Los Reyes de Suecia

Por: Valentina Vera

Hace mucho tiempo en el año 1973, Carlos XVI Gustavo, es el rey de Suecia ascendiendo el trono a morir su abuelo el rey Gustavo VI Adolfo el 15 de septiembre de 1973. Al principio el Rey Carlos no sabía cómo manejar un país entero, ya que solo tenía 21 años, estaba solo y se sentía confundido, así que pensó y pensó… Hasta que al fin se le ocurrió una idea la primera opción que pensó fue buscar una esposa, así que su madre les informo a la gente del pueblo y reinas de otros países que su hijo haría aun baile donde podría encontrar una esposa… Llego el día del baile y el Rey estaba un poco nervioso ya que hoy podía ser el día donde encontrara a su futura Reina y madre de sus hijos, llegaron mujeres y el rey ya fastidiado no encontraba a nadie que le llamara la atención, así que le dijo a su mayordomo:

-Ya estoy aburrido, Richard, ¿será que podemos subir?-Dijo ya aburrido.

-Sí, su majestad, le avisare le avisare a la servidumbre-Dijo el mayordomo, moviendo su mano.

Hasta que de repente por las escaleras llego una muchacha, hermosa, alta, flaca, pero se notaba que era de clase baja, los vestidos de las demás muchachas eran con sedas caras que se notaban solo con verlos, en cambio el de esta muchacha era lindo, un vestido elegante, color salmón pero las telas no eran de calidad.

-Su majestad, ya está listo, van a anunciar su despedida-Dijo el mayordomo.

-Olvídate de eso Richard, me quiero quedar un rato más-Dijo el Rey señalando a aquella muchacha.

El Rey miraba fijamente a aquella muchacha del vestido color salmón, así que el Rey se paró de su asiento y busco a la hermosa muchacha para invitarla a bailar, ella accedió y bailaron.

-Quisiera saber tu nombre-Dijo el Rey mientras bailaban.

Ella bailaba bastante bien, el Rey mientras más bailaba con ella, más apreciaba su belleza, una muchacha elegante, pero de clase baja y eso al Rey le atemorizaba, ya que nadie aceptaría que se casara con una plebeya, al Rey se le veía enamorado, fue así como un amor a primera vista.

-Silvia, su majestad, mi nombre es Silvia-Dijo ella un poco avergonzada.

El Rey se asombró al ver que la muchacha estaba un poco avergonzada de su nombre, digamos que la mayoría delas mujeres que le habían presentado soltaban su nombre entero y eran muy egocéntricas, en cambio ella era delicada, con modales, a pesar de que no era dela realeza.

-Me gusta tu nombre, Silvia-Dijo el Rey mientras hacia una reverencia.

El baile había terminado aunque el Rey quería seguir bailando con aquella muchacha y dijo:

-No me parece que deberíamos dejarlo hasta acá, puedes pasar mañana por acá y tomar un te?-

Se le notaba a aquella muchacha un poco de vergüenza, ella asintió con la cabeza y se marchó, digamos que el Rey quedo flechado por aquella muchacha del vestido color salmón.

Al día siguiente, le informaron al Rey que su pueblo era atacado, sencillamente no se sabía él porque de esta acción, el pueblo era atacado con fuego, hubo muchas muertes, el pueblo estaba muy inquieto, ya que no sabían si era una advertencia y volverían a atacar o sencillamente fue la última vez, habían guardias por todo el pueblo de Estocolmo, el Rey estaba molesto su pueblo está en peligro y va a tardar mucho en volver a recuperar todos los sembradíos, habían muchas muertes… En pocas palabras el pueblo estaba devastado.

-Señor, hay una muchacha en la entrada del castillo, preguntando por usted, le diré que no se encuentra-Dijo Richard.

Al Rey se le había olvidado completamente que le había dicho a aquella muchacha que viniera hoy a tomar un té con él.

-No Richard, dile que pase la esperare en los jardines y dile a las cocineras que preparen te-Dijo el Rey.

El Rey estaba impresionado, aquella muchacha había venido, tenía en mente casarse con ella.

-Hola hijo-Dijo su madre.

-Buenos días madre, estoy un poco apurado-Dijo e mientras se ponía un traje.

-¿Has encontrado pretendiente? Me ha gustado la hija del rey de España, es adecuada para ti-Dijo su madre.

El Rey trato de hacer memoria y se acordó de aquella muchacha, es verdad, era preciosa, pero un poco egocéntrica y solo buscada un marido que la mantuviera.

-No madre, ella no me gusta, he encontrado a alguien, pero digamos que no es de la realeza…-Dijo el Rey un poco incómodo.

-Como que no es de la realeza? Seguro es una mujerzuela que se está aprovechando de tu dinero-

-En realidad no, es bastante sencilla, ella me gusta para ser mi esposa-

Su madre con cara de disgusto acepto, asintió y salió del cuarto. El Rey bajo las escaleras, hacia los jardines del castillo y ahí estaba ella jugando con una de los perros del castillo.

-Se llama Conty- Dijo el Rey sonriendo.

Ella rápidamente se paró e hizo una reverencia.

-Majestad-Dijo avergonzada.

-Puedes llamarme Carlos-Dijo el Rey sonriente.

Hablaron toda la tarde, hasta que ella debía irse, se despidió y subió hasta su habitación, el Rey se había enterado de muchas cosas de ella, así como que era alemana, hija única, sus padres tenían grandes haciendas y vivían bien, hasta que les quitaron sus haciendas ilegalmente y tuvieron que trabajar más.

Pasaron los días y el Rey y Silvia se habían hecho más unidos, el Rey lo tenía ya pensado, se iba a casar con Silvia, lo había decidido, hoy en la noche, así que el Rey se había arreglado lo suficiente para ese día tan importante para él… Y así fue como Silvia se casó con el Rey.

Ahora tienen tres hijos, Princesa Magdalena, Príncipe Carlos Felipe y la Princesa Victoria.