Versos Mal

Paridos… Leonardo Leiva M.

Isidora Cartonera

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“Versos mal paridos…” por Leonardo Leiva M. Isidora Cartonera 2014 Edición a cargo de Adrián Olivares Diseño de Portada por Alan Brito Impreso en Santiago de Chile por Editorial Isidora Cartonera Taller “Absurdo & Contemplación” 2014 Primera edición Contacto autor: versomalo@gmail.com www.facebook.com/verso.malparido Este libro se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-SinDerivadas- 3.0 Unported

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Versos Mal Paridos…

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“Yo no tenía ningún interés. No tenía interés en nada. No tenía ni idea de cómo lograría escaparme. Al menos los demás tenían algún aliciente en la vida. Parecía que comprendían algo que a mí se me escapaba. Quizás yo estaba capidisminuido. Era posible. A menudo me sentía inferior. Tan sólo quería apartarme de ellos. Pero no había sitio donde ir.” Ch. Bukowsky

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Las manos me pesan y mis venas arden, la sangre se me va estancando y va tomando un leve aspecto a grumo que arde como magma, la hambruna mental esta reinando en mi cerebro, mis ideas hace mucho se han batido a una huelga que pareciera estar desinfectada de acuerdos… Oh mis filosos nervios erosionan ante el más precario de los estímulos. Pareciera que esta es, sin lugar a especulaciones, la más brutal de las sequías en mi gandula poética. Veo como mis manos y mis piernas son manipulados por los hilos del fastidio y el ocio, como mi tiempo incendiario se va limitando a ser un virtual y tedioso desvelo, la dialéctica es una prostituta que solo me es útil ante criterios sordos y mi ya suicidada métrica ha dejado un poco de su saliva tras mis dientes, por si alguna vez necesite profanarla pueda encontrarla donde más me hará falta; En la vulgar habladuría. Me tiritan los tendones y mi lengua alza alegorías infame a lo que ya no existe, mi memoria es el misterio oscuro donde se han disipado mis más crudos monólogos silentes… Pero que vanidoso me siento al verme apestoso ante las neuronas fertilizadas por la academia, pero que vanidad más diminuta y sombría, pero que falta de actividad sísmica en mis minutos, que patética apología para lo que alguna vez fue un poema entre mí ya petrificada astucia.

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Fantasma

Hoy percibí un fantasma inquieto, Bestia de ojos muertos Y yo era un magistral sentimiento de culpa, Dormido en una sobredosis de suspiros Lamento la distancia, Quisiera transformarme en sus tendones Atravesar la impaciencia Y convertirme en la primaveral y sangrienta Revolución de sus latidos… Florecerán los sangrientos pétalos oscuros Torbellinos de fuego en 50 centímetros. La herida llora, parece virgen aun. En la sombra camina, nació de la penumbra Y parece distraído mientras juguetea Con la palabra y la razón. El fantasma susurra la espuma Y resplandece al compás del Duro y ciego corazón humano… La frente del poeta está fría, Estática como las piedras, El mundo suena como una oxidada guitarra Para sus oídos fantasmagóricos. (Poema escrito a los catorce años.)

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Sonrisa patética. La sonrisa del estúpido al parecer vive El sentimiento le ha dado mordiscos a mis manos Esta tan distante que al acercarme me prohíbe Me está burlando con su destello de carne insano. Estoy siendo la escusa de quien quiere escapar Calcinados están los minutos, está podrida mi era Me asfixian las siluetas cuando intento caminar El universo se ha confabulado contra mí de alguna manera. La cerveza reina en mi discurso y en mi estomago Estúpida es la estrategia ya que la creación es burda Mis palabras aparecen y mueren homenajeando al relámpago Y estoy riendo al comprobar que la risa es absurda. No he podido tocar nada ya que solo idealizo Estoy muerto y solo respiro gracias al tabaco Bastarda teoría alimentada del movimiento fronterizo Estoy esperando la paz benévola de quien ataco. Se me ha caído la piel exponiendo mi calavera Me deleita la sombra, quisiera que gobierne el animal Tras la simbolista ventana esta brotando la primavera Pero ya he cultivado los bosques fertilizados por el mal. El payaso triste esta drogado por su propia locura Se desespera al no encontrar lo que dejó en sus costillas ¿Dónde quedó el ideal metafórico guiado por la ternura? Al parecer toda mi existencia descansa en burlescas semillas.

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Al gentil demonio ebrio.

Del pistilo eterno nació tu desquicio Y entre hojas macabras brilló tu utopía Ráfagas de fuego en una leve anarquía Mientras rondas el borde de un precipicio. Crecen hiedras por tu sentir propicio Y por ti desliza el bienestar del día Si tú podrías entibiar la fragancia más fría Pero mejor duermes en tu gentil vicio. Es pequeño el mundo frente a tu demencia Y no te importa si se rompe el escapulario Pues se abre el infierno a tu presencia. Te adueñaste del miedo con poder corsario Y escupes a lo que queda de tu esencia Como a dolerte ese jardín legendario.

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Mariposa de Carne. Que torpeza la mía al no ver tu mustio tormento Aunque haya besado tu vientre de fuego embriagado Mis manos aun huelen a tu salida haciendo estéril el lamento Han de sangrar mis oídos sintiendo muestro tiempo infectado. Las flores del tabaco han hecho estragos en mi escritura Y estoy atento al canto inalterable que pueda parir tu piel Habrías resucitado estos infames huesos color sepultura Tan solo con tu incendiaria lengua, precisa encarnación de miel. Que torpeza mía al tomarte con mi lúgubre potencia De haberte condenado a mis teorías fertilizadas por la sed, Relámpagos de frías palabras han de retumbar en mi demencia Pareciera que me falta sentir tu espalda apuñalada en la pared. Un estruendo de pensamientos me alejan de tus llamas Y levemente tus fantasías irán incendiando el campo Parece que tus ojos estallan al relucir de improvisadas camas, Haciéndote un homenaje a ti, mi mejor pérdida de tiempo. Mírame con esa magia de carne, sutil olor del desvelo Y hazme sentir el miedo con tus uñas, mariposa tierna Crucifícame en tu desprecio y haz de mi fluido hielo Por haber osado buscar un par de versos entre tus piernas.

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Verso imprevisto.

En la tierra hecha de fuego camino con cuidado Pues no hay espacio ni tiempo para quien invoca flores Permíteme invitarte a los altares reinventando el pecado Darte una nueva idea de lo que parecían ser colores. Demonios de hambre e insomnio abundan mis huesos Para mi esqueleto solo hay sombra y un poco de travesura Los pasos de lo lejos han reventado mis sesos Siendo el alimento de los pájaros hechos de ternura. No voy a obligar al fuego que abunda en tus ojos No voy a obligarlo a que dibuje en mí la herencia Tomaré tus dedos para teñir el poema de rojo Y con el silencio oscuro a tu faz hacer sentencia. Hazle un favor a este carnaval de deformaciones Y conjuga el arte macabro con tu punto de vista Revisa en mis neuronas y ve si encajan tus emociones Procura despistar al ocio pensando de forma imprevista.

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Soneto nervio. Ya no me quedan puños tras los arrebatos Soy el alimento predilecto del ánima que aquí habita La caprichosa tinta ahora solo se viste de garabato Mientras veo como extrañamente mi espalda palpita. En las calles demonios se burlan de mis pasos El nervio eléctrico sonríe mientras yo solo camino El demonio no me toca y se conforma con romper mis lazos. Controla el reflejo con sus ojos dementes y cretinos. Están ardiendo mis arterias convertidas en alambre E intento dormir estúpido mientras versos enebro Voy llenándome de letras y espíritus muriéndome hambre Con la muerte en mi columna cada rima celebro Y el espeluznante ser se deleita con mi vil sangre De mi solo van quedando venas y un polvoriento cerebro.

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Niña. En mi boca brota la sonrisa al intentar recordarte Y con los ojos materializo en todas partes tu figura Me enterneces con esa simple y sutil opinión del arte Haciendo del prejuicio solo una opción de magia oscura. He visto tan pocas veces tus manos consteladas Pero ya pareciera ser el nutriente que tiñe las frutas Estoy atento para no dañarte con mis palabras congeladas Y hacer con mis dedos el espacio para quien disfruta. Quisiera que vieras la sangre que mancha mis huesos Y que no le temieras a mis fantasmas de todos los días ¿Qué dirás cuando para ti desate todo lo que llevo en los sesos? Espero que prudente observes toda esta macabra poesía. Me faltan las palabras al verme infame ante tu figura Solo basta tu presencia para quemar lo que puedo analizar Has sido capaz de calmar algo de tormento con tu ternura Haciendo con tu risa un océano dispuesto a todo inundar. Te estás llevando todo lo que necesito para hacer un poema Eres el homenaje para quien permuta riesgo por voluntad Has destruido con tus gestos de niña mi más vil teorema Haciendo con mi tiempo un acertijo de dulzura y eternidad.

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Monstruos, monstruos… Los monstruos del alba a veces son bellos Los del plagio como siempre me seducen Tratan con su ciencia mantener mi ingenio Llevando en sus garras los que las letras conducen. Monstruos en mi ventana se ríen solitarios No se sorprenden al ver mi auto-canibalismo Son la hostia encendida de mis ejes rutinarios Se enorgullecen al ver que perfecciono el egoísmo. Mis venas explotan si no los llevo conmigo Y mi pelo, como torbellino inicia su partida Solo al verlos llegar la calma consigo. Mis inestables actos parecen ser su comida Sin darme cuenta mi espejo ya se hizo su amigo ¡Mi alma a la de un monstruos esta cosida!

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Fe. Aunque las manos las tenga desechas por los rincones Siempre me escondí esperando que me encontraran Mis palabras impregnadas de nada mancharon mis cordones Mientras permití a los demonios que todo mi ser mascaran. Y aunque tranquilo me muestre ante los que respiran Tengo huracanes de sangre pisoteándome el cerebro Las llamas del hambre se proponen con eso terminar Y ante esos tortuosos sucesos todo el dolor celebro. No quisiera hacerle daño alguno a quien no sabe Por su postura precisa no tiene culpa de mi proliferación Y sin percatarme del suceso mi nervio a nadie le cabe Haciendo de esta idea una cobarde y estúpida infección. Por favor silencio no dejes de torturar mis oídos Haz de este tiempo maldito algo capaz de soportar No le permitas a las resacas que destruyan con su fluido Y has de la miseria una teoría que deje de importar. Tengo la fe necesaria para no volver a masticarme La suficiente para mantenerme en pie cuando no tengonada Aunque ese miedo imprudente no quiera dejar de inundarme Sacaré de mi rima podrida el filo de toda macabra espada. No voy a mirar mis manos para lamentar lo ya hecho Usaré toda esa fuerza oscura para aniquilar la misma Y gracias a quien vislumbra algo de fe en mi gris pecho Pues haré de esas sobras algo para reinventarme en carisma.

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(Ocio Prestado.) Siempre creí ver pájaros cuando despertaba Aunque al parecer se iban al trascurrir el día De vez en cuando oía sus cantos cuando caminaba Me asustaba al ver tantas veces su altura tan fría. Quise encarcelar de manera gris mis dientes Pero cedí a la presión comparando mis latidos Reinventé muecas alegres para calmar a la gente Me convencí de vez en cuando al encontrarle sentido. Tengo en las manos colores y trozos de calendario No tengo espacio ahora para el cultivado rencor Aunque en mi haya explotado el ocaso legendario No podré nunca darle tregua a lo que creo es amor. Aun no tengo idea que quiere decirme el viento Y como saberlo si a menudo se presenta callado Aunque rompa mis huesos tomaré al animal turbulento Esperando que me observe y me lleve a algún lado.

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Ahora. Un universo infectado de conciencia y futuro se apodero de mi espejo. Una fragmentación plasmática se fue nutriendo mientras las hiedras despedazaban las placas humanas. Universo misántropo que sin previo aviso va tomando forma humana y habla: "¿qué has querido al desperdiciar mi tiempo de esa forma? Mis manos son teoremas y mis pies son redacciones Aun así mi cráneo está en el trance aquel de los ojos cerrados y el verso atento." Tanta energía cósmica y gloriosa en este espacio leve, hombre con arterias planetarias y un núcleo nervioso que nace desde el descanso se ha sentado en mis neuronas, escucha mi habladuría: "para mí ya es rutina el palpar de tus manos, voy pisando tus huellas y me he perdido en tus versos, mis ojos son bóvedas ociosas incapaces de alcanzar la penumbra y tu tiempo, tu tiempo será bendito mientras exista algún aposento en donde no se hace nada.”

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La venganza. Aún recuerdo cuando en mis manos la tinta enloquecía Cuando con mis venas manchaba los papeles con rojos gestos y aún siendo hijo del silencio vomitaba decenas de sinfonías Usaba el medio odio del mundo para parir mis textos. Cuando tras las resacas abría mis ojos podridos Y en mis sienes adoloridas brotaban pantanos de agua muerta Yo era el dueño de la silaba aunque solo se oyeran alaridos Y para el ocio eterno y ardiente mi pecho era la puerta. El verso me esperaba todos los días con las piernas calientes Mi casa ya era el cabaret poético siendo yo el ser derrochador Me acostumbre al alago y a creer que mis lazos eran puentes Y el poema se transformó de una víctima a un ser torturador. Las palabras de mis grises días se contagiaron de normalidad La madre Calíope me privó del alimento que necesitaba para /escribir Oh mis poderosas llamas mentales ¡fueron devoradas por la /deidad! Golpeé el útero de mis ancestros para ver si me podían volver a /parir. Ahora para escribir es necesario morder cada una de mis neuronas la falta de estrategia incentivó a mis rimas para su emancipación los versos semi muertos procuraron escupir mis ya oxidadas /Coronas y tras sus pasos floridos dejaron como legado a un cobarde en /proliferación.

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¡Oh hipocresía! En silencio y cubierto de un mar lleno de serpientes Las cenizas del mañana se quejan al ritmo de la luz Yo veo como ánimas seducen el cantar de los inocentes Y como a grandes trozos se le caen los placeres a Jesús. Las claras llamas capitales ahora son el único calor Las raíces se me han podrido y las aves tiñen de gris el cielo Son una sinfonía de sangre los aullidos del pestilente señor. Un torbellino eléctrico hacia el mejor orgasmo hecho de hielo. Como les agradezco que me hayan mentido fieles compañeros Como su hubiesen sido gratificados por mi infernal despegue Aun así florecerán en mí los ritos ciegos por ser el primero Dibujando en nuestro espacio una bohemia ironía, llegue a quien le /llegue. Y no me importa si la dotada, carne de gentil silueta Hace un atentado vagabundo sobre el sentir del bastardo Puede que desate la enredadera libida sobre un húmedo cometa Y dejar avanzar el destello consiente de la neurona en un petardo.

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El Silencio De La Doncella. Mis palabras han mutado para destruir su ego Y el silencio impera en nuestro espacio compartido Quisiera al fin despedirme de este brutal juego El cual ella sangra y yo soy un demonio mal parido. Me duelen los huesos por cada momento silente Mi asquerosa mente pareciera apreciarla callada Me duelen las venas por su silencio impotente Sabiendo la desventaja que tengo ante su faz dotada. No siento sus manos cada vez que la toco La doncella es un fantasma hecho de una vil emoción Me parece que le teme al son de un tedioso loco Que cada vez que la abraza le mastica el corazón. Quisiera quemar el polvo que levanta su llanto Y ruego al infinito que despedace su agonía No soportaré más ese silencio que me asusta tanto Más aun sabiendo que nace por virtud mía. A sus sublimes pupilas les han crecido rebeldes raíces El misericordioso verde se acompaña de rojas arterias Al fusilarme me demuestran que son infelices Condenando a mis demonios a ser inerte materia. Es tan bella cuando sus ansias desean matarme Y su piel ensangrentada resplandece por la ira Me atormentan sus efímeros actos pero no quisiera salvarme Para que vea que yo también sangro y no es de mentira.

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Hazme un favor doncella y no te mueras Cada segundo silente es un escupo más en mi ataúd Preferiría cortar mis poéticas manos antes de que te fueras Y dejar al ocio y al orgullo bajo un macabro alud. Aun perseveran lejos del mundo nuestros latidos Permíteme darle una tregua a las flores sabor ceniza Pues tu silencio asesino no tendría esos aires podridos Si en lugar de muecas lo acompañaras con una sonrisa.

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Cometa… En un nido hecho de poemas ella ya no quiso buscarme Pareciera que es feliz al ver todo el exilio de lo maldito Su palabra se me ausenta y con esa virtud va a matarme Como quisiera que su misericordiosa fe perdiera ese color a grito. Las llamas craneales me arden y dibujan en mí su sonrisa Y ahora todos los espacios están puestos en su honor Como me duele que sus besos ahora tengan sabor a ceniza Haciéndome otra vez un insensato, ignorante del amor. Como me duelen las noches, las horas que me lamento Todas esas conclusiones antes de perderme en el vacío onírico ¿Estará ella informada de todos los mundos que hoy le invento? Puede que solo sea una pieza infame para su recuerdo empírico. De seguro sus neuronas ahora se sueltan al macabro olvido Diosa de los minutos, tienes en tu poder mi estéril pecho Misteriosa hechicera capaz de procrear todo el sentido Haz logrado cumplir la promesa escondida en todos los hechos. Como me duelen tus manos que alguna vez me tocaron Y esa boca ávida dueña del sublime sentir del cataclismo, Un relámpago pasó por tus ojos distrayéndote de lo que cantaron Los pequeños poetas multipolares encarcelados en mí mismo. Como me duele no haber retenido toda esa magia de tu cintura Esas tardes improvisadas en las que nuestras bocas fueron alegría, Estarás para siempre condenada en mi mente con tu palidez y /dulzura Haciéndote el mártir para que mis demonios comprendieran la /empatía.

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Primer Demonio. Mi frente se ensucia en palabras de lo humano Y me asusto ante aquellos fantasmas amarillos Me rodean los pies un par de macabros grillos Y contra ello invoco mi demonio ufano. No entro en el ambiente y rompo mis manos Mi rostro es la masa que quiebra cuchillos Mis ojos buscan respuesta en confinados pasillos No podré crear la gracia en virtud de artesano. Me proclamo rey de ideologías lerdas Y deposito mi confianza en el oscuro mañana Me voy llenando de espejos y miradas cerdas. Pienso en las fronteras, se ven tan lejanas Mi pecho se envuelve en espinadas cuerdas Mi espacio se limita a una cerrada ventana.

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Soneto Al Vino. Tan majestuoso brebaje de morado color Dueño de una impaciente sensación dulce amarga Va invadiendo la razón dejándome sin ninguna carga Y me involucra a su locura con su quirúrgico olor. Por mi esófago viajan carnavales con dosis de ardor Gracias al misterio dentro de una vendimia amarga Si eres la sangre artesanal fruto de tardes largas Dando a luz ese cósmico y bohemio sabor. Eres la perdición del insensatos y errantes Aunque disfrazado estés de sangre bendita De cataclismo y edenes eres causante. Tu poderosa virtud mis odiseas facilita Aunque tú esencia sea del diablo el amante Deseo sentir en mi boca esas tormentas malditas.

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Pequeño Soneto. Fue en los brazos de una niebla otoñal Cuando al fin la palabra se marcho de su boca La fe ya presagiada se disfrazo del mesías infernal Para de vez en vez convertir en polvo todo lo que toca Hoy viene a ser el aniversario de la memoria Mientras los senderos de mariposas se han quemado Hemos convertido el aire de nuestras piernas en escoria Llevándonos a creer que fue solo un segundo lo exhalado A la bella difunta las palabras se le han caído Creo que no volverá a ver la lluvia inocentemente Por desgracia el maldito su postura por siempre ha poseído Arterias liquidas han dejado huellas en sus piernas y su mente Ahora camina insensata sin olvidar de su vientre el latido ¡De su memoria está hecha la macabra voz de la muerte!

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Crecen pedazos de infiernos en mi tierra… Crecen pedazos de infierno en mi tierra Y a su haber la libertad pierde su misterio, Se ha manchado de insensatos improperios Y un demonio infame su espada le entierra. Círculos de miedo la existencia encierra Y expande sus tropas hasta formar un imperio Toma mis manos con espinas y las muerde enserio, Se posa en mí levemente una mariposa como perra. Lluvia de sangre va manchando mi mantel Y su reflejo posee un poder espiral Me voy transformando en una nube de papel. Mi boca se cierra manchada por la sal Y mi cuerpo de a poco va perdiendo su piel, De lejos veo como se acerca un asesino animal.

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Las Manos Del Poeta. Al parecer ni en el tiempo medido Se puede confiar, Ahí donde la cronología se viste de arena Fue donde escondí los puñales impulsivos. No hay espacio para la duda, Fue la poesía cabrona quien me delató. El sujeto vestido de ceguera y travesuras, Con el traje de la burla y los trastornos, Con un fin que ni él entiende Corto la mano de un diestro poeta. Le corto la arteria creativa al dios humano, Le puso lapida al sendero inmortal de quien No sabe caminar por la tierra si no es Sosteniendo un lápiz con la mano que le fue arrebatada. No he de arrepentirme nunca, Mi mano izquierda se disfrazó de crimen Y en un vaivén de gozo, locura y venganza Equilibró las acciones con el tipo opulento de opiniones, Mi zurda asesina destrozo su pecho, Mi mano antagonista, la destructiva, Le hizo honor a su acta y le quito la vida al Monstruo cretino y consiente que clausuró mi mano ascética. El sangraba metáforas, vomitó un poco de estructura, El tipo ya estaba muerto, con dos manos destructivas Y ya sin nada. Es cierto, yo lo maté… pero él me mató primero.

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Verso a mis pares. Ah animales sedientos y de ojos vendados Como no se percatan de nuestro par hecho de escoria De cómo aparenta siendo el responsable del favor aniquilado Y de cómo nos arrima a su fatal y estúpida historia. Realmente el error es mío al exigirles la mirada Con la ceguera están más a gusto que conmigo Son su semejanza al igual que la hora infectada ¡Qué blasfemia la que canta este vil mendigo! Mis raíces no las tocan ni los peores ritos Son bestias si se dejan nutrir por el futuro Me quedaré acá para devorar aquellos burdos mitos Y les digo que aunque rían su caminar es inseguro. Sé muy bien que mi metáfora no explotará Y que seré subestimado por mi gentil ejemplo La insensata palabra toda mi piel quemará Dibujando en mí la esencia de un instinto templo. En mi rostro social ha de reinar la mueca Mis detonados versos arden al verlos todos muertos, Mi respuesta no está dotada por preguntas huecas Pareciera que en sus cráneos todo lo que ven es cierto. Mis labios morados escupen sobre sus lapidas Pierdo el tiempo pues están nutridos del somnífero sentido Estaría yo en su carne si no hubiese visto de forma rápida, Me sorprende que tales bestias gocen del latido.

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Ya no pude cruzar el cielo. Aun teniendo las uñas vírgenes Sé que mi carne no está hecha para el suelo Dos veces vi derretido el alma de mis genes Porque a tan corto paso ya no crucé el cielo. Tras la atmósfera una mascota me espera Las manos del viento quitan de mi boca la pastilla Esta tras las nubes la virtud de eterna primavera Mientras que el invierno esta hace un tiempo en mis costillas. No puedo quejarme del color en torno a la ampolleta Le da un tono artificialmente vivo a las manzanas Entre los cadáveres de mi espejo asoma la faz de un poeta Que aunque tiene alas no se atreve a abrir la ventana. El cuello de mis camisas va dejando sin color mi cara No pediré a ustedes que liberen al poema del hielo No miraré a quien estaba muerto antes que se infectara Ya que a tan corta edad no podré cruzar el cielo.

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Soneto a mi tiempo narcótico. Creí haber sentido antes ese potente sabor Mientras me inyectaba un toque de sano instinto Acomodando hojas secas dentro de un laberinto Dejando en mí mente una especie de odioso amor. Poderoso alucinógeno dentro de un ingenuo dolor Dormía mientras hormigas bebían de mi vino tinto Solamente recuerdo que respiraba algo distinto Parecía tierra narcótica dueña de un blanco color. Perdida mi mirada dentro de universos drogadictos Mientras moscas de humo masacraban a mis pulmones Entonces mis inocentes rituales perdieron su invicto… Mis ojos se secaban frente constantes presiones Ya no era el poeta, ni el errante: era el adicto. Dentro de botellas y papelillos morían mis razones…

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Longevo Estaba. Me he visto triste, con las pupilas ya sin llamas Mi piel reseca estaba viva gracias al sudado pavor Voces enfermas me envolvían con fuertes flamas Decretando consiente en mi alma el exilio del amor. Longevo estaba, con aquella soledad color universo Quizás mis demonios asesinos devoraron mi compañía Con frío me percataba del final de mis sueños reversos Acorralándome en el miedo con una venenosa empatía. Maquinas, tubos e indiferentes ayudas me daban la despedida El polvo de los años había extinguido mi letra en los cuadernos Estaba en el acto original donde la miseria me daba la partida Para con el mayor merecimiento estuviera solo por lo eterno.

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Poema. Ante el viento desfila cada una de tus virtudes Y van siendo pieza de lo que ves brillando en las alturas Tus teoremas van explotando y alcanzando lejanas longitudes Llevando por el espacio los secreto tras tu ternura. Veo que eres dueña de los lechos vagabundos Y entre tus labios duermen los prados eternos de la ilusión Puede que nazca de tu pecho el divino sentir iracundo Pues ante ti se presenta el errante con alma de resignación. Si hubiese sabido el poder de todos tus pasos Tal vez no hubiera ofrecido al anhelo todas las cosas No habría motivos para sanar tus heridas acaso Si de la sangre de tus ojos han brotado rosas.

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Soneto. Con un sol inframundo entre mis manos Luz que quema la primaveral sonrisa Se fueron expandiendo sus llamas a toda prisa Dibujando en mi alma el rostro de un tirano. Comprende a mis demonios, te pido, hermano Pues son el reflejo de mi sangre y mi ceniza Te suplico no apliques espinas en mis camisas Pues al hacerlo no habrá chance de volverlos sanos. Han nacido monstruos de mi caminar inconsciente Y con sus poderes van frenando mis pasos Debería saber qué es lo que golpea mi frente. Da igual que tú no mires mis fúnebres ocasos Mejor vive tus profecías y deja este mal ardiente Me conformo con sentir de la resignación el abrazo.

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La maldición de la reina. Has de acusarme de insensato e indecente De que he eyaculado sobre mi sutil presagio Que más que distinto tengo el color de la gente Y que llevo en los dedos al fantasma del plagio. La luz que llevas no puede iluminar mi oscuridad Y los insultos que llueven ya los oí antes en mi cabeza Que importa lo que haga pues ya tengo la enfermedad Pues el ego es el pastor en mi campo de malezas. Ahora no sé como consolidar mi propia ironía Has ganado nuevamente sin que te des cuenta Aun recuerdo cuando tu faz mi virtud mantenía Que ignorante era, animal que solo aparenta. Llevas contigo el favor de nuestros ancestros Y las estelas de tus pasos huelen a ganador No me importa el costado si tus estas al centro Ni que para que ganes tenga que ser yo el perdedor. Sé que actúas sin hacerle sacrificios a la suerte Y que perdiste la fe de verme escribiendo en el cielo Pierdes el tiempo desde que me envicié con la muerte Ignoras cada vez que desciendo homenajeando al suelo.

Tu cerebro no soportaría el ardor del tormento Y tu espíritu jamás conocerá mi dolorosa infección No me compadezcas pues estoy disfrutando del lamento. Y en tu nombre he invocado mi propia maldición.

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Doncella Del Espacio. No hubiésemos podido saber nada sobre su despertar La doncella ahora es un pájaro infame con los ojos quemados Tienes llagas insensatas dispuestas al pasado infectar Y condenar a mis demonios insultándolos y dejándolos callados. El sol a su espalda explota en mil partes y ella no siente Pareciera que su voluntad eléctrica fue devorada por gusanos Me da calma ver su metamorfosis a un verde prepotente Y me lamento al verla caminar al ritmo de todos los humanos. Me percate tarde de tu poco interés por la misantropía Nadie supo adaptarse al latido terco del que fuimos dueños Tú le prendiste velas a tu alma y la razón no comprendía Te creí incendiaria y solo pretendías iluminar mis sueños. Doncella el viento del ocaso hace acrobacias en tu pelo Tu delicada y natural faz ahora persigue sin sentido al calendario En mi boca los carnavales alzan su brindis por el recelo Desatando en tu cara los más nefastos espectros milenarios. Alguien tocó mi pecho y materializó en su mano el infierno El espacio entre nosotros ahora tomó dotes de geografía Tú mentiste al decir que mis demonios parecían ser tiernos Mentías al igual que yo al decir que ya no había melancolía. Cuando mis pies nocturnos paseaban por el aire metálico Fue cuando te vi con una navaja cortando tus alas de papel De tus desperdicios vi como crecían sustancias de material orgánico Y te burlabas mientras en llamas se bañaba tú ya instinto corcel.

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Doncella del espacio el sol explota para que tú lo veas Creo que ya no recuerdas cuando a tus manos traje la luna Cuando ordene los astros originales y aunque tú no me creas Fui yo el mártir para que en tu alma no muriera estrella alguna. Bajo las arenas húmedas descansarán tus huesos ciegos Será absurdo esconder el tormento parido de tu vientre Procura enterrar tu esperanza muy apartada de mi ego Por si algún día caigo yo jamás la encuentre.

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Dieciocho de Junio, cinco veinte de la madrugada…. Los tétricos gemidos de los gatos tras la Ventana intentan con potencia desviar mi mente. El venenoso aire de una invernal madrugada Se excitó con la humillación de un alma retorcida, Me voy haciendo adicto a mi actitud de asquerosa víctima… Y él no se cansa de seguirme. Lo veo en mis alucinaciones, hechos de mis arterias Tatuado en mis pupilas con su piel de fuego y sus gestos Fantasmagóricos. Lo veo pregonando en La palabra de mi madre, en la banalidad, Lo veo con su membrana colgando de la sonrisa amiga. Lo veo en los anuncios y el las pistolas. En las resacas y en las miradas Lo vi en los edenes en forma de sangre entre las piernas de Eva. Lo veo fuerte y decidido; deseoso de matarme. Lo veo en la tinta, dándole una tregua definitiva a lo que parecía ameno Y su esencia de ángel mutilado será por siempre mi juicio. Nunca tendré el orden que necesitaría para darle un buen ancestro Solo tendré por siempre la infecciosa escama, la faceta más macabra del origen, La confabulación perfecta de mi recuerdo con el infierno.

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Soneto infeccioso. Más me vale que bailen en mi pecho mil dolores Más que despedazar los sueños en mi cautivo. Si acaso para aniquilar materiales existen motivos Imaginando en su espacio una estampida de flores. Más me vale destruir los morales rumores Que cuestionar las razones de lo que considero vivo. Romper el esquema ante un poder superlativo Y creer en un futuro con pestilentes olores. Que importa si cultivo en desiertos podridos Pues no cuenta una sucia intención codiciosa Ahora prefiero fermentar un bosque dormido. No pretendo ser dueño de una cosecha deliciosa Pues es mucho más de lo que resisten mis latidos Mis reflejos solo contienen una vendimia infecciosa.

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Los Sonetos Del Suicida. 1 Debajo del helado y hambriento estado Ha de permanecer el reflejo en bruto Con los dedos brutalmente cortados Risas titánicas han de cumplir tributo. Jamás verán caer a tan gigante misterio Y como larva sentirás tu esencia callada Pues dormirán los escudos en cuerpo de improperio Si es que no muere ante esa masa dotada. Agradece si se acerca en ritmo despacio Y aprovecha el segundo para actuar primero ¡Deja en libertad el ángel de tus entrañas! Su canto detona las materias del espacio Y quisieras ser por siempre un prisionero Eso a que su aliento queme tus pestañas. 2 Actúa prudente mientras tú cierras los ojos Y del suelo van brotando flamas verbales Por más mérito sagrado no evitaras su enojo Y verás su obra simétrica a tus modales. Explotará su sonrisa con su intención poderosa Y las visiones fúnebres se harán presentes En la espalda ajena nacerá infecciosa Una rutina absurda con espinas latentes

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En vano será la petición de arrepentimiento Y tu llanto provocará su sarcástica risa No habrá conjuro para frenar su locura. Tu autoestima será víctima de su escarmiento Y se asomará el fecundo recuerdo con su ceniza Veras como tu entrega poco a poco madura. 3 Un cielo rojo acompañara tu profecía Y dementes rituales morderán tu inocencia Dejará el fuego en tu boca por cortesía Y entonces te olvidaras de la clemencia. Sentirás patética la nostalgia y la fe Y en tu pecho gusanos oxidaran tus latidos Tu dientes caerán y tus encías café Pregonaran perfectos tu argumento sin sentido. Nefastos trances avalaran tu humanidad Y ya no quedaran esos motivos de reserva Demonios irán sembrando llamas con calma. Estarás repleto de una dolorosa tranquilidad Mientras el cielo depresivamente te observa Vagarás por lo eterno con infección en el alma.

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Verso Renuncia. Como el pestilente aire que despega del desperdicio El ímpetu del cobarde pretende disfrazarse de osadía Esa mísera fuerza ha de desaparecer en un vil vicio Y con tristeza ha de ir renaciendo la oscuridad del día. Telones de fuego asesino me van privando del color Y la risa autómata ha de utilizarme para nutrir su ego Satisfechas bestias han de ser indiferencia ante todo calor Eruditos y burlescos han de deleitarse con mi macabro juego. El ocio parece infértil ante la tediosa estampida lógica La metáfora se cohíbe al ver toda su gracia maltratada Pareciera que le poema se viste de nada en virtud mágica Ante la potencia ciega de las mentes filosóficamente drogadas. Que burda es la idea de una lucha limpia y directa Pues mi mejor arma ya ha sucumbido para parir su virtud. Conclusiones nefastas han de neutralizar la neurona erecta, El verso pareciera ser la simetría de la falasica esclavitud. Como el inservible aire que despega del razonamiento El cobarde poeta ha de hacer reproches gracias al alcohol La idea del antiguo pensando ha de estrellarse al pavimento Neutralizando la estrategia para poder escribir sobre el sol.

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El Fruto Del Ego. Tengo los dientes para morder lo que digan Al igual que las manos, cubriéndome la mirada Las analogías hechas de luz no me intrigan Y la frente en alto brutalmente manchada. Como voy a desatarme pues así estoy bien Las palabras son palabras y mi camino es ciego No me afecta el ejemplo mientras no toque mi sien Y convenciéndome insensato de que no tengo ego. Confío en mis letras por muy burdas que sean Y seducido por el orgullo macabro puedo dormir No es de mi interés que me mutile y no me lean Pues mis esqueléticas manos pareciera que pueden parir. Solo hablo conmigo y así se me pasan los días Más me vale la teoría que escuchar el error ajeno Tendré que montar demonios equilibrando poesía Y así mantenerme oscuro, grotesco y ameno.

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Soneto de ojos verdes. Cuando miento en mi boca asoma tu nombre Escupí en ti la falacia hasta apagar tus ojos verdes Cuando te fuiste te llevaste lo que me falta para ser hombre Dejándome orgulloso de lo que de a poco se pierde. Eras tú la explosión del silencio dentro del placer Como me gustaba verte descubierta ante el teorema Siempre estuve dispuesto ante tu ternura volver a nacer Golpee con mi respuesta pero tú no perdonaste al poema. De a pedazos se va cayendo de mi cuerpo tu color Aunque tu vientre sudado continuara vivo en mi mente Recordándote siempre se asoma en mi cara la letra del amor. Como quisiera sentir en mi oreja tu gemido caliente Como tus convulsiones dejaban en mí tu sabor Que daría por morder tu pecho apartado de toda la gente.

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Soneto al triste con psicosis. Cuelgan galaxias de ese lazo Al viento desterró de su mirada Ha tocado triste su cara cortada Para a la psicosis hacerle caso. A la macabra frontera da el paso Su boca de odio y sangre dotada Muerde sutil su neurona dopada Para dejar su fe hecha pedazos. Su cuello ha de esperar la estampida Y recuerda que empuja sus actos: Fracasos y resignaciones surtidas. Del triste ermitaño siente el tacto Es seguro, en la vuelta no hay cabida, Con el desvelo ha firmado un pacto…

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La doncella ha muerto. Triste fue el último aliento de la princesa Los ojos se habían caído de su pálido rostro Estando conmigo murió siendo virgen de cabeza Y sin percatarse vendí su alma a los monstruos. Ocho veces sangro al intentar escribirte La mujer fue el agua roja que nutrió mis papeles Siendo un animal plástico me enseñaste a sentirte Te dibujé con poemas usando carnales pinceles. Ahora esta callada con los pies impecables Mi pensamiento ocioso siempre opacó su belleza Siempre a mis demonios se mostró ser amable Sabiendo que en sus garras habían restos de promesa. Al fin descansa con la luna en sus ojos El astro inframundo cuidará silente su luz Dejé poemas en su tumba bajo un cielo rojo Y me maravillo al verla muerta colgando de mi cruz. La doncella bailó desnuda escupiendo a mis ancestros Reía insultándome con su característica ternura Era parte del coro de mis más brutales espectros Siendo la atracción infame nuestra muerta criatura.

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Un atentado de ojos verdes destrozan mis pupilas Siento como fantasmas en mi espalda sus piernas frías Veo como su travieso léxico a mi conciencia asimila Y como a mascadas de fuego va muriendo mi poesía. La doncella ha muerto y mis lágrimas son flores Se asustó del poeta y de su ira que destroza el sol Ahora es más opaco lo que nunca tuvo fuertes colores Está condenado al laberinto el estúpido paso del caracol. Su voz manchó por siempre mi ser con sangre Al morir dejó en mis costillas la anatomía del infierno Bajé a su muerta boca para sentir un beso de vinagre Percatándome tarde que llevaré aquel sabor por lo eterno.

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Sonetos Autobiográficos. 1 Confieso: nunca pretendí crear El recuerdo me juzgo el rey de la clemencia Pero el puño rompió y formo la esencia Dispuestas por los ocasos y la tinta matar. El ocio a lo eterno me pretendió aliar Con el verso me fui adaptando a la conciencia Pero ese mismo me llevo a la faz de la demencia Y en unión de estos símbolos comencé a ladrar. Confieso haber caído en el cielo maldito A la vez proclamo no haber salido de este Pero me nutro de él y en él me incito. Confieso no adaptarme a lo normal y la peste Y que disfruto mirar la huella del erudito Aun así espero que la paz se me preste. 2 Si bien mis manos tuvieron poder y belleza El vil cosario incendió el sentir animal Un torbellino de palabras me acorraló a lo fatal Haciendo un guerra macabra en mi cabeza. Ante la controversia me entregué a la pereza Sin saber que las bacterias me nutrirían del mal El sentido de los astros se fundió cual metal Y el naciente brebaje lo bebí como cerveza.

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De estructura imprudente, sangre del letargo Y ante los caminos sísmicos escogí lo sencillo Esperé hasta ver la alegría pasar de largo. Comenzó en mí una invasión de moscas y grillos Y los dulces licores ahora tenías un latir amargo. Mis dedos escribas ahora cortaban tal cuchillo. 3 Los vientos del alba comenzaron a desaparecer Su voz monarca me fue golpeando como asedio Y aunque ante nefasta conspiración busqué remedio Ya estaba puesto el exilio del mundo de mi ser. Las mañanas se volcaron y la luz era atardecer El sol se cohibió cediendo su lugar de en medio Su ferviente voluntad ardiente la reemplace con tedio, La galaxia cósmica de la nada me comenzó a mecer. Las tormentas de versos se perdieron en mí mismo Y al buscar en mis tripas solo hallé un vil vacío Mi mente me llevó a una especie de auto-eufemismo. Los ojos me fastidiaron y los volví terrones fríos Y con los sentidos alerta me enraicé al abismo En el cielo en lugar de astros solo había hastío.

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Tonto Poema. Me estoy comiendo las neuronas día a día Mis tendones explotan, no soportan ser parte de mí Mi rostro se ha manchado por lágrimas frías A dos décadas del suicidio ya sé que perdí. Aunque tenga hambre no voy a comer nada Mis pómulos arden gracias a la estampida invisible Me quema la palabra presente en una llovizna salada Al parecer el horripilante poema es algo invencible. Mi voz no concuerda con mi patética anatomía Y mis huesos parecen ser absurdos para el amor de la luz. Todo es culpa de la macabra y sangrienta poesía Que usó mi voluntad para poder librarse la su cruz. Quisiera nunca haber tomado un lápiz para crear Mis venas estarían repletas de la banal sonrisa Por la letra asesiné mi alma al no querer procrear No tiene sentido el lamento al verme vil ante la paliza. Es tan fantasmagórico el verso cuando me toca Necesita que el poeta esté herido y sin dignidad Quiere que la esperanza fonética se ausente de mi boca Miente cuando dice que en la tinta hay un poco de eternidad.

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Verso Tedioso. De un tiempo hasta ahora ya no hay viento Mis ojos se han acostumbrado de a poco a la vulgaridad Aunque el furioso ambiente estalle yo no siento En mis venas solo hay ocio el lugar de un poco de humanidad. Imagino que mis neuronas no estarán dentro de poco Las horas se me han enfermando deformando lo cierto No tengo moral para ver o sentir todo lo que invoco Ya que por cada verso hecho ha nacido un muerto. Las metáforas son prostitutas pagadas por la vil idea Ahora el poema es el templo nefasto para la cobardía Toda mi descendencia estará manchada por la virtud de Medea Siendo mis huesos los únicos exponentes del fin de los días. La noche será intocable devorando a quien la sienta Con rimas convertí su paciente cordura en quimera Con los astros me mira miedosa como quien la alimenta La oscuridad me imploró excitada por la pasión primera… Y en mis escritos miento guiado por el reloj eterno ¡En ningún momento la noche prestó atención a mi delirio! Solo tengo fuerza para parir energía en los cuadernos Aunque cuando leo lo que hago más me sabe a martirio. Miénteme haciéndome creer que mi miseria es arte Aunque de creación mi poesía no tiene ni una muestra Hazme el favor de creer que mi demencia es estandarte ¡Y que mis macabros nervios son mi burda obra maestra!

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Fuerza Maldita. Sé que he muerto por cada verso cantado Y que mis venas se han llenado de imbecilidad El poema con su vil estrategia me ha encerrado Ofreciendo mis órganos a una inmortal deidad. De a poco mi lengua se ha disfrazado de crimen Mis oídos sangran ante la burla envasada en latas La paz huye de mí al ver en mis dientes su himen Y al comprobar su ausencia veo que estoy lleno de ratas. Mi literatura es el campo de batalla ante la gente Nadie se percata de mis letras que tiñen Casiopea Al parecer nunca han temido al desquicio imprudente Gentiles compañeros felices, ustedes no tienes idea. Ustedes nunca han saboreado la muerte de cada mañana No se han percatado que fantasmas muerden su consigna Invocan sangre cuando ríen manchando mis ventanas Entérense que su ignorancia en la verdadera virtud maligna. Llevo en mi espalda la carne del macabro razonamiento A lo largo de mis calendarios ha ido nutriendo mi cordura Ahora se dice que actúo sin ética ni procedimientos, Que gracia me hace verlos creer que no tienen atadura. Siempre tendré al ocio para calmar mi subestimada osadía Y desnudo de prejuicio dejar poemas en la tumba del bien Ustedes en mi contraste solo serán una mancha en la cronología Pues yo me he disparado un universo volcánico en cada sien.

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Con un gran trozo de fastidio en los bolsillos, con la sensibilidad

empañada tras las pupilas y la palabra la mayor parte del tiempo

anestesiada he comenzado con la bastarda osadía de cultivar

argumentos para mantenerme erecto ante el precipicio de la

expectativa, una amalgama de miradas infectadas de moral me

van rebanando la espalda, mientras que mi pecho está ardiendo

por las llamas burlescas de mi generación y sus vicios de

autoestima y placer que insensatamente los van privando de los

sentidos alguna vez originales.

La columna vertebral del tedio se ha impuesto dictatorialmente

frente a la estructura de mis relojes, esas lagañas cósmicas que

algunos cordialmente llaman astros van aboliendo sus erosiones de

mi; ya no soy la marioneta del calendario que le temía al florecer

cíclico de la cronología, sus pasos de tambaleante titán ya no

congelan nada con sus espectro en forma de ondas… Ahora mi

espacio es regido por una fuerza mística que subliminalmente va

inundando mis venas de desesperación, ahora es la analgésica idea

de renunciar al agua y al aire la que manipula mi anatomía, la idea

de entregarme amenamente a las garras del orgásmico vacío.

Pero que paradigma más precario para el sol que idiotiza a los

suicidas, pero que falsa apología a la voluntaria renuncia de la luz.

Indago para que con palabras y conceptos hacer la añorada

alabanza a quien por empatía al mundo y a sus propias neuronas

sueña con hacer de sus latidos una detonación sangrienta para no

volver a pisar la abrumadora existencia.

Subestimado será el criterio de mis sensibles nervios, pues siempre

le he cantado a los sordos que creen que mi poesía no tiene rastro

de voz. Pero que torpeza la mía al hablarles a las bestias que se

felicitan agónicamente con la hipocresía como la más carnal de las

caretas y que tratan de manera quirúrgica que ninguna

especulación eyacule sobre sus egos.

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Dulce tormento… Dulce.

Mariposa de sol, hechicera de todos los prejuicios, La más precisa encarnación del firmamento, misterio. Eras viento al relucir multipolar del tiempo, Eras rocío mariposa, eras quien hidrataba los Cíclicos cantares de mis atormentadas y ociosas galaxias. Nunca entendiste mi poesía llena de muertos, Pero tú nunca entendiste ni lo que tú sentías. Nunca le exigiste respuestas a mis infecciosas neuronas, Tu solo acariciabas el pelaje de mi tormento como si se Tratase de un perro recién nacido, tu solo le dabas Calor al desahucio y no te importaba por qué… Solo le sonreías al carnaval de deformaciones escondido tras Mi ego de poeta, tu solo mirabas con tus ojos de infinita miel. Tú nunca entendiste nada mi poesía llena de muertos, Nunca la entendiste, pero nadie supo sentirla mejor que tú. Ahora le canto a los infinitos calendarios y a ellos te uniste… Niña de las rutinas escolares, muchacha. Criatura que debía llegar a su casa antes de que anocheciera, Antes de que los astros pudieran confundir tu palidez con la luna, Planetas hechos de carne giraban y giraban al verte caminar, blanco sol, Princesa de gestos fantasmas y jugarretas tiernas. Primavera en medio del otoño, ¡flor de brotes originales! Aún oigo tu voz con trozos de moral hablándome de criterios, De tus sueños traviesos con el arte y de él no rotundo de tu biología a ellos, Aún te oigo despidiéndote de tu gente Para ir a mi encuentro, aún siento los golpes que diste para darle una tregua a Tu burbuja social, aún te veo caminar con tu paso distraído, pequeña burguesa, Aún te veo sonreír mientras yo contaba las hojas de los Árboles, que una a una teñían la tierra de infierno.

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Tu voz es la voz de la primavera, las ráfagas de Tu aliento aun reina en mis pulmones, Y que ha de importarme que ahora estés lejos, ¿Qué me importa Queestés Floreciendo en otras primaveras? Ya que siempre al recordarte, pequeña, Siempre que te recuerde en mi será primavera. Le rindo un suplicio a lo eterno y a lo infinito en tu nombre, princesa de lo ávido, Por haber manchado tu interpretación con mí tormento, Por favor perdona al poeta, rey del letargo, por no haber podido protegerte, Por no ser la inocente y existencial guía que buscabas, por haber hecho de tu confianza un laberinto… ¿Ahora que importan las paredes de la efímera incertidumbre?¿Qué importan los nervios de este vicioso y atormentado sujeto? ¿A de importar algo el transcurrir incendiario de los relojes? Ahora te vas inundando de forma íntegra y violenta. Y me gusta pensar que con el poema llevas algo de mí, y estoy contento, Rebuscada y metafóricamente, de ahora estés sonriendo. Al parecer ahora has ido nutriendo tu voz con versos, Simples estrofas que consolidan tus cantares, al parecer has Ido sembrando tu sapiencia con la raíz de las letras, al parecer… Pero que fulgor a de provocarme que a tu atentado de virtudes Le hayan crecido poemas. Ya quisiera imaginarme como se ve tu cuerpo que parecía ser La figura articulada del espacio, esa cintura que abrazaba incluso con los dedos, Tu espalda estrecha y cálida, tu blanca piel, ya quisiera imaginarme Tu vientre de poros sabor cielo, tus ojos de erosión universal… Le han crecido poemas a tus gestos distraídos, a tus pies que parecían Flotar por la tierra, a tus dientes… Te han brotado poemas, amor de tristes poetas, Ahora si eres la confabulación precisa

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De belleza, gracia y ternura Y te vas llevando Mi capacidad para escribirte algo mejor. ¿Y qué me importaba que llovieran piedras si tu sonrisa las transformaba en pétalos ensangrentado de color? ¿Y a quien habría de dolerle el rechazo universal si contigo se complementaban todos los vacíos con olor a fastidio? El mundo giraba vacíamente hasta que amaneció tu presencia en mí, Mujer que jugaba con el culto demoniaco oni y con el presagio del pez koi, Parecías ser de una porcelana orgánica, tu pelo era un homenaje a las selvas, Mujer hecha fuego, virtud, frontera asesina entre ganar o perder, Hija de la suerte y el alago, teñiste de flores las sombras de mis frívolos ancestros, Y eras tú, eran tus labios jugosos como las frutas, la respuesta capaz de abolir el espelúznate sabor del fracaso...Mujer. ¿Ahora a quien enseñarle las teorías filosóficas que acabo de aprender? ¿A quién leerle mis nuevos escritos?, ¿a quién contarle sin temor a ser otro o a ser yo mismo que estoy triste o tengo miedo? Guardé cada uno de los trozos de ti que estaban por todas partes, los guardé para engañarme y vez en cuando creer que aun eres tú, para contagiar A las doncellas con tu esencia y poder, Y de un tiempo a esta parte todas las mujeres, todas eres tú.

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Siempre tendré trozos de futuro e ideas puestos en ti, muchacha, Monumentos de mí mismo homenajeando tu abrumadora sensibilidad. Siempre habrá pensamientos de voluntad calórica, Sacrificios de sentir a la sangre de la superstición, la ternura y el complejo… Pequeña, primavera del poeta, movimiento de rotación Y traslación en la rutina, manantial de lágrimas y de versos. Te fuiste y ya nunca más pude ver de tan cerca el sol.

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Y nunca, aunque aten los lazos del criterio nunca podrán arrebatarle al poeta su alma encarnada de muerte…

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“Versos mal Paridos… ”

de Leonardo Leiva M.

se terminó de imprimir en el mes de Diciembre del 2014

en los talleres de

Editorial Isidora Cartonera