Un Fin de Semana de Los Cinco - Enid Blyton

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    Una maana del mes de octubre Ana recibe una carta de su hermano Julin.

    A Willis y Johnson, compaeros de colegio de Julin y Dick, les han

    concedido un premio acadmico, por lo que los chicos podrn disfrutar de

    unos das de vacaciones juntos en pleno perodo escolar. Julin, ejerciendode primognito, lo organiza todo: harn una excursin por las landas llevando

    lo imprescindible, y por las noches dormirn en albergues y casas de campo.

    Los cinco se renen en el pueblo de Pippin; all los chicos compran

    provisiones para abastecerse durante todo el da, y comienzan su aventura.

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    Enid Blyton

    Un fin de semana de los cinco

    Los cinco - 10

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    Ttulo original:Five on a hike togetherEnid Blyton, 1951Traduccin: Mara Victoria OlivaIlustraciones: Jos CorreasDiseo: Jos Correas

    Editor digital: Annatar

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    Captulo 1

    Una carta de Julin

    Ana! grit Jorgina corriendo tras de su prima cuando sta se diriga a suclase. Ana! He bajado a recoger el correo y haba una carta para ti de tu hermanoJulin. Te la he trado.

    Ana se detuvo.Gracias! exclam. Qu querr Julin? Hace pocos das que me ha escrito

    y no es corriente en l esto de volver a hacerlo tan pronto. Debe de tratarse de algoimportante.

    Pues abre la carta y mralo le urgi Jorgina. Date prisa porque tengo que ira clase de Mate.Ana abri el sobre. Extrajo de l un fragmento de papel escrito y ley con

    rapidez. Despus mir a Jorgina con ojos relucientes.Jorge! Julin y Dick tendrn unos das libres, un fin de semana, a medio

    trimestre. Alguien ha ganado algn premio de escolaridad o algo por el estilo y poreso les han dado a los chicos un par de das para celebrarlo durante este fin desemana. Quieren que nos unamos a ellos para hacer una marcha todos juntos.

    Qu magnfica idea! se entusiasm Jorgina. Qu bueno es Julin! Estoysegura de que ha sido a l a quien se le ha ocurrido. Leamos la carta, Ana.Antes de que pudieran leerla, una maestra pas junto a ellas.Jorgina! la reprendi. Deberas de estar ya en clase. Y t tambin, Ana.Jorgina frunci el ceo. No le gustaba que la llamaran por su nombre entero. Se

    fue sin decir una palabra. Ana guard la carta en el bolsillo de su bata y se marchcorriendo alegremente. Pasar aquellos das con sus hermanos, Julin y Dick, conJorge y con Tim, su perro. Poda existir algo mejor?

    Ella y Jorgina comentaron de nuevo el asunto cuando se hubieron acabado lasclases de la maana.

    Tendremos libre desde el viernes por la maana hasta el martes dijo Jorgina. Los nios tienen los mismos das Qu suerte! No suelen tener vacaciones dentrodel trimestre de invierno.

    No podemos ir a mi casa porque tenemos a los pintores explic Ana. Poreso iba a ir yo a la tuya. Pero estoy segura de que a tu madre no le importar quevengan los chicos con nosotros. Y total, a tu padre no le gusta que vayamos nunca

    durante la poca de clases.No, no le gusta asinti Jorgina. Siempre anda metido de lleno en alguna

    idea magnfica y le molesta mucho que le estorben. Ser mejor para todos que nos

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    vayamos a hacer una marcha.Julin dice que nos llamar por telfono esta noche y que nos pondremos de

    acuerdo dijo Ana. Estoy segura de que va a ser un maravilloso fin de semana.Todava estamos en el mes de octubre, as que, con suerte, an podremos disfrutar deun buen sol.

    Los bosques estarn muy hermosos coment Jorgina. Y cmo disfrutarTim! Vamos a darle la noticia.

    El pensionado en que se encontraban las dos nias perteneca al tipo de los quepermiten a sus pensionistas tener con ellas a sus animales favoritos.

    En el patio haba perreras para varios perros y Tim viva all durante el curso. Lasdos nias fueron a verle.

    El perro reconoci sus pasos y empez a ladrar enseguida con alegra. Se dedic aaraar la puerta del patio, intentando abrirla por centesima vez.

    En cuanto le abrieron, se lanz sobre las nias, lamindolas y acaricindolas consus patas y ladrando desesperadamente.

    Eres un perro tonto. No seas loco! deca Jorgina al tiempo que golpeaba sulomo con cario. Oye, Tim, nos vamos a pasar el fin de semana con Julin y Dick,qu te parece? Vamos a hacer una marcha, as es que te gustar. Atravesaremosbosques y colinas y Dios sabe adonde llegaremos.

    Tim pareca entender todas sus palabras. Enderez las orejas, lade la cabeza yescuch con atencin todo lo que Jorgina hablaba.

    Guau! ladr al fin, como si asintiera. Luego sigui a las nias en su paseodiario. Su espesa cola se balanceaba alegremente. No le gustaba la vida que llevabadurante la poca de clases. No obstante, se mostraba dispuesto a aceptar la vida de laperrera con la condicin de permanecer cerca de su amada Jorge.

    Por la noche, tal como haba prometido, Julin telefone. Ya lo haba planeadotodo. Ana le escuchaba con emocin.

    Parece magnfico! exclam. S. Podemos reunirnos donde vosotros decs.Procuraremos ser todo lo ms puntuales posible. De todas formas, si an no habisllegado os esperaremos. Y si vosotros llegis primero nos esperis a nosotras. S,llevaremos todo lo que decs. Oh, Julin, qu divertido va a ser!

    Qu ha dicho? pregunt Jorgina con impaciencia cuando por fin Ana colgel receptor. Podas haberme dejado hablar unas palabras con Julin. Queracontarle cosas de Tim.

    No creo que le apetezca malgastar una llamada telefnica para orte explicarmoneras de Tim replico Ana. Me ha preguntado cmo estaba y yo le he dichomuy bien. Y eso es lo nico que l quera saber de Tim. Ya lo ha arreglado todo. Ya tedir de qu se trata.

    Las nias se sentaron en una esquina del dormitorio que compartan. Tim tambin

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    estaba con ellas. Se le permita la entrada a determinadas horas, lo mismo que a otrostres perros que pertenecan a otras nias. Todos los perros se portaban bien. Sabanque, de no hacerlo, se les devolvera al punto a su perrera.

    Julin dice que l y Dick podrn salir inmediatamente despus del desayuno prosigui Ana. Nosotras tambin podemos hacer lo mismo. Dice que nos hemos de

    llevar muy pocas cosas: solamente el pijama, el cepillo de dientes, el peine, algunaprenda de abrigo y un saco de dormir. Y todos los bizcochos y chocolate quepodamos comprar. Te queda algn dinero?

    Algo respondi Jorgina, pero no mucho. Creo que tengo suficiente paracomprar algunas tabletas de chocolate. De todas formas, t tienes an todos losbizcochos que te mand tu madre la semana pasada. Podemos llevarnos unos cuantos.

    Y los terrones de azcar que me mand una de las tas aadi Ana. PeroJulin dice que no debemos llevar mucho equipaje, porque esto va a ser una autntica

    marcha y nos cansaremos si tenemos que soportar una carga demasiado pesada. Hadicho que nos llevemos dos pares de calcetines.

    Est bien asinti Jorgina, acariciando a Tim, que estaba tendido junto a ella. Vamos a hacer una larga caminata, querido Tim. Cmo te gustar eso!

    Tim grua feliz. Pensaba, seguramente, si encontrara conejos por el camino.Para l, una marcha no tena la menor emocin a menos que de cuando en cuandoencontrara algn conejo. Tim pensaba que era una lstima que se permitiera a losconejos vivir en madrigueras bajo tierra. Siempre desaparecan como por encanto en

    el momento en que l estaba a punto de atraparlos.Ana y Jorgina fueron a visitar a la directora para decirle que no iran por fin a

    Villa Kirrin porque se iran a hacer una marcha.Mi hermano dice que ya le ha escrito a usted dijo Ana. As es que usted

    estar enterada de todo maana, seorita Peters. Tambin le escribir la madre deJorge. Podremos irnos, verdad?

    Claro que s! Ser un hermoso fin de semana para vosotras! exclam laseorita Peters. Sobre todo si estos das soleados continan. Adonde pensis ir?

    Hacia los pramos respondi Ana. Hacia los lugares ms solitarios ydesiertos que Julin sea capaz de hallar. Es posible que veamos algn ciervo, caballossalvajes y quizs incluso tejones. Andaremos mucho.

    Pero donde pensis dormir si es tan desierto el lugar adonde vais? preguntla seorita Peters.

    Julin ya lo ha planeado todo contest Jorgina. Ha buscado albergues ycasas de campo en el plano y nos dirigiremos hacia ellas cuando llegue la noche.Hace ya demasiado fro para dormir al aire libre.

    Efectivamente, hace demasiado fro confirm la seorita Peters. Sobretodo, sed prudentes. Ya s de lo que sois capaces cuando estis los cinco juntos.

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    Porque me imagino que Tim ir con vosotros.Claro que s! exclam Jorgina. Yo no ira si l no viniera tambin. No

    podra dejarlo aqu solo.Las dos nias se dedicaron a preparar sus cosas, porque el viernes se aproximaba.

    Sacaron los bizcochos de la lata que los contena y los pusieron en bolsas de papel.

    Tambin llenaron una bolsa con terrones de azcar y otra con pastillas de chocolate.Ambas nias tenan mochilas. Lo empaquetaron todo varias veces y cada vez

    aadan ms cosas. A Ana le pareci que sera conveniente llevarse un libro para leer.Jorgina dijo que necesitaran una linterna cada una y una pila de repuesto.

    Tambin tendremos que meter bizcochos para Tim aadi. Y algo mspara l. Le gustar que nos llvennos un hueso, uno grande que pueda roer durantemucho tiempo y que se pueda volver a guardar luego para drselo de nuevo mstarde.

    Est bien, pero deja que yo guarde entonces los bizcochos y el chocolate si tvas a meter en tu mochila un mueso maloliente dijo Ana. No s para qu quieresllevarle comida a Tim. Siempre encontraremos algo que darle en los sitios en que nosdetengamos para comer.

    Jorgina decidi, por tanto, no llevarse el hueso. Haba recogido uno de la perreray resultaba grande y pesado y, como haba dicho Ana, ola bastante mal. Volvi adejarlo, pues, en su sitio. Tim le segua muy extraado. Por qu andaba la nia conaquel hueso de un lado para otro? El no aprobaba aquella maniobra.

    El tiempo result largo hasta el viernes; mas, por fin, lleg el da. Las dos nias sedespertaron muy temprano. Jorgina baj a las perreras antes del desayuno y cepill ypein a Tim para que ste se presentara reluciente y aseado ante Julin y Dick. Elperro saba que era el da de la marcha y estaba tan excitado como las nias.

    Ser mejor que nos desayunemos bien dijo Ana. Es posible que pasemucho tiempo antes de que comamos de nuevo. Despus del desayuno nosescaparemos enseguida.

    Es hermoso sentirse libre del colegio, de los timbres y de las horas de lascomidas, pero no me sentir verdaderamente libre hasta que me vea fuera de losardines de la escuela.

    Se desayunaron abundantemente, aunque, en verdad, estaban tan emocionadasque no sentan mucho apetito, luego se colocaron las mochilas que haban dejado yapreparadas la noche anterior, se despidieron de la seorita Peters y fueron a buscar aTim.

    El perro las esperaba con impaciencia y comenz a ladrar como un loco tanpronto como vio que se acercaban.

    En un santiamn sali del patio y empez a dar vueltas junto a ellas, metindosecasi entre las piernas.

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    Buen viaje, Ana y Jorge! grit una de sus amigas. Que os divirtismucho en vuestra marcha! Y cuando regresis el martes no se os ocurra contarnosque habis tenido una de vuestras acostumbradas aventuras tan espeluznantes, porqueno lo creeremos.

    Guau! contest Tim. Guau, guau! Lo que significaba que pensaba

    tener muchas aventuras y que encontrara centenares de conejos.

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    Captulo 2

    La marcha

    Julin y Dick se haban puesto tambin en camino, muy satisfechos de poderdisfrutar de un tan inesperado fin de semana.

    A m, Willis y Johnson nunca me han gustado mucho comentaba Julinmientras salan del jardn del colegio. Son unos empollones. Nunca tienentiempo para jugar y divertirse. Pero hoy no me ha quedado ms remedio que hacerlesuna reverencia, porque, gracias a su empollancia, han ganado medallas y mritosescolares y no s cuntas cosas ms, y por eso hemos conseguido este fin de semana.

    Bravo por Willis y Johnson!Bravo! asinti Dick. Aunque estoy seguro de que ellos dos estn en estemomento sentados en un rincn con sus libros y as se pasarn todo el fin de semana.No se enterarn ni de que hace un da tan hermoso como el de hoy. Bah! Tampoco sedaran cuenta si estuviera lloviendo a cntaros como ayer. Pobres sosos!

    Les pareca horrible salir de marcha dijo Julin. Para ellos sera lo msdesagradable del mundo. Te acuerdas de lo malo que era Johnson jugando al rugby?Nunca saba cul era el gol del bando contrario y siempre corra en direccin opuesta.

    S, pero, en cambio, debe tener una inteligencia enorme replic Dick. Oye,por qu estamos hablando de Willis y Johnson? Me parece que hay cosas muchoms interesantes en que pensar. Por ejemplo, en Ana y Jorge, y en el viejo Tim.Espero que se las arreglen para ser puntuales.

    Julin haba estudiado atentamente un plano a escala de los pramos que seextendan entre la escuela de las nias y la suya propia. Eran amplias franjas de tierrasolitaria cubiertas de matorrales, con algunas casas de campo dispersas y un pequeonmero de chals y albergues.

    Seguiremos por la carretera y luego por caminos de segundo y tercer orden decidi. Iremos por caminos y senderos. Me gustara saber qu dira Tim si vemosalgn ciervo. No ha visto nunca ninguno.

    A l slo le interesan los conejos respondi Dick. Supongo que no estartan gordo como durante las vacaciones pasadas. Creo que le dimos demasiadoshelados y demasiado chocolate.

    Es verdad, pero no tiene nada de eso durante el curso dijo Julin. Lasnias no disponen de tanto dinero como nosotros. Corre! Ya viene el autobs!

    Corrieron tras el pequeo autobs rural que recoga a la gente que iba al mercadoy serva de enlace entre los pequeos pueblos esparcidos por los pramos. Se detuvoamablemente para recogerlos y ellos se apresuraron a subir.

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    Ah! Os escapis del colegio? coment el conductor. Ya sabis quetendr que delataros.

    Qu gracia! replic Julin, a quien haba fastidiado la broma, porque elconductor la repeta regularmente cada vez que uno de los pensionistas suba alautobs con una gran mochila colgada a su espalda.

    Tuvieron que descender en el prximo pueblo y caminar a campo traviesa hastahallar otra lnea de autobuses. Fcilmente lo alcanzaron, montaron en l y seinstalaron confortablemente en los asientos. Haba media hora de trayecto desde allhasta el lugar en donde haban convenido encontrarse con las nias.

    Ya han llegado, seoritos grit el conductor cuando el autobs se detuvo enun pueblo. En l haba un gran prado verde en donde los patos cloqueaban, y unpequeo estanque con cisne. Me haban preguntado ustedes por el pueblo de Pifpin,verdad? No seguimos ms adelante. Aqu se acaba el trayecto.

    Gracias contestaron los chicos. Y descendieron del coche.Bien, vanos si ya estn aqu las nias dijo Julin. Tienen que andar unos

    tres kilmetros y medio desde la estacin de ferrocarril.Las nias no haban llegado an. Julin y Dick entraron en un bar y pidieron una

    naranjada. En el momento en que acababan de beberla, descubrieron a las dos niasque se asomaban a la puerta.

    Julin! Dick! Adivinamos que estarais comiendo o bebiendo dijo Ana, ycorri hacia sus hermanos. Hemos venido lo antes que nos ha sido posible. El

    carromato ha tenido uan avera. Es un tren pequeito y muy antiguo. Todos lospasajeros se han apeado y le daban consejos al conductor y le explicaban lo que debahacer.

    Hola! exclam Julin dando un empujn a Ana. Quera mucho a su hermanamenor. Hola, Jorge! Como has engordado!

    Si no he engordado! protest Jorgina. Tampoco Tim ha engordado, as esque no se lo digis.

    Julin se est burlando, como de costumbre explic Dick dando a Jorgina unaamistosa palmada es la espalda. Pero, de todos modos, yo tambin encuentro quehas crecido. Pronto sers tan alta como yo. Hola, Tim! Mi querido perro,preciosidad de perro! Veamos. Tienes la lengua hmeda como siempre? S, s.Nunca he conocido un perro con una lengua mejor que la tuya.

    Tim se volva loco de alegra al verse con sus cuatro amigos, Brincaba alrededorde ellos, ladraba, balanceaba su larga cola y babeaba de puro placer.

    Vaya, vaya! exclam la tendera, emergiendo de la oscuridad. Llevaos aese perro en seguida! Est como loco!

    Y vosotras, nias, no queris tomar algn refresco? pregunt Julin,sujetando a Tim por el collar. Mejor ser que tomis algo, porque no estamos

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    dispuestos a acarrear botellas de bebidas. Son muy pesadas.Queris que nos sentemos? pregunt Jorgina. Yo voy a tomar cerveza de

    engibre. Estte quieto, Tim. Parece que hayas estado separado de Julin y de Dickdurante diez aos.

    Probablemente a l le han parecido diez aos repuso Ana. Verdad que eso

    son bocadillos?Al decir esto sealaba una fuente depositada sobre el mostrador. En ella haba

    algunos bocadillos de aspecto muy apetitoso.S, seorita, son bocadillos confirm la tendera, descorchando dos botellas

    de cerveza de jengibre. Los he preparado para mi hijo, que trabaja en la granja deBlack bush. Pronto vendr a recogerlos.

    No podra disponer algunos para nosotros? pregunt Julin. As notendramos que preocuparnos de llegar al prximo pueblo a la hora de la comida.

    Tienen muy buen aspecto.S, os har todos los que deseis respondi la tendera colocando dos vasos

    delante de las nias. De qu los prefers? Queso, huevos, jamn o tocino?Bueno. Pues nos gustara uno de cada clase resolvi Julin. El pan

    tambin parece bueno.Yo misma lo he amasado dijo la mujer, complacida. Ahora mismo voy a

    prepararlos. Por favor, avisadme si alguien entra en la tienda mientras no estoy aqu.La mujer desapareci.

    Esto est bien! coment Julin. Si nos hace muchos podremos pasar sinentrar en los pueblos durante todo el da y aprovechar todo el tiempo para laexploracin, internndonos por donde ningn pie haya pisado antes que los nuestrosy todas esas cosas que se dicen.

    Cuntos os comeris cada uno de vosotros? pregunt la mujer, que habareaparecido de repente. Mi hijo se come seis, es decir, doce rebanadas de pan.

    Bueno, puede usted prepararnos ocho para cada uno? pregunt Julin. Lamujer pareci asombrada. Nos han de durar todo el da explic Julin.

    Ella asinti con la cabeza y desapareci otra vez.Esto debe de representar para ella un pequeo capital coment Ana. Ocho

    bocadillos para cada uno son diecisis rebanadas de pan. Y luego hay quemultiplicarlo por cuatro.

    Esperemos que tenga una mquina para cortar el pan dijo Dick. Si no,vamos a pasarnos aqu todo el da. Hola! Quin es se?

    En la puerta de la tienda haba aparecido un hombre muy alto, que llevaba unabicicleta en la mano.

    Madre! grit.Los nios comprendieron en seguida de quin se trataba: era el hijo de la tendera,

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    que trabajaba en la granja de Blackbush. Vena a recoger sus bocadillos.Su madre tiene mucho trabajo. Est cortando sesenta y cuatro rebanadas de pan

    dijo Dick. Quiere que la llame?No. Tengo mucha prisa repuso el hombre apoyando la bicicleta junto a la

    puerta. Entr, alcanz los bocadillos que estaban en el mostrador y mont

    rpidamente en su bicicleta. Sin embargo, antes de salir les dijo: Decid a mi madreque he estado aqu y que vendr tarde esta noche. Tengo que ir a la crcel a recogermaterial.

    Al cabo de unos segundos se hallaba ya muy lejos. La mujer regres. Traa uncuchillo en la mano y una hogaza de pan en la otra.

    Me ha parecido or a Jim dijo. S, ya veo que ha recogido los bocadillos.Por qu no me habis avisado?

    Dijo que tena mucha prisa explic Julin. Tambin nos pidi que la

    informramos de que llegara tarde, porque deba ir a la crcel a buscar material.Tengo all a otro hijo dijo la mujer.Los cuatro la miraron. Significaba eso que tena un hijo encarcelado? En qu

    crcel? Ella adivin sus pensamientos y sonri.Mi hijo Tom no es un preso aclar. Trabaja all como guardin. Es muy

    buena persona, aunque su oficio no resulta agradable. A m me dan mucho miedo losque estn encarcelados. Son personas crueles y malas.

    S. He odo decir que hay una gran crcel en esta regin respondi Julin.

    Est sealada en el mapa. Procuraremos no aproximarnos.No, mejor ser que no vayas cerca de ella con las nias asinti la mujer, que

    volvi a entrar en el interior de la tienda. Si no me apresuro en haceros losbocadillos, no los tendris antes de maana.

    Durante el tiempo que los nios permanecieron en la tienda slo entr unparroquiano. Era un viejo ceremonioso, que fumaba una pipa de arcilla. Mir a sualrededor y, al no ver a la tendera, deposit tres peniques sobre el mostrador y cogiun paquete de almendra molida, que introdujo en su bolsillo.

    Se lo diris cuando regrese dijo entre dientes, conservando an su pipa en laboca.

    Y se fue como haba venido. Tim gru. El viejo ola a sucio y a Tim no le habagustado.

    Por fin, los bocadillos estuvieron preparados y la mujer regres. Los habaenvuelto cuidadosamente en papel impermeable y haba hecho cuatro paquetes. Sobrecada paquete haba escrito en lpiz lo que contena. Julin ley lo que haba escrito ehizo un guio a los dems.

    Vaya, vamos a divertirnos, de lo lindo! exclam. Queso, tocino, jamn yhuevos. Y qu es esto?

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    Ah! Eso son cuatro pedazos de un pastel de frutas que yo misma hago dijola mujer. No pienso cobrroslo. Quisiera que lo probaseis.

    Pero si nos ha dado la mitad del pastel! dijo Julin, emocionado. Se lopagaremos y, adems, se lo agradecemos mucho Qu vale todo esto?

    La mujer se lo dijo; Julin entreg el dinero y aadi un cheln por el pastel.

    Aqu lo tiene, y muchas gracias dijo. Ah hay tres peniques que ha dejadoun viejo que llevaba una pipa de arcilla y que ha tomado un paquete de almendramolida.

    Sin duda era el viejo Gupps dijo la mujer. Deseo que disfrutis mucho.Volved por aqu si deseis que os prepare ms bocadillos. Si os los comis todos hoy,quedaris bien alimentados.

    Guau! ladr Tim.Esperaba que tambin l participara en el festn. La mujer le tir un hueso y l lo

    caz en el aire.Muchas gracias! dijo Julin. Bueno, pongmonos ya en marcha.

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    Captulo 3

    A campo traviesa

    Se pusieron por fin en marcha, con Tim corriendo delante de ellos. La escuela lespareca una cosa muy lejana. El sol de octubre era clido y los rboles del pueblo,revestidos de su colorido otoal, relucan en tonos amarillos, rojos y dorados. El airearrastraba algunas hojas cadas, pero stas se haran numerosas despus de la primerahelada.

    Es un da celestial! exclam Jorgina. Hubiese sido preferible no ponermela chaqueta. Me estoy asando.

    Pues qutatela y chatela sobre los hombros dijo Julin. Yo har lo mismo.Nuestros jerseys abrigan lo suficiente en un da como hoy.Todos se despojaron de sus recias chaquetas. Cada uno de ellos cargaba sobre su

    espalda una mochila, un saco de dormir y ahora tambin una chaqueta. Pero ningunode ellos notaba el peso al iniciarse el da.

    Me alegro, nias, de que me hayis hecho caso y llevis zapatos fuertes coment Julin mirando aprobatoriamente hacia sus botas. Es posible que andemospor sitios hmedos. Llevis calcetines de repuesto?

    S. Hemos metido todo lo que nos dijiste repuso Ana. Vuestras mochilasparecen bastante ms cargadas que las nuestras!Es que yo llevo en ella los mapas y algunos utensilios dijo Julin. Estos

    pramos son muy extraos: se extienden durante kilmetros y kilmetros. Y hay enellos nombres raros: el Valle Ciego, la Colina del Conejo, el Lago Perdido, la Matadel Conejo

    La Colina del Conejo! A Tim le va a gustar intervino Jorgina.Y Tim enderez al punto sus orejas. Conejos? Ah!, lugares como se eran los

    que le gustaban.Ahora vamos en direccin hacia all prosigui Julin. Luego

    encontraremos la Mata del Conejo. Tambin ese sitio le agradar.Guau! ladr Tim alegremente, y sali disparado.Se senta muy feliz. Sus cuatro amigos estaban con l y llevaban mochilas

    repletas de bocadillos, que olan estupendamente. Para colmo, tenan por delante unlargo da de marcha, que l imaginaba repleto de conejos.

    Era hermoso caminar al sol. Pronto dejaron atrs el pucblccito y se adentraron por

    un sendero ondulante. Las mrgenes del camino se volvan cada vez ms elevadas ypronto los cuatro dejaron de ver lo que haba por encima de ellas.

    Qu camino ms hundido! dijo Dick. Parece que andamos por un tnel.

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    Y qu estrecho es! No me gustara conducir un automvil por l. Si topara con otrocoche, tendra que hacer marcha atrs durante varios kilmetros.

    No es probable que tropecemos con ninguno por aqu replic Julin.Solamente en verano andan los coches por estos caminos. Gente que viene devacaciones y hace el turista por el campo. Este camino que cogemos ahora conduce a

    la Colina del Conejo, segn indica el plano.Subieron por un portillo hacia lo alto del margen y caminaron a travs de un

    campo, hacia una pequea colina.De repente, Tim se puso excitadsimo. Ola los conejos e incluso los vea.No es frecuente que se vean tantos conejos durante el da dijo Jorgina con

    sorpresa. Los hay grandes y pequeos. Qu estampida!Llegaron a la colina y se sentaron tranquilamente para contemplar los conejos.

    Pero fue imposible conseguir que Tim hiciera lo mismo. La vista y el olor de los

    animales lo transformaron en un salvaje. Se solt de la mano de Jorgina y sali comoun loco husmeando por la colina, persiguiendo a los conejos por docenas.

    Tim! gritaba Jorgina.Pero, por esta vez, el perro no le haca el menor caso. Corra de aqu para all y se

    enfureca cuando primero un conejo y luego otro desaparecan por la boca de unamadriguera.

    No te molestes en llamarle recomend Dick a su prima. No atraparninguno. Fjate lo listos que son. Yo creo que estn jugando con Tim.

    Al menos, eso pareca. Tan pronto como Tim haba perseguido a dos o tresconejos hasta su madriguera, otros aparecan a su espalda. Los nios se rean. Era tangracioso como una pantomima.

    Dnde comeremos? pregunt Ana. Si permanecemos aqu mucho mstiempo, yo necesitar comer algo y an no es la hora. Siempre me siento hambrientacuando estoy al aire libre.

    Ser mejor que prosigamos contest Julin. Hemos de andar un trechoms antes de llegar al sitio de la comida. He preparado un horario para nuestraexcursin. Rodearemos todos los pramos y, al final, regresaremos al mismo punto departida. Lo he organizado cuidadosamente.

    Dormiremos en alguna granja? pregunt Jorgina. Me gustara. Creisque nos lo permitirn? O ser mejor que vayamos a alguna hostera?

    Iremos a casas de campo dos de las noches, y las otras dos, a hosteras resolvi Julin. Lo tengo todo previsto.

    Subieron por la Colina del Conejo y descendieron por el lado opuesto. Alltambin haba muchos conejos. Tim los persigui hasta que termin por jadear comoun coche que avanza cuesta arriba. Su lengua colgaba hmeda y chorreante.

    Ya es bastante, Tim le reproch Jorgina. S razonable.

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    Sin embargo, Tim no poda serlo en un lugar en que existan tantos conejos. Ases que hubieron de consentir en que los persiguiese a todo correr hasta quedar sinaliento, mientras ellos descendan la colina. Cuando llegaron abajo, Tim descendiapresurado detrs de ellos.

    Ahora quiz dejes de corretear como un loco y andes con nosotros le ri

    Jorgina.Haba hablado demasiado pronto, porque en seguida llegaron a un bosquecillo y

    Julin les anunci que se trataba de la Mata del Conejo.Y como este lugar debe de estar tambin cuajado de conejos, no tengis la

    esperanza de que Tim deje de hacer el loco por ahora termin Julin.En la Mata del Conejo casi perdieron a Tim. Uno de los animalitos desapareci

    por un agujero muy grande y el perro tambin se col por l. No obstante, pronto sequed atascado. Escarb violentamente con sus patas, pero de nada le sirvi. Se

    qued completamente atascado.Al momento se dieron cuenta los nios de que el perro no estaba con ellos y

    volvieron hacia atrs para llamarle. Casualmente llegaron hasta el agujero en queestaba hundido y oyeron su respiracin jadeante y el ruido que haca al escarbar. Unalluvia de arena sali del agujero.

    Aqu est! Qu idiota, se ha metido en un hoyo! dijo Jorgina, alarmada.Tim! Tim! Sal de ah!

    Nada en el mundo hubiese agradado ms al perro, pero la verdad es que no

    consegua salir por mucho que lo intentaba. La raz de un rbol se haba atravesadodetrs de l y le cerraba la salida.

    A los nios les cost veinte minutos conseguir liberar a Tim. Ana se tumb en elsuelo y se arrastr por la boca del agujero hasta alcanzar al perro. Era la nica lobastante pequea como para poder introducirse en el hoyo.

    Asi las patas traseras de Tim y tir de ellas con fuerza. La raz resbal sobre suespalda y, por fin, el perro pudo salir. Gema fuertemente.

    Ana, le ests haciendo dao! Que le haces dao! gritaba Jorgina.Sultalo ya!

    No puedo! responda Ana. Se hundir ms todava si le suelto las patas.No podis tirar de m? As Tim saldra conmigo, porque le tengo agarrado por laspatas.

    La pobre Ana fue arrastrada hacia fuera tirando de sus piernas, y con ella salitambin Tim. Continuaba gimiendo y se dirigi inmediatamente a Jorgina.

    Se habr herido en algn sitio? pregunt Jorgina con ansiedad.Seguramente se ha hecho dao. No gemira as si no estuviese herido.

    Examin atentamente sus patas y sus garras y le mir la cabeza. El perro nocesaba en sus lamentos. En dnde poda haberse lastimado?

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    Djale ya dijo por fin Julin. No veo que tenga dao por ninguna parte.Son slo sus sentimientos los que han quedado heridos.

    Quiz se ha ofendido porque Ana ha tenido que salvarle tirando de sus patastraseras. Su dignidad se habr sentido herida aadi Dick.

    Pero Jorgina no estaba conforme. A pesar de que no poda encontrar ninguna

    seal de ello, no consegua tranquilizarse y crea que Tim se haba lesionado enalguna parte.

    Quiz sera conveniente llevarlo al veterinario empez.Pero, Jorge, no seas tonta dijo Julin. No encontraremos ningn

    veterinario en la copa de un rbol esperando nuestra visita en esta tierra de pramos.Sigamos adelante. Vers como Tim puede seguir perfectamente y pronto deja degemir. Estoy seguro de que est herido en sus sentimientos perrunos y nada mas. Seha lastimado su vanidad.

    Dejaron atrs la Mata del Conejo y prosiguieron su camino. Jorgina avanzaba ensilencio; Tim andaba a su lado y tambin se mantena silencioso. De todas formas, noaparentaba dolerle nada, aunque de cuando en cuando lanzaba pequeos gemidos.

    Hemos llegado al sitio en donde he pensado que podamos comer dijo depronto Julin. Es la Colina Abrupta! El nombre le va muy bien, porque estcortada a pico, y all la vista es maravillosa.

    Y lo era. Haban llegado a la cima de una escarpada colina y no se daban cuentade que estaba cortada en seco por el otro lado. Se sentaron en la cima y miraron el sol

    que reluca sobre una gran llanura solitaria, poblada de brezos. Caba en lo posibleque, a distancia, consiguieran ver algn tmido cervatillo o caballos salvajes jvenes.

    Es un lugar celestial! coment Ana, sentndose junto a una gran mata debrezo. Hace tanto calor como en verano. Espero que siga as durante todo el fin desemana. Nos tostaremos de lo lindo!

    Tambin ser celestial comer alguno de esos deliciosos bocadillos opinDick, buscando asimismo un lugar donde sentarse. Qu asientos ms confortablesse encuentran por aqu! Me llevar una mata de brezo al colegio para ponerla en misilla, que es tan dura.

    Julin sac los cuatro paquetes de bocadillos. Ana los desenvoli. Qu buenaspecto tenan!

    Esto es superior! exclam Ana. Qu queris comer primero?Yo, personalmente, comer uno de cada clase. Pon uno encima del otro y

    morder a la vez el queso, el jamn, el tocino y el huevo dijo Dick.Ana se ech a rer.Tienes la boca grande, pero no ser suficiente para todo eso dijo.Sin embargo, Dick se las compuso para conseguirlo, aunque en verdad fue una

    empresa difcil.

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    Me comporto como un mal educado dijo cuando consigui engullir el primerbocado. Me parece que de uno en uno va a resultar de ms provecho. Eh, Tim!Quieres un pedazo?

    Tim pareci dar las gracias. Estaba an muy callado y quieto, y Jorgina seguapreocupada por l. No obstante, el apetito del perro se mostr inmejorable, de manera

    que ninguno, excepto Jorgina, senta el menor temor por l. Estaba tendido junto a suama, y de cuando en cuando pona su pata sobre las rodillas de la nia, comopidiendo un poco ms de bocadillo.

    Tim sabe arreglrselas muy bien dijo Dick con la boca llena. Consiguepedazos de cada uno de nosotros. Estoy seguro de que traga ms l solo que todosnosotros juntos. No os parece que son los bocadillos ms aplastantes que hemoscomido en nuestra vida? Habis probado el tocino? Debe de proceder de un cerdode clase superior!

    Era muy hermoso estar all sentados, a pleno sol, contemplando la ampliacampia y comiendo con apetito. Todos se sentan muy felices, excepto Jorgina. Leocurrira algo malo a Tim? Si fuera as, esto echara a perder aquel hermoso fin desemana.

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    Captulo 4

    Jorgina esta preocupada

    Durante un rato, despus del almuerzo, permanecieron tumbados al solperezosamente. Haban quedado tres bocadillos para cada uno y medio pedazo depastel. Nadie haba sido capaz de comerse la racin entera, a pesar de que les apetecamucho.

    Tim hubiera estado dispuesto a terminar todo lo que quedaba de pastel, peroJulin se neg rotundamente.

    Es un pastel estupendo y sera malgastarlo drselo todo a Tim dijo. Ya has

    comido bastante, Tim. Eres un perro muy goloso!Guau! contest Tim moviendo la cola y mirando atentamente el pastel. Losigui con la vista cuando vio que lo empaquetaban. A l slo le haba tocado unpedacito de la porcin de Jorgina. Y era un pastel tan bueno!

    Cada uno de nosotros guardar sus tres bocadillos y la media porcin de pastelen su mochila dijo Julin. Cada cual puede comer su racin cuando mejor leapetezca. Espero que nos den bien de comer en la alquera donde he decidido quepasemos la noche. As es que podis comer lo que queda cuando os venga en gana.

    Me parece que no podr comer nada ms hasta maana respondi Anaguardando su paquete de comida en la mochila. Es extrao que uno pueda sentirsehambriento incluso sabiendo que no le ser posible tragar otro bocado durante muchotiempo.

    No te preocupes, Tim puede engullir todo lo que te sobre replic Julin.No se desperdicia nada cuando Tim anda cerca. Estis preparados para la marcha?Pronto atravesaremos un pueblo y all nos detendremos para beber. Me apetece unacerveza de jengibre. Desde all nos dirigiremos hacia la granja. Nos convendra llegar

    hacia las cinco, porque ahora ya oscurece muy pronto.Cmo se llama la granja? pregunt Ana.Alquera de la Laguna Azul. Un nombre muy bonito, no es verdad? Espero

    que todava haya una laguna azul.Y si no hubiera lugar para nosotros? se alarm Ana.Bueno, siempre podrn encontrar un rinconcito para dos nias contest

    Julin. Dick y yo podemos dormir en el granero, si es necesario. No tenemosmanas!

    Tambin a m me gustara dormir en un granero dijo Ana. Me gustaramucho. No pidamos un dormitorio; pidamos slo que se nos permita dormir en elgranero, sobre la paja, o el heno, o lo que sea.

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    No rechaz Julin. Las nias debis dormir en el interior de la casa. Por lanoche hace fro y no llevamos mantas. Los chicos estaremos suficientemente bien ennuestros sacos de dormir, pero no permitir que dos nias hagan lo mismo.

    Qu cosa ms estpida es ser una nia! exclam Jorgina por millonsimavez en su vida. Siempre tenemos que tener cuidado. En cambio, los chicos hacen lo

    que les place. De todos modos, yo pienso dormir en el granero. No me importa lo quet digas, Julin.

    S que te importa replic Julin. Sabes muy bien que si te rebelas contralas rdenes del jefe (y se soy yo, mi querida nia, por si no lo sabas), otra vez no tellevaremos con nosotros. Puedes parecer un chico y comportarte como si lo fueses,pero, de todos modos, eres una chica. Y tanto si te gusta como si no, las chicas debenser protegidas.

    Yo crea que a los chicos les molestaba mucho tener que preocuparse de las

    nias dijo Jorgina con desprecio. Sobre todo cuando se trata de chicas como yo,a quienes no les agrada eso.

    A los chicos bien educados les gusta preocuparse de sus primas o de sushermanas repuso Julin. Y, cosa rara, a las chicas bien educadas eso les gustatambin. Sin embargo, no voy a tratarte como a una nia, Jorge, educada o no. Tanslo voy a tratarte como un chico al que es preciso vigilar, entiendes? As es quecambia de cara y no te pongas ms pesada de lo que ya eres.

    Jorgina no pudo contener la risa, y la mirada feroz desapareci de sus ojos. Dio

    un empujn a Julin.Est bien, me has vencido. Te comportas de un modo tan dominante en estos

    ltimos tiempos, que casi me das miedo.T no le tienes miedo intervino Dick. Eres la chica ms valiente que he

    conocido. Vaya, vaya! Mis elogios han hecho enrojecer a Jorge como si fuera unaniita tmida. Deja que caliente mis manos en tus mejillas, Jorge.

    Y Dick acerc sus manos a la cara enrojecida de su prima, simulandocalentrselas con el fuego que desprendan. La nia no saba si enfadarse o sentirsecomplacida. Apart las manos de l y se levant; pareca ms que nunca unmuchacho, con su pelo tan corto y su cara llena de pecas.

    Los dems se levantaron tambin y se desperezaron. Volvieron a colocar lasmochilas sobre sus hombros, despus de sujetar en ellas sus sacos de dormir y suschaquetas, y empezaron a descender por la Colina Abrupta.

    Tim les segua, aunque sin corretear como de costumbre. Caminaba despacio ycon precaucin. Jorgina se volvi para mirarle y frunci el ceo.

    Algo le pasa a Tim! exclam. Fijaos en l! No salta ni brinca.Todos se detuvieron y lo miraron. El perro se lleg hasta ellos. Entonces se dieron

    cuenta de que cojeaba un poco de la pata trasera izquierda. Jorgina se agach junto a

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    l y se la palp con cuidado.Se la debe de haber torcido o dislocado cuando se ha metido por aquella

    madriguera dijo. Le acarici suavemente y el perro se estremeci. Qu te pasa,Tim? pregunt Jorgina, separando el pelo de su espalda y examinando la blancapiel que quedaba por debajo para ver por qu se haba estremecido cuando ella le

    acariciaba.Tiene un gran cardenal aqu descubri por fin. Sus primos se inclinaron para

    verlo. Seguro que algo le hizo dao cuando se meti en la madriguera. Adems,Ana debi de herirle en la pata al tirar de l. Ya te dije que no lo agarraras por laspatas, Ana.

    Pues cmo queras que lo sacara? pregunt Ana, que se senta a la vez muyenfadada y muy culpable. A lo mejor hubieras preferido que se quedara all das yms das

    No creo que el dao sea grave las calm Julin. Tent la pata del perro y dijo: Creo que se trata de una simple torcedura. Maana se encontrar perfectamentebien. Estoy seguro de ello.

    Pero yo quiero estar completamente segura protest Jorgina. Has dichoque pronto encontraramos un pueblo?

    S, el pueblo de Beacon respondi Julin. Podemos preguntar si hay algnveterinario en este distrito, si eso ha de tranquilizarte. Puede mirar la pata de Tim ydecirte si tiene algo grave. Sin embargo, yo estoy convencido de que no es nada.

    Vayamos, pues, al pueblo dijo Jorgina. Las nicas veces en que desearaque Tim fuese un perrito pequeo es cuando veo que se ha hecho dao, porque ahoraes muy grande y muy pesado para llevarlo en brazos.

    No suees por ahora en llevarle a cuestas dijo Dick. Es capaz de andarperfectamente con tres patas si no puede utilizar las cuatro. No est tan mal comotodo eso, verdad, Tim?

    Guau! contest Tim tristemente.Estaba disfrutando con toda aquella preocupacin. Jorgina acariciaba su cabeza.Ven le dijo. Pronto conseguiremos que te curen esa pata. Sigue, Tim.Todos continuaron adelante, volviendo la cabeza continuamente para comprobar

    cmo marchaba el perro. ste avanzaba muy despacio. Al cabo de un rato cojeabamucho ms an. Por fin, mantuvo la pata izquierda encogida y camin sobre las otrastres.

    Pobrecillo! se condoli Jorgina. Mi querido Tim! Espero que su pata estperfectamente maana. Si no se cura, yo no podr proseguir la excursin.

    El grupo que lleg al pueblo de Beacon presentaba un lamentable aspecto. Julinse dirigi a una pequea posada que se encontraba en medio del pueblo y se llamabaLos Tres Pastores. Una mujer sacuda una alfombra en la ventana, Julin la llam.

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    Oiga, por favor, hay algn veterinario en este distrito? Quisiramos quevisitara a nuestro perro.

    No. No hay veterinario aqu contest la mujer. El ms cercano vive enMarlin, que est a once kilmetros de aqu.

    Jorgina se sinti desesperada. Tim no podra andar once kilmetros.

    Hay algn coche de lnea? pregunt.No. No hay ninguno que vaya a Marlin respondi la mujer. No hay coche

    de lnea en esa direccin. Pero si queris que miren la pata de vuestro perro, id a casade Spiggy, que est por ese lado. El seor Gastn vive all con sus tres caballos y sabemucho acerca de perros. Llevad el vuestro. El sabr lo que le ocurre.

    Muchas gracias! dijo Jorgina, agradecida. Est muy lejos?A unos ochocientos metros dijo la mujer. Veis aquella colina? Subid por

    ella, volved hacia la derecha y veris una casa muy grande. Es la casa de Spiggy. Nopodis equivocaros, porque est rodeada de establos. Preguntad por el seor Gastn.Es muy amable. Quiz tengis que esperar un poco, si ha salido con sus caballos. Aveces no regresa hasta que oscurece.

    Los cuatro nios parlamentaron.Lo mejor ser que vayamos a casa de ese seor Gastn decidi al fin Julin

    . Pero me parece que t, Ana, y t, Dick, deberais adelantaros hacia la alquera enque hemos de pasar la noche para hacer el trato. Ser mejor que no esperemos hastael ltimo momento. Yo me quedar con Jorge y Tim.

    Est bien asinti Dick. Me ir con Ana. Va a oscurecer muy pronto.Llevas linterna, Julin?

    S. Adems, no me cuesta trabajo orientarme, como ya sabis. Volver alpueblo cuando hayamos hablado con el seor Gastn y me dirigir en lnea recta

    hacia la alquera. Est aproximadamente a dos kilmetros y medio de distancia.Te agradezco que vengas conmigo, Julin dijo Jorgina. Vamonos ya.Hasta luego, Dick y Ana!

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    Julin se puso en marcha con Jorgina y Tim hacia la casa de Spiggy. Tim utilizabaslo tres de sus patas y pareca muy apenado.

    Ana y Dick le contemplaban y tambin se sentan muy tristes.Supongo que maana estar bien del todo coment Dick. En caso

    contrario, adis nuestro fin de semana! No hay duda.

    Se separaron y caminaron a travs del pueblo de Beacon.En marcha hacia la alquera de la Laguna Azul-dijo Dick. Julin no me ha

    dado muchas instrucciones. Preguntar al primero que pase.Pero no encontraron a nadie, si se exceptuaba a un hombre que conduca un

    carrito. Dick le hizo gestos para que se detuviera y el hombre tir de las riendas delcaballo.

    Vamos bien para dirigirnos a la alquera de la Laguna Azul? grit Dick.S contest el hombre, al tiempo que mova la cabeza afirmativamente.

    Se va recto por este camino o debemos coger algn desvo? continu Dick.S contest el hombre, volviendo a asentir con la cabeza.Qu querr decir? Que se va recto o que hay que desviarse? coment Dick

    en voz baja. Y volvi a preguntar en voz alta: Es por aqu? Sealaba ladireccin de la mano.

    S volvi a decir el hombre.Con el ltigo les indic el camino por donde los dos andaban en direccin hacia el

    Oeste.

    Ah!, ya veo. Hemos de doblar hacia la derecha al llegar all? le interrogDick a gritos.

    S dijo el hombre.Y, asintiendo una vez ms con la cabeza, puso su carro en marcha de una manera

    tan sbita, que el caballo casi pis el pie de Dick.Vaya! Si encontramos la granja despus de todos estos ses, es que somos

    muy listos coment Dick a su hermana. Pero sigamos adelante!

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    Captulo 5

    Ana y Dick

    De repente empez a oscurecer. El sol haba desaparecido y una gran nube negrase desliz por el firmamento.

    Va a llover exclam Dick. Sopla! Y yo que pensaba que iba a ser unatardecer muy hermoso.

    Dmonos prisa urgi Ana. No me gusta nada tener que refugiarme en unmargen cuando llueve a cntaros mientras siento el agua escurrirse por mi espalda ynoto los charcos bajo mis pies.

    Se apresuraron. Siguieron por el camino que conduca a las afueras del pueblo ydieron la vuelta hacia la derecha. Sera por all por donde el hombre les habaindicado? Se pararon un momento y miraron hacia todos los lados. Pareca uno deaquellos caminos hundidos por donde haban andado por la maana. Estaba oscuro yse haba transformado casi en un tnel ahora que iba anocheciendo.

    Espero que ste sea el buen camino dijo Dick. Preguntaremos a la primerapersona que encontremos.

    Si es que topamos con alguna! respondi Ana. A su entender, nadie que

    estuviera en sus cabales escogera aquel extrao y profundo camino. Se metieron porl. El sendero serpenteaba y luego descenda por un lugar muy fangoso. Ana advirtique chapoteaba en el espeso barro. Por aqu cerca debe de pasar algn riachuelo comunic a Dick. Ay! Me ha entrado agua en los zapatos. No creo que debamosseguir por aqu, Dick. Estoy segura de que cada vez hay ms agua. Ahora ya me llegaa los tobillos.

    Dick escrutaba el camino a travs de la oscuridad, que cada vez se haca msdensa. Descubri algo que corra por encima del elevado margen.

    Mira, no te parece que eso es un portillo? dijo. Dnde est mi linterna?Naturalmente! Debe de estar en el fondo de la mochila. Podrs encontrarla, Ana, yas no tendr que quitarme la mochila?

    Ana localiz la linterna y se la entreg a Dick. ste la encendi. Al punto, lastinieblas que les rodeaban se hicieron ms densas y el camino cobr todava en mayorgrado el aspecto de un tnel. Dick dirigi la linterna hacia lo que haba credo que eraun portillo.

    S, es un portillo confirm. Confo en que conduzca a la granja. Quiz sea

    un atajo. No dudo de que ste sea el camino que usan los carros y probablemente vadirecto a la alquera, pero, si esto es un atajo, tambin nosotros podemos ir por l. Aalguna parte nos conducir.

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    Se encaramaron por el elevado margen hasta el portillo. Dick ayud a Ana y porfin ambos se encontraron en un campo muy extenso. Frente a ellos haba un caminoestrecho que corra entre mieses.

    S, con toda seguridad es un atajo exclam Dick, satisfecho. Espero quedentro de pocos minutos veremos las luces de la alquera.

    Bueno. Puede que primero nos caigamos en la laguna azul replic Ana condesnimo.

    Estaba empezando a llover. Ana pens si le servira de algo cubrirse con lachaqueta, pero acaso la alquera se encontrase muy cerca. Julin haba dicho que nodistaba mucho del pueblo.

    Caminaron por medio del campo y llegaron a otro portillo. Ahora la lluvia caamuy densa. Ana decidi cubrirse con su chaqueta. Se detuvo debajo de una mata muyespesa y Dick la ayud. Llevaba en el bolsillo una capucha y tambin se la puso.

    Dick se coloc la suya y emprendieron de nuevo el camino. El segundo portilloconduca a otro campo interminable. Por ltimo, el camino llegaba a una gran verja.Se encaramaron por ella y se hallaron en lo que pareca un pramo lleno de brezos:era un terreno salvaje y sin cultivar. Por ninguna parte se vea la granja, aunque, detodos modos, no lograran ver cosa alguna a no ser que se encontraran muy cerca,porque la noche ya haba cerrado y era oscura y lluviosa.

    Si al menos divisramos una luz por algn lado suspir Dick. Dirigi la luzde su linterna hacia el pramo que se extenda frente a ellos. No s qu hacer. No

    parece que haya camino por aqu y no me gusta la idea de volver atrs por esoscampos mojados hacia aquel camino profundo y oscuro.

    Oh, no, no vayamos! exclam Ana, temblorosa. Aquel camino hundidono me gustaba. Por aqu hallaremos algn sendero. No creo que haya nadie tan tontocomo para abrir una verja sobre un descampado.

    Estaban all parados, sin percibir ms sonido que la lluvia que caa sobre ellos,cuando otro ruido muy distinto lleg a sus odos.

    Era algo tan inesperado y sobrecogedor que se abrazaron el uno al otro, llenos depnico. Era un ruido muy extrao para ser odo en aquel pramo desierto.

    Campanas! Eran campanas que sonaban de un modo salvaje y metlico, sincesar, discordantes en aquel oscuro paisaje, armando un gran revuelo. Ana semantena fuertemente asida a Dick.

    Qu es eso? Dnde estn esas campanas? Por qu tocan? susurr Ana.Dick no tena la menor idea. Estaba tan asustado como su hermana al or aquel

    extrao ruido. Sonaba bastante distante, pero, de cuando en cuando, el viento soplabacon fuerza y su repiqueteo semejaba muy cercano.

    Quisiera que se parara. Quisiera quisiera que dejasen de tocar de una vez dijo Ana. Su corazn lata rpidamente. No me gusta. Me asusta. No son campanas

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    de iglesia.No, no son campanas de iglesia asinti Dick. Son un aviso, aunque no s

    de qu. Estoy seguro de que se trata de un aviso. Anunciarn un fuego? No.Veramos su resplandor si hubiera alguno cerca de aqu. O ser la guerra? Imposible.Hace mucho tiempo que ya no se usan campanas para avisar que hay guerra.

    S, pero el pueblo se llama Beacon[1]dijo Ana recordndolo de pronto.Crees t que se llama as continu porque en otro tiempo la gente encenda unafogata en alguna colina cercana para advertir a las otras ciudades de que vena elenemigo? Quiz tocasen las campanas. Crees que estamos oyendo las campanas deotros tiempos? No suenan como ninguna de las campanas que he odo hasta ahora.

    Dios mo! Ten la seguridad de que no se trata de campanas fantasmales latranquiliz Dick, que hablaba animadamente a pesar de que se senta tan atemorizadoy alarmado como Ana. Esas campanas las estn tocando ahora, en este mismo

    instante.De repente, las campanas cesaron y un gran silencio sucedi al furioso sonido.

    Los dos nios se mantuvieron quietos, escuchando durante algunos minutos.Por fin se han detenido exclam Ana. Eran odiosas! Para qu tocaran en

    esta noche tan, tan oscura? Ay! A ver si encontramos la alquera de la Laguna Azullo ms rpidamente posible. No me gusta estar perdida en la oscuridad de este modoni or campanas que tocan como locas sin ningn motivo.

    Ven dijo Dick. Caminaremos junto al margen. Mientras sigamos por aqu,a alguna parte llegaremos. No me apetece dar vueltas por el pramo.

    Se cogi al brazo de Ana y ambos anduvieron sin apartnrse del margen. Llegarona otro camino y tomaron por l. Liste les condujo a otro camino ms ancho, pero queno se hunda, y por fin, oh visin maravillosa!, no muy lejos vieron relucir una luz.

    Debe de ser la alquera de la Laguna Azul exclam Dick con alivio.Vamos, Ana, ahora ya no estamos lejos.

    Descubrieron una pared de piedras no muy alta y se guiaron por ella hastaalcanzar una puerta que estaba rota. Se abri con un crujido. Pasaron por ella y seencontraron en un lugar completamente encharcado.

    Sopla! exclam la nia. Ahora estoy ms mojada que nunca. Por unmomento he credo que me haba metido en la laguna azul.

    Sin embargo, no era ms que un charco. Lo contornearon y descubrieron uncamino fangoso, que conduca a una pequea puerta, abierta en un blanco muro depiedra. Dick pens que sin duda sera la puerta trasera. Muy cerca estaba la ventanaen que luca la luz cuya vista tanto les haba alegrado.

    Junto a la luz estaba sentada una vieja, con la cabeza inclinada sobre su costura.Los nios la distinguan muy bien mientras se mantenan junto a la puerta. Dickbusc alguna campanilla o un llamador, pero no hall nada por el estilo. Golpe la

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    puerta con los nudillos. Nadie contest. La puerta sigui cerrada. Miraron a la mujer:segua cosiendo.

    Debe de ser sorda coment Dick. Volvi a golpear la puerta mucho msfuerte, pero la mujer continu tranquilamente con su labor. S, con toda seguridad erasorda. No vamos a poder entrar! exclam Dick con impaciencia. Movi el

    pomo de la puerta y sta se abri. Entraremos y nos presentaremos decidi Dick.Dio un paso hacia la desgastada alfombrilla que cubra el suelo al otro lado de lapuerta. Se haba introducido en un pasadizo estrecho, que se extenda hasta unaescalera de piedra, muy empinada y estrecha, que se alzaba en el otro extremo.

    A su derecha haba una puerta entreabierta. Daba a la habitacin en que la mujerestaba sentada. Los dos nios podan ver un rayo de luz que pasaba por la abertura.

    Dick abri la puerta y entr seguido por Ana. La mujer no se molest siquiera enlevantar la cabeza. Clavaba y estiraba la aguja, aparentando no ver otra cosa. Dick

    tuvo que colocarse frente a ella para que se enterara de que estaba en la habitacin.Entonces se puso en pie, tan asustada que su silla se volc con gran estruendo.

    Lo siento se disculp Dick. Estaba disgustado por haber asustado a la vieja. Hemos llamado, pero usted no nos ha odo.

    La vieja les mir. Tena la mano apoyada sobre el corazn.Me habis asustado muchsimo dijo, de dnde sals en una noche tan

    oscura?Dick recogi su silla y ella volvi a sentarse.

    Buscbamos este lugar aclar Dick. sta es la alquera de la Laguna Azul,verdad? Deseamos saber si podemos pasar la noche aqu, con dos amigos nuestros.

    La mujer movi la cabeza y seal sus odos.Soy sorda como una tapia. De nada sirve que me hablis. Os habis extraviado,

    segn parece.Dick movi la cabeza afirmativamente.Pues no podis quedaros aqu continu la mujer. Mi hijo no quiere que

    nadie se quede en casa. Mejor ser que os vayis antes de que l venga. Tiene muymal carcter.

    Dick asinti con la cabeza. Luego seal la noche oscura y lluviosa y luego aAna, que chorreaba de pies a cabeza. La mujer entendi lo que el nio quera decirle.

    Os habis extraviado, estis cansados y mojados y no queris que os eche dijo. Lo malo es que mi hijo, no quiere extraos por aqu.

    Dick volvi a sealar a Ana y luego a un sof que estaba en la esquina de lahabitacin. Despus se sealo a s mismo y a continuacin a la salida. La mujer lecomprendi en el acto.

    Deseas que d asilo a tu hermana y t te irs, verdad? pregunt.Dick asinti con la cabeza. Pens que le sera fcil encontrar para l algn cobijo.

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    Pero opinaba que Ana estara mejor bajo techado.Mi hijo no debe veros a ninguno de los dos.Diciendo esto, la vieja empuj a la nia hacia lo que sta crey que era un

    armario. No obstante, cuando la puerta estuvo abierta, comprob que se trataba deuna pequea escalera, muy empinada, que conduca hacia el tejado.

    Sube por aqu recomend la vieja a Ana. Y no aparezcas de nuevo hastaque yo te llame maana por la maana. Tendr un disgusto si mi hijo se entera de queests aqu.

    Sube, Ana orden Dick, que estaba muy preocupado. No s quencontrars ah arriba. Si el lugar es demasiado malo, desciende de nuevo. Miraprimero si hay una ventana o algo por donde puedas comunicarte con el exterior.Entonces yo sabr que ests bien.

    S asinti Ana con voz temblorosa.

    Ascendi por la sucia y empinada escalera de madera. Comunicaba sta con unpequeo desvn. All haba un colchn relativamente limpio y una silla. Sobre staapareca una manta doblada y en una estantera se vea un jarrn de agua. Lahabitacin no contena nada ms.

    A uno de los lados del cuarto haba una pequea ventana. Ana se dirigi a ella yllam:

    Dick! Ests ah? Dick!S, aqu estoy contest Dick. Qu hay por ah, Ana? Se est bien? Oye,

    buscar algn sitio cerca de aqu donde refugiarme y podrs llamarme si menecesitas.

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    Captulo 6

    En medio de la noche

    No est mal explic Ana a su hermano. Hay un colchn bastante limpio yuna manta. Estar bien. Pero qu pasar si llegan los otros? Los esperars t?Pienso que Jorge tendr que dormir en el pajar contigo y con Julin. La vieja no va adejar entrar a nadie ms, tenlo por seguro!

    Les aguardar y ya organizaremos algo afirm Dick. Cmete losbocadillos que te quedan y el pastel y procura que se te sequen los pies. Ponte lo mscmoda que puedas. Aqu muy cerca hay un cobertizo o algo por el estilo. Estar

    bien. Llmame si me necesitas.Ana volvi a meterse en la habitacin. Estaba mojada y exhausta y tena hambre ysed. Se comi todos los bocadillos y bebi un trago de la jarra. Luego se sintisoolienta y se tendi sobre el colchn, cubrindose con la manta. Pretendimantenerse atenta para or cuando los dems llegaran, pero estaba demasiadocansada. Se durmi en seguida.

    Abajo, Dick rondaba de aqu para all. Lo haca con precaucin, porque no queratoparse con el hijo de la vieja. No le gustaba lo que haba odo acerca de l. Lleg

    unto a un cobertizo donde haba montones de paja. Con precaucin, encendi sulinterna y mir en derredor.Este sitio me servir pens. Tendido en la paja estar bien. Pobre Ana!

    Deseara que Jorge estuviese con ella. Mejor ser que me mantenga atento paravigilar si ella y Julin llegan, porque, si no, me dormir y no me dar cuenta de queya estn aqu. Son slo las seis, pero el dia ha sido muy largo. Me gustara sabercmo est Tim. Deseara tenerlo aqu conmigo.

    Dick pensaba que probablemente Jorge y Julin pasaran a travs de la misma

    verja que haban cruzado ellos, ll cobertizo medio derruido que haba encontrado sehallaba cerca de aquella verja, y se sent all sobre un cajn para esperar a queapareciesen sus compaeros.

    Mientras aguardaba, se comi sus bocadillos. Qu reconfortantes le parecieron!Los despach todos y, por ltimo, hizo lo mismo con el pastel. Luego bostez. Tenamucho sueo y sus pies estaban mojados y le pesaban mucho.

    Nadie lleg. Ni siquiera el hijo de la vieja. An poda ver cmo la mujer seguacosiendo junto a la lmpara. Al cabo de dos horas, cuando ya casi eran las ocho y

    Dick empezaba a sentirse muy preocupado por Jorgina y Julin, la vieja se levant yguard su cesta de labor.

    Desapareci de la vista de Dick y no volvi a aparecer. Sin embargo, la luz

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    continuaba encendida y se vea brillar a travs de la ventana. Dick pens que sin dudala haba dejado encendida para su hijo.

    De puntillas se acerc a la ventana. Haba cesado de llover y la noche era muchoms clara. En el cielo haban aparecido estrellas y la luna iba subiendo. Dick se sintims tranquilo.

    Mir al interior de la habitacin iluminada. Entonces vio que la vieja se habaacostado en el sof desvencijado que ocupaba un rincn de la estancia. Una sbana lacubra hasta la barbilla y aparentaba dormir. Dick volvi al cobertizo. Comprendique ya no era necesario esperar por ms tiempo a Jorge y Julin. Deban de haberseextraviado por completo. O quizs el seor Gastn, o como se llamase, hubiesetenido que hacer alguna cura especial a la pata de Tim, y Julin habra decididoquedarse en la hospedera del mismo pueblo para pasar la noche.

    Bostez de nuevo.

    Estoy demasiado adormilado para seguir aguardando pens. Me caer delcajn si no voy ahora mismo a tenderme en la paja, porque me estoy quedandodormido. De todas formas, si los otros vienen, les oir llegar.

    Usando con precaucin su linterna, se dirigi hacia el interior del cobertizo. Cerrla puerta tras de s y la asegur con una viga que corra entre dos anillas a modo derudimentario cerrojo. El mismo ignoraba por qu estaba haciendo aquello. Acasofuese porque segua pensando en el mal genio del hijo de la vieja.

    Se tendi en la paja e instantneamente se qued dormido. Por la parte de fuera,

    el cielo era cada vez ms claro. La luna haba ascendido ya en el cielo. No era llena,pero s lo bastante crecida como para iluminarlo todo. Luca sobre la desolada casitade piedra y los cobertizos.

    Dick dorma profundamente. Estaba tendido sobre la paja blanda y soaba conTim, Jorge, con la laguna azul y las campanas. Especialmente con las campanas.

    Se despert sbitamente y, por un instante, no supo dnde se encontraba. Quera aquello que le rodeaba? Luego lo record. Claro, era paja. Estaba en un cobertizo.Iba a dormirse de nuevo cuando percibi un ruido.

    Era un pequeo ruido como si algo rascara las paredes de madera del cobertizo.Dick se sent. Habra ratas por all? Esperaba que no!

    Escuch atentamente. El ruido pareca provenir del exterior. Se detuvo unmomento y despus de un intervalo se reanud. Luego oy golpear suavemente en lapequea ventana que estaba sobre su cabeza.

    Estaba muy asustado. Las ratas rascan y corren, pero no golpean las ventanas.Quin estara hacindolo tan suavemente en la ventana? Contuvo la respiracin yescuch atentamente.

    Entonces oy una voz, un susurro asustado.Dick! Dick!

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    Dick estaba muy sorprendido. Sera Julin? Si lo era, cmo poda saber que lestaba en aquel cobertizo? Se sent y sigui escuchando, rgido por la sorpresa.

    Los golpes se repitieron, y luego la voz de antes dijo ms fuerte:Dick! S que ests ah. Te he visto entrar. Ven a la ventana. Pero, por Dios, no

    hagas ruido!

    Dick no lograba reconocer la voz. No era la de Julin, ni tampoco la de Jorge, nila de Ana. Entonces, cmo poda saber el que hablaba que l estaba all? Era muyextrao. Dick no saba qu hacer.

    Date prisa! urgi la voz. Tengo que irme dentro de un segundo y traigoun mensaje para ti.

    Dick decidi por fin acercarse a la ventana. Estaba seguro de no desear que el queestaba fuera penetrara en el cobertizo. Con precaucin, se arrodill sobre un montnde paja y habl desde debajo de la ventana.

    Aqu estoy dijo intentando hacer que su voz pareciera grave y de personaadulta.

    Has tardado mucho en venir refunfu el que estaba fuera.En aquel momento, Dick le vio a travs de la ventana. Slo poda divisar su cara

    flaca y de ojos salvajes, con una cabeza pelada como una bola.Se agach de nuevo, contento de que la cara no pudiese verle a l dentro de la

    oscuridad del cobertizo.Aqu va el mensaje de Nailer prosigui la voz. Dos rboles, agua triste,

    Juan el Descarado. Y dice que Maggie lo sabe. Te manda eso. Maggie tiene otroigual.

    Un pedazo de papel entr volando a travs del cristal roto de la ventana.Dick lo recogi. Estaba maravillado. Qu significaba todo aquello? Estara

    soando?La voz volvi a sonar, insistente y llena de urgencia.Has odo todo eso, Dick? Dos rboles. Agua triste. Juan el Descarado. Y

    Maggie tambin lo sabe. Me voy ya. Se oy el leve ruido de alguien que se arrastrabacon precaucin alrededor del cobertizo y luego se hizo el silencio. Dick permanecasentado, lleno de extraeza y miedo. Quin sera aquella persona de ojos salvajesque le haba llamado por su nombre en medio de la noche y le haba dado aquellosmensajes que nada significaban para la mente de un nio sooliento? No obstante,Dick ahora se senta completamente despierto. Se puso en pie y mir por la ventana.Por all no haba nada ni nadie. Slo se vea la casa solitaria y el cielo despejado.

    Dick volvi a sentarse y medit. Encendi la linterna con cuidado y examin elpedazo de papel que haba recogido. Era una media cuartilla sucia, con unas marcasen lpiz que no tenan la menor significacin para l. De cuando en cuando haba unapalabra impresa, pero tampoco stas tenan sentido para el nio. No vea pies ni

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    cabeza en todo aquello, ni en el visitante, ni en el mensaje, ni en el pedazo de papel.Debo de estar an soando, pens. Y guard el papel en el bolsillo. Se tumb

    de nuevo en la paja y procur hundirse en ella, porque haba cogido fro al acercarse ala ventana. Permaneci acostado, y, durante algn tiempo, sigui pensando en lascosas extraas y emocionantes que le haban ocurrido, pero luego not que sus ojos

    se cerraban.No obstante, antes de que estuviera completamente dormido, oy de nuevo pasos

    cautelosos. Es que regresaba aquel individuo? Esta vez alguien intent abrir lapuerta. El rudimentario cerrojo se lo impidi; mas el que estaba fuera sacudi lapuerta y pronto el pedazo de madera se cay. El intruso volvi a sacudir la puerta,como si creyera que sta se haba atascado, y luego la abri.

    Entr y la cerr detrs de l.Dick pudo entreverle. No era el mismo hombre que antes se haba acercado a la

    ventana. ste posea una espesa cabellera. Dick esperaba, rogando por que el hombreno se acercara a la paja.

    No se acerc. Se sent sobre un saco y aguard en silencio. Al cabo de un ratocomenz a pensar en voz alta, aunque Dick no consigui entender ms que una o dospalabras.

    Qu habr ocurrido? oy. Tendr que esperar mucho ms?Despus murmur algo que Dick no alcanz a entender.Esperad, esperad, eso har farfullaba el hombre.

    Se puso en pie y se estir. Luego se dirigi hacia la puerta y mir al exterior.Volvi a entrar y se aproxim de nuevo al saco. Se sent y permaneci quieto,mientras Dick notaba que sus ojos se cerraban de nuevo. Formara esto tambinparte de su sueo? No tuvo tiempo de averiguarlo, porque, de repente, se encontrrealmente soando. Paseaba por un lugar donde haba muchas campanas que nocesaban de sonar, y parejas de rboles alrededor suyo.

    Durmi pesadamente durante toda la noche. Cuando se hizo de da se despertsbitamente y se sent de un salto. Estaba solo en el cobertizo. Adonde se haba idoel segundo visitante? O quiz lo haba soado todo?

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    Captulo 7

    Por la maana

    Dick se levant y se desperez. Se senta sucio y desaliado, y tambin muyhambriento. Pensaba que quiz la mujer accediese a venderle pan y queso y un vasode leche.

    Tambin Ana debe de tener hambre se dijo. Espero que por lo menos estbien. Con precaucin sali al exterior y mir hacia la ventanita del desvn en el queAna haba pasado la noche.

    A travs de su cristal poda verse la angustiada cara de Ana, buscando a Dick con

    la mirada.Ests bien, Ana? grit Dick con voz ahogada.Ana abri la ventanita y sonri al muchacho.S, pero no me atrevo a bajar, porque el hijo de la vieja sorda est en la

    habitacin. Le oigo gritar a su madre de cuando en cuando. Tiene bastante mal genio.Entonces, aguardar a que salga para irse al trabajo antes de entrar a hablar con

    la vieja decidi Dick. Tengo que pagarle por haberte permitido dormir en eldesvn y quiz pueda convencerla para que nos venda algo de comida.

    Me gustara que lo hiciese replic Ana. Ya me he comido todo elchocolate que tena en la mochila. Esperar hasta que me llames.Dick le hizo una sea y desapareci en el cobertizo. Haba odo pasos!Apareci un hombre, un hombre bajo y fornido, un poco encorvado, con el pelo

    revuelto. Era el hombre que Dick haba visto en el cobertizo durante la noche.Refunfuaba y pareca de muy mal humor. Dick decidi permanecer oculto. Seagazapo en el cobertizo.

    Pero el hombre no entr all. Pas de largo sin cesar de refunfuar. Dick escuch

    atentamente hasta que se desvaneci el sonido de sus pasos. Oy que abra una verjay que sta volva a cerrarse detrs de l.

    Mejor ser que aproveche esta ocasin, pens Dick. Sali precipitadamente delcobertizo y se dirigi a la casa. El edificio se hallaba casi en ruinas y se vea muyabandonado a la luz del da. Ofreca un aspecto desolador.

    Dick saba que de nada le servira llamar, porque la vieja tampoco le oira. Poreso entr en la casa y encontr a la mujer fregando los platos en un resquebrajadobarreo. Ella le mir con cara de susto.

    Ya no me acordaba de ti! Ni tampoco de la nia! Est an arriba? Hazlabajar rpidamente, antes de que mi hijo regrese, y marchaos en seguida.

    Podra usted vendernos pan y queso? le grit Dick, pero la vieja era sorda

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    como una tapia y lo nico que hizo fue empujar al nio hacia la puerta. Mientras lehablaba sostena en la mano el pao mojado. Dick se apart y seal el pan que habaen la mesa.

    No, no. Ya te he dicho que debis iros en seguida insisti la mujer, quepareca aterrorizada ante la idea de que su hijo pudiese regresar. Apresrate a

    bajar a la nia!Pero, antes de que Dick pudiera hacerlo, se oyeron pasos y entr aquel personaje

    encorvado de extrao aspecto. Ya estaba de regreso trayendo en la mano algunoshuevos que haba ido a recoger.

    Entr en la cocina y mir a Dick.Fuera! exclam con enfado. Qu buscas aqu?Dick pens que sera mejor no decir que haba pasado la noche en el cobertizo.

    Haban ocurrido en l cosas extraas y quizs el hombre se enfurecera ms si saba

    que l haba permanecido all la noche anterior.Estaba preguntando a su madre si podra vendernos un poco de pan dijo, y

    en seguida lament no haberse mordido la lengua. Haba dicho vendernos! Por locual, el hombre podra adivinar que haba alguien ms con l.

    Quines sois? Con quin vas? pregunt el hombre mirando a todas partes. Ve a buscar al otro y os contar a ambos lo que suelo hacer con los chicos quevienen a robar mis huevos.

    Voy a buscarle! repuso Dick.

    Aprovech la ocasin para irse y corri hacia la puerta. El hombre le amenazcon el puo y casi le dio, pero Dick ya haba salido y avanzaba velozmente por elcamino. Se escondi detrs de una pequea construccin. Su corazn latafuertemente. No poda marcharse sin Ana. Tena que arreglrselas para regresar yrescatarla.

    El hombre se qued de pie junto a la puerta, gritando furiosamente. Sin embargo,no sali en persecucin del muchacho. Volvi a entrar en la casa y al cabo de unmomento sali de nuevo con un cubo lleno de comida para los animales. Dickcomprendi que iba a dar de comer a las gallinas.

    Era necesario que aprovechara aquella ocasin para ir en busca de Ana. Esperhasta que oy el chasquido de la verja lejana y entonces se apresur hacia la casa. Enla ventanita del desvn se vea la cara de Ana muy asustada. Haba odo lo que elhombre haba dicho a Dick y luego a su madre, ordenndole que no permitiera a losmuchachos entrar en la casa.

    Ana! Baja rpidamente. Ya se ha marchado grit Dick. Rpido!La cara de Ana desapareci de la ventana. Se dirigi a (oda prisa a la puerta,

    descendi las escaleras de dos en dos y atraves corriendo la cocina. La vieja laahuyent con el pao que llevaba en la mano, rindola a gritos.

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    Dick entr en la cocina y dej un cheln sobre la mesa. Cogi a Ana por el brazoy ambos salieron de la casa y huyeron por el camino. No se detuvieron hasta quellegaron a la pared que haban seguido la noche anterior.

    Ana estaba muy asustada.Qu hombre ms horrible! se lament. Oh, Dick, y qu lugar tan

    horroroso! Me parece que Julin estaba loco cuando eligi un lugar como ste parapasar la noche. Qu casucha! No pareca una granja. No hay en ella ni vacas nicerdos. Al menos yo no los he visto, y ni siquiera tienen un perro pastor.

    Mira, Ana, yo no creo que esto sea la alquera de la Laguna Azul le contestDick mientras andaban junto a la tapia, en busca de la verja por donde haban entradola noche anterior. Nos hemos equivocado. Era otra alquera. Si no nos hubisemosextraviado, habramos llegado a la alquera de la Laguna Azul.

    Qu pensarn Jorge y Julin? pregunt Ana. Sin duda, estarn muy

    preocupados pensando qu nos habr ocurrido. Crees t que ellos habrn llegado sinextraviarse?

    Tendremos que investigarlo respondi Dick. Debo de tener un aspectomuy sucio y desaliado, verdad, Ana? Me siento bastante mal.

    S. No tienes un peine? Llevas los pelos revueltos y llenos de paja y la caramuy sucia. Mira, por aqu cerca corre un riachuelo. Cogeremos nuestros pauelos ynos lavaremos las manos y la cara.

    Se lavaron un poco en el agua fra del riachuelo y Dick se pein.

    As ests mucho mejor dijo Ana. Cunto deseara tener algo para comer!Me estoy muriendo de hambre. No he dormido muy bien. Y t, Dick? Mi colchnera duro y yo tena miedo all sola, en aquel extrao cuartucho.

    Antes de que Dick pudiera contestar, un nio se acerc silbando y entr por laverja. Pareci extraado al ver a Dick y a Ana.

    Hola! los salud. Ya estis levantados?S contest Dick. Puedes decirnos si este lugar se llama la alquera de la

    Laguna Azul?Y seala hacia la casa de la vieja.El nio se ech a rer.Eso no es ninguna alquera. Es la barraca de la seora Taggart, un lugar sucio y

    ruinoso. No os acerquis a l, porque su hijo os echara. Le llamamos Dick el Sucio.Es el terror de estos contornos. La alquera de la Laguna Azul est por ese lado. Msall de la hostera de Los Tres Pastores, hacia arriba, a la izquierda.

    Muchas gracias dijo Dick, que se senta muy enfadado con el hombre delcarro que les haba indicado el camino equivocado.

    El chico salud con la mano y se apart por el camino que se extenda entre losbrezos.

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    La noche pasada nos equivocamos de camino coment Dick mientrascaminaban de regreso por los campos que haban atravesado la noche anterior.Pobre Ana! Te he conducido por este largo camino a oscuras y bajo la lluvia hacia unlugar horrible. No s qu va a decirme Julin.

    Ha sido tambin culpa ma le tranquiliz Ana. Vayamos hacia la hostera

    de Los Tres Pastores y llamemos desde all por telfono a la alquera de la LagunaAzul, no te parece? Es decir, si es que hay telfono. No tengo ningn deseo deseguir andando durante kilmetros y kilmetros para, a lo mejor, no encontrartampoco esa famosa alquera.

    Bien pensado! dijo Dick. Los Tres Pastores es aquel lugar en que unamujer sacuda una alfombra por la ventana, lo recuerdas? Le indic a Julin elcamino que deba seguir para ir a la casa de Spiggy. Me gustara saber cmo estTim. Espero que se encuentre mejor. Esta marcha no va resultando tan bien como nos

    imaginbamos.Pero an queda tiempo para que todo se arregle replic Ana, que estaba ms

    contenta de lo que ella misma crea. Deseaba con toda su alma tener algo que comer.Llamaremos a Julin desde Los Tres Pastores para contarle lo que nos ha

    ocurrido dijo Dick cuando llegaron al camino en que se haban llenado de barro lanoche anterior. Ayud a Ana a pasar por el portillo y saltaron al estrecho camino.Y, adems, podemos desayunarnos all. Estoy seguro de que comeremos ms que lostres pastores juntos, por ms hambre que tuvieran.

    Ana se sinti mucho ms contenta todava. Ya pensaba que tendran que andarhasta la alquera de la Laguna Azul sin desayunarse.

    Fjate, un riachuelo cruza aqu el camino. No es extrao que me mojara ayerlos pies. Venga, date prisa. El pensar en el desayuno me da alas en los pies.

    Por fin llegaron al pueblo de Beacon y se dirigieron a la hostera. En la enseaaparecan pintados tres pastores con triste expresin.

    Su aspecto es tan malo como el mo suspir Ana, aunque el mo cambiarmuy pronto. Ah, Dick! Piensa en comer gachas, tocino con huevos fritos y tostadascon mermelada. Puedes imaginrtelo?

    Primero telefonearemos respondi Dick con firmeza. No obstante, se detuvoen seco cuando comenzaba a subir los pocos escalones de la entrada de la hostera.Alguien le estaba llamando.

    Dick! Dick! Ana! Mralos, estn all! Dick, Dick!Era la poderosa voz de Julin. Dick dio la vuelta en redondo, con gran jbilo.

    Julin, Jorgina y Tim corran por la calle del pueblo gritando y hacindoles seales.Tim fue el primero en alcanzarlos y ya no cojeaba en absoluto. Se lanz sobre ellos,ladrando como un loco y lamindoles las manos y las piernas.

    Julin, cunto me alegro de verte! exclam Ana con voz temblorosa.

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    Anoche nos perdimos. Jorge, est ya Tim completamente bien?S, del todo contest Jorgina. Ya lo veis.Os habis desayunado? interrumpi Julin. Nosotros todava no.

    Estbamos tan preocupados que bamos a ver a la polica, pero ahora ya no esnecesario y podremos desayunar juntos y contarnos nuestras respectivas aventuras.

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    Captulo 8

    De nuevo todos reunidos

    Era hermoso encontrarse de nuevo todos reunidos. Julin cogi el brazo de Ana yla pellizc.

    Te encuentras bien, Ana? pregunt, preocupado por la palidez de la nia.Ana asinti con la cabeza. Se senta mucho mejor desde que tena a su lado a

    Julin, Jorge y Tim, adems de Dick.Pero estoy muerta de hambre dijo.Voy a pedir el desayuno en seguida decidi Julin. Luego nos contaremos

    lo ocurrido!La mujer que la noche anterior estaba en la ventana sacudiendo la alfombra salial encuentro de los nios.

    Ya s que es un poco tarde para pedir el desayuno se excus Julin, perotodava estamos en ayunas. Qu pueden prepararnos?

    Gachas y natillas respondi la mujer. Y tocino de nuestra matanza yhuevos de casa. Tambin tenemos miel de nuestros panales y pan que yo mismaamaso. Os conviene? Tambin hay caf con leche.

    Me gustara abrazarla exclam Julin sonriendo.Todos los dems sentan lo mismo. Entraron en un pequeo comedor confortabley se sentaron para esperar.

    Ahora contadme lo que os ha ocurrido dijo Dick acariciando a Tim.Fuisteis a la casa de Spiggy? Encontrasteis en ella al seor Gastn?

    No, no estaba all dijo Julin. Haba salido. Pero su esposa era muyamable y nos rog que le espersemos. Nos asegur que l mirara la pata de Tim encuanto regresara.

    Esperamos hasta las siete y media! intervino Jorgina. Y nos sentamosmuy preocupados porque pensbamos que ya era hora de la cena. Por fin lleg elseor Gastn.

    Mir la pata de Tim y no s qu le hizo aadi Julin. Seguramente lacoloc en su sitio. Tim dej escapar un gemido y Jorge se lanz sobre l. El seorGastn se ri mucho de Jorge.

    Es que se mostr muy brusco con la pata de Tim se disculp Jorgina. Perol saba lo que se haca y ahora est completamente bien. Slo le queda el cardenal en

    la espalda y tambin ste se va reduciendo. Corre tan gilmente como siempre.Me alegro dijo Ana. He pasado la noche pensando en el pobre Tim. Le

    acarici y l la lami.

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    Qu hicisteis luego? pregunt Dick.El seor Gastn insisti para que nos quedramos a cenar explic Julin.

    No quiso aceptar nuestra negativa y la verdad es que nosotros estbamoshambrientos. Nos quedamos, pues, y la cena fue riqusima. Tambin Tim tuvo unabuena comida. Despus se qued hinchado. Pareca un tonel. Menos mal que hoy ya

    no lo est.No nos fuimos de all hasta cerca de las nueve prosigui Jorgina. No

    estbamos preocupados por vosotros porque creamos que estabais en lugar seguro yque ya adivinarais que habamos tenido que esperar por lo de Tim. Cuando llegamosall y nos enteramos de que vosotros no habais llegado, nos sentimos desesperados.

    Pero pensamos que podais haber encontrado algn lugar en que pasar la nochedijo Julin. Sin embargo, decidimos que, si no sabamos nada de vosotros a lamaana siguiente, iramos a la polica y le explicaramos vuestra desaparicin.

    Por eso esta maana nos bamos hacia all antes del desayuno. Esto os dir lopreocupados que nos sentamos por vosotros. La alquera de la Laguna Azul era muyagradable. Nos proporcionaron una cama a cada uno, en dos pequeas habitacionesmuy pulcras, y Tim se qued a dormir conmigo.

    Un olor delicioso se extendi por el pequeo comedor y en seguida entr lamesonera con una gran fuente. En ella haba una montaa de gachas, un tazn de jugodorado, un cuenco con natillas, un plato con tocino y huevos fritos y una gran pila detostadas, doradas y crujientes. Tambin haba un platito con setas.

    Oh! Esto es una maravilla! exclam Ana al verlo. Son precisamente lascosas que ms me apetecen!

    Luego os traer ms pan, mermelada, mantequilla, el caf y la leche caliente dijo la mujer, colocando las cosas sobre la mesa. Y si deseis ms huevos o mstocino, no tenis ms que llamar al timbre.

    Es demasiado hermoso para ser verdad! dijo Dick, mirando la mesa.Nias, servios un poco rpidamente; si no, olvidar mi educacin.

    Fue un desayuno de maravilla, o mejor an, porque todos ellos tenan muchsimahambre. Nadie habl mientras coman las gachas y las natillas, endulzadas con elugo dorado. Tambin a Tim le sirvieron un gran plato. Le gustaban las gachas. Sin

    embargo, no quiso jugo porque se le pegaban los bigotes.Me siento mucho mejor dijo al fin Ana, contemplando su plato de gachas.

    Pero estoy preocupada. No s si tomar ms gachas, corriendo el peligro de que luegono me apetezcan el tocino y los huevos, o s ser mejor que me dedique a ellos desdeahora mismo.

    Es un problema difcil de resolver. Yo estoy exactamente en la misma duda confirm Dick. De todos modos, me parece que voy a decidirme por los huevosfritos y el tocino; siempre me quedar el recurso de repetir de las gachas si todava

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    me apetecen. Adems, estas setas me estn haciendo la boca agua. Qu golosossomos! Pero no se puede evitar cuando uno est tan hambriento.

    No nos habis contado lo que os ocurri anoche les record Julinrepartiendo el tocino y los huevos con mano generosa. Ahora que ya tenis algodentro, quizs os sea posible explicarnos con exactitud por qu desosteis mis

    instrucciones y no os dirigisteis adonde habamos quedado.Vaya! Hablas exactamente como el profesor del colegio dijo Dick. Pues,

    sencillamente, lo que sucedi fue que nos extraviamos. Y cuando por fin llegamos aalguna parte, cremos que era la Laguna Azul y all pasamos la noche.

    Ya veo replic Julin. Pero la gente que all estaba, no os advirti queaqul no era el lugar que buscabais? Se os poda haber ocurrido que estaramospreocupados por vosotros.

    La vieja que estaba en la casa era sorda como una tapia aclar Ana, que,

    entre tanto, se las entenda con el tocino y los huevos. No consigui or nada de loque le preguntbamos, y como creamos que habamos llegado a la alquera de laLaguna Azul, all nos quedamos, a pesar de que era un lugar horrible. Y, por otraparte, estbamos muy preocupados porque no llegabais!

    Y aqu acaba el captulo de sucesos dijo Julin. Bien est lo que bienacaba.

    No seas tan pedante! protest Dick. La verdad es que pasamos un malrato, Julin. La pobre Ana durmi en un pequeo desvn y yo en un cobertizo,

    tendido en la paja. No es que esto me importe, pero es que pasaron cosas muy rarasdurante la noche. Al menos a m me pareci que lo eran. No estoy seguro de que nofuera todo un mal sueo.

    Qu cosas ocurrieron? pregunt Julin.Ya os lo contar en el camino de regreso contest Dick. Cuando pienso en

    ello a la luz del da, me parece que, o bien se trataba de un sueo, o fue algo muyextrao.

    No me lo habas contado! dijo Ana.Si quieres que te diga la verdad, lo olvid. Han ocurrido tantas cosas desde

    entonces! Tuvimos que huir de aquel hombre. Nos sentamos preocupados porJulin y Jorge y, adems, tenamos mucha hambre.

    Parece que no pasasteis buena noche coment Jorgina. Debi de serhorrible buscar el camino en la oscuridad. Y, encima, llova a cntaros, no esverdad?

    S asinti Ana. Pero lo que ms me asust fueron las campanas. Lasoste, Julin? Me daban mucho miedo. No saba lo que significaban, ni por qutocaban.

    De verdad no sabis por qu tocaban? pregunt Julin. Pues repicaban

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  • 7/24/2019 Un Fin de Semana de Los Cinco - Enid Blyton

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    desde la crcel, segn nos ha contado esta buena mujer, para advertir a todo el mundoque un prisionero se haba escapado. Las campanas decan: Cuidado! Vigilad! Seha escapado un prisionero! Cerrad las puertas! Estad en guardia!

    Ana mir a Julin en silencio. Ahora comprenda por qu las campanas habanarmado tanto ruido. Por su cuerpo corri un escalofro.

    Me alegro de no haberlo sabido dijo al fin. Hubiese preferido dormir en lapaja con Dick, de saber que un preso se haba escapado. Lo han capturado ya?

    No lo s respondi Julin. Se lo preguntaremos a la mesonera.As lo hicieron, y ella neg con la cabeza.No, no lo han cogido an, pero lo cogern. Las salidas de los pramos estn

    muy bien guardadas y todo el mundo vigila. Era un ladrn que entraba en las casas yatacaba a los que se resistan. Un individuo peligroso!

    Julin, te parece bien que sigamos nuestra marcha por los pramos ahora que

    sabemos que anda por ellos un fugitivo? pregunt Ana. Yo no me sentir agusto.

    Tim va con nosotros la tranquiliz Julin. Es lo bastante fuerte paraprotegernos contra tres prisioneros, si fuera necesario. No tengas miedo!

    Guau! afirm Tim. Y golpe el suelo con su cola.Por ltimo, todos acabaron el desayuno. Incluso la hambrienta Ana no pudo

    acabar el ltimo mordisco de su tostada. Estaba radiante.Me siento a mis anchas anunci. No puedo decir que tenga muchas ganas

    de andar, pero s que eso me sentar bien despus de un desayuno tan abundante.Bien o mal, tendremos que proseguir nuestro camino dijo Julin, ponindose

    en pie. De todas maneras, primero comprar unos cuantos bocadillos.La mesonera estaba muy satisfecha por las sinceras alabanzas de los nios. Les

    prepar algunos bocadillos.Volved por aqu siempre que lo deseis les invit. Siempre habr algo

    bueno para vosotros.Los cuatro se fueron calle abajo y torcieron por una senda que encontraron al

    final. Dicha senda serpenteaba durante un corto trecho y luego se internaba en unvalle. Por el centro de este valle corra un riachuelo. Los nios podan or sumurmullo.

    Qu lugar ms hermoso! se extasi Ana. Seguiremos junto al ro? Megustara mucho.

    Julin consult su plano.S, podemos seguirlo accedi. He sealado el sendero que hemos de tomar

    y el riachuelo se cruza con l un poco ms abajo. As es que podemos andar junto al, aunque el camino por aqu ser malo.

    Bajaron hasta el riachuelo.

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    Oye, Dick dijo Julin cuando abandonaron el sendero, por qu no