Fijación de Metas,

Principios que Trascienden.

 

Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.

2 Timoteo 2:2

 

Fijación de Metas, Principios que Trascienden.

Hay que nacer para humano, pero sólo llegamos plenamente a serlo cuando los demás nos contagian su humanidad a propósito… y con nuestra complicidad. Fernando Savater

Introducción.  El docente, tanto secular como religioso es o deber

ser un líder de hecho, trabaja por tiempo considerable con un grupo de individuos, a los cuales formar, forjar, preparar para la vida.

Esta declaración nos guía entonces a la consideración del liderazgo:

Liderazgo no es poder, aunque empodera de autoridad.

Liderazgo no es posición, aunque se ejercen funciones.

Liderazgo no es personalidad, aunque se requiera de carisma para liderar.

Liderazgo no es una carrera, aunque se amerite preparación y sacrificios

Ser líder es ser siervo de una misión poderosa, una misión que lleva por fin ayudar a que los seguidores desarrollen su propio potencial.

  El liderazgo está íntimamente ligado con

capacidad, actividad, metas e influencia. Y todo esto está sustentado por ciertas cualidades morales (valores y actitudes) que proveen el fundamento para que el liderazgo sea posible, por ello la definición básica de liderazgo sería: La capacidad y actividad de influenciar a individuos para que alcancen metas prefijadas.

La sociedad de hoy vive un retorno de lo sagrado, que se expresa de cuatro maneras diferentes: intimismo e individualismo religioso, sectarismo, evasión o indiferencia y fundamentalismo radical.

En el campo intelectual, ya no hay ética común, no hay valores comunes y todo el ethos antiguo se disipa, se disuelve. La familia ha dejado de educar en la inmensa mayoría de los casos porque los padres no saben que es lo que pueden o deben transmitir a sus hijos. Les dan bienes materiales e instrucción (dar reglas para un fin), pero no les dan valores ni fe.

En sentido general, la sociedad de hoy exhibe las siguientes características:

El hedonismo se apodera de la sociedad, el placer es el Dios de este tiempo.

Ruptura de todos los esquemas tradicionales: Éticos, morales, sociales, políticos y de fe, se procura vivir en un mundo sin fronteras.

Lo estético se sobrepone a lo ético (la apariencia externa es el referente)

Narcisismo: El culto a la personalidad, sacralización del ego.

Predominio del ecumenismo y el sincretismo religioso.

El secularismo desacredita a lo espiritual o religioso, se expresa la preferencia por la música que despierta las pasiones morbosas y los sentimientos, evitándose la reflexión y la ecuanimidad de pensamiento

Frente al panorama planteado la iglesia encarna un desafío, “cuidar y desarrollar el alma de la iglesia”, la que se cultiva mediante el desarrollo del carácter de los componentes humanos de la iglesia, es decir de sus lideres y laicos en sentido general, para lo cual el ministerio de la enseñanza es esencial.

Teniendo en cuenta que el ministerio es la integración consciente y permanente de quienes somos, y estamos siendo en Cristo, en el tipo de servicio abnegado, motivado por su amor, al cual Él nos ha llamado, verifiquemos nuestra pertinencia frente al desafío:

¿Quién realmente soy, en este momento en Cristo?

¿Qué estoy revelando a otros sobre mi persona al desempeñar mi ministerio?

¿Habrán algunas grietas o asuntos no resueltos correctamente en mi interior que quizás nadie conozca pero me están afectando?

¿Son puros mis motivos e intensiones para estar en el ministerio e incluso para alcanzar a otros?

¿Quién debo ser a la luz de los valores y conocimientos que tengo?

¿Estoy involucrado(a) en un plan o proceso para el desarrollo de la totalidad de mi persona, o sea, desarrollándome espiritualmente?

David Frisman (El espejo del lider, p20): “Nos es imposible dirigir a otras personas si primero no nos podemos dirigir a nosotros mismos”

Parker Palmer (El coraje de enseñar, p10, 24): La buena enseñanza no pueden ser reducida a la técnica; la buena enseñanza proviene de la identidad e integridad del maestro(a)… al conocer mas quienes somos podemos aprender técnicas que revelen en vez de ocultar la persona de la cual la buena enseñanza procede.

Ramón A. Sierra: Quienes somos en nuestro interior, inevitablemente se reflejará en cómo hacemos las cosas cotidianas y especialmente en momentos de tensión y en el ejercicio del ministerio en la iglesia.

Meta, es un resultado específico y mensurable que quieres alcanzar en un marco de tiempo determinado. Te conduce hacia una situación deseada, un efecto, un salario, una profesión, una relación... algo que todavía no has logrado o experimentado en tu vida.

La gente que se plantea metas alcanza más resultados en su vida, familia y ministerio. Independientemente de cómo describas el éxito, la consecu ción del mismo es mayor entre las personas que tienen unas metas claramente definidas. Es de puro sentido común que la gente que sabe hacia dónde se dirige tiene una mayor oportu nidad de llegar hasta allí.

La meta es el factor característico dis tintivo más importante de la gente verdaderamente eficaz en el control de su propio futuro.

  Es de cada individuo establecer sus metas en

término de su desarrollo personal, espiritual, familiar, ministerial, etc. Sin embargo en cuanto al desafío docente de la iglesia, con anterioridad se enunció lo que puede ser una meta general de la educación cristiana en la iglesia: “cuidar y desarrollar el alma de la iglesia”, sobre ese particular, se recomienda a los docentes tres principios que favorecen el logro de ese desafío:

Gozar de una honestidad reflexiva respecto a uno mismos, para descubrir lo que realmente somos en nuestras virtudes, valores y limitaciones, “el autoconocimiento es sumamente importante para personas que ocupan funciones de servicio, es el requisito supremo para un buen carácter. (Aristóteles)

Buscar permanentemente una integridad inquebrantable, significa rectitud y firmeza, especialmente cuando se expresa en situaciones que prueban la dedicación a la verdad, honestidad y propósitos.

Participar de una comunidad de fe, donde nos edifiquemos constantemente uno al otro en nuestro servicio común y nos sorprenda con su constante aceptación, comprensión y apoyo.

Según Rene C. Padilla, la educación cristiana como proceso, debe encarar tres grandes fines o metas:

1. Capacitar integralmente a todo el pueblo de Dios para el cumplimiento de la voluntad de Dios en todos los aspectos de la vida. Ocuparse no sólo de contenidos, métodos y técnicas, sino abarcar también valores y actitudes coherentes con el discipulado cristiano.

2. Desarrollar un proceso de enseñanza-aprendizaje con énfasis eclesiológico y misionológico, que fundamente el sacerdocio de todos los creyentes, pues la educación cristiana cobra sentido en la medida en que capacita al educando a “pensar la Fe” con miras a servir en el contexto de la comunidad de seguidores de Jesucristo.

 3. Relacionar la fe cristiana con las múltiples

dimensiones de la vida práctica.

Para el ser humano siempre han existido cosas valiosas: el bien, la verdad, la belleza, la felicidad, la virtud. Sin embargo, el criterio para darles valor ha variado a través de los tiempos. Se puede valorar de acuerdo con criterios estéticos, esquemas sociales, costumbres, principios éticos o, en otros términos, por el costo, la utilidad, el bienestar, el placer, el prestigio

¿Qué se entiende por valor?

Este concepto abarca contenidos y significados diferentes y ha sido abordado desde diversas perspectivas y teorías. En sentido humanista, se entiende por valor lo que hace que un hombre sea tal, sin lo cual perdería la humanidad o parte de ella. El valor se refiere a una excelencia o a una perfección. Por ejemplo, se considera un valor decir la verdad y ser honesto; ser sincero en vez de ser falso; es más valioso trabajar que robar.

La práctica del valor desarrolla la humanidad de la persona, mientras que el contravalor lo despoja de esa cualidad (Vásquez, 1999, p. 3). Desde un punto de vista socio-educativo, los valores son considerados referentes, pautas o abstracciones que orientan el comportamiento humano hacia la transformación social y la realización de la persona. Son guías que dan determinada orientación a la conducta y a la vida de cada individuo y de cada grupo social.

"Todo valor supone la existencia de una cosa o persona que lo posee y de un sujeto que lo aprecia o descubre. Los valores no tienen existencia real sino adheridos a los objetos que lo sostienen. Antes son meras posibilidades." (Prieto Figueroa, 1984, p. 186)

La Trascendencia es una de las características de valoración de los valores, consiste en apreciar el mayor o menor sentido y significado que dan a la vida humana y a la sociedad.

El docente cristiano debe definir su vida a partir de valores que trasciendan, de tal modo que su vida inspire a sus alumnos, veamos algunos valores de orden más superior:

 1. Dignidad: es tener un sentido de respeto por

la propia humanidad y la vocación de alcanzar la plenitud del propósito del creador para la propia vida, incluye el respeto a la dignidad de los otros en el ámbito de la familia y de la comunidad local y lo nacional.

2. Integridad: Se deriva de una relación de confianza con Dios, implica la calidad o el estado de estar completo o no dividido. La vida que vivimos debe ser una expresión pura de lo que creemos, cualquiera fueren las circunstancias o consecuencias.

3. Libertad: La libertad puede entenderse como la capacidad de elegir entre el bien y el mal responsablemente. Esta responsabilidad implica conocer lo bueno o malo de las cosas y proceder de acuerdo con nuestra conciencia, de otra manera, se reduce el concepto a una mera expresión de un impulso o del instinto. No olvidemos que la mayor expresión de libertad nos la ha otorgado Cristo en su muerte.

4. Amor a Dios y al prójimo: En este mandamiento resumió Jesús la Ley y la Profecía, tomemos en cuenta que la más sencilla definición de amor es “portarse bien con los demás” y precisamente no se refiere a sentimientos, sino a conductas.

5. La familia: Primera institución creada por Dios, primera escuela, primera iglesia, medio de transmisión de las verdades eternas a las generaciones futuras

6. Lealtad: La Biblia es clara en que nuestra lealtad final debe ser a Dios, pero también es claro que debemos someternos a los líderes que Dios ha designado sobre nosotros. Esta sumisión incluye líderes gubernamentales, lideres de la iglesia, en relaciones maritales e incluye someterse unos a otros en el cuerpo de Cristo.

7. Vivir la regla de oro: Este es el mayor postulado ético de las escrituras

La tarea del educador cristiano en sentido general consiste en vivir y producir la novedad de vida que Dios espera de cada creyente, algunos componentes de esa tarea podrían ser:

 1. Revalorización de la Familia: Redescubrir el

potencial formador de la unidad familiar y desarrollar una colaboración entre agencia educativa y familia que contribuya a enriquecer los lazos familiares y enfrentar el nuevo tipo de presiones a que se ve sometida la familia de la nueva cultura.

2. Búsqueda de una espiritualidad evangélica autentica.

3. Recuperar la celebración comunitaria. 

4. Forjar la vida en comunidad.5. Una sana conciencia de imperfección.6. Crecer en el conocimiento de Cristo.7. Viviendo con sentido de Misión:

hablamos aquí de formación contracultural, que consiste en: formar para sobrevivir en un mundo hostil, formar para aprender el arte de la participación responsable en ese mundo hostil y formar la visión del carácter transformador de la propia presencia