Andreasen, M. L - El Santuario y Su Servicio

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    El Santuariou e r v ~ ~ o

    M L ndreasen

    SOCI CIN C S EDITOR SUD MERIC NAv San Martn 4555 Bl6 4CDG Florida Oeste

    Buenos Aires Repblica Argentina

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    Ttulo del original en ingls: he Sanctuary nd Its Service Review and Herald

    Publishing Association, Hagerstown, MD, E.U.A., 1937.

    Direccin editorial: Martha Bibiana ClaverieDiagramacin: Carlos ScheferTapa: Romina Genski

    IMPRESO EN LA ARGENTINAPrinted in Argentina

    Tercera edicin

    MMIX-2 5M

    Es propiedad. 1937 Review Herald Publishing Association. 1980 ACES.Queda hecho el depsito que marca la ley 11.723.

    ISBN 978-987-567-524-7

    Andreasen M lEl Santuario y su servicio / Dirigidopor Martha BiDlana Claverle - 3 ed - FlOrida

    Asociacin Casa Editora Sudamericana. 2 9239p ,21x14cm

    Traducido por Annimo

    ISBN978-987-567-524-7

    1 BIDlia 2 AntiguoTestamento I Claverie Martha BiDlana dlr Annimo tradCDD 22

    Se termin de imprimir el 21 de diciembre de 2009 en talleres propiOS (Av. SanMartn 4555, B1604CDG Florida Oeste, Buenos Aires).

    Prohibida la reproduccin total o parcial de esta publicacin (texto, imgenes ydiseo), su manipulacin informtica y transmisin ya sea electrnica, mecnica,por fotocopia u otros medios, sin permiso previo del editor.

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    ndi e

    ntroduccin

    Prefac io 7El sistema de sacrificios 8Los santuarios de Dios en la tierra 16El sacerdocio 9

    Sacerdotes y profetas 40La consagracin de arn y de sus hijos 5

    Los holocaustos 6

    r as oblaciones 72Los sacrificios de paz 8Las ofrendas por el pecado 95Las ofrendas por el pecado y el delito 107

    El servicio diario 116El Da de la Expiacin 127El macho cabro de Azazel 143Las fiestas y las santas convocaciones 152La oracin 167La Ley 177

    El sbado 189El ltimo conflicto 200La ltima generacin 211EIJuicio 230

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    ntroduccin

    Desde aquel trgico diaen el cual nuestros primeros padres, enel huerto de Edn,por su desobediencia, pecaron contra Dios,nuestro amante Padre celestialha estado procurando reconquistar elamor y la comunin con sus hijos extraviadosen estemundo. Aun antes de quela maldicin fuera pronunciada sobreAdn y sobre Eva,s pronunci la promesa concerniente a laSimiente de la mujer , que vendra a darse como propiciacinpor los pecados del mundo, y a triunfar finalmente sobre Satans, la serpiente que indujo a lahumanidad a rebelarse encontra de Dios.

    En armona con elplan divino, Abel ofreci a Diosun sacrificio de las primicias de su rebao;y a travs de los sigloshastala llegada de la Simiente , quienes aceptaron el evangeliode salvacin expresaron suf en el Salvador venidero, quitandola vida de animales inocentes. Todos estos sacrificios prefiguraban al Cordero de Dios, que quita el pecado delmundo (Juan1 29). Mediante ellos,s recordaba vvidamente lagran verdadde que sin derramamiento de sangreno hay remisin de pecado(Heb. 9:22); y de que nicamentepor medio del ofrecimiento dela vida del Sustituto provisto los hombres pecaminosos podianser reconciliadoscon Dios.

    Cuando el pueblo de Israels estaba estableciendo comonacin, destinada a ser depositaria dela revelacin divina y abrindar el mensaje delamor de Dios almundo antiguo, el Seor dio a Moissla siguiente instruccin:Y harn un santuariopara m, y habitaren medio de ellos (xo. 25:8). El Santuariofue construido segn el modelo mostrado a Moiss, y Dios mismo indic el ritual con el que debera llevarse a cabo el serviciocontinuo.

    Ese santuario terrenal, que era,en un sentido especial, ellugar en que Diosmoraba con su pueblo escogido como su Sal-

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    vador y su Dirigente, era el sitio ms sagrado de la tierra, y estaba destinado a ser el centro de inters de todo el mundo. Eleje primordial de los servicios del Santuario era el sacrificio. Lasofrendas diarias que all se ofrecan sealaban al sacrificio mayor,

    perfecto, que se habra de realizar en el Calvario. Todo lo queall se realizaba da tras da, incluyendo el servicio extraordinario anual del Da de las Expiaciones, era la sombra de los bienes venideros" (Heb. 10: 1 . En esto, encontramos los principiosfundamentales del plan de salvacin. Todo el sistema era unaprofeca compacta del evangelio", que prefiguraba el sacrificio y

    el sacerdocio de Cristo, que por medio de la muerte" venci alque tena el imperio de la muerte, esto es, al diablo" (Heb. 2: 14),y abri un camino vivo para los pobres pecadores perdidos.

    Qu importante es, pues, que estudiemos este Santuario"terrenal" y su sistema de ceremonias, sombra de las cosas celestiales", a fin de comprender mejor la actitud de Dios hacia el

    pecado y su plan para salvar a los pecadores, como tambin laobra mediadora de Cristo y los misterios gloriosos de la redencin Nuestra esperanza est anclada "dentro del velo" (Heb.6:9), en el Santuario celestial, donde Jess entr por nosotroscomo precursor, hecho sumo sacerdote para siempre segn el orden de Melquisedec" (Heb. 6:20). All, ofrece su sangre en favor

    de los que han de heredar la salvacin. All terminar pronto suobra final en pro de la salvacin del hombre.

    Dios ha confiado a los adventistas del sptimo da la proclamacin de estas gloriosas verdades concernientes al ministeriode Cristo en el Santuario celestial y su obra final en favor de laredencin humana. Nos ha sido confiado el mensaje de la hora

    del Juicio para el mundo. A fin de ser fieles a nuestro cometido, debemos escudriar continuamente estos santos misterios, ypresentar el ltimo mensaje de Dios a la humanidad en todo supoder y atraccin.

    Dios ha bendecido grandemente al autor de este libro, ensu estudio y enseanza de estas trascendentales verdades, y reco-

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    mendamos cordialmente este claro abarcador estudio sobre elservicio del Santuario a todos aquellos que deseen conocer msperfectamente los caminos de Dios.

    E Kern director delSeminario Teolgico Adventista del Sptimo Da de 1936 a 943

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    refacio

    D urante siglos, la presencia de Dios en la tierra estuvo aso-ciada con el Santuario. Mediante Moiss, lleg por primera

    vez la orden: Y harn un santuario para m, y habitar en mediode ellos xo.25:8). Cuando fue terminado, una nube cubri eltabernculo de reunin, y la gloria deJehov llen el tabernculoxo. 40:34). Desde entonces, Dios se comunic con su pueblode sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que estn

    sobre el arca del testimonio xo.25:22), en el Lugar Santsimo,es decir, el segundo departamento del Tabernculo.

    Como morada terrenal de Dios, el Santuario deba ser siem-pre un centro de profundo y permanente inters para el pueblode Dios. Cuando comprendemos que los servicios realizados enel Tabernculo, y ms tarde en el Templo, eran representaciones

    de un servicio ms elevado realizado en el verdadero Tabern-culo de lo alto; que todo el ritual y todos los sacrificios sealabanal verdadero Cordero de Dios, el Santuario cobra an mayorimportancia. En l, se revela el evangelio.

    Es bueno que los cristianos estudien el Santuario y su servi-cio; contiene preciosas lecciones. All seve a Cristo como el GranSumo Sacerdote; cargo que para muchos miembros de la iglesiaha perdido su significado. y sin embargo, la obra de Cristo comoSumo Sacerdote es la esencia misma del cristianismo, el coraznde la expiacin. El autor de esta obra espera y ruega a Dios quesu trabajo pueda inducir a algunos, tal vez a muchos, a apreciarms profundamente lo que Cristo significa y est haciendo para

    ellos; y que, por el camino nuevo y viviente que l ha consagradopara ellos a travs del velo, entren con l en el Lugar Santsimo,donde est ahora oficiando.

    l utor

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    EL SISTEMA DE SACRIFICIOS

    L a primera imagen que tenemos de Dios despus de que elhombre pecara nos lo presenta caminando por el huerto, alfrescor del da, llamando a Adn: Dnde ests t? (Gn. 3:9 .Es un cuadro a la vez hermoso y significativo. El hombre habapecado y desobedecido al Seor, pero Dios no lo abandonaba;lo buscaba. o llamaba: Dnde ests t? Estas son las pri-meras palabras registradas que Dios dirigi al hombre despusde la cada. No deja de ser significativo que Dios nos sea aspresentado. Est buscando y llamando a Adn; buscando a unpecador que se est ocultando de l. Es un cuadro muy similar aldel padre de la parbola, que da tras da otea el horizonte conansiedad por descubrir al hijo prdigo, y corre a su encuentrocuando an estaba lejos (Luc. 15:20). Es un cuadro similar alde aquel pastor que tiene cien ovejas, y se descarra una de ellas[ .. ] y va por los montes a buscar la que se haba descarriado , yse regocija ms por aqulla, que por las noventa y nueve que no

    se descarriaron (Mat. 18:12, 13 .Adn no entenda plenamente lo que haba hecho ni los

    resultados de su desobediencia. Dios le haba advertido que elpecado significaba la muerte: El da que de l comieres, cier-tamente morirs (Gn. 2: 17 . Pero Adn no haba visto jamsla muerte, y no comprenda lo que entraaba. A in de hacerlecomprender la naturaleza del pecado, Dios revisti a Adn y aEva de pieles de animales que haban sido sacrificados. Adn,al observar la muerte por primera vez, debi haber quedadoprofundamente impresionado por las consecuencias del pecado.All estaba el cordero inmvil, desangrndose. Volvera a vivir?No volver a comer, ni a andar ni ajugar? La muerte cobr depronto un significado nuevo y ms profundo para Adn. Empe-z a comprender que, a menos que el Cordero muriese por l,

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    EL SISTEMA DE SACRIFICIOS

    morira tambin, como el animal que yaca a sus pies: sin futuro,sin esperanza y sin Dios. Desde entonces, la piel con que estabarevestido le recordaba su pecado. Pero tambin -y an ms- lasalvacin del pecado.

    El cuadro que nos ofrece Dios, haciendo vestiduras para sushijos que estn a punto de ser echados de su hogar, revela el amorde Dios para con los suyos, y su tierna consideracin hacia ellos,aun cuando hayan pecado. Como una madre rodea de ropas

    abrigadas y protectoras a los pequeuelos antes de mandarlos aafrontar el viento crudo, as tambin Dios reviste con amor a susdos hijos, antes de despedirlos. Si bien debe apartarlos de s, hande llevarse consigo la prenda de su amor; deben tener alguna evi-dencia de que Dios se interesa an por ellos. No se propone de-jarlos luchar solos. Por causa del pecado, debe echarlos del huerto

    de Edn, pero sigue amndolos. Provee a sus necesidades.Debi haber sido con gran pesar en su corazn que la pareja

    dej aquel lugar, que encerraba tantos bienaventurados recuer-dos. Pero Dios debi haberles ordenado que saliesen sufriendoun pesar inconmensurablemente mayor. Los haba creado, losamaba; y les haba destinado un futuro glorioso. Pero, ellos lohaban desobedecido. Haban elegido a otro seor. Haban co-mido del fruto prohibido. Y dijo Jehov Dios: [oo ] ahora, pues,que no alargue su mano, y tome tambin del rbol de la vida,y coma, y viva para siempre. [oo ] Ech, pues, fuera al hombre(Gn. 3:22, 24).

    Dios no dej a Adn en una condicin desesperada. No

    solamente prometi que el Cordero inmolado desde la funda-cin del mundo (Apoc. 13:8) morira por l, proveyendo as unasalvacin objetiva, sino tambin prometi ayudarlo a resistir elpecado, dndole la capacidad de odiar a este: Y pondr ene-mistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya ,sentenci Dios a la serpiente (Gn. 3:15). Sin hacer violencia al

    pasaje, se podra leer as su interpretacin:Pondr en su corazn el de la mujer) odio hacia el mal .

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    Ese odioes vitalpara nuestra salvacin. Humanamente, mientrashaya en el corazn amor al pecado, ningn hombre est salvo.Puede resistir al mal pero,si en su corazn loama y lo anhela,sehalla en terreno peligroso. Acerca de Cristose dijo: Has amadola justicia, y aborrecidola maldad (Heb. 19). Es importanteaprender a odiar el mal.La primera promesaen la Bibliaesde odio al pecado. nicamente cuandola iniquidad del pecadollega a ser realpara nosotros; nicamente cuando aprendemos aaborrecer el mal, estamos seguros. Cristo no am simplementela justicia: aborreci la iniquidad. Este odioes fundamental enel cristianismo. Y Diosha prometidoponer en nuestro corazneste odio hacia el pecado.

    El evangelio est resumido en las promesas hechas a nues-tros primeros padres yen el trato que Dios les brind.No aban-don a Adn y a Eva a su propia suerte despus de que hubieronpecado. Los busc; los llam. Les proveyun Salvador, simboli-zadopor el cordero de los sacrificios. Prometi ayudarlos a odiarel pecado, a fin de quepor la gracia divina no obraran el mal.Si ellos solamente hubiesen querido cooperar con Dios, todo iriabien. Se provea lo necesariopara que volviesen al estado delcual haban cado. No necesitaban ser vencidospor el pecado:por la gracia de Dios, lo podan vencer.

    Esto est patticamente presentado en la historia de Cany Abel. Canse air; su rostrose demud. Tenaen su coraznsentimientos homicidas, y estaba dispuesto a matar a Abel. Diosle advirti: El pecado est a la puerta; con todo [ .. ]t te en-seorears de l (Gn. 4:7).As se amonestaba misericordiosa-mente a Can, yse expresaba la esperanza de queno fuera ven-cidopor el pecado. Comouna fiera listapara lanzarse sobre suvctima,el pecado acechaba a la puerta. Segn las palabras delNuevo Testamento, Satansanda rondando como len rugien-te . Pero, Can no necesitaba ser vencido: Te enseorears de

    l o enseorate sobre l , como lo expresan la mayor partede las versiones en otros idiomas) era la orden de Dios.Es ms

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    que una declaracin;es una promesa. El hombre no necesitaser vencido; hay esperanza y ayudaen Dios. El pecado nohade ejercer seoro sobre nosotros. Hemos de seorear nosotrossobre l.

    Originalmente, era la intencin de Dios que el hombre tu-viese libre comunin con su Hacedor; talera el plan que intentllevar a caboen el huerto de Edn.No obstante, el pecado tor-ci el designio divino. El hombre pec, y Dios tuvo que hacerlosalir del Edn, ala tierra. Y desde entonces el pesar habra deser su suerte. Pero, el Creador concibiun plan por medio delcual pudiera reunirse con los suyos. Si bienAdn y Eva tenanque abandonar el hogar preparadopara ellos, por qu Diosno podra acompaarlos? Ysi no podan ya viviren el Paraso,donde haban disfrutado de abierta comunin con l, por quno podra Dios ir con ellos? Fue as como, tiempo despus, dioa su pueblo la orden:Y harn un santuariopara m, y habitaren medio de ellos" (xo. 25:8). Amor admirable Dios no puedesoportar la separacin de lossuyos Su amor idea un plan porel cual pudiese vivir con ellos. Los acompaaen sus peregrina-cionespor el desierto, conducindolos a laTierra Prometida.y,si bien es cierto queahora existeun muro de separacin (Diosmora en el Santuario, y el hombre no puede acercarse direc-tamente al), el Seor esttan cerca del pecador comose lopermite el pecado. Est "entre" su pueblo.

    El Nuevo Testamento dice acerca de Cristo:''Yllamars sunombre Emmanuel, que traducidoes: Dios con nosotros" (Mat.

    1 23). El ideal cristianoes la comunin con Dios,la unidad conl, sin separacin."Camin, pues, Enoc con Dios" (Gn. 5:24).Moiss habl con l cara a cara. (xo. 33:11.) Pero Israel noestaba preparadopara experimentar tal cosa; necesitaba quesele enseasen lecciones de reverencia y de santidad. Necesitabaaprender que sin santidad nadie puede ver a Dios (Heb. 12:14).

    y, a fin de ensearles esto, Dios les pidi que le hicieranun San-tuario, con la intencin de que pudieramorar entre ellos.

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    Sin embargo, antes de que Dios les pidiera que le construyesenun santuario, les promulg los Diez Mandamientos (xo.20). Les entreg su Ley a fin de que supieran lo quese requerade ellos. Estuvieron frente al monte que arda con fuego; oyeronlos truenos y vieron los relmpagos. Y cuando el Seor empeza hablar, todo el montese estremecaen gran manera y elpueblo tembl (xo.19: 16-18).La manifestacin fuetan impresionante, y tan terribleera lo que se vea, que Moiss dijo: Estoyespantado y temblando ; y el pueblo rog que nose les hablasems (Heb. 12:21, 19).La congregacin nopoda menos quever y reconocerla justicia de los requerimientos de Dios, y tantoantes como despus de que fuera proclamadala Ley contest:

    Haremos todas las cosas queJehov ha dicho, y obedeceremos(vase xo. 19:8; 24:3,7 .

    Cuando emprendieronuna tarea tan gigantesca, seguramente los israelitasno eran plenamente conscientes de su incapacidadpara realizar lo que haban prometido. Por su experiencia pasada,podran haber sabido que sin la ayuda divina lesera imposibleguardar la Ley. Sin embargo, prometieron hacerlo;aunque pocos das despusse hallaban bailandoen derredor delbecerro de oro.La Ley prohibala adoracin de dolos, y habanprometidoguardar la Ley; sin embargo, estabanadorando a unode sus antiguos dolos.En su culto al becerro de oro, demostraronsu incapacidad o su falta de voluntadpara cumplir lo prometido.Haban violado laLey, y ahora esta los condenaba. Se sintierondesesperados y desalentados. Pero, Diosprocuraba que Israel

    aprendieseuna leccin de todo esto. Deseaba que entendieraque, en s mismo ypor s mismo,no haba esperanza posible deguardar jams su Ley. No obstante, estos requerimientoserannecesariospara la santidad; y sin santidad nadiepuede ver alSeor. Esto los obligaba a reconocer su condicin desesperanteLa Ley, que haba sidodada para que vivieran, les traa tan solo

    condenacin y muerte. Sin Dios, estaban sin esperanza.Pero, el Seor no los dej en esta condicin. As como en el

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    huerto de Edn el cordero inmolado prefiguraba a Cristo, ahora,por medio de los sacrificios y el ministerio de la sangre, les ense- que haba provisto una va de escape. Abraham comprendiesto cuando el carnero apresado en el matorral fue acepto enlugar de su hijo. Indudablemente, no haba comprendido aca-badamente el significado de su propia respuesta cuando Isaac lepregunt: He aqu el fuego y la lea; mas dnde est el corderopara el holocausto? (Gn. 22:7). A esto, Abraham respondi:

    Dios se proveer de cordero para el holocausto, hijo mo (vers.8 . Cuando levant el cuchillo, Dios le orden: No extiendas tumano sobre el muchacho, ni le hagas nada (vers. 12 . MientrasAbraham miraba en derredor suyo, vio a un carnero apresadoen un zarzal, y fue Abraham y tom el carnero, y lo ofreci enholocausto en lugar de su hijo (vers. 13 . Acerca de esto, Cristo

    mencion: ~ b r a h a mvuestro padre se goz de que haba de vermi da; y lo vio, y se goz Guan 8:56). En el carnero apresado enel matorral, que muri en lugar de su hijo, Abraham contempla Cristo. Se regocij y se alegr.

    Ahora, Dios iba a ensear a Israel esta leccin que Abrahamaprendi. Mediante el cordero inmolado; mediante el becerro,

    el carnero, el macho cabro, las palomas y las trtolas; mediantela aspersin de la sangre sobre el altar de los holocaustos, sobreel altar del incienso, hacia el velo, o sobre el arca; mediante laenseanza y la mediacin del sacerdote, los hijos de Israel iban aaprender a allegarse a Dios. No quedaran en situacin desespe-rada frente a la condenacin de la santa Ley de Dios. Haba una

    manera de escapar: el Cordero de Dios morira por ellos. Porla fe en su sangre, podran situarse en comunin con Dios. Porla mediacin del sacerdote, podran entrar, representativamente,en el Santuario de Dios y llegar, en la persona del sumo sacerdo-te, hasta la misma cmara de audiencia del Altsimo.

    Para los fieles de Israel, esto prefiguraba el tiempo en que

    el pueblo de Dios podra entrar confiadamente en el Santsimo,por medio de la sangre de Jess (Heb. 10:19).

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    Todo esto quera ensear Dios a los hijos de Israel medianteel sistema de sacrificios. Para ellos era un medio de salvacin; lesdaba valor y esperanza. Aunque la Ley de Dios el Declogo loscondenaba por causa de sus pecados el hecho de que el Corderode Dios iba a morir por ellos les daba esperanza. El sistema de sa-crificios constitua el evangelio para Israel. Sealaba claramen-te cmo podran obtener comunin y compaerismo con Dios.Hay entre los que profesan ser cristianos quienes no prestanmucha importancia o valor a los servicios que Dios orden parael Templo; sin embargo la verdad es que el plan evanglico dela salvacin tal como se revela en el Nuevo Testamento resultamucho ms claro cuando se comprende el Antiguo Testamento.De hecho se puede afirmar confiadamente que quien entiendeel sistema levtico del Antiguo Testamento puede comprender y

    apreciar mucho mejor el del Nuevo Testamento. Uno prefiguraal otro y es un tipo de l.

    La primera leccin que Dios quera ensear a Israel pormedio del servicio de los sacrificios era que el pecado significala muerte. Vez tras vez esta leccin fue grabada en su corazn.Cada maana y cada atardecer durante todo el ao se ofreca

    un cordero en nombre de toda la Nacin. Da tras da el pue-blo traa al Templo sus ofrendas por el pecado sus ofrendas deholocausto o de agradecimiento. En cada caso se daba muerteal animal y se asperjaba la sangre en el lugar indicado. Sobrecada ceremonia y cada servicio quedaba estampada la leccin: elpecado significa la muerte

    Esta leccin es tan necesaria en nuestros tiempos como enlos das del Antiguo Testamento. Algunos cristianos piensan condemasiada ligereza acerca del pecado: estn convencidos de quees una etapa pasajera de la vida que la humanidad superar enel transcurso de su desarrollo; y otros piensan que el pecado es

    lamentable pero inevitable. Ambos necesitan que se grabe inde-

    leblemente en sus mentes la leccin de que el pecado implica lamuerte. El Nuevo Testamento asevera claramente que la paga

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    EL SISTEMA DE SACRIFICIOS

    del pecado es la muerte (Rom. 6:23). Sin embargo, muchos noalcanzan a distinguir ni a comprender la importancia de esto.Una concepcin ms vvida respecto del pecado y de la muerte,en su inseparable relacin, nos ayudar positivamente a comprender y a apreciar el evangelio.

    Otra leccin que Dios quera ensear a Israel era que elperdn del pecado puede obtenerse nicamente mediante laconfesin y el ministerio de la sangre. Esto serva para grabar

    profundamente, en Israel, el costo del perdn. El perdn porel pecado es ms que pasar, simplemente, por alto los defectos.El perdn cuesta algo y el costo es una vida, la vida misma delCordero de Dios.

    Esta leccin es importante, tambin, para nosotros. Paraalgunos, la muerte de Cristo parece innecesaria. Dios poda, o

    deba piensan ellos-, perdonar sin el Calvario; la Cruz no lesparece una parte integral y vital de la expiacin. Sera bueno quelos cristianos de hoy contemplasen ms a menudo el costo de susalvacin.

    Creemos que un estudio de las indicaciones del AntiguoTestamento acerca de la manera de aproximarse a Dios repor

    tar grandes beneficios. En el sistema de los sacrificios se hallanlos principios fundamentales de la piedad y de la santidad, quealcanzan su mxima expresin en Cristo. Debido a que algunosno han asimilado estas lecciones fundamentales, no estn capacitados ni preparados para penetrar en las cosas mayores que Diosha provisto para ellos.

    El ,Antiguo Testamento es fundamental. Quien est cabalmente compenetrado de l podr construir una estructura que nocaer cuando desciendan las lluvias y soplen los vientos. Habredificado sobre el fundamento de los apstoles y profetas, siendola principal piedra del ngulo Jesucristo mismo Efe. 2:20).

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    LOS S NTU RIOS E DIOS EN

    LATIERRA

    p oco despus dedar la Ley en el monte Sina, el Seor orden a Moiss: Di alos hijos de Israel que tomenpara m

    ofrenda; de todo varn que la diere de su voluntad, de corazn,tomaris mi ofrenda (xo. 25:2). Esta ofrenda deba ser de oro,plata, cobre, azul, prpura, carmes, lino fino, pelo de cabras,pieles de carneros teidas de rojo, pieles de tejones, madera deacacia, aceitepara el alumbrado, especiaspara el aceite delauncin ypara el incienso aromtico, piedras de nice, y piedrasde engastepara el efod ypara el pectoral vers. 3-7). Todo estodeba emplearse en la construccin deun santuariopara m, yhabitaren medio de ellos .

    Al santuario mencionado aquse lo llama generalmente elTabernculo.En realidad, erauna tienda de paredes de madera,cuyo techo estaba confeccionado en cuatro capas, de las cualesla inferiorera de lino fino, y la superior de pieles de carnerosteidas de rojo, yuna cubierta de pieles de tejones encima (xo.26:14). El Tabernculo mismo noera muy grande, pues tena,ms o menos, 6 mpor 18, conun recinto exterior quese denominaba el atrio, de unos 30 m de anchopor 60 de largo.

    Era porttil, fabricado det l manera que poda desarmarse y trasladarse con facilidad. En el tiempoen que fue erigido,Israel viajabapor el desierto, y dondequiera que iba lo llevabaconsigo. Las tablas no estaban clavadas, como enuna estructuracomn, sino separadas, y cadauna se alzaba sobreun zcalo deplata (xo. 36:20-34). Las cortinas que rodeaban el patio estaban suspendidas desde columnas asentadas en zcalos de bronce(xo. 38:9-20). Los muebles estaban hechos de talmanera quepodan transportarse fcilmente. Y toda la construccin, aunque

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    LOS SANTUARIOS DE DIOS EN LA TIERRA

    hermosa y gloriosaen su diseo, revelabasu ndole provisoria.Estaba destinada a servirnicamente hasta que Israel se esta-blecieraen la Tierra Prometida y se pudieselevantar un edificioms permanente.

    El Tabernculo mismo estaba divididoen dos departamen-tos: elprimero y mayor era el Lugar Santo, y el segundo se de-nominaba Lugar Santsimo;ambos estaban separadospor unamagnfica cortina, o velo.Como no haba ventanasen el edificio,ambos departamentos, especialmente elde ms adentro,habransido lugares oscuros si hubiesendependido solamentede la luzsolar. No obstante,en el primer departamento, las velas delcan-delabrode siete brazosdaban bastante luzcomo para que los sa-cerdotes pudiesen ejecutar el servicio diarioque exiga el ritual.

    En el primer departamento haba tres muebles, a saber,lamesa de los panes de la proposicin, elcandelabro de siete bra-zos y elaltar del incienso. Al entrar, desde el frente del edificio,que estaba orientado hacia el este, se vea cerca del fondo elaltardel incienso. Ala derecha, seubicaba la mesa de los panes de laproposiciny a la izquierda, el candelabro.En la mesa,estabanordenados en dos pilas los docepanes de la proposicin,junta-mente con el incienso y los tazonespara las libaciones.Estabantambin, sobre esta mesa, los platos, las cucharas y los recipien-tes que se usaban en el servicio diario xo. 37:16).El candeleroestaba hecho de oro puro. Su pie, sucaa, sus copas, susman-zanas y sus floreseran de lo mismo vers. 17).Tena seis brazos,tres a cada lado. Los vasos del aceitetenan la forma de flor dealmendro vers. 19). Yno solamente elcandelabro haba sidohecho de oro, sinotambin las despabiladeras y los platillosquelas acompaaban vers. 23).

    El mueblems importante de estedepartamento era el altardel incienso. Tena,ms o menos,90 centmetrosde altopor 45de lado. Estealtar estaba revestidode oro puro, y en derredor de

    su parte superiorhaba un coronamiento de oro. Sobre este altar,el sacerdote colocabacada da los tizonesde fuego, extrados del

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    altar de los holocaustos, yel incienso.Cuando colocaba el incienso sobre los carbones del altar, el

    humo ascenda;y como el velo que haba entreel Lugar Santo yel Santsimo nose extenda hasta el techo del edificio, elaromano tardabaen llenar no solamente el Lugar Santo, sino tambinel Santsimo.De esta manera, el altar del incienso, aunque situa-do en el primer departamento, serva tambinpara el segundo.Por esta raznse hallaba delante del velo que estjunto al arcadel testimonio, delante del propiciatorio que est sobre el testi-monio, dondeme encontrar contigo (xo. 30:6).

    En el segundo departamento, el Lugar Santsimo, habatansoloun mueble:el arca. Esta arca estaba construidaen forma decofre, y tena ms o menos 1,15 m de largopor unos 55 cm deancho.La tapa de este cofre era el propiciatorio.En derredor dela parte superior del propiciatorio, habaun coronamiento deoro, igual queen el altar del incienso.En esta arca, Moiss de-posit las tablas de piedra con los Diez Mandamientos, escritospor el dedo de Dios. Porun tiempo a lo menos, el arca contuvo,tambin,una vasija de oro con man, y la vara de Aarn quehaba florecido (Heb. 9:4).En cada extremo del propiciatoriohabaun querubn labradoen oro (xo. 25:19 . Acerca de estosquerubinesse dice que deban extenderpor encima las alas, cu-briendo con sus alas el propiciatorio; sus rostros eluno enfrente 'del otro, mirando al propiciatorio los rostros de los querubines(xo. 25:20). ll quera Dios comunicarse con su pueblo. Poresto dijo a Moiss:Y de allme declarar a ti, y hablar contigode sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que estnsobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandarepara loshijos de Israel (xo. 25:22).

    Afuera,en el atrio que estaba inmediatamente frente a lapuerta del Tabernculo,se encontrabauna fuente grande quecontena agua. Esta fuentese haba fabricado con el bronce ob-

    tenido de los espejos que las mujeres haban regalado con esepropsito, yen ella los sacerdotes lavabansus manos y sus pies

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    antes de entrar en el Santuario o de iniciar su servicio (xo.30:17-21; 38:8).

    En el atrio, se hallaba tambin el altar de los holocaustos,que desempeabaun papel muy importante en todos los sacrificios. Este altar meda alrededor de 1,50 m de alto, y supartesuperior, queera cuadrada, tena ms o menos 2,40 mpor lado.Era hueco y estaba revestido de bronce (xo. 27:1). Sobre estealtar se colocaban los animales cuandose ofrecan como holocausto; all tambinse consumala grasa yla parte de la carneque deba quemarse.En las cuatro esquinas del altar sobresalanunos cuernos.En algunos de los sacrificios, la sangre deba ponerse sobre estos cuernos o asperjarse sobre el altar. Al pie deeste se derramaba el resto dela sangre, que nose usabaen laaspersin.

    El te lplo de Salo lnCuando Salomn empez a remar, el viejo Tabernculo

    debi encontrarseen mal estado. Ya tena varios siglos de antigedad, yhaba estado expuesto a la intemperie durante muchotiempo.Si bien Davidse haba propuesto edficaruna casaaJe-hov, no le fue permitido,por haber derramado mucha sangre,y su hijo Salomn fue el encargado de llevar los planes a feliztrmino. Cuando se edificla casa,la fabricaron de piedras quetraan ya acabadas, de talmanera que cuando la edificaban, nimartillos ni hachasse oyeronen la casa, ni ningn otro instrumento de hierro 1 Rey. 6:7).

    El templo propiamente dcho meda unos10m de anchopor unos 30 de largo. A laentrada del frente, quedaba hacia eleste, haba un prtico que tendra unos10m de largopor unos5 de ancho.,En derredor de los otros lados del templose habanedificado tres hileras de cmaras, algunas de las cuales servancomo dormitoriospara los sacerdotes y los levitas que oficiabanen el Templo, y las otras como depsitos del dinero y otros donesdedicados a Dios. El templo estaba forrado,en su interior,con

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    bajorrelieve vers. 29, 36). Nose nosda el tamao del atrio, perodebi haber sido mucho mayor que el del Tabernculo.

    En 1 Reyes 6:22 encontramosuna declaracin interesanteacerca del altar del incienso. Los versculos anteriores describenel orculo, o Lugar Santsimo. Se menciona que all estaba elarca que contena los Diez Mandamientos;y en relacin conella, el altar de cedro vers. 19, 20). Ese altar, detalla el versculo 22, estaba frente al lugar santsimo . Esto puede guardarcierta relacin con la cuestin que suscita la redaccin del captulo nueve de Hebreos, donde el altar del inciensoes omitido aldescribir los muebles del primer departamento, yse mencionaun incensarioen el segundo departamento (vers. 2-4).La Versin Revisada Americana reza altar del inciensoen vez delincensario, aunqueen una nota marginalse conservala palabraincensario. Sea lo que fuere,es digno de notar que Hebreos 9:2omite el altar del inciensoen la descripcin del Lugar Santo.Lamencin queen 1 Reyes hace cierta versin, de que el altar delincienso, aunque situadoen el Lugar Santo, perteneca al Santsimo,se considera generalmente como la traduccin correcta.Entendemos,por lo tanto, que lo declaradoen xodo 30:6esque el altar del inciensose hallaba situado delante del velo,en elLugar Santo, delante del propiciatorio ; y que su utilidaderatal que,en cierto sentido, perteneca tambin al Lugar Santsimo. Como el incienso llenaba el Lugar Santsimo tanto comoel Lugar Santo, esto parece,en conjunto, ser la mejor opininrespecto del asunto (vase xo. 40:26).

    l tem plo de ZorobabelEl templo edificadopor Salomn fue destruido durante

    las invasiones de Nabucodonosoren el sigloVI a.C. Tanto losgobernantes como el pueblose haban apartado gradualmentede Dios, y hundido cada vez msen la idolatra y el pecado. A

    pesar de todo lo que el Seor hizopara corregir estos males,los israelitas persistieronen la apostasa. Les envi profetas, con

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    amonestaciones y ruegos, mas ellos hacan escarnio de los mensajeros de Dios, y menospreciaban sus palabras, burlndose desus profetas, hasta que subi la ira de Jehov contra su pueblo,y no hubo ya remedio. Por lo cual trajo contra ellos al rey de loscaldeas, que mat a espada a sus jvenes en la casa de su santuario, sin perdonar joven ni doncella, anciano ni decrpito; todoslos entreg en sus manos 2 Crn. 36: 16, 17).

    En esta destruccin de Jerusaln, los soldados de Nabucodono sor quemaron la casa de Dios, y rompieron el muro deJe-rusaln, y consumieron a fuego todos sus palacios, y destruyerontodos sus objetos deseables (vers. 19). Los que escaparon de laespada fueron llevados cautivos a Babilonia, y fueron siervos del y sus hijos, hasta que vino el reino de los persas (vers. 20). Asdio inicio lo que se llama el cautiverio de setenta aos, para que

    se cumpliese la palabra de Jehov por boca de Jeremas, hastaque la tierra hubo gozado de reposo; porque todo el tiempo desu asolamiento repos, hasta que los setenta aos fueron cumplidos (vers. 21).

    El esplendor del templo de Salomn puede juzgarse porlos despojos que Nabucodonosor llev de Jerusaln. Una enumeracin consignada en Esdras indica treinta tazones de oro,mil tazones de plata, veintinueve cuchillos, treinta tazas de oro,otras cuatrocientas diez tazas de plata, y otros mil utensilios. Todos los utensilios de oro y de plata eran cinco mil cuatrocientos(Esd. 1:9-11).

    Luego de setenta aos de cautiverio, Israel recibi permiso

    para regresar; pero muchos haban estado en Babilonia tantotiempo que prefirieron quedarse. Sin embargo, regres un residuo, un remanente, que a su debido tiempo ech los fundamentos del nuevo templo. Y todo el pueblo aclamaba con granjbilo, alabando a Jehov porque se echaban los cimientos dela casa de Jehov (Esd. 3:11). No obstante, no era todo gozo,

    puesto que muchos de los sacerdotes, de los levitas y de los jefesde casas paternas, ancianos que haban visto la casa primera,

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    viendo echar los cimientos de esta casa, lloraban en alta voz,mientras muchos otros daban grandes gritos de alegra. nopoda distinguir el pueblo el clamor de los gritos de alegra, de lavoz del lloro; porque clamaba el pueblo con gran jbilo, y se oael ruido hasta de lejos (Esd. 3: 12, 13 .

    El Templo as edificado fue llamado templo de Zorobabel,pues tal era el nombre de quien dirigiera la obra. No se sabemucho acerca de su estructura, pero se supone, y quiz con bue-nos motivos, que segua las lneas del templo de Salomn. Yano haba arca; esta haba desaparecido durante el tiempo de lainvasin de Nabucodonosor. Sostiene la tradicin que algunoshombres santos la tomaron y la escondieron en las montaas,con el objeto de evitar que cayese en manos profanas. Comoquiera que sea, el Lugar Santsimo no tena sino una piedra,

    que serva como sustituto del arca en el Da de la Expiacin. Esetemplo fue usado hasta cerca del tiempo en que Cristo apareci.Entonces fue reemplazado por el templo de Herodes.

    l telllplo de HerodesHerodes subi al trono en el ao 37 a.C., y una de las pri-

    meras cosas que hizo fue construir una fortaleza, la Antonia, alnorte del sitio del templo, y unirla con este a travs de un pa-saje subterrneo. Algunos aos ms tarde, decidi reedificar eltemplo, en mayor escala que nunca antes. Pero como los judosdesconfiaban de l, no quisieron dejarlo derribar ni una piedradel templo antiguo para iniciar la edificacin sin que antes de-

    mostrara su buena fe reuniendo los materiales necesarios parallevar adelante la empresa; requisito que Herodes cumpli vo-luntariamente. Los sacerdotes insistieron, tambin, en que nin-guna persona comn trabajara en el templo; y pugnaron porquelos sacerdotes mismos erigieran la estructura. Por esta razn, sededicaron algunos aos a adiestrar a mil sacerdotes como alba-

    iles y carpinteros, para el trabajo. Ellos fueron los que hicierontodo lo relacionado con los dos departamentos del Templo. En

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    total se emplearon en la construccin unos diez mil obreros es-pecializados.

    Las operaciones de construccin empezaron hacia el ao 20a.C. El templo en s fue terminado en un ao y medio pero se ne-cesitaron ocho aos ms para terminar el atrio los claustros. EnJuan 2:20 se declara que en el tiempo de Cristo el Templo habaestado en construccin durante 46 aos; de hecho no estuvo eltemplo completamente terminado hasta el ao 66 d.C. poco an-tes de la destruccin de Jerusaln por parte de los romanos.

    El templo de Herodes era una estructura hermossima. Es-taba edificado en mrmol blanco cubierto con placas de oro. Seelevaba en una explanada a la cual se acceda por gradas desdetodas direcciones originando una serie de terrazas. Alcanzabauna altura de 120 m sobre el valle poda verse desde gran

    distancia. Josefa lo compara con una montaa cubierta de nieve.Era algo bello especialmente cuando se lo vea desde el Montede las Olivas por la maana bajo el resplandor del sol. Era unade las maravillas del mundo.

    Las dimensiones de los dos departamentos el Santo y elSantsimo eran las mismas que tenan en el templo de Salomn;

    a saber que el templo mismo tena unos 30 m de largo por 1de ancho. El Lugar Santo estaba separado del Santsimo porun tabique de unos 45 cm de espesor con una abertura delan-te de la cual colgaba el velo mencionado en Mateo 27:51 quese desgarr cuando muri Jess. No haba muebles en el LugarSantsimo sino tan solo la piedra que quedaba del templo de

    Zorobabel sobre la cual el sumo sacerdote colocaba su incensa-rio en el Da de la Expiacin. Lo ms probable es que los mue-bles que haba en el Lugar Santo fueran los mismos que estabanen el templo de Salomn. Directamente sobre el Lugar Santoy el Santsimo haba cmaras o salones donde los sacerdotesse reunan en ocasiones determinadas. Incluso el Sanedrn se

    reuni all durante algn tiempo. En el piso de la pieza situadasobre el Lugar Santsimo haba trampas por las cuales una jaula

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    poda bajar al Lugar Santsimo situado abajo. Esta jaula era losuficientemente grande como para contener uno o ms de losobreros que a veces se necesitaban para reparar el Templo. Esajaula se abra hacia la pared, de manera que los obreros podantrabajar en las paredes sin salir de la jaula ni mirar en derredorsuyo. Como nicamente el sumo sacerdote poda entrar en elLugar Santsimo, este plan permita que se hiciesen las reparaciones necesarias sin que ninguna persona extraa pasara niviera el Lugar Santsimo propiamente dicho.

    A un lado del templo mismo, haba piezas para los sacerdotes y tambin para el almacenamiento, al igual que en el templode Salomn. Haba tambin, un prtico en la parte delantera,que se extenda unos 2 metros ms all de los costados del templo, dndole as una anchura total de unos 53 metros.

    El patio exterior del templo de Herodes era un gran recinto,no completamente cuadrado, que meda alrededor de 300 m porlado. Este patio estaba dividido en atrios ms pequeos, talescomo el atrio de los gentiles, el atrio de las mujeres y el atrio delos sacerdotes. En una parte de este atrio, sobre un inmenso enrejado, descansaba una vid de oro, de la cual los racimos, segnJosefa en quien no siempre se puede confiar), tenan la altura deun hombre. Segn l, la vid se extenda unos 2 metros de nortea sur, y su parte superior estaba a ms de 30 metros del suelo.All, puso tambin Herodes un guila colosal de oro, para grandesagrado de los judos; por lo que finalmente se vio obligado asacarla del recinto sagrado.

    A unos 3 metros frente al prtico del Templo, y al este, sehallaba el altar de los holocaustos. Este altar era mayor que elque haba en el templo de Salomn. Josefa consigna que tenaunos 23 metros por cada lado; pero, otros ms moderados dicenque eran solo 15. Estaba construido de piedra bruta, y tena mso menos 5,50 metros de altura. Una rampa, tambin construida

    de piedras, llevaba hasta casi la cspide del altar; en derredor dela cual haba una saliente, en la que los sacerdotes podan cami-

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    LOS S NTU RIOS DE DIOS EN L TIERR

    nar mientras administraban los sacrificios prescriptos.En el pavimento, cerca del altar, haba argollas donde po-

    dan atarse los animales destinados al sacrificio. Haba, tambin,mesas que contenan vasos, cuchillos y tazones utilizados en lossacrificios. El altar estaba conectado con un sistema de cloacas,a fin de que la sangre derramada al pie del altar fuese llevada alarroyo que corra por debajo. Todo era mantenido escrupulosa-mente limpio, incluso el sistema de cloacas, que era lavado con

    exacta periodicidad.Dentro de los muros que rodeaban el patio, haba vestbulos

    o claustros, a veces llamados prticos; el que haba al este se de-nominaba el prtico de Salomn . En el norte, el oeste y el estehaba prticos dobles con dos hileras de columnas, y un techode cedro tallado. En la parte sur se ubicaba el prtico real, con

    162 columnas. Estas columnas estaban dispuestas de manera talque formaban tres pasillos, de los cuales los dos exteriores tenancada uno 1 metros de ancho, y el del medio unos 13. En esosprticos, se podan celebrar reuniones pblicas. All era dondela iglesia primitiva se reuna cuando iba al templo a orar. Erael lugar acostumbrado de reunin de Israel, cada vez que iba al

    templo.La parte del atrio que estaba ms prxima a la puerta de

    entrada se llamaba el atrio de los gentiles. Un parapeto de pie-dra separaba este atrio del resto del recinto; ningn gentil podatraspasar sus lmites. En el parapeto, se lea la siguiente inscrip-cin, hallada en 1880 y conservada hoy en un museo: Ningn

    extranjero ha de entrar ms all de la balaustrada y talud querodea el lugar sagrado. Cualquiera que sea prendido ser res-ponsable de su muerte, que seguir . Y fue precisamente porquelos judos pensaban que Pablo haba transgredido esta ordenan-za que se apoderaron de l en el Templo y lo hicieron arrestarpor los romanos (Hech. 21 :28).

    El templo de Herodes era tal vez la estructura ms hermo-sa que el mundo hubiese conocido hasta ese entonces. Era el

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    orgullo de los judos. Sin embargo, fue destruido.No queda-r aqu piedra sobre piedra, que no sea derribada" (Mat. 24:2).y esta profecase cumpli literalmente:No qued piedra sobrepiedra.

    El Templo hoy ya no existe, y el servicio del Templo ces.Pero la leccin permanece. Ser bueno que estudiemos cuidadosamente el servicio quese llevaba a caboen el Santuario te-rrenal. Ello nos permitir apreciar mejor lo que est sucediendoahora,en el Santuario celestial.

    El Santuario original y los tres templos mencionados tenanciertos elementosen comn, aunque diferanen algunos detalles.Todos tenan dos departamentos: el Lugar Santo y el Lugar Santsimo. Todos tenan un altar del incienso,un altar delos holo-caustos, una fuente,una mesa de los panes de la proposicin yun

    candelabro. Los dos primeros poseanun arca, que desaparecihacia el ao 600 a.C. El sacerdocio erael mismoen todos, comoas tambin las ofrendas ylos sacrificios. Durante ms dem l aos,Israelse reunien derredor del Santuario. Qu bendicin habrarecibidosi hubiese discernido,en sus sacrificios, al Ser prometidoen el huerto de Edn, al Cordero que quitael pecado del mundoTemamos, no sea que, habindosenos dejadouna promesa, noso-tros igualmente nol alcancemos. (Heb.: l.)

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    L S CERDOCIO

    Mientras Moiss estabaen el monte, recibiendo las instruc-ciones de Dios acerca de la edificacin del Santuario, losisraelitasse cansaron de esperarlo.Haba estado ausente ms deun mes, y no estaban seguros de que volviera.No sabemos qule haya acontecido (xo. 32:1), dijeron. Por lo tanto, pidierona Aarn queles fabricase dioses como los que haban tenidoenEgipto, a fin de que pudiesen adorarlos y disfrutar de las fiestasque haban celebrado entre los egipcios. Aarn estaba dispuestoa hacer lo que peda el pueblo, y pronto fue hechoun becerro deoro, del cual el pueblo dijo: Israel, stos son tus dioses, que tesacaron de la tierra de Egipto (xo. 32:4).

    Aarn edificun altar, y proclam fiesta aJehov. Se sacri-ficaron holocaustos y ofrendas de paz, yse sent el pueblo a co-mer y a beber, yse levant a regocijarse (vers.6). Por supuesto,Moiss no sabanada de esto hasta que Dios le inform: Prontose han apartado del camino[los israelitas] queyo les mand;sehan hechoun becerro de fundicin, y lohan adorado, y lehanofrecido sacrificios, yhan dicho: Israel, stos son tus dioses, quete sacaron de la tierra de Egiptovers. 8).

    Indudablementepara probar a Moiss, Dios le proponeahora destruir al pueblo, y hacer de luna gran nacin. Pero,Moiss intercedepor el pueblo y pide a Dios que lo perdone.Dios accede misericordiosamente a su peticin. EntoncesJeho-v se arrepinti del mal que dijo que haba de hacer a su pueblovers. 14). Evidentemente, Moiss no estaba preparadopara el

    espectculo quese ofreci asus ojos cuando baj del monte. Elpueblo estaba gritando y bailando, hasta el punto queJosu con-cluy diciendo: '1\larido de peleahay en el campamento (vers.17). Cuando Moiss vio hasta qu puntose haba extraviadoIsrael, que estaba realmente participando de los bailes lascivos

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    que haba aprendido de los paganos en Egipto, enardeciselela ira . N o pudo soportar tal espectculo, cuando acababa derecibir de parte del Seor las dos tablas de la Ley, que contenanlos Diez Mandamientos, escritos por el mismo dedo de Dios,

    grabada sobre las tablas ; por lo cual arroj las tablas de susmanos, y las quebr al pie del monte vers. 16, 19).

    Podramos pensar que, en circunstancias ordinarias, estaactitud de Moiss implicaba un grave pecado delante de Dios.

    Pero, indudablemente, el acto era simblico: Israel haba pecado; haba violado la Ley. y en prueba de esto, Moiss quiebralas tablas que Dios le acaba de dar. Pero Dios no lo reprende; tansolo vuelve a escribir los mismos Mandamientos en nuevas tablas. Esto tambin puede tener un significado simblico: La Leyno queda destruida porque se la viole; Dios la escribe de nuevo.

    No obstante, el pecado que Israel haba cometido era muygrave. Dios haba obrado grandes cosas para ellos: los habalibrado de la esclavitud; haba abierto el Mar Rojo para ellos;haba proclamado la Ley desde el Sina, entre truenos y relmpagos; haba hecho con ellos un pacto; y la sangre haba sido asperjada tanto sobre ellos como sobre el libro del pacto. Y ahora

    se haban apartado de Dios y olvidado de todas sus promesas.Haba llegado el momento de una clara definicin: deba sabersequin estaba de parte del Seor (porque seguramente no se haban extraviado todos). Fue entonces cuando Moiss dirigi unllamamiento: Quin est porJehov? Jntese conmigo . Israelvacil. De entre toda la vasta muchedumbre, solo una tribu tuvo

    el valor de avanzar. Y se juntaron con l todos los hijos de Levvers. 26).

    Indudablemente, esta accin valerosa de parte de la tribude Lev influy en forma positiva en su eleccin para el serviciode Dios En un momento de crisis, se puso de parte de lo recto,y Dios la recompens Fue elegida, en lugar de los primogni

    tos, como pertenecientes a Dios en un sentido especfico: serviren el Tabernculo (Nm. 3:5-13). A una familia, la de Aarn,

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    EL SANTUARIO Y SUSERVICIO

    cerdotes levitas; segn yo leshe mandado, as cuidarisde hacer.Acurdatede lo que hizoJehov tu Dios aMara en el camino,despusque salisteisde Egipto (Deut. 24:8,9 .

    nicamente los sacerdotespodan devolverun hombre a sufamilia despusde la exclusin, ytenan jurisdiccinen ciertoscasos en que se sospechabala infidelidad (Nm. 5:11-31).Porsu interpretacinde la ley, llegaron a ejercergran influencia yautoridad en muchos asuntosque afectabanla vida diaria.Encuestiones dificilesde la ley, los sacerdotes estaban asociadoscon eljuez, para tomar las decisiones judicialesno solamenteenasuntos religiosos, sinotambin en aquellosque eran puramenteciviles, en negociosde litigioen tus ciudades (Deut. 17 :8).Sufallo era definitivo. Seamonestaba al hombre a hacer segnlaleyque te enseen, y segn el juicioque te digan . Y el hombreque procedierecon soberbia,no obedeciendo al sacerdotequeestpara ministrar all delantedeJehov u Dios, o aljuez, el talmorir; y quitars elmal de en medio de Israel (vers. 11, 12;vasetambin Deut. 19: 17 .

    Es fcil concebir queun cuerpo de hombres que tena elcontrol del cultode una nacin,de la enseanza y la interpretacin de la ley, de las relaciones personales ntimas,de la ejecucinde las decisiones legales,habra de ejerceruna poderosa influenciapara bien opara mal sobre el pueblo.Cuando se aadea este prestigio elemolumento que acompaaba a su vocacin;emolumento que,por lo menosen tiempos ulteriores, ascendaa vastas sumas, es fcildeducir que los sacerdotes llegaron a seruna organizacinmuy respetada.

    Las prerrogativas del sacerdocioeran grandes, y sus derechos seguardaban muy celosamente.nicamente Aarn y susdescendientespodan oficiaren el cultode los sacrificios (xo.28:29;Lev. 8:10; Nm. 16-18).Nadie poda llegar a ser sacerdote si no haba nacido en esa familia. Estodaba inmediatamente gran importancia al asunto del nacimiento y a los datosgenealgicosque demostraban ese nacimiento.Incumba a cada

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    EL SACERDOCIO

    sacerdote probar su descendencia de Aarn, por evidencias indisputables. No deba existir la menor duda en la sucesin. Cadapaso deba ser muy claro.

    Para ello, la tarea de ciertos sacerdotes consista en examinar la genealoga de cada candidato. Esta actividad pas, posteriormente, a quedar a cargo del Sanedrn, que dedicaba parte desu tiempo a este trabajo. Si un sacerdote demostraba su derechogenealgico al cargo y pasaba la prueba bblica requerida -si notena ninguna deformidad corporal que lo descalificase-, se lovesta de ropas blancas, y su nombre quedaba inscripto en la listaoficial de los sacerdotes autorizados; es posible que el pasaje deApocalipsis 3:5 est basado sobre esta costumbre. Por otra parte,si no satisfaca a los examinadores, se lo vesta de negro.

    La deformidad fisica, en caso de que los anales genealgi

    cos fuesen satisfactorios, no privaba al sacerdote de compartir elsostn que se daba al sacerdote del Templo Lev. 21:21-23). Si eldefecto no era demasiado pronunciado, poda llegar incluso aservir en un cargo menor, como el cuidar de la lea empleada enel servicio del altar, o como guardin.

    Por ser muy sagrado el cargo sacerdotal, los reglamentos

    referentes a con quines los sacerdotes podan o no desposarsese aplicaban estrictamente. Un sacerdote no poda casarse conuna mujer repudiada o divorciada; no poda casarse con unaprostituta o una virgen que hubiese sido violada Lev. 21:7,8).Poda, por lo tanto, casarse nicamente con una virgen pura ouna viuda, aunque al sumo sacerdote se le prohiba casarse con

    una viuda. Tomar por esposa a una mujer virgen. No tomarviuda ni repudiada, ni infame ni ramera, sino tomar de su pueblo una virgen por mujer Lev. 21: 13, 14).

    Adems, deban ser cuidadosos en cuanto a la contaminacin ceremonial. No podan tocar un cuerpo muerto, a menosque fuese de un pariente muy cercano; en el caso del sumo sa

    cerdote, hasta eso le era negado Lev. 21:1-3, 11). De hecho, encada acto de su vida, los sacerdotes deban ser conscientes de su

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    EL S NTU RIO Y SU SERVICIO

    necesidad de mantenerse apartados de todo lo que podria contaminarlos. Y este cuidado respecto de la contaminacin fisicaera tan solo smbolo de la mayor pureza espiritual: Santidad aJehov haba de ser la consigna del sacerdote.

    Los sacerdotes y los levitas no tenan herencia en la tierra,como las dems tribus. De las ofrendas quemadas aJehov y dela heredad de l comern. No tendrn, pues, heredad entre sushermanos; Jehov es su heredad, como l les ha dicho (Deut.

    18:1,2).En vez de una porcin de la tierra, Dios dio a los sacerdotes

    ciertas partes de los sacrificios que l gente traa. De todo sacrificio anual, excepto del holocausto, que haba de quemarse completamente en el altar, y algunos otros sacrificios, los sacerdotesreciban la paleta, las dos quijadas y el cuajar (Deut. 18:3). Los

    sacerdotes reciban, tambin, las primicias del cereal, del vino,del aceite y de la lana de l s ovejas. En adicin, se les daba a lossacerdotes harina, ofrendas de alimentos cocidos al horno o enla sartn, mezclados con aceite o secos Lev. 2: 1-5, 10; 24:5-9).Reciban la piel de los holocaustos Lev. 7:8). En caso de guerra,cierta porcin de los despojos tambin se adjudicaba al sacer

    docio, tanto de los hombres, del ganado, como del oro. A ve-ces, esto representaba una suma considerable (Nm. 31 :25-54).Tambin les pertenecan las ofrendas elevadas y agitadas (Nm.18:8-11), y todas las ofrendas de voto vers. 14).

    Los primognitos de Israel, tanto de los hombres como delos animales, pertenecan al sacerdote, aunque deban redimir el

    primognito del hombre , es decir, Israel deba pagar una sumaestipulada, de cinco siclos, por cada nio primognito vers. 15-19.) En el ao de jubileo, los campos que no eran redimidos oque haban sido vendidos y no podan ser redimidos, pasabana los sacerdotes Lev. 27:20, 21). En caso de delitos referentes acosas sagradas, el transgresor haba de pagar no solamente la

    suma original estimada, sino tambin aadir un quinto a ella,y darla al sacerdote Lev. 5:16). En caso de que se hiciese un

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    petjuicio aun vecino,cuando no fuese posiblehacer restitucina la parte petjudicada,la orden era que se diera ' ' la indemnizacin del agravio aJehov entregndolaal sacerdote (Nm.5:8). El impuesto regular del Templo, de medio siclopor cadaalma de Israel, el dinerode las expiaciones ,haba de ser usadopara el servicio del Tabernculo, es decir,para cubrir los gastosincurridosen el serviciode Dios, yno iba directamenteal sacerdote (xo. 30: 11-16).Adems de las ya mencionadas fuentesdeingresos,haba muchas otrasms pequeas,que no necesitanconsiderarse aqu.

    Los ingresosaqu enumeradoseran adicionalesal diezmorecibidopor los sacerdotes.Todo Israelhaba recibidola ordende pagar el diezmo Lev. 27:30-34). Este diezmohaba de serdado a los levitas, y les perteneca (Nm. 18:21-24.)Del diezmoque los levitas recibande esta manera, haban de tomar enofrendamecida aJehov el diezmode los diezmos . Y darisde ellosla ofrendadeJehov al sacerdoteAarn (Nm. 18:26,28). Parece que,en tiempos ulteriores, los diezmos sepagabandirectamente a los sacerdotes (Heb. 7:5). Algunoshan pensadoque esto se inici ms o menosen el tiempo del segundo Templo,cuando muy pocos levitas volvieron del cautiverio y vino a sernecesarioemplear netineosen su lugar;pero esto no est muyclaro (Esd. 8:15-20).Como quiera que sea, los sacerdotes reciban los diezmos directa o indirectamente del pueblo; ycomooriginalmente los sacerdoteseran pocosen nmero, los ingresosde esta fuente eran, probablemente, msque suficientespara sus

    necesidades.Los sacerdoteseran ministros de Dios,nombrados divina

    mente como mediadoresentre Dios y los hombres, autorizadosparticularmentepara oficiar ante el altar y en el servicio delSantuario.En los dasen que los librosno eran comunes,nosolo eran intrpretesde la ley, sino tambin,en muchos casos,se constituanen la nica-fuentede conocimientoen cuanto alos requerimientos de Dios.Por ellos era instruido el puebloen

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    la doctrina del pecado y su expiacin; en la justicia y la santi-dad. Por su ministerio la gente aprenda cmo poda acercarsea Dios; cmo poda obtener el perdn; cmo la oracin podaagradar a Dios; cun inexorable es la ley cmo han de prevale-cer al fin el amor y la misericordia. Todo el plan de salvacinles era revelado en la medida en que poda ser revelado en lasfiguras y las ofrendas. Cada ceremonia tenda a grabar en lasmentes la santidad de Dios y los inexorables resultados del pe-cado. Tambin les enseaba la provisin maravillosa propiciadapor la muerte del cordero. Aunque era un ministerio de muerteera glorioso en su promesa. Hablaba de un Redentor que habade llevar el pecado compartir las cargas y servir de mediador.Era el evangelio en embrin.

    En el servicio del sacerdocio tres cosas se destacan sobre

    todo lo dems: la mediacin la reconciliacin la santificacin. Cadauna de estas merece un comentario especial para destacarla.

    a misin del sacerdote era de mediacin esta era su obrapreeminente. Aunque el pecador poda traer la ofrenda no po-da aspeIjar la sangre ni quemar la carne sobre el altar. Tampocopoda comer el pan de la proposicin ni ofrecer el incienso ni

    aun despabilar las lmparas. Todo esto deba hacerlo por l al-gn otro. Aunque poda acercarse al templo no poda entrar enl; aunque poda proporcionar el sacrificio no poda ofrecerlo;aunque poda matar el cordero no poda rociar la sangre. Diosle era accesible nicamente por la mediacin del sacerdocio. Po-da allegarse a Dios nicamente en la persona de otro. Todo esto

    le haca recordar vvidamente el hecho de que necesitaba quealguien intercediese e interviniese por l.

    Esto puede comprenderse mejor si suponemos un caso quebien pudo haber sido cierto. Un pagano que desea sinceramenteadorar al verdadero Dios oye que el Dios de Israel es quien poseeesta cualidad y que vive en el Templo de Jerusaln. Emprende

    el largo viaje y por fin llega al lugar sagrado. Ha odo que Diosmora ent.re los querubines del Santsimo y decide entrar en ese

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    lugar afin de adorarlo. Pero apenasda unos pasos en el atrio lodetieneun letreroen el cualse advierte que ningn extranjeropuede pasar ms all sin riesgo de perder su vida. Se queda perplejo: quiere adorar al verdadero Dios del cualha odo hablar ytambinse le ha dicho que Dios desea que lo adore. Sin embargo all se lo detiene. Quha de hacer? Pregunta a uno de losadoradores quien le informa que debe obtenerun cordero antesde poder acercarse a Dios. Inmediatamentese provee del animalrequerido y vuelve a presentarse. Podr ahora ver a Dios? Se ledice que no puede entrar.

    -Entonces para qu este cordero? -pregunta.-Paraque puedas darlo al sacerdote afinde que lo sacrifique.-Puedo entrar entonces?

    No hay manera posiblepor la cual puedas entraren elTemplo ni de ver a Dios. Nose obra as

    -Pero por qu no puedo ver a vuestro Dios? Quiero adorarlo.Nadie puede ver a Dios yvivir Es santo y nicamente el

    que es santo puede verlo. El sacerdote puede entrar en el primerdepartamento pero hay todavaun velo entre l y Dios. nicamente el sumo sacerdoteen una fecha fija puede entraren elSantsimo.No puedes entrart mismo; tu nica esperanzaesque algunose presenteall por ti.

    El hombre queda profundamente impresionado.No se lepermite entrar en el Templo; nicamente quienes santo puede entrar. Debe tener a alguien que mediepor l. La leccinsegraba profundamenteen su alma: no puede ver a Dios; debe

    tenerun mediador. nicamente as pueden ser perdonados suspecados y efectuarsela reconciliacin.

    Todo el servicio del Santuariose basaba enla mediacin.Aun cuando el pecador trajese el corderoaun cuando lo matase el servicio poda ser hecho eficaz nicamente a travs deun mediador que rociase la sangre y efectuase la aplicacin del

    sacrificio.El segundo aspecto descollante del servicioera la reconcili

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    cin El pecado nos separa de Dios; es lo que oculta su rostro denosotros y le impide ornos (Isa. 59:2). Pero, por medio de lasofrendas de los sacrificios, y en el incienso que asciende con lasoraciones, puede acercarse nuevamente a Dios. a comuninfue restaurada; la reconciliacin, efectuada.

    As como la mediacin era el propsito bsico del sacerdocio, la reconciliacin era la intencin fundamental de los sacrificios que se ofrecan diariamente durante el ao. Por su in

    termedio, se restauraban las relaciones amigables entre Dios yel hombre. El pecado haba producido la separacin; la sangrereuna. Esto se realizaba por el ministerio del perdn. El pueblorecibi la indicacin de que cuando toda la congregacin hubiese pecado y trado su ofrenda por el pecado; cuando los ancianoshubiesen puesto sus manos sobre la ofrenda y, presumiblemente,

    confesado ese pecado, obtendrn perdn Lev. 4:20). Adems,se dio la orden de que cuando un gobernante haya pecado yhubiese cumplido con los requerimientos, tendr perdn (vers.26). La promesa abarcaba por igual a cualquiera del pueblo comn: Ser perdonado vers. 31, 35). Por medio del pecado,se haba producido el enajenamiento; pero, ahora todo estaba

    perdonado.Somos reconciliados con Dios por medio de la muerte de su

    Hijo (Rom. 5: 1O La reconciliacin es efectuada por la sangre 2Crn. 29:24). En el primer departamento del Santuario entraba el sacerdote da tras da, para comunicarse con Dios. All seelevaba el santo incienso y penetraba aun ms all del velo, en

    el Lugar Santsimo; all estaba el candelabro, emblema de Aquelque es la luz del mundo; la mesa del Seor, que invitaba a la comunin; y all se rociaba la sangre. Era el lugar de acercamientoa Dios, de comunin. Mediante el ministerio del sacerdote, seofreca el perdn, se efectuaba la reconciliacin y el hombre erapuesto en comunin con Dios.

    El tercer objetivo importante del servicio del Santuario erael de la santificacin o santidad. La cantidad de pecado alberga-

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    EL S CERDOCIO

    do en el corazn mide nuestra distancia de Dios. El extranjeropodra haber entrado tan solo hasta el atrio del Templo; el almapenitente poda llegar hasta el altar; el sacerdote mediador, hastael Lugar Santo. nicamente el sumo sacerdote,tan solo un daal ao,yeso despus de extensa preparacin, podaentrar enel Santsimo. Revestido de blanco,se acercabacon temblor altrono de Dios;aun entonces, el incienso deba ocultarlo parcial-mente. All poda ministrarno solamente como quien busca per-dn por el pecado, sino tambinpoda pedir confiadamentequefuese borrado. El servicio realizado durante el ao, simbolizadopor el ministerio delprimer departamento,no era completo ens mismo. Necesitaba ser complementadopor el del segundo de-partamento.

    El perdnobra nicamente despus de la transgresin. Eldao ya ha sido causado; Dios perdonael pecado, pero habrasido mejorsi el pecado no hubiese sido cometido. Para esto, estal alcance elpoder custodio de Dios. Simplementeperdonar latransgresin despus de queha sido cometida no basta. Debe ha-ber un poder que nos guarde de pecar. Vete, y no peques msGuan 8: 11 es una posibilidad que plantea el evangelio. Pero, elno pecar mses la santificacin; tales el objetivo final dela salva-cin. El evangeliono est completo sinl. Necesitamosentrar conCristoen el Lugar Santsimo. Algunos lo harn. Estos seguirn alCordero dondequiera que vaya; sern sin manchan arruga.

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    SACERDOTES y PROFETAS

    l Templo y su servicio constituan una maravillosa leccinobjetiva para Israel. Estaban destinados a ensear la santi-

    dad de Dios, la pecaminosidad del hombre y el camino de regre-so a Dios. Una de las lecciones importantes del sistema de los sa-crificios consista en ensear al sacerdote y al pueblo a aborrecerel pecado y a rehuirlo. Cuando un hombre pecaba inadvertida-mente o por error, se esperaba de l que trajese, al Templo, unaofrenda por el pecado. El primer requisito del ritual del sacrificioconsista en que el pecador pusiese las manos sobre el animaly confesase su pecado. Luego, con su propia mano haba dematar al animal. Despus, el sacerdote deba tomar la sangre ycolocarla sobre los cuernos del altar del holocausto. Las entraaseran quemadas, con la grasa, sobre el altar, y parte de la carneera comida por los sacerdotes en un lugar santo.

    El objetivo de esto era ensear cun deplorable es el peca-do. Dios deseaba que este aborrecimiento por el pecado fuesetan grande que los hombres tuvieran que participar una vez deeste rito, y no pecasen ms: ninguna persona normal se deleitaen dar muerte a un animal inocente, especialmente si compren-de que por causa de sus propios pecados debe morir el animal.Un sacerdote normal no se habra de deleitar, ciertamente, en elservicio sangriento que estaba obligado a cumplir por causa delpecado. El estar todo el da trabajando con animales muertos,poniendo los dedos o la mano en la sangre y asperjndola sobreel altar, no deba ser una actividad muy atrayente n agradable.Dios mismo dice que no se deleita en la sangre de bueyes, ni deovejas, ni de machos cabros (Isa. 1: 11 .

    El sistema de sacrificios proporcionaba a los sacerdotes unaexcelente oportunidad para ensear el plan de la salvacin a lostransgresores. Cuando un pecador traa su ofrenda, el sacerdote

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    poda decir: Lamento que hayas pecado, y estoy seguro de quet lo lamentas tambin. Sin embargo, Dios h hecho provisinp r el perdn del pecado. Has trado un ofrenda. Pon tus manos sobre tu ofrenda, y confiesa tu pecado a Dios. Luego, m t

    al cordero inocente, y yo tomar la sangre y har expiacin porti. El cordero que vas a matar simboliza al Cordero de Dios, quequita el pecado del mundo. El Mesas vendr y d r su vida porel pecado del pueblo. Por su sangre eres perdonado. Dios aceptatu penitencia. Ve y no peques ms

    Este solemne ritual habra de dejar a l persona profunda

    mente impresionada por el carcter odioso del pecado, de modoque saldra del Templo con l firme resolucin de no pecar ms.El hecho de que haba matado un animal le enseara, como ninguna otr cosa podra ensearle, que el pecado significa muertey que, cuando uno peca, el cordero debe morir.

    Por hermoso e impresionante que fuese ese servicio, poda

    ser pervertido. Si el pecador llegaba a concebir l idea de que suofrenda pagaba por el pecado que haba cometido, y que si t nsolo traa un ofrenda cada vez que pecase todo ira bien, habraobtenido un concepto enteramente errneo del propsito deDios. Y fue as como muchos llegaron a considerar los ritos: lespareca que sus sacrificios pagaban sus pecados y que, si llegaban

    a pecar de nuevo, otro sacrificio los expiara. El arrepentimiento y el verdadero pesar perdieron importancia. a gente lleg acreer que cualquiera que fuese su pecado, poda ser expiado porun don. Consideraban que la transaccin se clausuraba con lpresentacin de su ofrenda.

    Es ms, muchos de los sacerdotes inculcaban esto a la gente.

    El pecado no era, a su vista, t n aborrecible como Dios queraque lo fuese. Era algo que poda pagarse con l entrega de uncordero, que no costaba mucho. El resultado de ello era que millares de carneros y diez mil arroyos de aceite eran considerados como agradables a Dios (Miq. 6:7).

    La remuneracin de los sacerdotes que servan en el San-

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    tuario, y ms tarde en el Templo, se derivaba, en gran parte,de los sacrificios ofrecidos por el pueblo; por lo que los sacerdotes llegaron a considerar los sacrificios como medio de ingresospara s. Los levitas, que reciban el diezmo pagado por Israel,

    a su vez entregaban un diezmo de sus ingresos, para sostenera los sacerdotes (Nm. 18:21, 26-29; Neh. 10:38). Adems deesto, los sacerdotes retenan una parte de la mayora de los sacrificios ofrecidos. Reciban la piel de los holocaustos, y tanto lapiel como parte de la carne de la mayora de las ofrendas por elpecado. Tambin, r e ~ i b nparte de las ofrendas de alimento y

    de apaciguamiento: harina, aceite, cereal, vino, miel y sal; comotambin de las ofrendas hechas en ocasiones especiales. Esto eraparte de los diezmos que reciban de los levitas.

    El sacerdote comera parte de las ofrendas comunes por elpecado: Esta es la ley del sacrificio expiatorio: en el lugar donde se degella el holocausto, ser degollada la ofrenda por el

    pecado delante de Jehov; es cosa santsima. El sacerdote quela ofreciere por el pecado, la comer Lev. 6:25, 26 . Esta erarealmente una comida de sacrificio. Al comer esta carne, el sacerdote tomaba sobre s el pecado, y as lo llevaba.

    Pero, este rito se pervirti. Algunos de los sacerdotes corrompidos vieron claramente que, cuanto ms pecaba el pueblo

    y tantas ms ofrendas deba traer, tanto mayor era la porcin queles tocaba. Uegaron, incluso, a estimular al pueblo a pecar. Acerca de estos sacerdotes corruptos, el Seor declar: Del pecadode mi pueblo comen, y en su maldad levantan su alma (Ose.4:8). Este texto afirma que los sacerdotes, en vez de amonestaral pueblo e instarlo a que se abstuviese de pecado, animaban al

    pueblo a la iniquidad, y esperaban que volviese a pecar y trajesenuevas ofrendas por el pecado. ra un negocio redondo: cadaofrenda aumentaba sus ingresos. A medida que el sacerdocio seiba corrompiendo, aumentaba la tendencia a estimular al puebloa traer ofrendas.

    n 1 Samuel encontramos un comentario interesante acer-

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    ca de los extremos a los que haban llegado algunos sacerdotes,en su perversin de los ritos: ''Y era costumbre de los sacerdotescon el pueblo, que cuando alguno ofreca sacrificio, vena el criado del sacerdote mientras se coca la carne, trayendo en su manoun garfio de tres dientes, y lo meta en el perol, en la olla, en elcaldero o en la marmita; y todo lo que sacaba el garfio, el sacerdote lo tomaba para s. e esta manera hacan con todo israelitaque vena a Silo. Asimismo, antes de quemar la grosura, venael criado del sacerdote, y deca al que sacrificaba: a carne queasar para el sacerdote; porque no tomar de ti carne cocida, sino

    cruda. Y si el hombre le responda: Quemen la grosura primero,y despus toma tanto como quieras, l responda: No, sino dmela ahora mismo; de otra manera yo la tomar por la fuerza1 Sam. 2:13-16).

    Esto demuestra la degradacin del sacerdocio ya en esapoca temprana: Dios haba ordenado que la grasa se quemasesobre el altar y que, si la carne se coma, fuese hervida. Pero,los sacerdotes queran recibir la carne cruda con la grasa, a finde poder asarla. Haba dejado de ser,para ellos, una comida desacrificio, y haba llegado a ser un festn; una ocasin de glotonera. Era, pues, muy grande delante de Jehov el pecado delosjvenes; porque los hombres menospreciaban las ofrendas deJehov 1 Sam. 2:17).

    Esta tendencia de lossacerdotes a estimular al pueblo a traerofrendas por el pecado, ms bien que a abstenerse de pecar, sefue haciendo ms pronunciada con el transcurso de los aos. Enel Tabernculo erigido por Moiss, el altar de los holocaustosera ms bien pequeo, pues tena solamente unos cinco codos

    de lado. En el templo de Salomn, el altar fue ensanchando aveinte codos, esto es, unos nueve metros de lado. En el templode Herodes era an mayor, aunque no se tiene certidumbre encuanto a su tamao exacto. Un relato dice que meda 30 codos,el equivalente a unos 13 m de lado, y Josefo menciona que tena50 codos, o sea 22 23 m. Como quiera que sea, parece que el

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    altar de los holocaustos se haca cada vez mayor, a fin de acomo-dar las ofrendas que sobre l se colocaban.

    Lleg, finalmente, un momento en que Dios tuvo que ha-cer algo, o todo el servicio del Templo se iba a corromper. Dios

    permiti, por lo tanto, que el Templo fuese destruido y muchosdel pueblo fueran llevados en cautiverio a Babilonia. Privados delTemplo, los servicios habran de cesar naturalmente. La atencinde la gente se dirigira al significado espiritual de los ritos, quecon tanta frecuencia haban presenciado. En Babilonia, no habaholocausto ni ofrenda por el pecado, ni el solemne a de la Ex-

    piacin. Israel colg sus arpas de los sauces. Despus de pasar se-tenta aos en cautiverio, Dios le permiti volver a su patria ree-dificar el Templo. Esperaba que hubiese aprendido la leccin.

    Pero no fue as. Los sacerdotes hicieron el altar de los ho-locaustos an ms grande que antes. El pueblo qued an msfirmemente arraigado a su consideracin por las meras formas y

    por el ritual del Templo y el servicio de sacrificios, y no escuchel mensaje proftico de que obedecer es mejor que los sacrifi-cios 1 Sam. 15:22). Los ingresos que los sacerdotes reciban delas ofrendas llegaron a ser tan cuantiosos que el dinero acumu-lado en el Templo constituy una de las mayores riquezas de laantigedad; y los sacerdotes llegaron a ser prestamistas.

    En fiestas como las de Pascua, Jerusaln se llenaba de judosque venan de visita desde Palestina, como tambin desde otrospases; se nos dice que llegaban hasta un milln de visitantes a laciudad, de una sola vez. Dios haba ordenado a Israel que no sepresentase con las manos vacas delante de Jehov, as que, porsupuesto, todos estos peregrinos traan ofrendas (Deut. 16: 16 .

    Constitua una imposibilidad fisica, para los sacerdotes, ofrecertantos sacrificios como para satisfacer a todo el pueblo; por lotanto, estimulaban a este a convertir sus ofrendas en dinero y adejar ese dinero como dinero del Templo, con el cual los sacer-dotes ofreceran, cuando les fuese cmodo, el sacrificio que el di-nero representaba. Este mtodo resultaba ms fcil y ms seguro

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    que llevar desde la casa los animales para los sacrificios. n estecaso, el ofrendante corra el riesgo no solo de que el animal fueserechazado por el sacerdote por algn defecto real o supuesto,sino tambin de incurrir en una prdida adicional, puesto que

    no era fcil vender un animal que haba sido rechazado por lossacerdotes. El dinero del Templo poda emplearse para ciertospropsitos, y se cobraba, para ello, una tasa de cambio. Estecambio de dinero comn en dinero del Templo, era otra fuentede grandes ingresos para el sacerdocio.

    Los sacerdotes se dividan en 24 turnos, en los cuales cada

    sacerdote deba servir una semana a la vez, dos veces al ao.Cuando el cargo de sumo sacerdote lleg a convertirse en unpuesto poltico, designado por el gobierno, la corrupcin volvia prevalecer. ran muchos los sacerdotes que eran llamados aservir en el Templo en ocasin de l s grandes fiestas, nicamenteporque estaban dispuestos a compartir los despojos con los

    funcionarios superiores. Se cambi el orden en el cual los sa-cerdotes deban servir, y todo el plan de Dios se corrompi. Laspalabras que Cristo pronunci ms tarde, llamando al Templo

    cueva de ladrones (Mat. 21:13), no eran una simple expresinpotica, sino la verdad literal.

    Sin embargo, estas condiciones no reinaban originalmen-

    te. Fue solo despus de siglos de transgresin que la corrupcinalcanz las dimensiones descritas. Pero, era comparativamentefcil que los abusos empezasen a penetrar, segn lo pone en evi-dencia la cita del libro de Samuel que hemos dado en la primeraparte de este captulo.

    A medida que los sacerdotes perdan de vista, as, el prop-

    sito original de l s ofrendas pervertan el plan que Dios tenapara los sacrificios, fue necesario amonestarlos. Para ello, Diosempleaba a los profetas. Desde el comienzo, el mensaje de losprofetas a su pueblo era: Se complace Jehov tanto en los ho-locaustos vctimas, como en que s obedezca a l s palabras deJehov? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, el

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    prestar atencin que la grosura de los carneros 1 Sam. 15:22).Para algunos de los sacerdotes apstatas, resultaba una ca

    lamidad que la gente dejase de pecar; en este caso, l s ofrendaspor el pecado cesariano A esto se refiere el autor de la Epstola

    a los Hebreos, cuando dice: Porque la ley, teniendo la sombrade losbienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nuncapuede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamentecada ao, hacer perfectos a losque se acercan. e otra maneracesarian de ofrecerse, pues losque tributan este culto, limpios unavez, no tendran ya ms conciencia de pecado (Heb. 10:1, 2 .

    El Antiguo Testamento puede comprenderse mejor cuandoentendemos la lucha entre los sacerdotes y los profetas. Era unalucha trgica que terminaba, en muchos casos, con la victoria delossacerdotes. Elprofeta es el portavoz de Dios; el pueblo y lossacerdotes pueden extraviarse, pero Dios no queda sin testigo.En tales circunstancias, Dios enva un profeta a su pueblo, con el

    fin de hacerlo volver al camino recto.Es fcil imaginarse que los profetas no eran muy populares

    entre los sacerdotes. Mientras los sacerdotes seIVanen el Templo da tras da, invitando a la gente a llevar sussacrificios, losprofetas reciban de Dios la orden de situarse cerca de la puertadel Templo y amonestar a la gente a no llevar ms ofrendas.

    Esto est escrito acerca deJeremas: Palabra de Jehov que vinoa Jeremas, diciendo: Ponte a la puerta de la casa de Jehov, yproclama all esta palabra, y di: Od palabra de Jehov, todoJud, losque entris por estas puertas para adorar aJehov. Asha dicho Jehov de los ejrcitos, Dios de Israel: Mejorad vuestroscaminos y vuestras obras, y os har morar en este lugar. No fiisen palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehov, templo deJehov, templo de Jehov es ste aer. 7:1-4).

    Luego, sigue otra amonestacin de los profetas para que lagente enmendara sus caminos y no confiara en palabras mentirosas: Hurtando, matando, adulterando, jurando en falso, eincensando a Baal, y andando tras dioses extraos que no cono-

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    cisteis, vendris y os pondris delante de m en esta casa sobrela cual es invocado mi nombre, y diris: Librados somos; paraseguir haciendo todas estas abominaciones? (vers. 9, 10). Lue-go, aade significativamente: Porque no habl yo con vuestros

    padres, ni nada les mand acerca de holocaustos y de vctimasel da que los saqu de la tierra de Egipto. Mas esto les mand,diciendo: Escuchad mi voz, y ser a vosotros por Dios, y vosotrosme seris por pueblo; y andad en todo camino que os mande,para que os vaya bien (vers. 22, 23).

    Miqueas, siguiendo el mismo tenor, pregunta: Con qu me

    presentar ante Jehov, y adorar al Dios Altsimo? Me presen-tar ante l con holocaustos, con becerros de un ao? Se agra-dar Jehov de millares de carneros, o de diez mil arroyos deaceite? Dar mi primognito por mi rebelin, el fruto de misentraas por el pecado de mi alma? (Miq. 6:6, 7). Y contesta supropia pregunta de esta manera: Oh hombre, l te ha declarado

    lo que es bueno, y qu pide Jehov de ti: solamente hacer justicia,y amar misericordia, y humillarte ante tu Dios vers. 8).

    El ltimo profeta del Antiguo Testamento advierte: '1\hora,pues, oh sacerdotes, para vosotros es este mandamiento. Mas vo-sotros os habis apartado del camino; habis hecho tropezar a mu-chos en la ley; habis corrompido el pacto de Lev, dice Jehov de

    los ejrcitos. Por tanto, yo tambin os he hecho viles y bajos antetodo el pueblo, as como vosotros no habis guardado mis cami-nos, y en la ley hacis acepcin de personas (Mal. 2: 1, 8, 9).David estaba en lo cierto cuando dijo: Porque no quieres sacri-ficio, que yo lo dara; no quieres holocausto. Los sacrificios deDios son el espritu quebrantado; al corazn contrito y humilla-

    do no despreciars t, oh Dios (Sal. 51: 16, 17).Dificilmente podra haber empleado Dios palabras ms

    enrgicas que estas, dedicadas a reprender tanto a los sacerdotescomo al pueblo; su actitud estaba ampliamente justificada. Lossacerdotes haban corrompido l pacto. Haban enseado a lagente a pecar y le haban hecho creer que una ofrenda o un

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    sacrificio podan pagar el pecado. Merecan la reprensin que elSeor haba enviado por medio sus profetas. Los resultados eran

    los que podan esperarse en tales circunstancias: entre muchos delos sacerdotes surgi un amargo odio en contra de los profetas;aborrecan a los hombres que haban sido enviados para reprenderlos. Gran parte de la persecucin de los profetas, en el Antiguo Testamento, fue ejecutada o instigada por los sacerdotes.Los perseguan, los torturaban y los mataban. No era solamente

    el pueblo sino, ms bien, los sacerdotes quienes se oponan a losprofetas y los perseguan.

    Fueron los sacerdotes, los escribas y los fariseos quienes seopusieron constantemente a Cristo. Para ellos Cristo tuvo su mssevera reprensin: "Ay de vosotros, escribas y fariseos, hipcritas porque edificis los sepulcros de los profetas, y adornis los

    monumentos de los justos, y decs: Si hubisemos vivido en losdas de nuestros padres, no hubiramos sido sus cmplices en lasangre de los profetas. As que dais testimonio contra vosotrosmismos, de que sois hijos de aquellos que mataron a los profetas.Vosotros tambin llenad la medida de vuestros padres Serpientes, generacin de vboras Cmo escaparis de la condenacin

    del infierno? Por tanto, he aqu yo os envo profetas y sabiosescribas; y de ellos, a unos mataris y crucificaris, y a otros azotaris en vuestras sinagogas, y perseguiris de ciudad en ciudad;para que venga sobre vosotros toda la sangre justa que se haderramado sobre la tierra, desde la sangre de Abel el justo hastala sangre de Zacaras hijo de Berequas, a quien matasteis entre

    el templo y el altar. De cierto os digo que todo esto vendr sobreesta generacin" (Mar. 23:29-36).

    Cristo era un profeta y, como tal, dej or su mensaje proftico: El obedecer es mejor que los sacrificios". "Vete, y nopeques ms Guan 8: 11 fue la forma en que l lo expres. Anulel sistema de sacrificios entregndose a s mismo en el Calvario.

    Cristo no ofreci personalmente ningn sacrificio; l no pec. Yenseando a los hombres a no pecar, hera el mismo corazn de

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    esta perversin sacerdotal. Aunque Cristo procuraba no ofenderinnecesariamente, y aunque envi a los leprosos a los sacerdotespara que atestiguasen sobre su curacin (Luc. 17:14), no podaescapar a la atencin de los sacerdotes el hecho de que no iba alTemplo con la ofrenda acostumbrada. Les pareca que su men-saje constitua una reprensin por sus prcticas; y se alegraroncuando hallaron una acusacin contra l, en las palabras que sele atribuyeron acerca del Templo (Mat. 26:61). Los sacerdotesaborrecan a Cristo y cuando lleg el momento, engros la largafila de nobles hroes, entregando su vida. Los sacerdotes recha-zaron el mensaje proftico. Fueron ellos quienes, en realidad,provocaron la crucifixin de Cristo, llenando la medida de suiniquidad. Crean que, mediante los sacrificios que ofrecan porsus pecados, podan obtener el perdn. Muchos de los sacerdotes

    no comprendan el mayor mensaje de la victoria sobre el pecado,el mensaje proftico; por lo menos, no lo enseaban.

    No debe pensarse, sin embargo, que todos los sacerdoteseran perversos. Entre ellos, haba muchos hombres fieles; algu-nos de los sacerdotes eran en verdad profetas, como Ezequiel. Elpropsito de Dios era que todo sacerdote tuviese el espritu pro-

    ftico y dejase or el mensaje proftico. De acuerdo con su plan,no basta con intentar remediar los asuntos despus de que unmal ha sido cometido. Es mucho mejor evitar el mal que intentarcurarlo. Por admirable que resulte el hecho de ser levantado delpecado y la degradacin, es an ms admirable ser guardado decaer. Vete, y no peques ms es el verdadero mensaje proftico.

    Mejor es el obedecer que los sacrificios. Cada verdadero siervode Dios debe propalar este mensaje si quiere cumplir el consejode Dios. Dios ha necesitado siempre de los profetas; son sus men-sajeros para corregir el mal. Cuando entre el pueblo de Cristoaparecen tendencias que producirn eventuales desastres, Diosenva a sus profetas para corregir estas tendencias y amonestar al

    pueblo.No debe olvidarse esta leccin en nuestros das. La obra del

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    profeta no se habr terminado, en la tierra, hasta que haya cul-minado la obra del Seor. Dios requiere que sus ministros hagan

    or el mensaje proftico. Cuando comienzan los abusos, debehacerse or la voz que invite al pueblo a volver a los caminos co-rrectos del Seor. Y detrs de cada uno de estos mensajes, deberepercutir la clarinada que invite a abstenerse de pecar, a la san-tificacin, a la santidad. Los profetas decan: El obedecer s me-jor que los sacrificios . Cristo exhort: Vete, y no peques ms .Cada predicador debe ejemplificar esa doctrina en su vida, yensearla con sus labios. En la medida en que deja de hacerlo,no cumple con este elevado privilegio. Este es el momento opor-tuno para hacer resonar el mensaje proftico hasta los ltimosconfines de la tierra. Esta fue la orden de Cristo, cuando dio laGran Comisin, de adoctrinar a todos los gentiles y bautizarlos,

    ensendoles que guarden todas las cosas que os he mandado(Mat. 28:20). Esta orden, de obs