y la experiencia que destripan y ponen patas arriba la ortodoxia de la poltica y de la sociedad:

Lo ms sorprendente es constatar cmo consiguen las empresas transnacionales la oportunidad de repartir los puestos de trabajo y los impuestos en ese tablero de la sociedad mundial para maximizar sus beneficios; con ello privan a los Estados de Bienestar socialmente desarrollados de oportunidades de influencia y de formacin...

Esto nos permite apreciar el nuevo declive del poder y la lucha de poder entre actores nacionales-estatales y sociales-mundiales. Todo esto es decisivo y nuevo, no porque estas empresas transnacionales aumenten en nmero y diversidad, sino porque, en virtud de las globalizaciones, se ven llevadas a la situacin de enfrentar para su propio provecho a los distintos Estados nacionales.

Considerado desde fuera parecera que nada ha cambiado, pero en realidad siguen jugando el mismo juego cuyas reglas de juego (nacionales-estatales) invalidan y modifican. Asimismo en la relacin entre la primera y la segunda modernidad hay que hablar de una poltica que ya no est regulada, sino que modifica las reglas, es decir, de una poltica de la poltica (metapoltica) que se caracteriza por el hecho de que, en los hbitos y reglas de las luchas por el reparto de las sociedades industriales tradicionales, se est dirimiendo el nuevo juego de poder contra los actores transnacionales.

Tambin en los mundos simblicos de las industrias culturales globales desaparece la ecuacin entre Estado, sociedad e identidad, como muestra sobre todo Appadurai: la imaginacin de vidas posibles no se entiende ni nacional ni tnicamente, ni a travs de los contrarios pobre-rico, sino slo a nivel de sociedad mundial.

En este sentido, el colapso del bloque oriental fue tambin fruto de la globalizacin cultural. El teln de acero y el blindaje militar se volatilizaron por as decir e la era de la televisin; por ejemplo, los programas publicitarios, a menudo culturalmente despreciados en Occidente, se convirtieron en un entorno marcado por la caresta y la reglamentacin, en una promesa en la que se fundan el consumo y la libertad poltica.

Esto slo se produce cuando se diferencian claramente dos conceptos culturales que generalmente se entremezclan. El primer concepto de cultura (cultura 1) vincula la cultura a un territorio concreto: parte del supuesto de que la cultura es el resultado de procesos bsicamente locales. Esta visin, que se remonta al romanticismo del siglo XIX, se ha desarrollado ulteriormente en nuestro siglo mediante la antropologa, entendida sobre todo como un relativismo cultural que ve la cultura como un todo, un modelo o una configuracin.

El otro concepto de cultura, ms enriquecedor (cultura 2), considera la cultura como un software humano general. Subyace a las teoras del desarrollo y de la extensin de la cultura y est determinado como proceso de aprendizaje esencialmente translocal. La cultura 2 significa necesariamente culturas en plural. Estas e entienden como pluralidades no integradas ni delimitadas carentes unidad, o, segn mi formulacin, como diferenciaciones inclusivas.

Estos dos conceptos se acoplan perfectamente entre s: la cultura 2 se articula en la cultura 1, pues las culturas son las intermediarias de la cultura. Sin embargo, subrayan aspectos diferentes en el desarrollo histrico de las relaciones entre las culturas... la cultura 2, como tambin las culturas translocales, no es atpica carente de lugar -, lo que ocurre es que aprehende el lugar como abierto hacia fuera, mientras que para la cultura 1 el espacio encerrado en s. La cultura 2 posee una comprensin de lo global in situ. Cuando hablamos de pluralismo cultural, de sociedad multicultura, de relaciones interculturales, no est nada claro si con eso nos referimos a una cultura cerrada o a culturas abiertas. De igual manera, las relaciones entre culturas de una manera esttica o de una manera fluida... en otras palabras, que la diferenciacin entre cultura 1 y cultura 2 se puede entender como una ulterior aportacin a la diferenciacin entre la primera y la segunda modernidad.

Bauman remite asimismo a un problema capital resultante de la glocalizacin, a saber, que los pobre y los ricos no se sientan ya a la misma mesa de negociacin del Estado nacional. Al igual que la pobreza y las ganancias, la caridad tambin se torna global. Mientras el ciudadano est an encogido y perplejo en el marco nacional-estatal, el burgus acta de manera cosmopolita, lo que significa que, cuando late su corazn democrtico, sus actos ya no tienen por qu obedecer a los imperativos de la lealtad nacional.

La polivalencia de las globalizaciones implica el surgimiento en una especie de efecto pendular, de regionalismos supranacionales y subnacionales.Un buen ejemplo de esto lo tenemos en la Unin Europea... no hay una, sino varias Europas: la Europa de las naciones, de las regiones, de las civilizaciones, etc. La globalizacin favorece el macrorregionalismo, el cual, por su parte favorece al microrregionalismo. En las regiones pobres, el microrregionalismo crea no slo un medio propicio para el mantenimiento de la identidad cultural, sino que, adems, permite exigir subvenciones a las instituciones en el plano macrorregional para garantizar la estabilidad poltica y el buen comportamiento econmico

A continuacin se confronta el concepto de la primera modernidad nacional-estatal, y sus presupuestos fundamentales, con el concepto de sociedad civil global: -qu significa la globalizacin desde abajo? son posibles, y cmo, iniciativas cosmopolitas? qu recursos de accin y oportunidades de poder tiene una sociedad civil transnacional? qu significa y cmo son posibles la tolerancia y la crtica transculturales?

2. Boicot de masas simblicamente escenificado: iniciativas cosmopolitas y subpoltica global

Una campaa lanzada por Greenpeace en el verano de 1995 impidi el hundimiento de una plataforma petrolfera desguazada en el Atlntico; posteriormente intent que Chirac prohibiera la reanudacin de las pruebas atmicas francesas...

Pero esto plantean la siguiente cuestin: no se invalidan las reglas fundamentales de la poltica exterior cuando una actor no autorizado (Greenpeace), ejecuta su propia poltica sin tener en cuenta la soberana nacional y los canales diplomticos? Pero entonces se olvida que no ha sido Greenpeace la que dobleg a la empresa petrolera, sino el boicot masivo de los ciudadanos, dado a conocer a travs de la acusacin televisiva, retransmitida a nivel mundial. Lo que ha hecho esta ONG es poner en evidencia ese nuevo vaco de legitimacin y de poder del sistema poltico.

Posteriormente, se descubri que Greenpeace haba exagerado las consecuencias negativa sobre el mar del Norte de dicho hundimiento... Esto puede que haya perjudicado la credibilidad de Greenpeace, pero no ha devaluado el escenario poltico como posibilidad de accin futura.

En el caso mencionado, adems, se muestra como surgen alianzas entre quienes propiamente no parecen susceptibles de hacerlas; vemos como el poder estatal se pone del lado de una accin ilegtima y des sus organizadores, y cmo, con los medios de la legitimidad del poder estatal, se justifica la ruptura mediante la selectiva violacin de las reglas extraparlamentarias de una poltica directa que trata de eludir precisamente el marco estricto de las instancias y reglas indirectas del Estado constitucional con una especie de autojusticia ecolgica. Lo que sucedi en ese caso fue un cambio de escenario poltico entre la primera y la segunda modernidad: los gobiernos nacionales-estatales se sentaron en el banquillo de los observadores mientras actores no autorizados de la segunda modernidad determinaban la historia segn su propio arbitrio... lo nuevo es la alianza entre potencias extraparlamentarias y parlamentarias, ciudadanos y gobiernos de todo el globo en torno a una causa legtima en su sentido ms noble: la salvacin del mundo... Naturalmente, esta alianza anti-Shell era moralmente bastante sospechosa y delataba una actitud completamente hipcrita... cabe citar a este respecto el nacionalismo y la mojigatera del movimiento verde alemn... sin embargo, las enseanzas de la poltica son otras que las de la moral

El quehacer de las corporaciones mundiales y de los gobiernos nacionales se vi, pues, presionado por la opinin pblica mundial, y la participacin indiviual-colectiva en el contexto de la accin es decisiva y notoria: el ciudadano descubre el acto de compra como una papeleta de voto directa que puede utilizar polticamente en todo momento y lugar. En el boicot se une y ala de este modo la activa sociedad de consumo con la democracia directa, y ello a nivel mundial.

Aqu encontramos otro lmite importante: los individuos no son activos de manera directa. Su protesta se expres de manera simblica y a travs de los medios de comunicacin. La pregunta decisiva es la siguiente: quin es el dueo de los smbolos? quin encuentra(inventa) los smbolos que, por un lado ponen de manifiesto el carcter estructural del problema y, por el otro, lo tornan capaz de la accin, y cmo se consigue?. Esto ltimo debera ser tanto ms factible cuanto ms sencillo es el smbolo escenificado,... donde sencillez significa en primer lugar, transmisibilidad: todos nosotros hemos atentado alguna vez contra el medio ambiente... con la diferencia esencial, esos si, de que la probabilidad de la absolucin pblica seduce tanto ms cuanto mayor es la gravedad del pecado. En segundo lugar, grito de indignacin moral: los de arriba pueden, con la bendicin del gobierno y de sus expertos, hundir una isla llena de residuos.... mientras que los de abajo, debemos dividir en tres partes cada bolsita de t para salvacin del mundo. En tercer lugar, oportunidad poltica (Kohl tom partido contra Shell, pero no contra las pruebas nucleares de Francia.. . se deba y poda echar gasolina moralmente buena en la gasolinera de la competencia, Y en quinto lugar, trfico de indulgencias ecolgico: el boicot cobra importancia con la mala conciencia de las sociedades industriales porque, a travs de l, se puede repartir una especie de ego te absolvo sin costes ulteriores para la administracin.

3. Topopoligamia. Estar casado con muchos lugares a la vez es la mejor manera de que la globalizacin irrumpa en la propia vida

Ejemplo de anciana alemana que siendo de una ciudad de provincias, viaja con frecuencia a Kenia donde mantiene una red de relaciones sociales mas satisfactoria que en su lugar de origen, del que por otra parte tampoco quiere desligarse completamente...

Vive, por as decir topopolgamamente y ama lo que parece excluirse, La topopoligamia transnacional, el estar alguien casado con varios lugares y pertenecer a varios mundos la puerta a travs de la cual entra en la propia vida la globalidad- conduce a la globalizacin de la biografa.

La globalizacin de la biografa significa que los contrastes y las contradicciones del mundo tienen lugar no slo ah fuera, sino tambin en el centro de la propia vida, en los matrimonios y las familias multiculturales, en el trabajo.. sin que nadie se haya dado cuenta ni lo haya buscado, cada vez es mas cierto que todos nosotros vivimos glocalmente. Lo global no acecha ni amenaza como un gran todo que est ah fuera, sino que anida y se agita en el espacio de la propia vida. Y eso por que nuestra propia vida ya no es una cosa ligada al lugar, una vida asentada y sedentaria, sino una vida de viaje, una vida nmada, en coche, avin, al telfono, Internet, una vida apoyada en y marcada por los medios de comunicacin, una vida transnacional. Estas tecnologas son medios de franquear el tiempo y el espacio. La figura representativa de la propia vida ya no es la del paseante, sino la vida con el contestador automtico y el mail-box: se est ah y no se est, se contesta y no se contesta automticamente, se envan y reciben de otros lugares del mundo transportadas en el tiempo y el espacio- noticias que se ha recibido y almacenado con los medios de la tcnica.

La multilocalidad o politopicidad, la transnacionalidad de la biografa y la globalizacin de la propia vida proporcionan un motivo ulterior para el socavamiento de la soberana del Estado nacional y la obsolescencia de la sociologa nacional-estatal; se disuelve, as, la interdependencia entre lugar y comunidad (o sociedad). El acto de cambiar de y de elegir lugar es el padrino de la glocalizacin de las biografas.

Globalizacin de la biografa no debe significar cualquier tipo de plurilocalidad, sino slo aquella que deba o pueda traspasar fronteras de mundos separados entre naciones, religiones, culturas, colores de piel, continentes, etc.- , pues la afirmacin de que muchas vidas en una debe significar desesperanza y un precio excesivo a pagar es la leyenda con la que los topomongamos tratan de protegerse contra las exigencias de los topopolgamos.

Los mundos distintos se hallan potencialmente en un solo lugar y dependen de las fuentes de informacin actuales, de la pluralidad de relaciones interculturales, de la emigracin... En otras palabras: la idea de vivir en un lugar cerrado y cerrable se torna por doquier palpablemente ficticia.

Pero plurilocalidad no significa remitindonos a los grandes temas sociolgicos- ni emancipacin ni no-emancipacin, ni anoma ni no- anoma, , ni una visin cosmopolita automtica ni nuevo fundamentalismo, ni banalizacin ni alarmismo ni tampoco difamacin, sino que significa algo nuevo de lo que uno puede mostrarse curioso con el fin de descifrar su mundo (visin)

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4. Cmo es posible la crtica intercultural?

Hay una caricatura de los conquistadores espaoles haciendo su entrada, con armas relucientes, en el nuevo mundo Hemos venido a vosotros para hablar de Dios, de la civilizacin y de la verdad a los que contenta un grupo de nativos con aire perplejo: muy bien, y qu queris saber?...

Lo ridculo resulta de la imagen de la falsa comprensin recproca del encuentro: el imperialismo occidental que se impone por las armas esconde su celo misionero bajo la retrica del dilogo intercultural La amarga comicidad estriba en que el observador sabe ms... el observador conoce el futuro real del cuadro que se le expone... y este elemento trgico ha embrujado la situacin mundial hasta hoy. Lo trgico y lo cmico son los dos lados de un dilogo intercultural permanentemente fracasado.

En esta situacin, cabe preguntar: es posible una cosa tal como la crtica intercultural? Para armar mejor esta pregunta, preguntaremos en primer lugar a los clsicos de la tolerancia y del malentendido Nietzsche y Lessing- y, en segundo lugar, trataremos de tender puentes entre los dos campos hostiles- de los contextualistas (posmodernos) y los universalistas (ilustrados).

a) Esa sabidura tan llena de picarescaCiertamente est el Nietzsche posmoderno, que alegremente da al traste con las seguridades en cuanto descubre y fustiga lo egotstico en la moral y predica el inmoralismo y la irresponsabilidad. Pero tambin est el Nietzsche ilustrado e irnico, y hasta tal vez el an por descubrir fundador de una nueva Ilustracin. l saba bastante de la sabidura de la risa, a la que llama esa sabidura tan llena de picaresca... Nietzsche sustituye la com-pasin por la risa compartida. Es evidente que el intercambio de los valores no es para l un fin en s, sino que debe crear espacio para la alegra y la risa compartida de otras verdades en un dilogo intercultural... acerca de otros cuyas mscaras nos hemos puesto, y acerca de las mscaras en que nos hemos convertido y que miramos con los ojos de otros, etc.

Con lo cual, lo global que Nietzsche tiene ante s no se da de manera sincrnica, sino que incluye el estar juntos y enfrentados a lo largo de los siglos. Qu cosa es, pues, la moral de la vida glocal en la visin irnica de Nietzsche?

Resulta ms fcil decir qu cosa no es: presupone el que se desagreguen las morales absolutistas de los mundos separados... no para que no ocurra nada, sino para que se abra el espacio a un sincrnico empequeecimiento y engrandecimiento de las pautas y exigencias morales. Es decir, una moral que quiere fijarse una meta.

Por una parte, el filsofo aboga por una individualizacin del ideal: el individuo se convierte en legislador, pero slo en legislador de s mimo... pero ello no abre de par en par las puertas al relativismo moral... precisamente lo contrario, opina el filsofo. La tolerancia pensada y practicada bsicamente en la simultaneidad de dos movimientos: de un lado, empequeecer el propio mbito de grandeza moral para, del otro, buscar la conversacin transcultural con las dems verdades, las verdades de los otros. La individualizacin de la moral no es tampoco fruto de un motivo egosta. Mas bien, abre oportunidades para una moral global de la tolerancia: hace posible algo ms que la conversacin, la crtica intercultural: la autolegislacin, en su doble sentido de limitacin y ampliacin, nos capacita para la crtica y para el conflicto.

Se pueden resumir las respuestas nietzscheanas a la cuestin de cmo deviene posible la crtica intercultural de la forma siguiente : sola y nicamente la autolegislacin y el autocuestionamiento tomados como una unidad nos abren y fortalecen para las exigencias de la vida internacional

La autolegislacin sin autocuestionamiento conduce a la intolerancia, el etnocentrismo y el egocentrismo, slo el autocuestionamiento sin autolegislacin debilita y capitula ante el cerrilismo del mundo. Esta contradiccin se resuelve, como hemos dicho, en lo que el filsofo llama la moral que busca fijarse una meta.

Se puede encontrar una respuesta parecida en Lessing, quien trata de la cuestin de las certidumbres autoexcluyentes sobre todo en su obra teatral Natn el sabio... Natn quiere ver, palpar, coger lo que se esconde detrs de las palabras, que a menudo no son ms que pura altisonancia y retrica. La necesidad de decidir entre certezas autoexcluyentes... se resuelve de manera paradjica. Por una parte nada, y por la otra, dos cosas: el juez no decide, invita a los que buscan consejo a la reflexin y accin personales. Al mismo tiempo, ofrece tambin a los que pugnan por conocer la verdad un criterio para abrirse camino en la vida; segn su juicio, la nica prueba posible de la predestinacin est en los frutos de sus acciones.

La respuesta de Lessing conduce a una diferenciacin que, de todos modos, no es realmente clara y absoluta, es decir, la diferenciacin entre certeza y verdad. No slo hay que poseer, sino tener la certeza de que se ha escogido el bueno . El anillo otorga segn la parbola, la estima. La verdad debe ganarse su atributo de veracidad. En la verdad, la duda libera una actividad que se debe confirmar probar- a s mismo. La reflexin, el actuar por uno mismo, y no el tener abre posibilidades y configura espacios. Los principios universalistas y relativistas estn tan fuertemente imbricados que la disputa sobre la verdad se convierte en presupuesto de toda accin socialmente vlida.

a) Universalismo contextual

Tanto Nietzsche como Lessing, aunque desde argumentos radicalmente diferentes, coinciden en un punto: no estn dispuestos a proponer principios universalistas ni relativistas. El universalismo tiene el inconveniente de imponer a los dems su propio punto de partida, pero la ventaja de incluir a los dems, de tomarlos en serio. Es importante distinguir este presupuesto universalista del totalizador. El punto de partida universalista casa muy bien con la autolegislacin autodelimitadora. Tiene perfectamente en cuenta la diferencia entre verdad y certeza.

Por otro lado, el relativismo y el pensamiento contextual son irrenunciables porque potencian el respeto a la diferencia cultural y hacen atractivo y necesario el cambio de perspectiva. Valindose de la conjuncin y, emparentando universalismo y contextualismo, desarrolla ulteriormente esta misma diferenciacin.

Propone Beck un cuadro cuatripartito, universalismo universalista, contextualismo universalista, universalismo contextual y contextualismo contextual. Por las similitudes entre las dos ltimas, slo ilustra las tres primeras...

Las dos primeras posturas poseen rasgos totalizadores en distinto grado. Esto vale, por ejemplo para la antigua Ilustracin, que hablaba de hombres cuando en realidad se refera a varones, y, mas concretamente, a varones blancos con un elevado nivel de educacin... Pero, aunque de otro modo, esto vale tambin para el contextualismo totalizador. Aqu, con argumentos completamente diferentes, pero de parecidos resultados, se rechaza el cambio de perspectiva en cuanto que sencilla y llanamente se da por imposible. Cuando todo es relativo, esto significa que cada uno tiene su punto de vista, incluidos quienes lo describen o ven lo descrito... Entre todos ellos se abren abismos ms o menos insuperables. El resultado es: todos son como son.

.........

El universalismo contextual no obliga a cerrar los ojos ante las violaciones de los derechos humanos perpetradas en otros mbitos culturales o pases, segn un relativismo mal entendido; pero tampoco capacita para intervenir prepotentemente en otros pases para, por ejemplo proteger a las minoras contra las persecuciones...

Sin embargo, el seguir la versin contextual de los derechos humanos universales no equivale en modo alguno a un entreguismo moralista y poltico, a una capitulacin, sino que es la condicin sine qua non para mojarnos en los conflictos por los derechos humanos y las violaciones de los derechos humanos en otras culturas.

El universalismo contextual afirma: hay que abrir el santuario de uno mismo a la crtica ajena. Hay que cometer el sacrilegio del politesmo en materia de universalismo, empezando por uno mismo. El universalismo contextual debe en el planteamiento de Lessing- dar el paso de la certeza a la verdad en el campo de los universalismos de manera consciente, filosfica, moral y poltica. Tal voz as podamos rernos tambin con ganas alguna vez, en un mundo dominado por las concepciones de distintos universalismos, de la tonta presuncin humana de poseer la certeza universal.

EN TORNO A LA SOCIEDAD MUNDIAL:

PERSPECTIVAS CONCURRENTESYa se han presentado suficientes argumentaciones para poder abordar la pregunta en qu se distinguen los conceptos de globalidad, globalizacin y globalismo?

La globalizacin subraya el elemento de proceso que tiene lo transnacional en las dimensiones que hemos presentado. Significa, por tanto,

La intensificacin de los espacios, sucesos, problemas, conflictos y biografas transnacionales, pero

Este movimiento no debe entenderse ni de manera rectilnea ni en el sentido de total y omnicomprensivo; antes bien, este movimiento debe entenderse slo de manera contingente y dialctica; es decir, de manera glocal. Esto quedar ms claro si explicamos el concepto de diferencia inclusiva contraposicin incluyente- como principio de la biografa, la identidad y de organizacin;

Consecuentemente, conviene preguntar e investigar el grado, la densidad y la medida de la globalizacin/localizacin en sus diferentes dimensiones.

El concepto de globalidad representa una afirmacin dura de la realidad, Significa en ltima instancia- sociedad mundial y afirma lo siguiente: esta circunstancia es:

Irrevisable, lo que significa que la sociedad mundial debe entenderse de manera

- multidimensional,

policntrica

contingente y

poltica.

En el marco de la teora cultural, es de inters entonces plantearse la siguiente cuestin: en qu formas y foros se experimenta, vive, percibe socialmente y practica la sociedad mundial?

Fue Robertson el primero que convirti el ser y el devenir conscientes en el mundo en indicadores empricos de las sociedad mundial reflexiva. La sociedad mundial sera un horizonte mundial que slo se abre si se mantiene como real en la comunicacin Slo sobre este teln de fondo resulta descodificable como fenmeno social mundial la exploracin de las fuerzas laborales en otra regin mundial, ...

De los conceptos anteriores se debe distinguir y criticar- el globalismo, es decir, la ideologa neoliberal del dominio del mercado mundial, del que se trata al final del libro (en el captulo errores del globalismo).

Es necesario precisar bien la tesis de la irrevisabilidad de la sociedad mundial, y hacer esto confrontando, aunque sea de manera esbozada, seis perspectivas en parte concurrentes y en parte complementarias, a saber:

1. Terceras culturas o sociedad civil global?

2. Democracia cosmopolita

3. Sociedad mundial capitalista

4. Sociedad de riesgo mundial: se abre la jaula de la modernidad

5. La sociedad mundial como poltica no democrticamente legitimada

6. Perspectivas: el Estado transnacional

1) Terceras culturas o sociedad civil global?

Kant desarroll la tesis en La paz perpetua de que las democracias nunca son posibles aisladamente en forma de sociedades nicas no estatales, sino slo en la sociedad civil mundial. No slo vincula el autogobierno de los muchos a un autopensamiento sino que adems condiciona esto a los mbitos de la

a) autoexperiencia de la sociedad civil global

b) situaciones jurdicas universalmente vlidas.

Las interrelaciones vivenciales transnacionales consisten y surgen de cosas tan diversas como las relaciones comerciales intercontinentales, los movimientos migratorios, la esclavitud, las guerras, el imperialismo,...

La cultura global, a diferencia de las culturas nacionales, no dispone de ningn pensamiento. Una nacin se puede apoyar, para su formacin, en experiencias y necesidades latentes de la poblacin y darles expresin, mientras que una cultura global no corresponde a ninguna necesidad real ni ninguna identidad en desarrollo.

La suposicin de que los conflictos de la humanidad slo dividen no tienen en cuenta lo que es realmente decisivo, y, por tanto, es falsa. Los conflictos unen tambin a los hombres, aunque de manera dolorosa, y potencia una unidad ambivalente. Pertenece a la esencia de la dialctica que la unidad se desarrolle a partir de posturas enfrentada y de conflictos... Un factor importante en la formacin de las culturas mixtas post-coloniales fue la unidad conflictiva del Estado otrora dominador y de los pases otrora dominados, unidad que descansa en las experiencias comunes polticas y culturales, incluida la experiencia del sometimiento

La sociedad multicultural no es ninguna entelequia, sino una realidad global... no conduce automticamente a la tolerancia, y s puede conducir a la discriminacin y a la xenofobia. Cuando las ambivalencias de la sociedad mundial irrumpen conflictivamente en un lugar, esto no es ninguna muestra del fracaso de los experimentos sociales multiculturales sino, posiblemente, del comienzo de una nueva poca social en la que formas de vida transnacionales y transculturales se convierte en el pan nuestro de cada da. Una poblacin que no quiera ver de frente estas realidades y que se siga pensando a s mismo y las dems en funcin de culturas (populares) monolticas, tendr especial dificultad para habrselas en el popurr perfectamente normal de la sociedad mundial. Las experiencias culturales nunca muestran una tendencia a la uniformidad y estandarizacin. Esto no quiere decir que el concepto de la uniformizacin cultural global carezca de significado, pero se queda demasiado corto: pasa por alto las contratendencias y el influjo en Occidente de las culturas son occidentales: No atiende a la ambivalencia del proceso de globalizacin y desconoce el papel de lo local en la recepcin de la cultura occidental; no tiene tampoco en cuenta las culturas mixtas y recalca la homogeneidad de la cultura occidental desconociendo que esta es a su vez una amalgama de diferentes corrientes. La cultura europea y toda la cultura occidental en su conjunto son partes integrantes de esta mezcla global.

Sin duda no es casual que, para la gran mayora de la gente, la experiencia de la sociedad de destino global irrumpa fundamentalmente como experiencia de la amenaza en los debates actuales sobre la pobreza mvil o la explosin demogrfica, en catstrofes como Chernobil, en noticias sobre alimentos, aire o agua contaminadas, o en la forma de notificacin de la empresa por la que se crean nuevos puestos de trabajo en otras regiones del mundo. Pero tambin esto nos permite comprender ms fcilmente que la sociedad mundial no es algo que suceda ah fuera sino que afecta a los cimientos de la propia vida. Esto es, que es defendiendo la experiencia de la sociedad mundial como mejor se demuestra su realidad y vigencia.

En este sentido, Martin Shaw reflexiona as al respecto: La experiencia de la sociedad civil global significa para l, en primer lugar, autopercepcin (a travs de los medios de comunicacin) y en segundo lugar su posible relevancia comportamental. Investiga en qu medida una sociedad civil global se ha podido formar merced a los corresponsales de guerra tras el final del conflicto de bloques y la importancia que pueden haber tenido en el desarrollo de otros ms lejanos. Shaw sostiene que, antes, las guerras y los contendientes estaban circunscritos al lugar de la prctica de la violencia, mientras que ahora, y en el futuro, estn teniendo lugar guerras en todas partes del mundo con la participacin, potencial o real, de los medios de comunicacin. La sociedad civil global de convierte as en sociedad global de telespectadores. Las guerras pierden en cierto sentido su sustrato locativo y se convierten, mediante su representacin telegnica, en crisis polticas en las que se debe ventilar y decidir pblicamente cuestiones relacionadas con la justicia y la intervencin inclusive en los centros ms alejados de las sociedades civiles globales.

Para Shaw, el elemento decisivo que convierte una guerra o un enfrentamiento determinado en crisis globales es la percepcin como tales por mucha gente; esta percepcin se inici merced a una cobertura mundial de los medios de informacin. Segn esto, es la implantacin y construccin mediante los medios de comunicacin de la importancia global de un enfrentamiento blico local lo que a la vez activa a la sociedad civil global y la dimensin global del conflicto.

Segn esto se pueden determinar dos nuevos criterios para las crisis politices globales. Las crisis globales pueden responder enteramente, como la guerra del Golfo, a los criterios tradicionales en cuanto que resultan de conflictos de intereses en los que estn directa o indirectamente implicados entre estados y mbitos del sistema internacional, Pero an cuando no se cumplan estos criterios, pueden producirse conflictos en cuanto que existe una percepcin a escala mundial de la muerte masiva de personas y de la sistemtica violacin de principios globalmente respetados, percepcin que en gran medida depende de si los medios de comunicacin informan o no detalladamente al respecto. Ms all de esto, una crisis se convierte en global cuando para su resolucin se produce una intervencin que est avalada por el mandato internacional o que todo el mundo anhela... Sin embargo, los modelos tradicionales y modernos de las crisis no se dan en la realidad como alternativas recprocas, sino que conforman los dos puntos extremos de un espectro...

... la amenaza a la poblacin civil y su difusin en los medios de comunicacin no slo son aspectos claves en determinado tipo de conflictos, sino que valen para todas las crisis globales actuales.

Esta nueva definicin de crisis polticas globales abre la puesta a una comprensin ms amplia de las crisis globales, que abarque tambin la dimensin social y humanitaria, y por tanto las hambruna, la pobreza, la opresin, las catstrofes naturales y medioambientales y las epidemias.

2) Democracia cosmopolita

Como se ha expuesto anteriormente, adems de la autoexperiencia de la sociedad civil, son los derechos fundamentales transnacionalmente vlidos los que fundan la democracia cosmopolita.

Pero se produce una paradoja que hasta hoy bloquea todos los debates: la garanta de los derechos fundamentales presupone, al parecer, el Estado nacional, Pero cmo pueden tambin darse y asegurarse unas condiciones de derechos cosmopolitas entre Estados y sbditos de varias nacionalidades que relativice el Estado nacional en cuanto garante suyo sin que al mismo tiempo se pierda en falsas alternativas, ya para aspirar a un Estado mundial ya para asentar los derechos fundamentales en un espacio sin derechos ni Estado?

En lo que respecta a la proteccin de los derechos humanos, concurren, cooperan y compiten varios actores entre s: organizaciones interestatales, o Estados determinados, solos o en interaccin con otros Estados, o con ONGs, etc. Las relaciones entre estos actores y los individuos portadores de estos derechos pueden adscribirse a tres modelos: el poltico-realista, el internacionalista y el cosmopolita.

El primero, centrado en el Estado, destaca la prioridad y soberana de lo Estados. Para los realistas, los derechos de los individuos son pues una oportunidad de la jurisprudencia nacional-estatal, y tanto las organizaciones interestatales como las ONG pueden, en el mejor de los casos, desempear slo funciones de asesoramiento. Las relaciones interestatales permanecen subdesarrolladas porque el principio de soberana impide la injerencia en los asuntos internos de otros Estados.

La concepcin poltico-realista desarrolla tambin el modelo internacionalista. Segn este modelo, los Estados siguen desempeando un papel esencial y cargan con la principal responsabilidad de los derechos individuales. A pesar de ello, sus actuaciones estn influidas por un consenso transnacional en constante desarrollo sobre las lo norma de derechos humanos, y en cierto grado, estn modificadas por stas. Las organizaciones estatales y las ONG tratan de jugar un papel importante en la proteccin de los derechos humanos, y en algunas situaciones consiguen su propsito; su capacidad de maniobra depende, empero, de la colaboracin de los Estados.

El tercer modelo puede llamarse cosmopolita; aqu el individuo est en el centro del anlisis, y entre los individuos, las organizaciones interestatales y la ONG se postula una relacin directa. La prioridad del Estado para actuar a nivel mundial se cuestiona as cada vez ms... Los partidarios del modelo cosmopolita subrayan el importante papel de las instituciones de la ONU en el tema de los derechos humanos desde el final de la guerra fra as como el aumento rapidsimo del nmero y de miembros de ONG, las cuales se centran principalmente en la defensa de los derechos humanos y otros desiderata.

No es el consenso transcultural sobre derechos fundamentales, sino los procedimientos y acuerdos de colaboracin los que constituyen la clave para garantizar los derechos fundamentales transnacionales. Son los procedimientos los que entraan la idea de una democracia cosmopolita David Held ha esbozado esta visin de futuro en los siguientes trminos y pasos:

1. El orden global se concreta en entramados de poder mltiples donde se incluyen los cuerpos, el bienestar, la cultura, las organizaciones de voluntarios, la economa, las dependencias internacionales y la violencia organizada en espacio posible de la democracia cosmopolita surge de estas diferentes redes (un equilibrio de poder pluridimensional entre las naciones, las organizaciones y los hombres).

2. Todos los grupos y organizaciones reclaman una relativa autonoma que se manifiesta en determinados derechos y deberes y que deben estar vinculados a los fundamentos del derecho democrtico cosmopolita que hay que aplicar a cada campo de accin de lo social, lo econmico y lo poltico.

3. Estos derechos fundamentales estn legitimados y garantizados por parlamentos y tribunales transnacional y localmente interrelacionados.

4. Los Estados nacionales ceden parte de su poder y soberana a instituciones y organizaciones transnacionales y desarrollan una nueva autocomprensin que sirve de nudo de comunicacin y coordinacin para dependencias transnacionales.

5. Los individuos pueden hacerse miembros de distintos espacios de poder nacionales y transnacionales y, de este modo, ejercer los derechos de cogestin y autogestin, desde el mbito local el mbito global.

6. Subvencin cvica para todos, independientemente del trabajo que se ejerza en la sociedad; esto garantiza el ejercicio de la libertad poltica.

Al realismo sociolgico todos esto le parece muy bonito, pero nada ms. Parece no importarle entrar en una discusin seria sobre su posible desarrollo, contradicciones, etc. Solo cabe esperar que esta visin normativa no se vea socavada y arrollada por sus contradicciones y contradictores

Se plantean dos preguntas de especial importancia: Qu contradicciones anidan en el interior de esta esperanza? qu terremotos y erosiones poltico-sociolgicos frustran o alimentan esta esperanza? A todo ello e va a tratar de contestar en las pginas siguientes, de manera sucinta.

3) Sociedad mundial capitalista

Muchos neomarxistas considerarn vaca de realidad la idea de la democracia cosmopolita y fundamentarn su postura principalmente en que, en dicho tipo de democracia, se confunde la tica con el poder.

Desde el fin de la guerra fra y la integracin del bloque comunista en el mercado mundial, cada vez aparecen con mayor virulencia aspectos fundamentales de la dinmica capitalista que en el capitalismo mundial del bienestar haban permanecido velados. Esta argumentacin se puede desarrollar segn los siguientes pasos y teoremas:

1. La simultaneidad de la integracin transnacional y de la desintegracin nacional; cada vez hay mas pases y regiones que se integran al sistema capitalistas: la incorporacin al mercado mundial y la fragmentacin, globalizacin y territorializacin son procesos que se complementan, dos caras del mismo proceso de reparto de riqueza, soberana, poder y libertad de comercio

2. Las corporaciones transnacionales tienen especial inters por los Estados dbiles, pero que aun as, siguen siendo Estados: los actores del mercado mundial ejercen una presin coordinada sobre los Estados para que neutralicen todo lo que pueda retrasar o limitar la libertad de movimiento del capital. Discrepancia de intereses entre la formacin de Estados transnacionales colaboradores y el capitalismo neoliberal.

3. Los Estados de bienestar y asistenciales de la Europa continental han entrado en una espiral descendente: mientras los actores econmicos piensan y actan transnacionalmente, y de este modo, eluden el control y la poltica nacional-estatal, las consecuencias de la economa transnacional paro y pobreza crecientes- deben abordarse nacional-estatalmente: la explosin de los costes sociales coincide con la reduccin de los ingresos fiscales por el trabajo remunerado y con la globalizacin de los beneficios de las empresas transnacionales

4. Sustitucin del trabajo mediante el saber y el capital: el capitalismo global se las apaa con cada vez menos efectivos laborales para abrir nuevos filones financieramente productivos: la fuerza laboral y las organizaciones que la representan pierden por doquier poder de negociacin e influjo social; al tiempo, aumenta el nmero de quienes se ven excluidos del mercado laboral y de las oportunidades de integracin material y social; no slo aumenta las desigualdades, sino que tambin se modifica de manera preocupante la calidad de las desigualdades sociales al verse excluidos cada vez mayores segmentos de poblacin.

5. La doble relatividad de la pobreza. La pobreza est cambiando cualitativamente de semblante en estos brutales procesos cambiantes entre la inclusin y la exclusin: aumenta de manera preocupante y se fragmenta de varias maneras. Como dice Z. Bauman, el hilo de la comunicacin social entre los ricos que se globalizan y los pobres que se localizan amenaza con romperse; ya no existen terrenos en los que poder luchar por la igualdad y la justicia. Al tiempo, los excluidos han perdido su correspondiente parcela de poder puesto que ya no se les necesita: solo les queda la violencia desnuda para mostrar lo escandaloso de su situacin. Finalmente los distintos escalonamientos de la pobreza se vuelven a romper en una doble relatividad: la relatividad simple significa una relatividad de las escalas, esto es, no existen escalas de pobreza absolutas, sino slo relativas, las que rigen para las respectivas regiones sociales-mundiales; en el caso de la doble relatividad, la relatividad de las escala se rompe de nuevo en espacios de vida transculturales y transnacional:

6. Las contradicciones de la vida glocal liberada y autoorganizada actan como criterios de exclusin. La segunda modernidad, ms all de las seguridades de la tradicin y del esquema izquierda-derecha del quehacer poltico, ofrece tambin nuevas oportunidades de libertad y desarrollo: pero, para quin? En realidad, el crculo de excluidos se va ampliando inexorablemente...

7. Al capitalismo sin trabajo le corresponde, en definitiva, un marxismo sin utopa, La imagen neomarxista del sistema mundial capitalista carece de impulso utpico, de esperanza sistmica y de fantasa poltica, pues el anlisis no le corresponde ningn tema poltico.

4) Sociedad de riesgo mundial: se abre la jaula de la modernidad

La percepcin del peligro ecolgico global empuja a muchos al fatalismo...

El distintivo ms visible de los conflictos resultantes de los riesgos estriba precisamente en que determinados mbitos anteriormente despolitizados de la toma de decisiones se politizan mediante la percepcin pblica de los riesgos; stos se abren a la duda y al debate pblicos... Ello exige de repente una justificacin pblica, a la vez que se nos pide elaborar y modificar marcos institucionales para legitimar y consolidar esta pieza importante que se llama una mayor democracia.

Esta ampliacin y profundizacin de la democracia en los mbitos apolticos del comercio, la economa y la ciencia se han visto bloqueadas hasta el momento por obsoletas cuestiones de definicin, con lo cual los cargos acusatorios no van contra quienes se aprovechan de los riesgos, sino contra las vctimas de los mismos.

Esto quiere decir que en la sociedad de riesgo mundial surge, en virtud de la percepcin pblica de los riesgos, una sociedad autocrtica bien preparada; al mismo tiempo, va tomando forma una utopa de la democracia ecolgica, que en opinin del autor, podra constituir el ncleo de una modernidad responsable.

Aqu se puede ver la imagen de una sociedad que debate sobre las consecuencias del desarrollo tcnico y econmico antes de que se toment las decisiones clave. La prueba acusatoria de los riesgos y peligros futuros pasa a los causantes y no a las vctimas; se pasa as del principio de que paga el causante, al principio de que el causante tiene que probar qu daos puede suponer su accin para el mundo.

Una salida del autrotranscurrir global de las novedades tecnolgicas podra estar, por ejemplo, en tratar de fomentar polticamente el desarrollo tcnico en sus zonas ms crticas con vistas al desarrollo de alternativas. Se podra invertir tal vez la tendencia de un desarrollo indeseado haciendo que surja una oferta de innovacin a nivel avanzado que poseyera las ventajas de la alternativa tcnica rechazada y no sus inconvenientes. Tal vez sea tambin posible hacer a la red global una oferta propiamente poltica cuya capacidad de ejecucin derive de su carcter atractivo para la red: Finalmente, debera buscarse un nuevo sistema de pautas que definiera y fundara nuevamente sobre la ciencia y el derecho las cuestiones de qu es una prueba, que la conformidad y qu la justicia teniendo en cuenta los peligros posibles que afectan a todos. Lo que se necesita, pues, no es otra cosa que una segunda Ilustracin mediante la cual se abran nuestra comprensin, nuestros ojos y nuestras instituciones a la inmadurez culpable de la primera civilizacin industrial y de los grandes peligros que trajo al mundo.

La sociedad de riesgo significa que el pasado pierde su fuerza determinante para el presente... y en su lugar hace su entrada el futuro, es decir, algo no existente, sino construido y ficticio como causa de las experiencia y el quehacer presentes... Cuanto ms amenazadoras son las sombras que se ciernen sobre el presente o el anuncio de un futuro terrible -, tanto ms persistentes son las sacudidas que se pueden producir mediante la dramaturgia del riesgo.

En ese autocuestionamiento subversivo, no querido, no visto y fundamentalmente poltico (modernizacin reflexiva) que se pone en movimiento por doquier mediante los riesgos percibidos, ocurre al final algo que los socilogos que se reclaman de max Weber apenas consideran posible: que las instituciones acaben movindose.

La teora de la sociedad del riesgo mundial desarrolla el siguiente contraprincipio: se ha abierto la jaula de la modernidad.

5) La sociedad mundial como poltica no democrticamente legitimada

En este apartado se intenta aclarar qu significa el concepto de sociedad mundial a-estatal, y con ello precisar su valoracin: el neologismo sociedad mundial no permite ver que la realidad en ella implicada no es en el fondo otra cosa que una forma subversiva de lo poltico.

Quien diferencie entre primera y segunda modernidad, o entre sociedad nacional y mundial, se est refiriendo no slo a una nueva era de la sociedad, sino a otra comprensin de la sociedad.

Como puntos de referencia para la reformulacin del concepto de sociedad se pueden presentar los conceptos de Estado, lugar y diferenciacin funcional.

Sociedad mundial sin Estado (mundial)

La sociologa de la globalizacin significa el ltimo intento por encontrar respuestas a las cuestiones que se plantean de nuevo a cada generacin... Por globalizacin no se entienden slo cosas tcnicas ni econmicas, ... se trata de cmo t y yo vivimos nuestras propias vidas

La globalidad irrevisable significa que vivimos desde hace algn tiempo en una sociedad mundial, lo que implica dos cosas bsicas: en primer trmino, un conjunto de relaciones de poder y sociales polticamente organizadas de manera NO nacional-estatal y, adems, la experiencia de vivir y actuar por encima ms all de las fronteras. La unidad del Estado, sociedad e individuo que presupona la primera modernidad desaparece aqu. Sociedad mundial no significa una sociedad de economa mundial, sino una sociedad no estatal, es decir, un conglomerado social para el que las garantas de orden territorial-estatal, y tambin las reglas de la poltica pblicamente legitimada, pierden su carcter obligatorio.

Ausencia de estado (a-estatalidad) significa que se da una situacin de competencia entre los Estados y las sociedades nacionales, y tambin que la complejidad de los nexos de la sociedad mundial, los actores y los espacios de accin.

La globalizacin no produce slo una erosin de la estructura de la misin y de las instituciones estatales, sino una transformacin fundamental de sus presupuesto. En la segunda modernidad, junto a la sociedad mundial de los Estados nacionales surge una poderosa sociedad mundial no estatal que se diferencia de las hasta ahora vigentes formas de legitimacin poltica, y que se compone de actores transnacionales de muy diversa ndole.

Sus rasgos distintivos son los siguientes:

Actan en muchos lugares, franqueando fronteras, con lo que queda abolido el principio territorial del estado nacional

Su quehacer resulta, en muchos aspectos, ms inclusivo y menos exclusivo que el de los actores estatales

Actan a menudo de manera eficaz como instancias nacionales-estatales, conformemente a los criterios de xito esenciales para el quehacer estatal (AI para denunciar las violaciones de derechos humanos...)

Los actores no estatales y transnacionales crean su propia soberana inclusiva al servirse de los Estados territoriales exclusivos.

Cuanto ms se limitan y fortalecen mutuamente estos distintos componentes ms se cuestionan hacia dentro y hacia fuera la autoridad, legitimidad, capacidad de configuracin poltica y control de los Estados.

La situacin de competencia entre actores estatales y transnacionales entraa el que entre las sociedades nacionales y mundiales no exista un o esto o lo otro sino que entre estas dos formas de sociedad se d una relacin subversiva de suplantacin y cuestionamiento recprocos.

Los actores de la sociedad mundial son en cierto modo (desde el punto de vista de los actores nacionales-estatales) actores bajo cuerda, cuya legitimidad y lealtad resultan cuestionables... a menudo son los verdaderos ganadores de la globalizacin.

Para la era global, se puede decir que vale lo siguiente: Los estados nacionales no existen sin sociedades mundiales y viceversa. Si nos centramos de nuevo en el concepto de sociedad mundial significa fundamentalmente dos cosas: a saber, de un lado sin orden y del otro, sin instituciones: el adjetivo mundial de la sociedad mundial significa multiplicidad sin unidad: frente a esto, la sociedad nacional significa unidad con multiplicidad limitada.

Sociedad mundial plurilocal

La sociedad mundial significa una sociedad no fijada territorialmente, no integrada, no exclusiva, lo que no significa que esta especie de multiplicidad social de la diferencia cultural no tenga ni conozca ninguna vinculacin local; la manera como se da esta vinculacin local suprime mas bien la igualdad entre lejana espacial y social implicada en la imagen de la sociedad nacional-estatal, con el fin de que surjan mundos y modos de vida transnacionales. Estos fenmenos transnacionales no deben equipararse con fenmenos interestatales. Esto no implica necesariamente, como lo prueban numerosos estudios empricos, la anoma, la decadencia y la disolucin de los social. El concepto de aldea global no es en definitiva falso porque aparente de nuevo el regreso de la comunidad. Sin embargo, el secreto de los medios electrnicos reside en su programtico poder movilizador y, por ende, en su inmenso potencial poltico. Y aunque no conviene magnificar este mundo de los medios de comunicacin tampoco se puede olvidar las oportunidades polticas que ofrecen. Estn orientados a la accin y no son contemplativos, de forma que se podra superar lo que las formas de pensamiento y de vida topomongamos exponen a la vista de todos como contraimgenes del horror: que lo social se est diluyendo en los tiempos actuales.

Sociedad mundial desdiferenciadaTanto en la sociologa como en la propia sociedad predomina una imagen de la modernidad segn la cual sta se desmenuza en numerosos campos institucionales que se independizan o, segn otra terminologa, en distintos mbitos funcionales o esferas de la vida. Estos se separan y discriminan los un respecto de los otros mientras cada campo sigue una lgica de desarrollo propio.

Con esta teora de las esferas de la sociedad funcionalmente diferenciada, la crtica infiere a menudo que cada mbito se ha independizado hace mucho, y gira alrededor de s mismo, de manera que la otrora racionalidad funcional se habra tocado desde hace tiempo en una irracionalidad organizada.

Muchos creen que la inmunizacin se logra slo en la medida en que los individuos franquean, en sus interacciones concretas, los objetos de su mbito parcial. Otros, suponen que una especie de coordinacin sistemtica preprogramada podra proporcionar valor a los necesarios puntos de vista de la cooperacin. Finalmente, otros estn convencidos de que se debe considerar la totalidad polticamente, pues la tarea primordial del sistema parcial es la poltica estatal, cuyas capacidades de coordinacin y financieras habra que renovar y ampliar.

Contra todas estas propuestas se han formulado algunas reflexiones que conviene tomar en serio. Ya no se trata de cmo el discurrir de la diferenciacin funcional y sus problemas aadidos pueden ser frenados y atajados, sino todo lo contrario, esto es, si mediante la globalizacin, el mundo representacional de los mbitos parciales dotados de su propia lgica y funcionalmente diferenciados no se ha vuelto en realidad ms cuestionable.

En la dimensin de la globalizacin econmica esto se presenta as: a nadie se le oculta que los movimientos del capital global no slo se han sustrado a la intervencin fiscal del Estado, sino que, adems, no parecen ya seguir ningn principio de orden referencial, El marco de referencia ha quedado desplazado: la economa global entra en el campo de visin como una totalidad, y como sta no conoce ningn poder de orden, en la sociedad mundial la ortodoxia del sistema funcionalista tambin se torna cuestionable con relacin al Estando nacional. No slo resulta oscura qu es lo que se debe entender en la era del capital global por economa nacional, sino, lo que es ms fundamental, cmo se debe entender y precisar la economa y el quehacer econmico respecto de la poltica, etc.

Como se ha desarrollado ya anteriormente, hay dos conceptos de sociedad mundial que deben diferenciarse claramente: la sociedad mundial como suma de Estados nacionales y de sociedades de Estados nacionales, por un lado, y, por el otro, sociedad mundial de actores y espacios transnacionales. Con esto se plantea la cuestin de si la unidad del Estado y la sociedad, la sociedad del Estado nacional, no era, y no es, la condicin histrica tcita de la teora de la diferenciacin funcional, de manera que, con la prdida de significacin del Estado nacional, tambin pierde en importancia y eficacia su imagen anhelada de una sociedad dominada y funcionalmente diferenciada.

En el paradigma de la primera modernidad funcionalmente diferenciada aparece la sociedad como categora residual, que, en vez de posibilitar impide el racional desarrollo sin fricciones de los procesos del sistema. Pero ahora rige lo contrario; y la sociedad mundial entendida como horizonte en el que el capital, la cultura, la tecnologa y la poltica se dan cita y se imbrican ms all del poder de orden nacional-estatal, debe descubriese e investigarse de manera terica y emprica.

La globalizacin pone el tema de la comprensin y organizacin de la sociedad nuevamente al orden del da dentro del debate pblico.

En todo caso, aqu no hay que enfrentarse con una crisis de clases, sino que se como consecuencia se produce una diferencia de poder entre la poltica del Estado Nacional y las posibilidades de accin de las sociedades mundiales.

6) Perspectivas: el Estado transnacional

Por ello, muchos autores ven en el advenimiento de la era global el final del Estado nacional y, con l, de la democracia. El final de la nacin entraa la muerte de la poltica

... La crisis del concepto del poder determinado espacialmente encuentra de este modo su expresin en la bsqueda de decisiones. Las decisiones ya no se toma de modo lineal, ms bien se descomponen en distintos fragmentos... fiel reflejo del astillamiento del propio proceso de decisin, as como del hecho de que ste se est profesionalizando... en USA se puede observar como se est agotando la lgica de las instituciones en si misma y como la propia poltica se est viendo arrastrada en este proceso de disolucin

Sin embargo, este neospenglerismo francs de la era global es sin duda tambin expresin de una restriccin mental inconfesada: no se puede, ni se quiere, idear ninguna alternativa a la arquitectura nacional-estatal de los poltico y de la democracia. Contra este virus mental no hay nada tan importante como la pregunta de las posibles alternativas. El autor sugiere al menos una de tales alternativas mediante el concepto del Estado transnacional como respuesta posible a la globalizacin. El razonamiento subyacente es: el Estado nacional no slo est anticuado sino que, adems, es irrenunciable y esto no slo para garantizar la poltica interna e internacional, los derechos polticos fundamentales, etc. sino tambin para configurar polticamente el proceso de globalizacin y regularlo transnacionalmente: Los Estados transnacionales son tambin Estados fuertes cuyo poder de configuracin poltica es fruto de respuestas cooperativa a la globalizacin. Con estas premisas se pueden concebir y desarrollar, Estados transnacionales como Utopas realistas de una tercera va: contra los bloqueos mentales del monopolio poltico nacional-estatal y la horrorosa representacin de un Estado mundial imperial... plantean esta reformulacin y reforma del espacio poltico internacional posibilitador de una arquitectura completa de la soberana y la identidad: Pero su realizacin depende de una condicin previa: los Estados nacionales colaboradores deben estar implicados perceptiblemente en el plano poltico interno en procesos de colaboracin vinculantes de una comunidad estatal obligatoria Semejante cambio de perspectiva, que va de las relaciones internacionales a una poltica interna transnacional propia, no se puede esperar de parte de las elites gobernantes si en las respectivas esferas pblicas no se articula semejante preocupacin por encima y ms all de las fronteras nacionales y si no existe ningn inters serio por parte de los distintos grupos de las poblacin. Los estados transnacionales slo son posibles mediante la conciencia y concienciacin sobre la necesidad de los Estados transnacionales.

Los Estados transnacionales son en primer lugar no-Estados nacionales y, por tanto, tambin no-Estados territoriales; deben entenderse como una nica contradiccin como el contramodelo de la teora del contenedor del Estado y la sociedad.

En segundo lugar, el modelo del Estado transnacional niega de hecho al Estado nacional, si bien afirma el concepto de Estado que: a) reconoce la globalidad en su pluridimensionalidad como elemento fundamental irrevisable y b) torna la norma y organizacin de lo transnacional en la clave de una redefinicin y revitalizacin de lo poltico.

Pero, en tercer lugar, los Estados transnacionales no son tampoco Estados internacionales ni Estados supranacionales (por tanto, no son Estados mundiales regionales) porque en semejante configuracin de la organizacin internacional, del multilateralismo, es Estado nacional sigue conformando el punto de referencia. Tambin los estados transnacionales, como nos ven hacen ver el multilateralismo y la valoracin de la poltica multisectorial, se deben entender como modelos de colaboracin interestatal. Pero la diferencia esencial radica en que, al interior de la teora de los Estados transnacionales, el sistema de coordenadas poltico ya no resulta de la delimitacin y contraposicin nacional, sino que fluye a lo largo de los ejes de la globalizacin-localizacin.

Y, en cuarto lugar, los Estados transnacionales son Estados glocales que se comprenden segn el principio diferenciador incluyente como provincia de la sociedad mundial, de la que deriva su status en el mercado mundial y en la poltica mundial policntrica.

En este modelo del Estado transnacional la globalidad se convierte de manera irrevisable en fundamento del pensamiento y quehacer polticos.

Con esta propuesta se van a planear seguramente mss preguntas de las que se van a resolver; he aqu sus dos pilares bsicos:

En primer lugar, el atrincherarnos o movilizarnos contra la globalizacin y reaccionar tambin utilizando el proteccionismo, es no slo una actitud abocada al fracaso, sino que adems significa ser ciegos y mudos ante los brotes de esperanza que se anuncian como posibles tras el colapso. Estas oporutnidades histricas, con el nexo que supne la sociedad mundial, el trauma de la violencia de la modernidad nacoinal-estatal, si no se ha superado s puede suavizarse y aislarse. Tambin es posible una sociedad cosmopolita. Un decidido escepticismo respecto al optimismo precipitado de una pacificacin de la sociedad mundial es la necesaria condicin previa para la buena comprensin de este tambin-es-posible.

El segundo elemento bsico aporta esta respuesta: mediante la colaboracin y las dependencias transnacionales en las dimensiones de la economa, la poltica, la defensa, el derecho, la cultura, etc. En la primera modernidad nacional-estatal rega el principio de que en el mundo de actores nacionales slo hay dos maneras de lograr la estabilidad: mediante el equilibrio o la hegemona.

Haremos hincapi en algunos aspectos :

Reconocimiento de la sociedad mundial y de su dinmica: En el marco paradigmtico del Estado nacional no existe ningn enemigo, pero la poltica nacional-estatal se queda sin cimientos, y se suele responder a ella con el proteccionismo. Se consideran negativos, y por tanto se abandonan, dos principios fundamentales de la doctrina del Estado nacional : la ecuacin Estado-Sociedad y la vinculacin a un territorio concreto del Estado y la sociedad.

Colaboracin transnacional, No hay ninguna respuesta uniestatal a la globalizacin. La poltica exclusivamente nacional-estatal siempre ser ls ms falsa; es decir tendr mayores costes. La actitud solipsista del Estado destroza la poltica estatal, mientras que la colaboracin transnacional la vivifica.

De lo nacional-nacional a lo global-local. El marco de referencia cambia, el ncleo de lo poltico no lo forma la oposicin de las pretensiones de soberana exclusivas ni las limitaciones de identidad, sino la translocalizacin al interior del nexo de la sociedad mundial, as como de la globalidad y la globalizacin econmicas, ecolgicas, culturales y sociolgicas. Correspondientemente, se deben reformular los conceptos clave de poltica y sociedad.

Provincias de la sociedad mundial. La oposicin exclusiva segn el patrn nacional se diluye mediante la oposicin incluyente de los rincones, lugares o provincias de la sociedad mundial. Oposicin incluyente significa el punto de referencia comn de las sociedad mundial (el reconocimiento de la misma) y la especial translocalizacin al interior de sta mediante el nfasis, la puesta en escena y el estmulo de las particularidades regionales.

Inequvoca multiplicidad. Transnacional significa tambin transcultural. Si sociedad mundial significa multiplicidad sin unidad y sociedad nacional unidad con multiplicidad sin unidad y sociedad nacional unidad con multiplicidad limitada, entonces Estado transnacional significa inequvoca multiplicidad. Con esto queremos decir que, ms all de la globalizacin y la localizacin, se experimentan y reconocen variantes de culturas glocales en el nexo de la sociedad mundial. De este modo, el eje global-local se convierte en un eje ampliado local-localmente.

Centralizacin y descentralizacin. Los estados transnacionales deben entenderse en la simultaneidad de la centralizacin y la descentralizacin. No slo se reconoce la pluralidad de actores transnacionales, sino que, adems, a stos se les reconoce tambin una responsabilidad poltica. Por eso, asistimos a la formacin de imbricaciones transnacionales junto con la delegacin de poder y de responsabilidad en la sociedad civil transnacional. A estas formas de descentralizacin del poder y de la responsabilidad se oponen las formas de la centralizacin, por ejemplo, el poder decidir sobre la concentracin de poder o sobre unas pautas bsicas de carcter social y ecolgico es algo que se debe conseguir, ganar y conquistar de manera transnacional.

Rivales de las corporaciones transnacionales. Los estados nacionales sufren una grave dolencia: la hemorragia fiscal. Los estados transnacionales deben tambin poner freno a los trucos fiscales para desarrollar una potencia y una competencia de ndole poltica y sociopoltica: un Estado transnacional europeo podra, por ejemplo, tras la introduccin del euro, ir conteniendo paulatinamente las corrientes de divisas especulativas mediante un impuesto mnimo el impuesto Tobin - Dentro de este marco, se podran buscar y utilizar puntos de partida en los que no slo los Estados nacionales, sino tambin las empresas internacionales incurran en contradicciones. Por una parte, estas quieren quitarse de encima el paternalismo estatal, y siguen, por tanto, una poltica de minimizacin del Estado. Por la otra, no pueden por menos de reconocer que, en vistas de la dinmica de crisis del mercado mundial, es espacio transnacional es algo que sta pueden calcular mediante simples coordenadas. En efecto, la pobreza sin fronteras no slo elimina la pobreza, sino, que al final, tambin acaba eliminando los mercados y las ganancias.

Soberana inclusiva. La idea del Estado transnacional debe entenderse, en cambio, como un juego ganador. Mediante la colaboracin surge un plus de soberana que favorece a estas dos cosas a la vez, a la concentracin de poder transnacional y a los Estados locales unidos por sta.

Nuevo medievalismo: Los Estados transnacionales deben compartir las lealtades de sus sbditos con otras autoridades regionales y de la sociedad mundial, por una parte, y, por la otra, con autoridades subestatales y subnacionales. Este "nuevo medievalismo significa que los lazos e identidades sociales y polticos deben pensarse, en mutua imbricacin, dentro de unos puntos de referencia globales, regionales, nacionales y locales, y de unas ideas para la accin.

Este juego global permite al menos dos lecturas diferentes. La primera sera la siguiente: el globalismo neoliberal diluye el esqueleto institucional nacional de la primera modernidad. La segunda, por su parte, sera sta: el reverso de la prdida de respeto neoliberal es el perfilamento de formas de pensamiento, accin y vida transnacionales. La poltica del mercado mundial crea a la fuerza ataduras y estructuras sociales transnacionales en la medida en que la poltica estatal entiende y aprende a utilizar la globalizacin como una cura de rejuvenecimiento.

Elisabeth Beck-Gernsheim...(su hija dixit?)

en ese juego, empresarios, sindicatos y gobiernos juegan an al molinete, mientras las empresas transnacionales estn ya en el ajedrez... (vamos, que lo primeros no se enteran)

Curiosamente, un proceso inverso ha tendido lugar en Israel tras 1996, que se ha retradicionalizado, en una reaccin contra la sociedad de consumo occidental pacficamente desagregadora

... transcripcin 101/102 en vista de que no entiendo muy bien qu quiero decir...!!!

R.W. Cox, 1992

hroe moderno de la buenas causas pg 104

El canciller alemn, H.Kohl, apoy la accin contra el entonces ministro ingls Major

papel, hilo y bolsita diferenciacin de basuras en Alemania, no, an, en Espaa...

Albrow, 1998

lit pg 114

li 116/117

parbola del anillo

en mi humilde e ignorante opinin, esto es un peazo, pero yo, transcribo, lo mejor que puedo...

lit pg 126

aqu hace una llamada a lo resumido en las paginas iniciales.

Globalizacin y globalidad

A.D. Smith

J.N. Pieterse

a finales de enero de 2003, sin comentarios...

M. Shaw

C.Bretherton

D. Held: La democracia y el orden global

segn el modelo del Parlamento Europeo y del Tribunal de Justicia Europeo

lit (prometido) pag 137

la UE p.e.

p. Ej. Africa, Asia y Europa,

lit pag 143

M. Albrow

lit pag 148

John Eade

lit pg 150

M.Albrow

Jean-Marie Guhenno

no aado ni una palabra al autor , para comprobarlo, pg 153...

M.Mann

A. Guiddens

J.Habermas

H.Bull

PGINA 1