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Isamar García Aparicio Blanca Vélez Santiago Eva Pérez Gallardo LA FAMILIA La familia como agente de socialización con incidencia en la Educación Infantil.La transformación de la función educativa de la familia a lo largo de la historia. Estilos educativos UCLM – Facultad de Educación Educación y Sociedad, 2ºB

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Isamar García AparicioBlanca Vélez SantiagoEva Pérez Gallardo

LA FAMILIALa familia como agente de socialización con incidencia en la Educación Infantil.La

transformación de la función educativa de la familia a lo largo de la historia. Estilos educativos

UCLM – Facultad de EducaciónEducación y Sociedad, 2ºB

ÍNDICE

1. Introducción

2. La familia como agente de socialización con incidencia en la Educación Infantil

3. La transformación de la función educativa de la familia a lo largo de la his-toria

4. Estilos educativos

5. Conclusión

6. Bibliografía y webgrafía

7. Anexo I: Cuestionario estilos educativos

8. Anexo II: Vídeos de apoyo

9. Anexo III: Aplicaciones didácticas

10.

1. INTRODUCCIÓN

El núcleo central de éste trabajo es la familia y su influencia en el niño. Para

comenzar delimitaremos el término socialización, con el objetivo de analizar cuál es el

papel de la familia como agente educativo y socializador.

¿Qué es socialización? La socialización es el proceso mediante el cual los indivi-

duos pertenecientes a una sociedad o cultura aprenden e interiorizan un repertorio de

normas, valores y formas de percibir la realidad, que los dotan de las capacidades nece-

sarias para desempeñarse satisfactoriamente en la interacción social con otros indivi-

duos de ésta.

Petrus (1998) estructura el proceso de socialización en tres etapas:

a. Socialización primaria, supone el inicio de la socialización, tiene lugar en la fa-

milia y en la escuela; ésta última completa y amplía la socialización como prin-

cipio de la intervención educativa.

b. Socialización secundaria, es la prolongación de la primera etapa, finaliza y corri-

ge el proceso fortaleciendo las normas y hábitos adquiridos en la familia y en la

escuela, representando valores sociales específicos del marco cultural. Tiene lu-

gar en los grupos de amistad, asociaciones, instituciones no escolares y medios

de comunicación.

c. Socialización terciaria, que se produce con el desplazamiento de cultura o con el

proceso de reinserción ante individuos mal socializados, con el objetivo de con-

seguir una adecuada integración social.

De esta manera, la socialización implica un concepto de educación diversificada,

no agotándose con la escolarización (Puig y Trilla, 1990), sino que abarca desde la fa-

milia, a los grupos de amigos y a los medios de comunicación.

En este sentido, Yubero (2002, 23) afirma: “... cada una de las personas con que

interactuamos en nuestra vida es un agente socializador; alguien que posee la capacidad

de influir en nuestro comportamiento”.

Sin embargo Castillejo (1981) afirma que las agencias de socialización son las

“estructuras dinámicas que actúan como mecanismos de intervención educativa”, por

tanto serían simplemente la familia y la escuela, cuyas funciones son las siguientes:

- Generar estímulos educativos.

- Posibilitar puestas en acción.

- Ofrecer normas para regular la conducta social según el modelo defendido.

- Ofrecer modelos para que sean imitados.

- Seleccionar conocimientos como relevantes culturales.

- Ofrecer jerarquizaciones de valores y de realidad para suscitar actitudes positi-

vas hacia ellos (Martinez Mut, 1989)

En síntesis, como señalan Berger y Luckemann: "el individuo no nace miembro

de una sociedad", sino que "es inducido a participar" en la sociedad a través de la inter-

nalización de sus normas.

El recién nacido necesita del grupo social para poder sobrevivir y desarrollarse,

del mismo modo, y por las mismas razones, el grupo social necesita nuevos miembros a

los que transmitir su cultura a través de distintos agentes de socialización, siendo la

familia uno de los más importantes.

2. LA FAMILIA COMO AGENTE DE SOCIALIZACIÓN CON INCIDENCIA EN LA EDUCACIÓN INFANTIL

Conceptualmente la familia se define como un grupo primario unido fundamen-

talmente por vínculos consanguíneos y de afecto. Es considerada también como una ins-

titución básica y fundamental de la sociedad, orientada y organizada para responder y

satisfacer los requerimientos de sus miembros, vinculándolos con el mundo social, posi-

bilitando así el proceso de socialización.

Entre las necesidades básicas que precisa el niño y que la familia como agente

socializador debe dar respuesta se encuentran:

La protección de los peligros contra la vida y la salud.

Los cuidados básicos como la alimentación, higiene sueño, etc.

El establecimiento de vínculos afectivos.

La exploración de su entorno físico y social.

El juego, con objetos y personas.

Así, ésta es el agente socializador más importante, pues es el contexto único y

principal con el que se encuentra el niño, en el que permanecerá en muchos casos

durante 2-3 años exclusivamente hasta el inicio de su escolarización.

La familia será complementada por otros agentes socializadores, pero nunca será

sustituida en aquellas funciones más primarias como la transmisión de valores, actitudes

y sentimientos. El desarrollo emocional-afectivo se produce en el seno familiar, siendo

la base para la adecuada adquisición de valores, que serán fundamentales para el desa-

rrollo de sí mismo y de su actitud, lo que marcará su modo de relacionarse.

Castillejo clasifica, desde el punto de vista de la socialización, las funciones que

cumple la familia:

- En relación con la sociedad, como la ubicación dentro del sistema social.

- En relación con el individuo, como la seguridad emocional y afectiva.

Por tanto la familia constituye el primer subsistema social donde observar y

practicar roles; donde el niño establece las primeras relaciones interpersonales y empie-

za a conocer a otros individuos; donde obtendrá los aprendizajes básicos que le

ayudarán a su inserción en la vida social…, la forma de la familia, la estructuración y

modelo familiar en el que se desarrolle el pequeño, es en sí mismo un elemento de su

socialización. El niño asimila el mundo tal y como se lo han presentado en su entorno.

Pero aunque la familia juega un papel fundamental en el desarrollo de las perso-

nas, no tiene un poder absoluto e indefinido sobre el niño, por varias razones:

a) Ciertas características pueden estar parcialmente definidas cuando el niño/a nace

(razones genéticas), como el temperamento o por motivos de salud.

b) Otros contextos socializadores (escuela, compañeros) influyen sobre el niño/a.

c) La familia, a su vez, está influenciada por factores que la condicionan, como su si-

tuación socio-económica, coyuntura política de la sociedad, cultura…

Por eso, aunque la familia es el primer agente de socialización, la escuela juega

un papel importante, pues en la sociedad actual muchos niños, debido a la situación

laboral de sus padres, ingresan en instituciones educativas desde su primer año de vida,

así será fundamental la cooperación entre familia y escuela para el desarrollo armónico

e integral del niño.

Sin embargo, aunque cada vez más padres dejan a sus hijos en escuelas

infantiles, sus expectativas en relación a la Educación Infantil no son muy altas. La

mayoría de padres no dan tanta importancia a la etapa infantil como a otras etapas

educativas, entre otras cosas, por el hecho de no ser obligatoria. No obstante, podemos

encontrarnos con tres posturas principales de los padres hacia la EI:

- Aún hay padres que consideran que la EI sirve para compatibilizar horarios

laborales con vida familiar. No tienen ninguna exigencia desde el punto de vista

educativo y sólo les preocupa que sus hijos estén bien atendidos. En muchos

casos este “conformismo” se debe a las condiciones familiares (como el nivel

cultural y socioeconómico), pero en otros muchos casos esta actitud hacia la EI

parte del total desconocimiento de las posibilidades educativas de la etapa.

- Una postura intermedia es aquella en la que los padres valoran la E.I. desde el

punto de vista asistencial, aunque también tienen en cuenta algunos aspectos

educativos, pero estos últimos se reducen simplemente a la socialización del

niño y la preparación para la Educación Primaria. (Los padres se plantean

argumentos como: el niño está atendido y de paso juega con otros niños; el niño

está atendido y de paso se va preparando para el colegio…).

- Por último, nos encontramos con padres plenamente conscientes y exigentes de

las posibilidades educativas que puede ofrecer la escuela infantil, y cuyas

expectativas coinciden con la finalidad de la etapa: potenciar el desarrollo físico,

intelectual, afectivo, social y moral de los niños, es decir, lograr el desarrollo

integral de los pequeños.

Así, Epstein considera que independientemente de la concepción que los padres

tienen de la escuela, deben desempeñar al menos las siguientes funciones respecto a la

educación de sus hijos:

Las obligaciones familiares básicas: salud, seguridad y atención.

Las obligaciones escolares básicas, donde engloba las relaciones regulares con el

profesorado para el seguimiento del progreso educativo de su hijo.

La colaboración del padre en las tareas escolares realizadas en casa.

La participación del padre/madre en el gobierno del centro escolar, como repre-

sentante de padres en los órganos de gobierno o en asociaciones de padres, o, al

menos, como participante activo en la elección de sus propios representantes y

en las actividades programadas por grupos de padres.

La participación del padre en el centro escolar, lo que comprende actividades de

voluntariado de los padres para colaborar en actividades escolares.

3. LA TRANSFORMACIÓN DE LA FUNCIÓN EDUCATIVA DE LA FAMILIA A LO LARGO DE LA HISTORIA

La familia, como agente educativo y de socialización ha ido evolucionando a lo

largo de la Historia. A continuación analizaremos esta evolución, para ello vamos a

establecer dos momentos claramente diferenciados: un antes y un después de la

Revolución Industrial.

La sociedad pre-industrial estaba caracterizada por una producción para el au-

toconsumo básicamente agraria y artesanal, y la educación se llevaba a cabo en el

ámbito doméstico. En ella participaba, no sólo la familia, sino todo el grupo en el que

ésta se encontraba inmersa y con el que vivía en comunidad. Podían llegar a convivir

hasta tres generaciones.

En el seno de estos grupos los niños recibían una educación completa, aprendían

a vivir y convivir. Construían su identidad personal y se identificaban con las

tradiciones, costumbres, valores y normas de su propia cultura. También se les formaba

para el mundo laboral.

Con la Revolución Industrial se produjeron unas transformaciones

socioeconómicas y culturales que provocaron cambios en esta forma de vida y,

consecuentemente, en la educación.

El ámbito doméstico queda reducido; se pasa de la familia extensa a la familia

nuclear, que queda aislada, debido a las condiciones de las viviendas y a la menor

accesibilidad a la vida cotidiana, social y laboral.

Otro factor determinante de los cambios que se van a dar a nivel educativo es la

incorporación de la mujer al mundo laboral y su repercusión en el seno familiar

Todas estas transformaciones derivan en una menor riqueza de la educación, que

puede proporcionar una familia, y en la necesidad de centros que puedan recoger a los

niños mientras las madres trabajan. Por ello, la educación empieza a ser asumida por las

instituciones que van a compartir esta responsabilidad con las familias. El Estado,

entonces, se hacer cargo de la educación de sus ciudadanos.

En la sociedad actual la función educativa sigue siendo básica en el ámbito

familiar, pero ahora cobra distintas y nuevas modalidades. Como ya hemos señalado, la

familia es el grupo por excelencia para que fluya el intercambio generacional. La

interrelación que establecen los adultos de la familia con los miembros menores del

grupo posibilita el clima de apoyo emocional y la riqueza afectiva que se requiere para

un desarrollo adecuado.

En la actualidad, debido a las múltiples ocupaciones que los padres deben

atender, el tiempo que disponen para dedicarse a sus hijos es escaso. En algunos casos,

quienes suplen esta carencia son los abuelos, que aportan un legado muy significativo

en la formación de los pequeños. Así, cuando asumen tareas como contar cuentos,

historias familiares y sucesos acaecidos en su época, están creando las condiciones

idóneas para el aprendizaje de valores, mucho más ricas y con mayor perspectiva

generacional; además, se va transmitiendo el legado, las costumbres y tradiciones de la

comunidad y del grupo, lo que lleva consigo superar niveles de tolerancia y respeto

porque supone dialogar con lo distinto, más allá de nuestro propio tiempo.

Pero actualmente, los cambios tecnológicos y sociales cada vez más acelerados,

exigen de los ciudadanos mayor formación y más sistemática, que la que la familia sola

no puede ofrecer, por eso es tan importante el papel de la escuela.

En síntesis, podemos decir que la evolución de la sociedad ha llevado consigo un

cambio en la estructura familiar, pasando de la tradicional familia numerosa en la que

convivían varias generaciones a una gran diversidad familiar, pues en nuestros días

existen varias formas de organización familiar y de parentesco, entre ellas las que dis-

tinguimos los siguientes tipos de familias:

- Familia nuclear o elemental: es la unidad familiar básica que se compone de

padre, madre e hijos, que pueden ser biológicos o adoptados.

- Familia extensa o consanguínea: unidad familiar básica que se compone de

padre, madre, hijos y también de tíos y/o abuelos, es decir, formado por más

de dos generaciones y basada en vínculos de sangre.

- Familia monoparental que se constituye por uno de los padres y sus hijos.

- Familia de madre soltera es la que la madre asume sola la crianza de sus hi-

jos/as.

- Familia de padres separados: formada por parejas que se separan y sus hijos pasan una temporada con cada uno de los progenitores.

- Familia compleja, en la que viven personas familiares y no familiares.

- Familia simultánea o compuesta: aquella en la que ambos cónyuges provie-

nen de uniones anteriores rotas y aportan hijos a la nueva unión. En algunos

casos también tienen hijos en común.

- Unidades domésticas: cuando en una vivienda se agrupan personas sin víncu-

lo de consanguinidad o afinidad y se distribuyen los gastos y roles.

- Familia homosexual: aquella en la que ambos padres son del mismo sexo.

4. ESTILOS EDUCATIVOS

Independientemente de la estructura familiar, los padres adoptarán una manera u

otra de actuar con sus hijos. Podemos señalar cuatro dimensiones respecto al

comportamiento de los progenitores:

1. Grado de control. El control que los padres ejercen se lleva a cabo con el uso

de estrategias diversas como:

Afirmación de autoridad : que implica que, ante el incumplimiento de la

norma por parte del hijo, el padre responde con el uso del castigo físico o

amenazas, o bien con la privación de objetos o ventajas materiales.

Retirada de afecto : en la que la respuesta de los padres conlleva ignorar al

niño, no hablarle o escucharle; o manifestarle explícitamente sentimientos

negativos.

Inducción : cuando los padres obligan al niño a reflexionar sobre el por qué

de su acción, haciéndole considerar las consecuencias que se derivan de ella.

El ejercicio de este control se puede manifestar de forma consistente, cuando

siempre se aplican las mismas normas, o de forma inconsistente, cuando se ejerce el

control de forma arbitraria.

2. Comunicación entre padres e hijos. El grado de comunicación en general suele

ser:

Padres con altos niveles de comunicación, que son aquellos que razonan con sus

hijos, que les dan explicaciones, les piden opinión y les escuchan, y pueden

llegar a modificar su comportamiento tras escucharles.

Y padres con bajos niveles de comunicación, los que desarrollan conductas

opuestas a las descritas. Son padres que acceden a los llantos y quejas de los

niños, o utilizan la técnica de la distracción en lugar de abordar el problema

razonando directamente con el niño.

3. En función de las exigencias de madurez encontramos:

Padres que exigen altos niveles de madurez a sus hijos, que son aquellos que les

presionan y animan a desempeñar al máximo sus posibilidades fomentando su

autonomía y la toma de decisiones.

Y con padres con pocas exigencias, generalmente por subestimar al niño o por

considerar que no tienen derecho a exigirle. Infravaloran sus capacidades.

4. En relación con el afecto que reciben los hijos podemos establecer dos niveles

diferenciados:

Padres con altos niveles de afecto, que son aquellos que muestran interés y

afecto explícito hacia sus hijos; muestran orgullo y alegría por sus logros y que

están pendientes de sus estados emocionales.

Padres poco afectuosos, que por el contrario no muestran cariño a sus hijos ni

tampoco ningún tipo de interés o alegría por sus logros (esto no significa que no

los quieran).

Esta clasificación lleva al análisis de los diferentes estilos educativos que se

pueden encontrar dependiendo de la combinación de las dimensiones anteriores, es

decir, teniendo en cuenta la forma de ofrecer el afecto y la comunicación, de controlar y

encauzar el comportamiento infantil y la sistematicidad y coherencia de las dos

anteriores. Se pueden distinguir cinco tipos de estilos educativos diferentes: autoritario,

permisivo, democrático y negligente.

Autoritario. Caracterizado por elevados niveles de control y exigencia, con

normas claras y estrictas, unidas a las escasas muestras de afecto. Lo

predominante es la existencia de abundantes normas y la exigencia de una

obediencia bastante estricta. Los padres autoritarios dedican su esfuerzo en

influir, controlar y evaluar el comportamiento y las actitudes de sus hijos de

acuerdo con patrones rígidos preestablecidos  por ellos mismo. Estos padres dan

gran importancia a la obediencia, a la autoridad, al uso del castigo  y de medidas

disciplinarias y no facilitan el diálogo. Las normas que definen la buena

conducta son exigentes y se castiga con rigor la mala conducta. La comunicación

entre los progenitores y el niño es pobre. Puede provocar en los hijos

desconfianza, retracción y baja competencia social, siendo poco sociables y

fácilmente irritables.

Permisivo. Caracterizado por un nivel bajo de control y exigencias de madurez,

pero con un nivel alto de comunicación y afecto. Se caracteriza precisamente por

el afecto y el dejar hacer. Consultan al niño sobre decisiones, no exigen

responsabilidades ni orden, utilizan el razonamiento, pero rechazan el poder y el

control sobre el niño.

Democrático. Estos padres presentan niveles altos en comunicación, afecto,

control y exigencias de madurez. En consecuencia, son afectuosos, refuerzan el

comportamiento, evitan el castigo y son sensibles a las peticiones de atención del

niño; no son pasivos, sino que dirigen y controlan siendo conscientes de los

sentimientos y capacidades; explican razones no rindiéndose a caprichos y

plantean exigencias e independencia. Se caracteriza por el elevado nivel de

interacción verbal, la explicación de razones cuando dan normas y el uso de

respuestas satisfactorias. Los padres marcan límites y ofrecen orientaciones a sus

hijos, están dispuestos a escuchar sus ideas y a llegar a acuerdos con ellos. Por

todo ello, los hijos muestran seguridad, competencia social y responsabilidad.

Sobreprotector. Estos padres presentan pocas normas o no se aplican, ya que

consideran que sus hijos no están preparados. Conceden todos los deseos de sus

hijos, dan demasiados premios y no utilizan el castigo. Justifican o perdonan

todos los errores. Intentan evitar todos los problemas que puedan tener sus hijos,

pues su meta es que estén seguros y no corran riesgos, por lo que limitan sus

relaciones con el entorno. Así, estos niños tendrán dependencia de sus padres,

escaso autocontrol, baja tolerancia a la frustración, inseguridad, baja autoestima

y actitudes egoístas.

Negligente o de rechazo-abandono. Estos padres no son receptivos ni

exigentes y ante sus hijos se muestran indiferentes. Al niño se le da tan poco

como se le exige, pues los padres presentan unos niveles muy bajos en las cuatro

dimensiones: afecto, comunicación, control y exigencias de madurez. No hay

apenas normas que cumplir, pero tampoco hay afecto que compartir. Los niños

suelen tener problemas de autocontrol, un pobre nivel académico, y problemas

de conducta, tanto en la escuela como en la sociedad en general.

*Para conocer el estilo educativo que desarrollan los padres podemos recurrir a

cuestionarios como el expuesto en el anexo 1.

Pero la realidad es mucho más compleja y no suelen darse estos estilos en estado

puro. Lo más frecuente es que los padres sean autoritarios en algunas cosas y

permisivos o democráticos en otras. Así mismo, muchos padres tienen dificultades para

establecer normas por varias razones:

Nos asusta defraudarlos.

No sabemos o no queremos decir “no”.

No queremos frustrarlos,... ”ya sufrirán cuando sean mayores”.

Nos preocupa ser autoritarios o que sufran lo que nosotros sufrimos.

Compensamos la falta de tiempo y dedicación con una actitud indulgente

(nos sentimos culpables).

Tenemos miedo al conflicto y a sus malas caras.

Nos da pereza corregir, reflexionar, imponernos...

No obstante, siempre es bueno poner normas, ya que sirven para:

Para el aprendizaje de hábitos y conductas adecuadas a su edad.

Para desarrollar sentimientos de autonomía y seguridad en sí mismos.

Para sentirse que es guiado en su crecimiento personal: si tengo límites y normas

es porque se ocupan de mí.

Para desarrollar sentimientos de pertenencia a la organización familiar y social.

Para desarrollar sentimientos de autoestima cuando logra conseguir las metas

que las normas o límites le presenta.

Para desarrollar el autocontrol y la autorregulación.  

5. CONCLUSIÓN

Está claro que la familia es el primer agente socializador que debe ocuparse de

cuidar, educar y transmitir unos valores y costumbres a los nuevos miembros de las

familias. El papel de la familia, como apuntan algunos autores, nunca será suplantado,

pero sí complementado, tanto por la escuela como por aquellas personas con las que el

niño mantiene contacto directo y recibe influencias (amigos, compañeros, cuidadores,

…).

Un valor importante que deben transmitir los padres a los hijos desde edades

tempranas es el valor de la educación escolar, algo que como ya hemos expuesto

anteriormente, no tienen en cuenta muchos padres. Su única preocupación cuando sus

hijos inician la Educación Infantil es que se ocupen de sus hijos y los cuiden bien, sin

valorar la importancia de este ciclo (el cuál es sumamente importante para el desarrollo

del niño). Así sin darse cuenta están transmitiendo a sus hijos una idea equivocada de la

escuela y están fomentando una actitud de pasividad y desvalorización que

probablemente tendrá consecuencias negativas en sus estudios.

No debemos olvidar que la socialización que llevan a cabo algunas familia no es

la adecuada, incluso no se consideraría socialización, pues transmiten unos valores y

dan una educación que no va acorde con las normas sociales del entorno en el que

viven, pues no olvidemos que la socialización consiste principalmente en facilitar la

integración social. En este caso podríamos citar a las familias en las que predomina un

comportamiento violento, no valoran la educación o tiene problemas como alcoholismo

o drogadicción.

Por lo tanto, tenemos que tener claro que la socialización de cada persona será

diferente principalmente en función de la cultura en la que viven y también según el

contexto y los valores familiares o estilos educativos. Pues no será la misma la

socialización de un niño de una tribu indígena que la de un niño español.

En cuanto a los distintos tipos de familias, debemos decir que para nosotras son

todas iguales. La educación que se les da a los hijos no depende de la estructura de la

familia, sino de los valores que queremos transmitirles. Una familia homosexual o

monoparental puede dar tan buena educación como una familia nuclear o consanguínea.

Así, partiendo de la diversidad familiar que existe actualmente en nuestra

sociedad, creemos que en los colegios se debería celebrar el día de la familia, pues el día

del padre o de la madre puede ser excluyente para algunos niños que no tengan este tipo

de familia.

Para terminar haremos referencia a los estilos educativos. Evidentemente el

estilo educativo democrático es el más adecuado, pues supone un clima de afecto y

confianza en el que los hijos pueden comunicarse con sus padres, pero no debemos

confundir democracia con libertad plena, pues una cosa es escuchar, dialogar y

reflexionar y otra cosa es dejar que los hijos hagan lo que quieran y permitir que “se

vallan de rositas” porque han justificado su comportamiento. Por lo tanto, también es

imprescindible marcar unos límites, y tener en cuenta la disciplina, pues es necesaria

para una buena educación, pero siempre en su medida justa. Así mismo, emplear el

castigo de vez en cuando, siempre que sea necesario y proporcionado, puede ser una

buena opción.

6. BIBLIOGRAFÍA Y WEBGRAFÍA

- Gómez Flores, Ana María (2010): Expresión y comunicación. IC Editorial.

- Cuerpo de Maestros (2006): Educación Infantil, temario. Editorial MAD. (Actuali-

zado conforme a la LOE).

- Méndez García, Rosa María Las actitudes de los estudiantes hacia la Universidad

como indicado de calidad. USC

- Bibiana Novoa Conde y otros (2010): La familia como primer agente socializador

en Educación Infantil”. Lulu Enterprises Inc.

- http://www.romsur.com/educa/responsabilidades.htm

- http://www.cefe.gva.es/orientados/familia/descargas/Dscargar_cuestionario%20esti -

los%20educativos.pdf

- http://www.uclm.es/bits/sumario/51.asp

- http://www.infantil.profes.net/archivo2.asp?id_contenido=32297

- http://www.csicsif.es/andalucia/modules/mod_ense/revista/pdf/Numero_22/CLA -

RA_COLETO_RUBIO02.pdf

- http://conteni2.educarex.es/mats/11367/contenido/index2.html

- http://www.licetthema.es/mediapool/103/1031041/data/TEMA_7_Infantil.pdf

- http://psico-consultas.com/index2.php?option=com_content&do_pdf=1&id=33

7. ANEXO I: CUESTIONARIO ESTILOS EDUCATIVOShttp://www.cefe.gva.es/orientados/familia/descargas/Dscargar_cuestionario%20esti-

los%20educativos.pdf

8. ANEXO II: VIDEOS DE APOYO - Estilo autoritario:

http://www.youtube.com/watch?v=yhUziNQcW9c

- Estilo democrático: http://www.youtube.com/watch?v=FCXlpbTgMIk&feature=re-

lated

- Estilo negligente: http://www.youtube.com/watch?v=dAYFs9uHyOU&feature=rel-

mfu

- Estilo permisivo:

http://www.youtube.com/watch?v=no37x-Jszxo&feature=relmfu

9. ANEXO III: APLICACIONES DIDÁCTICAS

En Educación Infantil debemos enseñar la importancia de la familia, los

miembros de la familia y los distintos tipos de familias, sobre todo si en nuestro centro

encontramos diversidad familiar. Esto lo podemos explicar recurriendo a recursos como

el siguiente: http://conteni2.educarex.es/mats/11367/contenido/index2.html