Carolina Sangurima
Lissette Velasco
1- Contexto histórico, social y cultural
2- Orígenes de la lírica
2.1- Lírica mozárabe (Jarchas)
2.2- Lírica gallego-portuguesa (Cántigas)
2.3- Lírica castellana (Villancicos y serranillas)
3- Lírica narrativa
3.1- La épica: Los cantares de gesta (Cantar de Mio Cid)
3.2- El romancero
4- Comentarios de textos
4.1 Vaise mio corachon de mib.
4.2 Cantar de Roncesvalles
4.3 Cantar de Mio Cid
4.4 Romances viejos
La Edad Media literaria se inicia con la aparición de las jarchas S.XI y se prolonga
durante los siglos XII, XIII y XIV en los que prevalecen los ideales religiosos y
caballerescos.
Sociedad: Se articula en tres estamentos: nobleza, clero y campesinos.
Política: El poder de los reyes era frágil debido a la organización feudal. A partir del
S.XIII, los monarcas con ayuda de la burguesía y la pequeña nobleza, intentan esforzar
su autoridad con medidas centralistas.
Cultura: Se difunde atreves de tres cauces:
- Los monasterios
-Las peregrinaciones
- La Escuela de Traductores de Toledo.
2.1 La Lírica mozárabe: Jarchas
Composiciones más antiguas del S.XI
Escritas en mozárabe
Breves cancioncillas incluidas en las moaxajas
Tema amoroso
Abundan las oraciones interrogativas y exclamativas
2.2 Lírica gallego-portuguesa (Cántigas)
Se cultiva en los siglos XIII y XIV
Tiene una estructura paraletística
Hay tres tipos de Cántigas:
- Cántigas de amor
- Cántigas de amigo
- Cántigas de escarnio
2.3 Lírica castellana (Villancicos y Serranillas)
A partir de los siglos XV-XVI
Transmitido a través de cancioneros
Tema religioso, político, moral y el amor cortés
Destacan:
- Los Villancicos
- Las Serranillas
3.1 La épica: los cantares de gesta (Cantar de Mio Cid)
Surge en el siglo XII
Compuesta por una serie de narraciones
Obras que narraban las hazañas del héroe
Compuesta por versos largos
Características del cantar de gesta
- Carácter historicista
- Figura del héroe
- Estructura
El cantar más destacado es el Mio Cid
3.2 El romancero
Surge en el siglo XIV
Poema de extensión variable
Escrita en versos octosílabos
Tiene una relación con los cantares de gesta
Los temas son históricos, épicos y literarios, novelescos y líricos
Se clasifican en romancero viejo y romancero nuevo
Vaise mio corachón de mib
Ya Rab!, ?si se me tornarad?
Tan mal me dóled li-l-habib :
enfermo yed, ?cuánd sanrad?
Garid vos, !ay yermaniellas!
¿cóm' contenir el mio male?
Sin el habib non vivreyo :
¿ad ob l'irey demandare?
!Tanto amare, tanto amare,
habib, tanto amare!
Enfermeron olios nidios
e doen tan male.
Aquí llamó a sus escuderos Carlos el
emperador: “¡Sacad al arzobispo de esta
mortandad. Llevémosle a su tierra, a Flandes
la ciudad!” El emperador andaba mirando la
mortandad, vió en la plaza a Oliveros, donde
yace, el escudo quebrante por medio del
brazal. No vió en él sano ni el tamaño de
una moneda; yace vuelto a oriente, como lo
puso Roldán. El buen emperador mandó alzar
la cabeza, que le limpiasen la cara del polvo y
de la sangre. Como si estuviese vivo, le
comenzó a preguntar: “Decidme, don
Oliveros, caballero natural, ¿dónde dejaste a
Roldán? Decidme la verdad. Cuando os hice
compañeros dísteme tal homenaje, porque
nunca en vuestra vida no fueséis separados.
Decidmelo, don Oliveros, ¿dónde lo iré a
buscar? Yo preguntaba por don Roldán con
prisa tan grande. Ya, mi sobrino, ¿dónde os
iré a buscar ?” Vió un golpe que hizo don
Roldán: “Esto hizo con pena, con gran dolor
que tenía.” Entonces alzó los ojos, miró
hacia adelante, vió a don Roldán acostado en
un pilar, como se acostó a la hora de fallecer.
El rey cuando lo vio, oíd lo que hace: arriba
alzó las manos por tirarse de las barbas; por
sus barbas floridas bermeja salía la sangre.
En esa hora el buen rey oíd lo que decía.
Dice: “Muerto es mi sobrino, el bueno de don
Roldán. Aquí veo tal cosa que nunca vi tan
grande: yo estaba para morir y vos para
escapar. Tantos buenos amigos vos me solíais
ganar, Por vuestro amor muchos me solían
amar. Pues vos sois muerto, sobrino, me
buscarán todo mal. Bien veo cosa una cosa,
que sé que es verdad: Que vuestra alma bien
sé que es en buen lugar.
El que en buen hora ha nacido se prepara sin tardanza;
viste una túnica fina; crecida trae la barba.
Ensillante a Babieca y lo cubren con guardaespaldas;
nuestro Cid salió sobre él, de justar eran sus armas.
El caballo que el Cid monta por nombre Babieca llaman.
Pruébalo en una carrera que a ninguna otra se iguala.
Así que él hubo corrido, todos se maravillaban.
Desde aquel dia Babieca fue famoso en toda España.
En un extremo del campo nuestro Cid ya descabalgaba.
Fuese para su mujer que con sus hijas estaba.
Al verlo doña Jimena échase a sus pies, postrada:
-Gracias, Campeador , os doy. ¡Que bien ceñís vos la espalda!
vos a mí me habéis sacado de muchas vergüenzas malas.
Aquí me tenéis, señor, vuestras hijas me acompañan.
Con Dios y vos por ayuda, buenas son y están
A la madre y a las hijas con grande amor las abraza.
El gozo que sienten todos les hace soltar las lágrimas.
¡Abenámar, Abenámar,
moro de la morería,
el día que tú naciste
grandes señales había!
Estaba la mar en calma,
la luna estaba crecida,
moro que en tal signo nace
no debe decir mentira.
Allí respondiera el moro,
bien oiréis lo que diría:
—Yo te lo diré, señor,
aunque me cueste la vida,
porque soy hijo de un moro
y una cristiana cautiva;
siendo yo niño y muchacho
mi madre me lo decía
que mentira no dijese,
que era grande villanía:
por tanto, pregunta, rey,
que la verdad te diría.
—Yo te agradezco, Abenámar,
aquesa tu cortesía.
¿Qué castillos son aquéllos?
¡Altos son y relucían!
—El Alhambra era, señor,
y la otra la mezquita,
los otros los Alixares,
labrados a maravilla.
El moro que los labraba
cien doblas ganaba al día,
y el día que no los labra,
otras tantas se perdía.
El otro es Generalife,
huerta que par no tenía;
el otro Torres Bermejas,
castillo de gran valía.
Allí habló el rey don Juan,
bien oiréis lo que decía:
—Si tú quisieses, Granada,
contigo me casaría;
daréte en arras y dote
a Córdoba y a Sevilla.
—Casada soy, rey don Juan,
casada soy, que no viuda;
el moro que a mí me tiene
muy grande bien me quería.
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