VÍDEO DE HOY:
“Teresa de Jesús, una mística de ojos
abiertos”, conferencia de. L. J. F.
Frontela
El 8 de Abril de 2015, a las 19.30h., dentro de los actos del V centenario de Santa Teresa, por el Ateneo
Jovellanos de Gijón, se imparte la segunda conferencia, en esta ocasión a cargo del Padre Luis Javier
Fernandez Frontela, ocd que lleva por título. “Teresa de Jesús, una mística de ojos abiertos”. Presentó
D.Santiago Sagredo, licenciado en Filosofía y Letras.
Luis Javier Fernández Frontela, carmelita descalzo que reside en el convento de San Benito de Valladolid,
nació en Meneses de Campos. De niño estudió en el seminario de los carmelitas de Medina del Campo y
se licenció en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, diplomándose en Historia de la Iglesia
en la Universidad de Comillas de Madrid y posteriormente en Historia en la Universidad de
Valladolid. Ha sido profesor de Historia Medieval de la Iglesia durante 15 años en el Instituto
Teológico San Esteban de Salamanca y durante 21 años director de la Revista Teresa de Jesús de Ávila.
Actualmente lo es de la Revista Estudios Josefinos en Valladolid y miembro del consejo de Redacción de
la Revista de Espiritualidad de Madrid.
Una de sus pasiones es la peregrinación, y, al margen de haber hecho marchas por los caminos por los que
anduvo Santa Teresa, y otros muchos caminos por Tierra de Campos y por la sierra de Ávila, buscando
los lugares por donde anduvo la Santa, ha llevado a cabo muchas veces el camino de Santiago a pie o en
bicicleta.
Más información en la página del Ateneo (crónica de Fidel García)
Las africanas, a la conquista de los
puertos
Por: Ángeles Jurado | 10 de abril de 2015
Los cargos de responsabilidad en el sector portuario africano son ocupados en una proporción de 1 a 4 a
favor de los hombres frente a las mujeres. O, lo que es lo mismo, por un porcentaje de mujeres que oscila
entre el 15 y el 25 % dependiendo del país. Son cifras de la Red de Mujeres Profesionales Portuarias y
Marítimas, que se reunió a finales de marzo en Casa África, en un encuentro que se lleva a cabo todos
los años organizado por la Autoridad Portuaria de Las Palmas y la Fundación Puertos de Las
Palmas.
Al frente de la red figura una togolesa, Akuélé Yévona Andalete Lawson, que explicó seriamente en un
aparte de las sesiones de trabajo que hay una labor ingente que hacer para cambiar las estadísticas y que
esa labor incluye refuerzo de las capacidades y el liderazgo de las mujeres y sensibilización en las
empresas, para que los hombres aprendan a confiar en las aptitudes de las mujeres y se garantice que ellas
llegan a ocupar puestos de responsabilidad en el sector privado. "No es un trabajo a llevar a cabo con
mujeres solamente, es algo que debemos hacer juntos hombres y mujeres", precisó con firmeza.
Yévona también comentó que en Togo no existen leyes que permitan privilegiar el acceso de las mujeres
a los puestos de responsabilidad, aunque ese tipo de cuota sí que se ha fijado de cara a las listas de
candidatos a las próximas elecciones y además, se ha formalizado también un cambio trascendental en el
ámbito privado: el reconocimiento de la mujer como cabeza de la familia. "El Código de Familia togolés
habla ahora de dos jefes de familia, en un movimiento que tiene por objeto garantizar el bienestar de los
niños", apuntó. Mujer poderosa en un entorno fundamentalmente masculino, adscrita al Puerto
Autónomo de Lomé, lucía la expresión de alguien que no entiende que existan muchas cosas
que celebrar justo antes de comenzar a dirigir, con mano férrea, una jornada cargada de paneles y debates
con setenta mujeres de once países africanos.
Florentine Koidio / Imagen: Casa África
A la diestra de Yévona se sentaba Florentine Koidio, jefa de Departamento en el Puerto Autónomo de
Abiyán y con una visión más positiva de las realidad. "Hay mucha presencia de mujeres en nuestro sector
portuario", valoró. "Un 32 % de los cargos de responsabilidad está ocupado por mujeres. La primera
mujer que llegó a este tipo de puestos lo hizo en el año 1984. Antes había muchas mujeres, sí, pero
secretarias y en cargos inferiores. A día de hoy tenemos a tres directoras en el comité de dirección del
puerto. La primera mujer en llegar a ese comité lo hizo en el año 2000. Son 3 de 16, pero estamos cada
vez mejor y más integradas".
Florentine habló de la posibilidad de un machismo sutil, no muy visible, pero también razonó que en
Costa de Marfil, su país, hay un censo con mujeres universitarias, preparadas para ocupar puestos de
responsabilidad en la administración pública y que se prioriza la llegada de estas mujeres a los altos
cargos cuando quedan vacantes.
En la misma pausa y armada con tazas de café cargado, la delegación senegalesa, compuesta por cuatro
mujeres, habló de todo lo positivo que conlleva el trabajo femenino: compromiso, ética, seriedad. Fatou
Kine Tamba, de Bolloré Africa Logistics, recordó sus comienzos en el sector, a través de la aduana en
Dakar, en 1982.
"No había mujeres, era un entorno de hombres y yo era la única mujer", precisó. "Eso me estimuló. Quise
conocer otros trabajos que hacen los hombres en el puerto. Y forjó mi personalidad. Aprendí temas de
logística, de facturación, comercial y regresé a la aduana. Trabajé con otras tres mujeres como jefa
de servicio. Todas con hombres por encima de nosotras. No nos implicamos ni nos autoexigimos porque
nos obliguen. Trabajamos duro porque lo queremos, sin miedo".
Sus compañeras mostraban su acuerdo con sus palabras y repetían la importancia de la lealtad de las
mujeres a sus empresas.
"Además, llevamos la logística de nuestros hogares y nuestras vidas familiares", remachó una de ellas
dignamente, recordando de nuevo que, aquí y allí, las mujeres combaten en varios frentes y cargan el peso
de todos los mundos posibles sobre sus hombros.
Delegación de Senegal en el encuentro / Imágenes: Casa África
Akuélé Yévona Andalete Lawson / Imagen: Casa África
Fatou Kine Tamba / Imagen: Casa África
[ENTREVISTA ESPECIAL] Lo que
enfrentan los migrantes de Honduras
para llegar a Estados Unidos
Marcela Belchior
Adital
El aumento de migrantes detenidos, deportados y repatriados se ha agravado de manera
vertiginosa e incluye a territorios de casi toda la América Central, además de México,
en especial, para entrar en tierras estadounidenses. Para que se tenga una idea de la
cantidad de personas que se arriesgan a migrar clandestinamente de un país a otro, en
condiciones de profunda vulnerabilidad, en el año 2013 los registros del Departamento
de Seguridad de Estados Unidos señalan 368.644 traslados. Y éstos son sólo los
números oficiales.
Hondureños intentan escapar de una sociedad que no ofrece oportunidad de
trabajo, estudio ni seguridad. Foto: Reproducción.
Dentro de esa realidad, Honduras es hoy una de las principales naciones cuya población
se aventura, diariamente, en rutas de fuga por caminos y desiertos, en el intento por
escapar de una sociedad que no ofrece medios de desarrollo ni protección ante la
violencia estructural constante. Ésta incluye la militarización de la sociedad, falta de
acceso a la educación de calidad o al trabajo digno, además de la ausencia de políticas
efectivas de protección de los derechos de los grupos vulnerables, como la infancia y la
adolescencia, que sufren en un contexto de "criminalización de la juventud”.
Para discutir cómo hondureñas y hondureños vivencian la migración, incluyendo a
jóvenes y niños, Adital entrevistó en exclusividad a Yolanda González, coordinadora
de la sub-región América Central y América del Norte (Cana) de la Red Jesuita con
Migrantes. La organización actúa en la articulación de las obras de la Compañía de
Jesús por la región centro y estadounidense, promoviendo un trabajo junto a los
migrantes, sus familiares y otros actores sociales de transformación, que son parte de la
línea que abarca desde los países de origen, hasta el tránsito, el destino y el retorno de
esa población.
Según Yolanda, en el medio del camino los migrantes se vuelven presas fáciles para
traficantes y otros grupos del crimen organizado, además de agentes estatales corruptos
que los someten y varios tipos de violaciones de derechos humanos. Particularmente, las
mujeres y niños. Esto puede expresarse como extorsión, asalto, violencia, estupro,
tráfico de personas, trabajo forzado y asesinato.
Los/as hondureños/as salen de su país en condiciones socialmente vulnerables y, si
retornan a su patria, llegan en situación todavía peor. Yolanda cuenta que los detenidos,
deportados o repatriados llegan de vuelta a Honduras con una gran sensación de fracaso,
frustrado el único proyecto de vida que tenían en mente. Financieramente también, ya
que muchos de ellos se deshacen de todas sus pertenencias para invertirlas en el
traslado. Además, sufren la estigmatización de la sociedad, pasando a ser vistos como
delincuentes.
¿Los motivos para migrar? "Porque continuamos teniendo hambre y miedo”, responden
algunos de ellos, en entrevistas con organizaciones sociales. Y este contexto puede
llevar a un/a hondureño/a a migrar una, dos, tres o varias veces, siempre con la
intención de construir una nueva vida en Estados Unidos. Hoy, ese público no sólo
contempla al grupo de hombres jóvenes, sino también al de mujeres solas, con hijos, o
hasta niños no acompañados.
Yolanda González actúa en la asistencia a migrantes en países de América Central
y del Norte. Foto: Archivo personal.
ADITAL - ¿Hay estimaciones de cuántos inmigrantes han retornado para
Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador, básicamente) tras la
deportación de EE.UU.? Este número creció en relación a otros años?
Yolanda González - El aumento de migrantes detenidos, deportados y repatriados se ha
agudizado de manera vertiginosa, tanto de Estados Unidos como de México. Según
datos oficiales de U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE), instancia
investigativa del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en el año
2013 se realizaron 368.644 traslados de personas migrantes por medio de la remoción.
La figura de remoción contempla tanto a las personas que son deportadas dentro de
Estados Unidos como aquellas que son aprehendidas (y rechazadas) al intentar ingresar
a territorio estadounidense sin los permisos correspondientes. De la cantidad total de
remociones, 133.551 fueron de personas aprehendidas dentro Estados Unidos; mientras
que 235.093 correspondieron a personas que intentaban ingresar de forma irregular. De
la cantidad total de remociones, 241.493 eran de personas de origen mexicano, 47.769
personas provenían de Guatemala, 37.049 eran de origen hondureño, 21.602 eran
salvadoreñas y 1.383 nicaragüenses (ICE, 2014).
En octubre de 2014, el Instituto Nacional de Migración de México (INM) informó que
entre enero y agosto 2014, 63.092 migrantes centroamericanos fueron detenidos y
repatriados a sus países de origen. De ellos, 12.038 eran menores de edad. Este número
es significativamente más alto que en los primeros ocho meses de 2013, donde fueron
repatriados un total de 49.201 migrantes centroamericanos, incluidos 5.097 menores de
edad. De hecho, en los primeros ocho meses de 2014 México ha repatriado a más niños
centroamericanos que en todo el 2013 (8.446).
ADITAL - ¿Hay muchas mujeres, niños y adolescentes? Cuál es el perceptual?
YG - A pesar de que lamigración sigue teniendo el rostro de hombre, y entre joven y
adulto, existe ya un patrón creciente de nuevos rostros y flujos: mujeres solas; mujeres
cabeza de familia (que se van con sus hijos); menores no acompañados.
De octubre de 2013 a julio de 2014, la Patrulla Fronteriza estadunidense detuvo a
62.998 niños y adolescentes no acompañados menores de 17 años, el doble que en el
mismo periodo del año fiscal anterior, cuando se detuvo a 31.491 niños y adolescentes
que viajaban solos. Honduras es el país del que procede la mayoría de estos menores
(17.582), seguido de Guatemala (15.733), El Salvador (14.591) y México (13.675),
precisó la Patrulla Fronteriza en un comunicado.
También informó del aumento significativo del número de familias detenidas en la
frontera, es decir, de adultos que viajan con niños, siendo en muchos casos mujeres
cabeza de familia: 62.856 en lo que va del año fiscal, frente a las 11.001 en el mismo
periodo del año fiscal 2013.
Es importante señalar que el aumento de niños/as y adolescentes ha incrementado
notoriamente en los últimos años, tal y como lo habían advertido organizaciones como
Casa Alianza. Es decir, la llamada "crisis de los menores migrantes” en realidad es una
"crónica de una crisis anunciada”. De acuerdo conPew Research Center, entre el 2009 y
el 2014 el crecimiento de los menores que emigran solos de Honduras a Estados Unidos
creció 1.272%; en el caso de Guatemala, 930%; y 707% en El Salvador. De ellos, 60%
son niños y 40% niñas. Y si antes la mayoría tenía entre 16 y 17 años, ahora crece el
número de quienes tienen menos de 14 años.
El incremento de menores no acompañados — aunque mucho menos abrupto —
también fue registrado por el Instituto Nacional de Migración de México entre los
centroamericanos que deportó desde su territorio: de 1.946 en 2009 a 5.389 en 2013. El
total de menores en ese lapso pasó de 3.985 a 8.180; 44% procedentes de Honduras. El
peso de los menores en el total de deportados saltó de 6% a 11% y la proporción de
menores no acompañados entre el total de menores subió 17 puntos: de 49% a 66%. El
país con mayor índice de menores no acompañados sobre el total de menores es
Guatemala, con 74% en 2013 [dados do Centro de Estudios Migratorios].
Actualmente, mujeres solas o con sus hijos también pasan por la ruta migratoria.
Foto: Reproducción.
ADITAL - ¿Cual es la situación en que estas personas regresan tras intentar
ingresar en EE.UU. (condiciones de salud, financieras, emocionales)?
YG - Llegan en situaciones mucho más vulnerables. Emocionalmente, con una
sensación de fracaso, ya que, en muchos casos, se frustró el único proyecto de vida que
tenían en mente. Financieramente, el decidirse a migrar suele ser una "inversión”, es
decir, la gente vende sus tierras, sus pertenencias o se endeuda, por lo que volver
deportado significa estar en mucha peor situación. Esto también afecta a la salud
emocional, ya que no solo se sienten fracasados, sino que han frustrado las expectativas
de la familia. Sin contar la ansiedad y estrés que supone el haber pasado por las penurias
del tránsito. Y, por último, la estigmatización que sufren muchas personas deportadas,
que son vistas como criminales.
ADITAL - ¿Estas personas relatan se han sufrido algún tipo de violencia en su
intento de pasar por la frontera? ¿Y también en su recogido por México? ¿Cuáles
son los principales tipos de violencia?
YG - Las políticas restrictivas vinculadas a la seguridad nacional han desembocado en
el reforzamiento del control hacia los migrantes y a una mayor militarización de las
rutas migratorias, especialmente de las fronteras. Existe una marcada tendencia a
criminalizar el fenómeno migratorio, convirtiendo la indocumentación en un delito, lo
que contribuye a que los migrantes sean presas fáciles de traficantes y funcionarios
corruptos que los someten a las más terribles formas de violación a sus derechos
humanos, particularmente cuando se trata de grupos más vulnerables como las mujeres
y la niñez.
Esto ha llevado al desplazamiento de las rutas migratorias hacia zonas más aisladas y
riesgosas, y convirtiendo estas rutas en unas de las más peligrosas del mundo. Hoy las
regiones fronterizas han pasado a jugar un papel fundamental con respecto a las
acciones vinculadas al crimen organizado, donde los migrantes irregulares son víctimas
vulnerables de bandas (trata y tráfico de personas) y de la corrupción administrativa
(abuso de autoridad, extorciones, entre otras), siendo los ejemplos más dramáticos las
masacres de migrantes — en su mayoría centroamericanos — por parte de las bandas
del crimen organizado.
En este sentido, podría decirse que la migración de Centroamérica a EEUU se volvió
una de las más peligrosas del mundo tanto por la presencia de delincuentes a lo largo del
camino como por los espacios naturales extremos que los migrantes deben cruzar para
llegar a EEUU.
Según un informe (Narrativas de la Transmigración Centroamericana en su paso por
México, 2013) un 72,9% de los hondureños entrevistados fueron categóricos al señalar
que durante su tránsito por México sí habían sido objeto de golpes, robos o amenazas, y
sólo 27,1%, sostuvo que no se cometió ningún tipo de violencia en su contra. Con
respecto a quién ejecutó la agresión física o psicológica, 45,71% fueron ejecutadas por
las autoridades y 33,23% por civiles.
Dado que la migración es un proceso humano y social, los migrantes intentan pasar de
todas maneras, y lo hacen por corredores de tránsito irregular que se crean en los
márgenes de la frontera. En estos corredores, fueron atraídos autoridades corruptas y
grupos delincuenciales, situados en posición de fuerza, que están en capacidad de dejar
pasar y de imponer la cuota arbitraria del cruce. Ponen el precio del cruce.
Entre más dificultad de cruzar, más los migrantes recurren a los coyotes. Pero los
saberes y los contactos de los coyotes tradicionales se fueron volviendo ineficaces para
cruzar la frontera. Los coyotes tuvieron que enlazarse con las redes del crimen
organizado, único actor con los medios suficientes para forzar los sistemas de control
fronterizo modernos.
La lucha contra el tráfico de droga empujó a los Cárteles a reforzar su control sobre los
espacios de tránsito irregular, a diversificar sus actividades y a adueñarse de estos
espacios por la violencia y el terror. Y a tener en monopolio de las actividades ilegales
en los 2.000 a 4.000 km del cruce de México y de los 3.170 km de la frontera de
EE.UU. Controlan la frontera ilegal del lado mexicano como estadounidense.
La presencia del narco hizo degenerar todo. Esta inseguridad no es algo delimitado a las
rutas de tránsito indocumentado, es a nivel nacional, pero sí se encuentra más
concentrado en los corredores de migrantes indocumentados donde puede actuar con
más libertad que en los espacios que le disputa al gobierno. En estos corredores, el
Estado no parece meterse ni rendir cuentas.
Empezó a degenerar la violencia que se abate contra los indocumentados: antes, la
delincuencia asaltaba, ahora el narco se sirve en los migrantes. Gestión del tráfico de
indocumentados con las capacidades de los cárteles (con radios de alta frecuencia,
escoltas armados, bodegas, uso de indocumentados como anzuelo para concentrar las
patrullas fronterizas para pasar la droga por otra parte, capacidad para corromper
autoridades en México como en EEUU, etc.; pago de derecho de paso/impuesto).
Expansión de la capacidad de agresión y chantaje: se crea con la industria del secuestro
de migrantes (20.000 según la Comisión Nacional de DDHH de México, piden 2 mil, 4
mil, 6 mil dólares por cabeza). Ésta está alimentada en gran parte por la capacidad de
infiltración del crimen organizado en las autoridades.
Los migrantes deben cruzar por territorios peleados por los cárteles (luchas por el
control de las rutas) y donde se desata un nivel sin límite de violencia contra los actores
más vulnerables que son los migrantes en tránsito(asesinatos, decapitación, violación).
Un indocumentado no vale nada más que lo pueden sacar de él.
Ante las dificultades del paso, se ha desencadenado la inflación de los precios de los
coyotes (de 4.000 en 2005 a unos 8.000 dólares en 2014). Y los que no tienen para
pagar coyote deben pagar solo el derecho de paso (en el tren, en el desierto, etc.). Y el
que no puede pagar en efectivo tendrá que pagar de otra manera. Se revienta la
desigualdad entre los que tienen para ir con coyote prepagado y los que no.
En los márgenes de la frontera, la dominación masculina que rige en la legalidad se
encuentra a rienda suelta: la violación a las mujeres es generalizada en el camino (80%
según Foro Migraciones, 2007).
También se han identificado riesgos según el medio de transporte que usan los
migrantes: 1) en tren: muerte o amputación por caídas del tren, por inseguridad al
asegurarse en el vagón, cansancio y somnolencia, además de acecho de pandilleros y
delincuentes; 2) en furgón: asfixia, accidentes por vuelcos y detección fronteriza; 3) en
cayucos o balsas: ahogamientos, naufragio e insolación.
En agosto de 2014, el gobierno mexicano también prohibió que los migrantes viajaran
en los trenes de carga hacia el norte de la frontera entre Estados Unidos y México. Y lo
hizo aumentando la velocidad del tren y las barreras físicas en varias áreas que impiden
a los migrantes subir a bordo. Los informes de los albergues para migrantes también
sugieren que sean creados puestos de control móviles a lo largo de las principales
carreteras del norte.
Entre 2009 y 2014, la cantidad de niños y adolescentes que emigraron solos de
Honduras a Estados Unidos creció un 1.272%. Foto: Reproducción.
ADITAL - Cuando son detenidas en EE.UU., ¿cómo estas personas son tratadas
por los oficiales estadunidenses?
YG - La seguridad fronteriza nunca ha sido ni tan dura y ni tan financiada. Los procesos
judiciales por "entrada ilegal” se han incrementado en 130% desde 2007. El gobierno
está gastando 18 billones de dólares en seguridad fronteriza. La patrulla fronteriza
cuenta con más de 21.000 agentes, el doble desde el 2005 y cinco veces más que en el
1993. Ahora hay drones y helicópteros Blackhawkoperando en la frontera. Hay 700
millas de cerca. Cerca de 400.000 personas son deportadas por la administración al año
al año.
Según el informe Fallas Documentadas: consecuencias de la política migratoria en la
frontera de EE.UU. y México, Iniciativa Kino para la Frontera 2013 (4.963 encuestas a
migrantes deportados en frontera), algunas de las principales preocupaciones son:
Abusos: aproximadamente uno de cada cuatro migrantes (24,8%) — 797 de los
encuestados en el Centro de Atención a Migrantes Deportados (CAMDEP) en Nogales,
Sonora — declararon haber sido víctimas de algún tipo de abuso cometido por los
agentes de la Patrulla Fronteriza de los EE.UU. La agresión verbal es el tipo de abuso o
maltrato más común que sufrieron los migrantes a manos de los agentes de la Patrulla
Fronteriza. Más de uno de cada seis mujeres (17,6%) y el 12,6% de los hombres fueron
víctimas de este tipo de abuso. Alrededor del 5,6% de los migrantes fueron maltratados
físicamente por agentes de la Patrulla Fronteriza.
Negación del contacto con el consulado: uno de los derechos más básicos que tiene
todo extranjero, arrestado en los Estados Unidos, es que se le permita establecer
contacto con su consulado. Existe una considerable cantidad de evidencia que
demuestra que a los migrantes no se les proporciona suficiente información sobre este
derecho y que incluso les es negado de manera rotunda por las autoridades migratorias
de los EE.UU., cuando están conscientes de que lo tienen. Patrulla Fronteriza es la que
más probablemente, por un gran margen, infringe este derecho.
Separación familiar: la separación de los migrantes de los familiares con quienes
viajaban al momento de ser aprehendidos y deportados por la Patrulla Fronteriza de los
EE.UU. El informe sugiere que la separación familiar durante el proceso de deportación
se lleva a cabo de manera descontrolada. De entre los 1.692 migrantes deportados que
contestaron esta pregunta, más de la mitad (53,1%) habían sido separados de un familiar
o amigo, y uno de cada cuatro (25,2%) migrantes deportados fue separado(a) de un
integrante de su familia inmediata.
Especialmente preocupante es el caso de las personas que huyen por violencia y tienen
derecho a protección internacional. Según diversos informes (Human Rights Watch,
"You don´t have rights here”, 2014), cuando interceptan al migrante en la frontera, los
migrantes son sujeto de un procedimiento expedito de deportación, y en muchos casos
la Patrulla Fronteriza no les haz la pregunta de si tiene miedo de volver a su país (que sí
aparece en el formulario). Incluso, cuando las personas migrantes le dicen, no hacen
caso.
Según la ley estadounidense, las patrullas de fronteras deben identificar si las personas
tienen miedo de volver a su país por violencia y, en ese caso, referirlas a la oficina de
asilo, quien determinará si existe temor fundado y creíble. Esto ha dado como resultado
que personas que han tenido que huir porque estaban amenazadas de muerte o eran
víctimas de violencia doméstica, o de maras y pandillas, han sido devueltas a su país, lo
cual aumenta considerablemente suvulnerabilidad y riesgo.
Migrantes mutilados en accidentes durante el trayecto en los trenes de las
rutas migratorias. Foto: Francisco Olvera.
ADITAL - ¿Los migrantes deportados afirman se van a intentar nuevamente
ingresar en EE.UU.?
YG - Para tener una idea del flujo migratorio indocumentado en tránsito por México y
con destino hacia EE.UU., según las estadísticas de 2013, la Red de Documentación de
las Organizaciones Defensoras de Migrantes de México, 47,9% de los migrantes
hondureños encuestados aseguró que sí era la primera vez que se encontraba transitando
por tierras mexicanas rumbo a Estados Unidos, pero más de la mitad, el 52,1% sostuvo
que no era la primera vez en tránsito por México y, de éstos, la mayoría, el 95,95%, ya
había estado dos, tres, cuatro y más veces.
¿Los motivos? Ellos mismos lo responden nada más ser deportados: "porque seguimos
teniendo hambre y miedo”. Un indicador de que esto sucede es que en muchos casos,
las negociaciones con los coyotes incluyen hasta dos o tres intentos por el precio
pagado.
ADITAL - ¿Cuales son las razones principales para que las personas busquen salir
de Honduras y viajar a EE.UU.?
YG - Estamos ante un fenómeno multicausal. Cada vez más hay tres razones que se
pueden entrecruzar: la reagrupación familiar, la situación económica (cada año se suma
a la población económicamente activa 200 mil jóvenes, de los cuales únicamente logran
empleo 70 mil) y la violencia (con tasas de 80 homicidios por cada 100.000 habitantes,
llegando en algunas ciudades como San Pedro Sula a tasas de 170 homicidios por cada
100 mil habitantes).
Según el investigador José Luis Rocha, en las diferentes entrevistas a lo largo de 2014
con jóvenes migrantes, se repite una historia arquetípica: el plan de reunirse con su
madre que hace años vive en Los Angeles o Maryland, ya que en Guatemala u
Honduras tienen más probabilidades de conseguir un balazo en la frente, como varios de
sus conocidos, que un empleo decente, como casi nadie. Las tres motivaciones pueden
convivir en un mismo migrante: evitar la violencia, el desempleo y la separación
familiar. El ejemplo que mejor puede reflejar esta combinación es el de la extorsión, que
traslapa la violencia y lo económico.
Es importante, sin embargo, no quedarse en un discurso muy utilizado últimamente: la
gente en Honduras se va por culpa de las maras. Es cierto que las maras y los diversos
delitos en los que incurren estos grupos (extorsiones, palizas, reclutamiento forzoso,
asesinato…) son uno de los actores relevantes causantes de muchas decisiones
desesperadas, incluso de arriesgar la vida en el tránsito por México, porque en sus
países de origen ya la dan por perdida. Y no es nada nuevo que la violencia del triángulo
norte se nutre de organizaciones criminales transnacionales (maras, narcotráfico…).
Ahora bien, es importante ir más allá de este actor. Es necesario atinar a las causas
reales de la migración.
El Estado de Honduras no ofrece alternativas de desarrollo ni protección ante la
violencia estructural que se vive cotidianamente, más allá de la militarización de la
sociedad, lo cual en vez de atenuar, acentúa más el problema. Los niños y las niñas no
logran acceder a una educación de calidad, ni a un horizonte de trabajo digno, justo en
un momento demográfico en el que predomina la población infantil y juvenil. En este
sentido, la falta de políticas efectivas de protección de los derechos de los grupos
vulnerables, como la niñez y adolescencia ha sido continuamente denunciada en
Honduras así como la "criminalización de la juventud”.
Según un informe de ACNUR [Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados] realizado a partir de entrevistas a menores centroamericanos y mexicanos
detenidos, el 56% de éstos requieren de protección internacional. Del año 2005 a 2012
hubo un aumento del 346% en los asesinatos de mujeres y niñas en Honduras. En 2001,
se produjeron 1.068 ejecuciones extrajudiciales de menores de 23 años, 911 en 2012.
Estamos hablando de un Estado que permite una tasa de homicidios de 80 personas por
cada 100.000 habitantes.
La migración no puede tratarse aisladamente, ni con respuestas coyunturales. Es un
fenómeno que se sustenta en bases económicas, sociales, históricas y políticas, que es
necesario rastrear para no quedarse con las respuestas de la primera plana de los
periódicos, que pronto serán sustituidas por otra noticia igual de dramática.
Cinco factores en el caso de Honduras: a) los ajustes estructurales de la economía a
partir de los 90, que, con entusiastas expresiones de "Todos a apretarnos la faja por una
Honduras mejor”, devaluaron la moneda, eliminaron la reforma agraria, disminuyeron
el gasto en salud y educación, se abrió la puerta a los inversionistas, se incursionó en la
agroindustria y la palma africana; b) el huracán Mitch, que devastó la infraestructura,
producción, economía y situación social de la mayoría; c) los TLC que colocaron a la
economía hondureña en la más absoluta precariedad y dependencia de las economías
multinacionales; d) el golpe de Estado de 2009, que aceleró los dinamismos de
inestabilidad y deterioro de la sociedad; e) la corrupción e impunidad de los políticos y
funcionarios públicos que han usado los bienes del Estado como un botín.
En muchos casos, los migrantes son sometidos al dominio de grupos delictivos,
agentes estatales corruptos, con extorsión y violencia. Foto: Reproducción.
ADITAL - ¿Cómo los deportados pueden recomenzar sus vidas en Honduras?
¿Hay algún tipo de ayuda oficial?
YG - La ayuda al migrante deportado se limita solamente a programas de recepción,
liderados por organizaciones sociales. Este es el caso del programa del CARM (Centro
de Atención al Migrante Retornado), que coordinan las hermanas escalabrinianas
(Pastoral de Movilidad Humana) en los aeropuertos de San Pedro y Tegucigalpa, a
donde llegan los vuelos de Estados Unidos.
En la frontera de Corinto (Honduras-Guatemala), a donde llegan los deportados de
México, no hay un programa como tal, sino que hay algunas iniciativas de
organizaciones como Cruz Roja o Casa Alianza, que hacen el registro de ingreso,
entregan bebida, comida, el baño y una llamada telefónica — en algunos casos apoyo
psicosocial o alguna ayuda especial. Con la crisis de los menores migrantes se llevaron
a cabo ciertas mejoras en cuanto a los centros de recepción de los menores. Sin
embargo, ninguna de las medidas afecta a las condiciones de vida que motivaron a las
personas a irse de Honduras.
ADITAL - ¿Hay perspectiva de que EE.UU. cambie su política hacia los migrantes
indocumentados? ¿Qué podría ser mejorado en la ley estadounidense a los
migrantes indocumentados?
YG - La reacción ante la "crisis de los menores migrantes” ha sido motivo de una
creciente lucha entre demócratas y republicanos motivada por intereses electorales.
Obama [Barack Obama, presidente de los EE.UU.] pidió al Congreso para afrontar la
crisis 3,7 millones de dólares. Los republicanos presentaron una contrapropuesta, de 1,5
mil millones, sobre todo para aumentar el financiamiento de la Patrulla Fronteriza. El
Departamento de Estado de Estados Unidos solicitó al Congreso destinar 86 millones de
dólares de la Iniciativa Mérida hacia el Programa Frontera Sur de México.
En la práctica, durante todo este período, el gobierno de EE.UU. endureció su política
migratoria. Enfatizó reiteradamente que está cerrado el ingreso de migrantes menores en
situación irregular. Ignoró el derecho a la reunificación familiar. Dificultó el que los
detenidos tengan acceso a un abogado para que las o los defienda ante el juez de
migración porque han visto que cuando esto sucede se incrementa la posibilidad de que
se queden en EE.UU. Incrementó el número de centros familiares de detención en
Artesia, Nuevo México, Karnes y Dilley, Texas. Este último diseñado para tener 2.400
camas (Comité de Migración de la Conferencia Episcopal de EE.UU.).
Esta crisis también ha sido aprovechada para impulsar una política diseñada por el
gobierno de EE.UU. a la que se han alineado los de México y el triángulo norte de C.A.,
desde una perspectiva de seguridad nacional, que pretende cerrar y militarizar más la
frontera de EE.UU. con México, de México con Guatemala y Belice, y de Guatemala
con El Salvador y Honduras para reducir el flujo de inmigrantes.
El enfrentar la priorización dada al control y a la seguridad policíaca y militar
(especialmente en las fronteras) es un desafío cada vez mayor. EE.UU. se asocia con las
autoridades regionales de migración, unidades militares y operaciones especiales de la
policía. Estas asociaciones adoptan la forma de capacitación, equipamiento y
financiación de unidades militares en Guatemala, Honduras, El Salvador y México, que
deportan a personas, a menudo niños, familias y solicitantes de asilo que buscan
protección internacional.
Por ejemplo, en un comunicado oficial, el Secretario de Prensa de la Casa Blanca
informó: la Policía de Operaciones Especiales hondureña, con la formación y la
financiación de la asistencia de la INL y la CBP, pusieron en marcha la Operación
Rescate "Ángel" en la frontera entre Honduras y Guatemala. La operación está diseñada
para aumentar las intercepciones de migrantes que tratan de emigrar de manera irregular
a Estados Unidos. Además, ha esta crisis ha sido utilizada para impulsar la Alianza por
la Prosperidad por parte de los países del triángulo norte y Centroamérica, que ha sido
llamado una especie de "Plan Colombia Progresista”.
En noviembre, el presidente Obama ha llevado a cabo varias iniciativas ejecutivas en
favor de los migrantes. Algunos dicen que para recuperar la confianza y el apoyo
perdido entre el electorado hispano: a) el 15 de noviembre, el gobierno del presidente
Barack Obama anunció un Programa de Admisión de Refugiados para menores
migrantes que permitirá al padre o la madre que vive legalmente en EE.UU. solicitar
gratuitamente el refugio para sus hijos menores de 21 años y solteros que están en
Guatemala, Honduras y El Salvador; b) el 20 de noviembre, el presidente Obama dio un
decreto presidencial que abre posibilidades regularizarse o ampliar la regularización a
algunos sectores (dreamers, padres que califican). Sin embargo, estas iniciativas están
paralizadas por el fallo de un tribunal federal en contra de las mismas en febrero de
2015.
Población se moviliza por más protección a los migrantes. El cartel dice: "migrantes
no son criminales”. Foto: Reproducción.
ADITAL - Hablemos un poco sobre el trabajo de los jesuitas con los migrantes
centroamericanos, principalmente los que son deportados.
YG - La Red Jesuita con Migrantes Centroamérica y Norteaméricaes la articulación de
las obras de las Provincias de Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá de la
Compañía de Jesús que promueven el trabajo con las personas migrantes, sus familiares
y otros actores de cambio en los países de origen, tránsito, destino y retorno.
Hace ya doce años que se echó a andar este proceso. La Red tiene un modelo de
intervención apostólico integral, basado en tres dimensiones: la dimensión social, de
incidencia e investigativa, y con una propuesta de "inter-dimensionalidad”, que tiene
como punto de partida el acompañamiento directo a los migrantes y familias; en base a
éste se identifican los temas prioritarios de interés para ser estudiados; se lleva a cabo la
investigación de dichos temas, preferentemente mediante una investigación aplicada; y
los resultados sirven como fundamento para sensibilización e incidencia política.
Un ejemplo de esa inter dimensionalidad lo encontramos en el trabajo con las personas
deportadas. En varios países, desde la dimensión social, se atiende a migrantes
retornados o deportados: se acompaña a comités de migrantes deportados y, en el caso
de Honduras, al Comité de Migrantes Retornados Discapacitados (muchos de ellos
perdieron un miembro en el tren en México); se les ofrece acompañamiento psicosocial,
grupos de autoayuda; y se promueve la inserción en la comunidad.
En la dimensión de investigación, se han hecho algunas investigaciones sobre la
situación de las personas deportadas y el impacto social y en sus familias. Y desde la
incidencia, se ha puesto en marcha una campaña de "cultura de hospitalidad”, en donde
uno de sus ejes ha sido el contribuir a desestigmatizar a las personas deportadas, que, en
muchos casos, son vistos como fracasados o como criminales. También las propuestas
de programas gubernamentales de reinserción.
Traducción del texto de apertura: Daniel Barrantes - [email protected]
(colaboró Benedito Teixeira)
Los trabajadores agrícolas en Baja California se
rebelan contra la esclavitud
10/04/2015
Una huelga paralizó el pasado 15 de Marzo algunas de las explotaciones agrícolas de la península
mejicana, con una marcha en la que reclamaban un salario que supere los menos de 8 euros al día
por largas horas de trabajo.
Se trató de una marcha pacífica de miles de trabajadores con sus
familias cerca de la frontera (San Quintín).
La causa principal: Los salarios apenas dan para comer a un miembro
de la familia.
Piense que para poder desempeñar este oficio, debe instalarse con toda
su familia en unos pequeños barracones de madera reutilizada (en el mejor de
los casos, cubiertos con lámina metálica), junto a los campos de cultivo, a
kilómetros de la zona urbana, lejos de escuelas y hospitales, con deficientes -o
inexistentes- servicios básicos como agua potable, luz eléctrica y drenaje.
Si es mujer, añada que tiene que soportar el acoso de sus superiores, y
que además, todo lo hace para ganar menos de 120 pesos diarios (menos de 8
dólares). Esta es la situación de esclavitud que desde hace más de 20 años
soportan los trabajadores agrícolas en Baja California, principalmente
migrantes del sur del país, que este martes han decidido plantarse ante la
injusticia y detener la producción para bloquear la carretera transpeninsular
como medida de presión hasta que se resuelvan sus condiciones laborales.
Aunque a principios de los 90 se contabilizaban más de 50 mil
trabajadores llegados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán
principalmente; incluidos inmigrantes de otros países de Centro América.
Pese a la estabilidad de la actividad industrial, esta no es la primera vez
que la situación laboral de los trabajadores del campo de este Estado estalla en
una huelga.
Ni el Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos (gracias al
cual se exportan sin aranceles cada una de las 52 toneladas por hectárea de
fresa cultivada en este Estado), ni los acuerdos establecidos hace 14 años
entre sindicatos y patronales lograron aportar mejoras a las condiciones de los
trabajadores.
Por el contrario, se acordó un “salario compactado” que ha quedado
congelado desde 1994, y la precariedad y la sumisión de los jornaleros se
aceptó tanto por autoridades como por sindicatos.
La industria agrícola bajacaliforniana está en manos de doce empresas
que llevan explotando algunos de los campos de cultivo más extensos de
México desde hace más de cuatro décadas. Algunos de estos ranchos son
propiedad de funcionarios estatales, o sus dueños tienen vínculos directos con
éstos, como son los casos del ex secretario de Fomento Agropecuario, Antonio
Rodríguez, y la familia del actual secretario de Finanzas, Antonio Valladolid.
Incluso el ex presidente Felipe Calderón es accionista de una de estas
empresas.
En 2003, la Procuraduría de Derechos Humanos emitió una
recomendación (incluida también en el Diagnóstico sobre la Situación de los
Derechos Humanos en México), al gobierno del Estado por violaciones a los
derechos sociales, económicos y culturales de los jornaleros agrícolas, en la
que señalaba las precarias condiciones de vida y trabajo existentes. También
se indicó la presencia de casos de esclavitud infantil en la zona, pero las
autoridades estatales negaron tales conclusiones.
Fuente: www.LosAngelesPress.org
"¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de
vida!”, con Francisco iniciamos el Año de la
Misericordia
2015-04-11 Radio Vaticana
(RV).- La tarde del sábado 11 de abril, víspera del II Domingo de Pascua, el
Santo Padre Francisco convocó oficialmente el Jubileo Extraordinario de la
Misericordia con la publicación de la Bula "Misericordiae vultus". Al ingreso de la
Basílica de San Pedro, el Obispo de Roma entregó la Bula a los cuatro cardenales
arciprestes de las basílicas papales de Roma: el Cardenal Angelo Comastri, arcipreste de
la Basílica de San Pedro en el Vaticano, el Cardenal Agostino Vallini, arcipreste de la
Basílica de San Juan de Letrán, el Cardenal James Michael Harvey, arcipreste de la
Basílica de San Pablo Extramuros, el Cardenal Santos Abril y Castelló, arcipreste de la
Basílica de Santa María la Mayor. Con la lectura de algunos extractos del documento
oficial de convocatoria del Año Santo extraordinario a cargo del Regente de la Casa
Pontificia, Mons. Leonardo Sapienza, Protonotario Apostólico, se dio inicio a la
celebración de las Primeras Vísperas del Domingo de la Divina Misericordia.
EXTRACTOS DE LO LEIDO POR MONS. SAPIENZA, EN PRESENCIA DEL
SANTO PADRE FRANCISCO
Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece
encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su
culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, « rico de misericordia » (Ef 2,4), después de
haber revelado su nombre a Moisés como « Dios compasivo y misericordioso, lento a la
ira, y pródigo en amor y fidelidad » (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios
modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la « plenitud del
tiempo » (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a
su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien
lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y
con toda su persona1 revela la misericordia de Dios.
Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de
alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la
palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y
supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental
que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que
encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre,
porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro
pecado.
Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la
mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del
obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la
Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el
testimonio de los creyentes.
El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada
Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de
nuestra historia...
El domingo siguiente, III de Adviento, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma,
la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras
Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en
la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en una
iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la
Misericordia. A juicio del Ordinario, ella podrá ser abierta también en los Santuarios,
meta de tantos peregrinos que en estos lugares santos con frecuencia son tocados en el
corazón por la gracia y encuentran el camino de la conversión. Cada Iglesia particular,
entonces, estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento
extraordinario de gracia y de renovación espiritual. El Jubileo, por tanto, será celebrado
en Roma así como en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de
toda la Iglesia.
He escogido la fecha del 8 de diciembre por su gran significado en la historia reciente
de la Iglesia. En efecto, abriré la Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la
conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad
de mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los
Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo
del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más
comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la
Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio
de un modo nuevo. Una nueva etapa en la evangelización de siempre. Un nuevo
compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y
convicción la propia fe.
El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el
20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo
sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos
concedido un tiempo extraordinario de gracia.
Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera y el inmenso cosmos a la
Señoría de Cristo, esperando que difunda su misericordia como el rocío de la mañana
para una fecunda historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el
próximo futuro.
Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la
Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el
misterio del amor divino en plenitud.
Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus
relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los
signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas,
enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En él todo habla de
misericordia. Nada en Él es falto de compasión.
La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción
pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada
en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La
credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo.
La Iglesia « vive un deseo inagotable de brindar misericordia ».8 Tal vez por mucho
tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia. Por una
parte, la tentación de pretender siempre y solamente justicia ha hecho olvidar que ella es
el primer paso, necesario e indispensable; la Iglesia no obstante necesita ir más lejos
para alcanzar una meta más alta y más significativa.
La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el
perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto,
donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En
nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin,
dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de
misericordia.
En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven
en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo
moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento
existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz
porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos
ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas
con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la
solidaridad y la debida atención.
Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de
misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia,
muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el
corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.
La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia
no deje a ninguno indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige con mayor
insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido
a su conducta de vida. Pienso en modo particular a los hombres y mujeres que
pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, os pido
cambiar de vida. Os lo pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el
pecado nunca rechaza a ningún pecador.
La misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de
corrupción. Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el
cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide
mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos
de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos
para expandirse luego en escándalos públicos.
¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el
corazón. Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas
depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir
como estáis es sólo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es
algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a
escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la
justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia.
La misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Ella nos
relaciona con el judaísmo y el Islam, que la consideran uno de los atributos más
calificativos de Dios.
Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas
religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos haga más abiertos al diálogo
para conocerlas y comprendernos mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y
aleje cualquier forma de violencia y de discriminación.
El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. La dulzura de su mirada
nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la
ternura de Dios. Ninguno como María ha conocido la profundidad el misterio de Dios
hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia hecha
carne.
Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que nunca se
canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el
rostro de la misericordia, su Hijo Jesús.
Un Año Santo extraordinario, entonces, para vivir en la vida de cada día la misericordia
que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos
sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir
que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. La Iglesia siente la urgencia de
anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción
hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre todo en un
momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la
de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro
de Cristo. La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de la misericordia,
profesándola y viviéndola como el centro de la Revelación de Jesucristo. Desde el
corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y
corre sin parar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca podrá agotarse, sin
importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que alguien tendrá necesidad
podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Es tan insondable es la
profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza que de ella proviene.
En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena
fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca
se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La
Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: «
Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos » (Sal 25,6).
Renato Martinez, Raúl Cabrera - Radio Vaticano
[TEXTO COMPLETO] Bula del Papa
Francisco para convocar Jubileo de la
Misericordia
Por Alvaro de Juana
Lectura de la bula del Papa Francisco al convocar Jubileo de la Misericordia. Foto: Captura de video
/ CTV
VATICANO, 11 Abr. 15 / 10:50 am (ACI).- El Papa Francisco leyó y entregó la Bula
Misericordiae Vultus (“El rostro de la misericordia”) en la tarde de este sábado en la
Basílica de San Pedro en el Vaticano, con motivo del próximo Jubileo de la
Misericordia que comenzará el 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016.
Este acontecimiento tuvo lugar durante las Primeras Vísperas del segundo Domingo de
Pascua, conocido también por ser el de la Divina Misericordia.
A continuación ACI Prensa les presenta el texto completo de la Bula del Papa
Francisco:
Misericordiae Vultus
BULA DE CONVOCACIÓN
DEL JUBILEO EXTRAORDINARIO
DE LA MISERICORDIA
FRANCISCO
OBISPO DE ROMA
SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS
A CUANTOS LEAN ESTA CARTA
GRACIA, MISERICORDIA Y PAZ
1. Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana
parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha
alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, “rico de misericordia” (Ef 2,4),
después de haber revelado su nombre a Moisés como “Dios compasivo y
misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad” (Ex 34,6) no ha cesado de
dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina.
En la “plenitud del tiempo” (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de
salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera
definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su
palabra, con sus gestos y con toda su persona1 revela la misericordia de Dios.
2. Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de
alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la
palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y
supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental
que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que
encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre,
porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro
pecado.
3. Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener
la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz
del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la
Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el
testimonio de los creyentes.
El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada
Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de
nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad
en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el
amor (cfr Ef 1,4), para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad
del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más
grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que
perdona. En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la Puerta
Santa. En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera
que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece
esperanza.
El domingo siguiente, III de Adviento, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma,
la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras
Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en
la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en una
iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la
Misericordia. A juicio del Ordinario, ella podrá ser abierta también en los Santuarios,
meta de tantos peregrinos que en estos lugares santos con frecuencia son tocados en el
corazón por la gracia y encuentran el camino de la conversión. Cada Iglesia particular,
entonces, estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento
extraordinario de gracia y de renovación espiritual. El Jubileo, por tanto, será celebrado
en Roma así como en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de
toda la Iglesia.
4. He escogido la fecha del 8 de diciembre por su gran significado en la historia reciente
de la Iglesia. En efecto, abriré la Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la
conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad de
mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los
Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo
del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más
comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la
Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio
de un modo nuevo. Una nueva etapa en la evangelización de siempre. Un nuevo
compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y
convicción la propia fe. La Iglesia sentía la responsabilidad de ser en el mundo signo
vivo del amor del Padre.
Vuelven a la mente las palabras cargadas de significado que san Juan XXIII pronunció
en la apertura del Concilio para indicar el camino a seguir: “En nuestro tiempo, la
Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de
la severidad … La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la
antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna,
paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella”. En el
mismo horizonte se colocaba también el beato Pablo VI quien, en la Conclusión del
Concilio, se expresaba de esta manera: “Queremos más bien notar cómo la religión de
nuestro Concilio ha sido principalmente la caridad… La antigua historia del samaritano
ha sido la pauta de la espiritualidad del Concilio… Una corriente de afecto y admiración
se ha volcado del Concilio hacia el mundo moderno. Ha reprobado los errores, sí,
porque lo exige, no menos la caridad que la verdad, pero, para las personas, sólo
invitación, respeto y amor. El Concilio ha enviado al mundo contemporáneo en lugar de
deprimentes diagnósticos, remedios alentadores, en vez de funestos presagios, mensajes
de esperanza: sus valores no sólo han sido respetados sino honrados, sostenidos sus
incesantes esfuerzos, sus aspiraciones, purificadas y bendecidas… Otra cosa debemos
destacar aún: toda esta riqueza doctrinal se vuelca en una única dirección: servir al
hombre. Al hombre en todas sus condiciones, en todas sus debilidades, en todas sus
necesidades”.
Con estos sentimientos de agradecimiento por cuanto la Iglesia ha recibido y de
responsabilidad por la tarea que nos espera, atravesaremos la Puerta Santa, en la plena
confianza de sabernos acompañados por la fuerza del Señor Resucitado que continua
sosteniendo nuestra peregrinación. El Espíritu Santo que conduce los pasos de los
creyentes para que cooperen en la obra de salvación realizada por Cristo, sea guía y
apoyo del Pueblo de Dios para ayudarlo a contemplar el rostro de la misericordia.
5. El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo,
el 20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo
sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos
concedido un tiempo extraordinario de gracia. Encomendaremos la vida de la Iglesia, la
humanidad entera y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que difunda su
misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda historia, todavía por construir
con el compromiso de todos en el próximo futuro. ¡Cómo deseo que los años por venir
estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando
la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de
la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de
nosotros.
6. “Es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su
omnipotencia”. Las palabras de santo Tomás de Aquino muestran cuánto la misericordia
divina no sea en absoluto un signo de debilidad, sino más bien la cualidad de la
omnipotencia de Dios. Es por esto que la liturgia, en una de las colectas más antiguas,
invita a orar diciendo: “Oh Dios que revelas tu omnipotencia sobre todo en la
misericordia y el perdón”. Dios será siempre para la humanidad como Aquel que está
presente, cercano, providente, santo y misericordioso.
“Paciente y misericordioso” es el binomio que a menudo aparece en el Antiguo
Testamento para describir la naturaleza de Dios. Su ser misericordioso se constata
concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad
prevalece por encima del castigo y la destrucción. Los Salmos, en modo particular,
destacan esta grandeza del proceder divino: “Él perdona todas tus culpas, y cura todas
tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de gracia y de misericordia”
(103,3-4). De una manera aún más explícita, otro Salmo testimonia los signos concretos
de su misericordia: “Él Señor libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y levanta
al caído; el Señor protege a los extranjeros y sustenta al huérfano y a la viuda; el Señor
ama a los justos y entorpece el camino de los malvados” (146,7-9). Por último, he aquí
otras expresiones del salmista: « El Señor sana los corazones afligidos y les venda sus
heridas […] El Señor sostiene a los humildes y humilla a los malvados hasta el polvo”
(147,3.6). Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad
concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se
conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se
trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un
sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de
perdón.
7. “Eterna es su misericordia”: es el estribillo que acompaña cada verso del Salmo 136
mientras se narra la historia de la revelación de Dios. En razón de la misericordia, todas
las vicisitudes del Antiguo Testamento están cargadas de un profundo valor salvífico.
La misericordia hace de la historia de Dios con su pueblo una historia de salvación.
Repetir continuamente “Eterna es su misericordia”, como lo hace el Salmo, parece un
intento por romper el círculo del espacio y del tiempo para introducirlo todo en el
misterio eterno del amor. Es como si se quisiera decir que no solo en la historia, sino
por toda la eternidad el hombre estará siempre bajo la mirada misericordiosa del Padre.
No es casual que el pueblo de Israel haya querido integrar este Salmo, el grande hallel
como es conocido, en las fiestas litúrgicas más importantes.
Antes de la Pasión Jesús oró con este Salmo de la misericordia. Lo atestigua el
evangelista Mateo cuando dice que “después de haber cantado el himno” (26,30), Jesús
con sus discípulos salieron hacia el Monte de los Olivos. Mientras instituía la Eucaristía,
como memorial perenne de su él y de su Pascua, puso simbólicamente este acto
supremo de la Revelación a la luz de la misericordia. En este mismo horizonte de la
misericordia, Jesús vivió su pasión y muerte, consciente del gran misterio del amor de
Dios que se habría de cumplir en la cruz. Saber que Jesús mismo hizo oración con este
Salmo, lo hace para nosotros los cristianos aún más importante y nos compromete a
incorporar este estribillo en nuestra oración de alabanza cotidiana: “Eterna es su
misericordia”.
8. Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de
la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el
misterio del amor divino en plenitud. “Dios es amor” (1 Jn 4,8.16), afirma por la
primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha
hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino
amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que
se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia
los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo
el distintivo de la misericordia. En él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de
compasión.
Jesús, delante a la multitud de personas que lo seguían, viendo que estaban cansadas y
extenuadas, pérdidas y sin guía, sintió desde la profundo del corazón una intensa
compasión por ellas (cfr Mt 9,36). A causa de este amor compasivo curó los enfermos
que le presentaban (cfr Mt 14,14) y con pocos panes y peces calmó el hambre de
grandes muchedumbres (cfr Mt 15,37). Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias
no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía
a sus necesidades más reales. Cuando encontró la viuda de Naim, que llevaba su único
hijo al sepulcro, sintió gran compasión por el inmenso dolor de la madre en lágrimas, y
le devolvió a su hijo resucitándolo de la muerte (cfr Lc 7,15). Después de haber liberado
el endemoniado de Gerasa, le confía esta misión: “Anuncia todo lo que el Señor te ha
hecho y la misericordia que ha obrado contigo” (Mc 5,19). También la vocación de
Mateo se coloca en el horizonte de la misericordia. Pasando delante del banco de los
impuestos, los ojos de Jesús se posan sobre los de Mateo. Era una mirada cargada de
misericordia que perdonaba los pecados de aquel hombre y, venciendo la resistencia de
los otros discípulos, lo escoge a él, el pecador y publicano, para que sea uno de los
Doce. San Beda el Venerable, comentando esta escena del Evangelio, escribió que Jesús
miró a Mateo con amor misericordioso y lo eligió: miserando ataque eligendo. Siempre
me ha cautivado esta expresión, tanto que quise hacerla mi propio lema.
9. En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como
la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y
superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Conocemos estas parábolas;
tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los
dos hijos (cfr Lc 15,1-32). En estas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de
alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de
nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena
de amor el corazón y que consuela con el perdón.
De otra parábola, además, podemos extraer una enseñanza para nuestro estilo de vida
cristiano. Provocado por la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces fuese necesario
perdonar, Jesús responde: “No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete” (Mt
18,22) y pronunció la parábola del ‘siervo despiadado’. Este, llamado por el patrón a
restituir una grande suma, lo suplica de rodillas y el patrón le condona la deuda. Pero
inmediatamente encuentra otro siervo como él que le debía unos pocos centésimos, el
cual le suplica de rodillas que tenga piedad, pero él se niega y lo hace encarcelar.
Entonces el patrón, advertido del hecho, se irrita mucho y volviendo a llamar aquel
siervo le dice: “¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me
compadecí de ti?” (Mt 18,33). Y Jesús concluye: “Lo mismo hará también mi Padre
celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos” (Mt 18,35).
La parábola ofrece una profunda enseñanza a cada uno de nosotros. Jesús afirma que la
misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para
saber quiénes son realmente sus hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de
misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El
perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para
nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir. ¡Cómo es difícil
muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras
frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la
violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices. Acojamos
entonces la exhortación del Apóstol: “No permitan que la noche los sorprenda
enojados” (Ef 4,26). Y sobre todo escuchemos la palabra de Jesús que ha señalado la
misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. “Dichosos
los misericordiosos, porque encontrarán misericordia” (Mt 5,7) es la bienaventuranza en
la que hay que inspirarse durante este Año Santo.
Como se puede notar, la misericordia en la Sagrada Escritura es la palabra clave para
indicar el actuar de Dios hacia nosotros. Él no se limita a afirmar su amor, sino que lo
hace visible y tangible. El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta.
Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que
se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por
nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices,
colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud de onda que se debe
orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los
hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos
los unos con los otros.
10. La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su
acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes;
nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La
credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo.
La Iglesia “vive un deseo inagotable de brindar misericordia”. Tal vez por mucho
tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia. Por una
parte, la tentación de pretender siempre y solamente justicia ha hecho olvidar que ella es
el primer paso, necesario e indispensable; la Iglesia no obstante necesita ir más lejos
para alcanzar una meta más alta y más significativa. Por otra parte, es triste constatar
cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más. Incluso la
palabra misma en algunos momentos parece evaporarse. Sin el testimonio del perdón,
sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto
desolado. Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio
alegre del perdón. Es el tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las
debilidades y dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a
una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza.
11. No podemos olvidar la gran enseñanza que san Juan Pablo II ofreció en su segunda
encíclica Dives in misericordia, que en su momento llegó sin ser esperada y tomó a
muchos por sorpresa en razón del tema que afrontaba. Dos pasajes en particular quiero
recordar. Ante todo, el santo Papa hacía notar el olvido del tema de la misericordia en la
cultura presente: “La mentalidad contemporánea, quizás en mayor medida que la del
hombre del pasado, parece oponerse al Dios de la misericordia y tiende además a orillar
de la vida y arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia. La palabra y
el concepto de misericordia parecen producir una cierta desazón en el hombre, quien,
gracias a los adelantos tan enormes de la ciencia y de la técnica, como nunca fueron
conocidos antes en la historia, se ha hecho dueño y ha dominado la tierra mucho más
que en el pasado (cfr Gn 1,28). Tal dominio sobre la tierra, entendido tal vez unilateral y
superficialmente, parece no dejar espacio a la misericordia … Debido a esto, en la
situación actual de la Iglesia y del mundo, muchos hombres y muchos ambientes
guiados por un vivo sentido de fe se dirigen, yo diría casi espontáneamente, a la
misericordia de Dios”.
Además, san Juan Pablo II motivaba con estas palabras la urgencia de anunciar y
testimoniar la misericordia en el mundo contemporáneo: “Ella está dictada por el amor
al hombre, a todo lo que es humano y que, según la intuición de gran parte de los
contemporáneos, está amenazado por un peligro inmenso. El misterio de Cristo... me
obliga al mismo tiempo a proclamar la misericordia como amor compasivo de Dios,
revelado en el mismo misterio de Cristo. Ello me obliga también a recurrir a tal
misericordia y a implorarla en esta difícil, crítica fase de la historia de la Iglesia y del
mundo”.10 Esta enseñanza es hoy más que nunca actual y merece ser retomada en este
Año Santo. Acojamos nuevamente sus palabras: “La Iglesia vive una vida auténtica,
cuando profesa y proclama la misericordia – el atributo más estupendo del Creador y del
Redentor – y cuando acerca a los hombres a las fuentes de la misericordia del Salvador,
de las que es depositaria y dispensadora”.
12. La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del
Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La
Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a
todos, sin excluir ninguno. En nuestro tiempo, en el que la Iglesia está comprometida en
la nueva evangelización, el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con
nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Es determinante para la Iglesia y
para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la
misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el
corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre. La
primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el
perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto,
donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En
nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin,
dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de
misericordia.
13. Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos
como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: “Sed misericordiosos, como
el Padre vuestro es misericordioso” (Lc 6,36). Es un programa de vida tan
comprometedor como rico de alegría y de paz. El imperativo de Jesús se dirige a
cuantos escuchan su voz (cfr Lc 6,27). Para ser capaces de misericordia, entonces,
debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios. Esto significa
recuperar el valor del silencio para meditar la Palabra que se nos dirige. De este modo
es posible contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de vida.
14. La peregrinación es un signo peculiar en el Año Santo, porque es imagen del camino
que cada persona realiza en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser humano
es viator, un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada. También
para llegar a la Puerta Santa en Roma y en cualquier otro lugar, cada uno deberá
realizar, de acuerdo con las propias fuerzas, una peregrinación. Esto será un signo del
hecho que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso
y sacrificio. La peregrinación, entonces, sea estímulo para la conversión: atravesando la
Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos
a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros.
El Señor Jesús indica las etapas de la peregrinación mediante la cual es posible alcanzar
esta meta: “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados;
perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará: una medida buena, apretada, remecida,
rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque seréis medidos con la
medida que midáis” (Lc 6,37-38). Dice, ante todo, no juzgar y no condenar. Si no se
quiere incurrir en el juicio de Dios, nadie puede convertirse en el juez del propio
hermano. Los hombres ciertamente con sus juicios se detienen en la superficie, mientras
el Padre mira el interior. ¡Cuánto mal hacen las palabras cuando están motivadas por
sentimientos de celos y envidia! Hablar mal del propio hermano en su ausencia equivale
a exponerlo al descrédito, a comprometer su reputación y a dejarlo a merced del chisme.
No juzgar y no condenar significa, en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en
cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra
presunción de saberlo todo. Sin embargo, esto no es todavía suficiente para manifestar
la misericordia. Jesús pide también perdonar y dar. Ser instrumentos del perdón, porque
hemos sido los primeros en haberlo recibido de Dios. Ser generosos con todos sabiendo
que también Dios dispensa sobre nosotros su benevolencia con magnanimidad.
Así entonces, misericordiosos como el Padre es el “lema” del Año Santo. En la
misericordia tenemos la prueba de cómo Dios ama. Él da todo sí mismo, por siempre,
gratuitamente y sin pedir nada a cambio. Viene en nuestra ayuda cuando lo invocamos.
Es bello que la oración cotidiana de la Iglesia inicie con estas palabras: “Dios mío, ven
en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme” (Sal 70,2). El auxilio que invocamos es
ya el primer paso de la misericordia de Dios hacia nosotros. Él viene a salvarnos de la
condición de debilidad en la que vivimos. Y su auxilio consiste en permitirnos captar su
presencia y cercanía. Día tras día, tocados por su compasión, también nosotros
llegaremos a ser compasivos con todos.
15. En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos
viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo
moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento
existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz
porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos
ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas
con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la
solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la
habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que
destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de
tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a
escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a
nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la
fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la
indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.
Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de
misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia,
muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el
corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.
La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos
darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Redescubramos las obras de
misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al
desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los
muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo
necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las
ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por
los difuntos.
No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si
dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y
vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o
prisionero (cfr Mt 25,31-45). Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la
duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces
de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños
privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de
ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y
rechazamos cualquier forma de rencor o de violencia que conduce a la violencia; si
tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros;
finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas. En
cada uno de estos “más pequeños” está presente Cristo mismo. Su carne se hace de
nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para
que nosotros los reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. No olvidemos
las palabras de san Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en
el amor”.
16. En el Evangelio de Lucas encontramos otro aspecto importante para vivir con fe el
Jubileo. El evangelista narra que Jesús, un sábado, volvió a Nazaret y, como era
costumbre, entró en la Sinagoga. Lo llamaron para que leyera la Escritura y la
comentara. El paso era el del profeta Isaías donde está escrito: “El Espíritu del Señor
sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha
enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la
libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (61,12). “Un año de
gracia”: es esto lo que el Señor anuncia y lo que deseamos vivir. Este Año Santo lleva
consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar
una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos
están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna, restituir la vista a
quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad
a cuantos han sido privados de ella. La predicación de Jesús se hace de nuevo visible en
las respuestas de fe que el testimonio de los cristianos está llamado a ofrecer. Nos
acompañen las palabras del Apóstol: “El que practica misericordia, que lo haga con
alegría” (Rm 12,8).
17. La Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento
fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. ¡Cuántas páginas de la
Sagrada Escritura pueden ser meditadas en las semanas de Cuaresma para redescubrir el
rostro misericordioso del Padre! Con las palabras del profeta Miqueas también nosotros
podemos repetir: Tú, oh Señor, eres un Dios que cancelas la iniquidad y perdonas el
pecado, que no mantienes para siempre tu cólera, pues amas la misericordia. Tú, Señor,
volverás a compadecerte de nosotros y a tener piedad de tu pueblo. Destruirás nuestras
culpas y arrojarás en el fondo del mar todos nuestros pecados (cfr 7,18-19).
Las páginas del profeta Isaías podrán ser meditadas con mayor atención en este tiempo
de oración, ayuno y caridad: “Este es el ayuno que yo deseo: soltar las cadenas injustas,
desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos;
compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas
desnudo y no abandonar a tus semejantes. Entonces despuntará tu luz como la aurora y
tu herida se curará rápidamente; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la
gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá:
‘¡Aquí estoy!’. Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra
maligna; si partes tu pan con el hambriento y sacias al afligido de corazón, tu luz se
alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como al mediodía. El Señor te guiará
incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú
serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se
agotan” (58,6-11).
La iniciativa “24 horas para el Señor”, de celebrarse durante el viernes y sábado que
anteceden el IV domingo de Cuaresma, se incremente en las Diócesis. Muchas personas
están volviendo a acercarse al sacramento de la Reconciliación y entre ellas muchos
jóvenes, quienes en una experiencia semejante suelen reencontrar el camino para volver
al Señor, para vivir un momento de intensa oración y redescubrir el sentido de la propia
vida. De nuevo ponemos convencidos en el centro el sacramento de la Reconciliación,
porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será
para cada penitente fuente de verdadera paz interior.
Nunca me cansaré de insistir en que los confesores sean un verdadero signo de la
misericordia del Padre. Ser confesores no se improvisa. Se llega a serlo cuando, ante
todo, nos hacemos nosotros penitentes en busca de perdón. Nunca olvidemos que ser
confesores significa participar de la misma misión de Jesús y ser signo concreto de la
continuidad de un amor divino que perdona y que salva. Cada uno de nosotros ha
recibido el don del Espíritu Santo para el perdón de los pecados, de esto somos
responsables. Ninguno de nosotros es dueño del Sacramento, sino fiel servidor del
perdón de Dios. Cada confesor deberá acoger a los fieles como el padre en la parábola
del hijo pródigo: un padre que corre al encuentro del hijo no obstante hubiese
dilapidado sus bienes. Los confesores están llamados a abrazar ese hijo arrepentido que
vuelve a casa y a manifestar la alegría por haberlo encontrado. No se cansarán de salir al
encuentro también del otro hijo que se quedó afuera, incapaz de alegrarse, para
explicarle que su juicio severo es injusto y no tiene ningún sentido delante de la
misericordia del Padre que no conoce confines. No harán preguntas impertinentes, sino
como el padre de la parábola interrumpirán el discurso preparado por el hijo pródigo,
porque serán capaces de percibir en el corazón de cada penitente la invocación de ayuda
y la súplica de perdón. En fin, los confesores están llamados a ser siempre, en todas
partes, en cada situación y a pesar de todo, el signo del primado de la misericordia.
18. Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros
de la Misericordia. Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de
Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para
la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados
que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su
mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca
de su perdón. Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos
de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad,
para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo. Se dejarán conducir
en su misión por las palabras del Apóstol: “Dios sometió a todos a la desobediencia,
para tener misericordia de todos” (Rm 11,32). Todos entonces, sin excluir a nadie, están
llamados a percibir el llamamiento a la misericordia. Los misioneros vivan esta llamada
conscientes de poder fijar la mirada sobre Jesús, “sumo sacerdote misericordioso y
digno de fe” (Hb 2,17).
Pido a los hermanos Obispos que inviten y acojan estos Misioneros, para que sean ante
todo predicadores convincentes de la misericordia. Se organicen en las Diócesis
“misiones para el pueblo” de modo que estos Misioneros sean anunciadores de la
alegría del perdón. Se les pida celebrar el sacramento de la Reconciliación para los
fieles, para que el tiempo de gracia donado en el Año jubilar permita a tantos hijos
alejados encontrar el camino de regreso hacia la casa paterna. Los Pastores,
especialmente durante el tiempo fuerte de Cuaresma, sean solícitos en el invitar a los
fieles a acercarse “al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la
gracia” (Hb 4,16).
19. La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la
misericordia no deje a ninguno indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige con
mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios
debido a su conducta de vida. Pienso en modo particular a los hombres y mujeres que
pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, os pido
cambiar de vida. Os lo pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el
pecado nunca rechaza a ningún pecador. No caigáis en la terrible trampa de pensar que
la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y
dignidad. Es solo una ilusión. No llevamos el dinero con nosotros al más allá. El dinero
no nos da la verdadera felicidad. La violencia usada para amasar fortunas que escurren
sangre no convierte a nadie en poderoso ni inmortal. Para todos, tarde o temprano, llega
el juicio de Dios al cual ninguno puede escapar.
La misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de
corrupción. Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el
cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide
mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos
de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos
para expandirse luego en escándalos públicos. La corrupción es una obstinación en el
pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder. Es
una obra de las tinieblas, sostenida por la sospecha y la intriga. Corruptio optimi
pessima, decía con razón san Gregorio Magno, para indicar que ninguno puede sentirse
inmune de esta tentación. Para erradicarla de la vida personal y social son necesarias
prudencia, vigilancia, lealtad, transparencia, unidas al coraje de la denuncia. Si no se la
combate abiertamente, tarde o temprano busca cómplices y destruye la existencia.
¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el
corazón. Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas
depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir
como estáis es sólo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es
algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a
escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la
justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia.
20. No será inútil en este contexto recordar la relación existente entre justicia y
misericordia. No son dos momentos contrastantes entre sí, sino un solo momento que se
desarrolla progresivamente hasta alcanzar su ápice en la plenitud del amor. La justicia
es un concepto fundamental para la sociedad civil cuando, normalmente, se hace
referencia a un orden jurídico a través del cual se aplica la ley. Con la justicia se
entiende también que a cada uno debe ser dado lo que le es debido. En la Biblia, muchas
veces se hace referencia a la justicia divina y a Dios como juez. Generalmente es
entendida como la observación integral de la ley y como el comportamiento de todo
buen israelita conforme a los mandamientos dados por Dios. Esta visión, sin embargo,
ha conducido no pocas veces a caer en el legalismo, falsificando su sentido originario y
oscureciendo el profundo valor que la justicia tiene. Para superar la perspectiva
legalista, sería necesario recordar que en la Sagrada Escritura la justicia es concebida
esencialmente como un abandonarse confiado en la voluntad de Dios.
Por su parte, Jesús habla muchas veces de la importancia de la fe, más bien que de la
observancia de la ley. Es en este sentido que debemos comprender sus palabras cuando
estando a la mesa con Mateo y sus amigos dice a los fariseos que lo contestaban porque
comía con los publicanos y pecadores: “Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero
misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores” (Mt 9,13). Ante la visión de una justicia como mera observancia de la ley
que juzga, dividiendo las personas en justos y pecadores, Jesús se inclina a mostrar el
gran de don de la misericordia que busca a los pecadores para ofrecerles el perdón y la
salvación. Se comprende porque en presencia de una perspectiva tan liberadora y fuente
de renovación, Jesús haya sido rechazado por los fariseos y por los doctores de la ley.
Estos, para ser fieles a la ley, ponían solo pesos sobre las espaldas de las persona, pero
así frustraban la misericordia del Padre. El reclamo a observar la ley no puede
obstaculizar la atención por las necesidades que tocan la dignidad de las personas.
Al respecto es muy significativa la referencia que Jesús hace al profeta Oseas – “yo
quiero amor, no sacrificio”. Jesús afirma que de ahora en adelante la regla de vida de
sus discípulos deberá ser la que da el primado a la misericordia, como Él mismo
testimonia compartiendo la mesa con los pecadores. La misericordia, una vez más, se
revela como dimensión fundamental de la misión de Jesús. Ella es un verdadero reto
para sus interlocutores que se detienen en el respeto formal de la ley. Jesús, en cambio,
va más allá de la ley; su compartir con aquellos que la ley consideraba pecadores
permite comprender hasta dónde llega su misericordia.
También el Apóstol Pablo hizo un recorrido parecido. Antes de encontrar a Jesús en el
camino a Damasco, su vida estaba dedicada a perseguir de manera irreprensible la
justicia de la ley (cfr Flp 3,6). La conversión a Cristo lo condujo a ampliar su visión
precedente al punto que en la carta a los Gálatas afirma: “Hemos creído en Jesucristo,
para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley” (2,16). Parece que
su comprensión de la justicia ha cambiado ahora radicalmente. Pablo pone en primer
lugar la fe y no más la ley. El juicio de Dios no lo constituye la observancia o no de la
ley, sino la fe en Jesucristo, que con su muerte y resurrección trae la salvación junto con
la misericordia que justifica. La justicia de Dios se convierte ahora en liberación para
cuantos están oprimidos por la esclavitud del pecado y sus consecuencias. La justicia de
Dios es su perdón (cfr Sal 51,11-16).
21. La misericordia no es contraria a la justicia sino que expresa el comportamiento de
Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse
y creer. La experiencia del profeta Oseas viene en nuestra ayuda para mostrarnos la
superación de la justicia en dirección hacia la misericordia. La época de este profeta se
cuenta entre las más dramáticas de la historia del pueblo hebreo. El Reino está cercano
de la destrucción; el pueblo no ha permanecido fiel a la alianza, se ha alejado de Dios y
ha perdido la fe de los Padres. Según una lógica humana, es justo que Dios piense en
rechazar el pueblo infiel: no ha observado el pacto establecido y por tanto merece la
pena correspondiente, el exilio. Las palabras del profeta lo atestiguan: “Volverá al país
de Egipto, y Asur será su rey, porque se han negado a convertirse” (Os 11,5). Y sin
embargo, después de esta reacción que apela a la justicia, el profeta modifica
radicalmente su lenguaje y revela el verdadero rostro de Dios: “Mi corazón se
convulsiona dentro de mí, y al mismo tiempo se estremecen mis entrañas. No daré curso
al furor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín, porque soy Dios, no un hombre; el
Santo en medio de ti y no es mi deseo aniquilar” (11,8-9). San Agustín, como
comentando las palabras del profeta dice: “Es más fácil que Dios contenga la ira que la
misericordia”.
Si Dios se detuviera en la justicia dejaría de ser Dios, sería como todos los hombres que
invocan respeto por la ley. La justicia por sí misma no basta, y la experiencia enseña
que apelando solamente a ella se corre el riesgo de destruirla. Por esto Dios va más allá
de la justicia con la misericordia y el perdón. Esto no significa restarle valor a la justicia
o hacerla superflua, al contrario. Quien se equivoca deberá expiar la pena. Solo que este
no es el fin, sino el inicio de la conversión, porque se experimenta la ternura del perdón.
Dios no rechaza la justicia. Él la engloba y la supera en un evento superior donde se
experimenta el amor que está a la base de una verdadera justicia. Debemos prestar
mucha atención a cuanto escribe Pablo para no caer en el mismo error que el Apóstol
reprochaba a sus contemporáneos judíos: “Desconociendo la justicia de Dios y
empeñándose en establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.
Porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo el que cree” (Rm 10,3-4).
Esta justicia de Dios es la misericordia concedida a todos como gracia en razón de la
muerte y resurrección de Jesucristo. La Cruz de Cristo, entonces, es el juicio de Dios
sobre todos nosotros y sobre el mundo, porque nos ofrece la certeza del amor y de la
vida nueva.
22. El Jubileo lleva también consigo la referencia a la indulgencia. En el Año Santo de
la Misericordia ella adquiere una relevancia particular. El perdón de Dios por nuestros
pecados no conoce límites. En la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios hace
evidente este amor que es capaz incluso de destruir el pecado de los hombres. Dejarse
reconciliar con Dios es posible por medio del misterio pascual y de la mediación de la
Iglesia. Así entonces, Dios está siempre disponible al perdón y nunca se cansa de
ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada. Todos nosotros, sin embargo, vivimos
la experiencia del pecado.
Sabemos que estamos llamados a la perfección (cfr Mt 5,48), pero sentimos fuerte el
peso del pecado. Mientras percibimos la potencia de la gracia que nos transforma,
experimentamos también la fuerza del pecado que nos condiciona. No obstante el
perdón, llevamos en nuestra vida las contradicciones que son consecuencia de nuestros
pecados. En el sacramento de la Reconciliación Dios perdona los pecados, que
realmente quedan cancelados; y sin embargo, la huella negativa que los pecados tienen
en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos permanece. La misericordia
de Dios es incluso más fuerte que esto. Ella se transforma en indulgencia del Padre que
a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo,
consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más
bien que a recaer en el pecado.
La Iglesia vive la comunión de los Santos. En la Eucaristía esta comunión, que es don
de Dos, actúa como unión espiritual que nos une a los creyentes con los Santos y los
Beatos cuyo número es incalculable (cfr Ap 7,4). Su santidad viene en ayuda de nuestra
fragilidad, y así la Madre Iglesia es capaz con su oración y su vida de encontrar la
debilidad de unos con la santidad de otros. Vivir entonces la indulgencia en el Año
Santo significa acercarse a la misericordia del Padre con la certeza que su perdón se
extiende sobre toda la vida del creyente. Indulgencia es experimentar la santidad de la
Iglesia que participa a todos de los beneficios de la redención de Cristo, porque el
perdón es extendido hasta las extremas consecuencias a la cual llega el amor de Dios.
Vivamos intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la
dispensación de su indulgencia misericordiosa.
23. La misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Ella nos
relaciona con el judaísmo y el Islam, que la consideran uno de los atributos más
calificativos de Dios. Israel primero que todo recibió esta revelación, que permanece en
la historia como el comienzo de una riqueza inconmensurable de ofrecer a la entera
humanidad. Como hemos visto, las páginas del Antiguo Testamento están entretejidas
de misericordia porque narran las obras que el Señor ha realizado en favor de su pueblo
en los momentos más difíciles de su historia. El Islam, por su parte, entre los nombres
que le atribuye al Creador está el de Misericordioso y Clemente. Esta invocación
aparece con frecuencia en los labios de los fieles musulmanes, que se sienten
acompañados y sostenidos por la misericordia en su cotidiana debilidad. También ellos
creen que nadie puede limitar la misericordia divina porque sus puertas están siempre
abiertas.
Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas
religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos haga más abiertos al diálogo
para conocerlas y comprendernos mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y
aleje cualquier forma de violencia y de discriminación.
24. El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. La dulzura de su
mirada nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría
de la ternura de Dios. Ninguno como María ha conocido la profundidad el misterio de
Dios hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia
hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado entró en el santuario de la
misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su amor.
Elegida para ser la Madre del Hijo de Dios, María estuvo preparada desde siempre para
ser Arca de la Alianza entre Dios y los hombres. Custodió en su corazón la divina
misericordia en perfecta sintonía con su Hijo Jesús. Su canto de alabanza, en el umbral
de la casa de Isabel, estuvo dedicado a la misericordia que se extiende “de generación
en generación” (Lc 1,50). También nosotros estábamos presentes en aquellas palabras
proféticas de la Virgen María. Esto nos servirá de consolación y de apoyo mientras
atravesaremos la Puerta Santa para experimentar los frutos de la misericordia divina.
Al pie de la cruz, María junto con Juan, el discípulo del amor, es testigo de las palabras
de perdón que salen de la boca de Jesús. El perdón supremo ofrecido a quien lo ha
crucificado nos muestra hasta dónde puede llegar la misericordia de Dios. María
atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin
excluir ninguno. Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina,
para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos
de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús.
Nuestra plegaria se extienda también a tantos Santos y Beatos que han hicieron de la
misericordia su misión de vida. En particular el pensamiento se dirige a la grande
apóstol de la misericordia, santa Faustina Kowalska. Ella que fue llamada a entrar en las
profundidades de la divina misericordia, interceda por nosotros y nos obtenga vivir y
caminar siempre en el perdón de Dios y en la inquebrantable confianza en su amor.
25. Un Año Santo extraordinario, entonces, para vivir en la vida de cada día la
misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo
dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón
para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. La Iglesia siente la
urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con
convicción hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre
todo en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes
contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios,
contemplando el rostro de Cristo. La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de
la misericordia, profesándola y viviéndola como el centro de la Revelación de
Jesucristo. Desde el corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del
misterio de Dios, brota y corre sin parar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca
podrá agotarse, sin importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que
alguien tendrá necesidad podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin.
Es tan insondable es la profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza
que de ella proviene.
En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena
fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca
se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La
Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso:
“Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos” (Sal 25,6).
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 11 de abril, Vigilia del Segundo Domingo de
Pascua o de la Divina Misericordia, del Año del Señor 2015, tercero de mi pontificado.
JESÚS, EL HOMBRE QUE AMA
COMO DIOS. Vivir hoy la condición
humana al estilo de Jesús
Teófilo CABESTRERO
Encuadernación: Rústica
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Precio sin IVA: 11,54 €
Precio con IVA: 12,00 €
Si analizamos con claridad y realismo lo más esencial de nuestra condición humana, sus luces y sus
sombras, veremos que ella misma nos hace capaces de lo mejor y también de lo peor, de ser muy
humanos o inhumanos. Y descubriremos que la felicidad o la desdicha en la vida dependen de la
calidad de nuestras relaciones interpersonales, del amor o el desamor con que las vivamos.
Y si después de esa exploración abrimos los evangelios y observamos cómo vivió Jesús nuestra
condición humana, veremos qué tipo de hombre fue y contemplaremos en Él la humanización del
amor de Dios. Jesús comparte con nosotros su Espíritu, la fuerza de vivir en el amor sin egoísmos
que dinamiza las mejores esencias de nuestra condición hacia la felicidad personal, familiar y
común.
Ese es el itinerario de las páginas de este ensayo, escrito con el corazón y la cabeza, atento a nuestra
vida cotidiana que en el mundo actual se nos deshumaniza fácilmente, lo que hace aún más atractiva
y necesaria la propuesta de Jesús.
ESPIRITUALIDAD PARA TIEMPOS
DE CRISIS
Miguel Ángel MESA BOUZAS
ISBN: 9788433027344
Colección: CAMINOS
Edición: 1ª
Páginas: 216
Formato: 13x21 cm
Encuadernación: Rústica
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Este libro que tienes en tus manos respira por todos los poros, y buena falta que nos hace respirar en
estos tiempos de crisis. Por eso es tan urgente la espiritualidad. Siempre lo fue, y hoy lo es más
todavía. La espiritualidad no es propiedad de ninguna religión, ni de la religión. Es el arte de
respirar, de acoger y de infundir el Espíritu. Este libro nos ayuda a respirar. Late en cada página
todo lo que duele a la vida, lo que la hiere y la ahoga. Y lo que la cura y alivia. Aquí encontrarás el
diagnóstico justo en las palabras que salen al paso una y otra vez: explotación, paro, desahucio,
opresión, pobreza, recortes... Es la elegía de la crisis, tan antigua y extendida.
Pero acerca tu oído, escucha más adentro. Del fondo de la crisis sube el aliento de la vida nueva, del
mundo nuevo, con otras palabras, las más bellas y verdaderas: vida, entraña, encarnar, regalo,
gratitud, cotidianidad, hondura... Es el salmo de la vida. Cada página rebosa sencillez, claridad y
hondura. No hay pretensión ni artificio. En la gracia de la palabra se derrama la gracia de la vida.
Cada capítulo se abre con la cita de un pensamiento y se cierra con una bienaventuranza que abre la
mirada y el aliento.
Dice Pedro Casaldáliga en el epílogo: El libro es un abanico de actitudes complementarias,
esenciales para que la espiritualidad no sea dicotómica ni vivida fuera del lugar y la hora. Es una
espiritualidad que se nutre del Misterio de la Encarnación asimilado en la integridad de la Pascua. Es
espiritualidad de la liberación... Una espiritualidad integral...
Esa mirada inocente sobre el mundo
El maestro Emilio Lledó y el discípulo Manuel Cruz
hablan del pasado, la vida, la esperanza y la enseñanza
en los viejos años del franquismo
Juan Cruz 9 ABR 2015 - 00:05 CEST
Emilio Lledó, detrás de Manuel Cruz. / Bernardo Pérez
A Emilio Lledó (Sevilla, 1927) le otorgaron, a finales de 2014, tantos premios que el profesor sintió que
se habían equivocado de destinatario. Le dieron el premio de los editores españoles, el Premio Nacional
de las Letras y el Henríquez Ureña de la Academia Mexicana de la Lengua. Él es académico de la
Española y ha tenido a lo largo de su vida un número incontable de discípulos. Entre ellos, el también
filósofo Manuel Cruz (Barcelona, 1951), con quien dialoga para Babelia sobre el aprendizaje y el
magisterio, y sobre esta época como heredera de una que aún pesa mucho, el franquismo.
PREGUNTA. ¿Qué es un maestro? ¿Cómo se aprende? MANUEL CRUZ. Creo que cuando conoces a un profesor, el vínculo que se establece con él no es el de
maestro, sino el de profesor. De un profesor se admira su sabiduría, su deslumbrante información. La
relación tiene que ver con el conocimiento. Con el paso del tiempo, cuando el alumno ya no es del todo
ignorante sigue valorando el conocimiento, pero ya está en condiciones de apreciar otras cosas.
Es en ese momento cuando el alumno empieza a darse cuenta de que esa persona, además de tener mucha
información y de saber mucho, tiene otras cualidades. El modo de entender y la relación que tiene con la
filosofía, con el pensamiento, y el modo en que va por la vida con todo esto. Lo empieza a identificar
como maestro cuando empieza a ver en él cosas que cuando eres joven no estás en condiciones de ver.
Cómo vive un filósofo no pueden apreciarlo hasta más tarde.
EMILIO LLEDÓ. Me haces evocar nuestra propia historia en un contexto muy curioso. Nunca he tenido
conciencia de lo que es la maestría, pero lo que acaba de decir Manolo me lo ha puesto en la memoria, tus
palabras me evocan qué es lo que yo era para mí mismo y no tengo conciencia de ello. No tengo
conciencia como maestro, sino como profesor que iba a cumplir una misión determinada, una función,
una obligación, un trabajo en definitiva.
Sí es verdad que quise hacer de ese trabajo algo distinto a lo que yo había encontrado en la universidad de
Madrid en la que me formé. Yo estaba lleno de entusiasmo porque en la experiencia de la universidad
franquista que padecí flotaron dos o tres figuras muy respetables, y en el campo de la filología clásica,
figuras de primerísima fila.
Suspendí la primera cátedra a la Universidad de Valencia; a los pocos meses conseguí la de La Laguna y
llegué allí con unas ganas enormes de captar mi ser, mi función. Tengo que recordar una anécdota con
Delibes. Montse [su esposa] y yo ya teníamos casa en Madrid y La Laguna nos parecía que estaba muy
lejos. Delibes me dijo: “Lejos, ¿de dónde?”.
No tengo conciencia como maestro, sino como profesor que iba a cumplir una misión determinada, una
función, una obligación”
E. Lledó
No lo dudamos desde luego y los tres años en La Laguna fueron inolvidables, me encontré con un calor,
un eco y una acogida maravillosos. Me di cuenta de que yo quería a aquellos jóvenes que se sentaban
frente a mí y que ellos me querían. Aquellos años no publiqué ni una línea, sólo preparaba las clases, me
enrollaba, valga la expresión, y creo que unas de las mejores clases que he dado han estado inspiradas en
aquella preparación previa, totalmente distintas de las demás.
P. ¿Qué quiso enseñar usted, don Emilio? E. LL. En los años de comunes, Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos, como
pomposamente se llamaba la disciplina. Pero lo que quería era abrir el riquísimo horizonte que la filosofía
arrastra. Quería enseñar lo mejor que sabía.
Claro, en esa enseñanza se transmitía lo que yo era, un hombre con 36-37 años con 10 años de
experiencia en la Universidad de Heidelberg; jugaba con mucha ventaja, y no porque hubiera aprendido
muchas cosas que mecánicamente transmitiera a mis alumnos, era totalmente ajeno a esa idea. Pero fue
un shock encontrarme con la vieja Universidad de Heidelberg en 1953, llena de novedad, donde no había
asignaturas, donde los profesores hablaban cada semestre de temas distintos dentro de su especialidad con
total libertad.
Se ve que cuando llegué ya llevaba ese espíritu, esa inquietud, y me sentí entusiasmado. Me fui al acabar
el servicio militar, con 53 kilos de peso y con una maleta de cartón con las esquinas metálicas.
M. C. El maestro emerge tarde, como decía. El maestro era un modelo con otra forma de hacer las cosas
para entender la filosofía, pero también para transmitirla, para enseñarla. Es lo que en primera instancia
nos llamaba la atención, otra forma de enseñar filosofía, el no estar pegado al programa de la asignatura;
él se quejaba mucho del “asignaturismo”, era como remover las fichas del dominó y transmitir lo que
sabía de otra manera, todo distinto. La transmisión del saber.
Con el tiempo te llama la atención una constante que aún se mantiene en él, esa mirada inocente sobre el
mundo, que no ingenua. Una mirada limpia, desprejuiciada en la medida de lo posible; eso es lo que nos
llamaba la atención porque no lo encontrábamos en otros profesores.
Se repite mucho la frase “no se enseña filosofía, se enseña a filosofar”, pero nadie explica en qué consiste
enseñar a filosofar. Pues nosotros a lo que asistíamos era al ejercicio vivo del filosofar. Es lo que sale
tiempo después, te das cuenta de que en la gente que ha estado en sus clases ha quedado una memoria
viva de esas clases, y que no existe la misma memoria ni con la misma intensidad con otros profesores.
Se empieza a identificar a un maestro cuando ves cosas en él que de joven no estás en condiciones de ver”
M. Cruz
Fue una experiencia del filosofar realmente impactante para nosotros. Creo que es lo que ha quedado en
toda la gente que estuvo en sus clases.
P. ¿Se siente reconocido con esa mirada inocente? E. LL. Tendríamos que pensar qué significa esa inocencia. Aunque Manolo lo ha querido evitar, también
había una cierta ingenuidad, sinceridad o sencillez.
La idea del profesor que se sube a la tarima e impone cosas siempre me ha parecido repugnante, no iba
conmigo, con mi manera de ser. Me escandaliza que algún político de nuestro país diga que al profesor
hay que darle autoridad: la autoridad se la gana uno mismo, enseñando cómo es él en la manera de
entender la materia que tiene que transmitir.
Es verdad que yo tenía esa inocencia porque me sentía parte de una pequeña familia mientras duraba la
clase, aunque los alumnos casi siempre estuvieran callados. Éramos una familia que nos queríamos, en la
que yo hacía funciones de padre o hermano mayor que enseñaba algo que a mí me interesaba y que me
parecía fundamental para que ellos se enriquecieran. Era un transmisor (con mayor o menor fortuna) de
ese enriquecimiento.
M. C. Está muy bien traído lo de la autoridad porque la gran diferencia entre autoridad y poder es que la
autoridad te la atribuyen, no puedes decir que tienes autoridad, pero sí puedes decir que tienes poder. La
autoridad te la han de conceder los demás, es absolutamente democrática. Ese reconocimiento por parte
de los que han estado en sus clases es un reconocimiento de autoridad que tiene que ver con el mérito, no
con el escalafón o cosas por el estilo.
En la época de Barcelona, finales de los sesenta, principios de los setenta, los últimos años del
franquismo, a punto de la Transición, esa actitud estaba en el ambiente, no podíamos ser resabiados, no
teníamos derecho a serlo; hoy mucha gente lo es. Teníamos la oportunidad, incluso el deber, porque algo
nuevo estaba a punto de irrumpir. En esa disposición, la mirada inocente era la que correspondía, mientras
que la mirada resabiada, por ejemplo, de algún profesor, era la mirada de lo viejo, del que cree que está de
vuelta y que en el fondo se iba a quedar descolgado.
En ese sentido, las generaciones posteriores han arrastrado un peculiar déficit, lo que llamaría el
piterpanismo, una generación, a la que nosotros pertenecemos, a la que le ha costado asumir su lugar, lo
digo con la boca pequeña, y que por eso tampoco ha sabido darse cuenta de la responsabilidad que
significaba que los demás te reconocieran un poquito de autoridad.
P. ¿Está de acuerdo con esta visión de aquel momento?
Cruz y Lledó, durante la charla. / Bernardo Pérez
E. LL. Hace 20 años que estoy alejado de la práctica universitaria, lo que ha sido mi vida. Es cierto que
teníamos algo esperanzador, todos estábamos contra aquella universidad del régimen con el que no
estábamos de acuerdo, esperábamos algo. Estábamos en una dictadura, en un ambiente asfixiante, y sin
embargo nunca he sentido más libertad que en aquellos años de La Laguna y del patio de la Universidad
de Barcelona donde latía la vida.
En los 11 años que estuve en Barcelona descubrí lo que realmente era vivir, la vida de un profesor
universitario, la de intentar transmitir también la esperanza que todos sentíamos de que aquello acabaría
en algún momento, como así fue. En el fondo, la filosofía tenía que ver con conceptos esenciales como la
justicia, el bien, la sabiduría, la comunicación y la palabra. Estar intentando tocar a través de la filosofía
esos grandes conceptos y que pudiera modernizar, esperanzar un eco para un futuro que estaba llegando
era mi función como profesor, aunque entonces no fuera consciente de ello.
Ahora estamos desesperanzados; entonces luchábamos para algo y contra algo desde nuestro pequeño
espacio, desde el mío como profesor y el de aquellos alumnos que gritaban contra el franquismo desde el
patio de la Universidad de Barcelona. Era algo que nos unía.
M. C. El piterpanismo marca una diferencia entre una generación y las otras en la práctica en la que se
expresaba. El piterpanista no se reconoce como el padre; como mucho, como el hermano mayor que usted
decía, el colega de los alumnos. Esa actitud, que se prolongó demasiado tiempo por parte de las
generaciones posteriores porque lo inauguraban todo, la democracia, el gobierno de izquierdas, vivían en
excitación permanente… creo que hizo que no pudieran o no quisieran asumir su papel de la manera que
usted sí pudo asumir.
Estoy pensando en lo que decía Hannah Arendt: “¿Cuál es la función del educador? El educador es la
correa de transmisión de la herencia recibida”. La herencia llega, se ve, se examina, se critica, se mejora,
se limpia y se traspasa a las siguientes generaciones en las mejores condiciones. Es lo que usted hacía.
Nos hablaba de Platón, pero nos aclaraba que no era ese Platón del que nos hablaron, sino otro, el que él
veía o el que podía servir. Asumía la tradición explícitamente, la trabajaba y la transmitía.
Las siguientes generaciones no se han atrevido a hacerlo. El concepto tradición era como el de autoridad.
Un hándicap que nos ha lastrado durante mucho tiempo ha sido el miedo a algunas palabras como
tradición o autoridad, hay que reconsiderar lo que quiere decir tradición y a continuación reivindicarlo.
La autoridad se la gana uno mismo, enseñando cómo es él en la manera de entender la materia que quiere
transmitir”
E. Lledó
En ese sentido creo que don Emilio pudo asumir ese papel de una forma plena, con todas sus
consecuencias, mientras que las generaciones posteriores han estado dudando.
P. ¿Qué consecuencias ha tenido? E. LL. También había una especie de sinceridad, de naturalidad. Yo pude ser catedrático en aquella época
franquista y para mí fue una enorme sorpresa en el sentido más hondo, feliz y alegre porque en esa
profesión se realizaba algo de lo que yo tenía, de lo que yo sentía. Mi manera de entender la filosofía y
transmitirla era también mi yo, y me parecía que en esas clases —puede parecer un poco narcisista, pero
no lo es— mi trabajo era importante y es lo que provocaba esa apertura, esa inocencia, ese no tener
excesivos prejuicios aunque tenía el maravilloso prejuicio de ser quien era. Si eres quien eres, esa
quienidad, valga la expresión [risas], se tiene que transmitir.
En esa quienidad —¡Dios, qué palabra! Me van a echar de la Academia— se transmitía una buena
voluntad, sin la menor duda, el querer algo que brota de algo que tú tienes, que no es del todo malo sino
bueno, y además esa transmisión es bondad.
Quisiera añadir algo sobre la memoria viva. Todos somos lo que hemos sido —por eso hay que seguir
insistiendo en la memoria histórica, los defensores del olvido acaban en el alzhéimer colectivo más feroz
e inaceptable—, la memoria es lo que hemos sido, lo que hemos aprendido, lo que consciente o
inconscientemente ha ido posándose en nuestro ser, es lo que nos constituye. Estar siempre presente
siendo desde lo que hemos sido, siendo en lo que hemos sido o siendo hasta para lo que hemos sido, la
memoria viva, vivir esa memoria, revivir esa memoria.
Yo revivía a Platón, a Kant, a Sartre, a Nietzsche o a quien se me pusiera por delante que yo hubiera
estudiado bien. La misión de un profesor es revivir: lo dices tú, lo enseñas tú y lo haces palabra tú. La
palabra está mojada, digo muchas veces que nacemos en una lengua materna y que somos una lengua
matriz, estamos montados en nuestro matricismo.
P. Decían que buscaban una esperanza. Don Emilio vivió la guerra, Manuel no; los dos vivieron el
franquismo. ¿Cuál era la esperanza de cada uno de ustedes? ¿Cómo se ha ido constituyendo la
esperanza, en decepción o en otra esperanza diferente?
La autoridad te la han de conceder los demás, es un reconocimiento absolutamente democrático”
M. Cruz
E. LL. Tuve la desgracia de vivir la Guerra Civil, de saber lo que es, de haber visto la muerte, cuerpos
destrozados en bombardeos. Mi padre era militar en Vicálvaro; algunas veces me trajo a Madrid y
recuerdo esas imágenes desde niño, he visto que la sangre mancha, que la pólvora huele; he sentido la
destrucción real después de caer una bomba y no se olvida jamás.
Tengo clarísimas las imágenes de la Guerra Civil y es una suerte poder evocarlas y referirme a ellas
porque es una experiencia única haber vivido los horrores de nuestra guerra. Ahí descubrí que tenía que
buscar algo que no fuera aquella violencia y que se pareciera más a aquella escuela pública de Vicálvaro
con don Francisco López Sánchez.
En aquella atmósfera de inseguridad, muerte y asesinatos, y no digamos en la del hambre real de la
posguerra, cuando expulsaron a mi padre del ejército, y que duró casi 10 años, teníamos que esperar un
país donde aquello no fuera posible, donde esa miseria mental que procuraban inocularnos y la material
por la ausencia de comida no se repitiera jamás.
P. El franquismo. ¿Qué supuso esa época para vosotros? ¿Qué herida dejó en este país? E. LL. Era una herida estimuladora, no infectada, queríamos curarla de verdad. Si hubiera seguido aquí,
habría sido distinto. Cuando llegué a Heidelberg sólo estábamos dos o tres españoles allí, fue un poco
antes de la gran oleada de trabajadores españoles que salieron, sobre todo andaluces.
Me parece injusto cuando hablan de la pereza andaluza: se fueron a Alemania huyendo del hambre. Una
de las grandes esperanzas que quedan y que tenemos que revisar es esa idea de los topicazos que coagulan
nuestra mente y que nos impiden pensar. Tiene que ver con la educación y con lo que hablábamos antes.
Yo no pensaba que como profesor pudiera servir para algo. Ese para algo era para esperanzarse o para
esperancearse —van a acabar echándome de la Academia—, una cosa es esperar y otra esperancear. La
esperanza era algo lleno de interés, de conocimiento y sobre todo de afecto, pasión, deseo porque este
país fuera distinto del que estábamos viviendo.
Manuel Cruz y Emilio Lledó. / Bernardo Pérez
Simone Weil: «Sobre la supresión general
de los partidos políticos»
Simone Weil (1909-1943)
«El hecho de que [los partidos políticos] existan no es motivo suficiente para conservarlos. Sólo el bien es
un motivo legítimo de conservación. El mal de los partidos políticos salta a la vista. El problema que hay
que examinar es si hay en ellos un bien mayor que el mal, que haga que su existencia sea deseable.
Pero sería más adecuado preguntarse: ¿Hay en ellos una parcela, aunque sea infinitesimal, de bien? ¿No
son acaso mal en estado puro o casi?
Si son algo malo, está claro que de hecho y en la práctica solo podrán producir el mal. Es un artículo de
fe. “Un buen árbol jamás dará malos frutos, ni un árbol podrido buenos frutos”.
Pero primero hay que reconocer cuál es el criterio del bien. Sólo puede ser la verdad, la justicia, y, en
segundo lugar, la utilidad pública.
La democracia, el poder de los más, no es un bien. Es un medio con vistas al bien, estimado eficaz con
razón o sin ella. Si la República de Weimar, en lugar de Hitler, hubiera decidido por vías rigurosamente
parlamentarias y legales meter a los judíos en campos de concentración y torturarlos con refinamiento
hasta la muerte, las torturas no habrían tenido ni un átomo de legitimidad más de la que ahora tienen.
Ahora bien, algo parecido a esto no es totalmente inconcebible.
Sólo lo que es justo es legítimo. El crimen y la mentira no lo son en ningún caso.
Nuestro ideal republicano procede enteramente de la voluntad general de Rousseau. Pero el sentido de
esta noción se perdió casi de inmediato, porque es compleja y demanda un alto grado de atención.
Dejando de lado algunos capítulos, pocos libros son tan hermosos, fuertes, lúcidos y claros como lo es El
contrato social. Se dice que pocos son los libros que han tenido tanta influencia. Pero de hecho todo
sucedió y sucede como si no hubiera sido leído nunca.
Rousseau partía de dos evidencias. Una, que la razón discierne y elige la justicia y la utilidad inocente,
y que todo crimen tiene como móvil la pasión. Otra, que la razón es idéntica en todos los hombres,
frente a las pasiones, que, casi siempre, difieren. En consecuencia si, sobre un problema general,
cada uno reflexiona en soledad y expresa una opinión, y si después se comparan las opiniones entre
sí, probablemente coincidirán por el lado justo y razonable de cada una y diferirán por las
injusticias y los errores. Únicamente en virtud de un razonamiento de este tipo se admite que el
consensus universal indica la verdad.
La verdad es una. La justicia es una. Los errores, las injusticias son indefinidamente variables. De
esta manera, los hombres convergen en lo justo y lo verdadero, y en cambio la mentira y el crimen los
hacen divergir indefinidamente. Puesto que la unión es una fuerza material, se puede esperar encontrar en
ella un recurso para hacer que la verdad y la justicia sean aquí abajo materialmente más fuertes que el
crimen y el error. Se precisa un mecanismo conveniente. Si la democracia constituye tal mecanismo, es
buena. Si no, no.
Una voluntad injusta, común a toda la nación, no era en absoluto superior, a ojos de Rousseau —y tenía
razón—, a la voluntad injusta de un hombre. Rousseau pensaba, tan solo, que casi siempre una voluntad
común de todo un pueblo era, de hecho, conforme con la justicia, por neutralización mutua y
compensación de pasiones particulares. Ese era para él el único motivo de preferir la voluntad del pueblo
a una voluntad particular.
Asimismo una cierta masa de agua, aun cuando compuesta de partículas que se mueven y chocan sin
cesar, se encuentra en equilibrio y reposo perfectos. Devuelve a los objetos sus imágenes con verdad
irreprochable. Indica perfectamente el plano horizontal. Dice sin error la densidad de los objetos
sumergidos.
Si individuos apasionados, empujados por la pasión al crimen y a la mentira, se componen del mismo
modo formando un pueblo verídico y justo, entonces es bueno que el pueblo sea soberano. Una
constitución democrática es buena si, primero, realiza en el pueblo ese estado de equilibrio, y si, solo
después, hace que las voluntades del pueblo sean ejecutadas.
El verdadero espíritu de 1789 consiste en pensar no que algo es justo porque el pueblo lo quiere,
sino que, bajo ciertas condiciones, la voluntad del pueblo tiene más posibilidades que ninguna otra
voluntad de ser conforme a la justicia.
Hay varias condiciones indispensables para poder aplicar la noción de voluntad general. Dos deben
retener particularmente la atención.
Una es que, en el momento en que el pueblo toma conciencia de una de sus voluntades y la expresa, no
hay ninguna especie de pasión colectiva.
Es del todo evidente que el razonamiento de Rousseau se desmorona en cuanto hay pasión colectiva.
Rousseau lo sabía perfectamente. La pasión colectiva es un impulso al crimen y a la mentira
infinitamente más poderoso que cualquier pasión individual. Los malos impulsos, en este caso, lejos
de neutralizarse, se elevan mutuamente a la milésima potencia. La presión es casi irresistible si no se es
un auténtico santo.
Un agua a la que una corriente violenta, impetuosa, pone en movimiento ya no refleja los objetos, ya no
tiene una superficie horizontal, ya no indica las densidades. E importa muy poco que sea movida por una
única corriente o por cinco o seis que se entrechocan y forman remolinos. En ambos casos, se encuentra
igualmente turbada.
Si una sola pasión colectiva se apodera de todo un país, el país entero es unánime en el crimen. Si
dos, cuatro, cinco o diez pasiones colectivas lo dividen, está dividido en varias bandas de criminales.
Las pasiones divergentes no se neutralizan, como sucede en el caso de un sinfín de pasiones individuales
fundidas en una masa; el número es demasiado pequeño, la fuerza de cada una es demasiado grande para
que pueda darse la neutralización. La lucha las exaspera. Se entrechocan con un ruido verdaderamente
infernal que hace imposible que se oiga, ni por un segundo, la voz de la justicia y de la verdad,
siempre casi imperceptible.
Cuando hay pasión colectiva en un país, es probable que una voluntad particular cualquiera esté más
cerca de la justicia y de la razón que la voluntad general, o más bien que lo que constituye su caricatura.
La segunda condición es que el pueblo tenga que expresar su voluntad respecto de los problemas de la
vida pública y no solo elegir a las personas. Y aún menos una elección de colectividades irresponsables.
Pues la voluntad general no tiene ninguna relación con una tal elección.
Si hubo en 1789 una cierta expresión de la voluntad general, aun cuando se adoptara el sistema
representativo a falta de saber imaginar otro, es porque hubo algo bastante diferente de las elecciones.
Todo lo que había de vivo a través de todo el país —y el país se desbordaba de vida— había intentado
expresar un pensamiento mediante el órgano de los Cahiers de revendication [Cuadernos de
reivindicación]. Los representantes se habían hecho conocer, en gran parte, en el curso de esa cooperación
en el pensamiento; conservaban su calor; sentían que el país estaba atento a sus palabras, celoso de vigilar
si traducían exactamente sus aspiraciones. Durante algún tiempo —poco tiempo— fueron
verdaderamente simples órganos de expresión para el pensamiento público.
Semejante cosa no se volvió a producir nunca más. Enunciar estas dos condiciones muestra que nunca
hemos conocido nada que se asemeje, ni de lejos, a una democracia. En lo que nombramos con ese
nombre, el pueblo no ha tenido nunca la ocasión ni los medios de expresar un parecer sobre un
problema cualquiera de la vida pública; y todo lo que escapa a los intereses particulares se deja
para las pasiones colectivas, a las que se alimenta sistemática y oficialmente.
II.
El mismo uso de las palabras democracia y república obliga a que se examine con atención extrema los
dos problemas siguientes:
¿Cómo darles de hecho, a los hombres que componen el pueblo de Francia, la posibilidad de expresar a
veces un juicio sobre los grandes problemas de la vida pública?
¿Cómo impedir, en el momento en el que se interroga al pueblo, que a través suyo circule cualquier
pasión colectiva?
Si no se piensa en esos dos puntos, es inútil hablar de legitimidad republicana.
Las soluciones no son fáciles de concebir. Pero es evidente, tras un examen atento, que cualquier solución
implicaría en primer lugar la supresión de los partidos políticos.
Para valorar a los partidos políticos según el criterio de la verdad, de la justicia, del bien público,
conviene comenzar discerniendo sus características esenciales.
Se pueden enumerar tres:
Un partido político es una máquina de fabricar pasión colectiva.
Un partido político es una organización construida de tal modo que ejerce una presión colectiva
sobre el pensamiento de cada uno de los seres humanos que son sus miembros.
La primera finalidad y, en última instancia, la única finalidad de todo partido político es su propio
crecimiento, y eso sin límite.
Debido a este triple carácter, todo partido político es totalitario en germen y en aspiración. Si de hecho no
lo es, es solo porque los que lo rodean no lo son menos que él.
Estas tres características son verdades de hecho, evidentes para cualquiera que se haya aproximado a la
vida de los partidos.
La tercera es un caso particular de un fenómeno que se produce allí donde el colectivo domina a los seres
pensantes. Es la inversión de la relación entre fin y medio. En todas partes, sin excepción, todas las
cosas generalmente consideradas como fines son, por naturaleza, por definición, por esencia, y de la
manera más evidente, únicamente medios. Se podría citar tantos ejemplos como se quisiera en
todos los campos. Dinero, poder, Estado, grandeza nacional, producción económica, diplomas
universitarios; y muchos más.
Sólo el bien es un fin. Todo lo que pertenece al dominio de los hechos es del orden de los medios. Pero el
pensamiento colectivo es incapaz de elevarse por encima del dominio de los hechos. Es un pensamiento
animal. Posee la noción de bien solo lo suficiente como para cometer el error de tomar tal o cual medio
por el bien absoluto. Y eso es lo que sucede con los partidos: un partido es, en principio, un instrumento
para servir a una cierta concepción del bien público.
Esto es cierto incluso de aquellos que están vinculados a los intereses de una categoría social, pues
siempre existe una cierta concepción del bien público, en virtud de la cual habría coincidencia entre el
bien público y esos intereses. Pero esa concepción es extremadamente vaga. Esto es verdad sin excepción
y casi sin diferencia de grados. Los partidos más inconsistentes y los más estrictamente organizados son
iguales por lo vaga que es su doctrina. Ningún hombre, aun cuando hubiere estudiado profundamente la
política, sería capaz de una exposición precisa y clara respecto de la doctrina de ningún partido, incluido,
si se diera el caso, del suyo propio.
Las gentes no se confiesan esto a sí mismas en absoluto. Si se lo confesaran, estarían ingenuamente
tentadas de verlo como un signo de incapacidad personal, por no haber reconocido que la expresión
«doctrina de un partido político» no puede jamás, por la naturaleza de las cosas, tener significado alguno.
Un hombre, aunque pase toda su vida escribiendo y examinando problemas de ideas, solo raramente tiene
una doctrina. Una colectividad no la tiene jamás. No es una mercancía colectiva. Se puede hablar, cierto
es, de doctrina cristiana, doctrina hindú, doctrina pitagórica, etc. Lo que se designa entonces con esa
palabra no es ni individual, ni colectivo; es una cosa situada infinitamente por encima de este o aquel
nivel. Es, pura y simplemente, la verdad.
La finalidad de un partido político es algo vago e irreal. Si fuera real, exigiría un esfuerzo muy grande de
atención, pues una concepción del bien público no es algo fácil de pensar. La existencia del partido es
palpable, evidente, y no exige ningún esfuerzo para ser reconocida. Así, es inevitable que de hecho sea
el partido para sí mismo su propia finalidad.
En consecuencia hay idolatría, pues solo Dios es legítimamente una finalidad para sí mismo.
La transición es fácil. Se pone como axioma que la condición necesaria y suficiente para que el partido
sirva eficazmente a la concepción del bien público con vistas a la cual existe es que posea una gran
cantidad de poder.
Pero ninguna cantidad finita de poder puede jamás, de hecho, ser mirada como suficiente, sobre todo una
vez obtenida. El partido se encuentra, de hecho, debido a la ausencia de pensamiento, en un estado
continuo de impotencia que atribuye siempre a la insuficiencia del poder de que dispone. Aun cuando
fuera el dueño absoluto del país, las necesidades internacionales serían las que impondrían límites
estrechos.
De este modo, la tendencia esencial de los partidos es totalitaria, no solo en lo que respecta a una
nación, sino en lo que respecta al globo terrestre. Precisamente porque la concepción del bien público
propia -de tal o cual partido es una ficción, algo vacío, sin realidad, es- por lo que impone la búsqueda del
poder total. Toda realidad implica por sí misma un límite. Lo que no existe en absoluto no es jamás
limitable.
Por eso es por lo que hay afinidad, alianza entre el totalitarismo y la mentira.
Mucha gente, cierto es, nunca piensa en el poder total; ese pensamiento les daría miedo. Es vertiginoso, se
precisa una especie de grandeza para sostenerlo. Esa gente, cuando se interesa por un partido, se contenta
con desear su crecimiento; pero como algo que no comporta ningún límite. Si este año hay tres miembros
más que el año pasado, o si la colecta ha conseguido cien francos más, están contentos. Pero desean que
eso continúe indefinidamente en la misma dirección. Jamás concebirían que su partido pudiera tener,
en ningún caso, demasiados miembros, demasiados electores, demasiado dinero.
El temperamento revolucionario conduce a concebir la totalidad. El temperamento pequeño-burgués
conduce a instalarse en la imagen de un progreso lento, continuo y sin límite. Pero en ambos casos el
crecimiento material del partido deviene el único criterio respecto del cual se definen el bien y el mal de
todas las cosas. Exactamente como si el partido fuera un animal al que hay que engordar, y como si el
universo hubiera sido creado para hacerlo engordar.
No se puede servir a Dios y a Mammon. Si se tiene un criterio del bien distinto al bien, se pierde la
noción del bien.
Desde el momento en que el crecimiento del partido constituye un criterio del bien, se sigue
inevitablemente la existencia de una presión colectiva del partido sobre el pensamiento de los
hombres. Esa presión se ejerce de hecho. Se muestra públicamente. Se confiesa, se proclama. Nos
horrorizaría, de no ser porque la costumbre nos ha endurecido.
Los partidos son organismos públicos, oficialmente constituidos de manera que matan en las almas el
sentido de la verdad y de la justicia.
Se ejerce la presión colectiva sobre el gran público mediante la propaganda. La finalidad confesada de la
propaganda es persuadir y no comunicar luz. Hitler vio perfectamente que la propaganda es siempre un
intento de someter a los espíritus. Todos los partidos hacen propaganda. El que no la hiciera desaparecería
por el hecho de que los demás sí la hacen. Todos confiesan que hacen propaganda. Nadie es tan audaz en
la mentira como para afirmar que se propone la educación del público, que forma el juicio del pueblo.
Los partidos hablan, cierto es, de educación de los que se les han acercado, simpatizantes, jóvenes,
nuevos adherentes. Esa palabra es una mentira. Se trata de un adiestramiento para preparar la
influencia mucho más severa que el partido ejerce sobre el pensamiento de sus miembros.
Supongamos que un miembro de un partido —diputado, candidato a diputado, o simplemente militante—
adquiera en público el siguiente compromiso: «Cada vez que examine cualquier problema político o
social, me comprometo a olvidar absolutamente el hecho de que soy miembro de tal grupo y a
preocuparme exclusivamente de discernir el bien público y la justicia.» Ese lenguaje sería muy mal
acogido. Los suyos, e incluso muchos otros, lo acusarían de traición. Los menos hostiles dirían:
«Entonces, ¿para qué se ha afiliado a un partido?», confesando de esta manera ingenua que, cuando se
entra en un partido, se renuncia a buscar únicamente el bien público y la justicia. Ese hombre sería
excluido de su partido, o por lo menos perdería la investidura; seguramente no sería elegido.
Pero aún más, ni siquiera parece posible que un lenguaje así se use. De hecho, salvo error, jamás ha sido
usado. Si se han pronunciado algunas palabras próximas a esas, sólo lo hicieron hombres deseosos de
gobernar con el apoyo de otros partidos distintos del suyo. Tales palabras sonaban entonces como una
especie de afrenta al honor.
Por el contrario, se considera totalmente natural, razonable y honorable que alguien diga: «Como
conservador… —o como socialista— pienso que…».Esto, cierto es, no lo hacen sólo los partidos. No se
sonroja quien dice: «Como francés, pienso que…», «Como católico, pienso que…». Unas jovencitas, que
se proclamaban vinculadas al gaullismo como equivalente francés del hitlerismo, añadían: «La verdad es
relativa, incluso en geometría». Estaban tocando el punto central.
Si no hay verdad, es legítimo pensar de tal o cual manera en tanto uno es tal o cual cosa. Del mismo modo
que se tiene el cabello negro, castaño, rojizo o rubio porque se es así, también se emiten tales o cuales
ideas. El pensamiento, como el cabello, es entonces el producto de un proceso físico de eliminación. Si se
reconoce que hay una verdad, solo está permitido pensar lo que es verdadero. Entonces se piensa tal cosa
no porque se da el caso de que de hecho uno es francés, o católico, o socialista, sino porque la luz
irresistible de la evidencia obliga a pensar así y no de otra manera. Si no hay evidencia, si hay duda,
entonces es evidente que, en el estado de conocimientos del que se dispone, la cuestión es dudosa. Si
existe una débil probabilidad de un lado, es evidente que hay una débil probabilidad; y así con todo lo
demás. En todos los casos, la luz interior concede siempre a cualquiera que la consulte una respuesta
manifiesta. El contenido de la respuesta es más o menos afirmativo; importa poco. Siempre es susceptible
de revisión; pero ninguna corrección puede llevarse a cabo a no ser mediante la luz interior.
Si un hombre, miembro de un partido, está absolutamente decidido a ser fiel, en todos sus pensamientos,
tan solo a la luz interior y a nada más, no puede dar a conocer esa resolución a su partido. Entonces se
encuentra respecto del partido en estado de mentira. Es una situación que solo puede ser aceptada a causa
de la necesidad, que obliga a estar en un partido para tomar parte eficazmente en los asuntos públicos.
Pero entonces esa necesidad es un mal y hay que ponerle fin suprimiendo los partidos.
Un hombre que no ha adoptado la resolución de fidelidad exclusiva a la luz interior instala la mentira en
el centro mismo del alma. Las tinieblas interiores son su castigo.
Sería un intento vano salir de esa situación mediante la distinción entre libertad interior y disciplina
exterior. Pues hay que mentir entonces al público, hacia el que todo candidato, todo elegido, tiene una
obligación particular de verdad.
Si me planteo decir, en nombre de mi partido, cosas que estimo contrarias a la verdad y a la
justicia, ¿voy a indicarlo en una advertencia previa? Si no lo hago, miento.
De esas tres formas de mentira —al partido, al público, a uno mismo— la primera es con mucho la menos
mala. Pero si la pertenencia a un partido obliga siempre y en todos los casos a la mentira, la existencia de
los partidos es absolutamente, incondicionalmente, un mal».
Bioética ¿por qué?
Avedis Aznavurian Apajian
El regreso a las fuentes originales del conocimiento humano es condición “sine qua non” para
comprender las contradicciones del tiempo actual. La Filosofía y sus descendientes, léase Ética, Bioética
y demás no pueden ser examinadas con imparcialidad si no se tienen nociones básicas acerca del devenir
histórico de ellas.
Insistir en este tiempo en la Ética y ahora en la Bioética debe verse desde perspectivas diferentes; en la
actualidad es muy sencillo, al calor de la moda, declararse ¿Bioeticista? No importa la ignorancia de la
Historia, ni el respeto al trabajo que debería tenerse hacia la Filosofía y los filósofos profesionales; desde
las llamadas “ciencias duras” se pontifica hacia las humanidades y se da como verdad absoluta una base
empírica con la que se justifica esa posesión de la verdad.
La moda justifica como “cajón de sastre” incluir en la Bioética, todo aquello que se les ocurra presentar
del tema. A esta confusión, contribuyen también los profesionales de la Humanidades, al presentar un
mundo completo de confusiones: autores, problemas, teorías éticas y más, creando con ello una barrera
difícil de superar.
Volver a las fuentes originales es retomar el problema esencial del ser humano: la capacidad de preguntar,
y las preguntas pueden ser tan variables como lo son los pensadores, ¿Es necesaria una Bioética?,
¿Cuántas Éticas y Bioéticas hay?, ¿Son éticos los científicos de las ciencias naturales?, ¿Quién debe
poseer la información de las personas?, ¿Las pruebas y tamizados son éticos? El mayor conocimiento de
la naturaleza biológica del hombre, ¿era benéfico para la especie humana en su totalidad?, ¿Los animales
sienten?, ¿Puede el ser humano ser sujeto y objeto de la investigación? Y se podrían hacer muchas
preguntas más.
La realidad es compleja sin más explicación; su complejidad reside en los miles de elementos de lo que se
llama cotidianeidad: las cuestiones políticas, el acceso al empleo, la oportunidad de estudio, la posición
económica, la transformación acelerada o no de las relaciones sociales, los determinantes socio-
económicos en relación a otras sociedades, el avance innegable de las ciencias físicas y naturales y su
repercusión en el aumento de las desigualdades internas y externas, estas cuestiones necesitan y exigen
reflexión. Los temas alrededor de la vida se hacen complejos por intervenir otros elementos, el hecho
biológico trasciende esos límites y están involucradas otras disciplinas varias como la antropología,
sociología, creencia religiosa, psicología y economía.
La información de la ciencia, sin descuidar sus bases de rigor y precisión, se entraman en un tejido
complejo de valores con efecto en la visión del mundo. Sin embargo, ¿dónde ocurren estas discusiones?
En todas partes, pero especialmente donde hay los elementos sociales que permiten esta discusión. A
veces nos enteramos por los medios de información masiva de los avances de las ciencias y de los
beneficios para los seres humanos; sorprenden las promesas de una vida mejor, más sana, más pacífica;
contrastan tales promesas con la presencia de nuevas enfermedades, o antiguas que han vuelto con más
fuerza, las plagas con mayor y más extendida virulencia, resistencia a fármacos inducida por el uso
indiscriminado de antibióticos, sustancias supuestamente terapéuticas, cuyos resultados son a veces
peores que la enfermedad y así, lo que prometía un mundo feliz , se transforma en una pesadilla.
Para Engelhardt (1995): El pensamiento actual se caracteriza por un creciente distanciamiento de una
orientación y propósitos últimos, supervivencia vs. trascendencia. No encontramos un camino de
expresión y nos refugiamos en deformidades del mundo, de una creencia religiosa a una religión de la
ciencia, sin encontrar el camino. Mucha de la construcción del mundo, de la cosmovisión secular, se
despedaza, a veces lenta y otras rápidamente, confrontada con las nuevas apariciones de supuestas y
exageradas bondades de la ciencia y la tecnología.
El ordenamiento que nos daba paz se mueve constantemente, cada vez estamos más ante hechos
consumados; no somos ya el paciente, el enfermo en el hospital, sino un número que significa ingresos
económicos, o bien, de un olvido de los valores, de la moralidad de los actos que sustentaban un tejido
social humano, se pierden las marcas del camino, las que guiaban, protegían y daban paz a nuestras vidas.
En consecuencia, nuestro lugar en el universo, en la naturaleza, quedó mediatizado. Lo económico resulta
útil y la ética o moralidad, carece de sentido y no se percibe como necesaria.
Nuestras capacidades no son homogéneas; los poderosos lo son cada día más, los avances de la ciencia se
gradúan de manera clara; en algunos casos la conservación del medio y la salud son importantes ,
mientras que en otros, las poblaciones siguen muriendo de las enfermedades de hace siglos y de las
nuevas producto de la civilización. Las promesas que el futuro depara ya no están a nuestro alcance
porque la distancia es cada vez más amplia, en ocasiones, ni siquiera sabemos por donde van. El poder ha
ido haciendo cada vez más grande ese abismo, ese poder está representado por un avance científico y
tecnológico, sin precedentes y su idea de su magnitud y futuro; para unas naciones el futuro lejano o
cercano, es lo cotidiano; en otras que vienen de regreso de destruir, su futuro es conservar lo que esté
presente y así, se inicia un ciclo en el que la conservación es asunto mundial a satisfacción de los que
antes la destruyeron.
En ese sentido, la imposición de ideologías, de reglas, una reconquista o colonización ahora basada en
una realidad científica y tecnológica nueva. Ante ello, los pueblos se refugian en su tradición histórica, en
su realidad actual, pero poco pueden hacer ante el embate de medios de información, sirvientes del poder.
Nadie puede negar el valor de los hallazgos de la ciencia y la tecnología, los vivimos a diario y esto
deslumbra, pareciera ser la solución a nuestros problemas y es tal vez el inicio de otros más complejos.
De estas ciencias y sus derivados tecnológicos surge en otro campo la Bioética, ¿Qué es la Bioética?
¿Una nueva moda a seguir? ¿Realmente hay una ética derivada, distinta cualitativamente? ¿De que
estamos hablando? ¿Seremos conquistados o invadidos por una imposición de los poderosos? o ¿Seremos
capaces de desarrollar un pensamiento ético y bioético propios? Este trabajo tiene como tesis principal la
siguiente: Ser capaces de examinar críticamente las teorías científicas, las biotecnologías y contrastarlas
con los supuestos de una bioética secular. Una Bioética Crítica implica generar un pensamiento propio, un
examen de los hechos de la ciencia y la tecnología en una sociedad concreta, la nuestra.
Así, reflexionar sobre la ciencia y la sociedad, la investigación y la enseñanza de la ética y de la bioética
es la tarea más acuciante y no puede ser relegada a segundo término. Quitando el aspecto de la moda, la
bioética carece de precisión cuando se califica a todo lo que tiene que ver con la ética como bioético; una
reflexión crítica tiene que cuestionar necesariamente las bases éticas de la bioética. La tesis de este trabajo
y en general de esta línea de investigación es la siguiente: podemos hablar de bioética donde las bases
fundamentales de la vida pueden ser alteradas de manera radical; la modificación del ADN, la
reproducción asistida, la ingeniería genética entre otras plantean una modificación radical de los
fenómenos de la vida, incluir el aborto el sida y otros temas , quedan más en una ética médica o clínica
pero no constituyen una modificación radical de la vida en el sentido biológico, sin desechar que en lo
social y moral tengan un gran impacto.
¿Por qué limitar la bioética a una ética de lo alterable? El mismo término se presta a una interpretación
tan amplia que todo queda incluido y los riesgos de las nuevas ciencias y tecnologías quedan más para el
sensacionalismo periodístico que para el examen y reflexión filosófica y científica.
Es importante para la reflexión tomar en cuenta los puntos de vista de la ética; el alegato de una nueva
“ética” carece de fundamento, los problemas genéricamente hablando son los mismos, en este sentido:
históricamente los avances han sido criticados por las capas más reaccionarias, sobre todo las que
detentan el poder, casi cualquier avance es inmediatamente anatomizado, con argumentos variados, sin
medida y sobre todo con una gran ignorancia de los verdaderos alcances de la ciencia.
Dussel (2000) lo expresa de una forma más clara: “…..el problema de lo formal es que le falta contenido.
No interesa lo que se discuta; lo que interesa es que se cumplan las reglas democráticas del discurso, lo
cual me parece correcto, en cuanto a lo democrático, pero no advierte el contenido fundamental”. Si no
está el contenido fundamental la discusión se hace un juego de palabras y de argumentos generalizadores
basados en supuestos inexistentes o mal interpretados.
Dussel propone una ética que afirma como una ética de la vida, pero no como una ética de la vida misma
sino por aquellos que no pueden vivir. El deber ético de cambiar las cosas para que vivan los que no
pueden vivir no se comprende si no es parte de una ética de la vida. En otro orden de ideas, la bioética se
transforma de ser una ética aplicada en una supuesta ética de todo lo que pueda caber o suponerse como
cuestión de decisión moral entre las ciencias y sus aplicaciones y los valores éticos, por ello, la relación
médico-paciente de la ética médica se transforma en bioética, se tiene entonces una transformación de una
ética clásica en ¿bioética?
Cambiar de lugar el problema puede responder a muchos factores, pero no se altera lo que es en esencia,
es decir, la necesidad de retomar la ética en sus acepciones varias para responder a problemas cotidianos
de decisión sea médica clínica o bioética. En los siglos XIX y XX, con respecto a los compuestos para
combatir algunas enfermedades como la sífilis, se opusieron asociaciones civiles y religiosas con
argumentos que respondían a su ideología y no a una necesidad social, se repiten estas en el siglo pasado
y en este, con el problema del SIDA, problema de salud pública; la moralidad y el comportamiento
personal, así como las creencias de cualquier tipo no quedan relegadas, pero no pueden ser determinantes
de la moral social o de la ética médica o clínica, esta y otras enfermedades apuntan a un problema de
epidemias independientemente de la moralidad y las costumbres personales.
Según Dussel (2000): “…. La vida humana es todo lo que ella es, y este es el contenido último de la
ética”. Si en última instancia la vida humana es todo lo que ella es, entonces no puede haber un sólo tema
que no afecte directa o indirectamente a la vida humana; en este sentido una bioética tiene que ir ligada a
los riesgos que entraña a corto y largo plazo una biotecnología, pero éticamente hablando también tiene
que interesarse por los productos de la ciencia, productos de la evolución biológica y cultural.
No todas las conclusiones llegan al mismo punto, las diferentes formas de pensamiento llevan a diversas
conclusiones, por ello, los puntos de vista de la magnitud o del beneficio de las biotecnologías actuales
varían en función de un sinnúmero complejo de factores, de interacciones variadas. Un ejemplo serían los
transgénicos, sobre todo las plantas consumidas o no por humanos; así mismo, para Irving (2002),
diferentes éticas llevan a diferentes conclusiones, dice la autora, hay que tomar como ejemplo la bioética
secular y la ética médica católica, por ejemplo: la bioética secular considera como ética la contracepción;
el uso de abortivos; el diagnóstico prenatal con la intención de abortar fetos defectuosos; la investigación
en fetos y embriones humanos; aborto, clonación humana; formación de quimeras humanas; células
troncales humanas; investigación pura con enfermos mentales; eutanasia; suicidio médicamente asistido;
consentimiento acerca de todo lo anterior de parte de personas vivas, etc.
En contraste, la ética médica católica, como fue expresada en la Conferencia Nacional de Obispos
Católicos: “Directivas Éticas y Religiosas para los servicios de Salud Católicos” así como en la Carta para
los Trabajadores de la Salud publicada por el Vaticano, considera todas esas acciones como antiéticas.
Probablemente, los puntos en los que están de acuerdo son en el uso de medios extraordinarios como un
ventilador para incrementar la respiración o de altas dosis de analgésicos para dolores si ello es aprobado
por los médicos.
Se pregunta: ¿Cómo estos dos sistemas éticos diferentes pueden llevar a conclusiones éticas? La respuesta
debería ser predecible. Cada teoría ética académica tiene sus propios principios éticos idiosincráticos.
“Deduciendo que de principios éticos diferentes, necesariamente resultan conclusiones éticas diferentes”.
Por ejemplo: la ética médica católica romana está basada en principios éticos incrustados en la ley moral
(una combinación de ética filosófica de la ley natural, ley divina y las enseñanzas del magisterio). La
bioética secular, como es predominantemente entendida y aplicada, está basada en tres principios
bioeticos de respeto a las personas (ahora referido como autonomía), justicia y beneficencia como se
articuló en 1978 por la Comisión Nacional en el Reporte Belmont. Deduciendo desde esos dos conjuntos,
muy diferentes de principios éticos, conducen a dos conclusiones éticas y médicas distintas.
En resumen, realmente no hay una “ética per se”, o más precisamente “una ética médica per se”. Hay
diferentes clases de éticas, y entonces hay diferentes clases de éticas médicas, cada una con sus principios
éticos únicos, objetos, método (epistemología), y grupos de expertos. Esto es, las características
inherentemente distintas de las diversas teorías éticas que se comparan y se contrastan en ética y ética
médica que se enseñan en las aulas (o al menos debería ser). Así mismo, las diferentes teorías éticas o de
ética médica tienen sus registros históricos únicos. La historia de la bioética no es la excepción, aunque es
reciente.
Difícilmente se admite en un medio limitado, la posibilidad de una ética diferente a un pensamiento
religioso por muy trasnochado que este sea, no solamente de una religión sino de todas las confesiones de
un país, esto significa que en múltiples ocasiones, no es posible siquiera plantear los temas a reflexión,
hay que admitir las formas distintas de pensamiento, pero cuando esas formas se acercan a las creencias
difícilmente se razona.
La bioética es ética aplicada, y su estatus como rama independiente esta circunstanciada a factores
culturales y a posiciones sociales, algunos la consideran un nuevo paradigma intelectual (Bredy 2002),
para Gracia (1989), las características que debe tener son entre otras las siguientes:
Civil: secular o no directamente religiosa; aunque en ella se toquen temas religiosos.
Pluralista: no homogénea, es decir, que acepte la diversidad de enfoques y posturas e intente juzgarlos en
unidad superior.
Autónoma: no heterónoma, es decir, en la defensa de de que el criterio de la moralidad es la propia
persona y no alguna otra realidad ajena a él.
Racional: no bajo el criterio racionalista de que la razón, de entrada puede conocer el todo de la realidad.
Racional, porque fundamentada en la razón, argumenta sus fundamentos, tomando en cuenta principios y
consecuencias. Más allá de los convencionalismos: tratando en la medida de lo posible, bajo el criterio de
la igualdad en la esencia de la condición humana, universalizar lo que sea universalizable; en otras
palabras ser formal y no material.
Cada una de estas características tiene elementos a favor y en contra por lo que su aplicación completa
llega a ser difícil; en el caso de que deba ser civil, en muchas sociedades, la bioética está dominada por
dos grupos: médicos y religiosos y en ocasiones ambas actividades conforman el mismo grupo, por lo que
es difícil tener una visión que no esté ligada a esos puntos de vista, muchas veces radicales. A esto hay
que sumar una no pluralidad: no se aceptan las más ligeras desviaciones de un canon u ordenamiento.
Se niega el valor autónomo de la persona y se juzga sólo desde las reglas del grupo, finalmente, se niega
la igualdad al dar como condición previa de aceptación social, la convención social, en este caso la ética o
moral.
Para Engelhardt (1997), citando a Potter (1971), fue la primera persona o de las primeras personas, en
emplear el término bioética; propuso el término para identificar una disciplina combinando biología y
humanidades, tratando de hacer una ciencia que pudiera establecer un sistema de prioridades médicas y
ambientales para la supervivencia global con una calidad de vida aceptable:
“Su interés era ambiental, buscaba un modo de visión moral más amplia que la que había hasta ese
entonces bajo el rubro de bioética. Esperaba enmarcar el equivalente de un ethos, una ideología o un
movimiento moral, que pudiese redirigir las energías individuales y de comunidades hacia una
consideración para una moral global que comprendiera la vida, desde la reproducción humana a la
protección del medio ambiente. Primer problema del planteamiento original de Potter, la dificultad de
universalizar una forma de pensamiento más bien particular de una parte del mundo, imposible casi de
generalizar, excepto en conceptos también muy generales”.
Continúa Engelhardt (1997): “las energías de Potter no fueron dirigidas primariamente al avance de
algunos argumentos filosóficos sino como justificación de una explicación moral sobre las otras; se partía
de las ciencias biológicas y médicas pero con un barniz de argumentación filosófica. Su enfoque se
dirigió a la identificación de problemas, preocupaciones y metas que podrían atrapar el interés de
individuos y comunidades y entonces, motivarlos a adoptar nuevas formas de conducta. El punto de
partida dé Potter según deja ver Engelhardt, es una justificación filosófica para problemas de índole
científica especialmente médicos, queda una distancia grande con respecto a la justificación ética, sin
embargo, es una apertura a romper con las rigideces de los planteamientos científicos”.
Potter estaba interesado en hacer una ética de respeto a la vida, no directamente comprometida con los
temas filosóficos involucrados; en todo caso, respetar la vida y proponer justificaciones para una
explicación sobre la otra.
La dificultad es que enfrentamos numerosos caminos alternativos en la interpretación de la obligación de
respeto a la vida; esto significa, y de hecho se da, que los argumentos se acomodan en función de
intereses no siempre claros con respecto a la protección de la vida; un ejemplo de ello es el uso de las
células troncales de embriones, a veces abandonados y luego eliminados bajo el argumento de la
inviolabilidad de la vida, pero, ya fueron eliminados sin posibilidad de utilizarlos en investigación o en
terapias comprobadas.
Significativamente, se puede pensar que lo relevante de este enfoque de la bioética guió hacia
revaloraciones fundamentales de lo que serían las teorías morales, da un enfoque que se comprende en lo
personal como guía de la actuación bioética; considerando los fundamentos de la bioética, no
encontramos una ideología particular, si bien en lo religioso se han apoderado del término, para
deformarlo y acomodarlo a intereses muy desviado de lo que sería una bioética sin condicionamientos
dogmáticos religiosos.
Lo que significa bioético es tema de discusión permanente más que urgente; como muchas otras
discusiones, esta está ligada al grado de avance científico y tecnológico de una sociedad, así como a sus
estamentos sociales. En una sociedad atrasada no pueden surgir propuestas avanzadas; la necesaria
correspondencia hace que las discusiones en sociedades atrasadas deriven en planteamientos y propuestas
fuera de lugar o radicales a favor o en contra, o bien, pueden surgir leyes y reglamentos carentes de una
base sólida, tanto científico-tecnológica como social; por lo anterior, en parte la discusión de lo que es
bioético o ético necesariamente se debe fundamentar en información científica sólida. De esta manera, las
definiciones y lo que es o no bioético es un ejercicio para desarrollar las bases de propuestas futuras
sólidas.
¿Qué es bioética? Varía en función de los elementos dados en el párrafo anterior y de otros más, pero
retomando la definición de Potter de 1971 se define como: “…La Biología combinada con el
conocimiento humanístico haciendo una ciencia que establece un sistema de prioridades médicas y
ambientales para una supervivencia aceptable”. Para Kushe y Singer (2001), el primer trabajo de bioética
fue el de Joseph Fletcher de 1954, “ Morals and Medicine”, su visión de la “ética de situación” tiene más
que ver con la ética consecuencialista que con los puntos de vista cristianos tradicionales.
Para Jecker, Jonsen y Pearlman (1997), los temas originales de la Bioética, fueron la nueva biología y sus
implicaciones genéticas, trasplante de órganos, y experimentación con sujetos humanos. En 1979, M.
Siegler, internista de la Universidad de Chicago, acuño el término “ética clínica”. La ética clínica, enfoca
temas que confrontan al médico con su práctica diaria de interacción con los pacientes, se contrasta con la
“ética biomédica”, la cual, concierne en mucho a las políticas públicas. Los cambios en la medicina
moderna han creado una gama anticipada de dilemas éticos que demandan una respuesta clínica, reflexiva
y creativa.
Los primeros temas como ingeniería genética y experimentación con sujetos humanos están alejados de
las actividades de la mayor parte de los médicos. Los problemas de cuidados para los pacientes muy
enfermos o agonizantes son una parte íntima de la experiencia médica. Las cuestiones morales surgen de
la práctica diaria en la cual el clínico tiene inevitablemente responsabilidad directa. No es posible en
términos generales encontrar una teoría sistemática que de cuenta de antemano del desarrollo de una
nueva tecnología; prever completamente las consecuencias es por lo menos ocioso además de imposible;
las aproximaciones no pueden ser hechas más que desde una visión de conjunto que permita la
interacción de diferentes actores y de aproximaciones de una parte de la realidad total: esto es la
interacción en la relación salud-paciente; la bioética pretende ir un poco más allá, es decir, interrogar
acerca de las consecuencias de la biotecnología actual y el futuro cercano.
Referencias Brody, B. (1975) The Sanctity of Life: a philosophical view. Cambridge, MA: MIT Press
Dussel, E.; “El reto actual de la ética: detener el proceso destructivo de la vida” en Fin del capitalismo
global. El nuevo proyecto histórico. La Habana: Ciencias Sociales, pp.197-207
Engelhardt, H.T. (1990). Human Nature Technologically revisited. Social Philosophy and Policy.8, 180-
191
_____________(1995). Los fundamentos de la Bioética.1a. Edición. Paidós. México
_Fletcher, J. Morals and Medicine. N.J. Princeton University Press.
_Irving, D.N. What is Bioethics, in : J.W. Kotersky, Life and Learning X. Proceedingsof the Tenth
University Faculty for Life Conference. Washington, D.C.
_ Jecker, N.S.; Jonsen, A.R. ; Pearlman, R.A. Bioethics. An introduction to the History, Methods and
Practice. Jones and Bartlett Boston 1997.
_ Kushe, H. and Singer, P. eds. ( 2001). A companion to Bioethics. Blackwell Pub. U.K.
_ Potter, V.R.; (1970). Bioethics, science of survival. Biology and Medicine. 14, 127-53
_Siegler, M. Clinical Ethics and Clinical Medicine. Arch. Intern.Med. 1979.139: 914-15.
Edades del Hombre: ‘Teresa de Jesús.
Maestra de Oración’
En el V Centenario del Nacimiento de Teresa de Jesús, la Fundación ‘Edades del Hombre’ con el
patrimonio de las diócesis que en esta ocasión rompe los límites regionales y sin embargo mantiene
fielmente las señales que la identifican: ofrece un relato en imágenes. Se suma así a otras iniciativas
presentando a Teresa de Jesús. Maestra de Oración.
Es un relato abierto: tan importante es lo que dice como lo que sugiere. Lo que que aparece como lo que
oculta. El visitante está invitado a hacerlo suyo completándolo y/o corrigiéndolo.
Repartido en cuatro sedes tres en Ávila y una en Alba de Tormes, es un relato unitario. No es
imprescindible recorrerlo todo en una jornada (posiblemente sea demasiado) para descubrir ese ‘no se
qué’ que arroja, el montón de iconos, para cada uno de nosotros, nuestros proyectos, nuestras iglesias
locales y nuestros días.
Son tantos los esfuerzos que hacen posible la muestra: el guión, las obras, las infraestructuras de los
montajes, las sedes...que es obligado visitarla para que tú seas protagonista y sin olvidar tampoco que la
obra de arte, arte sacro en este caso, por ser mediación que te acerca el Misterio hay que completarla con
muchas miradas. Todas necesarias. Ninguna absoluta. Inmersos en la cultura del fragmento hay que
reclamar lo interdisciplinar para que lo esencial se pose como lo necesario.
Consciente de lo que vengo escribiendo me limito a aportar unas sugerencias surgidas de la visita, no muy
sosegada, realizada al hilo de la inauguración.
Porque el espacio albense lo he vivido más de cerca es desde el capítulo Hija de la Iglesia desde donde
voy y vengo en mi relato. Infórmate bien del último viaje y también de los avatares de lo que conocemos
como Basílica de Santa Teresa, inconclusa. Y ahora entra y localiza en el centro de la girola basilical un
espacio muy íntimo y artísticamente muy sobrio: un arcón con evidentes señales funerarias, unos cuadros
muy significativos y un cáliz con su patena. A poco que observes te darás cuenta que este espacio lo
guardan y lo velan unas grandes puertas cuya iconografía abre y cierra el Evangelio: la Anunciación y la
Cena; vivir y morir como hija de la Iglesia solo es posible participando en la entrega-servicio que nos ha
abierto el Padre entregándonos a Jesús.
“Probadlo todo y quedaos con lo bueno”. Qué grande es tener acceso a los libros de caballerías y
romances y qué suerte encontrar el contrapunto: Flos Sanctorum. Qué atinado aquello de leer las vidas de
los santos, los itinerarios espirituales el recurso a los letrados (no sólo para confesarse parece) y buscar a
los mejores... y en las horas huracanadas el Libro Vivo. Y desde luego testigos y maestros siempre en
armonía.
“Tiempo denso e Historia espesa”. La historia no se innova en los cotilleos del egido. Tampoco la hace
definitiva el poder político que recurriendo a la fe aspira a hacerse fuerte y termina imponiéndola. No se
pone en duda que el Señor es el dueño de la historia... pero las pobres descalzas de la Madre Teresa
ofrecerán toda la gratuidad que ofrece la humanidad de Cristo para innovarla. Un Cristo humanado con
sus muchos rostros que dentro de nosotros habita en el palacio de cristal y hay que entrar él. Y antes de
quererle mirarle. Me parece que ese es el corazón de la exposición que con mucha elegancia de montaje y
calidad artística ofrece la iglesia de San Juan en Ávila.
“Saber por experiencia”. La exposición está salpicada toda ella en alusiones a las mercedes con que el
Señor la regalaba. Los grandes imagineros y otros artistas lo transmiten muy bellamente tanto en las
escenas de la Transverberación como en la faceta de escritora. Y este mismo fuego es el que la lanza,
siempre acompañada por otras hermanas, a los caminos. Al servicio de la fraternidad (las fundaciones) y
por supuesto de la Iglesia y del Mundo estarán sus escritos. Esto es bien patente en nuestros días.
Ya conocemos la intuición de Fray Luis de León: él que no conoció a la Madre Teresa aventuró que en
sus escritos y en sus hijas aleteaba su espíritu. Él fue su primer pregonero. En nuestros días testigos
autorizados y conocedores de Teresa como es Juan Martín Velasco hablan de la oportunidad de este
centenario en esta nueva encrucijada de la evangelización. La exposición puede ser otra llamada. Yo os
invito a visitarla.
Ramón Martín Gallego, Delegado diocesano de Patrimonio
ANTONIO MATILLA: V Centenario del
Nacimiento de Santa Teresa de Jesús
Escribo estas líneas conmocionado por el accidente del avión alemán, con cuarenta y cinco españoles a
bordo, que despegó de Barcelona con destino a Dusseldorf, una ciudad a la que tantas veces volé para
encontrarme con la DPSG, asociación de scouts católicos alemanes. Los accidentes nos recuerdan que no
debemos cejar en el empeño de mejorar las ya muy perfectas técnicas, conscientes siempre de la humana
limitación.
Difícil vuelo es el que emprende el renovado Cabildo de la catedral, templo madre en el que convergen y
se muestran, a la vez, las cualidades e imperfecciones de nuestra iglesia diocesana, razón de más para que
todo el Pueblo cristiano nos lo tomemos en serio. Mi apoyo y el ofrecimiento de mi colaboración para
todos los canónigos, personalizado en el más reciente, D. Matías Prieto, en todo excepto en la música, que
no todos valemos para todo.
Un aterrizaje forzoso, traumático por lo tanto, es el que estuvieron a punto de llevar a cabo Las Edades
del Hombre hace unos años. Ahora, más fieles a un criterio de calidad, el del arte conservado por las
instituciones de la Iglesia en Castilla y León, pueden lucir con más libertad sus objetivos de fondo,
catequético y de diálogo entre fe y cultura. Este año, desde luego, su inauguración no ha podido ser más
oportuna, con presencia de la Reina Sofía y en vísperas del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa
de Jesús, celebrado ayer. Mimbres suficientes, tejidas entre Ávila y Alba de Tormes, para hacer un buen
cesto en el que mostrar la experiencia de oración y de apasionada vida eclesial de la Santa, aventura de
exploración interior del alma –de la mujer y del hombre cristianos- y de evangelización de una sociedad y
una Iglesia españolas de su tiempo, en claro declive y bancarrota a pesar de todas las apariencias. Una
aventura de un alcance comparable al del descubrimiento, colonización y evangelización del Nuevo
Mundo.
Oremos y remanguémonos para que la Asamblea diocesana y sus grupos recién formados puedan
ayudarnos en una empresa similar: llevar el Evangelio y la alegría de la fe a los salmantinos de nuestro
tiempo, tiempo de frontera, nueva frontera para la fe.
Antonio Matilla, Sacerdote Diocesano
Es párroco actualmente en Alba de Tormes
Lauren Sevillano: “No está bien
apropiarnos de los santos”
"Cervantes tiene claro que nacemos dos veces una para la tierra y otra para el cielo y lo más importante es
nacer para el cielo"
Lauren Sevillano, párroco de Alba de Tormes
El programa radiofónico diocesano ‘Iglesia noticia’ del pasado domingo 22 de marzo contó con la
presencia de Lauren Sevillano, uno de los párrocos de Alba. Lauren habló de la reciente peregrinación
‘Camino de luz’ que le llevó a Roma el pasado 11 de marzo en la que han participado peregrinos de
Salamanca, Ávila y mayoritariamente de Alba: “durante tres días vivimos una experiencia muy
gratificante de comunión con la Iglesia universal de la mano de Santa Teresa y del Papa Francisco. Allí se
respiraba alegría, entusiasmo, sencillez en los gestos y hondura en las palabras, por eso era muy fácil la
sintonía y la complicidad entre todos. Sin duda alguna fue una experiencia gozosa”.
Refiriéndose a la edición extraordinaria de Las Edades: ‘Teresa de Jesús. Maestra de Oración’, afirmó que
“no nos la podemos perder”, en especial el capítulo de Alba “Teresa, hija de la Iglesia. Es muy
interesante. Tenemos la oportunidad de descubrir el contexto, la vida, la obra, la espiritualidad de esta
mujer apasionada y apasionante”.
Al término de la entrevista y recordando las palabras de Miguel de Cervantes con motivo de la
beatificación de Santa Teresa: “Aunque naciste en Ávila, se puede decir que en Alba fue donde naciste;
pues allí nace, donde muere, el justo. Desde Alba, iOh Madre!, al cielo te partiste”. Lauren Sevillano
afirmó con rotundidad: “No está bien apropiarnos de los santos. Santa Teresa, como ella quiso y deseó, es
de Jesús y si es de Jesús es de todos. Yo creo que lo más acertado es aprender de ellos el camino que lleva
a la Santidad y para este camino ellos son un ejemplo. Cervantes tiene claro que nacemos dos veces una
para la tierra y otra para el cielo y lo más importante es nacer para el cielo. Y aquí en Alba de Tormes
Teresa nació para ese encuentro definitivo para el Amado y eso en Alba no se olvida”.
MÁS QUE UNA FOTO
10 abril, 2015
Jovita, Sierva de María: «Nuestro carisma es estar al día, en salida» ACABA DE CUMPLIR 102
AÑOS
La vida religiosa puede ser escuela de felicidad y alegría. Se puede aprender, servir y amar… por eso la
vida de consagración puede gestar personas que acaricien la felicidad en la cercanía del Espíritu de
Dios. Este mes nos acercamos a una «joven de 102 años». Se llama Jovita y es Sierva de María. Nos
cuenta –siguiendo uno de los lemas más repetidos de este año– cómo hacer memoria agradecida, cómo
abrazar el futuro con esperanza y vivir el presente con pasión. Nos dice, además, que su presente es
sereno pero no aburrido, que su vida late al pulso de la historia y de las hermanas con las que le toca
vivir. Sin duda, un testimonio impagable de entrega y generosidad «de la buena».
¿Qué nos dice una Sierva de María de 85 años de vida consagrada y 102 años de edad, sobre su
nacimiento a la vida, a la fe, a la vocación?
Nací en un pueblo de Navarra, Añorbe, un 14 de noviembre de 1912. Mis padres hicieron fecundo su
amor en siete hijas, de las que cuatro seguimos al Señor como Siervas de María. Yo era una niña muy
alegre, juguetona, amiga de hacer fiesta y bromas, me gustaba el “jaleo”.
Desde muy temprano en vida se despertó en mí el deseo de ser misionera, de manera especial recuerdo
que un día, mientras rezaba el Rosario, sentí el primer impulso de ser religiosa.
Hice el comentario con mi madre, quien me expresó por qué no iba a visitar a las Siervas de María, donde
ya se encontraba una de mis hermanas. Sin embargo, mi padre se resistía a que otra hija se marchara de
casa. Poco a poco, algo en mi interior comenzó a cambiar, me seguían gustando las fiestas pero la
diversión tenía otra perspectiva de búsqueda más profunda.
A los 18 años decidí irme al convento, me acompañaron mis padres y el alcalde del pueblo que iba a
Madrid a realizar unos trámites. Unos meses más tarde, en la Casa Madre (Chamberí, Madrid),
comenzamos el Noviciado, el 30 de junio de 1930, conformábamos un grupo grande y varias éramos
“tremendas”.
Nuestra Hermana Auxiliar, sor Florencia Janer, siempre nos inculcaba el amor a Dios y la bondad de
ánimo, para que nos fuéramos formando como buenas hijas de Santa María Soledad, nuestra fundadora.
Fueron años difíciles…
Mucho. En los años 30 abdicó el Rey en España. Comenzó una época de persecución religiosa por lo que
fuimos trasladadas del noviciado de Madrid un grupo hacia Pamplona y otro, en el que me encontraba,
hacia París. Recuerdo que íbamos sin el hábito, para pasar desapercibidas, al igual que la superiora que
nos fue a buscar, Madre Laura.
En París continuamos la formación hasta que profesamos el 8 de julio de 1931. Entonces regresamos a la
Casa Madre para cursar los estudios de enfermería. Al término de estos, cuando me iba a examinar, se
desató una huelga de los estudiantes en la universidad por lo que fuimos trasladadas hacia Zaragoza para
realizar nuestros exámenes y podernos graduar de enfermeras.
¿Y su destino a América?
Unas semanas más tarde la superiora me comunica que iba destinada para Puerto Rico junto a sor
Martirio, sor Margarita y sor Nieves, en el barco “Magallanes”, arribando a las costas de San Juan un 3 de
agosto de 1933.
Mi primer destino fue la casa de Ponce, donde comencé la vida de asistencia a los enfermos como Sierva
de María.
¿Cómo fueron sus primeros pasos asistiendo enfermos?
Recuerdo que la primera paciente que cuidé se llamaba doña María y le tenía que administrar sueros
intravenosos. Como el equipo era distinto al que usábamos en España me dio cierto temor, pero me
encomendé con fuerza a nuestra santa Madre y gracias a su intercesión pude obrar correctamente y
administrarle el tratamiento prescrito.
En 1938 fui a La Habana y durante 8 meses recibí la formación para realizar la profesión perpetua, el 1 de
julio de 1938.
Y después de la profesión perpetua…
Luego volví a Puerto Rico, continué en Ponce y unos años más tarde fui a la casa de Mayagüez hasta que
el 17 de febrero de 1959 me nombraron maestra de novicias. Después serví como superiora en las casas
de San Juan (1966-1972), Ponce (1972-1982) y Santiago (1982-1985). A esta comunidad de Aibonito
llegué el 29 de abril de 1995, donde también he sido muy feliz.
Insisto que en cada etapa de mi vida ha sido Dios quien me ha conducido, Él me ha dado profunda alegría
incluso en medio de las dificultades, nunca ha defraudado mis esperanzas.
Vivir el presente con pasión es el segundo desafío de este año. ¿Cómo puede usted describir su hoy,
qué sostiene su alegría?
Solo el amor a Dios y la entrega a los demás justifica la felicidad. Quise ser misionera y siento que ese
deseo se cumplió cuando en las asistencias velaba el sueño de los enfermos y me esforzaba por atenderles
como al mismo Cristo, visitando espiritualmente el «Sagrario más abandonado»; cuando velaba por el
bien de las hermanas, de los pobres, de la gente.
Lo sigue viviendo hoy, de otra manera, supongo…
Claro. Ese deseo se cumple ahora, en esta “juventud de 102 años”, cuando rezo por el aumento de
vocaciones, por las necesidades de la Iglesia, del mundo, del Instituto, de las hermanas, de los misioneros
y de tantas personas que llevo en el corazón.
Y seré por siempre misionera, cuando por fin me encuentre cara a cara con Aquél que un día pronunció
mi nombre y me envió a extender su Buena Nueva por todo el mundo. Entonces intercederé por cuantos
he conocido y amado, junto a la Virgen de la Salud, mi modelo y Madre.
Sigue siendo una Sierva de María, bien ocupada…
Así es. Todo esto hace que mi presente sea sereno pero no aburrido, con un ritmo lento pero lleno del
dinamismo del Espíritu y de la pasión de saber que conmigo siempre va Cristo.
Y el futuro… ¿cómo encontrar en él la esperanza?
Mira, nuestro carisma-misión de Siervas de María Ministras de los Enfermos está “al día” con lo que hoy
nos pide la Iglesia en la voz del Papa Francisco. Nuestra vocación nos pone siempre “en salida” hacia las
periferias existenciales del dolor humano y esta salida nos permite encontrar siempre esperanza.
Esperanza porque podemos ser felices, alegres en el servicio, siendo apóstoles en medio de los enfermos,
de sus familias.
Déjenos una recomendación para concluir. ¿Cómo mantenerse y mantenerse tan bien?
Si queremos perseverar en la vida religiosa debemos ser fieles a la oración, no como obligación que
cumplir, sino porque es ahí donde podemos experimentar el amor primero de Dios, ese amor que nos da
optimismo, entusiasmo, ilusión.
Y todo esto hace crecer la esperanza que además es “estar en tensión hacia la revelación, hacia el gozo
que llenará nuestra boca de sonrisas”, es estar anclados en la roca de la fe, abandonados en las manos de
Aquél que nunca defrauda.
Todas las entrevistas nos dejan el imborrable calor del carisma hecho vida, en este caso se suma, el
convencimiento de que la felicidad es el equipaje imprescindible de la misión.
Gracias Jovita (Petra Zabalegui), por tu larga vida… por tu calidad de vida que es invitación para
la nuestra.
Resurreción
ABC | Fernando García de Cortázar
En su Carta a los Corintos, San Pablo afirmó que nuestra fe carece de sentido sin la creencia en la
resurrección de Jesús. Acto fundacional de la fe, momento que se espera desde la creación, integración de
Cristo en la eternidad y promesa al hombre de su unificación con Dios, de la superación de la muerte, del
triunfo sobre la extinción. La presencia del Jesús resucitado ante sus discípulos fue la revelación de su
divinidad perfecta y, además, la promesa de esperanza en la vida eterna que los apóstoles debían
comunicar en su mensaje evangélico. La verdad última es la existencia de un Dios personal que habitó
entre nosotros. Es la creencia en la vida, muerte y resurrección de Jesús. Y es la garantía de la
resurrección que a todos se nos promete.
Así damos los cristianos testimonio de nuestra fe, porque al reconocimiento de los hechos admirables de
un hombre nacido y muerto hace dos mil años en una provincia romana, nosotros sumamos la aceptación
del Cristo resucitado. Sin embargo, tras renovar nuestra fe con esa afirmación, debemos plantearnos otra
cuestión, urgente, decisiva, indispensable en el mundo actual. ¿Qué es lo que la resurrección de Jesús
debe decir a quienes, sin ser creyentes en un Dios personal, sin aceptar ese acto de manifestación absoluta
de la vida eterna a través de Jesús resucitado realmente, y no como mera metáfora o analogía, son
defensores de una tradición cultural cristiana, en cuyos valores de libertad y universalidad de la persona
se encuentran las raíces de nuestra civilización?
La cuestión no es menor, el desafío intelectual no es pequeño. Porque lo que podría dividirnos en
creyentes y no creyentes en defensa de dos modos de vida alternativos, debe reconducirse a un punto de
encuentro esencial. Un lugar en el que el agnóstico y el cristiano descubran su pertenencia a un mismo
espacio histórico, a un mismo repertorio de principios éticos, a un mismo sentimiento de amor, de
fraternidad, de búsqueda del bien común, de respeto a la dignidad de la persona. Tras dos siglos de
secularización, el verdadero laico no es aquel que desea construir un mundo al margen de dos mil años de
cultura cristiana, sino el que vive su existencia temporal dentro de un sistema de valores, inseparables de
la idea del hombre que emergió hace veinte siglos y que anduvo la mayor parte de su trayectoria de la
mano de las enseñanzas del catolicismo. El agnóstico defiende la sustancia de un mundo que solo el
sectarismo y la ignorancia pueden apartar de la historia del cristianismo. Defiende el encuentro entre
creyentes y no creyentes sobre la base, precisamente, de lo que a todos proporciona la resurrección de
Jesús.
Para los no creyentes que se identifican con la cultura occidental desde sus raíces, la resurrección no es la
frontera separadora de quienes aceptan en su totalidad la ortodoxia de la fe. Para ellos también es la
afirmación de un cambio cualitativo en la existencia del hombre en la tierra, la irrupción de la eternidad,
una mutación decisiva en la historia de las civilizaciones. Si con el cristianismo se inauguró una etapa
basada en la libertad y equivalencia de las personas, la aceptación y superación de la muerte introdujo un
factor esencial, cuyas celebraciones populares expresan con vivo testimonio el deseo de trascendencia.
Aunque para los agnósticos Jesús no resucitara, para esos defensores de la civilización cristiana no
creyentes, la imagen de la resurrección es una esperanza tangible. Es la redención de la culpa, la
posibilidad de remedio de los males, la entrada en la historia de un hombre nuevo, que ve en su condición
esencial el hecho vivo de la libertad. A lo largo de los últimos siglos, el hombre que ha ido abjurando de
Dios ha buscado, con un hondo sentimiento de desamparo y de indefinición, su propio lugar en el mundo,
su espacio distinto al de cualquier especie, su posición privilegiada frente a cualquier otra criatura. No ha
aceptado ser simple material orgánico destinado a la destrucción por el tiempo. Ha hecho de la historia el
espacio de su afirmación, de su continuidad, de su permanencia, de su vitalidad, de su lucha contra la
amenaza de extinción. Una tradición en la que se comparten los valores del humanismo cristiano debe ir
más allá de la visión superficial de lo que es vivir como creyentes y vivir como agnósticos. Quienes
hemos sido bendecidos por la fe, debemos compartir con la humanidad entera nuestra militancia en unos
valores que a todos nos incumben y que, en esta época de honda tribulación, son los que pueden salvar
nuestra civilización, en peligro de descreimiento absoluto y de despojo radical de sus principios.
Luis Díez del Corral, hace más de cincuenta años, definía el destino de Europa refiriéndose a ese aliento
espiritual que el cristianismo insufló en este espacio concreto del mundo. El cristianismo proporcionó a
los hombres una idea del destino que desdeñaba las actitudes inmóviles y pasivas de la fatalidad o la
reiteración. Con la desacralización de la naturaleza, el hombre encontró en su propia conciencia de
creyente el sentido último de su caminar hacia el futuro. La historia se convirtió verdaderamente en forja
de la liberación de la persona, y solo en nuestra cultura el destino dejó de ser una determinación para
considerarse una posibilidad, una transformación decisiva en las condiciones con que los hombres se
enfrentan a los desafíos de su existencia. El tiempo se afirmó como proyecto y tradición, como
peregrinaje hacia el bienestar y el perfeccionamiento personal, y, también, reforzó el testimonio firme de
las generaciones precedentes y su mirada esperanzada en el mañana. Incluso cuando llegó una etapa de
secularización, esa razón histórica del hombre suministró a los europeos el significado profundo del
progreso, concebido no como renuncia al pasado, sino como integración de un recuerdo vivo en un plan
de prosperidad para el futuro. Díez del Corral hablaba como creyente, pero definía una cultura que, para
todos, solamente podía manifestar sus rasgos peculiares con el reconocimiento de ese precioso don de
pensar en términos de destino histórico, de tradición y de camino de perfección.
En estos días de celebración, afrontemos el tiempo como proceso de redención y confirmación de la
esperanza del hombre en su carácter trascendente, en su posesión de una conciencia universal donde
habita el concepto de eternidad. Aceptemos, en sintonía con Walter Benjamin, que el hombre debe vivir
en la historia rescatando a cada instante el pasado de las garras de la muerte, abriéndose a una promesa de
liberación que nos hace combatientes por un inmenso proyecto cultural y nos une en torno al carácter
sagrado e inviolable de la persona. Consideremos , de acuerdo con el sabio Benjamin, que el tiempo es un
solo latido, una sola palpitación del universo, un aliento constante de la eternidad. Porque, en cualquier
momento de esa confianza en la cultura que brindó al hombre su conciencia moral, su destino histórico,
su existencia libre y, su capacidad de elegir, pueden irrumpir para todos, creyentes y no creyentes, la
verdad, la trascendencia, la salvación.
Fernando García de Cortázar, director de la Fundación Vocento.
Teilhard de Chardin unificó ciencia,
filosofía y mística
Defendió que la reconciliación de la humanidad con la
naturaleza, consigo misma y con Dios pasa por una
insistencia en la investigación científica
El 10 de abril de 1955 (hace 60 años) fallecía en Nueva York Pierre
Teilhard de Chardin (1881-1955). Un infarto segó su vida, pero sus ideas
siguen vivas en el corazón de muchos hombres y mujeres que buscan una
coherencia entre una visión racional y científica del mundo y unas
profundas creencias religiosas. Teilhard de Chardin fue capaz de unificar
tres profesiones que vivió con intensidad: la de geólogo, la de filósofo y la
de místico. En el fondo, supo integrar todo esto en la espiritualidad que
brota de Ignacio de Loyola. Por Agustín Udías Vallina.
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Teilhard de Chardin en 1947. «TeilhardP 1947» de Desconocido - Archives des jésuites de France.
Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.
El 10 de abril de 1955 (hace 60 años) fallecía en Nueva York Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955). La
raíz de la obra de Teilhard se podría encontrar en la espiritualidad ignaciana que trata de encontrar a Dios
en todas las cosas. Pero la reconciliación de la humanidad con la naturaleza, consigo misma y con Dios
pasa por una insistencia en la investigación científica.
Teilhard muestra como supo integrar en su pensamiento el carácter evolutivo del universo que han
aportado las ciencias y el papel de Cristo en el universo que presenta la fe cristiana. Precisamente a partir
de esta base científica descubre Teilhard el carácter convergente del mundo a través del futuro de la
humanidad en el Punto Omega de la historia y de la divinidad.
En un volumen publicado en 2014, Los jesuitas y la ciencia. Una tradición en la Iglesia (Mensajero,
Bilbao, 372 páginas) se dedica un capítulo especial a este geólogo, filósofo y místico. Para entender a
Teilhard en su contexto es necesario responder a algunas preguntas previas: ¿por qué ha habido tanto
interés por parte de la Compañía de Jesús por estar presentes en el mundo del pensamiento y las
comunidades científicas? Este artículo resume algunas de las ideas expuestas en ese trabajo.
La historia de la presencia de los jesuitas en el mundo del conocimiento experimental y social es muy
densa y se inicia con la fundación de los primeros colegios. Este libro se refiere a la presencia en el ancho
mundo de las ciencias de la naturaleza y de las matemáticas, un aspecto del conocimiento humano
especialmente mimado por los jesuitas.
361 jesuitas científicos
En el famoso Dictionary of Scientific Biography (editado por Ch. C. Gillespie en 16 volúmenes, entre
1970 y 1980) se citan a 29 jesuitas que destacaron internacionalmente en el mundo de las ciencias. Y en
el libro que comentamos, hemos recopilado una larga lista de 361 nombres de jesuitas científicos desde
1540.
De ellos, 50 son matemáticos, 44 físicos, 109 astrónomos, 70 geofísicos, geólogos y meteorólogos, 4
químicos, 21 biólogos, 39 naturalistas, geógrafos y cartógrafos y 24 exploradores. “Naturalmente –
apuntamos allí – esta no es más que una pequeña muestra de los numerosos jesuitas que se han dedicado a
las ciencias desde la fundación de la Compañía” (Los jesuitas y la ciencia. pág. 13-14).
A la muerte de San Ignacio de Loyola en 1556, la Compañía tenía 35 colegios en diversos países de
Europa y uno en la India. “De esta forma, diez años después de su fundación, la Compañía tomaba la
labor de los colegios como el elemento clave de su labor apostólica. La rápida extensión de los colegios
se explica por la necesidad y demanda social de la educación de la juventud, a la que la nueva orden
respondió con un nuevo estilo y estructura pedagógica” (Los jesuitas y la ciencia, pág. 16).
Los jesuitas y la enseñanza de las ciencias de la naturaleza
Como apuntamos allí, “el enorme éxito de estos primeros colegios se debía en parte a una nueva
orientación en la enseñanza basada en el método seguido en la Universidad de París o modus parisiensis,
y unos programas adaptados a la época” (Los jesuitas y la ciencia, pág. 16). Los tres años dedicados a la
filosofía se denominaban Lógica, Física y Metafísica. En la parte correspondiente a la Física (Physica,
más exactamente, estudio de la naturaleza), los contenidos se correspondían a los libros de Aristóteles de
filosofía de la naturaleza: Physica, De Coelo, De generatione et corruptione, De anima y Meteorologica.
Al ciclo de filosofía pertenecía también la enseñanza de las matemáticas, que comprendía, además de las
matemáticas de tradición griega y árabe propiamente dichas, esto es, geometría, aritmética y álgebra,
otras disciplinas aplicadas, como la Astronomía, la Agrimensura, la Óptica, la Mecánica y la Música.
Los años en los que empiezan los primeros colegios jesuitas coinciden con el inicio de la llamada
revolución científica y el origen de la ciencia moderna (Copérnico, Kepler, Brahe, Galileo, Roger
Bacon..). La orientación de lo que empieza a denominarse como “nueva ciencia” implicaba el recurso a la
observación de la realidad y a la construcción de experimentos para confirmar las incipientes leyes
naturales que se formulaban.
En los colegios de jesuitas, como los profesores de filosofía que explicaban la Física debían atenerse a la
doctrina aristotélica, según estaba establecido, las nuevas ideas se irán introduciendo en la enseñanza a
través de los profesores de matemáticas que tenían más libertad. Va a ser, por tanto, a través de la
enseñanza de las matemáticas y de la astronomía como se abre una puerta en los colegios jesuitas a la
introducción de la “nueva ciencia”.
En los 600 colegios que tuvieron los jesuitas en Europa durante los siglos XVI al XVIII, se instalaron
treinta y dos observatorios que fueron los primeros en algunos países. El capítulo 4 presenta un
muestrario de los matemáticos y astrónomos jesuitas en China. Allí, después de la llegada de Matteo
Ricci a Pekín en 1601, y dada su impronta en la Corte Imperial, los jesuitas fueron durante siglo y medio
los directores del Observatorio Imperial y se les concedió la categoría de mandarines.
Los jesuitas naturalistas, geógrafos y exploradores
También tuvieron gran importancia los jesuitas naturalistas, geógrafos y exploradores. A ellos se refiere
el capítulo 5 del libro Los jesuitas y la ciencia. El hecho de la llegada de los europeos al nuevo continente
americano abrió a los jesuitas un nuevo campo de misión. Y con su interés por el conocimiento y las
ciencias, abrieron bibliotecas y tuvieron posibilidad de estudiar y dar a conocer en Europa las
características de la geografía, la fauna, la flora y las costumbres de los habitantes de América.
Los intrépidos misioneros jesuitas, adentrándose en territorios desconocidos hasta entonces, exploraron
desde el Canadá a la Patagonia. Fueron los primeros europeos en recorrer los grandes ríos del Missisippi,
del Amazonas y del Orinoco. Su interés por la geografía les llevó a confeccionar los primeros mapas de
América, así como de Filipinas (el andaluz Pedro Murillo Velarde), de China, la India, el Tíbet y Etiopía.
Este inmenso trabajo se vio interrumpido en 1773 con la supresión de la Compañía.
La ciencia y los jesuitas tras la restauración de la Compañía de Jesús
A partir de 1825, tras la restauración de la Compañía en 1814, los jesuitas renovaron su interés por las
ciencias naturales y sociales y por las matemáticas. En el campo de las ciencias de la naturaleza, los
nuevos jesuitas crearon una red de setenta observatorios por todo el mundo, a lo que se dedica el capítulo
6. Con un carácter monográfico, se destacan las aportaciones desde África, Asia y América Central y del
Sur al conocimiento de los ciclones tropicales (capítulo 7), al estudio de los terremotos (capítulo 8) y a la
interpretación del magnetismo terrestre (capítulo 6).
Entre los jesuitas científicos destacados en estos dos siglos (a los que se dedica el capítulo 9) se recuperan
los nombres de Angelo Secchi, pionero de la astrofísica; Stephen J. Perry, en geofísica y astronomía;
James B. Macelwane en sismología; y Pierre Teilhard de Chardin, en geología y paleontología.
En las 133 universidades y más de 400 colegios jesuitas en todo el mundo los miembros de la Compañía
de Jesús siguen hoy activos en la ciencia y en la investigación científica, como algo que no les es ajeno, y
donde pueden establecer relación con los ambientes a veces alejados de la Iglesia. A esto se dedica el
capítulo 9.
Pierre Teilhard de Chardin: su formación científica
Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) nació en Sarcenat, cerca de Orcine, a poca distancia al oeste de
Clermont-Ferrand en el seno de una familia de la aristocracia rural francesa [1].
Estudió en el colegio de los jesuitas de Notre Dame de Mongré y en 1899 entró en el noviciado de la
Compañía de Jesús en Aix-en Provence y continuó sus estudios de filosofía en la isla de Jersey, donde se
habían instalado los jesuitas franceses, debido a leyes de excepción de 1901 en Francia. Durante estos
estudios Teilhard empezó a interesarse por la geología.
Entre 1905 y 1908 fue profesor de física y química en el colegio jesuita de la Sagrada Familia en El
Cairo, su primer contacto con el Oriente que le fascinaría más tarde y donde empezó sus trabajos de
campo de geología. Los estudios de teología los hizo en Hastings, Inglaterra, donde se ordenó sacerdote
en 1911 y donde continuó su interés por la geología y paleontología. Allí conoció a Charles Dawson y
presenció el descubrimiento del “hombre de Piltdawn” que resultó ser una falsificación.
Más tarde, cuando Teilhard ya era famoso, se le ha querido hacer injustamente responsable del engaño.De
1912 a 1914 Teilhard estudia en París geología bajo la dirección de Marcellin Boule, director del Instituto
de Paleontología Humana del Museo de Historia Natural, que le inicia en los estudios de paleontología y
entra en contacto con Henri Breuil con el que continuará en estrecha relación durante toda su vida. En
esos años realiza varios viajes de estudios junto con un grupo de científicos, entre ellos a las cuevas con
restos y pinturas prehistóricas del sur de Francia y nordeste de España, a los Alpes, Normandía e
Inglaterra.
En 1915 es movilizado como camillero y hasta 1919 vivió la experiencia de la guerra que le marcó
profundamente y que él interpretó como un “bautismo en lo real”, esto es, la inmersión en la gran
confrontación humana que fue la primera guerra mundial. Su dedicación y valentía en la atención en el
frente a los heridos le merecieron la Cruz de Guerra (1915), la Medalla Militar (1917) y la Legión de
Honor (1920).
Después de acabada la guerra regresa a París donde termina su licenciatura en ciencias naturales en 1919
y empieza su docencia de geología en el Institut Catholique que tendrá que interrumpir pronto. Al año
siguiente presenta su tesis doctoral sobre los mamíferos del Eoceno inferior en Francia, que merece el
premio de la Sociedad Geológica de Francia.
Teilhard en China
En 1923, invitado por el jesuita Emile Licent (1876-1952), que estaba organizando un museo de historia
natural en Tianjin, Teilhard realiza su primer viaje a China, donde trabaja en la geología del norte de
China y Mongolia.
A partir de este primer viaje su vida queda vinculada al trabajo geológico y paleontológico en China. Su
tiempo se reparte entre China y Francia, donde continúa sus clases y su trabajo en el Museo. En 1926
empieza a trabajar en el yacimiento de fósiles de Chukutien, con los fósiles humanos del Sinanthropus
(Homo erectus pekinensis).
El estudio de los fósiles humanos se convierte en su línea más importante de investigación. En 1931
participa como geólogo en el “Crucero amarillo”, viaje desde Pekín a Turkestán a través de Asia central
durante nueve meses, organizado por la fábrica Citroen como demostración de sus automóviles.
Entre 1932 y 1937 trabaja en el Museo del Hombre de Pekín con frecuentes viajes a Francia. En 1835
realiza trabajos geológicos en el norte de la India en compañía de los geólogos George Barbour,
Davidson Black and Helmut de Terra con los que mantuvo una estrecha amistad y en 1938 viaja a Java
invitado por Gustav von Koenigswald, descubridor de los fósiles humanos en esta región.
Teilhard, un científico reconocido por la comunidad internacional
A partir de 1939, Teilhard es ya una figura reconocida en los círculos científicos de paleontología
humana, realiza viajes, presenta conferencias en Francia y Estados Unidos, y lleva a cabo en
colaboración con otros científicos, trabajos de campo, además de los ya mencionados en China,
Cachemira y Java, también en Birmania y África del Sur, vinculando su trabajo cada vez más a los
estudios sobre los orígenes del hombre. En 1947 es nombrado Oficial de la Legión de Honor y miembro
correspondiente de la Académie des Sciences. Sus ideas sobre la evolución y su incidencia en la
formulación de la fe cristiana empiezan a ser ampliamente discutidas en Francia.
En una época en la que todavía la teoría de la evolución era vista con reparos en los ambientes
eclesiásticos, las ideas de Teilhard encontraban cada vez más sospechas y rechazos. No se le permite
publicar, excepto los trabajos puramente científicos, aunque, sin embargo, sus ensayos se propagaron
ampliamente en copias entre sus muchos entusiastas seguidores. Desde hacía años su presencia en Francia
resultaba incomoda y se le aleja el mayor tiempo posible.
En 1948 viaja a Roma para intentar el permiso de la publicación de su obra El fenómeno humano, que no
consigue, a la vez que se le niega permiso para acceder al prestigioso Collège de France. A pesar de todo
su fidelidad a la Iglesia y a la Compañía se mantiene inamovible. A partir de 1952 sus estancias en Nueva
York se alargan, allí sigue trabajando en temas de paleontología humana en la Wernner Gren Fundation,
y es allí donde fallece súbitamente en 1955.
Evolución cósmica y fe cristiana
Como sacerdote y jesuita por un lado y como apasionado científico por otro, la mayor preocupación de
Teilhard fue siempre como integrar el pensamiento cristiano dentro de la nueva cosmovisión presentada
por las ciencias, y más concretamente por la geología y la paleontología, de un mundo en evolución.
Esta preocupación está ya presente en sus primeros escritos de juventud durante la guerra y continuará
hasta las últimas páginas, escritas unos días antes de su muerte. Esta preocupación se apoya en las dos
columnas que soportan toda su vida, su trabajo científico y su experiencia mística. Para él, la nueva
visión evolutiva de la vida y del universo, que él ha asimilado a través de su dedicación apasionada a la
ciencia a lo largo de sus estudios y sus trabajos de investigación, no puede menos de afectar
profundamente su concepción religiosa y cristiana de la relación de Dios con el mundo.
Esta relación se había formulado en el pasado necesariamente dentro de una concepción estática del
universo, y debe adaptarse ahora a la nueva imagen evolutiva que presentan las ciencias modernas. Esto
implica una reformulación del pensamiento cristiano, en especial, respecto a la creación divina y al
problema del mal, así como del misterio de Cristo y su relación con el mundo.
Fueron precisamente sus escritos en esta línea los que más preocuparon a las autoridades
eclesiásticas, que no permitieron su publicación durante su vida. Para Teilhard no se trataba de un
problema puramente teórico, sino que constituía el centro de toda su vida y el motor de su espiritualidad.
Acostumbrados a ver en él al científico, activo en sus trabajos de paleontología y geología, que le ponían
en contacto con la historia de la Tierra y del hombre, o al filósofo que elaboraba una nueva síntesis
cosmológica desde la ciencia, olvidamos al místico cristiano, que descubría la presencia del Cristo
cósmico en las fibras de la materia y le concebía como el fin último de toda la evolución del universo [2].
El centro de esta mística lo constituye su pensamiento sobre el papel de Jesucristo en el mundo, visto
dentro de la evolución del hombre y del universo, que constituye al mismo tiempo el fundamento de su
visión cristiana de la evolución y el centro de su cristología.
Autonomía de la ciencia, autonomía de la espiritualidad
Teilhard separó claramente su trabajo científico de su reflexión religiosa, y de esta forma en sus más de
200 artículos científicos no se menciona para nada el problema religioso. Como científico fue un
verdadero científico, reconocido por sus trabajos de geología y paleontología.
Sin embargo, para él, el trabajo científico constituía ya en sí mismo una forma de adoración y afirma que
ciencia y religión forman dos caras de un mismo movimiento de conocimiento de la realidad. El
encontraba en el trabajo científico una forma de alimento espiritual. “Estoy convencido”, nos dice, “de
que no hay un alimento natural más poderoso para la vida religiosa que el contacto con las verdades
científicas bien comprendidas” [3].
De esta forma, al mismo tiempo que su trabajo científico realiza una continua producción de su
pensamiento filosófico y religioso, que culmina con la redacción de sus dos textos fundamentales: El
fenómeno humano entre 1938 y 1940 y El medio divino entre 1926 y 1927.
El primero recoge su pensamiento, que podemos llamar hoy filosófico, donde nos da una visión global de
toda la evolución del universo, incluida la del hombre, tomando como punto de partida los datos
proporcionados por las ciencias, y encontrando su necesaria convergencia en lo que el llama el “Punto
Omega” que luego identifica con Dios. Al final de la obra añade unas consideraciones sobre lo que el
llama el “fenómeno cristiano”, y como debe interpretarse desde estas nuevas perspectivas.
El Medio Divino
El segundo (El Medio Divino) es un trabajo de carácter puramente religioso, en el que presenta un nuevo
enfoque de temas de ascética y mística cristianas, coherentes con su visión evolutiva del mundo, en el que
identifica la figura de Cristo como el verdadero Punto Omega.
La “cosmogénesis” de la evolución del universo se convierte así en una “Cristogénesis” o construcción
del Cristo Total. A estas dos obras hay que añadir la larga lista de 243 ensayos de tipo religioso y
filosófico, en los que fue desarrollando sus ideas respecto a la naturaleza evolutiva del universo, las
potencialidades de la materia, el futuro de la humanidad y el papel de Cristo en un mundo en evolución.
La concepción de Teilhard sobre Cristo, en su visión evolutiva del universo no era solo un pensamiento
teórico, sino que constituía realmente el centro de su vida misma, es decir, formaba el centro de su
espiritualidad personal, su vida interior y su mística.
Las notas de sus Ejercicios Espirituales, nos permiten constatar cómo estas ideas, son también las
constantes que año tras año forman el núcleo de su oración y meditación. Se conservan las notas
personales, muy escuetas, que Teilhard tomaba cada año y a través de las que podemos seguir la
evolución de su meditación personal [4].
En estas notas encontramos que su visión de Cristo y del mundo no es solo un pensamiento teórico para
presentarlo a los demás, sino el motor y centro de toda su vida espiritual. Año tras año, sus Ejercicios se
centran en las mismas ideas. El término “Cristo-Omega” aparece ya en sus notas de 1922 y se repite en
todos los demás años.
En 1940 aparece el término “omegalizar” para expresar la unión del universo con el Cristo total, y al año
siguiente presenta las dos perspectivas, que a partir de esa fecha se convierten en el resumen de su
actividad: “universalizar a Cristo” y “Cristificar el universo”. Toda su vida la concibe Teilhard como una
fidelidad al Cristo-Omega y en 1948 escribe “más que nunca es el Cristo-Omega el que ilumina y dirige
mi vida” y reconoce que esta imagen de Cristo queda un poco a un lado de la “presentada por la gente de
Iglesia”.
Finalmente en 1950 expresa que en su vida no debe entrar nada que no sea “Cristificable” y muestra su
preocupación en los últimos días de su vida por “acabar bien, es decir, en plena confesión y en plena fe al
Cosmos y al Cristo-Omega. Terminar bien, es decir, haber tenido tiempo y ocasión de formular mi
mensaje esencial, la esencia de mi mensaje”. En el último día de sus últimos ejercicios en 1954 resume
toda su visión con una sola palabra “Pan-Cristismo”.
La Misa sobre el Mundo
Otra fuente, para entender hasta que punto su concepción sobre el papel de Cristo en el mundo constituyó
la inspiración de su vida y su trabajo, se puede encontrar en sus oraciones, que aparecen en muchos de sus
escritos, generalmente al final de ellos.
Una mención especial merece su Misa sobre el mundo, compuesta por primera vez en 1918 en el
frente y retocada en 1923 en el desierto de Ordos, en Mongolia. Toda esta bellísima oración, que sigue el
esquema de la Misa y presenta la consagración del mundo como una extensión de la Eucaristía, está
traspasada por las ideas de la presencia de Cristo en el mundo.
“Misteriosa y realmente, al contacto de la Palabra substancial, el Universo, inmensa Hostia, se convierte
en Carne. Toda materia es ya encarnada, Dios mío, por vuestra Encarnación”.
Es a ese Jesús encarnado en el mundo, al que al final dirige su oración: “A vuestro Cuerpo, en toda su
extensión, es decir, al Mundo convertido por vuestra potencia y por mi fe en el crisol magnífico y
viviente donde todo desaparece para renacer, ... yo me entrego para en él vivir y morir, Jesús.
Para terminar confesando “Cristo glorioso, influencia secretamente difusa en el seno de la Materia y
centro deslumbrador donde se unen la fibras sin número de lo múltiple... Es a ti a quien mi ser llama con
un deseo tan grande como el Universo. Tu eres verdaderamente mi Señor y mi Dios” [5].
Los textos de sus oraciones muestran claramente que su cristología no era solo el resultado de una
reflexión teológica, sino sobre todo el fruto de una experiencia mística, en la que la presencia y acción de
Cristo llenan el universo evolutivo.
Para él ni Cristo puede concebirse separado del universo, ni el universo separado de Cristo. Teilhard vivió
con pasión esta presencia y acción de Cristo en el mundo y se esforzó por comunicarla desde su trabajo
científico, de todas las formas posibles, a pesar de todos los obstáculos e incomprensiones que encontró
para llevarlo a cabo.
Pierre Teilhard de Chardin en 1955. Fuente: Wikipedia.
De la cosmogénesis a la Cristogénesis
Para comprender el papel de Teilhard como científico, filósofo, teólogo y místico conviene presentar aquí
un corto resumen sobre su pensamiento. En sus escritos Teilhard supo integrar su pasión por la ciencia y
el mundo con su espiritualidad cristocéntrica, inculcada como jesuita por los Ejercicios Espirituales de
San Ignacio.
En uno de sus primeros escritos, fechado en 1916, ya aparecen en germen muchos de los temas que se
repetirán a lo largo de su vida y que forman parte de lo que será su actitud vital. Esta se refleja en las
primeras líneas de la introducción de este ensayo: “Escribo estas líneas por la exuberancia de la vida y por
la necesidad de vivir, para expresar una visión apasionada de la Tierra y para buscar una solución a las
dudas de mi acción; porque yo amo al Universo, sus energías, sus secretos, sus esperanzas y porque al
mismo tiempo estoy entregado a Dios, el solo Origen, la sola Salida, el solo Término”.
Este amor apasionado de Teilhard a Dios y a la Tierra será una constante hasta su muerte. Como repetirá
a menudo se sentía tanto un hijo del cielo como de la tierra. En la misma introducción hay ya una llamada
al cristiano a reconocer este “despertar cósmico” y “descubrir el Ideal divino en la médula de los objetos
más materiales y terrestres y penetrar el valor beatificante y las esperanzas eternas de la santa Evolución”
[6]. La aceptación del carácter evolutivo del universo y de la vida y la necesidad de su integración en la
visión religiosa y cristiana estará siempre en el centro de su pensamiento.
Los 20 ensayos, escritos durante el tiempo de la guerra (1916-1919), contienen ya la mayoría de las
intuiciones fundamentales de su pensamiento sobre las que trabajará durante toda su vida.
Al mismo tiempo que su trabajo científico a lo largo de toda su vida Teilhard va realizando una continua
producción de su pensamiento, que podemos llamar hoy filosófico y teológico, desarrollado a lo largo de
sus escritos que ocupan trece volúmenes y su abundante correspondencia.
Entiende su pensamiento como una visión global de toda la evolución del universo, incluida la del
hombre y su sentido último, tomando como punto de partida los datos proporcionados por las ciencias.
Sus consideraciones terminan incidiendo en el que él llama el “fenómeno cristiano”, y como debe
interpretarse desde estas nuevas perspectivas [7].
Teilhard trata de entender la naturaleza de la materia, no desde el punto de partida de sus partículas más
elementales, sino desde la evidencia de la existencia de la consciencia en el hombre. Es decir, en lugar de
tratar de entender la consciencia humana desde los constituyentes de la materia, es decir, desde su
biología o química, como tratan de hacer hoy tantos neurobiólogos, trata de entender la materia desde el
hecho de la presencia de la consciencia en el ser material que es el hombre.
Por eso pondrá por título a su obra fundamental El fenómeno humano. En efecto, si el hombre es un ser
material autoconsciente, esta cualidad de la consciencia, clara y explícitamente presente en el hombre,
tiene, para Teilhard, que estar de alguna manera también presente en toda la materia. Para él, una
cualidad, como es la autoconsciencia, no puede aparecer como algo totalmente nuevo en el hombre, sin
que en un cierto modo, aunque sea muy primitivo, no esté ya presente en los demás seres.
Esto le llevó a proponer que hay un “interior” de la materia, además de su “exterior”, cuya naturaleza y
funcionamiento es el objeto de las ciencias experimentales. El interior de la materia está ligado a la
complejidad, de forma que al aumentar ésta, aumenta también su grado de interioridad. La complejidad, a
su vez, está relacionada con otra característica de la materia a la que llama “centricidad” y ambas a su
vez están relacionadas con la consciencia.
Teilhard llama centricidad a la capacidad de la evolución de la materia de formar sistemas cada vez más
complejos (formados de más elementos) y centrados es decir formando una unidad. A este doble carácter
de la materia (interior y exterior) corresponden también dos tipos de energía: una energía “tangencial”,
que corresponde a la energía física con la que las cosas interaccionan a su mismo nivel y otra energía
“radial”, que es responsable de la convergencia de la evolución de la materia en la línea de una mayor
complejidad y una mayor consciencia.
Conciencia es para Teilhard la capacidad de conocer que en el hombre se hace autorefleja o
autoconsciente, es decir, el hombre conoce que conoce en el mismo acto de conocer. Estos dos tipos de
energía son en realidad para él los dos componentes de una sola energía fundamental.
Teilhard llama también a la energía radial, energía espiritual, ya que para él consciencia y espiritualidad
se identifican. De esta manera Teilhard supera todo dualismo materia-espíritu. Lo material y lo espiritual
son para él dos dimensiones de una única realidad que abraca las dos.
Para Teilhard, por lo tanto, complejidad, centricidad, interioridad, consciencia y espiritualidad van unidas,
de forma que el aumento en las primeras conlleva también un aumento en la última. Es decir, el grado de
consciencia en la dimensión espiritual aumenta al tiempo que aumenta el grado de complejidad y
centricidad en la dimensión material.
Esta vinculación de interioridad, complejidad, centricidad, por un lado y consciencia y espíritu por otro
es fundamental en el pensamiento de Teilhard y se fundamenta en que la consciencia y el espíritu
aparecen claramente en el hombre, cuyo cerebro posee la mayor complejidad material. En conclusión, la
materia para Teilhard tiene, por lo tanto, un dinamismo interno que incluye la dimensión espiritual.
Con la aparición de la vida en la evolución de la Tierra se constituye la formación de una capa de nuevas
características a la que Teilhard llama la “biosfera”. Una vez aparecida la vida, ésta se desarrolla hacia
formas cada vez más complejas, desde los animales unicelulares a los mamíferos, y dentro de ellos a los
primates, en los que el cerebro adquiere un mayor desarrollo en complejidad.
Como ya hemos dicho, a este incremento en complejidad corresponde un incremento en consciencia y, en
consecuencia, en un grado mayor de espiritualidad. Los seres al evolucionar desde la materia inerte a la
vida, y más tarde hacia grados cada vez mayores de consciencia, su dimensión espiritual va creciendo a
medida que van creciendo a lo largo de la línea de una mayor complejidad que acaba por centrarse en el
cerebro. Un paso nuevo se da con la aparición del hombre en el que la consciencia está ya claramente
desarrollada.
Lo mismo que la aparición de la vida creó la biosfera, la aparición de la consciencia desarrollada en el
hombre crea una nueva envoltura de la tierra, a la que él llamó la “noosfera”. La aparición de la biosfera y
de la noosfera son dos casos de procesos de emergencia, que forman lo que él llama una discontinuidad
en continuidad, con la aparición de la vida en el primero y de la consciencia en el segundo.
No acaba en el hombre este movimiento evolutivo de la materia hacia el espíritu, pues, a través del
espíritu humano, la evolución de la materia continúa hasta su última realización en la convergencia, en un
punto común convergente, que él llama el Punto Omega. La convergencia del movimiento cósmico
evolutivo es un elemento esencial en el pensamiento de Teilhard. Para él una evolución que no converja
no tiene sentido.
En la convergencia en el Punto Omega se realiza, por lo tanto, la perfección final de toda la evolución.
Esta convergencia se realiza a través de la noosfera (la evolución humana). La materia misma que inició
su movimiento evolutivo en el origen del universo no llegará a su completitud hasta que se realice su
convergencia en el Punto Omega, a través de la evolución de su dimensión espiritual en el hombre.
Este último estadio de la evolución cósmica en la noosfera tiene lugar a través de lo que Teilhard llama la
“colectivación humana” o la “socializacion”. El futuro de la humanidad, en realidad, puede finalmente
tender bien hacia una unidad convergente o hacia una pluralidad divergente. Es decir, la humanidad
progresa hacia una cierta unidad o se disgrega en una multiplicidad. La primera significa siempre un
avance y la segunda un retroceso.
En el camino hacia delante de la evolución humana, para evitar el caer en la pluralidad divergente, que
siempre amenaza el proceso de la evolución a nivel humano, y asegurar el movimiento convergente es
necesaria una atracción por un “Centro de Atracción”, un "Alguien", que por una cierta fuerza atractiva
realice la unificación final de todas las consciencias.
El punto de convergencia en el que se realiza esta unificación de la noosfera y en el que encuentra su
culminación o Punto Omega, ha de ser él mismo “hiper-personal”. El carácter personal es un aspecto
esencial de la conciencia y el espíritu. Este Punto Omega, personal y transcendente, no es solo un foco
pasivo hacia el que tiende toda la evolución, sino un polo activo que atrae todo a su unificación consigo, y
Teilhard lo identifica con Dios.
La convergencia final del universo, que, como ya se ha mencionado anteriormente, constituye un punto
esencial del pensamiento de Teilhard, se realiza, por lo tanto, al nivel de la noosfera, esto es, a través de
la evolución humana, por un movimiento unificador, atraído por el personal y transcendente Punto
Omega.
Esta atracción, garantía de la convergencia, no niega la libertad de la noosfera ya que se realiza a través
de la fuerza de un super-amor que mana del Punto Omega. Es precisamente la fuerza del amor la que
mueve los elementos de la noosfera a unirse sin destruir su identidad. A esta unión libre de la
convergencia de la noosfera la llama Teilhard “la gran opción”.
¿Es Cristo el punto Omega?
Teilhard presenta finalmente una interpretación cristiana de toda la evolución en la que el Punto Omega,
hacia el que converge toda la evolución, se identifica con la figura de Cristo. De esta forma el universo
tiende en su movimiento de convergencia a nivel humano hacia una última unidad que la fe cristiana
reconoce que solo se puede realizar en la unión de los hombres con Cristo.
Cristo mismo es, por lo tanto, la presencia del Punto Omega en la historia humana, que atrae hacia sí el
progreso humano, y ayuda a que se realice su consumación en la unidad definitiva con él. En esta
interpretación, la cosmogénesis de la evolución se convierte en lo que Teilhard llama una “Cristogénesis”,
al identificar el polo de convergencia de toda la evolución con el Cristo encarnado. La unidad de los
hombres, y a través de ellos de todo el universo, en Cristo constituye lo que él llama el “Cristo Total” o
“Cristo Cósmico”.
El proceso por el que se desarrolla el universo se identifica con aquel por el que se forma el Cristo Total.
Para Teilhard el papel de Cristo es realmente central para todo el movimiento de la evolución cósmica.
Estas ideas están expresadas de forma más completa en uno de sus últimos ensayos, escrito en
marzo 1955, solo un mes antes de su muerte y que se puede considerar como su testamento espiritual [8].
La espiritualidad ignaciana
Al finalizar este recorrido histórico a lo largo de 500 años, queda flotando la pregunta: ¿cómo explicar
esta tradición científica única en la Iglesia católica por sus características? En el epílogo que recapitula
todo lo dicho se apunta una respuesta.
La raíz de todo ello se podría encontrar en la espiritualidad ignaciana que trata de encontrar a Dios en
todas las cosas. Los jesuitas –tal como formuló el papa Benedicto XVI – deben estar en las fronteras
donde es más vivo el debate entre la fe y la justicia. La reconciliación de la humanidad con la naturaleza,
consigo misma y con Dios pasa por una insistencia en la investigación científica.
Como formulamos en este libro: “El trabajo paciente en observatorios y laboratorios es para el jesuita tan
propio como el predicar y administrar los sacramentos. La ciencia como conocimiento y como
instrumento en bien de la humanidad y de la propagación de la fe cristiana ha sido a lo largo de esta larga
tradición un camino por el que los jesuitas se han atrevido a caminar”.
Conclusión
La celebración de los 60 años del fallecimiento de Pierre Teilhard de Chardin nos invita a estas
reflexiones para las personas no especialistas en su pensamiento.
En este breve resumen de las ideas de Teilhard nos muestra como supo integrar en su pensamiento el
carácter evolutivo del universo que han aportado las ciencias y el papel de Cristo en el universo que
presenta la fe cristiana.
Es precisamente a partir de esta base científica que él descubre el carácter convergente del mundo a través
del futuro de la humanidad en el Punto Omega de la divinidad.
Como jesuita su fe cristiana y su espiritualidad ignaciana le llevan a encontrar una coherencia entre el
camino de la ciencia y el de la fe. De esta forma, para él, el Punto Omega se concretiza en Cristo, Dios
encarnado en la materia, que impulsa y realiza en sí la culminación de todo el proceso evolutivo.
Teilhard muestra finalmente cómo la visión del mundo que va descubriendo la ciencia adquiere un
sentido sacramental, descubriendo un mundo, que al estar dirigido hacia Cristo, es todo él, utilizando su
terminología, “diafanía” suya. Por eso al final de su vida Teilhard podía escribir en sus notas espirituales
que toda su vida consistía en “cristificar” el universo y “universalizar” a Cristo [9].
Notas
[1] La literatura sobre Teilhard de Chardin es abundantísima, sobre su vida podemos citar: Claude
Cuénot, Pierre Teilhard de Chardin. Las grandes etapas de su evolución. Madrid: Taurus (1967); Robert
Speaight, Teilhard de Chardin. Biografía. Santander: Sal Terrae (1972); Ursula King, Spirit of fire. The
life and vision of Teilhard de Chardin. Nueva York: Orbis Books (1998); Patrice Boudignon, Pierre
Teilhard de Chardin, sa vie, son oevre, sa reflexión. Paris: Édition du Cerf (2008).
[2] Christopher F. Mooney, Teilhard de Chardin and the mystery of Christ. Nueva York : Doubleday
Image Book (1968); Édith de la Héronniere, Teilhard de Chardin, une mystique de la traversée. Paris:
Albin Muchel (2003) ; Gustave Martelet, Teilhard de Chardin, prophète d’un Christ toujours plus
grande. Bruselas: Lessius (2005).
[3] Pierre Teilhard de Chardin, Science et Christ, Oeuvres IX, París: Éditions du Seuil (1965), 62.
[4] Pierre Teilhard de Chardin, Notes de retraites, 1919-1954. París: Édition du Seuil (2003).
[5] Pierre Teilhard de Chardin, La messe sur le monde. Le coeur de la matiere. Oeuvres XIII,
París:Éditions du Seuil (1976), 141-156.
[6] Teilhard de Chardin, La vie cosmique. Écrits du temps de la guerre (1916-1919), Oeuvres XII, París:
Éditions du Seuil (1976), 5.
[7] Entre la abundante literatura sobre el pensamiento de Teilhard podemos citar: Émile Rideau, La pensé
du Père Teilhard de Chardin. París: Le Seuil (1965). Georges Crespy, La pensé théologique de Teilhard
de Chardin. París: Éditions Universitaires (1961).
[8] Teilhard de Chardin, Le Christique. Le coeur de la matiere. Oeuvres XIII, París: Éditions du Seuil,
1976, 93-117.
[9] Notes de retraites, 343-348.
Agustín Udías Vallina es Catedrático de Geofísica, miembro de la Asociación de Amigos de
Teilhard de Chardin y Colaborador de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión.
SAN PABLO: ¿SE CAYÓ DEL CABALLO O SE
VOLVIÓ LOCO?
Pablo de Tarso, el personaje más polémico y documentado del Nuevo Testamento, fue tan conflictivo en
vida como a través de la Historia, suscitando una intensa controversia hasta nuestros días: desde la
herejía del dualista Marción en el siglo II, a recientes estudios que pretenden demostrar que Pablo no dejó
de ser judío y nunca fue cristiano, pasando por la teoría de la justificación por la fe de Lutero en el siglo
XV, que dio origen a la Reforma, y la rocambolesca tesis de que fue el culpable remoto del exterminio
nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Toda la cultura del hombre de la calle suele reducirse a que es "aquel que se cayó del caballo para
convertirse de perseguidor de los cristianos en su mayor apóstol entre los gentiles", junto a la enigmática
impresión que dejan algunas de sus cartas. Se diría que Pablo resulta demasiado "subido" y teológico
para un lector medio, o que produce la impresión de radical, orgulloso, antifeminista y hasta antipático y
regañón para el que no profundiza en su personalidad.
Dado el estado actual de las investigaciones, ¿qué hay de realidad y de mito en el perfil humano y
religioso de este personaje considerado como el verdadero fundador en la práctica del cristianismo?
"Circuncidado a los ocho días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa
y, por lo que toca a la ley, fariseo" (Flp 3, 5). "Yo soy judío, natural de Tarso, ciudad de Cilicia que
tiene su fama" (Hech 21, 39), escribe. Nacer en Tarso, (sobre el año 5 dC.) de padre judío, posiblemente
tejedor, del que aprendería el oficio, era ver la luz en medio de una encrucijada de caminos y crisol de
culturas. Saulo, nombre judío que viene de Saúl, vive en casa la fidelidad a la ley mosaica, pues sus
padres al parecer se establecen en Tarso como consecuencia de la diáspora judía. Pero en la calle y la
escuela respira ambiente helénico y romano. Con sus compañeros asiste a los juegos del estadio, estudia a
los filósofos y poetas griegos y contempla el paso de procesiones en honor de los dioses Baal o Sandán.
Más tarde va a usar su otro nombre latino -en Roma se utilizaban tres-, Paulus, como ciudadano romano,
privilegio de Tarso. Cives romanus sum argüirá ante los tribunales y llegará a apelar al mismo César,
en concreto Nerón, para salvarse de la persecución judía. Pablo es lo que hoy diríamos un "ciudadano
global", perteneciente a las tres culturas más importantes de su época, con una formación y
cosmovisión que ampliará en sus viajes "hasta los confines de la tierra", es decir, Hispania (año 66).
Muy joven se fue a estudiar a Jerusalén con Gamaliel, prestigiado maestro de la moderada escuela de
Hillel. Llega a saberse la Biblia de memoria y llevarla siempre en el morral junto a sus herramientas de
tejedor. Asiste pasivo al martirio de Esteban y recibe el encargo de perseguir a los seguidores de Jesús.
La escena del resplandor que le derriba del caballo camino de Damasco, tan explotada por la pintura, es
una interpretación simbólica, pues los Hechos solo hablan de un resplandor que le hace "caer por tierra".
La verdadera caída de Saulo es que da un cambio radical en su vida y de perseguidor se transforma en
apasionado seguidor del crucificado hasta decir "Mi vida es Cristo y morir ganancia". ¿Qué le sucedió?
Renán dice que se volvió loco. Un loco demasiado lúcido para trazar el plan más inteligente de
marketing espiritual de la Historia del cristianismo. Lo que por todas las trazas experimentó fue lo que
los orientales llaman una iluminación y los occidentales "ilustración" que equivale a ver claro. Por
ejemplo, que Jesús le empujaba a predicarle no solo a los judíos sino a todo el mundo conocido de
entonces.
Pablo va a transformarse así en un hombre libre, lo que hoy llamaríamos un outsider instruido
directamente por el Mesías. Se va solo a Arabia a reflexionar y predicar sin mucho éxito entre los
nabateos, y 13 años después regresa a Damasco y contacta en Jerusalén con tres discípulos testigos de
Jesús de Nazaret, durante solo 15 días: Pedro, Juan y Santiago, el hermano de Jesús. Éste, convertido
tras la muerte del Maestro, será el más apegado a la letra de la Ley Mosaica y el más frontal opositor de
Pablo, hasta llega a mandarle espías. Por su parte, Cefas (Pedro) evolucionará de entusiasta de Tarso a
desconfiar de él en torno a algunas prescripciones de la Torá.
Iglesias domésticas Los colosales viajes de Pablo que incluyen cárceles, persecuciones, apaleamientos, naufragios y mil
penalidades le conducen primero a predicar en las sinagogas. Luego, a través de una red de casas
particulares o iglesias domésticas, con ayuda sobre todo de mujeres, donde celebra el ágape y la
eucaristía.
En un contexto de corrupción del Imperio, lascivia, egoísmo y esclavitud y aquejado de un vacío
existencial y religioso por la multiplicidad de dioses, Pablo vende una doctrina en el fondo simple y
liberadora: La salvación viene de la fe en el Mesías, y se traduce en amor e igualdad entre los hombres
con un solo rito tan simple como una comida. Esto le lleva tanto al éxito como al rechazo hasta morir
decapitado en Roma (año 67). Su palabra se difunde a través de correos que llevan copias de sus cartas.
Los especialistas distinguen entre las siete auténticas, y las seudoepigráficas o deuteropaulinas, al
parecer redactadas por una escuela posterior, eso sí fiel a Pablo, que habría reunido y sintetizado diversos
textos suyos.
De un carácter entre complejo y fascinante, fuerte y débil al mismo tiempo, era un feo guapo, físicamente
insignificante, pero provisto de potente magnetismo espiritual. Detrás del ilustrado y orgulloso fariseo que
nunca dejaría de ser, alumbra un hombre tierno, amigo de sus amigos, consciente de sus debilidades -
el famoso aguijón que aún hoy sigue siendo un enigma- y sobre todo un enamorado de Jesucristo, que le
transportó en vida al "tercer cielo".
Tal pasión mística le empujaba hacia adelante con tal libertad, fidelidad y oposición a las instituciones de
su época, que lo hacen tan actual como perenne objeto de estudios y controversias. Libre y místico,
rompedor y fiel, consigue que la Buena Noticia atraviese las lindes de Israel y cale en el ancho mundo
secular. Su peripecia vital es ya en sí misma toda una novela.
Pedro Miguel Lamet
El Mundo
Escritor, periodista y jesuita, Lamet es autor de Pablo de Tarso. El esplendor de Damasco (La Esfera de
los Libros)
Las muchas opciones políticas y sus
humores
Leonardo Boff, 10-Abril-2015
Una situación de crisis generalizada en el mundo y en nuestro país permite
muchos humores y no pocas interpretaciones. Toda crisis es angustiante y dolorosa porque desaparecen
las estrellas-guía y nos da la impresión de un vuelo a ciegas.
Como mostró el conocido pensador René Girard, uno de los grandes estudiosos de la violencia, todo
grupo, comunidad y sociedad necesita siempre crear un «chivo expiatorio» sobre el cual recaen todas las
frustraciones y quejas de las personas. Ahora son los comunistas, ahora los subversivos, ahora los
homoafectivos, ahora los fundamentalistas, generalmente los políticos y los gobernantes. Modernamente
a este complejo fenómeno social le llaman bulling. Con eso se alivian las tensiones sociales y la sociedad
encuentra relativo equilibrio, siempre frágil e inestable. Pero se crean también muchas víctimas, a veces
inocentes, se deja de reforzar el valor de la convivencia pacífica y se abre espacio al prejuicio y a las
actitudes fundamentalistas.
Tal situación se está verificando claramente en Brasil. Prácticamente no hay persona que no exprese
algún tipo de malestar, hasta rabia y, en el límite, odio. Quien conoce un poco el discurso psicoanalítico
no se admira. Sabe que en el ser humano actúan al mismo tiempo dos fuerzas: la de sombra bajo la cual
caben todas las decepciones y descontentos ante una situación dada, ya sea la sanidad que no funciona, el
transporte de mala calidad, los impuestos altos, la clase política falta de escrúpulos y sin ligazón orgánica
con los electores, la corrupción descarada que supone millones de dólares, cosa que escandaliza, revuelve
y exige castigos rigurosos. Pero está también la fuerza de luz que representa todo lo que hay de bueno en
el ser humano, la bondad, el amor, la comprensión, la amistad, y en la sociedad el sentimiento de
solidaridad en un accidente de carretera, la cooperación al asociarse a una ONG seria que hace un trabajo
coherente de rescate de los derechos humanos y la dignidad de los más invisibles, etc.
El desafío es siempre este: ¿a qué damos más primacía? ¿A la sombra o a la luz? Lo deseable y saludable
es dar mayor espacio a la luz. Pero hay también momentos en que los hechos perversos, hechos públicos,
provocan la ira sagrada, la protesta explícita y la manifestación pública. La sombra tiene también su
derecho, pues no es un defecto sino una marca de nuestra condición humana: iracundos y pacíficos, duros
y flexibles.
El reto es buscar la justa medida que representa lo óptimo relativo, el equilibrio entre el más y el menos; o
la autolimitación que significa el sacrificio necesario para que nuestra acción no sea destructiva de las
relaciones sino buena para todos. Una sociedad que se ha civilizado busca siempre este equilibrio. En este
grupo están las mayorías que viven de su trabajo, empresarios correctos que llevan el país adelante. Son
sensibles a los pobres y difícilmente discriminan a causa del origen, del color o de la religión.
Actualmente se constata un gran abanico de expresiones políticas, digamos de derecha, de centro, de
izquierda, cada cual con sus matices. Están los que son conservadores en política, dan primacía al
principio de orden, aunque admitiendo que haya excesos sociales. Económicamente son hasta
progresistas, abiertos a las novedades tecnológicas.
Están los que miran el escenario mundial, donde las grandes potencias dictan los rumbos de la historia y
piensan: no estamos suficientemente desarrollados y fuertes para tener un proyecto propio. Es más
ventajoso caminar con ellos, aunque sea como socios menores y agregados. Así no quedamos
marginados. Estos temen los proyectos alternativos.
Están los que dicen que no debemos pisar en las pisadas dejadas por otros. Tenemos que hacer nuestra
propia pisada con los recursos de que disponemos. Somos grandes, tenemos un pueblo creativo, una
naturaleza que nos garantiza que la economía futura, de base ecológica, nos hará decisivos para el futuro
del planeta. Estos son alternativos y se oponen directamente a la perspectiva imperial de alineamiento con
el proyecto de la globalización. Critican duramente el proyecto neoliberal que acumula por un lado y
empobrece por el otro, devastando bienes naturales.
Están los que no esperan nada de arriba, pues la historia ha mostrado que todos los proyectos elaborados
por los del piso de arriba han dejado siempre a las grandes mayorías del piso de bajo donde estaban o
simplemente fuera. Confían en las organizaciones de los movimientos sociales, articulados de tal forma
que consiguan elaborar un proyecto de Brasil de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera. Pretenden una
democracia participativa y políticas públicas que beneficien a los millones de personas históricamente
dejadas atrás. Esos en Brasil, como en otros países de América Latina, con sus partidos, han ocupado el
poder de Estado. Han mejorado la situación de los más castigados y todos de alguna manera han ganado.
Esos luchan para asegurarse en el poder y llevar adelante el proyecto popular.
Pero no basta esta voluntad generosa. Tiene que venir acompañada de transparencia y de figuras de
políticos ejemplares que den cuerpo a lo que predican. Infelizmente eso no ocurrió o lo hizo de forma
fragmentaria e insuficiente. No pocos sucumbieron al arquetipo más poderoso en nosotros, según C. G.
Jung, el poder, porque nos da la ilusión de omnipotencia divina, de poder decidir el destino de las
personas además de innumerables ventajas personales.
Max Weber, el maestro del estudio del poder, sentenció: sólo ejerce bien el poder quien toma distancia de
él y lo considera pasajero y servicio desinteresado a la comunidad.
Traducción de MJ Gavito Milano
¡ES EL SEÑOR!
Dolores Aleixandre -
En un cuento hasídico recogido por Martin Buber y que tiene como título «El juego del escondite», el
nieto de Rabí Baruch, un anciano rabino, jugaba un día al escondite con otro niño. Estuvo escondido
mucho tiempo pensando que su compañero le estaba buscando hasta que, cansado de esperar, salió de su
escondite y corrió llorando a contarle a su abuelo, el anciano rabí, que su amigo ni siquiera se había
puesto a buscarle. Los ojos de Rabí Baruch se llenaron también de lágrimas y dijo: «Eso es también lo
que dice el Señor: "Me escondo y nadie me busca..."».
«Se apareció Jesús»
En los relatos pascuales de los Evangelios hay algo de este juego:
el Resucitado aparece repentinamente «bajo otra figura» a dos discípulos, como dice Marcos (16,12), se
acerca bajo la apariencia de un peregrino a los de Emaús (Le 24,15) o de un jardinero a María Magdalena
(Jn 20,11-15). El resucitado aparece como quien desaparece. Es el mismo Jesús, pero no es lo mismo. La
nueva presencia abre los ojos de los discípulos; les hace ver y entender de una manera nueva. Les hace
pasar del miedo y de la duda a la confianza.
Es el tránsito del «no conocer» al «reconocer» lo que envuelve a los discípulos en el dinamismo pascual y
los hace pasar de un estado de indigencia a otro en el que les desborda la plenitud del gozo. En la escena
del lago (Jn 21,1-14), la fatiga estéril de los pescadores en la noche es su manera de experimentar la
ausencia de un Jesús que se esconde. El «no» con que responden a la pregunta del desconocido que está
en la orilla y pregunta: «Muchachos, ¿tenéis pescado?», resume una situación cerrada, y casi les arranca
una confesión de conciencia desdichada de la que no parece haber salida.
Es de noche en medio del lago. Y ellos están buscando al Maestro sin saberlo.
«¡Es el Señor!»
El amanecer acompaña la presencia de Jesús en la orilla y el dato de la luz nos introduce en una situación
nueva y abierta: comienza el día, se escucha una palabra y la red desborda de peces. La luz llega a los
ojos de Juan y le hace salir de Id oscuridad y entrar en el reconocimiento: «¡Es el Señor!» (Jn 21,7).
Pedro salta al agua porque reconocer en Israel no pertenece sólo al ámbito de la inteligencia, sino que
afecta y compromete la vida entera: conocer al Señor es conocer su interpelación, es entrar en una
relación de obediencia rendida.
El final de la escena refleja la situación transfigurada: el trabajo se ha vuelto fecundo, los discípulos se
apiñan en torno a aquél que ha congregado su dispersión y ha vuelto a reunirlos en una comida fraterna.
La conversión a la que convoca la Pascua está insinuada en un verbo ya familiar: «Ninguno se atrevía a
preguntarle: ¿quién eres?, porque sabían que era el Señor» (Jn 21,12).
«Es gloria de Dios ocultar un proyecto, es gloria de reyes descubrirlo» (Prov 25,2) sentenciaba la
sabiduría tradicional.
La novedad de la Pascua va más allá del viejo proverbio: la verdadera gloria está en acoger con asombro
agradecido que, cuando jugamos con Dios, el juego termina en encuentro pero no como fruto del esfuerzo
de nuestra búsqueda, sino como un regalo inmerecido.
Comentario al Evangelio del domingo, 12
de abril de 2015
Julio César Rioja, cmf
Queridos hermanos:
No hay Pascua sin comunidad, no se puede
vivir la Resurrección si no es con otros. Aquí
no cabe el individualismo que tan
perniciosamente el capitalismo ha metido
dentro de nosotros. ¿Preguntarle a Tomás y a
las primeras comunidades cristianas? Si no
estás en comunidad, precisamente el primer día
de la semana, no puedes ver a Jesús, tendrás
que venir el siguiente domingo. Ya lo dijo él:
“Donde estéis dos o tres reunidos en mi
nombre, allí estoy yo” y nosotros empeñados
en ser felices en solitario, en creer que nos
salvamos solos.
¿Y cómo manifiesta Jesucristo su presencia en
la comunidad?, allí donde los hermanos viven
la alegría: “Los discípulos se llenaron de
alegría al ver al Señor”. La alegría es el signo
de la presencia de Cristo resucitado, es la
victoria de la vida sobre el pesimismo y la tristeza de la muerte. La alegría cristiana es una sana y serena
expresión de la paz interior: “Paz a vosotros”. Hay muchos cristianos que parece que no están muy
convencidos de esto y piensan que las manifestaciones de alegría en una reunión litúrgica son una falta de
respeto. No estará de más decir que sin participación de la gente en la Eucaristía no hay alegría. La alegría
brota de la presencia del Señor dentro de nosotros: “Exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el
Espíritu Santo”, nace del interior. Alegría, Paz y Espíritu, son las expresiones comunitarias de la
Resurrección, que nos van a repetir todos los textos de estos domingos de Pascua. Rescatemos la alegría
en nuestras reuniones y celebraciones, el Papa Francisco, aparte de escribir su exhortación sobre “La
alegría del Evangelio”, últimamente nos dice: “No quiero sacerdotes con la cara avinagrada”, lo mismo se
podría aplicar a todos los creyentes.
La alegría de la Pascua es el gozo de compartir, como nos lo recuerda la primera lectura de los Hechos de
los Apóstoles: “Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor”.
Hasta tal punto que se desprendían de sus bienes y tierras para distribuirlos según necesidad. “Lo poseían
todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía”, todo el texto que leemos en este
domingo, a muchos les pareció una utopía, incluso algunos doctos hablaron de un fanatismo de los
primeros cristianos o de que no sería del todo así. Hoy, no sólo es el fundamento de la Doctrina Social de
la Iglesia, sino uno de los grandes ideales de nuestra sociedad: que los bienes materiales estén en función
del bien común de toda la comunidad y no de unos pocos. El individualismo, incluso el religioso (“mi
Cristo”, “mi Iglesia”, “mi Misa”, “mi Comunión”, “mi parroquia”,” mi grupo”…), que aún vivimos, es
una forma de capitalismo que ha calado mucho más hondo de lo que nosotros imaginábamos. Sólo en
comunidad podemos palpar la presencia de Jesús como un bien común, y también su paz y su alegría.
Quien no viva con sus hermanos ni comparta la alegría fraterna, no tiene la paz ni la alegría del Señor.
Tomás, “llamado “el Mellizo”, el incrédulo que se resiste a creer por el simple testimonio de los otros,
es cualquiera de nosotros, somos sus “mellizos”. Él quiere ver y tocar: “Si no veo en sus manos la señal
de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en el costado, no lo creo”,
como nos pasa a ti y a mi muchas veces. Pero la fe no necesita ver, de ahí la pregunta de Jesús: “¿Porque
me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”. La fe surge del encuentro con los
hermanos y viendo a los hermanos podemos decir: “¡Señor mío y Dios mío!”, no puedes verlo si no te
unes a los hermanos.
En Pascua nace la Iglesia y es tiempo de sentirla como la comunidad de creyentes que se reúnen cada
domingo en una parroquia para celebrar la vida desde la fe. La parroquia nos necesita para seguir estando
cercana a tantas personas que buscan, para renovarla en sus formas y en su sensibilidad, para despojarla
de ropajes históricos, para hacerla más joven. Pero también nosotros la necesitamos para que nuestra fe
no sea un reducto, una secta, donde celebramos maravillosamente la Pascua en solitario sin que nos
molesten las abuelas, los del cumplimiento dominical, o los que dudan. Para poderse encontrar con el
Jesús real mas allá de nuestros intimismos debemos interrogarnos sobre nuestra presencia en las
parroquias que tienen un montón de defectos y limitaciones, pero es el sitio de la comunidad. Nada de
elitismos, es tiempo de dar lo que nos dieron, de estar dentro para salir fuera, es tiempo de encontrarnos
cada domingo con todos aquellos que están en camino. Nada sin comunidad, sin comunidad no hay
Pascua, pero no una comunidad echa a mi medida, sino la de los humildes seguidores del resucitado, del
Viviente, que quiere estar al lado de los más pequeños, de los más pobres. Te espero este domingo y el
otro con las puertas abiertas, en medio de la plaza, en la esquina del barrio, donde se planta la torre que
quiere ser lugar de referencia y de salida en esta Pascua.
ASAMBLEA DIOCESANA
¿Qué es? ¿Qué Pretende? ¿A quién
va dirigida?
Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo.
La Iglesia 'en salida' es una Iglesia con las puertas abiertas.
Si la Iglesia entera sume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin
excepciones (Evangelii Gaudium del Papa Francisco)
1. ¿Qué es la Asamblea Diocesana?
- Un tiempo en la vida de la Iglesia en Salamanca orientado a renovar nuestro
seguimiento a Jesús, nuestra misión apostólica y nuestras estructuras.
- Un tiempo para estudiar, entre todos, nuevas y mejores formas de ayudar y
servir a los hombres y mujeres de Salamanca, y para aprender todos juntos a dar
razón de nuestra fe, de nuestra esperanza y de nuestra alegría.
- Un tiempo para pensar cómo dar nuevas respuestas a los nuevos desafíos de la
vida actual, tratando de aportar soluciones más humanas y evangélicas.
2. ¿Qué pretende la Asamblea Diocesana?
El objetivo de la Asamblea Diocesana es la renovación de la Iglesia en
Salamanca:
- Renovación espiritual: ganar en cercanía y amistad personal con Jesús a través
de la oración y los sacramentos.
- Renovación pastoral: buscar juntos nuevas formas para la comunicación de la
Fe, basadas en el compromiso personal, la amabilidad y la caridad.
- Renovación de personas, comunidades y estructuras: buscar una estructura
eclesial más misionera, más hacia fuera y más cercana a los problemas reales de
la sociedad actual.
3. ¿Cúando se va a desarrollar la Asamblea?
El tiempo de Asamblea Diocesana discurre desde septiembre de 2014 hasta
junio de 2016.
Tendrá tres etapas:
1. Preparación: octubre 2014-enero 2015.
Tiempo de explicar, animar, incluir a todos, llamar.Terminará con una gran
celebración diocesana.
2. Reflexión: febrero 2015-marzo 2016.
Tiempo de estudiar y análizar la realidad de nuestra diócesis y nuestra sociedad;
tiempo de creación de grupos de trabajo, tiempo de propuestas, de encuentros.
Ante nuevos retos, nuevas respuestas: ¿Cómo renovar espiritual, pastoral y
estructuralmente nuestra Diócesis?. Será un tiempo de buscar juntos y elaborar
entre todos las propuestas para los tres apartados de renovación ya señalados.
3. Asamblea final: abril-junio 2016.
Tiempo de elaborar las conclusiones y propuestas finales para la renovación
espiritual, pastoral y estructural, para que sean entregadas al Sr. Obispo y éste
las promulgue si lo cree oportuno y se apliquen en nuestra Diócesis en los
próximos años.
4.- ¿Quién puede participar en la Asamblea Diocesana?
Todos, porque el desafío de la renovación es competencia de todos:
1. Todos: La Iglesia que vive, anuncia, celebra y sirve la caridad en sus
comunidades e instituciones eclesiales, en la ciudad y en el mundo rural..., sus
laicos, sacerdotes y religiosos; sus movimientos, cofradías, comunidades.
2.- Todos: las personas bautizadas que quizás se sienten más alejadas, que
incluso no tienen una pertenencia cordial a la iglesia y ya no experimentan el
consuelo de la fe. Incluso también a aquellos que no conocen a Jesucristo pero
buscan a Dios, movidos por la nostalgia de su rostro,.
3. Todos: los miembros de una sociedad que peregrina en una ciudad culta, en
un mundo rural sencillo y trabajador.una sociedad salmantina articulada en unos
moldes culturales, sociales, políticos y económicos concretos, que pasa por una
encrucijada importante y tiene heridas de pobreza, exclusión en algunos de sus
miembros, pero siempre con la esperanza sembrada en el corazón de sus
hombres y mujeres que llevan caminando siglos.
5.- ¿Cómo puedo participar en la Asamblea Diocesana?
En cada fase de la Asamblea nos irán indicando la forma de dar cauce a la
participación de cada uno, porque el papel de todos es muy importante.
Ahora, en la primera fase de preparación:
. Puedes leer la información sobre la Asamblea que está a tu disposición en las
iglesias y despachos parroquiales.
. Puedes participar en la presentación más detallada que se hará de la Asamblea
en tu parroquia, movimiento, cofradía, comunidad,. el día y lugar que se indique
. Puedes seguir la información de la Asamblea en (citar la web, facebook,
twitter,.) y en la revista Comunidad
. Puedes comentar con tus amigos y conocidos lo que vayas conociendo e
informándote acerca de la Asamblea
. Puedes tener muy presente este tiempo de Asamblea en tu oración
. Puedes hacer todo lo que se te ocurra que pueda ayudar a este importante
tiempo de Asamblea que ahora se inicia
Todos estamos invitados porque el desafío de la renovación nos convoca..
Únete, es el momento,
es tu momento
Concurso de diseño de Logotipo para la
Delegación Diocesana de Pastoral Juvenil de
Salamanca
La Delegación diocesana de Pastoral Juvenil ha convocado un concurso para diseñar el
logotigo de la organización, que la ‘identifique de un modo fácil, integrador, inequívoco
y actual’. El plazo de presentación de trabajos se inició el 15 de marzo y finaliza el 15
de abril de 2015. Consulta las bases en su web:
www.pjsalamanca.com/bases-concurso-logotipo.pdf
Inauguración de la exposición: "Vuestra soy...
Artistas salmantinos con Teresa" en la Parroquia
de Calvarrasa de Arriba
Este domingo 12 de abril, a las 19.00 horas, se inaugura en la iglesia parroquial de
Calvarrasa de Arriba la exposición: "Vuestra soy... Artistas salmantinos con Teresa". La
muestra destaca el aspecto más humano de Teresa como mujer transgresora de su época.
Los visitantes podrán contemplar obras de Agustín Casillas, Venancio Blanco,
Fernando Mayoral, Maximino Cerezo Barredo y Luis de Horna, entre otros. La
exposición puede visitarse hasta el mes de noviembre, los domingos de 18.00 a 21.00
horas. Visitas guiadas para grupos entre semana: tfno.: 923 373 422.
II Semana Pastoral de la Familia Cristiana
La Delegación diocesana de Familia y Vida organiza la II Semana Pastoral de la
Familia que se celebrará del 26 al 30 de abril, en el Auditorio Calatrava, con el lema:
‘El desafío pastoral de los cursillos prematrimoniales’. Una semana de reflexión
pastoral sobre el amor conyugal, su acompañamiento, celebración y misión.
Cada 4 minutos se rompe un matrimonio en España, 350 al día. Son cifras escalofriantes
que reflejan el drama la fractura social que se está produciendo en nuestro país. Ante
estos datos “hoy más que nunca es necesario estar bien preparado para el matrimonio”,
afirma con rotundidad Juan José Calles, delegado diocesano de Familia y?Vida.
“Tenemos que ofrecer a los jóvenes una preparación seria, firme y madura para que
sepan que la vocación al matrimonio es una misión importante para la Iglesia y para la
misma sociedad. Si tenemos buenos matrimonios, tendremos buenas familias y la
sociedad lo notará y se beneficiará”, asevera.
En este contexto y enmarcado dentro de la Asamblea diocesana se inserta la 2ª Semana de
la Familia, que se va a celebrar del 26 al 30 de abril, con la que se pretende “ofrecer y
ayudar a los jóvenes cristianos que están descubriendo su vocación al amor y a la vida
familiar un tiempo de reflexión y de búsqueda para prepararse bien en este momento
trascendental en sus vidas”, señala Juanjo.
La Semana abordará monográficamente el tema de los cursillos prematrimoniales desde
cuatro miradas: antropológica, teológica, pastoral y sacramental. Además de las
conferencias y de las mesas redondas, habrá un cineforum y una celebración en la que
se bendecirá a las parejas de novios que van a contraer el sacramento del matrimonio a
lo largo de este año.
Las actividades darán comienzo el domingo 26 de abril con la presentación de esta
nueva edición y un cineforum en el que se proyectará la película: ‘Un paseo para
recordar’.
Al día siguiente, el prof. José Mª Pardo impartirá una conferencia sobre ‘La vivencia del
noviazgo entre los jóvenes, hoy’, y le seguirá una mesa redonda sobre la ‘Preparación al
matrimonio en nuestra diócesis’ en la que intervendrán miembros de los Equipos de
novios.
El martes 28 de abril tomará la palabra el delegado de P. Familiar de la Diócesis de
Pamplona-Tudela, D. Santiago Arellano, quien ofrecerá una charla sobre ‘La Pastoral del
amor, la sexualidad y el compromiso’. A su término y tras el descanso habrá una mesa
redonda con testimonios de parejas de novios.
El miércoles se abordará ‘La preparación del Matrimonio en el contexto de la Nueva
Evangelización’, en una ponencia que pronunciará el obispo de Osma-Soria, Mons.
Gerardo Melgar Viciosa; y nuestro delegado diocesano de familia y Vida, Juanjo Calles
ofrecerá una comunicación sobre ‘La preparación al matrimonio en la Relatio Synodi
(2014)’. Las actividades concluirán el 30 de abril con la conferencia: ‘Mistagogia de la
celebración del Sacramento del Matrimonio’, que será pronunciada por el deán de la
Catedral de Salamanca D. Jesús Terradillos y la celebración de la Bendición de los Novios
que tendrá lugar a las 20.00 horas en la capilla Mayor de la Casa de la Iglesia.
Tallas y año de ejecución:
1996: Cristo Peregrino Resucitado
1997: Virgen del Encuentro
1998: San José Obrero
1999: María Magdalena
2000: San Pedro
2001: Santiago Apóstol
2002: San Juan
2003: Santo Tomás
2004: San Pablo
2005: Cristo Peregrino Resucitado de la Nueva Humanidad
2007: Virgen Peregrina de la Esperanza
2008: Cleofás (uno de los Discípulos de Emaus)
Segovia acoge el 18 de abril el XXI Encuentro
regional de catequistas
Muchos de nosotros venimos pensando, reflexionando y compartiendo nuestras dudas,
temores y esperanzas que se están produciendo en nuestra sociedad y que afectan a
nuestra terea de la catequesis. Hay una crisis en la transmisión de la fe, la catequesis
dentro de este cambio de época, está en crisis y desbordada.
Por eso como nos invita el Papa Francisco "es necesario mucha audacia y valentía para
seguir caminando, audacia apostólica". Como catequistas de tiempos difíciles, ¡debemos
pedir a Dios la audacia y el fervor que nos permita ayuda a recordar!.
Y esto no lo podemos hacer solos, necesitamos, abrirlos a la Iglesia diocesana y en este
camino que nos encontramos ahora "en Asamblea Diocesana" y sobre todo al trabajo
realizado a nivel regional.
En este sentido invitamos a los catequistas de nuestra diócesis a participar en los
próximos encuentros de catequistas de la Iglesia en Castilla. Son una buena ocasión
para incorporarnos a la diócesis y al trabajo que se viene realizando a nivel regional:
18 de Abril: XXI Encuentro Regional de Catequistas. Se celebrará en Segovia bajo el
lema: "Catequistas con Espíritu". Para participar es necesario inscribirse ante del 14 de
abril, en los teléfonos 923 198 699 y 605 990 414.
3 y 4 de Julio: Aula de Verano para Catequistas. Tendrá lugar en el Centro Teresiano
Sanjuanista CITeS de Ávila. En esta ocasión el tema que se abordará en el encuentro es
"La Belleza en la transmisión de la fe y en la catequesis".
José Luis Sánchez Moyano, Delegado diocesano de Catequesis
20 de Abril. Encuentro del Presbiterio diocesano
Inmersos en la etapa de renovación espiritual de la Asamblea diocesana la Comisión
permanente de la Asamblea y nuestro obispo D. Carlos han programado para los
sacerdotes un Encuentro del Presbiterio diocesano que se va a celebrar el lunes 20 de
abril, de 10.30 a 18.00 horas, en la Casa de Espiritualidad de los padres Paúles, en Santa
Marta de Tormes, bajo el lema: ‘Retos y caminos para una renovación espiritual de
nuestro presbiterio’. Un encuentro que será preparado por dicha Comisión y la
Delegación diocesana para el Clero y para el que el Sr.?Obispo ha encargado a los
arciprestes y representantes en el Consejo Presbiteral que organicen con anterioridad un
Retiro espiritual en cada arciprestazgo. El objetivo de este retiro es orar, reflexionar y
recoger por escrito las sugerencias de los sacerdotes en relación con la renovación
espiritual del presbiterio. Estas aportaciones servirán posteriormente de base para
redactar un Documento Cero, que será estudiado en un Pleno del Consejo Presbiteral, en
los meses de mayo o junio.
Primer aniversario de la Capilla de la Adoración
Eucarística
El 25 de abril de 2014 nuestro Obispo,Mons. Carlos López, inauguraba la primera
capilla de la Adoración Eucarística Perpetua en Salamanca, ubicada en la iglesia del
Monasterio del Corpus Christi (Ronda del Corpus, 48). Con motivo de su primer
aniversario se han preparado varios actos que contarán con la presencia de la Cruz de la
Asamblea:
-Domingo, 26 de abril: Eucaristía a las 18:00 h en la parroquia de San Juan de Sahagún
y posterior procesión con la Cruz hasta la Capilla de la Adoración Eucarística Perpetua.
-Lunes, 27 de Abril: durante todo el día la Cruz permanecerá en la Capilla de la
Adoración Eucarística Perpetua.
Rumanía, Fátima, Tierra Santa, Jordania,
Lourdes, Uzbekistán y Ars, destino de las
peregrinaciones diocesanas para 2015
El Secretariado diocesano de Peregrinaciones acaba de dar a conocer los lugares y las
fechas de las peregrinaciones que se organizan desde la Diócesis de Salamanca durante
este año 2015. El plazo de inscripción está abierto para todas ellas en la Oficina de
Halcón Viajes del Pso. Canalejas, 14. Teléfono: 923 265 613.
2) Peregrinación al Santuario Mariano de Fátima. Del 12 al 14 de mayo. Precio
aprox. por persona: 200 ?.
3) Peregrinación a Tierra Santa. Del 18 al 26 de mayo. Éste puede ser el viaje de tu
vida. Una peregrinación al país de Jesús, donde están nuestras raíces cristianas y
vivencias religiosas. Su importe: 1.549 ?/persona.
4) Peregrinación sacerdotal a Lyon, Ars Sur Formans, Cluny, Taizé y Paray Le
Monial. Del 15 al 19 de junio. Precio aproximado por persona: 700 ?.
5) Peregrinación al Santuario Mariano de Lourdes. Del 2 al 6 de Julio. Precio por
persona: 290 ?.
6) Peregrinación a Uzbekistán. Del 2 al 10 de agosto. Descubre la belleza de la Ruta
de Samarkanda. Precio: 2.370 ?/persona.
7) Peregrinación a Tierra Santa y Jordania. Del 7 al 16 de septiembre. Precio aprox.
1.690 ?. Organiza: parroquia de Alba de Tormes.
Nuevo calendario de misas para las
parroquias de la capital
Ajustado a los cambios organizativos que se han llevado a cabo en los arciprestazgos y parroquias
Misa en la Catedral de Salamanca La Diócesis de Salamanca ha elaborado el nuevo calendario de misas 2014/15 en las
parroquias de la ciudad que será el que regirá a partir de ahora. Un calendario que ha
sido necesario ajustar a los cambios organizativos que se han llevado a cabo
recientemente en los arciprestazgos y las parroquias.
En el archivo adjunto pueden encontrar el nuevo calendario de misas y horarios para
este nuevo curso.
HORARIO DE MISAS 2014-2015.docx [125,29 Kb]
AGENDA DIOCESANA
11 Abril: RUTA TERESIANA: ‘De la cuna a la tumba’. Organiza la parroquia
de San Marcos se celebrará la cuarta etapa de esta peregrinación teresiana:
Duruelo-Tordillos. Salida a las 8.00 de la mañana desde San Marcos. Tfno.: 923
216 881.
17-19 Abril: ENCUENTRO PASCUAL DE ORACIÓN. Organizado por la
parroquia de San Marcos. Información: 923212681.
18 Abril: RETIRO PARA LAICOS. Quintas moradas. De 11.00 a 18.00 h. en la
Casa de la Iglesia.
26 Abril: PEREGRINACIÓN A ALBA DE TORMES. Organizada por
FRATER Salamanca, con visita a la exposición de las Edades. Tfno.: 923 261
429.
ADORACIÓN EUCARÍSTICA PERPETUA: : En la capilla de Adoración
Eucarística Perpetua, abierta desde el pasado 27 de abril en la iglesia del
Monasterio del Corpus Christi (Ronda del Corpus), es posible acercarse al
sacramento de la Penitencia cada día de 6:30 a 8:00 horas; los lunes de 22:00 a
00:00, los miércoles de 10:30 a 12:00 y los viernes de 20:00 a 22:00 h.
CONFESIONES EN LA PARROQUIA DE EL CARMEN: (Pza. de los
Bandos). Martes, Miércoles y Viernes por las mañanas 11:00 h. a 13:00 h. y por
las tardes de 18:30 h. a 19:30 h.
GRUPO JOVEN DE RENOVACIÓN CARISMÁTICA: se reúne en oración
todos miércoles, a las 19:30 horas en la capilla de la Universidad Pontificia.
RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA: Renovación Carismática
Católica invita a participar en la eucaristía y la Adoración que tendrá lugar el
último sábado de cada mes, de 18.00 a 20.00 horas en la capilla de las monjas
Franciscanas de la Plaza de San Benito de Salamanca.
El comedor de un Colegio de Benín llevará el
nombre de Maite Romero, la que fuera
presidenta de Manos Unidas Salamanca
El comedor de un Colegio de Benín llevará el nombre de Maite Romero, la que fuera
presidenta de Manos Unidas Salamanca desde 2004 hasta el mes de noviembre de 2010,
en que falleció. El Colegio es gestionado por la Fondation Vie Pour Tous y se necesitan
36.000 € para el proyecto del Comedor.
«A la hora de ayudar, multiplícate por dos». Con
este mensaje, Cáritas Española lanza una
campaña informativa en el inicio de la Campaña
de la Renta 2014 para invitar a los contribuyentes
a marcar conjuntamente en su declaración las
dos casillas solidarias de la asignación tributaria:
la destinada a la Iglesia católica y de Otros Fines
Sociales de interés general.
Marcar ambas opciones de forma simultánea
Al marcar ambas opciones de forma simultánea, los ciudadanos estarán colaborando, al
mismo tiempo y sin coste añadido alguno, con un 0,7% de su base imponible a sostener
la acción de la Iglesia y con otro 0,7% a apoyar los fines sociales que desarrollan
Cáritas y otras muchas organizaciones que reciben fondos del IRPF para financiar parte
de su labor solidaria.
Muchos contribuyentes desconocen que tienen la posibilidad de marcar conjuntamente
las dos casillas solidarias en la Declaración de la Renta y de que tienen en sus manos un
valioso instrumento para ayudar el doble a las personas en situación social más
vulnerable. Y sin que ello suponga que vayamos a pagar más ni que nos devuelvan
menos en el resultado de nuestra declaración.
Cabe recordar, además, que todavía hay un gran número de contribuyentes,
concretamente un 29%, que no marca ninguna casilla. Ello significa que el importe de la
asignación tributaria de sus declaraciones, en lugar de destinarse a fines solidarios, pasa
a engrosar directamente las arcas del Estado. En el último ejercicio, quedaron si asignar
280 millones de euros en la casilla de la Igelsia y otros 222 millones en la Fines
sociales.
Para apoyar la difusión de la campaña, se han editado un vídeo, carteles, dípticos y
cuñas de radio.
Siete preguntas básicas
La campaña informativa de Cáritas plantea estas siete preguntas básicas y directas sobre
la asignación fiscal a través del 1,4% del IRPF:
1. ¿De verdad puedo marcar las dos casillas a la vez? Sí. Se pueden marcar las dos
casillas conjuntamente.
2. ¿Y es cierto que marcando las dos casillas se duplica la ayuda? Sí. Cada casilla
marcada genera el 0,7%. Si marcas las dos se destina el 1,4%.
3. ¿Y a mí me cuesta algo? No. No te cuesta nada. Tú decides el destino del 1,4% de tus
impuestos.
4. ¿Y si no marco alguna casilla? Hacienda destinará el importe correspondiente a otras
partidas de los presupuestos generales del Estado.
5. ¿Por qué es bueno marcar la casilla Iglesia católica? Porque así puedes destinar un
porcentaje de tus impuestos a colaborar con las necesidades de la Iglesia y su intensa
labor pastoral.
6. ¿Por qué debo marcar también la casilla Fines Sociales? Porque de este modo, un
porcentaje de tus impuestos se destina a proyectos sociales en nuestro entorno y en los
países más desfavorecidos.
7. ¿Percibe Cáritas fondos de las casillas de Iglesia católica y de Fines Sociales? Sí.
Cáritas es parte esencial de la Iglesia católica y, además, como organización social,
recibe fondos de la casilla de Fines Sociales.
RENOVACIÓN DE LA IGLESIA SALMANTINA
La comisión plenaria de la Asamblea
Diocesana impulsa el trabajo de los
diferentes grupos eclesiales
Un millar de personas de 97 grupos conforman la Asamblea
Comienzo de la comisión plenaria de la Asambela Diocesana | Foto: Obispado de Salamanca
SALAMANCArtv al DÍA
La determinación de los diferentes agentes de la Iglesia salmantina para renovar
su acción es firme. Este sábado se ha reunido la comisión plenaria de la Asamblea
Diocesana para impulsar el trabajo de los diferentes grupos, hasta 97, que
aglutinan a un millar de personas comprometidas en diferentes movimientos
cristianos.
En ella se ha repasado el calendario de actividades y se ha evaluado la acción llevada a
cabo hasta el momento.
Como aseguró en su día el obispo salmantino, Carlos López, la Asamblea responde a la
llamada del Papa Francisco a una nueva etapa evangelizadora “que renueve la fe y la
vida cristiana de todos los miembros del Pueblo de Dios en el encuentro con Jesucristo,
en el cual siempre nace y renace la alegría”.
El prelado añadió que “desde este encuentro gozoso con el amor de Jesús, que nos salva
y nos mueve a amarlo siempre más y a darlo a conocer a los demás, nos ha llamado el
Papa a ser “discípulos misioneros” y “evangelizadores con Espíritu” en comunión con
la misión de todo el Pueblo de Dios. Nos ha recordado que el anuncio del Evangelio a
los que están alejados de Cristo es la tarea primordial de la Iglesia y el mayor desafío al
que hoy se enfrenta. Y nos ha ofrecido orientaciones luminosas para constituirnos en
estado permanente de misión”.
En un largo proceso de reflexión, oración y diálogo, la Iglesia salmantina ha llegado a la
convicción de que la convocatoria de una Asamblea diocesana “es el camino que el
Señor nos pide para alentarnos a iniciar con ardor y esperanza esta nueva etapa de
conversión pastoral y misionera”.
Contagiarse de la alegría y la participación
Bajo el título de “Asamblea de renovación misionera de la Diócesis de Salamanca”, el
Obispo, Monseñor Carlos López, publicó recientemente una Carta Pastoral con motivo
de la inauguración de la segunda fase de la Asamblea Diocesana. Con esta Carta
Pastoral, que se dha distribuido a todos los fieles de Salamanca, Mons. López realiza la
Convocatoria oficial de la Asamblea Diocesana que fue anunciada en la Catedral Nueva
en la homilía de la Solemnidad de la Virgen de la Vega, el día 8 de septiembre de 2014.
“Soy consciente -comenta el Obispo en su Carta Pastoral-, de que mi convocatoria a la
Asamblea Diocesana alcanzará su necesario fruto si cada uno de los fieles y
comunidades os preguntáis: ¿Qué podemos hacer unos y otros, para animar a la
participación y elevar el ánimo de nuestras gentes? Y si respondéis a la pregunta con
ánimo confiado, con gozosa esperanza, con voluntad de respuesta al Señor en el amor;
pues es el mismo Señor quien os ha convocado a través del Obispo (…) Así debemos ir
contagiándonos unos a otros la alegría de participar en esta Asamblea. Estamos en un
momento crucial de nuestra Iglesia diocesana y de la Iglesia en España; y no debemos
ceder ninguna baza al desaliento ni a la pasividad”.
El sacerdote Matías Prieto Espinosa tomará
posesión este domingo como canónigo de la S.I.B.
Catedral de Salamanca
Durante la ceremonia D. Luis Dalda, D. Francisco J. Udaondo y D. David Fernández Guerra
ofrecerán un recital de órganos en la Catedral Nueva
El sacerdote diocesano, D. Matías Prieto Espinosa, tomará posesión como canónigo de
la S.I.B. Catedral de Salamanca este domingo 12 de abril, segundo de Pascua-
‘Dominica in Albis’ y la Divina Misericordia, tras la Misa capitular que tendrá lugar
a las 11.00 de la mañana en la Catedral Nueva. Al término de la misma se celebrará
una reunión extraordinaria del Cabildo catedralicio, mientras tanto los asistentes podrán
disfrutar del Recital de Órgano que ofrecerá D. Luis Dalda Gerona, Catedrático de
Órgano y Director del Conservatorio Superior de Música de Salamanca, quien
interpretará el ‘Preluidio al Te Deum’, de José Elías; ‘Gallardas del III tono’, de J.B.
Cabanilles y ‘Batalla del VI tono’, de José Jiménez.
En torno a las 12.15 del mediodía los miembros del Cabildo acompañarán a D. Matías
Prieto Espinosa hasta el Coro de la Catedral Nueva donde ocupará el lugar que le
corresponderá desde ese momento. D. Casimiro Muñoz Martín, canónigo Archivero,
actuará como padrino de la ceremonia.
Durante la procesión de entrada de los canónigos D. Francisco José Udaondo Puerto,
titulado Superior de Música y organista titular de la Parroquia Ntra. Sra. de Lourdes y,
D. David Fernández Guerra, Titulado superior de Órgano y profesor de Música del
IES Calisto y Melibea de Santa Marta de Tormes, interpretarán la ‘Sonata a dos
Órganos’ de G. Piazza con los órganos de la Epístola y del Evangelio de la Catedral
Nueva. Tras la toma posesión del nuevo canónigo continuarán el recital interpretando
‘Voluntary’ de G.F. Haendel.
Perfil biográfico de Matías Prieto
Miembros del Cabildo junto a Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la
Educación Católica.
CABILDO CATEDRAL DE SALAMANCA
El Cabildo es el órgano colegiado que gobierna y administra la Iglesia Catedral. Está
compuesto por el conjunto de canónigos y presidido por el Deán. En la actualidad los
miembros que constituyen el Cabildo Catedral de Salamanca (ordenados por fecha de
nombramiento), son: D. Gabriel Pérez Rodríguez (emérito), D. Ángel Rodríguez
Rodríguez (emérito), D. Daniel Sánchez y Sánchez (emérito), D. Victoriano García
Pilo (emérito), D. José Calvo Fernández (emérito), D. Isidro Jaspe Moro (emérito),
D. Jesús Terradillos García (Deán de la Catedral), D. Marciano Sánchez Rodríguez
(emérito), D. Francisco García García (emérito), D. Florentino Gutiérrez Sánchez,
D. Casimiro Muñoz Martín (canónigo archivero), D. Ángel Galindo García, y a
partir de este domingo, D. Matías Prieto Espinosa.
Dentro del Clero Catedral se encuentra también el sacristán mayor D. Gerardo
Sánchez Cruz.
El jesuita salmantino Cipriano Díaz Marcos
elegido para participar en la 36º Congregación
general de la Compañía de Jesús
El jesuita salmantino Cipriano Díaz Marcos ha sido elegido junto con otros cinco
religiosos de la orden para participar en la 36º Congregación general de la Compañía de
Jesús, que comenzará en Roma el 2 de octubre de 2016 y en ella se espera elegir al
sustituto del P. Adolfo Nicolás, actual superior general de la Compañía de Jesús.
Exposición "Escultura religiosa. Venancio
Blanco"
El patrimonio artístico de la iglesia de San Juan de Alba de Tormes se enriquece
temporalmente con la muestra "Escultura religiosa. Venancio Blanco", del genial
escultor salmantino. La exposición inaugurada el pasado 7 de abril, puede ser visitada
hasta el 10 de noviembre de 2015, de martes a viernes de 10 a 14 h. y de 16 a 20 h. y los
sábados, domingos y festivos de 10 a 20 horas. La entrada es gratuita mostrando el
ticket de la exposición 'Teresa de Jesús, maestra de oración' y cuesta 2€ si se visita
únicamente esta muestra.
Estudiante de Teología
Juan José García, seminarista: “Quiero
ser sacerdote”
Su vocación se fraguó en los Agustinos de la carretera de
Valladolid
Juan José García (el primero por la derecha)
SALAMANCArtv al DÍA
Nací en una familia católica practicante, en la que desde pequeño me enseñaron a querer
al Señor y aprender las primeras oraciones. Las oraciones típicas que de pequeño tu
abuela te puede enseñar.
Desde niño mis padres me educaron cristianamente y en los valores agustinianos.
Estudie desde preescolar hasta el COU en los padres Agustinos de la carretera
Valladolid. Tenía siete años y mi sueño era ser sacerdote pero llegó la etapa de la
pubertad y adolescencia y la búsqueda empezó por otros caminos que no eran los del
Señor. Como decía San Agustín, “buscaba fuera de mí cuando Tú estabas dentro de mí”.
Un miércoles de Ceniza del 2008 empezó mi conversión, la caída del caballo, como le
ocurrió a San Pablo. Dentro de mí parece que también sonaban las palabras ‘Saulo,
Saulo ¿por qué me persigues?’. Y desde entonces decidí dejar una vida donde era
infeliz.
Ahora deseo seguir buscándole, descubriéndole dentro de mí y que el Señor me
configure con su llamada. A continuación pongo algunas citas bíblicas que me llaman la
atención del seguimiento del Señor.
‘Maestro, ¡Que yo vea!’ (Mc 10, 51); ‘Ánimo, levántate, que te llama’ (Mc 10, 49);
‘Los llamó’ (Mc 1, 20); ‘Venid conmigo’ (Mc 1, 17). Y como dice el canto de Pescador
de hombres: ‘Señor, me has mirado a los ojos’. Pero lo que más me atrae y me mueve al
seguimiento de Jesús son las Bienaventuranzas (Mt 5, 3-12 y Lc 6, 20-26).
Las personas que han influido a lo largo de la vida son los Padres Agustinos. Pero las
personas más influyentes fueron y siguen siendo D. Domingo (mi padre espiritual), Poli
y Manolo Muiños. Quiero seguir aprendiendo el Camino del Señor y seguir
configurándome con Él.
Gracias, por otro lado, a mi familia, de forma especial a mis abuelos maternos y mi
madre. Estéis donde estéis me estaréis viendo y estaréis orgullosos de que le siga a Él.
Las lágrimas de mi madre no se perdieron al igual que las de Santa Mónica por su hijo.
Y a ella le pusieron una dedicatoria “Para la nueva Mónica”.
Os animo a los jóvenes a que le sigáis, os dejéis tocar el corazón y veáis a lo que Él os
llama. No perdéis nada, al contrario ganaréis. La felicidad y la alegría de saber que
hemos sido llamados y elegidos por amor.
Como decía San Juan Pablo II “No tengáis miedo” y “Mirarle a Él”.
Gracias Señor por tu perdón y eterna misericordia, guíanos en tu seguimiento y hágase
tu voluntad. Santa María Madre de Dios ruega por nosotros como Madre nuestra y
Madre de la Iglesia e intercede para que seamos dignos sacerdotes.
Gracias y orad por nosotros. Como dijo el Señor todos los que cumplen el Evangelio
son nuestra familia.
GIFTERS. Celia Blanco Medina
15 Abr 2015
20:00 h
Teatro Liceo
Entrada libre hasta completar el aforo
Primera obra de la joven escritora salmantina Celia Blanco Medina. Gifters, publicado
bajo el sello de Desván Editorial, es el primer volumen de una nueva tetralogía de
fantasía y ciencia ficción. El comienzo de una trepidante aventura que sólo te dejará
entrever el comienzo de una lucha apasionante en la que el destino de los personajes y el
tuyo propio se entrelazarán para siempre.
CONCIERTO 3
18 Abr 2015
20:00 h
Auditorio San Blas
8€
Espectáculo poético-musical ofrecido por Concierto 3, formación nacida en la década de
los noventa de la mano del poeta y músico salmantino Ángel Luis Delgado. Autor de
varios libros de poesía, su música ha acompañado la palabra de destacados poetas
castellanoleoneses como Charo Ruano, Antonio Colinas, Alfredo Pérez Alencart, Ángel
Glez. Quesada, Juan Carlos López Pinto o José Ledesma Criado, entre otros muchos.
Pero antes, sus melodías siguieron la senda de los grandes místicos: Teresa de Jesús o
Juan de la Cruz. En la actualidad, Concierto 3 se está dedicando a fondo a la música y a
la poesía universal con especial atención a la del siglo XX y, en particular, a la de la
Generación del 27.
ARTISTA SALMANTINO
Andrés Alén realizará los carteles
anunciadores de la Festividad de San
Juan de Sahagún
Desde el año 2009 el Ayuntamiento ha encargado el diseño de
estos carteles a diferentes artistas
Andrés ALén, ante una de sus obras en la exposición de 'Atrio', en Calvarrasa
SALAMANCArtv al DÍA
El artista salmantino Andrés Alén ha sido el elegido este año por el Ayuntamiento de
Salamanca para realizar los carteles anunciadores de la Festividad de San Juan de
Sahagún, que se celebra el 12 de junio, así como de las Ferias y Fiestas de septiembre
en honor a Santa María de la Vega.
Esta tradición comenzó en el año 2009 y el encargado de realizar el primer cartel fue el
pintor Luis de Horna. En 2010 fue el turno para Tomás Hijo; el dibujante salmantino de
cómic Manuel García fue el encargado de los carteles de 2011; en 2012 fue el pintor
Florencio Maíllo; en 2013 los realizó Michéle Mariette, y el año pasado fue el pintor
Miguel Elías.
Andrés Alén nació en Salamanca en 1953 y es un reconocido artista plástico que ha
participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas. Destacan muestras
como: Ora-acción, en 2010 en la Sala de Exposiciones de Santo Domingo; Colors en
2009; P. Painting en 2007; Alén inédito y Figuraciones nuestras en 2006; Post no
figurativo o algo así (DA2) y Murmullos de la piedra (Santo Domingo), en 2005; y
Collages en 2003, entre otras muchas.
El cartel anunciador de la pasada edición
POR ANTONIO COLINAS, ESCRITOR (Premio Nacional de Literatura)
La tarde es una lágrima
Te veo sentada frente al horizonte
un cárdeno perfil de cicatrices,
el encinar herido por heridas,
el tomillo que embriaga los sentidos
y una flauta que suena interminable.
No volverá, no volverá, lo dice
la lágrima que cae de tu ojo, el dolor
musical, luminoso de tus huesos.
Se deshará tu brava cabellera;
se pudrirán tus manos
y el recuerdo amoroso que contienen,
mas la lágrima de la tarde,
eterna durará para negaros,
para negaros.
Antonio Colinas
En la fotografía, de Juan Bosco Hernández, atardecer en Alba de Tormes
Agenda cultural:
Martes 14 de abril
19.15 h. Colegio de Médicos. Conferencia del catedrático emérito de Historia Moderna de la
Universidad de Valladolid, el carmelita descalzoTeófanes Egido, titulada 'Santa Teresa de Jesús:
su sentimiento familiar'. La entrada es libre hasta completar el aforo.
19.30 h. Facultad de Geografía e Historia. El escritor y columnista de SALAMANCArtv AL
DÍA, Francisco Delgado, presentará su libro ‘El diablo vestido de monje. La crisis del Padre
Soler en El Escorial’. Entrada libre.
20 h. Salón Recepciones Ayuntamiento. Gonzalo Santonja, director del Instituto Castellano y
Leonés de la Lengua, realizará su discurso de ingreso en el Centro de Estudios Salmantinos.
Entrada libre.
Miércoles 15 de abril
19.15 h. Colegio de Médicos. María Jesús Mancho, catedrática de Lengua Española de la
Universidad de Salamanca (USAL), hablará sobre 'Teresa de Jesús: claves de una Santa
escritora'. Entrada libre.
20 h. Liceo. Presentación libro ‘Gifters’ de la salmantina Celia Blanco Medina. Entrada libre.
Viernes 17 de abril
18 h. Museo del Comercio. Concierto didáctico ‘Música para ello’ a cargo de Alfredo
Domínguez Prada para niños hasta 14 años. Entrada libre.
19.30 h. Librería Hydria. Presentación del libro ‘Cabaret Biarritz’ del escritor zamorano José
C. Vales y galardonada con el Premio Nadal de este año. Entrada libre.
20 h. Biblioteca Casa de las Conchas. Conferencia ‘Unamuno y la Grecia moderna’ de
Anastasio Kanaris, profesor de Griego y vicedecano de la Facultad de Filología. Presenta: Luis
Gutiérrez Barrio, secretario de la Asociación Amigos de Unamuno.
20.45 h. Plaza del Oeste. Recital poético 'Leyendo a la Luz de la Luna' y entrega del premios
del Concurso de Microrrelatos que este año tiene como tema El Beso, y al que han concurrido
174 participantes.
22 h. Teatro Juan del Enzina. Concierto de la Agrupación Musical Ávila Pulso y Púa. Entrada
10 euros.
22 h. Multiusos S. Paraíso. Concierto de Leiva. Entradas 23 euros (anticipada) y 29 euros (en
taquilla).
VÍDEO DE HOY:
“Teresa de Jesús, una mística de ojos
abiertos”, conferencia de. L. J. F.
Frontela
El 8 de Abril de 2015, a las 19.30h., dentro de los actos del V centenario de Santa Teresa, por el Ateneo
Jovellanos de Gijón, se imparte la segunda conferencia, en esta ocasión a cargo del Padre Luis Javier
Fernandez Frontela, ocd que lleva por título. “Teresa de Jesús, una mística de ojos abiertos”. Presentó
D.Santiago Sagredo, licenciado en Filosofía y Letras.
Luis Javier Fernández Frontela, carmelita descalzo que reside en el convento de San Benito de Valladolid,
nació en Meneses de Campos. De niño estudió en el seminario de los carmelitas de Medina del Campo y
se licenció en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca, diplomándose en Historia de la Iglesia
en la Universidad de Comillas de Madrid y posteriormente en Historia en la Universidad de
Valladolid. Ha sido profesor de Historia Medieval de la Iglesia durante 15 años en el Instituto
Teológico San Esteban de Salamanca y durante 21 años director de la Revista Teresa de Jesús de Ávila.
Actualmente lo es de la Revista Estudios Josefinos en Valladolid y miembro del consejo de Redacción de
la Revista de Espiritualidad de Madrid.
Una de sus pasiones es la peregrinación, y, al margen de haber hecho marchas por los caminos por los que
anduvo Santa Teresa, y otros muchos caminos por Tierra de Campos y por la sierra de Ávila, buscando
los lugares por donde anduvo la Santa, ha llevado a cabo muchas veces el camino de Santiago a pie o en
bicicleta.
Más información en la página del Ateneo (crónica de Fidel García)
Las africanas, a la conquista de los
puertos
Por: Ángeles Jurado | 10 de abril de 2015
Los cargos de responsabilidad en el sector portuario africano son ocupados en una proporción de 1 a 4 a
favor de los hombres frente a las mujeres. O, lo que es lo mismo, por un porcentaje de mujeres que oscila
entre el 15 y el 25 % dependiendo del país. Son cifras de la Red de Mujeres Profesionales Portuarias y
Marítimas, que se reunió a finales de marzo en Casa África, en un encuentro que se lleva a cabo todos
los años organizado por la Autoridad Portuaria de Las Palmas y la Fundación Puertos de Las
Palmas.
Al frente de la red figura una togolesa, Akuélé Yévona Andalete Lawson, que explicó seriamente en un
aparte de las sesiones de trabajo que hay una labor ingente que hacer para cambiar las estadísticas y que
esa labor incluye refuerzo de las capacidades y el liderazgo de las mujeres y sensibilización en las
empresas, para que los hombres aprendan a confiar en las aptitudes de las mujeres y se garantice que ellas
llegan a ocupar puestos de responsabilidad en el sector privado. "No es un trabajo a llevar a cabo con
mujeres solamente, es algo que debemos hacer juntos hombres y mujeres", precisó con firmeza.
Yévona también comentó que en Togo no existen leyes que permitan privilegiar el acceso de las mujeres
a los puestos de responsabilidad, aunque ese tipo de cuota sí que se ha fijado de cara a las listas de
candidatos a las próximas elecciones y además, se ha formalizado también un cambio trascendental en el
ámbito privado: el reconocimiento de la mujer como cabeza de la familia. "El Código de Familia togolés
habla ahora de dos jefes de familia, en un movimiento que tiene por objeto garantizar el bienestar de los
niños", apuntó. Mujer poderosa en un entorno fundamentalmente masculino, adscrita al Puerto
Autónomo de Lomé, lucía la expresión de alguien que no entiende que existan muchas cosas
que celebrar justo antes de comenzar a dirigir, con mano férrea, una jornada cargada de paneles y debates
con setenta mujeres de once países africanos.
Florentine Koidio / Imagen: Casa África
A la diestra de Yévona se sentaba Florentine Koidio, jefa de Departamento en el Puerto Autónomo de
Abiyán y con una visión más positiva de las realidad. "Hay mucha presencia de mujeres en nuestro sector
portuario", valoró. "Un 32 % de los cargos de responsabilidad está ocupado por mujeres. La primera
mujer que llegó a este tipo de puestos lo hizo en el año 1984. Antes había muchas mujeres, sí, pero
secretarias y en cargos inferiores. A día de hoy tenemos a tres directoras en el comité de dirección del
puerto. La primera mujer en llegar a ese comité lo hizo en el año 2000. Son 3 de 16, pero estamos cada
vez mejor y más integradas".
Florentine habló de la posibilidad de un machismo sutil, no muy visible, pero también razonó que en
Costa de Marfil, su país, hay un censo con mujeres universitarias, preparadas para ocupar puestos de
responsabilidad en la administración pública y que se prioriza la llegada de estas mujeres a los altos
cargos cuando quedan vacantes.
En la misma pausa y armada con tazas de café cargado, la delegación senegalesa, compuesta por cuatro
mujeres, habló de todo lo positivo que conlleva el trabajo femenino: compromiso, ética, seriedad. Fatou
Kine Tamba, de Bolloré Africa Logistics, recordó sus comienzos en el sector, a través de la aduana en
Dakar, en 1982.
"No había mujeres, era un entorno de hombres y yo era la única mujer", precisó. "Eso me estimuló. Quise
conocer otros trabajos que hacen los hombres en el puerto. Y forjó mi personalidad. Aprendí temas de
logística, de facturación, comercial y regresé a la aduana. Trabajé con otras tres mujeres como jefa
de servicio. Todas con hombres por encima de nosotras. No nos implicamos ni nos autoexigimos porque
nos obliguen. Trabajamos duro porque lo queremos, sin miedo".
Sus compañeras mostraban su acuerdo con sus palabras y repetían la importancia de la lealtad de las
mujeres a sus empresas.
"Además, llevamos la logística de nuestros hogares y nuestras vidas familiares", remachó una de ellas
dignamente, recordando de nuevo que, aquí y allí, las mujeres combaten en varios frentes y cargan el peso
de todos los mundos posibles sobre sus hombros.
Delegación de Senegal en el encuentro / Imágenes: Casa África
Akuélé Yévona Andalete Lawson / Imagen: Casa África
Fatou Kine Tamba / Imagen: Casa África
[ENTREVISTA ESPECIAL] Lo que
enfrentan los migrantes de Honduras
para llegar a Estados Unidos
Marcela Belchior
Adital
El aumento de migrantes detenidos, deportados y repatriados se ha agravado de manera
vertiginosa e incluye a territorios de casi toda la América Central, además de México,
en especial, para entrar en tierras estadounidenses. Para que se tenga una idea de la
cantidad de personas que se arriesgan a migrar clandestinamente de un país a otro, en
condiciones de profunda vulnerabilidad, en el año 2013 los registros del Departamento
de Seguridad de Estados Unidos señalan 368.644 traslados. Y éstos son sólo los
números oficiales.
Hondureños intentan escapar de una sociedad que no ofrece oportunidad de
trabajo, estudio ni seguridad. Foto: Reproducción.
Dentro de esa realidad, Honduras es hoy una de las principales naciones cuya población
se aventura, diariamente, en rutas de fuga por caminos y desiertos, en el intento por
escapar de una sociedad que no ofrece medios de desarrollo ni protección ante la
violencia estructural constante. Ésta incluye la militarización de la sociedad, falta de
acceso a la educación de calidad o al trabajo digno, además de la ausencia de políticas
efectivas de protección de los derechos de los grupos vulnerables, como la infancia y la
adolescencia, que sufren en un contexto de "criminalización de la juventud”.
Para discutir cómo hondureñas y hondureños vivencian la migración, incluyendo a
jóvenes y niños, Adital entrevistó en exclusividad a Yolanda González, coordinadora
de la sub-región América Central y América del Norte (Cana) de la Red Jesuita con
Migrantes. La organización actúa en la articulación de las obras de la Compañía de
Jesús por la región centro y estadounidense, promoviendo un trabajo junto a los
migrantes, sus familiares y otros actores sociales de transformación, que son parte de la
línea que abarca desde los países de origen, hasta el tránsito, el destino y el retorno de
esa población.
Según Yolanda, en el medio del camino los migrantes se vuelven presas fáciles para
traficantes y otros grupos del crimen organizado, además de agentes estatales corruptos
que los someten y varios tipos de violaciones de derechos humanos. Particularmente, las
mujeres y niños. Esto puede expresarse como extorsión, asalto, violencia, estupro,
tráfico de personas, trabajo forzado y asesinato.
Los/as hondureños/as salen de su país en condiciones socialmente vulnerables y, si
retornan a su patria, llegan en situación todavía peor. Yolanda cuenta que los detenidos,
deportados o repatriados llegan de vuelta a Honduras con una gran sensación de fracaso,
frustrado el único proyecto de vida que tenían en mente. Financieramente también, ya
que muchos de ellos se deshacen de todas sus pertenencias para invertirlas en el
traslado. Además, sufren la estigmatización de la sociedad, pasando a ser vistos como
delincuentes.
¿Los motivos para migrar? "Porque continuamos teniendo hambre y miedo”, responden
algunos de ellos, en entrevistas con organizaciones sociales. Y este contexto puede
llevar a un/a hondureño/a a migrar una, dos, tres o varias veces, siempre con la
intención de construir una nueva vida en Estados Unidos. Hoy, ese público no sólo
contempla al grupo de hombres jóvenes, sino también al de mujeres solas, con hijos, o
hasta niños no acompañados.
Yolanda González actúa en la asistencia a migrantes en países de América Central
y del Norte. Foto: Archivo personal.
ADITAL - ¿Hay estimaciones de cuántos inmigrantes han retornado para
Centroamérica (Guatemala, Honduras y El Salvador, básicamente) tras la
deportación de EE.UU.? Este número creció en relación a otros años?
Yolanda González - El aumento de migrantes detenidos, deportados y repatriados se ha
agudizado de manera vertiginosa, tanto de Estados Unidos como de México. Según
datos oficiales de U.S. Immigration and Customs Enforcement (ICE), instancia
investigativa del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, en el año
2013 se realizaron 368.644 traslados de personas migrantes por medio de la remoción.
La figura de remoción contempla tanto a las personas que son deportadas dentro de
Estados Unidos como aquellas que son aprehendidas (y rechazadas) al intentar ingresar
a territorio estadounidense sin los permisos correspondientes. De la cantidad total de
remociones, 133.551 fueron de personas aprehendidas dentro Estados Unidos; mientras
que 235.093 correspondieron a personas que intentaban ingresar de forma irregular. De
la cantidad total de remociones, 241.493 eran de personas de origen mexicano, 47.769
personas provenían de Guatemala, 37.049 eran de origen hondureño, 21.602 eran
salvadoreñas y 1.383 nicaragüenses (ICE, 2014).
En octubre de 2014, el Instituto Nacional de Migración de México (INM) informó que
entre enero y agosto 2014, 63.092 migrantes centroamericanos fueron detenidos y
repatriados a sus países de origen. De ellos, 12.038 eran menores de edad. Este número
es significativamente más alto que en los primeros ocho meses de 2013, donde fueron
repatriados un total de 49.201 migrantes centroamericanos, incluidos 5.097 menores de
edad. De hecho, en los primeros ocho meses de 2014 México ha repatriado a más niños
centroamericanos que en todo el 2013 (8.446).
ADITAL - ¿Hay muchas mujeres, niños y adolescentes? Cuál es el perceptual?
YG - A pesar de que lamigración sigue teniendo el rostro de hombre, y entre joven y
adulto, existe ya un patrón creciente de nuevos rostros y flujos: mujeres solas; mujeres
cabeza de familia (que se van con sus hijos); menores no acompañados.
De octubre de 2013 a julio de 2014, la Patrulla Fronteriza estadunidense detuvo a
62.998 niños y adolescentes no acompañados menores de 17 años, el doble que en el
mismo periodo del año fiscal anterior, cuando se detuvo a 31.491 niños y adolescentes
que viajaban solos. Honduras es el país del que procede la mayoría de estos menores
(17.582), seguido de Guatemala (15.733), El Salvador (14.591) y México (13.675),
precisó la Patrulla Fronteriza en un comunicado.
También informó del aumento significativo del número de familias detenidas en la
frontera, es decir, de adultos que viajan con niños, siendo en muchos casos mujeres
cabeza de familia: 62.856 en lo que va del año fiscal, frente a las 11.001 en el mismo
periodo del año fiscal 2013.
Es importante señalar que el aumento de niños/as y adolescentes ha incrementado
notoriamente en los últimos años, tal y como lo habían advertido organizaciones como
Casa Alianza. Es decir, la llamada "crisis de los menores migrantes” en realidad es una
"crónica de una crisis anunciada”. De acuerdo conPew Research Center, entre el 2009 y
el 2014 el crecimiento de los menores que emigran solos de Honduras a Estados Unidos
creció 1.272%; en el caso de Guatemala, 930%; y 707% en El Salvador. De ellos, 60%
son niños y 40% niñas. Y si antes la mayoría tenía entre 16 y 17 años, ahora crece el
número de quienes tienen menos de 14 años.
El incremento de menores no acompañados — aunque mucho menos abrupto —
también fue registrado por el Instituto Nacional de Migración de México entre los
centroamericanos que deportó desde su territorio: de 1.946 en 2009 a 5.389 en 2013. El
total de menores en ese lapso pasó de 3.985 a 8.180; 44% procedentes de Honduras. El
peso de los menores en el total de deportados saltó de 6% a 11% y la proporción de
menores no acompañados entre el total de menores subió 17 puntos: de 49% a 66%. El
país con mayor índice de menores no acompañados sobre el total de menores es
Guatemala, con 74% en 2013 [dados do Centro de Estudios Migratorios].
Actualmente, mujeres solas o con sus hijos también pasan por la ruta migratoria.
Foto: Reproducción.
ADITAL - ¿Cual es la situación en que estas personas regresan tras intentar
ingresar en EE.UU. (condiciones de salud, financieras, emocionales)?
YG - Llegan en situaciones mucho más vulnerables. Emocionalmente, con una
sensación de fracaso, ya que, en muchos casos, se frustró el único proyecto de vida que
tenían en mente. Financieramente, el decidirse a migrar suele ser una "inversión”, es
decir, la gente vende sus tierras, sus pertenencias o se endeuda, por lo que volver
deportado significa estar en mucha peor situación. Esto también afecta a la salud
emocional, ya que no solo se sienten fracasados, sino que han frustrado las expectativas
de la familia. Sin contar la ansiedad y estrés que supone el haber pasado por las penurias
del tránsito. Y, por último, la estigmatización que sufren muchas personas deportadas,
que son vistas como criminales.
ADITAL - ¿Estas personas relatan se han sufrido algún tipo de violencia en su
intento de pasar por la frontera? ¿Y también en su recogido por México? ¿Cuáles
son los principales tipos de violencia?
YG - Las políticas restrictivas vinculadas a la seguridad nacional han desembocado en
el reforzamiento del control hacia los migrantes y a una mayor militarización de las
rutas migratorias, especialmente de las fronteras. Existe una marcada tendencia a
criminalizar el fenómeno migratorio, convirtiendo la indocumentación en un delito, lo
que contribuye a que los migrantes sean presas fáciles de traficantes y funcionarios
corruptos que los someten a las más terribles formas de violación a sus derechos
humanos, particularmente cuando se trata de grupos más vulnerables como las mujeres
y la niñez.
Esto ha llevado al desplazamiento de las rutas migratorias hacia zonas más aisladas y
riesgosas, y convirtiendo estas rutas en unas de las más peligrosas del mundo. Hoy las
regiones fronterizas han pasado a jugar un papel fundamental con respecto a las
acciones vinculadas al crimen organizado, donde los migrantes irregulares son víctimas
vulnerables de bandas (trata y tráfico de personas) y de la corrupción administrativa
(abuso de autoridad, extorciones, entre otras), siendo los ejemplos más dramáticos las
masacres de migrantes — en su mayoría centroamericanos — por parte de las bandas
del crimen organizado.
En este sentido, podría decirse que la migración de Centroamérica a EEUU se volvió
una de las más peligrosas del mundo tanto por la presencia de delincuentes a lo largo del
camino como por los espacios naturales extremos que los migrantes deben cruzar para
llegar a EEUU.
Según un informe (Narrativas de la Transmigración Centroamericana en su paso por
México, 2013) un 72,9% de los hondureños entrevistados fueron categóricos al señalar
que durante su tránsito por México sí habían sido objeto de golpes, robos o amenazas, y
sólo 27,1%, sostuvo que no se cometió ningún tipo de violencia en su contra. Con
respecto a quién ejecutó la agresión física o psicológica, 45,71% fueron ejecutadas por
las autoridades y 33,23% por civiles.
Dado que la migración es un proceso humano y social, los migrantes intentan pasar de
todas maneras, y lo hacen por corredores de tránsito irregular que se crean en los
márgenes de la frontera. En estos corredores, fueron atraídos autoridades corruptas y
grupos delincuenciales, situados en posición de fuerza, que están en capacidad de dejar
pasar y de imponer la cuota arbitraria del cruce. Ponen el precio del cruce.
Entre más dificultad de cruzar, más los migrantes recurren a los coyotes. Pero los
saberes y los contactos de los coyotes tradicionales se fueron volviendo ineficaces para
cruzar la frontera. Los coyotes tuvieron que enlazarse con las redes del crimen
organizado, único actor con los medios suficientes para forzar los sistemas de control
fronterizo modernos.
La lucha contra el tráfico de droga empujó a los Cárteles a reforzar su control sobre los
espacios de tránsito irregular, a diversificar sus actividades y a adueñarse de estos
espacios por la violencia y el terror. Y a tener en monopolio de las actividades ilegales
en los 2.000 a 4.000 km del cruce de México y de los 3.170 km de la frontera de
EE.UU. Controlan la frontera ilegal del lado mexicano como estadounidense.
La presencia del narco hizo degenerar todo. Esta inseguridad no es algo delimitado a las
rutas de tránsito indocumentado, es a nivel nacional, pero sí se encuentra más
concentrado en los corredores de migrantes indocumentados donde puede actuar con
más libertad que en los espacios que le disputa al gobierno. En estos corredores, el
Estado no parece meterse ni rendir cuentas.
Empezó a degenerar la violencia que se abate contra los indocumentados: antes, la
delincuencia asaltaba, ahora el narco se sirve en los migrantes. Gestión del tráfico de
indocumentados con las capacidades de los cárteles (con radios de alta frecuencia,
escoltas armados, bodegas, uso de indocumentados como anzuelo para concentrar las
patrullas fronterizas para pasar la droga por otra parte, capacidad para corromper
autoridades en México como en EEUU, etc.; pago de derecho de paso/impuesto).
Expansión de la capacidad de agresión y chantaje: se crea con la industria del secuestro
de migrantes (20.000 según la Comisión Nacional de DDHH de México, piden 2 mil, 4
mil, 6 mil dólares por cabeza). Ésta está alimentada en gran parte por la capacidad de
infiltración del crimen organizado en las autoridades.
Los migrantes deben cruzar por territorios peleados por los cárteles (luchas por el
control de las rutas) y donde se desata un nivel sin límite de violencia contra los actores
más vulnerables que son los migrantes en tránsito(asesinatos, decapitación, violación).
Un indocumentado no vale nada más que lo pueden sacar de él.
Ante las dificultades del paso, se ha desencadenado la inflación de los precios de los
coyotes (de 4.000 en 2005 a unos 8.000 dólares en 2014). Y los que no tienen para
pagar coyote deben pagar solo el derecho de paso (en el tren, en el desierto, etc.). Y el
que no puede pagar en efectivo tendrá que pagar de otra manera. Se revienta la
desigualdad entre los que tienen para ir con coyote prepagado y los que no.
En los márgenes de la frontera, la dominación masculina que rige en la legalidad se
encuentra a rienda suelta: la violación a las mujeres es generalizada en el camino (80%
según Foro Migraciones, 2007).
También se han identificado riesgos según el medio de transporte que usan los
migrantes: 1) en tren: muerte o amputación por caídas del tren, por inseguridad al
asegurarse en el vagón, cansancio y somnolencia, además de acecho de pandilleros y
delincuentes; 2) en furgón: asfixia, accidentes por vuelcos y detección fronteriza; 3) en
cayucos o balsas: ahogamientos, naufragio e insolación.
En agosto de 2014, el gobierno mexicano también prohibió que los migrantes viajaran
en los trenes de carga hacia el norte de la frontera entre Estados Unidos y México. Y lo
hizo aumentando la velocidad del tren y las barreras físicas en varias áreas que impiden
a los migrantes subir a bordo. Los informes de los albergues para migrantes también
sugieren que sean creados puestos de control móviles a lo largo de las principales
carreteras del norte.
Entre 2009 y 2014, la cantidad de niños y adolescentes que emigraron solos de
Honduras a Estados Unidos creció un 1.272%. Foto: Reproducción.
ADITAL - Cuando son detenidas en EE.UU., ¿cómo estas personas son tratadas
por los oficiales estadunidenses?
YG - La seguridad fronteriza nunca ha sido ni tan dura y ni tan financiada. Los procesos
judiciales por "entrada ilegal” se han incrementado en 130% desde 2007. El gobierno
está gastando 18 billones de dólares en seguridad fronteriza. La patrulla fronteriza
cuenta con más de 21.000 agentes, el doble desde el 2005 y cinco veces más que en el
1993. Ahora hay drones y helicópteros Blackhawkoperando en la frontera. Hay 700
millas de cerca. Cerca de 400.000 personas son deportadas por la administración al año
al año.
Según el informe Fallas Documentadas: consecuencias de la política migratoria en la
frontera de EE.UU. y México, Iniciativa Kino para la Frontera 2013 (4.963 encuestas a
migrantes deportados en frontera), algunas de las principales preocupaciones son:
Abusos: aproximadamente uno de cada cuatro migrantes (24,8%) — 797 de los
encuestados en el Centro de Atención a Migrantes Deportados (CAMDEP) en Nogales,
Sonora — declararon haber sido víctimas de algún tipo de abuso cometido por los
agentes de la Patrulla Fronteriza de los EE.UU. La agresión verbal es el tipo de abuso o
maltrato más común que sufrieron los migrantes a manos de los agentes de la Patrulla
Fronteriza. Más de uno de cada seis mujeres (17,6%) y el 12,6% de los hombres fueron
víctimas de este tipo de abuso. Alrededor del 5,6% de los migrantes fueron maltratados
físicamente por agentes de la Patrulla Fronteriza.
Negación del contacto con el consulado: uno de los derechos más básicos que tiene
todo extranjero, arrestado en los Estados Unidos, es que se le permita establecer
contacto con su consulado. Existe una considerable cantidad de evidencia que
demuestra que a los migrantes no se les proporciona suficiente información sobre este
derecho y que incluso les es negado de manera rotunda por las autoridades migratorias
de los EE.UU., cuando están conscientes de que lo tienen. Patrulla Fronteriza es la que
más probablemente, por un gran margen, infringe este derecho.
Separación familiar: la separación de los migrantes de los familiares con quienes
viajaban al momento de ser aprehendidos y deportados por la Patrulla Fronteriza de los
EE.UU. El informe sugiere que la separación familiar durante el proceso de deportación
se lleva a cabo de manera descontrolada. De entre los 1.692 migrantes deportados que
contestaron esta pregunta, más de la mitad (53,1%) habían sido separados de un familiar
o amigo, y uno de cada cuatro (25,2%) migrantes deportados fue separado(a) de un
integrante de su familia inmediata.
Especialmente preocupante es el caso de las personas que huyen por violencia y tienen
derecho a protección internacional. Según diversos informes (Human Rights Watch,
"You don´t have rights here”, 2014), cuando interceptan al migrante en la frontera, los
migrantes son sujeto de un procedimiento expedito de deportación, y en muchos casos
la Patrulla Fronteriza no les haz la pregunta de si tiene miedo de volver a su país (que sí
aparece en el formulario). Incluso, cuando las personas migrantes le dicen, no hacen
caso.
Según la ley estadounidense, las patrullas de fronteras deben identificar si las personas
tienen miedo de volver a su país por violencia y, en ese caso, referirlas a la oficina de
asilo, quien determinará si existe temor fundado y creíble. Esto ha dado como resultado
que personas que han tenido que huir porque estaban amenazadas de muerte o eran
víctimas de violencia doméstica, o de maras y pandillas, han sido devueltas a su país, lo
cual aumenta considerablemente suvulnerabilidad y riesgo.
Migrantes mutilados en accidentes durante el trayecto en los trenes de las
rutas migratorias. Foto: Francisco Olvera.
ADITAL - ¿Los migrantes deportados afirman se van a intentar nuevamente
ingresar en EE.UU.?
YG - Para tener una idea del flujo migratorio indocumentado en tránsito por México y
con destino hacia EE.UU., según las estadísticas de 2013, la Red de Documentación de
las Organizaciones Defensoras de Migrantes de México, 47,9% de los migrantes
hondureños encuestados aseguró que sí era la primera vez que se encontraba transitando
por tierras mexicanas rumbo a Estados Unidos, pero más de la mitad, el 52,1% sostuvo
que no era la primera vez en tránsito por México y, de éstos, la mayoría, el 95,95%, ya
había estado dos, tres, cuatro y más veces.
¿Los motivos? Ellos mismos lo responden nada más ser deportados: "porque seguimos
teniendo hambre y miedo”. Un indicador de que esto sucede es que en muchos casos,
las negociaciones con los coyotes incluyen hasta dos o tres intentos por el precio
pagado.
ADITAL - ¿Cuales son las razones principales para que las personas busquen salir
de Honduras y viajar a EE.UU.?
YG - Estamos ante un fenómeno multicausal. Cada vez más hay tres razones que se
pueden entrecruzar: la reagrupación familiar, la situación económica (cada año se suma
a la población económicamente activa 200 mil jóvenes, de los cuales únicamente logran
empleo 70 mil) y la violencia (con tasas de 80 homicidios por cada 100.000 habitantes,
llegando en algunas ciudades como San Pedro Sula a tasas de 170 homicidios por cada
100 mil habitantes).
Según el investigador José Luis Rocha, en las diferentes entrevistas a lo largo de 2014
con jóvenes migrantes, se repite una historia arquetípica: el plan de reunirse con su
madre que hace años vive en Los Angeles o Maryland, ya que en Guatemala u
Honduras tienen más probabilidades de conseguir un balazo en la frente, como varios de
sus conocidos, que un empleo decente, como casi nadie. Las tres motivaciones pueden
convivir en un mismo migrante: evitar la violencia, el desempleo y la separación
familiar. El ejemplo que mejor puede reflejar esta combinación es el de la extorsión, que
traslapa la violencia y lo económico.
Es importante, sin embargo, no quedarse en un discurso muy utilizado últimamente: la
gente en Honduras se va por culpa de las maras. Es cierto que las maras y los diversos
delitos en los que incurren estos grupos (extorsiones, palizas, reclutamiento forzoso,
asesinato…) son uno de los actores relevantes causantes de muchas decisiones
desesperadas, incluso de arriesgar la vida en el tránsito por México, porque en sus
países de origen ya la dan por perdida. Y no es nada nuevo que la violencia del triángulo
norte se nutre de organizaciones criminales transnacionales (maras, narcotráfico…).
Ahora bien, es importante ir más allá de este actor. Es necesario atinar a las causas
reales de la migración.
El Estado de Honduras no ofrece alternativas de desarrollo ni protección ante la
violencia estructural que se vive cotidianamente, más allá de la militarización de la
sociedad, lo cual en vez de atenuar, acentúa más el problema. Los niños y las niñas no
logran acceder a una educación de calidad, ni a un horizonte de trabajo digno, justo en
un momento demográfico en el que predomina la población infantil y juvenil. En este
sentido, la falta de políticas efectivas de protección de los derechos de los grupos
vulnerables, como la niñez y adolescencia ha sido continuamente denunciada en
Honduras así como la "criminalización de la juventud”.
Según un informe de ACNUR [Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los
Refugiados] realizado a partir de entrevistas a menores centroamericanos y mexicanos
detenidos, el 56% de éstos requieren de protección internacional. Del año 2005 a 2012
hubo un aumento del 346% en los asesinatos de mujeres y niñas en Honduras. En 2001,
se produjeron 1.068 ejecuciones extrajudiciales de menores de 23 años, 911 en 2012.
Estamos hablando de un Estado que permite una tasa de homicidios de 80 personas por
cada 100.000 habitantes.
La migración no puede tratarse aisladamente, ni con respuestas coyunturales. Es un
fenómeno que se sustenta en bases económicas, sociales, históricas y políticas, que es
necesario rastrear para no quedarse con las respuestas de la primera plana de los
periódicos, que pronto serán sustituidas por otra noticia igual de dramática.
Cinco factores en el caso de Honduras: a) los ajustes estructurales de la economía a
partir de los 90, que, con entusiastas expresiones de "Todos a apretarnos la faja por una
Honduras mejor”, devaluaron la moneda, eliminaron la reforma agraria, disminuyeron
el gasto en salud y educación, se abrió la puerta a los inversionistas, se incursionó en la
agroindustria y la palma africana; b) el huracán Mitch, que devastó la infraestructura,
producción, economía y situación social de la mayoría; c) los TLC que colocaron a la
economía hondureña en la más absoluta precariedad y dependencia de las economías
multinacionales; d) el golpe de Estado de 2009, que aceleró los dinamismos de
inestabilidad y deterioro de la sociedad; e) la corrupción e impunidad de los políticos y
funcionarios públicos que han usado los bienes del Estado como un botín.
En muchos casos, los migrantes son sometidos al dominio de grupos delictivos,
agentes estatales corruptos, con extorsión y violencia. Foto: Reproducción.
ADITAL - ¿Cómo los deportados pueden recomenzar sus vidas en Honduras?
¿Hay algún tipo de ayuda oficial?
YG - La ayuda al migrante deportado se limita solamente a programas de recepción,
liderados por organizaciones sociales. Este es el caso del programa del CARM (Centro
de Atención al Migrante Retornado), que coordinan las hermanas escalabrinianas
(Pastoral de Movilidad Humana) en los aeropuertos de San Pedro y Tegucigalpa, a
donde llegan los vuelos de Estados Unidos.
En la frontera de Corinto (Honduras-Guatemala), a donde llegan los deportados de
México, no hay un programa como tal, sino que hay algunas iniciativas de
organizaciones como Cruz Roja o Casa Alianza, que hacen el registro de ingreso,
entregan bebida, comida, el baño y una llamada telefónica — en algunos casos apoyo
psicosocial o alguna ayuda especial. Con la crisis de los menores migrantes se llevaron
a cabo ciertas mejoras en cuanto a los centros de recepción de los menores. Sin
embargo, ninguna de las medidas afecta a las condiciones de vida que motivaron a las
personas a irse de Honduras.
ADITAL - ¿Hay perspectiva de que EE.UU. cambie su política hacia los migrantes
indocumentados? ¿Qué podría ser mejorado en la ley estadounidense a los
migrantes indocumentados?
YG - La reacción ante la "crisis de los menores migrantes” ha sido motivo de una
creciente lucha entre demócratas y republicanos motivada por intereses electorales.
Obama [Barack Obama, presidente de los EE.UU.] pidió al Congreso para afrontar la
crisis 3,7 millones de dólares. Los republicanos presentaron una contrapropuesta, de 1,5
mil millones, sobre todo para aumentar el financiamiento de la Patrulla Fronteriza. El
Departamento de Estado de Estados Unidos solicitó al Congreso destinar 86 millones de
dólares de la Iniciativa Mérida hacia el Programa Frontera Sur de México.
En la práctica, durante todo este período, el gobierno de EE.UU. endureció su política
migratoria. Enfatizó reiteradamente que está cerrado el ingreso de migrantes menores en
situación irregular. Ignoró el derecho a la reunificación familiar. Dificultó el que los
detenidos tengan acceso a un abogado para que las o los defienda ante el juez de
migración porque han visto que cuando esto sucede se incrementa la posibilidad de que
se queden en EE.UU. Incrementó el número de centros familiares de detención en
Artesia, Nuevo México, Karnes y Dilley, Texas. Este último diseñado para tener 2.400
camas (Comité de Migración de la Conferencia Episcopal de EE.UU.).
Esta crisis también ha sido aprovechada para impulsar una política diseñada por el
gobierno de EE.UU. a la que se han alineado los de México y el triángulo norte de C.A.,
desde una perspectiva de seguridad nacional, que pretende cerrar y militarizar más la
frontera de EE.UU. con México, de México con Guatemala y Belice, y de Guatemala
con El Salvador y Honduras para reducir el flujo de inmigrantes.
El enfrentar la priorización dada al control y a la seguridad policíaca y militar
(especialmente en las fronteras) es un desafío cada vez mayor. EE.UU. se asocia con las
autoridades regionales de migración, unidades militares y operaciones especiales de la
policía. Estas asociaciones adoptan la forma de capacitación, equipamiento y
financiación de unidades militares en Guatemala, Honduras, El Salvador y México, que
deportan a personas, a menudo niños, familias y solicitantes de asilo que buscan
protección internacional.
Por ejemplo, en un comunicado oficial, el Secretario de Prensa de la Casa Blanca
informó: la Policía de Operaciones Especiales hondureña, con la formación y la
financiación de la asistencia de la INL y la CBP, pusieron en marcha la Operación
Rescate "Ángel" en la frontera entre Honduras y Guatemala. La operación está diseñada
para aumentar las intercepciones de migrantes que tratan de emigrar de manera irregular
a Estados Unidos. Además, ha esta crisis ha sido utilizada para impulsar la Alianza por
la Prosperidad por parte de los países del triángulo norte y Centroamérica, que ha sido
llamado una especie de "Plan Colombia Progresista”.
En noviembre, el presidente Obama ha llevado a cabo varias iniciativas ejecutivas en
favor de los migrantes. Algunos dicen que para recuperar la confianza y el apoyo
perdido entre el electorado hispano: a) el 15 de noviembre, el gobierno del presidente
Barack Obama anunció un Programa de Admisión de Refugiados para menores
migrantes que permitirá al padre o la madre que vive legalmente en EE.UU. solicitar
gratuitamente el refugio para sus hijos menores de 21 años y solteros que están en
Guatemala, Honduras y El Salvador; b) el 20 de noviembre, el presidente Obama dio un
decreto presidencial que abre posibilidades regularizarse o ampliar la regularización a
algunos sectores (dreamers, padres que califican). Sin embargo, estas iniciativas están
paralizadas por el fallo de un tribunal federal en contra de las mismas en febrero de
2015.
Población se moviliza por más protección a los migrantes. El cartel dice: "migrantes
no son criminales”. Foto: Reproducción.
ADITAL - Hablemos un poco sobre el trabajo de los jesuitas con los migrantes
centroamericanos, principalmente los que son deportados.
YG - La Red Jesuita con Migrantes Centroamérica y Norteaméricaes la articulación de
las obras de las Provincias de Centroamérica, México, Estados Unidos y Canadá de la
Compañía de Jesús que promueven el trabajo con las personas migrantes, sus familiares
y otros actores de cambio en los países de origen, tránsito, destino y retorno.
Hace ya doce años que se echó a andar este proceso. La Red tiene un modelo de
intervención apostólico integral, basado en tres dimensiones: la dimensión social, de
incidencia e investigativa, y con una propuesta de "inter-dimensionalidad”, que tiene
como punto de partida el acompañamiento directo a los migrantes y familias; en base a
éste se identifican los temas prioritarios de interés para ser estudiados; se lleva a cabo la
investigación de dichos temas, preferentemente mediante una investigación aplicada; y
los resultados sirven como fundamento para sensibilización e incidencia política.
Un ejemplo de esa inter dimensionalidad lo encontramos en el trabajo con las personas
deportadas. En varios países, desde la dimensión social, se atiende a migrantes
retornados o deportados: se acompaña a comités de migrantes deportados y, en el caso
de Honduras, al Comité de Migrantes Retornados Discapacitados (muchos de ellos
perdieron un miembro en el tren en México); se les ofrece acompañamiento psicosocial,
grupos de autoayuda; y se promueve la inserción en la comunidad.
En la dimensión de investigación, se han hecho algunas investigaciones sobre la
situación de las personas deportadas y el impacto social y en sus familias. Y desde la
incidencia, se ha puesto en marcha una campaña de "cultura de hospitalidad”, en donde
uno de sus ejes ha sido el contribuir a desestigmatizar a las personas deportadas, que, en
muchos casos, son vistos como fracasados o como criminales. También las propuestas
de programas gubernamentales de reinserción.
Traducción del texto de apertura: Daniel Barrantes - [email protected]
(colaboró Benedito Teixeira)
Los trabajadores agrícolas en Baja California se
rebelan contra la esclavitud
10/04/2015
Una huelga paralizó el pasado 15 de Marzo algunas de las explotaciones agrícolas de la península
mejicana, con una marcha en la que reclamaban un salario que supere los menos de 8 euros al día
por largas horas de trabajo.
Se trató de una marcha pacífica de miles de trabajadores con sus
familias cerca de la frontera (San Quintín).
La causa principal: Los salarios apenas dan para comer a un miembro
de la familia.
Piense que para poder desempeñar este oficio, debe instalarse con toda
su familia en unos pequeños barracones de madera reutilizada (en el mejor de
los casos, cubiertos con lámina metálica), junto a los campos de cultivo, a
kilómetros de la zona urbana, lejos de escuelas y hospitales, con deficientes -o
inexistentes- servicios básicos como agua potable, luz eléctrica y drenaje.
Si es mujer, añada que tiene que soportar el acoso de sus superiores, y
que además, todo lo hace para ganar menos de 120 pesos diarios (menos de 8
dólares). Esta es la situación de esclavitud que desde hace más de 20 años
soportan los trabajadores agrícolas en Baja California, principalmente
migrantes del sur del país, que este martes han decidido plantarse ante la
injusticia y detener la producción para bloquear la carretera transpeninsular
como medida de presión hasta que se resuelvan sus condiciones laborales.
Aunque a principios de los 90 se contabilizaban más de 50 mil
trabajadores llegados de Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Michoacán
principalmente; incluidos inmigrantes de otros países de Centro América.
Pese a la estabilidad de la actividad industrial, esta no es la primera vez
que la situación laboral de los trabajadores del campo de este Estado estalla en
una huelga.
Ni el Tratado de Libre Comercio firmado con Estados Unidos (gracias al
cual se exportan sin aranceles cada una de las 52 toneladas por hectárea de
fresa cultivada en este Estado), ni los acuerdos establecidos hace 14 años
entre sindicatos y patronales lograron aportar mejoras a las condiciones de los
trabajadores.
Por el contrario, se acordó un “salario compactado” que ha quedado
congelado desde 1994, y la precariedad y la sumisión de los jornaleros se
aceptó tanto por autoridades como por sindicatos.
La industria agrícola bajacaliforniana está en manos de doce empresas
que llevan explotando algunos de los campos de cultivo más extensos de
México desde hace más de cuatro décadas. Algunos de estos ranchos son
propiedad de funcionarios estatales, o sus dueños tienen vínculos directos con
éstos, como son los casos del ex secretario de Fomento Agropecuario, Antonio
Rodríguez, y la familia del actual secretario de Finanzas, Antonio Valladolid.
Incluso el ex presidente Felipe Calderón es accionista de una de estas
empresas.
En 2003, la Procuraduría de Derechos Humanos emitió una
recomendación (incluida también en el Diagnóstico sobre la Situación de los
Derechos Humanos en México), al gobierno del Estado por violaciones a los
derechos sociales, económicos y culturales de los jornaleros agrícolas, en la
que señalaba las precarias condiciones de vida y trabajo existentes. También
se indicó la presencia de casos de esclavitud infantil en la zona, pero las
autoridades estatales negaron tales conclusiones.
Fuente: www.LosAngelesPress.org
"¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de
vida!”, con Francisco iniciamos el Año de la
Misericordia
2015-04-11 Radio Vaticana
(RV).- La tarde del sábado 11 de abril, víspera del II Domingo de Pascua, el
Santo Padre Francisco convocó oficialmente el Jubileo Extraordinario de la
Misericordia con la publicación de la Bula "Misericordiae vultus". Al ingreso de la
Basílica de San Pedro, el Obispo de Roma entregó la Bula a los cuatro cardenales
arciprestes de las basílicas papales de Roma: el Cardenal Angelo Comastri, arcipreste de
la Basílica de San Pedro en el Vaticano, el Cardenal Agostino Vallini, arcipreste de la
Basílica de San Juan de Letrán, el Cardenal James Michael Harvey, arcipreste de la
Basílica de San Pablo Extramuros, el Cardenal Santos Abril y Castelló, arcipreste de la
Basílica de Santa María la Mayor. Con la lectura de algunos extractos del documento
oficial de convocatoria del Año Santo extraordinario a cargo del Regente de la Casa
Pontificia, Mons. Leonardo Sapienza, Protonotario Apostólico, se dio inicio a la
celebración de las Primeras Vísperas del Domingo de la Divina Misericordia.
EXTRACTOS DE LO LEIDO POR MONS. SAPIENZA, EN PRESENCIA DEL
SANTO PADRE FRANCISCO
Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana parece
encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha alcanzado su
culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, « rico de misericordia » (Ef 2,4), después de
haber revelado su nombre a Moisés como « Dios compasivo y misericordioso, lento a la
ira, y pródigo en amor y fidelidad » (Ex 34,6) no ha cesado de dar a conocer en varios
modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina. En la « plenitud del
tiempo » (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de salvación, Él envió a
su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera definitiva su amor. Quien
lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y
con toda su persona1 revela la misericordia de Dios.
Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de
alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la
palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y
supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental
que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que
encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre,
porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro
pecado.
Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener la
mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz del
obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la
Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el
testimonio de los creyentes.
El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada
Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de
nuestra historia...
El domingo siguiente, III de Adviento, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma,
la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras
Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en
la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en una
iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la
Misericordia. A juicio del Ordinario, ella podrá ser abierta también en los Santuarios,
meta de tantos peregrinos que en estos lugares santos con frecuencia son tocados en el
corazón por la gracia y encuentran el camino de la conversión. Cada Iglesia particular,
entonces, estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento
extraordinario de gracia y de renovación espiritual. El Jubileo, por tanto, será celebrado
en Roma así como en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de
toda la Iglesia.
He escogido la fecha del 8 de diciembre por su gran significado en la historia reciente
de la Iglesia. En efecto, abriré la Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la
conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad
de mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los
Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo
del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más
comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la
Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio
de un modo nuevo. Una nueva etapa en la evangelización de siempre. Un nuevo
compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y
convicción la propia fe.
El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo, el
20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo
sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos
concedido un tiempo extraordinario de gracia.
Encomendaremos la vida de la Iglesia, la humanidad entera y el inmenso cosmos a la
Señoría de Cristo, esperando que difunda su misericordia como el rocío de la mañana
para una fecunda historia, todavía por construir con el compromiso de todos en el
próximo futuro.
Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de la
Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el
misterio del amor divino en plenitud.
Su persona no es otra cosa sino amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus
relaciones con las personas que se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los
signos que realiza, sobre todo hacia los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas,
enfermas y sufrientes llevan consigo el distintivo de la misericordia. En él todo habla de
misericordia. Nada en Él es falto de compasión.
La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su acción
pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes; nada
en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La
credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo.
La Iglesia « vive un deseo inagotable de brindar misericordia ».8 Tal vez por mucho
tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia. Por una
parte, la tentación de pretender siempre y solamente justicia ha hecho olvidar que ella es
el primer paso, necesario e indispensable; la Iglesia no obstante necesita ir más lejos
para alcanzar una meta más alta y más significativa.
La primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el
perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto,
donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En
nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin,
dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de
misericordia.
En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos viven
en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo
moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento
existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz
porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos
ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas
con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la
solidaridad y la debida atención.
Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de
misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia,
muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el
corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.
La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la misericordia
no deje a ninguno indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige con mayor
insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios debido
a su conducta de vida. Pienso en modo particular a los hombres y mujeres que
pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, os pido
cambiar de vida. Os lo pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el
pecado nunca rechaza a ningún pecador.
La misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de
corrupción. Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el
cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide
mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos
de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos
para expandirse luego en escándalos públicos.
¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el
corazón. Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas
depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir
como estáis es sólo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es
algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a
escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la
justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia.
La misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Ella nos
relaciona con el judaísmo y el Islam, que la consideran uno de los atributos más
calificativos de Dios.
Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas
religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos haga más abiertos al diálogo
para conocerlas y comprendernos mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y
aleje cualquier forma de violencia y de discriminación.
El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. La dulzura de su mirada
nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría de la
ternura de Dios. Ninguno como María ha conocido la profundidad el misterio de Dios
hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia hecha
carne.
Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina, para que nunca se
canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos de contemplar el
rostro de la misericordia, su Hijo Jesús.
Un Año Santo extraordinario, entonces, para vivir en la vida de cada día la misericordia
que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo dejémonos
sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón para repetir
que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. La Iglesia siente la urgencia de
anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con convicción
hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre todo en un
momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes contradicciones, es la
de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro
de Cristo. La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de la misericordia,
profesándola y viviéndola como el centro de la Revelación de Jesucristo. Desde el
corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del misterio de Dios, brota y
corre sin parar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca podrá agotarse, sin
importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que alguien tendrá necesidad
podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin. Es tan insondable es la
profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza que de ella proviene.
En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena
fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca
se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La
Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso: «
Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos » (Sal 25,6).
Renato Martinez, Raúl Cabrera - Radio Vaticano
[TEXTO COMPLETO] Bula del Papa
Francisco para convocar Jubileo de la
Misericordia
Por Alvaro de Juana
Lectura de la bula del Papa Francisco al convocar Jubileo de la Misericordia. Foto: Captura de video
/ CTV
VATICANO, 11 Abr. 15 / 10:50 am (ACI).- El Papa Francisco leyó y entregó la Bula
Misericordiae Vultus (“El rostro de la misericordia”) en la tarde de este sábado en la
Basílica de San Pedro en el Vaticano, con motivo del próximo Jubileo de la
Misericordia que comenzará el 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016.
Este acontecimiento tuvo lugar durante las Primeras Vísperas del segundo Domingo de
Pascua, conocido también por ser el de la Divina Misericordia.
A continuación ACI Prensa les presenta el texto completo de la Bula del Papa
Francisco:
Misericordiae Vultus
BULA DE CONVOCACIÓN
DEL JUBILEO EXTRAORDINARIO
DE LA MISERICORDIA
FRANCISCO
OBISPO DE ROMA
SIERVO DE LOS SIERVOS DE DIOS
A CUANTOS LEAN ESTA CARTA
GRACIA, MISERICORDIA Y PAZ
1. Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre. El misterio de la fe cristiana
parece encontrar su síntesis en esta palabra. Ella se ha vuelto viva, visible y ha
alcanzado su culmen en Jesús de Nazaret. El Padre, “rico de misericordia” (Ef 2,4),
después de haber revelado su nombre a Moisés como “Dios compasivo y
misericordioso, lento a la ira, y pródigo en amor y fidelidad” (Ex 34,6) no ha cesado de
dar a conocer en varios modos y en tantos momentos de la historia su naturaleza divina.
En la “plenitud del tiempo” (Gal 4,4), cuando todo estaba dispuesto según su plan de
salvación, Él envió a su Hijo nacido de la Virgen María para revelarnos de manera
definitiva su amor. Quien lo ve a Él ve al Padre (cfr Jn 14,9). Jesús de Nazaret con su
palabra, con sus gestos y con toda su persona1 revela la misericordia de Dios.
2. Siempre tenemos necesidad de contemplar el misterio de la misericordia. Es fuente de
alegría, de serenidad y de paz. Es condición para nuestra salvación. Misericordia: es la
palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad. Misericordia: es el acto último y
supremo con el cual Dios viene a nuestro encuentro. Misericordia: es la ley fundamental
que habita en el corazón de cada persona cuando mira con ojos sinceros al hermano que
encuentra en el camino de la vida. Misericordia: es la vía que une Dios y el hombre,
porque abre el corazón a la esperanza de ser amados no obstante el límite de nuestro
pecado.
3. Hay momentos en los que de un modo mucho más intenso estamos llamados a tener
la mirada fija en la misericordia para poder ser también nosotros mismos signo eficaz
del obrar del Padre. Es por esto que he anunciado un Jubileo Extraordinario de la
Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, para que haga más fuerte y eficaz el
testimonio de los creyentes.
El Año Santo se abrirá el 8 de diciembre de 2015, solemnidad de la Inmaculada
Concepción. Esta fiesta litúrgica indica el modo de obrar de Dios desde los albores de
nuestra historia. Después del pecado de Adán y Eva, Dios no quiso dejar la humanidad
en soledad y a merced del mal. Por esto pensó y quiso a María santa e inmaculada en el
amor (cfr Ef 1,4), para que fuese la Madre del Redentor del hombre. Ante la gravedad
del pecado, Dios responde con la plenitud del perdón. La misericordia siempre será más
grande que cualquier pecado y nadie podrá poner un límite al amor de Dios que
perdona. En la fiesta de la Inmaculada Concepción tendré la alegría de abrir la Puerta
Santa. En esta ocasión será una Puerta de la Misericordia, a través de la cual cualquiera
que entrará podrá experimentar el amor de Dios que consuela, que perdona y ofrece
esperanza.
El domingo siguiente, III de Adviento, se abrirá la Puerta Santa en la Catedral de Roma,
la Basílica de San Juan de Letrán. Sucesivamente se abrirá la Puerta Santa en las otras
Basílicas Papales. Para el mismo domingo establezco que en cada Iglesia particular, en
la Catedral que es la Iglesia Madre para todos los fieles, o en la Concatedral o en una
iglesia de significado especial se abra por todo el Año Santo una idéntica Puerta de la
Misericordia. A juicio del Ordinario, ella podrá ser abierta también en los Santuarios,
meta de tantos peregrinos que en estos lugares santos con frecuencia son tocados en el
corazón por la gracia y encuentran el camino de la conversión. Cada Iglesia particular,
entonces, estará directamente comprometida a vivir este Año Santo como un momento
extraordinario de gracia y de renovación espiritual. El Jubileo, por tanto, será celebrado
en Roma así como en las Iglesias particulares como signo visible de la comunión de
toda la Iglesia.
4. He escogido la fecha del 8 de diciembre por su gran significado en la historia reciente
de la Iglesia. En efecto, abriré la Puerta Santa en el quincuagésimo aniversario de la
conclusión del Concilio Ecuménico Vaticano II. La Iglesia siente la necesidad de
mantener vivo este evento. Para ella iniciaba un nuevo periodo de su historia. Los
Padres reunidos en el Concilio habían percibido intensamente, como un verdadero soplo
del Espíritu, la exigencia de hablar de Dios a los hombres de su tiempo en un modo más
comprensible. Derrumbadas las murallas que por mucho tiempo habían recluido la
Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio
de un modo nuevo. Una nueva etapa en la evangelización de siempre. Un nuevo
compromiso para todos los cristianos de testimoniar con mayor entusiasmo y
convicción la propia fe. La Iglesia sentía la responsabilidad de ser en el mundo signo
vivo del amor del Padre.
Vuelven a la mente las palabras cargadas de significado que san Juan XXIII pronunció
en la apertura del Concilio para indicar el camino a seguir: “En nuestro tiempo, la
Esposa de Cristo prefiere usar la medicina de la misericordia y no empuñar las armas de
la severidad … La Iglesia Católica, al elevar por medio de este Concilio Ecuménico la
antorcha de la verdad católica, quiere mostrarse madre amable de todos, benigna,
paciente, llena de misericordia y de bondad para con los hijos separados de ella”. En el
mismo horizonte se colocaba también el beato Pablo VI quien, en la Conclusión del
Concilio, se expresaba de esta manera: “Queremos más bien notar cómo la religión de
nuestro Concilio ha sido principalmente la caridad… La antigua historia del samaritano
ha sido la pauta de la espiritualidad del Concilio… Una corriente de afecto y admiración
se ha volcado del Concilio hacia el mundo moderno. Ha reprobado los errores, sí,
porque lo exige, no menos la caridad que la verdad, pero, para las personas, sólo
invitación, respeto y amor. El Concilio ha enviado al mundo contemporáneo en lugar de
deprimentes diagnósticos, remedios alentadores, en vez de funestos presagios, mensajes
de esperanza: sus valores no sólo han sido respetados sino honrados, sostenidos sus
incesantes esfuerzos, sus aspiraciones, purificadas y bendecidas… Otra cosa debemos
destacar aún: toda esta riqueza doctrinal se vuelca en una única dirección: servir al
hombre. Al hombre en todas sus condiciones, en todas sus debilidades, en todas sus
necesidades”.
Con estos sentimientos de agradecimiento por cuanto la Iglesia ha recibido y de
responsabilidad por la tarea que nos espera, atravesaremos la Puerta Santa, en la plena
confianza de sabernos acompañados por la fuerza del Señor Resucitado que continua
sosteniendo nuestra peregrinación. El Espíritu Santo que conduce los pasos de los
creyentes para que cooperen en la obra de salvación realizada por Cristo, sea guía y
apoyo del Pueblo de Dios para ayudarlo a contemplar el rostro de la misericordia.
5. El Año jubilar se concluirá en la solemnidad litúrgica de Jesucristo Rey del Universo,
el 20 de noviembre de 2016. En ese día, cerrando la Puerta Santa, tendremos ante todo
sentimientos de gratitud y de reconocimiento hacia la Santísima Trinidad por habernos
concedido un tiempo extraordinario de gracia. Encomendaremos la vida de la Iglesia, la
humanidad entera y el inmenso cosmos a la Señoría de Cristo, esperando que difunda su
misericordia como el rocío de la mañana para una fecunda historia, todavía por construir
con el compromiso de todos en el próximo futuro. ¡Cómo deseo que los años por venir
estén impregnados de misericordia para poder ir al encuentro de cada persona llevando
la bondad y la ternura de Dios! A todos, creyentes y lejanos, pueda llegar el bálsamo de
la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de
nosotros.
6. “Es propio de Dios usar misericordia y especialmente en esto se manifiesta su
omnipotencia”. Las palabras de santo Tomás de Aquino muestran cuánto la misericordia
divina no sea en absoluto un signo de debilidad, sino más bien la cualidad de la
omnipotencia de Dios. Es por esto que la liturgia, en una de las colectas más antiguas,
invita a orar diciendo: “Oh Dios que revelas tu omnipotencia sobre todo en la
misericordia y el perdón”. Dios será siempre para la humanidad como Aquel que está
presente, cercano, providente, santo y misericordioso.
“Paciente y misericordioso” es el binomio que a menudo aparece en el Antiguo
Testamento para describir la naturaleza de Dios. Su ser misericordioso se constata
concretamente en tantas acciones de la historia de la salvación donde su bondad
prevalece por encima del castigo y la destrucción. Los Salmos, en modo particular,
destacan esta grandeza del proceder divino: “Él perdona todas tus culpas, y cura todas
tus dolencias; rescata tu vida del sepulcro, te corona de gracia y de misericordia”
(103,3-4). De una manera aún más explícita, otro Salmo testimonia los signos concretos
de su misericordia: “Él Señor libera a los cautivos, abre los ojos de los ciegos y levanta
al caído; el Señor protege a los extranjeros y sustenta al huérfano y a la viuda; el Señor
ama a los justos y entorpece el camino de los malvados” (146,7-9). Por último, he aquí
otras expresiones del salmista: « El Señor sana los corazones afligidos y les venda sus
heridas […] El Señor sostiene a los humildes y humilla a los malvados hasta el polvo”
(147,3.6). Así pues, la misericordia de Dios no es una idea abstracta, sino una realidad
concreta con la cual Él revela su amor, que es como el de un padre o una madre que se
conmueven en lo más profundo de sus entrañas por el propio hijo. Vale decir que se
trata realmente de un amor “visceral”. Proviene desde lo más íntimo como un
sentimiento profundo, natural, hecho de ternura y compasión, de indulgencia y de
perdón.
7. “Eterna es su misericordia”: es el estribillo que acompaña cada verso del Salmo 136
mientras se narra la historia de la revelación de Dios. En razón de la misericordia, todas
las vicisitudes del Antiguo Testamento están cargadas de un profundo valor salvífico.
La misericordia hace de la historia de Dios con su pueblo una historia de salvación.
Repetir continuamente “Eterna es su misericordia”, como lo hace el Salmo, parece un
intento por romper el círculo del espacio y del tiempo para introducirlo todo en el
misterio eterno del amor. Es como si se quisiera decir que no solo en la historia, sino
por toda la eternidad el hombre estará siempre bajo la mirada misericordiosa del Padre.
No es casual que el pueblo de Israel haya querido integrar este Salmo, el grande hallel
como es conocido, en las fiestas litúrgicas más importantes.
Antes de la Pasión Jesús oró con este Salmo de la misericordia. Lo atestigua el
evangelista Mateo cuando dice que “después de haber cantado el himno” (26,30), Jesús
con sus discípulos salieron hacia el Monte de los Olivos. Mientras instituía la Eucaristía,
como memorial perenne de su él y de su Pascua, puso simbólicamente este acto
supremo de la Revelación a la luz de la misericordia. En este mismo horizonte de la
misericordia, Jesús vivió su pasión y muerte, consciente del gran misterio del amor de
Dios que se habría de cumplir en la cruz. Saber que Jesús mismo hizo oración con este
Salmo, lo hace para nosotros los cristianos aún más importante y nos compromete a
incorporar este estribillo en nuestra oración de alabanza cotidiana: “Eterna es su
misericordia”.
8. Con la mirada fija en Jesús y en su rostro misericordioso podemos percibir el amor de
la Santísima Trinidad. La misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el
misterio del amor divino en plenitud. “Dios es amor” (1 Jn 4,8.16), afirma por la
primera y única vez en toda la Sagrada Escritura el evangelista Juan. Este amor se ha
hecho ahora visible y tangible en toda la vida de Jesús. Su persona no es otra cosa sino
amor. Un amor que se dona y ofrece gratuitamente. Sus relaciones con las personas que
se le acercan dejan ver algo único e irrepetible. Los signos que realiza, sobre todo hacia
los pecadores, hacia las personas pobres, excluidas, enfermas y sufrientes llevan consigo
el distintivo de la misericordia. En él todo habla de misericordia. Nada en Él es falto de
compasión.
Jesús, delante a la multitud de personas que lo seguían, viendo que estaban cansadas y
extenuadas, pérdidas y sin guía, sintió desde la profundo del corazón una intensa
compasión por ellas (cfr Mt 9,36). A causa de este amor compasivo curó los enfermos
que le presentaban (cfr Mt 14,14) y con pocos panes y peces calmó el hambre de
grandes muchedumbres (cfr Mt 15,37). Lo que movía a Jesús en todas las circunstancias
no era sino la misericordia, con la cual leía el corazón de los interlocutores y respondía
a sus necesidades más reales. Cuando encontró la viuda de Naim, que llevaba su único
hijo al sepulcro, sintió gran compasión por el inmenso dolor de la madre en lágrimas, y
le devolvió a su hijo resucitándolo de la muerte (cfr Lc 7,15). Después de haber liberado
el endemoniado de Gerasa, le confía esta misión: “Anuncia todo lo que el Señor te ha
hecho y la misericordia que ha obrado contigo” (Mc 5,19). También la vocación de
Mateo se coloca en el horizonte de la misericordia. Pasando delante del banco de los
impuestos, los ojos de Jesús se posan sobre los de Mateo. Era una mirada cargada de
misericordia que perdonaba los pecados de aquel hombre y, venciendo la resistencia de
los otros discípulos, lo escoge a él, el pecador y publicano, para que sea uno de los
Doce. San Beda el Venerable, comentando esta escena del Evangelio, escribió que Jesús
miró a Mateo con amor misericordioso y lo eligió: miserando ataque eligendo. Siempre
me ha cautivado esta expresión, tanto que quise hacerla mi propio lema.
9. En las parábolas dedicadas a la misericordia, Jesús revela la naturaleza de Dios como
la de un Padre que jamás se da por vencido hasta tanto no haya disuelto el pecado y
superado el rechazo con la compasión y la misericordia. Conocemos estas parábolas;
tres en particular: la de la oveja perdida y de la moneda extraviada, y la del padre y los
dos hijos (cfr Lc 15,1-32). En estas parábolas, Dios es presentado siempre lleno de
alegría, sobre todo cuando perdona. En ellas encontramos el núcleo del Evangelio y de
nuestra fe, porque la misericordia se muestra como la fuerza que todo vence, que llena
de amor el corazón y que consuela con el perdón.
De otra parábola, además, podemos extraer una enseñanza para nuestro estilo de vida
cristiano. Provocado por la pregunta de Pedro acerca de cuántas veces fuese necesario
perdonar, Jesús responde: “No te digo hasta siete, sino hasta setenta veces siete” (Mt
18,22) y pronunció la parábola del ‘siervo despiadado’. Este, llamado por el patrón a
restituir una grande suma, lo suplica de rodillas y el patrón le condona la deuda. Pero
inmediatamente encuentra otro siervo como él que le debía unos pocos centésimos, el
cual le suplica de rodillas que tenga piedad, pero él se niega y lo hace encarcelar.
Entonces el patrón, advertido del hecho, se irrita mucho y volviendo a llamar aquel
siervo le dice: “¿No debías también tú tener compasión de tu compañero, como yo me
compadecí de ti?” (Mt 18,33). Y Jesús concluye: “Lo mismo hará también mi Padre
celestial con ustedes, si no perdonan de corazón a sus hermanos” (Mt 18,35).
La parábola ofrece una profunda enseñanza a cada uno de nosotros. Jesús afirma que la
misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte en el criterio para
saber quiénes son realmente sus hijos. Así entonces, estamos llamados a vivir de
misericordia, porque a nosotros en primer lugar se nos ha aplicado misericordia. El
perdón de las ofensas deviene la expresión más evidente del amor misericordioso y para
nosotros cristianos es un imperativo del que no podemos prescindir. ¡Cómo es difícil
muchas veces perdonar! Y, sin embargo, el perdón es el instrumento puesto en nuestras
frágiles manos para alcanzar la serenidad del corazón. Dejar caer el rencor, la rabia, la
violencia y la venganza son condiciones necesarias para vivir felices. Acojamos
entonces la exhortación del Apóstol: “No permitan que la noche los sorprenda
enojados” (Ef 4,26). Y sobre todo escuchemos la palabra de Jesús que ha señalado la
misericordia como ideal de vida y como criterio de credibilidad de nuestra fe. “Dichosos
los misericordiosos, porque encontrarán misericordia” (Mt 5,7) es la bienaventuranza en
la que hay que inspirarse durante este Año Santo.
Como se puede notar, la misericordia en la Sagrada Escritura es la palabra clave para
indicar el actuar de Dios hacia nosotros. Él no se limita a afirmar su amor, sino que lo
hace visible y tangible. El amor, después de todo, nunca podrá ser una palabra abstracta.
Por su misma naturaleza es vida concreta: intenciones, actitudes, comportamientos que
se verifican en el vivir cotidiano. La misericordia de Dios es su responsabilidad por
nosotros. Él se siente responsable, es decir, desea nuestro bien y quiere vernos felices,
colmados de alegría y serenos. Es sobre esta misma amplitud de onda que se debe
orientar el amor misericordioso de los cristianos. Como ama el Padre, así aman los
hijos. Como Él es misericordioso, así estamos nosotros llamados a ser misericordiosos
los unos con los otros.
10. La misericordia es la viga maestra que sostiene la vida de la Iglesia. Todo en su
acción pastoral debería estar revestido por la ternura con la que se dirige a los creyentes;
nada en su anuncio y en su testimonio hacia el mundo puede carecer de misericordia. La
credibilidad de la Iglesia pasa a través del camino del amor misericordioso y compasivo.
La Iglesia “vive un deseo inagotable de brindar misericordia”. Tal vez por mucho
tiempo nos hemos olvidado de indicar y de andar por la vía de la misericordia. Por una
parte, la tentación de pretender siempre y solamente justicia ha hecho olvidar que ella es
el primer paso, necesario e indispensable; la Iglesia no obstante necesita ir más lejos
para alcanzar una meta más alta y más significativa. Por otra parte, es triste constatar
cómo la experiencia del perdón en nuestra cultura se desvanece cada vez más. Incluso la
palabra misma en algunos momentos parece evaporarse. Sin el testimonio del perdón,
sin embargo, queda solo una vida infecunda y estéril, como si se viviese en un desierto
desolado. Ha llegado de nuevo para la Iglesia el tiempo de encargarse del anuncio
alegre del perdón. Es el tiempo de retornar a lo esencial para hacernos cargo de las
debilidades y dificultades de nuestros hermanos. El perdón es una fuerza que resucita a
una vida nueva e infunde el valor para mirar el futuro con esperanza.
11. No podemos olvidar la gran enseñanza que san Juan Pablo II ofreció en su segunda
encíclica Dives in misericordia, que en su momento llegó sin ser esperada y tomó a
muchos por sorpresa en razón del tema que afrontaba. Dos pasajes en particular quiero
recordar. Ante todo, el santo Papa hacía notar el olvido del tema de la misericordia en la
cultura presente: “La mentalidad contemporánea, quizás en mayor medida que la del
hombre del pasado, parece oponerse al Dios de la misericordia y tiende además a orillar
de la vida y arrancar del corazón humano la idea misma de la misericordia. La palabra y
el concepto de misericordia parecen producir una cierta desazón en el hombre, quien,
gracias a los adelantos tan enormes de la ciencia y de la técnica, como nunca fueron
conocidos antes en la historia, se ha hecho dueño y ha dominado la tierra mucho más
que en el pasado (cfr Gn 1,28). Tal dominio sobre la tierra, entendido tal vez unilateral y
superficialmente, parece no dejar espacio a la misericordia … Debido a esto, en la
situación actual de la Iglesia y del mundo, muchos hombres y muchos ambientes
guiados por un vivo sentido de fe se dirigen, yo diría casi espontáneamente, a la
misericordia de Dios”.
Además, san Juan Pablo II motivaba con estas palabras la urgencia de anunciar y
testimoniar la misericordia en el mundo contemporáneo: “Ella está dictada por el amor
al hombre, a todo lo que es humano y que, según la intuición de gran parte de los
contemporáneos, está amenazado por un peligro inmenso. El misterio de Cristo... me
obliga al mismo tiempo a proclamar la misericordia como amor compasivo de Dios,
revelado en el mismo misterio de Cristo. Ello me obliga también a recurrir a tal
misericordia y a implorarla en esta difícil, crítica fase de la historia de la Iglesia y del
mundo”.10 Esta enseñanza es hoy más que nunca actual y merece ser retomada en este
Año Santo. Acojamos nuevamente sus palabras: “La Iglesia vive una vida auténtica,
cuando profesa y proclama la misericordia – el atributo más estupendo del Creador y del
Redentor – y cuando acerca a los hombres a las fuentes de la misericordia del Salvador,
de las que es depositaria y dispensadora”.
12. La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios, corazón palpitante del
Evangelio, que por su medio debe alcanzar la mente y el corazón de toda persona. La
Esposa de Cristo hace suyo el comportamiento del Hijo de Dios que sale a encontrar a
todos, sin excluir ninguno. En nuestro tiempo, en el que la Iglesia está comprometida en
la nueva evangelización, el tema de la misericordia exige ser propuesto una vez más con
nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Es determinante para la Iglesia y
para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la
misericordia. Su lenguaje y sus gestos deben transmitir misericordia para penetrar en el
corazón de las personas y motivarlas a reencontrar el camino de vuelta al Padre. La
primera verdad de la Iglesia es el amor de Cristo. De este amor, que llega hasta el
perdón y al don de sí, la Iglesia se hace sierva y mediadora ante los hombres. Por tanto,
donde la Iglesia esté presente, allí debe ser evidente la misericordia del Padre. En
nuestras parroquias, en las comunidades, en las asociaciones y movimientos, en fin,
dondequiera que haya cristianos, cualquiera debería poder encontrar un oasis de
misericordia.
13. Queremos vivir este Año Jubilar a la luz de la palabra del Señor: Misericordiosos
como el Padre. El evangelista refiere la enseñanza de Jesús: “Sed misericordiosos, como
el Padre vuestro es misericordioso” (Lc 6,36). Es un programa de vida tan
comprometedor como rico de alegría y de paz. El imperativo de Jesús se dirige a
cuantos escuchan su voz (cfr Lc 6,27). Para ser capaces de misericordia, entonces,
debemos en primer lugar colocarnos a la escucha de la Palabra de Dios. Esto significa
recuperar el valor del silencio para meditar la Palabra que se nos dirige. De este modo
es posible contemplar la misericordia de Dios y asumirla como propio estilo de vida.
14. La peregrinación es un signo peculiar en el Año Santo, porque es imagen del camino
que cada persona realiza en su existencia. La vida es una peregrinación y el ser humano
es viator, un peregrino que recorre su camino hasta alcanzar la meta anhelada. También
para llegar a la Puerta Santa en Roma y en cualquier otro lugar, cada uno deberá
realizar, de acuerdo con las propias fuerzas, una peregrinación. Esto será un signo del
hecho que también la misericordia es una meta por alcanzar y que requiere compromiso
y sacrificio. La peregrinación, entonces, sea estímulo para la conversión: atravesando la
Puerta Santa nos dejaremos abrazar por la misericordia de Dios y nos comprometeremos
a ser misericordiosos con los demás como el Padre lo es con nosotros.
El Señor Jesús indica las etapas de la peregrinación mediante la cual es posible alcanzar
esta meta: “No juzguéis y no seréis juzgados; no condenéis y no seréis condenados;
perdonad y seréis perdonados. Dad y se os dará: una medida buena, apretada, remecida,
rebosante pondrán en el halda de vuestros vestidos. Porque seréis medidos con la
medida que midáis” (Lc 6,37-38). Dice, ante todo, no juzgar y no condenar. Si no se
quiere incurrir en el juicio de Dios, nadie puede convertirse en el juez del propio
hermano. Los hombres ciertamente con sus juicios se detienen en la superficie, mientras
el Padre mira el interior. ¡Cuánto mal hacen las palabras cuando están motivadas por
sentimientos de celos y envidia! Hablar mal del propio hermano en su ausencia equivale
a exponerlo al descrédito, a comprometer su reputación y a dejarlo a merced del chisme.
No juzgar y no condenar significa, en positivo, saber percibir lo que de bueno hay en
cada persona y no permitir que deba sufrir por nuestro juicio parcial y por nuestra
presunción de saberlo todo. Sin embargo, esto no es todavía suficiente para manifestar
la misericordia. Jesús pide también perdonar y dar. Ser instrumentos del perdón, porque
hemos sido los primeros en haberlo recibido de Dios. Ser generosos con todos sabiendo
que también Dios dispensa sobre nosotros su benevolencia con magnanimidad.
Así entonces, misericordiosos como el Padre es el “lema” del Año Santo. En la
misericordia tenemos la prueba de cómo Dios ama. Él da todo sí mismo, por siempre,
gratuitamente y sin pedir nada a cambio. Viene en nuestra ayuda cuando lo invocamos.
Es bello que la oración cotidiana de la Iglesia inicie con estas palabras: “Dios mío, ven
en mi auxilio; Señor, date prisa en socorrerme” (Sal 70,2). El auxilio que invocamos es
ya el primer paso de la misericordia de Dios hacia nosotros. Él viene a salvarnos de la
condición de debilidad en la que vivimos. Y su auxilio consiste en permitirnos captar su
presencia y cercanía. Día tras día, tocados por su compasión, también nosotros
llegaremos a ser compasivos con todos.
15. En este Año Santo, podremos realizar la experiencia de abrir el corazón a cuantos
viven en las más contradictorias periferias existenciales, que con frecuencia el mundo
moderno dramáticamente crea. ¡Cuántas situaciones de precariedad y sufrimiento
existen en el mundo hoy! Cuántas heridas sellan la carne de muchos que no tienen voz
porque su grito se ha debilitado y silenciado a causa de la indiferencia de los pueblos
ricos. En este Jubileo la Iglesia será llamada a curar aún más estas heridas, a aliviarlas
con el óleo de la consolación, a vendarlas con la misericordia y a curarlas con la
solidaridad y la debida atención. No caigamos en la indiferencia que humilla, en la
habitualidad que anestesia el ánimo e impide descubrir la novedad, en el cinismo que
destruye. Abramos nuestros ojos para mirar las miserias del mundo, las heridas de
tantos hermanos y hermanas privados de la dignidad, y sintámonos provocados a
escuchar su grito de auxilio. Nuestras manos estrechen sus manos, y acerquémoslos a
nosotros para que sientan el calor de nuestra presencia, de nuestra amistad y de la
fraternidad. Que su grito se vuelva el nuestro y juntos podamos romper la barrera de la
indiferencia que suele reinar campante para esconder la hipocresía y el egoísmo.
Es mi vivo deseo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de
misericordia corporales y espirituales. Será un modo para despertar nuestra conciencia,
muchas veces aletargada ante el drama de la pobreza, y para entrar todavía más en el
corazón del Evangelio, donde los pobres son los privilegiados de la misericordia divina.
La predicación de Jesús nos presenta estas obras de misericordia para que podamos
darnos cuenta si vivimos o no como discípulos suyos. Redescubramos las obras de
misericordia corporales: dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al
desnudo, acoger al forastero, asistir los enfermos, visitar a los presos, enterrar a los
muertos. Y no olvidemos las obras de misericordia espirituales: dar consejo al que lo
necesita, enseñar al que no sabe, corregir al que yerra, consolar al triste, perdonar las
ofensas, soportar con paciencia las personas molestas, rogar a Dios por los vivos y por
los difuntos.
No podemos escapar a las palabras del Señor y en base a ellas seremos juzgados: si
dimos de comer al hambriento y de beber al sediento. Si acogimos al extranjero y
vestimos al desnudo. Si dedicamos tiempo para acompañar al que estaba enfermo o
prisionero (cfr Mt 25,31-45). Igualmente se nos preguntará si ayudamos a superar la
duda, que hace caer en el miedo y en ocasiones es fuente de soledad; si fuimos capaces
de vencer la ignorancia en la que viven millones de personas, sobre todo los niños
privados de la ayuda necesaria para ser rescatados de la pobreza; si fuimos capaces de
ser cercanos a quien estaba solo y afligido; si perdonamos a quien nos ofendió y
rechazamos cualquier forma de rencor o de violencia que conduce a la violencia; si
tuvimos paciencia siguiendo el ejemplo de Dios que es tan paciente con nosotros;
finalmente, si encomendamos al Señor en la oración nuestros hermanos y hermanas. En
cada uno de estos “más pequeños” está presente Cristo mismo. Su carne se hace de
nuevo visible como cuerpo martirizado, llagado, flagelado, desnutrido, en fuga... para
que nosotros los reconozcamos, lo toquemos y lo asistamos con cuidado. No olvidemos
las palabras de san Juan de la Cruz: “En el ocaso de nuestras vidas, seremos juzgados en
el amor”.
16. En el Evangelio de Lucas encontramos otro aspecto importante para vivir con fe el
Jubileo. El evangelista narra que Jesús, un sábado, volvió a Nazaret y, como era
costumbre, entró en la Sinagoga. Lo llamaron para que leyera la Escritura y la
comentara. El paso era el del profeta Isaías donde está escrito: “El Espíritu del Señor
sobre mí, porque me ha ungido para anunciar a los pobres la Buena Nueva, me ha
enviado a proclamar la liberación a los cautivos y la vista a los ciegos, para dar la
libertad a los oprimidos y proclamar un año de gracia del Señor” (61,12). “Un año de
gracia”: es esto lo que el Señor anuncia y lo que deseamos vivir. Este Año Santo lleva
consigo la riqueza de la misión de Jesús que resuena en las palabras del Profeta: llevar
una palabra y un gesto de consolación a los pobres, anunciar la liberación a cuantos
están prisioneros de las nuevas esclavitudes de la sociedad moderna, restituir la vista a
quien no puede ver más porque se ha replegado sobre sí mismo, y volver a dar dignidad
a cuantos han sido privados de ella. La predicación de Jesús se hace de nuevo visible en
las respuestas de fe que el testimonio de los cristianos está llamado a ofrecer. Nos
acompañen las palabras del Apóstol: “El que practica misericordia, que lo haga con
alegría” (Rm 12,8).
17. La Cuaresma de este Año Jubilar sea vivida con mayor intensidad, como momento
fuerte para celebrar y experimentar la misericordia de Dios. ¡Cuántas páginas de la
Sagrada Escritura pueden ser meditadas en las semanas de Cuaresma para redescubrir el
rostro misericordioso del Padre! Con las palabras del profeta Miqueas también nosotros
podemos repetir: Tú, oh Señor, eres un Dios que cancelas la iniquidad y perdonas el
pecado, que no mantienes para siempre tu cólera, pues amas la misericordia. Tú, Señor,
volverás a compadecerte de nosotros y a tener piedad de tu pueblo. Destruirás nuestras
culpas y arrojarás en el fondo del mar todos nuestros pecados (cfr 7,18-19).
Las páginas del profeta Isaías podrán ser meditadas con mayor atención en este tiempo
de oración, ayuno y caridad: “Este es el ayuno que yo deseo: soltar las cadenas injustas,
desatar los lazos del yugo, dejar en libertad a los oprimidos y romper todos los yugos;
compartir tu pan con el hambriento y albergar a los pobres sin techo; cubrir al que veas
desnudo y no abandonar a tus semejantes. Entonces despuntará tu luz como la aurora y
tu herida se curará rápidamente; delante de ti avanzará tu justicia y detrás de ti irá la
gloria del Señor. Entonces llamarás, y el Señor responderá; pedirás auxilio, y él dirá:
‘¡Aquí estoy!’. Si eliminas de ti todos los yugos, el gesto amenazador y la palabra
maligna; si partes tu pan con el hambriento y sacias al afligido de corazón, tu luz se
alzará en las tinieblas y tu oscuridad será como al mediodía. El Señor te guiará
incesantemente, te saciará en los ardores del desierto y llenará tus huesos de vigor; tú
serás como un jardín bien regado, como una vertiente de agua, cuyas aguas nunca se
agotan” (58,6-11).
La iniciativa “24 horas para el Señor”, de celebrarse durante el viernes y sábado que
anteceden el IV domingo de Cuaresma, se incremente en las Diócesis. Muchas personas
están volviendo a acercarse al sacramento de la Reconciliación y entre ellas muchos
jóvenes, quienes en una experiencia semejante suelen reencontrar el camino para volver
al Señor, para vivir un momento de intensa oración y redescubrir el sentido de la propia
vida. De nuevo ponemos convencidos en el centro el sacramento de la Reconciliación,
porque nos permite experimentar en carne propia la grandeza de la misericordia. Será
para cada penitente fuente de verdadera paz interior.
Nunca me cansaré de insistir en que los confesores sean un verdadero signo de la
misericordia del Padre. Ser confesores no se improvisa. Se llega a serlo cuando, ante
todo, nos hacemos nosotros penitentes en busca de perdón. Nunca olvidemos que ser
confesores significa participar de la misma misión de Jesús y ser signo concreto de la
continuidad de un amor divino que perdona y que salva. Cada uno de nosotros ha
recibido el don del Espíritu Santo para el perdón de los pecados, de esto somos
responsables. Ninguno de nosotros es dueño del Sacramento, sino fiel servidor del
perdón de Dios. Cada confesor deberá acoger a los fieles como el padre en la parábola
del hijo pródigo: un padre que corre al encuentro del hijo no obstante hubiese
dilapidado sus bienes. Los confesores están llamados a abrazar ese hijo arrepentido que
vuelve a casa y a manifestar la alegría por haberlo encontrado. No se cansarán de salir al
encuentro también del otro hijo que se quedó afuera, incapaz de alegrarse, para
explicarle que su juicio severo es injusto y no tiene ningún sentido delante de la
misericordia del Padre que no conoce confines. No harán preguntas impertinentes, sino
como el padre de la parábola interrumpirán el discurso preparado por el hijo pródigo,
porque serán capaces de percibir en el corazón de cada penitente la invocación de ayuda
y la súplica de perdón. En fin, los confesores están llamados a ser siempre, en todas
partes, en cada situación y a pesar de todo, el signo del primado de la misericordia.
18. Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros
de la Misericordia. Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de
Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para
la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados
que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su
mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca
de su perdón. Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos
de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad,
para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo. Se dejarán conducir
en su misión por las palabras del Apóstol: “Dios sometió a todos a la desobediencia,
para tener misericordia de todos” (Rm 11,32). Todos entonces, sin excluir a nadie, están
llamados a percibir el llamamiento a la misericordia. Los misioneros vivan esta llamada
conscientes de poder fijar la mirada sobre Jesús, “sumo sacerdote misericordioso y
digno de fe” (Hb 2,17).
Pido a los hermanos Obispos que inviten y acojan estos Misioneros, para que sean ante
todo predicadores convincentes de la misericordia. Se organicen en las Diócesis
“misiones para el pueblo” de modo que estos Misioneros sean anunciadores de la
alegría del perdón. Se les pida celebrar el sacramento de la Reconciliación para los
fieles, para que el tiempo de gracia donado en el Año jubilar permita a tantos hijos
alejados encontrar el camino de regreso hacia la casa paterna. Los Pastores,
especialmente durante el tiempo fuerte de Cuaresma, sean solícitos en el invitar a los
fieles a acercarse “al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la
gracia” (Hb 4,16).
19. La palabra del perdón pueda llegar a todos y la llamada a experimentar la
misericordia no deje a ninguno indiferente. Mi invitación a la conversión se dirige con
mayor insistencia a aquellas personas que se encuentran lejanas de la gracia de Dios
debido a su conducta de vida. Pienso en modo particular a los hombres y mujeres que
pertenecen a algún grupo criminal, cualquiera que éste sea. Por vuestro bien, os pido
cambiar de vida. Os lo pido en el nombre del Hijo de Dios que si bien combate el
pecado nunca rechaza a ningún pecador. No caigáis en la terrible trampa de pensar que
la vida depende del dinero y que ante él todo el resto se vuelve carente de valor y
dignidad. Es solo una ilusión. No llevamos el dinero con nosotros al más allá. El dinero
no nos da la verdadera felicidad. La violencia usada para amasar fortunas que escurren
sangre no convierte a nadie en poderoso ni inmortal. Para todos, tarde o temprano, llega
el juicio de Dios al cual ninguno puede escapar.
La misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de
corrupción. Esta llaga putrefacta de la sociedad es un grave pecado que grita hacia el
cielo pues mina desde sus fundamentos la vida personal y social. La corrupción impide
mirar el futuro con esperanza porque con su prepotencia y avidez destruye los proyectos
de los débiles y oprime a los más pobres. Es un mal que se anida en gestos cotidianos
para expandirse luego en escándalos públicos. La corrupción es una obstinación en el
pecado, que pretende sustituir a Dios con la ilusión del dinero como forma de poder. Es
una obra de las tinieblas, sostenida por la sospecha y la intriga. Corruptio optimi
pessima, decía con razón san Gregorio Magno, para indicar que ninguno puede sentirse
inmune de esta tentación. Para erradicarla de la vida personal y social son necesarias
prudencia, vigilancia, lealtad, transparencia, unidas al coraje de la denuncia. Si no se la
combate abiertamente, tarde o temprano busca cómplices y destruye la existencia.
¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida! Este es el tiempo para dejarse tocar el
corazón. Delante a tantos crímenes cometidos, escuchad el llanto de todas las personas
depredadas por vosotros de la vida, de la familia, de los afectos y de la dignidad. Seguir
como estáis es sólo fuente de arrogancia, de ilusión y de tristeza. La verdadera vida es
algo bien distinto de lo que ahora pensáis. El Papa os tiende la mano. Está dispuesto a
escucharos. Basta solamente que acojáis la llamada a la conversión y os sometáis a la
justicia mientras la Iglesia os ofrece misericordia.
20. No será inútil en este contexto recordar la relación existente entre justicia y
misericordia. No son dos momentos contrastantes entre sí, sino un solo momento que se
desarrolla progresivamente hasta alcanzar su ápice en la plenitud del amor. La justicia
es un concepto fundamental para la sociedad civil cuando, normalmente, se hace
referencia a un orden jurídico a través del cual se aplica la ley. Con la justicia se
entiende también que a cada uno debe ser dado lo que le es debido. En la Biblia, muchas
veces se hace referencia a la justicia divina y a Dios como juez. Generalmente es
entendida como la observación integral de la ley y como el comportamiento de todo
buen israelita conforme a los mandamientos dados por Dios. Esta visión, sin embargo,
ha conducido no pocas veces a caer en el legalismo, falsificando su sentido originario y
oscureciendo el profundo valor que la justicia tiene. Para superar la perspectiva
legalista, sería necesario recordar que en la Sagrada Escritura la justicia es concebida
esencialmente como un abandonarse confiado en la voluntad de Dios.
Por su parte, Jesús habla muchas veces de la importancia de la fe, más bien que de la
observancia de la ley. Es en este sentido que debemos comprender sus palabras cuando
estando a la mesa con Mateo y sus amigos dice a los fariseos que lo contestaban porque
comía con los publicanos y pecadores: “Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero
misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los
pecadores” (Mt 9,13). Ante la visión de una justicia como mera observancia de la ley
que juzga, dividiendo las personas en justos y pecadores, Jesús se inclina a mostrar el
gran de don de la misericordia que busca a los pecadores para ofrecerles el perdón y la
salvación. Se comprende porque en presencia de una perspectiva tan liberadora y fuente
de renovación, Jesús haya sido rechazado por los fariseos y por los doctores de la ley.
Estos, para ser fieles a la ley, ponían solo pesos sobre las espaldas de las persona, pero
así frustraban la misericordia del Padre. El reclamo a observar la ley no puede
obstaculizar la atención por las necesidades que tocan la dignidad de las personas.
Al respecto es muy significativa la referencia que Jesús hace al profeta Oseas – “yo
quiero amor, no sacrificio”. Jesús afirma que de ahora en adelante la regla de vida de
sus discípulos deberá ser la que da el primado a la misericordia, como Él mismo
testimonia compartiendo la mesa con los pecadores. La misericordia, una vez más, se
revela como dimensión fundamental de la misión de Jesús. Ella es un verdadero reto
para sus interlocutores que se detienen en el respeto formal de la ley. Jesús, en cambio,
va más allá de la ley; su compartir con aquellos que la ley consideraba pecadores
permite comprender hasta dónde llega su misericordia.
También el Apóstol Pablo hizo un recorrido parecido. Antes de encontrar a Jesús en el
camino a Damasco, su vida estaba dedicada a perseguir de manera irreprensible la
justicia de la ley (cfr Flp 3,6). La conversión a Cristo lo condujo a ampliar su visión
precedente al punto que en la carta a los Gálatas afirma: “Hemos creído en Jesucristo,
para ser justificados por la fe de Cristo y no por las obras de la Ley” (2,16). Parece que
su comprensión de la justicia ha cambiado ahora radicalmente. Pablo pone en primer
lugar la fe y no más la ley. El juicio de Dios no lo constituye la observancia o no de la
ley, sino la fe en Jesucristo, que con su muerte y resurrección trae la salvación junto con
la misericordia que justifica. La justicia de Dios se convierte ahora en liberación para
cuantos están oprimidos por la esclavitud del pecado y sus consecuencias. La justicia de
Dios es su perdón (cfr Sal 51,11-16).
21. La misericordia no es contraria a la justicia sino que expresa el comportamiento de
Dios hacia el pecador, ofreciéndole una ulterior posibilidad para examinarse, convertirse
y creer. La experiencia del profeta Oseas viene en nuestra ayuda para mostrarnos la
superación de la justicia en dirección hacia la misericordia. La época de este profeta se
cuenta entre las más dramáticas de la historia del pueblo hebreo. El Reino está cercano
de la destrucción; el pueblo no ha permanecido fiel a la alianza, se ha alejado de Dios y
ha perdido la fe de los Padres. Según una lógica humana, es justo que Dios piense en
rechazar el pueblo infiel: no ha observado el pacto establecido y por tanto merece la
pena correspondiente, el exilio. Las palabras del profeta lo atestiguan: “Volverá al país
de Egipto, y Asur será su rey, porque se han negado a convertirse” (Os 11,5). Y sin
embargo, después de esta reacción que apela a la justicia, el profeta modifica
radicalmente su lenguaje y revela el verdadero rostro de Dios: “Mi corazón se
convulsiona dentro de mí, y al mismo tiempo se estremecen mis entrañas. No daré curso
al furor de mi cólera, no volveré a destruir a Efraín, porque soy Dios, no un hombre; el
Santo en medio de ti y no es mi deseo aniquilar” (11,8-9). San Agustín, como
comentando las palabras del profeta dice: “Es más fácil que Dios contenga la ira que la
misericordia”.
Si Dios se detuviera en la justicia dejaría de ser Dios, sería como todos los hombres que
invocan respeto por la ley. La justicia por sí misma no basta, y la experiencia enseña
que apelando solamente a ella se corre el riesgo de destruirla. Por esto Dios va más allá
de la justicia con la misericordia y el perdón. Esto no significa restarle valor a la justicia
o hacerla superflua, al contrario. Quien se equivoca deberá expiar la pena. Solo que este
no es el fin, sino el inicio de la conversión, porque se experimenta la ternura del perdón.
Dios no rechaza la justicia. Él la engloba y la supera en un evento superior donde se
experimenta el amor que está a la base de una verdadera justicia. Debemos prestar
mucha atención a cuanto escribe Pablo para no caer en el mismo error que el Apóstol
reprochaba a sus contemporáneos judíos: “Desconociendo la justicia de Dios y
empeñándose en establecer la suya propia, no se sometieron a la justicia de Dios.
Porque el fin de la ley es Cristo, para justificación de todo el que cree” (Rm 10,3-4).
Esta justicia de Dios es la misericordia concedida a todos como gracia en razón de la
muerte y resurrección de Jesucristo. La Cruz de Cristo, entonces, es el juicio de Dios
sobre todos nosotros y sobre el mundo, porque nos ofrece la certeza del amor y de la
vida nueva.
22. El Jubileo lleva también consigo la referencia a la indulgencia. En el Año Santo de
la Misericordia ella adquiere una relevancia particular. El perdón de Dios por nuestros
pecados no conoce límites. En la muerte y resurrección de Jesucristo, Dios hace
evidente este amor que es capaz incluso de destruir el pecado de los hombres. Dejarse
reconciliar con Dios es posible por medio del misterio pascual y de la mediación de la
Iglesia. Así entonces, Dios está siempre disponible al perdón y nunca se cansa de
ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada. Todos nosotros, sin embargo, vivimos
la experiencia del pecado.
Sabemos que estamos llamados a la perfección (cfr Mt 5,48), pero sentimos fuerte el
peso del pecado. Mientras percibimos la potencia de la gracia que nos transforma,
experimentamos también la fuerza del pecado que nos condiciona. No obstante el
perdón, llevamos en nuestra vida las contradicciones que son consecuencia de nuestros
pecados. En el sacramento de la Reconciliación Dios perdona los pecados, que
realmente quedan cancelados; y sin embargo, la huella negativa que los pecados tienen
en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos permanece. La misericordia
de Dios es incluso más fuerte que esto. Ella se transforma en indulgencia del Padre que
a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo,
consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más
bien que a recaer en el pecado.
La Iglesia vive la comunión de los Santos. En la Eucaristía esta comunión, que es don
de Dos, actúa como unión espiritual que nos une a los creyentes con los Santos y los
Beatos cuyo número es incalculable (cfr Ap 7,4). Su santidad viene en ayuda de nuestra
fragilidad, y así la Madre Iglesia es capaz con su oración y su vida de encontrar la
debilidad de unos con la santidad de otros. Vivir entonces la indulgencia en el Año
Santo significa acercarse a la misericordia del Padre con la certeza que su perdón se
extiende sobre toda la vida del creyente. Indulgencia es experimentar la santidad de la
Iglesia que participa a todos de los beneficios de la redención de Cristo, porque el
perdón es extendido hasta las extremas consecuencias a la cual llega el amor de Dios.
Vivamos intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la
dispensación de su indulgencia misericordiosa.
23. La misericordia posee un valor que sobrepasa los confines de la Iglesia. Ella nos
relaciona con el judaísmo y el Islam, que la consideran uno de los atributos más
calificativos de Dios. Israel primero que todo recibió esta revelación, que permanece en
la historia como el comienzo de una riqueza inconmensurable de ofrecer a la entera
humanidad. Como hemos visto, las páginas del Antiguo Testamento están entretejidas
de misericordia porque narran las obras que el Señor ha realizado en favor de su pueblo
en los momentos más difíciles de su historia. El Islam, por su parte, entre los nombres
que le atribuye al Creador está el de Misericordioso y Clemente. Esta invocación
aparece con frecuencia en los labios de los fieles musulmanes, que se sienten
acompañados y sostenidos por la misericordia en su cotidiana debilidad. También ellos
creen que nadie puede limitar la misericordia divina porque sus puertas están siempre
abiertas.
Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas
religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas; nos haga más abiertos al diálogo
para conocerlas y comprendernos mejor; elimine toda forma de cerrazón y desprecio, y
aleje cualquier forma de violencia y de discriminación.
24. El pensamiento se dirige ahora a la Madre de la Misericordia. La dulzura de su
mirada nos acompañe en este Año Santo, para que todos podamos redescubrir la alegría
de la ternura de Dios. Ninguno como María ha conocido la profundidad el misterio de
Dios hecho hombre. Todo en su vida fue plasmado por la presencia de la misericordia
hecha carne. La Madre del Crucificado Resucitado entró en el santuario de la
misericordia divina porque participó íntimamente en el misterio de su amor.
Elegida para ser la Madre del Hijo de Dios, María estuvo preparada desde siempre para
ser Arca de la Alianza entre Dios y los hombres. Custodió en su corazón la divina
misericordia en perfecta sintonía con su Hijo Jesús. Su canto de alabanza, en el umbral
de la casa de Isabel, estuvo dedicado a la misericordia que se extiende “de generación
en generación” (Lc 1,50). También nosotros estábamos presentes en aquellas palabras
proféticas de la Virgen María. Esto nos servirá de consolación y de apoyo mientras
atravesaremos la Puerta Santa para experimentar los frutos de la misericordia divina.
Al pie de la cruz, María junto con Juan, el discípulo del amor, es testigo de las palabras
de perdón que salen de la boca de Jesús. El perdón supremo ofrecido a quien lo ha
crucificado nos muestra hasta dónde puede llegar la misericordia de Dios. María
atestigua que la misericordia del Hijo de Dios no conoce límites y alcanza a todos sin
excluir ninguno. Dirijamos a ella la antigua y siempre nueva oración del Salve Regina,
para que nunca se canse de volver a nosotros sus ojos misericordiosos y nos haga dignos
de contemplar el rostro de la misericordia, su Hijo Jesús.
Nuestra plegaria se extienda también a tantos Santos y Beatos que han hicieron de la
misericordia su misión de vida. En particular el pensamiento se dirige a la grande
apóstol de la misericordia, santa Faustina Kowalska. Ella que fue llamada a entrar en las
profundidades de la divina misericordia, interceda por nosotros y nos obtenga vivir y
caminar siempre en el perdón de Dios y en la inquebrantable confianza en su amor.
25. Un Año Santo extraordinario, entonces, para vivir en la vida de cada día la
misericordia que desde siempre el Padre dispensa hacia nosotros. En este Jubileo
dejémonos sorprender por Dios. Él nunca se cansa de destrabar la puerta de su corazón
para repetir que nos ama y quiere compartir con nosotros su vida. La Iglesia siente la
urgencia de anunciar la misericordia de Dios. Su vida es auténtica y creíble cuando con
convicción hace de la misericordia su anuncio. Ella sabe que la primera tarea, sobre
todo en un momento como el nuestro, lleno de grandes esperanzas y fuertes
contradicciones, es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios,
contemplando el rostro de Cristo. La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de
la misericordia, profesándola y viviéndola como el centro de la Revelación de
Jesucristo. Desde el corazón de la Trinidad, desde la intimidad más profunda del
misterio de Dios, brota y corre sin parar el gran río de la misericordia. Esta fuente nunca
podrá agotarse, sin importar cuántos sean los que a ella se acerquen. Cada vez que
alguien tendrá necesidad podrá venir a ella, porque la misericordia de Dios no tiene fin.
Es tan insondable es la profundidad del misterio que encierra, tan inagotable la riqueza
que de ella proviene.
En este Año Jubilar la Iglesia se convierta en el eco de la Palabra de Dios que resuena
fuerte y decidida como palabra y gesto de perdón, de soporte, de ayuda, de amor. Nunca
se canse de ofrecer misericordia y sea siempre paciente en el confortar y perdonar. La
Iglesia se haga voz de cada hombre y mujer y repita con confianza y sin descanso:
“Acuérdate, Señor, de tu misericordia y de tu amor; que son eternos” (Sal 25,6).
Dado en Roma, junto a San Pedro, el 11 de abril, Vigilia del Segundo Domingo de
Pascua o de la Divina Misericordia, del Año del Señor 2015, tercero de mi pontificado.
JESÚS, EL HOMBRE QUE AMA
COMO DIOS. Vivir hoy la condición
humana al estilo de Jesús
Teófilo CABESTRERO
Encuadernación: Rústica
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Precio sin IVA: 11,54 €
Precio con IVA: 12,00 €
Si analizamos con claridad y realismo lo más esencial de nuestra condición humana, sus luces y sus
sombras, veremos que ella misma nos hace capaces de lo mejor y también de lo peor, de ser muy
humanos o inhumanos. Y descubriremos que la felicidad o la desdicha en la vida dependen de la
calidad de nuestras relaciones interpersonales, del amor o el desamor con que las vivamos.
Y si después de esa exploración abrimos los evangelios y observamos cómo vivió Jesús nuestra
condición humana, veremos qué tipo de hombre fue y contemplaremos en Él la humanización del
amor de Dios. Jesús comparte con nosotros su Espíritu, la fuerza de vivir en el amor sin egoísmos
que dinamiza las mejores esencias de nuestra condición hacia la felicidad personal, familiar y
común.
Ese es el itinerario de las páginas de este ensayo, escrito con el corazón y la cabeza, atento a nuestra
vida cotidiana que en el mundo actual se nos deshumaniza fácilmente, lo que hace aún más atractiva
y necesaria la propuesta de Jesús.
ESPIRITUALIDAD PARA TIEMPOS
DE CRISIS
Miguel Ángel MESA BOUZAS
ISBN: 9788433027344
Colección: CAMINOS
Edición: 1ª
Páginas: 216
Formato: 13x21 cm
Encuadernación: Rústica
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Precio sin IVA: 11,54 €
Precio con IVA: 12,00 €
Este libro que tienes en tus manos respira por todos los poros, y buena falta que nos hace respirar en
estos tiempos de crisis. Por eso es tan urgente la espiritualidad. Siempre lo fue, y hoy lo es más
todavía. La espiritualidad no es propiedad de ninguna religión, ni de la religión. Es el arte de
respirar, de acoger y de infundir el Espíritu. Este libro nos ayuda a respirar. Late en cada página
todo lo que duele a la vida, lo que la hiere y la ahoga. Y lo que la cura y alivia. Aquí encontrarás el
diagnóstico justo en las palabras que salen al paso una y otra vez: explotación, paro, desahucio,
opresión, pobreza, recortes... Es la elegía de la crisis, tan antigua y extendida.
Pero acerca tu oído, escucha más adentro. Del fondo de la crisis sube el aliento de la vida nueva, del
mundo nuevo, con otras palabras, las más bellas y verdaderas: vida, entraña, encarnar, regalo,
gratitud, cotidianidad, hondura... Es el salmo de la vida. Cada página rebosa sencillez, claridad y
hondura. No hay pretensión ni artificio. En la gracia de la palabra se derrama la gracia de la vida.
Cada capítulo se abre con la cita de un pensamiento y se cierra con una bienaventuranza que abre la
mirada y el aliento.
Dice Pedro Casaldáliga en el epílogo: El libro es un abanico de actitudes complementarias,
esenciales para que la espiritualidad no sea dicotómica ni vivida fuera del lugar y la hora. Es una
espiritualidad que se nutre del Misterio de la Encarnación asimilado en la integridad de la Pascua. Es
espiritualidad de la liberación... Una espiritualidad integral...
Esa mirada inocente sobre el mundo
El maestro Emilio Lledó y el discípulo Manuel Cruz
hablan del pasado, la vida, la esperanza y la enseñanza
en los viejos años del franquismo
Juan Cruz 9 ABR 2015 - 00:05 CEST
Emilio Lledó, detrás de Manuel Cruz. / Bernardo Pérez
A Emilio Lledó (Sevilla, 1927) le otorgaron, a finales de 2014, tantos premios que el profesor sintió que
se habían equivocado de destinatario. Le dieron el premio de los editores españoles, el Premio Nacional
de las Letras y el Henríquez Ureña de la Academia Mexicana de la Lengua. Él es académico de la
Española y ha tenido a lo largo de su vida un número incontable de discípulos. Entre ellos, el también
filósofo Manuel Cruz (Barcelona, 1951), con quien dialoga para Babelia sobre el aprendizaje y el
magisterio, y sobre esta época como heredera de una que aún pesa mucho, el franquismo.
PREGUNTA. ¿Qué es un maestro? ¿Cómo se aprende? MANUEL CRUZ. Creo que cuando conoces a un profesor, el vínculo que se establece con él no es el de
maestro, sino el de profesor. De un profesor se admira su sabiduría, su deslumbrante información. La
relación tiene que ver con el conocimiento. Con el paso del tiempo, cuando el alumno ya no es del todo
ignorante sigue valorando el conocimiento, pero ya está en condiciones de apreciar otras cosas.
Es en ese momento cuando el alumno empieza a darse cuenta de que esa persona, además de tener mucha
información y de saber mucho, tiene otras cualidades. El modo de entender y la relación que tiene con la
filosofía, con el pensamiento, y el modo en que va por la vida con todo esto. Lo empieza a identificar
como maestro cuando empieza a ver en él cosas que cuando eres joven no estás en condiciones de ver.
Cómo vive un filósofo no pueden apreciarlo hasta más tarde.
EMILIO LLEDÓ. Me haces evocar nuestra propia historia en un contexto muy curioso. Nunca he tenido
conciencia de lo que es la maestría, pero lo que acaba de decir Manolo me lo ha puesto en la memoria, tus
palabras me evocan qué es lo que yo era para mí mismo y no tengo conciencia de ello. No tengo
conciencia como maestro, sino como profesor que iba a cumplir una misión determinada, una función,
una obligación, un trabajo en definitiva.
Sí es verdad que quise hacer de ese trabajo algo distinto a lo que yo había encontrado en la universidad de
Madrid en la que me formé. Yo estaba lleno de entusiasmo porque en la experiencia de la universidad
franquista que padecí flotaron dos o tres figuras muy respetables, y en el campo de la filología clásica,
figuras de primerísima fila.
Suspendí la primera cátedra a la Universidad de Valencia; a los pocos meses conseguí la de La Laguna y
llegué allí con unas ganas enormes de captar mi ser, mi función. Tengo que recordar una anécdota con
Delibes. Montse [su esposa] y yo ya teníamos casa en Madrid y La Laguna nos parecía que estaba muy
lejos. Delibes me dijo: “Lejos, ¿de dónde?”.
No tengo conciencia como maestro, sino como profesor que iba a cumplir una misión determinada, una
función, una obligación”
E. Lledó
No lo dudamos desde luego y los tres años en La Laguna fueron inolvidables, me encontré con un calor,
un eco y una acogida maravillosos. Me di cuenta de que yo quería a aquellos jóvenes que se sentaban
frente a mí y que ellos me querían. Aquellos años no publiqué ni una línea, sólo preparaba las clases, me
enrollaba, valga la expresión, y creo que unas de las mejores clases que he dado han estado inspiradas en
aquella preparación previa, totalmente distintas de las demás.
P. ¿Qué quiso enseñar usted, don Emilio? E. LL. En los años de comunes, Fundamentos de Filosofía e Historia de los Sistemas Filosóficos, como
pomposamente se llamaba la disciplina. Pero lo que quería era abrir el riquísimo horizonte que la filosofía
arrastra. Quería enseñar lo mejor que sabía.
Claro, en esa enseñanza se transmitía lo que yo era, un hombre con 36-37 años con 10 años de
experiencia en la Universidad de Heidelberg; jugaba con mucha ventaja, y no porque hubiera aprendido
muchas cosas que mecánicamente transmitiera a mis alumnos, era totalmente ajeno a esa idea. Pero fue
un shock encontrarme con la vieja Universidad de Heidelberg en 1953, llena de novedad, donde no había
asignaturas, donde los profesores hablaban cada semestre de temas distintos dentro de su especialidad con
total libertad.
Se ve que cuando llegué ya llevaba ese espíritu, esa inquietud, y me sentí entusiasmado. Me fui al acabar
el servicio militar, con 53 kilos de peso y con una maleta de cartón con las esquinas metálicas.
M. C. El maestro emerge tarde, como decía. El maestro era un modelo con otra forma de hacer las cosas
para entender la filosofía, pero también para transmitirla, para enseñarla. Es lo que en primera instancia
nos llamaba la atención, otra forma de enseñar filosofía, el no estar pegado al programa de la asignatura;
él se quejaba mucho del “asignaturismo”, era como remover las fichas del dominó y transmitir lo que
sabía de otra manera, todo distinto. La transmisión del saber.
Con el tiempo te llama la atención una constante que aún se mantiene en él, esa mirada inocente sobre el
mundo, que no ingenua. Una mirada limpia, desprejuiciada en la medida de lo posible; eso es lo que nos
llamaba la atención porque no lo encontrábamos en otros profesores.
Se repite mucho la frase “no se enseña filosofía, se enseña a filosofar”, pero nadie explica en qué consiste
enseñar a filosofar. Pues nosotros a lo que asistíamos era al ejercicio vivo del filosofar. Es lo que sale
tiempo después, te das cuenta de que en la gente que ha estado en sus clases ha quedado una memoria
viva de esas clases, y que no existe la misma memoria ni con la misma intensidad con otros profesores.
Se empieza a identificar a un maestro cuando ves cosas en él que de joven no estás en condiciones de ver”
M. Cruz
Fue una experiencia del filosofar realmente impactante para nosotros. Creo que es lo que ha quedado en
toda la gente que estuvo en sus clases.
P. ¿Se siente reconocido con esa mirada inocente? E. LL. Tendríamos que pensar qué significa esa inocencia. Aunque Manolo lo ha querido evitar, también
había una cierta ingenuidad, sinceridad o sencillez.
La idea del profesor que se sube a la tarima e impone cosas siempre me ha parecido repugnante, no iba
conmigo, con mi manera de ser. Me escandaliza que algún político de nuestro país diga que al profesor
hay que darle autoridad: la autoridad se la gana uno mismo, enseñando cómo es él en la manera de
entender la materia que tiene que transmitir.
Es verdad que yo tenía esa inocencia porque me sentía parte de una pequeña familia mientras duraba la
clase, aunque los alumnos casi siempre estuvieran callados. Éramos una familia que nos queríamos, en la
que yo hacía funciones de padre o hermano mayor que enseñaba algo que a mí me interesaba y que me
parecía fundamental para que ellos se enriquecieran. Era un transmisor (con mayor o menor fortuna) de
ese enriquecimiento.
M. C. Está muy bien traído lo de la autoridad porque la gran diferencia entre autoridad y poder es que la
autoridad te la atribuyen, no puedes decir que tienes autoridad, pero sí puedes decir que tienes poder. La
autoridad te la han de conceder los demás, es absolutamente democrática. Ese reconocimiento por parte
de los que han estado en sus clases es un reconocimiento de autoridad que tiene que ver con el mérito, no
con el escalafón o cosas por el estilo.
En la época de Barcelona, finales de los sesenta, principios de los setenta, los últimos años del
franquismo, a punto de la Transición, esa actitud estaba en el ambiente, no podíamos ser resabiados, no
teníamos derecho a serlo; hoy mucha gente lo es. Teníamos la oportunidad, incluso el deber, porque algo
nuevo estaba a punto de irrumpir. En esa disposición, la mirada inocente era la que correspondía, mientras
que la mirada resabiada, por ejemplo, de algún profesor, era la mirada de lo viejo, del que cree que está de
vuelta y que en el fondo se iba a quedar descolgado.
En ese sentido, las generaciones posteriores han arrastrado un peculiar déficit, lo que llamaría el
piterpanismo, una generación, a la que nosotros pertenecemos, a la que le ha costado asumir su lugar, lo
digo con la boca pequeña, y que por eso tampoco ha sabido darse cuenta de la responsabilidad que
significaba que los demás te reconocieran un poquito de autoridad.
P. ¿Está de acuerdo con esta visión de aquel momento?
Cruz y Lledó, durante la charla. / Bernardo Pérez
E. LL. Hace 20 años que estoy alejado de la práctica universitaria, lo que ha sido mi vida. Es cierto que
teníamos algo esperanzador, todos estábamos contra aquella universidad del régimen con el que no
estábamos de acuerdo, esperábamos algo. Estábamos en una dictadura, en un ambiente asfixiante, y sin
embargo nunca he sentido más libertad que en aquellos años de La Laguna y del patio de la Universidad
de Barcelona donde latía la vida.
En los 11 años que estuve en Barcelona descubrí lo que realmente era vivir, la vida de un profesor
universitario, la de intentar transmitir también la esperanza que todos sentíamos de que aquello acabaría
en algún momento, como así fue. En el fondo, la filosofía tenía que ver con conceptos esenciales como la
justicia, el bien, la sabiduría, la comunicación y la palabra. Estar intentando tocar a través de la filosofía
esos grandes conceptos y que pudiera modernizar, esperanzar un eco para un futuro que estaba llegando
era mi función como profesor, aunque entonces no fuera consciente de ello.
Ahora estamos desesperanzados; entonces luchábamos para algo y contra algo desde nuestro pequeño
espacio, desde el mío como profesor y el de aquellos alumnos que gritaban contra el franquismo desde el
patio de la Universidad de Barcelona. Era algo que nos unía.
M. C. El piterpanismo marca una diferencia entre una generación y las otras en la práctica en la que se
expresaba. El piterpanista no se reconoce como el padre; como mucho, como el hermano mayor que usted
decía, el colega de los alumnos. Esa actitud, que se prolongó demasiado tiempo por parte de las
generaciones posteriores porque lo inauguraban todo, la democracia, el gobierno de izquierdas, vivían en
excitación permanente… creo que hizo que no pudieran o no quisieran asumir su papel de la manera que
usted sí pudo asumir.
Estoy pensando en lo que decía Hannah Arendt: “¿Cuál es la función del educador? El educador es la
correa de transmisión de la herencia recibida”. La herencia llega, se ve, se examina, se critica, se mejora,
se limpia y se traspasa a las siguientes generaciones en las mejores condiciones. Es lo que usted hacía.
Nos hablaba de Platón, pero nos aclaraba que no era ese Platón del que nos hablaron, sino otro, el que él
veía o el que podía servir. Asumía la tradición explícitamente, la trabajaba y la transmitía.
Las siguientes generaciones no se han atrevido a hacerlo. El concepto tradición era como el de autoridad.
Un hándicap que nos ha lastrado durante mucho tiempo ha sido el miedo a algunas palabras como
tradición o autoridad, hay que reconsiderar lo que quiere decir tradición y a continuación reivindicarlo.
La autoridad se la gana uno mismo, enseñando cómo es él en la manera de entender la materia que quiere
transmitir”
E. Lledó
En ese sentido creo que don Emilio pudo asumir ese papel de una forma plena, con todas sus
consecuencias, mientras que las generaciones posteriores han estado dudando.
P. ¿Qué consecuencias ha tenido? E. LL. También había una especie de sinceridad, de naturalidad. Yo pude ser catedrático en aquella época
franquista y para mí fue una enorme sorpresa en el sentido más hondo, feliz y alegre porque en esa
profesión se realizaba algo de lo que yo tenía, de lo que yo sentía. Mi manera de entender la filosofía y
transmitirla era también mi yo, y me parecía que en esas clases —puede parecer un poco narcisista, pero
no lo es— mi trabajo era importante y es lo que provocaba esa apertura, esa inocencia, ese no tener
excesivos prejuicios aunque tenía el maravilloso prejuicio de ser quien era. Si eres quien eres, esa
quienidad, valga la expresión [risas], se tiene que transmitir.
En esa quienidad —¡Dios, qué palabra! Me van a echar de la Academia— se transmitía una buena
voluntad, sin la menor duda, el querer algo que brota de algo que tú tienes, que no es del todo malo sino
bueno, y además esa transmisión es bondad.
Quisiera añadir algo sobre la memoria viva. Todos somos lo que hemos sido —por eso hay que seguir
insistiendo en la memoria histórica, los defensores del olvido acaban en el alzhéimer colectivo más feroz
e inaceptable—, la memoria es lo que hemos sido, lo que hemos aprendido, lo que consciente o
inconscientemente ha ido posándose en nuestro ser, es lo que nos constituye. Estar siempre presente
siendo desde lo que hemos sido, siendo en lo que hemos sido o siendo hasta para lo que hemos sido, la
memoria viva, vivir esa memoria, revivir esa memoria.
Yo revivía a Platón, a Kant, a Sartre, a Nietzsche o a quien se me pusiera por delante que yo hubiera
estudiado bien. La misión de un profesor es revivir: lo dices tú, lo enseñas tú y lo haces palabra tú. La
palabra está mojada, digo muchas veces que nacemos en una lengua materna y que somos una lengua
matriz, estamos montados en nuestro matricismo.
P. Decían que buscaban una esperanza. Don Emilio vivió la guerra, Manuel no; los dos vivieron el
franquismo. ¿Cuál era la esperanza de cada uno de ustedes? ¿Cómo se ha ido constituyendo la
esperanza, en decepción o en otra esperanza diferente?
La autoridad te la han de conceder los demás, es un reconocimiento absolutamente democrático”
M. Cruz
E. LL. Tuve la desgracia de vivir la Guerra Civil, de saber lo que es, de haber visto la muerte, cuerpos
destrozados en bombardeos. Mi padre era militar en Vicálvaro; algunas veces me trajo a Madrid y
recuerdo esas imágenes desde niño, he visto que la sangre mancha, que la pólvora huele; he sentido la
destrucción real después de caer una bomba y no se olvida jamás.
Tengo clarísimas las imágenes de la Guerra Civil y es una suerte poder evocarlas y referirme a ellas
porque es una experiencia única haber vivido los horrores de nuestra guerra. Ahí descubrí que tenía que
buscar algo que no fuera aquella violencia y que se pareciera más a aquella escuela pública de Vicálvaro
con don Francisco López Sánchez.
En aquella atmósfera de inseguridad, muerte y asesinatos, y no digamos en la del hambre real de la
posguerra, cuando expulsaron a mi padre del ejército, y que duró casi 10 años, teníamos que esperar un
país donde aquello no fuera posible, donde esa miseria mental que procuraban inocularnos y la material
por la ausencia de comida no se repitiera jamás.
P. El franquismo. ¿Qué supuso esa época para vosotros? ¿Qué herida dejó en este país? E. LL. Era una herida estimuladora, no infectada, queríamos curarla de verdad. Si hubiera seguido aquí,
habría sido distinto. Cuando llegué a Heidelberg sólo estábamos dos o tres españoles allí, fue un poco
antes de la gran oleada de trabajadores españoles que salieron, sobre todo andaluces.
Me parece injusto cuando hablan de la pereza andaluza: se fueron a Alemania huyendo del hambre. Una
de las grandes esperanzas que quedan y que tenemos que revisar es esa idea de los topicazos que coagulan
nuestra mente y que nos impiden pensar. Tiene que ver con la educación y con lo que hablábamos antes.
Yo no pensaba que como profesor pudiera servir para algo. Ese para algo era para esperanzarse o para
esperancearse —van a acabar echándome de la Academia—, una cosa es esperar y otra esperancear. La
esperanza era algo lleno de interés, de conocimiento y sobre todo de afecto, pasión, deseo porque este
país fuera distinto del que estábamos viviendo.
Manuel Cruz y Emilio Lledó. / Bernardo Pérez
Simone Weil: «Sobre la supresión general
de los partidos políticos»
Simone Weil (1909-1943)
«El hecho de que [los partidos políticos] existan no es motivo suficiente para conservarlos. Sólo el bien es
un motivo legítimo de conservación. El mal de los partidos políticos salta a la vista. El problema que hay
que examinar es si hay en ellos un bien mayor que el mal, que haga que su existencia sea deseable.
Pero sería más adecuado preguntarse: ¿Hay en ellos una parcela, aunque sea infinitesimal, de bien? ¿No
son acaso mal en estado puro o casi?
Si son algo malo, está claro que de hecho y en la práctica solo podrán producir el mal. Es un artículo de
fe. “Un buen árbol jamás dará malos frutos, ni un árbol podrido buenos frutos”.
Pero primero hay que reconocer cuál es el criterio del bien. Sólo puede ser la verdad, la justicia, y, en
segundo lugar, la utilidad pública.
La democracia, el poder de los más, no es un bien. Es un medio con vistas al bien, estimado eficaz con
razón o sin ella. Si la República de Weimar, en lugar de Hitler, hubiera decidido por vías rigurosamente
parlamentarias y legales meter a los judíos en campos de concentración y torturarlos con refinamiento
hasta la muerte, las torturas no habrían tenido ni un átomo de legitimidad más de la que ahora tienen.
Ahora bien, algo parecido a esto no es totalmente inconcebible.
Sólo lo que es justo es legítimo. El crimen y la mentira no lo son en ningún caso.
Nuestro ideal republicano procede enteramente de la voluntad general de Rousseau. Pero el sentido de
esta noción se perdió casi de inmediato, porque es compleja y demanda un alto grado de atención.
Dejando de lado algunos capítulos, pocos libros son tan hermosos, fuertes, lúcidos y claros como lo es El
contrato social. Se dice que pocos son los libros que han tenido tanta influencia. Pero de hecho todo
sucedió y sucede como si no hubiera sido leído nunca.
Rousseau partía de dos evidencias. Una, que la razón discierne y elige la justicia y la utilidad inocente,
y que todo crimen tiene como móvil la pasión. Otra, que la razón es idéntica en todos los hombres,
frente a las pasiones, que, casi siempre, difieren. En consecuencia si, sobre un problema general,
cada uno reflexiona en soledad y expresa una opinión, y si después se comparan las opiniones entre
sí, probablemente coincidirán por el lado justo y razonable de cada una y diferirán por las
injusticias y los errores. Únicamente en virtud de un razonamiento de este tipo se admite que el
consensus universal indica la verdad.
La verdad es una. La justicia es una. Los errores, las injusticias son indefinidamente variables. De
esta manera, los hombres convergen en lo justo y lo verdadero, y en cambio la mentira y el crimen los
hacen divergir indefinidamente. Puesto que la unión es una fuerza material, se puede esperar encontrar en
ella un recurso para hacer que la verdad y la justicia sean aquí abajo materialmente más fuertes que el
crimen y el error. Se precisa un mecanismo conveniente. Si la democracia constituye tal mecanismo, es
buena. Si no, no.
Una voluntad injusta, común a toda la nación, no era en absoluto superior, a ojos de Rousseau —y tenía
razón—, a la voluntad injusta de un hombre. Rousseau pensaba, tan solo, que casi siempre una voluntad
común de todo un pueblo era, de hecho, conforme con la justicia, por neutralización mutua y
compensación de pasiones particulares. Ese era para él el único motivo de preferir la voluntad del pueblo
a una voluntad particular.
Asimismo una cierta masa de agua, aun cuando compuesta de partículas que se mueven y chocan sin
cesar, se encuentra en equilibrio y reposo perfectos. Devuelve a los objetos sus imágenes con verdad
irreprochable. Indica perfectamente el plano horizontal. Dice sin error la densidad de los objetos
sumergidos.
Si individuos apasionados, empujados por la pasión al crimen y a la mentira, se componen del mismo
modo formando un pueblo verídico y justo, entonces es bueno que el pueblo sea soberano. Una
constitución democrática es buena si, primero, realiza en el pueblo ese estado de equilibrio, y si, solo
después, hace que las voluntades del pueblo sean ejecutadas.
El verdadero espíritu de 1789 consiste en pensar no que algo es justo porque el pueblo lo quiere,
sino que, bajo ciertas condiciones, la voluntad del pueblo tiene más posibilidades que ninguna otra
voluntad de ser conforme a la justicia.
Hay varias condiciones indispensables para poder aplicar la noción de voluntad general. Dos deben
retener particularmente la atención.
Una es que, en el momento en que el pueblo toma conciencia de una de sus voluntades y la expresa, no
hay ninguna especie de pasión colectiva.
Es del todo evidente que el razonamiento de Rousseau se desmorona en cuanto hay pasión colectiva.
Rousseau lo sabía perfectamente. La pasión colectiva es un impulso al crimen y a la mentira
infinitamente más poderoso que cualquier pasión individual. Los malos impulsos, en este caso, lejos
de neutralizarse, se elevan mutuamente a la milésima potencia. La presión es casi irresistible si no se es
un auténtico santo.
Un agua a la que una corriente violenta, impetuosa, pone en movimiento ya no refleja los objetos, ya no
tiene una superficie horizontal, ya no indica las densidades. E importa muy poco que sea movida por una
única corriente o por cinco o seis que se entrechocan y forman remolinos. En ambos casos, se encuentra
igualmente turbada.
Si una sola pasión colectiva se apodera de todo un país, el país entero es unánime en el crimen. Si
dos, cuatro, cinco o diez pasiones colectivas lo dividen, está dividido en varias bandas de criminales.
Las pasiones divergentes no se neutralizan, como sucede en el caso de un sinfín de pasiones individuales
fundidas en una masa; el número es demasiado pequeño, la fuerza de cada una es demasiado grande para
que pueda darse la neutralización. La lucha las exaspera. Se entrechocan con un ruido verdaderamente
infernal que hace imposible que se oiga, ni por un segundo, la voz de la justicia y de la verdad,
siempre casi imperceptible.
Cuando hay pasión colectiva en un país, es probable que una voluntad particular cualquiera esté más
cerca de la justicia y de la razón que la voluntad general, o más bien que lo que constituye su caricatura.
La segunda condición es que el pueblo tenga que expresar su voluntad respecto de los problemas de la
vida pública y no solo elegir a las personas. Y aún menos una elección de colectividades irresponsables.
Pues la voluntad general no tiene ninguna relación con una tal elección.
Si hubo en 1789 una cierta expresión de la voluntad general, aun cuando se adoptara el sistema
representativo a falta de saber imaginar otro, es porque hubo algo bastante diferente de las elecciones.
Todo lo que había de vivo a través de todo el país —y el país se desbordaba de vida— había intentado
expresar un pensamiento mediante el órgano de los Cahiers de revendication [Cuadernos de
reivindicación]. Los representantes se habían hecho conocer, en gran parte, en el curso de esa cooperación
en el pensamiento; conservaban su calor; sentían que el país estaba atento a sus palabras, celoso de vigilar
si traducían exactamente sus aspiraciones. Durante algún tiempo —poco tiempo— fueron
verdaderamente simples órganos de expresión para el pensamiento público.
Semejante cosa no se volvió a producir nunca más. Enunciar estas dos condiciones muestra que nunca
hemos conocido nada que se asemeje, ni de lejos, a una democracia. En lo que nombramos con ese
nombre, el pueblo no ha tenido nunca la ocasión ni los medios de expresar un parecer sobre un
problema cualquiera de la vida pública; y todo lo que escapa a los intereses particulares se deja
para las pasiones colectivas, a las que se alimenta sistemática y oficialmente.
II.
El mismo uso de las palabras democracia y república obliga a que se examine con atención extrema los
dos problemas siguientes:
¿Cómo darles de hecho, a los hombres que componen el pueblo de Francia, la posibilidad de expresar a
veces un juicio sobre los grandes problemas de la vida pública?
¿Cómo impedir, en el momento en el que se interroga al pueblo, que a través suyo circule cualquier
pasión colectiva?
Si no se piensa en esos dos puntos, es inútil hablar de legitimidad republicana.
Las soluciones no son fáciles de concebir. Pero es evidente, tras un examen atento, que cualquier solución
implicaría en primer lugar la supresión de los partidos políticos.
Para valorar a los partidos políticos según el criterio de la verdad, de la justicia, del bien público,
conviene comenzar discerniendo sus características esenciales.
Se pueden enumerar tres:
Un partido político es una máquina de fabricar pasión colectiva.
Un partido político es una organización construida de tal modo que ejerce una presión colectiva
sobre el pensamiento de cada uno de los seres humanos que son sus miembros.
La primera finalidad y, en última instancia, la única finalidad de todo partido político es su propio
crecimiento, y eso sin límite.
Debido a este triple carácter, todo partido político es totalitario en germen y en aspiración. Si de hecho no
lo es, es solo porque los que lo rodean no lo son menos que él.
Estas tres características son verdades de hecho, evidentes para cualquiera que se haya aproximado a la
vida de los partidos.
La tercera es un caso particular de un fenómeno que se produce allí donde el colectivo domina a los seres
pensantes. Es la inversión de la relación entre fin y medio. En todas partes, sin excepción, todas las
cosas generalmente consideradas como fines son, por naturaleza, por definición, por esencia, y de la
manera más evidente, únicamente medios. Se podría citar tantos ejemplos como se quisiera en
todos los campos. Dinero, poder, Estado, grandeza nacional, producción económica, diplomas
universitarios; y muchos más.
Sólo el bien es un fin. Todo lo que pertenece al dominio de los hechos es del orden de los medios. Pero el
pensamiento colectivo es incapaz de elevarse por encima del dominio de los hechos. Es un pensamiento
animal. Posee la noción de bien solo lo suficiente como para cometer el error de tomar tal o cual medio
por el bien absoluto. Y eso es lo que sucede con los partidos: un partido es, en principio, un instrumento
para servir a una cierta concepción del bien público.
Esto es cierto incluso de aquellos que están vinculados a los intereses de una categoría social, pues
siempre existe una cierta concepción del bien público, en virtud de la cual habría coincidencia entre el
bien público y esos intereses. Pero esa concepción es extremadamente vaga. Esto es verdad sin excepción
y casi sin diferencia de grados. Los partidos más inconsistentes y los más estrictamente organizados son
iguales por lo vaga que es su doctrina. Ningún hombre, aun cuando hubiere estudiado profundamente la
política, sería capaz de una exposición precisa y clara respecto de la doctrina de ningún partido, incluido,
si se diera el caso, del suyo propio.
Las gentes no se confiesan esto a sí mismas en absoluto. Si se lo confesaran, estarían ingenuamente
tentadas de verlo como un signo de incapacidad personal, por no haber reconocido que la expresión
«doctrina de un partido político» no puede jamás, por la naturaleza de las cosas, tener significado alguno.
Un hombre, aunque pase toda su vida escribiendo y examinando problemas de ideas, solo raramente tiene
una doctrina. Una colectividad no la tiene jamás. No es una mercancía colectiva. Se puede hablar, cierto
es, de doctrina cristiana, doctrina hindú, doctrina pitagórica, etc. Lo que se designa entonces con esa
palabra no es ni individual, ni colectivo; es una cosa situada infinitamente por encima de este o aquel
nivel. Es, pura y simplemente, la verdad.
La finalidad de un partido político es algo vago e irreal. Si fuera real, exigiría un esfuerzo muy grande de
atención, pues una concepción del bien público no es algo fácil de pensar. La existencia del partido es
palpable, evidente, y no exige ningún esfuerzo para ser reconocida. Así, es inevitable que de hecho sea
el partido para sí mismo su propia finalidad.
En consecuencia hay idolatría, pues solo Dios es legítimamente una finalidad para sí mismo.
La transición es fácil. Se pone como axioma que la condición necesaria y suficiente para que el partido
sirva eficazmente a la concepción del bien público con vistas a la cual existe es que posea una gran
cantidad de poder.
Pero ninguna cantidad finita de poder puede jamás, de hecho, ser mirada como suficiente, sobre todo una
vez obtenida. El partido se encuentra, de hecho, debido a la ausencia de pensamiento, en un estado
continuo de impotencia que atribuye siempre a la insuficiencia del poder de que dispone. Aun cuando
fuera el dueño absoluto del país, las necesidades internacionales serían las que impondrían límites
estrechos.
De este modo, la tendencia esencial de los partidos es totalitaria, no solo en lo que respecta a una
nación, sino en lo que respecta al globo terrestre. Precisamente porque la concepción del bien público
propia -de tal o cual partido es una ficción, algo vacío, sin realidad, es- por lo que impone la búsqueda del
poder total. Toda realidad implica por sí misma un límite. Lo que no existe en absoluto no es jamás
limitable.
Por eso es por lo que hay afinidad, alianza entre el totalitarismo y la mentira.
Mucha gente, cierto es, nunca piensa en el poder total; ese pensamiento les daría miedo. Es vertiginoso, se
precisa una especie de grandeza para sostenerlo. Esa gente, cuando se interesa por un partido, se contenta
con desear su crecimiento; pero como algo que no comporta ningún límite. Si este año hay tres miembros
más que el año pasado, o si la colecta ha conseguido cien francos más, están contentos. Pero desean que
eso continúe indefinidamente en la misma dirección. Jamás concebirían que su partido pudiera tener,
en ningún caso, demasiados miembros, demasiados electores, demasiado dinero.
El temperamento revolucionario conduce a concebir la totalidad. El temperamento pequeño-burgués
conduce a instalarse en la imagen de un progreso lento, continuo y sin límite. Pero en ambos casos el
crecimiento material del partido deviene el único criterio respecto del cual se definen el bien y el mal de
todas las cosas. Exactamente como si el partido fuera un animal al que hay que engordar, y como si el
universo hubiera sido creado para hacerlo engordar.
No se puede servir a Dios y a Mammon. Si se tiene un criterio del bien distinto al bien, se pierde la
noción del bien.
Desde el momento en que el crecimiento del partido constituye un criterio del bien, se sigue
inevitablemente la existencia de una presión colectiva del partido sobre el pensamiento de los
hombres. Esa presión se ejerce de hecho. Se muestra públicamente. Se confiesa, se proclama. Nos
horrorizaría, de no ser porque la costumbre nos ha endurecido.
Los partidos son organismos públicos, oficialmente constituidos de manera que matan en las almas el
sentido de la verdad y de la justicia.
Se ejerce la presión colectiva sobre el gran público mediante la propaganda. La finalidad confesada de la
propaganda es persuadir y no comunicar luz. Hitler vio perfectamente que la propaganda es siempre un
intento de someter a los espíritus. Todos los partidos hacen propaganda. El que no la hiciera desaparecería
por el hecho de que los demás sí la hacen. Todos confiesan que hacen propaganda. Nadie es tan audaz en
la mentira como para afirmar que se propone la educación del público, que forma el juicio del pueblo.
Los partidos hablan, cierto es, de educación de los que se les han acercado, simpatizantes, jóvenes,
nuevos adherentes. Esa palabra es una mentira. Se trata de un adiestramiento para preparar la
influencia mucho más severa que el partido ejerce sobre el pensamiento de sus miembros.
Supongamos que un miembro de un partido —diputado, candidato a diputado, o simplemente militante—
adquiera en público el siguiente compromiso: «Cada vez que examine cualquier problema político o
social, me comprometo a olvidar absolutamente el hecho de que soy miembro de tal grupo y a
preocuparme exclusivamente de discernir el bien público y la justicia.» Ese lenguaje sería muy mal
acogido. Los suyos, e incluso muchos otros, lo acusarían de traición. Los menos hostiles dirían:
«Entonces, ¿para qué se ha afiliado a un partido?», confesando de esta manera ingenua que, cuando se
entra en un partido, se renuncia a buscar únicamente el bien público y la justicia. Ese hombre sería
excluido de su partido, o por lo menos perdería la investidura; seguramente no sería elegido.
Pero aún más, ni siquiera parece posible que un lenguaje así se use. De hecho, salvo error, jamás ha sido
usado. Si se han pronunciado algunas palabras próximas a esas, sólo lo hicieron hombres deseosos de
gobernar con el apoyo de otros partidos distintos del suyo. Tales palabras sonaban entonces como una
especie de afrenta al honor.
Por el contrario, se considera totalmente natural, razonable y honorable que alguien diga: «Como
conservador… —o como socialista— pienso que…».Esto, cierto es, no lo hacen sólo los partidos. No se
sonroja quien dice: «Como francés, pienso que…», «Como católico, pienso que…». Unas jovencitas, que
se proclamaban vinculadas al gaullismo como equivalente francés del hitlerismo, añadían: «La verdad es
relativa, incluso en geometría». Estaban tocando el punto central.
Si no hay verdad, es legítimo pensar de tal o cual manera en tanto uno es tal o cual cosa. Del mismo modo
que se tiene el cabello negro, castaño, rojizo o rubio porque se es así, también se emiten tales o cuales
ideas. El pensamiento, como el cabello, es entonces el producto de un proceso físico de eliminación. Si se
reconoce que hay una verdad, solo está permitido pensar lo que es verdadero. Entonces se piensa tal cosa
no porque se da el caso de que de hecho uno es francés, o católico, o socialista, sino porque la luz
irresistible de la evidencia obliga a pensar así y no de otra manera. Si no hay evidencia, si hay duda,
entonces es evidente que, en el estado de conocimientos del que se dispone, la cuestión es dudosa. Si
existe una débil probabilidad de un lado, es evidente que hay una débil probabilidad; y así con todo lo
demás. En todos los casos, la luz interior concede siempre a cualquiera que la consulte una respuesta
manifiesta. El contenido de la respuesta es más o menos afirmativo; importa poco. Siempre es susceptible
de revisión; pero ninguna corrección puede llevarse a cabo a no ser mediante la luz interior.
Si un hombre, miembro de un partido, está absolutamente decidido a ser fiel, en todos sus pensamientos,
tan solo a la luz interior y a nada más, no puede dar a conocer esa resolución a su partido. Entonces se
encuentra respecto del partido en estado de mentira. Es una situación que solo puede ser aceptada a causa
de la necesidad, que obliga a estar en un partido para tomar parte eficazmente en los asuntos públicos.
Pero entonces esa necesidad es un mal y hay que ponerle fin suprimiendo los partidos.
Un hombre que no ha adoptado la resolución de fidelidad exclusiva a la luz interior instala la mentira en
el centro mismo del alma. Las tinieblas interiores son su castigo.
Sería un intento vano salir de esa situación mediante la distinción entre libertad interior y disciplina
exterior. Pues hay que mentir entonces al público, hacia el que todo candidato, todo elegido, tiene una
obligación particular de verdad.
Si me planteo decir, en nombre de mi partido, cosas que estimo contrarias a la verdad y a la
justicia, ¿voy a indicarlo en una advertencia previa? Si no lo hago, miento.
De esas tres formas de mentira —al partido, al público, a uno mismo— la primera es con mucho la menos
mala. Pero si la pertenencia a un partido obliga siempre y en todos los casos a la mentira, la existencia de
los partidos es absolutamente, incondicionalmente, un mal».
Bioética ¿por qué?
Avedis Aznavurian Apajian
El regreso a las fuentes originales del conocimiento humano es condición “sine qua non” para
comprender las contradicciones del tiempo actual. La Filosofía y sus descendientes, léase Ética, Bioética
y demás no pueden ser examinadas con imparcialidad si no se tienen nociones básicas acerca del devenir
histórico de ellas.
Insistir en este tiempo en la Ética y ahora en la Bioética debe verse desde perspectivas diferentes; en la
actualidad es muy sencillo, al calor de la moda, declararse ¿Bioeticista? No importa la ignorancia de la
Historia, ni el respeto al trabajo que debería tenerse hacia la Filosofía y los filósofos profesionales; desde
las llamadas “ciencias duras” se pontifica hacia las humanidades y se da como verdad absoluta una base
empírica con la que se justifica esa posesión de la verdad.
La moda justifica como “cajón de sastre” incluir en la Bioética, todo aquello que se les ocurra presentar
del tema. A esta confusión, contribuyen también los profesionales de la Humanidades, al presentar un
mundo completo de confusiones: autores, problemas, teorías éticas y más, creando con ello una barrera
difícil de superar.
Volver a las fuentes originales es retomar el problema esencial del ser humano: la capacidad de preguntar,
y las preguntas pueden ser tan variables como lo son los pensadores, ¿Es necesaria una Bioética?,
¿Cuántas Éticas y Bioéticas hay?, ¿Son éticos los científicos de las ciencias naturales?, ¿Quién debe
poseer la información de las personas?, ¿Las pruebas y tamizados son éticos? El mayor conocimiento de
la naturaleza biológica del hombre, ¿era benéfico para la especie humana en su totalidad?, ¿Los animales
sienten?, ¿Puede el ser humano ser sujeto y objeto de la investigación? Y se podrían hacer muchas
preguntas más.
La realidad es compleja sin más explicación; su complejidad reside en los miles de elementos de lo que se
llama cotidianeidad: las cuestiones políticas, el acceso al empleo, la oportunidad de estudio, la posición
económica, la transformación acelerada o no de las relaciones sociales, los determinantes socio-
económicos en relación a otras sociedades, el avance innegable de las ciencias físicas y naturales y su
repercusión en el aumento de las desigualdades internas y externas, estas cuestiones necesitan y exigen
reflexión. Los temas alrededor de la vida se hacen complejos por intervenir otros elementos, el hecho
biológico trasciende esos límites y están involucradas otras disciplinas varias como la antropología,
sociología, creencia religiosa, psicología y economía.
La información de la ciencia, sin descuidar sus bases de rigor y precisión, se entraman en un tejido
complejo de valores con efecto en la visión del mundo. Sin embargo, ¿dónde ocurren estas discusiones?
En todas partes, pero especialmente donde hay los elementos sociales que permiten esta discusión. A
veces nos enteramos por los medios de información masiva de los avances de las ciencias y de los
beneficios para los seres humanos; sorprenden las promesas de una vida mejor, más sana, más pacífica;
contrastan tales promesas con la presencia de nuevas enfermedades, o antiguas que han vuelto con más
fuerza, las plagas con mayor y más extendida virulencia, resistencia a fármacos inducida por el uso
indiscriminado de antibióticos, sustancias supuestamente terapéuticas, cuyos resultados son a veces
peores que la enfermedad y así, lo que prometía un mundo feliz , se transforma en una pesadilla.
Para Engelhardt (1995): El pensamiento actual se caracteriza por un creciente distanciamiento de una
orientación y propósitos últimos, supervivencia vs. trascendencia. No encontramos un camino de
expresión y nos refugiamos en deformidades del mundo, de una creencia religiosa a una religión de la
ciencia, sin encontrar el camino. Mucha de la construcción del mundo, de la cosmovisión secular, se
despedaza, a veces lenta y otras rápidamente, confrontada con las nuevas apariciones de supuestas y
exageradas bondades de la ciencia y la tecnología.
El ordenamiento que nos daba paz se mueve constantemente, cada vez estamos más ante hechos
consumados; no somos ya el paciente, el enfermo en el hospital, sino un número que significa ingresos
económicos, o bien, de un olvido de los valores, de la moralidad de los actos que sustentaban un tejido
social humano, se pierden las marcas del camino, las que guiaban, protegían y daban paz a nuestras vidas.
En consecuencia, nuestro lugar en el universo, en la naturaleza, quedó mediatizado. Lo económico resulta
útil y la ética o moralidad, carece de sentido y no se percibe como necesaria.
Nuestras capacidades no son homogéneas; los poderosos lo son cada día más, los avances de la ciencia se
gradúan de manera clara; en algunos casos la conservación del medio y la salud son importantes ,
mientras que en otros, las poblaciones siguen muriendo de las enfermedades de hace siglos y de las
nuevas producto de la civilización. Las promesas que el futuro depara ya no están a nuestro alcance
porque la distancia es cada vez más amplia, en ocasiones, ni siquiera sabemos por donde van. El poder ha
ido haciendo cada vez más grande ese abismo, ese poder está representado por un avance científico y
tecnológico, sin precedentes y su idea de su magnitud y futuro; para unas naciones el futuro lejano o
cercano, es lo cotidiano; en otras que vienen de regreso de destruir, su futuro es conservar lo que esté
presente y así, se inicia un ciclo en el que la conservación es asunto mundial a satisfacción de los que
antes la destruyeron.
En ese sentido, la imposición de ideologías, de reglas, una reconquista o colonización ahora basada en
una realidad científica y tecnológica nueva. Ante ello, los pueblos se refugian en su tradición histórica, en
su realidad actual, pero poco pueden hacer ante el embate de medios de información, sirvientes del poder.
Nadie puede negar el valor de los hallazgos de la ciencia y la tecnología, los vivimos a diario y esto
deslumbra, pareciera ser la solución a nuestros problemas y es tal vez el inicio de otros más complejos.
De estas ciencias y sus derivados tecnológicos surge en otro campo la Bioética, ¿Qué es la Bioética?
¿Una nueva moda a seguir? ¿Realmente hay una ética derivada, distinta cualitativamente? ¿De que
estamos hablando? ¿Seremos conquistados o invadidos por una imposición de los poderosos? o ¿Seremos
capaces de desarrollar un pensamiento ético y bioético propios? Este trabajo tiene como tesis principal la
siguiente: Ser capaces de examinar críticamente las teorías científicas, las biotecnologías y contrastarlas
con los supuestos de una bioética secular. Una Bioética Crítica implica generar un pensamiento propio, un
examen de los hechos de la ciencia y la tecnología en una sociedad concreta, la nuestra.
Así, reflexionar sobre la ciencia y la sociedad, la investigación y la enseñanza de la ética y de la bioética
es la tarea más acuciante y no puede ser relegada a segundo término. Quitando el aspecto de la moda, la
bioética carece de precisión cuando se califica a todo lo que tiene que ver con la ética como bioético; una
reflexión crítica tiene que cuestionar necesariamente las bases éticas de la bioética. La tesis de este trabajo
y en general de esta línea de investigación es la siguiente: podemos hablar de bioética donde las bases
fundamentales de la vida pueden ser alteradas de manera radical; la modificación del ADN, la
reproducción asistida, la ingeniería genética entre otras plantean una modificación radical de los
fenómenos de la vida, incluir el aborto el sida y otros temas , quedan más en una ética médica o clínica
pero no constituyen una modificación radical de la vida en el sentido biológico, sin desechar que en lo
social y moral tengan un gran impacto.
¿Por qué limitar la bioética a una ética de lo alterable? El mismo término se presta a una interpretación
tan amplia que todo queda incluido y los riesgos de las nuevas ciencias y tecnologías quedan más para el
sensacionalismo periodístico que para el examen y reflexión filosófica y científica.
Es importante para la reflexión tomar en cuenta los puntos de vista de la ética; el alegato de una nueva
“ética” carece de fundamento, los problemas genéricamente hablando son los mismos, en este sentido:
históricamente los avances han sido criticados por las capas más reaccionarias, sobre todo las que
detentan el poder, casi cualquier avance es inmediatamente anatomizado, con argumentos variados, sin
medida y sobre todo con una gran ignorancia de los verdaderos alcances de la ciencia.
Dussel (2000) lo expresa de una forma más clara: “…..el problema de lo formal es que le falta contenido.
No interesa lo que se discuta; lo que interesa es que se cumplan las reglas democráticas del discurso, lo
cual me parece correcto, en cuanto a lo democrático, pero no advierte el contenido fundamental”. Si no
está el contenido fundamental la discusión se hace un juego de palabras y de argumentos generalizadores
basados en supuestos inexistentes o mal interpretados.
Dussel propone una ética que afirma como una ética de la vida, pero no como una ética de la vida misma
sino por aquellos que no pueden vivir. El deber ético de cambiar las cosas para que vivan los que no
pueden vivir no se comprende si no es parte de una ética de la vida. En otro orden de ideas, la bioética se
transforma de ser una ética aplicada en una supuesta ética de todo lo que pueda caber o suponerse como
cuestión de decisión moral entre las ciencias y sus aplicaciones y los valores éticos, por ello, la relación
médico-paciente de la ética médica se transforma en bioética, se tiene entonces una transformación de una
ética clásica en ¿bioética?
Cambiar de lugar el problema puede responder a muchos factores, pero no se altera lo que es en esencia,
es decir, la necesidad de retomar la ética en sus acepciones varias para responder a problemas cotidianos
de decisión sea médica clínica o bioética. En los siglos XIX y XX, con respecto a los compuestos para
combatir algunas enfermedades como la sífilis, se opusieron asociaciones civiles y religiosas con
argumentos que respondían a su ideología y no a una necesidad social, se repiten estas en el siglo pasado
y en este, con el problema del SIDA, problema de salud pública; la moralidad y el comportamiento
personal, así como las creencias de cualquier tipo no quedan relegadas, pero no pueden ser determinantes
de la moral social o de la ética médica o clínica, esta y otras enfermedades apuntan a un problema de
epidemias independientemente de la moralidad y las costumbres personales.
Según Dussel (2000): “…. La vida humana es todo lo que ella es, y este es el contenido último de la
ética”. Si en última instancia la vida humana es todo lo que ella es, entonces no puede haber un sólo tema
que no afecte directa o indirectamente a la vida humana; en este sentido una bioética tiene que ir ligada a
los riesgos que entraña a corto y largo plazo una biotecnología, pero éticamente hablando también tiene
que interesarse por los productos de la ciencia, productos de la evolución biológica y cultural.
No todas las conclusiones llegan al mismo punto, las diferentes formas de pensamiento llevan a diversas
conclusiones, por ello, los puntos de vista de la magnitud o del beneficio de las biotecnologías actuales
varían en función de un sinnúmero complejo de factores, de interacciones variadas. Un ejemplo serían los
transgénicos, sobre todo las plantas consumidas o no por humanos; así mismo, para Irving (2002),
diferentes éticas llevan a diferentes conclusiones, dice la autora, hay que tomar como ejemplo la bioética
secular y la ética médica católica, por ejemplo: la bioética secular considera como ética la contracepción;
el uso de abortivos; el diagnóstico prenatal con la intención de abortar fetos defectuosos; la investigación
en fetos y embriones humanos; aborto, clonación humana; formación de quimeras humanas; células
troncales humanas; investigación pura con enfermos mentales; eutanasia; suicidio médicamente asistido;
consentimiento acerca de todo lo anterior de parte de personas vivas, etc.
En contraste, la ética médica católica, como fue expresada en la Conferencia Nacional de Obispos
Católicos: “Directivas Éticas y Religiosas para los servicios de Salud Católicos” así como en la Carta para
los Trabajadores de la Salud publicada por el Vaticano, considera todas esas acciones como antiéticas.
Probablemente, los puntos en los que están de acuerdo son en el uso de medios extraordinarios como un
ventilador para incrementar la respiración o de altas dosis de analgésicos para dolores si ello es aprobado
por los médicos.
Se pregunta: ¿Cómo estos dos sistemas éticos diferentes pueden llevar a conclusiones éticas? La respuesta
debería ser predecible. Cada teoría ética académica tiene sus propios principios éticos idiosincráticos.
“Deduciendo que de principios éticos diferentes, necesariamente resultan conclusiones éticas diferentes”.
Por ejemplo: la ética médica católica romana está basada en principios éticos incrustados en la ley moral
(una combinación de ética filosófica de la ley natural, ley divina y las enseñanzas del magisterio). La
bioética secular, como es predominantemente entendida y aplicada, está basada en tres principios
bioeticos de respeto a las personas (ahora referido como autonomía), justicia y beneficencia como se
articuló en 1978 por la Comisión Nacional en el Reporte Belmont. Deduciendo desde esos dos conjuntos,
muy diferentes de principios éticos, conducen a dos conclusiones éticas y médicas distintas.
En resumen, realmente no hay una “ética per se”, o más precisamente “una ética médica per se”. Hay
diferentes clases de éticas, y entonces hay diferentes clases de éticas médicas, cada una con sus principios
éticos únicos, objetos, método (epistemología), y grupos de expertos. Esto es, las características
inherentemente distintas de las diversas teorías éticas que se comparan y se contrastan en ética y ética
médica que se enseñan en las aulas (o al menos debería ser). Así mismo, las diferentes teorías éticas o de
ética médica tienen sus registros históricos únicos. La historia de la bioética no es la excepción, aunque es
reciente.
Difícilmente se admite en un medio limitado, la posibilidad de una ética diferente a un pensamiento
religioso por muy trasnochado que este sea, no solamente de una religión sino de todas las confesiones de
un país, esto significa que en múltiples ocasiones, no es posible siquiera plantear los temas a reflexión,
hay que admitir las formas distintas de pensamiento, pero cuando esas formas se acercan a las creencias
difícilmente se razona.
La bioética es ética aplicada, y su estatus como rama independiente esta circunstanciada a factores
culturales y a posiciones sociales, algunos la consideran un nuevo paradigma intelectual (Bredy 2002),
para Gracia (1989), las características que debe tener son entre otras las siguientes:
Civil: secular o no directamente religiosa; aunque en ella se toquen temas religiosos.
Pluralista: no homogénea, es decir, que acepte la diversidad de enfoques y posturas e intente juzgarlos en
unidad superior.
Autónoma: no heterónoma, es decir, en la defensa de de que el criterio de la moralidad es la propia
persona y no alguna otra realidad ajena a él.
Racional: no bajo el criterio racionalista de que la razón, de entrada puede conocer el todo de la realidad.
Racional, porque fundamentada en la razón, argumenta sus fundamentos, tomando en cuenta principios y
consecuencias. Más allá de los convencionalismos: tratando en la medida de lo posible, bajo el criterio de
la igualdad en la esencia de la condición humana, universalizar lo que sea universalizable; en otras
palabras ser formal y no material.
Cada una de estas características tiene elementos a favor y en contra por lo que su aplicación completa
llega a ser difícil; en el caso de que deba ser civil, en muchas sociedades, la bioética está dominada por
dos grupos: médicos y religiosos y en ocasiones ambas actividades conforman el mismo grupo, por lo que
es difícil tener una visión que no esté ligada a esos puntos de vista, muchas veces radicales. A esto hay
que sumar una no pluralidad: no se aceptan las más ligeras desviaciones de un canon u ordenamiento.
Se niega el valor autónomo de la persona y se juzga sólo desde las reglas del grupo, finalmente, se niega
la igualdad al dar como condición previa de aceptación social, la convención social, en este caso la ética o
moral.
Para Engelhardt (1997), citando a Potter (1971), fue la primera persona o de las primeras personas, en
emplear el término bioética; propuso el término para identificar una disciplina combinando biología y
humanidades, tratando de hacer una ciencia que pudiera establecer un sistema de prioridades médicas y
ambientales para la supervivencia global con una calidad de vida aceptable:
“Su interés era ambiental, buscaba un modo de visión moral más amplia que la que había hasta ese
entonces bajo el rubro de bioética. Esperaba enmarcar el equivalente de un ethos, una ideología o un
movimiento moral, que pudiese redirigir las energías individuales y de comunidades hacia una
consideración para una moral global que comprendiera la vida, desde la reproducción humana a la
protección del medio ambiente. Primer problema del planteamiento original de Potter, la dificultad de
universalizar una forma de pensamiento más bien particular de una parte del mundo, imposible casi de
generalizar, excepto en conceptos también muy generales”.
Continúa Engelhardt (1997): “las energías de Potter no fueron dirigidas primariamente al avance de
algunos argumentos filosóficos sino como justificación de una explicación moral sobre las otras; se partía
de las ciencias biológicas y médicas pero con un barniz de argumentación filosófica. Su enfoque se
dirigió a la identificación de problemas, preocupaciones y metas que podrían atrapar el interés de
individuos y comunidades y entonces, motivarlos a adoptar nuevas formas de conducta. El punto de
partida dé Potter según deja ver Engelhardt, es una justificación filosófica para problemas de índole
científica especialmente médicos, queda una distancia grande con respecto a la justificación ética, sin
embargo, es una apertura a romper con las rigideces de los planteamientos científicos”.
Potter estaba interesado en hacer una ética de respeto a la vida, no directamente comprometida con los
temas filosóficos involucrados; en todo caso, respetar la vida y proponer justificaciones para una
explicación sobre la otra.
La dificultad es que enfrentamos numerosos caminos alternativos en la interpretación de la obligación de
respeto a la vida; esto significa, y de hecho se da, que los argumentos se acomodan en función de
intereses no siempre claros con respecto a la protección de la vida; un ejemplo de ello es el uso de las
células troncales de embriones, a veces abandonados y luego eliminados bajo el argumento de la
inviolabilidad de la vida, pero, ya fueron eliminados sin posibilidad de utilizarlos en investigación o en
terapias comprobadas.
Significativamente, se puede pensar que lo relevante de este enfoque de la bioética guió hacia
revaloraciones fundamentales de lo que serían las teorías morales, da un enfoque que se comprende en lo
personal como guía de la actuación bioética; considerando los fundamentos de la bioética, no
encontramos una ideología particular, si bien en lo religioso se han apoderado del término, para
deformarlo y acomodarlo a intereses muy desviado de lo que sería una bioética sin condicionamientos
dogmáticos religiosos.
Lo que significa bioético es tema de discusión permanente más que urgente; como muchas otras
discusiones, esta está ligada al grado de avance científico y tecnológico de una sociedad, así como a sus
estamentos sociales. En una sociedad atrasada no pueden surgir propuestas avanzadas; la necesaria
correspondencia hace que las discusiones en sociedades atrasadas deriven en planteamientos y propuestas
fuera de lugar o radicales a favor o en contra, o bien, pueden surgir leyes y reglamentos carentes de una
base sólida, tanto científico-tecnológica como social; por lo anterior, en parte la discusión de lo que es
bioético o ético necesariamente se debe fundamentar en información científica sólida. De esta manera, las
definiciones y lo que es o no bioético es un ejercicio para desarrollar las bases de propuestas futuras
sólidas.
¿Qué es bioética? Varía en función de los elementos dados en el párrafo anterior y de otros más, pero
retomando la definición de Potter de 1971 se define como: “…La Biología combinada con el
conocimiento humanístico haciendo una ciencia que establece un sistema de prioridades médicas y
ambientales para una supervivencia aceptable”. Para Kushe y Singer (2001), el primer trabajo de bioética
fue el de Joseph Fletcher de 1954, “ Morals and Medicine”, su visión de la “ética de situación” tiene más
que ver con la ética consecuencialista que con los puntos de vista cristianos tradicionales.
Para Jecker, Jonsen y Pearlman (1997), los temas originales de la Bioética, fueron la nueva biología y sus
implicaciones genéticas, trasplante de órganos, y experimentación con sujetos humanos. En 1979, M.
Siegler, internista de la Universidad de Chicago, acuño el término “ética clínica”. La ética clínica, enfoca
temas que confrontan al médico con su práctica diaria de interacción con los pacientes, se contrasta con la
“ética biomédica”, la cual, concierne en mucho a las políticas públicas. Los cambios en la medicina
moderna han creado una gama anticipada de dilemas éticos que demandan una respuesta clínica, reflexiva
y creativa.
Los primeros temas como ingeniería genética y experimentación con sujetos humanos están alejados de
las actividades de la mayor parte de los médicos. Los problemas de cuidados para los pacientes muy
enfermos o agonizantes son una parte íntima de la experiencia médica. Las cuestiones morales surgen de
la práctica diaria en la cual el clínico tiene inevitablemente responsabilidad directa. No es posible en
términos generales encontrar una teoría sistemática que de cuenta de antemano del desarrollo de una
nueva tecnología; prever completamente las consecuencias es por lo menos ocioso además de imposible;
las aproximaciones no pueden ser hechas más que desde una visión de conjunto que permita la
interacción de diferentes actores y de aproximaciones de una parte de la realidad total: esto es la
interacción en la relación salud-paciente; la bioética pretende ir un poco más allá, es decir, interrogar
acerca de las consecuencias de la biotecnología actual y el futuro cercano.
Referencias Brody, B. (1975) The Sanctity of Life: a philosophical view. Cambridge, MA: MIT Press
Dussel, E.; “El reto actual de la ética: detener el proceso destructivo de la vida” en Fin del capitalismo
global. El nuevo proyecto histórico. La Habana: Ciencias Sociales, pp.197-207
Engelhardt, H.T. (1990). Human Nature Technologically revisited. Social Philosophy and Policy.8, 180-
191
_____________(1995). Los fundamentos de la Bioética.1a. Edición. Paidós. México
_Fletcher, J. Morals and Medicine. N.J. Princeton University Press.
_Irving, D.N. What is Bioethics, in : J.W. Kotersky, Life and Learning X. Proceedingsof the Tenth
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_ Jecker, N.S.; Jonsen, A.R. ; Pearlman, R.A. Bioethics. An introduction to the History, Methods and
Practice. Jones and Bartlett Boston 1997.
_ Kushe, H. and Singer, P. eds. ( 2001). A companion to Bioethics. Blackwell Pub. U.K.
_ Potter, V.R.; (1970). Bioethics, science of survival. Biology and Medicine. 14, 127-53
_Siegler, M. Clinical Ethics and Clinical Medicine. Arch. Intern.Med. 1979.139: 914-15.
Edades del Hombre: ‘Teresa de Jesús.
Maestra de Oración’
En el V Centenario del Nacimiento de Teresa de Jesús, la Fundación ‘Edades del Hombre’ con el
patrimonio de las diócesis que en esta ocasión rompe los límites regionales y sin embargo mantiene
fielmente las señales que la identifican: ofrece un relato en imágenes. Se suma así a otras iniciativas
presentando a Teresa de Jesús. Maestra de Oración.
Es un relato abierto: tan importante es lo que dice como lo que sugiere. Lo que que aparece como lo que
oculta. El visitante está invitado a hacerlo suyo completándolo y/o corrigiéndolo.
Repartido en cuatro sedes tres en Ávila y una en Alba de Tormes, es un relato unitario. No es
imprescindible recorrerlo todo en una jornada (posiblemente sea demasiado) para descubrir ese ‘no se
qué’ que arroja, el montón de iconos, para cada uno de nosotros, nuestros proyectos, nuestras iglesias
locales y nuestros días.
Son tantos los esfuerzos que hacen posible la muestra: el guión, las obras, las infraestructuras de los
montajes, las sedes...que es obligado visitarla para que tú seas protagonista y sin olvidar tampoco que la
obra de arte, arte sacro en este caso, por ser mediación que te acerca el Misterio hay que completarla con
muchas miradas. Todas necesarias. Ninguna absoluta. Inmersos en la cultura del fragmento hay que
reclamar lo interdisciplinar para que lo esencial se pose como lo necesario.
Consciente de lo que vengo escribiendo me limito a aportar unas sugerencias surgidas de la visita, no muy
sosegada, realizada al hilo de la inauguración.
Porque el espacio albense lo he vivido más de cerca es desde el capítulo Hija de la Iglesia desde donde
voy y vengo en mi relato. Infórmate bien del último viaje y también de los avatares de lo que conocemos
como Basílica de Santa Teresa, inconclusa. Y ahora entra y localiza en el centro de la girola basilical un
espacio muy íntimo y artísticamente muy sobrio: un arcón con evidentes señales funerarias, unos cuadros
muy significativos y un cáliz con su patena. A poco que observes te darás cuenta que este espacio lo
guardan y lo velan unas grandes puertas cuya iconografía abre y cierra el Evangelio: la Anunciación y la
Cena; vivir y morir como hija de la Iglesia solo es posible participando en la entrega-servicio que nos ha
abierto el Padre entregándonos a Jesús.
“Probadlo todo y quedaos con lo bueno”. Qué grande es tener acceso a los libros de caballerías y
romances y qué suerte encontrar el contrapunto: Flos Sanctorum. Qué atinado aquello de leer las vidas de
los santos, los itinerarios espirituales el recurso a los letrados (no sólo para confesarse parece) y buscar a
los mejores... y en las horas huracanadas el Libro Vivo. Y desde luego testigos y maestros siempre en
armonía.
“Tiempo denso e Historia espesa”. La historia no se innova en los cotilleos del egido. Tampoco la hace
definitiva el poder político que recurriendo a la fe aspira a hacerse fuerte y termina imponiéndola. No se
pone en duda que el Señor es el dueño de la historia... pero las pobres descalzas de la Madre Teresa
ofrecerán toda la gratuidad que ofrece la humanidad de Cristo para innovarla. Un Cristo humanado con
sus muchos rostros que dentro de nosotros habita en el palacio de cristal y hay que entrar él. Y antes de
quererle mirarle. Me parece que ese es el corazón de la exposición que con mucha elegancia de montaje y
calidad artística ofrece la iglesia de San Juan en Ávila.
“Saber por experiencia”. La exposición está salpicada toda ella en alusiones a las mercedes con que el
Señor la regalaba. Los grandes imagineros y otros artistas lo transmiten muy bellamente tanto en las
escenas de la Transverberación como en la faceta de escritora. Y este mismo fuego es el que la lanza,
siempre acompañada por otras hermanas, a los caminos. Al servicio de la fraternidad (las fundaciones) y
por supuesto de la Iglesia y del Mundo estarán sus escritos. Esto es bien patente en nuestros días.
Ya conocemos la intuición de Fray Luis de León: él que no conoció a la Madre Teresa aventuró que en
sus escritos y en sus hijas aleteaba su espíritu. Él fue su primer pregonero. En nuestros días testigos
autorizados y conocedores de Teresa como es Juan Martín Velasco hablan de la oportunidad de este
centenario en esta nueva encrucijada de la evangelización. La exposición puede ser otra llamada. Yo os
invito a visitarla.
Ramón Martín Gallego, Delegado diocesano de Patrimonio
ANTONIO MATILLA: V Centenario del
Nacimiento de Santa Teresa de Jesús
Escribo estas líneas conmocionado por el accidente del avión alemán, con cuarenta y cinco españoles a
bordo, que despegó de Barcelona con destino a Dusseldorf, una ciudad a la que tantas veces volé para
encontrarme con la DPSG, asociación de scouts católicos alemanes. Los accidentes nos recuerdan que no
debemos cejar en el empeño de mejorar las ya muy perfectas técnicas, conscientes siempre de la humana
limitación.
Difícil vuelo es el que emprende el renovado Cabildo de la catedral, templo madre en el que convergen y
se muestran, a la vez, las cualidades e imperfecciones de nuestra iglesia diocesana, razón de más para que
todo el Pueblo cristiano nos lo tomemos en serio. Mi apoyo y el ofrecimiento de mi colaboración para
todos los canónigos, personalizado en el más reciente, D. Matías Prieto, en todo excepto en la música, que
no todos valemos para todo.
Un aterrizaje forzoso, traumático por lo tanto, es el que estuvieron a punto de llevar a cabo Las Edades
del Hombre hace unos años. Ahora, más fieles a un criterio de calidad, el del arte conservado por las
instituciones de la Iglesia en Castilla y León, pueden lucir con más libertad sus objetivos de fondo,
catequético y de diálogo entre fe y cultura. Este año, desde luego, su inauguración no ha podido ser más
oportuna, con presencia de la Reina Sofía y en vísperas del V Centenario del nacimiento de Santa Teresa
de Jesús, celebrado ayer. Mimbres suficientes, tejidas entre Ávila y Alba de Tormes, para hacer un buen
cesto en el que mostrar la experiencia de oración y de apasionada vida eclesial de la Santa, aventura de
exploración interior del alma –de la mujer y del hombre cristianos- y de evangelización de una sociedad y
una Iglesia españolas de su tiempo, en claro declive y bancarrota a pesar de todas las apariencias. Una
aventura de un alcance comparable al del descubrimiento, colonización y evangelización del Nuevo
Mundo.
Oremos y remanguémonos para que la Asamblea diocesana y sus grupos recién formados puedan
ayudarnos en una empresa similar: llevar el Evangelio y la alegría de la fe a los salmantinos de nuestro
tiempo, tiempo de frontera, nueva frontera para la fe.
Antonio Matilla, Sacerdote Diocesano
Es párroco actualmente en Alba de Tormes
Lauren Sevillano: “No está bien
apropiarnos de los santos”
"Cervantes tiene claro que nacemos dos veces una para la tierra y otra para el cielo y lo más importante es
nacer para el cielo"
Lauren Sevillano, párroco de Alba de Tormes
El programa radiofónico diocesano ‘Iglesia noticia’ del pasado domingo 22 de marzo contó con la
presencia de Lauren Sevillano, uno de los párrocos de Alba. Lauren habló de la reciente peregrinación
‘Camino de luz’ que le llevó a Roma el pasado 11 de marzo en la que han participado peregrinos de
Salamanca, Ávila y mayoritariamente de Alba: “durante tres días vivimos una experiencia muy
gratificante de comunión con la Iglesia universal de la mano de Santa Teresa y del Papa Francisco. Allí se
respiraba alegría, entusiasmo, sencillez en los gestos y hondura en las palabras, por eso era muy fácil la
sintonía y la complicidad entre todos. Sin duda alguna fue una experiencia gozosa”.
Refiriéndose a la edición extraordinaria de Las Edades: ‘Teresa de Jesús. Maestra de Oración’, afirmó que
“no nos la podemos perder”, en especial el capítulo de Alba “Teresa, hija de la Iglesia. Es muy
interesante. Tenemos la oportunidad de descubrir el contexto, la vida, la obra, la espiritualidad de esta
mujer apasionada y apasionante”.
Al término de la entrevista y recordando las palabras de Miguel de Cervantes con motivo de la
beatificación de Santa Teresa: “Aunque naciste en Ávila, se puede decir que en Alba fue donde naciste;
pues allí nace, donde muere, el justo. Desde Alba, iOh Madre!, al cielo te partiste”. Lauren Sevillano
afirmó con rotundidad: “No está bien apropiarnos de los santos. Santa Teresa, como ella quiso y deseó, es
de Jesús y si es de Jesús es de todos. Yo creo que lo más acertado es aprender de ellos el camino que lleva
a la Santidad y para este camino ellos son un ejemplo. Cervantes tiene claro que nacemos dos veces una
para la tierra y otra para el cielo y lo más importante es nacer para el cielo. Y aquí en Alba de Tormes
Teresa nació para ese encuentro definitivo para el Amado y eso en Alba no se olvida”.
MÁS QUE UNA FOTO
10 abril, 2015
Jovita, Sierva de María: «Nuestro carisma es estar al día, en salida» ACABA DE CUMPLIR 102
AÑOS
La vida religiosa puede ser escuela de felicidad y alegría. Se puede aprender, servir y amar… por eso la
vida de consagración puede gestar personas que acaricien la felicidad en la cercanía del Espíritu de
Dios. Este mes nos acercamos a una «joven de 102 años». Se llama Jovita y es Sierva de María. Nos
cuenta –siguiendo uno de los lemas más repetidos de este año– cómo hacer memoria agradecida, cómo
abrazar el futuro con esperanza y vivir el presente con pasión. Nos dice, además, que su presente es
sereno pero no aburrido, que su vida late al pulso de la historia y de las hermanas con las que le toca
vivir. Sin duda, un testimonio impagable de entrega y generosidad «de la buena».
¿Qué nos dice una Sierva de María de 85 años de vida consagrada y 102 años de edad, sobre su
nacimiento a la vida, a la fe, a la vocación?
Nací en un pueblo de Navarra, Añorbe, un 14 de noviembre de 1912. Mis padres hicieron fecundo su
amor en siete hijas, de las que cuatro seguimos al Señor como Siervas de María. Yo era una niña muy
alegre, juguetona, amiga de hacer fiesta y bromas, me gustaba el “jaleo”.
Desde muy temprano en vida se despertó en mí el deseo de ser misionera, de manera especial recuerdo
que un día, mientras rezaba el Rosario, sentí el primer impulso de ser religiosa.
Hice el comentario con mi madre, quien me expresó por qué no iba a visitar a las Siervas de María, donde
ya se encontraba una de mis hermanas. Sin embargo, mi padre se resistía a que otra hija se marchara de
casa. Poco a poco, algo en mi interior comenzó a cambiar, me seguían gustando las fiestas pero la
diversión tenía otra perspectiva de búsqueda más profunda.
A los 18 años decidí irme al convento, me acompañaron mis padres y el alcalde del pueblo que iba a
Madrid a realizar unos trámites. Unos meses más tarde, en la Casa Madre (Chamberí, Madrid),
comenzamos el Noviciado, el 30 de junio de 1930, conformábamos un grupo grande y varias éramos
“tremendas”.
Nuestra Hermana Auxiliar, sor Florencia Janer, siempre nos inculcaba el amor a Dios y la bondad de
ánimo, para que nos fuéramos formando como buenas hijas de Santa María Soledad, nuestra fundadora.
Fueron años difíciles…
Mucho. En los años 30 abdicó el Rey en España. Comenzó una época de persecución religiosa por lo que
fuimos trasladadas del noviciado de Madrid un grupo hacia Pamplona y otro, en el que me encontraba,
hacia París. Recuerdo que íbamos sin el hábito, para pasar desapercibidas, al igual que la superiora que
nos fue a buscar, Madre Laura.
En París continuamos la formación hasta que profesamos el 8 de julio de 1931. Entonces regresamos a la
Casa Madre para cursar los estudios de enfermería. Al término de estos, cuando me iba a examinar, se
desató una huelga de los estudiantes en la universidad por lo que fuimos trasladadas hacia Zaragoza para
realizar nuestros exámenes y podernos graduar de enfermeras.
¿Y su destino a América?
Unas semanas más tarde la superiora me comunica que iba destinada para Puerto Rico junto a sor
Martirio, sor Margarita y sor Nieves, en el barco “Magallanes”, arribando a las costas de San Juan un 3 de
agosto de 1933.
Mi primer destino fue la casa de Ponce, donde comencé la vida de asistencia a los enfermos como Sierva
de María.
¿Cómo fueron sus primeros pasos asistiendo enfermos?
Recuerdo que la primera paciente que cuidé se llamaba doña María y le tenía que administrar sueros
intravenosos. Como el equipo era distinto al que usábamos en España me dio cierto temor, pero me
encomendé con fuerza a nuestra santa Madre y gracias a su intercesión pude obrar correctamente y
administrarle el tratamiento prescrito.
En 1938 fui a La Habana y durante 8 meses recibí la formación para realizar la profesión perpetua, el 1 de
julio de 1938.
Y después de la profesión perpetua…
Luego volví a Puerto Rico, continué en Ponce y unos años más tarde fui a la casa de Mayagüez hasta que
el 17 de febrero de 1959 me nombraron maestra de novicias. Después serví como superiora en las casas
de San Juan (1966-1972), Ponce (1972-1982) y Santiago (1982-1985). A esta comunidad de Aibonito
llegué el 29 de abril de 1995, donde también he sido muy feliz.
Insisto que en cada etapa de mi vida ha sido Dios quien me ha conducido, Él me ha dado profunda alegría
incluso en medio de las dificultades, nunca ha defraudado mis esperanzas.
Vivir el presente con pasión es el segundo desafío de este año. ¿Cómo puede usted describir su hoy,
qué sostiene su alegría?
Solo el amor a Dios y la entrega a los demás justifica la felicidad. Quise ser misionera y siento que ese
deseo se cumplió cuando en las asistencias velaba el sueño de los enfermos y me esforzaba por atenderles
como al mismo Cristo, visitando espiritualmente el «Sagrario más abandonado»; cuando velaba por el
bien de las hermanas, de los pobres, de la gente.
Lo sigue viviendo hoy, de otra manera, supongo…
Claro. Ese deseo se cumple ahora, en esta “juventud de 102 años”, cuando rezo por el aumento de
vocaciones, por las necesidades de la Iglesia, del mundo, del Instituto, de las hermanas, de los misioneros
y de tantas personas que llevo en el corazón.
Y seré por siempre misionera, cuando por fin me encuentre cara a cara con Aquél que un día pronunció
mi nombre y me envió a extender su Buena Nueva por todo el mundo. Entonces intercederé por cuantos
he conocido y amado, junto a la Virgen de la Salud, mi modelo y Madre.
Sigue siendo una Sierva de María, bien ocupada…
Así es. Todo esto hace que mi presente sea sereno pero no aburrido, con un ritmo lento pero lleno del
dinamismo del Espíritu y de la pasión de saber que conmigo siempre va Cristo.
Y el futuro… ¿cómo encontrar en él la esperanza?
Mira, nuestro carisma-misión de Siervas de María Ministras de los Enfermos está “al día” con lo que hoy
nos pide la Iglesia en la voz del Papa Francisco. Nuestra vocación nos pone siempre “en salida” hacia las
periferias existenciales del dolor humano y esta salida nos permite encontrar siempre esperanza.
Esperanza porque podemos ser felices, alegres en el servicio, siendo apóstoles en medio de los enfermos,
de sus familias.
Déjenos una recomendación para concluir. ¿Cómo mantenerse y mantenerse tan bien?
Si queremos perseverar en la vida religiosa debemos ser fieles a la oración, no como obligación que
cumplir, sino porque es ahí donde podemos experimentar el amor primero de Dios, ese amor que nos da
optimismo, entusiasmo, ilusión.
Y todo esto hace crecer la esperanza que además es “estar en tensión hacia la revelación, hacia el gozo
que llenará nuestra boca de sonrisas”, es estar anclados en la roca de la fe, abandonados en las manos de
Aquél que nunca defrauda.
Todas las entrevistas nos dejan el imborrable calor del carisma hecho vida, en este caso se suma, el
convencimiento de que la felicidad es el equipaje imprescindible de la misión.
Gracias Jovita (Petra Zabalegui), por tu larga vida… por tu calidad de vida que es invitación para
la nuestra.
Resurreción
ABC | Fernando García de Cortázar
En su Carta a los Corintos, San Pablo afirmó que nuestra fe carece de sentido sin la creencia en la
resurrección de Jesús. Acto fundacional de la fe, momento que se espera desde la creación, integración de
Cristo en la eternidad y promesa al hombre de su unificación con Dios, de la superación de la muerte, del
triunfo sobre la extinción. La presencia del Jesús resucitado ante sus discípulos fue la revelación de su
divinidad perfecta y, además, la promesa de esperanza en la vida eterna que los apóstoles debían
comunicar en su mensaje evangélico. La verdad última es la existencia de un Dios personal que habitó
entre nosotros. Es la creencia en la vida, muerte y resurrección de Jesús. Y es la garantía de la
resurrección que a todos se nos promete.
Así damos los cristianos testimonio de nuestra fe, porque al reconocimiento de los hechos admirables de
un hombre nacido y muerto hace dos mil años en una provincia romana, nosotros sumamos la aceptación
del Cristo resucitado. Sin embargo, tras renovar nuestra fe con esa afirmación, debemos plantearnos otra
cuestión, urgente, decisiva, indispensable en el mundo actual. ¿Qué es lo que la resurrección de Jesús
debe decir a quienes, sin ser creyentes en un Dios personal, sin aceptar ese acto de manifestación absoluta
de la vida eterna a través de Jesús resucitado realmente, y no como mera metáfora o analogía, son
defensores de una tradición cultural cristiana, en cuyos valores de libertad y universalidad de la persona
se encuentran las raíces de nuestra civilización?
La cuestión no es menor, el desafío intelectual no es pequeño. Porque lo que podría dividirnos en
creyentes y no creyentes en defensa de dos modos de vida alternativos, debe reconducirse a un punto de
encuentro esencial. Un lugar en el que el agnóstico y el cristiano descubran su pertenencia a un mismo
espacio histórico, a un mismo repertorio de principios éticos, a un mismo sentimiento de amor, de
fraternidad, de búsqueda del bien común, de respeto a la dignidad de la persona. Tras dos siglos de
secularización, el verdadero laico no es aquel que desea construir un mundo al margen de dos mil años de
cultura cristiana, sino el que vive su existencia temporal dentro de un sistema de valores, inseparables de
la idea del hombre que emergió hace veinte siglos y que anduvo la mayor parte de su trayectoria de la
mano de las enseñanzas del catolicismo. El agnóstico defiende la sustancia de un mundo que solo el
sectarismo y la ignorancia pueden apartar de la historia del cristianismo. Defiende el encuentro entre
creyentes y no creyentes sobre la base, precisamente, de lo que a todos proporciona la resurrección de
Jesús.
Para los no creyentes que se identifican con la cultura occidental desde sus raíces, la resurrección no es la
frontera separadora de quienes aceptan en su totalidad la ortodoxia de la fe. Para ellos también es la
afirmación de un cambio cualitativo en la existencia del hombre en la tierra, la irrupción de la eternidad,
una mutación decisiva en la historia de las civilizaciones. Si con el cristianismo se inauguró una etapa
basada en la libertad y equivalencia de las personas, la aceptación y superación de la muerte introdujo un
factor esencial, cuyas celebraciones populares expresan con vivo testimonio el deseo de trascendencia.
Aunque para los agnósticos Jesús no resucitara, para esos defensores de la civilización cristiana no
creyentes, la imagen de la resurrección es una esperanza tangible. Es la redención de la culpa, la
posibilidad de remedio de los males, la entrada en la historia de un hombre nuevo, que ve en su condición
esencial el hecho vivo de la libertad. A lo largo de los últimos siglos, el hombre que ha ido abjurando de
Dios ha buscado, con un hondo sentimiento de desamparo y de indefinición, su propio lugar en el mundo,
su espacio distinto al de cualquier especie, su posición privilegiada frente a cualquier otra criatura. No ha
aceptado ser simple material orgánico destinado a la destrucción por el tiempo. Ha hecho de la historia el
espacio de su afirmación, de su continuidad, de su permanencia, de su vitalidad, de su lucha contra la
amenaza de extinción. Una tradición en la que se comparten los valores del humanismo cristiano debe ir
más allá de la visión superficial de lo que es vivir como creyentes y vivir como agnósticos. Quienes
hemos sido bendecidos por la fe, debemos compartir con la humanidad entera nuestra militancia en unos
valores que a todos nos incumben y que, en esta época de honda tribulación, son los que pueden salvar
nuestra civilización, en peligro de descreimiento absoluto y de despojo radical de sus principios.
Luis Díez del Corral, hace más de cincuenta años, definía el destino de Europa refiriéndose a ese aliento
espiritual que el cristianismo insufló en este espacio concreto del mundo. El cristianismo proporcionó a
los hombres una idea del destino que desdeñaba las actitudes inmóviles y pasivas de la fatalidad o la
reiteración. Con la desacralización de la naturaleza, el hombre encontró en su propia conciencia de
creyente el sentido último de su caminar hacia el futuro. La historia se convirtió verdaderamente en forja
de la liberación de la persona, y solo en nuestra cultura el destino dejó de ser una determinación para
considerarse una posibilidad, una transformación decisiva en las condiciones con que los hombres se
enfrentan a los desafíos de su existencia. El tiempo se afirmó como proyecto y tradición, como
peregrinaje hacia el bienestar y el perfeccionamiento personal, y, también, reforzó el testimonio firme de
las generaciones precedentes y su mirada esperanzada en el mañana. Incluso cuando llegó una etapa de
secularización, esa razón histórica del hombre suministró a los europeos el significado profundo del
progreso, concebido no como renuncia al pasado, sino como integración de un recuerdo vivo en un plan
de prosperidad para el futuro. Díez del Corral hablaba como creyente, pero definía una cultura que, para
todos, solamente podía manifestar sus rasgos peculiares con el reconocimiento de ese precioso don de
pensar en términos de destino histórico, de tradición y de camino de perfección.
En estos días de celebración, afrontemos el tiempo como proceso de redención y confirmación de la
esperanza del hombre en su carácter trascendente, en su posesión de una conciencia universal donde
habita el concepto de eternidad. Aceptemos, en sintonía con Walter Benjamin, que el hombre debe vivir
en la historia rescatando a cada instante el pasado de las garras de la muerte, abriéndose a una promesa de
liberación que nos hace combatientes por un inmenso proyecto cultural y nos une en torno al carácter
sagrado e inviolable de la persona. Consideremos , de acuerdo con el sabio Benjamin, que el tiempo es un
solo latido, una sola palpitación del universo, un aliento constante de la eternidad. Porque, en cualquier
momento de esa confianza en la cultura que brindó al hombre su conciencia moral, su destino histórico,
su existencia libre y, su capacidad de elegir, pueden irrumpir para todos, creyentes y no creyentes, la
verdad, la trascendencia, la salvación.
Fernando García de Cortázar, director de la Fundación Vocento.
Teilhard de Chardin unificó ciencia,
filosofía y mística
Defendió que la reconciliación de la humanidad con la
naturaleza, consigo misma y con Dios pasa por una
insistencia en la investigación científica
El 10 de abril de 1955 (hace 60 años) fallecía en Nueva York Pierre
Teilhard de Chardin (1881-1955). Un infarto segó su vida, pero sus ideas
siguen vivas en el corazón de muchos hombres y mujeres que buscan una
coherencia entre una visión racional y científica del mundo y unas
profundas creencias religiosas. Teilhard de Chardin fue capaz de unificar
tres profesiones que vivió con intensidad: la de geólogo, la de filósofo y la
de místico. En el fondo, supo integrar todo esto en la espiritualidad que
brota de Ignacio de Loyola. Por Agustín Udías Vallina.
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Teilhard de Chardin en 1947. «TeilhardP 1947» de Desconocido - Archives des jésuites de France.
Disponible bajo la licencia CC BY-SA 3.0 vía Wikimedia Commons.
El 10 de abril de 1955 (hace 60 años) fallecía en Nueva York Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955). La
raíz de la obra de Teilhard se podría encontrar en la espiritualidad ignaciana que trata de encontrar a Dios
en todas las cosas. Pero la reconciliación de la humanidad con la naturaleza, consigo misma y con Dios
pasa por una insistencia en la investigación científica.
Teilhard muestra como supo integrar en su pensamiento el carácter evolutivo del universo que han
aportado las ciencias y el papel de Cristo en el universo que presenta la fe cristiana. Precisamente a partir
de esta base científica descubre Teilhard el carácter convergente del mundo a través del futuro de la
humanidad en el Punto Omega de la historia y de la divinidad.
En un volumen publicado en 2014, Los jesuitas y la ciencia. Una tradición en la Iglesia (Mensajero,
Bilbao, 372 páginas) se dedica un capítulo especial a este geólogo, filósofo y místico. Para entender a
Teilhard en su contexto es necesario responder a algunas preguntas previas: ¿por qué ha habido tanto
interés por parte de la Compañía de Jesús por estar presentes en el mundo del pensamiento y las
comunidades científicas? Este artículo resume algunas de las ideas expuestas en ese trabajo.
La historia de la presencia de los jesuitas en el mundo del conocimiento experimental y social es muy
densa y se inicia con la fundación de los primeros colegios. Este libro se refiere a la presencia en el ancho
mundo de las ciencias de la naturaleza y de las matemáticas, un aspecto del conocimiento humano
especialmente mimado por los jesuitas.
361 jesuitas científicos
En el famoso Dictionary of Scientific Biography (editado por Ch. C. Gillespie en 16 volúmenes, entre
1970 y 1980) se citan a 29 jesuitas que destacaron internacionalmente en el mundo de las ciencias. Y en
el libro que comentamos, hemos recopilado una larga lista de 361 nombres de jesuitas científicos desde
1540.
De ellos, 50 son matemáticos, 44 físicos, 109 astrónomos, 70 geofísicos, geólogos y meteorólogos, 4
químicos, 21 biólogos, 39 naturalistas, geógrafos y cartógrafos y 24 exploradores. “Naturalmente –
apuntamos allí – esta no es más que una pequeña muestra de los numerosos jesuitas que se han dedicado a
las ciencias desde la fundación de la Compañía” (Los jesuitas y la ciencia. pág. 13-14).
A la muerte de San Ignacio de Loyola en 1556, la Compañía tenía 35 colegios en diversos países de
Europa y uno en la India. “De esta forma, diez años después de su fundación, la Compañía tomaba la
labor de los colegios como el elemento clave de su labor apostólica. La rápida extensión de los colegios
se explica por la necesidad y demanda social de la educación de la juventud, a la que la nueva orden
respondió con un nuevo estilo y estructura pedagógica” (Los jesuitas y la ciencia, pág. 16).
Los jesuitas y la enseñanza de las ciencias de la naturaleza
Como apuntamos allí, “el enorme éxito de estos primeros colegios se debía en parte a una nueva
orientación en la enseñanza basada en el método seguido en la Universidad de París o modus parisiensis,
y unos programas adaptados a la época” (Los jesuitas y la ciencia, pág. 16). Los tres años dedicados a la
filosofía se denominaban Lógica, Física y Metafísica. En la parte correspondiente a la Física (Physica,
más exactamente, estudio de la naturaleza), los contenidos se correspondían a los libros de Aristóteles de
filosofía de la naturaleza: Physica, De Coelo, De generatione et corruptione, De anima y Meteorologica.
Al ciclo de filosofía pertenecía también la enseñanza de las matemáticas, que comprendía, además de las
matemáticas de tradición griega y árabe propiamente dichas, esto es, geometría, aritmética y álgebra,
otras disciplinas aplicadas, como la Astronomía, la Agrimensura, la Óptica, la Mecánica y la Música.
Los años en los que empiezan los primeros colegios jesuitas coinciden con el inicio de la llamada
revolución científica y el origen de la ciencia moderna (Copérnico, Kepler, Brahe, Galileo, Roger
Bacon..). La orientación de lo que empieza a denominarse como “nueva ciencia” implicaba el recurso a la
observación de la realidad y a la construcción de experimentos para confirmar las incipientes leyes
naturales que se formulaban.
En los colegios de jesuitas, como los profesores de filosofía que explicaban la Física debían atenerse a la
doctrina aristotélica, según estaba establecido, las nuevas ideas se irán introduciendo en la enseñanza a
través de los profesores de matemáticas que tenían más libertad. Va a ser, por tanto, a través de la
enseñanza de las matemáticas y de la astronomía como se abre una puerta en los colegios jesuitas a la
introducción de la “nueva ciencia”.
En los 600 colegios que tuvieron los jesuitas en Europa durante los siglos XVI al XVIII, se instalaron
treinta y dos observatorios que fueron los primeros en algunos países. El capítulo 4 presenta un
muestrario de los matemáticos y astrónomos jesuitas en China. Allí, después de la llegada de Matteo
Ricci a Pekín en 1601, y dada su impronta en la Corte Imperial, los jesuitas fueron durante siglo y medio
los directores del Observatorio Imperial y se les concedió la categoría de mandarines.
Los jesuitas naturalistas, geógrafos y exploradores
También tuvieron gran importancia los jesuitas naturalistas, geógrafos y exploradores. A ellos se refiere
el capítulo 5 del libro Los jesuitas y la ciencia. El hecho de la llegada de los europeos al nuevo continente
americano abrió a los jesuitas un nuevo campo de misión. Y con su interés por el conocimiento y las
ciencias, abrieron bibliotecas y tuvieron posibilidad de estudiar y dar a conocer en Europa las
características de la geografía, la fauna, la flora y las costumbres de los habitantes de América.
Los intrépidos misioneros jesuitas, adentrándose en territorios desconocidos hasta entonces, exploraron
desde el Canadá a la Patagonia. Fueron los primeros europeos en recorrer los grandes ríos del Missisippi,
del Amazonas y del Orinoco. Su interés por la geografía les llevó a confeccionar los primeros mapas de
América, así como de Filipinas (el andaluz Pedro Murillo Velarde), de China, la India, el Tíbet y Etiopía.
Este inmenso trabajo se vio interrumpido en 1773 con la supresión de la Compañía.
La ciencia y los jesuitas tras la restauración de la Compañía de Jesús
A partir de 1825, tras la restauración de la Compañía en 1814, los jesuitas renovaron su interés por las
ciencias naturales y sociales y por las matemáticas. En el campo de las ciencias de la naturaleza, los
nuevos jesuitas crearon una red de setenta observatorios por todo el mundo, a lo que se dedica el capítulo
6. Con un carácter monográfico, se destacan las aportaciones desde África, Asia y América Central y del
Sur al conocimiento de los ciclones tropicales (capítulo 7), al estudio de los terremotos (capítulo 8) y a la
interpretación del magnetismo terrestre (capítulo 6).
Entre los jesuitas científicos destacados en estos dos siglos (a los que se dedica el capítulo 9) se recuperan
los nombres de Angelo Secchi, pionero de la astrofísica; Stephen J. Perry, en geofísica y astronomía;
James B. Macelwane en sismología; y Pierre Teilhard de Chardin, en geología y paleontología.
En las 133 universidades y más de 400 colegios jesuitas en todo el mundo los miembros de la Compañía
de Jesús siguen hoy activos en la ciencia y en la investigación científica, como algo que no les es ajeno, y
donde pueden establecer relación con los ambientes a veces alejados de la Iglesia. A esto se dedica el
capítulo 9.
Pierre Teilhard de Chardin: su formación científica
Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) nació en Sarcenat, cerca de Orcine, a poca distancia al oeste de
Clermont-Ferrand en el seno de una familia de la aristocracia rural francesa [1].
Estudió en el colegio de los jesuitas de Notre Dame de Mongré y en 1899 entró en el noviciado de la
Compañía de Jesús en Aix-en Provence y continuó sus estudios de filosofía en la isla de Jersey, donde se
habían instalado los jesuitas franceses, debido a leyes de excepción de 1901 en Francia. Durante estos
estudios Teilhard empezó a interesarse por la geología.
Entre 1905 y 1908 fue profesor de física y química en el colegio jesuita de la Sagrada Familia en El
Cairo, su primer contacto con el Oriente que le fascinaría más tarde y donde empezó sus trabajos de
campo de geología. Los estudios de teología los hizo en Hastings, Inglaterra, donde se ordenó sacerdote
en 1911 y donde continuó su interés por la geología y paleontología. Allí conoció a Charles Dawson y
presenció el descubrimiento del “hombre de Piltdawn” que resultó ser una falsificación.
Más tarde, cuando Teilhard ya era famoso, se le ha querido hacer injustamente responsable del engaño.De
1912 a 1914 Teilhard estudia en París geología bajo la dirección de Marcellin Boule, director del Instituto
de Paleontología Humana del Museo de Historia Natural, que le inicia en los estudios de paleontología y
entra en contacto con Henri Breuil con el que continuará en estrecha relación durante toda su vida. En
esos años realiza varios viajes de estudios junto con un grupo de científicos, entre ellos a las cuevas con
restos y pinturas prehistóricas del sur de Francia y nordeste de España, a los Alpes, Normandía e
Inglaterra.
En 1915 es movilizado como camillero y hasta 1919 vivió la experiencia de la guerra que le marcó
profundamente y que él interpretó como un “bautismo en lo real”, esto es, la inmersión en la gran
confrontación humana que fue la primera guerra mundial. Su dedicación y valentía en la atención en el
frente a los heridos le merecieron la Cruz de Guerra (1915), la Medalla Militar (1917) y la Legión de
Honor (1920).
Después de acabada la guerra regresa a París donde termina su licenciatura en ciencias naturales en 1919
y empieza su docencia de geología en el Institut Catholique que tendrá que interrumpir pronto. Al año
siguiente presenta su tesis doctoral sobre los mamíferos del Eoceno inferior en Francia, que merece el
premio de la Sociedad Geológica de Francia.
Teilhard en China
En 1923, invitado por el jesuita Emile Licent (1876-1952), que estaba organizando un museo de historia
natural en Tianjin, Teilhard realiza su primer viaje a China, donde trabaja en la geología del norte de
China y Mongolia.
A partir de este primer viaje su vida queda vinculada al trabajo geológico y paleontológico en China. Su
tiempo se reparte entre China y Francia, donde continúa sus clases y su trabajo en el Museo. En 1926
empieza a trabajar en el yacimiento de fósiles de Chukutien, con los fósiles humanos del Sinanthropus
(Homo erectus pekinensis).
El estudio de los fósiles humanos se convierte en su línea más importante de investigación. En 1931
participa como geólogo en el “Crucero amarillo”, viaje desde Pekín a Turkestán a través de Asia central
durante nueve meses, organizado por la fábrica Citroen como demostración de sus automóviles.
Entre 1932 y 1937 trabaja en el Museo del Hombre de Pekín con frecuentes viajes a Francia. En 1835
realiza trabajos geológicos en el norte de la India en compañía de los geólogos George Barbour,
Davidson Black and Helmut de Terra con los que mantuvo una estrecha amistad y en 1938 viaja a Java
invitado por Gustav von Koenigswald, descubridor de los fósiles humanos en esta región.
Teilhard, un científico reconocido por la comunidad internacional
A partir de 1939, Teilhard es ya una figura reconocida en los círculos científicos de paleontología
humana, realiza viajes, presenta conferencias en Francia y Estados Unidos, y lleva a cabo en
colaboración con otros científicos, trabajos de campo, además de los ya mencionados en China,
Cachemira y Java, también en Birmania y África del Sur, vinculando su trabajo cada vez más a los
estudios sobre los orígenes del hombre. En 1947 es nombrado Oficial de la Legión de Honor y miembro
correspondiente de la Académie des Sciences. Sus ideas sobre la evolución y su incidencia en la
formulación de la fe cristiana empiezan a ser ampliamente discutidas en Francia.
En una época en la que todavía la teoría de la evolución era vista con reparos en los ambientes
eclesiásticos, las ideas de Teilhard encontraban cada vez más sospechas y rechazos. No se le permite
publicar, excepto los trabajos puramente científicos, aunque, sin embargo, sus ensayos se propagaron
ampliamente en copias entre sus muchos entusiastas seguidores. Desde hacía años su presencia en Francia
resultaba incomoda y se le aleja el mayor tiempo posible.
En 1948 viaja a Roma para intentar el permiso de la publicación de su obra El fenómeno humano, que no
consigue, a la vez que se le niega permiso para acceder al prestigioso Collège de France. A pesar de todo
su fidelidad a la Iglesia y a la Compañía se mantiene inamovible. A partir de 1952 sus estancias en Nueva
York se alargan, allí sigue trabajando en temas de paleontología humana en la Wernner Gren Fundation,
y es allí donde fallece súbitamente en 1955.
Evolución cósmica y fe cristiana
Como sacerdote y jesuita por un lado y como apasionado científico por otro, la mayor preocupación de
Teilhard fue siempre como integrar el pensamiento cristiano dentro de la nueva cosmovisión presentada
por las ciencias, y más concretamente por la geología y la paleontología, de un mundo en evolución.
Esta preocupación está ya presente en sus primeros escritos de juventud durante la guerra y continuará
hasta las últimas páginas, escritas unos días antes de su muerte. Esta preocupación se apoya en las dos
columnas que soportan toda su vida, su trabajo científico y su experiencia mística. Para él, la nueva
visión evolutiva de la vida y del universo, que él ha asimilado a través de su dedicación apasionada a la
ciencia a lo largo de sus estudios y sus trabajos de investigación, no puede menos de afectar
profundamente su concepción religiosa y cristiana de la relación de Dios con el mundo.
Esta relación se había formulado en el pasado necesariamente dentro de una concepción estática del
universo, y debe adaptarse ahora a la nueva imagen evolutiva que presentan las ciencias modernas. Esto
implica una reformulación del pensamiento cristiano, en especial, respecto a la creación divina y al
problema del mal, así como del misterio de Cristo y su relación con el mundo.
Fueron precisamente sus escritos en esta línea los que más preocuparon a las autoridades
eclesiásticas, que no permitieron su publicación durante su vida. Para Teilhard no se trataba de un
problema puramente teórico, sino que constituía el centro de toda su vida y el motor de su espiritualidad.
Acostumbrados a ver en él al científico, activo en sus trabajos de paleontología y geología, que le ponían
en contacto con la historia de la Tierra y del hombre, o al filósofo que elaboraba una nueva síntesis
cosmológica desde la ciencia, olvidamos al místico cristiano, que descubría la presencia del Cristo
cósmico en las fibras de la materia y le concebía como el fin último de toda la evolución del universo [2].
El centro de esta mística lo constituye su pensamiento sobre el papel de Jesucristo en el mundo, visto
dentro de la evolución del hombre y del universo, que constituye al mismo tiempo el fundamento de su
visión cristiana de la evolución y el centro de su cristología.
Autonomía de la ciencia, autonomía de la espiritualidad
Teilhard separó claramente su trabajo científico de su reflexión religiosa, y de esta forma en sus más de
200 artículos científicos no se menciona para nada el problema religioso. Como científico fue un
verdadero científico, reconocido por sus trabajos de geología y paleontología.
Sin embargo, para él, el trabajo científico constituía ya en sí mismo una forma de adoración y afirma que
ciencia y religión forman dos caras de un mismo movimiento de conocimiento de la realidad. El
encontraba en el trabajo científico una forma de alimento espiritual. “Estoy convencido”, nos dice, “de
que no hay un alimento natural más poderoso para la vida religiosa que el contacto con las verdades
científicas bien comprendidas” [3].
De esta forma, al mismo tiempo que su trabajo científico realiza una continua producción de su
pensamiento filosófico y religioso, que culmina con la redacción de sus dos textos fundamentales: El
fenómeno humano entre 1938 y 1940 y El medio divino entre 1926 y 1927.
El primero recoge su pensamiento, que podemos llamar hoy filosófico, donde nos da una visión global de
toda la evolución del universo, incluida la del hombre, tomando como punto de partida los datos
proporcionados por las ciencias, y encontrando su necesaria convergencia en lo que el llama el “Punto
Omega” que luego identifica con Dios. Al final de la obra añade unas consideraciones sobre lo que el
llama el “fenómeno cristiano”, y como debe interpretarse desde estas nuevas perspectivas.
El Medio Divino
El segundo (El Medio Divino) es un trabajo de carácter puramente religioso, en el que presenta un nuevo
enfoque de temas de ascética y mística cristianas, coherentes con su visión evolutiva del mundo, en el que
identifica la figura de Cristo como el verdadero Punto Omega.
La “cosmogénesis” de la evolución del universo se convierte así en una “Cristogénesis” o construcción
del Cristo Total. A estas dos obras hay que añadir la larga lista de 243 ensayos de tipo religioso y
filosófico, en los que fue desarrollando sus ideas respecto a la naturaleza evolutiva del universo, las
potencialidades de la materia, el futuro de la humanidad y el papel de Cristo en un mundo en evolución.
La concepción de Teilhard sobre Cristo, en su visión evolutiva del universo no era solo un pensamiento
teórico, sino que constituía realmente el centro de su vida misma, es decir, formaba el centro de su
espiritualidad personal, su vida interior y su mística.
Las notas de sus Ejercicios Espirituales, nos permiten constatar cómo estas ideas, son también las
constantes que año tras año forman el núcleo de su oración y meditación. Se conservan las notas
personales, muy escuetas, que Teilhard tomaba cada año y a través de las que podemos seguir la
evolución de su meditación personal [4].
En estas notas encontramos que su visión de Cristo y del mundo no es solo un pensamiento teórico para
presentarlo a los demás, sino el motor y centro de toda su vida espiritual. Año tras año, sus Ejercicios se
centran en las mismas ideas. El término “Cristo-Omega” aparece ya en sus notas de 1922 y se repite en
todos los demás años.
En 1940 aparece el término “omegalizar” para expresar la unión del universo con el Cristo total, y al año
siguiente presenta las dos perspectivas, que a partir de esa fecha se convierten en el resumen de su
actividad: “universalizar a Cristo” y “Cristificar el universo”. Toda su vida la concibe Teilhard como una
fidelidad al Cristo-Omega y en 1948 escribe “más que nunca es el Cristo-Omega el que ilumina y dirige
mi vida” y reconoce que esta imagen de Cristo queda un poco a un lado de la “presentada por la gente de
Iglesia”.
Finalmente en 1950 expresa que en su vida no debe entrar nada que no sea “Cristificable” y muestra su
preocupación en los últimos días de su vida por “acabar bien, es decir, en plena confesión y en plena fe al
Cosmos y al Cristo-Omega. Terminar bien, es decir, haber tenido tiempo y ocasión de formular mi
mensaje esencial, la esencia de mi mensaje”. En el último día de sus últimos ejercicios en 1954 resume
toda su visión con una sola palabra “Pan-Cristismo”.
La Misa sobre el Mundo
Otra fuente, para entender hasta que punto su concepción sobre el papel de Cristo en el mundo constituyó
la inspiración de su vida y su trabajo, se puede encontrar en sus oraciones, que aparecen en muchos de sus
escritos, generalmente al final de ellos.
Una mención especial merece su Misa sobre el mundo, compuesta por primera vez en 1918 en el
frente y retocada en 1923 en el desierto de Ordos, en Mongolia. Toda esta bellísima oración, que sigue el
esquema de la Misa y presenta la consagración del mundo como una extensión de la Eucaristía, está
traspasada por las ideas de la presencia de Cristo en el mundo.
“Misteriosa y realmente, al contacto de la Palabra substancial, el Universo, inmensa Hostia, se convierte
en Carne. Toda materia es ya encarnada, Dios mío, por vuestra Encarnación”.
Es a ese Jesús encarnado en el mundo, al que al final dirige su oración: “A vuestro Cuerpo, en toda su
extensión, es decir, al Mundo convertido por vuestra potencia y por mi fe en el crisol magnífico y
viviente donde todo desaparece para renacer, ... yo me entrego para en él vivir y morir, Jesús.
Para terminar confesando “Cristo glorioso, influencia secretamente difusa en el seno de la Materia y
centro deslumbrador donde se unen la fibras sin número de lo múltiple... Es a ti a quien mi ser llama con
un deseo tan grande como el Universo. Tu eres verdaderamente mi Señor y mi Dios” [5].
Los textos de sus oraciones muestran claramente que su cristología no era solo el resultado de una
reflexión teológica, sino sobre todo el fruto de una experiencia mística, en la que la presencia y acción de
Cristo llenan el universo evolutivo.
Para él ni Cristo puede concebirse separado del universo, ni el universo separado de Cristo. Teilhard vivió
con pasión esta presencia y acción de Cristo en el mundo y se esforzó por comunicarla desde su trabajo
científico, de todas las formas posibles, a pesar de todos los obstáculos e incomprensiones que encontró
para llevarlo a cabo.
Pierre Teilhard de Chardin en 1955. Fuente: Wikipedia.
De la cosmogénesis a la Cristogénesis
Para comprender el papel de Teilhard como científico, filósofo, teólogo y místico conviene presentar aquí
un corto resumen sobre su pensamiento. En sus escritos Teilhard supo integrar su pasión por la ciencia y
el mundo con su espiritualidad cristocéntrica, inculcada como jesuita por los Ejercicios Espirituales de
San Ignacio.
En uno de sus primeros escritos, fechado en 1916, ya aparecen en germen muchos de los temas que se
repetirán a lo largo de su vida y que forman parte de lo que será su actitud vital. Esta se refleja en las
primeras líneas de la introducción de este ensayo: “Escribo estas líneas por la exuberancia de la vida y por
la necesidad de vivir, para expresar una visión apasionada de la Tierra y para buscar una solución a las
dudas de mi acción; porque yo amo al Universo, sus energías, sus secretos, sus esperanzas y porque al
mismo tiempo estoy entregado a Dios, el solo Origen, la sola Salida, el solo Término”.
Este amor apasionado de Teilhard a Dios y a la Tierra será una constante hasta su muerte. Como repetirá
a menudo se sentía tanto un hijo del cielo como de la tierra. En la misma introducción hay ya una llamada
al cristiano a reconocer este “despertar cósmico” y “descubrir el Ideal divino en la médula de los objetos
más materiales y terrestres y penetrar el valor beatificante y las esperanzas eternas de la santa Evolución”
[6]. La aceptación del carácter evolutivo del universo y de la vida y la necesidad de su integración en la
visión religiosa y cristiana estará siempre en el centro de su pensamiento.
Los 20 ensayos, escritos durante el tiempo de la guerra (1916-1919), contienen ya la mayoría de las
intuiciones fundamentales de su pensamiento sobre las que trabajará durante toda su vida.
Al mismo tiempo que su trabajo científico a lo largo de toda su vida Teilhard va realizando una continua
producción de su pensamiento, que podemos llamar hoy filosófico y teológico, desarrollado a lo largo de
sus escritos que ocupan trece volúmenes y su abundante correspondencia.
Entiende su pensamiento como una visión global de toda la evolución del universo, incluida la del
hombre y su sentido último, tomando como punto de partida los datos proporcionados por las ciencias.
Sus consideraciones terminan incidiendo en el que él llama el “fenómeno cristiano”, y como debe
interpretarse desde estas nuevas perspectivas [7].
Teilhard trata de entender la naturaleza de la materia, no desde el punto de partida de sus partículas más
elementales, sino desde la evidencia de la existencia de la consciencia en el hombre. Es decir, en lugar de
tratar de entender la consciencia humana desde los constituyentes de la materia, es decir, desde su
biología o química, como tratan de hacer hoy tantos neurobiólogos, trata de entender la materia desde el
hecho de la presencia de la consciencia en el ser material que es el hombre.
Por eso pondrá por título a su obra fundamental El fenómeno humano. En efecto, si el hombre es un ser
material autoconsciente, esta cualidad de la consciencia, clara y explícitamente presente en el hombre,
tiene, para Teilhard, que estar de alguna manera también presente en toda la materia. Para él, una
cualidad, como es la autoconsciencia, no puede aparecer como algo totalmente nuevo en el hombre, sin
que en un cierto modo, aunque sea muy primitivo, no esté ya presente en los demás seres.
Esto le llevó a proponer que hay un “interior” de la materia, además de su “exterior”, cuya naturaleza y
funcionamiento es el objeto de las ciencias experimentales. El interior de la materia está ligado a la
complejidad, de forma que al aumentar ésta, aumenta también su grado de interioridad. La complejidad, a
su vez, está relacionada con otra característica de la materia a la que llama “centricidad” y ambas a su
vez están relacionadas con la consciencia.
Teilhard llama centricidad a la capacidad de la evolución de la materia de formar sistemas cada vez más
complejos (formados de más elementos) y centrados es decir formando una unidad. A este doble carácter
de la materia (interior y exterior) corresponden también dos tipos de energía: una energía “tangencial”,
que corresponde a la energía física con la que las cosas interaccionan a su mismo nivel y otra energía
“radial”, que es responsable de la convergencia de la evolución de la materia en la línea de una mayor
complejidad y una mayor consciencia.
Conciencia es para Teilhard la capacidad de conocer que en el hombre se hace autorefleja o
autoconsciente, es decir, el hombre conoce que conoce en el mismo acto de conocer. Estos dos tipos de
energía son en realidad para él los dos componentes de una sola energía fundamental.
Teilhard llama también a la energía radial, energía espiritual, ya que para él consciencia y espiritualidad
se identifican. De esta manera Teilhard supera todo dualismo materia-espíritu. Lo material y lo espiritual
son para él dos dimensiones de una única realidad que abraca las dos.
Para Teilhard, por lo tanto, complejidad, centricidad, interioridad, consciencia y espiritualidad van unidas,
de forma que el aumento en las primeras conlleva también un aumento en la última. Es decir, el grado de
consciencia en la dimensión espiritual aumenta al tiempo que aumenta el grado de complejidad y
centricidad en la dimensión material.
Esta vinculación de interioridad, complejidad, centricidad, por un lado y consciencia y espíritu por otro
es fundamental en el pensamiento de Teilhard y se fundamenta en que la consciencia y el espíritu
aparecen claramente en el hombre, cuyo cerebro posee la mayor complejidad material. En conclusión, la
materia para Teilhard tiene, por lo tanto, un dinamismo interno que incluye la dimensión espiritual.
Con la aparición de la vida en la evolución de la Tierra se constituye la formación de una capa de nuevas
características a la que Teilhard llama la “biosfera”. Una vez aparecida la vida, ésta se desarrolla hacia
formas cada vez más complejas, desde los animales unicelulares a los mamíferos, y dentro de ellos a los
primates, en los que el cerebro adquiere un mayor desarrollo en complejidad.
Como ya hemos dicho, a este incremento en complejidad corresponde un incremento en consciencia y, en
consecuencia, en un grado mayor de espiritualidad. Los seres al evolucionar desde la materia inerte a la
vida, y más tarde hacia grados cada vez mayores de consciencia, su dimensión espiritual va creciendo a
medida que van creciendo a lo largo de la línea de una mayor complejidad que acaba por centrarse en el
cerebro. Un paso nuevo se da con la aparición del hombre en el que la consciencia está ya claramente
desarrollada.
Lo mismo que la aparición de la vida creó la biosfera, la aparición de la consciencia desarrollada en el
hombre crea una nueva envoltura de la tierra, a la que él llamó la “noosfera”. La aparición de la biosfera y
de la noosfera son dos casos de procesos de emergencia, que forman lo que él llama una discontinuidad
en continuidad, con la aparición de la vida en el primero y de la consciencia en el segundo.
No acaba en el hombre este movimiento evolutivo de la materia hacia el espíritu, pues, a través del
espíritu humano, la evolución de la materia continúa hasta su última realización en la convergencia, en un
punto común convergente, que él llama el Punto Omega. La convergencia del movimiento cósmico
evolutivo es un elemento esencial en el pensamiento de Teilhard. Para él una evolución que no converja
no tiene sentido.
En la convergencia en el Punto Omega se realiza, por lo tanto, la perfección final de toda la evolución.
Esta convergencia se realiza a través de la noosfera (la evolución humana). La materia misma que inició
su movimiento evolutivo en el origen del universo no llegará a su completitud hasta que se realice su
convergencia en el Punto Omega, a través de la evolución de su dimensión espiritual en el hombre.
Este último estadio de la evolución cósmica en la noosfera tiene lugar a través de lo que Teilhard llama la
“colectivación humana” o la “socializacion”. El futuro de la humanidad, en realidad, puede finalmente
tender bien hacia una unidad convergente o hacia una pluralidad divergente. Es decir, la humanidad
progresa hacia una cierta unidad o se disgrega en una multiplicidad. La primera significa siempre un
avance y la segunda un retroceso.
En el camino hacia delante de la evolución humana, para evitar el caer en la pluralidad divergente, que
siempre amenaza el proceso de la evolución a nivel humano, y asegurar el movimiento convergente es
necesaria una atracción por un “Centro de Atracción”, un "Alguien", que por una cierta fuerza atractiva
realice la unificación final de todas las consciencias.
El punto de convergencia en el que se realiza esta unificación de la noosfera y en el que encuentra su
culminación o Punto Omega, ha de ser él mismo “hiper-personal”. El carácter personal es un aspecto
esencial de la conciencia y el espíritu. Este Punto Omega, personal y transcendente, no es solo un foco
pasivo hacia el que tiende toda la evolución, sino un polo activo que atrae todo a su unificación consigo, y
Teilhard lo identifica con Dios.
La convergencia final del universo, que, como ya se ha mencionado anteriormente, constituye un punto
esencial del pensamiento de Teilhard, se realiza, por lo tanto, al nivel de la noosfera, esto es, a través de
la evolución humana, por un movimiento unificador, atraído por el personal y transcendente Punto
Omega.
Esta atracción, garantía de la convergencia, no niega la libertad de la noosfera ya que se realiza a través
de la fuerza de un super-amor que mana del Punto Omega. Es precisamente la fuerza del amor la que
mueve los elementos de la noosfera a unirse sin destruir su identidad. A esta unión libre de la
convergencia de la noosfera la llama Teilhard “la gran opción”.
¿Es Cristo el punto Omega?
Teilhard presenta finalmente una interpretación cristiana de toda la evolución en la que el Punto Omega,
hacia el que converge toda la evolución, se identifica con la figura de Cristo. De esta forma el universo
tiende en su movimiento de convergencia a nivel humano hacia una última unidad que la fe cristiana
reconoce que solo se puede realizar en la unión de los hombres con Cristo.
Cristo mismo es, por lo tanto, la presencia del Punto Omega en la historia humana, que atrae hacia sí el
progreso humano, y ayuda a que se realice su consumación en la unidad definitiva con él. En esta
interpretación, la cosmogénesis de la evolución se convierte en lo que Teilhard llama una “Cristogénesis”,
al identificar el polo de convergencia de toda la evolución con el Cristo encarnado. La unidad de los
hombres, y a través de ellos de todo el universo, en Cristo constituye lo que él llama el “Cristo Total” o
“Cristo Cósmico”.
El proceso por el que se desarrolla el universo se identifica con aquel por el que se forma el Cristo Total.
Para Teilhard el papel de Cristo es realmente central para todo el movimiento de la evolución cósmica.
Estas ideas están expresadas de forma más completa en uno de sus últimos ensayos, escrito en
marzo 1955, solo un mes antes de su muerte y que se puede considerar como su testamento espiritual [8].
La espiritualidad ignaciana
Al finalizar este recorrido histórico a lo largo de 500 años, queda flotando la pregunta: ¿cómo explicar
esta tradición científica única en la Iglesia católica por sus características? En el epílogo que recapitula
todo lo dicho se apunta una respuesta.
La raíz de todo ello se podría encontrar en la espiritualidad ignaciana que trata de encontrar a Dios en
todas las cosas. Los jesuitas –tal como formuló el papa Benedicto XVI – deben estar en las fronteras
donde es más vivo el debate entre la fe y la justicia. La reconciliación de la humanidad con la naturaleza,
consigo misma y con Dios pasa por una insistencia en la investigación científica.
Como formulamos en este libro: “El trabajo paciente en observatorios y laboratorios es para el jesuita tan
propio como el predicar y administrar los sacramentos. La ciencia como conocimiento y como
instrumento en bien de la humanidad y de la propagación de la fe cristiana ha sido a lo largo de esta larga
tradición un camino por el que los jesuitas se han atrevido a caminar”.
Conclusión
La celebración de los 60 años del fallecimiento de Pierre Teilhard de Chardin nos invita a estas
reflexiones para las personas no especialistas en su pensamiento.
En este breve resumen de las ideas de Teilhard nos muestra como supo integrar en su pensamiento el
carácter evolutivo del universo que han aportado las ciencias y el papel de Cristo en el universo que
presenta la fe cristiana.
Es precisamente a partir de esta base científica que él descubre el carácter convergente del mundo a través
del futuro de la humanidad en el Punto Omega de la divinidad.
Como jesuita su fe cristiana y su espiritualidad ignaciana le llevan a encontrar una coherencia entre el
camino de la ciencia y el de la fe. De esta forma, para él, el Punto Omega se concretiza en Cristo, Dios
encarnado en la materia, que impulsa y realiza en sí la culminación de todo el proceso evolutivo.
Teilhard muestra finalmente cómo la visión del mundo que va descubriendo la ciencia adquiere un
sentido sacramental, descubriendo un mundo, que al estar dirigido hacia Cristo, es todo él, utilizando su
terminología, “diafanía” suya. Por eso al final de su vida Teilhard podía escribir en sus notas espirituales
que toda su vida consistía en “cristificar” el universo y “universalizar” a Cristo [9].
Notas
[1] La literatura sobre Teilhard de Chardin es abundantísima, sobre su vida podemos citar: Claude
Cuénot, Pierre Teilhard de Chardin. Las grandes etapas de su evolución. Madrid: Taurus (1967); Robert
Speaight, Teilhard de Chardin. Biografía. Santander: Sal Terrae (1972); Ursula King, Spirit of fire. The
life and vision of Teilhard de Chardin. Nueva York: Orbis Books (1998); Patrice Boudignon, Pierre
Teilhard de Chardin, sa vie, son oevre, sa reflexión. Paris: Édition du Cerf (2008).
[2] Christopher F. Mooney, Teilhard de Chardin and the mystery of Christ. Nueva York : Doubleday
Image Book (1968); Édith de la Héronniere, Teilhard de Chardin, une mystique de la traversée. Paris:
Albin Muchel (2003) ; Gustave Martelet, Teilhard de Chardin, prophète d’un Christ toujours plus
grande. Bruselas: Lessius (2005).
[3] Pierre Teilhard de Chardin, Science et Christ, Oeuvres IX, París: Éditions du Seuil (1965), 62.
[4] Pierre Teilhard de Chardin, Notes de retraites, 1919-1954. París: Édition du Seuil (2003).
[5] Pierre Teilhard de Chardin, La messe sur le monde. Le coeur de la matiere. Oeuvres XIII,
París:Éditions du Seuil (1976), 141-156.
[6] Teilhard de Chardin, La vie cosmique. Écrits du temps de la guerre (1916-1919), Oeuvres XII, París:
Éditions du Seuil (1976), 5.
[7] Entre la abundante literatura sobre el pensamiento de Teilhard podemos citar: Émile Rideau, La pensé
du Père Teilhard de Chardin. París: Le Seuil (1965). Georges Crespy, La pensé théologique de Teilhard
de Chardin. París: Éditions Universitaires (1961).
[8] Teilhard de Chardin, Le Christique. Le coeur de la matiere. Oeuvres XIII, París: Éditions du Seuil,
1976, 93-117.
[9] Notes de retraites, 343-348.
Agustín Udías Vallina es Catedrático de Geofísica, miembro de la Asociación de Amigos de
Teilhard de Chardin y Colaborador de la Cátedra Ciencia, Tecnología y Religión.
SAN PABLO: ¿SE CAYÓ DEL CABALLO O SE
VOLVIÓ LOCO?
Pablo de Tarso, el personaje más polémico y documentado del Nuevo Testamento, fue tan conflictivo en
vida como a través de la Historia, suscitando una intensa controversia hasta nuestros días: desde la
herejía del dualista Marción en el siglo II, a recientes estudios que pretenden demostrar que Pablo no dejó
de ser judío y nunca fue cristiano, pasando por la teoría de la justificación por la fe de Lutero en el siglo
XV, que dio origen a la Reforma, y la rocambolesca tesis de que fue el culpable remoto del exterminio
nazi durante la Segunda Guerra Mundial.
Toda la cultura del hombre de la calle suele reducirse a que es "aquel que se cayó del caballo para
convertirse de perseguidor de los cristianos en su mayor apóstol entre los gentiles", junto a la enigmática
impresión que dejan algunas de sus cartas. Se diría que Pablo resulta demasiado "subido" y teológico
para un lector medio, o que produce la impresión de radical, orgulloso, antifeminista y hasta antipático y
regañón para el que no profundiza en su personalidad.
Dado el estado actual de las investigaciones, ¿qué hay de realidad y de mito en el perfil humano y
religioso de este personaje considerado como el verdadero fundador en la práctica del cristianismo?
"Circuncidado a los ocho días de nacer, israelita de nación, de la tribu de Benjamín, hebreo de pura cepa
y, por lo que toca a la ley, fariseo" (Flp 3, 5). "Yo soy judío, natural de Tarso, ciudad de Cilicia que
tiene su fama" (Hech 21, 39), escribe. Nacer en Tarso, (sobre el año 5 dC.) de padre judío, posiblemente
tejedor, del que aprendería el oficio, era ver la luz en medio de una encrucijada de caminos y crisol de
culturas. Saulo, nombre judío que viene de Saúl, vive en casa la fidelidad a la ley mosaica, pues sus
padres al parecer se establecen en Tarso como consecuencia de la diáspora judía. Pero en la calle y la
escuela respira ambiente helénico y romano. Con sus compañeros asiste a los juegos del estadio, estudia a
los filósofos y poetas griegos y contempla el paso de procesiones en honor de los dioses Baal o Sandán.
Más tarde va a usar su otro nombre latino -en Roma se utilizaban tres-, Paulus, como ciudadano romano,
privilegio de Tarso. Cives romanus sum argüirá ante los tribunales y llegará a apelar al mismo César,
en concreto Nerón, para salvarse de la persecución judía. Pablo es lo que hoy diríamos un "ciudadano
global", perteneciente a las tres culturas más importantes de su época, con una formación y
cosmovisión que ampliará en sus viajes "hasta los confines de la tierra", es decir, Hispania (año 66).
Muy joven se fue a estudiar a Jerusalén con Gamaliel, prestigiado maestro de la moderada escuela de
Hillel. Llega a saberse la Biblia de memoria y llevarla siempre en el morral junto a sus herramientas de
tejedor. Asiste pasivo al martirio de Esteban y recibe el encargo de perseguir a los seguidores de Jesús.
La escena del resplandor que le derriba del caballo camino de Damasco, tan explotada por la pintura, es
una interpretación simbólica, pues los Hechos solo hablan de un resplandor que le hace "caer por tierra".
La verdadera caída de Saulo es que da un cambio radical en su vida y de perseguidor se transforma en
apasionado seguidor del crucificado hasta decir "Mi vida es Cristo y morir ganancia". ¿Qué le sucedió?
Renán dice que se volvió loco. Un loco demasiado lúcido para trazar el plan más inteligente de
marketing espiritual de la Historia del cristianismo. Lo que por todas las trazas experimentó fue lo que
los orientales llaman una iluminación y los occidentales "ilustración" que equivale a ver claro. Por
ejemplo, que Jesús le empujaba a predicarle no solo a los judíos sino a todo el mundo conocido de
entonces.
Pablo va a transformarse así en un hombre libre, lo que hoy llamaríamos un outsider instruido
directamente por el Mesías. Se va solo a Arabia a reflexionar y predicar sin mucho éxito entre los
nabateos, y 13 años después regresa a Damasco y contacta en Jerusalén con tres discípulos testigos de
Jesús de Nazaret, durante solo 15 días: Pedro, Juan y Santiago, el hermano de Jesús. Éste, convertido
tras la muerte del Maestro, será el más apegado a la letra de la Ley Mosaica y el más frontal opositor de
Pablo, hasta llega a mandarle espías. Por su parte, Cefas (Pedro) evolucionará de entusiasta de Tarso a
desconfiar de él en torno a algunas prescripciones de la Torá.
Iglesias domésticas Los colosales viajes de Pablo que incluyen cárceles, persecuciones, apaleamientos, naufragios y mil
penalidades le conducen primero a predicar en las sinagogas. Luego, a través de una red de casas
particulares o iglesias domésticas, con ayuda sobre todo de mujeres, donde celebra el ágape y la
eucaristía.
En un contexto de corrupción del Imperio, lascivia, egoísmo y esclavitud y aquejado de un vacío
existencial y religioso por la multiplicidad de dioses, Pablo vende una doctrina en el fondo simple y
liberadora: La salvación viene de la fe en el Mesías, y se traduce en amor e igualdad entre los hombres
con un solo rito tan simple como una comida. Esto le lleva tanto al éxito como al rechazo hasta morir
decapitado en Roma (año 67). Su palabra se difunde a través de correos que llevan copias de sus cartas.
Los especialistas distinguen entre las siete auténticas, y las seudoepigráficas o deuteropaulinas, al
parecer redactadas por una escuela posterior, eso sí fiel a Pablo, que habría reunido y sintetizado diversos
textos suyos.
De un carácter entre complejo y fascinante, fuerte y débil al mismo tiempo, era un feo guapo, físicamente
insignificante, pero provisto de potente magnetismo espiritual. Detrás del ilustrado y orgulloso fariseo que
nunca dejaría de ser, alumbra un hombre tierno, amigo de sus amigos, consciente de sus debilidades -
el famoso aguijón que aún hoy sigue siendo un enigma- y sobre todo un enamorado de Jesucristo, que le
transportó en vida al "tercer cielo".
Tal pasión mística le empujaba hacia adelante con tal libertad, fidelidad y oposición a las instituciones de
su época, que lo hacen tan actual como perenne objeto de estudios y controversias. Libre y místico,
rompedor y fiel, consigue que la Buena Noticia atraviese las lindes de Israel y cale en el ancho mundo
secular. Su peripecia vital es ya en sí misma toda una novela.
Pedro Miguel Lamet
El Mundo
Escritor, periodista y jesuita, Lamet es autor de Pablo de Tarso. El esplendor de Damasco (La Esfera de
los Libros)
Las muchas opciones políticas y sus
humores
Leonardo Boff, 10-Abril-2015
Una situación de crisis generalizada en el mundo y en nuestro país permite
muchos humores y no pocas interpretaciones. Toda crisis es angustiante y dolorosa porque desaparecen
las estrellas-guía y nos da la impresión de un vuelo a ciegas.
Como mostró el conocido pensador René Girard, uno de los grandes estudiosos de la violencia, todo
grupo, comunidad y sociedad necesita siempre crear un «chivo expiatorio» sobre el cual recaen todas las
frustraciones y quejas de las personas. Ahora son los comunistas, ahora los subversivos, ahora los
homoafectivos, ahora los fundamentalistas, generalmente los políticos y los gobernantes. Modernamente
a este complejo fenómeno social le llaman bulling. Con eso se alivian las tensiones sociales y la sociedad
encuentra relativo equilibrio, siempre frágil e inestable. Pero se crean también muchas víctimas, a veces
inocentes, se deja de reforzar el valor de la convivencia pacífica y se abre espacio al prejuicio y a las
actitudes fundamentalistas.
Tal situación se está verificando claramente en Brasil. Prácticamente no hay persona que no exprese
algún tipo de malestar, hasta rabia y, en el límite, odio. Quien conoce un poco el discurso psicoanalítico
no se admira. Sabe que en el ser humano actúan al mismo tiempo dos fuerzas: la de sombra bajo la cual
caben todas las decepciones y descontentos ante una situación dada, ya sea la sanidad que no funciona, el
transporte de mala calidad, los impuestos altos, la clase política falta de escrúpulos y sin ligazón orgánica
con los electores, la corrupción descarada que supone millones de dólares, cosa que escandaliza, revuelve
y exige castigos rigurosos. Pero está también la fuerza de luz que representa todo lo que hay de bueno en
el ser humano, la bondad, el amor, la comprensión, la amistad, y en la sociedad el sentimiento de
solidaridad en un accidente de carretera, la cooperación al asociarse a una ONG seria que hace un trabajo
coherente de rescate de los derechos humanos y la dignidad de los más invisibles, etc.
El desafío es siempre este: ¿a qué damos más primacía? ¿A la sombra o a la luz? Lo deseable y saludable
es dar mayor espacio a la luz. Pero hay también momentos en que los hechos perversos, hechos públicos,
provocan la ira sagrada, la protesta explícita y la manifestación pública. La sombra tiene también su
derecho, pues no es un defecto sino una marca de nuestra condición humana: iracundos y pacíficos, duros
y flexibles.
El reto es buscar la justa medida que representa lo óptimo relativo, el equilibrio entre el más y el menos; o
la autolimitación que significa el sacrificio necesario para que nuestra acción no sea destructiva de las
relaciones sino buena para todos. Una sociedad que se ha civilizado busca siempre este equilibrio. En este
grupo están las mayorías que viven de su trabajo, empresarios correctos que llevan el país adelante. Son
sensibles a los pobres y difícilmente discriminan a causa del origen, del color o de la religión.
Actualmente se constata un gran abanico de expresiones políticas, digamos de derecha, de centro, de
izquierda, cada cual con sus matices. Están los que son conservadores en política, dan primacía al
principio de orden, aunque admitiendo que haya excesos sociales. Económicamente son hasta
progresistas, abiertos a las novedades tecnológicas.
Están los que miran el escenario mundial, donde las grandes potencias dictan los rumbos de la historia y
piensan: no estamos suficientemente desarrollados y fuertes para tener un proyecto propio. Es más
ventajoso caminar con ellos, aunque sea como socios menores y agregados. Así no quedamos
marginados. Estos temen los proyectos alternativos.
Están los que dicen que no debemos pisar en las pisadas dejadas por otros. Tenemos que hacer nuestra
propia pisada con los recursos de que disponemos. Somos grandes, tenemos un pueblo creativo, una
naturaleza que nos garantiza que la economía futura, de base ecológica, nos hará decisivos para el futuro
del planeta. Estos son alternativos y se oponen directamente a la perspectiva imperial de alineamiento con
el proyecto de la globalización. Critican duramente el proyecto neoliberal que acumula por un lado y
empobrece por el otro, devastando bienes naturales.
Están los que no esperan nada de arriba, pues la historia ha mostrado que todos los proyectos elaborados
por los del piso de arriba han dejado siempre a las grandes mayorías del piso de bajo donde estaban o
simplemente fuera. Confían en las organizaciones de los movimientos sociales, articulados de tal forma
que consiguan elaborar un proyecto de Brasil de abajo hacia arriba y de dentro hacia fuera. Pretenden una
democracia participativa y políticas públicas que beneficien a los millones de personas históricamente
dejadas atrás. Esos en Brasil, como en otros países de América Latina, con sus partidos, han ocupado el
poder de Estado. Han mejorado la situación de los más castigados y todos de alguna manera han ganado.
Esos luchan para asegurarse en el poder y llevar adelante el proyecto popular.
Pero no basta esta voluntad generosa. Tiene que venir acompañada de transparencia y de figuras de
políticos ejemplares que den cuerpo a lo que predican. Infelizmente eso no ocurrió o lo hizo de forma
fragmentaria e insuficiente. No pocos sucumbieron al arquetipo más poderoso en nosotros, según C. G.
Jung, el poder, porque nos da la ilusión de omnipotencia divina, de poder decidir el destino de las
personas además de innumerables ventajas personales.
Max Weber, el maestro del estudio del poder, sentenció: sólo ejerce bien el poder quien toma distancia de
él y lo considera pasajero y servicio desinteresado a la comunidad.
Traducción de MJ Gavito Milano
¡ES EL SEÑOR!
Dolores Aleixandre -
En un cuento hasídico recogido por Martin Buber y que tiene como título «El juego del escondite», el
nieto de Rabí Baruch, un anciano rabino, jugaba un día al escondite con otro niño. Estuvo escondido
mucho tiempo pensando que su compañero le estaba buscando hasta que, cansado de esperar, salió de su
escondite y corrió llorando a contarle a su abuelo, el anciano rabí, que su amigo ni siquiera se había
puesto a buscarle. Los ojos de Rabí Baruch se llenaron también de lágrimas y dijo: «Eso es también lo
que dice el Señor: "Me escondo y nadie me busca..."».
«Se apareció Jesús»
En los relatos pascuales de los Evangelios hay algo de este juego:
el Resucitado aparece repentinamente «bajo otra figura» a dos discípulos, como dice Marcos (16,12), se
acerca bajo la apariencia de un peregrino a los de Emaús (Le 24,15) o de un jardinero a María Magdalena
(Jn 20,11-15). El resucitado aparece como quien desaparece. Es el mismo Jesús, pero no es lo mismo. La
nueva presencia abre los ojos de los discípulos; les hace ver y entender de una manera nueva. Les hace
pasar del miedo y de la duda a la confianza.
Es el tránsito del «no conocer» al «reconocer» lo que envuelve a los discípulos en el dinamismo pascual y
los hace pasar de un estado de indigencia a otro en el que les desborda la plenitud del gozo. En la escena
del lago (Jn 21,1-14), la fatiga estéril de los pescadores en la noche es su manera de experimentar la
ausencia de un Jesús que se esconde. El «no» con que responden a la pregunta del desconocido que está
en la orilla y pregunta: «Muchachos, ¿tenéis pescado?», resume una situación cerrada, y casi les arranca
una confesión de conciencia desdichada de la que no parece haber salida.
Es de noche en medio del lago. Y ellos están buscando al Maestro sin saberlo.
«¡Es el Señor!»
El amanecer acompaña la presencia de Jesús en la orilla y el dato de la luz nos introduce en una situación
nueva y abierta: comienza el día, se escucha una palabra y la red desborda de peces. La luz llega a los
ojos de Juan y le hace salir de Id oscuridad y entrar en el reconocimiento: «¡Es el Señor!» (Jn 21,7).
Pedro salta al agua porque reconocer en Israel no pertenece sólo al ámbito de la inteligencia, sino que
afecta y compromete la vida entera: conocer al Señor es conocer su interpelación, es entrar en una
relación de obediencia rendida.
El final de la escena refleja la situación transfigurada: el trabajo se ha vuelto fecundo, los discípulos se
apiñan en torno a aquél que ha congregado su dispersión y ha vuelto a reunirlos en una comida fraterna.
La conversión a la que convoca la Pascua está insinuada en un verbo ya familiar: «Ninguno se atrevía a
preguntarle: ¿quién eres?, porque sabían que era el Señor» (Jn 21,12).
«Es gloria de Dios ocultar un proyecto, es gloria de reyes descubrirlo» (Prov 25,2) sentenciaba la
sabiduría tradicional.
La novedad de la Pascua va más allá del viejo proverbio: la verdadera gloria está en acoger con asombro
agradecido que, cuando jugamos con Dios, el juego termina en encuentro pero no como fruto del esfuerzo
de nuestra búsqueda, sino como un regalo inmerecido.
Comentario al Evangelio del domingo, 12
de abril de 2015
Julio César Rioja, cmf
Queridos hermanos:
No hay Pascua sin comunidad, no se puede
vivir la Resurrección si no es con otros. Aquí
no cabe el individualismo que tan
perniciosamente el capitalismo ha metido
dentro de nosotros. ¿Preguntarle a Tomás y a
las primeras comunidades cristianas? Si no
estás en comunidad, precisamente el primer día
de la semana, no puedes ver a Jesús, tendrás
que venir el siguiente domingo. Ya lo dijo él:
“Donde estéis dos o tres reunidos en mi
nombre, allí estoy yo” y nosotros empeñados
en ser felices en solitario, en creer que nos
salvamos solos.
¿Y cómo manifiesta Jesucristo su presencia en
la comunidad?, allí donde los hermanos viven
la alegría: “Los discípulos se llenaron de
alegría al ver al Señor”. La alegría es el signo
de la presencia de Cristo resucitado, es la
victoria de la vida sobre el pesimismo y la tristeza de la muerte. La alegría cristiana es una sana y serena
expresión de la paz interior: “Paz a vosotros”. Hay muchos cristianos que parece que no están muy
convencidos de esto y piensan que las manifestaciones de alegría en una reunión litúrgica son una falta de
respeto. No estará de más decir que sin participación de la gente en la Eucaristía no hay alegría. La alegría
brota de la presencia del Señor dentro de nosotros: “Exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: Recibid el
Espíritu Santo”, nace del interior. Alegría, Paz y Espíritu, son las expresiones comunitarias de la
Resurrección, que nos van a repetir todos los textos de estos domingos de Pascua. Rescatemos la alegría
en nuestras reuniones y celebraciones, el Papa Francisco, aparte de escribir su exhortación sobre “La
alegría del Evangelio”, últimamente nos dice: “No quiero sacerdotes con la cara avinagrada”, lo mismo se
podría aplicar a todos los creyentes.
La alegría de la Pascua es el gozo de compartir, como nos lo recuerda la primera lectura de los Hechos de
los Apóstoles: “Los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor”.
Hasta tal punto que se desprendían de sus bienes y tierras para distribuirlos según necesidad. “Lo poseían
todo en común y nadie llamaba suyo propio nada de lo que tenía”, todo el texto que leemos en este
domingo, a muchos les pareció una utopía, incluso algunos doctos hablaron de un fanatismo de los
primeros cristianos o de que no sería del todo así. Hoy, no sólo es el fundamento de la Doctrina Social de
la Iglesia, sino uno de los grandes ideales de nuestra sociedad: que los bienes materiales estén en función
del bien común de toda la comunidad y no de unos pocos. El individualismo, incluso el religioso (“mi
Cristo”, “mi Iglesia”, “mi Misa”, “mi Comunión”, “mi parroquia”,” mi grupo”…), que aún vivimos, es
una forma de capitalismo que ha calado mucho más hondo de lo que nosotros imaginábamos. Sólo en
comunidad podemos palpar la presencia de Jesús como un bien común, y también su paz y su alegría.
Quien no viva con sus hermanos ni comparta la alegría fraterna, no tiene la paz ni la alegría del Señor.
Tomás, “llamado “el Mellizo”, el incrédulo que se resiste a creer por el simple testimonio de los otros,
es cualquiera de nosotros, somos sus “mellizos”. Él quiere ver y tocar: “Si no veo en sus manos la señal
de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en el costado, no lo creo”,
como nos pasa a ti y a mi muchas veces. Pero la fe no necesita ver, de ahí la pregunta de Jesús: “¿Porque
me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto”. La fe surge del encuentro con los
hermanos y viendo a los hermanos podemos decir: “¡Señor mío y Dios mío!”, no puedes verlo si no te
unes a los hermanos.
En Pascua nace la Iglesia y es tiempo de sentirla como la comunidad de creyentes que se reúnen cada
domingo en una parroquia para celebrar la vida desde la fe. La parroquia nos necesita para seguir estando
cercana a tantas personas que buscan, para renovarla en sus formas y en su sensibilidad, para despojarla
de ropajes históricos, para hacerla más joven. Pero también nosotros la necesitamos para que nuestra fe
no sea un reducto, una secta, donde celebramos maravillosamente la Pascua en solitario sin que nos
molesten las abuelas, los del cumplimiento dominical, o los que dudan. Para poderse encontrar con el
Jesús real mas allá de nuestros intimismos debemos interrogarnos sobre nuestra presencia en las
parroquias que tienen un montón de defectos y limitaciones, pero es el sitio de la comunidad. Nada de
elitismos, es tiempo de dar lo que nos dieron, de estar dentro para salir fuera, es tiempo de encontrarnos
cada domingo con todos aquellos que están en camino. Nada sin comunidad, sin comunidad no hay
Pascua, pero no una comunidad echa a mi medida, sino la de los humildes seguidores del resucitado, del
Viviente, que quiere estar al lado de los más pequeños, de los más pobres. Te espero este domingo y el
otro con las puertas abiertas, en medio de la plaza, en la esquina del barrio, donde se planta la torre que
quiere ser lugar de referencia y de salida en esta Pascua.
ASAMBLEA DIOCESANA
¿Qué es? ¿Qué Pretende? ¿A quién
va dirigida?
Sueño con una opción misionera capaz de transformarlo todo.
La Iglesia 'en salida' es una Iglesia con las puertas abiertas.
Si la Iglesia entera sume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin
excepciones (Evangelii Gaudium del Papa Francisco)
1. ¿Qué es la Asamblea Diocesana?
- Un tiempo en la vida de la Iglesia en Salamanca orientado a renovar nuestro
seguimiento a Jesús, nuestra misión apostólica y nuestras estructuras.
- Un tiempo para estudiar, entre todos, nuevas y mejores formas de ayudar y
servir a los hombres y mujeres de Salamanca, y para aprender todos juntos a dar
razón de nuestra fe, de nuestra esperanza y de nuestra alegría.
- Un tiempo para pensar cómo dar nuevas respuestas a los nuevos desafíos de la
vida actual, tratando de aportar soluciones más humanas y evangélicas.
2. ¿Qué pretende la Asamblea Diocesana?
El objetivo de la Asamblea Diocesana es la renovación de la Iglesia en
Salamanca:
- Renovación espiritual: ganar en cercanía y amistad personal con Jesús a través
de la oración y los sacramentos.
- Renovación pastoral: buscar juntos nuevas formas para la comunicación de la
Fe, basadas en el compromiso personal, la amabilidad y la caridad.
- Renovación de personas, comunidades y estructuras: buscar una estructura
eclesial más misionera, más hacia fuera y más cercana a los problemas reales de
la sociedad actual.
3. ¿Cúando se va a desarrollar la Asamblea?
El tiempo de Asamblea Diocesana discurre desde septiembre de 2014 hasta
junio de 2016.
Tendrá tres etapas:
1. Preparación: octubre 2014-enero 2015.
Tiempo de explicar, animar, incluir a todos, llamar.Terminará con una gran
celebración diocesana.
2. Reflexión: febrero 2015-marzo 2016.
Tiempo de estudiar y análizar la realidad de nuestra diócesis y nuestra sociedad;
tiempo de creación de grupos de trabajo, tiempo de propuestas, de encuentros.
Ante nuevos retos, nuevas respuestas: ¿Cómo renovar espiritual, pastoral y
estructuralmente nuestra Diócesis?. Será un tiempo de buscar juntos y elaborar
entre todos las propuestas para los tres apartados de renovación ya señalados.
3. Asamblea final: abril-junio 2016.
Tiempo de elaborar las conclusiones y propuestas finales para la renovación
espiritual, pastoral y estructural, para que sean entregadas al Sr. Obispo y éste
las promulgue si lo cree oportuno y se apliquen en nuestra Diócesis en los
próximos años.
4.- ¿Quién puede participar en la Asamblea Diocesana?
Todos, porque el desafío de la renovación es competencia de todos:
1. Todos: La Iglesia que vive, anuncia, celebra y sirve la caridad en sus
comunidades e instituciones eclesiales, en la ciudad y en el mundo rural..., sus
laicos, sacerdotes y religiosos; sus movimientos, cofradías, comunidades.
2.- Todos: las personas bautizadas que quizás se sienten más alejadas, que
incluso no tienen una pertenencia cordial a la iglesia y ya no experimentan el
consuelo de la fe. Incluso también a aquellos que no conocen a Jesucristo pero
buscan a Dios, movidos por la nostalgia de su rostro,.
3. Todos: los miembros de una sociedad que peregrina en una ciudad culta, en
un mundo rural sencillo y trabajador.una sociedad salmantina articulada en unos
moldes culturales, sociales, políticos y económicos concretos, que pasa por una
encrucijada importante y tiene heridas de pobreza, exclusión en algunos de sus
miembros, pero siempre con la esperanza sembrada en el corazón de sus
hombres y mujeres que llevan caminando siglos.
5.- ¿Cómo puedo participar en la Asamblea Diocesana?
En cada fase de la Asamblea nos irán indicando la forma de dar cauce a la
participación de cada uno, porque el papel de todos es muy importante.
Ahora, en la primera fase de preparación:
. Puedes leer la información sobre la Asamblea que está a tu disposición en las
iglesias y despachos parroquiales.
. Puedes participar en la presentación más detallada que se hará de la Asamblea
en tu parroquia, movimiento, cofradía, comunidad,. el día y lugar que se indique
. Puedes seguir la información de la Asamblea en (citar la web, facebook,
twitter,.) y en la revista Comunidad
. Puedes comentar con tus amigos y conocidos lo que vayas conociendo e
informándote acerca de la Asamblea
. Puedes tener muy presente este tiempo de Asamblea en tu oración
. Puedes hacer todo lo que se te ocurra que pueda ayudar a este importante
tiempo de Asamblea que ahora se inicia
Todos estamos invitados porque el desafío de la renovación nos convoca..
Únete, es el momento,
es tu momento
Concurso de diseño de Logotipo para la
Delegación Diocesana de Pastoral Juvenil de
Salamanca
La Delegación diocesana de Pastoral Juvenil ha convocado un concurso para diseñar el
logotigo de la organización, que la ‘identifique de un modo fácil, integrador, inequívoco
y actual’. El plazo de presentación de trabajos se inició el 15 de marzo y finaliza el 15
de abril de 2015. Consulta las bases en su web:
www.pjsalamanca.com/bases-concurso-logotipo.pdf
Inauguración de la exposición: "Vuestra soy...
Artistas salmantinos con Teresa" en la Parroquia
de Calvarrasa de Arriba
Este domingo 12 de abril, a las 19.00 horas, se inaugura en la iglesia parroquial de
Calvarrasa de Arriba la exposición: "Vuestra soy... Artistas salmantinos con Teresa". La
muestra destaca el aspecto más humano de Teresa como mujer transgresora de su época.
Los visitantes podrán contemplar obras de Agustín Casillas, Venancio Blanco,
Fernando Mayoral, Maximino Cerezo Barredo y Luis de Horna, entre otros. La
exposición puede visitarse hasta el mes de noviembre, los domingos de 18.00 a 21.00
horas. Visitas guiadas para grupos entre semana: tfno.: 923 373 422.
II Semana Pastoral de la Familia Cristiana
La Delegación diocesana de Familia y Vida organiza la II Semana Pastoral de la
Familia que se celebrará del 26 al 30 de abril, en el Auditorio Calatrava, con el lema:
‘El desafío pastoral de los cursillos prematrimoniales’. Una semana de reflexión
pastoral sobre el amor conyugal, su acompañamiento, celebración y misión.
Cada 4 minutos se rompe un matrimonio en España, 350 al día. Son cifras escalofriantes
que reflejan el drama la fractura social que se está produciendo en nuestro país. Ante
estos datos “hoy más que nunca es necesario estar bien preparado para el matrimonio”,
afirma con rotundidad Juan José Calles, delegado diocesano de Familia y?Vida.
“Tenemos que ofrecer a los jóvenes una preparación seria, firme y madura para que
sepan que la vocación al matrimonio es una misión importante para la Iglesia y para la
misma sociedad. Si tenemos buenos matrimonios, tendremos buenas familias y la
sociedad lo notará y se beneficiará”, asevera.
En este contexto y enmarcado dentro de la Asamblea diocesana se inserta la 2ª Semana de
la Familia, que se va a celebrar del 26 al 30 de abril, con la que se pretende “ofrecer y
ayudar a los jóvenes cristianos que están descubriendo su vocación al amor y a la vida
familiar un tiempo de reflexión y de búsqueda para prepararse bien en este momento
trascendental en sus vidas”, señala Juanjo.
La Semana abordará monográficamente el tema de los cursillos prematrimoniales desde
cuatro miradas: antropológica, teológica, pastoral y sacramental. Además de las
conferencias y de las mesas redondas, habrá un cineforum y una celebración en la que
se bendecirá a las parejas de novios que van a contraer el sacramento del matrimonio a
lo largo de este año.
Las actividades darán comienzo el domingo 26 de abril con la presentación de esta
nueva edición y un cineforum en el que se proyectará la película: ‘Un paseo para
recordar’.
Al día siguiente, el prof. José Mª Pardo impartirá una conferencia sobre ‘La vivencia del
noviazgo entre los jóvenes, hoy’, y le seguirá una mesa redonda sobre la ‘Preparación al
matrimonio en nuestra diócesis’ en la que intervendrán miembros de los Equipos de
novios.
El martes 28 de abril tomará la palabra el delegado de P. Familiar de la Diócesis de
Pamplona-Tudela, D. Santiago Arellano, quien ofrecerá una charla sobre ‘La Pastoral del
amor, la sexualidad y el compromiso’. A su término y tras el descanso habrá una mesa
redonda con testimonios de parejas de novios.
El miércoles se abordará ‘La preparación del Matrimonio en el contexto de la Nueva
Evangelización’, en una ponencia que pronunciará el obispo de Osma-Soria, Mons.
Gerardo Melgar Viciosa; y nuestro delegado diocesano de familia y Vida, Juanjo Calles
ofrecerá una comunicación sobre ‘La preparación al matrimonio en la Relatio Synodi
(2014)’. Las actividades concluirán el 30 de abril con la conferencia: ‘Mistagogia de la
celebración del Sacramento del Matrimonio’, que será pronunciada por el deán de la
Catedral de Salamanca D. Jesús Terradillos y la celebración de la Bendición de los Novios
que tendrá lugar a las 20.00 horas en la capilla Mayor de la Casa de la Iglesia.
Tallas y año de ejecución:
1996: Cristo Peregrino Resucitado
1997: Virgen del Encuentro
1998: San José Obrero
1999: María Magdalena
2000: San Pedro
2001: Santiago Apóstol
2002: San Juan
2003: Santo Tomás
2004: San Pablo
2005: Cristo Peregrino Resucitado de la Nueva Humanidad
2007: Virgen Peregrina de la Esperanza
2008: Cleofás (uno de los Discípulos de Emaus)
Segovia acoge el 18 de abril el XXI Encuentro
regional de catequistas
Muchos de nosotros venimos pensando, reflexionando y compartiendo nuestras dudas,
temores y esperanzas que se están produciendo en nuestra sociedad y que afectan a
nuestra terea de la catequesis. Hay una crisis en la transmisión de la fe, la catequesis
dentro de este cambio de época, está en crisis y desbordada.
Por eso como nos invita el Papa Francisco "es necesario mucha audacia y valentía para
seguir caminando, audacia apostólica". Como catequistas de tiempos difíciles, ¡debemos
pedir a Dios la audacia y el fervor que nos permita ayuda a recordar!.
Y esto no lo podemos hacer solos, necesitamos, abrirlos a la Iglesia diocesana y en este
camino que nos encontramos ahora "en Asamblea Diocesana" y sobre todo al trabajo
realizado a nivel regional.
En este sentido invitamos a los catequistas de nuestra diócesis a participar en los
próximos encuentros de catequistas de la Iglesia en Castilla. Son una buena ocasión
para incorporarnos a la diócesis y al trabajo que se viene realizando a nivel regional:
18 de Abril: XXI Encuentro Regional de Catequistas. Se celebrará en Segovia bajo el
lema: "Catequistas con Espíritu". Para participar es necesario inscribirse ante del 14 de
abril, en los teléfonos 923 198 699 y 605 990 414.
3 y 4 de Julio: Aula de Verano para Catequistas. Tendrá lugar en el Centro Teresiano
Sanjuanista CITeS de Ávila. En esta ocasión el tema que se abordará en el encuentro es
"La Belleza en la transmisión de la fe y en la catequesis".
José Luis Sánchez Moyano, Delegado diocesano de Catequesis
20 de Abril. Encuentro del Presbiterio diocesano
Inmersos en la etapa de renovación espiritual de la Asamblea diocesana la Comisión
permanente de la Asamblea y nuestro obispo D. Carlos han programado para los
sacerdotes un Encuentro del Presbiterio diocesano que se va a celebrar el lunes 20 de
abril, de 10.30 a 18.00 horas, en la Casa de Espiritualidad de los padres Paúles, en Santa
Marta de Tormes, bajo el lema: ‘Retos y caminos para una renovación espiritual de
nuestro presbiterio’. Un encuentro que será preparado por dicha Comisión y la
Delegación diocesana para el Clero y para el que el Sr.?Obispo ha encargado a los
arciprestes y representantes en el Consejo Presbiteral que organicen con anterioridad un
Retiro espiritual en cada arciprestazgo. El objetivo de este retiro es orar, reflexionar y
recoger por escrito las sugerencias de los sacerdotes en relación con la renovación
espiritual del presbiterio. Estas aportaciones servirán posteriormente de base para
redactar un Documento Cero, que será estudiado en un Pleno del Consejo Presbiteral, en
los meses de mayo o junio.
Primer aniversario de la Capilla de la Adoración
Eucarística
El 25 de abril de 2014 nuestro Obispo,Mons. Carlos López, inauguraba la primera
capilla de la Adoración Eucarística Perpetua en Salamanca, ubicada en la iglesia del
Monasterio del Corpus Christi (Ronda del Corpus, 48). Con motivo de su primer
aniversario se han preparado varios actos que contarán con la presencia de la Cruz de la
Asamblea:
-Domingo, 26 de abril: Eucaristía a las 18:00 h en la parroquia de San Juan de Sahagún
y posterior procesión con la Cruz hasta la Capilla de la Adoración Eucarística Perpetua.
-Lunes, 27 de Abril: durante todo el día la Cruz permanecerá en la Capilla de la
Adoración Eucarística Perpetua.
Rumanía, Fátima, Tierra Santa, Jordania,
Lourdes, Uzbekistán y Ars, destino de las
peregrinaciones diocesanas para 2015
El Secretariado diocesano de Peregrinaciones acaba de dar a conocer los lugares y las
fechas de las peregrinaciones que se organizan desde la Diócesis de Salamanca durante
este año 2015. El plazo de inscripción está abierto para todas ellas en la Oficina de
Halcón Viajes del Pso. Canalejas, 14. Teléfono: 923 265 613.
2) Peregrinación al Santuario Mariano de Fátima. Del 12 al 14 de mayo. Precio
aprox. por persona: 200 ?.
3) Peregrinación a Tierra Santa. Del 18 al 26 de mayo. Éste puede ser el viaje de tu
vida. Una peregrinación al país de Jesús, donde están nuestras raíces cristianas y
vivencias religiosas. Su importe: 1.549 ?/persona.
4) Peregrinación sacerdotal a Lyon, Ars Sur Formans, Cluny, Taizé y Paray Le
Monial. Del 15 al 19 de junio. Precio aproximado por persona: 700 ?.
5) Peregrinación al Santuario Mariano de Lourdes. Del 2 al 6 de Julio. Precio por
persona: 290 ?.
6) Peregrinación a Uzbekistán. Del 2 al 10 de agosto. Descubre la belleza de la Ruta
de Samarkanda. Precio: 2.370 ?/persona.
7) Peregrinación a Tierra Santa y Jordania. Del 7 al 16 de septiembre. Precio aprox.
1.690 ?. Organiza: parroquia de Alba de Tormes.
Nuevo calendario de misas para las
parroquias de la capital
Ajustado a los cambios organizativos que se han llevado a cabo en los arciprestazgos y parroquias
Misa en la Catedral de Salamanca La Diócesis de Salamanca ha elaborado el nuevo calendario de misas 2014/15 en las
parroquias de la ciudad que será el que regirá a partir de ahora. Un calendario que ha
sido necesario ajustar a los cambios organizativos que se han llevado a cabo
recientemente en los arciprestazgos y las parroquias.
En el archivo adjunto pueden encontrar el nuevo calendario de misas y horarios para
este nuevo curso.
HORARIO DE MISAS 2014-2015.docx [125,29 Kb]
AGENDA DIOCESANA
11 Abril: RUTA TERESIANA: ‘De la cuna a la tumba’. Organiza la parroquia
de San Marcos se celebrará la cuarta etapa de esta peregrinación teresiana:
Duruelo-Tordillos. Salida a las 8.00 de la mañana desde San Marcos. Tfno.: 923
216 881.
17-19 Abril: ENCUENTRO PASCUAL DE ORACIÓN. Organizado por la
parroquia de San Marcos. Información: 923212681.
18 Abril: RETIRO PARA LAICOS. Quintas moradas. De 11.00 a 18.00 h. en la
Casa de la Iglesia.
26 Abril: PEREGRINACIÓN A ALBA DE TORMES. Organizada por
FRATER Salamanca, con visita a la exposición de las Edades. Tfno.: 923 261
429.
ADORACIÓN EUCARÍSTICA PERPETUA: : En la capilla de Adoración
Eucarística Perpetua, abierta desde el pasado 27 de abril en la iglesia del
Monasterio del Corpus Christi (Ronda del Corpus), es posible acercarse al
sacramento de la Penitencia cada día de 6:30 a 8:00 horas; los lunes de 22:00 a
00:00, los miércoles de 10:30 a 12:00 y los viernes de 20:00 a 22:00 h.
CONFESIONES EN LA PARROQUIA DE EL CARMEN: (Pza. de los
Bandos). Martes, Miércoles y Viernes por las mañanas 11:00 h. a 13:00 h. y por
las tardes de 18:30 h. a 19:30 h.
GRUPO JOVEN DE RENOVACIÓN CARISMÁTICA: se reúne en oración
todos miércoles, a las 19:30 horas en la capilla de la Universidad Pontificia.
RENOVACIÓN CARISMÁTICA CATÓLICA: Renovación Carismática
Católica invita a participar en la eucaristía y la Adoración que tendrá lugar el
último sábado de cada mes, de 18.00 a 20.00 horas en la capilla de las monjas
Franciscanas de la Plaza de San Benito de Salamanca.
El comedor de un Colegio de Benín llevará el
nombre de Maite Romero, la que fuera
presidenta de Manos Unidas Salamanca
El comedor de un Colegio de Benín llevará el nombre de Maite Romero, la que fuera
presidenta de Manos Unidas Salamanca desde 2004 hasta el mes de noviembre de 2010,
en que falleció. El Colegio es gestionado por la Fondation Vie Pour Tous y se necesitan
36.000 € para el proyecto del Comedor.
«A la hora de ayudar, multiplícate por dos». Con
este mensaje, Cáritas Española lanza una
campaña informativa en el inicio de la Campaña
de la Renta 2014 para invitar a los contribuyentes
a marcar conjuntamente en su declaración las
dos casillas solidarias de la asignación tributaria:
la destinada a la Iglesia católica y de Otros Fines
Sociales de interés general.
Marcar ambas opciones de forma simultánea
Al marcar ambas opciones de forma simultánea, los ciudadanos estarán colaborando, al
mismo tiempo y sin coste añadido alguno, con un 0,7% de su base imponible a sostener
la acción de la Iglesia y con otro 0,7% a apoyar los fines sociales que desarrollan
Cáritas y otras muchas organizaciones que reciben fondos del IRPF para financiar parte
de su labor solidaria.
Muchos contribuyentes desconocen que tienen la posibilidad de marcar conjuntamente
las dos casillas solidarias en la Declaración de la Renta y de que tienen en sus manos un
valioso instrumento para ayudar el doble a las personas en situación social más
vulnerable. Y sin que ello suponga que vayamos a pagar más ni que nos devuelvan
menos en el resultado de nuestra declaración.
Cabe recordar, además, que todavía hay un gran número de contribuyentes,
concretamente un 29%, que no marca ninguna casilla. Ello significa que el importe de la
asignación tributaria de sus declaraciones, en lugar de destinarse a fines solidarios, pasa
a engrosar directamente las arcas del Estado. En el último ejercicio, quedaron si asignar
280 millones de euros en la casilla de la Igelsia y otros 222 millones en la Fines
sociales.
Para apoyar la difusión de la campaña, se han editado un vídeo, carteles, dípticos y
cuñas de radio.
Siete preguntas básicas
La campaña informativa de Cáritas plantea estas siete preguntas básicas y directas sobre
la asignación fiscal a través del 1,4% del IRPF:
1. ¿De verdad puedo marcar las dos casillas a la vez? Sí. Se pueden marcar las dos
casillas conjuntamente.
2. ¿Y es cierto que marcando las dos casillas se duplica la ayuda? Sí. Cada casilla
marcada genera el 0,7%. Si marcas las dos se destina el 1,4%.
3. ¿Y a mí me cuesta algo? No. No te cuesta nada. Tú decides el destino del 1,4% de tus
impuestos.
4. ¿Y si no marco alguna casilla? Hacienda destinará el importe correspondiente a otras
partidas de los presupuestos generales del Estado.
5. ¿Por qué es bueno marcar la casilla Iglesia católica? Porque así puedes destinar un
porcentaje de tus impuestos a colaborar con las necesidades de la Iglesia y su intensa
labor pastoral.
6. ¿Por qué debo marcar también la casilla Fines Sociales? Porque de este modo, un
porcentaje de tus impuestos se destina a proyectos sociales en nuestro entorno y en los
países más desfavorecidos.
7. ¿Percibe Cáritas fondos de las casillas de Iglesia católica y de Fines Sociales? Sí.
Cáritas es parte esencial de la Iglesia católica y, además, como organización social,
recibe fondos de la casilla de Fines Sociales.
RENOVACIÓN DE LA IGLESIA SALMANTINA
La comisión plenaria de la Asamblea
Diocesana impulsa el trabajo de los
diferentes grupos eclesiales
Un millar de personas de 97 grupos conforman la Asamblea
Comienzo de la comisión plenaria de la Asambela Diocesana | Foto: Obispado de Salamanca
SALAMANCArtv al DÍA
La determinación de los diferentes agentes de la Iglesia salmantina para renovar
su acción es firme. Este sábado se ha reunido la comisión plenaria de la Asamblea
Diocesana para impulsar el trabajo de los diferentes grupos, hasta 97, que
aglutinan a un millar de personas comprometidas en diferentes movimientos
cristianos.
En ella se ha repasado el calendario de actividades y se ha evaluado la acción llevada a
cabo hasta el momento.
Como aseguró en su día el obispo salmantino, Carlos López, la Asamblea responde a la
llamada del Papa Francisco a una nueva etapa evangelizadora “que renueve la fe y la
vida cristiana de todos los miembros del Pueblo de Dios en el encuentro con Jesucristo,
en el cual siempre nace y renace la alegría”.
El prelado añadió que “desde este encuentro gozoso con el amor de Jesús, que nos salva
y nos mueve a amarlo siempre más y a darlo a conocer a los demás, nos ha llamado el
Papa a ser “discípulos misioneros” y “evangelizadores con Espíritu” en comunión con
la misión de todo el Pueblo de Dios. Nos ha recordado que el anuncio del Evangelio a
los que están alejados de Cristo es la tarea primordial de la Iglesia y el mayor desafío al
que hoy se enfrenta. Y nos ha ofrecido orientaciones luminosas para constituirnos en
estado permanente de misión”.
En un largo proceso de reflexión, oración y diálogo, la Iglesia salmantina ha llegado a la
convicción de que la convocatoria de una Asamblea diocesana “es el camino que el
Señor nos pide para alentarnos a iniciar con ardor y esperanza esta nueva etapa de
conversión pastoral y misionera”.
Contagiarse de la alegría y la participación
Bajo el título de “Asamblea de renovación misionera de la Diócesis de Salamanca”, el
Obispo, Monseñor Carlos López, publicó recientemente una Carta Pastoral con motivo
de la inauguración de la segunda fase de la Asamblea Diocesana. Con esta Carta
Pastoral, que se dha distribuido a todos los fieles de Salamanca, Mons. López realiza la
Convocatoria oficial de la Asamblea Diocesana que fue anunciada en la Catedral Nueva
en la homilía de la Solemnidad de la Virgen de la Vega, el día 8 de septiembre de 2014.
“Soy consciente -comenta el Obispo en su Carta Pastoral-, de que mi convocatoria a la
Asamblea Diocesana alcanzará su necesario fruto si cada uno de los fieles y
comunidades os preguntáis: ¿Qué podemos hacer unos y otros, para animar a la
participación y elevar el ánimo de nuestras gentes? Y si respondéis a la pregunta con
ánimo confiado, con gozosa esperanza, con voluntad de respuesta al Señor en el amor;
pues es el mismo Señor quien os ha convocado a través del Obispo (…) Así debemos ir
contagiándonos unos a otros la alegría de participar en esta Asamblea. Estamos en un
momento crucial de nuestra Iglesia diocesana y de la Iglesia en España; y no debemos
ceder ninguna baza al desaliento ni a la pasividad”.
El sacerdote Matías Prieto Espinosa tomará
posesión este domingo como canónigo de la S.I.B.
Catedral de Salamanca
Durante la ceremonia D. Luis Dalda, D. Francisco J. Udaondo y D. David Fernández Guerra
ofrecerán un recital de órganos en la Catedral Nueva
El sacerdote diocesano, D. Matías Prieto Espinosa, tomará posesión como canónigo de
la S.I.B. Catedral de Salamanca este domingo 12 de abril, segundo de Pascua-
‘Dominica in Albis’ y la Divina Misericordia, tras la Misa capitular que tendrá lugar
a las 11.00 de la mañana en la Catedral Nueva. Al término de la misma se celebrará
una reunión extraordinaria del Cabildo catedralicio, mientras tanto los asistentes podrán
disfrutar del Recital de Órgano que ofrecerá D. Luis Dalda Gerona, Catedrático de
Órgano y Director del Conservatorio Superior de Música de Salamanca, quien
interpretará el ‘Preluidio al Te Deum’, de José Elías; ‘Gallardas del III tono’, de J.B.
Cabanilles y ‘Batalla del VI tono’, de José Jiménez.
En torno a las 12.15 del mediodía los miembros del Cabildo acompañarán a D. Matías
Prieto Espinosa hasta el Coro de la Catedral Nueva donde ocupará el lugar que le
corresponderá desde ese momento. D. Casimiro Muñoz Martín, canónigo Archivero,
actuará como padrino de la ceremonia.
Durante la procesión de entrada de los canónigos D. Francisco José Udaondo Puerto,
titulado Superior de Música y organista titular de la Parroquia Ntra. Sra. de Lourdes y,
D. David Fernández Guerra, Titulado superior de Órgano y profesor de Música del
IES Calisto y Melibea de Santa Marta de Tormes, interpretarán la ‘Sonata a dos
Órganos’ de G. Piazza con los órganos de la Epístola y del Evangelio de la Catedral
Nueva. Tras la toma posesión del nuevo canónigo continuarán el recital interpretando
‘Voluntary’ de G.F. Haendel.
Perfil biográfico de Matías Prieto
Miembros del Cabildo junto a Zenon Grocholewski, prefecto de la Congregación para la
Educación Católica.
CABILDO CATEDRAL DE SALAMANCA
El Cabildo es el órgano colegiado que gobierna y administra la Iglesia Catedral. Está
compuesto por el conjunto de canónigos y presidido por el Deán. En la actualidad los
miembros que constituyen el Cabildo Catedral de Salamanca (ordenados por fecha de
nombramiento), son: D. Gabriel Pérez Rodríguez (emérito), D. Ángel Rodríguez
Rodríguez (emérito), D. Daniel Sánchez y Sánchez (emérito), D. Victoriano García
Pilo (emérito), D. José Calvo Fernández (emérito), D. Isidro Jaspe Moro (emérito),
D. Jesús Terradillos García (Deán de la Catedral), D. Marciano Sánchez Rodríguez
(emérito), D. Francisco García García (emérito), D. Florentino Gutiérrez Sánchez,
D. Casimiro Muñoz Martín (canónigo archivero), D. Ángel Galindo García, y a
partir de este domingo, D. Matías Prieto Espinosa.
Dentro del Clero Catedral se encuentra también el sacristán mayor D. Gerardo
Sánchez Cruz.
El jesuita salmantino Cipriano Díaz Marcos
elegido para participar en la 36º Congregación
general de la Compañía de Jesús
El jesuita salmantino Cipriano Díaz Marcos ha sido elegido junto con otros cinco
religiosos de la orden para participar en la 36º Congregación general de la Compañía de
Jesús, que comenzará en Roma el 2 de octubre de 2016 y en ella se espera elegir al
sustituto del P. Adolfo Nicolás, actual superior general de la Compañía de Jesús.
Exposición "Escultura religiosa. Venancio
Blanco"
El patrimonio artístico de la iglesia de San Juan de Alba de Tormes se enriquece
temporalmente con la muestra "Escultura religiosa. Venancio Blanco", del genial
escultor salmantino. La exposición inaugurada el pasado 7 de abril, puede ser visitada
hasta el 10 de noviembre de 2015, de martes a viernes de 10 a 14 h. y de 16 a 20 h. y los
sábados, domingos y festivos de 10 a 20 horas. La entrada es gratuita mostrando el
ticket de la exposición 'Teresa de Jesús, maestra de oración' y cuesta 2€ si se visita
únicamente esta muestra.
Estudiante de Teología
Juan José García, seminarista: “Quiero
ser sacerdote”
Su vocación se fraguó en los Agustinos de la carretera de
Valladolid
Juan José García (el primero por la derecha)
SALAMANCArtv al DÍA
Nací en una familia católica practicante, en la que desde pequeño me enseñaron a querer
al Señor y aprender las primeras oraciones. Las oraciones típicas que de pequeño tu
abuela te puede enseñar.
Desde niño mis padres me educaron cristianamente y en los valores agustinianos.
Estudie desde preescolar hasta el COU en los padres Agustinos de la carretera
Valladolid. Tenía siete años y mi sueño era ser sacerdote pero llegó la etapa de la
pubertad y adolescencia y la búsqueda empezó por otros caminos que no eran los del
Señor. Como decía San Agustín, “buscaba fuera de mí cuando Tú estabas dentro de mí”.
Un miércoles de Ceniza del 2008 empezó mi conversión, la caída del caballo, como le
ocurrió a San Pablo. Dentro de mí parece que también sonaban las palabras ‘Saulo,
Saulo ¿por qué me persigues?’. Y desde entonces decidí dejar una vida donde era
infeliz.
Ahora deseo seguir buscándole, descubriéndole dentro de mí y que el Señor me
configure con su llamada. A continuación pongo algunas citas bíblicas que me llaman la
atención del seguimiento del Señor.
‘Maestro, ¡Que yo vea!’ (Mc 10, 51); ‘Ánimo, levántate, que te llama’ (Mc 10, 49);
‘Los llamó’ (Mc 1, 20); ‘Venid conmigo’ (Mc 1, 17). Y como dice el canto de Pescador
de hombres: ‘Señor, me has mirado a los ojos’. Pero lo que más me atrae y me mueve al
seguimiento de Jesús son las Bienaventuranzas (Mt 5, 3-12 y Lc 6, 20-26).
Las personas que han influido a lo largo de la vida son los Padres Agustinos. Pero las
personas más influyentes fueron y siguen siendo D. Domingo (mi padre espiritual), Poli
y Manolo Muiños. Quiero seguir aprendiendo el Camino del Señor y seguir
configurándome con Él.
Gracias, por otro lado, a mi familia, de forma especial a mis abuelos maternos y mi
madre. Estéis donde estéis me estaréis viendo y estaréis orgullosos de que le siga a Él.
Las lágrimas de mi madre no se perdieron al igual que las de Santa Mónica por su hijo.
Y a ella le pusieron una dedicatoria “Para la nueva Mónica”.
Os animo a los jóvenes a que le sigáis, os dejéis tocar el corazón y veáis a lo que Él os
llama. No perdéis nada, al contrario ganaréis. La felicidad y la alegría de saber que
hemos sido llamados y elegidos por amor.
Como decía San Juan Pablo II “No tengáis miedo” y “Mirarle a Él”.
Gracias Señor por tu perdón y eterna misericordia, guíanos en tu seguimiento y hágase
tu voluntad. Santa María Madre de Dios ruega por nosotros como Madre nuestra y
Madre de la Iglesia e intercede para que seamos dignos sacerdotes.
Gracias y orad por nosotros. Como dijo el Señor todos los que cumplen el Evangelio
son nuestra familia.
GIFTERS. Celia Blanco Medina
15 Abr 2015
20:00 h
Teatro Liceo
Entrada libre hasta completar el aforo
Primera obra de la joven escritora salmantina Celia Blanco Medina. Gifters, publicado
bajo el sello de Desván Editorial, es el primer volumen de una nueva tetralogía de
fantasía y ciencia ficción. El comienzo de una trepidante aventura que sólo te dejará
entrever el comienzo de una lucha apasionante en la que el destino de los personajes y el
tuyo propio se entrelazarán para siempre.
CONCIERTO 3
18 Abr 2015
20:00 h
Auditorio San Blas
8€
Espectáculo poético-musical ofrecido por Concierto 3, formación nacida en la década de
los noventa de la mano del poeta y músico salmantino Ángel Luis Delgado. Autor de
varios libros de poesía, su música ha acompañado la palabra de destacados poetas
castellanoleoneses como Charo Ruano, Antonio Colinas, Alfredo Pérez Alencart, Ángel
Glez. Quesada, Juan Carlos López Pinto o José Ledesma Criado, entre otros muchos.
Pero antes, sus melodías siguieron la senda de los grandes místicos: Teresa de Jesús o
Juan de la Cruz. En la actualidad, Concierto 3 se está dedicando a fondo a la música y a
la poesía universal con especial atención a la del siglo XX y, en particular, a la de la
Generación del 27.
ARTISTA SALMANTINO
Andrés Alén realizará los carteles
anunciadores de la Festividad de San
Juan de Sahagún
Desde el año 2009 el Ayuntamiento ha encargado el diseño de
estos carteles a diferentes artistas
Andrés ALén, ante una de sus obras en la exposición de 'Atrio', en Calvarrasa
SALAMANCArtv al DÍA
El artista salmantino Andrés Alén ha sido el elegido este año por el Ayuntamiento de
Salamanca para realizar los carteles anunciadores de la Festividad de San Juan de
Sahagún, que se celebra el 12 de junio, así como de las Ferias y Fiestas de septiembre
en honor a Santa María de la Vega.
Esta tradición comenzó en el año 2009 y el encargado de realizar el primer cartel fue el
pintor Luis de Horna. En 2010 fue el turno para Tomás Hijo; el dibujante salmantino de
cómic Manuel García fue el encargado de los carteles de 2011; en 2012 fue el pintor
Florencio Maíllo; en 2013 los realizó Michéle Mariette, y el año pasado fue el pintor
Miguel Elías.
Andrés Alén nació en Salamanca en 1953 y es un reconocido artista plástico que ha
participado en numerosas exposiciones individuales y colectivas. Destacan muestras
como: Ora-acción, en 2010 en la Sala de Exposiciones de Santo Domingo; Colors en
2009; P. Painting en 2007; Alén inédito y Figuraciones nuestras en 2006; Post no
figurativo o algo así (DA2) y Murmullos de la piedra (Santo Domingo), en 2005; y
Collages en 2003, entre otras muchas.
El cartel anunciador de la pasada edición
POR ANTONIO COLINAS, ESCRITOR (Premio Nacional de Literatura)
La tarde es una lágrima
Te veo sentada frente al horizonte
un cárdeno perfil de cicatrices,
el encinar herido por heridas,
el tomillo que embriaga los sentidos
y una flauta que suena interminable.
No volverá, no volverá, lo dice
la lágrima que cae de tu ojo, el dolor
musical, luminoso de tus huesos.
Se deshará tu brava cabellera;
se pudrirán tus manos
y el recuerdo amoroso que contienen,
mas la lágrima de la tarde,
eterna durará para negaros,
para negaros.
Antonio Colinas
En la fotografía, de Juan Bosco Hernández, atardecer en Alba de Tormes
Agenda cultural:
Martes 14 de abril
19.15 h. Colegio de Médicos. Conferencia del catedrático emérito de Historia Moderna de la
Universidad de Valladolid, el carmelita descalzoTeófanes Egido, titulada 'Santa Teresa de Jesús:
su sentimiento familiar'. La entrada es libre hasta completar el aforo.
19.30 h. Facultad de Geografía e Historia. El escritor y columnista de SALAMANCArtv AL
DÍA, Francisco Delgado, presentará su libro ‘El diablo vestido de monje. La crisis del Padre
Soler en El Escorial’. Entrada libre.
20 h. Salón Recepciones Ayuntamiento. Gonzalo Santonja, director del Instituto Castellano y
Leonés de la Lengua, realizará su discurso de ingreso en el Centro de Estudios Salmantinos.
Entrada libre.
Miércoles 15 de abril
19.15 h. Colegio de Médicos. María Jesús Mancho, catedrática de Lengua Española de la
Universidad de Salamanca (USAL), hablará sobre 'Teresa de Jesús: claves de una Santa
escritora'. Entrada libre.
20 h. Liceo. Presentación libro ‘Gifters’ de la salmantina Celia Blanco Medina. Entrada libre.
Viernes 17 de abril
18 h. Museo del Comercio. Concierto didáctico ‘Música para ello’ a cargo de Alfredo
Domínguez Prada para niños hasta 14 años. Entrada libre.
19.30 h. Librería Hydria. Presentación del libro ‘Cabaret Biarritz’ del escritor zamorano José
C. Vales y galardonada con el Premio Nadal de este año. Entrada libre.
20 h. Biblioteca Casa de las Conchas. Conferencia ‘Unamuno y la Grecia moderna’ de
Anastasio Kanaris, profesor de Griego y vicedecano de la Facultad de Filología. Presenta: Luis
Gutiérrez Barrio, secretario de la Asociación Amigos de Unamuno.
20.45 h. Plaza del Oeste. Recital poético 'Leyendo a la Luz de la Luna' y entrega del premios
del Concurso de Microrrelatos que este año tiene como tema El Beso, y al que han concurrido
174 participantes.
22 h. Teatro Juan del Enzina. Concierto de la Agrupación Musical Ávila Pulso y Púa. Entrada
10 euros.
22 h. Multiusos S. Paraíso. Concierto de Leiva. Entradas 23 euros (anticipada) y 29 euros (en
taquilla).
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