Virtualia 16 Psicosis y Autismo

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SUMARIO Copyright Virtualia © 2007 - http://www.eol.org.ar/virtualia/ #16 Febrero / Marzo 2007 La invención psicótica Por Jacques-Alain Miller La psicosis ordinaria Por Eric Laurent La certeza como experiencia y como axioma Por José María Alvarez Los trastornos de lenguaje en la época del Otro que no existe Por Ana Simonetti El insulto y la lalengua Por Lucía Dragonetti Las psicosis infantiles: del “autismo” a la psicotización Por Guillermo Belaga ¿Qué angustia para la psicosis? Por Mayra de Hanze Imagen y perversión en un caso de psicosis Por Simone Souto Psicosis contemporáneas Por Emilio Vaschetto FORMAS CONTEMPORÁNEAS DE LA PSICOSIS ¿Qué es realmente la rebeldía? Por Carlos Gustavo Motta Lo impolítico Por Luis Tudanca Acting out, síntoma y angustia Por Juan Fernando Pérez La mirada del vacío: “El Pabellón de Oro” de Yukio Mishima Por Manuel Montalbán Peregrín El síntoma: un funcionamiento Por Silvia Baudini Un margen para el padre Por Heloisa Caldas Una vida al filo de la muerte Por Noemi Cinader Del autismo del síntoma al lazo transferencial Por Marisa Morao MISCELÁNEAS Vida y amenaza. Algunas notas para pensar la política contemporánea a través de la noción de biopoder Por Carolina Schillagi EL PENSAMIENTO ILUSTRADO EDITORIAL Por Alejandra Glaze “El psicoanálisis y los debates culturales. Ejemplos argentinos” Comentario del libro de Germán García . Paidós, Buenos Aires, 2005. Por Marco Mauas Depresiones y psicoanálisis Insuficiencia, cobardía moral, fatiga, aburrimiento, dolor de existir Comentario del libro de Emilio Vaschetto (compilador). Por Ricardo Seldes “La creencia y el psicoanálisis” Presentación del libro de M. Goldenberg y D. Chorne (comp.). Por Silvia Tendlarz COMENTARIO DE LIBROS

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Revista de psicoanálisis de AMP

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  • SUMARIO

    Copyright Virtualia 2007 - http://www.eol.org.ar/virtualia/

    #16 Febrero / Marzo 2007

    La invencin psicticaPor Jacques-Alain Miller

    La psicosis ordinariaPor Eric Laurent

    La certeza como experiencia y como axiomaPor Jos Mara Alvarez

    Los trastornos de lenguaje en la poca del Otro que no existePor Ana Simonetti

    El insulto y la lalenguaPor Luca Dragonetti

    Las psicosis infantiles: del autismo a la psicotizacinPor Guillermo Belaga

    Qu angustia para la psicosis?Por Mayra de Hanze

    Imagen y perversin en un caso de psicosisPor Simone Souto

    Psicosis contemporneasPor Emilio Vaschetto

    FORMAS CONTEMPORNEAS DE LA PSICOSIS

    Qu es realmente la rebelda?Por Carlos Gustavo Motta

    Lo impolticoPor Luis Tudanca

    Acting out, sntoma y angustiaPor Juan Fernando Prez

    La mirada del vaco: El Pabelln de Oro de Yukio MishimaPor Manuel Montalbn Peregrn

    El sntoma: un funcionamientoPor Silvia Baudini

    Un margen para el padrePor Heloisa Caldas

    Una vida al filo de la muertePor Noemi Cinader

    Del autismo del sntoma al lazo transferencialPor Marisa Morao

    MISCELNEAS

    Vida y amenaza. Algunas notas para pensar la poltica contempornea a travs de la nocin de biopoderPor Carolina Schillagi

    EL PENSAMIENTO ILUSTRADO

    EDITORIALPor Alejandra Glaze

    El psicoanlisis y los debates culturales. Ejemplos argentinosComentario del libro de Germn Garca . Paids, Buenos Aires, 2005. Por Marco Mauas

    Depresiones y psicoanlisisInsuficiencia, cobarda moral, fatiga, aburrimiento, dolor de existirComentario del libro de Emilio Vaschetto (compilador). Por Ricardo Seldes

    La creencia y el psicoanlisisPresentacin del libro de M. Goldenberg y D. Chorne (comp.). Por Silvia Tendlarz

    COMENTARIO DE LIBROS

  • Copyright Virtualia 2007 - http://www.eol.org.ar/virtualia/

    Febrero/ Marzo - 2007#16

    Qu angustia para la psicosis?

    Por Mayra de Hanze [*]

    La autora realiza un recorrido en el cual, a travs del paso por un caso paradigmtico, propone que en lo que se refiere a la psicosis, la doble barra que impide la comunicacin entre significante y significado, revela la emergencia del significado del Otro tachado, suerte de significado suplementario, fantasmtico, que aparece bajo la forma de fenmenos de angustia o paroxsticos, siendo ste el precio de la psicosis.

    Con Lacan hemos aprendido a ubicar la angustia como la irrupcin de lo real en lo simblico.

    Tambin su articulacin desde el inicio al deseo, por eso repetimos con l, que la angustia no es sin objeto y no cualquiera sino uno bien preciso, el objeto a, de este modo, la angustia se presenta como sesgo posible para hablar de dicho objeto a, lo cual significa tambin que es su nica traduccin subjetiva, por eso podemos comprender por qu no retroceder ante la angustia.

    Ahora bien, esta angustia ante la que se propone no dar un paso atrs, es la misma en la neurosis que en la psico-sis?

    En primera instancia valdra decir que si hay algn sujeto que sabe de la presencia de lo real, ese es el sujeto psictico.

    Hay un parentesco entre el afecto de certeza y lo que surge como angustia a partir del deseo del Otro.

    El afecto de certeza est en una posicin exactamente homognea a la del afecto que hace surgir el significante enig-mtico del deseo del Otro, a saber, el afecto de angustia, que Lacan define como lo que no engaa: S ()-----angustia.

    Esta nica definicin es adecuada para subrayar las afinidades entre la angustia y la certeza. De alguna manera dice, la angustia es la certeza.

    Y por qu la angustia no engaa. Porque no dice lo que es el objeto. Est en relacin con la falta en el Otro, pero no dice lo que esta es, no sostiene un discurso, no ensea. La angustia equivale simplemente a la significacin de significacin.

    La significacin de significacin es certeza y tambin angustia, en la medida que escapa a los deslizamientos, resba-lones, aproximaciones, imgenes, falsos semblantes del discurso y de su retrica.

    La retrica permite hacer travesuras, hasta que aparece ese llamado al orden que constituye la angustia, en tanto que es el afecto correspondiente al significante enigmtico del deseo del Otro.

    Eso, eso no engaa, dice Lacan. Y qu engaa?. Los otros afectos, siempre desplazados. Pero fundamentalmente lo que engaa es la relacin del significante con el significado: Ss.

    En cambio, all donde esta relacin no se establece, el significante juega su partida de su lado, y del otro lado, no hay significacin que despliegue sus espejismos, sino solamente la certeza y la angustia de que eso quiere decir alguna cosa sin que se sepa qu. All se pasan por alto todas las metforas y las metonimias de la retrica. Sin duda se dice de S() que es un significante sin significacin, pero tambin se podra decir que es un significante con la significacin de significacin.

    Es la significacin de significacin, as como los fenmenos que la reflejan en distintos rdenes, como certeza y como angustia.

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    Febrero/ Marzo - 2007#16

    En lo que se refiere a la psicosis, la doble barra // que impide la comunicacin entre significante y significado, revela la emergencia del significado del Otro tachado, suerte de significado suplementario, fantasmtico, que apa-rece bajo la forma de fenmenos de angustia o paroxsticos y que es de algn modo el precio de la psicosis.

    Caso

    Amada acude a la consulta porque est muy angustiada, desde hace tres aos cuando frecuentaba un grupo de con-centracin, relajamiento y meditacin, irrumpe un significante sonoro al que no le encuentra significacin alguna.

    Lo que ella nombra como una experiencia extraa se presenta de manera gradual: no hubo problema en el mo-mento de la concentracin pero al iniciarse el segundo paso, el de la meditacin y relajamiento, le da mucho miedo puesto que involucraba el contacto con ciertas partes del cuerpo, al principio le dio mucho temor y requiri de asis-tencia por parte del grupo preparador, el cual mediante un acompaamiento asistido, le indican que no hay nada por lo que deba preocuparse, le explican en unas clases, mediante dibujos, las partes del cuerpo humano, clasifica-dos con nmeros y letras y cmo tocando con las manos algunas partes del cuerpo se curaba, adems le explican que ordenando a la mente tambin podran darse curaciones y cmo tocando varias partes del cuerpo se podran tener buenas relaciones sexuales.

    Amada cree que esto no funcionar con ella y se dedica a cosas ms efectivas, como buscar trabajo, logra conectar una entrevista en su rea la de la comunicacin, es en este periodo que se suscita el primer episodio extrao, mien-tras hace amistad con la persona que le da la entrevista, empieza a ver imgenes estando despierta y ve un crculo grande con una letra R ms o menos como esto:

    Esta imagen representaba la inicial del nombre del hombre que acababa de conocer y el rostro del mismo. El encuentro con este hombre es el inicio de sensaciones inexplicables, cree y tiene el sentimiento de conocerlo hace muchos aos, de haber tenido relaciones ntimas, de ser observada y de estar atrapada en una relacin de la que ella no puede responder, durante esos das mantiene una relacin sexual mediante la cual queda subordinada a los maltratos de dicho hombre, permanece deambulando algunos das por la provincia hasta que es localizada por su familia.

    Una vez restablecida aparece por primera ocasin voces que le hablaban y la obligan a hacer actos insensatos, su cuerpo se transforma, sus manos, pies y vientre se hinchan, piensa que est embarazada, la voz le indica que hacer y que no hacer.

    Ha pasado el tiempo y sabe que aquel encuentro fue un absurdo, no entiende cmo pudo enamorarse de un hom-bre tan grotesco y poco caballero.

    La voz no se ha ido y cuando ella le pregunta hasta cuando la martiriza, le contesta que debe deponer, Amada con-sulta para que le diga qu es deponer, que la ayude a sacar la voz y a entender qu es deponer.

    Las sesiones son ms bien largas, decurren con el mismo tenor; el encuentro con el grupo de meditacin, el encuen-tro con R y su pregunta por el significado de deponer.

    En algn momento de la sesin ordeno unas hojas en blanco, extiende la mano para tomarlas, se las doy y le digo que escriba lo que me ha dicho.

    Sus escritos son abundantes, excesivos, su ordenamiento muy particular. En su texto `puedo leer: R y yo nos en-contramos, nos tocamos las manos, nos acercamos y depuse yo y depuso l. La voz me puso a hacer cosas, estan-do en mi cama me haca desnudar y me deca que iba a tener relaciones con l, a travs de la telepata. Adems me haca ver unas imgenes en donde l estaba desnudo, y yo me vea con l teniendo relaciones, no slo eso, tambin vea que despus de tener relaciones nos haca acostar boca abajo y vea como de nuestras espaldas, de cada uno, salan dos palomas blancas y nos haca quedarnos dormidos, pero en la imagen vea que las palomas salan del cuarto en que estbamos acostados, en una esquina de la pared se abre como una especie de ventana chiquita y es por all que salan las dos palomas, se iban volando hasta el cielo, despus como que venan ya bendecidas desde el cielo, entonces regresaban a nuestros cuerpos o sea a nuestras espaldas, y entonces podan

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    Febrero/ Marzo - 2007#16

    volver a despertar, todo esto yo vea en la imagen o visin.

    Leo lo escrito y le pregunto sobre ello, me mira y pregunta qu es deponer, que debo hacer para deponer.

    Los psicticos repiten siempre lo mismo. Sus palabras reducidas a ser slo cantinelas, estn privadas de signifi-cacin, de articulacin con el Otro, y parasitan al sujeto, se escuchan a ellos mismos, dice Lacan en la Conferencia en Ginebra.

    El sujeto es vctima del poder de las palabras, de las imgenes, de las alucinaciones visuales y auditivas, obedece a sus conminaciones, a la imagen en lo real.

    El mayor problema de estos sujetos que no hacen semblante del Otro es que no se puede situar la interpretacin del lado de la significacin, en la vertiente de la metfora sino del lado del goce, en la vertiente de la metonimia.

    Esto invita a una clnica de la sorpresa: sorprender al psictico, conducirlo a la perplejidad en el encuentro con el significante slo a fin de que siga un efecto de sujeto.

    Lacan en lituraterre, ubica la letra como frontera, litoral entre saber y goce y explica que para que ese litoral vire a lo literal se necesita un efecto de significado producido por los semblantes.

    En el psictico habra una infinitizacin en un modo de goce que busca siempre estabilizarse, el sujeto puede o bien apoyarse en una conviccin, o bien encontrar una defensa frente al goce.

    As Amada est habitada litoralmente y no literalmente por nubarrones significantes, ella podra estar tranquila cuando pueda deponer, pero todo indica que en su registro no se inscribe el elemento que pueda dar significacin a este deponer, mientras eso ocurra lo que tenemos son fenmenos de angustia o paroxsticos.

    Si el psictico habla de angustia, es una angustia radicalmente distinta de la del neurtico, es una angustia sin con-exin con la causa. La angustia en el psictico es la causa misma, con todo su dramatismo invasor: El otro me ama o me persigue queriendo mi aniquilacin.

    Tenemos como referente que la angustia es la manifestacin de lo real, sin la mediacin simblica, la emergencia de lo real para el sujeto, en su posicin respecto a la castracin, en consecuencia a su relacin con la significacin flica. Es decir, la presencia de lo real en relacin dialctica entre, el falo y la castracin.

    La angustia es la conexin del sujeto con el vaco que lo causa y le sostiene con la falla de la estructura del lenguaje, del saber inconsciente. Es la conexin directa del sujeto con lo real que obtura con su fantasma.

    * NEL-Sede Guayaquil