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    Andes

    ISSN: 0327-1676

    [email protected]

    Universidad Nacional de Salta

    Argentina

    Elas Caro, Jorge Enrique

    La masacre obrera de 1928 en la zona bananera del Magdalena-Colombia. Una historia inconclusa

    Andes, nm. 22, junio, 2011

    Universidad Nacional de Salta

    Salta, Argentina

    Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=12719967004

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    LA MASACRE OBRERA DE 1928 EN LA ZONA BANANERA DEL MAGDALENA-

    COLOMBIA. UNA HISTORIA INCONCLUSA

    A manera de Introduccin

    Jorge Enrique Elas Caro

    Una de las variables primordiales- que no se puede desconocer- por la cual Colombisiempre ha aparecido en las noticias internacionales es justamente por los sucesivos actoviolentos que se llevan a cabo en su territorio y en los que la poblacin de forma constante se vafectada. Entre estos tenemos el terrorismo, los secuestros, las extorsiones y por supuesto, el quargumenta este trabajo, las masacres y los asesinatos polticos de lderes obreros y sindicales1.

    En la historia poltica y social de Colombia existen m chos hechos que marcan de manerprofunda la conciencia de sus habitantes, primordialme e por lo doloroso que resultaron esoacontecimientos; pero ninguno tan valorado a la luz de la literatura y la historia como el sucediden la madrugada del 6 de diciembre de 1928 en Cinaga, Magdalena, dnde se masacraron varios huelguistas trabajadores del negocio bananero2. Suceso que ha sido llevado a numerosapginas de premiadas nove las3y que ha permitido a su vez, desarrollar trabajos so ioeconmicoy polticos, elaborados por reconocidos historiadores acionales y extranjeros4.Tanto es as quhoy en da sigue siendo uno de los episodios ms impor ante de la memoria colectiva, pues

    * Secretario Ejecutivo Internacional de la Asociacin de Historiadores Latinoamericanos y Caribeos ADHILACVocal de la Junta Directiva Internacional de la Asociacin de Historia Econmica de Pases del Caribe AHECDoctor en Ciencias Histricas, Mster en Historia Cont mpornea, mencin Estudios Latinoamericanos. Magster eAdministracin de Empresas, Especialista en Derecho Pblico Internacional. Docente Investigador de la Universidadel Magdalena (Santa Marta-Colombia). Director del Grupo de Investigacin Historia Empresarial y DesarrollRegional. Direc tor de Clo Amrica Revista Interdisciplina ia en Ciencias Sociales para Estudios dLatinoamrica y el Caribe.1Chomsky, Aviva, , DukUniversity Press, Durham and Londres ,2008.2 Ante eso es bueno aclarar que no fue la primera masac obrera en Colombia, pues antes en 1919 ya se hab

    prese ntado una con artesanos en Bogot y o tra co n trabajadores de la Tropica l Oild Compa ny a lo la rgo de la dcadde los aos 20. A nivel latinoamericano los casos ms sobresalient fueron los registrados con los trabajadoretextileros de Ro Blanco en Mxico y los de Iquique Chile en la primera dcada del siglo XX. Para ello ver lotrabajos de Valencia, Enrique, El movimiento Obrero Colombiano, en

    , Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM-Siglo XXI Editores, Mxico,1984, pp. 9-151.3 Sobre este hecho se han escrito numerosas novelas y cu ntos, entre las que se pueden citar estn: Garca MrqueGabriel, , Norma, Bogot, 2002, pg. 7. Y la premiada tantas veces Alfaguara, edicin conmemorativa, Madrid, 2007, pp. 349-350. Autor que precisamente naci en Aracataca (ZonBananera del Magdalena) en el ao de ocurrencia de los hechos; Cepeda Samudio, lvaro, , Ancoeditores, Bogot, 1994, pp. 14-15.4 En cuanto a trabajos cientficos ver en los trabajos de: Legrand, Catherine, El conflicto de las bananeras, en

    , Vol. III, Cap. 8, Editorial Planeta, Bogot, pp. 183 -217 ; Posada Carb, Eduardo, Lnovela como historia: Cien aos de soledad y la matanza de las bananeras, en

    , Fondo Editorial Universidad EAFIT-Banco de la Repblica, Medell2003, p. 253; White,Judith, , Presencia LtdaBogot, 1978; Fonnegra, Gabriel, Bananeras, un testimonio vivo, Tercer Mundo Editores, 1 edicin, Bogot1980. Crculo de Lectores, 2 edicin, Bogot 1987.

    Linked Labor Histories, New England, Colombia and the Making of Global Working Class

    Historia del Movimiento Obrero en Amr ic

    Latina

    Vivir para contarla Cien aos de soleda

    La casa grande

    L

    Nueva Historia de Colombia

    Desafo de las ideas. Ensayo d

    historia intelectual y poltica en Colombia

    Historia de una Ignominia: La United Fruit Company en lombia

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    pesar de haber ya transcurrido ms de ochenta aos de caecerse los hechos, an sigu

    produciendo sentimientos encontrados entre investigado s, historiadores y novelistas; asimismporque sigue originando interpretaciones adversas, com dicen el profesor de litera tura JoaquRobles y el historiador Mauricio Archila,

    5.

    La Zona Bananera del Caribe colombiano se hallaba situ da en la primera mitad de siglXX en lo que hoy es e l actual departamento del Magdale a, y se extenda entre la Sierra Nevadde Santa Marta y la Cinaga Grande de Santa Marta por a llanura de 40.000 hectreas. Sencuentra a nivel del mar y su temperatura supera los grados centgrados en promedioDurante la primera mitad del siglo XX su produccin competa con la de pases enteros de lcuenca del Caribe, ocupando una importante cuota del m rcado mundial, inicindose s

    decadencia en la dcada de los 60 del siglo pasado. Las exportaciones de bananas comenzaropor iniciativa de la United Fruit Company (UFC), la cual invirti en preparar infraestructuras parconvertir ciertos ncleos urbanos en un enclave export dor. Las favorables condiciones dproduccin y exportacin slo se vieron interrumpidas r dos coyunturas: la de la GraDepresin y la de La Segunda Guerra Mundial.

    Los hechos en cuestin parten desde el da 12 de Novie bre de 1928 cuando estalla ungran huelga en toda la regin bananera del Magdalena. Una huelga que cont con la participacide ms de 25 000 trabajadores de las plantaciones bananeras, los cuales se negaban a cortar lfruta hasta tanto sus condiciones laborales y prestacionales no fueran mejoradas. Esta huelgobrera bsicamente tuvo como finalidad presionar a la ultinacional estadounidense United FruCompany para que legalizara las condiciones contractuales de los obreros que por jornalaboraban en sus plantaciones6. Se estimaba que haba 150 000 obreros dedicados al ne cibananero a cargo de la UFC en toda la Gran Cuenca del aribe , de lo que se infiere que el 16 ,7%del total de los trabajadores de la compaa multinacional corresponda a empleados colombianoy por ende, los huelguistas. La produccin de la UFC e la regin bananera del Magdalena parel ao del conflicto ascenda a 10,3 millones de racim exportados, lo que dio comoresultadque Colombia se ubicara como el tercer productor de ba ano en el mundo. Adems, hizo que estproducto estadsticamente fuera el 7% del total de las exportaciones del pas7 y una de lamayores fuentes de empleo en el Caribe colombiano8.

    5Para comprender mejor este contexto, recomiendo ver los trabajos de Robles Zabala, Joaqun, La Reinvencin d

    la Historia: una visin macondiana de la masacre de las bananeras, pp. 1-6 y de Archila Neira, Mauricio, Sangen la plantacin, Ver artculo completo en: http://platohedro.blogspot.com/2008/12/sangre-en-la-plantacin.htm[Consultado el 04 de agosto de 2009]. Payares Gonzlez, Carlos, Las Moscas del Banano. Memoria de unEpopeya, en , AlcaldMunicipal de Cinaga, Santa Marta ,2008.6Toda la informacin concerniente a la United Fruit Company y su relacin con los trabajadores y los movimientoobreros, los sintetiz en su trabajo Buchelli, Marcelo, Tras la visita del seor Herbert: United Fruit Company, litelocales y movimiento obrero e n Colombia, en

    , CEPAL, Ediciones Uniandes-Norma, Bogot,2002, pp. 737-770.7 Rodrguez Acosta, Antonio Lus, , Fondo Editorial Universidad dMagdalena, Santa Marta,2001. Para una mayor comprensin de la capacidad productiva de exportacin de la frutfuera de este autor, tambin ver estadsticas en Nichols, Theodore,

    , Banco Popular, Bogot, 1973; Daz Granados, Manue

    puesto que an no hay claridad ni consenso sobre l

    que verdaderamente ocurri en esos acontecimientos de esa noche en esa recndita poblacin d

    la Regin Caribe colombia

    ;

    Memoria de una Epopeya, 80 aos de la Huelga y Masacre de las bananeras del Magdalena

    Empresas y empresar ios en la historia de Colombia Siglos XIX-XX

    Una coleccin de estudios recientes

    El banano y su desarrollo en Colombia

    Tres Puertos de Colombia. Estudio sobre

    desarrollo de Cartagena, Santa Marta y Barranquilla

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    Para las primeras tres dcadas del siglo XX, la industria ba anera se expandirpidamente , en donde la United Fruit Company no slo esarroll sus operaciones en Colombiasino que lo hizo de manera simultanea en Jamaica, Cuba Repblica Dominicana, Costa RicPanam, Honduras y Guatemala9. Segn Catherine Legrand, la UFC en la dcada de 1920 ten1.383.485 hectreas de terreno cultivadas de banano, haba c nstruido 2.434 kilmetros de lneaferroviarias y posea noventa barcos de vapor conocido como la Gran Flota Blanca, qutransportaban el banano de estos pases referenciados acia Europa y Norteamrica10 . El poderde la United Fruit Company era tan grande que ya para 28 haba construido 5.636 kilmetrode cables telegrficos y telefnicos y 24 estaciones de radio.

    Lo que se pretende con este escrito es detallar cmo o ieron los hechos11 y analizar eporqu de las cosas, especificando adems quines intervinieron y qu repercusiones tuvo e

    suceso para la regin y e l pas. En este conflicto, los trabajadores de las plantaciones bananerano fueron los nicos afectados y vinculados a la huelga, sino tambin obreros que estabaempleados en el puerto al servicio de la Gran Flota Blanca y del ferrocarril propiedad de la SantMarta Railway Company; igualmente pequeos agricultores, comerciantes y tenderos12 .

    , Instituto de Cultura del Magdalena, Santa Marta, 199pp. 284-289; Meisel Roca, Adolfo, La economa de Cinaga despus del Banano, en

    , Banco de la Repblica, Cartagena, 2004; Viloria de la Hoz, Joaqun, Historia Empresarial deGuineo: Empresas y Empresa rios Bananeros en el Departa ento del Magdalena, 1870-1930, en

    , N 23, Centro de Estudios Econmicos Regionales Banco de la RepblicCartagena,2009.8Para las estadsticas de exportaciones de banano a ni el mundial, ver aSolori,John, Banana Cultures: Linking thProduction And Consumption of Export Bananas, 1800-1980, en

    , Duke University Press, Durham and London,2002.9Para comprender mejor la situacin mundial del negocio bananero, ver a Striffler, Steve, M oberg,Mark,

    ,Duke University Press, Durham and London,2002. Para caso de Centroamrica se recomienda ver los trabajos de Euraque, Daro, El Imperialismo y Honduras comRepblicas Bananera: Hacia una nueva Historiografa ponencia presentada en la

    , Guadalajara, 1997; as mismo en su libro Euraque, Daro,, Chapel Hill and London,1996; en el captulo Euraqu

    Daro, The Threat of Blackness to the Mestizo Nation: Race a d Ethnicity in the Honduran Banana Economy1920s and 1930s, en , Duke University PresDurham and London,2002. Para el caso de Cuba, aunque no fue de plantaciones ba neras sino de Caa de Azca

    la dinmica fue la misma. Ver los trabajos de Zanetti Lecuona, Oscar, La United Fruit Company en CubaOrganizacin del Trabajo y Resistencia Obrera, en , N4, Universidad del Magdalena, SanMarta, 2008, pp. 238-258; de igual forma a Zanetti Lecuona, Oscar y Garca lvarez, Alejandro,

    , Editorial Ciencias Sociales, La Habana ,1976.10Rodrguez Acosta, ob.cit.11 Para el desarrollo de este escrito fue de imperiosa ne idad acudir a los archivos de la poca, los cuales estubicados en la ciudad de Bogot, en la Biblioteca Naci l de Colombia, Hemeroteca Manuel del SocorRodrguez, y en el Archivo Histrico del Magdalena Grande ubicado en la ciudad de Santa Marta.12Para c omprender mejor el mundo interno de las p lantac ones bananeras de la United F ruit Company a nivel globase recomienda ver el trabajo de Striffler, Steve, Moberg, Mark,

    Duke University Press, Durham and London,200Ahora bien a nivel regional los que han tratado ese tema son Herrera Soto, Roberto, Romero Castaeda, Rafael,

    , Instituto Caro y Cuervo, Bogot ,1979.

    Geografa Econmica del Magdalena Grande (1946-1955)

    Documentos de trabajo sob

    economa regional

    Cuadernos d

    His toria Econmica y Empresar ial

    Banana Wars. Power, Production, and History

    the Americas

    Banan

    Wars. Power, Production, and History in the Americas

    Conferencia de Latin

    Amer ican Studies Association (Lasa) Reinterpre ting th

    Banana Republic. Region and State in Honduras, 1870-1972

    Banana Wars . Power, Produc tion, and History in the Americas

    Revista Clo Amrica

    United Fru

    Company: un caso del dominio imperialista en Cuba

    In the Shadows Of State And Capital. The Unite

    Fruit Company, Popular Struggle, and Agrarian restruct ring,

    L

    Zona Bananera de l Magdalena. Histor ia y Lxico

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    Das previos a la Masacre

    El problema en cuestin radicaba en que la compaa multinacional no quera contratar dmanera directa a los trabajadores de las plantaciones. Lo que siempre haca para evitar el pago dcontraprestaciones laborales era subcontratar a travs de terceros, ya que al momento de secontratado un trabajador, en una de las clusulas del convenio laboral se estipulaba

    . De todas estas artimaas contractuales se vala lmultinacional, incluso para evadir sus responsabilidades ante la legislacin colombiana, porqualegaban que los obreros de las plantaciones no eran trabajadores suyos sino de un contratista, era el contratista quien tena la obligacin y no ellos como empresa. El objetivo primordial de lhuelga era que la UFC reconociera como suyos a los obreros, pues desde 1915 el Gobierncolombiano13 ya haba emitido leyes que regulaban las condiciones e los trabajadores14 y qu

    por supuesto la United Fruit Company15 se rehusaba a cumplir, ya que le implicaba extender lobeneficios que otorgaba esta norma a los trabajadores de las plantaciones.

    Ocho das antes de presentarse los sucesos de la matanza de los huelguistas, los peridicoregionales sobre el conflicto en s reseaban un halagador panorama, como lo mencion

    de Barranquilla, donde se aluda que la Huelga se est ba arreglando satisfactoriamenteproducto de una conferencia telegrfica realizada desd Bogot por el jefe de la Oficina deTrabajo, Dr. Hoyos Becerra, en el que se anunciaba que los ministros de Industrias y dGobierno, apoyados por miembros de dichos gabinetes, se encontraban en la regin bananera deMagdalena para tratar asuntos relacionados con la solucin de la huelga. Segn los reporteperiodsticos, mencionaban que la situacin se encontraba en condiciones amigables, ya que lofuncionarios superiores del Gobierno y los trabajadores delegados de la huelga haban sabidmantenerse dentro de las leyes, con moderacin y civismo ejemplar16 .

    A raz de la huelga, y en aras de mermar la presin ej ida hacia la compaa, productde la agitacin obrera, la United Fruit el da jueves 29 de Noviembre de 1928 paga la primerquincena de los salarios que adeudaba a los trabajadores, por valor $30.000, suma que segn lmultinacional poda servir para resistir la huelga otr s das, mxime que la situacin del comerciera angustiosa; las ventas disminuyeron tres cuartas partes y los bancos confrontaban una sensiblbaja en los cobros17 . La huelga en la regin bananera del Magdalena comenz en la segundsemana de noviembre; y aunque para el ltimo da del m s y ya transcurridos tres semanas dhuelga, la informacin que llegaba a los medios de com in por parte del Gobierno sobre

    13Este fue un perodo dominado por conservadores y como tal defendan su ideales. Slo hasta despus de 1930 fuque entregaron el poder a los liberales. Tomado de Rodrguez, O., Economa institucional, corriente principal heterodoxia, en , N 4, Primer Trimestre, 2001. Ver tambin a McGreevWilliam, Tercer Mundo, Bogot ,1975.14 Las condiciones sociales de los trabajadores se puede apreciar con lujo de detalles en Legrand, CatherinCampesinos y asalariados en la zona bananera de Santa Marta, 1900-1935, en

    , Ediciones Uninorte, Barranquilla, 1988.15 Esta problemtica laboral no slo se present en Colom ia, sino en todos los lugares dnde la United FruCompany tena operaciones. Ver Bucheli, Marcelo, United Fruit Company in Latin America, en

    , Duke University Press, Durham and London,2002.16 N 242, Barranquilla, jueves 29 de noviembre de 1928,f. 5.17 Ibd

    todos lo

    detalles del trabajo sern a cargo del contratista, y ni el contratista ni sus empleados ser

    trabajadores de la United Fruit Company

    L

    Prensa

    Revis ta de Economa Institucional

    Historia econmica de Colombia, 1845-1930,

    El Caribe colombiano: seleccin d

    textos histricos

    Banana War

    Power, Production, and History in the Americas

    La Prensa,

    .

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    relacin de un probable trmino del movimiento resultaban manifiestamente contradictorias. L

    nico cierto era que el estado de cesacin del trabajo an persista. La huelga de por s tuvo docomisiones de trabajadores; la primera de ellas era la encargada de llevar a cabo las actividadede logstica y apoyo que los manifestantes requeran, es su principal funcin era la de llevacomida, abrigo y bebidas a los huelguitas, los cuales- como segunda comisin- tenan la tarea dhacer la actividades de vigilancia. Estos ltimos ten como finalidad asegurarse de que en lafincas de los productores que no apoyaban la huelga, no se cortara, transportara o comercializarla fruta.

    Esta situacin ocasionaba cada vez ms grandes perjuic pues en la dinmiceconmica y social, los trabajadores en huelga no eran los nicos perjudicados, sino tambin loempresarios y el comercio grande y pequeo18 . Eran casi 30.000 pesos oro que diariamente ssustraan de la economa del departamento del Magdalen a causa de huelga, lo que quiere dec

    que, en promedio, en menos de un mes que dur el conflicto fue de 1.000.000 pesos oro la sumque dej de recibir y en la que el tejido empresarial de gdalena merm sus ingresos19 .

    Otro agravante lo constitua el hecho que el transcurr de la vida en los pueblos deMagdalena giraba alrededor de la economa bananera20 . Aqu lo nico importante eratrabajar elas plantaciones. Esta coyuntura se convirti en una generalidad o constante, hasta el punto que lsocial se descuid, es el caso de la educacin, la cua era casi que inexistente, ya que haba pococolegios en el radio total de la Zona Bananera y slo se construyeron despus de 1930.

    Los cultivadores de banano para la dcada de 1920 pose an 35.000 hectreas sembradade la fruta, contribuyendo con el 57% de las exportaciones del Caribe colombiano 21 . Lopequeos cultivadores que tomaron parte de la huelga fueron en primera medida por emonopolio que ejerci la compaa en la comercializacin del banano en los mercadointernacionales22 , esencialmente porque no les permita vender la fruta a ellos de manera directsin tener que acudir a su intermediacin; y en segunda medida, porque dependan de la UFC parrealizar operaciones de crdito, riego y mercadeo de su producto a nivel mundial, lo que lpermita a la multinacional manipular los precios del anano e imponer le a los productorecondiciones para comprar y vender sus productos. Para el cas de los crditos, si uno de e llos lquera hacer, deba firmar un contrato de produccin e clusiva para la UFC por un trmino ninferior a cinco aos, cuyas clusulas eran diseadas nilateralmente por la multinacional, tod

    18 Para conocer mejor quines eran los empresarios bananeros y cules empresas funcionaban en esa regin y poc

    ver Vitoria de la Hoz, Joaqun, Historia Empresarial del Guineo: Empresas y Empresario Bananeros en Departamento del Magdalena, 1870-1930 ,en ,N 23,Centro dEstudios Econmico Regionales,Banco de la Repblica ,Cartagena,Mayo de 2009.19 N242 ,Barranquilla, Jueves 29 de Noviembre de 1928,f. 5.20 Legrand, Catherine, Living in Macondo: Economy and Culture in a United Fruit Company Banana Enclave Colombia, en , DukUniversity Press, Durham and London, 1998.21Payares Gonzlez, Carlos,Las Moscas del Banano. Memoria de una Epopeya, en

    Alcalda Municipal de Cinaga , Santa Marta, 200pp. 447-113.22 La dinmica mundial del banano en esta poca la ilustra de manera detallada Raynolds, Laura T., The GlobaBanana Trade, en , Duke University Press, Durhaand London,2002.

    Cuadernos de Historia Econmica y Empresarial

    La Prensa,

    Close Encounters Of Empires. Writing the Cultural Hist ry of U.S.-Latin American Relations

    Memoria de una Epopeya, 8

    aos de la Huelga y Masacre de las bananeras del Magda a,

    Banana Wars . Power, Production, and History in the Americas

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    con el fin de asegurar la exclusin de compaas competidoras locales y garantizar su posici

    como nica comercializadora internacional, manipular la demanda global de la fruta y asegurasu posicin frente a los cambios polticos, sociales y, por consiguiente, econmicos quapareciesen en el entorno internacional.

    En todos los pueblos de la regin bananera vivan comerciantes que comercializaban ronalimentos, herramientas para el trabajo y ropa. Su prosperidad dependa de los que le vendan los trabajadores de las bananeras. Pero como la compaa tena sus propios comisariatos, y sconvirti en competencia directa de stos, origin que los comerciantes locales tomaran partiden contra de la multinacional y participaran de la huelga, primordialmente porque los almacenede la empresa transnacional vendan hasta un 20% ms b to que los tenderos locales. Lcompaa como estrategia de venta conservaba los precios bajos para mantener a ese mismo nivelos salarios en periodos de inflacin general. Por eso los comerciantes, se su varon. Adems,

    compaa ya no pagaba los salarios en moneda sino en f rma de vales, para que sacaran todo lrequeran de sus comisariatos (ver figura 1).

    Bodega y Almacn de los Comisariatos de la United Fruit Company en Cinaga

    : Coleccin Fotogrfica de la United Fruit Company, box 30, N 643. Fotografa del 14 de marzode 1929. Autorizada su publicacin por Baker Library Historical Collections, Harvard Business School.

    Los comerciantes ms afectados eran los de Cinaga, que acompaados por las grandecasas comerciales de Barranquilla- quienes eran los que importaban las mercancas-, fueron loque ms coadyuvaron a agitar las masas, pues eran los s afectados con estas medidaimpuestas por la United. A eso se le debe sumar que para comienzos del ao de 1 8 el comercide Barranquilla se exasper porque los barcos de la Gr Flota Blanca llegaban al puerto de esciudad a vender mercancas que traan de Europa, Estados Unidos y las Islas del Caribe. Todello origin que los comerciantes quisieran manejar el comercio en general y hacer que los vale

    Figura 1

    Fuente

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    se eliminaran, de ah que presionaron a lo trabajadore para que incluyeran ese punto en el plieg

    de peticiones. En compensacin ellos apoyaran totalmente la huelga23

    .

    Este conflicto como todo conflicto se hubiese resuelto si los trabajadores en primerinstancia hubieran aceptado los puntos que los empresarios en sus pliegos de peticiones ya habaadmitido. Los dems los hubieran ido ganando a travs del tiempo por medios judiciales y actode Gobierno, entre estos estaban los que versan sobre interpretacin y aplicacin de las leyede proteccin obrera, como eran los accidentes de trab jo, los seguros colectivos obligatorios, etAsimismo, si los funcionarios del Estado se hubiesen comprometido en hacer unos estudioserios sobre la verdadera situacin de la cuestin y s re esos resultados, se deba proceder con emisin de una resolucin ministerial, en donde se hubiese puesto en vigor los puntos de reformpropuestos por los traba jadores y aceptados ya por los empresarios.

    Fuera de la legalizacin contractual de los trabajadores por parte de la multinacional y ndel contratista, los obreros solicitaban la construccin de hospitales en toda la zona y lcompensacin por accidentes de trabajos. Adems de fac itar las cosas para acceder a unvivienda digna en la que no peligrara su salud, pues s gn los trabajadores en los campamentode las plantaciones donde los alojaban, eran unos ranchos de aspecto miserable, insalub s, copoca capac idad de alojamiento, lo que haca se present ra hacinamientos y estuvieran atestadode insectos. Segn el relato de un habitante de la zon , estos ms que campamentos eran unocambuches, en donde dorman hasta siete personas en un solo cuarto de tres por tres metros, eel cual para poder dormir deban colgar sus hamacas un s por encima de otras, adems de nposeer ventilac in, agua potable, duchas o retretes24 (ver figura 2).

    Campamento de labores Indiana en las plantaciones bananeras del Magdalena

    23Legrand, Catherine, ob.cit., p. 194.24 Ibd., p. 189.

    Figura 2.

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    Fuente: Coleccin Fotogrfica de la United Fruit Company, box 30, N 600. Fotografa del 10 de octubre

    de 1928. Autorizada su publicacin por Baker Library Historical Collections, Harvard Business School.

    El pliego de peticiones estaba compuesto por nueve dem ndas, el cual fue aprobadunnimemente en una reunin llevada a cabo en la localidad de Cinaga-Magdalena el da 6 doctubre de 1928 y realizada por la Asamblea General de la Unin Sindical de Trabajadores deMagdalena25 . En ste solicitaban a los grandes productores y a la United Fruit Company:seguro colectivo obligatorio; reparacin por accidentes de trabajo; habitaciones higinicas descanso dominical remunerado; aumento en 50% de los jornales de los empleados quganaban menos de 100 mensuales; supresin de comisariatos; cesacin de prstamos pomedio de vales; pago semanal; abolicin del sistema de contratistas; y mejor servicihospitalario.

    La sede en Cinaga del Comit Ejecutivo de la Unin Sindical de Trabajadores deMagdalena durante todo el tiempo que estuvo vigente la Huelga fue en la residencia del migrantcurazaleo Christian Vengal, quien a su vez era el presidente del Sindicato de la Federacin dTrabajadores del Ferrocarril. Por mucha influencia que pudiese tener este sindicato e idealiberales o revolucionarias, ste pliego de peticiones, por lo que se estaba solicitando, de ningunmanera se constituye en s en un requerimiento revolucionario; a pesar que la compaa n garque legalmente fueran los obreros sus trabajadores, no poda negar que de ellos era que obtentoda su r iqueza. Lo nico que pedan eran reconocimiento y se cumpliera lo pactado en las leyecolombianas. En virtud que las partes no llegaban a un acuerdo, un semana antes de la masacrel Gobierno hizo llegar ms tropa para la regin banan ra. En la primera pgina, el peridico dBarranquilla anunciaba el acontecimiento , de la siguiente manera:

    Lo anterior ocasion que la Sociedad de Agricultores del Magdalena sesionara el 30 dnoviembre en horas de la noche en la ciudad de Santa Marta para buscarle una salida a stextenuante situacin, resolviendo nombrar una comisin al interior de su seno para que ecompaa del Jefe de la Oficina de Trabajo y de los delegados de los obreros en huelga, sreunieran con el Gerente de la United Fruit, con el propsito de ver all la manera de poner fin aestado de cosas en que se encontraba la economa bananera27 ; coyuntura que, entre otras cosaindependientemente sin importar cules fueran los resultados de la negociacin, estab

    25 En el libro , editadpor Carlos Payares Gonzlez,se hace un esbozo completo de este pliego de peticiones.26 , N 244, Barranquilla sbado 1 de diciembre de 1928,f. 1.27 Una mejor explicacin de los hechos la hacen Villareal Torres, Jaime, Daz Granados, Jorge,

    , Presencia Ltda., Santa Marta, 1989; Villareal Torres, Jaime, , EmpresPblicas de Santa Marta, Santa Marta ,1980.

    12) 3)

    4)5) 6)

    7) 8) 9)

    La Prensa

    MS TROPA PARA LA REGION BANANERA. Tenemos conocimient de que eretiro del comisionado que el ministerio de industrias envo a la regin bananeraa darse cuenta del conflicto surgido all entre los obreros y los empresarios haempezado a hacer grave la situacin que all se vena contemplando. Con stmotivo el ministerio de Guerra orden la concentracin de ms tropas enCinaga; y por eso anoche se despach de aqu un numeroso contingente conesos fines, en barco especial26.

    Memoria de una Epopeya, 80 aos de la Huelga y Masacre de las bananeras del Magdalen a

    La PrensaSucesos d

    Magdalena en el siglo XX Aqu Santa Marta

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

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    perjudicando notablemente los intereses de la regin, compaa y los mismos traba jadore

    Hecho lamentable, pues el Gerente de la multinacional se neg a atender la comisinjustificndose que en la misma se encontraban delegado de los trabajadores en huelga y estoestaban realizando sus actividades fuera de la ley28 . En vista de esto, los representantes de loobreros se retiraron de la ciudad y se fueron para Cinaga, con el propsito de excitar sucompaeros a emigrar de la regin, pidiendo adems el imo recurso que concede la Ley: earbitramento29 . Los delegados escogidos por los trabajadores fueron smo Coronel, NicanoSerrano y Pedro M. del Ro. El gerente de la United Fruit Company era Thomas Bradshaw.

    Dicha comisin no solamente estaba conformada por los representantes de lotrabajadores, sino tambin por los delegados de los comerciantes, de los pequeos cultivadorelocales de la fruta y por algunos polticos de corte liberal, mutualista, anarcosindicalistas y sociarevolucionarios, en su mayora pertenecientes al Partido Socialista Revolucionario (PSR

    fundado en febrero de 1927 en Bogot30 . Entre estos tenemos a Ignacio Torres Giraldo, RaEduardo Mahecha, Mara Cano y Alberto Castrilln. La huelga adems cont con el apoyo dlderes sindicales nacionales y departamentales adscritos a la Federacin de Trabajadores deMagdalena, la Unin Sindical de Trabajadores del Magdalena y al Sindicato General de Obrerode la Sociedad Unin (conocida popularmente como la la cual integrabtrabajadores del ferrocarril, del puerto y de la const uccin de Santa Marta)31 .

    Para el fin de semana, entre sbado 1 y domingo 2 de diciembre, el movimienthuelgustico segua en el mismo estado de orden y disc ina. El sbado en la maana llegaron evapor expreso fletado por la misma compaa multinacional 200 hombres del ejrcito, qumilitarmente ocuparon el palacio municipal enconstruccin32 , sin que el gobierno de la localidaa cargo del Dr. Puentes hubiese dado el permiso para o uparlo.

    Al respecto, el peridico local de Cinaga sealaba lo siguiente:

    28 Previamente se haba negado a atenderlos en una reunin anterior, motivado en el hecho q e lo obreros delegadopara la comis in no e ran trabajado res direc tos de la Compaa multinaciona l.29 , N 244, Barranquilla sbado 1 de diciembre de 1928, f. 5.30Legrand, Catherine, ob.cit. Ver tambin en Urrutia, Miguel, , La CarretMedelln,1976.31 En 1918 los trabajadores que trabajaban en los ferrocarriles y en los puertos de Santa Marta, Barranquilla Cartagena ya se haban asociado para hacer una gran huelga. Para un mejor entendimiento de estas asociacioneobreras ver a Valencia,Enrique,E l movimiento Obrero Colombiano, en GonzlezCasanova,Pablo (Coordinador

    , Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM y Siglo XXEditores,Mxico, 1984,pp. 9-151; as mismo a Arrubla,Mario, Sntesis de Historia Poltica Contempornea, e

    , Siglo XXI editores, 5 edicin, Bogot ,1980, pp. 186-221.32 , N 247, Barranquilla lunes 3 de diciembre de 1928, f. 5a.

    Unin Amarilla,

    Diario del Crdoba

    No sabemos por orden de quin haya sido convertido el palacio municipal d

    Cinaga en campamento o en casa de tropas; pero lo que s nos consta es que e

    seor Personero municipal no fue consultado para esa o acin indebida, qu

    no habra permitido l de ninguna manera. Y no estando turbado el orden

    pblico, de acuerdo con los preceptos que deben acatarse para esta

    disposiciones, vemos que se est procediendo aqu manu-militari, sin

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    Historia del Sindicalismo en Colombia

    Historia del Movimiento Obrero en Amrica Latina

    Colombia Hoy

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  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    11/28

    consideraciones de ninguna especie, para alarmar de estos pueblos, y pnico d

    la sociedad y del comercio .

    La situac in de la Huelga de la

    bananeras es hoy ms grave que nunca .

    Diariodel CrdobaLa Prensa,

    La Prensa

    Instituciones, camb

    33

    Fuera de lo anterior, un piquete del Ejrcito con una estacin mvil la altura de lHacienda Papare hicieron estacionar de manera abrupta l tren local, que de costumbre saltodos los sbados en horas de la tarde desde Cinaga p ra Santa Marta, obligndolo a devolversa esta poblacin y as hacer una requisa minuciosa y e barcar a slo aquellas personas que ntenan nada que ver con las protestas o eran huelguistas. Despus de estas ligerezas y laconsecuentes demoras de viaje, slo lograron salir en l tren para Santa Marta los pasajeros quno eran obreros34 . Ante tal situacin y dems noticias alarmantes de violaciones a los derechohumanos- de locomocin e igualdad-, un grueso nmero de trabajadores, por temor a seatropellados o maltrechos por parte de la autoridades militares, abandonaron la regin bananerapara marcharse a sus casas en los departamentos vecino de Bolvar oAtlntico; mientras que a

    los oriundos de la regin les toc conformarse con esp para ver que suceda con ellos, porquno tenan para dnde irse.

    Ante esto, vale aclarar que por esta estrategia de bloqueo fueron tambin paralizadotodos los sistemas de comunicaciones, es el caso de los correos, telfonos, telgrafos y loperidicos locales y nacionales, los cuales no lograro circular, as que la gente se mantuvincomunicada por varios das. La va que utilizaron la autoridades para enterarse de todos estosucesos fue a travs del telegrafista de Aracataca, quin le informaba al operador del municipide Calamar (Bolvar) cmo estaban aconteciendo los hechos; ste a su vez le anunciaba a lgobernacin de los departamentos del Atlntico y Bolv r, y de ah, estos de forma inmediata comunicaban al Gobierno Central en Bogot y a l mismo Gobernador del Magdalena, bsicamentporqueentre Aracataca y Santa Marta no haba comunicacin p a esos das debido al bloqueo dlas lneas telegrficas, telefnicas y ferrocarrileras. La primera mquina ocupada por lohuelguistas fue la del tren local, que sala bien temp no en la maana, a las 06:15 horas, de lEstacin de Cinaga para las plantaciones bananeras. La multitud en nmero superior a mpersonas, una vez e l maquinista encendi el tren, se e asper, impid iendo que saliera, apagndoinmediatamente y apoderndose de ella. Lo mismo se hizo con el tren que una hora ms tarddebera salir para Santa Marta y de forma consecutiva haciendo lo mismo con los treneque iban llegando de Santa Marta, tanto el ordinario c o el de carga.

    Para el lunes 3 de diciembre los peridicos locales y regionales anunciaban terriblenoticias sobre el estado del conflicto de las bananera

    35 Lo anterior fue producto de la exacerbacin popula

    debido a un decreto de la Gobernacin del departamento del Magdalena donde solicitaba uevocontingentes de tropa militar para acallar a los manifestantes. ste decreto expedido por eEjecutivo consista en prohibir cualquier tipo de reuniones, so pena de incurrir en actos quatentaban contra la legitimidad y estabilidad del Estado depar amental y las decisiones dgobierno y servicio pblico de sus mandatarios36 . Tal medida produjo un profundo furor en lo

    33 , Cinaga, domingo 2 de diciembre de 1928,f. 1.34 N 247, Barranquilla, lunes 3 de diciembre de 1928 , f. 5a.35 , N 248, Barranquilla, martes 4 de diciembre de 1928 , f. 5a.36 Aqu se legitiman los actos brbaros del Gobierno a partir del uso, com etencia y funciones del aparatadministrativo del Estado y sus instituciones. Ver claramente esta postura enNorth, Douglas,

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

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    habitantes de la Zona Bananera, y ms porque a raz de esta norma, el sbado 1 de diciembre e

    horas de la noche, los soldados, en asocio con la polica local, detuvieron en Cinaga a sietindividuos por encontrase reunidos. La justificacin d estas capturas, segn miembros de Polica, fue porque se les haba encontrado documentos comprometedores de una campaesencialmente comunista37 .

    Entre los presos sindicados de comunista se encontraba los seores de apellidMontenegro y Solano, quienes eran considerados como de tacados trabajadores. De igual formael domingo 2 de diciembre en horas de la maana, tambin fue detenido por el simgeneral Corts el conocido lder obrero lvaro Girn p habrsele sorprendido arrancando de laparedes el decre to que horas antes haba expedido el Dr. Nez Roca, gobernador dedepartamento38 .

    Era tal la magnitud del conflicto, que los diplomticos norteamericanos, prevean unrepresalia por parte de los manifestantes hacia los trabajadores de nacionalidad estadounidensque laboraban directamente con la compaa multinacional y residan en las estacioneferrocarrileras de la Zona Bananera y en el barrio el rado de Santa Marta; hasta el punto que Gobierno de los Estados Unidos envi un barco para el erto de Santa Marta, nica exclusivamente con la intensin de refugiar a los trab jadores norteamericanos en caso demergencia. Hecho que fue confirmado por el mismo Emba ador de los Estados Unidos, quien euna declaracin que hiciera en Bogot sobre el tema, m nifest que en Santa Marta s haba ubuque a la espera de los acontecimientos, pero que no era un crucero de guerra, sino un barcmercante. No obstante, se pudo comprobar que en los mu lles de los puertos de Santa Marta Cinaga si haban atracados barcos de guerra, es el ca el caonero denominado quatrac en Cinaga- incluso das antes de la masacre- con todo su podero armamentista parreforzar a la tropas mientras esta problemtica no est iese resuelta.

    Para controlar an ms las protestas y el cese de las tividades utilizando la fuerza, edomingo 2 de d iciembre en horas de la tarde lleg a Cinaga otro contingente militar compuestpor 300 hombres del regimiento Nario, compuesto exclusivamente por personal oriundo de regin de Antioquia, pedido como refuerzo por el Comandante de la Zona, quien consider qustos procedan del interior del pa s porque los so lda os costeos no le prestaban ni le ofrecaningn tipo de seguridad, pues muchos de ellos eran pa ientes de los huelguistas o casi todos eraantiguos trabajadores de las bananeras39 . De igual forma, el domingo 2 de diciembre en horas dla noche, pero en el corregimiento de Orihueca, se pre ent un mitin, en protesta por ldisposicin de la Gobernacin, por estimarse lesivo contra el obrerismo. La situacin segn

    estuvo a punto de degenerarse en las vas de hecho. Sin embargo, los huelguistaconsiguieron moderarse, pues procuraban a todo trance no dar lugar para que se cometieran actode arbitrariedad contra ellos.

    , Fondo de Cultura Econmica, Mxico, 1993 y en Kalmanovitz, Salomn,, Grupo Editorial Norma, Bogot ,2001.

    37 , N 248, Barranquilla, martes 4 de diciembre de 1928 , f. 5a.38Ibd.39 , N 248,Barranquilla,martes 4 de diciembre de 1928 , f. 5a.

    Colombia

    L

    Prensa

    institucional y desempeo econmico La

    Insti tuciones y el Desarrollo Econmico en Colombia

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  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

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    Ante tales acosos, el xodo de trabajadores continuaba para todas partes. El comercio se

    encontraba en penosas condiciones, pues se vio hondame e afectado. Verbigracia de ellomuchas casas comerciales cerraron sus puertas, algunas dejaron de pagar sus obligaciones, hastatanto no se restableciera la normalidad en la Zona, justificndose primordialmente en lascondiciones de seguridad y las bajas ventas que no le ermitan cubrir los deberes contradosCaso similar ocurri con los comisariatos de la United Fruit, que cerraron por falta absoluta denegocios, lo que hizo que los das antes, durante y despus del conflicto en Cinaga y en toda laZona Bananera imperara una completa caresta de produc os40 .

    Otra situacin penosa fue que las fuerzas militares ocuparon completamente el trendejando a muchas personas sin posibilidad de movilizacin y locomocin. Medio de transportede carga y pasajeros que fue ocupado salvajemente por arte de las tropas oficiales parmovilizar un contingente hacia Orihueca, donde yaca- segn el Ejrcito- una alarma latente, y

    en la que los huelguistas estaban cometiendo toda clase de atropellos; ircunstancia que al finaresult infundada; regresando los soldados y el tren en horas de la madrugada a Cinaga41 .

    La ocupacin de los trenes por parte del Ejrcito hizo que las locomotoras anduvieran sinrumbo fijo. Fueron tres mquinas las ocupadas por los ilitares, las cuales recorran las lneas etodo momento hacia el sur, donde se encontraban las plantaciones y el mayor nmero dehuelguistas42 . Este hecho dej incomunicada a toda una comunidad, inclusive a personas que notenan nada que ver con el conflicto laboral, arbitrar ades que cada vez ms haca exaltar a lpoblacin.

    En un reportaje hecho por un corresponsal del peridic de Santa Marta Lzaro Daz Granados, secretario de gobierno del Magdalena, ste dentro de sus apartes d lentrevista dice:

    40Ibd.41Ibd.42Ibd.

    El Estado

    Es verdad que ha llegado un contingente de 300 soldados antioqueos?

    S: los del regimiento Nario, pedidos por el General Corts Vargas, son cas

    en su mayora antioqueos. El comandante los ha pedido porque teme que en e

    momento de un conflicto, los soldados del Magdalena que tienen sus hermanos y

    sus parientes entre muchos trabajadores de la huelga y que fueron anteriorment

    trabajadores del guineo, puedan, por motivos muy explicables, vacilar en caso de

    tener que asumir una actitud decisiva

    Es verdad que el general Corts Vargas ha sido puesto ordenes de la

    Gobernacin?

    El general Corts Vargas siempre tuvo rdenes de acuerdo con la GobernacinSi el procedi al principio por cuenta propia seguramente fue por haber credo

    que la rapidez de la accin no permita otra cosa. Aho para proceder, siempr

    pide rdenes a la Gobernacin; legalmente no puede ser de otro modo.

    Opina Usted que se prolongar la huelga por mucho tiempo?

    -

    -

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    No podr a dec rselo. Por lo que parece, la huelga terminar cuando ceda algun

    de las partes. Los trminos de la conciliacin amistos no parece que hayatenido xito ninguno .

    Vanguardia Obrera.

    El Estado, La Prensa

    Guineo

    El Estado La Prensa

    43

    Ante tales circunstancias, segn declaraciones realiza s por el general Corts Vargas, sesperaba que de un momento a otro se decretara el Esta o de Sitio en el Departamento deMagdalena, lo que hizo que la situacin se agudizara cada vez ms, pues los huelguistas sorganizaron y se establecieron en Cinaga, y en las de s localidades de la Zona Bananerdonde se formaron cuerpos colectivos. Las capturas masivas continuaban, siendo una de ellas lefectuada el da lunes 3 de diciembre a los productore de guineo44 : Carlos Montalvo, NicolRacines, Ignacio Garrido y Rafael Elas, hijo de Francisco Elas. Estas capturas se produjeroporque estos productores haban dado la orden a sus trabajadores de daar todas las frutas qufueran cortadas45 . Dentro de esas rupturas de racimos de banano cometid s por los obreros, s

    encuentran las realizadas a los cortes de guineos hechos en fincas Mara Luisa de AlbertDvila; Bretaa de Atilio Correa; y las de Dionisio Prez y Mara Teresa Prez.

    La United Fruit trat de embarcar 13 000 racimos de banano que haba cortados en estafincas; pero a raz de la paralizacin del tren por parte del ejrcito y los posteriores actos dprotesta de algunos manifestantes que se acostaron en va frrea con el objeto de obstaculizael paso o la marcha del tren, en protesta a las atrocidades que venan cometiendo las autoridadeoriginaron que la fruta cortada no pudiera trasladarse de las plantaciones al puerto de SantMarta, madurndose mientras se esperaba el desenlace d l conflicto.

    Para expandir las noticias en la opinin pblica y en la masa poblacional de obreros, poder moverse en este estado de alerta, la Unin Sindical de Trabajadores del Magdalena con uflujo constante mandaba a estafetas a repartir volante por la ciudad y al peridico libera

    A Dichos estafetas, en el argot de la huelga, los denominaron el CorreRojo.

    En las declaraciones efectuadas por el general Corts argas, se anunciaba que de umomento a otro se esperaba fuera oficializado el Estado de Sitio para el departamento deMagdalena y que en verdad l no confiaba en los elementos del Magdale a que hacan parte dla tropa, primordialmente por sus vinculaciones con los huelguistas. Dijo adems que tampocoquera internar al regimiento Nario en la Zona por fa de seguridad, ya que muchos de lohuelguistas se haban armado; tales declaraciones provocaron que para el 5 diciembre, despusque el Dr. Nez Roca, gobernador del departamento, firmara el Estado de Sitio, se escondiera

    en las edificaciones del palacio departamental, escoltado por un nutrido grupo de hombres de laPolica y el Ejrcito, por temor a un posible derrocam nto por parte de los huelguistas, quienes, en una actitud cobarde, nunca dio la cara.

    43 Santa Marta, martes 4 de diciembre de 1928, f. 1, Ver tambin , N 248, Barranquilla,marte4 de diciembre de 1928 , f. 5a.44El trmino en el mbito local de la regin bananera del Magdalena hace alusin al banano, ya que esfruta es originaria de Nueva Guinea.45 , Santa Marta, martes 4 de diciembre de 1928, p. 1; Ver tambin , N 250, Barranquil lmircoles 5 d e diciembre de 1928,f. 1.

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    Un mecanismo de presin ejercido por los huelguistas p que los comerciantes de

    regin apoyaran sus iniciativas obreras y de movimientos sociales en pro de la igualdadcondiciones dignas de vivienda, salud y educacin y de la no explotacin laboral fue el hecho dadiestrar a las personas en sentido de unin y fraternidad para que no compraran en loestablecimientos del mercado pblico y en otras casas omerciales si la transaccin no estabautorizada por el Sindicato Obrero. Con esto se daba a entender que el comerciante no podvender al comprador si ste no presentaba su permiso. Para el cumplimiento de sta polticimpuesta por el sindicato, se contaba con la vigilancia de 5 .000 huelguistas que apoyaban lcausa. Situacin que origina de manera colateral que la United Fruit le preguntara en unamisivas al Gobierno Centra l de Bogot si el Estado colombiano estaba en cap cidad de protegesus intereses y a partir de cundo lo iba a hacer. La uesta del Estado, basada en cmo svenan ejecutando los hechos, result obvia. Para minimizar las exacerbaciones de los huelguistapor la participacin parcializada del Estado en este a nto en benef icio de la multinaciona

    bananera, e l Gobierno Nacional desde Bogot emiti un comunicado en el que comunicaba que eConsejo de Ministros se encontraba reunido en pleno de ando sobre la grave situacin laboray econmica en la que se encontraba el departamento de Magdalena, y que una vez se analizaralos hechos, emitiran unas directrices a l respecto.

    Ante tales hechos, algunos manifestantes- aproximadamente unos 500- cerca a lapoblacin de Sevilla optaron por la decisin de tomars la finca bananera de propiedad de loseores Ismael Noguera Conde y Eduardo Noguera, padre hijo respectivamente, porqusupuestamente haban dado la orden a los trabajadores e cortar ms racimos de la fruta con efin de entregarlos a la multinacional para su exportac en los mercados internacionales. Lorden de la United Fruit Company consista en que toda las fincas asociadas a su sistemgeneral de produccin y que estuvieran primordialmente ubicadas entre los Distritos del SanJuan del Crdoba hasta El Retn, deban cortar fruta p exportar, pues desde haca ya variodas se encontraba atracado en el muelle de Santa Marta un vapor de la Flota Blanca a la esperde poder embarcar bananos. Situacin que gener una refriega entre los manifestantes, lopropietarios de la finca y los miembros del ejrcito q e se encontraban acantonados all46 . Ebueno anotar que una vez presentada la situac in, el general Carlos Corts Vargas saliinmediatamente al lugar de los hechos en un tren expreso acompaado de una escolta militar de200 hombres, con el nico objetivo de pacificar a los huelguistas y de paso stos entregaran a losempresarios bananeros y soldados que tenan retenidos, los cuales estaban al mando de unteniente de apellido Botero47 .

    Otro caso presentado con similares caractersticas a la relacionada anteriormente fue e

    impedimento total de las labores de corte y cosecha qu hizo un grupo de protestantes en la fincdel seor Francisco Lus Olarte, a quien los huelguistas amarraron jun a sus ms fiele

    46 , N 251, Barranquilla, jueves 6 de diciembre de 1928 , f. 1. Ver tambin , N 253Barranquilla, sbado 8 de diciembre de 1928,f. 1.47 Contado directamente por el mismsimo General Vargas Corts en sus memorias de los hechos. Vargas CortGermn,

    , Imprenta La Luz, Bogot ,1929. Por su partAlberto Castrilln uno de los lideres sindicales, en su libro cuenta otra histordiferente.

    La Prensa La Prensa

    Los Sucesos de las Bananeras . Historia de los acontecimientos que se desarrollaron en la Zona Bananer

    del Magdalena, 13 de Noviembre de 1928 al 15 de marzo 1929

    120 das bajo el terror militar

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

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    trabajadores de confianza; fuera de liberar a todos los animales en servicio, amn de los choques

    suscitados entre huelguistas, empleados de la plantacin y los miembros de la fuerza pblica.

    As las cosas, el Consejo de Ministros reunidos en ple o, pero encabezados por losministerios de Gobierno y de Guerra, propusieron en la del 5 de diciembre se decretara lalteracin general del orden pblico en la Zona Bananera del Magdalena, situacin que fueaprobada por el Gabinete Central. De esta forma, dicha decisin pas a consideracin deConsejo de Estado, cuerpo judicial que de manera inmediata y en sesin extraordinaria aprobtal medida, conceptuando que era del caso declarar turbado el orden pblico en la reginbananera del Magdalena por las consideraciones expuest s por el Gabinete en pleno y los hechoque la antecedan, originando ante tales circunstancia que el Ejecutivo decretara el Estado dSitio48 . El Consejo de Ministros otorga facultades especiales al ministro Arrazola para quehiciera las gestiones posibles, en aras de arreglar de una vez por todas la problemtica que se

    vena presentando entre los huelguistas y la compaa ananera. En esa misma directriz snombra como Jefe Civil y Militar al general Carlos Corts Vargas.

    Al culminar dicha reunin, el general Ignacio Rengifo, ministro de Guerra, declar antelos medios de comunicacin que el Gobierno tena conoc nto que por las condiciones en quse encontraba el orden pblico en la regin bananera del Magdalena ra imposible llegar a algnacuerdo con los huelguistas, quienes impedan a los de s trabajadores volver a sus laboresllegando al extremo de encerrarlos en una especie de p isiones. Coment adems que dara aconocer la extensa documentacin sobre la manera cmo haban procedido los huelguistas, y quepor eso, confirmaba plenamente que ya se haba expedido el decreto que estableca e l Estado dSitio para la Zona Bananera, despus de odo el concepto favorable del Consejo de Estado.

    Uno de los hechos ms significativos que tuvo como justificacin el Consejo de Estadopara emitir favorablemente el concepto de alteracin d l orden pblico, premisa por la cual sdecret el Estado de Sitio en la Zona Bananera del Magdalena, fueron las prdidas econmicas alas que se estaba viendo abocado el sistema socioeconmico y poltico de la Nacin, pues seestimaba que a la fecha del concepto la economa banan ra ya haba perdido ms de un milln ddlares. Adems de eso, porque los obreros supuestamente se hallaban dueos y seores de lsituacin en la zona; haban interrumpido los telfonos y cortados las lneas telegrficas; sehaban apoderado de varias poblaciones y trataban de tomarse a Santa Marta.

    La comunidad internacional se entera de estos hechos a partir de sta decisin, pues eGobierno Central enva una misiva a la United Press, q n a su vez hace un reporte que sale a l

    luz pblica de la siguiente manera:

    49 .

    48 , N 251, Barranquilla, jueves 6 de diciembre de 1928 ,p. 1.49 ,Reporte, New York, Hora de emisin 8:25 p.m.del mircoles 5 de diciembre de 1928.

    El Gobierno ha decretado en Estado de Sitio a la Provincia de Santa Marta

    donde los trabajadores de la United Fruit Company sost enen desde hace das

    una huelga. Ha sido nombrado Jefe Civil y Militar el G neral Carlos Corts

    Vargas

    La Prensa

    United Press

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

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    Por su parte, los peridicos nacionales, en especial los de la capital colombiana

    expresaban:

    50

    Las cosas sucedieron porque una vez concentrados los t bajadores obreros en lodistintos puntos de congregacin en los cuales se reunan como acto de manifestacin y protest

    pacfica, siendo las once de la noche del da mircole de diciembre lleg la noticia que el DrNez Roca, gobernador del departamento de Magda lena, a de emitir un decreto, por mediodel cual ordenaba la dispersin de los grupos de huelguistas. El decreto haca variaconsideraciones, entre ellas la de que la huelga haba generado una asonada. Norma que para lohuelguistas fue de muy mal gusto, pues el Gobernador e pidi dicho decreto sin consultarles ninguna comisin que los representara, slo lo hizo de de la ptica de la multinacional, de lasautoridades militares que defendan los intereses de a compaa norteamericana y de labananocracia criolla; lgicamente, los obreros irrum on en manifestaciones de protestas.

    El ejrcito all acantonado fue comisionado para hacer cumplir las disposiciones deGobernador del departamento, y con esemotivo se orden a los huelguistas se disiparan. Much de ellos estaban acostados en los playones, otrosen los alrededores de la estacin del tren y otrosdorman al aire libre. Una vez los soldados llegaron a la plaza leyeron el texto completo dedecreto y dieron quince minutos para que la muchedumbre obrera acantonada en la plaza- queestaba conformada por ms de 1.500 personas- se dispersaran. Como stos no quisieron obedecelas rdenes dadas por los jefes militares, y por el co rario los huelguistas cada vez ms agitabanlas banderas del tricolor nacional y pancartas alusiva al movimiento obrero y en contra de lexplotacin laboral, al grito de viva Colombia, lo siguiente que hicieron los soldados fue tocaa ritmo de tambores una corneta por tres veces, previo aviso de que haran tocar el instrumentode viento en un lapso de un minuto entre toque y toque; si al cabo de una tercera no se habadisipado el grupo, se procedera a disparar en contra de las personas que se encontraran en mitinEn efecto, al sonar la tercera corneta, los manifestantes se mantuvieron en pie de lucha en susprotestas y por ende no se dispersaron; instantes despus slo se es voz de un militar qu

    deca fuego y con ello, segundos despus, se sinti l rugir de las ametralladoras y ladescargas de la fusilera disparadas en contra de los obreros que se encontraban en huelga.

    El espectculo que ofreci la estacin de Cinaga fue lmente pavoroso. Los cadvereslos heridos, los familiares de las vctimas originaron unas imgenes desconsoladoras. En fin, unavergenza total para los anales del Ejrcito colombiano. Estos hechos se registraron en lamadrugada del jueves 6 de diciembre de 1928.

    50 , Editorial, Bogot, mircoles 5 de diciembre de 1928 , p. 2.

    No ha habido en el pas una huelga ms numerosa y ms rga que sta la de lo

    trabajadores del Magdalena. Treinta y dos mil obreros se han mantenido por m

    de treinta das en absoluta inactividad en toda la regin bananera y no hay

    indicios de que la situacin tienda a modificarse favo lemente .

    El Espectador

    La matanza de los trabajadores obreros

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    18/28

    Ya todo estaba consumado. Las primeras crnicas que sa ron sobre los resultados d

    muertes antes de tener un reporte oficial ms amplio, encionaban 8 muertos y 20 heridos51

    Una semana despus en esas mismas fuentes se hablaba y de 100 muertos y 238 heridos52

    Mientras tanto, las fuentes oficiales de manera reservada y en comunicaciones diplomticascomunicaban que eran ms de 1.000 los muertos53 . Cifra que, segn sobrevivientes y narracionede la poca la Matanza de las Bananeras sobrepas los il masacrados, hasta el punto que lovagones del tren iban llenos de cadveres, a los cuale enterraban en fosas recnditas andesconocidas54 . Eso sin contar el nmero de personas que pavoridas huyeron del lugar a distintolugares del pas, sin importar perder sus pertenencias, todo por temor a ser masacrados por lasautoridades.

    Los medios de comunicacin tanto nacionales como inter acionales le dieron unasignificativa importancia a estos sucesos. En primeras pginas los peridicos anunciaban deforma resaltada que en la madrugada del da 6 de dicie bre de 1928, en la localidad de Cinagy toda la regin bananera del Magdalena se haba presentado un en el que tropas deEjrcito se enfrentaron a muerte contra unos del orden estatal, y que comoresultado de ese enfrentamiento se haban dado de baja a 8 y 20 huelguistas fueronheridos. El general Ignacio Rengifo, ministro de Guerra, en la descripcin que hiciera de losobreros dijo que 55 .

    Por este caso en especial, el peridico de Barraquilla, en su impresin para ledicin del 8 de diciembre de 1928, como acto simblic y conmemorativo de las personacadas en esta huelga, tint sus pginas de color rojo, en alusin a este hecho sangriento queenlut a todo un pas.

    En referencia al comunicado oficial que hizo la el general Ignacio Rengifoministro de Guerra, sobre estos acontecimientos inform ba que del ataque que hicieron loshuelguistas contra las tropas del Ejrcito resultaron muertos y 20 heridos, y que para controlalos brotes revolucionarios en contra del orden estatal por parte de los huelguistas atacantes, como ministro de Guerra haba ordenado de forma inmediata la movilizacin de ms tropa, lcuales deba llegar de los batallones que tenan sede en las ciudades Bucaramanga, GirardotMedelln y otras plazas del interior del pas. Enfatiz adems que todos los ministros estaban de

    acuerdo en que la situacin obrera del Magdalena era e extremo delicada y que se necesitabanemplear medios enrgicos para solucionar el problema. Indic que, fuera del encuentro acaecidoen la plaza de Cinaga, las tropas del ejrcito tambi haban tenido otros enfrentamientos en

    51 , N 252, Barranquilla, viernes 7 de diciembre de 1928,p. 1.52 , N 259, Barranquilla, viernes 14 de diciembre de 1928 ,p. 1.53 Chomsky, Aviva, Los hechos de la masacre de las bananeras, ponencia en

    , Santa Marta,2009.54Ver en los trabajos antes referenciados de Catherine Legrand y Aviva Chomsky.55 , N 252 , Barranquilla, viernes 7 de diciembre de 1928, p . 1.

    El post conflicto y la desinformacin por parte de las fuerzas del Estado colombiano y la

    United Fruit Company

    combate

    revolucionarios

    bandoleros

    en el Magdalena no hay Huelga sino Revolucin

    La Prensa

    United Press,

    La Prensa

    La Prensa

    Coloquio Internacional 80 aos d

    Conflicto de las Bananeras, conmemoracin de un hecho e historia econmica y social ms all del realism

    mgico

    La Prensa

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    19/28

    toda la regin de la Zona Bananera, siendo uno de ellos el encuentro militar presentado en e

    corregimiento de Sevilla (Magdalena), donde tambin en la noche del 6 de diciembre result unapersona muerta y numerosos heridos an por determinar .

    Era tal la manipulacin de la informacin que hasta el peridico de New Yorinformaba de manera extensa y tendenciosa que los disturbios obreros de la regin bananera deColombia eran provocados y encabezados por agitadores exicanos que dos dcadas antehaban liderado los procesos de la Revolucin de ese p s. Asimismo, detallaba que los aspectode la huelga bananera eran derivadospor la caducidad de la concesin Barco56 .

    Por su parte, el comunicado de prensa que expidi la United Fruit Company a laagencias de New York y a los corresponsales del mundo que, en opinin de la Compamultinacional:

    57

    Los jefes de la United Fruit comunicaban adems que el barco de la Flota Blanca quesali del puerto de Santa Marta en la maana del 7 de diciembre cargado de banano ia lomercados internacionales fue el mismo que se encontrab atracado desde haca das en esciudad en espera del desarrollo de los acontecimientos, por si la situacin llegaba al extremo deque fuera necesario ofrecer refugio en el barco a los ciudadanos estadounidenses, empleados dela United y otros cuya seguridad se viera amenazada.

    Mientras que los peridicos norteamericanos masificaban una informacin poco seria yhonrada, a costa de preservar los intereses acomodados de la multinacional y del biernonorteamericano, los peridicos nacionales sobre la problemtica suscitada la analizaban conmayor objetividad. Es el caso de de Bogot, el cual, en una extensa nota, hacrazonados comentarios. Deca, por ejemplo, que muchos de los recla os que exigan lohuelguistas eran unos puntos de condiciones laborales uy justos. Sin embargo, desde sueditorial enfatizaban que no comulgaban con muchas cos s de la huelga, pues consideraban qulos trabajadores estaban mal dirigidos y aconsejados, lo que origin que las autoridadeimpusieran su conducta. Aprovechaban adems dicha editorial para invitar a la cordura, no a la

    desesperacin. Sobre todo a las autoridades, a las que les recordaban que la fuerza no es la raznsuprema, ni es el nico sistema para dominar un conflicto, pues la violencia58 no es un recursoaceptable para imponer determinadas reivindicaciones59 .

    56 ,New York, diciembre 7 de 1928,p. 1.57Reporte de la , New York, viernes 7 d e diciembre de 1928.58 En razn de que las fuerzas del Estado siempre se valieron de la fuerza para defender las polticas de ciertaempresas e intereses particulares, ms no al colectivo laboral. Ver en Senz, Eduardo,

    , Tercer Mundo-Uniandes, Bogot, 1992.59 , Editorial, Bogot diciembre 7 de 1928.

    The Times

    la situacin difcil que vena reinando desde haca d en la regin bananera

    colombiana, en donde la empresa tiene valiossimos int ses, ha mejorado

    mucho desde las ltimas 24 horas y que los despachos ya recibidos desde all dan

    esperanza de que pronto termine el conflicto surgido entre los patrones y los

    obreros que culmin en una extensa huelga con caracteres revolucionarios .

    El Tiempo

    The Times

    United Press

    La ofensiva empresaria

    Industriales , polticos y vio lencia en los aos 40 en Colombia

    El Tiempo

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    20/28

    En protesta a la masacre de sus compaeros, los huelguistas comenzaron a incendiar

    destruir varias oficinas de la United Fruit y el ferro ril. Durante las protestas los manifestantepara poder huir de las represiones de la fuerza pblic y poder alimentarse, se llevaron de locomisariatos de la United distintas mercancas imprescindibles para sus propsitos, entre ellovveres y abarrotes. Algunos otros edificios de comisa iatos fueron incendiados con todo emobiliario, enseres para la venta y dems elementos ad quedando slo ruinas para recuerdde estos hechos (ver figura 3). En alusin a estos hechos el editorial de deca:

    60

    Despus del xodo suscitado por los trabajadores huelguistas que lograron salvarse de estmasacre y que se marcharon hacia distintas partes del ibe colombiano, una vez llegaban otros destinos comenz a conocerse otras versiones de hechos acaecidos en Cinaga y dempoblaciones de la regin bananera, y por cierto muy distintas a los que se emitan en locomunicados oficiales; verbigracia de ello, las primeras personas que lograron llegar Barranquilla informaron que no fueron 8 los muertos y 20 los heridos de los encuentros loencuentros que sostuvieron los huelguistas y las tropa del ejrcito, sino que en estos sucesofueron 15 las personas masacradas y 37 los heridos; adems, aclaraban que la matanza fue eplena plaza o estacin del ferrocarril del municipio d Cinaga en la madrugada del 6 ddiciembre- mientras los trabajadores obreros de forma pacfica s concentraban all-, y no en locampamentos de las fincas bananeras, como las autoridades queran hacer creer. Fue de eso, lomigrantes tenan conocimiento de otros tantos ms masacrados y que an no se conoca a ciencicierta cuantas personas eran las que haban matado, pu s estos hechos ocurrieron en las veredas plantaciones bananeras donde el acceso a ellas era com tamente restringido 61 .

    Cuarto de ingenieros y zona de mquinas destruidas por anifestantes en Sevilla (Magdalena

    60 Ibd.61 N 253, Barranquilla, sbado 8 de diciembre de 1928 , p. 1.

    El Tiempo

    No se trata de arreglar de cualquier modo una situac i difcil, sino de evita

    para un futuro inmediato el retorno de ms graves suce os. Para ello, se necesit

    un gran colombiano sabio, prudente, estadista, y que no olvide las circunstanci

    que rodean el conflicto. Que no olvide como la United ruit Company maneja l

    vida poltica y civil del Magdalena; que no crea indispensable enviar batallone

    para cazar como a bestias y no sea duro e implacable con ellos y me lifluo y dcicon los agentes de la frutera .

    La Prensa,

    Figura 3

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    21/28

    Fuente: Coleccin Fotogrfica de la United Fruit Company, box 30, N 620. Fotografa del 10 ddiciembre de 1928. Autorizada su publicacin por Baker Library Historical Collections, Harvard BusinesSchool.

    Ya para el da lunes 10 de diciembre, despus de un fin de semana agitado, en primerapginas los titulares anunciaban en grande y en rojo resaltado

    ; ; 62

    . Los medios de comunicacin en general informaban en us apartes que sobre emovimiento revolucionario del departamento Magdalena t o tiende a demostrar que la fuerzmilitar haba procedido con energa, mas no haba incu rido en excesos, pues los jefes militarehaban ordenado hacer lo nico que deba hacerse, y qu de ah no haban pasado. Producto de lanterior, ya se haba restablecido el servicio de tren s entre Cinaga y Santa Marta y el servicivapores entre Cinaga y Barranquilla, indicando que entre sbado y domingo salieron atiborradade gente y carga las embarcaciones y otro de la empresa fluvial de don CristbaStriedinguer . Asimismo, informaban que a raz del orde e ya reinaba en Cinaga producto dla accin militar, el comercio en su mayora el da domingo abri sus puertas, y que el xodo depersonas haba mermado, ya que haba suministros. Los lmacenes y tiendas de vveres yabarrotes se vieron concurridsimas debido a que el nulo movimiento comercial durante los ade huelga provoc una carencia de alimentos y dems productos de la canasta familiar63 .

    En un comunicado enviado por el general Corts Vargas o jefe civil y militar de lZona Bananera del Magdalena informa al Ministro de Guerra que l como mxima autoridad dela regin haba dictado un decreto64 por medio del cual se consideraba como cuadrilla demalhechores a los revolucionar ios del Magdalena. El d reto estaba conformado por tre

    62 N 254, Barranquilla, lunes 10 de diciembre de 1928,p. 1.63 , Cinaga,domingo 9 de diciembre de 1928, p. 1.64Esta norma fue firmada el mismo 6 de diciembre de 1928 en Cinaga (Magdalena) por el general Carlos CortVargas, jefe Civil y militar de la Provincia de Santa Marta, y Enrique Garca Isaza, secretario.

    Los revolucionar ios huyen en

    desbandada hacia la Sierra Nevada Las tropas del Gobierno batieron en toda la lnea a lo

    Hue lguistas El ministro de Guerra informa que hubo ms muertos en os ltimo

    encuentros

    Iris

    La Prensa,

    Diario del Crdoba

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    22/28

    artculos, y entre los apartes que justificaban su exp in se especifica que, vistos los diverso

    atropellos cometidos por los huelguistas (incendio de rios edificios nacionales y extranjerossaqueo de almacenes, dao a las comunicaciones telegr icas y telefnicas, destruccin de lalneas ferroviarias, ataque a ciudadanos pacficos), sumado a la expresin de un pavoroso estadode nimo y su manifiesta afinidad por las doctrinas comunistas y anarquistas- a la cual apoyabande palabra, en arengas, conferencias, discursos, publicaciones en el y enhojas volantes-, los dirigentes haban concluido, en primer lugar, declarar que los participantesde la huelga, en un principio catalogada por las autor ades como una protesta pacfica dtrabajadores, eran una cuadrilla de malhechores; revoltosos, incendiarios y asesinos quepululaban en la Zona Bananera , pues era deber de la autoridad legalmente constituida dagarantas a los ciudadanos, tanto nacionales como extranjeros, y restablecer el imperio del ordenadoptando todas las medidas que el derecho de gentes y la Ley Marcial contemplaban. Ensegundo lugar, los dirigentes, azuzadores, cmplices, uxiliadores y encubridores deban se

    perseguidos y reducidos a prisin, para seguirles las onsabilidades del caso. Por tanto, y entercer lugar, los miembros de la fuerza pblica quedaban facultados para castigar con s armas aquellos que se sorprendieran en fragancia provocando ndio, saqueo o ataque a manarmada65 ; en una palabra, quedaban encargados de hacer cumplir on todo el rigor del caso loestablecido en el decreto.

    Adems, se tuvo conocimiento que muchos de los obreros al tratar de huir de larepresiones del ejrcito por temor a ser asesinados, n slo buscaron la Sierra Nevada de SantMarta para refugiarse, sino que tambin muchos intentaron migrar hacia el territorio dedepartamento del Atlntico, utilizando como salida los municipios ribereos de Sitio Nuevo Remolino, para as llegar al puerto fluvial de Sabanagrande y de ah hacia Barranquilla y distintopuntos del departamento; pero que por una orden impartida por el Dr. Osorio, gobernador dedepartamento del Atlntico, esta situacin no fue posible. La orden consisti en que para evitaque los huelguistas pasaran a dicho departamento, la Polica con sede en los municipios ribereode Soledad, Malambo, Sabanagrande, Santo Toms, Palmar de Varela y Ponedera deba ejerceactividades de vigilancia extrema, y de ser el caso capturar a los huelguistas que intentaran pasaen canoas a la otra orilla; para cumplir lo establecid la comandancia organiz un cordn dagentes de polica por todo el cauce del ro Magdalena. Caso similar aconteci en las loca dede Guimaro, Salamina y Pivijay en el departamento del Magdalena, donde los obreroparticipantes de la hue lga llegaban para refugiarse de las tropas del Ejrc ito; hasta esos lugares fuerza pblica del Atlntico incursion para capturarlos; los huelguistas no opusieron resistenciy fueron apresados por su participacin en las protest s. Resultado de estos hechos, fuerocapturadas 18 personas, las cuales fueron llevadas a la comandancia de la Polica del Atlntico

    en Barranquilla, yposteriormente llevados a la localidad de Cinaga con el objeto de dejarlos disposicin del jefe civil y militar del departamento del Magdalena, el general Corts Vargaquien los juzgen Consejo de Guerra66 .

    65 , Cinaga,domingo 9 de diciembre de 1928, p. 1.66 N 254, Barranquilla, lunes 10 de diciembre de 1928,p. 1.

    Diar io del Crdoba

    Diario del Crdoba

    La Prensa,

    El contexto de los acontecimientos

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    23/28

    Como acontece cuando un territorio se encuentra en Est de Sitio, las autoridades e

    Cinaga, una vez decretada dicha condicin, para mante er controladas a todas las personasprovean de salvoconductos y/o pasaportes a quienes te an que moverse de un lugar a otro en eMagdalena; es decir, si la persona se iba a movilizar e una localidad a otra en el interior dedepartamento del Magdalena, deba solicitar un salvoconducto de movilizacin; pero si quertrasladarse a otro departamento, caso Bolvar o Atlntico, las personas deban requerir upasaporte.

    En vista que el Gobierno decidi expedir salvoconductos o pasaportes para que lapersonas se movilicen con su autor izacin, la Unin Sindical de Trabajadores d l Magda lentambin emiti cdulas personales y salvoconductos, para que solamente aquellas personas queapoyaran la causa de la huelga pudieran moverse librem e por los campos de la reginbananera. Es bueno hacer salvedad que la movilizacin de pasajeros no estaba supeditad

    solamente a las tropas del ejrcito, sino tambin a los huelguistas, quienes por mecanismos depresin impedan que las embarcaciones salieran de los a tracaderos del muelle del Cinaga; es ecaso del vapor , que pretenda salir hacia Barranquilla la noche del rcoles 5 ddiciembre llevando familias enteras de la lite empres ial local, pero los manifestantes ndejaron salir el barco, ya que para los trabajadores os empresarios se haban convertido enpersonas no gratas para el movimiento obrero y deban edarse en Cinaga, para que corrieranla misma suerte de los huelguistas. Asimismo, los huelguistas fuera de impedir la salida de lovapores, retuvieron las comunicaciones; las vas frreas que conducen a la capital departamento y la misma Zona Bananera fueron obstruidas; los telgrafos y telfonosparalizados y el comercio en general se mantuvo en un stado de agitacin.

    Los viajeros que llegaban a Barranquilla, por ejemplo, venan provistos de pasaporte poser este puerto una localidad ubicada en otro departam pero si deseaba ir a Santa Martdeba portar un salvoconducto, por ser sta un lugar localizado dentro del mismo departamentoLos modelos de estos documentos de movilizacin tanto interno como ext no en el Estado dSitio, fueron reproducidos por el peridico de Barranquilla para la informacin de lcomunidad en general (ver cuadros 1 y 2).

    . Formato de salvoconducto expedido para la movilizacin de las personas

    No.Salvoconducto que se ofrece alseor:

    _________________________________________Para que pueda viajar de Cinaga a Santa Marta.Cinaga, diciembre 5 de 1928.

    El Alcalde

    : Peridico N 253,Barranquilla, sbado 8 de diciembre de 1928, p. 1.

    La Paz

    La Prensa

    La Prensa,

    Cuadro. 1

    Fuente

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    24/28

    Cuadro. 2

    Fuente

    . Formato de pasaporte expedido para la movilizacin de las personas

    : Peridico N 253,Barranquilla, sbado 8 de diciembre de 1928,p. 1.

    No sobra decir que una vez se efectu la masacre y los huelguistas se dispersaron, el JefCivil y Militar de la Zona expidi ms de 700 permisos para salir de la regin bananera, loscuales en su mayora eran para ir a Barranquilla por m de vapores y hacia Santa Marta pomedio del tren ordinario de las 07:30 horas de la maana del da domingo67 .

    En una entrevista hecha al poeta Gregorio Castaeda Len- quien logr salir del rea deconflicto por medio de un pasaporte que le entreg el efe Civil y Militar , y llegar a Barranquillun da despus de la masacre-y realizada por un corresponsal del peridico , deca:

    68

    Continuaba diciendo el poeta en su narracin que en la Estacin haba la animacin de uncampamento y una banda de msica tocaba alegres aires. En Cinaga slo se saba que loshuelguistas procuraban impedir por todos los medios qu algunos obreros cortaran otransportaran banano en las plantaciones de la zona, pero ese mismo da en las primeras horas la noche un grupo conformado por cerca de 200 manifest ntes detuvo el vapor de la empresafluvial de Cinaga , que deba salir con rumbo a Barranquilla, porque en l mismo ibaunos productores de la fruta.

    67 N 253 y 254, Barranquilla,sbado y lunes 8 y 1 0 de diciembre de 1928,p. 1.68 N 253, Barranquilla,sbado 8 de diciembre de 1928 , p. 1.

    REPUBLICA DE COLOMBIADEPARTAMENTO DEL MAGDALENA

    Jefatura Civil y Militar del DistritoNo. 20

    San Juan del Crdoba, 6 de diciembre de 1928.

    Por el presente se concede pasaporte al seor:_________________________________________Para que pueda transitar por el municipio, mientras setraslada a la ciudad de Barranquilla. Las autoridades

    de trnsito protegern su marcha.

    El Jefe Civil yMilitar.

    Aurelio Linero C.

    La Prensa,

    La Prensa

    Cuando llegu a la Estacin de Cinaga, el mircoles, los huelguistas se hallaba

    en gran nmero localizados all. Haban clavado entre rieles una bander

    nacional, otra roja y una efigie del Libertador. En uno de los muros de la

    Estacin estaba colgado un cartel enorme que deca poco ms o menos Viva l

    soberana nacional Los Soldados para los piratas del petrleo, no para l

    obreros de Colombia .

    La Paz

    La Prensa,

    La Prensa,

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    25/28

    Entre los productores de bananos- con sus respectivas familias- que fueron bajados debarco estaban: Atilio A. Correa, Ramn Garca, Juan B. Caldern, Mario Charris y AdolfoRamn Henrquez, quienes eran de la lite local y pert necan a las familias ms adineradas de lbananocracia de la regin. Los bananeros ms poderosos de la regin descendan de viejafamilias aristcratas de Santa Marta, de extraccin espaola, mezclados con comerciantesprocedentes de Barranquilla y de origen extran jero, especialmente italiano, francs, britnicoalemn, holands y sirio-libans. Fuera de los anteriormente mencionados, se en uentran lasfamilias Dvila, Goenaga, Campo Serrano, Diazgranados, Salcedo, Riascos, Bermdez, Nogueray Vengoechea. Ncleos familiares que, de acuerdo con Catherine Legrand, des ollaron unrelacin casi que simbitica y mutuamente provechosa con la United Fruit, pues esto lefavoreci para desempear cargos polticos importantes a nivel local, regional y nacional, ya queeran alcaldes, gobernadores, secretarios departamentale jueces, senadores, representantes a l

    cmara, rectores de colegios y hasta ministros de desp ho. De ah que sus decisioneadministrativas siempre beneficiaban a la compaa y a cambio de esos favores polticos, la UFCles daba un trato preferencial.

    El poe ta continuaba diciendo:

    69 .

    Informaba adems:

    70

    69 N 253, Barranquilla,sbado 8 de diciembre de 1928 , p. 1.70 N 253, Barranquilla,sbado 8 de diciembre de 1928 , p. 1.

    Esa misma noche siendo las once y treinta, sali el decreto de la Gobernacin en

    el que se trataba de evitar se turbar el orden pblic y a la una y quince de l

    madrugada la guarnicin de la plaza intent disolver la muchedumbre, despu

    de los tres avisos de costumbre, con una carga de metralla se silenci a los

    manifestantes, que dej alrededor de once muertos y 35 heridos. Ocurrido est

    hecho, los obreros se movilizaron despavoridos hacia la Zona Bananera

    inmediatamente; hasta el punto que el jueves ya haba ta calma en e

    casco urbano de la ciudad. El jueves no hubo un almac abierto en toda l

    ciudad, como tampoco hubo servicio de transporte, ni nada, todo e l mundo estab

    asustado en el interior de sus casas. Mxime que e l Jefe Civil y Militar de todo e

    Regimiento General Corts Vargas se preparaba para sal r con todas sus tropa

    hacia las localidades ubicadas en la Zona Bananera, de achando en cada vag

    del tren un destacamento de 25 hombres armados al mando d un Capitn

    En Cinaga ayer jueves no haba una sola alma en las c les, dej aquello en

    estado tal que de verdad no podran contarse con los d de las manos, puequedaran sobrando dedos por las personas que transitaban las calles; yo tuve

    que proveerme de pasaporte para embarcar y llegar a Ba nquilla. El barco n

    sali hasta que no fue revisado en su totalidad por el Jefe Civil y Milita

    encargado del Municipio el Capitn Aurelio Linero .

    La Prensa,

    La Prensa,

  • 7/25/2019 La Masacre Obrera de 1928 en La

    26/28

    Consideraciones Finales.

    No es slo la paralizacin de las actividades y la situacin de privaciones que esto traconsigo lo que debe lamentarse, sino tambin la inexistente, deplorable y oscura poltica que sentreteji como consecuencia de la huelga. Haba una poltica para empresarios, otra paragricultores y/o cultivadores, otra para comerciantes, y por ltimo haba una poltica dtrabajadores. Actores sociales que por su lado y por los intereses que primaban trataban ddemostrara la opinin pblica que cada quin tena la razn; y cada uno de ellos trataba, de iguaforma, echarle la culpa o la responsabilidad de lo que staba sucediendo a los dems. Ejemplo dello fue la Sociedad del Comercio de Cinaga, organizacin que en primera instancia haba hechcausa comn con los trabajadores en huelga, separndos posteriormente y abandonndolos a ssuerte, argumentando que lo haca para dejarlos en libertad de accin71 . Este hecho demuestrque en el fondo de todo esto lo que imper fue el choque de intereses o aspiraciones que e

    principio armonizaban, luego resultaban contradictorias.

    A medida que el negocio bananero creca, la poblacin aumentaba, y que las localidadeexistentes como Cinaga y Santa Marta se transformaron en poblaciones sofisticadas qucontaban con hoteles de estilo europeo, restaurantes, ancos, pequeas fbricas manufactureraempresas prestadoras de servicios de transpor te y otro servicios. Tambin creci el nmero dtiendas que comercializaban licores, harinas, cervezas, cigarrillos, productos importados y fabricaba el cuero, hielo y muebles. Igualmente, hizo crearan nuevos pueblos por la intensactividad empresarial, es el caso de Ro Fro, Orihueca, Guacamayal, El Retn y la famosAracataca, cuna delNbelGarca Mrquez72 .

    Por esta intensa actividad econmica que registraba la Zona Bananera y las consecuenciaque trajo la Huelga, los actores distorsionaron la rea d ajustndola a sus intereses, lo cual sobserva en los muchos silencios que existen en la historia oficial73 . De ah que como escudo parpoder decir las cosas y no presentar compromisos de responsabilidades se contaron muchaficciones e h istorias como novelas y crnicas, para con ellas intentar resolver hiptesis que an sbarajan sobre lo que ocurri en la Huelga .

    El manejo poltico que hizo el Estado Colombiano a la informacin real de los hechos futan obvio, que utilizando mecanismos de presin hizo que los medios de comunicacindesinformaran y desdibujaran la verdad de cmo acontecieron los sucesos. Lo nico cierto yreconocido de todo esto es que las fuerzas del Estado, as fueran ocho, cien o ms de milacribillaron a trabajadores que lo nico que queran eran ver mejoradas sus condiciones de vida

    todo a costa de satisfacer los intereses de una compaa multinacional americana

    74

    , la que al fina

    71 N 242,Barranquilla, jueves 29 de noviembre de 1928,f. 5.72 De ah que sus historias estn cargadas de realismo, p ordialmente porque muestran toda una condicimacondiana como l mismo la denomin.73 Tovar, Bernardo, , Universidad Nacional de Colombia, Bogot,1994.74 Esta situacin de presin ejercida por multinacionales de encias mundia les a Gobiernos de pasesubdesarrollados y sobre todo en esta poca, no slo se present en Colombia, sino que fue una generalidad. Ver elos trabajos de Rutherford, Malcolm, Institutionalism Between the Wars, en , 34:2000, pp. 291 -303; Understanding Institutional Economics: 1918-1929, en

    , 22:3, 2000, pp. 277-308.

    La Prensa,

    La historia al final de l milenio

    Journal of Economic Issues

    Journal of the History of Econom

    Thought

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    por las presiones que ejerca sobre el Gobierno centra y regional, dentro de la estructur

    administrativa y/o aparato orgnico se convirti en un Estado dentro del Estado75

    .

    Por todo ello quisimos reescribir todo este episodio, pues lo poco que se conoce de lohechos, aparte de las referencias anteriormente citada est la elaboracin de dos historiaopuestas y puramente sesgadas y parcializadas, pues fu on escritas por quienes la vivieron, percontada desde de su acomodo, perspectiva y sentimiento; me refiero, por un lado, a la narraciplasmada por el mismo general Carlos Cortes Vargas76 , quien era el encargado de la ofensivmilitar y de defender los intereses de los empresarios y la multinacional, y por el otro lado, larealizadas por los dirigentes sindicales y lderes del movimiento obrero Alberto Castrilln77 Ignacio Torres Giraldo78 . La otra tergiversacin de lo ocurrido fue entre otra cosas por lo quGarca Mrquez escribi en la novela , quien sin querer hacerlo, logr qula gente creyera que lo que l deca en su novela era na verdadera historia, por eso no se puede

    confundir estos contextos, pues parafraseando a Alan Knight: 79 . Por ello, como lo dijo l

    investigadora social estadounidense Catherine Legrand su artculo el Conflicto de laBananeras, al historiador le compete explicar lo que sucedi en dicha huelga. 80 Por esconsideramos que esta tarea an est inconclusa81 y despus de ms ocho dcadas que ocurrierolos hechos de la matanza, ya sin hroes o villanos, po emos decir que hay un mejoentendimiento sobre lo que aconteci el 6 de diciembre de 1928 en Cinaga (Magdalena).

    Ingres 10 de septiembre de 2009Aceptado 13 de noviembre de 2010

    75Legrand,Catherine, ob.cit.76 VargasCorts,Germn,

    Imprenta La Luz, Bogot, 1929.77 Castrilln, Alberto, , Tupac Amar, Bogot,1974.78 TorresGiraldo, Ignacio, , Letras del Pueblo, Bogot,1973.79 Knight, Alan, What Price The Past. An Inaugure Lecture Delivered be ore The University Of Oxford on 1

    Novembe r 1993, Oxford ,1994, p. 32. Tomado de Eduardo Posada Carb,La novela como historia: Cien aos d

    soledad y la matanza de las bananeras, enBanco de la Repblica, Fondo Editorial Universidad EAFIT, Medelln, 2003 ,p. 253.80Legrand, Catherine, ob.cit., p. 183.81 Gabriel Fonnegra a este silencio lo denomin como un s rome poltico, que an est vivo para cubrir lointereses partidistas de los conservadores, que eran los que dominaban las esferas del Estado para ese ent eFonnegra, Gabriel, Tercer Mundo Editores, Bogot, 1980, 1 edicin; BogotCrculo de Lectores, 1987, 2 edicin No hay que olvidar que la Hegemona Conservadora en Colombia comenz e1886 y termin el 9 de febrero de 1930 cuando el liberal Enrique Olaya Herrera ganaba la presidencia, derrotando un partido poltico agobiado y cargado de trgicas dec siones. Para comprender mejor las condiciones y decisione

    polticas en Colombia durante el periodo que dur la H gemona Conservadora, ver el trabajo de Posada CarbEduardo, Limits Of Power: Elections Unders the Conservative Heg mony, 1886-1930, en

    , 77:2, (mayo de 1997), pp. 245-279. En ese mismo sentido ver e l traba jo de Melo,Jorge OrlandLa Repblica Conservadora (1880-1930) , en Siglo XXI Editores, Bogot, 5. Edicin,pp. 52-102

    Cien Aos de Soledad

    Las narrativas histricas no soequivalentes a los textos de ficcin; pertenecen a gn distintos

    Los Sucesos de las Bananeras . Historia de los acontecimientos que se desarro llaron en

    Zona Bananera de l Magdalena 13 de Noviembre de 1928 al 15 de marzo de 1929 ,

    120 das bajo e l terror militar

    La Cuestin S indical en Colombia

    Desafo de las ideas. Ensayo de historia intelectual y poltica eColombia,

    Bananeras, un testimonio vivo,

    .

    Hispanic America

    Historical Review

    Colombia Hoy,

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