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NACIONAL SEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSA Nº 257/26-IV-2001 Masonería

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NACIONALSEMANARIO DE INFORMACIÓN RELIGIOSANº 257/26-IV-2001

Masonería

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Etapa II - Número 257Edición Madrid

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Agust ín. Arzobispadode Madrid

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La pertenenciaa la masoneríacuestiona losfundamentoscristianos

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LXXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española:

Quienes colaboran con ETAno merecen el nombre de cristianos

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Escribe el Magistradodon José Luis

Requero:

Autonomías y unionesde hecho

8 La foto

9 Criterios

10 Cartas

Aquí y ahora

11 Ver, oír y contarlo.

12 El Evangelio del sufrimiento.

13 Un momentode responsabilidad

Iglesia en Madrid

12 Capellanes de hospitales:Un importante apostolado.

13 La voz del cardenal arzobispo

14 Testimonio

15 El Día del Señor

16-17 RaícesCatedral de León:Arquitectuta de luz increada

Mundo

20 Entrevista al cardenal Tomko:Misión: medicinapara un Occidente cansado.

21 África, ¿pozo de la desgracia?

22-23 La vida

Desde la fe

24 Libro-entrevista de monseñorFoley: Dios en la aldea global.

26 Libro: Harry Potter.Cine: Silencio roto.

27 En torno a la colonización:¿Explotación..., o civilización?

28-29 Libros.

30 Con ojos de mujer.

31 No es verdad

32 Contraportada

A. Ll. P.

Algunos medios de comunica-ción ya se han hecho eco dela noticia, y han publicado re-

portajes y entrevistas con motivo dedicho acontecimiento. La masonería,con sus leyendas, su historia, y el re-celo y, a la vez, la curiosidad que sus-cita, ha sido protagonista de estudios,ensayos, libros, investigaciones y po-lémica desbordante. Enemigos y sim-patizantes, persecuciones y contra-dicciones, secretismo, conveniencia,poder, política... Tantas palabras vie-nen a la mente cuando se nombra a lamasonería.

Internet se ha convertido hoy en un

buen soporte que permite hacer circu-lar las tesis sobre las que se sustenta lamasonería. En la misma página webde La Gran Logia de España, el GranMaestro, don Tomás Sarobe, da labienvenida a los internautas que seacerquen hasta su sitio, y en pocas lí-neas traza un perfil de la masoneríasegún la propia institución: La GranLogia de España es una orden iniciá-tica, cuyos orígenes se remontan a lalejana antigüedad. Pertenecemos aesa Hermandad Universal de hom-bres libres que tanto han servido a lasociedad a través de los siglos y quedesea seguir sirviéndola con un únicolema: «Mejórate a ti mismo y mejo-rarás así la sociedad que te acoge».Explica a su vez que, para el no ini-

ciado, resultará extraño encontrarseexpresiones, lugares o vestimentas nousuales o arcaicas, y que, con la mejorintención y absoluta transparencia, lamasonería se abre al visitante. (...) Ennuestras logias no cabe la intriga, mu-cho menos la conspiración ni el sec-tarismo, no consintiendo ninguna dis-criminación por credo, raza o condi-ción social. Está prohibida expresa-mente toda discusión política oreligiosa. La Gran Logia de España,como todas las obediencias masóni-cas regulares del mundo, exige de susmiembros la obligatoriedad de ser«Creyente, libre y de buenas costum-bres», como reza nuestro tradicionalCódigo de Conducta Masónica.

Ésa es la definición que los maso-nes hacen de sí mismos. Algunos ex-pertos sobre el tema han hablado paraAlfa y Omega, y las conclusiones son,por lo menos, sorprendentes.

¿Pero qué es la masonería?

El profesor don Ricardo de la Cier-va, historiador e investigador, ha de-dicado muchos años de su vida al es-tudio de la masonería. Sus argumentosson tan sólidos como los documentosque presenta como pruebas irrefuta-bles. Viajes al extranjero, sobre todo aFrancia e Inglaterra, los dos países conmayor tradición masónica, y el ras-treo por las bibliotecas han dado lu-gar a libros como El triple secreto dela masonería; o Los signos del Anti-cristo, entre muchos otros, donde lasinvestigaciones y los documentos ha-llados, algunos de ellos inéditos enEspaña, han dejado casi sin respuestaa la propia masonería, o a sus defen-sores.

Afirma que la masonería tiene unatesis fundamental: su esencia sólopuede ser comprendida por un ma-són. Esta tesis tiene un precedente enel siglo I después de Cristo, en losgnósticos, que buscaban la gnosis, elconocimiento profundo, y que afir-maban poder alcanzarlo sólo ellos.Ya el Papa León XIII, en su encíclica«In eminenti», explicaba que «la ma-sonería es la actualización del paga-nismo antiguo y el gnosticismo». Elgnosticismo nació como una reacciónpagana contra el cristianismo, y se havenido reproduciendo a lo largo de laHistoria hasta hoy. Se puede afirmarque la masonería es una organizaciónque tiene como fin fundamental aca-bar con el cristianismo, implantar lasecularización en la sociedad, y estose puede ver en la lectura de los ri-

En portada Alfa y Omega 26-IV-2001 3

El próximo mes de mayo se celebra la V Conferencia Mundial de Grandes Logias en Madrid

La pertenencia a la masoneríacuestiona los fundamentos cristianos

Sería una necia pretensión querer abarcar en cinco páginas toda la intrincada problemática y todos losmatices de una reliada tan compleja como la masonería. Sí se puede, en cambio, intentar un acercamiento–periodístico, divulgativo al mismo tiempo que sereno y responsable– y tratar de responder a algunascuestiones: ¿pero todavía hay masones?; ¿cuántos y quiénes son?; ¿qué hay de cierto en eso de que, ins-talados en los centros de poder y de influencia, controlan grandes sectores sociales, culturales, políticos,mediáticos, económicos?; ¿se puede ser cristiano y masón?; ¿qué dice la Iglesia de la masonería? És-tas y otras preguntas están en la calle constantemente, y dentro de poco lo van a estar más todavía, cuan-do el próximo mes de mayo tenga lugar en Madrid la V Conferencia Mundial de Grandes Logias

Acto de la Gran Logia Federal de España

Alfabeto masónico

tuales masónicos. Para don César Vidal, historiador

y teólogo, autor de libros como El de-safío de las sectas; El retorno del ocul-tismo; o Nuevo diccionario de sectasy ocultismo, la masonería es un gruposecreto cuyos miembros sólo se cono-cen entre sí, y de hecho, en teoría, bus-can fines que son atractivos, como lalibertad, la ilustración o la sabiduría,pero en la práctica están más cercade otros fines ocultos. Dentro de esegrupo hay gente que va recibiendouna iniciación progresiva o un cono-cimiento cada vez mayor en cienciasocultas, que en apariencia tienen unafinalidad buena y, sin embargo, en lapráctica pueden tener una finalidadque dista mucho de ser tan buena. Enel caso de la masonería hay un ele-mento que me parece peculiar, y es

que en general, dentro de todas lassociedades secretas e iniciáticas, laspersonas que están en los escalonesinferiores desconocen el grado de ini-ciación de los escalones superiores.Es decir, que la gente que está en ungrado de iniciación bajo no creería,seguramente, en muchas de las cosasque suceden en escalones superiores,sencillamente porque las desconocen,y como no forman parte del área deconocimiento en la que han sido ini-ciados, les parecen imposibles. En es-te sentido, César Vidal afirma que, siuno le dijera a una persona que per-tenece a los grados inferiores de ini-ciación de la masonería, que ésta, ensus grados superiores, es diabólica,le parecería un disparate. Es posible,incluso, que esta persona identifique alGran Arquitecto del Universo con elDios de la religión de la que procede,que puede ser, por ejemplo, la católi-ca, o la musulmana, etc. Sin embar-go, para una persona iniciada en gra-dos superiores de la masonería, sí queestá muy claro que el Gran Arquitec-to no es el Dios de otras religiones,sino que es Lucifer, y eso está com-probado porque aparece en algunosde los textos clásicos masones. En lasobras de Pike, que fue patriarca de lamasonería en Estados Unidos, apa-rece muy claro que la cosmovisión quetiene la masonería, o al menos en lasobediencias masónicas en las que élestaba iniciado, era una cosmovisióndiabólica. Lucifer para ellos no eraun personaje negativo, sino positivoy caracterizado por transmitir la luz yel conocimiento último. Esa visión dia-bólica, que para la gente que ha sidoiniciada en escalones superiores esmuy clara, para la gente que está enescalones inferiores, si uno se lo co-mentara, pensaría que es una calum-nia y una injuria para la masonería,porque diría que ésta sólo tiene valo-res que, en términos generales, sonmuy limpios.

El Código Moral Masónico, que lapropia Gran Logia de España hace pú-blico, recoge 23 mandamientos: Ve-nera al Gran Arquitecto del Univer-so. El verdadero culto que se da alGran Arquitecto consiste principal-mente en las buenas obras. Ten siem-pre tu alma en estado puro, para apa-recer dignamente delante de tu con-ciencia. Ama a tu prójimo como a timismo. Haz bien por amor al mismobien... Son una muestra de este códigomoral, que contiene máximas, algu-nas de las cuales el lector habrá leídomás de una vez...

A la pregunta: ¿Qué es la masone-ría?, Fernando José Vaquero, estu-dioso de la masonería, en un artículopara la revista electrónica Arbil, hacela siguiente reflexión: Es una difícilpregunta, pues, ante todo, lo que lacaracteriza es el secreto. Aunque pa-ra algunos autores se trata de una so-ciedad cerrada, o simplemente dis-creta. Y es lógico que, dados sus ig-notos fines, otros consideren que sólosale a la luz pública aquello que in-teresa a los propios masones que asísea (...), pero en un asunto en el que el

secreto todo lo vela, ¿dónde termina loreal y empieza la fantasía?

¿Puede un católico ser masón?

A lo largo de su historia la Iglesiacatólica ha condenado y desaconseja-do a sus fieles la pertenencia a aso-ciaciones que se declaraban ateas ycontra la religión, o que podían poneren peligro la fe. Entre estas asocia-ciones se encuentra la masonería. Ac-tualmente, la legislación se rige por elCódigo de Derecho Canónico pro-mulgado por Juan Pablo II el 25 deenero de 1983, que, en su canon 1374,señala: Quien se inscribe en una aso-ciación que maquina contra la Igle-sia debe ser castigado con una penajusta; quien promueve o dirige esaasociación ha de ser castigado conentredicho.

Esta nueva redacción supone dosnovedades respecto al Código de1917: la pena no es automática y nose menciona expresamente a la maso-nería como asociación que conspirecontra la Iglesia. Previendo posiblesconfusiones, un día antes de que en-trara en vigor la nueva ley eclesiásticadel año 1983, fue publicada una de-claración firmada por el cardenal Rat-zinger, Prefecto de la Congregaciónpara la Doctrina de la Fe. En ella seseñala que el criterio de la Iglesia noha variado en absoluto con respecto alas anteriores declaraciones, y la no-minación expresa de la masonería sehabía omitido por incluirla junto aotras asociaciones. Se indica, además,que los principios de la masonería si-guen siendo incompatibles con la doc-trina de la Iglesia, y que los fieles quepertenezcan a asociaciones masóni-cas no pueden acceder a la SagradaComunión.

Don Ricardo de la Cierva afirma,en este sentido, que la Iglesia ha con-denado siempre la masonería. En elsiglo XVIII los Papas lo hicieron conmucha más fuerza, y en el XIX se man-tuvieron. En el Código de DerechoCanónico de 1917 se excomulgaba alos católicos que dieran su nombre ala masonería, y en el de 1983 el ca-non de la excomunión desaparece,junto con la mención explícita de lamasonería, lo que ha podido crear enalgunos la falsa opinión de que laIglesia poco menos que aprueba a lamasonería.

Es difícil hallar un tema –explicaFederico R. Aznar Gil, en su ensayoLa pertenencia de los católicos a lasagrupaciones masónicas según la le-gislación canónica actual (1995)– so-bre el que las autoridades de la Igle-sia católica se hayan pronunciado tanreiteradamente como en el de la ma-sonería: desde 1738 a 1980 se con-servan no menos de 371 documentossobre la masonería, a los que hay queañadir las abundantes intervencionesde los dicasterios de la Curia Romanay, a partir sobre todo del Concilio Va-ticano II, las no menos numerosas de-claraciones de las Conferencias Epis-

En portadaAlfa y Omega4 26-IV-2001

Los masones se rodean de símbolos en sus reuniones

Uno de los sellos del Gran Oriente Español

copales y de los obispos de todo elmundo. Todo ello está indicando quenos encontramos ante una cuestiónvivamente debatida, fuertemente sen-tida y cuya discusión no se puede con-siderar cerrada.

Casi desde su aparición, como ex-plica Fernando José Vaquero, la ma-sonería generó preocupaciones en laIglesia. Clemente XII, en In eminenti,había condenado a la masonería. Mástarde, León XIII, en su encíclica Hu-manum genus, de 20 de abril de 1884,la calificaba de organización secreta,enemigo astuto y calculador, negado-ra de los principios fundamentales dela doctrina de la Iglesia...

En el canon 2335 del Código deDerecho Canónico de 1917 estable-cía que los que dan su nombre a lasecta masónica, o a otras asociacionesdel mismo género, que maquinan con-tra la Iglesia o contra las potestadesciviles legítimas, incurren ipso factoen excomunión simplemente reserva-da a la Sede Apostólica.

El delito –según Federico R. Az-nar Gil– consistía en primer lugar endar el nombre o inscribirse en deter-minadas asociaciones (...) En segundolugar, la inscripción se debía realizaren alguna asociación que maquinasecontra la Iglesia: se entendía que ma-quinaba «aquella sociedad que, porsu propio fin, ejerce una actividad re-belde y subversiva o las favorece, yapor la propia acción de los miembros,ya por la propagación de la doctrinasubversiva; que, de forma oral o porescrito, actúa para destruir la Igle-sia, esto es, su doctrina, autoridadesen cuanto tales, derechos, o la legítimapotestad civil» (...) En tercer lugar,las sociedades penalizadas eran lamasonería y otras del mismo género,con lo cual el Código de Derecho Ca-nónico establecía una clara distin-ción: mientras que el ingreso en lamasonería era castigado automática-mente con la pena de excomunión, lapertenencia a otras asociaciones te-nía que ser explícitamente declaradacomo delictiva por la autoridad ecle-siástica en cada caso.

Los motivos que argumentaba laIglesia católica para su condena a lamasonería eran fundamentalmente: elcarácter secreto de la organización, eljuramento que garantizaba ese carác-ter oculto de sus actividades y los com-plots perturbadores que la masoneríallevaba a cabo en contra de la Iglesia ylos legítimos poderes civiles. La pe-na establecía directamente la exco-munión, estableciéndose además unapena especial para los clérigos y losreligiosos en el canon 2336, según es-cribe Federico R. Aznar Gil. Tambiénse recordaban las condiciones esta-blecidas para proceder a la absoluciónde esta excomunión, que consistíanen el alejamiento y la separación dela masonería, reparación del escánda-lo del mejor modo posible, y cumpli-miento de la penitencia impuesta.

Las consecuencias de la excomu-nión incluían, por ejemplo, la priva-ción de la sepultura eclesiástica y decualquier misa exequial, de ser padri-

nos de bautismo, de confirmación, deno ser admitidos en el noviciado, y elconsejo –en este caso a las mujeres–de no contraer matrimonio con maso-nes, así como la prohibición al párro-co de asistir a las nupcias sin consultarcon el Ordinario.

A partir de la celebración del Con-cilio Vaticano II, un incipiente diálogoentre masones y católicos hizo que lasituación comenzara a cambiar. Al-gunos Episcopados (de Francia, PaísesEscandinavos, Inglaterra, Brasil o Es-tados Unidos) empezaron a revisar laactitud ante la masonería; por un la-do, revisando desde la Historia los mo-tivos que llevaron a adoptar a la Igle-sia su actitud condenatoria, tales comosu moral racionalista masónica, el sin-cretismo, las medidas anticlericalespromovidas y defendidas por maso-nes; y, por otro lado, se cuestionó quepudiera entenderse a la masonería co-mo un solo bloque, sin tener en cuen-ta la escisión entre masonería regular,ortodoxa y tradicional, religiosa y apo-lítica aparentemente, y la segunda, lairregular, irreligiosa, política, hetero-doxa.

Estos motivos y las más o menosconstantes peticiones llegadas de va-rias partes del mundo a Roma, diálo-gos y debates, hicieron que, entre 1974y 1983, la Congregación para la Doc-trina de la Fe retomase los estudiossobre la masonería y publicase tresdocumentos que supusieron una nue-va interpretación del canon 2335. Eneste ambiente de cambios, no extrañaque el cardenal J. Krol, arzobispo deFiladelfia, preguntase a la Congrega-ción para la Doctrina de la Santa Fesi la excomunión para los católicosque se afiliaban a la masonería seguíaestando en vigor. La respuesta a supregunta la dio la Congregación a tra-vés de su Prefecto, en una carta de 19de julio de 1974. En ella se explicaque, durante un amplio examen de lasituación, se había hallado una grandivergencia en las opiniones, segúnlos países. La Sede Apostólica no cre-ía oportuno, consecuentemente, ela-borar una modificación de la legisla-ción vigente hasta que se promulgarael nuevo Código de Derecho Canóni-co. Se advertía, sin embargo, en la car-ta, que existían casos particulares, pe-ro que continuaba la misma pena paraaquellos católicos que diesen su nom-bre a asociaciones que realmente ma-

quinasen contra la Iglesia. Mientrasque para los clérigos, religiosos ymiembros de institutos seculares laprohibición seguía siendo expresa pa-ra su afiliación a cualquiera de las aso-ciaciones masónicas. La novedad enesta carta residía en la admisión, porparte de la Iglesia católica, de que po-dían existir asociaciones masónicasque no conspiraban en ningún senti-do contra la Iglesia católica ni contrala fe de sus miembros.

Las dudas no tardaron en plantear-se: ¿cuál era el criterio para verificar siuna asociación masónica conspirabao no contra la Iglesia?; y ¿qué sentidoy extensión debía darse a la expresiónconspirar contra la Iglesia?

El clima generalizado de acerca-miento entre las tesis de algunos ca-tólicos y masones fue roto por la de-claración del 28 de abril de 1980 dela Conferencia Episcopal Alemana so-

En portada Alfa y Omega 26-IV-2001 5

Características masónicas incompatibles con la fe católica

El Gran Arquitecto del Universo es un concepto abstracto, no un Ser personal. La moral no está ligada a ninguna creencia religiosa en particular; se trata de una moral subjetiva. El antropocentrismo propio del humanitarismo masónico, que contrasta con el teocentrismo cristiano. La libertad es el valor absoluto de los masones, que se contradice con los juramentos que hacen en losritos iniciáticos y las normas que se imponen. La razón es autónoma de cualquier instancia para los masones, en contraposición con la relación fey razón de la Iglesia católica. Dado el carácter esotérico de la masonería, ésta pretende nivelar todas las religiones: Jesús sería ungran maestro, al nivel de Buda, Mahoma, Zoroastro, etc. Sincretismo religioso: la tolerancia masónica considera iguales a todas las religiones. Su concepto ambiguo de la verdad implica que no es posible llegar a su conocimiento.

El Gran Maestro de la Logia Regular Española, don Tomás Sarobe

bre la pertenencia de los católicos ala masonería. Como recoge FedericoR. Aznar Gil, la declaración explica-ba que, durante los años 1974 y 1980,se habían mantenido numerosos co-loquios oficiales entre católicos y ma-sones; que por parte católica se ha-bían examinado los rituales masónicosde los tres primeros grados; y que losobispos católicos habían llegado a laconclusión de que había oposicionesfundamentales e insuperables entreambas partes: «La masonería –decíanlos obispos alemanes– no ha cambia-do en su esencia. La pertenencia a lamisma cuestiona los fundamentos dela existencia cristiana» (…) Las prin-cipales razones alegadas para ellofueron las siguientes: la cosmologíao visión del mundo de los masones noes unitaria, sino relativa, subjetiva, yno se puede armonizar con la fe cris-

tiana; el concepto de verdad es, asi-mismo, relativista, negando la posi-bilidad de un conocimiento objetivode la verdad, lo que no es compatiblecon el concepto católico; también elconcepto de religión es relativista (…)y no coincide con la convicción fun-damental del cristianismo, el concep-to de Dios, simbolizado a través del«Gran Arquitecto del Universo» es detipo deístico y no hay ningún conoci-miento objetivo de Dios en el sentidodel concepto personal del Dios del te-ísmo, y está transido de relativismo,lo cual mina los fundamentos de laconcepción de Dios de los católicos(…)

El 17 de febrero de 1981, la Con-gregación para la Doctrina de la Fepublicaba una declaración en la queafirma de nuevo la excomunión paralos católicos que den su nombre a la

secta masónica y a otras asociacionesdel mismo género, con lo cual, la ac-titud de la Iglesia permanece invaria-ble, e invariable permanece aún ennuestros días.

La masonería hoy

La revista Tiempo, en un reportajesobre la masonería en España, tituladoDe las tinieblas a Internet. Los nue-vos masones, publicado en abril delpasado año, calculaba en unos 3.000los masones en España. En él, el GranMaestro Regional de Castilla de laGran Logia Española afirmaba que,en el último año, habían tenido un 15por 100 más de ingresos, y la mayorparte gracias a Internet. Sus esfuerzospor introducirse en nuestra sociedadcontrastan con su férreo sometimien-to a tradiciones antiguas. Sin embargo,

estos intentos de modernización seven frustrados cuando se examinan lasrelaciones entre masonería y poder. Elreportaje antes citado explica que unode los defectos que critican los de-tractores de la masonería es su com-portamiento excluyente, actuando co-mo un clan riguroso que se apoya enla enorme telaraña internacional pordonde se extienden. En los años 90,durante los Gobiernos del PSOE, másde una vez hubo que renunciar a laalta política diplomática y echar ma-no de las conexiones personales demasones españoles sobre algún influ-yente masón galo, para recabar deFrancia mayor apoyo en la lucha an-titerrorista contra ETA. Por esa época,el jefe de los servicios secretos fran-ceses, la DSGSI, era Pierre Marion,un destacado masón galo, miembrode la Gran Logia Nacional Francesa.

Es un testimonio, pero muchos másintentan demostrar la avalancha de po-líticos y hombres de poder (en Esta-dos Unidos, casi todos los Presiden-tes del país han sido masones) que hanpertenecido a esta asociación, cuyaspuertas volvieron a abrirse en Españacuando se volvió a legalizar en 1977,tras la clandestinidad durante el fran-quismo.

En palabras de don Ricardo de laCierva, en España hoy día la maso-nería es bastante discreta. No así enFrancia –como demuestra el últimonúmero de Le Figaro Magazine–. Allítodo es ostentación, sus edificios mo-dernos y costosos hablan por sí solos,al igual que en Inglaterra. Hay quetener claro que, para su finalidad prin-cipal, necesitan el poder. Yo hoy, loque veo innegable es una conexión en-tre la masonería y la Internacional

socialista. En el libro de Jacques Mit-terrand, primo hermano del ex Presi-dente Mitterrand, masón y alto cargodel partido socialista de Francia, ti-tulado «La política de los francmaso-nes», publicado en 1975, decía que,«así como en el siglo XVIII la maso-nería equivalía a la igualdad, en el si-glo XIX a la libertad, en el siglo XXla masonería equivale al socialismode raíz marxista». Este libro desapa-reció de la venta a las pocas sema-nas.

Origen de la masonería

Ríos de tinta han corrido ya, y co-rrerán mares todavía, acerca de estaorganización secreta. Antigua, atrac-tiva por sus ritos, por sus tradiciones ypor su carácter aparentemente filan-trópico, entre otras muchas cosas. Los

En portadaAlfa y Omega6 26-IV-2001

La cosmología o visión del mundo

de los masones no es unitaria,sino relativa,

subjetiva, y no se puede armonizarcon la fe cristiana;

su concepto de Diosestá transido

de relativismo,lo cual mina

las bases de laconcepción de Dios

de los católicos

Portada de la Bula condenatoria dada por el Papa Clemente XVV (1738)

Documento del Gran Oriente Español(1926)

Masones. Grabado antiguo

masones remontan sus orígenes a unaleyenda que tiene lugar en la cons-trucción del Templo de Salomón porHiram de Tiro, un sabio arquitecto,que sería el primer masón de la His-toria. Según esta leyenda, el arquitec-to habría establecido jerarquías entrelas constructores que tenía bajo susórdenes, unos 153.000, a los que di-vidió en aprendices, compañeros ymaestros, que eran conocedores de unsanto y seña, palabra que manteníanen secreto. Hiram fue asesinado a ma-nos de unos compañeros que desea-ban conocer la palabra secreta. Losinstrumentos bajo los cuales Hiramfalleció eran la regla o compás, la es-cuadra y un mazo, que hoy en día sonlos símbolos que presiden las Logias oAsambleas de los masones.

Existe, no obstante, unanimidad alafirmar que el origen concreto de lamasonería son las Hermandades pro-fesionales de Constructores de cate-drales y de otros templos en la EdadMedia, que poseían secretos técnicose iniciáticos. Estas Hermandades cons-tituyen el período antiguo u operati-vo de la masonería. Según don Ricar-do de la Cierva, la masonería naciócristiana en un principio. Era una aso-ciación secreta de los gremios deconstructores de la alta Edad Media,los siglos XI, XII y XIII. Al principiosólo se transmitían los secretos de suoficio. Lo que comenzó siendo estric-tamente profesional e independiente,pues no estaban sometidos a ningunaautoridad, cambió al llegar la BajaEdad Media y la Edad Moderna. Enlas logias comenzaron a ser acepta-dos caballeros que no eran masones,y les llamaban «aceptados». Eranabogados, médicos, etc. y los ritos co-menzaron a ser más simbólicos. A fi-nales del siglo XVII en Inglaterra losmasones aceptados eran ya mayoresen número a los operativos y origina-les.

Existen dos grandes tendencias enla masonería: la regular, cercana a laGran Logia Unida de Inglaterra, tra-dicional y creyente en el Gran Arqui-tecto del Universo; y la irregular o li-

beral, próxima al Gran Oriente deFrancia y atea. Además, cuentan conuna serie de ritos, de los cuales el máscomún y practicado es el Rito Esco-cés Antiguo y Aceptado, que constade 33 grados, como explica FernandoJosé Vaquero. La Gran Logia de Lon-dres tenía, en sus comienzos, 3 gra-dos: aprendiz, compañero y maestro;y, según los grados del Rito EscocésAntiguo y Aceptado, la masonería sedivide de esta manera: de los gradosuno al tercero se trata de masoneríasimbólica; de los grados cuarto al nú-mero 30, masonería filosófica; y del31 al 33 la masonería es sublime. Sinembargo, tal y como explica FernandoJosé Vaquero, tradicionalmente, el pa-so de un grado a otro se producía enuna ceremonia de iniciación. Las másimportantes correspondían a unos de-terminados grados, pero en la actua-lidad los masones consideran que sehan desnaturalizado estas ceremoniasy que la mayoría de los grados se con-ceden por comunicación, casi «poraños de servicio».

En portada Alfa y Omega 26-IV-2001 7

La masoneríay la new age

En cualquiera de las numerosas librerías de temática esotérica,existentes en España, figura un espacio importante dedicado a la

masonería y a autores de esa filiación con prestigio en ciertas materias,caso de estudios de simbolismo.

Las corrientes espirituales que integran el fenómeno actual de la newage mantienen una estrecha relación con la masonería. No en vano,comparten una buena serie de principios comunes: subjetivismo mo-ral, sincretismo religioso, individualismo, relativismo filosófico, re-ducción del cristianismo a una religión más, deísmo, etc. Así, la newage constituiría, en el actual supermercado espiritual, una vulgari-zación de los valores masónicos, integrando, en el plano religioso,el pensamiento políticamente correcto.

Ilustraremos, a continuación, esta tesis con el caso de René Gué-non.

Este escritor francés, nacido católico y muerto musulmán en ElCairo en 1951, es autor de una compleja obra de pretensiones me-tafísicas, cuya influencia sigue siendo notable entre masones, eco-logistas, neofascistas (de la mano de su discípulo Julius Evola), los au-todenominados tradicionalistas guenonianos, adeptos de la newage, incluso entre algunos católicos.

Iniciado muy joven, perteneció a varias logias masónicas, tanto re-gulares como irregulares. Hermano dormido durante muchos años,hasta el final de sus días se consideró masón, conforme su propia in-terpretación. A su juicio, el depósito iniciático y metafísico del cris-tianismo se conservaba en la Orden del Temple hasta su disolución.Algunos templarios se habrían refugiado en Escocia, ingresando enla Gran Logia Real de Edimburgo. Allí transmitieron sus conoci-mientos, de donde pasaron a la masonería actual, percibiéndose suinfluencia en algunos de grados de los ritos masónicos.

Esta interpretación no es asumida por los estudiosos masónicos, ta-chándola de antihistórica. Pero los discípulos de Guénon incidenen la importancia simbólica e iniciática del «mito», más decisiva quesu realidad histórica literal.

Para Guénon, la corriente iniciática de Occidente (expresión de laque denomina Gran Tradición Promordial, uno de cuyos reflejos seríael fondo común de todas las religiones o Unidad Trascendente delas Tradiciones) sólo es posible rastrearla en la Iglesia católica, que asu juicio ha perdido todo sentido esotérico (oculto), y en la propiamasonería. En ésta confluirían, siempre según Guénon, las tradicionesesotéricas occidentales: hermetismo (cuya expresión más conocida se-ría la de los rosacruces), el pitagorismo (estudios de geometría y ar-quitectura desde una clave esotérica), cristianismo y judaísmo. En es-te contexto, la masonería constituiría una vía adecuada para el trabajopropuesto, de ahí que aprobara la creación de una logia de gueno-nianos dentro de la Gran Logia Nacional Francesa: La Gran Tríada.

René Guénon es un ejemplo de voluntarismo. Autor de una es-tructura teórica coherente, atractivo, sugerente, proporciona herra-

mientas intelectuales para quie-nes deseen forjarse una cosmovi-sión, a la carta, de cierta consis-tencia.

Hasta aquí hemos encontra-do, pues, gran parte de los in-gredientes serios de la new age.

Para un católico, el camino,la verdad y la vida tiene un rostroconcreto: Jesucristo. Y un lugarpreciso: la Iglesia católica. Eserostro y ese lugar son una posibi-lidad para todo tipo de hombres,mientras que la vía Guénon sóloes posible para unos pocos.

De nuevo, la Iglesia es un es-pacio de racionalidad y humani-dad, frente a la soledad pro-puesta por Réne Guénon y de-más inspiradores de la new age.

FFeerrnnaannddoo JJoosséé VVaaqquueerroo OOrrooqquuiieettaa

Arriba y abajo: Diferentes tipos de mandiles usados por los masones

La fotoAlfa y Omega8 26-IV-2001

Podría ser, igualmente,de cualquier rincón dela vieja Europa cristiana,a cualquier focode violenciadel sureste asiático,de la atormentada África,o de la Hispanoaméricasometida a mafiasy guerrillas.Pasan los siglos,cambian los tiempos,pero la condición humanavaría poco o nada.La policromía maravillosaredescubierta y restauradaen la catedral de Reimscontrasta poderosamentecon la desmedidaprepotencia de unossoldados armados hastalos dientes frente a unasindefensas mujeres quetratan de vivir su vidade cada día.Tristemente, la violenciay la incomprensióndesatadas en MedioOriente, de formacrecientemente absurda,parece como si quisieranahogar definitivamente la esperanza suscitada porla resurrección del Señor.En Reims, como en lafranja de Gaza. Pero el amor delResucitado sigue siendomás fuerte que la muerte y, con Él, la esperanza,difícil, complicada,humanísimamente ardua,pero que ciertamenteno defrauda,y que sobrevive a todaslas guerras, crímenes,torturas y desamoresde la condición humana

De Reims a Gaza...

Qué tendrá la virtud que hastalos que no la practican quie-ren aparentarla! Así decía un

viejo profesor, estudioso, más aún quede los libros, de la vida misma. Inclu-so en los tiempos que corren, en losque sin pudor alguno se muestran lasmayores aberraciones, se pretende queéstas tengan carta de ciudadanía y go-cen de todos los derechos y de todaslas consideraciones del bien. Ahí es-tán, entre otras, las parejas de hecho,incluidas las homosexuales, que quie-ren serlo de derecho, o el asesinato delos ancianos presentado como muertedigna, poco menos que como obra demisericordia...

Poco a poco la masonería va sa-liendo de esa injusta clandestinidaden la que dice sentirse oprimida, mien-tras curiosamente, y con no poco sor-prendentes ayudas, mantiene bien ce-rrada aquella que impone su propiaimplacable y constitutiva estructura.Últimamente está, de manera crecientey llamativa, en los medios de comu-nicación internacionales, sobre todoingleses, franceses e italianos, y pron-to asistiremos, también aquí en Espa-ña, a todo un espectacular castillo defuegos artificiales que tendrá su tracafinal, dentro de un mes, en el Congre-so que la masonería internacional ce-lebrará en Madrid. Desde el máximorespeto a cada persona, y, como prue-ba inequívoca precisamente de esterespeto, adelantamos a nuestros lec-tores, con suficiente tiempo para la re-flexión previa, nuestro tema de porta-da de este número, sin ir a remolque delos acontecimientos.

Oiremos toda clase de proclama-ciones de bondad: No somos ningunaasociación atrabiliaria; ¡todo lo con-trario!, somos pacíficos y bienhecho-res; hemos tenido que sufrir injustasincomprensiones y persecuciones...Habría que decir: Excusatio non pe-tita... Los que realmente poseen la ver-dad y la virtud no necesitan exhibi-cionismos para mostrarlas. Ante el re-chazo de que es objeto por parte defariseos y saduceos, Jesús les dice: Sino me creéis a mí, creed a mis obras;ellas dan testimonio de mí, de que elPadre me ha enviado. Ninguna palabrahueca, por muchos altavoces que ten-ga, puede suplir a la verdad de lasobras auténticamente buenas, que a lapostre se impone como la resurrec-ción de Cristo, más fuerte y poderosaque todo el mal del mundo. La verdadnunca ha tenido miedo de la mentira.

Al abordar el tema de la masonería,no faltará quien adivine, en nuestroservicio a los lectores, extraños com-plejos, fantasmas antiguos, reminis-cencias de viejas conjuraciones y des-cubrimientos de mediterráneos ocul-

tos. Se equivoca. Nada más lejos denuestra intención que cualquier tipode censura previa o de exorcismo.Bien lejos de suicidas ingenuidades,es, el nuestro, un oportuno ejerciciode sano y consciente realismo, de ele-mental responsabilidad, y un sincerointento de servicio a la comunidad.

Sería un grave error callarse ante unarealidad que existe y que sabemos quetiene una enorme influencia en la so-ciedad, desde la sombra. Y en estasombra tenemos ya una clave de dis-cernimiento. Si éstos callan –dice Je-sús a los fariseos que le piden que aca-lle la voz de sus discípulos cuando és-tos le aclaman en su entrada en Jeru-salén–, gritarán las piedras.

Es significativo que en la culturahoy dominante, que presume del má-ximo progreso y de esa bondad conque se autodefine la masonería –pro-greso y bondad que se quieren pre-sentar como los logros de un mundolaico, superador de la fe religiosa–, serecurra a las más retrógradas creen-cias en futurólogos y echadores de car-tas. Va siendo hora ya de reivindicar elverdadero progreso y la verdaderabondad, que no necesitan ocultarse enlas sombras. Nada hay oculto que nollegue a saberse..., afirma Jesús en elevangelio, Quien, con estas palabras,no sólo pone de manifiesto la sabidu-ría todopoderosa de Dios que un díanos juzgará, sino más aún si cabenuestra radical dependencia de Quienes la Luz y la Vida. De nada sirve tra-tar de ocultar el mal bajo aparienciade bien: el hecho de apartarse de laLuz lo pone ya en evidencia: El jui-cio –son palabras de Cristo– está enque vino la luz al mundo, y los hom-bres amaron más las tinieblas que laluz, porque sus obras eran malas. Puestodo el que obra el mal aborrece laluz y no va a la luz, para que no seancensuradas sus obras. Pero el queobra la verdad, va a la luz, para quequede de manifiesto que sus obras es-tán hechas según Dios. A diferenciadel mal, el bien no necesita máscaras.

Criterios Alfa y Omega 26-IV-2001 9

Compromiso

La Iglesia ha de entrar en una me-jor relación con la comunicación

social y lograr hacer a ésta másconforme al Evangelio. El primerpaso ha de darlo la propia Igle-sia con respecto a sí misma; lamisma tarea que la Iglesia lleva acabo ha de estar informada porun mayor sentido comunicativo, siquiere ser más eficaz en el mun-do de hoy. Esta tarea ha de sertomada por los pastores y fielesmás en clave de responsabilidadque de angustia, más en un senti-do positivo que de recelos o des-confianzas. Juan Pablo II nos se-ñala el talante que precisamos:Un activo e imaginativo compro-miso ante los medios por parte dela Iglesia. Es urgente trabajar conseriedad y eficacia para que lavoz de la Iglesia salga de la mar-ginalidad en que va quedando re-legada en los medios. Es de ab-soluta y urgente necesidad que lavoz de la Iglesia –de toda ella y nosólo de la jerarquía– adquiera lapresencia y la potencia necesariaen la opinión pública española.Ser generadora de sentido, a finde dar respuesta a las preguntasfundamentales que los hombres sehacen.

Especialmente por lo que se re-fiere a los medios audiovisuales,a la Iglesia se le presenta uno desus retos más importantes, para elque se necesitan pensadores e in-telectuales cristianos que, sin com-plejos, se atrevan a divulgar enlos medios su pensamiento. Urge lacreación en España de una pro-ductora audiovisual de contenidosde inspiración cristiana, cuandolos medios abandonan el conceptode servicio social o público y sedejan llevar de un lógica pura-mente mercantilista, ya sea en sen-tido económico o político. Aunqueen este sistema se mantenga demanera formal la libertad de ex-presión y de mercado, de hechose hace muy difícil el acceso al te-rreno mediático para quienes noposean la solvencia económicanecesaria. Sus promotores argu-mentan que ofrecen lo que pideel público, pero en realidad lo quese hace es satisfacer demandaspreviamente inducidas desde lospropios medios. Los periodistas tie-nen un cometido esencial e insus-tituible en el mantenimiento del ne-cesario nivel ético de la comuni-cación social.

ddeell MMeennssaajjee ddee llooss oobbiissppoossddee llaa CCoommiissiióónn EEppiissccooppaall ddee

MMeeddiiooss ddee CCoommuunniiccaacciióónn SSoocciiaall

ΑΩ El bien no necesitamáscaras

CartasAlfa y Omega10 26-IV-2001

Las cartas dirigidas a esta sección deberán ir firmadas y con DNI, y tener una extensión máxima de 20 líneas. Alfa y Omega se reserva el derecho de resumir su contenido

El Pacto antiterrorista y laConferencia Episcopal

Somos un grupo de la Casa de Cultura y Solidaridadde la localidad sevillana de Coria del Río, que a ra-

íz de los frecuentes atentados terroristas de los últimos me-ses decidimos analizar las posturas de cada partido o ins-titución relevante en el panorama social español. Novamos a comunicar todo nuestro análisis ni conclusiones,pero sí hacer referencia a cómo nos ha agradado lacoherencia moral y política del último comunicado de laConferencia Episcopal Española, donde, dejando clarasu oposición al terrorismo, explica cómo no debe to-mar partido por ninguna postura política concreta quelo pretenda combatir (ya que eso es tarea de la con-ciencia moral de cada cristiano). Deja claro los principiosmorales a favor de la vida y, por tanto, en contra del te-rrorismo y de cualquier otro tipo de violencia, como asílo vienen haciendo los distintos estamentos de la Iglesia,tanto a nivel nacional como internacional.

Así, la defensa de la vida va más allá de la condenaal terrorismo, y las declaraciones de la Iglesia han con-denado y siguen condenando con la misma rotundidad(o quizás más, ya que el problema es cuantitativamentemayor) la negación del derecho del hombre a la vida: enel aborto que el Partido Popular en el Gobierno apoya;las guerras que nuestro Gobierno sostiene cuando em-presas públicas venden armas a países en conflicto; lamuerte por hambre de millones de personas por las re-laciones económicas internacionales de corte neolibe-ral que nuestros partidos en el Parlamento apoyan; laesclavitud infantil de más de 400 millones de niños en elmundo que fabrican objetos que nosotros consumimos,etc.

Por todo ello reiteramos nuestro apoyo a la inde-pendencia que ha demostrado la Conferencia Episco-pal no dejándose manipular ni identificándose con lospartidos políticos que defienden la vida para unos sí ypara otros no. Y recordamos el principio ético válido pa-ra toda la Humanidad: ¡No matarás!

JJuuaannaa SSáánncchheezz (y 6 firmas más)Coria del Río (Sevilla)

La culpa no la tiene la Iglesia

Por qué el hecho de que hayan aparecido unos casos de violaciones perpetradas poralgunos miembros del clero en África, lleva a algunos a generalizar esos actos a la

mayoría de ellos, e incluso se llega a echar la culpa de los mismos a la Iglesia y, en con-creto, al celibato apostólico al que se comprometen a vivir libremente muchas personasen la Iglesia?

A aquellos que no aman a la Iglesia, les diría que no se puede confundir la actitud,o la forma de pensar de algunos católicos, con la actitud o la forma de pensar de la Igle-sia, porque se crean verdaderas injusticias. Además, tampoco se puede achacar esossucesos al celibato, cuando es una consecuencia de la debilidad humana. Esto equivaldríaa pensar que la infidelidad matrimonial es fruto de no admitir la poligamia, y no de queel cónyuge culpable sea una persona bastante débil y egoísta.

Y con respecto a los que aman a la Iglesia, sólo me gustaría decirles que no se es-candalicen por esa noticia, que sí es cierta, tanto como que todos somos hombres, aun-que seamos sacerdotes. Nosotros los católicos, ante esas noticias, no tenemos que asus-tarnos, sino pedir perdón a Dios y rezar para que no se vuelvan a producir, preocu-pándonos sólo de la santidad propia y de la de aquellos que nos rodean y, para formarnosbien, enterarnos de cuál es la doctrina de la Iglesia, para así secundarla, preguntandoa alguien preparado nuestras dudas sobre la misma. Lo demás... Dios dirá..., y si alguiennos ataca a la Iglesia en casos parecidos le diremos: Es cierto, como puedes ver todossomos débiles..., y le aconsejaremos que rece para que no vuelvan a ocurrir esos sucesos.Si cree en Dios, lo entenderá. Si no, se callará porque ya no tendrá nada con lo que ata-car a nuestra Iglesia.

MMaannuueell JJ.. TToorrrreess RRoommeerrooSevilla

Parejas de hecho

Quiero decir unas palabras sobre un tema por desgracia muy de actualidad: la equiparación de las unio-nes entre homosexuales y la familia. No se trata en este momento de enfocarlo desde un punto de vis-

ta moral, sino sólamente sociológico.La familia cumple una función social esencial para la existencia misma de la sociedad. Sin ella ésta no exis-tiría, pues se habrían acabadolos ciudadanos. No existe otro modo de perpetuar la especie. Es natural, portanto, que entre ella y la sociedad haya una relación de derechos y deberes mutuos, no equiparables a losde ningún otro grupo social. Es totalmente injusto que se pretenda extender los derechos que corresponden a la familia, en razón de loque proporciona a la sociedad, a uniones que nunca pueden prestar el mismo servicio: nuevos ciudadanos.¡La misma adopción que reclaman sólo es posible porque otros dan la vida a esos niños! ¿Cómo es posi-ble que se pongan en el mismo plano?Que lo haga la gente que no ve más que por las orejeras que les ponen los responsables de imponer unadeterminada opinión, es comprensible, pero de ninguna manera lo es que personas que se supone con unamínima inteligencia y preparación para ocupar un cargo político actúen de esta forma.

RRoossaarriioo AArraanneettaa MMeerriinnooMadrid

PuntualizaciónEstamos muy agradecidos por la reseña sobre el Instituto de Política Familiar que ha aparecido en Alfa y Omega el jueves 12 de abril pasado.En la reseña bailó un número del teléfono de contacto. El número correcto es: 607 16 36 05

EEdduuaarrddoo HHeerrttffeellddeerr ddee AAllddeeccooaa.. IInnssttiittuuttoo ddee PPoollííttiiccaa FFaammiilliiaarr

Aquí y ahora Alfa y Omega 26-IV-2001 11

J. F. Serrano [email protected]

Dice Michel Vovelle que, en nuestro tiempo,se derriban más estatutas de las que se le-vantan. Pongamos algunos ejemplos de los

últimos días y de las últimas horas. Sin pretenderprofundizar en claves ocultas, quedémonos con lasmanifiestas, con la nueva Clave que José Luis Bal-bín ha sacado a los quioscos, en donde encontra-mos, en el primer número, un artículo de HelenoSaña, recuperado del anarquismo cristiano, con el tí-tulo de La absolutización de lo trivial, en el que selee: A lo que asistimos es a un a trivilización de loAbsoluto y a una absolutización de lo trivial (...) Elhombre medio ha vuelto la espalda a las empresasnobles y elevadas y parece no pensar en otra cosaque en participar, como sea, en el gran festín de lavida.

El maestro Ignacio Sánchez Cámara, en el dia-rio ABC, el pasado sábado, hacía una radiografía delo que denomina El guirigay ético. Escribe: Haceunos días la portada de un diario nos regalaba laimagen de una pareja de varones homosexuales que,lejos de sugerir promesas liberadoras o «progre-sistas», rezumaba la quintaesencia de los añejosvalores burgueses. Ahora la transgresión parececonsistir en la invasión del espacio burgués y en lausurpación del rito católico. Para estos aburguesa-dos neotransgresores, la dicha suprema sería con-templar la celebración del matrimonio religioso deuna pareja de varones, oficiado en un templo cató-lico por una sacerdotisa, a ser posible madre solte-ra para que los nuevos cónyuges pudieran, en sucaso, adoptar al vástago. No son enemigos del ordenburgués sino sus meros «ocupas». Los viejos «pro-gres» eran mucho más simpáticos y coherentes, yjamás se les hubiera ocurrido reivindicar el matri-monio, ni bajo su forma civil ni bajo su forma ca-nónica. Poco importa lo que sea el matrimonio ycuáles sean sus fines naturales. Lo que importa esque el guirigay ético no decaiga.

Y para no salirnos, de momento, del diario dePrensa Española, recordemos el titular de la entre-vista a la coordinadora de Acción Social del Parti-do Popular, doña Ana Mato, publicado el pasado lu-nes: El Plan de Familia no incluirá a las parejas dehecho porque no son una prioridad para el PP. Puesya lo pueden demostrar, porque no lo parece. Loque sí parece claro es lo que nos recordaba el direc-tor de La Vanguardia, José Antich, el pasado vier-nes, 6 de abril: Que los dogmas están cayendo entodos los países es tan evidente que sólo hace faltaseguir la prensa internacional para ver cómo losEstados empiezan a dar enfoques diferentes a viejosproblemas. Un ejemplo de ello es el debate que se es-tá produciendo en muchos países de nuestro entor-no sobre la familia. Primero fue Tony Blair el quegeneró un debate que la izquierda siempre habíaconsiderado que no entraba dentro de sus priori-

dades. Blair, joven padre de familia, supo leer antesque nadie los nuevos tiempos y la importancia delprimer círculo social, en unos momentos en que al-gunos esquemas, con un sólido horizonte por de-lante, se iban desmoronando. Ahora llegan noticiasmuy favorables para la familia desde Alemania. Eneste caso, no ha sido el canciller Schröeder, sino elpropio Tribunal Constitucional alemán el que haordenado dar más ventajas económicas a las fami-lias, con un fallo digno del coraje que no han teni-do hasta hace muy poco los políticos actualmente go-bernantes del SPD.

En la trastienda de estas nuevas políticas familiares está la teoría de la Tercera Vía. Pero de-bemos distinguir con claridad los modelos de TerceraVía, con lo que nos adentramos en la Cuarta y Quin-ta Vía. En el servicio del 18 de abril de Aceprensa,se recoge el último capítulo del libro Las Terceras Vías, de EIUNSA, escrito por el profesor Jesús Ba-llesteros, quien aclara que existe un modo de inter-pretar la Tercera Vía en relación con el matrimo-nio y la familia: el que llevan a cabo los autores delManifiesto comunitarista, con Amiati Etzioni oMary Ann Glendon a la cabeza, cuya visión es coin-

cidente, sin duda alguna, con la doctrina social dela Iglesia. Sin embargo, el planteamiento de la Ter-cera Vía, tal como es realizado por otros autores,especialmente Giddens, se aparta radicalmente detales puntos de vista (...) Las diferencias entre las dosconcepciones, la de Giddens y la de Etzioni, pro-ceden del modo de entender la realidad familiar,que en el caso de Giddens gira en torno a la parejay lo que el llama «democracia de las emociones»,mientras que en el caso de Etzioni gira en torno a lasexigencias de formacióin de los nuevos seres hu-manos que nacen en su seno.

Epilogo final, en dos compases. Tiene razón nues-tro lector, don Carlos Bardem, quien nos hace verla errata de esta sección del número publicado el 12de abril. La cita del canon de Código de DerechoCanónico, que se atribuye al padre Juan AntonioMartínez Camino, no es del número 184, sino del1184. Muchas gracias por su atenta lectura.

Sale a la calle con una renovada estética, y ética,el semanario Época. Y da gusto leer, en las primeraspáginas, un latinazo de gran categoría: Honeste vi-vere, alterum non laedere, suum cuique dare. Latraducción, para la próxima semana.

y contarlooír...Ver

El guirigay ético, o la absolutización de lo trivial

Ilustración de C. Stock, en Blanco y Negro Dominical

Adía de hoy, en la archidiócesis de Madridhay 80 capellanes, de los que 53 realizan sulabor pastoral en hospitales del sector pú-

blico, 15 en sanatorios y clínicas del sector privadoy 12 en hospitales y clínicas pertenecientes a Órde-nes y congregaciones religiosas. La asistencia pas-toral católica a los hospitales del sector público, queen Madrid dependen de la Comunidad Autónomay del INSALUD, hasta que se realicen en un futuropróximo las transferencias de este organismo a laComunidad Autónoma de Madrid, está regulada porel Acuerdo Marco de 1985 entre la Santa Sede y elEstado español. De dicho Acuerdo han surgido lossucesivos Convenios tanto con el INSALUD, en1986, como con las Comunidades Autónomas. El7 de abril de 1997 se firmaba el nuevo Convenio en-tre la Provincia Eclesiástica y la Comunidad Autó-noma de Madrid, que renovaba por completo el an-terior de 1989. El núcleo del Acuerdo Marco y de losConvenios dimanantes de él es la constitución, encada hospital, del Servicio de asistencia religiosacatólica, integrado a efectos asistenciales en el or-ganigrama operativo del centro, y dependiente dela archidiócesis en todo lo que se refiere a los con-tenidos de la asistencia pastoral y a los procedi-mientos para llevarla a cabo. En concreto, las fun-ciones de este Servicio son:

Visitar a los enfermos hospitalizados para ofre-cerles la ayuda pastoral que requieran durante suestancia. Esta ayuda pastoral es extensiva a los fa-miliares de los enfermos y al personal hospitalario,se realiza a diario mediante la llamada relación deayuda pastoral.

Celebrar actos de culto sacramentales y para-sacramentales requeridos por la asistencia pastoral alos destinatarios de la misma: celebración de la Eu-caristía en la capilla y distribución de la Comuniónpor las habitaciones de hospitalización; celebración

de la Penitencia en la capilla o en las habitaciones;celebración individual o comunitaria del sacramen-to de la Unción de los Enfermos; celebración delViático y acompañamiento cristiano a la muerte; ce-lebración de las exequias en el tanatorio de los cen-tros, y también de la Eucaristía, en la capilla, porlos miembros del personal hospitalario fallecidos,o por sus familiares más inmediatos.

Asesoramiento a los enfermos, familiares ypersonal hospitalario, en todas las cuestiones reli-giosas y morales que ellos les puedan plantear. Almenos, en seis de los hospitales del sector públicoque cuentan con Comité Asistencial de Ética, el Ser-vicio de asistencia religiosa católica está represen-tado en él por un capellán.

Colaboración en la humanización de la asis-tencia hospitalaria mediante diversas iniciativas, y encolaboración con otros servicios del centro hospi-talario, tales como los de Asistencia Social y deAtención al Paciente. Por ejemplo, con motivo dela Navidad, los festivales organizados por los Ser-vicios de asitencia religiosa católica de varios hos-pitales públicos y de la Iglesia.

Últimamente, y al compás del auge de la Me-dicina Paliativa y la creación de Unidades de Cui-dados Paliativos en varios centros, tanto públicoscomo de la Iglesia, los Servicios de asistencia reli-giosa católica de dichos centros están integrados enlos equipos interdisciplinares de esas unidades, locual refuerza la asistencia pastoral a los enfermosterminales, así como a sus familiares y cuidadoresprofesionales.

Todo lo dicho manifiesta bien a las claras la com-plejidad, variedad y riqueza potencial que encierra lalabor pastoral de los capellanes de hospital. Quien es-to escribe, tras ser capellán a tiempo pleno durante26 años en un gran centro hospitalario en Madrid,puede atestiguar la hondura del don de Dios que su-

pone la encomienda de evangelizar en el ámbito hos-pitalario y las inmensas posibilidades de servir alSeñor Jesús llorando con los que lloran a causa de laenfermedad, el deterioro y el morir, así como ale-grándose con los que se alegran por la salud resta-blecida. El mundo del hospital es uno de los másapasionantes lugares en los que puede realizarse lamisión de la Iglesia en vanguardia.

Esa importancia pastoral del mundo hospitala-rio la subrayaba nuestro cardenal arzobispo el año pa-sado, en su Carta pastoral El Evangelio, la BuenaNoticia de la Salud, escrita con motivo de la misiónevangelizadora Jesucristo, Salud de Dios para loshombres, al decir: Los capellanes y sus colabora-dores en los «Servicios de asistencia religiosa ca-tólica» de los hospitales tienen un difícil, pero almismo tiempo insustituible, cometido. El hospitalseguirá siendo un lugar sanitario y pastoral de ca-pital importancia. Su carácter de lugar público, pordonde todos transitamos a menudo, es lo que con-vierte al hospital en un terreno pastoral privilegia-do en orden a la evangelización.

El cardenal de Madrid añade que proponer en elhospital el Evangelio como la Buena Noticia de la Sa-lud, y a Jesucristo como Salud de Dios para los hom-bres, es situar a esta institución de origen cristianoante sus propias raíces históricas, ante su razón deser primera y más profunda. Es recordar a las hos-pitalarias y hospitalarios del tiempo presente que eltérmino hospital comenzó siendo, antes que un nom-bre para designar un lugar concreto de acogida yasistencia, un adjetivo que expresaba la adquisiciónde la virtud humana y cristiana de la hospitalidad, ac-titud que el cristianismo mostró y promovió a partirde la figura de Jesucristo, «el Buen Samaritano».

Jesús Conde HerranzDelegado diocesano de Pastoral Sanitaria

Iglesia en MadridAlfa y Omega12 26-IV-2001

Los capellanes de hospitales y los Servicios de asistencia religiosa católica

Un importante apostoladoLa Delegación diocesana de Pastoral Sanitaria convoca cinco veces al año, entre octubrey junio, a los capellanes de hospitales, sanatorios y clínicas de la diócesis de Madrid, con el fin de fomentar entre los capellanes la formación en los temas fundamentales de la pastoral hospitalaria y la conciencia de comunidad presbiteral, destinadaespecialmente al servicio pastoral de los enfermos hospitalizados, de sus familiares y del personal de los centros. Recientemente ha tenido lugar el último de estos Encuentros

El mundo del hospital es uno de los más apasionantes luga-res en los que puede realizarse la misión de la Iglesia envanguardia

Pregonad el Evangelio desde lasazoteas! Ése es el mandato deJesús a sus primeros discípulos:

Lo que os digo de noche, decidlo enpleno día; y lo que escucháis al oído,pregonadlo desde la azotea. La Bue-na Noticia, que ha de ser pregonadapor todos los discípulos de Jesús haculminado en el acontecimiento quecelebra la Iglesia, de forma solemní-sima, en las fiestas de la Pascua de Re-surrección: ¡Jesucristo ha resucitadoverdaderamente! Ya no muere más; lamuerte ya no tiene dominio sobre Él.Porque su morir fue un morir al peca-do de una vez para siempre; y su vivires un vivir para Dios. Lo mismo voso-tros, consideraos muertos al pecado yvivos para Dios en Cristo Jesús.

El Evangelio que hemos de anun-ciar al mundo –en todos sus areópa-gos–, públicamente, es buena noticiade lo que Dios ha obrado en la Pascuade su Hijo por la salvación del hombre,y noticia del hombre salvado por elagua del bautismo en el nombre delPadre, del Hijo y del Espíritu Santo ypor el don del Espíritu. ¿Cómo vamosa callar la noticia los que la conoce-mos por la fe y vivimos de ella por laesperanza y la caridad? ¿Y cómo novamos a reaccionar con valiente y em-peñada gallardía cuando se trata de

acallarla o se intenta silenciarla? Eldomingo próximo –tercero de Pascua–la Iglesia se hace eco en la celebra-ción de la Palabra de cómo los após-toles habían llenado literalmente a Je-rusalén con sus enseñanzas, a pesarde la prohibición de las autoridadesjudías de que hablasen de Jesús, y delas amenazas vertidas contra ellos. Surespuesta al Sumo Sacerdote es cono-cida: Hay que obedecer a Dios antesque a los hombres.

Muchos se acobardan y callan...

En este marco pascual de los pri-meros testimonios apostólicos de laresurrección del Señor se sitúa laXXXV Jornada Mundial de las Co-municaciones Sociales y el lema con elque quiere el Santo Padre que se vivaen la Iglesia en este año primero de unsiglo inmerso plenamente en el mundode la comunicación global. Nuestra ar-chidiócesis de Madrid se prepara paraaprovechar pastoralmente a fondo es-ta Jornada ya clásica, iniciativa direc-ta y fruto maduro del Concilio Vatica-no II, con el primer Encuentro dioce-sano de comunicadores sociales queorganizan para los próximos días 28 y29 de abril nuestro Consejo diocesa-

no de Laicos y Delegación diocesanade Medios de comunicación social.Los medios de comunicación socialson las más grandes azoteas que unopudiera nunca soñar para proclamar elEvangelio de Jesucristo resucitado,Salvador del hombre.

La Humanidad de nuestros días esuna de las más ansiosas de escucharese anuncio y palabra de la verdad deCristo –como la única de la que le pue-de venir la respuesta salvadora que es-pera– que ha conocido la Historia. Enesa azotea de los medios de comuni-cación social se juega en gran medidael futuro de la evangelización. Mu-chos y muy poderosos son los que in-tentan acallar en ellos la voz del Evan-gelio, que tratan de impedir, por losmedios disuasorios más refinados, quese asomen a ellos sus testigos. Mu-chos de los llamados a serlo, por sucondición de cristianos, se acobardany callan en ese mundo mediático tandifícil y competitivo. Les cuesta ex-traordinariamente dar testimonio desu fe en Cristo crucificado y resucita-do por la salvación del hombre.

Una gravísima urgencia

La llamada del Santo Padre, diri-gida a todos los comunicadores ca-

tólicos en su Mensaje del próximodomingo, no tiene desperdicio. Enella resuena con toda nitidez la mismavoz del Señor que les apremia con elamor del amigo definitivo del hombrey con la fuerza del Espíritu Santo:proclamadlo desde las variadísimasy prodigiosas azoteas de los mediosde comunicación social donde traba-jáis –desde el clásico periódico, pa-sando por la radio y la televisión, has-ta Internet–; proclamad sin miedo,explícita e implícitamente, que Jesu-cristo ha resucitado, que nosotros po-demos y estamos llamados a resucitarcon Él.

¡Que se oiga la noticia en toda suconcreción histórica y en toda su hon-dura teológica! ¡Que su eficacia sal-vífica se muestre en la iluminación ytratamiento informativo de todas lasrealidades temporales según el Evan-gelio! Buscarlo, intentarlo una y otravez, promover la síntesis entre fe y vi-da en el mundo de la información ac-tual resulta, además de apasionante,de una gravísima urgencia. Todos sa-bemos hasta dónde se cruzan y con-dicionan mutuamente, en los mediosde nuestros días, el plano de lo real-mente sucedido y de lo verdadero conel plano de lo sugerido, manipuladoy hasta inventado virtualmente por lainformación ofrecida.

Nos encontramos, por ello, ante unreto formidable –tanto por los riesgoscomo por las oportunidades excep-cionales que encierra en orden a laevangelización– y que afecta a toda laIglesia: a sus pastores y fieles; y nosolamente a los profesionales y agen-tes directos de la información. Estosnecesitan, por un lado, todo nuestroapoyo en lo espiritual y lo pastoral,pero también en lo humano, lo socialy cultural. Y, nosotros, además deprestárselo con clara conciencia apos-tólica y afecto fraterno, de modo di-recto, o a través de las iniciativas ins-titucionales propias de la Iglesia eneste campo, lo debemos articular tam-bién indirectamente en nuestro com-portamiento como usuarios de los mis-mos medios, sabiendo crear opiniónen torno a ellos y señalando preferen-cias y subrayando rechazos con nues-tra forma personal y familiar de ele-girlos o de negarles audiencia y se-guimiento. Cada vez es más claro quela hora ha llegado para todos los ca-tólicos de dar el paso a una nueva pre-sencia apostólica en los medios de co-municación social: evangélicamenteauténtica, y técnica y profesionalmenteimaginativa y valerosa; social y cul-turalmente abierta y sin complejos, yclaramente comprometida con el hom-bre de nuestro tiempo, con sus angus-tias y alegrías, con sus temores y es-peranzas.

Nuestra Señora, Santa María de LaAlmudena, la que ha compartido yaen toda la verdad de su alma y de sucuerpo el paso de su Hijo por la Cruzy la Resurrección a la Gloria del Padre,no nos faltará con su amor de Madreen este empeño.

+ Antonio Mª Rouco Varela

Iglesia en Madrid Alfa y Omega 26-IV-2001 13

Con el título Pregonadlo desde la azotea, a propósito de la XXXV Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, nuestro cardenal arzobispo escribe esta semana en su exhortación pastoral:

La voz del cardenal arzobispo

¡Cómo vamos a callar la Noticia!

El sufrimiento es ineludible en la vida de todohombre. Acaba apareciendo en una u otra desus innumerables formas, amenazando las an-

sias de una vida feliz. La pregunta por su sentido sehace con frecuencia dramática: ¿por qué este dolor,esta injusticia, esta crueldad, esta muerte…? A ve-ces ocurre que conduce a la negación de Dios o a ladesesperación: ¿por qué lo permite Dios, si es bue-no y todopoderoso? Y en el fondo todos intentanevitar el absurdo del sufrimiento y encontrarle al-gún sentido.

La Sagrada Escritura es un gran libro sobre elsufrimiento. La Revelación enseña que la causa úl-tima de los males es el pecado, el rechazo de Dios,fuente de todo bien. Muchos de los males que pa-decemos los provocamos los hombres. Pero otrosno tienen explicación: ¿acaso el mundo y el hom-bre están mal hechos, son una equivocación de Dios?Job, el justo duramente probado, plantea el misteriodel sufrimiento de los inocentes, y refuta la expli-cación simplista de que sea un castigo divino. Pero,aun en medio de sus padecimientos y perplejidades,este justo no reniega de Dios, sino que confía ple-namente en Él.

Jesús, al acercarse a los miserables, manifiestala compasión del Padre eterno hacia sus hijos atri-bulados. Él, siendo por completo inocente, abrazó li-bremente la Cruz en obediencia al Padre. Para mos-trarnos la gravedad tremenda de nuestros pecados,que Él cargó como Cordero sacrificado. Y, sobre to-do, para demostrarnos la profundidad sin límites delAmor de Dios por nosotros. En Cristo crucificadoel enigma del sufrimiento se convierte en cauce desalvación y de vida eterna.

La dignidad del que sufre

La Pasión del Hijo de Dios está abierta a ser par-ticipada por todo el que padece. María fue la pri-mera en compartir la Pasión redentora de su Hijo. Enla buena nueva paradójica de las bienaventuranzasJesús anuncia la felicidad eterna de los que ahoraestán crucificados con Él. Se trata de una alegríahondísima, indestructible, que –en medio de las pe-nalidades– comienza ya en la existencia terrena,porque se vive en un abandono total en las manosamorosas del Padre, como vivió Jesús. Se entiendeque las penas en realidad son diminutas y pasajerasen comparación con el tesoro de gloria que nos es-pera. Además, los manantiales de la gracia divina afavor de la Iglesia y del mundo brotan de la debilidadde los que subren en unión de amor con Cristo. Lanecedad del sacrificio de la propia vida por mor deDios –hasta el límite del martirio– ha sido siempreconsiderada en la Iglesia como la acción evangeli-zadora más eficaz.

Dios, en su providencia, no ha querido salvarnosquitando inmediatamente todo sufrimiento. Ha pre-ferido hacerse compañero nuestro en el sufrir y pa-decer Él mismo con nosotros, para amarnos me-diante el sufrimiento y convertirlo así en instrumentode salvación. Mirando al Crucificado ya nadie pue-de creerse en sus angustias incomprendido u olvi-dado por Dios. Así nos ha demostrado que nos amacon locura. Y, por decirlo con una imagen, ha in-yectado en nuestro cáncer la vacuna de su Amorque todo lo hace nuevo. El máximo poder se mani-fiesta en la potencia divina para sacar de lo peor lomejor. Es el milagro de amor que cambia el pecado

en arrepentimiento y la muerte en resurección. Co-mo la flor que brota hermosa en el estercolero. Paralos que se dejan transformar por el amor de Dios to-do es para bien.

A través de nuestras pruebas el Señor nos va ayu-dando para que nos convirtamos de nuestros pecados,dejemos de vivir en la superficialidad falsa y entre-mos con Él –tras romper la cáscara– en la meollo delsentido de nuestra vida. Es –como decía C.S. Le-wis– la terapia dolorosa que necesitamos. Así lesocurrió, por ejemplo, a Francisco de Asís, a Igna-cio de Loyola o a Edith Stein. Quizá pueda decirseque Dios siempre actúa así. Como explicaba JoséMaría Escrivá, en la fragua ardiente del amor deDios el Espíritu santificador nos limpia de escoria,nos acrisola para forjarnos un corazón nuevo. Hacenfalta golpes de cincel para que ese mismo Artistamaravilloso forme en nosotros la imagen de Cristocrucificado y lleno de gloria.

Además, a la luz del evangelio del buen samari-tano y del juicio final. Jesús nos enseña que, en elprograma mesiánico del Reino de Dios, el mundo

del sufrimiento tiene otra finalidad capital: invocaral mundo del amor. Se esconde un misterio de va-liosísima dignidad en el que sufre y en el que se leacerca. Ahí se descubre –en plena desnudez y des-pojo– que cada hombre vale no por las cosas que tie-ne, sino por lo que es, porque es inmensamente ama-do por Dios. Jesús crucificado se halla misteriosa-mente presente en toda persona que sufre. Y el mis-mo Jesús, mediante todo discípulo suyo que vive elEvangelio de la misericordia, quiere seguir acari-ciando con su amor compasivo a cada persona quellora en su desconsuelo.

Por tanto, en Jesucristo compasivo con los quepadecen, crucificado por nuestra salvación y resu-citado para darnos vida, el enigma del sufrimientohumano se transforma en la máxima manifestacióny comunicación en el mundo del Amor infinito deDios. El sufrimiento, convertido por Cristo en amor,es evangelio, anuncio jubiloso. Suscita, en quien loentiende, gratitud y esperanza.

José Miguel Granados Temes

Aquí y ahoraAlfa y Omega12 26-IV-2001

Reflexiones al hilo de la Carta Salvifici doloris de Juan Pablo II

El Evangelio del sufrimientoEl autor de este artículo es sacerdote, miembro de la Subcomisión de Familia y Vida de la Conferencia Episcopal Española

Los ciudadanos y ciudadanas de la Comuni-dad Autónoma Vasca hemos sido convoca-dos a emitir nuestro voto el próximo 13 de

mayo. Por eso –indican los obispos en la introduccióndel documento–, nos parece necesario ofrecer anuestras comunidades diocesanas, y a todos aque-llos que quieran escucharnos, una palabra extraídade la doctrina social católica, exenta de toda pre-tensión de partidismo e inspirada únicamente en eldeseo de contribuir al bien común.

A partir de los resultados electorales –añaden– seconstituirá el nuevo Parlamento y se formará el nue-vo Gobierno autonómico. Su cometido y su razónde ser consiste únicamente en procurar el bien co-mún. Porque el bien común se extiende a todas ycada una de las personas, el Gobierno a su serviciohabrá de velar no sólo por los intereses de la ma-yoría que lo apoya, sino también por las justas as-piraciones de las minorías. Habrá de respetar y ha-cer respetar, por tanto, la legítima pluralidad de lasociedad a la que sirve.

En el epígrafe sobre La situación, los obispos re-cuerdan que los requisitos del bien común necesitanser releídos y actualizados en cada situación dife-rente. Los obispos evocan escuetamente los rasgosmás salientes de nuestra actual coyuntura. Primero,el deseo de una paz justa y estable es un anhelocompartido por la inmensa mayoría de este pueblo.Pero los desencuentros a la hora de concebirla y deprocurarla son profundos y preocupantes. Segun-do, la renovada violencia terrorista tras catorce me-ses de ilusión ha recrudecido notablemente este en-frentamiento. La cadena larga de asesinatos vulne-ra algo intangible que es el quicio de toda convi-vencia digna de este nombre: el respeto absoluto ala vida humana. Sigue sembrando el miedo en mu-chos ciudadanos que viven amenazados simplementepor expresar sus convicciones políticas o por cum-plir sus deberes cívicos. Lesiona el criterio básico dela democracia: la libertad para exponer y promoverpacíficamente las propias ideas. Tercero. Aunque, se-gún la opinión de los obispos de las tres diócesis,la cohesión de nuestra sociedad es, por fortuna, mássólida de lo que parece, el clima de ruda y persistenteconfrontación política puede acabar produciendouna notable fractura social cuyos primeros atisboscomienzan a despuntar en algunos momentos tensosde nuestra vida cívica. Cuarto. El dolor producidopor la crudeza del momento presente y la preocu-pación por su suerte futura afectan a una mayoríanotable de nuestra sociedad, hasta el punto de al-canzar el volumen de un clamor popular que abogaenérgicamente por el final de tanto sufrimiento yenfrentamiento.

Quienes acudamos a la cita electoral del 13 demayo –señalan los autores de la Carta pastoral– ha-bremos de emitir nuestro voto con el propósito decontribuir a atajar estos males y obtener los bienesdeseados.

La clave es la paz

Inspirándose en el concepto cristiano de paz, losobispos proponen a los cristianos, como criterio mo-ral clave, el lema elegido para el Encuentro oracio-nal por la paz celebrado en Armentia en el mes de

enero de este mismo año: «Entre todos PAZ paratodos». Dicho lema es una clave utópica en el sen-tido riguroso y positivo de esta palabra: no marcauna meta que pueda alcanzarse plenamente; peroseñala una dirección en la que es preciso avanzarconstantemente. La paz verdadera supone como pre-misa básica e irrenunciable la defensa absoluta dela vida y el respeto a todos los derechos humanos. Seva asegurando en la medida en que las legítimasaspiraciones y sensibilidades políticas existentes enla comunidad van aproximándose a una concerta-ción. Las elecciones de mayo deben ser, en su pre-paración, en su realización y en sus consecuenciasun paso decidido hacia esta paz.

Paz entre todos: Todos los ciudadanos estamos in-vitados y moralmente obligados a ser artífices dela paz. Nadie debe ni excluirse, ni excluir, ni ser ex-cluido de la edificación de la casa común, mientrasde veras busque construir, no destruir. Tenemos aho-ra en nuestras manos una herramienta constructiva:el voto. Utilicémosla.

Paz para todos: Todos los ciudadanos somos tam-bién, en principio, beneficiarios de la paz. En la ca-sa común hemos de caber, apretándonos, todos aque-llos que por la palabra o los hechos no se autoex-cluyan de un proyecto compartido. Este país nece-sita, sea cual sea la fórmula de gobierno por la queopte tras las elecciones, un proyecto integrador.

La campaña electoral

Al referirse a la campaña electoral, los obispos re-cuerdan que su finalidad consiste, en principio, enofrecer a los electores la información y reflexiónque les ayude a una elección responsable. En lapráctica toda campaña es tiempo de confrontaciónde proyectos. Por esta razón, se carga muy fre-cuentemente de pasionalidad y genera o acentúa ungrado de animosidad entre las diversas opcionespolíticas.

Los obispos se fijan en los partidos y en los me-dios de comunicación social. Los electores convo-

cados a las urnas necesitamos escuchar de los par-tidos programas realistas que ofrezcan vías de so-lución a cada uno de los principales problemas deesta sociedad. Tenemos derecho a oir de los políti-cos mensajes veraces, respetuosos con las institu-ciones nacidas de la voluntad popular.

Los ecos de la precampaña –afirman los obis-pos más adelante– nos hacen temer que esta cam-paña vaya a ser especialmente virulenta. El apa-sionamiento puesto al servicio de los intereses elec-torales puede conducir a las diversas formacionespolíticas a ofrecer mensajes engañosos, a utilizarel miedo como arma electoral, a envolver en la mis-ma valoración condenatoria lo legítimo con lo ina-ceptable, a descalificar y calumniar a los adversa-rios, a utilizar de manera partidista los medios de co-municación social públicos. Una campaña diseña-da o realizada en estos parámetros sería éticamentecensurable, no sólo porque se asentaría en la men-tira y en la manipulación, sino porque ahondaríamás la brecha social, haciendo así más difícil el ob-jetivo de una paz construida entre todos y destina-da para todos.

Sobre los medios de comunicación, los obisposindican que pueden contribuir en grado notable a lalimpieza y serenidad de la campaña. Pueden tam-bién atizar los ánimos subrayando desmedidamen-te los episodios agresivos, anteponiendo las pro-pias opciones ideológicas y ventajas económicas ala verdad, la justicia y la concordia. El trabajo de losmedios ha de orientarse desde la campaña a pre-parar el «día después» de las elecciones, en el quesean menos difíciles y más viables aquellas fórmu-las políticas que mejor preparen la paz.

En el epígrafe de Participar, señalan que, mu-chos electores se sienten motivados para partici-par en estas elecciones. Algunos pueden todavíasentirse tentados a abstenerse por la decepción, laindiferencia, la pasividad, la comodidad, la per-plejidad, el temor a complicaciones, la presión so-cial. Los obispos los alientan a ejercer su derechoal voto.

Aquí y ahora Alfa y Omega 26-IV-2001 13

Los obispos vascos, ante unos comicios de importancia singular

Un momento de responsabilidadVotos para la paz es el título de la Carta pastoral que los obispos de Bilbao, San Sebastián y Vitoria han escrito –a nuestrascomunidades diocesanas y a todos aquellos que quieran escucharnos– ante las próximas elecciones autonómicas del 13 de mayo que, como ellos mismos afirman, son unos comicios de importancia singular. Ofrecemos un amplio resumen:

Los obispos vascos en la reciente presentación del acto por la paz de Vitoria

Querido amigo/a: El mes pasado te proponíaemprender un ruta extraordinaria. Se tratabade emprender con todas nuestras fuerzas el

mismo camino de Jesús. Sé que algunos de vosotrosya lo habéis comenzado. El mes de marzo celebramosel Día del Seminario. Ya sabes que, en nuestra dió-cesis, tenemos dos Seminarios: el Menor, para chicosde primero de la ESO hasta Bachillerato, que quierenprestar unos años de su vida para escuchar al Señory ver si los llama para ser sacerdotes, y el SeminarioMayor, donde los que han decidido ser sacerdotes,después de haber realizado los estudios de Bachille-rato, el acceso a la Universidad y otros estudios, sepreparan para ser ordenados sacerdotes. Entre voso-tros estoy seguro que hay alguien a quien el Señor lla-ma de un modo especial.

Le presentaban los niños pequeños para que lostocara; y al verlo los discípulos, les reñían. Mas Je-sús llamó a los niños, diciendo: «Dejad que los ni-ños vengan a mí y no se lo impidáis; porque de losque son como éstos es el Reino de Dios. Yo os loaseguro: el que nos reciba el Reino de Dios como unniño, no entrará en él». Uno le preguntó: «Maes-tro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herenciavida eterna?» –«Aún te falta una cosa. Todo cuán-to tienes véndelo y repártelo entre los pobres, y ten-drás un tesoro en los cielos; luego, ven y sígueme».

¿Cómo escuchar las llamadas que hace el Señor?Después de leer el texto del evangelio, el Señor mis-mo nos lo dice: primero, estando a su lado, acer-cándonos a Él; y segundo, poniendo nuestra riqueza,que es nuestra vida, en sus manos.

Ir al lado de Jesús, estar cerca de Él: esto es loque desea el Señor de los niños. Nos lo dice Él mis-mo con sus propias palabras: Dejad que los niñosvengan a mí y no se lo impidáis. Ir al lado de Jesús,

estar junto a Él, cerca de Él, podemos lograrlo demodos diversos: escuchando su Palabra y oyendodel propio Jesús lo que quiere de nosotros; visitán-dolo en el Sagrario donde está realmente presenteen el misterio de la Eucaristía y teniendo una con-versación con Él; celebrando los domingos la San-ta Misa; ayudando siempre a los demás, prestandonuestra vida a los otros; estando muy cerca siem-pre de su Madre María, ya que ella se encarga dellevarnos junto a Jesús.

Poner nuestra riqueza en manos de Jesús: ¿sa-bes a qué riqueza me refiero? Tus años, los que ten-gas. Porque la gran riqueza del ser humano está en supropia vida. Y ofrecer lo que uno tiene al Señor, esoes lo que Él quiere. Cuanto más regale uno, mejor.Me dirás: ¡Pero si yo no tengo nada! Mira: cuantosmenos años tienes, más rico eres, ya que tienes másposibilidades en la vida, tienes todas, puedes ser loque quieras. Y ofrecer esa riqueza al Señor es lomás grande que un ser humano puede hacer. Los ni-ños de Fátima dieron a Dios todo, regalaron al Señorsu riqueza que eran sus años, y por ello sus vidas.

Una propuesta de trabajo: el día 19 de marzo,San José, fue, como sabéis, el Día del Seminario.Este año con el lema El Seminario corazón de ladiócesis Como sé que vosotros queréis llevar envuestro corazón el Seminario y preocuparos por él,os hago esta propuesta: Haced un mural entre todoslos de la clase o parroquia, en el que describís con di-bujos y fotografías cómo buscáis estar al lado de Je-sús cada uno de vosotros, y este mes, ese tiempo deestar junto a Jesús, lo ofrecéis por el Seminario.También haced una oración a vuestro estilo en laque pongáis vuestra riqueza, que es vuestra vida, enmanos de Jesús. Me mandáis el mural y la oración.Hacéis también una carta entre todos los de clase o

parroquia a los niños y jóvenes del Seminario Menor,animando a regalar la riqueza de su vida al Señor. Memandáis el mural, la oración y la carta; la entregaréa los seminaristas.

Ser buen samaritano

Este mes ha habido un suceso en Galicia muyimportante: un grupo numeroso de los que se dedi-can a cuidar a los enfermos, o tienen contacto conellos, se ha reunido en nuestra diócesis para, en nom-bre de la Iglesia que, como Jesús, tiene que cuidar ycurar a los enfermos, reflexionar sobre los niños en-fermos. ¡Qué tema más precioso! Quiero que voso-tros también aportéis lo que pensáis y, sobre todo,que ayudéis y acompañéis a niños enfermos.

Te voy a decir una cosa, que a lo mejor te asusta,pero estoy seguro de que tú me entiendes: la enfer-medad y el sufrimiento es una verdadera escuela pa-ra descubrir a los otros y quererlos de verdad. ¿Porqué se me ocurre decir esto? Porque quien está en-fermo y quien está a su lado, aprenden una lección:que somos como esos pobres que piden por las calles.Somos como los mendigos, necesitados siempre dela presencia de los otros para recibir su ayuda.

Te voy a contar algo que me sucedió siendo niño.Era amigo de un niño que enfermó. Viví muchotiempo a su lado. Lo acompañé en su enfermedad.Aprendí tres cosas de él: primero, a servir a los de-más. Nunca se entregó al dolor haciendo que todoslo sirvieran y viviesen en función de él solamente;pero aprendí que tampoco yo, que estaba sano, po-día desentenderme de él ni de nadie. Segundo, a te-ner coraje. Aquel niño enfermo se enfrentó a la en-fermedad con coraje y sirvió de ejemplo a quienes lorodeábamos, de tal manera que sus palabras y susmodos de actuar y de estar ayudaron siempre a losdemás a vivir con coraje; yo, sano, descubrí la ne-cesidad del coraje junto a alguien que estaba peorque yo y sin embargo vivía la vida con coraje, qui-tando mucha importancia, por no decir toda, a cosasa las que yo se las daba y después descubrí que va-lían poco. Y, tercero, aprendí a madurar. Viendo alamigo, pequeño, frágil, necesitado de todos, obser-vaba cómo se abría cada día más a un misterio másancho que su propia vida, que eran los otros y Dios.

Para ser samaritano, si conoces o vas a conocer aun niño enfermo de tu edad te propongo que vivas asíjunto a él: infórmale de lo que sucede en el colegio, lalección que estudias, las actividades que haces; dedi-ca tiempo a jugar con él, pues hay que entusiasmarlehaciendo un ambiente festivo y alegre, si se aburre,se entristece, se concentra sobre sí y pierde esperanza.Y hazle compañía y dialoga con él sobre las cosas quea ambos os interesen, del colegio, del deporte que osguste más, de la familia, de los amigos. Estoy segurode que así eres como el buen samaritano.

Una propuesta de trabajo: haz un comentario es-crito o a través de un dibujo de este suceso de la Ma-dre Teresa de Calcuta: La Madre Teresa un día tomóa un recién nacido en sus brazos y lo presentó con surostro resplandeciente, orgullosa como si fuera sumadre, y dijo: «Mirad, hay vida en él». Ella dice:«Los niños son vida de Dios, que ha creado el mun-do lo suficientemente rico como para alimentar atodos. Nunca podrá haber demasiados niños. Si esque no quieren tenerlos, no los maten, dádmelos amí». Todos los comentarios grapados, como si fue-ran un libro, me lo mandáis para enviarlos a hospi-tales de Galicia para los niños.

Carlos Osoro

TestimonioAlfa y Omega14 26-IV-2001

Cartas del obispo de Orense a los niños

Como Cristo, con los más pequeños...

El obispo de Orense, monseñor Carlos Osoro, está impregnando su episcopado entierras gallegas con una especial dedicación a niños y jóvenes. Fruto de este cuidadoson las cartas mensuales que, al hilo de la actualidad, se distribuyen en parroquias y encolegios, así como la abundantísima correspondencia que mantiene con sus fieles máspequeños. Muestra de esta catequesis episcopal son estas dos cartas sobre el Día delSeminario y sobre la enfermedad y los niños

El Día del Señor Alfa y Omega 26-IV-2001 15

El relato de este domingo nos describe simbó-licamente la tarea evangelizadora de la Igle-sia y la trasmisión de poderes a Pedro. El es-

cenario es Tiberíades, donde se había desarrolladocasi toda la vida pública del Maestro. Los protago-nistas de la pesca milagrosa son, aparte de Jesús,Pedro y el discípulo amado. Todo comienza con unasituación que revela desánimo por el fracaso del es-fuerzo nocturno en sus faenas pesqueras. En esascircunstancias, la Iglesia, como alba de salvación(san Gregorio Magno), se ve representada en eseamanecer de los apóstoles que, sorprendidos por la

voz del desconocido que está en la orilla, obedeceny colman sus redes en otro lugar. Juan es el primeroen reconocer a Jesús, pero Pedro, una vez más, seráel impetuoso que se arroje al agua para llegar na-dando hasta el Señor y mantenerse a su lado. Más tar-de será el mismo Pedro quien arrastre la red repletade peces grandes: ciento cincuenta y tres, símbolo dela totalidad de las gentes que deben llegar a la fe. Yla red no se romperá porque todos están llamados aparticipar de este sacramento de salvación, sin ex-clusiones de ningún tipo.

En el contexto de esta pesca se nos narra una co-

mida, que necesariamente nos lleva a pensar en laEucaristía que celebran las comunidades cristianas,con la absoluta convicción de la presencia del Señorresucitado. De esta manera san Juan nos señala queel centro de la Iglesia es la fracción del pan, cele-bración que anuncia la muerte y resurrección deCristo hasta su vuelta al final de los tiempos.

Por último, la plena comunión eclesial requiere laaceptación del primado de Pedro. Será después decomer con el Resucitado cuando se sitúe la trans-misión de poderes a aquel discípulo que le había ne-gado tres veces, planteándosele entonces la cues-tión decisiva: ¿Me amas más que éstos? El apóstolque se había colocado por delante de los demás en sucelo por el Señor, ahora es invitado por Cristo a quese coloque por delante en el orden del amor. De es-ta forma la institución del Primado expresa el amorde Cristo hacia los hombres. Con razón dice HansUrs von Balthasar: Desde entonces la cruz perma-necerá ligada al papado, aun cuando habrá Papasindignos; pero cuanto más en serio se tome un Papasu ministerio, tanto más sentirá sobre sus espaldasel peso de la cruz.

+ Juan del Río MartínObispo de Asidonia-Jerez

Evangelio

En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago Tiberíades. Estaban jun-tos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y

otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: Me voy a pescar. Ellos contestan: Vamos también nosotros contigo.Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando

Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: Mucha-chos, ¿tenéis pescado?

Ellos contestaron: No.Él les dice: Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. La echaron, y no tenían fuer-

za para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro:Es el Señor. Al oír que era el Señor, Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua.Los demás discípulos se acercaron en la barca. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescadopuesto encima y pan. Jesús les dice: Traed de los peces que acabáis de coger... Vamos, almorzad.

Después de comer dice Jesús a Simón Pedro: Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que éstos? Élle contestó: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Jesús le dice: Apacienta mis corderos. Por segunda vezle pregunta: Simón, hijo de Juan, ¿me amas? Él le contesta: Sí, Señor, tú sabes que te quiero. Él ledice: Pastorea mis ovejas. Por tercera vez le pregunta: Simón, hijo de Juan, ¿me quieres? Se en-tristeció Pedro de que le preguntara por tercera vez si lo quería y le contestó: Señor, tú conoces to-do, tú sabes que te quiero. Jesús le dice: Apacienta mis ovejas. Te lo aseguro: cuando eras jóven,tú mismo te ceñías e ibas adonde querías; pero cuando seas viejo, extenderás las manos, otro te ce-ñirá y te llevará adonde no quieras. Esto dijo aludiendo a la muerte con que iba a dar gloria aDios. Dicho esto, añadió: Sígueme.

Juan 21, 1-19

Muchedumbres cada vez más numerosas se alejan prácticamente de la religión. La negación de Dios ode la religión no constituyen, como en épocas pasadas, un hecho insólito e individual; hoy día se pre-

sentan no rara vez como exigencia del progreso científico y de un cierto humanismo nuevo. En muchas re-giones esa negación se encuentra expresada no sólo en niveles filosóficos, sino que inspiran ampliamentela literatura, el arte, la interpretación de las ciencias humanas y de la historia y de la misma legislación ci-vil. Es lo que explica la perturbación de muchos.

La razón más alta de la dignidad humana consiste en la vocación del hombre a la unión con Dios. Y só-lo se puede decir que vive en la plenitud de la verdad cuando reconoce libremente ese amor y se confía porentero a su Creador. Muchos son, sin embargo, los que hoy día se desentienden del todo de esta íntima yvital unión con Dios o la niegan en forma explícita. Muchos, rebasando indebidamente los límites de las cien-cias positivas, pretenden explicarlo todo sobre esta base puramente científica o, por el contrario, rechazansin excepción toda verdad absoluta. Hay quienes exaltan tanto al hombre, que dejan sin contenido la fe enDios, ya que les interesa más, a lo que parece, la afirmación del hombre que la negación de Dios. Quienesvoluntariamente pretenden apartar de su corazón a Dios y soslayar las cuestiones religiosas, desoyen el dic-tamen de su conciencia y, por tanto, no carecen de culpa. También los creyentes tienen en esto su parte deresponsabilidad, con el descuido de la eduación religiosa, o con la exposición inadecuada de la doctrina,o incluso con los defectos de su vida religiosa, moral y social, han velado más bien que revelado el genui-no rostro de Dios y de la religión.

La Iglesia, fiel a Dios y fiel a los hombres, no puede dejar de reprobar con dolor, pero con firmeza, co-mo hasta ahora ha reprobado, esas perniciosas doctrinas y conductas, que son contrarias a la razón y a laexperiencia humana universal y privan al hombre de su innata grandeza.

CCoonnssttiittuucciióónn GGaauuddiiuumm eett ssppeess,, 77.. 1199.. 2211

Esto ha dicho el ConcilioEsto ha dicho el Concilio

Tercer Domingo de Pascua

El amanecer de la Iglesia

RaícesAlfa y Omega16 26-IV-2001

Estudio sobre las vidrieras de la catedral de León

Arquitectura de luz increadaLos 1800 metros cuadrados de vidrieras que visten los muros de la catedral de León

son protagonistas de un estudio de don Máximo Gómez Rascón, Catedral de León: las vidrieras.El simbolismo de la luz, publicado por Edilesa, algunas de cuyas conclusiones

y bellísimas fotografías traemos a estas páginas

Adoración de los Santos Reyes. Vidriera de la Infancia de Cristo. Presacristía (siglo XIX)

Ángel músico. Vidriera de la ventana alta. Lado sur Vista de la catedral de León

Raíces Alfa y Omega 26-IV-2001 17

de luz increadala catedral de León ral de León: las vidrieras.

yas conclusiones s

Cristo «Lux mundi». Presacristía (siglo XIX)

La Virgen con el Niño. Preside la llegada de los Reyes Magos (siglo XIII)

Inma Álvarez

a catedral de Leónempezó a ser cons-truida bajo el pontifi-cado de Inocencio IV,cuando León dejó deser diócesis sufragá-

nea. Sus vidrieras, desde el siglo XIII al actual,constituyen hoy un patrimonio de excepcionalimportancia, y fueron restauradas el año pasadocon el apoyo de la Junta de Castilla y León y elobispo monseñor Antonio Vilaplana Molina.

La luz es el elemento arquitectónico principaldel estilo gótico, según era la teología de los si-glos XIII y XIV: el templo era imagen de la nue-va Jerusalén del Apocalipsis, sus muros de pie-dras preciosas, que una luz ilumina; un nuevoTabor donde la realidad terrena se transfiguray deja entrever la celestial. La luz era, en pala-bras de san Buenaventura, la sustancia más pu-ra, la forma más bella.

Por tanto, el templo, tanto en su forma comoen su orientación, en la colocación de cada ele-mento, cada sillar, capilla o ventana, constituíaun todo trabado mediante un armazón teológico.La simbología de los números está presente: elsiete en los ventanales, el tres en las naves, eldoce en las cruces de la consagración…

El orden arquitectónico es reflejo del ordeninstituido por Dios en el cosmos. Es tambiénuna gigantesca narración de la Historia de laSalvación, así como un reflejo del orden socialy de la vida de la época.

Construida la catedral hacia oriente, la luzdel alba hacía reverberar las vidrieras del ábsi-de, con las escenas de la Natividad y el árbol deJesé, profecía cristológica, mientras la luz delocaso traspasaba el rosetón del lado opuesto, enel que doce ángeles con sus trompetas recuerdanel Juicio Final. Al lado norte, nunca tocado porla luz directa, los personajes del Antiguo Testa-mento; al lado sur, iluminados por la luz meri-diana, los hombres y mujeres de la Iglesia triun-fante.

Motivos florales, escenas de cacerías y vidacotidiana, emblemas nobiliarios y heráldicoscompletan la cosmogonía de estos muros quepretendieron simbolizar, con el reflejo del sol, laluz increada de la fe que traspasó el conoci-miento, la ciencia y el arte de Europa durantemás de un milenio.

L

Desde que celebramos nuestraúltima Asamblea Plenaria, laConferencia Episcopal y la

Iglesia en España han atravesado porcircunstancias difíciles, marcadas poracontecimientos que deseamos inter-pretar también como una llamada delSeñor a remar mar adentro.

Nos duele hasta el fondo del almael tremendo flagelo del terrorismo,que tanta sangre ha costado de nuevoen estos meses y que sigue amena-zando un bien tan sagrado como la vi-da de las personas, de modo que sonmuchos hermanos nuestros los que vi-ven sometidos al amedrentamiento y alchantaje, algo que, en cierto modo,notamos y padecemos todos los espa-ñoles. Nos duelen la muerte y el su-frimiento de tantas víctimas de la vio-lencia en sus múltiples formas, en es-pecial la que sufren las mujeres y losniños. Nos duele que sigan sacrifi-cándose vidas inocentes ya antes denacer, en número creciente y con nue-vas técnicas mortíferas legalizadas porquienes tienen el deber de velar por lavida y la salud de todos. Nos duele lasuerte de los pobres y de los que ca-recen permanentemente de trabajo; lasuerte de los inmigrantes explotadospor mafias sin escrúpulos, y no aco-gidos con todo el respeto y el afectoque nos merecen como personas e hi-jos de Dios. Nos duelen los que pier-den la fe, los jóvenes a los que no se

les abre en la vida un horizonte ilu-minado por el Evangelio y que tantasdificultades encuentran para poderafrontar con dignidad su futuro voca-cional, en especial para contraer ma-trimonio y fundar una familia deacuerdo con la dignidad humana y laLey de Dios, que nos abre el camino ala plenitud de la existencia humana.

En estas semanas de tribulación loque más nos ha hecho sufrir no hansido las descalificaciones y las acusa-ciones injustas de las que hemos sidoobjeto los obispos españoles, a causa

de nuestra supuesta tibieza en la con-dena de ETA y de nuestra presuntaambigüedad en la calificación moraldel terrorismo. Nos han dolido más elengaño y la confusión producidos en-tre los católicos y el intento de sepa-rarlos de sus pastores legítimos. Sinembargo, mucho más dolor nos hanproducido las informaciones y opi-niones desorbitadas, y no pocas vecesmalevolentes e hipócritas, basadas endatos sacados de contexto, relaciona-dos con los tristísimos, pero contados,casos de abusos sexuales perpetrados

por unos pocos clérigos en algunos lu-gares del sufrido y querido continen-te africano. Se ha pretendido aprove-char la ocasión para echar una man-cha de escándalo y descrédito sobrela vida y el trabajo de tantos miles ymiles de misioneros y misioneras queallí, y en todo el mundo, siguen con-sagrando totalmente su existencia alservicio de Cristo y de los hermanos,en frecuentes ocasiones incluso a ries-go diario de sus vidas. Ellos lo saben,pero se lo queremos expresar de nue-vo: cuentan con el estímulo, el apo-

yo, la confianza y la oración de losobispos y de la Iglesia en España.

Nos consuela, en cambio, la fideli-dad de tantos hijos e hijas de la Iglesia,entre los cuales se encuentran signi-ficativamente muchos jóvenes. Unoscomo sacerdotes o consagrados, otroscomo padres y madres de familia, pre-sentes en medio del tejido profesio-nal y laboral de la sociedad, son signosciertos de una aurora nueva para laIglesia en España.

Para responder a todos los retosplanteados y bogar al alta mar de nues-

tro mundo, será necesario reafirmarteórica y prácticamente la identidadde la Iglesia y de su misión, viviendomisioneramente en la sociedad espa-ñola de nuestros días, cercanos a nues-tro pueblo y verdaderamente solida-rios con él. No lo perderemos de vis-ta en nuestro trabajo de esta Asam-blea Plenaria, en particular en laformulación de las líneas fundamen-tales del nuevo Plan Pastoral de laConferencia Episcopal.

Expresión de nuestra preocupaciónpor aportar la luz del Evangelio a losproblemas más agudos de nuestra so-ciedad es, en particular, el documentoLa familia, esperanza de la sociedad ysantuario de la vida, del que haremosen estos días una segunda lectura. Sepodría pensar que hay problemas demayor urgencia inmediata que preo-cupan, con toda razón, de un modomás acuciante a nuestro pueblo, entreellos los del terrorismo, la inmigra-ción o el paro. Sin embargo, no deja-remos de repetir que en la crisis de lafamilia se halla una de las raíces máshondas de la crisis social que se ma-nifiesta luego en esos otros fenóme-nos que golpean de modo más llama-tivo y sangrante nuestra sensibilidady nuestras vidas. En la crisis de la fa-milia confluyen una serie de factoressociales y culturales que reflejan unaconcepción del ser humano y de la so-ciedad que violenta y agrede a la vida

EspañaAlfa y Omega18 26-IV-2001

LXXVI Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Española

Quienes colaboran con ETA nomerecen el nombre de cristianosSe podrá decir más alto,

pero no más claro.

El discurso inaugural

de la LXXVI Asamblea Plenaria

de la Conferencia Episcopal

Española, pronunciado por su

Presidente, el cardenal Rouco,

arzobispo de Madrid,

no olvidó ninguno de los temas

que han ocupado

y preocupado a la opinión

pública española, dentro

y fuera de la Iglesia.

Recogemos lo más significativo

del discursoUn momento del acto de apertura de la Plenaria

Nos duele profundamente el engañoy la confusión producidos entre los católicos

y el intento de separarlosde sus pastores legítimos

humana en sus comienzos, en su de-sarrollo y en su ocaso. La legislaciónsobre la eutanasia, recientemente apro-bada en Holanda, es triste y dramáticaexpresión de la deshumanización quedeja indefensos, sobre todo, a los másdébiles: a los niños, a los ancianos y alos discapacitados; sus vidas quedan alarbitrio de los más poderosos. Lascuestiones referentes a la familia noson simplemente cosa de la vida pri-vada de los ciudadanos, como a vecesse dice. La cuestión de la familia esuna cuestión social de primer orden. Sila familia va mal, la sociedad irá mal.

Los problemas nuevos que deter-minadas costumbres pudieran plante-ar al legislador no pueden ser aborda-dos con soluciones que pongan de al-gún modo en cuestión al matrimoniocomo institución configuradora de lafamilia y de la sociedad. Sería un gra-vísimo error. El camino emprendidopor algunas Comunidades Autónomasno es el buen camino. Búsquense so-luciones, si es que no las hay ya, perono se dé cauce legal a la confusión an-tropológica; no se enturbien más aúnlas fuentes de la verdadera humani-dad. El bien común demanda precisa-mente lo contrario para el futuro denuestro pueblo: una legislación másamiga del matrimonio y de la familia.

La enseñanza es otro de los cam-pos neurálgicos en el que se jueganlas cuestiones decisivas de la vida delas personas y de la sociedad. No sedebería demorar más su regulación le-gal de acuerdo con las normas pacta-das con la Santa Sede en el Acuerdosobre Enseñanza y Asuntos Culturales.

Iglesia y comunidad política

No parece ocioso recordar hoy elprincipio fundamental, renovado por elConcilio, de que la Comunidad polí-tica y la Iglesia son independientes yautónomas la una de la otra en sus

campos respectivos (...) Cada día estámás claro que la sociedad e incluso lacomunidad política no se reducen alas estructuras del Estado, ni que elvalor moral de la autoridad en la so-ciedad y en la comunidad política seencuentre sólo en la autoridad queejerce –y se ejerce– en el Estado.

La comunidad política y las insti-tuciones públicas del Estado, en to-dos sus ámbitos –sin excluir el de lasinstituciones educativas hasta la Uni-versidad–, han de articularse de talmodo que se garantice la libertad re-ligiosa de las personas y de los gru-pos. Naturalmente esto le exige no ca-er en formas laicistas de intoleranciareligiosa, sino, más bien, entender demodo positivo la aportación religiosaal bien común; y exige igualmente alos órganos del Estado y a los parti-dos políticos no suplantar directa niindirectamente el lugar de las instan-

cias religiosas, convirtiéndose indebi-damente en supuestas fuentes de lamoral y de las orientaciones antropo-lógicas fundamentales de la vida so-cial. Los peligros que estas actitudesde sesgo dirigista comportan son tangraves como bien conocidos en el si-glo XX.

La relación de los obispos y de laConferencia Episcopal con el Estadodemocrático ha sido nítida y cons-tructiva desde sus mismos comienzos.Deseamos expresar que nuestra vo-luntad de colaboración leal con el Es-tado democrático al servicio del biende todos los españoles sigue siendo lamisma.

El gravísimo problema del terro-rismo ha sido y es una de las constan-

tes preocupaciones de los pastores dela Iglesia en España desde que hicierasu triste aparición entre nosotros haceya más de treinta años. Los obisposhan considerado siempre que el re-curso a la violencia, a la extorsión yal homicidio para conseguir cualquierobjetivo político o social en la socie-dad española es absolutamente repro-bable y sin justificación alguna. Asílo manifestaron claramente inclusoantes de la promulgación de la Cons-titución de 1978. Nunca hemos dejadode expresar bien alto la más absolutacondena del terrorismo, al que califi-camos como intrínsecamente perver-so, y del que hemos hecho continua-mente juicios morales contundentes,tanto en homilías o declaraciones co-yunturales, con ocasión de los críme-nes terroristas, como en documentosde nuestro magisterio individual o co-legial ordinario. Así, por ejemplo, en

La verdad os hará libres, al alertar so-bre el extendido menosprecio de la vi-da humana como grave signo de unaseria crisis moral, la Asamblea Plena-ria se refería expresamente en términoscondenatorios inequívocos a que sesiguen eliminando vidas humanas ycometiendo otros atropellos a las per-sonas por el persistente y execrablecáncer de la violencia terrorista, sis-temáticamente acompañada de cíni-cas justificaciones de su ejercicio.

Los terroristas y sus cómplices hanseguido tratando de impedir con nue-va saña la convivencia de los españo-les en libertad. Deseo repetir de nuevoque el terrorismo de ETA no admitecobertura ideológica alguna, pues seopone frontalmente a exigencias fun-

damentales e incondicionales de la leymoral. Como pastores de la Iglesia rei-teramos que el terrorismo es un gra-vísimo pecado que quebranta horren-damente el mandato divino de no ma-tar y contrasta con los objetivos que,de modo contradictorio, dicen perse-guir sus portavoces. Quienes acudenprogramáticamente al crimen, al se-cuestro, a la extorsión, al amedrenta-miento de las personas y de los pue-blos y a la ruptura de las más elemen-tales normas de comportamiento ci-vilizado y democrático no puedenhacer creer a nadie que trabajan porun futuro de justicia y de libertad. Nohemos de olvidar que la ideología to-talitaria, de la que se nutre el terro-rismo de ETA, se basa en el propósitode construir la ciudad de los hombresal margen de Dios y despreciando suAmor y su Ley.

Es natural que, ante estos juicios

morales tan claros y constantes, hayaque advertir de nuevo, a los católicos ya todos los que nos quieran escuchar,que no es lícito colaborar de ningúnmodo con ETA ni con su entorno.Quienes lo hicieran no merecerían elnombre de cristianos. Es, por el con-trario, obligación moral de todos co-laborar con todos los hombres de bue-na voluntad con la ayuda que cada cualpueda prestar en la protección de losamenazados y en la erradicación delos crímenes terroristas. Si, cuando elHijo del hombre venga en su gloria ajuzgar a las naciones, llamará bendi-tos a los que lo contemplen en sus her-manos necesitados de pan, de salud,de vestido etc., de igual modo llamarábenditos a los que vean al Señor en losamenazados por el terrorismo, en susvíctimas y en sus familiares. En la ayu-da desprendida y comprometida a losamenazados y a las víctimas del terro-rismo tenemos la más actual medidade la autenticidad de nuestro amor alhermano: del amor cristiano.

Nuestros tiempos no son fáciles. Pe-ro no lo fueron más los tiempos pasa-dos. La Iglesia y el catolicismo espa-ñoles gozan de una riquísima tradiciónespiritual, doctrinal y de testimonioevangélico, tantas veces hecho martirio,que se remonta a los tiempos apostó-licos y que ha bañado de luz toda nues-tra historia. Es esa luz la que alumbrael camino del futuro. No tenemos queinventar nada, pero lo tenemos que em-peñar y arriesgar todo. La evangeliza-ción integral de la sociedad españolade nuestros días, que tantos signos dade su deseo de conocer y vivir el Evan-gelio, aun en su alejamiento de él, re-clama todas nuestras energías. Por eso,al tiempo que comprometidos connuestras Iglesias particulares, mante-nemos también nuestra preocupaciónmisionera en un mundo cada vez máspequeño e interdependiente.

España Alfa y Omega 26-IV-2001 19

El cardenal Rouco, momentos antes de comenzar su discurso de apertura

En la crisis de la familia se halla una de las raíces más hondasde la crisis social que se manifiesta luego en esos otros fenómenos

que golpean de modo más llamativo y sangrantenuestra sensibilidad y nuestras vidas

Con qué sentimientos deja la Congrega-ción para la Evangelización de los Pue-blos?

Dejo el servicio al organismo misionero, pero mellevo la misión en el corazón. He aprendido mucho: to-dos estos años han sido un gran don de Dios. He reci-bido mucho más que lo que haya podido dar. Y he ex-perimentado la pasión de la misión, con alegrías y do-lores. He vivido la aventura del Espíritu, en acciónentre los pueblos. He experimentado cómo la Iglesianace y crece en la dureza de la pobreza y del hambre,bajo persecuciones y opresiones; con el heroísmo delos misioneros y de los nuevos cristianos; en la debi-lidad humana y en la lentitud de mentalidades engan-grenadas. He realizado más de 50 viajes a África ydecenas a otros países. De ellos he aprendido a hacerfiesta a Dios en el espíritu y en la danza. Entre mismanos he visto crecer la Iglesia: el Cristo místico na-ce en las poblaciones; su cuerpo se articula en nuevascomunidades eclesiales. Es una alegría semejante ala que manifiesta san Pablo en sus cartas. Casi en ca-da una de las audiencias que me ha concedido JuanPablo II, he tenido que presentar la petición de reco-nocimiento de una nueva diócesis o Prefectura Apos-tólica: me sentía como el padrino de Bautismo del re-cién nacido. Y el número de estas Iglesias de misión hapasado, de 877 en 1985, a 1.059 en 2001: el 37% de laIglesia católica, sin hablar del crecimiento de voca-ciones, casi el doble en todos estos años. El Señor harealizado mi programa episcopal: Ut Ecclesia aedifi-caetur (Por el crecimiento de la Iglesia). He dedicadoun esfuerzo particular a elevar la calidad de la forma-ción a todos los niveles. El incremento de vocacionesen las misiones implica también la búsqueda de fondospara construir nuevos seminarios, educar a los futu-ros guías de las jóvenes Iglesias, construir nuevas ca-sas de Dios (¡467 iglesias en un solo año!), que seconvierten en lugares e instrumentos de evangeliza-ción y de otras actividades pastorales, sociales, edu-cativas, humanitarias. Actualmente sostenemos a, almenos, 29.000 seminaristas mayores y a 52.000 me-nores.

Cuando usted llegó a la Congregación, en losaños 80, estaba muy de moda la teología de la li-beración de corte marxista y la tentación de re-ducir el anuncio cristiano al diálogo de tipo social.¿Cómo ve ahora la situación?

Frente a la intención de reducir el anuncio a unmero compromiso social (marxista) o al diálogo so-ciológico, donde con frecuencia desaparecía la per-sona de Jesucristo (misioneros sin Cristo), hemostrabajado para volver a poner en el centro el anunciode Jesucristo, muerto y resucitado. Éste es uno delos desafíos planteados por Juan Pablo II para el ter-cer milenio: redescubrir a Jesucristo y plantear eldiálogo como diálogo de salvación.

En este período se ha dado también una glo-balización de la economía, debido a la posibili-dad de mantener comunicaciones más rápidasentre los diversos continentes.

A la globalización de los mercados, al hecho deque el mundo se ha hecho más pequeño, hemos res-pondido con la globalización de la misión. Me heempeñado mucho para que también las Iglesias jó-venes aporten su contribución de personal y recursosa la misión mundial. La misión ya no es de Occi-dente a los otros países, sino que va en todas las di-recciones. África comienza también a tener misio-neros. Una de las propuestas más significativas ha si-do los COMLA, Congresos misioneros latinoame-ricanos. De este modo hemos sostenido el envío alextranjero –a África, Asia y Oceanía– de misionerosprovenientes de países como Perú, Colombia, Mé-xico: países pobres, con problemas, pero capacesde dar desde su pobreza, manifestando una con-ciencia misionera madura.

Los años 90 se caracterizaron por el emergerde los tigres asiáticos y de su impacto en la eco-nomía y política mundiales.

Asia es para nosotros el continente donde es más ur-gente la misión, donde la Iglesia es todavía una pe-queña minoría. En la Redemptoris missio, Juan PabloII ha afirmado que la misión está en los inicios y queAsia es el desafío para la evangelización en el tercer mi-lenio, como dijo en Manila en 1995 y repitió en Nue-va Delhi en 1999. A China pedimos siempre y sóloplena libertad religiosa, la verdadera libertad en elnombramiento de los obispos y el respeto de la iden-tidad y de la unidad de la Iglesia católica. Esperamosque nos ayuden los mártires chinos, de los que los fie-les católicos, oficiales y no oficiales, son tan devotos.

África, en cambio, ha quedado en estos añoscada vez más abandonada.

Hemos acompañado el emerger de una jerarquíaplenamente africana. Yo mismo ordené a dos gran-des obispos de este continente: el primero es un már-tir, el arzobispo de Bukavu (ex Zaire), monseñor

Munzihirwa, asesinado en 1996; el otro es monseñorAugustin Misago, acusado de genocidio y absueltocompletamente. África está en busca de un caminoque le garantice igual dignidad que los otros pue-blos y la salvaguardia de lo mejor de sus culturas(familia, religiosidad, etc.) Ha crecido una gran co-munión entre las Iglesias africanas.

¿Y qué nos dice sobre la islamización de Áfri-ca y sobre los conflictos interreligiosos?

En varias naciones africanas existe, desde hacesiglos, un Islam tolerante, que facilita la pacífica con-vivencia de todos. El fundamentalismo es una partelimitada y, a veces, es manipulado con fines políticos.La Congregación ha trabajado mucho por defenderlos derechos de los cristianos, pero también por lalibertad religiosa para todos, pidiendo reciprocidad.Nos movimos inmediatamente para defender a loscatólicos de Timor Oriental, pero hemos trabajadotambién por la paz en Indonesia entre musulmanes ycristianos, y por la paz y la reconciliación en las re-giones africanas de los Grandes Lagos.

¿Cuáles son las perspectivas que ve para eltercer milenio?

Hay un renovado fervor en torno a la persona deJesucristo, no como algo sagrado del pasado, sino co-mo una realidad viva. En su Carta Novo millennioineunte, el Santo Padre ha subrayado que el diálogointerreligioso no puede substituir simplemente alanuncio, pero permanece orientado hacia el anun-cio. La misión es más joven que nunca. En la Re-demptoris missio, Juan Pablo II ha dicho: La misiónrenueva a la Iglesia, refuerza la fe y la identidadcristiana, da nuevo entusiasmo y nuevas motiva-ciones. La misión es una medicina también paranuestro Occidente, cansado y saciado.

MundoAlfa y Omega20 26-IV-2001

Entrevista al cardenal Tomko, ex Prefecto de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos

Misión: medicina para un Occidente cansado

Dieciséis años de eficaz servicio eclesial ha prestado el cardenal Tomko al frente de la Congregación para la Evangelización de los Pueblos. Por motivos de edad le ha sustituido el cardenal Sepe. En esta entrevista a la agencia Fides, hace un balance de los desafíos que los misioneros y la evangelización afrontan:

El cardenal Tomko durante la bendición de una nueva iglesia en Albania hace tres años, en la ciudad de Shkoder. La iglesiafue construída en el lugar donde otra fue destruída durante el régimen comunista del último dictador, Enver Hoxha

Mundo Alfa y Omega 26-IV-2001 21H

ABLA

EL

PA

PA

Para unamayor

credibilidad

El encuentro organizadoconjuntamente por el

Consejo de las ConferenciasEpiscopales de Europa y elConsejo de las Iglesias deEuropa, es el fruto feliz deuna intensa colaboración en-tre diversos organismos ecle-siales del continente euro-peo. Yo estaré con vosotroshasta la consumación de lossiglos, son las palabras deCristo que han acompaña-do a la Iglesia durante dosmilenios, y son también eltema del encuentro ecumé-nico de Estrasburgo.

La unidad por la que rezóel Señor en el Cenáculo esuna condición para la cre-dibilidad del testimonio cris-tiano. Hoy más que nuncadebemos dirigir nuestra re-flexión sobre esta relaciónprofunda que juega un pa-pel decisivo en el impactoque el mensaje cristiano ten-drá en el mundo. En Europaes particularmente urgenteun anuncio claro del Evan-gelio.

Europa, entretejida porlas diferentes culturas, tradi-ciones y valores ligados alos países que la forman, nopuede ser comprendida niedificada sin tener en cuen-ta las raíces que forman suidentidad original; no pue-de ser construida rechazan-do la espiritualidad cristia-na que la impregna.

De la Cartaal cardenal Vlk, con motivo

del Encuentro Ecuménicoen Estrasburgo

(20-IV-2001)

Araíz de una noticia que apare-ció hace unos días en todos losmedios de comunicación,

nuestro olvidado y desconocido paíssalió por unos días al triste estrellato.Recibí mails y llamadas telefónicaspreguntándome por esos pobres niñosdel barco casi fantasma, que eran lle-vados a otros lugares para ser supues-tamente vendidos; horrible repeticiónde la trata de esclavos que tan doloro-samente se vivió en Benin y en otrospaíses de la costa occidental de África.

Hasta el momento nadie pudo pro-bar la realidad; hay un cruce de infor-maciones contradictorias y sin funda-mento, y como siempre los pobres sonel entretenimiento mediático de milesde personas que ven y escuchan las no-ticias, pero poco hacen para ayudar.Algunos insisten en la esclavitud, otrosen la venta de niños por sus mismasfamilias; hablan de ilegales que esca-paron buscando mejores rumbos; en

fin, rumores… Todos quieren saber losdetalles pero nadie se pregunta por lascausas de estos problemas…

Mientras esto seguía su curso, nues-tra vida también, y me tocó celebrarla Semana Santa en una aldea bastan-te alejada, con una comunidad que es-tá naciendo a la fe con timidez y fide-lidad. Después de celebrar el Lavatoriode los pies el Jueves Santo y recordar laÚltima Cena, sin cena…, el catequistame dice que había un pequeño proble-ma en una familia: el domingo ante-rior había desaparecido de la casa elhijo más pequeño, dos años y medioaproximadamente; alguien lo había ro-bado y nadie sabía dónde podía estar.El niño en cuestión era del grupo queatiendo en la clínica; hoy con gran pe-na encontré su ficha para darme cuen-ta de que está en la zona de peligro dedesnutrición grave.

Comencé la investigación y pre-gunté por los padres. Ya no estaban en

la aldea, habían regresado a su aldeade origen en el norte del país, sin dudadesconcertados ante su dolor y singrandes esperanzas de encontrarlo.Averiguo si la gente de la aldea habíabuscado suficientemente en la semiselva en la que viven, a orillas del río,y en todos los lugares donde un niñopuede caer o extraviarse: me dicen quesí, y pregunto si dieron aviso a la poli-cía o a alguna autoridad, y aquí se creael desconcierto. Algunos dicen que sí,otros que no saben, otros que no, y nome queda más remedio que partir a lagendarmería por la que paso todos losdías y averiguar…

Otra vez el desconcierto; no en-cuentro al oficial de guardia, todos es-taban en una aldea donde se celebrabauna fiesta de inauguración de la es-cuela, donada por los japoneses, ¡has-ta el ministro de Educación estaba pre-sente! Al día siguiente intento nueva-mente, y nadie sabe decirme nada.Hasta hoy sigo insistiendo, y hasta elmomento ningún policía o gendarmefue a la aldea para averiguar. Ya pasa-ron diez días del hecho…

¿El niño, en precario estado de sa-lud y desnutrido, habrá sobrevivido?Sinceramente creo que no. ¿Quién sa-be de estos dramas diarios? ¿Por quéno se habla de la pobreza extrema quelleva a muchas familias a vender suspropios hijos para salvar a los otros?Miles se mueren de meningitis, polio,rubeola, tétanos; y no hay vacunas por-que los muertos no justifican el gasto.¿Por qué no escriben alguna vez sobrela cantidad de chicos que van a la es-cuela después de caminar kilómetros ycomen a la noche y una vez al día? ¿In-forman, o sólo dicen lo que los demásquieren escuchar?

No hagan del África un pozo dedesgracias sin solución; no digan só-lo lo feo, lo malo, lo sórdido; tómen-se el trabajo de ver y descubrir lascausas de los males que nos aquejandesde hace siglos. Si somos sinceros,veremos que todos y cada uno de us-tedes y nosotros tenemos un poqui-to de responsabilidad. La injusticiay la desigualdad de oportunidades estan grande que causa verdaderas ca-tástrofes diarias, como la del peque-ño Tawéma Daposka. No es un niñoanónimo; yo lo conocía, la gente desu aldea también, sus padres, aunquepobres y a lo mejor ignorantes, lo cui-daban como mejor podían, pero nun-ca será noticia, ni él ni los miles ymillones de niños, de pobres, de mu-jeres que son víctimas de la vida du-ra y sacrificada de la cual nada sabe-mos.

África, ¿pozo de la desgracia?

Armando R. Puente, corresponsal en España de la agencia AICAy Radio LU2, medios argentinos, nos hace llegar el mensaje deunas misioneras argentinas, compatriotas suyas, que viven enBenin, y escriben este relato a raíz del problema de los niños-esclavos y del barco que transportaba a varias decenas de ellos

La vidaAlfa y Omega22 26-IV-2001

La dirección de la semanaEl embrión es: ¿un grupo de células, vida biológica o primera ex-

presión de la vida humana? Algunos diputados de la Unión Eu-ropea, que reconocen la verdad de esta última afirmación, están re-cogiendo firmas para presionar en sus respectivos Parlamentos en fa-vor de una legislación que verdaderamente proteja al embrión hu-mano, desde el momento de la concepción. En esta dirección, bajoel apartado de Alerta: Derecho Humanos, se encuentra el formula-rio para suscribir el Manifiesto Europeo para la Protección del Em-brión:

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INTERNET

http://www.hazteoir.org

Nombres propios

Monseñor MMaannuueell UUrreeññaa PPaassttoorr,, obispo de Cartagena (Murcia),celebró la Eucaristía que el pasado domingo retransmitió la

RTVE2 para toda España e Hispanoamérica, dentro del programaEl Día del Señor, con motivo de la XXXV Jornada Mundial de las Co-municaciones Sociales.

Monseñor FFrraanncciissccoo JJoosséé PPéérreezz yy FFeerrnnáánnddeezz--GGoollffíínn,, obispo deGetafe, ha presidido la ceremonia de bendición de la primera pie-dra de la parroquia dedicada a la BBeeaattaa MMaarraavviillllaass ddee JJeessúúss,, laprimera del mundo con este título. En presencia de las autoridadesreligiosas y civiles, y de un nutrido grupo de fieles, el obispo resal-tó la figura de la Madre Maravillas como fundadora y como ejem-plo de santidad. Algunos familiares de la Beata, presentes en el ac-to, recordaron anécdotas de la vida de la Madre Maravillas, asícomo su ternura, bondad y cariño, con que trataba a todos cuantosla rodeaban.

La profesora doña MMaarrííaa DDoolloorreess VViillaa--CCoorroo será la directora dela cátedra UNESCO de Bioética y Biojurídica. Esta cátedra fue pre-sentada en la Universidad San Pablo-CEU en un acto presidido porla Presidenta del Senado, doña EEssppeerraannzzaa AAgguuiirrrree,, y por don AAllffoonnssooCCoorroonneell ddee PPaallmmaa,, Presidente de la Fundación Universitaria San Pa-blo-CEU. El doctorado en Bioética y Biojurídica es el primero y úni-co de esta especialidad: se trata de una innovadora iniciativa en elcontexto mundial, y es reconocido y convalidado por la UniversidadSan Pablo-CEU.

En la Universidad Pontificia Comillas, de Madrid, se ha celebra-do un funeral por el eterno descanso del alma del teólogo jesuita pa-dre JJoosséé JJooaaqquuíínn AAlleemmaannyy BBrriizz,, fallecido a los 64 años de edad, 46en la Compañía de Jesús, el pasado 9 de abril en Roma, dondefue enterrado. Descanse en paz.

Monseñor AAgguussttíínn GGaarrccííaa GGaassccoo,, arzobispo de Valencia, en lasolemne misa de acción de gracias por los 233 nuevos Beatos quecelebrará el próximo 3 de mayo en la catedral de Valencia, utilizarápara la consagración el cáliz con el que a diario celebraba la Eu-caristía el sacerdote mártir de Enguera, don JJoosséé AAppaarriicciioo SSaannzz..Sobre el altar estará el tapiz que presidió en el Vaticano la ceremoniade beatificación.

Hoy, el Ilustre Colegio de Abogados de Madrid celebra una Jor-nada sobre La clonación humana a debate: sus implicaciones jurídicasy éticas. Ilustres juristas y expertos participan en esta interesantísimajornada en sesión de mañana y tarde, en el Centro de estudios e in-vestigación (calle Serrano, 11).

El general español don JJuuaann OOrrttuuññoo SSuucchh,, al mando del Euro-cuerpo, ha peregrinado con los militares a sus órdenes, desde Za-ragoza, a Santiago de Compostela, donde militares de Luxemburgo,Alemania, Fracia, Bélgica y España, participaron en la misa delperegrino.

Ya se ha lanzado la segunda edición (Planeta Testimonio) del li-bro Itinerarios de vida cristiana, escrito por monseñor JJaavviieerr EEcchhee--vvaarrrrííaa,, Prelado del Opus Dei. En febrero se puso a la venta una pri-mera tirada de 20.000 ejemplares. En poco menos de dos meses,se han editado 7.000 volúmenes más.

Gran encuentro misionero infantilMás de 11.000 niños de todeas las regiones españolas se reunirán los

próximos 28 y 29 de abril en Madrid, con motivo del Encuentro dela Infancia Misionera, organizado por las Obras Misionales Pontificias encolaboración de la Comisión Episcopal de Misiones, Confer, Fere, Cris-tianos sin Fronteras y Juventudes Marianas Vicencianas. El lema de esteaño es Contigo el mundo sonreirá, y pretende hacer que todos los niñoscompartan la alegría y la responsabilidad de ser misioneros.

El cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, juntocon el alcalde de la capital, don José María Álvarez del Manzano, ymonseñor Francisco Pérez, obispo de Osma Soria y Director Nacional delas Obras Misionales Pontificias, serán los encargados de dar la bienve-nida a los niños que vienen de toda España para disfrutar todos juntos deesta experiencia.

El Festival de la Canción Misionera, la exposición del cómic misionero,así como las celebraciones eucarísticas, y obras de teatro, entre otras co-sas, son las actividades programadas para estos días.

Hoja parroquial de Tarragona:nueva etapa

El Arzobispado de Tarragona ha hecho pública una nota de prensa en la queinforma de que ha decidido comenzar una nueva etapa de su Hoja parroquial,

que tendrá la mitad de la extensión que tenía hasta ahora, con el objeto de fa-cilitar una mayor divulgación entre los fieles. Se imprimirá a dos tintas, y en fe-chas señaladas: Pascua, Pentecostés, Navidad, a todo color; será posible insertaralgún suplemento. Ante la gran afluencia de turistas de todo el mundo, la nuevaHoja quiere ser un instrumento apto y rápido de acogida y comunicación, sin va-cíos ni duplicaciones innecesarias, y con mayor coordinación con la revista dio-cesana Esglesia de Tarragona, que se quiere potenciar. El Arzobispado de Ta-rragona agradece muchísimo a los obispados de Vic y de Solsona toda la tareacomún desarrollada durante el largo período en que han editado conjunta-mente la Hoja parroquial.

Titulaciones de la UniversidadCatólica de Ávila

Según informa el Boletín nº 3, ex-traordinario, de la Universidad

Católica de Ávila, un total de 16 ti-tulaciones, incluyendo la Diploma-tura y la Licenciatura en CienciasReligiosas (ERE), de nueva implan-tación, y los cursos de Doctoradoen Derecho, Ingeniería de Montes,Ingenieros Agrónomos y CienciasAmbientales, constituyen la ofertade esta Universidad para el curso2001-2002. En el nuevo períododocente se cumplirá el quinto añode enseñanzas por parte de estaUniversidad, que trabaja tambiénen la implantación del Aula de Len-gua y Literatura Española, y del Ins-tituto de Idiomas, así como del Ins-tituto de Ciencias Religiosas.

La vida Alfa y Omega 26-IV-2001 23

Para el profesor Juan Velarde Fuertes –y sepuede asegurar, que para muchísima gen-

te más– don Manuel Fra-ga Iribarne, cuyo pen-samiento y actuación es-tán firmemente arraiga-dos en la fe católica yen las exigencias del hu-manismo cristiano, hasido y es uno de loshombres decisivos parala política española delsiglo XX. Por eso ha es-crito estas 235 páginas,

que acaba de editar Planeta, con un prólogode Rodrigo Rato y un epílogo de MarianoRajoy. Rato afirma que, entre los títulos quesuelen otorgarse a las personas claves en lahistoria de un país, el más importante ha sidosiempre el reconocimiento tácito de habersemostrado como profesores en la difícil asig-natura del comportamiento, es decir, cate-dráticos en lo que se ha de hacer y en lo quehay que evitar en provecho propio y en el dela nación. Rajoy escribe que la persona deManuel Fraga es una referencia fundamen-tal para estar en la política. Y Velarde, el au-tor, economista y humanista de prestigio re-conocido, ofrece un ensayo sobre la perso-nalidad de Fraga, o el intelectual y la política,que es una visión, desde la economía, no so-lo de Fraga, sino también de su circunstan-cia. De su gran circunstancia que, natural-mente, es Galicia y es España. Ni el asenta-miento democrático, ni la necesidad de queel pensamiento conservador no se perdiesepor vericuetos absolutistas o integristas hu-bieran sido posibles sin la altísima calidadintelectual de Fraga y su reciedumbre políticay, antes y sobre todo, moral. Es lo más serioque se ha escrito sobre Fraga.

Durante trece años, desde 1945 a 1958,René Lejeune, autor de este libro, fue co-

laborador personal di-recto de Robert Schu-man, sin duda uno delos fundamentales pila-res de la construcciónde la Europa moderna.La editorial Palabra hatenido el acierto de evo-car, en estas doscien-tas cincuenta escogidaspáginas, la figura lu-minosa de este padrede Europa (1886-1963) y su visión huma-nista, tan propia de un cristiano de fe pro-funda, arraigada y coherente que está ca-mino de los altares.

Son páginas especialmente sugestivas yadecuadas en un tiempo como el nuestro,en el que parece que lo normal y lo políti-camente correcto sería exactamente lo con-trario: separa la fe de la vida, la indispen-sable dimensión pública de la fe de su di-mensión personal y privada. Schuman se re-vela en estas páginas modelo y ejemplo deque es posible, de que se puede ser perfec-tamente un cristiano a carta cabal y un ha-bilísimo político y diplomático, conciliandoadmirablemente acción y contemplación, po-sibilismo y esperanza, justicia social y avi-dez de Dios, sin complejos y sin dejarse aco-bardar por los acontecimientos.

El chiste de lasemana

Libros de interés

Ricardo y Nacho, en El Mundo

Nuevo número de Tertium millennium

Acaba de aparecer el último número de Tertiummillennium, perteneciente al 4º y último tri-

mestre del Año Jubilar, cuya experiencia de gra-cia queda recogida en estas páginas que, congran acierto y éxito, ha ido informando sobre elJubileo del año 2000, y cuyo responsable en laedición española es don Joaquín Martín Abad.Este número ofrece al lector, junto a la Cartaapostólica Novo millennio ineunte, crónicas de losrespectivos Jubileos de: universitarios, terceraedad, obispos, familias, deportistas, políticos,agricultores, militares y policías, laicos, disca-pacitados, catequistas y profesores de Religión,y mundo del espectáculo, así como del XX Con-greso mariológico-mariano internacional. La par-titura del himno oficial del Gran Jubileo, y la ho-milía de clausura, del Papa, cierran esta intere-sante publicación toda ella magníficamente ilus-trada con fotos a todo color.

Semana internacional de oración

Como cada año, Confraternidad Carcelaria Internacional celebra en Madrid la ya tradicional Se-mana internacional de oración, para orar por todo lo que rodea al mundo de las prisiones. La

Palabra escogida para este año es de Mateo: ...y fuisteis a verme. El 29 de abril a las 12 horas se-rá la inauguración de la Semana, con la celebración de la Eucaristía, en la iglesia madrileña de Ma-ría Reparadora (calle Fomento, 13); el 3 de mayo de 20 a 21.30 horas, Eucaristía y oración especial,en la iglesia de San Martín, templo eucarístico de la diócesis (calle Desengaño, 26). En diversas igle-sias de Madrid, presos y voluntarios ofrecerán testimonios personales durante la celebración dominicalde la Eucaristía. La clausura de la Semana será el 6 de mayo en el templo de María Reparadora,a las 12 horas.

Situación laboral de profesores de Religión

El Ministerio de Educación sigue jugando con la situación laboral de los profesores de Religión:ni les actualizan sus nóminas correctamente, ni les abonan las cantidades fijadas por los jueces:

Esto es lo que denuncia una nota de la Federación de Enseñanza de USO (Unión Sindical Obrera),según la cual, en los pasados días, los profesores de Religión que ejercen en centros públicos de Edu-cación Primaria recibieron la actualización de sus retribuciones correspondientes al año 2001;sin embargo, las cuantías de las indemnizaciones por residencia no han sido actualizadas, tal y co-mo fijaba el Acuerdo alcanzado el 21 de diciembre de 1999. El Ministerio sigue incumpliendo sis-temáticamente el Convenio firmado el 26 de febrero de 1999, entre el Gobierno español, y laConferencia Episcopal, al no actualizar las nóminas de los profesores, que tienen sentencias firmesfavorables en las que se les reconoce retribuciones equivalentes al 100% de los profesores interinos.En algunos centros no se está impartiendo esta asignatura. Ante las protestas, la respuesta del Mi-nisterio ha sido que no hay suficiente dinero para estos profesores, argumento que no es de reciboa la hora de cumplir una obligación que emana de la Constitución.

Benjamín R. Manzanares

Pienso –afirma monseñor Foley–que es importante recordar queel primer comunicador es el

mismo Dios, quien está en continuacomunicación con nosotros, inclusoaunque no nos demos cuenta. La co-municación es de persona a persona ,y el hecho de acercar a las personasentre sí, es un elemento esencial de lasociedad.

Me gusta meditar –escribe en el li-bro– que Dios se comunica con noso-tros continuamente, que Él se nos con-fía sin cesar. En primer lugar, lo hizoen la creación del mundo. Cada ins-tante de nuestra vida es comunicaciónpermanente desde Dios, puesto que,si Él nos olvidara sólo un minuto, noexistiríamos. Debemos ser conscientesde esta Presencia de Dios. Él estásiempre para nosotros presente, a tra-vés de su fuerza creadora. Sabe todo,lo que hacemos. Incluso cuando en-cendemos nuestro receptor, Dios senos comunica a través de su creacióncontinuamente.

Es un Misterio. Dios se nos ha co-municado plenamente en la Personade Jesucristo. Y el Dios-hombre nos

ha dicho y nos ha mostrado cómodebemos vivir. No se conoce elíndice de audiencia que uno semerece. Y quien obitene el índi-ce de audiencia más alto quizálo reciba por motivos falsos.Dios se nos ha comunicado através de la creación, de la re-velación y de la Encarnación, yse nos sigue comunicando a tra-vés de su Iglesia, que es la continua-ción de la Presencia de Cristo en elmundo. Se nos manifiesta también enlas tareas diarias de nuestra existenciahumana, a través de buenas ideas quetenemos, a través del Espíritu. Estoyconvencido de que no hay algo porcasualidad. Todo es Providencia.

El Presidente del Consejo Pontifi-cio para las Comunicaciones Socialesrechaza firmemente los reproches glo-bales contra los medios, aunque, almismo tiempo, exige para ellos altoscriterios éticos. En la primera parte deeste libro, de 125 páginas –editado enalemán por Sankt-Ulrich-Verlag–,monseñor Foley mantiene un vivo diá-logo con el periodista. En la parte finaldel libro aparecen extractos de la ins-trucción pastoral Aetatis novae, unode los documentos fundamentales pu-

blicados por el Con-sejo Pontificio para las Comunicacio-nes Sociales.

Los medios son medios

Cada nueva técnica –dice– es sólouna técnica. Cada nuevo instrumen-to es sólo un instrumento. La televi-sión es un medio, a través del cual sepueden hacer multitud de cosas bue-nas y malas. Y, como todas las cosas,debemos usarla responsablemente.Estoy a favor de cualquier adelantotécnico posible. Es maravilloso todo loque ya ha facilitado a los hombres.Los modernos medios de masas sonun regalo de Dios, pero los medios demasas son medios, que utilizan loshombres. Y éstos deciden si hacen al-go bueno o malo con ellos. La con-

centración en la posesión de medios essiempre un peligro, puesto que conello existe la posibilidad de controlarlo que los hombres quieren o piensan.El control de los medios de otras épo-cas aseguraba que determinados sec-tores de la sociedad fuesen tomadosen consideración, que de otro modohubiesen sido olvidados, e inducía alos responsables a hacer algunos pro-gramas serios, que quizá no tenían elíndice de audiencia mayor del mun-do, pero que servían para informar ala gente. Debería haber una regla-mentación estatal responsable, unaexigencia de servir al bienestar co-mún. Aquí pienso sobre todo en losmedios electrónicos. Es recomenda-ble una exigencia de este tipo.

Cuando no se aprovecha de nin-gún modo la oportunidad de formara los hombres como consumidores demedios, damos a la televisión la tareade ser una especie de «canguro» muycasera, lo que significa que realmen-te cada uno se sienta solo delante de lacaja tonta y absorbe, da lo mismo loque echen, sin ningún tipo de selec-ción constructiva y crítica. Debería-mos enseñar a los hombres a ser con-sumidores constructivos y críticos delos medios, que en realidad son un re-galo de Dios.

Jesús encomendó a los apóstolesanunciar el Evangelio a todas las cria-

turas y, precisamente por eso, es lacomunicación, para mí, la tarea prin-cipal de la Iglesia. La gente de losmedios, los periodistas, que tienenuna tendencia a convertirse en cíni-cos, deben evitar ser cínicos. Los en-tiendo, porque algunos han visto tan-tas cosas, han visto la tristeza huma-na, la maldad y la violencia, e intentancubrirse con una cáscara –quizá parasobrevivir–. Si dejaran de lado todasestas tragedias, no podrían seguiradelante. Debemos aprender a ser su-ficientemente sensibles –y los buenoscomunicadores lo hacen– para co-municar el drama humano, que se es-conde, e informar de la necesidad hu-mana. Es algo que, por cierto, los me-dios hacen muy bien.

Cuando el evangelista Mateo es-cribe: «Deja brillar tu luz ante loshombres», significa dar a conocer labuenas cosas. Creo que el Papa lo ex-presó una vez muy bien, cuando lesdijo a un grupo de periodistas que enlos reportajes no debemos indagar só-lo en los pecadores ocultos, sino tam-bién buscar a los santos escondidos.Puesto que los santos escondidos sonlos sencillos y humildes y los que, pordistintas razones, no quieren que lagente llegue a saber todo lo bueno quehacen.

El Presidente del Consejo Pontifi-cio para las Comunicaciones Socialesseñala magistralmente las preguntasclaves que han de hacerse a todo in-formador: Lo más importante es queuno sepa por qué informar sobre algo,el «Know-Why». ¿Por qué haces eso?¿Lo haces sólo por ganarte la vida, opara ser una estrella de los medios?¿O lo haces para servir a la sociedady también para servir al Señor?

Desde la feAlfa y Omega24 26-IV-2001

Libro-entrevista de monseñor Foley, en vísperas de la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales

Dios,en la aldea

globalEl arzobispo John P. Foley,

Presidente del Consejo Pontificio paralas Comunicaciones Sociales, reafirma,

en su último libro, Dios en la aldeaglobal, el valor de la profesionalidad

periodística, del que depende, en buenaparte, la transmisión de la verdad.

Se trata de una larga entrevistaconcedida por monseñor Foley en Roma

al periodista alemán Ulrich Bobinger

Otra Comunidad Autónoma –Valencia– se hasumado a la regulación de las uniones de he-cho. Este afán normativo del legislador au-

tonómico plantea la duda de si un Parlamento re-gional puede regular tal materia. La respuesta esafirmativa, precisamente porque no regula el matri-monio ni altera el régimen de sus relaciones jurídi-cas, ni directa ni indirectamente; luego es difícil ha-blar de fraude de norma constitucional. Los títuloscompetenciales son distintos, pues el artículo149.1.8ª de la Constitución dice que es competenciaexclusiva del Estado regular las relaciones jurídi-co-civiles relativas a las formas de matrimonio; fue-ra de este y otros extremos, cada Autonomía puedeconservar, modificar y desarrollar su legislación ci-vil especial o foral donde exista, y aquí se regula elrégimen jurídico de una forma de convivencia; nise da ni quita al régimen matrimonial, se equipara.

Estamos viviendo algo ya anunciado. Antes, elTribunal Constitucional propició una doctrinacon luces y sombras. Luces en cuantoque siempre ha partido de la realidadinsoslayable de que matrimonioy unión de hecho no son si-tuaciones equivalentes ni ju-rídicamente iguales. Asíha sostenido que no con-traría el derecho a laigualdad que se les pro-picie un trato jurídica-mente diferenciado,con unas consecuen-cias distintas plasma-das en un trato más fa-vorable al matrimonio;éste, además, goza dela garantía institucio-nal del artículo 32.1,consistente en que estéprevisto normativa-mente en cuanto tal, yen que haya un régimenjurídico regulador de lasrelaciones civiles que naz-can de él.

Pero hay sombras. El Cons-titucional dice, con razón, que anadie se le puede imponer un estadocivil, y que el legislador es muy dueño defavorecer jurídicamente a la familia asentada en elmatrimonio siempre que no se coarte ni se dificul-te irrazonablemente al hombre y a la mujer que de-cidan convivir «more uxorio». La consecuencia desu doctrina es que, pese a la protesta de que se estáante dos realidades distintas, se acaba viendo en elmatrimonio y en la unión de hecho dos modelos con-vivenciales indistintos; así la Constitución, que man-da proteger a la familia, a los hijos y a las madres (ar-tículo 39), no identifica necesariamente a la fami-lia con la que tiene una base conyugal. Esto lleva auna suerte de indiferentismo jurídico plasmado ennormas en las que matrimonio y unión son formas ju-rídicas, y no realidades materiales diferenciadas.

A partir de aquí ya se entra en el terreno de lasconvicciones o, al menos, de la opción ideológica, loque lleva a un ejercicio de oportunidad política: ¿esurgente regular esas uniones que suponen el 1’8% delas parejas estables?; ¿por qué no bastan convenios,

sentencias caso a caso y, todo lo más, normas pun-tuales?; ¿es que para proteger a la familia hay queequiparar las uniones no ya heterosexuales sino tam-bién las homosexuales al matrimonio? Resulta cho-cante el empeño en establecer un régimen jurídicocomo el matrimonio para quienes libérrimamentequieren organizar su vida al margen de las relacionesjurídicas derivadas del matrimonio, y este empeño nocreo que tenga su base en la necesidad de un marcode seguridad jurídica de cara a terceros en aspectoscomo la responsabilidad de los convivientes, o porrazón de sus deberes fiscales. Ese aspecto, que pue-de ser cierto y conveniente, no puede servir de co-artada ideológica para una regulación cuyo efectoes ese indiferentismo jurídico. Por mucha asepsia oneutralidad del legislador, al final estamos ante unproducto interesado, hay militancia cuando busca, deintención, equiparar dos realidades diferentes.

Además, materialmente no cabe equiparar ma-trimonio y unión de hecho. Por esto no deja de

ser un contrasentido jurídico que, paradefinir qué es unión de hecho es-

table, se apele a que la uniónimplique una relación de

afectividad análoga a laconyugal (Navarra, Ara-gón), o que hayan con-vivido maritalmente(Cataluña). A talesefectos el requisito dela estabilidad no esun sucedáneo de lasobligaciones propiasdel matrimonio, devivir juntos, guardar-se fidelidad y soco-rrerse mutuamente(artículo 68 del Có-digo Civil). Cuestiónaparte son las unioneshomosexuales, cuya

equiparación al matri-monio es, por sí misma,

imposible aun cuando al-guna norma, como la ley

catalana, se refiera a la pare-ja homosexual que vive marital-

mente, o la navarra diga que es uniónde hecho la convivencia en análoga rela-

ción de afectividad con el matrimonio con indepen-dencia de su orientación sexual. Todo esto suponeuna subversión del ser de las cosas.

En el caso de las uniones homosexuales el Tri-bunal Constitucional ya asentó dos puntos de arran-que que han dado sus frutos. Por un lado, al decirque dentro del concepto familia –unidad de convi-vencia, según la nueva terminología– caben las ba-sadas en uniones de tal naturaleza; y, por otro, aldecir que no equipararlas al matrimonio es consti-tucional, pero que nada impide que el legislador lasequipare, y es lo que han hecho esas Autonomías. Esmás, en su doctrina a favor de la equiparación entrematrimonio y uniones de hecho, el Constitucionalsiempre propició un trato más favorable para los quevivían juntos porque no podían casarse, como ocu-rría con los convivientes de antes de la ley del di-vorcio de 1981. Esta doctrina permitiría la plenaequiparación de las uniones homosexuales mientras

que en España no exista matrimonio homosexual,pues el Constitucional dice, respecto del artículo 12del Tratado Europeo de Derechos Humanos, que to-do depende de la facultad que tienen los Estadoscontratantes de regular mediante leyes el ejerciciodel derecho de casarse. Pero en todo caso, ¿qué másda? Quien no vea como elementos consustancialesdel matrimonio la fidelidad, indisolubilidad y laapertura a la prole, verá la diferencia entre matri-monio y unión homo o heterosexual sólo en lo cir-cunstancial: formalidad en el casamiento y compli-caciones en el desacasamiento.

Como se ve, la normativa autonómica ha dadoun salto sustancial. Ya no bastan los convenios par-ticulares; ni esa jurisprudencia que, caso a caso, ha-bía resuelto sobre concretas situaciones familiaresque precisaban un trato análogo (alquileres, ciertaspensiones); ni tampoco las reformas legales pun-tuales (legislación sobre arrendamientos urbanos,adopción, asilo político, prestaciones sociales). EsasAutonomías han ido a más al establecer un marco ge-neral que lleva a la equiparación global con el ma-trimonio. Como las normas no sólo reflejan la so-ciedad, sino que la modelan y educan, cabe deducirque el efecto, a medio o largo plazo, será la pérdidade identificación entre familia y matrimonio, y que,fuera de quien tenga una visión sacramental del ma-trimonio, éste se desdibuje en su entidad, ya que se-rá una realidad jurídicamente indiferente frente alos otros modelos convivenciales.

En todo caso, frente a la pasividad del legisladorcentral, sorprende el dinamismo del legislador au-tonómico en cuestiones que afectan a la familia y, engeneral, su mayor atención en regular lo excepcionalfrente a esa mirada apagada para la familia tal y co-mo es entendida por el común de los ciudadanos.Un ejemplo es que, desde 1971, esté en vigor una ve-tusta y ya inútil ley de familias numerosas, y que elproyecto que hoy día está en el Congreso de los Di-putados sea de la Minoría Catalana y no del Partidogobernante. Quizás por este rebasamiento ha anun-ciado la presentación en mayo de una ley de unionesde hecho. Lo que se ignora es si esa futura normabuscará reordenar este aspecto de las relaciones ju-rídicas sobre la base de la realidad común y ordina-ria de la convivencia familiar, si acudirá al expe-diente más amplio y justo de regular el contrato deunión civil tal y como hizo en la pasada legislatura,o se limitará, sin más, a regular un régimen generalque evite normas dispares; se ignora si será una leyde convicciones, o una norma que gestione la di-versidad jurídica.

José Luis RequeroMagistrado

Desde la fe Alfa y Omega 26-IV-2001 25

Autonomías y uniones de hecho

Miembros de la Mesa de las Cortes de Aragón

Muchas veces me he pregun-tado por qué los lectores in-fantiles piden reiteradamen-

te libros de miedo, de terror o de ma-gia: a qué secreto resorte obedecencuando su lectura preferida va por esosderroteros...

Cuando salió al mercado, con susinnumerables títulos, la serie Pesadi-llas, pudimos frenarla dada su malacalidad literaria, su abundancia de tó-picos, lo repetitivo de sus temas. Cu-riosamente, casi todas las editorialesdieron respuesta de algún modo al de-seo de los lectores con obras de unaindudable mejor calidad. Desde vam-piros, a monstruos, los aficionados algénero encontraron aquello que bus-caban. Y hace poco tiempo –laprimera edición es de 1999–irrumpe en el mercadoHarry Potter. Y lo haceapoyado en un marke-ting que lo promocio-na, y que lo convierteen el best seller de esteúltimo año.

Después de haberloleído –y desde aquí acon-sejo a los padres de los lec-tores que lo hagan–, me pregunto:¿por qué? En estas breves líneas voy aintentar dar respuesta a la pregunta. Lanovela de J. K. Rowling responde a losintereses de los chicos de 12 años enadelante, y lo hace presentando una es-cuela donde Harry aprende sus artes demago, y viviendo una serie de aventuras

que enganchan,por la agilidad con

que se desarrollan ypor la variedad de situa-ciones que presentan.Los lectores afirmanque les gusta porque

Harry es valiente, por-que es mago, porque da

miedo, porque hace lo que quie-re, porque al ser mago te hace desearser como él, porque es original, porquees un chico libre...

Estas respuestas, sacadas de unatertulia sobre el libro, me hacen en-tender un poco más el motivo por loque les gusta. En el libro hay valores

que lo hacen apetecible para el públi-co adolescente, los entretiene y los di-vierte. Valores que no sólo son la au-dacia o la valentía: ayuda a los com-pañeros, por ejemplo.

Creo que el peligro de libros comoésos está en la cota de miedo que pue-de producirles, que requiere una edadlectora suficiente; no tanto, como seha dicho en algún país que lo ha prohi-bido, por inducir a los niños prácticasesotéricas. Indudablemente, no se tra-ta de un libro para niños y niñas demenos de 5º o 6º de Primaria, porquela sensibilidad de los pequeños es ma-yor, y porque el número de páginas,que va creciendo según Harry crece,

no lo hace adecuado para ellos. Lástima que mucha de la fama del

libro la hayan propiciado los mediosde comunicación social. Hay libros deuna gran belleza literaria, de autoresespañoles, que no logran esa propa-ganda... ¿Por qué? Ahí queda implí-cita una pregunta que, sinceramente,no sé contestar y que me ronda desdela aparición del primero de la serie...

¡Espero encontrar la respuesta an-tes de que aparezca la historia del sép-timo año de colegio de Harry!

Dolores María Álvarez Directora de la Comisión

Católica de la Infancia

Desde la feAlfa y Omega26 26-IV-2001

¿Han cambiado los gustos?

Los niños y la lectura: Harry Potter

Los fantasmas del pasadoEl famoso director Montxo Armendáriz (Tasio; Secretos del corazón...) ha estrenado su última película, Silencio roto, que es un enardecido

homenaje a los maquis, guerrilleros antifranquistas que siguieron la contienda civil a su montaraz manera hasta muchos años después del finde la guerra en 1939. Se trata de un intento de memoria histórica loable, pero no exento de defectos y cojeras ideológicas

Con una puesta en escena sobria y punzante,al estilo acostumbrado de su director, pero

con un guión bastante escolar y algo chatito, el ci-neasta navarro vuelve al tema de nuestra post-guerra con el deseo de cubrir lagunas historio-ci-nematográficas, como hizo Ken Loach con Tie-rra y libertad. Los héroes de este film son los ma-quis, que entre curas y dirigentes del movimiento,segaron un millar de vidas en la década de loscuarenta. El protagonista, Manuel (Juan DiegoBotto), es un jovencito idealista que se echa almonte para cambiar el mundo. Su novia, Lucía(Lucía Jiménez), le apoya y ayuda desde una aldeavasco-navarra sometida al yugo cruel y despia-dado de una guardia civil inmisericorde. Muertosde un lado y del otro se suceden en la película co-mo si llovieran en el angosto espacio de un ca-llejón sin salida. La gente del pueblo, especial-mente retratada en la actitud de Teresa (MercedesSampietro), opta –en principio– por ver, oir y ca-llar. El miedo mortal y el deseo de vivir en pazmantiene a los habitantes en una ambigüedad

permanente entre delatores y acusadoes de unbando y de otro.

Dejemos de lado en esta ocasión el tratamientohistórico del film –que entraría en contradicción conlos consejos de guerra que sufrían los guardiasciviles cuando sobre ellos se cernía la duda de en-sañamiento con los maquis– y la dudosa oportu-nidad de un film así en los sangrantes tiemposque vivimos en España (¡cuántos proetarras noverán en esta película una ocasión ideal de ci-neforum didáctico!) Fijémonos más bien en sucontenido intrínseco. En primer lugar, la películaestá atravesada por un escepticismo profundo;todo se juega en el plano de las ideologías, yéstas, o bien toman la forma del poder más brutal,o bien de la utopía más ilusa. Apenas queda es-pacio para lo más humano, encarnado en la re-lación entre Lucía y Manuel, relación que sucum-be a la lógica perversa del odio fratricida. Al tra-tarse de un film desesperanzado y amargo, esinevitable preguntarse por la utilidad de esta for-ma de entender la memoria histórica.

Ciertamente, en los diálogos se sugiere aveces un punto de fuga: Nuestra causa es jus-ta, pero lo que hacemos ¿lo es?, aunque no es-tá suficientemente respaldado por el compor-tamiento de los personajes. La intolerancia ge-nera violencia y ésta, a su vez, es el germen dela sinrazón más absoluta, afirma Armendárizen la presentación a la prensa de Silencio ro-to. Es una pena que no haya profundizado conmás amplitud de horizonte en esa afirmación,tan cierta por otra parte. Y, en fin, es de agra-decer que en el breve flash en que aparece laIglesia, representada por un sacerdote, se lamuestra administrando sacramentos y al mar-gen de la sangrienta refriega que envuelve lapelícula. Lo que parece claro, una vez más,es que no se pueden ahuyentar los fantasmasdel pasado si no es desde una esperanza pre-sente. Y ¿quién vive de esa Esperanza en elcine actual?

JJuuaann OOrreellllaannaa

Cine

Una escena de la película

En el programa Las artes y las letras,de Radio Intereconomía, conté re-cientemente la siguiente anécdota:

hará varios meses se me acercó, en la calle,bajándose de un taxi, una señora que mepreguntó dónde se encontraba una deter-minada librería de Madrid, que no habíapodido localizar ni siquiera con la ayudadel taxista. Como yo me dirigía, en esemomento, a un lugar cercano a la libreríamencionada, le pedí que me acompañara yfuimos charlando durante el camino. Eranegra, y me dijo provenir de la RepúblicaDominicana. Durante la conversación semanifestó indignada con la colonizaciónespañola en América, acusándonos con vi-rulencia a los españoles de haber realizadoallí las mayores barbaridades. Le respon-dí lo siguiente: Señora, si sus antepasa-dos africanos hubiesen permanecido enÁfrica, podría ser que usted estuviese aho-ra muriéndose de cualquier violencia oenfermedad, en cualquier tribu misérri-ma, sin que tantos falsos indigenistas detodo el mundo se preocupasen lo más mí-nimo por su situación; si sus antepasadoshubiesen sido llevados en un barco negre-ro a Norteamérica, es muy posible que us-ted se encontrase hoy en un pobre barriode un suburbio neoyorquino, viviendo enunas ínfimas condiciones sociales y eco-nómicas; porque sus antepasados fueronllevados como esclavos –probablementepor un barco inglés, porque en negrería ypiratería ningún país actuó con mayor efi-cacia– a un territorio hispanoamericano,ha tenido usted la suerte de estar ahoraen Madrid, viajando en un taxi y permi-tiéndose insultar, porque sabe que yo lavoy a escuchar educadamente, a los colo-nizadores españoles.

La anécdota se queda aquí. Lo que no sequeda aquí es el tema que detrás de ella se

esconde. No me avergüenzo, sino que másbien me enorgullezco, de lo que los espa-ñoles que fueron a América llevaron a ca-bo durante la colonización. Ciertamente,se dieron barbaridades: el choque de men-talidades y cul-turas las ha he-cho muchas ve-ces casi inevita-bles, ante laincapacidadhistórica del serhumano paracomprender aotros pueblos;tanto más cuan-do el hombredel Renaci-miento tuvouna fuerte con-ciencia de sugrandeza, quese exacerbó alafrontar otrascivilizacionesmucho más pri-mitivas y muylejanas a sumentalidad. Pe-ro aún han sidomayores los crí-menes históri-cos –cuyas hue-llas dolorosa-mente pervi-ven– de otrospueblos europe-os en tierrasafricanas o asiáticas, crímenes que, en cam-bio, nadie parece recordar. Y me gustaríaescuchar a los sociólogos del siglo XXIIcuando describan las barbaridades del sigloXX, y comprueben que han superado, con

mucho, a las de cualquier época coloniza-dora, sin reacción alguna por parte de tan-tos interesados críticos de la gran empresaespañola.

Escándalos fingidos

Y, junto a ese argumento negativo, elmucho más importante de carácter positi-vo. Si miramos el pasado, todos somos hi-jos de una colonización, y ¡ay de los pue-blos que no lo son! Roma colonizó al ac-tual mundo latino; España colonizó a bue-na parte de América. La palabra colonizarpuede tener dos sentidos: colonizar o te-ner colonias, civilizar o explotar. En su pri-mer y mejor sentido, supone rescatar pue-blos que habían conseguido apenas salirde la Prehistoria e incorporarlos, en untiempo muy corto, a unas condiciones devida cultural, intelectual, física y social,mucho más desarrolladas y humanas; auna lengua con mucha más riqueza; a unasituación abierta a muchas más posibili-dades de evolución positiva. Así les ha si-do posible a muchos pueblos encontrarsehoy en condiciones de desarrollar relacio-nes sociales, lingüísticas, religiosas, hu-manas y culturales muy superiores a aque-llas a las que hubiesen podido llegar co-mo pueblos colonizados –explotados– entantas otras zonas del planeta que están enla mente de todos.

Hay mucho escándalo fingido y muchaignorancia detrás de las impresentablescríticas, falseamiento de la Historia, y ocul-tación de la verdad, que se esconden entoda esta problemática. Hay muchos sedi-centes intelectuales, a los que no les preo-cupa lo más mínimo la defensa de tantospueblos verdaderamente rotos –en la His-toria y en el presente– por un inmisericor-de abandono, cuando no por una feroz ex-plotación, dado que tales abandono y ex-plotación son hijos de una política capita-lista que ahonda cada día las injusticias ylas diferencias económicas y sociales; pe-ro que sí que se escandalizan por la queconsideran gravísima destrucción históri-ca de determinadas peculiaridades autóc-tonas –que en el fondo les son indiferentes–allí donde tuvo lugar una labor regenera-dora en los planos religioso, moral y cul-tural, y donde nacieron pueblos nuevos do-tados de una fuerza espiritual que se quie-re a toda costa destruir.

Que se trata, por supuesto, de destro-zar un mundo de contenido cultural y reli-gioso determinado, eso ya lo sabemos. Quese trata de desmitificar principios de con-vivencia intelectual y social, principiosque no predican ni permiten la manipula-ción egoísta del ser humano, eso ya lo co-nocemos. Que no interesa el bien del hom-bre inerme, sino la destrucción de la ver-dad, eso no se nos oculta. Que se nos pideque guardemos silencio frente a toda ma-nipulación y toda mentira, eso es evidente.Pero no lo van a conseguir.

Alberto de la Hera

Desde la fe Alfa y Omega 26-IV-2001 27

En torno a la colonización

¿Explotación..., o civilización?

Desde la feAlfa y Omega28 26-IV-2001

Josemaría Monforte, enJosé de Nazaret en el

tercer milenio cristiano.Panorama eclesial, bí-blico y teológico (Edi-ciones InternacionalesUniversitarias), presentala figura de san José tra-tando de responer a lasnumerosas preguntas quesuscita quien, no en va-no, es Patrono de la Igle-sia universal.

José de Nazaret

Ediciones Encuentro nosacerca, de la mano

de Dietrich von Hilde-brand, a la verdadera na-turaleza de la filosofía,condenada hoy por losque hacen un fetiche dela ciencia. ¿Qué es filo-sofía? pretende volver aabrir las puertas al papelindispensable del cono-cimiento de la verdad enla vida del hombre.

Hay que rehabilitara la filosofía

El Círculo de Lectoresofrece La tierra baldía,

cuatro cuartetos y otrospoemas. Poesía selecta(1909-1942) de T.S.Eliot (edición bilingüe yprólogo de Juan Mal-partida y Jordi Doce), unlibro para disfrutar de lafrescura del lenguaje po-ético y de la hondura dequien recibiría el Nobelde Literatura en 1948.

La frescura del lenguaje

Con este Comentarioal Cantar de los can-

tares y otros tratados exe-géticos, de Gregorio deElvira, fruto de su predi-cación a la comunidad,Fuentes Patrísticas (ed.Ciudad Nueva) comple-ta los tres volúmenes delas obras del obispo deIlliberis (siglo IV). Esta edi-ción ha sido preparadapor Joaquín Pascual.

Prueba del amor

Arturo Blanco es espe-cialista en la historia

y teología del sacramen-to de la Penitencia. En sulibro Historia del confe-sonario. Razones antro-pológicas y teológicasde su uso (ed. Rialp), es-tudia la evolución del mo-do de celebrar el sacra-mento de la Reconcilia-ción, así como su situa-ción actual de crisis.

El sacramento del perdón:crisis y respuestas

Carlos María SanMartín, desde su

condición de laico, ofre-ce en su libro Para andarel camino. Oraciones pa-ra Cuaresma, SemanaSanta y Pascua (Edicio-nes Narcea) oracionescomentadas, que nosayudan a profundizar enla esencia del Evangelio,y al ejercicio de la pro-pia oración peronal.

Para andar el camino

Juán Félix Bellido, enHablando en plata. La

azarosa vida de Juan N.Zegrí (EJE Editorial, co-lección Si yo te contara),pone en boca del pro-pio personaje, el funda-dor de las Mercedariasde la Caridad, el relatode su experiencia vital.Un testimonio que tienemucho que decir a loshombres de hoy.

Hablando en plata

El dominico Brian Fa-rrely, en Eckhart, Tau-

ler y Seuze. Vida y doc-trina del Maestro y susdos mejores discípulos,publicado por Edibesa,reúne la biografía y lacontribución doctrinal detres grandes del espíritu:el Maestro Eckhart y lostambién dominicos JuanTauler y el Beato EnriqueSeuze.

Maestro de vida

Mercedes Palet, en Lafamilia, educadora

del ser humano (Sci-re/Balmes, colecciónTe-mas perennes), plasmasu conocimiento de laAntropología de santoTomás de Aquino, apli-cada a las corrientes ac-tuales de la psicología,mostrando que la edu-cación se satisface, pornaturaleza, en la familia.

La familia: útero espiritualdel ser humano

En Agustín (EdicionesCristiandad), el pro-

fundo conocedor de la li-teratura patrística cristianaH. Chadwick nos ayuda,desde la biografía y laobra, a conocer al santoobispo y Doctor de laIglesia Agustín de Hipo-na, mostrando su per-manente actualidad, quesabe hablar al corazónde la verdad de Cristo.

Actualidadde san Agustín

Con El Escapulario delCarmen. Historia-

teología-devoción, delpadre carmelita RafaelMaría López-Melús, laeditorial Apostolado Ma-riano inicia una nuevacolección con motivo del750 aniversario de la vi-sión y promesa del santoEscapulario. Pretente asíreavivar la devoción a laVirgen del Carmen.

La devoción a la Virgendel Carmen

Qué es el matrimonio,por qué fracasa,

qué es la nulidad..., sonpreguntas a las que Ro-sa Corazón, desde su ex-periencia y formación enDerecho Matrimonial, res-ponde en Nulidades ma-trimoniales ...Que no losepare el hombre, edita-do por Desclée De Brou-wer, con prólogo deldoctor Enrique Rojas.

Lo que Dios ha unido...

P A R A L E E R

Desde la fe Alfa y Omega 26-IV-2001 29

Del dolor, de la alegría

Ningún otro tiempo del año cristiano combina el dolor conla alegría mejor que la Semana Santa y la de Pascua. Si

aquél nos acongoja el Viernes Santo, ésta nos regocija el Do-mingo de Resurrección. Es un contraste brusco que apenaspermite adaptar el ánimo desde el momento de la máximadesdicha al de la mayor felicidad, cuando Cristo muerto ha re-sucitado. Sin embargo, lo hacemos cada año en la oración, enlas visitas a los monumentos eucarísticos, en los cultos que po-nen fin a la Cuaresma. Lo hacen incluso, probablemente, losmuchos fieles que quieren anticipar la felicidad y la transformanen placer, en esa escapada al aire más puro, al mar más tem-plado, al campo más agreste, a la playa más soleada, al ho-rizonte más exótico. Todos, sin duda no lo harán; pero nadales impide, si así lo desean, llevar con ellos la oración y lavirtud.

En las Sagradas Escrituras se unen desde siempre el dolory la alegría. Nos dicen los expertos que el hebreo no bautizacon una sola palabra eso que nosotros llamamos dolor; utilizapara describirlo voces diversas que traduciríamos por enfer-medad, por lesión, por aflicción, incluso por una palabra quedescribe específicamente los dolores de parto; pero añaden queesas referencias al dolor tienen ya, en el Antiguo Testamento,un frecuente sentido espiritual: lo que duele no es sólo el cuer-po, pues también sufre el hombre que se siente humillado,perseguido o calumniado aun si no le tocaron un pelo de la ro-pa. Y no fue un impulso material –el hambre–, sino algo tan in-material como el deseo de alcanzar la sabiduría, aquella cau-sa que, según el Génesis, llevó a morder la fruta prohibida, pro-vocó el pecado original e hizo caer sobre Adán las primerasfatigas y sobre Eva los trabajos de tus preñeces, tal como se lodijo Yavé Dios. Claro está que Cristo no padeció dolor por supecado sino por los nuestros; y que incluso Él pidió al Padreque, si era posible, pasase de Él aquella hora. Lo que, dandoa Su dolor una dimensión que podemos entender como si fue-ra nuestra, nos lleva a sentirnos muy cerca de ese padeci-miento que nos redimió y que nos permite alzarnos sobre nues-tras míseras flaquezas.

Después del dolor, la alegría. Nuestra fe acepta la alegríacomo un hecho natural y deseable. Nada hay más lejos de laverdad que una supuesta visión cristiana de la vida cotidianaque sea tétrica, amarga y sombría. En los Libros Sagrados, afir-man los escrituristas, la alegría sin más es un bien como la vi-da y la salud, mientras que su contrario, la tristeza, es un malcomo la enfermedad. Y aducen lo que afirma el Libro de los Pro-verbios: Corazón alegre hace buen cuerpo, la tristeza seca loshuesos. San Lucas, san Pablo y san Juan insisten especial-mente en la sacralidad de la alegría; para el primero, brota és-ta del Espíritu que la inspira en Jesús y en sus fieles; para el se-gundo, nace de la esperanza en la compañía de Cristo, quees lo esencial del cielo; para el último, será la fidelidad alMaestro la que convertirá en gozo cualquier tristeza.

Uno de los españoles más egregios del siglo que acabamosde cerrar fue el sacerdote navarro don Cornelio Urtasun Irisarri;con su amistad mucho se honró quien aquí firma. Doctor en Teología, fue admirable obra suya y de sus colaboradoras elInstituto Vita et Pax que creó en cuatro continentes la red ejem-plar de las librerías bautizadas como Manantial, y que enverdad lo son de todo cuanto brota de nuestra fe y nuestracultura. Encontró don Cornelio, además, tiempo para escri-bir una glosa bellísima de Las oraciones del Misal, modelode gozo en el Espíritu. Al glosar, por ejemplo, la Oración co-lecta del VI Domingo de Pascua, nos recuerda que ésos sondías de alegría en honor de Cristo; y se atreve a añadir de sucosecha que ese Dominus resurgentis de la colecta quizá no seasólo el Resucitado, sino también el Resucitador, Aquel quenos hace resucitar con Él y en Él, para gloria del Padre.

Falta nos hace, a todos, esa alegre resurrección. Quizámás que nadie a esos holandeses a los que una decisión par-lamentaria increíble, frente a justas protestas callejeras, lle-vará al dolor de la muerte por el camino de homicidios vesti-dos de eutanasia activa.

CCaarrllooss RRoobblleess PPîîqquueerr

PUNTO DE VISTAL I B R O SLos datos de la información son siempre

elocuentes. Y la noticia tiene un escenarioy unos protagonistas: el próximo domingo,día 29, Juan Pablo II beatificará, en la Plaza deSan Pedro, al obispo español don Manuel Go-zález, que lo fuera de las diócesis de Málaga yPalencia. Fundador de las Misioneras Euca-rísticas de Nazaret, y de una larga lista de aso-ciaciones de seglares, tuvo como trípode desu ministerio episcopal la Eucaristía, los sa-cerdotes y los pobres. Sorprende la profundi-dad del análisis que hace de la situación de laIglesia. Su preocupación se sintetiza en la fra-se: Hombres sin Eucaristía, Eucaristía sinhombres. Definía al apóstol como el hombreque sabe y se sabe a Jesucristo, y no cuentacon sitio, ni tiempo, ni ganas para saber más.El libro, que oportunamente acaba de editarEDIBESA, recoge la sinfonía interpretativaque, del pensamiento del próximamente Bea-to Manuel González, han hecho tres obispos:monseñor Carlos Amigo, monseñor CarlosOsoro y monseñor Rafael Palmero. Son tresfotografías de una misma realidad, que nosrecuerda, a modo de examen de conciencia,lo que es fundamental en la vida del cristia-no. Nadie negará que todas las almas cristianas,de una u otra forma, han madurado siempreen el crisol de la Eucaristía y del sacerdocio. Y,respecto a éste último, escuchemos las esca-lofriantes palabras de don Manuel, sobre elfenómeno de la secularización del ministeriosacerdotal: Sacerdotes, hermanos míos, sabedque cada vez que vestís de hombre, habláiscomo hombre, aspiráis y ambicionáis comohombre, miráis a vuestros hermanos y a vues-tros superiores y os conducís en la sociedadcomo hombre y no como sacerdote, la revo-lución secularizadora se apunta un triunfo y elespíritu cristiano una derrota.

Con san Anselmo al fonfo del libro, del tí-tulo del libro y de la pretensión del libro,

el teólogo Luis Martínez Fernández, de am-plio curriculum en estas lides de la divulga-ción de la metodología del conocimiento teo-lógico, nos ofrece un pequeño, pero jugoso,tratado acerca de la ciencia de la fe. No es es-ta disciplina, por más que lo pueda parecer,incluso para los cristianos, un coto cerrado deintrincadas especulaciones teóricas. Ni mu-cho menos un manual de fáciles receteas parauna pastoral de urgencia. La teología –y ésta esla perspectiva que está en las mares profun-das de este libro– es una ciencia con todas lasletras de una palabra que ha perdido muchode su sentido originario, a partir de la gene-ralización de los siempre polémicos paradig-mas positivistas. Desgrana el autor, en estascasi doscientas páginas, los referentes teoló-gicos en la mirada clarificadora del objeto, delsujeto, de la Historia, a partir de un esquematernario que nos habla de la fe en el Dios de laspromesas, del esfuerzo del hombre por llegara Dios, mediando la razón en esas promesas, ydel largo camino a la búsqueda de la visiónde esas promesas salvadoras y liberadoras.

José Francisco Serrano

Siempresacerdote

Título: Beato Manuel González.El obispo de la Eucaristía, vistopor tres obisposAutor: Monseñor Carlos Ami-go, monseñor Carlos Osoro ymonseñor Rafael PalmeroEditorial: EDIBESA

La teología,método y discurso

Título: La fe que buscaentender. ¿Qué es la teología?Autor: Luis MartínezFernándezEditorial: BAC

Desde la feAlfa y Omega30 26-IV-2001

GENTES

Jesús Pedroche, Presidente de la Asamblea de Madrid«Siempre en mi partido han sido exquisitos conmigo. Me han dado un margende libertad para poder votar en conciencia, cosa que no sé si ocurre en otrosámbitos. Yo sigo creyendo que lo que hay que hacer es apoyar a la familiaque es la institución básica de la sociedad. Desde ese punto de vista, respe-to cualquier posición pero yo sigo pensando lo mismo y votaré no a la Ley deparejas de hecho, en contra de mi partido».

Jerôme Nday, obispo de Kongolo (R. D. del Congo)«La República Democrática del Congo está pasando actualmente por unaguerra cruel que ha desestabilizado el país y, por el momento, no se ve ningunasolución. Nuestra esperanza está puesta en Dios. El Señor no abandona a sushijos y sabemos que estamos en buenas manos. Además, los problemas quesurgen de la situación político-militar no son eternos y, algún día, terminarán porarreglarse. Mientras tanto, son las comunidades cristianas las que tienen quedar razón de su esperanza. Y en esto estamos. Hay que ocuparse de la gen-te, sobre todo de los niños, que están sufriendo enormes carencias, enferme-dades. Veo el sufrimiento de mi país y no puedo quedarme callado. Tengo quehablar y defender a toda esta gente inocente metida en un conflicto tremendo».

Manuel Gómez Ortiz, periodista y psicólogo«En estos tiempos de gestos racistas que escandalizan, nadie suele inmutarse–ni se fija, ni se percata (a mí, plim, quizá piensen)– ante las murallas –no yalas evidentes y crueles barreras arquitectónicas– afectivas, psicológicas y so-ciales que se levantan –cada día más gruesas– para mantener alejados, apar-tados a los minsusválidos –¡cuánto justo dolor y ríos de tinta por el apartheidsurafricano oficialmente borrado!, ¿y de los discapacitados que tenemos aquíal ladito, qué me dicen cristianos y otros creyentes y descreídos?–, encerradosen auténticos ghettos con sofisticadas llaves de los más variados colores de laengañifa pseudodefensora de los derechos humanos».

El hecho de las parejas

Un sofocante olor a naftalina

Ante mí se encuentra una persona de cier-ta edad y supuesta erudición. Nuestra

conversación gira en torno a la informática yen su curso mi interlocutor pretende conven-cerme de las bondades de la tarjeta de car-tulina perforada. Según pontifica con tonoagrio y prepotente, se trata del último y de-finitivo hallazgo en el terreno de los orde-nadores, un descubrimiento, dicho sea depaso, al que yo debería someterme sin re-chistar. Abrumado por lo que oigo, se meocurre decirle que no se ha enterado de queya nadie utiliza semejante antigualla y que vi-vimos en la época del Windows, del Word,de los diskettes y del CD-Rom. Sin embargo,de manera bien machadiana mi interlocutordesprecia cuanto ignora y yo, poco a poco,me siento agobiado por un sofocante olor anaftalina.

Como los lectores supondrán, la historiaque acabo de relatar resulta absolutamente in-verosímil en el terreno de la informática pero,por el contrario, la vivimos día a día en otrasáreas que exigen no menos estudio para ac-tuar con sentido, sensatez y conocimiento.Encontramos ese mismo olor a naftalina enno pocas opiniones políticas, sociales y eco-nómicas, como si el Muro de Berlín no hu-biera caído hace una década, o aún se gritara¡No pasarán! por las calles de Madrid. Lo ha-llamos también –y de manera no menos la-mentable– en los juicios, opiniones y senten-cias que se pronuncian acerca de la figuray de la enseñanza de Jesús. Puede parecer in-creíble, pero lo cierto es que las teorías queconvierten a Jesús en un personaje inexisten-te históricamente, en un predicador despis-tado cuya muerte cogió por sorpresa a todosempezando por él mismo, en un trasunto demitologías paganas, o en un mero maestrode moral al estilo del Gurú Maharishi, no sonel último grito de la investigación histórica,sino restos anticuados de armario ropero cu-ya antigüedad supera no pocas veces los dossiglos y cuya inconsistencia histórica y cien-tífica quedó de manifiesto hace décadas. Es-cuchar o leer semejantes tesis causa grima ypesar en cualquiera que se haya molestado enexaminar la literatura acerca de Jesús re-dactada en los últimos cincuenta años, pre-cisamente porque denotan una postura inte-lectual que se halla más cerca, no ya de lastarjetas de cartulina perforada sino del quin-qué de petróleo. Lo más grave, sin embargo,no es que esas posiciones trasnochadas y en-debles se propalen a los cuatro vientos desdecualquier medio de comunicación. Lo peores que también se escuchen desde las cáte-dras de los seminarios o los púlpitos de lasiglesias, no pocas veces barnizadas con unostoques de marxismo mortecino y tercermun-dista. Ante un panorama así hay que abrir lasventanas, para que se aireen las mentes y loscorazones y penetre un viento fresco, fuerte yrecio, a ser posible el del Espíritu Santo que,como dijo Jesús, no sé sabe de dónde vieneni a dónde va, pero resulta de todo punto in-dispensable para entrar en el Reino de losCielos.

CCééssaarr VViiddaall

PUNTO DE VISTA

Mi madre –¡Dios la bendiga!– y yo formamos una pareja que más de hecho no puede ser… Sa-lí de su vientre, siempre hemos vivido juntas, dependemos afectivamente una de la otra de for-

ma casi brutal. Ella es mi raíz y yo, ahora, soy la rama sobre la que apoya su espléndida vejez…¡A ver!: ¿dónde nos tenemos que inscribir como tal pareja de hecho para gozar de los beneficiosfiscales, de Seguridad Social, viudedad y otros pagos que determinadas Comunidades Autónomashan comenzado a ofrecer a gays y lesbianas, por ejemplo?…

Lo que yo planteo ¿parece un sinsentido, una burla, una broma de circo? ¿Y no lo es que, aménde prebendas económicas, lo que determinados colectivos, como se llaman a sí mismos, traten deforzar sea el reconocimiento oficial como matrimonio de lo que es un emparejamiento, o que tam-poco deshonra a nadie? Dejemos de jugar y de jugárnosla con las palabras; porque se empiezahaciendo malabarismos lingüísticos y se acaba preso de patas en una empanada mental y socialque equipara cualquier unión con el muy serio contrato –y, para los creyentes– sacramento delmatrimonio.

Porque mi madre y yo, por muy pareja de hecho que constituyamos, no somos un matrimonio.Si, en nuestro caso, está claro, ¿por qué en otros admitimos a pies juntillas la confusión entre posaderasy témporas?

PPiillaarr CCaammbbrraa

Desde la fe Alfa y Omega 26-IV-2001 31

Muy alterados –dice Santos Juliá en El País– que andan los ánimos en laConferencia Episcopal Española, desde el pasado febrero. En un artículo quetitula Los obispos ante el terrorismo, este historiador, experto por lo que se veen el análisis de ánimos alterados, mantiene, a estas alturas de la película, latesis de que la Conferencia Episcopal Española todavía no ha hecho lo suficientepara dejar clara su actitud ante el terrorismo. ¿Le habrá convencido el dis-curso del cardenal Presidente en la apertura de la Plenaria? ¿O tampoco? Es-te marxista empedernido, cuya deslumbrante clarividencia le llevó a mantenernumantinamente las excelencias de la revolución soviética, tiene la desfa-chatez de echar ahora en cara a algunos equivocados miembros de la Iglesiaunas infiltraciones ideológicas de tipo totalitario que él mismo fue el prime-ro en sembrar, y de las que no se conoce hasta la fecha que se haya retractado.Mientras no lo haga claramente, no se le puede reconocer la misma legitimi-dad que a los demás para dar lecciones de nada, ni con filtraciones, o lo que fue-re, de un presunto proyecto de decreto de excomunión contra los miembros deETA, ni con filtraciones de ninguna otra clase. De la objetividad del citadohistoriador, da buena prueba el hecho de que califique la desmentida exis-tencia de tal proyecto de decreto de filtración o lo que fuere. Así escriben la his-toria algunos que se dicen historiadores: a base de o lo que fuere. Lo peor delcaso es que él sabe perfectamente qué fue lo que fuere, y también lo sabe el pe-riódico que le publica su artículo, y que, como dice su propia publicidad –véase la página 49 de El País, martes 17 de abril de 2001–, El País es más queun diario. Ya lo creo... Cuando lo que debería ser es nada más, pero nada me-nos, que sólo un diario.

Por sus frutos los conoceréis... Sin duda para celebrar su flamante PremioCervantes, Umbral publica, el mismo día de la entrega del Premio, un artícu-lo titulado Los otros matrimonios, que empieza así: Izquierda Unida presen-ta al Congreso el primer proyecto de ley para matrimonios homosexuales.El texto, auspiciado por lesbianas y gays, modifica tres artículos del CódigoCivil. Esta movida progre nos parece muy oportuna... La libertad no admiterestricciones... Utiliza Umbral el plural mayestático. No es para menos... Di-ce nos parece. ¿A quiénes les parece? ¿A él y a Cervantes? Si el bueno dedon Miguel levantara la cabeza...

Un elocuente silencio ¿no hubiera sido más sincera y verdadera prueba de res-peto a don Antonio Asensio, con ocasión de su muerte, que esa especie deextraña –¿interesada?– exhibición de ditirambos unánimes, en medios de co-municación que hace sólo unos años, o incluso unos meses –para compro-barlo basta ir a la hemeroteca–, lo ponían verde?El Premio Pulitzer de fotografía de este año ha sido otorgado a aquella fo-

to en la que un arriesgado soldado norteamericano, armado hasta las cejas, ymás asustado que su víctima, aterroriza al niño cubano Elián González, es-condido en un armario para que no se lo lleven a Cuba. Los ineptos, o prepo-tentes miembros de la tripulación del avión espía norteamericano retenido enChina, son recibidos como héroes al regresar a casa. La ejecución del terroristade Oklahoma va a ser retransmitida por circuito cerrado de televisión, para quepuedan verla los familiares de las víctimas. ¿Pero qué les pasa en los EstadosUnidos de América?

En un día, ha sido condenada y ejecutada en China una mujer. ¿Ustedeshan visto alguna protesta de la progresía internacional, verde o de cualquier otrocolor? Yo no.

Gonzalo de Berceo

NO ES VERDADNO ES VERDAD

TELEVISIÓNTELEVISIÓN

Cuando se pregunta por qué siguen echando telebasura, los direc-tivos responden que es lo que la gente pide. Como la programación

no se decide democráticamente según los gustos del público, la gen-te ve lo que le echan. Y si no, miren, fíjense en cuántos se han alegradode la retirada de Tómbola, y qué poco ha durado la polémica. Puesbien, ante este panorama –síntoma de la sociedad nihilista en la quevivimos–, es toda una sorpresa que un programa que se dedica a di-vulgar la cultura, arte, música, teatro, economía, sociedad o deportesupere semanalmente los 4.854.000 espectadores. Se trata de Tiem-po de tertulia, que tiene un estilo ameno, sin un presentador estrella aluso que condicione o corte a los tertulianos, puesto que éstos son losverdaderos protagonistas. Hasta ahora más de 150 personajes de re-lieve han pasado ya por el programa, en sus siete meses de emisión.

La receta del éxito de este programa, producido por Ibecom y rea-lizado por EFE/Televisión, está en lograr a modo de tertulia un pro-grama divulgativo, cultural, interesante y atractivo, consiguiendo pa-trocinar la producción y reunir en consorcio a 175 televisiones. Apar-te de emitir por estos 175 canales de televisión local, digital o por ca-ble, Tiempo de tertulia se emite por el canal Cultura, de Vía Digital (losmartes a las 22,55 h., y los viernes a las 0,30 h.), y un consorcio de121 emisoras locales de radio de diferentes cadenas. Se emite, ade-

más, para Iberoamérica (VOASAT), la Cadena Nextwork, de EstadosUnidos, en habla hispana, y de forma interactiva a través de Internet:

http://www.tiempodetertulia.com

BB.. RR.. MM..

Los participantes en el interesante programa sobre ecumenismo y diálogo interreligioso,que Tiempo de tertulia emitió recientemente

Mingote, en ABC

Tiempo de tertulia