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![Page 1: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/1.jpg)
14 de octubre
La siguiente carta, suscrita por la campaña ciudadana Yo No
Quiero Transgénicos en Chile y RAP-Chile a propósito de la
celebración del Día Internacional de la Soberanía Alimentaria y
dirigida a Carmen Castillo, ministra de Salud, Carlos Furche,
ministro de Agricultura y Michel Leporati, director de ACHIPIA,
incluye el estado de situación en el país sobre la soberanía
alimentaria y una denuncia sobre un nuevo escándalo: fondos
públicos de investigación nuevamente asignados a Monsanto, ahora
vía FONDEFF/iDEA.
En el Día Internacional de la Soberanía Alimentaria nos dirigimos
a Uds. para entregarles nuestra visión sobre los alimentos que
estamos consumiendo mayoritariamente, lo cual nos aleja de la
soberanía alimentaria. Hoy no podemos decidir qué producimos y
qué comemos de acuerdo a nuestra cultura y necesidades. Para
cambiar la realidad que aquí describimos, demandamos que su
gobierno adopte políticas públicas al servicio de los consumidores y
de los campesinos y campesinas que producen nuestros alimentos.
Al contrario de lo que pregonan autoridades de gobierno y la
agroindustria, gran parte de nuestra alimentación es de mala calidad,
producida utilizando hormonas, preservantes, colorantes y grandes
cantidades de fertilizantes y plaguicidas, muchos de ellos altamente
peligrosos, que dañan nuestra salud y la de quienes producen estos
cultivos. Al mismo tiempo, cada vez hay más supermercados repletos
de transgénicos no etiquetados, muchos de los alimentos procesados
a la venta allí, que también constituyen un riesgo para la salud.
![Page 2: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/2.jpg)
Las ferias libres, y las ferias locales, en cambio, permiten acceder a
verduras y hortalizas con menores riesgos para la salud. Pero los
alimentos sanos integralmente, producidos a nivel local, con métodos
agroecológicos, orgánicos o biodinámicos, sin plaguicidas, patentes ni
fertilizantes, no llegan sino a una pequeña cantidad de los chilenos y
chilenas. En general, esos productores no tienen canales adecuados de
comercialización, y carecen del apoyo y estímulos estatales
garantizados a la agroindustria.
La vista gorda con el glifosato
Este gobierno y particularmente los Ministerios de Agricultura y
de Salud han escogido hasta ahora hacer la vista gorda ante el hecho
que la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC),
dependiente de la Organización Mundial de la Salud, ha reclasificado
el herbicida glifosato y otros plaguicidas asociándolos al cáncer. Los
estudios presentados por la industria para lograr la aprobación de
plaguicidas y transgénicos, no arrojan conclusiones válidas porque
sólo analizan efectos del muy corto plazo, ocultando así su real
peligrosidad. Esto quedó en evidencia con la resolución de la
IARC/OMS y ya había sido demostrado en el estudio del equipo del
científico francés Gilles Eric Séralini, de dos años de duración.
Pero no es necesario ir muy lejos para comprobar en terreno los
efectos de la agricultura fomentada por la agroindustria
biotecnológica. En Argentina la organización denominada “Médicos
de Pueblos Fumigados” encabezó un equipo desplegado en terreno,
que encontró un alarmante aumento de cánceres y malformaciones
congénitas en la localidad de Monte Maíz, Córdoba. Allí se utiliza
ampliamente el glifosato y otros venenos peligrosos, también
registrados y en uso en Chile.
![Page 3: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/3.jpg)
Aunque el programa de Inocuidad Alimentaria del Ministerio de
Salud se plantea “eliminar o controlar los agentes que representen
riesgo para la salud de los consumidores y/o que puedan influir de
manera gravitante en el perfil de morbi-mortalidad, ” este ministerio
no realiza una vigilancia epidemiológica específica relacionada con
cáncer y exposición a plaguicidas ni desagrega por comuna la
información pública relacionada con la morbilidad por cáncer y la
presencia de malformaciones congénitas en las regiones de O´Higgins
y del Maule, u otras. En esos territorios la agroindustria esparce cada
año miles de toneladas de glifosato y otros plaguicidas altamente
peligrosos. Así se esconde la relación existente entre el uso de estos
venenos y el sufrimiento de muchas familias campesinas. Estos costos
ocultos de la agroindustria son una verdad incómoda que es mejor
disfrazar con estadísticas generales.
Escandaloso apoyo a Monsanto y ChileBio
El Estado entregó nuevamente financiamiento a Monsanto y las
transnacionales productoras de transgénicos para realizar
investigaciones orientadas a facilitar la aprobación de leyes que
introduzcan esos cultivos para el mercado interno. Según un boletín
de ChileBio (el gremio de los productores de transgénicos), ejecutor
del proyecto FONDEFF IDEA N° 13I10173 de Corfo junto a INIA,
“los resultados de ese proyecto serán clave a la hora de legislar para la
introducción de transgénicos en el país” y ya son publicitados por
ChileBio en la revista Plant Biotechnology. En la revista, Miguel Ángel
Sánchez, de Monsanto y ChileBio, se identifica como jefe del proyecto
“Internet para el desarrollo agrícola de Chile: servicio público para
estimar el impacto de coexistencia de especies vegetales
genéticamente modificadas, convencionales y orgánicas”.
![Page 4: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/4.jpg)
También hay nuevos fondos estatales entregados al Consorcio
BioFrutales para el desarrollo de uva transgénica y luego, de duraznos
y carozos transgénicos. Se trata de tres proyectos recientemente
adjudicados por InnovaChile y Fondef por $5.800 millones, por 10
años.
El Estado chileno coarta nuestro derecho a saber qué comemos.
Los supermercados nos venden alimentos procesados importados,
que contienen ingredientes transgénicos, sin que exista etiquetado que
permita optar por otros alimentos. El ministerio de Salud está a
contrapelo de la tendencia mundial, que respalda el derecho de los
consumidores a saber qué estamos comiendo. El reglamento sanitario
fue modificado en 2003 a petición de la industria, para que Chile se
guiara por un criterio inventado por las transnacionales agroquímicas
y de la biotecnología, la llamada “equivalencia sustancial” que
pretende calificar un alimento transgénico como idéntico a uno
producido convencional u orgánicamente. SERNAC y MINSAL se
amparan en ello para mantenernos desinformados sobre los alimentos
que contienen transgénicos.
Más fondos para el agronegocio
Los fondos para investigación del Estado en agricultura, no se
ocupan en estudiar cómo producir más sano. Discriminan a favor de
la llamada “tecno ciencia”, la ciencia aplicada a resultados de
innovación vinculados a los cultivos transgénicos o el desarrollo de
híbridos o alimentos funcionales o a complicados sistemas
tecnológicos para beneficio de la agroindustria.
Este gobierno proclama su apoyo a la agricultura familiar
campesina, pero órganos del Estado como INIA, FIA, la CNR y otros,
así como la mayor parte de las políticas y presupuesto del ministerio
de agricultura, continúan al servicio de la agroindustria. Por ejemplo,
![Page 5: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/5.jpg)
se han entregado fondos importantes para que estas instituciones
desarrollen proyectos de generación de semilla “mejorada”. Los
resultados de ese trabajo sin duda mejorarán los ingresos de la
agroindustria, orientados a la exportación de semillas “mejoradas” o
plantas de maíz, pimiento, alcachofa, o cerezo, y últimamente de la
quínoa y el pepino dulce. Esas nuevas variedades, con propiedad
intelectual registrada en el SAG, por su costo no estarán al alcance de
los pequeños campesinos. Este tipo de “mejoramiento” genético
tampoco tiene como objetivo satisfacer al consumidor sino al
comercializador. Un ejemplo típico es el tomate que consumimos hoy
mayoritariamente, de “larga vida” para el supermercado y los
transportistas, pero sin olor ni sabor; o la sandía cuadrada para
facilitar su transporte.
Los cultivos desarrollados con la semilla campesina tradicional no
se incentivan con ese mismo ímpetu ni con fondos generosos; no hay
políticas de entrega de semilla tradicional a la agricultura familiar
campesina, ni hay campañas públicas orientadas a mostrar las
cualidades nutricionales de estos productos. Mientras los plaguicidas
entran con arancel cero, no existen subsidios para la agricultura
orgánica, Tampoco se apoya financieramente los procesos de
transición de producción convencional a producción agroecológica.
El Estado no está preocupado de abastecer a los comedores escolares y
hospitales públicos con verduras y hortalizas sanas producidas
localmente, como ocurre en Brasil y Bolivia. En Chile sólo interesa
mejorar la productividad y orientar todo hacia la exportación.
El gobierno también promueve la continuidad del decreto 701 de
subsidio a los monocultivos de pino y eucaliptus que han dejado sin
agua a las comunidades indígenas y campesinas. No es coherente
apoyar la agricultura familiar campesina y continuar expandiendo
![Page 6: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/6.jpg)
estos monocultivos rechazados por su negativo impacto en el
ambiente.
Achipia aboga por normativas laxas
Por su parte ACHIPIA, el nuevo órgano dependiente del
ministerio de agricultura, que por definición debiera preocuparse de
la calidad integral de los alimentos, está actuando en la práctica como
portavoz de la agroindustria exportadora, orientado a convencer al
público y el mercado externo que todo lo que Chile produce es de
calidad. Aunque Achipia define la inocuidad de un alimento como “la
garantía de que no causará daño al consumidor, cuando sea
preparado o ingerido y de acuerdo con el uso a que se destine”, en
2012, la entidad no mostró ninguna preocupación por factores como
los plaguicidas, que inciden en la salud de los consumidores. El
funcionario de Achipia Eduardo Aylwin (actualmente asesor en temas
de plaguicidas), al discutirse los LMR en alimentos, es decir los límites
máximos de residuos de plaguicidas reconocidamente cancerígenos
según la UE, USEPA, IARC, se opuso a que se aplicara la normativa
más rigurosa.
Actualmente incluso las semillas de hortalizas se recubren con
venenos –insecticidas neonicotinoides- de carácter sistémico. Además
de contribuir a la mortandad de abejas y a la merma de la apicultura,
esas sustancias tóxicas van a estar presentes también en los alimentos.
No existe norma sobre residuos de plaguicidas en miel.
Las normas sobre residuos que existen no son garantía de calidad
por la escasa fiscalización existente,
pero sobre todo, como hemos visto en las comisiones respectivas
público-privadas, han sido dictadas
![Page 7: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/7.jpg)
para ser lo más laxas posible, como resultado de la intensa presión
de la industria productora de agrotóxicos, apoyados por académicos
integrados a la industria.
Llamamos al gobierno a prohibir los plaguicidas altamente
peligrosos, promover efectivamente la agroecología, etiquetar los
alimentos transgénicos, retirar el proyecto de extensión del Decreto
701, y generar una política de compras públicas de alimentos sanos
para escolares y hospitales públicos.
Red de Acción en Plaguicidas Chile, RAP-Chile /Alianza por una
Mejor Calidad de Vida/OLCA/ANAMURI/CIAL
Campaña Yo No Quiero Transgénicos en Chile
Fuente: http://www.elclarin.cl/web/noticias/cronica/17111-carta-publica-al-gobierno-por-nuevo-escandalo-
de-monsanto.html
El pasado 05 de octubre en Atlanta, Estados Unidos, representantes de los 12
países que son parte del Acuerdo Estratégico Transpacífico (TPP)* dieron por
concluidas las negociaciones del que considerado “el tratado de libre comercio
más grande del mundo”.
Por Paulina Acevedo Menanteau* (Publicado en Le Monde
Diplomatique-Chile, noviembre 2015)
Junto con ello, evacuaron el texto definitivo acuerdo el que, de
adoptarse, controlará el 40 por ciento del mercado de bienes y
servicios a nivel mundial, incidiendo de forma directa en la calidad de
vida y en los derechos humanos de 798 millones de ciudadana/os que
habitan la región Asia-Pacífico.
![Page 8: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/8.jpg)
Dada la magnitud de este mega-acuerdo comercial y su impacto, es
altamente preocupante y se debe denunciar la decisión adoptada por
los países involucrados, entre los cuales se encuentra Chile, de llevar
adelante dichas negociaciones en completo hermetismo y con estricta
reserva del texto en cuestión, el cual fue incluso denegado a un grupo
de 19 congresistas chilenos que solicitaron vía moción parlamentaria
conocer su contenido. De hecho, de los 30 capítulos que posee el
Acuerdo, solo se han podido conocer tres de ellos gracias a filtraciones
de Wikileaks.
A este secretismo sin parangón y tratativas a espaldas de la
ciudadanía, se suma la irresponsabilidad del Gobierno de Chile por la
negociación del texto del TPP sin contar con informes concluyentes
respecto de sus eventuales beneficios para el país, más aún siendo
Chile el único país que mantiene tratados bilaterales y multilaterales
con los restantes once países del Acuerdo.
En efecto, en reunión sostenida a la semana siguiente del cierre de las
negociaciones en Atlanta entre la Plataforma Ciudadana Chile Mejor
Sin TPP y la Dirección Económica de la Cancillería (DIRECON), ésta
reconoció que no habían realizado ni encargado ningún estudio
específico para medir sus alcances durante los cinco años que han
durado las negociaciones y que solo había tenido a la vista los
informes de think tanks proporcionados por Estados Unidos que
reportarían estos supuestos efectos beneficiosos para el país. En otras
palabras, la decisión favorable de Chile respecto de un acuerdo que
calificó como “histórico” se basan esencialmente en informes
evacuados por el país que ha liderado este proceso y el principal
interesado en que éste se cerrara a la mayor brevedad posible, antes
de que comience la efervescencia por las elecciones presidenciales que
se llevarán a cabo en Estados Unidos en noviembre de 2016.
![Page 9: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/9.jpg)
En dicha reunión, en la que participó el propio director de la
DIRECON, Andrés Rebolledo, el jefe del equipo negociador, Felipe
Lopehandía, y parte de los negociadores temáticos del Acuerdo, se
consultó además sobre las denuncias de la existencia en el texto de
cláusulas de estabilización para la solución de controversias entre
inversores y Estados (ISDS), otro punto que concita gran inquietud, al
permitir que las empresas y corporaciones demanden directamente a
los gobiernos frente a medidas, leyes o fallos judiciales que puedan
atentar contra sus intereses económicos o ganancias directas,
subordinando la decisión de estas controversias a un tribunal
establecido por el mismo tratado, sin las necesarias garantías,
imponiendo sus dictámenes por sobre otras instancias nacionales e
incluso internacionales a las que los estados, trabajadores o
consumidores puedan recurrir.
Lo anterior fue desmentido en principio por la máxima autoridad de
la DIRECON, para luego sostener de modo ambiguo que el TPP no
tenía diferencias a ese respecto con lo establecido por otros tratados
económicos suscritos por Chile, que sí las contemplan. Algo que
recién podrá ser despejado cuando se levanten las restricciones
impuestas al acceso público al contenido del acuerdo, cuyo texto no
puede ser modificado, por lo que de estar contenidas ellas implicarán
una severa restricción al ejercicio de derechos, a la soberanía nacional
y a la autodeterminación de los pueblos. Poniendo de manifiesto el
poder de las corporaciones trasnacionales para imponer sus propias
reglas del juego, y lo que es más grave aún, con la aquiescencia de los
gobiernos, quienes han antepuesto los intereses de las finanzas y de
las grandes empresas a los de los ciudadanos.
La experiencia comparada
![Page 10: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/10.jpg)
No obstante los tratados de libre comercio son presentados
comúnmente ante la opinión pública como acuerdos que fortalecen los
mercados internos y la formación de empleos, al favorecer el libre
flujo de productos entre los países signatarios mediante reducciones
arancelarias a la importación, tratados de nueva generación -como es
por cierto el TPP- exigen a cambio de esta liberación comercial
el establecimiento de reglas comunes en materia de propiedad
intelectual, mediante la imposición de patentes en ámbitos tan
sensibles como la salud, medioambiente o los derechos de internet, lo
que al mediano y largo plazo tiene precisamente un efecto contrario
en los países menos desarrollados.
Un claro ejemplo es el Tratado de Libre Comercio de América del
Norte (TLCAN) entre México, Estados Unidos y Canadá, todos países
que son parte del TPP, firmado en 1992 y que entró en vigencia dos
años más tarde. Como explica en un artículo reciente el economista
Mark Weisbrot, co-director del Center for Economic and Policy
Research de Washington D.C., durante las dos últimas décadas del
siglo XX América Latina tuvo un crecimiento total del PIB per cápita
de apenas 5,7 por ciento, en comparación con el 91,5 por ciento del
periodo 1960-1980. Si bien la mayor parte de los países se recuperaron
con el cambio de siglo, el crecimiento del ingreso por habitante en
México fue solo de un 18,6 por ciento (1994-2014), alrededor la mitad
del resto de la región, y la “tasa de pobreza de 52,3 por ciento fue casi
la misma que en 1994, por lo tanto añadió 14,3 millones de personas a
la población que vive debajo del umbral de la pobreza”. Evidencia de
los retrocesos económicos ocasionados por el TLCAN en ese país.
Por su parte el economista francés, François Richard, advierte que
estas reglas comunes prohíben a los países menos desarrollados
acceder a subsidios o políticas para enfrentar su desigualdad
![Page 11: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/11.jpg)
económica, técnica e industrial respecto a naciones suscriptoras más
industrializadas, desconociendo “el TPP las profundas diferencias en
capacidad y la consiguiente necesidad de tratar a los países en forma
diferenciada, sin exigencias de simetría o reciprocidad, […]
compensando las desventajas de la nación más débil, […] de otro
modo no se hace sino agrandar la brecha y reforzar la inferioridad y
dependencia iniciales”. Que es la falsa ilusión con que se abren paso
estos tratados, para ampliar los mercados de las corporaciones
trasnacionales.
Parlamentos plebiscitarios
Tras el consenso alcanzado en Atlanta, el camino que resta para la
imposición de este nefasto acuerdo es la tramitación de su texto en los
respectivos congresos de los 12 países miembros, el cual no puede ser
modificado ni siquiera en una coma por los parlamentarios,
limitándoles a aprobar o rechazar la integralidad de su contenido.
Esto los convierte en una instancia meramente plebiscitaria, donde la
urgencia con la que debe ser evacuado estará otra vez en manos de los
gobiernos, sin que por lo mismo puedan contar, de seguro, con
tiempo suficiente para un análisis en profundidad.
Asimismo, es muy probable que no se realicen los procesos de
consulta previa a pueblos indígenas que obliga el Convenio 169 de la
OIT ante medidas legislativas susceptibles de afectar sus derechos,
como ha sido la tónica en Chile pese a que este también tratado
internacional se encuentra ratificado y vigente desde 2009 en el país.
Se hace por ello indispensable y urgente que las organizaciones de la
sociedad civil e indígenas, así como la ciudadanía en general, se
organicen para exigir un amplio rechazo del TPP por parte de sus
parlamentarios. De lo contrario se consagrará el control de las
![Page 12: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/12.jpg)
corporaciones empresariales sobre el Asia-Pacífico y el secuestro de la
soberanía que radica en los Pueblos.
* Australia, Brunei, Canadá, Chile, Estados Unidos, Japón, Malasia, México,
Nueva Zelanda, Perú, Singapur y Vietnam.
Periodista y Comunicadora en Derechos Humanos
Observatorio Ciudadano – Plataforma Chile Mejor Sin TPP
Fuente: http://chilemejorsintpp.cl/2015/11/01/tpp-el-control-del-poder-corporativo-sobre-asia-
pacifico/
07 de noviembre de 2015
Plataforma advirtió que tratado implicará altos costos para la
salud pública y normas restrictivas para internet y el acceso a las
obras artísticas, entre otros perjuicios.
Esta semana, los 12 países firmantes del Acuerdo de Asociación
Transpacífico (TPP), entre ellos Chile, divulgaron el texto completo
del tratado, justo un mes después del cierre de las negociaciones en la
ciudad estadounidense de Atlanta.
Al respecto, la plataforma Chile Mejor sin TPP, integrada por
centenares de organizaciones y ciudadanos, afirmó que “la tardía
liberación de los textos confirma los temores que se produjeron luego
de las filtraciones de Wikileaks y que organizaciones de todo el
mundo han planteado. Este tratado no es bueno para la ciudadanos,
menos aún para los de países como Chile, y son la expresión de lo que
ocurre cuando los gobiernos negocian sin participación social ni
política”.
![Page 13: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/13.jpg)
En lo que respecta a la salud, el doctor Tomás Lagomarsino,
presidente de la Fundación Equidad, afirmó que “este tratado, de
aprobarse, afectará aún más el derecho a la salud de los chilenos e
implicará altos costos en salud pública”.
Al respecto, rebatió a la Direcon y afirmó que “la norma para
protección de medicamentos biológicos en TPP, uno de los principales
objetivos de la negociación norteamericana en representación de los
intereses de farmacéuticas transnacionales, sí amplía el plazo de
protección para estos medicamentos en nuestro sistema”.
“La redacción del acuerdo –afirmó- refuerza la idea de que en la
práctica los medicamentos tendrán una protección por ocho años y no
por cinco, como afirma el Gobierno”.
La Plataforma denunció, además, que el TPP puede establecer
normas restrictivas para internet y la propiedad intelectual, puesto
que “dilapida la oportunidad para tener una discusión seria respecto
del rol del derecho de autor en el entorno digital y del rol de las
bibliotecas, archivos y derechos de los usuarios en el siglo XXI”
Carlos Figueroa afirmó que “en materia de plazos de protección
de derechos de autor, la mitad de los países del TPP deberán
aumentar en 20 años la explotación monopólica de obras, sin ninguna
justificación asociada, lo cual evitará que cientos de miles de obras
pasen a ser parte del patrimonio común. Los únicos beneficiarios
serán las grandes empresas titulares de derechos de autor, no hay
cómo sostener que esto beneficie al conjunto de la sociedad”.
Chile Mejor sin TPP afirmó, finalmente, que “este acuerdo en
secreto y al que ni siquiera tuvieron acceso los parlamentos de los 12
países involucrados, muestra ahora a sus dos verdaderos
beneficiados: la hegemonía geopolítica de Estados Unidos y las
![Page 14: TPP](https://reader034.fdocuments.net/reader034/viewer/2022051821/5695d2881a28ab9b029ac963/html5/thumbnails/14.jpg)
multinacionales. Por eso, hacemos un llamado al Congreso Nacional a
que lo rechace, por el bien de los chilenos y chilenas”.
Texto del acuerdo en inglés:
http://www.direcon.gob.cl/tpp/capitulos-del-acuerdo/