Suplemento Aniversario Villa Constitución

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1 Trabajadores portuarios durante un almuerzo. En el fondo los buques dan cuenta del auge de la actividad. SUPLEMENTO ESPECIAL LA FUNDACIÓN DE NUESTRA CIUDAD, MARCADA POR LA GUERRA CIVIL DESDE SU ORIGEN COMO “PUERTO DE LAS PIEDRAS” L a fundación de Villa Constitución estuvo signada por numerosos hechos dentro del histórico Pago de los Arroyos, como “el lugar donde se expresó el signo definitorio de toda una época”. El contenido de este suplemento especial de Diario El Sur resulta de una exhaustiva selección del Prof. José Hugo Goicoechea, quien nos abre la posibilidad de disfrutar de este material, haciendo com- prensibles los grandes conflictos políticos y sociales de la Argentina y sus casi siempre invisibles sentidos presentes. ANIVERSARIO DE VILLA CONSTITUCIÓN N°797, 11 DE FEBRERO DE 2011 153 º

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Trabajo realizado para Diario El Sur

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Trabajadores portuarios durante un almuerzo. En el fondo los buques dan cuenta del auge de la actividad.

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LA FUNDACIÓN DE NUESTRA CIUDAD, MARCADA POR LA GUERRA CIVILDESDE SU ORIGEN COMO “PUERTO DE LAS PIEDRAS”

La fundación de Villa Constitución estuvo signada por numerosos hechos dentro del histórico Pago de los Arroyos, como “el lugar

donde se expresó el signo definitorio de toda una época”. El contenido de este suplemento especial de Diario El Sur resulta de una

exhaustiva selección del Prof. José Hugo Goicoechea, quien nos abre la posibilidad de disfrutar de este material, haciendo com-

prensibles los grandes conflictos políticos y sociales de la Argentina y sus casi siempre invisibles sentidos presentes.

ANIVERSARIO DE VILLA CONSTITUCIÓN

N°797, 11 DE FEBRERO DE 2011153º

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DIARIO EL SUR N°797, 11 DE FEBRERO DE 2011 3SUPLEMENTO ESPECIAL 153° ANIVERSARIO DE VILLA CONSTITUCIÓN

SUPLEMENTO ESPECIALANIVERSARIO

DE VILLA CONSTITUCIÓNHaciendo comprensibles los desafíos políticos y sociales

153ºDIRECCIÓN GENERAL:Marcelo Maciel

COORDINACIÓN:Lic. Ariela Georgiadis Freytes

COLABORACIÓN ESPECIAL:Prof. José Hugo Goicoechea

DISEÑO GRÁFICO:Diario El Sur(Martín Flores, Magalí Mulé)

DURANTE LA CONVULSIONADA CONSTRUCCIÓN HISTÓRICA

LA GUERRA CIVIL LE CAMBIÓ EL NOMBRE AL

“PUERTO DE LAS PIEDRAS”

Se edificó sobre el principio rector de la vida política y económica de la incipiente nación, testigo

de su convulsionada “construcción” histórica. Proceso que imprimió a ese puerto natural de aguas profundas, su singular nombre: el de la CONS-TITUCIÓN. Fue esa villa, el “paso del medio” de su promulgación. Nombre que dio cuenta de aquello tan aprecia-

do, tan controvertido y accidentado: el instrumento necesario que pacifi-caría y organizaría una nación.

Desde esta valoración, hacer his-toria de Villa de la Constitución del Pago de los Arroyos, es ir más allá de destacar a prohombres locales, señalar decretos y mensuras de tierras, confor-mación de calles, loteos, viviendas y es-tablecer un listado cronológico de he-

Barrancas sobre el río Paraná.Fotografía tomada en 1918, la zona aún sin edificación y sin el puerto de cabotaje.

ES REVELADOR EL

CASO DE VILLA DE LA

CONSTITUCIÓN, DENTRO

DEL HISTÓRICO PAGO

DE LOS ARROYOS,

COMO EL “LUGAR”

DONDE SE EXPRESÓ

EL SIGNO DEFINITORIO

DE TODA UNA ÉPOCA,

JUNTO A HECHOS DE

IMPORTANCIA QUE

MARCARON NUESTRA

NACIONALIDAD. SU

ORIGEN, COMO “PUERTO

DE LAS PIEDRAS”, SE

PRODUJO DENTRO DEL

LARGO Y CONFLICTIVO

“PROCESO DE

FORMACIÓN DEL ESTADO

ARGENTINO” MARCADO

POR LA CRISIS DE LA

GUERRA CIVIL.

En este contexto, San Nicolás –bastión co-lonial, “escudo del corredor porteño” con su Comandancia Militar de la Frontera del Norte- y el Rosario, -plaza militar y comercial del Litoral- actuaron decisivamente en la re-dimensión política del Arroyo del Medio. Más que un arroyo, una FRONTERA de provincias/estados, de potenciales países divididos.

En la guerra por la independencia, fue el paso ineludible de las tropas de Granaderos del General San Martín, persiguiendo por tie-rra a los navíos realistas por el Paraná. San Lorenzo, su triunfal bautismo de fuego. El paso de la expedición de Manuel Belgrano al Paraguay, quien enarbolaría la naciente ban-dera Argentina en las barrancas del Rosario.

La guerra civil cobraba sus víctimas. La causa independentista no fue suficiente mo-tivo de hermandad entre criollos en un mismo suelo. AQUÍ MISMO, el general porteño Juan José Viamonte, acuartelado en San Nicolás en 1815 -quien intentaba invadir a la provincia de Santa Fe- fue derrotado por el caudillo orien-

tal José Gervasio Artigas. En 1818, el coronel Juan Ramón Balcarce instaló su cuartel militar en San Nicolás para comenzar las operaciones contra las montoneras de Estanislao López. Las fuerzas orientales de Artigas, junto a las santafesinas de López, atacaron a San Nico-lás, plaza defendida por el teniente coronel Rafael Hortigueira, enrolado en las fuerzas porteñas del Directorio.

El Arroyo del Medio, escenario de las acciones de Juan Lavalle y José María Paz en la revolución unitaria de 1828, separó el paso de las dos Ligas opuestas, y San Nicolás simbolizó el último respiro de las víctimas unitarias de ese enfrentamiento. El monolito actual en el cementerio ni-coleño expresa: “El Coronel Luis Videla, ex gobernador de San Luis y los jefes del ejército libertador del General Paz, tenientes coroneles Luís Carbonell, Fran-cisco Ramón Campero, Ángel Altamira, Agustín Montenegro y su hijo Romualdo, de catorce años de edad, Sargentos Mayo-

res Pedro Cuevas, Pedro Cuello y los civi-les Agustín Duran y Benito Villaroel, todos traidoramente apresados en Córdoba y fusilados sin proceso ni defensa, por orden del Gobernador Juan Manuel de Rosas en la plaza principal de San Nicolás, eL 28 de oc-tubre de 1831”

De puerto de desembarco de tropas entrerrianas al mando del Gral. Urquiza preparado para la invasión a Buenos Aires, pasó a ser escenario elegido para el tras-cendente acuerdo, que llevarían a cabo los gobernadores de las provincias divididas, a la Constituyente en Santa Fe. Posta obligada de paso terrestre y fluvial a la ciudad de San-ta Fe, sede de tantas reuniones tendientes a organizar las provincias rioplatenses, como la firma del Tratado del Cuadrilátero en 1822; la Convención Nacional que sesionó duran-te 1828 y 1829 y el Pacto Federal del 4 de Enero de 1831. Y sin olvidar la sanción de la Constitución de 1853 y las reformas de 1860 y 1861.

SAN NICOLÁS, ANTESALA MILITAR DE UNITARIOS Y FEDERALES

chos relevantes. Por el contrario, será resignificar el sentido de CONSTITU-CIÓN en su propio nombre, perdido en la memoria de los pueblos.

Así, todo su escenario se amplifica. No es el “poblado” o la “villa”, cimiento de la futura ciudad. Toda la geografía nacional, en proceso de transforma-ción, cobra una dimensión territorial en este específico lugar. El “Puerto de las Piedras”, paso del “Pago de los Arroyos Santafesino y Bonaerense”, resultó la frontera política y económica de la guerra civil. La Argentina estaba por definirse y la Villa del medio, de la CONSTITUCIÓN, su escenario.

La Villa de la Constitución, fue síntesis de toda esta historia: de uni-tarios y federales; artiguistas y direc-toriales; santafesinos y bonaerenses; confederados y porteños; proteccio-nistas y librecambistas; estancieros, caudillos y abogados; militares, gau-chos y malones.

En el intento de elaborar una Carta Magna, se reflejaron las más radicales posturas e intereses que dilataron la or-ganización de un país unificado.

En más de cincuenta años, hom-bres y mujeres dejaron sus vidas por la “constitución” de una “CONSTITU-CIÓN”, síntesis organizativa de una NACIÓN. Pequeñas partes, localizadas en un todo, reviven en nuestras grageas de historia regional.

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DIARIO EL SUR N°797, 11 DE FEBRERO DE 2011SUPLEMENTO ESPECIAL 153° ANIVERSARIO DE VILLA CONSTITUCIÓN4

EL CONTEXTO DEL ACUERDO DE SAN NICOLÁS NOS PONE EL NOMBRE VILLA DE LA CONSTITUCIÓN

PROF. JOSÉ HUGO GOICOECHEA

DE LA VILLA, PUENTE DEL “ACUERDO DE SAN NICOLÁS”,

A FRONTERA DELA CONSTITUCIÓN NACIONALLa derrota de Rosas fue el punto inicial de un doble proceso: uno de constitucionalidad política del territorio, que concluyó violentamente luego de la batalla de Pavón; y otro, de paulatina transformación económica de la

cuenca hidrográfica del Plata a partir de la libre navegación de los ríos.

SOBRE ESTE SUPLEMENTO

El presente contenido resulta de una selec-ción del que contiene “Grageas de Historia Argentina en Historieta: AQUÍ MISMO”, tomo I la Villa de la Constitución. Prime-ro de una serie de ediciones coleccionables de historias en historietas editadas por Loco Rabia. El desafió es tanto investigar desconocidas historias locales y regiona-les de fuerte impacto nacional, haciendo comprensibles los grandes conflictos polí-ticos y sociales de la Argentina y sus casi siempre invisibles sentidos presentes. Es-pecífico proceso de investigación histórica que retraducidos explicativa e interpreta-tivamente, resultan los insumos creativos de su formato: la producción de “grageas” (compactos argumentativos) guiones ori-ginales, y la obra del artista plasmada en historietas. Próximamente se presentará el tomo II “Santa Fe la Invencible” contando y reflexionando sobre los alcances políticos y económicos del federalismo santafesino en la figura de Don Estanislao López y en proceso de edición el tomo III“La Civiliza-ción Bárbara” (1865/1880). Investigación so-bre la Guerra del Paraguay. Con la consig-na “el pasado se hace presente” el profesor ha otorgado vida a formas de encarar los hechos históricos, no como meros aconte-cimientos cronológicos, sino como nudos problemáticos a desanudar. Una retraduc-ción de sus investigaciones en un indispen-sable material didáctico para un abordaje alternativo de la historia argentina, para todo público.

SOBRE EL AUTOR

Antecedentes profesionales: Vinculados a esta producción El Prof. José Hugo Goi-coechea fue coordinador de las tareas aca-démicas de numerosos Congresos y En-cuentro de Historia Regional de los Pueblos del sur Santafesino y norte Bonaerense y los dependientes del Archivo General de la Provincia, como también compilador en la edición “Historia Sin Límites” publicación digital de ponencias e investigaciones, an-tecedentes específicos de la investigación histórica regional que acompañan su traba-jo junto a equipos de estudiantes investiga-dores en la en la Escuela Media. Trayecto-ria que amerita la publicación y difusión de sus trabajos. La intención de que sus Histo-rias en Historietas se conviertan en mate-rial de uso escolar en Talleres Clínicas para adolescentes y de la formación docentes del área, resultan virtudes que hacen valorable su continuidad en el tiempo, a modo de co-lección. La creciente importancia del libro como soporte para la edición de historietas pone en primer plano las deudas que la his-torieta, como lenguaje con una legitimidad social siempre en discusión, tiene con la

Los gobernadores de las provincias reunidos el 31 de mayo de 1852 en San Nicolás de los Arroyos, pres-

cribieron el tiempo y la forma de la con-vocatoria del Congreso Constituyente, que iba a dictar la Constitución Federal en Santa Fe, concediendo a Urquiza el título de Director Provisorio de la Con-federación Argentina. La legislatura por-teña, desconforme con la igualdad de representación asignada a las provincias, por supuesta ilegalidad de su forma, re-chazó el Acuerdo en tumultuosas sesio-nes. Entonces Urquiza, temeroso de ver frustrados sus planes, adujo el derecho de intervención militar acordado en San Nicolás. Marchó sobre Buenos Aires, di-solvió la legislatura, deportó a los más exaltados opositores y Vicente López, hombre de Urquiza, reasumió la gober-nación de dicha provincia.

En realidad, los sectores opositores advirtieron las futuras medidas de Ur-quiza: abolición de la pena de muerte; confiscación de bienes por delitos políti-cos; establecimiento de aduanas exterio-res fluviales en Rosario, Santa Fe, Para-ná, Corrientes, Concepción del Uruguay, Martín García y Bahía Blanca; y terres-tres en Mendoza, San Juan, Salta y Jujuy; nacionalización de la Aduana de Buenos Aires, una necesidad perentoria en el desenvolvimiento de los pueblos del li-

toral fluvial reclamada desde 1810, ban-dera llevada en triunfo a Caseros. Estas medidas, por supuesto, terminaban con el privilegio secular del Puerto único de Buenos Aires. “Los porteños no querían renunciar a las entradas de la aduana” es-cribe Sarmiento.

Dichas medidas, lejos de convocar la unión de las partes, dividió la opinión porteña: los “federales” o “urquicistas”, que defendían el proceso de organiza-ción nacional bajo un poder federal, in-tegrado por Vicente López y Planes, Juan Bautista Alberdi, Francisco Pico y Juan María Gutiérrez; los “autonomistas” o “provincialistas”, dirigidos por Valentín Alsina, quines defendían los derechos de Buenos Aires sobre la Confederación. Éstos, se oponían a la política de Urqui-za, a la capitalización de Buenos Aires y a la nacionalización de los derechos de la aduana. Proponían el aislacionismo de la provincia y su separación del Estado Na-cional; y los “nacionalistas”, dirigidos por Bartolomé Mitre, a quien seguían Vélez Sársfield y Sarmiento, partidarios de una organización nacional bajo la dirección de Buenos Aires. Estos se oponían a Ur-quiza, a quien consideraban un caudillo provinciano que aspiraba a dominar a la provincia.

Los opositores a Urquiza termi-naron imponiéndose en Buenos Aires.

Las sesiones legislativas de junio pro-vocaron la renuncia de Vicente López y el definitivo rechazo a los términos del Acuerdo de San Nicolás. Urquiza de-cretó la disolución de la Sala, la prisión y el destierro a los diputados opositores, entre ellos, Bartolomé Mitre. Supues-tamente ordenada la situación, y ante la partida de Urquiza para inaugurar la Convención Constituyente en Santa Fe, el 11 de septiembre se desató una revolu-ción en Buenos Aires. Urquiza empren-dió marcha hacia San Nicolás vía fluvial y desembarcó con sus efectivos. “Bue-nos Aires está perdida para la causa de la Confederación” le comunica José Mi-guel Galán a Urquiza. Esta información lo detuvo sobre el Arroyo del Medio, ya que consideraba impracticable una nue-va acción militar para abatir a los rebel-des porteños. Tantas almas en Caseros, tantos fusilados, ahorcados y exiliados deportados, parecían no haber sido su-ficiente ante tan fuertes intereses de un sector. “Creo ya conocerá el ultimátum de Urquiza: él está revelando la rabia de su impotencia queriendo imponernos la Constitución por la fuerza; mi opinión es que ni hará nada, pero se hace lo posible para estar prevenidos. Nuestra situación política con la vecina provincia sigue siendo alarmante” le comunica M. Facio en carta al Gral. Mitre.

Las primeras casas construidas sobre la zona cercana a la barranca, todavía dispersas y con trazado de caminos irregulares.

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DIARIO EL SUR N°797, 11 DE FEBRERO DE 2011 5SUPLEMENTO ESPECIAL 153° ANIVERSARIO DE VILLA CONSTITUCIÓN

DE LA PROVINCIA DE SANTA FE Y LA CONFEDERACIÓN

LA VILLA DEL PAVÓN:EL “TALÓN MILITAR”

“EN 1850 SANTA FE

SE ENCONTRABA

CON UNA POBLACIÓN

ESTANCADA, CON SUS

ESTANCIAS DEVASTADAS

POR LAS INVASIONES

DE INDIOS O LOS

REITERADOS AVANCES

DE LOS EJÉRCITOS

DE LA GUERRA CIVIL.

EXISTENCIA MISÉRRIMA,

BAJÍSIMO NIVEL DE

SUBSISTENCIA DE LOS

POCOS POBLADOS

SANTAFESINOS,

SECUELA DE CIUDADES Y

ALDEAS ARRASADAS, DE

ESTANCIAS DEVASTADAS,

DE HABITANTES QUE,

CON REGULARIDAD

ASOMBROSA, DEJABAN

SUS ACTIVIDADES

PRODUCTIVAS PARA

EMPUÑAR LAS ARMAS

EN DEFENSA DE SUS

PROPIEDADES”.Bodega Giambroni, año 1918

Con el río inutilizado como vía de comunicación al exterior por la política porteña, la Villa del

Rosario, -sólo reconocida oficialmente como “ilustre y fiel Villa” por el gober-nador Estanislao López, el 29 de octubre de 1823- aglutinó a un puñado de pobla-dores, labriegos, hacendados, incipientes ganaderos, productores y comerciantes del sur de la provincia, como un oasis de subsistencia. Su potencial desarrollo se vio amenazado por San Nicolás, ciudad colonial sede de la Comandancia Militar en la frontera norte de Buenos Aires. ”De mantener los ojos bien abiertos ante la primer noticia de invasión de López; dos puntos son los que planifican fortificar, entendidos como los de mayor importan-cia militar y política: Martín García y San Nicolás”. “San Nicolás próxima a caer en manos de López” le escribe Valentín Al-

sina en carta a Mitre.La actitud aguerrida de María Anto-

nia, como la de María Moyano, su nuera María Leiva y tantas otras hacendadas, no parece ser una excepción en el Pago de Rosario de los Arroyos, que desde 1815, estaban al frente de sus unidades productivas, responsables del manejo de los rodeos, el cultivo de la tierra, el con-trol de los trabajadores y de los esclavos. La guerra agudizaba el malestar entre los pobladores. “Aquí se dice que esa provin-cia (Santa Fe) nos invaden, y allá (Rosa-rio) se dice que de aquí los invaden” “En San Nicolás hay bastantes enemigos, res-pecto de los cuales se necesitan no sólo vigilancia sino sobre todo energía”

Las postas transitorias de la línea del arroyo del Medio raptaban la corres-pondencia enemiga, para remitirla con urgencia a las autoridades militares. El

“Puerto de las Piedras” fue el centro de espionaje y abastecimiento de “noticias frescas” de ambas márgenes de la fron-tera. “Las noticias recogidas han variado. Lo que parece más seguras son las conte-nidas en esta copia de carta de hoy, de las Piedras. Según ella López se ha alejado del Arroyo Seco hacia el sur” (Anónimo en carta a Mitre 13 de Diciembre 1858). Santiago Arcos, comerciante del Rosario escribe a Mitre: “Desde el arroyo del Me-dio hasta las inmediaciones del Rosario, está todo acordonado por partidas que no dejan pasar ni hombres ni embarcacio-nes, sin llevarlos al Rosario donde les to-man averiguaciones sobre el estado de la frontera nuestra y la situación de las fuer-zas nuestra. Esto indica claramente que tienen miedo en la creencia de que vamos a invadirlos”. “Hoy aquí nadie piensa en negocios, pues el Rosario de plaza comer-

cial que usted le conocía, es hoy una pla-za de armas. El servicio militar absorbe a todos los argentinos, sin ninguna distin-ción” “Pájaros de mal agüero que se han movido más yendo y viviendo de la otra provincia”. “El mal estado de los campos, causa de la gran seca que se experimenta, en la causa de que los caballos no estén en mejores estado. En cuanto al hambre: el abasto que me promete era tiempo, por qué iba a mandarle una nota dicien-do hambre-hambre-hambre, y si la cosa, durara como va, le diría que peste-peste-peste, por qué es tan sumamente malo el ganado, más bien dicho los perros que se matan, que temo a una epidemia”. “Vinie-ron a la siesta y se llevaron treinta y tanto caballos de la prefectura, escogiéndolos como las peras, con la mayor calma del mundo”, le escribe el General Paunero en carta a Mitre el 18 Julio 1858.

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EMPRESARIOS INGLESES EN LA LOCALIZACIÓN DEL ÉJIDO URBANO DE LA FUTURA VILLA

¿EL ORDEN DE LOS CAPITALES O EL ORDEN DE LAS ARMAS?

“Bajo promisorias perspec-tivas de gran futuro, es que vecinos del Puerto de

las Piedras, solicitan al Jefe de Policía de Rosario, AUTORI-ZACIÓN PARA FORMAR UN PUEBLO…”“…José Buschenthal, -negociante y empresario que aparece en épocas tumultuo-sas y desordenadas- tomó como suya la idea y los estudios del Ingeniero norteamericano Allan Campbell para la realización de una vía férrea a los intereses de Urquiza, presidente de la Confe-deración Argentina, quién perso-nalmente haga lo propio en una ampliación o ramal al Puerto de las Piedras…” “…José Buschen-thal, llegado de Londres, suscri-bió un importante acuerdo con las autoridades argentinas sobre la contratación en Europa de una sociedad para construir el ferro-carril -convenio que fue ratifica-do por Ley 24 de junio de 1855-, y se dirige a Inglaterra a buscar capitales…”“…Pero las cosas ha-brían de ocurrir mucho más tar-de ya que Buschenthal fracasó en Londres en la búsqueda de capitales…” “…Villa Constitución habría de fundarse sin ferroca-rril: el trazado Córdoba-Rosario se inicia recién en 1863 y se inau-gura en 1870, cuando llevábamos 12 años de existencia – y, tampo-co en esa fecha tuvimos el ramal a Villa ordenado trazar por Ur-quiza en 1854; recién en 1890 nos llegó el riel”

En el plan de gobierno del padrino protector de la Villa de la Constitución, Juan Pablo Ló-pez, a un año de la sanción de la Constitución, expresaba en un mensaje: “Reforma general de la Administración, en cuanto lo permitan las circunstancias del país; seguridad y dilatación de las fronteras para cuyo no-ble objeto cuento con la sincera promesa del Eximo. Señor Pre-sidente de la Confederación, muy interesado en el desarrollo de nuestra pingüe riqueza rural, de que depende la felicidad de esta Provincia. Protección deci-dida a las empresas de fundación de pueblos e inmigración, o las artes e industrias que dan pábulo a la actividad humana y mejorar la condición material y moral de los pueblos”. Pero estas aspira-ciones no se correspondían con las condiciones de ORDEN y seguridad internas para que un

ORDEN Y PROGRESO era el lema positivista de esos tiempos. No era posible el “Progreso” sin “Orden”, relación determinante en un escenario de “frontera militar de guerra”. No es igual el orden derivado de la demostrada capacidad represiva del estado, impuesta por la fuerza, que aquel orden que surge del reco-nocimiento de su papel en la institucionalización y regulación de relaciones de producción capitalistas, situación que tardaría en producirse en la región, pero

junto al capital extranjero.

Vista de calle Colón

General Goytía partícipe de la batalla de Pavón, nacido en nuestra ciudad. Tuvo un papel muy importante en la defensa de la frontera de Arroyo Del Medio.

modelo de PROGRESO de capi-tales extranjeros, se instalara en la región. La Villa de la Consti-tución, en medio de la guerra ci-vil, sólo pudo cubrir las espaldas a la única Villa de vida portuaria y comercial, la del Rosario. Puer-to, que junto al de Buenos Aires, lucharían en una carrera de tor-tugas, por llegar al primer Fe-rrocarril.

Advirtiendo las gra-duales condiciones de orden, los empresarios ingleses con-dicionaron la localización del ejido urbano de la futura Villa conforme las necesidades in-mobiliarias de la guerra, pero a la vez, trabajaban en la pro-yección de asegurarse su lugar en la construcción del futuro puerto. Condiciones que estra-tégicamente forzaban a Juan Pablo López a la fundación de Villa de la Constitución, sin la cual, no se daban muestras del orden necesario, para concretar el aún imaginado ferrocarril.

El “orden de las armas”, que aún no auguraba el tan preciado progreso, sería en la Argentina el que aseguraría por mucho tiempo el orden de los capitales extranjeros.

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A partir de 1856, le tocaría a Sar-miento -obsesionado por evitar el ahondamiento de la división en-

tre los argentinos- fundar la primera lo-gia regular de nuestro país, denominada “Unión del Plata”. Sin embargo, el germen de la división política predominante en el país, ya había penetrado en el seno mis-mo de la masonería: Grupos abiertamente antiurquicistas y pro-porteños, chocaban con los que encontraban en el espíritu de la Constitución del 1853 la unión del país.

En 1858 ya funcionaban en Rosario las logias “Fraternidad” y “Bien Social”, ésta última con la presidencia del general Juan Pablo López, que junto a Don Nica-sio Oroño -integrante de ella desde muy joven- fueron los que programaron y fun-daron la Villa de la Constitución. Oroño, desde 1854, como jefe de policía de Rosa-rio, fue el impulsor de una serie de me-didas que dotaron a la pujante ciudad del valor de plaza comercial y puerto princi-pal de la Confederación. El crecimiento urbano y los requerimientos de una vida ciudadana cada vez más compleja, exi-gieron un nuevo ordenamiento político, administrativo y financiero para Rosario. Con su gestión se inició el proceso que culminó con la creación de la Municipa-lidad rosarina, las primeras elecciones de concejales en 1860, y la creación de la lo-gia “Estrella del Progreso”, en 1864.

Si bien no existen evidencias con-cretas sobre la incidencia directa de la masonería en la fundación de Villa de la Constitución, sus principales fundadores

eran miembros activos e integrantes de la misma, y a través de estas organiza-ciones, pequeños empresarios, militares e intelectuales accedían a importantes puestos públicos y políticos. Intentaban colegiadamente salir de la crisis de la guerra y planificar mejoras en las condi-ciones de vida. Aquí, el lema Alberdino de “Poblar es Gobernar” tenía más que sen-tido para la pequeña burguesía rosarina. Los masones rosarinos, “Albañiles del Gran Arquitecto del Universo”, se des-tacaron por su práctica de solidaridad y su compromiso social, auspiciando la conformación de poblados entre 1857 a 1862, y entre 1860 y 1870, ocupándose de rescatar cautivos de los malones que caían sobre el sur santafesino y asistir a los enfermos durante la epidemia de cólera de 1867 .

Reconocida o no, fue poderosa la incidencia de la masonería en la vida política y económica de los pueblos. La mayoría de los hombres de poder -em-presarios, profesionales, ministros, mili-tares y presidentes de la nación- eran ma-sones. Imposible obviar su importancia, cuando en su seno, los masones Bartolo-mé Mitre, Derqui y Justo José de Urquiza representaban el predominio del puerto de Buenos Aires sobre el de la Confede-ración Argentina. La pretendida “unión del templo” no fue suficiente condición para saldar estas diferencias, que inevi-tablemente se enfrentaron en Cepeda a sangre y fuego. ¿Ocurría lo mismo en la controvertida batalla de Pavón?

Los habitantes del Pago de los Arroyos, regularmente, deja-ban sus actividades productivas

para empuñar las armas en defensa de sus propiedades. Para paliar esta rea-lidad, desde 1836 hasta la fundación de Villa de la Constitución, funcionaban un destacamento militar en el Pavón y la Comisaría de Campaña en el “Puer-to de Piedras”, dependiente del Juez de Paz del Rosario.

El 1 1 de marzo de 1851, el Jefe Políti-co del Departamento Rosario, convo-ca a todos los hacendados y propieta-rios de su jurisdicción a f in de formar una “Comisión Permanente” frente a la crisis de la frontera. Los principios

masones de sus miembros se comple-mentaron con los propósitos militares y económicos del gobierno provincial: “…y deseando desde mucho tiempo que en este paraje (rada o puerto l lamado de las Piedras) se formase una Villa o población, convencidos de las in-numerables ventajas que reportarían como también del poco valor que en la actualidad tienen los terrenos...”“...habiendo convenido en ceder tierras a favor de los señores Don José Echagüe y Don Cayetano Carbonell, vecinos ambos de la ciudad del Rosario, bajo las condiciones y propuestas que ha-bían admitido de dichos Señores para encargarse de la empresa de la men-

cionada población” “Algunas autoridades jerárquicas

del Rosario, cómo también de perso-nalidades vinculadas a importantes empresas extranjeras, visitan estos parajes, manteniendo numerosas en-trevistas con los propietarios de tierras del lugar y, las tratativas culminan con una reunión de empresarios y vecinos en la Estancia San José el 18 de julio de 1857, ocasión en la que se labra un contrato escritura documento que puede consi-derarse como el ACTA DE ORIGEN DE VILLA de la CONSTITUCIÓN, es decir de su iniciación como pueblo, de su fun-dación empresaria, ya que luego vendría la segunda fundación, la OFICIAL, el 14

de febrero de 1858” . La fundación empresarial

pretendía ganar “puertas (pueblos) a la tierra” en la zona más castigada y militarizada de la provincia, bajo las benef iciosas condiciones portuarias. Producto de las necesidades de sobe-ranía administrativa y territorial del gobernador santafesino, las demandas ofensivas y defensivas de militares rosarinos y la aspiración económica comercial, de los más altos dirigen-tes políticos del Litoral y del Interior, junto a los intereses de hacendados y lugareños del Pago, vieron en esta fundación una barrera para delimitar la inf luencia porteña.

OBJETIVOS MASÓNICOS

“LA UNIÓN DEL PLATA” Y LA “EMPRESA FUNDADORA

DE PUEBLOS”

GANAR “PUERTAS” (PUEBLOS) A LA TIERRA

Juan Pablo López, gobernador de Santa Fe, fundador y padrino de nuestra ciudad.

Las logias cumplieron un importante papel en el proceso de independencia, unión, organización nacional y consolidación del modelo de Estado Argentino. Su presencia, en el Pago de los Arroyos, se hizo notar en su espíritu y compro-

miso colonizador de alentar la fundación de pueblos.

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Villa de la Constitución nació de la política de “oficialización” y “re-afirmación de soberanía política-

militar” en la notable y desprotegida bre-cha territorial que distanciaba el Rosario de su competidora San Nicolás. El espí-ritu de Caseros, estableció un estímulo de orden y legalidad frente al caos de la extensa campaña. Un puente en la fron-tera que alentaba el acuerdo de los gober-nadores en San Nicolás de los Arroyos, símbolo extendido para todo un país en formación.

Sin embargo, la promulgación de la CONSTITUCIÓN que parecía unirlos en 1853, dividió aún más los pueblos; el puente que pretendía eliminar la frontera militar del Arroyo del Medio, no duraría mucho tiempo. La Villa de la Constitu-ción no era de todos. Sólo con su nombre y su presencia fronteriza, representó para una parte, el umbral de acceso de ese po-sible puente -muy pocas veces abierto-, “portal” del país “de la Constitución”.

El problema era económico. Urqui-za sabía que el puerto de Buenos Aires centralizaba prácticamente toda la co-municación y el comercio con el exterior y que, desde allí, la Aduana registraba y acumulaba las recaudaciones de importa-ciones y exportaciones.

La creciente legitimación de un poder central, con dominio territorial y capaci-dad para crear un orden estable, aumen-taban a largo plazo las posibilidades de asignar recursos para apoyar el proceso de acumulación capitalista. Buenos Aires era la llave del Litoral para el mercado mundial.

La carrera para instalar el Ferrocarril le permitiría a Urquiza ganarle la guerra económica a la Reina del Plata. Su crea-

LA VILLA, UN MOJÓN FRONTERIZO DE UN INCIPIENTE CAPITALISMO

ción abrigaba una esperanza política para asegurar el poder económico del Rosario y de los puertos en el sur santafesino, y así, fortalecer un posible punto de inte-gración económica entre regiones Sud-americanas.

A pesar del “río abierto”, el férreo poder económico de la burguesía porte-ña a través del monopolio de la Aduana de Buenos Aires, frustró un proyecto de unión, y la frontera política se cerró. La empresa fundadora de pueblos y ferro-

carril de la Villa de la Constitución, es-taba más comprometida por asegurar la tranquilidad y el valor de las tierras -for-tificando y patrullando la frontera entre ESTADOS- que por embarcarse en el am-bicioso proyecto de Urquiza.

Casa construida en 1875, en la esquina de las calles General López y Santa Fe (hoy Hipólito Irigoyen)

Para Juan Bautista Alberdi, “el ferro-carril hará la unidad de la República Argentina mejor que todos los Con-

gresos. Los Congresos podrán declararla una e indivisible; sin el camino de hierro que acerque sus extremos remotos queda-rá siempre divisible y dividida contra todos los decretos legislativos”.

Del chasquido de lanzas y estruen-dos de cañones al ruido de locomotoras humeantes, el ferrocarril fue la principal arma. Una prometedora pero conflicti-va empresa, desafiaba el monopolio del comercio internacional de los ríos del Litoral; trasfondo de la guerra desatada por la competitiva presencia de ingleses y franceses que compraban productos a

Rosario y Buenos Aires. ¿Qué orientación y diagramación tendría la red ferrovia-ria?, de ésta dependería el futuro modelo político y económico de la Argentina.

La exclusividad del control de las rentas aduaneras por parte de una tradi-cional burguesía porteña, la ausencia de reglamentaciones que favorecieran a un mercado nacional integrado, la falta de infraestructura de producción y circula-ción de capitales exportables, la legitima-ción de relaciones sociales de producción determinadas por un modo de produc-ción centralizado y hegemónico, hicieron del conflicto político-militar la expresión de un trasfondo económico no resuelto.

La crisis económica, luego del triunfo

militar de Cepeda, apremiaba a la Con-federación. Buenos Aires, a pesar de su derrota, estaba mejor posicionada geopo-líticamente y reanudaba sus privilegios económicos. Las regiones del Litoral y sobre todo del Interior, estaban supe-ditadas económicamente a extender el triunfo de Cepeda en los campos de Pa-vón (Septiembre de 1861). Pero… ¿Esta-ban dadas las condiciones para que los triunfos militares definieran un modelo de desarrollo económico proteccionista, hacia el interior, productivo e integrado hacia nuestros vecinos latinoamericanos? ¿Era un modelo que contrarrestaba la fuer-te determinación de un centro poderoso que dominaba la escena de las divididas y

enfrentadas regiones, potenciales estados independientes?

Para ese entonces, tampoco bastaba una Constitución, que aun sancionada, no integraba por sí misma los diferentes in-tereses económicos. En ese contexto, lejos de producirse ese puente político entre los pueblos, la Villa de la Constitución del Pago de los Arroyos Santafesino y Bonaerense, -potencial cabecera metropolitana de la economía de toda Sud América, región propuesta como capital de la Nación Ar-gentina-, continuó viviendo, hasta 1861, su mandato geográfico de frontera, para luego pasar a ser un apéndice de Buenos Aires.

¿Podría haber sido de otra manera?

LA VILLA, ¿TALÓN DE LA CONFEDERACIÓNO APÉNDICE INGLÉS DE BUENOS AIRES?

En el Pago de los Arroyos, la presencia territorial, militar y administrativa, no era suficiente garantía para determinar el lugar de poder entre enemigos y no bastaba con el desarrollo económico del Rosario para afianzar el orden de las armas, siempre latente. ¿Qué faltaba entonces?

Fracasada la unión nacional, la provincia de Santa Fe se convirtió en la vital región de la Confederación Argentina. Como nunca, se justificaba la creación de un pueblo en el espacio “vacío”, “intermedio”, “límite” entre Estados independientes.

Page 13: Suplemento Aniversario Villa Constitución

DIARIO EL SUR N°797, 11 DE FEBRERO DE 2011 13SUPLEMENTO ESPECIAL 153° ANIVERSARIO DE VILLA CONSTITUCIÓN

LA VILLA QUE SIGUIÓ SIENDO VILLA

ESTA VILLA, DEJÓ DE SER

DE LA CONSTITUCIÓN,

METÁFORA QUE

ORIENTABA SU SENTIDO;

AHORA SÓLO VILLA.

DE COMPLEMENTO

FERRO PORTUARIO DE

ROSARIO, SÓLO FUE

LUGAR DE FRONTERA.

MÁS TARDE, PASO DEL

FERROCARRIL PORTEÑO,

REPRODUJO SU CENTRO

EN EL DEPARTAMENTO.

EL “PROGRESO”

SOLAMENTE LLEGARÍA

PARA ESA ZONA TAN

CASTIGADA DE LA

HISTORIA, COMO

APÉNDICE DE BUENOS

AIRES.

Reconocida su transitividad conflictiva, esta Villa fue pro-puesta capital de la República

por Valentín Alsina. Tal vez hubie-ra sido la señal de justicia para este poblado signado por su significativo nombre y en el medio de tanto caos, resultaba motivo más que suficiente para borrar su condición de tan sólo una Villa. Rosario y San Nicolás tam-bién fueron propuestas, frente a un país resentido por bandos opuestos de uno y otro lado; como intento me-diador y equitativo de dos grandes Estados enfrentados, de extremos irreconciliables, el Pago de los Arro-yos era el medio reconciliador entre las capitales enfrentadas de Paraná y Buenos Aires.

Fracasada la posibilidad de con-cretar la federalización de toda esta zona, a la manera de “argerópolis” por excelencia,…“Rawson proponía establecer la capital en una ciudad a formarse entre los arroyos el Medio y Pavón. Por su parte Delfín Gallo, de la Vega y Ruiz de los Llanos, mo-cionaban que se expendiera entre los arroyos Ramallo y Pavón. Las diver-gencias de nuestros principales esta-distas, sus propias contradicciones respeto al punto en que se habría de fijarse ese centro político, entorpecie-ron su solución, hasta que los nuevos hombres de 1880 le pusieron punto final” Buenos Aires ganó la batalla

económica y el debate sobre su re-afirmación política como capital “fe-deral” de los argentinos.

“No obstante, después de Pavón la organización presenta de igual for-ma que en la guerra Civil, grandes dificultades. La uniformidad del Im-perium de la ley, representada por el predominio porteño, altera aisladas realidades regionales de constante rechazos. La falta de consolidar los circuitos de comunicación, básicos para un mercado económico inte-grando, se vislumbra en los escasos presupuestos con que en un prin-cipio participa Buenos Aires al res-to del país. El ferrocarril, la política inmigratoría para poblar el desierto, ligado a la incorporación de las tie-rras indias, el proyecto educativo y la organización de un ejército nacio-nal, fueron objetivos del sector liberal para salvar las carencias de un terri-torio abandonado por la guerra civil” .

La línea ferroviaria Rosario-Cór-doba no se inauguraba y el ramal Ro-sario-las Piedras, lejos de hacerse, de-jaba vulneradas las posibilidades de crecimiento y desarrollo hacia aden-tro del país. Latinoamericano. Ya no tenía sentido dicho ramal ferroviario como urgencia soberana en la fronte-ra militar del Arroyo del Medio.

No es el ferrocarril de Allan Campbell -de Rosario al Pacífico y de Rosario al Paraguay y Alto Perú-

el modelo ganador. Es el ferrocarril Buenos Aires/Rosario, el de ingenie-ros y capitales ingleses. Es el modelo Parish de Buenos Aires hacia todos los puntos del país, el elemento que concretaría la integración del interior en el proyecto agro exportador del Unicato.

El modelo Urquiza, ¿representó totalmente un modelo alternativo? ¿Sus seguidores, advirtieron la con-vicción de asumirlo como propio, con el valor de sacrificio y esfuerzo co-lectivo que implicaba la construcción de un país completo, no sólo política-mente emancipado, sino económica-mente independiente? ¿Podía ser algo más que un país mono agro exporta-dor socio de Gran Bretaña?

La potencial producción agrí-cola y ganadera del Litoral terminó adaptándose al modelo pampeano, compatibilizando necesidades comu-nes, unificadas por las demandas del mercado mundial a través del modelo radiocéntrico de Buenos Aires. Pero el Interior se vio fracturado por la con-solidación del modelo hegemónico de Buenos Aires.

La guerra de la Triple Alianza com-pleta este panorama. Alentadas por In-glaterra, Brasil, Uruguay y Argentina, unidas entre si, terminaron con el Pa-raguay, aquel resto de proyecto federal latinoamericano, que abandonara Ur-quiza en los campos de Pavón.

Una de las primeras imágenes de la Parroquia San Pablo Apóstol.