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1 NOTAS SOBRE TÉCNICAS ANESTÉSICAS Y QUIRÚRGICAS EN AVES ROSANA MATTIELLO, Méd. Vet., Dra. UBA. Área de Medicina, Producción y Tecnología de Fauna Acuática y Terrestre. Facultad de Ciencias Veterinarias-UBA, Argentina. La aplicación de nuevas y mejores técnicas anestésicas y la implementación más habitual de la microcirugía veterinaria, han sido los factores decisivos para el éxito de la cirugía en aves de compañía. Seguidamente haremos un repaso de los procedimientos anestésicos y quirúrgicos frecuentemente utilizados en aves. ANESTESIA EN AVES Generalidades - La anatomía de las aves difiere en forma considerable de la de los mamíferos. - Carecen de diafragma, y por lo tanto el aire es bombeado a manera de fuelle por el sistema respiratorio, mediante la contracción y expansión de la caja torácica y el esternón. - Todo lo que evite el movimiento de la pared torácica impide la respiración; por lo tanto hay que estar muy atentos para evitar los movimientos respiratorios durante la contención. - Debido a que la apnea puede llevar rápidamente a la muerte, se deben tomar medidas urgentes en caso de que aquella se produzca durante una anestesia, y realizar inmediatamente respiración asistida. - Se puede monitorear la frecuencia cardíaca colocando las terminales del electrocardiógrafo en la espalda y el esternón, o en las posiciones convencionales, en la base de las alas y las patas. - Las frecuencias respiratoria y cardíaca varían en relación inversa al tamaño. - La frecuencia respiratoria va disminuyendo en la medida en que el ave entra en planos más profundos de anestesia. Un dato práctico para evaluar la frecuencia respiratoria durante la anestesia es que aquella no baje más de la mitad que tenía el animal cuando estaba despierto. - En caso de apnea se debe practicar la respiración asistida, pues esta situación puede provocar rápidamente la muerte del ave. - En las aves de gran porte, la frecuencia cardíaca se puede determinar con un estetoscopio, pero en las pequeñas se hace algo difícil. - Podemos emplear un electrocardiograma conectando las terminales en las alas y patas. - Para poder evaluar la profundidad anestésica observamos diversos reflejos: Palpebral: presente sólo en etapas de planos ligeros. Corneal (movimiento del tercer párpado). Podal (retracción de la pata). - El reflejo corneal y el podal permanecen durante un período más largo y se encuentran presentes, pero disminuidos durante el plano quirúrgico de anestesia. - Hay que cuidar la hipotermia, ya que es un problema frecuente en la anestesia aviar. Debe cuidarse tanto durante la fase de anestesia y en la de recuperación. - Se pueden utilizar bolsas de agua caliente y acondicionar el ambiente con este fin. - No realizamos ayuno previo a una anestesia programada, debido a que se puede complicar con una hipoglucemia. - Para evitar la hipoglucemia, administrar dextrosa al 5 % vía endovenosa. - Para que la recuperación postanestésica no sea violenta, envolver al ave en una toalla, o en el caso de aves pequeñas colocarlas dentro de una cajita de cartón o bolsa de papel. - La recuperación siempre debe hacerse en un lugar tranquilo. Variaciones anestésicas en aves - Es necesario tener presente el tiempo de anestesia en aves, dado que esto puede determinar el buen resultado o el fracaso de una intervención quirúrgica.

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NOTAS SOBRE TÉCNICAS ANESTÉSICAS Y QUIRÚRGICAS EN AVES ROSANA MATTIELLO, Méd. Vet., Dra. UBA. Área de Medicina, Producción y Tecnología de Fauna Acuática y Terrestre. Facultad de Ciencias Veterinarias-UBA, Argentina. La aplicación de nuevas y mejores técnicas anestésicas y la implementación más habitual de la microcirugía veterinaria, han sido los factores decisivos para el éxito de la cirugía en aves de compañía. Seguidamente haremos un repaso de los procedimientos anestésicos y quirúrgicos frecuentemente utilizados en aves. ANESTESIA EN AVES Generalidades - La anatomía de las aves difiere en forma considerable de la de los mamíferos. - Carecen de diafragma, y por lo tanto el aire es bombeado a manera de fuelle por el sistema

respiratorio, mediante la contracción y expansión de la caja torácica y el esternón. - Todo lo que evite el movimiento de la pared torácica impide la respiración; por lo tanto hay que

estar muy atentos para evitar los movimientos respiratorios durante la contención. - Debido a que la apnea puede llevar rápidamente a la muerte, se deben tomar medidas

urgentes en caso de que aquella se produzca durante una anestesia, y realizar inmediatamente respiración asistida.

- Se puede monitorear la frecuencia cardíaca colocando las terminales del electrocardiógrafo en la espalda y el esternón, o en las posiciones convencionales, en la base de las alas y las patas.

- Las frecuencias respiratoria y cardíaca varían en relación inversa al tamaño. - La frecuencia respiratoria va disminuyendo en la medida en que el ave entra en planos más

profundos de anestesia. Un dato práctico para evaluar la frecuencia respiratoria durante la anestesia es que aquella no baje más de la mitad que tenía el animal cuando estaba despierto.

- En caso de apnea se debe practicar la respiración asistida, pues esta situación puede provocar rápidamente la muerte del ave.

- En las aves de gran porte, la frecuencia cardíaca se puede determinar con un estetoscopio, pero en las pequeñas se hace algo difícil.

- Podemos emplear un electrocardiograma conectando las terminales en las alas y patas. - Para poder evaluar la profundidad anestésica observamos diversos reflejos:

Palpebral: presente sólo en etapas de planos ligeros. Corneal (movimiento del tercer párpado). Podal (retracción de la pata).

- El reflejo corneal y el podal permanecen durante un período más largo y se encuentran presentes, pero disminuidos durante el plano quirúrgico de anestesia.

- Hay que cuidar la hipotermia, ya que es un problema frecuente en la anestesia aviar. Debe cuidarse tanto durante la fase de anestesia y en la de recuperación.

- Se pueden utilizar bolsas de agua caliente y acondicionar el ambiente con este fin. - No realizamos ayuno previo a una anestesia programada, debido a que se puede complicar

con una hipoglucemia. - Para evitar la hipoglucemia, administrar dextrosa al 5 % vía endovenosa. - Para que la recuperación postanestésica no sea violenta, envolver al ave en una toalla, o en el

caso de aves pequeñas colocarlas dentro de una cajita de cartón o bolsa de papel. - La recuperación siempre debe hacerse en un lugar tranquilo. Variaciones anestésicas en aves - Es necesario tener presente el tiempo de anestesia en aves, dado que esto puede determinar

el buen resultado o el fracaso de una intervención quirúrgica.

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- La mayoría de los éxitos se logran en intervenciones quirúrgicas de corta duración tales como, entre otras, la reparación de fracturas y la extirpación de tumores.

- Hay que tratar de resolver una intervención en menos de una hora; luego de ese tiempo comienzan a surgir los inconvenientes.

- Los anestésicos locales como la lidocaína, son poco usados en aves debido a su toxicidad, y ya que la sensación cutánea en éstas es más limitada, los procedimientos menores, como suturas, causan poco dolor.

- Aunque la anestesia local pueda disminuir la percepción del dolor, hay que tener presente que no disminuye el estrés del paciente, sino que, por el contrario, lo agrava a causa del forcejeo de la inmovilización.

- Dentro de los anestésicos inyectables, el más utilizado es el clorhidrato de ketamina. - La ketamina, asociada con tranquilizantes o sedantes, proporciona una anestesia quirúrgica

relativamente segura y efectiva. - La ketamina inyectada vía intramuscular produce anestesia en 3 a 10 minutos, con una

duración de 10 a 30 minutos. - Las dosis varían según la especie, y son inversamente proporcionales al peso corporal,

siguiendo la escala alométrica. - Aves de gran tamaño responden bien a dosis de ketamina de 10 a 20 mg/kg, mientras que

aves de pequeño porte, como ser periquitos australianos, necesitan dosis mayores como de 70 mg/kg.

- Antes de suministrar el anestésico es de importancia determinar el peso del ave. Como comparativo de peso, recordamos que una cotorrita australiana pesa promedio 30 g; una paloma 300 g, y un búho virginiano 1 kg.

- La ketamina puede ser administrada en aves grandes vía endovenosa, e induce un plano anestésico que dura de 20 minutos a varias horas.

- La ketamina puede combinarse con otras drogas como la acetilpromazina, diazepán, y xilacina, produciendo un muy buen plano anestésico. Cuando es mezclada con diazepán produce buena relajación muscular, inducción y recuperación más suaves. Para la combinación ketamina- diazepán se utilizan dosis de 30-40 mg/kg de ketamina + 1 a 1,5 mg/kg de diazepán en forma endovenosa.

Mezclas anestésicas fijas - 1 ml de ketamina (50 mg/ml) + 0,1 ml de acepromazina 10 mg/ml. Dosis de 0,067 mg/g,

tomando en cuenta sólo la fracción de ketamina, vía intramuscular. Para el caso de psitácidos, la dosis inicial es la mitad.

- 5 mg de ketamina + 1 mg de xilacina. Dosis 8 a 10 mg/kg en base a la fracción de ketamina vía endovenosa. Harrison sugiere una inyección inicial de 1/8 a 1/4 de la dosis calculada, y el resto se suministra a efecto. Esta combinación se puede suministrar vía intramuscular a dosis de 10 a 30 mg/kg en base a la fracción de ketamina.

- Ketamina 5 a 30 mg/kg + xilacina 1 a 4 mg/kg. - Otra combinación es ketamina 5 a 40 mg/kg y diazepán 0.2 a 2mg/kg. - Ketamina10 a 30 mg/kg + midazolam 0.5 a 1.5 mg/kg IM. - Tletamina-zolacepán 1-5 mg/kg. - Anestesia en ratites: 5 mg/kg de ketamina + 1 mg/kg de xilacina vía intramuscular. Puede

usarse esta mezcla también a dosis de 2,2 mg/kg de ketamina + 0,25 mg/kg de xilacina, vía endovenosa. Otra alternativa es el uso de la tiletamina-zolacepán a dosis de 2 a 10 mg/kg intramuscular ó 0,1 a 0,3 mg/kg vía endovenosa.

Revertidores anestésicos - Yohimbina 0.1 a 0.3 mg/kg IV, IO, IM (antagonista alfa 2) para xilacina. - Flumazenil 0.1 mg/kg (para diazepán). Anestesia inhalatoria

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- El gas anestésico se suministra por mascarilla o mediante traqueotubos. - Se pueden utilizar sistemas abiertos o semicerrados. - Se emplean circuitos de no reinhalación Bain o Jackson-Rees. - El nivel de oxigeno utilizado en aves pequeñas es de entre 0.5 a 1 litro por minuto, y en aves

grandes de 2 a 3 litros por minuto. - Las aves se intuban fácilmente, localizándose la apertura laríngea en la base de la lengua. - La intubación endotraqueal se realiza luego de una inducción directa con mascarilla, o

después de la administración de un anestésico fijo como puede ser ketamina. Para su intubación podemos utilizar tubos de Cole de diferentes medidas, pero por lo general sin balón inflable. Debemos tener presente que en las aves los anillos de la tráquea son completos y normalmente osificados, lo cual, no permiten la expansión del órgano, pudiéndose provocar lesiones por compresión al expandir el balón. En aves pequeñas podemos utilizar catéteres finos (tipo mariposa) adosados a tubos endotraqueales, ya que es difícil encontrar diámetros delgados de éstos en el mercado.

- La anestesia inhalatoria es la recomendada en cirugía aviar, sobre todo cuando realizamos procedimientos largos.

- Se considera al isofluorano como la droga de elección para la anestesia en la mayoría de las especies de aves. Debido a su baja solubilidad en los líquidos corporales, la excreción es rápida y virtualmente completa vía tracto respiratorio. Una completa recuperación, incluyendo el retorno del apetito, ocurre en pocos minutos.

- A diferencia del halotano y el metoxifluorano, el isofluorano no es metabolizado por el riñón o el hígado, por lo que no se conoce toxicidad de estos órganos con el uso de este anestésico.

- Podemos realizar una inducción con isoflurano al 3 o 4 % mediante máscara, y luego continuar al 1 o 1,5 % con máscara o con el ave intubada.

- El sevoflurano es otro anestésico inhalante que puede utilizarse, pero hemos visto este inconveniente: al realizar la inducción con el mismo, el ave forcejea más debido a que sería más irritante que el isoflurano. En razón de su baja solubilidad en sangre, aún mayor que el isoflurano, es indicado en procedimientos quirúrgicos largos, ya que el ave tendrá una recuperación más rápida.

- El desflurano es otro anestésico con el cual se están realizando algunos procedimientos, pero su alto costo, y la necesidad de vaporizadores especiales que necesitan temperatura para volatilizar el gas, hace más difícil su uso.

Recuperación anestésica - Debe hacerse en un ambiente controlado, con temperaturas apropiadas. - Es necesario evitar la hipotermia del animal. Es conveniente que el ambiente esté libre de

ruidos extraños, ya que cualquier estimulo puede provocar una hiperexcitación y el ave se causaría graves lesiones. La luz debe ser lo más tenue posible.

- Para el caso de recuperación del ave luego de procedimientos con anestésicos fijos, es conveniente envolverla en un cono de papel o toalla, para que durante la recuperación no realice aleteos ni movimientos bruscos, y así evitar lesiones. El ave misma, una vez recuperada, sale sola de este envoltorio.

CIRUGÍA EN AVES Se describirán algunos de los procedimientos quirúrgicos más frecuentes, así como algunos detalles prácticos que tenemos que tener presentes en cirugía aviar. a) Preparación del paciente quirúrgico: el ave debe ser preparada con las mismas condiciones de

asepsia que para los mamíferos. A diferencia de éstos, las aves tienen plumas, por lo cual hay que respetar ciertas reglas en la preparación de la zona quirúrgica. Es importante jalar las plumas en la misma dirección que crecen, porque de no ser así podríamos rasgar la piel. En lo

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posible se debe evitar sacar las plumas remeras primarias y secundarias, sobre todo en aves de presa, pues si se daña el folículo, va a resultar en un crecimiento anormal de la pluma, lo que posteriormente dificultará el vuelo. No se realiza ayuno en aves pequeñas previo a la cirugía, ya que puede ocasionar un cuadro grave de hipoglucemia durante la intervención. Sólo está indicado un ayuno de 3 ó 4 horas antes de una cirugía de buche. La preparación del paciente y del cirujano es importante en cirugía aviar. Se deben utilizar campos quirúrgicos durante la intervención. La aplicación de antisépticos debe ser realizada con la precaución de no mojar completamente al paciente; aves pequeñas, como canarios y periquitos australianos, pueden entrar en hipotermia. Es conveniente aplicar un antibiótico previo a la intervención, asegurándose niveles óptimos de éste en sangre al momento de la cirugía. Es de importancia evaluar el estado de nutrición y de hidratación. Se pueden administrar líquidos durante la cirugía mediante micro goteo, pudiendo utilizar la vena braquial, yugular, o la vena con que estemos más familiarizados. Otra vía alternativa es la intraósea. En caso de que el paciente se encuentre debilitado o deshidratado, se debe postergar la intervención hasta estabilizarlo, a no ser que se trate de una situación de urgencia. Durante la intervención, es de utilidad contar con un electrocauterio, puesto que es importante reducir toda hemorragia que se presente. En algunos casos, como en procedimientos quirúrgicos largos, se pueden dar situaciones de shock que lleven a la muerte del animal. Esto se puede paliar de alguna manera administrando 2 mg/kg IM de dexametasona, lo que mejorará la viabilidad del paciente. Hay que controlar la temperatura ambiental durante la intervención y después de ella. Durante la intervención se debe apartar al ave de la mesa de cirugía mediante materiales aislantes y calefaccionar el ambiente para prevenir la hipotermia. Finalizada la intervención, y mientras el ave se recupera, podemos darle temperatura mediante bolsas de agua caliente, mantas térmicas, lámparas incandescentes, etcétera.

b) Monitorización del paciente durante la intervención - Temperatura: mediante un termómetro rectal vamos controlando las variaciones de

temperatura que se puedan ir dando durante la intervención. De esta manera quitamos o agregamos fuentes calóricas de acuerdo con la necesidad que se nos vaya presentando.

- Ritmo respiratorio: visualización directa por movimientos del abdomen. - Ritmo cardíaco: por auscultación. Es complicado en aves pequeñas. Se puede usar un

electrocardiógrafo. - Niveles de CO2 y O2 en sangre: a través de un capnógrafo y un oxímetro. CIRUGÍAS MÁS FRECUENTES EN AVES

a) Cirugía de dermis: se realiza con frecuencia la extirpación quirúrgica de tumores como

lipomas, xantomas, abscesos en miembros, eliminación de quistes de plumas. Estas intervenciones se llevan a cabo bajo anestesia general. Las heridas recientes deben ser correctamente higienizadas y suturadas, para obtener una cicatrización por primera intención. Se utiliza material de sutura reabsorbible 3-0 a 6-0. Las heridas viejas deben limpiarse y desbridarse. En caso de proceder a cerrarlas hay que evitar que quede material caseoso dentro de ellas, ya que esto retrasaría el proceso de cicatrización.

b) Cirugía de pico: pueden presentarse casos de fracturas y pérdidas parciales de pico, las que necesitan ser reparadas quirúrgicamente. Para el caso de fracturas de pico podemos utilizar cerclajes en su reparación. Cuando se nos presenta una pérdida parcial de pico se puede hacer una prótesis con acrílico dental (metilmetacrilato), pero con la precaución de colocar previamente hidróxido de calcio, pues el metilmetacrilato colocado directamente es irritante.

c) Cirugía ocular: variadas son las intervenciones que pueden realizarse en aves, desde cataratas hasta la exéresis del globo ocular. Esta última práctica suele presentarse con frecuencia y su resolución se realiza de la misma forma que para mamíferos. Tengamos en

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cuenta que una pérdida importante de sangre puede ocasionar la muerte del paciente, por lo cual este procedimiento debe realizarse con sumo cuidado.

d) Cirugía de buche: el buche es un órgano de almacenamiento del tubo digestivo y, debido a que comúnmente se encuentra lleno y expuesto, está muy predispuesto a traumas. El cierre quirúrgico se efectúa mediante una sutura para órganos huecos, con material reabsorbible 4-0 a 6-0, realizando independientemente el cierre de la piel. Esta intervención se practica por lo general ante impactaciones, extracción de cuerpos extraños, laceraciones, quemaduras y resolución de buches péndulos.

e) Sinustomía: en razón de que el pus es caseoso en aves, al punzar un seno abscedado, no obtenemos el drenaje del mismo. Los heterófilos de las aves carecen de las enzimas proteolíticas necesarias para la degradación del desecho necrótico. Ello resulta en la formación de material purulento caseoso. Éste es el caso de la sinusitis de las aves. Debido a este material caseoso, es que rara vez podemos resolver una sinusitis sólo con tratamiento médico. Está indicado trepanar y desbridar quirúrgicamente el seno, tomando muestras para cultivo y antibiograma.

f) Canulación de sacos aéreos: esta técnica se indica para casos de obstrucción de vías aéreas superiores, por secreciones que se tornan densas, cuerpos extraños, etc. Por supuesto que no tendrá resultado en casos de patologías pulmonares francas. Se realiza una apertura quirúrgica mediante tijeras o bisturí, sobre el lado izquierdo, a nivel de las dos últimas costillas. Una vez normalizada la frecuencia respiratoria, se coloca una cánula estéril de plástico, la cual se fija mediante sutura no reabsorbible, la que se mantiene durante 10 días aproximadamente. Hay que ir controlando que la cánula no se tape con secreciones. Luego de transcurridos los 10 días, se retira la cánula y se sutura plano muscular y piel. Mientras esté la cánula, es conveniente mantener al ave con terapia de antibióticos.

g) Remoción de rinolitos: son formaciones secundarias a malnutrición y rinitis crónicas. Las secreciones se van depositando en la narina, produciendo un tapón denso que la obstruye, dificultando la respiración. En ocasiones, por debajo de estos depósitos puede haber microorganismos contaminantes, los que provocan una infección secundaria. La cirugía consiste en la remoción del tejido depositado y en el posterior lavado de la cavidad nasal con antisépticos.

h) Sexado quirúrgico: podemos realizarlo en aves medianas simplemente con un otoscopio que tenga fuente lumínica, e idealmente con un endoscopio rígido de 2 mm de diámetro y ángulo visual de 30º. Se efectúa bajo anestesia general. Se coloca al ave en decúbito lateral derecho, con el ala extendida dorsalmente y la pierna izquierda colocada caudalmente para exponer el sitio de la incisión. Se retiran las plumas de la zona y se prepara el área para cirugía. Se realiza una incisión de piel por detrás o entre las dos últimas costillas, se realiza divulsión roma del tejido muscular. Durante esta fase es penetrado el saco aéreo. Se introduce el otoscopio o la fibra del endoscopio y se realiza la observación. El ovario izquierdo o los testículos los vemos en craneal del riñón. Se puede cerrar la incisión con material de sutura absorbible.

i) Retención del saco vitelino: muchas veces éste no se reabsorbe completamente y los animales pueden morir por peritonitis secundaria. El saco vitelino está unido al intestino por un conducto, el divertículo de Merkel. Si el grosor de la piel lo permite, puede aspirarse el contenido de éste con una jeringa con posterior inoculación de antibióticos. Luego se lo introduce hacia la cavidad abdominal y se sutura en bolsa de tabaco alrededor del ombligo. Lo ideal es realizar su ablación completa.

j) Ventriculotomía: el acceso al estómago muscular puede realizarse por la línea media, desde el xifoides hasta el pubis. Otro acceso posible es a nivel de la sexta costilla. Las aves pueden tragar objetos indigeribles, los que pueden causar cuadros obstructivos o perforaciones. En el caso de aves de presa, están expuestas a ingerir animales con perdigones y sufrir además una intoxicación por plomo. Es posible recuperar el plomo por intubado gástrico y succión, pero de no ser posible se indica la extracción quirúrgica. Las incisiones gastrointestinales deben cerrarse con sutura no absorbible o de lenta absorción (PDS) con un patrón simple interrumpido. El uso de sutura continua con material no absorbible

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puede limitar la capacidad elástica del tejido y por lo tanto la luz del órgano. El material absorbible expuesto a la acción de los ácidos del proventrículo pueden carecer de la fuerza ténsil necesaria para permanecer hasta que se complete la cicatrización. Se deben usar suturas finas (4-0 a 6-0).

k) Retención de huevos: es una patología que se manifiesta con cierta frecuencia en aves. Si se produce una ovulación ectópica o la ruptura del oviducto puede generarse una peritonitis fatal para el animal. Se han descrito muchas técnicas para la extracción de huevos del oviducto; sólo describiremos algunas de ellas. Cuando el huevo se puede visualizar desde la cloaca se intentará lubricarlo con vaselina o lubricante obstétrico, intentando extraerlo por deslizamiento sin que se rompa. Si esto llegase a ocurrir, habrá que extraerlo en trozos. En caso de retención por huevos muy grandes, se procede directamente a su implosión, previa aspiración de su contenido vía transabdominal y su posterior extracción por cloaca. Luego se realizan lavados del oviducto con antisépticos. Algunos autores recomiendan la salpingotomía. En esta técnica es importante realizar un cuidadoso cierre del oviducto. Debido a que la cáscara se forma en el útero, cualquier anormalidad de éste producirá deformidades del huevo. Otros autores recomiendan la ovario-histerectomía, salvo que estemos ante un ovario maduro, ya que podría producirse una hemorragia fatal al intentar sacarlo.

l) Papilomas cloacales: la intervención se realiza con electrobisturí o criobisturí. Algunos autores recomiendan nitrato de plata o soluciones congelantes para remover el papiloma.

m) Prolapso de cloaca: la higiene de la mucosa expuesta se debe realizar con agua y jabón, y luego, antisépticos. Se aplican pomadas con antibióticos y se puede hacer la reintroducción realizando después una sutura en bolsa de tabaco o aplicación de puntos simples, pero dejando un orificio para permitir la evacuación del ave. Para disminuir la inflamación del prolapso y facilitar su reintroducción se puede aplicar frió, cremas antihemorroidales o soluciones azucaradas. En caso de prolapsos crónicos, se realiza laparotomía medial, se reduce el prolapso y se fija la pared de la cloaca a la 7ma u 8va costilla y a pared abdominal.

n) Neoplasias abdominales: se dan frecuentemente en riñón y órganos genitales, sobre todo en periquitos australianos. Se aborda por línea media y se realiza la exéresis del órgano afectado. Es conveniente utilizar electrobisturí para evitar hemorragias.

ñ) Traumatología y ortopedia: a la clínica veterinaria ingresan diversos tipos de problemas traumatológicos, como fracturas espontáneas a causa de problemas de malnutrición, por mal manejo de los dueños o por haber sido atacadas por otras mascotas de la casa; aves mutiladas por disparos de armas de fuego, etc. Los diferentes problemas traumatológicos se podrán corregir mediante vendajes, dieta adecuada u ortopedia, dependiendo del caso. Con anterioridad a cualquier cirugía debemos evaluar el estado general del ave y estabilizarla, ya que muchas veces pueden estar muy débiles debido a la gravedad de las heridas, hemorragia, anorexia y estrés. Hay que observar la presencia de hematomas, pues nos pueden indicar el lugar de la lesión. Debemos tomar no sólo radiografías del miembro afectado para el caso de fracturas, sino también del ave entera, ya que esto podría revelar problemas ocultos como luxaciones, fracturas de coracoides, etcétera. - Amputaciones: en ocasiones, el daño a un miembro es de tal gravedad que se indica su

amputación. Lo mismo sucede ante casos de neoplasias importantes, donde su resección debe ser acompañada de la extirpación quirúrgica del miembro.

La amputación de patas es una práctica común en paseriformes, por fracturas, infecciones, necrosis por compresión por anillos, etc. La cirugía debe ser rápida y se puede realizar aplicando una ligadura en masa y el corte del miembro por debajo de la misma. Está indicado el suministro de antibióticos durante el procedimiento y en los días sucesivos.

- Luxaciones: no constituyen los problemas más frecuentes, pero se presentan en algunas ocasiones. Luxaciones de codo: están descriptas en aves rapaces, por diversos traumatismos. Luxación coxofemoral: su resolución puede hacerse abierta en luxaciones agudas. Mediante abordaje cráneo lateral procedemos a la reducción, recluyendo luego al ave por un tiempo de

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30 días en espacios reducidos. Otra forma de solucionar esta patología es realizando un abordaje cráneo lateral y efectuando una fijación con material no absorbible (tanza o alambre ortopédico fino) desde el trocánter mayor del fémur al íleon. Esto evitará la rotación externa de la articulación, previniendo así una futura luxación. La fibrosis que se forma al tiempo en la articulación, colaborará en la estabilidad de la misma. Ante luxaciones crónicas, es conveniente realizar la extirpación de la cabeza femoral. Luxación de rodilla: su origen es traumático y es una afección grave para la funcionalidad del miembro del ave. Puede resolverse mediante un abordaje lateral o medial y realizando una fijación con material sintético no absorbible, desde la rodilla al tibiotarso.

- Fracturas: es importante la selección de la técnica a llevar a cabo en los diversos tipos de fracturas. Debemos tener presente la anatomía de los huesos de las aves, puesto que los huesos neumáticos tienen corticales muy delgadas; esto impide el uso de técnicas frecuentes en mamíferos, como es el caso de las placas con tornillos, los cuales no ajustarán bien debido a lo delgado de la capa cortical. Los objetivos de la reparación de fracturas en aves son una adecuada reducción, una buena fijación, restaurar la función y prevenir infecciones. Es importante el material de fijación a utilizar, ya que de ser muy pesado interferirá en las funciones normales del miembro. Con buenas condiciones de alineación y estabilidad, el tiempo de resolución de las fracturas puede llegar a ser de 15 a 20 días. Esta situación puede darse en aves que cursan con fracturas cerradas, donde los aparatos de fijación se extraen a las dos semanas. Para el caso de fracturas expuestas y contaminadas, podemos demorar seis semanas en extraer los aparatos de fijación. Cuando se localiza una infección en el foco de fractura, el pus interfiere en la osificación, llevando a una no unión. En el caso de fracturas provocadas por desbalances nutricionales, está contraindicada la aplicación de medios de fijación mediante clavos, pues los huesos se presentan muy blandos. En estos casos se realiza una fijación externa mediante vendajes y se trata el desbalance nutricional. Fijación de fracturas

- Fijación interna: mediante la colocación de clavos intramedulares de diferente tipo. Si se realiza en forma cerrada es de mejor pronóstico. Esta técnica no evita la rotación del hueso sobre el clavo. Debido a esto, en algunas oportunidades se debe complementarla con vendajes; tal es el caso de fracturas de huesos del ala, en los que, luego de la reparación mediante un clavo intramedular, se venda el ala contra el cuerpo con vendas adherentes para evitar así movimientos de los cabos de fractura. También pueden utilizarse vendajes antirrotacionales en fracturas de tibio tarso, luego de la colocación de un clavo intramedular. Para evitar movimientos de rotación también se pueden emplear cerclajes como método complementario. Se han utilizado otras técnicas de fijación interna: con metilmetacrilato, inyectándolo en la cavidad medular de los extremos de fractura, manteniéndolos luego reducidos hasta que seque el material, esta técnica puede tener el inconveniente de que el metilmetacrilato se ubique entre los cabos de fractura e impida la osificación, también se utiliza polipropileno en huesos neumáticos para evitar el uso de varios clavos intramedulares.

- Fijación externa: se colocan clavos en forma perpendicular y divergentes en los extremos de fractura. Se colocan al menos dos clavos por extremo y se conectan por intermedio de una barra acrílica de metilmetacrilato. El acrílico posee la ventaja, sobre la barra conectora de un aparato de Kirschner- Ehmer, de tener peso y costo menores. Hay que tener cuidado al colocar el acrílico de no dejarlo en contacto con la piel, dado que con el paso de los días llevará a lesiones de la misma, con posible infección. En fracturas secundarias a patologías metabólicas, frecuentes en aves rapaces, se utiliza además un vendaje estabilizador.

Diferentes técnicas de resolución de fracturas - Fracturas de fémur: se realiza un abordaje lateral, pudiéndose tomar como referencia el

trocánter mayor. En aves grandes, se solucionan con la aplicación de placas ortopédicas. La técnica con clavos intramedulares de Steiman puede realizarse en forma retrógrada pasando el clavo desde el cabo proximal saliendo cerca del trocánter y luego en forma normógrada,

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reduciendo la fractura, se pasa el clavo hacia el canal medular del fragmento distal. Si es necesario se aplican cerclajes. El uso de fijadores externos es posible en este tipo de fractura, pero está indicado en fracturas conminutas, no justificándose en fracturas simples.

- Fractura distal de fémur: en estos casos se procede a un abordaje lateral, accediendo a los cóndilos femorales. La reparación se puede realizar mediante la aplicación de agujas cruzadas, desde medial y lateral del cóndilo femoral hasta el extremo proximal de la fractura. Por lo general este tipo de fracturas puede resolverse con la colocación de un clavo intramedular desde la articulación, desde el surco intercondileo, enhebrando el fragmento proximal y sacando el clavo cercano al trocánter mayor del fémur. Es necesario dejar lo más escondido posible el clavo entre los cóndilos en el fragmento distal, para evitar lesiones osteoarticulares.

- Fracturas de tibiotarso: son las más frecuentes en aves, siendo este hueso uno de los más expuestos a traumatismos al carecer de protección muscular. Se efectúa un abordaje medial realizándose la reparación de la fractura mediante fijadores externos o con la colocación de clavos intramedulares. La colocación del fijador externo se efectúa como se explicó anteriormente. La colocación de clavos intramedulares puede hacerse en forma retrógrada o normógrada. Una vez finalizada la cirugía, se sugiere realizar un vendaje antirrotacional. Éste es simple: se coloca previamente una gasa sobre la herida quirúrgica y luego se aplica cinta adhesiva que fije la articulación inferior. El vendaje se deja por una semana; se retira para verificar el aspecto de la herida quirúrgica y se vuelve a aplicar por una a dos semanas más.

- Fracturas de tarsometatarso: es otra zona ósea que carece de protección muscular. Se puede realizar un abordaje lateral o medial; en fracturas expuestas, se aborda la zona en que se expone la fractura. Se debe tener presente que este hueso es cóncavo en su cara posterior, lo cual es importante en el momento de decidir la técnica quirúrgica a emplear. La reparación quirúrgica puede realizarse tanto con la aplicación de clavos intramedulares como con fijadores externos.

- Fractura de coracoides: por lo general se produce cuando las aves en vuelo chocan contra muros, ventanas, etc. Comúnmente se trata de forma conservadora, y la cirugía está indicada en caso de desplazamiento importante. El hueso se encuentra por debajo del músculo pectoral profundo y se puede repara con la aplicación de clavos intramedulares. Debido a su dificultad, es conveniente que esta intervención sea realizada por cirujanos especializados.

- Fractura de huesos de las alas: las fracturas de húmero, ulna y radio por lo general pueden ser reparadas mediante la aplicación de clavos intramedulares y posterior inmovilización del ala a través de vendajes contra el cuerpo del ave.

- Cirugía de restricción del vuelo: se retiran las plumas remeras del carpo y metacarpo por tracción, respetando el álula; posteriormente, se desinfecta el área con antisépticos. En aves pequeñas, para efectuar la intervención es suficiente una ligadura en la zona proximal del carpometacarpo y su posterior corte con tijera. En aves más grandes puede utilizarse la misma técnica, pero es necesario realizar primero la transfixión de la vena del ala utilizando como ligadura una sutura no absorbible como nylon calibre 0 a 6-0 dependiendo del tamaño del ave. En éstas es conveniente realizar una disección detallada de los tejidos blandos con posterior síntesis de los mismos, cubriendo el tejido óseo. Se aplican antibióticos sistémicos y posterior desinfección de la herida.