XIII Certamen LIterarIo esCoLar - Ayto Torrejon de Ardoz RELATO XII… · Como una flor (4º ESO)...

XIII Certamen LIterarIo esCoLar

Relato coRto

edita: ayuntamiento de torrejón de ardoz

Preimpresión: Lufercomp, s.L.

Impresión: Gráficas algorán

estimado/a alumno/a:

en este libro vas a poder encontrar los 118 relatos que han sido finalistas dentro del XIII Certamen Literario escolar. si tú has sido uno de los autores de ellos, te transmito mi más sincera enhorabuena.

este Certamen se organiza con el objetivo de canalizar, fomentar y premiar las inquietudes literarias que tenéis los alumnos de la ciudad. además, se trata de un Certamen consolidado en el que año tras año participáis un mayor nú-mero de alumnos. en esta edición habéis sido 3.314, 400 más que en 2012.

también debo agradecer a los centros escolares que mantengan vivo este Certamen y lo apoyen fomentando la participación de sus estudiantes. en es-pecial, quiero felicitar a los 7 centros en los que ha participado el 100% del alumnado. además quiero transmitir este agradecimiento a todos los direc-tores, profesores y padres y madres por su dedicación y por promover este Certamen de forma altruista y desinteresada.

Por otra parte, quisiera indicarte que volveremos a colgar los PDF’s que con-tienen los textos seleccionados de la web del ayuntamiento para que puedas descargarlos cuantas veces quieras y sin coste alguno.

Por último, os animo a que sigáis leyendo cualquiera de las creaciones li-terarias que se han escrito y a que continuéis escribiendo vuestros propios relatos en cualquiera de los soportes que existen en la actualidad. sólo así contribuiréis a mantener este Certamen y a enriquecer la literatura.

Pedro Rollán OjedaAlcalde−Presidente

Carla Picazo Navas Concejala de Educación

e Infancia

XIIICERTAMEN LITERARIO ESCOLAR

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Índice

COLEGIO ALBA

MARiO AcUÑA de MiGUeL. Viaje a la 5ª dimensión (3º Primaria) 15

ALeJAndRO cUeVAS FeRnÁndeZ. Una vida diferente (5º Primaria) 17

MARÍA LOecHeS OPORTO. Sally la avariciosa (6º Primaria) 19

SiLVAnA TiRAdO nAVARRO. ¿nada es eterno? (1º eSO) 21

ALeJAndRO inFAnTeS ALÍA. diario de un náufrago (2º eSO) 22

dAVid FeLiPe cASTAÑedA eSTéVeZ. Me quedé sin tiempo (3º eSO) 24

SOniA eScALAnTe SÁncHeZ. Como una flor (4º ESO) 26

COLEGIO ANDRÉS SEGOVIA

ÁLeX SeRRAnO SÁncHeZ. Mi familia (3º Primaria) 31

dAVid cUencA PeReÑA. chispa y la pelota que bota (3º Primaria) 33

ÁLVARO nAVARRO FeRnÁndeZ. Los malos y los buenos (4º Primaria) 34

eSTeBAn SÁncHeZ ROMÁn. dos hermanos y el tesoro (4º Primaria) 36

KiRA LÓPeZ nAVARRO. La brujita Kira (5º Primaria) 38

MiGUeL c. dÍAZ GARcÍA. Los guantes de lana (6º Primaria) 40

COLEGIO ANTONIO MACHADO

eSTHeR SieRRA ALLOZA. cuando se acabó la lluvia (4º Primaria) 45

iSABeL MORenO MORenO La cabra que leía cuentos (6º Primaria) 46

COLEGIO BEETHOVEN

MARTinA cABeZAS ALFOnSO. Un buen compañero (3º Primaria) 49

ceLiA ORTeGA GOnZÁLeZ. Un gran perro (4º Primaria) 50

dAnA VALeRiA ÁLVAReZ AceVedO. La muerte de un ser querido (5º Primaria) 52

LUcÍA cASiLLAS ROdRÍGUeZ. el espejo misterioso (6º Primaria) 53

COLEGIO CAMINO REAL

MARcOS JOSé GARcÍA ÁGUedA. Pata Palo y dragonlandia (3º Primaria) 57

edUARdO BeRnABé ÁRiAS. Sin título (4º Primaria) 58

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Xiii ceRTAMen LiTeRARiO eScOLAR

cARLOS VeRdeJO QUeVedO. Viaje Universal (5º Primaria) 59

ALMA JAén FeRnÁndeZ. chispita (6º Primaria) 60

SARA MARTÍn MORAdÍ. Miedo (1º eSO) 61

SARA GARcÍA-PAndO. Sin título (2º eSO) 62

iRene ÁLVAReZ SAnTAnA. el naranjo solitario (3º eSO) 64

SeRGiO iSidRO GARcÍA. Sin título (4º eSO) 66

TOnG YU BAO. el poder (1º Bachillerato) 68

PAULA POLO SAiZ. el dinero no da la felicidad (2º Bachillerato) 70

COLEGIO GABRIEL Y GALÁN

iRene-YU BOTeLLO dURÁn. coches voladores (6º Primaria) 75

COLEGIO LA GAVIOTA

AndReA BOdi SHAROn. Andrea y Luna (3º Primaria) 81

ÁnGeL MAcHiO GÓMeZ. el niño más bueno (3º Primaria) 82

SeRGiO GALLARdO de cASTRO. érase un sueño (4º Primaria) 83

LAURA MARTÍn AGUiLeRA. Una Semana Santa asombrosa (4º Primaria) 85

MARTA neVAdO nOGALeS. La granja monstruo (5º Primaria) 86

JUAn eSTeBAn GUTiéRReZ MOnSALVe. nunca te rindas, siempre puedes lograr

tu sueño (6º Primaria) 88

dAVid VAQUeRO ceReZO. cosas de dos (6º Primaria) 90

COLEGIO JABY

PAULA cORRALeS LÓPeZ. Mujercitas (Adaptación) (3º Primaria) 95

MAcARenA PAScUAL VAcAS. el hombre horrible (4º Primaria) 97

LUcÍA cARO FRUTOS. el colegio (5º Primaria) 98

cLAUdiA MAnRiQUe GALLAR. ¡déjame en libertad! (6º Primaria) 99

GABRieL SORiAnO OÑATe. Las islas encantadas (1º eSO) 101

KRiSTinA VicTORiA ASOReY ÁLVAReZ. Los niños del hielo (2º eSO) 103

JAVieR cARMenA ALÍA. el pequeño guerrero (3º eSO) 104

MARÍA JOSé ROBLeS LÓPeZ. diario de 1973 (4º eSO) 106

dAnieL MARTÍn GiL. el último día (1º PcPi-A) 108

JORGe MOnReAL. Una buena mano (Grado Medio) 111

COLEGIO JAIME VERA

MARiO de LA encinA PéReZ. La guerra de perros y gatos (3º Primaria) 115

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COLEGIO JuAN RAMóN JIMÉNEz

JOHAnn SeBASTiÁn PALAciO ReAL. el fantasma de la montaña (3º Primaria) 119

ÁFRicA cARPiA RAMAJO. Ovejas (3º Primaria) 120

SARAY CONTADOR RIVAS. El monstruo se coló en la fiesta (4º Primaria) 121

VeRA ALeXAndRA. Mónica y su perrita Tina (4º Primaria) 123

THALÍA ROdRÍGUeZ deLGAdO. de vuelta a casa (5º Primaria) 125

eLenA VÁZQUeZ VÁZQUeZ. el día en el que todo cambió (5º Primaria) 126

dieGO LÓPeZ MORenO. el Salvador (6º Primaria) 127

AinOA HeRGUedAS SALAMAncA. La iniciativa (6º Primaria) 128

INSTITuTO LEóN FELIPE

PAULA SAnJURJO SÁncHeZ. La vida no es justa (1º eSO) 131

BRYAn RAMOS. escuela perfecta (2º eSO) 133

ABRAHAM JiMéneZ. Terrorismo del futuro (2º eSO) 135

RAÚL MARTÍn. Ansou, un profesional con corazón (3º eSO) 137

AndReA cALdeRÓn. el reencuentro (3º eSO) 140

PATRiciA TORReS eScORiAL. corazón desgarrado (4º eSO) 143

SeRGiO GUTiéRReZ ROdRÍGUeZ. Sin título (4º eSO) 145

RAÚL VÁZQUeZ VÁZQUeZ. el destino (1º Bachillerato) 148

JeRYLLe-Ann cOLLAdO SOLiVen. Memorias de una persecución (1º Bachillerato) 150

COLEGIO MIGuEL HERNÁNDEz

AinHOA HieRRO PAdiLLA. Un arco iris de ocho colores (4º Primaria) 155

MARiO PARcAR MARTÍneZ. Las estrellas y la Luna (5º Primaria) 156

JUAn GALLARdO MARTÍn. Luis y Trasto (6º Primaria) 157

INSTITuTO PALAS ATENEA

ALeJAndRO SAnZ AMOR. Aventura en el Olimpo (1º eSO) 161

enMA FRAncO MATeOS. el sirviente del rey Luis (2º eSO) 163

GOnZALO FeRnÁndeZ ORTiZ. en busca de la brisa eterna (2º eSO) 166

LAURA AnGULO cOLLAnTeS. ¿Qué pasará? (2º eSO) 168

MARTA CRUZ ÁLVAREZ. Del infierno a tu corazón (4º ESO) 170

COLEGIO PINOCHO

AndReA ALBAndeA PéReZ. Los sueños de Andrea (3º Primaria) 175

dAVid LORenZO cHiLLÓn. Mis viejas zapatillas (4º Primaria) 176

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AnAiS MARGUendA GiL. el jardín de las Hadas Flores (4º Primaria) 178

inéS GRAnde eSTeBAn. Un músico mágico (5º Primaria) 180

cLARA MAZO SÁncHeZ. Sin título (5º Primaria) 182

MARÍA FeRnÁndeZ cARRAMOLinO. el impresionante verano de Alice (6º Primaria) 183

PAULA cLeMenTe ALOnSO. el día del examen (6º Primaria) 185

COLEGIO RAMóN CARANDE

JORGe AnGUiTA ARéVALO. el Reno Rodolfo (3º Primaria) 189

GeMA RUBiO FeRnÁndeZ. Una solución perfecta (4º Primaria) 190

nATALiA cAVeRO GOnZÁLeZ. el planeta de chocolate (5º Primaria) 191

MARTA cORdeRO RUiZ. Paseo por Madrid (6º Primaria) 192

COLEGIO SAN JuAN BOSCO

AdRiÁn FeRnÁndeZ UcLéS. ¡esto es precioso! (3º Primaria) 197

PABLO cReMAdeS SOSA. Los patines mágicos (4º Primaria) 198

cARLOTA dÍAZ MUÑOZ. Laura y calcetines (5º Primaria) 199

iRene LOTeRO cALLeJAS. Un tesoro en la Mezquita (6º Primaria) 201

SAnTiAGO BATALLA SAnZ. Aprender a respetar (1º eSO) 203

AndReA MARTÍneZ HeRnÁndeZ. incluso cuando el aire no tenga sentido (2º eSO) 204

MARÍA MARTÍn deL cAMPO VenTURA. A tí, mi amor, por tu espera (3º eSO) 205

cAROLinA GUTiéRReZ GOnZÁLeZ. La última sonrisa (4º eSO) 208

SeRGiO LÁZARO MARTÍneZ. Sin título (1º Bachillerato) 210

AnA GARcÍA ARROYO. Sin título (2º Bachillerato) 212

COLEGIO SAN JuAN EVANGELISTA

ALEJANDRA NAVARRO GONZÁLEZ. Mi fiesta de cumpleaños (3º Primaria) 217

MiRiAM GUiSASOLA ROdRÍGUeZ. La pandilla (4º Primaria) 218

MAnUeL RiciS BARceLÓ. La muerte inesperada (5º Primaria) 220

ÁnGeLA MARTÍneZ nAVARRO. el planeta de las golosinas (6º Primaria) 221

RAQUeL cHOZAS cHicÓn. el leñador pobre (1º eSO) 222

AinHOA cULeBRAS LÓPeZ. Algo que me hizo cambiar (2º eSO) 224

COLEGIO SEIS DE DICIEMBRE

cAROLinA ROMenO PRieTO. ¡Que reine la paz! (3º Primaria) 227

FABRiciO LeÓn SOLiS. david y sus pompas de jabón (4º Primaria) 228

dAVid deL RÍO SiLVA. Un pueblo lleno de sueños (5º Primaria) 230

nATALiA dÍAZ URQUiJO. Un anillo mágico (6º Primaria) 231

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COLEGIO SEVERO OCHOA

ALBA ALHAMBRA SÁncHeZ. La gran estrella (3º Primaria) 235

PATRiciA VAQUeRO RUBiO. el pequeño pino (4º Primaria) 236

MARÍA PéReZ TORReS. Pedro y su perro (4º Primaria) 237

eLenA BUeSO cARRAScO. Los apellidos de Maribel (5º Primaria) 238

LAURA nUeRO MUÑOZ. Los deseos a veces se cumplen (6º Primaria) 239

COLEGIO uNO DE MAYO

cLAUdiA BARTOLOMé HeRnÁndeZ. Valeria y el Baile (3º Primaria) 243

cRiSTinA SAnTOS JiMéneZ. el templo de los monos (4º Primaria) 245

PAULA MORATO GARcÍA. Las tres pruebas (5º Primaria) 246

ceciLiA TRiLLO PUenTe. expedición por la selva (6º Primaria) 248

COLEGIO VICENTE ALEIXANDRE

ÁnGeLA SÁeZ BROX. La mariquita con los lunares verdes (3º Primaria) 253

diAnA TORRicO LÓPeZ. Scarf y la princesa (3º Primaria) 254

JUAn PABLO ROdRÍGUeZ POSAdA. Las gafas mágicas (5º Primaria) 256

SeRGiO SÁeZ BROX. el avión de papel (5º Primaria) 257

COLEGIO LA zARzuELA

dAnieL GÓMeZ BLAncO. Andrés y los dragoncitos (4º Primaria) 261

colegio Alba

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Viaje a la 5ª dimensiónMARiO AcUÑA de MiGUeL

3° Primaria

érase una vez un niño que iba a coger ropa para venderla. Así pasaban los días hasta que lle-gó uno en que recogió una prenda mágica. Se trataba de un sombrero precioso. Parecido al que usaba indiana Jones, o a los que sa-lían en las películas de gánsters que tanto le gustaban a su papá. Al principio le pare-ció un sombrero normal, pero descubrió que era especial cuando jugó con ello.

el sombrero mágico le llevó a un mundo diferente que él llamó, porque así lo creyó, el de la Quinta dimensión. Recorda-ba que una vez leyó, en casa de su tío, un libro que hablaba de cosas raras de la ciencia. ¡Fíjate que decía que había hasta once dimensiones y multitud de universos paralelos!

él no entendía eso, porque sólo tenía nueve años recién cumplidos y su abuelo le dijo en una ocasión que todo eso eran “paparruchas”.

La cuestión es que cuando Blas (que ese es el nombre del niño) se puso el som-brero percibió un cosquilleo en los pies que le subió por las piernas y le recorrió el cuerpo. A continuación, sintió que flotaba y que se hallaba en la Quinta Dimensión. Guardó el sombrerero en una mochilita que llevaba. en realidad, era muy difícil expli-car cómo era esa Quinta dimensión. Blas intuyó que era muy distinto de lo que conocía, pero seguro que su abuelo también diría “paparruchas”.

Se encontró con mucha gente y algo muy raro que calificó como un monstruo. Lo primero con lo que se topó fue con el robot de un científico loco que quería destruirlo todo. Blas le dijo...

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–¡Hola! Soy Blas y vengo de la Tercera dimensión.

el robot le replicó: –Yo soy U-3514– contestó con voz metálica –y sirvo a Matiustes.

Blas supuso que era el nombre de su dueño.

–¿Me yudas a desbaratar sus planes? es que quiere destruirlo todo porque es muy malvado y aunque sea robot sé lo que es bueno y malo.

–¡claro que te ayudaré!– contestó Blas alegre por su nuevo amigo. –¡Acabaremos con su plan!

Los dos llegaron al laboratorio de Matisustes pero él no estaba. destrozaon todo lo que encontraron hasta que entró Matiustes con el monstruo y comenzó una pelea. El científico sacó una espada para acabar con Blas, pero el monstruo, que era bueno, salvó al niño empujado a Matiustes a un abismo que allí había.

Blas miró al monstruo y le dijo:

–Me has salvado, muchas gracias, ¿cómo te llamas?

–¡Grrr!, no tengo nombre– contestó triste.

Al final, Blas le da las gracias y pone un nombre para cada uno, porque ambos son buenos. Al robot le llamó “Viernes”, porque ese día le gusta mucho y al monstruo “ruiditos” porque gruñía bastante. el niño se despide de ellos y regresa al ponerse nue-vamente el sombrrero, que deja de ser mágico.

Se lo contaría todo al abuelo, pero decide que no porque le contestaría...

–Todo eso son paparruchas...

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colegio Alba

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Una vida diferenteALeJAndRO cUeVAS FeRnÁndeZ

5° Primaria

Sonó el despertador, eran las 8 en punto de la mañana y los primeros rayos de sol del mes de septiembre entraban por la ventana. Paula esta-ba sentada en la casa esperando a que su madre viniera para vestirla y asearla.

–Buenos días, hija ¿has dormido bien?

–Bueno, como siempre.

Hoy era el primer día del curso escolar, pero para Paula nada tenía importancia y no le apetecía ir. La madre aseó a Paula, tomaron su desayuno y salieron de camino al colegio. du-rante todo el camino Paula no paraba de protes-tar por su silla de ruedas. Paula necesitaba silla de ruedas desde los siete años, ahora tenía once. Todo ocurrió en unas vacaciones con sus padres, cuan-do iban a ir a esquiar, la niña sufrió un accidente y perdió una de sus piernas. desde entonces Paula no podía hacer tantas cosas como las que ha-cían sus compañeros y amigos. A las 9 ya estaban en la puerta del colegio, donde empezó a ver a todos sus compañeros. Todos estaban muy alborotados y muy contentos, menos ella. Paula, sentada en su silla, veía las caras sonrientes de sus compañeros y ella solo pensaba en su maldita silla de ruedas. Abrieron la puerta del colegio y la madre de Paula, claudia, ayudó a su hija a subir hasta el aula. el profesor Javier estaba esperando senta-do en su mesa y les dijo a todos:

–¡Buenos días! ¿Qué tal el verano?

–¡Bien! –contestaron todos.

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–espero que este curso sea estupendo para todos–; dijo el profesor.

Todos sonrieron, menos Paula, que pensaba:

–¡Bah! ¡Será como todos!

nunca pensó que ese año cambiaría su vida. como todos estaban mirando al pro-fesor, nadie, excepto Paula, se dio cuenta de que había una niña nueva al fondo de la clase. entonces Paula dijo:

–Tenemos una nueva compañera.

Los días fueron pasando y Paula y esther, que así se llamaba la nueva compañera, se fueron haciendo muy amigas. Paula y esther se sentaban en el patio a hablar, ya que una no podía jugar y a la otra no le hacía caso nadie. Un día que estaban hablando, Paula le dijo a esther que su mayor ilusión era ser bailarina. cuando llegó a casa, esther le dijo a sus padres la ilusión de su mejor amiga y como su padre era médico decidió ir a decirles que todavía tenía posibilidades de caminar con una pierna ortopédica. Los padres acep-taron la propuesta y en el mes de enero Paula ya tenía la pierna nueva con la que podía caminar, jugar y, sobre todo, “bailar”. Las dos amiga se apuntaron a ballet y desde aquel momento el mundo de las chicas cambió para siempre.

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colegio Alba

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Sally la avariciosaMARÍA LOecHeS OPORTO

6° Primaria

érase una vez, en un pequeño pueblo de Francia, una familia, que se reunió para pasar la navidad. entre ellos había una niña con unos bucles de un brillante caoba, con los ojos verde esmeralda. era Luisi, la hija de los dueños de la casa.

cuando ya casi habían llegado todos los invitados sonó el timbre. Luisi fue a abrir y se llevó una sorpresa porque eran sus tres mejores amigos que le traían un regalo cada uno. Los de elsa y Marc eran muy grandes y el de carlota era pequeño, pero muy valioso. entonces le invitó a pasar a su mansión, ya que Luisi era rica. Al terminar, sus tres amigos le preguntaron que si alguno de sus regalos era para ellos. Luisi respondió que no, que todos eran suyos. Sus amigos se fueron un poco tristes y enfadados con Luisi.

Al finalizar la fiesta su tía Mei le dijo a Luisi que debería haber compartido sus re-galos, pero Luisi no dio su brazo a torcer. entonces su tía Mei comenzó a leerle un cuento titulado “Sally la avariciosa”, y decía así:

Hace mucho tiempo, en un pueblecito de inglaterra, vivía Sally, una chica de un larago pelo dorado con unos ojos aguamarina. era una chica muy afortunada, porque te-nía buenos amigos, llamados Jhon y carly. ese día, en el pueblo se organizaba un concur-so de dibujo de espacio. decidieron concursar, ya que a carly se le daba muy bien pintar y a Sally y Jhon colorear. el premio era de diez mil libras esterlinas.

casualmente, ellos fueron los ganadores. el premio lo repartieron a partes iguales, pero Sally dijo que como ella era la capitana, debería obtener más recompensa. Y así se hizo, Sally obtuvo un 50% más de cada uno de ellos. Y con razón, Jhon y carly decidieron no volver a ser amigos de Sally nunca más. Y Sally al final se quedó sin amigos, desde ese día cambió mucho.

entonces la expresión de la cara de Luisi cambió. Parecía que el cuento de Sally la había hecho razonar y tras darle las gracia a su tía Mei, cogió su trineo, una bolsa con regalos y salió como una bala a la calle. iba llamando casa por casa y dejando en la puer-

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ta tres o cuatro regalos. cuando llamó a la casa de Marc, aparecieron él, elsa y carlota. Luisi les pidió perdón y les dio muchos regalos a cada uno. Desde ese magnífico día, Luisi fue más generosa conla gente y aprendió muy bien la moraleja del cuento: ¡comparte con los demás y así ellos compartirán contigo!

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colegio Alba

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¿nada es eterno?SiLVAnA TiRAdO nAVARRO

1° eSO

La brisa soplaba incansable, portando dora-dos granos de arena que olían a mar, a recuerdos, a dolor y a muchas otras cosas que mi sencilla men-te era incapaz de percibir, ni siquiera imaginar. Y sobre la duna, sólo cielo. Y sobre el cielo, los pla-netas, moviéndose, girando alrededor de su órbita. Silenciosos, imperecederos, imperturbables, simples rocas a la deriva no pueden amar.

Y la oscuridad, tragando su alrededor con gula, alimentándose de lo que toca, conviertiendo las cosas en ella misma, intentando buscar una forma de vida distinta de aquélla, sin éxito. Así pues, un parásito siniestro y eterno no puede amar.

Y si viajásemos a lo profundo de las entrañas de la galaxia, encontraríamos a los dioses. nadie sabe exactamente su número, su forma, tamaño o poder. no basta con sa-ber que están ahí para darnos fuerzas, sea cual sea el de cada persona. Miran su reación de forma parecida a la de un niño que contempla una especie de insecto desconocida y al mismo tiempo, de un anciano experimentado y sabio que observa un libro viejo. Pero, pese a que los dioses, dioses son, son demasiado mayores y etéros como para sentir, y por tanto, no puede amar. Los dioses no son humanos.

Ahora, bajo la bóveda celeste estaba yo, llorando y a la vez reflexionando acerca de esto. Lo afortunados y complejos que somos los humanos, las emociones se presentan en nuestra vida en forma de bendición o maldición, de lastre o de trampolín.

Una lágrima se deslizó por mi mejilla mientras una estrella fugaz cruzaba deprisa el firmamento negro: “Quisiera recuperaros, quisiera que volviérais a mi lado y que estu-viérais aquí para siempre, conmigo”.

Lo pensé, mas en el fondo de mi alma conocía la verdad: “nada es eterno, menos una cosa: ni los planetas ni la oscuridad ni las estrellas, ni siquiera los dioses. Lo único eterno que existe es tan humano como respirar: el amor.


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diario de un náufragoALeJAndRO inFAnTeS ALÍA

2° eSO

1/11/99

Ya hace cuatro días de mi naufragio, he tenido suerte, ya que he encontrado una cueva y frutos silvestres a mi alrededor, lo suficien-te para seguir en pie y hacer más cosas.

2/11/99

Hoy, he conseguido hacer fuego para calentarme, ya que fue-

ra está lloviendo y dentro de la cueva hace más frío aún, por otro lado, con el fuego me he adentrado en la cueva, había pinturas, lo que me decía que, en la isla, no estaba solo.

3/11/99

no sé si conseguiré escribir estas líneas sin cansarme, pues acabo de escapar de un león, pero por suerte he podido volver a la cueva a tiempo.

4/11/99

estoy preocupado por los frutos que crecen, cada vez son menos, a este paso, ten-dré que fabricar herramientas para cazar, además, noto que se acerca el invierno, hace bastante frío.

5/11/99

Ya he podido solucionar mis problemas, ya que me he encontrado un león muerto, y qué menos, que intentar aprovecharlo al máximo: primero lo he llevado a la cueva, allí, he calentado su carne en el fuego, tendré comida para tres o cuatro días, y con la piel del animal he hecho un abrigo.

colegio Alba

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6/11/99

Hoy me he parado a pensar, ¿y si empezara a hacer algo para poder salir de la isla? creo que podría hacer, con unas ramas y los tendones de los músculos del león (que por cierto, da para mucho el animal) y adentrarme en el mar, ahora mismo voy a empezar con esa idea.

7/11/99

He empezado a hacer la balsa, del león ya no se puede sacar nada, así que tendré que cazar algunos animales, y, como hace unos días dije, tenía la sospecha de que había personas en la isla, pero tienen un acento fuerte y parecen violentos, yo diría que son rusos, no me acercaré a ellos por si acaso.

8/11/99

He conseguido cazar algunos pájaros, y la balsa ya está a mitad de hacer, si todo va bien, pasado mañana me iré de esta isla del demonio, tendré que coger provisiones y la piel del león para no pasar frío, espero terminar pronto la balsa de una vez.

9/11/99

La balsa ya está terminada, y como ya decía antes, esas personas no debían de traer nada bueno, ya que casi me destrozan mi balsa, menos mal que pude huir a tiempo, (¡y también me alegro de no haber perdido el conocimiento como ellos!). Modestia apar-te, creo que mañana podré partir a mar abierto, si el tiempo lo permite.

10/11/99

desgraciadamente tengo que pasar otro día más en la isla, porque ha empezado a llover de forma bastante violenta, por lo que tendré que esperar a mañana para poderme ir al fin (¡Eso si no vuelve a llover otra vez!).

11/11/99

Aquí estoy, en el mar, no voy a escribir más días para no gastar energía, si consigo llegar a tierra, podré contar esta experiencia a mis conocidos y familiares, si no, pueden pasar dos cosas: que la balsa se hunda y todo mi esfuerzo de estos últimos días haya sido en vano, o que, por falta de comida o de energía, me muera, si es así y alguien quiere saber quién era el pobre naufrago aquí tienen su nombre: Alejandro infantes Alía.

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Me quedé sin tiempo dAVid FeLiPe cASTAÑedA eSTéVeZ

3° eSO

era una fría tarde de otoño, yacían las hojas de los árboles en el suelo, o bien amontonadas en el tilo de la carretera por el constante trático de vehículos.

Yo me encontraba en mi habitación reflexionando sobre los exámenes de Navi-dad, me quería hacer entender que si no los superaba con creces, no recibiría los pre-ciados regalos de aquella época, no me podía hacer la idea de que todos mis compañeros obtuvieran regalos menos yo. Pero esa no era la única razón por la que me encontraba en mi habitación, también porque solo por una navidad quería que mis padres se sintieran orgullosos de mí, sabía que esto no iba hacer nada fácil pero estaba dispuesto a conse-guir esta gran meta.

Por fin llegó el preciado diciembre y los famosos exámenes de Navidad. Sin pen-sarlo comencé a estudiar las asignaturas que a mi parecer eran las más arduas, allí per-manecía mi madre, una gran compañera que me impulsaba para llegar a mi gran faena con brillantez. Me encontraba en pleno aprendizaje de polinomios y no me podía con-centrar por dos primordiales pretextos, los cuales eran: el inigualable silbido del viento entrando por la ventana entrecerrada y empañada, y por las gotas que se desmorona-ban de mis ojos, y concluían en mi libro de matemáticas, estas eran porque mi querida madre siempre me ayudaba y estaba dispuesta a perder su tiempo libre para ayudarme a estudiar fácilmente, pero todo esto era en vano, ya que seguía sin estudiar lo sufi-ciente. Y estaba, recordando todos los momentos que la hacían sentir mal cuando al final de cada trimestre nos entregaban las notas, “estaba seguro de que este año no iba a seguir por este camino”.

Se encontraba aun el auge del inviemo y su temible frescor, el aire que se inspi-raba, te congelaba de inmediato las zonas que estaban más expuestas como la nariz o las orejas, era colosal. Me encontraba una vez más yacente en mi habitación escuchan-do la radio, yo tenía las notas en mis manos pero muy impaciente por ver cómo iba a reaccionar mi madre al verlas, eran formidables; de repente el locutor comentó: una tenaz colisión entre un tráiler y un monovolumen. de inmediato un teléfono escuché,

colegio Alba

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lo contestó mi padre, y pude apreciar como se arrodillaba y dejaba caer el teléfono al suelo, rompiéndose. Aquella fue una de las llamadas que nunca quieres que ocurran, una de las noticias más trágicas de mi vida y yo allí en la esquina llorando como un niño cuando le quitan su juguete con mis notas en mi mano derecha y repitiendo varias veces ¡hay que aprovechar el momento y a las personas que más te quieren y saber que esa tarde fría siempre puede ser la última!

“A fructíbus cognoscitur arbor”

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Como una florSOniA eScALAnTe SÁncHeZ

4° eSO

Las luces anaranjadas del otoño pincelaban los recovecos de aquella fría tarde. Las letras se sucedían en el papel completando un retrato vacío. Las sombras se cer-nían sobre aquel triste cementerio, y se sentaban a los pies de aquellas tristes tumbas. Absorto en mis problemas me preguntaba si podría alguna vez volver, si existiría alguna vez después del juicio al que el camino me dirigía. Dejé mis flores sobre el mármol frío y vi cómo un pétalo rojo se escapaba de su prisión y quedaba libre y solo sobre la piedra. Absorto en mis problemas, fue mi sombra la que percibió la música y las risas, el albedrío de un circo que se cernía al otro lado de las aguas del lago. Un payaso so-litario se acercaba con un cuenco de arroz y un tarro lleno de gusanos. Una leve brisa se levantó cuando pasó a mi lado y se desprendió de su roja nariz, dejando entrever las facciones orientales de aquel payaso. dejó el cuenco de arroz en la tumba que se encontraba a mi lado.

–disculpe señor, pero ¿cree usted que de verdad el difunto comerá el arroz?

–Sí, respondió el oriental... Cuando el suyo venga a oler sus flores.

Le miré sorprendido, con una disculpa silenciosa, que ocultaba una nota amarga de súplica. Aquel payaso se me acercó y esperó a que hablase, pero realmente no sabía qué decirle. el juicio que me condenaba, sí, que sin duda me condenaba.

–Entiendo, ¡Pues, vive como las flores!–a dvirtió el payaso.

–Y ¿cómo es vivir como las flores?– le pregunté.

–Pon atención a esas flores– continuó el oriental, señalando unos lirios que cre-cían en el jardín.

–ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.

colegio Alba

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–¡Oh!– exclamó de repente el payaso –mira cómo este gusano se ha hecho capullo, incluso sa-biendo que está encerrado en un tarro. ¿no es ex-traordinario? Los demás gusanos lo miran como si estuviera loco, pero es muy inteligente, verdadera-mente inteligente.

Sus cavilaciones me hicieron entender en-tonces por qué era un payaso solitario. Le arranqué un suspiro cansado a la brisa que se arremolinaba a su alrededor. Contemplamos los reflejos del atar-decer en el lago de aquel triste cementerio. el pa-yaso se levantó y se acercó a la orilla rozando con un dedo las plateadas ondas del agua. Su mirada se posó de repente en un escorpión que luchaba con todas sus fuerzas por no ahogarse y decidió sacarlo del agua. cuando lo hizo, el alacrán le picó. Por la reacción al dolor, el oriental lo sol-tó, y el animal cayó al agua, de nuevo ahogándose. el maestro intentó sacarlo otra vez, y otra vez el escorpión le picó. Ante su tozudez le dije:

–Perdone ... ¿no entiende que cada vez que intente sacarlo del agua le picará?

–La naturaleza del escorpión es picar, y eso no va a cambiar la mía, que es ayudar.

Y entonces, ayudándose de una hoja, el payaso sacó al animalito del agua y le salvó la vida.

–no cambies tu naturaleza si alguien te hace daño; sólo toma precauciones. Al-gunos persiguen la felicidad... otros la crean. ¡Mira aquel gusano tonto, ahora es una mariposa! cómo miran envidiosos sus majestuosas alas, cómo maneja ahora los colores que lo bañan, como suaves trazos de esperanza. Para los demás es ya tarde, sin duda.

–como lo es para mí. debo irme. es la hora del juicio.

–Y yo y mi sombra continuamos andando por el camino. Las palabras resonaron en la estancia graves y pretenciosas: “escribiré en dos papeles separados las palabras ‘culpable’ e ‘inocente’. Tú escogerás, y será la Providencia la que decida tu destino”. Presentí en aquel momento que habían preparado dos papeles con la misma leyenda: “culpable”.

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Respiré profundamente y permanecí en silencio unos segundos con los ojos ce-rrados. cuando la sala comenzaba ya a impacientarse, abrí los ojos y, con una sonrisa, tomé uno de los papeles, me lo metí en la boca y lo engullí rápidamente. Sorprendidos e indignados, los presentes me reprocharon:

–Pero, ¿qué ha hecho? ¿Ahora cómo diablos vamos a saber el veredicto?

–es muy sencillo–repliqué–. es cuestión de leer el papel que queda, y sabremos lo que decía el que me tragué.

con un mal disimulado enfado, debieron liberarme, y jamás volvieron a saber de mí. Me acordé entonces de aquel payaso, y me senté a esperarle, apoyados, mi sombra y yo, a los pies de aquel lago. en un triste cementerio no muy lejano, se alza-ron los colores de un sabio payaso, y su sombra se recortó en el anaranjado cielo del atardecer. Liberó entonces a una mariposa que se hallaba encerrada en un tarro y sus alas batieron con fuerza la brisa que rozaba la dulce cara de aquel payaso. Los gusanos observaron desde el tarro como bailaban sus brillantes colores y fue entonces cuando la mariposa se posó sobre las flores.

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colegio Alba

colegio Andrés Segovia

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Mi familiaALeX SeRRAnO SÁncHeZ

3° Primaria

Mi nombre es Kira, soy una pe-rrita blanca y negra, y esta es la histo-ria de cómo encontré a mi familia.

Mi madre era de un cazador, un hombre cruel. Pegaba a sus perros, no les daba de comer ni de beber y no se preocupaba de llevarlos al veterinario.

Vivía en un corral y allí nací, junto a mis cuatro hermanos. Mi ma-dre, cuando podía, se escapaba para buscar comida, pero cuando se retra-saba y su dueño lo descubría la dejaba fuera del corral. entonces nosotros llo-rábamos y mi madre, al oírnos, ladra-ba y aullaba.

A pesar de ser pequeños nosotros también recibíamos maltrato de nuestro amo. éramos muy infelices.

Los vecinos hartos de oírnos llorar y quejarnos decidieron denunciar y una pro-tectora de animales vino hablar con nuestro amo. Aunque no nos quería no dejaba que la protectora nos llevase. Costó mucho, muchos días y al final viendo que no llegaban a un acuerdo la protectora le ofreció dinero a nuestro amo. Así que nos compraron.

Al principio estábamos muy asustados, nos bañaron, nos pincharon vacunas, nos curaron y sobre todo nos mimaron. Tardamos varios meses en recuperarnos. cuando estuvimos bien, empezaron a venir a vernos distintas personas. Una mañana nos coloca-ron en una gran cesta y vinieron a vernos un hombre y una mujer, nos acariciaban, nos

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miraban y de repente aparecieron un niño y una niña. Sus ojos se cruzaron con los míos y algo ocurrió. Me eligieron como su mascota.

Tardé algunos días en llegar a casa, pero cuando llegué todo estaba preparado, tenía una camita con una mantita, juguetes, comida, bebida ...

Yo la verdad no me fiaba mucho de las personas, pero desde el principio me qui-sieron muchísimo.

Fui perdiendo el miedo, aprendiendo que las personas también son buenas y has-ta cambie mi cama por la cama de los niños ¡ja, ja, ja, ja!

Soy muy feliz, no tengo amos, tengo una familia y sólo espero que mi madre y mis hermanos hayan tenido la misma suerte que yo.

Y recordad siempre que, aunque somos animales sentimos, lloramos, sufrimos igual que vosotros.

Querednos y cuidadnos.

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chispa y la pelota que no botadAVid cUencA PeReÑA

3° Primaria

esta es la historia de un perrito, un cachorrito llamado chispa.

chispa era un cachorrito pequeño y muy jugue-tón. Tenía el pelo de color marrón y llevaba un collar con un cascabel que sonaba cada vez que se movía.

david era el dueño de chispa, y todos los días a la salida del colegio jugaban juntos a la pelota, jugar a la pelota es lo que más le gustaba a chispa.

Un día la pelota se perdió, dio un bote muy grande y salió disparada.

chispa se puso muy triste, y se pasó la tarde llorando y david no sabía cómo alegrarle, intentó jugar con él con otros juguetes y le daba chuches, para perros claro, pero era inútil, no conseguía que parara de llorar.

Al día siguiente, a la salida del cole, una señora, que habían visto cerca del cole-gio otros días, se acercó a david y a chispa, que seguía muy triste, y les dijo:

–“Hola chicos, esta mañana regando las plantas de mi jardín he encontrado esta pelota. ¿Sabéis de quién es?

entonces la colita de chispa comenzó a moverse muy rápido, ¡era su pelota!

david le dijo a aquella señora tan simpática, que justo la tarde anterior se le ha-bía escapado la pelota a chispa de un bote muy alto. La señora le dio a chispa la pelota y se hizo amiga de ellos.

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Los malos y los buenosÁLVARO nAVARRO FeRnÁndeZ

4° Primaria

nO HAY MALOS ni BUenOS

Hace mucho tiempo, en América del Sur, había dos tribus; una llamada Bolow y otra Pin Pan. estas tribus siempre estaban peleando por un motivo común y no era otro que el agua y la comida.

Un día, Ricitos miembro de la tribu Pin Pan fue al bosque a cazar y a buscar co-mida y agua. Por el camino se encontró a alguien de la otra tribu. Su nombre era Brutus y se dirigía al mismo cometido que él. coincidieron en el mismo lugar y empezaron a discutir airadamente.

Ricitos defendía que lo mejor era que repartieran toda la comida a la mitad y Brutus se negaba a tal propósito ya que quería todo para él. Brutus era mucho más grande y fuerte que su oponente Ricitos, lo cual era una clara desventaja para él.

Al final Brutus se salió con la suya y se llevó toda la comida para repartirla con su tribu con el consecuente disgusto de Ricitos que se fue llorando. desde ese día cada vez que coincidían los dos en el mismo lugar Brutus siempre se llevaba todos los alimen-tos.

La tribu Pin Pan no tenía nada de comida y agua y estaban desesperados por ello, hasta que un día Ricitos y todos los miembros decidieron ir a hablar con los Bo-lows.

el motivo de su visita era pedir que les dieran comida y agua, pero estos se ne-garon a acceder a sus peticiones, echándoles del lugar.

Una semana después la tribu Pin Pan mando un mensaje a los Bolows que decía:

Si no nos dais agua y comida nos veremos obligados a declararos la guerra. nece-sitamos alimentar a nuestras mujeres y niños y el hambre está acabando con nosotros.


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Los Bolows se negaron a tal petición mandándoles una respuesta que los Pin Pan nunca hubieran querido recibir y no era otra que un no rotundo.

cuando este mensaje fue recibido, la tribu Pin Pan monto en cólera y declaró la guerra a los Bolows.

después de un año de enfrentamientos entre las dos tribus y tras ver que no te-nía sentido aquella lucha, los dos jefes de ambos clanes se dieron cuenta de que no me-recía la pena seguir peleando cuando podían ser amigos y compartir todos los alimentos que la naturaleza les ofrecía. Tras una reunión entre ellos llegaron a la conclusión de que siempre seria más positivo una alianza amistosa que una enemistad eterna y sin sentido.

Si este pensamiento lo hubieran tenido un año atrás, todo el sufrimiento que pasaron se podría haber evitado ya que las guerras no tienen ningún sentido y además no llevan a ningún lugar.

También llegaron a la conclusión de que el más fuerte no tiene derecho a lle-varse todo lo que quiera y cuando quiera. Que nadie es más que nadie y todos tienen derecho a disfrutar de las cosas de la vida.

Gracias a esta reflexión las dos tribus convivieron en paz por el resto de sus días y es lo que deberíamos aprender todos de este cuento, vivir en paz con la gente y ayu-dar siempre que podamos a los demás.

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dos hermanos y el tesoroeSTeBAn SÁncHeZ ROMÁn

4° Primaria

en las vacaciones de verano, Pablo y dani se fueron al pueblo a pasar las

vacaciones con su familia, como cada año. el pueblo es pequeño, pero es genial y lo pasan muy bien.

Todos los días van a bañarse al pantano y un día se encontraron una botella flotando en el agua, que en su interior había unos papeles. con cuidado sacaron los papeles y descu-

brieron que eran un mapa con una nota escrita.

La nota decía:

“Cuando estés sobre la X un tesoro encontrarás”.

Al principio, los dos pensaron que podía ser una broma, aunque de todos modos decidieron ir a ver qué era.

A la mañana siguiente, se levantaron, desayunaron, se vistieron y fueron direc-tos a encontrar el tesoro.

en el mapa se podía ver claro que no estaba demasiado lejos del pueblo. Sólo había que pasar por el árbol gigante y seguir el camino hasta la cueva del monte, dónde estaba marcada la X.

Se pusieron en camino hacia el árbol gigante. cuando lo alcanzaron, buscaron el camino, les costó encontrarlo porque estaba al otro lado del árbol gigantesco.


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Siguieron por el camino, al principio fue divertido, pero comenzaron a cansarse ya que el camino hasta el monte era muy empinado y largo. desde el camino podían ver el pueblo y el pantano perfectamente. Sus estómagos comenzaron a rugir y se dieron cuenta que la hora de la comida ya estaba al caer. Así que tuvieron que volver a casa, sin encontrar ese día el tesoro.

Al día siguiente, Pablo y su hermano dani le dijeron a su madre que ese día iban a comer sándwiches con sus amigos en el pantano, su madre les preparó algo para co-mer ese día y así intentarían llegar al tesoro.

cuando se pusieron en marcha, al llegar al árbol gigante tomaron el camino has-ta el monte. Por el camino, se encontraron a Pedro el pastor del pueblo que les pre-guntó que hacían tan lejos de su casa. ellos no supieron qué contestarle, entonces le dijeron que estaban paseando y que su madre les había dado unos bocadillos y que se iban al monte a comérselos. entonces ellos pudieron seguir el camino.

Al llegar al medio día, sus estómagos comenzaron a rugir de nuevo, pero esta vez iban preparados. Se pararon a comer los sándwiches que su mama les había prepa-rado. desde dónde estaban ya se podía ver el monte y las cuevas.

Tras terminar de comer, emocionados emprendieron el viaje corriendo. cuando llegaron al pie del monte, podían ver las tres cuevas. el mapa marcaba la cueva del centro, así que se metieron en la cueva.

La cueva era tan oscura que les costaba ver, entonces Pablo sacó la linterna que había guardado en la mochila y buscaron por toda la cueva. Al fondo vieron algo, se acercaron y vieron que era una caja de madera. La intentaron abrir, pero no podían, entonces buscaron una piedra y Pablo le pegó unos golpes a la caja mientras dani alum-braba con la linterna. La caja se rompió y vieron un montón de papeles. entre los dos cogieron la caja y salieron de la cueva. Fuera pudieron ver que la caja estaba llena de libros viejos de piratas, “menudo tesoro, era un rollo, un montón de libros” dijo dani.

entre los dos cogieron la caja y la bajaron por el camino hasta pueblo. Al llegar a casa enseñaron a sus padres el tesoro que habían encontrado y sus padres se pusieron muy contentos porque les encantaba leer y les explicaron que los libros son tesoros muy valiosos.

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La brujita KiraKiRA LÓPeZ nAVARRO

5° Primaria

érase una vez una brujita llamada Kira que vivía en una casita de madera con su gatito Pelusita, un precio-so animal al que ella adoraba.

no era una brujita desordenada, porque le gus-taba tenerlo todo en su sitio. es más, las otras brujas

de los alrededores le pedían pócimas que ella ya tenía hechas y etiquetadas. Porque las brujas en general son un desastre y no gustan del orden.

Tenía esta brujita dos vecinas un poco raritas, vivían a ambos lados de su casa. eran las brujas Susy y Sarah, con las que no tenía buena relación pero a las que ayudaba siempre que lo necesitaban, porque algunas veces le pedían pócimas o ingredientes, para hacerlas.

Así de maja era Kira.

Susy tenía alergia a los gatos, por eso, al contrario que las otras brujas, ella tenía un perrito, que no tragaba ni un poco al gatito de Kira. Por culpa de esa enferme-dad si tenía que acudir a casa de Kira, Susy no podía entrar en su casa y para evitarlo dejaba notas clavadas con chinchetas en la puerta, cosa que molestaba mucho a Kira.

La otra vecina, se llamaba Sarah y simplemente no hablaba con nadie porque era muy tímida y si necesitaba algo, mandaba un correo electrónico. Kira les dejaba las co-sas que le pedían en las puertas de sus casas, llamaba al timbre y salía corriendo antes de que abriesen.

Kira tenía un amigo que se llamaba Richar, le gustaba quedar con él porque era muy divertido y el tiempo se pasaba volando jugando juntos al futbolín.


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Un día a Richar se le ocurrió que podían gastar una broma a las vecinas, la broma sería clavar una nota en la puerta de Sarah diciendo que Susy la invitaba a una fiesta.

Así fue cómo veían a Susy corriendo de un lado a otro clavando notas en la puer-ta de Sarah, y ellos cogían cada nota para leerlas y se dieron cuenta de lo muy enfada-das que empezaban a estar la una con la otra.

como empezaban a sentirse culpables pensaron que lo mejor era contar una ver-dad a medias y decidieron hablar con las dos.

decidieron decirles que todo había sido un plan para conseguir que todos se ha-blasen y así luego poder quedar todos para jugar a otra cosa que no fuera el futbolín.

Al principio estaban muy enfadadas con los dos, pero luego entendieron que ellas tampoco se estaban comportando bien y que Kira no era tan mala con ellas, así que ¿por qué no darle una oportunidad?

decidieron quedar en casa de Susy ese sábado, porque Kira tenía a su gatito y Susy tenía alergia y en casa de Sarah no iban a quedar, porque odiaba limpiar lo que en-suciaban las visitas y Richar vivía en una cueva, así que no tenía muchas comodidades.

como la reunión fue todo un éxito, pensaron que estaría bien reunirse una vez a la semana en casa de Susy.

dejaron de tener problemas entre ellos y si los había los hablaban, comprendie-ron que el dejarse notas o el salir corriendo después de llamar a una puerta, no era la mejor manera de hacer nuevos amigos o de conservarlos.

Y Kira y Richar entendieron que no podían gastar bromas tan pesadas, que esta vez no había terminado mal, pero, por si acaso, era mejor no volver a intentarlo.

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Los guantes de lanaMiGUeL c. dÍAZ GARcÍA

6° Primaria

ésta es la historia de unos preciosos guantes de niño, he-chos a mano por mi cariñosa abuela. cuando mi hermano cumplió siete años, ella se los regaló. eran rojos, de lana fina y tenían una especie de tela muy suave por dentro. Ralph, que así se llama mi hermano, se puso muy contento con su regalo. desde aquel día, se los ponía para todo: para jugar al fútbol, ir al cole, ir de excursión, al parque ... con tanto ajetreo, los guantes, corrieron muchas aventuras. Una vez, en el colegio, Ralph metió los guantes en los bol-

sillos de su abrigo y, sin querer, se cayó el guante derecho. Al rato, un chico llamado Justin lo encontró en el suelo y se lo

entregó al conserje, que lo puso en la caja de objetos perdidos. Aquella fue la primera vez que la pareja de guantes se había separado y lo pasaron realmente mal. el guante de objetos perdidos se encontró otros objetos que también se sentían abandonados en aquella miserable caja de cartón. Allí había de todo: mochilas, jerséis, gorros, guan-tes, diademas, orejeras, bragas polares ... Algunos llevaban allí meses, llenos de polvo, esperando a que sus dueños se acordaran algún día de ellos. Ya eran casi una familia. cuando llegó el guante, le dijo la mochila:

–eh, tú!, sí tú, el guante rojo. ¿Qué haces por aquí?

–nada -contestó el guante -Que me he perdido.

–Ah! y ¿de quién eres?

–de Ralf, de 2°A

–Bueno... pues lo llevas claro si crees que teniendo siete años vendrá aquí a buscarte.

–¡Jejeje!– intervino el gorro malvado.


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–¿Y tú qué sabes?- dijo la braga polar. Aquí nunca se sabe lo que puede pasar ...

–Anda, guante, acércate a mí y acurrúcate que las noches en el cole son muy frías porque Steve, el conserje, quita la calefacción.

Mientras, el otro guante pasó toda la noche solo, en el bolsillo del abrigo de Ralf.

A la mañana siguiente, mi madre, al ir a po-nérselos, vio que sólo había uno. Le preguntó a Ralf si sabía dónde estaba y él respondió que no. Lo dieron por perdido y metió el otro guante en un cajón.

Al cabo de dos meses, en enero, hubo una gran nevada y algunos niños del cole hicieron un muñeco de nieve que vistieron con la ropa de objetos perdidos.

en ese momento, Miguel, mi otro hermano, reconoció el guante y lo recuperó.

Así volvieron a estar los dos guantes juntos de nuevo, pero esta vez los llevaría Miguel.

Miguel jugaba al fútbol de portero y se los ponía para parar. Los usaba tanto que estaban muy, muy sucios y los puso en el cesto de la ropa sucia para que su padre los lavara. Al día siguiente, al hacer la colada, los guantes se lavaron por separado y uno se destiñó, pasando a tener manchas negras. A Miguel ya no le gustaban y los heredó nuestra hermana Mary, la más pequeña. A ella le parecía lo más divertido llevar un guante de cada color. Al cabo de unos días, los cuatro hermanos, con nuestros padres, decidimos ir al campo a tomar unos deliciosos bocadillos. estuvimos jugando cuando, Mary se encontró un pajarito medio muerto. Teniamos que meterlo en algún sitio, para poder llevarlo a casa. A mi hermanita se le ocurrió utilizar uno de los guantes para llevar al gorrión.

cuando llegamos a casa, el pajarito había hecho un agujero en el guante con el pico, por lo que el guante se enfadó con él. Pero el problema se solucionó gracias a la abuela, que lo remendó. como veis, nuestras cosas también tienen vida propia y éstas son sólo algunas de las vivencias de unos sencillos guantes de lana que formaron parte de la vida de mis hermanos.

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colegio Antonio Machado


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cuando se acabó la lluviaeSTHeR SieRRA ALLOZA

4° Primaria

era un pueblo pequeño llamado Linft; no llo-vía mucho, pero la gente conseguía sobrevivir, sólo llovía una vez cada dos meses. Un hombre y una mujer hoy se iban a vivir a una casa de allí cerca.

Pasaron unos meses y el hombre llamado Rafa le preguntó a su mujer, María:

–¿Tú no te has dado cuenta de que no llueve desde hace dos meses?

Y María le respondió:

–¡es verdad!, pero el cultivo sigue intacto.

–¡Algo raro pasa en este pueblo! –dijo Rafa.

Y, mientras, María decidió ir a dar un paseo, pensando en ello María se tropezó con una piedra, era muy rara y se la llevó a su casa. en su casa le habló de la piedra a Rafa, y Rafa, entusiasmado llamó al sabio del pueblo y le contó lo que había ocurri-do. el sabio le respondió que era una piedra de la suerte y la llevaba buscando más de ciento treinta años y que así volvería a llover más. Pero en el monte de los pinos vivía un hombre muy malo que quería la piedra para que sólo le lloviera a él. Pero cuando el sabio lo estaba anunciando, el hombre malo Belful cogió la piedra. María y Rafa le siguieron a su castillo, luego volvieron, se lo contaron al sabio y él llamó a 60 hombres para que fueran a por Belfur, pero cuando Belfur vio a María la atrapó, pero Rafa la sal-vó y, mientras, María cogió la piedra... entonces llevaron a prisión a Belful, pusieron la piedra en el centro. Y al día siguiente llovió.

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La cabra que leía cuentosiSABeL MORenO MORenO

6° Primaria

érase una vez una cabar a la que le gustaba leer cuentos y fábulas.

Un día aparecieron en su casa tres cerditos: el cerdito de color azul, el cerdito de color rojo y el cerdito de color amarillo. La cabra no daba crédito a lo que veía y les preguntó:

–¿Sois reales o estoy soñando?

–Los cerditos le dijeron que eran reales y que tenían una duda,

que era la siguiente: ¿de qué material pondríamos nuestras casas, de paja, de ma-dera o de ladrillos?

La cabra contestó que de ladrillos y que pusieran un caldero con agua hirviendo en la chimenea unos días más tarde.

Los tres cerditos se presentaron en la casa de la cabra. Los cerditos dijeron:

–¡estamos muy enfadados con usted! Por su culpa hemos hecho daño a un lobo con peligro de extinción. Por su culpa tendremos que pagar una multa. ¡Adiós!

La cabra pensó: "¡Más vale que deje de leer cuentos!"

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colegio Antonio Machado

colegio Beethoven

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Un buen compañero MARTinA cABeZAS ALFOnSO

3° Primaria

Un pequeño dragón iba a su primera escuela de animales cargado de orgullo. cuando llegó al colegio to-dos huyeron de él porque les molesta-ba con el fuego.

Un día la profe de cono estaba preguntando el nombre de los plane-tas a un caimán y no lo sabía. enton-ces el dragón se lo chivó, pero mal, porque se equivocó. Y dijo la profe: -“¡Muy mal, tienes un punto negativo!”.

A la hora del recreo le dijo el caimán al dragón: –“no voy a ser nunca tu amigo”. el dragón estaba muy triste por lo ocurrido.

Al día siguiente una yegua blanca le dijo al dragón: –“Seré tu amiga si me llevas volando”, “pero si yo no sé volar todavía” “entonces yo no seré tu amiga”

dos días después el caimán se metió en un gordo problema: unos dinosaurios le estaban pegando porque les había ganado en el partido de béisbol, pero de repente apareció el dragón ¡y les espantó con su fuego!

A partir de aquel día todos los animales fueron amigos del dragón y él se sentía super feliz.

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colegio Beethoven

Un gran perro ceLiA ORTeGA GOnZÁLeZ

4° Primaria

Había una vez un niño que se llama-ba Pedro, nuestro amigo les decía continua-mente a sus padres que quería un perro. Al cumplir los nueve años vio cumplida su ilu-sión. Su familia le había preparado una ma-ravillosa fiesta, en la que no faltaba nadie. Manolo, su padre; Rocío, su madre; claudia que sólo tenía cuatro años, era todavía muy pequeña. el abuelo José y la abuela María que acababan de llegar desde canarias para darle una gran sorpresa. Roberto, Marta,

Adrián y Gema, sus mejores amigos, con los que compartía miles de aventuras... Se acercaba la hora del pastel y Pedro estaba impaciente por soplar las velas y pedir ese deseo que tanto quería, por fin mamá anunció que llegaba la tarta. Era una tarta de chocolate enorme. Pedro pensó que sería imposible comérsela toda. Se acercó muy contento a soplar su vela que tenía forma de número nueve. Mientras llenaba de aire sus pulmones: ¡Oyó un ladrido! no puede ser, Pedro se frotaba los ojos, ¿una tarta que ladra? no se lo podía creer. Pensó que lo había imaginado, volvió a coger aire para so-plar fuerte cuando de pronto, la tarta se rompió en mil pedazos al ser arrollada por un travieso bulto de color blanco, que se le echó encima llenándole la cara de lametones y tarta. Así fue como conoció a Lucas, su perro dálmata. desde aquel momento eran amigos inseparables. Pedro lo pasaba genial entrenando a su perro, le enseñaba muchos trucos que Lucas aprendía muy rápidamente.

Un día mientras entrenaban, Lucas se comportaba de manera extraña, algo le pasaba ¿qué podía ocurrirle? Lucas no paraba de correr, Pedro le seguía angustiado hasta que le perdió de vista ¿dónde estaba ...? entonces oyó un ladrido que venía de su espalda, justo detrás de unos arbustos, Pedro se asomó y ... ¡Ahí estaba, por fin! Pedro se tranquilizó, pero aún no sabía lo que le había empujado a escaparse, Lucas miró ha-cia la derecha, movió el rabo varias veces y fue a saludar a una niña que jugaba con su perrita. Pedro se acercó despacio, sacó una pelota de su bolsillo y la lanzó hacia los pe-

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rros que corrieron tras ella. –Voy a buscar a mis amigos ¿quieres venir con nosotros? –dijo Pedro. –claro, –dijo la niña, –me llamo Sofía y esta es Lisa. ¡Genial! Sofía y Lisa, su perrita, se unirían a la pandilla.

Al llegar a casa de Roberto, vie-ron al niño muy asustado. Gema, Marta y Adrián le trataban de consolar, su jardín estaba lleno de extraños agujeros. estu-pendo, pensó Pedro, esto es un misterio que van a resolver Lucas y Lisa. Los perros se acercaban a cada uno de los agujeros olfateando ... hasta que de uno de ellos asomó la cabeza un animalillo de nariz grande y ojos pequeños, era... ¡un topo!

entre todos organizaron un batallón para atrapar al topo, había que sacarlo del jardín de Roberto y buscarle otro lugar mejor para vivir.

con ayuda de Lucas y Lisa consiguieron meterlo en una jaula que tenía la madre de Roberto en el cobertizo. cada uno pensó un lugar donde dejarlo, Roberto quería venganza, dijo que al cubo de la basura. era urgente calmarle, pobre topo ... Adrián quería llevarle a la perrera, pero... ¡si no es un perro! Gema decía que lo quería de mascota, pero a su madre no le gustaban los animales. Marta quería llevarlo al zoo, pero pensaron finalmente que no era buena idea.

La cosa estaba complicada ... hasta que al fin Sofía dijo que cerca de su casa ha-bía una pradera, el topo allí viviría feliz sin estropear el jardín de otro niño ... A Pedro esa sí le pareció una buena idea, así que decidió que acompañaría a Sofía hasta allí.

Al fin llegaron, era una pradera enorme, con hierba muy verde, árboles maravillosos y florecillas de muchos colores. Cuando soltaron al topo, corrió y cuando estuvo lo suficiente-mente lejos ... hizo un enorme agujero y se escondió. Pedro y Sofía rieron felices, ¡había sido un día muy ajetreado!

Fin.

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La muerte de un ser queridodAnA VALeRiA ÁLVAReZ AceVedO

5° Primaria

era una hermosa mañana de otoño y mamá pájaro y los polluelos se levantaron temprano para comen-zar la primera clase.

Todos, menos la madre, se pusieron en la fila en una rama del árbol y se sentaron. Todos y cada uno de los polluelos estaban pres-tando mucha atención. Su madre les hizo una demostración de cómo volar así que pidió un voluntario, y el pe-

queño Halcón se ofreció con gran entusiasmo. comenzó a batir las alas y ... ¡lo consi-guió, estaba volando! de repente, Gran Halcón, que por cierto era el padre, llegó y lle-vaba no muy buena cara. Les contó que había visto como llegaban los leñadores, pero ... tarde, empezaron a oír un ruido ensordecedor, los polluelos no sabían volar y los dos padres no podían con los siete. de pronto, el árbol cayó. Hubo unos breves minutos de silencio. cuando el padre estuvo consciente buscó a la madre y los pequeñuelos, de ellos solo encontró a seis. ¿dónde estaba Papi Junior? Todos lo buscaron sin descan-sar. Su hermano Aguilucho lo encontró. Por desgracia, Papi Junior no tuvo la suerte de sobrevivir como sus hermanos. Lo enterraron y no pararon de llorar. Sus hermanos no paraban de pensar en que aquello, con gran facilidad, les pudiera haber pasado a ellos. Su madre no paraba de llorar y su padre no paraba de pensar en que si se hubiera des-pertado antes le podría haber salvado la vida.

Aquella tragedia marcó todas y cada una de sus vidas eternamente. Y todo lo ocurrido les ayudó para estar siempre alerta de cualquier peligro.

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colegio Beethoven

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el espejo misterioso LUcÍA cASiLLAS ROdRÍGUeZ

6° Primaria

era de día, me desperté y me dirigí al baño como normalmente hacía, me lavé la cara, los dien-tes..., me miré al espejo y, muerta de miedo, ano-nadada grité:

–¡No me reflejo¡–. Salí corriendo del baño, bajé las escaleras y me dirigí al otro baño donde ha-bía otro espejo. Me miré en él, en éste sí que me re-flejaba; me puse a pensar por qué no me reflejaba en el anterior espejo, sería un monstruo sin alma, pero ¡no podía ser¡, sino no me hubiese reflejado en ninguno.

Le di varias vueltas a lo que estaba ocurriendo pero no conseguí saberlo.

Volví al baño porque quería saber por qué no me reflejaba, y me volví a asustar pues encontré a mis padres reflejados pero ellos no estaban en el baño, pero yo seguía sin reflejarme. Me dirigí al cuarto de mis padres, no había nadie porque mis padres esta-ban trabajando, pero mi hermano tampoco estaba en casa, no había nadie, excepto yo.

Bajé las escaleras de nuevo e intenté desayunar, no podía, la curiosidad no me dejaba vestirme ni desayunar, fui al salón para intentar relajarme pero de repente estaba rodeada de espejos, en los que tampoco me reflejaba, me senté en el suelo y todos los espejos desaparecieron, fui al salón ahora que podía pero, me resbalé y me di un fuerte golpe en la cabeza.

Me desperté, angustiada y pensé que todo había sido una pesadilla pero compro-bé que no, ¿qué pasaba? ¡Socorro!

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Pata Palo y dragonlandiaMARcOS JOSé GARcÍA ÁGUedA

3º Primaria

el pirata Pata Palo y su tripulación se encontraron un mapa, donde había un tesoro. Sólo que había que pasar por caminos con muchas aventuras.

decidieron comenzar la aventura y pusieron rumbo a la isla de “dragonlandia”.

cuando llegaron a la isla se encontraron con unos guardianes de piedra que avisaban de lo peligrosa que era la búsqueda del tesoro, pero no hicieron caso. Fueron por el camino del dragón, pero ningún dragón salió. empezaron a pensar que los peligros eran de mentira. Por fin, llegaron a una gruta con tres caminos, ¿cuál sería? Cogieron el de la derecha pero regresaban al mismo sitio y eligieron el camino del medio y... ¡capitán, aquí está el dragón!”. este les dijo que deberían contestar una pregunta, el dragón sa-bría quién le mentía. Un pirata probó, el dragón preguntó:

–¿cuántos dragones has derrotado camino de la gruta? contestó: "cientos" y se convirtió en piedra por mentir. Así probaron varios y también se convirtieron. Pata Palo fue el siguiente y vio que con la verdad conseguiría algo y con-testó:

–ninguno.

el dragón desapareció y Pata Palo encontró el te-soro.

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colegio camino Real

Sin títuloedUARdO BeRnABé ARiAS

4º Primaria

Hace cinco años, en el espacio hubo una guerra.

Un día un padre marciano te-nía que hacer la compra en su disco volante, entonces, uno de los ma-los estaba escondido detrás de su casa y como su nave tenía rayos

láser le disparó al motor. Luego se paró y cayó en la tierra, en Torrejón

de Ardoz, en el colegio camino Real. entró al colegio y pasó a la clase de 4º de primaria.

él no sabía hablar en castellano y se comunicaba con nosotros a través de ges-tos. nos dijo que se había estrellado y aterrizó aquí. Luego nos preguntó con los gestos ¿podéis ayudarme recaudando suficiente dinero para que podamos llevar la nave para un taller y repararla? Y yo dije con los gestos: “Yo me apunto”. Y dije a los de mi clase en castellano:

–“¿Quién está conmigo?”–. dijeron todos que sí le iban a ayudar.

Se me ocurrió que fuéramos de casa en casa vendiendo chocolatinas. con dos días fue suficiente. Llevamos a arreglar el disco volante y se fue corriendo, porque se agotaba el oxígeno y nos dijo en la nave que nos vendría a visitar algún día.

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Viaje universalcARLOS BeRdeJO QUeVedO

5º Primaria

Un día José crawl (aspirante a astro-nauta) miró por el telescopio. Luego miró a un súper ordenador y sí, lo que vio era un agujero de gusano.

–Los agujeros de gusano transportan a cualquier lugar del cosmos–, dijo José.

con este descubrimiento, la nASA vio una oportunidad muy buena para explorar el universo y llamaron a su compañero Javier Warl. Prepararon una nave interestelar, poniendo plantas para el oxígeno. Atravesaron el agujero de gusano. Una pantalla en la nave indicaba la posición: 118 años luz, Primera parada, Púlsar de Vela. Por la ventani-lla se veían millones de cometas enanos que se acercaban hacia la nave...

–¡Ay, ay, ay!– se quejaba Javier. –¡dios santo, son rayos cósmicos!

Mientras le penetraban los diminutos misiles balísticos como cual mosquito pica a un cerdo. de los pinchazos se caían al suelo. enseguida cesó la lluvia de tortazos y se divisó la increíble estrella de neutrones rotantes, del tamaño de Manhattan, el Púlsar de Vela, que rota 11 veces por segundo. Sólo pudieron hacer un par de fotos porque la atracción de la siguiente parada les atrajo. ¡Menuda potra que tuvieron! Porque las cosas iban de mal a peor y después a horrible y la cosa horrible les salvó la vida. Bueno, pues se encontraron con otro agujero, no de gusano ... sino ¡negro y de siete veces la masa solar! Había que hallar una solución o si no acabarían triturados. Lo horrible fue que ... ¡detrás había otro agujero negro, y de 124 veces la masa solar! este segundo agujero estaba a 135 millones de kilómetros y atrajo al de delante, lo que les pudo salvar la vida. José y Javier volvieron al sistema solar para reponerse del susto. cuando llegaron a la Tierra, fueron recibidos como héroes.

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chispitaALMA JAén FeRnÁndeZ

6º Primaria

érase una vez un cachorrito que se llamaba chispita. era pequeñito, con mucho pelo blanco y un

parche en el ojo que le daba un aspecto de pirata.

chispita ha vivido en el albergue desde que nació, porque su madre fue recogida por los se-ñores que trabajaban en el albergue, ya que sus dueños la habían abandonado al saber que estaba

embarazada y saber que no podrían cuidar a los ca-chorrillos que llegarían.

chispita se sentía muy triste porque cada día alguna fa-milia adoptaba a alguno de los demás animales que había en el albergue y no a él. Además, todos los días estaba preocupado al pensar que al día siguiente alguien iría a adoptar a su madre y sus hermanos y él se quedaría en el albergue, solo, hasta que se hiciera muy mayor y nadie le quisiera adoptar.

Pero tenía a un gran amigo que siempre le decía que eso no pasaría.

Una de las chicas que trabajaba en el albergue, siempre les decía que, si ella pudiese, los adoptaría a todos y les daría muy buenos cuidados, pero que eso no podía ser, ya que vivía en una casa muy pequeña. Un día, la suerte de todos cambió. La chica que trabajaba en el albergue y que les decía que si ella pudiese los adoptaría a todos, le tocó el Gordo de la Lotería. Así que se compró una casa con un jardín muy grande y adoptó a todos los perros.

Allí, chispita estaba muy feliz, ya que estaba con su madre, sus hermanos y sus amigos; todas las personas con las que se preocupaba de que le separasen.

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MiedoSARA MARTÍn MORAdi

1º eSO

¿Por qué tendrá que existir un sen-timiento como éste, un sentimiento de angustia y dolor? Jamás lo sabremos, ja-más lo averiguaremos. Puede que el mie-do sea un obstáculo que nos pone la vida para ser más fuertes ... pero nunca lo sa-bremos.

Lo único que nos queda por pensar es en que forma parte de nosotros. no to-dos tenemos miedo a lo mismo, uno pue-de tener miedo de fracasar, en cambio otro puede tener miedo a la soledad. existe una medicina que nos puede ayudar, ahí es donde aparece la gente a la que más queremos: la familia, los amigos... eso sí que es la medicina: que te hagan reír sin que te des cuenta; que se pongan en tu piel para saber lo que sientes. esa gente que está presente en tus triunfos y en tus derrotas; esa gente es medicina para el miedo.

Pero lo que de verdad le da rabia al miedo es que te deshagas de él. Hay veces en la vida que también hay que llorar, no es porque seamos débiles, sino porque lleva-mos mucho tipo siendo fuertes. La gente acostumbra a decirte que llorando estás muy fea, pero hay que saber llorar para aprender a sonreír y, no es que lo diga yo sino, es la ley de la vida. Si el miedo no formara parte de nosotros ¿qué decir? no seríamos noso-tros, porque el miedo angustia, pero muchas veces te ayuda comprender la realidad y porque, para levantarte, has tenido que caer antes. Quizás una buena filosofía sea ésta:

“Si vienen nubarrones negros, no te hundas, no, aprende a bailar bajo la lluvia”.

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Sin títuloSARA GARcÍA-PAndO

2º eSO

¿Llegó el invierno. Las aceras quedaron cubiertas de nieve. Sacó el brazo por la ventana.

no hacía demasiado frío, más bien hacía aire. Los coches estaban nevados. Los niños jugaban con la nieve, correteaban de un lado a otro. Había llegado la navidad.

Miró el periódico. Se fijó en la primera noticia, “¡Ya está aquí la Navidad!”, decía.

Todos tenían ese titular. ese titular que Marta odiaba.

desde hacía varios años, desde que había fallecido su madre, no le gustaba la navidad.

Pensaba que la navidad era una fecha para estar con la familia, rodeada de los seres queridos; y ella había perdido a uno de ellos. Se le hacía duro celebrarla, empezar otro nuevo año sin ella, sin su madre, a la que tanto quería. el tomar las uvas y brindar, el entregar los regalos, el estar frente a la chimenea pasando una agradable tarde junto a ella, hablando de todo lo que le rodeaba, de todo lo que le sucedía. Se lo contaba todo, todas sus pesadillas, sus sueños, sus ilusiones, sus disgustos, sus pensamientos, sus alegrías... todas sus emociones. La echaba de menos. Mucho de menos. Se sentó frente al ordenador y puso música. Llegó su padre y se sentó en la cama con el fin de alegrarla. no quería que estuviese igual que los últimos años, infeliz, sin ilusión. Llorando cada noche, pasándolas en vela, acordándose de su madre. Le veía en el rostro la tristeza y seguía pensando que ya no era la misma de antes, había cambiado. Salía y volvía cuando quería, sin saber dónde estaba. Preocupada por no saber afrontar las cosas, no saber qué hacer, teniendo miedo. Miedo a cualquier preocupación, a no saber lo que sentía, no tener las cosas claras, no saber cómo actuar en cada una de sus acciones.

Miedo a cambiar, a no valorar cada momento, cada instante que pasaba junto a la gente que le quería. Miedo a que si estuviese allí su madre, no le gustase, notase

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cuánto había cambiado desde que ella no estaba. Miedo a perderse a sí misma, a su novio, a su familia. Amaneció. notó mucho ruido y unas voces, unas voces muy sonadas. Se levantó y fue directa a la cocina. Habían llegado sus abuelos, tíos, primos y... su no-vio. Rió a carcajadas y fue corriendo a su cuarto para arreglarse.

Abrió el armario. Se puso un vestido blanco, un poco ajustado y sus tacones fa-voritos, azul eléctrico. Más bien no parecía que estuviese con su familia pero era una ocasión especial. Saludó a todos y cada uno de ellos le decía lo guapa que estaba; bue-no, excepto su abuela, que como cada vez que la veía, le decía que no había engordado ni una pizca.

estaba verdaderamente feliz. Pensó que este año iba a ser diferente, especial. no iba a ser similar a los años anteriores, no, este año iba a cambiar, por su familia, por su novio, por sus amigos, y, sobre todo, por su madre.

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el naranjo solitarioiRene ÁLVAReZ SAnTAnA

3º eSO

carlos y María eran unos jóvenes enamorados allí por 1948 en un pequeño pue-blo gallego. cuando estaban recién casados, carlos encontró un trabajo que le llevaría por todas las partes del mundo. Pasado el tiempo, ya con hijos, siguieron viajando por muchas zonas.

Finalmente a carlos le dieron un trabajo en Madrid cerca del Manzanares, en el que él y su familia tendrían una vivienda fija. Todos ellos muy contentos vivieron felices durante muchos años. A medida que pasaban los años, sus hijos abandonaban su casa y venían a visitar a carlos y María muy pocas veces ya que vivían lejos. carlos y María vivían muy felices en su casita, ellos dos pasando el resto de sus vidas juntos. Un día María se puso muy mala del corazón y tuvo que ingresar en el hospital, carlos no se se-paró nunca se ella, y se pasó horas, días y semanas allí. A veces venían sus hijos, pero eran visitas muy cortas.

el día 7 de mayo María falleció, el día del funeral vinieron todos los hijos, seres queridos, familiares ... Al finalizar los hijos de Carlos le preguntaban que si quería Irse a vivir con ellos, pero carlos sin mostrar dolor por el fallecimiento respondía:

–Yo voy a estar muy bien en mi casita.

A la vuelta a su casa, contenía las lágrimas al ver la casa tan vacía y todos los días sufría cada vez más, se aburría y llegó a tener algún problema de salud que otro.

Un día salió a pasear a lo largo del Manzanares como todas las tardes hacía con su esposa y al volver vio la floristería a la que su mujer entraba siempre. Carlos al en-trar vio a una joven de rostro dulce a la que preguntó si conocía a su mujer María, ella con una sonrisa dijo que sí, Carlos le contó con detalle qué flores se llevaba, cuáles le gustaban más, pero el gran deseo de María era tener un naranjo, pero decía que debe-ría ser mucho trabajo. carlos sin pensárselo dos veces le pidió a la joven, un naranjo y se lo llevó hacia su casa.

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Todos los días lo cuidaba, regaba... era su mayor entretenimiento y su ilusión. él deseaba que llegara la época en que diera sus frutos; pero unos días antes de que esto se produjera, a carlos le dio un infarto y a los pocos días falleció.

Ahora del naranjo solitario no podría disfrutar nadie de sus frutos. Y él, él no podría hacer nada para no estar solitario.

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Sin títuloSeRGiO iSidRO GARcÍA

4º eSO

La chica perfecta, alguien con la que todos los chicos soñamos. ella puede ser muchas cosas, representar demasiado, pero cada una es única. cada una representa un mundo en el que vivir, algo que quieres compartir y siempre es aquello en lo que crees. Para algunos, puede ser aquella chi-ca que tenga un cuerpo perfecto, una chica con la que los demás babean y pierden los escasos rasgos que los defi-nen como personas y se convierten en aquello de lo que evolucionamos. Para otros, puede ser la libertad, aquella que no te dice si le gusta o no lo que tú estás haciendo, que te permite ha-cer cualquier cosa que quieras cuando lo desees.

es la que más te ofrece, no te-ner preocupaciones, ni compromisos

de ninguna clase. Puedes vivir aquí o allí, siendo un ciudadano del mundo, ir allí donde te guíen tus pasos. Pero para mí, la chica perfecta, es aquella que me da lo mejor de ambas cosas. es esa chica, que a todos les parece fea y del montón, pero tú sabes que no es cierto, que es guapa y que además tiene ese algo, ese detalle, ese punto que la hace especial. Aquella que, sin darte cuenta, está siempre cerca de ti, o contigo, haciendo las mismas cosas: la ves por los pasillos durante el cambio de clase, o la ves sentada en las tan cómodas sillas del aula, aburrida y cansada de la clase del profesor, y tú, sabes que está pensando en otra cosa, y en el fondo de tu mente, ves brillar una idea, una tan esperada: que esté pensando en ti.

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Cuando la ves no sabes en qué fijarte, hay tantas cosas de las que disfrutar: el brillo de sus ojos; su pelo, de un moreno intenso, liso, perfecto, que se mueve meci-do por el viento y te acaricia el rostro cuando estás cerca, sólo un momento, una pre-sencia extraña y sutil que, sin saber por qué, te gusta. Su sonrisa, con la que disfrutas cada vez que la ves y es única cada vez que la muestra. Más todavía nos engañamos a nosotros mismos, porque lo que realmente ves son los surcos de sus labios, esos pára-mos, de rojas y ardientes llamas, pertenecientes a las dunas de arena de un desierto y que son una constante tentación que no intentas evitar. deseas hacerlos prisioneros de los tuyos. Puede ser un beso fugaz, de esos que se pierden, pero que son una chis-pa de vida, o puede ser largo y sabrás que en ese momento te quiere. Pero tu solo piensas en el mejor de todos ellos, un beso dado con amor, con el que sabes que ella te lo ofrece todo y deja que entres a formar parte de su propio paraíso. Quieres ir de su mano, delicada y suave, cual pétalos de una rosa, paseando sin rumbo fijo, sin pensar en nada, solo en ella. Así que en ese momento, eres libre, porque solo quieres estar con ella y miras alrededor y la encuentras sujetando tu mano, para no perderte. cuando la conoces, te das cuenta de que necesitas saber todo sobre ella, que siempre tiene una sonrisa cada vez que le hablas y que da igual que esté feliz o triste, siempre te va a decir que está bien, hasta que consigues que te cuente lo que le pasa, y en-tonces la intentas ayudar.

Sabes que es una chica fantástica, que no la mereces, porque quieres lo mejor para ella, y no crees que seas capaz de demostrarle todo lo que la quieres. Piensas que le vas a hacer daño y no quieres ni pensarlo, así que te contentas con imaginarte qué harías con ella, como por ejemplo, cómo la cogerías mientras ves una película; o cómo la abrazarías al dormir. no piensas en nada más, sólo con verla te alegra ese día que tan oscuro has visto unos minutos antes y es cuando te das cuenta, sabes, que la quieres.

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el poderTOnG YU BAO1º Bachillerato

Horacio es un chico de 17 años que está obsesionado por la paz e intenta llevarla a cabo durante su vida y con sus amigos, pero un día algo inesperado pasó.

el otro día, el joven Horacio se despertó y comenzó su típica rutina de ir al cole-gio, jugar con los amigos y, después, volver a casa para hacer los deberes y al final del día dormir; pero no fue un día cualquiera para Horacio.

Salió de casa aburrido, dormido cuando de repente un hombre extraño le paró por el camino y le preguntó:

–¿Te gustaría poder aplicar la paz que tanto soñabas?

Acto seguido le dio un bolígrafo y desapareció. Horacio, extrañado, siguió su camino hacia el colegio, a mitad de camino encontró a un adolescente robando y hu-millando a una señora (le conocía por la mala fama que tenía: era ernesto). Horacio no podía hacer nada, porque sabía que si le decía algo, su vida correría peligro; así que si-guió su camino hacia el colegio. de camino pensaba que sería extraordinario si pudiese desaparecer toda la violencia y la gente que la ejercía: el mundo sería un mundo ideal, así que tuvo el pensamiento de matar al chico de antes. Se acordó de las palabras del extraño, entonces escribió el nombre de ernesto en el cuaderno con el boli para ver si funcionaba pero no funcionó. Así que pensó que eso sería imposible ya que si pudiese matar a alguien con solo escribirlo sería dios.

después de terminar la aburrida jornada en el colegio salió de clase y volvió a casa con sus amigos de siempre, de camino vieron a la policía llevándose a un ca-dáver, Horacio y sus amigos interesados preguntaron a la vecina de quién se trataba y entonces a Horacio le dio un escalofrío. el que había muerto era ernesto por un infarto cardíaco, pero él recordaba que de pequeño ernesto era muy sano y nunca había tenido problemas de corazón, en un instante se dio cuenta de que había podi-do ser él el asesino.

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Volvió a casa y encendió la televi-sión para ver las noticias. en las noticias salía un hombre que había violado y matado a cincuenta mujeres; Horacio quiso matarle y anotó su nombre en el cuaderno con el bo-lígrafo de “dios”, esperó un minu-to y, de repente, el hombre de las noticias vio como se desplomaba el asesino.

Horacio maravillado con su nuevo bolígrafo, empezó a escribir todos los nombres de los delincuen-tes más peligrosos del mundo y al día siguiente salían en las noticias como que habían muerto todos de un infarto.

después de la masacre, apareció un adolescente en la puerta de la casa de Hora-cio y le dijo que no podía ser dios más, estaba yendo muy lejos, mataba hasta a los que robaban. Aunque la delincuencia haya bajado, no deja de tratarse de asesinatos.

Horacio no quería deshacerse de su posición como dios y así el adolescente es-cribió su nombre y al minuto murió Horacio de un infarto.

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el dinero no da la felicidadPAULA POLO SAiZ

2º Bachillerato

Al llegar a casa, cena, y tras ello, por si no leyese poco en el trabajo, ya que es una muy buena perio-

dista, se mete en su blog preferido, que recoge el título de “diario de una pobre rica”. Algo contradictorio pero con mucho sentido. en ese blog Gema ha leído textos y textos que, su-puestamente, definen la vida de una joven que entraña mucho algo, o a alguien. Algo parecido

a lo que le ocurre a ella misma.

Unas horas antes, en una ciudad cercana

–¿Qué te ocurre Sandra?, estás muy seria –dice John, su padre, un rico accionista.

–A la hora de cenar te lo explicaré, he tomado una decisión –responde Sandra.

Jhon, tan ocupado como siempre, no da demasiada importancia a las preocupa-ciones de su hija.

Horas más tarde, Alfonso y Leonardo sirven la cena.

–Bien... –Sandra mira hacia la mesa, coge su servilleta y empieza a doblarla ner-viosa- ha llegado la hora de decírtelo, me marcho –dice con actitud firme, levantando la cabeza y dirigiendo su mirada hacia la de su padre.

–Pero, ¿cómo que te marchas, de que estás hablando? –John, sorprendido, se in-teresa por lo que su hija está diciendo.

–Ya has oído papá, he cumplido 18 años y me voy.

– Me voy a buscar algo que no tengo, y que nadie, ni si quiera tú con tus millones de miles de euros, podrías darme–. Termina de explicar Sandra sofocada.

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Seis meses después

“No puedo creer lo que estoy viviendo. Cada día me sigue sorprendiendo algo nuevo. Aquí puedo estar en mi habitación sin que nadie entre y organice todas mis cosas. Puedo ser independiente. Suena raro que una adolescente quiera serlo y no querer que se lo den todo hecho, una temporada eso es cómodo, pero dieciocho años así es dema-siado pesado. Hoy hace seis meses que estoy aquí, he hecho muchas amigas, en especial Jessy, mi mejor amiga y compañera de piso desde que llegué, aunque, a pesar de todo, aun sigo sin encontrar lo que venía buscando, pero no voy a rendirme tan pronto”.

En ese mismo instante, en una ciudad cercana

–es increíble como engancha la vida de esta chica, cuando lo leo parece que me estoy metiendo en un libro, que pertenezco a esa historia, que en el fondo es una historia real...–, dice Gema para sí misma, fijando su mirada en la pantalla y dejando la mente viajar por el pasado, recordando a una persona que desea día tras día volver a ver.

Tres meses más tarde

–¡es increíble papá, alguien debió de leer mi blog, y me van a hacer una entre-vista en una de las mejores redacciones del país! -cuenta Sandra a su padre entusias-mada.

–Me alegro mucho de que hayas conseguido lo que querías hija-. Responde John.

Aunque exactamente no es lo que realmente iba buscando, esta noticia fascina a Sandra y unas horas más tarde se dirige a aquella entrevista.

–¿Sandra Smith díez? –Pregunta la secretaria, y al ver a Sandra levantarse, hace un gesto para que entre al despacho.

Ahí está Gema, mirando su ficha en el ordenador: –Sandra Smith Díez, dieciocho años–. Levanta rápido la mirada y se ven. es ella, igual que en las fotos ... Ambas se miran con los ojos llorosos a punto de estallar:

–Mamá... ¡eres tú!

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colegio Gabriel y Galán

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coches voladores iRene-YU BOTeLLA dURÁn

6º Primaria

durante toda la histo-ria, la mayoría de los niños, ha soñado alguna vez con po-der volar, pero las personas no estamos preparadas para ello; por eso, si queremos hacerlo, tenemos que usar un avión o un helicóptero, salvo en este cuento, que por motivos que averiguaréis si lo leéis, unos niños pudieron ver cumplido su sueño sin estos aparatos.

erika tiene 11 años. Vivía en Torrejón con su familia, pero ahora vive en Alaska desde hace cinco, por el trabajo de Juan, su padre, que es una especie de científico e inventor.

Aiií donde viven ahora, durante todo el año hace muchísimo frío, apenas pueden salir de casa, sólo lo hacen si es necesario. Las carreteras están casi siempre llenas de hielo y nieve por lo que el simple hecho de ir al colegio o a la compra es una verdadera aventura arriesgada.

A los padres de erika les preocupaba mucho que el autobús del colegio se queda-ra atrapado en la nieve o, lo que es peor, que tuvieran un accidente. Una noche mien-tras cenaban, erika comento a sus padres:

–esta mañana nos hemos llevado un buen susto porque resbaló el autobús del cole con el hielo de la carretera y casi tenemos un accidente, y después de un rato, encima, se quedó cubierto de nieve y tuvimos que quitarla con la ayuda de un policía.

Juan contesto: –¡estoy harto y asustado!, mañana mismo me pondré a trabajar en un autobús volador que os lleve al cole sin peligro.

erika y su madre se miraron con cara de asombro, se rieron y le dijeron: –¡estás “chalao”!

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colegio Gabriel y Galán

–cuando lo acabe os comeréis vuestras palabras- respondió Juan.

Al día siguiente, Juan, se lo dijo al alcalde del pueblo donde vivían en Alaska. A este le encanto la idea, pero Juan necesitaba algo más del alcalde ... dinero, un taller y ayudantes.

el alcalde le dejo un almacén para que lo usaran de taller, como ayudantes se presentaron todos los padres de los compañeros de autobús de erika, y el dinero lo pu-sieron también los padres de los niños. Hicieron una reunión y escribieron una lista con lo que iban a necesitar:

– Un autobús.

– dos o tres motores de helicóptero.

– dos juegos de aspas de helicóptero

– Herramientas.

– Ruedas.

Pensaron que seria difícil de conseguir, pero en internet lo encontraron todo. Una vez recibido todo, se pusieron manos a la obra. Tardaron seis meses, nadie del pueblo sabía si el invento funcionaría o no y estaban muy nerviosos.

A las 16.00 p.m. salió el invento del taller, la gente se quedó alucinada y no creían que funcionara. Juan y sus ayudantes hicieron un primer vuelo para demos-trar que funcionaba bien. La gente al verlo se quedó impresionada y todos querían probarlo.

¡Fue un gran éxito!

Tras unas pruebas más con gente, un mes después, empezaron a hacer los viajes de la ruta del colegio, y fue un éxito, tardaba muy poco en llegar de parada a parada, recogía niños casi sin parar, muy deprisa, se ahorraba gasolina, pues funcionaba con energía solar, fue tal el éxito que llegó a oídos del presidente del país.

Se quedó superasombrado con el invento, decidió apoyarlo, poner dinero y lle-varlo a todo el país, porque como en Alaska hay el mismo problema en todas partes, era una manera muy buena de que hubiera menos accidentes, se ahorrara energía y se creara trabajo y riqueza para el país.

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Se pusieron en marcha y crea-ron los nuevos coches voladores a los que llamaron “FLYcARS”.

Vendieron tantos que empeza-ron a tener mucho dinero con lo cual pudieron crear FLYcARS para OnG’S gratis y que pudieran llegar a todas partes rápidamente y con seguridad.

A las OnG’S les vinieron muy bien los FLYcARS y lo agradecieron mucho.

erika y su familia se sentían muy orgullosos por haber conseguido que hubiera menos accidentes, menos atascos, más seguridad, etc.

A Juan le dieron un premio nóbel por ser el mejor inventor del año.

erika estaba muy orgullosa de su padre porque todo el mundo decía que era el mejor invento de todos, un coche volador, nadie lo había hecho antes, era como de ciencia ficción y él lo había fabricado.

en los años siguientes, Juan y su equipo, se pusieron a hacer coches acuáticos para poder ver el fondo del mar, llegando incluso a mas de 200 metros de profundidad, también coches espaciales para hacer viajes por la galaxia, siendo capaces de llegar de la tierra a Saturno en menos de 5 minutos.

Tras algunos años, como todos los coches eran solares, hubo mucha menos con-taminación, menos dióxido de carbono en la atmósfera y menos crisis porque se crearon muchos trabajos, de fabricar coches, de conductores, en los talleres de reparación, etc.

Ojalá algo así pasara en el futuro, para que haya mucha menos contaminación y se limpie este mundo tan sucio que tenemos ahora con tanta basura que echamos por todas partes.

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colegio La Gaviota

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Andrea y LunaAndReA BOdi SHAROn

3º Primaria

Había una vez un perro que se llama-ba Luna. Luna era muy especial, tenía po-deres mágicos, con cada ladrido que daba siempre hacía magia.

Luna fue adoptada desde muy peque-ña, para Andrea, que le gustan mucho los animales y es muy cariñosa con ellos. era un regalo de cumpleaños de su mamá para ella. entre Luna y Andrea hubo amor a primera vista: las dos eran muy juguetonas, a An-drea le daba gusto verla correr por la casa.

con el paso del tiempo Luna un día empezó a ladrar muy fuerte y pasó algo increíble: ¡desapareció! Andrea se puso muy triste, enfermó, no quería comer, sólo llo-raba y lloraba, hasta que al día siguiente Luna apareció, pero no estuvo sola sino que la acompañaba toda la familia. Al parecer, Luna se fue a buscar a su familia porque les echaba de menos. Andrea se puso muy contenta, daba saltos de alegría y le pidió a su madre, para que todos estén contentos, que la familia de Luna también se quedara en su casa. Por supuesto la madre de Andrea estuvo de cuerdo con la idea y se puso muy contenta al verla tan feliz.

Juntos vivieron felices y comieron perdices.

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colegio La Gaviota

el niño más buenoÁnGeL MAcHiO GÓMeZ

3º Primaria

érase una vez un niño que se llamaba Rai-mundo.

Raimundo estaba triste porque había mu-chos niños que no tenían ni juguetes ni comida.

Un buen día Raimundo empezó a pensar qué podría hacer para que los niños tuvieran lo mismo que él. después de mucho pensar, deci-dió que cambiaría juguetes y comida por besos y abrazos.

Raimundo empezó a repartir los juguetes y la comida a todos. Así, con el paso del tiempo, a los niños le daban muchos besos y abrazos.

Todos estuvieron muy contentos y Raimundo empezó a tener muchos amigos.

desde ese día todos los niños le decían

–Raimundo: “¡el niño más bueno del mundo!”.

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érase un sueño SeRGiO GALLARdO de cASTRO

4º Primaria

Había una vez un niño que no conocía el mar. él soñaba cada noche con ser un pirata y cruzar los mares en busca de islas y tesoros, pero al despertarse cada mañana todo era men-tira. Un día yendo al colegio se encontró una moneda de oro y se quedó asombrado, pues no sabía de dónde había salido.

Los días siguientes le sucedieron cosas parecidas. Un día encontraba una espada, otro día un mapa, otro un parche, etc. el último día se encontró una nota que le invitaba a pasar unos días a la orilla del mar. el niño no sabía quién le había hecho esa invitación, ni de dónde habían salido todas esas cosas que se encontraba en su camino. Al cabo de dos días se le apareció un loro rojo que le dijo: –iHola!, soy Larri, el loro del capitán Ojo negro y te voy a llevar a la isla de mi capi-tán, la isla de los cien deseos, pues ese ha sido tu deseo.

Pablo, que así se llamaba el niño, tiró su mochila al suelo y sin pensarlo dos veces aceptó la propuesta de Larri y cómo si de magia se tratara, desaparecieron en una nube de estrellas.

cuando se dio cuenta, estaba en el puerto de una isla enorme rodeado de pal-meras, arena blanca y agua transparente. Allí conoció al capitán Ojo negro y le contó que gracias a su deseo iba a participar en la búsqueda del gran tesoro de las diez lunas, tesoro que nunca jamás nadie había sido capaz de encontrar.

cogieron sus espadas, se metieron en la carabela del capitán y se pusieron en marcha a la búsqueda del botín. durante el viaje encontraron muchos obstáculos, lu-charon con el pulpo de tinta azul, cruzaron las rocas de las sirenas, esquivaron el banco de peces de un solo ojo y por fin llegaron a una pequeña isla donde sólo había un altísi-mo cocotero y un cangrejo. echaron el ancla y bajaron del barco.

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debajo del cocotero se encontraba el cangrejo que tenía cara de pocos amigos. Larri le preguntó si sabía dónde estaba enterrado el tesoro de las diez lunas, a lo que el cangrejo se contestó:

–contestadme a esta simple adivinanza y os diré dónde está el botín sin tardanza.

“Posee dientes y un ojo, para poder trabajar necesita un cerrojo”

Pablo, rápidamente y sin pensar dijo en voz alta: “Llave”.

el capitán Ojo negro y su loro Larri se quedaron boquiabiertos porque nunca na-die había sido capaz de contestar a la adivinanza. el cangrejo soltó una leve sonrisilla y les indicó que debajo del cocotero al sur de la isla se encontraba ese botín tan deseado.

encontraron ese tesoro y lo trasladaron desde el suelo a la isla de los cien de-seos, cuando llegaron a la isla, abrieron el cofre del tesoro que estaba lleno de joyas y monedas de oro. el capitán y el loro le felicitaron por su gran hazaña y le regalaron una moneda. de pronto, Pablo abrió los ojos y se encontró que estaba otra vez de vuelta en su habitación. Pensó que todo había sido un sueño y se desilusionó, pero al levantarse de la cama algo dorado cayó al suelo, era la moneda que le había regalado el capitán Ojo negro y corriendo se vistió para enseñar a todo el mundo su moneda y contarles su aventura en la isla de los cien deseos.

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Una Semana Santa asombrosaLAURA MARTÍn AGUiLeRA

4º Primaria

Se acercaba la Semana Santa y decidimos salir esos días de viaje con unos amigos a una casa rural. La encontramos por internet y nos pareció bastante bien.

en total éramos once personas.

Preparamos todo lo necesario, comida, juegos, ropa. ese día salimos temprano. Tardamos un par de horas, al llegar al pueblo nos dimos cuenta de lo pe-queño que era. Había muy pocas casas y tenía una pe-queña iglesia.

Al ver por fuera la casa, vimos que era muy antigua, pero al entrar nos sorpren-dió, pues era totalmente distinta, era grande, moderna y con todo lo necesario.

Tenía una gran chimenea y unas escaleras que subían hacia los dormitorios.

Una de las mañanas me despertó un ruido, al abrir una ventana del techo, vimos que había nevado. Al salir fuera vimos un paisaje precioso ¡estaba todo nevado! Monta-ñas, árboles, casas...

esos días nos lo pasamos genial, bailamos, jugamos y nos reímos un montón.

Un día hicimos senderismo, por el camino nos encontramos unos palos grandes y fuimos con ellos como los que hacen el camino de Santiago. También vimos vacas, burros, caballos... e hicimos excursiones a otros pueblos cercanos.

Allí teníamos toda la tranquilidad del mundo, la pena fue cuando tuvimos que volver de regreso a casa ¡lo pasamos fenomenal!

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La granja monstruoMARTA neVAdO nOGALeS

5º Primaria

érase una vez una niña que se perdió en el bosque. caminando, caminando, encontró una granja. en la puerta de la granja había un car-tel que contaba una historia:

Hace miles de años una bru-ja hechizó esta granja. cada cuarto creciente los dueños y los animales de la granja se convierten en mons-truos. Y es mejor que no intentes vivir aquí.

La niña creía que era una broma, y entró en la casa. esa no-

che era cuarto creciente. La niña miró por la ventana y vio que había luz en la granja. Fue a ver qué pasaba.

no se atrevió a entrar por la puerta delantera, y fue por arriba. entonces, vio un montón de monstruos. Se asustó tanto que corrió al pueblo más cercano. Halló una comisaría, y les contó todo lo sucedido. Un policía le preguntó:

–¿cómo te llamas?

La niña le contestó:

–Me llamo celeste.

el policía se dio cuenta de que era la niña desaparecida y desde ese momento la policía empezó a creer en la historia que contaba celeste.

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Pasadas cuatro semanas volvió a ser cuarto creciente y ce-leste fue a la granja. Hizo fotos y se las entregó a la policía. estos vieron vacas, arañas, caballos con seis ojos y ocho ore-jas, gallinas con antenas ... La foto se la entregaron al cientí-fico de la comisaría que sabía cómo deshacer el hechizo.

El policía científico contó la verdadera historia de la granja: Mi tatatatatarabuela conoció a la bruja que vivía en la granja, descubrió lo que hacía la bruja con los animales e hizo una pócima. La bruja se enteró de que había una solución para su hechizo. Y convirtió a mi tatatatatatatarabuela en una rana.

...Y desde entonces mi familia ha guardado la pócima. La niña preguntó:

–¿Y cómo le daremos a los monstruos la pócima?

El científico le contestó:

–Yo tengo un disfraz de monstruo, pero a mí no me vale, solo te cabe a ti, celeste.

La niña aceptó. Se disfrazó de monstruo y entró en la granja con la pócima. Sacó la pócima y la echó en la comida.

Al próximo cuarto creciente fueron a la granja y no vieron ninguna luz. Abrieron la puerta y se encontraron con los dueños y a los animales normales. el científico y la niña salvaron la granja.

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“nunca te rindas, siempre puedes lograr tu sueño”JUAn eSTeBAn GUTiéRReZ MOnSALVe

6º Primaria

Había una vez un niño que se llamaba Mario García, que de mayor quería ser compositor.

Mario tenía sólo diez años cuando le dijo a su madre que quería inscribirse en una escuela de música, pero su madre respondió:

–Hijo, tu padre y yo no podemos permitirnos pagar 70 e al mes porque tenemos muchos gastos como comprar la comida para casa, pagar la hipoteca, etc.

Mario indignado le respondió:

–Vale mamá, no pasa nada, después será.

Pasaron unos años y a Mario se le ocurrió que él mismo podría componer cancio-nes. después de unos días de haber terminado de componer su canción, se la enseñó a su madre, pero tenía un gran problema ¿cómo la iba a llamar?

con entusiasmo fue a preguntar a su padre, que era bastante inteligente, qué título le podía poner a su canción. Su padre le dijo que la podría llamar “nunca te rin-das”. Mario le dio las gracias porque era un buen nombre. después su madre tuvo una gran idea: ¿Por qué no iba a alguna emisora?

Mario fue a los 40 principales para que el director escuchara; este encantado aceptó poner su canción en la radio y Mario le dio las gracias.

Al día siguiente Mario cumplía 17 años y da la casualidad de que ese mismo día pusieran su canción en los 40 principales, en ese mismo momento Melendi, el cantante famoso, llamó al programa para preguntar cómo se llamaba aquel niño, cuantos años

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tenía y dónde vivía. La emisora le dio toda la información a Melendi. Al cabo de unas horas, Mario estaba aburrido viendo la televisión cuando de repente oyó que estaban llamando a la puerta. cuando abrió la puerta y vio a Melendi se quedó impactado, no sabía qué decir, al fin pudo preguntarle

–¿Pero tú qué haces aquí?

Melendi respondió:

–He escuchado tu canción y me ha encantado.

Melendi le propuso irse con él y hacer canciones en pareja. Mario le respondió que estaría encantado porque su gran sueño era ser compositor y cantar con algún fa-moso. La frase favorita de Mario es

“Nunca te rindas, siempre puedes lograr tu sueño”.

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cosas de dos dAVid VAQUeRO ceReZO

6º Primaria

en una bonita ciudad llamada Magic city vivían dos hermanos cuya historia, que-ridos lectores, no puede pasar desapercibida para mis sentidos. estos dos hermanos son unos “figuras”, tienen cada idea....

el mayor, Pancho, es melenudo, bajito y torpe, y su hermano Milo, sin embargo, es alto, calvo e igual de torpe que el mayor. Tienen muchas historias divertidas, pero la que más me gusta es cuando intentaron conseguir la atención de dos amigas insepa-rables. A Pancho le gustaba la pequeña, elena, y a Milo la mayor, claudia. Así sucedió todo ....

Un día cualquiera, en Magic city, los dos hermanos más enrevesados que existen en nuestro planeta, estaban durmiendo en su casa, un piso compartido en el centro de la ciudad. el despertador sonó bruscamente, lo que despertó a Pancho. cuando éste intentó despertar a su hermano, se dio cuenta de que Milo tenía unas vistas impresio-nantes desde la ventana.

–¡Oh!, ¿qué ven mis ojos...? ¡qué chicas más impresionantes...! ¿desde cuándo tendrá mi hermano estas vistas?, antes sólo veía un letrero gigante que decía “Se alqui-la piso”. –pensó.

En la mesilla tenía unos prismáticos y cuando Pancho por fin consiguió despertar-le le preguntó:

–Oye “hermanito” me dices qué hacen ahí esos prismáticos... qué calladito te lo tenías... esas chicas están como un tren. ¿Quiénes son?

Milo, que aun estaba adormecido, le dijo que se llamaban claudia y elena, y que las había conocido en el supermercado y que desde ese momento estaba enamorado de claudia.

entonces, Pancho, ni corto ni perezoso, le dijo a su hermano:

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–¡Vístete rápidamente, que tene-mos que hacer más compra en el su-permercado! Yo también quiero cono-cerlas.

Pero las probabilidades de ver-las, son pocas... –explicó Milo.

–Mira el matemático, ni que fue-ras einstein, además las escuché que se les había acabado el bronceador.... Va-mos rápido –dijo Pancho

Allá que fueron los dos hermanos a comprar al supermercado, con un úni-co objetivo: “Operación churris”, le pusieron de nombre.

cuando entraron, Pancho las vio y dijo a su hermano:

–Milo, objetivo a la vista. Tenemos que desplazarnos cinco metros hacia delante y girar en el pasillo de droguería. Pero yo no quiero comprar nada y mucho menos dro-gas –le contestó Milo.

–Tonto del bote, en la droguería se venden productos de limpieza, higiene, cos-mética, etc. ¿entiendes? –ie replicó Pancho –Aaaaaaaaaaaaahhh, eso es otra cosa...

Se acercaron sigilosamente al pasillo hasta donde estaba el papel higiénico, ellas se encontraban enfrente.

Pancho disimulando, hizo el amago de ir a coger un paquete de papel, pero no llegaba al estante más alto donde estaba colocado. Se subió al carro de la compra y llegó al papel; sí, con la mala suerte de que como los carros son impredecibles, rompió el envoltorio, se cayó del carro y se dio un golpetazo contra el suelo de aquí te espero. cuando el hermano le intentó ayudar, tropezó con los rollos del papel higiénico que se habían caído al romperse el envoltorio, y se vio envuelto por un montón de papel.

Tal fue la vergüenza que pasaron, que salieron del supermercado como un cohe-te a propulsión.

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Una vez llegaron a casa, Pancho le dijo a Milo:

–¿Y si les pedimos salir directamente?

–¡Anda ya!, se reirían de nosotros– le dijo Milo. –Tenemos que idear un plan.

empezaron a pensar cómo conseguir la atención de las chicas. Los dos estaban enamorados, por eso, se les ocurrió un segundo método para aclamar su curiosidad, se pondrían globos color carne a la altura de los bíceps imitando a unos músculos impre-sionantes.

Aprovecharon que las chichas estaban en la terraza de su piso tomando el sol, y se pusieron a hacer poses en la ventana, pero como estos dos, son tan torpes y descui-dados, olvidaron que con el calor y el sol que estaba pegando, los globos explotarían por sí solos. Y eso fue lo que sucedió. Les reventaron los globos en la cara y se tuvieron que esconder para que las chicas no se rieran de ellos, que difícil era, desde luego ...

Finalmente, al día siguiente, que vieron que las chicas salían de casa, se les ocu-rrió hacer esto:

Se disfrazaron de policías para parecer importantes, con tan mala suerte que de repente, un ladrón salió del callejón y le robó el bolso a elena. ellas les pidieron que atraparan al ladrón que se había atrincherado en un local de la esquina. Primero entró Pancho, que salió con una zapatilla en la cara. después entró Milo, que salió con las ropas rotas.

cansados de salir maltrechos, los dos hermanos entraron juntos y se impusieron al ladrón, consiguiendo recuperar el bolso y atraparle, logrando así, que las chicas que-dasen impresionadas y les pidiesen salir.

eso sí, primero tuvieron que pasar una buena temporada haciendo servicios co-munitarios todos los días por hacerse pasar por Policías, y quién sabe... a lo mejor ter-minan enamorándolas.

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Mujercitas*

PAULA cORRALeS LÓPeZ3º Primaria

érase una vez una familia de cuatro hermanas y su madre. el padre estaba au-sente, porque estaba luchando en la guerra.

Las cuatro hermanas estaban muy unidas. Sus nombres eran: Meg, la mayor; Jo, la mediana-mayor; Beth, la mediana-pequeña, y Amy, la hermana pequeña.

Meg se dedicaba a diseñar vestidos; Jo escribía cuentos para un periódico; Beth cuidaba y jugaba con sus conejitos y Amy pintaba preciosos paisajes.

Al lado de esta familia tan humilde vivía Laure y su abuelo Laurence.

el señor Laurence y Laure eran los mejores amigos de aquellas mujercitas y esta-ban bien posicionados.

Hanna era la sirvienta de aquellas mujercitas tan humildes. estas daban mucho que hacer en esa casa. Les tenía que preparar el almuerzo y la cena para que se fueran a trabajar.

Una mañana recibe un telegrama de “el frente” que decía:

–"Señora March su marido ha caído enfermo, venga inmediatamente".

La Sra. March reúne a sus hijas y al señor Laurence para contarles lo sucedido. To-dos ellos recaudaron dinero para dárselo a la Sra. March, porque tenía que comprar todo lo necesario: billetes de tren para la ida y la vuelta, todas las medicinas necesarias...

Jo se cortó su preciosa melena y la vendió para darle a su madre el dinero que había conseguido.

* Adaptación de la obra Mujercitas, de Louisa May Alcott.


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colegio JABY

Todos contribuyeron con sus ahorros para dárselo a la señora March y poder traer así a su padre de vuelta.

con el paso del tiempo el padre de aquellas mujercitas se recuperó. Le dan el alta de “el frente” y regresa a su casa con sus hijas.

Por fin, las mujercitas y sus padres viven juntos y felices.

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el hombre horribleMAcARenA PAScUAL VAcAS

4º Primaria

Me llaman el hombre horrible. Lo soy desde que cumplí 32 años, pero no siempre fue así. cuando iba a la escuela, alrededor de 10 años, era todo perfecto, tenía cuanto pedía y disfrutaba de una popularidad.

Pero pasaron los años y con ellos mi adolescencia y mi juventud; al final de esta empezó todo.

comprobé que todo el mundo me miraba. Al principio, no supe por qué, pero a día de hoy entiendo el motivo. Todavía se siguen riendo del bajito, del gordo, del gafo-tas, del feo, etc.

Mi cambio físico fue tan radical que la gente de mi colegio no me reconocía cuando iba por la calle. Había envejecido tanto que mi cambio fue abismal. Pasé de ser considerado el guapo por excelencia al feo más horrible del mundo. entré en un estado de tristeza muy grande.

Hasta que conocí a la que fue mi futura esposa.

ella me devolvió mi guapura, al estar conmigo no le importó mi aspecto.

Por lo que comprobé que no todo el mundo somos iguales.

Tuvimos dos hijos maravillosos por dentro y por fuera. Y a raíz de esto la gente me empezó a mirar como antes.

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el colegio LUcÍA cARO FRUTOS

5º Primaria

érase una vez un colegio llamado “chupi”. Un día a este colegio, llegó una niña nueva a la clase de 5º. era una niña muy

tímida y callada, no tenía muchas amigas. ella estaba muy triste por la separación de sus pa-

dres, y su profesor, llamado Sebastián, se acercó a ense-ñarle todo el colegio: el patio, el gimnasio, la dirección, la secretaría...

entonces al día siguiente en clase, como ya cono-cía todo el colegio, de repente vino un grupo de niñas que

nunca se separaban y le dijo una de ellas:

–¿Quieres entrar en nuestro club?

Y la niña dijo: –“Sí, vale” y se presentaron todas. Al día siguiente, Sebastián la miraba mucho, porque como era una niña muy tímida, para ver si iba ya teniendo más amigas. cada día, Sebastián se ponía más contento, y mucho más porque sabía que no era que la niña tuviera un problema, sino que lo que pasaba, era que al ser tan tímida no se relacionaba con otras personas. Lola, que así se llamaba esta niña, tenía otra hermana y no entendía que su hermana tuviera más amigas que ella, pensaba que su hermana, a lo mejor, se expresaba mejor que ella, pero claro Lola sabía que al final las niñas de su clase la habían aceptado bien.

Lola se puso muy contenta porque en su anterior colegio no tenía amigas y en este sí.

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déjame en libertadcLAUdiA MAnRiQUe GALLAR

6º Primaria

Hace mucho mucho tiempo tres niñas llamadas María, Mónica y Marta querían celebrar la navidad como todos los niños del pueblo, pero su ma-drastra cruel llamada Rodmila no les dejaba celebrar la na-vidad, ni jugar con los demás niños.

estas niñas fueron cre-ciendo y se dieron cuenta de que no tuvieron una infancia como todos los demás niños, así que le preguntaron a su madrastra que si podían salir a comprar la co-mida, y la madrastra dijo que sí, pero solo a una, la más mayor, que era María.

cuando María salió del castillo, tuvo que cruzar un enorme bosque para poder llegar al pueblo. Estuvo tres horas caminando por el bosque, hasta que al fin consiguió llegar al pueblo. Allí había gente humilde, con poco dinero, pero eran felices porque estaban unidos todo el día y compartían todo. Sin embargo en lo alto de ese pequeño pueblo estaba el castillo de la realeza. en él se encontraban los tres príncipes llamados Felipe, carlos y Guillermo.

María se apuntó las cosas que tenía que comprar, que era: leche, huevos, pan, pescados y carne, y cuando terminó regresó a su castillo. La madrastra la regañó por llegar tarde, y el castigo le pareció muy poco cruel, ya que ella era una persona repe-lente, desagradable y malvada, pues el castigo era tener que fregar, barrer, planchar y darle brillo a los jarrones todo durante una semana. Se pellizcó varias veces para ver si era un sueño, y no, era realidad.

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Aunque la hubieran castigado estaba muy feliz ya que por fin había salido fuera de su castillo para ver el pueblo, pero triste porque sus hermanas Mónica y Marta no pudieron ir.

Al día siguiente se levantó para hacer el desayuno, porque cada día le tocaba a una, y ese día le tocó a ella. el desayuno estaba buenísimo y sus hermanas la felicita-ron, excepto la madrastra, a ella le pareció otro desayuno más.

Mientras María daba cuenta de su suculento desayuno imaginaba cómo sería el interior del bellísimo castillo donde vivían los tres príncipes.

entonces se dio cuenta de la hermosa experiencia que disfrutó el día anterior así que sin dudarlo ideó un plan para escaparse con sus hermanas al castillo.

Siguieron el plan paso a paso, y cuando menos se lo esperaban ya estaban en el castillo con sus príncipes, se conocieron, y fueron felices y comieron perdices.

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Las islas encantadasGABRieL SORiAnO OÑATe

1º eSO

Aquel martes 13 de junio de 1905, mi tripulación y yo partimos en busca de aquel tesoro del que habíamos oído rumores y leyendas; de aquel tesoro que nos daría riquezas y fama.

Toda mi tripulación era experta en su campo: el car-tógafo, llamado Pierre, era el mejor cartógrafo de toda europa. Fue contratado por reyes para llevar a sus barcos hacia los países más lejanos y re-cónditos.

Los seis marineros venían de Arabia, de Francia, de Alemania, de españa y de Asia.

Fueron los únicos supervivientes de naufragios de barcos muy importantes de esos países. expertos en la navegación, resistentes, fuertes y valientes eran auténticos lobos de mar.

Y yo ... Bueno a mí todos me definían como anfitrión y amigo de sus amigos.

Los días pasaban tranquilamente. cada hora, cada minuto, cada segundo estába-mos más cerca de aquella isla desconocida para otras personas.

Las provisiones nos sobraban y no teníamos problemas con el agua. Toda la tri-pulación era feliz y disfrutaban de pasar el tiempo en nuestro navío.

Pierre, sin embargo, no tenía tiempo para descansar, siempre había algo que ver en los mapas.

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Al final después de cinco duros meses en alta mar, avistamos tierra. El jolgorio fue evidente en todos los marineros, hasta Pierre dejó los mapas para celebrarlo.

el siete de octubre fui el primero en pisar tierra. La isla era pequeña. Lo prime-ro que vimos fue una extensa playa de arena suave y blanca. A unos veinte pies de la orilla, se abría ante nosotros un frondoso bosque con árboles de enorme talla que nin-guno de nosotros había visto jamás.

entramos en aquella fortaleza de vegetación. Al entrar lo que nos sorprendió fueron las extrañísimas flores que había en el suelo, en las plantas y en los árboles.

estuvimos allí dos semanas excavando, buscando indicios de que allí hubiese ha-bido alguien, pistas. Pero nada; en esa isla no había nada.

¿nos habrían engañado? ¿nos habrían dado mal las coordenadas? estaba tan an-gustiado por esas preguntas que mientras que los demás desayunaban, yo decidí dar un paseo para despejar la mente. de repente miré al frente y descubrí que la isla en la que nos alojábamos estaba rodeada de tres islas más.

en los siguientes meses exploramos esas islas en busca del tesoro, pero tampoco había nada, así que recogimos provisiones y nos fuimos de ese archipiélago con gran decepción.

Ya estábamos en alta mar cuando vimos con increíble asombro que ¡las islas es-taban desapareciendo!

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Los niños del hielo KRiSTinA VicTORiA ASOReY ÁLVAReZ

2º eSO

en un país muy lejano en el que casi todo el año era invierno y alcanzaban unas temperaturas muy bajas entre 45° y 50° bajo cero, vivían unos niños en una izba (una casa hecha de madera).

Se repartían el trabajo, unos en-cendían la cocina para cocinar y calentarse, otros partían leña y los más pequeños ha-cían las tareas de la casa, tenían un huerto que ellos le llamaban su jardín, sólo lo podían cultivar en los dos meses de verano, porque no había nieve, plantaban patatas, tomates, pepinos, remolacha, zanahorias, etc.

Muy cerca había un bosque y un río por el que en el deshielo bajaban unos blo-ques de hielo que hacían mucho ruido y los niños se asustaban. iban mucho al bosque en el otoño que era cuando más bonitos estaban los árboles, unos eran de color na-ranja, amarillo y los de hoja perenne verdes y era cuando recogían frutos del bosque, moras, arándanos, grosellas, que comían de postre, también llevaban patatas, quitaban las hojas, hacían un agujero en el suelo y con unas piñas secas y palos que recogían en-cendían fuego y allí asaban las patatas llamadas en aquel lejano pais ‘cartoscas’.

eran niños que casi no se reían, no les habían besado nunca, estaban tristes como aquel país en el que casi siempre era de noche.

Por suerte unas personas de un país cálido, con mucha luz, decidieron llevarlos para pasar el verano juntos, los niños conocieron la playa, comieron mucho, se divirtie-ron y empezaron a sonreír, y a regalar besos.

Los niños del hielo se estaban derritiendo como los bloques de hielo que bajaban por el río. cuando volvieron de nuevo a su país eran más felices.

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el pequeño guerrero JAVieR cARMenA ALÍA

3º eSO

en el pequeño pueblo de Grokensville cada año la persona más joven del pueblo debía ser entregada a un monstruo como ofrenda para la protección del pueblo. este año el joven más pequeño del pueblo es Josh cidan de tan solo 10 años de edad e hijo único de una familia pobre. Su madre al saber que se aproximaba el día en el que se tenía que separar de su hijo le dijo:

–Josh, hijo mío, no quiero que te vayas y no volverte a ver. Toma esta mochila, tiene dentro comida y agua para una semana, vete al bosque y escóndete allí

Josh al ver a su madre a punto de llorar cogió la mochila que su madre le había preparado salió de su casa y se dirigió al bosque según le había dicho su madre.

Al tercer día Josh acabó toda la comida que su madre le había dado y fue a bus-car frutos pero al no tener muchos conocimientos sobre el bosque olvidó dónde había dejado la mochila, pero recordaba que una mariposa de colores llamativos estaba cerca de donde había estado y busco mariposas de colores llamativos. Siguiendo a una de ellas cayó por una pequeña colina cuesta abajo y al levantarse vio que esa zona no le era familiar. estuvo andando horas hasta encontrar algún lugar donde comer,es cuando ve a un pastor con algunas ovejas se acerca a él y le pide ayuda, el pastor al ver que tan solo era un niño le ayuda, en su casa, Josh le pregunta:

–¿Señor, en qué zona del bosque estamos?

A lo que él pastor contesta:

–en la zona más próxima a las montañas y no hace falta que me llames señor puedes llamarme Miguel, por cierto, ¿qué hacías en el bosque?, ¿te has perdido?

Josh le cuenta lo ocurrido y Miguel se queda pensativo y responde:

–Miguel, que yo sepa por aquí no hay monstruos ni nada parecido pero sí hay una cueva a los pies de la montaña.

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Josh: ¿me podría decir dónde está por favor?

Miguel le lleva hasta la cueva y le dice que tenga mucho cuidado y Miguel se despide de él.

entra en la cueva en la que había una especie de luz, cuanto más avanzaba más cla-ra se veía la luz: eran los niños que se habían dado al monstruo, estaban trabajando de mi-neros habría unos 13 adultos y 15 niños, todos atados con cuerdas en los pies para no huir. Josh al verlos va corriendo a desatarles pero ellos se niegan. Josh no lo entiende hasta que mirar detrás y ve a un monstruo más grande que él. el monstruo le persigue por toda la mina. Josh al no saber qué hacer le tira todas las piedras que ve por el suelo. en una de las pedradas ve como se le cae una oreja, entonces le lanza piedras más grandes. cuando se le cae el brazo se da cuenta de que es una especie de disfraz. Hace que se caiga y ve que era el alcalde del pueblo que le confiesa que necesitaba trabajadores para hacerse más rico. Josh corre rápidamente a desatar a la gente, pero el alcalde, lleno de ira, destruye una de las vigas principales y la mina empieza a hundirse, todos los que había corrían lo más rápido que podían, pero solo 13 niños consiguieron salir. entre ellos no estaba la persona que les había rescatado.

Los niños llenos de tristeza fueron al pueblo, cuando llegaron a sus casas solo hubo un momento de felicidad, ese día no se recodará por todos los niños que consi-guieron salir, sino que se recordara porque un muchacho de tan solo 10 años dio la vida por ellos.

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diario de 1973 MARÍA JOSé ROBLeS LÓPeZ

4º eSO

entonces él cogió la chaqueta y se dispuso a salir a la calle a tomar el aire. no comprendía lo que pasaba, no sabía cómo habían llegado a ese punto. Abrió su cajetilla y sacó un cigarrillo y un mechero. del frío que hacía, tuvo que intentar varias veces encen-derlo, hasta que lo consiguió. Guardó su mano derecha en el bolsillo y empezó a caminar. no tenía ningún destino concreto, ya que hasta las 18.00 no tenía que ensayar con su grupo. Llegó a un parque en el que se sentó, sacó su móvil y empezó a enviarla mensajes, tenía que arreglarlo él todo, como siempre. Los cigarros se sucedían, acompañados siem-pre de una leve sonrisa al soltar el humo. no pudo arreglar las cosas en ese instante, así que decidió ir a casa y coger su guitarra para llegar al ensayo. no era su día, no conseguía sacarse a su chica, o por lo menos con quien había estado los dos últimos años. Pero fue al tocar una de sus canciones cuando empezó a soltarse. comenzó a tocar la guitarra como nunca antes lo había hecho, parecía que su Fender cogía vida propia y sonaba más y mejor que nunca. éi lo sabía, era su momento, y al terminar el ensayo, cogió el coche, otro cigarro y, guitarra en mano, fue al apartamento de ella. Bajó corriendo del coche y empezó a llamar a su portal. no contestaba nadie, ni ella respondía sus llamadas ni tampoco mensajes. entonces apareció cogida del brazo de otro chico. Un sentimiento de odio, rabia y furia le recorrió por el cuerpo, soltó la guitarra, tragó saliva y se quedó mirándola a los ojos. entonces ella empezó a mirar a su acompañante, y éste le devolvía una sonrisa pícara. éi ya no sabía qué hacer, había salido corriendo del ensayo sólo para contarla sus sentimientos, y allí se la encontró. ella se adelantó y dijo:

–¡Hola! ¿Qué haces por aquí ahora? –con cierto tono irónico.

–Pensé que me dijiste que ...

–¿Quién es este? –Repuso con aire enfadado.

–¿Ahora sí te importo? –dijo ella.

–en verdad siempre lo has hecho.– Murmuró.

–¿Qué? no te he entendido.– increpó.

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–Sigues sin responderme –dijo a la par que cerraba el puño.

La situación era un tanto comprometida para los tres, y la discusión se alargó varios minutos sin llegar a una conclusión exacta, hasta que el acompañante alzó la voz diciendo:

–Soy su primo. no hace fal-ta que te pongas así de cabreado. Los tres sabemos de sobra lo que pasa, y no quiero entrometerme. Adiós. –y bajando la cabeza, se fue.

Ahora sí que había tensión en el ambiente, los dos temían lo que podía suceder, pero en el fondo, esa situación les gustaba, les encantaba.

–Si he venido solo ha sido para pedirte perdón. no quería otra cosa, pero te he visto con él, y me he cabreado, no sé por qué ...

–¿Me quieres? –dijo ella rápidamente

–¿Lo dudas? Sabes de sobra lo mucho que siempre he hecho por ti, y sabes que lo volvería a hacer. cada uno de los besos, abrazos, sonrisas que llevamos, no son ni una pequeña parte de lo que quiero que lleguen a ser. cada una de las canciones que jamás he tocado y que tú tienes la letra, no llegan a expresar todo lo que siento por ti. Y lo peor es que lo llevo sintiendo desde el primer día en el que te giraste, me diste dos be-sos y me dijiste tu nombre. Que ya lo sé, soy un cabezón, un testarudo, que quizás no siempre estoy en lo que tengo que estar, y quizás alguna vez te he fallado. Pero si algo tengo claro es que te quiero, que te necesito, que una vez me dijiste “Para siempre”, y yo lo quiero cumplir, con mis manías y defectos, con tus virtudes, tus sonrisas, tu forma de vestir, de hablar, de escribir, de hacerme volar. Porque toda historia bonita siempre es de dos. Porque yo solo no consigo nada, pero a tu lado te prometo que te llevaré al cielo. Y sabes que mis promesas son lo único que quiero cumplir, porque te quiero. ella no sabia qué decir, rompió a llorar y se echó a sus brazos. el tiempo se paralizó, todo era como debía ser. Todo salió bien, pero no siempre. Hay veces que lo quieres mandar todo a la mierda, pero hoy no, hoy toca sonreír.

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el último día dAnieL MARTÍn GiL

1º PcPi

Hacía unos días desde que el rey Gudar entró en las tierras del rey Haeda, arra-sando con todo lo que se interponía en su camino. el berserker, llamado Brukhard, aguardaba, junto a otros tres de sus hermanos berserkers, en una esquina junto a un blandón. Vestía su característica piel de lobo. en el centro de la estancia, había una mesa rectangular, con un gran mapa. el rey Haeda, estaba sentado en su silla, mirando fijamente el mapa, mientras escuchaba a los ancianos y guerreros veteranos, que esta-ban a los lados de la mesa.

–Los guerreros del rey Gudar tendrán que pasar por el camino que cruza el bos-que. nos ocultaremos en el bosque, a los lados del camino. cuando lo crucen les ataca-remos por sorpresa y les aplastaremos.– comentó un anciano.

–Vale –dijo el Rey.

–Sven, da la orden a todos los hombres que se preparen, saldremos a mediodía.

–Sí. –contestó Sven, un guerrero corpulento, que había luchado en varias batallas y tenía fama de no tener piedad ni temor ante nada.

“Je je je ... este hombre tiene fama de no temer nada, pero eso es porque no ha visto cómo luchamos los berserkers”. Pensó, mientras se apartaba del blandón y salía de la vivienda del rey. nada más salir, miró el cielo gris, y se encaminó a una casa, donde se reunían todos los berserkers. cuando llegó a esta, entró y se encontró a cuatro de sus compañeros. Tres iban con las pieles de oso, y uno con una piel de lobo. Estaban cogiendo sus armas y afilándolas.

–coge tu arma y afílala, que no hay tiempo.– Le dijo uno de ellos cuando levantó la vista de su hacha arrojadiza y le vio.

–Acordaos de llevaros las setas y comerlas antes de la batalla, es importante. –Re-cordó el más mayor de los cinco que estaban en la estancia.

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Brukhard cogió el cinto para su espada larga y se lo abrochó alrededor de su cintura, comprobó si estaba bien afilada y le envainó. A continuación cogió su daga, y la envainó en el cinto.

Salió de la estancia junto a los otros cuatro hombres y se dirigió a las puertas de la empalizada, donde se reunían todos los hombres ya armados.

esperaron un buen rato hasta que apareció el rey Haedar junto a sus compañeros de armas y siete berser-kers más. Se pusieron a su lado y vie-ron cómo abrían las puertas y comen-zaban los hombres a cruzarla.

cuando llegaron a la zona donde iban a emboscar a sus enemigos, dividieron el ejército y se dispusieron a ambos lados del bosque, ocultándose entre la vegetación. Mientras todos se preparaban y caminaban hacia sus posiciones, los doce hombres se tomaron sus setas.

Los doce berserkers, un guerrero con un cuerno de guerra en sus manos, los compa-ñeros de armas del rey y éste, esperaban junto una parte del ejercito. Al rato comenzaron a divisar el ejercito enemigo y observaron cómo comenzaban a parar por la zona que iba a ser la batalla. el rey desenvainó su espada, con la empuñadura de color rojo, todos le imi-taron y le dijo una cosa al guerrero del cuerno, en susurros. entonces éste alzó el cuerno y lo hizo sonar, un sonido largo y apagado que sobresaltó a los hombres que caminaban por el camino. Y nada más cesó el sonido, todos los guerreros ocultos se dejaron ver, corriendo y gritando hacia los enemigos que aguardaban en el camino aún confusos.

en el campo de batalla, los berserkers apenas sabían quiénes eran sus aliados y quiénes sus enemigos. Brukhard miraba a sus compañeros, unos soltaban espuma por la boca y otros mordían sus escudos. Uno de ellos lanzaba hachazos a diestro y siniestro dejando rastros de sangre por donde el hacha pasaba.

Se fijó en el rey Haeda, luchando contra un guerrero. Se dio la vuelta y comen-zó a soltar estocadas a todo hombre que encontraba. Lo único que notaba eran roces

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pero en realidad su cuerpo tenía algunas cicatrices de las que manaba mucha sangre. Un enemigo le lanzó un

hachazo al costado, haciendo que Brukhard se inclinara de lado por el impacto. cuando se irguió, vio a un

hombre que soltaba maldiciones mientras cogía su hacha con las dos manos y le miraba con temor. Brukhard le soltó una estocada tan veloz que el hombre no tubo tiempo de reaccionar, hacien-do que este cayera al suelo con la herida en el vientre. Al ir a sacar su espada notó un golpe en la espalda, impulsándole al suelo, cuan-do se dio la vuelta vio al hombre, que le ha-bía dado tal golpe, un hombre con una barba

muy poblada y de cuerpo corpulento, que por-taba una maza. éste sacó un hacha arrojadiza y se la lanzó en el pecho, clavándose en él. Y volvió a la lucha.

Brukhard, miró a su alrededor buscando a su rey, y vio tendido en el suelo, como él, a un

hombre con una piel de oso. Siguió buscando, pero no encontraba al rey. Pero sí que vio la espada con la empuñadura roja, y la hoja ensangrentada. Por último alzó la vista al cielo gris. Su alma se apagó y su cuerpo quedó tendido en le suelo junto al de muchos guerreros de ambos bandos, esperando a que las valkirias eligieran y se llevaran a los guerreros al Valhalla donde les curarían las heridas y, éstos servirían como guerreros de Odín.

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colegio JABY

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Una buena manoJORGe MOnReAL

Grado medio

John entró en el edificio donde estaba situado el apartamento donde se había orga-nizado la partida. estaba muy nervioso, debía mucho dinero a unos tipos peligrosos y tenía que pagar la deuda cuanto antes si no quería tener problemas. Subió por las escaleras hasta la quinta planta y llamó a la puerta.

-contraseña.

-el dorado.

Abrió la puerta un tipo enorme, de aspecto rudo, parecía de europa del este. Le acompañó hasta la mesa, esperaban ya los otros seis jugadores y sin mediar saludo ninguno, uno de ellos dijo

-empezamos

Johnny empezó las primeras manos bastante conservador, quería estudiar a sus rivales y atacar en el momento preciso. Después de unas doce manos bastante flojas, había llegado ese momento. Le habían llegado dos ases.

Subo a dos mil dólares, dijo Vlad, el tipo de la cicatriz en la cara.

Al bueno de John se le iluminaron los ojos en ese momento, y, disimulando su gesto, como buen jugador de cartas que era, dijo:

–Veo tus dos mil dólares y subo a cinco mil.

Los demás jugadores se retiraron de la apuesta automáticamente. Vlad se quedó mirando a Johnny un par de minutos, en silencio, sin cambiar el gesto. Seguidamente dijo desafiante:


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–Veamos de qué estas hecho, apuesto mi resto, veinte mil dólares.

John se quedó paralizado, no esperaba una jugada tan agresiva, pero se lo de-bería haber esperado de un tipo que se gasta veinte mil dólares en una noche de fiesta. Tenía la mejor mano posible y aún así le temblaba el pulso. Tras unos instantes decidió ver la apuesta.

–“cartas arriba señores”–. dijo el crupier.

Vlad destapó sus cartas, un rey y una dama de tréboles. Johnny sonrió y mostró sus dos ases.

Seguidamente el crupier mostró las tres primeras cartas, un diez de tréboles, un dos de diamantes y un cinco de picas. Las probabilidades de ganar aumentaban para John. La siguiente carta fue un As de corazones.

Vlad seguía impasible, conservaba su media sonrisa aún con todo en su contra.

el crupier se dispuso a levantar la ultima carta, John apretó sus dientes, sus pu-ños ... La tensión le iba a matar.

era una J. Vlad ganaba la mano.

–“Ahora deja el dinero y lárgate, chaval”.

John empalideció. esa era su única oportunidad para conseguir el dinero que ne-cesitaba e iba a perder el resto que le quedaba. Se levantó de la silla y salió corriendo del piso. dos matones salieron detrás suya.

Bajó las escaleras del edificio a toda velocidad mientras los dos secuaces de Vlad le disparaba. cuando salió, intentó esconderse en un callejón cercano pero le descu-brieron detrás de un cubo de basura. Uno de los matones le encañonó:

–“decidle a mis hijos que les quiero”.

Lo último que quedo del bueno de John en este mundo fue el rastro de tiza que el forense hizo alrededor de su cadáver.

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colegio JABY

colegio Jaime Vera

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La guerra de perros y gatosMARiO de LA encinA PéReZ

5º Primaria

Había una vez uno de los perros discutiendo con los gatos. en ese mismo instante se provocó una guerra. cuando los perros y los gatos se veían, se atacaban, se arrancaban el pelo, se hacían sufrir unos a otros. Hasta que un día pasó lo inesperado: ¡Les atacaron los alienígenas! Los alienígenas llevaban pistolas láser y cuando veían a un perro o gato se oían rui-dos muy extraños...

–¡Pium, pium, pium!. Se oyó en un lugar.

cuando pasaron los perros y gatos vieron el cadáver de uno de sus amos. Así que ellos les robaron las armas.

cuando los descubrieron, había láseres por todos lados. Algunos sobrevivieron, pero otros murieron. Hasta que un ratón paró la batalla y dijo:

–dejad de dispararos, ¿no veis que no merece la pena? –dijo el ratón.

Así que se paró la batalla y los perros, los gatos y los alienígenas vivie-ron en convivencia pacífica.

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colegio Juan Ramón Jiménez

el fantasma de la montañaJOHAnn SeBASTiÁn PALAciO ReAL

3º Primaria

era agosto de 1960 y por la espesa selva afri-cana volaba un avión bimotor, llevando como pasa-jeros al ingeniero del avión, a su esposa Angie y su pequeño hijo Juan, de apenas seis meses de edad.

de pronto se desató una gran tormenta y el avión se fue a pique al suelo. Fallecieron todos me-nos uno, el pequeño Juan. él había sobrevivido mila-grosamente y ahora estaba indefenso y a merced de la implacable selva, pero sucedió algo increíble. Una familia de lobos encontró a Juan y, al contrario de lo que se pudiera pensar, lo trataron con cariño, lo cuidaron y lo adoptaron como a uno más del grupo.

Pasaron los años y aquel bebé se había convertido en un atlético jovenzuelo que amaba a todos los animales y a su entorno.

con el paso del tiempo, Juan se dedicó a cuidar y a proteger todo aquello que le rodeaba y no estaba dispuesto a que nadie rompiera la tranquilidad y armonía que se vivía allí. Y así fue toda su vida, e incluso cuando ya tenía sesenta años y ya estaba en la ancianidad, Juan seguía imponiendo su autoridad para que todo marchara bien en la gran selva.

Poco después de cumplir los ochenta años, se puso muy enfermo y unos meses después murió, pero no sin antes prometer a la selva que incluso después de muerto seguiría cuidando de ellos. ¡Y vaya si lo cumplió! Porque se sabe de buena fuente que muchos cazadores furtivos han tenido que abandonar la selva a toda prisa porque hay un fantasma que la protege como un dragón herido.

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OvejasÁFRicA cARPiO RAMAJO

3º Primaria

Había una vez una oveji-ta abandonada.

¡estaba triste! porque todos sus amigos se iban y la dejaban sola, pero a los po-cos días la recogió un pas-tor, le dio comida y agua. Al

cabo de semanas se la quedó.

La llamó Blanca, se hicieron muy ami-gos. Pero la oveja se fue a jugar sola y se per-dió. Se encontró con los lobos y la atraparon, pero el pastor preocupado fue a buscarla. Lle-

gó antes de que se la comieran.

el pastor la salvó, le curó las heridas y le dijo que no podía salir sin él. A partir de entonces la oveja siempre acompañaba al pastor.

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El monstruo se coló en la fiestaSARAY cOnTAdOR RiVAS

4º Primaria

en enero un grupo de chicas decidió hacer una fiesta de pijamas para el verano, planearon todo para ese día. Las chicas hicieron todo tipo de cosas. Por cierto ellas se llamaban Ana, Lucía, María, Andrea, Violeta y yo, que soy Sara. Tenía que salir perfecto. claro que juntas nunca habían hecho una fiesta de pi-jamas. Al fin llegó el día. Todo había salido genial. cuando todas estaban durmiendo, María oyó un ruido.

–¡chicas!, ¿habéis oído eso? Parecen pasos –dijo María asustada.

–Venga, duérmete, serán alucinaciones –dijo Andrea muerta de sueño,

como nadie le hacía caso, se durmió.

Al rato volvió a sonar el ruido.

Las chicas se asustaron, fueron a dar la luz, pero no se encendía, se pusieron a saltar en los colchones que estaban en el suelo del salón.

–Violeta, ¿tienes alguna linterna? –dije yo.

–Aquí no. está en la cocina –dijo Violeta.

–Vamos Violeta, ve a la cocina.

–no, ¿por qué no vamos todas? –dijo Ana.

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Fuimos todas de la mano a buscar la linterna, menos Andrea, que ni se había despertado.

de repente Violeta pensó que su hermanita podía estar asustada. Leyre sólo tie-ne tres añitos. ¡es tan mona!

Al llegar a su habitación vimos que no estaba. nos asustamos, ¡Leyre había desa-parecido! Nos pusimos a buscarla por toda la casa y por fin la encontramos en la habi-tación de Violeta.

Leyre, con las manos en la cintura dijo:

–Chicas, os estaba buscando, ¡he venido a vuestra fiesta!

–Habéis oído unos golpes –dijo Leyre.

–Síiii –dijimos todas.

–eso por no invitarme –dijo Leyre.

Todas nos echamos a reír y Andrea se despertó.

–¿Qué pasa? –dijo Andrea.

–Anda, duérmete otra vez. Ya te lo contaremos mañana –dijo Ana.

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Mónica y su perrita TinaVeRA ALeXAndRA

4º Primaria

era un día de verano y hacía un tiempo esplén-dido cuando una niña con sus padres y su perrita vienen a pa-sar los tres meses de vacaciones en una casa que se en-cuentra al lado de un bosque. La niña se llama Mónica y la perrita Tina.

ellas dos siem-pre se pasaban las tardes jugando, hasta que un día todo cambió.

Mónica y Tina estaban jugando con la pelota cuando la metieron en el bosque. La niña tuvo que ir al bosque a buscarla.

–Voy a por la pelota –dice Mónica –Quédate aquí.

–¡Guau, guau! –le responde Tina.

Al llegar al bosque, Mónica se puso a buscar la pelota y después de un tiempo buscando la encontró, pero ya no sabía volver a casa.

A la hora de comer, su madre llama a Mónica, pero ella no le contesta. Tina decidió irse al bosque para buscar a la niña cuando, de repente, en su camino encontró un perro.

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–¡Hola! Soy Max, ¿estás buscando algo? –pregunta el perro,

–Sí –le contesta Tina. –¿Me puedes ayudar? es una niña vestida de pantalones cor-tos y una camiseta, tiene el pelo largo castaño y unos ojos azules.

–Vamos por aquí, conozco muy bien el bosque –dice Max.

–Y tú, ¿cómo te llamas?

–Yo soy Tina y estoy de vacaciones con mis dueños.

en el camino, los dos perros encuentran a la niña sentada al lado de un árbol.

–¡Tina! Qué gusto verte, ¡sabía que ibas a venir a por mi!– dice la niña.

Al final, Mónica llega a casa junto con los dos perros y la familia consigue tener un nuevo miembro.

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de vuelta a casaTHALÍA ROdRÍGUeZ deLGAdO

5º Primaria

Había una vez una niña llamada Analía. Una vez ella y sus padres se fueron de viaje a un precioso campo donde había ciervos, conejos, pequeños zorros, etc.

Pasaron unos días en el campo. cuando estaban a punto de irse, la niña encontró una cría de ciervo herida. Sus padres ya se habían marchado, pero ella se quedó con la cría. intentó cu-rar al pequeño ciervo hasta que lo consiguió. Analía se dio cuen-ta de que sus padres no estaban y se puso como loca buscándoles. de lo nerviosa que estaba se puso a llorar y a pensar que la habían abandonado.

el ciervo se acercó a la niña y le estaba acariciando las piernas con su pequeño hocico para intentar animarla.

La niña estaba pensando, hasta que encontró la solución. Quería viajar de vuelta a casa y empezó a caminar. La niña recorrió valles, cruzó ríos, subió montañas... Llegó a una montaña altísima, desde allí se veían todas las casas. La niña no sabía cuál era la suya.

Vio que una mujer salía de una de las casas llorando. La reconoció, era su ma-dre. Analía fue corriendo mientras bajaba la gran montaña. Aunque tuvo un pequeño tropiezo del cual cayó y se quedó inconsciente.

Su madre vio la caída y fue a ver quién se había caído. cuando llegó vio que la persona que había caído era Analía, su hija, la cogió en brazos y la llevó a casa.

Llegó a casa y acostó a Analía en su cama. después de un largo rato, la niña despertó y salió de su cuarto, fue al salón y vio a sus padres y corrió a dales un abrazo. Todos volvieron a estar juntos.

La niña recordaba esos momentos siempre que iban al campo.

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el día en el que todo cambióeLenA VÁZQUeZ VÁZQUeZ

5º Primaria

Parecía que todo iba bien, pero yo sabía que ese día pasaría algo extraño. Lo presentía.

esa lluvia, ese cielo, la expresión en la cara de la gente y hasta el nerviosismo en los animales, demasiadas cosas raras como para es-perar que todo fuera normal.

Yo intentaba estar tranquila, pero me re-sultaba una misión imposible. de repente me eché a llorar, fue algo instantáneo, no sa-bía por qué, pero no podía parar, la gente intentaba consolarme y tras mucho esfuerzo de todos conseguí calmarme. Pero aun así no me quedé tranquila, porque sospechaba que no era la única que estaba inquieta.

no muy convencida de que fuera una buena opción, decidí subir al metro. estaba lleno, no era mi parada, aun así decidí bajarme, estaba demasiado incómoda. A punto de salir de la estación un aviso desde megafonía me dejó blanca. Al parecer, unos me-teoritos venían directos a la tierra, era demasiada ciencia ficción para mí, porque yo sabía que algo raro podía estar pasando, pero... ¿meteoritos?, ¿de verdad? Pero ellos a través de la gente del gobierno, a la que había informado la nASA y yo, sólo era una niña de diez años que tenía una corazonada.

Lo que oí cuando salí a la calle es casi inexplicable: gritos, llantos e incluso sú-plicas, nunca en mi vida volveré a oír nada igual.

Luego sucedió algo que me hizo ver que todo encajaba, la lluvia, el cielo, el ner-viosismo en los animales. no eran meteoritos sino algo aún más aterrador...

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el salvadordieGO LÓPeZ MORenO

6º Primaria

Érase una vez un científico llamado Javier, que trabajaba en la Universidad de Oxford, intentando mezclar distintas especies de animales. Al principio no lo consiguió, pero luego se dio cuenta de que ha-bía tenido un minúsculo error de cálculo. Lo rectificó e intentó mezclar la abeja con el hipopótamo y lo consiguió. Le salió una abeja enorme, capaz de vo-lar, andar y nadar. Lo hizo esta vez con el león y el águila, y consiguió crear un ser mitológico, “Grifo”. Y así sucesivamente.

consiguió crear un auténtico ejército de mu-tantes. él creyó que le iban a obedecer, pero no fue así y se volvieron contra él. Y contra el mundo, que estuvo dominado durante años, hasta que a Javier se le ocurrió mez-clarse a sí mismo con una serpiente, para imitar a Medusa y poder volverlos a todos de piedra. Lo consiguió, pero tuvo que pedir a otras personas valientes que le ayudaran, porque él solo no podría derrotar a miles de millones de mutantes. el ejército de los estados Unidos, de españa y de muchos países más se unieron a él, pero no todos se mezclaron con serpientes, sino con otros animales para así ser más fuertes. La batalla duró más de un siglo y dejó miles de muertos, pero los humanos conseguimos ganar la batalla y a Javier, hoy en día, se le recuerda como “el Salvador”.

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La iniciativaAinOA HeRGUedAS SALAMAncA

6º Primaria

el año pasado conocí a una niña que vino nueva a nuestra clase. Se llamaba carla, era rubia, alta, con los ojos verdes, muy guapa. Pero no era feliz. Hasta que un día le pregunté que qué le pasaba, por qué en el recreo no quería jugar, ni hacer amigos... ella me contestó que le habían

desahuciado de su casa y ahora su familia vivía en la calle. no tenían donde ir, iban

a “cáritas” a buscar alimentos y a veces co-mían en comedores sociales y tenían que dor-

mir en albergues. Un día les propuse a mis amigas si me querían ayudar a conseguir que carla y su familia volvieran a su casa, ellas aceptaron y comenzó la iniciativa.

Se lo propusimos también a los profesores y dijeron que sí. Para contribuir cada uno proporcionaba un material: lápices, libros, pinturas, estuches, tijeras, etc.

Poco a poco conseguimos que carla pudiera estudiar, hacer los deberes... gra-cias a los materiales que le habíamos donado. También fuimos colocando carteles y pancartas contando el caso de carla y su familia. el ayuntamiento de nuestra ciudad nos dejó que colocáramos un gran cartel en la puerta del salón de plenos, dicho cartel decía: “casa para carla”.

Al final de curso llevamos a Carla a un sitio muy especial. Primero le vendamos los ojos y la llevamos hasta la calle “La Rosaleda” donde vivía antes. cuando le quitamos la venda vio a todo le pueblo alrededor de su casa, apoyando a la familia. carla se emocionó mucho. Al final esta familia consiguió volver a su casa y ahora hacen vida normal.

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instituto León Felipe

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La vida no es justa PAULA SAnJURJO SÁncHeZ

1º eSO

La vida de Víctor era una vida normal, tranquila, como la de cualquier persona que acaba de jubilarse. Tenía todo el tiempo del mundo, tiempo que aprovechaba para pasarlo con su familia. disfrutaba con sus nietos, llevándolos y recogién-dolos del colegio y después llevándolos al parque.

daba largos paseos con Rosa su mujer, porque debido a su trabajo pasaba tiempo fuera de casa y no lo pasaba con ella. También se reunía con sus amigos en el parque para recordar viejos tiempos y, como no, intentaban arreglar el mundo.

Los domingos en casa eran estupendos, porque desde que se jubiló podía comer con sus hijos y nietos, pasando las tardes juntos en familia y recuperar el tiempo per-dido. Hace un año más o menos que Víctor se jubiló, pero últimamente ya no era el mismo, empezaron a aparecer los primeros síntomas.

Al principio eran olvidos sin importancia, se le olvidaban las llaves, se equivo-caba de puerta, se le olvidaba el teléfono; lo dicho cosas sin importancia, típicas de la edad. eso solo fue el principio, porque la cosa fue empeorando poco a poco.

dejó de ir a buscar a sus nietos al colegio por miedo a no saber volver a casa, dejó de ver a sus amigos por no poder tener una conversación coherente, pero lo más difícil estaba por llegar.

Una mañana al mirarse en el espejo, se miró extrañado no reconocía a la perso-na que estaba reflejada.

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no entendía nada porque hasta donde él recordaba era un niño y lo que veía era una persona mayor, con arrugas en las manos y en la cara. escuchó hablar, salió de la habitación y mientras caminaba por el pasillo en dirección a la cocina no lograba reco-nocer ni recordar nada de lo que había a su alrededor.

Abrió la puerta de la cocina, allí estaba Rosa hablando con su hija.

–¿Qué te pasa Víctor? –dijo Rosa-

Víctor se quedó mirando y lo único que salió por la boca fue: –"mamá". La hija de Víctor no sabía qué hacer. Rosa intentaba explicarle quién era, que le quería, que le cuidaría, pero él la miraba con los ojos tristes y sin comprender quién era ella, en ese momento se dieron cuenta de que la enfermedad estaba muy avanzada.

estaba tan avanzada que en un corto periodo de tiempo, Víctor no conoce a sus hijos, ni recuerda a sus nietos con los que jugaba y lo más triste es que no recuerda a la que durante 40 años fue la mujer de su vida.

Siempre está rodeado de su familia pero él tiene esa mirada perdida con la que parece decir, ¿quiénes sois?

Los únicos recuerdos que parece tener y las únicas palabras que puede decir se refieren a su infancia.

no es justo que cuando puedes disfrutar de tu tiempo de tu familia y de tu vida, tengas que vivir los últimos años de esta sin recuerdos.

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escuela perfectaBRYAn RAMOS

2º eSO

Yo no era un niño extremadamente respon-sable, atento y mucho menos estudioso. Había veces en las que mis padres realmente se preocupaban por mí y mi actitud. Hay veces en las que yo mismo me arrepiento, por ejemplo, cuando se me cayó el zumo de uva en el sillón blanco, cuando no hago los debe-res e incluso cuando no termino las verduras en la cena. cosas normales para un niño de once años, pero mis padres dieron con la solución en un folleto que encontraron en el buzón. “Si su hijo es un desastre y ustedes no lo soportan, apúntenle a Hiwards, la escuela perfecta y le aseguramos que volverá perfecto”.

Mis padres miraron atónitos el teléfono y me apuntaron de inmediato. días des-pués me lo comentaron; al principio no me gustó la idea, de hecho, no me sigue agra-dando pero dado que el bus de recogida llegaba esta tarde y mis maletas estaban he-chas, ya no había vuelta atrás. Llegada la tarde me metí en el bus. Un hombre flacucho y pálido con un mono azul y un bigote despeinado que parecía ser el conductor me preguntó mi nombre mientras sujetaba una especie de lista:

–Billy Thompson– respondí algo asustado.

–Bien, toma asiento y mantente callado hasta que lleguemos.

Me senté al lado de un niño gordito y algo serio, por la ventanilla podía ver a mis padres despidiéndose de mí con una amplia sonrisa, hice lo mismo, salvo con desgana y enfadado. Las puertas se cerraron y el autobús se puso en marcha e iba viendo cómo me alejaba de mi casa, mi familia y hasta de mí mismo. el viaje se iba alargando y cada vez yo me iba aburriendo más. notaba como, a veces, el autobús daba giros bruscos. el chico que estaba a mi lado no hablaba mucho, así que con lo aburrido que estaba no pude evi-tar decir el alto: –“¡Ehhhh!, ¡vaya conductor! Él si que necesita ser perfecto”. Algunos se rieron, especialmente el que estaba mi lado. Me sentía aliviado por romper el silencio, así que, me dispuse a presentarme. Vi que él no soltaba ningún tema así que decidí seguir

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con la conversación. Le habían mandado aquí sus padres porque era muy revoltoso. Algo muy raro, dado que si fuera alguien revoltoso no estaría tan callado, además de que pa-recía alguien muy tranquilo y estudioso, pero decidí seguir con la conversación.

Seguimos charlando mucho tiempo hasta que por fin el autobús se paró de golpe y todos estuvimos atentos a la ventanilla, podíamos divisar un gran edificio blanco con varias ventanas, el conductor nos dijo que nos bajáramos del bus, preguntamos por nuestras maletas a lo que nos respondió:

–Aquí eso ya no os hará falta.

era extraño, pero mientras decía eso, parecía sonreír de una manera escalofriante.

Del edificio salió un hombre viejo con gafas y que decía ser el director. Nos llevó a una sala médica donde nos sacaron sangre y después nos fuimos a cenar. Yo me senté con Paul y dos chicas más. La cena era mayormente verduras, pero con lo mareado que estaba no tenía más opción que comerlas. Una de las chicas estuvo hablando con Paul mientras que la otra permaneció callada. comentamos lo raro que nos parecía que nos sacaran sangre, pero Paul no pensaba así, para él era algo normal. Miró a la chica con cara seria y dijo que se encontraba mal y que se iba a enfermería. Poco después uno de los niños de la otra mesa se subió a la mesa y se puso a bailar, solo para hacer reír.

el director llegó y le dijo: –Tranquilo, mañana estarás cambiado del todo.

nos fuimos a la cama y nos cerraron con llave. no podía dormir porque oía una máquina que zumbaba. de repente se oyeron gritos que procedían del pasillo y por el agujero de la cerradura vi cómo se llevaban a rastras al chico que bailó encima de la mesa. A la mañana siguiente, al ir a clase vi al chico que se llevaron y le noté muy cam-biado, más tranquilo. esa noche puse un papel en la puerta para que no se cerrara del todo y salí a investigar. Tenía que descubrir lo que pasaba. Tras pasear un buen rato encontré una sala con escáneres y cápsulas con personas dentro. ¡en una de las cápsu-las estaba yo! Me dio un escalofrío.

–Parece que has descubierto nuestro secreto– dijo Paul.

Varias cápsulas se empezaron a abrir y a meter en el autobús. cuando pregunté a Paul dónde estaban las demás personas, me dijo que en un agujero del que nunca po-drían salir. en ese momento me atacó. el autobús pasó por mi casa, me bajé y saludé a mis padres. Me preguntaron cómo me había ido, yo les dije que difícil. Me metí en casa y pensé que fue difícil tirar a Paul por la trampilla y meterme en el bus, pero cada día intento ser perfecto, más perfecto.


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Terrorismo del futuroABRAHAM JiMéneZ

2º eSO

Un oficial con cara de novato entra en el puente de mando del arca. en el cen-tro había una mesa de la que salió un holo-grama.

–¡Hola! –le saludó el holograma –mi nombre es entidad Virtual extendida, pero puedes llamarme e.V.e.

–¡Saludos e.V.e!, mi nombre es Tem-penny.– Le respondió el oficial recién lIegado.

–estoy a tu servicio, señor.

–Gracias, ahora pongamos este trasto en marcha.

–A sus órdenes.

el arca se plegó y se metió bajo el agua, viajando por los mares del año 2070. Iban viajando por el Pacífico, y todo iba perfecto, hasta que encontraron una orca que estaba atacando un submarino nuclear. el submarino envió una señal de socorro a la que acudió el oficial Tempenny, pero era demasiado tarde. Cuando inspecciona-ron el submarino descubrieron que no era de los suyos, porque no tenía el símbolo de Confianza Global, tampoco era de la Iniciativa Edén, era del Instituto de Inves-tigación del Uso de Recursos naturales. Pero, ¿qué hacían ellos con un submarino nuclear?

cuando volvieron al Sector 13 había desaparecido, ¡la isla ya no estaba! y de repen-te todos los sistemas del arca se apagaron, por lo que se quedó a la deriva y en el viaje a la deriva encontraron el nautilus, otro arca de hace mucho tiempo con tesoros. Se decía que allí iba toda la reserva federal de estados Unidos antes del problema con los polos.

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enviaron un equipo para recuperarlo, pero desde la entrada hasta la cámara son cinco pisos, cinco pisos llenos de trampas, robots defensores y algún que otro animal salvaje debe de haber por allí. Fueron poco a poco, sorteando trampas láser, minas, trampillas, y hasta un calamar gigante que había. Al fin llegaron a la cámara del tesoro y se la encontraron vacía.

Los exploradores volvieron al arca y una vez allí siguieron las pistas al oro. des-cubrieron que fue robado por piratas, Los Barracudas, piratas de Héctor. Les siguieron la pista hasta el lugar donde estaba el submarino del i.i.U.R.n. Una vez allí lo ins-peccionaron y descubrieron todo el oro guardado dentro de los misiles. Qué pretendía hacer Héctor, no lo sabían, pues cuando llegaron a la sala de mando, él estaba allí con una mano en el detonador.

–¡Saludos gente de Confianza Global! –les dijo Héctor –Ahora, cuando perdáis el oro nos divertiremos ...

–¡Jamás te saldrás con la tuya!, ¿desde cuándo ayudas a la iniciativa edén?

–desde que pagan bien.

–O sea, que has pasado de ser pirata a mercenario, enhorabuena por tu ascenso –dijo uno de los exploradores con tono sarcástico.

–Muy gracioso –dijo Héctor mientras le pegaba un tiro en la cara –¿Alguien más? ¿no? perfecto ...

Por las ventanas apareció un equipo de operaciones especiales, rompiendo las ventanas y tirando a Héctor al suelo. desde el suelo, Héctor apretó el detonador y los misiles fueron lanzados.

–Perdisteis –dijo Héctor.

el equipo de operaciones especiales se llevó a Héctor, pero los misiles fueron disparados.

Al día siguiente apareció en todos los canales de noticias del mundo, que había llovido oro desde unos misiles nucleares de la iniciativa edén.

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Ansou, un profesional con corazón RAÚL MARTÍn

3º eSO

eran las cinco de la tarde, Ansou estaba durmiendo, cuando sonó el teléfono. él estaba desencajado, ya que llevaba ya dos horas dur-miendo, se despertó y avanzó lentamente hacia el origen del ruido. Ansou cogió el teléfono, y cuando colgó ya sabía que tenía un nuevo traba-jo que hacer, para algunos violento, para otros despiadado. Su nuevo trabajo era asesinar a Ba-rack Obama, el presidente de los estados Unidos de América, uno de los hombres mas mediáticos del mundo. Ansou era un profesional, así que aceptó la oferta sin pararse a pensar qué ocu-rriría al matar al presidente. Se dirigió hacia la agencia de vuelos más cercana y compró un bi-llete de avión hacia Boston, donde Obama tendría una conferencia al día siguiente.

eran las siete de la mañana, y ya se encontraba en el aeropuerto de Barajas (Ma-drid), dispuesto a subirse en un avión dirigido hacia estados Unidos. Montó en el avión a las ocho y veinte, y una azafata del vuelo le llamó la atención. La chica era rubia, alta y con unos ojos azules y grandes que se veían a una legua. Ansou, buscando acercarse a la azafata la llamó:

–Señorita, ¿puede acercarse un momento? –preguntó con timidez.

–¿desea algo señor? –contestó la bella azafata.

–¿Me podría dar una botella de agua? También me gustaría saber su nombre.

–Por supuesto, mi nombre es Marta y estoy en este avión para satisfacer las ne-cesidades de los pasajeros.

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–Gracias Marta, me gustaría que bajara del avión al llegar conmigo a Boston.

–Yo deberé bajar, ya que allí tengo una amiga y la agencia me ha concedido va-caciones.

–entonces todo será perfecto, la veo en el estadio celtics Arena a las once de la noche, hora española.

–de acuerdo.

Tras doce largas horas de vuelo, Ansou despertó, llegaron a Boston, el viaje se hizo cortísimo.

Se alojó en un hotel para descansar, ya que el día siguiente sería uno de los días más importantes y peligrosos en su vida, pero sin olvidar que a las once de la noche ha-bía quedado con Marta, la azafata del vuelo.

A las diez y media (en españa) Ansou salió del hotel, y cogió un autobús que ponía rumbo al celtics Arena, estadio en el que juega el Boston celtics, equipo de baloncesto de la liga de estados Unidos. A las once estaba allí como un clavo, y tan sólo tuvo que esperar cinco minutos hasta que apareció Marta, estaba preciosa, con un vestido rojo pasión y unos zapatos de diez centímetros de tacón, así que la chica sacaba bastante altura a Ansou. Fueron a un restaurante cercano, en el que se comía muy bien. cenaron y en la puerta del restaurante, Ansou tuvo el presentimiento de que si la besaba, Marta aceptaría el beso con agrado. Y así fue, Marta aceptó el beso. Fue un beso largo e intenso, se podrían haber quedado ahí toda la noche, pero a la mañana siguiente tenía una gran tarea que realizar, exterminar a Barack Obama. cuando se es-taba yendo, Marta lo cogió del brazo:

–¿Por qué no te quedas conmigo?

–Mañana tengo una cosa muy importante que hacer –respondió.

–¿esa cosa es más importante que yo?

Ansou se quedó como una piedra, sin saber qué responder, así que se decidió por decirle la verdad:


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–Soy un asesino a sueldo; trabajo para la gente que tiene problemas de algún tipo, y la última persona que ha contratado mis servicios tiene algún problema con el presidente de los estados Unidos, Barack Obama.

Marta no supo qué decir, ni siquiera se lo creía, y mientras se iba dijo:

–Si quieres conquistarme, mañana no matarás a Obama.

esa noche, Ansou no pudo dejar de pensar en las palabras de Marta, las dos pro-puestas eran muy buenas. decidió olvidarse de todo y dormir.

Se levantó a las seis y media, la conferencia era a las diez, pero le gustaba pre-pararse las cosas con tiempo. cogió un taxi y llegó allí a las nueve y media. La prensa estaba preparando las cámaras, la gente pidiendo el paso del presidente y ... Marta suplicándole al oído que no lo haga. no se podía explicar cómo sabía en qué lugar se iba a poner para matarle, pero lo adivinó.

Salió el presidente y Ansou cogió rápidamente el rifle franco-tirador que usaría para asesinar al «mandamás» de estados Unidos. Marta no quiso mirar, cuando escuchó un tiro. Abrió los ojos y el presidente seguía hablando. ella juraría que había escuchado un tiro. Se giró y preguntó a Ansou qué había ocurrido. Ansou le explicó que él solo lle-vaba una bala, ya que se consideraba infalible, pero apuntó al cielo.

el amor que sentía por Marta pudo con todo, hasta con su trabajo.

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el reencuentro AndReA cALdeRÓn

3º eSO

érase una vez un niño pe-queño llamado Lucas, era huér-fano de padre y vivía solo con su madre en una chabola cerca de un vertedero de basuras. como eran pobres, para comer tenía que ir al vertedero que tenía al lado para recoger algunos ali-mentos como frutas o verduras que aún estaban en buen esta-do y los llevaba a su chabola. Le entregaba a su madre lo que ha-bía recogido y ella hacía la cena

con los alimentos recogidos por su hijo. La cena no era de buen ver, pero Lucas tam-poco decía nada para no preocupar más a su madre, ya que ella tenía suficiente con la pobreza en que vivían.

La rutina del pequeño siempre era ir a recoger los desperdicios de la basura y su madre se encargaba de ir al convento de monjas en clausura, porque era el único que había en ese diminuto pueblo.

ella imploraba para pedir ropa y alimentos ya que las monjas de clausura no se dejaban ver por nadie, pero en el fondo eran muy buenas y se les rompía el corazón al escuchar las lamentables historias que había sufrido en el recorrido de su vida. Por una ventana con rejas lo suficiente amplia para que puedan darle los alimentos y la ropa que necesitaban. ella les agradecía y siempre repetía la misma frase que era: "Algún día os lo recompensaré, gracias".

Seguidamente se encontraba con su amiga Juanita que era una mujer cascarra-bias, tacaña y para colmo viuda. Siempre solía contarle los cotilleos del pueblo, en esos cotilleos resaltaba uno en especial, que era:


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–"Un hombre poderoso llega al pueblo".

como ya era tarde ella se despidió rápidamente de Juanita la parlanchina y se fue a su casa. Llegó a su casa y se dio cuenta de que Lucas no estaba en casa y se pre-ocupó por no saber nada de él, y se dirigió al vertedero pensando que estaría ahí, pero no le encontró y en ese momento se volvió histérica y decía en llantos, penas y lioros:

–inoo, mi hijo no!

ella pensaba que se lo había llevado su marido. de repente sintió que le tocaban el hombro, se giró y era Lucas, él le dijo:

–Mamá, ¿Por qué lloras?

y le respondió:

–Hijo, ¡tú eres tonto!, ¿sabes cuánto me has preocupado?

Lucas le dice: –no, mamá, me fui a dar una vuelta ya que en casa no tenía nada que hacer.

Su madre le dijo: –está bien, pero para la próxima no me des estas preocupacio-nes, por favor.

ella esa noche no cenó nada y se fue a dormir, dejando solo a su hijo. Lucas se quedó preguntándose por qué su madre se puso de esa manera, ya que nunca se había puesto así. Sin darle más vueltas a la situación, se fue a dormir. A la mañana siguiente, su madre no estaba en casa y se fue en busca de su hermano llamado Juan, para pedirle información sobre su marido que le había abandonado en su juventud, y por ello, ella crió sola a su hijo, sin ayuda de nadie. Juan apenas la quiso escuchar ya que él fue el primero que la rechazó como hermana al saber que se iba a quedar soltera y con hijo, pero al fin y al cabo él era el único que tenía información del paradero de su marido, pero no consiguió nada.

Pasado un mes Juanita fue corriendo a la chabola donde vivía Lucas, abrió su madre, Juanita dijo saturada por el cansancio:

–Ha venido el hombre poderoso de que te hablaba–. no le daba importancia por todo lo que ella estaba pasando, así que le dijo: –Perdón– y le cerró la puerta.

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Al día siguiente, la madre de Lucas y su hijo se fueron a dar una vuelta, e increí-blemente se encontraron con el poderoso hombre, ella no imaginaba que se iba a encon-trar con él ya que era el padre de su hijo. ella se quería marchar rápidamente pero él no la dejó y entonces dijo: –¿ese es mi hijo, verdad? y Lucas se quedó patidifuso y dijo: –¿Papá? Y la madre no supo qué hacer porque se dieron cuenta de su mentira. el padre de Lucas lo cargó y se lo llevó, y la madre se quedó llorando y diciendo: –nooooo. Pero su marido se hizo el sordo y continuó su camino, a Lucas lo llevó a su casa, pero para Lucas eso era una mansión. Y justamente a los dos días llegaba la navidad. el padre mandó a sus empleados a que compraran todos los juguetes del pueblo ya que era un hombre mul-timillonario. Lucas le pidió por fin una explicación donde su padre le aclaró muchas dudas que tenía, en la cual su madre tampoco tenía la culpa de la situación, así que faltando un día para la noche buena fueron a la chabola a buscar a su madre, la convencieron para ir a la mansión de su marido, a ella le costaba mucho entender aquella situación pero ella sin darle más vueltas ya que era una mujer decidida dijo que sí.

él la llevó a su mansión, le dio de comer, beber y utilizar los servicios de higiene ya que sinceramente olía muy mal, porque vivía al lado del vertedero de residuos inor-gánicos. Ella se embutió como una fiera hambrienta, sació su hambre y luego fue a dar-se un baño en agua caliente con espumas y sales relajantes, pero todo eso se lo preparó la empleada de servicio, ya que ella no tenía ni idea de todo aquello. Bueno, terminado el baño, encima de su cama había un vestido de noche decorado con lentejuelas, in-mediatamente ella se lo puso y también los tacones que se encontraban bajo su cama, se hizo un peinado sencillo pero se veía bellísima. Bajó a cenar y se reunió con ellos, brindaron y felizmente Lucas dijo:

–¡Por fin una familia y una casa!

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corazón desgarradoPATRiciA TORReS eScORiAL

4º eSO

estaba en la puerta de la habitación que la enfermera le había indicado. no se atrevía a pasar, estaba destrozada. Sus piernas no se movían, solo temblaban. Aun seguía en shock, no podía creer lo que es-taba pasando en aquellos momentos. dio un respingo del suelo porque alguien le tocó el hombro y la pobre mujer se asustó.

–Perdone, no quería asustarla. Soy el doctor Tara y estoy tratando a su marido.

–¿está muy grave?

–eso no lo podemos saber hasta que tengamos todas las pruebas. Pero, puede ser que sí sea grave. Su marido christian, ha sufrido un infarto. Y el corazón está muy débil. dependiendo del resultado del TAc, a lo mejor hay que operarlo.

–¡no!, no puede ser –la mujer se derrumbó, empezó a llorar. Sentía cómo su mundo se derrumbaba, cómo su corazón se desgarraba de dolor y sufrimiento.

–Pero no se preocupe, christian está en las mejores manos de este hospital –el médico intentaba tranquilizarla, algo que era imposible.

Gabriela se levantó con la mirada ida y entró en la habitación de su marido. es-taba muy quieto, lo habían sedado. Parecía un ángel, pero su piel estaba helada. ella se acercó a una siila que había al lado de la cama. Le dio un beso en los labios y se sentó agarrándole las manos.

–¡christian, por favor, no me hagas esto! cariño, tienes que seguir adelante. Por ti, por nosotros. no me dejes sola –susurraba melancólicamente.

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Llevaban siete años juntos, los mejores para Gabriela. ella estaba profundamen-te enamorada de christian desde que se conocieron en el instituto. Sentía una gran an-gustia en el pecho, no podía perderle. él era su vida, su marido, todo lo que le quedaba en este mundo. christian siempre era tan alegre, optimista y sincero. Trabajaba como abogado en un gran bufet, y ella era psicóloga infantil. Les iba bastante bien en la vida, se amaban con locura. Pero un accidente de coche lo ha estropeado todo.

Le vinieron un montón de recuerdos de ellos a la mente, los dos en la playa, su viaje a Roma, su boda, su luna de miel en París ... A Gabriela no paraban de salirse lágrimas, pero eran lágrimas envenenadas, amargas. Su mirada era melancólica, por dentro estaba rota de dolor, aunque había una pequeña esperanza de que todo volviera a ser como antes. Pero entonces, la máquina a la que estaba conectado christian, em-pezó a pitar muy fuerte.

–¡enfermera, ayuda, doctor! –Gritaba Gabriela desesperada.

Vinieron varias enfermeras y el doctor Tara, a ella la echaron de la habitación. no sabía qué le estaban haciendo. Pasaron cinco minutos y salió una enfermera.

–Puede pasar.

ella, angustiada, entró y vio que había despertado. Todos los demás se fueron, dejándolos solos. christian se quitó la mascarilla e intento hablar.

–no, no fuerces cariño –le dijo ella con una sonrisa.

–Gabriela, te amo... te amo muchísimo, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. nunca lo olvides.

–chris, yo también te amo pero descansa.

–Ahora descansaré para siempre. cuídate mucho. Adiós, Gabri. Y no pudo decir más, porque el corazón se le paró. La máquina emitió un largo pitido.

–no. no, no, no –susurró ella descompuesta –¡no! ino! ino puede ser!

Había perdido al amor de su vida, a lo único que le quedaba en el mundo. Su mira-da estaba vacía, no había dolor. Aunque su corazón estaba desgarrado, sangrando de do-lor e impotencia. Su alma no estaba, christian se la había llevado con él. era un fantasma que caminaba por el mundo sin vida y sin rumbo. no tenía nada ni nadie por quién vivir.

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Sin títuloSeRGiO GUTiéRReZ ROdRÍGUeZ

4º eSO

Adam entró a la academia de música. Sonaba un instrumento, un sonido que él re-conocía. Sonrió, y empezó a caminar por el pasillo hasta la última sala del fondo, de don-de venía el sonido. La puerta estaba ligera-mente abierta: Adam entró sin más, para no molestar.

en aquella clase, sentado en la mesa con las piernas cruzadas, como antiguamen-te los indios hacían, estaba Michael, su mejor amigo. estaba tocando una guitarra acústica, negra, que brillaba con la luz del atardecer que se reflejaba en el cuerpo de la guitarra. Tocaba con una expresión relajada, y su mano pasaba elegantemente por las finas cuerdas del instrumento, mientras tocaba, sin más, acordes de do y punteos con velocidad y tranquilidad.

Michael tenia los dedos enrojecidos y algunas marcas en ellos, probablemente por las cuerdas. Adam se fijó en estos detalles, señales de que su amigo llevaba horas tocando. de repente, Michael paró de tocar.

–¿cuánto llevas aquí? –Le dijo, como forma de romper el sonoro silencio.

Michael miró por la ventana y quitó la guitarra de su regazo.

–cuando toco, pierdo la noción del tiempo.

–contestó con una sonrisa, como orgulloso de lo que acaba de decir.

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–es mejor así. –Si tú lo dices ... algún día te quedarás encerrado ahí dentro.

–¿cómo vaya quedarme encerrado en un lugar abandonado? –dijo Michael, con cara de gracioso. Su expresión se tornó en un segundo.

–Además, éste es el único lugar donde tengo un poco de tranquilidad, donde puedo ser libre, donde puedo ser un soñador. no es lo mismo ahí fuera.

–Pero los sueños que tenemos, después de todo, son iguales aqui y allí.

Adam miraba a su amigo con cierta confusión.

–es cierto. Pero allí fuera intentan hacerte fallar. intentan que pierdas la fe. Aquí la recupero. en estas cuatro paredes siento que soy capaz de todo. como te dije, no es lo mismo ahí fuera. ¿Recuerdas mi forma de pensar, Adam?

Adam miró al techo, pensativo. Sabía que conocía esas palabras. de repente, chasqueó los dedos. –”Trabajo duro y algo de suerte te harán convertirte en el mejor entre la gente” –Masculló Adam, como si recitara un poema.

–exacto. –dijo Michael. –Sin currárselo, uno no llega a nada. Aquí hay tranqui-lidad, y se puede trabajar. es como nuestro segundo hogar. ¿Y tú, Adam? nunca te lo pregunté. ¿Qué forma de pensar tienes tú?

–Yo creo que estoy ... destinado. Ya sabes, a ser eso que quiero ser.

–Permíteme decirte que eso es una gilipollez. –contestó Michael, tajante.

–¿Por qué dices eso?

–Simple. Tú dices que cada persona está destinada a algo, ¿verdad?

–Así es.

–Piénsalo de este modo, entonces. –dijo Michael, sentándose de nuevo en la mesa.

–Si mi vida está destinada, ¿qué sentido tiene vivir? Una vida no está hecha: una vida se hace. A través de lo que hacemos, tenemos uno u otro final. Una vida así, no merece ser vivida. no merece la pena.


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–Mmm ... –Adam se dedicó a mirar al suelo. Michael prosiguió.

–Adam, tú y yo queremos ser el mismo, ¿no? entiende que si te sientas a esperar, únicamente acabarás solo, en el silencio, como en un desierto.

–No sé ... nunca lo pensé de esa forma. –Adam miró a la ventana, se fijó en que el cielo se oscurecía.

–Oye, será mejor irnos.

–Sí. Tienes razón.

Michael recogió sus cosas, y caminó por los pasillos, mirando a las paredes. Lue-go, cerraron la puerta del lugar, esperando volver a su segundo hogar. Parecían tener una vida que vivir.

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el destinoRAÚL VÁZQUeZ VÁZQUeZ

1º Bachillerato

era un 5 de junio del año 1944. estábamos todos totalmente asustados acabá-bamos de conocer la noticia, nuestro bote sería el prime-ro en desembarcar a la ma-ñana siguiente en la playa de normandía con cientos de ametralladoras alemanas apuntándonos. Sin decirlo to-dos estábamos pensando en lo mismo: puede que nunca más volvamos a ver a la gen-te que más queremos. Pero allí estábamos todos inten-

tando dormir en nuestros malolientes catres, sabiendo que en apenas unas horas esta-ríamos esquivando fuego enemigo.

Allí estábamos todos, el sargento de primera McFadden, un hombre maduro muy pelirrojo que a pesar de su valentía temblaba a más no poder, también Marotta un jo-ven de aspecto tosco con raíces italianas, Woodgate era quizás el más asustado, todos oíamos sus sollozos; tal vez el menos miedoso era mi buen amigo Ramstein un joven judío musculoso cuyo deseo de venganza de los nazis era más poderoso que cualquier temor y luego allí estaba yo, Michael cattermole, un joven proveniente de un barrio obrero de Seattle, pensando en mi preciosa Betty y en sus preciosos ojos color miel y sabiendo que probablemente nunca más volvería a oler su aroma parecido al de las ro-sas en primavera. También pensaba en mis padres y en cómo lloraba mi madre al verme coger el petate y enrolarme al ejército. cómo la quiero, lo que daría ahora por uno de sus abrazos.


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Todos intentábamos dormir, no por el hecho de que estuviéramos cansados, sino más bien, para acallar nuestra mente por unos instantes y no seguir pensando en lo que habíamos dejado atrás, pero no creo que ninguno pudiera pegar ojo ni un solo instante, yo al menos no conseguí hacerlo.

Tres golpes en la puerta nos avisaron, había llegado la hora, todos sabíamos que era nuestro deber luchar por nuestra patria y por los derechos humanos pero el miedo nos atenazaba las piernas. Aún así me repuse y con firmeza cogí mi arma y mi casco y me subí a aquel destartalado y casi siniestro bote, era el bote que nos llevaría a la playa. cuando comenzó a moverse para llevarnos a la playa recuerdo que mire a mi amigo Ramstein, un hombre muy valeroso y terriblemente fuerte emocionalmente, y vi cómo las lágrimas inundaban sus ojos; ahí comprendí que nuestro destino probablemen-te sería la muerte, besé mi medalla y recé por mi alma, también pensé, creo que como todos, en todos los sueños que ahora eran papel mojado, como el de irme a vivir a Lon-dres con Betty, abrir mi propia taberna o tener un hijo al que tal vez llamaría George. no pude evitar llorar en ese momento, en el bote se percibía tristeza, todos estábamos llorando. no pude evitar cerrar los párpados y desconectar por un momento.

Habíamos llegado a la playa ya no había marcha atrás, escuché abrirse la trampi-lla del bote y sin pensarlo, todos saltamos a la playa a luchar por nuestro país y nuestra familia pero con un pensamiento común: esa noche, sin lugar a dudas, cenaríamos en el infierno.

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Memorias de una persecuciónJeRYLLe-Ann cOLLAdO SOLiVen

1º Bachillerato

Año 1942.- islas Filipinas.

de repente, estando en el bos-que, oí un tremendo estruendo. Sentía que el cielo iba a caer sobre la huma-nidad. Levanté la mirada para poder averiguar qué era lo que ocurría: una gran humareda gris se divisaba en el ho-

rizonte, los pájaros volaban agitadamente sobre el cielo. A lo lejos oía el griterío de la gente. Gritos ahogados, llenos de pavor. Pasó lo que todo el mundo se temía: los japoneses habían llegado a la isla. Por un momento pensé que todo era solo una broma. Pero no era así. Pensa-mientos y sentimientos me abrumaban e impedían tomar una decisión sobre lo que debía ha-cer en ese momento. estaba en un estado de shock. de pronto, el suelo empezó a retumbar. el ejército japonés se acercaba a la aldea. empecé a correr, pero aun así ellos estaban cerca. Miré a todos lados con el fin de encontrar un lugar donde refugiarme; encontré un arbusto. Sudaba. Mis miembros me temblaban tanto que no podían sostener mi cuerpo. Sus pasos eran tan cercanos que podía sentir su rabia. comenzaron a disparar a diestro y siniestro, creía que me habían encontrado. el corazón me iba a salir por la boca. no tenía escapatoria.

Finalmente, me entregué a los soldados, porque sentía que era mi fin. Con un poco de suerte no me dispararon, pero uno de ellos se acercó a mí. Tenía un aspecto amenazante y un cuerpo robusto. Tenía la piel pálida a diferencia de nosotros. Pero lo que más temía era esa arma que tenía en la mano. Mis ojos no podían apartar la vista de ella, no había visto algo parecido en mi vida. Algo tan grande y aterrador... comen-zó a hablarme, quizá estaba preguntándome, pero no entendía lo que decía. debido a mis respuestas nulas, aquel grupo comenzó a maltratarme. Me golpeaban en el estó-mago, en la cara, en los brazos. Mis piernas se debilitaron y mi cuerpo cayó rendido al suelo. Mis ojos vieron el color negro... quedé inconsciente.

Mi mente no recuerda nada del trayecto. Sentí un gran golpe en la espalda. estaba tirado en el suelo. Tardé en abrir los ojos. Todo me daba vueltas. Solo deseaba que todo


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aquello acabase, que todo volviese a la normalidad. deseaba volver a verla, que ella estuviese a salvo, que estuviese lejos de donde los japoneses habían sentado su trasero. cuando pude ver con total claridad, vi que mis compatriotas me rodeaban. Oía lo que decían pero no escuchaba. Sólo oía ruidos. Pasadas largas horas pude recobrar totalmente mi consciencia y recuperarme del shock.

–Los japoneses quieren quedarse en la isla –me dijo Mark, uno de mis amigos, el cual los japoneses también habían capturado, –y parece ser que van a estar en guerra contra los americanos.

–¿Dónde están? –dije sin hacer mucho caso a su afirmación.

–¿Quiénes? –respondió con cara desorientada.

–Los demás– aclaré.

–Pudieron escapar, estaban lejos cuando los japoneses llegaron. con suerte se quedarán al otro lado de la montaña hasta que las autoridades avisen de que el ejército ha liegado –me dijo Mark intentando calmar la situación.

cogí aire y suspiré aliviadamente. Pero lo que más me preocupaba en ese momento era lo que iban a hacer con nosotros. Ya había oído de historias aterradoras sobre la Guerra Mundial y ahora estaba a punto de vivir esas historias en mis propias carnes. A medida que las horas pasaban, más gente era traída desde la zona costera. Había hombres forzudos sucios por la resistencia, cabizbajos, niños tristes y asustados que habían sido apartados de sus madres, bebés que lloraban debido al dolor que sentían en su cuerpo... Japoneses que rodeaban aquella prisión. Gente inocente que habían sido arrancadas de sus actividades co-tidianas. Personas sin sentimientos hacían todo esto. Los días eran largos. Las noches eran largas. nadie era capaz de descansar por miedo a la muerte.

Los niños eran traumados debido a las escenas violentas que se daban dentro de aquel lugar. cada hora alguien era fusilado. Sus familiares lloraban su pérdida. Pero lloraban en silencio por temor a que ellos también acabasen igual. Harto de presenciar aquellas horribles escenas decidí escapar. Pero tenía que escapar de un modo en el que los malditos soldados no me vieran.

–¿Qué vas a hacer qué?- gritó Mark en voz baja. –estás loco. ino vas a poder ha-cer eso! ¡Te van a matar!

–Prefiero arriesgarme a perder el tiempo viendo como los demás sufren –respondí.

–Pero, ¿prefieres arriesgarte a perder la vida antes de que te puedan liberar?

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–¿cuándo has visto liberar a alguien? –le reproché con los nervios de punta.

–¡Yo no he visto ninguna vez que alguien salga por esa puerta, y menos que se haya atrevido a pasar por delante de ellos como si nada!

–cálmate... que se van a dar cuenta... –me dijo en voz baja.

–¿cuándo vas a hacerlo?

–Hoy por la noche... no aguanto más en este sitio.

–Tú crees que podrás sabiendo lo alto que es el muro? ¿O podrás saltar el muro sa-biendo cuántos cristales hay sobre él? ¿Tú crees que podrás escapar sabiendo que este sitio está rodeado de agua? Y, sobre todo, ¿tú crees que podrás hacerlo sabiendo que ellos van a estar vigilando los pasos de cada uno en cada momento? –formuló Mark con un tono sabio.

–¿Y tú eres mi amigo? Pues que se diga no me apoyas mucho ...

–Yo sólo quiero lo mejor para ti, pero si esa es tu decisión ... Allí ya no me meto.

Las horas transcurrían lentamente. cada vez me sentía más nervioso pero a la vez, más decidido a hacerlo. Yo sólo quería salvar mi vida y volver a ver a los míos. Yo sólo quería poder hacer algo por mi pueblo, un acto de valentía que pudiera motivar-los a ellos también, para mostrarles que todo era posible si uno se proponía algo. A la madrugada, me aproximé sigilosamente hacia uno de los muros. caminaba lento sin hacer ruido. deseaba que los fuertes latidos de mi corazón se callasen, me desconcentraban. Trepaba. el muro era sólido con muchos salientes. Subía lentamente y cada vez me que-daba menos para traspasarlo. Ahora sólo faltaba atravesar aquellos pinchos clavados en la cima de aquella pared. Tuve mucho cuidado pero de pronto, los japoneses empezaron a gritar. el susto hizo que me clavara uno de esos cristales en mi pierna izquierda. dispa-raban. Me tiré al agua y comencé a nadar lo más rápido que pude. Las balas me rozaban el cuerpo quemándome. el dolor de la pierna y la noche no estaban a mi favor, pues me desorientaba. creí que en ese momento iba a morir con los peces a mi alrededor. Los soldados no cesaban sus ataques. Comencé a sentirme débil, pero no me detuve. Al fin, encontré la orilla y pude quedar a salvo tras una gran roca. escapé. con un poco de suer-te, los japoneses no fueron a buscarme. durante toda la noche caminé a duras penas. conté lo sucedido a mi familia después de varios días de tanto andar. Mi historia per-durará y será contada a los nietos de mis nietos, para que sepan lo que hizo uno de sus antepasados en tiempos críticos, difíciles e injustos.

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colegio Miguel Hernández

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Un arco iris de ocho colores AinHOA HieRRO PAdiLLA

4º Primaria

érase una vez una niña que se llamaba Marina, y que le encantaban los arco iris y el color rosa. Marina siempre se había pregunado por qué en el arco iris no estaba su color favorito. Un día se lo preguntó a su madre y ella le contó algo sobre la luz, los olores primariso, no sé qué, no sé cuantos... y Marina no entendió nada. Así que decidió hacer su propio arco iris.

cogió su ordenador y buscó en internet: ¿cómo hacer un arco iris? Pero no ponía nada de cómo añadir un color más. Marina se disgustó mucho, así que decidió hacerlo por su cuenta usando su imaginación. Se acordó de que para pintar la habitación de su amigo Sergio haían comprado la pintura en Leroy Merlín, así que pidió a su hermana mayor, Sara, que la ayudara. Se fueron allí y preguntaron por Toñi, ella les dio un mon-tón de botes de pintura de todos los colores y también compraron un cartón enorme. Le costó todos sus ahorros, pero merecía la pena. Llegaron a casa y Marina se puso manos a la obra: cortó el cartón en forma de arco iris y lo pintó con los isete colores y aden ´s con el rosa. Lo sacó a la calle y lo colocó en el cielo al lado del otro.

cuando la gente los vio decidió que le gustaba más el nueo arco iris, porque como no se podía mover...

Le gustó tanto a la gente la idea de Marina que la colgaron en internet y así too el mundo podría añadir su colo favorito. Y el arco iris de Marina quedó así: rojo, naran-ja, rosa, amarillo, verde, azul, añil y violeta.

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Las estrellas y la luna MARiO PARcAR MARTÍneZ

5º eSO

érase una vez unas estre-llitas que presumían de su brillo. Pero un día se despertaron y se miraron en el espejo, al mirar se oyó un grito enorme, tan grande que hasta despertó a la reina luna. ellas fueron corriendo a verla. ellas suplicaron que la reina les devol-viera su brillo. La luna dijo que no, que si querían volver a brillar se lo ganaran ellas haciendo una buena acción. Pero ellas dijeron que por qué si hacían siempre algo bueno y

la luna enfadada las mandó a su casa a pensar lo que habían hecho.

Tras dos días las estrellas estaban casi sin brillo, así que fueron a ver a la reina. ellas, tristes, aceptaron hacer algo bueno. Las estrellas bajaron y pensaron qué hacer si ayudar a alguien, donar dinero a un orfanato y, de repente, se les ocurrió hacer algo: ayudar a una señora muy triste. Fueron a preguntar qué podían hacer por ella y ella les dijo que cuidaran de su hija. ¡La habían secuestrado! Las estrellas fueron corriendo a buscarla. La vieron en un callejón oscuro y tenebroso. La niña gritaba –¡socorro, soco-rro!–. Las estrellas apresuradas fueron a por ella y la cogieron. Una vez que se la devol-vieron a su madre, luego fueron a ver a la luna. La luna contenta les lanzó un hechizo y las devolvió su brillo. A partir de ese día las tres estrellas ayudaron a todo el mundo.

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colegio Miguel Hernández

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Luis y Trasto JUAn GALLARdO MARTÍn

6º Primaria

Luis es hijo único. no le falta de nada en su casa, pero se encuentra muy sola. Sus padres están todo el día trabajando. Un día, leyendo una revista vio un anuncio que decía: adopta a un perro y la vida te cambiará. cuando llegaron sus padres a casa les dijo lo que ha-bía leído uq que él quería adoptar un perro. ellos no le hicieron mucho caso pero él in-sistió. intentó convencerles diciéndoles que él se haría cargo del perro, que le cuidaría y le sacaría a pasear. Le dijeron que se lo pensarían, que un perro no era un juguete, sino una gran responsabilidad. Los padres se lo pensaron bien y sin decirle nada se fueron a la perrrera y trajeron un perrito que tenía una pata rota que había sido abandonado. cuando Luis llegó del cole y abrió la puerta de su casa allí estaba el perrito. Se quedó sin palabras, esataba tan feliz que no podía ni hablar. Lo cogió en sus brazos y diciéndole: “yo siempre te cuidaré, te lla-marás Trasto”. el perro muy contento le lamía y movía el rebo.

desde entonces Luis no se siente solo porque tiene a Trasto con quien jugar.

Sus padres están muy contentos porque ven a Luis más feliz y más responsable gracias a Trasto.

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instituto Palas Atenea

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Aventura en el Oiimpo ALeJAndRO SAnZ AMOR

1º eSO

érase una vez hace unos 600 años un niño llamado nicolás que tenía 12 años y era muy aficionado a la mitología griega. Vivía en Grecia, al lado del monte Olim-po con sus padres. Tenía un amigo de su edad llamado Lucas. él no se creía nada de la mitología, pero nicolás insistía en que todo era verdad. Una tarde, los dos amigos estaban en casa de nicolás investigando leyendas sobre la mitología, pero Lucas se aburría y decidió irse, en-tonces, nicolás resaltó con un grito ensordecedor y Lucas se asustó. Su amigo descubrió que cada 1000 años en el equinoccio de primavera una luz llegada del cielo se posaría en el Olimpo y que si se seguía esa luz irías al reino de los dioses. nicolás, dijo a su amigo:

–este año coincide y solo faltan 3 días para el equinoccio. ¿Vendrás, no?

–Pero, ¿para qué? –respondió Lucas.

nicolás exclamó: –¡Pues, tú para qué crees! Para ir a ver a los dioses.

–no existen, pero como no voy a convencerte, iré y así te demostraré que todo eso no es verdad.

en la noche en que ocurriría eso, los dos amigos ya tenían todo preparado: víve-res y ropa. caminaron hasta el monte Olimpo y esperaron y esperaron pero no ocurrió nada. Hablaron entre ellos y decidieron irse pero, en ese mismo instante, una luz se posó allí mismo. nicolás y Lucas tenían los ojos como platos y anduvieron por la luz, cuando llegaron al final una figura les saludó. Se trataba de Zeus el dios de los dioses. Los invitó a entrar, sin embargo estaban tan sorprendidos (sobre todo nicolás) que no

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se podían mover. Zeus les animó a entrar en el cielo. Allí estaban algunos dioses: Posei-dón, Atenea, Afrodita, Apolo, Hermes y eros. Algunos de estos dioses obsequiaron con regalos a los niños. Les regalaron una varita de luz, una lira de oro y un mini cañón de agua a presión.

Lucas preguntó: –¿Y esa puerta vieja de madera?

Zeus respondió: –Es confidencial y además es muy peligroso, bajo ningún concepto entréis por ahí.

La curiosidad pudo con los chicos. nicolás susurró a Lucas:

–Yo sé donde va esa puerta. Va al infierno.

Lucas dijo: –Madre mía. ¡Qué alucinante, pero qué miedo! entonces ¿entramos no?

nicolás exclamó: –¡Pues claro!

cuando no hubo nadie allí, abrieron la puerta y se encontraron unas escaleras que bajaban, las bajaron y allí había otra puerta, la cruzaron y allí estaba caronte. Pa-garon sus dos óbolos y este les cruzó por el río estigia. en la otra orilla había una cueva y entraron. Se encontraron con Cerbero, guardián de los infiernos. Nicolás sabía (como buen aficionado a la mitología) que tocando una lira Cerbero se dormiría, la tocaron y así fue, cerbero se durmió. Bajaron por una trampilla y frente a ellos se encontraba Hades, dios del infierno y del mundo de los muertos. El dios amenazó con matarlos allí. Lucas recordó que tenía el mini cañón de agua a presión y dijo:

–¡eh! Hades, ¿te gusta el agua a presión?

–¿Y eso a que viene? –respondió Hades.

–no por nada.

entonces Lucas uso el cañón, pero Hades ni se inmutó. Tan pronto como ocurrió esto Hades despertó a cerbero y le ordenó que matara a los chicos, estos corrieron, pero cerbero era más rápido y justo cuando los iba a alcanzar, nicolás apareció en su cama muy asustado. en ese momento comprendió lo que había ocurrido. Todo había sido un sueño, un terrible sueño.

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el sirviente del rey LuiseMMA FRAncO MATeOS

1º eSO

Todo empezó una noche en la que yo, Íñigo García, es-taba en la cama sin poder dormir. Al día siguiente el rey Luis vendría a la taberna en la que yo trabajaba. Y encima iba a ser su camarero. Se me hizo eterna aquella noche, no me lo podía creer.

Por fin llegó el esperado día, todos estábamos ner-viositos.

–¡Preparaos, que ya ilega! –gritó mi tío, el jefe de la taberna –Recordad: sed formales. ¡Ahhh! Y Augusto, ¿tra-jiste el vino Verdejo? Porque sabrás que a su majestad le gusta ese vino.

–Sí, sí.

–¡Preparaos, corred, que ya está aquí! –nos avisó uno de los camareros.

entró por la puerta un señor, rico, se notaba por su vestimenta, y un poco gruñón, por la cara que traía. ¡era el mismísimo rey! Yo ya esta-ba preparado pero me temblaban las canillas.

-¡camarero! –gritó el rey nada más sentarse.

Yo fui corriendo enseguida. Le serví lo que me pidió y luego se puso a jugar al billar. Al final del día, antes de irse a casa, anunció que necesitaba un sirviente en pa-lacio. Hicimos un sorteo, ya que todos queríamos ocupar el puesto, mi tío estaba con-tento porque le íbamos a dar una alegría a la taberna. de pronto el rey dijo:

–no va a ser ninguno de ustedes.

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Hubo una pausa en la que todo el mundo empezó a murmurar. Luego prosiguió: –Va a ser el camarero que me ha servido.

¡ese era yo!

Fui corriendo a casa y allí se encontraban mis padres. cuando se lo conté se sin-tieron orgullosos de mí, pero a la vez tristes, porque me iría y no nos veríamos durante mucho tiempo.

Pasaron varios años pero eso no hizo que me olvidara ni de mis padres ni de mis amigos. durante ese tiempo se proclamó una guerra y ni el rey ni nosotros podíamos salir del castillo porque nos matarían. A pesar de eso el rey no estaba preocupado.

Una noche nos reunió a todos sus sirvientes. estaba más nervioso de lo normal. nos contó un plan que consistía en que él se escapaba y uno de nosotros hacía que ocu-paba su lugar.

en esa guerra que él había provocado murieron mis padres y además durante esos años al rey se le había subido la popularidad a la cabeza, y no reinaba, sino que se pasaba el día jugando a juegos de azar y se emborrachaba constantemente, lo cual era motivo de discusión con su mujer. Pero tuvimos que hacerle caso, era el rey.

Tuve suerte porque no me tocó a mi representar su papel, pero fue una pena que a pesar de todos los que éramos le tocara a mi amigo Matías.

nos iban comunicando a diario la ruta que seguía el rey. Pasaron varias semanas. Uno de esos días vinieron varios guardias y nos capturaron a todos los que estábamos en el castillo. Ya en el calabozo nos contaron que habían retenido al rey y que le iban a cortar la cabeza. Todos nos alegramos al oír eso, aunque estuviera mal, porque tam-bién estaba mal cómo nos trataba a nosotros y no podíamos quejarnos.

nos trasladaron a otros calabozos situados a las afueras de la ciudad. era muy triste, allí había muchas goteras, las ventanas estaban enrejadas, el día siempre era gris...

Pasaron varias semanas y, por fin, a la sexta nos sacaron de ese agujero negro. A la salida a todos mis compañeros les recogía alguien: sus padres y hermanos, otros familiares... dudaba de que a mí me recogiera alguien, porque toda mi familia había muerto. de repente una joven y bella muchacha vino hacia mí y me preguntó:


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–¿eres tú Íñigo García?

era muy extraño, yo creía que no quedaba nadie cercano a mí.

–Sí. Y tú, ¿quien eres? –le pregunté confuso –¿te conozco?

–no, pero yo sí. Soy tu hermana. Mamá me tuvo durante la guerra y murió en el parto. A papá le dispararon mientras intentaba defenderme. ¡no me lo podía creer, tenía una hermana!

Regresamos a casa, mi hermana seguía viviendo allí desde entonces. no había cambiado nada. nos contamos lo que había ocurrido en todo este tiempo. Mi tío se ha-bía ido de allí para abrir otro negocio porque no había conseguido llevar bien la taberna y se había arruinado.

Pasaron varios años y yo me enamoré de una bella y adinerada dama llamada Petronila. nos casamos dos años más tarde de conocernos y tuvimos tres hijos.

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en busca de la brisa eternaGOnZALO FeRnÁndeZ ORTiZ

2º eSO

en un lugar de La Mancha de cuyo nombre no quiero acordarme ... ¡ups!... me he equivocado de obra lo siento... ¡ejem"... Hace mucho tiempo en la remota isla de Arizona había un pueblo muy próspero llamado Windter. estaba práctica-mente aislado debido a su posición geográfica, que era rodeada por innumerables bosques y selvas y el Gran Valle, territorio dominado por los dragones y los orcos, actualmente en guerra entre ambos bandos. el pueblo se basaba en su economía agraria (de grandes producciones) y contaba con un alto nivel de vida. Todo esto se debía a un viento mágico y eterno que soplaba todos los días, nevase o lloviese, siempre. este viento hacía la tierra muy fértil, limpiaba las aguas, hacía mover las aspas de los molinos a gran velocidad y esto molía la harina a mucha mayor rapidez y menos esfuerzo. era perfecto. Pero un día desapareció sin más. el sabio del pue-blo salió a anunciar unas palabras:

–"La brisa eterna” ha desaparecido. Según la profecía solo volverá a soplar cuan-do el grupo de los tres elegidos abra la Puerta de Zephyro en la cima del Monte Kraftor, antes de que el sol se ponga en el horizonte, tal como ocurrió hace cien años. el grupo de los elegidos deberá ser compuesto por jóvenes nativos de la aldea.

–¿Pero cómo vamos a saber quiénes son?

–Los elegidos tienen la marca del dios del Viento Zephyro en su muñeca izquierda.

A los pocos segundos los tres jóvenes se levantaron. eran: Jim, el joven guerrero aspirante a caballero. Skie, una amante de la literatura y lenguas de otras culturas y Peter, hijo de granjeros y muy inteligente. después de esto, los tres aceptaron su desti-no y se prepararon para el viaje. cogieron víveres, agua, armas, libros, mapas, de todo.

Salieron de la aldea y se adentraron en el bosque. Pasaron las horas y empe-zaron a tener hambre. Pararon a descansar y de repente apareció un Goblin Bruja. el brujo les encerró en una burbuja de barro y maleza.


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–Si queréis sobrevivir de-beréis ser inteligentes. Resol-ved este enigma y os liberaré: “Voy al prado y no como. Voy al lago y no bebo. Colgando siem-pre voy y con mi cantarín sueno ¿Qué soy?”

–¡Ya sé, un cencerro!. era fácil –respondió rápidamente Pe-ter –el cencerro acompaña a la vaca en todo momento pero es evidente que no va a beber o a comer.

–Bien jugado, os liberaré.

Los tres elegidos salieron del bosque y escalaron la montaña con bravura. Llega-ron o la cima y contemplaron a un dragón incinerando con su aliento de llamas un grupo de orcos. El dragón rápidamente se fijó en ellos. Rápido como una bala saltó hacia ellos. Les preguntó qué hacían por estos parajes. ni Peter ni Jim supieron responder, ya que no entendían su lengua. Afortunadamente Skie sabía hablar un poco de draconio. ella dijo que solo querían cruzar el Gran Puente para llegar a la cima del valle. el dra-gón no les creyó. Los agarró y los entregó al rey dragón. este dijo:

–Para que os abra el puente deberéis ir al Pantano Orco y encontrar el árbol Pe-nicilium, que contiene unas hojas curativas. es muy pequeño para nuestra vista, así que encontradlo. Sin ellas mi hija morirá.

Montando a lomos de un grupo de dragones nuestros héroes bajaron al Pantano y mientras Peter y Skie buscaban el árbol, los dragones y Jim les protegían de los orcos. encontraran el árbol y le dieron las hojas a la hija del Rey dragón. este no solo les abrió el puente, sino que les llevó a la cima directamente. Los tres habían llegado a la Puerta de Zephyra. Juntos, mano con mano empujaran para abrir la puerta. debían darse prisa, por-que el sol estaba a punto de ponerse. Sus marcas empezaran a brillar y la puerta se abrió. Un destello azul seguido de un fuerte vendaval curativo se extendió a gran velocidad. La puerta se cerró de nuevo. Habían salvado a su pueblo. Los tres juntos desatarán una vez más el poder de la “Brisa eterna” y así ocurrirá de nuevo dentro de otros cien años.

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¿Qué pasará? LAURA AnGULO cOLLAnTeS

2º eSO

el imperio romano de la época del emperador claudio, seguía en su mayor es-plendor. Habían ampliado sus fronteras, consiguiendo así conquistar Britania. La ciu-dad de Roma estaba de celebración. Hoy se celebraban juegos en el coliseo y todo el mundo iba a acudir, participaban dos de los mejores gladiadores que ha habido en la historia. Un barullo de gente entraba por las puertas del coliseo. Una joven de familia rica se sentó en uno de los mejores sitios, en ellos se podía ver bien, pero también que te vieran. Al comenzar la pelea la muchacha se sentía observada, pero tenía problemas más importantes en los que ocuparse. como la reciente noticia que le dieron sus pa-dres; o se casaba, o la venderían como esclava.

ella no tenía ningún inconveniente en casarse, ya que se había casado varias veces, pero no le había salido muy bien. ella, olvidando sus problemas y demás, volvió al combate. Al finalizar la pelea, volvía a su casa sola, estaba cerca, pero era muy asus-tadiza. Otra vez se sentía observada. Al volver la cabeza para atrás no vio a nadie pero sintió una ligera brisa en la cara. Llegó a su casa y se fue corriendo al pequeño y acoge-dor jardín. Una de las esclavas le ofreció un vaso de agua y una reciente noticia. el vaso de agua lo aceptó encantada, pero la noticia no la encajó muy bien que digamos. Un hombre extraño quería casarse con ella. era el señor más tapado que había visto en su vida. Lo más curioso es que ese hombre no era con el que tenía que casarse, él solo era su esclavo. Ella no estaba segura de si quería casarse, pero en fin, caer en la pobreza era una de las peores cosas que te podían pasar y definitivamente así tuvo que ser, ya que sus padres la obligaron.

La boda se celebró dos días después de esa extraña visita. La verdad es que su futuro esposo vestía exactamente igual que su esclavo. Apenas se le veía la cara. Se ca-saron en las afueras de la ciudad. Sólo acudieron la futura pareja, los padres de la chica y el esclavo del hombre extraño. Al finalizar el enlace la pareja acudió al sitio más deshabitado de la ciudad. Un bosque y un río que lo atravesaba. A través de la maleza se veía a la pareja hablar, pero no se podría saber de qué hablaban. Misteriosamente, entre los dos apareció un puñal. La chica estaba asustada pero pasó. Había matado a su


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marido una vez más. Su sangre corrió hasta llegar al río. Se dijo a sí misma que sería la última vez y a continuación se lo clavó ella.

¿Por qué lo hizo? Lo hacía siempre. desde su primer marido hasta este que fue el último los mató a todos. Los mataba siempre poco después de la boda. ella creía que era la misión que le encargaron los dioses desde el día en que nació. decidió renunciar, llegó un momento en el que la ocurrían cosas bastante extrañas y desde hace poco cada día que pasaba, una extraña herida en el cuello se le hacía más profunda y dolorosa.

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Del infierno a tu corazón MARTA cRUZ ÁLVAReZ

4º eSO

Hay veces en las que te gustaría estar muerto. Ser invisible para todo el mundo, ocultarte de la vida y sumirte en tu mundo y en tus pensamientos sin que nadie te mo-leste. Y, sin embargo, otras veces te gustaría destacar, sobresalir, como un rotulador fosforescente en un estuche lleno de lápices y bolígrafos. en esos momentos te sientes capaz de enfrentarte a todo lo humano y lo divino. Qué lástima que a la hora de la ver-dad siempre nos acobardemos porque un matón del tres al cuarto nos impone... irónico ¿verdad? eso es lo que me pasa a mí, y supongo que a ti también. Me termino siempre haciendo preguntas: ¿por qué tengo miedo?, ¿por qué no me enfrento ya, de una vez por todas, al mundo, a la realidad...?

Y después de una sesión de preguntas, me tiro en la cama, me pongo Acdc en los cascos, a todo volumen, me aparto de la realidad, me sumerjo en mi música, cierro los ojos para contener las lágrimas de rabia y en mi mente solo resuena un eco, la respuesta a todas mis preguntas: porque eres una cobarde ... porque eres una co-barde ... Me duele saber la verdad y rompo a llorar en mi almohada, abrazada a ese peluche que tanto me gusta. cuando se me pasa el berrinche, me siento en el borde de la cama, apago el MP3 y respiro hondo. enciendo una vela ... mmmmmm ... , hue-le a frambuesa, mi favorita, respiro hondo para inhalar el aroma y dejo el mechero en la mesilla. empiezo a juguetear con la vela. Si acerco el dedo por arriba ... calor, me quemaré si lo acerco demasiado. Por un lado... nada, paso el dedo entre la llamita, lo suficientemente deprisa como para no quemarme, pero lo suficientemente despacio como para sentir un agradable calorcito en la yema. Sonrío, intento coger la llama con los dedos, pero lo único que consigo es mancharme de hollín. Los padres nos di-cen que no juguemos con fuego... pero si no experimentamos nunca aprenderemos a no quemarnos.

¿Acaso estoy basando mi existencia y mis conocimientos en el fuego? no lo sé, es posible... el fuego es hermoso, es... como si tuviese vida propia, luchando para no ser apagado, defendiéndose con su mejor arma... el calor, si te acercas demasiado te puede producir una quemadura y si dejas que se descontrole... puede ser mortal. en mi vida, tan corta como fue, no pude enfrentarme a esas cosas que temía, un gran error


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por mi parte porque tarde o temprano morimos y si mi tarea en esta vida era enfrentar-me a mis miedos... he fracasado.

el fuego se descontroló y quemó mi habitación conmigo dentro, ardí en llamas. Reconozco que no fue desagradable del todo, pues sentí un cálido abrazo... igual que los que tú me dabas. Por lo visto, en el cielo no quieren a niñas que realizan actos te-merarios, con ideas de la vida diferentes a la que tienen ellos... o... ¿es que el cielo no existe? Sea como sea, parece que también he sido buena durante mi vida terrenal y me han dotado con unas alas de ángel que me permiten visitar a los vivos y darles algún que otro consejillo indirectamente, para que no cometan los mismos errores que yo. Ahora mi hogar, es... el infierno. En el infierno se está bien, no hace frío, tengo buenos amigos y he aprendido a enfrentarme a mis miedos. Tengo todo cuanto he deseado y todo lo que tenía... todo... menos a ti. Te esperaré hasta el momento en el que por fin ardas conmigo y volvamos a estar juntos como antes. Mientras tanto, no me eches mu-cho de menos y deja de llorar mi pérdida. estoy bien.

Firmado. Un ángel que arde en el infierno.

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colegio Pinocho

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Los sueños de Andrea AndReA ALBAndeA PéReZ

3º Primaria

en un pueblito cerca del mío vivían cua-tro amigos que se llamaban Andrea, cristina, Ja-vier y Tatiana. en primavera solían merendar en un banco de la plaza del pueblo y se contaban los sueños que habían tenido durante la noche.

Un día Andrea preguntó:

–¿Habéis soñado algo esta noche?– cris-tina, Javier y Tatiana, no habían soñado nada, pero Andrea sí, y les dijo: –¡Os cuento mi sueño!, y los amigos dijeron: –¡Si cuéntalo, cuéntalo…!.

Andrea dio un bocado al bocadillo y em-pezó a contarles:

–“Un día os invité a mi casa a merendar y subimos a la casita del árbol, de pron-to la casita empezó a subir y a subir, hasta llegar a la luna, allí nos bajamos y no había nada, solo piedras y arena"–. de pronto a cristina se le cayó un poco de agua de una botella que llevaba en su mochila y empezó a florecer la hierba, los árboles empezaron a crecer, las montañas a subir hacia arriba y los manantiales a brotar agua; ya teníamos un sitio donde vivir si la Tierra desaparecía. Subimos de nuevo a la casita y descendi-mos hasta llegar a la tierra, allí contamos lo sucedido”.

Minutos después mi mamá me llamó “Andreaaaa, ya es hora de ir al cole y me desperté”.

desde entonces cuidamos mucho más la tierra.

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Mis viejas zapatillasdAVid LORenZO cHicHÓn

4º Primaria

Ya era viernes por la tarde y eran aproximadamen-te las seis y media. Yo estaba en mi entrenamiento

de fútbol sala. Lo primero que hicimos fue correr, después chutamos a portería y por último ju-

gamos un pequeño partido entre nosotros. Todos mis compañeros de equipo habla-ban ese día de zapatillas, que si unas eran mejores que otras, o más caras...

etc. Al terminar me fui a casa.

Llegué, hice los deberes y cené un rico plato de pasta, que me encanta. Me fui a la

cama enseguida porque estaba agotado.

A la mañana siguiente me levanté, me puse la equipación del equipo y me dirigí al partido que era en el Joaquín Blume, un polideportivo que está un poco lejos de mi casa. Tuvimos problemas para llegar: como semáforos en rojo y atascos. Llegué tarde pero llegué. empezó el partido, bueno más bien el calentamiento en la pista dos. cuan-do llegué allí me di cuenta de algo, vi que todos mis compañeros lucían unas maravi-llosas zapatillas nuevas y yo traía mis viejas zapatillas de siempre. en cuanto entré me criticaron por mis zapatillas antiguas y yo me quedé un poco hecho polvo ¡menos mal que empezó el partido!

calentamos dando vueltas al medio campo, rodillas al pecho, en zigzag y por úl-timo tiramos al portero. Pero al hacer esto, pasó algo raro, mis compañeros no tiraban bien, no pasaban correctamente y no corrían como deberían. Seguro que era por sus zapatillas nuevas.

entonces el árbitro pitó. comenzaba el partido. Un partido muy importante para poder ganar la liga. Uno tras otro nos marcaron cuatro increíbles goles y nosotros con

colegio Pinocho

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cara de sorpresa sin saber cómo pasarles y lo peor, yo en el banquillo viendo aquel de-sastre de partido sin poder entrar en el campo. Menos mal que el entrenador me dijo:

–¡Sal david y a ver qué puedes hacer!-

Salí decidido a remontar aquel partido y se me dio genial. La primera vez que llegué a portería marqué: "4-1".

A los dos minutos, en la siguiente jugada volvimos a marcar: "4-2". en diez minu-tos logramos empatar y... yo marqué el gol que nos dio la victoria, y todos esto con mis viejas zapatillas. ¡nunca me habían dado tanta suerte! es como si fueran mágicas. no me las quitaré nunca.

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el jardín de las Hadas Flores AnAiS MARGUendA GiL

4º Primaria

Bienvenido al jardín donde viven las Hadas Flores. el trabajo de las hadas es cui-dar de su flor y tener siempre bien limpias las hojas de su planta.

Miden diez centímetros, tienen dos alas transparentes y sus ropas están hechas de las flores y hojas de sus plantas. Así se confunden con ella.

La directora del colegio es la primera en despertar y se llama Rosa. Abre sus pétalos cuando el sol se levanta. es la encargada de vigilar a las hadas más pequeñas durante el día. Rosa recoge flores para hacer una guirnalda de rosas y llama a las jóve-nes hadas para que se reúnan dentro del círculo. Allí se quedarán hasta que los adultos terminen su trabajo. Por la noche, sus pétalos se cierran, y así saben las hadas bebés que es hora de acostarse.

Sandra es una charlatana, lo que más le gusta en este mundo es hablar con sus amigas. Le encanta estar con las pequeñas a las que regala siempre golosinas. Por la noche, reúne a las hadas jóvenes y les lee un cuento antes de irse a dormir. en su tiem-po libre las hadas juegan con José de los Prados. es el mejor jugando al escondite por-que nunca nadie le encuentra, parece que se vuelve invisible. el hada Anais es la reina, todas la adoran y le han escrito una canción especial, que le cantan cada vez que van a verla. Anais se siente muy contenta siempre que la escucha. Para darles las gracias les regala agua de rosas.

Andrea se ocupa de lavar y perfumar la ropa de las hadas. es el hada más dulce, también hace el jabón para que las hadas se puedan lavar, y colonia para las niñas. Aitana es el hada mayor del jardín, organiza fiestas para las pequeñas hadas. En verano cuando su flor está preciosa invita a todas las hadas bebés para que visiten su planta, las sienta en una de sus flores de terciopelo y les da tazones de semillas. ¡Algo así como las palomitas de las hadasl Todas las hadas quieren mucho a Gayo de Olor, sobre todo las niñas. Gayo tiene un fabuloso armario lleno de vestidos, bolsos, etc., con los que disfraza a los bebés como si fueran muñecos. Tiene una hermanita a la que mima rega-

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lándole sus mejores ropas. ¡cuan-do la pequeña Ángela crezca, será la más moderna de todas las hadas!

en las sombras, en el rincón más lejano del jardín vive el diego negro. !Se pasa el día limpiando sus relucientes cerezas verdes y ro-jas, por eso están preciosas! Pero como es una planta peligrosa, las otras hadas se colocan arriba y allí mueven las ramas para que los niños no se acerquen.

Cuando cae la noche, algunas hadas flores despiertan. Muchas han estado todo el día durmien-do bajo su planta, porque prefieren el frío de la no-che al calor del día. Para que las hadas nocturnas puedan jugar y cuidar de sus plantas en la oscuri-dad, Miriam de los Arroyos rocía con pol-vo de hada el corazón de sus flores. Las brillantes flores se transforman entonces en linternas que alum-bran los diminutos caminos de las Hadas de Jardín, y así ellas pueden ver todo.

Las Hadas Flores siempre están activas de día y de noche y son las que cuidan de nuestro jardín.

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colegio Pinocho

Un músico mágico inéS GRAnde eSTeBAn

5º Primaria

érase una vez una músico llamado Martín que vivía en la montaña más alta de un pueblecito llamado costa de Viejo Puente.

Martín talaba sus propios árboles para hacer instrumentos, porque él era artesa-no de instrumentos musicales. Tenía un don, que era el de hacer instrumentos mágicos con poderes especiales. esos instrumentos solo funcionaban cuando se tocaba de cora-zón. Creó una flauta que tenía el poder de controlar a los animales, un arpa que tenía el poder de crear la lluvia y un violín que hacía crecer a las plantas al instante. Martín pensó que estos instrumentos serían muy útiles para su pueblo, ya que había sequía y las cosechas estaban desiertas año tras año. Además el poco ganado que había, iba muriendo por falta de pasto. Martín fue a visitar al alcalde de costa de Viejo Puente; le comentó lo de sus instrumentos mágicos, el uso que tenían y que eran muy económicos para el pueblo. el alcalde asintió con la cabeza y dijo que era una buenísima idea. Pero llegó a oídos de un noble malvado de la comarca, llamado Serafín el Pequeño. como era tan rico, malvado y avaricioso, se hizo con todos los instrumentos sobornando al alcalde.

Ya en su castillo, con todos los instrumentos en su poder, empezó a tocar la flauta que tenía el poder de controlar los animales. Fue al granero y lo estuvo proban-do con las gallinas. empezó a tocar, pero se dio cuenta de que no funcionó. Serafín se deprimió.

Muy desilusionado cogió el arpa, que tenía el poder de crear la lluvia. Salió al jardín y empezó a tocar, pero no funcionó. Serafín empezaba a enfadarse, entonces cogió el último instrumento que era el violín, que tenía el poder de hacer crecer las plantas al instante. entonces se fue a su alcoba donde tenía una planta sin germinar. empezó a tocar, pero no funcionó. Serafín cogió los tres instrumentos y fue a ver al alcalde muy enfadado. Llegó al ayuntamiento y posó los tres objetos en la mesa del alcalde. y dijo Serafín muy cabreado:

–¡estos instrumentos mágicos no funcionan, están rotos!

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el alcalde le contestó que solo funcionaban si se tocaban de corazón. el noble Serafín, muerto de envidia acusó a Martín de brujería, que estaba castigada con la muerte en la hoguera.

el pobre Martín fue detenido. cuando le iban a llevar a la plaza del pueblo para quemarle en la hoguera, uno de los guardias se arrepintió de lo que estaba haciendo, porque sabía que Martín era un hombre bueno, no un brujo. Le soltó y Martín se reveló contra el alcalde y le dijo:

–¿Por qué han llegado los instrumentos a las manos del noble Serafín el Pequeño?

Se enteró de que habían sobornado al alcalde con mucho dinero. Al final quien fue detenido fue el alcalde por aceptar un soborno y traicionar a su pueblo. el pueblo nombró a Martín alcalde por su bondad. Y al malvado Serafín le quitaron todas sus ri-quezas por mala persona.

Y vivieron felices y comieron perdices.

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Sin títulocLARA MAZO SÁncHeZ

5º Primaria

"Es aburrido pensar que seguramente no vas a salir de allí en mucho tiempo".

Raquel pensaba eso todos los días en el hospital. Se pasaba los días pensando en la gra-vedad de su enfermedad y mirando a las perso-nas que pasaban por delante de su ventana con mucha envidia. Ahora no puede correr, saltar o ser una chica normal.

Hace cuatro meses, a Raquel la detec-taron una enfermedad rara en el corazón que le impidió seguir realizando su actividad preferida, el ballet. desde entonces la han ingresado en un hospital que, por suerte, está cerca de su casa y su madre la visita todos los días. Su enfermedad le impedía hacer esfuerzos y por eso tenía que ir en silla de ruedas allá a donde fuera. estar en el hospital todo el día hacía que Raquel estuviera cada vez más triste y deprimida. Su madre intentaba animarla yendo a verla, pero eso no impidió que Raquel entristeciera.

Un día, un médico fue a la habitación que Raquel tenía en el hospital. Traía a su lado a un chico que tenía más o menos su edad. Raquel pensó que sería uno de esos animadores que vienen a contarte chistes, pero ese chico no tenía la cara como para contar chistes. estaba pálido y con los ojos rojos. el médico le contó que se llamaba Jaime y que acababa de instalarse en el hospital. A Jaime le habían detectado la enfer-medad que Raquel padecía y el médico había tenido la brillante idea de ponerlo en la misma habitación de Raquel. Al principio, a Raquel le pareció que no iba a poder estar tranquila con ese chico todo el día, pero luego se dio cuenta de que tener un amigo en el hospital que también sufriera su enfermedad era lo mejor que le había pasado en cuatro meses. con él podía hablar tranquila y sinceramente. Los dos se comprendían y así superaron la enfermedad que les mantenía alejados de lo que más les gustaba. Aho-ra ya no están tristes, están juntos y juntos seguirán para siempre.

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colegio Pinocho

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el impresionante verano de Alice MARÍA FeRnÁndeZ cARRAMOLinO

6º Primaria

Una tarde de verano, una niña llamada Alice es-taba jugando con todas sus amigas en un famoso parque de Londres. ella tenía doce años. estaban jugando to-das al escondite pero ya les empezó a aburrir, así que decidieron hacer una exhibición para la inauguración de Hyde Park. eran cuatro chicas, iban todas al club de gimnasia rítmica de Londres. Utilizaron cintas, pelotas, mazas y aros. Alice, Mary, Sophie y Laura habían hecho más actuaciones con permiso del ayuntamiento, así que no había problemas. ellas pidieron que si podían hacer otra exhibición atadas a cuerdas para realizar ejercicios volando sobre el aire. Habían construido una réplica del Arco del Triunfo y desde ahí querían hacer la exhibición sobre el aire.

Faltaban tres semanas para la inauguración. Re-sulta que un día Sophie se rompió el tobillo ¿estaría lista para la exhibición? Todas estaban preocupadas. iba al médico todas las semanas. La última semana le dijo el médico que actuara con cuidado pero que no era seguro que su tobillo estuviera bien curado.

Llegó el día de la inauguración, había mucha gente. cada adulto pagó quince euros y cada niño, siete euros. Había más de mil personas. Parte del dinero se lo que-daron ellas. Las actuaciones les salieron genial y Sophie actuó sin problemas.

Todas llegaron muy cansadas a sus casas después de la actuación. desde ese día toda la gente las reconocían y decían por lo bajo: "¡qué valor hay que tener para poder bailar sobre un arnés!".

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Se estaban acabando las vacaciones de verano y Alice, Sophie, Mary y Laura iban a pasar al instituto, por suerte les tocó a las cuatro el mismo instituto y en la misma clase.

Alice estaba muy contenta después del verano que había pasado con todas sus amigas. Siempre pasaba todos los veranos en Andalucía, en Sevilla. Allí vive toda la familia por parte de su madre: su abuela, su abuelo y su tía con su pareja. cuando va a Sevilla, en el pueblo baila sevillanas y siempre anima a todo el pueblo.

Alice siempre ha sido una chica muy animada y simpática. ella era rubia, de ojos azueles y muy delgada.

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el día del examenPAULA cLeMenTe ALOnSO

6º Primaria

Paula era una niña que estudiaba mucho y sacaba muy buenas notas. Tenía ya 18 años y necesitaba sacar un 9 por lo menos para poder empezar su carrera: profesora.

Todo empezó un martes, en verano, el día en que Paula tenía el examen: Paula había estado estudiando durante muchos días, estaba muy nerviosa. La noche anterior la había pasado toda en vela, pensando en el examen. Por la mañana, en vez de desa-yunar estuvo estudiando de nuevo. Llegó al cole y al ver que también sus mejores ami-gas, Laura y María, estaban muy nerviosas, se puso más contenta.

A la hora del examen, Paula se concentró mucho y le salió bastante bien.

después del recreo le dieron la nota y se decepcionó mucho, porque se merecía más nota, ¡sacó un 8!

no se lo podía creer, haber estado tanto tiempo estudiando y preparando el exa-men para nada.

decidió ir a hablar con sus profesores, para haber si había alguna manera de conseguir el 9.

Habló con ellos y le dijeron que sí que es verdad que ella se merecía más nota, porque era una de las mejores alumnas y que desde el principio había estado sacando muy buenas notas; luchando por conseguirlo. Tras un rato pensando, por fin, sus profe-sores tuvieron una idea. Le dijeron que si hacía una historia en la que tratara de ella, lo conseguiría. Les dio las gracias y salió corriendo hacia su casa.

en cuanto llegó a su casa, se puso a pensar en una historia, pero nada, no se le ocurría nada. Tras unas cuantas horas más tarde se le ocurrió que podía escribir una historia sobre el día que había tenido hoy y se tituló, el día del examen. ¡Le salió genial!

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Al día siguiente, se la enseñó a sus profesores y ... iLes encantó! Paula se puso muy contenta por haber conseguido el 9. Sus profesores la felicitaron y le dijeron que si entregaba esta historia al concurso del certamen literario, ganaría. La entregó y ... iGanó! Se puso muy contenta.

Sus amigas Laura y María también consiguieron el 9 y, ahora mismo, las tres es-tán dando clases en el colegio Pinocho, cada una a un 6º.

Y el verdadero secreto de esta historia es que "nunca te tienes que rendir, tie-nes que seguir luchando por conseguirlo, aunque sea un camino muy duro".

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colegio Pinocho

colegio Ramón carande

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el reno RodolfoJORGe AnGUiTA ARéVALO

3º Primaria

Me llamo Rodolfo y soy marrón. cuando llega la primavera tengo calor. Tengo el rabo blanco, los ojos verdes y las orejas del mismo color que el rabo. Vamos al lago a bañarnos y después nos comemos un helado.

de vuelta al colegio a estudiar co-nocimiento.

Jugamos a la nieve y al muñeco de nieve.

Practicamos con el trineo y después al brasero.

Mañana a esquiar con Paco y Beñat.

Jugamos a hacer ángeles.

Voy a por el pan para comer pan.

¡Qué bien, llegó el verano!

¡A bañarnos en el lago y comer helados!

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Una solución perfectaGeMA RUBiO FeRnÁndeZ

4º Primaria

en el barrio Lucero de Madrid vivían dos hermanas. Su madre se llamaba Gloria y sus hijas Gracia y Adriana. Gracia tenía muchas amigas, con quienes salía todos los días. Un día Gracia cayó muy enferma y no pudo salir con Adela, una de las amigas.

–Bueno, ya saldré mañana o pasado –decía.

Pero los días pasaban y no se recuperaba, a pesar de los cuidados de su madre, Gloria.

Sus amigas hacían de todo. Una le trajo unas aspirinas, Adela un poco de te, Ana un termómetro, Pablo unos sobres de manzanilla, pero ninguna ayuda valió y su herma-na Adriana le llevaba aspirinas y manzanillas cada dos por tres.

Un día otra hermana que tenían, Gema, les dio la dirección de un sabio médico, pero estaba en córdoba y a la madre le parecía una locura someter a su hija enferma al viaje, pero no tuvo más remedio. el médico le detectó una rara enfermedad, difícil de deletrear, pero lo que más alegraba a la familia es que el médico, ernesto, había curado a Gracia.

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el planeta de chocolatenATALiA cAVeRO GOnZÁLeZ

5º Primaria

Más allá de la tierra, cerca de las estrellas, existe un planeta llamado chócoli y como su nombre indica, era un planeta, todo, todito, de chocolate.

Las calles eran de chocolate negro, los edificios de chocolate blanco y las carre-teras de chocolate con leche.

Sus habitantes eran golosos, gorditos y glotones.

Hartos ya de seguir engordando y encordando, decidieron ponerse a dieta, pero como todo estaba hecho de chocolate seguían engordando. Pro eso se marcharon a otros planetas, para ver lo que cocinaban allí.

Por su paso por la tierra probaron de todo: filete, salchichas, cocido... lo que más les gustó fue la paella.

Llegaron a su planeta cargados de cosas para que la gente las probase, a todos les gustó. También contaron a la gente la dieta que hacían para perder peso, la llamada "dieta mediterránea", una dieta llena de cosas buenas y sanas como: aceite de oliva, legumbres, carne, frutas y pescados. También hacían mucho deporte. Todo el mundo se puso a dieta y perdieron un montón de peso.

Además, descubrieron que el chocolate se usaba para los postres. Aunque no había que abusar mucho de él.

¡Pero está riquíiiiiiisimo!

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Paseo por MadridMARTA cORdeRO RUiZ

6º Primaria

eran sobre las once de la ma-ñana del 24 de diciembre, hacía un frío de pelar mientras esperábamos el tren en el andén de la estación para irnos a ver Madrid vestidos de navi-dad.

Íbamos mis primos, que no pa-raban de corretear de un lado a otro de la estación, mis tíos, mis padres, mi hermano mayor y, naturalmente, yo.

Todos iban bien abrigados, pues como ya os he dicho hacía mucho frío.

A lo lejos vi venir el tren con las luces encendidas y tocando el pito, nos apar-tamos un poco hacia atrás. el tren paró y subimos, mis primos corriendo, era de es-perar. Qué calorcito hacía dentro, por suerte no iba lleno y todos pudimos sentarnos; a través de la ventana contemplaba cómo pasaba los edificios rápidamente. Mi primo pequeño tenía la nariz aplastada contra el cristal y yo le miraba y me reía. el viaje se me hizo muy corto. Bajamos en Atocha, una estación gigante, llena de trenes, tiendas y personas, todas corriendo de un lado para otro. Salimos de la estación y empezamos a caminar hacia la Puerta del Sol. Las calles estaban llenas de gente, se notaba el am-biente navideño, sobre todo en las cabezas de muchas personas con gorros típicos de la navidad. Los escaparates con sus adornos navideños, las calles con sus luces y árboles de navidad aún sin encender.

Pasamos por el Jardín Botánico y el Museo del Prado, en el que había una gran cola para entrar. Subimos por la Gran Vía, que parecía un hormiguero, casi no se podía caminar. Yo llevaba cogido de la mano al trasto de mi primo mientras intentábamos an-


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dar. Le dije a mi padre que tenía hambre y estaba cansada, así que nos metimos en un Mcdonald’s y un rato después estuvimos listos para caminar. Primera parada, la Puerta del Sol. Ya había anochecido y las luces y adornos navideños daban una sensación de fiesta espectacular. Había mucha gente disfrazada pidiéndote que te hicieras una foto con ellos por unas monedas. Los comercios estaban todos iluminados, la gente estaba hablando, riendo y haciéndose fotos con los móviles, todo muy típico de navidad.

Subimos a la Plaza Mayor, había montones de puestos llenos de gorros, caretas y todo lo demás. La gente estaba muy alegre celebrando la navidad. estuvimos un buen rato hasta que mis piernas no podían más, así que cogimos el metro, después cogimos el tren y llegamos a Torrejón en un momento. eran las diez de la noche cuando baja-mos del tren. Seguía haciendo un frío de pelar y yo estaba muy cansada, pero segura-mente siempre volveré por navidad.

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colegio San Juan Bosco

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¡esto es preciosoAdRiÁn FeRnÁndeZ UcLéS

3º Primaria

Me llamo María y tengo 8 años, me encanta viajar con mis padres, aunque nunca he salido de españa.

Una mañana de junio desperté en París, ¡oh! ¡Qué bonito!... Visitamos la Torre eiffel, que es el símbolo de París; la catedral de notre dame, que es la catedral más importante de Francia; el Arco del Triunfo, otro monumento representativo de París; y el primer gran monumento de la ciudad, el Panteón.

Otro día desperté en Londres, ¡papá, mamá! Me encanta... lo primero que vimos al llegar fue el Big Ben, luego el puente más famoso de Londres y el ojo de Londres, que es una noria construida en el año 2000 para celebrar el nuevo milenio. Lo que más me gustó fue el cambio de guardia del palacio de Bukingham.

A los dos días estábamos en Roma. Allí estaba yo tirando una moneda en la Fon-tana de Trevi; es la fuente más bonita y espectacular de Roma. También fuimos al co-liseo romano, que es un anfiteatro construido durante el imperio romano, donde había batallas de gladiadores. También vimos la Boca de la verdad, que es una enorme más-cara de mármol que dicen mordía la mano de aquel que mentía ¡da miedo!

¿dónde estamos hoy? ¡Ah!, en nueva York... estamos en la Quinta Avenida, es la calle más famosa. Subimos al empire State, ¡qué alto es! Fuimos a pasear a central Park, el parque urbano más grande de nueva York y uno de los más grandes del mundo. Y, por supuesto, a la estatua de la Libertad, que es el símbolo más famoso de allí.

–¡María, María! despierta hija.

–¿dónde estamos hoy mamá?

–¡Ah! claro, Torrejón de Ardoz, mi sitio preferido del mundo...

–¡Oh! Todo ha sido un sueño... pero ha sido precioso.

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Los patines mágicosPABLO cReMAdeS SOSA

4º Primaria

érase una vez un chico llamado Tomás. des-de siempre, había deseado tener un par de patines de ruedas para aprender a patinar y poder jugar con sus amigos, los cuales, todos los viernes quedaban al finali-

zar las clases en los bajos de su urbanización. Todos los años en su cumple, en su santo, en la carta que escribía a

Papá noel y a los Reyes Magos pedía este preciado regalo, pero la respuesta era siempre la misma:

–no, ese regalo no puede ser –contestaban sus pa-dres, mientras que ni en navidad ni en Reyes aparecía su petición.

Un buen día, uno de sus amigos tocó a su puerta y al abrirla... Su mirada se quedó fija al ver Tomás lo que su amigo Fred llevaba en sus ma-nos. –¡Unos patines! –exclamó Tomás. –¿Son para mí? ¡no me lo puedo creer!

estaba tan sorprendido de aquello, mientras Fred le intentaba explicar que eran sus antiguos patines y que se los regalaba porque se le quedaron pequeños, pero Tomás no salía de su asombro.

cuando ese viernes por la tarde bajó a jugar junto con el resto de los amigos, Tomás sintió como una especie de cosquilleo en los pies que hizo que patinara solo casi sin esfuerzo y haciendo todo lo que los demás hacían y mucho más. el resto de los ami-gos no lo podían creer, Tomás estaba patinando mejor que ellos, era increíble. Y es que sin querer su amigo Fred le había regalado unos patines mágicos.

Moraleja: No tires lo que no quieres, regálalo.

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Laura y calcetinescARLOTA dÍAZ MUÑOZ

5º Primaria

érase una vez una niña a la que le daban miedo los caballos, aunque a su familia le encantaban. iban todos los domingos a una preciosa cuadra que estaba cerca de su casa. Allí había muchos caballos precio-sos. eran blancos, muy limpios y bien entrenados. Vivían en cuadras preciosas, limpias y llenas de comida.

A la niña le gustaba mucho dar vueltas por allí, porque a ella no le gustaba montar. A Laura, que era como se llamaba la niña, le entró curiosidad porque vio que, al fondo, había una cuadra cerrada. cuando la abrió se encontró con un caballo sucio, flaco y con mucho miedo. Laura preguntó al cuidador que cómo se llamaba el ca-ballo y él le contestó que no tenía dueño y que era mejor que no se acercase mucho.

durante toda la semana Laura se estuvo acor-dando del caballo porque le daba mucha pena lo tris-te que estaba.

Al siguiente fin de semana Laura regresó y fue directa a la última cuadra y allí estaba. Laura le puso el nombre de calcetines porque sus pezuñas blancas le recordaba a unos graciosos calcetines.

Le ofreció agua y comida, pero el caballo no se acercó. Luego le ofreció una go-losina, pero nada.

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Al siguiente fin de semana volvió a darle comida y agua y Calcetines se la comió, pero se alejó. Laura comenzó a visitarle todos los días y cada vez le cogía más cariño y el caballo empezó a engordar.

Otro fin de semana le ofreció y le ofreció una zanahoria y Calcetines vino ense-guida y se quedó con Laura. La niña pidió permiso para lavarle y calcetines, aunque un poco asustado por salir de su cuadra, se dejó lavar. cuando terminó de lavarle, calceti-nes quedó precioso. era negro y tenía el pelo muy brillante y la cola muy sedosa.

Laura le paseó por la pista y todo el mundo se quedó asombrado de lo bonito que era, ya que nadie lo había visto antes.

Laura decidió que tenía que montarle, ya que nadie había querido antes. calce-tines había cogido mucho cariño a Laura y no dejaba que nadie más le montara. cal-cetines se convirtió en el mejor caballo de toda la cuadra y lo colocaron en el primer lugar y se convirtió en un caballo feliz y precioso.

Laura estaba muy contenta y se convirtió en una gran amazona.

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Un tesoro en la mezquita iRene LOTeRO cALLeJAS

6º Primaria

carmen era una niña que vivía en córdoba. Le en-cantaban la Historia y las aventuras. Un día estaba en la mezquita, su lugar preferido de córdoba; y allí se encon-tró con Fátima y Samuel, unos amigos del barrio. Fátima era una niña musulmana que nació en Marruecos y Samuel un niño judío que nació en israel. Sus familias decidieron mudarse allí porque en córdoba tenían algunos familiares y en su país había ciertas dificultades. Tanto Carmen como Fátima y Samuel sabían que córdoba fue y es una ciudad muy importante para sus culturas y sus diferentes religiones.

Mientras visitaban la Mezquita, vieron una losa en el suelo detrás de las colum-nas totalmente diferentes. Parecía que la losa estaba algo suelta. Los niños pensaron que podría haber algo debajo de aquella gran baldosa. Mientras pensaban, carmen en-contró una inscripción en una de las columnas en un idioma que ella no conocía. car-men se lo dijo a sus amigos. Samuel tampoco entendía aquel idioma, pero Fátima sí, porque sus padres le habían enseñado un poco. –esto es árabe–, dijo Fátima. –Mis padres me lo han enseñado y es el idioma que se habla en mi país de origen y uno de los que se hablaba en la ciudad de córdoba hace muchos años. Fátima tradujo la inscripción y ponía: “busca una piedra distinta al resto para la losa poder mover”. Los tres niños intrigados empezaron a mirar a su alrededor.

–¡Mirad en esa pared!- exclamó Samuel, –parece que esa piedra de ahí arriba es diferente a las demás. Puede que esa sea la piedra a la que se refiere la inscripción que ha leído Fátima.

Samuel tocó la piedra. –Parece que esta piedra se mueve–, comentó el niño.

carmen le dijo: –A lo mejor tienes que empujarla hacia dentro–. Samuel hizo lo que carmen le indicó y, en ese momento, la gran baldosa del suelo comenzó a deslizar-se hasta que ante los ojos de los niños apareció una oscura entrada. ¡Los tres amigos

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estaban emocionados! entraron en una especie de galería secreta donde había unas es-caleras que bajaban a otra galería subterránea. Los niños bajaron por las escaleras y en la galería había dos caminos, y entre medias, otra inscripción en otro idioma distinto.

–¡eso es hebreo!– exclamó Samuel, –es una lengua muerta que hablaban antiguamen-te mis antepasados, y yo entiendo un poco, porque lo estudié cuando estaba en mi país. Samuel tradujo la inscripción, que decía: “Para a la siguiente galería poder acceder, por el camino de la derecha debes continuar, y allí, la llave hallarás”. Los niños continuaron por el camino de la derecha como la inscripción les había indicado. el camino estaba oscuro y lleno de telarañas, y como no veían muy bien, Fátima se cayó y se hizo daño en el pie.

–¡Ay! me he hecho daño en el pie, creo que no podré continuar–, exclamó Fátima.

Mientras Samuel ayudaba a Fátima a levantarse, carmen encontró un palo y se lo dio a su amiga para que le ayudara a caminar y poder continuar. Al cabo de un rato, lle-garon a una sala muy bonita, llena de columnas y pinturas que parecían muy antiguas, donde encontraron una llave de oro al lado de un pequeño papel en el que había otra inscripción en latín.

–este idioma es el latín –les dijo carmen a sus amigos. –es el idioma que se ha-blaba en la época de los romanos. Me han enseñado un poco en clase de religión.

carmen tradujo la inscripción, que decía: “esta llave abre la puerta de la sala del tesoro, uno de los tesoros más importantes de Córdoba”. Los niños sorprendidos pensaron en qué podría ser aquel tesoro: oro, joyas, diamantes... Los tres amigos abrie-ron la puerta del tesoro y entraron a la sala. cuando vieron lo que había dentro se quedaron impresionados. era una biblioteca antigua llena de viejos libros de grandes filósofos cordobeses como Maimónides o Aberroes, libros de medicina y otros que ha-blaban tanto de religión católica como judía y musulmana, y que habían recopilado durante años y años los monjes que vivieron en córdoba. ¡Todo un tesoro para nuestra cultura! Los niños fueron a contarlo todo en el ayuntamiento de córdoba y les dieron un premio por haber encontrado la biblioteca más importante de la ciudad, cuando las tres culturas convivieron juntas en otra época de nuestra historia

Fátima, Samuel y carmen comprendieron después de su descubrimiento, que la mayor riqueza se consigue con respeto y tolerancia entre todas las culturas, porque to-das tienen algo que enseñarnos, como les sucedió a ellos en su aventura.

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Aprender a respetarSAnTiAGO BATALLA SAnZ

1º eSO

durante el segundo trimestre una nueva alumna se incorporó al colegio. nos sorprendió que llevara la cabeza cubierta por un pañuelo. era muy simpática y, aunque nos entendía, no hablaba bien el español, por lo que le costaba al-canzar el nivel de la clase. Mientras algunos alumnos intentába-mos ayudarla, otros se burlaban de ella y no la trataban bien, la juz-garon por su aspecto y por no ser igual que nosotros; por eso decidimos hablar con la tutora para organizar una charla entre todos y comentar el problema.

Al cabo de un rato y viendo que algunos no sabían qué contestar, la niña se acer-có a la mesa de la profesora y nos contó su vida: se llamaba indira y había estado toda su vida viviendo en un pequeño pueblo de Marruecos. ella era la que se encargaba de cuidar a todos sus hermanos puesto que era la mayor; tanto su familia como ella vivían en una situación de miseria y pobreza. Su madre poco después de que ella cumpliera cinco años murió, enseguida se puso a trabajar.

nos hizo darnos cuenta de cómo era la vida en otros países, que no todo el mun-do vive igual que nosotros. nos enseñó sus costumbres y nos contó que después de un atentado, perdió a parte de su familia y ella quedó un poco coja. Que esa era la razón por la que andaba así. Y que después de esto la habían traído a españa.

Afortunadamente pudo salir de su país sana y salva. Los pocos susurros que que-daban en la clase se convirtieron en pequeños sollozos. Todos nos quedamos con la boca abierta. ese día aprendimos una lección: respetar a las personas por lo que son, sin importarnos su raza y su religión, apoyar a los compañeros cuando lo necesiten y no burlarnos de las desgracias de los demás. A partir de ese día indira fue una más como algunos la habíamos considerado al principio. ella estaba contenta a pesar de no enten-dernos del todo y de todo lo que le había pasado. nos enseñó a valorar la vida y a seguir adelante al igual que lo hace ella.

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incluso cuando el aire no tenga sentido

AndReA MARTÍneZ HeRnÁndeZ 2º eSO

Soy lo que he vivido. Soy los momen-tos que he pasado con mis amigos y mis seres queridos. Soy recuerdos, soy esperanzas, soy las metas que he encontrado en el camino: tanto las que conseguí, como las que no logré alcanzar. Soy anécdotas, risas, llanto. ¿Quién soy yo? Parece una pregunta sencilla, pero no es fácil enfrentarse a ella, simplemente por-que puede que no nos guste la respuesta. Y si es así, ¿qué sentido tiene todo?

Vivimos, nos equivocamos, aprendemos de los errores o los cometemos de nue-vo. Amamos, nos ilusionamos, disfrutamos de la vida y en otros momentos sufrimos sus golpes. Uno nunca sabe lo que le espera. Adquirimos una experiencia, pero cuando creemos saber algunas respuestas, la vida nos cambia todas las preguntas. Y después de todo, todos llegamos al mismo destino: ricos, pobres, afortunados, buenos y malos, felices o no, morimos. Y entonces, ¿Qué queda?

Queda lo que hemos sido. Te haya gustado o no, te haya parecido justo o injus-to. el tiempo pasa demasiado deprisa y nunca se detendrá porque tú necesites unos minutos o unos segundos más, ni podrás retroceder, pero muchas veces merece la pena pararse y echar un vistazo atrás, para ver si lo estamos haciendo bien o mal.

Una persona muy especial me dijo: “Respira, incluso cuando el aire no tenga sentido” y es cierto, porque después de los malos momentos, llegan los buenos. Por eso, procura que en cada lágrima haya una lección aprendida.

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A ti, mi amor, por tu esperaMARÍA MARTÍn deL cAMPO VenTURA

3º eSO

Hace cuatro años, en un pueblo de españa, ocurrió algo que dio luz y esperanza a muchas perso-nas invidentes que existían en el mundo.

carmen estudiaba en el instituto de bachiller en Sevilla, tenía catorce años, pero era ciega de na-cimiento. Toda su niñez se desarrolló con normalidad excepto sus ojos, éstos no veían lo hermoso que podía ser el mundo en el que vivía y a la gente que la amaba y la ayudaba a tener una vida casi completa.

Sus estudios cada vez eran más complicados y día a día ella sentía la necesidad de superarse y de su-perar su discapacidad, se hacía mayor y sólo pensaba que quizás su vida cambiaría en un futuro cuando des-cubriera una lente que pudiera transformar sus ojos y obtener una visión casi perfecta.

Se hizo una mujer fuerte, bonita y muy inteligente. Paso a paso en su vida de estudiante, se dio cuenta que necesitaría a alguien a su lado para cursar estudios su-periores. Quería ir a la universidad, licenciarse en medicina y poder investigar sobre la enfermedad que padecía. Sabía que era cuestión de tiempo y también de esfuerzo, pero pondría toda su voluntad para poder conseguirlo.

Antes de empezar el primer año de medicina, tuvo una gran idea, pensó en bus-car en su tuenti alguien que pudiera ayudarla, puso un mensaje como este:

“Soy Carmen una chica ciega que intento cursar mi primer año de medicina, ne-cesito una persona que quiera compartir conmigo todas las horas lectivas de clase, que me ayude a traducir los textos, que me ayude a estudiar y que en las prácticas pueda

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transmitirme la información como si yo lo estuviera viendo, sé que esto es muy difícil y por eso pongo este anuncio, sólo puedo ofrecer mi amistad, mi casa y una cuota econó-mica que podamos discutir en persona.”

éste fue su anuncio y nada más entrar en la red pasaron unas horas y obtuvo tres mensajes, dos eran chicas y uno era un chico. La verdad es que ella pensó que pasaría mucho tiempo hasta que alguien la contestara, pero no fue así. de esas tres personas que contestaron, uno de ellos le llamó la atención, un chico llamado Jorge, un poco mayor que ella, pero le comentaba en su mensaje que él no había podido estudiar me-dicina porque sus recursos económicos eran escasos pero que pensaba que era su opor-tunidad, primero de ayudarla y luego de cumplir también su sueño. Le habló a carmen de ayudarla en la carrera, de hacerla a la vez que ella, que estudiarían juntos y serían médicos los dos en unos cuantos años. A carmen, le encantó la idea, de hecho no buscó a nadie más, dio las gracias a las personas que se ofrecieron a su llamada y enseguida contactó con Jorge por teléfono y le invitó a Sevilla para conocerse.

el día 1 de septiembre del 2008 Jorge viajaría a Sevilla para conocer a carmen, llegó a las cuatro de la tarde en el AVe Madrid-Sevilla. carmen no pudo dormir la noche anterior pensaba que esto no podía ser verdad, que Jorge no se presentaría o que todo sería un sueño y en un momento se despertaría. el encuentro fue fantástico, él la buscó enseguida y corrió a llamarla, ella sonrió y le dijo: me alegro de que estés aquí, ense-guida conectaron.

Unos días antes de empezar el curso, carmen habló con Jorge seriamente acer-ca de su idea de trabajar cuando terminara la carrera en la investigación de una lente para que pudiera hacer posible su visión, ellos comentaron lo difícil que sería, primero hacer la carrera, estudiar día a día, aprobar los exámenes y luego entrar en un equipo de investigación para realizar su sueño.

Según iban pasando los años de estudio, carmen y Jorge eran más fuertes, más listos y más impresionantes. Todo era colaboración –creo que se enamoraron–, se que-rían y se ayudaban como dos grandes futuros médicos. Terminaron con las dos mejores notas de la promoción, pero esto culminó con el único problema al que se podían en-frentar: sólo había una única plaza para el equipo de investigación. después de tantos años juntos, tanto esfuerzo y un gran final, los dos licenciados ahora tenían que tomar una decisión: ¿quién de los dos se iría a estados Unidos?

carmen no lo dudó y sin pensarlo le ofreció a Jorge que fuera él y que hiciera lo que ella tanto había anhelado, una lente para sus ojos y para los de tanta gente en


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quienes había pensado. Jorge se marchó y le prometió que volvería y así poder tener un futuro juntos como nunca imaginaron.

después de casi dos años y medio sin verse y sin tener grandes noticias, carmen estaba un poco desilusionada, pensó que todo no sería tan fácil y que todo no iba a salir bien. Quizás Jorge no volvería, quizás su lente no existiera... Pasaron tres años y Jorge no volvía. carmen entró en una depresión y no entendía qué había podido pasar, cual-quier cosa se le pasaba por la mente incluso que hubiera conocido a otra persona, que hubiera cambiado su vida y ya sí que no volvería. A veces hablaban por teléfono pero cada vez con menos frecuencia y cada día hablaban de cosas menos interesantes, car-men intuía que algo pasaba pero no podía hacer nada. Los días se hacían interminables, las noticias escasas y al final pensó en tirar la toalla.

* * *

en el periódico de la mañana aparece un titular:

“Un médico español, Jorge Muñoz de la Serna descubre una lente que facilita la visión a personas con un tipo de discapacidad ocular”. El hallazgo ha sido gracias a su dedicación en la investigación de tres años de trabajo en Estados Unidos. Se la dedica a su amor Carmen Baroja, invidente que vive en España, y firma: “A ti, mi amor, por tu espera”.

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La última sonrisacAROLinA GUTiéRReZ GOnZÁLeZ

4º eSO

Murió como a todos les hubiera gustado, dormido en un plácido sueño, sin su-frimiento ni dolor. Tenía 98 años, podía andar a ratos y todavía su cabeza no le había empezado a fallar. Vivía solo en una pequeña aldea a las afueras de la ciudad, nadie le visitaba, nunca recibía correo ni llamadas. Su mujer había fallecido años atrás, vivían los dos solos, sus hijos eran mayores e incluso vivían en la otra punta del país. nunca supieron si habían tenido nietos. Por aquellos años su vida había sido bastante sencilla a la vez que solitaria, pues en aquella aldea vivían muy pocas personas, que también eran de avanzada edad. Tenían una vaca, algunas gallinas y un pequeño huerto. Todas las navidades las pasaban al lado de la chimenea, ya que la nieve les impedía salir. Su mujer cocinaba algún que otro asado y a la noche se sentaban en sus respectivos sillo-nes y, si su vista cansada se lo permitía, leían un poco. Aquel año había sido diferente, ahora estaba solo, apenas hablaba con nadie excepto con el hombre que repartía leña o algún que otro granjero de la casa de al lado. cocinaba pequeños pucheros para él ya que su dentadura le impedía masticar. Todas las noches se sentaba en su sillón al lado de la chimenea y hablaba solo de lo que había pasado durante el día como si su mujer aún estuviera allí. Por las mañanas, muy temprano, se levantaba e iba al cementerio y cambiaba las flores de su difunta esposa. El hombre se sentía cansado, tosía a menudo y apenas tenía fuerzas para seguir arando aquel huerto, así que una mañana el hombre bajó a la ciudad. Sin querer la gente le empujaba, era una ciudad abarrotada en la que todos iban con prisa. caminaba con su quebradizo bastón de madera, intentando molestar lo menos posible. Le gritaban que se quitase del medio, como un parásito de aquella ciudad, la gente apenas se percataba de que existía, tenían muchas cosas que hacer y su tiempo era escaso, ¿quién se iba a percatar de un anciano solitario y aburri-do como él?

entró en el bancó y habló con el director, tenía una pequeña herencia que de-jar a sus hijos. Firmó aquel papel con su pulso tembloroso y su mano llena de arrugas, pensó que su herencia sería mísera para sus tres hijos, pero era lo único que podía de-jarles, ni siquiera les había vuelto a ver. Salió del banco y justo en frente se percató de que había una pequeña residencia de ancianos, algunos en silla de ruedas, otros seda-


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dos, algunos lloraban porque no se acordaban de quienes eran, otros no querían tomar su medicación o se quejaban de que les dolía la espalda. Aquel día era el día de las vi-sitas, el hombre se quedó mirando a través de la valla, contó familiares y el tiempo que pasaban allí, apenas siete u ocho que tardaban apenas veinte minutos. el anciano cruzó la calle y entró en el banco de nuevo, sacó todo su dinero de aquel sitio, a continuación cogió el autobús y andando despacio consiguió llegar a una pequeña escuela de música para niños, dio todo su dinero para que durante un año, cada sábado fueran a aquella residencia y tocaran un poco de música durante no más de una hora. Y así lo hicieron.

el hombre volvió a su casa, miro por última vez aquel cielo estrellado, se quedó por un momento fijo en la imagen de su casa, recordando cada momento que había pa-sado allí, recordó a su mujer asomada al ventanuco de la cocina, abrió por última vez la puerta de su casa, ya había anochecido, apagó la luz, se metió en su cama y entró en un sueño profundo del que jamás despertaría. A los meses, aquella ciudad formó una banda en honor a aquel anciano, tocarían todos los sábados en las dos residencias que había en la ciudad, ahora los ancianos no están tan solos, pues la banda les alegra cada sábado, por lo menos aquella música consiguió sacarles la que tal vez fuera su última sonrisa.

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Sin títuloSeRGiO LÁZARO MARTÍneZ 1º Bachillerato

2.20 am. Madrugada del jueves, volvemos de las colinas, todos parecen tranquilos, veo enfermeros, estoy en una camilla, un agujero en el costado y otro en el hom-bro, mirada borrosa y un zumbido en los oídos. desmayo.

3.45 pm. Viernes, o eso creo, me despierto en la enfermería, de momento sólo escucho un leve zumbido que va de un oído al otro. Al poco tiempo se vuelve pun-zante, hasta que consigo distinguir los gritos y los dispa-

ros. Ahora recuerdo por qué estoy aquí. inmerso en una guerra que no entiendo. ¿Por qué no me duele nada? Me despierta una preciosa enfermera. ese uniforme le queda muy ceñido. Me cuenta que me retiraron del campo tras ser abatido, me administraron ketamina y me indujeron un coma, según ella eso conseguirá librarme de cualquier do-lor crónico o actual, para que pueda volver al frente. Me levanto, parece que funciona, me visto y me preparo para salir.

3.59 pm. Tras caminar un poco cojo mi fusil, casco y botas, y me pongo junto a mi compañía. Jeep, caras serias, charla de turno y nos suben a unos treinta entre dos coches. Un colega me pregunta que tal estoy, se ve que me conoce, no tengo ni idea de quién es este tal Mike, el caso es que me suena de algo. Bromeamos, reímos, nos rela-jamos y le comento que mi despertar ha sido mucho más alegre gracias a la enfermera. cara confusa ¿cómo que en nuestra compañía solo hay hombres?

5.15 pm. el viaje ha sido más ameno de lo que pensaba. el Jeep se para en seco. Levanta una nube de arena. comienza la carrera. A toda prisa bajamos y nos refugiamos en una pequeña barricada, un reguero de tiros nos persigue hasta llegar al foso. Veo caer a dos rezagados, aunque no oigo lamentos. A pesar de mi vendaje y mis recientes heridas llego de los primeros, ese medicamento funciona fenomenal. casi no siento nada, quizá lástima por estas dos últimas bajas. Me presento a mi superior ¿qué vamos a hacer con ellos? cómo que con quienes, con esos d ... ¿dónde están? no lo en-tiendo, han caído dos compañeros, estaban ahí. ...no queda ni rastro de sangre.


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5.50 pm. Preparados, todos en nuestros puestos, la hora de la verdad. Las caras de mis compañeros reflejan la tensión del momento, aunque yo siento una extraña tran-quilidad, ¿será por la ketamina? el sonido de un tiro me despierta de mis pensamientos, pongo el ojo en el visor, está completamente empapado, como yo. no se cuándo ha empezado a llover así. La cortina de agua cada vez es mayor, la visibilidad es casi nula, y los focos no hacen más que empeorarlo. el agua comienza a calar y el frío se nota. Me pongo el abrigo. Miro a mis compañeros, que me devuelven la mirada, extrañados. ¿Qué ocurre, no tenéis frío? Mike, mi supuesto nuevo amigo se ríe. ¡Mirada al frente soldado! Obedezco, para mi sorpresa, un sol radiante me deslumbra, estoy completamente seco, esto es muy raro.

8.32 pm. de vuelta en el campamento, este día se me está haciendo eterno, estoy algo preocupado, definitivamente me están tomando el pelo. O quizá sigo algo dormido. nos llaman a formar. Se ve que la campaña ha sido un éxito, el enemigo ha retrocedido. A descansar, gracias a dios, justo lo que necesitaba. A ver si se me despeja un poco la cabeza.

2.10 am. Tiros, gritos, nos despiertan y nos mandan salir, todos cogemos los fu-siles y nos vestimos tan rápido como podemos, salgo del barracón, solo. el espectáculo que veo ante mí es horrible. nos han atacado de noche, estamos acabados. Un soldado enemigo tiene acorralado a Mike, loco de rabia voy a por él, me dispara sin acierto y se queda sin balas, por desgracia escapa antes de que le haya podido alcanzar. Levanto a mi compañero del suelo, no responde, le han disparado. Tras zarandearlo varias veces se desvanece ante mis ojos, en una nube de polvo. no entiendo nada. Siento algo en el brazo, un enemigo viene de espaldas a mí, me ha disparado en el hombro. contraataco, mis balas le alcanzan, pero ni se inmuta y sigue corriendo. Segundo disparo, llevo mi mano al costado, miro el agujero, sangro, pero sigo sin notar nada. esto de la ketamina es increíble. Alzo la vista, no hay nadie más allí. Todo está desierto, blanco, ni un solo ruido. esto no tiene ningún sentido. Frente a mí aparece la enfermera que me atendió esta mañana. Se acerca y me susurra algo al oído. Todo oscuro.

* * *

2.20 am. Madrugada del jueves, volvemos del campamento, todos parecen tran-quilos, veo enfermeros, estoy en una camilla, un agujero en el costado y otro en el hombro, mirada borrosa y un zumbido en los oídos. Según mi hermano Mike nos han atacado por la noche. –¡Te han disparado tío, dos veces, has aguantado como un toro! ¿cómo lo haces? –Mike, dile a la enfermera que me ponga ketamina. desmayo.

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212

Sin títuloAnA GARcÍA ARROYO

2º Bachillerato

Un pequeño rayo de luz solar ilumina mi habitación haciéndose, poco a poco, más y más grande. Eso significa que ya es hora de levantarse. Un nuevo día me espera. Aunque sé de sobra que este día va a ser como el resto. Me dirijo al cuarto de baño: tengo que prepararme. Me miro al espejo y una chica de 17 años con una nariz algo más larga de lo normal me devuelve la mirada. no sonríe. no sonrío. no me hace mucha gra-cia el reflejo, no me hago mucha gracia. No me gusto. He aprendido a buscar algo posi-tivo de mi físico pero, por más que lo busco, no logro encontrarlo. Mis ojos son lo único que me fascina, un azul muy claro que hace que todas las miradas se centren en ellos primero, esperanzadas de encontrar un rostro hermoso, o un cuerpo hermoso, pero se decepcionan al darse cuenta de que no es cierto. Mis cuerpo no es excesivamente gor-dito, pero sí lo suficiente como para recibir críticas. Al menos, eso creo... Bueno, es cierto, estoy exagerando un poco, tampoco es tan horrible. Pero tras numerosos años en mi colegio siendo perseguida por mil críticas durante años han conseguido que me lo acabe creyendo. día a día voy trayéndome de clase a casa mil perversas valoracio-nes sobre mi persona. injustas, dañinas, retorcidas, que mis compañeros simplemente hacen para sentirse mejor consigo mismos y para verme caer. He de admitir que mu-chísimas veces lo han conseguido, pero voy madurando y viendo que las personas que más me intentan dañar, más complejos tienen. Mis aficiones, mis gustos, mi estilo de vestir, completamente distinto al suyo ... Todo ello no encaja, yo no encajo, porque no pretendo ser como ellos. ese es el mayor problema.

Hace un tiempo vino una compañera nueva, Ann, ella es la persona más parecida a mí que he visto en mi vida. Lo que más me fascina de ella es esa capacidad de que todas esas burlas y risas que escucha sobre ella le den absolutamente igual. ella ha hecho que vaya soportando las dificultades que mis compañeros me llevan poniendo años. He cono-cido a sus amigos, que son como nosotras, y me he dado cuenta de que hay mucha gente que sí merece la pena. Que hay motivos por los que quererse a sí misma y que nada, ni nadie, puede hacer que te hundas. Puede que, en un principio, pienses que nada vale la pena pero, si echas un vistazo a la gente que intenta acabar contigo por pura diversión, comprendes que no son más que nadie, que no son más que tú. Que sus vidas son de-


213

masiado aburridas y tristes como para seguir con ellas sin criticar a nadie. y esto es así. Queda poco para que acabe el curso, por fin. Para perder de vista a las personas que me llevan haciendo tanto daño y para poder vivir una nueva vida, en un nuevo sitio, con per-sonas que me agradan y están contentas de que yo forme parte de sus vidas.

Salgo por la puerta principal y, para mi sorpresa, Ann se encuentra allí, recibién-dome con una gran sonrisa. Sé que es hora darse cuenta de lo que es verdaderamente importante en la vida y de lo que realmente me tendría que preocupar. Me he dado cuenta de que valgo demasiado como para permitir que algo como aquello me dañase. Gracias a mi fuerza, por supuesto pero, sobre todo, a Ann.

–¡Hola Ann! Me has venido a buscar, no puedes vivir sin mí, ¿eh?– saludo, burlona.

Hoy va a ser un gran día porque la tengo a ella a mi lado. no se lo he dicho en muchas ocasiones, pero ella sabe perfectamente que le debo tanto...

–eh, Ann, eres muy grande,¿lo sabías?– opto por soltar.

ella se queda algo perpleja por el repentino anuncio.

–¿Me estás llamando fofa?– Pregunta, bromeando.

Ambas reímos. Sabe perfectamente a qué me refiero. Creo que hoy el sol brilla más de lo normal, no sé, quizá sea yo, que estoy algo optimista, o quizá es el futuro, lejos del colegio y a su lado que me espera.

colegio San Juan evangelista

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Mi fiesta de cumpleañosALeJAndRA nAVARRO GOnZÁLeZ

3º Primaria

era un día muy ventoso, con muchas nubes en el cielo, parecía que iba a llover. estaba a punto de acabar el colegio, era viernes por la tarde y estaba muy nerviosa. Me iba a ir con mis amigas: Lara, Almudena, Paula, nicole, Alba y Lucía a mi casa a pasar la tarde.

Queríamos disfrazarnos y bailar... , al llegar a casa gritamos de emoción, estaba toda decorada con figuras de Monster High, nuestra serie favorita, teníamos chuches y golosinas de monstruos y calavera ... ¡Era una fiesta sorpresa por mi cumpleaños!, me la preparó María con mis padres. iUna fiesta de Monster High con mis amigas! Mi hermano mayor no estaba, ¡menos mal!, me podría haber fastidiado toda la tarde con mis amigas.

Mi hermana Jimena (la salvaje), sí estaba y quería jugar con todas nosotras. Pudimos divertirnos disfrazándonos de nuestros personajes favoritos, nos pintamos las caras, cantamos, bailamos en el jardín ... iJugamos al juego de las sillas!

Mis tíos Jesús y cristina vinieron a felicitarme con mi primita elena, una bebé muy guapa y muy dulce. Me hizo mucha ilusión.

Al terminar la fiesta nos reímos mucho porque Nicole al desmaquillarse con una toallita ¡se parecía a una zombie de verdad! Lucia no quería irse, pero vinieron sus pa-dres y la convencieron. cuando me quedé sola con mis padres, pude ver y escuchar las canciones de Violeta (mi serie favorita).

Fue una tarde perfecta.

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La pandillaMiRiAM GUiSASOLA ROdRÍGUeZ

4º Primaria

La pandilla eran un grupo de amigos llamados María Paula, Helena, Miriam, Mar-cos y Jake. La pandilla se fue de vacaciones a un bosque que tenía ríos, albergues, ani-males salvajes, etc. iban a una casa bastante deteriorada, Marcos abrió la puerta y di-jeron todos –¡Qué vieja! entonces todos dieron un paso y crujió el suelo, con un ¡crack! cada uno fue a explorar la casa, de manera separada.

Helena se encontró una habitación llena de arañas y todo tipo de bichos y gritó –¡Ahhhhhhhhhhh! ¡Qué asco!, nunca pensé que todo estaría así.

Todos fueron corriendo para ver qué le podría pasar y efectivamente ¿cómo no iban a entrar en la habitación? encontraron de repente un pasadizo secreto detrás del armario. Todos fueron bajando uno a uno hasta llegar abajo. Había esqueletos de per-sonas y animales,

Jake gritó –¡Ahhhhhhhh qué miedo!

Y Marcos gritó –¡Qué miedica eres Jake!

de pronto apareció un hombre de la nada y dijo:

–¿Qué hacéis en mi casa? –con el tono de pocos amigos.

–¿Quién os ha mandado venir hasta aquí?

Todos quedaron aterrados de ver aquel personaje de otro tiempo. el hombre lle-vaba ropajes antiguos y una barba hasta la cintura, apenas había luz, salvo una peque-ña vela que todavía tenía llama, haciendo sombras más tenebrosas en la pared.

el extraño ser gritó:

–¡Respondedme ladrones!


219

Marcos, de re-pente dijo: –Somos una pandilla de amigos que hemos venido a pasar el verano.

Miriam dijo: –He-mos venido de vacacio-nes a esta casa, pensan-do que no habría nadie dentro, pero evidente-mente ya está habitada.

de pronto el extraño cambió su carácter cambiando el tono: –¡Ahhh! sois los que me llamásteis ¡vaya cabeza que tengo! Por un momento no sabía por qué estábais aquí. Y fui yo mismo quien os alquiló la casa.

Todos dijeron “menudo personaje raro que nos ha tocado, pasaremos unas di-vertidas vacaciones”, lo dijeron con un tono bajo para que no lo oyera y se enfadara de nuevo. el dueño de la casa, se llamaba Pedro, y la Pandilla comentó cuál sería el plan a seguir al día siguiente, ya que estaban ansiosos de aventuras y viajes.

en ese mismo momento, cuando estaban pensando en las aventuras que les es-peraban, les empezó a entrar sueño y todos se fueron a dormir. Pedro les acompañó a sus habitaciones, siempre hablando de todas las cosas que iban a ocurrir, nadar en el mar, excursiones por el bosque, atrapar animales, comer en el campo. Todo parecía muy excitante.

A la mañana siguiente todos se levantaron corriendo, a desayunar y prepararse para el primer día de vacaciones, después todos acordaron ir a al lago a nadar, tomar el sol y descubrir la gruta de los ladrones, y que nuestro anfitrión se encargó de ir comen-tando de camino al lago. cuando llegamos lo pasamos fenomenal, descubrimos la gruta y vimos animales increíbles. Aquel día fue el principio de unas vacaciones inolvidables, donde pasamos unos días que aún recordamos toda la pandilla.

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La muerte inesperadaMAnUeL RiciS BARceLÓ

5º Primaria

Un día normal una familia se fue de vacaciones a una aldea pequeña y deshabitada. Unos días antes les advir-tieron de que no fueran porque decían que era muy peligroso.

como todas las tardes, la niña se iba a jugar sola al río y siempre se

encontraba en el mismo sitio a un niño vestido de zombie. Un día llu-vioso ella le invitó a pasar, pero el niño vestido de zombie se negó y ha-

ciéndole señas se fue con él. en cuan-to se dio la vuelta se encontró ahogada en el río. Los padres, preocupados, es-

tuvieron buscándola más de dos horas, a lo lejos vieron que algo se movía, se acercaron y...

¡estaba allí! el padre se fue con ella, pero murió en el intento; la madre salió corriendo y, ya en casa, escuchó unos

ruidos raros en el desván y se encontró con el padre, al niño vestido de zombie, pero... y la hija estaba detrás y se la comió viva.

Ahora la madre vaga para destruir todas las familias del mundo.

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el planeta de las golosinasÁnGeLA MARTÍneZ nAVARRO

6º Primaria

Había una vez unos niños que jugaban en un des-ván. Uno de ellos encontró un juego muy antiguo y lla-mó a su amigo. el amigo le dijo que lo abriera y así lo hizo, y de repente se abrió un pequeño portal. Los dos amigos, creyendo que era un juego, se metieron en el portal.

cuando llegaron se encontraron con un pequeño planeta de golosinas. Pasó mucho tiempo y no sabían cómo salir de ahí, pero un plátano de golosina se les acercó y les advirtió que si querían irse tenían que ir al castillo del Rey y coger la llave de gominola. Los niños preguntaron cómo iban a llegar y el plátano contestó que con el gran coche de chuches. Los dos amigos se montaron en el coche y fueron al castillo del Rey.

cuando llegaron llamaron al timbre real y un osito de gominola contestó:

–¿Quién es?

Los amigos contestaron que necesitaban urgentemente ir a visitar al rey. La go-losina les dejó entrar y cuando llegaron el rey no les dejó la llave, pero si la querían tenían que traerle al plátano. eso hicieron y como lo había prometido el Rey les dio la llave y regresaron a casa. ¡Menos mal que estaban a salvo!

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el leñador pobreRAQUeL cHOZAS cHicÓn

1º eSO

Hace mucho tiempo, en un país lejano, vivía un leñador con su familia. él gana-ba muy poco dinero con su trabajo y no tenía casi nada que meterse en la boa, pero en su casa reinaba la felicidad y el amor.

cerca de la casa del leñador vivía un matrimonio de ricos, que no tenían de todo, pese a lo que tenían no eran felices. Un día la mujer rica dijo a su marido que podían ayudar al leñador, que eran muy pobres. Además, como la mujer del leñador iba a tener un hijo, pidió a su marido que se ofrecieran como padrinos del niño para poder ayudarlos con esa disculpa. el marido dijo que sí y cuando nació el pequeño fueron a ver a la familia del leñador cargados de regalos para el recién nacido y comida para celebrarlo.

A partir de entonces, los dos matrimonios se hicieron amigos, pero la familia del leñador seguía tan pobre y feliz y sus vecinos tan ricos y descontentos.

La mujer rica volvió a decir al marido que por qué no le daban más cosas. Al hombre rico le pareció bien y llamó a su vecino y le dijo que le iba a dar una casa gran-de y mucho dinero.

el leñador se asustó y dijo que no podía aceptarlo, pero el rico le convenció diciéndole que así no tendrían que trabajar y sus hijos podrían estudiar y estarían muy felices.

Al día siguiente se trasladaron a su nueva casa, que tenía una habitación para cada uno y todo lujo de detalles, la despensa con comida a rebosar y los armarios llenos de ropa. En fin, que era como un sueño.

Sin embargo, al atardecer el leñador y su mujer mandaron a sus hijos e hijas que cerraran las puertas y ventanas para que no entraran a robar. Aquella noche nadie pudo dormir a gusto y al día siguiente estaban cansados y tristes.


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Fueron pasando los días y la alegre familia del leñador iba poniéndose cada vez más triste.

Una mañana el leñador reunió a su familia y les dijo que hacía tiempo que no se oían canciones y risas.

Ahora todo eran quejas y desconfianza para que nadie supiera lo que tenía el otro y les preguntó si querían devolver a sus amigos todo lo que les habían regalado.

Todos dijeron que sí e inmediatamente el leñador se presentó en casa del hom-bre rico. Le dijo que volvían a su casa de antes y que muchas gracias, pero que la rique-za les había quitado la alegría y no estaban conformes. el rico se enfadó con su vecino y pensó que era un necio por devolverlo todo.

A los pocos días la familia del leñador ya estaba tan feliz como antes y sus veci-nos ricos tan tristes y descontentos como antes.

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Algo que me hizo cambiarAinHOA cULeBRAS LÓPeZ

2º eSO

esa mañana me levanté tem-prano, aparentemente todo era igual, como otro día cualquiera, aunque algo me iba a hacer cambiar.

Salí a la calle. Hacía frío, aún no había amanecido, se veía poca gente y como cada mañana cogí el au-tobús, apoyé mi cabeza sobre el cris-tal para dar una cabezada mientras hacía el trayecto.

Llegue a mi destino, anduve como siempre unos minutos, allí estaban mis ami-gos, la Universidad, los profesores, todo dispuesto para empezar el día.

el comentario en los pasillos es que alguien nuevo había llegado.

Le vimos, era una persona con síndrome de down. Pensamos en qué metas llega-rá a alcanzar en la Universidad.

nuestra sorpresa fue que no iba a estudiar, si no que iba a ser nuestro profesor.

Hablando con él nos hizo ver que con empeño, ganas y esfuerzo nadie es más que nadie y el querer es poder. Y si nos lo proponemos todos podemos llegar a la meta que queramos.

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colegio Seis de diciembre

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¡Que reine la paz!cAROLinA ROMeRO PRieTO

3º Primaria

En un lejano país, rodeado de montañas, árboles, flo-res y un gran río, vivían en una casa dos niñas pequeñas llamadas Blanca y clara. clara, la mayor, era buena y cuidadosa sólo tenía seis años y le gustaba mucho la música. clara, la pe-queña, era más traviesa y llorona, sólo tenía siete añitos, acompañados de sus padres Andrés y Amelia, una familia pobre que se alimentaba de la pesca y del cultivo.

Un día Andrés, pescando truchas en el río, oyó unas vo-ces de auxilio, era el Sr. Wilson, un hombre mayor al que se le había quedado atrapada su silla de ruedas. Andrés, sin dudarlo, agarró un palo y consiguió hacer palanca. el Sr. Wilson agradeci-do les invitó a merendar. Pasada una semana, Andrés y su familia se dirigieron a su casa.

era una mansión con todo detalle, hasta había un piano de cola, a clara se le llenaron los ojos de luces y al momento llegó el Sr. Wilson, que les recibió con una cari-ñosa bienvenida. Tuvieron una gran y divertida charla entre ellos y le prometió a clara visitarle para aprender con un profesor a tocar el piano.

Una mañana de invierno, Blanca se puso enferma, con fiebres muy altas y su padre fue a pedir ayuda mientras clara se encontraba de camino a sus clases de piano. Le sorprendió un oso un poco enfurecido y echó a correr, con tan buena suerte que se quedó atrapado en una trampa.

Andrés consiguió hablar con el doctor del pueblo y pudo poner remedio a la neu-monía que sufría Blanca.

Pasados unos años el Sr. Wilson era ya muy viejecito y se encontraba muy cansa-do, así que decidió dejar toda la herencia a Andrés y a Amelia.

esta era su familia, la que él nunca pudo tener.

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david y sus pompas de jabónFedeRicO LeÓn SOLÍS

4º Primaria

Había una vez un niño llamado david, al que le gustaban las pompas de jabón.

Las pompas de jabón grandes.

Las pompas de jabón pequeñas.

Las pompas de jabón de colores.

Se pasa horas y horas haciendo pompas de jabón.

Las clasifica con mucho cuidado y luego las usa para guardar sus tesoros.

Tesoros como el partido de fútbol que siempre soñó, la flor que le regala la niña del parque, un atardecer en la playa, la ilusión del día de Reyes, un beso de la abuela, su cuento favorito, el postre que tanto le gusta, su juguete favorito, la manzana de ca-ramelo de la última feria, etc.

Los días que se siente triste deja volar las pompas de jabón.

Y las observa volar y brillar.

Y, finalmente, las detiene haciéndolas explotar para que derramen sobre él re-cuerdos, el sueño o sensación que hubiera guardado dentro.

Y se sienta a disfrutar de su tesoro, luego hace otra pompa de jabón y con mu-cho cuidado, vuelve a guardarla.

Su hermana mayor se ríe de él.

Sus padres piensan que eso de las pompas son tonterías.


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nadie cree que las pompas de jabón sirvan para algo más que verlas volar y ex-plotar.

Tampoco creen que se pueda guardar un tesoro dentro.

Y, por último, todos piensan que el niño es un poco raro.

Pero eso a david no le importa, ya que él seguirá haciendo sus pompas de jabón y las seguirá llenando de tesoros.

Mientras lo dejen en paz los demás que crean lo que quieran.

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Un pueblo lleno de cuentosdAVid deL RÍO SiLVA

5º Primaria

Un día soñé que estaba en un precioso pueblecito en medio de las montañas. Las casas estaban pintadas cada una de un color. Así, de lejos, el pueblo parecía un arco iris.

¿Sabéis quiénes vivían en las casitas de tan bonito pueblo? Pues los cuentos.

Para disfrutar de cualquier cuento todo lo que había que hacer era llamar a la puerta de una casita y, una vez que estuviera abierta, entrar.

en el pueblo estaban todos los cuentos, el de caperucita roja, Pulgarcito, La ce-nicienta, El gato con botas, etc.; en fin, todos los cuentos estaban en el pueblo.

cuando me desperté me fui al cole y al salir al recreo subí a la biblioteca, al en-trar recordé que el pueblo de mis sueños era igual que la biblioteca, cada libro que yo abría era como llamar a la puerta de las casas del PUeBLO de MiS SUeÑOS.

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Un anillo mágiconATALiA dÍAZ URQUiJO

6º Primaria

érase una vez la familia de Laura a la que le gustaba mucho veranear en la playa. Laura sólo tiene siete años y siempre le gusta curiosear todo.

en agosto, como siempre, se fueron al apar-tamento de sus abuelos. Laura estaba entusiasma-da, pues este año iba a ir su primo Marcos con ellos. Marcos tiene un año menos que ella. el primer día que llegaron a la playa, saludó a sus abuelos, se puso el ba-ñador y salió corriendo a la playa. Sus padres le dijeron que tuvieran cuidado y que cuidase de Marcos, que ellos irían más tarde. Laura se acercó a la orilla y cogió a su primo de la mano para recoger conchas, estuvieron un buen rato mirando al suelo para ver si encontraban conchas bonitas, de repente, Marcos gritó:

–¡Mira Laura!

Laura se acercó y vio algo que brillaba. Lo cogió y vio que era un anillo. Lo frotó para limpiarle la arena.

Para su sorpresa, del anillo salió un pequeño animal, tenía cara de ratón y orejas de conejo. el animal bostezó y dijo:

–Ahora eres mi dueña. Puedes elegir dos deseos y te serán concedidos.

Marcos, asustado, retrocedió dos pasos y Laura se quedó tan sorprendida que exclamó:

–¡es el genio del anillo del Rey del Mar! ¡Qué suerte he tenido! Puedo pedir dos deseos.

232

–¡Marcos!, ¿qué puedo pedir?

Marcos dijo: –Pide algo que siempre has deseado y nunca te han dado.

–¡Ya lo tengo! deseo una hermana mayor.

el genio se lo concedió y Laura estaba muy contenta. Pero no fue como ella esperaba. ella creía que iba a poder ir al parque y jugar con ella, pero su hermana no hacía más que regañarla y Laura ya estaba muy enfadada.

cogió el anillo y se acordó de que le faltaba un deseo por pedir y Laura deseó volver a la vida de antes, sin tener ninguna hermana.

Al final todo se quedó como antes y volvieron a su casa de vacaciones.

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colegio Severo Ochoa

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La gran estrellaALBA ALHAMBRA SÁncHeZ

3º Primaria

Había una vez una estrella que se llamaba Yasi. Un día se cayó del cielo. Por suerte, cayó en las manos de una niña que se llamaba Alicia. Alicia preguntó a Yasi: –¡Tú eres una estrella. ¿Por qué estás aquí si deberías estar en el cielo con las demás estrellas?

–Porque me he caido del cielo. Por cierto, me llamo Yasi. ¿Y tú cómo te llamas?

–Yo me llamo Alicia. ¿Quiéres que te cuide hasta que puedas ir al cielo?

–¡Sería genial!

esa noche, Yasi y Alicia durmieron juntas. Al día siguiente, Yasi practicó con Alicia un vuelo. cuando Yasi aprendió a volar, Alicia le preguntó a Yasi que si tenía fa-milia. Yasi contestó que sí. entonces Alicia le dijo:

–¿Por qué no te traes a tu familia?

Yasi dijo que sí. entonces, Yasi y su familia pasaron el día en casa de Alicia. cuan-do llegó la mañana, Yasi y su familia se fueron. Yasi le prometió a Alicia que por cuidarla tan bien, cuando fuera una estrella fugaz le concedería un deseo. Llegó la hora de irse y Yasi se despidió de Alicia. Pasaron tres años y Yasi se convirtió en una estrella fugaz. Alicia la vio pasar por el cielo y pidio que se volviesen a ver. A la mañana siguiente Alicia se llevó una gran sorpresa. Yasi estaba con ella. Yasi le dijo: –Hace tres años te prometí que cuando fuese una estrella fugaz te concedería un deseo ¿o es que ya no te acuerdas?

–Pues no, ya no me acordaba.

Alicia y Yasi vivieron felices y fueron las mejores amigas para siempre.

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el pequeño pinoPATRiciA VAQUeRO RUBiO

4º Primaria

después de un verano con mucho calor, poco a poco llegó el otoño al bosque de colores. dos pequeños pajaritos que vi-vían en el bosque quisieron pro-tegerse de las noches frías del otoño y un pequeño pino, de tronco torcido, se ofreció para abrigarles y tener así amigos. Pero se rieron de él, diciéndole que era un árbol muy pequeño y

muy feo, y eligieron un gran cerezo lleno de hojas verdes y brillantes.

el pequeño pino les veía ir todas las noches al cerezo y ni siquiera le miraban. cada día estaba más triste. ¡nadie quería a un pobre y feucho árbol de hojas con forma de pincho!

Poco a poco, el bosque empezó a cambiar de colores y todo se empezó a poner amarillo y rojo. Al cerezo de le fueron cayendo las ojas, hasta que no le quedó ninguna. Los pajarillos ya no podían protegerse del frío y del viento entre las ramas de ese árbol y empezaron a temblar. Sin embargo, el pequeño pino de tronco torcido seguía allí, con todas sus hojas de pincho.

Al ver a los pajaritos casi muertos del frío que hacía, el arbolito volvió a ofre-cerles sus ramas para calentarse. entonces, se acercaron a él, colocándose entre sus ramas. Y se lo agradecieron, dándose cuenta de los tontos que habían sido al burlarse de él. el pino se alegró al ver que ya tenía dos amigos y los dos pajarillos aprendieron que no debían fiarse de las apariencias.

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Pedro y su perroMARÍA PéReZ TORReS

4º Primaria

érase un niño que se llamaba Pedro. él no tenía muchos amigos porque se acababa de mudar, pero sí que tenía a su mejor amigo que se había venido con él. este amigo era un perro que se llamaba Tobi, muy listo, tan listo que sabía ir al baño.

Pedro le quería mucho porque siempre había estado con él (desde su infancia). Pedro tenía 10 años y mañana iba a ir por primera vez a su nuevo cole.

Al día siguiente, Pedro se fue al cole sin avisar a Tobi y cuando se fue, su madre se marchó a comprar y su padre a trabajar. cuando Tobi se dio cuenta ¡no había nadie! Tobi creía que le habían abandonado y se fue corriendo.

Por la tarde todos volvieron y Tobi no estaba. Pedro se dio cuenta de por qué se había ido y se fue a buscarlo, pero antes le puso una nota que ponía: "Tobi, estaré en el parque buscándote ¡Ven!"

Y se fueron todos. Tobi volvió media hora después pero no estaban y vio la nota, aun-que no la entendía muy bien le dio la sensación de que estaban en el parque. entonces fue corriendo hacía el parque... se encontraron. Y cada vez que Pedro se iba, Tobi ya sabía que volvería.

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238

Los apellidos de MaribeleLenA BUeSO cARRAScO

5º Primaria

Maribel Piña Tuerta era una niña de diez años que casi todos los días estaba triste. Sus padres estaban preocupados porque Maribel era hija única y no le faltaba de nada. Tenía una casa bonita, juguetes y una familia que la quería mucho. Pero cuando iba y venía del colegio nunca sonreía.

Un día Maribel y su ma-dre estaban comprando en una frutería y vio a un niño que era compañero suyo del cole, hacien-do gestos con los ojos, y riéndose de ella, se acercó con una piña y se la puso en la cabeza riéndose a carcajadas. Su madre le regañó y el niño seguía burlándose di-ciéndola que tenía cara de piña tuerta. Maribel salió corriendo y llorando sin parar. Su madre le

preguntó qué le pasaba y Maribel le contó que todos los niños del cole se reían de su apellido, en clase y en el patio, que nunca nadie jugaba con ella y la llamaban de muchas maneras para insultarla. Su madre le contó que a ella también le pasaba de pequeña, que le llamaban en su pueblo "la tuerta" y que al final ya no le importaba y no les hacía caso porque era su apellido y no lo iba a cambiar.

Así Maribel, poco a poco, dejó de llorar en el cole, ya no les hacía caso, y ni se enfadaba ni nada. cuando todos se dieron cuenta de que a Maribel ya no le importaba dejaron de insultarla. Un día, una niña le dijo en el patio:

–¿Quieres jugar con nosotras Maribel?

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Los deseos a veces se cumplenLAURA nUeRO MUÑOZ

6º Primaria

Todos los días, cuando cristina va al colegio ve a un señor pidiendo limosna y le da muchísima pena.

Un día, cristina estaba haciendo los deberes, y no po-día concentrarse porque estaba pensando en el señor que pedía limosna. entonces miró por la ventana, estaba anocheciendo y, de repente, vio una estrella fugaz. Sin pensárselo dos veces pidió que el señor que pedía limosna encontrara un trabajo y un hogar.

A la mañana siguiente, cuando fue al colegio vio que el señor no estaba. Al prin-cipi le pareció una casualidad, pero luego pensó que quizás elhombre había encontrado un hogar y un trabajo.

A la salida del colegio le pidió a su madre que fueran a una zapatería porque sus zapatos estaban rotos, al entrar en la tienda, vio al señor que pedía limosna más arre-glado y mejor vestido; al verle, a cristina se le dibujó una sonrisa en la cara. ese día descubrió que, a veces, los deseos se cumplen.

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colegio Uno de Mayo

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Valeria y el bailecLAUdiA BARTOLOMé HeRnÁndeZ

3º Primaria

Valeria vivía en un pueblo pequeñito de Ma-drid, tenía ocho años y era la hermana mayor de cuatro hermanos.

Su padre no siempre tenía trabajo y su ma-dre cuidaba de sus hermanos y de ella. Al no poder trabajar su padre todos los días no tenían mucho di-nero, sólo lo justo para poder comer.

A Valeria, desde pequeñita, le gustaba mucho el baile y siempre pedía a los vecinos del pueblo que la cantaran para poder bailar.

Deseaba durante todo el año que llegaran las fies-tas para poner la música en la plaza del pueblo y así poder bailar para todos. era el mejor día para ella,

Un día Valeria tuvo que ir a la ciudad con su mamá y siempre le gustaba pasar por la escuela de baile más importante de ese lugar, llamada escuela de danza Pepe Vento.

Allí había un cartel que decía “concurso de baile para niños”. Valeria se puso muy triste, porque ella sabía que nunca podía participar.

Su madre le preguntaba –“Valeria, hija, ¿qué es lo que te pasa que estás tan triste?

–nada, mamá, no te preocupes, no me pasa nada.

–dímelo hija, mamá te podrá ayudar.

Valeria se lo contó a su mamá y su mamá le prometió que haría todo lo posible para que pudiese participar en el concurso.

244

en el pueblo se enteraron de que Valeria quería bailar en la escuela y todos los vecinos pensaron en entregar una pequeña cantidad de dinero para ella.

Prepararon una fiesta en la plaza del pueblo y le dieron la noticia. Valeria no se lo podía creer y lloraba de alegría con su mamá.

Llegó el día y todo el pueblo acompañó a Valeria al concurso de baile más impor-tante de la ciudad en la escuela de danza Pepe Vento.

Se acercó el momento de bailar y Valeria bailó y bailó tan bien como ella sabía hacerlo. Su actuación fue perfecta y todo el público y todo su pueblo aplaudieron mu-chísimo.

el jurado puntuaba a cada bailarina en silencio, pero cuando Valeria bailaba reían y hablaban entre ellos diciendo: “¡es fantástica, es buenísima!

El momento final llegó y el jurado dijo: “¡Ganadora del concurso, Valeria!

no podía creerlo, pero lo que más le gustó fue el premio que le dieron. el pre-mio era darle clases de baile uno de los profesores más importantes de la ciudad que trabajaba en esta escuela.

La profesora Pilar le daría clase de baile solamente para ella, dos veces a la semana, en su casa. Valeria saltaba de alegría, feliz y contenta y cuando salió al esce-nario dio las gracias a todos y, sobre todo a los vecinos de su pueblo, que sin su ayuda no hubieran podido participar y así Valeria deseaba que llegaran sus días de clase para bailar y aprender con su profesora Pilar.

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colegio Uno de Mayo

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el templo de los monoscRiSTinA SAnTOS JiMéneZ

4º Primaria

dos hermanos se fueron de vaca-ciones con sus padres a la selva. Su padre era un cazador de monos.

Un día los hermanos salieron del campamento para explorar la zona, pero sin darse cuenta, se perdieron y no sabían cómo regresar. Se asustaron y empezaron a llamar a sus padres, pero nadie les contes-taba.

Siguieron caminando y entre unos ma-torrales salió un león y rugió tanto que los dos hermanos salieron corriendo hasta que se encontraron un río.

intentaron cruzarlo nadando, pero vieron que estaba lleno de cocodrilos ham-brientos. en ese momento apareció un niño que vivía en la selva. ese niño les ayudó a hacer una barca con madera. Y gracias a él pudieron cruzarlo.

en la otra orilla había muchos monos llamándoles y los hermanos los siguieron hasta llegar a un templo donde nadie había estado nunca. Una vez dentro, estaba sen-tado en un trono el rey de los monos.

el rey les concedió un deseo a cambio de que los cazadores no matasen monos.

Los hermanos aceptaron y le pidieron a cambio volver con sus padres.

con su ayuda los encontraron y pidieron a su padre que nunca volviese a cazar monos.

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Las tres pruebasPAULA MORATO GARcÍA

5º Primaria

Había una vez un reino donde vivían todos los personajes de cuentos.

Se quedaban allí todos esperando a que les volvieran a leer, porque si no eran leídos iban desapareciendo.

Una mañana, el rey hizo reunir a todos para organizar una fiesta para elegir al personaje de cuento más famoso y querido por los niños. Querían organizar unas pruebas.

Mientras, la malvada bruja estaba cocinando una poción mágica, cuando el lobo le contó la noticia.

Le dijo que el rey había organizado unas pruebas para elegir al personaje de cuento más famoso y así nunca desaparecer. La bruja le dijo que ganaría ella. Lo pri-mero que iba a hacer era crear unos bombones con veneno para que nadie se pudiera mover y así ganar las pruebas.

–“Las colocaremos en cestitas en cada banco del reino y pondremos una nota que ponga que es un regalo del rey para agradecer la participación”.

La mañana de las pruebas el rey se dirigió a su pueblo:

–Ha llegado el gran día y hoy os diré las tres pruebas. La primera consiste en cru-zar el río nadando y llegar al otro lado de la orilla, donde tendréis que coger una pluma de águila real. La segunda prueba sólo la harán los que hayan superado la primera y es ir al bosque y traer sana y salva a la princesa que está encerrada en lo alto de la torre. Y, la última, que sólo la harán los que hayan hecho las otras dos, consiste en traer la escoba y la varita mágica de la bruja.

La bruja, desde lo alto de un árbol les miraba.

La sirenita fue la primera en llegar al otro lado de la orilla y coger a pluma.

colegio Uno de Mayo

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Los personajes que habían tomado bombones iban cayéndose uno a uno al suelo.

en la segunda prueba, el primero que llegó fue el gato con botas, que utilizando las largas trenzas de la princesa pudo subir hasta la torre y rescatarla.

La bruja, que estaba pendiente de lo que ocurría no se dio cuenta de que es-taban entrando en su casa. Aladino, que gracias a su alfombra mágica pudo llegar el primero y robar la escoba y la varita de la bruja, también robó la pluma y cogió a la princesa.

Así fue como llegó primero con los tres trofeos y consiguió ser el personaje de cuento más famoso.

como les gustó tanto a los personajes hacer esas pruebas, decidieron celebrarlo todos los años y así siempre había un ganador y un personaje de cuento no olvidado.

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expedición por la selvaceciLiA TRiLLO PUenTe

6º Primaria

Un gran investigador hace años decidió inves-tigar sobre la selva amazónica. en poquísimo tiempo metió todo lo que necesitaba en una maleta y fue al aeropuerto. Por poco estuvo a

punto de estrellarse con otro avión, porque el piloto se desmayó y tuvo que ir él para que no se estrellasen. él decía: “Yo sé conducir todo, o casi”. Una vez que se instaló en el hotel, fue

directo hacia la selva amazónica.

La entrada estaba llena de plantas, él cogió una y la metió en una bolsita. Al dar un

paso más una liana le cogió por un pie y luego él sacó su navaja multiusos y la cortó. el resto del ca-

mino fue cogiendo hojas y prestando atención por donde pisaba. cuando se paró a des-cansar y a beber agua oyó a chimpancés y a un señor que les gritaba. empezó a andar en dirección a aquellas voces. como iba mirando hacia los lados, se cayó en un pequeño lago que había. Por mucho que iba mirando no encontraba nada.

decidió que en vez de ir a dormir al hotel acamparía en al selva. cuando se despertó había un escorpión al lado de su tienda y antes de que pudiera matarlo entró en la tienda, cogió su cantimplora, que pesaba mucho, y lo mató. Recogió todo y siguió investigando. nada, no vio nada, entonces decidió que debía cruzar el río Amazonas.

construyó una pequeña barca con bambú y la unió con lianas. Al cruzar el río por poco se cae, debido a la fuerte marea. Una vez que dejó la barca siguió investigando. Fue hacia la derecha y vio una fábrica cercana, anduvo hasta allí sigilosamente y se soló dentro. Vio todo oscuro, pero había montañas de minerales preciosos y varias minas que excavaban chimpancés con cascos que parecían ser controlados. Al fondo vio una puer-ta y decidió llamar como si fuese un visitante. Le dejaron pasar y estuvo preguntándole

colegio Uno de Mayo

249

cosas sobre lo que hacía y cómo lo hacía. él le invitó a ir al hotel y él al principio se lo negó, pero luego, más tarde lo aceptó. Una vez en el hotel se pusieron a hablar y el ex-plorador llamado Julio le fue sonsacando datos que iba apunando con mucha curiosidad.

Julio pensó que le debería invitar a pasar varios días en aquel hotel y así lo hizo y él lo aceptó. Un día después Julio fue a la policía y le enseño todo lo que el día an-terior le había contado. La policía le dijo a Julio que fuese al hotel que ellos pensarían qué iban a hacer con él. esa misma tarde la policía fue a la habitación en la que estaba instalado y el arrestó. cuatro días más tarde se celebró un juicio. esa noticia fue porta-da en todos los periódicos. Soltaron a los chimpancés de aquello y les dejaron libres en la selva. Contados los minerales preciosos sacaron dinero para obras benéficas. Cuando llegó a su ciudad fue muy bien recibido.

colegio Vicente Aleixandre

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La mariquita con los lunares verdes ÁnGeLA SAeZ BROX

3º Primaria

érase una vez una mariquita con los lunares verdes. Venía de un país muy lejano.

La pobre mariquita estaba tan cansada que se quedó dormida. Al amanecer se encontró en la casa de otra mariquita.

-¿Quién sois? Preguntó. Mateo le dijo:

-Te encontramos en la calle y decidimos cogerte.

Todas las mariquitas se quedaron preocupadas al verla.

-¿Qué os pasa?

-¿Te pasa algo en los lunares?

- no, yo nací así.

-eres una mentirosa. no te creemos.

Al cabo de unos días, las otras mariquitas se dieron cuenta de que no importa que sean verdes, naranjas...

Se disculparon, y le hicieron una fiesta sorpresa. La vendaron los ojos y dijeron: - ¡Ya! ¡Síííííí! ¡Sorpresa ! Lo sentimos mucho.

–no pasa nada ¿Qué habéis hecho?

–nos hemos pintado como tú para que todas seamos iguales.

Y los últimos días del mes iban juntas a la feria de mariquitas.

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Scarf y la princesa diAnA TORRicO LÓPeZ

3º Primaria

érase una vez una princesa llamada diamante, vi-vía en un castillo, con su padre, cerca del castillo

había un hermoso bosque. La princesa tenía una larga cabellera rubia.

Un día la princesa cruzo el puente del castillo y se adentro en el bosque. Paseó por el bosque has-

ta que se encontró con pequeño riachuelo y se dio un baño en sus aguas cristalinas. Mientras se es-taba bañando vio su rostro refle-jado en el agua y se dio cuenta

de que su pelo había cambiado de color. iera negro! Y se puso a

llorar desconsoladamente.

Una rana que pasaba por allí le pregunto:

–¿Qué te pasa princesita?

–Mi pelo ha cambiado de color, iestá negro!

– ¡No te preocupes! Haremos un trato... Yo tengo el remedio. Buscaré la flor mágica y tu pelo cambiará de color. Pero tú tendrás que ayudar a los animalitos de este bosque.

La princesa acepto el trato. Y quedo en ver a la rana a la mañana siguiente. A la mañana siguiente la princesa volvió al bosque. La rana le dijo a la princesa que los ani-males del bosque habían depositado en el río las flores mágicas, que se volviera a bañar en el río y su pelo cambiaría de color. Y así fue como ocurrió.


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La princesa volvió a tener su cabellera rubia. La rana le dijo a la princesa:

-¡Quédate con nosotros esta noche!–. La princesa dijo que no podía, que su pa-dre la regañaría si pasaba la noche fuera del castillo. entonces la rana le dijo que se quedará solo un ratito porque estaban esperando a alguien muy especial. La princesa intrigada asintió. Y poco a poco mientras se hacía de noche fue conociendo a todos los animalitos del bosque, hablando y hablando se quedo dormida.

A media noche se escucho un ruido extraño –iugr , ugr, ugr!–. Se despertó sobre-saltada: –¡Qué es eso?- preguntó. Y la rana le contó que era un pequeño dragón que les visitaba todas las noches.

La princesa se asusto: –iUn dragón!

–no tengas miedo le dijo la rana. es un dragón bueno, es nuestro amigo ayuda a los animales del bosque, pero tiene un pequeño problema no sabe volar.

- ¿cómo que no sabe volar? dijo la princesa.

entonces la rana le pidió ayuda a la princesa, para que enseñara a volar al pe-queño dragón.

Y así fue como todas las mañanas la princesa salía de su castillo sin que nadie la viera. Primero enseño a correr al dragón jugando al pilla pilla con los animales del bos-que, después le enseño a dar grandes saltos, tenía coger los frutos de los árboles y así fue como día a día enseño a volar al pequeño dragón.

Se hicieron muy amigos, y la princesa le regalo un colgante con su nombre gra-bado “Scarf".

Así fue como la princesa enseño a volar a Scarf, el dragón que cuidaba de los animales del bosque.

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Las gafas mágicas JUAn PABLO ROdRÍGUeZ POSAdA

5º Primaria

érase una vez un niño que, en navidades, pidió a Santa claus unas gafas mágicas que pudieran leer la mente de todos los niños y así, de esta forma, saber qué pensaban, qué deseos tenían, qué les afligia y qué les preocupaba.

el niño creía que él podría, con las gafas mágicas, solucionar todo aquello que los niños quisieran, y convertirse así en un genio cumpliendo todos sus deseos. ése siempre había sido su sueño desde que tenía uso de razón. Pasaban los días y se acerca-ba la navidad, y él, ansioso, sólo esperaba ese regalo; no le importaba si Santa claus no le traía nada más. Tal era su deseo que las noches las pasaba en vela, sólo imaginando lo maravilloso que podría ser el mundo de los niños si él tuviera esas gafas.

el día de navidad se levantó muy activo, quería ayudarle a sus padres con la cena de navidad y todos los preparativos que estaban previstos para esa fecha tan es-pecial. él quería que todo saliera perfecto, para que Santa claus no dudara y se acorda-ra de traer su encargo. Llegó la hora de irse a la cama y él, entusiasmado, lo hace sin poner pegas a sus padres. A la mañana siguiente era la hora de abrir los regalos, que eran muchos, y él no sabía si entre todos estaría su ansiado regalo. Abrió uno por uno y no lo encontraba; era ya el último regalo que tenía en sus manos y al abrirlo su cara de decepción lo decía todo; se echó a llorar y corrió a su habitación, triste y desconso!ado, porque Santa claus no lo había escuchado. de tanto llorar se quedó dormido en la cama y, después de dos horas se despertó. Se sentía raro; sentía en su cabeza algo que le apretaba y medio dormido se levantó a mirarse al espejo. ¡no lo podía creer! ¡Tenía en sus ojos unas gafas transparentes, y al lado una nota que decía: “Aquí tienes tus gafas mágicas, sólo podrás utilizarlas para ayudar a los niños. Si te pones triste, las gafas desaparecerán, si estás feliz, podrás hacerlo todo. Feliz Navidad. Santa Claus”.

el niño tan feliz, bailaba y se reía sin parar. Ahora podría ir por la calle sabiendo que podría cumplir todos los deseos de los niños. Y así fue como a cada niño que se cru-zaba en su camino, sus deseos se hacían realidad, todo lo que le preocupaba se solucio-naba, y el mundo de los niños fue feliz para siempre.


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el avión de papel SeRGiO SÁeZ BROX

5º Primaria

érase una vez un niño llamado carlos que tenía un avión de papel. ese avión era muy especial, porque tenía sus colores favoritos, volaba muy bien y podía volar a todas partes.

carlos bajaba al parque siempre con su avión. Una vez ese avión iba a chocarse contra una pared, pero de repente sopló el viento y lo desvió. era un avión con mucha suerte. carlos le puso un nombre, Mili.

carlos salió por la noche con Mili. Mili brillaba por la oscuridad para que todos los niños supieran que estaba volando, era muy presumido y quería que todos estuviesen siempre pendientes de él.

Al día siguiente carlos se fue con Mili a su pueblo.

Salieron a jugar y Mili voló tan lejos que carlos no lo veía. carlos perdió a Mili y no lo encontraba.

Mili se había quedado atrapado en un árbol, por su egoísmo de ser tan chulo.

Un día después, con ayuda del viento, Mili consiguió salir del árbol, pero estaba muy débil y se cayó a un charco y allí estuvo hasta que un niño lo cogió.

ese niño se lo llevó a su casa pero no lo limpió, ni lo secó y lo dejó olvidado en un cajón junto con otro avión viejo que él tenía. este avión era Héctor y pronto los dos se hicieron amigos. Mili le contó a su nuevo amigo lo que le había sucedido y Héctor, como buen amigo, le aconsejó que volviese con quien siempre le había querido. Mili lo pensó mucho y decidió aprovechar una fuerte ráfaga de viento para volver con su amigo

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carlos, pero cuando inició el viaje de regreso, unos feos y negros pájaros se cruzaron en su camino. Le atacaron, lo picotearon y casi lo destrozan, porque pensaban que algo que estaba en el cielo y que brillaba tanto tendría que estar muy sabroso.

cuando logró escapar estaba muy agujereado, muy descolorido y ya no era el más bonito y el mejor de todos. durante dos días estuvo volando sin parar hasta que por fin llegó a casa de su amigo Carlos.

carlos, al verlo, se puso muy contento, lloraba de alegría al ver que Mili había vuelto. Lo cogió, le tapó todos los agujeros y lo volvió a pintar. enseguida Mili volvió a ser el de siempre pero había comprendido que es mejor tener a alguien que te quiera que estar solo y olvidado por querer ser siempre el mejor.

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colegio La Zarzuela

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Andrés y los dragoncitosdAnieL GÓMeZ BLAncO

4° Primaria

Hace mucho tiempo, en una aldea lejana, vivó un chico llamado Andrés. Tenía el pelo castaño, era muy listo y fabricaba piezas para curar a los dragones que habían herido en las batallas.

Un día, Andrés encontró un dragón raro. Tenía ojos verdes, sus alas eran gigantes ¡casi ni se le veía en la oscuridad!, porque era negro como la noche. Y estaba herido.

Al dragón el chico le llamó Furia nocturna. Vió que tenía la cola herida, se fue al taller y le fabricó una parte de la cola con tela, hierro y se la sujetó para que volviera a volar.

A medida que pasaban los años, Andrés cada vez tenía más amigos dragones, aunque los tra-taba muy bien.

Pasó el tiempo y un día se fueron todos los dragones de la aldea, donde vivían con Andrés, llevándose la comida. Su favorito se quedó con él, quería irse con los de-más dragones. Andrés se dio cuenta de que Furia se quedaba muy triste y decidieron se-guirlos. Volaron y volaron y llegaron hasta una isla grande y entonces supieron el motivo por el que se habían marchado de la aldea robándoles la comida.

¡Los dragones tenían dragoncitos a los que dar de comer!

Andrés regresó a su aldea con una idea. Se fue al taller y fabricó unos cuantos ganchos y los unió a una red. Pensó que los dragoncitos ¡todavía no sabían volar!

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Le explicó el plan a Furia y se marcharon a la isla de las crías. entonces dijo a los dragones papás que reunieran a los pequeños encima de la red y mandó a cada uno qzue cogiera de un ganchito. Un dragón no quiso y le engañó con un quesito.

Andrés y Furia indicaron como tenían que volar para salvar a las crías y los lleva-ron hasta su aldea.

entonces los dragoncitos dieron saltitos porque ellos podían comer todo lo que quisieran.

En la noche se celebró una gran fiesta. ¡Entonces todos los dragones echaron fueguitos, incluso los chiquititos! como hacen todos los dragones del mundo cuando es-tán calentitos. Y vivieron felices echando llamaradas, por las narices, toda la manada.

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colegio La Zarzuela

XIII Certamen LIterarIo esCoLar - Ayto Torrejon de Ardoz RELATO XII… · Como una flor (4º ESO)...

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