En la mitología griega, Perséfone (en griego antiguo, Περσεφόνη Persephónē: ‘la que
lleva la muerte’) es hija de Zeus y de Deméter (ἡ Μητὴρ hê Mêtềr: ‘la madre’). La joven
doncella, llamada hasta entonces Kore (Κόρη: ‘hija’), es raptada por Hades y se convierte
en la reina del Inframundo.
Perséfone es su nombre en la literatura épica de la Grecia jónica.1 En otros dialectos era
conocida por otros nombres, como Persephassa o Persephatta. Homero la
llama Persephoneia (Περσεφόνεια). Los romanostuvieron noticia de ella por primera vez a
través de las ciudades eólicas y dóricas de la Magna Grecia, donde usaban la variante
dialéctica Proserpina.
De ahí que en la mitología romana fuese llamada Proserpina, y como tal llegase a
convertirse en un personaje emblemático del Renacimiento.
Sin embargo, Deméter no tenía una posición estable en el Olimpo. Solía vivir muy lejos de
los demás dioses, siendo una diosa de la naturaleza anterior a plantar semillas y cultivar
plantas. En la tradición olímpica fue cortejada por los
dioses Hermes, Ares, Apolo y Hefesto, pero ella
rechazó todos sus regalos y alejó a su hija de la
compañía de los dioses. Así, llevaba una vida
pacífica hasta que su hija Perséfone se convirtió
en la reina del inframundo, lo que, según los
mitógrafos olímpicos, no sucedió hasta
que Hades la raptó y la llevó allí con él.
Perséfone estaba cogiendo flores
inocentemente con
algunas ninfas (y Atenea y Artemisa, según
el himno homérico, o Leucipe, o
algunas Oceánides) en un campo
en Enna cuando Hades apareció, emergiendo de una grieta del suelo. Las ninfas fueron
castigadas siendo transformadas en las Sirenas por no haber intervenido. La vida quedó
paralizada mientras la desolada Deméter buscaba por todas partes a su hija
perdida. Hécate había oído sus gritos y sugirió a Démeter hablar con Helios, el sol, que
todo lo ve, para que le contase lo que había pasado.
Finalmente, Zeus no pudo aguantar más la agonía de la tierra y obligó a Hades a devolver
a Perséfone, enviando a Hermes para rescatarla. La única condición que se puso para
liberar a Perséfone fue que no probase bocado en todo el trayecto, pero Hades la engañó
para que comiese seis ,o cuatro según las fuentes, semillas de granada, que la obligaban
a volver cada año un mes por cada semilla. En algunas versiones,Ascálafo contaba a los
demás dioses que Perséfone se había comido voluntariamente las semillas de granada.
Cuando Deméter y su hija estaban juntas, la tierra florecía de vegetación. Pero durante
seis meses al año, cuando Perséfone volvía a los infiernos, la tierra se convertía de nuevo
en un erial estéril. Fue durante su viaje para rescatar a Perséfone del inframundo cuando
Deméter reveló los misterios eleusinos. En una versión alternativa, Hécate rescató a
Perséfone. En la versión más antigua la temible diosa Perséfone era la propia Reina del
Inframundo.3
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