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Hay enumeraciones que se piensan mucho y que provocan discusiones, pero hay otras ‒como esta‒ que solo trae consigo sonrisas, aromáticas sensaciones, recuerdos idílicos, planes de viaje, emoción, exaltación de tiempos pasados, pero sobre todo mucho orgullo, ese que solo un mexicano puede tener… y que sabe muy bien compartir a manos llenas.

TEXTO: ARTURO TORRES LANDA

50razones

por las que amamos a México

Calidez y unión de la familia mexicanaNo importa si la reunión es con motivo de una fecha impor-tante o si no hubo pretexto aparente: en México cualquier día que en familia es el más importante del año. Según datos del Inegi de 2016, en nuestro país hay más de 32 millones de hogares, de los cuales la mayoría se integran por tres miem-bros. Y aunque la imagen tradicional de familia ha evolucio-nado en los últimos años (hay aquellas que solo cuentan con un padre o madre, las homoparentales o incluso las que con-sideran a las mascotas miembros de su propia familia), lo que es cierto es que esta cifra demuestra que nuestros valores familiares son fundamentales para sentirnos plenos.

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Arma tu propia lista y comparte en nuestras redes.

Del calzado, de juguetes, chocolates, arte contemporáneo, manga japonés, piezas arqueológicas, enfermedades conta-giosas hechas con figuras de cera… ¡la Ciudad de México está llena de museos únicos e interesantes! Según estimaciones de 2018, nuestra capital cuenta con más de 150 museos y 44 galerías, lo que la convierte en la reina en cuanto museos en América y segundo lugar a nivel mundial. Por si fuera poco, estos espacios se distinguen por la calidad de su museografía y de los servicios que ofrece. Imperdibles: el Museo Nacional de Antropología, el Castillo de Chapultepec o el Museo del Templo Mayor. A la vanguardia: el Museo Soumaya, el Museo Jumex, el Museo Rufino Tamayo o el Museo Interactivo de Economía (mide). Únicos: el del Juguete Antiguo (mujam), el de Arte Objeto (modo), la Casa Estudio Luis Barragán… No nos cabrían los otros 140 restantes, así que mejor visita la ciudad de todos lo mexicanos y haz tu propia ruta.

Porque tenemos la ciudad con más museos2

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Nuestros símbolos patrios Nos enseñaron a honrarlos en la pri-maria cada lunes por la mañana, sin embargo, esa emoción que provoca ver ondear la bandera creada en Iguala, Guerrero, en cualquier plaza, estadio o embajada de México es una sensación que nos acompaña toda la vida. Sí, nues-tra bandera es bella y la poética historia que relata nuestro escudo nacional los convierte en signos únicos en el mundo y nada se puede comparar con ellos; sin

embargo, la creatividad del mexicano se ha encargado de hallar en otros signos y manifestaciones artísticas motivos de orgullo patrio. ¿A poco tú no te estre-meces al escuchar el Huapango de José Pablo Moncayo, considerado casi como un segundo himno nacional? o ¿nunca has pensado en lo bien que luce la Pie-dra del Sol o Calendario Azteca plasma-dos en varios diseños que representan a México? Señas de identidad tenemos pa’ aventar pa’ arriba.

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Alegres y coloridas, existen muchas manifestaciones rituales de México cuya raíz y significado se hunden en la profundidad de los siglos. Los famosos Voladores de Papantla, por ejemplo, son reminiscencia de la adoración pro-fesada al sol por las antiguas culturas del Occidente de México y la cuenca del Golfo, así como testimonio de ello son los dibujos hallados en ancestra-les vasijas de cerámica. De igual forma, la danza de los Parachicos de Chiapa de Corzo, Chiapas, tiene su origen en rituales prehispánicos y leyendas de la época virreinal en las que se mezclan la fe y el misterio. Los Borrados, danza de la Semana Santa de los coras de Nayarit, o La Tigrada de Chilapa, Gue-rrero, son otras de las miles de mues-tras del misticismo que impregna a nuestro México.

Los rituales ancestrales y su misticismo

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La vastedad de la gastronomía mexicanaTe ofrecemos una brevísima lista que encenderá tus papilas: burritos con tortilla sobaquera de Sonora, corundas de Pátzcuaro, Michoacán, longaniza de Va-lladolid, Yucatán; tacos de canasta en la Ciudad de México y de barbacoa de Actopan, Hidalgo. Tortas ahogadas tapatías; mole de Oaxaca, Puebla, Queré-taro… enchiladas con guajillo de Guanajuato y San Luis Potosí; machacado neoleonense, discada de Durango, tamales rojos de Veracruz, pozole blanco de Tixtla, Guerrero; langosta en pizza de Holbox o acompañada de frijoles en Puerto Nuevo, Baja California… Patrimo-nio Inmaterial de la Humanidad por la unesco, la co-cina mexicana es un deleite que no tiene fin.

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Se dice que el chocolate y el mole son un viaje por sí solos cuando se paladean con los ojos cerrados.

El reconocido pintor, escritor y diseñador de moda Ramón Valdiosera es el responsable de haber creado el término rosa mexicano para nombrar esa vibrante tonalidad que hoy también nos iden-tifica. En entrevista con el explorador y colabora-dor de México Desconocido, Alfredo Martínez, afirma que la inspiración para inmortalizar ese tono a través de su obra proviene de entrar en contacto con los pueblos indígenas y de sus viajes a lo largo del país. No podía ser de otra forma, pues si algo caracteriza y deslumbra a cualquier visitante ex-tranjero es la riquísima paleta de colores que tiñe a México, desde las fachadas de Izamal, Tlacotalpan, Guanajuato o Sayulita, hasta la tradición de ador-nar nuestras fiestas con papel picado multicolor. Un arcoíris convertido en nación.

El colorido de nuestras tradiciones y nuestros pueblos

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Megadiverso: así es nuestro país, uno de los pocos en el mundo que puede presumir tal título, los cuales poseen el 70 por ciento de la riqueza biológica del planeta. ¿Quieres algunas ci-fras impresionantes? En México hay más de 200 mil especies de plantas y animales, lo que significa que diez de cada 100 seres vivos que hay en el mundo habitan aquí. Nuestro país también fi-gura en el “medallero de la diversidad natural” al ser el segundo país con más diversidad de ecosistemas. En él se encuentra el desierto más grande del continente, el chihuahuense, y tam-bién las selvas húmedas más al norte de América: Los Tuxtlas y la Lacandona. A su vez, los bosques de pinos y encinos que cubren las laderas de las sierras Madre Oriental y Occidental son áreas únicas por su valor ecológico. México lindo y diverso.

La biodiversidad de nuestros ecosistemas5


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Porque tenemos el acuario del mundoFue en 2005 cuando la unesco declaró los 126 mil kilóme-tros de largo que tiene el mar de Cortés como Patrimonio Mundial Natural. ¿Las razones? Muchísimas. Basta con decirte que en este privilegiado golfo al noroeste de Mé-xico vive el 40 por ciento de la población global de mamí-feros marinos, entre ellos, la amenazada vaquita marina;

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Nuestra solidaridad ante catástrofesEl pasado 19 de septiembre de 2017, una vez más se puso a prueba nuestra cohesión como país luego de que un te-rremoto de 7.1 grados Richter golpeara a Puebla, Morelos, Oaxaca, el Estado de México y la Ciudad de México. Con palas, picos, carretillas o simplemente con la manos, los habitantes de varias ciudades de estas entidades se dieron a la tarea de remover escombros y socorrer a quien lo ne-cesitara durante los siguientes días. Esta calamidad no es la única que ha encendido el espíritu solidario de los mexi-canos, pues también hemos ayudado a nuestros hermanos también tras el paso de los huracanes Paulina (1998) o Wilma (2005), así como luego de las inundaciones de Tabasco de 2007, por mencionar algunos casos. Nuestra unión ha hecho siempre la fuerza.

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La riqueza de nuestros ritmos El amor que le profesamos a la música se ve expresado en la gran variedad de ritmos autóctonos que sonorizan nues-tra geografía. En la Huasteca domina el huapango, género en compás de tercios que se caracteriza por su velocidad y alegría así como por los falsetes de voz de quienes los interpretan. Al norte, la música de banda es reina y señora, producto de una inesperada fusión de ritmos provenientes de Alemania y Po-lonia; este popular género también le arranca suspiros a nuestros paisanos al otro lado de la frontera americana. Desde luego, no podemos dejar de men-cionar los sones veracruzanos, pícaros y sabrosos; la pirekua michoacana, eje-cutada en español o purépecha, ni el canto cardenche, evocación de los de-siertos de La Laguna. Medio planeta ha cantado y bailado piezas musicalizadas por mariachi como El jarabe tapatío o La Cucaracha, muestras de que México le pone ritmo y sabor al mundo.

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Con 7,828 kilómetros de litoral en el Pacífico, y 3,294 del lado del Atlántico, México tiene muchísimo espacio dis-ponible para que el sol se oculte tras el mar. Legendarios los atardeceres de Acapulco: ya sea en Pie de la Cuesta, Punta Diamante o sobre la costera, el sol se difumina en el mar provocando chispeantes efectos sobre las olas y los peñascos. Otro panorama ofrece Tulum, pero al amanecer, donde el as-tro rey aparece justo en la línea entre la arena y el agua a causa de su ubica-ción; desde luego, resulta imperdible observar el espectáculo en la Zona Ar-queológica de la localidad. Las playas de Ensenada, Baja California, cuentan con los ingredientes necesarios para que sus puestas de sol sean fabulosas: por un lado, el cielo encendido del de-sierto, por el otro, un mar azul oscuro que hace vibrar aún más los colores que pintan el firmamento.

11Los atardeceres y amaneceres en las costas mexicanas

Enero es un buen mes para ver y hacer fotos del atardecer pues es cuando el sol se encuentra más cerca de la Tierra.

que cuenta con un arrecife (Cabo Pulmo) con una edad de 25 mil años y que es hogar de más de 200 especies de pe-ces; que baña también a casi un millar de islas e islotes, donde centenares de aves marinas y especies de aguas poco profundas se anclan a la vida. Por esto y mucho más, el famosísimo explorador subacuático, Jacques Custeau se enamoró de él y lo llamó "El Acuario del Mundo".

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Para expresar emociones no siempre es necesario usar palabras, y eso es algo que las mujeres de México han puesto en práctica durante varias centurias. En sus vestidos hechos con telar de correas, las mujeres chinantecas de San Antonio del Barro, Oaxaca, plasman un intrincado len-guaje en el que abejas, flores, árboles y aves comunican amor, deseo o añoranza. Algo similar ocurre con los huipiles amuz-gos de Xochistlahuaca, Guerrero, que suelen lucir un serpenteante patrón que re-presenta a la feminidad. Las mujeres tzel-tales de Zinacantán, Chiapas, convirtieron parte de sus hogares en talleres donde la herencia del bordado en hilo se ha trans-mitido entre abuelas, hijas y nietas. Esa misma cadena entre creadoras es lo que da vida a colectivos como Hazme si puedes o la tienda Artesanías Vicky de San Anto-nino Pío, Oaxaca, donde se emplea a mu-jeres de la sierra sur del estado para que elaboren y vendan sus prendas a través del comercio justo. Tejiendo redes de afecto.

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Porque las suertes las hacen los charrosEl deporte nacional es expresión viva de destreza y gallardía, y a lomo de corcel y con un lazo en la mano, los charros deben pre-sumir sus habilidades. Las suertes más populares con las que lo demuestran son las manganas y la cala de caballo; los piales en el lienzo, el paso de la muerte, colas y jineteo de vaquillas, yeguas y toros. En cada una ponen cuerpo, mente y alma en sintonía, para brindarnos a todos un espectáculo que ‒sin importar si no se sabe montar a caballo‒ contagia de orgullo y adrenalina.

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La belleza de los Días de MuertosLos festejos en torno al día de los Fieles Difuntos conforman una de las expre-siones culturales más conmovedoras y valiosas de México. En ellas recorda-mos a los que se nos adelantaron, nos echamos a reír con “la que pela los dien-tes” y aprovechamos para demostrar nuestro amor por la fiesta, la comida y los colores como en casi ninguna otra fecha en el año. La cempasúchil color de fuego, la blanca nube y la terciopelo de tono encarnado son algunas de las flores que, junto al papel picado, ofre-cen una explosión de sensaciones a la vista. También es época de calaveritas de dulce, amaranto o chocolate; del aroma a incienso o a cera fresca; de ri-sas en el panteón y luces de llama refle-jadas en las pupilas de quienes velan la noche en esta fiesta de amor y memoria.

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Porque nos mueve la fe La Morenita, la Virgen del Tepeyac, La Reina de México o la Guadalupana son solo algunos de los nombres con los que los fieles de todo el país se dirigen de forma cariñosa a Nuestra Señora de Guadalupe, que en su día de fiesta recibe a más de 5 millones de personas provenientes de todo México y otras partes del mundo. Pero no hace falta que sea 12 de diciembre para festejarla, pues su imagen se puede ver lo mismo en iglesias que tatuada en la piel de alguien que agradece un mi-lagro concedido o en el espejo retrovisor de todo taxista. Solo a ella se le despierta con un coro de miles de voces cantando con fervor Las Mañanitas.

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Porque tenemos un Himno Nacional que nos hace vibrarNi bien comienza el estribillo inicial o arranca la primera estrofa ‒“Mexicanos al grito de guerra…”‒ y el corazón de todo buen mexicano ya comienza a vibrar con la letra y melodía creadas por Francisco González Bocanegra y Jaime Nunó en 1853 y 1854, respectivamente. Las estrofas de la primera versión original del Himno Nacional Mexicano son diez, mientras que la composición musical se distingue por el uso de la melisma, una figura sonora proveniente del mundo árabe (por ejemplo, es esa variación de tono presente en la parte de “…por el de-e-e-edo de Dios se escribió”). Y aunque durante muchos años del siglo xix no se entonó por razones políticas, hoy ya forma parte de nuestros Símbolos Patrios y ha sido tra-ducido a 12 lenguas indígenas. ¿Aquello de que fue nombrado el segundo himno más hermoso del mundo? Un mito, aunque eso no le quita su belleza y energía.

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El amor con que están hechos los textiles mexicanos

Los Días de Muertos son ‒por mucho‒ las festividades con las que más se identifica a México en el extranjero.

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La pasión con la que disfrutamos el futbolAunque somos un pueblo unido y orgulloso de nuestra nacionalidad, hay ciertas diferencias y roces que inevitablemente salen a flote, como su-cede cuando una persona afirma ser aficionado del Club América. Sí: sabemos que invariablemente re-accionaste a esta última frase, sin importar si fue de forma negativa o positiva. ¿La razón? el fervor con el que disfrutamos el deporte más popular del mundo, que en México tiene a más de 64 millones de seguidores, poco más de la mitad de la pobla-ción del país. En pocas latitudes del mundo encon-trarías a una quinceañera portando un vestido con el escudo de las Chivas del Guadalajara o a un niño bautizado en honor al Club Atlante. No hay nada como acudir al Ángel, a la Minerva o la Macroplaza a festejar un triunfo más de la Selección.

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El Manatí es un sitio arqueológico cer-cano a Minatitlán, Veracruz, donde en 2008 se encontró una antigua vasija olmeca con un contenido muy peculiar. Estudios posteriores de carbono 14 de-velaron que este recipiente tenía ras-tros de teobromina, sustancia presente en los alimentos elaborados con cacao. Esta prueba científica comprobaba que el chocolate como bebida derivada del cacao había sido inventada por esta

civilización al menos 1750 años antes de Cristo. Con el paso de los siglos, el conocimiento sobre este brebaje solo reservada a sabios y gobernantes pasó a otros pueblos, como los mayas y mexicas, quienes la dieron a conocer a los españoles. Ellos le agregaron aquí la leche y el azúcar, y a partir de entonces el resto es una dulce y enervante histo-ria que comenzó aquí, en México. De nada, resto del mundo.

Por nuestros árboles milenarios ¿Sabías que el árbol nacional es el ahue-huete? Si es así, seguramente también estás enterado de que su nombre pro-viene del náhuatl y significa “el viejo del agua”, mote apropiado para una especie

que puede alcanzar varios siglos de vida y que solo se encuentra en México. Como ejemplo, el famosísimo Árbol del Tule de Oaxaca, cuyo tronco tiene un diámetro cercano a los 14 metros y una edad cercana a los 2000 años.

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Los mil usos del maízAdoramos el maíz en todas sus presentaciones, ya sea que lo transformemos en tortilla, atole, pinole, chicha, pozol, elote, esquites, tamal, biocomustible o artesanía. La lista es larguísima pues forma parte de nuestra vida diaria y cultura como pocos productos naturales, pero lo que poca gente sabe es que el maíz, en su estado actual, es producto de los miles de años de selección humana a los que fue sometido el teozintle, su versión más silvestre y primitiva, y que los restos fósiles más an-tiguos de esta planta provienen del valle de Tehuacán, entre Puebla y Oaxaca. Si en los mitos prehispánicos los dioses moldearon a los primeros humanos con masa de maíz, en la vida real fueron los mexicanos quienes hi-cieron posible la existencia de esta planta maravillosa.

20Porque le ponemos chile a todoTal parece que si no nos enchilamos la comida no nos sabe rica, y en parte eso se debe al efecto estimulante que produce la capsaicina en nuestro cuerpo, sustancia responsable del picor presente en las semillas de los chiles. Además, algunos estudios han encontrado que su consumo beneficia al sistema respiratorio, reduce el colesterol e incluso se ha comenzado a aplicar en tratamientos contra el cáncer. Así, nuestra afición ancestral al picante responde a todo lo que ofrece más allá de su sabor, y por ello contamos en México con más de 64 tipos de chiles; si a ello sumamos las numerosas variaciones silvestres y regionales que hay, la cifra asciende a más de 200. Y aunque otras culturas también agregan picante a su comida, solo los mexicanos hemos logrado que todo (dulces, choco-lates, frutas, bebidas…) sepa más rico con el flamígero chile.

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Haberle regalado el chocolate al mundo

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El barroco como estilo arquitectónico na-ció en Europa, sin embargo, al llegar a Mé-xico echó raíz pronto y se desarrolló como una vertiente única y original gracias a su fusión con las tradiciones artísticas indíge-nas. ¿Quieres ejemplos? Las Misiones Fran-ciscanas de la Sierra Gorda de Querétaro, alzadas con la supervisión de fray Junípero Serra; la Iglesia de Santo Domingo, en la capital de Oaxaca; el ex convento de Tepot-zotlán, en el Estado de México; la fachada de Santa Prisca en Taxco; el retablo de Los Siete Arcángeles de la iglesia del Carmen en San Luis Potosí; o la Capilla del Rosario y Santa María Tonanzintla, ambas en Pue-bla. Todos tienen en común desbordantes decorados y un arrojo cromático que solo pudo darse en este exuberante país.

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Las flores y la herbolaria mexicanasCon una geograf ía tan amplia y variada, era natural que México contara con muchísimas especies de flores y plantas admiradas por nuestra gente tanto por su belleza como por sus propiedades medicinales. En el primer rubro entran la nochebuena, flor mexicana también conocida como poinsetia que hoy simboliza a la Navidad en varias partes del

mundo, y la cempasúchil, sin cuyo esponjoso tono anaranjado los Días de Muertos no serían los mismo. La ruda (de origen Mediterráneo pero adoptada en México) es preferida por su poder analgésico y digestivo, y el tomillo (esta sí, mexicana) gracias a que es un efectiva planta antibacteriana. Desde luego, hay otros cientos de especies diferentes usadas para mantener la salud a lo largo y ancho del país.

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¡Las posadas, las piñatas y Las Mañanitas!Si en un cumpleaños mexicano no se entonan Las Mañanitas no puede considerarse un festejo completo, así como no hay fiesta infantil exitosa que no cuente con una piñata que romper al son de “Dale, dale, dale…”. Esta artesanía hecha de barro, papel y sorpresas es muy característica de nuestras celebraciones, pero incluso ha sido integrada en los festejos de otras partes del globo. La his-toria cuenta que fue un fraile del ex convento de Acolman, en el Estado de México, quien las creó para aleccionar a los indígenas sobre los pe-cados basado en una figura similar hecha para Panquetzaliztli, un ritual nahua. Su simbolismo hizo fácil integrarla a las posadas, citas navide-ñas que recrean el peregrinar de José y María en busca de un lugar donde reposar.

24Por nuestras ocurrencias al hablarCantinflear es un verbo de reciente inclusión en el dicciona-rio de la Real Academia Española, el cual surgió de la pe-culiar forma de expresarse del personaje creado por Mario Moreno, "Cantinflas". En sentido estricto, se refiere al hecho

de hablar de forma alocada y rebuscada sin decir realmente nada, y retrata bien la manera enredada, algo formal pero picaresca con que nos comunicamos los mexicanos. Los refranes populares, las coplas, tonadillas, bombas yuca-tecas, calaveritas y hasta los albures son señas también de nuestra identidad lingüística, resul-tado de la convivencia con idiomas indígenas y africanos, y del hecho de ser el país con más hablantes del español en todo el planeta. Sobre todo, son testimonio de nuestra creatividad.

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Porque somos destino de especies migratoriasHay animales que, aunque no habitan en de nuestro territorio, pueden afirmar ser mexicanas de nacimiento. Nos referimos desde luego a las especies que año con año migran desde lejanos horizontes para reproducirse en los bosques, playas, lagunas y montañas de México. La mariposa monarca es el representante más conocido de este selecto grupo de via-jeros, pues se desplaza por millares desde Canadá y EE.UU.

para nacer, reproducirse y morir en las montañas de Michoa-cán y el Estado de México. Las lagunas de San Ignacio y Ojo de Liebre, en Baja California Sur, son otros dos santuarios a donde acuden las ballenas gris y jorobada en busca de sitios para dar a luz y alimentarse. ¿Te gustan las aves? Más de 250 especies emplumadas hacen escala en nuestro país para anidar, entre ellas pelícanos, patos, flamencos y vencejos.

El nombre en náhuatl de la nochebuena es cuetlaxóchitl, que puede significar 'flor roja como el cuero' o'flor marchita'.

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Los mexicanos tenemos una forma única de apropiarnos del lenguaje y de divertirnos con él.

Nuestras desbordantes iglesias barrocas

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La fauna que solo existe aquí Así como hay seres que llegan de fuera a disfrutar nuestros climas y ecosistemas, hay otros que de plano nunca han sa-lido de México pues solamente pueden vivir aquí. Son las lla-madas especies endémicas, que de acuerdo a estimaciones, superan las 7 mil. Solo te vamos a mencionar algunas de las

más emblemáticas, como el ajolote, prodigioso mamífero que puede regenerar sus miembros y que habita en los lagos de Xochimilco, en la cdmx; el teporingo o conejo de los volcanes, un tierno animalito del centro del país. Tristemente famosa es la vaquita marina, de la cual quedan alrededor de 40 ejempla-res en algún punto del Mar de Cortés. ¡A protegerlos!

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Nuestra riquísima historia El genial poeta chileno Pablo Neruda escribió sobre nuestro país: “Y no hay en América, ni tal vez en el planeta, país de ma-yor profundidad humana que México y sus hombres. A través de sus aciertos luminosos, como a través de sus errores gi-gantescos, se ve la misma cadena de grandiosa generosidad, de vitalidad profunda, de inagotable historia, de germinación inacabable.” Neruda tenía razón, pues en los casi 13 mil años que nos separan de los restos hallados en la cueva de Chan Hool, en Quintana Roo, de los imperios, navíos, cañones y revoluciones hasta nuestros días, la de México ha sido una historia trepidante, única y dolorosa en la cual se encuentran las explicaciones del enigma que somos hoy como nación.

28Nuestra hospitalidadEste dato es reciente y proviene directamente de la Secreta-ría de Turismo Federal: México ya es el sexto país más visitado en el mundo, con lo que se coloca cada vez más arriba en el Olimpo de las potencias internacionales del turismo. Esto no sería posible sin el trato amable y cálido de nuestros compa-triotas, así como por el excelente servicio que brinda la indus-tria hotelera nacional, compuesta por 21 mil establecimientos de hospedaje. La tendencia indica que esta cifra crecerá, par-ticularmente en las tres zonas de mayor afluencia turística: las playas de Baja California Sur y Quintana Roo, el Bajío y las ciudades de México, Guadalajara y Monterrey. ¡Viajemos todos por México!

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Porque solo en México hay moleDulce pero amargo, delicado pero oscuro, intenso pero se-ductor... solo un país tan contradictorio como el nuestro po-dría tener al mole como plato emblema. De la preparación de salsas y adobos similares al mole actual hay registros desde la época prehispánica, pero lo cierto es que solo después de la Conquista española fue posible que adquiriera su sabrosa naturaleza actual gracias al arribo de ingredientes foráneos, como la canela. Los de Oaxaca y Puebla son los más cono-cidos, aunque Milpa Alta, al sur de la capital mexicana, no se queda atrás. Los hay verdes, amarillitos, de pipián, rosas de pi-ñón, coloradito, almendrado… Sí, este plato es mi mero mole.

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También la historia geológica de nuestro país es antigua, rica y dinámica, y para comprobarlo, basta con contemplar al-guna de sus miles de formaciones rocosas y accidentes geo-gráficos. Aquí se encuentran algunos de los desfiladeros más grandes y bellos del mundo, como el Cañón del Sumidero de Chiapas o las Barrancas del Cobre, en Chihuahua, que reba-san en profundidad y extensión al Gran Cañón del Colorado.

Igualmente impresionantes son las cuevas del Sistema Huautla, las grutas de Tolantongo y la cueva de Naica, mara-villa del subsuelo de México. Un país de colosos.

31La majestuosidad de nuestros escenarios naturales


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Porque bailamos y hacemos fiesta por todoSomos un pueblo alegre y apasionado, y pretextos para za-patear y mover el cuerpo nunca nos hacen falta, por ello en México abundan los bailes típicos tradicionales y otros tantos mucho más modernos. El más representativo ante el resto del mundo es el jarabe, de fuerte ascendente aragonés, por cierto; en contraste, las danzas de los concheros pame-chi-chimeca, la del venado yaqui y las de los matlachines ‒por nombrar solo algunas‒ no niegan su origen puramente indí-gena. Al norte le fascina bailar con banda o echarse un pa-sito duranguense, que curiosamente nació en Chicago pero es muy mexicano. El centro y el sur tienen preferencia por lo tropical (cumbias, salsas, merengues…) aunque lo cierto es que no existen límites para el cuerpo ni para la imaginación de los más movidos. Nadie nos quita lo bailado.

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Por nuestros ídolos de la cultura popularEl cine, la música y la televisión nos han brindado algunas de las figuras más queridas por los mexicanos, ya sea por su carisma arrollador, por su talento artístico o porque repre-sentan valores y deseos muy mexicanos. Pedro Infante, Jorge Negrete, "Cantinflas", Agustín Lara, María Félix, Dolores del Río, Vicente Fernández, El Santo o Roberto Gómez Bolaños son excelentes ejemplos ‒mas no los únicos‒ de lo anterior. Estos personajes son verdaderos embajadores del talento mexicano, pues es grande la influencia que tienen en el imagi-nario popular dentro y fuera de nuestras fronteras.

36Los trazos profundos de nuestros pintoresMéxico es tierra pródiga en creadores plásticos, pues tanto sus tradiciones pictóricas ancestrales como su diversi-dad cultural y de paisajes han sido inspiración de algunas de las figuras más notables del arte mundial. Obligatorio mencionar a los grandes muralistas: Diego Rivera, siem-pre preocupado por el poder social de la pintura; David Alfaro Siqueiros, de militancia inquebrantable; José Cle-mente Orozco, retratista de la realidad nacional. A su vez,

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De acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia, en México hay más de 2000 sitios arqueológicos re-gistrados, de los cuales 189 se pueden visitar prácticamente todo el año. ¿De-seas verte rodeado de esplendor y mag-nitud? Teotihuacan, Chichén Itzá, Monte Albán, Calakmul y El Tajín demuestran que nuestros antepasados fueron ca-paces de idear y alzar metrópolis solo dignas de los dioses. Palenque, Bonam-pak, Cacaxtla y Mitla, por su parte, son testimonios en piedra y pigmento de la gran habilidad artística de los pueblos que las construyeron. Únicas por su con-formación arquitectónica y su entorno son Paquimé, La Quemada, Cantona y el Templo Mayor de la Ciudad de México.

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El tequila, el mezcal y el pulqueBrindemos por estas bebidas surgidas de la “sangre” misma del agave y el maguey para deleite y placer de todos. De las tres el pulque es la veterana, pues ya en los mitos de los pue-blos tolteca, otomí y náhuatl se hace referencia a la fermenta-ción del mucílago del maguey pulquero; es más, hasta diosa patrona tenía, la venerada Mayahuel. ¿Te gustaría poner a prueba su valor nutricional? Los más ricos y famosos son los que se elaboran en el valle de Apan, ubicado en Hidalgo y par-tes del Estado de México y Tlaxcala. El mezcal, por tora parte, proviene de la cocción, molienda y destilación de aproxima-damente doce tipos de piñas de agave. El tequila, nombrado igual que el pueblo jalisciense donde nació, es en realidad un tipo de vino de mezcal, con la salvedad de que solo puede llevar tal nombre si fue elaborado con el jugo destilado de la planta tequilana weber, el bonito agave azul. ¡Salud!

34durante el siglo xix y principios del xx destacó José María Velasco, el único que ha sido capaz de contener en un lienzo toda la magnificencia del Valle de México. En cam-bio, Gerardo Murillo, Dr. Atl hizo lo propio capturando al óleo el fuego de los volcanes. Desde luego, Frida Khalo, Leonora Carrington y Remedios Varo (estas dos últimas, extranjeras adoptadas como mexicanas) son muestra de que nuestras mujeres son capaces de destilar el alma y plasmar los sueños humanos como pocos.

Más de 180 zonas arqueológicas abiertas en el país

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¿Sabías que México cuenta con uno de los centros de estudio del espacio exterior más avanzados del planeta? Se llama Gran Telescopio Milimétrico Alfonso Serrano, y se ubica en la cima del volcán Sierra Negra, en Puebla. Es el más grande de su tipo y con él es posible observar la formación de ga-laxias, las nubes moleculares, los co-metas y planetas externos y toda serie de maravillas siderales. Y sí: fue cons-truido con talento, recursos y mano de obra primordialmente mexicanas, par-ticularmente del Instituto Nacional de Astrof ísica, Óptica y Electrónica y del Conacyt. Junto con las aportaciones mexicanas a los ramos de la toxicología, la biogenética y la farmacología, es una demostración más de que somos impor-tantes agentes de cambio científico a nivel internacional.

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Los mexicanos somos maestros en la transformación de materia prima en au-ténticas bellezas. Ejemplos hay cientos, miles, pero entre los más vistosos es-tán los árboles de la vida de Metepec, Estado de México, en los que con abi-garrada fantasía se entremezclan moti-vos naturales, indígenas y católicos en miniatura. Oaxaca y la Ciudad de México se disputan el origen de los alebrijes, ensoñaciones con cuerpo de animales fantásticos; pero mientras el estado sureño se especializa en los hechos con madera, la capital se distingue por moldearlos con papel maché. A su vez, la cerámica paquimé de Chihuahua y la talla de palofierro yaqui de Sonora son hermosos legados de los antiguos ha-bitantes de Aridoamérica. Para trabajar la plata,Taxco y Guanajuato; y la cantera es orgullo de Zacatecas y Querétaro… en fin, para la destreza manual de los ar-tesanos mexicanos no hay límites.

38Los emprendedores con conciencia socialArrojarse a la aventura de iniciar un negocio en México no siempre es fácil, y si a ello le sumamos el objetivo de mejorar las condiciones de la comunidad que lo rodea, más allá de los meros rendimientos económicos, entonces el desaf ío será

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Nuestros ganadores del Premio NobelTres son los mexicanos que han recibido este prestigiado galardón, el cual reconoce a aquellos hombres y mujeres cuya aportación a las artes, la ciencia y la transforma-ción social ha sido sobresaliente. El primero en tenerlo en sus manos fue Alfonso García Robles, en 1982, un diplomático michoacano artífice del Tratado de Tlate-lolco, el cual estipula la eliminación de armas nucleares en América Latina y cuya autoría le valió el Premio Nobel de la Paz. En 1990, Octavio Paz fue condecorado con el Premio Nobel de Literatura en homenaje a su fructífera carrera en las letras. Por su parte, Mario Molina Henríquez fue premiado en 1995 con el Nobel de Química por sus hallazgos sobre el adelgazamiento de la capa de ozono. Los tres son testimonio del gran potencial intelectual que poseemos.

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Nuestros recientes aportes a la ciencia

La gran variedad de nuestra artesanía

La riqueza de flora y fauna de nuestro país es fuente inagotable de inspiración para los artesanos de todo México.

mayor pero mucho más satisfactorio. Esto no disuadió a las empresas nacionales más destacadas en el rubro, entre ellas Clínicas del Azúcar (control y prevención de la diabetes), Ca-tapulta (plataforma artística) y Someone Somwhere (moda y diseño). Ellos son ejemplos de que emprender también trans-forma sociedades.

Mentes privilegiadas en las artes y las ciencias se han destacado a nivel mundial. Orgullosamente mexicanos.


COLECCIÓN

Los artistas mexicanos que han conquistado al mundoLa sensibilidad de nuestros creadores escénicos, f ílmicos y musica-les ha dejado huella profunda en muchos países, próximos y lejanos. Los bailarines Mayela Marcos, Isaac Hernández, Elsa Carrillo y José Limón están considerados entre los más destacados a nivel interna-cional, mientras que los directores de orquesta Alondra de la Parra y Enrique Diemecke lo son en su propio ramo. Pocas figuras han brillado tanto en los escenarios mundiales como José José, Luis Miguel, Juan Gabriel o Vicente Fernández, y lo mismo ocurre con la espectacular triada formada por los cineastas Guillermo Del Toro, Alfonso Cuarón y Alejandro González Iñárritu. El talento artístico de México trasciende lenguas y derriba las barreras.

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Con 349, 515 alumnos, la Universidad Nacional Au-tónoma de México es la institución de educación superior con mayor matrícula en todo el subcon-tinente, además de contar con más de 40 mil aca-démicos. Otras cifras de orgullo universitario: tiene 15 facultades, ofrece más de 13 mil actividades

artísticas a lo largo del año y cuenta con cerca de 100 convenios de colaboración internacional. Es la más antigua de América, pues se le considera he-redera de la Real Universidad Pontificia de México, fundada en 1553. Es, hoy por hoy, la mayor institu-ción educativa de todo el país y orgullo de miles.

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Las 69 lenguas con las que hablamosMéxico no cuenta con una lengua oficial estable-cida por la Constitución, pues al tratarse de una nación multicultural, son muchos los idiomas con los que nos comunicamos y todos reconocimiento. 68 son de origen prehispánico, a los cuales se suma el español, de predominancia nacional. Más de 7 millones de mexicanos emplean una lengua indígena, siendo el náhuatl la de mayor cantidad de hablantes, con millón y medio de personas. Le siguen el maya yucateco, el mixteco y el tzeltal, que también cuentan con su propia literatura y sis-temas gramaticales únicos. Sin importar cuántas personas hablen un idioma nativo, es vital prote-gerlos y promover su difusión como parte funda-mental de nuestra riqueza cultural.

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Nuestro talento para el diseño y las artes visualesEste 2018, la Ciudad de México funge como Capital Mundial del Diseño, un nombramiento que la World Design Organi-zation entrega a aquellas urbes que aplican el diseño para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y resolver sus problemáticas. Pero el resto del país no se queda atrás, pues el diseño está presente en nuestro día a día y es motivo de

Por tener la universidad más grande de América Latina

43orgullo para numerosos despachos y creadores de piezas de mobiliario, diseño industrial y gráfico, joyería y moda, como Esrawe, Pirwi, MOB, Ad y Déjate Querer, reconocidas en todo el mundo. Según estimaciones económicas, las industrias creativas son responsables del ocho por ciento del pib del país, lo que demuestra que aquí sí sabemos capitalizar nues-tro talento para la forma y el contexto.

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La ciencia de nuestros pueblos prehispánicosBasta con admirar cómo el Sol crea la ilusión de que una serpiente baja por la escalinata del Templo de Kukulkán de Chichen Itzá, en un equinoccio de primavera, para compro-bar la pericia tecnológica y científica con la que los antiguos mexicanos alzaron sus ciudades y estudiaron su realidad cir-cundante. En el mismo sitio arqueológico, el observatorio de El Caracol es también una muestra de ello, pues de acuerdo con estudios arqueológicos, aquí se reunían los sabios mayas a estudiar el curso del planeta Venus. El uso de la grana co-chinilla para teñir telas y crear pigmentos es también aporta-ción indígena y resultado de la experimentación científica, así como los complejísimos calendarios rituales y astronómicos que incluso hoy siguen siendo más precisos que los creados en Europa. Las chinampas y el cultivo en milpa son otros dos buenos ejemplos de ingeniería revolucionaria indígena.

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La riqueza de los trajes regionalesPara crear vistosas y bellas prendas típicas los mexicanos so-mos expertos, pues en el vestir expresamos la diversidad de climas, tradiciones artísticas y orígenes culturales de las dife-rentes regiones que conforman al país. La cuera tamaulipeca, por ejemplo, es demostración de la habilidad que tienen los huastecos para la talabartería y el bordado en piel de bovino; a su vez, los vestidos tapizados de flores de las chiapanecas son una expresión de la exuberancia que las rodea. El blanco y vaporoso vestido de jarocha, el tintineo de lentejuela de la china poblana, y la delicadeza del terno yucateco son resul-tado de una compleja fusión de modas europeas y autócto-nas, así como de las tendencias en el uso de textiles. Todos estos trajes tienen como común denominador el orgullo que impregna a la persona que lo porta.

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Por los cenotes y su misterioSegún los científicos, el meteorito que aceleró la extinción de los dinosaurios fue también el responsable de “moldear” Sac Actun, el río subterráneo más grande del mundo, con 155 metros de largo y ubicado en Quintana Roo. También se cree que este impacto provocó la aparición de los miles de cenotes que salpican la península de Yucatán, cuyo poroso y cárstico suelo

impide la formación de caudales super-ficiales. Es en estas cavidades donde los antiguos mayas veían accesos al infra-mundo, puertas hacia realidades sagradas a las que solo podían “entrar” a través de ofrendas en forma de joyas, vasijas y vidas humanas. Y aunque hoy ya no se les ve de la misma forma, los cenotes siguen siendo invitaciones a zambullirse en el agua fresca y a reposar bajo un techo de estalactitas.

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Porque somos un país surrealistaCuentan que de visita en nuestro país, en 1938, el artista francés André Bre-ton declaró a México como "la tierra más surrealista del mundo", pues la multiplicidad de formas de ver y plasmar la realidad con que contamos es fuera de serie. Asimismo, Salvador Dalí, el pintor surrealista por excelencia, afirmó que nunca volvería a nuestro país porque aquí la vida cotidiana su-peraba en excentricidad a su propia obra. Por si hay duda de lo atinado de sus comentarios, basta con leer una leyenda virreinal o reflexionar sobre El Santo como luchador del cine y de la vida real; con quedársele viendo a los ojos a un alebrije o a una máscara de chinelo; con dejarse llevar por los estímulos que ofrecen los Días de Muertos, el levantamiento del Chimal de San Miguel Tolimán, Querétaro, un ritual maya con refresco de Cola en San Juan Chamula, Chiapas; solo hay que presenciar un atardecer en el jardín de Edward James enclavado en la Huasteca de San Luis Potosí… Aquí la ensoñación es nuestra realidad.

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La palabra 'cenote' proviene del vocablo maya dzonot, que designa a los abismos y regiones de las profundidades.

Haz este test y descubre cuánto sabes de la historia de México.

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Porque toda buena fiesta termina con mariachiDolor, orgullo, nostalgia, patriotismo y deseo son solo al-gunas de las sensaciones que evoca el género más mexi-cano de todos, el mariachi, cuyas notas no pueden faltar al inicio de ninguna serenata, a mitad de cualquier fiesta o al cierre de una celebración que se haya extendido más allá de la madrugada. Porque a través de sus letras, los mexicanos nos despojamos de prejuicios y cantamos a los cuatro vientos todo aquello que guardamos en el alma. Declaramos sin tapujos que queremos volver, vol-ver, y darnos La media vuelta para seguir siendo El Rey.

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Por la emoción de la lucha libreEn México los superhéroes no viven en las páginas del có-mic ni en superproducciones de la gran pantalla. Aquí son de carne y hueso, tan reales que cualquiera puede verlos sudar o incluso sangrar arriba del cuadrilátero. Nos referi-mos por supuesto a la lucha libre, cuyas figuras más des-tacadas nos representan también ante el mundo como un

pueblo ocurrente, único. Aunque a veces perdió encuen-tros, nadie le ganaba en popularidad a El Santo, quien junto con Blue Demon, El Huracán Ramírez o El Perro Aguayo en-cabezó una generación de gladiadores populares que hizo gritar de emoción lo mismo a chicos que a grandes. Aquí nos gusta jugarnos la vida y el honor (aunque sea "de a mentiri-tas") máscara contra cabellera.

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En sus inicios, El Santo hacía sus propias máscaras porque antes de ser luchador trabajó como costurero.

TEXTO: ARTURO TORRES LANDA - mexicodesconocido.com.mx · es cierto es que esta cifra demuestra que...

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