¿Qué tan nuevas son las bandas criminales?bandas criminales. La trágica desaparición de dos...

5
No. 72 | Abril - Julio 2011 | | www.cinep.org.co | 3 ¿Qué tan nuevas son las bandas criminales? Impacto que han tenido los grupos neoparamiliares a nivel regional y análisis de las limitaciones del Estado colombiano a la hora de afrontar este viejo fenómeno violento revesdo con nuevos maces. Por Diego Quiroga* La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año en curso es una triste muestra de que todo lo anunciado por empresarios, ganaderos, polícos y militares acerca del triunfo de la se- guridad democráca –ahora también llamada prosperidad democráca– no ha sido tan exitoso . E n los últimos meses, la violencia ha vuel- to a ser tema de la agenda nacional. Esta vez no sólo se ha abordado la guerra contra las Farc, sino la lucha contra un ene- migo que muchos daban por terminado, aun- que se le denomine de manera distinta: las bandas criminales. La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año en curso es una triste muestra de que todo lo anunciado por empresarios, ganade- ros, políticos y militares acerca del triunfo de la seguridad democrática –ahora también lla- mada prosperidad democrática– no ha sido tan exitoso, por lo menos no para los campe- sinos víctimas del despojo de tierras, las or- ganizaciones sociales y la oposición política a nivel regional y local (Ver Gráficos No. 1 y 2). Este artículo tiene como principales objetivos presentar el impacto de los grupos llamados neoparamilitares contra la pobla- ción civil a nivel regional, que se ha venido in- crementando después del fin del proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia y plantear unos puntos a tener en cuenta para analizar las limitaciones del Estado colombiano a la hora de afrontar este viejo fenómeno violento revestido con nue- vos matices. Las bandas criminales, como “Los Rastrojos”, son un viejo fenómeno violento revesdo con nuevos maces. Imagen de sepmadivision.mil.co Gráfico 1 DINÁMICA DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Hechos de infracciones al DIH Grupos Paramilitares. Años 1990-2010 Gráfico 2 DINÁMICA DEL CONFLICTO ARMADO EN COLOMBIA Asesinatos Polícos Grupos Paramilitares. Años 1990-2010 1600 1600 1800 1400 1400 1200 1200 1000 1000 800 800 600 600 400 400 1990 1990 1995 1995 2000 2000 2005 2005 2010 2010 200 200 Seguridad y política

Transcript of ¿Qué tan nuevas son las bandas criminales?bandas criminales. La trágica desaparición de dos...

Page 1: ¿Qué tan nuevas son las bandas criminales?bandas criminales. La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año

No. 72 | Abril - Julio 2011 || www.cinep.org.co | | www.cinep.org.co | 3

¿Qué tan nuevas son las bandas criminales?

Impacto que han tenido los grupos neoparamiliares a nivel regional y análisis de las limitaciones del Estado colombiano a la hora de afrontar este viejo fenómeno violento revestido con nuevos matices.

Por Diego Quiroga*

“ La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año en curso es una triste muestra de que todo lo anunciado por empresarios, ganaderos, políticos y militares acerca del triunfo de la se-guridad democrática –ahora también llamada prosperidad democrática– no

ha sido tan exitoso ”.

En los últimos meses, la violencia ha vuel-to a ser tema de la agenda nacional. Esta vez no sólo se ha abordado la guerra

contra las Farc, sino la lucha contra un ene-migo que muchos daban por terminado, aun-que se le denomine de manera distinta: las bandas criminales. La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año en curso es una triste muestra de que todo lo anunciado por empresarios, ganade-ros, políticos y militares acerca del triunfo de la seguridad democrática –ahora también lla-mada prosperidad democrática– no ha sido tan exitoso, por lo menos no para los campe-sinos víctimas del despojo de tierras, las or-ganizaciones sociales y la oposición política a nivel regional y local (Ver Gráficos No. 1 y 2).

Este artículo tiene como principales objetivos presentar el impacto de los grupos llamados neoparamilitares contra la pobla-ción civil a nivel regional, que se ha venido in-crementando después del fin del proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia y plantear unos puntos a tener en cuenta para analizar las limitaciones del Estado colombiano a la hora de afrontar este viejo fenómeno violento revestido con nue-vos matices.

Las bandas criminales, como “Los Rastrojos”, son un viejo fenómeno violento revestido con nuevos matices.

Imag

en d

e se

ptim

adiv

isio

n.m

il.co

Gráfico 1

D i n á M i C a D e L C o n f L i C t o a r M a D o e n C o L o M B i a

Hechos de infracciones al DiHGrupos Paramilitares. Años 1990-2010

Gráfico 2

D i n á M i C a D e L C o n f L i C t o a r M a D o e n C o L o M B i a

Asesinatos PolíticosGrupos Paramilitares. Años 1990-2010

1600

1600

1800

1400

140012001200

10001000

800800

600 600

400 400

1990 19901995 19952000 20002005 20052010 2010

200 200

Seguridad y política

Page 2: ¿Qué tan nuevas son las bandas criminales?bandas criminales. La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año

No. 72 | Abril - Julio 2011 | | www.cinep.org.co |4

Seguridad y política

Balance regional de la pre-sencia neoparamilitar

Los grupos neoparamilitares no han renun-ciado a mantener sus históricos nichos de vio-lencia contrainsurgente: el Caribe colombiano y el Magdalena Medio son una triste muestra de ello. El fenómeno continúa cobrando un alto número de víctimas en la Costa pacífica, a la vez que en el nororiente del país el pano-rama no mejora. Mientras persiste la guerra contra las Farc, las bases de las AUC han ve-nido consolidando su presencia en gran parte del territorio nacional1 , y su influencia parece extenderse más allá de la economía del narco-tráfico. En síntesis, las “bandas criminales” se ubican de la siguiente manera:

En el suroccidente del país, compuesto por los departamentos de Caquetá, Putuma-yo, Cauca y sur del Huila, en donde las Farc aún conservan un innegable nivel de influen-cia, el balance después de la desmoviliza-ción de los Bloques Libertadores del Sur, los Frentes Próceres del Caguán, Héroes de los Andaquíes, Héroes de Florencia y Frente Sur del Putumayo del Bloque Central Bolívar, no es alentador. La continuidad e incremento de los cultivos ilícitos han incentivado la disputa o las alianzas entre antiguos enemigos con el fin de dominar las fases de la cadena produc-tiva de la coca (Vásquez, 2009, 141).

En el departamento de Nariño se reor-ganizaron algunos de los primeros grupos, principalmente en los municipios de Cum-bitara, Policarpa y Sotomayor tras la apari-

ción de las Autodefensas Campesinas Nueva Generación, al mando de John Jairo García, alias “nene”, y la inserción del grupo arma-do del cartel del norte del Valle conocido como “Los Rastrojos”. Actualmente se ubi-can, principalmente, entre los municipios de Barbacoas y Tumaco. Las últimas inda-gaciones acerca de la Organización Nueva Generación indicarían que ésta vendería su poder y dominio al grupo de alias Jabón (Verdad Abierta.com, 2010).

Las comunidades más afectadas han sido sin duda la etnia Awá2 y las comunida-des negras (Ver Tablas 2 y 3) que han teni-do que adaptarse o desplazarse ante la llegada de los acto-res armados. La dis-puta político-militar actualmente se libra entre los frentes 29 en Nariño; 32 y la Columna Móvil Francisco Matallana en el departamento de Putumayo, y los Frentes 6 y 8 de las Farc en el departamento del Cau-ca contra “Los Rastrojos”, quienes también ejercen influencia sobre la ciudad de Cali y el sur del Valle del Cauca.

Llama la atención el alto número de víc-timas totales en el departamento del Cauca, seguido por Nariño, donde aún hay un fuerte accionar de las Farc (Ver Tabla No. 1). Lo an-terior indica que persisten las acciones anti-subversivas en las zonas de mayor presencia guerrillera. En el último año “Los Rastrojos” han logrado establecer su hegemonía. Su éxi-to se debe, en gran parte, a que han evitado la confrontación directa con las Farc a cambio de librar la guerra a través de la victimización de la población civil.

El balance de la desmovilización de grupos como el Frente Sur del Putumayo del Bloque Central Bo-lívar, en el suroccidente del país, no es alentador.

Imag

en d

e su

rim

ages

.com

Fuente: Sistema de Información General CINEP/PPP.

En el nororiente del país, el neoparami-litarismo se ha reacomodado respondiendo tanto a viejos como nuevos contextos. Desde mediados de los años ochenta se considera al municipio de Puerto Boyacá como la cuna del paramilitarismo en Colombia, proceso en el cual confluyeron élites locales, fuer-za pública y narcotráfico (Medina, 1990). De manera tardía, hacia finales de los años noventa, producto de la conformación de las AUC se crearon nuevos grupos parami-litares que entraron a disputar la histórica hegemonía del ELN y las Farc, quienes desde finales de los años setenta hacían presencia

en la en la región.Sin haberse

dado por concluidas las ceremonias de entregas de armas, en la región del Ca-tatumbo, Norte de Santander, en el año

2006 se dio a conocer el grupo paramilitar denominado Águilas Negras. Para el 2007 se le sumó la presencia de las Autodefensas Gaitanistas, las Águilas Doradas y “Los Ras-trojos” (MAPP-OEA, 2007, 9). El principal ob-jetivo de estos grupos ha sido continuar con el control del contrabando de gasolina, las ru-tas para el tráfico de droga, e incluso una gran variedad de productos del sector servicios provenientes de la vecina República Boliva-riana de Venezuela. Tanto en Santander como en Norte de Santander el número de víctimas civiles ha aumentado vertiginosamente en los últimos años (Ver Tabla No. 2).

Alias “Cuchillo”, recientemente dado de baja, y Jesús Pirabán Garnica, “Jorge Pirata”, se desmovilizaron el 11 de abril de 2006, a través de acuerdos que tuvieron lugar por

“ La continuidad e incremento de los cultivos ilícitos han incentivado la dis-puta o las alianzas entre antiguos ene-migos con el fin de dominar las fases de la cadena productiva de la coca ”.

Tabla No. 1

n Ú M e r o D e V Í C t i M a S C i V i L e S P o r G r U P o S P a r a M i L i ta r e S

Departamento 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

CaQUetá 17 13 18 3 1 11 2 2 3 1 0

CaUCa 128 180 164 48 37 30 25 39 102 93 31

HUiLa 18 9 19 102 33 38 4 2 4 11 0

nariÑo 67 71 29 21 16 26 35 60 64 66 91

PUtUMaYo 18 16 11 5 40 38 16 0 1 4 3

SantanDer 100 340 161 263 126 77 134 171 221 300 115

Page 3: ¿Qué tan nuevas son las bandas criminales?bandas criminales. La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año

No. 72 | Abril - Julio 2011 || www.cinep.org.co | | www.cinep.org.co | 5

Fuente: Sistema de Información General CINEP/PPP.

Fuente: Sistema de Información General CINEP/PPP.

país. En ese sentido, ya sea por coerción o cohesión la presencia de un actor dominan-te terminó por resolver las disputas sobre diversos negocios a favor de las AUC, claro está, a costa de un gran número de víctimas (Ver Gráfico No. 1).

Sin embargo, tras la pérdida de influen-cia de los jefes paramilitares, producto de su reclusión y posterior extradición, la región se convirtió en el principal eje de la disputa de los grupos locales, ya que éstos continuaron regulando, de manera descentralizada, nego-cios como el chance, el paga diario3 , el con-

trabando, el control de los cen-tros de expendio de narcóticos y la prostitución. La experiencia previa de los desmovilizados, narcos y disidentes del proceso de paz en el control de econo-mías ilegales abrió una ventana de oportunidad para los profe-sionales de la violencia en “paro”.

Las regiones más afectadas por estos grupos son: la alta Gua-jira, la Sierra Nevada de Santa Marta, el Alto Sinú y San Jorge en Córdoba, el Magdalena Medio y el medio Atrato en el departa-mento del Chocó (Ver al respecto Mapa No. 1 y Tabla No. 1). Su ac-cionar se concentró en el asesi-nato selectivo, por encima inclu-so de las amenazas reportadas, pero cabe anotar que el recurso de las masacres no desapareció aun después del proceso de paz (Ver Mapa No 1 sobre masacres neoparamilitares).

fuera de las negociaciones que la cúpula paramilitar adelan-taba en Santa Fe de Ralito (El País, 2006, A10). Actualmente el Ejército Revolucionario Popu-lar Antisubversivo de Colombia (ERPAC) ejerce su dominio en el oriente del Meta, Vichada y Casanare (Human Rights Watch, 2010, 38), antiguas zonas de in-fluencia del Bloque Centauros (Ver Tabla No. 2).

Por su parte, en el Caribe colombiano, después de que los grupos paramilitares aseguraran un importante nivel de influen-cia en la política local y regional que llegó a impactar a la rama legislativa (por no mencionar a la Fiscalía, el DAS, entre otras insti-tuciones estatales) a nivel central, las acciones paramilitares cum-plirían con su función de control en la región, lo que condujo a un progresivo debilitamiento de la capacidad bélica de las guerrillas. Para el año 2003, la disputa entre los actores armados se resolvió a favor de los grupos paramilitares: Chengue, El Salado, Pi-vijay, Pechelín, María Angola, Bahía Portete, y muchas otras masacres cumplirían con su función intimidatoria frente las comunidades (Ver al respecto los casos emblemáticos del Grupo de Memoria Histórica sobre El Salado, 2009 y Bahía Portete, 2010).

Aunque las AUC proyectaban un man-do unificado que nunca lograron consoli-dar, aprovecharon la experiencia de grupos delincuenciales locales para mejorar su in-formación sobre las zonas de expansión y consolidar su inserción en muchas zonas del

Seguridad y política

tabla no. 2

n Ú M e r o D e V Í C t i M a S C i V i L e S P o r G r U P o S P a r a M i L i ta r e S

Departamento 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

araUCa 9 12 45 108 97 76 17 3 11 4 0CaSanare 11 19 6 16 27 6 1 2 0 5 0GUaViare 0 4 3 50 45 12 4 0 0 7 1Meta 28 45 148 204 92 125 71 26 32 43 15norte De SantanDer 130 140 104 315 80 17 11 18 31 104 109SantanDer 100 340 161 263 126 77 134 171 221 300 115

Tabla No. 3

n Ú M e r o D e V Í C t i M a S C i V i L e S P o r G r U P o S P a r a M i L i ta r e S

Departamento 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010

atLántiCo 7 10 23 102 66 71 12 12 15 12 5

BoLÍVar 145 157 59 201 105 35 24 67 34 12 20

CeSar 115 86 36 102 49 21 17 83 113 12 2

CÓrDoBa 27 48 16 85 59 12 7 72 100 12 117

La GUaJira 19 5 47 26 31 21 7 15 25 12 9

MaGDaLena 68 64 46 301 45 43 4 24 11 12 8

SUCre 49 12 23 41 29 18 12 18 8 12 11

Page 4: ¿Qué tan nuevas son las bandas criminales?bandas criminales. La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año

No. 72 | Abril - Julio 2011 | | www.cinep.org.co |6

Seguridad y política

Actualmente la disputa tanto por el con-trol de los mercados legales como ilegales se libra así: “Los Rastrojos”, “Los Paisas” (El Heraldo, 2009, 3A), el “Frente Antisubversi-vo Wayuú” y las “Águilas Negras” hacen pre-sencia en los municipios del norte y el occi-dente de la Sierra Nevada de Santa Marta y en la Guajira; en Barranquilla se encuentran Los Paisas y las Águilas Negras; en el depar-tamento de Bolívar se han venido armando nuevos grupos sobre el Golfo de Morrosqui-llo y Los Paisas se localizan en los principa-les municipios del centro del departamento. Finalmente, en Córdoba todos los grupos mencionados se encuentran disputando los recursos de más de quince años de monopo-lio paramilitar.

Desafíos del gobierno central: discontinuidades entre el po-der central y el poder regional

Sin duda, el mayor logro de Uribe fue dejar sin piso el discurso contrainsurgente de las AUC, que justificaba su existencia ante la in-capacidad del Estado de defender el derecho a la propiedad ante el asedio guerrillero. Pero llama la atención que el fenómeno neo para-militar4 siga floreciendo en regiones donde hace años no hay guerrilla ni tampoco un número importante de cultivos ilícitos. Sin duda, los grupos rearmados se encuentran estrechamente vinculados a varios eslabones de la cadena productiva de la coca –ya sea en la promoción y compra de la hoja o de la Pasta de PVC, su conversión en cocaína, o su exportación a nivel internacional– y han ase-gurado la continuidad del negocio que a san-

gre y fuego consolidó cada uno de los grupos confederados de las extintas AUC. Pero, a la vez, las amenazas y acciones contra la opo-sición política y las organizaciones sociales a nivel regional continúan, lo que da muestras de que sus intereses van mucho más allá de una guerra por la depredación de recursos. Pretender que este fenómeno implicó una ruptura con el modelo paramilitar que acce-dió a desmovilizarse es un craso error.

La lectura moral del fenómeno que ha-cen tanto académicos como políticos no deja de llamar la atención: ya sea por buscar des-proveer al paramilitarismo de su “discurso político” o de cubrirle la espalda a la política de seguridad (o prosperidad) democrática, lo cierto es que lo cierto es que aislar lo políti-co de lo económico al analizar este fenómeno oculta la complejidad del mismo, y evidencia que hacer tal separación va más allá de un asunto meramente metodológico y trasciende al campo político. Luchar contra esta lectura maniquea que termina definiendo el horizon-te de la política contra estos grupos es uno de los primeros retos con los que se encuentra el gobierno de Santos.

La búsqueda de control de la política lo-cal en lo que se ha bautizado por los medios de comunicación como “bacrimpolítica” (Ver “Futuro incierto para ‘Bacrimpolítica’ en elec-ciones” en esta misma edición) ya deja mucho que desear de dicha denominación. Sin duda, los miembros de estos grupos requieren ase-

gurar un margen de influencia sobre la políti-ca local para tener acceso a los flujos de infor-mación de las entidades de control, conocer de cerca a las organizaciones de víctimas que reclaman la restitución de bienes, saber de antemano operativos de la fuerza pública, y mantener a raya a la oposición política. La “Bacrimpolítica” muestra que hay más conti-nuidades que rupturas con el modelo parami-litar anterior.

Una muestra del nivel de influencia del legado de las AUC en las regiones ha sido la reciente decisión del Ministerio del Interior y de Justicia de trasladar a la cárcel de Máxi-ma seguridad de Cómbita en Boyacá a alre-dedor de 1100 personas5 incriminadas en es-tos nuevos grupos, ante la imposibilidad de contrarrestar sus acciones desde las cárce-les en distintas regiones del país. Dejar úni-camente en manos de la policía el combate a estos grupos indica una lectura superficial

El Ministerio del Interior y de Justicia se ha negado a trasladar a la cárcel de Máxima seguridad de Cómbi-ta, en Boyacá, a alrededor de 1100 personas incriminadas en estos grupos neoparamilitares.

Imag

en d

e m

inut

o30.

com

Imag

en d

e al

term

edia

mun

do.b

logi

a.co

m

Los grupos rearmados se encuentran vinculados a varios eslabones de la cadena productiva de la coca y han asegurado la continuidad del negocio.

“ Pretender que este fenómeno im-plicó una ruptura con el modelo para-militar que accedió a desmovilizarse es un craso error. Aislar lo político de lo económico al analizar este fenóme-no oculta la complejidad del mismo, y evidencia que hacer tal separación va más allá de un asunto meramente metodológico y trasciende al campo

político ”.

Page 5: ¿Qué tan nuevas son las bandas criminales?bandas criminales. La trágica desaparición de dos estudiantes universitarios de Bogotá en el departamento de Córdoba en enero del año

No. 72 | Abril - Julio 2011 || www.cinep.org.co | | www.cinep.org.co | 7

Seguridad y política

referencias

notas

• El País, 2006, “’Héroes’ de las AUC dejaron las armas”. en El País, Cali, 12 de abril • Granada, Restrepo y Tobón, 2009, “Neoparamilitarismo en Colombia: una herramienta conceptual para

la interpretación de dinámicas recientes del conflicto armado colombiano” en Jorge Restrepo y David Aponte editores, Guerra y violencias en Colombia: herramientas e interpretaciones, Editorial Pontificia Universidad Javeriana, Bogotá, pp 468-483. Disponible en: http://www.cerac.org.co/libro/10_Neopara-militarismo_en_Colombia.pdf

• De la Hoz, Alexandra y Ferro, Gerardo, 2009, “Zar prende las alarmas: Enilse López, ¿la única con chance?” en El Heraldo.com.co, Bogotá, enero 22. Disponible en: http://www.anticorrupcion.gov.co/noticias/2009/enero/090122b.asp

• Human Rights Watch, 2010, Herederos de los paramilitares: la nueva cara de la violencia en Colombia. Disponible en: http://www.hrw.org/node/88065

• Instituto de Estudios para el Desarrollo y la Paz (Indepaz), 2010, V Informe sobre Narcoparamilitares en 2010. Disponible en: http://www.indepaz.org.co/attachments/586_V%20Informe%202010%20INDEPAZ%2015-03-2011.pdf

• MAPP-OEA, 2007, Octavo informe trimestral del Secretario general al Consejo permanente sobre la misión de apoyo al proceso de paz en Colombia. Disponible en: http://www.colectivodeabogados.org/OCTAVO-INFORME-TRIMESTRAL-DEL

• Medina, Carlos, 1990, Autodefensas, paramilitares y narcotráfico en Colombia: Origen, desarrollo y consolidación. El caso de Puerto Boyacá, Editorial Documentos periodísticos, Bogotá.

• Vásquez, Teófilo, 2009, “El problema agrario, la economía cocalera y el conflicto armado” en Revista Controversia, No. 192, CINEP/PPP. Bogotá.

• Verdad abierta.com, 2008, “El vuelo de las Águilas Negras (Semana)” en Verdadabierta.com, Bogotá, agosto 26. Disponible en: http://www.verdadabierta.com/conflicto-hoy/50-rearmados/170-el-vuelo-de-las-aguilas-negras-

1 Según Indepaz, los grupos narcoparamilitares hacen presencia en 360 municipios (Indepaz, 2010).2 Tan sólo en el año 2009 se registraron 2 masacres, con 15 y 12 víctimas respectivamente, contra esta

comunidad indígena, que ha quedado en medio de la disputa entre las Farc, la fuerza pública y las mal llamadas “bandas criminales”.

3 Préstamo inmediato de dinero con la condición de pagar intereses diarios.4 Granada, Restrepo y Tobón (2009, 495-497) proponen que si bien hay continuidad con el modelo

paramilitar de las AUC también hay nuevas dinámicas propias de una nueva etapa de la violencia en Colombia.

5 Intervención del Ministro del interior y de Justicia Germán Vargas Lleras en panel Los desafíos del Estado frente a las Bandas Criminales, organizado por la Corporación Nuevo Arco Iris, el 1 de abril del 2011.

*Diego QuirogaJoven investigador del equipo ODECOFI

del CINEP/PPP

del fenómeno, como si se tratara de simples estructuras criminales.

Queda en evidencia que una cosa es la política del Estado a nivel central y otra su acción a través de la burocracia y la interme-diación política local y regional que cobija a cada una de las ramas del poder público. Tal escenario muestra que las aparentes buenas intenciones en términos de política de resti-tución de tierras y víctimas por parte del go-bierno (intenciones que aún están por verse después del proyecto de reforma a la Ley 30 de educación superior), tienen un panorama poco alentador al aplicar dichas decisiones en el ámbito local. El nuevo “embrujo progre-sista” santista debe ser leído con objetividad, pues si bien el estilo del actual mandatario difiere mucho del estirpe gamonalista del uri-bato, no hay que olvidar la habilidad camaleó-nica de Santos –exministro de conservadores, liberales y de Uribe–.

Para finalizar, es importante señalar que el paramilitarismo que se ha venido reconfi-gurando en las regiones de Colombia, aunque está lejos de querer optar por imponerse a nivel nacional, tiene en el escenario local un lugar seguro de reproducción. Permanecer en las regiones le permite ejercer dominio, sea alto o bajo, sobre la política, la economía y las comunidades, con pocos riesgos, pues no constituye una amenaza para el Estado cen-tral y, al contrario, se convertía en un aliado estratégico para apuntalar apoyos políticos en el nivel central. Este es el escenario que aún está por estudiarse a profundidad.

El paramilitarismo que se ha venido reconfiguran-do en las regiones de Colombia, aunque está lejos de querer optar por imponerse a nivel nacional, tiene en el escenario local y regional un lugar seguro de reproducción.

Imag

en d

e in

fosu

rhoy

.com

Rompecabezas es un espacio radial de opinión pública, análisis, reflexión ydiscusión que con diferentes géneros periodísticos, voces y puntos de vista,

enriquece las miradas sobre el país que construimos a diario.

Escúchenos en Bogotá todos los lunes de 6 a 7 p.m. por Javieriana Estéreo 91.9 FM y 1430 AM. Si está en Pasto puede escucharnos a través de Ecos de Pasto (740 AM) el domingo de 6 a 7pm; en Tierralta, Córdoba a través de la emisora Sergio Restrepo (105.0) los lunes de 7 a 8 am y en San Gil, Santander a través de la

emisora La Cometa el jueves de 9 a 10 pm.