THE NEW YORK TIMES MAGAZINE'

LAS TRIPAS DELGRAN ESCAPARATEMUNDIAL DE ,LA FOTOGRAFÍA

SE HA CONVERTIDO EN EL MAYOR ESPACIO

DE LIBERTAD ENMEDIOS IMPRESOS

PARA LOS FOTÓGRAFOS. UNA EXPOSICIÓN

REÚNE EN BARCELONA LOS MEJORESENCARGOS DE LOS ÚLTIMOS AÑOS DE ESTA

PRESTIGIOSA REVISTA. Por QUINO PETIT.

SUEÑOS. La actriz Julián Moore, unos meses después de dar a luz, retratada por Gregory Crewdson para el proyecto 'Dream House' en 2002.

ALIANZA PERIODÍSTICA. Historia de portada con fotografía de Paolo Pellegrin y texto de Scott Anderson. Ambos reporteros brillan en estas páginas desde hace años.

AJL. .J^. principios de 1997,cuando Times Square estaba a punto deabandonar su legendaria sordidez median-te un radical lavado de cara, Kathy Ryan re-unió a su equipo y convocó a destacados

fotógrafos para que cada uno de ellos diri-

giera su objetivo hacia algún ángulo de esta

emblemática plaza neoyorquina. La ideaconsistía en concebir un crisol de miradassobre el mismo espacio en un número mo-

nográfico de The New York Times Magazine(NYTM), la revista dominical del prestigio-so diario estadounidense. El de AbelardoMorell fue el primer encargo del proyectoen llegar a la redacción de NYTM. Su edito-

ra gráfica, Kathy Ryan, permaneció hechi-zada frente a la imagen en blanco y negrode Morell tomada con cámara oscura queretrataba una habitación de hotel vacíacon los reflejos de la vibrante señalizaciónexterior de Times Square. Mientras con-

templaba aquella instantánea, Kathy Ryanrompió a llorar. Acababa de darse cuentade que, aunque no saliera nada más de

aquel proyecto, tenía ante sí una fotografíadestinada a pasar a la posteridad.pero el proyecto, como era de esperar,fue un éxito y despegó mucho más allá de

aquella obra de Abelardo Morell. A pesarde lo arriesgado de la apuesta -los enfoques

siempre acaban determinando el éxito de

cualquier historia-, estamos hablando de

algunos de los mejores fotógrafos del mun-do con diversas sensibilidades trabajandopara el dominical de un diario de referenciamundial. Y la aparentemente sencilla tareade retratar Times Square antes de cambiar

su aspecto para siempre se convirtió en undesafío para quienes lo aceptaron. Tras

aquella inquietante estampa de Abelardo

Morell sobre el reflejo de los carteles lu-minosos de Times Square desparramados

por una solitaria habitación, comenzaron a

llegar a la redacción de NYTM, entre otros,el drama de la vida callejera retratado porPhilip-Lorca diCorcia, la mañana con ai-

res de Hopper capturada por Lars Tunb-jork en la Octava Avenida con la Calle 42,el rostro de habitantes de Broadway comolos actores Christopher Plummery WillemDafoe inmortalizados por Chuck Cióse, yla pintoresca visión nocturna de Jack Pier-

son como un caleidoscopio a medio giro

ESTRELLAS. Escena del portfolio' de Paolo Pellegrin para los Osear de 2009 titulado 'Great Performers'.

TROPA DE ÉLITE. Reportaje de Gilíes Peress en 2005 sobre los comandos contra la insurgencia en Irak.

HIJOS DE DIOS. Stephanie Sinclair logró retratar la Iglesia Fundamentatista de Jesús de los Santos (2008).

ELEGANCIA. Ryan McGinley logró esta imagen tan peculiar al fotografiar al nadador Michael Phelps en una piscina con las paredes negras para un reportaje de 2004.

SUTILEZA. Al hilo de su papel en 'Monster', Inez van Lamsweerde y Vinoodh Matadin retrataron asi a la actriz Charlize Theron evocando la 'ocultación' de su belleza.

"LA CLAVE NO ES EL INTERÉSPOR EL FOTOPERIODISMO,SINO POR LA FOTOGRAFÍA"

que acabó en portada de la publicaciónpor evocar con extrema sutileza el almade Times Square. Todas aquellas miradas

contribuyeron a lograr que el monográficode mayo de 1997 supusiera un momentoclave de esta revista. Fue entonces cuandola frontera entre arte y periodismo quedóclaramente disuelta en sus páginas.

aquel hito representa a la perfección lo

que la editora gráfica Kathy Ryan conside-

ra un verdadero acto de fe. Ella nunca sabe

cómo saldrán los encargos cuando poneen marcha la maquinaria visual de NYTM.Y ahí reside el permanente reto al elegirun colaborador para cada nuevo proyec-to. Asumir con todas las consecuencias el

vértigo de reinventarse literalmente cadasemana ha convertido al dominical deThe New York Times en el mayor espacio de

libertad para los fotógrafos más prestigio-sos del planeta. Y buena parte de la culpareside en Kathy Ryan, quien durante másde 25 años ha ejercido como editora grá-fica de la publicación. Conocida entre los

camarógrafos que trabajan para ella porsu extraordinaria intuición, Ryan admiteal teléfono desde Nueva York: "Es muy di-fícil no repetirse en este negocio. Por eso

fue tan relevante aquel monográfico sobre

Times Square. Reconozco que, además de

con la primera instantánea de ese proyec-to que llegó a la redacción, también se me

escapó alguna lágrima con la fotoilustra-ción de Idris Khan sobre el London Eyede Londres que hemos sacado en portadaeste año y con el portfolio sobre Hollywoodque hizo para nosotros Paolo Pellegrin,destacado fotoperiodista en zonas de con-flicto que asumió el desafío de aportar unamirada totalmente inusual sobre estrellas

como Sean Penn o Robert Downey Ir.".Es el juego del encargo cruzado. Marca

de la casa. Siempre buscando la sorpresadel lector. Además de pedirles aquello paralo que mejor están preparados, Kathy Ryanha enviado a fotógrafos de guerra a retratara celebridades, y tampoco le han dolido

prendas al sugerir a destacados paisajistas

que intenten abarcar realidades más pega-das a la actualidad. Con estudios universita-rios en Historia y Arte, las primeras imáge-nes que impactaron a Ryan a los ocho años

no fueron fotografías, sino reproduccionesde lienzos de Goya y Van Gogh cuya fuerza

le desveló una profesora del colegio. Tras su

paso por la Universidad, quiso ser pintorahasta que encauzó su creatividad a la agen-cia Sigma, desde donde dio el salto a NYTMhace más de 25 años. Toda su influenciaartística ha marcado la exquisita huella de

Ryan en esta publicación. "Uno siempreintenta ser lo más profesional posible, perocuando trabajo para ella tengo que ir al1 10%; es la editora más intuitiva que conoz-co", confiesa sobre su relación con Ryan el

fotorreportero Paolo Pellegrin por teléfono

desde Roma. Miembro de la afamada agen-cia Magnum desde 2005, Pellegrin recibióen 1997 la llamada de Ryan para solicitarsu colaboración. Ella quería que acompa-ñase al periodista Scott Anderson a cubriruna historia en Albania. El resultado fue un

reportaje de portada y una alianza redactor-

fotógrafo que dura ya 15 años de éxitos enestas páginas y que Pellegrin compara con'un viejo matrimonio".EL FRUTO DE ESTA Y OTRAS APUESTAS queconforman una selección de los mejoresencargos fotográficos publicados en NYTMdurante los tres últimos decenios podráverse ahora en la exposición Las fotogra-fías de The New York Times Magazine, quedesde el próximo 28 de septiembre acogeel Palau Robert de Barcelona en colabo-ración con la Fundación Aperture. En unmomento crucial de la evolución de las re-vistas ilustradas, esta muestra comisariada

por Kathy Ryan y Lesley A. Martin aportauna mirada hacia las tripas de NYTM enlos últimos 30 años. De Sebastiáo Salgadoa Annie Leibovitz. De Nan Goldin a SimónNorfolk. De la moda con mayúsculas al

rabioso fotoperiodismo documental. Delretrato de personalidades a la mirada de

artista sobre una realidad concreta. Des-velando la relación entre redactor y fotó-

grafo, siempre tan intensa, y a veces tensa,cuando buscan juntos una historia. Como

explica en el prólogo del libro Fotografías.The New York Times Magazine (editorialBlume, en colaboración con Aperture),Gerald Marzorati, editor entre 2003 y 2010de NYTM, la intención no ha sido otra que'publicar, semana tras semana, junto con

amplios reportajes y ensayos de opinión,el tipo de fotografías que no se limitan a

documentar o dar noticias, sino que, cap-tando esa luz, ese gesto, ese instante espe-cial, detienen el tiempo y, después, captanla atención del lector de la revista, ralenti-zándolo, invitándolo a observar, a observar

detenidamente, a volver a observar".

Es el verdadero poder de los magazinesde los grandes periódicos. "Aportar unanueva mirada más allá de lo inmediato", en

palabras de Elena Navarro, directora de laentidad Canopia, representante en España

y México de la Fundación Aperture que or-

ganiza junto a NYTM la exposición del Pa-lau Robert. ¿Pero, cómo sacar pecho ante el

incierto futuro que azota estos soportes pe-riodísticos? ¿Hasta cuándo existirá una pu-blicación como NYTM? Desde la sexta plan-ta del 620 de la Octava Avenida de NuevaYork, su editora gráfica, Kathy Ryan, suspirasin atreverse a dar una respuesta. "Estamos

revisando con lupa en cada presupuesto,y mientras antes podíamos enviar a un re-dactor y a un fotógrafo cinco o seis semanassobre el terreno, ahora preferimos no pasarde tres semanas por norma general. Pero enestos momentos, aquí nadie está hablandosobre dejar de sacar la revista en papel" .

Para Francois Hebel, director deLes Rencontres dArles, cuyo prestigiosoforo anual acogió esta exposición antes de

su paso por Ámsterdam y ahora por Barce-

lona, "la única salvación del fotoperiodismoen las revistas vendrá por diferenciarse de lamirada hacia la noticia pura y dura". Por te-léfono desde Sudáfrica, Hebel argumenta:

"En lugar de mostrar las mismas imágenesque los medios impresos publicaron duran-te la guerra de Vietnam, cuando la televisión

no narraba los conflictos como ahora, estos

medios deberían precisamente distanciar-se de la imagen televisiva de inmediatez yapostar por la sofisticación. El trabajo de

Kathy Ryan es un buen ejemplo de hacia

dónde debe dirigirse el fotoperiodismo enlos magazines. ¿Y sabes por qué? Ella no está

interesada en el fotoperiodismo. La clave re-side en que lo que a Kathy le interesa es puray simplemente la fotografía". •las fotografías de 'The New York Times Magazine', pro-

ducida porAperture Foundation, puede verse en el Pa-

lau Robert de Barcelona desde el 28 de septiembre.

SOFISTICADAS. Bill Murray y Kate Winslet, encabezando los 'portfolios' dedicados a 'Great Perfbrmers' en 2004 y 2009, y portada sobre los JJ 00 de invierno en 2010.