Cólico por lipoma pedunculado estrangulante en yegua adulta
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Facultad de Ciencias Veterinarias
-UNCPBA-
Cólico por lipoma pedunculado estrangulante en
yegua adulta
Rodríguez, Marcelo; Perkins, Gustavo
Mayo, 2016
Tandil
Cólico por lipoma pedunculado estrangulante en yegua adulta
Tesina de la orientación Producción animal, presentada como parte de los
requisitos para optar al grado de veterinario del estudiante: Rodríguez, Marcelo
Gastón
Director: MV Perkins, Gustavo
Evaluador: Dr. Confalonieri, Omar
Agradecimientos
Debo agradecer de manera especial y sincera al profesor Perkins Gustavo por
aceptarme para realizar esta tesina bajo su dirección. Su apoyo y confianza en
mi trabajo y su capacidad para guiar mis ideas han sido un aporte invaluable,
no solamente en el desarrollo de esta tesina, sino también en mi formación
como profesional. Quiero expresar también mi más sincero agradecimiento al
Dr. Benegas Diego, Dr. Dodera Carlos y al Dr. Alonso Juan Cruz por su
importante aporte y participación activa en el desarrollo de esta tesina. Debo
destacar, por encima de todo, su disponibilidad y paciencia que hicieron de mi
un mejor profesional y persona. No cabe duda que su participación ha
enriquecido el trabajo realizado y, además, ha significado el surgimiento de una
sólida amistad. De todos modos todo ésto no hubiese sido posible sin el aporte
incondicional de mi esposa y compañera Tatiana Neufeld y de mi familia que
me han guiado siempre por un buen camino.
Resumen Una yegua sangre pura de carrera fue intervenida por cólico, provocado por un lipoma pedunculado estrangulante. Este es un tumor benigno adiposo que se presenta principalmente en animales adultos. Se desarrolla en el mesenterio y provoca complicaciones en el tracto gastrointestinal. El cuadro se resolvió de manera exitosa por medio de una intervención quirúrgica. Se controló exhaustivamente su evolución para tomar las decisiones correctas, en caso de que su cuadro se complicara. El cólico por lipoma pedunculado obstructivo muchas veces no responde a la medicación, ésto depende de donde se ubique la masa adiposa que está causando el problema. El dolor se debe a la compresión y al compromiso de diversos órganos, por medio del tumor. Lo que ocasiona cambios a nivel sistémico que se presentan como signos clínicos de cólico. La falta de respuesta a la terapia medicamentosa, la edad del animal, los parámetros y signos que presenta, acercan al diagnóstico lo que determina la intervención quirúrgica haciéndose ésta de forma urgente para evitar mayores consecuencias. El objetivo de la terapia analgésica es disminuir el dolor en el animal, para permitir un mejor diagnóstico y un posible traslado al quirófano. La importancia de un diagnóstico precoz radica en que si bien es una patología de baja incidencia tiene una alta tasa de letalidad. En este caso se intervino en forma precoz, por el rápido accionar de los veterinarios actuantes. La resolución del problema consistió en una laparotomía exploratoria con consecuente extirpación del lipoma. Palabras clave: Cólico. Lipoma pedunculado. Cirugía. Terapia médica.
Índice
Introducción Página 1
Exposición del caso Página 3
Discusión Página 13
Conclusión Página 15
Referencias bibliográficas Página 16
1
Introducción
El cólico equino o síndrome abdominal agudo, sigue siendo la principal causa
de mortalidad en el caballo, por consiguiente, es de fundamental importancia
establecer si se trata de una condición potencialmente fatal que requiera cirugía
como única alternativa de tratamiento o si se puede resolver con medicamentos.
La mayoría de los cólicos responden a la terapia médica, y sólo un pequeño
porcentaje exige cirugía. El lipoma pedunculado estrangulante es una de las
causas de cólico que exige intervención quirúrgica (Velásquez et al., 2009). Se
trata de un tumor benigno pedunculado de la grasa, que se desarrolla entre las
hojas del mesenterio y son los tumores de partes blandas más frecuentes del
adulto independientemente del sexo. Es una masa bien encapsulada que
avanza conforme a la edad del caballo y el tallo puede envolver el intestino
delgado o colon menor causando estrangulación y cortando el aporte
sanguíneo (Robbins y Cotran, 2010). La obstrucción estrangulante ocurre
cuando el flujo sanguíneo es interrumpido durante un desplazamiento
anatómico del intestino, entre las posibles causas están los lipomas
pedunculados (Velásquez et al., 2009).
Las neoplasias del tracto gastrointestinal no son comunes y la gravedad
depende de las estructuras que involucre en su desarrollo y ubicación. El
origen de esta patología es desconocido (Hillyr, 2002).
La incidencia de esta afección es considerablemente baja, con una mortalidad
alta, dependiendo ésto del segmento anatómico involucrado y del tiempo con
que se intervenga quirúrgicamente el paciente. (Velásquez et al., 2009)
La signología de dolor, que acompaña este cuadro clínico, no revierte con los
analgésicos comunes (Velásquez et al., 2009).
Los signos clínicos son inapetencia, depresión, dolor abdominal, aumento de la
frecuencia cardiaca y respiratoria, aumento del hematocrito y mucosas
congestivas (Mair, 2002). El dolor puede ir desde leve, con respuesta a los
antiinflamatorios no esteroides, hasta severo sin respuesta; pudiendo
desaparecer debido al movimiento de la masa en la cavidad abdominal, que es
la que ocasiona el compromiso orgánico.
El diagnóstico se basa en la toma de los parámetros básicos, palpación
transrectal y la utilización de métodos complementarios como es la ecografía.
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En comparación con otras causas de cólico, dependiendo del tamaño y
ubicación del lipoma, éste se puede llegar a palpar, por tacto transrectal, como
una masa sólida y dura sin asociación con el contenido intestinal.
El manejo médico se basa en la administración de analgésicos,
antiespasmódicos, antimeteorismo, laxantes y fluidoterapia; aunque de no
moverse la masa del lipoma por ningún medio, esta terapia no surte efectos
definitorios, pero si colabora con el manejo del animal, para el traslado hacia el
quirófano.
La toma de decisión para la intervención quirúrgica, depende de la
determinación certera del diagnóstico, el que se obtiene del examen exhaustivo
del animal y de la falta de respuesta ante los medicamentos.
El pronóstico puede ser reservado debido a las estructuras involucradas y al
riesgo quirúrgico, y es fatal si no se interviene quirúrgicamente.
Esta tesina tiene como objetivo la descripción de un caso clínico de abdomen
agudo equino causado por un lipoma pedunculado estrangulante en una yegua
adulta, que se intervino quirúrgicamente en forma exitosa. A su vez permite la
diferenciación entre un cólico que requiere cirugía como única alternativa de
tratamiento, y uno que sea factible de resolver mediante una terapia
medicamentosa.
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Exposición del caso
La obstrucción del intestino por un lipoma pedunculado es una de las causas
de cólico que requiere cirugía. Representan el 11% de las patologías de colon
menor (Rakestraw y Hardy, 2006). Si bien este tumor, es una de las causas
más comunes de obstrucción estrangulante en caballos adultos, la incidencia
de lipoma pedunculado obstructivo es menor al 1% de los casos de cólico
(Morris et al., 1989, White, 1990, Blikslager et al., 1992). La prevalencia en
adultos es mayor que en jóvenes, como ocurre con todas las enfermedades
tumorales, las cuales se presentan generalmente después de los 10 años de
vida (Hillyr, 2002).
En una revisión de 13 casos de estrangulación de intestino delgado, por lipoma
pedunculado, se encontró que 9 años era la edad más joven en la que se
presentaba esta patología y se reportó una media de 14 años de edad (Tennat,
1979). Mientras que White (1990) sugirió que la prevalencia es mayor a los 12
años. Por su parte, Blikslager y colaboradores (1992) en un estudio de 17
casos, informaron una edad media de 16,6 años y una tasa de letalidad del
60%.
Un estudio realizado en EEUU, Schumacher (2002) determinó que los cuartos
de milla y los Morgan parecen ser las dos razas que tienen más riesgo de
estrangulación de colon menor, por lipoma pedunculado. Y las hembras son
más comúnmente afectadas, en comparación con los machos. Este trabajo
también menciona que comparado con otros segmentos del mesenterio, el
mesocolon y el mesorrecto, son los que están mayormente predispuestos a la
formación del lipoma, por la gran cantidad de grasa que se deposita en estas
áreas. Además el colon menor es mucho menos probable que se estrangule,
en comparación con el intestino delgado. Los datos disponibles relativos a la
obstrucción intestinal por lipoma pedunculado, sugieren que es un problema de
caballos adultos, que la mayoría de las obstrucciones implican intestino
delgado y en menor medida colon menor; y que son estranguladores por
naturaleza (Edwards et al., 1985, White, 1990). La obstrucción estrangulante es
la combinación de obstrucción simple del tracto gastrointestinal del equino
acompañado de bloqueo del abastecimiento circulatorio, causando severa
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enfermedad intestinal (Velásquez et al., 2009). Las obstrucciones vasculares
pueden ser venosas exclusivamente o combinación venosa y arterial,
denominándose obstrucción estrangulante hemorrágica y obstrucción
estrangulante isquémica respectivamente (Blikslager, 2006).
Según Rakestraw (2006) el espesor de la pared y el contenido fecal del colon
menor dificultan la estrangulación y obstrucción en comparación con el intestino
delgado. Debido a esto solo el 7% se dan en colon menor mientras que el 93%
se da en intestino delgado.
El animal con lipoma puede permanecer toda la vida sin signos clínicos, éstos
también pueden ser intermitentes, o como este caso, requerir cirugía como
única solución ante el cuadro de dolor.
Los signos clínicos no son distintos de otros cólicos, excepto que la
estrangulación del recto produzca una obstrucción del lumen en forma de bolsa
alargada justo dentro del ano, ésto se detecta fácilmente mediante examinación
rectal (Blood y Studdert, 1994). Estas distintas presentaciones se dan debido a
la ubicación y movimiento del lipoma en la cavidad abdominal pudiendo afectar
partes de intestino y vasos adyacentes en su desarrollo (Figura 1).
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Figura 1. Obstrucción no estrangulante causado por lipoma pedunculado. a)
adosado al mesenterio cerca del intestino y b) envolviendo el intestino y el
mesenterio. Fuente: An analysis of 75 cases of intestinal obtruction caused by
pedunculated lipomas, Edwards y Proudmann, 1994.
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Las manifestaciones clínicas se dan en forma intermitente en el tiempo,
pudiendo pasar días o semanas sin aparentes signos clínicos (Rakestraw y
Hardy, 2006). Es cierto también, que al aumentar el tamaño del lipoma es
mayor la probabilidad de afectar otras estructuras adyacentes (Hillyr, 2002).
Estos órganos al perder su funcionalidad pueden ocasionar la muerte del
animal. De ahí la importancia de la determinación temprana para una rápida
acción del veterinario actuante.
Con frecuencia los cólicos causados por lipoma estrangulante cursan con dolor
que no revierte ante los analgésicos usados comúnmente en la clínica médica.
La remisión de los signos pareciera depender más del movimiento del lipoma
en la cavidad abdominal. La afección desaparece cuando el lipoma deja de
involucrar las estructuras adyacentes que son en definitiva las causantes del
dolor.
A diferencia de otras neoplasias del tracto gastrointestinal, donde el animal
afectado cursa con intolerancia al ejercicio, inapetencia, síndrome de mala
absorción mala digestión y aumento de los requerimientos nutricionales; el
lipoma pedunculado no presenta esta signología, es decir que el estado
corporal del mismo no se ve afectado. Sí comparte con los otros tumores del
aparato digestivo la presencia de cólicos recurrentes y en algunos casos
diarrea (Hillyr, 2002).
La problemática para el animal en si, no es el tumor ya que los lipomas son
blandos, desplazables e indoloros (Robbins y Cotran, 2010). Es decir que no
causan alteraciones sistémicas por sí mismos, debido a que son tumores
benignos compuestos por células grasas maduras. (Blood y Studdert, 1994).
Las complicaciones están asociadas al desplazamiento del tumor por el tipo de
desarrollo que tiene.
Los lipomas pedunculados se inician como placas localizadas de grasa entre
las dos capas serosas del mesenterio. A medida que el tumor crece en peso, la
serosa que lo recubre se extiende, formando un pedículo. Mientras que muchos
caballos viejos tienen uno o más lipomas sólo una muy pequeña proporción
desarrollan obstrucción por estrangulamiento (Figura 2).
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Figura 2. Obstrucción estrangulante de intestino delgado, causado por lipoma
pedunculado. Fuente: An analysis of 75 cases of intestinal obtruction caused by
pedunculated lipomas, Edwards y Proudmann, 1994.
Es desconocido como el lipoma se convierte intrincadamente en un envoltorio
alrededor de un lazo de intestino que puede ser de varios metros de largo. Sin
embargo el peso del tumor, la longitud del pedículo y el suficiente impulso como
resultado del movimiento del caballo o motilidad intestinal, parecen factores
probables que contribuyen en esta extraña obstrucción del intestino delgado y
en menor medida del colon menor (Edwards et al., 1985).
Blood y Studdert (1994) sugieren que estos tumores pueden rodear totalmente
una porción del intestino delgado, algunas veces justo detrás del píloro, pero
otras alrededor del recto. En ciertos casos la mano del clínico puede avanzar
hasta la zona de la constricción, y puede ser palpable una banda fibrosa
envolviendo el colon (Rakestraw y Hardy, 2006).
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En la ultrasonografía se nota un engrosamiento y distención de la pared
intestinal (Rakestraw y Hardy, 2006) (Figura 3).
Figura 3. Ultrasonografía longitudinal de cráneo-ventral de abdomen en un
pony adulto castrado con obstrucción del intestino delgado, por un lipoma
pedunculado. Nótese intestino delgado distendido con fluido y paredes
engrosadas. Fuente: Manual of equine gastroenterology, Marr et al., 2002.
Por lo general se llega al diagnóstico definitivo con la laparotomía exploratoria,
aunque en raras ocasiones se puede palpar un lipoma por recto (Blood y
Studdert, 1994).
Entre las causas de la estrangulación que se deben diferenciar se incluyen,
intususcepción, vólvulos, torsiones, incarceraciones por herniación, o banda de
tejidos como son los lipomas pedunculados. Muchas de estas patologías,
causan obstrucciones del lumen intestinal. Por ende se le designa con el
término obstrucciones estrangulantes (Velázquez et al, .2009).
En este caso el tumor se encontraba estrangulando el colon menor. Por esta
razón se decidió la extirpación del mismo.
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El caso clínico, se presentó en un haras de SPC, en la localidad de San
Antonio de Areco, Provincia de Buenos Aires, entre los días 1/12/12 al 18/12/12.
Se presentó en una yegua raza sangre pura de carrera (SPC) de unos 14 años
de edad, con 560kg peso vivo y un estado corporal de 5/5, llevando una
gestación de 40 días aproximadamente. Con historia de cólicos previos no
asociados.
La yegua se encontraba a campo, con su cría al pie, el día 1/12/2012, cuando
los recorredores la observaron con signología de dolor abdominal agudo (se
revolcaba, escarbaba, con sudoración profusa, se miraba los flancos). Por lo
cual se decidió llevarla a un corral para su mejor inspección y control. Se le
tomaron los parámetros básicos, frecuencia cardíaca y respiratoria con valores
por encima de lo normal. Ante este cuadro de dolor se instauró una terapia de
contención con analgésicos y antiespasmódicos con meglumine de flunixin
(Deltavet®) y antimeteorismo (Sorbitol®). La signología clínica no mejoró luego
de transcurrido el tiempo esperado para que surtan efecto los medicamentos
aplicados. Se le realizó palpación transrectal y se notó una masa que obstruía
el lumen intestinal, por lo cual dada la gravedad, y la importancia del animal, se
decidió derivarlo al quirófano más cercano (Hospital Equino Kawell).
En el quirófano se evaluó el cuadro haciendo los chequeos de rutina que
arrojaron una frecuencia cardíaca y respiratoria aumentada, temperatura
corporal y un hematocrito dentro de los valores esperables. Dado que las
frecuencias cardíacas y respiratorias seguían por encima de los valores
normales y el cuadro de dolor continuaba se decidió la internación del animal.
Se le realizó reflujo nasogástrico el cual fue improductivo y a la exploración
transrectal se obtuvieron abundantes heces duras (boñigas). En la ecografía
abdominal izquierda se notó colon mayor hacia craneal, ocupando el lugar del
estómago, ventanas de líquido suelto y asas de intestino delgado con motilidad.
El riñón se encontraba en una posición normal, y el colon con paredes
engrosadas y contenido gaseoso. Del lado derecho del abdomen se observó el
colon mayor con paredes engrosadas, riñón e intestino delgado en posición
normal y con motilidad. Se obtuvo líquido por abdominocentésis y al ser
analizado, arrojó un recuento celular, proteínas totales y lactato con valores por
encima de los normales.
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Luego de analizar todos estos datos se llegó a un diagnóstico presuntivo de
impacción de colon menor, para lo cual se aplicó un tratamiento de fluidoterapia
utilizando 10 litros solución ringer lactato (Rivero®) cada 6 horas vía intra-
venosa (IV) y meglumine de flunixin (Deltavet®) 0.5 mg/kg cada 12 IV).
La yegua en los días siguientes, dentro del hospital equino, no presentó dolor,
comía y caminaba en forma normal. La materia fecal se presentó en forma de
boñigas duras, y se notó que al orinar no elevaba la cola. Por esto último se le
realizó una inspección neurológica, arrojando ésta los siguientes resultados. El
tono del esfínter anal estaba presente, el tono de la cola ausente y la vejiga
aumentada de tamaño. Una vez estabilizado el paciente, le dió de alta a las 48
horas y regresó a su haras de residencia.
Al llegar al establecimiento presentó fractura de dos vértebras coccígeas,
producto de un golpe en el tráiler, que la transportó hacia el quirófano, en un
principio se le adjudicaba a ésto el posible cuadro de cólico pero rápidamente
se descartó. En el haras siguió a box las indicaciones emitidas por el personal
del quirófano: vaciado rectal y vaciado de la vejiga 4 veces por día, control de
heces, administración de alfalfa mojada, pasto verde y agua ad libitum y
administrar aceite vía oral 2 veces al día. Además aplicar meglumine de flunix
(Deltavet®) 0,5 mg/kg vía IV cada 12hs y DMSO (Intervet®) 0.1 g/kg en un litro
de solución fisiológica vía IV cada 12 horas. Estos medicamentos se aplicaron
hasta 72 horas post internación.
La yegua permaneció a box con su cría, evacuándole periódicamente el recto,
pero al segundo día de volver al haras defecó por sí sola. El movimiento de la
cola siguió ausente. En estos días no presentó dolor y se chequearon los
parámetros dos veces al día, arrojando siempre resultados dentro de los
valores normales.
A los 14 días del primer episodio presentó nuevamente la misma signología de
cólico con la frecuencia cardíaca elevada y los movimientos intestinales
disminuidos.
Se decidió aplicarle analgésicos, antiespasmódicos y antimeteorismo pero al
igual que en el primer caso los signos clínicos no reviertieron con estos
medicamentos. También se le realizó tacto transrectal y se notó nuevamente
una masa comprimiendo al intestino grueso por lo cual se derivó otra vez al
hospital equino Kawell.
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La yegua ingresó al hospital, por segunda vez el día 15/12/2012, pesando 500
kg peso vivo. Se chequearon la frecuencia cardíaca, la frecuencia respiratoria,
la temperatura corporal, el peristaltismo intestinal y las mucosas aparentes. A
excepción del movimiento intestinal que se encontró disminuido, el resto de los
parámetros estaban dentro de los valores normales.
Durante las primeras horas de internación no presentó signología de dolor. Sin
embargo, a la mañana siguiente, en el chequeo de las 6 horas (hs) se encontró
molesta con una frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria normal y
movimientos intestinales disminuidos. Continuó medicada con meglumine de
flunixin (Deltavet®) 0,5mg/kg, se le realizaron sondajes nasogástricos con 6
litros de agua cada 6 hs y enemas con agua. Además se realizó fluidoterapia
con 10litros de Solucion Ringer (Rivero®) y sondaje uretral. También se le
administraron progestágenos (Progestal®) 12 ml vía oral cada 24 hs con el fin
de mantener la gestación.
En las horas siguientes si bien la frecuencia cardiaca y respiratoria se encontró
dentro de los parámetros normales, el movimiento intestinal estaba disminuido
y los signos de dolor persistían.
El animal confinado a box alternaba posiciones entre decúbito esternal y
decúbito lateral, permaneciendo con esta signología todo el día siguiente a la
internación.
La evaluación física mediante ecografía arrojó los siguientes resultados: asas
de intestino delgado distendidas y con poca motilidad, cierto desplazamiento
izquierdo del colon mayor, y desplazamiento del bazo hacia medial.
Al tacto transrectal se localizó un anillo muy evidente en la primera parte del
recto y se palpó un asa tensa de lateral a medial que atraviesaba el lugar
donde se encuentraba este anillo, dificultando la evacuación de materia fecal;
lo que llevó a una impacción de colon menor. Esto último ratificó el diagnóstico
al que se llegó en la primera internación y que luego de normalizado el cuadro
clínico del animal se dió de alta del hospital.
El cuadro clínico de abdomen agudo remitió, pero volvió a reincidir, por todo
ésto se decidió la laparotomía exploratoria a las 48 horas del ingreso al hospital
equino; confirmando el diagnóstico de cólico por lipoma pedunculado
estrangulante.
En la cirugía se decidió la extirpación del lipoma pedunculado y liberar la
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porción de colon menor que estaba estrangulada.
Dada la rápida intervención del equipo veterinario actuante no hubo cambios
patológicos graves en intestino. De no haberse tomado las decisiones correctas
en forma precoz la vida del animal hubiese corrido serio riesgo, dadas las
complicaciones orgánicas que se hubieran producido debido al compromiso
vascular al que se enfrentaba la porción de colon menor estrangulada.
El tumor extraído medía aproximadamente 15 centímetros y su peso
aproximado era de 400 gramos.
La yegua post operación quedó internada bajo cuidados intensivos, donde se le
aplicaron los medicamentos de rutina luego de la cirugía y además se le
administraron sintéticos de la progesterona para mantener la preñez. Sin
embargo perdió la gestación a las pocas horas.
El día 18/12/2012 se dió de alta del hospital y regresó al haras de residencia
con su hoja de indicaciones, que se siguieron por el equipo de veterinarios del
establecimiento. Las mismas consistían en que el animal quedara confinado a
box, que se continuara con los analgésicos y antibióticos por una semana,
limpieza de la herida y que se le tomen los parámetros dos veces al día.
Hasta el día de la fecha la yegua no ha tenido ningún otro episodio de cólico,
se ha preñado nuevamente y ha criado hijos exitosos en las pistas.
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Discusión
La solución al problema es la extirpación simple del lipoma junto con las zonas
afectadas (Robbins y Cotran, 2010) (Figura 4)
Figura 4. Imagen obtenida en una cirugía de abdomen agudo por lipoma
pedunculado. Nótese el pedículo luego de extraído el lipoma. Fuente: Hospital
Equino Kawell, Solis, 2012.
En un estudio realizado en animales post mortem, que no presentaban signos
de cólico, se observó una prevalencia de 14,6 % de lipomas pedunculados.
Este descubrimiento tiene implicancias clínicas debido a que se encontraron
lipomas de aproximadamente 21 gramos en las laparotomías exploratorias, por
lo cual parecería prudente eliminar todos los lipomas. El estudio sugiere que
cualquier tumor que sea más pesado que 33 gramos, tiene el potencial para
causar, obstrucción intestinal (Edwards et al., 1985).
Por lo general en la cirugía se extirpa el que causo el problema junto a otros
tumores de menor tamaño que se hallan en el momento, para evitar futuras
consecuencias.
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En este caso se extrajo sólo uno, de gran tamaño, de aproximadamente 15 cm
de diámetro y 400 gramos. (Figura 5)
Figura 5. Imagen del lipoma, obtenida en la cirugía de este caso clínico. Fuente:
Dodera Carlos, Hospital Equino Kawell, Solis, 2012.
La experiencia clínica sugiere que la tasa de supervivencia de los animales con
lipoma estrangulante es pobre a pesar del tratamiento quirúrgico.
La intervención quirúrgica puede no ser definitiva, ya que en el futuro pueden
formarse otros en el mismo lugar o en zonas diferentes del mesenterio.
En un estudio se determinó que la tasa de supervivencia, a los 7 días
posoperatorio fue del 48% (36 de los 75 casos). Este cálculo incluye todos los
casos que fueron a cirugía, independientemente de si se realizó la eutanasia
bajo anestesia, debido a ruptura gástrica o estrangulación inoperable. Esto se
compara con una tasa de supervivencia general a corto plazo, en todos los
casos de cólicos quirúrgicos del 79% en 1990 (Edwards et al., 1985).
La yegua no tuvo reincidencia de cólico y continuo con su vida reproductiva en
forma normal hasta el día de la fecha.
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Conclusión
Es de suma importancia en un caso de abdomen agudo determinar
tempranamente si se requiere cirugía como única solución. La presencia de un
lipoma pedunculado en el mesenterio que pueda estrangular estructuras
adyacentes en la cavidad abdominal es de baja incidencia y alta letalidad. Por
ésto la importancia de un diagnóstico precoz, para un rápido accionar del
veterinario actuante.
Los datos obtenidos del examen clínico del animal, no deben considerarse de
forma aislada, sino hacerse en conjunto, y complementarse con otros métodos
de diagnóstico como la ecografía. La sumatoria de todos estos valores, los
cólicos reiterados, la edad del animal, además de la falta de respuesta al
tratamiento medicamentoso, determinan la necesidad de una intervención
quirúrgica.
La técnica quirúrgica realizada es la laparotomía exploratoria con consecuente
extirpación del lipoma y de las estructuras afectadas, en caso de que éstas
hayan perdido su funcionalidad, debido al compromiso vascular provocado por
la estrangulación. Por ésto, es fundamental la toma rápida de decisiones,
basada en un diagnóstico certero, obtenido del examen clínico exhaustivo,
donde se consideren y evalúen, todas las variables intervinientes.
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