Hoja dominical n 3519 · XX Domingo del tiempo ordinario Lectura del libro de Isaías (56,1.6-7)...

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hoja dominical Arzobispado de Tarragona www.arqtgn.cat n. 3.519 a los 4 vientos ..... La familia, el libro de los hijos S an Agusn dijo: «El ejemplo de los padres es el libro que leen los hijos.» Me ha parecido un buen modo de comenzar esta reflexión sobre la importancia de la familia, primera célula de la sociedad, anterior al estado y a la Iglesia, instución natural querida por Dios desde Adán y Eva, como recoge el Génesis al decir: «No es bueno que el hombre esté solo.» La familia ha gozado durante muchos siglos de protección especial del estado precisamente por ser núcleo en torno al cual se forma la sociedad. La Iglesia la considera tular de derechos propios originarios, comunidad de amor en la que se experimenta la sociabilidad humana. En la que los padres y los hijos ven crecer sus vidas en un clima de afecto natural. La Doctrina Social de la Iglesia afirma que «la familia es la mejor garana contra toda tendencia de po individualista o colecvista, porque en ella la persona es siempre el centro de la atención en cuanto fin y nunca como medio». En efecto, la familia es aquella comunidad en la que uno es amado por ser quien es. Pese a que estos criterios han sido aceptados durante muchos siglos en todas las latudes, desde hace unas décadas se ha puesto en cuesón la familia desde su misma nomenclatura, llamando «familia tradicional» a la formada por un hombre y una mujer y sus hijos, en oposición implícita a una familia moderna alternava que se define más como una asociación. La generalización del divorcio y de la infidelidad conyugal se ven como fruto inevitable de la época. El Papa Francisco lo † Jaume Pujol Balcells Arzobispo metropolitano de Tarragona y primado 20 de agosto de 2017 XX Domingo del empo ordinario reconoció en mayo de 2014 cuando dijo a los periodistas: «Los jóvenes ya no quieren casarse, o prefieren simplemente vivir juntos; el matrimonio está en crisis y por ello la familia también.» Frente a ello el Family World Map, que mide la salud de la instución familiar en 49 países, muestra que el matrimonio es la mejor garana de que los hijos se críen con los dos padres y que reciban la mejor educación que les sirva para la vida. Goethe escribió: «Dos cosas deben recibir los niños de sus padres: raíces y alas.» La educación consiste en esta transmisión de valores que empuja al niño hacia el futuro. La familia crisana, aún con estos criterios sólidos, no debe rechazar, sino comprender y amar a quienes viven de otra forma, sin juzgarles; por el contrario, ayudándoles con gestos de acogida y con el ejemplo discreto de una vida construida con el pegamento indestrucble del amor a Dios. La familia es aquella comunidad en la que uno es amado por ser quien es Enfoca el código QR y accede al video «A los Cuatro Vientos»

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hojadominicalArzobispado de Tarragona www.arqtgn.cat n. 3.519

a los 4 vientos.....La familia, el libro de los hijos

San Agustín dijo: «El ejemplo de los padres es el libro que leen los hijos.» Me ha parecido

un buen modo de comenzar esta reflexión sobre la importancia de la familia, primera célula de la sociedad, anterior al estado y a la Iglesia, institución natural querida por Dios desde Adán y Eva, como recoge el Génesis al decir: «No es bueno que el hombre esté solo.»

La familia ha gozado durante muchos siglos de protección especial del estado precisamente por ser núcleo en torno al cual se forma la sociedad. La Iglesia la considera titular de derechos propios originarios, comunidad de amor en la que se experimenta la sociabilidad humana. En la que los padres y los hijos ven crecer sus vidas en un clima de afecto natural.

La Doctrina Social de la Iglesia afirma que «la familia es la mejor garantía contra toda tendencia de tipo individualista o colectivista, porque en ella la persona es siempre el centro de la atención en cuanto fin y nunca como medio». En efecto, la familia es aquella comunidad en la que uno es amado por ser quien es.

Pese a que estos criterios han sido aceptados durante muchos siglos en todas las latitudes, desde hace unas décadas se ha puesto en cuestión la familia desde su misma nomenclatura, llamando «familia tradicional» a la formada por un hombre y una mujer y sus hijos, en oposición implícita a una familia moderna alternativa que se define más como una asociación.

La generalización del divorcio y de la infidelidad conyugal se ven como fruto inevitable de la época. El Papa Francisco lo

† Jaume Pujol BalcellsArzobispo metropolitano de Tarragona y primado

20 de agosto de 2017 XX Domingo del tiempo ordinario

reconoció en mayo de 2014 cuando dijo a los periodistas: «Los jóvenes ya no quieren casarse, o prefieren simplemente vivir juntos; el matrimonio está en crisis y por ello la familia también.»

Frente a ello el Family World Map, que mide la salud de la institución familiar en 49 países, muestra que el matrimonio es la mejor garantía de que los hijos se críen con los dos padres y que reciban la mejor educación que les sirva para la vida. Goethe escribió: «Dos cosas deben recibir los niños de sus padres: raíces y alas.» La educación consiste en esta transmisión de valores que empuja al niño hacia el futuro.

La familia cristiana, aún con estos criterios sólidos, no debe rechazar, sino comprender y amar a quienes viven de otra forma, sin juzgarles; por el contrario, ayudándoles con gestos de acogida y con el ejemplo discreto de una vida construida con el pegamento indestructible del amor a Dios.

La familia es aquella comunidad en la que uno es amado por ser quien es‘

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Edita: Arzobispado de Tarragona · Redacción y administración: Pla de Palau, 2 - 43003 Tarragona Directora: Anna Robert · Consejo de redacción: Mn. Joaquim Fortuny, Mn. Francisco Giménez y Santi Grimau Secretaria: Montse Sabaté ·Teléfono: 977 233 412 · Web: www.arqtgn.cat · E-mail: [email protected] Imprime: Torrell S.A. · D.L.: T-519-01

Ciclo A Liturgia de las Horas: Semana IV

Domingo, 20: XX Domingo del tiempo ordinario [Is 56, 1.6-7; Salmo 66, 2-3.5.6 y 8; Rom 11,13-15.29-32; Mt 15, 21-28 (LE/LH propias)]

Lunes, 21: San Pío X, papa (MO) [Jue 2, 11-19; Salmo 105, 34-35.36-37.39-40.43ab y 44; Mt 19,16-22]

Martes, 22: Bienaventurada Virgen María Reina (MO) [Jue 6, 11-24a; Salmo 84, 9.11-12.13-14; Mt 19, 23-30]

Miércoles, 23: [Jue 9, 6-15; Salmo 20, 2-3.4-5.6-7; Mt 20, 1-16] Santa Rosa de Lima, virgen (ML)

Jueves, 24: San Bartolomé, apóstol (F) [Ap 21, 9b-14; Salmo 144, 10-11.12-13ab.17-18; Jn 1, 45-51 (LE/LH propias)]

Viernes, 25: [Rut 1,1.3-6.14b-16.22; Salmo 145, 5-6.7.8-9.9bc-10; Mt 22,34-40] San José de Calasanz, presbítero (ML); o bien: San Luis de Francia (ML)

Sábado, 26: Santa Teresa de Jesús Jornet e Ibars, virgen (MO) [Rut 2,1-3.8-11; 4, 13-17; Salmo 127, 1-2.3.5; Mt 23,1-12]

Domingo, 27: XXI Domingo del tiempo ordinario [Is 22, 19-23; Salmo 137, 1-2a.2bc-3.6 y 8bc; Rom 11, 33-36; Mt 16, 13-20 (LE/LH propias)]

LecturasXX Domingo del tiempo ordinario

Lectura del libro de Isaías (56,1.6-7)

Esto dice el Señor: «Observad el derecho, practicad la justicia, porque mi salvación está por llegar, y mi justicia se va a manifestar. A los extranjeros que se han unido al Señor para servirlo, para amar el nombre del Señor y ser sus servidores, que observan el sábado sin profanarlo y mantienen mi alianza, los traeré a mi monte santo, los llenaré de júbilo en mi casa de oración; sus holocaustos y sacrificios serán aceptables sobre mi altar; porque mi casa es casa de oración, y así la llamarán todos los pueblos».

Salmo responsorial [Sal 66, 2-3.5.6 y 8 (R.:4)]

Que Dios tenga piedad y nos bendiga, ilumine su rostro sobre nosotros; conozca la tierra tus caminos, todos los pueblos tu salvación.

R. Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

Que canten de alegría las naciones, porque riges el mundo con justiciay gobiernas las naciones de la tierra. R.

Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben. Que Dios nos bendiga; que le temantodos los confines de la tierra. R.

Liturgia de la semana

Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos (11,13-15.29-32)

Hermanos: A vosotros, gentiles, os digo: siendo como soy apóstol de los gentiles, haré honor a mi ministerio, por ver si doy celos a los de mi raza y salvo a algunos de ellos. Pues si su rechazo es reconciliación del mundo, ¿qué no será su reintegración sino volver desde la muerte a la vida? Pues los dones y la llamada de Dios son irrevocables. En efecto, así como vosotros, en otro tiempo, desobedecisteis a Dios, pero ahora habéis obtenido misericordia por la desobediencia de ellos, así también estos han desobedecido ahora con ocasión de la misericordia que se os ha otorgado a vosotros, para que también ellos alcancen ahora misericordia. Pues Dios nos encerró a todos en desobediencia, para tener misericordia de todos.

Lectura del santo Evangelio según san Mateo (15, 21-28)

En aquel tiempo, Jesús salió y se retiró a la región de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: «Ten compasión de mí, Señor Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo». Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: «Atiéndela, que viene detrás gritando». Él les contestó: «Sólo he sido enviado a las ovejas descarriadas de Israel». Ella se acercó y se postró ante él diciendo: «Señor, ayúdame». Él

Lo que salva es la fe, con independencia de raza, pueblo o nación. Así aparece ya en el Antiguo Testamento, cuando Isaías anuncia que Dios traerá

a los extranjeros a su monte santo, porque su casa es casa de oración y así la llamarán todos los pueblos (1a lect.). El salmo responsorial va en la misma línea del mensaje universal de salvación: «Oh, Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben». Y la segunda lectura relaciona la conversión de los gentiles con la esperanza de la conversión de Israel a Jesucristo. En el Evangelio, Jesús ensalza la fe de una mujer cananea, por tanto, gentil, y cura a su hija. Desde aquí tenemos que renovar nuestro compromiso misionero.

le contestó: «No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos». Pero ella repuso: «Tienes razón, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de los amos». Jesús le respondió: «Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas». En aquel momento quedó curada su hija.