Terremoto: eltiempo.com en Chile

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cmyk D OMINGO • ACTUALIDAD • HISTORIAS • RELIGIÓN • RESUMEN SEMANAL • MUNDO Cuaderno de REACCIÓN | El temor a nuevos tsunamis o la destrucción definitiva de las viviendas empujó a cientos de ciudadanos a refugiarse en campamentos improvisados mientras esperan la asistencia del Gobierno Penco, Constitución.- Mo- yaray Soto cumplió el vier- nes seis años de edad, y a diferencia de los cinco cum- pleaños anteriores, en éste no hubo invitados, ni torta, ni globos, ni piñata. Fue ella la que obsequió un abrazo a su abuela, Isabel Soto, en la puerta de la carpa en la que han dormido los últimos nueve días. Moyaray, su padre, sus cuatro tíos y sus seis primos compar- ten, desde el 27 de febrero, dos carpas que le proporcionaron unos vecinos que, a diferencia suya, no perdieron su casa. Toda la familia Soto vive hoy en un campamento improvi- sado en el parque infantil del barrio General Baquedano, del sector Cerro Verde, de la ciudad Penco, en la provincia de Concepción 70 kilómetros al sur de Santiago. Desolación Sólo en este barrio 70 de las 90 familias perdieron sus vivien- das; todas se instalaron en car- pas y conformaron un comité de crisis, una brigada de segu- ridad y una de limpieza. En el perímetro del “campamento de refugiados” instalaron cua- tro banderas blancas y en una esquina sobresaliente una ban- dera de Chile. La brigada de seguridad se en- carga de garantizar el descanso nocturno. Y además de que los enseres no desaparezcan de lo que queda de sus viviendas, ab- solutamente todas inservibles. La mañana de este viernes ins- pectores municipales los visita- ron por primera vez y les con- firmaron lo que tanto temían: definitivamente no podrán re- tornar, deberán ser reubicados hasta que se levanten nuevas viviendas, pero esa decisión dependerá del Gobierno. Por ello, Isabel Soto, la abuela de Moyaray, muestra un no sé qué en su mirada. Es como una fuerza invisible que por igual le impide quebrarse en llanto pero al mismo tiempo le ayuda a mostrar con serenidad y fir- meza la indignación por lo que considera “su mala suerte”. Frunce el ceño, contrae sus la- bios, señala con ellos a los seis nietos que juegan con la cum- pleañera y mueve la cabeza negativamente. “Qué va a ser de ellos, Dios mío”, dice y nue- vamente emprende otra batalla contra sus ganas de llorar. Reclamos Víctor Rosales es el presidente de la Junta de Vecinos General Baquedano. Con una camisa azul, una gorra verde, un cha- leco plomo y pantalón celeste, recorre el campamento tran- quilizando a los damnificados. Dice que ha tratado de hablar con el alcalde de la ciudad, Gui- llermo Cáceres Collado, pero le acusa de esconderse por no tener respuestas. En su lista de pedidos está la de conseguir agua potable de los repartidores de los Bomberos –todos consumen de un canal cercano, por lo que padecen gastroenteritis-; recolección de basura oportuna, y la entrega de alimentos básicos. Esto último es lo más impe- rioso. El viernes anterior, un comerciante llegó para ofre- cer levadura, harina, lácteos y refrescos. “Una coca cola per- sonal nos cuesta 1.800 pesos (unos 3 dólares) cuando antes del terremoto costaba 850 pe- sos”, dice Elizabeth Soto, otra de las damnificadas. Ella co- noce a quienes acamparon en la cima de Cerro Verde y ba- jan solamente para visitar sus casas. Cree que ellas la pasan peor porque no están con las brigadas de seguridad. Invierno “Nos deben solucionar la reubicación hasta marzo, por- que ya termina el verano y no podemos soportar las lluvias en carpas”, dice Víctor Ro- sales, presidente de la Junta de Vecinos. Es un hombre de buena fe que dice que a veces le viene sentimientos de ver- güenza de ser chileno por las imágenes que dieron la vuel- ta al mundo: saqueadores que horas después del terremoto se llevaron refrigeradoras, co- cinas y plasmas… “Damos pena, pero creo que también vergüenza…”, insis- te y repite su temor principal como dirigente: que se desaten las lluvias antes de que logre reubicar a sus vecinos. Lo que ocurre en General Ba- quedano es sólo una muestra de lo que se repite en Concep- ción, en Linquén, en Penco, en Tomé, en Dichato, en Talcahua- no, en Santa Clara… damnifi- cados que prefieren acampar y esperar. No saben hasta cuán- do, pero esperar… Ayuda no llega a todos los damnificados en Chile

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Terremoto: eltiempo.com en Chile. Enviado especial, Ricardo Tello.

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DOMINGO• ACTUALIDAD

• HISTORIAS• RELIGIÓN

• RESUMEN SEMANAL• MUNDO

Cuaderno de

REACCIÓN | El temor a nuevos tsunamis o la destrucción defi nitiva de las viviendas empujó a cientos de ciudadanos a refugiarse en campamentos improvisados mientras esperan la asistencia del Gobierno

Penco, Constitución.- Mo-yaray Soto cumplió el vier-nes seis años de edad, y a diferencia de los cinco cum-pleaños anteriores, en éste no hubo invitados, ni torta, ni globos, ni piñata. Fue ella la que obsequió un abrazo a su abuela, Isabel Soto, en la puerta de la carpa en la que han dormido los últimos nueve días.

Moyaray, su padre, sus cuatro tíos y sus seis primos compar-ten, desde el 27 de febrero, dos carpas que le proporcionaron unos vecinos que, a diferencia suya, no perdieron su casa. Toda la familia Soto vive hoy en un campamento improvi-sado en el parque infantil del barrio General Baquedano, del sector Cerro Verde, de la ciudad Penco, en la provincia de Concepción 70 kilómetros al sur de Santiago.

DesolaciónSólo en este barrio 70 de las 90 familias perdieron sus vivien-das; todas se instalaron en car-pas y conformaron un comité de crisis, una brigada de segu-ridad y una de limpieza. En el perímetro del “campamento de refugiados” instalaron cua-tro banderas blancas y en una esquina sobresaliente una ban-dera de Chile.La brigada de seguridad se en-carga de garantizar el descanso nocturno. Y además de que los enseres no desaparezcan de lo que queda de sus viviendas, ab-solutamente todas inservibles.La mañana de este viernes ins-pectores municipales los visita-ron por primera vez y les con-

fi rmaron lo que tanto temían: defi nitivamente no podrán re-tornar, deberán ser reubicados hasta que se levanten nuevas viviendas, pero esa decisión dependerá del Gobierno.Por ello, Isabel Soto, la abuela de Moyaray, muestra un no sé qué en su mirada. Es como una fuerza invisible que por igual le impide quebrarse en llanto pero al mismo tiempo le ayuda a mostrar con serenidad y fi r-meza la indignación por lo que considera “su mala suerte”.Frunce el ceño, contrae sus la-

bios, señala con ellos a los seis nietos que juegan con la cum-pleañera y mueve la cabeza negativamente. “Qué va a ser de ellos, Dios mío”, dice y nue-vamente emprende otra batalla contra sus ganas de llorar.

ReclamosVíctor Rosales es el presidente de la Junta de Vecinos General Baquedano. Con una camisa azul, una gorra verde, un cha-leco plomo y pantalón celeste, recorre el campamento tran-quilizando a los damnifi cados.

Dice que ha tratado de hablar con el alcalde de la ciudad, Gui-llermo Cáceres Collado, pero le acusa de esconderse por no tener respuestas.En su lista de pedidos está la de conseguir agua potable de los repartidores de los Bomberos –todos consumen de un canal cercano, por lo que padecen gastroenteritis-; recolección de basura oportuna, y la entrega de alimentos básicos.Esto último es lo más impe-rioso. El viernes anterior, un comerciante llegó para ofre-

cer levadura, harina, lácteos y refrescos. “Una coca cola per-sonal nos cuesta 1.800 pesos (unos 3 dólares) cuando antes del terremoto costaba 850 pe-sos”, dice Elizabeth Soto, otra de las damnifi cadas. Ella co-noce a quienes acamparon en la cima de Cerro Verde y ba-jan solamente para visitar sus casas. Cree que ellas la pasan peor porque no están con las brigadas de seguridad.

Invierno“Nos deben solucionar la

reubicación hasta marzo, por-que ya termina el verano y no podemos soportar las lluvias en carpas”, dice Víctor Ro-sales, presidente de la Junta de Vecinos. Es un hombre de buena fe que dice que a veces le viene sentimientos de ver-güenza de ser chileno por las imágenes que dieron la vuel-ta al mundo: saqueadores que horas después del terremoto se llevaron refrigeradoras, co-cinas y plasmas…“Damos pena, pero creo que también vergüenza…”, insis-te y repite su temor principal como dirigente: que se desaten las lluvias antes de que logre reubicar a sus vecinos.Lo que ocurre en General Ba-quedano es sólo una muestra de lo que se repite en Concep-ción, en Linquén, en Penco, en Tomé, en Dichato, en Talcahua-no, en Santa Clara… damnifi -cados que prefi eren acampar y esperar. No saben hasta cuán-do, pero esperar…

Ayuda no llega a todos los damnifi cados en Chile

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Talcahuano, Concepción.- La noche está soleada. En esta época del año decir esto no es contradictorio en Chile, pues el sol brilla hasta pasadas las veinte horas.Son las 19:00 y los sobrevivientes del terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter, y a la peor de sus pesadillas: el tsunami que 40 minutos des-pués golpeó Talcahuano, puerto pesquero a 11 kilómetros de Concepción, empiezan a refugiarse en las pocas viviendas que quedaron en pie y las carpas que armaron en sus jardines. 60 minutos atrás empezó el toque de queda que se prolonga-rá hasta el mediodía del sábado.Afuera todo es destrucción. En una especie de plaza más de una docena de pesqueros permanecen incli-nados sobre uno de sus costados, o apoyados entre sí y por grupos. Algunas pangas y chalupas están en la avenida principal, la terminal de transferencia de buses, el parqueadero exterior de la Armada y hasta en el perímetro de un bosque contiguo.El graznido de unas gaviotas vuelve más perturbador el ambiente: es el fondo musical a esta especie de película de terror. El olor a pescado podrido alcanza hasta seis cuadras hacia el interior del pueblo asen-tado en el cerro La Gloria, a unos 200 metros de la costa del Pacífi co.El panorama en Talcahuano ha permanecido inmuta-ble desde el terremoto y el posterior maremoto de la madrugada del 27 de febrero anterior, cuando la plaza se convirtió en muelle; la escuela en un amontona-miento de ladrillos, tierra y tejas rotas; la zona comer-cial en un campo de batalla en el cual pobladores y policías se enfrentaron en los saqueos.Peces en estado de descomposición están en la sala y cuartos de las casas abandonadas. En los pocos barrios en pie que quedaron en las zonas altas, los ve-cinos, colocaron barricadas y letreros que advierten: “Vías sólo para residentes”.Nadie olvida los robos a mano armada ni los sa-queos a los centros comerciales de las cadenas Líder, Sodimac y Santa Isabel. En una incursión policial, en una sola vivienda encontraron quince toneladas de productos: desde alimentos hasta implementos deportivos.Y aunque los toques de queda han surtido el efecto esperado de bajar la violencia y los delitos, los mora-dores quieren estar seguros.Ayer sobrevoló la zona el presidente de la Organiza-ción de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, y las expec-tativas de que la reconstrucción no demore se instaló en el corazón de los afectados. Igual, ante toda esa destrucción cualquier pequeña oferta es una enorme luz de esperanza.

En Talcahuano la destrucción es total

2 ACTUALIDAD CONTRASTE | Talcahuano fue una de las ciudades con más daños tras el terremoto en Chile

Tras la destrucción, los chilenos buscan la esperanza

Linquén, Concepción.- En el pueblo del Linquén, la llegada de grandes caravanas de vehículos al estadio Baquedano convocó a decenas de moradores que vieron cómo 70 extranjeros, que no se tomaron tiem-po ni para saludar, montaban un campamento.Primero las carpas individuales formando perfectas hileras una al lado de otra. Una rectangular de gran tamaño en la que ingresaron implementos de coci-na. Cisternas de agua, una mesa con diez teléfonos satelitales, baños portátiles, mesas de comedor, camillas, parqueaderos, extintores, “transporti-nes” para perros, maletas, mecedoras, botiquines, instrumental médico... Y en el medio de todo este complejo emergente, una enorme carpa amarilla con el ícono que le da su identidad principal: una cruz.Todo ello salió de España y se instalaba en Chile en menos de 24 horas desde que fue solicitada. Son los Hospitales de Campaña gestionados por el Gobierno de Chile, y que llegaron con la intermediación de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID.El viernes anterior, al día siguiente de su llegada, abrie-ron la atención a los damnifi cados del terremoto: 200 en las tres primeras horas.Son 13 médicos que comparten el campamento con 54 técnicos estructuralistas que evaluarán las vivien-das afectadas por el movimiento sísmico.Pertenecen a los cuerpos de bomberos de Madrid y Barcelona y se encargarán de dar atención primaria y cirugías menores, todas coordinadas con el hospital local. “No desarrollaremos planes propios, todo será concertado con el hospital local; si algo no podemos por su complejidad lo remitimos a ellos”, dice Cristina Aldama Calles, coordinadora general de la AECID en Chile.No hacen hospitalizaciones. Los primeros 200 casos atendidos presentaron síntomas de gastroenteritis aguda, lo que indica contaminación de las fuentes de agua.Tienen una limitante. No pueden formar brigadas para salir al trabajo de campo.“Siempre trabajamos en coordinación con los muni-cipios y hospitales locales; quienes sí salen son los estructuralistas y bomberos rescatistas”, confi rma Aldama.

Hospitales de campaña ¡Cómo no decir gracias!

Tomé, Concepción.- Pepe está ansioso por entrar en acción. Junto a sus 14 compañeros de los grupos caninos especializados de Alicante, Sevilla y España, arribaron el miércoles a Concepción y el jueves iniciaron su tarea en los poblados costeros más afectados por el terremoto del 27 de febrero.“Estos perros fueron entrenados con la metodología Ar-cón, una técnica con certifi cado de las Naciones Unidas”, dice Jaime Parejo, jefe del Cuerpo de Bomberos de Ali-cante y a cargo de la Unidad Canina que opera en Chile.Los perros están adiestrados para percibir las emisiones de olor mínimas. “Son gases que emiten los organismos vivos, como dióxido de carbono, metano, butano, etc; los canes actúan solos, concentrados, sin la intermedia-ción de sus dueños”, dice Parejo en una entrevista con EL TIEMPO.Algunos de los perros presentes en Chile ya estuvieron en Haití, aunque los mezclan con otros para que los novatos se familiaricen.Entre ellos está Pepe. Una enfermedad menor impi-dió que vaya a Puerto Príncipe, pero estuvo, el año ante-rior, en el rescate de dos mineros en Guatemala.Para “intimar” su relación, cada can tiene dos amigos humanos preferenciales: su guía y su ayudante. En el caso de Pepe, para entrar en acción sale con Rafael, y en las jornadas de descanso permanece con Esthela.En Chile no han realizado rescates con vida aún –sí han encontrado cadáveres- pues hay una complicación en las zonas de mayor devastación: el tsunami. “Cuando el agua ha ocupado durante determinado tiempo y a cierta altura del área de colapso, consideramos que no hay sobrevi-vientes y abandonamos la búsqueda”, aclara Parejo.

Quince perros intentan rescatar a alguien con vida

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Reparación costará USD 1.200 millones

PREVISIÓN Santiago de Chile, EFE. La reparación de la infraestructura dañada en Chile por el terremoto costará entre 1.000 y 1.200 millones de dólares, aseguró el ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar. La cifra, dijo Bitar, incluye reparaciones y reposiciones inmediatas de caminos, aeropuertos, embal-ses, canales, agua potable rural y borde costero, entre otros. Parte de ese dinero se gastará en tres años más, como la reposición del puente antiguo sobre el río Bío Bío en Con-cepción, que colapsó. La cifra excluye la edifi cación pública y los puertos comerciales mayores.

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PANORAMA

Bandera, símbolo de esperanza Cuando los chilenos logran disfrutar de su pequeña libertad, salen de sus casas exhibiendo positivismo. Este emblema es un elemento muy fuerte

DECISIONES

Constitución.- “Vivir en Chile te ofrece a tu organismo incorpo-rar un elemento más a tu orga-nismo: un sismógrafo natural”.

Así resume Alex Palatt sus re-acciones naturales a los cons-tantes movimientos telúricos y a su capacidad de aproximarse, con cierta exactitud, a determi-nar su magnitud y de si requie-re evacuación o no.Palatt, afi cionado al fútbol e instalador de líneas telefónicas, no se inmuta con un temblor de 6,8 en la escala de Richter, como el que el viernes anterior puso “en cueros” y en media calle a miles de moradores de esta zona, donde el 27 de febrero la tierra tembló con una inten-sidad de 8.8, provocando un tsunami que dejó devastación y muerte.“Cuando mi organismo siente uno mayor a 7.5 me despier-ta, con el del viernes yo seguí durmiendo”, dice y quienes lo rodean lo miran con escepti-cismo. De cierta manera tiene razón. De lo contrario no se entendería cómo alguien pue-de asentarse, formar familia, hacer hogar en una región co-nocida como la más sísmica del planeta. Además, la forma en la que se expresó revela un poco de humor. Y de seguro es uno de los pocos chilenos que en estos últimos 10 días ha demostrado un atisbo de buen humor.

EmblemaEl uso de la bandera blanco, azul y rojo con una estrella so-litaria, se ha convertido en el emblema con el que los chile-nos quieren retomar su rit-mo normal de vida. Las tardes de este sábado y domingo, algunos ne-gocios empezaron a abrirse paulatina-mente. Por la calle muchos vehículos iban exhibiendo la bandera, algunos con leyendas que decían ¡Fuerza Chile! ¡Unidos somos más! ¡A la reconstrucción! Pedro de la Fonte, por ejemplo, caminó la tarde de este sábado con una camiseta blanca en

Orden de demolición en la Zona CeroA los familiares de José Luis León se les acabaron las esperanzas. La tarde del sábado resolvieron, las auto-ridades de la Fuerza de Tarea, iniciar la demolición de lo que quedó del edifi cio Alto Río, al que la prensa lo convirtió en el emblema del desastre en el centro de Constitución.Dicha estructura, de 15 pisos, cayó “de espaldas” como una pieza de dominó y se partió por la mitad. Minutos después del terremoto, 79 personas lograron salir con vida y por sus propios medios, entre ellos el marino ecuatoriano Alex Paúl Tapia Chichande.Los bomberos sacaron siete cadáveres mientras que el de José Luis León nunca fue encontrado.Minutos antes de que llegue la orden de demolición, sus familiares se pararon junto a la maquinaria y aseguraron que la noche anterior escucharon, entre los escombros, pedidos de ayuda. Nada conmovió a los encargados de activar los martillos mecánicos y las tareas empezaron. Los medios televisi-vos desalojaron casi inmediatamente, mientras que los cuatro familiares de León permanecían a unos dos-cientos metros, expectantes de lo que revelaban esas toneladas de concreto y hierro retorcido que para ocho personas fue una trampa mortal.

la que pintó frases de aliento. Dice que está cansado de las malas noticias y que es hora del optimismo que se le contagió a raíz de la Teletón que se realizó por 27 horas continuas y que re-caudó una cifra cercana a los 30 millones de dólares.El Tercer Regimiento del Cuer-po de Bomberos, que se des-truyó en un 60 por ciento la madrugada del sismo, también enarboló una bandera y sus miembros decidieron rescatar lo poco que les quedaba. El fi n de semana, a ocho días de ocu-rrido el terremoto, recién lo de-dicaron a ellos. Así, las cosas toman su rumbo. Al menos dos restaurantes en el centro de la ciudad se animaron a abrir sus puertas y en su inte-rior se notó un ambiente muy relajado. En una de las mesas ya no se hablaba del terremoto sino de fútbol internacional. Si bien este panorama no refl eja que los efectos del fenómeno natural hayan desaparecido, se trata de una forma de escape de una realidad hasta ahora muy dura. En el Cuarto Regimiento de Bomberos, las primeras ho-ras del domingo, en el cambio de guardia, se aprovechó para una breve pero emotiva ceremo-nia de despedida a los bomberos que vinieron desde Santiago, la capital. Hubo intercambio de chaquetas, palabras de agra-decimiento, arengas, lágrimas. Los capitalinos recibieron la consigna de retornar, si

es que la naturaleza no dispo-ne otra cosa, y desde este lunes la responsabilidad será úni-camente de los voluntarios de Concepción, la segunda ciudad más importante de Chile y el tercer puerto con mayor movimiento del Cono Sur.

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Cerca de 900 ecuatorianos afectados por el terremoto

APOYO Quito, EFE. La Secretaría Nacional del Migrante, SENAMI, infor-mó que se han identifi cado a alrededor de 900 ecuatorianos en situación de vulnerabilidad como consecuencia del terremoto en Chile. Alexis Rivas, personero de la SENAMI, indicó que el Estado apoyará a esas personas si desean volver a Ecuador o si prefi eren permanecer en Chile. Habría alrededor de 900 ecuatorianos afectados por el sismo. No quiere decir que ellos quieren volver a Ecuador, pero el primer censo, al menos en Concepción, nos habla de más de 900 personas sin casa. El Gobierno chileno a puesto a su disposición aeronaves.

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PANORAMA

Concepción: Ocho días de desolación

A una semana del terremoto, la ciudad no sale del asombro

DESASTRE

Concepción. A una semana del terremoto, Concepción y los pueblos de la zona metropoli-tana, 700 kilómetros al sur de Santiago, no logran reponerse del terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter que el sábado anterior destruyó gran parte del sur de Chile.

Y decir que el terremoto “des-truyó” no es exageración.Aunque solamente una cuarta parte del día está autorizada para que los ciudadanos deam-bulen por las calles –el toque de queda entre las 18:00 y las 12:00 se mantiene- esas seis horas se convierten en una especie de “turismo del desastre”.

IncansableNadie se cansa de ver, una y otra vez, los edifi cios que como pie-zas de dominó colapsaron tras los dos minutos de terremoto del 27 de febrero. En la denomi-nada Zona Cero, por ejemplo, centenares de personas, entre ellos periodistas, se apostan para ver, de costado y partido en dos, al edifi co Alto Río.Ubicado en la avenida Padre Hurtado, bomberos del cuarto regimiento trabajan en el resca-te de víctimas. “Dicen que aún sacan gente”, dice un ciclista que evitar dar su nombre, un hombre de unos cincuenta años que asegura tener la esperanza de que saquen a alguien vivo.El edifi cio Torre O’Higgins, en la intersección de las avenidas O´Higgins y Angol, es otro de los puntos obligados en las es-casas horas que permite a los chilenos salir de sus refugios en el cese del toque de queda.Esta estructura se ha constitui-do en una especie de monumen-to a la falta de rigor en el control de las normas constructivas. Partido en dos, aún exhibe en su frontis un enorme cartel que dice: “VENTA OFICINAS”.Es uno de los edifi cios decla-rados “inhabitables” por las autoridades chilenas, y que serán sometidos a una profun-da investigación por las sospe-chas que hay sobre la técnica utilizada en su construcción. En torno a esta estructura hay un fuerte control militar por el peligro que representa los constantes desprendimientos de materiales.

“Acto de justicia”Más al centro, a 200 metros de la Plaza de Armas, está la estruc-tura colapsada de la antigua Di-rección Nacional de Inteligen-cia, DNI, utilizada como centro de tortura durante la dictadura militar de Augusto Pinochet.Los ladrillos y la cubierta, pin-tados de blanco y azul, están so-bre un automóvil cuyos restos

nadie se anima a retirar: ni los del vehículo ni los del edifi cio. “Es el único acto de justicia que cometió este terremoto”, dice Oscar Weibel, que está de paso por el lugar en su trayecto a la radio Bío Bío, donde una grupo solidario entrega medicinas. Él necesita insulina.La tarde avanza y los afectados por el terremoto apresuran su paso. Quedan apenas 60 minu-tos para que inicie el toque de queda. En la intersección de las avenidas Las Heras y Angol un tumulto trata desesperadamen-te de conseguir un poco de agua potable.Un morador del lugar consigue una llave de pico y acciona un hidrante amarillo. Inmediata-mente los vecinos sacan sus tachos; también quienes iban en sus vehículos en busca de líquido saltan en dirección a la fuente. Un camión de bomberos pasa por el lugar, pero sus ocu-pantes ignoran la escena.A 500 metros del lugar, el local del centro comercial La Polar, saqueado y quemado en esta se-mana, permanece inútilmente con resguardo militar. Allí lo único que queda es la vergüen-za internacional de un pueblo que llevado de la desespera-ción, sacó por igual tanto ali-mentos de primera necesidad cuanto artefactos suntuarios como plasmas, lavadoras y re-frigeradoras.

Saliendo de a poco de la oscuridadQue los semáforos hayan empezado a regular el tráfi co, es una novedad en Con-cepción. Además, el transpor-te público y la venta de combustible tam-bién han empezado a normalizarse. Desde el norte llegan todos los días familiares de quienes han perdido algo en el terremoto: cosas materiales o vidas humanas.En los pueblos coste-ros afectados por el tsunami, cuya alerta nunca fue dada por la Armada de Chile, la ayuda ha sido esquiva. Hasta ayer no llega-ban a varios de ellos, según denunciaron por radio Bío Bío.Los pocos hoteles que tiene Concep-ción están copados, por lo que la nume-rosa presencia de periodistas de todo el mundo ha hecho que el Cuerpo de Bombe-ros habilite dormito-rios comunes.La empresa telefóni-ca Entel habilitó un centro de prensa para que los comunicado-res puedan transmitir sus informaciones. Al menos por la vía de internet, Concep-ción está aislada del planeta.

muertos es la cifra ofi cial que entregaron las autoridades, pero indicaron que el núme-ro puede incrementarse ya que existen aproxi-madamente 10.000 he-ridos, muchos de ellos en grave estado.

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AyudaUn equipo médico de España llegó ayer para atender a los heridos por el terremoto.

D ATOS

SolidaridadPresidentes de varios países anunciaron su visita a Chile para pro-gramar la ayuda.

horas dura el toque de queda decretado por el gobierno chileno en las zonas afectadas, de 18:00 a 12:00, duran-te el tiempo restante los afectados buscan alimento y agua para sus familias.

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Duelo nacional de tres días por el terremoto

RECORDATORIO Santiago, EFE. Las autoridades chilenas han identifi cado hasta el momento a 279 cadáveres de los 802 muertos que hasta ahora se han contabilizado por el terremoto del pasado 27 de febrero y decretaron un luto nacional de tres días y moti-varon a los chilenos para colocar la bandera en sus casasLa presidenta, Michele Bachelet, decretó tres días de luto nacional a partir de las 00:00 horas del próximo domingo y decretó el retraso de la entrada en vigor del horario de invierno hasta el próximo 3 de abril, con el fi n de facilitar las tareas de búsqueda de cadáveres.

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PANORAMA

Cobijados por estrellas y fríoEn plazas y parterres se han asentado los más pobres, los que ocupan los conventillos clausurados por el Municipio de Santiago

DESESPERANZA

Santiago de Chile. Son las dos de la mañana y a Mónica Vi-llegas el sueño no le llega fá-cil. Sentada en la puerta de su nuevo “hogar” –una carpa para dos personas- consume las ho-ras conversando con su amiga Verónica Gómez, con quien le une una razón más fuerte que la tragedia del sábado anterior: ambas son madres solteras.

La hija de Villegas, de nombre Cielito, tiene apenas un mes de edad, y desde el 27 de febrero habita en un campamento de peruanos y ecuatorianos que improvisaron en la Plaza Yun-gay, una zona tradicional del centro de Santiago.La hija de Gómez, en cambio, cumplió 14 días de nacida la madrugada de ayer. Es decir que de apenas nueve días de na-cida, ya se mudó a vivir como una total indigente luego de ocurrido el terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter, el peor de los últimos 50 años ocurrido en el Cono Sur.Las dos mujeres son peruanas. Villegas es “garzona” en un restaurante, mientras que Gó-mez se autodenomina “asesora de hogar”. Aunque la primera llegó hace dos años y la segun-da hace 13, ambas compartían la misma cité, como llaman en Santiago a los “conventillos”.La casa de arriendos fue clau-surada por el Municipio de Santiago, y desde el fi n de se-mana anterior se mudaron a este “campamento de refugia-

Obras de reconstrucción por todo ladoSantiago soporta una actividad febril. Cuadrillas de trabajadores amontonan los materiales desprendidos por el terremoto y sus réplicas en calles y avenidas.Con el temblor de la tarde del miércoles, una pared colapsó en el aeropuerto y nue-vamente se encendieron las alarmas.En las avenidas de acceso, donde muchos pasos peatonales colapsaron, obreros intentaban retirar las estructuras inservibles para normalizar la circulación vehicular.Por una disposición municipal, los propie-tarios de edifi cios de departamentos deben contratar inspectores para que entreguen un informe del estado de las estructuras

tras el terremoto. En las tres terminales de buses la actividad tiende a normalizarse, pero no hay sufi -cientes cupos por la demanda para viajar al sur, a la zona devastada. Las empresas de transporte salen hasta las primeras horas de la tarde para evitar llegar a su destino en horas en las que rige el toque de queda, es-pecialmente en la región de Concepción, la más afectada. Y aunque los chilenos ponen todo de su parte para normalizar su vida, los movimientos inesperados de todos los días llegan como para recordarles que la única que decidirá cuándo terminará esto, es la madre naturaleza.

dos” sin que nadie les diga has-ta cuándo.

Enfado“Nos han fotografi ado, fi lmado y grabado, ¿pero nosotros qué sacamos de ello? Por lo menos ustedes venden más periódi-cos”, dice con evidente enfado Andrea –nombre cambiado por pedido expreso- y ello es aseve-rado por su esposo.Ella es ecuatoriana y él chileno. Evitan dar sus nombres porque no quieren que se enteren de su situación sus parientes en Ecuador. “Nosotros no pensa-mos en retornar; sería como traicionar los objetivos por los que vinimos”, dice la mujer.Hay algo, aparte del abandono, que les indigna: a pesar de que evacuaron las cité, los propieta-rios llegaron dos días después del terremoto para cobrarles el arriendo. “En algunos casos nos han cobrado las garantías; en mi caso fueron 137 mil pe-sos”, dice Andrea, que también se dedica a “asesora de hogar”.Quienes más ayuda han pres-tado son las organizaciones no gubernamentales, como Caritas y Hogar de Cristo. Sin embargo temen que el Muni-cipio decida desalojarlos y no sabrían a dónde ir. “Somos 15 familias solo en Yungay, eso es mínimo cuatro personas por fa-milia”, dice Andrea.Por lo menos el clima es benig-no. A fi nales de marzo termina el verano y las noches serán más frías.Por la parte ofi cial no hay nin-guna resolución al respecto. Lo dice Marcela de Naranjo, editora de sección de diario El

Mercurio de Chile, que en su edición del jueves denunció el cobro de pensiones a los dam-nifi cados que están alojados en las calles.“Esta situación indigna a to-dos, tratan de aprovecharse de la desgracia de los inmigrantes pese a todo lo que está pasando, dice Marcela, una guayaquile-ña que logró superarse en este campo.

RéplicasEn medio de todo esto, los chi-

lenos siguen soportando las réplicas del terremoto del 27 de febrero. La tarde del miércoles, cuando ocurrió un fuerte tem-blor de 6.1 grados en la escala de Richter, los semáforos y los cableados eléctricos fueron las primeras alertas para quienes no se encontraban en edifi cios altos.En la noche, con otra réplica que rayó los 5 grados, los ha-bitantes de Santiago se pusie-ron más a la expectativa. “Lo primero que hay que hacer

es abrir la puerta, para evitar que se trabe si el sismo se com-plica”, dice Cristian Cáceres, cuencano, mientras se mantie-ne de pie junto al umbral de la puerta en su departamento del tercer piso del edifi cio ubicado en el sector Los Héroes, en el centro de la ciudad.A pesar de que la réplica ter-minó –dejando una sensación de mareo para quien lo experi-menta por primera vez- prefi rió dejar abierta la puerta “unos minutos más”.

Campamentos Otras plazas en las que están instalados campamentos im-provisados son Brasil, Grajale y a lo largo de la avenida España. Allí están ecuatorianos y peruanos.

D ATOS

ReticenciaCiertos damnifi cados empiezan a mostrar su reticencia con los medios de comunica-ción, porque sienten que pese a las entrevis-tas diarias, la ayuda no llega.

Vía públicaQuienes se instalaron en plazas y parterres, con carpas que les son ajenas, vivían en las cité, que es equivalente a los “conventillos” que existen en el Ecuador.

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Compatriotas afectados por terremoto arribarán hoy

INFORME Quito, EFE. La Secretaría Nacional del Migrante, SENAMI, informó que hoy llegarán al país 90 compatriotas afectados por el terremoto del pasado sábado en Chile, así como el cadáver de la ecuatoriana que falleció por la catástrofe en Talca. La SENAMI indicó a través de un comunicado que los ecuatorianos que se encontraban en situación de vulnerabi-lidad en Chile a causa del sismo serán trasladados al país en un avión de la Fuerza Aérea. En el mismo vuelo llegarán los restos de Ana Vivero Ayoví, que falleció en Talca donde vivía con sus cuatro hijos, que también serán repatriados.

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PANORAMA

Miedo mantiene en alerta a chilenosLos habitantes, por la serie de eventos naturales que han soportado, reviven la psicosis desencadenante y creen que la próxima vez les tocará el turno

IMPACTO

Solidaridad en calles y plazasQuien no se conta-gia de la psicosis de anteriores experien-cias es la juventud de Antofagasta. La actual generación no recuer-da prioritariamente la avalancha del 91 ni el terremoto del 96. Por ello, vestidos con chalecos identificato-rios o a través de las redes sociales –como el Facebook- se lan-zaron a las calles para solicitar la donación de víveres o enseres para los damnifica-dos.Representantes de ambos grupos se asentaron, la tarde del martes anterior, en la Plaza Colón, la principal de este puerto, para recolec-tar ayuda.Pamela Higgins, por ejemplo, fue una de las creadoras de la red Jóvenes de Anto-fagasta Movámonos por Chile, en Face-book, para recolec-tar ayuda solidaria. Cuentan con la ayuda del municipio local y los Carabineros de Chile, que los ayudan.Otro grupo solidario es el movimiento Un techo para Chile, que aglutina a una serie de organizaciones para la recolección de ayuda para los damnifica-dos. Llevan chalecos identificatorios y la línea que prefieren es la de alimentos no perecibles, agua, medicinas.Y mientras en la memoria de los más antiguos camina el miedo, los jóvenes ponen el contrapeso con optimismo.

Antofagasta. “Esto que ve aquí eran muros de tierra; en esa ocasión el turno era nuestro”. La frase la dice una temerosa chilena de 60 años. Catalina Ogalde recuerda, como si fue-ra ayer, el terremoto que en 1996 azotó la provincia de An-tofagasta, en la segunda región del norte de Chile que lleva el mismo nombre, y está ubicada junto al desierto de Atacama, la zona más seca del planeta.

Las casas que señala están hoy en un pasaje lateral a la Plaza Colón, donde este martes rea-lizaba los trámites para pos-tergar la visita a una amiga de la infancia, radicada en la Isla de Pascua. Prefiere ir en mayo “cuando se disipe las sospechas de un nuevo tsunami”.

Pesadillas Ogalde se toma los pantalones por la cintura, y halándolos le dice a su interlocutora: “mire, de 38 debo haber bajado a 36”. Lucía Roca, que la mañana del martes intentaba tramitar su regreso a Europa, asiente con la cabeza todos los temores de Ogalde, quien con histrionismo cuenta ahora cómo se le apare-cen diminutos duendes que le impiden conciliar el sueño.“Ayer me abracé de mi marido; me pasa desde lo del terremo-to”, dice. El turno es de Roca: la madrugada del sábado an-terior, su esposo, el ciudadano chileno - sueco Manuel Ortega, lo despertó con un llamado te-lefónico para preguntarle cómo estaba ella y sus hijas.“Bien, bien; anoche vimos lo de Viña del Mar y nos dormimos”, dice. No lo había sentido, pero 1.600 kilómetros al sur de donde ella dormía un terremoto de 8.8 grados en la escala de Richter había devastado Constitución y la zona metropolitana. Su espo-so lo vio en noticias en Suecia, donde radica con Lucía Roca desde 1979.

Coincidencias Inmediatamente recordó lo que había ocurrido en su anterior visita: el terremoto de 1996 en Antofagasta. Por ello se siente

AyudaEl Gobierno chileno ha dispuesto equi-pos de médicos para atender a los afectados y los familiares de las víctimas.

D ATOS

SolidaridadSe conformó un orga-nismo para canalizar la ayuda. Los primeros delegados de países en llegar fueron de Brasil y Perú.

TecnologíaTambién se puede enviar ayuda por las redes sociales, como Jóvenes de Antofagasta Movámonos por Chile, en Facebook, etc.

un poco culpable. “Creo que será la última vez que venga”, dice medio en serio, medio en broma, por lo que califica de “terrible coincidencia”.No son las únicas causas de temor que ha despertado de la memoria el terremoto en Constitución. En 1991 ocurrió, en Antofagasta, una avalancha que mató a un centenar de per-sonas, muchos de ellas niños.“La imagen que vi por televi-sión no se me borra de la mente: un padre de familia metió a su hijo en la lavadora para salvar-lo; la avalancha se llevó todo, encontraron al niño muerto dentro de la lavadora”, dice.Antofagasta es un puerto asen-tado a lo largo de una especie de girón de playa: a un costa-do el Pacífico, al otro elevadas montañas donde, por las llu-vias, se había acumulado agua formando enormes diques. Su rotura tomó desprevenidos a los habitantes, que vieron, cer-ca de la medianoche, ríos de lodo arrasando con todo lo que estaba a su paso.

Efecto cadenaEn medio del desastre, basta un detonante para que la psicosis se dispare, dice el médico con

especialización en servicios de salud mental, Efrén Ávila.Este médico ecuatoriano, ra-dicado en Antofagasta, dice que es una conducta frecuente cuando se ha estado expuesto a este tipo de experiencias.

Ávila tiene un consultorio junto al puerto principal de la ciudad, donde atiende a sus pacientes de la Sociedad Aviri, servicios y salud, limitada.Advierte que él no atiende di-rectamente estos casos, pues

son derivados a la psicóloga Jocelin Ibacache. Luego del te-rremoto del 28 de febrero, las consultas aumentaron por el desencadenamiento de angus-tia reprimida por las anterio-res experiencias.

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79 personas han sido rescatadas de un edificio

ACCIONES Concepción, EFE. Unas 79 personas han sido rescatadas de los escombros de un edifi cio en la ciudad chilena de Con-cepción, que se desplomó el pasado sábado durante el terremoto que causó al menos 795 muertos y dos millones de damnifi cados. El jefe del equipo de bomberos, Juan Carlos Subercaseaux, señaló que además se han recuperado siete cadáveres entre los escombros del “Alto Río”, como se llamaba el inmueble. Agregó que sólo falta por encontrar a seis de los moradores del edifi cio, que fue entregado recién el año pasado y que tenía ochenta departamentos.

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PANORAMA

Conexión terrestre colapsó en ChileLa desesperación por ir a las zonas afectadas caotizaron las carreteras del país EMERGENCIA

Antofagasta. Antonio Poblete es un ejecutivo representan-te en Lima de una importante empresa chilena relacionada con la minería. Por su alto cargo está acostumbrado a volar con cierta frecuencia. Pero desde que ocurrió el terremoto de 8.8 grados en la escala abierta de Richter, el sábado anterior, no ha podido retornar a Santiago para estar con su familia.

Él es solamente una de las mi-les de víctimas indirectas del terremoto que se han visto obligadas a recurrir a las ru-tas terrestres para, devorando pacientemente cada kilómetro, aproximarse al territorio del desastre.

Sin cifrasHasta ahora, ninguna organi-zación ha podido cuantifi car a los chilenos y extranjeros im-posibilitados de movilizarse en todo el país, aunque hay cifras aisladas: en Antofagasta, por ejemplo, tres mil personas es-peraban hasta ayer la posibili-dad de salir de la ciudad.Antonio Poblete consiguió un vuelo entre Lima y Tacna, en la frontera peruano-chilena, des-de donde vía terrestre avanzó hasta Arica, un puerto comer-cial en la costa del Pacífi co chi-leno, rodeado por un descomu-nal desierto.Este avance lo ubicó a 2.100 ki-lómetros de su destino, Santia-go, lo que representa al menos 33 horas de viaje más en bus. Pero aún así no es tan sencillo: el lunes anterior no había pa-sajes sino hasta el jueves, por lo que la opción fue buscar un cupo para Iquique, unos 400 ki-lómetro al sur.

Cupos En el aeropuerto de Iquique los únicos que lograron cupo en un vuelo militar fueron 20 bombe-ros de Arica, que abordaron un C 130 de la Fuerza Aérea Chi-lena llevando un hospital de campaña y un equipo canino especializado en búsqueda. El resto, incluido el otavale-ño Santiago Correa y sus tres familiares, debieron recurrir nuevamente al transporte te-rrestre: los únicos trayectos au-torizados llegaban hasta Anto-fagasta, 700 kilómetros al sur.Correa y su familia partieron desde Otavalo el jueves y se en-teraron del terremoto cuando intentaban ingresar al país, el domingo anterior, por lo que junto a miles de personas espe-ran pacientemente.La mañana de ayer, los noti-cieros locales en Antofagasta anunciaban el colapso del sis-tema de transporte terrestre, que por la emergencia duplicó sus precios, y al menos hasta el mediodía no se autorizaba la operación de vuelos domésticos

Cifras del desastre se actualizanNinguna de las entidades de socorro ha logrado dar una cifra ofi cial de víctimas. Así lo revela la prensa local en Chile, donde el pasado sábado se produjo el peor movi-miento telúrico que ha soportado la región, que llegó a los 8.8 grados en la escala de Richter. Ayer, la propia presidenta que en dos semanas deberá entregar el poder, Michelle Bachelet, salió al paso para aclarar los recientes registros ofi ciales: 795 falleci-dos, 8.000 personas sin hogar, y 2.800.000 afectados.De esta manera, y en medio de las críticas de los afectados por el retraso de la ayuda,

el Gobierno de Bachelet intenta retomar el control, especialmente en las regiones más afectadas de Concepción y Bío Bío.El inicio de clases, que estaba previsto para el lunes 2 de marzo, fue postergado para el día 5, para de esta manera paliar el impacto que ha tenido en el tema de la movilización.Miles de estudiantes y sus familias intentaban retornar hasta sus ciudades de origen, pero el colapso del sistema de transporte terrestre complicó la tarea. Además, en la zona sur del país muchos establecimientos se utilizan como zonas de refugio o resultaron afecta-dos.

hacia Santiago.A esto se suma la falta de com-bustible, ya que los suministros en la mayoría de gasolineras se terminó y no existe el abasteci-miento, las personas efectúan largas fi las en los exteriores de las pocas estaciones que aún disponen de gasolina.

VuelosPor el momento la prioridad de movilización la tienen los cuer-pos de seguridad. Y mientras se acerca la apertura ofi cial del aeropuerto, largas columnas de pasajeros se formaron en todas las aerolíneas.Todos los vuelos desde el 28 de

febrero hasta el 4 de marzo fue-ron reprogramados, y la venta de boletos se abrirá recién hoy, aunque las autoridades aéreas indicaron que en todos existi-rán reprogramaciones hasta que la situación se normalice.Para quienes por cuestiones de trabajo o de reencuentro con sus familiares buscan llegar a la capital chilena, el intento les ha representado en el peor de los casos hasta tres días de viaje continuos por tierra.Así lo verifi có un equipo perio-dístico de un canal de televisión quiteño. Y otro de EL TIEMPO. Son las víctimas indirectas del terremoto.

El cadáver de ecuatoriana será repatriado por la SENAMI

Trámite

Quito. EFE. El cadáver de la ecuatoriana Ana Celia Vivero Ayoví, que falleció en el terre-moto de Chile, será repatriado en un avión ecuatoriano que viajará con ayuda para los dam-nifi cados, informó una fuente de la Secretaría Nacional del Migrante, SENAMI.Se prevé que el cuerpo sea re-patriado en un avión que ayer salió a Chile con ayuda para los afectados, aunque dijo descono-cer la fecha exacta del retorno.“Se ha logrado con la compren-sión del Gobierno chileno, una situación de excepción que per-

mite el traslado de Celia Vivero hacia Guayaquil, dentro de las difíciles, situaciones y circuns-tancias que se presentan”, dijo Hernán Olguín, funcionario de la SENAMI.Sin embargo, Olguín anotó que el proceso para trasladar el cuerpo durará unos días ya que es necesario esperar a que primero sea llevado a la capital chilena.La fuente de la SENAMI añadió que se está tramitando el regre-so de los cuatro hijos de la falle-cida, quienes residían en Talca junto a su madre.

Más compatriotas podrían retornan

Colaboración

Bogotá, EFE. El avión mili-tar de Colombia, que el lunes llevó a Santiago a 150 chile-nos que se hallaban en este país andino, regresó ayer a Bogotá con 125 nacionales y tres ecuatorianos.La aeronave aterrizó a pri-mera hora ayer en la base bogotana de la Fuerza Aérea Colombiana, de la que había despegado un día antes para este itinerario humanitario.

ChequeoLos nacionales repatriados fueron trasladados a un club policial del oeste de la ciu-dad, donde recibieron aten-

ción médica y asistencia de una entidad estatal para la familia.Desde allí, los repatriados pudieron establecer contac-tos con sus familiares, dijo a la prensa la directora de Ges-tión de Riesgo del Ministerio del Interior y de Justicia, Luz Amanda Pulido.Por su parte los ecuatorianos llegarían hoy al país, luego de pasar los chequeos médi-cos, además el Gobierno indi-có que en las próximas horas se conocerán más noticias de los compatriotas residentes en Chile y se analiza su re-greso.

AyudaDesde ayer los aviones con ayuda empezaron a llegar a Santiago. Alan García, presidente de Perú, entregó un total de seis toneladas.

D ATOS

EnergíaAyer se restituyó la electricidad en la zona más afectada, en Con-cepción, donde además escasean los alimentos y agua.

DemandaEn todas las agencias aéreas la demanda colapsó pese a que se atendían solamente reacomodos de boletos ya vendidos.