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  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    1/11

    Racionalismo.

    Se

    daria

    un

    racio-

    :nalismo

    en teologa

    si el

    telogo, en

    sus afirmaciones,

    no

    fuera

    conscien-

    te

    de

    la

    analoga de sus conceptos;

    del

    carcter

    ltimo

    de

    adoracin

    y

    alabanza

    de

    la confesin

    cristiana;

    de la

    referencia

    do las afirmaciones

    dogmticas,

    ms

    all

    de

    s

    mismas,

    a la

    persona

    real.

    a la

    que

    quiere

    referirso toda

    proposicin

    dogmti-

    ca, a

    Dios

    y

    a

    sus

    decretos;

    de

    la

    abierta referencia

    de

    toda

    compren-

    sin

    y

    concepcin

    a la

    adical

    toma

    de

    posesin

    de todo

    nuestro

    saber

    y

    sentir

    por

    el

    mismo misterio

    in-

    comprensible.

    La

    teologa

    ha

    de

    ser

    clara

    y

    exacta.

    Como disciplina

    cien-

    tfica,

    no

    puede

    ser

    un

    ->kerygma

    que

    alaba inmediatamente

    a

    Dios

    y

    conduce

    al

    hombre.

    Sin

    embargo,

    es

    una

    ciencia

    de

    fe.

    Por

    lo tanto, don-

    de hace

    parecer

    la

    religacin

    autn-

    tica

    a la fe

    personal

    como

    auto-

    entrega

    a la disposicin

    libre del

    misteio

    absoluto,

    que

    llamamos

    Dios,

    se

    convierte en

    chalatanera

    inteli-

    gente,

    que

    en

    su agudeza

    racionals-

    tica

    de

    ingenio

    slo

    da como resul-

    tado la incredulidad.

    Razn

    y

    entendimiento

    apenas

    se

    diferencian on

    el

    lenguaje

    corriente

    de

    la

    Iglesia.

    Se refieren

    a

    la

    capa-

    cidad cognoscitiva

    espiritual

    del hom-

    bre,

    que

    est caracterizada

    por

    su

    trascendentalidad

    (-)trascendencia,

    -+Espritu)

    y,

    de

    esa manera,

    por

    su inevitable

    referencia

    a

    Dios,

    si

    bien

    esta

    riltima

    puede

    tambin

    exis-

    tir

    a

    manera

    de

    negacin.

    Para

    que

    esta

    potencia

    venga

    a

    si

    misma

    y

    ejercite

    su trascendencia

    necesita apli-

    607

    R

    carse

    al

    mundo,

    a

    io

    sensiblemen-

    te

    perceptible, y por

    tanto

    a la

    libertad

    de aceptar su

    autoco-

    municacin

    reconciliadora

    y

    reden-

    tora. Tanto

    el

    contenido

    de la

    re-

    dencin,

    es

    decir. la vida divina dada

    por,

    como

    y

    con

    el

    perdn

    de

    la

    culpa, as como tambin

    su

    acepta-

    cin, son

    dones

    libres

    de

    Dios. Esto

    significa

    que,

    por

    parte

    de

    Dios,

    la

    redencin no es debida

    al hombrE,

    La

    redencin,

    que parto

    de la inicia-

    tiva

    absoluta

    del

    Padre

    (cf.

    Eph

    l,

    3-23), est

    totalmente

    vinc-ulada a

    la

    persona

    histrica de

    -+Jesucristo

    y

    a su

    obra

    (Hebr

    10,

    5-9; Phil 2, 5-11).

    La misericordia

    de

    Dios

    no

    se hace

    realidad

    por

    el

    hecho de

    que

    Dios

    haco desaparecer el

    pecado

    (y

    lrt

    provisoriedad

    necesitada

    de reden-

    608

    (r

    l0

  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    2/11

    Redencin

    cin de

    toEspritu

    Santo).

    FIay

    que

    tener

    en

    cuenta

    que

    Ia

    citadr

    reconcilia-

    cin

    ha

    quedado

    abierta

    y

    dada por

    parte

    de

    Dios,

    vale

    para

    todos los

    hombres

    (2

    Cor

    5, 18s;

    cf.

    Col

    1,

    2l

    s; Ioh

    3,

    16)

    y precede

    a

    la

    acep-

    tacin

    personal, en

    la

    -)[e,

    de

    esa

    reconciliacio

    o redencin

    (contra

    todo

    predestinacionismo,

    cf.

    1 Tim

    2. 4ss;

    Dz

    194

    371

    536

    794

    795

    BCO

    e.p.).

    Ya

    en Pablo

    tiene

    'tarnbin

    la

    for-

    ma de la

    justicia

    divina,

    en cuanto

    que

    Dios

    quiso

    la

    vida humana

    ds

    str Hijo

    como

    transferencir, entrega

    6ll

    sumisa radicalmente

    amofosa

    en

    la

    enajenacin

    de

    la

    -+muerte

    (Ioh

    10,

    17

    s; Mc

    10,

    45;

    Hebr);

    as

    dio

    a la

    humanidad, una

    y

    solidaria, un

    sacrificio

    satisfactolio

    y

    reconcilia-

    torio

    (Phil

    2,5-11).

    En esta

    medida

    puede

    y

    debe de-

    cirso

    que

    Dios,

    redimiendo

    al

    mun-

    do,

    perdon

    la

    culpa,

    puesto

    que

    Cristo,

    y

    no

    nosotros,

    satisfizo

    en

    la

    muerte

    de

    cruz

    por

    todos nosotros

    (Dz

    79 794s 799

    809;

    sobre

    todo

    2318),

    y

    puesto

    que

    Dios

    es

    el

    que

    nos

    ha

    reconciliado.

    Sobre

    todo

    si

    no olvidamos

    que

    incluso

    la

    acep-

    tacin

    libre de esta

    reconciliacin

    por

    parte

    del

    hombre

    particular

    es

    una

    vez ms la obra de Dios,

    -+jus-

    tiflcacin.

    Con

    respecto

    al tratado

    teolgico

    de la redencin,

    -+5ar1s-

    riologia.

    Regeneracin.

    En

    la

    Escritura

    se

    llama

    con

    frecuencia

    regeneracin

    (Ioh

    1, 13ss;

    Tit

    3,

    5,

    etc.)

    a

    la

    ->justificacin (-+bautismo)

    del hom-

    bre

    pecador,

    en

    dos

    aspectos: a)

    Por

    cuanto en ella,

    por

    medio

    de

    la

    ->gracia

    santificante

    habitual,

    se

    pro-

    porciona

    al

    pecador

    la ntima

    y

    per-

    manentc

    vitalidad

    que

    necesita para

    realizarse,

    de

    acuerdo

    con

    la voluntad

    y

    santidad

    divina,

    como

    hijo

    de Dios

    con

    vistas

    a

    la

    vida eterna;

    es decir,

    para

    ser

    en su

    sentido

    su-

    premo.

    ) Se

    llama

    regeneracin

    a

    la

    justificacin

    en

    cuanto

    Dios

    da

    nuevamente

    (:

    Ioh

    3,

    7)

    y

    de forma

    gratuita

    esa

    vida di-

    vina

    al

    pecador

    que

    ya

    no

    posee

    la

    gracia

    del

    estado

    original

    por

    razn

    del

    -+pecado

    original, o

    que

    no

    po-

    se,e

    la

    justificacin

    por

    razn

    del

    pecado

    personal.

    Regula fidei. En

    un

    sentido

    muy

    general.

    significa la

    norma autoritati-

    va

    de la

    fe del

    cristiano

    particular.

    Es

    decir,

    la

    )revelacin

    divia

    en

    cuanto

    palabra

    de la

    -+Sagrada

    Es-

    critura

    y

    de la

    -)tradicin,

    inter-

    pretada

    autnticarnente

    por

    el

    ->ma-

    gisterio

    de

    la

    -+Iglesia.

    En

    sentl'do

    ms estricto,

    significa

    los breves com-

    pendios

    do

    Ia

    fe

    cristiana

    ya

    exis-

    tentes

    en la

    Iglesia

    primitiva

    desde

    ios

    tiempos

    apostlicos.

    Compendios

    que, poco

    a

    poco,

    se

    han ido conden-

    ando

    y

    fijando en

    los

    -+smbolos

    de

    la fe

    hoy

    vigentes.

    Son

    regula

    lidel,

    sobre

    todo,

    en

    cuanto

    que

    se

    proponan

    evitar

    las

    concepciones

    herticas.

    Reino

    de

    Dios

    puede

    signiflcar

    dos

    cosas:

    a)

    La

    ttalidez

    de

    Ia

    vo-

    luntad

    santa

    y

    salvfica

    de Dios

    (como

    creador, conservador,

    legisla-

    dor,

    donador

    de

    la

    gracia

    sobrenatu-

    ral) en

    la

    creacin

    entera

    y,

    sobre

    todo, en los

    hombres

    y

    en

    los

    nge-

    les.

    ) La

    vericacin

    fctica de esa

    voluntad

    (-->bosleia).

    En

    cuanto

    que

    la

    historia contina

    su curso

    todava

    Ia verificacin de

    esa voluntad

    est a(tn hacindose,

    es

    decir, el reino

    de

    Dios

    est

    toda-

    va

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    3/11

    Relcin

    que

    Ia doctrina

    de

    la

    lglesia

    define

    como relacin

    el modo

    de

    ser

    de

    Ias

    tres

    personas

    divinas

    en

    la

    -+Ti-

    nidad.

    a

    diferencia

    del

    de la

    natu-

    raleza

    divina nica,

    quo

    como

    tal

    es

    un ser

    absoluto

    y

    no

    relativo

    (Dz

    2'18

    280 281

    703). Las

    cuatro

    rela-

    ciones divinas

    (paternidad,

    filiacin,

    activa

    y

    pasiva)

    f

    un-

    damentan

    por

    su

    oposicin,

    siem-

    prc que

    sta se

    d. la

    distincin

    de

    las tes

    peruonas.

    I-Iacen

    por

    Io

    me-

    nos

    negativamente

    inteligible, en la

    medida

    en

    que

    esto

    resulta

    posible

    lratndose de

    un

    -+misterio

    absoluto,

    crno

    Dios

    puede

    ser trino

    en las

    personas

    (relativas) y,

    con todo, ser

    uno

    en

    la

    unidad de una

    naturaleza

    (absoluta).

    Hacen

    tambin

    ms

    com-

    prensible

    el concepto

    de

    la

    -+peri-

    khorcsis. El

    principio

    de

    que

    dos

    cosas idnticas a

    una

    tercera

    (a.qu,

    las

    tres

    pers,onas

    con

    la

    esencia) tie-

    nen

    quo

    ser

    idnticas

    entre s.

    puede

    quedar

    circunscrito

    a Ios seres

    ab-

    solutos,

    negando

    su

    validez

    para

    los

    seres meramente

    relativos.

    De

    esta

    manera la diflcultad

    fundamental

    con-

    tra

    la

    Trinidad.

    aunque no

    pos,itiva-

    mente

    salvada,

    cosa

    quo

    no

    es

    icito

    esperar,

    aparece

    por

    io

    menos como

    no decisiva.

    Relalivismr.

    Doctrina segn

    la

    cual el

    hombre

    posee

    solamente

    ver-

    dades

    que

    son acertadas con

    respec-

    to a

    determinado sistema

    finito

    (a

    saber.

    la

    totalidad en

    cada

    momen-

    to

    diversa de

    su

    experiencia),

    junto

    al

    cual se

    dan otros sistemas

    igual-

    mente

    legtimos.

    Este

    relativismo,

    como

    proposicin

    universalmente v-

    lida,

    carece

    ya

    de sentido

    por

    la

    simple

    razn

    de que

    se destruye a

    s misma,

    puesto

    que

    tal

    proposi-

    cin. ref

    erida

    a

    un sistema

    deter-

    minado,

    puede

    ser

    rechazada

    por

    ste como falsa.

    En

    teologia,

    el

    re-

    lativismo

    constituye

    un

    peligroso

    seductor,

    pues

    en

    virtud

    de incansa-

    615

    bles esf

    rerzos

    (demasiado

    incansa-

    bles

    para que

    sea

    verdad),

    pretende

    haber

    llegado

    a

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    4/11

    Religin

    mrisica.

    conceptualizacin

    de la

    filo-

    sofia

    -

    y

    las

    formas

    de

    vida

    social.

    La

    religin

    toma

    cuerpo

    y

    se

    hace

    presente

    en

    la

    unidad

    universal

    de

    religin

    y

    cultura,

    de

    religin

    y

    so_

    berana;

    y,

    en

    esa

    unidad"univrsal,

    tanto

    el

    orden

    social

    como

    la

    cul-

    tura

    alcanzan

    el

    grado

    supremo

    de

    obligatoriedad.

    pero

    precisamente

    en

    esta

    unin

    universal

    la

    religin

    se

    Pon:

    el

    peligro

    de perder

    su

    dife_

    rcncractn

    esenciaI

    con

    respecto

    a

    Ia

    soberana

    y

    a Ia

    cultura.

    l

    torn-

    Dro,

    en

    vez

    do

    descubrir

    en

    la

    reli-

    gin

    su

    finitud

    y

    la

    necesidad

    de

    una

    ,salvacin,

    forma

    con

    ella

    un

    mundo

    infinito

    encerrado

    .n

    .

    _ir_

    mo.

    _En

    lugar

    de

    abrirse

    a

    lo

    santo

    en

    Ia

    veneracin

    y

    adoracin,

    Io

    loenttlrca

    consigo

    mismo

    y

    con

    el

    mundo

    que

    ha

    originado;

    y

    a"

    o

    manera

    dispone

    de

    Io

    santo

    mismo.

    En,ello.se

    h,1ce

    patente

    la

    proximi_

    dad.de

    la

    religin con

    respecto

    a

    Ia

    magia.

    Esta

    ambivalencia

    '".

    propiu

    do

    la-religin

    como

    manifestu";On'j"

    Ia-

    vida

    humana.

    y,

    por

    lo

    t"nto,

    ,"

    oa

    permanentemente.

    Con

    todo,

    en

    la

    concretizacin

    de

    l"

    "xist"n"ia

    umana

    no

    existe

    una

    manifesta._

    cin

    de

    la

    religin

    tan

    corrompida,

    que

    -no

    alimente

    en

    su

    seno

    la

    ihis_

    pa

    de

    su

    esencia

    autntica

    ""t."-i^

    enizas

    del

    error,

    y

    quo

    no

    conser-

    1e..1

    nesa

    de

    todo,

    una

    posibilidad

    regttlma.

    pero

    tampoco

    se

    da

    una

    mantestacin

    de

    la

    relign

    tan

    su_

    blime

    y

    luminosa. que en

    su

    factici_

    oad

    concreta

    pueda

    ser

    considerada

    como

    la

    forma

    de

    ta

    religiOn

    pr

    antonomasia.

    y

    esto

    es

    vlido

    tm_

    :l:i.

    Y

    de

    manera

    especial

    para

    el

    cnstranrsmo,

    si

    se

    Ie

    considera

    no

    en

    su puro

    origen,

    sino

    en

    su

    vida

    concreta

    -

    a

    lo

    largo

    de

    ia

    historia.

    1un9r:

    hay que

    tener

    en

    cuenta

    que

    el

    cristianismo.

    como

    forma

    escato_

    rogrca

    de

    la

    religin,

    tiene

    institu_

    cronat

    y

    profticamente

    Ia

    capacidad

    tmperecedera

    (--+magisterio.

    _)san_

    6t9

    tidad

    de

    Ia -+Iglesia)

    de ir

    conrra-

    distinguiendo

    de

    su

    esencia

    todo

    lo

    que

    no

    pertenece

    a ella.

    2.

    El

    cristianismo

    y

    las

    demtis

    religones

    (cf

    .

    -+religiones

    no

    cris-

    tranas).

    El

    cristianismo,

    conforme

    a

    su

    esencia,

    es

    Ia

    libeacin

    de la

    re_

    ligin,

    puesto

    que

    la

    .-+rea q,le

    en

    l

    comienza

    a hacerse

    realidid

    no

    puede

    ya

    identificarse

    con

    ninghn

    mundo

    .histrico;

    o, por

    lo

    meos,

    ta te

    cnsUana,

    en

    virlud

    de

    su

    esen-

    cia,

    r

    deshaciendo

    una y

    otra

    vez

    semejantes

    identificaciones

    a

    lo

    lar_

    go

    de la

    historia,

    El

    cristianismo

    hace presente

    la

    provisoriedad

    e

    toda

    piedad

    individual

    y

    do

    todas

    las

    formas

    objetivas

    dei culto.

    l

    hacerlo,

    pone

    en

    tela

    de

    juicio

    reite_

    radamento

    todas

    las

    tentativas,

    in_

    cluso

    las

    normales

    para

    un cristiano,

    de

    malentender

    Ia

    religin

    como

    autoafirmacin

    del

    individuo

    o

    como

    mera

    garanta

    del

    orden

    social,

    Con

    todo,

    ol

    cristianismo

    no

    es

    una

    l

    beacin

    de

    manos

    de

    ta

    religi;,

    tal

    como

    lo

    ha

    pretendido

    el

    bidis-

    mo

    en

    su

    forma

    primitiva.

    EI

    cris_

    tianismo

    es

    religin,

    y,

    por

    lo

    tanto.

    reconoce

    que

    todava

    no

    ha

    llegado

    el

    momento

    del

    conocimiento

    iime_

    diato

    de

    Dios,

    de

    la

    gnosis,

    en

    alguna manera

    la

    ->ri5sa,

    ,.

    todas

    las

    formas

    de

    espiritualism

    pretendan

    una

    anticipacin

    de

    la

    rnmedratez

    total.

    pues

    bien,

    la

    histo_

    ria

    del

    cristianismo

    se

    desarrolla

    entr.e,esa

    anticipacin

    y

    Ia

    recada

    temtble

    en

    la

    impotencia

    total

    con

    respecto

    a la

    salvacin

    propia.

    carac_

    terstica

    de

    Ia

    retigin

    pagana.

    El

    cristianismo

    reconoce

    el

    carc_

    ter

    absoluto

    de

    Dios

    frente

    a

    todos

    los

    aspectos

    terrenos

    de

    la

    religin:

    reconoce

    simultneamente

    ese

    carc_

    ter

    absoluto de Dios

    (: Ex

    3,

    14)

    testificado en el

    AT

    y

    la encarnacin

    del

    Hijo de Dios

    en este mundo histrico. El cristia-

    nismo no

    es

    simplemente

    la

    forrna

    ms

    sublime de religin, en

    cuanto

    supera

    a

    las

    dems religiones, sino

    que

    aderns

    incluye

    toda

    tradicin

    esencialmente

    religiosa

    de

    la

    histo-

    ria

    de

    la

    humanidad.

    La

    historia de

    la

    religin

    queda

    definitivamente

    su-

    perada por

    el

    cist.ianismo;

    y

    de tal

    manera,

    que

    reprcrsenta una

  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    5/11

    Religin

    a)

    Creencia

    en

    los

    almos..

    ideas

    acerca

    de

    un

    principio

    espiritual

    en

    el hombre,

    que

    da

    da

    al

    cuerpo,

    que

    suscita

    los

    pensamientos,

    de-

    seos,

    sentimientos

    y

    sueos.

    La

    ma-

    yor

    parte

    de las

    veces

    se

    considera

    al

    alma

    como

    algo que

    tiene una

    realidad

    doble,

    p.ej.,

    como

    alma del

    aliento

    y

    como alma de las

    sombras.

    Por

    Io

    menos

    una

    de

    las

    almas es

    incorruptiblo

    y

    sigue

    viviendo

    en

    el

    mas all

    despus

    de

    Ia

    muerte.

    El

    animismo

    (atribucin

    de un

    alma

    a

    todas

    las

    cosas)

    representa

    una

    am-

    pliacin

    de

    la

    fe

    en

    las

    almas.

    Con

    1

    est

    emparentado

    el animatismo

    (creer

    que

    los

    objetos

    de la

    natura-

    leza

    tienen

    vida).

    Se teme

    a

    las

    almas

    de los

    muertos,

    y

    de

    ah

    el

    ritual

    para

    ahuyentarlas,

    o

    se

    Ies

    presta

    ve-

    neracin.

    Sobre

    esta

    base

    se

    levanta y

    desarrolla

    el

    culto

    de los

    antepasados.

    b)

    Cree'ncu

    cn

    los

    cspritus..

    ideas

    aceca

    de

    naturalezas

    espirituales

    so_

    brehumanas

    preexistentes,

    que pue-

    den

    manifestarse

    en formas

    corr,reas

    o

    en

    objetos.

    Pueden

    tambin poblar

    Ia

    naturaleza

    y

    el

    cosmos,

    ser

    ami_

    gas

    o

    enemigas

    del

    hombre.

    Las

    ac_

    ciones

    qllticas

    o

    mgicas

    ejercen

    su

    influjo

    sobre

    esos

    espritus.

    A

    esta

    categora

    pertenece

    tambin

    la

    creen-

    cia

    en

    los

    fenmenos

    mticos

    que

    se

    caracterizan

    por

    sus

    singulares

    apti-

    tudes.

    Tenian

    forma

    de

    animales

    o

    se

    convertan

    en

    animales

    o

    en

    di-

    versos

    objetos

    de

    la

    naturaleza.

    c)

    Personi,f

    icacones

    de

    la

    natu-

    ralezo:

    los

    animales,

    plantas,

    fen_

    menos

    de

    la

    naturaleza

    y

    cuerpos

    celestes

    son

    considerados

    como per-

    sonas;

    frecuentemente

    con

    facultdes

    y

    caractersticas

    sobrehumanas.

    Esta

    creencia

    puede

    dar

    origen

    al

    culto

    de la

    naturaleza.

    d)

    A.nmalismo:

    es

    una

    forma

    especial

    del

    animismo

    o

    de la

    creen-

    623

    cia

    en

    espritus.

    Tributa

    un

    acta-

    miento

    cltico

    particular

    a

    los

    an-

    males,

    y

    de

    manera

    especial

    a los

    que

    son

    cazados.

    El

    totemismo y

    Ia

    creencia

    en

    el otro

    yo

    se

    apolan

    parcialmente

    en

    este Iundamento.

    e) Creencic

    en una

    fuerza

    espe-

    cal:

    figtracn

    o

    idea de una

    fler-

    za

    extraordinaria,

    misteriosa.

    que

    acta en

    todas

    partes.

    A veces

    es

    algo

    impersonal

    y

    mgico:

    aunqr e

    generalmente

    se

    le

    considera

    corno

    algo

    propio

    do

    naturalezas

    espiritua-

    les

    superiores.

    Puede

    concentrarse

    de

    manera

    especial

    en

    deterrninacios

    elementos

    do la

    naturaleza,

    en

    obje-

    tos

    y personas.

    Puede

    tambin

    con-

    ferir

    aptitudes

    especiales,

    y

    con fre-

    cuencia

    no

    es

    sino

    la

    expresin

    de

    todo

    lo incomprensible

    y

    santo

    en

    la

    naturaleza

    y

    en

    el

    cosmos.

    I

    Creenc'a

    en

    un

    dios

    supretno:

    idea

    do

    un

    ser

    supremo

    espiritual y

    personal,

    autor

    o creador

    del

    rnun-

    do

    y

    de

    los

    hombres,

    que

    est

    por

    encima

    de

    todos

    los

    espiritus

    y

    fuer-

    zas,

    sin

    principio

    ni

    fin,

    que posee

    una

    mayor

    o

    menor

    plenitud

    de

    po_

    der.

    La

    mayor

    parte

    de

    las

    veces.

    esto

    dios

    supremo

    est

    vinculado

    al

    cielo;

    puede

    manifestarse

    en

    los

    cuerpos

    celestes y

    en

    los

    fenmenos

    naturales.

    Se le

    adjudican

    carasteres

    antropomrflcos.

    Se cree

    que

    pro-

    porciona

    la

    vida

    y

    el

    alimento,

    que

    es

    el

    autor

    de

    todo

    lo

    bueno.

    puede

    tambin

    sancionar

    la

    moralidad,

    aun-

    que

    no carece

    de

    un

    aspecto

    terni-

    ble.

    Un

    nombre

    muy

    extendido

    de

    este

    ser

    supremo

    es

    el de

    .

    A veces

    se

    halla

    en oposicin

    mar-

    cada

    con

    un

    adversario,

    es

    decir,

    con

    el

    principio

    del

    mal.

    I_a

    actir"idagracia sobrenatural

    y,

    por

    tanto,

    entra siempro tambirr

    dentro de

    la historia

    de

    Ia

    -)rovc-

    6?-()

    24

  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    6/11

    Religiones

    no

    cristianas

    iacin (->rvelacin

    originaria).

    Por

    todo

    ello,

    siempre

    se

    cla

    -+religin

    en

    la humanidad y

    los momentos

    citados

    tienen

    que

    influir

    en

    y

    den-

    tro de

    las

    objetivaciones

    sociales

    re-

    Iigiosas,

    aunque

    no

    puedan

    discri-

    rninarse

    claramente

    entre

    si. Hay

    que

    tener

    en cuenta

    que

    la

    -+infali-

    bilidad de

    la

    Iglesia en

    1o

    que

    toca

    a

    su

    tgisterio

    y

    a su santidad

    {-+santidad

    de

    la

    Iglesia)

    slo

    viene

    dada

    con

    Ia

    situacin

    escatolgica

    de la revelacin

    clausurada

    en

    Cristo.

    Tampoco

    hay que

    olvidar

    que

    el

    -;Antiguo

    Testamento

    obrado

    por

    Dios,

    en cuanto

    dimensin

    histrico-

    salvfica (->alianza),

    no

    gozaba,

    co-

    mo

    magnitud

    institucional,

    de auto-

    ridad

    infalible

    que

    pudiera

    distingr

    do

    forma

    claramente

    perceptible

    para

    cualquiera

    entre

    lo

    dino

    y

    lo hu-

    mano,

    que pudiera

    discriminar

    las

    rnanifestaciones

    depravadas

    de

    la

    religin

    social

    e

    individual

    de

    las

    religiones

    como

    tales.

    Teniendo

    pre-

    sente

    todo

    lo

    dicho,

    no

    os

    licito

    exi-

    gir

    de

    antemano

    una

    pureza

    moral

    y

    doctrinal

    como

    criterio

    necesario

    de cierta

    legitimidad

    y

    aceptacin

    por

    la

    providencia

    divina

    de

    una re-

    ligin extra y paracristiana

    como

    medio

    do salvacin (incluso) positivo.

    La

    antigua

    alianza

    estaba

    ordena-da,

    segn

    su

    propia

    manera de

    enten-

    derse,

    slo al

    ptreblo

    de

    Israel.

    Esa

    alianza,

    contando

    desde

    Moi-

    ss,

    representa

    incluso

    temporalmen-

    te un

    periodo

    insignificante

    de la

    preparaoin

    ms inmediata

    en

    orden

    a

    Cristo,

    comparado

    con los

    cientos

    de

    miles

    de aos

    de

    la historia

    de

    la salvacin (-+salvacin

    [historia

    de

    ial)

    de

    la humanidad.

    Adems,

    el

    hombre

    corpreo-social

    concreto

    s-

    lo

    puede

    tener

    una

    religin

    concre-

    ta,

    una religin

    social

    e institucio-

    nalmento

    constituida.

    As,

    por

    todas

    estas razones

    no

    es necesario privar

    en

    general

    y

    de antemano

    a todas

    .627

    las religiones

    institucionales preclis-

    tianas

    y

    no

    biblicas

    del

    carcter

    de

    medio

    salvfico

    positivo

    en

    ciertos

    aspectos.

    Con

    esto se dice solamen-

    te

    que

    estas religiones

    precristianas,

    tomadas

    una

    por

    una,

    fueron

    una

    amalgama,

    casi o

    del todo insepara-

    ble,

    de

    conocimiento

    de

    Dios

    racio-

    nal, natural,

    ->revelacin

    ftror

    me-

    dio

    de

    la

    gracia

    y

    de

    la

    -rrevelacin

    originaria),

    objetivacin

    recta

    de co-

    nocimientos

    y

    tendencias

    religiosas,

    mezclados

    con la interpretacin

    fal-

    sa terica

    y prctica

    y

    con la de-

    pravacin

    ocasionada

    por

    el

    pecado

    original,

    el

    error

    y

    Ia cu\ra

    indivi-

    dual y

    colectiva. Las

    proporciones

    de

    la

    mezcla

    son, naturalmentq

    di.-

    versas

    en las

    distintas

    religiones

    y

    tiene

    asimismo

    su

    historia

    propia.

    Con

    esto

    no

    quiere

    decirse

    que

    ha

    de

    considerarse

    legtima

    toda

    reli-

    gin

    precristiana.

    En

    el

    momento

    en

    que

    a

    una

    forma

    determinada

    do

    religin,

    desde

    fuera

    o

    desde den-

    tro,

    por

    medio de

    un

    impulso

    refor-

    mador, en

    su

    situacin histrica

    con-

    creta

    para

    los

    hombros

    de

    esta si-

    tuacin, se

    le

    enfrenta

    otra

    forma

    de religin

    que

    s

    presenta

    a la con-

    ciencia

    de

    esos

    hombres

    como

  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    7/11

    Repelicin

    1e

    en

    la

    trrrsona

    de

    un hornbre

    con-

    sumado

    por

    la muerte.

    ) El

    hom-

    bre

    siempro

    tiene

    que

    realizar su

    presente

    a

    base

    de

    su

    pasado,

    que

    ha

    permanecido.

    c)

    Y,

    por

    fin,

    esa

    posibilidad

    se funda

    tambin

    en

    que

    al

    pasado

    de

    un

    hombre

    no slo

    perteriecen

    sus actos anteiores, sino

    tambin

    la

    historia

    de Ios

    dems

    hombres,

    en

    virtud

    de su

    existencia

    dialgica

    y

    del

    principio

    de

    solida-

    ridad

    (-+solidaridad

    [principio

    de])

    de su existencia en una historia co-

    mrin

    a

    todos

    los

    hombres

    (aunque

    naturalmente esa

    pertenencia

    tiene

    muy distintos

    grados

    y

    formas).

    La vuelta al

    pasado que permane-

    ce, como al fundamento

    de

    la

    liber-

    tad del

    presente,

    vuelta

    por

    cuyo

    medio

    (sobre

    todo

    pensando,

    cele-

    brando,

    meditando, etc.)

    queda

    acep-

    tado libremente

    y

    actualizado el ac-

    tuar

    permanente

    de

    la

    historia,

    eso

    es la

    repeticin

    propiamente

    dicha.

    Esto

    concepto

    puede

    tener aplicacio-

    nes

    muy

    diversas

    en

    la

    teologia: en

    la

    teologa

    del

    -)culto,

    del

    ao li-

    trgico,

    del

    sacriflcio

    de la

    misa

    (-)misa

    [sacriflcio

    de

    1a]),

    de

    Ia ce'

    lebracin

    de

    das

    conmemorativos

    individuales,

    de la

    -)meditacin,

    de

    los

    -)misterios

    de

    Ia

    vida

    de

    Je-

    ss,

    etc.

    Ropreoenlacin.

    La

    unidad

    obje-

    tiva

    del

    mundo, en cuanto

    creado

    por

    Dios con un

    sentido

    y

    un

    fin;

    unidad que

    se

    anucia

    por

    primera

    vez

    en la

    unidad

    general

    del

    hori-

    zonte

    del

    espritu,

    tiene

    que

    darse

    tambin, aunque

    a

    su manera,

    en

    el

    mbito

    personal.

    Por

    esto en

    la sal-

    vacin

    sobrenatural

    no

    hay

    indivi-

    dualismo

    absoluto alguno,

    aunque la

    salvacin

    sea el

    fruto

    de la

    decisin

    Iibre

    indelegable

    e

    irrepetible.

    In-

    cluso aqu nos vemos

    llevados, in-

    fluidos,

    por

    la

    decisin de

    los dems

    y

    por

    sus

    consecuencias.

    Donde

    la

    decisin

    de

    un

    idividuo,

    en virtud

    631

    de

    la

    naturaleza del

    que

    acta

    y

    de

    la naturaleza

    de

    la decisin

    rnisma,

    tiene

    una importancia

    salvfica

    es,po-

    cial

    para

    muchos

    (o

    para

    todos los

    dems),

    puede

    hablarse

    en

    teologa

    do representacin. Esa

    persona

    una

    se

    halla

    entonces verdaderamente

    en

    lugar de

    muchos

    o

    de todos, los

    cuerpo);

    y puesto

    que

    e1

    hombre corp,reo s1o

    puede

    arnar

    verdaderamente

    al

    prjimo

    en

    la

    concretez corprea

    del mundo;

    y

    siendo

    este

    mundo

    el

    material

    nece-

    sario

    de

    la

    obediencia

    de

    fe

    frente

    Dios

    en

    el respeto

    a

    las

    esucturas

    (rnticas

    de todas

    las

    realidades

    que

    explican

    su esencia

    (-)ley

    natural)'

    la

    relacin

    del

    hombre

    respecto

    del

    mundo

    no

    puede limitarse

    exclusi-

    vamente

    a

    huir

    de

    l

    (-.)mundo

    [hui-

    da

    dell).

    For

    el

    contrario,

    tiene

    que

    imPli-

    car

    tambin

    tlna

    tarea

    Para

    el

    hom-

    bre

    en

    general

    Y Para

    el

    Particular

    de

    acuerdo

    con

    su

    situacin

    Y

    stts

    aptitudes:

    la latea

    de

    conducir

    a

    su

    desarollo,

    en

    la

    medida

    de

    lo

    Po-

    sible.

    ta

    inmanente

    dinmica

    evolu-

    tiva

    del mundo

    de

    la

    naturaleza

    Y

    del

    espritu,

    con

    una

    conducta

    acti-

    va

    y

    con

    resPonsabilidad

    moral

    (de

    modo

    que

    el

    Pecado

    Puede

    verse

    tambin

    en

    la

    falta de

    esta

    respon-

    sabilidad),

    aunque

    siemPre

    con

    la

    conciencia

    de

    que

    la

    consumacin

    verdaderamento

    definitiva

    del

    mundo

    sigue siendo

    obra

    de la

    gracia

    de

    Dios.

    y

    de

    que

    ninguna

    evolucin

    inmanente

    llega

    a

    ningn

    trmino

    ni

    deja

    reposar

    felizmente

    en

    si mismo

    al mundo;

    y

    sabiendo

    que

    el

    hom-

    bre. en

    toda evolucin

    inmanente,

    sigue

    enfrentado

    a

    la

    pregunta

    de

    la

    le.

    debido

    a

    su

    caducidad

    mortal

    que nrpera

    sobre

    todo.

    La

    relacin

    concreta

    entre

    responsabilidad

    ante

    el

    mundo

    y

    huida

    del

    mundo

    no

    Pue-

    de determinarse

    normativamente

    de

    manera

    Per[ecta

    Y

    tiene

    en el

    cris-

    tianismo

    una historia llena

    de vicisi-

    tudes

    (cf.

    la

    falta

    o el

    estado

    slo

    de

    ensayo

    de

    una teologa

    seglar,

    en

    -+seglar

    lteologal).

    Resurrcccin

    tle

    Ia carne.

    1. El

    AT

    y

    e1

    judaismo

    tardio

    testifican

    run

    :rparecer

    progresivo

    de

    la

    fe en

    Ia

    restlrreccilr

    de la

    carne.

    cuyo

    pri-

    mer

    testimonio

    cierto

    se

    encuentra

    en

    Dan

    12,

    1

    ss'

    Otros

    testimonios

    en

    2 Mac

    7, en

    los

    aPcrifos

    del

    AT.

    sohre

    todo como

    Privilegio

    de los

    631

    Rcxurrectir

    lc

    ll

    crlc

    justos,

    y

    ms

    tarde

    alitrtlttltr

    dc

    lo-

    dos.

    tanto

    de

    los

    buertos

    ()nl()

    (lc

    los

    malos.

    En

    tiemPo

    dc

    Jcsts

    sc

    discuti

    la resurreccin

    do

    la

    citt

    rtc

    especialmente

    por

    parte de

    ltls

    slt'

    duceos,

    ya

    que

    no

    3e

    encotltl

    ltllll

    testificada

    en

    Moiss.

    Jess

    conl

    rt-

    dijo

    a

    los

    saduceos

    basndose

    ett

    lt

    Escritura

    (Mc

    12,

    18-27).

    La

    rustr-

    rreccin

    de

    la

    carne

    queda afirmada

    claramente

    en

    la

    predicacin de

    Jc-

    ss, en

    Act

    24, 15,

    en

    el

    evangclio

    de

    Juan

    y

    en

    el

    APoc.

    Pablo

    la des-

    arrolla

    teolgicamente

    rechazando

    de

    manera

    palmaria

    el concePto

    hc'

    lenstico

    de

    cuerPo

    (cuerPo

    :

    tm-

    ba

    o crcel

    del

    alma).

    En el

    NT

    no

    se

    presenta nunca

    una

    felicidad

    jun-

    to

    al Seor

    sin

    el

    -+cuerpo.

    El

    cuer-

    po

    resucitado

    de

    1os

    cristianos

    lo

    concibo

    Pablo

    pneumticamente

    (ya

    que toda resurreccin

    de

    Ia carne

    est

    determinada

    Por

    el

    ')Pneumu)

    configurado

    a

    \a

    )doxa

    del

    cuerPo

    do

    Jess

    (Phil

    3,

    2l; I

    Cor 15,

    35

    ss)'

    si bien

    analgicamente

    con

    respecto

    al

    cuerpo

    glorioso del

    Seor,

    en

    conexin

    con 1o

    terreno,

    aunque

    tambin

    transformado

    (1

    Cor

    l

    -5.

    36

    ss

    y

    5l). Pablo

    no habla

    de

    la

    resurreccin

    de

    la

    carne

    de

    los no

    cristianos

    o

    no

    justificados;

    sin

    em-

    bargo,

    la

    supone

    en

    su

    teologia

    acer-

    s

    dsl

    ->juicio.

    2.

    La

    fe

    de

    la

    cistiandad

    en

    la

    resurreccin

    de

    la carne

    qued du-

    rante muchos siglos

    obscurecida

    por

    la

    desvalorizacin

    griega

    del

    -+cuer-

    po y

    por

    la unilateral

    preocupacin

    por

    la

    salvacin

    del alma.

    Tambirr

    qued

    obscurecida

    Por

    la

    conceP-

    cin

    antigua

    del

    mundo

    con

    la

    ima-

    gen

    de

    un

    ->cielo

    como

    lugar

    Prc-

    vio

    y

    exterior

    a

    1a

    historia tlc

    lr

    salvacin

    al

    que

    se

    poda

    llegal

    clc-

    vndose.

    Contra

    la doctrina

    privlttllr

    cle

    su

    predecesor

    Juan

    xxlr, dclinit

    Benedicto

    xII

    que

    la

    -visitirl

    rlc

    Dios

    no

    ocurre

    slo

    dcsPtrs

    tlc

    l:r

    6-r2

    (r

    l,

  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    8/11

    Resurreccin

    de

    Ia

    carne

    resurreccin

    de

    la carne,

    sino

    que

    tras

    la

    pasin

    y

    muerte de

    Cristo

    Ia

    gozan,

    inmediatamente despus de

    la

    rnuerte, todos los

    que

    mueren

    en

    gracia.

    Teniendo

    en

    cuenta

    que

    ya

    antos de actualizarse en

    su

    corpo-

    reidad

    gloriflcada puede

    correspon-

    der

    al

    principio

    esencial

    del hom-

    bre,

    y

    que

    queda incoada

    en

    esta

    vida

    (Dz

    530).

    3. Para llegar a una concepcin

    adecuada de la resurreccin

    de

    la

    carne hay

    que

    tener

    en cuenta

    que

    sarx).

    Este hombe

    total es,

    sin

    embargo,

    una

    entidad

    plural

    existen-

    te

    en

    diversas dimensiones

    (materia-

    espiritu,

    naturaleza-persona,

    accin-

    pasin,

    etc.).

    Esencia

    cuya

    plenitud

    no

    tiene

    por

    qu

    acontecer

    simul-

    tneamente

    en

    todas

    esas dimen-

    siones.

    As, la

    realidad

    permanente

    del

    espiritu

    personal

    puede

    alcanzar

    ya

    en

    la

    ->muerte

    la comunin

    inme-

    diata con Dios,

    aunque a

    pesar

    de

    eso

    el

    muerto

    pueda

    permanecer

    nculado

    con Ia

    realidad,

    el

    destino

    y

    el

    tiempo del

    mundo. Sobre

    todo,

    el

    espritu

    personal

    como

    sentido

    de

    la

    realidad

    mundana

    total,

    y

    el fin

    del rnr.ndo,

    que

    no

    es

    el

    fln de

    la

    existencia humana

    concreta,

    aunque

    si lo sea

    de su

    historia,

    deben

    ser

    considerados

    como pafiicipacin

    en

    la consumacin

    del

    espritu.

    Esta

    ple-

    nitud

    queda

    consumada

    solamente

    con la

    inclusin

    de

    aquella

    dimen-

    sin

    que

    pertenece

    como

    material a

    la

    concretez

    del

    espritu

    y que

    como

    consumada

    no debe

    pensarse

    ya

    en

    un lugar

    de

    nuestla

    espacialidad

    fsi-

    ca.

    Con

    respecto

    a

    la resurreccin

    de

    la carne,

    como hacerse

    percepti-

    ble

    de la historia total

    de un

    hom-

    bre,

    cf.

    ,->juicio;

    con respecto

    a

    la

    consumacin

    incluso

    de

    las

    socie-

    635

    dades humanas

    en la resureccin

    de

    la

    carne,

    cf.

    -rcielo.

    Las

    especula-

    ciones

    acerca

    del

    cuerpo

    que

    ha

    de

    resucitar

    encuentran

    sus

    lmites

    en

    la

    peculiaridad

    de

    la

    -)escatologa

    bblica.

    Resurreccin

    de Crifo.

    1.

    En

    el

    primer

    plano del

    mensaje pascual neo-

    testamentaio (acerca

    de

    esto,

    cf.

    2)

    no

    se

    encuentra

    una

    demostracin

    apologtica del

    hecho

    histrico

    de

    que

    -+Jesucristo,

    tras

    su muerte real

    y

    verdadera,

    despus de su

    descen-

    dimiento

    de

    la

    cruz

    y

    de su

    sepelio

    legal, resucit

    con

    su realidad

    total,

    y

    pof

    tanto tambin

    corrorea,

    para

    su gloriosa plenitud

    e

    inmortalidad.

    Sin

    embargo, a la

    vista

    de

    las

    po-

    sibles

    dificultades de

    fe

    propias

    de

    nuestros das, es

    muy

    importante

    empezar

    sealando los

    fundamentos

    do

    la

    historicidad

    del

    hecho

    mismo

    de

    la

    resurreccin

    de Cristo.

    Dicha

    historicidad se

    apoya

    en

    dos

    datos

    que

    se sus(entan

    y

    aclaran

    recprocamente,

    que

    resisten

    cual-

    quier

    discusin

    seria

    por

    parte

    de

    la

    exgesis

    crtica

    y

    de

    la

    investigacin

    puramente

    histrica.

    El

    primero

    es

    el

    descubrimiento del

    sepulcro va-

    co,

    cuyo testimonio

    ms antiguo

    se

    encuenlra

    en Mc I6. l-8,

    pasaje que.

    segn

    la

    exgesis, critica,

    no fue

    escri-

    to

    al servicio

    de

    una

    demostracin

    apologtica.

    Por

    una

    parte,

    el

    descu-

    brimiento Io

    hacen

    Ias mujeres

    que.

    segn

    el

    derecho

    judo, no

    eran

    testi

    gos

    vlidos

    (: Lc

    24,

    1l),

    y

    la narracin

    termina

    con

    un

    simple

    motivo

    de

    temor, Mc

    16, 8.

    Pero, por

    otra

    parle,

    est la

    posibili-

    dad

    de comprobar

    la noticia

    en Je-

    rusaln;

    en

    la

    polmica

    anticristiana

    de

    Jeusaln nadie

    discute

    que

    el

    se-

    pulcro

    se

    haliara

    vacio.

    EI segundo

    dato

    lo

    forman los

    mrlltiples

    testimo-

    nios

    que

    da

    Jess

    acerca

    de

    s

    mismo.

    El

    testimonio

    ms

    antiguo

    se

    encuen-

    tra

    en 1

    Cor 15.

    3b-5.

    Este

    pasaje

    cs

    un

    lragmento

    de

    la

    tradicin,

    concebido

    originariamente

    en arameo,

    procedente de

    los

    Pri-

    meros aos de

    la

    comunidad

    Primi'

    tiva,

    y

    quo

    slo

    puede

    referrse

    a

    una

    reurreccin

    de Cristo

    corprea,

    conJorme a la

    antropologa

    juda.

    Asi

    pues,

    el

    segundo

    dato consiste

    en

    el

    testimonio

    mltiple

    de

    Jess,

    dado

    anto

    testigos elegidos

    que

    anun-

    cian su

    fe

    apoyados,

    no en

    el

    hecho

    del

    scpulcro

    vaco,

    sino

    en un con-

    vencirniento

    basado en

    su

    propia

    per-

    cepcin, convencimiento

    que

    luego,

    en

    los

    evangelios, se

    extiende

    a

    los

    dems

    gracias

    a

    la noticia

    del

    des-

    cubrimiento

    del

    sepulcro

    vaco

    que

    qued

    como

    indiscutible

    e indiscu.

    lida

    en Jerusaln.

    2.

    De la misma

    manera

    que

    en

    I Cor 15,

    3-5,

    tambin

    los

    sermones

    de Pedro

    (Act"

    2,22-4A; 3,

    12-16;

    5,

    29-32

    e.p.),

    L-uyo

    valor ha

    sido

    re-

    descubierto

    por

    la

    exgesis

    crtica,

    in[oman acerca de

    la fe

    pascual

    de

    la comunidad

    primitiva

    en

    la hazaira

    del

    poder

    divino

    que

    supone

    el

    de-

    volver a Jesrs

    la

    vida

    y

    la

    corpora-

    lidad,

    en

    virtud de

    las

    cuales

    las

    apariciones del

    resucitado

    quedan

    comprobadas

    como

    sucesos objetivos

    (esquema

    fundamental

    del sermn

    de la

    pascua:

    resurreccin

    de

    Cris-

    to

    -

    prueba

    esciturstica

    -

    testi-

    monio de

    los discpulos;

    esquema

    posterior:

    sepulcro

    vaco

    -

    cristo-

    fana

    -

    ascensin).

    Por otra

    Parte,

    esos sefinones de

    Pedro testifican

    tambin la disputa

    entre

    judos

    Y

    cristianos

    acerca

    de

    la resurreccin.

    Otro momento

    ulterior

    esencial al

    testimonio

    de

    las

    apariciones

    de Je-

    ss

    1o

    constituye

    la

    comprobacr'n

    de Ia

    identidad entro

    el

    crucificado

    y

    el

    resucitado

    (p.ej.,

    Lc

    24:

    Ioh

    2A);

    la comprobacin

    de

    que

    la

    testifica-

    cin

    de

    la resurreccin

    de

    Cristo

    correspondo

    a los

    ->apstoles

    y,

    so-

    bre

    todo, a Pedro

    como misin es-

    637

    Rcsrrrecciu

    dc Cristo

    pecial caraclcrizrttla

    prrr

    trttt

    cligrli-

    dad

    pcculiar

    y

    tlte

    ccilrr"'Lltllt

    rltti-

    ficacin

    exprcsa

    crt

    Ias

    1'ralabras

    del

    resucitado.

    3.

    El

    contenido

    de

    Ia

    le aPtrstti-

    lica

    en

    la

    resurrccciirtt

    dc

    Cristtr

    y

    su

    declaracin

    catcquticlr

    y

    crltica,

    que tiene

    lugar

    princip:tlrtctttc

    cl

    cl

    ->bautismo,

    es

    por

    otra

    Partc

    nltY

    escueta.

    La

    resurrcccin

    dc

    (

    listtr

    es

    la

    oba

    de

    poder

    suprcma

    dcl l'it-

    dre,

    -+el

    testimonio

    decisivrt

    tle

    I

    Hijo sobre

    si mismo;

    la

    inatrgtrta-

    cin

    de

    los

    {rltimos

    tiempos

    y

    do

    Ia

    salvacin,

    Ia experiencia

    de

    la

    srl-

    vacin

    en

    el

    presente.

    La

    fe cn

    lit

    resurreccin

    de Cristo

    es el

    conoci-

    miento

    pleno

    de Jess

    como

    Mc-

    sias,

    -+ebed

    Yahveh,

    -+Hijo

    dcl

    hombre,

    segundo

    -+Adn

    Y

    Seor

    do

    la vida>>, fundamento

    y

    ejemplar

    de

    la

    nueva

    creacin,

    hombe csmi-

    co

    postrero,

    -)Seor

    que de

    manera

    gloriosa

    est

    presente

    a

    su

    comuni-

    dad.

    De

    aqui la

    exhortacin

    a

    mo-

    verse

    en una

    -+vida

    nueva, a

    ves-

    tirse

    del

    hombre nuevo;

    aunque

    tal

    exhortacin

    slo

    puede

    seguirse

    Y

    cumplirse

    por

    la

    gracia

    del resuci-

    tado,

    puesto

    quo

    Ia

    nueva

    vida

    no

    es

    sino

    el

    del resucitado

    (cl.

    Rom

    7,6; 9,

    9;

    14,

    17

    e.p.),

    que

    vnelve

    a

    generar

    al

    cre}rente

    como

    imagen

    del

    Adn ltimo

    y

    (>

    (cf.

    I Cor

    15,

    47

    ss).

    As

    ese

    espritu

    hace

    posible

    que

    el resuci-

    tado

    pueda

    tomar

    lorma

    en

    el

    hom-

    bre,

    pue

  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    9/11

    Resurreccin

    de

    Cristo

    .irrevocablements

    al mundo

    por

    la

    resureccin

    de

    Cristo,

    del

    Hijo

    de-

    finitivamente

    legitmado.

    Por

    lo tan-

    to,

    el mundo

    queda

    admitido

    por

    Dios

    a

    la salvacin

    de

    una

    manera

    tan

    escatolgicamente

    deflnitiva, que

    el

    resto de la

    historia

    de

    Ia

    salva-

    cin

    slo

    sera

    aplicacin y

    des.r,e-

    lacin

    de

    lo

    sucedido

    en

    la

    resurrec-

    cin

    de

    Cristo.

    Aqr.r

    se trata

    de

    un

    misteio

    de fe

    estricto,

    en

    cuanto

    que

    la resurreccin

    slo

    puede

    en-

    tendeme

    adecuadamente

    en

    su

    esen-

    cia

    concreta

    total

    como

    plenitud

    pe-

    culiar

    de

    Cristo

    a

    partir

    del

    misterio

    absoluto

    de

    la

    encarnacin.

    Por

    tan-

    to,

    teolgicamente,

    la resurreccin

    de

    Cristo

    no

    es

    un

    caso

    particular

    do

    una

    resurreccin

    en

    general.

    in-

    teligible

    en si

    misma.

    sino

    el

    suceso

    irrepetible,

    surgido

    de

    la esencia y

    de la

    muerte

    de

    Cristo,

    y que

    es

    el

    f

    undamento

    de

    la

    resurreccin

    de

    Ios

    redimidos

    por

    El.

    5.

    EI

    aspeckr

    cristolgico

    de

    la

    resurreccin

    afirma

    e implica

    que

    Cristo,

    en su realidad

    total,

    por

    tan-

    to

    tambin

    corprea,

    ha resnrcitado

    a

    la

    plenitud

    e

    inrortalidad

    glorio-

    sa (en

    contrapr>sicin

    a la

    devolu-

    cin

    de la

    vida

    a un

    mucrto).

    pues

    bien,

    esa

    plenitud

    le

    corresponde

    a

    Cristo

    en

    virtud

    de

    su

    pasin

    y

    de

    su

    muerte,

    en cuanto que

    ambas

    ori_

    ginan

    la

    citada plenitud

    con

    necesi-

    dad

    esencial

    intrnseca.

    Muerte

    y

    re-

    surreccin

    de

    Cristo

    constituyen

    un

    proceso

    finico

    de

    fases

    internas

    inse-

    parablemente

    conexas

    (cf.

    Lc

    24,

    26.

    46;

    Rom 4,

    25;

    6,

    4ss).

    Todo

    hombre

    muere

    dcsde

    dentro para

    entrar

    en

    su estado

    definitivo,

    de

    manera que

    tal

    estado

    es el

    futo

    maduro

    de su

    existencia

    concreta

    temporal y

    libre,

    y

    no

    meramente

    un

    perodo

    subsiguiente

    dento

    de

    una

    sucesin

    temporal,

    en

    la que

    se

    podra

    dar

    algo

    completamente

    he-

    terogneo

    con

    respecto

    a

    Io

    prece-

    639

    dente.

    Con todo,

    tal

    plenitud

    viene

    dada

    tambin

    por

    Dios,

    puesto

    que

    la

    muerte,

    desde

    cualquier punlo

    de

    vista,

    es

    un

    abandonarse

    a disposi;

    cin

    del

    disponente.

    Por 1o

    tanto,

    en

    Cristo

    la resurreccin

    tiene

    que

    ser

    la

    con.sumacin

    y

    lo

    que

    consuma

    su

    muete, y

    estos

    dos momentos

    del

    proceso

    nico

    tienen

    que

    condicio-

    narse

    e interpretarse

    mutuamente.

    Por

    eso

    no

    es una

    afirmacin

    mtica,

    sino

    la misma

    verdad

    objetiva,

    Ia

    descripcin

    que

    la

    Escritura

    y

    la

    tra-

    dicin

    hacen de

    Ia

    resurreccin

    de

    Cristo,

    proponindola

    como

    la

    acep-

    tacin

    real de

    Ia

    muerte

    sacrificiai

    de

    Cristo

    por parte

    del

    padre;

    acep-

    tacin

    que

    pertenece

    a la

    esencia

    misma

    del sacricio.

    6.

    La

    humanidad

    corporal

    de

    Cristo

    es

    una

    porcin

    estable

    del

    mundo

    dinmicamente

    unitario.

    por

    lo

    tanto,

    la

    resurreccin

    de

    Cristo

    es soteriolgica

    y

    objetivamente

    el

    comienzo

    de la

    glorificacin

    del

    mun-

    do.

    como

    suceso

    ontolgicamente

    conexo

    con

    esa

    gloriflcacin.

    Asi

    pues,

    en

    dicho inicio queda

    decidida

    fundamentalmente

    e incluso

    iniciada

    la

    plenitud

    del

    mundo.

    En

    otros

    res-

    pectos,

    la resurreccin

    rebasa

    el

    des-

    tino

    privado

    de Cristo;

    ella crea

    el

    analogia

    y

    como

    --rmis-

    terio;

    como

    lo

    conocido

    {rnicamen-

    te en un trascender lo finito

    por

    va

    do

    negacin

    y

    en

    una

    referencia

    mediata; de

    ninguna

    manera

    en vir-

    tud

    de

    una

    captacin

    directa

    dc

    l

    en

    si mismo.

    D.) En

    cuanto

    que

    su

    relacin

    ltima e

    inequvoca con

    respecto

    a la criatura

    espiritual

    no

    puede

    llegar

    a conocerse,

    ya

    que

    de

    esta

    manera

    sigue

    siendo

    una

    incg-

    nita

    lo

    quo

    Dios

    quiere

    y

    puede

    ser

    para

    nmotros:

    si,

    permaneciendo

    lrente

    a nosotros silencioso

    y

    ence-

    rrado

    en sl mismo,

    quiere

    ser

    infini-

    tud

    que

    nos

    distancia en

    Duestra

    finitud,

    o

    si

    quiere

    ser

    la

    absoluta

    cercana

    de

    la

    autocomunicacin ra-

    dical;

    si

    al culpable

    que

    le

    oponemos, va

    a responder

    con

    una

    condena o

    con

    perdn.

    Ms all de esta revelacin natu-

    ral

    (que propiamente

    no

    es

    sino

    la

    realidad

    fctica de

    Dios

    dada como

    pregunta y

    no como respuesta)

    se da

    Ia

    revelacin divia en sentido es-

    tricto.

    Esta no

    viene

    dada

    sencilla-

    mente

    con

    el ser

    espiritual

    del

    hom-

    brel

    tiene

    carcter de

    suceso,

    y

    es

    641

    Rah-Vorg.2l

    Revclacin

    de lorma

    clialgica;

    en ella

    Dios

    interpela

    al hombro

    (ttebr

    l, l-2),

    le

    informa

    de

    lo

    Oue

    queda

    an

    obscuro

    a

    pesar

    do

    la

    rolcrcnci

    nc-

    cesaria

    a Dios

    de

    16/as

    las c(xas

    quc

    integran

    el mundo

    lprccisamentc

    la

    Pregunta

    acerca

    do

    Dios

    Y

    la

    cuqs-

    tionabilidad

    del hombre

    cn

    virttrd

    dc

    ese

    misterio);

    le

    dz

    ct>rtocer,

    hr

    que,

    incluso

    dando

    al

    mundo

    Por

    supuesto,

    todava

    igora

    do

    ste

    Y

    lo

    que

    ste todava

    ignora: ll

    ret-

    lidad

    interna

    de Dios

    Y

    su

    conducl;r

    personal

    y

    libro

    cofr

    repecto a

    lit

    criatura

    espiritual.

    'fo

    es necesnrit

    discuti

    si

    por

    nuestr4

    propias

    ftrcr-

    zas

    Podramos

    llegaf

    a conocer,

    ()

    no,

    la

    posibilidad

    de

    que

    Dios

    pueda

    o

    no

    afirmarse

    do

    esta

    manera,

    Pue

    Ia irnrpcin

    de esta

    afirmacin

    en

    el

    mbito

    finito

    del

    conocimiento

    acaso

    encerrara

    a

    Ste

    en su

    finitud

    Y,

    Por

    tanto,

    lo

    destruira

    en

    cuan-

    to tal.

    De

    hecho,

    Dios se

    ha

    revelado

    de

    esta

    manera

    (Dz

    1785),

    Y

    de

    aqu

    podemos

    deducir,

    pof

    lo

    menos,

    Que

    somejante

    revelacin

    es

    posible.

    Esta

    revelacin

    tiene

    dos

    apecto distin-

    tos

    que

    so integmn,

    son absoluta-

    mente

    necesarios

    y fnanifiestan

    cier-

    ta

    variabilidad

    6r,

    5s

    relacin

    mutua.

    Esta

    revelacin,

    llarlada

    revelacin

    oral

    personal

    e

    histrica,

    afecta

    en

    primer

    lugar

    (como

    ,nomento

    del to-

    do

    y

    no como una

    fase temPoral-

    mcnte anterior

    o

    cOmO

    suceSO

    ais-

    lado.

    cerrado

    e

    si

    gismo)

    la

    intrin-

    secr irrepetibilidad

    espiritual

    del

    hombre: la

    revelacin

    brinda

    a

    esta

    irrepetibilidad

    la

    posibilidad

    de

    es-

    cuchar

    y

    aceptar sgta

    automanifes-

    tacin

    de

    Dios;

    pues

    si

    sta

    quedara

    rebajada

    al

    plano

    e

    la criatura en

    cuanto

    tal nunca

    pfra

  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    10/11

    Rcvolacin

    nifestacin

    y

    autocomunicacin

    de

    Dios;

    esta revelacin

    es

    la

    personal

    entrega

    que

    Dios

    hace de s

    mismo

    al

    hombre en

    una

    cercana

    absoluta,

    portadora

    del

    perdn,

    de modo

    que

    Dios ni es lejana

    absoluta

    y

    recha-

    zante,

    ni

    juez

    (aunque

    bien

    podra

    ser ambas

    cosas)

    y

    se

    ofrece

    a

    la

    experiencia

    del

    hombre en

    esta

    cer-

    cana

    portadora

    del

    perdn.

    Lo

    que

    acabamos

    do describir

    por

    medio

    do

    esa

    duplicidad

    se llama,

    en

    lcrminologa

    cristiana,

    -+gracia

    san-

    tilicanto

    y

    justificante,

    como

    eleva-

    cin

    que

    diviniza

    (gracia

    cread>)

    al hombre,

    en la

    que

    Dios

    no slo

    hace

    entrega de

    algo

    distinto

    de

    si,

    sino

    que

    tambin

    a s

    mismo

    oe

    en-

    trega

    (gracia

  • 7/24/2019 Diccionario teolgico R

    11/11

    Rcvelacin

    tanto,

    quizas un

    uno

    por

    ciento

    de

    ia historia

    de

    la

    humanidad

    aproxi-

    madamente

    (espacial y

    temPoral-

    mente).

    Esta

    revelacin

    no

    tiene

    su

    cathcter

    decisivo

    Para

    nosotro

    en

    el

    contenido

    concreto de

    la historia

    do

    la

    antigua

    alianza,

    puesto

    que

    o

    Ios hombres

    pueden

    captarlo

    (-+mo'

    notesmo,

    ->ley

    natural)

    o

    afecta

    a

    la

    existencia

    polltico-terrenal

    del

    pue-

    blo de

    la aliaraa

    iuntamento

    con

    los

    condicionamientos

    histricos

    de

    la

    forma

    concreta

    de

    las relaciones

    so-

    ciales

    y

    religroaas

    (que

    sre

    muestran

    precisamente

    como

    voluntad

    de

    Dios

    incluso

    en

    el

    curso '

    brcnatural

    de

    la

    posesin

    divina

    por

    nredio

    de

    la

    autocomunicacin

    gra-

    tuita

    del

    mismo

    Dios.

    Por

    lo

    tanto'

    tru,

    ou"

    admitir

    como

    siemPre

    dado'

    "t'..1".i.,

    revelacin

    (orat)

    "rttttrtca

    [te-

    cha

    a

    un

    hombre

    Particular'

    que

    sc

    le

    da

    sin

    Provocar

    una

    obligaci(rn

    directa

    de

    fe

    en

    los

    dems

    Y

    srn

    quc

    huva

    .ido

    facilitada

    por l)ios

    al

    ml-

    risierio

    de

    la

    Iglesia

    parr

    su

    Strlr-

    u',,.pro.lu*acin>>'

    Tal

    revelacirr

    ,"

    mstica

    es

    Posible'

    en

    cual-

    Irri"i

    ".o"*o'

    en

    orden

    a

    la

    dircc-

    "liOn

    v

    *lur"in

    dcl

    individuo

    (-+ti'

    ru

    l*i.r"n"iufl.

    Su

    acatamierrto

    puede

    ser

    obligaciOn

    de

    fe

    para

    el intere-

    sado.

    Pra

    Poderla

    considerar

    co-

    mo

    autntica,

    tiene

    que

    etar

    en

    "o]r"o.drt

    "iu

    con

    la

    revelacin

    ecle-

    ri.ti.u,

    con

    la

    revelacin

    general

    en

    i*""tiJt..

    Incluso

    una

    revelacin

    pri

    vaa

    autntica,

    iontecida

    en

    el

    fon-

    .

    "-

    r"

    coirciencia,

    Puede

    ser

    de-

    i.t"rO"

    o

    mal

    interPretada

    Por

    el

    irl*t.".

    El

    afn

    de

    lo

    fantstico Y

    "i

    r"atu.i.*" Producen

    a

    menudo

    re-

    p.".*iu"ioro

    y

    manifestacrones

    sub-

    i;;;;;

    sbitas,

    surgidas

    del

    sub-

    consciente,

    que

    equivocadamente

    pue-

    den

    tomarse

    como

    una

    revelacin'

    i-as

    t"u"t""iones

    privadas

    autnticas

    or"O"n

    ionstituir

    la

    base

    de

    una

    ir-ision

    profetica

    dcl

    particular

    en

    ;;;; ,

    ia

    Iglesia.

    sin

    que Por

    e:[lo

    sea

    lcito

    reclamar

    para

    ellas

    la

    pre-

    ..*iiru

    de

    meiorar

    Ia

    revelacin

    de-

    ii""ii

    ".

    Criito

    ni

    siquiera

    la

    dc

    comPletarla;

    esto

    queda

    absoluta-

    ni""i"

    "*"f"io.

    La

    revelacin

    pri-

    ,oau

    "

    nicamente

    nuevos

    imPulsos

    a-

    ias

    actuaciones

    de

    la

    lglasia

    scgltn

    iur'"it

    "aru.

    situaciones'

    de

    acucrclo

    con

    el evangelio

    urro

    y

    perm'lncnlc'

    6s0

    648