Contribucion a La Critica de La Economia Politica -Marx

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    CCOOTTRRIIBBUUCCII AA LLAA CCRRTTIICCAADDEE LLAA EECCOOOOMMAA PPOOLLTTIICCAA

    CCaarrllooss MMaarrxx

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    ndice

    PREFACIO ................................................................1CONTRIBUCIN A LA CRTICA DE LAECONOMA POLTICA ..........................................3CAPITULO I. LA MERCANCA .............................3A. Noticia histrica del anlisis de la mercanca .....14CAPITULO II. El DINERO O LA CIRCULACIN

    SIMPLE ...................................................................19I. Medida de los valores ...........................................19B. Teoras sobre la unidad de medida del dinero .....24II. Instrumentos de circulacin ................................29a) La metamorfosis de las mercancas .....................29

    b) La circulacin del dinero .....................................34c) La moneda. El signo del valor .............................38III. El dinero ............................................................44a) Tesaurizacin .......................................................46

    b) Instrumento de pago ............................................51c) La moneda universal ............................................56IV. Los metales preciosos ........................................58

    C. Teoras sobre los instrumentos de circulacin ysobre la moneda .......................................................60

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    COTRIBUCI A LA CRTICA DE LA ECOOMA POLTICA

    PREFACIOExamino el sistema de la economa burguesa por

    el orden siguiente: Capital, Propiedad, Trabajoasalariado; Estado, Comercio exterior, Mercadomundial. Bajo los tres primeros ttulos estudio lascondiciones econmicas de existencia de las tres

    grandes clases en las cuales se divide la sociedadburguesa moderna; el enlace de los otros tres ttulossalta a la vista. La primera seccin del primer libro,que trata del capital, comprende los captulossiguientes: 1. La mercanca. 2. La moneda o lacirculacin simple. 3. El capital en general. Los dos

    primeros captulos forman el contenido de estevolumen. Tengo a la vista el conjunto de materialesen forma de monografas escritas con largosintervalos para mi propia ilustracin, no para laimprenta, y cuya ininterrumpida elaboracin, segnel plan indicado, depender de las circunstancias.

    Suprimo un prlogo general que haba esbozadoporque, despus de reflexionar bien, me parece queanticipar resultados que quedan todava pordemostrar podra desconcertar, y porque el lector quetenga la bondad de seguirme tendr que decidirse aelevarse de lo particular a lo general. En cambio,algunas indicaciones sobre el curso de mis propiosestudios poltico-econmicos podran encajar muy

    bien aqu.Mi estudio profesional era la jurisprudencia, que

    sin embargo no continu mas que de un modo

    accesorio respecto a la filosofa e historia, como unadisciplina subordinada. Por los aos 1842-1843, encalidad de redactor en la Rheinische Zeitung,1 me viobligado por primera vez a dar mi opinin sobre losllamados intereses materiales. Las discusiones delLandtag renano sobre los delitos forestales y el

    parcelamiento de la propiedad rstica, la polmicaque M. von Schapper, primer presidente a la sazn dela provincia renana, entabl con la RheinischeZeitung, respecto a las condiciones de vida de losaldeanos del Mosela, y por ltimo las discusionessobre el librecambio y la proteccin, me dieron los

    1Rheinische Zeitung: Gaceta renana, diario demcrata,publicado en Colonia desde el 1 de enero de 1842 al 31 demarzo de 1843. A partir del 15 de octubre de 1842, Marxocup el cargo de redactor jefe.

    primeros motivos para ocuparme de las cuestioneseconmicas. Por otra parte, en esta poca en que elafn de avanzar venca a menudo a la verdaderasabidura, se haba hecho or en la RheinischeZeitungun eco debilitado, por decirlo as, filosfico,del socialismo y del comunismo franceses. Me

    pronunci contra este tinglado, pero al mismo tiempoconfes claramente, en una controversia con laAllgemeine Augsburger Zeitung,2 que los estudiosque yo haba hecho hasta entonces no me permitanarriesgar un juicio respecto de la naturaleza de lastendencias francesas. La ilusin de los gerentes de laRheinische Zeitung, que crean conseguir desviar lasentencia de muerte pronunciada contra su peridicoimprimindole una tendencia ms moderada, meofreci la ocasin, que me apresur a aprovechar, dedejar la escena pblica y retirarme a mi gabinete deestudio.

    El primer trabajo que emprend para resolver lasdudas que me asaltaban fue una revisin crtica de laRechtsphilosophie de Hegel, trabajo cuyospreliminares aparecieron en losDeutsch-franzosischeJahrbcher,3 publicados en Pars en 1844. Misinvestigaciones dieron este resultado: que lasrelaciones jurdicas, as como las formas de Estado,no pueden explicarse ni por s mismas, ni por lallamada evolucin general del espritu humano; quese originan ms bien en las condiciones materiales deexistencia que Hegel, siguiendo el ejemplo de los

    ingleses y franceses del siglo XVIII, comprenda bajoel nombre de sociedad civil; pero que la anatomade la sociedad hay que buscarla en la economa

    poltica. Haba comenzado el estudio de sta en Parsy lo continuaba en Bruselas, donde me habaestablecido a consecuencia de una sentencia deexpulsin dictada por el seor Guizot contra m. El

    2 Allgemeine Augsburger Zeitung: Gaceta General deAugusta. Diario dirigido por G. Kolb. Importante en la

    polmica MarxVogt.3 Deutsch-Franzosische Jahrbcher, Anales franco-alemanes. Se publicaron en Pars, un ao despus de la

    prohibicin de la Rheinische Zeitung por parte delGobierno de Prusia (1843). Por disidencia entre Marx yRuge, que eran los editores, la publicacin ces tras laaparicin del primer volumen.

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    resultado general a que llegu y que, una vezobtenido, me sirvi de gua para mis estudios, puedeformularse brevemente de este modo: en la

    produccin social de su existencia, los hombresentran en relaciones determinadas, necesarias,independientes de su voluntad; estas relaciones de

    produccin corresponden a un grado determinado de

    desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. Elconjunto de estas relaciones de produccin constituyela estructura econmica de la sociedad, la base real,sobre la cual se eleva una superestructura jurdica y

    poltica y a la que corresponden formas socialesdeterminadas de conciencia. El modo de produccinde la vida material condiciona el proceso de vidasocial, poltica e intelectual en general. No es laconciencia de los hombres la que determina larealidad; por el contrario, la realidad social es la quedetermina su conciencia. Durante el curso de sudesarrollo, las fuerzas productoras de la sociedad

    entran en contradiccin con las relaciones deproduccin existentes, o, lo cual no es ms que suexpresin jurdica, con las relaciones de propiedad encuyo interior se haban movido hasta entonces. Deformas de desarrollo de las fuerzas productivas queeran, estas relaciones se convierten en trabas de estasfuerzas. Entonces se abre una era de revolucinsocial. El cambio que se ha producido en la baseeconmica trastorna ms o menos lenta orpidamente toda la colosal superestructura. Alconsiderar tales trastornos importa siempre distinguirentre el trastorno material de las condicioneseconmicas de produccin -que se debe comprobarfielmente con ayuda de las ciencias fsicas ynaturales- y las formas jurdicas, polticas, religiosas,artsticas o filosficas; en una palabra, las formasideolgicas, bajo las cuales los hombres adquierenconciencia de este conflicto y lo resuelven. As comono se juzga a un individuo por la idea que l tenga des mismo, tampoco se puede juzgar tal poca detrastorno por la conciencia de s misma; es preciso,

    por el contrario, explicar esta conciencia por lascontradicciones de la vida material, por el conflicto

    que existe entre las fuerzas productoras sociales y lasrelaciones de produccin. Una sociedad nodesaparece nunca antes de que sean desarrolladastodas las fuerzas productoras que pueda contener, ylas relaciones de produccin nuevas y superiores nose sustituyen jams en ella antes de que lascondiciones materiales de existencia de esasrelaciones hayan sido incubadas en el seno mismo dela vieja sociedad. Por eso la humanidad no se

    propone nunca ms que los problemas que puederesolver, pues, mirando de ms cerca, se versiempre que el problema mismo no se presenta ms

    que cuando las condiciones materiales pararesolverlo existen o se encuentran en estado deexistir. Esbozados a grandes rasgos, los modos de

    produccin asiticos, antiguos, feudales y burgueses

    modernos pueden ser designados como otras tantaspocas progresivas de la formacin socialeconmica. Las relaciones burguesas de produccinson la ltima forma antagnica del proceso de

    produccin social, no en el sentido de unantagonismo individual, sino en el de unantagonismo que nace de las condiciones sociales de

    existencia de los individuos; las fuerzas productorasque se desarrollan en el seno de la sociedad burguesacrean al mismo tiempo las condiciones materiales

    para resolver este antagonismo. Con esta formacinsocial termina, pues, la prehistoria de la sociedadhumana.

    Friedrich Engels con quien (desde la publicacinen los Deutsch-Franzosische Jahrbcher, de sugenial esbozo de una crtica de las categoraseconmicos) sostena una constante correspondencia,en la que intercambibamos nuestras ideas, hablallegado por otro camino -comparad su La situacinde la clase obrera en Inglaterra.- al mismo resultadoque yo. Y cuando, en la primavera de 1845, vino,tambin l, a domiciliarse en Bruselas, acordamoscontrastar conjuntamente nuestro punto de vista conel ideolgico de la filosofa alemana; en realidad,liquidar con nuestra conciencia filosfica anterior. Elmanuscrito4, dos gruesos volmenes en octavo, hacalargo tiempo que se encontraba en poder del editor,en Westfalia, cuando nos advirtieron que un cambiode circunstancias pona un obstculo a la impresin.Abandonamos el manuscrito a la roedora crtica delos ratones tanto ms a gusto cuanto que habamosalcanzado nuestro principal fin, aclarar nuestras

    propias ideasDe los trabajos dispersos que hemos sometido al

    pblico en esta poca y en los cuales hemos expuestonuestros puntos de vista sobre diversas cuestiones, nomencionaremos que el Manifiesto del PartidoComunista, redactado por Engels y yo encolaboracin, y el Discurso sobre el libre cambio,

    publicado por m. Nuestros puntos de vista decisivoshan sido expuestos cientficamente por primera vez,aunque bajo la forma de una polmica, en mi escrito,

    aparecido en 1847, y dirigido contra Proudhon:Miseria de la Filosofa,5 etc. La tirada de unadisertacin sobre el trabajo asalariado, escrita enalemn y compuesta de conferencias que yo habadirigido al grupo de obreros alemanes de Bruselas,fue interrumpida por la revolucin de febrero y miconsiguiente expulsin.

    La publicacin de laeue Rheinische Zeitung,6 en1848-49, y los acontecimientos posterioresinterrumpieron mis estudios econmicos, que no

    4 Marx se refiere aqu a laIdeologa Alemana.5Miseria de la filosofa, escrita en francs por Marx en1846-47.6eue Rheinische Zeitung: Nueva Gaceta Renana, diariodemcrata, publicado en Colonia bajo la direccin deMarx en 1848-49.

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    pude proseguir hasta 1850, en Londres. Laprodigiosa cantidad de materiales para la historia dela Economa poltica amontonada en el BritishMuseum; la situacin tan favorable que ofreceLondres para la observacin de la sociedad burguesa,y en fin, la nueva fase de desarrollo en que sta

    pareca entrar por el descubrimiento del oro

    californiano y australiano, me decidieron a comenzarde nuevo por el principio y a someter a un examencrtico los nuevos materiales. Estos estudios mellevaron por s mismos a investigaciones que

    parecan alejarme de mi objeto y en las que, sinembargo, tuve que detenerme ms o menos tiempo.Pero lo que abrevi sobre todo el tiempo de quedispona fue la imperiosa necesidad de producir untrabajo remunerador. Mi colaboracin, comenzadahaca ocho aos, en la ew York Tribune7, el primer

    peridico angloamericano, trajo consigo, ya que nome ocupo ms que excepcionalmente de periodismo

    propiamente dicho, una extraordinaria dispersin demis estudios. Sin embargo, los artculos sobre losacontecimientos econmicos notables que tenanlugar en Inglaterra y en el continente, formaban una

    parte tan considerable de mis aportaciones, que tuveque familiarizarme con detalles prcticos que no sondel dominio de la ciencia propia de la economa

    poltica.Con este esbozo del curso de mis estudios en el

    terreno de la economa poltica he querido hacer vernicamente que mis opiniones, de cualquier maneraque se juzguen por otra parte, y aunque concuerdentan poco con los prejuicios interesados de las clasesdominantes, son el fruto de largos y concienzudosestudios. Pero en el umbral de la ciencia, como a laentrada del infierno, una obligacin se impone:

    Qui si convien lasciare ogni sospettoogni vilt convien che qui sia morta.CARLOS MARXLondres, enero de 1859.

    COTRIBUCI A LA CRTICA DE LAECOOMA POLTICA

    CAPITULO I. LA MERCACAA primera vista la riqueza de la sociedad burguesaaparece como una inmensa acumulacin demercancas, siendo la mercanca aislada la formaelemental de esta riqueza. Pero cada mercanca semanifiesta bajo el doble aspecto de valor de uso yvalor de cambio8.

    7 ew York Tribune: rgano democrtico-burgus,fundado en 1841. Marx colabor en l desde 1851. A

    partir de 1855 fue el nico corresponsal de Europa.8 Aristteles, De Repblica, Libro I. cap. 9: Toda

    propiedad tiene dos usos, que le pertenecen esencialmente,sin pertenecerle, sin embargo, del mismo modo: uno esespecial a la cosa, el otro no lo es. Un zapato puede servira la vez como calzado o para efectuar un cambio otrueque. Por lo menos se puede obtener de aqul este doble

    La mercanca, en el idioma de los economistasingleses, es, en primer lugar, una cosa cualquiera,necesaria, til o agradable a la vida, objeto denecesidades humanas, medio de existencia en la mslata acepcin de la palabra. La forma bajo la cual lamercanca es un valor de uso coincide con suexistencia material tangible. El trigo, por ejemplo, es

    un valor de uso especial, que se distingue de losvalores de uso: algodn, vidrio, papel, etc. El valorde uso no tiene valor ms que para el uso, y noadquiere realidad ms que en el proceso de consumo.Un mismo valor de uso puede utilizarse de diferentesmaneras. No obstante, la suma de sus empleos

    posibles la da su carcter de objeto con propiedadesdefinidas. Adems, no slo est determinadocualitativamente, sino tambin cuantitativamente.Los valores de uso diferentes tienen medidasdistintas, con arreglo a sus particularidades naturales;

    por ejemplo: una fanega de trigo, una resma de papel,

    un metro de tela, etc.Cualquiera que sea la forma social de la riqueza,

    los valores de uso constituyen siempre su contenido,que en un primer momento, resulta indiferente a esaforma. Al probar el trigo no se conoce quin lo hacultivado: siervo ruso, modesto aldeano francs ocapitalista ingls. Aunque el valor de uso sea objetode necesidades sociales y se enlace, por consiguiente,a la sociedad, no expresa, sin embargo, una relacinde produccin social. Sea esta mercanca consideradaen su valor en uso: un diamante, por ejemplo.Mirando el diamante no se aprecia que es unamercanca. Cuando sirve como valor de uso, estticoo mecnico, sobre la garganta de una dama o en lamano del tallista, es diamante y no mercanca. Parecenecesario que la mercanca sea un valor de uso, peroes indiferente que el valor de uso sea una mercanca.El valor de uso en esta indiferencia a ladeterminacin econmica formal, es decir, el valorde uso como tal, se halla fuera de la esfera deinvestigacin de la economa poltica9.

    Entra en ella solamente cuando l mismo esdeterminacin de forma econmica. Directamente es

    la base material con que se manifiesta una relacindeterminada: el valor de cambio.El valor de cambio aparece primeramente como

    una relacin cuantitativa en la que los valores de usoson intercambiables. En tal relacin estos valoresconstituyen una magnitud idntica de cambio. De

    uso. El que cambia un zapato que otro necesita, por dineroo por alimentos, emplea indudablemente este zapato comotal zapato; pero, sin embargo, no lo emplea con su utilidadcaracterstica; porque no fue hecho para el cambio. Otrotanto podr decir de todas las dems propiedades.9 Por eso los compiladores alemanes tratan con amore delvalor de uso fijado bajo el nombre de bien. Por ejemplo,L. Stein, System der Staatswissenschaften, vol. I. captulode los Bienes. Ideas sensatas pueden encontrarse en los

    Ansoeisungen zur Waarenkunde.

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    este modo, un volumen de Propercio y ocho onzas derap pueden tener el mismo valor de cambio, a pesarde lo dispar de los valores de uso del tabaco y de lalega. Considerado como valor de cambio, un valorde uso vale exactamente lo que otro, con tal de que se

    presente en proporcin conveniente. El valor decambio de un palacio puede expresarse en un nmero

    determinado de cajas de betn. Los fabricantes debetn de Londres, inversamente, han expresado enpalacio el valor de cambio de sus cajas de betnmultiplicadas. Indiferentes, pues, a su modo naturalde existencia, sin miramientos para la naturalezaespecfica de la necesidad para la cual son valores deuso, las mercancas, en cantidades determinadas, sesuperponen, se suplen en el cambio, se reputan comoequivalentes y representan as, a despecho de suvariada apariencia, la misma unidad.

    Los valores de uso son inmediatamente medios deexistencia. A la inversa, estos medios de existencia

    son productos de la vida social, resultado de la fuerzavital gastada por el hombre, del trabajo objetivado.Como materializacin del trabajo social, todas lasmercancas son cristalizaciones de la misma unidad.Ahora necesitamos considerar el carcterdeterminado de esta unidad, es decir, del trabajo, quese manifiesta en el valor del cambio.

    Supongamos que una onza de oro, una toneladade hierro, una medida de trigo y veinte metros deseda representan valores de cambio de la mismamagnitud. Gracias a esta equivalencia, en la que esteliminada la diferencia cualitativa de su valor de uso,aqullos representan un mismo volumen de untrabajo idntico. Es preciso que el trabajo que serealiza en ellos de un modo idntico sea asimismotrabajo uniforme, no diferenciado, simple, al cual lees tan indiferente manifestarse en el oro, en el hierro,en el trigo y en la seda, como indiferente es aloxgeno hallarse en el xido de hierro, en laatmsfera, en el jugo de las races o en la sangre delhombre. Pero cavar el suelo para obtener el oro,extraer el hierro de la mina, cultivar el trigo o tejer laseda, son clases de trabajo que se distinguen

    cualitativamente las unas de las otras. Efectivamente,lo que parece ser materialmente una diferencia de losvalores de uso, surge en el proceso de produccincomo una diferencia de la actividad que crea losvalores de uso. Indiferente a la sustancia particular delos valores de uso, el trabajo, creador del valor decambio, es indiferente a la forma particular deltrabajo mismo. Los diferentes valores de uso son,adems, los productos de la actividad de distintosindividuos; es decir, el resultado de trabajos quedifieren individualmente. Como valores de cambio,no obstante, representan trabajo homogneo no

    diferenciado; es decir, trabajo en el que est borradala individualidad de los trabajadores. El trabajo quecrea el valor de cambio es, pues, trabajo general-abstracto.

    Si una onza de oro, una tonelada de hierro, unquarter de trigo y veinte metros de seda son valoresde cambio equivalentes o de magnitud igual, unaonza de oro, media tonelada de hierro, tres bushels detrigo y cinco metros de seda sern valores de cambiode magnitud completamente distinta, y estadiferencia cuantitativa es la nica de que pueden ser

    susceptibles, considerados como valores de cambio.Puesto que son valores de cambio de distintamagnitud, representan cantidades ms o menosgrandes de ese trabajo simple, uniforme, general-abstracto que constituye la sustancia del valor decambio. La cuestin es saber cmo se han de medirestas cantidades. O mejor dicho, se trata de sabercul es el modo de existencia cuantitativa de estemismo trabajo, puesto que las diferencias demagnitud de las mercancas como valores de cambiono son ms que diferencias de magnitud de trabajorealizado en ellas. De la misma manera que el tiempo

    es la expresin cuantitativa del movimiento, eltiempo de trabajo es la expresin cuantitativa deltrabajo. Conocida su calidad, la nica diferencia deque el trabajo es susceptible es la diferencia de su

    propia duracin. Como tiempo de trabajo, tiene supatrn en las medidas naturales del tiempo: hora, da,semana, etc. El tiempo de trabajo es la sustancia vitaldel trabajo, indiferente a su forma, contenido,individualidad; es su expresin viva cuantitativa, almismo tiempo que su medida inmanente. El tiempode trabajo objetivado en los valores de uso de lasmercancas es, no solamente la sustancia que hace deellos valores de cambio, y por consiguiente de lasmercancas, sino que asimismo es la medida de suvalor determinado. Las cantidades correlativas de losdiferentes valores de uso, en los cuales se objetivaidntico tiempo de trabajo, son equivalentes, o, dichode otro modo: todos los valores de uso sonequivalentes en las proporciones en que contienen elmismo tiempo de trabajo consumado, objetivado.Consideradas como valores de cambio, lasmercancas no son ms que medidas determinadas detiempos de trabajo coagulado.

    Para mejor comprender el hecho de que el valorde cambio est determinado por el tiempo de trabajo,importa establecer los siguientes puntos principales:1. la reduccin del trabajo al trabajo simple, sincalidad, por decirlo as; 2. el modo especfico por elque el trabajo creador del valor de cambio, y porconsiguiente, productor de mercancas, es trabajosocial y por fin, 3. la diferencia entre el trabajo encuanto que produce valores de uso y el trabajo encuanto que produce valores de cambio.

    Para medir los valores de cambio de lasmercancas mediante el tiempo de trabajo

    incorporado a ellas, es necesario que los diferentestrabajos sean reducidos al trabajo no diferenciado,uniforme, simple en una palabra: al trabajo que esidntico por la calidad y no se distingue ms que por

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    la cantidad.Esta reduccin presenta la apariencia de una

    abstraccin; pero es una abstraccin que tiene lugartodos los das en el proceso de produccin social. Laconversin de todas las mercancas en tiempos detrabajo no supone una abstraccin mayor ni menosreal que la conversin de todos los cuerpos orgnicos

    en aire. En realidad, el trabajo as medido con eltiempo no aparece como trabajo de distintosindividuos, sino que los diferentes individuos quetrabajan aparecen ms bien como simples rganosdel trabajo. O tambin podra decirse: el trabajo, talcomo se manifiesta en los valores de cambio, estrabajo humano general. Esta abstraccin del trabajohumano general existe en el trabajo medio que cadaindividuo medio de una sociedad dada puede realizar,un gasto productivo determinado de msculos,nervios, cerebro humanos, etc. Es trabajo simple10,

    para cuya realizacin cada individuo medio puede ser

    adiestrado, y cuyo trabajo tiene que efectuar, sea bajouna u otra forma. El carcter de este trabajo mediodifiere en los distintos pases y en pocas de diversacultura, pero resulta dado una sociedad determinada.El trabajo simple constituye con mucho la masa msconsiderable del conjunto del trabajo de la sociedad

    burguesa como puede uno convencerse consultandocualquier estadstica. Que A produzca hierro duranteseis horas y tela durante seis horas, y queB produzcatambin hierro durante seis horas y tela durante seishoras, o queA produzca hierro durante doce horas yque B produzca tela durante doce horas,evidentemente no existe en estos casos ms que unempleo distinto del mismo tiempo de trabajo. Peroqu ocurrir con el trabajo complicado que se eleva

    por encima del nivel medio, en cuanto que es trabajode mayor intensidad, de peso especfico superior?Esta clase de trabajo se resuelve en trabajo simplecompuesto, en trabajo simple de potencia mselevada. De tal modo que un da de trabajocomplicado equivale a tres das de trabajo simple.Las leyes que regulan esta reduccin nocorresponden a esta parte de nuestro estudio. Pero

    est claro que esta reduccin tiene lugar; pues entanto que es valor de cambio el producto del trabajoms complicado, es, en proporcin determinada, elequivalente del producto del trabajo medio simple;forma, pues, ecuacin con un quantumdeterminado de este trabajo simple.

    La determinacin del valor de cambio por eltiempo de trabajo supone, adems, que en unamercanca dada, sea una tonelada de hierro, porejemplo, se objetiva una cantidad igual de trabajo,sin que importe que sea trabajo deA o deB; es decir,que los diferentes individuos gastan un mismo

    trabajo para producir idntico valor de uso,determinado cualitativa y cuantitativamente. En otros

    10 Los economistas ingleses dicen unskilled labour(trabajo no cualificado).

    trminos: se supone que el tiempo de trabajocontenido en una mercanca es el tiempo de trabajonecesario para su produccin, o el tiempo de trabajoexigido para producir un nuevo ejemplar de la mismamercanca en las condiciones generales de

    produccin dadas.Del anlisis del valor resulta que para crear valor

    de cambio es preciso que el trabajo est determinadosocialmente, que sea trabajo social, no simplementesocial, sino de un modo especial. Se trata de un modoespecfico de sociabilidad. Primeramente lasimplicidad no diferenciada del trabajo es igualdadde los trabajos individuales que se relacionan losunos con los otros, en cuanto que trabajo igual, y esto

    por la reduccin efectiva de todos los trabajos atrabajo homogneo. El trabajo de cada individuo,aunque se manifiesta en tantos valores de cambio,

    posee este carcter social de igualdad, y se manifiestaen el valor de cambio slo en la medida en que se

    refiere al trabajo de los dems individuos de trabajoidntico.

    Adems, en el valor de cambio, el tiempo detrabajo del individuo aislado aparece directamentecomo tiempo de trabajo general, y este carctergeneraldel trabajo aislado reviste un carcter social.El tiempo de trabajo representado en el valor decambio es el tiempo de trabajo del individuo, perodel individuo que no se distingue de los demsindividuos en tanto que realizan un trabajo Igual, detal manera que el tiempo de trabajo gastado por unoen producir una mercanca determinada es el tiempode trabajo necesario que cualquier otro empleara en

    producir la misma mercanca. Es el tiempo de trabajodel individuo, pero no essu tiempo de trabajo, puestoque es el tiempo de trabajo comn a todos, y, portanto, es indiferente que sea el tiempo de trabajo detal o cual individuo. Como tiempo de trabajo generalse realiza en forma de un producto general, de unequivalente general, de un quantum dado detrabajo materializado, que es indiferente a la formadeterminada de valor de uso bajo la cual representadirectamente el producto de un individuo y puede ser

    convertido, a voluntad, en cualquier otra forma devalor de uso en que se exprese el producto de otroindividuo. Es magnitud socialslo en la medida enque es tal magnitud general. Para que el resultado deltrabajo individual sea un valor de cambio, es precisoque constituya un equivalente general; es necesarioque el tiempo de trabajo del individuo representetiempo de trabajo general, o que el tiempo de trabajogeneral represente el del individuo. El efecto es elmismo que si los diferentes individuos hubiesenreunido sus tiempos de trabajo y representadocantidades distintas del tiempo de trabajo a su comn

    disposicin por valores diversos de cambio. Eltiempo de trabajo del individuo es de este modo, enrealidad, el tiempo de trabajo que debe de gastar lasociedad para producir un valor de uso determinado;

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    es decir, para satisfacer una necesidad concreta. Peroahora no se trata ms que de la forma especfica bajola cual el trabajo adquiere un carcter social. Porejemplo, un obrero que hila objetiviza un trabajodado en 100 libras de hilo de lino. Suponed que 100metros de tela, producto del tejedor, representen unquantum idntico de tiempo de trabajo. Puesto que

    estos dos productos representan un mismoquantum de tiempo de trabajo general, y son, portanto, equivalentes de todo valor de uso que contengaigual cantidad de tiempo de trabajo, son equivalentesel uno del otro. Por la sola razn de que el tiempo detrabajo del que hila y el tiempo de trabajo del queteje se presentan como tiempos de trabajo general, yque sus productos, por consiguiente, representanequivalentes generales, el trabajo del tejedor y el delque hila realizan en este caso el trabajo del uno parael trabajo del otro; es decir, se objetiviza la existenciasocial de su trabajo para ambos. Por el contrario, en

    la industria patriarcal-rural, en la cual el que hilaba yel que teja vivan bajo el mismo techo, en la que la

    parte femenina de la familia hilaba y la masculinateja para las necesidades de la familia, hilo y telaeran productos sociales, hilar y tejer eran trabajossociales en el seno de la familia. Pero su carctersocial no consista en el hecho de que el hilo,equivalente general, se cambiase por la tela,equivalente general, o que ambos se cambiasen eluno por el otro como expresiones equivalentes delmismo tiempo el trabajo general. Era la organizacinfamiliar, con su divisin del trabajo, la que marcabael producto del trabajo con su caracterstico sellosocial. O bien, consideremos las corveas y lostributos en especie de la Edad Media. Lo queconstituye aqu el lazo social, son los trabajosdeterminados de los individuos en su forma natural,es la particularidad y no la generalidad del trabajo. Oconsideremos, por fin, el trabajo en comn bajo suforma primitiva, tal como lo encontramos en elumbral de la historia de todos los puebloscivilizados11. En este caso, el carcter social deltrabajo no se deriva claramente de que el trabajo del

    individuo revista la forma abstracta de la generalidado de que su producto revista la forma de unequivalente general. La comunidad, en la que se

    11 Es un prejuicio ridculo, y muy difundido en los ltimostiempos, considerar que la forma de la propiedad comnespontnea es la forma especficamente eslava o, ms,exclusivamente rusa. Se trata de la forma originaria cuyaexistencia podemos comprobar en los romanos, germanos,celtas, de la que encontramos un muestrario de mltiplesintentos en la India, an en estado ruinoso. Un estudio msdetallado de las formas de propiedad comn asiticas,indias en particular, demostrara cmo a partir de lasdiferentes formas de propiedad comn espontnea derivanformas distintas de su desarrollo. As, por ejemplo, losdiferentes tipos originales de la propiedad privada romanay germnica pueden derivarse de formas diferentes de

    propiedad comn india.

    subentiende la produccin, es la que impide que eltrabajo del individuo sea trabajo privado, la que ms

    bien hace aparecer el trabajo individual comofuncin de un miembro del organismo social. Secomprende que el trabajo que se realiza en el valor decambio es el trabajo del individuo aislado. Para quese convierta en trabajo social le es preciso adoptar la

    forma de su inmediato opuesto, la forma de lageneralidad abstracta.

    En fin, lo que caracteriza al trabajo que crea valorde cambio es que las relaciones sociales de las

    personas aparecen, por decirlo as, invertidas, comola relacin social de las cosas. Puesto que un valor deuso se relaciona con el otro como un valor decambio, el trabajo de une persona se relaciona con elde otra como con el trabajo igual y general. Si es,

    pues, correcto decir que el valor de cambio es unarelacin entre las personas12, conviene aadir: unarelacin oculta bajo el velo de las cosas. Lo mismo

    que una libra de oro y una libra de hierro, a pesar dela diferencia de sus cualidades fsicas y qumicas,representan el mismo quantum de peso, dosvalores de uso que contengan el mismo tiempo detrabajo representan idntico valor de cambio. Elvalor de cambio parece ser as una determinacin delos valores de uso en la sociedad, determinacin queles corresponde por su cualidad de objetos y gracias ala cual se suplen en el proceso del cambio en

    proporciones cuantitativas determinadas y formanequivalentes, lo mismo que las sustancias qumicassimples se combinan en proporciones cuantitativasdeterminadas y forman equivalentes qumicos.nicamente el hbito de la vida cotidiana puedehacer parecer como cosa banal y corriente el hechode que una relacin de produccin revista la forma deun objeto de manera que las relaciones de las

    personas en su trabajo se manifiesten como unarelacin en la que las cosas entren en relaciones entres y con las personas. En la mercanca, estamistificacin es an simplicsima. Ms o menosvagamente, todo el mundo sospecha que la relacinentre mercancas, en cuanto valores de cambio, es

    ms bien una relacin entre personas en su actividadproductora recproca. En las relaciones deproduccin ms elevadas, esta apariencia desimplicidad desaparece. Todas las ilusiones delsistema monetario provienen de que no se ve que eldinero representa una relacin de produccin social yde que la realiza bajo la forma de un objeto naturalde propiedades determinadas. La misma ilusin sedescubre entre los economistas que se ren con tantodesdn de las ilusiones del sistema monetario, encuanto se ocupan de las categoras econmicas

    12 La richezza una raggione tra due persone (Lariqueza es una relacin entre dos personas). Galliani. Dellamoneta, p. 221. t. III de la compilacin de Custodi,Scrittori classici Italiani di Economia poltica. Partemoderna. Miln. 1803.

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    superiores, por ejemplo, el capital. La descubren alconfesar cndidamente su asombro cuando tan prontose les aparece como una relacin social lo que yaellos crean tener como un objeto palpable, como lesinquieta bajo la forma de un objeto lo que apenashaban sealado como una relacin social.

    No siendo, en realidad, el valor de cambio de las

    mercancas ms que la relacin de los trabajosindividuales, considerados iguales y generales, ynada ms que la expresin objetiva de una formasocial especfica del trabajo, es una tautologaafirmar que el trabajo es la nica fuente del valor, y.

    por lo tanto, de la riqueza, en cuanto que consiste envalores de cambio. Es asimismo una tautologa decirque la materia como tal no tiene valor de cambio13,

    puesto que no contiene trabajo y que el valor decambio como tal no contiene materia. As, pues,cuando William Petty dice: el trabajo es el padre, yla tierra la madre de la riqueza, o cuando el obispoBerkeley pregunta14: Si los cuatro elementos y eltrabajo humano que encierran no son la verdaderafuente de la riqueza; o cuando el americano ThomasCooperexpone, vulgarizando: Quitadle a un pan eltrabajo que en l se ha puesto, el trabajo de panadero,del molinero, del labrador, etc.; y qu queda?Algunos granos de hierbas salvajes impropios paracualquier uso humano15, no se trata, en todos estosconceptos, del trabajo abstracto, como fuente delvalor de cambio, sino del trabajo concreto, comofuente de riquezas materiales; en una palabra: deltrabajo productor de valores de uso. Supuesto elvalor de uso de la mercanca, se supone tambin lautilidad particular, el fin determinado del trabajo queha absorbido; pero aqu se detiene cualquierconsideracin del trabajo como trabajo til. Lo quenos interesa en el pan, como valor de uso, son sus

    propiedades alimenticias, y de ningn modo lostrabajos del labrador, del molinero, del panadero,etctera. Si gracias a algn invento desaparecieranlos 19/20 de estos trabajos, el pan rendira el mismoservicio que antes. Si cayese del cielo ya cocido, no

    perdera por eso ni un tomo de su valor de uso.

    Mientras el trabajo que crea el valor de cambio serealiza en la igualdad de las mercancas comoequivalentes generales, el trabajo, en cuanto

    13 In its natural state... matter is always destitute ofvalue (En su estado natural, la materia est siempredesprovista de valor). Mac Culloch, A discourse on the

    Rise, Progress etc., of Political Economy, segunda edicin,Edimburgo. 1825, pg. 48. Se ve cmo hasta un MacCulloch se eleva por encima del fetichismo de lospensadores alemanes que declaran que la materia ymedia docena de disparates son los elementos del valor.Por ejemplo L. Stein, el c., tomo I, pg. 110.14 Berkeley. The Querist, London, 1750. Whether thefour elements, and man's Labour therein, be not the truesource of weallh?15 Th. Cooper, Lectures on the Elements of Political

    Economy, London, 1831.

    actividad productora apropiada para un fin, se realizaen la infinita variedad de sus valores de uso. Mientrasel trabajo, creador del valor de cambio, es trabajogeneral-abstracto e igual, el trabajo creador del valorde uso es trabajo concreto y especial que, en lo queconcierne a la forma y a la materia, se descomponeen modos de trabajo infinitamente varios.

    En tanto que produce valores de uso, resulta falsodecir que el trabajo es la fuente nica de la riqueza

    producida por l, es decir, de la riqueza material.Puesto que dicho trabajo es la actividad que adapta lamateria a tal o cual fin, se sobrentiende que lamateria le es necesaria. La proporcin entre el trabajoy la materia es muy distinta en los diferentes valoresde uso, pero el valor de uso contiene siempre unsubstratum natural. Actividad til que busca laapropiacin de los productos de la naturaleza bajouna u otra forma, el trabajo es la natural condicin dela existencia humana, la condicin, independiente de

    todas las formas sociales, del intercambio de lamateria entre el hombre y la naturaleza. Por elcontrario, el trabajo que crea el valor de cambio esuna forma de trabajo especficamente social. Eltrabajo material del sastre, por ejemplo, consideradocomo actividad productora particular, produceefectivamente el traje, pero no el valor de cambio deltraje. Produce este valor, no porque sea trabajo desastre, sino porque es trabajo general-abstracto, yste se enlaza con un edificio social que el sastre noha construido. As es como las mujeres producan elvestido en la industria domstica de la antigedad,sin producir el valor de cambio del traje. Ellegislador Moiss saba tan bien como AdamSmith16, el funcionario de Aduanas, que el trabajo esuna fuente de riqueza material.

    Consideremos ahora algunas proposiciones queresultan de la reduccin del valor de cambio a tiempode trabajo.

    Como valor de uso, la mercanca ejerce unaaccin causal. El trigo, por ejemplo, obra porque esun alimento. Una mquina suple al trabajo en

    proporciones determinadas. Esa accin de la

    mercanca, por la cual slo ella es un valor de uso, unobjeto de consumo, puede llamarse su servicio,servicio que presta como valor de uso. Pero encalidad de valor de cambio, la mercanca no seconsidera ms que desde el punto de vista delresultado. No se trata del servicio que presta, sino del

    16 F. List, que no ha podido comprender nunca ladiferencia entre el trabajo que ayuda a crear una utilidad,un valor de uso, y el trabajo que es una forma socialdeterminada de la riqueza y crea el valor de cambio -esverdad que su inteligencia interesada y prctica no, esthecha para la comprensin- no ve en los economistasingleses modernos ms que plagiarios de Moiss elegipcio. (Columbia, 1820, pg. 99.)

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    servicio17 que le ha sido prestado por haber sidoproducida. De este modo, el valor de cambio de unamquina no est determinado por el quantum detiempo de trabajo que suple, sino por el quantumde tiempo de trabajo que en ella se realiza, y que, porconsiguiente, se requiere para producir una nuevamquina de la misma clase.

    As, pues, si el quantum de trabajo exigido parala produccin de mercancas quedase constante, suvalor de cambio sera invariable. Pero la facilidad yla dificultad de la produccin varan sin cesar. Si sufuerza productora aumenta, el trabajo produce elmismo valor de uso en menos tiempo. Si disminuyela fuerza productora del trabajo, hace falta mstiempo para producir el mismo valor de uso. Lamagnitud de tiempo de trabajo contenida en unamercanca, o sea su valor de cambio, es variable porconsiguiente; aumenta o disminuye en razn inversaal aumento o disminucin de la fuerza productora del

    trabajo. La fuerza productora del trabajo, que unaindustria manufacturera aplica en un gradodeterminado de antemano, se encuentra en laagricultura y en la industria extractiva condicionada

    por circunstancias naturales que no se puedenintervenir. Un mismo trabajo dar un producto ms omenos grande de diferentes metales segn laabundancia o la escasez de estos metales en lacorteza terrestre. Un mismo trabajo puede, si eltiempo es favorable, convertirse en dos fanegas detrigo; si es adverso, en una fanega solamente. Lascondiciones naturales de escasez o abundancia

    parecen determinar aqu el valor de cambio de lasmercancas, porque determinan la fuerza productora,ligada a condiciones naturales, de un trabajo concreto

    particular.Varios valores de uso diferentes contienen en

    volmenes desiguales el mismo tiempo de trabajo oel mismo valor de cambio. Cuanto ms pequeo es elvolumen de su valor de uso, comparado con otrosvalores de uso, bajo el cual una mercanca contieneun quantum determinado tiempo de trabajo, mayores su valor de cambio especfico. Si nos encontramos

    con que en pocas de cultura diferentes y alejadasunas de otras, ciertos valores de uso forman entreellos una serie de valores de cambio especficos queconservan unos respecto a otros, si no exactamente lamisma relacin numrica, cuando menos la relacingeneral de superioridad e inferioridad, como, porejemplo, el oro, la plata, el cobre, el hierro, o el trigo,el centeno, la cebada, la avena; nicamente se puedededucir que el desarrollo progresivo de las fuerzas

    productivas sociales influye de una manera casi

    17 Se comprende qu servicio ha podido prestar lacategora servicio a economistas de la clase de J. B. Soyy F. Bastiat, cuya razonadora inteligencia, como haobservado muy bien Malthus, hace constantementeabstraccin de la forma determinada especfica de lasrelaciones econmicas.

    uniforme, sobre el tiempo de trabajo que exige laproduccin de esas diferentes mercancas.

    El valor de cambio de una mercanca no semanifiesta en su propio valor de uso. Sin embargo,como materializacin del tiempo de trabajo social,general, el valor de uso de una mercanca entra enrelaciones de proporcionalidad con los valores de uso

    de otras mercancas. El valor de cambio de unamercanca se manifiesta as en el valor de uso de lasdems mercancas. Es un equivalente, en realidad, elvalor de cambio de una mercanca expresado en elvalor de uso de otra mercanca. Si yo digo que unmetro de tela vale dos libras de caf, el valor decambio de la tela est expresado en el valor de usodel caf, y esto en un quantum determinado de estevalor de uso. Dada esta proporcin, puedo expresar elvalor de cada quantum de tela en caf. Es evidenteque el valor de cambio de una mercanca, porejemplo, de la tela, no est agotado por la proporcin

    en la que una mercanca particular, por ejemplo. elcaf, forma su equivalente. El quantum de tiempode trabajo general representado en un metro de telaes realizado simultneamente en los ms diversosvolmenes de valores de uso de todas las demsmercancas. Dentro de la proporcin en la que elvalor de uso de cualquier otra mercanca representaun tiempo de trabajo de igual magnitud, constituyeun equivalente del metro de tela. El valor de cambiode esta mercanca aislada no se expresa, pues, de unmodo agotador ms que en las innumerablesecuaciones en las que los valores de uso de todas lasdems mercancas constituyen su equivalente.nicamente se expresa de esa manera comoequivalente generalen la suma de dichas ecuacioneso en la totalidad de las diferentes proporciones en lasque una mercanca es susceptible de cambio porcualquier otra mercanca. La serie de ecuaciones:

    1 metro de tela = 1/2 libra de t1 metro de tela = 2 libras de caf1 metro de tela = 8 libras de pan1 metro de tela = 6 metros de algodnse puede representar as:

    1 metro de tela = 1/8 de libra de t + 1/2 libra decaf + 2 libras de pan + 1 y 1/2 metro de algodn.Si tuviramos a la vista la suma completa de las

    ecuaciones en las que se halla agotada la expresindel valor de un metro de tela, podramos representarsu valor de cambio bajo la forma de una serie. Enrealidad, esta serie es interminable, puesto que elcrculo de las mercancas nunca est definitivamentecerrado, sino que se va extendiendo siempre. Ahora

    bien; si una mercanca mide as su valor de cambiocon los valores de uso de todas las demsmercancas, los valores de cambio de las mismas se

    miden inversamente con el valor de uso de aquellamercanca aislada que se mide con ellos18. Si el valor

    18 Es propio de las medidas tener tal relacin con losobjetos medidos, que la cosa medida viene a ser en cierto

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    de cambio de 1 metro de tela se expresa en 1/2 librade t, en 2 libras de caf, en 6 metros de algodn y en8 libras de pan, se deduce que caf, t, algodn, pan,etc., son iguales entre s en la proporcin en que soniguales a un tercer objeto, la tela; sta les sirve, pues,de medida comn de sus valores de cambio. Cadamercanca como tiempo de trabajo general concreto,

    es decir, como quantum de tiempo de trabajogeneral, expresa su valor de cambio sucesivamenteen cantidades determinadas de valores de uso detodas las dems mercancas, y los valores de cambiode las dems mercancas se miden inversamente conel valor de uso de aquella mercanca exclusiva. Peroa ttulo de valor de cambio, cada mercanca esasimismo la mercanca exclusiva que sirve de medidacomn de los valores de cambio de todas las demsmercancas, la cual, por otra parte, no es ms que unade las numerosas mercancas en cuya serie completacualquier otra mercanca representa directamente su

    valor de cambio.La magnitud del valor de una mercanca no

    resulta afectada porque existan al lado de ella pocas omuchas mercancas de otra clase. Pero la magnitudde la serie de ecuaciones en las cuales se realiza suvalor de cambio depende de la variedad ms o menosgrande de las dems mercancas. La serie deecuaciones en las que se representa, por ejemplo, elvalor del caf, expresa la esfera de sus posibilidadesde cambio, los lmites dentro de los cuales actacomo valor de cambio. Al valor de cambio de unamercanca, como materializacin del tiempo detrabajo social general, corresponde la expresin de suequivalencia en valores de uso infinitamentevariados.

    Hemos visto que el valor de cambio de unamercanca vara con la cantidad de tiempo de trabajoincorporado a ella. El valor de cambio realizado, esdecir, expresado en valores de uso de otrasmercancas, debe de depender igualmente de las

    proporciones en las cuales vara el tiempo de trabajoempleado en la produccin de todas las demsmercancas. Si el tiempo de trabajo necesario para

    producir una fanega de trigo continuase siendo elmismo mientras que el tiempo de trabajo exigidopara producir las dems mercancas se doblase, elvalor de cambio de la fanega de trigo, expresado ensus equivalentes, hubiera bajado la mitad. Elresultado sera prcticamente el mismo que si eltiempo necesario para producir la fanega de trigohubiese bajado la mitad, y el tiempo de trabajonecesario para la produccin de las demsmercancas no hubiese variado. El valor de lasmercancas est determinado por la proporcin enque pueden ser producidas en el mismo tiempo de

    trabajo. Para ver de qu variaciones es susceptible

    modo la medida de la cosa que sirve para medir.Montanari, Della moneta, pg. 41. Compilacin deCustodio vol. III.Parte antica.

    esta proporcin, tomemos dos mercancas, A yB. 1.Supongamos que el tiempo de trabajo exigido para la

    produccin deB sigue siendo el mismo. En este caso,el valor de cambio deA, expresado enB, baja o subedirectamente segn que disminuya o aumente eltiempo de trabajo necesario para la produccin de A.2. Supongamos que el tiempo de trabajo exigido

    para la produccin de A sea el mismo. El valor decambio de A expresado en B baja o sube en razninversa al alza o baja del tiempo de trabajo exigido

    para producir B. 3. Que el tiempo de trabajonecesario para la produccin deB y deA disminuya oaumente en igual proporcin. La expresin de laequivalencia deA enB sigue siendo la misma. Si, porcualquier circunstancia, la fuerza productora de todoslos trabajos disminuyese en una medida igual, demanera que todas las mercancas exigiesen en lamisma proporcin ms tiempo de trabajo para su

    produccin, el valor de todas las mercancas habr

    aumentado; la expresin real de su valor de cambiono habr variado y la riqueza efectiva de la sociedadhabr disminuido, puesto que ahora necesitar mstiempo de trabajo para crear la misma masa devalores de uso. 4. El tiempo de trabajo necesario

    para la produccin de A y de B puede aumentar odisminuir para ambos, pero de un modo desigual; eltiempo de trabajo exigido para A puede aumentar,mientras que el necesario para A disminuye, oviceversa. Todos estos casos pueden sencillamentereducirse a lo siguiente: que el tiempo de trabajonecesario para la produccin de una mercanca novara, mientras que el que hace falta para producir lasdems aumenta o disminuye.

    El valor de cambio de cada mercanca se expresaen el valor de uso de otra cualquiera, seaintegralmente, sea por fracciones de este valor deuso. Como valor de cambio, cada mercanca es tandivisible como el tiempo de trabajo que representa.La equivalencia de las mercancas es tanindependiente de la divisibilidad fsica de sus valoresde cambio como indiferente es la suma de los valoresde cambio de las mercancas a la variacin de forma

    que sufren los valores de uso de las mismas en surefundicin en una nueva mercanca.Hasta aqu hemos considerado la mercanca desde

    el doble punto de vista de valor de uso y de valor decambio, unilateralmente cada vez. Pero, comomercanca, es inmediatamente unidadde valor de usoy de valor de cambio; al mismo tiempo no esmercanca ms que en relacin con las demsmercancas. La relacin realde unas mercancas conotras es su proceso de cambio. Este ltimo es un

    proceso social en el que intervienen individuosindependientes unos de otros, pero lo hacen

    nicamente en su calidad de poseedores demercancas; existen los unos para los otros porquesus mercancas existen tambin, de modo que noaparecen sino como los agentes conscientes del

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    proceso de cambio.La mercanca es valor de uso, trigo, tela,

    diamante, mquina, efe.; pero al mismo tiempo,como mercanca, no es valor de uso. Si fuese valor deuso para su poseedor, es decir, un inmediato mediode satisfaccin de sus propias necesidades, no seramercanca. Para su poseedor es ms bien no-valor de

    uso, o sea simple soporte material del valor decambio, o simple medio de cambio; y siendo elsoporte activo del valor de cambio, el valor de usollega a ser medio de cambio19. Para su poseedor no esya valor de uso porque es valor de cambio. Comovalor de uso es preciso que llegue a serlo, en primerlugar, para los dems. No siendo valor de uso para su

    propio poseedor, lo es para los poseedores de lasdems mercancas. De lo contrario, su trabajo habrsido intil y el producto del mismo no ser unamercanca. Por otra parte, es necesario que llegue aser valor de uso por si misma, pues sus medios de

    subsistencia existen fuera de ella en los valores deuso de las otras mercancas. Para convertirse en valorde uso, es preciso que la mercanca se halle frente ala necesidad especial que puede satisfacer. Losvalores de uso de las mercancas llegan a ser, pues,tales porque cambian universalmente de sitio,

    pasando de la mano en que son medio de cambio aaquella en que son objeto de utilidad. Graciasnicamente a esta enajenacin universal de lasmercancas. el trabajo que contienen se convierte entrabajo til. En este proceso en el que las mercancasse relacionan unas con otras en calidad de valores deuso, no adquieren ninguna nueva determinacin deforma econmica. Desaparece ms bien la formadeterminada que les caracteriza como talesmercancas. El pan, al pasar de la mano del panaderoa la del consumidor, no vara su modo de ser como

    pan. Es lo inverso; es el consumidor el primero quese relaciona con el pan como con un valor de uso,como con este alimento determinado, mientras queen la mano del panadero era el soporte de unarelacin econmica, un objeto sensible:suprasensible. La nico transformacin que sufren

    las mercancas en su conversin en valores de uso es,pues, la alteracin de su existencia formal en la queeran no-valor de uso para sus poseedores y valoresde uso para los no-poseedores. Para llegar a hacersevalores de uso es preciso que las mercancas seanuniversalmente enajenadas, que entren en el procesode cambio; pero su manera de ser para el cambio essu forma de valor. Para tener realidad como valoresde uso, es indispensable, pues, que tengan realidadcomo valores de cambio.

    Si desde el punto de vista del valor de uso lamercanca aislada pareca un objeto independiente,

    como valor de cambio, por el contrario, era desde el

    19 Aristteles concibe el valor de cambio bajo esta formadeterminada. (Vase el pasaje citado al comienzo delcapitulo.)

    primer momento considerada en relacin con lasdems mercancas. Sin embargo, esta relacin no erams que terica, no exista ms que en el

    pensamiento. No se realiza ms que en los procesosde cambio. Por otra parte, la mercanca esindudablemente un valor de cambio por cuanto quese encuentra incorporada a ella una cantidad

    determinada de tiempo de trabajo, porque dichamercanca es tiempo de trabajo materializado. Perotal como es inmediatamente, no es ms que tiempode trabajo individual materializado que posee uncontenido particular; no es tiempo de trabajogeneral.En primer lugar, no puede ser materializacin deltiempo de trabajo general, puesto que representatiempo de trabajo aplicado a un fin til determinado,

    porque representa un valor de uso. Esta era lacondicin material con la cual se admita comosocial, general, el tiempo de trabajo contenido en lasmercancas. Si la mercanca nicamente puede

    convertirse en valor de uso realizndose como valorde cambio, no puede, por otra parte, realizarse comovalor de cambio, si no es con la condicin de que nocese, en su enajenacin, de ser valor de uso. Unamercanca no puede ser enajenada a ttulo de valor deuso sino en beneficio de aquel para el cual constituyeuna utilidad, es decir, el objeto de una necesidaddeterminada. Por otra parte, no puede ser enajenadams que por otra mercanca, o si nos colocamos dellado del poseedor de la otra mercanca, ste tampoco

    puede enajenar, es decir, realizar la suya, si no esponindola en contacto con la necesidad especialcuyo objeto constituye. En la enajenacin universalde las mercancas en calidad de valores de uso, serelacionan unas con otras, en virtud de su diferenciamaterial, como objetos particulares que por sus

    propiedades especficas satisfacen necesidadestambin particulares. Pero como simples valores deuso, son objetos sin inters unos para otros y sinrelacin entre ellos; los valores de uso no puedencambiarse sino relacionndolos con necesidades

    particulares. No son intercambiables sino en cuantoson equivalentes, y no son equivalentes sino en

    cuanto representan cantidades iguales de tiempo detrabajo materializado, de tal manera que cualquierconsideracin de las cualidades naturales que poseenlos valores de uso, y partiendo de la relacin de lasmercancas con las necesidades particulares, quedaeliminada. Como valor de cambio, una mercanca semanifiesta ms bien en que reemplaza comoequivalente a una cantidad determinada de cualquierotra mercanca, sin que importe que sea o no sea unvalor de uso para el poseedor de la otra mercanca.Pero no llega a ser mercanca para ste ms que en elmomento en que es para l valor de uso y no se

    convierte en valor de cambio para su propio poseedorms que en el instante en que es mercanca para elotro. La misma relacin debe ser, pues, la de lasmercancas que constituyen magnitudes de igual

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    esencia y no difieren ms que cuantitativamente;deben de ponerse en ecuacin como materia detiempo de trabajo general y al mismo tiempo en surelacin como objetos cualitativamente distintos,como valores de uso especiales para necesidadestambin especiales; en una palabra: una relacin queles distinga como valores reales de uso. Pero este

    modo de ponerlas en ecuacin y esta diferenciacinse excluyen recprocamente y se llega as nosolamente a un crculo vicioso de problemas en elque la solucin de uno presupone la del otro, sino atodo un conjunto de postulados contradictorios,

    puesto que la realizacin de una condicin estdirectamente ligada a la realizacin de su opuesta.

    El proceso de cambio de las mercancas debe deser en conjunto el desarrollo y la solucin de estascontradicciones, que, sin embargo, no puedenmanifestarse en el proceso de esta simple manera.Hemos visto nicamente que las mercancas se

    relacionaban unas con otras como valores de uso, esdecir, que aparecan como tales valores en el interiordel proceso de cambio. Por el contrario, el valor decambio tal como lo hemos considerado hasta ahorano era ms que una abstraccin que hacamos, o si sequiere, una abstraccin hecha por el poseedorindividual de las mercancas; bajo la forma de valorde uso posee las mercancas en su granero, bajo laforma de valor de cambio las tiene en su conciencia.Pero, en los lmites del proceso de cambio, lasmercancas deben de ser unas para otras nosolamente valores de uso, sino tambin valores decambio, y este modo de existencia debe de revestir laforma de su relacin recproca propia. La dificultadque en primer lugar nos detena era que en calidad devalor de cambio, de trabajo materializado, se haca

    preciso que la mercanca fuese previamenteenajenada como valor de uso, que hubieseencontrado adquirente, mientras que, por el contrario,su enajenacin bajo la forma de valor de uso suponesu existencia en forma de valor de cambio. Perosupongamos que esta dificultad se halle resuelta; quela mercanca se haya despojado de su valor de uso

    particular y por enajenacin de ste haya cumplido lacondicin material de ser trabajo til social en vez detrabajo particular hecho para s misma. En su calidadde valor de cambio es preciso entonces que en el

    proceso de cambio se convierta en equivalentegeneral, tiempo de trabajo general materializado paralas dems mercancas y que adquiera as, no la accinlimitada de un valor de uso particular, sino lafacultad de representarse inmediatamente en todoslos valores de uso considerados como equivalentessuyos. Pero cada mercanca es la mercanca que alenajenar su valor de uso particular debe de

    manifestarse como la materializacin directa deltiempo de trabajo general. Por otra parte, en el

    proceso de cambio, nicamente se confrontan lasmercancas particulares, los trabajos de los

    individuos privados incorporados a valores de usoparticulares. El mismo tiempo de trabajo general esuna abstraccin que, como tal, no existe para lamercanca.

    Consideremos el sistema de ecuaciones en loscuales encuentra su expresin real el valor de cambiode una mercanca; por ejemplo:

    1 metro de tela = 2 libras de caf1 metro de tela = 1/2 libra de t1 metro de tela = 8 libras de pan, etc.Estas ecuaciones enuncian solamente que un

    tiempo de trabajo social, general, de la mismamagnitud, se concreta en un metro de tela, dos librasde caf, media libra de t, etc. Pero, en realidad, lostrabajos individuales representados en estos valores

    particulares de uso no se convierten en trabajogeneral, por consiguiente, en trabajo social, solo

    porque se cambian realmente entre ellosproporcionalmente a la duracin del tiempo de

    trabajo que contienen. El tiempo de trabajo social noexiste en estas mercancas, por decirlo as, ms queen estado latente, y no se manifiesta sino en su

    proceso de cambio. El punto de partida no es trabajoindividual considerado como trabajo comn, sinoque, al contrario, se parte de trabajos particulares deindividuos privados, trabajos que no revisten elcarcter de trabajo social general en el proceso delcambio sino cuando se despojan de su carcter

    primitivo. El trabajo social general no es, pues, unapresuposicin preparada, sino un resultado que seobtiene. Y de aqu se deriva una nueva dificultad:que las mercancas, por una parte, deben de entrar enel proceso de cambio como tiempo de trabajo generalrealizado, y que, por otra parte, la realizacin deltiempo de trabajo de los individuos como tiempos detrabajo general no es ms que el producto del procesode cambio.

    Cada mercanca debe, por enajenacin de su valorde uso, o sea de su modo primitivo de existencia,adquirir su forma de existencia adecuada de valor decambio. Es necesario que la mercanca duplique suexistencia en el proceso de cambio. Por otra parte, su

    segundo modo de existencia, en forma de valor decambio, no puede ser sino otra mercanca, puesto queen el proceso de cambio no hay ms que mercancasque se confrontan. Cmo representarinmediatamente una mercanca particular en formade tiempo de trabajo material realizado, o, lo que esigual, cmo imprimir inmediatamente el carcter degeneralidad al tiempo de trabajo individual,materializado en una mercanca particular? Laexpresin concreta del valor de cambio de unamercanca, es decir, de cualquier mercanca comoequivalente general, se representa por medio de una

    interminable serie de ecuaciones, tales como:1 metro de tela = 2 libras de caf1 metro de tela = 1/2 libra de t1 metro de tela = 8 libras de pan

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    1 metro de tela = 6 metros de algodn1 metro de tela = etc.Esta representacin era terica, por cuanto que la

    mercanca estaba nicamente pensada como unacantidad determinada de tiempo de trabajo generalrealizado. El funcionamiento de una mercanca

    particular como equivalente general se convierte de

    una simple abstraccin en resultado social delproceso de cambio mismo por simple inversin de laserie de ecuaciones antes expresada. As, porejemplo:

    2 libras de caf = 1 metro de tela1/2 libra de t = 1 metro de tela8 libras de pan = 1 metro de tela6 metros de algodn = 1 metro de telaEn tanto que el caf, el t, el pan, el algodn, en

    una palabra, en tanto que todas las mercancasexpresan en tela el tiempo de trabajo que contienen,el valor de cambio de la tela se manifiesta,

    inversamente, en todas las dems mercancas encuanto equivalentes suyos, y el tiempo de trabajomaterializado en ella misma se convierteinmediatamente en tiempo de trabajo general, quequeda representado igualmente en distintosvolmenes de todas las dems mercancas. En estecaso, la tela se hace equivalente generalpor la accinuniversal que sobre ella ejercen todas las demsmercancas. En cuento valor de cambio, cadamercanca se ha convertido en medida de los valoresde todas las mercancas. Aqu, inversamente, debidoa que todas las dems mercancas miden su valor decambio con una mercanca particular, la mercancaexcluida se convierte en existencia adecuada delvalor de cambio, se convierte en existencia de esteltimo en cuanto equivalente general. Por elcontrario, la infinita serie, o las innumerablesecuaciones que representaban el valor de cambio decada mercanca, se reduce a una sola ecuacin condos trminos solamente. Dos libras de caf igual a unmetro de tela es ahora la expresin que agota el valorde cambio del caf, puesto que en esta expresin latela aparece inmediatamente como equivalente de

    una cantidad determinada de cualquier otramercanca. Dentro de los lmites del proceso decambio, las mercancas existen, pues, ahora las unas

    para las otras, o se manifiestan las unas ante las otrascomo valores de cambio en forma de tela. El hechode que todas las mercancas consideradas comovalores de cambio se relacionen unas con otras comocantidades distintas de tiempo de trabajo generalrealizado, se presenta ahora en esta forma: que, comovalores de cambio, las mercancas no representanms que cantidades diferentes del mismo objeto, dela tela. Por su parte, el tiempo en trabajo general

    reviste la forma de una cosa particular, de unamercanca aparte y distinta de todas las demsmercancas. Al mismo tiempo, la ecuacin en la quela mercanca se presenta a la mercanca como valor

    de cambio, por ejemplo: dos libras de caf igual a unmetro de tela, es una identidad que queda porrealizar. nicamente por su enajenacin a ttulo devalor de uso, la cual se efecta slo en cuanto seconfirma en el proceso de cambio como objeto deuna necesidad, la mercanca se transforma realmentede su existencia de caf en su existencia de tela, toma

    el aspecto de equivalente general y se convierterealmente en valor de cambio para todas lasmercancas. Inversamente, debido a que todas lasmercancas, gracias a su enajenacin en calidad devalores de uso, se transforman en tela, sta viene aser la existencia metamorfoseada del resto de lasmercancas, y precisamente porque stas se hanmetamorfoseado en ella viene a ser la objetivacininmediata del tiempo de trabajo general; es decir,

    producto de la enajenacin general, eliminacin delos trabajos individuales. Si las mercancas duplicanas su existencia para ser valores de cambio unas para

    otras, la mercanca excluida en calidad deequivalente universal duplica su valor de uso.Adems de su valor de uso especial, como mercanca

    particular que es adquiere un valor de uso general. Sumismo valor de uso es una determinacin formal, esdecir, que resulta del papel especfico que desempeaen el proceso de cambio, a consecuencia de la accinuniversal que las dems mercancas ejercen sobreaqulla. El valor de uso de cada mercanca, puestoque es objeto de una necesidad especial, tiene unvalor distinto en las diferentes manos; tiene un valordistinto en manos de quien lo enajena que en manosde quien lo adquiere. La mercanca a ttulo deequivalente general es ahora el objeto de unanecesidad general engendrada por el mismo procesode cambio, y posee para cada cual el mismo valor deuso, que es el de ser portador del valor de cambio,medio de cambio universal. As queda resuelta enuna sola mercanca la contradiccin que encierra lamercanca como tal: ser, bajo la forma de valor deuso particular, equivalente general al mismo tiempo,y, por consecuencia, valor de uso para cada uno;valor de uso general. En tanto que ahora, todas las

    dems mercancas expresan su valor de cambio comouna ecuacin ideal, que queda por establecer, con lamercanca excluida, el valor de uso de sta, aunquereal, aparece en el proceso mismo como existencia

    puramente formal, no realizndose sino por sutransformacin en valor de uso real. En su origen, lamercanca se presentaba como una mercanca engeneral, como un tiempo de trabajo generalobjetivado en un valor de uso particular. En el

    proceso de cambio todas las mercancas se refieren ala mercanca exclusiva como a la mercanca engeneral, como a la mercanca, como a un tiempo de

    trabajo general concretado en un valor de usoparticular. Como mercancas particulares, seconducen antitticamente respecto a una mercanca

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    particular considerada como la mercanca general20.El hecho de que los poseedores de mercancas serefieran mutuamente a los propios trabajos comotrabajo social general, se presenta de la siguienteforma: se refieren a sus propias mercancas como avalores de cambio; la relacin de las mercancas unascon otras como valores de cambio, reviste, en el

    proceso de cambio, la forma de una relacin generalcon una mercanca particular como la adecuadaexpresin de su valor; lo que inversamente parece serla relacin especfica de esta mercanca particularcon todas las dems mercancas, y por tanto elcarcter determinado, y, por decirlo as, naturalmentesocial de una cosa. La mercanca particular que deeste modo representa la forma adecuada del valor detodas las mercancas, o el valor de cambio de lasmercancas, que aparece como una mercanca

    particular, exclusiva, es el dinero. El dinero es unacristalizacin del valor de cambio de las mercancas,

    producido por ellas en el proceso de cambio mismo.En tanto, pues, que las mercancas, dentro de loslmites del proceso de cambio, se convierten envalores de uso las unas para las otras, despojndosede toda determinacin de forma y relacionndoseunas con otras bajo su forma material inmediata, leses necesario, para presentarse recprocamente comovalores de cambio, adquirir una nueva determinacinformal, evolucionar para llegar a constituir el dinero.El dinero es tan smbolo como el valor de uso bajo laforma de una mercanca. Lo que caracteriza a todaslas formas sociales del trabajo creador del valor decambio, es la inversin, la mistificacin

    prosaicamente real y no imaginaria que supone elhecho de que una relacin de produccin socialaparezca como algo separado de los individuos, yque las relaciones determinadas en que entren estosindividuos en el proceso de produccin de su vidasocial aparezcan como propiedades especficos de unobjeto. nicamente en el dinero es donde este hechollama la atencin ms que en la mercanca.

    Las propiedades fsicas necesarias de la mercancaparticular, en la cual debe cristalizar la forma

    moneda de todas las mercancas, por lo mismo queestn determinadas directamente por la naturaleza delvalor de cambio, son la divisibilidad, lahomogeneidad, la uniformidad de todos losejemplares de esta mercanca. Como materia deltiempo de trabajo general debe de ser mercancahomognea y capaz de representar diferencias

    puramente cuantitativas. La otra propiedad necesariaes la duracin de su valor de uso, dado que lamercanca debe de subsistir durante el proceso decambio. Los metales preciosos poseen estascualidades en grado superior. No siendo la moneda el

    producto de la reflexin o convencin, sino que se haformado casi instintivamente en el proceso de

    20 Idntica expresin encontramos en Genovesi [Nota delmanuscrito].

    cambio, mercancas muy diferentes, ms o menosadecuadas, se han sucedido en el ejercicio de lafuncin del dinero. La necesidad sentida en un ciertogrado de desarrollo del proceso de cambio dedistribuir opuestamente a las mercancas los oficiosde valores de cambio y de valores de uso, de maneraque una mercanca es medio de cambio, mientras que

    otra se enajena a ttulo de valor de uso, arroja comoconsecuencia que en todas partes desempeanaccidentalmente y en primer lugar el oficio de dinerolas mercancas que poseen utilidad ms general. Sino satisfacen necesidades inmediatas, el hecho de serla parte constitutiva materialmente ms importante dela riqueza, les asegura un carcter ms general que elque poseen los dems valores de uso.

    El trueque directo, forma primitiva del proceso decambio, representa la transformacin inicial ms biende los valores de uso en mercancas que la de lasmercancas en dinero. El valor de cambio no reviste

    una forma independiente, sino que est ligadodirectamente al valor de uso. Esto se manifiesta dedos modos. La produccin misma est toda ellaorganizada con base en el valor de uso y no en elvalor de cambio; nicamente cuando los valores deuso sobrepasan la medida en que son necesarios parael consumo, cesan de ser valores de uso y seconvierten en medios de cambio: en mercancas. Porotra parte, no se convierten en mercancas ms queen los lmites del valor de uso inmediato, aunquedistribuidos opuestamente, de modo que lasmercancas que han de cambiarse entre susrespectivos poseedores deben de ser para todos dosvalores de uso, pues cada mercanca es un valor deuso para quien no la posee. En efecto, el proceso decambio de las mercancas no aparece originariamenteen el seno de las comunidades primitivas21, sinodonde stas terminan: en sus fronteras, en los raros

    puntos de contacto con otras comunidades. Allcomienza el comercio por el trueque, y de all seextiende al interior de la comunidad, sobre la queobra a modo de disolvente. Los valores particularesde uso, que, en el trueque entre comunidades

    distintas, se convierten en mercancas, como losesclavos, el ganado, los metales, constituyen amenudo la primera moneda en el interior de lacomunidad. Hemos visto que el valor de cambio deuna mercanca se manifiesta de una manera tanto mscompleta cuanto ms larga es la serie de losequivalentes, o cuanto mayores la esfera de cambiode la mercanca. La gradual extensin del trueque, el

    21 Aristteles observa lo mismo en la familia privadaconsiderada como comunidad primitiva. Pero la forma

    primitiva de la familia es la familia de la tribu, en cuyoanlisis histrico solamente se desarrolla la familia

    privada. Dado que en la comunidad originaria (sta es lafamilia) evidentemente, no exista necesidad alguna deesto (es decir, de cambio). De Repblica ed. cit, vol. X,

    pg. 14.

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    desarrollo de los cambios y la multiplicacin de lasmercancas cambiadas, obligan a evolucionar a lamercanca hacia el valor de cambio, incitan a laconstitucin del dinero y, por consiguiente, ejercenuna accin destructora sobre el trueque directo. Loseconomistas tienen el hbito de hacer derivar eldinero de las dificultades exteriores, contra las cuales

    se estrella el trueque desarrollado: pero olvidan queestas dificultades nacen del desarrollo del valor decambio, surgen del trabajo social, considerado comotrabajo general.

    Por ejemplo, las mercancas bajo la forma devalores de uso no son divisibles a voluntad, comodeben serlo bajo la forma de valores de cambio. Osea, que la mercanca de A puede ser valor de uso

    para B, mientras que la de B no es valor de uso paraA. O tambin que los poseedores de mercancas

    pueden necesitar mercancas indivisibles que tienenque cambiar recprocamente en proporciones

    distintas de valor. En otros trminos: con el pretextode estudiar el trueque simple, los economistasconsideran ciertos aspectos de la contradiccin queencierra la mercanca como unidad inmediata devalor de uso y de valor de cambio. Por otra parte, seatienen lgicamente al trueque como la formaadecuada del proceso de cambio de las mercancas,que no presentara sino ciertos inconvenientestcnicos, y, para evitarlos, el dinero sera unexpediente hbilmente ideado. Partiendo de estaconsideracin, del todo superficial, un ingeniosoeconomista ingls ha podido afirmar, con razn, queel dinero no es ms que un instrumento material, talcomo un navo o una mquina de vapor, pero norepresenta una relacin de produccin social, y, porlo tanto, no constituye una categora econmica.Sera, pues, un abuso tratar del dinero en la economa

    poltica, ya que nada de comn tiene con latecnologa22. En el mundo del comercio hay implcitauna divisin desarrollada del trabajo, o ms bien semanifiesta directamente en la multiplicidad de losvalores de uso que se confrontan bajo la forma demercancas especiales, y que realizan otras tantas

    clases diversas de trabajo. La divisin del trabajocomo totalidad de todos los modos productivosespeciales de ocupacin es el aspecto general deltrabajo social de la parte material, considerado comotrabajo creador de los valores de uso. Pero, como tal,desde el punto de vista de las mercancas, y en loslmites del proceso de cambio, no existe ms que en

    22 El dinero no es, en realidad, ms que el instrumento paraefectuar la compra y la venta (pero qu entienden ustedes

    por comprar y vender?, y el estudio del dinero no formaparte de la ciencia de la economa poltica como no lapodra formar el de los navos o el de las mquinas devapor, o el de cualquier otro instrumento que sirva parafacilitar la produccin y la distribucin de la riqueza.) Th.Hodgskin, Popular Political Economy, etc., Londres.1827, pgs. 178-179.

    su resultado, en la particularizacin de las mercancasmismas.

    El intercambio de mercancas es el proceso en elcual el cambio social de la materia, es decir, elcambio de los productos particulares de losindividuos privados, crea al mismo tiempo relacionessociales determinadas de produccin, en las que

    entran los individuos en este intercambio. Lasrelaciones progresivas de unas mercancas con otrascristalizan en determinaciones distintas delequivalente general, y de este modo el proceso decambio es al mismo tiempo el proceso de formacindel dinero. El conjunto de este proceso, que semanifiesta como el movimiento de diferentes

    procesos, es la circulacin.

    A. oticia histrica del anlisis de la mercancaEl anlisis de la mercanca como trabajo bajo dos

    aspectos, el anlisis del valor de uso como trabajo

    real, o actividad productiva conforme a su fin, elanlisis del valor de cambio como tiempo de trabajoo trabajo social equivalente, constituye el anlisiscrtico de las investigaciones realizadas durante msde ciento cincuenta aos por la economa clsica, quecomienza en Inglaterra con William Petty, en Franciacon Boisguillebert23 y termina con Ricardo enInglaterra y Sismondi en Francia.

    Petty resuelve el valor de uso en trabajo sindisimular que la naturaleza condiciona su fuerzacreadora. El trabajo real lo concibe de golpe en suconjunto social como divisin del trabajo24. Para l,

    23 Un estudio comparativo de las obras y de lostemperamentos de Petty y de Boisguillebert, adems de laluz que arrojara sobre la contradiccin social de Inglaterray Francia hacia el fin del siglo XVII y comienzos delXVIII sera la exposicin gentica del contraste nacionalentre la economa poltica inglesa y la francesa. El mismocontraste se repite definitivamente entre Ricardo ySismondi.24 Petty ha considerado la divisin del trabajo como fuerza

    productora tambin, y lo ha hecho con un plan msambicioso que Adam Smith. (Vase An essay concerningthe multiplication of mankind, etc., tercera edicin, 1686,

    pgs. 35-36.) Muestra las ventajas de la divisin deltrabajo para la produccin, no solamente con el ejemplo dela fabricacin de un reloj, como Adam Smith lo hizo mstarde con la de una aguja, considera tambin una ciudad yun pas entero desde el punto de vista de las grandesfbricas. El Spectator del 26 de noviembre de 1711 serefiere a esta illustration of the admirable sir WilliamPetty. Es, pues, errneo que Mac Culloch presuma que elSpectatorconfunde a Pelty con un escritor cuarenta aosms joven. (Vase Mac Culloch, The Literature of

    Political economy, a classified catalogue, Londres, 1845,pg. 105.) Pelty sabe que es el fundador de una nuevaciencia. Dice de su mtodo que no es el rutinario. Enlugar de componer una serie de palabras comparativas ysuperlativas y argumentos especulativos, ha emprendido latarea de hablar in terms of number, weight and measure(en trminos de nmero, peso y medida), de servirse

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    nicamente de argumentos nacidos de la experienciamaterial y de no considerar ms que las causas que havevisible foundations in nature (tienen fundamentos visiblesen la naturaleza). Deja para otros el estudio de las causasque dependen de las mutable minds, opinions, appetitesand passions of particular men (opciones de las opiniones,

    apetitos y pasiones variables, de los hombres particulares)(Political Arithmetic, etc., Londres, 1699; prlogo). Suosada genial se muestra en su proposicin de transportar atodos los habitantes y bienes muebles de Irlanda y Escociaal resto de la Gran Bretaa. Se ahorrarla de este modotiempo de trabajo y el rey y sus sbditos seran ms ricosy ms fuertes (Pol. Arith., cap. IV). Y tambin en elcapitulo de su Aritmtica Poltica, donde demuestra, enuna poca en la cual Holanda desempeaba un papel

    preponderante como nacin comercial y Francia pareca encamino de ser la primera potencia comercial, queInglaterra estaba llamada a conquistar el mercado mundial:That the King of England's subjects have stock competent

    and convenient to drive the trade of the whole commercialworld (cap. X). (Que los sbditos del rey de Inglaterratienen un stock suficiente y propio para impulsar elcomercio del mundo entero.) That the impediments of

    England's greatness are contingent and removeable. (Quelos obstculos a la grandeza de Inglaterra son contingentesy susceptibles de vencerse.) Un humour original llenatodas sus obras. As, muestra que no eran cosas de brujeracuando Holanda, que era entonces el pas modelo para loseconomistas ingleses, como Inglaterra lo es ahora para loseconomistas del continente, conquist el mercado delmundo without such angelical wits and judgments as

    some attribute to the Hollanders (pg. 175-176). (Sin este

    espritu y este juicio anglicos que algunos atribuyen a losholandeses.) Defiende la libertad de conciencia que es lacondicin del comercio, porque los pobres son laboriososy consideran el trabajo y la industria como un deber paracon Dios mientras se les permita creer que si poseenmenos riqueza, tienen en cambio ms ingenio einteligencia para las cosas divinas, que consideran como

    pertenecientes exclusivamente a ellos. El comercio noest, pues, ligado a una clase cualquiera de religin; lo haestado ms bien siempre a la parte heterodoxa delconjunto. Preconiza contribuciones pblicas en favor delos ladrones, porque es mejor para el pblico gravarse a smismo en provecho de los ladrones que dejarse gravar porellos. Por el contrario, rechaza los impuestos quetransfieren la riqueza de las personas industriosas a los queno hacen ms que comer, beber, cantar, jugar, danzar yhacer metafsica. Las obras de Petty son raras en laslibreras y no existen sino esparcidas en ediciones antiguasy malas, cosa tanto ms extraa cuanto que William Pettyes no solamente el padre de la economa poltica inglesa,sino tambin el antepasado Henry Petty alias Marquis of

    Lansdoume, el Nstor de los Whigs ingleses. Verdad esque la familia Lansdowne no sabra publicar una edicincompleta de las obras de Petty sin que les precediera una

    biografa, y aqu s que encaja, como en la mayor parte delos origines de las grandes familias whigs, la frase sabida:the less said of them the better (cuanto menos se diga deellos. mejor). El cirujano del ejrcito, audaz pensador, perosustancialmente frvolo como hombre, tan dispuesto a larapia en Irlanda bajo la gida de Cromwell comodecidido a arrastrarse para obtener de Carlos II el ttulo de

    como para su compatriota Hobbes, esta concepcindel origen de la riqueza material no queda ms omenos estril, sino que le conduce a la AritmticaPoltica, primera forma bajo la cual la economapoltica se destaca como ciencia independiente.

    Sin embargo, toma el valor de cambio por lo queste parece ser en el proceso de cambio de las

    mercancas como dinero, y el dinero mismo por unamercanca existente: el oro y la plata. Imbuido por lasnociones del sistema monetario, declara que la clase

    particular de trabajo concreto que proporciona oro yplata es trabajo que crea valor de cambio. Estima,efectivamente, que el trabajo burgus no tiene que

    producir valor de uso inmediato, sino una mercanca,un valor de uso capaz, por su enajenacin, demanifestarse en el proceso de cambio bajo la formade oro y plata, o sea dinero, valor de cambio, trabajogeneral objetivado. Su ejemplo, por otra parte, es una

    prueba concluyente de que se puede a la vez

    reconocer el trabajo como fuente de la riquezamaterial y desconocer la forma social particular bajola cual el trabajo es origen del valor de cambio.

    Boisguilleberf reduce, por su parte, si no demanera consciente. por lo menos de hecho, el valorde cambio de una mercanca a tiempo de trabajo,determinando el justo valor, por la exacta

    proporcin en que el tiempo de trabajo de losindividuos se encuentra repartido entre las distintasramas de la industria y representa la librecompetencia como proceso social que crea esa justa

    proporcin. Al mismo tiempo, y en contraste conPetty, combate al dinero con fanatismo, porque consu intervencin turba el equilibrio natural o laarmona del cambio de las mercancas, y. cualMoloch fantstico, pide en sacrificio toda la riquezanatural. Pero, si por una parte esta polmica contra eldinero se relaciona con circunstancias histricasdeterminadas, puesto que Boisguillebert hace laguerra a la pasin del oro ciegamente destructora dela corte de un Luis XIV25, de sus arrendatariosgenerales y de su nobleza, mientras que Petty exaltoen la pasin del oro el impulso enrgico que lleva a

    un pueblo a desarrollar la industria y conquistar elmercado universal, se manifiesta aqu, no obstante, elprofundo antagonismo de principios que se vuelve aencontrar como un contraste permanente entre la

    barn, indispensable en el pillaje, es un retrato deantepasado que no resulta muy conveniente para exponerlo

    pblicamente. Adems Petty, en la mayor parte de losescritos que public, intenta demostrar que Inglaterrahaba llegado a su apogeo bajo Carlos II, opininheterodoxa para los explotadores hereditarios de laGlorious revolutio.25 En contraposicin al arte negro de las finanzas de lapoca. Boisguillebert dice: La ciencia financiera no esms que el conocimiento profundo de los intereses de laagricultura y del comercio (Le dtail de la France, 1697.Edicin Eugene Daire, Economistes financiers du XVIII

    siecle, Pars, 1843, vol. I. pg. 241.)

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    verdadera economa inglesa y la verdadera economafrancesa26.

    Boisguillebert, en efecto, no tiene presente sino elcontenido material de la riqueza, el valor de uso, eldisfrute27, la forma burguesa del trabajo -la

    produccin de los valores de uso en calidad demercancas y el proceso de cambio de stas- es para

    l la forma social natural en que el trabajo individualalcanza este fin. Cuando el carcter especfico de lariqueza burguesa se le revela en el dinero, creeentonces en la injerencia de elementos usurpadoresextraos y se indigna contra el trabajo burgus bajouna de sus formas, alabndolo en cambio comoutopista bajo otra de ellas28. Boisguillebert nos ofrecela prueba de que se puede considerar el tiempo detrabajo como medida del valor de las mercancas, y,sin embargo, confundir el trabajo objetivado en valorde cambio de ellas y medido con el tiempo, con laactividad natural inmediata de los individuos.

    El primer anlisis consciente y de una claridadcasi banal del valor de cambio es debido a un hombredel Nuevo Mundo, donde las relaciones burguesas de

    produccin, importadas al mismo tiempo que susagentes, crecan rpidamente en un terreno quecompensaba con una superabundancia de humus sufalta de tradicin histrica. Este hombre es BenjamnFranklin, que en el primer trabajo de su juventud,escrito en 1719 y editado en 1721, formulaba la leyfundamental de la economa poltica moderna29.Afirma la necesidad de buscar una medida de losvalores distinta de los metales preciosos. Esta medidasera el trabajo. Por medio del trabajo se puedemedir el valor del dinero tan bien como el decualquier otra cosa. Supongamos, por ejemplo, queun hombre se ocupe en producir trigo, mientras queotro extrae y purifica la plata. Al fin del ao o decualquier otro perodo de tiempo determinado, el

    producto total de trigo y el de plata son los precios

    26 No en la economa de los pases latinos, pues lositalianos, en las dos escuelas napolitana y milanesa,renuevan la oposicin entre la economa inglesa y lafrancesa, mientras que los espaoles de la poca an