TrHistoria de La Iglesia Católica. Tomo II

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Β LLORCA S. I. - R. GARCIA VILLOSLADA S. I. F. J. MONTALBAN S. I. HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA En sus cuatro grandes edades: Antigua, Media, Nueva, Moderna II EDAD. MEDIA (8 0 0- 1 3 0 3) La cristiandad en el mundo europeo y feudal SEGUNDA EDICIÓN, CORREGIDA Y AUMENTADA,' POR EL PADRE RICARDO GARCIA VILLOSLADA, S. I. moresOH DB HISTORIA BCI.KS1ASTICA *N LA FONTIKICIA UNIVERSIDAD GREGORIANA DH ROMA BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS MADRID · MCMLVIII

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  • LLORCA S. I. - R. GARCIA VILLOSLADA S. I. F. J. M O N T A L B A N S. I.

    HISTORIA DE LA

    I G L E S I A C A T L I C A En sus cuatro grandes edades: Antigua, Media, Nueva, Moderna

    II

    EDAD. MEDIA (8 0 0- 1 3 0 3) La cristiandad en el mundo europeo y feudal

    SEGUNDA EDICIN, CORREGIDA Y AUMENTADA,' POR EL PADRE

    RICARDO GARCIA VILLOSLADA, S. I. moresOH DB HISTORIA BCI.KS1ASTICA *N LA FONTIKICIA

    UNIVERSIDAD GREGORIANA DH ROMA

    BIBLIOTECA DE AUTORES CRISTIANOS M A D R I D M C M L V I I I

  • Nihil obstat: Dr. Jos Luis Lazcano, Censor.

    Imprim potest: P. Cndido Mazn, S. I., Prep, de I Prov. Cast. Occid.

    Imprimatur: f Jos Maria, Ob. aux. y Vic. gral.

    Madrid; 21 de agosto de 1958.

    DcpMlto l e g a l : M. 748 - 1988.

  • I N D I C E G E N E R A L

    Pgs.

    PRELIMINARES i x

    Introduccin bibliogrfica general 3 I. Repertorios bibliogrficos 3

    II. Fuentes de la Historia eclesistica medieval HT. Ciencias auxiliares de la Histoiia 10 IV. Enciclopedias y revistas histricas 16 V. Historias generales 19

    Introduccin historiolgica 21 I. Nombre y valoracin de la E d a d Media 21

    I. Lmites de la E d a d Media 27 III . Caracteres y divisin de la Edad Media 32

    P A R T E I.De Carlomagno a Gregorio V I I (8001073) 36 CAPITULO I .Propagacin del cristianismo durante todo el

    Medievo 37 I. Evangelizacin de log pueblos germnicos 37

    II. San Bonifacio, apstol de Alemania 44 III . Conversin de los sajones y otros pueblos del norte. 51 IV. Evangelizacin del Oriente de E u r o p a : 56

    CAPTULO II .Origen de los Estados pontificios 67 I. El Patr imonio de San Pedro 67

    . Independencia del R o m a n o Pontfice 75 CAPITUI.O III .Oorlomagno, emperador de Occidente 85

    I. La personalidad de Carlomagno 86 II. Origen y c a r c t e r del nuevo Imperio 94

    III. La obra de Carlomagno 104 CAPITULO T V . L o s papas del siglo IX y los monarcas caro

    lingios 110 I. P r i m e r a s luchas del Pontificado 110

    II . Reinado de Nicols I 119 . Ultimo tercio del siglo ix 124

    CAPITULO V."Saeculum ferveum obscurum". Los papas y los emperadores sajones .' 131

    I. Desprestigio de la Sede romana 132 II. Restauracin otoniana 143

    III. Otn II y Otn III . Luces y sombras 153

  • Pegs.

    CAPITULO VI.Bajo la dinasta Slica o de Franconia. Reforma pregregoriana 164

    I . Principios de renovacin. Len IX 164 II . Preparacin de la R e f o r m a gregoriana. Nicols . 1 171

    CAPITULO V U . E l feudalismo y la Iglesia 176 I. Nociones fundamentales 176

    . Instituciones feudales eclesisticas. Iglesia propia. 184 CAPTULO V1XLIslam y cristiandad 193

    L Conquistas del Islam. Califato de Crdoba 194 . En la E s p a a liberada 203

    CAPITULO I X . L a hereja y el cisma 210 I. Contra el culto de los iconos en Oriente 210

    . El error adopcionista ; 224 . Gotescalco y las controversias de la predestinacin 229 rV. L a s controversias eucarsticas del siglo ix al xi ... 238 V. El chisma de Oriente 244

    CAPTULO X.Gobierno y disciplina de la Iglesia. Flores de santidad 261

    I. Disciplina eclesistica 261 . Vida cristiana. Liturgia y santidad de la Iglesia . . . 267

    CAPTULO X L L a vida monstica 276 I. Pr imeros conatos de reforma 276

    II. . R e f o r m a cluniacense 283 . Vida monstica en Italia , 289 IV. El monacato espaol , 296

    CAPITUI.O X I I . L a Iglesia, educadora de Europa 299 I. Escuelas monacales y episcopales 299

    II . La cultura intelectual de Ir landa y de Inglaterra 308 . El Renacimiento carolingio 310 IV. La cultura europea en los siglos y xi 319 V. Actividad literaria de los bizantinos 332

    CAPTULO .Arte romnico 335

    P A R T E II .De Gregorio IVII a Bonifacio V I I I (10731303) . . . 348 mirada panormica 348 CAPTULO I.La reforma gregoriana 350

    I. L a s causas del mal 350 II. El hombre providencial 356

    I I I . Gregorio V I I frente a Enrique IV 366 rV. "Dlctatus papae" 376 V. Gregorio V I I en sus relaciones con otros reyes cris

    tianos 387 CAPTULO II .Los papas gregorianos 399

    I . El cluniacense Urbano II 401 LT. La lucha de las investiduras bajo Pascual II 411

    . Calixto y el concordato de Worms 420

  • Pgs.

    CAPTULO .Las primeras Cruzadas . 425 I. Gnesis de las Cruzadas 428

    II. P r i m e r a Cruzada 437 III . Segunda Cruzada 456 TV. T e r c e r a Cruzada 462 V. Resultado general y frutos de las Cruzadas 470

    CAPITULO IV.La Reconquista espaola de los siglos XII y XIII 472

    I. Grandes conquistas cristianas 473 . La E s p a a del siglo Xin 481

    CArTULO V.El Pontificado hasta Inocencio III 505 I. El cisma de 1130 506

    . Revolucin romana. Eugenio I I I 514 HI. Feder ico B a r b a r r o j a y Adriano IV 523 IV. Federico I y Alejandro I I I 531 V. Cinco pontificados efmeros 542

    CAPITULO VI.Inocencio III, el Augusto del Pontificado ... 544 I. Inocencio I I I y los diversos E s t a d o s cristianos ... 546

    IL La c u a r t a Cruzada. Constantinopla 559 ILL La Cruzada contra loe albigenses 571 IV. El concillo IV de Let rn 578 V. Concepcin eclesistica y polticoreligiosa de Ino

    cencio ILT 588 CAPTULO V I L L o s sucesores de Inocencio III en lucha con

    Federico II 591 I. Honorio ILT y Gregorio LX 592

    II . El papa Inocencio IV 604 III . San Luis de F r a n c i a y la Cruzada de Egipto 614 IV. Los papas y el Imperio 618

    CAPTULO VLTLEl Pontificado bajo el signo de Francia ... 620 I. Urbano TV y Clemente IV 621

    II. La sptima Cruzada 626 . Gregorio X y el concilio LT de Lyn 630 IV. De Inocencio V a Nicols IV 640 V. Embajadas y misiones a los t r taros y mogoles . . . 652 VI. Celestino V. Efervescencia religiosa 658

    CAPITULO LX.Bonifacio VIII 670 I. P r i m e r a s actuaciones 672

    . Felipe el Hermoso frente a Bonifacio 679 ILT. Los Colonna y los Espirituales 691 IV. Obras de paz 702

    V. Nuevos conflictos. B u l a " U n a m s a n c t a m " 715 VI . La ca ts t rofe 736

    CAPITULO X . L a Jerarqua eclesistica 746 CAPITULO XI. Monaquismo benedictino. Cistercienses. Ca

    nnigos regulares

  • Pgs.

    II. La Orden de los Cartujos ||? I I I . Los Cannigos regulares 7 8 5

    CAPITULO X I I . L a s cuatro grandes Ordenes mendicantes 794 I. Orden de los P a d r e s Predicadores 797

    II . Orden de los Frai les Menores o Franciscanos 806 I I I . Los Carmelitas y Agustinos 827

    CAPITULO XIII .has Ordenes militares 837 I. Ordenes militares palestinenses 839

    II . Ordenes militares espaolas y portuguesas 844 I I I . Ideal de la Caballera 861

    CAPITULO X I V . L a lucha de la Iglesia contra el error y la hereja : 856

    I. Herejas occidentales 856 II . La hereja en Occidente 859

    III . Hereja de los c a t a r o s o albigenses 869 IV. Otros herejes 880 V. Los1 judos en la E d a d Media 884

    VI. La Inquisicin medieval 889 VII . Los procedimientos inquisitoriales 904

    CAPITULO X V . L a ciencia cristiana 911 I. Las escuelas del siglo xn 911

    . . La enseanza universitaria 918 I I I . La escolstica 935 IV. La teologa mstica 961 V. El Derecho cannico 985

    CAPITULO XVI.Liturgia y vida cristiana 998 I. Desarrollo de la liturgia ' 998

    . Devociones populares 1006 . La vida cristiana '. 1015

    CAPITULO XVII .Literatura y arte 1031 I. La poesa 1032

    . El gtico 1034 ndice alfabtico de materias, personas y lugares 1051

  • P R E L I M I N A R E S

    DAMOS, por fin, al pblico este segundo volumen de la Historia de la Iglesia Catlica, que abarca la "Edad Media". Por ms que nos hayamos afanado en estudiar seriamen

    te, segn la medida de nuestras fuerzas, los mltiples problemas de aquella poca:, no podemos decir que estemos satisfechos del resultado. Hay todava mucho que repensar sobre el hombre medieval, sus circunstancias histricas, su actitud ante la vida temporal y eterna. Quedan muchas interrogaciones en pie y machos puntos que aclarar, precisar e interpretar.

    La historia de la Iglesia medieval no es en Espaa suficientemente conocida. Tenemos eximios medievalistas, que se han especializado en otros problemas, jurdicos, polticos y culturales, tangenteando apenas los propiamente religiosos y eclesisticos, sobre todo en su aspecto ms universal y catlico. Por no haber tenido en cuenta los datos y enseanzas de la historia de la Iglesia, algunos de nuestros ms originales ensayistas torcieron o desenfocaron la visin de no pocos problemas histricos. La faceta puramente eclesistica suelen ignorarla en nuestra Patria aun los que mejor conocen la historia general del Medioevo, salvo un puado de especialistas, a cuya labor metdica, concienzuda y speranzadora nos complacemos en rendir un tributo de admiracin y aplauso.

    Juzgamos, pues, hacer obra util difundiendo el conocimiento de la historia de la Iglesia catlica en esa poca tan idealizada por unos como calumniada por otros. Lo que importa es conocerla tal como fu, ms que en tos episodios anecdticos, en los rasgos esenciales.

    Es evidente que dentro de la universalidad de aquella Respublica Christiana se desarrollan fuertes particularismos nacionales y regionales con sus problemas propios y privati-vos: y no hay duda que la misma cultura medieval, con ser tan unitaria, se puede fraccionar indefinidamente bajo el prismtico del investigador: pero preguntamos: existe acaso, para le visin comprensiva de los siglos medios, un ngulo visual mds ancho y dilatado que el eclesistico?

  • Juzgamos que el estadio perfecto de aquella edad no puede hacerse sino a la luz del Cristianismo, ya que la Iglesia fu la educadora de aquellos pueblos, la plasmadora de su mente y de su espritu, la que por medio de los pontfices y de los doctores, de los monasterios de San Benito y de las Ordenes mendicantes, de los concilios y de la liturgia, hizo posible la floracin de una hermandad de pueblos, cuya civilizacin fu marcando sus hitos seeros en el humanismo de Juan de Salisbury, en el misticismo de San Bernardo y de los Victorinos y de San Buenaventura, en la lgica de Pedro Hispano, en la dialctica de Abelardo, en la Suma teolgica de Santo Toms de Aquino, en el Corpus Iuris Canonici, en las Siete Partidas de Alfonso el Sabio, en las universidades y en los gremios de artesanos, en la piedra espiritualizada de las catedrales romnicas y gticas, en el Cantar del mo Cid, en el Parzival y en la Divina Comedia.

    Actuaban, es cierto, contemporneamente otras fuerzas disgregadora, crticas y aun disolventesaudacias herticas, contagios averrosticos. movimientos paupersticos o espiritualistas; y eso explica la fermentacin ideolgica y social de aquella nebulosa histrica, que a ratos pareca serenarse y aclararse.

    Loable es el trabajo de estudiar las influencias islmicas o judaicas, la aportacin germnica, o cltica, o eslava; la pervivencia d las primitivas razas en el juego histrico de la Europa cristiana: pero no se olvide que el principio vital de aquella cultura, el supremo elemento seleccionador, asimilador y unificador fu el Cristianismo, que tantas cosas adapt, transform y elev, repudiando otras muchas y dejndolas hundirse en la subhistoria.

    Al trazar el cuadro de la Iglesia y de la Cristiandad en esos siglos, no soslayaremos deliberadamente ni sus luces ni sus sombras. Tanto las unas como las orras" nos saltarn a loe o/os y procuraremos observarlas con objetividad. Todas son instructivas ' y aun "edificantes", contempladas con criterio providencialista.

    . Por otra parte, es natural que, en la historia de la Iglesia se reflejen los altibajos y las desigualdades chocantes de aquella edad histrica de Europa, llena de contrastes, como que llevaba en su seno dos mandos espirituales antagnicos. "Enorme y delicada", la intuy Verlaine en un conocido soneto. Y juntando nuevos eptetos contrapuestos, podramos llamarla brbara y brutal o bien espiritualista y soadora; tumultuosa o jerrquica; pacfica o guerrera; peregrinante o reclusai platnico-agstiniana o aristotlco-tomista; latina o romance o germnica; romana o parisiense; con solera humanstica, pero tambin con una peligrosa destilacin de alquimia arbigo-toledana inquisitorial hertica; hija del feudalismo

  • PRELIMINARES XI

    o madre de la burguesa; gobernada por monarcas tan antitticos como Luis IX el Santo y Federico II, el irreconciliable enemigo de la Santa Sede, y por pontfices tan opuestos como ]uan XII el licencioso y Gregorio VII el reformador, Inocencio III, el arbitro de los reyes, y Celestino V el anacoreta.

    Es preciso que nos demos cuenta de semejantes antagonismos viscerales, si deseamos comprender a evolucin de los tiempos. El Renacimiento y el Humanismo, por ejemplo, son dos hermanos mellizos y discordes como Esa y Jacob ^tal es al menos nuestro concepto, que nacen de las entraas mismas de la Edad Media, por ms que ellos, desconocedores de sus verdaderos padres, se inventen remotas genealogas.

    Renacimiento y Humanismo no pueden entenderse en su verdadero sentido, sin conocer antes hondamente, el Medioevo; y este mismo conocimiento ayudar a saber interpretar el signo inicial del Protestantismo, la esencia de la llamada Contrarreforma, el carcter de la Ilustracin, los sueos del Romanticismo. Ni siquiera el filsofo o profeta de la historia que pretenda adivinar las prximas singladuras de ese roto navio que an llamamos Europa, tendr probabilidad de acierto si no ha calado bastante en la historia de la Edad Media, quea nuestro parecerno es otra cosa que la historia de Europa en los das en que sta se forjaba unitariamente.

    Bajo el aspecto religioso se ha pintado alguna vez aquella Edad como ta realizacin del ideal catlico. Lejos de nosotros tan limitada concepcin del Catolicismo y tan poca fe en sus destinos histricos. Reconozcamos que muchas cosas del Medioevo han muerto para siempre; otras perduran en incesante renovacin vital. Tan insensato y pueril nos parece el apedrear las ruinas ilustres, que deca el poeta, conio construir alegremente sobre ellas, ignorando su primitivo diseo,

    Ojal sirvan estas pginas para despertar en los aficionados a ta historia el deseo de estudiar los problemas eclesisticos y culturales de la Edad Media no en manuales como ste en ensayos ms o menos sugestivos, sino en sus propias fuentes. No nos dolera mucho la acusacin de que la bibliografa que aducimos en cada captulo fuese incompleta; serianos, en cambio, muy sensible el reproche de que hubisemos olvidado fuentes de primaria importancia.

    RICARDO G. VILLOSLADA, S . I . OaSalamancaRoma, 30 de junio de 1953.

  • XII PRELIMINARES

    NOTA A LA SEGUNDA EDICIN.

    Agotada la primeva edicin de este libro ms pronto de lo que se pensaba, he preparado rpidamente a segunda, teniendo en cuenta las observaciones que crticos benvolos me hicieron. Muchos son os cambios leves, principalmente en las notas y bibliografa; de cierta cuanta, las modificaciones introducidas en la parte II, captulos 4 y 13, sobre los orgenss de Santiago y de las Ordenes militares. La novedad mayor est en haber aadido el largo capitulo 9 sobre Bonifacio VIII, que en la primera edicin se omiti, contra mi voluntad, por razones particulares que hoy no existen.

    R. G. V.

    Roma, 1 de marzo de 1958.

  • VOLUMEN SEGUNDO

    E D A D M E D I A ( 8 0 0 - 1 3 0 3 )

    La cristiandad en el mundo europeo y eudal

  • INTRODUCCIN BIBLIOGRFICA GENERAL

    Creemos de suma utilidad el orientar al aprendiz de historia medieval en la gran selva de la bibliografa, sealndole en esta introduccin las fuentes capitales, las colecciones ms importantes, las obras ms fundamentares e imprescindibles, las revistas, diccionarios y otros subsidios bibliogrficos que le facilitarn el estudio de la historia eclesistica de esa edad, o por lo menos le ayudarn a dar con los libros necesarios para ello, pues encierra mucha verdad aquel dicho: Qui seit ubi sit scientia, habenti est ptoximus.

    I. REPERTORIOS BIBLIOGRFICOS U. CHBVALIBR, Rpertoire des sources historiques du moyenge:

    I. BioBibliographie (2 vols., P a r s 1 9 0 5 1 9 0 7 ) ; . TopoBioMographie (2 vols., Montbliard 1 8 9 4 1 9 0 3 ) . Aunque su bibliografa est ya anticuada, encierra muchos datos tiles sobre personas y lugares.

    A. POTTHAST, Bibliotheca histrica medii aevi (2 vols., Berl n 1 8 9 6 ) . El mejor repertorio de fuentes narrat ivas , con indicacin de manuscritos, ediciones y t rabajos crt icos; tilsimo p a r a encont r a r en seguida el autor buscado en cualquiera de las grandes colecciones. ,

    U. BALZANI, Le cronache italiano nel medio evo descritte (Miln 1 9 0 0 ) .

    C. CIPOLLA, Publicazioni sulla storia medioevale italiana (Venec ia 1 9 1 4 ) .

    C. GROSS, The sources and literature of English history to about 18J,S (Londres, Nueva Y o r k 1 9 1 5 ) .

    DAIILMANNWAITZ, Quellenkunde der deutschen Geschichte (2 vols., Leipzig 1 9 3 1 S 2 ) .

    H. PxRENNE, Bibliographie de l'histoire de Belgique (Bruselas 1 9 3 1 ) . H. B A R T H , Bibliographie der* BchweieerGeschichte (3, vola., Basi

    lea 1 9 1 4 1 5 ) . B. SANCHZ ALONSO, Fuentes de la historia espaola e hispano

    americana (Madrid 1 9 2 7 ) . P o c o til p a r a la Historia eclesistica, Por limitarse a lo poltico.

    BALI.ESTSIR, Bibliografa do la Historia de Espaa (Barcelo-A . 1 9 2 1 D e m a s i a d o elemental.

    M O U N I E R , Les sources de l'histoire de France des origines aux guerrea d'Italie (6 vols., P a r i s 1 9 0 1 - 1 9 0 6 ) .

  • B. ARANHA. Bibliographie des ouvrages portugais pour servit l'histoire des villes (Lisboa 1900).

    W. WATTENBACH, Deutschlands OescMchtsquellen im Mittelalter bis zur Mitte des Xlllten Jahrhunderts (2 vols., Berlin 189394).

    O. LORENZ, Deutschlands Geschichtsquellen im Mittelalter seit der Mitte des Xlllten Jahrhunderts (2 vols., Berlin 188697).

    IBOIANDISTAS], Bibliotheca hagographica latina antiquae et mediae aetatis (2 vols, y 1 de Suplem., Bruselas 18981911). Da alfabticamente los nombres de los pantos, sealando las fuentes o vidas antiguas; Bibliofheca hagiograpMca graeca (Bruselas 1909) ; Bibliotheca hagiographica orientalis (Bruselas 1910).

    DOM COTTINEAU, Rpertoire topobibliographique des abbayes et prieurs (2 vols., Mcon 19351939). Lista de todos los monasterios, con abundante bibliografa.

    Son muy recomendables p a r a una iniciacin general : L . J . P A S TOW, A Guide to the Study of medieval history (Londres 1931) ; L. H A L P H E N , Initiation aux tudes d'Histoire du moyendge (Par s 1946) ; C. V. LANCLOIS, Manuel de bibliographie historique (Par is 19014), adems de las revistas y diccionarios que luego enumeraremos.

    II. FUENTES DE LA HISTORIA ECCLESIASTICA MEDIEVAL

    1. Documentos pontificios.De las colecciones siguientes, algunas publican los documentos en su integridad, o t r a s tan slo en regesta, p e r o indicando d n d e se puede hallar el t e x t o ntegro. Bullarium Romanum, ed. Cocquelines (Roma 17391756), continua

    do por BarberiSpeziaSegreti ( R o m a 1835) ; mejor, aunque todava muy incompleta, es la edicin de Turin 18571872 por A. Thomassetti , en 24 volmenes, continuada en aples 18671885).

    P H . J A F F , Regesta Pontificum Romanorum ab condita Ecclesia ad annum post Christum natum MCXCVIII 2.* ed. curav. S. Loewenfeld, F . Kaltenbrunner, P. Ewald (Leipzig 18851888). Imprescindible, como la siguiente, para todo investigador.

    A. POTTHAST, Hegesta Pontificium Romanorum inde ab anno post Christum natum MCXCVIII ad annum MCCCIV (Berlin

    1874 : 75) . S. LOEWBNFELD, Epistolae Romanorum Pontificium ineditae (Leip

    zig 1885), Algunas c a r t a s inditas de papas desde Gelaslo I h a s t a Celestino .

    PFLUOKHAitTTUN, Acta Pontificum Romanorum indita vom Jahre 748 bis zum J. 1198 (3 vols., Tubinga 1880Stuttgart 1886).

    P. K E H R , Regesta Pontificum Romanorum. Italia pontificia (8 vols., Berln 19061935).

    Germania pontificia (Berln 1906). A. BRACKMANN, Germania pontificia (3 vols., 19101935). P. K E H R , Papsturkunden in Spanien. Vorarbeiten zur Hispania

    Pontificia: I. Katalonien (Berlin 1926) ; I I . Navarra und Aragon (Berlin 1928).

  • . ERDMANN, Papstlirkunden In Portugal (Berln 1927). J. RAMACKERS, Papsturkunden in den Niederlanden (Berlin 133). El Registrum Epistolarum de Gregorio V I I y de otros papas,

    eh MGH, Epist. D. MANSILLA, La documentacin pontificia hasta Inocencio III,

    BG5IS16 (Roma 1953) vol. 1 do "Monumenta Hispaniae Vaticana" . Seccin Registros.

    j, p. PITRA, Analecta novdssima. Spicilegii Solesmensis altera continuatio: I. De epistolis et registris Rom. Pont. (Tsculo 1885). Trae 61 car tas , antes desconocidas, de Inocencio y o t r a s de

    . otros. P. P R E S S U T T I , Regesta Honorii papae III (Roma 18881895). Los Registres de los dems papas del siglo xiii (menos el de Ino

    cencio , que est en M L 214217) los va publicando la "Bibliothque des Ecoles franaises d'Athnes et de R o m e " (Paris 1884s&).

    2. Concilios y legislacin cannica.La coleccin de concilios hecha por los PP. F. Labbe y G. Cossart en 17 vols. (Paris 167172) fu reeditada y completada por }. D. MANSI, 5acrorum Conciliocum nova et amplissima collectio (Florencia y Venecia 17591798), en 31 vols., que llegan hasta H39; la cual, a "su vez, ha sido continuada por J. . Martin y L. Petit hasta el tomo 53 (Pars 19021927). Para los concilios medievales es ms Seguro el texto de: J. HARDOUIN, Conciliorum collectio regia maxima, seu Acta conci

    liomm ot epistolae decretales... ad a. 1714 04 vols., P a r s 1716). J. SAENZ DE AaurRRE, Collectio maxima conciliorum Bispaniae et.

    novi orbis (7 vols., R o m a 1753). J. TEJADA y RAMIRO, Coleccin de cnones y de todos los concilios

    de la Iglesia de Espaa y Amrica (7 vols., Madrid 1859) . En latn y castellano.

    Los Concilios Carolingios, en M G H , Leges. A. MERCATI, Raccolta di, Concordats in materle ecelesiastiche tra

    la Santa Sede le autorit civili 10801914 (Roma 1954). E. PRIBDBERO, Corpus Iuris Canonici (2 vols., Leipzig 18791881). CARD. GASPARRI, Codicis Iuris Canonici fontes (7 vols., R o m a 1923

    1939. Codex Iuris Canonici, Pil X issu digestus, Benedicti XV auetorttate promulgatus ( R o m a 1917).

    L. HOLSTENIUS, Codex regularum monasticarum et canonlcarum (Roma 1661) ; nueva edicin aumentada de M. Brckle (6 vols., Augsburgo 1759).

    ALBERS, Consuetudines monasticae (3 vols., Monte Cassino 1 9 0 5 1907).

    3. Libros litrgicos y rituales. H A" ^ B I T 0 B J BacramentaHum Leonianum (Cambridge 1896) .

    A. W I L S O N , The Oelasian Sacramentary (Oxford 1894) ; The GreOorian Sacramentary (Londres 1916) t. 49 de la " H e n r y Brads

  • haw Society". E s t a sociedad publica en Londres desde 1 8 9 1 una serie de textos litrgicos raros . Loe Ordines Romani, en ML 7 8 . Sobre sus manuscritos v. M. A N D R I E U , Lea Ordines romani du haut moyenge (Lovaina 1 9 3 1 ) .

    M. ANDIUKU, Le Pontifical Romain au moyenge (4 vols,, Citt del Vaticano 1 9 3 8 4 1 ) .

    J. M. HANSSENS, Amalarii episcopi opera litrgica (3 vola., Citt del Vaticano 1 9 4 8 1 9 5 0 ) .

    G. DURANDUS, Rationale divinorum officiorum (Leyden 1 6 0 5 ) . J . B. ASSEMANI, Codex liturgicus Eccleslae universalis ( 1 2 vols., Ro

    m a 1 7 4 9 1 7 6 6 ) . L. A. MURATORI, Liturgia Romana vetus (3 vols., Venecia 1 7 4 8 ) . DOM MARTENS, De antiquis Ecclesiae ritibus (4 vols., Amberes

    1 7 3 6 ) . U. CHEVALIER, Bibliothque liturgique ( 1 5 vols., P a r i s 1 8 9 3 1 9 0 7 ) ;

    ep^rrorlum hymnologicum (6 vols., P a r i s 1 8 9 0 9 2 ) . G. M. D R E V E S C . B L U M E , Analecta hymnica medii aevi ( 5 5 vols.,

    Leipzig 1 8 8 6 1 9 2 0 ) . M. MAGISTRETTI, Monumenta veterls liturgiae ambrosianae (3 vols.,

    1 8 9 7 1 9 1 5 ) . F. E. W A R REN, The Liturgy and Ritual of the Celtic Church (Ox

    ford 1 8 8 1 ) . A. L E S L E Y , Missale mixtum (mozarabum) en ML 8 5 ; F . DB L O

    RBNZANA, Breviarium gothicum: ML 8 6 . G. MORIN, Liber Comicus sive Lectionarius Missae (Maredsous

    1 8 9 3 ) . M. FROTIN, Le Liber Ordinum en usage dans I'egUse wisigothi

    que et mozarabe d'Espagne du cinquime au onzime sicle (Paris 1 9 0 4 ) publicado en "Monumenta Ecclesiae Li trgica" de CabrolLeclercq, t. 5, Le liber mozarabicus sacramentorum et les manuscrits mozarabes (Paris 1 9 1 2 ) .

    J . P . Gn.soN, The Xozarabic Psalter (Londres 1 9 0 5 ) ; [ M O N J E S DB SILOB] , Antiphonarium mozarabicum de la Catedral de

    Len (Len 1 9 2 8 ) . J . V I V E S , Oracional visigtico (Madrid 1 9 4 6 ) . T. P R E Z DE U R B B L A . GONZALBZ, Liber Comicus (Madrid 1 9 5 0 ) . E. RENAC'DOT, Liturgiarum Orientalium collectio (2 vols., P a r i s

    1 7 1 6 ) .

    4. Enquiridionee dogmticos e histricos. H. DENZINOERRAHNER, Enchiridion symbolorum et definltionem

    (Barcelona 1 9 5 2 ) . F. CAVALLBRA, Thesaurus doctrinae oathoHcae et documenta magis

    terii ecclesiaftici ordine viethodico dispositU3 (Paris 1 9 2 0 ) . C SILVATAROUCA, Fontes historiae ecclesiasticae medAl aevi (Ro

    m a 1 9 3 0 ) . S . vxi. C. M I R B T , Quellen zur Geschichte des Papstums und des roem*

    achen Katholizismus (Tubinga 1 9 3 4 ) . J. . Lo GRASSO, Ecclesla et Status. De mutuia officiia et iuribus

    fontea selecti ( R o m a 1 9 5 1 ) . J. DB GUIBERT, Documenta ecclesiastica christianae perfeotionis

    Studium apectantia (Roma 1 9 3 1 ) .

  • J. CALMETGRUBBR, Textes et documenta: . Moyenge (Parie ' 1937).

    G. G. COULTON, Life in the middle age (4 vola., Cambridge 1930). g_ j. KIDD, Documents illustrative of the history of the Church

    ' (2 vols., Nueva Y o r k 192023).

    5. Escritores eclesisticos, cronistas, etc. J. P. MIONB, Patrologiae cirsus completus. Series latina (221 vols.,

    Par is 184464) llega h a s t a Inocencio . Serles g r a e c a (161 volmenes m s 2 de ndices, P a r s 185786) h a s t a el siglo x v .

    K. G R A F F I N F NAD, Patrologa orientalis (Pars 1907ss) h a s t a ahora 25 vola.

    J , S. ASSBMANI, Bibliotfceca orientalis (4 vols., R o m a 17191728). Corpus scriptorum historiae byzantine (50 vols., B o n n 182897). F. DE LORENZANA, Collectio Sanctorum Patrum Ecclesiae Toletanae

    (3 vols., Madrid 1772). L. D'ACHERY, Veterum aliquot scriptorum... Spicileglum (3 vola.,

    Par is 1723K J. MABILLON, Vetera Analecta (4 vols., P a r i s 167585). E. BALOZRMANSI, Miscellanea (4 vols., L u c c a 176164). F. LABBB, Nova Bibliotheca manuscriptorum librorum (2 vols., P a

    ra 1657). . MARTRNEU. DURAND, Thesaurus novus aneedotorum (6 vols., P a

    ris 1717) ; Veterum scriptorum et monumentorum Amplissima Collectio (9 vols., P a r i s 172433).

    B. G. N I B B U H R , Corpus scriptorum historiae byzantlnae. (50 vols., Bonn 18281897).

    L. A. MURATORI, Rerum italicarum scriptores (28 vols., Miln 17235 1 ) ; nueva edicin de solos cronistas (Citt dl Castello 1890ss, Bolonia 1902sa).

    Fontl per la storia d'Italia ( R o m a 1887), pub. por el " Is t l tuto storico italiano", h a s t a ahora unos 90 vols.

    Blstorlae patriae monumento (22 vols., Turin 183698). Del norte de Italia.

    Monumenta Germdniae Histrica (ma de 200 vola., Hannover , Berln 1826sa) ; ea la ms importante coleccin de fuentes medievales, iniciada bajo la direccin de G. H. P e r t z ; se distinguen en ella cuat ro series: en folio, en 4.", en 8." mayor y n 8." En folio hay t res secciones: Scriptores, Leges, Diplomata. La serie en 4. a b a r c a las cinco secciones slgulentee: I. Soriptores; . Leges {et Concilia); III. Dlplomata; IV. Epistolae; V. Antiquitates (Poeta latini, Libri confraternitatum Necrologa GermanlaeJ. La serie en 8." mayor ha publicado Epistolae selectae. La serle en 8.* menor "in usum s c h o l a r u m " comprende Scriptores rerum germanlcarum y Fontes germanid iuris antiqui. Ultimos informes sobre es ta coleccin vanse siempre en "Neues Archiv fr Geschichte des Mittelaltere".

    principales crnicas del medievo espaol IIB recogi el f*. E. FLORBZ, Espaa sagrada (29. vols., Madrid 174775), continuada hasta el vol. 62 por Risco, Merino, La Canal, Sainz Baranda, La F u e n t e , Academia de la Historia. El ndice (1918) ea de A. Gonzlez Palencia .

    CABIRI, Bibliotheca arbigohispana, escurialensie, ewe libro

  • rum omnium manuscriptorum, quos arablce compositos bibliotheca coenobii escurialensis comptectitur recensio et explanatio (2 vola., Madrid 176070).

    T. M U O Z Y ROMERO, Coleccin de fueros municipales y cartas pueblas de los reinos de Castilla, Len, corona de Aragn y Navarra (Madrid 1847).

    Cortes de los antiguos reinos de Len y de Castilla (54 vola., Madrid 18611934).

    Cortes de los antiguos reinos de Aragn y de Valencia y principado de Catalua (27 vols., Madrid 18961922), public, como la anterior, por la Acad. de la Hist.

    P. DE BOFARULL, Coleccin de documentos Inditos del Archivo General de la Corona de Aragn (41 vole., Barcelona 18471910).

    E. IBARRA Y RODRGUEZ, Coleccin de documentos para la historia de Aragn (12 vols., Zaragoza 1904).

    A. R U B I O Y L L U C H , Documents per 'historia de la cultura catalana mitjeval (2 vola., Barcelona 19081921).

    E. HINOJOSA, Documentos para la historia de las Instituciones de Len y Castla. Siglos (Madrid 1919).

    A. P A Z Y MELIA, Documentos del Archivo y Biblioteca del Duque de Medinaceli (Madrid 1915). Siglos x n x i v .

    Documentos relativos a Espaa existentes en los archivos nacionales de Paris (Madrid 1934). Siglos x i x i x .

    Documentos de la poca de don Alfonso el Sabio, en "Memorial histrico espaol", t. 12 (Madrid 1851) ; Documentos de la poca de don Sancho el Bravo, en "Mem. hist, esp.", t. 3 (1852).

    Otros documentos medievales eapaoles, en J. VIU.ANUEVA, Viaje literario a las Iglesias de Espaa (22 vols., Madrid y Valencia 18031852).

    La Coleccin de documentos inditos para la historia de, Espaa (112 vols., Madrid 184295), emprendida por M. Fernndez Navarrete , contiene muy poco relativo a la E d a d Media.

    La Academia de las Ciencias de Lisboa emprendi la publicacin de Portugalliae Monumenta histrica, a saeculo octavo post Christum usque ad quintum decimum (Lisboa 18561897).

    M. LOPES F E R R E I R A , Collectio chronicorum (6 vols., Lisbon. 17261729).

    Monumenta medil aevl histricas res gestas Poloniae lllustrantla (20 vols., Cracovia 18721907).

    Monumenta spectantla historlam Slavorum meridionalium (11 volmenes, Agram 186893).

    T. R Y M B ' I , Foedera , conventlones, lltterae et culuscumque generis acta publica Inter reges Angllae et alios quosvis (17 vols., Londrea 17041717; 7 vols., Londres 18161869).

    Rerum Brttannlcarum medll aevl Scrlptorls or Chronicles and memorials of Great Bri ta in and Ireland (251 vols., Londres 18581896), importante coleccin, l lamada "Rolls Series" porque est publicada bajo la direccin del " M a s t e r of the rolla".

    M. BOUQUET, Rerum gallicarum et frandscarum scriptores (24 volmenes, P a r i s 17381904) ; nueva edicin por L. DBLISLK, Recueil des historiens des Gaules et de la France (23 vola., P a r i s 18691894).

    Collection de documents Indits relatifs d l'histoire de France (ms de. 300 vola., Par is 1835ae).

  • Socit de l'histoire de France (unos 360 vols . , P a r i s 1835ss). Collection de textes pour servir l'tude et l'enseignement de

    l'histoire (50 vols., P a r i s 1886-1925).

    6. Biografas de papas, cardenales, obispos y santos.

    L. D U C H F S N B , Liber Pontificalis (2 vols., P a r i s 1886-92). Nueva ed. en 3 vols, (1955-57).

    J. M. W A I T E R I C H , Vitae Romanorum Pontificium ab exeunte saecu-lo IX usque ad finefn saeculi XIII (2 vols., Leipzig- 1862).

    A. CIACCONIUS (CHACN), Vitae et res gestae Pontificum Romanorum et S. R. E. Cardinalium... ab A. Oldoino recognitae (4 vols., 1677-87).

    P. GAMS. Series episcoporum Ecclesiae catholicae (Ratisbona 1873-86). No da ms que las fechas de la elevacin, traslacin y muerte, con alguna bibliografa.

    C. Eunsi., Hierarchia catholica medii aevi (Mnster 1898). Ms exacto que Gams, por t o m a r sus datos directamente del Archivo Vaticano, pero no empieza hasta el ao 1198.

    BOLANDISTAS, Acta Sanctorum quotquot toto orbe coluntur (67 vols, hasta ahora . Amberes, Bruselas 1643ss). tilsimo es el ltimo volumen, Martyrologium Romanum... scholiis historiis instruc-tum (Bruselas 1940) . Cf. Bibliotheca hagiographica, ya citada.

    J:~ MABTLLON, Acta Sanctorum Ordinis S. Benedicts (9 vols., P a r s 1668-1701).

    L.' S U R I U S , De probatis Sanctorum vitis (4 vols., Colonia 1567-85). J. TAMAYO SALAZAR, Martyrologium hispanorum (6 vols., Lyn 1651-

    59) . Ha de consultarse con s u m a cautela, pues admite s i n c r i t ica todos los falsos cronicones.

    H. RoawEYDE-D. GBORGIUS, Martyrologium Adonis Archiepiscopi Viennensis (Roma 1745), reproducido en ML 123 c o n el Marty-

    , rologium Usuardi. S. B. SLLBR, Martyrologium Usuardi (Pars 1866). Cf. H. QUENTIN,

    Les Martyrologes historiques du moyen-ge (Paris 1908).

    , ; 7. CartulariosRecogeremos aqu a lgunos cartularios, principalmente monsticos, de absoluta necesidad para el estudio de las Ordenes religiosas y de otras instituciones.

    A. BBRNARD-BRUEL, Recueil des chartes de l'abbaye de Cluny (6 V volmenes, Par s 1876-1904).

    C- A. PRVOST, Recueil des cliartes et bulles de Clairvaux (Ligug 1929).

    J- GuiRAUD, Cartulaire de N.-D. de Prouille (Paris 1907). '"** GURARD, Cartulaire de Samt-Victor de Marsele (Par is 1857).

    E. VAN DRIVAL, Cartulaire de l'abbaye de Saint-Vaast d'Arras (Arras 1875). DR GRANDMAISON, Cartulaire de l'Archevch de Tours (2 vols.,

    r Tours 1892). C SAV,NI- 1 1 oartulario dlia Chiesa Teramana ( R o m a 1910).

    . CIPOLLA-BUZZI, Cdice diplomtico del monestero di S. Colomba-M d i Bobio fino al anno 1208 (Roma 1918).

    FHOTIN, Recueil des chartes de l'abbaye de Silos (Par is 1897).

  • V. VIONAU, ndice de los documentos del monasterio de Sahagn y Glosario y Diccionario geogrfico (Madrid 1874).

    L. SERRANO, Fuentes para la historia de Castilla (4 vols., Madrid 19061924) Son cartularios de diversos monasterios castellanos, a los cuales aadi despus los siguientes: Cartulario del monasterio de Vega (Madrid 1927) ; Cartulario de San Vicente de Oviedo: 7811S00 (Madrid 1929) ; Cartulario de San Milln de la Cogolla (Madrid 1930).

    M, MAQALLN. Coleccin diplomtica de San Juan de la Pea (Madrid 19031904). Anejo de la "Revis ta de Archivos, Bibliotecas y Museos".

    J. Rtus , Cartulario de San Cugat del Valles (Barcelona 1945). L. DRL ALAMO, Coleccin diplomtica de San Salvador de Oa, 82t

    1284 (2 vols., Madrid 1950). Otros cartularios en el "Bol . Acad. de la H i s t o r i a " (1886 1891,

    1905, e t c . ) . Se planea una coleccin sistemtica de todos los cartularios medievales de E s p a a , pero todava no tenemos un Inventario como el de H. S T E I N , Bibliographie gnrale des cartulalres franais ou relatifs la France (Paris 1907), que registra 4.522 nmeros.

    H. DENIFLECHATELAINJ Cliartularium Universitatis Parisiensis (4 volmenes, P a r i s 18891897), seguido de un Auctarium Chartularii (2 vols., 189497).

    L. N A D I E . ORIOLI, Chartularium Studii Bononiensis IVIII (Imola 19071927).

    A. GERMAIN, Cartulaire de l'Universit de Montpellier (2 vols., Montpellier 18901912).

    I I I . CIENCIAS AUXILIARES DE LA HISTORIA Conocidas las fuentes, as manuscritas como estampadas, de

    la historia de la Iglesia fcn la Edad Media, deber el historiador interpretarlas crticamente y en su justo sentido. A resolver los diversos problemas que se le plantearn en la lectura de los textos y documentos le ayudarn las obras que a continuacin enumeramos.

    1. Paleografa.El estudio de la paleografa ensea a conocer el desarrollo de la escritura, a descifrar y leer correctamente los manuscritos y a determinar el tiempo y lugar de su composicin. Z. GARCIA VILLADA, Paleografa espaola: I , Texto. H, Album (Ma

    drid 1923). A. MILLARES CARLO, Paleografa espaola (2 vols., Barcelona 1930). A, C. FLORIANO CUMBREO, Curso general de paleografa y Paleo

    grafa y diplomtica espaolas (Oviedo 1946). A. CAPPBLLI, Dizionario di abbreviature latine ed Itallane (Miln

    1929). C. PAOLI, Programma scolastloo di paleografa latina diplom

    tica (3 vols., Florencia 18881900).

  • L. TRAUBE, Einleitung in die lateinische Palographie des Mittelalters (Munich 1911) .

    W. WATTENBACH, Das Schriftwesen im Mittelalter (Leipzig 1871). F. STEFFEN y, Palographie latine; 125 facsimils en phototypie.

    Ed. franaise par R. Coullon (Trverls y P a r i s 1918) . M PP.OUBOUARD, Manuel de palographie latine et franaise (Pa

    ris 1924). M. P R O U , Recueil de facsimils d'critures du V au XVII sicle

    (manuscrits latins, franais et provenaux), accompagns de transcriptions ( P a r i s 1904).

    F. EHRI .ELEBBAERT, Specimina codlcum graeoorum Vaticanorum (Paris 1929).

    P. FRANCHI DE CAVALIBRI, Specimina codicum graecorum Vaticanorum (Roma 1910).

    . THOMPSON, Handbook of greek and latin paleaeography (Londres 1904). ,

    . MONTFAUCON, Palaeographia graeca (Paris 1703). G. BATTELLI, Lezioni di Paleografa (Citt del Vaticano 1949).

    2. Diplomtica.Sirve para conocer la autenticidad y el valor histrico de los documentos. A. G I R Y , Manuel de diplomatique (Pars 1925). A. DE BOARD, Manuel de diplomatique franaise et pontificale

    (Paris 1929). J. MABILLON, De re diplomtico librl VI (Paris 1681). [ D O M TOUSTAINTASSIN] , Nouveau trait de diplomatique (Paris

    17501765). J . F i c K E i t , Beitrge zur Urkundenlehre (2 vols., Innsbruck 187778). H. BRESLAU, Handbuch dar Urkundenlehre fr Deutschland und

    Italien (2 vols., Leipzig y Berlin 1915 : 1931). J. MUOZ Y RIVERO, Nociones de diplomtica espaola (Madrid

    1881) ; Firmas de los revs de Espaa desde el siglo IX hasta nuestros das (Madrid 1887).

    L. BARRAUDIHIGO, Stde sur les Actes des rois asturiens (718910), en "Revue Hispanique", t. 46 (1919) 1191.

    A. MILLARES CARLO, Documentos pontificios en papiro de archivos catalanes. Estudio paleogrifico y diplomtico (Madrid 1918).

    G. BATTELLI, Exempta scrip turarum (Romae, apud Blbl. Vaticanam 1929).

    3. Cronologa.Uno de los ms frecuentes problemas que ocurren en el estudio de los documentos medievales es el cmputo de las fechas, porque eran muy diversos los sistemas cronolgicos entonces usados. La era cristiana, que comienza con el nacimiento de Nuestro Seor, fu introducida por Dionisio el exiguo (f ca. 540), quien, errando en sus clculos, la puso en ao 754 ab urbe condita, siendo as que el nacimiento de pristo debi de tener lugar algo antes, hacia el 747749 de la fundacin de Roma. El uso de la era cristiana se fu imponien0 poco a poco, pero hay que tener en cuenta que no en todas

    Partes comenzaba el ao en la misma fecha. Haba el estilo moerno o de la Circuncisin (1 de enero); estilo de la Natividad

  • (25 de diciembre, siete das a n t e s ) ; estilo veneciano (1 de mar zo , dos meses de r e t r a s o ) ; estilo de la Encarnacin (25 de marzo, que poda ser el m a r z o precedente , y se deca estilo pisarlo, o el m a r z o siguiente, y se deca estilo florentino); finalmente, el estilo francs o de la Pascua (usado en F r a n c i a , y a v e c e s en N a v a r r a y en la M a r c a H i s p n i c a ) , que comenzaba el da v a riable de la P a s c u a de Resurrecc in . En la Italia meridional se emple el estilo bizantino, que c o n t a b a los aos a partir del 1 de septiembre, 'anterior al ao comn; y tngase en cuenta que la e ra bizantina (a creatione mundi) llevaba y a 5508 aos cumplidos el primer ao de la era cristiana. En la peninsula Ibrica rigi la era hispnica, que empieza el 1 d e - e n e r o del 38 antes de Cris to . Es frecuente en la E d a d M e d i a contar por indicciones, o ciclos de quince aos, determinando tan slo el ao c o rriente dentro de la indiccin; y los das del mes, segn el mtodo r o m a n o de las calendas, idus y nonas.

    A. CAPBLLT, Cronologa, Cronografa e Calendario perpetuo (Miln 1932).

    H. GROTEFEND, Taschenbuch der Zeitrechnung (Hannover 1935) ; Handbuch der historischen Chronologie des deutschen Mittelalters und der Neuzeit (Hanpover 1891-98).

    J. Dow DEN. The Church Jear and Kalendar (Cambridge 1910). E. J U S U B , Tablas para la comprobacin de fechas en documentos

    histricos (Madrid 1911) ; Tablas abreviadas para la reduccin del cmputo rabe y del hebraico al cristiano y viceversa (Madrid 1918), en "Memorial Histrico Espaol" , t. 48.

    D. PETAVIUS, Rationarium temporum (Leyden 1624). TMONJES MAURINOS], Art de vrifier les dates des faits historiques

    (3 vols., P a r s 1783-87), nueva edicin en 11 vols. (Paris 1818-1844), obra ya anticuada y slo til p a r a la cronologa de ciertas c a s a s feudales.

    L>. DE MAS-LATRIE, Trsor de chronologie (Pars 1889), m s breve que la anterior y no tan anticuada, con numerosas listas cronolgicas.

    J . AotJBTl-P. VOLVES-J . V I V E S , Manual de cronologa espaola y universal (Madrid 1953).

    M. DE MONTROND, Dictionnaire de statistique religieuse... publi par l'abb Migne (Paris 1851-56), con infinitas noticias que slo se

    deben aceptar a beneficio de inventario. C. M. CHATELIER, Premier atlas chronoptique, 1,0 sicles d'histoire

    gnrale (Ginebra 1927). La cronologa de los o b i s p o s vase en Gama y Eubel, ya citados.

    4. Numismtica y sigilografa.Tambin el historiador de la Iglesia medieval tendr que prestar atencin ms de una vez al estudio de las medallas y monedas y al de los sellos c o n que se autenticaban o revalidaban c ier tos documentos.

    'S. AMBROSOLI, Manuale di Numismtica (Miln 1907). A. LUHCHN V O N EBENGRBUTH, Allgemeine Mnzlcunde und Qeldger

    eohichte des Mittelalters u?id der netteren Zeit (Munich 1906),

  • A. E N G E L B G E R R U R E , Trait de numismatique du Moyen Age (Pars 1905).

    A. BLANCHETDTEUDONNK, Manuel de numismatique franaise (4 volmenes, P a r i s 19121936).

    p. CODERA, Tratado de numismtica arbigoespaola (Madrid 1879).

    A. V I V E S ESCUDERO, Monedas de las dinastas arbigoespaolas (Madrid 1893).

    A. H E I S S , Descripcin general de las monedas Jiispanocristianas desde la invasin de los rabes (3 vols, de texto y otros 3 de lminas, Madrid 186569).

    A. C. TF.IXEIRA Di? ARAAO, Descripao Gera! e Histrica das moedas cunhadas em nome dos Reis, Regentes e Governadores de Portugal (Lisboa 1874).

    E. MARTINORI, La moneta. Vocabulario generale ( R o m a 1915) . T. ILCBN, Sphragistik (Leipzig 1910). A. E I T E L , Vcber Blei und Goldbullen im Mittelalter (Fr iburgo de

    B r . 1912). W. E W A L D , Siegelfcunde (Munich y Berln 1914). J. ROMAN, Manuel de sigillographie franaise (Paris 1912). G. DEMAY, Le cotume au moyen ge, d'aprs les sceaux (Paris

    1880). B. F U E N T E ? ISLA, La imagen de la Virgen en lo sellos. Estudio

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    F. DE SAGARRA, Sigilografa catalana (Barcelona 1916).

    5. Herldica y genealoga.Ciencia muy cultivada en todas las naciones por las familias nobles, pero que se p res t en la Espaa del siglo xvii a infinitas supercheras y falsificaciones. D. L. GALSREATH, Manuel du Blason (Lyon 1942). A. DE ARMBNOOL, Herldica (Barcelona 1933). A. GARCA CARRAFFA, Enciclopedia herldica y genealgica his

    panoamericana (57 vols., Madrid 19201935). T. 1, Ciencia herldica o del blaxn.

    F. FERNANDEZ DE BETHENCOURTH, Historia genealgica y herldica do la Monorquia espaola (10 vols., Madrid 18971920). P I F E R U E I ! , Nobiliario de los reinos y seoros de Espaa (8

    volmenes, Madrid 185560). * J. VILLAR FBAYLA, Linajes nobles de Espaa. Catlogo de to

    dos los apellidos espaoles y escudos de armas (Madrid 1867). Slo se public el t. 1, ilustrado con 14.000 escudos de armas .

    S. MANIICOI, Nobiliario e blasonarlo del regno d'Italia (Roma 1929).

    6. Geografa.Con el auge moderno de la sociologa ha empezado el estudio cientfico de la historia a dar mayor impor

  • tancia al factor geogrfico, tanto en su aspecto fsico y econmico c o m o en su aspecto humano. Pero no es la geografa en ese sentido lo que ahora nos interesa, sino la geografa prctica, que nos instruye sobre las ciudades, dicesis, monasterios, territorios eclesisticos, campos de misin, e t c . F. SCHRDER, Atlas de gographie historique (Pars 1907). A. G H I S L B R I , TestoAtlante di geografa storica generale e d'Ita

    lia in particolare (Brgamo 193539). W. R. S H E P H E R D , Historical. Atlas (Nueva Y o r k 1929). E . M C C L U R E , Historical Church Atlas (Londres 1897). R. MuiRPHnjpMcELROY, Philip's historical atlas mediaeval and

    modern (Londres 1927). J. SAN VALERO APARISI , Atlas histrico universal (Madrid 1941). G. MENBNDEZ PIDAL, Atlas histrico espaol (Madrid 1941). F. CONDBMNASL. V I 9 I N T I N , Atlas histrico de Espaa (Novara

    1926). . LLORCA, Allas y cuadros sincrnicos de Historia eclesistica

    (Barcelona 1950). K. VON S P R U N K R T . M E N K E , Handatlas fr die Geschichte des Mit

    telalters und der neueren Zeit (Gotha 1880). F. W. PUTZOER, Historischer SchulAtlas (Leipzig 1933). H. K I E P E R T C . WLK, Historischer ScJiulatlas zur altem, mittleren

    und neueren Geschichte (Perlin 1896). K. HEUSIMITLEHT, lilas zur Kirchengeschichte (Tubinga 1919). H. ROTHERT, Karten und Skizzen aus der Geschichte (3 vols.,

    Dsseldorf 19151. H. OBSTERLEV, Historischgeographisches Wrterbuch des Mittelal

    ters (Berlin 1883). J. T H A U R B N , Atlas der katholischen Missionsgeschichte (Mdlng

    bei Wien 1932).

    Tambin pueden prestar buenos servicios la TopoBibliographie de Chevalier arriba citada, y el Index monasteriorum. dioeceseon et urbium episcopalium de ML 220, 10091256. Adems, el Dictionnaire d'histoire et de gographie ecclsiastique (Paris 1912 ss.), ptimo en su gnero cuando est terminado.

    7. Filologa,Subsidios filolgicos de la historia sern los diccionarios y gramticas y cuanto contribuya a mejor comprender la lengua y el estilo de los textos. F. BOLL, Einleitung in die lateinische Philologie des Mittelalters

    (Munich 1911). . GRBER, Grundriss der romanischen Philologie (Estrasburgo

    18971904). W. M E Y B R L B K E , Introduccin al estudio de la lingistica roman

    ce. Trad, de A. Castro (Madrid 1914). R. MENNDEZ PIDAL, Manual de gramtica histrica espaola (Ma

    drid 1929). C. GRANDOENT, Introduzione all studio del latino volgare, Traduc

    cin ltal. del ingla (Miln 1914),

  • K. STRECKER, Einfhrung in das Mittellatein (Berln 1 9 3 9 ) , traducido al francs I Introduction l'tude du latin medieval) por P . Van de Woestyne (Gante 1 9 3 3 , P a r i s 1 9 4 6 ) .

    V. GAY, Glossaire archologique du moyen ge et de la Renaissance (2 vols., P a r s 1 8 8 7 1 9 2 3 ) .

    C. Du F R B S N B DU CANO, Glossarium ad scriptores mediae et infimae latmitatis (ed. F a b r e , 10 vols., P a r i s 1 8 8 2 1 8 8 7 ) , reproducido fotogrficamente en 1 9 3 8 .

    A. F R A N K L I N , Dictionnaire des noms, surnoms et pseudnimos latins' (Paris 1 8 7 5 ) .

    E. NORDEN, Die antike Kunstprosa vom 6. Jahrhundert von Christ bis in die Zeit der Renaissance (2 vols., Leipzig 1 S 9 8 ) .

    F. Di CAPUA, Fonti ed esempi per lo studio dello Stilus curiae romanae (Roma 1 9 4 1 ) ; II ritmo prosaico nelle lettere dei Papi e nei documenti della Cancelleria romana ( R o m a 1 9 3 7 1 9 4 6 ) .

    W. M E Y E R , Gesammelte Abluindlungen zur mittellateinischen Rhythmik (Berlin 1 9 0 2 ) .

    DOM LECLERCQ, Latin, en DACL. L ' A B B CHKVIN, Dictionnaire latinfranais des noms propres de

    lieux (Paris 1 8 9 7 ) . DESCHAMP.S, Dictionnaire de gographie ancienne et moderne par

    un bibliophile (Berln 1 9 2 2 ) . Semejante al de Chevin y al siguiente.

    T. GKAHSSE, Orbis latinus, oder Verzeichnis der wichtigsten lateinischen Orts lind Lndernamen (Berlin 1 9 2 2 ) .

    8. Arte,Bastar indicar aqu algunas de las obras ms tiles. J. BRUTALLS, Prcis d'archologie du moyen ge (Paris 1 9 3 7 ) . L B R H I B R , L'art chrtien (Paris 1 9 2 8 ) . K. KUNSTLB, Ikonographie des christlichen Kunst (2 vols., F r e i

    burg . . 1 9 2 6 2 8 ) . W. MOLSDORF, Christliche Symbolik der mitteralterlichen Kunst

    (Leipzig 1 9 2 6 ) . E . MALE, L'art allemand et l'art franais du moyen ge (Par is

    1 9 2 2 ) . H. FOCILLON, Art d'Occident. Le moyen ge roman et gothique

    (Paris 1 9 3 8 ) . A. KINOSLEY P O R T E R , Romanesque sculpture of the pilgrinage

    roads ( 1 0 vols., Boston 1 9 2 3 ) . A. M I C H E L , Histoire de l'art depuis les premiers temps chrtiens

    jusqu' nos jours (Par is 1 9 0 5 1 9 2 5 ) . Dictionnaire d'archologie chiienne et de liturgie. Y otras mu

    chas obras que c i tamos en los captulos dedicados al ar te .

    9. Crtica e historiologa.Bajo este rtulo pondremos diversos libros que tratan de crtica, de metodologa y de filosofa de la historia. V. LANOLOISSEWNOBOS, Introduction aux tudes historiques (Pa

    ris 1 9 0 9 ) . C DE SMEDT, Introductio generalis ad historiam ecclesiasticam . oritice tractandam (Gante 1 8 7 6 ) .

  • E. B E R K H E I M , Lehrbuch der historischen Methode und der Geschichtsphilosophie (Munich 1914).

    . F E D E R , Lehrbuch der geschichtlichen Methode (Ratisbona 1924). Z. GARCA VILLADA, Metodologa y critica histrica (Barcelona 1921). A. FERUAO, A teora da Historia e os progresos da Historia scien

    tifica. (Coimbra 1922). A. D. XENUPOL, La teora de la Historia. Trad, de D. VACA (Ma

    drid 1911). J. AMARI, II concetto dt Storla In Sant'Agostino (Roma 1961). A. D E M F F , Sacrum Imperium (MunichBerln 1929). F. SAWICKI, La filosofa de la Historia. Traduccin castellana

    (Buenos Aires 1948). G. PAGNINI, Propedutica storica. Principl di Metdica di Filo

    sofa della Storia ecelesiastica (Miln 1928). A. MONTANARI, Lezioni sulla filosofa della Storia (Bolonia 1897). B. GROCE, Teora e storia della storiografia (Bari 1927). G. SORANZO, Awlamento agll sUidi storici (Como 1944). J. T H Y S S E N , Historia de la filosofa de la historia (Buenos Aires

    1954).

    IV. ENCICLOPEDIAS Y REVISTAS HISTRICAS (con sus siglas)

    DHGE. . Dictionnaire d'Histoire et de Gographie ecclsiastique (Paris 1909ss). En curso de publicacin, iniciado bajo la direccin de Mgr. Eaudrillart .

    L T K Lexikon fr Theologie und Kirche (10 vols., 19291938), dirigido por M. Buchberger .

    D T G . . . . Dictionnaire de thologie catholique (30 vols., P a r i s 19031950), dirigido por Vacant , Mangenot, Amann, etc .

    DACL.. Dictionnaire d'Archologie chrtienne et de liturgie (Paris 1907ss). En curso dirigido por Dom Cabrol, Leclercq, e tctera .

    DA Dictionnaire apologtique de la fol catholique (4 vols., P a r i s 19111922), dirigido por A. d'Als.

    DB. . . . . . . Dictionnaire de la Bible (Paris 1912), dirigido por VIgouroux, aumentado con un Supplement por P l r o t (Pars 1928ss). En curso.

    DS Dictionnaire de spiritualit, asctique et mystique (Paris 1932ss), dirigido por M. Viller, Cavallera, De Guibert. En curso.

    D D C . . . Dictionnaire de Droit Canonique (Pars 1924ss), dirigido por Vllllen, Magnin.

    CE The Catholio Encyclopedia (17 vols., Nueva Y o r k 19071922).

    E C I .Enciclopedia cattolica Italiana (Roma 19501954). RE Rcalencyklopdie fr protestantische Theologie und Kir

    che (24 vols., Leipzig 18961913), dirigido por J. J. Herzog y A. Hauck, de c a r c t e r protestante conservador.

    E J . ' . Encyklopacdla Judaica. Das Judentum in Geschichte und Gegenwart (Berlin 1928ss).

    JE Jewish Encyclopedia (12 vols., Nueva York 19011916).

  • El Enciclopdie de VIslam (Pars 1913-1934), 4 vola, con suplementos.

    SL 8taatslexilcon (Fr iburgo de B r . 1908-1912), 5 vols. LP Lexikon der Pdagogik (Frib. de B. 1913-1917), 5 vols.

    Recordemos tambin la enciclopedia de "Espasa", Enciclopedia universal ilustrada (Barcelona 1 9 0 5 - 1 9 3 3 ) , 8 0 vols., contando los 10 de Apndices; y la de "Trecani", Enciclopedia ita-diana di scienze. let tere ed-arti (37 vols., Miln 1 9 2 9 - 1 9 3 8 ) .

    Cada Orden religiosa suele tener su biblioteca de escritores. Para la Edad Media tienen particular inters: M. ZIEGELBAUER, Historia re litterariae Ordinis S. Benedicti (Augsburgo 1 7 5 4 ) ; L. WADING-SBARALEA, Scriptores Ordinis Minorum. editio no-vissima (Roma 1 9 0 6 - 1 9 3 6 ) ; } . QUETIF-ECHARD, Scriptores Ordinis Pratrum Praedicatorum (Paris 1 7 1 9 - 2 1 ) .

    Para todos los escritores de materias teolgicas, vase H. HURTER, Nomencltor litterarius theologiae catholicae (Innsbruck 1 9 0 3 - 1 9 1 3 ) . Para los escritores espaoles, NICOLS ANTONIO, Bibliotheca hispana vetus (Madrid 1 7 8 8 ) . Son muchas las provincias y regiones espaolas que cuentan con su particular biblioteca de escritores; slo que en ellas la parte medieval suele estar escasamente representada.

    De todas las revistas referentes a Historia de la Iglesia, la ms universal y completa en la parte bibliogrfica es la de Lovaina, "Rev. d'Hist. Eocls.", que adems publica excelentes boletines histricos de las diversas naciones. Aqu citaremos tambin otras de inters general para el historiador.

    AA Al-Andalus. Revis ta de las Escuelas de Estudios Arabes de Madrid y Granada (Madrid 1936ss).

    A H E . . . . American historical llevlew (Nueva Y o r k y Londres 1895SS.).

    AB Analecta Boandiana (Pars 1882as.). AF Analecta Franciscana (Quaracchi 1885ss.). AST Analecta sacra Tarraconensia (Barcelona 1925ss.) . AUDE. . Anuario de Historia del Derecho espaol (Madrid

    1924ss.). AHDL.. Archives d'Histoire doctrinale et littraire du moyen ge

    (Paris 192633.). ASR Archivio della Societ romana di storia patria (Roma

    1 8 7 7 8 S . ) . ASI Archivio storiro italiano (Florencia 1842ss.). A F H . . . . Archivum Franciscanum Historicum (Quaracchi 1908). B G P H . . Beitrge sur Geschichte der Philosophie und Theologie

    des Mittelalters. Texte und Untersuchungen (Mnster 1391), iniciado por Baeumker y Grabmann.

    KECH.. Bibliothque de l'cole des Chartes (Paris 1839ss.) p A H Boletin de la Academia de la Historia (Madrid 1856ss.). B D C Bulletin du Cange ' P a r i s 1925). B H Bulletin Hispanique (.Burdeos 1899ss.) . B z Byzantinische Zeitschrift (Leipzig 1892ss.>.

  • Byzantlon (Bruselas 1912ss.). C H R . . . . Catholic historical Review (Washington 1915ss.). E H R . . . . English historical Review (Londres 1886). HZ Bistorische Zeitschrift (Munich 1859ss.). HJ Historisches Jahrbuch der Goerresgesellschaft (Munich

    188038.). Hispania (Madrid 1910). HS Hispania sacra (Madrid 1948ss,). HB The historical Bulletin (Saint Louis University 1923ss.). MH Medievalia et Humanstica (Boulder, Colorado, 194?ss,). M A E . . . . Medium Aevum (Oxford 1932ss.). MA Le Woyer age, revue d'histori et de philologie (Paria

    188833.). NA Neues Archiv der Gesellschaft fr ltere deutsche Ge

    schichtsliunde (Hannover 1876ss.). Antes (Francfur t 1828ss.) se llamaba Archiv der G...; y ahora se publica con el titulo d e , Deutsches Archiv fr Geschichte des Mittelalters (Weimar 1937ss.). Es rgano del comit directivo de MGH.

    N R S Nuova Rivista Storica (Miln 1917ss.) . QF Quellen und Forschungen aus italianischen Archiven

    und Bibliotheken (Roma 1898ss.). R A E . . . . Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos (Madrid

    1871ss.). RB Revue bndictine (Maredsous 1884). R T A . . . . Recherches de thologie ancienne et mdivale (Abba

    ye de Mont Csar, Lovaina 1929ss.), con un Bulletin de thol. anc. et md.

    RS Revue de Synthse historique (Paria 190033.). R H D . . . . Revue d'Histoire du Droit (Haarlem 1918). R H E . . . . Revue d'Histoire ecclsiastique (Lovaina 1900as.). R H E F . . Revue d'histoire de l'Sglise de France (1910ss.h RM AL.. Revue du moyen age latin (Lyon 1945ss.). RH Revue historique (Paris 1846). R H D F . . Revue historique de droit franais et tranger (Paris

    1856) . RM Revue Mabillon (Paris 1899ss.). Desde 1905 publica un

    Bulletin d'histoire monastique en France. K Q H . . . . Revue des questions historiques (Paria 1866ss.). R S I Rivista storica italiana (Turin 1884as.). S Sefarad. Revis ta de la Escuela de Estudios Hebraicos

    (Madrid 1941ss.). R S C I . . . Rivista di Storia della Chiesa in Italia (Roma 1947ss.). SP Speculum: a journal of mediaeval studies (Cambridge,

    Maas., 192633.). SM Studi medievali (Turin 194aa.). E n t r e 1923 y 1928 apa

    reci en Bolonia con el tit. de Nuovi studi medievali. Z K G Zeitschrift fr Kirchengeschichte (Gotha 1877aa.). Z R G Zeltschrift der SavignyStiftung fr Rechtsgeschlchte

    (Weimar 188083.). Otras reviatas pueden verse en International bibliography of

    historical sciences (Paris, Berlin, Roma, Madrid, Londres y Nueva York 193038.).

  • V. HISTORIAS GENERALES DE LA IGLESIA C. BARONIO, Annales ecclesiastlci (12 vols., R o m a 15881607). Debe

    consultarse corregido por Pagi y continuado por O. Rinaldl (Lucca 17381759).

    A. BOULENGBR, Histoire gnrale de l'Eglise ( vols., P a r s 193136). A. DUFOURCQ, L'avenir du Critianisme (Par is 1930ss. ) : t. 5 Le

    Christianisme et les barbares, 895-1049 (Paris 1931) ; t. Le Christianisme et l'organisation fodale, 10491294 (Par is 1932). La obra completa en l tomos.

    A. F L I C H B M A R T I N , Histoire de l'Eglise (Paris 1940ss.) : t. 6 L'poque carolingienne (1937) por E. AMANN; t. 7 L'Eglise au pouvoir des lauques, 8881057 (1940) por AMANN y A. DA UNAS; t. 8 La Rforme Grgorienne et la reconqute chrtienne por A. F L I CHB; t. 9 Du premier Concile du Latran Vavnement d'Innocent III, 112S1198 (1946) por R . F O R E V I L L E J . R O U S S E T ; t. 10 La chrtient romaine 11981274 (1950) por A . F L I C H E P . T H O U Z E L LIERI . AZAIS.

    A. M. JACQUIN. Histoire de l'Eglise (Paris 1928ss) : t. 2 Le haut moyen ge (1935) ; t. 3 La Chrtient (1948).

    J. HFRGENROETHER, Storia universale della Chiesa t rad, del E . P . ROPA (8 vols., F lorencia 19041924).

    J. HOLLBNSTEINER, Die Kirche im Ringen um die christliche Gemeinschaft (Friburgo de B r . 1940) ; a b a r c a del siglo al xv y forma parte de la Kirchengeschichte, empezada a publicar por J . P . Kirsch, continuador d e Hergenroether .

    F. MouRi'.rr, Hi.voria genera' de la Iglesia trad, y a n o t a d a por B: DB ECHALAR, O. M. C. (9 vols., Madrid 19181927).

    W. N E V S S , Die Kirche des Mittelalters (Bonn 1950). C. POULET, Histoire du Christianisme (4 vols., P a r s 19321943). G. SCHNRKR, Kirche und Kultur im Mittelalter (3 vols., P a d e r

    born 192729). E x i s t e traduccin espaola. J. HEFBLELBCLBRCQ, Histoire des conciles (Par s 1907ss.) ; los to

    mos 2 al V I 1 contienen los concilios medievales con la historia dt. ese tiempo.

    F. X. SEPPELT, Geschichte der Ppste (5 vols., Mnchen 193967). P. H U G H E S , A History of the Church (Londres 193447).

    Lo relct vo a la poltica y a la cultura puede estudiarse en los siguientes:

    C. BARBACAPALLO, Soria universale (5 vols., Turin 19321942) : t. 3 Il medioevo (1935) .

    J B O H L E R , Die Kultur des Mittelalters (Leipzig 1931). J CALMETTE, LS monde fodal (Paris 1937) ; L'laboration du mon

    de moderne (1942), t. 4 y 6 de "Clio. Introd. a u x tud. historiques".

    C. DAWSON, LOS orgenes de Europa trad, del Ingls (Madrid 1945). G GLOTZ, Histoire gnrale publie sous la direction de G. G. (Pa

    ria 1925sa.). De todas laa historias generalea es, h a s t a ahora , la ms seria y especializada, aunque poco armnica y proporcionada en svs partes, La, seccin medieval c o n t a r diez tomos.

  • C. G R U P P , Kulturgeschichte des Mittelalters (6 vols., Paderborn 19081925).

    G. G L O T Z P H . SAQNAC, Peuples et civilisations. Histoire gnrale, publie sous la direction de L. H. et P h . S. (20 vols., P a ris 1926SS.). A la Edad Media estn consagrados los tomos 5, y par te del 7.

    S. HBLLMANN, Storia del medioevo dalle invasioni barbariche alla fine dlie crociate trad. Ed B e s t e (Florencia 1930).

    IiAVTSSKA. RAMBAD, Histoire gnrale du IV sicle nos jours... soas la direction de (12 vols., P a r i s 18931901), el y el dedicados a la E d a d Media.

    H. OSBORN TAYLOR, The mediaeval Mind (2 vols., Londres 1930). Quaestioni di Storia mdivale a c u r a di E t t o r e R o t a (ComoMiln 1946) en colaboracin con otros 20 autores.

    THe Cambridge Medieval History (8 vols., Londres y Nueva Y o r k 19111936).

    J. P I R E N N B , Les grandes courants de l'histoire universelle (6 vols., Bruselas 194455).

    G. VOLPB, JI medioevo (Miln 1933).

  • INTRODUCCIN HISTORIOLOGICA*

    I. NOMBRE Y VALORACIN DE LA EDAD MEDIA

    En el pr t ico mismo de este libro nos sale al encuentro la siguiente in ter rogac in : qu entendemos p o r E d a d M e d i a ? C r e e m o s que al explicarlo se a c l a r a r tambin algo de la edad precedente y de la subsiguiente.

    1. Periodizacin histrica.No cabe duda que h a y diversidad de p o c a s y perodos en la Histor ia con c a r a c t e r e s peculiares y distintivos, a pesar de la compleja y v a r i a ' c o n t i n u i d a d , nunca interrumpida, del fluir histrico.

    La sociedad y el hombre no tienen, por ejemplo, en el siglo XIII el mismo estilo, la misma manera de ser, que en el siglo XVIII, E s t o es evidente. La dificultad est en determinar cundo ha e m p e z a d o una edad nueva o se ha producido un cambio decisivo de r u m b o . Se puede a c a s o sealar el m o m e n t o en

    BIBLIOGRAFA.S. MONTERO DIAZ, Introduccin al estudio de la Edad Media universal (Murcia 1936. Nueva edicin aumentada, Murcia 1948) ; G. K U R T H , Qu'estce que le moyen dget (Pars 1905) ; ETTORE ROTA, Introduzione alia Storiu del medio evo, en "Question! di Storia mdivale" ( R o m a 1948) p. I I X V H I ; I/. SORRENTO, Medio evo, il termino e il cencetto, publ. apar te en Miln 1931, y dentro de su obra Medievalia (Brescia 1943) p. 28110; H . G i T E N T H f R , Der mittelalterliche Mensch, en "Historisches J a h r b u c h " 44 (1924) 118; T. STBINBUECHEL, Christliches Mittelalter (Leipzig 1935) ; G. VON BELOW, Ueber historische. Periodisierungen (Berlin 1925) ; G. GORDON, Medium aevum and the Middle Ages, en "Society for pure English" tr . 19 (Oxford 1926) ; E. GOELLER, Di Periodisierung der Kirchengeschichte und die epochale Stellung des Mittelalter zwischen dem christlichen Altertum und der Neuzeit. Rektora tsrede (Freiburg i . B r . 1919) ; K. H E U S S I , Altertum, Mittelalter und Neuzeit in der Kirchengeschichte (Tubinga 1921). De la periodizacin histrica en general t r a t a W. BAUER, Introduccin al estudio de la Historia. T r a d , de L. G. de Valdeavellano (Barcelona 1944) p. 14456; y el libro de J. H. VAN DEF POT, De perlodisering der Geschedenis. Een everzicht der theorien (To e 'Gravenhage 1951), que examina todas las teoras. GEOROIO FALCO, La polmica sul Medio evo (Turin 1933) ; . B E R DIAEFF, Una nueva Edad Media (trad. esp. Barcelona 1934) ; M. GONGAI.VBS CERBJEIRA, A idade media (Coimbra 1936) ; W. N E U S S , Das Problem des Mittelalters (Colmar s. a . ) ; W. N E U S S , Die Kirhe des Mittelalters (2. ed. Bonn 1950) ; F. UDINA MARTORELL, Consideraciones acerca de los inicios del medioevo hispnico y' la lta Reconquista, en "Hispania" 11 (1951) 211234.

  • 22 INTRODUCCIN HITORIOLOOICA

    que un joven pasa de la adolescencia a la madurez o de sta a la ancianidad? Y, sin embargo, nadie negar que se dan diversas edades en el hombre.

    La periodizacin histrica se impone como una ley forzosa al historiador de altura que aspire a la sntesis cientfica. Hay ciertos grupos o series de aos, de idnticos o parecidos caracteres, aunque de lmites imprecisos

  • Santo) que soaron algunos visionarios de la Edad Media, como Joaqun de Fiore y sus secuaces; los TYes ciclos (teocrtico, heroico, humano), que retornan sin cesar, pero en "espiral ascendente, segn imagin Juan Bautista Vico; las Tres pocas eclesisticas (Petrina o catlica, Paulina o protestante, Juanista o unionista), de otros fantaseadores modernos orientales; la Ley de a trada, de Hegel (tesis, anttesis, sntesis), aplicada al curso de la Historia; los Fres estados (teolgico, metafsco y cientfico-positivo) excogitados por Augusto Comte, y otras divisiones semejantes2, no han sido tenidas en cuenta por los historiadores, y con razn, porque o son concepciones apriors-ticas de filsofos, o son sueos que en nada se ajustan a la Historia, o, por demasiado vagas, sirven poco para la justa diferenciacin y caracterizacin de las edades.

    En cambio, hall favorable acogida la divisin que hicieron los humanistas y fillogos del.siglo xv, segn la mayor o menor pureza del habla latina. Llamaron Edad Antigua a la edad del puro y noble lenguaje clsico (hasta el fin del Imperio romano de Occidente, 476); Edad Nueva o Moderna a la en que ellos vivan, edad de restauracin del clasicisimo latino, cuyos inicios pusieron en 1453, ao de la cada de Constantinopla, y el lapso de tiempo, casi un milenio, que media entre esas dos fechas, ese largo perodo de vulgar y brbaro latn, que a sus ojos, deslumhrados por el renacimiento de las letras, apareca como una noche oscura y tenebrosa, designaron con el apodo incoloro, casi annimo y negativo, de Edad Media3. Del mismo modo, los artistas, arquitectos, pintores, etc., hablaban de su arte renacentista como de un arte moderno, en contraposicin al de los tiempos posteriores, que solan denominar despectivamente gtico o brbaro.

    E n t r e las m s notables debemos sealar la de G. SCHNUERER, Vebor Periodisierung der WeltgescMchte (Friburgo de Suiza 1 9 0 0 ) . Y la del lectoral de S a l a m a n c a A. DE LA TORRE Y V L E Z , Bosquejo de una filosofa cristiana de la Historia a la lus del descubrimiento del Nuevo Mundo (Salamanca 1 8 8 4 ) p. 3 8 9 - 4 2 0 . Sobre las apuntadas en el texto, cf . B E R N H E I M , Lehrbuch der historischen Methode (Leipzig 1908) p. 7 0 - 8 4 . Sobre San Agustn, vase H. SCHOLZ, Glaube und Unglaube in der Weltgeschichte (Leipzig 1 9 1 1 ) p . 154-165.

    * El telogo holande Gisberte Voetlus conceba la edad intermedia entre la Antigedad y el Renacimiento humanstico como una poca de interrupcin de la cultura clsica, y asi en su introduccin al estudio de la teologa ( 1 6 4 4 ) divide la historia de la Iglesia occidental en estas tres edades: a) antiquitas Ecclesiae, hasta 6 0 0 - 6 0 0 ; b) intermedia aetas, del 6 0 0 al 1517; c) nova o recena aetas, del 1 5 1 7 h a s t a su tiempo. K. BURDACH, Rforma, Rir nascimento, Umanismo (trad. ital. D. Cantimori, F lorencia 1935) p. 1 6 6 . Cf. P. L E H M A N N , Vom Mittelalter und von der lateinischen Philologie des Mittelalters (Munich 1 9 1 4 ) ; F. SIMONE, La coe-ciema della Rinascit neqli manistl, en " L a R l n a s c i t " 2 ( 1 9 3 9 ) 8 3 8 - 8 7 1 , especialmente p. 860-866.

  • 24 I N T R O D U C C I N HISTORIOLUICA

    2. El nombre y la cosa.Fueron ellos, los humanistas, quienes inventaron el concepto y el nombre. Flavio Biondo, que en la primera mitad del siglo xv escriba sus Historiarum ab inclinatione romanorum decades, advierte que los siglos comprendidos entre el y el xv forman una compacta unidad histrica (unum historiae corpus), mas no le impone nombre particular y propio. El primer escritor que us la expresin "Media tempestas", refirindose a esa poca histrica, parece que fu Juan Andrea dei Bussi, obispo de Aleria,' en una edicin de Apulteyo de 1469, donde hace el elogio del cardenal Nicols de Cusa, buen conocedor de los tiempos medios. En 1518 el humanista suizo Joaqun de Watt (Vadianus), hablando de Walafrido Estrabn en la crnica de la abada de San Gall, dice mediae aetatis auctor non ignobilis: en 1575 el holands Hadrianus Junius habla de los mediae aetatis scriptores en su libro Batavia, no impreso hasta 1588; anloga expresin encontramos en el jurista alemn Canisius en 1601.

    Melchor Goldast en 1604 emplea el trmino de "medioevo" (consuetudo medii aevi); lo mismo hace el profesor de Leyden Jorge Honr en su Orbis politicus (1667). Y en fin, dejando otros que incidentalmente se valen de una u otra expresinmedia aetas, medium aevum, quien introduce definitivamente esta terminologa en los manuales de Historia, dndole as como carta de ciudadana en la enseanza y en el lenguaje vulgar, es el profesor de Halle, Cristbal Keller (Cellarius), en su historia tripartita: Historia antiqua (1685), Historia medii aevi (1688), Historia nova (1696). Keller apellid "medioevo" a la poca que se abre con el emperador Constantino, fundador de la ciudad que lleva su nombre (despus prevalecer el ao 476, destronamiento de Rmulo Augstulo) y que se clausura con las postrimeras del Imperio de Oriente (cada de Constantinopla, 1453).

    Esta divisin clsica no gusta actualmente a los historlado* res, porque ni el ao 476 ni el 1453 significan lmite o punto verdaderamente crucial, en que se note un viraje de la Historia *. Sustituirla por otra mejor es cosa ardua. No faltan tentativas, pero dudamos de su validez y duracin. La que nosotros seguiremos en esta HISTORIA se entender por lo que en seguida diremos en esta introduccin.

    Podra discutirse si efectivamente el concepto de Edad Media es valedero para la Historia universal, es decir, para todos los pueblos del planeta a un mismo tiempo. Dejamos a un lado, porque ahora no nos interesa, la cuestin de si es o no oportuno y adecuado el apelativo de Edad Media, usado por algunos spenglerianos para designar un periodo de ciertas culturas que

    . * E. FUBTR, Geschichte der neueren Historiographie (Mnchen, Berlin 1925) p. 345.

  • _ NOMBRE Y VALORACIN DE LA EDAD MEDIA 25

    no se corresponden cronolgicamente con la occidental, verbigracia, la india, la china, la japonesa.

    Ciertamente un "medioevo" de caracteres comunes a todos los pueblos ni se dio ni pudo darse de un modo contemporneo. El concepto de Edad Media no puede aplicarse unvocamente a los pueblos de Europa y de Asia y de la Amrica precolombina. A nosotros nos basta con que sea aplicable a los ms altos representantes y ms eficaces, conductores de la cultura cristiana. Y lo es en realidad?

    En esto, como en todo lo histrico y moral, no hay que venir con exigencias matemticas. Si se ha llegado a negar rotundamente la existencia de un Renacimiento espaol, no faltar alguno que con anlogos motivos se atreva a neqar la Edad Media en Espaa, o retrasarla, por lo menos, hasta la segunda mitad del siglo xi, en lo cual no andara descaminado. En cambio, los ingleses harn bien en adelantarse al cmputo de las dems naciones al fijar el inicio de su Edad Media. ,

    Con todo, nuestra opinin es que el historiador no debe renunciar a ese concepto que tanto le facilita la comprensin y la exposicin metdica de la historia de Europa, si bien deber tener en cuenta los matices peculiares que presenta cada pueblo dentro de la comn categora histrica;

    3. Valoracin.Eu Renacimiento humanstico, al colocar a la Edad Media entre la cultura antigua y la moderna, la conceptu como poca oscura, carente de verdadera civilizacin, sin esplendor de belleza, de arte y de saber humano. El humanismo no tena comprensin para la grandeza medieval. Gtico fu sinnimo de brbaro y tenebroso. Asi lo aseguraba Gargantua en la famosa carta a su hijo Pantagruel 4*.

    Heredaron ese concepto peyorativo las sectas protestantes, y aun lo ennegrecieron y agravaron en el aspecto religioso, abominando de esos mil aos de supuesta corrupcin eclesistica y degeneracin del cristianismo primitivo.

    Ni siquier a. en el siglo xvni, en que la Ilustracin cosmopolita casi borr, con los perfiles de cada pueblo, los rasgos que definen y caracterizan a cada edad histrica, perdi el medioevo sus odiosos y despectivos delineamientos. Vemos, por el contrario, que desde el tierno Feneln hasta el escptico Voltaire, pasando por Montesquieu y Gibbon, hablan de las tinieblas, de la supersticin y del salvajismo que cayeron sobre Europa en el medioevo. Otros aluden a la locura y enfermedad del esp

    ** "Le temps estolt encore tnbreux et eentant l'lnfelicit et calamit des Gothz, qui avoint mis destruction toute bonne littrature" .(F. DE RABELAIS, Le Gargantua et le Pantagritel II, 8 ) . J j * evolucin del concepto, o mejor, del Jlfio de dad Media, esde los humanistas a los romnticos, en A. P A U P H I L E T , Le legs ViJ^yen age. Stdes de littrature mdivale (Melun 1 9 5 0 )

  • rltu humano en aquellos siglos. Muratori es de los poqusimos que saben apreciarya que no amarlos valores medievales.

    Son los romnticosambos Schlegel, Novalis, etc.los primeros que descubren la unidad poltico-religiosa de aquella edad histrica y se entusiasman con ella como con un ideal. Augusto Guillermo Schlegel, el padre del Romanticismo, en sus versos a los poetas del Sur cantaba as:

    Antao era Europa, en sus das do grandeza, una sola patria, surgida augustamente del suelo; tan noble, que por ella se poda ir a la muerte y al triunfo.

    De los combatientes, la Caballera hizo compaeros. Todos ansiaban pelear por la m i s m a fe. Abranse los corazones al mismo nico amor. Tambin entonces reson una poesa. de igual sentido en todas partes, aunque en diversas lenguas*.

    su hermano Federico, en la Filosofa de a Historia, no poda menos de reconocer eft los siglos cristianos del medioevo una de las realizaciones histricas ms perfectas del fin que Dios ha impuesto al hombre y a la humanidad en este mundo.

    El Romanticismo potico, amigo de lo fantstico y romancesco, entusiasmado con el arte popular, exalt las sublimes bellezas cristianas, nacionales y caballerescas de la Edad Media por encima de las del mundo clsico. La historiografa romntica del siglo xix, al desempolvar cdices, publicar documentos y estudiar con cario las instituciones, las ideas, el derecho y las personalidades ms relevantes, nos fu revelando los mltiples aspectos de la enorme y delicada Edad Media. Tales estudios, continuados an en nuestros das, trajeron consigo una buena porcin de problemas acerca de los rasgos esenciales y caractersticos, el predominio del germanismo de los Invasores o del romanlsmo de los invadidos, las relaciones de aquella cultura con la del mundo greco-romano y con la del mundo moderno, los lmites iniciales y terminales, el valor y aun la existencia de la Edad Media, etc. Y brot tambin, como no poda ser menos, la discrepancia de pareceres y de sentimientos en la nunca acabada "Polmica sobre el medioevo" .

    El concepto que nosotros, como historiadores de la Iglesia, nos hemos formado de aquella edad, lo expondremos aqu sencillamente, determinando sus limites y caracteres.

    An die sdlichen Dichter (1804). ' Es muy interesante e instructivo el libro de Georglo F a l c o

    que lleva ese titulo. Tambin ser provechoso leer el art icul de R. STADBT.MANN, J a c o b Bnrclchardt und das Mittelalter, en "Historische Zeitschrift" 142 (1930) 4B7-515, para comprender la Idea que de la E d a d Media se' formaban los romnticos y luego el Insigne pontifioe del Renacimiento, J a c o b o Burclthardt .

  • II. LMITES DE IA EDAD MEDIA

    1. Trmino inicial. Alguna fecha, algn acontecimiento hay que escoger como lmite inicial o terminus a quo de la Edad Media. No negaremos toda la razn a los que persisten en sealar la cada de Roma (476) como el hecho trascendental, iniciador de una edad nueva, ya que realmente desde entonces (y aun antes, desde Diocleciano) se marca muy clara la nueva forma de civilizacin que dominar en los siglos feudales: civilizacin rural y campesina, muy distinta de la antigua civilizacin clsica, que era fundamentalmente ciudadana. Pero a la aceptacin de aquella fecha podemos oponer que las generaciones siguientes, los hombres del siglo vi y aun del vu continan viviendo en el mundo romano, ya que no en el Imperio. Basta pensar en Boecio, en San Gregorio Magno, en San Isidoro, quienes, a pesar de ser popularsimos en la Edad Media y nu-tridores del pensamiento medieval, encuadraron su vida histrica en el marco de las costumbres y de las instituciones jurdicas y sociales del Imperio romano.

    Las invasiones de los brbaros rompen la unidad poltica imperial, pero dejan intacta el alma de los vencidos. La religin de stos, su cultura y su organizacin administrativa se imponen a los mismos vencedores. No slo triunfa dondequiera el latn, sino que se adopta el sistema monetario romano, y como bien observa Pirenne, persiste el carcter laico de la administracin civil y los reyes brbaros se muestran tan cesaropapis-tas como los emperadores. Tan slo bajo los anglosajones desaparece pronto lo romano para dejar paso a las instituciones germnicas. En los dems pases, hasta el siglo VIH no se efecta la transformacin de la vida. Desde ese siglo nos es lcito observar instituciones sociales, polticas y religiosas desconocidas anteriormente y tpicas del medioevo.

    Sealar la fecha inicial es problema difcil, tanto ms que puede variar en los distintos pases, y aun ser diverso para la Historia civil y para la Historia de la Iglesia. Algunos historiadores eclesisticoscon visin tal vez demasiado restringida a la disciplina que cultivanse han fijado en el pontificado de Gregorio I (590-604); otros con mejor fundamento prefieren el ano en que se celebr el VI Concilio ecumnico (Constantino-

    olitano III. 680-81), o el ao 692, en que se tuvo el snodo amado Trullano o Quinisexto, o bien el comienzo de la hereja

    Iconoclasta en 726. No falta quien prefiera la predicacin o la muerte de San Bonifacio, apstol de Germania (718-754). Loa apales, mirando a nuestra historia, escogeramos antes la fecha de la irrupcin agarena sobre la Pennsula, baluarte de Europa en 711 (aunque a la verdad en Espaa no irrumpe el

  • medievallsmo europeo hasta el siglo xi), y los franceses, la batalla de Poitiers, reflujo de la marea islmica en 732.

    2. Imperio de Carlomagno.Puestos a escoger un personaje o suceso relevante en el que apunten las nuevas caractersticas europeas, nosotros nos inclinamos hacia la figura de Carlomagno. Y bajo este nombre, escrito en el frontispicio d'e una edad, puede entenderse, o bien todo su reinado, de un modo vago y general (768-814), o bien su coronacin del ao 800 en Roma. No hay duda que en aquel reinado tuvo lugar una gran transformacin social y econmica de Europa, y a nadie se le oculta que, entre todas las fechas de ese lapso de tiempo, ninguna tan alta y significativa como la del ao 800, creacin del Imperio y unin armnica de las dos cabezas de la cristiandad, caracterstica de la Edad Media. Tiene la ventaja de que por su trascendencia poltica y religiosa pueden coincidir en ella los historiadores de la Iglesia con los tratadistas de Historia profana.

    Admitimos, pues, el ao 800 como la esplndida portada que da acceso al gran templo de la Edad Media, pero advirtiendo que tiene delante un prtico o atrio, ms o menos largo, que anuncia el nuevo estilo. El feudalismo, rasgo caracterstico de la nueva edad, empieza a cuajar en Francia un poco antes.

    3. Predominio rabe.Dos ilustres historiadores, el belga Enrique Pirenne y el espaol Ramn Menndez Pidal, quieren otorgar importancia decisiva y causal a la aparicin del elemento rabe y musulmn. Atendiendo Pirenne 7 principalmente al elemento econmico, afirma que la unidad mediterrnea, caracterstica de la poca romana, no se quebranta con las invasiones de los pueblos norteos; el florecimiento comercial, y consiguientemente cultural, debido al intercambio de productos entre Oriente y Occidente, entre las costas africanas y las europeas, no se interrumpe en el siglo v; contina, poco ms o menos, la misma vida administrativa y econmica; en las Gaitas, aun en el interior, se ven todava mercaderes sirios; persiste la circulacin de la moneda de oro; sigue floreciendo la industria y el comercio, como en tiempos anteriores ; todo lo cual desaparece entre el siglo vu y el vm, cuando los rabes se aduean de Siria, Persia, Egipto, y se extienden por toda el Africa septentrional hasta los Pirineos. Al pasar a manos rabes el dominio del mar Mediterrneo, crtase el comercio entre Oriente y Occidente, la economa se localiza y se. cierra con carcter agrario, la civilizacin retrocede, el centro de gravedad de la vida europea se desplaza hacia el norte, decaen las ciudades, prevalece el campo, arraiga y se difunde el feudalismo. Si bien es cierto que con Carlomagno asistimos a una reconstruc-

    H E N K I PIRBNNK, Mahomet et Charlemagne (Pars 1 9 3 7 ) .

  • LMITES DE LA EDAD MEDA 2tt

    cin civilizadora y a un renacer de la cultura, pero sta, segn Pirenne, no es ya la cultura romana antigua, sino una nueva, que puede llamarse romano-germnica.

    Creemos que Pirenne exageia algn tanto la continuidad de la civilizacin imperial en los nacientes reinos europeos, tanto como el corte y separacin de Oriente y Occidente por causa de los rabes; sin embargo, su teora, en lneas generales y con ciertas limaduras, verbigracia, llamando ocasional lo que l dice causal, opinamos que puede mantenerse, aun despus de los importantes reparos que le pusieron A. Dorsch para Alemania, F. Carli para Italia, E. Sabbe para Francia.

    Menndez Pidal coincide enteramente con Pirenne; luego, sobrevalorando, a nuestro parecer, la cultura musulmana, el historiador espaol afirma que la Edad Media debe ser tenida por una poca esencialmente latino-rabe, porque la civilizacin musulmana "s'e destaca entonces como la principal guiadora de la humanidad". "Los grandes sucesos culturales de la Edad Media repitese deben a los musulmanes, sobre todo desde el siglo vin al XII, en que el rabe fes la lengua del progreso, no el latn. He aqu por qu la Edad Media debe mirarse como una poca fundamentalmente latino-rabe en cualquier Historia que domine una suficiente dimensin espacial" 8.

    Esto quiere decir que no slo en la Historia universal, sino tambin en la particular de Europa, el medioevo est constituido esencialmente por dos elementos, el latino y el rabe, o en otros trminos, el cristiano y el islmico, lo cual nos parece exagerado. Se puede poner, como lo hace Menndez Pidal, el fastuoso florecimiento de Bagdad por encima del llamado Renacimiento carolingio, pero ntese que este renacer, tmido si se quiere, va cargado de promesas, porque de l han de brotar, no solamente Alcuino, Rbano Mauro, Agobardo, Hincmaro, Escoto Erigena, sino adems la plyade de maestros que en el silencio de las escuelas monacales preparan el renacimiento literario del siglo xu (humanistas platonizantes de la escuela de Chartres y de la de Orleans) y aquellos que en las primeras controversias predestinacionistas y sacramentaras empiezan a elaborar mtodos y doctrinas filosfico-teolgicas que triunfarn con Santo Toms y con la falange de los grandes escolsticos. Toda la futura civilizacin occidental se encuentra all en gestacin, mientras que la cultura islmica, tras una fogarada orillante, pero efmera y de escasa originalidad, se va extinguiendo en pueblos perifricos de Europa, sin alcanzar a ser verdaderamente "guiadora de la humanidad". Su papel cientfico en Europa es ms de transmisin que de creacin, y cesa en seguida que la cultura occidental se pone en contacto con la cenla antigua.

    t 2" R. MENNDEZ PIDAL, La Espaa del Cid (Madrid 1929) t. 1, C4,

  • 80 , ._ _ tNtttODCClON HiSTORlOLGlCA

    Esto no quita que el mundo islmico condicione y afecte de tal suerte al mundo cristiano y europeosi bien extrnsecamente, que el historiador de la Iglesia no pueda excluirlo del marco de su estudio. La cristiandad medieval se enfrenta con el Islam, como con su perpetuo y natural antagonista.

    Como historiador del cristianismo medieval, afirmar, pues, que la Edad Media es esencialmente cristiana, culturalmente ms romano-germnica gue otra cosa; vive, es cierto, con la preocupacin constante del mundo rabe, en contacto y lucha con l, y sus limites iniciales estn determinados en parte por el aparecer de la Media Luna, con amenazas de sangre, en el cielo de Europa y sobre las aguas del Mediterrneo. Esto se verifica a lo largo del siglo vni.

    Si la presencia del Islam rompe la unidad mediterrnea, construida por Roma, otro suceso tambin escisionista ocurre en el siglo vin que siembra grmenes de profunda divisin en el cuerpo de la cristiandad, y que merece tenerse en cuenta al sealar los lmites y caracteres de la Edad Media. Es la violenta hereja iconoclasta que estalla por entonces en Bizancio y la aversin creciente contra Roma. Las comunicaciones entre las dos capitales se hacen cada dia ms difciles y el abismo se ensancha cuando el ducado romano, acaudillado por el papa y desamparado del Basileus, pide auxilio al rey de los francos, el cual poco ms tarde, coronado emperador de Roma, se unir estrechamente con ella, acentuando as la contraposicin del Oriente y el Occidente.

    4. Trmino final.Y cules sern los lmites terminales, o el terminas ad qaem de la Edad Media? Todava repiten muchos manuales que la cada de Constantinopla bajo la cimitarra turca (1453), o el descubrimiento de Amrica (1492), o la rebelin luterana (1517).

    No cabe duda que la revolucin protestante pesa mucho en la Historia de la Iglesia y en la universal; pero por una parte sus principios revolucionarios se ven germinar en Europa ya en siglo xiv, razn que bastara para poner en esa centuria los comienzos de la nueva edad; y por otra, es de advertir que, si bien estalla en 1517 la conflagracin religiosa de Europa, su triunfo tarde mucho en declararse, porque la restauracin catlica, apoyada por las armas de Espaa y del emperador, le mueve formidable guerra en todos los frentes e intenta aplastarla y extinguirla, mantenindose indecisa la victoria en Francia, Pases Bajos c Inglaterra, mientras Felipe II dispone de soldados, de municiones y barcos, y oscilando el fiel de la balanza en Alemania durante largos aos, hasta que la paz de Westfalia (1648) viene a sellar el triunfo de las potencias protestantes sobre los catlicos.

    Sin negar, pues, su gran importancia a la fecha de 1517, pensamos que acaso sea mayor la de 1648 y de ms utilidad

  • LMITES DE LA EDAD MEDIA 31

    en la periodizacin histrica, porque en la segunda mitad del siglo XVII una ideologa de modalidades ms modernas, laica y naturalista, se deja sentir en casi todo el mundo. Quiere esto decir que alargaremos la Edad Media hasta 1648? Ni es necesario ni conveniente. Aunque el siglo xvi y los comienzos del xvii conservan muchos elementos del medioevo, y la misma revolucin protestante no es ms que una batalla contra las esencias medievales, estamos demasiado acostumbrados a mirar el siglo' xvi como Edad Nueva.

    Ni siquiera hasta 1517 podemos alargar la Edad Media, a lo menos con plenitud de significado, a no ser que le demos a ese perodo que comprende las centurias xiv y xv el sugerente apelativo que le puso Huizinga: "El otoo de la Edad Media". Otoo que, desde otro punto de vista, es primavera de la nueva edad.

    Qu decir del descubrimiento del Nuevo Mundo? Que sus importantsimas consecuencias no se hicieron notar en la Historia total de Europa hasta muchos aos despus de sucedido, y en algunos aspectos hubieron de transcurrir siglos enteros para que se comprendiese y se hiciese patente lo trascendental de aquel acontecimiento, si bien ya algn contemporneo, como Francisco Gmez de Gomara, adivin su trascendencia al afirmar que "la mayor cosa, despus de la criacin del mundo, sacando la encarnacin y muerte del que lo cri, es el descubrimiento de las Indias".

    Ms partidarios ha tenido la conquista de Constantinople por los turcos en 1453. No se puede negar que el fin del Imperio de Oriente, relacionado con el fin del Imperio romano de Occidente (supuesto fin de la Edad Antigua), tiene un histrico similiter cadens, que persuade a tomar aqul como trmino de una edad que se abri con la cada de ste. Sin embargo, en la evolucin de la Historia significa muy poco la entrada de Mohamed II en Constantinopla, y ni siquiera tuvo la influencia grande que algunos le atribuyen en el renacimiento de las letras clsicas por la venida de los eruditos bizantinos a Italia. En la Historia de la Iglesia es an menor su trascendencia.

    Por comodidad, principalmente en la distribucin de la materia, dar fin a esta poca medieval que me ha tocado historiar con el ao 1303, ao de la muerte de Bonifacio VIII, que significa el fracaso de los ideales hierocrticos de aquella e