Tópicos socio-ambientales emergentes y productivos en la Cuenca de Jovel y su periferia – Chiapas

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Antonino García y Denise Soares Coordinadores TÓPICOS SOCIO-AMBIENTALES EMERGENTES Y PRODUCTIVOS EN LA CUENCA DE JOVEL Y SU PERIFERIA - CHIAPAS -

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Varios trabajos académicos que abordan la problemática ambiental de la cuenca del Valle de Jovel, situada en los Altos de Chiapas, México.

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    Antonino Garca y Denise SoaresCoordinadores

    TPICOS SOCIO-AMBIENTALESEMERGENTES Y PRODUCTIVOS

    EN LA CUENCA DE JOVELY SU PERIFERIA

    - CHIAPAS -Una cuenca hidrogrfica es un espacio ocupado resultado de subjetividades individuales y colectivas en mltiples escalas; en ese espacio las subjetividades se materializan u objetivan a travs de la creacin y re-creacin continua y permanente de relaciones sociales mediadas por el poder que, se tejen y entretejen en una red dendrtica. En esa red se incluyen y excluyen, acomodan e interactan aspectos culturales, histricos, polticos, ambientales, tcnicos y de conocimiento colectivo; la inclusin-exclusin depende de las relaciones de poder hegemnicas en un momento de tiempo determinado.

    La presente obra Tpicos socio-ambientales emergentes y productivos en la cuenca de Jovel y su periferia Chiapas-, es una perspectiva que invita a caminar ms all del posicionamiento disciplinar y se atreve a tender puentes de comunicacin entre disciplinas para comprender las dinmicas complejas de cambio y continuidad en una cuenca y su periferia en la regin Altos de Chiapas.

  • Tpicos socio-AMBiENTALEs EMErgENTEs

    y producTivosEN LA cuENcA dE JovEL y su pErifEriA - chiApAs

    Antonino Garca y Denise SoaresCoordinadores

  • Coordinadores: Antonino Garca y Denise Soares

    Coordinacin editorial:Universidad Autnoma de Chapingo

    Instituto Mexicano de Tecnologa del Agua, Mxico. Coordinacin de Comunicacin, Participacin e Informacin

    Primera edicin: 2015.

    Diseo editorial y de portada: Jos Antonio Gonzlez Serrano

    Fotografas ilustrativas de captulos y de portada: Antonino Garca, con excepcin de las siguientes: pg. 97 (SAPAM San Cristbal de las Casas), pg. 119 (Gobierno del estado de Chiapas), pg. 333 (SAGARPA).Ilustracin pg 163: Plano de Juan Orozco, 1844. Mapoteca Manuel Orozco y Berra.

    D.R. Universidad Autnoma Chapingo Direccin de Centros Regionales Universitarios Carretera Mxico-Texcoco Km 38.5 Texcoco, 56230, Estado de Mxico www.chapingo.mx

    D.R. Instituto Mexicano de Tecnologa del Agua Paseo Cuauhnhuac 8532 62550 Progreso, Jiutepec, Morelos MXICO www.imta.gob.mx ISBN: 978-607-9368-27-2

    Se permite su reproduccin parcial o total, por cualquier medio, mecnico, electrnico, de fotocopias, trmico u otros, sin permiso de los editores, siempre y cuando se mencione la fuente.

    333.911507275 Garca, Antonino.G53 Tpicos socio-ambientales emergentes y productivos en la cuenca Jovel y su periferia - Chiapas / Antonino Garca y Denise Soares.- Mxico: Universidad Autnoma de Chapingo, Instituto Mexicano de Tecnologa del Agua, 2015. 373 p. ISBN: 978-607-9368-27-2

    1. anlisis de vulnerabilidad 2. desarrollo territorial 3 cosmovisin indgena 4. seguridad alimentaria 5. Chiapas (Cuenca de Jovel)

  • NDICE

    introduccin 5Antonino Garca y Denise Soares

    colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del valle de Jovel, chiapas 23Daniel Murillo Licea

    La construccin social de las vulnerabilidades de las mujeres en la cuenca del valle de Jovel en contextos del cambio climtico: de las realidades locales a las polticas pblicas 55Anglica Schenerock, Edith F. Kauffer Michel y Laura Elena Ruiz Meza

    Las inundaciones en san cristbal de las casas: un viejo riesgo con nuevas vulnerabilidades 97Denise Soares, Alejandra Pea y Rita Vzquez del Mercado

    una revisin poltico-documental sobre adaptacin al cambio climtico en chiapas, con enfoque en la cuenca del valle de Jovel 119Gemma Cristina Milln Malo y Daniel Murillo Licea

    Los cambios en la organizacin del espacio en san cristobal de las casas, chiapas 163Juan Toledo

    A cubetazos! Las mujeres en los conflictos por la escasez de agua en la colonia 5 de Marzo san cristbal de Las casas, chiapas 203Luvia Magdalena Snchez Martnez

  • instituciones indgenas en la gestin del agua residual para riego agrcola en el sur de san cristbal de Las casas, chiapas, Mxico 251Manuel Cosh Pale y Antonino Garca Garca

    sembrando soberana alimentaria en un mar de cemento: retos y oportunidadesde la agricultura urbana de Jovel 281Helda Morales, Alejandro Flamenco, Cristina Pealoza, Luis Bernardo Vzquez, Bruce Ferguson y Blanca Daz.

    produccin de alimentos y calidad de vida en el valle de Jovel 299Mara Luisa Ballinas Aquino

    floreciendo gota a gota: instituciones en la gestin del agua de manantiales para la produccin de flores en la comunidad patosil en Zinacantn, chiapas 333Roco Guadalupe Gmez Ruiz y Antonino Garca Garca

    Autores y autoras 367

  • 5Introduccin

    Antonino Garca y Denise Soares

    El ttulo de la presente obra denominado Tpicos socio-ambientales emergentes y productivos en la cuenca Jovel y su periferia - Chiapas aspira a ser provocador de forma positiva para el lector o estudioso del tema agua con el enfoque de cuencas y gestin de cuencas. Tratamos de introducir la discusin, a travs de los captulos que componen la obra, en torno a la pertinencia de continuar o no continuar, en el campo de las ciencias sociales, con las definiciones del mundo de la planificacin y el orden occidental de cuenca y gestin de cuencas; es decir, auto-enfocados o auto-contenidos primordialmente al recurso agua y las relaciones sociales que se establecen en torno a este elemento en un rea de escurrimiento delimitada aparentemente siguiendo el comportamiento de la naturaleza.

    Nuestro planteamiento abona a la idea de abrirse a un espectro de mltiples posibilidades para comprender el movimiento permanente

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    de las relaciones sociales que, se tejen y destejen en un campo de continuidad y cambio de subjetividades espaciales inherentes al ser humano en su mente y su campo de accin material. Las subjetividades se materializan en un espacio ocupado por seres humanos denominado cuenca y son producto de construcciones mentales, muchas veces repetitivas en el discurso y la accin; esos constructos mentales se configuran y reconfiguran dependiendo de dinmicas o lgicas internacionales, nacionales y regional-territoriales. La accin materializada en la cuenca o en una parte de sta, es la posibilidad concebida como la mejor opcin dentro de un espectro mucho ms amplio; esa opcin es mediada por el poder de un grupo de la sociedad y se impone sobre las otras mltiples posibilidades, las margina concediendo un margen mnimo de accin o en definitiva las elimina.

    Es la materializacin de lo subjetivo lo que define y explica las dinmicas objetivas de apropiacin de los recursos naturales disponibles en una cuenca. En estas dinmicas el elemento no visible es el poder para decidir, imponer y materializar la accin concreta por encima de mltiples posibilidades. Cuando se realizan consultas para la concertacin de acciones en una cuenca ya sea desde la parte gubernamental, no gubernamental e incluso comunitaria, en el fondo lo que subyace y se impone es poder, es decir, poder para decidir sobre una opcin dentro de un espectro de mltiples posibilidades.

    Las ciencias sociales en el tema agua se enfocan al anlisis de las relaciones sociales que se establecen exclusivamente en torno a este recurso; sin embargo, la dinmica de la poblacin en un espacio socialmente ocupado y apropiado es mucho ms abarcadora e integral, se encuentra conectada por y entre mltiples subsistemas necesarios de subjetivar en el anlisis dentro de marcos conceptuales pertinentes para tender puentes de interpretacin de lo objetivo-material y sus mltiples relaciones. Un ejemplo de esa dinmica y la conexin

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    de subsistemas lo podemos desarrollar de la siguiente manera, en la cuenca Jovel: en el mbito del subsistema econmico, el turismo nacional e internacional es una fuente de ingresos regionales y locales, la ciudad de San Cristbal de Las Casas es visitada anualmente por alrededor de 850 mil turistas que consumen lea en las chimeneas de los hoteles donde se hospedan, y agua para cubrir sus necesidades de aseo personal con la respectiva huella humana de contaminacin va descargas de drenaje a ros que atraviesan la ciudad. El impacto para el ecosistema cuenca, por el subsistema econmico va turismo, al final de cuentas se traduce en menos cobertura forestal por la alta tasa de material vegetativo extrado y utilizado para combustible, esta actividad a su vez provoca menos infiltracin de agua, ms erosin y acarreo de suelo frtil a los ros que provoca azolvamiento. El azolvamiento de ros es una de las variables que explica las inundaciones recurrentes en algunas partes de la ciudad.

    La presencia de turistas tambin se traduce en menos cantidad de agua suministrada para algunos segmentos de la poblacin urbana. La prioridad de la autoridad municipal es el suministro de agua al centro histrico, lugar donde se ubica la mayora de hoteles, en detrimento de la periferia pobre y marginada. Esa prioridad, primero subjetivada y luego objetivada-materializada, es mediada por la autoridad y el poder de un grupo de la sociedad que utiliza la plataforma institucional del Estado Nacin para legitimar intereses econmicos.

    Siguiendo la idea sobre la dinmica de la poblacin en un espacio socialmente ocupado y apropiado denominado cuenca, y con el planteamiento de abrir el anlisis acadmico y no auto-limitarnos o auto-contenerse nica y exclusivamente a las relaciones sociales directas que se establecen en torno al recurso agua, el captulo -incluido en este libro- denominado Sembrando soberana alimentaria en un mar de cemento: retos y oportunidades de la agricultura urbana en Jovel, es un buen ejemplo de la amplitud de acciones desarrolladas

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    por la poblacin de la cuenca y su relacin con el recurso agua. En este captulo, las y los autores plantean la perdida de reas histricas de cultivo agrcola dentro de la ciudad, debido principalmente a la presin generada por la construccin de viviendas; ante esa situacin, los jvenes urbanos estn empleando la imaginacin para cultivar mediante tcnicas agroecolgicas en las azoteas de las casas. La pregunta de un especialista (social o tcnico) en cuencas sera Cmo se relaciona esta actividad con la cuenca y su gestin? Tomando en consideracin la premisa de conexin de mltiples subsistemas dentro del sistema cuenca podemos argumentar lo siguiente. En un anlisis de corte negativo podramos decir que, este tipo de agricultura consume agua urbana destinada a la poblacin y es tambin una de las causas del desabasto en la periferia de la ciudad, principalmente en colonias marginadas. Sin embargo, en una lgica positiva de anlisis podemos mencionar bsicamente tres argumentos: a) Adems de rescatar la costumbre histrica de producir alimentos dentro de la ciudad, este tipo de produccin es una vlvula de alivio para mitigar la presin sobre tierras con bosque en la cuenca media y alta que, posiblemente de no existir la produccin urbana de alimentos, seran taladas para satisfacer la demanda de la poblacin de San Cristbal de Las Casas; b) Se utiliza la agroecologa para producir alimentos orgnicos, este enfoque productivo es un gran logro dada la contaminacin de alimentos con agroqumicos y aguas de drenaje que se utilizan para el riego de 850 hectreas en la periferia de la cuenca. La contaminacin de alimentos por agroqumicos y drenaje no es poca cosa en la ciudad, es necesario investigar esta situacin y su vnculo con el incremento de 300% de casos de cncer en los ltimos diez aos, segn los servicios pblicos de salud establecidos en la ciudad; c) En el mbito econmico la produccin de alimentos en la escala familiar urbana representa un ingreso econmico para los jvenes y sus familias, es un alivio para mitigar el desempleo y los gastos familiares en una ciudad econmicamente cara por su estatus de pueblo mgico y destino turstico nacional e internacional.

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    Con los ejemplos mencionados anteriormente podemos concluir que, la presente obra acadmica cumple con la aspiracin de abrir el anlisis para ir ms all de los argumentos conceptuales de cuenca y gestin de cuencas, donde se prioriza el recurso agua y de alguna forma se marginan en el anlisis los puentes que explican la dinmica socio-cultural e histrica en el territorio o mltiples territorios que integran ese espacio subjetivado en lo individual y colectivo. Se deja de lado el anlisis del poder, como elemento que define y explica las dinmicas de la accin inducida desde lo externo poltica gubernamental-, y las dinmicas internas de la sociedad que habita ese espacio espectral dendrtico de relaciones sociales.

    Una cuenca hidrogrfica es un espacio ocupado resultado de subjetividades individuales y colectivas en mltiples escalas; en ese espacio las subjetividades se materializan u objetivan a travs de la creacin y re-creacin continua y permanente de relaciones sociales mediadas por el poder que, se tejen y entretejen en una red dendrtica. En esa red se incluyen y excluyen, acomodan e interactan aspectos culturales, histricos, polticos, ambientales, tcnicos y de conocimiento colectivo; la inclusin-exclusin depende de las relaciones de poder hegemnicas en un momento de tiempo determinado. La gestin de una cuenca no se circunscribe exclusivamente al ordenamiento reticular del imaginario occidental materializado a travs de planes, programas y proyectos para la intervencin en escalas, tiempos, espacios fsicos, caracterizacin y roles de actores externos que definen e imponen polticas pblicas en torno al agua. El reto en la investigacin de corte social a profundidad es identificar la red dendrtica de relaciones sociales de poder que explican los puentes de conexin entre lo subjetivo y lo objetivo desde una perspectiva cultural-histrica de la poblacin que habita y hace territorio dentro de la cuenca.

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    Cuando hablamos de una visin dendrtica utilizamos en sentido figurado la morfologa neuronal para describir una formacin social en el espacio que se extiende a partir de ncleos originales de poblamiento, prolongaciones sensibles a los cambios ambientales, siguiendo la raz de relaciones sociales-organizativas en un sistema normativo comn que se produce y reproduce continuamente; estas formaciones o ncleos de poblacin son sensibles a los elementos mencionados y permiten la conformacin de otros ncleos. Las dendritas son numerosas, ramificadas, difusas, fibrosas y de contornos imprecisos y geogrficamente corresponden a la adecuacin de la poblacin al territorio sobre la base de una geometra irregular (Lindsay et al., 2001).

    Las retculas, en cambio, encarnan territorialmente formas geomtricas regulares que devienen de la accin planificadora que acompaa al poblamiento (Whiteaker et al., 2006). La retcula construye un mundo para ser habitado y su hegemona plena se da en la modernidad, donde la lnea recta, el plan-programa y el mapa geogrfico ordenador establece su precedencia, emergiendo como su cono virtual el ndice del triunfo del diseo racional y propositivo por sobre las vicisitudes del mundo natural (Ingold 2007:152, traduccin nuestra). Esa hegemona occidental no es el fruto del convencimiento procurado por la razn, al contrario es una forma de reorganizacin del mundo por la va de la fuerza.

    La distincin entre dendritas y retculas se subjetiva en la memoria e identidad de las comunidades sujetas a una u otra modalidad de ocupacin geogrfico-espacial, y alguna u otra forma de organizacin social para establecer las reglas de ocupacin del espacio. En el caso de las dendritas las identidades se arraigan en las caractersticas de la geografa del entorno natural y social-organizativo de lo local; en el caso de los paisajes reticulares, las identidades locales reproducen y se subordinan a las extensiones del poder extraterritorial occidental de

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    las que dependen. En este caso, el territorio se ordena de acuerdo a una racionalidad que le es ajena, definida por un conjunto de hitos y lneas, planes-proyectos y mapas que dan cuenta de formas jerarquizadas de ramificacin desde los centros urbanos de poder hacia las periferias. En el otro, las identidades se arraigan en las caractersticas de la geografa local del entorno natural y social-organizativo, el espacio es ocupado de acuerdo a una trayectoria circular que abarca la cultura y la historia, constituyndose con niveles de relativa autonoma. Como una conclusin entonces podemos aseverar que, la clave para la gestin de cuencas -por llamarle de algn modo-, es conciliar la intervencin externa de tipo reticular con las subjetividades de sujetos y actores que se ubican en el espacio denominado cuenca. Ese espacio tiene una ocupacin fsica permeada por una red dendrtica de relaciones de poder que explican la dinmica de apropiacin de los recursos naturales disponibles, entre los que se encuentra el agua. Es necesario observar cmo las subjetividades son materializadas en un campo concertado de interaccin comn que explica la negociacin y el conflicto, no solamente en torno al recurso hdrico, sino tambin de las diferentes prcticas espirituales y materiales presentes en el da a da de la poblacin para el acceso, distribucin y manejo de los recursos naturales disponibles.

    En su acepcin tcnica la cuenca hidrogrfica se define como la unidad de drenaje delimitada naturalmente por un parte-aguas, es decir, un borde de relieve en la forma de un techo de casa de dos aguas, la parte ms alta del techo, justo donde se dividen las dos aguas sera el borde de la cuenca. As, la superficie de uno de los techos sera la cuenca y su drenaje estara compuesto por cada una de las canaletas (ros) de tercer y segundo orden que alimentaran una corriente principal. La construccin social de esa imagen natural reticular de drenaje de la cuenca es utilizada por los ingenieros hidrulicos para medir volmenes de precipitacin, volmenes y

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    velocidades de escorrentas, filtracin e infiltracin, evaporacin, transferencia de volmenes de agua de la parte alta a la media y baja de la cuenca, contaminacin, etc.; la medicin tiene sentido para el diseo, construccin y operacin de obra de cemento, principalmente. La visin ingenieril ha perdurado en Mxico desde la creacin de la Comisin Nacional de Irrigacin, en 1926, hasta nuestros das; su lente de enfoque es el comportamiento del agua en la dinmica de la naturaleza. Sin embargo, las lgicas internacionales cambian y el sector hidrulico mexicano no es inmune a esos procesos. La combinacin de la ingeniera hidrulica con la visin planificadora de la cuenca hidrogrfica empez con el establecimiento de la agencia Tennessee Valley Authority (TVA), en los Estados Unidos de Amrica (USA), a principios de los aos 30 del siglo XX. El principio rector de la TVA era la produccin de hidroelectricidad va grandes represas en la gran cuenca del Tennessee para controlar no solamente inundaciones, sino tambin para generar desarrollo regional va agroindustria e industria. Este modelo de planificacin va cuencas hidrogrficas se esparci por todo el mundo; en Mxico a mediados del siglo XX se conformaron seis comisiones de cuenca copiando el modelo TVA, con la variante que se dej poco margen de participacin y decisin a las autoridades estatales y municipales, los beneficiarios del desarrollo no fueron consultados, y el desarrollo no se consolid en lo regional sino en polos industriales del centro y norte del pas que recibieron la energa de las hidroelctricas.

    En la actualidad el modelo de planificacin por cuenca es reticular y se hace considerando lo hidrogrfico y lo hidrolgico, es decir, una cuenca hidrogrfica incluye exclusivamente el agua superficial y la cuenca hidrolgica incluye lo superficial y tambin lo subterrneo (mantos acuferos). Este modelo de planificacin se sustenta en la visin permeada en todo el mundo de gestin integral de los recursos hdricos propuesto por el Integrated Water Resources Management (IWRM), en los aos noventa del siglo pasado; esta postura reconoce

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    Introduccin

    a la cuenca y los diversos usos del agua como la unidad bsica territorial de gestin del recurso agua. En realidad es una copia de la gestin de cuencas visualizada en Espaa en 1926 a travs de las Confederaciones Hidrogrficas, as como de la asignacin de agua que empez en 1922 va el organismo denominado Colorado River Compact en USA, y por supuesto de la TVA. Es una combinacin que resalta la gestin del agua y recursos inherentes como cubierta vegetal y suelo en la cuenca; sin embargo, la dinmica nacional de la autoridad hdrica en nuestro pas se ha concentrado en la visin tcnica ingenieril y en la asignacin de agua va ttulos de concesin de aguas nacionales con fines recaudatorios de recursos econmicos, es decir, una visin reticular de medicin occidental que se auto-limita y no observa la red dendrtica conformada por los territorios que ocupan el espacio cuenca.

    Los conceptos de cuenca y gestin de cuencas constituyen fronteras limitantes para observar, entender y analizar el espacio ocupado de forma dendrtica por comunidades y pueblos indgenas. Son barreras para entender las relaciones sociales -producto de imaginarios individuales y colectivos- que explican el vnculo de las comunidades indgenas con los cursos y cuerpos de agua en los mbitos de cosmovisin, rituales, ceremonias, sistemas normativos, prcticas tcnicas e instrumentales.

    Los conceptos de cuenca y gestin de cuencas son paradigmas del imaginario mundo occidental intervenido bajo la lnea numrica de la medicin y el orden como ideal de control de la naturaleza por los seres humanos. No permiten estos dos conceptos la oportunidad de observar, entender y analizar la complejidad de los mltiples territorios socio-culturales e histricos que trasciende los lmites de una naturaleza cuantificada y ordenada de forma reticular por hidrlogos y planificadores.

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    La ocupacin del espacio de la cuenca Jovel y sus alrededores en el mbito rural indgena tiene una composicin dendrtica, mientras que en las reas urbanas la ocupacin es reticular. Dicho en otras palabras, en la mayor superficie de la cuenca encontramos una distribucin de los ncleos humanos directamente vinculada a las formas de distribucin de corrientes y cuerpos de agua, donde la pendiente del terreno es importante. Es una red donde el manantial o manantiales ubicados en la superficie poligonal de una comunidad proporcionan agua a sta, as como a la comunidad ubicada en la parte baja contigua; la contigua a su vez, proporciona agua a la siguiente, y as sucesivamente. La red es de tipo dendrtico en cuanto a la ubicacin de manantiales y comunidades, y tambin en cuanto a las relaciones sociales que se establecen a travs del sistema normativo indgena de San Juan Chamula. Bajo los principios de este sistema normativo se asignan las actividades a realizar en la red; un principio rector es hacer ceremonias a los dueos de las montaas. En cada montaa existe un Anjel dueo de la montaa (tierra, bosque, agua, animales); se pide permiso al Anjel o los Anjeles a travs de las ceremonias para tener acceso a los recursos terrenales (Murillo, 2007). El grupo ceremonial lo encabeza el Martoma V, es decir, un mayordomo para establecer la comunicacin con el Anjel o los Anjeles a travs de rezos acompaados con velas, cuetes, posh-aguardiente, comida y msica tradicional. En el plano organizacional-operativo existen comits de agua en cada comunidad para mantener en operacin las tuberas y los tanques de agua. Algunos de estos comits tambin se encargan de vigilar las reas verdes-arboladas resguardadas para recargas de manantiales. El agua no pertenece a una familia o comunidad, el agua es del Anjel y bajo el sistema de cargos se designa al intermediario (Martoma V) para solicitar el permiso de acceso; en el plano operativo-terrenal estn ubicados los comits de agua.

    La lgica occidental de ordenamiento de tipo reticular del espacio geogrfico y de corte poltico administrativo ha derivado en el Plan

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    Introduccin

    de Gestin Integral de la cuenca del Valle de Jovel (Ayuntamiento municipal y Conagua, 2010) y el Programa de Ordenamiento Ecolgico y Territorial del municipio de San Cristbal de Las Casas (SEMARNAT y Secretaria de Medio Ambiente e Historia Natural-Gobierno de Chiapas, 2013), respectivamente. Las aproximaciones geogrficas de los dos instrumentos de planeacin son contradictorias: mientras el primero se elabor en base a la red superficial de corrientes de agua y sus usos, en el segundo se consider exclusivamente la divisin poltico-administrativa. En ambos instrumentos de planeacin no se menciona la ocupacin de tipo dendrtico del espacio en su materializacin fsica; tampoco se hace alusin a la red de relaciones sociales que se establecen en torno al agua en la cuenca Jovel, en un marco dendrtico bajo el sistema normativo indgena de San Juan Chamula. La visin occidental de ordenamiento reticular se impone: el orden y control de la naturaleza va en comparsa con el orden y control de los dueos del territorio. Las subjetividades del mundo indgena en la cuenca, materializadas a travs de la apropiacin milenaria del espacio y la red de relaciones sociales, son ignoradas por la visin tcnica ingenieril y los planificadores gubernamentales.

    Esta es una obra colectiva que pretende abonar a la comprensin de procesos socioambientales en la cuenca del valle de Jovel, en aras de aportar conocimiento que sirva de referencia para el diseo de polticas pblicas y de estrategias de intervencin que brinden insumos para la resolucin de la severa problemtica que padecen los habitantes de la cuenca, sea en el mbito de la gestin del agua, de los efectos del cambio climtico, de la organizacin del espacio urbano, de la produccin de alimentos, de la vulnerabilidad construida socialmente ou del rescate del conocimiento tradicional.

    En la primera contribucin del libro, Daniel Murillo Licea, investigador del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropologa Social (CIESAS), presenta en su artculo Colonialidad sobre la

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel - Chiapas, una reflexin en torno a los significados de dos conceptos ampliamente debatidos en el mundo acadmico: cuenca hidrolgica y territorio habitado. El autor hace una revisin crtica de ambas posturas conceptuales empleadas para abordar la relacin de los grupos sociales con el agua en territorios especficos y nos brinda un marco de anlisis que nos permite entender las profundas diferencias existentes entre ambas. Para Murillo tomar posicin respecto a qu concepto utilizar en regiones indgenas, responde no slo a una inquietud terico metodolgica, sino a una opcin poltica, dado que mientras el concepto de cuencas responde a una visin occidental y utilitarista del territorio, en donde el agua es vista solamente como recurso; el de espacio habitado es construido a partir de la cosmovisin de los pueblos originarios y responde a una lgica basada en una relacin profunda y multifactica con el agua y con la naturaleza.

    Anglica Schenerock, Edith F. Kauffer Michel y Laura Elena Ruiz Meza, en su artculo denominado La construccin social de las vulnerabilidades de las mujeres en la cuenca del valle de Jovel en contextos de cambio climtico: de las realidades locales a las polticas pblicas, analizan dos mbitos de la vulnerabilidad de diferentes grupos de mujeres de la cuenca externo o exposicin e interno o capacidad de respuesta . Las autoras concluyen que, si bien las mujeres de diferentes grupos socioeconmicos, laborales y con distintos orgenes culturales presentan un grado diferencial y heterogneo de vulnerabilidad, ellas comparten una dimensin especfica de la vulnerabilidad debido a su condicin de subordinacin de gnero.

    Tambin tomando como referente la categora de la vulnerabilidad, Denise Soares, Alejandra Pea y Rita Vzquez del Mercado, con su contribucin denominada Las inundaciones en San Cristbal de las

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    Introduccin

    Casas: un viejo riesgo con nuevas vulnerabilidades comparten la perspectiva de varios actores sociales locales adscritos a la academia, a organizaciones civiles de desarrollo y al sector gubernamental, respecto a la situacin de riesgo de inundaciones en el municipio de San Cristbal de las Casas. Las autoras reconocen que, si bien las inundaciones son riesgos antiguos en la zona, es relativamente reciente la incorporacin de nuevas vulnerabilidades, derivadas de la pobreza, la falta de aplicacin de los reglamentos de planeacin urbana y la corrupcin, lo cual permite asentamientos en zonas de riesgo y de recarga. Concluyen apuntalando un reto ineludible para las polticas de desarrollo en la zona, relacionado con romper el crculo vicioso de la pobreza, desastre e incremento de la pobreza, hacia la generacin de oportunidades reales para la reduccin de las distintas expresiones de la vulnerabilidad de los grupos marginados y del incremento de sus capacidades de adaptacin.

    Cerrando el tema de vulnerabilidad y cambio climtico, Gemma Cristina Milln Malo y Daniel Murillo Licea examinan los instrumentos de poltica sobre riesgo, vulnerabilidad y adaptacin en San Cristbal de las Casas en particular y en el estado de Chiapas en general, en su artculo denominado Una revisin poltico-documental sobre adaptacin al cambio climtico en Chiapas, con enfoque en la cuenca del Valle de Jovel. Los autores plantean que el gran reto para la implementacin del Programa de Accin ante el Cambio Climtico del Estado de Chiapas es contar con los mecanismos efectivos de implementacin de acciones de adaptacin, escalando de una dimensin poltica a una accin estratgica local y a una dimensin socioambiental. Para ello, concluyen, se necesita la construccin de un mapa de ruta a seguir, con acciones y responsabilidades especficas para las instituciones y en los tres rdenes de gobierno.

    Juan Toledo en su contribucin titulada Los cambios en la organizacin del espacio en San Cristbal de Las Casas, Chiapas plantea que la

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    ciudad de San Cristbal de Las Casas la experimentado, desde la dcada de los setentas del siglo XX, un extraordinario crecimiento como resultado de los procesos inmigratorios. El autor aade que dicho crecimiento se ha desarrollado sin respetar la planeacin urbana de la ciudad, lo que se expresa en la conformacin de muchos asentamientos irregulares en su zona intermedia y perifrica, bajo la lgica de que los predios que no estn considerados en la planeacin urbana, tienen precios bajos comparados con los que cuentan con infraestructura urbana, generando como consecuencia, una serie de problemas de diversas ndoles, entre ellos ambiental, social y econmico. Toledo concluye que, por la gravedad del problema, se requiere urgentemente de un proceso que permita organizar el espacio urbano de acuerdo con los intereses de la sociedad en su conjunto; que se considere los estudios sobre usos de suelo y la opinin de la sociedad civil para el establecimiento de proyectos econmicos y por ltimo; que se establezca una normatividad entre autoridades, sociedad civil y empresas constructoras para no construir mdulos habitacionales sobre humedales, porque de continuar hacindolo, se provocar el colapso ecolgico y social, dado que ya no habr agua para la poblacin.

    Tambin referido al mbito urbano, el artculo A cubetazos! Las mujeres en los conflictos por la escasez de agua en la colonia Cinco de Marzo. San Cristbal de Las Casas, Chiapas, de Luvia Magdalena Snchez Martnez, se centra en el anlisis de los conflictos que viven las mujeres por la escasez de agua potable en la colonia Cinco de Marzo. La autora plantea el incremento exponencial de la ciudad de San Cristbal de las Casas, aunado a la invasin de predios por ocasin del levantamiento zapatista, como factores determinantes en la escasez del agua en algunas colonias. Asimismo subraya que existen dos posiciones opuestas en la colonia Cinco de Marzo, acerca de cmo gestionar la posesin de la tenencia de la tierra y los servicios pblicos (entre ellos el agua) -autonoma urbana o regularizacin del

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    Introduccin

    predio-, y que dicha divisin interna puede posponer indefinidamente la posesin legal del predio y dificultar la gestin para acceder al servicio de agua, impactando de manera decisiva en las mujeres, quienes tradicionalmente se encargan del abasto y manejo del agua a nivel domstico.

    Manuel Cosh Pale y Antonino Garca, en su artculo intitulado Instituciones indgenas en la gestin del agua residual para riego agrcola en el sur de San Cristbal de Las Casas, Chiapas, escriben en torno a un estudio realizado en el sistema de riego agrcola ubicado en la Salida del Tnel de la ciudad de San Cristbal de Las Casas, cuyo propsito central es entender las estrategias de control, organizacin y gestin interna del agua de riego en las comunidades del sur de la ciudad y analizar la relacin entre una comunidad organizada de regantes y el xito en la gestin del pequeo riego. Los autores presentan como conclusiones de este trabajo el hecho de que la poblacin usa el agua como recurso de uso comn, dado que los propietarios de los canales de riego son las comunidades y/o grupos de usuarios. Cosh y Garca aaden que, bajo el concepto de propiedad hidrulica, los grupos de usuarios hacen exclusivo el acceso y distribucin del agua y que dicho acceso est condicionado por la inversin en la construccin y/o mantenimiento de los canales de riego.

    Desde la perspectiva terica de la agroecologa, Helda Morales, Alejandro Flamenco, Cristina Pealoza, Luis Bernardo Vzquez, Bruce Ferguson y Blanca Daz plantean, en su captulo denominado Sembrando soberana alimentaria en un mar de cemento: retos y oportunidades de la agricultura urbana en Jovel, que las huertas urbanas han contribuido a complementar la dieta alimentaria de los habitantes de San Cristbal de las Casas desde su fundacin, en 1528. El artculo da cuenta de dos procesos simultneos que estn ocurriendo en la actualidad respecto a la agricultura urbana:

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    por un lado los antiguos sitios estn desapareciendo por la creciente presin del aumento de la poblacin, el costo elevado de la tierra y los cambios en los estilos de vida y; por otro lado, la nueva generacin de habitantes de la ciudad estn estableciendo cultivos en las azoteas de las viviendas. El reconocimiento de dichas situaciones hace con que los autores planteen acerca de la necesidad de identificar procesos que permitan la sustentabilidad de los parches de agricultura dentro de la ciudad.

    Por su parte Mara Luisa Ballinas Aquino tambin aborda el tema de soberana alimentaria, con el captulo Produccin de alimentos y calidad de vida en el Valle de Jovel, el cual nos brinda un acercamiento a la comprensin de la categora calidad de vida a partir de la seguridad alimentaria y la produccin local de alimentos. Ballinas Aquino asevera acerca de la relevancia de ir ms all de los aspectos relacionados al qu se produce y reflexionar sobre cmo se producen los alimentos, incluyendo tanto los aspectos tcnicos como los socioculturales y econmicos que influyen en las elecciones con respecto a los sistemas de produccin. Asimismo la autora plantea que la produccin de alimentos est condicionada por la disponibilidad y calidad de los recursos naturales como el suelo y el agua y por ello, las problemticas vinculadas con dichos recursos se convierten en limitantes para la calidad de vida de las personas y las comunidades.

    Por ltimo, en el captulo titulado Floreciendo gota a gota: instituciones en la gestin del agua de manantiales para la produccin de flores en la comunidad Patosil en Zinacantn, Chiapas, Rocio Guadalupe Gmez Ruz y Antonino Garca Garca abordan las reglas comunitarias para el manejo del agua en la floricultura de invernadero en Zinacantn, desde la perspectiva de la teora de las instituciones. Los autores afirman que la gestin del agua en la localidad de Patosil se complejiz a partir del desarrollo de los invernaderos para la produccin de flores, existiendo un sistema normativo de derecho zinacanteco de raz

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    Introduccin

    histrica y cultural profunda. Asimismo concluyen aseverando que las reglas en materia de agua de riego, establecidas en asamblea general, contribuyen a mantener la armona en la comunidad, toda vez que son acatadas ampliamente por todos y funcionan no slo para reducir los costos de produccin de la floricultura, sino tambin para establecer o fortalecer lazos de cooperacin y confianza entre las familias de esta localidad indgena.

    En resumidas cuentas, estas variadas miradas sobre la dinmica territorial en la cuenca del valle de Jovel nos invita a reflexionar sobre los retos y oportunidades para la construccin de procesos de mayor sustentabilidad en la regin, a la par que puede ofrecer caminos alternos para el diseo de polticas pblicas socioambientales. Esperamos que este tomo estimule el debate y contribuya a la definicin de nuevas lneas de investigacin y de diseo de polticas en la regin, dado que una asignatura pendiente es la reduccin de la brecha existente entre los tomadores de decisin y quienes producen conocimiento y nuestro inters es empezar a construir este puente.

    Agradecemos enormemente a quienes dedicaron su valioso tiempo a dictaminar los artculos que componen esta obra, contribuyendo de forma determinante a mejorar la calidad de las contribuciones. Nuestros sinceros reconocimientos a Omar Fonseca, Gemma Milln Malo, Roberto Romero y Jos Luis Martnez, del Instituto Mexicano de Tecnologa del Agua; a Conrado Mrquez Rosano de la Universidad Autnoma Chapingo, y Julio Contreras Utrera de la Universidad Veracruzana-Campus Xalapa. Por ltimo, reconocemos la paciencia y el esfuerzo de los autores y autoras.

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    Bibliografa

    Ayuntamiento Municipal SCLC y Conagua (2010), Plan de gestin integral de la cuenca del Valle de Jovel, Chiapas, Mxico.

    Ingold, T. (2007), Lines. A Brief History. Routledge, Londres y New York.

    Lindsay, K.A., J.M. Ogden y J.R. Rosenberg (2001), Dendritic subunits determined by dendritic morphology. Natural Computation, pp. 2465-2476.

    Murillo, Daniel (2007), Pueblos indgenas de Mxico y agua: Tzotziles, en Atlas de culturas del agua en Amrica Latina y el Caribe (CD-ROM), UNESCO-Programa Hidrolgico Internacional, Instituto Mexicano de Tecnologa del Agua-IMTA.

    SEMARNAT y Secretara de Medio Ambiente e Historia Natural-Gobierno de Chiapas (2013), Programa de Ordenamiento Ecolgico y Territorial del municipio de San Cristbal de Las Casas.

    Whiteaker, T.L., J. Goodall, D. Maidment y M. Takamatsu (2006), Integrating arc hydro features with a schematic network. Transaction in GIS, pp. 219-237

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    Colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel, Chiapas

    Daniel Murillo Licea

    Existe una ecologa de las ideas nocivas, como existe una ecologa de las malezas, y una caracterstica del sistema esque el error bsico se propaga.

    Gregory Bateson

    resumen

    Dos visiones contrapuestas del territorio, en relacin con el uso del agua y los recursos naturales, se encuentran en la delimitacin de la minicuenca del Valle de Jovel, en Chiapas: la construccin del

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    territorio a partir de la cosmovisin tzotzil responde a lgicas basadas en la percepcin del territorio habitado en contraposicin a una visin occidental del territorio en tanto que cuenca hidrolgica. La creacin del territorio, se discute en el presente trabajo, dirime diferencias entre la percepcin del entorno, el entorno habitado y las herramientas geogrfico-hidrolgicas para delimitar una cuenca. En este caso se contraponen ambas visiones y se argumenta a favor de la consideracin del abandono de la cuenca hidrolgica como unidad fundamental para el manejo del agua, para el caso de regiones indgenas, en defensa de una visin ms abarcadora que se basa en el concepto de habitar en contraposicin al de delimitar un territorio.

    Palabras clave: cosmovisin, territorio, percepciones, minicuenca del valle de Jovel.

    introduccin

    De manera creciente en el mundo se ha adoptado como unidad de gestin del agua la cuenca hidrolgica. Este enfoque parte de dos modos generales, segn creo: uno, la visin ingenieril sobre el comportamiento del recurso hdrico en la naturaleza; el segundo modo es la visin de los planificadores al utilizar el concepto mundial basado en la gestin integral de los recursos hdricos. Este ltimo fue delimitado por el Integrated Water Resources Management (IWRM), en los aos noventa del siglo pasado y en el que se reconoce la unidad bsica territorial de gestin como la cuenca y los diversos usos del agua (GWP, 2000), aunque el modelo de asignacin de agua en una cuenca ya haba sido ensayado en Estados Unidos (Colorado River Compact, 1922; Tenesse Valley Authority, 1933) y la gestin por cuencas ya haba sido delimitada en Espaa (Confederaciones Hidrogrficas, 1926).

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    Colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel,Chiapas

    De esta forma, al menos en Mxico, la cuenca hidrogrfica ha sido identificada como una unidad territorial y una unidad de gestin, al menos desde la mitad del siglo XX a la fecha y tratando de delimitar estos espacios en el territorio nacional. De la bsqueda por esta delimitacin de fronteras y regiones hdricas se ha desprendido una larga clasificacin que va, sin tomar en cuenta antecedentes ms antiguos, de la delimitacin de 180 cuencas que realiza el ingeniero Jorge L. Tamayo, en 1962; para 1975 en el Plan Nacional Hidrulico se describen 102 subregiones o cuencas; en 1998 la Comisin Nacional del Agua (Conagua) reconoce 234 cuencas hidrolgicas; la Comisin Nacional de la Biodiversidad (Conabio), en el ao 2000, delimita 1739 cuencas; por su parte, en 2003 el Instituto Nacional de Ecologa (INE) delimita 1718 cuencas (Carabias et al., 2005); en 2007 el INE y la Comisin Nacional del Agua consensan un mapa de cuencas en Mxico (Cotler, 2010) y definen 13 regiones hidrolgicas que contienen 1,471 cuencas hidrogrficas o 731 cuencas hidrolgicas1.

    Pese a esta tendencia mundial y su correspondencia con la aplicacin nacional de la gestin integrada y de la cuenca como unidad de gestin, en este artculo, sin embargo, se pretende mostrar el enfoque ideolgico sobre el cual se monta dicha tendencia (la colonialidad sobre

    1En trminos generales, la cuenca hidrogrfica, se supone, no presenta evapotranspiracin ni tiene infiltracin en acuferos, mientras que la cuenca hidrolgica s (Conagua, 2012a). La Conagua no aclara por qu existen ms cuencas hidrogrficas que hidrolgicas, pero es una clasificacin todava en boga; sin embargo, la misma institucin (Conagua, 2013:152) cuando habla de cuenca hidrolgica, incluye todos los recursos naturales (no los sociales y, mucho menos, los culturales). Por su parte, el INE ha tratado de definir ambos conceptos, pero ms que diferenciarlos, ha logrado una sinonimia (V. Cotler, 2010), que deviene en anfibologa. Yo propongo, para trminos prcticos, cuando se hable de cuenca hidrogrfica se tomarn en cuenta los aspectos fsicos (que puedan ser trasladados, por ejemplo, en mapas y que se refieran a su representacin grfica) y cuando se hable de cuenca hidrolgica se incluir tanto el ciclo hidrolgico como los acuferos, es decir, datos como escorrenta, precipitacin, evapotranspiracin, etctera.

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    la naturaleza) y se presentar una visin territorial alterna (habitar un territorio), basada en la observacin dentro de una minicuenca en Chiapas, en donde encontramos poblacin indgena.

    La cuenca como unidad natural

    Hay tres temas en los que refiero detener la atencin del lector. El primero es el que anuncia el subttulo, precisamente, y es la argumentacin de la naturalidad de las cuencas. Si reflexionamos un poco acerca de por qu se ha definido la cuenca como una unidad natural de gestin de los recursos hdricos, encontraremos que el argumento principal es el reconocimiento de las leyes hidrolgicas y el comportamiento del agua en un espacio geogrfico determinado. As, cuando se habla de una cuenca se comienza a utilizar una terminologa especfica. Para delimitarla suelen usarse trminos como parteaguas, cuenca baja, media y alta; para conocer los fenmenos hdricos que ocurren se usan escorrenta, hidrologa, aguas superficiales y subterrneas, evapotranspiracin, infiltracin, balance hdrico; si se incorpora la ecologa, se introducen los temas de la biodiversidad, el caudal ecolgico y los servicios ambientales; de otra parte, si observamos la cuenca desde la agronoma, adems de la clasificacin de suelos se introducen los temas de produccin y proyectos conservacionistas; si incorporamos a las ciencias sociales, se tender a hablar acerca de fenmenos sociales y conflictividad. De esta forma, la cuenca se convierte en un agregado. Pero todo surge del argumento original, es decir, la cuenca como unidad naturalmente presente. Pero, con los ejemplos que he puesto en el prrafo anterior, queda claro que, ms all de reconocer la conducta de la naturaleza, es el ser humano quien delimita y especifica los puntos observables en tal comportamiento observado. Es decir, desde cierta ptica humana se tiende a definir un comportamiento observado en la naturaleza como

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    parte de una serie de leyes estticas y reproducibles. Digamos que cuando el ser humano define la cuenca como una unidad natural, lo que realmente est haciendo es partir de su logocentrismo2 y aplicando a un fenmeno ambiental una representacin, una interpretacin y un comportamiento dado; y este es el segundo tema que me interesa resaltar.

    As, una vez definida la unidad de cuenca, la mente del cientfico o del acadmico o del planificador tender a reproducir las pautas de dicho modelo en lo observado y a validar su interpretacin propia, no el fenmeno observado objetivamente sino la explicacin derivada, es decir, la coherencia de su explicacin y de su validez. Este argumento ya ha sido explorado genialmente por Maturana (1994: 171)3 y no puedo detenerme en l aqu por el momento. Tomemos como base, entonces, estos dos puntos de vista y ofrezcamos un concepto ms para completar el marco en el cual quiero centrar la atencin del lector.

    El tercer tema sobre el que quiero llamar la atencin lo ofrece Escobar (2010): la colonialidad de la naturaleza (aunque permtaseme hacer un ligero cambio en la proposicin utilizada, a partir de ahora, para usar sobre y no de). La aplicacin del modelo de la colonialidad sobre la naturaleza en Latinoamrica se present como uno distinto (no dir, por el momento, contrapuesto) al que corresponda a la ideologa e identidad de los pueblos prehispnicos, cuando la poca del contacto entre Amrica y Europa y al que ya me he referido en un trabajo

    2El logocentrismo puede definirse como un proyecto de construir un mundo perfectamente ordenado, racional y predecible (Escobar: 2005: 146).

    3el reclamo que hacen los cientficos acerca de la validez universal de las explicaciones y afirmaciones cientficas no se refiere a una pretendida revelacin a travs de ellas de una realidad objetiva, independiente y por lo tanto universal, sino a su validez a travs de la aplicacin de las coherencias operacionales que transmiten, en el mundo o los mundos producidos a travs de la aplicacin del criterio de validez que las constituye (Maturana, 1994: 171).

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    anterior4 . Uno de los conceptos que me interesa poner en relacin con este marco de colonialidad sobre la naturaleza, es el de cuenca.

    Este enfoque propuesto por Escobar incluye algunas caractersticas esenciales que puntualizar: primero, considerar la naturaleza como objeto de dominacin; clasificar en jerarquas lo observado (los polos opuestos seran lo moderno y lo civilizado, en uno; en el otro lo primitivo y la naturaleza); subordinar la naturaleza al conocimiento; confundir los productos naturales con productos del trabajo; relegar ciertos rasgos (tercer mundo, la femeneidad, lo tnico, etc.) a un mirada occidental y masculina; subsumir a una sola visin otras relaciones o articulaciones de pensamiento que no correspondan con los estndares modernos (Escobar, 2010: 141). Si la lista anterior de caractersticas resuena un poco para la definicin de cuencas hidrolgicas, no es por simple ni mera casualidad.

    Como hemos visto, de acuerdo con esta mirada que propongo, la cuenca es un espacio construido, no un espacio natural. Generalmente a la cuenca se le asocia con el funcionamiento de la naturaleza, como varios autores han hecho referencia en mltiples documentos. De hecho, se trata de uno de los pilares argumentales al que, recurrente e histricamente, se ha apelado: sera imposible mencionar a todos los autores y los documentos en los que esta nocin ha aparecido, pero baste decir que es la misma nocin de partida de documentos que hablan sobre la GIRH y que han sido realizados por Global Water Partnership (GWP), World Water Council (WWC), International Water Management Institute (IWMI), World Resources Institute (WRI), The Stockholm International Water Institute (SIWI), la Organizacin para el Desarrollo y Cooperacin Econmicos (OCDE), el Banco Mundial y las agencias de la ONU, amn de las instituciones, organizaciones nacionales y, no habr de causar asombro, organizaciones no gubernamentales y

    4Prlogo del libro Leyendas del agua en Mxico, autor Andrs Gonzlez Pags, IMTA, Mxico, 2006.

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    Colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel,Chiapas

    grupos sociales. Estamos frente a una conceptualizacin que se ha forjado y repetido por varias dcadas y por la accin discursiva de una veintena de organizaciones internacionales; es un concepto global, impuesto y repetido como primum vero.

    En 1976, con motivo del cincuentenario de la Creacin de las Confederaciones de Cuencas en Espaa, dos autores mencionaron, en un colmo de paroxismo, me parece, que: Dios estableci las lneas del divorcio de las aguas como lmites naturales de las cuencas hdricas. Los hombres, para sus menesteres polticos y administrativos han trazado otras, que generalmente se entrecruzan y no coinciden con aquellas (Guillermo Cano y Joaqun Lpez, citados por Dourojeanni, 1994: 21). No es un momento de hacer un anlisis semitico de la frase anterior, pero baste resaltar los elementos argumentativos que aparecen en ella; primero, que las cuencas son naturales porque as lo dispuso la divinidad; segundo, que una vez dispuesta la naturalidad de las cuencas, son los hombres y aqu no quiero decir seres humanos, sino tal y como lo he expresado los que ocupan el papel de la divinidad y estn facultados a definir las cuencas como mejor les venga en gana. Si seguimos por esta senda, podramos decir que despus del poder de dios, le siguen en podero los planificadores o los ingenieros.

    La naturalidad de las cuencas (y su creacin prcticamente divina-cientfica) fue manejada por muchos lustros, hasta que se incorpor, tambin, la dimensin humana, al incluirse el concepto de gestin y del quehacer humano. De esto se ha derivado que la cuenca es una unidad integral de gestin del recurso hdrico, como tambin se ha venido repitiendo en un centenar de documentos. Este fenmeno semitico, lingstico y comunicativo puede ser explicado as en trminos de que el ser humano tiende a buscar un orden y una vez que lo establece, a travs de la puntuacin, la realidad se autoconfirma por un mecanismo de seleccin (Watzlawick, 2003: 87). Este orden,

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    o la puntuacin a la que se refiere Watzlawick, para nuestro caso, es el concepto de cuenca. Todos los argumentos cientficos derivados autoconfirmarn el comportamiento natural en una cuenca, as como su delimitacin, en concordancia con lo que he mencionado anteriormente sobre Maturana.

    As que estas puntuaciones sobre la cuenca tienen ligeras variaciones, dependiendo de qu especialista lo haga y desde qu disciplina. Algunos autores han preferido darle nfasis a la actividad humana en las cuencas, y por ello han creado conceptos como el de cuenca social (V. IRDC et al., s/f; Poats et al., s/f), o han tratado de encontrar un equilibrio entre lo natural y lo social (Gonzlez, 2009: 185), o han acuado trminos para sobreponer lo social a lo natural, como cuenca hidrosocial (Torregrosa, seminario CIDE, julio, 2014). Lo cierto es que, como bien ha dicho Molle:

    Ms all de su importancia como unidad geogrfica para el estudio de la hidrologa o con fines de desarrollo de los recursos hdricos, la cuenca es tambin una construccin poltica e ideolgica. Hemos demostrado cmo se ha asociado con el cientificismo y el proyecto intelectual de la dominacin de la naturaleza y la forma en que fue calificado como un arma por grupos tan diversos como los primeros conservacionistas en los EUA, los tradicionalistas de la contrarreforma en Francia y los regeneracionistas espaoles. En general fue utilizado por grupos polticos, tanto en el Norte como en el Sur, para legitimarse simblicamente y fortalecer su poder y para supuestamente entregar los frutos de desarrollo a sus pases. El concepto basa su fuerza en su naturalidad y, entre ms abarcador e invasivo, tiende a ser reapropiado por los intereses sectoriales (Molle, 2006:23, traduccin propia).

    La cuenca, en todo caso, tambin es un constructo ideolgico y poltico, adems de natural, cientfico y social, pero slo es una de tantas

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    Colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel,Chiapas

    formas de delimitar, especificar y habitar un territorio5. No es gratuito que, si hablamos de escalas, podamos diferenciar entre minicuencas, microcuencas, subcuencas, cuencas o regiones hidrolgicas6. Pero la base, la unidad que persiste es la cuenca. Sin embargo, como veremos despus, hay otras formas de delimitar territorios, que se justifican no slo por su pertinencia, su diferencia, sino porque surgen y son aplicadas desde otros enfoques, que toman en cuenta dimensiones que han sido invisibilizadas hasta ahora y que, en muchos casos, aparecen cuando abordamos las cuencas y los territorios indgenas, por ejemplo.

    La minicuenca de Jovel como unidad natural

    Para centrar la atencin a un espacio delimitado y para aterrizar mejor mi explicacin, he elegido la minicuenca del Valle de Jovel para poner en prctica estos enfoques de colonialidad sobre la naturaleza (Escobar, 2010) y de habitar un territorio (Ingold, 2000). As que partamos del primer enfoque, bajo el que se delimita la minicuenca de referencia.

    5V. Garca y Kauffer (2011), para la visin poltica transfronteriza de las cuencas Grijalva y Usumacinta entre Mxico y Guatemala, como un ejemplo de este tipo de construccin poltica de una cuenca.

    6Segn la clasificacin de Collado (2006: 34), las escalas se podran definir de la siguiente forma: Macrocuenca ms de 50,000 km2, administracin hidrulica simple (acuerdos de distribucin y gastos mnimos). Subcuencas tributarias entre 10,000 y 50,000 km2, administracin hidrulica (captacin, conduccin, distribucin y calidad del agua). Subcuencas especficas, entre 1,000 y 10,000km2, se puede aplicar gestin del agua (captacin, conduccin, distribucin, calidad del agua y servicios ambientales). Minicuenca, entre 100 y 1,000 km2 se puede dar manejo integral de recursos naturales. Microcuenca, menor a 100 km2 se enfoca al desarrollo sustentable local.

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    En trminos generales, esta minicuenca se ubica dentro de una macrocuenca, la del Ro Grijalva-Usumacinta (y sta dentro de la Regin Hidrolgica XI Frontera Sur), y se localiza en el estado de Chiapas, en la regin de Los Altos. Cubre un territorio de 290,000 Km2, y los municipios que forman parte de ella (al menos en parte, porque los lmites no corresponden) son: Chamula, Huixtn, San Cristbal de las Casas, Tenejapa y Zinacantn, aunque en este ltimo municipio, por la delimitacin propia de la minicuenca, no se registra ninguna comunidad.

    De esta forma, en la cuenca hay 88 localidades, y el centro atractor ms importante es la ciudad de San Cristbal de las Casas. No puedo obviar el hecho de que la ciudad fue fundada por espaoles en 1528 y que, desde el siglo XVI ha sido el lugar de preferencia de actividades econmico-polticas. Sin embargo, la fundacin de la ciudad fue distinta a la de otras ciudades espaolas construidas en el equivocadamente llamado Nuevo Mundo, porque fue pensada como un conjunto urbano espaol e indgena (Aubry, 2008: 21). No es ninguna coincidencia que actualmente, en la delimitacin de la cuenca, la ciudad tenga el mismo papel central y que sea considerada como una ciudad en donde conviven mestizos e indgenas (el municipio de San Cristbal de las Casas es considerado como municipio indgena y la ciudad tiene una poblacin indgena del 45%, CDI, 2010). La mayora de las localidades de la cuenca estn en los municipios de Chamula y en San Cristbal de las Casas.

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    Colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel,Chiapas

    Mapa 1. Minicuenca del valle de Jovel

    Fuente: Imagen creada usando ARCVIEW, elaboracin de Nora Gonzlez Gurra y Daniel Murillo, 2012.

    En esta minicuenca el espaol es el idioma con ms presencia, seguido del idioma tzotzil, predominante en cuatro de los cinco municipios que la componen; la segunda lengua indgena hablada en los mismos municipios (excepto en Tenejapa, donde es la primera lengua) es el tzeltal. En la cuenca hay un total de 202,880 habitantes (INEGI, 2010), de los cuales 113,776 son indgenas, tomando en cuenta el criterio de poblacin indgena de ms del 40% (INEGI, 2010).

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    Cuadro 1. Poblacin de la Minicuenca clasificada por municipio

    poblacin de la Minicuenca clasificada por Municipio

    poblacin Localidad

    173,043 San Cristbal de las Casas

    27,582 Chamula

    1,104 Huixtn

    382 Tenejapa

    0 Zinacantn

    Fuente: Elaboracin propia con datos del Censo de Poblacin y Vivienda, 2010, INEGI.

    En la parte noroeste de la minicuenca se encuentra el Tzontewitz, volcn con una altura de 2,880 msnm. La minicuenca se considera como una endorreica, abierta artificialmente mediante un tnel de avenamiento para el desecho de aguas negras, obra realizada en 1973 (Garca, 2005: 62 y ss).

    La visin generalizada por cuenca a nivel nacional, cabe mencionar, no diferencia entre cuencas con poblacin indgena o con poblacin indgena inexistente. La minicuenca del Valle de Jovel no es una excepcin. Parecera que en esta minicuenca no hay poblacin indgena, aunque las estadsticas nos indican que, al menos, un 56% de su poblacin lo es (que debera ser reconocida a partir del Artculo 2 de la Constitucin Mexicana y del Acuerdo 169 de la OIT, al menos), ya que esta poblacin es invisible en los documentos de planeacin del recurso: en el Programa Hdrico-Regional visin

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    Colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel,Chiapas

    2030 de la Regin Hidrolgico-Administrativa XI Frontera Sur (Conagua, 2012b), se menciona la poblacin indgena porque fueron incluidos a contracorriente por investigadores7 quienes realizaron estos programas y aparecen slo en la caracterizacin de las regiones hidrolgicas. De manera extensa en el territorio nacional, en el Programa Nacional Hdrico 2014-2018 los indgenas slo son mencionados en dos enunciados: Fomentar la participacin de comunidades indgenas en la gestin de los recursos hdricos para su desarrollo sustentable (Conagua, 2014: 70) y con una reiteracin, pginas ms adelante (Conagua, 2014: 123). A nivel discursivo y documental (que tambin se aplica en la prctica) podemos ver este fenmeno que llamo exclusin etnohdrica, que no es un mal slo del gobierno federal, sino de los gobiernos estatales, ya que los indgenas no aparecen tampoco mencionados en la Ley del agua de Chiapas ni en el reglamento correspondiente. En la Ley para la Adaptacin y Mitigacin ante el Cambio Climtico en el Estado de Chiapas slo se mencionan a grupos indgenas como poblacin vulnerable. Aunado a ello, los indgenas en la cuenca manejan sus recursos naturales, en especial el agua, con un sistema normativo diferenciado del nacional (Kauffer, 2006; 2009); y los lmites espaciales de la cuenca no reconocen otras dimensiones, como la simblica, que veremos a continuacin, basndonos en el caso del volcn Tzontewitz (Montaa Musgo, en espaol) y los manantiales de los que se abastece la poblacin indgena de esta minicuenca. En la definicin de cuencas en Mxico existe, de facto, una exclusin etnohdrica.

    El territorio como espacio habitado

    Sin embargo y por fortuna, el mundo no es homogneo ni existe una sola visin que delimite sus confines. Si, como veamos anteriormente,

    7Investigadores sociales del Instituto Mexicano de Tecnologa del Agua.

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    desde el enfoque de cuencas (colonialidad sobre la naturaleza) hay una exclusin etnohdrica, desde una perspectiva que se basa en la cosmovisin indgena, al contrario, la minicuenca del Valle de Jovel es inexistente: no es un espacio que se describa en ningn momento por los pobladores indgenas, porque las visiones del espacio contienen otros referentes distintos. Mientras que los lmites de la minicuenca, como hemos visto, excluyen la parte poblada de Zinacantn y las relaciones simblico-culturales y sociales entre pobladores de este municipio con el de Chamula, por ejemplo, en el espacio habitado existen relaciones entre ambos municipios. Observando la hidrologa de Zinacantn y de Chamula, hay varios arroyos intermitentes que se comparten entre ambos territorios (Burguete, 2000).

    Es un hecho que el Tzontewitz se ubica dentro del territorio Chamula y es este municipio el que goza de menos escorrenta, ya que los mayores escurrimientos se dan hacia la parte oriente, hacia Tenejapa. Del Tzontewitz tambin surge el ro San Pedro que llega a Chenalh (Burguete, 2000: 63), fuera de la minicuenca. De esta forma, desde la ptica de colonialidad sobre la naturaleza, las relaciones sociales se prefiguran por un mismo canal de clasificacin que no tiene variacin, como los lmites de las cuencas (como hemos visto, argumento falaz) y suelen caer en clasificaciones dadas. As, las relaciones entre Zinacantn y Chamula o de este ltimo municipio y San Pedro Chenalh podran ser tomadas como inexistentes en el marco del recorte de una minicuenca, como la de Jovel. En el discurso de colonialidad sobre la naturaleza y su referente a las cuencas, se ha acuado el trmino trasvase, as que estas relaciones podran tomarse bajo este matiz, en aquella corriente ideolgico-discursiva. Tambin estas relaciones podran cambiar si se aplica una mirada ms abarcadora, tomando como base una dimensin ms grande, como una subcuenca o la parte media de la cuenca del ro Grijalva, pero no es cuestin de escalas solamente, sino del tipo de abordaje y del marco de entendimiento de las dinmicas de la creacin de espacios y territorios.

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    Colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel,Chiapas

    Los pobladores de varios parajes tzotziles reconocen otros referentes que conforman su territorio. Si en la visin de la minicuenca del Valle de Jovel el centro de actividad es la ciudad de San Cristbal de las Casas, en la visin de lo que llamamos espacio habitado (Ingold, 2000), el volcn Tzontewitz es uno de los referentes simblicos importantes. Mientras ste queda fragmentado al marcar las fronteras de la minicuenca, por encontrarse en lo que se suele denominar como parteaguas de la misma, para la cosmovisin indgena el volcn sigue teniendo una unidad, no puede separrsele demarcando una frontera considerada como parteaguas definida por los escurrimientos hacia distintas minicuencas. El Tzontewitz es parte del espacio de varios parajes y varios de ellos mantienen vnculos no solamente sagrados, que devienen en vnculos con la naturaleza y la sobrenaturaleza, sino tambin con el pasado y con la memoria: recordemos que en el volcn tambin habitan los ancestros, los viejos padres-madres. El Tzontewitz forma una relacin con la historia, con el pasado, con los orgenes de las localidades indgenas. Es un signo espacial y temporal.

    No podemos obviar tampoco, en esta construccin del espacio, la preponderancia de lo cultural, lo simblico y de las relaciones de poder entre las cabeceras de municipios indgenas, como Zinacantn y Chamula. Estos referentes, por ejemplo, se identifican en relatos especficos. No es gratuito que el patrono de Zinacantn, San Lorenzo, haya incendiado su iglesia y se haya ido a vivir al Tzontewitz, junto con los patronos de Chamula, San Juan Mayor y San Juan Menor (Murillo, 2005). Este solo hecho hace que el espacio habitado agregue una marca simblica ms, sumndola a la agencia y la intencionalidad con que el mundo est saturado (Ingold, 2000: 14).

    En la cosmovisin indgena no slo se reconoce el actuar de la naturaleza (como en cierto sentido, al menos descriptivo, lo hacen los que hablan de cuencas, reconociendo los aspectos naturales del comportamiento del agua), sino que existen otros planos de

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    Tpicos socio-ambientales emergentes y productivosen la Cuenca de Jovel y su periferia - Chiapas

    accin, como el mundo sobrenatural, que no est desligado de ninguna forma al plano natural ni al plano de los seres humanos. Tambin se reconoce el actuar humano, que no es independiente, sino que afecta y se encuentra afectado por las otras dos esferas. El espacio habitado tambin lo est de relaciones y son stas las que conforman el ambiente completo: el del ser humano, el natural y el sobrenatural. Es una extraa integralidad basada en lo relacional, si tal palabra queremos usar y tal significado podemos enmarcar, en contraposicin al significado que se le ha dado en el enfoque de gestin por cuencas. En el espacio habitado existe una ontologa del residir, una representacin del mundo que no diferencia entre mundo o mente (Ingold, 2000: 42) ni entre cultura (actividades humanas) y naturaleza. La esencia del habitar contrae un compromiso con ser parte de otros seres vivientes, de lo sobrenatural, del ambiente: por ello esta perspectiva no puede ser considerada como intersubjetiva, sino como interagencitiva (Ingold, 2000: 47) porque reconocemos el interactuar de las tres esferas de las que he venido hablando. Lo natural y lo sobrenatural tambin actan sobre el mundo humano.

    Es importante sealar que los parajes en tzotzil se denominan Sna, palabra relacionada con el lugar en el que se habita, considerada como casa u hogar (Hurley et al., 1978). El paraje se considera como ese lugar en el que se vive: en ese sentido es muy diferente a las unidades demarcadas por la visin de cuenca, en donde lo importante es una perspectiva visual, de frontera, de delimitacin8. En tzeltal encontramos el vocablo kinal, que suele traducirse como territorio, pero que se refiere al medio ambiente que se experimenta y se transforma por el ser humano. Puede afectarse el kinal al actuar sobre l o simplemente al sentir (Paoli, 2011: 195). Tomando en cuenta estas dos denominaciones es que podemos continuar nuestra

    8Esta visin del espacio habitado que maneja Tim Ingold, tiene sus races en Heidegger y su ensayo Construir, habitar, pensar (las otras races las encontramos en la fenomenologa de Maurice Merleau-Ponty y en el concepto de ecologa de la mente, de Gregory Bateson).

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    aseveracin de que en la cosmovisin indgena el territorio se crea (y se re-crea) de otras maneras, muy diferentes a las fronteras y lmites tan slo geogrficos.

    Si nos atenemos a la visin de territorio habitado, lo importante no es la delimitacin ni las fronteras (cualquier frontera en el espacio habitado tender a ser porosa, maleable, cambiante) sino las relaciones, el hecho de que el ser humano se sita en el mundo, el lugar se constituye por la experiencia (Ingold, 2000: 149). En trminos resumidos, la perspectiva de habitar es diametralmente opuesta a la de ocupar un territorio, a la de colonialidad. La primera es la vivida por los grupos indgenas en la regin a la que me refiero (que a falta de un trmino especfico o acuado, tendr que seguir llamando a este territorio temporalmente como minicuenca del Valle de Jovel, pero con esta visin ampliada, cambiante, relacional); la segunda, la de ocupar un territorio es la que generalmente se refiere en trminos de cuenca hidrolgica, desde el enfoque de colonialidad sobre la naturaleza.

    El territorio habitado desde la visin local

    En las representaciones grficas de la concepcin de mundo que nos ofrecen algunos autores sobre el mundo indgena (en particular el mundo tzotzil), en ninguno aparece la cuenca, sino una serie de elementos que estn relacionados y que representan no slo al ser humano y las marcas de la naturaleza (lugares), sino tambin hacen referencia al mundo sobrenatural, a los seres sobrenaturales y a los tres estratos del mundo: el cielo, la tierra y el inframundo. Esto se observa en los ejemplos tomados de Gossen (1990:44 y 56); y

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    Holland (1963:70)9. Tratndose de un grfico, no slo se retoma en los tres la dimensin espacial, sino tambin la temporal, al incorporar la trayectoria del sol y de la luna, por ejemplo. Otro tipo de relaciones nos ofrece Lpez Austin (2000: 163) con el ciclo agrcola mesoamericano, que es manejado en la actualidad por los tzotziles en la zona de estudio. A estas representaciones grficas sumo la que elabor un tzotzil haciendo referencia a la delimitacin de su paraje (en trabajo de campo realizado en 2006, por quien esto escribe), en donde la dimensin espacial es la nica que aparece.

    Mapa 2. Paraje Pozuelos

    Fuente: Mapa realizado por un indgena tzotzil en 2006.

    9Hay una representacin ms del territorio fisiogrfico, que he revisado de un libro de Khler (1995), quien documenta una oracin para recuperar el alma vendida, pero el anlisis es ms extenso y lo tengo en proceso todava. Sin embargo, es interesante descubrir que en este tipo de oraciones tambin hay una delimitacin espacial-simblica.

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    Colonialidad sobre la naturaleza y espacio habitado: dos miradas contrapuestas en la minicuenca del Valle de Jovel,Chiapas

    Obsrvese que el Este aparece arriba, en concordancia con la predominancia de este punto cardinal en relacin con la aparicin del sol; obsrvese, adems, que fuera del ovoide que representa el paraje, se encuentra el Tzontewitz (arriba) y el manantial (cuadrante superior derecho, marcado como Pozuelo). Las cruces hacen referencia a los Kalvarios en el paraje.

    En esta representacin grfica aparecen dos elementos importantes fuera del crculo que representa el paraje: el manantial y el volcn Tzontewitz. Mi hiptesis es que ambos elementos grficos fueron representados fuera del crculo del paraje porque son elementos no exclusivos de ste, pero que tienen una fuerte conexin con l y, adems, son lugares colectivos con bienes de uso comn. Pero ambos, el agua y la montaa (el volcn apagado), aparecen representados. No es la nica pista que tenemos de esta relacin tradica entre un paraje, el Tzontewitz y un manantial. En varios relatos recogidos (Murillo, 2005) y entrevistas realizadas en Chiapas (2013 y 2014) aparece esta relacin; los ritos del 3 de mayo de agradecimiento y peticin de lluvia involucran ambos lugares (adems de incluir otros parajes, sobre todo el de la cabecera municipal, Chamula); y, fsicamente, varios manantiales que nacen en las faldas del Tzontewitz son utilizados para abastecer de agua a diversos parajes, tendiendo tuberas por los territorios de parajes ajenos. Slo mencionar que no es gratuita esta relacin, tomando en cuenta un constructo cultural mesoamericano: el del Altpetl (volcn-agua), forma del espacio habitado prehispnico cuyo residuo, forma inconsciente o forma de ver el territorio, parece pervivir en el conocimiento de las culturas indgenas actuales10.

    10Si as lo pensamos, como Altpetl, el municipio de Zinacantn tendra ms cercano el volcn Huitepec. Pero Tenejapa (aunque tambin tiene cercana con el cerro Pale Chen) y San Pedro Chenalh tambin podran ser tomados en cuenta en relacin con el Tzontewitz y ello establece una relacin territorial ms, entre Chamula y ambos municipios.

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    Los pobladores indgenas reconocen lugares de su territorio en conexin con los ancestros, como el Tzontewitz, lugar en donde habitan stos, los santos, los seres sobrenaturales como los Anjeles, los dueos del monte y del agua, los animales y las semillas de maz. Pero no creo que ocurra que el Tzontewitz se convierte en morada de todos estos agentes, sino que esos lugares se convierten en signos del territorio por los propios seres que los habitan (de nuevo, la perspectiva de habitar, pero aplicada a seres sobrenaturales).

    Al menos podemos reconocer dos elementos naturales (elementos del paisaje) que configuran la construccin del espacio habitado, entonces: el Tzontewitz y los manantiales. En la generalidad de una minicuenca, hemos visto, el Tzontewitz se fragmenta (y las relaciones ambientales y simblicas derivadas) y los manantiales son observados sin su especificidad de lugares relacionados con otras esferas, fuera del contexto hidrolgico e hidrogrfico. Tambin se fragmentan las relaciones (de todo tipo) entre parajes, como hemos visto para el caso de San Pedro Chenalh, Zinacantn o Chamula, que en el caso de tomar a pie juntillas esta delimitacin de minicuenca, las relaciones entre estos lugares no existen. Un ejemplo ms: al abrirse la minicuenca del Valle de Jovel, artificialmente, las aguas negras fluyen hacia la cuenca vecina (trasvase de aguas negras, se dir, en el lenguaje propio adoptado por quienes tambin adoptan el enfoque de cuenca) y varias localidades aprovechan esas aguas de desecho para el riego de hortalizas y frutales. Simplemente si tomamos el enfoque de trasvase, perdemos de vista las otras relaciones que se dan en este contexto: por mencionar dos ejemplos, uno cultural-religioso: las localidades mencionadas son de expulsados por motivos religiosos, es decir, tienen una relacin pretrita con sus lugares de origen; otro ejemplo, productivo-econmico: las frutas y hortalizas que se riegan con aguas negras son vendidas en la ciudad de San Cristbal de las Casas. Estos vnculos no nos resultan simples hechos en la perspectiva relacional de espacio habitado, ya que la minicuenca

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    entonces se ampla de nuevo. Y tampoco podemos obviar el doble hecho de que los habitantes de estas localidades en donde se riega con aguas negras han sido relegados: por la diferencia de creencias religiosas han sido expulsados, marginados; porque han sido dotados de aguas negras tambin fueron marginados. Qu implicaciones pueden surgir de esta situacin? Indudablemente estos agricultores no reconocen que la minicuenca del Valle de Jovel les trasvasa aguas de desecho: el punto nodal en el que hay que centrar la atencin es en la experiencia propia que han tenido en sus localidades; de nuevo, en una sonata en clave de territorio habitado.

    En la regin de la que hablamos existen manantiales de uso comn (unos de ellos, los de Nitijom), de los que cualquier paraje puede tomar agua. Las reglas intercomunitarias para hacerlo son claras y son acatadas por los pobladores que se ven obligados a trasladarse a este grupo de manantiales cuando el agua escasea en sus parajes. Y, por supuesto, aparecen los mecanismos de coercin, porque los indgenas no son conservacionistas ni ambientalistas per se, como si esta orientacin fuera dada de nacimiento, sino que, precisamente forman su identidad al moverse en un espacio y al tener experiencias. Si, como dice Ingold (2000: 55) el conocimiento del mundo se obtiene al explorarlo, moverse en l y atender los signos, los tzotziles lo han hecho desde hace mucho tiempo ya. El territorio que habitan no se delimita: se vive, se rehace, es dinmico. El conocimiento se obtiene de entender y establecer relaciones entre elementos de los mundos humanos, naturales y sobrenaturales, a diferencia del conocimiento como caja de datos (Ingold, 2000: 72) que se obtiene al tratar de describir y delimitar una cuenca.

    El espacio habitado no slo se delimita a los parajes, sino que se extiende hacia otros nodos, pero ello contrae tambin relaciones con otros parajes y con otros espacios, que amplan este espacio habitado. Citar algunos de estos nodos y conexiones, que rebasan

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    la concepcin de la cuenca como espacio, basndose en aspectos simblicos, espaciales e incorporando la dimensin temporal. Por ejemplo, Gutirrez (2009: 96-97) identifica el espacio del Kinabal, caracterizado por el clima (llovizna y neblina), como un territorio extendido y proporciona algunas frases en tzotzil y en tzeltal que ayudan a comprender que hay otra conceptualizacin espacial entre los grupos indgenas, que hablan de lmites de los pueblos tzotziles o Nuestro gran territorio tzotzil o tzeltal11. Para los tzeltales que habitan en Huixtn un marcador simblico importante son los cerros Taj Pa y Ikal Ajaw, ste ltimo en el municipio de Oxchuc (fuera de la minicuenca), con el que guardan profundas ligas ancestrales (Snchez, 2012: 193). Los tzotziles de Huixtn encuentran conexiones simblicas entre el agua que mana del cerro Xchel con la laguna Ba Nabil y el cerro Matsab de Tenejapa (Snchez, 2012: 209). Muchas de estas relaciones, huelga decirlo, traspasan las fronteras de la minicuenca.

    Ms arriba hice referencia a las relaciones que se establecen con varios parajes, en una red de nodos que no siempre son visibles o comprensibles bajo una mirada occidentalizada. Aparte del nodo simblico que representa el Tzontewitz, para hablar de elementos propios del territorio, estn los mencionados manantiales. Pero hay nodos basados en los ritos y en las fiestas, tambin. En Chiapas, un ejemplo de ello son las romeras tojolabales y chuj para pedir agua, que se realizan en varios circuitos rituales y que, uno de ellos, involucra a tojolabales de La Trinitaria que realizan una peregrinacin a San Mateo Ixtatn, Guatemala, (Cuadriello, 2008) probando as que la frontera (esta vez entre pases) no delimita un espacio habitado. Otro ejemplo de ampliacin del espacio lo observamos en las celebraciones y lugares especficos, como el panten del paraje Romerillo o Pistik,

    11Curiosamente el tema del clima me hace recordar a un hidrlogo que mencionaba que en la delimitacin espacial de las cuencas no se tomaban en cuenta las cuencas atmosfricas (Collado, 2006).

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    cerca de la ciudad de San Cristbal de las Casas, en donde se erigen varias cruces de varios parajes y ello establece una relacin simblica relacionada con los parajes, los ancestros y los muertos12, incorporando la dimensin temporal, adems de la espacial. O las relaciones de reciprocidad, en otro orden de conexiones, entre dar mantenimiento y alimento a los dioses y a los santos para que ellos tambin hagan lo mismo con los seres humanos, cuestin peridicamente identificada y repetida por varios autores.

    Algunos autores (Barabas, 2003; Nolasco et al., 2003) han descrito los territorios simblicos de ciertas etnias en Mxico. Para el caso que nos ocupa:

    el territorio est compuesto de varios mbitos: el pueblo (donde vive la gente), el panten (donde moran los muertos), la milpa (la tierra, donde siembran) y el monte (donde moran los dueos y es el espacio de recoleccin de combustible, de yerbas comestibles, de captura de animales para comer e incluso para pastoreo), y cada uno con su propio conjunto de smbolos que lo significan: el santo patrn del pueblo, la cruz, la cueva, el monte, el ojo de agua, y ms modernamente y para la Selva y el suroeste de Chiapas y el sur de Quintana Roo, el decreto agrario y el acta de dotacin ejidal o comunal (Nolasco et. al., 2003: 367).

    Este otro tipo de delimitacin espacial se puede ajustar, tambin, con la formada por el espacio del municipio, y tiene estructuras que se ajustan ante nuevos hechos (Nolasco et al., 2003: 381), muy parecido a lo que sucede con la explicacin basada en el concepto del espacio habitado (y con lo que sucede con los sistemas complejos,

    12Para una descripcin pormenorizada acerca de esta delimitacin creada por el panten de Romerillo, consltese a Flores, 2012.

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    de Bateson). Sin embargo, la delimitacin territorial para los tzotziles tiene diferencias importantes: al territorio municipal se le suele llamar yosil o slum, que significa un territorio en el que se encuentra uno inserto, pero, por el contrario, lum, por ejemplo, hace referencia a un territorio con profundas races simblicas. Lumal, por su parte, es un territorio de adscripcin, que suele decirse con referencia al lugar, localidad o paraje al que se pertenece (Snchez, 2012: 107 y ss.).

    De esta forma, tambin en la designacin por el lenguaje se observan diferencias en la definicin de territorio o de territorios. Todas estas delimitaciones forman parte del espacio habitado y no son excluyentes. Pero hay otros tipos de creacin de espacio, como el que se da mediante los acuerdos logrados entre pobladores para que se pueda pasar una tubera que va desde los manantiales ubicados en las faldas del Tzontewitz hasta ciertos parajes (y que puede funcionar como un circuito simblico de conexin directa entre los parajes con el volcn sagrado). Este tipo de relacin simblico y territorial muchas veces pasa desapercibida, pero ello contrae compromisos no slo con el apoyo para las fiestas patronales o a travs de un pago anual por derecho de paso, sino que tambin forma relaciones de reciprocidad, cooperacin, identidad; estas relaciones permiten ampliar y conjuntar territorios habitados (como en teora de conjuntos) para hacer de un territorio habitado especfico uno modificado continuamente o ampliado.

    Y, de nuevo, al hablar de relaciones no hay que olvidar que stas pueden ser conflictivas. Burguete (2000) realiz una excelente investigacin acerca de estas situaciones en Zinacantn y Chamula, e identific los rasgos de reciprocidad para el manejo del agua, basndose en categoras propuestas por Malinowski. La autora hall que la coercin es un mecanismo que aparece en los parajes tzotziles para mantener las fuentes de agua, que no siempre priva solidaridad ni la cooperacin entre parajes, sobre todo cuando se trata del uso

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    de recursos naturales y, en especfico, el agua; que muchas veces el acceso al agua causa conflictos y exclusiones. El territorio habitado no obvia todos estos elementos, sino que son parte del mismo sistema13: as que olvidmonos de dos situaciones: la visin romntica y armoniosa con que suele verse al indgena y la suposicin de que en el espacio habitado no hay conflictos; ms bien, el espacio habitado tambin refleja las pasiones humanas, como parte de las experiencias que conforman un estar en el mundo: recordemos el dinamismo del espacio habitado.

    Una caracterstica de la relacin entre parajes y de estos territorios conjuntos es que no existen fronteras claras, son maleables, como ya se ha reiterado. Ello no significa que, como en el dibujo del paraje tzotzil, no haya marcas de territorios-parajes. En muchos parajes existen pequeas marcas de cemento con una cruz que marcan el espacio de un paraje (Murillo, 2005); los propios Kalvarios altares dedicados a los nmenes de la lluvia y de la vegetacin, en donde aparecen cruces (siempre azules y verdes), adornadas y en donde se quema vela e incienso son marcadores de entrada a los parajes14. Qu queda dentro de este territorio habitado? Estn, por supuesto, los pobladores, los lugares sagrados como el volcn Tzontewitz, los manantiales y los Kalvarios, los bosques y la milpa, los caminos, el monte, las casas y los centros de reunin, los animales y las plantas, los santos, los Anjeles, los ancestros, los relatos, las leyendas, las cuevas, los dems pobladores y parajes Qu se excluye del

    13Aqu hago referencia a sistema en el sentido de Gregory Bateson, para recordar, de paso, los conceptos de retroalimentacin positiva y negativa como parte de los mismos sistemas, como una forma de encontrar una homeostasis (V. Bateson, Una unidad sagrada y Pasos hacia una ecologa de la mente).

    14De aqu mi diferencia con Nolasco et al., en la nota incluida en este mismo texto, cuando se habla de modernidad al hacer referencia a documentos agrarios y parecera que lo primitivo son las marcas a travs de cuevas, manantiales, etctera.

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    territorio habitado? Podramos decir que nada que escape de la experiencia y del conocimiento de los pobladores. Tal vez podramos decir que lo nico que podra ser excluido es la presencia del otro, el denominado hombre blanco, el kaxln, y tal vez ni siquiera sea as, porque otro nodo de este territorio habitado lo conforma la ciudad de San Cristbal de las Casas, centro urbano en donde los pobladores van a vender y comprar mercancas, donde algunos pobladores venden su fuerza de trabajo o realizan trmites en el ayuntamiento u otras oficinas gubernamentales, entre muchas otras actividades. Lo que se excluye es lo que no se ha pasado por el filtro de la experiencia. El espacio habitado, as, se compone de relaciones, no de fronteras y es por ello que puede tornarse incomprensible e inaprensible. Porque, al contrario de las buscadas fronteras claras de la visin colonialista de cuencas hidrogrficas (creadas, tambin, como se ha dicho), en el espacio habitado las fronteras son maleables y las relaciones pasan muchas veces por invisibles.

    colonialidad sobre la naturaleza y el enfoque de habitar

    No me propongo repetir lo que he expuesto acerca de los dos enfoques mencionados en este escrito. Tan slo esta breve conclusin apunta a que, dependiendo del tema, del lugar, de las personas, de la explicacin que como acadmicos queramos darle a un problema determinado, es que podemos