ZONETOS

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MI ABRAZO

Doy mi abrazo a la autora de mi vida,as mismo, a mi padre, el noble amigo,a mi hija que me abraza enternecida,que ahora se complace en darme abrigo.

A mis amigos trato con ternura,les expreso que son mi fiel tesoro,mi cielo azul colmado de hermosura,el amor de mi DIOS que tanto adoro.

Abrazo a mi Maestro con cario;al anciano, la anciana, al pordioseroy al enfermo que sufre cruel tortura.

A todos los abrazo igual que al nioa quien doy amistad, mi amor entero,y as le resto al mundo su amargura.

SONETO IIGarcilaso de la Vega

En fin, a vuestras manos he venido,do s que he de morir tan apretado,que aun aliviar con quejas mi cuidado,como remedio, me es ya defendido;

mi vida no s en qu se ha sostenido,si no es en haber sido yo guardadopara que slo en m fuese probadocuanto corta una espada en un rendido.

Mis lgrimas han sido derramadasdonde la sequedad y la asperezadieron mal fruto dellas y mi suerte:

basten las que por vos tengo lloradas;no os venguis ms de m con mi flaqueza;all os vengad, seora, con mi muerte!

SONETO VGarcilaso de la Vega

Escrito est en mi alma vuestro gesto,y cuanto yo escribir de vos deseo;vos sola lo escribisteis, yo lo leotan solo, que aun de vos me guardo en esto.

En esto estoy y estar siempre puesto;que aunque no cabe en m cuanto en vos veo,de tanto bien lo que no entiendo creo,tomando ya la fe por presupuesto.

Yo no nac sino para quereros;mi alma os ha cortado a su medida;por hbito del alma mismo os quiero.

Cuanto tengo confieso yo deberos;por vos nac, por vos tengo la vida,por vos he de morir, y por vos muero.

SONETO XIIGarcilaso de la Vega

Si para refrenar este deseoloco, imposible, vano, temeroso,y guarecer de un mal tan peligroso,que es darme a entender yo lo que no creo.

No me aprovecha verme cual me veo,o muy aventurado o muy medroso,en tanta confusin que nunca osofiar el mal de m que lo poseo,

qu me ha de aprovechar ver la pinturade aqul que con las alas derretidascayendo, fama y nombre al mar ha dado,

y la del que su fuego y su locurallora entre aquellas plantas conocidasapenas en el agua resfrado?

SONETO XV Garcilaso de la Vega

Si quejas y lamentos pueden tanto,que enfrenaron el curso de los ros,y en los diversos montes y sombroslos rboles movieron con su canto;

si convertieron a escuchar su llantolos fieros tigres, y peascos fros;si, en fin, con menos casos que los mosbajaron a los reinos del espanto,

por qu no ablandar mi trabajosavida, en miseria y lgrimas pasada,un corazn conmigo endurecido?

Con ms piedad debra ser escuchadala voz del que se llora por perdidoque la del que perdi y llora otra cosa.

SONETO XVIGarcilaso de la Vega

No las francesas armas odosas,en contra puestas del airado pecho,ni en los guardados muros con pertecholos tiros y saetas ponzoosas;

no las escaramuzas peligrosas,ni aquel fiero rido contrahechode aquel que para Jpiter fue hecho,por manos de Vulcano artificiosas,

pudieron, aunque ms yo me ofrecaa los peligros de la dura guerra,quitar una hora sola de mi hado.

Mas inficin del aire en slo un dame quit el mundo, y me ha en ti sepultado,Partnope, tan lejos de mi tierra.

SONETO XVIIIGarcilaso de la Vega

Si a vuestra voluntad yo soy de cera,y por sol tengo slo vuestra vista,la cual a quien no inflama o no conquistacon su mirar, es de sentido fuera;

de do viene una cosa, que, si fueramenos veces de m probada y vista,segn parece que a razn resista,a mi sentido mismo no creyera?

Y es que yo soy de lejos inflamadode vuestra ardiente vista y encendidotanto, que en vida me sostengo apenas;

mas si de cerca soy acometidode vuestros ojos, luego siento heladocuajrseme la sangre por las venas.

SONETO XIXGarcilaso de la Vega

Julio, despus que me part llorandode quien jams mi pensamiento parte,y dej de mi alma aquella parteque al cuerpo vida y fuerza estaba dando,

de mi bien a m mismo voy tomandoestrecha cuenta, y siento de tal artefaltarme todo el bien, que temo en parteque ha de faltarme el aire sospirando;

y con este temor mi lengua pruebaa razonar con vos, oh dulce amigo,del amarga memoria de aquel da

en que yo comenc como testigoa poder dar, del alma vuestra, nuevay a saberla de vos del alma ma.

SONETO XXXGarcilaso de la Vega

Sospechas, que en mi triste fantasapuestas, hacis la guerra a mi sentido,volviendo y revolviendo el afligidopecho, con dura mano noche y da;

ya se acab la resistencia may la fuerza del alma; ya rendidovencer de vos me dejo, arrepentidode haberos contrastado en tal porfa.

Llevadme a aquel lugar tan espantable,que, por no ver mi muerte all esculpida,cerrados hasta aqu tuve los ojos.

Las armas pongo ya, que concedidano es tan larga defensa al miserable;colgad en vuestro carro mis despojos.

SONETO XXXVIIGarcilaso de la Vega

A la entrada de un valle, en un desierto,do nadie atravesaba, ni se va,vi que con extraeza un can hacaextremos de dolor con desconcierto;

agora suelta el llanto al cielo abierto,ora va rastreando por la va;camina, vuelve, para, y todavaquedaba desmayado como muerto.

Y fue que se apart de su presenciasu amo, y no le hallaba; y esto siente;mirad hasta do llega el mal de ausencia.

Movime a compasin ver su accidente;djele, lastimado: Ten paciencia,que yo alcanzo razn, y estoy ausente.