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92 Visiones submarinas de Derek Walcott Una poética para habitar el Caribe SARAH DE MOJICA D esde sus primeros poemas, las visiones subma- rinas de Derek Walcott configuran una poética que articula saberes y memorias fragmentadas bajo la continuidad de las huellas de la resistencia africana que persisten bajo la rota historia antillana. Su largo poema Omeros (1990) ha sido acogido como la epope- ya de fundación de los desposeídos de la tierra porque “inscribe el nombre propio de un pueblo y de un lugar en una tradición narrativa”, es decir, en su propia ver- sión de la historia y del arte. 1 A lo largo de su constante trajín poético el poeta encamina la odisea del regreso a casa, al canto de una patria soñada, a una solidaridad cercana a la creada por la poesía tribal oral. En la tradición oral el modo es sencillo, la respuesta abierta, de tal modo que cada nuevo poeta puede añadir sus versos a la estructura original, un proceso muy similar al de tejer o bailar, basado en el concepto de que la historia de la tribu es interminable. No hay agonía ni declive, ni rúbrica soberbia del efecto: no hay patetismo. El blues, como la voz individual, carece de patetismo; es una forma tribal, y cada nuevo poeta oral puede modificar el texto, lo cual responde a la idea de que la tribu, inasequible a la desesperan- za, también sobrevivirá: no hay principio, pero tampoco fin. 2 Otro aspecto que hay que destacar es tan largo alien- to en un poeta contemporáneo. Los poemas épicos y dramáticos no son hoy frecuentes porque la poesía moderna se redujo a las formas de condensación sim- bólica y lírica establecidas por Poe y por Baudelaire a mediados del siglo XIX. Walcott, como T.S. Eliot, Auden, Heaney, Paz y Brodsky, vuelve a las formas mayores de DEREK WALCOTT Santa Lucía, 1930 Premio Nobel de Literatura 1992. “Cove at sunrise”, 1998. Óleo sobre lienzo. Derek W alcott www.utadeo.edu.co • Revista La Tadeo No. 66 - Segundo Semestre 2001 • Bogotá, D.C. - Colombia

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Visiones submarinas de Derek Walcott

Una poéticapara habitar

el CaribeSARAH DE MOJICA

Desde sus primeros poemas, las visiones subma-

rinas de Derek Walcott configuran una poética

que articula saberes y memorias fragmentadas bajo la

continuidad de las huellas de la resistencia africana

que persisten bajo la rota historia antillana. Su largo

poema Omeros (1990) ha sido acogido como la epope-

ya de fundación de los desposeídos de la tierra porque

“inscribe el nombre propio de un pueblo y de un lugar

en una tradición narrativa”, es decir, en su propia ver-

sión de la historia y del arte.1 A lo largo de su constante

trajín poético el poeta encamina la odisea del regreso a

casa, al canto de una patria soñada, a una solidaridad

cercana a la creada por la poesía tribal oral.

En la tradición oral el modo es sencillo, la

respuesta abierta, de tal modo que cada

nuevo poeta puede añadir sus versos a la

estructura original, un proceso muy similar al

de tejer o bailar, basado en el concepto de

que la historia de la tribu es interminable. No

hay agonía ni declive, ni rúbrica soberbia del

efecto: no hay patetismo. El blues, como la

voz individual, carece de patetismo; es una

forma tribal, y cada nuevo poeta oral puede

modificar el texto, lo cual responde a la idea

de que la tribu, inasequible a la desesperan-

za, también sobrevivirá: no hay principio,

pero tampoco fin.2

Otro aspecto que hay que destacar es tan largo alien-

to en un poeta contemporáneo. Los poemas épicos y

dramáticos no son hoy frecuentes porque la poesía

moderna se redujo a las formas de condensación sim-

bólica y lírica establecidas por Poe y por Baudelaire a

mediados del siglo XIX. Walcott, como T.S. Eliot, Auden,

Heaney, Paz y Brodsky, vuelve a las formas mayores de

DEREK WALCOTTSanta Lucía, 1930

Premio Nobel de Literatura1992.

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rise”

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la poesía no por el camino de la imitación de una retóri-

ca mayor, sino como una manera de revivir “las instan-

cias primigenias humanas: el canto, el rito y la oración”.3

Nos preguntamos entonces, ¿cómo puede su poesía

comprender al mismo tiempo el tono lírico y el andar

narrativo? Cómo pueden abrirse otros horizontes de

lectura poética para la recepción de este gesto épico

antillano, es lo que un lector, hoy, podría preguntarse.

El concepto épico se hallaba incluido en la

lírica popular, el de la misa que se demora

en el canto y en el coro, en el pareado y en

el estribillo […]. El poema épico no es un

proyecto literario. Ya está escrito; se escribió

en las bocas de la tribu, una tribu que había

generado con coraje su propia historia.4

Más que un pensamiento metafísico, la poesía para

Derek Walcott pretende crear una nueva memoria,

nombrándola en la poesía. Aun cuando el poeta sabe

que los personajes que dan voz a sus poemas quizá

nunca llegarán a leer en silencio los versos de un le-

trado, no se trata de rescatarlos, sino de encontrar el

ritual en el que su agonía se resuelva. Refiriéndose a

la grandeza de la poesía de su amigo Joseph Brodsky,

Walcott deja ver su actitud ante la modernidad:

[…] uno tiene la impresión de que ha escrito

todos estos poemas, algunos de ellos muy

largos, porque sirven de dique, de fortaleza

contra lo moderno. Tal inteligencia necesita

tanto de la cantidad como del detalle. Es un

sistema de acotaciones acumulativas, de

observaciones progresivas, y ello no sólo a

través de la metáfora sino de las consecuen-

cias de la metáfora, de la contradicción que

la metáfora puede crear. No puede ser

hermosa en el sentido previsible, tal como

los poemas de Donne pueden ser feos.5

Un poema largo adquiere para Walcott el sentido

de una fortaleza erigida para resistir las condensaciones

metafóricas de la modernidad. Por lo tanto, el concepto

de belleza del poema largo es diferente, ya que se

distiende en su agonía creadora. Contrario al poema

metafísico que aspira a la trascendentalidad, el poema

largo entreteje la memoria de la colectividad con el pre-

sente, que es el tiempo de sobrevivir demorándose en

la celebración de una sociedad que está haciéndole

frente a una historia que la amenaza con consumirla

como deseo de lo exótico.

Shabine se sumerge en el mar de la memoria

El poeta convertido en shamán se transforma en mu-

chos seres, se inventa así una máscara, un alter ego.Es Shabine, ese negro-blanco de piel morena, pelo

rojo y ojos verdes, que puede ser un retrato vivo de

Walcott mismo, pero también de muchos otros

caribeños híbridos racial y culturalmente. Su drama

consiste en no ser ni negro ni blanco, y por lo tanto, no

pertenecer a los pueblos que la historia moderna ha

dividido políticamente en naciones:

I had no nation now but the imagination.

After the white man, the niggers didn’t want

[me

when the power swing to their side.

The first chain my hands and apologyze,

[“History”,

the next said I wasn’t black enough for

[pride.6

ST. LUCIAHouse overlooking Laborie Bay.

Foto: Jim Steinhart

1 Robert D. Hamner, Epic of the Dispossessed, Columbia, Missouri, University ofMissouri Press, 1997, pág. 3.

2 Derek Walcott, “La musa de la historia”, La voz del crepúsculo, Madrid, AlianzaEditorial, 1998, pág. 66.

3 En su definición de la poesía, el poeta Jaime García Maffla reconoce estas di-mensiones como instancias anteriores al poema. Enmarcado en una estéticamoderna, considera que el Ser trascendental es el sujeto del poema que enúltimas aspira a la intimidad y el silencio. En este pathos se resuelve la tensiónde la escritura del poeta moderno. Mientras que Walcott, quien también puedeser un poeta metafísico en este sentido místico de relación individual con lo tras-cendente, interpone la figura legendaria del narrador o griot de la tribu que nom-bra y designa lo que ha sido silenciado por el Sujeto trascendental de la moder-nidad. Jaime García Maffla, ¿Qué es la poesía?, Bogotá, Centro EditorialJaveriano, 2001, pág. 16.

4 Derek Walcott, “La musa de la historia”, op. cit., pág. 63.5 Derek Walcott, “Una labor mágica: Joseph Brodsky”, op. cit. pág. 182.6 “Ahora no tenía más país que la imaginación. / Como los blancos, tampoco los

negros me quisieron / cuando llegaron al poder. / Los primeros encadenaronmis manos y se disculparon, / ‘Es la historia’; / los otros dijeron que no erabastante negro para su orgullo”. La traducción es del poeta colombiano ÁlvaroRodríguez Torres, y pertenece a la edición bilingüe de El reino del caimito,Santafé de Bogotá, 1996, págs. 25-26.

Setting the bait, 1997.Óleo sobre lienzo.Derek Walcott

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Shabine es el protagonista de The Apple StarKingdom, traducido al español como El reino delcaimito, un libro de poemas compuesto a fines de la

década de los setenta y publicado en 1979. Es un li-

bro en el que el poeta abre su alma herida y decep-

cionada, dedicado como estuvo inútilmente (es lo que

siente en este momento) al proyecto de creación de

un teatro antillano en la isla de Trinidad. Atrapado

entre dos formas de racismo, la del colonizador blan-

co hacia el negro y la del jacobinismo revanchista

del negro descolonizado (black power) hacia el blan-

co, Walcott se ve obligado a reconocer el fracaso

político de la federación de las Antillas inglesas. Has-

tiado de la política y de su poca atención a la cultura,

éste es un libro motivado por hechos autobiográficos,

pero como toda creación de Walcott, lo que importa

es su desvío metafórico a esa hermandad antillana

entrevista en la epifanía marítima que reinventa la

historia:

Where are your monuments, your battles,

[martyrs?

Where is your tribal memory? Sirs,

in that gray vault. The sea. The sea

has locked them up. The sea is History.7

En el mar está la verdadera historia, una historia

sumergida y secreta. El mar guarda y barrunta la me-

moria de un pueblo que nace de esa travesía atlántica

que lo convirtió en esclavo negro o sirviente indio,

chino, musulmán. Esa bóveda orgánica no contiene

grandes monumentos, sino los restos de vidas que fue-

ron sacrificadas en beneficio de la “Historia”. La pri-

mera vez que Shabine se sumerge en esa historia, la

visión de la muerte que se presenta a sus ojos le da

pánico:

but this Caribbean so choke with the dead

that when I would melt in emerald water,

whose ceiling rippled like a silk tent,

I saw them corals: brain, fire, sea fans,

dead-men’s fingers, and then, the dead men.

I saw that the powdery sand was their bones

ground white from Senegal to San Salvador,

so, I panic third dive, and surface for a

[month.8

Es una historia aterradora que ha quedado escrita

por caracteres de blancos huesos confundidos con la

arena coralina en el fondo del océano. Pero es una

escritura que todavía Shabine no puede descifrar como

suya. No alcanza a reconocerse en estos naufragios.

Se necesita bucear muchas veces más para descubrir

y conciliar la extraña belleza de este paisaje submari-

no con el sueño de un horizonte futuro:

Fall gently, rain, on the sea’s upturned face

like a girl showering; make these islands

[fresh

as Shabine once knew them! Let every trace,

every hot road, smell like clothes she just

[press

and sprinkle like drizzle, I finish dream;9

En otra estancia del poema Shabine ha invocado

con una plegaria a la lluvia para que estas islas reco-

bren la frescura inocente de una niña bajo la ducha.

¡Cómo se desea volver a casa, a habitar lo elemental,

al calor de las ropas recién planchadas, a una estan-

cia doméstica y cotidiana! Pero también en el presen-

te se estremecen el cielo y la tierra de la “Historia” con

la fuerza del huracán:

Su largo poema Omeros ha sido acogido como la epopeya de fundaciónde los desposeídos de la tierra porque “inscribe el nombre propio de un pueblo

y de un lugar en una tradición narrativa”,es decir, en su propia versión de la historia y del arte.

Braiding, 1998.Acuarela.

Derek Walcott

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The house is rocking at anchor, but as he

[falls

his mind is a mill wheel in moonlight,

and he hears, in the sleep of his moonlight,

[the drowned

bell of Port Royal’s cathedral, sees the

[copper pennies

of bubbles rising from the empty eye-pockets

of green buccaneers, the parrot fish floating

from the frayed shoulders of pirates, sea

[horses

drawing gowned ladies in their liquid

[promenade

across the moss-green meadows of the sea;10

El poema no resuelve la “Historia”, no puede, ya

que vuelven los caimitos a llover sobre el suelo en

medio del silencio de las ciudades submarinas, sem-

brando de nuevo divisiones y fragmentaciones:

star-apples rained to the ground in that

[silence,

the silence was the green of cities undersea,

and the silence lasted for half an hour

in that single second, a seashell silence,

[resounding

with silence, and the men with barbed-wire

[beards saw

in that creak of light that was made between

the noises of the world that was equally

[divided

between rich and poor, between North and

[South,

between white and black, between two

[Americas,11

La escritura poética de Walcott asimila las técnicas

de la novela (la focalización) y del cine (el montaje). En

la última escena de este poema el foco se desplaza des-

de el eterno girar de la “vieja rueda hidráulica del reino

del caimito” hasta una escena doméstica que despierta

un horizonte personal y concreto. La última epifanía se

da cuando Shabine se dispone a romper “la cáscara

del día” al comenzar su desayuno. La “Historia” es en-

tonces paralela al amanecer de esta pequeña “historia”

de Shabine, quien como outsider puede permanecer

en el ojo del huracán, construyendo su vida a partir de

las cosas pequeñas, de los fragmentos de otras civiliza-

ciones. Termina esta odisea en miniatura en un tono ele-

gíaco que celebra la vida en medio de la

realidad de la muerte, lo que traduce fiel-

mente las complejidades del caribeño. Con

el nombre de Shabine, una voz francesa que

circulaba en Trinidad y Haití con muchos

otros sentidos, Walcott pudo nombrar ener-

gías que hasta entonces permanecían sin

nombre.

Omeros, el trickster del mar de la

memoria

Walcott ha dicho que el Caribe es una de

las pocas culturas que celebran el goce

de vivir (joy). En su visión de la experien-

cia antillana se resuelve con entereza y resolución el

sufrimiento de una historia colonial y de esclavitud. La

isla de Santa Lucía, llamada “la Helena del Caribe”, se

identifica desde el Descubrimiento, al igual que las

demás Antillas, con el Edén. Sus bahías de Castries y

La Soufrière, su volcán y el cementerio frente al mar

completan un microcosmos paradisíaco que fue dis-

ST. LUCIAFancy grills on a balcony

on Derek Walcott Square of Castries.Foto: Jim Steinhart

7 “¿Dónde están sus monumentos, sus batallas, mártires? / ¿Dónde sumemoria tribal? Señores, / en esa bóveda gris. El mar. El mar / los haaprisionado. El mar es la Historia”. Idem., págs. 68-69.

8 “pero este Caribe estaba tan atestado de muertos, / que cuando me desleíaen el agua esmeralda, / cuyo techo se rizaba como una tienda de seda, / vilos corales: meandrinas, gusanos de fuego, gorgonias, / dedos de muerto, ydespués, los muertos. / Vi que la arena polvorienta eran sus huesos, / arenablanca desde Senegal a San Salvador, / entonces tuve pánico de la tercerazambullida y me quedé en la / superficie por un mes”. Idem, págs. 22-23.

9 “Cae suave, lluvia, sobre el rostro del mar que mira hacia arriba / como unaniña bajo la ducha; haz lozanas a estas islas, / como Shabine las conoció enotro tiempo. Permite que cada rastro, / cada camino ardiente, huelan como laropa que acaba de planchar / y rociar. Termina mi sueño;” Idem, págs. 52-53.

10 “La casa fondeada se mece, pero mientras él cae / su mente es una ruedade molino a la luz de la luna, / y oye, en el sueño de su luz de luna, laapagada / campana de la catedral de Port Royal; ve los centavos de cobre /de las burbujas que ascienden de las cuencas vacías / de enverdecidosbucaneros, ve al escaro desprendiéndose / de los raídos hombros de lospiratas, caballitos de mar / que conducen engalanadas damas en su paseoacuático / a través del musgo verde de las praderas del mar;” Idem, págs.126-129.

11 “Y llovieron los caimitos sobre el suelo en ese silencio, / el silencio era elverde de las ciudades submarinas, / y el silencio duró media hora / en eseúnico segundo, un silencio de concha marina resonando / con silencio, y loshombres con barbas de alambre de púas vieron / en ese chirrido de luz quese hizo en medio / el bullicio de un mundo dividido por igual / entre ricos ypobres, entre norte y sur, / entre blancos y negros, entre dos Américas,”Idem, págs. 150-151.

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putado por ingleses y franceses, quienes se enfrenta-

ron en la batalla de Les Saintes. Este paisaje inspira

en sus privilegiados habitantes la continua celebra-

ción de un instinto que no se rige por el tiempo li-

neal, sino por los ciclos de la resaca del mar o de los

ritmos del calypso. Helena, el mar y el calypso son

nombres que se remontan a los poemas homéricos,

convirtiendo el Caribe en un análogo del mar Egeo.

¿Qué hizo el hijo del esclavo africano con estos es-

pejismos coloniales?

The African inhabitants of the New World

adopt the persona of the trickster figure,

Anancy, and while appearing to conform to

the colonizer’s use of language and meaning,

develop strategies to protect their cultural

heritage. New World inhabitants, by the act

of naming, impose their own order upon the

universe they are forced to inhabit…12

En las leyendas de la diáspora africana en las In-

dias Occidentales, Anancy es un espíritu travieso que

tiene la fisonomía de la araña tejedora. Los personajes

de Omeros se identifican con este espíritu burlón que

entreteje el poema homérico con las leyendas de la

diáspora africana en un juego de nombres y de som-

bras dobles. El nombre de Omeros, en griego, resue-

na como eco descomponiéndose en las formas más

queridas del patuá antillano: la madre y el mar.

[I said “Omeros”,

and O was the conch-shell’s invocation, mer [was

both mother and sea in our Antillean patois,

os, a grey bone, and the white surf as it

[crashes

and spreads its sibilant collar on a lace

[shore.

Omeros was the crunch of dry leaves, and

[the washes

that echoed from a cave-mouth when the tide

[has ebbed.13

De esta manera, los nombres heredados entrete-

jen los recuerdos de un mito griego con su alegoría

antillana. Una historia de amor y de guerra se repite

para volver a contar otra odisea.

This was the shout on which each odyssey

[pivots,

that silent cry for a reef, or a familiar bird,

not the outcry of battle, not the tangled plots

of a fishnet, but when a wave rhymes with

[one’s grave,

a canoe with a coffin, once that parallel

is crossed, and cancels the line of master

[and slave.14

¿Qué significa el nombre en una sociedad coloni-

zada? ¿Cómo hacemos nuestros los nombres? Cómo

nos apropiamos de ellos, cuando “En el mundo de don-

de vengo / aceptamos los sonidos que nos dieron”.15

Nombrar, volver a encontrar nombres bajo la cor-

teza de los discursos de dominación permite inscri-

bir una comunidad en el regazo amable de la poesía,

el centro de un mundo posible. El poeta encuentra

en el “tótem” la salida a esta trampa colonial del dere-

cho a nombrar. Entonces todos los caribeños tienen

Las musas de Walcott son todas las mujeres, desde la madre/mar,Helena/isla, Ma Kilman hasta incluir su recuerdo infantil de aquellas obreras

que por siglos han bajado la montaña como hormigascargando el carbón hasta el puerto.

“Ideal head: Helen”/Omeros, 1998.

Pastel y acuarela.Derek Walcott

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un nombre secreto como su sombra. Los ritmos y la

rima también hacen parte de esa poética adánica

encantatoria que conjura el pasado y sana los dolo-

res del presente:

Kneel to your load, then balance your

[staggering feet

and walk up that coal ladder as they do in

[time,

one bare foot after the next in ancestral

[rhyme.

Because Rhyme remains the parenthesis of

[palms

hielding a candle’s tongue, it is the

[languague’s

desire to enclose the loved world in its

[arms.16

Es el tejido, el vaivén del lenguaje, las coinciden-

cias de la rima, lo que nos lleva a cruzar ese meridia-

no que cancela o borra la línea divisoria entre el amo

y el esclavo, así como también a cruzar la orilla entre

la Historia heredada y la Memoria que se reanuda

en el ritual. Se entreteje un doblez que incluye la as-

tucia de Odiseo, quien burló a los cíclopes y luego a

Circe, y las artes del mago/a Anancy, quien puede

vencer al más poderoso con su humor y trastocar el

horror en libertad y belleza. El trickster, ese espíritu

burlón que aparece en casi todas las literaturas y tie-

ne correspondencias en el pícaro o el burlador en la

literatura española, está aquí tomado de la tradición

oral y establece una posición de enunciación liminar

entre la libertad y la esclavitud. Son tricksters los

dobles Omeros/Walcott, Seven-Seas/el ciego

Homero, Achille/Aquiles y Ma Kilman, la dueña del

“No pain café” donde se reúnen los personajes loca-

les, a quien se le atribuyen saberes ancestrales y po-

deres de curación:

… They called her Ma Kilman

because the village was darkened by their

[belief

in her as a gardeuse, sybil, obeah-woman

webbed with a spider’s knowledge of an

[after-life

in her cracked lenses…17

ST. LUCIAHouses on stilts near Vieux Fort.

Foto: Jim Steinhart

12 June D. Bobb, Beating a Restless Drum. The Poetics of KamauBrathwaite & Derek Walcott, Trenton (New Jersey), Africa World Press,1998, pág. 148.

13 “Dije ‘Omeros’, / y O era la invocación de la caracola, mer era las dos, /la madre y el mar, en nuestro patuá antillano; / os un hueso gris y elblanco oleaje cuando rompe con estruendo / y esparce su collar sibilantesobre la playa que parece de encaje. / Omeros era el crujido de las hojassecas, y los remolinos / que brotaban a la bajamar como un eco por laboca de una cueva”. De la versión del poeta mexicano José Luis Rivas,del libro de Derek Walcott, Omeros, Barcelona, Editorial Anagrama, 1994,págs. 24-25.

14 “Este era el grito sobre el que gira toda odisea, ese grito/ silencioso a lavista de un arrecife o de un pájaro conocido; / no el clamor de la batalla, nila enredada trama de un arte / de pesca, sino cuando el tumbo de la olarima con la tumba de uno, / un laúd con un ataúd, una vez que el paralelo/ ha sido traspuesto y anula la línea entre el amo y el esclavo”. Idem,págs. 220-221.

15 “No sé qué significa el nombre. Significa algo, / tal vez. ¿Qué más da?En el mundo de donde vengo / aceptamos los sonidos que nos dieron.Hombres, árboles, agua”. Idem, págs. 192-193.

16 “Arrodíllate ante tu carga, luego equilibra tus tambaleantes pies / y subela escalera de carbón al compás, como lo hacen ellas, / un pie desnudoseguido del otro, cumpliendo una rima ancestral. / Porque la Rima siguesiendo el paréntesis de la mano / que escuda con su palma la llama deuna candela, / es el deseo del lenguaje de rodear al mundo amado conlos brazos”. Idem, págs. 108-109.

17 “… Llamábanla Ma Kilman / porque la aldea estaba ofuscada por lacreencia / de que ella era una gardeuse, una sibila, una sacerdotisa obi, /enredada con un saber de araña acerca de la vida venidera / bajo susagrietadas gafas…” Idem, págs. 84-85.

The swimmer, 1995.Acuarela.Derek Walcott

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Las visiones submarinas de Walcott son también

oníricas y apelan tanto a los poderes mágicos como a

los deseos subliminales del sueño. Achille el isleño vuel-

ve a cruzar el Atlántico en sentido inverso, un viaje a la

semilla, a sus orígenes africanos, pero no para quedar-

se en esa tierra que siente extraña, sino para recobrar

su nombre verdadero y regresar de nuevo a casa:

Then, one afternoon, the ocean lowered and

[clarified

its ceiling, its emerald net, and after three

[centuries

of walking, he thought he could hear the

[distant quarrel

of breaker with shore; then his head broke

[clear, and

his neck; then he could see his own shadow

[in the coral

grove…18

El viaje de Achille al África se confunde en el poe-

ma con el relato de la experiencia de Walcott en Esta-

dos Unidos y con su idea de una nación americana de

la diáspora que incluye a los indígenas del Norte y del

Sur que fueron igualmente despojados de sus tierras.

La compañera de viajes es siempre la musa que en la

poesía clásica tenía una función mediadora. Las musas

de Walcott son todas las mujeres, desde la madre/mar,

Helena/isla, Ma Kilman hasta incluir su recuerdo in-

fantil de aquellas obreras que por siglos han bajado la

montaña como hormigas cargando el carbón hasta el

puerto:

My Muses pass, in their earth-rooted stride,

basket-balancing illiterate women, their load

an earthen vessel, its springs of joy inside,

pliant shadows striding down a mountain

[road.19

Tiepolo’s Hound (2000), el fantasma del padre

El sabueso de Tiépolo es el extraño nombre de su

último libro de poesía. La referencia a Tiépolo, el pin-

tor veneciano, es pretexto para hablar del arte y saldar

una deuda con el padre a quien casi no conoció. Como

todos los caminos que emprende el poeta, éste está

lleno de desvíos. La primera parte del libro rememora

la vida del pintor Camille Pisarro, quien hizo la trave-

sía inversa de sus padres judíos comerciantes estable-

cidos en la isla de St. Thomas: regresó a París, su me-

trópoli cultural, para hacerse pintor, un artista en el

centro del mundo. Walcott, como su padre, es tam-

bién pintor aficionado. El libro original contemplaba

mostrar las pinturas y acuarelas del poeta. Pero el pro-

yecto creció y se convirtió en un libro de poesía cuyo

motivo central es la recuperación de un recuerdo per-

dido en la memoria. El poeta ha visto un cuadro, posi-

blemente en el Museo Metropolitano de Nueva York,

en el que lo atrae una mancha color carne en la pier-

na de un galgo.

Then I caught a slash of pink on the inner

[thigh

of a white hound entering the cave of a table,

so exact in its lucency at The Feast of Levi,I felt my hear halt…20

El enigma del sabueso de Tiépolo lo embarca en otra visión submarina,esta vez bucea dentro de la conciencia de ese gozque bastardo

que es el poeta antillano.

Domino players, 1999.Pastel.

Derek Walcott

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Esa mancha se le convierte en una obsesión a par-

tir de la cual reflexiona sobre la agonía de la creación,

centrándose en los impresionistas quienes impulsaron

un cambio estético en la pintura. Pisarro, maestro su-

perado por su discípulo Cézanne, es ese judío margi-

nado que lucha con la pobreza y la discriminación.

¡Qué camino tan tortuoso le queda al artista colonial

que quiere abrirse un nombre en el mundo! Tiene la

opción de quedarse en casa y ser un copista de se-

gundo orden (como el padre) o enfrentarse con cora-

je a los prejuicios metropolitanos. Pero, ¿y no copia-

ron también los europeos? ¿No copió Tiépolo años

después al Veronés, de manera que para un aficiona-

do sus estilos y sus obras se confunden en la memo-

ria? Hay imitaciones malas que refuerzan el coloniaje,

pero también hay imitaciones creadoras que se pro-

ducen cuando es posible traducir, recrear versiones

de manera crítica. Lo que quiere romper Walcott des-

de una poética del Caribe es el esquema de autori-

dad que concede valores extraordinarios a la origina-

lidad y la primacía del arte metropolitano.

this was the mongrel’s heir, not in a great

fresco, but bastardy, abandonment, and hope

and love enough perhaps to help it live

like all its breed, and charity, and care,

we set it down in the village to survive

like all my ancestry. The hound was here.21

Hay que recordar que en los años después del

Nobel, Walcott fue postulado al honor de poeta laurea-

do de la Gran Bretaña. Si lo hubiera aceptado,habría

tenido que establecerse en Gran Bretaña. ¿Se habría

traicionado por este cambio de residencia? Estas pre-

guntas hipotéticas son pretexto para una larga digre-

sión acerca del arte legítimo y la autoridad del artista.

El enigma del sabueso de Tiépolo lo embarca en otra

visión submarina, esta vez bucea dentro de la concien-

cia de ese gozque bastardo que es el poeta antillano.

En su discurso de aceptación del premio Nobel,

definió el arte antillano como aquella restauración de

las historias rotas a partir de trozos de vocabulario que

surgen en un archipiélago que se desprende de su

continente original. Esta restauración se lleva a cabo

en las ceremonias cotidianas que celebran cada nue-

vo amanecer y la dicha de vivir el surgimiento cultural

y poético del Caribe.

SARAH DE MOJICA,estudió literatura comparada en la Universidad de

Harvard. Profesora de Crítica Literaria en laUniversidad Javeriana.

ST. LUCIAColonial style building on the main square of Anse La Raye.

Foto: Jim Steinhart

18 “Luego, una tarde, el océano descendió y aclaró el techo, / esa red deesmeraldas, y después de tres siglos de marcha, / pensó que podía escu-char el distante altercado / del rompiente con la playa; luego le estalló lacabeza / y el cuello, y pudo ver después su propia sombra”. Idem, págs. 198-199.

19 Derek Walcott, Tiepolo’s Hound, New York, Farrar, Strauss and Giroux,200, pág. 136. “Pasan mis musas, con su caminar arraigado al suelo, / mu-jeres analfabetas que balancean en sus canastas, / una vasija de barro llenade gozos primaverales, / sombras dóciles que bajan por el camino de lamontaña.” (Traducción de Sarah de Mojica).

20 Idem, pág. 7“. Entonces me percaté de una mancha rosada en el muslo /de un sabueso blanco que se metía bajo la cueva de una mesa, / tan exactoen su luminosidad en La fiesta de Levi, /que sentí mi corazón detenerse”.(Traducción de Sarah de Mojica).

21 “este era el heredero del gozque, no aparece en un gran / fresco, pero sí subastardía, su abandono, y la esperanza / y el amor suficientes quizá paraayudarlo a vivir / como todos los de su raza, y la caridad, y el cuidado, / lodejamos en el pueblo para que sobreviva / como todos mis ancestros. Elsabueso estaba aquí”. (Traducción de Sarah de Mojica).

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