Tesina Educación Ambiental Alfredo Arteaga
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PROPUESTA DE LA MATERIA EDUCACIÓN AMBIENTAL EN LA
EDUCACION SECUNDARIA MEDIANTE EL REDISEÑO CURRICULAR
DE LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO.
Prof. Alfredo Arteaga.
Programa de Formación de Grado en Gestión Ambiental.
Universidad Bolivariana de Venezuela. Caracas. Venezuela.
Correo electrónico: [email protected]
RESUMEN:
La Educación Ambiental se ha propuesto como una pedagogía del medio
ambiente, en donde la conducta del uso correcto de los recursos del
planeta y el desarrollo de una capacidad crítica y creativa del
estudiantado, vienen a constituirse como objetivos finales del proceso
educativo. Sin embargo, a pesar que en todos lo niveles educativos se
ha planteado la necesidad de abordar la Educación Ambiental como eje
transversal en los contenidos, la realidad no concuerda con lo deseado
en materia de crear una conciencia en las sociedades contemporáneas
sobre sus influencias en el medio ambiente. Un dicho común, ilustra
tales influencias, de acuerdo al cual las tres amenazas de la humanidad
son: polución, población y pobreza. Sin embargo, la importancia de estos
problemas no se deriva de su antigüedad, sino mas bien de su urgencia
e inminencia. La crisis ambiental hace que nos preguntemos ¿hasta
cuanto mas se puede seguir en esta dirección? ¿cuál es el límite
sustentable?. Como dijera H. G. Wells, en una frase famosa: “La historia
humana se está convirtiendo más y más en una carrera entre la
educación y la catástrofe”. En el presente trabajo se presenta una
propuesta para la aplicación de la Educación Ambiental en la Educación
Secundaria mediente el rediseño del contenido curricular de los
programas de formación del profesorado.
INTRODUCCION
LA PROBLEMÁTICA AMBIENTAL Y LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
La problemática ambiental que hoy vive nuestro mundo ha llegado a ser
tema importante de reflexión y de preocupación tanto en el conjunto de
la sociedad como por parte de organismos internacionales y de
instituciones nacionales y locales. Cuestiones como el acelerado
crecimiento global de la población mundial en relación con los recursos
(especialmente los alimenticios) disponibles en determinadas zonas del
mundo, la desaparición de grandes zonas boscosas (sobre todo en las
áreas tropicales), la progresiva desertización de amplias zonas del
planeta, el agotamiento de los combustibles fósiles, el fenómeno de la
lluvia ácida, el peligro de accidentes nucleares, la disminución de la
capa de ozono son objeto de preocupación para gran parte de la opinión
pública mundial y, en todo caso, pueden tener repercusiones decisivas
sobre el conjunto de la humanidad (Junta de Andalucía, 1995).
De acuerdo con un dicho común, las amenazas de la humanidad son las
tres P: polución, población y pobreza, pero la importancia de estos
problemas no se deriva de su antigüedad, sino mas bien de su urgencia
e inminencia (Kormondy, 1978). El aumento exponencial del consumo,
sumado al incremento poblacional incesante, hacen que nos
preguntemos ¿hasta cuanto mas se puede seguir en esta dirección?
¿cuál es el límite sustentable?. Como dijera H. G. Wells, en una frase
famosa: “La historia humana se está convirtiendo más y más en una
carrera entre la educación y la catástrofe” (Otero 2001).
Se suele reconocer la gravedad de esta problemática, sobre todo en
determinados aspectos, hasta el punto de considerarse que puede llegar
a poner en peligro, a largo plazo, la propia continuidad de la especie
humana sobre la Tierra.
Sin embargo, es el propio modelo de desarrollo dominante en nuestro
mundo el marco en el que se generan los más importantes
desequilibrios para el medio ambiente. Así, la situación llega a ser
paradójica: mientras se producen esfuerzos reales, desde muy diversas
instancias, para abordar y controlar los problemas ambientales, la
dinámica general del sistema socioeconómico vigente y, más
concretamente, determinadas políticas desarrollistas contribuyen al
agravamiento de dichos problemas (Junta de Andalucía, 1995).
Otero (2001) indicó que la influencia del hombre sobre equilibrio
ecológico data desde la aparición de aquel sobre la Tierra, y ha causado
una regresión de los sistemas naturales en relación con el estado que se
podría suponer mas probable, si la especie humana no hubiera existido.
Este autor señaló que se podría diferenciar varios periodos de la relación
conflictiva hombre/naturaleza:
a) Período pre-agrícola (hasta hace aprox. 10.000 años).
b) Período agrícola (desde 10.000 años hasta mediados del siglo
XVIII).
c) Período Industrial:
1. desde la Revolución Industrial hasta la Segunda Guerra Mundial;
2. desde la Segunda Guerra Mundial hasta nuestros días.
La Educación Ambiental se ha propuesto como una pedagogía del medio
ambiente, en donde la conducta del uso correcto de los recursos del
planeta y el desarrollo de una capacidad crítica y creativa del
estudiantado, vienen a constituirse como objetivos finales del proceso
educativo. Sin embargo, a pesar que en todos lo niveles educativos se
ha planteado la necesidad de abordar la Educación Ambiental como eje
transversal en los contenidos, la realidad no concuerda con lo deseado
en materia de crear una conciencia en las sociedades contemporáneas
sobre sus influencias en el medio ambiente (Otero 2001).
LA TRANSVERSALIDAD DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL
Las experiencias de Educación Ambiental (ahora y en adelante E.A.)
desarrolladas en el contexto escolar manifiestan, en todo caso, las
grandes dificultades existentes para incorporar lo ambiental al currículo,
cuestión que ha sido preocupación importante a la hora de plantear las
bases del nuevo sistema educativo. Así, los diseños curriculares han
intentado incorporar la dimensión ambiental, manejándose el concepto
de “transversalidad” como mecanismo de inclusión de contenidos
ambientales (y de otro tipo, como los relacionados con la salud, el
consumo, la educación vial, etc.) en la organización, de carácter más
“vertical”, de conocimientos de las áreas académicas (Junta de
Andalucía, 1995).
Sin embargo, no es fácil la integración de ambos tipos de contenidos, de
forma que se corre el riesgo de que se produzca un añadido de aspectos
ambientales a conocimientos convencionales de un área, o bien de que
el denominado enfoque transversal pueda llegar a convertirse en una
especie de “cajón de sastre” en el que se mete todo aquello que no cabe
en otros apartados más académicos.
Por otra parte, la conciencia acerca de esta situación así como las
primeras iniciativas que pueden considerarse relacionadas con una
educación para afrontar los problemas ambientales no surgen en el
contexto de la escuela sino en otros ámbitos sociales, siendo recogidas y
difundidas, sobre todo, por organismos dependientes de la ONU. En
efecto, aparte de determinadas acciones puestas en marcha a finales de
los años sesenta por algunos países europeos, han sido realmente los
programas de la UNESCO los que han llegado a dar relevancia mundial a
la E.A. (Junta de Andalucía, 1995).
Especial importancia reviste la puesta en marcha en 1971 por parte de
varios organismos internacionales (FAO, OMS, IUCN y UNESCO) del
programa MAB (Hombre y Biosfera) con el propósito de “proporcionar los
conocimientos de Ciencias Naturales y Sociales necesarios para la
utilización racional y la conservación de los recursos de la Biosfera, y
para el mejoramiento de la relación global entre el hombre y el medio,
así como predecir las consecuencias de las acciones de hoy sobre el
mundo de mañana, aumentando así la capacidad del hombre para
ordenar eficazmente los recursos naturales de la Biosfera” (Junta de
Andalucía, 1995).
Tras este primer paso se suceden otros que van consolidando las bases
de esta disciplina: Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio
Humano (Estocolmo, 1972), Programa de las Naciones Unidas para el
Medio Ambiente (PNUMA) en 1973. En 1975 el Seminario Internacional
de Educación Ambiental de Belgrado definía los objetivos de la E.A. y
establecía una serie de recomendaciones para poner en marcha el
Programa Internacional de Educación Ambiental (PIEA). En Belgrado se
establecían una serie de recomendaciones en relación con la E.A. que
aún hoy podemos considerar en plena vigencia: la importancia de un
adecuado apoyo legislativo, una investigación que permita la integración
de la E.A. en la actividad educativa, el desarrollo de programas
interdisciplinarios, la correspondiente formación del profesorado, la
preparación de materiales, etc. Conferencias posteriores como las de
Tbilisi (1977), París (1982) y Moscú (UNESCO-PNUMA, 1987) han seguido
insistiendo en parecidas recomendaciones, enfatizando aspectos como
la formación del profesorado y el indiscutible carácter interdisciplinario
de la E.A. (Junta de Andalucía, 1995).
En resumen, ya desde los años 70, en diversos documentos se habla de
la necesidad de inculcar en la sociedad una serie de creencias, actitudes
y valores ambientales positivos, como base para el correcto cuidado y
administración de la tierra (Musso Quintero, 2005).
En la Conferencia de Tbilisi surgió el compromiso de acometer la tarea
de:
-“...prestar la debida atención a los valores ambientales a la hora de
desarrollar programas de educación ambiental”, y
-“... a que la educación ambiental fomente la conciencia y valores
necesarios para mejorar la calidad de vida”.
Según Musso Quintero (2005), ésta situación demanda de un educador
ambiental con nuevas concepciones sobre la valoración de los recursos
naturales y la vida misma, es decir, que incorpore y defienda el valor y
el derecho de cada especie viviente del planeta que habitamos y, en
particular, que entienda su rol social de educar a las generaciones
presentes y futuras en función del derecho que tienen, especialmente,
los niños a un medio ambiente sano y a disfrutar de un desarrollo
integral en armonía con la naturaleza.
En esta circunstancia, la E.A. ha llegado a constituirse en un instrumento
o herramienta indispensable para reorientar las estrategias y los estilos
de vida, así como los hábitos, actitudes y valoraciones actualmente
predominantes.
Por estas razones, se hace indispensable, que en los programas
educativos se promueva la enseñanza de valores ambientales positivos.
Es imprescindible, que todos adoptemos una ética holística en nuestra
relación con la Tierra. De alguna manera, hay que lograr en muy pocas
generaciones que la sociedad en su conjunto adopte valores y conductas
sociales y personales que beneficien el ambiente. Los educadores
ambientales son algunos de los principales agentes que trabajan a favor
del fortalecimiento, refuerzo y promoción de unos valores ambientales
positivos. La enseñanza de valores ambientales es un medio y un fin: el
fin es la adquisición de valores y conductas social y ambientalmente
positivas, y el medio es la adopción de una ética de amor y justicia. La
educación es el proceso fundamental por el que los alumnos aprenden a
desarrollar su mente, sus emociones, su creatividad, intuición y
capacidades (Musso Quintero, 2005).
Sin embargo, el hecho de que la E.A. haya surgido, en un principio, fuera
del contexto escolar, junto a la tradicional resistencia de la escuela para
incorporar temáticas y perspectivas dóciles de integrar en los marcos
“académicos”, explica, probablemente, el escaso grado de incorporación
de los fines y supuestos de la E.A. al currículo escolar. Y ello pese a que
multitud de enseñantes, desde los años setenta, vienen poniendo en
práctica diversidad de proyectos y acciones concretas relacionadas con
la E.A, acorde con los procesos de innovación que se estaban
produciendo en el mundo escolar y que pretendían romper con los
rasgos más convencionales y arcaicos de un modelo escolar que se
percibía como inadecuado.
Por otra parte, casi nunca se han establecido mecanismos adecuados
para valorar y trabajar como contenidos lo que puede considerarse,
precisamente, más característico de una E.A., los aspectos afectivos,
actitudinales, axiológicos y comportamentales.
LA FORMACIÓN EN VALORES EN LA RELACIÓN CULTURA-
VALORES PARA LA LABOR PEDAGÓGICA
Los valores se forman a partir de un conjunto de actitudes relacionadas
entre sí, son convicciones duraderas de que determinada conducta o
modo ideal de vida es personal o socialmente preferible a la conducta o
modo ideal de vida opuesto. Los valores relacionados con una conducta
determinada se denominan instrumentales, y los valores que implican
un modo ideal de vida se denominan terminales o finales, los cuales de
resumen de la siguiente forma (RoKeach, 1992, en Musso Quintero,
2005):
Valores instrumentales
Amor a las personas y a la
Tierra
Generosidad
Compartir
Honradez
Comportamiento
ecológicamente positivo
Responsabilidad
Autorreflexión
Empatía e interés por otras
culturas
Perdón
Verdadera amistad
Alegría
Ser de ayuda a los demás
Cortesía
Tolerancia
Amabilidad
Sacrificio
Autodisciplina
Educación
Valores terminales
Un mundo en paz
Seguridad nacional
Seguridad familiar
Libertad para todas las
personas
Igualdad
Fraternidad
Fuerza moral
Respeto a sí mismo
Amor maduro
Equilibrio interior
Sabiduría
Un mundo lleno de
belleza
Apoyo a la comunidad
Un ecosistema de
equilibrio total (en el que
la intervención del
hombre favorezca el
desarrollo ecológico de
la Tierra a largo plazo)
Un orden mundial
igualitario
El desarrollo de los valores es principalmente un proceso social, y está
determinado por la influencia de la sociedad en el individuo. Así pues, no
es sorprendente que las formas de vida consideradas deseables por las
personas sean las formas de vida aprobadas en la cultura a la que
pertenece.
Los portadores de valores más frecuentes en nuestra sociedad son: Los
padres y el hogar, los profesores, administradores y escuelas, las
autoridades religiosas, los compañeros, el gobierno, el entorno de
trabajo, los medios de comunicación, la literatura, la ley.
La sociedad no forma a cada individuo con un sistema de valores
idénticos. Todos son individuos, y cada uno de ellos con mundos
particulares – su vida hogareña, las experiencias en la escuela, las
creencias religiosas, entre otras – es único. Además, su lugar en la
jerarquía social, económica y política tendrá un gran efecto en la
formación de valores y creencias posterior de cada persona. Los valores
intervienen inevitable e implícitamente en todas las interacciones entre
profesor y alumno. Los valores se enseñan a través de:
1. La relación que el profesor establece con los alumnos.
2. Los métodos que utiliza para controlar al grupo.
3. La selección del material educativo.
4. La manera de involucrar a los alumnos en la clase.
5. La importancia que se dé a la creación de conocimientos, frente a su
transmisión.
6. La existencia o no de servicios de apoyo al alumno.
7. La estructura jerárquica de los Centros educativos.
8. La selección de métodos o enfoques para el desarrollo de la
personalidad y el carácter.
9. El papel del profesor como modelo.
ESTRATEGIAS PARA EDUCAR VALORES AMBIENTALES:
La combinación cuidadosa de las estrategias para educar valores
ambientales puede aumentar su eficacia al lograr que se complementen.
Por ejemplo, el profesor actúa como modelo de un comportamiento
ecológico positivo, viniendo al colegio en bicicleta en vez de en
automóvil. A continuación se destacan las principales estrategias:
1) Laissez faire;
2) Desarrollo moral;
3) Inculcación;
4) Análisis de valores;
5) Clarificación de valores;
6) Aprendizaje basado en actividades prácticas,
7) Enseñanza integral y
8) Modificación de conductas.
No obstante la educación de valores ambientales no debe consistir solo
en la enseñanza de una serie de valores. Es igualmente importante,
inculcar en el niño en edad preescolar una manera de vivir, de
relacionarse con los demás y con la naturaleza, basada en un espíritu de
interés, respeto y cooperación.
Según Caducto (1992, en Musso Quintero, 2005). “Los valores
ambientales serán más eficaces si se enseñan a una temprana edad, ya
que así llegaran a formar parte de su moralidad. Los valores ambientales
deben fundamentarse en el desarrollo de un solo sistema de valores
morales generales”.
La enseñanza de valores ambientales para alumnos moralmente
dependientes1 debe constar de cuatro componentes elementales:
1. Inculcación de valores sociales y ambientales positivos como parte de
la educación moral general del individuo.
2. Adquisición por parte de cada individuo, de un sistema ético de amor
y justicia basado en la búsqueda del bien y su justa distribución entre los
elementos humanos y ambientales con los que interactúa.
3. Fomento de la capacidad de cada individuo de funcionar como un
individuo autónomo y moralmente formado capaz de tomar decisiones
morales conscientes, cuidadosas y responsables.
4. Ayuda para que cada individuo se enfrente a sus necesidades
humanas esenciales con el objetivo final de formarse como una persona
realizada e íntegra, capaz y deseosa de preocuparse de problemas
morales, sociales y ambientales dentro y fuera de su vida personal.
1
La inculcación y la modificación de conducta son estrategias
fundamentales a utilizar, con los individuos más jóvenes. Los métodos
básicos a utilizar son:
1).- La Moralización,
2).- El aprendizaje por modelos y
3).- El aprendizaje a través de la experiencia y el reforzamiento
positivo y negativo.
Es particularmente eficaz, en la inculcación que el profesor actúe como
modelo, porque su prudente juicio es esencial para ayudar a los niños a
aprender. La educación integral afecta al individuo en su totalidad – su
concepto de sí mismo, su identidad, valores, inteligencia, emociones y
personalidad -. Esta estrategia puede integrarse en muchas asignaturas
que se imparten en la escuela. Las experiencias obtenidas, a través de
las actuaciones realizadas en la escuela y la comunidad, ayudan a que el
alumno conecte la escuela con la vida real y así desarrolle valores e
intereses ambientales sólidos (Musso Quintero, 2005).
EL PROFESORADO COMO MODELO PARA APRENDIZAJE DE LA
EDUCACION AMBIENTAL
El ambiente ha sido considerado por muchos profesores como un
aspecto relevante en la educación, hasta el punto de identificarse, en
muchas ocasiones, la E.A. con el estudio del ambiente en cualquiera de
sus modalidades. En todo caso, un rasgo común de los profesores que
han realizado experiencias de E.A. ha sido el basarse en el esfuerzo
personal y en su convicción que resultaba necesario abordar este tipo de
propósitos educativos, que desde la organización escolar convencional
no eran contemplados (Junta de Andalucía, 1995).
Según los paradigmas que se proponen para educar de forma efectiva
para un mundo mejor, se necesitan educadores que sean capaces de
relacionarse consigo mismos, desde la aceptación incondicional de sus
propias diferencias y que tengan una visión esencialmente positiva de la
vida y de las relaciones humanas. El profesor como persona con
autoestima podrá proyectar en este caso a sus alumnos un modelo de
adulto que les motive y les ayude a conseguir una formación personal
que este dentro de las mismas directrices.
Pero no solo es asunto de autoestima, ya que el docente requiere ser un
buen comunicador, una persona asertiva, un ser humano con una
emocionalidad bien desarrollada, con una inteligencia intra e
interpersonal, con habilidades sociales, con capacidad para tomar
decisiones, solucionar problemas y manejar situaciones tensionantes.
Estas exigencias, muy importantes para una educación de calidad, en
general, lo son particularmente valiosas cuando se alude al tratamiento
de la diversidad del alumnado. La aceptación de las diferencias, la
tolerancia, la empatía y la comprensión se imponen, por lo cual la
capacitación de los docentes en materia de su propio crecimiento
personal, resulta ineludible.
FUNDAMENTACIÓN DE LA PROPUESTA AXIOLÓGICA
En la actualidad se escuchan varios criterios y reflexiones sobre la
formación de valores, existiendo personas que piensan que se debe
intensificar dicha formación. En ese sentido, la primera responsabilidad
de cada maestro es la de impartir clases de alta calidad, donde los
valores constituyan todo aquello que tiene significación social positiva
para el estudiante y se manifiesten en la conducta para dar orientación
y sentido de la vida (Domínguez Rodríguez, s.f.).
Desde el punto de vista pedagógico es importante tener en cuenta el
paradigma axiológico, visto como aquel personaje, real o ficticio, o bien
una acción llevada a cabo por ese personaje que representa un ideal
alcanzable y que exterioriza cualidades que debemos y podemos
alcanzar. Es alguien que motiva a reconocerse y compararse
parcialmente con él, no en su totalidad porque sería ficticio, y
metafísicamente imposible (Domínguez Rodríguez, s.f.).
La adecuada práctica del paradigma axiológico integra los siguientes
factores:
La proposición de modelos (personas o acciones valiosas por
algún determinado concepto) que puedan ser apreciadas por los
escolares, en las que éstos pueda hallar un referente afectivo;
La ayuda para percibir con claridad lo valioso que posee el
modelo y utilizarlo como vía para lograr lo que falta, mediante el
conocimiento y la reflexión.
La ayuda para percibir los valores que se han de favorecer con el
reconocimiento, relación afectiva y valoración de dicho modelo.
Otero (2001) ha propuesto una Estrategias Docentes de manera de
incluir el proceso de Educación Ambiental en el curriculo escolar, con los
cual se fortalecerá aun mas esta propuesta axiológica. Dicha estrategia
busca satisfacer los criterios de interdisciplinariariedad y se base en los
siguientes métodos:
1) Método de infusión: se implementa agregando un centro de
interés a la disciplina que dicte el docente, con la finalidad de
enfocar la atención del alumno presentando preguntas que
demandarán significados impensados por él.
2) Método de enseñanza aplicada: requiere un enfoque temático
en la resolución de problemas, para completar el enfoque aislado.
Los ejercicios deben basarse en problemas reales de la comunidad
en la cual viven los estudiantes, o de alguna otra de la cual tengan
suficiente información.
3) Método holístico: es un método abarcativo del medio ambiente y
la variedad de disciplinas que contribuyen a su comprensión.
OBJETIVO
De acuerdo a lo anteriormente descrito, en materia de Educación
Ambiental cobra cada día mas fuerza la noción que probablemente la
transformación mas urgente y necesaria es el paso del
“antropocentrismo” al “biocentrismo” (Otero, 2001).
En este sentido, parece indudable, pues, la necesidad de seguir
trabajando en la integración de la E.A. en el currículo y ése es el objetivo
básico a cuya consecución pretende contribuir esta propuesta, a partir
de una perspectiva que considera lo ambiental como un gran principio
orientador, como una dimensión que debería estar siempre presente en
el currículo, tanto en su diseño como en su desarrollo, a la hora de
tomar decisiones sobre qué enseñar, cómo hacerlo, cómo evaluar, etc.
Por lo tanto, el presente proyecto tiene como objetivo establecer una
propuesta axiológica para la formación en valores debido a lo
apremiante que resulta abordar el problema y las contradicciones de
este tema en la relación cultura-valores para la labor pedagógica, de
cara a la promoción del “biocentrismo” en la sociedad contemporánea.
ESQUEMA DE DISEÑO TEORICO Y METODOLOGICO
Ante la continuas aptitudes y actitudes agresivas y poco
conservacionistas al medio ambiente en los diferentes estratos de los
ciudadanos comunes, se plantea realizar una investigación que lleve a
averiguar si se ha incorporado dicha estrategia en el curriculo escolar y
si su implementación ha sido efectiva. Como objeto de investigación se
tiene la formación de los maestros ya que manejan niveles de educación
donde se forman en los estudiantes los valores que lo definirán como el
futuro ciudadano dotado con nuevas tecnologías de la información como
Internet.
Sobre la incorporación de Internet a la Escuela se cita que ello no traerá
cambios si primero no se revisa la formación profesional de maestros, ya
que la mayoría de ellos fueron formados con los encuadres teóricos de
hace dos siglos pasados. Por ello no solo basta formar a los futuros
docentes con conocimientos teóricos-prácticos, sino también imbuirlos
de las nuevas tecnologías para actualizar constantemente la formación
que poseen (Escuela de Maestros 2005-2006)
Otros motivos que me ha llevado a proponer tal investigación radican en
reflexiones que se han mantenido con el grupo de profesores que
trabajamos en la UBV y en las Aldeas Universitarias de la Misión Sucre.
En una visita de inspección a la Aldea Universitaria de Caucagua,
ubicada en el Municipio Acevedo, del Estado Miranda, las Profesoras
Irama Castro y Ida Clemente me informaron que estudiantes de la
Unidad Curricular Proyectos trabajan sobre los impactos de instalación
de una Planta Procesadora de Desechos Sólidos.
En este sentido, les pregunté a ambas profesoras que cómo deberían
iniciar la formación de valores para lograr de manera efectiva que las
comunidades reducirán la producción de desechos sólidos, e incluso
emprendieran procesos de reutilización y reciclaje de la basura. La
respuesta de ambas no se hizo esperar, debe ser a través de los niños.
En todos lo niveles educativos se ha planteado la necesidad de abordar
la Educación Ambiental como eje transversal en los contenidos
educativos, pero no se nota el impacto de ello en la formación de
valores en los nuevos ciudadanos que pueblan las diferentes urbes, lo
que demuestra que la realidad no concuerda con lo deseado en materia
de crear una conciencia conservacionista.
PROBLEMA CIENTÍFICO:
¿Cómo readecuar los contenidos de la educación ambiental en la
formación de maestros?
OBJETO:
La formación de maestros en Educación Ambiental.
CAMPO DE ACCIÓN:
El diseño curricular de la Educación Ambiental en la formación de
maestros.
OBJETIVO:
Proponer un rediseño de la Educación Ambiental en la formación de
maestros.
PREGUNTAS CIENTÍFICAS:
1. ¿Cuáles son los contenidos actuales sobre Educación Ambiental en
el diseño curricular para la formación de Maestros?.
2. ¿Qué contenidos se han venido desarrollando en los últimos años
sobre el tema de la Educación Ambiental?
3. ¿Se ha elaborado una estrategias pedagógicas de la Educación
Ambiental para la formación de Maestros?.
4. ¿Que efectividad tendrán estas estrategias, en opinión de los
especialistas en la materia?
TAREAS DE INVESTIGACION
1. Sistematización de la información sobre Educación Ambiental en el
diseño curricular de programas de formación de los maestros.
2. Diagnósticos de los contenidos actuales sobre el tema de la
Educación Ambiental.
3. Elaboración de una nueva Estrategia Pedagógica
4. Validación de la estrategia por medio de consulta a expertos.
VARIABLE INDEPENDIENTE
El rediseño de la Educación Ambiental en el programa de formación de
los maestros.
VARIABLE DEPENDIENTE
La formación de maestros.
METODOS DE INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA
- METODOS TEÓRICOS
Métodos analíticos – sintéticos
Metodos Inductivos – Deductivos
Metodos Histórico – Lógico
Metodos Sistémico
- -METODOS EMPIRICOS
Interrogación:
-Encuestas
-Entrevistas
-Criterio de Expertos
Análisis Documental
POBLACIÓN Y MUESTRA
Población donde se realizaran las entrevistas, encuestas y el criterios de
expertos: Docentes que realizan la maestría y doctorado de Educación
Ambiental en el la Universidad Pedagógica de Caracas.
Muestra: 10 docentes.
RESULTADO ESPERADO
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE MAESTROS REDISEÑADO CON UNA
NUEVA ESTRATEGIA PEDAGÓGICA QUE INCLUYA CONTENIDOS ACTUALES
DE ECUCACION AMBIENTAL.
BIBLIOGRAFÍA
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martiana en la formación de valores. Experiencia cubana en la escuela
primaria. Universidad Pedagógica “José de la Luz y Caballero”. 27 pp.
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valores en la obra de José Martí, específicamente en el
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Fundamentos de la Metodología de la Educativa. II. Instituto Pedagógico
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