Silvestre Revueltas · Silvestre Revueltas. 6Fueron grandes amigos, a pesar de que ideolÒgicamente...

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EL UNIVERSAL Viernes 27 de diciembre de 2 0 19 CULTURA A39 PROYECTO UNAM Texto: Rafael López [email protected] El mito del vampiro en la literatura y en el cine El Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM invita al curso “El mito del vampiro en la literatura y en el cine”, que impartirá Ricardo Bernal todos los jueves, del 13 de febrero al 2 de abril de 2020, de 16:00 a 19:00 horas, en el Aula 9 de dicho instituto, en Ciudad Universitaria. Inscripciones e informes en el teléfono 56-22-66-66, extensión 49448, y en el correo electrónico i i f l e d u c o n @ g m a i l.c o m ESPECIAL Gana el reto mundial Academic Bicycle Challenge La UNAM se erigió como la ins- titución de educación superior más activa del mundo en bicicle- ta al ganar el reto mundial Aca- demic Bicycle Challenge (ABC) 2019. Acumuló 162 mil 097.7 ki- lómetros durante 30 días, con la intervención de mil 500 ciclistas pumas. Esta competencia inter- nacional, coorganizada por va- rias universidades, busca promo- ver el uso de la bicicleta entre la comunidad universitaria inter- nacional, impulsar estilos de vi- da más saludables, generar con- diciones climáticas favorables y contribuir a la sensibilización so- bre estos temas a escala global. CORTESÍA UNAM Manuel Felguérez, Trayectorias , en el MUAC La exposición Manuel Felguérez, T ray e c t o r i a s , se exhibe en el Mu- seo Universitario Arte Contem- poráneo (MUAC) de la UNAM, en el marco de los 90 años del pintor y escultor mexicano. Conforma- da por cuadros, esculturas y mu- rales que reflejan siete décadas de producción de quien es figura clave de la llamada Generación de la Ruptura, estará abierta al público hasta el 10 de mayo de 2020, en la sala 9 del citado mu- seo, de 10:00 a 18:00 horas, miér- coles, viernes y domingos; y de 10:00 a 20:00 horas, jueves y sá- bados. Lunes y martes permane- cerá cerrada. Su hija Eugenia, académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, recuerda algunos pasajes decisivos de la vida del músico mexicano Hermano de José, Rosaura y Fermín (los Revueltas abraza- dos por el talento), Silvestre, el compositor, se yergue incon- mensurable en el horizonte creativo. Personaje de la vida cultural y artís- tica mexicana de los años 30 y 40 del siglo pa- sado, cuando su generación se empeñaba en construir el país, se convirtió en un referente que ha trascendido la historia. Para conmemorar los 120 años del naci- miento de este compositor y violinista, acae- cido el 31 de diciembre de 1899 en Santiago Papasquiaro, Durango, su hija Eugenia, aca- démica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, recuerda algunos pasajes decisivos de su vida. “Hace unos años, el maestro Roberto Kolb Neuhaus, un gran revueltiano, y los académi- cos de la Escuela de Extensión Universitaria de la UNAM en San Antonio, Texas, me invitaron a un homenaje que se le haría a mi papá, por lo que pude conocer su casa en esa ciudad, si- tuada cerca de Hemisfair Park, en uno de cu- yos muros pusieron una pequeña placa en su m e m o r i a”, informa. Silvestre dejó Estados Unidos porque nece- sitaba ver a su gente. Y llegó a la Ciudad de México para vivir en una vecindad de Mixcalco con sus amigos Germán Cueto y su esposa Lola Cueto, así como con David Alfaro Siqueiros y Hermilo Novelo. Lo que quería él era estar aquí, en México. Nunca aceptó tener la nacio- nalidad estadounidense. Como un idilio Cuando Eugenia lee las cartas de su padre que se publicaron en el libro Silvestre Revuel- tas por sí mismo y en las que éste se refiere a ella como “Genito”, “Pipiluco” y “Cocorico”, se asombra. “¿Esas palabras se las dije o mi papá me las adjudicó? No sé. Lo que sí puedo decir es que nos amábamos, aunque los recuerdos que ten- go de él —ninguno malo, todos buenos— s ean como flashazos. Tenía afinidad con mi papá. Lo nuestro parecía un idilio. Lo idolatraba”, dice. Un día, el doctor Héctor Mayagoitia, enton- ces director del Instituto Politécnico Nacional, organizó un homenaje a Silvestre e invitó a Eug enia. “‘Quiero que esté presente’, me dijo. Hice un pequeño texto que me costó un gran esfuerzo. Nunca antes había escrito sobre mi papá. Pue- do escribir sobre mi tío José, pero escribir so- bre mi papá me duele. Apuntes para una sem- blanza de Silvestre Revueltas , de José, su her- mano, es el texto más puntual sobre su vida. Un día le pregunté a mi tío: ‘¿Por qué no haces la biografía de mi papá?’ ‘No, porque me due- l e’, me contestó, y lo entendí.” Amistad con Chávez Cuando la política cultural del gobierno trazó las líneas para desarrollar y fortalecer todas las manifestaciones artísticas, los intelectuales y artistas mexicanos respondieron con muchas expectativas. Dos de los músicos que aporta- ron su enorme talento fueron Carlos Chávez y Silvestre Revueltas. “Fueron grandes amigos, a pesar de que ideológicamente eran distintos: el maestro Chávez, obsecuente con el gobierno; mi papá, un rebelde. Con todo, se quisieron. Por lo que se refiere a la competencia artística entre ellos, fue fomentada más por sus contemporáneos que por ellos mismos. Recuerdo que en el ho- menaje por los 100 años del natalicio de mi papá comenzó otra vez la discusión. Critica- ban de manera exagerada al maestro Chávez, por lo que dije: ‘Su labor para enriquecer la educación musical de los niños fue primor- d i a l .’Lo puedo asegurar porque estudié en la Secundaria número 6, Sor Juana Inés de la Cruz, donde teníamos una clase de música y solfeo, y el maestro Chávez nos enviaba bo- letos para ir a los conciertos. Eran dos perso- nalidades distintas. Es como pensar en Dos- toievski y Tolstoi. Yo, como dostoievskiana, no niego la importancia de Tolstoi, pero mi amor profundo es por Dostoievski. Así le pasa a la gente con Revueltas y Chávez. Olvidemos este tema. Lo verdaderamente significativo es que son dos músicos gigantes, cada uno con su es- tilo y sus propuestas estéticas muy bien de- f i n i d a s”, indica la académica universitaria. Viaje a España Algunos estudiosos de la obra musical re- vueltiana consideran que el viaje de Silvestre a España en 1937 fue fundamental para que comenzara a desplegar su creatividad de madurez. “Mi tío José contaba que un año antes llegó a la casa, modesta pero con piano, y encontró a mi papá trabajando (él lo hacía todo en la cabeza y luego lo transcribía). ‘Hermano, han asesinado a García Lorca’, le anunció. Enton- ces, mi papá empezó a componer el ‘Home- naje a Federico García Lorca’. Él no pensaba en la Madre Patria, sino en la República Española, en vencer al fascismo. Era profundamente an- tifas cista”, señala Eugenia. En Memorias de España 1937, Elena Garro narra: “Todo iba viento en popa. Se había abierto la exposición mexicana y Silvestre Re- vueltas debía escribir México en España, el himno de los combatientes mexicanos, y Ho- menaje a García Lorca para 10 instrumentos. […] ¡El acto era muy serio! Sin embargo, Re- vueltas […] ¡no hacía nada!” Se trata de un episodio del alcoholismo de Silvestre que la escritora poblana no compren- dió, debido a lo cual dibujó un retrato super- ficial e irrespetuoso del compositor. “Lo entiendo. A la muchacha Garro le fas- tidiaba que la dejaran cuidando a mi papá. Pe- ro si uno lee ese libro con atención, puede dar- se cuenta de que ella fue conociéndolo poco a poco, hasta que al final él se convirtió en el protagonista de la historia… Siento que la de- rrota de la República Española fue lo último que mi papá pudo soportar. La muerte de hijos, el hambre, la miseria, el alcoholismo, todo se le juntó y ya no pudo más. Aunque también sabía estar alegre. Él iba de la depresión a la fuerza y el grito, y tenía lo que en aquel tiempo se consideraba el espíritu revolucionario.” Legado musical La académica universitaria alienta un proyec- to para que el legado de su padre sea resguar- dado y difundido. “Por iniciativa de mi tía Rosaura, quien por muchos años fue mi tutora, la Universidad de Filadelfia recibió bajo resguardo una parte de los microfilmes con la música de mi papá. Ella era la única que tenía los recursos económicos y las relaciones para hacer algo así. Habló con el compositor y violinista alemán Paul Hinde- mith, y se hizo la entrega. Otra parte de esos microfilmes que estaban en la UNAM, la lle- vamos a la Universidad de La Habana, en Cu- ba, cuando el gobierno revolucionario rindió homenaje a mi papá. De ahí en adelante em- pecé a evaluar qué institución podría resguar- dar todo su legado. No quiero entregarlo a Es- tados Unidos, me niego, y menos aun vender- lo. La fascinación por los dólares es bonita, pe- ro no se puede comerciar con el padre”, apunta Eug enia. En relación con las obras inéditas de Silves- tre, está en proceso una investigación a cargo de Kolb Neuhaus; uno de sus objetivos es hacer una edición crítica de ellas, lo cual requiere un esfuerzo descomunal. “Neuhaus y yo hicimos un proyecto para la UNAM: él sobre la música y yo sobre la parte histórica. En cuanto a la música, aún hay par- tituras de la primera etapa de mi papá que no se han tocado.” Hace 40 años, un joven revueltiano encon- tró en la catedral de Durango unas piececitas juveniles que Silvestre escribió a los 16 años para su maestra de piano. No son importantes, pero muestran a un muchacho en proceso de encontrar su propia voz. “Hay varias obras de mi papá que no se tocan y otras que se tocan demasiado porque a la gente le gustan: ‘Batik’, ‘8 x radio’, ‘Sensemayá’ … A mí me encanta ‘Plano s’ porque es de van- guardia, y también el ‘Homenaje a García Lor- c a’. Sin embargo, cuando muera, quiero que me toquen ‘Duérmete, clavel’”, comenta Eu- genia Revueltas. La última obra “La coronela“” fue hecha por encargo del Ins- tituto Nacional de Bellas Artes para la coreó- grafa Waldeen von Falkestein, quien estaba preparando un ballet. “Mi mamá, Ángela Acevedo —una vera- cruzana alegre que estudió música hasta ter- cero de conservatorio y le dio a su esposo algo que éste no tenía: el gozo de la vida—, me contó que ella entregaba lo que mi papá iba escribiendo. Cuando mi papá murió, se com- plicó la situación porque el encargo pasó a propiedad de Bellas Artes. Yo le di autoriza- ción a Enrique Diemecke para que revisara la partitura de esta obra inconclusa, tomara al- gunos pasajes e hiciera su propia versión. Pienso que fue un poco lo que sucedió con Ravel y su versión de ‘Cuadros de una expo- s i c i ó n’, de Mussorgski. Una buena propuesta sería que un revueltiano experto en las estra- tegias compositivas de mi papá hiciera la ver- sión que hubiera podido ser.” Por lo pronto, Eugenia está convencida de que la música de su padre es para el pueblo mexicano, de modo que no la entregará a nin- guna institución extranjera. “La única institu- ción que me da confianza es la mía, la UNAM, por eso quiero que la obra de mi papá quede bajo su resguardo”, finaliza. b FUERZA SABIA Y FRESCA b A los 29 años, Silvestre ya era un compositor de genio. El escritor cubano Juan Marinello, en su Imagen de Sil- vestre Revueltas, escribió: “Tuve el pri- vilegio de conocer al músico genial en sus días mejores, cuando su fuerza sabia y fresca le definía la final estatura…” “La única institución que me da confianza es la mía, la UNAM, por eso quiero que la obra de mi papá quede bajo su resguardo” EUGENIA REVUELTAS Académica de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM Silvestre Revueltas: a 120 años de su nacimiento ESPECIAL Fotografía del compositor mexicano tomada en Austin, Texas, en 1917. HERIDA EN LA CARA b Silvestre tenía una terrible herida en la cara como consecuencia de un asalto que sufrió en 1928, no en Chicago, Illi- nois, como se creía, sino en San An- tonio, Texas. Este dato asentado en una ficha médica fue descubierto por el doctor Parker. ”En esa época, el antimexicanismo en Estados Unidos era brutal. Asaltaron a mi papá al salir de un concierto y la leyenda cuenta (porque se tiende a mi- tificar su vida) que, con tal de salvar sus manos, las ocultó y no le importó que lo hirieran en el rostro. Esa fue la razón de que se dejara crecer la barba y cuando llegó a México se la quitó para que la herida se viera. La recuerdo... Me ima- gino su pesadumbre por estas cosas”, dice Eugenia.

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EL UNIVERSAL Viernes 27 de diciembre de 2 0 19 CULTURA A39

PROYECTO UNAMTexto: Rafael López

rl o p e z g @h o t m a i l.c o m

El mito del vampiro en la literatura y en el cineEl Instituto de Investigaciones Filológicas de la UNAM invita al curso“El mito del vampiro en la literatura y en el cine”, que impartirá RicardoBernal todos los jueves, del 13 de febrero al 2 de abril de 2020, de 16:00a 19:00 horas, en el Aula 9 de dicho instituto, en Ciudad Universitaria.Inscripciones e informes en el teléfono 56-22-66-66, extensión 49448,y en el correo electrónico i i f l e d u c o n @ g m a i l.c o m

E S P E

C I A L Gana el reto

mundial AcademicBicycle ChallengeLa UNAM se erigió como la ins-titución de educación superiormás activa del mundo en bicicle-ta al ganar el reto mundial Aca-demic Bicycle Challenge (ABC)2019. Acumuló 162 mil 097.7 ki-lómetros durante 30 días, con laintervención de mil 500 ciclistaspumas. Esta competencia inter-nacional, coorganizada por va-rias universidades, busca promo-ver el uso de la bicicleta entre lacomunidad universitaria inter-nacional, impulsar estilos de vi-da más saludables, generar con-diciones climáticas favorables ycontribuir a la sensibilización so-bre estos temas a escala global.

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AM Manuel Felguérez,Traye cto r i a s , en elM UACLa exposición Manuel Felguérez,T ray e c t o r i a s , se exhibe en el Mu-seo Universitario Arte Contem-poráneo (MUAC) de la UNAM, enel marco de los 90 años del pintory escultor mexicano. Conforma-da por cuadros, esculturas y mu-rales que reflejan siete décadasde producción de quien es figuraclave de la llamada Generaciónde la Ruptura, estará abierta alpúblico hasta el 10 de mayo de2020, en la sala 9 del citado mu-seo, de 10:00 a 18:00 horas, miér-coles, viernes y domingos; y de10:00 a 20:00 horas, jueves y sá-bados. Lunes y martes permane-cerá cerrada.

Su hija Eugenia, académica de la Facultad deFilosofía y Letras de la UNAM, recuerda algunospasajes decisivos de la vida del músico mexicano

Hermano de José, Rosaura yFermín (los Revueltas abraza-dos por el talento), Silvestre, elcompositor, se yergue incon-mensurable en el horizonte

creativo. Personaje de la vida cultural y artís-tica mexicana de los años 30 y 40 del siglo pa-sado, cuando su generación se empeñaba enconstruir el país, se convirtió en un referenteque ha trascendido la historia.

Para conmemorar los 120 años del naci-miento de este compositor y violinista, acae-cido el 31 de diciembre de 1899 en SantiagoPapasquiaro, Durango, su hija Eugenia, aca-démica de la Facultad de Filosofía y Letras dela UNAM, recuerda algunos pasajes decisivosde su vida.

“Hace unos años, el maestro Roberto KolbNeuhaus, un gran revueltiano, y los académi-cos de la Escuela de Extensión Universitaria dela UNAM en San Antonio, Texas, me invitarona un homenaje que se le haría a mi papá, porlo que pude conocer su casa en esa ciudad, si-tuada cerca de Hemisfair Park, en uno de cu-yos muros pusieron una pequeña placa en sum e m o r i a”, informa.

Silvestre dejó Estados Unidos porque nece-sitaba ver a su gente. Y llegó a la Ciudad deMéxico para vivir en una vecindad de Mixcalcocon sus amigos Germán Cueto y su esposa LolaCueto, así como con David Alfaro Siqueiros yHermilo Novelo. Lo que quería él era estaraquí, en México. Nunca aceptó tener la nacio-nalidad estadounidense.

Como un idilioCuando Eugenia lee las cartas de su padreque se publicaron en el libro Silvestre Revuel-tas por sí mismo y en las que éste se refierea ella como “G enito”,“P i p i l u c o”y“C o corico”,se asombra.

“¿Esas palabras se las dije o mi papá me lasadjudicó? No sé. Lo que sí puedo decir es quenos amábamos, aunque los recuerdos que ten-go de él —ninguno malo, todos buenos— s eancomo flashazos. Tenía afinidad con mi papá. Lonuestro parecía un idilio. Lo idolatraba”, dice.

Un día, el doctor Héctor Mayagoitia, enton-ces director del Instituto Politécnico Nacional,organizó un homenaje a Silvestre e invitó aEug enia.

“‘Quiero que esté presente’, me dijo. Hice unpequeño texto que me costó un gran esfuerzo.Nunca antes había escrito sobre mi papá. Pue-do escribir sobre mi tío José, pero escribir so-bre mi papá me duele. Apuntes para una sem-blanza de Silvestre Revueltas, de José, su her-mano, es el texto más puntual sobre su vida.Un día le pregunté a mi tío: ‘¿Por qué no hacesla biografía de mi papá?’ ‘No, porque me due-l e’, me contestó, y lo entendí.”

Amistad con ChávezCuando la política cultural del gobierno trazólas líneas para desarrollar y fortalecer todas lasmanifestaciones artísticas, los intelectuales yartistas mexicanos respondieron con muchasexpectativas. Dos de los músicos que aporta-ron su enorme talento fueron Carlos Chávez ySilvestre Revueltas.

“Fueron grandes amigos, a pesar de queideológicamente eran distintos: el maestroChávez, obsecuente con el gobierno; mi papá,

un rebelde. Con todo, se quisieron. Por lo quese refiere a la competencia artística entre ellos,fue fomentada más por sus contemporáneosque por ellos mismos. Recuerdo que en el ho-menaje por los 100 años del natalicio de mipapá comenzó otra vez la discusión. Critica-ban de manera exagerada al maestro Chávez,por lo que dije: ‘Su labor para enriquecer laeducación musical de los niños fue primor-d i a l .’ Lo puedo asegurar porque estudié en laSecundaria número 6, Sor Juana Inés de laCruz, donde teníamos una clase de música ysolfeo, y el maestro Chávez nos enviaba bo-letos para ir a los conciertos. Eran dos perso-nalidades distintas. Es como pensar en Dos-toievski y Tolstoi. Yo, como dostoievskiana, noniego la importancia de Tolstoi, pero mi amorprofundo es por Dostoievski. Así le pasa a lagente con Revueltas y Chávez. Olvidemos estetema. Lo verdaderamente significativo es queson dos músicos gigantes, cada uno con su es-tilo y sus propuestas estéticas muy bien de-f i n i d a s”, indica la académica universitaria.

Viaje a EspañaAlgunos estudiosos de la obra musical re-vueltiana consideran que el viaje de Silvestrea España en 1937 fue fundamental para quecomenzara a desplegar su creatividad dem a d u re z .

“Mi tío José contaba que un año antes llegóa la casa, modesta pero con piano, y encontróa mi papá trabajando (él lo hacía todo en lacabeza y luego lo transcribía). ‘Hermano, hanasesinado a García Lorca’, le anunció. Enton-ces, mi papá empezó a componer el ‘Home -naje a Federico García Lorca’. Él no pensaba enla Madre Patria, sino en la República Española,en vencer al fascismo. Era profundamente an-tifas cista”, señala Eugenia.

En Memorias de España 1937, Elena Garronarra: “Todo iba viento en popa. Se habíaabierto la exposición mexicana y Silvestre Re-vueltas debía escribir México en España, elhimno de los combatientes mexicanos, y Ho -menaje a García Lorca para 10 instrumentos.[…] ¡El acto era muy serio! Sin embargo, Re-vueltas […] ¡no hacía nada!”

Se trata de un episodio del alcoholismo deSilvestre que la escritora poblana no compren-dió, debido a lo cual dibujó un retrato super-ficial e irrespetuoso del compositor.

“Lo entiendo. A la muchacha Garro le fas-tidiaba que la dejaran cuidando a mi papá. Pe-ro si uno lee ese libro con atención, puede dar-se cuenta de que ella fue conociéndolo poco a

poco, hasta que al final él se convirtió en elprotagonista de la historia… Siento que la de-rrota de la República Española fue lo últimoque mi papá pudo soportar. La muerte de hijos,el hambre, la miseria, el alcoholismo, todo sele juntó y ya no pudo más. Aunque tambiénsabía estar alegre. Él iba de la depresión a lafuerza y el grito, y tenía lo que en aquel tiempose consideraba el espíritu revolucionario.”

Legado musicalLa académica universitaria alienta un proyec-to para que el legado de su padre sea resguar-dado y difundido.

“Por iniciativa de mi tía Rosaura, quien pormuchos años fue mi tutora, la Universidad deFiladelfia recibió bajo resguardo una parte delos microfilmes con la música de mi papá. Ellaera la única que tenía los recursos económicosy las relaciones para hacer algo así. Habló conel compositor y violinista alemán Paul Hinde-mith, y se hizo la entrega. Otra parte de esosmicrofilmes que estaban en la UNAM, la lle-vamos a la Universidad de La Habana, en Cu-ba, cuando el gobierno revolucionario rindióhomenaje a mi papá. De ahí en adelante em-

pecé a evaluar qué institución podría resguar-dar todo su legado. No quiero entregarlo a Es-tados Unidos, me niego, y menos aun vender-lo. La fascinación por los dólares es bonita, pe-ro no se puede comerciar con el padre”, apuntaEug enia.

En relación con las obras inéditas de Silves-tre, está en proceso una investigación a cargode Kolb Neuhaus; uno de sus objetivos es haceruna edición crítica de ellas, lo cual requiere unesfuerzo descomunal.

“Neuhaus y yo hicimos un proyecto para laUNAM: él sobre la música y yo sobre la partehistórica. En cuanto a la música, aún hay par-tituras de la primera etapa de mi papá que nose han tocado.”

Hace 40 años, un joven revueltiano encon-tró en la catedral de Durango unas piececitasjuveniles que Silvestre escribió a los 16 añospara su maestra de piano. No son importantes,pero muestran a un muchacho en proceso deencontrar su propia voz.

“Hay varias obras de mi papá que no se tocany otras que se tocan demasiado porque a lagente le gustan: ‘B atik’, ‘8 x radio’, ‘S ensemayá’… A mí me encanta ‘Plano s’ porque es de van-guardia, y también el ‘Homenaje a García Lor-c a’. Sin embargo, cuando muera, quiero queme toquen ‘Duérmete, clavel’”, comenta Eu-genia Revueltas.

La última obra“La coronela“” fue hecha por encargo del Ins-tituto Nacional de Bellas Artes para la coreó-grafa Waldeen von Falkestein, quien estabapreparando un ballet.

“Mi mamá, Ángela Acevedo —una vera-cruzana alegre que estudió música hasta ter-cero de conservatorio y le dio a su esposo algoque éste no tenía: el gozo de la vida—, mecontó que ella entregaba lo que mi papá ibaescribiendo. Cuando mi papá murió, se com-plicó la situación porque el encargo pasó apropiedad de Bellas Artes. Yo le di autoriza-ción a Enrique Diemecke para que revisara lapartitura de esta obra inconclusa, tomara al-gunos pasajes e hiciera su propia versión.Pienso que fue un poco lo que sucedió conRavel y su versión de ‘Cuadros de una expo-s i c i ó n’, de Mussorgski. Una buena propuestasería que un revueltiano experto en las estra-tegias compositivas de mi papá hiciera la ver-sión que hubiera podido ser.”

Por lo pronto, Eugenia está convencida deque la música de su padre es para el pueblomexicano, de modo que no la entregará a nin-guna institución extranjera. “La única institu-ción que me da confianza es la mía, la UNAM,por eso quiero que la obra de mi papá quedebajo su resguardo”, finaliza. b

FUERZA SABIA Y FRESCAb A los 29 años, Silvestre ya era uncompositor de genio. El escritor cubanoJuan Marinello, en su Imagen de Sil-vestre Revueltas, escribió: “Tuve el pri-vilegio de conocer al músico genial ensus días mejores, cuando su fuerza sabiay fresca le definía la final estatura…”

“La única institución que me daconfianza es la mía, la UNAM,por eso quiero que la obra de mipapá quede bajo su resguardo”EUGENIA REVUELTASAcadémica de la Facultad de Filosofía y Letrasde la UNAM

Silvestre Revueltas:a 120 años desu nacimiento

E S P E

C I A L

Fotografía del compositor mexicano tomada en Austin, Texas, en 1917.

HERIDA EN LA CARAb Silvestre tenía una terrible herida enla cara como consecuencia de un asaltoque sufrió en 1928, no en Chicago, Illi-nois, como se creía, sino en San An-tonio, Texas. Este dato asentado en unaficha médica fue descubierto por eldoctor Parker.”En esa época, el antimexicanismo enEstados Unidos era brutal. Asaltaron ami papá al salir de un concierto y laleyenda cuenta (porque se tiende a mi-tificar su vida) que, con tal de salvar susmanos, las ocultó y no le importó que lohirieran en el rostro. Esa fue la razón deque se dejara crecer la barba y cuandollegó a México se la quitó para que laherida se viera. La recuerdo... Me ima-gino su pesadumbre por estas cosas”,dice Eugenia.