El Narcotráfico en Colombia. Pioneros y Capos

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    El narcotrfico en Colombia. Pioneros y capos*

    Adolfo Len Atehorta CruzDiana Marcela Rojas Rivera***

    ResumenEl contenido del presente artculo cubre las primeras dcadas del trfico ilcitode drogas emprendido desde Colombia hacia Estados Unidos. Su singularidadestriba en el anlisis de los mecanismos empleados por los actores en examen(los pioneros y los grandes capos), para responder a los desafos planteadospor su actividad ilcita y a la persecucin en contra de ella.

    Palabras clave:Narcotrfico, Historia del narcotrfico, Capos del narcotrfico en Colombia,Pablo Escobar, Rodrguez Orejuela, Narcoterrorismo, Cartel de Cali, Cartel de

    Medelln.

    AbstractThe present article comprises the first few decades of illegal drugtrafficking from Colombia to the USA, featuring a unique analysis of thetactics employed by the subjects involved (from pioneers to prominentdrug lords) in dealing with the challenges of their illegal activitiesand the chasing brought upon them.

    El trfico ilcito de drogas no es un asunto reciente en la historia de Colombia ylos pases andinos. Se sabe, como verdad de apuo, que el cultivo de lacoca registra su existencia desde la cultura indgena en tiemposprecolombinos. Hallazgos arqueolgicos, cronistas de indias e investigadorescontemporneos, coinciden al ubicar su presencia y uso en antiguos hayales 1(Friede, 1944, p. 210), en tempranas pocas aymar, o en valles y selvas deyungas preincaicas en Per y Bolivia2 (De Matienzo, 1978; Murra, 1978), ascomo su mambeo o masticado por atvicas tribus andinas. Su carcter legal ysu comercio fue materia de discusin entre clrigos y colonizadores hasta queel pragmatismo se impuso en las mitas y centros de explotacin minera (Polode Ondegardo, 1990), o hasta cuando se le fij tributo en las audienciasvirreinales.

    *Artculo tipo 2: de reflexin, segn clasificacin de COLCIENCIAS. Hace parte del proyecto de

    investigacin "Relaciones Estados Unidos - Colombia en las ltimas dcadas del siglo XX", con la

    participacin del Grupo de Investigacin en Relaciones Internacionales del IEPRI y el Grupo de

    Investigacin Fuerzas Armadas y Relaciones Internacionales Universidad Javeriana-Universidad

    Pedaggica Nacional.Profesor Titular Departamento de Ciencias Sociales Universidad Pedaggica Nacional

    [email protected]***

    Profesora asociada, Investigadora y docente del Instituto de Estudios Polticos y Relaciones

    Internacionales de la Universidad Nacional de Colombia ([email protected] Juan Friede, poco despus de la conquista se conservaban an ciertos hayales o cocales en el

    trayecto de Vlez a Santa Fe de Bogot.2Juan De Matienzo, por ejemplo, menciona su consumo en nobles, sacerdotes y yaravecs incas.

    Jhon Murra seala zonas dedicadas al cultivo entre incas, grupos camayos y mitimaes.

    https://swebse06.univalle.edu.co/correo/src/compose.php?send_to=dianamarcelarojasr%40gmail.comhttps://swebse06.univalle.edu.co/correo/src/compose.php?send_to=dianamarcelarojasr%40gmail.com
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    Sin embargo, el presente artculo no pretende referirse a esa parte tan antiguade la historia de las drogas en el continente americano. Como se advirti en elresumen, su temtica se ubica en las primeras dcadas del trfico ilcito dedrogas desde Colombia hacia Estados Unidos y, en particular, analizar losmecanismos empleados por los actores en examen para responder a los

    desafos planteados por su actividad ilcita y a la persecucin en contra de ella.

    En este sentido, consideraremos el contexto en la aparicin de la generacininicial de narcotraficantes; sus sucesores, los llamados "carteles de la cocana",e identificaremos los elementos que hicieron posible la configuracin de estasorganizaciones relativamente estructuradas, centralizadas y reconocibles,capaces de ejercer un control casi total en las distintas etapas del negocio. Deigual manera, intentaremos una caracterizacin de tales carteles a travs dediversos aspectos como el origen social de sus integrantes, la estrategiaempresarial desplegada, la relacin con las autoridades y el mundo poltico, ascomo las estrategias de control y mantenimiento del negocio.

    1. El motor del trfico. Estados Unidos: mea culpa

    La Guerra de Indochina se inici con el levantamiento del Viet Minh tras laSegunda Guerra Mundial. Aunque Francia intent retener la joya del imperiocon sus riquezas de caucho, arroz y opio, el apoyo que la triunfante China deMao Tse-Tung brind a las fuerzas de Vo Nguyen Giap y Ho Chi Minhimposibilit su propsito. Las aspiraciones coloniales cayeron en 1954 yFrancia reconoci la soberana de Vietnam en dos Estados, seguida por lacelebracin de un referndum donde los vietnamitas decidieran su reunificacino su separacin definitiva.

    Los nacionalistas del sur optaron por asestar un golpe de estado al principalaliado de la potencia europea, el emperador Bao Dai, e iniciaron con el msdecidido apoyo norteamericano la Segunda Guerra de Indochina, ms conocidacomo Guerra de Vietnam. Bao era el ms grande productor y comerciante deopio asitico y quienes lo destronaron, Ngo Dinh Diem y Van Minh, heredarontodo su poder, incluida la riqueza sobre el opio.

    A instancias de la CIA, los hombres de Diem empezaron a utilizar avionesnorteamericanos para transportar armas y suministros en apoyo a las fuerzas del

    Kuomintang que resistan contra Mao y luchaban contra la guerrilla comunista enLaos. Las operaciones de regreso se utilizaron para cargar las aeronaves conopio, a la vista de todo el mundo, para financiar la naciente guerra en Laos yCamboya. Las compaas areas, establecidas por la CIA, fueron popularmentebautizadas como "Air Opium".

    En medio del terror y de la corrupcin, Diem soport la lenta construccin de unmovimiento de liberacin inspirado en la guerra de guerrillas: el Vietcong. Losmonjes budistas, aterrorizados por la descomposicin e incompetencia delrgimen, fueron los mejores propagandistas de la oposicin: se quemaban vivosen protesta por la represin e inmoralidad del gobierno que Estados Unidos

    sostena.

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    Consciente del problema, John F. Kennedy aprob, poco antes de su muerte en1963, detener los vuelos del opio y derrocar a Diem con un aliado militar budista,Nguyen Van Thieu, quien se neg despus a abandonar el lucrativo negocio. Porel contrario, un ao ms tarde, Hong Kong empez a vender enormes cantidadesde qumicos a Saign: agentes del nuevo gobierno transformaban el opio en

    herona para el comercio internacional.

    El radical viraje fue aceptado a regaadientes por los americanos. Funcionariosde la embajada recibieron instrucciones de "no mezclarse" en cuestin tanespecial y dedicarse, ms bien, a implantar la explotacin del tungsteno y elestao. Perseguir la herona implicaba enfrentar a sus aliados y, en plena GuerraFra, bajo el peligro del efecto domin, cualquier cosa era preferible a unrgimen comunista en el sur de Asia. Podran seguir Malasia, Indonesia oFilipinas3(Mc Coy, 2003).

    No obstante, fueron los soldados quienes empezaron a implicarse en el problema

    como consumidores y, de paso, a perder la guerra contra el Vietcong. EstadosUnidos pas de asesorar la guerra a dirigirla e intervenir en forma directa pordecisin de Lyndon Johnson (Beschilos, 1997). Pero ningn ejrcito del mundopoda apuntalar a un gobierno corrupto hasta la mdula, con un servicio secretoque funcionaba como hampa organizada de narcotraficantes y un puebloindignado por los bombardeos con napalm, el agente naranja y la crecienteintromisin extranjera.

    A finales de 1965, Estados Unidos posea ms de 100.000 efectivos enVietnam y destinaba 1.000 millones de dlares adicionales como ayuda. Sinembargo, la guerra no se defina. Se convirti, por el contrario, en un conflictoprolongado con golpes sorpresa, emboscadas y asaltos inesperados quedestruyeron la tranquilidad, el nimo y la psicologa de los soldados. El paso ala drogadiccin, por la herona y la marihuana fundamentalmente, fue apenasun complemento necesario para soportar los peligros y el carcter de la guerra(Largo, 2002).

    La respuesta del ejrcito norteamericano frente al fenmeno no fue tampoco lams adecuada. En un principio intent rotar a los oficiales en perodos de seismeses para dotarlos al mismo tiempo de experiencia y obtener mayor controlsobre sus tropas. Pero el efecto fue adverso: oficiales bisoos perdieron su

    ascendencia en los soldados y murieron en sus manos. El Pentgono no logrcomprender a su propia gente y menos an al enemigo y el tipo de guerra queenfrentaba4.

    La necesidad de incrementar el presupuesto y el personal destinado a Vietnamcreci con el nmero de cadveres procedentes del sureste asitico. De 4.000soldados norteamericanos asignados a Vietnam en 1962, se pas a casi500.000 en 1967 (Crnica de la guerra de Vietnam, 1988). Entonces, laoposicin interna frente a los resultados no se hizo esperar. El ex ministro de

    3 Una importante investigacin del profesor de historia de la Universidad de Wisconsin-Madison, Mc

    COY, Alfred, da cuenta de la participacin de la CIA en el trfico internacional de herona.4 Una completa coleccin de documentos oficiales sobre la Guerra de Vietnam puede consultarse en:

    http://www.mtholyoke.edu/acad/intrel/vietnam.htm

    http://www.mtholyoke.edu/acad/intrel/vietnam.htmhttp://www.mtholyoke.edu/acad/intrel/vietnam.htm
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    defensa de Kennedy, Robert McNamara, fue uno de los primeros hombrespblicos en expresar sus dudas frente a la guerra. Segn su criterio, lainiciativa estaba a merced de los comunistas y eran ellos quienes elegan lasbajas a sufrir o a infringir en sus oponentes: mantendrn sus prdidas a unnivel lo suficientemente bajo como para poder aguantar indefinidamente; pero

    lo suficientemente alto para tentarnos a aumentar nuestras fuerzas hasta elextremo de que la opinin pblica norteamericana rechace la guerra5.

    La llamada Ofensiva del Tet, con la toma de 38 de las 52 capitales de Vietnamdel Sur y el asalto a la propia embajada americana en Saign, quebr lacampaa de ilusiones estadounidenses y colaps la moral y disciplina de latropa (Breve historia del Partido de los Trabajadores, 1974). En 1968 el sesentapor ciento de los soldados en Vietnam consuma marihuana y un porcentajesuplementario, herona. Hombres armados y drogados empezaron a atacar enforma indiscriminada a la poblacin civil. El Teniente Calley, enjuiciado por lahorrible matanza de My Lai, confes su obstinada adiccin a las drogas6

    (Grinspoon, 1971; Camacho, 1988). La misma polica vietnamita les venda dosiscon graciosas marcas: "Doble U-O" Y "Tiger and Globe". Siempre se dijo questa ltima era producida con participacin militar en las instalaciones de unafbrica de pepsi-cola que nunca produjo una sola botella de la gaseosa. Pero,adems de ello y como sucedi en Corea, el enemigo vietnamita se las ingenitambin para afectar a las tropas norteamericanas y proveerlas en exceso dedroga. Las cantidades eran incluso suficientes para una exportacin masiva: lasbolsas y atades con los cadveres de los soldados muertos en servicio,empezaron a traer herona a las ciudades norteamericanas.

    El ejrcito y la CIA, sin embargo, tomaron la decisin de no interferir aquella redde narcotraficantes. Una vez ms, el temor al efecto domin fue determinante.El dbil poder que protegan se vendra abajo perdiendo a Laos y a Camboya.Frente a los reclamos del Congreso, los militares restaron importancia al asuntocon el argumento adicional de que el consumo ayudaba a soportar las tensionesde la guerra. No falt el mdico que, con la misma lgica de los generales,aprobara el consumo. La preocupacin se redujo a impulsar la preferencia por lamarihuana frente a la herona y a forzar una estada de los soldados en basesamericanas europeas, antes de su repatriacin definitiva. La consecuencia, segnalgunos autores, fue peor. Por esta va, el comercio del hachs y la herona sepropag en Alemania (Bher, 1981). Frank Lucas, un mafioso de Harlem cuya vida

    y carrera fue llevada al cine bajo la direccin de Ridley Scott, slo fue capturado yprocesado en Nueva Jersey cuando la Guerra de Vietnam vislumbraba suocaso irremediable. Al fin y al cabo, las vctimas de su distribucin eran negrosde estratos bajos.

    Los bombardeos masivos e indiscriminados contra ciudades enteras comoHanoi, el uso de agentes qumicos contra la vegetacin y la poblacin, lasmasacres y crueldades de una guerra retransmitida por primera vez en losmedios de comunicacin, generaron rechazo en una juventud cuyos padres

    5Citado porhttp://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Vietnam.Consultada realizada el 22-03-2008.

    6Debe recordarse, no obstante, que la relacin de causalidad entre consumo de marihuana y conductacriminal no ha sido clara para la ciencia y que el argumento surgi en ocasiones para buscar rebaja en las

    penas o para condenar y aterrorizar al consumidor.

    http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_McNamarahttp://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Vietnamhttp://es.wikipedia.org/wiki/Guerra_de_Vietnamhttp://es.wikipedia.org/wiki/Robert_McNamara
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    haban vivido el sobresalto de Pearl Harbor y el horror de la Segunda GuerraMundial. Al lado de miles de soldados repatriados, la juventud estadounidenseopt tambin por la generalizacin del consumo como repudio a la guerra. Elmovimiento hippie fue una de las tendencias ms acogidas por una mocedadque odiaba la violencia, que tema ser enlistada, y que prefera abstraerse en el

    rock psicodlico, la revolucin sexual, la marihuana y el LSD. Iniciado enCalifornia, el movimiento se extendi hacia el este del pas y se convirti enpropulsor, sin proponrselo, de la marihuana de origen mexicano. El veranodel amor en 1967, fue el preludio del jams olvidado festival de Woodstocken1969.

    El hippismo, como en general los valores contraculturales de la llamadaGeneracin Beat, encarn el repudio a las estructuras de poder, a la guerra y alcapitalismo, que pronto empez a exigir marihuana y cocana al sur del ro Bravo.La impotencia frente a Vietnam busc en la droga la atenuacin de la rabia y eldolor. La rentabilidad que arrojaba el comercio de la droga impuls una mafia

    heredada del trfico de licor, de los juegos clandestinos y del dominio callejeroque, con races sicilianas, experiencia en Chicago y contactos con los recientesexiliados cubanos, busc en Mxico y luego en Colombia el producto necesariopara surtir su mercado.

    Saign cay en 1975 con un saldo final de 58.169 soldados norteamericanosmuertos, 304.000 heridos y 2.029 desaparecidos. Las amputaciones y secuelaspermanentes fueron tres veces superiores a las obtenidas por el mismo EstadosUnidos en la Segunda Guerra Mundial7. Aunque Richard Nixon fue reelegido bajola promesa de acabar con la drogadiccin, sta no se detuvo nunca. Paracombatirla, el estado form la Drug Enforcement Agency, DEA, con 200 millonesde dlares para "acciones encubiertas". No se destin un centavo para ayudateraputica al adicto ni, mucho menos, para una educacin preventiva dirigidahacia los jvenes. Un analista americano, Barrington Moore, explic la situacinen 1978 al sealar el espaldarazo que la represin brindaba al incremento de losprecios y a la utilidad de los traficantes. La corrupcin era sutilmente pagada porlas mafias del trfico, del lavado de dlares, de la venta de qumicos y armas, quetenan ciudadana norteamericana (Moore, 1989).

    2. Los pioneros

    Aunque el contexto anteriormente descrito facilit y exigi la participacin denuevos surtidos y mercados para el comercio ilcito de drogas, es necesarioprecisar esta hiptesis. La Guerra de Vietnam es, ante todo, un motor - inductorpara el consumo y trfico ilcito de drogas en Estados Unidos. No es causa nicani suficiente. Se convirti, simplemente, en el fenmeno que propuls unconsumo masivo de herona y marihuana que requiri de nuevos proveedorespara una red de trfico destinada a ampliarse.

    En Norteamrica, debe advertirse, exista con antelacin un importante mercadode herona que hered del mercado ilcito del whiski una organizacin contentculos internacionales bajo la direccin de Lucky Luciano, Meyer Lansky y

    7http://www.elmundo.es/internacional/vietnam/enlaces.html,consulta realizada el 24 de marzo de 2008.

    El total de soldados que sirvieron en Vietnam, segn la fuente, fue de 2.590.000.

    http://www.elmundo.es/internacional/vietnam/enlaces.htmlhttp://www.elmundo.es/internacional/vietnam/enlaces.html
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    Bugsy Siegel, sucedidos por Frank Costello. Si bien algunos autores hanencontrado vnculos de colombianos con dicho aparato, la proporcin de suparticipacin no parece determinante ni imprescindible (Arango y Child, 1981). Lamarihuana, igualmente, haba sido introducida por inmigrantes mexicanos hastaNueva Orlens y surta desde principios del siglo XX un reducido grupo de

    antillanos y negros amantes del blues y del jazz.

    La ampliacin del mercado de la marihuana, como consecuencia de la Guerra deVietnam y de los movimientos juveniles pacifistas, llev el producto colombiano alas calles norteamericanas por diversas vas. Algunas tan sencillas quesimplemente removieron un cultivo ancestral y desplazaron el producto en bruto yen pequeas cantidades aprovechando la ingenuidad aduanera de entonces.Otras fueron financiadas por norteamericanos y cumplieron a duras penas elpapel de empacadoras o exportadoras. Las ms grandes se abrieron pasoutilizando la red de contrabando existente y apoyada en la calidad de un productoque empez a conocerse sin ficciones. La marihuana Punto Rojo y la Santa

    Marta Gold se ganaron pronto el aprecio de los consumidores, por encima de lasvariedades mexicanas.

    Para algunos autores, voluntarios de los Cuerpos de Paz, enviados por laAlianza para el Progreso al inicio de los sesenta, se convirtieron en los mejorespropagandistas y socios para el impulso del producto y la configuracin del vastotejido traficante (Arango y Child, 1981). Familias antioqueas y costeasconstruyeron rutas marimberas que partieron del Golfo de Urab o de La Guajiracon toneladas prensadas de marihuana en barcos alquilados o incluso robados(Castillo, 1987). Surgieron, en la mayora de los casos, como simples mayoristasdesde Colombia, sin intervenir en las redes de distribucin norteamericana. A suactividad se unieron histricos buscadores de esmeraldas y contrabandistas queencontraron en la marihuana una mejor perspectiva para su enriquecimiento fcil.Poco despus, las ganancias permitieron mayor independencia y se utilizaronaviones que decolaban en horas nocturnas del aeropuerto samario SimnBolvar o de pistas clandestinas ubicadas en la costa atlntica.

    Otros autores nos ofrecen interesantes testimonios acerca de esta primera etapadel trfico de drogas entre Colombia y Estados Unidos. Un contrito traficantecubano, Luis Garca Kojak, narr su participacin en el negocio y mostr pordentro las incipientes organizaciones colombianas (Garca, 1989). Algunas

    crnicas esculpieron la increble imagen de los marimberos y sus hazaas porllevar la mota a los Estados sureos de la Unin (Cervantes, 1980). Otrassealaron con nombre propio, aunque sin mucho fundamento, a los principalesexportadores de marihuana: los Dvila Armenta y Dvila Jimeno, los LafaurieGonzlez, Yesid Palacios y Julio Caldern, entre otros (Castillo, 1987, p. 21 a23).Pero, ms all de toda evidencia, la guerra entre los marimberos o el histricoenfrentamiento entre las familias Crdenas y Valdeblnquez por la disputa delcomercio de la hierba y el contrabando en la Guajira, no pudo ser ignorado porlos registros de la prensa8.

    8Vase: La guerra de la marimba, enAlternativa, Bogot, nmero 210, abril 26 a mayo 3 de 1979.

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    El trfico ilegal de marihuana, sin embargo, no tuvo extensin en el tiempo. Hastamediados de los setenta, el principal exportador a los Estados Unidos era Mxico.Por la persecucin a los traficantes en este pas, que incluy fumigacionesmasivas con paraquat, y la suavidad del producto colombiano, la primaca setraslad a Colombia. Pero la bonanza fue flor de un da. Segn algunas fuentes,

    el consumo de marihuana en el pas del norte empez a descender a partir de1977, sustituido por la cocana. Al mismo tiempo, el consumidor empez a preferirlas variedades sin semilla, producidas en Jamaica o en el propio EstadosUnidos.

    A mediados de los noventas, Mxico fue de nuevo el principal exportador aEstados Unidos, hasta que la variedad domstica desplaz casi por completo alas importaciones (Tokatlian y Bagley, 1990). La variedad californiana alcanzuna mayor concentracin de tetrahidrocannabinoles (THC), que la hizo mspsicoactiva y apetecida en su propia clientela (Gmez, 1991). No obstante,gruesa parte de los dlares producidos por la bonanza marimbera fueron

    cambiados legalmente a travs de la llamada "ventanilla siniestra" del Banco dela Repblica, un mecanismo creado por el gobierno de Alfonso LpezMichelsen (1974-1978) que permiti la captacin de moneda extranjera sinningn tipo de preguntas. La baja tasa de cambio en el mercado negro influasobre la revaluacin del peso y perjudicaba a los exportadores. El Banco salien su ayuda.

    La incursin de la cocana en el mercado influy igualmente en el descenso de lamarihuana. Sus efectos parecan ms acordes con la agitacin de la poca y losejecutivos yuppies reforzaron la demanda. Para entonces, colombianosinmigrantes formaban parte de primitivas redes de distribucin con cubanos ylatinos en Miami o Nueva York y buscaban extender su influencia a otrasciudades norteamericanas. Sin embargo, no la fabricaban. La adquiran en Chile,en Bolivia o en Per.

    Jaime Caicedo, El Grillo, figura entre los primeros narcotraficantescolombianos. Ladrn de bicicletas, se involucr en el trfico de cocana enforma artesanal y con pequeos envos en vuelos comerciales bajo la miradaan inocente de las aduanas locales y gringas. La prosperidad del negocio locondujo a nexos con productores de Per y Bolivia y a mejorar el camuflaje desus remesas, cada vez mayores, con la participacin de distribuidores

    norteamericanos. Su historia inspir la pelcula El Rey, bajo la direccin deAntonio Dorado. Su muerte violenta simboliz tambin el inicio de lasconfrontaciones entre narcotraficantes.

    Benjamn Herrera Zuleta, el "Papa negro de la cocana" es, a su vez, elabuelo de Pablo Escobar y de Gilberto Rodrguez en el negocio. Detenido enAtlanta en 1973, se fug de la prisin y huy a Chile para reconstruir suactividad. Los contactos eran ptimos, la frontera con Per y Bolivia aportaba lamateria prima y los laboratorios podan camuflarse en el desierto salitroso o enla regin andina. Sin embargo, el golpe de Pinochet y su persecucin al trfico,lo obligaron a trasladarse a Lima en donde fue nuevamente detenido en 1975 y

    deportado a Estados Unidos. La libertad obtenida con fianza no lo alej de susexpectativas. Al contrario, estableci contactos con Martha Upegui de Uribe, la

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    "Reina de la Cocana" en Medelln, e inici en la actividad a los jvenes narcosde Cali.

    En 1978, Estados Unidos conoci el determinante influjo de la cocana en lasociedad de La Florida. Los jefes de la droga empezaron a disputar el comercio

    de su producto y la distribucin al por mayor en las grandes capitales. Miamifue testigo de una guerra que involucr a su polica corrupta y que dej ms deun centenar de asesinatos. Los intermediarios y traficantes del exilio cubanollevaron la peor parte y los colombianos se quedaron sin discusin con elreinado; integraron sus operaciones y captaron utilidades que, reinvertidas,permitieron expandir y dinamizar su produccin y exportacin. En 1976 la DEAcalculaba entre 14 y 19 las toneladas mtricas de cocana que entraron decontrabando a Estados Unidos (Tohatlin y Bagley, 1990, p.183). Tres aosms tarde, en 1979, el consumo abastecido se estimaba entre 25 y 31toneladas y sobrepasando las 50 toneladas en 1980. Los grandes caposformaban ya parte del trfico.

    3. Los Capos

    Pablo Escobar Gaviria (1951-1993), el ms conocido de los capos colombianosdel narcotrfico y jefe del llamado cartel de Medelln9, inici su carrera delictivacomo ladrn de autos, asaltante de bancos y contrabandista de cigarrillos.Algunos autores lo vinculan con el secuestro del industrial Diego EchavarraMisas en 1971, por cuyo hecho habra recibido el apelativo de DoctorEchavarra. Segn se sabe, sin embargo, el cautivo muri antes de que sufamilia pagara el rescate (Fogel, 1994).

    Al terminar la primera mitad de los aos setenta, Escobar ingres al negocio dela cocana con pequeas cantidades de droga que adquira en Ecuador yconduca personalmente hasta la ciudad de Medelln en caletas de viejoscamiones y automviles. La ruta hacia Estados Unidos sigui el camino delcontrabando. Primero, a travs de pequeas embarcaciones que zarpabandesde la costa norte de Colombia para hacer transbordo en alta mar sobrebarcos de gran calado, y luego, utilizando pequeas avionetas monomotor, queempezaron a salir desde las zonas selvticas y cenagosas prximas al roMagdalena (Caon, 1994; Strong, 1995; Escobar, 2000; Salazar, 2001;Legarda, 2005; Vallejo, 2007).

    Gonzalo Rodrguez Gacha (1947-1989), el ms destacado de los socios deEscobar, empez en las calles del bajo mundo en Bogot y se alquil al mejorpostor como pistolero de tiempo completo en la zona esmeraldfera de Boyac.

    9El trmino cartel fue introducido por la DEA a partir de 1982 a raz de una incautacin efectuada

    cerca a Cleveland. Desde entonces, el trmino fue utilizado por la justicia norteamericana para explicar

    las alianzas entre narcotraficantes y reunir en un solo proceso las diferentes investigaciones judiciales.

    Aunque el concepto se impuso con rapidez en la prensa y opinin pblica internacional, su alcance yprecisin distan de la realidad. Los llamados carteles no tuvieron nunca una expresin orgnica

    concreta, perenne y definida como el concepto parece indicar. Si la hubo, fue circunstancial, como lo fue

    tambin la consolidacin de las alianzas, los sistemas de colaboracin y la distribucin o participacin en

    las tareas impuestas por las distintas fases del negocio. Si bien en Cali y Medelln se concentr laactividad y poder de dos importantes sectores de narcotraficantes, en el resto del pas, e incluso en el

    norte del Valle, el narcotrfico funcion con base en la relativa autonoma de actores y organizaciones.

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    Casi analfabeta, se vincul al negocio de la droga poco antes de los aosochenta (Rincon, 1990; Guillen, 1993; Torres, 1995).

    Por su parte, los hermanos Gilberto y Miguel Rodrguez Orejuela conformaronlo que despus sera conocido como el Cartel de Cali. De Gilberto se dijo

    siempre que inici sus actividades ilcitas con una banda que, dirigida por JosSantacruz Londoo y apodada Los chemas, realiz el secuestro de dosciudadanos suizos: Hermann Buff, secretario de la embajada y Jos Stresale,hijo del cnsul de Suiza en Cali. No obstante, Fernando Rodrguez Mondragnadvierte que antes de ello fue contrabandista de tela y whisky, se vincul a lapiratera terrestre e invirti en pequeos negocios legales de droguera yfabricacin casera de jarabes (Rodrguez y Snchez, 2007, p. 73 - 76).

    Lo cierto es que, hacia 1975, Gilberto Rodrguez exportaba considerablescantidades de droga escondida en gruesos tablones de madera despachadosen forma legal desde el puerto de Buenaventura, sobre el Ocano Pacfico en

    Colombia, hasta diversas bodegas y empresas ficticias en Estados Unidos.Poco despus, los primeros embarques hacia Europa se enviaron ocultos enpiedras huecas de carbn mineral. Miguel Rodrguez Orejuela, supervisor devuelos en la aerolnea Avianca, dependiente de una droguera y estudianteprincipiante de derecho, abandon sus ocupaciones para seguir el ejemplo desu hermano Gilberto (Castillo, 1996; Torres y Sarmiento, 1998; Chaparro, 2005;Prez, 2005).

    Entre unos y otros, igualmente, hubo enormes diferencias. Gonzalo RodrguezGacha era casi analfabeta. Un episodio narrado por Pablo Escobar al periodistaGermn Castro Caicedo, descubre que Rodrguez Gacha no saba siquiera, aciencia cierta, quin era Gabriel Garca Mrquez, el ms grande escritor detodos los tiempos en Colombia. Mientras Pablo Escobar no culmin subachillerato, Miguel Rodrguez mostraba con orgullo su diploma de abogado. Sibien su tesis de grado no apareci nunca en los archivos de la bibliotecauniversitaria, es indudable que, por lo menos, asisti a algunas clases. GilbertoRodrguez, adems de bachiller, cit en su hoja de vida la aprobacin dediversos cursos empresariales en planeacin estratgica.

    Jorge Luis Ochoa Vsquez y sus hermanos Juan David y Fabio proceden, porel contrario, de una rancia familia aristocrtica y terrateniente de Antioquia. Los

    toros de lidia y los caballos de paso fueron siempre la predileccin de un padrealrededor del cual giraron las primeras inversiones de sus hijos. Aliados deEscobar y considerados miembros del Cartel de Medelln, los Ochoa dieronmuestra de una inteligencia singular aislndose en forma prudente de la guerraentre carteles, y negociando con el Estado Colombiano e incluso con EstadosUnidos, sin herir las susceptibilidades de sus socios (Rincn, 1987; Eddy, 1988;Ochoa, 1988).

    Pablo Escobar, Jorge Luis Ochoa, Jos Santacruz Londoo y GilbertoRodrguez Orejuela, captaron en el propio Estados Unidos lo que podra ser laprofesin ms lucrativa del mundo y de la poca. Testigos de las actividades

    adelantadas por Griselda Blanco, la primera dama del trfico ilegal demarihuana y drogas en Estados Unidos a principios de los aos setenta,

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    comprendieron que la cocana sera el producto del futuro. La diferencia delprecio de venta de la droga en Estados Unidos con el precio de su compra enColombia y Sur Amrica, era abismal. Todo era asunto de llevarla de un pas aotro, y a ello podran dedicarse con esmero.

    La personalidad de los capos se form en sus correspondientes escenarios. Enmuchos aspectos, Escobar expres su ancestro paisa (Salazar, 1994). Adiferencia de los capos de Cali, no abandon a su esposa por reinas de bellezani tuvo hijos por fuera del matrimonio. La relacin sostenida con Virginia Vallejofue tormentosa y no super nunca el nivel de amante sin lugar a propiedades niherederos (Vallejo, 2007). Se interes por los autos de carrera, otra forma dedesafiar el peligro. Exhiba con orgullo una fotografa suya con la Casa Blancaal fondo y otra con atuendos de la revolucin mexicana. Su adoracin era unviejo vehculo perforado con balas cuya propiedad original se atribua a lospistoleros de la mafia norteamericana.

    Rodrguez Gacha se aficion por los caballos. Entre todos los capos, obtuvo lams reconocida catadura de asesino. Su lado dbil fue el hijo que lo acompaen su muerte. El pas no tena noticia de l cuando el dirigente de la UninPatritica, Jaime Pardo Leal, lo denunci pblicamente como traficante dedrogas y jefe paramilitar. Rodrguez Gacha lo mand a matar de inmediato.

    Los Rodrguez Orejuela tuvieron, en cambio, cierto hlito ejecutivo. Se lesconsider hombres de negocio y se movieron con mayor libertad por losmbitos citadinos. Sus hijos, al igual que los hijos de Santacruz Londoo, seformaron en las mejores universidades privadas y algunos estudiaron en elexterior. Las relaciones de Gilberto Rodrguez con su hijo mayor, a juzgar por eltestimonio de este ltimo, no fueron las mejores (Rodrguez, 2007). A diferenciade Escobar, los capos de Cali no intentaron reclutar para su organizacin a losjvenes de estrato bajo, ni jugaron al paternalismo con las comunas pobres(Camacho, 1994).

    3.1 Las estrategias empresariales

    Sin duda, las diferencias de origen social y nivel de educacin se han dereflejar en la manera misma de manejar y desarrollar el negocio de la cocana.

    Luego de sus primeros xitos, Escobar se propuso hacer del trfico de drogasuna empresa abierta y participativa. Medelln conoci muy temprano laexistencia de un sistema identificado con el nombre de oficina. Consista enun centro de acopio al cual poda llegar cualquier persona con la cantidad decocana que quisiera. La oficinase encargaba de colocarla en las calles de lasgrandes ciudades de Estados Unidos por un precio que oscilaba entre 25 mil y45 mil dlares el kilo.

    El papel desempeado por Carlos Lehder Rivas, hijo de alemn y colombianade clase media, residente en Estados Unidos, fue fundamental para el progresode Escobar. Iniciado en el negocio de la cocana con pequeos transportes de

    droga camuflados en maletas personales, Lehder concibi la idea de un grancentro de traslado con base en una de las Islas Bahamas, Normans Cay, que

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    alquil como pista de aterrizaje y punto de entrada martimo hacia EstadosUnidos, para enormes cantidades de droga (Orozco, 1987; Eddy, 1988).

    Las grandes inversiones de Escobar sorprendieron a la opinin pblica. Una delas ms clebres fue el Zoolgico en la Hacienda Npoles: dos mil ejemplares y

    ms de cien especies exticas importadas de Australia, El Sahara, Canad,Europa, El Congo y Etiopa; y a la entrada, un significativo monumento: unaavioneta tipo Piper con matrcula HK 617-P que, para los colombianos mejorinformados y ms suspicaces, era la aeronave con la cual Escobar concluycon xito sus primeros grandes embarques de droga hacia Estados Unidos.

    No pocas obras convirtieron a Pablo Escobar en un autntico Robin Hood. Laboleta de ingreso al zoolgico, por ejemplo, era gratuita. El pueblo es el dueoy no se le puede cobrar al dueo, dijo Escobar a la prensa. Sin duda, laimagen paternalista lo ayudaba en la bsqueda de una legitimidad poltica: enun acto que superaba las posibilidades del Estado colombiano, el mismo

    Escobar entreg 400 viviendas a familias de escasos recursos (Krauthausen ySarmiento, 1991). Barrios enteros en las ciudades de Medelln y Envigado losealaron como benefactor. Sin embargo, al final de sus das no goz de lasmismas simpatas. Aunque nunca nadie se atrevi a delatarlo en su propiatierra y su tumba es una de las ms visitadas en Antioquia, Medelln no puedeocultar que respir profundo luego de su muerte.

    Las operaciones de traslado de la droga e inversin financiera de los RodrguezOrejuela tuvieron variables diferentes. No slo privilegiaron las empresas defachada y los envos camuflados en mercancas legales, sino tambin unarpida insercin en el mundo abierto del dinero. A travs de importantescadenas de firmas como Laboratorios Kressfor, Drogas La Rebaja, GrupoRadial Colombiano y Corporacin Financiera de Boyac, los hermanosRodrguez intentaron penetrar al mundo legal del capital como acaudaladosinversionistas.

    A mediados de los aos setenta, Gilberto Rodrguez se convirti en principalpropietario y miembro de la Junta Directiva del Banco de los Trabajadores,una institucin creada con donaciones iniciales de la Fundacin Interamericanapara la Unin de Trabajadores de Colombia, la agremiacin sindical obrera msimportante del pas en ese entonces.Con este aval, en 1978 inici la compra

    de acciones del First Interamericas Bankde Panam, que culmin en 1984con ms del 75 % del banco en su poder. A travs de un pacto de participacincon el muy reconocido Banco Cafetero de Panam, el First InteramericasBank utiliz las cuentas que el primero posea en las sucursales del IrvingTrust de Nueva York, para confundir el lavado de dlares con los enormesmovimientos de capital que las exportaciones de miles de sacos de cafproducan legalmente a Colombia. Dos dcadas ms tarde, el Departamentodel Tesoro Americano public la lista de un centenar de empresas cuyapropiedad se adjudicaba a los Rodrguez Orejuela. Entre ellas figuraba laadquisicin de la franquicia de Chrysler que, con el visto bueno de la Embajadade Estados Unidos en Bogot, hicieron en 1978 para ms de 40 almacenes de

    repuestos en todo el pas.

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    A Gonzalo Rodrguez Gacha se le seal, por el contrario, de introducir dlaresa Colombia en canecas de plstico que enterraba en su hacienda y que aveces extraa para distribuir en forma directa, billete tras billete, a sustrabajadores. La mayor parte de su riqueza la invirti en oro, joyas y tierra. Lalgica pre-industrial de Rodrguez Gacha, explicada en ocasiones por su

    ancestro rural pero tambin por las urgencias de sus guerras, as como lalgica paternalista y publicitaria de Escobar, difieren de las lgicas capitalistasde los Rodrguez, ms preocupados por ganar espacio y respeto en laeconoma legal. Unas y otra, sin duda, parecen dibujadas incluso en lasmaneras utilizadas para despachar drogas rumbo a Estados Unidos.

    3.2 La relacin con el mundo poltico

    Pablo Escobar se decidi por una participacin directa en la poltica. A travsde ella, buscaba quizs un reconocimiento social. Al igual que en el negocio,Escobar asuma siempre los asuntos importantes en forma personal y, adems,

    el fuero parlamentario ofreca una proteccin adicional frente a la extradicin.Fund, entonces, un movimiento al que denomin Medelln sin tugurios;construy viviendas, cre escuelas deportivas e ilumin canchas de ftbol ensectores marginados. En 1982 fue elegido Representante a la Cmara comosuplente de Jairo Ortega, un disidente del partido liberal en Antioquia. Sinembargo, el ms trascendente papel de Escobar como parlamentario, fueformar parte de la Comisin enviada por el Congreso de la Repblica paraacompaar el triunfo de Felipe Gonzlez y el PSOE en Espaa.

    Carlos Lehder, el gran transportista de Escobar, marc tambin un hito en lasrelaciones entre narcotrfico y poltica, al fundar su propio partido poltico, el"Movimiento Latino", cuya principal bandera consista en luchar contra laextradicin. Rodrguez Gacha intent una influencia poltica local a travs delgrupo Morena, impulsado por lderes liberales y paramilitares del Magdalenamedio financiados con dinero del capo. Pero, de acuerdo con reiteradostestimonios, confi mucho ms en la amenaza.

    Los mtodos de los Rodrguez fueron, por el contrario, ms discretos yeficaces. Sin participar directamente en poltica, para ellos result ms efectivocomprar el apoyo parlamentario y gubernamental con la financiacin de lascampaas electorales y el pago de todo tipo de servicios. Tal como se

    demostr mucho despus, los Rodrguez no bromeaban totalmente cuando sejactaban del poder suficiente para citar una convencin liberal o reunirquorum del Congreso. El Cartel de Cali opt, adems, por estableceralianzas con las elites regionales a travs de sus inversiones en la economalegal y la figuracin en los principales eventos sociales de la ciudad.

    Estas diferencias entre uno y otro cartel, llevaron a las autoridades a pensarque haba mafias de primera y de segunda categora. Mientras unos eranconsiderados "respetables empresarios" con los cuales se poda tratar, a pesarde la ilegalidad de su negocio, los otros, los miembros del Cartel de Medelln,eran considerados delincuentes arribistas y peligrosos, cuyo poder se basaba

    slo en la fuerza que poda comprar el dinero.

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    A Escobar, a Rodrguez Gacha, o incluso a Jos Santacruz Londoo, no losadmitieron en los altos clubes de las lites sociales. Santacruz hizo de su casauna rplica mejorada del club que le neg su ingreso. Los Rodrguez nosolicitaron su admisin. Fueron prudentes e ingresaron al alto mundo a travsdel dinero. Muchos cheques de algunas de las cuentas de los Rodrguez, se

    descubri despus, eran girados a la direccin de importantes compaasfinancieras, o a insospechadas cabezas del mundo econmico, poltico ydeportivo.

    3.3 La combinacin de las formas de lucha

    En su objetivo principal de control y mantenimiento del negocio del trfico ilcitode drogas, los carteles desarrollaron mltiples estrategias en las quecombinaron tanto las acciones econmicas, como las polticas y las militares.Contra el Tratado de Extradicin, firmado a principio de los aos ochenta entre

    Estados Unidos y Colombia para obtener la captura y traslado de uno a otropas de las personas solicitadas, los capos ofrecieron batalla en el campojurdico legal, pero emplearon tambin los mtodos terroristas y los intentos denegociacin con el Estado. La clebre frase e histrica prctica del PartidoComunista en Colombia, que justific la existencia de las FARC como su brazoarmado: la combinacin de todas las formas de lucha, bien puede aplicarse alas mafias del narcotrfico en Colombia10.

    Para las batallas jurdicas, los narcos contaron con la asesora y participacinde importantes ncleos de abogados. En Estados Unidos, algunos miembrosde oficinas de asistencia jurdica fueron acusados por supuesta complicidadcon los capos de Cali. Para el uso de la violencia, la obtencin del recurso fuediferente entre los carteles.

    El manejo de la violencia y del terror

    En efecto, Escobar construy un ejrcito de sicarios con base en los jvenes deestrato bajo. Contrat y entren a las bandas juveniles que surgan en lascomunas ms pauprrimas. Rodrguez Gacha hizo lo propio y acrecent susfilas con campesinos pobres. Los Rodrguez Orejuela, por el contrario,construyeron un cuerpo de seguridad basado en miembros retirados y

    corruptos de los aparatos de seguridad del Estado. Como se ver msadelante, compraron a los mercenarios que Rodrguez Gacha contrataba ycompraron finalmente a los lderes de los grupos paramilitares que conformaba.

    La primera incursin directa y pblica de los carteles, en materia de violencia,se suscit a raz del secuestro de Marta Nieves Ochoa Vsquez, hermana deJorge Luis, por parte de la organizacin guerrillera M-19, en 1981. Los capos

    10No obstante, tambin podra decirse que el recurso a la violencia constituye una caracterstica de los

    actores en un escenario institucional dbil. Cuando en los trminos de Weber, un Estado no reivindica con

    xito los monopolios de la ley, de la justicia y de la fuerza, los asociados asumen con facilidad los roles

    que corresponden a ese Estado, incluso para derrocarlo. As, la institucionalidad y la para-institucionalidad, son utilizadas en forma simultnea y con frecuencia por diversos actores de la sociedad

    en Colombia.

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    de la mafia coincidan en la defensa de sus intereses: si se pagaba un solosecuestro, los guerrilleros se apoderaran de todos sus ingresos a travs deeste medio. La decisin se dio a conocer con un nombre orgnico: el grupoMuerte A Secuestradores (MAS), cuyo boletn de fundacin cit el encuentrode 223 jefes de la mafia para hacer frente al secuestro: cada uno de ellos

    aportaba dos millones de pesos y diez de sus mejores hombres para ejecutar alos secuestradores (Villamizar, 1995).

    En slo quince das, las acciones del MAS fueron contundentes: captur msde 25 personas acusadas de pertenecer al M-19, y esclareci el hecho.Finalmente, logr la libertad de la secuestrada sin cancelar un centavo, yentreg algunos guerrilleros detenidos a las fuerzas de seguridad del Estado. Alargo plazo, los resultados del MAS fueron de otro orden. Enfrentados a unenemigo comn, narcotraficantes y miembros de las Fuerzas Armadas trazaronlneas de acercamiento indisolubles. Con el MAS, por supuesto, importantessectores de la Fuerza Pblica descubrieron que era posible realizar un trabajo

    suciomucho ms efectivo contra el movimiento guerrillero, sin comprometer laimagen de sus instituciones. Los narcos facilitaron la infraestructura y el dineroaunque, en forma temprana, algunos de ellos, como Rodrguez Gacha,empezaron a comprometerse de manera directa: descubrieron la importanciade la gran violencia. En realidad, la guerrilla no slo amenazaba su libertadpersonal y su riqueza; tambin surgan amenazas contra sus pistas,laboratorios y propiedades en las zonas de influencia guerrillera. Laorganizacin surgi como un mecanismo de defensa contra los enemigos delEstado y no contra este ltimo. As nacieron los grupos paramilitares enColombia y el uso de policas y soldados como recurso de violencia al serviciode narcotraficantes.

    El Narcoterrorismo

    Durante los primeros aos del gobierno de Belisario Betancur (1982-1986), losgolpes ms duros contra el narcotrfico fueron propinados por la destruccin degigantes laboratorios como Tranquilandia. La retaliacin de sus dueos,miembros todos del llamado Cartel de Medelln, comenz en el Congreso dela Repblica con una orquestada denuncia en contra del Ministro de Justicia,

    Rodrigo Lara Bonilla, a quien se acus sin xito de recibir dinero denarcotraficantes para fines electorales, y finalmente se asesin en abril de1984.

    La accin constituy el inicio de la guerra declarada por los capos de la drogaen contra del Estado y de la sociedad colombianos. El gobierno de Betancur, aquien se acus de haber abandonado a su Ministro, declar el estado de sitio,orden el embargo de bienes a los narcotraficantes, y someti los procesos pornarcotrfico a la justicia penal militar. No obstante, la medida ms importantefue el anuncio de que la extradicin sera aplicada, lo que se hizo en formaintermitente durante los dos aos siguientes.

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    El 15 de noviembre de 1986 se declar pblicamente la aparicin de LosExtraditables, en calidad de organizacin armada clandestina que preferauna tumba en Colombia a una crcel en Estados Unidos. Se trataba de ungrupo de narcotraficantes liderados por la gente del cartel de Medelln y porGonzalo Rodrguez Gacha, quienes lograron montar un aparato de terror

    dispuesto a enfrentar al Estado colombiano.

    Las acciones terroristas de los narcotraficantes se intensificaron. Al asesinatode policas, jueces, magistrados y periodistas, se sumaron mltiples atentadoscon explosivos. Se asesin al director del diario El Espectador, GuillermoCano; al dirigente de la Unin Patritica, una organizacin poltica legalimpulsada por las guerrillas de las FARC y el Partio Comunista, Jaime PardoLeal, y se atent contra el ex-ministro de justicia, Enrique Parejo, cuandodespachaba como embajador en Hungra. La presin a travs del secuestro seinici con el entonces candidato a la Alcalda de Bogot, Andrs Pastrana, ycon el procurador Carlos Mauro Hoyos, quien muri en la accin. La sucesin

    de acontecimientos fue larga y dolorosa. En ella cayeron el gobernador y elcomandante de polica de Antioquia hasta llegar, el 18 de agosto de 1989, alasesinato de Luis Carlos Galn, el ms importante candidato liberal a lapresidencia de la Repblica en ese momento.

    La reaccin del gobierno se hizo sentir con una serie de normas que pretendanhacerle frente al desafo narcoterrorista. Las medidas fueron encabezadas porla suspencin del artculo del Cdigo Penal que exiga aplicar un tratadointernacional para extraditar a un nacional colombiano. As, mediante decretode estado de sitio, se reactiv la extradicin por va administrativa y sinnecesidad del concepto previo de un rgano judicial. Se estableci la medidade compartir la responsabilidad de firmar las extradiciones entre variosministros, en vista del riesgo que corra el ministro de justicia en caso dehacerlo solo. En sntesis, se consagr la extradicin como instrumento principalde lucha contra los narcotraficantes.

    La guerra se agudiz con la destruccin de las instalaciones de El Espectadory de la sede del DAS, a cuyo cargo se encontraba la persecucin contra lamafia. Continu con bombas en el Hotel Hilton de Cartagena, el incendio afincas de notables de Medelln y con la explosin de un avin de la aerolneaAvianca en pleno vuelo (Aranguren, 2001)11.

    En medio de las bombas y de los continuos actos terroristas, muchoscolombianos comunes y corrientes, cansados de la violencia, empezaron amanifestar su acuerdo con la idea de que el gobierno llegara a unentendimiento con los capos.

    La lucha contra la extradicin: las batallas jurdicas

    11Al lado de las acciones de los narcos, los grupos paramilitares al mando de Fidel y Carlos Castao

    efectuaron acciones inicialmente adjudicadas a Escobar. Segn lo reconocieron despus, no pocas

    masacres, as como el asesinato de los candidatos presidenciales Carlos Pizarro, lder del M-19 que

    ingresaba a la actividad poltica legal tras un acuerdo con el gobierno, y de Bernardo Jaramillo, el nuevocandidato de la Unin Patritica, fueron ejecutadas bajo su responsabilidad.

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    Como se dijo atrs, los carteles en Colombia libraron de distintas maneras sulucha contra la extradicin. Gilberto Rodrguez Orejuela la protagoniz por vezprimera cuando fue detenido en Espaa en compaa de Jorge Luis Ochoa, aprincipios de los aos ochenta. El combate fue jurdico: para evitar que

    Rodrguez y Ochoa fueran enviados a Estados Unidos, los narcosdesempolvaron un viejo proceso judicial en contra de Ochoa y crearon otro encontra de Rodrguez. Esto ltimo sucedi en tiempo rcord. Un periodistaescribi una columna acusando de narcotraficante a Gilberto Rodrguez, y undiligente procurador la tom como fundamento para formular denuncia. Deinmediato, un juez abri investigacin y solicit la remisin del sindicado. Lajusticia espaola decidi el traslado de los detenidos a Colombia, por cuanto lasolicitud de un detenido por su pas de origen tena privilegio por sobre lasolicitud de cualquier otro. Aunque agentes de la DEA se presentaron comotestigos contra Gilberto Rodrguez, el Juez 11 Penal del Circuito de Cali loabsolvi de todo cargo y le concedi su libertad. Contra Ochoa, por su parte,

    recay una ligera condena que termin con una libertad irregular ante el peligrode ser extraditado a Estados Unidos.

    El combate jurdico prosigui con una demanda instaurada en contra deltratado de extradicin por supuestos vicios de inconstitucionalidad. La presinejercida sobre los magistrados de la Corte Suprema de Justicia se hizo cadavez mayor, no slo porque cada caso individual de extradicin dependa de suconcepto, sino porque la suerte misma del tratado se coloc en sus manos.Una de estas acciones judiciales fue presentada en julio de 1985 cuando sedemand, por irregular, el procedimiento de sancin y firma del tratado. Alaceptar los alegatos jurdicos, el 12 de diciembre de 1986 la Corte resolvideclarar inexequible la Ley 27 del 3 de noviembre de 1980, que elevaba alegislacin interna el tratado de extradicin, por no haber sido sancionada porel Presidente de la Repblica sino por el Designado a la Presidencia, quien notena esa funcin. El Presidente reaccion inmediatamente y volvi a sancionarel tratado como Ley 68 de 1986. El hecho sirvi para extraditar de inmediato aCarlos Lehder, capturado el 4 de febrero de 1987. Sin embargo, la nuevasancin del tratado fue demandada una vez ms ante la corte quien, seismeses despus, declar de nuevo la inconstitucionalidad.

    Como alternativa final, el gobierno interpret que el tratado estaba vigente,

    pues era un instrumento internacional que no haba perdido su fuerza jurdica yno haba sido denunciado ante quien se haba suscrito, pero que, por decisinde la Corte, era inaplicable en trminos prcticos. Todo un galimatas de cortemacondiano que generaba desconfianza y exasperacin en los funcionariosnorteamericanos12. Poco despus, ante la presin de Washington por el casode Rodrguez y Ochoa, el gobierno empez a observar la posibilidad deextraditar por va administrativa.

    Las negociaciones de los narcos con el Estado

    12La expresin hace alusin al realismo mgico presente en la obra de Gabriel Garca Mrquez.

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    El primer intento de negociacin entre los narcotraficantes y el Estadocolombiano fue motivado por la reaccin del presidente Belisario Betancur araz del asesinato del Ministro de Justicia, Rodrigo Lara Bonilla, en 1984. Laextradicin se hizo realidad y los extraditablesse apresuraron a buscar unanegociacin con el gobierno. La propuesta se present en Panam al

    Procurador General de la Nacin y al expresidente liberal Alfonso LpezMickelsen, en mayo de ese mismo ao. Jorge Luis Ochoa, Pablo Escobar yGonzalo Rodrguez Gacha, dijeron representar a cien de los principalesnarcotraficantes colombianos. Pidieron reformas al tratado de extradicin yexencin por los crmenes cometidos antes de tales reformas; ofrecieronentregar al Estado toda la infraestructura productiva de la droga, incluso rutas ylaboratorios, y abandonar por completo su negocio. Adems, hablaron decancelar la deuda externa de Colombia.

    Distintos sectores sociales y polticos rechazaron la propuesta. La embajadanorteamericana en Bogot y el Departamento de Estado en Washington,

    expresaron su negativa frente a la idea de negociar con traficantes. El gobiernode Betancur se manifest en igual sentido y declar nula la posibilidad decualquier entendimiento entre el gobierno y los narcos asistentes a la reuninde Panam.

    A partir de entonces, la lucha de los narcotraficantes contra la extradicintransit entre lo poltico y lo jurdico, tal como ha quedado expuesto en acpitesanteriores, hasta desembocar en el recurso al terrorismo. No obstante, a finalesdel gobierno de Virgilio Barco (1986-1990), diversas crnicas relatan laexistencia de una negociacin casi clandestina entre los narcotraficantes deMedelln, concretamente Pablo Escobar, y el secretario de la presidencia,Germn Montoya. Miembros de la familia de este ltimo fueron secuestrados yno pocos emisarios se acercaron al Palacio presidencial para intentarresultados. Finalmente, la crtica constante de importantes sectores de la vidanacional y la oposicin sistemtica del gobierno norteamericano, frustraroncualquier avance.

    As las cosas, al comenzar el gobierno de Csar Gaviria (1990-1994), variassituaciones eran claras. Las medidas antinarcticos de los ltimos aoscontinuaban sin afectar el nmero de hectreas cultivadas y la cantidad decocana exportada que, muy por el contrario, aumentaba. A su vez, el podero

    de los carteles, de su capacidad de corrupcin y de amenaza frente al Estado,prosegua inclume. La inversin en procedimientos militares, la creacin deorganismos de seguridad dedicados en forma exclusiva a la bsqueda de losgrandes capos, an con la propia colaboracin norteamericana, no arrojabaresultados. El narcoterrorismo cobraba deudas con vidas y el secuestro denotables se perfilaba como arma clave para presionar acuerdos.

    En este momento, el anuncio de una poltica de sometimiento cont con unamplio respaldo interno. Distintos sectores polticos y econmicos se inclinarona favor de modificar la estrategia de confrontacin sostenida por gobiernosanteriores y apoyar, por el contrario, la negociacin y entrega de los

    traficantes.

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    La presin constante de atentados terroristas y el secuestro de hijos de la elitecolombiana, facilitaron y fortalecieron las propuestas negociadoras. Aunque elmismo trmino negociacin suscite polmica entre diversos autores, lociertoes que el secuestro y asesinato de Diana Turbay Quintero -luego de un penososecuestro-, unido al plagio de personajes como Francisco Santos y de Maruja

    Pachn, entre otros, pesaron sobre las negociaciones que sin duda adelantabael gobierno al ms alto nivel (Garca M., 1996; Pardo, 1996)13. As, la poltica desometimiento a la justicia se consagr en varios decretos orientados aestimular y asegurar la entrega de los narcotraficantes a la justicia, la reduccinde penas por confesin de delitos, y la garanta de no-extradicin. Esta fue larespuesta del Estado a la presin de los narcotraficantes y a la demanda de lasociedad por detener la violencia.

    Finalmente, la realizacin de la Asamblea Constituyente (1991) se convirti enotro escenario de negociacin implcita. Una decisin de la Corte Supremaestableci que la Constituyente no tena limitacin alguna en sus temticas.

    Esto significaba que tanto la extradicin, cmo el indulto o amnista paranarcotraficantes, guerrilleros o paramilitares, eran temas susceptibles dediscusin en la Asamblea.

    A pesar de los esfuerzos y de las declaraciones reiteradas del presidenteGaviria en contra de la prohibicin de la extradicin por parte de la Asamblea,el gobierno tuvo que ceder ante las posturas de la Constituyente. La extradicinse cay en la Carta Magna y el gobierno perdi un eficaz instrumento paracastigar a los narcotraficantes.

    El 19 Junio de 1991, Pablo Escobar se entreg a las autoridades. Ese mismoda, la sesin plenaria de la Asamblea Constituyente vot el artculo 35 de lanueva Constitucin, que prohiba la extradicin de colombianos por nacimiento.

    Las otras guerras

    A raz de la lucha contra la extradicin, la oficina de Pablo Escobar se convirtien epicentro de violencia en la segunda mitad de los aos ochenta. Quienesintentaron separarse del sistema, trabajar por su cuenta, o simplementerenunciar al tipo de guerra que Escobar planteaba contra la extradicin, fueronsecuestrados para exigir el pago de cuantiosas sumas y/o sentenciados a

    muerte. Tan slo el Clan de los Ochoa pudo mantener cierta distancia yneutralidad, aunque alguno de sus miembros fue secuestrado y asesinado porla oficina. Al fin y al cabo, los Ochoa eran pieza bsica en una importanteoperacin que sera conocida, mucho despus, como el caso Irn-contras:

    13Diana Turbay Quintero, directora de un Noticiero de Televisin, era hija del ex-presidente Julio Csar

    Turbay. Muri cuando un comando de la Polica intent su rescate. Francisco Santos, es hijo de

    Hernando Santos, fallecido propietario del primer diario del pas, El Tiempo; su abuelo fue presidente

    de la repblica (1938-1942) y l es hoy vicepresidente de Colombia. Maruja Pachn, esposa de uncongresista, era cuada de Luis Carlos Galn, el lder liberal y candidato a la presidencia, asesinado en

    agosto de 1989. Aunque autores como Rafael Pardo o incluso Gabriel Garca Mrquez no mencionan en

    sus obras una negociacin expresa entre el gobierno y los extraditables, el propio Csar Gaviria

    permite entreverla al afirmar que, "sin duda, el secuestro de personas tan importantes preocupaba algobierno e influy en la poltica de sometimiento". (Entrevista concedida a los autores en Washington,

    mayo de 1999).

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    una extensa red para trfico de narcticos a cambio de armas para la contranicaragense y dinero para la oposicin iran, en la cual participaban altosmandos de aparatos de seguridad norteamericanos.

    Sin embargo, la guerra estall entre Pablo Escobar, apoyado por Rodrguez

    Gacha, y los Rodrguez Orejuela, a partir de 1988. Las crnicas rebelan comoorigen de la disputa el secuestro de un narcotraficante del Valle aliado dePacho Herrera, un experto lavador de dlares vinculado a Jos SantacruzLondoo, en quien los Rodrguez depositaban toda su confianza. A pesar depagarse la cantidad exigida por la oficina, en dlares y droga, el hombre fueasesinado por supuestos los de faldas.Escobar solicit inmediatamente a losRodrguez la entrega de Herrera, que fue totalmente negada. Como resultado,una cruenta guerra de masacres y dinamita se desat entre los carteles.

    En efecto, a principios de 1988, el edificio Mnaco, residencia de PabloEscobar en Medelln, fue destruido parcialmente por una potente carga de

    dinamita. La explosin mostr la riqueza y excentricidad de los narcos e hizopblica su guerra. Un comando de Escobar ingres a la hacienda de PachoHerrera, en su bsqueda, y asesin a 19 personas. Por doquier empezaron aestallar petardos contra las sucursales de Drogas la Rebaja y las emisoras delGrupo Radial Colombiano. Slo un acuerdo qued claro: en la guerra no setocaran las familias.

    Al mismo tiempo, otro tipo de guerra ocup a Rodrguez Gacha: unenfrentamiento sin cuartel contra las guerrillas de las FARC entre 1987 y 1989;ste, en lugar de dirigirse contra ellas, tom como vctimas a miembros ysimpatizantes de la Unin Patritica, partido poltico legal considerado comouna vitrina de las FARC. Todo un ejrcito paramilitar, construido con lacomplicidad de importantes sectores militares y la direccin tcnica demercenarios israeles y britnicos, se lanz a la barbarie. Los grupos delMagdalena medio y los grupos de Crdoba, al mando de Fidel Castao,hermano mayor de Carlos, a quienes las FARC secuestraron y asesinaron a supadre, iniciaron masacres en haciendas bananeras de Urab y se extendieronpor todo el territorio colombiano, alternadas con homicidios singulares deconcejales, alcaldes, y dirigentes del Partido Comunista.

    Las guerras se enredaron en una sola madeja. Los mercenarios britnicos, a

    quienes Rodrguez Gacha contrat para atentar contra la cpula de las FARCen el sitio de La Uribe, terminaron pagados por el Cartel de Cali para atentarcontra Gacha y Escobar en la Hacienda Npoles. Escobar ofreci,pblicamente, millones de pesos para todo aquel que asesinara policas ocolocara petardos en las propiedades de los Rodrguez. Henry Prez, jefe delos paramilitares del Magdalena medio, seguidor de Escobar, trabaj luegopara sus enemigos. Estos ltimos se convirtieron en el principal aliado delEstado y las autoridades colombianas para perseguir a Escobar. Fueron ellosquienes infiltraron a Rodrguez Gacha y entregaron la informacin que condujoa su muerte. Escobar, as mismo, escap milagrosamente a una trampatendida por Prez con ayuda del DAS. Policas y militares activos y en retiro

    que prestaban diversos servicios a los hombres de uno y otro cartel,empezaron a caer asesinados (Bahamon, 1992). Fidel Castao se convirti,

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    tras la muerte de Gacha, en enemigo nmero uno de Escobar. En medio detodo y de todos, ciudadanos inocentes e inermes caan por obra y gracia de losatentados indiscriminados; desprotegidos por un Estado incapaz de parar lasguerras, carente de estrategias para enfrentar el crimen organizado e infiltradopor ste en sus instituciones claves14.

    Las relaciones con la guerrilla

    Las relaciones entre los grandes capos y la guerrilla en Colombia fuerondiversas y conflictivas. En un primer momento, como atrs se dijo, el intento desecuestro contra Carlos Lehder y el plagio de Martha Nieves Ochoa, por partedel M-19, ocasionaron la creacin del MAS y una cruda confrontacin delaparato de los narcos contra miembros de la guerrilla y sus familiares. En unasituacin similar, pero posterior, Jos Santacruz Londoo respondi alsecuestro de su hermana, por parte de las FARC, con el secuestro demiembros de la Unin Patritica y familiares o allegados de comandantes

    insurgentes.

    Gonzalo Rodrguez Gacha, por su parte, declar la guerra a las FARC y a laUnin Patritica. Si bien algunos acuerdos iniciales se presentaron entre lasFARC y los narcos en torno al impuesto de gramaje y la convivencia en zonasde cultivos ilcitos o laboratorios, los pactos se rompieron y abrieron el paso auna violencia inusitada. Secuestros, extorsiones y asesinatos por parte de laguerrilla generaron, al mismo tiempo, una dura respuesta con la creacin degrupos paramilitares.

    No obstante, en un segundo momento y luego de acuerdos en torno a laliberacin de Martha Nieves Ochoa, la relacin particular entre Pablo Escobar yJaime Batemn, lder del M-19, empez a acercarse. Escobar expres, enrepetidas ocasiones, su admiracin y simpata por el M-19, as como suscoincidencias con respecto al rechazo de la extradicin. Tras la muerte deBatemn, el contacto fue retomado por Ivn Marino Ospina, comandantesupremo del M-19, a quien Escobar dio refugio y prest apoyo financiero enciertas ocasiones.

    Diversas versiones atribuyen a esta relacin los hechos del Palacio de Justicia.Enrique Parejo Gonzlez, por ejemplo, plante que la alianza narcotrfico-

    guerrilla haba sido la gestora y el pilar de la incursin contra la Corte. Inclusoel trmino narco-guerrilla se acu para pensar este supuesto o realfenmeno. El hecho de que el M-19 incluyera en su Demanda Armadaalguna referencia al Tratado de Extradicin -considerado lesivo a la soberananacional- se asumi como prueba plena de su alianza con losnarcotraficantes. Las amenazas recibidas por los magistrados por cuenta delos extraditables o el hecho de que el asalto hubiese ocurrido contra la Corteun da antes de que sta estudiase la ponencia referente a la exequibilidaddel Tratado de Extradicin, y de que decidiera sobre ocho resolucionespendientes de tal aplicacin, se cit igualmente como prueba.

    14Tales elementos aparecen, por cierto, en el caso del Estado italiano y su incapacidad para detener lasguerras internas de la mafia. Guerras de familia sobre las cuales podra hacerse un paralelo comparativo

    con las guerras entre los grupos de narcotraficantes en Colombia.

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    Sin embargo, cada uno de los hechos habra que mirarlos objetivamente. Laspropias instancias oficiales desvirtuaron en sus investigaciones judiciales laexistencia de la alianza. Tanto el Tribunal Especial de Instruccin, como laProcuradura General de la Nacin, absolvieron en su momento al M-19 de

    toda conexin o apoyo con los narcotraficantes con respecto al asalto delPalacio de Justicia. Si bien Carlos Castao y John Jairo Velsquez (Legarda,2005), el conocido Popeye, uno de los pistoleros de Pablo Escobar,renovaron las acusaciones contra el M-19, una amplia y sustentada denegacinen un detallado anlisis acadmico sobre los hechos, absuelve a losguerrilleros (Atehortua, 2005).

    La guerra declarada por Rodrguez Gacha y los paramilitares contra la guerrillay la Unin Patritica no cej. Aunque se sabe que Carlos Pizarro y BernardoJaramillo buscaron en sendas entrevistas con Escobar evitar sus sentenciasde muerte y reducir la enemistad con Rodrguez Gacha, esa bsqueda los

    enfrent a los Castao y a los enemigos de Escobar que ordenaron susasesinatos bajo la conviccin de acuerdos existentes entre el capo y loscandidatos.

    4. La desarticulacin

    La prisin de Escobar en 1991 pareci ms una brillante idea del capo parafortalecer su seguridad, que una estrategia oficial del Estado y del gobiernocolombianos para someterlo. Una vez detenido, su accin delincuencial no sedetuvo. Por el contrario, la fiscala obtuvo pruebas de secuestros y crmenesrealizados al interior de la prisin. La guardia municipal, que en realidaddependa del capo; la guardia penitenciaria y el ejrcito que rodeaba la prisin,permanecan ajenos a todo cuanto ocurra en el recinto carcelario. Cuando elgobierno decidi terminar tal situacin, Escobar procedi a fugarse en medio deun desastroso operativo que intentaba su traslado a otra prisin.

    Con la evasin de Escobar, Colombia entr una vez ms en la sin razn de laviolencia extrema. Sin embargo, las acciones dinamiteras de Escobar fueronrespondidas por atentados de quienes se hacan llamar los Pepes:

    Perseguidos por Pablo Escobar, a la cabeza de los cuales se encontrabaFidel Castao. Acosada por los Pepes, la familia de Escobar se convirti enrehn del Estado. Sin poder salir del pas, la esposa y los hijos de Escobarterminaron reducidos al cuarto de un hotel rodeados por el Cuerpo Tcnico dela Fiscala. Preocupado por su suerte, el capo descuid su seguridad y cayabatido el 2 de diciembre de 1993.

    Hasta ese momento, la persecucin del Estado contra los narcotraficantes sehaba concentrado en Escobar y sus hombres. Ocurrida la muerte del grancapo, se esperaba a continuacin una persecucin de igual magnitud contra losRodrguez Orejuela. Sin embargo, los hechos no demostraron idntico inters

    por parte de diversos aparatos del Estado y del propio gobierno. Por elcontrario, en enero de 1994, tres narcotraficantes del Valle se presentaron a la

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    Fiscala, y recibieron del Fiscal General una constancia sobre la inexistencia derdenes de captura en su contra, as como la apertura de una indagacinpreliminar que, en poco tiempo, podra determinar su absolucin. ElDepartamento de Estado de Estados Unidos y la propia fiscal Janet Reno,colocaron en cuestin el procedimiento. En una misiva fechada el 10 de mayo

    de 1994, Reno denunci la negativa del Fiscal General de Colombia, GustavoDe Greiff, a afirmar la intencin de la Fiscala de perseguir y enjuiciarvigorosamente a los miembros del Cartel de Cali. Segn Reno en losmomentos en que se hablaba de compartir evidencias contra los traficantesde esa ciudad, De Greiff nunca mencion las discusiones entre agentes de lafiscala y figuras importantes de dicho Cartel.

    En realidad, el escndalo frente a los hombres de Cali estall en junio de 1994con motivo de la Campaa Presidencial. Andrs Pastrana, rival de ErnestoSamper, entreg al Presidente Csar Gaviria algunas grabaciones en lascuales Gilberto y Miguel Rodrguez aludan la financiacin de la campaa

    samperista. Aunque De Greiff no encontr mritos para abrir investigacinjudicial, los hechos ulteriores colocaron al descubierto la catadura real de losnarcos de Cali y sus grandes vnculos con la clase poltica. El hallazgo deimportantes documentos en diversos allanamientos realizados a empresas depropiedad de los Rodrguez y su contabilidad, dej en claro la existencia de6400 operaciones financieras realizadas en un solo banco para favorecer lacampaa presidencial con una suma superior a tres mil millones de pesos; parapatrocinar a considerables grupos de congresistas, oficiales y agentes de laPolica y otros cuerpos de seguridad, tambin al Procurador General de laNacin y al Contralor, as como para costear todo tipo de apoyos particulares.A nombre de empresas ficticias, creadas con el propsito de girar con libertadsus dineros, otras entidades bancarias registraron, segn la investigacinconocida como Proceso 8000, ms de 40 mil transacciones (Leal, 1996;Vargas, 1996; Medina, 1997).

    A lo largo de su perodo y en razn de los hechos, el presidente Samper perdi,en la prctica, todo margen de maniobra interno y externo. La descertificacindel pas en materia de lucha contra las drogas, por parte de Estados Unidos,constituy un mecanismo de presin importante sobre el gobierno colombiano.As mismo, el retiro de la visa de ingreso a dicho pas para el presidente deColombia, seal la prdida total de credibilidad y legitimidad por parte de

    Samper frente a los ojos norteamericanos.

    Como respuesta, el gobierno adopt todas las medidas que Washington exigapara aplacar sus nimos. En primer lugar, el ms vasto programa defumigacin de cultivos ilcitos en los aos noventas. Al mismo tiempo, unaefectiva persecucin en contra de los altos capos del Cartel de Cali, queculmin con su captura y entrega. Y en lo referente al control de las rutas deltrfico, operativos areos intensos y acordes con los planes y exigencias deEstados Unidos.

    En esa misma direccin, en 1997 se suscribi el acuerdo martimo bilateral que

    autoriz a las autoridades norteamericanas para realizar controles yconfiscaciones de embarcaciones sospechosas. Las medidas en contra de los

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    narcotraficantes se endurecieron con las leyes de extincin de dominio y deaumento de penas y, finalmente, la Constitucin fue reformada para restablecerla extradicin de nacionales.

    La lucha contra los capos del narcotrfico en Colombia culmin su primera

    etapa antes del nuevo milenio, en la primera mitad de la dcada de losnoventa. Gonzalo Rodrguez Gacha y Pablo Escobar Gaviria cayeron abatidospor la Polica Nacional. El hijo del primero lo acompa en su suerte; la esposay el hijo mayor del segundo fueron detenidos en Argentina acusados de fraudefinanciero. Familiares y una gruesa parte de los miembros del llamado Cartelde Medelln, purgaron pena o permanecen en prisin. Los hermanos Ochoapagaron leves condenas pero el ms joven de ellos fue detenido nuevamente yextraditado a Estados Unidos, en donde fue condenado. Los hermanosRodrguez Orejuela y sus ms cercanos aliados fueron condenados y ellosfinalmente extraditados a Estados Unidos, en donde negociaron con la justicianorteamericana para asegurar la tranquilidad de sus familias, sin evitar la

    entrega y detencin del hijo mayor de Miguel. Jos Santacruz Londoo fueasesinado pocos das despus de su evasin de una crcel. Helmer PachoHerrera fue asesinado por un sicario al interior de la penitenciara, en guerracon los capos del norte del Valle. Otros capos medianos han intentado dediversas maneras una negociacin directa de entrega con la DEA y lasautoridades norteamericanas, seguidos por una estela de muerte y prisin.

    5. Consideraciones finales

    Los carteles alcanzaron el dominio del mercado interno e internacional ylograron, sobre todo en Cali, una infiltracin importante en sectores legales dela economa, en la poltica y en los aparatos coactivos del Estado. De algunamanera, no slo influyeron en la sociedad y en la cultura, tambin latransformaron. Despus de Pablo Escobar y los Rodrguez, Medelln y Cali nofueron las mismas ciudades. Sin embargo, la conclusin puede aplicarse alpas entero.

    Ms all del crimen y el aumento de sus estadsticas, la vida cotidiana en Cali,como en Medelln, present considerables cambios. No existen muchosestudios al respecto, pero las gentes narran cmo a principios de los aosnoventa la presencia del narcotrfico se hizo evidente. Tras la persecucin a

    los grandes capos, el ambiente se transform de nuevo. La imagen de lospistoleros que se crean dueos de la ciudad disminuy ostensiblemente. Ydisminuy tambin la inusitada marcha de la construccin, el precio de la tierray de las propiedades urbanas, la cantidad de almacenes suntuosos y lasjoyeras, el mercado de las flores y el comercio entero, las empresas deportivasy el xito de los equipos de ftbol. Se dispar, en cambio, el asalto contra elerario pblico; como si algunos polticos y funcionarios, hurfanos del cartel, notuvieran otro recurso. El departamento del Valle y su capital Cali se declararonen quiebra.

    No puede decirse, por completo, que la responsabilidad de todo ello recaiga

    sobre el narcotrfico. La realidad de Colombia es bastante compleja y sonmuchos los actores y escenarios que se cruzan en su construccin. Los

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    estudios, adems, son todava frgiles. El problema del narcotrfico no ha sidotratado en forma clara y suficiente. El peligro que se cierne sobre todosaquellos que intenten acercarse al tema es real. Pero tambin, hasta ahora, sededic ms atencin a sus consecuencias, la violencia por ejemplo, que a suestructura interna y sus contenidos sociales.

    Ello resalta la importancia del problema que abordamos en el presente artculo:el intento de establecer categoras que nos permitan tipificar y caracterizar laparticularidad de los grupos dedicados al trfico de narcticos en el pas.Evidentemente, Colombia no ha tenido mafia al estilo italiano, pero tampoco elasunto es tan simple para enmarcarlo en un esquema general del crimenorganizado. Nuestra respuesta es un sistema hbrido: crimen organizado detipo mafioso. Sin embargo, la propuesta analtica que formulamos obedecetambin a pocas y coyunturas. Probablemente, no tenga discusin para elcaso de los carteles. Pero, con la desaparicin de ellos, los prototipos mafiososde las organizaciones parecen ceder en forma paulatina aunque no total.

    Adems, la participacin de la guerrilla y de los paramilitares en el negocioobedece a otras formas de organizacin an no examinadas perodefinitivamente existentes; todo lo cual plantea grandes desafos para elanlisis.

    Las organizaciones criminales sorprenden por su capacidad de reproduccin ypor la innovacin permanente de sus mtodos para acumular capital y defendersus intereses. Los narcotraficantes colombianos no son la excepcin. En lasltimas tres dcadas, el trfico ilcito de drogas en Colombia ha sabido soportarlas acciones de represin por parte del Estado y adaptarse a los avatares delmercado internacional, as como a las distintas estrategias antinarcticosaplicadas por los Estados Unidos en la regin andina. De la misma manera,sus protagonistas han hecho alianzas, coaliciones y desatado guerras frente amltiples actores concurrentes, domsticos y externos, en la lucha por elcontrol de esta industria. La historia contina.

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