ADICCIONES: LA VIDA ENTRE PARÉNTESIS TEXTO 5... · Hacia los/60 surge el movimiento Hippie en el...
Transcript of ADICCIONES: LA VIDA ENTRE PARÉNTESIS TEXTO 5... · Hacia los/60 surge el movimiento Hippie en el...
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
ADICCIONES: LA VIDA ENTRE PARÉNTESIS
ESTELA SAGREDO
El tema de las adicciones es uno de los temas más enigmáticos que se presentan en la clínica.
Este enigma, además de lo que implica encontrarse con uno de ellos a nuestro paso, nos
enfrenta con algo aún más complicado. A lo que no tiene palabras para ser dicho, lo que
aparece como un hacer, más que como un decir. Hay coincidencia en ubicarlas "No como
síntoma, No como estructura". Plantear un interrogante de la clínica desde la negatividad
quizás ya nos esté diciendo algo acerca de lo que nos ocupa.
No es síntoma en el sentido freudiano del término, ya que no pertenece al plano de la metáfora
vía represión. "La drogadicción no es una formación de compromiso sino una formación de
ruptura con el goce fálico" nos adelanta Eric Laurent.
No es estructura si nos atenemos a las formulaciones que hace Lacan en cuanto a las
estructuras, neurótica, perversa o psicótica. En cada una de ellas es particular la posición del
sujeto frente al consumo, tanto como lo es frente al goce del Otro.
Las adicciones deben ser pensadas por lo tanto, a partir de la estructura en la que se insertan.
Tienen la categoría de una acción, nos enfrentan a aquello que hace cortocircuito con la
palabra. La denominación adicto o toxicómano, que usamos a los fines de ubicar el tema, es
una denominación anonimizante que sujeta y repite algo de lo que le ocurre al que hace uso
de las "sustancias". Pero alude también a la degradación de un "nombre propio" y la
sustitución por otro que le otorga un lugar particular. Esta denominación social usada
reinstala un tema central al hablar de adicciones: la aniquilación subjetiva. Aniquilación
propuesta por este mundo desmañado que propone una única verdad: el goce como objeto de
mercado.
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
Voy a tratar de recortar algunas cuestiones que podemos pensar en relación al consumo. En
primer lugar ubico a esta "relación" en el arco que se despliega entre dos ejes, el discurso
social y la particularidad de cada sujeto.
El Discurso Social
Las sustancias adictivas han existido como acompañantes desde tiempos antiguos vestidas
con diferentes ropajes de significación. Aunque uno de ellos se ha mantenido vigente, el opio
es la religión de los pueblos. (A. Huxley, 1960) me refiero a la relación con un Amo-
Sustancia que pide todo para sí y del que se espera todo.
Quiero decir con esto que algo es tomado de manera indiscutible con la fidelidad de la
creencia religiosa, atribuyéndole la capacidad dadora de una "satisfacción" y un "saber" del
que no se duda.
Dije que diversas han sido las significaciones de esta relación particular a sustancias. El
ajenjo de los poetas "malditos" del siglo XIX. Los intelectuales del siglo XX que esperaban
vivir con ella una experiencia inédita. Surge en los /50 el movimiento Beatnik, con Jack
Kerouac, Allen Guisnberg, William Burroughs, entre otros. Se relacionan con los anteriores
en resaltar la condición dramática de la vida y cierta fascinación por el fracaso, aunque este
movimiento enuncia una posición de rechazo a los órdenes canónicos, a la "burocratización
de la vida".
Hacia los/60 surge el movimiento Hippie en el cual la droga es usada como "medio de
conocimiento", remarcando el sentido místico (Castaneda) y la rebelión frente a las guerras,
había empezado el ataque a Vietnam.
Hasta allí las sustancias diversas eran usadas por grupos claramente diferenciados en
"movimientos" con un discurso que los sostenía. Es a partir de los/70 que se instala
definitivamente como parte de la "economía" de los países productores y distribuidores.
Los discursos contradictorios han caracterizado la relación de los Estados gobernantes con la
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
droga. Mientras se establecen discursos censuradores, se las usan de manera arbitraria y se
estimula su consumo.
En los Imperios musulmanes surgió la figura del Haschischim, súbdito al que en posición
devocional con el gobernante le era impuesto el consumo de haschis para asegurar la ausencia
de autonomía. Tanto le era indicado matar como matarse en muestra de obediencia. De allí
deriva la palabra asesino, assassini o assissini, en latín tardío.
El Imperio japonés indujo, a principios del siglo XX, la adicción al opio a la esposa del
Emperador de China como deliberado acto político destinado al dominio de una potencia y
con el interés económico de difundir el consumo.
La tan popularizada Coca-Cola, surgió, en Estados Unidos, como tónico estimulante para los
soldados de la primera guerra. Todas las guerras y los movimientos de guerrilla han hecho
uso de las drogas para evitar el dolor y la duda al momento de matar o morir.
En cada guerra y en cada cultura se ha hecho uso de diferentes drogas "pensadas" para la
ocasión que los grupos de investigación médica militar buscan perfeccionar para hacer del
soldado un "soldado químico" tal como los llama Alain Ehrenberg, una máquina eficaz de
matar o morir sin miedo. A esto ha "ayudado" la guerra a distancia, la que hace uso de armas
que alejan la imagen del semejante.
Pero no sólo vayamos a la guerra para pensar esta acción de los Estados. En todo el mundo
"democrático" el perfeccionamiento de los psicotrópicos, los ansiolíticos, los antidepresivos,
ocupan la mayoría del presupuesto de los laboratorios por la necesidad de los países de
mantener a los empleados productivos, con capacidad de soportar las responsabilidades
sociales, las exigencias de la vida cotidiana, las frustraciones, manteniendo de la manera mas
"eficaz" los lazos sociales. La economía así lo exige. Las drogas, entonces, dejan los
márgenes para integrarse a lo social aceptado y peor aún, necesario.
El mundo ha avanzado hacia una individuación, una des-agregación en lo social, una
exaltación de cierta condición "autista" de existencia que tiene sus consecuencias. Las
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
condiciones de trabajos preferidas son las que se efectúan bajo contratos temporarios breves
y removibles a voluntad del empleador. El trabajo "para siempre", aquél que llegaba hasta la
jubilación avanzando en el mismo empleo, ha pasado hace mucho tiempo a ser un modelo
anacrónico e impensado por lo "antieconómico". Ya nadie esperará el reloj de oro de los 50
años de pertenencia a una empresa, ¿hay alguien que se acuerde de ello? Se requiere al
empleado trabajando en la soledad de su estudio enviando su producto vía e-mail.
Eso lo lleva a Giorgio Agamben a pensar en la predominancia de un proceso mortífero de
utopía individualista que estimula las adicciones con el intento de desembarazarse de toda
experiencia, buscando el "vaciamiento".
Estamos inmersos en un mundo que propone una globalización anonimizante, alentando una
virtualidad que reemplaza el encuentro de los cuerpos, y proponiendo, como decía en un
trabajo anterior, "un consumo desmedido que instala el malestar permanente de la
insatisfacción. Cuanto más, menos. Sosteniendo lazos efímeros mientras propone a la droga
como comodín, jocker de la muerte que se apuesta ante la aparición de la vivencia de vacío".
(Levy, B.; Sagredo, E. 2000).
En la Argentina se establece la droga cuando estalla el sistema democrático en los finales del
/70. Crisis sociopolítica profundísima en la cual crecieron y se multiplicaron los "hijos de la
droga". Caída estrepitosa de la función paterna, aparece el Padre de la horda, no tocado por
el orden de la castración. Padre gozador, reservorio del total del goce. Padre Todo, dueño de
los cuerpos. ¿Qué puede generar sino querer matar al Urvater, el que se erige en un antes del
Padre? Pero lejos se está de su asesinato simbólico para que el padre muerto retorne como
Nombre. Queda la escena en el plano de la realidad, el peor de los lugares para que esta se
despliegue. Así, ausente lo simbólico, quedan los hijos a merced de la ferocidad de la droga,
entre otras ferocidades.
Se ha hecho la noche sobre el mundo, este eclipsamiento de los simbólico no es un hecho
aislado, es la marca de la época de esta modernidad tardía o post-modernidad. La caída de
ciertos cánones nos exige reinventar un destino.
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
Jano bifronte, este desleimiento de la Función Paterna hace aparecer tanto al padre hordálico
como al inconsistente para efectuar la operación de corte.
Hijos de "La" droga sin apellido pate
Sé que el opio agiganta lo que no tiene límites, que hace lo ilimitado mayor aún,
profundiza el tiempo, los deleites ahonda, y de placeres negros, melancólicos llena el
alma hasta hacer que rebose de excesos.
Charles Baudelaire, ("El veneno", Las flores del mal)
Cuando el padre en tanto Nombre, designa, nombra a un hijo y lo aleja de "La" madre, función
de corte que da ingreso al orden simbólico. Hace corte al goce primordial y desde allí la
madre quedará afectada por la barra que separa su cuerpo del cuerpo del hijo. Cuando falla
esta inscripción en los registros de lo real, lo simbólico y lo imaginario falla la estructuración
subjetiva. Reflexiona Zizek, "Vivimos una época de desfallecimiento de la función simbólica
del padre en las que no ocupa el lugar del Ideal del Yo, portador de la autoridad simbólica,
aunque siempre con fisuras, sino que aparece como yo ideal, en la figura del competidor
imaginario". Sabemos entonces que esta posición relanza a lo peor del encuentro con "La"
madre.
Inscripto el goce fálico, regulado por el significante fálico, no todo goce, se barra el campo
del Otro. Es lo que da lugar a la escena fantasmática y permite advenir al sujeto del lenguaje.
Desde lo real el Nombre permite la transformación de un puro cuerpo biológico en un cuerpo
pulsional marcado por el deseo. Así, la pulsión va haciendo mapa con estaciones capitales.
Ahora hay cuerpo y hay simbólico, el falo y su incorporación ha dejado su marca, a esta
incorporación Lacan la llama, entrada del Espíritu Santo. (Sem.4, Las relación de objeto).
Es muy interesante pensar esta operación, que aparece fallida en las adicciones, como una
des-metaforización, literalizada en los nombres de santos que poseen muchas sustancias,
"Honguitos Santos", "estado santo", "Santa María", "San Pedro", etc.
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
En el plano de lo imaginario vemos aparecer al Nombre en "la identificación como la
exteriorización mas temprana de ligazón afectiva a otra persona,…el niño toma a su padre
como su ideal" (Freud, Psicología de las masas, 1921). Hablar de los Nombres del padre,
implica hablar de una instancia ordenadora, una imagen para la identificación, una dimensión
imperativa.
Para que el sujeto sea parlante, lenguajero, parlètre, deberá haber soportado el asesinato de
la Cosa, Das ding advendrá representación (representación de cosa), que insistirá en
encontrar representaciones palabra que den cuenta, aunque siempre infructuosamente, del
reencuentro con ella. Algo se habrá perdido para siempre. Habrá una distancia con lo deseado
que nos convoca, una ausencia siempre presente, una "Ítaca" como en el poema de
Konstantino Kavafis que nos llama a seguir navegando. Así cada uno escribirá su Odisea, y
oirá y oirá mil veces a las sirenas cantar. Al mástil al que tendremos que atarnos será el sexo,
la muerte, la normativización, la espera, la resignación a no ser todo para alguien, a nunca
conocer como goza el otro, aunque lo cortemos en pedazos y ni aún así…dice Lacan. Y
hablando de las adicciones dice: "Ha roto el casamiento con el hace pipí", retomando la
enunciación de Freud acerca de Juanito.
Por eso el adicto en un mas acá del sexo, no hace dar un paseo a su goce por el cuerpo del
semejante, el goce del cuerpo propio no se dispone a ser metaforizado por el cuerpo ajeno y
sus diferencias. Se detiene antes de plantearse la diferencia sexual. Con quien hace pareja es
con la sustancia.
Claudio, 30 años, consumidor de alcohol y cocaína. La novia lo "conmina" a que se trate
cansada de sus borracheras, su consumo y que no pueda trabajar. Lo deja finalmente.
Después de varios intentos de tratamiento que no puede mantener retorna solicitando una
consulta. Conmocionado relata que ha vuelto al consumo que en un momento había
disminuido. "Estoy sin control, le robo a mi madre para comprar "papeles", juego a los
jueguitos todo el día, no puedo trabajar", al promediar esa entrevista relata al fin lo que
verdaderamente lo conmueve, se enamoró de Jane, a la que conoció buscando a un nuevo
puntero. "Jane es especial, nunca conocí a nadie así, ni que me quisiera tanto, es prostituta,
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
por supuesto a mi no me cobra". Tiene además una cualidad que demora en referir, Jane es
travesti.
Es interesante recordar que las adicciones siempre están "en pareja", al menos de a dos. El
alcohol, especialmente la cerveza, para bajar el efecto de la cocaína, la marihuana y el
cigarrillo de tabaco, la comida y el alcohol, así en innumerables y personales combinaciones.
Goce autoerótico, un mí con mí, sin pasar por el otro. El super-yo exige un goce autista
alejado del lazo de amor."My wife, my life" le canta Lou Reed a la heroína.
Goce cínico lo llama J.A. Miller, a ese goce que radicalmente nada quiere saber de normativas
ni pérdidas, esta posición cínica se despliega con todo su poder mortífero en los llamados por
Eric Laurent: verdaderos toxicómanos.
En las adicciones el tóxico, la sustancia es usada como comodín frente a la falla, ante el
enigma de la castración con cualquiera de los rostros con que aparezca. Aparece el "yo soy"
que equivale al "yo no pienso". A esto me refería con el peligro de cristalizar el nombre de
adicto desde lo social convalidando la evitación que hace el adicto de reconocerse sujeto de
desconocimiento.
El neurótico, marcado por el significante fálico, responde al enfrentamiento a la castración
con la inhibición, el síntoma, la angustia. También puede responder con el "yo no pienso"
hasta que algo "no anda bien". Cuando algo del contrato social se conmueve y los "saberes"se
fisuran, entonces, consulta. El consumo es una "verónica" que lo pone al abrigo del encuentro
con el deseo del Otro y la consecuencia de ese encuentro: la angustia. Pero si bien no quiere
saber de la falta, algo incomoda siempre. Algo pulsa por ser dicho. En su lugar y hasta que
la demanda se establece vemos, por ejemplo, a innumerables adolescentes abrazados a la
botella frente al embate pulsional en noches de vino, "pero no de rosas".
En la estructura perversa, los que "poseen el saber del goce del Otro"y de la certeza acerca
de cómo producir ese goce, la identificación con el falo sostiene esa suposición. Se ubica en
el lugar del que sabe, mientras que es el Otro el que porta el no saber acerca del goce del
consumo. Esta posición perversa la vemos aún en estructuras que podemos pensar neuróticas,
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
quizás como rasgo perverso. La droga es un saber sobre el deseo y no sobre el deseo propio.
Quizás sería más adecuado ubicar al "dealer" en la posición perversa, el que induce el
consumo en los otros, el que oferta goce. En general el "dealer verdadero" no consume. Sí
pueden hacerlo los "punteros", los que venden droga como una manera de conseguirla gratis
o a más bajo precio.
En el psicótico, a la deriva por la forclusión del Nombre del Padre, el consumo funciona a
modo de suplencia, de estabilización. Por una parte refuerza los debilitados lazos sociales y
además opera de límite a ese goce que ha quedado por fuera de la regulación, acotándolo
entonces a una ubicación corporal.
No hay significantes que ubiquen una pregunta, la droga es una respuesta, por eso es que el
elemento consumido está tan cerca de la cualidad del fetiche. Pero aquí hace falta hacer una
diferenciación. Si en la perversión lo buscado es la escena y es intercambiable el partenaire,
en las adicciones hay fijeza de partenaire. "Yo no soy pastero, yo soy de la blanca no me
confundas" decía Roberto. (Pastero: adictos a las pastillas, anfetaminas, hipnóticos, etc. ).
Capturado en la ilusión de lo lleno y de la ausencia de falta, el adicto reemplaza la metonimia
de los amores por esa bastardización de lazo que implica la circulación de la tuca, la jeringa,
la línea, la pipa. Los intervalos que propone el camino del deseo son reemplazados por la
monotonía propia de la elección de un único objeto proveedor de satisfacción. Es "objeto" de
la sustancia. La pasividad dependiente nos retrotrae a la imagen de los Haschischin. La droga
se oferta para ocupar el lugar vacante de una angustia que no logra constituirse plenamente.
Retomaré más adelante ese punto.
El infinito, la muerte, el dolor…
“sostener el infinito en la palma de la mano y la eternidad en una hora.”
William Blake, "Cantos de inocencia"
El gobierno sobre el tiempo es la ilusión del adicto, como dice el poeta, hacer existir la
eternidad en una hora, o el tiempo del efecto de la ingesta. Como si el tiempo no fuera una
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
coordenada que nos circunscribe sin que podamos decidir sobre ella. Cuerpos pensados más
allá de la muerte. No sorprende, dice Zizek, S. que en los actuales relatos de la ciencia ficción
de horror, desde Alien en adelante, abunden las imágenes de esa sustancia de la vida informe
y sin muerte. ¿No es acaso la fantasía sadeana de la inmortalidad del cuerpo? Cuerpos que
apelan al consumo de diversas sustancias en la búsqueda de sensaciones nuevas, en los/90 y
su precaria economía no es fácil pertenecer a élites de consumo de una sustancia determinada,
esa experimentación queda para los grupos adinerados. En las ferreterías o en los quioscos
de cada esquina hay sustancias que permiten "limar", anestesiar. Aerosoles, pegamentos,
nafta, kerosén, productos de limpieza, todo sirve para dejar la vida entre paréntesis, al menos
por un rato. La edad de consumo se ha acortado sobre todo en las clases de menor poder
adquisitivo. "Y que quiere que haga, decía una madre de un niñito de 8 años, a veces prefiero
verlo pasado con el pegamento porque no tiene hambre y no tengo con qué darle de comer".
(El 70 % de los niños de la calle son adictos a estos productos inhalables)
Se ha operado el movimiento reflexivo, vuelta carnero hacia atrás, la sustancia es la que
consume al sujeto, el Amo pide cada vez más de su esclavo, como "buen" Amo cada vez
promete menos. Hasta que el cuerpo tenga que poner un límite y diga basta. El basta de la
muerte. Mientras tanto buscando un más allá de todo límite se darán una vuelta por lo terrenos
de la muerte con la idea de volver para contarla. "Morí sin morir y me abracé al dolor", canta
Charly García. Muerte domesticada. El infinito es un horizonte que se puede tocar, entonces
la muerte es un accidente que está apenas calculado. La muerte no acontece sino por
añadidura.
Sí, en cambio, es un riesgo a tener en cuenta las ideas suicidas en los momentos de falta de
sustancia o aún en los momentos de abstinencia decidida. En ese tiempo el vacío
representacional, la ausencia de significantes que bordeen la falta constituyen un momento
delicado de alto riesgo. No hay palabras para ir bordando la trama de significaciones. La
angustia, entonces sí, hace su aparición en escena con la cara del horror, la que hace desviar
la mirada.
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
Podríamos ubicar una primera muerte en lo que luego será sujeto: la caída de la imagen
narcisista. Alguna respuesta se enunciará acerca del lugar que ocupamos para el Otro, ¿qué
somos para él?, ¿qué quiere de nosotros? En resumen, ¿en qué lugar de una falta del Otro
podemos encontrar razón de ser?.
Pérdida original que nos priva de la identificación con el falo materno.
En la clínica de las adicciones observamos una complicación en este punto. "Para mi madre,
nada", decía Oscar. Su lugar parece ser el de la "tuca", resto que pasa de mano en mano. ¿No
es acaso Oscar el adulto que, en el mejor de los casos, quiero decir si vive para contarlo,
llegará a ser el niñito que mencioné antes?
El adicto se enfrenta a una ausencia siempre presente, pero no la que empuja a la búsqueda
en el derrotero desiderativo, sino una ausencia de lugar en el Otro. Queda para sí el lugar de
resto que lo precipita al pasaje al acto del consumo. Sólo resta entonces nombrarse
"drogadicto", "drogón", "falopero", inscripto en una filiación mortífera.
La complicación en el proceso de alienación-separación da como resultado esta caída en una
alienación adictiva. Entre ser Todo o Nada para el Otro, la droga da cobijo a semejante
desierto.
El envión más decidido hacia el consumo lo ofrece el dolor. Entiendo como dolor a todo
monto de excitación que se encuentra sin posibilidad de ser cualificada.
Decía en un trabajo anterior que podemos conocer mucho acerca de una cultura según el
tratamiento y el valor que se le da al dolor. Mientras actualmente se estimula excesivamente
el cuidado de la imagen, vemos una creciente presencia de cuerpos sacrificados, desganados,
anestesiados, muchas de las veces como figuraciones de la depresión.
El dolor físico no es una sensación temida, lo vemos por la frecuencia de tatuajes y de
piercings. "Mientras más duela más vale", decía una joven tatuada en casi la totalidad de su
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
cuerpo y en las zonas más sensibles. Creo que podemos ubicar en esta relación con el dolor
físico una negociación propia de la época: Dolor físico en lugar de dolor psíquico.
El dolor viene de afuera, ¿eso lo hace previsible, anticipable? ¿Y por qué no controlable?.
¿Es que quizás le ofrece figuración, una representación? Para el dolor psíquico parece no
haber dispositivos suficientes capaces de producir sentido. Las adicciones están allí, entonces
para "volar la cabeza" y dejar que el cuerpo se las arregle. Pero sin recursos para simbolizar,
es pura carnicería. El adicto lleva al extremo el lazo con el Super-Yo, radicaliza su devoción
religiosa a Él. Divinizando en su acción, su mandato.
En la acción del consumo, se consume el pensamiento, el contacto con la realidad interna y
externa que se ha tornado insoportable. "No puedo pensar, no puedo vivir, no puedo sentir si
amor es un pensamiento", sigue cantando Charly (García)
Sigo aquí los lineamientos de Freud en "Un Proyecto…" (Freud, 1895), en el Manuscrito
"E", Manuscrito "G" y mantenidos aún en su "Más allá del Principio del Placer"(1920).
Decía Freud en el Manuscrito "E" que la excitación sólo por encima de cierta intensidad es
procesada psíquicamente y entra en relación con cierto grupo de ideas que organizan la
acción específica. En Más allá del principio del placer diferencia las excitaciones que
provienen del interior y se las tratará como si viniesen desde fuera. Toda elevación de
excitación es procesada como trauma. Ese estado que aún no podemos llamar en sentido
estricto "angustia" es sólo acumulación libidinal al que el neurótico respondería con un
síntoma y el adicto con el consumo.
La acción específica, ligada a la experiencia de satisfacción, en las adicciones la ubicamos
en el "flash". Momento de encuentro inicial con la sustancia que inscribe una "respuesta" a
ese estado que no sale del cuerpo y que no tiene palabras para ser dicho. Resta constituirse la
angustia señal. Entonces mientras se esté "tomado" por el consumo la angustia no aparece.
Me parece muy oportuno el concepto de "grado cero de las neurosis", entendiendo como
tales a las neurosis actuales (neurosis de angustia, neurastenia) tal como lo toma Lidia Matus
(Lidia Matus, 2000) ubicando entonces a la adicciones en la categoría de neurosis actuales
cronificadas.
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
Después de un momento de intensa alegría cuando registra un cambio significativo en la
cualidad de un vínculo muy importante para ella, dice una paciente: "Era demasiada alegría
para mí, no pude soportar y empecé a fumar otra vez. Hacía tres años que había logrado dejar
de fumar, muy cercana al enfisema. "…la luz se apodera de mi seso/causándome frenético
dolor", dice William Blake, en su Canción loca.
"Cuerpos martirizados sin palabras para contarse…borde gozoso, fronteras entre el cuerpo y
el lenguaje. Aplastamiento de los discursos que serán grito y desmesura pero no apelación o
llamado". (Sagredo, E. Cuerpos Mutantes, 2000).
Nos encontraremos en la clínica con sujetos desabonados de su Incc., que caerán al abismo
del pasaje al acto queriendo ir un paso más allá, o en el mejor de los casos con un grito mudo,
desplegado en un acting–out. De esa manera estará más cerca de poder deponer la ilusión de
saber para otorgárselo a un analista en posición de S.S.S. iniciando el largo recorrido del
encuentro con el no saber del síntoma.
Bibliografía
Baudelaire, Charles Las flores del mal, Ed. Planeta, 1999
Blake, William; Poesía completa, Ed. Hyspamerica, 1986
Ehrenberg, Alain (Dir.) Individuos bajo influencias, Ed. Nueva Visión, 1994
Freud, Sigmund; “Manuscritos”, Tomo I, Ed. Amorrortu, 1979
Freud, Sigmund; “Más allá del principio de placer” Tomo XVIII Ed. Amorrortu, 1979
Freud, Sigmund; “Inhibición, síntoma y angustia” Tomo XX Ed. Amorrortu, 1979
Freud, Sigmund; El malestar en la cultura Tomo XXI Ed. Amorrortu, 1979
Geberovich, Fernando; Un dolor irresistible Ed, Letra viva, 1998
ERRANCIA LITORALES NOVIEMBRE 2016
http://www.iztacala.unam.mx/errancia/v14/litorales_5.html
Huxley, Aldous; Nueva visita a un mundo feliz Ed. SudamericanA, 1960
Jünger, Ernst; Acercamiento drogas y ebriedad Ed. Tusquets, 2000
Matus, Lidia; El grito suprimido (Los quitapenas) Ed. Eudeba, 2000
Miller, Jaques Alain; Dos dimensiones clínicas: síntoma y fantasma Ed. Manantial, 1986
Miller, Jaques Alain; “Teoría de los goces” (Recorrido de Lacan) Ed. Manantial, 1986
Lacan, Jaques; “La relación de objeto”, Seminario IV, Ed. Paidos, 1994
Lacan, Jaques; “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” Seminario XI,
Ed. Paidós,1 993
Laurent, Eric; “Tres observaciones sobre la toxicomanía” (Sujeto, goce y modernidad), Ed.
Atuel 1994.
Levy, Beatriz; Sagredo, Estela; La toxicomanía y sus marcas, Revista Punto Fijo, 1997.
Levy, Beatriz; Sagredo, Estela; Adicciones la cultura del malestar. Revista III Ateneo
psicoanalítico, 2000.
Sagredo, Estela; Cuerpos mutantes Revista III Ateneo psicoanalítico, 2000.
Sinatra, Ernesto; “La existencia del goce y la del toxicómano” (Sujeto goce y modernidad),
Ed. Atuel, 1994
Tarrab, Mauricio; “La heroína” (Sujeto, goce y modernidad) Ed. Atuel, 1994.
Zizek, Slavoj; El Espinoso sujeto, Ed. Paidós, 2001.