AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

10

Transcript of AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

Page 1: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es
Page 2: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

AcusriN Usrero AnrEra

NOBLEZA MEDIEVAL ARAGONESADENTRO DEL CONTEXTO

SOCIO.ECONOMICO DEL REINO

Scparata de:

Misceldnea de estudios en honor de D. Antonio Durdn Gudiolorganizada por la Asociaci6n

"Amigos de Serrablo"

Sabifldnigo, 1981

Page 3: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

La nobleza medieval aragonesadentro del contextosocio-econ6mico del Reino

AcusriN UsrEro Anrera

SUMARIO

1. Ensayo metodol6gico de verificacidn de una te-sis,' 2. Otro indicador ciclico: Ia nobleza; 3. La docu-mentacidn arq.gonesa medieval de origen nobiliario;4. La Revista "Linaies de Arag6?t),' 5. La recogidade datos y su interpretaci1n.

l. Ensayo metodol6gico de veriflcacl6nde una tesis

Hace escasamente un afro veia la luz un articulomio sobre La documentaci6n eclesial aragonesa delos siglos xr a/ xllr, dentro del contexto socio-eco-n6mico de la dpocat. Trataba de verificar con 61,cifldndolo a un aspecto muy concreto, si la tesis delos ciclos econ6micos en la Edad Media aragonesasostenida por mi hermano Antonio 2 se ajustaba o

t V6ase la Revista nArag6n en Ia Edad Media. II: Es-tudios de economia y sociedad (siglos xu al xv)", Depar-tamento de Historia Medieval, Universidad de Zaragoza(1979), p6es. 23-7r.

2 Uarrro Anrrre, Antonio, Ciclos econ6micos en la EdadMedia espafiola. Yalencia, Anubar, 1969.

25s

Page 4: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

no a otras realidades sociales y econ6micas, puestoque su obra, aparecida sin aparato critico y sin no-tas, se habia prestado por ello a poldmicas diversas.

Considera el autor de los Ciclos que existen unasconstantes histor icas, t ip icas unas de las dpocas deexpansi6n economica I y otras de las de depresi6n o.

Teniendo en cuenta unas y otras, propone una pe-r iodizacidn de la histor ia medieval hispana, dist in-ta para cada ente politico, de la que a nosotros nosinteresa ahora tan s<ilo la que da para Arag6n, re-f le jada grdf icamente a cont inuacicin, t ras hacer lasalvedad de que las curvas indican s6lo tendenciasexpansivas o depresivas, respectivamente, pero nun-ca su intensidad.

Sobre esta base, nuestro ci tado art iculo - fun-

damentado en la documentacitin de 23 fondos ecle-siales- trataba de estudiar otros posibles indica-dores cic l icos y clbservar su comportamiento dentrode la arquitectura general de la teor ia. Nuestra &t-potesis de trabujo era doble:

oa) En dpocas de expansion econrimica parecenabundar las donaciones a la Iglcsia aragonesa, asicomo las adquisic iones rnediante compras por partede dsta, disminuyendo considerablemente ambas en€pocas depresivas.

b) En dpocas de contracci6n econ6mica, encambic-r, parecen aumentar las conf irmaciones rea-

3 Entre otras, la revaluaci6n monetaria, aparici6n detrabajos sobre ciencias apl icadas, obras cienti f icas y f i lo-soficas, espir i tu universal ista, apertura de fronteras, tole-rancia rel igiosa, igualaci<in social, elecci6n del miis aptopara los cargos de responsabil idad, etc.

a Destacan, entrc otras, la devaluaci6n de la ley de lamoneda, I i teratura moral izante, espir i tu nacional ista, cie-rre de fronteras, intolerancia rel igiosa y persecuciones he-braicas, desequilibrios y luchas sociales, eleccidn del m6sfiel para los cargos, etc.

256 257

Page 5: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

Ies-, los l i t ig ios, los actos de proteccion y antparoy las exenciones tributariasr s.

A pesar de haber estudiado 6.821 docunrcntos,las conclusiones def ini t ivas no fueron espcctacula-res, aunque sf venian a suponer un paso a<lclante;

, , l .o No existen indicios suf ic ientes acerca de silos actos de proteccicin a los centros religi<_rsos, lasexenciones tributarias, las permutas de bicnes v Iasconfirmaciones a dichos centros eclesiales aragone_ses son propios de dpocas expansivas o depresivas.

En las dpocas de expansi6n econ6mica pro_liferan los actos de donaci6n por parte de los ficlcsa los centros eclesiales, a la ,r", qr" dstos destinanparte de sus bienes a la adquisici6n de otros nuevos.

3.o Por el contrario, en las dpocas de depresi6necon6mica disminuyen las donaciones, se paralizanen parte las adquisiciones mediante compra, se entre-gan bienes a terceras personas a cambio de treudos yaumentan los litigios en relaci6n con las dpocas ex-pansivas) 6.

2. Otro posible indicador cfclico: la nobleza

El comportamiento humano suele responder amotivaciones y estimulos diversos, de origen hist6-rico, ideol69ico, religioso o cultural, entre otros,pero casi siempre subyace un problema econ6micoo de poder.

Existen mirltiples preguntas generales sobre esecomportamiento, preguntas que suelen hallar res-puestas individuales o de grupo, casi siempre delmismo signo, por muy distantes que se formulen en

5

6Vdase el trabajoVdase el trabajo

citado encitado en

nota l, pSginanota 1, p5gina

26.71 .

lala

258 259

el tiempo. ;Cudndo y quidnes atesoran oro o joyasen lugar seguro que les salven del bache? ;A qui6n,aparte la climatologia, achacar una crisis econ6mi'ca? ;C6mo no buscar un chivo expiatorio para en-dosarle un fracaso politico? 6Cudndo interesa con-tar con los demds y cu6ndo orillarlos? ;En qud mo-mento predominan unas ideologias sobre otras?

;Cu6ndo se permite pensar a todos y cudndo pien-san unos pocos para todos?

Limitdndonos a nuestra 6poca medieval arago-nesa, lcudndo se tienen que arbitrar medidas con-tra el boato de las clases que se lo pueden permitiren comida y vestidos? ;Cu6ndo se persigue a lasminorias dtnicas y religiosas y cudndo se cuenta conellas? ;Cudndo y por qud se crean asociaciones yhermandades y cu6ndo se les persigue con safra?

;Cu6ndo se pretende acabar con unas ideas que-mando en la hoguera a sus autores y cu6ndo se lesreivindica? ;Cudndo cuenta el rey aragon6s con lasCortes y cudndo las ignora? ;Por qud surgen los as-cetas en determinados momentos? ;Cudndo se can-ta a un pdjaro y cu6ndo se glorifica a un h6roe?

Todos estos hechos suelen estar encadenados yes tarea del historiador buscar secuencias, interre-laciones, ritmos y porquds, aun a riesgo de descu-brir cosas que no cuadran con el sistema estableci-do, lo cual suele acarrear tambidn consecuencias.

Lo mismo que tratamos de realizar, como hemosindicado al comienzo, respecto al comportamientosocio-econ6mico de los centros y 6rdenes religiososaragoneses medievales en dpocas de expansi6n o derecesi6n econ6micas, nos proponemos en etapas su-cesivas llevar a cabo estudios semejantes respectoa las convocatorias de Cortes; al origen, desarrolloy extinci6n de asociaciones y hermandades; a com-portamientos oficiales y sociales frente a las mino-

Page 6: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

rias, fundamentalmente judias, etc. pero en estaocasi6n vamos a centrarnos en el papel desempe_flado por una clase social, la nobleia.

Como mera hipdtesis de trabajo partimos deque la nobleza, en este caso la ^.ugo."i" medieval,prolifera, adquiere pcder, se organiza y manda opretende mandar en dpocas depresivas. por el con-trario, se arrincona, cede terreno, disminuye e in-cluso accede a que otros manden en dpocai de ex-pansi6n economica. No obstante, de toda esta varia-da gama de aspectos sobre tal estamento social,ahora nos centraremos tan sirlo en el cuantitativo.

3. La documentaci6n aragonesa medievalde origen nobiliario

Los fondos documentales eclesi6sticos medieva-les aragoneses han sufrido enormemente, sobre tododurante las Desamortizaciones del siglo xlx y laGuerra Civil de 1936-39. No obstante, lo que queda,a pesar de algunos inconvenientes soslayables en lamayor parte de las ocasiones, puede ser consultado.Corno muestra ahi est6n los cada dia m6s numero-sos cartularios y colecciones documentales publica-dos o a punto de serlo.

Los fondos documentales nobiliarios tambi6nsufrieron los avatares desamortizadores y los de lacontienda civil, pero a ello debe unirse una generalpredisposici6n negativa de sus dueflos a que talesfondos puedan ser estudiados. Aleccionador es aeste respecto el trabajo de Bussa CoNoE y RenoxooVErnreurlr-as ?. De ahi, pues, que los cartularios y

r Buesn CoNos, D. J., y ReooNooArchivos Aragoneses, <Estado actualAragdn. Teruel, 1978,, I (Zaragoza,

260

VerNrEurLr-ls, G., tosde los estudios sobre

1979\, 2l-39.

las colecciones documentales nobi l iar ias l leven unconsiderable retras<-r.

A pesar de todo, existe documentaci6n publicadadirecta o tangencialmente sobre la nobleza: ias cadadia m6s abundantes actas de Cortes, expedientesde infanzonia, hidalguia y nobleza, documentaci6nde origen real, expedientes de limpieza o pureza desangre para el ingreso en determinadas institucio-nes, l ibros de cuentas, los problemas de la Uni6n,el reinado de Juan I I , etc. , aunque muy poco enconjunto como para poder llevar a cabo una sinte-sis completa. De ahi que hayamos recurrido a otrafuente de informaci6n mAs homogdnea: la Revista

"Linajes de Arag6n".

4. La Revista ulinajes de Arag6n"

El I de jul io de 1910 nace en Huesca una revistaquincenal i lustrada, Linaies de Aragdn, dedicada arecoger resenas hist6ricas, geneal6gicas y herdldi-cas de las familias aragonesas. Iniciativa de un sacer-dote, Gregorio Gancia Cllnes, director y fundador,es amparada por la alta clerecia aragonesa: el ar-zobispo zaragozano Juan Soldevila y los obisposMariano Supervia (Huesca), Antonio Lopez Pel6ez(Jaca) e Isidro Badia Sarradell (Barbastro). Cola-boran con Garcia Cipris, entre otros, Ricardo delArco, Mariano de Pano, Gonzalo Olivera, FelicianoParaiso, Emilio Luna, Acacio de Bistu6, MarianoGarcia Oc|fliz, Juan M. Sdnchez, Domingo Torres,Miguel Supervia, Luis Mur, Josd de Santiago, P. deSanta Pau, el Baron de La Linde, etc. Su vida fuelarga y efimera, segrin se mire, alcanzando hastael 15 de octubre de 1916.

Los mdtodos de trabajo del conjunto de colabo-radores dejan bastante que desear desde la perspec-

261

Page 7: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

tiva actual, salvo contadas excepciones. Lo mismoocurre con el aparato critico. No obstante, aportanmriltiples noticias y bastantes documentos, algunosde los cuales no existen hoy. Cubren relativamentebien el siglo xr y, sobre todo, parte del xrr, hastaRamiro I[ inclusive (merced, fundamentalmente, alas aportaciones documentales de Ricardo del Arcoy Mariano de Pano) y bastante bien los siglos xrvy xv (gracias al estudio de iirboles seneal6eicos dela nobleza de comienzos del siglo xx, u

-ulgrr.ro,

expedientes de infanzonia e hidalguia y a unos po-cos expedientes de pureza de sangre, aunque no loscitan). Por el contrario, el ti ltimo tercio del siglo xlry casi todo el siglo xrrr, momento crucial en el desa-rrollo de este estamento social, se nos muestran bas-tante pobres en datos. En su descargo, seflalemosque, pol ejemplo, ni Hurcr ha publicado todaviasu obra sobre Jaime I8 ni SeNcoRniru su Libro de laCadenae.

Se observa asimismo un trato desigual en cuan-to a la distribuci6n geogrdfica de las familias estu-diadas: el Bajo Arag6n est6 poco representado,mientras que el Alto monopoliza una gran parte desus p6ginas, aun cuando es bien cierto tambidn quemuchos linajes extendian sus tent6culos por todoel Reino.

En general, la obra es eminentemente descrip-tiva y narrativa, sin entrar en valoraciones e inter-pretaciones. Por eso mismo sus datos nos interesanm6s si cabe para nuestro trabajo, puesto que est6nexentos de cualquier tipo de manipulaci6n intere-sada.

8 Hurcr MrnaNol, A., Colecci6n diplomdtica de laime Iel Conquistador (1217-1238J. Valencia, 1916-1919.

e Snnconnix, D6maso, El " Libro de la Cadena,' delConcejo de Jaca (siglos x-xv). Zaragoza, 1921.

262

5. La recogida de datos y su interpretaci6n

La pr imera fase del t rabajo consiste en un ele-mental recuento de las citas referentes a nobles,siempre que aparezcan datadas. El resultado, pocorevelador de momento, st: rccoge en el graf ico I, sibien los resultados se han agrupado por periodosde 25 afros, con f ines exclusivamente metodol6gicos.

G R A F I C O I

C I T A S P O R C A D A

z s r i o s

10s0 / tols 21

1 0 7 6 . / l 1 0 0 2 6

1O1 ,/ t 2 5 30

t26 / 1 5 0 t 0 0

151 / t 7 5 \ 5

116 / ?00 5 a

1 201 /1.225 6 6

1?26 /1 25O 5 1

| 75t /1275

1.276,/13O0 t23t30 t /132s 9 5

1.326,/1350 t39

1 3 5 1 , / 1 . 3 ? 51 3 9

1.37 6,/1 4a

| 101 /1 12 t c 6| 126,/t 15( 1 4 6

1151 / tA1' . t73

| 176 / 191 1 5 4

T O r A t 1 . 7 5 6

2 0 0

1 9 0

1 8 0

1 7 0

r 6 0

t 5 0

1 4 0

1 3 0

r 20i l 0

r 0 0

90c 0

7060

50

302 0

l 00

EsE!EEETtiEIE$

Esta primera toma de contacto con la informa-ci6n suministrada pone de relieve una realidad bienpalpable: la desigualdad de la cantidad de datosproporcionados, lo cual, como veremos mds adelan-te, va a falsear los resultados en un periodo deter-minado.

263

Page 8: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

Si de acuerdo con los datos hallados dividimospor la mitad el intervalo 1050-1500 0050-1275 v1276-1500, respectivamente), se observa un desequi-librio enorme, y no por falta de nobles en el peiio_do primero. El grdfico 2 habla por si s6lo. En los225 primeros afros se acumulan rinicamente el 26,54por ciento de las citas, en tanto que el resto, el73,46 oto, corresponden a los 225 aios riltimos.

E-EEEEEiT

GRAFICO 2

o o o h

n iSs E[9!iiE

Ahora bien, estos resultados nos son v6lidos tans6lo para observar la cantidad de informaci6n y laanomalia seflalada, pero una vez apuntado esto,procede acomodarlos a otro tipo de periodificaci6nm6s real, y puesto que hemos comenzado reprodu-ciendo la correspondiente a fases depresivas y ex-

264

O I S I R I B U C l O N P O R C E N T U A L

D E t ^ S C I T A S

pansivas, econ6micamente hablando, vamos a efec-tuar una redistribuci6n de las citas por periodosde expansi6n y de depresi6n econ6mica, tal comorecoge el grdfico 3, eliminando los datos de 1485 enadelante, puesto que alli finaliza la curva de losciclos medievales arasoneses.

Pero estos periodos cronol6gicos no tienen todosiddntica duraci6n. Su secuencia es muy desigual:30 ,26 ,32 ,25 , 126, 39 ,2 I , 46 ,40 y 5 l a f los , respec t i -vamente. El minimo tratamiento estadistico requie-

GRAFICO 3

taolllD

t.0

tto

!d

n0

rg

a

il

'D

,a

no

2 4

l to

7n

t!0

@

t ,

tto

t t0

to

tt0

t t0

t ro

IOp

$

F

t

o

I

t0

l0o

ro9/roa 22

ros/1.at a a

1loa/ | ttl 01

r . l !a / rn

r . laa/r2r t la

rzat/1.t21 rt t

D2a/ rt.l toa

1.t.9y' g ,,,ltt5/1.4t l0t

.a t / 1 .4 354

26s

Page 9: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

re poner en relaci6n el total de citas por periodocon el numero de afros del mismo, es decir, se pre-cisa hallar el indice relativo anual de citas por pt:-riodo de expansi6n o de depresi6n, tal como mues-tra el grdfico 4. N6tese la gran diferencia de estacurva con la del grdfico 3, a pesar de partir de datosabsolutos id6nt icos.

GRAFICO I ,

r x 0 t c E R E t A l v o A N U A r 0 E C t I A S p o R p E R t o D o s

O E E I P A N 9 I O I O D E D E P P E S I O T

E€ ig€ iE i i $s<<<<<E3!ie3!!E!

1.O5O/1

r.0lo / Llos

1106 /1.137

1.136/|162

t163 / 1

t i s /Bn

1.32t/ 13a6

1.3.9/,

1.395/rr3.

2 2 . 9 O = O , 7

3 2 : 2 6 : 1 , 2

9 1 . 3 2 : 1 ' l

4 6 : 2 5 : l ,

36: l?6:2,5

179: t9. 4, .

ll: 2t : 5.1

222 a6 aC

305:40: t6

JS6:S ' l

Traslademos, por riltimo, los resultados obteni-dos a otro tipo de representaci6n gr6fica, que nospermita comparar aqudllos con la periodizaci6n ci-clica de la que hemos partido. El resultado, reco-

266

gido en el grdlico .5, cs sorprcndente. En Ia partesuperior, la curva rcsultantc de este trabajo, conmatizaciones de profundidad; en la inferior, la cur-va de tendencias dc part ida.

r()

oIl!

Eo

, 9 f l

t6l l

90l l

oeo1

0 5 0 1

u l

el- l

267

Page 10: AcusriN Usrero AnrEra - unizar.es

Teniendo en cuenta la imparcialidad, a efectosde nuestro estudio, de la fuente de informaci6n y,desde luego, con la garantia de un recuento rigu-roso, los resultados alcanzados son espectaculaiesy claros. A simple vista se observa que:

a) Cada periodo de expansi6n econ6mica se vecorrespondido con una disminuci6n en el ntimerorelativo de nobles citados respecto al intervalo de-presivo anterior.

b) Cada periodo de recesi6n econ6mica tienesu contrapartida en un aumento del nrimero rela-tivo de nobles citados conforme al periodo expan-sivo anter ior.

En este caso observamos una excepcirin, ya indi-cada con anterioridad. La evidente carencia de da-tos para el per iodo 1162 a 1288, ref lejada con clar i -dad en los grdficos I y 2, nos lleva a creer que lacurva real deberia ser distinta, mucho m6s elevada,tal como indicamos en los grdficos 4 y 5 con pun-teado y trazos discontinuos, respectivamente. Es de-cir, su ndmero debi6 ser considerablemente mayor.

Como conclusi6n, a la vista de los datos mane-jados, podemos asegurar que, con independenciade su protagonismo y de su poder real, la noblezaaragonesa se ve afectada, al menos numdricamente,por la marcha general de la economia del Reino. Seestira y aumenta en los momentos de contracci6n;disminuye en los expansivos. Un hecho que consti-tuye una constante hist6rica en nuestros sislos me-dios.

268