TP3 Fotoperiodismo HENRI CARTIER-BRESSON Henrie Cartier...
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TP3 – Fotoperiodismo
Realizar un ensayo analítico respecto a la producción fotográfica de uno de los fotógrafos
analizados en clase, como por ejemplo Robert Capa, Henri Cartier-Bresson. Considerar
para el mismo el momento histórico de su realización.
HENRI CARTIER-BRESSON
Henrie Cartier-Bresson nacio en
Chanteloup-en-Brie (a las afueras de
Paris), Francia, el 22 de agosto de 1908.
Desde la muerte de su tio pintor, y ante la
negación de trabajar en la empresa textil
familiar, Cartier-Bresson tuvo el anhelo
de pintar. Con la aprobación de su padre,
comenzó a estudiar pintura, en primera
instancia con Jean Cottenet y con Jaques-
Émile Blanche, y mas tarde, en 1926,
ingresaría a la academia de pintura de
André Lhote. Es bajo estos estudios que
Cartier-Bresson contrae “el virus de la
geometría”. Los estudiantes practicaba los
llamados “ejercicios de purificación”,
aplicando esquemas de contrucciones
geométricas.
Luego termino sus estudios en pintura y en filosofia en la Universidad de Cambridge. Su
carrera como fotografo comenzo en 1931. Su atracción por la fotografía tuvo un origen
plastico: consideró que la camara era una herramienta perfecta para dibujar de forma rápida
e intuitiva.
En 1934 conoció a Manuel Álvarez Bravo, y “al año siguiente protagonizaron una
exposición conjunta en México y Nueva York. A Cartier-Bresson le fascinaba el ambiente
artístico y revolucionario de México”, las fotografías que tomó en México fueron de
carácter político y estético.
Entre 1935 y 1937 trabajó como asistente de camara para Jaques Becker, André Zvoboda y
para Jean Renoir, a quien consideró, junto con Lhote, un maestro fundamental en su
formación. En 1937 cubrió la Guerra Civil Española, donde realizo films documentales,
apoyando al bando republicano.
En 1940 se unió al ejército francés y fue prisionero de guerra de los alemanes. Al huir, se
unió a la resistencia francesa en la unidad fotográfica. Hacia 1945, comenzó a trabajar
como fotógrafo free-lance, ilustrando prácticamente todos los grandes diarios y revistas
internacionales de la época.
En 1947 cofundó la agencia Magnum Photos, junto con Robert Capa, George Rodger y
David “Chim” Seymour. Magnum lo llevo a cubrir reportajes por India, Burma, Pakistan,
China, Indonesia, Cuba, México, Canada, Japón y la USSR, siendo el primer periodista
occidental que pudo visitar la Union Sovietica tras la muerte de Stalin. Entre el ‘47 y el ‘48,
se pasó viajando por la India y Asia, donde cubrió La Fiebre del Oro.
En el ‘52 publico su manifiesto acerca de la fotografia Images à sauvette (“El momento
decisivo”). Y finalmente, en el 1966 abandonó Magnum para dedicarse a dibujar y pintar.
En el 2003 se inauguró La Fundación Henrie Cartier-Bresson, donde se muestra su trabajo
y el de otros fotógrafos. Al año siguiente muere, el 3 de agosto, en Provenza, Francia a los
95 años.
Cartier-Bresson y el surrealismo:
En el año 1971, Cartier-Bresson fue entrevistado por Sheila Turner-Seed para un
documental sobre fotógrafos que realizaba en conjunto con Cornell Capa. En el sostenía:
“No estoy interesado en la documentación. La documentación es extremadamente
aburrida y yo soy un pésimo periodista. Cuando expuse en el Museo de Arte Moderno
en 1946 mi amigo Robert Capa me dijo: “Henri, ten mucho cuidado. No debes
encasillarte como fotógrafo surrealista. Si lo haces, no tendrás encargos y serás como
una planta de invernadero. Haz lo que quieras, pero la etiqueta debe ser
‘fotoperiodista’.”
Toda mi formación fue el surrealismo. Todavía me siento muy cerca de los
surrealistas. Pero Capa era extremadamente sensato. Así que nunca mencioné el
surrealismo. Es cosa mía, mi intimidad. Y lo que quiero, lo que busco, no es asunto de
nadie. De lo contrario, nunca tendría encargos.”
Entra en contacto con los surrealistas en el periodo en el que asiste a la academia de Lhote.
Entabla amistad con René Crevel, quien lo introduce en el movimiento. Cartier-Bresson
acudía a las reuniones de los surrealistas.
Este contacto con el surrealismo dejará huella en la gestación de la particular visión del
joven Cartier-Bresson. De él retendrá el gusto por la intuición, la insubordinación, el azar
o las coincidencias, y tal vez, sobre todo, la preeminencia otorgada a la experiencia
vivida, es decir, a la vida misma. (Chéroux, 2012)
El primer contacto que tiene con el surrealismo es en la pintura. Sin embargo, hacia el año
1925, Cartier-Bresson comienza a fotografiar de forma aficionada, mostrando una clara
influencia del surrealismo, buscando ángulos de visión picados y contrapicados,
abstracción, la intuición y el “azar objetivo”. “Su alianza con el surrealismo se expresa
también en su gusto por la libertad, la incongruencia, la irreverencia o lo lúdico”. (Chéroux,
2012)
Su pasado surrealista se puede observar a lo largo de su obra. Su forma de fotografiar, de
componer a partir de yuxtaposiciones, el juego de luces y sombras jugadas, encuadres y
ángulos extraños y el congelamiento del movimiento, le dieron a sus imágenes carácter
surrealista.
Marruecos Español, Asilah, 1933.
Fotografía, cine y política
Poco tiempo después de cumplir con el servicio militar, Cartier-Bresson emprende un viaje
a Africa, al cual lleva una cámara fotográfica, aunque la fotografía no fuera la finalidad de
su viaje. A su vuelta, en el año 1931, asiste a una exhibición fotográfica en la que ocurre
una revelación: se sorprende con una fotografía de Martin Munkácsi, en la que se observan
3 niños negros corriendo hacia el mar. En ella los elementos impresionan al joven Cartier-
Bresson: los contrastes de los cuerpos con el blanco de la espuma del agua, su dinamismo.
Mas tarde el mismo Cartier-Bresson afirmaría “De repente comprendí que la fotografía es
capaz de fijar la eternidad en un instante”.
Fotografía que inspiro a Cartier-Bresson. Más tarde escribiría: “Debo decir que fue esta foto la que desató mi
pasión, la que me motivó a observar la realidad a través del objetivo. Esta imagen tiene tanto rigor de
composición que todavía me maravilla, mezclada con la espontaneidad y una intensa dicha de vivir”.
Fue allí cuando decidió que quería ser fotógrafo. Realiza una serie de viajes fotográficos
que lo llevan a Abijan, Nueva York, Varsovia, Berlin, Florencia o Mexico. En este periodo
desarrolla su estilo, entre la pureza geométrica heredada de la academia de Lhote y el fulgor
surrealista.
En el 33 visita Provenza, Italia y España. Es en España donde registra el periodo previo a la
guerra civil, cuando la violencia ya se iba apoderando de las calles de las ciudades
españolas, registrando la vida cotidiana yuxtapuesta con el caos de la violencia de la
próxima guerra.
Sevilla, Andalucia, España, 1933.
Madrid, España, 1933.
En 1934 desembarca en Veracruz, Mexico. Allí se supone que formaría parte de un equipo
del Museo de Etnografia de Trocadero, pero el proyecto se cae antes de empezar. Cartier-
Bresson decide quedarse en Mexico, trabajando para los diarios locales y fotografiando
para el mismo. A Cartier-Bresson le fascinaba el ambiente artístico y revolucionario de
México. Las fotografías que tomo en el año en el que vivió allí fueron de carácter político y
estético.
Santa Clara, México, 1934.
Calle Cuauhtemmocztin, Ciudad de México, 1934.
Ciudad de México, 1934.
“En aquel periodo, buena parte de la mitología surrealista de Cartier-Bresson está formada por modelos,
chicas, prostitutas y quídams con los ojos cerrados, durmiendo, soñando o en éxtasis.”
En 1935, comienza a formarse en rodaje y montaje con Paul Strand. Decide volver a Paris
creyendo que conseguirá más oportunidades en el mundo del cine. Luego de ser rechazado
por Luis Buñuel y Georg Wilhelm Pabst, Jean Renoir le propone ser su asistente en La vida
es nuestra, un film de propaganda comunista, encargado por el propio Partido Comunista
francés. Durante estos años en los que se dedica la cine, no deja la fotografía, sino que
trabaja para diarios comunistas como Ce soir.
A pesar de negar si adhesión al Partido Comunista, “las temáticas de sus reportajes, su
participación en La vida es nuestra, su adhesión a la cooperativa Ciné-Liberté y su
compromiso con la España republicana se inscriben en la línea ideológica del Partido
Comunista.” (Chéroux, 2012). Cartier-Bresson tuvo con el comunismo la misma relación
que tuvo con el surrealismo o la academia de Lhote: se acerca a ello, retiene lo mejor y
luego se va de forma sutil.
En 1940 se une al ejército francés, uniéndose al Servicio Cinematográfico de la Armada
Tercera, donde filma y fotografía los disparos de la artillería, los bombardeos y los
movimientos de las tropas. Cae prisionero de los alemanes, y logra escapar luego de tres
años, uniéndose a la resistencia francesa, trabajando en la unidad fotográfica. Luego
fotografiaría las ruinas de Oradour-sur-Glane, la liberación de Paris y el avance de los
aliados hacia el este.
Oradour-sur-Glane, Francia, 1944.
Oradour-sur-Glane, Francia, 1944.
Humanista, Magnum y el fotoperiodismo
Luego de la guerra, Cartier-Bresson decide dedicarse de lleno al fotoperiodismo. El mismo
afirmaría: “Antes de la guerra, lo tomaba como un juego; sólo después me convertí
realmente en reportero”, considerándose ya no un aficionado sino un profesional que opta
por el fotoperiodismo. De esta forma, se interesa menos por el enfoque abstracto y
surrealista de la fotografía y se aboca a los valores humanos.
La fotografía humanista se convirtió en un género propiamente dicho tras la segunda guerra
mundial. Su surgimiento coincidió con el deseo de renovación después de todo el
sufrimiento y la destrucción que había causado la guerra, y fue una reacción ante la
artificialidad de la fotografía del movimiento moderno.
La fotografía humanista trataba la vida en la calle, lo cotideano, los inadaptados de la
sociedad, el amor, el nacimiento, la vejez, la muerte o la religión. Trata temas universales a
través de sujetos particulares. Este tipo de fotografía sugiere espontaneidad e inmediatez.
Cartier-Bresson sería un referente en el genero de la fotografía humanista. Desde su
“técnica” el habría utilizado desde sus inicios la idea de inmediatez y espontaneidad, pero
fue tras sus experiencias como prisionero de guerra y tras haber visto tanta muerte y
destrucción como reportero, que se aboco a fotografiar imágenes que hablaran de una
condición humana universal y que capraran algo extraordinario o emocionante en las
escenas cotidianas de la vida.
Massachusetts, 4 de julio, 1947. Paris, Francia, 1932.
Juvisy, Francia, 1938.
En 1947 cofunda Magnum Photos, con Robert Capa a la cabeza, y junto con David
Seymour, George Rodger y William Vandivert. La agencia se encargaría de defender los
derechos de los fotógrafos. Desde sus inicios, Magnum es una cooperativa, que sigue con
los principios propios del comunismo: la autogestión. Los fotógrafos son dueños de sus
instantáneas, generando la independencia de las revistas, que hasta entonces reclamaban los
derechos de las fotografías que habían sido por encargo.
En vez de trabajar por encargo, los fotógrafos fijaban ellos mismos sus objetivos. Los
proyectos de gran envergadura se presentaban a las publicaciones y los proyectos a largo
plazo y de carácter personal eran financiados por la propia agencia.
Los fundadores de Magnum se dividieron las distintas áreas geográficas a cubrir y Cartier-
Bresson eligió Asia. La elección de debió a que su esposa, Ratna, , a de familia musulmana,
nacida en Yakart, y le sería de gran ayuda para comprender las cuestiones sociales,
culturales y políticas.
En sus viajes por Asia, recorrería India, China, Indonesia y Rusia, cubriendo la
cotidianeidad, los conflictos internos, los rituales religiosos, y retratando a grandes
personajes.
Cachemira, 1948. Mujeres musulmanas rezan ante el sol naciente.
Punjab, Kurukshestra, 1947. Campo de
refugiados de más de 300.000 personas.
Bombay, 1947. Astrologo de Bombay.
Shangai, China, 1948. Fiebre del oro,
URSS, 1954. Atletas Sovieticos.
Cartier-Bresson fue el primer reportero occidental en poder ingresar a URSS luego de la muerte de Stalin.
Dentro del marco humanista de sus fotografías, realizo retratos por encargo a
personalidades, especialmente artistas plásticos, actores, poetas. Solía familiarizarse con la
obra del artista y luego penetrar en la intimidad del mismo. Después de retirarse
oficialmente en los años 70, practicaría el retrato fotográfico.
Henri Matisse, Frencia,
1944.
Sartre, Paris, 1946.
Truman Capote, Nueva
Orleans, 1947.
Nuestro gato Ulises y la
sombra de Martine, 1989.
CONCLUSION Y OPINION PERSONAL
Cartier-Bresson es de mis fotógrafos preferidos. Sus composiciones son perfectas desde sus
elementos compositivos y el uso del blanco y negro. Pero además de su perfeccion
compositiva, tiene una cuota de azar, de estar en busca de que algo suceda, de las
contradicciones y de lo extraordinario dentro de lo cotidiano. Me gusta por ser un fotógrafo
perfeccionista que a la vez deja que las cosas sucedan. Además, toda su obra tiene una
mirada humanista, una búsqueda de la belleza natural más allá del desastre que invade al
mundo.
Su obra es muy personal, por más que sea considerado el ojo del siglo XX. En ellas deja
entrever su alineación con las ideas del comunismo, se destaca mucho su búsqueda estética
desde características surrealistas.
BIBLIOGRAFIA
Bajac, Q. (2015). La fotografía: la época moderna1880-1960.Barcelona: Blume
Chéroux, C. (2014), Henrie Cartier-Bresson. El disparo fotográfico. Barcelona: Blume.
Entrevista a Cartier-Bresson: http://www.unfotografo.es/2013/entrevista-fotografo-henri-cartier-bresson