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    ~

    Michel de Ce rreau

    L POSESIÓN DE

    LOUDUN

    ED ICIÓN REVISADA POR LUCE Gl RD

    Traducción

    de

    Marce/a inta

    UNIVERSI

    D D

    IBEROAMER IC N

    CIVDAO

    0€

    DEP RT MENTO DE STOR

    IA

    Human

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    ..

    ···············

    ····

    ······  ·········· ·

    ····

    ·····   ···   ······ ····   ····················· ··············

    ····

    ··

     

    ······················

    Michel de Cerreau nació en

    Chambéry en

    mayo de 1925. Tenía una c urio-

    sidad ilimitada, dada su brillante e inconforme inteligencia. Después de

    una

    sólida ed ucación en filosofía, letras clásicas, historia y teología, se incorpora

    a la Compañía de Jesús

    en

    1950, recibe la orden sacerdotal

    en

    1956 y

    no

    la

    abandona jamás.

    s

    historiador de los textos místicos del Renacimiento

    a

    la

    época clásica, y se interesa asimi

    smo en

    los métodos de la antropología,

    de la lingüística del psicoanálisis.

    Este viajero del pensamiento despierta la mente y educa para la in-

    vestigación a numerosos

    estudiantes en París, en Europa y en coda Améri-

    ca.

    En

    julio de 1984, regresa de

    una

    estancia de seis años en la Universidad

    de Cal ifornia para ocupar

    una

    cátedra de a

    nt

    ropología histórica de

    las

    creen-

    ci

    as

    en la Escuela de Altos Estudios en Cienc

    ia

    s Social

    es.

    Muere de cáncer

    en París

    el

    9

    de

    enero de 1986.

    Deja una obra original e

    imponante

    coherente

    eón

    la diversidad de

    sus objetos, ya que vive en

    él

    la misma

    ex

    igencia de pensamiento de

    un

    ex-

    tremo

    al otro

    , ya sea que trate de la epistemología de la historia, de la fá-

    bula mística  yel acto de creer, o de las prácticas culturales contemporáneas.

    De estas últim

    as

    , invirtió el postulado habitual de interpretación. Sustituyó la

    supuesta pasividad de los consumidores con la convicción (bien argumentada)

    de que hay

    una

    creatividad de la gente

    común

    corriente.

    Una

    creatividad

    oculta

    en

    una confusión de trampas s

    il

    enc iosas sutiles, eficaces,

    con

    las

    que

    cada quien

    se

    inventa una manera propia  de caminar por el bosque de los

    productos que

    no

    s han impuesto.

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    - r=

    NOTA ACERC

    ADE ESTA EDICIÓN

    ··········· ····· .............................................................. ··························

    Esca obra se publicó

    en

    francés en

    19

    70 en la colección Archives que dirigía

    Pierre Nora Jacques Revel para la edi torial Julliard,

    se

    reimprimió despu

    (1980, 1990)

    en la m

    is

    ma colección para la edirorial Gallimard

    y

    Jullia

    con algunas correccion

    es

    del autor.

    La

    presente edición fue hecha por Lu

    Giard, e integra codas las correccion

    es

    del autor sobre su propio ejempla

    Se

    rectificaron otros errores de detalle anotados en revision

    es

    posteriores;

    aclaró y unificó la prese

    nt

    ación

    de not

    as y referencias, y se añadió el índi

    ooomáscico.

    No

    se modificó

    en

    lo absoluto el tex

    to

    del autor. Se con

    se

    rvaro

    las variantes ortográficasde losdocumentos citados y la incertidumbre de cie

    tas fuent

    es

    sobre la identidad de Ls personas mencionadas (confusión

    primeros nombres, alteración o abreviación de patronímicos, m o d i f i i o n ~

    gráficas). La consulta del índice ayudará a resolver

    es

    te cipo de problemas.

    E

    REFERENCIAS

    1

    _as nocas a pie de página

    el

    lugar de co nservación sólo

    se

    indica para (:

    d

    1

    hocecas archivos situados fu era de París. Tanto para la local ización

    l

    oc_ mentos, impresos

    y

    manuscriros, como para sus signaturas respectiva

    as tndicac·

    . iones corresponden al

    es

    tado de los

    fo

    ndos en 1970 (du rante

    pnmera

    edi

    · · d

    ca

    .

    cion e

    esca

    obra); a partir de entonces, se han hecho varias modi f

    c1ones

    en al . .

    1

    . gunas mstttuciones de conservación. Conservamos la orcograf

    a sintaxis d

    1 ,

    e a epoca en los títulos de documentos.

    Dado n

    l NOTA A LA

    EDICIÓN

    EN ESPAÑOL

    uc

    a cd· · ·

    isis

    1

    icion original d istingue mediante

    di f

    erente cipo de letra

    t e s ~

    os comentarios de

    Mich

    el de Ce

    rc

    eau de las citas textuales de l

    • n esta edi · ' ,

    cion se opto por emplear letras redondas para las p l b r ~

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    POS lóH DE

    l N

    del autor

    y

    c

    ur

    sivas para lo citado.

    o

    obstante para seguir las

    norm

    as ortoti-

    pográficas del español

    cuando

    De Cerreau

    emp

    lea latinismos éstos aparecen

    asimismo

    en

    cursivas

    mi

    entras que cuando los extranjeris

    mo

    s forman parte

    de las citas largas

    es

    tán en re

    dond

    as

    12

    L

    HISTORI

    NUNC

    ES

    CONFI BLE

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    ············································································································

    ··········· ·········

    ··

    ·

    ···

    Usualmente lo extraño circula discretamente bajo nuestras calles. Pero basta

    una c

    ri

    sis para

    qu

    e, de todas partes, como des bordado

    de

    su cauce

    por

    el

    caudal subterráneo, levante las tapas que mantenían cerradas las alcantarillas

    e invada los sótanos, y luego las ciudades. Nos sentimos sorprend idos cada

    que lo nocturno se abre brutalmente a la luz del día.

    Y,

    sin embargo, ello

    revela la existencia de lo que esrá abajo, una resistencia interna que n

    un

    ca

    se defü lita. Esta fuerza al acecho

    se

    filera en las tensiones ·de la sociedad a la

    que amenaza.

    De

    repente, las agudiza, sigue utilizando los mismos medios y

    recorriendo mismos trayectos, pero al servicio de una inquietud  inespe-

    rada, que viene

    de

    más lejos; rompe las barreras; desborda l

    as

    canalizaciones

    sociales;

    se

    abre caminos que dejarán, una vez que haya pasado y cuando la

    marea se haya retirado, otro paisaje y un orden diferente.

    ¿Es

    una invasi

    ón

    o

    la

    repetición de un pasado? El historiador nun ca sabe

    cómo contestar, ya

    que

    renacen

    mit

    ologías que dan expresi

    ón

    a ese desarrollo

    de lo extraño,

    como

    si dicha expresión estuviera preparada para este súbito

    crecimiento. Estos lenguajes de la inquietud social parecen también negar

    los límites de

    un

    presente y las condiciones reales de su futuro. Así

    como

    las

    cic::1trices dan a

    las

    nuevas enfermedades el mismo lugar que tenían en las an -

    tenores, muestran por adelantado sus signos y su localización en

    una huida

    ¿o un

    regreso?) del tiempo. De ahí viene ese carácter inmemorial que se

    a l

    as

    irregularidades de la historia,

    como si és

    t

    as

    volvieran a

    un

    inicio

    p a s ~ d o

    el fondo oscuro de

    una

    inseguridad,

    una

    singularidad  latente,

    v ~ c u ~ i e r r a en la continua multiplicidad de los acontecimientos. Pero, ¿q ué

    or tiene esta impresi

    ón

    que permite que los hechos vuelvan tan rápidamen-

    te a una ne al ddº

    de

    1

    .

    1

    a intemporal? ¿Podemos tan fác ilmente expulsar el pánico

    ª historia, para ver en ello su exterior, su parte inferior, o su ley?

    15

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    --

     

    POSESIÓN

    DE LOUOUN

    UN

    CRISIS DI BÓLIC

    En el

    pasado, estos movimientos extraños frecuentemente se han presentado

    con la

    fo rm

    a de lo diabó lico.

    En

    l

    as

    sociedades que dejan de ser religiosas

    o q ue

    no

    lo son,

    pr

    ese

    nt

    an otra cara. Pero el gran incremento de la brujería

    y de las posesiones,

    como el

    que invadió a Europa a fines del siglo XVI y a

    pr

    incipios del XVII indica grandes rompimientos en u na civ

    il

    izaci

    ón

    religiosa,

    tal vez los últimos en p

    oder

    expresarse con las herramientas de la religión, los

    últimos a

    nt

    es de

    un nu

    evo inicio. Parecen marcar clara me

    nt

    e un fin del que

    tod avía no se

    pu

    ede hablar. De

    ahí

    su carácter escatológico. Revelan, tam bién

    frente

    aJ

    porvenir,

    un

    a ince

    rt

    i

    dumbr

    e cuya expr

    es

    ión misma se convierte en

    un

    objeto d e pánico y de represión. Afi

    rm

    an la ex istencia de un hueco q

    ue

    tr

    atan de llenar con los medios de los q ue d

    is

    ponen, religiosos todavía. Hay

    grupos e

    nt

    eros que ya no están seguros de las evidencias

    qu

    e no

    po

    d ían

    probar, pero que s

    up

    onían

    un

    orden social y una organ ización

    de

    v

    al

    ores.

    ¿A

    qu

    é recurrirán, entonces,

    pa

    ra salir de esas perturbacion

    es

    i

    nt

    olerab

    les?

    ¿Cómo

    su

    stituir

    con

    t ierra

    fir

    me las certezas socavadas por la sospecha, los recursos

    qu

    e se vuelven increíbles o las situaciones, a partir de e

    nt

    onces, carentes de

    sentid

    o?

    Los male

    fi

    cios son a la vez síntomas y soluciones transitorios.

    La

    c

    ri

    sis diabólica tiene

    el

    d

    ob

    le significado de revelar el desequil

    i

    brio de

    un

    a cu

    lt

    ura y

    de

    acelerar

    el

    proceso de su mutación.

    No

    es sólo

    un

    objeto de curiosidad h

    is

    tórica. E

    nt r

    e o tras cosas, más visible q ue otras,

    es

    la

    confro

    nt

    ación de una sociedad con l

    as

    certezas que pierde y

    con

    las

    qu

    e qu

    ie

    re

    ofrecer

    se.

    Toda

    es

    tabilidad

    se

    apoya en equilibrios inestabl

    es

    d

    es

    plazados por

    cada

    in t

    ervención d

    es

    tinada pa

    ra

    a

    fi

    anza

    rl

    os. En sistemas social

    es es

    pecíficos,

    la brujería y la posesión prese

    nt

    an u na fa

    ll

    a q ue de repente se agudiza, pero

    con

    fo

    rm

    as salvajes y espectaculares. Estas marcas, siempre en p roporción a

    la cultura en la que se producen,

    toma

    n otras fo rmas

    en

    distintos sit ios. Pero,

    a fin de cuentas, la historia nunca

    es

    confiable.

    LOUDUN :

    UN TE TRO

    Ya

    lo d ecía W

    Mühlmann

    , hay épocas ricas en demonios .

    1

    s

    el caso

    del

    periodo

    qu

    e abarca el siglo

    XVI

    y la primera mitad del

    XVII.

    La posesión de

    l..oudun se encuentra casi al final de

    una

    larga epidemia,

    dura

    nte los

    aóoS

    06 3

    2

    -1

    640)

    que atestiguan

    un gra

    n sobresalto de la razó n con la

    pub

    licación

    del D

    iscurso

    del método de Descartes

    (1637).

    Para ese entonces, el maleficio

    1

    Wilhclm

    E.

    h

    lmann

    ,

    Messinnismes révol11tionn11im

    u

    tiers-monde,

    París,

    Gal

    limard.

    1968

    p.

    183.

    16

    --

     

    --

    --

     

    H

    STO

    R

     

    NU

    NC ES CONFI

    B

    LE

    había

    sut

    ilizado.

    Ocupa un

    lugar en

    el

    que se producen, se afrontan,

    yase

    . . La

    .

    1

    es

    ricul

    an

    y

    se

    verb

    al

    izan tendencias de

    todo

    upo. poses1on

    _se

    vue

    ve

    se g ran p roceso público:

    en t

    re la ciencia y la rel igión, sobre lo Cierto y lo

    .g

    ro sobre la razón, lo sobrenatural, la autoridad. Toda la literatura

    10

    c1e

    r , . .

    ,,

    erudita y la prensa popular

    q u e ~ t n

    estas

    s c u s 1 o

    Es

    un

    ~ e a t r o que

    lo

    s curiosos de t

    oda

    Francia y de casi toda Europa,

    un

    circo para I

    atrae a , .

    satisfacción

    de

    esos

    señores

    de acuerdo

    con

    los termmos que encontramos en

    ntos atestados contem

    po

    ráneos.

    ca

    d d ·

    -

    El espectáculo se instala en Lou un urante casi

    1ez

    anos, y pro nto

    roporciona

    un

    centro de ins

    tru

    cció

    n

    de apologética, de peregrinaje, de

    ~ s o i o n s

    piadosas o

    fil

    a

    nt

    rópicas. Se banaJiza lo

    de

    moníaco. Poco a poco

    ll

    ega a se r re

    nt

    able.

    Se

    reintroduce en el lenguaje de una sociedad , a la

    ez

    ue sigue perturbándola. En esa historia, desempeña el papel

    que

    le

    fiJa

    n

    reglas de

    un

    a Commedia dell arte ya tradicional. Se prod uce toda

    una

    evol

    ución. Primero, violenca: el d

    emo

    nio se civiliza poco a poco. Arguye. Se

    discute sobre él. Para terminar, se repite,

    monótono.

    El

    horror

    se transforma

    en espectáculo; el espectáculo, en se

    rmón

    .

    s

    verdad

    que

    todavía se llora y se

    grita

    du

    ra

    nte los exorcismos que se llevan a cabo después

    de

    la ejecución d

    el

    brujo Urbain Grandier, pero

    el

    lo

    no

    impi

    de

    seguir

    toman

    do el

    b o c d i l ~ o

    en l

    as

    iglesias llenas de espectadores. .

    POSESIÓN

    YBRUJERI

    Pa

    ra comprender esta evolución y

    es

    te fragm

    ento

    de una historia, debemos

    primero volver a pone

    rl

    os en su sitio de

    nt

    ro de

    un

    marco más a

    mp

    lio.

    Qu

    i

    en

    dice posesión no

    di

    ce brujería . Los dos fenómenos son

    dist

    intos y se

    sustituyen alternativamente, aunque

    mu

    chos tratados

    ant

    iguos los asocian

    Y

    hasta los confunden. Primero

    ll

    ega la brujería (las

    ep

    idemias

    de

    brujos y

    brujas).

    Se extiende del último cuarto del siglo XVI

    (1570

    en Dinamarca;

    15

    75-1590

    en Lorena, etc.) al pri

    me

    r tercio del siglo

    XV (1625 en

    Alsacia,

    1632

    en Würzburg,

    1630

    en Bamberg, etc.) y se pro l

    onga

    hasta

    1663

    en

    Massachussets , hasta

    1650

    en Neisse (Sajonia) y hasta

    1685

    en Meiningen

    (Sajonia). Hace estragos en Francia (Bretaña, el Franco

    Condado

    Lorena,

    Alsacia, Saboya, Poitou, Béarn),

    en

    Alemania (Baviera, Prusia, Sajonia), en

    S

    ui

    za, en Inglaterra, en los Países Bajos, pero parece que no en Espaóa ni

    en Italia (excepto en la región nórdica y montaóosa de Como).

    Durante

    el

    periodo que Lucien Febvre consideraba

    el

    de la gran revoluci

    ón

    psicológi

    ca ,

    entre

    1590

    y

    1620,

    2

    la brujería parece dividir a Europa en dos: la del

    2

    Lucicn Fcbvre, en Annales ESC c. 13, 1958,

    p.

    639.

    17

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    9/32

     

    A

    POSE51 N

    DE l

    OUOUN

    Norte

    ,

    dond

    e

    prolif

    era, y la del Sur, donde rarame

    nt

    e aparece. Un último

    rasgo, pero fundament al: es, sobre todo,

    un

    f

    enó

    m

    eno

    rural. A pesar de que

    los tribunales

    in t

    eresa

    do

    s llevan a cabo los grand

    es

    procesos

    en

    l

    as

    ciudade

    s,

    deb

    en

    confiar la tarea a comisarios y jueces en

    el cam

    po (tales como Boguet,

    de Lancre, Nicolas Remy, etcétera).

    Una especie distinta del género sigue a la brujería, la duplica

    durant

    e un

    tiempo y la sucede: la posesión. Primero aparece salpica

    da

    con casos aislados,

    como los de Nicole Aubry y Jea

    nn

    e Féry

    y,

    sobre codo, el de Marche Brossier

    (1599). Encuentra su modelo

    en

    el proceso de Gaufridy en Aix en Provenza

    (1609-1611), inmediatamente orquestado

    por

    el libro

    qu

    e va a circular por

    todas partes y va a definir la nue

    va

    seri

    e:

    la Historia admirable

    de

    l

    posesióny

    conversión de unapenitente por el padre Sébastien Mi chaelis (Parí

    s,

    1612).

    Seguirán otras posesiones -so

    br

    e todo Loudun (16

    32-

    1640), Louviers

    (1642-164

    7),

    Auxonne (1658-1663), etcétera. Cada una inventa de acuerdo

    con el es

    qu

    e

    ma

    inicial,

    at

    rae a su clientela, difunde su propia literatura.

    Esta especie ya

    no

    es rural, sino urbana.

    Ya no

    tiene las fo rmas salvaje

    s,

    masivas y sangrientas

    de

    la brujería primitiva;

    se

    conce

    nt r

    a solame

    nt

    e en cie

    r-

    tas figur

    as

    destacadas. Deja

    vis

    l

    umb

    rar

    las

    relaciones y l

    as

    psicologías personales

    (se trata de individuos o de microgrupos). El medio soc ial al que llega

    es

    más

    alto y homogéneo; sus personajes pertenecen a la clase media ; hay una

    diferencia social mínima entre jueces y acusadosque, a partir de ese momento,

    se entienden y circulan en el mismo tipo de discurso. Pasa

    de

    se r una estructura

    binaria (jueces-brujos) a una ternaria; es el tercer término, las poseídas, el

    qu

    e

    capta cada vez más la atención pública: dicho de otra

    man

    era, son las víctimas

    y ya no los culpables. En

    cuanto

    a los brujos, frecuentementes

    on

    sacerdotes,

    médicos o letrados, a veces considerados libert inos ; transgreden, por tanto,

    de

    un

    a manera totalmente dis

    tint

    a la imagen tradicional o

    popu

    lar del cur

    a,

    del

    cape

    ll

    án o del médico. Entre

    es

    tos

    nu

    evos brujos , lo amenaza

    dor es

    todavía

    el

    saber secreto

    qu

    e

    se

    considera como hechicería, pero

    es

    un

    saber moderno,

    creador de otra forma de distancia con rel

    ación al g

    rup

    o.

    Al pasar de la violencia cont ra los hechiceros a una curiosidad apiadada.

    hacia las víctimas, localizado en los conventos y ya no en los

    ll

    anos ni las

    aldeas perdidas, menos vengativo, menos punitivo, pero más apologético y

    predicador, el maleficio pasa

    de

    se r

    un

    a guerr

    a

    contra los brujos a ser un

    espectác ulo

    qu

    e tiene a la vez algo de circo y al go de misión popular, aun

    qu

    e

    la

    fie

    stá siga ex igi

    en

    do un sentenciado a muerte. La posesión  representa,

    por

    tamo

    ,

    un

    a seg

    und

    a etapa en relación con la brujerí

    a.

    Pero e

    ll

    a misma

    desemboca en los procesos políticos de las enve nenadoras.

    Es

    tos dos

    mom

    entos del maleficio

    no

    forman m

    ás

    que

    un

    segmen

    to en una evolución más amplia que se continúa. Por una parre, el fenómeno

    18

    A

    HSTORIA

    NUNCA

    ES

    CONFIABlE

    diabólico  a

    dopt

    ará formas más culturales, se

    ex

    te

    nd

    erá a la literatura y

    l

    folclor,

    se

    disolverá ta

    mbién

    en la astrología p

    opu

    lar y en los apriscos ,

    dond

    e,

    si

    n

    emba

    rgo, so

    br

    eviven muchos temas contestatario

    s.

    Por

    otra

    arre,

    se

    exte

    nd

    er

    á,

    pero al politiza r

    se

    sufrirá

    un

    a metamorfosi

    s;

    a

    lguna

    s

    ;esistencias populares se traducirán mediante todo un aban ico de

    nu

    evos

    lenguajes, desde los motines has ta los panfleros de difusión, pero sin dejar

    de

    se

    r marginales.

    EL

    MATRIMONIO

    E

    L

    IELO

    Y

    L

    INFERNO

    Independie

    nt

    emente de es

    to

    s pormenores,

    es

    necesario subrayar también l

    as

    cohesiones sincrónica

    s.

    Una de e

    ll

    as resulta especialmente interesante para la

    hiscoria religiosa.

    Un

    extraño encuentro asocia, en

    mu

    chísimos casos, a los

    posesionados o posesionistas (convencidos de la realidad de la posesión) y

    a las comunidades de espirituales  . En el mapa francés de mediados del siglo

    XVII, frecuentemente encontramos en los mismos lugar

    es

    los casos de posesión

    y los grupos más devotos

    (e

    n el sentido

    s

    po

    sitivo del término): Nanc

    y,

    Évreux, etcéter

    a.

    En

    sus años de locura,

    Loudun

    también

    es

    una escuela de

    es

    piritualidad.

    En el

    centro de esta feria demonológica ,

    es

    tá, durante tres

    años, uno de los más grandes místicos del siglo

    XVII,

    Jean-Joseph Surin , que

    es

    a la vez el

    Don

    Q uijote y el Ho lderlin de esta aventura extraordinaria'' .

    Los teatros demonio son también hogares místicos.

    No

    es

    po r azar. Una mutación cultural parece marginar todas las

    exp r

    es

    iones de lo sagrado, desde las más sospechosas hasta las

    s pura

    s;

    se

    dan en el mismo lugar en la sociedad: al margen.

    De

    la misma manera,

    la desestabilización de l

    as

    instituciones eclesiásticas deja escapar síntomas

    religiosos por sus propias grietas y ha

    ce

    que salgan

    en

    los mismos lugares,

    co

    mo

    un

    a mezcla de lo m

    ás

    arcaico y lo m

    ás

    radical (como notará S

    urin

    ).

    Se

    sospecha, e

    nt

    onces, de estos sínromas religiosos y frec

    uent

    emente se los

    acusa de constituir, j

    unt

    os,

    l

    misma herejía  social y doctrinal.

    s importante aú n, Alfred Jarry tiene razón cuando dice, acerca de

    Loudun, que la posesión del Espíritu Santo o del demonio son, notoriamen

    te, simétricas .

    3

    Las dos posesione

    s

    presentan una estructura análoga. Son

    so

    lu

    ciones contrarias que responden a un problema de sentido, pero planteado

    en los términos de la alternativa temible y apremiante - Dios o el Diablo-

    qu

    e

    aís la la búsqueda de lo absoluto de las mediac iones sociales. La mística y la

    poses ión forman

    fr

    ecuentemente los mismos espacios en una sociedad cuyo

    lenguaje

    se

    comprime, pierde su porosidad espiritual y se vuelve impermeable

    3

    AJfred Jarry, L Amour abso/u, París, Mercure de France. 1964, p. 81.

    19

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    10/32

    - - - - - - - -

     

    POSESIÓN

    DE lOUDUN

    a lo divino. La relación con un más allá'' vacila, entonces, entre la inmediatez

    de una fuerte influencia diabólica y la inmediatez de una iluminación divina.

    Incluso Juana de los Ángeles, la más célebrede las poseídas, aparecerá

    de

    spués

    en los últimos veinticinco años

    de su

    vida, como el personaje

    de

    la visionaria

    I • ))

    m1suca .

    MET MORFOSIS DE L HISTORI

    Desde esta perspectiva, hay una complicidad

    y

    para retomar un título de

    William Blake, un matrimonio del cielo y el infierno . Es un rasgo caracte

    rístico de la posesión . La

    une

    con uno de los temas del arce barroco, el

    de

    la

    metamorfosis. La inestabilidad

    de

    los personajes, los cambios de experiencia

    y la ince

    rtidumbre de

    los límites traicionan la mutación de

    un

    universo

    mental. Así como la gruta

    de

    Florencia en la

    que

    Bernardo Buontalemi

    esculpió cuerpos

    humano

    s todavía imprecisos en el barro primitivo, que o

    los deja surgir o los recoma

    4

    (no lo sabemos), Loudun es por sí mismo, en

    un rincón de la provincia francesa, en .la frontera

    de

    las convicciones católi

    cas y protestantes

    que

    se

    oponen

    y

    se

    relativizan,

    un mundo

    intermediario

    entre lo

    que

    desaparece y lo

    que

    surge. Ese lugar, complejo, a la vez salvaje

    y suciJ, no es seguro. Se define.como un paso. Ahí se fijaron las angustias y

    las ambiciones indisociables del dominio social. Se presentan cambios pro

    fundos

    que

    muestran las

    metamo

    rfosis del diablo , tan i

    mportantes

    para

    Henri Lefebvre.5

    Pueden leerse estas metamorfosis en la continuación

    de

    los episodios

    que

    forman,

    durante

    casi diez años, la guerra de Loudun; es tas metamorfos is

    se prolongan

    en

    las interpretaciones sucesivas

    que

    se hicieron

    de

    los aconte

    cimientos. Desde los libelli de 1633 hasta la ópera de Penderecki Los

    demo-

    nios de Loudun 1969), hay coda una literatura dedicada a ellas. Tenemos a

    Alexandre Dumas, Alfred

    de

    Vigny, Jules Michelet, Aldous Huxley, etcétera.

    En distintos espacios culturales, las antiguas discusiones apoyan nuevas causas.

    Otras guerras hacen de la historia de Loudun la leyenda de un presente.

    Lo

    s '

    antagonistas de ayer, movilizados por los partidarios de conflictos más recien

    tes, les proporcionan los medios para en tenderse

    con

    sus propios demonios.

    Por su parte, los historiadores prestan a una sociedad el servicio de poner a

    su disposición el vocabulario de

    un

    pasado. Los personajes de otros tiempos

    se convierten en los héroes epónimos de un presente.

    4

    Véase DetlefHeikarnp, ''Larchirc

    cc

    ure de la rnérarnorphose , en

    L

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    11/32

    - - - - - - - -

    A

    POSESIÓN

    DE LDUDUN

    UN LIBRO DIVIDIDO

    ¿Cómo podría estarlo? El

    li

    bro de

    hi

    storia empi eza con un pr

    es

    ente. Se con

    s

    truye a pa

    rt

    ir de dos s

    er

    ies de dato

    s:

    por un lado , las "ideas" que te

    ne

    mos sobre

    un pasado, las que aún transmiten los material

    es

    antiguos, pero en los circuitos

    es

    tablecidos por una nueva mentalidad;

    po

    r el otro, docume

    nt

    os y "arch ivo

    s

    residuos clasificados por

    azar,

    congelados en fo ndos que les determinan

    significado, también

    nu

    evo. E

    ntr

    e los

    d

    os

    ,

    una d

    if

    erencia per

    mi t

    e detectar una

    distancia histórica, de la misma manera que la o bservación, a parcir de dos

    puntos discantes, permite a Le Verrier inventar un planeta aún desconocido.

    En esce espacio ent re los dos, se formó esce libro s

    obr

    e Loudun. Escá

    agrietado de arriba a abajo; reve la así la comb inación, o la re lación, que hace

    posible a la histo

    ri

    a. D ividido as í ent re el comentario y los documentos de

    archivos, remi re a una realidad que ayer ten ía su unidad viva, y que ya no

    es

    .

    En resum idas cuentas, está

    ag

    ri

    etado

    por una ausenci

    a.

    Tiene una fo rma

    prop

    orcionada a lo que c uenta: un pasado.

    Y

    a .Í, cada una de sus mitades

    dice lo que falta a la ocra, y no su verdad.

    ARCHIVOS DE

    LA POSESIÓN

    De

    la mi tad qu e está hecha de archivos, l

    as

    "fuentes" son considerables. Apa-

    . d  d

    7

    recen

    n

    1ca as en otra

    pa

    rc

    e. AJ

    cont rario de lo que ocurría e n los días de

    las ? r ~ j a s , los poseídos tienen la palabra. A parcir de e

    nt

    onces, acusados

    Y v.

    1cC1m

    as ya no provienen sólo de las campi ñas analfabetas y s

    il

    enciosa

    s,

    casi c

    on

    sagradas a prot

    es

    tas salvajes que hoy sólo se encienden a través de

    los inform

    es

    o las

    in t

    erp

    re

    taciones de las eminencias o de los jueces.s Con

    las

    es

    el demonio quien habla. Escribe. Me atrevo a decir qu e

    ~ u b l 1 : 3 pero solo po rque sus clie

    nt

    es pertenecen a medios sociales más al tos.

    a m b

    tenemos, p

    or

    centenares, las ca

    rc

    as y los escritos de los

    po

    seídos,

    en pa mcular los escritos (abu ndantes, pero la mayor parre inéd ita en cuanro

    a los dos últimos) de Urbain Grand ier, de Juana de los Án ad es y del padre

    Surin, en lo que se refiere a Loudun. Podemos esc uchar qu e ocurre del

    otro lado de las trincheras.

    e

    7

    En

    co

    ncr

    am

    os

    la

    nomenclacura en Jcan-Jos

    cp

    h Surin,

    Co e

    spondanre,

    ed . Michcl de

    cau

    , París, Des

    cl

    éc De Brouwcr. Bibli

    oc

    hcquc europécnnc. 1966, pp . 92-99, y en los

    de RobercMandrou en su incroducción general, MagiJtrats et sorriers en France

    011

    x v1 (

    ' Pion , 1968 , pp. 18-70

    . Véase Michel de Cerceau . wUne mucation culrurelle et rel igicuse. Les magiscrats devane les

    90rciers

    du

    xv

     

    siecle", en

    Rroue d

     hist

    oire de l Égl

    ise

    df

    Fra

    n

    u,

    t.

    55, 1

    969,

    pp

    . 300-3 19.

    22

    - - - - - - -

    A

    HI

    STORANUN

    A

    ESC

    NFI

    ABLE

    De igual manera, los casos ya no se dan a puerta cerrada, ya no se

    ·den rápidamente

    por

    los tribunales

    ambu

    lantes

    que

    viajaban a los ba

      ~ bajos de las provincias. Son púb licos, teatrales, interminables. De ahí

    rnosrchivos gigan tescos de los at

    es

    tados redactados c

    on

    precisión y firmados

    tos a - Lo . l b. , d .

    , co n d ía durante m eses y ano s. s cesngos ocu a res cam 1en eJaron sus

    o s : no sólo los jueces, los exorcistas , los nota bles locales, d iocesanos,

    re ionales , sino también los visitantes, curiosos de todo tipo, hombres de

    nac ' d · d" b ' d d

    l 1 · ·

    ndo que

    es

    ran e vacacion

    es

    , eru

    1t

    os en us

    qu

    e a e a go, co ecc1o

    ni

    scas

    ~

    lo

    ex craordinario, apologistas in teresados en tener un argumento más,

    amantes de las cont roversias decididos a pel

    ar

    una objeción y,

    so

    bre codo, la

    clientela habitual de ese género de espectáculos, peregrin os de lo ex

    tr

    año por

    razones que sus informes sólo n os dejan entrever. Afluyen a Loudun; vienen

    de Ange rs, de Burdeos, de Lyon, de París, y ta

    mbi

    én d e Escocia, de Italia, de

    Jos Países Bajos, etcétera. .

    Los arc

    hi

    vos nos ab ren además las ca

    ra

    s de u na h istoria más secreta y

    más oficial: informes di rigidos a Richelieu y a Luis XIII; la correspondencia del

    pad re general de los jesui tas (Roma) con París, Burdeos y Loud un; cartas de

    La ubardemont; declaraciones de méd ico

    s;

    con sultas teológicas; advertencias

    que provienen de las organizaciones gubername

    nt

    ales de París y de Poitiers;

    cccéccra.

    Todos esos man usc ritos

    {q

    u·e hubo que reagrup ar como piezas dispersas

    de un rompecabezas) representan , como e n un iceberg, la masa oculta bajo

    la parce q ue sale a la luz; re nuevan las profundidades de lo qu e era "dado al

    público" desde esa época. El área de las publicaciones no era menos impo r

    tante. Se daba en fo rma de sátira, de historias extraordinarias, de relaciones

    verdaderas o de panfletos que los edi tores publicaban de ciudad en ciudad,

    a veces en el mismo año, para su público regional de Anjou, Lyon, París,

    Po itiers o Ruán. Escas "piezas" si sitúan entre los devocionarios y los primeros

    periódicos.

    9

    Todavía recogen propaga

    nd

    a, pero

    ent

    r

    an

    cada vez más en la

    li

    teratura de sucesos. Desde entonces se d ispersa ron , no aparecían registradas

    en los inventarios des pués del

    fal

    lecimienco de los particulares o de los libreros

    y,

    sin embargo, parecen haber tenido una gran di fusión. E n todo caso, ya en

    1

    634 , el Mercure ranfois, ut

    il

    izado por Richelieu y po r el padre Joseph como

    rnedio para orientar o di rigir la opinión pública, desplegaba, en casi cuarenta

    pági nas , la versión o fici al de la posesión.

    1

    9

    Véase Henr i-Jcan Mani n ,

    Livre, po1woirs et s1>ciétéa

    P11ris

    au XVl l siirk, Gi

    nebra,

    Oroz.

    1

    969, pp . 164- 189 . 253-275.

    1

    M

    erc

    ur

    ef r

    an

    rois,

    t.

    20 (

    el

    año 1

    63

    4), P

    ar

    ís,

    E.

    Ri

    chcr, 1

    637.

    pp. 7

    46-

    7

    80

    .

    23

    -

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    12/32

     

    A POSESIÓN DE lOUDUN

    Lo extraño está, entonces, enraizado en lo más profundo de

    una

    sociedad.

    Se aferra a ella

    con

    demasiados lazos socioculturales

    como

    para estar aislado.

    Tratar de extrae

    rl

    o es jalar

    con

    él toda la tierra a la que se apega de tantas

    maneras. Tal v revela una mutación global que consistiría, una v más, en

    exorcizar o

    en

    marginar los primeros síntomas

    de

    una crisis a medida que da

    lugar a

    un

    nuevo orden.

    Pero primero hay

    que

    tratar de entender.

    24

    CÓMO

    NACE UNA POSESIÓN

    ·

     

    En 1632, la ciudad de Loudun sufrió

    duramente

    por la peste: 3

    700

    decesos

    en unos cuantos meses (mayo a septiembre),

    en

    una

    pob

    lación de aproxima-

    damente 4 000 habitantes.

    1

    Fue una trágica repetición de la peste de 1603.

    Desde

    el

    principio,

    como

    lo hacen todos los que pueden, los médicos se

    retiran en sus casas de campo: entre otros, Frans;ois Fourneau, Jean

    Fouquet

    y René Maunoury.

    No

    regresarán sino hasta más tarde, exegetas y testigos de

    lo que pasará

    con

    l

    as

    ursulinas.

    LA PESTE UNA FISICA DEL MAL

    Esta partida, poco honorable,

    no

    es

    por

    ello menos comprensible

    si

    nos referi-

    mos a las ideas de ese tiempo sobre la na

    tu

    raleza de la plaga. El 6 de septiembre,

    la

    plaga de Díos que llamamos

    la peste

    cayó en

    esta

    cíudad en casa de un zapatero

    ~ c r i e el testigo de una peste en

    Avignon-

    ... ¡Díos nos quiere ayudar Amén.

    2

    Ninguna terapia,

    y

    por

    tanto ningún médico

    pudo dar con

    la

    respuesta.

    Es

    un mal sin explicación, sin razones particulares. Sale del interior del cuerpo

    social

    y no

    puede más que afectarlo

    por

    entero. Es él mismo epidémico, se

    manifiesta en un tipo de física social

    y

    divina.

    Contra

    la peste (en esos tiempos

    se decía lo mismo de la sífilis), finalmente

    no

    hay nada que hacer. Se espera

    que acabe con sí misma después de haber desplegado todos sus efectos. Es

    nece

    sario que el castigo lleve a cabo su trabajo. Apenas se pueden cerrar l

    as

    1

    Véase Dr.

    Pi

    erre Delaroche, Une

    tpidimi

    e e pestea

    oudun

    en 1

    63

    . Burdeos, Del mas,

    1936, p.

    40

    .

    2

    Ph. Tamizey

    de

    Larroque, Inscrucrions

    sur

    la pes

    rc par le

    cardinal d'Armagnac

      ,

    exrraído

    de los

    Annaks du Midi

     

    Tou

    louse, 1892, p. 6.

    2S

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    13/32

    - - - - - - - - -

     POSESIÓN O

    OUDUH

    puertas

    de

    la c iud

    ad

    y

    huir

    de ella cubriéndose la cabeza. De acuerdo co n

    muchos

    Tratados

    consagrados a la pesce (desde Laurenc Joubert, en 1581 , y

    Claude Fabri, en 1568, hasca Ancoine Mizaul

    c,

    en 1623) y

    de

    acuerdo con

    muchas Recomendaciones hechas en ese entonces a los ciudadanospara cuidarse

    de

    la peste en tiempos propensos, es

    po

    sible crear ocro ambiente en la ciudad

    poseída por la infección del aire, gracias al aloe, a la crementina, a la rosa de

    vino, a la conserva de rosas, y a sustancias aromáticas similares que forman,

    con los nuevos olores, el enclave

    de

    ocro aire:

    Siempre es tambiin bueno llevar perfumes en

    los

    guantes, la

    camisa,

    los pañuelos,

    el

    cabello y la barba. Llevar algún pomo

    de olor colgado

    del cuello, o padres-nuestros

    (rosarios},

    y tocarlosy sentirlos continuamente

    los ricos

    deberán

    usar constantemente perfumes en ms casas, los mejores que

    puedan encontrar.

    los

    pobres

    se deben aprovisionarse de

    hojas y

    madera de laurel de romero, de

    enebro

    y

    de cipris,

    y deberán

    tratar de quemarlos tan frecuentemente como puedan

    en medio

    de

    la sala y el

    Cllarto

    , sobre

    todo

    en la mañanay la

    noche.

    3

    La

    frecuencia

    de

    las pesces en

    la

    región desde hace dos siglos

    ha

    hecho

    que

    la muerte

    escé

    prese

    nte en

    codas partes

    4

    -y, con ella, el miedo y el terror

    a la mortalidad

    inminente

      -, pero es una muerte

    faca ,

    irresiscible,

    que

    cae

    del cielo como algo incomprensible y sin sentido.

    La huella

    que

    dejará la pesce

    de

    1632 será la

    hu

    ella

    de una

    marca:

    Loudun fue azotada por

    un

    mal ecológico para el cual la posesión asignará

    mañana ocra figura que, a fin

    de

    cuencas, estará mejor definida, y una ex

    plicación , ya

    que

    el mal se acribuirá a una

    causa

    (extraordinaria, diabólica)

    ajena a la naturaleza

    humana.

    Ya en 1632, la ciudad busca exorcistas concra la peste. Recurre a un

    médico de Mirebeau, Prégenr Bonnereau, quien se declara incompetence,

    Y

    finalmence a Guillaume Grémian.

    5

    Se crean establecimiencos de

    sanidad,

    donde

    se aísla a los contagiados. En realidad, cada

    grupo

    se recira y cumple

    con la

    ley

    de encierros

    recíprocos. Los médicos y los terrateniences huyen

    al

    campo. Las religiosas se encierran

    eras

    sus muros

    y, al

    igual

    que

    los escable

    cimientos de sanidad, los co nvencos se cierran, suspenden las visitas

    en

    los

    locutorios. Entre las ursulinas,

    por

    lo demás, no

    hubo ningún

    caso

    de

    p

    esce.

    3

    Ativuet remedes souverainspour segartÚrtÚ pt tte por el cardenal d'Armagnac, Toulouse,

    1558; rttdición Ph. Tamizcy de Larroque,

    op.

    cit.,

    pp

    . 10- 12.

    • V é ~ Robcrr

    Fa

    vreau, fpidémies

    a

    Poitiers ce dans le Centre Oucsc

    a

    a fin du Moycn

    A e•

    en Bibliotheque

    de

    l Écok

    des

    Chartres,

    c.

    125. 1967. pp.

    349 -398.

    5

    P. Dclaroche,

    op.

    cit.,

    pp.

    70-7

    3.

    26

    - - - - - - -

    .

    COMO NACE UNA POSESIÓN

    d

    O

    n codos los tescimonios, el cura de la iglesia

    de

    Saint-Pierre,

    cuer o c

    1

    e

    1 ,1

    De

    ª. G dier se muescra valience y generoso, lleva a os enrermos os u -

    Vrba1n ran , . .

    meneos y

    da

    dinero a los md1gentes.

    ri rnos sacra

    UN CIUD D DESG RR D

    d

    bl

    e

    nce como en muchos otros lugares

    de

    Francia

    de

    Europa, la

    Indu

    a

    em , .

    Cr

    aumatiza a la ciudad:peste

    D

    b

    ¡· a la sociedad urbana, trastorna

    l s

    estructuras mentales

    e

    intelectuales, J

    e 111a ifi .

    J_ ,

    b

    ·

    ·

    prz mero

    por el terror. el imnulso místico y l s mom cac1ones; aespues, a¡o

    suscita, ' • r

    .

    le 6

    un

    cielo obstinadamente silencioso,

    l desesperanza, l blasfemia

    J l s satuma S.

    ·A quién recurrir?

    La

    duda se extiende.

    La p ~ s c e ,

    indud_ablemente, añade sus

    ~ f e t o s

    a los

    de

    las guerras de Religión que, cincuenta an?s anees, llenaban de

    1

    S

    encruciJ"adas

    de

    Loudun. Los adversarios se dispu taban la verdad.

    sangre a e

    Descrozaban a Dios. Su oposición creó una cercera pos1c1on, una rereren-

    cia común, con la forma de un statu quo político en el que _se esboza la

    solución  del porvenir. Pero cambién es un periodo

    de

    latencia

    durante

    el

    cual los enemigos de ayer, obligados a aceptarse unos a

    o c r ~ s

    acumulan

    los

    resencimiencos

    0

    se preparan para el escepcicisino. Cualesquiera que sean sus

    poscuras personales,

    la

    bacalla

    por

    la verdad sigue indecisa, y

    un

    suspenso

    similar ameñaza las cercezas de cada religión .

    La

    peste, primero relacionada con la ira divina o con

    una físic:1

    social

    o ascrológica, llama, además, a cienos

    hombre

    s a luchar

    c o ~ c . a

    la suciedad o

    la desnucrición. En los municipios, laicos, magiscrados y med1cos inauguran,

    desde el siglo

    xv1,

    inscituciones

    de

    sanidad civil y algunas

    i ~ v e s t i g a c i _ o n e s

    ccrapéucicas. Un trabajo, para ellos, co

    mpen

    sa el

    si

    lencio

    de

    Dios. Al mi

    smo

    ciempo, se produce

    una

    fragmentación. Para evicar el concagio, se prohíben

    las

    asambleas públicas.

    Debido

    a las necesidades

    m u n i c i p ~ e s ,

    d ~ s p a r e ~ e ~

    signos

    de

    una

    unanimidad

    religiosa, en especial las man1festac1ones l1turg1-

    cas. La solidaridad del trabajo concrasta, pues, con el retiro de los creyentes

    encerrados frence a frence en sus crincheras sin visibilidad frente a ellos o

    por encima de ellos, sin ocra seguridad que la cohesión de pequeños grupos

    encerrados sobre sí mismos. Eso sucedió a l

    as

    ursulinas

    en

    su convento.

    6

    Pierre Ocyon, Mcmalicés populaircs. Un sondage

    au

    X V t ~ siecle , en

    Annales

    ESC, c.

    17, 1962, p.

    455.

    27

    -

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    14/32

    - - - - - - - -

     

    POSESION

    f LOUOUN

    FANTASMAS

    ¿Sustituye la posesión a la plaga

    que

    aquejó a Loudun durante cinco meses?

    Vale la pena menciona r un hecho: las primeras apariciones  fantasmales

    se

    producen en el convento en el momento en el que

    se

    mencion an los últimos

    casos

    de

    peste en la ciudad, a fines de septiembre de 1632. En la noche del

    21

    al 22, la priora Q

    uan

    a de los Ángeles), la vicepriora (religiosa de Co lom-

    biers) y la h

    ermana

    Marche

    de

    Sainte-Monique (quien sale del reciro) ven

    aparecer durante la noche la sombra del padre Moussaut, confesor de las

    religiosas, quien había muerto unas semanas antes. El 23, es una bola negra

    la que atraviesa el refector io. El 27, un hombre que sólo se ve de espaldas.

    Nocturn

    o des

    pu

    és

    diurno

    , el fantasma pierde entonces su primer rostro, que

    aún era

    un

    recuerdo localizable. Cambia hacia el anonimato como indeciso

    de su identidad, antes de esbozar su silueta; luego, el 7 de octubre, de tomar

    la figura obsesion

    ante

    del c

    ur

    a vivo, el propio Urbain Grand ier.

    LA PROCESIÓN DE LOS L ~ R I G O S

    En

    el

    convento

    en

    el que se

    desatan, desde principios

    de

    octubre

    de

    1632,

    los gritos y las contorsiones

    de

    las religiosas, se presentan, en orden, los ac

    tores del drama. Los clérigos fueron los primeros en venir a visitar a la priora

    Juana

    de

    los Ángeles. Esta precipitada entrada tiene algo

    de

    procesional.

    Primero, los curas: el canónigo Jean

    Mignon

    nuevo cape

    llán

    del

    convento;

    Antonin

    de la Charité (prior

    de Loudun

    ) , Eusebe

    de

    Saint-Mi

    chel, Éloi de Sain t-Pierre, Calixte

    de

    Saint-Nicolas, Pierre

    Thomas de

    Saint

    Charlcs, Philippe de Saint-Joseph, Eugene de Saint-René (prior de Poitiers),

    todos carmelitas, los más prestos a acudir a la reunión de lo extraordinario.

    Se pidió ayuda a Pierre Barré, cura de Saint-Jacques en Chinon , bachiller en

    4

    facultad

    de

    teología

    de

    París c

    omo

    es

    pecia

    li

    sta

    en

    exorcis

    mo

    s; se apresuró

    con un grupo

    de

    feligreses y tomó el caso en sus

    mano

    s a partir del día 12.

    luego llegan F r a n ~ i s Grillau, guardián de los franciscanos; Uriel, guardián

    de los capuchinos y Élisée de Chinan, otro capuchino; Pierre Rangier, cura de

    Notre-Dame-de-Veniers, un pueblo cerca de Loudun y donde se daban

    lo

    s

    primeros informes de las campiñas vecinas; Mathurin Rousseau, canónigo de

    Sainte-Croix (un notable considera, ya desde entonces, que el caso vale el viaje ,

    etcétera. Diez, doce, catorce sacerdotes participan en los primeros exo rcismos.

    Se multiplicarán. ¿No harán falta para seguir predic

    ando

    en la región ? Pero,

    para

    ellos, se trata de ministerio, y no de cu riosidad. Pueden movi lizarse.

    Con

    base

    en todas las cont roversias an te

    ri

    ores, responden al

    llamado

    recibido del

    IContecimienco

    al

    que inm

    ediatamente designan c

    omo

    una

    pose

    s

    i6n.

    28

    - - - - - - -

    . COMO

    N CE UN POSESIOll

    No

    obstante, se declara a la vez en la ciudad

    que

    no son más

    que im

    posturas

    .7 En la habitación

    de

    la

    pr

    iora , se inicia una guerra

    de

    lo sagrado.

    LA POSESIÓN SE

    ARRAIGA

    El primer a t ~ t a d o presenta los i ~ i c i o s del ,que su

    p ~ b l i c i d a d

    Las

    alumnas del mter nado de las ursulinas todav1a estan

    all1

    , en medio del alboroto

    el

    que circulan

    sa

    cerdotes. Es

    te

    inicio vacila entre la historia edificante y

    en Es l . bl b l

    ce

    • l

    el maleficio. e momento, mesta e y reve, en e que se arraiga a pose-

    sión. Bastarán unos días para disipar la ambigüedad, para que se sentencie al

    demonio como responsable de los hechos extraños  , para que los exorcismos

    se consideren oportunos

    (1°

    de octubre).

    Como

    consecuencia , se asigna

    un

    brujo (5-11 de octubre). Lo diabólico - neutro y en singular- se diversifica

    pronto en plural: algunos nombres propios de demonios (Astaroth , Zabulon,

    etcétera) corresponden a las religios

    as po

    seídas, que toman las voces y los

    rostros de los papeles establecidos por una larga tradición. Muy rápidamente,

    los personajes toman su lugar. Bastan tres

    seman

    as para que se

    monte

    el teatro

    cuya c

    ontinua

    ción va a desarrollar el esquema inicial.

    EL

    PRIMER ATESTADO

    Con 7.

    de

    octubre, el informe más antiguo

    denuncia

    más cosas de las

    que cree el pequeño grupo inicial del que surge y lo hace público:

    En

    nombre

    de la

    santa mas que adorable Trinidad el Padr

    e

    el Hijo el

    Es

    píritu

    Santo noso

    t

    ros: Pierre a é

    sacerdote

    bachiller en

    t

    eolog

    la en

    la

    Fa

    cu

    l

    ta

    d

    de Pa

    r

    ís

    ,

    canónigo de

    la

    igksia de

    Ch

    inon

    com

    isionadoal régimen de la parroquia de d

    ic

    ho

    lugar; eanMignon,

    sacerdo

    te, canónigo

    de la

    igksia

    de

    Lo   d un.

    confesor

    regu lar de

    l s dam

    as religiosas

    desanta Úrmla

    de dicho

    lugar;

    Euseb

    e de Saint-M

    ich

    el Pierre

    Thomas

    de Sa

    int-Cha

    rús sacerdote

    predicador

    y religioso carmelita del co

    nven

    to

    de

    dicho lu

    gar

    Lo11d

      n reunidos en

    el monasterio

    de las religiosas

    mencionadas

    de

    acuerdo con sus órdenes megos hemos escuchado de ellas qu

    e

    a partir de

    la

    noche

    entre el veintiuno el veintidós

    de sep

    tiembre pasado [1632), han

    sido

    presa

    hasta

    hoy el ter

    cer

    día

    de este mes

    [octub re]

    de

    espíritus malignos.

    Uno de ellos apa

    reció durante la noche

    tÚsde la

    una

    has

    ta

    las

    cuatro

    de

    la maña

    na a la herma na Marthe, con

    la

    forma de un hombre del e/no, revestido de un gran

    ab

    ri

    go

    y

    sotana con un libro en la mano abierto

    y

    cubierto

    de

    pergamino blanco k

    mostró

    dos

    imáge

    n

    esy. desp

    u

    és de

    haber discu ido varias veces

    sobre

    el susodicho libro

    quiso forzarla a

    tomarlo

    en sw manos. Ella

    se

    rehusó diciendo que nunca recibiría

    7

    Ace

    s

    cad

    os del 7

    y

    11

    de octub r

    e;

    BN ,

    Fds

    fr

    .

    7619,

    .

    6-9 .

    29

    -

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    15/32

    - - - - - - - -

    A POSISH N

    DE

    LOUOUN

    libro

    alguno

    qu

    e

    no

    fuera de su mperiora, y el

    susodicho

    espectro calló

    y

    se

    quedó

    algún

    tiempo

    llorando

    al pie de su

    cama.

    Finalmente, a la

    pobre

    jovencita,

    horrorizada, el

    espectro

    empezó

    a decirk que

    estaba

    en

    gran pena,

    que

    no

    podía

    orar

    a

    Dios,

    y

    que

    pidiera ella a

    Dios

    por él;

    ella

    , pemando que se trataba del alma de alguien qui2Á en

    el purgatorio,

    dijo

    que notificaría a su

    mperiora.

    Y,

    sin

    embargo, al no poder s

    oportar

    más la presencia del espectro, llamó a una

    de

    las jovencitas internadas que estaba en

    otra

    cama cercana a la suya; al kvantarse las dos, ya no

    vie

    ron nada mds, pero

    [la

    hermana]

    permaneció de rodillas durante una hora, ya que escuchó una voz que St

    quejaba

    junto a

    ella.

    D

    espués

    de

    que

    sonaron

    las

    cuatro de

    la

    mañana, ya

    no

    se

    oyó

    nada más

    en

    el lugar.

    Sin embargo,

    en la casa

    de las rel

    igiosas profesas

    , apareció

    el

    mim10

    espectro

    a

    la

    prioray a la vicepriora por separado, diciéndok a una: "Manda que se ruegue a Dios

    por mí";y a

    la

    otra: "Siga

    rogando

    a

    Dios

    por mí''.

    Además,

    escuchamos

    de ellas que el

    día

    24

    de

    ese mismo

    mes

    ,

    entre

    las seis

    de la

    tarde

    y

    las si

    ete

    , en el

    refector

    io apareció

    otro espectro

    en forma de

    globo todo

    negro

    que tiró al suelo violentamentea

    la

    misma hermana Marthe,

    y

    a

    la

    p

    riora

    sobre

    un

    a

    silla,

    tomando a

    cada

    una p

    or

    los hombros,

    y

    al mismo tiempo, otras dos religiosas

    se sintieron golpeadas

    en

    las

    piernas,

    lugar

    en

    elque ks quedaron

    contllsiones

    rojas

    y

    tan

    grandes

    como

    un testón [moneda con valor de 19 ce

     t

    avos] durante un

    tiempo

    y

    es

    pa

    ci

    o

    de

    ocho

    días.

    Adicionalmente, nos dijeron que todo el resto

    de

    ese

    mes

    , no había transcurrido

    una noche

    en

    que no hubura habido gran desconcierto, estragosy horrores. Y aunque

    no vieron nada, con .frecuencia escuchaban voces que llamaban a unas o a otras.

    Unas recibían pu

    ñetazos;

    otras, bofetadas; y otras más se

    sen

    tían incitadas a risas

    inmoderadas e involunta

    rias.

    TRE

    S SPIN S

    DEL

    RBUSTO ESPINO 

    Finalmente, nos dijeron que el primer día de

    este mes,

    alrededor de

    las

    diez de la

    noche,

    cuando

    la priora estaba acostada,

    co

    n la

    vela

    encendida, y con siete u ocho de

    las

    hermanas

    a

    m

    al

    r

    ededor

    para ayudarla

    , a c

    ausa

    de

    los

    ataqu

    es

    que

    especialmente

    Ir

    daban, sintió una mano,

    sin

    ver nada, queapretaba

    la

    suya, y que dejó tres espi

    nas 1.itl

    arbusto

    Uamado espino, que al

    día siguiente

    puso

    en

    la

    mano de

    un

    o

    de

    nosotros

    para

    saber qué

    deberla hacerse

    .

    Y, dos

    días

    después

    , se vio que

    la priora la

    squemó

    e/la

    -mis

    m/I.

    Esto

    lo hizo en presencia del padreguardián de los capuchinos de esta ciudad.

    Pero como

    ocurrió que la mencionada

    priora,

    y

    otras

    relig

    ios

    as,

    a partir de /¡J

    recepción de esas espinas habían

    sentido cambios

    extraños

    en el cuerpo

    y

    el

    espíritu

    dt

    tal

    manera que

    perdían a veces

    el

    juicio

    y se sen

    tían

    agitadas

    porgrandes

    conv

    ulsio

    nt1

    que parecían

    procede

    r de causas extraordinarias. se pensó que dichas

    espin

    as eran tt

    makfi

    cio

    para

    poseerlas 1

    de

    hecho, este día tr

    es de

    este

    mes

    , al

    ver

    ocurrir semejante

    agitación y

    tormentos

    en el

    rnerpo

    de

    lo priora, de la hermana Louise deJesús y

    de

    ¡t

    hermana C/aire de Saint-}ean, decidimos que

    era

    una

    verda

    dera

    posesión

    y que

    sería

    oporruno

    proceder

    con

    exorcismos de

    la

    Santa

    I

    glesia;

    JI

    sin

    embargo.

    los

    retrasamos hasttl

    30

    - - - - - - -

    . COMo NACE UNA POSESIÓN

    el quinto dia de este

    mes

    en que vimos la continuación de los tormentosy agitaciones

    taTIgrandes que siete u ocho personas no eran capaces de

    co

    ntrolarlas, y

    esos

    tormentos

    ocu"ían más frementemente después de que ellas tomaban la santa comunión.

    En el primer exorcismo de ese día, el quinto de dicho

    mes, se

    ordenó a los espíritus

    malignos en latín a decir

    su nombre,

    y no dijeron

    otra

    cosa, dos o tm

    veces

    seguidas,

    qtte "Enemigos de Dios''. Y a

    las

    ktanías de

    estas

    palabras: Sancte Johan nes Bap

    tista 

    r

    a pro eis  el demonio de la priora contestó a gritos varias veces: "Ja Juan

    Bautista  . Ydurante el exorcismo

    hecho

    a la mencionada priora (el demonio) dijo

    tres

    veus viokntándola

    Sacerdos

    o

    repitió

    en el momento

    de

    la

    pronuncia

    ció

    n

    de

    las palabras que

    están en

    el exorcismo.

    l ENEMIGO E DIOS

    En elsegundo exorcismo, hecho después del mediodía de

    ese

    día a la misma priora, al

    pedir al demonio en latín que

    dijera

    su nombre,

    éste

    respondió en francés, aullando

    y

    mugiendo:

    - Ja, no te lo digo.

    Y,

    al insistir/e, repitió:

    -

    Enemigo

    de

    Dios.

    Y

    después

    del exorcismo, gritó diciendo:

    -

    Me

    insistes mucho, dame

    por

    lo

    menos

    tres sem

    anas má

    s. Apenas han pasado

    quince

    días

    .

    · Ypoco después:

    -

    Ja, el malvado ¡Decidió

    perder

    a toda

    fa

    comunidad por mi

    En

    el

    tercer

    exorcismo,

    la

    p

    riora habla

    p

    erdido los sentidos

    y

    la

    razón.

    AL

    ordenar

    al demonio que dijera su nombre,

    respondió

    dos

    veces:

    - Enemigo

    de

    Dio

    s.

    Lu

    ego, presionado

    a responder, dijo:

    -

      elo dije.

    Cuando se k interrogó có

    mo

    había entrado, dijo:

    - Pacto.

    Y

    tra

    s

    insistir/e, dijo:

    - Me quemo-, gritando

    constantemente.

    Después, alpreguntark quién era el autor delpacto, dijo:

    Sacerdos

    - ¿Quién es sa

    cerdos?

    Dijo:

    -

    Petrus.

    - ¿Dignitas?

    ura.

    Cuando

    se

    k

    ordenó

    salir,

    después de gran violencia,

    tormentos, gritos, chirridos de

    dientes(tenia dos

    de

    las muelas traseras rotas), por in dejó a la mencionada priora en

    paz

    y

    declaró

    que

    estaba curada

    de

    una

    gran

    pena del

    espíriN•

    y

    de gra

    n

    des

    palpitacione

    s

    31

    -

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    16/32

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    17/32

     

    A POSESIÓN DE LOUDUN

    AL insistir/e

    reinsistirle

    que

    co

    ntestara

    aún:

    - Sub quo novo pacco remissus fueric?

    Respondió:

    -

    Flores.

    - ¿Qui Rores?

    - Rosarum .

    Y

    toda

    s

    sus

    re

    spue

    stas

    estaban hechas en

    virtud

    de

    tantas conminacion

    es que

    percibíamos claramente que el demonio había

    acmado

    por la fuerza. Y hasta la

    pronunciación que se hacia de su nombre,

    cuando

    se

    Le

    ordenaba que contestara, St

    molestaba

    tanto que una

    ve

    z dijo, aullando:

    - Ja,

    ¿por qué

    lo dije?

    Finalmente,

    /a

    última

    insistencia que se / e

    hizo

    esa noche,

    fue para que

    contes-

    tara:

    - Quare ingressus fui ssec in monascerium pu e

    ll

    arum

    Deo

    Sacram encum?

    Respondió:

    - Animosicas .

    10

    LOS NOTABLES

    Llega entonces

    una

    segunda oleada a la habitación

    de

    la priora y se instala

    en

    el convento, la

    de

    los notables: el 12, el notable señor Paul Grouard, juez

    p r ~ b o s t e ; el notable señor Louis Moussault, procurador del Rey; el señor

    René Maunoury

    , ciruja

    no

    . El 13, tenemos además: los señores Daniel

    Ro

    gier1

    1

    y Gaspard Joubert, hugonotes, nos dijeron, y doctores

    en

    medicina,

    además del señor René Adam, boticario.

    De

    estos tres

    hombre

    s, el atestado

    menciona que lloraban al ver a la energúmena Juana rechazar la comunión

    con contorsiones sorprendentes:

    Dec/araron en voz alta que semejantes tormentos s

    obr

    epasaban

    las

    fuerzas

    humm1 1.I

    y

    no podían p

    roceder como si

    fuera una enfermedad natural.

      2

    ¿Pero

    qué

    es natural? Ahí está el problema. ,

    Está también el magiscrado ba illi, juez ordinario y

    en

    el tribunal

    pre

    sidia/ en Loudun:

    Gui

    llaume

    de

    Cerisay, caballero, señor de la Guériniere,

    magistrado de toga, lo que significa que cumple una función ejecutiva de

    magistrado (funcionario

    de

    túnica corca, o militar), pero también ejerce corno ·

    IO

    BN

    Fds fr. 7619, f. 9. .

    11

    Se

    encuentra informació n sob re es te médico hugonore en Dumoncier de la Fond, sstJI

    sur/ 1istoire

    de

    Lo

    11

    d

    1

    m , Poitiers, 1778, l•p arre, p. 132; 2• parre, pp. 113, 120. 123, 129. Pero

    no coincide con las ind icaciones brindadas

    por

    los atestados.

    12

    Atestado del

    13

    de

    octubr

    e

    y

    de

    los días sig

    ui

    e

    nt

    es;

    BN.

    Fd

    s fr.

    76

    19,

    .

    12

    v.

    y

    ss.

    34

    .

    ÓMO

    NACE UNA POSESIÓN

    .

    2

    corno magistrado de toga.

    Tiene

    así dos funciones usualmente disti

    nta

    s

    Jue

    ~ t i r

    del decreto

    de 1561. No

    sólo

    es el

    más importante de los notables

    ª. P

    0

    la

    s

    al

    ta auroridad judicial de Loudun.

    Con

    él llegan el tenie

    nt

    e c

    ivil

    Chauvec) y su hermano Charles, asesor; el t

    en

    iente penal (René H ervé},

    el

    rocurador del Rey (Moussault} el ten iente del preboscazgo (Paul Aubry}

    1

    'empleados escribanos, Pierre Thibault y, sobre todo, Urbain Dupont

    . rnpre con la pluma en la mano. Vienen también otros médicos: Mathieu

    s1e

    Fanton

    y

    Charles

    Aug

    er (de

    Loudun

    ), Vincenc

    de

    Fos (de Chatellerault),

    Alphonse Cosnier (de o n c e v r a u l ~ } Fran

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    18/32

    - - - - - - - -

    A POSESIÓll

    DE LDUOON

    D espués de las apariciones de los fantas mas, en noche 21

    al

    22

    de sep tiembre, los aconteci mientos ocurren según un ndo determinado por

    una

    abundante

    literatura.

    La

    Historia admirable

    de la po

    sesión de Franc;:ois

    o m p t i u ~

    (París, C h a s ~ e l l a i n

    1613) se dividía en actos : ya dicen codo de an temano, incluso descnben

    el

    espino y las rosas, proporcionando así un modelo en forma de

    relato.

    Desde

    el primer act

    o

    se comp

    one

    la escen

    a:

    El sitte y ocho

    dt

    dicitmbrt  y continuando

    con

    los

    mismos

    exorcismos dos veces_ l

    día al inte

    rroga

    r a

    íos

    demonios respondieron que e

    ran

    tres

    tn

    el cuerpo

    Louzse

     

    que

    estaban

    ahí por un maleficio y que elprimero

    dt

    tilos se llamaba Vemne  el

    otro

    Grtsil y el IÍitimo Sonneillon y que los

    tresmm dt tercer

    orden   a saber

    en

    t i

    rango

    de los Tronos

    .

    14

    Los cipos de contorsiones, los nomb res de los dem

    on

    ios

    ~ r i n c i p ~

    habrá variantes regionales e invenciones pers

    on

    ales), sus

    c 1 o n e s

    .ed1?-

    cances

    cuando

    son

    Joruuios

    y se convierten en los

    ve

    rdaderos

    midtco

    s

    botic

    arios

    cirujanos de

    almas:

    el

    esquema está completo. Pero la Historia provenzal

    se

    ~ x p l i c y se justifica por la asociación un I?iscur:o de os e s p í r ~ t u s que hab

    ía

    redactado antes el padre Sébascien Mtehael1s (Pans, C hascellain , ,1612). En

    Loudun,

    va a perderse esta bella

    unid

    ad ent re el relato y la ceona, entre la

    historia y el discurso: la historia se dramatiza, se hace psicológica y se

    desmesuradamente;

    el discurso

    se fragmenta y se disuelve para hacerles sino

    a otras razones.

    Desde el

    12

    de octubre de 1

    632,

    Jean Mignon subraya el paralelismo con

    el

    caso que llevó a Gaufridy a la muerte. Esca

    m n ~ contra

    d i e r

    es

    t a ~ ~

    bién

    una

    confesión.

    La

    referencia al proce

    so

    de Ai

    x,

    ¿no perm1t10 reconscru

    d

    . '

    ,15

    también, por codos los signos aparentes, la verdad e esa nueva s e s 1 0 ~ ·

    Pero, indudablemente, el arquetipo había servido de norma anees de servir

    de

    prueba. Había sido

    impu

    esto tácitame

    nt

    e desde hacía mucho tie

    mpo

    . Nos

    fu

    l

    .

    pide L

    sorprende leer los atestados, ve r ncionar e mecanismo con

    tanta

    ra

    como facilidad. Es porque tiene su tradición, y los habi t

    an

    tes parecen haberse

    repartido los papeles ya definidos sin ninguna di ficulca

    d.

    14

    Histoire admírablu:k

    f

    possmion

    P

    ar

    ís. C

    ha

    scel

    lain, 1

    613,

    J•

    parte,

    p.

    3.

    is BN

    , Fd

    s

    fr. 76

    1

    9,

    f

    9.

    36

    - - - - - - -

    2

    ELCRCULOMÁGICO

    ....  .....................

     

    ........................

    Empieza de inmediato una movi lización. Organiza la ciudad. Tam bién

    revela las tensiones late

    nt

    es, las que se creyó resolver y se quiere olvidar, o

    las que se agudizan y encontrarán ahí una salida. Nada dejaba entrever

    qu

    e

    en

    la

    calle de Pasquín ,

    donde

    viven las ursulinas, ocurrieran de improviso

    episodios nocturnos. Pero que tengan canto eco en Loudun no resulta can

    sorprendente. El hecho no se debe solamente a las habladu rías y a la curiosidad

    siempre

    al

    acecho en las pequeñas ciudades de c i ~ ; no es solame nte el

    resultado de peleas

    in t

    ernas, batallas entre clanes, rivalidades personales

    qu

    e

    encuentran aSÍ, después de haberse incubado du ra

    nt

    e

    mucho

    tiempo de

    nt

    ro

    de las casas, la ocasi

    ón

    de manifestarse a t ravés

    de

    un debate

    púb

    lico entre

    Dios y el Diablo.

    Sin embargo, este debate es más que una consecuencia. Crea una

    situación nueva. Separa. La

    com

    pleja red de la vida cotidiana se desgarra en

    dos parces, aunque sea precisa

    ment

    e allí

    donde la

    cela ya mostraba remiendos

    de

    sgaste. La posesión reagrupa los con flictos anteriores, pero los traslada

    ~ f r e c i é n d o l e s otro tono de expr

    es

    ión. Aunque

    im

    plica discrepancias más an-

    tiguas, con

    st

    ituye, con un nuevo lenguaje, una experiencia di fere

    nt e.

    Revela

    algo

    que existía, pero también, y sobre codo, permite, hace que sea posible al-

    go que

    no

    existía. Los distintos desnive les del suelo de

    Loudun

    señalan una

    geografía para la batalla

    qu

    e, s in e

    mb

    argo, va a modificar el terreno socio-

    cultur

    al

    de

    la región. Ocurre algo

    que

    no

    pued

    e red ucirse a lo an tiguo. Por

    ello lo · · · T 1

    qu e oc urre se convierte en aconcec1m1enco. 1ene sus propias reg as

    que alteran los repartos ya existentes.

    37

    -

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    19/32

    - - - - - - - -

    A POSlSIÓll

    Dl

    LOUOUll

    U

    NA

    FRONTERA RELIGIOSA

    De esos repartos, el más i m p o r t

    a n c ~

    sin duda alguna,

    es

    el que creó la guerra de

    1 Religiones. Sesenta años anees , hugonotesy católicos se masacraban ~ n o s a

    as

    1632

    ¡

    d. taban

    a

    ciudad

    otros en los mismos sitios por los que, en , so o se 1spu · , .

    taba gobernada por los primeros, siciada y ocupada por las tropas cato ltc

    as

    ;sentonces retomada, saqueada e incendiada por los hugo notes:

    Los

    adornos dt

    [l

    as

    iglesias esrán) todos

    destruidos, y las i m á g ~ n t s

    de

    isras,

    rotas

    quemadas dtsde

    ti

    año

    dt J

    562 por

    Los

    m ~ ~ s h u g o n o u s gritaban al

    arrasar

    con

    todo: ¡Viva ti Evangelio Se dtclara

    la

    abolicton dt

    la

    mrsa.

    Los hombr

    es

    sufrieron más que las piedras. Diez años después, los

    católicos coman venganza. Hacen los mismos c ~ o z o pero en el nombre

    del Credo opuesto. Una serie de masacres va a repem el proceso que

    a s e g

    alternadamente, la victoria a verdad

    es

    opuestas.

    se rá hasta que el Edicto

    de Nances (1598) hace de Loudun un

    s

    itio seguro para los refo

    rmad

    os. Y es

    garantiza la posición que habían adquirido.

    Es

    un puesto delantero, casi un

    .a

    ciudad fronteriza que se desarrolla

    anees

    de l

    as e ~ á s

    region

    es.',situadas

    al sur

    0

    al

    oeste, en las que domina el protescanusm

    o.

    Tamb1en es un

    ~ m o

    nacional cuando

    se

    trata de reparar el frágil conve nio entre los dos

    p ~ m d o s

    mediante

    el

    Tratado de Loudun (febrero de 161 6) tras una conferenc ia en la

    que

    el

    Príncipe de Co

    nd

    é y los jefes

    hugo

    notes

    se

    reúnen con l

    os

    represen-

    tantes de María de Médici.

    En realidad, un deslizamiento co mpromete

    el sta

    tu

    quo.

    Siempre

    may o-

    ritarios en

    la

    ciudad donde

    se

    lleva a cabo un sínodo nac ional (1619-1620) Y

    muchos sínodos provinciales (1610, 1631, eccéce ra), los hugonotes,

    o s o s

    aún mayoritarios entre los notables y los propietarios de escuelas desunadas

    a lo; suyos,

    se

    sienten

    ya

    aislados en este puesto delante

    ro

    e inqu

    ietos

    amenaza anunciada por la coma de

    a

    Rochela en 1628. Una declaracion

    de Luis XIII hecha en París

    el

    l 5 de diciembre de 1628 después de la.

    toma

    dt

    La

    Rochela ;ecuerda

    el amorpaterno

    del

    Rey

    y su voluntad de procurar

    la paz

    fi

    da

    y la tranquilidad  pero no deja duda sobre su vo luntad de poner n a to J

    rebelión y sobre

    el

    cambio operado en el eq uilibrio de fuerzas:

    . ··n

    Habiendo

    sometido

    el caso a dt/ibm1ció11 dt n11tstro Consejo, p ~ r a saber

    op11110

    i

    · · · dtr pkno gr'llcia tmec1al y a111orulad

    ff/J

    y con bast

    tn nuestra c1tncia c1trta,

    po '

    ·r

    t Lo . li .

    Ab

    . , A · ·

    1

    ;

    de LotUÍtJn, ms. citado por Gabriel Legué, Urbar•

    u1s nncant .

    regc

    at

    S

    n11q111

    •'

    Grwn4ier

    et

    ks possldüs

    de

    lo11d1111

    París,

    i

    880 P·

    3.

    not a.

    38

    - - - - - -

    .

    El dllCUlO JAAGKO

    hemosprercrito

     y

    por medio

    M a ~ t t firmada por nutstras propias

    manos, pres-

    cribimos

    a odos n11mrosslÍbditos q11e

    profesan

    la

    Rrligión

    st1p11estamtntereformada 

    sin importar ti ratÍQ o a condirión m

    la

    qut tstin y

    q11t

    actualmtntt st tncutntrtn

    participa11tÍQ tn

    la

    rebelión

    y

    lltvm

    annas

    o gobiernm

    nuestras

    ciudadts

    y

    púwzs

    tn

    contra

    Mnuestro servicioy

    la

    obedimcia

    qut nos dtbtn y st untn a aquellos q11t

    las gobiernan

    y

    ocupan

    y

    q11e  M alguna mantra st tncutntrtn

    tn ellas,

    que dtjtn

    las armas, v11tlva11 t sus Mbem y

    permitan

    q11t las declaraciones st /úvtn a cabo

    dt

    forma

    adecuada

    ante las Cortts

    M nuestros

    Parlamentos

    o Stdts presidtnciales

    bajo

    nuestro

    mando

    más

    cercanas

    a

    sus

    casas

    en

    ti

    ransmrso

    dt

    Los

    sig

    uientes

    quinrt

    días

    a partir

    de

    la publicación

    dt

    a pmmtt.

    2

    es como

    los

    cató

    licos,

    acos tumbrados durante mucho tiempo

    a a resistencia, pero a partir de entonces defendidos por el poder

    real

    y

    promovidos a los cargos

    de

    magistrados, llamados a una cruzada apostólica

    par

    l

    os

    predi

    cadores

    de

    paso, llegan

    aconsolidarse por

    las

    órdenes

    re

    lig iosas

    que a partir de p

    rinc ipi

    os de sigl

    o,

    se instalan progresivament

    e,

    restauran

    l s iglesias, construyen nuevos conventos, surgen en la vida urbana a partir

    de rodo un sistema de filiales

    es

    pirituales:

    los

    franciscanos abren su convento

    mea de Saint-Mathurin; luego

    los

    jesuitas , su residencia, junco a Sainc-Pie

    rrc-du-Marché,

    en

    1606;

    l

    os

    carmelitas

    reformados, que habían empezado a

    rte0nstruir su convento

    en

    1604, tienen

    la

    iglesia de Saint-Pierre-du-Martray

    y levan a cabo ahí su prim

    era

    congregación

    ge

    n.eral en 1614; los capuchinos

    llegan en 1616; las _eligiosas

    del

    Calvario, en 1624; las ursulinas, en 1626.

    lasiruación

    se

    invierte,

    entonces,

    de

    acuerdo

    con un proceso que la posesión

    revela y precipita.

    Dos

    POLI

    T

    CAS

    Un indicio de esta evolu

    ción

    fue

    la

    sustitución d

    el

    protestante Boisguérin por

    el

    catól

    ico

    Jean d'

    Armagnac,

    uno

    de los

    primeros ayud

    as

    de cámara del

    Re

    y,

    tomo gobernador

    de la

    ciudad ydel castillo de Loudun (por carcas evidentes

    del

    18

    de diciembre

    de

    161

    7).

    l s

    . Pero otro tipo de

    reparto interviene

    aqu í. Reagrupa, po r enci ma de

    f e r e religiosas, a los defenso

    re

    s de los privilegios local

    es

    contra las

    Pres

    iones

    del poder ce

    ntral. Jean d'Armagn

    ac

    rel

    eva

    a su predecesor hugonote

    ~ ~ d o term

    ina

    de restaurar la fortaleza (1626). Se la deb

    e,

    empero, a Lui s

    ~ ~ 3 m

    ayo

    de.162_2).

    Es,

    po,r

    a . n e ~

    ?astance

    b l e

    su.conducta.

    pas1onado

    que

    1ncel1genre,

    mas

    h1pocnta que hab1l, terminara por servir

    1

    &litado

    en

    Élic Benoit

    ,

    Hi

    s

    roire

    e

    l'Étíit

    e

    Nantes,

    t.

    2, Delft , 1693,

    Preuves,

    pp. 90-9 J.

    39

    -

  • 8/17/2019 Certeau-Posesion

    20/32

    - - - - - - - -

    A POSESIÓN DE L

    OUDUH

    a otras causas distintas a la suya y por ahogarse en sus propias intrigas. Primero

    traca de conse rvar el torreón en el que vive, a pesar de las decisiones del Rey

    respecto al castillo (1622).

    3

    En

    noviembre de 1

    63

    1,

    el

    baró n de Laubarde

    monc recibió el cometido real de destruir el castillo y el recinto fortificado

    de Loudun

    , como lo había ya hecho con el castillo de

    Mir

    ebeau (1629) y la

    citadela de Royan (1630). Pero

    una

    carta de Luis XIII al comisario exclu

    ye

    el

    correón - un favor hecho

    al

    gobernante:

    Debido

    a

    la

    importancia que tiene para

    mi

    servicio y para

    la

    tranquilidad

    de mis

    súbditos de la

    región

    de Poit

    ou

    que

    se

    proceda con prontitud en la demolición de

    la

    s ortificacion

    es de mi

    castillo

    de

    Loudun

    según las órdenes

    que han

    recibido de

    mi

    parte, escribo esta carta para

    decirles

    que inmediatamente

    después

    de recibirla

    debe

    n

    lle

    var a

    cabo

    e manera precisa el

    co

    metido que se

    les

    ha

    dado con ese

    mot

    ivo

    con

    excepción

    del torreón del dicho castillo que

    deseo

    y consiento a que se

    conserve

    y

    de

    l

    cua

    .L

    no

    se demolerá parte

    alguna

    . . .

    4

    El torreón

    es

    o

    bj

    eto de combinaciones sutil

    es,

    de benevolencia temporal

    o de traicion

    es

    mal esco

    ndid

    as, y está en juego como fruro de

    do

    s políticas.

    Las distintas postu ras

    que

    se enfre

    ntan

    o se disfrazan forman una geografía

    nueva: una lucha política no enc

    ubr

    e l

    as

    division

    es

    religiosa

    s;

    divide las fu

    erzas

    . y l

    as

    opcion

    es

    en nombre de cri terios que ya no son directame

    nt

    e creencias.

    Católicos, hugonotes y escépticos se reúnen para defender las ju risdicciones

    locales, es decir, un a independencia regional.También

    es el

    caso del otro lad

    o.

    Desde este

    punto

    de vista, la posesión hace que los partidarios de d'Armagnac

    se opongan a los de Richelieu. Mediante su acción, el poder central movili

    za

    la adhesión de los primeros y choca co

    nt r

    a los intereses de los seg

    undo

    s, sin

    importar cuáles sean sus mot ivos religiosos. Seculariza y desplaza l

    as

    creencias

    de

    unos y

    otro

    s al investirlos o al incluirlos en una postura distinta.

    La polícica

    se

    convierte en

    el

    eje que se sustitu

    ye

    discretamente a

    las

    referenci

    as

    qu

    e se han vuelco

    di

    scutibles

    y,

    por

    canto,

    dud

    osas. Hace

    qu

    e

    se

    vuelvan

    amb

    iguas las posturas

    que

    se dicen religiosas: cató

    li

    cos y reformados

    defienden

    aún

    a su grupo, ya sea a favor de la ce

    nt

    ralizaci

    ón

    o contra e

    lla

    ;

    pero cal ve:z simpleme

    nt

    e atestiguan de esa manera que lo importa

    nt

    e ya no

    está ahí,

    qu e el

    pod

    er deja de se r religioso, que la decisión, en lo que respecta

    a las verdades o a l

    as

    Iglesi

    as

    enfrentadas, a partir de e

    nt

    onces

    ya

    no es suya,

    Y

    que la razón se define en términos del Estado.

    3

    Véas

    e Alfred Barbier,Jean

    /1 d Armagnac,

    go11verne11r

    de Loudun. et Urbain Crandier

    {J

    6

    1635).

    en

    Mémoires

    de

    la Société des Antiquaires de l 0  st,

    2• serie,

    c. 8, 1885,

    pp .

    183 -380·

    • Cirado p

    or

    G. Hanocaux

    y el

    d uque

    de

    La Force,

    Histoire du cardinal

    de

    Riche/ifll•

    1935.

    l .

    4,

    p.

    243.

    40

    - - - - - - -

    . El

    CI

    RCULO MÁGKO

    NACIMIENTO

    DE

    UN LENGUAJE

    Mucho anees de que empezara

    la po

    sesión, se inicia

    el

    fenómeno

    qu

    e proh íbe

    dasificarla exclusivame

    nt

    e en la historia religiosa o referirse a ella solamente

    corno asunto político. La ambigüedad, aquí, revela

    un

    a evolución. a acelera.

    Vna de las definiciones de la

    po

    sesión es ser ese

    momento

    inest

    able

    si

    mbo

    lizarlo en un lenguaje que le proporciona una expresión a la vez arcaica y

    nueva, y, en el

    sent

    ido

    qu í

    mico del término, precipitar  así

    un pro

    ceso

    con

    rom

    as

    de postura.

    El más in transige

    nt

    e de l

    os

    exorcistas, el m

    ás

    enérgicamente con

    ve

    ncido

    de la presencia diabó lica, el padre Tranquille, dirá lo mejor,

    en

    su ingenuidad,

    d poder que saldrá triunfa

    nt

    e de la crisis ab ierta por la incert

    idumbr

    e

    de

    los

    de r e f ~ r e n c i y q ~ e sustituirá

    áI

    de las

    je r

    arqu ías católicas de ayer: la

    poses1on -escnbe-

    mosteo

    que los demonios sólo

    pueden

    ser expulsados con

    golpes

    de

    c e t r o ~ que el

    ~ ~ u l o no s ~ r á

    suficientepara romper

    la cabeza

    de

    ese dragón. 5

    S1la poses1on da salida a los conflictos de

    una

    ciudad dividida, si los

    hace escal iar a la luz del d ía, lo hace trasladándolos a otra esfera. Se di rá que

    en

    el

    campo cerrado de

    un

    discurso diabólico, las inquietudes, las venganzas y

    los odios sin duda se liberan, pero sobre todo s

    on

    desplazados, ence

    rr

    ados en

    un lenguaje, disimulados de nuevo, sometidos a las coacciones de otro sistema

    de expresión. Eso

    es

    importante:

    el

    nuevo te

    rr

    eno, diabólico, que se p'erfila

    en esa parce de la reg1on y q ue no puede reducirse a sus antecedentes.

    UNA PRISIÓN

    ?tra cosa

    oc

    ur r

    e a parcir de entonces. Una vez situ

    ado

    en su lugar, el teatro

    tiene su

    s

    propias leyes; metamorfosea los problemas y l

    as

    p

    as

    ion

    es

    de los

    que se alimenta. P

    or

    una parte, hace que los rencores urbanos conduzcan a

    fra ndes Y temibles

    in t

    errogaciones:

    el

    Malo,

    Dio

    s,

    el

    mu

    n

    do

    natural o so

    l

    re

    nacural, et

    c.

    L

    as

    acorrala en esa confro

    nt

    ación con fines o referenci

    as

    de

    al

    s que Por ot ra parte, encierra los problemas más distin tos en una

    ternanva qu . d 1

    e agrupa )Untos a to os os sí de

    un

    lado y a codos los

    no

    del

    Oro H fi

    u · . ay que estar a avor o

    en

    contra. Al trasladar las miles de querellas de

    na ciudad

    1 1 · · ,

    a tod ' ª ey uni taria Y

    mono

    tona de una

    es

    tru

    ct

    ura bipolar l

    as

    inserta

    ese bias, de a

    nt

    emano, en un a guerra de los dioses. Simplifica las elecciones·

    ª ece de d 1 · · · ,d '

    e 1 s e e pnnc1p10 un

    co

    igo normativo que l

    as

    reduce a organizarse

    ne

    camp o de Satanás o en

    el

    de Dios. A pesar

    de

    que ese lenguaje libera

    •t

    5

    Véritable relation des ustes proc

    édure

    s

    observées

    0  fait de lapossession

    des

    Urrulin••del d

    llupro . de

    e

    d

    1

    .

    011

    un

    ces ron

    ur,

    por

    e R.

    P

    Tr.

    R. C.

    París,

    J.

    Manin

    ,

    J

    634,

    ff.

    31

    v.- 32 r.

    41

    -

  • 8/1