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    TECNICAS DE CULTIVO ENAGRICULTURA ECOLOGICA

    ANTONIO GUIBERTEAU CABANILLAS

    Ingeniero Tcnico AgrcolaJUANA LABRADOR MORENO

    Licenciada en Ciencias BiolgicasServicio de Experimentacin y Apoyo Tecnolgico. Junta de Extremadura

    ^TrINISTERIO DE AGR ICULTURA PESCA Y AUMENTACION

    SECRETARIA GENERAL DE ESTRUCTURAS AGRARIAS

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    TECNICAS DE CULTIVO EN AGRICULTURAECOLOGICA

    En otra publicacin de esta misma coleccin (L a agriculturaecolgica. Hoja divulgadora nm. 11/90) se han descrito los in-convenientes que plantea la moderna prctica agrcola industria-lizada, haciendo referencia a los efectos indeseables sobre el eco-sistema, los alimentos, la salud y, en general, sobre la calidad devida. Asimismo se han citdo otros problemas sociales que dichomodelo agrcola ha causado sobre la poblacin rural, como hansido su desarraigo cultural y la masificacin urbana.

    Las razones que justifican una bsqueda de soluciones a talsituacin estn suficientemente expuestas; as pues, el objetivodel presente trabajo ser definir las tcnicas fundamentales de lallamada agricultura ecolgica, biolgica u orgnica, que han surgi-do en las ltimas decadas como un a alternativa a la situacinreferida.

    Definicin

    Acaso, la definicin ms conocida de agricultura ecolgicasea la que dice tratarse de una tcnica de producc in agrariaque prescinde del uso de fertilizantes qumicos, pesticidas, fito-hormonas, aditivos en los piensos, y en general de todos losproductos qumicos de sntesis. Utiliza^ en cam bio la rotacinde los cultivos, control biolgico de las plagas, cultivos de abo-nos verdes, etc., y todo ello con el iin de mantener la producti-vidad del suelo, del que se nutren las plantas, sin deteriorar elentorno ni contaminar los alimentos.

    Esta definicin se puede completar aadiendo que la agricultu-ra ecolgica propugna un planteamiento integrador, aprovechan-

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    do tcnicas y prcticas tradicionales y modernas, utilizando ade-ms racionalmente los recursos a su alcance, pero que debe evolu-cionar de acuerdo con el progreso del conocimiento del suelo y delas relaciones entre ste y los vegetales. As pues, la agriculturaecolgica podra definirse como un modo de obtencin de recur-sos del suelo, en la cantidad y calidad necesaria, sin hipotecar lacontinuidad productiva de ste ni erosionar el patrimonio me-dioambiental comn.

    La fertilizacin en agricultura ecolgica

    La fertilizacin debe ir encaminada a restitir o elevar el po-tencial productivo de un determ inado suelo, y no a aportar losnutrientes para un cultivo concreto. En definitiva, debemosfertilizar el suelo y no la planta. Por esta raz n, no se reco -

    mienda la utilizacion de abonos comerciales, pues sus compo-nentes, fcilmen te solubles, pasan directamente a la solucindel suelo y de ah a la planta.

    Fig. I.-Es necesario un programa con tinuo de investigacin y experimentacinagraria para el desarrollo de tecnologas agrarias ecocompatibles.

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    En este punto es donde se suscitan m s dudas por parte delos profesionales de la agricultura convencional, que se pregun-tan: ^no es en forma de sales como se alimenta la planta?

    Para responder a esta pregunta, debemos en primer lugar

    analizar someramente la composicin de cualquier vegetal. Portrmino medio, el agua supone m s del 80 por 100 del peso,siendo el resto ma teria seca; de sta, aproximadam ente el 95^por 100 est constituido por carbono, oxgeno e hidrgeno, quese encuentran abundantemente en la atmsfera y en el agua, y

    el 5 por 100 restante est compuesto aproximadam ente por 28elementos qum icos distintos, presentes exclusivamente en elsuelo. Por lo tanto, el suelo es quien aporta la diversidad y laatmsfera la cantidad.

    Algunos elementos (nitrgeno, fsforo, potasio) son tomadospor las plantas en forma de sales solubles, mientras que otros(hierro, manganeso, boro, molibdeno) pueden ser tambin absor-bidos en forma de quelatos, que requieren la accin de la micro-

    fauna. Por ello es necesario un suelo activo. Se comprende por qulas carencias son cada vez ms frecuentes en los suelos con bajosniveles de materia orgnica, y por tanto de actividad.

    Por consiguiente, la fertilizacin, mediante aporte de substan-cias de naturaleza orgnica, es ms com pleta y equilibrada ytambien ms regular, pues, una vez hum ificada, se m ineralizapoco a poco, lo que supone un aporte de sales elementales adisposicin de la planta de una forma gradual.

    Pudiera pensarse que la solucin ms conveniente sera la deuna fertilizacin mixta, es decir, aportes de substancias orgnicaspara mantener los niveles de humus, y aporte de sales solublespara las plantas. Pero de esta forma no se evitan los inconvenien-tes de la sales solubles, que reducen el papel del suelo, ralentizn-dose los procesos de humificacin y, en definitiva, su actividadbiolgica; adems, por muy cuidadoso que sea este aporte, siem-pre habr unos momentos^punta en los cuales la concentracin de

    dichas sales en el suelo es muy elevada. Esta situacin ocasiona undoble riesgo: absorcin excesiva y arrastre.

    Como en otros muchos ejemplos de seres vivos, los vegetaleshan desarrollado mecanismos de conservac in que les inducen

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    ciente, como para retener los nutrientes solubles que se aportan

    con el abonado. El nitrgeno y el fsforo, particularmente elprimero, son arrastrados por el agua, llegando a la capa freticay finalmente a las corrientes fluviales, donde ocasionan los gra-ves problemas de eutrofizacin. En estas aguas el exceso de sa-les solubles provoca una excesiva proliferacin vegetal, particu-larmente de algas, que consumen todo el oxgeno disponible, loque imposibilita cualquier forma de vida animal. De esta for-ma los recursos hdricos se ven cada vez m s comprometidos,

    siendo ya numerosos los casos de poblaciones que no puedenutilizar fuentes o pozos para la red potable por e star contami-nadas con nitratos y nitritos.

    Por ltimo, hay que te r presente que existen mecanismosnutricionales que aseguran la alimentacin vegetal y que habi-tualmente son desdeados. Este es el caso de las m icorrizas,fundamentales en la absorcin del fsforo insoluble. Este meca-nismo, consistente en una simb iosis hongo-vegetal, tiene una

    gran importancia en los ecosistemas no intervenidos y, sin em-bargo, en las reas cultivadas y fertilizadas con fosfatos solu-bles su papel es casi nulo dado qe no son necesarios, (ademsde ser muy sensibles a los fungicidas de suelo).

    Por tanto, el planteamiento de fertilizacin debe consistir bsi-camente en asegurar la presencia del humus conveniente para elsuelo, en las condiciones climticas concretas de cada lugar, hu-mus que a su vez garantiza la estructura necesaria y la presencia

    de organismos de l suelo, de cuya actividad se va a alimentar laplanta.

    EL humus en el suelo

    El humus es una substancia orgnica de origen vegetal muyevolucionada. Es de naturaleza coloidal, de color marrn obscu-ro y prcticamente no recuerda en nada a los restos de los queprocede. Junto con las arcillas, y en presencia de calcio, tiene la

    particularidad de floculizar y con stas constituir el complejoarcillo-hmico, que es la base de la fertilidad fsico-qumica delsuelo. Por ello, su papel mejorador del suelo es sobradamenteconocido.

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    La presencia de humus en e l suelo est sujeta a un continuoproceso de formacin y descomposicin. Lo deseable es que es-te doble fenmeno se halle estabilizado, de forma que la can ti-dad de hum us en el suelo se man tenga constante en un nivelrazonablemente alto.

    El proceso de destruccin de humus del suelo se conoce co-mo mineralizacin y consiste en su transformacin en sales mi-nerales aprovechables por los vegetales. Anualmente se minera-liza un 1-2 por 100 del total de humus de l suelo, dependiendode las condiciones climticas, la textura del suelo y las prc ti-cas de cultivo. El proceso de mineralizacin se ve favorecidopor el calor, el oxigeno y la ausencia de humedad . As, en cli-mas secos y calurosos y con texturas arenosas es donde se danlas tasas ms altas de mineralizacin.

    El proceso de mineralizacin del humus no es en s mismonegativo, ya que es fruto de la ac tividad del suelo, y a partir del se obtienen la sales minerales necesarias para la nutricin de

    los vegetales. Es ms, suelos con contenidos muy altos de hu-mus no indican necesariamente que se trate de suelos muy fr-tiles, sino por el contrario, que se trata de suelos con una iner-cia biolgica muy elevada, fros y hmedos. Por otra parte, co-mo la cantidad de humus mineralizado al cabo de un ao de-pende de la cantidad existente, el mantener tasas m uy altas decontenido de humus exigira aportes masivos de materia org-nica, lo que econmicamente no sera viable. Por tanto, lo de-

    seable no es alcanzar y mantener a toda costa niveles muy a ltosde humus, sino procurar que el proceso de formacin y des-truccin sea lo ms gil y dinmico posible.

    Proceso de formacin del humus

    El humus procede fundamentalmente de la descomposicin de

    restos orgnicos de origen vegetal, y en concreto de los que son

    ricos en celulosa y lignina. Esto quiere decir que los restos orgni-cos de origen anima l, com o los restos de mataderos, industrias

    crnicas, etc. , nunca llegaran a constituirse en hu mus, aun que

    esto no significa que no sirvan para nad a, ya que tienen una gran

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    importancia como a limento pa ra los organismos del suelo. Lomismo podra dec irse de los restos orgnicos verdes, como losabonados verdes, en los que prcticamente no hay lignina, y portanto apenas aportan humus, aunque , como se ver, tienen unpapel muy importante.

    La materia orgnica vegetal aportada al suelo evoluciona dedos formas diferentes, que pueden darse simultneamen te: lahumificacin, es decir, la transformacin de esa materia org-nica en humus, y la mineralizacin directa, que a su vez puede

    ser lenta o rpida, y que produce sales solubles tipo fosfatos,nitratos, etc., adems de anhdrido carbnico, agua y diversoscationes.

    El que se produzca una u otra transformacin depende dediversos factores: pH de l suelo, aireacin de ste, climatologadel iugar y naturaleza de los restos. As, residuos orgnicos conuna relacin carbono/nitrgeno (GN) baja estn muy evolucio-nados y se mineralizan. Por el contrario, restos con una relacin

    GN superior a 20 se humiflcan preferentemente. RelacionesGN superiores a 50 implican una hum ificacin muy lenta; todoello dependiendo naturalmente de los contenidos en nitrgenode ese suelo y de la actividad microbiana que posea. Esto explicaque las respuestas a las distintas aportaciones de materia orgni-ca sean diferentes; no obstante, hay que tener claro que la natura-leza o calidad de los restos orgnicos no influye prcticamente enla calidad del humus obtenido, que slo es una, sino fundamen-

    talmente en la cantidad. As, a igualdad de peso seco, obtenemosms cantidad de hum us de estircol que de paja, por citar unejemplo.

    Fuentes de humus en el suelo

    Para restituir el humus mineralizado se hacen los aportes demateriales orgnicos, con cuyo uso ha de tenerse precauc in,

    ya que, en ciertos casos, la aplicacin de m aterias orgnicasmuy evo lucionadas y por tanto muy m ineralizadas, puede serequivalente a la aplicacin de sales solubles, particularmenteen lo que se reflere a los nitratos.

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    Existen 4 grandes grupos de substancias orgnicas de origenvegetal como posibles fuentes de humus en el suelo; son lassiguientes:

    - Restos de cosechas cultivadas en la misma parcela (paja,hojas, tallos, etc.).

    - Mantillo (compost), elaborados con m ateriales vegetalesprocedentes o ajenos a la parcela cultivada.

    - Acolchado con material vegetal.- Abonos verdes.

    - Estircol.- Materiales orgnicos de distinta naturaleza, generalmenteobtenidos a partir de subproductos de la industria.

    Restos de cosechas

    Los restos de cosechas pueden incorporarse directamente alsuelo con labores siempre superficiales y a ser posible tritura-dos. Su efecto en el suelo depender de la cantidad de lignina y

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    Fig. 3.-Los restos de coseeha, por su ele^^ado contenido en lignina, son una de lasfuentes dc humus ms interesantes.

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    celulosa que contengan, as como de la actividad de ese suelo.En general, lo preferible y deseable es que e sos restos se des-comp ongan en el propio suelo, aunque este proceso sea mslento, pues as se consigue una mayor eficiencia en su transfor-macin en humus. No obstante, otras veces puede ser aconseja-ble su transformacin en un lugar distinto mediante la elabora-cin del mantillo o compost.

    Los restos de cosech as, por su alto contenido en carbono, son

    una de las fuentes de hum us en el suelo ms interesantes , por

    lo que no debera procederse a su destruccin por el fuego m sque en c ircunstancias excepcionales . La quem a de rastrojos es

    un desp i lfarro que no pu eden pe rm iti rse nuestros suelos, por

    sus ba j s im os contenidos en m ater ia orgnica , n i nues t ra a t -

    m sfera , por las e levadas tasas de a nhdr ido carbnico l ib re

    responsable del efecto invernadero . Su prctica es por tanto ab-

    solutamente desaco ^ ejable.

    EImantillo o compost

    El mantillo o compost (en adelante mantillo) se puede definircomo el resultado de un proceso de humificacin de la materiaorgnica, bajo condiciones controladas y en ausencia de suelo (enrealidad tal ausencia de suelo es relativa). La elaboracin demantillo est indicada en los casos en que la transformacin derestos de cosechas en el m ismo lugar es complicada, por:

    - Existir una cantidad muy abundante de restos de la cosechaanterior, que dificultan la implantacin de l cultivo siguiente.

    - Tratarse a veces de residuos muy celulsicos, con una rela-cin C/N alta, lo que hara previsible un bloqueo provisionaldel nitrgeno del suelo (hambre de nitrgeno ), sobre todo ensuelos cuyo contenido en dicho nutriente sea escaso (bajo con-tenido en humus).

    - Tratarse de suelos con escasa actividad biolgica y en los

    que el proceso de humificacin va a resultar lento, o bien dezonas con facilidad para la mineralizacin directa (alor, suelosarenosos, falta de humedad), en las que la eficiencia de trans-formacin en humus va a ser menor.

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    Adems de la transformacin de los restos de cosecha, la ela-boracin del mantillo permite la obtencin de humus y el reci-claje de materiales orgnicos ajenos a la propia parcela, comopodran ser restos de industrias alimentarias, desechos de coci-nas, matorral, restos de poda, restos de serreras, etc.

    El proceso se inicia con la fermen tacin aerbica, es decir,en presencia de oxigeno, de una mezcla de materias orgnicas.Esta fermentacin es llevada a cabo por bacterias, intervinien-do despus hongos humificadores, as como lombrices y nume-

    rosos insectos detritvoros.Para que estos organismos lleven a cabo el proceso de trans-formacin ms conveniente necesitan alimen to equilibrado,temperatura adecuada, oxigeno y humedad constante. Segn secubran estas necesidades bsicas, as resultar el xito de la fa-bricacin de m antillo.

    La tcnica ms conocida es la denom inada fabricacin demantillo en montn (compostaje en montn ). Se basa en

    tres principios:

    Fig. 4.-Todos los residuos vegetales, convenientemente triturados y homogenei-zados, pueden utilizarse en la elaboracin del mantillo.

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    a) Mezcla correcta.

    b) Formacin del montn con las proporciones convenientes.c) Manejo adecuado.

    Mezcla correcta

    Los ma teriales deben estar bien mezclados y homogeneiza-dos. Es m uy co nveniente la trituracin previa de los restos,

    particularmente de los leosos. Aunque esta operacin no es

    imprescindible, s es conveniente, pues la rapidez de formacindel mantillo es inversamente proporcional al tamao de losmateriales. Adems, en algunos casos, si los restos son dema-siado grandes, airean y desecan en exceso el montn, dificul-tndose e incluso paralizndose el proceso.

    La m ezcla debe estar equilibrada en carbono y nitrgeno.Relaciones C/N demasiado altas retrasan la velocidad de humi-ficacin; por el contrario, excesivas cantidades de n itrgeno

    ocasionan fermentaciones indeseables. Es preferible pecar porexceso de carbono que de nitrgeno, ya que lo primero se tra-duce nicam ente en lentitud de transformacin, mientras quelo segundo puede significar la prdida entera del montn.

    Es necesario que sea rico en celulosa y lignina, substanciaspresentes en los restos de poda, pajas y ho jas muertas, etc., ytambien que sea rico en azcares, que aporta la hierba verde,restos de horta lizas y orujos de frutas, etc. El nitrgeno lo apor-

    tan fundam entalmente el estircol, el purn, las leguminosasverdes y tambin los restos animales de los mataderos. A vecespueden regarse los montones muy ricos en carbono con purinesanimales, que rebajan su relacin C/N, acelerando con ello elproceso de humificacin.

    Form acin del m ontn

    El montn debe tener el suficiente volumen para conseguir unadecuado equilibrio entre humedad y aireacin. Debe tenerse encuenta que algunos de los agentes humificadores estn presentesen los materiales de partida y otros proceden del suelo, por lo que

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    es necesario poner a ambos en contacto. Esto puede conseguirsesimplemente confeccionando el montn directamente sobre elsuelo, o bien intercalando entre los materiales vegetales algunascapas de suelo frtil. En cualquier caso, siempre ser preferibledisponer el montn en contacto con el suelo que sobre una super-ficie asfaltada o sobre una lmina de plstico impermeable, puesen estos casos es fcil que se produzcan fermentaciones indesea-bles (putrefacciones) en las zonas ms bajas.

    La ubicacin del mon tn depender de las condiciones clim-

    t icas de cada lugar y d el mom ento del ao en qu e se elabore. As,

    en climas fros y hm edos conv iene situarlo al sol y al abrigo del

    viento, e incluso, si la prec ipitacin es ex cesiva, protegerlo con

    una techum bre, una lmina de plstico o m ejor una capa de paja

    (que permite la entrada de oxgeno). En zonas m s calurosas,

    como por e jemplo la mitad sur de la Pen nsula , en general con-

    viene s i tuar lo a la sombra o prever algn som breo durante los

    me ses de verano; igualmen te conviene colocarlo al abrigo del

    viento.

    Fig. 5.-Los restos de industrias agroalimentarias, como la pulpa dc remolacha,constituyen una interesante materia prima para la elaboracin de m antillo.

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    La altura ms frecuente es de 1,5 metros; no son aconseja-

    bles alturas superiores, pues pueden producirse problemas deapelmazamiento. Debe darse forma de cordn y seccin trian-gular o trapezoidal, con una anchura de base no superior a sualtura y con la longitud que se desee.

    Algn autor recomienda colocar cada 2 3 metros de longituduna chimenea de aireacin, de forma cilndrica y 20 30 cm dedimetro, que se rellenar de material poco apelmazable, comoramas de poda, paja, etc. Tambin se aconseja, en algunos casos,

    cavar una zanja a todo lo largo de lo que ser la base del cordn,de 20 30 cm de ancho y profundo, que igualmente se rellena deramas; de esta forma se asegura el drenaje.

    Cuando se confecciona el montn, por cada capa de 20-30 cmde altura conviene aplicar una capa delgada (2-3 cm de espesor)de mantillo del ao anterior. Si no se dispone de mantillo viejopuede utilizarse stiercol bien maduro, y a falta de ambos tierrade huerta con buen contenido de humus. Estas capas delgadas

    actan como levadura, ya que contienen los seres vivos necesa-rios para la transformacin.

    Una vez finalizado, se recubre con una capa vegetal para prote-gerlo del sol. En suelos muy pobres en fsforo pueden aplicarse almontn fosfatos naturales que reducen las prdidas de nitrgeno yadems enriquecen posteriormente el suelo en este elemento. Otrotanto puede decirse de suelos muy cidos, en los que convieneaplicar la enmienda caliza al montn. Cualquier enmienda que se

    pretenda hacer al suelo es preferible aplicarla a travs del mantillo,pues de esta manera se acelera su proceso de asimiliacin.

    M anejo adecuado

    El montn debe ser aireado frecuentemente para aprovecharmejor la oxidasa, una de las enzimas m s importantes en lahumificacin. La humedad debe mantenerse entre el 40 y el 60por 100, es decir, permanentemente hmedo, pero sin que alapretarse entre las manos rezume agua.

    Si todo est correctamente ejecutado, la fermentacin debeiniciarse rpidamen te. Durante los primeros 15 das la subida

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    de tempertura puede alcanzar los 65-70 grados centgrados.Por encima de los 70 grados las temperaturas son peligrosas,por lo que conviene rega rlo para limitar el calentamiento. Siesta subida no tiene lugar, se debe por lo general a una malaaireacin, que favorece el desarrollo de grmenes anaerb icos,o una falta de humedad que bloquea el desarrollo de m icroor-ganismos; en cualquier caso es preciso deshacer el montn yreconstruirlo de nuevo.

    La subida de temperatura es debida al desarrollo de actinomi-cetos, y resulta fundam ental porque se segregan sustancias denaturaleza antibitica, ante las cuales los hongos humificadoresson indiferentes, pero bloquean el desarrollo de bacterias mine-ralizadoras. Por tanto, se favorece la humificacin en relacincon la mineralizacin; adems, se forman compuestos hmicosdel tipo melaninas, que son precursores del hum us. Por lti-mo, por un proceso de pasteurizacin, se eliminan grmenespatgenos y una parte de las semillas de plantas no deseables.

    Debe prestarse m ucha atencin a la elaboracin de mantillo,puesto que cualquier paso en falso (montn demasiado apretado,demasiada agua, mezcla desproporcionada, etc.) ocasiona fer-mentaciones indeseables que dan lugar a sustancias txicas paralas plantas. En general, el mantillo bien elaborado tiene un olorcaracterstico agradable, como le sucede al buen estircol, quecualquier agricultor sabe reconocer.

    Segn la estacin del ao, el clima y las condiciones de l lu-gar, hay que voltear el montn cuando transcurran entre 4 y 8semanas de su confeccin, repitiendo la operacin dos o tresveces separadas a su vez cada 15 das. EI volteo debe ser com-pleto, invirtiendo las capas. Aproximadamente a los 2 3 me-ses ya disponemos de un mantillo joven, an inmaduro, peroque puede utilizarse aplicndolo sobre la superficie del suelo,ligeramente enterrado.

    El mantillo est particularmente recomendado para el cultivode hortalizas, especialmente en aquellas regiones donde las con-diciones climticas frenan la actividad biolgica. En cualquiercaso, se trata de un material muy interesante para aquellos suelosen los que conviene acelerar la actividad microbiana.

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    Fig. 6.-Finalizado el proceso defermentacin, se obtiene un man-

    tillo joven de un aho valor comofertilizante.

    H ay una m odalidad de fabricacin de mantil lo l lam adacompostaje en superficie , que consiste en esparcir sobre elterreno una delgada capa de material orgnico finamente divi-dido, dejndolo descomponerse y penetrar poco a poco en elsuelo. Este material sufre as una descomposicin aerobia yasegura al mismo tiempo la cobertura y proteccin del suelo.Tiene el inconveniente de que las prdidas de nitrgeno sonsuperiores, aunque algo se compensa, pues se favorece la fija-cin de nitrgeno atmosfrico.

    EI acolchado

    El acolchado omulching se emplea con frecuencia en horti-cultura y fruticultura ecolgica. Consiste en la proteccin de lacapa superficial del suelo por cualquier cubierta. Se consigue asproteger la estructura superficial del suelo frente al impacto de la

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    gota de agua, evitar los cambios bruscos de temperatura entre elda y la noche , mejorar la tasa de infiltracin, las prdidas porescorrenta y la erosin, y reducir el crecimiento de las malashierbas. El resultado es un suelo ms mullido, que empapa mejorel agua, que mantiene ms tiempo el riego por desecarse menos yque ofrece por tanto mejores condiciones para el desarrollo ve-getal.

    En el clima mediterrneo, con veranos m uv clidos, el acol-chado impide que en la superficie del suelo se produzca la ruptu-ra del lazo cap ilar, es decir, la formacin de costra que tantasdificultades plantea para la nascencia. Por otra parte se evita lacalcinacin por el sol del humus del suelo. En realidad, el com-postaje en superficie a que antes nos referamos no es ms que unacolchado con materiales orgnicos.

    Los materiales a utilizar son preferentemente de origen vege-tal, como paja, hierba segada, restos de hortalizas, helechos, etc.La nica excepcin es el heno seco, por el elevado contenido de

    semillas de malas hierbas que contiene. La paja de cereales debeaventarse si contiene una excesiva cantidad de grano y, por lti-mo, las virutas y dems restos de serreras no deben contenerproductos qumicos protectores de la madera, e igualmente, nodeben proceder de maderas de conferas, ricas en fenoles taninos,que retrasan mucho la humificacin. Caso de disponer de grancantidad de estos materiales (pia, corteza de pino, cscara depion, etc.), es preferible compostar en montn, haciendo prue-

    bas previas mezclando en d istintas proporciones con otros mate-riales, como la paja de cereales y vegetales verdes.E1 grosor de la capa de acolchado no debe ser excesivo, sobre

    todo si se trata de material verde, ya que podra compactarse ydi^cultar la oxigenacin del suelo. Particular atencin debem ostener con la hierba segada, com o es el caso del cesped, por latendencia a apelmazarse y pudrirse por falta de oxgeno; es prefe-rible desecarlo ligeramente antes de utilizarlo.

    Otra cuestin a tener en cuenta en el acolchado es la tempera-tura del suelo. Durante el invierno, el acolchado evita el enfria-miento del suelo por la noche, pero tambin evita su calenta-miento supe rficial por el sol durante el da. En general, en las

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    Fig. 7.-Durante el invierno, elacolchado debe tener menos es-

    pesor, con objeto de no impedirel calentamiento superficial delsuelo.

    ^tierras arcillosas no es aconsejable el acolchado durante el invier-no, pues la alternancia fro-calor tiene un efecto bene^c ioso so-bre su estructura. Por ello, en trminos generales, el acolchado eninvierno est ms indicado para tierras arenosas, pero siempre

    en capas delgadas. Por el contrario, en verano-otoo el espesordel acolchado debe ser superior.^ En lo referente al acolchado con materiales plsticos, existenopiniones diversas. Hay quien sostiene que el plstico resultaincompatible con la prctica ecolgica por su propia naturaleza ycomposicin, aunque tam bin hay quien, por el contrario, en-tiende que su uso no con lleva ningn riesgo y perm ite ganarprecocidad en cultivos como la sanda, meln, fresones, ete. Por

    nuestra parte entendemos que pueden resultar de utilidad, aun-que el acolchado con productos orgnicos vegetales tiene la ven-taja adicional de que a la larga terminan transform ndose enhumus.

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    Se utiliza fundamentalmente polietileno de bajo espesor. Las

    lminas transparentes tienen el inconveniente de no evitar lanascencia de las hierbas bajo ellas, aunque estas hierbas acabandesapareciendo por el exceso de temperatura. Por el contrario,las lminas negras evitan este problema, pero recalientan en pri-mavera-verano excesivamente la superficie del suelo. Ningunade las dos parecen muy eficaces para el control de algunas peren-nes, como es el caso de la grama (Cynodon) y de la juncia (Cype-rus), aunque depende de los niveles de infeccin. Particularmen-

    te interesantes resultan las lminas de color blanco en zonas contasas de insolacin muy altas.

    Por ltimo, existe cierto tipo de acolchado realizado con pa-pel, preferentemente encaminado al control de hierbas anuales,que debe realizarse nicamente con m ateriales en los que noexista impresin en color, pues al parecer dichos productos pue-den tener un efecto inicial desfavorable en el suelo. La duracinde estos materiales suele ser muy corta y su uso muy restringido,

    aunque resultan interesantes en horticultura.

    Fig. 8.-Las lminas plsticas de color blanco resultan interesantes en zonas conal[os niveles de insolacin.

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    Los abonos verdes

    Se denominan abonos verdes los cultivos de vegetacin rpidaque se siegan y entierran en el mismo lugar donde han crec ido.En realidad, los abonos verdes no aportan prcticamente ningnhumus al suelo, ya que se trata de materiales poco o nada lignifi-cados, por tanto no son sustitutos ni reem plazan al ma ntillo,estircol o restos de cosecha como fuente de humus, pero son uncomplemento indispensable.

    El abono verde est destinado especialmente a incrementar laactividad microbiana del suelo, con lo que se mejora la estructu-ra de ste por los productos intermedios que se forman en eltranscurso de su descomposicin. Los efectos favorables del abo-nado verde son muchos:

    - Estimulan la activ_idad biolgica del suelo y me joran suestructura por la accin mecnica de las races, por los productosexudados por stas y por la formacin de sustancias prehmicasal descomponerse.

    - Protegen al suelo de la erosin y la desecacin.- Aceleran la mineralizacin del humus y lo reemplazan por

    humus joven ms activo.- Enriquecen al suelo en nitrgeno (cuando se trata de legu-

    minosas) y de potasio, que recuperan de zonas profundas (cuan-do se trata de cruc feras), e impiden la lixiviacin de elementosfertilizantes.

    - Aseguran una m ejor descomposicin de las pajas de loscereales, ya que mantienen un m edio hmedo y equilibran larelacin C/N.

    - Limitan el desarrollo de malas hierbas.- Mejoran la circulacin del agua en el suelo al mejorar su

    estructura y aumentar su porosidad.

    Las plantas utilizadas como abonos verdes pertenecen funda-

    mentalmente a las familias de las leguminosas, crucferas y gra-mneas.

    Las leguminosas son las ms utilizadas por su capac idad defijar el nitrgeno atmosfrico. Las especies ms comunes son el

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    Fig. 9.-El efecto favorable del abonado verde sobre la estructura y la actividadbiolgica del suelo es inmediato.

    habn (V icia faba), trebol blanco (Trifolium repens), trbol viole-ta (Trifolium pratense), veza (V icia v illosa y Iticia sativa), guisan-te forrajero (Pisum sativum ) y, en suelos cidos, el altramuz(Lupinus).

    Las cruc feras tienen un rpido d esarrollo , lo que permite e l

    cul tivo de abono verde cuando se dispone de poco t iempo. Soncapaces de utilizar las reservas m inerales del suelo m ejor que la

    may or parte de las plantas y acumular importantes cantidades de

    ellas en sus partes areas, principalmente potasio (en estado ver-

    de). Son plantas pioneras que pueden germinar en suelos pobres,

    y adem s acumu lan una imp ortante cant idad de mater ia seca.

    Com o especies ms utilizadas se hallan la mostaza blanca (Sinap-sis alba), el nabo forrajero (B rassica napus), la colza forrajera

    (B rassica cam pestris) y el rbano forrajero (R aphanus raphanis-trum).

    Las gramneas se siembran casi siempre en asociacin con lasleguminosas, pues permiten obtener una masa de vegetacin ms

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    EI estircol

    El estircol es una mezcla de las camas de los animales con susdeyecciones, que han sufrido fermentaciones ms o menos avan-zadas primero en el establo y luego en el estercolero. Su composi-cin vara entre lmites muy amplios, dependiendo de la especieanimal, la naturaleza de la cama, la alimentacin recibida, etc.Com o trmino m edio, un estircol con un 20-25 por 100 demateria seca contiene 4 kg/tm de nitrgeno, 2,5 kg/tm de anhdri-

    do fosfrico y 5,5 kg/tm de xido de potasio. En lo que se refierea otros elementos, contiene por tm 0,5 kg de azufre, 2 kg demagnesio, 5 kg de calcio, 30-50 g de manganeso, 4 g de boro y 2 gde cobre. El estircol de caballo es ms rico que el de oveja, elde cerdo y el de vaca. El de aves de corral o gallinaza es conmucho el ms concentrado y rico en elementos nutritivos, princi-palmente nitrgeno y fsforo.

    Se suele admitir que un animal en estabulacin permanente

    produce anualmente alrededor de 20 veces su peso en estircol.EI procedente de granjas intensivas se reconoce fcilmente por sudesagradable olor a putrefaccin, lo que provoca la formacin desubstancias txicas para el suelo. Ello es debido a que contienems nitrgeno proteico y a sus altas tasas de antibiticos y otrosfrmacos (restos de estimulantes de apetito, tranquilizantes, pro-ductos hormonales, etc.). En general estos materiales deben utili-zarse con mucha precaucin, compostndolos previamente en

    mezcla con otros estircoles o materias orgnicas equilibradas ysiendo prudentes en su uso.

    El est ircol hay que e sparcir lo pronto sobre e l suelo, s i es

    posible en otoo o invierno, antes de las heladas, de forma que sudescompo sic in es t m uy avanzada en pr imavera , cuando se

    efectan las siemb ras o trasplantes. Es preferible enterrarlo tan

    pronto com o se extienda, para evitar las prdidas de nitrgeno

    que pueden ser importantes, pero nunca hacerlo profundam ente.

    Si no fue ra posible enterrarlo rpidamente, es p referible dejarloen m ontones de no m ucha altura, sin compactarlos y directamen-

    te sobre el suelo de labor; de esta forma se favorece el com ienzo

    de la ferme ntacin aerobia.

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    El estircol fresco puede ser utilizado en compostaje de superfi-

    cie directamente. Se usa sobre todo en cultivos exigentes en abona-do que toleran bien la materia orgnica fresca, como es el caso depatata, remolacha, tomate, etc., as como en los cultivos plurianua-les como frutales y vias, sobre los abonos verdes y las praderaspermanentes para los aportes de otoo y comienzo de invierno.

    Se utiliza en dosis importantes; un estercolado medio supone30 tm/ha, pero a menudo se utilizan dosis mayores, 40-50 tm/hacuando se busca m ejorar el suelo. De acuerdo con las cifras

    medias de su com posicin antes indicadas, un estercolado de 30tm supone un aporte por ha de 120 kg de nitrgeno, 75 kg deanhdrido fosfrico y 165 kg de xido de potasio. Por tanto,puede decirse que el estircol es a la vez una enmienda y unabono, aunque no debemos perder de vista que la mayor parte deestos elementos fertilizantes no estarn disponibles para las plan-tas hasta que no se mineralice la materia orgnica.

    El purn es un producto muy fermentable; su composicin

    vara segn se trate de purn de establos (orines principalmente),aguas de lavado del estircol o una mezc la de ambos. Contieneadems algo de materia orgnica en suspensin y hormonas queejercen una accin estimulante sobre las races, aunque, sobretodo, el purn es rico en potsio y nitrgeno. La riqueza mediapor metro cbico es la siguiente:

    Nitrgeno ......................... 1,5 a 2,5 kgAnhdrido fosfrico ......... 0,25 a 0,5 kgOxido de potasio .............. 4 a 6 k g

    Para obtener el mximo valor fertilizante del purn es indis-pensable someterlo a una fermentacin aerobia; de lo contrario,se producen putrefacciones que dan origen a substancias txicaspara la microflora del suelo. Convenientemente fermentado, pue-de ser incorporado igual que el mantillo, casi en cualquier mo-mento. Su aporte es particularmente interesante despus de la

    siega de una pradera. Para el abonado de cereales, hortalizas yfrutales las dosis han de ser ms bajas.

    Hay que tener en cuenta algunas reglas bsicas, como, porejemplo, aplicarlo rpidamente despus de su elaboracin. La

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    aplicacin, mediante cisternas o canalizaciones a presin permitesu esparcimiento en cantidades menores por hectrea. E1 aportedebe ser moderado y no efectuarse en tiempo lluvioso, debiendosustraerse a la accin del aire, dado el peligro de prdida de unaparte de amoniaco.

    EI estircol semilquido es el resultado de mezclar deyeccionesslidas, lquidas y agua, con una pequea cantidad de paja oresiduos de alimentos. Debe tratarse y esparcirse de la mismaforma que el purn, y su composicin es tambin muy variable,

    aproximadamente un 9% de materia seca en el ganado vacuno yun 1 1% en el ganado porcino. Sus contenidos medios en elemen-tos fertilizantes es el siguiente:

    Ganado vacuno Ganado porcino

    Nitrgeno .................... 5 kg/tm 5 kg/tmFsforo ....................... 2 kg/tm 4 kg/tmPotasio ........................ 6 kg/[m 4 kg/[m

    Fig. 1 1.-Es importante mantener una adecuada humedad en el montn de estir-col para no interrumpir los procesos de maduracin y fermen[acin.

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    Otros abonos orgnicos

    Tambin se emplean en agricultura ecolgica otros materialesorgnicos de origen animal procedentes de los mataderos. Es elcaso de la sangre, huesos y carne en polvo, cueros y cuernostostados, lanas, cerdas, etc. La utilizacin de estos materiales espuntual y de uso reducido por la escasa importancia que tienen.Suelen ser ricos en nitrgeno y fsforo.

    Existen adems numerosos abonos orgnicos obtenidos en ya-

    cimientos, o por la fermentacin controlada de materiales org-nicos de distinta naturaleza, que son elaborados y comercializa-dos generalmente por empresas especializadas. As tenemos abo-nos ricos en sustancias hmicas, preparados microbianos, manti-Ilos enriquecidos, et ^ : Cabe destacar entre todos ellos las turbas ylos mantillos (composts) de basuras orgnicas urbanas.

    En lo que se re^ere a las turbas, existen dos grandes tipos: lasrubias, que proceden por lo general de pases centro y norteeuro-

    peos, y las negras, que proceden generalmente de la cuenca medi-terrnea, siendo de mayor calidad las primeras. En general, suutilizacin es recomendable como fuente de materia orgnica,aunque hay que establecer ciertas limitaciones y precauciones deuso con las negras. No estn muy extendidas a causa de su eleva-do coste; su papel en el suelo es exclusivamente fsico, ya que lamateria orgnica que contienen es totalmente inactiva.

    EI uso del mantillo procedente de residuos slidos orgnicos

    urbanos es controvertido en la agricultura ecolgica. Su graninconveniente es el riesgo de presencia de metales pesados, raznpor la cual su utilizacin no es aconsejable. En realidad, an noestn muy claros algunos aspectos de estos materiales, razn porla cual se sigue investigando. Su utilizacin sera deseable por suindudable valor como fuente de humus y porque a la vez resolve-ra en gran parte el grave problema de la acumulacin de basurasurbanas.

    Los mantillos procedentes de la fermentacin de los lodos dedepuradoras tienen agravado el problema de los metales pesados,y su solucin no parece prxima, por lo que es preferible prescin-dir de ellos por el momento. En cualquier caso, el Consejo Regu-

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    lador ha prohibido por e l mom ento su utilizacin, tanto de losprocedentes de lodos como de basuras.

    Algunos autores estiman que el aporte de humus de estosmantillos es mnimo, dado los bajos contenidos de celulosa ylignina de los materiales de que proceden. De todos modos, pare-ce tener ciertas expectativas de futuro, pues, como se ha dicho,permite resolver dos problemas: el de los residuos en s y el deescasez de materia orgnica. Una idea interesante sobre la que seest trabajando ltimamente es la recogida selectiva de basurasorgnicas dom sticas, lo que permite evitar la contaminacincon los metales pesados. De cualquier manera, para obtener unproducto de calidad se hace necesario mezclar estos residuos conmateriales ricos en celulosa, como pueden ser los restos de indus-trias madereras, paja de cereales, etc.

    En lo que se refiere a los cada vez ms numerosos fertilizantesorgnicos procedentes de restos de industrias agroalimentarias,vegetales, txtiles, algas, etc., hay que decir que su composicines muy variable, y su utilizacin y condiciones de em pleo debe-rn en su caso estar autorizadas por el CR AE , que tan slo

    establece la limitacin de que no estn contaminados ni conten-gan aditivos qumicos.

    Enmiendas

    Se considera enmienda a toda aquella actuacin sobre el suelotendente a corregir una situacin deficitaria o desequilibrada, yde carcter puntual. La principal caracteristica es, pues, tratarsede una prctica no frecuente.

    En agricultura ecolgica las fuertes carencias de un elementono son probables. No obstante, si en los primeros momentos de lareconversin fueran necesarias, conviene siempre actuar conmoderacin y nunca tratar de co rregir rpidamente esta situa-cin, pues pueden originarse otros problemas al desequilibrar

    brscamente el suelo.Las enmiendas deben aplicarse con suficiente antelacin, a serposible en otoo o finales del veran o para los cultivos de laprimavera siguiente. Si se est elaborando mantillo, es prefcrible

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    aadir al montn la enmienda, en lugar de al suelo, pues de estamanera sufre ya un proceso de preasimilacin.

    Se utilizan siempre sales poco solubles y en pequeas dosis,por lo que es necesario prolongar durante varios aos esta prcti-ca. Hay que tener claro que un suelo no puede estar equilibradoy alimentar convenientemente a las plantas a menos que tenga uncontenido suficiente de humus y una buena actividad biolgica.Por lo tanto, los aportes orgnicos deben siempre constituir labase del abonado, formando los aportes minerales solamente su

    complemento.Por lo general, las enmiendas van encaminadas a corregir valo-res de pH muy cidos, o bien a elevar los contenidos en fsforo,magnesio o po tasio.

    En el caso de pretender elevar el pH, las enmiendas han de sersiempre moderadas, sin pretender elevarlo brscamente, o de locontrario se produciran desequilibrios en el suelo. Lo prudentees utilizar enmiendas suaves, del orden de los 200-300 kilos por

    hectrea y ao, y prolongarlas varios aos si es preciso. Se utili-zan rocas calcreas, como caliza triturada, creta, margas y dolo-mitas. No se recomienda la cal viva ni la apagada por ser excesi-vamente activas.

    Como aporte de magnesio, en tierras cidas o neutras, se utili-za la dolomita, roca clcico-magnsica. Como fuentes de magne-sio sin calcio se utilizan la kieserita, sulfato magnsico de origenmineral, con un 20-27 por 100 de m agnesio, y sal natural de

    sulfato magnsico, epsomita o sal de Epson.En lo que se refiere al fsforo, se utilizan rocas fosfatadas,como los fosfatos naturales de Africa del norte y las fosforitas,finamente molidas, que contienen un 25-35 por 100 de anhdridofosfrico. Se aportan por trmino medio entre 50 y 60 kg/ha.Tambin se utiliza el fosfal , fosfato natural de calcio y alumi-nio calcinado, que se aplica sobre todo en las tierras calizas.

    Las escorias Thomas tam bin se utilizan, particularmente

    en suelos con una fuerte carencia de este elemento. Contienenentre un 16 y un 19 po r 100 de anhdrido fosfrico. Algunosautores aconsejan utilizar, caso de disponerse, de huesos en pol-vo, que contienen un 16-20 por 100 de fsforo.

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    Raramente hay carencia de potasio, ya que este elemento tanslo tiene un papel de transporte de cargas, al igual que el cloro.

    Las plantas cuando maduran devuelven la mayor parte del pota-sio al suelo; por esta razn, si cosechamos productos m aduros,como pueden ser cereales, en realidad no se producen extraccio-nes apreciables. Por el contrario, las plantas verdes son muy ricasen potasio. Cuando se presenta la carencia se utiliza normalmen-te pathenkali, que es un sulfato de potasio y m agnesio deorigen natural, obtenido a partir de la kainita, extrada principal-mente en los pases centroeuropeos. Contiene un 28 por 100 dexido de potasio, un 8 por 100 de m agnesio, un 18 por 100 deazufre y diversos oligoelementos. Tambien se pueden utilizar lascenizas de madera, muy ricas en este elemento.

    El nico abono nitrogenado de origen natural es el nitrato deChile, que contiene aproximadamente un 16 por 100 de nitrge-no y un 25 por 100 de sodio. Sin embargo, no se autoriza su usoen agricultura ecolgica, porque se comporta exactamente igualque un abono soluble de sntesis, ya que su nitrgeno est total-mente mineralizado.

    Laboreo del suelo

    Las tcnicas ecolgicas en cuanto al laboreo del suelo no sebasan en la consideracin de ste como un simple substratoinerte, sino como un medio vivo y complejo. Por ello, las prcti-cas culturales evitan al mximo perturbar esta actividad.

    Se tiende hac ia el laboreo superficial y sin volteo de la capaarable, para no invertir su orden, aun cuando en determinadascircunstancias sea una prctica correcta. En tierras compactas esrecomendable emplear el subsolador, con la nica precaucin deno utilizarlo con suelos demasiado hmedos. El chisel y los culti-vadores de b razos semirrgidos consiguen el mismo efecto demullimiento que la vertedera, pero sin invertir las capas delsuelo.

    En general, los suelos mantienen mejor estructura por su ma-yor contenido en humus, lo que supone que se apelmazan muchomenos y que las labores de mediana y gran profundidad son

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    Fig . 12 . -Las labores pueden serprofundas , pero ev i tando la m ez-cla de horizon[es, salvo en casosmuy co ncre tos en los que puede

    resultar aconsejable.

    menos necesarias, con lo que se evita la compactacin que produ-ce la maquinaria muy pesada.

    La m ateria orgnica debe sufrir una prehum ificacin en lasuperficie del suelo, a menos que est suiicientemente madura y

    descompuesta. En cualquier caso la incorporacin se hace siem-pre somera y nunca a gran profundidad.Cuanto mayor es la velocidad de avance del tractor, ms fcil-

    mente se disgrega la banda de tierra cortada, dejando una super-ficie lisa, interesante cuando se quiere sembrar inmediatamente.Por el contrario, en las labores de otoo e invierno, cuando elsuelo va a permanecer descubierto durante mucho tiempo, espreferible realizar las labores a menor velocidad, a fin de que

    queden terrones de mayor tamao en la superficie. En cualquiercaso, estas labores de invierno no son deseables, ya que dejan elsuelo desnudo durante el perodo de heladas y lluvias, y debenevitarse en aquellos suelos con estructura inestable.

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    El mtodo clsico de laboreo del suelo comienza con uno 0

    varios pses de grada pa ra desarraigar y trocear los restos delcultivo anterior. Seguidamente, a veces demasiado pronto, se dala labor de arado, con vertedera generalmente, y se completa conuno o varios pases de grada o cultivador para dejar el terreno lisoy en buena disposicin de recibir la semilla. Por el contrario, enagricultura ecolgica el orden es en cierta forma el inverso, secomienza con labores ligeras en superficie y se termina con lalabor en profund idad (casi siempre sin volteo), a la que slo

    seguir un pase de labor en superficie previo a la siembra. De estaforma se evita el apelmazamiento posterior a la labor en profun-didad. La secuencia de labores es la siguiente:

    a) Se empieza, siempre que sea posible, picando con desbro-zadora la vegetacin, abonos verdes o restos de cosecha existen-tes. Debe hacerse con la antelacin suficiente a las labores pro-piamente dichas para que los restos pierdan humedad, pero nocon excesiva antelacin para que el suelo no quede desnudo

    demasiado tiempo.b) Se inician las labores propiamente dichas con pases de 5

    cros de profundidad de aperos ligeros, tipo gradas de discos ocultivadores de brazos mltiples (gradas canadienses), para desa-rraigar la vege tacin y m ezclarla, sin enterrarla por completo,con la capa superficial del suelo, e iniciar as su humificacin ydesarrollar la actividad microbiana. Pueden utilizarse tambinlos aperos rotativos; los de eje horizontal (fresadoras) tienen el

    inconveniente de que desmenuzan en exceso el suelo si la veloci-dad de giro es dem asiado rpida y crean suela de labor, aunqueeste inconveniente lo subsanan las labores posteriores ms pro-fundas. Los de eje vertical son ms interesantes al ser ms poliva-lentes. Tanto los unos como los otros slo son recomendables ensuelos con estructura estable y exigen cierta potencia de tractor.

    c) 2 3 semanas ms tarde se realiza un trabajo ms comple-to y profundo, 10-15 cm, con el fin de continuar con la humifica-

    cin de la materia orgnica y activar el suelo a ms profundidad.Debe utilizarse un apero de dientes.

    d) Nuevamente, 2 3 semanas despus se da la labor enprofundidad, a 20-25 cm, y excepcionalmente a ms profundi-

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    Fig. 13.-Una buena preparacin del suelo es la mejor garanta para unos buenosresultados.

    dad. Es la labor de arado propiam ente dicha, que persigue eldesarraigo en profundidad de las hierbas, as como el mullimien-to de toda la capa arable. Se utilizan aperos tipo Chisel o biencultivadores pesados de brazos semirrgidos. Para labores anms profundas se utiliza el subsolador, a 75 cm de distancia entrepies y 35-50 cm de profundidad.

    e) Por ltimo, segn el suelo y la estacin del ao, se dar unpase superficial de grada o de vibrocultivador (gradas canadien-ses), con o sin rodillos desterronadores traseros. Esta labor pre-tende dejar un adecuado lecho de siembra, aunque en los casosms favorables podra sembrarse d irectamente detrs de la laborde arado. La tierra debe quedar suficientemente disgregada paraasegurar un ntimo contacto con la semilla, pero no en exceso, yaque deben estar presentes suficientes agregados (terrones peque-

    os) para evitar la desaparicin de la estructura superficial y laaparicin de la costra, que tantos problemas plantea.

    De entre todos los aperos citados cabe destacar la buena laborque realizan los vibrocultivadores o gradas canadienses, que con-

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    precipitacin anual y su distribucin. Normalmente se invertir

    el orden de labores sealado, comenzndose por las ms profun-das para aumentar el volumen de agua almacenable, continun-dose con las labores superficiales hasta la siembra. En climas debaja precipitacin (300-400 mm), donde se practica el barbechoblanco y el cultivo de ao y vez, habra que cue stionarse la

    continuidad del mismo a largo plazo , habida cuenta de las altastasas de destruccin anual de humus que el barbecho ocasiona ylas altas cifras de erosin. Una alternativa para estos suelos po-

    dra ser las praderas naturales mejoradas con especies y varieda-des autctonas.

    Rotaciones de cultivos

    La rotacin es otro de los aspectos fundamentales. Se entiendepor tal la sucesin de cultivos dentro de la misma parcela duranteun nmero determinado de aos, al cabo de los cuales se repiten

    de nuevo los cultivos en el m ismo orden. La alternativa es ladivisin de la tierra cultivada en parcelas, dedicadas cada una delas mismas a un cultivo diferente de la rotacin elegida. La alter-nativa ideal, por sencillez de manejo, es aquella que consta detantas hojas o parcelas como aos tiene la rotacin.

    Es necesario no dejar al azar la sucesin de las plantas cultiva-das, porque slo as puede planificarse un trabajo agrcola correc-tamente y en el momento adecuado.

    EI principio fundamental para elaborar una rotacin es muysimple. Se trata de alternar cultivos que tengan tipos de vegeta-cin, sistemas radiculares y necesidades nutritivas diferentes. Enla prctica se respetan las siguientes normas:

    1. No suceder plantas de la misma familia, como de la acelgay la remolacha (Fam . quenopodiaceas), el apio y la zanahoria(Fam. umbelferas), la achicoria y la lechuga (Fam. compuestas),la patata y el tomate (Fam . solanceas), etc.

    2. No sucede r plantas del mismo tipo de vegetacin. Lostipos de vegetacin son los siguientes:

    a) Hortalizas de hojas. Acelgas, achicoria, ajo, apio, cebolla,

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    cardo, col, diente de len, espinaca, hinojo, lechuga, puerro, re-

    pollos, escarola, etc.b) Hortali^as d^ rar^ t titbrctrlos. Nabos, patatas, rbanos,remolacha, zanahorias, etc.

    c) Hortali^as de _rrutos. Berenjenas, meln, sanda, pepino,tomate, pimiento, etc.

    d) Leguminosas. Guisante, garbanzos, judas, lentejas, ha-bas, soja, etc.

    3. Introducir regularmente, al menos una vez cada 2 aos,una leguminosa que enriquezca la tierra en nitrgeno, ya sea paraabono verde o para aprovechar su fruto. Si la cosecha se efectaen verde, no hay gran diferencia en las cantidades netas de nitr-geno que queda disponible en el suelo entre unas habas verdes,pongamos por caso, picadas como abono o reco lectadas previa-mente y picadas despus. Por el contrario, una vez m aduras, seproduce un notable descenso.

    Ha de tenerse presente que el principal aspecto favorecedordel abonado verde es el efecto dinamizador sobre la actividad delsuelo que tiene esa masa vegetal fresca, efecto que evidentementeno existe cuando la planta est ya seca.

    Existen opiniones distintas entre autores sobre cul es la legu-minosa que ms cantidad de nitrgeno ^ja por unidad de super-ficie. Esta cuestin es d ifcil de responder con rotundidad, ya quedepende de la naturaleza del suelo, climatologa, fechas de culti-vo y presencia en cantidad suficiente del rizbium especfico. Sinembargo, parece claro que las leguminosas ms seleccionadas,com o el guisante, la juda verde , las habas, etc., son las quemenos cantidad de nitrgeno fijan, siendo por el contrario elaltramuz una de las que ms fijan, del orden de los 80 kilos denitrgeno por hectrea.

    Finalmente, las leguminosas forrajeras plurianuales, como esel caso de la alfalfa, trbol, meliloto, etc., constituyen la cabeza

    de rotacin ideal. En cambio, las leguminosas anuales, que sontodas las dems, permiten fcilmente intercalarse en la rotacin.4. Alternar los cultivos exigentes, que requieren un abonado

    orgnico abundante, con los cultivos menos exigentes, que pre-

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    fieren una fertilizacin orgnica m oderada . As, entre los que

    necesitan una fertilizacin fuerte y soportan la materia orgnicaparcialmente descompuesta, como el mantillo joven o inclusoestircol fresco, tenemos: apio, la pa tata, calabaza, col, esprra-go, maz, pepino, puerros, etc.

    Entre los menos exigentes, que prefieren mantillo o estircolbien maduro, tenemos: acelgas, achicoria, cebolla, diente delen, escarola, espinaca, guisante, juda, lechuga, lenteja, rbano,remolacha, zanahoria, etc.

    Asociaciones de cultivos

    Este es uno de los aspectos de la agricultura ecolgica msllamativo. La asociacin de diferentes vegetales tan slo planteaproblemas de ndole funcional y prctico, pero presenta mlti-ples ventajas: -

    - La tierra, el espacio y el agua siempre son mejor utilizadosen cultivos asociados que en m onocultivos.

    - Los problemas ^tosanitarios son menores.- Hay m enos problemas de m alas hierbas al quedar el suelo

    rpidamente cubierto.- En ciertas asociaciones las plantas ejercen una acc in de

    mutuo beneficio.- Las producciones son siempres mayores.

    Ejemplos de asociaciones de cultivos hay m uchos. Las ms

    conocidas son las de cereal + leguminosa, practicada desde muyantiguo en casi todas las culturas; pero son posibles otras asocia-ciones, combinando hortalizas de crecimiento lento con otras decrecimiento rpido, rastreras y erguidas, o bien de porte y creci-miento parecido pero que ejercen un efecto de mutuo beneficio.Las asociaciones ms conocidas son:

    - Lechugas con zanahorias: La lechuga sombrea e l suelo, conlo que la humedad se mantiene y permite una mejor nascencia de

    las zanahorias, que son muy lentas de germinar.- Z anahorias con rbanos: Los rbanos crecen rpidamente,sombreando el suelo y consiguiendo el m ismo efecto anterior.Una vez arrancandos dejan la tierra mullida para el desarrollo de

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    las zanahorias. EI rabano es una especie m uy ^nteresante paraasociar, dado su rpido crecimiento y su ciclo tan corto.

    - Coles y lechugas: Se plantan en primer lugar las coles a sudistancia habitual (aproximadam ente 75 x 35 cm) y posterior-mente se intercalan las lechugas.

    - Z anahorias t^ pi^c^ rros: Es la asociacion ms conocida. AIparecer se produce un efecto de repelencia de ciertos parsitos,como la m osca de la zanahoria y del puerro. Los resultados sonmuy variables, dependiendo de la zona.

    - Otras asociacior^es conocidas so^^: las zanahorias y cebollas,las coles o zanahorias con cualquier leguminosa, los tomates y lascebollas, las espinacas y los puerros, las cebollas y las fresas, etc.

    Las asociaciones no deben perseguir exclusivamente un au-mento de la produccin a corto plazo, sino tambin el de mante-ner la fertilidad del suelo. Por esta razn deben incluirse especiesque, aunque no de n un bene^c io inmediato, tienen un efectopositivo sobre el suelo, como puede ser el caso de leguminosas ocrucferas, que, una vez cosechado el cultivo principal y enterra-das, actan como abonos verdes. Hay que entender el conceptode fertilidad del suelo en un sentido ms am plio, no solamentecomo su capacidad de produccin, sino tambin como su capaci-dad de mantener esta productividad en el tiempo.

    Control fitosanitario

    La prevencin de las plagas y enfermedades es esencial. Sedebe situar a los vegetales en las mejores condiciones posibles dedesarrollo para que sus mecanismos de defensa puedan funcio-nar norma lmente. Pero, como ya hem os visto, situarlos en lasmejores condiciones no significa suministrarles abonos solublesen cantidades generosas. Por el contrario, de esta manera obten-dremos plantas ms sensibles, incapaces de p rosperar sin unaproteccin sanitaria importante. Slo una nutricin equilibraday completa nos proporciona vege tales resistentes o tolerantes auna determinada poblacin de parsitos sin efectos econmicosimportantes, y, como se ha visto, slo nutriendo al suelo y ele-

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    vando su fertilidad conseguiremos que ste a su vez nutra equili-

    bradamente a los vegetales que cultivamos.Numerosos estudios han mostrado el papel de la fertilizacin

    orgnica como importante factor de resistencia hacia diversasplagas y enfermedades. Podemos citar por ejemplo las realizadaspor Cook (1976) en aguaca tes frente a Phytoptora, las de Rein-muth y Dove (1966) en patatas frente a escarabajo, las de Mehani(1969) en alcachofa frente al mosaico, o las de Sayre (1971) sobrenemtodos fitopatgenos.

    Las prcticas culturales, como la rotacin de cultivos, tienenuna importancia indiscutible en el control de plagas y enferme-dades. La asociacin es tambin un medio eficaz, habindoseprobado el papel repelente que sobre determinadas plagas tienenalgunos vegetales, y de la que ya se ha citado algn ejemplo.

    En cuanto a los abonos verdes, autores como Schaerffenberg(1968) han mostrado el importante papel que juegan en el controlde nemtodos. El suelo, recibiendo aportes de materia verde y de

    mantillo y estircol suficientemente maduro, mantiene un equili-brio saludable. Los nemtodos y hongos saprfitos se desarrollanconvenientemente y se impide una multiplicacin excesiva dehongos parsitos como Fusarium y Pythium . El secreto de laaparente inmunidad de las plantas en cultivo ecolgico frente alos temibles problemas de hongos de pie radica en este equili-brio en la actividad biolgica del suelo. Los organismos sapr^-tos ocupan, por as decirlo, el lugar de los parsitos.

    Equilibrio es tambin el objetivo en la parte area. C omo essabido, todas las especies tienen relaciones e interdependenciaentre s, y no es posible pretender eliminar algunas de ellas singraves e imprevisibles consecuencias sobre todo el ecosistema,hombre incluido. Por tanto, el planteamiento en la lucha ecolgi-ca contra los parsitos ser el de mantener y favorecer la presen-cia de los enemigos naturales de stos, y mantener la poblacinde parsitos en unos niveles determinados, econmicamente

    aceptables, sin pretender su eliminacin.No se utilizan, pues, los pesticidas, que tienen el inconvenien-

    te de no ser su^cientemen te selectivos, es decir, que eliminanjunto con el parsito otros insectos tiles, entre ellos los enemi-

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    Fig. 15.-La no utilizacin de fitosanitarios permite la presencia de una fauna til,insustituible para el control de las poblaciones.

    gos de este parsito, con lo cual al cabo de poco tiempo se produ-ce el conocido efecto de rebote , es decir, que el parsito, quegeneralmente tiene un potencial reproductivo mucho mayor, alverse libre de sus enemigos se multiplica rpidamente reapare-ciendo el problema con ms virulencia que antes. De esta manerase obliga a repetir una y otra vez los tratamientos, con lo que los

    riesgos de presencia de residuos de pesticidas o sus metabolitosen los alimentos y la contaminacin del entorno se agravan.

    Sucede con frecuencia, adems, que no toda la poblacin tra-tada con un determinado pesticida muere. Algunos pocos indivi-duos, por mecanismos de m utacin o seleccin, son capaces desobrevivir, transfiriendo a su descendencia esta resistencia frenteal insecticida, con lo que al cabo de poco tiempo la pob lacinentera se ha hecho resistente y es necesario sustituir el insecticida

    por otro diferente.Mas ^qu hacer cuando aparece una plaga o enfermedad? En

    primer lugar preguntarse por el motivo de esa presencia y sobrequ se ha hecho mal. Las razones pueden ser muchas: exceso de

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    nitrgeno (estircol o mantillo en cantidades excesivas o dema-

    siado mineralizado), variedades muy sensibles, cultivo demasia-do forzado, etc. Esto naturalmente slo servira para evitar erro-res en el futuro, pero ahora ^qu hacer con la cosecha?

    El CR AE autoriza la utilizacin de determinadas sustanciascuyo uso no deseable tiene al menos la ventaja de que son menosagresivas y tienen menor incidencia sobre el ecosistema. Son losinsecticidas y fungicidas naturales, as como una serie de prepa-rados a base de plantas que tienen un efecto repelente sobre los

    parsitos o tonificante sobre los vegetales, e incluso, en bastantescasos, una accin fungicida o insecticida directa.

    Los insecticidas autorizados por el C onsejo Regulador son:pelitre, rotenona, cuasia, nicotina y sus sales, jabn blando o depotasa, sulfato de hierro, aceites vegetales y an imales, ryaniaspeciosa, nim (A zadirachta indica), tierra de diatomeas, metalde-hdo (como repelente o en cebos), aceite de parafina, aceites deverano y polisulfuro de calcio y bario. Estos no tienen la persis-

    tencia de los insecticidas comerciales, por lo que en algunasocasiones hay que repetir el tratamiento tras una Iluvia fuerte.

    Se utilizan tambin medios de control biolgico, como la libe-racin de predatores o parsitos, el empleo de machos esteriliza-dos (bajo ciertas condiciones y con la autorizacin directa delCRAE) y la utilizacin de feromonas sexuales y de crecimiento,siempre que se evite su contacto directo con los cultivos (porejemplo en cebos o trampas). Tambin se utilizan los preparados

    virales, fngicos o bacterianos, como es el caso del B acilus thurin-giensis, contra orugas (Heliothis, Pieris, taladros del maz, e tc.).

    Los fungicidas autorizados son el azufre como antiodio, quetambin tiene efecto acaricida, y las sales cpricas (sulfato yoxicloruro) com o antimildiu. El sulfato se neutraliza con cal(caldo bordels). Tambin pueden utilizarse los silicatos, propo-leos y el permanganato potsico, este ltimo slo en tratamientode semillas.

    Los preparados vegetales ms conocidos estn hechos a basede ajenjo, tanaceto, cola de caballo y ortigas. La preparacin seefecta mediante fermentaciones en agua fra, decocciones oinfusiones. Cada especie tiene una tcnica concreta de prepara-

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    cin y suelen aplicarse diluidos en proporciones de 1:5, existien-do numerosas publicaciones que especifican las medidas de pre-paracin y los problemas y cultivos en los que est recomendadosu uso.

    Finalmente cabe citar algunas medidas, como la desinfeccinde suelos para sem illeros por medios trmicos: agua caliente,vapor de agua, acolchado con plstico, solarizacin, etc.

    Control herbicida

    El control de las malas hierbas se plantea de forma semejante.Las invasiones de adventicias estn ligadas al grado de fertilidadde la tierra. Las tcnicas de la agricultura ecolgica no debernnunca ir encam inads a eliminarlas, sino, por el contrario, amantener su nmero en niveles aceptables, y, antes de considerarlos medios para destruirlas, prevenir su multiplicacin.

    Fig. 16.-En la estrategia para elcontrol de malas hierbas debe te-

    nerse en cuenta el momento, puesdurante el invierno no compitenpor el agua con el cultivo y, por elcontrario, protegen al suelo de las

    heladas.

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    Com o se ha d icho, no hay por otro lado que dejar el suelodesnudo, a ser posible en ningn mom ento. Una cubierta deadventicias, por poner un ejemplo, durante el invierno en unaplantacin de esprragos, no slo no la perjudica, sino que prote-ge la superficie del suelo de las heladas nocturnas. Desde luego,no se debe de jar que estas hierbas produzcan semilla porque asse dificulta su control, pero esto se evita gradeando al comienzode la primavera.

    Existen diversos mtodos de control de hierbas. Entre las me-

    didas preventivas podemos citar el practicar un abonado orgni-co equilibrado con aportaciones de estircol o mantillo suficien-temente maduro y fermentado, con las semillas de malas hierbasque contenga ya inactivadas. Un estircol demasiado fresco esuna de las mejores maneras de llenar un campo de hierbas.

    Otra medida preventiva son las rotaciones racionales de loscultivos. Las plantas adventicias, al competir con diversas espe-cies de ciclo distinto, se debilitan. Mantener la tierra mullida y

    frtil hace ms dificil la proliferacin de hierbas caractersticasde suelos compactos, cidos y hmedos.El acolchado con m ateriales orgnicos es tambin un buen

    modo de impedir la proliferacin de las malas hierbas durante lasprimeras etapas del crecimiento de las plantas. Hay que tenercuidado con los materiales que se usan, no utilizando nunca elheno de p raderas naturales, debido a la altisima cantidad desemillas que contiene, y tener la precaucin de aventar la paja de

    cereales para evitar la presencia de granos.En determinados casos, el agua puede ser una fuente de infec-cin de hierbas, especialmente en las parcelas regadas con aguasconducidas por canales o ros desde larga distancia. Las hierbasque crecen en los bordes de estos cursos de agua suelen vegetarprofusamente gracias a las filtraciones de humedad y depositanfcilmente sus semillas en el curso del agua. Para evitar estascontam inaciones no hay otra solucin que filtrar el agua con

    mallas cada vez ms pequeas, con objeto de eliminar la mayorcantidad de semilla posible.

    Por ltimo, en lo que a control preventivo se refiere, podemoscitar la falsa siembra. Consiste en preparar el lecho de siembra y

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    regar a continuacin si hace f'alta humedad para la nascencia.

    Una vez nacidas las hierbas se da una labor muy ligera paradestruirlas, sembrndose inmediatamente despus. La labor de-be ser muy superficial, pues de lo contrario afloran nuevas semi-llas, siendo preferible proceder a su quemado como se explicams adelante. Se utiliza esta tcnica en aquellas especies de dif-cil y lenta germ inacin, como es el caso de la zanahoria y lacebolla, y en las que, por esa tardanza, las hierbas se apoderanrpidamente del suelo.

    En cuanto a las medidas de control directo de hierbas, estnlos mtodos mecnicos y los mtodos trmicos. Para poder utili-zar los mtodos mecnicos es necesario disponer el cultivo enlneas, a fln de poder cultivarlos. Las rejas utilizadas deben ser depoca profundidad y gran anchura de corte, para desarraigar sinvolteo la tierra. Es preciso tener la precaucin de no aproximarseen exceso a las plantas cultivadas, pues existe el peligro de cortarun excesivo nmero de races que paralizaran el desarrollo del

    vegetal.El mtodo trmico consiste sencillamente en un bastidor con

    uno o varios quemadores que funcionan con gas. Se utilizancuando las hierbas son muy pequeas y el cultivo todava no hanacido, o bien est sembrado entre lneas sobre las que no pasa elquemador. La produccin de este calor violento durante muypocos instantes es suflciente para desecar y eliminar las hierbasjvenes.

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    ^Tr.INISTERIO DE AGR ICULTURA PESCA Y ALIMENTACIONINSTITUTO NACIONAL DE REFORMA Y DESARROLLO AGRARIO

    DIRECCION GENERAL DE INFRAESTRUCTURAS Y COOPERACION

    Corazn de Mara, 8- 28002^Madrid