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  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    1/22

    -

    -

    Vaticano

    I. Nombre

    correspondien-

    te al

    :or

    concilio

    ecuménico,

    celebra-

    do

    del

    8

    de

    diciembre de

    1869

    al

    18 de

    julio

    de 1870,

    bajo el

    pontifi-

    cado

    de Pío tx.

    Adernás

    de temas

    de

    disciplina

    eclesiástica, se

    ocupó,

    oponiéndose sobre

    todo

    al

    -+panteís-

    mo

    y

    -)materialismo,

    de

    la

    diferen-

    cia infinita

    entre

    Dios

    y

    el

    mundo,

    de su

    acto

    creativo

    libre,

    de

    su

    revela-

    ción oral, de

    la esencia de

    la

    -+fe

    y

    la relación

    de

    ésta

    con la

    raz6n

    natural. También se ocupó

    del

    pri-

    mado universal

    de

    jurisdicción

    del

    ->papa

    y

    de

    su

    +infalibilidad

    cuan-

    do se trata de solemnes definiciones

    tocantes a

    la

    doctrina

    de

    fe

    o

    costum-

    bres

    (Dz

    1781-184O). Otros

    temas

    de

    la

    Jeclesiologia

    no

    llegaron

    a

    una

    formulación

    doctrinal definitiva, de-

    bido a la

    súbita interrupción

    del con-

    cilio

    por

    motivos

    políticos.

    Yerdad"

    En la

    concepción cotidia-

    na

    corriente, se entiende

    por

    verdad

    la

    correspondencia de

    una

    proposi-

    ción con el

    contenido

    objetivo

    ex-

    presado

    por

    ella.

    Sin

    embargo,

    este

    concepto

    de

    verdad

    Yaría,

    de

    ma-

    nera

    esencial,

    segfin la naturaleza

    del

    conocimiento,

    del

    cognoscente

    y

    de

    1o conocido.

    Si

    se

    trata,

    p.ej.,

    de

    un

    conocimiento

    en el

    que

    el

    cognos-

    cente se conoce originariamente

    a

    sí mismo,

    estonces

    la

    verdad es sen-

    cillamente

    el

    y, por

    tanto,

    la claridad de un

    ente

    para

    si

    mismo.

    Esta claridad originaria

    para

    mismo

    lleva

    también

    necesariamen-

    te consigo,

    cofno

    condición

    de

    su

    posibilidad,

    una experiencia

    (en

    prin-

    767

    cipio

    y

    de

    por

    si

    atemática)

    de

    la

    propia

    ->trascendencia

    del

    +espí-

    ritu.

    Llamábamos originaria

    a esa

    claridad

    en

    cuanto

    que

    no

    es

    con-

    ceptualmente

    objetivable, sino

    que

    acontece

    en todo

    acto

    del

    conoci-

    miento, sea cual sea el

    hacia dónde

    al

    quo

    temáticamente

    apunta.

    Pues

    bien,

    en

    cuanto

    que

    dicha

    claridad

    lleva necesariamente

    consigo

    la

    ex-

    periencia

    de

    la

    propia

    trascendencia,

    implica una

    verdad

    que,

    por

    estar

    incluida

    en

    todas

    las

    demás,

    no

    es

    una verdad

    más

    entre otras,

    sino una

    verdad

    envolvente,

    ufra

    referencia

    a

    ->Dios,

    un

    saber

    atemático

    callado,

    acerca del

    abismal

    -+misterio

    en

    el

    que

    so funda todo 1o

    demás.

    Cuan-

    do el hombre

    no reprime

    esa verdad

    suya

    una,

    no

    la

    od,ia

    ni se

    cierra a

    ella,

    sino

    que

    la

    acepta,

    entregándo-

    sele libremente

    y

    sin amargura,

    allí

    capta

    el ho,mbre la

    verdad

    como

    da-

    da a él en

    apropiación,

    esta en

    la

    verdad,

    que

    le

    envuelve

    y

    le hace

    verdadero,

    es

    decir,

    que le

    hace

    en-

    tregado

    a la verdad incomprensible y

    que

    así le libera

    de sí mismo.

    En

    ta1

    acto,

    el

    hombre

    efectfra

    en

    el

    orden

    concreto

    la

    aceptación

    libre

    de su

    propia

    trascendencia.

    Pero

    efectúa

    algo

    más en

    ese mismo

    acto.

    Puesto

    que

    esa

    aceptación

    está

    inanimado

    (un

    concepto

    límite)

    ha-

    cia

    su

    mundo

    en torno. Está abierto

    en

    pio

    ser

    y

    en

    extroversión crecicntc

    en

    ese mundo.

    Lo

    primero que

    sc ve

    teológicamente es

    que

    este

    amenazado do la vida aparece

    c()m()

    don

    procedento

    de

    Dioc,

    pucs

    cn la

    vida

    so vive más claramente l¿r con-

    tingencia

    y

    Ia

    criaturidad

    r¡ue

    en

    l«r

    inanimado.

    La üda

    aparccerá

    hcch:r

    realidad

    en

    un

    grado

    esencialmcnte

    superior

    en la realización

    escncial

    del espíritu

    personal.

    Como

    historia,

    la autoposesión

    intelectual

    libre signi-

    768 770

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    2/22

    Yida

    fica autorresponsabilidad

    y

    autorrea-

    lizactón definitiva.

    Como trascenden-

    cia

    hacia

    el misterio

    absoluto de

    Dios,

    por

    la

    cual

    el

    mundo

    ambien-

    te

    se

    convierte

    en mundo

    y

    en

    con-

    torno

    personal,

    pudiendo

    hacerse de

    esta manera reino

    de Dios,

    signiflca

    vida

    en

    sentido

    eminente.

    Partiendo

    de

    ahí,

    se

    entiende por

    fin

    a Dios mismo como vida

    por

    an-

    tonomasia, como

    razón

    suficiente

    originaria,

    creadora

    siempre

    sin in-

    terrupción,

    de

    toda vida;

    corno

    el

    en absoluto. El nunca

    es

    irreal

    como

    los

    ídolos muertos;

    puede

    obrar

    con absoluta

    soberanía

    y

    con independencia

    totalmente li-

    bre.

    Como

    creador, su

    mundo

    está

    ante É,l.

    y

    en El

    en disimilitud

    abso-

    luta

    y

    a

    la

    vez

    en

    absoluta cercanía

    (Gen2,7;

    Ps

    36, 10;

    Act 17,24-28).

    Es el

    ser

    integralmente

    en

    conocimiento

    y

    amor

    exhaustivo

    de

    su

    propio

    ser

    inexhau-

    rible,

    por

    infinito

    (+Trinidad),

    que

    procede

    únicamente

    de

    sí mismo

    y

    que

    precisamente

    así conoce

    y

    ama

    lo

    demás

    en

    comunicación desintere-

    sada. Por lo tanto, la autocomuni-

    cación

    radical

    de

    Dios

    en Jesucristo

    implica

    la

    vida en sentido eminente.

    Vida

    que,

    como es

    natural,

    tenemos

    que

    viürla todavla en

    for-

    ma de

    conmorir

    con Cristo

    (Rom

    6,

    3

    s; Gal

    2,

    2D; 2

    Cor

    6, 9;

    Col 2, 12)

    y

    de

    ese

    modo está

    (Col

    3, 4).

    Sin

    em-

    bargo,

    puesto

    que

    ya

    con-

    cupiscencia.

    Antes

    de

    Cristo

    no

    se

    estimaba

    la

    virginidad;

    en

    el

    NT

    se

    la

    menciona

    por

    primera

    vez inequÍ-

    voc¿mente,

    derivándola

    de

    la

    nueva

    situación

    salvífica

    dada con

    la ve-

    nida de

    Cristo.

    Puesto

    que

    esta

    re-

    nuncia

    es

    un

    proceder

    virtuoso

    en

    orden

    a la

    perfección

    cristiana,

    que

    recibe

    del

    amor

    su

    filüma

    determi-

    nación

    ontológica,

    el

    sentido y

    va-

    lidez

    últimos

    de

    la

    virginidad

    han

    de

    determinarse

    a

    partir

    del

    amor.

    Por

    eso, incluso

    la

    renuncia

    a valo-

    res

    y

    bienes

    positivos,

    como

    los

    que

    presenta

    la vida

    personal

    matrimo-

    nial,

    tiene

    que

    llevar

    impreso

    en

    el

    sello

    del

    amor,

    lo cual

    ocurre

    cuando

    el

    carácter

    de

    renuncia,

    en

    cuanto

    tal,

    tiene

    una

    función

    repre-

    sontativa

    del

    amor

    que

    anticipa

    cre-

    yendo

    en

    esperanza.

    Sólo

    por

    med,io

    de

    una

    llamada

    positiva

    de

    Dios

    (+vocación)

    puede

    explicarse

    que

    se

    pueda

    concebir

    la

    virginidad

    como

    expresión

    de

    la

    huida

    del

    mundo.

    Partiendo

    de aquí

    se

    hace

    sin

    más

    eüdente

    la

    conexión

    do

    la

    ürginidad

    con

    la

    muerte

    en

    general

    y

    con

    la

    del

    Señor.

    Sin

    em-

    bargo,

    también

    es

    eüdente

    lia

    volun-

    tad

    de

    Dios

    de

    que

    la

    -+Iglesia

    pon-

    ga

    de manifiesto

    perceptiblemente

    la

    trascendencia

    escatológica

    del

    amor

    que

    constituye

    su vida

    interna.

    Esto

    acontece

    sacramentalmente

    en

    los

    sacramentos

    y

    existencialmente

    en

    la

    renuncia.

    Los

    consejos

    evangélicos

    son

    un

    momento

    esencial

    inabdicable

    de

    la

    estrucfura

    de

    la

    Iglesia,

    €n

    cuanto

    que

    ésta

    ha

    de

    presentar

    de

    manera

    perceptible

    y

    ha

    de

    poner

    de

    manifiesto

    lo

    que

    vive

    interna-

    mente;

    es decir,

    el

    amor

    divino,

    que

    trasciende

    escatológicamente

    al

    mun-

    do

    (de

    aquí la

    doctrina

    de

    la

    Iglesia

    sobre

    la virginidad:

    Dz

    980

    2336).

    Pero

    de

    ahí se

    sigue

    también

    que

    la

    forma

    concreta

    de

    vivir

    la

    virgini-

    772

    774

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    3/22

    Yirginidad

    dad ha

    de

    estar estructurada de

    tal

    manera

    que

    pueda

    ejercer

    también

    realmente

    y

    con

    nitidez

    esa función

    de signo,

    en el correspondiente

    me-

    dio

    histórico

    en

    el

    que

    se le

    vive.

    La

    Iglesia

    latina impone a

    sus

    sacer-

    dotes la virginidad

    como

    forma

    de

    üda

    y

    no

    les

    dispensa

    de

    esta obli-

    gación jamás

    en

    la

    vida,

    aunque

    podria

    hacerlo. Esto

    supone

    la

    ple-

    nitud interna del

    signo externo,

    para

    que

    la

    función

    de

    signo

    no degenere

    en afán de

    dominio.

    beateria

    y

    des-

    aliento

    ante

    la

    vida.

    Virtu¿

    En

    sentido

    amplio,

    virtud

    es

    toda

    capacidad

    espíritu-anímica

    del hombre

    plenamente

    desarrolla-

    da;

    así,

    p.ej.,

    en e'l campo

    del

    co-

    nocimiento,

    la

    virtud

    del

    discerni-

    miento.

    En

    sentido

    estricto,

    ürtud

    es la

    fuerza

    (facilidad) para

    realizar

    el

    bien moral,

    es¡recialmente, para

    hacerlo

    con

    alegria

    y

    constancia,

    in-

    cluso

    cuando

    representa muchos sa-

    crificios

    y

    en

    contra

    de

    los obstácu-

    los

    externos. Su

    concepto

    contrario

    es el

    de

    ->vicio.

    Según su

    origen

    y

    su objeto,

    se distinguen

    virtudes na-

    turales

    y

    sobrenaturales.

    Las natu-

    rales

    se

    basan

    en la

    -)naturaleza

    es-

    píritu-cor¡xrral

    del

    hombre,

    y

    se

    des-

    arrollan con el continuo

    ejercicio

    (ürtudes

    adquiridas);

    a este respec-

    to,

    c[.

    +hábito.

    Perfeccionan

    la

    na-

    turaleza

    y

    son la defensa

    necesaria

    contra

    la

    -)concupiscencia

    y

    el

    do-

    minio

    de

    las

    +tendencias.

    Las

    principales

    virtudes

    naturales

    que

    soportan e implican

    a todas las

    demás

    son

    las

    llamadas

    +virtudes

    cardinales:

    ->prudencia,

    ->justicia,

    -+fortaleza

    y

    -)templanza.

    Por

    la

    ->gracia

    sobrenatural

    (como

    -+au-

    tocomunicación de Dios)

    toda la

    esencia

    espiritu-personal

    del

    hombre

    en

    conocimiento

    y

    libertad

    queda

    ordenada

    a

    partir

    de

    sus

    fundamen-

    tos

    hacia

    e[ Dios trino de

    la

    üda

    eterna.

    Por

    eso resulta

    posible

    al

    775

    hombre

    el tender a ese fin a través

    de sus

    actos

    elevados

    por

    la

    graeia

    en

    la

    aceptación

    de esa autocomuni-

    cación

    de Dios.

    En

    tal

    sentido

    se

    habla

    de virtu-

    des sobrenaturales,

    .

    Es

    de-

    cir.

    dadas

    por

    Dios

    en la

    -+justifi-

    cación,

    como

    dinámica

    de

    Ia

    +gra-

    cia

    santificante.

    Ellas

    ordenan

    el

    ser

    y

    obrar religioso.moral

    del

    hombre

    a

    la participación

    inmediata

    de

    la

    üda

    del Dios

    trino,

    Escritura

    (1

    Cor

    13, 13)

    y

    radición

    (cf

    .

    Dz

    r8O0)

    des'

    tacan

    como ürtudes

    ,

    divinas,

    tres

    de esas

    virtudes

    sobre-

    naturales,

    por

    referirse

    inmediata-

    mente

    a

    Dios,

    tal

    como

    es en

    sí: Ia

    -)fe,

    Ia

    +esperanza

    y

    la,+caridad.

    Dios,

    en su autocomunicación,

    obra

    por

    ellas

    y

    en

    ellas la posibilidad y

    la realización libre

    de la

    participa-

    ción

    en

    la üda

    de

    Dios

    mismo. Lo

    hace,

    en

    cuanto

    libera

    y

    hace

    valer

    por

    misma la

    -átrascendencia

    del

    hombre

    en

    la aceptación

    sumisa

    y

    amorosa

    do la revelación.

    Y

    de

    tal

    manera

    la

    libera

    y

    hace valer,

    que

    esa

    trascendencia

    no es

    ya

    única-

    mente

    la condición

    de

    posibilidad

    del

    conocimiento

    intelectual

    de las

    realidades

    mundanas

    finitas,

    sino

    que

    además,

    en

    cuanto tal,

    puede

    encon-

    trar

    su

    propia plenitud

    en

    la

    pose-

    sión

    y

    ->visión

    de

    Dios en sí mismo.

    Virtudes cardinales

    (del

    latín

    car-

    do

    :

    ángulo,

    quicio),

    como

    -+ür-

    tudes

    que

    soporLan

    fundamentalmen-

    te

    la

    vida moral

    del hombre,

    se

    llama

    a

    las

    cuatro

    virtudes

    que

    des-

    de el

    tiempo de san

    Ambrosio

    llevan

    el

    nombre

    de

    morales,

    en contrapo-

    sición a Ias

    teologales, -+prudencia,

    ->justicia, -)fortaleza

    y

    -+templan-

    ZA,

    Visión

    de

    Dios.

    La

    Sagrada

    Es-

    critura

    entiende

    por

    visión

    de Dios

    Ia

    total plenitud

    de

    la criatura

    per-

    sonal;

    más

    en concfeto,

    la contem-

    ¡rlación

    do

    I)ios

    inmeüata

    y pertec-

    tl

    scgún la capacidad

    de

    la

    criatura.

    lrst:r visiírn

    la

    concede

    Dios

    gratui-

    tamento

    (l

    Cor

    13,

    12;

    I

    loh

    3, 2)

    y

    la

    ha

    prometido

    a

    los

    puros

    de

    corurzón

    (Mt

    5,

    8).

    La

    Escritura

    no

    sc

    rcfiere exclusivamente al conoci-

    ¡niento

    espiritual,

    cino

    sobre

    todo a

    lt

    ex¡reriencia

    do

    la

    cercanía

    de

    Di

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    4/22

    Visión

    de Dios

    mera

    vez hace

    Dios a

    Dios

    y

    le

    con-

    üerte en

    objeto

    de

    la

    verdadera fe-

    licidad.

    Esta

    causalidad

    formal-eflciente

    de

    Dios sobre el

    espíritu humano no

    se

    puede

    concebir

    unilateralmente

    como

    si

    concerniera

    sólo al

    enten-

    dimiento;

    según

    la

    Escritura, el

    +co-

    razón humano

    ve

    a

    Dios.

    A

    la

    últi-

    ma

    disposición

    gratuita

    del

    espíritu

    que

    posibilita

    la causalidad

    formal

    del

    ser

    de

    Dios

    sobro el

    espíritu,

    la

    llaman

    los

    teólogos

    lumen

    gloríae:

    es

    decir, la

    gracia

    cread¿

    que

    es ab-

    solutamente

    necesaria

    para

    la

    visión

    de

    Dios,

    que

    ya

    ahora

    se

    nos ha

    dado fundamentalmente

    en virtud

    de

    la

    gracia,

    y

    que

    es

    susceptible

    de

    un

    incremento,

    puesto que

    la

    gracia

    creada

    también 1o

    es.

    +Desiderium

    naturale.

    Vocación. Se entiende

    por

    voca-

    ción

    el conocimiento

    que

    un

    indi-

    üduo

    tiene de

    que

    una

    profesión

    (forma

    de vida) está

    de

    acuerdo con

    la voluntad

    permisiva

    o

    preceptiva

    do

    Dios,

    y

    de

    que

    es la realización

    de la

    tarea vital

    en

    que

    se

    puede

    conseguir

    la salvaoión eterna.

    En

    este sentido, cualquier

    profesión,

    in-

    clnso

    la

    que

    menos

    atrae,

    puede

    ser

    vocación;

    puesto

    que

    también lo

    más

    difícil

    puede

    ser, en realidad, lo

    que

    hay

    que

    hacer.

    Se habla sobre

    todo

    de vocación

    al sacerdocio

    o a

    la

    vida

    religiosa,

    aunque no

    exclusiva-

    mente.

    Hay que admiür

    la

    existen-

    cia

    de

    semejante

    vocación cuando

    se

    cumplen los

    presupuestos

    o condi-

    ciones

    espirituales

    y

    morales

    reque-

    ridos

    para

    tales

    formas de vida,

    y

    se

    eligen éstas

    por

    motivos

    justos

    que

    siempre

    han

    de

    ser desinteresa-

    damente religiosos.

    Además

    de

    esto, se requiero

    tam-

    bién

    que

    la

    Iglesia esté dispuesta

    a

    admitir

    los

    servicioa

    que

    en esos

    estados

    se realizan

    en

    beneficio

    de

    ella

    y

    dentro

    de

    su ámbito.

    La pro

    779

    blemática

    ulterior de

    la

    vocación

    desemboca

    en el conocimiento

    del

    deber

    particular,

    contraponiéndolo

    al

    conocimiento

    de

    las

    normas

    gene-

    rales,

    que

    aunquo restringen

    el ám-

    bito

    de

    lo

    particular

    y

    justo

    a la

    Yez,

    no

    pueden

    determinarlo

    con

    toda

    exactitud.

    No es

    sino el

    pro-

    blema

    de

    la

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    5/22

    T

    Teleología

    (del

    griego

    telos

    :

    fin).

    IJn

    ente que tiene

    una

    esencia

    (-+na_

    turaleza)

    que

    no

    constituye

    y

    eue,

    con

    todo,

    es

    histórico-temporal

    ->punto

    de

    partida),

    es

    decir,

    ha

    de

    hacerse

    lo

    que

    es,

    queda

    p,or

    ello

    orientado

    hacia

    una

    -)meta:

    la

    con-

    secución

    de

    la

    propia

    consumación

    ya

    implantada

    en

    la

    esencia

    inicial.

    Consumación

    que,

    por

    otra

    parte,

    en

    un¿

    esencia

    de

    -+trascendencia

    es-

    piritual

    y

    libre,

    y

    por

    tanto

    históri_

    ca

    err

    sentido

    auténtico,

    no

    es

    lícito

    pensarla

    sencillamento

    como

    deter-

    minada

    mecánica

    o

    biológicamente

    en su

    concretez.

    por

    el

    contrario,

    esa

    consumación

    es

    el insondable

    misterio

    de

    la

    creatividad

    divina y

    humana;

    y

    sólo

    se

    desvela

    en

    la

    ->terminación, no

    es

    .

    De

    aquí que,

    si no

    se

    quie,re

    re_

    nunciar

    a Lln

    conocimiento

    esencial

    con

    ceguera

    positivista,

    tampoco

    se

    puede

    renunciar

    a

    la

    inteligencia

    de

    un

    ente

    a

    partir

    de

    su

    consumación,

    es

    decir,

    a Ia

    teleología.

    La

    -)esca_

    tologia

    es la

    teleología

    dogmática

    de Ia

    unidad

    total

    de

    la

    rialidad

    creada por

    Dio,s y

    de

    cada persona

    espiritual

    particular.

    La pregunta

    de

    si,

    y

    en

    qué

    sentido,

    hay

    q.re

    ,""o-

    nocer

    la

    teleología

    en

    la

    realidad

    infrahumana

    material

    y

    biológica,

    a

    base

    de

    métodos

    científicos,-

    "ri.,

    entro

    del

    campo

    de la

    filosofía.

    De

    todos

    modos,

    en

    biología

    la

    -+üda

    no puedo

    describirse

    de

    manera

    in_

    teligible

    sin

    recurrir

    a

    las

    categorias

    teleológicas

    (-)fin,

    etc.).

    Temor

    de

    Dios.

    El

    santo

    «temoD>

    ante

    el Dios

    absoluto,

    incomprenei_

    715

    T

    ble

    y

    santo,

    en

    cuanto

    quc en

    él

    se

    reconoce

    el

    hombre

    como totalmen-

    te

    dependiente

    y

    pe,cador,

    so

    integra

    como

    mornento

    en

    el

    ->acto

    reiigio-

    so,

    en el

    que

    e,l hombre

    como

    cria-

    tura

    se

    llorne

    en

    ->adoración

    delan_

    te de

    Dios.

    Ese

    temor

    no

    implica

    contradirción

    alguna

    con

    res¡recto

    al

    amor

    confiado;

    por

    el contrario,

    es

    un

    momento

    de

    éste

    (incluso

    en

    el

    cielo:

    Dz

    382¡

    que

    caracteriza

    ese

    temo,r precisamento

    como

    amor

    de

    Dios.

    Dios

    es reconocido

    y

    amado

    precisamente

    porque

    se reconoce

    y

    ama

    su

    absoluta

    diferencia

    co,n

    res-

    pecto

    a

    nosotros.

    Tratándose de

    una

    ¡elación

    única

    en su

    género,

    no

    aprovecha

    mucho

    el

    esclarerer

    el

    temor

    de

    Dios

    sirviéndose

    de la

    ex-

    periencia

    del

    temor

    o

    pavor

    huma-

    nos. Puesto que

    en

    la

    aceptación

    del

    propio

    carácter

    de

    criatura

    s,e

    reco-

    noce

    también

    la

    propia

    necesidad

    de

    salvación,

    tampoco

    el tErnor

    con res-

    pecto

    a la

    propia

    salvación

    es

    mo-

    ralmento

    inferior,

    bajo;

    aun cuando

    todavía

    no

    proceda

    del

    amor

    (-)ca-

    ridad)

    de

    Dios.

    Una

    actitud

    de

    indiferencia

    abso-

    luta,

    con pleno olvido de

    mismo,

    al

    margen

    del

    temor

    sería

    en

    rilti-

    mo

    término incluso presunción;

    que-

    rer

    hacerse igual

    a

    Dios

    autosufi-

    ciente

    e

    invulnerable.

    Por

    lo

    tanto,

    el

    temor por

    la

    salvación

    propia (Dz

    802

    806

    823;

    Mt

    5,

    29;

    lO,

    28;

    Ioh

    5,

    14;

    Phil

    2,

    12;

    Rom

    11,

    20 e.p.)

    mirando

    a

    la

    insondable

    ->jus,ticia

    de

    Dios

    pertenece,

    como

    momento

    ulterior,

    al concepto plenario

    de

    Dios.

    En

    correspondencia,

    el

    temor

    de

    Dios

    entra

    dentro

    del

    proceso

    de

    ia

    justificación

    (Dz

    798

    818),

    puede

    ser el motivo moralmente legítimo

    que,

    como

    timor

    simpliciter

    servilis,

    mueva al

    acto

    de

    contrición

    (Dz

    746

    9LB

    898

    915 e.p.;

    +atricionismo).

    Naturalmente,

    cuando

    sólo se

    teme

    el

    castigo

    de Dios

    como

    mal físico

    para

    el hombre mis,mo

    y

    no,

    se

    sien-

    ta el

    disvalor

    de

    la

    culpa como

    con-

    tradicción

    a

    Dios

    mismo,

    y

    así

    se

    siga

    aferrado

    interiormente

    a

    la

    cul-

    pa

    como

    tal, timor

    serviliter

    servilis,

    allí

    no tiene lugar

    acto

    mo¡al

    alguno.

    Incluso

    el

    arrepentimiento

    por

    temor,

    moralrnento

    justificado,

    como etapa

    preparato'ria

    en el

    proceso

    de

    la

    jus-

    tificación,

    sólo

    alcanza su meta

    (la

    justificación)

    si

    en

    el acto

    personal

    y

    (o)

    en

    el

    sacramento

    queda

    trans-

    formado

    e

    integrado

    por

    el

    amor de

    Dios. Amor en

    el

    que

    se

    ama

    a

    Dios

    por

    misrno

    y

    así el temor

    de

    Dios

    se convierte en respeto

    amoroso

    (Dz

    898;

    timor fílialís),

    d,e

    tal

    manera

    que

    se

    teme

    a

    Dios

    por

    amor

    y

    no so

    le

    ama

    por

    temor

    (Francisco

    de

    Sales).

    Templanza

    (temperan'tia),

    modera-

    ción,

    es la

    -)virtud

    por

    la

    que

    el

    hombre controla

    sus

    ->pasiones

    y

    ->afectos

    en virtud de

    la

    razón,

    manteniendo el

    sentido de

    la me-

    dida; los mantiene en el

    dc tal

    decisión libre

    (cl.

    t¿rmbién

    ->pasií>n).

    La

    decisióir

    libre

    cs

    la

    nrayor

    p:rrto

    do

    las veces

    incapaz

    clo tkrnli¡r¿tr to-

    talmente esas atr¿rccio¡lc.s

    rr

    apcLcn-

    cias

    y

    de

    integrarlas

    clcl

    todo

    cn la

    actitud

    libremento clcgicla

    dc Ia

    por-

    sona;

    por

    consiguielrtc,

    cs

    t¿rn¡biéll

    incapaz de orientarlas

    plcn:.rnrcntc

    hacia

    el bien o el mal

    quc

    lr

    pcrs()n:"¡.

    elige. Por lo

    tanto,

    la

    suma tlc talcs

    tendencias,

    idéntica con

    la

    -)colr-

    cupiscencia,

    es

    expresión

    de

    quc

    la

    graaa

    no

    ha asumido todavía de

    manera

    total

    el

    estado

    de la

    -Jna-

    turalwa,

    en

    el

    amor

    de

    Dios.

    Y

    así

    esa suma

    puede

    ser

    también

    en al-

    gunas

    ocasiones

    un impulso

    haci¿r

    el

    pecado.

    Tentación es

    la

    incitación al

    -)pre-

    cado.

    La

    libertad

    creada tiene

    nece-

    sidad

    de una

    experiencia

    receptiva

    (pasiva)

    ds

    valores

    auténticos o

    su-

    puestos,

    para

    poderse

    hacer

    activa.

    Este

    estímulo

    necesario

    para

    el

    pro-

    ceder

    activo

    aparece en

    la

    vida

    del

    hombre como

    ->concupiscencia,

    de-

    bido

    a

    la

    perdida

    de

    la

    gracia

    origi-

    nal

    (->estado

    original)

    de l¿

    -)in-

    tegridad,

    y

    esta concupiscencia

    per-

    siguo

    su

    bien

    particular

    sin

    atender

    al

    fln

    ético

    to al

    del hombre ni

    de-

    jarso

    integrar

    adecuadamente

    dentro

    de

    la

    radical

    decisión buena de

    éstc;

    así

    es

    corno

    la

    incitación

    al

    mal

    moral adquiere

    la

    forma caracterís-

    tica

    de

    la

    tentación,

    tal

    como

    se cla

    en nuestro

    orden

    postparadisíaco.

    L¿r

    tentación,

    qlle persiste

    aferrada

    cr')

    el hombre

    en

    contra

    clel , de

    la

    obediencia

    del

    hombre ante

    Dios.

    que

    la rechaza, existe en el

    honlbro

    juntamente

    con

    ese

    ((no)),

    hacicndtr

    de esa manera

    incierta

    para

    el

    hom-

    bre su

    propia

    situaciírn

    (Dz

    ti02;

    -+salvación

    [certeza

    de la

    propia]).

    Sin

    embargo,

    hay

    que

    sostcner

    con

    716

    7t8

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    6/22

    Tentación

    toda

    firmeza que

    en

    si

    incluso

    la ten-

    tación

    persistente

    no

    destruye

    la

    -)li-

    bertad

    y

    la responsabilidad

    del

    hom-

    bre

    (1

    Cor

    10, 13;

    Dz 804

    828: d.f.),

    y

    que

    esa

    tentación

    puede

    superarse

    con

    la gracia

    de Dios

    por

    medio de

    la

    oración

    y

    del

    estado

    de alerta

    (Mt

    26,

    41),

    de

    la

    esperanza

    en

    la

    i'e

    (Eph

    6,

    16)

    y

    de una

    -+ascesis

    activa. Esto

    fuera

    del caso

    en

    que

    la

    tentación

    se

    convierta

    en

    algo

    im-

    perativo

    (-+coacción),

    aunque

    enton-

    ces

    cesa la posibilidad

    do

    una culpa

    strbjetiva grave.

    La

    Escritura y

    la

    tradición

    enumeran

    como

    causas

    de

    Ias tentaciones

    todos

    los

    momentos

    do

    la

    situación

    que

    Ie viene

    dada

    al

    hombre

    previamente

    a

    su decisión

    libre:

    Ios

    -+

    cósmicos,

    el

    -gmundo

    y

    Ias

    condi-

    ciones internas

    del hombre

    mismo

    (-+sarx).

    Teodicea (griego

    theos

    :

    Dios;

    dr-

    ke y

    dlkaía

    :

    derecho;

    algo

    así

    como

    justificación

    de Dios).

    Esta

    pa-

    labra

    puede

    entenderse

    en

    dos

    senti-

    dos

    diversos.

    l)

    Originariamente,

    sig-

    nifica

    la

    justificación,

    por

    lo

    menos

    negativa,

    por

    medio

    de la

    razón

    fi-

    losófica

    o

    creyente,

    de que

    la

    pre-

    sencia

    del

    -+mal

    en el

    mundo

    (su-

    frimiento,

    desgracia,

    muerte,

    culpa),

    tanto

    en

    el ámbito

    bio,lógico

    cotno

    en el

    humano,

    no

    destruya

    la

    con-

    vicción

    filosófica

    o creyente

    de

    la

    existencia

    de un

    Dios

    santo,

    infini-

    tamento perfecto

    y

    bueno.

    A

    esto

    ayuda

    el

    hacer

    valer

    la

    dis-

    tinción

    entre

    criatura

    finita

    y

    Dios

    infinito (contra

    todo

    -+panteismo);

    el

    poner

    do relieve

    la

    relatividad

    del

    enjuiciamiento

    de

    Ia

    bondad

    o mal-

    dad

    do

    un acontecimiento

    (en

    un

    coffexto

    de más altura

    es

    bueno

    algo

    que

    en un

    plano

    infe¡ior

    me

    parecia

    improcedente);

    destacar

    el

    estado

    a{rn

    inconsumado

    del mundo,

    que

    esta

    todavía

    en

    camino;

    la

    apre-

    ciación

    del

    sentido

    de

    la libertad,

    719

    aun

    cuando

    pueda

    hacer el

    mal;

    Ia

    prevención

    contra un

    sentido

    antro-

    pomórfico

    falso

    del

    dolor

    y

    de

    Ia

    muerte

    en

    la

    vida

    meramente

    bioló-

    gica;

    el

    poner

    de

    relieve

    el hecho

    de

    que

    una

    armonía

    perfecta

    de

    la

    existencia

    del

    hombre

    en

    su

    ->in-

    mortalidad,

    no

    es lícito

    exigirla

    en

    la

    dimensión

    pura de su

    vida

    terre-

    na.

    La

    aceptación

    de

    la teodicea

    en

    último

    término

    es cuestión

    de

    una

    modestia

    originaria

    criatural:

    tra

    cria-

    tura

    finita

    sólo

    es,tá

    en su

    sitio

    si

    también

    en

    esto

    sigue

    dejando

    ser

    al

    Dios

    infinito

    el

    .-+¡¡¡s1sri.

    ines-

    crutable.

    Pero

    dicha

    aceptación

    es

    también

    cosa

    do

    la

    esperanza

    en

    la

    fe,

    que

    de,jándose

    probar

    por

    Dios,

    espera

    pacientemente

    la desvelación

    del

    sentido

    del mundo.

    La

    recusación

    de

    la

    teodicea

    no

    es

    solución

    alguna para

    la

    existencia,

    Semejante

    respuesta,

    como

    respues-

    tz,

    quiere

    dar

    sentido

    y

    proclama

    como

    verdadero

    sentido

    la

    carencia

    absoluta

    de

    sentido.

    En la

    existen-

    cia

    del

    hombre

    abierto

    al infinito

    se

    da

    demasiada

    experiencia

    de

    la luz,

    como

    para

    que

    las

    tinieblas

    absolu-

    tas pudieran

    ser

    lo más

    propio y

    originario.

    2) Hoy día

    se

    entiende

    también

    con

    frecuencia

    por

    teodicea

    el conocimiento

    filosófico-natura

    de

    la

    esencia

    y

    existencia

    de

    ->Díos

    en

    general.

    Teología (griego,

    theologeia:

    dis-

    curso

    acerca

    de

    Dios,

    sobre

    todo

    de

    tipo

    hímnico

    y

    filosófico).

    En

    senti-

    do

    estricto,

    es

    decir,

    en cuanto

    que

    es

    algo

    distinto

    de

    la

    filosofía,

    me-

    tafísica,

    mitología

    y

    conocimiento

    natural

    de

    Dios, la

    teología

    es,

    con-

    forme

    a su

    esencia,

    la escucha

    ex-

    presamente

    est.orzada

    del

    hombre

    creyento

    a

    la revelación

    verdadera

    de

    Dios,

    históricamente

    acontecida.

    Es

    el

    esfuerzo

    científicamente

    metr'r-

    dico

    por

    conocerla y

    el clesarrollo

    reflejo

    del objeto

    de

    ese conocirnien-

    to. Por

    lo

    tanto, supone

    la revela-

    ción,

    no la

    produce;

    aunque

    no

    per-

    mite un

    deslinde

    perfecto con res-

    pecto

    a

    ella,

    ya

    que

    esta

    +revelaciÓn

    rrcontece con

    palabras

    humanas,

    in-

    cluyendo

    de

    esta

    manera

    en

    si mis-

    ma

    un elemento de

    la

    refle,xión

    hu-

    mana,

    que

    ha

    sido

    utilizado

    Pofl

    Dios.

    Del mismo, modo

    que no se

    dan

    límites

    perfectamente determinados

    qlle separen

    el

    conocimiento

    precien-

    tífico

    del

    científico

    en

    general,

    así

    también

    y

    con

    mayor

    motivo tam-

    poco

    hay

    unas fronteras

    nítidas en-

    tro un

    conocimiento

    por

    la

    fe

    Pre-

    científico

    y

    el metódico

    y

    cientifico.

    La

    verdadera

    teología

    supone

    un

    acertado

    escuchar

    la

    palabra

    de

    Dios

    acerca

    de

    la salvación

    y preten-

    de,

    a

    fin de

    cuentas,

    servirla.

    De

    aquí

    que

    esté

    vinculada

    a la

    -)Pa-

    Iabra

    de Dios

    revelada,

    tal

    como

    sigue

    estando

    presente

    de

    l'orma

    permanente

    en

    la

    Iglesia.

    La Iglesia,

    por

    medio

    de su

    -rmagisterio

    vi-

    viente,

    pone

    a

    salvo la

    revelación

    a ella confiada

    (-+tradición)

    y

    la

    interpreta siempre

    a

    la

    vista de

    la

    -+§¿g¡¿da

    Escritura.

    Por

    esto

    la

    teología es

    una ciencia

    que

    supone

    la

    -+fo

    (gracia

    de

    la fe)

    y

    la

    -+Igle-

    sia

    (magisterio,

    Escritura,

    tradición).

    En cuanto

    que

    se

    trata

    concreta-

    mente

    de la revelación

    cristiana,

    el

    objeto

    de

    la

    teología

    ss

    -+Dios,

    QU€

    a

    través

    de su

    acción

    salvífica

    en

    -)Jesucristo

    se manifiesta

    en sü

    pro'

    pia

    majestad

    (Trinidad),

    aunque esa

    majestad

    siga esencialmente

    oculta

    para

    el

    hombre

    (->misterio) y

    se

    comunica

    en

    la

    -+gracia.

    Este

    esfuerzo

    metódicamente

    ar'

    ticulado

    por

    conocer

    un

    objeto

    ge-

    neral en

    sí unitario hay

    que

    recono-

    cerlo

    como

    ciencia,

    aun cuando

    la

    forma

    primaria

    de

    facticidad

    de su

    objeto, los

    principios

    de

    los

    que

    se

    parte

    y parcialmente

    también

    los

    métodos

    de

    investigación

    del objeto

    721

    Teología

    sean

    distintos

    a

    los de las ciencias

    profanas. Además,

    la

    revelación

    ha

    do ser

    escuchada

    y

    entendida

    por

    un

    hombre

    previamente

    dotado

    de de-

    terminadas

    condiciones;

    por

    tanto,

    la

    escucha

    y

    comprensión,

    tanto

    pre-

    científica

    como

    cicntílicamente

    es-

    tructurada.

    de

    la

    rcvelación

    siempre

    tiene que

    poner

    en juego

    y

    con

    toda

    necesidad,

    al realizar

    ese

    intento,

    ltls

    conocimientos

    y

    métodos

    prol'anos:

    lógica, filosof ía,

    el

    c«rncepto

    tlel

    mundo

    de

    la

    época

    respcctiva.

    Asi,

    la teologia

    está

    inevitablemenl.e

    nrar-

    cada

    por

    un

    sello

    histórico

    temporal.

    sin

    estar

    a causa

    de

    ello

    strbordina-

    da

    al

    saber

    intramundano

    del

    hom-

    bre ni llegar

    a ser

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    7/22

    Teología

    también

    la

    obligación

    de

    poner

    ante

    los

    ojos siernpre

    con

    mayor

    agtdeza

    el

    conocimiento

    vital de este

    desni-

    vel

    y

    de liberar

    al

    hombre

    de

    la

    ,claridad

    aparente de

    conceptos,

    re-

    mitiéndole

    a

    la

    obscuridad luminosa

    del misterio en

    sí. Y,

    puesto

    que

    el

    contenido

    do

    la

    teología no

    puede

    darse reflejamente,

    ni

    formulado

    con

    palabras

    de

    manera distinta

    a

    la

    forma

    con

    que

    se da en la

    palabra

    que

    [o

    revela,

    el

    recurso

    a la histo,'

    ria de

    Ia

    afirmación

    (historia

    de

    la

    revelación,

    ->dogmas

    :[historia

    de

    losl,

    édogmas

    [evolución

    de los]),

    es

    decir,

    e,l

    recurso

    a

    su

    historia

    es

    un

    momento intrínseco

    a Ia misma

    teología sistemática. Pero

    este

    mis-

    mo

    recurso

    tiene

    que

    estar al servi-

    cio

    de

    la

    intelección

    de

    1o

    revelado

    y

    no

    lo es

    lícito

    convertirse o

    per-

    derso

    en

    curiosidades

    históricas

    ociosas.

    En

    el

    desarrollo

    actual,

    histórica-

    mento

    condicionado,

    de

    la

    teología

    en

    distintas

    disciplinas

    se

    podrían

    distinguir, correspondiendo

    a la

    dis-

    tinción entre

    el escuchar

    primerizo

    y

    el

    riguroso

    conocimiento de lo

    escuchado,

    dos

    campos

    distintos

    den-

    tro

    de

    la misma

    teología: el

    de las

    disciplinas

    históricas

    y

    el

    de Ias

    sis-

    temáticas.

    Las

    históricas se

    ocupan,

    o

    del

    mismo

    acontecer

    histórico

    de

    1a revelación

    hasta

    llegar

    a

    su

    pun-

    to escatológico

    culminante en

    Jesu-

    cristo

    y

    de

    la

    constitución

    de

    la

    Igle-

    sia,

    es

    decir, de

    la

    historia de

    la

    re-

    velación

    (con

    la

    -)exégesis

    y

    otras

    ciencias bíblicas,

    +bíblica

    [teolo-

    gíal),

    o

    de

    la

    presencia

    permanente

    de esta salvación hecha definitiva,

    es

    decir,

    de

    la

    historia de

    la

    Iglesia

    (+Iglesia

    [historia

    de la], con

    -+pa-

    trología,

    +dogmas

    [historia

    de los],

    hagiografía).

    Las disciplinas

    sistemáticas se ocu-

    pan

    del Dios salvador

    y

    de su

    obra:

    -+dogmática;

    del

    hombre como in-

    dividuo, tal como

    es

    en

    función del

    723

    encuentro con

    este

    Dios:

    teología

    moral

    (->moral

    [teología])

    con

    -)as-

    cética

    y

    -)mística;

    del

    hombre indi-

    vidual en

    la

    comunidad de la

    Igle-

    sia:

    -)derecho

    canónico,

    ->liturgia,

    )pastoral

    (teologia).

    La

    teología

    entera

    supone,

    como

    presupuesto

    de

    misma, la

    reflexión acerca

    del fun-

    damento

    y

    modo,

    del

    por

    qué

    y

    el

    cómo existe

    en absoluto,

    -)teología

    fundamental

    (apologética).

    Historia

    de

    la teología

    católica.

    En

    tiempo de

    los

    -)padres

    de

    la

    Iglesia la

    teología consistía al

    prin-

    cipio

    (s.

    u

    y

    Itr)

    en

    la

    simple trans-

    misión de

    las

    doctrinas

    de

    la

    fe, de-

    fensa

    contra los

    judíos,

    gentiles

    y

    herejes

    (por

    medio do

    los

    padres

    apologetas:

    Arístides, S. Justino, etc.).

    También

    hubo

    que

    defenderla

    con-

    tra

    la

    ->gnosis

    que pretendía

    siste-

    matuar el

    cristianismo

    de forma

    mís-

    tico-racionalista

    e

    identificarlo

    con

    el

    espíritu

    dualista

    y

    mitológico de

    su

    tiempo.

    Los

    teólogos

    más

    seña-

    lados

    fueron

    S. freneo, Tertuliano

    y

    S. Clemente

    de

    Alejandría.

    Frente

    a

    las

    pretensiones

    de

    la

    gnosis

    apa-

    reco el

    primer

    esbozo sistemático

    de

    la

    teo'logía

    llevado a

    cabo

    por

    Orí-

    genes

    y

    presentado

    corno contrapar-

    tida,

    ortodoxa en 1o esencial,

    de

    la

    gnosis.

    Los

    s.

    Iv

    y

    v aportan la for-

    mulación del dogma trinitario

    y

    cristológico

    que

    ha

    prevalecido

    como

    clásica,

    aportación originada en lu-

    cha contra

    el

    -+arrianismo,

    ->nes-

    torianismo

    y

    )monofisismo,

    hacien-

    do

    uso

    y

    deslindándose

    a

    la vez de

    la filosofía del

    tiempo,

    -)neoplato-

    nismo;

    este

    dogma

    establece clara-

    mento las fronteras entre

    Dios

    y

    el

    mundo,

    rechazando

    los

    poderes

    cós-

    micos o

    mundanos

    semidivinos,

    y

    por

    otra

    parte,

    con el

    misterio

    de

    la

    +unión

    hipootática,

    introduciendo

    al

    mundo

    en

    la vida

    de

    Dios

    mismo

    (+hipóstasis),

    como

    puede

    apreciar-

    se

    en S.

    Atanasio,

    S.

    Basilio,

    S.

    Gre-

    gorio

    Nacianceno, S.

    Gregorio Ni-

    seno

    y

    S. Hilario. Simultáneamente

    S.

    Agustín

    desarrollaba en el occi-

    dente una

    -)antropologia

    cristiana

    contra el

    ->pelagianismo,

    en

    la

    que

    se consideraba

    al

    hombre

    como

    en-

    tidad

    abierta

    a la

    gracia

    libro de

    Dios.

    Los

    siglos

    de

    transición

    entre

    la antigüedad

    y

    la edad media

    son

    siglos

    de

    acumulación,

    clasificación

    y

    consen'ación

    de

    la herencia

    recibida

    de los

    padres

    de Ia Iglesia, sin

    nuevas

    creaciones ni

    caminos nuevos.

    A

    partir

    del s.

    xr

    se

    inicia

    un nue-

    vo

    periodo,

    la escolástica: estructu-

    ración

    de

    muchos tratados

    que

    en

    tiempo

    de

    los santos

    padres

    estaban

    todavía

    poco

    elaborados teológica-

    mente, tales como

    la

    doctrina sacra-

    mentaria

    y

    muchas

    partes

    de

    la an-

    tropología;

    uso

    sistemático

    de

    la

    filos,ofÍa

    aristotélica

    para

    la

    concep

    tualización

    de

    las

    verdades

    de

    la

    fe;

    exposiciones

    generales

    relativamente

    equilibradas (comentarios

    a

    las

    sen-

    tencias, ).

    En

    el

    s.

    xvl

    comienza

    con el

    con-

    cilio

    de Trento

    otro

    período

    nuevo.

    Proviene

    de

    la lucha contra

    la

    doc-

    trina de

    los reformadores

    y

    consiste

    en una

    elaboración,

    positiva

    en

    prin-

    cipio,

    de

    la nueva concepción

    del

    mundo (barroco).

    De

    esta manera

    surge

    Ia

    neoescolástica. Este

    movi-

    miento

    está dirigido

    principalmente

    por

    la

    teo,logía española

    dominicana

    (Vitoria,

    M. Cano,

    Báiez,

    etc.)

    y

    je-

    strítíca

    (Suárez,

    Yázquez, Molina).

    Se est¡ucturan

    los

    tratados

    de,l

    ma-

    gisterio

    eclesiástico

    y

    de

    la

    Iglesia

    como

    sociedad

    externa o

    visible, se

    desarrolla la

    apologética

    y

    la

    teo-

    logía de

    controversia

    (-+controversia

    [teología

    de];

    Belarmino). También

    se

    inicia el

    desarrollo

    de

    la teología

    histórica

    y

    do

    la

    historia

    de

    los

    dog-

    mas

    (Petavio,

    etc.). Aparecen

    expo-

    siciones

    sistemáticas

    completas

    de la

    dogmática

    en forma de comentarios

    a la

    Summc

    de

    santo Tomás

    de Aqui-

    no Se

    trata

    expresamente

    el

    proble-

    725

    Teología

    dialéctica

    ma

    -+gracia

    y

    -+libertad

    (contro-

    versia

    ace'rca de

    la

    gracia).

    Por

    fin,

    se

    propugna

    la

    autonomia de

    la

    teo-

    logía moral

    (-+mora[

    [teología]).

    En el

    s.

    xvrll

    la

    teología

    queda

    pa-

    raluada,

    estancada.

    Prírcl"icamente.

    sólo

    so

    aprecia

    un avancc ulterior en

    las disciplinas históricas, tales como

    la

    historia

    de

    la

    Iglesia.

    En

    el

    s.

    xtx

    se intenta

    hacer

    teologia

    particndo

    de la nueva actitud

    intelcctu¿rl trans-

    formada

    esencialmentc

    por Karrt

    y

    el

    idealismo

    alemán.

    Sin

    embat'go.

    los

    intentos realizado's

    o

    acaban

    l'r¿r-

    casando

    (A.

    Günther,

    G.

    I{ermes) o

    no ejercen de momento un

    influjo

    notable

    en

    el

    conjunto

    ds

    la

    teolo-

    gía

    católica

    (-+Tubinga

    [escuela

    de],

    J.

    H.

    Newman).

    En

    general,

    domina-

    ba la

    neoescolástica

    (Kleutgen,

    Schee-

    ben,

    etc.)

    en su esfuerzo,, del

    todo

    necesario,

    por

    volver

    a establecer

    una

    conexión

    con

    la

    propia

    tradi-

    ción,

    desconectada

    casi

    por

    completo

    a

    fi¡es

    del s.

    xvIII.

    Ese

    esfuerzo

    se

    rcal:zó

    a

    base

    de

    la

    investigación

    histórica

    y

    sistemática de la

    escolás-

    tica medieval. Así,

    el desnivel

    entre

    e,l

    plano

    fáctico de

    la

    teología cató-

    lica

    y

    el de las

    exigencias religiosas

    ds la

    época es mucho mayor de

    lo

    que

    debía ser,

    a

    pesar

    de toda

    su

    erudición, sobre

    todo

    histórica.

    La

    superación

    de este estado

    de

    cosas

    se va

    preparando lentamente

    y

    en

    medio

    de algunos

    pasos

    en falso

    (-+modernismo,

    etc.).

    Teologia dialéctica

    es

    una dircc-

    ción

    de

    la teología

    protestante

    sur-

    gida

    con

    posterioridad

    al

    año

    l9ltl,

    en la

    que

    se superó

    ampliamentc

    la

    -+teología

    liberal

    que predomin(r

    durante el

    s.

    xIx. La

    teología

    dialéc-

    tica,

    en

    la

    medida

    en

    quo pucdc

    re-

    sumirse

    con brevedad

    (teniendo

    en

    cuenta

    que

    no

    so consi«leró

    a

    sí nris-

    ma

    como

    sistema),

    partc

    dc

    la crisis

    como determinación

    fundamcntal

    del

    hombre.

    En

    esta

    crisis

    c[

    hombre

    724

    726

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    8/22

    Tcologia

    dialécticz

    realiza

    intentos

    por

    asegurarse,

    el

    peor

    y

    más

    erróneo

    de los

    cuales

    es

    la

    religión

    considerada

    como

    garan_

    tía

    humana

    y

    afirmación

    de

    si

    mis_

    mo

    frente

    a

    Dios.

    El

    hombre

    queda

    rregado

    por

    Dios

    en Ia

    muerte

    v en

    la

    resurrección

    de Cristo;

    Diós

    y

    hombre,

    tiempo

    y

    eternidad

    están

    separados

    por

    el

    linde de Ia

    muerte.

    Pero, precisamente

    en

    ia

    muerte y

    en

    Ia

    resurrección

    de

    Cristo,

    el nuevo

    mundo

    de

    Dios

    toca

    al

    viejo

    mundo

    (>,

    es

    decir,

    ni

    de

    manera

    histó¡i_

    camente

    perceptible,

    ni

    por

    la

    fe,

    que

    es

    un

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    9/22

    Teología

    liberal

    giones.

    Más

    tarde,

    se

    relativiza

    esa

    su-

    premacia

    bajo

    el

    influjo

    de la

    escuela

    historicista

    religiosa

    (E.

    Troeltsch).

    Otra

    forma

    de

    la

    teología

    liberal

    entiende

    el

    dogma,

    analógicamente

    a como

    lo

    hace

    el

    ->modernismo

    católico,

    como

    objetivación

    de

    la

    fe

    subjetiva;

    está influida

    por

    F.

    Schleier-

    macher

    y A.

    Ritschl.

    La

    crítica

    bíblica

    (-+bíblica

    [crítica])

    extremis-

    ta.,

    inobjetiva

    y

    determinada

    por

    aprioris

    fllosóficos,

    ha

    de

    ser

    consi-

    derada

    como

    el

    fruto

    más

    trascen-

    donte

    do Ia

    teología

    liberal.

    por

    estar

    fundamentalmento

    en

    oposición

    cra-

    sa

    con

    respercto

    a

    la esencia

    nuclear

    del

    -+protestantismo,

    fuo

    superada

    sin

    dificultad

    por

    la

    -)teología

    dia-

    Iéctica

    e

    (Be-

    kennende

    Kírche).

    Sin

    embargo,

    si-

    guo

    siendo

    un

    peligrq

    que

    se hace

    otra

    vq

    más

    fuerte.

    Teología natural.

    Recibe

    este

    nom-

    bre

    la

    -)ontología

    metafisica,

    en

    cuanto que

    en

    la

    ciencia

    general

    del

    -)ser

    queda

    implicada

    necesariamen-

    te

    una

    afirmación

    analógica (->ana-

    logía)

    del

    ser

    abso,luto

    de

    Dios

     -+Dios

    [teoría

    do],

    -+Dios

    [pru"-

    ba

    de

    la

    existencia

    de],

    -+teoáicea,

    -+teología

    fundamental).

    Teología

    positiva.

    Recibe

    este

    nom_

    bre

    la

    teología

    en

    cuanto

    que

    de Ia

    manera

    más

    exacta

    y

    coÍrecta

    posi_

    ble

    interpreta

    y

    pretende

    reunir

    y

    presentar,

    utilizando

    un

    método

    his_

    tórico

    aposteriorístico,

    las

    afirma-

    ciones

    de

    las

    fuentes positivas

    de

    la

    revelación:

    Escritura,

    tradición

    y

    ma-

    nifestaciones

    del

    magisterio

    eclesiás-

    tico

    de los primeros

    tiempos;

    y

    esto,

    en contrast,e

    con

    la

    teología

    especulativa,

    que

    pretende

    repensar,

    uniflcar

    y

    apropiarse

    entendiéndo,lo

    verdaderamento,

    de manera

    sistemá-

    tiea,

    conformo

    a

    sus

    posibilidades,

    ese

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    10/22

    Theologoumenon

    Theologoumenon.

    Puede llamarse

    .así

    a una

    doctrina

    que

    no está in-

    mediatamente

    testiflcada

    por

    el

    ma-

    gisterio

    eclesiástico

    y

    eue,

    por

    tanto,

    no tiene autoridad

    para

    obligar. Sin

    embargo,

    está

    de

    tal

    manera

    confi-

    gurada,

    y

    de ahí su

    recomendación,

    que

    por

    su medio se aclaran otras

    muchas

    doctrinas

    explícitas

    de

    la

    Iglesia

    en sus

    diversas

    y

    mutuas

    co-

    nexiones, haciéndolas

    do

    ese

    modo

    inteligibles.

    Tiempo. Para

    llegar

    a

    un

    concepto

    .adecuado

    de tiempo

    no hay

    que pen-

    sar

    en

    primer

    término

    en

    el

    tiempo

    medido

    por

    el reloj,

    por

    dos

    razo-

    nes:

    Primera,

    porque

    ese

    tiempo,

    en

    cuanto medida

    externa

    de la

    dura-

    ción

    de los

    procesos

    físicos, es ex-

    trínseco

    a

    1o

    temporal

    en su tempo-

    ralidad

    y

    en su

    tiempo

    intrínseco.

    Segunda,

    porque

    encubre

    el

    hecho

    de

    que

    la medida misma sólo

    puede

    ser

    manejada

    por

    un

    ente

    espiritual,

    que

    ya

    a

    partir

    de su autorrealiza-

    ción interna

    sabe lo

    que

    es tiempo

    y puede

    comparar.

    Por de

    pronto,

    tiempo

    es

    la for-

    ma

    del

    hacerse,

    del devenir,

    propia

    de la

    libertad

    finita:

    el venir desde

    s¡¡

    -)punto

    de

    partida,

    del

    que

    no

    se

    puede

    disponer, al

    propio

    reali-

    zar

    eleúivamente la

    realidad

    propia

    dada

    como

    posibilidad; y

    la llegada

    al estado de

    perfección,

    irr,evocable

    e irrepelifle,

    de su .

    La

    unidad

    y

    la

    oposición

    de

    esos mo-

    mentos

    es

    el

    tiempo

    de este ente;

    momen,tos

    que, por lo

    tanto,

    no son

    el mero estar

    uno

    tras

    otro

    de

    ele-

    mentos heterogéneos en

    una

    serie

    (lo

    cual

    no

    haría

    que

    estos

    elemen-

    tos

    fueran fases

    de

    un

    proceso),

    sino

    eüe,

    por

    el

    contrario, constituyen

    una

    forma

    tem¡roral,

    verdaderamen-

    te

    una. Esta s,ucesión

    experimentada

    de los momentos

    no

    puede

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    11/22

    Tornismo

    lélica,

    que

    Tomás de Aquino

    utiliza

    como

    instrumental

    conceptual

    para

    la

    interpretación

    teológica do

    los

    da-

    tos de la

    revelación.

    Sin

    embargo,

    incluso

    aquí, una

    apreciación

    profunda

    histórico-fllo-

    sófica

    de Sto.

    Tomás de Aquino

    tie-

    ne

    que

    reconocer

    que

    éste no se

    li-

    mita a

    permanecer

    aferrado a

    la

    con-

    dicionaiidad histórica de

    la filosofÍa

    precristiana,

    prepersonal

    y

    cosmo-

    céntrica.

    Por el

    contrario,

    hay

    que

    reconocer a

    Tomás de Aquino

    como

    filósofo

    y

    teólogo

    creador

    y

    original.

    Tomás

    de Aquino, de

    cara a

    1o

    nue-

    vo,

    se

    encuentra

    situado en

    el trán-

    sito de la

    filosofía

    antigua

    precris-

    tiana

    y

    cristiana,

    y

    la

    filosofía

    per-

    sonal, antropocéntrica

    en

    el

    buen

    sentido de

    la

    palabra.

    Filosofía

    que,

    cuando

    no

    se entiende mal

    a sí

    mis-

    ma,

    procede del cristianismo,

    y

    de

    ahí

    su

    actitud

    como instrumento de

    la

    teología,

    con ventaja

    sobre la

    filo-

    sofía

    antigua.

    Si,

    como

    es

    natural,

    con

    cI

    paso

    del tiempo, Sto.

    Tomás

    de Aquino se

    va lentamente

    asimi-

    lando

    el

    papel permanentemente

    vá-

    lido

    de

    padre

    de

    la

    Iglesia,

    también

    es

    verdad

    que

    todavía

    hoy sigue

    siendo

    con razón

    el

    Doctor

    Comfin

    en muchos

    aspectos.

    Enumeraremos

    algunos:

    por

    slr

    respeto

    a

    la

    tradi-

    ción:

    por

    su

    empeño

    intelectual

    por

    la

    claridad:

    por

    su sistematismo

    y

    reducción de

    los

    problemas

    particu-

    lares

    a

    primeros

    principios;

    por

    Ia

    distinción

    y

    unidad de razón

    y

    reve-

    la,ción,

    de

    naturaleza

    y

    gracia,

    de

    rnundo

    e Iglesia;

    por

    su

    probidad

    de

    pensamiento

    y

    por

    la

    autentici-

    dad

    de su

    veneración

    cúltica al

    Dios

    incomprensible.

    Tradición.

    En

    un sentido

    general

    todavía

    preteológico,

    tradición

    es

    la

    transmisión, la

    procedencia,

    es

    de-

    ci.r,

    la

    suma

    de

    todos

    los

    procesos,

    por

    medio de

    los

    cuales

    se van en-

    tregando,

    de

    generación

    a

    genera-

    739

    ción,

    las

    ideas,

    facultades e

    institu-

    ciones conquistadas;

    y

    de

    ahí pasa

    a

    significar

    la

    suma

    de

    lo

    transmiti-

    do do esa manera.

    La tradición ase-

    gura

    la

    continuación

    de

    lo

    que

    se

    comenzó

    una

    vez. Posibilita, además,

    a

    partir

    del saber

    y

    de

    la

    experien-

    cia

    de

    los

    antepasados,

    una

    posi-

    ción,

    desde

    la

    cual

    Io

    nuevo

    puede

    conocer su

    puesto y

    su

    valor.

    Con

    todo, la

    tradición está.

    por

    otra

    parte,

    expuesta

    al

    peligro

    de

    perder

    la

    apertura

    ante

    lo

    venidero

    y

    de

    llevar

    a

    un

    aferramiento

    esté-

    ril

    al

    pasado.

    El

    contenido de

    la tra-

    dición

    es

    menos

    un saber de hechos

    y

    de

    habilidades técnicas

    que lo que

    pono

    de manifiesto

    un determinado

    sentido

    para

    la

    sociedad

    que

    tiene

    su consistencia

    en

    la

    tradicíón.

    Así

    los

    acontecimientos

    políticos

    impor-

    tantes;

    la

    configuración

    de1

    derecho,

    del

    arte,

    de los

    usos

    y

    costumbres;

    el

    lenguaje

    y

    también

    el

    saber

    y

    el

    actuar religiosos

    (mito,

    culto); todas

    estas cosas

    constituyen

    las

    formas de

    vida

    y

    las üvencias en

    que

    se

    plas-

    ma

    la tradición

    y

    se convierte en

    fierza

    configuradora

    de

    la

    sociedad.

    La

    tradición

    proporciona

    dignidad

    y

    estabilidad

    a las

    instituoiones socia-

    les

    y

    a

    las formas

    comunitarias

    (Es-

    tado, familia, adrninistración de

    la

    justicia,

    etc.), afianza la autoridad

    y

    da

    orientación

    y

    consistencia a

    Ia

    evolución.

    Basada

    en la

    ->historici-

    dad

    del

    hombre,

    la relación hacia

    lo

    transmitido

    crece,

    por

    una

    parte.

    en virtud del

    respeto ante las

    fuer-

    zas

    eficaces

    contenidas en el depósito

    transmitido

    y, por

    otra. en

    ürtud

    de

    la

    confrontación

    con las

    exigencias

    del

    presente.

    Junto

    a

    esa

    relación.

    crece también la relación hacia

    la

    propia

    historia

    en la

    sociedad de

    los

    antepasados, del

    estado

    y

    del pue-

    blo

    respectivo.

    I-,a

    auténtica apropiación

    de lo

    transmitido

    no

    se tiene

    quc

    realizar

    necesariamento

    en

    una toma de

    po-

    740

    rirr,,lr

    críliclr. o cn

    Ia

    conciencia de

    lrr t

    olrtliciolurlida«l

    histórica

    del

    pa-

    ',;rrl,r.

    l'cllcncce

    a

    la

    esencia del

    ho,m-

    lrrr,

    t'l

    cncr¡¡ltrarse

    también

    en

    me-

    rlr,r

    rlt'. r¡nu.

    concatenaCión ingenUa O

    rrrtllciu.

    Dc

    todos

    rnodos, en épocas

    ,lt'

    trrrnsición, en

    las

    que

    las

    fuer-

    z;rs

    rlc

    l¿r

    tradición inf,uyen menos, la

    nuuvrr generación

    exige

    a

    menudo

    lrr t'lccción

    y

    anuencia consoientes

    de

    lo

    (lurJ

    ha

    de conservarse

    y

    tiene

    que

    ( ()ni'icrvarse

    para

    un

    tiempo

    indeter-

    ruinado

    venidero.

    La

    tradición

    está

    s«rmetida

    a

    una evolución lenta

    poco

    pclccptible,

    dentro

    del curso

    conti-

    ¡rrraclo

    de

    la historia.

    Por

    el

    con-

    (rario,

    las revoluciones

    rompen

    ese

    proceso,

    aunque

    tampoco

    puedan

    acontecer

    totalrnente

    fuera

    de

    la

    tra-

    dición.

    La

    importancia

    de

    ésta

    puede

    pasar

    a

    segundo

    plano

    temporalmen-

    te frente

    a la

    acrecentada

    apertura a

    lo

    nuevo

    y al

    progreso. Sin embargo,

    sigue

    constituyendo

    siempre

    la

    base

    ds

    todo nuevo

    comienzo,

    que

    ha

    de

    ser

    elaborada una y otra

    vez

    por

    cada

    época.

    De

    acuerdo con

    esto, tradición,

    en

    la

    teología católica,

    significa el

    pro-

    ceso

    y

    el contenido

    de

    la

    transmisión

    de la verdad

    revelada,

    que

    en

    rilti-

    mo

    término

    tiene

    su

    punto

    de

    parti-

    da

    en

    la

    predicación

    oral

    de los

    portadores

    originarios

    de la

    -)reve-

    lación

    cristiana

    (sobre

    todo,

    ->Jesu-

    cristo

    y

    los

    ->apóstolcs).

    Transmi-

    sión

    o,ue, además,

    para

    ser tradición

    en

    sentido

    católico, tiene que

    acon-

    tccer bajo

    la

    asistencia

    del Espíritu

    Santo

    y

    por

    medio

    de

    la Iglesia,

    des-

    arrollándose

    así la

    verdad revelada

    (+dogma)

    transmitida de

    esa ma-

    nera.

    La

    tradición

    originaria

    quedó

    fijada

    en la

    -)Sagrada

    Escritura

    por

    la

    primera generación

    de la Iglesia;

    pero

    aun

    después

    de

    esa

    fijación,

    la

    conciencia

    de la

    fe de

    la

    Iglesia

    aceÍca

    de la

    extensión

    (->cano,n)

    y

    sentido

    de

    la

    Escritura, transrnitida

    en

    Ia

    tradición

    y

    proclamada

    auto-

    741

    Tradició¡r

    ritativamente

    por

    el magisterio,

    y

    en

    este

    sentido

    Ia

    tradición

    misma

    siguo siendo

    norrla formal

    de

    la

    in-

    terpretación

    de la Escritura.

    De

    tal

    manera,

    que

    en

    este

    senti-

    do

    se dan

    dos

    del

    conoci-

    miento de

    la

    revelación:

    Escritura

    y

    tradición

    (Dz

    783 e.p.);

    teniendo

    incluso

    la

    tradición una

    precedencia

    iógica respecto

    a la Escritura.

    Sin

    embargo,

    puesto

    que

    por

    otra

    parte

    la

    conciencia

    de

    la lc de

    Ia Iglesia

    posterior,

    y

    asi

    Ia

    .

    per-

    manece siempre

    ünculada a

    la

    dc¡:

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    12/22

    Tradición

    tanto, en esta

    histcria,

    conserva, des-

    arrolla

    y

    hace

    presente

    en

    cualquier

    momento la

    verdad de

    Cristo.

    Hay

    que

    distinguir de

    la

    tradición

    en sen-

    tido

    estricto, lo

    que

    se transmite doc-

    trinal

    o

    disciplinariamente como tra-

    dición

    en

    sentido amplio, sin recurso

    directo a la autoridad

    del Dios

    que

    se

    revela

    y

    que

    siempre

    se

    hace

    escuchar

    por

    medio

    de

    la

    Iglesia

    (cf., p.

    ei.,

    -)consensus).

    Tradicionalismo.

    Doctrina de

    al-

    gunos

    teólogos

    y

    filósofos católicos

    del

    s. xlx, tales

    como

    Bonald, Bau-

    tin, Bonnetty,

    que

    surgió como una

    salida

    contra

    el

    racionalismo y

    el

    escepticismo.

    S,egún ella,

    los conoci-

    mientos metafísicos no

    pueden

    al-

    canzarse

    con la

    raz6n

    individual;

    sólo

    pueden

    ser

    conocidos

    con

    cer-

    teza

    plena

    por

    medio

    de

    una reve-

    lación

    (-+revelación originaria)

    que

    da

    autoritativamente

    testimonio

    de

    por

    medio de las lenguas,

    el es-

    píritu

    de

    los

    pueblos,

    la

    tradición, la

    Iglesia.

    el

    sentido común,

    etc.

    Esta

    doctrina, rechazada

    por

    la Iglesia

    (Dz

    1622

    ss 1649ss 1795 1806;

    -+Dios

    [prueba

    de

    la

    existencia

    de]), unila-

    teraliza

    la

    historicidad inevitable

    del

    conocimiento

    humano; hace

    a

    la

    -+revelación

    única fuente

    del cono-

    cimiento cierto,

    el cual

    pierde preci-

    samente con

    ello

    su historicidad:

    pasa

    por

    alto el

    que

    tanto

    la

    tradi-

    ción como la

    revelación histórica

    necesitan

    un

    destinatario:

    la

    ->r¿r-

    zón humana,

    que

    decidiéndose rcs-

    ponsablemente

    (es

    decir, viniendo

    de

    los

    fundamentos de su

    esencia)

    puede

    aceptar

    la palabra

    histórica.

    Traducianismo. Doctrina

    según la

    cual

    el

    alma

    del

    niño

    so

    origina

    del

    proceso

    material de

    la

    generación

    (traducianismo

    material)

    o es

    una

    parte

    del

    alma

    de

    los

    padres

    (tradu-

    cianismo

    espiritual). El traducianis-

    mo

    surge

    una

    y

    otra

    vez

    en

    la

    teolo-

    743

    gía

    católica

    hasta

    el s.

    xtx,

    debido

    a

    que

    con é1 algunos

    problemas

    (p.ej.,

    el

    del

    +pecado

    original)

    pueden

    re-

    solverse aparentemente

    con

    más

    fa-

    cilidad. Como doctrina

    garantizada

    por

    el

    magisterio

    ordinario

    (Dz23Z7;

    --)creacionismo)

    hay

    que

    sostener

    hoy

    día

    lo

    siguiente:

    El

    ->alma

    es-

    piritual, en

    cuanto

    principio

    simple

    y

    substancial del

    ser absolutamente

    irrepetible en

    cada

    caso,

    sólo

    puede

    tener

    su fundamento en

    un

    acto de

    Dios

    por

    -+creación;

    aunque esta

    creación.

    como

    posibilitación

    de

    una

    autosupresión

    de

    la fuerza evolutiva

    de

    la criatura,

    hay

    que

    pensarla

    tan

    vinculada al

    hacerse de

    la nueva vida,

    que

    los

    padres

    sean

    realmente la cau-

    sa del

    nuevo hombre.

    Transfiguración

    de

    Jesús.

    Asi se

    designa el

    suceso de

    la vida de

    Jesús

    narrado

    en

    Mt

    17,

    l-9; Mc

    9,

    2-9;

    Lc

    '9, 28-36;

    2

    Petr

    1,

    16-18. Tres

    discípulos

    ven a Jesús

    orante,

    en

    un

    resplandor místico,

    hablando con los

    representantas

    de

    la antigua ley

    y

    ds

    los

    profetas (Moisés

    y

    Elías)

    acer-

    ca

    de

    las

    cosas

    que

    habrían de

    su-

    ceder. En

    ese

    momento,

    por

    medio

    cle

    una

    voz

    del

    cielo

    y

    de

    la

    como símbolo

    de

    la

    presencia

    de

    Dios

    (Ex

    40, 34-38), Jesús

    queda

    tes-

    tificado como

    mesías, como segundo

    Moisós

    cn

    cl

    monte

    del

    Señor

    (Ex

    24, 15-18).

    como curmplimiento de

    la

    alianza

    y

    cle

    la

    profecía

    libre. En

    un

    scntido

    totalmente

    diverso',

    se

    habla

    también

    de transllguración

    de Jesús

    refiriéndose

    a su

    glorificación

    des-

    pués

    de

    la

    -+r,esurrecoión.

    Transubstanciación

    es la

    transfor-

    maci(rn de las

    -)substancias

    del

    pan

    y

    del

    vino en las substancias del

    cuerpo

    y la

    sangre

    de

    Cristo,

    que

    tiene

    efecto

    por

    Ia consagraoión

    eu-

    carística

    (-+misa

    [sacrificio

    de la])

    en virtud

    del

    poder

    de

    Dios. Por

    ese medio

    se

    hacen

    presentes

    el

    cuer-

    lrrr

    y

    lir

    slngro,

    permaneciendo la

    rt'¡rlitl¡rtl «lc l:u

    apariencias sensibles

    (

    'c.,¡rc(ic

    cr¡carística)

    del

    pan y

    del

    ,''irro

    l.rr doctrina def,nida

    de

    la

    Iuursrrbsl:rnciación

    (Dz

    ,884)

    no

    quie-

    r

    c

    \cr

    una

    explicación

    objetiva

    de

    ('()nr()

    y

    dc

    la manera en

    que

    se lleva

    ;r

    crrlro

    la

    presencia

    de

    Cristo.

    Quiere

    srilo

    irlirmar

    de

    una

    manera

    distinta,

    y

    (lue

    cxcluya

    las

    malas

    interpreta-

    tioncs,

    eue,

    según

    las

    palabras

    de

    ('r'i:;t«r,

    lo

    que

    Él

    o{rece

    es

    precisa-

    lncnte

    su

    cuerpo

    y

    no otra

    cosa;

    Y

    (lue.

    además,

    la realidad

    empírica-

    nlcnts

    perceptible

    puede

    reconocerse

    cl:rramente todavía;

    más

    aún,

    que

    huy

    que

    reconocerla

    como

    la

    reali-

    d¿rd

    de

    la apariencia

    del

    pan.

    Cuál

    es en

    este contexto

    de

    la

    de-

    linición estricta

    de

    Trento

    la noción

    de

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    13/22

    Trento

    refor¡¡adoles protest¿rntes

    del

    s. xvl

    :

    extensión

    del

    -+s¿¡on de

    Ia

    Sagra-

    da

    Eecritura,

    importancia

    normativa

    de la

    ->tradición,

    doctrina

    acerca

    del

    ->pecado

    original

    y

    de

    la

    -)con-

    cupiscencia;

    doctrina

    acerca

    de

    La

    -+gracia,

    de

    la

    +justificación,

    del

    ->mérito,

    de

    7a certeza

    respecto a

    la

    propia

    salvación

    (+salvación

    [cer-

    teza de la

    propial),

    ,-)perseverancia;

    doctrina

    sobre

    los

    siete

    sacramentos

    en

    general,

    con

    -)bautismo

    y

    -)con-

    firmación, y

    sobre

    la

    -+eucaristía

    (-+transubstanciación)

    y

    el sacrificio

    de la misa

    1->misa

    [sacrificio

    de

    la]),

    la

    confesión

    (-+penitencia

    [sacramen-

    to de

    lal),

    -)unción

    de

    los enfermos,

    -*orden

    y

    -+matrimonio

    en

    particu-

    lar;

    doctrina

    sobre

    el

    ->purgatorio,

    la veneración

    de

    los

    santos

    (-)san-

    tos

    [veneración

    de

    los])

    y

    sobre

    las

    ->indulgencias,

    Tribulación

    es

    un

    concepto

    del

    NT

    que

    no

    puede

    faltar

    en la

    inter-

    pretación

    cristiana,

    no idealizada,

    de

    la

    existencia

    hurnana

    cristiana

    (-)ten-

    tación,

    -+mundo,

    -)muerte).

    El hom-

    bre

    sigue

    siendo

    el

    atribulado, el

    afectado

    por

    la

    experiencia

    de

    su

    finitud,

    de

    la

    fatiga

    del trabajo,

    de

    su

    rnortalidad.

    Y como cristiano

    es

    eso

    con

    mayor

    agudeza

    (Ioh

    17,

    14).

    No Ie

    es lícito

    al

    cristiano

    rehuir

    esta

    situación.

    Tiene

    que

    soportar

    este

    corto

    tiempo

    de la vida

    en

    vir-

    tud

    del

    Espíritu

    (1

    Thes

    l,

    6),

    con

    confianza

    en

    la

    gracia

    de

    Dios

    en

    Cristo

    (Ioh

    i6,

    33)

    como

    participa-

    ción

    en

    el

    destino

    de

    Cristo; tiene

    que

    soportar

    este

    pequeño

    lapso

    de

    tiempo

    de la

    vida

    con

    constancia

    es-

    peranzada

    (Ioh

    16,

    16

    ss).

    Ilicotomismo.

    El

    tricotomismo

    es

    una

    doctrina

    errónea

    que,

    a

    p€sar

    de serlo, surge

    una

    y

    otra

    vez

    en

    el

    curso

    de la historia

    del

    pensaneiento

    occidental.

    Segfin

    el

    tricotomismo,

    el

    hombre,

    en

    su esencia

    substancial,

    1A1

    está

    constituido

    por

    tres realidades,

    cuerpo,

    alma

    y

    espíritu, que

    se

    dis-

    tingtien entrc

    con

    -+distinción

    rea[.

    Esta

    doctrina

    fue

    rechazada

    por

    el

    magisterio

    cclesiástico

    (Dz

    148

    255

    33;8 480s 738

    1655).

    Separa

    de-

    masiado

    al espíritu del hornbre;

    es

    decir, a

    la

    persona,

    a Ia

    historia

    es-

    piritual

    libre, con

    frecucncia aun

    sin

    quererlo,

    les

    separa demasiado

    de

    la

    realidad

    corpórea,

    de

    lo

    material.

    No

    puede

    entende¡ verdaderamente

    la

    historia de la realidad

    material

    como historia del espíritu

    y

    así

    no

    puede

    entender

    la

    redención

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    14/22

    Trinidad

    ceptualización

    occidental

    (-*natura-

    leza,

    ->persona,

    -)esencia,

    etc.).

    Como

    era

    de

    esperarse

    a

    priori,

    apa-

    recen las

    herejías

    fundamentales

    si-

    guientes:

    -+Modalismo,

    según

    el

    cual

    la

    Trinidad

    de

    personas

    no

    sig-

    niflca

    sino

    tres

    aspectos

    o

    maneras

    de

    presen'tarse

    Dios

    a nosotros.

    -+Triteísmo,

    para

    el

    que

    Padre,

    Hijo

    y

    Espíritu

    Santo

    so,n sencillamente

    tres dioses

    que

    forman

    sólo

    una

    uni-

    dad conceptual.

    Por

    fin,

    -)subordi-

    nacionismo

    en

    sus

    diversas

    formas:

    el Hijo

    y

    el Espíritu

    Santo

    son

    triple.

    Así

    pues,

    a

    pañir

    de

    nuestro

    cono-

    cimiento

    vivencial por

    la

    fe,

    que

    nos

    regala

    la misma palabra

    de

    Dios

    (Escritura,

    Jesucr,isto),

    podemos

    de-

    cir:

    La

    absoluta

    autocomunicación

    de Dios

    al

    mundo,

    como

    misterio

    qlre

    se

    nos

    ha

    acercado.

    se llama

    en

    ou originariedad

    absoluta.

    Padre;

    co-

    mo

    principio

    idéntico

    que

    actfia

    en

    la historia,

    Hijo;

    como

    donado

    a

    nosotros y

    por

    nosotros

    aceptado,

    Espiritu

    Santo.

    En estos

    diferentes

    so trata

    realmente

    de

    la auto-

    comunicación

    de

    Dios

    . La

    tríada

    expresada

    es

    una

    tríada

    de

    Dios

    en

    sí. Sin

    embargo, puesto

    que

    751

    ambos casos

    versan

    sobre

    la

    comu-

    nicación

    de

    Dios

    y

    no

    sobrs

    dos

    efectos

    creados

    distintos,

    se

    trata

    siempre

    lo

    dicho

    la

    tarea

    ulterior

    de

    poncr

    en claro

    la

    importancia

    religiosa

    dc

    esa

    doctrina

    de la

    Trinidad

    a

    Dios:

    como Dios se

    crr

    munica de

    un

    modo

    absolut«r conl()

    el

    que

    no

    tienc nornl¿t

    alguna

    superior a El

    (),

    y

    como

    esta comunicacirin

    se rcaliz:r

    necesariamente

    en

    dos nrod

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    15/22

    Trinitaria

    (teología)

    presencia

    histórica de

    la autoexpre-

    sión

    de Dios

    en

    el mundo

    (-)>,

  • 8/20/2019 Diccionario teológico T-Y

    16/22

    f

    Unción

    do los entermos

    Dios.

    Asi,

    toda

    esta acción

    lleva en

    sí las

    propiedades

    esenciales de

    un

    -)sacramento.

    Si

    se

    tiene

    a

    la

    lgle-

    sia instituida

    por

    Cristo como

    y

    se

    considera

    que

    son necesaria