DelasDrogasaCristo.pdf
-
Upload
carlos-duque -
Category
Documents
-
view
227 -
download
0
Transcript of DelasDrogasaCristo.pdf
-
Hoy siento amor por mi familia y por mi prjimo en gene-
ral. Y as como Cristo me ayud a m, puede ayudarte a ti
tambin.
A los jvenes que buscan repuesta a sus problemas
les digo, que en las drogas no la conseguirn nunca. Las
drogas jams podrn llenar ese vaco que sienten. Slo
Cristo puede darles la respuesta que en vano buscan.
ACEPTALO AHORA MISMO . . . DEJARLO PARA
LUEGO PUEDE RESULTAR MUY TARDE PARA TI.
Adolfo Sulbarn
Apartado 2153 Santo Domingo
Repblica Dominicana [email protected]
Visite hoy mismo nuestro rincn en la internet: www.audiolit.net
Hoy siento amor por mi familia y por mi prjimo en gene-
ral. Y as como Cristo me ayud a m, puede ayudarte a ti
tambin.
A los jvenes que buscan repuesta a sus problemas
les digo, que en las drogas no la conseguirn nunca. Las
drogas jams podrn llenar ese vaco que sienten. Slo
Cristo puede darles la respuesta que en vano buscan.
ACEPTALO AHORA MISMO . . . DEJARLO PARA
LUEGO PUEDE RESULTAR MUY TARDE PARA TI.
Adolfo Sulbarn
Apartado 2153 Santo Domingo
Repblica Dominicana [email protected]
Visite hoy mismo nuestro rincn en la internet: www.audiolit.net
Hoy siento amor por mi familia y por mi prjimo en gene-
ral. Y as como Cristo me ayud a m, puede ayudarte a ti
tambin.
A los jvenes que buscan repuesta a sus problemas
les digo, que en las drogas no la conseguirn nunca. Las
drogas jams podrn llenar ese vaco que sienten. Slo
Cristo puede darles la respuesta que en vano buscan.
ACEPTALO AHORA MISMO . . . DEJARLO PARA
LUEGO PUEDE RESULTAR MUY TARDE PARA TI.
Adolfo Sulbarn
Apartado 2153 Santo Domingo
Repblica Dominicana [email protected]
Visite hoy mismo nuestro rincn en la internet: www.audiolit.net
De las
Drogas a CRISTO
De las
Drogas a CRISTO
De las
Drogas a CRISTO
No deje que el mensaje de este folleto se detenga en sus manos.
Haga mltiples copias en una imprenta o en una mquina de
hacer fotocopias y reprtalas como labor misionera. Este tratado puede descargarse e imprimirse directamente
accediendo a:
No deje que el mensaje de este folleto se detenga en sus manos.
Haga mltiples copias en una imprenta o en una mquina de
hacer fotocopias y reprtalas como labor misionera. Este tratado puede descargarse e imprimirse directamente
accediendo a:
No deje que el mensaje de este folleto se detenga en sus manos.
Haga mltiples copias en una imprenta o en una mquina de
hacer fotocopias y reprtalas como labor misionera. Este tratado puede descargarse e imprimirse directamente
accediendo a:
www.audiolit.net/tratados www.audiolit.net/tratadoswww.audiolit.net/tratados
-
Mi existencia comenz hace 20 aos, los ltimos cin-
co de los cuales pas consumiendo drogas y traficando
con ellas. Recuerdo que el primer pitillo de marihuana me
lo fum a los 15 aos. En aquel tiempo senta un gran
vaco en mi vida. Las drogas me daban la nota: la de afe-
rrarme a que ellas iban a llenar ese vaco en corto tiempo.
Me volv adicto al cido (LSD), a la cocana y a todo tipo
de estimulantes.
Fueron cinco aos de estanca-
miento, lucha, complejos de perse-
cucin y guerras. Y qu? Pues que
no ocurra lo que yo quera que ocu-
rriera. Tampoco podr ocurrir
ningn cambio en los jvenes o las
personas que sigan creyendo que un
pitillo de marihuana o unos pases de
cocana podrn satisfacer su sed.
Me invadi un gran remordimiento y comenc a pen-
sar en la manera de dejar todas estas cosas que no me ha-
ban beneficiado en absoluto . . . No quera seguir en estas
cosas: ya no senta placer al fumar marihuana, no quera
seguir ingiriendo cido; NO QUERIA LAS DROGAS!
No slo me destruan el organismo, la mente y el
espritu, sino que yo tambin contribua a la destruccin
de otros jvenes proporcionndoles las drogas. Yo era el
que originaba los problemas en mi hogar. No senta afec-
to hacia mis padres ni hacia mis hermanos. Repudiaba a
las personas que no se identificaban con los estimulantes o
que no los consuman.
Quera encontrar un medio
de salida, una va de escape
del agitado y violento mun-
do en que viven los que con-
sumen drogas. A pesar de
esto, mi vida de drogadicto
continuaba. Pero un bendito
da asist por curiosidad a un
congreso evanglico, donde me hablaron de una Persona
que poda ayudarme a dejar esa vida miserable. Esa Per-
sona es Cristo. El dice: Si alguno tiene sed, venga a m y
beba. El que cree en m, como dice la Escritura, de su
interior corrern ros de agua viva (Juan 7:37).
Hice la decisin de creer aceptando a Jesucristo. Re-
conoc el error de mis caminos. Clam a El: Seor Jesu-
cristo, te entrego mi corazn. Toma el timn de mi vida.
Desde hoy, todo lo que haga ser para tu honra y gloria.
Jesucristo vino a mi vida y la transform completamente.
Mi existencia comenz hace 20 aos, los ltimos cin-
co de los cuales pas consumiendo drogas y traficando
con ellas. Recuerdo que el primer pitillo de marihuana me
lo fum a los 15 aos. En aquel tiempo senta un gran
vaco en mi vida. Las drogas me daban la nota: la de afe-
rrarme a que ellas iban a llenar ese vaco en corto tiempo.
Me volv adicto al cido (LSD), a la cocana y a todo tipo
de estimulantes.
Fueron cinco aos de estanca-
miento, lucha, complejos de perse-
cucin y guerras. Y qu? Pues que
no ocurra lo que yo quera que ocu-
rriera. Tampoco podr ocurrir
ningn cambio en los jvenes o las
personas que sigan creyendo que un
pitillo de marihuana o unos pases de
cocana podrn satisfacer su sed.
Me invadi un gran remordimiento y comenc a pen-
sar en la manera de dejar todas estas cosas que no me ha-
ban beneficiado en absoluto . . . No quera seguir en estas
cosas: ya no senta placer al fumar marihuana, no quera
seguir ingiriendo cido; NO QUERIA LAS DROGAS!
No slo me destruan el organismo, la mente y el
espritu, sino que yo tambin contribua a la destruccin
de otros jvenes proporcionndoles las drogas. Yo era el
que originaba los problemas en mi hogar. No senta afec-
to hacia mis padres ni hacia mis hermanos. Repudiaba a
las personas que no se identificaban con los estimulantes o
que no los consuman.
Quera encontrar un medio
de salida, una va de escape
del agitado y violento mun-
do en que viven los que con-
sumen drogas. A pesar de
esto, mi vida de drogadicto
continuaba. Pero un bendito
da asist por curiosidad a un
congreso evanglico, donde me hablaron de una Persona
que poda ayudarme a dejar esa vida miserable. Esa Per-
sona es Cristo. El dice: Si alguno tiene sed, venga a m y
beba. El que cree en m, como dice la Escritura, de su
interior corrern ros de agua viva (Juan 7:37).
Hice la decisin de creer aceptando a Jesucristo. Re-
conoc el error de mis caminos. Clam a El: Seor Jesu-
cristo, te entrego mi corazn. Toma el timn de mi vida.
Desde hoy, todo lo que haga ser para tu honra y gloria.
Jesucristo vino a mi vida y la transform completamente.
Mi existencia comenz hace 20 aos, los ltimos cin-
co de los cuales pas consumiendo drogas y traficando
con ellas. Recuerdo que el primer pitillo de marihuana me
lo fum a los 15 aos. En aquel tiempo senta un gran
vaco en mi vida. Las drogas me daban la nota: la de afe-
rrarme a que ellas iban a llenar ese vaco en corto tiempo.
Me volv adicto al cido (LSD), a la cocana y a todo tipo
de estimulantes.
Fueron cinco aos de estanca-
miento, lucha, complejos de perse-
cucin y guerras. Y qu? Pues que
no ocurra lo que yo quera que ocu-
rriera. Tampoco podr ocurrir
ningn cambio en los jvenes o las
personas que sigan creyendo que un
pitillo de marihuana o unos pases de
cocana podrn satisfacer su sed.
Me invadi un gran remordimiento y comenc a pen-
sar en la manera de dejar todas estas cosas que no me ha-
ban beneficiado en absoluto . . . No quera seguir en estas
cosas: ya no senta placer al fumar marihuana, no quera
seguir ingiriendo cido; NO QUERIA LAS DROGAS!
No slo me destruan el organismo, la mente y el
espritu, sino que yo tambin contribua a la destruccin
de otros jvenes proporcionndoles las drogas. Yo era el
que originaba los problemas en mi hogar. No senta afec-
to hacia mis padres ni hacia mis hermanos. Repudiaba a
las personas que no se identificaban con los estimulantes o
que no los consuman.
Quera encontrar un medio
de salida, una va de escape
del agitado y violento mun-
do en que viven los que con-
sumen drogas. A pesar de
esto, mi vida de drogadicto
continuaba. Pero un bendito
da asist por curiosidad a un
congreso evanglico, donde me hablaron de una Persona
que poda ayudarme a dejar esa vida miserable. Esa Per-
sona es Cristo. El dice: Si alguno tiene sed, venga a m y
beba. El que cree en m, como dice la Escritura, de su
interior corrern ros de agua viva (Juan 7:37).
Hice la decisin de creer aceptando a Jesucristo. Re-
conoc el error de mis caminos. Clam a El: Seor Jesu-
cristo, te entrego mi corazn. Toma el timn de mi vida.
Desde hoy, todo lo que haga ser para tu honra y gloria.
Jesucristo vino a mi vida y la transform completamente.